#top sherlock holmes

[lilietherly]

✨[Fanfic! Victorianlock]✨

ACD/GrandaTV Johnlock.

Relación establecida.

Fluff.

Romance.

Smut devergonzado. R18.

Top Sherlock Holmes/Bottom John Watson.

Sexo semipúblico (un poco y solo una parte, no sé cómo etiquetar bien eso).

¡¡HOY ES MI CUMPLEAÑOS!! Obviamente nunca lo diré las veces suficientes 🤭... No estoy buscando tener mil felicitaciones ni nada por el estilo, simplemente amo repetirlo y repetirlo jejejee. Entonces, como cada cumpleaños (aunque no el pasado, hay que omitir eso 🫠), escribí algo que fuera exclusivamente para mí, sin hacer caso a ningún pensamiento ansioso sobre "lo que dirían..." o algo así. No, cariñito mío, esto es todo deseo mío y de nadie más uwu ¡Así que me regalé un porno puro y duro! Bueno, sabes que no me salgo mucho de lo vainilla, pero y eso qué jajaa 😜

* * *

Él y Holmes habían estado coqueteándose descaradamente desde hacía una semana. Watson no podría estar menos que fascinado con la maravillosa evolución de la veta de descaro en el detective, descubierta en su corta convivencia amistosa, y que tomaba ahora un giro de lo más incandescente. Parecían chiquillos tímidos y, a su vez, ansiosos por descubrir a dónde les llevaría tan sinvergüenza comportamiento.

No es que no hubieran tenido ya algún contacto íntimo, cierto es que la declaración de sus sentimientos dejó en claro la magnífica manera en que ambos se… complementaban. Sin embargo, aún la astucia y la curiosidad de esta nueva relación ardía la sangre, sensibilizaba la piel y hacía brotar impulsos que, Watson sabía en lo profundo de su ser, tanto como a él Holmes tampoco experimentó antes emoción similar. Estaba la evidencia en sus manos cálidas y cicatrizadas; en el anhelo de sus ojos grises y la evidencia acaso igualmente obvia de su verga erecta cada vez que Watson lo descubría mirándolo de reojo.

Watson no podía sino sonreír cada ocasión en que advertía al hombre vagando su mirada por su espalda, sus muslos y sus nalgas, siempre atrayendo algo a su entrepierna para intentar ocultar su evidente reacción; a menos que estuvieran solos, pues en ese caso el hombre libertino y travieso no haría otra cosa que hacer notar su grueso y largo bulto, hinchándose bajo la ajustada tela de sus pantalones. Ambos, por supuesto, hacían lo posible para no caer dentro de aquel ridículo y peligroso juego estando acompañados, pero en aquel estado susceptible, reducir la amplitud de sus emociones se antojaba tan complejo como algunos de los casos de Holmes.

Tampoco es que carecieran de la debida dosis de autocontrol, como hombres que gustaban de otros hombres, saber actuar era un requisito, no obstante de cada desliz que los haya llevado a ese punto. Lamentablemente, esta situación entre ambos apenas tendría comparación. No solo por la magnánima diferencia entre saber guardar las palabras y contener el anhelo en las miradas, sino el de anteponerse al conocimiento tácito de cuánto, pese a los escenarios en donde pudieran estar, la lujuria y la necesidad cruda debían ser refrenadas en pos de mantener la imagen de compañeros de habitaciones.

Existían momentos en los cuáles la lucha se hacía complicada ante el mero deseo de romance, mimos y palabras tontas; ahora, que tan claro les fue anunciado el instante en que semejante oleada de lubricidad tuvo a bien secuestrar sus mentes y sus cuerpos, mantenerlo bajo control se convertía en una odisea. Y el asunto no hacía sino empeorar, devastando a su paso la ya moribunda sensatez, ahogando la paciencia y arrinconando al borde de un precipicio la debilitada fuerza de voluntad.

—Oh, Holmes… queridísimo mío… —gimió Watson en voz baja, haciendo lo posible para que la copa aún llena de vino en sus manos, no revelara su estado de agitación profunda. El sonrojo inevitable que le manchaba el rostro ya anunciaba un par de irregularidades, su respiración trémula, pese a la intención de dominarla, reconocía que comenzaba a fallarle.

—Dígame, Watson, dígame y lo haré aquí mismo.

Watson se limitó a desviar la mirada hacia los danzantes, cuyo espectáculo estaba siendo casi en su totalidad obstruido por una barrera de alegre público. No se atrevió a dirigir el rostro a su amante, consciente de que hacerlo significaría la pérdida absoluta de los límites a los que se aferraba. A su pesar, aquellos límites de poco sirvieron a la hora de hacer retroceder a Holmes, menos aún si la simple insinuación de detenerlo alejaría esos exquisitos dedos de su actual empresa.

El anillo de su ano empapado de vino se asió de ellos, dificultándoles la tarea de abandonar su interior. Holmes, amante cariñoso, aceptó retomar el camino a sus adentros, golpeando sus puntas el diminuto y caótico nudo que ahí lo esperaba. Watson sostuvo con honores la copa de su vino, pese a que algunas gotas escaparon, resbalando por sus manos y muñecas, hecho que no registró en tanto su amado le abría el agujero hambriento y golpeaba aquel punto milagroso. Él se retiró en cuestión de segundos, mas continuó penetrándolo, acariciándole la carne húmeda y deseosa.

—Vaya hombre descuidado, ¿qué es lo que hay en su cabeza? —preguntó Holmes en voz alta. Watson se sobresaltó al ser abierto con la punta de cuatro de sus dedos—. Por favor, tome mi pañuelo y límpiese.

Lentamente, ya con la frente humedecida, Watson colocó la copa en la mesa. Por debajo del largo mantel abrió los muslos y fingiendo acomodarse hacia atrás, le dio la bienvenida a los largos y nudosos dedos; también se limpió la piel, que poco había tardado en secarse y volverse pegajosa. Quiso decir algo por “su descuido” y Holmes lo interrumpió follándole el agujero con estocadas firmes, impidiéndole aun ocultar el placer que imprimió su rostro y que tan pronto dio cuenta de su disfrute, lo ocultó tras un ceño fruncido. Poco le interesaba si su actuación pudiera ser creíble o si cualquiera que lo estudiara tres segundos advirtiera de inmediato que el hombre a su lado le abría el culo con los dedos, se trataba de su quebradiza prudencia quien le obligaba a mantener el papel. Y el ánimo de Holmes no difería en absoluto.

—Le prometimos a Lady Lovelace quedarnos un par de horas —susurró el detective al oído de Watson, inclinándose hacía él—. No podemos irnos y deshonrar así a una dama respetable como ella. —Despacio, tragándose un gemido, Watson volvió a empalarse contra los largos dígitos. Holmes condujo su boca tan cerca de él que, al hablar, sus labios ardorosos le acariciaban—: Lo sé, lo sé, amor mío, yo también te deseo. Ansío el momento en que pueda tenerte a solas, descubrir tu cuerpo, lamerte, saborearte… Abusar como un animal en celo de este íntimo y estrecho…

—No les interrumpimos, ¿verdad, caballeros? —Watson se mordió la lengua para evitar que el abandono de los dedos de Holmes se advirtiera en su rostro, a sabiendas de que nada podría hacer para frenar la inevitable sensación de vacío que, durante un segundo, tuvo la esperanza de ser llenado adecuadamente.

—En absoluto, mis encantadoras damas —aseguró Holmes, levantándose para recibir sonriente a las mujeres, llamando la atención suficiente para que Watson tuviera la oportunidad de arreglarse los pantalones y recuperar la compostura, si bien le iba a ser imposible eliminar el marcado sonrojo—. Solo intentaba convencer al doctor Watson de bailar con alguna de las tantas señoritas que han mostrado interés en ser invitadas. —Para el momento en que tres pares de ojos se dirigieron a Watson, ya de pie, logró imprimir en sus labios una ligera sonrisa.

—No preciso de su intelecto para afirmar lo mismo, señor Holmes y bien puede contar a Lady Lovelace entre esa seguramente extensa lista

—Kizzy tiene razón, doctor Watson —dijo Lady Lovelace, riendo cariñosamente—. No obstante, jamás tendría el corazón para sugerirlo, no después de lo mucho que hizo por nosotras; usted y el señor Holmes, por supuesto. Deben estar demasiado fatigados. Creo que ya hicimos suficiente con haberlos comprometido a esta celebración.

—Una reunión estupenda, Lady Lovelace, y tenga por seguro que ni yo ni Holmes hemos dudado un segundo en faltar a nuestra promesa —mintió Watson, conservando su afable sonrisa.

Esa misma tarde, una vez zanjado el caso y justo después de que Lady Lovelace los invitara, encerrados en una de las habitaciones de la mansión, que las generosas damas tuvieron a bien ofrecerles para que permanecieran en tanto el caso se resolvía; Holmes, polla en mano, le sugirió rechazar el ofrecimiento a cambio de usar alguna de las tantas excusas inventadas, para quedarse el resto de la noche placiéndose de sus cuerpos y el ánimo que ambos se encargaron de condensar a un punto insostenible. Pese a ni siquiera hacer falta argumento alguno que lo obligara a ceder, Watson lo rechazó, recordándole a las amables anfitrionas, así como la consideración y la ayuda que les brindaron.

Ya desde un inicio ninguno creyó tener la voluntad de seguir rechazándose, aun viéndose obligados a asistir. No se equivocaron, y así, tuvo la mano de Holmes dentro de sus pantalones tan pronto se ubicaron en una mesa estratégica mente seleccionada. Una en la cual, sentados, los invitados les dieran la espalda y no hubiera oportunidad de que alguien les viera. Watson dio la bienvenida a sus atenciones sin pensarlo.

—Oh, nunca me cansaré de esta amabilidad suya, jovencito —rio Lady Lovelace—, por lo que espero devolverle adecuadamente el favor. —Mas antes de concluir, se acercó detrás de ella un hombre vestido de cocinero. Ambos sostuvieron una rápida conversación y pronto Lady Lovelace asintió, casi perdiendo el control de sus refinados gestos—. Me temo que es deber mío atender este pequeño contratiempo. Kizzy, encárgate de esto, querida —y tras una educada despedida a Holmes y a Watson, ella se marchó, siguiendo al cocinero.

—Tengan por seguro, caballeros, que no era necedad mía o de Lady Lovelace atarlos a esta celebración, pues no guardábamos sino buenas intenciones. Por fortuna, hemos recapacitado, yo espero no demasiado tarde… Sin embargo, al decidir liberarlos de esta insustancial situación en pos de desearles un agradable descanso y de invitarles al desayuno de mañana; el señor Napier vino con la noticia de haber encontrado, al fin, la entrada secreta al pasadizo de la cocina, y supimos que no podríamos despedirlos sin anunciarlo, recordando lo insistente que fue durante el caso acerca de la existencia obvia de este pasaje —concluyó, riendo alegremente.

—Tenga por seguro, Lady Lambton, que es esta una noticia revolucionaria y que, si de verdad no representa ningún inconveniente para usted y Lady Lovelace, antes del amanecer, yo y el doctor Watson despertaremos al señor Napier para que nos guíe a la entrada secreta; en tanto, mucho me temo que aceptaré su afable concesión.

—El señor Holmes habla también por mí, Lady Lambton, y espero que esto no sea de verdad algún problema para nadie.

—En absoluto, querido muchacho —dijo la dama, sonriente.

—Siendo el caso, nos encontraremos puntualmente para el desayuno, luego de darle una adecuada revisión al secreto túnel —concluyó Watson, colocándose a un lado de Holmes, quien sonreía de forma extraña.

—Muy bien, llamaré a Oakley para que los acompañe a sus habitaciones.

Pensando Watson en rechazar la oferta, guardó silencio, temeroso de que su necesidad le instara a decir algo indebido o que acrecentara la pausa hacia su destino. Ya jugó su suerte ante el corto pronunciamiento anterior, no continuaría arriesgándose. Luego, tras sentir la mano de Holmes insinuándose contra sus nalgas, reconoció Watson la ansiedad de su amado como idéntica a la suya. Entonces, para la fortuna de ambos, el atento mayordomo tardó muy poco en servir al mandato de su señora; acompañándolos en silencio a sus respectivas habitaciones.

Watson fingió una corta despedida a Holmes, y agradeciéndole a Oakley por lo que sea que hubiera hecho, cerró la puerta a su espalda con una falsa tranquilidad y un cansancio apenas sentido. Una vez se anunció el clic de la cerradura, tal cual le hubieran prendido fuego y cierto era que su piel no diferenciaría una cosa de otra; se abrió los botones del saco, el chaleco y la camisa, deshaciéndose de paso del cuello alto y rígido. Arrojó a cualquier lado los tirantes que le sujetaban el pantalón y alcanzó a descalzarse un zapato antes de escuchar un suave golpeteo en la puerta.

No contuvo su respiración acelerada al atender el llamado. Apenas abrió unos centímetros y retrocedió un paso, regresando a su misión de desnudarse… Sin embargo, nada hizo para el momento en que su amante le abrazó la cintura y lo golpeó contra la puerta, deteniendo efectivamente sus manos, acelerando sus latidos y deteniendo en seco cada pensamiento útil con un beso lascivo. El hombre le devoró la boca, succionó su lengua y mordió sus labios en su tarea de consumirlo por entero; en tanto sus manos, ágiles y delgadas, se ocuparon de bajarle el pantalón, devolviendo la atención perdida al culo ansioso de su doctor tras bajar sus propias prendas y descubrir solo su polla y pesados testículos.

—Date la vuelta.

Ordenó Holmes, y Watson, pese a una pequeña negativa de abandonar el beso, aceptó girarse. El vacío eterno que Holmes creó en él desde la primera vez que lo tomó, consumía su agujero desde hacía horas, pidiendo, suplicando, exigiendo ser llenado de verga y semen. En ese punto, a Watson no le interesaba cuánto podría perder, siempre que tuviera la gorda y larga verga de su amante destrozándole el ano deseoso, cedería a sus exigencias.

Los ojos verdes se nublaron al advertir la punta llorosa de Holmes acariciándole la raja todavía húmeda de vino tinto. Se inclinó en su búsqueda y su detective le sujetó ambas muñecas con una mano, acorralándolas enseguida por encima de su cabeza de cabello rubio ya desordenado. Ello, aunque limitó el actuar de Watson, no bastó para detenerlo, su culo perseguía la ingente polla del detective, instando y mostrando su ofrenda que se abría y cerraba por tenerlo violando su estrecho agujero.

Watson no tuvo que implorar en voz alta. Sus dulces sollozos se convirtieron en un grito de saciedad pura cuando la enorme polla le atravesó el borde hinchado y le cortó el aliento ni un segundo después, al sumergirse el resto del camino en una sola estocada. Se empujó la polla tan profundamente en su ano que el amado Holmes lo obligó a sostenerse en la punta de los pies. Con la propia verga, aplastada entre su vientre y la madera, Watson eyaculó. Abrazándose alrededor de Holmes, se estremeció y lloró de dicha y éxtasis, tal cual se conmoviera hasta el alma al haber completado el mayor logro de su vida.

Y pudiera ser el caso, porque una vez el afamado detective comenzó moverse, toda su vida cobró sentido. Holmes, el eterno caballero, le violó el ano sin la menor intención de detenerse hasta no vaciar sus hinchadas bolas dentro de él; y Watson solo podía llorar, agradecido, recibiendo cada tramo de la enorme verga con odas y cánticos obscenos que su voz no lograba traducir, cayendo en la habitación como gemidos y ruegos de más. Más. Más. Por favor, más.

Holmes lo mantuvo en su lugar, aún al sujetar sus caderas para usarlo como Watson se ofrecía tan abiertamente, el doctor no usó sus manos libres para sostenerse de la puerta. Atento a lo que su hombre exigía de él, Watson separó sus nalgas con los dedos, dejando a la vista de los ojos grises la imagen de su ano receptivo, hambriento, que le devoraba la polla, e insaciable, su voz rota todavía clamaba su nombre. Porque ningún otro existía; porque Watson vivía para ser utilizado y nunca se negaría al deseo de su Holmes.

Watson recibía ávidamente las salvajes embestidas, dichoso de provocar en su amado tal cantidad de presemen que la ingente verga se deslizaba tan suavemente dentro y fuera de su agujero, incluso a pesar de su estrechez y sus intentos de sujetarlo de forma permanente ahí; en donde la pesada verga golpeaba aquel lugar en su interior y que ya le creaba un camino de saliva fuera de la boca, le hacía temblar y someterse con tanta liviandad. La euforia le corroía los huesos, le hervía la sangre, lo reducía a un nervio palpitante cuyo destino era ser utilizado para el placer de ese hombre maravilloso y su colosal verga.

Tal intensa emoción lo orilló a creer que moriría en el instante en que Holmes salió de él.

—Dulce criatura, qué infernal castigo es el mío ante el deber de enmudecer este angelical canto tuyo.

—Pero, cariño…

—Silencio, mi amor.

Holmes volvió a enfrentarlos cara a cara y un segundo tardó Watson en abrazarse a su cuello y beber el aliento de su boca. Las delgadas manos del detective regresaron a sus nalgas, y sin ningún esfuerzo, levantó al doctor con una palma sosteniendo cada muslo. El ano abierto de Watson se tragó entera la polla de su amado, eliminando de un tajo cualquier disgusto a esa lamentable pausa. Reiniciado a su vez el vaivén indómito, los sollozos de Watson se hallaron siendo silenciados por la boca de su detective.

—Alguien vendrá pronto, mi adorado —susurró Holmes con voz grave y entrecortada, aumentando, si acaso resultara posible, la velocidad de sus caderas. A ambos importándoles lo mismo si alguien pudiera o no llamar a la puerta. La cabeza de Watson cayó sobre la madera, su cuello extendido y ya cubierto de antiguas marcas, fue ávidamente devorado—. Habrán hallado en el nuevo… pasadizo, algunos esqueletos de los Lovelace… Oh, mi amor, tan estrecho, como una virgen en su noche de bodas…

Watson agradeció el halago contrayéndose de nuevo alrededor de su polla, como si existiera alguna duda de cuánto era su regocijo o requiriera su amante de una señal para anunciarle la vastedad de pasión y éxtasis que su polla le hacía sentir. La diestra de Holmes abandonó su sitio, obligándolo a asirse de su delgada cintura, deslizó la mano hacia el borde hinchado de Watson y, sin contemplar siquiera detenerse, usando el índice y el medio, comenzó a abrirle la carne, separándolo apenas del abrazo a su polla.

El erótico ultraje a su ano codicioso lo elevó a un furioso delirio de amor y lujuria, lo obligó a clavar las uñas en el saco de su amante y a aferrarse a él por su vida y escasa cordura. Algo oculto entre los ansiosos latidos de su corazón advertía, sin embargo, que eso aún no bastaba para enviarlo de regreso al borde del clímax. Holmes le lamió y mordió ambos pezones antes de susurrarle:

—Lo sé, mi hermoso y perfecto niño, tampoco me es suficiente.

La mano izquierda de Holmes persiguió a la derecha, mas no se detuvo a imitarle, sino que, aprovechándose del espacio extra, se abrió paso al interior con la punta de tres finos dedos. Provocó el estímulo tal estertor de placer, que Watson no logró evocar un solo gemido. La violencia que condujo en aquel trance las frenéticas estocadas de la gorda polla de su amado, derribó un límite que sobrepasó por entero a las mentes que pretendían conservar un mínimo de calma.

La intrusión de un solo digito hubo significado en encuentros anteriores incontables orgasmos, tres en un instante evocaron fuego a magnitudes infrahumanas, por completo lejos de un control al cual ya ninguno tuvo el atrevimiento de conservar. Watson convulsionó en los brazos de su detective, pulsó su ano con vehemencia alrededor de los dedos y la verga del hombre que, sin frenar sus vigorosas caderas, vaciando las cargadas bolas, le manchó de abundante esperma sus paredes hipersensibles; atrayéndolo a un abrazo aplastante y sin posibilidad de huida. La segunda eyaculación de Watson pintó ambos vientres y estómagos.

Holmes forzó la verga en el ano de su doctor hasta verter en él la última gota de semen. Watson le correspondió continuando voluntariosamente las palpitaciones de su agujero, sin descansar hasta quedar saciado de la dulce crema de su detective.

—Te amo, mi hermoso y desquiciado hombre —pronunció Watson, sonriente y con la voz arruinada, besando lentamente los hinchados labios, ahora rosas, de Holmes. Él, llevándolo despacio a la cama y todavía en su interior, le sonri��.

—Te amo, mi lascivo y perverso doctor.

Luego de ser recostado suavemente, Watson le mimó el amado y sudoroso rostro, le besó la punta de la nariz y ambas mejillas. Se sostuvo de sus hombros mientras su verga lo abandonaba. El vacío que había sido llenado se contraía de nuevo, por ahora, saciado. Su Holmes le acarició el borde, instando a su simiente a permanecer en el cálido hogar; remarcando el anhelo de poseer y de ser poseído. Mirándose a los ojos, ayudándose con los pies, Watson se movió a favor de esos gráciles dedos, pasando los suyos entre las hebras de cabello revuelto. Finalmente, acorralándolo contra la cama, cayendo su cuerpo fatigado sobre él, en tranquilo silencio, Holmes estudió su rostro.

Declararon sin palabras su devoción y pertenencia, su felicidad; la promesa y el juramento de un amor renovado que se ofrendaba eterno. Que no guardaba intención, pese a las consecuencias, de rebajarse al silencio o a la timidez.

Las llamas de los ojos grises atrajeron a la luz el resplandor de los ojos verdes, seduciéndose el uno al otro, provocándose, volvieron sus labios a enfrentarse en un beso impetuoso. Al separarse, se sonrieron…

¿No eran acaso unos niños demasiado traviesos?

* * *

Solo puedo decirte que todavía estoy 🥵 de solo imaginarme que en verdad escribí esto y que, peor aún, ¡hay tantísimo más de donde vino! 😝 Y mientras espero para saber lo que tú piensas sobre eso o aquello, te agradezco, desde cada grieta en mi corazón, el que me hayas acompañado este día. Aún no puedo creer que haya publicado 12 historias 🫠, pero es mi cumpleaños, así que es una bonita forma de celebrarlo 🥳 Así que, feliz cumpleaños a mí y feliz no cumpleaños para ti, porque es obvio que nadie más en el mundo aparte de mi puede cumplir años hoy 🥰 ✨¡Te amo mucho! ✨ 💖💖¡Gracias por leer!💖💖 ✨💖🫂¡¡Ven a darme un abrazo!! 🫂💖✨

[contact-guy]

INTERLUDE - in which everyone goes to various clubs and no one has a good time.

This is part of the Watson's Sketchbook series and really will only make sense in context of previous updates!

The text of Holmes' letter is almost entirely pulled from the ABSOLUTELY BRUTAL opening of A SCANDAL IN BOHEMIA:

It was not that he felt any emotion akin to love for Irene Adler. All emotions, and that one particularly, were abhorrent to his cold, precise but admirably balanced mind. He was, I take it, the most perfect reasoning and observing machine that the world has seen, but as a lover he would have placed himself in a false position. He never spoke of the softer passions, save with a gibe and a sneer. They were admirable things for the observer—excellent for drawing the veil from men’s motives and actions. But for the trained reasoner to admit such intrusions into his own delicate and finely adjusted temperament was to introduce a distracting factor which might throw a doubt upon all his mental results. Grit in a sensitive instrument, or a crack in one of his own high-power lenses, would not be more disturbing than a strong emotion in a nature such as his.

[sexy-sapphic-sorcerer]

first rule of fandom is everything goes back to destiel

second rule of fandom is everything goes back to kirk/spock

third rule of fandom is everything goes back to holmes & watson

fourth rule of fandom is everything goes back to achilles & patroclus

[jay-wasreblogging]

Funny how in many adaptations Watson carries but never shoots, not even when Sherlock tells him to for 'moral' reasons lol.

Whilst in the novel Watson was shooting anyone and anything Sherlock told him to.

[noodles-and-tea]

I haD TO

[sesamestreep]

I really feel like one of the best details in “A Scandal in Bohemia” that I never see people fixate on enough is that the story starts with Watson stopping in to see Holmes at Baker Street on a complete whim, because he happens to see that he’s home (and Watson is now married and living elsewhere). Like he doesn’t send word first, he’s not invited, he just shows up and surprises Holmes. Which is not that weird but then Holmes is like “oh good, I’ve got a case anyway, you might as well hang out!” which just makes it funnier when the King shows up and is like “I’d really rather speak to you alone, actually” and Watson tries to leave and Holmes is just like “anything you can say to me, you can say to my best friend John Watson, and if you ask him to leave, I would consider it a grave insult, you would be my enemy and I will not help you ever!!” And the king is like “…ok” and just moves on.

like, that is crazy behavior. Holmes is talking about how there’s probably lots of money in this case, and then almost turns away the client for…not knowing who the fuck Watson is?? He’s not even supposed to be there?? He just came to say hi?? “It is both or none”… girl, GET UP.

[blueintimeart]

Idle doodles

[capekelpie]

When your husband is also your top surgeon

Subscribing wholeheartedly to trans!Holmes hc

[captainfantasticalright]

What is Edwin Payne reading? : a closer look.

From the flashback scene in the show, we get this very short shot of Edwin walking down the halls. Now, what he is reading tells you all about the Dead Boy Detectives’ love for detective and adventure stories. He is carrying a penny novel! (also known as dime novel in the US- and the names are due to their cheap prices of, you guessed it! One penny or one dime each) Precisely no. 87 of the “Aldine Tip-Top Tales”.

But, what were the Aldine Tip-Top Tales you might ask yourself. Well, originally the name was:

Tip Top Detective Tales and it was one of the Aldine Publishing Company's many library series produced to capture the fancy of the youth of Great Britain. This particular one ran from 1910 through 1912 when it morphed into just Tip Top Tales, produced to include stories of adventure, as well as those of criminal content. With one exception, all of the novels included in the series were published anonymously. (The exception: Glittering Gold! by Emile Gaboriau -Tip Top Detective Tales #4).

The Aldine Publishing Company was founded by Charles Perry Brown (1834-1916).

Some other titles included:

But, we see Edwin reading something else:

Which happens to be The Strand Magazine! And this very one for this shot.

The Strand Magazine was a British monthly magazine published from january 1891 to march 1950 (711 issues) in its original version (a new version of the magazine has been edited from 1998). George Newnes Ltd. was the publisher of the magazine and it was edited by Herbert Greenhough Smith from 1891 to 1930, then by Douglas Edward Macdonald Hastings.

Arthur Conan Doyle was a huge contributor with novels, short stories, poems and articles.

The Strand Magazine was also published in the United States from february 1891 through february 1916 but with sometimes different content.

Between 1891 and 1930, The Strand Magazine published no less than

• 121 short stories

• 70 articles

• 9 novels

• 2 interviews and 1 poem written by Arthur Conan Doyle.

And just in case you did not know who Arthur Conan Doyle was, well, let me just leave some of his works here as well, originally published in the Strand:

And these are just two of the infinite variety of novels Edwin Payne owns. :)

[bitter-me]

Hey ! I have seen you write for Twisted Wonderland ?👀

Can I ask for Ignihyde or Diasomnia students with a boy [friend or not, you choose] who is like Sherlock (from BBC if you have watch) ? I just know he will try to understand how overblot work and why there is a lot of overblot-

Ignore it if you don't want to write it ! And have a good day ! Or night ? Idk when you will see it (if you see it)-

The Game is On!

Ignihyde Students | M. Reader as Sherlock Holmes [BBC]

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"I’m not a psychopath, Anderson. I’m a high-functioning sociopath. Do your research!"

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The day [Name] Holmes has entered Night Raven College was the day Azul had become even richer.

Ever wonder if your crush likes you back? Or maybe you wanted to know yourself better? Or perhaps you wanted to know if your partner's cheating on you? Well look no further than the Mostro Lounge!

Being stranded in a different universe, [Name] merely sees it as an opportunity to gain more information and funding. This whole new world is so much more interesting than his previously awfully predictable world.

Which then led to Ignihyde's Housewarden's first encounter with the high-functioning sociopath. At first Idia found it skeptical that someone could have the ability to see right through everything and anything. Until [Name] had read him like an open book in their first meeting.

To say that Idia was traumatized by the sudden exposure is an understatement. But after calming down, he can't help but think on how similarly [Name] acts with one of the characters in the anime he watched. Cough Moriarty the Patriot cough. But nonetheless, the two of them soon bonded and became close with one another.

Before long, [Name] was introduced to Ortho and his interest was immediately peeked by Idia's "younger brother."

Although school life is as boring as his world's. It's just the same thing but with magic and stuff... but all of a sudden these things called "Overblot" showed up? Oh he got to know what this is about right away!

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Idia Shroud

"Um.."

"Shh."

He instantly shut up the moment he was hushed by the other. Just when he decided to leave his room and visit the Ramshackle for a change. Idia was greeted by a sight he never thought he would ever see in his life! [Name] pacing around his room with two hands together placed underneath his chin and the elephant in the room.. His room was filled with papers and stings attracted on the walls!

Idia thought that his room is messy but this is just on another level!

Newspapers, printed out articles, [Name] own illedgiment handwriting, etc. Every single wall is covered in it with some strings connecting some parts.

This thing. This "Overblot."

Why did it happen? Is it because of intense emotions? Negative or positive? Does it really matter? And why do they show up in a blob, ink-like thing? The stain on the gems of their pens? Is this common? Or are they something one has to go through once in their lives? Like puberty? So many questions. So little time.

Idia could only sit and watch as [Name] drove himself insane. He knew that S.T.Y.X. is also trying to figure this whole Overblot out too. But seeing how unhinged [Name]'s acting while also trying to figure out the same thing his family is doing is just concerning. It drove Idia to the edge just how... [Name]'s acting..

There's a thin line between inquiry and insanity. And [Name] is using that line like a freaking jump rope!

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Ortho Shroud

[Platonic]

The day the high-functioning sociopath saw Ortho. His interest is peeked. A robot? That acts like a human? Even back in his world this would've taken years maybe even centuries to accomplish with how incompetent the human kind is! Therefore, [Name] would ask Ortho multiple questions within the span of a minute. I live for Sherlock's rapid fire deductions and questioning.

And how [Name] loved it when Ortho answered each and every question without him needing to repeat himself nor explain it. Ortho's happy to help whenever he can! He was so happy that his brother made a friend!

Whenever he saw [Name] pacing around like a mad man. Ortho tries to help by either reducing [Name]'s burden and helping him to make deductions and hypotheses or by simply bringing snacks and reminding him to rest.

While Idia looks at [Name] with a nervous and unsure expression. Ortho steps in by suggesting that maybe he should rest. "[Name] maybe you should take a nap! If you do, your productivity will go up by 10℅ or maybe even more! And since you're energized, you could be more focused and—"

"I'll rest once I've figured this out."

Oh boy. This is going to be a long day for the three of them huh..

[lilietherly]

[Nota random]

Ho-hola, cariño, ¿cómo que ya ha pasado un mes desde que me pasé por aquí? ¡No, no, espera, baja ese sartén! Tú sabes que mi batería social se agota muy rápido cuando publico... ¿Que no lo sabías? ¿Que me lo estoy inventando justo ahora? ¡Bebé, por favor, no me pidas el divorcio!, ¡solo piensa en los niños! 🤧

¿Cuáles niños? Pues mira, aquí te traigo uno de ellos, ya limpio y bañadito, con su trajecito de marinero...

🥺🟠

🫣🔴

😫🔵

No voy a irme, ¿de acuerdo?... Solo prepararé algunas cositas y estaré de regreso hoy mismo, ¡te amo! 🫀✨

[johnsspacesuittight]

discovered the Sherlock and Co. podcast randomly on Spotify yesterday (hey sometimes the algorithm’s not so bad) and my god is it beautiful perfect everything to me, I mean Sherlock is my one definite special interest so it’s hard to go wrong with anything even adjacent to that, but when you then have Sherlock pretty immediately list all his diagnoses importantly including ADHD and Autism I was pretty much as happy as I can be, literally spent a good chunk of my final year of uni being frustrated at all the ways people elect to just not acknowledge Sherlock’s autism/variable diagnoses nor sexuality despite like clearly making choices about how to portray him/writing some very undeniable traits for him, so I don’t think I can even express just how much I enjoy canonically autistic Sherlock

[julienbakerstreet]

sherlock holmes adaptations should be legally mandated to have someone on staff whose only job is to make sure they’re not mixing up deduction and induction

[technically-human]

Hello and welcome back to me projecting

[noodles-and-tea]

Podcast John Watson, the man that you are

[goshyesvintageads]

General Foods Corp, 1977