#tumbó
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ATENÇÃO um cara vestido de Coringa acabou de se explodir em Brasília (fonte)
GENTE???
Terrorismo Brasil
Lo que se sabe del atentado con explosivos en Brasilia
El terrorista suicida de extrema derecha que murió frente al STF había anunciado previamente un ataque y detonó al menos dos explosivos. El auto utilizado en el ataque era de Santa Catarina.
Dos explosiones fueron registradas la noche del miércoles (13/11) cerca de un anexo de la Cámara de Diputados y de la sede del Supremo Tribunal Federal (STF), en Brasilia, en un aparente atentado suicida cometido por un radical de extrema derecha. Hacia las 19.30 horas del miércoles (13/11), una explosión destruyó el maletero de un vehículo estacionado en el Anexo IV de la Cámara de Diputados, en Brasilia. Veinte segundos después, se escuchó una segunda explosión en la Praça dos Três Poderes, frente a la sede del Tribunal Supremo Federal. En el maletero del vehículo siniestrado se encontraron ladrillos, madera y fuegos artificiales. Los bomberos apagaron las llamas y el humo.
Pero rápidamente quedó claro que la segunda explosión había dejado una víctima. El cuerpo de un hombre fue encontrado tirado en la plaza. Estaba vestido con un traje verde con símbolos de naipes, en lo que parecía ser una alusión al personaje de cómic Joker, que en los últimos años fue adoptado como símbolo por los radicales antisistema tras el estreno de la película Joker en 2019.
La policía también señaló que el cuerpo era el del autor de las agresiones. Según un informe policial, un guardia de seguridad del STF dijo que el hombre se tumbó deliberadamente sobre la bomba antes de que estallara.
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No, ya no puedo fingirlo, la vida me tumbó de nuevo... Me ha dado un golpe certero...
Adrian Mauricio.
#adrian mauricio#citas#notas#frases#textos#escritos#letras#neuroconflictos#septiembre2024#publicacion 4#post#tumblr#pensamientos#sentimientos
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Sex on the Beach - Fran/Francisco Romero x Reader
Pairing: Fran Romero
Advertencias: smut, cunnilingus, fingering, ¿Public sex?
El sol de verano calentaba el agua del mar, la piel y la arena de la playa. Tu te abanicabas con tu mano incluso dentro del agua. Metiste la cabeza dentro del mar. Cuando volviste a la superficie, miraste a Fran, que se bronceaba junto con las toallas y el bolso. Llevaba unas gafas de sol de colores que le quedaban preciosas con su tono de piel mas bronceada. Además, sus bañadores azules se veían desde la distancia.
Decidiste ir hasta allá. Fran vio como Venus surgió del mar. Tu caminabas a paso seguro mientras el agua te lamia el cuerpo y resbalaba sobre tu piel, dejando atrás gotas. ¡Que mujer!, pensó Fran. ¡Vaya vistas! Se tuvo que levantar un poco, apoyandose en sus codos y quitarse las gafas porque eras todo un espejismo. Tu pelo mojado, tu sonrisa, las gotas bajando por tu cuello a tus pechos a tu cintura y caderas hasta la arena. Se sintió afortunado, como lo había hecho muchas veces más.
Te sentaste sobre tu toalla y lo miraste con esos ojos que le expresaban ternura.
- ¡Que buena esta el agua! - dijiste - Metete si quieres, yo guardo el bolso.
Pero Fran tenia otras intenciones. Lo volvías loco y lo hacías actuar fuera de si. Queria recorrerte la piel con la punta de sus dedos.
- No, gracias. Estoy bien así. - te respondió.
Quizás si debía meterse en el agua, porque estaba empezando a sentir un cosquilleo dentro del estomago que solo podía significar una cosa: te quería allí mismo.
Él también estaba irresistible, con su piel morena, la arena pegada al cuerpo en pequeños granos y el cuerpo reluciente por el aceite corporal. De sus labios colgaba una sonrisa misteriosa y picara. Como si ya estuviera maquinando su siguiente movimiento. Su pelo al sol relucía tanto que parecía Apolo. Y olía a after-shave y a aceite de playa.
Te acercaste a él y juntaste tus labios con los suyos. Sabía a la macedonia que habías comprado de camino. Su lengua era suave, dulce y cariñosa. Por como profundizaba el beso, sabías que estaba necesitado. De ti. Sin separar los labios, te tumbaste a su lado. Un brazo voló a agarrarte de la cintura. Por suerte, habíais colocado en un lugar un poco remoto de la gente, en una pequeña cala a solas.
Su boca bajó de tus labios a tu cuello, donde dio un lametón caliente y sentiste un escalofrío. Suspiraste. Fran se puso sobre ti y poco a poco fue besando tu cuerpo, lamiendo y mordiendo. Cuando llegó a tu braga, beso sobre el forro de esta y sin previo aviso, metió la mano suavemente. Se tumbó a tu altura y siguió besándote con lengua. De momento solo sujetaba tus partes intimas como si lo reclamara, pero tu te sentía tensa, impaciente.
Un dedo hizo camino a tu agujero y se mojó ligeramente para poder acariciar tu punto más sensible, tu clitoris. Con la primera caricia, soltaste un gemido sutil. Fran se comió este al posar su boca sobre la tuya para hacerte callar. Te tapaste la boca después de que te besara y le concediste paso a tu cuello, donde dejaba marcas y besaba con pasión. La combinación de los besos húmedos y calientes con la euforia que sentías por como te tocaba te hacía mojarte más.
La rena de su cuerpo y el agua del tuyo se mezclaban creando una fricción que aunque te irritaba la piel también causaba sensaciones placenteras. El olor a Fran, a playa y el sol que calentaba, todo te traía a un trance del que no eras consciente. Tan profundamente estabas en ese trance que no notaste cuando Fran despego sus labios de tu cuello y fue dejando un camino de os labios de tu cuello y fue dejando un camino de besos hacia tu entrepierna. Hizo a un lado la tela y empezó a lamer. Tu tensabas tus músculos al gemir y no podías ya negar que te gustaba estar así en un lugar medio publico.
Fran te lamia con dulzura, con largos lametones de arriba abajo. Tú levantabas las caderas presa de las sensaciones. Tu cuerpo pedía más y formaba un nudo en la base de tu estomago. Se sentía tan bien que agarraste a tu novio del pelo, por lo que empezó a hacer vibrar su lengua y a lamer en círculos tu nudo más sensible. Justo cuando pensabas que no podías más, te introdujo un dedo, después de que lo aceptaras con facilidad, fueron dos, hasta que fueron tres. Sin parar de dar atención a ese punto donde los nervios de tus genitales se juntaban.
En unos minutos más te derretiste sobre sus dedos. Ambos jadeabais, tu casi perdiendo el conocimiento de tal climax y él asombrado por como habías estado.
- Che, no sabia que podías hacer eso. - se rió.
#fran romero#francisco romero#lsdln cast#lsdln#fran romero x you#Fran romero x reader#sociedad de la nieve#society of the snow
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OnlyFat (español)
Nigel se miraba al espejo, como hacía cada mañana, admirando su cuerpo trabajado y esculpido tras años de dieta y esfuerzo en el gimnasio. A sus 28 años, se sentía en la cima de su forma física. Músculos firmes, hombros anchos y un abdomen marcado, que junto a su bonita cara y a su polla grande, le habían conseguido un número considerable de seguidores en OnlyFans. Aunque no era millonario, con unos dos mil dólares mensuales de media, podía permitirse ciertos lujos y vivir bastante cómodo. Le gustaba su rutina. Grababa videos privados, siempre complaciente, y respondía a las peticiones más extrañas y particulares de sus fans. No importaba lo que le pidieran, siempre encontraba una forma de disfrutarlo, quizá por su naturaleza sumisa, algo que había descubierto hacía tiempo y que ahora aprovechaba para su propio beneficio.
Aquel martes, mientras revisaba los mensajes en su cuenta, se topó con una propuesta que lo dejó pensativo. Era de un tal Dom43, alguien que le había escrito varias veces, aunque nunca con una petición tan directa como esta. El mensaje decía:
“Te ofrezco mil dólares si engordas cinco kilos de grasa en un mes y me mandas un vídeo del resultado. Sin trucos, quiero verte cómo cambias. ¿Qué me dices?”
Nigel levantó una ceja y releía la oferta una y otra vez. No era la típica petición a la que estaba acostumbrado. En un principio, le resultó extraña, casi absurda. Pero el dinero, ¡mil dólares!, era una tentación considerable. Además, una parte de él, la que siempre había disfrutado obedecer y someterse a los deseos de los demás, sintió una punzada de excitación ante la idea. Después de unos minutos de reflexión, se encogió de hombros y se dejó llevar por un impulso.
“Acepto.” Escribió de vuelta.
Sabía que hacer eso cambiaría algo, aunque no estaba seguro de qué. Lo que no imaginaba era hasta qué punto aquello lo arrastraría por un camino inesperado.
Para Nigel engordar cinco kilos en un mes no le parecía un gran desafío. Y sabía que, una vez cumplido el objetivo y cobrado esos mil dólares, podría volver a su dieta estricta y recuperar su físico en cuestión de semanas. Era un simple desvío, una pequeña indulgencia temporal. Nada grave. Con esa seguridad en mente, decidió cambiar su rutina alimenticia.
Esa misma tarde fue al supermercado, llenando el carrito con todo lo que habitualmente evitaba: pizzas congeladas, bollería, snacks salados y sobre todo muchas tarrinas de helado, que se prometió devorar cada noche. Se habían acabado las ensaladas por unas semanas. Cuando llegó a casa, la idea de entregarse al placer desmedido, de romper con las normas que él mismo se había impuesto durante años, le dio morbo. Y aún más al recordar que lo hacía por Dom43, por cumplir su petición.
A la noche, se sentó en el sofá frente a la televisión con una pizza y una tarrina de helado a los lados, y una sonrisa en los labios. Al principio comió con hambre, pero pronto esa hambre se transformó en algo más oscuro, más íntimo. Seguía comiendo, aunque ya no tenía apetito. El simple hecho de saber que estaba hinchándose, llenándose para complacer a alguien, le hacía sentir una excitación que nunca había experimentado. Cuando acabó, se tumbó en el sofá, acariciando su estómago ligeramente abultado, sintiéndose extrañamente satisfecho.
***
Pasaron dos semanas y Nigel se había volcado completamente en su nueva rutina de excesos, se había dedicado a comer como si fuera una competición. La comida le llenaba, pero lo que realmente le llenaba era la idea de transformarse a petición de alguien. Sabía que estaba cambiando, que su cuerpo estaba reaccionando. Y lo comprobó al pesarse: cuatro kilos más. Estaba a punto de cumplir el objetivo.
Al día siguiente, mientras entrenaba, su entrenador personal, Mark, notó algo diferente en él. Nigel estaba haciendo abdominales, cuando Mark soltó una risa burlona.
—Te has relajado un poco, tío —dijo mientras le daba un ligero golpe en el vientre—. Has echado barriga. Y no solo barriga... —añadió, haciendo un gesto hacia su trasero.
Nigel se rio, intentando disimular el calor que subió rápidamente a su rostro.
—Sí, bueno, me he permitido un par de caprichos, nada serio.
Mark negó con la cabeza. Nigel no pudo quitarse el comentario de la cabeza. Esa burla le había llegado profundamente. No le molestaba, al contrario, le gustaba. Durante el resto del entrenamiento, no pudo dejar de pensar en cómo su cuerpo estaba cambiando, en cómo Dom43 disfrutaría de verlo ablandarse.
Cuando volvió a casa, se quitó la ropa rápidamente y se miró en el espejo. Tocó su vientre, que ya no era tan plano como antes, y acarició la suave blandura que empezaba a formarse en su trasero. Las palabras de Mark resonaban en su mente. Y en ese momento, no pudo resistir más. Se tumbó en la cama y se la cascó, alcanzando el clímax más intenso de su vida. Lo que había empezado como un simple juego para ganar dinero, ahora lo consumía por completo.
El mes había llegado a su fin y Nigel estaba listo. Preparó la cámara con esmero, asegurándose de que la iluminación fuera perfecta, lo suficientemente clara para resaltar cada cambio en su cuerpo, para mostrarle a Dom43 el resultado de su esfuerzo. Se colocó frente al espejo, respiró hondo y comenzó a desnudarse lentamente mientras grababa. Primero se quitó la camiseta, revelando su torso. Su pecho, que antes era firme y marcado, ahora mostraba una ligera flacidez. Y su vientre, abultado y cubierto de una ligera capa de grasa, se doblaba en michelines cuando se inclinaba un poco. Luego se bajó los pantalones, quedando solo con sus slips blancos, que ahora le apretaban como nunca. Sus muslos estaban más anchos. Pero fue al darse la vuelta cuando la verdadera sorpresa se mostró. Sus nalgas, más grandes y redondas, parecían querer escapar de la tela ajustada. Los slips apenas podían contenerlas. Se tocó el culo suavemente, sintiendo su magnitud. Sin perder el ritmo, se acercó a la báscula que había preparado frente a la cámara. Se subió con cuidado, observando los números incrementar rápidamente. Y ahí estaba, la cifra que lo dejó atónito: 87 kilos. Había engordado siete kilos en lugar de los cinco que Dom43 le había pedido. Tres kilos de más, fruto de su total entrega a la comida. Al ver el número, Nigel se empalmó al instante, sin poder evitarlo.
—Ochenta y siete... —murmuró para sí mismo.
Sin pensarlo más, dejó que la excitación tomara el control. Se alivió frente a la cámara, su respiración entrecortada y sus jadeos llenando la habitación. Lo hacía por Dom43, pero también por él mismo, por todo lo que había descubierto sobre sí en ese proceso.
Una vez acabado, envió el vídeo privado con una mezcla de ansiedad y satisfacción, esperando la respuesta de Dom43. No tardó en llegar: el mensaje de pago acompañado de un comentario que lo hizo estremecer.
—Eres un cerdo patético. Has engordado solo por que yo te lo pedí. Me encanta. —Nigel leyó en voz baja—. Te ofrezco diez mil dólares más si engordas otros diez kilos en dos meses. ¿Te atreves a convertirte en mi fantasía?
Nigel se sentó en el borde de la cama, mirando su cuerpo aún desnudo y ligeramente sudoroso tras la grabación. La pantalla de su teléfono brillaba con el mensaje de Dom43: diez mil dólares por engordar otros diez kilos. La oferta era tentadora, demasiado tentadora. Con ese dinero, no tendría que hacer más vídeos durante meses, podría tomarse un descanso de su vida online y dedicarse a cualquier otra cosa. La sola idea de esa libertad económica lo hacía sentir aliviado. Pero había algo más. El deseo profundo de complacer a Dom43, de seguir sus órdenes y someterse a lo que le pedía, lo consumía por dentro. Había descubierto una nueva forma de placer. Cada kilo que ganaba, cada pequeño comentario de humillación, le encendía de una manera que nunca había experimentado. Satisfacer a Dom43 se había vuelto una especie de adicción. Sin embargo, el miedo también estaba ahí, siempre presente. Ya había ganado siete kilos y aunque en un principio pensó que podría perderlos fácilmente, empezaba a dudar de que lo mismo ocurriese con diecisiete. ¿Y si no podía? ¿Y si seguir engordando acababa con el éxito de su cuenta de OnlyFans?
***
Nigel nunca pensó que perdería tanto de control. Lo que en un principio parecía un desafío, casi un juego, se había convertido en una nueva realidad para él. En solo mes y medio de comer sin parar, había ganado los diez kilos que Dom43 le había pedido, llevando su cuerpo a límites que jamás había imaginado. Ahora pesaba 97 kilos, y cada vez que se miraba al espejo, el hombre que veía era casi irreconocible: su vientre colgaba, sus muslos se rozaban al caminar, y su pecho, antaño firme, ahora rebotaba ligeramente con cada movimiento. Pero lo más impactante de todo eran sus nalgas, que se habían vuelto enormes, dos masas blandas que rebotaban con cada paso. Y eso, por alguna razón, lo excitaba más de lo que le asustaba.
Cuando llegó al gimnasio una tarde, Mark lo recibió con una sonrisa burlona, como siempre lo hacía desde que había empezado a ganar peso.
—Vaya, si es mi cliente estrella —dijo Mark con un tono sarcástico mientras observaba el cuerpo de Nigel.
Durante el entrenamiento, Mark no paró de hacer comentarios sobre su peso. Cada vez que hacía una sentadilla o levantaba pesas, podía sentir la mirada de Mark sobre él, observando cómo su barriga se balanceaba o cómo sus nalgas sobresalían de los shorts, que apenas lograban contenerlas. No obstante, lo más intenso llegó después del entrenamiento, cuando Nigel salió de las duchas. Aún estaba secándose cuando se dio cuenta de que Mark lo estaba mirando desde el otro lado del vestuario.
—Madre mía, tío... —dijo Mark recorriendo el cuerpo desnudo de Nigel con la mirada—. Estás enorme. En serio.
Antes de que Nigel pudiera decir algo, Mark se acercó y le dio una palmada en el culo. El golpe resonó en la habitación y las nalgas de Nigel se movieron como gelatina bajo la mano firme de Mark. Nigel sintió cómo su rostro se calentaba, una mezcla de vergüenza y excitación invadiendo cada centímetro de su piel.
—Joder —dijo Mark riendo—, eso se mueve como si estuviera hecho de gelatina. ¿Qué te has estado metiendo, helado por litros? Estás obeso, macho.
Nigel no pudo responder, su garganta seca y su mente atrapada en el eco de las palabras de Mark. “Obeso”. Era la primera vez que alguien lo llamaba así y lejos de molestarle, la palabra lo atravesó como un rayo de puro deseo. Intentó reírse, pero el sonido salió débil, casi ahogado.
Estaba de pie frente a la cámara, respirando profundamente mientras preparaba su segunda sesión privada para Dom43. Comenzó a desnudarse lentamente, como en el vídeo anterior. Se quitó la camiseta, revelando un torso que ya no guardaba rastro de los músculos firmes que solía tener. Su pecho, redondeado y blando, se movía visiblemente con cada respiración. Los pezones se habían ensanchado y parecían extrasensibles. Los acarició. Después se bajó los pantalones hasta quedar solo en los slips blancos que había usado antes. Ahora, esa prenda parecía un chiste cruel. Los bordes se clavaban en la carne de sus caderas y muslos, apretándolos de manera incómoda pero intensamente placentera y su vientre abultado colgaba ligeramente de la banda elástica. Nigel se giró hacia la cámara, permitiendo que esta captara el cambio más evidente de todos: el culo. Sus nalgas llenaban por completo los slips, haciéndolos parecer diminutos. La tela estaba a punto de rasgarse. Los cachetes sobresalían en grandes pliegues por arriba, enseñando la raja, como si fuera imposible para la prenda contener tanto volumen. Dio una ligera sacudida, y su culo rebotó, moviéndose durante unos segundos antes de detenerse. Verlo así, tan expuesto, tan imposiblemente grande, le produjo una oleada de excitación que casi le hizo perder el control en ese mismo momento. Nigel no pudo evitar sonreír. Sabía que Dom43 disfrutaría viendo lo que había conseguido. El momento culminante llegó cuando se subió a la báscula, que había colocado justo frente a la cámara. Mostró el resultado: 97 kilos. Casi veinte kilos más de lo que pesaba cuando todo comenzó. No pudo evitarlo; la emoción de haberse transformado para alguien, de haberse entregado por completo a ello, lo sobrepasó. Se masturbó una vez más frente a la cámara, pero esta vez el orgasmo fue más intenso, más liberador. Su respiración se volvió pesada y cada curva de su cuerpo se agitó con el temblor de la eyaculación.
Cuando terminó, envió el vídeo a Dom43. No pasó mucho tiempo antes de recibir el pago prometido. Pero lo que aceleró su corazón no fue la gran suma de dinero, sino las palabras que lo siguieron.
“Te has convertido en mi esclavo sumiso. No vales para otra cosa, solo para engordar. Debería darte vergüenza lo bajo que has caído, pero lo peor es que sé que lo disfrutas.”
Nigel tragó saliva, sintiendo un nudo en el estómago. Era cierto. Disfrutaba cada palabra humillante, cada comentario cruel que le hacía sentirse más pequeño, más sometido a pesar de su tamaño creciente. La última línea del mensaje lo dejó paralizado.
“Te ofrezco veinte mil dólares si engordas quince kilos más.”
***
Nigel estaba nervioso. Había pasado más de dos meses sin grabar un vídeo para sus suscriptores habituales en OnlyFans y, ahora, con su cuerpo transformado de manera drástica, no sabía cómo reaccionarían. Quería probar si el aumento de peso había cambiado algo, si sus fans seguían interesados en él a pesar de que ya no tenía el físico musculoso y esculpido que los había atraído en un principio. En el fondo, esperaba que no importase demasiado, que aún lo desearan y que, de ese modo, no tuviera que depender de Dom43 para mantener su vida económicamente estable. Preparó la cámara como siempre, pero esta vez se miró en el espejo con más detenimiento. Era increíble lo mucho que había cambiado en solo dos meses. Su cuerpo se sentía pesado. Cada movimiento lo hacía más consciente de su tamaño.
—Es solo un vídeo —se dijo a sí mismo en un susurro, tratando de calmar sus nervios—. Solo quiero ver cómo reaccionan.
Se colocó frente a la cámara, sin camiseta, mostrando su torso redondeado y blando, vistiendo únicamente unos slips negros que antes le iban grandes. Hizo algunos gestos habituales en sus vídeos, mostrando su cuerpo con diferentes ángulos, tocando su pecho y su abdomen, acariciando las zonas que ahora estaban cubiertas de grasa...
Subió el vídeo.
Las primeras respuestas no tardaron en llegar. En cuanto leyó los comentarios, supo que sus temores se habían hecho realidad. No había aceptación, no había admiración. Solo críticas, burlas y, sobre todo, shock.
“¿Qué te ha pasado? Solías estar increíble, pero ahora pareces otra persona.” Escribió uno de sus antiguos seguidores
“¡Estás enorme! No en el buen sentido. ¿Qué clase de broma es esta?” Puso otro.
Los comentarios siguieron llegando, cada uno más duro que el anterior. Lo llamaban "gordo", "descuido total", "vergüenza", "asqueroso". Algunos incluso se sentían traicionados por el cambio, como si Nigel les hubiera ocultado deliberadamente lo que había estado haciendo durante esos meses. Otros se reían abiertamente de él, burlándose de la forma en que su cuerpo había perdido toda definición. Nigel leyó cada palabra, sintiendo una mezcla de humillación y excitación indescriptible. Se esperaba una reacción negativa, pero la brutalidad con la que lo atacaban superaba todas sus expectativas. Lejos de sentirse abatido, algo oscuro y profundo en su interior despertó. Cada insulto, cada crítica, lo hacía sentir más vivo, más consciente de su cuerpo y de lo que había conseguido. Las burlas sobre su físico, lejos de disuadirlo, lo excitaban de una manera que no podía ignorar. Era como si esas palabras lo liberaran. No quería volver atrás, deseaba avanzar. Apagó la pantalla de su ordenador y se tumbó en la cama mirando al techo. Dom43 le había ofrecido veinte mil dólares para ganar otros quince kilos. Quince kilos que lo transformarían aún más, que lo llevarían a un nuevo nivel de sumisión. Había pensado en rechazar la oferta, en volver a su antiguo físico. Sin embargo, después de leer los comentarios de sus fans, de sentir el impacto de las críticas en su cuerpo, ya no tenía dudas. Con una sonrisa en los labios, Nigel decidió que iba a aceptar el reto. Estaba listo para entregarse completamente, para ver hasta dónde podía llegar.
***
Nigel dejó de ir al gimnasio por completo. Cada mañana despertaba con la misma rutina: comer, pajearse y comer más. Su apetito parecía no tener fin y su libido estaba fuera de control, más alta que nunca. La disciplina que una vez tuvo se había desmoronado y en su lugar había nacido una obsesión por entregarse a la comida y al morbo de su propia transformación. Su ropa dejó de valerle. Los vaqueros, las camisetas ajustadas y los slips que alguna vez definieron su figura musculosa, ahora no pasaban de sus muslos o se rompían al intentar ponérselos. Pronto se dio cuenta de que la única prenda que le servía era un viejo chándal, y ni siquiera eso le quedaba bien, le apretaba tanto que la tela se estiraba de forma ridícula y su barriga sobresalía. Solo lo usaba cuando salía a comprar más comida, pero en casa se pasaba los días completamente desnudo.
En tres meses, Nigel ganó dieciséis kilos más, superando incluso el reto de Dom43. Su cuerpo estaba irreconocible y la báscula no mentía. Pesaba 113 kilos, una cifra que nunca hubiera imaginado alcanzar. Sus muslos eran tan gruesos que habían cambiado su manera caminar. Su vientre era pasado, redondeado y colgante. Sus brazos, antes firmes, ahora estaban envueltos en grasa. Y su pecho, completamente blando, se agitaba al más mínimo movimiento. Sabía que había llegado el momento de grabar el vídeo para Dom43. Se preparó de la manera más simple y morbosa posible: en pelotas, con una caja de donuts a su lado y la báscula lista para mostrar el resultado. La cámara comenzó a grabar y Nigel se dejó llevar por el momento. Cogió uno de los donuts y lo mordió lentamente, dejando que el azúcar se deslizara por sus labios mientras lo masticaba de forma exagerada. Sabía que a Dom43 le encantaría verlo así, disfrutando de la comida que lo había convertido en lo que era ahora.
—He superado tu reto —dijo Nigel, con la voz ronca de placer mientras mordía otro donut—. Dieciséis kilos más. Espero que estés contento.
Se levantó con dificultad, sus nalgas rebotando visiblemente mientras caminaba hacia la báscula. Se subió a ella con cierto esfuerzo y esta se detuvo en 113 kilos. Nigel mostró la cifra a la cámara con una sonrisa satisfecha en su rostro.
—113 kilos —dijo con un tono orgulloso—. Pero eso no es todo.
Cogió una cinta métrica y comenzó a medir su cuerpo. Primero se la pasó alrededor de la cintura.
—Ciento veintisiete centímetros —anunció observando su vientre.
Luego midió su culo, que se había convertido en una auténtica bola de sebo, y la cifra no fue menos impactante.
—Ciento treinta y cuatro centímetros. No quepo en la silla del ordenador.
Nigel se detuvo por un momento, mirando a la cámara con una expresión de éxtasis.
—Todo esto... es para ti, Dom43. Espero que estés disfrutando tanto como yo.
Terminó el vídeo con un último bocado, masticando lentamente mientras meneaba su cuerpo entero al masturbarse. Cuando terminó, apagó la cámara y se desplomó en el sofá, jadeando por el cansancio. Envió el vídeo a Dom43 y esperó, sabiendo que la respuesta no tardaría en llegar. Cuando lo hizo, fue exactamente lo que esperaba.
“Has superado mis expectativas, cerdo. Nunca imaginé que llegarías a esto, que serías capaz de convertirte en semejante montaña de grasa por mí. Mírate, eres patético, completamente fuera de control. Y, ¿sabes qué? Me encanta. Has hecho todo lo que te he pedido y más. Eres el gordo sumiso perfecto. No vales para nada más que comer, engordar y dejar que otros se rían de ti. Pero también debo decirte que estoy orgulloso. Has demostrado ser completamente mío, dispuesto a transformarte de esta manera solo para satisfacerme. Eres impresionante, en el peor de los sentidos, claro, pero esa es precisamente tu grandeza”.
Nigel se quedó mirando la pantalla, absorto en las palabras. Había hecho lo que Dom43 había querido. Y, aún así, sentía que podía ir más allá. La idea de seguir engordando, de dejar atrás cualquier vestigio de su antiguo yo, lo llamaba con una fuerza imparable. Sin pensarlo demasiado, tecleó la pregunta que rondaba en su mente desde hacía días, una pregunta que lo hacía temblar de anticipación:
“¿Cuánto me pagarás si llego a los 130 kilos?”
El silencio de unos segundos fue ensordecedor, pero la respuesta de Dom43 llegó rápida.
“No te voy a pagar nada. Esta vez, no lo harás por dinero. Quiero que lo hagas por mí, porque ya no puedes evitarlo. Quiero que engordes hasta los 130 kilos solo para complacerme, porque ahora sabes que eso es lo único que te excita. Lo harás porque me perteneces.”
Nigel respiró profundamente, sintiendo cómo cada palabra de ese mensaje lo envolvía, llenándolo de una mezcla de sumisión y placer absoluto. Sabía que Dom43 tenía razón. Ya no se trataba del dinero. Se trataba de algo mucho más importante, delo que había empezado por el simple deseo de cumplir una fantasía, pero se había convertido en su realidad. Con los dedos temblorosos, respondió lo único que sabía que podía decir en ese momento, lo único que su mente y su polla le pedían con una claridad arrolladora:
“Lo haré.”
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Una linda pareja (Peter Parker x lectora)
Masterlist de mi autoría
Sinopsis: el par de adolescentes eran los mejores amigos desde hacía años, pero cierta tarde, por cierto comentario de una señora, las cosas comenzaron a cambiar.
La vida del joven Parker había dado un giro de 180 grados cuando los poderes llegaron. Ya no era un simple estudiante, no... Era el hombre araña. Pasó de ser el típico nerd de secundaria a ser, bueno, seguía siendo el típico nerd pero ahora tenía una identidad secreta, una que todo el mundo adoraba. Todo le estaba saliendo bien, Tony Stark era su mentor, Banner lo ayudaba en sus tareas, Natasha lo entrenaba en sus tiempos libres y ni hablar de sus tardes mostrándole a Vision y Wanda sus películas de culto favoritas. Creía que nada podía arruinar su felicidad, cuando un inocente comentario hizo que su mente colapsara.
Dias atrás, Parker y su amiga de toda la vida debían visitar la bibliotea de Queens para investigar sobre un antiguo caso criminal para su clase de historia. Estuvieron algunas horas buscando información, para luego pedir ayuda a una de las bibliotecarias para usar la impresora.
—¿simples o doble faz?—preguntó la mujer mientras tecleaba cosas incomprensibles en la máquina.
—Doble, por favor. A la chica aquí no le gusta desperdiciar papel.—soltó Peter divertido, haciendo que la chica lo mirara divertido.
—¿puedes pagar doble faz? ¿o le pedirás a papi Stark que lo pague él?—
—¡No es mi papá!—
—Pero te gustaría.—tomó las mejillas del chico y las pellizcó con cariño, para luego despeinarlo un poco y abrazarlo por el cuello.
—Ustedes son adorables ¿desde hace cuánto... Son pareja?—la bibliotecaria los miró con ternura, comenzando a imprimir los archivos.
____ se alejó de inmediato de Peter, riendo avergonzada mientras desviaba rápidamente la mirada a la gran impresora que comenzaba a chirriar.
—Eh, n-no. No somos pareja, somos... Mejores amigos.—el chico le sonrió de forma forzada.
—¿mejores amigos? Que tontería, ustedes harían una pareja adorable. Y créanme, porque soy muy buena formando parejas.—A pesar de que la mujer se lo había tomado en broma y ____ decidió no prestarle atención, Peter pasó de una duda a decenas de ellas en segundos.
¿haríamos una buena pareja?
¿eso es posible?
Y de serlo ¿cómo sería la relación?
¿de las tranquilas o de las intensas?
¿y quién se confesaría primero?
Debería ser yo pero ____ siempre fue la que da el
primer paso en todo.
¿y si yo lo hiciera?
¿lo arruinaría?
¿tía May cómo se lo tomaría?
¿y Ned?
¿sería nuestro padrino de bodas?
...... ¿¡tendríamos una boda!?
Los dedos de la mujer chasqueándose frente al rostro de Peter lo trajeron a la realidad nuevamente.
—¿estás bien, cariño?—
—S-sí, ¿cuánto es por las fotocopias?—
—Ya las pagó tu amiga, está en la caja ahora.—señaló el mostrador en la entrada de la biblioteca—. Perdón si los incomodé antes, es que de verdad parecían pareja.—Peter negó.
—No se preocupe.—
—Sé que no me incumbe pero ¿te doy un consejo? como alguien que se tardó demasiado en aceptar lo que sentía... No lo hagas.—La mujer le dio unas palmaditas en la espalda antes de marcharse.
Esa tarde, Peter y ____ caminaron en completo silencio hasta el parque de la ciudad, lugar donde se despidieron y cada uno se fue por su camino tras acordar reunirse el sábado para hacer el trabajo.
—Aclaremos la cuestión... ¿a ti te gusta ____?—
—No... N-no lo sé.—
Ned solto un suspiró cansado sin despegar la mirada de su laptop.
—¿cómo no lo sabes, hombre?—
—¿¡cómo voy a saberlo!? Hasta hace una semana iba a dormir a su casa los viernes y ahora me aterra compartir el mismo cuarto con ella.—el chico se tumbó en la cama de su amigo.
—A ver, Peter.—Ned volteó y lo miró—. Deberías despejar un poco tu mente, si para mi es estresante escucharte no me quiero ni imaginar lo que pasa por tu cabeza. Hagamos algo que quieras.—
—¿que... Quiera?—
—Si, ya sabes, algo que te haga feliz. Para despejarte.—
—Algo que me haga feliz...—La escena de la chica Renner llegó a sus pensamientos, siendo su alegre sonrisa la protagonista del momento.
—... Estás pensando en ella ¿cierto?—
—En ella no, en su sonrisa.—
—Si, eh... Eso es lo mismo.—
Después de cansarlo con sus dramas, Ned mandó a su amigo a dormir un poco e intentar calmarse, pues al día siguiente era la reunión con ____ y no podía estar así de intenso frente a ella.
—Tia May...—
—¿si?—
—Digamos que tengo un amigo que se llama... Pedro, a Pedro le gusta su mejor amiga y no sabe qué hacer ¿tienes algún... Consejo de chica?—
May terminó de acomodar la ropa del chico en el armario y se sentó a los pies de la cama donde Peter estaba acostado.
—Deberias decirle lo que sientes, cariño. Estoy segura de que ____ siente lo mismo.—la mujer se dirigió a la puerta y apagó la luz.
—¿eso crees?... Espera ¡n-no se trata de ____! ¡es de un amigo y su amiga!—La tía May se retiró del cuarto entre risas.
—¡que descanses, Pedro!—
Esa noche a Peter le costó muchísimo conciliar el sueño, pues no podía dejar de darle vueltas al asunto. ____ le había estado mandando mensajes, los cuales él se encargaba de rechazar. Pero no podía esquivarla por siempre, en solo unas cuantas horas debía verla y le convenía tener un plan para no meter la pata.
—Bueno, ____. Sé que nos conocemos desde hace mucho y que somos los mejores amigos pero... Creo... Creo que me gustas.—Peter se miró en el espejo—. Sueno como un perdedor...—
—No digas eso, los vengadores no son perdedores.—El chico se dio un buen susto al escuchar la voz de Tony. El multimillonario se encontraba apoyado en el umbral de la puerta.
—¿cuánto... Lleva ahí parado?—
—Lo suficiente para saber que harás el ridículo si le dices eso a la chica ¿de quién se trata? ¿la chica ruda?—Peter asintió—. Lo sabía, no me creía eso de "mejores amigos".—
—Pero sí somos mejores amigos.—
—Ajá, sí, claro. Escucha.—Tony se acercó al chico—. Necesito tu ayuda con una cosa.—
—¿una misión?—Tony asintió, haciendo que los ojos de Peter se iluminaran.
—Debes irte ahora, es una misión de espionaje.—
—Espera ¿ahora?—
Tony le explicó que el chico debía infiltrarse en un edificio abandonado que servía como guarida para unos traficantes de armas, averiguar dónde estaba oculto el lider y salir sin levantar sospechas.
Peter aceptó de inmediato, por fin podría mostrar lo que había aprendido de Natasha en los entrenamientos. Después de que Tony se retirara y el chico comenzara a prepararse, recordó que esa tarde ya tenía otros compromisos y se golpeó mentalmente al saber que no podría hacer el trabajo con _____.
La joven Renner caminaba de un lado a otro en su habitación sumamente nerviosa, pues llevaba casi cinco horas intentando ubicar al chico y no había tenido nada de suerte. Llamar a tía May no era una opción, pues si le decía que Peter no aparecía solo le ocasionaría un ataque. ____ estaba al tanto de la identidad secreta del chico, por lo que tenía la idea de que tal vez estaba en una misión de los vengadores o algo parecido. Eso solo la asustaba más.
La hora de acostarse había llegado y aunque ____ no tenía nada de sueño, se acostó en su cama, intentando calmar sus nervios y conciliar el sueño.
Miraba distraída las múltiples estrellas brillantes en el techo de su habitación, intentando recordar hace cuánto que estaban ahí. Recordaba a la perfección que Peter se las había regalado en su cumpleaños y que él mismo la había ayudado a pegarlas, pero no sabía exactamente hace cuánto tiempo. Podría haberse quedado ahí mirando el techo toda la noche de no ser por unos leves toquecitos en su ventana.
—Oh por Dios...—la chica se levantó de inmediato al ver una silueta saludarla desde el otro lado del cristal. Estaba dispuesta a darle un buen golpe apenas abriera la ventana, pero cuando Peter entró al cuarto y se tambaleó levemente, supo que no estaba del todo bien.
—Perdón por no haber venido, tuve algunas... Complicaciones.—Peter esquivaba la mirada de la chica, quien tomó su rostro y lo obligó a mirarla.
—¡estás todo golpeado! ¿¡qué diablos te pasó!?—exclamó horrorizada la chica, intentando no despertar a sus padres con los gritos.
—Digamos que mis habilidades de espía todavía no son tan buenas.—
La chica le pidió que se quitara el traje, dándole el pijama que Peter tenía en su casa gracias a sus múltiples pijamadas.
—¿Stark sabe que estás así?—
—El señor Stark sabe que cumplí la misión, no tiene que saber los detalles.—____ lo miró molesta.
—Eres un tonto, mira cómo te dejaron.—Como la madre de ____ era enfermera, la chica sabía una que otra cosa de primeros auxilios, así que trató las heridas y golpes del chico con facilidad—. Ten.—le alcanzó unos calmantes—. Con esto se te pasará un poco el dolor. Recuéstate un rato y descansa, no puedo dejar que May te vea así.—
—Tranquila, me curo bastante rápido.—la chica suspiró.
—Eres muy descuidado.—____ se recostó junto a Peter, quedando ambos mirando las estrellas del techo.
Durante el pequeño momento de antes, tanto ____ como Peter habían olvidado el tema de "parecemos una pareja" pero ahora que el silencio y la calma inundaron el cuarto, el pensamiento resurgió en la cabeza de Peter.
El chico vio de reojo a la castaña, quien se encontraba a su lado, mirando fijamente el techo.
—¿tienes insomnio?—soltó al recordar que miraba los adornos cuando no podía dormir. La chica bostezó.
—Tenía.—
—Es un milagro entonces, siempre tardas horas en dormirte.—
—Bueno...—la chica se puso de lado, recostando la cabeza en el hombro de peter con cuidado—. Dicen que el insomnio se cura durmiendo con la persona por la cual no puedes dormir así que...—cerró los ojos mientras se acercaba aún mas a Peter, quien sentía como su corazón latía con fuerzas.
—____, yo... Respecto a lo de la biblioteca...—la chica negó apenas.
—Olvida eso ¿si? Ahora concéntrate en recuperarte.—respondió sin abrir los ojos.
—Pero no puedo ignorarlo y ya...—suspiró frustrado.
—Hablaremos de eso mañana, descansa.—
—Entonces ¿p-puedo quedarme un poco más? ¿hasta la mañana tal vez?—la chica se inclinó hacia Peter y besó su frente, volviendo a acomodarse a su lado de inmediato. A pesar de que mantenía los ojos cerrados, una sonrisa se dibujó en sus labios.
—Quédate para siempre si quieres, Pet.—
Una pequeña sonrisa apareció en los labios de Peter, quien finalmente cerró los ojos y se dispuso a descansar. Estaba por quedarse dormido, cuando ciertas palabras escaparon de sus labios casi como un suspiro.
—Te amo, ____…—Lo último que escuchó el chico antes de caer en un profundo sueño hicieron que todos sus nervios y temores desaparecieran.
—Y yo te amo a ti, Pet.—
#español#marvel#peter parker#peter parker x lectora#peter parker x reader#x lectora#spiderman#spiderman x reader#spiderman x lectora
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HOLIIIIII Me da tremenda vergüenza pedir esto, so, momento anónimo (—🌻) Podría pedir algo que sea sobre juani? Estoy urgente de oneshots o cosas parecidas con él y no encuentro casi nada help En el que contenga un poco de angustia, ya que cuando juani muestra a su pareja en un stream hay una pequeña cantidad de gente que termina acosando a la lectora solo por andar con juani Espero que no sea una molestia, ¡y suerte con tus exámenes! —🌻
-¡Y bueno chicos, eso es todo! Un beso, chaaooo – Juani le tiró besos al móvil que le enfocaba desde el pequeño trípode de mesa. Después de eso dijo adiós con la mano y cortó la emisión de twitch.
Tú estabas tirada en el sofá intentando leer un libro, pero francamente no te concentrabas y tenías que pasar por el mismo párrafo varias veces para conseguir enterarte de algo.
Juani entró en la habitación frotándose los ojos, tanto rato delante de la pantalla y del foco de luz que usaba para iluminarse le terminaba cansando la vista.
-¿qué fue, neni, qué hacés? – se tumbó a tu lado acurrucándose y acariciándote el vientre por encima de la ropa.
-Nada, aquí esperando a que terminases…
Juani te mira con sus grandes ojos azules apoyando su cabeza llena de rizos en tu pecho.
-¿Me estabas esperando?
-Y sí, Juani, quería decirte hace un buen rato si querías que pidiésemos delivery porque tenemos la heladera vacía, pero se nos pasó ya la hora y todos los restaurantes están cerrados – habías intentado sonar menos enfadada de lo que realmente estabas, pero el hambre que sentías no hacía si no agriarte más el carácter. En realidad, no le estabas culpando por hacer el stream, ni por demorarse; en el fondo estabas molesta por algo que no querías decirle, pero que ya llevabas demasiado tiempo guardándote para ti misma.
-Él frunció el ceño con preocupación más que con enfado.
-¿Y no podías haberme preguntado antes de que eso pasase?
-¡Estabas en tu stream! - contestaste molesta olvidando que Juani no podía leerte la mente y no sabía por qué tus pensamientos estaban escalando hacia un lugar de enfado que no estaba siendo del todo racional.
-No sería la primera vez que apareces en un stream mío – se incorporó apoyándose en sus brazos para mirarte mejor a la cara – ¿se puede saber porqué estás tan enfadada, amor? Si el hambre es el problema estoy seguro de que te puedo preparar al menos un buen bowl de cereales o una tortilla…
La forma en la que Juani estaba intentando resolver la situación y pensando en soluciones te ablandó el corazón, era una de las cosas por las que te habías enamorado de él. Ahora te sentías culpable por haber saltado así y sobre todo por no haber sido sincera con él desde que te comenzaste a sentir mal.
-No es eso… - bajaste la mirada avergonzada.
-Pues decime que es, por que no quiero que estés mal, gorda… - al ver que estabas bajando el tono y te estabas relajando tomó tu mano entre las suyas y la besó.
-Es que la última vez que aparecí por tu stream no sabes la de gente que me escribió diciéndome de todo por Instagram…hasta encontraron mi Facebook, y eso que no está ni mi nombre real… y, no quiero que además te molesten conmigo, dicen que no soy tan guapa como para estar contigo y…
-¿Que qué? – en la mirada de Juani había fuego – no me puedo creer que te hayan dicho semejante pelotudez, ¿¡pero quién se creen que son?!
-Dale, Juani, pero es lo normal cuando alguien es público y yo se que no debería tomármelo así – antes de que pudieras continuar hablando tu novio te interrumpió.
-¡Que no, nena, que no! Vos sos lo más importante para mí, y si me quieren a mí te tienen que querer a ti – nunca habías visto a Juani tan furioso. Tenía que reconocer que ese impulso protector te estaba derritiendo por dentro – La próxima vez que haga stream vos te vas a sentar en mis piernas si te da la real gana, ¿ta? Además, me jode que te lo hayas callado para no hacerme sentir mal, que te conozco… - se lamentó.
Tú le acariciaste la cara y le volviste a recostar sobre tu pecho para que ahora fuera él el que se tranquilizase. Pasando los dedos por sus rizos suaves no pudiste reprimir una sonrisa. La validación que no sabías que necesitabas te había quitado un peso de los hombros y ahora te sentías aliviada.
-Además, vos sos lo más bonito del mundo, ¿de qué están hablando? – murmuró aún contrariado.
-Está bien, amor…- seguiste dándole caricias.
Él sonrió y te dio un beso breve antes de levantarse de un salto.
-¿Querés también una fruta con tus cereales?
Bueno anon, espero que te haya gustado aunque sea un poquito solo, no estoy acostumbrada a escribir nada que no acabe en smut 🤣🤣. Y siento haber tardado tantísimo en responder, pero quería hacerlo cuando terminase los exámenes. Un abrazo!
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Tu enlaças la douleur, tu t’agrippas au désir, la tristesse te coucha, tout en toi fut naufrage !
Pablo Neruda, La Chanson désespérée (La canción desesperada)
VO :
Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo,
te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio !
#Pablo Neruda#Vingt poèmes d'amour et une chanson désespérée#livre#book#citation#citation française#littérature#littérature chilienne#poésie#citation espagnole
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Prototype Nolan Au
Christopher: Lou,ni siquiera soy real...tal vez esto sea confuso,pero...no soy más que tú parte más frágil, estás roto y no puedo ayudarte en eso * la voz de Christopher empieza a Glitchearse*
Lou: Christopher!!! Me prometiste que nunca te separarias de mi, no me hagas esto! * Lou intentó acercarse a él, pero una barrera invisible le bloqueó el camino*
Christopher: sé que puedes ser un mejor líder que yo, por favor...no te rindas * Christopher empezó a Glitchearse también, Lou solo pudo golpear la barrera con fuerza. De pronto todo se tornó oscuro, y una mano se alzó por encima de Lou, este solo pudo cerrar los ojos con fuerza*
Apenas volvió a abrir los ojos, vio que todo fue una pesadilla, él seguía en su cama, se tumbó mirando hacia el techo, sus ojos se llenaron de lágrimas, había vuelto a tener esa pesadilla...
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Sigo las marca del viento, mientras desdobló el beso marcado de tu boca en mi cuello, de tus dedos en mis hombros, de tus ojos en mi sed, de tu sonrisa en mis latidos. Aire dulce y lleno de mar atado a mi boca. Tengo que dejar el libro que estaba leyendo y veo su solapa de reojo mientras me tumbó en un sueño ligero, mientras descubro los suspiros de cada amapola entre el temblor de mi alma, la ternura de mi corazón y el palpito de mi piel al llamarte en mis silencios, al pensarte despacito, al rubor que tajo en un suspiro y guardo entre mis dedos seguido de palabras que musito a tu oido y se derriten bajo espalda. Si que hay estrellas en esta noche.
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Voces en la habitación 3
Llegamos a la habitación, Ana se tumbó en la cama con las piernas abiertas, te acercaste a mí y me dijiste al oído:
- Quiero que te pongas a 4 patas y le comas el coño a Ana.
Esas palabras me provocaron una terrible erección, y sin pensarlo accedí, subí a la cama, y a 4 patas me acerqué a la entrepierna de Ana, iba acercando mi boca poco a poco, pero tú estabas impaciente, y con tu mano llevaste mi cabeza a su entrepierna, por lo que hundí mi lengua en el coño de Ana, que al sentirme de repente no pudo evitar gemir.
Ese gemido hizo que empezara a mover mi lengua, y saborear su coño, que volvía a estar mojado de la excitación. Mi lengua recorría sus labios, hacía círculos alrededor de su clítoris, yo no sabía qué hacías tú, y la verdad es que no me preocupaba, estaba disfrutando con lo que hacía. Ana se iba estremeciendo a medida que su humedad aumentaba, veía como se agarraba los pechos y se los estrujaba mientras mi lengua seguía jugando con su coño mojado.
Sentí como te subías a la cama detrás de mí, y mientras seguía comiéndole el coño a Ana, acercaste tu boca a mi culo y hundiste tu lengua en él, lo que me hizo lanzar un gemido ahogado en la entrepierna de Ana. Mientras yo saboreaba los jugos que Ana me ofrecía, tú abrías mi culo y hundías tu lengua más y más, hasta que de repente te detuviste.
- Vas a sentir algo frío en tu culo, pero no quiero que mires. Sigue comiéndole el coño a Ana, que lo está disfrutando mucho.
Ana agarró mi cabeza y se aseguró que no la levantara de su entrepierna, a la vez que sentí lo que me habías avisado, un líquido frío entre mis glúteos, que untabas con tu dedo, un dedo que te apresuraste a meter en mi culo y a moverlo haciendo círculos para dilatármelo.
El imaginar lo que me esperaba me hizo excitarme más, hasta el punto de endurecer al máximo mi polla. Ya te imaginaba con el arnés puesto, y no me equivocaba, tras haber jugado con mi culo metiendo dos dedos, pude sentir la punta de tu polla en la entrada de mi culo, y empezaste a introducirla poco a poco.
Mientras tu hundías tu polla en mí, Ana estalló en un orgasmo producido por mi juego con la lengua, inundando mi boca con sus deliciosos jugos, a la vez que tú llegabas hasta el fondo de mi culo con tu polla.
Empezaste a moverte, entrando y saliendo de mi culo, lo que empezaba a provocarme placer. Entre tanto, Ana se incorporó y me dijo que quería saborear su coño en mi boca, así que la besé, compartiendo los deliciosos jugos suyos que aún me quedaban, lo que me excitó mucho a la vez que tú seguías embistiendo mi culo con tu polla.
Ana se separó de mí y se dirigió hacia ti, al mirar hacia atrás os vi besaros, y tras susurraros algo que no llegué a oír, sacaste tu polla de mi culo, me pediste que me pusiera boca arriba, te quitaste el arnés y ayudaste a Ana a ponérselo.
- Ahora Ana te va a follar el culo mientras tú y yo hacemos un 69, hasta que te corras en mi boca.
Escucharte decir eso me excitó muchísimo, abrí mis piernas y Ana se puso delante de mí de rodillas, con las piernas abiertas, y me penetró el culo sin pensárselo. Tú colocaste tu coño, que estaba muy mojado, encima de mi boca, y llevaste tu boca a mi polla, metiéndotela entera de una sola vez.
Mientras hacíamos el 69 Ana no paraba de follarme el culo como tú habías dicho. Con mis manos agarraba fuertemente tus nalgas mientras saboreaba tu coño empapado. No podía evitar gemir del placer que sentía a la vez que tu boca mamaba mi polla y Ana me follaba el culo. Apreté tus nalgas fuertemente con mis manos, lo que te indicó que estaba a punto de correrme. Escuché a Ana gritarme:
- ¡¡¡Córrete en su boca!!!
Al escucharla exploté, me corrí sin poder aguantarme, notando cómo tu boca se llenaba de mi semen, y que hacías lo imposible por contenerlo. Dejaste escapar un poco mientras yo seguía corriéndome sin parar a la vez que gemía de placer. Cuando terminé de correrme te incorporaste, escuché hablar a Ana.
- Sí, ¡¡¡bésame con tu boca llena de su leche!!!
Os fundisteis en un beso compartiendo lo que entre las dos sacasteis de mí, dejando que se escurriera de vuestros labios mientras vuestras lenguas se entrelazaban. Yo me quedé contemplando tal espectáculo, exhausto por lo que acababa de ocurrir.
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Desvelos (One short)
Al final me he animado a subirlo. Espero que guste. Si queréis saber mas de Cato y el juego les dejo aquí: @oliverojostristes // @redphonevn
Sin mas espera les dejo la historia
Abrí los ojos en pánico, hasta que vi el atrapa-sueños de mi dormitorio sobre mi cabeza. Miro alrededor y pongo mi mano sobre mi pecho suspirando. Estoy en mi cuarto, no estoy allí. Estuve mentalmente repitiendo lo cual mantra. Algo me ayudó ese ejercicio mental, pero aun mi mente se obcecaba en repasar la pesadilla al detalle. Mire el reloj del móvil y eran las 4 de la mañana. Seguramente estaba sola en el piso. Sabiendo que no iba a dormir me puse los cascos y decidí al menos levantarme y hacer algo productivo antes de que mi fortaleza mental cediera.
Me fui a la cocina en silencio a hacerme un café, mientras la música sonaba en mis oídos. Necesitaba que mi mente se distrajera. Miraba la cafetera y no pude evitar ver mi reflejo en la ventana. Sin ningún maquillaje, ninguna peluca, ni siquiera una expresión alegre para el público. Sólo mi mirada vacía…Solo yo. <<Vaya aun sola��Cuanto tiempo aguantaras con esa máscara antes de que el te la quite…Muñeca sabes que da igual que cara te pongas nadie te verá.>>
Mi mente se encontraba sumergida en mis pensamientos, sintiendo mis ojos ponerse vidriosos, cuando unos toques en el hombro me sacando en mi el movimiento de pánico de atacar, pero fue frenado en seco por una mano en mi brazo y unos ojos azules preocupados. Suspiro y me bajó con cuidado los cascos al cuello.
-Dulzura ¿Qué haces despierta?
Era Cato, por cómo iba vestido debía venir de fuera. Tardé unos segundos en recordar ser la compañera de piso alegre. Él debía venir cansado del trabajo.
-Café - Intentó darle una sonrisa pero claramente por como me mira no era la respuesta que buscaba. Suspira.
-Deberías dormir. -Aparta delicadamente mis manos de la cafetera notando la aspereza de estas. Por un segundo siento que mi máscara alegre se cae y mi visión se nubla por las lágrimas que se me acumulan.
-…no puedo…-empieza a quebrarse mi voz aferrándome a su manos las cuales aun viniendo de fuera me eran cálidas.
Cato me miraba preocupado y algo que parecía empatía. Agarra mis manos con un movimiento caballeroso acerca mis nudillos a sus labios para posar un beso sobre ellos. Dándome tiempo a reaccionar si no me sentía cómoda. Ese gesto más la mirada afectuosa que me dirigió provocó un sonrojo que por favor no se notara tanto como creía.
-No me lo vas a decir el porqué, ¿verdad?- Dice suavizando su voz grave. Desvió la mirada para disimular sabiendo que si la sostengo cederé.- Entonces tendré que vigilar tu sueño hasta que hayas descansado. - Estoy por protestar sabiendo que él debería estar durmiendo, pero antes de que diga nada pone un dedo sobre mis labios, mientras pone una media sonrisa.- Si veo que te esfuerzas y duermes pronto puede que yo también lo haga.
-Malvado -Refunfuño por el jaque mate que me ha hecho devolviéndome la táctica que le hago siempre que le veo volver herido. El pelinegro se ríe mientras me lleva a la cama.
Se va un momento antes de acostarse para él ponerse su pijama. Me veo buscando como colocar me en una cama individual para dejarle un hueco. Pero claramente el experto en Tetris encontró una solución rápida, cuando se sentó en la cama y me tumbó sobre él rodeándome con sus brazos. Lo escucho bostezar mientras le miro de reojo. noto sus dedos acariciar suavemente mi columna vertebral de forma relajante. Siento como mis párpados empiezan a pesar y mi cuerpo se va relajando sobre el suyo.
-¿Cato?- Susurro
-¿Mmm?- Tarde un poco en responder ya que hacía tanto que reprimía cada pensamiento o sentimiento que sentía el nudo en mi garganta intentando silenciar mi voz. Me aferre la camisa y antes de dejarlo ir.
-…Gracias, por esto…por aguantar mi personalidad extraña o mi humor volátil…por ayudarme cuando yo misma no se como hacerlo…No tienes porque hacerlo y los dos lo sabemos…a veces desearía poder ayudarte tanto como siento que tu me ayudas a mi…-No puedo evitar aprovechando la posición y el momento posar un beso a la altura de su corazón. Y mirar donde creo que estarán sus ojos colocando mi mano sobre esa zona dándole una sonrisa. -Por favor nunca cambies Cato.
Solo consigo ver en la oscuridad a Cato taparse el rostro con una mano mientras este murmura algo. Su reacción me curva los labios y al tumbarme escuchó claramente el pulso nervioso de mi acompañante. Me acomodo de nuevo sintiendo como mis pesadillas por un tiempo se vuelven a esconder en algún lugar de mi mente, para ser sustituidas por una mirada azul que me hacía pensar. <<¿Qué fácil sería amarte?>>
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Capítulo 9 (2ª temporada)
(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.)
-
Desierto de Corel.
Seguíamos rumbo al sur junto a nuestro nuevo todoterreno. Estaba centrada en conducir de una manera algo más moderada que anteriormente porque veía que Yuffie lo estaba pasando un poco mal de más en el vehículo.
— Oye Cait.- Dijo Barret.- Ya que te has pegado a nosotros como una lapa, ¿no vas a soltar prenda?
— No hay miaucho que saber.- Respondió Cait Sith.- Soy un don nadie en una filial pezqueñita de Shinra. Llevó un porrón de tiempo, y mi día a día siempre ha sido bien anodino.
— Un perrito faldero de Shinra, vamos.- Mencionó Barret.
— Gatito.- Corrigió Cait Sith.
— Gatito, dice…- Dijo Barret.
— ¡Sois miau especiales! No he conocido a nadie igual.- Mencionó Cait Sith.- ¡Os quiero miaucho, como la trucha al trucho! Estoy encantadisimo.
— ¿Te estás cachondeando, micho?- Preguntó Barret.
— ¡Venga, enróllate! ¡Que queda viaje por delante!- Exclamó Cait Sith.
— Barret…- Exclamó Yuffie.- Algún día… destrozarás a Escarlata, y yo estaré ahí para ayudarte…
— Va, pero ahora la que está destrozadita eres tú.- Mencionó Barret.
— El dolor… me hará más fuerte…- Dijo Yuffie. Estaba realmente mareada.- Todo el odio que siento por esa pava… ¡Pienso usarlo contra ella! No… puedogh…
— O-Oye… no irás a…- Dijo Barret.
— ¡Yuffie, mira al frente o te marearas más!- Exclamé yo.
En ese momento escuché perfectamente como a Yuffie se le venía casi la pota encima.
— ¡Joder!- Exclamó Barret.- ¡Para, Sil, paraaa!
— ¡No, espera!- Exclamó Cait Sith.- ¡No vomites aquíííí!
Frené de golpe el coche y bajamos a Yuffie con cuidado de este quien terminó echando por la boca toda la comida. En ese momento se tumbó en el suelo, aún viendo las estrellas y Aeris, Tifa y yo nos pusimos a su lado.
— ¿Cómo estás?- Pregunto Aeris.
— Mueeerta….- Dijo Yuffie.
— Perdón, mi culpa.- Dije riendome un poco.- Bajaré el ritmo.
— ¿Qué hacemos?- Preguntó Tifa mirando a Cloud.
— No hay rastro de túnica alguna, y no tiene mucho sentido conducir sin rumbo…- Respondió Cloud.
— ¡Estoy muertaaaaa!- Exclamó Yuffie.
— ¡Ya sé!- Dijo Cait Sith de golpe y sacando su robot moguri gigante.- ¡Aquí! ¡Holitas! Os voy a leer el futuro… ¡Miau, marramamiau! ¡Miau, miau! ¡Marramiauuu!
De la boca del moguri salió un papel y Cloud lo agarró.
— Las setas de la suerte.- Leyó Cloud.
— ¿Setas?- Preguntó Aeris.
— Setas… Setas… ¡Ah!- Exclamó Cait Sith.- ¡Barret! Antes miauncionaste el reactor de mako de Corel… Cuando lo del Arma y tal.
— ¿Yo te he dicho eso?- Preguntó Barret.
— Conozco otro reactor inoperativo no miau lejos de aquí.- Explicó Cait Sith.
— ¿Mako?- Preguntó Yuffie de golpe.- ¿¡Materias!? ¡Genial! ¡Geniaaaal! ¡A tope con ese reactorrrgh…!
Yuffie se intentó levantar pero seguía muy mareada así que la volví a sentar en el suelo.
— La verdad es que no es mala idea.- Dijo Barret.
— Aunque habría que conducir un poquitito más. ¿Estáis de acuerdo?- Preguntó Cait Sith.
— Por mi, conduzco hasta el fin del mundo si es necesario.- Exclamé con una sonrisa.
— ¡Pero más despacio!- Exclamó Yuffie.
— Deberíamos ir, entonces.- Mencionó Cloud.
Ayudé a Yuffie a levantarse y nos montamos de nuevo en el todoterreno para seguir avanzando con nuestra travesía.
— ¡Felinástico!- Exclamó Cait Sith.- Prrróximo destino: ¡el frondoso oasis sureño! A ver qué sorpresas nos aguardan en el reactor…
Encendí el trasto y rápidamente me puse rumbo al sur aunque apretando el acelerador menos de lo que quería. Yuffie se había puesto a mi lado, en el asiento del copiloto, para poder evitar así que se mareara con tanta facilidad.
— Oye, ¿qué es todo eso de las setas de la suerte?- Preguntó Aeris.
— Son la especialidad regional y crecen alrededor del reactor.- Explicó Cait Sith.- Y son nada menos que… ¡las setas!
— ¡Ya veo!- Dijo Aeris.
— ¿Y crecen junto al reactor?- Preguntó Barret.- Hay que joderse.
— Mientras se puedan comer.- Dije yo sacando un poco la lengua.
— No todas las miauespecialidades son comestibles, miaujor preguntar a los locales antes de meterse una en la boca.- Mencionó Cait Sith.
— Qué chasco.- Reí un poco.
A lo lejos ya se podían ver árboles y una zona verde, por fin dejábamos casi atrás el desierto de Corel.
— ¡Gentecilla!- Exclamó Cait Sith.- ¡Prrrstad miaucha atención!
— ¿Qué pasa ahora?- Preguntó Barret.
— ¡Nos acercamos al bosque!- Informó Cait Sith.- El reactor está ahí dentro.
— Aún no se ve absolutamente nada.- Dijo Red XIII.
— Pero si se ven los árboles a lo lejos.- Exclamé yo con una sonrisa.- Aunque, ¿podremos pasar con el coche?
— ¡Prrrnto lo descubriremos!- Dijo Cait Sith.
Región de Corel: Bajío irregular: Costa de Corel.
— Un poquito más y ya estamos en Gongaga.- Explicó Cait Sith.
— Gongaga…- Dijo Aeris.
Cada vez nos acercábamos más al bosque, ya se podía oler la naturaleza.
— ¡Mirad! Ya estamos casi en el bosque.- Exclamó Tifa.
— ¡Felinástico! Aguanta, Yuffie, que la llegamos.- Dijo Cait Sith.
— Bieeeengh…- Dijo Yuffie casi como podia.
Región de Gongaga.
Llegamos a las entradas del bosque y paré inmediatamente el coche ya que perfectamente vimos que no se podía pasar con él en esta región. Yuffie salió disparada del coche, casi que dando tumbos.
— Qué mareoooo…- Exclamó Yuffie.
— Tendremos que ir a patas.- Dijo Cait Sith.- No está miau lejos, ¿eh? ¡Ah! Y hay una pezqueña aldea cerca del reactor. ¿Por qué no descansamos las almohadillas? ¡El reactor no se va a ir a ningún lado!
— Por m�� bien.- Dijo Tifa.
— Creo que Yuffie lo necesita.- Dije riéndome un poco.
— ¿Qué pasa, Cloud?- Preguntó Aeris. Cloud miraba fijamente el bosque, algo sorprendido.
— Este bosque me suena de algo.- Mencionó Cloud.
En ese momento decidimos emprender camino y adentrarnos de lleno en el bosque. El aire era super puro y toda la vegetación estaba al más verde puro. Era como un paraiso, nada comparado a Midgar.
— Oye, Cait.- Dijo Barret.
— ¿Digamiaulón?- Preguntó Cait Sith.
— Odio caminar en silencio.- Mencionó Barret.- Sé majo y chívame información clasificada de Shinra.
— A ver, cotilleos tengo para regalar.- Dijo Cait Sith.
— Pues empieza.- Dijo Barret.
— Estos días se habla miaucho del prrrsidente.- Mencionó Cait Sith.- ¿Quieres saber quién le ha diseñado ese traje blanco tan bonito?
— ¡Déjalo!- Exclamó Barret.
— ¡Una cosita, Cait!- Dijo de golpe Yuffie.- ¡Apuesto a que has estado informando a Shinra de nuestro paradero!
— ¿Quién, yo?- Preguntó Cait Sith.
— ¡Sí, tú! ¡Te tengo calado!- Exclamó Yuffie.
— Prrrr mis bigotes… Qué broma de mal gusto…- Dijo Cait Sith.
— Yo me espero cualquier cosa de Shinra.- Mencionó Barret.- Seguro que tienes un micro enano en el lomo.
— ¡Que no, que no!- Exclamó Cait Sith.- Lo de ser minimiaulista no iba con el presidente Shinra…
— Míralo.- Dijo Barret.- ¡Con qué cariño habla del presidente! Fiel como un perrito.
— ¡Ga-ti-to!- Mencionó Cait Sith.
— Gatito, claro.- Dijo Barret.
— ¿Y de los Turcos tienes alguna información que puedas decirnos?- Pregunté.
— Bueno.- Dijo Cait Sith.- El directivo de los Turcos se ha vuelto la miauno derecha del presidente desde hace poco.
— ¿En serio?- Pregunté riendome.- Que paradoja.
— ¿Miauradoja por qué?- Me preguntó Cait Sith.
— ¡Es un secreto!- Dije con una sonrisa.
Aldea de Gongaga
No tardamos demasiado en llegar a lo que parecía ser una aldea, con varias casitas. Era super bonita a mis ojos.
— ¡Qué me dices!- Dijo de golpe Tifa mirando unas setas moradas que crecían junto a la pared.- ¿Setas de Gongaga? ¡Y hay un montón!
— Son un lujo en Midgar, pero aquí salen hasta debajo de las piedras…- Mencionó Cait Sith.
En ese momento escuchamos a gente correr hacia nosotros y cuando miramos varios aldeanos vinieron con armas donde estábamos y se pusieron en guardia, rodeandonos.
— ¿Qué hacéis aquí?- Preguntó una conocida voz.- Espera tu… ¿Sil?
Me quedé mirando a la chica fijamente analizando su rostro y su pelo.
— ¿Cissnei...?- Pregunté yo, sin creer lo que veían mis ojos.
— Sil, madre mía…- Cissnei vino corriendo hacia mi y me abrazó muy fuerte.- No estás muerta… Pensé que nunca iba a volver a verte…
— Lo siento muchísimo, Cissnei.- Dije yo correspondiendo a su abrazo.
Los demás miraban atónitos la situación, no entendían absolutamente nada.
— ¿Cómo es que estás aquí…?- Pregunté yo, mirándola fijamente.
— ¿Te parece si luego hablamos…?- Me preguntó Cissnei.- En privado.
— Sin problema.- Le dije con una sonrisa.
— ¿De qué os conocéis?- Preguntó Cloud de golpe.
— Fuimos amigas durante un tiempo hace años.- Dije yo mirando a Cloud.
— Y… ¿qué os trae a por aquí? Me da que no estáis de inspección.- Preguntó Cissnei.
— Queremos ver el reactor.- Dijo Cait Sith con una seta de Gongaga en la mano.- Bueno… visitarlo.
— Ya veo.- Dijo Cissnei quitándole la seta.- Pues bienvenidos a Gongaga. Me presento, para todos. Yo soy Cissnei, comandante de la brigada juvenil. Perdonad si os hemos asustado. Nos tomamos muy en serio la protección de la aldea. Volved a vuestros puestos.-Cissnei envió a los demás miembros de vuelta al trabajo.- La colina ofrece unas buenas vistas del reactor. Y también hay un monumento que podéis visitar.
— ¡Miauchas gracias!- Agradeció Cait Sith.
— Es por aquí.- Mencionó Cissnei mientras nos enseñaba el camino.- No arméis revuelo, como véis, este es un lugar tranquilo. Es muy agradable vivir en plena naturaleza, aunque no recibimos muchas visitas. Hace mucho que no se ven caras nuevas por aquí.
Llegamos a lo que parecía ser un memorial. Cissnei puso una flor en este y se agachó, cerrando los ojos y rezando. Cait Sith se puso a su lado y se puso a rezar también. Tanto Aeris como Tifa se añadieron y Cloud y Barret también. Yuffie parecía confundida al ver que todos realizaban el mismo gesto y les imito. Yo simplemente me quedé atrás, mirando la situación, dando mis respetos pero sin rezar.
— Gracias.- Dijo Cissnei.
— ¿Alguien me lo explica?- Preguntó Yuffie.
— Hace tres años… explotó el reactor de Gongaga.- Explicó Cissnei.
— Las instalaciones eran demiausiado viejas.- Agregó Cait Sith.
— Nunca habría ocurrido de haberse realizado el debido mantenimiento.- Dijo Cissnei.- Al menos, erigieron este monumento.
— Pues eso sí que es raro.- Mencionó Barret.
— Bueno, el equipo de reconstrucción se ha deslomado.- Dijo Cait Sith.
— Eso no los exime de culpa.- Añadió Barret.
— Bueno, estaréis agotados del viaje.- Dijo Cissnei.- ¿Por qué no descansáis antes de ir al reactor?
— ¡Felinástico!- Exclamó Cait Sith.
— Mi casa es esa de ahí.- Mencionó Cissnei señalandola.- Tengo espacio de sobra, así que estáis más que invitados.
— ¡Yupi, yupi! ¡Ninguna objeción!- Exclamó Yuffie.
— Yo… creo que voy a dar una vuelta.- Dijo Aeris yéndose.
Los demás se fueron a explorar la aldea o a descansar y yo decidí quedarme en el memorial junto con Cissnei.
— Sil…- Dijo Cissnei mirándome.- ¿Dónde estabas…?
— Puede parecer una locura pero… no lo sé.- Expresé.- He perdido mis recuerdos.
— ¿En serio…?- Preguntó Cissnei mirándome.- Pero me has recordado a mi.
— Hace no demasiado no recordaba a nadie de mi pasado. Pero no se, fue volver a ver a Tseng y recordé a Rude, a Reno y a ti. Aunque a ti no te vi…- Expliqué.- ¿Cómo es que no estás con ellos…?
— Años más tarde de que desaparecieras… También desapareció Zack.- Explicó Cissnei.- Decidí venirme a su pueblo natal, dejando mi puesto en los Turcos, para ayudar a la gente aquí y… ver si de casualidad… algún día volvía. Pero de momento, no ha sucedido.
— ¿Zack?- Pregunté confundida.
— No me digas, Sil… ¿no recuerdas a Zack…?
Negué con la cabeza y me puse a indagar en mis pensamientos para no encontrar nada.
— ¿Qué te ha pasado en estos cinco años…?- Preguntó Cissnei.
— Me gustaría saberlo…- Suspiré.
— Deberías ir a hacerle una visita a los padres de Zack…- Dijo Cissnei.- Viven en esa casa de allí, acércate, ¿si?
— Vale, si, sin problema.- Me levanté del suelo y la miré.
— Entonces, nos vemos en un rato Sil.- Ella me sonrió y se quedó arreglando el memorial.
Yo me dirigí hacia casa de los padres de ese tal "Zack". No sabía muy bien que se me había perdido allí pero lo que sí sabía es que si Cissnei me lo había dicho, era por algo. Cuando abrí la puerta, allí se encontraba Aeris.
— ¡Sil!- Exclamó Aeris al verme.
— ¿Sil?- Dijo de golpe la mujer que había en esa casa. Por lo que tenia entendido, madre de Zack.
— Eh, si…- Dije mirándolos fijamente.
— ¿No sabrás tú nada del paradero de Zack, no?- Dijo la mujer agarrandome del brazo. Se veía el dolor en sus ojos.
Zack…
Un dolor punzante me pegó en la cabeza y la voz de Sephiroth resonó dentro de mi.
No es el momento de recordar nada.
— ¿Estás bien, Sil…?- Me preguntó la señora.
— Si, perdona… lo siento, no le recuerdo.- Dije yo mirando al suelo.
La mujer bajó su mirada y su marido fue a reconfortarla. Me sentía mal, muy mal.
— Siempre ha sido un alma inquieta.- Dijo el padre de Zack.- Así que voló bien lejos en cuanto pudo. Al principio nos escribía…
— De hecho… siempre hablaba de dos chicas en sus cartas… Y las descripciones que nos daba coinciden exactamente con vosotras… Espero de corazón no haberos incordiado.- Dijo la madre de Zack.
— No os preocupéis.- Dijo Aeris.- Estoy segura de que a Zack no le faltan chicas…
— Ojalá esté bien. Si no sabemos nada, seguro que es porque todo va bien, ¿no?- Preguntó la mujer.
— Tiene razón.- Mencionó Aeris.
— Si lo veis, por favor, decidle que nos escriba.- Mencionó el padre de Zack.
— Claro que sí.- Dijo Aeris con una sonrisa.
— Si… logro recordar algo, se los contaré.- Dije intentando esbozar una sonrisa.
Los padres de Zack se miraron y se apoyaron el uno al otro. Aeris se dirigió a mi.
— Deberíamos irnos ya, ¿no, Sil?- Me preguntó.
— ¿Tan pronto?- Preguntó la madre de Zack.- Ay, no os hemos ofrecido nada…
— No se molesten.- Dijo Aeris.- Si me he presentado aquí de improviso…
— Lo mismo digo.- Dije yo agarrándome las manos.
— Anda, anda. Es un placer.- Mencionó el padre de Zack.
Nos despedimos ligeramente y Aeris y yo salimos de la casa de los padres de Zack.
— Sil…- Me dijo Aeris mirándome fijamente a los ojos.- ¿Cómo se me ha ocurrido…? Recuerdas… una vez te hablé de que tuve un primer amor… él era Zack.
— Sí…- La miré fijamente.
— Me enteré de que había crecido aquí.- Mencionó Aeris.- ¡Me encontré con alguien que se parecía tantísimo a él! Resultó ser su padre. No caí en lo que estarían pasando sus padres. Seguro que nuestra conversación abrió viejas heridas…
— Bueno…- Desvié mi mirada, algo nerviosa.- Parecían felices de verte, bueno, y de verme…
— ¿Conoces a Zack, Sil?- Me preguntó Aeris.- Sus padres… conocían tu nombre…
— No estoy segura.- Expresé.
En ese instante Tifa se acercó donde estábamos y nos miró, algo preocupada.
— ¿Cómo ha ido?- Nos preguntó.
— Parece que no saben nada de él.- Dijo Aeris.
— Vaya…- Tifa bajó su mirada.
— Me gustaría saber alguna cosa más… Es tan horrible…- Expresé.
— No te culpabilices, Sil… No es tu culpa.- Me dijo Aeris agarrandome las manos.
— Creo que necesito descansar un poco, chicas… Me voy…
Me retiré rápidamente, andaba cabizbaja y hasta me encontraba un poco mareada de todo. Me fui, totalmente zombi, hacia la casa de Cissnei y allí se encontraba Cloud quien me miró fijamente al verme entrar.
— Oye.- Dijo Cloud.- ¿Estás bien, Sil?
Asentí y me tumbé sin pensarmelo mucho en el sofá, cerrando mis ojos. Cloud se puso a mi lado y me acarició suavemente el pelo. Me quedé dormida rápidamente.
Vas muy rápido, demasiado. Las cosas van a empezar a ser diferentes.
Me desperté de golpe, al escuchar un rugido extraño desde fuera de casa de Cissnei. Abrí los ojos y allí estaba Cloud quien agarraba su espada probablemente a causa del ruido. Yuffie entró corriendo a la casa y nos miró fijamente.
— ¿¡Lo habéis oído!?- Exclamó Yuffie.- ¡Viene del reactor! ¡Vamos a lo alto de la colina para ver mejor!
Yuffie salió corriendo de la casa y me levanté a duras penas. Tanto Cloud como yo salimos de la casa y empezamos a correr siguiendo a Yuffie hasta el memorial una vez más. Allí se encontraba todo el grupo, que miraban fijamente el reactor a lo lejos.
— ¿Habéis oído eso?- Nos preguntó Barret.
— Parecía un Arma.- Dije yo.
De golpe volvió a sonar un fuerte ruido del reactor.
— ¿Por eso estáis aquí?- Dijo de golpe Cissnei acercándose a nosotros.
— Sí, podría decirse que sí.- Mencionó Barret.- ¿Se oye a menudo?
— Desde hace unos días.- Respondió Cissnei.- Quise investigar con la brigada, pero no pudimos acercarnos por culpa de unos monstruos. Nunca los había visto. Como un enjambre de espectros negros. Fue una visión espantosa.
— ¿Espectros…?- Preguntó Barret.
— Así que pudiste verlos.- Mencionó Red XIII.
— Sí, claro. ¿Cómo no iba a verlos, si los tenía delante?- Agregó Cissnei.
— Son los Ecos.- Dijo Red XIII.
— Juas. Esto se pone interesante.- Mencionó Barret.
— Va. ¡Démonos prisa!- Exclamó Yuffie.
— ¡Tú no vienes!- Dijo Barret de golpe mirando a Yuffie, levantándola y arrastrándola.
— ¿Perdona?- Mencionó Yuffie indignada.- ¿Y eso por qué?
— Porque eres un puñetero dolor de muelas.- Exclamó Barret tirando a Yuffie a Cissnei.- Lo siento. Te toca hacer de niñera.
— No va a ser tarea fácil, ¿eh?- Dijo Cissnei.
— Echamos un vistazo y nos volvemos.- Mencionó Barret.- Solo nosotros dos y Red. ¿Te parece?
— Perfecto.- Dijo Cloud.
— No, nada de perfecto.- Dije cruzándome los brazos.- ¿Quién os va a sacar de un apuro si pasa algo? ¿eh, EH?
— No has cambiado ni un poco, Sil.- Dijo Cissnei riendose un poco.
— Bueno.- Dijo Barret.- Pero ya está eh.
— Pues aprisa.- Mencionó Red XIII.
— No perdáis de vista la aldea.- Dijo Cloud mirando a Aeris y a Tifa.
— ¡Tirano!- Exclamó Yuffie mirando a Barret.- ¡Abusóóón!
Cissnei la arrastró junto con Aeris y Tifa y se fueron de donde estábamos. Cait Sith decidió venir con nosotros también y nos adentramos de nuevo al bosque de Gongaga.
— Entre el Arma y los Ecos, menudo fiestón.- Dijo Barret.
— ¿Ecos? ¿Qué son?- Preguntó Cait Sith.
— Guardianes del destino.- Respondí.
— Se manifiestan frente a quienes se rebelan contra su sino, y encauzan sus actos.- Explicó Red XIII.
— Hace tiempo que no los vemos…- Dijo Barret.
— Huimos del destino que nos condujo a aquel día, pero al hacerlo quizá nos precipitamos hacia uno nuevo.- Respondió Red XII.
— ¡Prrr mis bigotes! Menuda historia.- Exclamó Cait Sith.
— Los Ecos no son visibles a ojos de todos.- Mencionó Red XIII.- Juraría que solo nosotros advertimos su presencia.
— Sí.- Dijo Cloud.- Podria ser una trampa.
— ¿Qué hacemos?- Pregunté
— No bajéis la guardia.- Respondió Cloud.
Reactor de mako de Gongaga: Zona de carga y descarga.
No tardamos en llegar a la parte exterior del reactor, parecía totalmente diferente al reactor de Corel. Estaba llenísima de vegetación que se había quedado con el edificio y todo era verde.
— Joder, qué pasada.- Exclamó Barret.
— La tierra donde se encuentran los reactores siempre es miau rica en energía mako.- Dijo Cait Sith.
— ¿Y cómo se entra?- Pregunté.
De golpe, de un hueco aparecieron unos Ecos que se nos quedaron mirando fijamente.
— ¿Ecos? Aunque… estos son diferentes.- Dijo Red XIII.
— ¿Tu crees?- Preguntó Barret.
Miré fijamente al Eco que se había parado delante mío. Una bola reluciente brillaba en su capucha, no pude evitar acercarme un poco. De golpe vi a Sephiroth delante mio.
— Venga, comencemos.- Me dijo mirándome a mi y luego dirigiendo su mirada a Cloud para desaparecer en ese instante.
Los Ecos se dirigieron hacia abajo de las escaleras y yo me acerqué a ellas rápidamente.
— Por aquí…- Dije señalando las escaleras.
Bajamos a toda prisa las escaleras, mi cabeza me daba vuelcos, fuertes pero intentaba no centrarme en ello sino en seguir avanzando por los túneles. Teníamos que llegar cuanto antes a la parte interna del reactor para poder investigar.
— ¿Tenemos que nadar para cruzar?- Pregunté.
— No hay más remedio.- Me contestó Red XIII.
Nos metimos al agua y empezamos a nadar hasta el otro lado.
— ¡Prrr! ¡Demasiada agua para este pelaje!- Exclamó Cait Sith.
— Mira que nos está costando llegar hasta el Arma…- Mencionó Barret.
Conseguimos pasar al otro lado y tuvimos que enchufar varios generadores de luz para lograr avanzar y que las puertas se abrieran. Cuando subimos las escaleras vimos justo por donde teníamos que seguir un montón de Ecos, quietos, parecía que nos esperaban. Al vernos, se metieron en la zona y a mi me retumbó más la cabeza y volví a ver a Sephiroth. Miré a mi lado, como pude y me encontré con Cloud que parecía estar pasando lo mismo.
— Tal vez quieran guiarnos.- Dijo Red XIII.
— No hay tiempo que perder…- Mencioné.- Yo… tengo que ir…
— ¿Estás bien, Sil?- Me preguntó Barret.
— Sí, no te preocupes…- Asentí.- Solo quiero… investigar.
— Barret y… ¿qué prrrtendéis hacer cuando encontremos esa Arma?- Preguntó Cait Sith.
— Está claro: ¡unirnos a su lucha!- Exclamó Barret.
— ¿Contra quién, si no es miaucho prrrguntar?- Dijo Cait Sith.
— Contra Sephiroth.- Mencionó Barret.- Y, de paso, nos cargamos los reactores.
— Lo de los reactores, vale.- Agregó Cait Sith.- Pero Sephiroth lleva cinco años más tieso que la mojama.
— Sin embargo, sigue entre nosotros.- Dijo Cloud.
— Lo entenderás cuando nos enfrentemos a él.- Añadió Barret.
— ¡Prrr mis bigotes! Qué locurón de viaje…- Exclamó Cait Sith.
Finalmente entramos al pasillo final. La luz entraba desde el final del pasaje y como más nos acercábamos peor me encontraba, me empezaba a notar fuera de mí.
Reactor de mako de Gongaga: Núcleo.
Salimos al núcleo por fin y allí vimos una escena que me dejó totalmente en shock. Muchísimos Ecos, una cantidad bestial, rodeaban dando vueltas sobre el núcleo del reactor, arriba del mako.
— Prrrdiez…- Dijo Cait Sith.- ¿¡Qué ven mis ojos!?
— Mirad… El reactor ya no funciona, y el depósito está a rebosar…- Mencionó Barret.- ¡Lo sabía! ¡Sin reactores, el mako se recupera! ¡Destruirlos es lo correcto!
— No sé yo qué tiene que ver…- Agregó Cait Sith.
— Hay que darse prisa.- Mencionó Cloud.- El mako me está afectando.
Solo miraba el lago de mako y a los Ecos, fijamente, sin decir ni una sola palabra más. Barret se acercó a mí y me miró.
— Sil, tus ojos…- Me dijo Barret.- ¿También te está afectando el mako…?
— Tonterias…- Mencioné poniendo una mano en mi cabeza.- Estoy bien, a mi esto no me afecta.
En ese momento escuchamos un montón de ruido provenir de la parte de arriba del reactor y al mirar al cielo vimos una nave gigantesca.
— Re-re-re…¡Relnikaaa!- Exclamó Cait Sith.
— ¡Mierda, viene Shinra!- Exclamó Barret para dirigir su mirada a Cait Sith.- Como les hayas avisado tú…
— ¡No, no, no!- Exclamó Cait Sith.- ¡Yo no he dicho ni miau!
En ese momento de la nave se desprendió algo que cayó en uno de los lados del núcleo y de la nave saltaban centinelas. Nos movimos de zona para poder ver las cosas con más claridad y al mirar hacia arriba vimos a Escarlata, que estaba en la nave.
— ¡Escarlata!- Exclamó Barret.
Escarlata nos tiró varios monstruos extraños, mutaciones para intentar aniquilarnos.
— ¡Matadlos de una vez y ganaos el sueldo! ¡Quiero recuperar la materia magna hoy, no mañana!- Exclamó Escarlata desde allí arriba.
— No sabes lo que me cabrea que se metan en nuestros planes.- Mencioné rápidamente atacando a los monstruos sin un poco de piedad.- Muerto, muerto…
— ¿¡Por qué tardáis tanto!?- Volvió a hablar Escarlata hacia sus subditos.- Si no servís para combatir, os voy a usar de reposapiés. Sois como cucarachas… Cuesta aplastaros. Pero confío en que lo logre la última abominación de Hojo.
Escarlata nos tiró un monstruo enorme, horriblemente feo. No nos quedaba otra que luchar aún más. Empezamos a atacarlo de la mejor manera posible, luchando todos juntos. Hasta que de golpe un aire de mako vino hacia nosotros y vi como Cloud perdia la consciencia por un momento. El bicho aprovechó la situación para atacarle y aunque Cloud se intentó proteger con su arma, salió disparado hacia arriba, pasando a la siguiente plataforma. El bicho le seguía, iba a por él.
Miré fijamente la situación y una risa salió de mi.
— ¡Déjale, bicharraco!- Exclamó Barret apuntando al monstruo y apartándolo.
Fuimos hacia Cloud y él se levantó del suelo como podía.
— ¿Estás bien?- Le preguntó Red XIII a Cloud.
— Sí.- Respondió él.
— Qué asco de gas, joder.- Expresó Barret.
Volvimos a atacar al monstruo. No podía evitar mantener una sonrisa en mi cara, una energía extraña brotaba de mi y me sentía más fuerte. Me acerqué corriendo al monstruo y le clavé en su boca mi espada, atravesándolo hasta abajo de su cuerpo y con mi misma espada lo levanté, tirándolo al mako.
— Vuelve de donde vienes.- Mencioné.
Un humo de mako vino con aún más fuerza hacia nosotros y a Cloud le sentó fatal que tuvo que retirarse un momento. Yo me quedé mirando fijamente a los Ecos mientras los demás iban a mirar el estado de Cloud. En ese momento un Eco vino hacia mi, convirtiendose en Sephiroth.
— Estás siendo una buena chica.
Sephiroth puso una mano en mi cabeza, acariciándome el pelo y aunque por un momento me quedé pasmada reaccioné, sacando mi espada. Intenté pegar un espadazo a Sephiroth pero desapareció, volviendo a convertirse en un Eco y yendo rápidamente hacia Cloud. Cloud se puso una mano en la cabeza y fui hacia él.
— ¿Estás bien?- Le pregunté.
— Sí…- Dijo él a duras penas.
Justo en este instante un robot gigante salió de la nave y se acercó a nosotros. Lo miramos y allí se encontraba Escarlata, pilotandolo. Me puse delante de Cloud, para protegerlo.
— Qué pena, me estaba divirtiendo.- Dijo Escarlata.- Pero no quiero hacer esperar a la materia magna.
Escarlata nos apuntó con su rayo, cargando el poder para dispararnos.
— Hasta nunca.- Mencionó.
Rápidamente usé mi materia de barrera con los tres y el rayo se desvió. Barret empezó a disparar y yo miré al fondo viendo a Aeris, Yuffie y Tifa.
— ¡Tifa!- Exclamé.
— ¿Cómo vais?- Nos preguntó Tifa.
— ¿¡A ti qué te parece!?- Exclamó Barret.
Cloud cada vez estaba más débil, con una mano en su cara y más cerca del suelo.
— ¡Cloud!- Exclamó Aeris.
— ¡Patético!- Dijo Escarlata entre risas.
Barret agarró a Cloud en brazos rápidamente, Escarlata veía su debilidad e iba a por él. En ese momento el robot de Escarlata tembló.
— ¿¡Cómo!?- Exclamó ella.
Yuffie había aprovechado y había saltado encima del robot yendo hacia el otro lado para distraerla.
— ¡No me digas que te has olvidado de mí!- Exclamó Yuffie señalando a Escarlata.- Se-ño-ra.
— Si quieres pelea, aquí estamos.- Dijo Tifa con una sonrisa.- ¿Te atreves con nosotras?
Escarlata fue rápidamente hacia ellas y Aeris nos dio la señal para salir de allí. Llevamos a Cloud a un lugar más apartado y nos encargamos de que se sentara, para cuidar de él. Le curé con una materia de curación para ver si eso ayudaba a que se sintiera algo mejor y parecía que iba bien, que funcionaba.
Parecía que Escarlata quería dejar de luchar y se puso en la grúa del reactor para intentar atrapar al Arma.
— ¡No!- Exclamé.
En ese instante, cuando me fijé mejor en la grúa vi que Tifa colgaba de ella, enganchada de ella con una pistola de gancho. Cloud rápidamente miró la situación y fue corriendo hacia allí.
— ¡Cloud!- Exclamé yo yendo siguiendo a Cloud hacia dónde se dirigía.
Sil, demuestra tu verdadero poder. Tu verdadero tu.
Un dolor de cabeza exponencial me pegó fuerte, me dolía, me quemaba, pero no iba a dejar solo a Cloud. Tenía que protegerlo. Cuando le alcancé y lo miré, vi perfectamente a otro Cloud. Él atacaba a todos los centinelas que intentaban proteger la zona con un estilo de lucha que no era propio de él. La sonrisa que tenía en la cara, no lo había visto antes.
— ¡Cloud!- Exclamé.- ¡Despierta!
Él me miró mientras que se acercaba a un último centinela que estaba medio muerto en el suelo y me sonrió.
— Sil, este es nuestro destino.- Me dijo mirándome fijamente.- El despertar, está cerca. Podremos estar juntos para siempre…
Cloud le clavó la espada al centinela de la misma manera de la que lo hacía yo, sin ánima, sin dolor. Mi cuerpo se erizó en ese momento, me vi reflejada en él. No entendía qué estaba pasando.
Tú. Tú eres así. Recuerdalo.
Un dolor muy intenso en la cabeza me volvió a pegar y casi me caigo, me tuve que agarrar fuerte a un escombro para no caer. En ese momento vino Tifa, algo asustada.
— ¡Cloud, ya basta!- Exclamó Tifa yendo hacia él.
Sephiroth volvió a aparecer en la escena. Lo miré como podía. Solo podiamos verlo él y yo.
— Cloud, lo estás haciendo bien así que no te dejes engañar. No tiene la cicatriz. ¿Acaso es la verdadera Tifa? Lo único… que tienes que hacer… es seguir al lado de Sil. Ella te guiará a la verdad…
Yo… lo guiaré a la verdad.
Sephiroth desapareció en ese momento y Cloud miró fijamente a Tifa. No era su mirada de nuevo, era… una mirada parecida a la mia.
Mi verdadero yo..
— No eres la verdadera Tifa.- Dijo Cloud mirando fijamente a Tifa.
��� ¿Otra vez con lo mismo? Ya te enseñé la cicatriz.- Respondió Tifa.
— No la tenias.- Mencionó él.
Los ecos en ese momento desaparecieron, parecía que el curso del destino volvía a ir correctamente. No me podía mover, mis piernas me fallaban, casi no podía mirar la situación, no podía ayudarlos.
Es inútil…
Tifa se levantó el top una vez más y allí había una clara cicatriz. Parecía que Cloud no la veía y la voz no me salía. Tifa me miró con la mirada, muy preocupada pero vio perfectamente mi estado.
— Jénova era capaz de engañar a la gente, haciéndose pasar por quienes temían o amaban…- Dijo de golpe Cloud.
Cloud agarró fuerte la espada y se dirigió hacia Tifa.
— ¡Cloud!- Exclamó Tifa.- ¡Sil, por favor, ayudame!
Tifa… soy una mala amiga… Solo te hago daño. En todos los cuerpos, de todas las formas.
Tifa llegó al borde, un paso en falso hacia atrás y se caía al mako.
— Tú no me engañas.- Exclamó Cloud yendo hacia ella rápidamente e intentando atacarla.
En ese momento mi corazón ganó a mi cabeza y mis piernas se descongelaron. Ya volvia en mi aunque fue tarde. Tifa tuvo que tirar tan para atras para que el arma de Cloud no la alcanzara que su destino era el mako.
— ¡TIFA!- Exclamé yo rápidamente yendo hacia allí.
Tifa se había caído al mako y sin dudarlo ni un segundo me tiré también. Tenía que salvarla, debía hacerlo.
Todo esto era mi culpa.
El Arma salió de golpe, tragándose a Tifa y llevándome a mi hacia el fondo del mako.
……..
….
— Sé que no te caigo bien, pero por favor, protege a Tifa.
La Arma me miró a los ojos y rugió. No se ni como me creyó pero me entendió y me dejó acceder a su control, el control de la materia magna. Había estado viendo mis acciones en la superficie. Hacía mucho tiempo que no volvía a casa. Era extraño estar aquí una vez más.
Me encontraba nadando en el mako, me conocía perfectamente todo el camino que íbamos a vivir. Los recuerdos de Tifa, sus miedos iban a activarse. Durante todo el camino, iba a protegerla, iba a estar a su lado. Me puse al lado de la materia magna y allí dentro se encontraba Tifa, resguardada. En unos pocos minutos ella abrió los ojos.
— ¿Eh?- Dijo Tifa mirando fijamente donde se encontraba.- La Arma.
— Bienvenida, Tifa.- Le dije con una sonrisa desde fuera.- Bienvenida a la corriente vital…
— ¿¡Sil!?- Exclamó ella.- ¿Pero, cómo?
— Va a ser una larga travesía, pero prometo que haré lo posible para que sea tranquila.- Expliqué.- Esta casa, no es solo mía, sabes.
— ¿Esta casa…? ¿Tuya…?- Me preguntó ella.
Los Ecos blancos nos acompañaban dándonos una agradable compañía, protectores del planeta, junto a las Armas. Todo parecía más seguro así. Pero sabía que no estábamos solas. Los Ecos negros iban a impedir nuestro paso por la corriente vital.
— Los Ecos… ¿se están peleando?- Preguntó de nuevo Tifa al ver la situación.
— Tenemos que hacernos paso.- Respondí.- Actualmente, parece que esto se ha vuelto inseguro. El mal nos acecha.
Los Ecos negros se dispersaron y por fin nos pudimos adelantar a los recuerdos de Tifa.
— Bienvenida a tus recuerdos, Tifa.- Sonreí.- Empezamos por donde tu quieras.
Tifa señaló una casa que había allí y ordené al Arma que se acercara. Los recuerdos de la infancia de Tifa empezaron a generarse en la corriente vital.
— ¡Voy a ir a buscar a mi madre!- Exclamaba la Tifa pequeñita.
— ¡Vale! Voy contigo.- Expresó un niño que estaba con ella.
— Yo también voy.- Dijo otro niño.- ¡Vamos todos al monte Nibel!
— Vale… Gracias.- Dijo Tifa pequeñita.
— Eh, mirad… Hasta Cloud se apunta.- Dijo un niño señalando al pequeño Cloud que estaba unos metros más atrás.
— ¿Eh?- Preguntó el pequeño Cloud.
— ¿Cloud?- Preguntó la pequeña Tifa. Cloud se quedó quieto.
— Tifa, vamos.- Le dijo uno de los niños.
— ¿Estoy… muriéndome?- Me preguntó Tifa.
— No.- Expliqué.- Tenemos que revivir tu pasado para poder sacarte de aquí. No te preocupes, no voy a dejarte sola…. ¿Dónde vamos ahora?
Tifa me señaló lo que parecía una torre de agua y le ordené al Arma que fuera hacia allí. Poco a poco nos acercamos para volvernos a meter de lleno en sus recuerdos una vez más. Allí se encontraban la Tifa pequeñita junto con el Cloud pequeño, sentados en la torre.
— Pues… prométeme una cosa.- Dijo la Tifa pequeñita.- Cuando seamos mayores y tú seas Soldado, si me meto en apuros y no sé qué hacer… prométeme que vendrás a ayudarme.
— ¿Qué?- Exclamó el Cloud pequeñito, confundido.
— En eso consiste ser un héroe: ¡en ayudar a los demás!- Dijo la Tifa pequeñita.- ¿Porfi? Aunque sea una vez.
— Sil… ¿Estás tú también viéndolos?- Me preguntó.
— Sí…- Le sonreí.- No estas sola.
Indiqué al Arma que se acercara al último sitio que de momento había disponible. Un gran puente colgante. La pequeña Tifa corría por el puente y el pequeño de Cloud intentaba pararla.
— Tifa, es peligroso.- Dijo el pequeño Cloud.- Tifa, vamos a dar la vuelta. Tu madre no está en el monte…
— No… No sé si estoy entendiendo algo.- Me dijo Tifa.
Seguimos avanzando junto con la Arma, los Ecos intentaban detenernos pero los aparté rápidamente con la espada. Un grupo de Ecos negros empezaron a dar vueltas sobre un punto y allí apareció Sephiroth.
— ¡Sephiroth!- Exclamó Tifa.
— Bienvenida de vuelta a casa, Sil.- Me dijo Sephiroth mirándome fijamente a los ojos.
— Ni te atrevas.- Le dije mirándolo fijamente.
— ¿Es esta tu voluntad?- Me preguntó Sephiroth.
— Sí.- Expresé.
— Pero no tu destino.- Añadió Sephiroth.- Y si no es tu destino… hay que borrarlo.
Sephiroth rápidamente cargó contra mí y yo lo frené con mi espada, tirándolo hacia atrás.
— ¡Sil!- Exclamó Tifa.
— Te sacaré de aquí.- Exclamé yo.
— ¡Pero, Sil, no puedes quedarte aquí!- Me dijo Tifa.- Tienes que volver conmigo.
— No tardaré.
Miré fijamente al Arma y le ordené que por favor sacara a Tifa de la corriente vital y la volviera a llevar a la superficie. La Arma asintió y aunque Sephiroth intentó atacarla se llevó exitosamente a Tifa.
En ese momento Sephiroth vino rápidamente hacia mí y me agarró fuerte de los brazos, dejándolos inmóviles.
— No la lies.- Me dijo Sephiroth mirándome fijamente.- Tienes que seguir por el mismo camino, el camino del destino.
En ese instante Sephiroth me puso su mano en el mentón y me miró fijamente a los ojos.
— Sil. No ha llegado la hora, pero cuando llegue, sabrás cuál es tu verdadera voluntad. Nuestra voluntad. Sigue siendo una buena chica.
Desaparecí. Desaparecí una vez más. Todo se volvió negro a mi alrededor.
Aldea de Gongaga: Casa de Cissnei.
Empecé a escuchar la voz de Tifa y de Cloud hablar. No tenía fuerzas para abrir los ojos.
¿Qué me había pasado?
— ¿Recuerdas aquello de que los difuntos… parten cruzando el monte Nibel?- Dijo Tifa.
— Sí.- Dijo Cloud.- Nos contaban eso a los niños para que no nos acercáramos allí. Y tú te lo creíste.
— Qué va. No del todo.- Añadió Tifa.- Pero… quería que fuera cierto. Tenía tantas ganas de ver a mi madre… Emilio y los demás me alentaron… Subimos juntos.
— Pero te dejaron allí y regresaron.- Mencionó Cloud.
— Eso creo…- Dijo Tifa.
— ¿Es que no te acuerdas?- Preguntó Cloud.
— A medio camino, me caí por la ladera y me golpeé la cabeza.- Explicó Tifa.- No recuerdo bien los seis meses después de aquello. Solo sé lo que me contaron después… Algo me suena, pero no todo.
— ¿Qué te dijeron?- Preguntó de nuevo Cloud.
— Que tú me metiste la idea en la cabeza.- Explicó Tifa.
En ese momento las fuerzas salieron de mi y abrí los ojos.
— Pero no fue así, ¿no?- Dije yo.- Cloud… te salvó.
Cloud, al escuchar mi voz, vino hacia donde estaba yo y me miró.
— ¿Cómo lo sabes…?- Me preguntó Cloud, totalmente sorprendido.
— Sil…- Dijo Tifa levantándose de la cama y yendo hacia mi lado.- Gracias… por salvarme.
— ¿Eh?- Pregunté confundida por su expresión.
— ¿Sil? Es que, ¿no te acuerdas…?- Me preguntó Tifa.
— Me tiré al mako para intentarlo pero…- Cerré los ojos.- No recuerdo nada más.
— Pero… acabas de contar la verdad de mi pasado…- Dijo Tifa.- Es imposible que no te acuerdes…
— ¿Lo he hecho?- Me pregunté. Me estaba volviendo loca.
— Sil…- Tifa me agarró la mano, muy fuerte.
— ¿Qué nos pasa…?- Preguntó Cloud.- Yo… he perdido la consciencia. Te he tirado al mako Tifa… y como consecuencia, Sil se ha tirado también. A veces ni me reconozco. No recuerdo aquello que debería recordar. Sé cosas sin saber por qué.
— Me pasa también…- Mencioné intentando abrir un poco los ojos.
— Ya no sé quién es mi verdadero yo.- Explicó Cloud.
— ¿Quién soy?- Me pregunté.- Esa pregunta… me la hago recurrentemente.
Tifa me miró fijamente, como dudando de si hablar o no hablar.
— Dicen que los Soldados sufren un deterioro acelerado.- Dijo Cloud.- Pero para mi, tiene sentido, pero Sil…
— Hay muchas cosas que no sé. Espero seguir descubriéndolo, poco a poco…- Expresé.
— Aún así, Sil. Muchísimas gracias. Te debo la vida.
Tifa me abrazó fuerte y yo la abracé también. No entendía qué había pasado pero me alegraba que, aunque hubiera pasado lo que hubiera pasado en el mako, había salvado la vida de Tifa.
En ese momento escuchamos la puerta y de golpe se abrió. Yuffie y Cait Sith cayeron al suelo. Tifa fue hacia ellos y les sonrió.
— ¿Estabais preocupados por nosotras?- Preguntó Tifa.
— Una chispita, ¿quizá?- Dijo Cait Sith.
— Ains… ¡Nos vemos!- Exclamó Yuffie.
Me senté en el bordillo de la cama y miré a Cloud a los ojos. No sabía porqué pero mi corazón empezó a ir muy rápido. Parecía que él lo noto porque se acercó a mí y me abrazó.
— Siento haberte puesto en peligro, de verdad.- Dijo Cloud.
— No ha sido tu culpa.- Le miré a los ojos.- No te preocupes más, ¿si?
En ese momento Aeris se acercó a la puerta y se llevó a Tifa de allí, cerrándonos la puerta.
— Oye, Cloud… ¿Cómo ves mis ojos?- Le pregunté.
— ¿Eh? ¿Tus ojos…?- Cloud me miró fijamente a los ojos.- Vaya… fluctúa mako en ellos…
— Creo que… cuando aparece Sephiroth… me pasa esto.- Dije.- Es extraño. ¿Qué conexión hay?
— Tenemos que perseguirle para descubrir nuestra verdad.- Me dijo Cloud.- Aun que… Te quedan muy bien estos ojos también.
Me sonrojé un poco y lo miré fijamente a los ojos también. Él me acercó a él y me levantó el mentón, besándome. Las mariposas de mi estómago volvieron a revolotear. Me sentía tan atraída a él. Nos separamos lentamente y me levanté. Era momento de volver con los demás.
Salimos de la habitación y vimos a todos, hablando con Tifa quien estaba en el sofá.
— Resumiendo.- Dijo Barret.- En la corriente vital, el planeta está luchando contra unos Ecos negros. ¿Y dices que esos Ecos están de parte de Sephiroth?
— Sí.- Dijo Tifa.- Al menos, eso me pareció a mí.
— ¿Quién crees que va ganando?- Le preguntó Aeris.
— El planeta. La corriente vital.- Respondió Tifa.- Creo.
— ¿Eso has visto?- Le pregunté.- Y… ¿estaba yo allí?
— Sí. Has estado conmigo todo el rato, Sil.- Me dijo ella.- Tu también lo has presenciado.
— Vaya…- Dije poniéndome una mano en la mejilla, pensando.
— Ahora mismo, mientras hablamos, el planeta sangra por su lucha.- Dijo Barret.- ¡Ya oigo sus gritos de dolor! Intenta defenderse del malnacido de Sephiroth, que es más bestia que hombre. Tenemos que ayudar al planeta, ser su brazo derecho, ¡luchar a su lado! ¿¡Sí o sí!?
— Sí, por supuesto.- Mencionó Aeris con una sonrisa.
— Siento interrumpir una conversación tan acalorada.- Dijo Cissnei.- Si os interesan esos temas, sé de un lugar donde están a la orden del día.
— Cañón Cosmo, supongo.- Dijo Red XIII.
— ¡La cuna de la astrobiología! No sabía que estuviera cerca de aquí.- Mencionó Barret.
— ¿Ahí tienen materias?- Preguntó Yuffie.- Si tienen materias, ¡me apunto! De cabeza.
— Desde tiempos inmemoriales, se ha recogido allí todo el saber del planeta. ¿Cómo iban a tener?- Dijo Red XIII.
— ¡Decidido! ¡Allá que voy!- Exclamó Yuffie acariciando a Red XIII.
— Red te veo contento.- Mencionó Tifa.
— Es que crecí allí.- Dijo Red XIII.
— ¡No se hable más! ¡Rumbo a la meca de la astrobiología!- Exclamó Barret.
— Si vais a Cañón Cosmo, os recomiendo hacer un alto en el camino.- Dijo Cissnei.- Cerca de aquí hay un aeródromo donde podréis contratar a un piloto independiente que os lleve. Salid por el lado sur de la aldea y todo recto. Y otra cosa más.
Cissnei abrió la puerta de la casa y un chocobo de color verde asomo su carita.
— ¡Ai que mono!- Exclamé.
— Este pequeñín se llama Fango.- Mencionó Cissnei.- Creo que os ha cogido mucho cariño. Si queréis, os lo podéis llevar.
— ¿Habéis estado con él antes?- Pregunté mirando a Tifa y a Aeris.
— Hemos ido con él al reactor.- Respondió Aeris.- Es una monada.
— No sé cómo agradecerte tanta ayuda.- Dijo Tifa acercandose a Cissnei con una pistola de gancho en la mano y devolviendosela.
— No es nada.- Respondió ella.- Si necesitáis algo más para el viaje, la aldea está a vuestra disposición.
Todo el grupo salió de casa de Cissnei y yo me acerqué a ella.
— Me ha hecho muy feliz volver a verte, Sil.- Me dijo Cissnei.- ¿Estás mejor…?
— Sí, tengo energía.- Sonreí.- Muchas gracias por todo… Espero que nos podamos ver pronto otra vez.
— Ahora que sé que estás viva, espero que vengas a visitarme más seguido.- Dijo ella.
— Te lo prometo.- Sonreí y me despedí de ella.
Salí de la casa y me junté con mi grupo y salimos de la aldea de Gongaga para dirigirnos al aeródromo.
— Oye, ¿quiénes son los pilotos independientes?- Preguntó Yuffie.
— Desde la caída de la República, el espacio aéreo prrrtence a Shinra.- Explico Cait Sith.
— Ellos controlan quién vuela y quién no.- Mencionó Barret.- Solo los pájaros se libran de pedir permiso.
— Pero los pilotos independientes vuelan prrr donde quieren…- Añadió Cait Sith.
— "Ni que el cielo tuviera dueño."- Dijo Barret.- "Que le den por saco a Shinra." Seguro que gritan cosas así al despegar.
— ¡Pues qué guay!- Exclamó Yuffie.
Aeródromo de Gongaga.
Nos montamos a lomos de nuestro nuevo grupo de chocobos y fuimos rápidamente hacia lo que parecía la entrada del aeródromo.
— Creo que hemos llegado al aeródromo… ¿no?- Preguntó Tifa.
— No parece demasiado nuevo.- Dije yo mirando fijamente el cartel.
— Está lleno de agujeros…- Mencionó Aeris.
— Pero… ¿cómo va a aterrizar algo aquí? ¿O despegar?- Preguntó Cait Sith.
— ¿Hemos venido hasta aquí para nada?- Preguntó Yuffie.
— Anda, ¿y eso?- Preguntó Aeris señalando una especie de cabina.
— Parece una cabina telefónica de la República. ¡A ver qué me da en la naricilla!- Exclamó Cait Sith.
Nos acercamos a la cabina y tenia un cartel con un mensaje escrito en él.
— "Manden una señal de humo si me necesitan - Aerolíneas Potrillo"- Leí.
— ¿Qué señal de humo?- Preguntó Cloud.
— ¿Alguna pista?- Preguntó Aeris al ver que Cloud miraba fijamente la cabina.
— Tenemos que mandar una señal de humo.- Dijo Cloud.
— ¿El qué?- Preguntó Aeris.
— ¿Eso como se hace?- Pregunté yo.
— Anda, ¿no sabéis lo que es?- Exclamó Yuffie.- ¡Mira qué señoritas! ¡Dejádmelo a mí!
Yuffie hizo rápidamente una fogata en donde estábamos y el humo empezó a ir hacia arriba creando una señal. Nos quedamos todos allí, alrededor de esta a esperar.
— Me da a mi que no aparece.- Dije.
— ¡Menos mal que me sé un truco!- Añadió Yuffie.- ¡Eooo! ¡Ven, avioncito! ¡Ven, ven, ven aquííí! ¡Ah!
Yuffie señaló al cielo y allí lo vimos, un avión viniendo hacia nuestra dirección.
— No me lo puedo creer.- Dije riéndome un poco.
— ¡Ha funcionado!- Exclamó Barret.
— ¿Habéis visto? ¡Soy la mejor!- Mencionó Yuffie.- ¡Por aquí!
La pequeña avioneta se puso enfrente nuestro y paró.
— Felinástico.- Dijo Cait Sith.
La puerta de la avioneta se abrió y de esta salió un hombre rubio, con unas gafas en la cabeza.
— Cuántas caras nuevas.- Dijo el piloto.
— Queremos ir a Cañón Cosmo.- Mencionó Red XIII.
— ¡Ostras, el perro habla! ¿Tiene algún mecanismo? - Exclamó el piloto mirándonos a todos.- Ah, perdón… Si es que en este trabajo ve uno de todo. Tenemos overbooking. Aunque a mí eso me da igual. ¡Con el seguro de viaje, os sale por 1000 guiles!
Cloud le dio el dinero al contado.
— ¡A vuestro servicio! ¡Seguid mis indicaciones, que hay que distribuir el peso!- Mencionó el piloto.
Montamos en la avioneta y el piloto nos distribuyó a todos como pudo para equilibrar bien el peso. A mi me tocó sentada en un asiento.
— ¡Agarraos bien! ¡Si os caéis, no pienso intentar pescaros!- Dijo el piloto.
— ¡A volaaar!- Exclamó Yuffie.
El piloto arrancó el cacharro poniéndolo a máxima velocidad y poco a poco empezó a ascender por el cielo.
— ¡Estamos volando!- Exclamó Yuffie de nuevo.
— ¡Pues claro! ¿¡Quién te crees que soy, chavala!?- Dijo el piloto.
— Ni idea.- Dijo Yuffie.- ¿Quién eres?
— El fundador de Aerolíneas Potrillo… ¡El inigualable piloto Cid Highwind! ¡Para serviros!
Salimos disparados por el aire, en el avión dirección Cañon Cosmo. Habían sido unas horas intensas en Gongaga, muy intensas pero eso no me iba a frenar a seguir descubriendo aún más cosas. Era mi momento.
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Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.
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El siguiente paso de Zoot Money (acompañado de Andy Summers y Collin Allen) fue crear los psicodélicos Dantalian´s Chariot a mediados de 1967. En bastantes casos los sesenta fueron años muy veletas. Mucha gente quería estar a la última, los grupos temían quedarse desfasados y se apuntaban a las nacientes modas. Muchos de esos grupos "mutantes" de extravagantes nombres tienen algún tema suelto muy bueno, pero ahí se quedaron; otros - Traffic (< SDG) y Procol Harum (< The Paramounts) son dos buenos ejemplos, Moody Blues también- supieron evolucionar con más clase y estilo, sin abandonar sus raíces R&B en el caso de los dos primeros (los Moodies no, porque su r+b había sido bastante mediocre). El abigarrado "carruaje" de Zoot pasó de EMI, sello en el que publicaron el single "The Madman Running Through the Fields", a Direction Records, que les tumbó el LP que estaban grabando y en su lugar sacó "Transition" con canciones previas, que salió a nombre de Zoot Money. Para abril de 1968, en un visto y no visto, Dantalion´s Chariot ya no existía, y Money y Summers ingresaban en los Animals de Eric Burdon a tiempo para grabar el álbum doble "Love Is" e incluir en él una nueva versión de "Madman (Running Through The Fields)".
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Leon x Luis: siesta
-Es mi labor presentarte las maravillas que tiene España por ofrecer.
-Solo quiero descansar, Luis. Estoy de vacaciones, por dios.
-Y eso es exactamente lo que vamos a hacer, hoy te voy a presentar la siesta.
Leon había tenido demasiada emoción por un largo periodo de tiempo y realmente quería descansar, no tener que preocuparse por salvarle la vida a la hija de un presidente o luchar contra pueblerinos enajenados. Tampoco estaba predispuesto a las aventuras de su novio en un momento como aquel. Ante el silencio del rubio, el castaño se dirigió al dormitorio compartido, aquel que solo habían alquilado porque de momento no estaban seguros de lo que querían hacer. Ya lo descubrirían. Leon, por su parte, se quedó plantado en el salón con los brazos cruzados.
-¿Vas a venir o tengo que ir a por ti?-Inquirió Luis desde su dormitorio. Con un suspiro pesado, su novio puso rumbo a donde provenía la voz. Al entrar en la habitación, vio a su pareja tumbada en la cama. Se suponía que eran las tres de la tarde. ¿Qué estaba haciendo? El moreno dio unos golpes al sitio vacío que había a su lado en la cama, instando al rubio a tumbarse. Leon, el cual había descubierto que intentar luchar contra Luis era una batalla perdida, se acercó a la cama y se tumbó a su lado, todavía rigido.
-¿Y ahora qué, charlamos de la vida?
-Ahora dormimos.
-Ni de broma, tengo muchas cosas que hacer, Luis.-Levantó la parte superior de su cuerpo automáticamente, directo a abandonar la estancia y hacer cosas útiles de verdad.
-Por eso mismamente, tienes que descansar para poder rendir bien. Te lo digo yo, que soy científico.
-También eres un caradura.
-Puede. Ven aquí, rubiales.-El moreno cogió del brazo a su novio y le atrajo hacia sí mismo. Leon quedó con la cara en el pecho de su amado, reluctante a acomodarse. No obstante…estaba muy cansado y los brazos de Luis eran muy cómodos. Realmente, solo había podido bajar sus defensas al cien por cien con su novio, mostrar verdaderamente cómo se sentía, que en ocasiones se sentía débil y vulnerable. Y lo más reconfortante de todo es que no tenía que aparentar nada porque los dos eran un desastre.
Poco a poco, el agente se relajó y dejó que el cansancio tomase posesión de sus extremidades al mismo tiempo que Luis le daba suaves masajes en la cabeza.
Luis sabía que su novio pretendía ser un tipo duro, que jamás necesitaba ayuda ni comprensión. Pero la verdad era que Leon era un hombre muy sensible, que escondía sus emociones por miedo a que volviese a sufrir. Por eso, el estar como estaban en ese momento significaba un verdadero triunfo para la pareja de enamorados.
-Estoy orgulloso de ti, cielo…eres increíble.
Leon nunca supo si de verdad había imaginado estas palabras o habían salido de la boca del español ya que cayó en un sueño profundo y reparador, al igual que su novio. El rubio despertó desorientado y soñoliento, abrió sus ojos y descubrió a su amado trazando círculos en su espalda a la vez que tarareaba una canción clásica española la cual no supo reconocer.
-Anda, hola, príncipe, ¿te ha gustado la siesta?
Leon enterró su cara en el pecho contrario, donde sofocó algo parecido a un “sí”, apretando con firmeza a Luis entre sus brazos, como si temiese que si se descuida se fuese. Todavía tenía pesadillas sobre aquella posibilidad. Pudo sentir las vibraciones que hizo la carcajada de Luis en su cara.
-¿Me sueltas para poder fumarme un cigarrillo?
Leon soltó algo parecido a un “no”, dejándole claro al español que todavía necesitaba un rato hasta poder desperezarse y pensar con claridad. Hasta entonces, ninguno de los dos hombres se movería pero los dos estaban seguros de que iban a repetir esta tradición llamada siesta.
#resident evil 4#resident evil#serennedy#luis x leon#re4 remake#re4#leon x luis#fanfic#fanfiction#luis serra#luis serra navarro#leon kennedy#leon s kennedy
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Final A (Bjorn x Lectora)
Masterlist de mi autoría
Primer final del shot Demasiado tarde.
Nota: +18.
Sinopsis: después de semanas de haber sido rechazado y botado, Bjorn mantuvo la distancia. Se había decidido a hacer bien las cosas, ganaría de nuevo el cariño que no supo apreciar en un primer momento.
Era jueves por la tarde-noche, y había comenzado a refrescar cuando Navarro llegó a su hogar. Bjorn la recibió en la sala, ya con la cena a medio hacer.
—Estaba por salir a buscarte, no avisaste que saldrias.—Bjorn revolvía aquella salsa vagamente.
—Rain y ____ estaban intentando arreglar el temblor de Andy, y yo me quedé de colada para tomar café. Por cierto, me acordé de ti y te traje esto.—Bjorn volteó a mirar lo que su hermana dejó en la mesa antes de sentarse en el sofá. Era un frasquito con algo de café molido.
—... Hubieses traído uno ya hecho por ella.—siguió revolviendo la comida—. ____ lo prepara rico...—
Navarro lo miró preocupada, pues ya era demasiado el tiempo que su hermano llevaba desganado por todo aquello. Creía que se olvidaría rápido del asunto, que no tardaría en encontrarse a otra chica para pasar el rato. Pero no. Bjorn quería a ____.
—... ¿Tanto la extrañas?—el chico no respondió—. Deberías... Intentar hablar con ella.—
—Ya lo hice ¿Recuerdas? Y me mandó al diablo.—apagó la cocina, mirando a su hermana algo ansioso—. Ya no la veo en el trabajo, y-y en el comedor me ignora. Cambió sus horarios para que no nos crucemos, pero la veo a veces en la oficina y ni así voltea a mirarme. Pero si lo hiciera ¿Qué cara pongo? Parezco imbécil.—
—... Algo me dice que venías aguantando esa frustración hace rato ¿No?—
Bjorn se tumbó junto a su hermana en el sofá, recostando la cabeza en su hombro.
—De verdad... Quiero volver a verla.—
—Pues inténtalo.—Bjorn suspiró con pesadez—... Yo puedo preguntarle sobre ti, si tal vez sigue muy enojada o solo un poco.—
—¿Harías eso por mi?—
—Solo eso, más no. Ya te dije que no quiero que se enoje conmigo.—Bjorn acarició su cabeza, dejando un beso en su coronilla
—Te adoro, pelona.—
—Ay, ya. Termina de cocinar eso. Iré por la bebida.—
La tarde siguiente, ____ y Rain seguían trabajando con Andy. Y ese momento fue el que Navarro eligió para preguntar sobre Bjorn. Tuvo una idea que catalogó como "brillante".
—Oye, ____.—la chica la miró—. ¿Haces algo el viernes? Tenía pensado hacer una pijamada con Rain y Kay.—
—No. No hago nada y suena divertido... ¿Quieren venir todas a casa después del trabajo?—
—Oh, pensaba hacerlo en casa... ¿Aún estás enojada con Bjorn? Puedo decirle que se largue al diablo.—
—Oh, no es eso... Es solo que pensé que podríamos hacerlo aquí. Ya sabes, es más espacioso.—
—O sea que no te molesta Bjorn.—____ la miró enseguida.
—... Él te pidió que me preguntaras ¿No?—se levantó de la mesa, pero Navarro no tardó en aferrarse a su brazo.
—Sé que estás enojada con él, y tienes una razón más que válida.—Navarro se apresuró a excusarse—. Pero es deprimente para mi verlo de esa forma... Por favor, al menos dile "hola" cada tanto. Es como esa hadita de las pelis viejas que vimos la otra vez... Se muere sin atención.—
____ imaginó a Bjorn como la pequeña Campanita, recordando cómo lo ignoraba las pocas veces que se cruzaban por la colonia. Y no pudo evitar sonreír.
—Bien, Nav. Prometo no ignorarlo... No tanto.—
—Gracias... ¿Lo invitamos a cenar?—
Bjorn apenas había llegado de las minas hace unos minutos cuando Navarro apareció en la puerta de su departamento. La habría regañado por no haber descongelado el pollo para la cena, pero entonces notó a la chica a espaldas de su hermana, y las palabras se atoraron en su garganta.
—____... Hola... Yo... Hola.—sonrió embobado—. Hola...—
—Hola, Bjorn.—curvó apenas sus labios por un segundo antes de tornarse neutral de nuevo.
—¿Ya te duchaste?—Navarro entró sin más al lugar, tomando su juego de cartas de un cajón y lanzándolo sobre la mesa junto a una chaqueta—. Cenaremos en lo de ____. Así que alístate.—
Navarro desapareció de la sala, dejando al par en la entrada. Bjorn no sabía qué hacer. No esperaba nada de aquello.
—¿Cena?—
—Asi es.—
—... ¿Estoy invitado?—
—Si te duchaste, si.—
—Si lo hice...—miró a la mujer que se sentaba finalmente en la pequeña mesita del lugar.
—Es jueves, te tocaba transporte ¿No?—____ tomó las cartas—. Siempre terminabas lleno de ollin.—
—Si, eh... Es cierto.—se removió en el lugar—. Veo que lo recuerdas.—
—¿Cómo no hacerlo? Era una pesadilla hacer que te bañaras.—lo miró de forma fugaz—. Veo que ya no eres un vago mugroso de ollin.—
—... Bañadito me veo más bonito ¿No?—la chica sonrió sin mirarlo, recordando que solía decirle aquello tras la complicada misión de hacer que se duchara.
Navarro no tardó en aparecer con algunas mantas y los tres volvieron a la casa de ____. No sin antes pasar por Tyler en el camino.
Ya era algo tarde cuando el grupo de jóvenes finalmente terminó de cenar. Y tras acomodarse por toda la sala, ____ preparó el proyector para ver una película. Kay y Navarro eran las únicas atentas a la pelicula de hadas animadas, mientras que Rain y Tyler intentaban enseñarle a Andy cómo jugar al póker. Por su parte, ____ terminaba de lavar los platos.
—¿Necesitas ayuda?—Bjorn se acercó nervioso, parándose junto a ella frente al lavamanos.
—No no, ve con los demás. Termino con esto y veremos el postre.—____ enjuagó unos vasos, acomodándolos en el escurridor—. Tengo algo de fruta en la alacena... O té de manzanilla.—
—... ¿Puedo pedir un café?—Bjorn la vio sonreír, y esta vez fue una sonrisa más sincera que la de horas antes.
—Claro, Bjorn. Lo que quieras.—
Quiero que vuelvas a quererme. Pensó para sus adentros.
—¿Pudiste arreglar lo de la calefacción?—desvió su atención al respiradero sobre sus cabezas—. No se escucha nada.—
—Eso es porque aún no funciona.—siguió acomodando trastes en el escurridor—. Tal parece que se rompió el filtro de carbono por absorber demasiado polvillo externo. Tengo que cambiarlo pero no consigo un repuesto.—
—¿Hablas de esa cosita cuadrada con un papel duro encastrado como tapa?—la chica asintió—. Tengo de esos en casa, reparamos algunos la semana pasada en las oficinas y me traje los que sobraron.—
—¿Robas insumos de la empresa?—
—Los tomo prestados sin intención de devolverlos.—sonrió algo más relajado, notando que ____ lo hacía también—. Si quieres podemos echarle un vistazo ahora. Hará frío en la noche, y si vamos a dormir en la sala nos vendría bien la calefacción.—
—Es tarde, Bjorn. Y tu casa queda lejos.—
—Iré yo, no te preocupes.—sonaba más emocionado, pues veía esa pequeña acción como un buen inicio para su misión de "recomponer la relación"—. Puedo ir en tu bicicleta, aún la tienes ¿No?—
—No pienso dejar que uses mi bici, la última vez pisaste un pozo enorme y la destruiste. Me costó horrores encontrar refacciones...—____ miró hacia la sala, con intenciones de pedirle a Tyler que lo acompañara. Pero el chico estaba tan distraído con Rain que le pareció desafortunado molestarlo—... Yo manejo.—
—No puedes ir sola.—
—¿No vendrás conmigo?—
—¡Por supuesto, si!—enseguida se emocionó, haciendo que ____ riera bajito.
—¡Nav, pon la tetera! Volveremos enseguida.—
Durante todo el viaje hasta la casa, ni ____ ni Bjorn hablaron.
La mujer siguió reacia a la idea de que el chico manejara su bicicleta, asi que fue ella quien lo hizo. Bjorn iba sentado detrás, aferrándose con cierta torpeza a la cintura de ____. Si fuera por él, rodearía su cintura con necesidad, intentando sentirla lo más cerca posible. Pero sabía que eso sería un movimiento estúpido de su parte. Debía comportarse, no ser un idiota. Asi que simplemente se limitó a posar sus manos apenas en su cintura, lo justo y necesario para no caerse. Podría haberse sujetado de las manijas a ambos lados del asiento, pero tampoco era tan tonto. Aprovecharía aunque sea un poquito la situación.
Al llegar, Bjorn bajó primero. Y mientras ____ acomodaba la bicicleta junto a la entrada, el chico entraba a la casa apresurado, intentando hacer memoria de dónde había dejado las refacciones.
—No puede ser ¿Ordenaste tu cuarto?—la chica entró detrás de Bjorn al pequeño lugar, sonriendo con cierta burla al ver que estaba decente.
—Intento mejorar de a poco... Tener el cuarto ordenado es un buen inicio ¿No crees?—Bjorn dijo aquello sin mucho interés, y no notó que la chica se sorprendió un poco.
Mientras Bjorn hurgaba en unos casilleros de su armario, ____ miraba vagamente el lugar. La verdad era que no había ido mucho a la casa de Bjorn antes. Solían reunirse en casa de ella, asi que el cuarto de Bjorn no era algo que veía seguido. Fue por eso que se sorprendió al ver que, en el respaldar de la cama, habían algunos de sus broches para el cabello. Tomó uno, el lila de mariposa, mirándolo con sorpresa.
—Aqui, bingo.—Bjorn alzó el filtro emocionado, volteando hacia ____. Solo entonces notó lo que la chica estaba haciendo—. Oh, eso... Tú me lo diste aquella vez ¿Recuerdas?—
—Dije que sería un recuerdo de nuestra primera cita... ¿Por qué lo conservaste? Creí que te pareció una cursileria.—
—Sé que me vivía quejando de tu mania de acumular chucherias para el cabello, pero los broches y moños... Siempre te quedaron bonitos.—rascó su nariz apenado—. Yo conservé todos los que dejabas olvidados aquí... Y los que me regalabas con cada cita.—
—No pensé que te importaba.—
—Lo hacía, lo hace... tardé en entenderlo.—carraspeó apenas—. Cómo sea, ya tengo las refacciones. Volvamos a tu casa y lo arreglaremos en-
Las manos de ____ no tardaron en atrapar el rostro de Bjorn, uniendo sus labios en un desesperado beso. Bjorn enseguida se fundió en ese gesto. Pero cuando sus piernas se apresuraron en moverse y arrinconar a la chica contra la puerta de su cuarto, tuvo un destello de lucidez. ____ se extrañó al ver que la rechazaba con gentileza, alejándola enseguida.
—¿Qué sucede?—sintió como Bjorn presionaba apenas sus muñecas, bajando la mirada—. ¿No quieres?—
—No quiero... Que pienses que solo quiero esto de ti.—sacudió apenas la cabeza antes de alejarse del todo y tomar el filtro del suelo—. Solo... Volvamos a tu casa.—
—Si no quieres esto ¿Qué quieres?—
—Todo, ____.—la miró finalmente—. Quiero todo de ti, no solo compartir una cama por un rato. Todo lo que puedas darme, lo que pueda tomar... Quiero hacer las cosas bien... ¿Volvemos ya? El beso no fue buena idea... Déjame ir al baño antes de irnos.—
____ tomó sus mejillas nuevamente, esta vez más relajada. Bjorn tomó sus muñecas, más no la separó. Solo se limitó a tocarlas, recordando lo mucho que adoraba sentir la suavidad de su piel.
—Yo te di todo... Y tú no lo quisiste.—
—Sabes que soy un idiota lento, tardé en entender que lo quería.—la chica miró fugazmente sus labios, y Bjorn se removió ansioso—. De verdad, necesito ir al baño.—
—Eres un idiota.—____ lo besó, y esta vez Bjorn no la apartó.
La abstinencia del cuerpo ajeno hicieron que las caricias fueran desesperadas, agresivas. Querían en solo unos segundos saciar esa distancia que habían tenido en esas semanas. Querían sentirse, recordarse. Y lo lograron enseguida.
Las manos de Bjorn recorrían la cintura de la mujer con necesidad, subiendo en un segundo su camiseta y lanzándola a algún lado del cuarto.
—Ah, mis buenas amigas...—Acunó el par de pechos entre sus manos—. A ustedes las extrañé mucho... Si...—
____ lo empujó apenas, indicándole que se sentara en la cama. No tardó en sentarse sobre sus piernas, aferrándose a su cabello al sentir como Bjorn besaba y lamía sus pechos, repartiendo besitos cada tanto mientras los mordisqueaba apenas. La mujer gimió con aquello, y buscando generar fricción, hizo un leve vaivén contra la entrepierna de Bjorn.
—De verdad, ____...—gimió contra su cuello al sentir las manos de la mujer deslizarse por sus laterales, levantando su camiseta y sacándola por encima—. Quiero volver a tenerte así... Todos los días.—sus manos se aferraron a las mejillas ajenas, mirándola con fascinación.
—¿Y si te digo que no?—la chica sonrió al ver la desesperación en su rostro.
—Bueno... Ya no me alcanzará con ir al baño un momento.—____ rió, volviendo a besarlo.
—Una oportunidad.—apoyó su frente en la de Bjorn, sonriendo al sentir que el chico buscaba estar aún más cerca—. Solo una más...—
—Es más que suficiente.—Bjorn volvió a besarla, esta vez tumbándola en la cama—. No te arrepentirás, seré el mejor novio de todo el maldito Jackson.—comenzó a bajar por su cuello, dejando un camino de besos hasta sus pechos—. Espero que no te arrepientas porque no podrás volver a sacarme de tu lado.—subió hasta su rostro, sonriendo en cuanto la mujer lo besó.
—Tú no seas el que se arrepienta.—Bjorn tensó la mandíbula al sentir la mano de la mujer deslizarse por su pecho, descendiendo poco a poco hasta el borde de su pantalón—. Porque yo también quiero todo de ti, Bjorn...—
El pantalón del joven no tardó en terminar en el suelo junto al de ____, y los besos volvieron a quitarles el aliento.
Las piernas de la mujer se abrieron al sentir que Bjorn se aferraba a sus muslos y la acercaba aún más a él, y enseguida rodearon su cintura. Bjorn se inclinó sobre la mujer sin aplastarla, besándola una vez más antes de tomar su miembro y alinearlo con la entrada de ____.
—¿Qué estás esperando, Bjorn?—el chico sonrió apenas.
—A que lo pidas, cariño.—comenzó a penetrarla lentamente, sintiendo como la calidez de la mujer lo rodeaba. Se sentía tan maravilloso como lo recordaba, y ver como el rostro de ____ transmitía lo bien que se sentía... Bjorn no tardó en emocionarse. Aceleró las embestidas, hundiendo el rostro en el cuello de la mujer. La respiración húmeda y caliente de Bjorn sobre su piel hacía que ____ se perdiera aún más, aferrándose con desesperación a la espalda de Bjorn. De seguro dejaría marcas en su piel.
—Bjorn...—____ presionó sus piernas alrededor de su cintura aún más, y sus manos subieron una vez más a su cabello.
—Lo sé, cariño...—mordisqueó su cuello, dejando una rojiza marca que se quedaría ahí por días—. Suéltalo todo para mi ¿Si?—dejó un besito sobre la reciente marca. Y eso fue suficiente para que ____ alcanzara el climax. Las paredes de la mujer se contrajeron sobre el miembro de Bjorn, quien no tardó en acompañarla también, llenándola de su semen por completo. Se desplomó a su lado enseguida, saliendo de su interior. Se aferró a su cintura, dejando un último beso en su mandíbula.
—¿Crees que nos ausentamos mucho tiempo?—____ sonrió al sentir que Bjorn hundía el rostro en su cuello, mordisqueando más su piel—. Deja de hacer eso.—
—Es una marca, para que los otros mineros sepan que tienes novio.—sonrió de solo pensarlo—. ¿Me das una marca de territorio a mi también? Asi presumo que tengo una novia.—
—¿Tienes una?—Bjorn se separó enseguida, mirandola con una fingida molestia.
—Tengo, sí. Una muy linda. La más linda.—se subió sobre ella, haciéndola reír. Repartió besos por todo su rostro, dejando uno más extenso sobre sus labios.
____ tomó sus mejillas al romper el beso, mirándolo divertida antes de besar su cuello. Le hizo un pequeño chupón, pues la idea de morderlo no le pareció muy divertida.
—Listo, eres mío ahora.—Bjorn sonrió enseguida, volviendo a besarla.
—Mierda... Me puse duro de nuevo.—sus manos volvieron a acariciar el cuerpo ajeno con urgencia—. ¿Nos quedamos aquí? Ya no necesitamos arreglar la calefacción.—
—¿Dónde están? Ya pasó mucho tiempo.—Kay miraba preocupada a su hermano, quien se frustraba por tercera vez al ser derrotado por Andy en las cartas.
—Algo me dice que ya no volverán.—Navarro miró a Rain, quien sonreía con cierta complicidad—. No te preocupes, estarán bien... parece que Bjorn hizo bien las cosas al final.—
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Mis pies se refugiaron en la fría arena para recibir el beso de una ola, la brisa se abrió paso por entre mi pelo y una bocanada de aire hizo despertar al sol. El amanecer se tumbó en el horizonte para mí.
©Auro
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