#te aburriste de mi
Explore tagged Tumblr posts
Text
Aveces lloro sin llorar, aveces no puedo fingir que todo esta bien, aveces solo quisiera regresar a ser un niño e intentarlo de nuevo, aveces solo aveces quisiera estar bien.
#notas de medianoche#notas de soledad#baja autoestima#notas de desamor#te aburriste de mi#adiós#frases#letras#ansiedad#notas de dolor#me odio#mierda#te odio#adios#escritos#frases tristes#soledad#corazon roto#suicidio#desamor
336 notes
·
View notes
Text
Ya no soy importante para ti?
#al menos eso me demuestras#siento que ya te aburriste de mi#acaso solo soy una side Chick más y ya??
2 notes
·
View notes
Text
Me tienes que recordar todos los días que me amas, si no es así, mi mente empieza a creer que ya te aburriste de mí.
Alexander Alay.
#solxs#escritos#frases#notas#citas#letras#poesía#poemas#versos#mente depresiva#mente destruida#traumas#sad quotes#sad poem#alexanderalay#alay#depresión#ansiedad
345 notes
·
View notes
Text
¡Hola tristeza, vieja amiga nos volvemos a encontrar! ¿Te aburriste de tus vacaciones en la isla de la armonía y la paz o por qué vienes a provocar un tsunami en mi interior? No te preocupes, cuales sean tus intenciones sabes que en mi alma siempre habrá espacio. Eres bienvenida, aquí siempre podrás encontrar un lugar y sentirte como en tu hogar.
-Stelle
#notas#frases#citas#escritos#caostalgia#stelle#abril2024#textos#pensamientos#amor#tristeza#en tu orbita#a tu medida
84 notes
·
View notes
Text
Caléndula
➤ ABBY ANDERSON ANG
RESUMEN: Abby te amaba de una manera que pensaba que tú nunca podrías corresponder. Siguiendo el consejo de su amiga, comenzó a alejarse de ti, con la esperanza de sanar su corazón herido.
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
—¡Caléndula! —te llam�� tu mejor amiga, Abby.
Caléndula: un apodo que ella te había dado con cariño años atrás. Sonreíste levemente al recordarlo.
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
Abby arrancó una flor naranja del arbusto donde crecía. Pasó los dedos por sus pétalos de fuego, admirando su diseño intrincado con mirada concentrada.
—Si fueras una flor, serías una caléndula —dijo con solemnidad, como si lo hubiera pensado muchas veces antes.
Sonreíste.
—¿Por qué?
—Leí en alguna parte que las caléndulas están asociadas con el sol y simbolizan la luz interior de una persona —murmuró tímidamente, encogiéndose de hombros—. Eres brillante, llena de energía… no sé. Es solo lo que creo.
—¿Así es como me ves? —Tu corazón se hinchó.
—Solo un pensamiento.
Te acercaste y tomaste la caléndula de su mano, girando su tallo entre los dedos.
—Bueno… —dijiste tras un momento—. También simbolizan la crueldad, el dolor y el amor desesperado.
Abby puso los ojos en blanco.
—¿Tenías que arruinarlo?
Te reíste con ganas cuando Abby tomó la flor en su mano. La sostuvo con una suavidad casi reverente, como si realmente te viera reflejada en sus pétalos.
—Está bien, olvídate de esa versión deprimente. Eres una caléndula…
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
—¿De qué te ríes? —Su voz te sacó de tus pensamientos de golpe, haciéndote dar un pequeño salto. Ella rió suavemente al notar tu reacción.
—Solo estaba pensando.
—Más te vale que sea sobre mí —bromeó.
Lo era.
—Ya quisieras.
Ella también sonrió, pero algo en su expresión no era como antes. Había cambiado. Últimamente, parecía más distante, como si se contuviera a la hora de mostrarte afecto. Su humor oscilaba sin previo aviso, y cuando se tornaba melancólica, te dejaba preguntándote si habías hecho algo para molestarla.
¿Le disgustabas?
No. Sus sentimientos hacia ti eran todo lo contrario. Y eso era lo que la atormentaba.
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
—Oye, ¿me ayudas a elegir una película? —Manny apoyó una mano en tu hombro.
Estabas sentada sobre un cojín mullido, rodeada por Abby, Manny y Nora.
Bueno… en realidad, eran más amigos de Abby que tuyos. Solo pasabas tiempo con ellos cuando ella estaba sola.
Últimamente, Abby había estado diferente, más callada de lo habitual. Apenas te dirigía la palabra y esquivaba tu mirada cada vez que intentabas encontrarte con la suya. Era extraño. Siempre buscaba excusas para verte, se sentaba a tu lado en cuanto tenía oportunidad, pero aun así se las arreglaba para parecer distante. No sabías si quería estar cerca de ti o no.
Dudaste un segundo antes de colocar tu mano sobre la de ella. Intentaste mirarla a los ojos.
—¿Estás bien, Abs?
De nuevo, evitó tu mirada. Con lentitud, apartó su mano de la tuya, dejando tu palma fría y vacía sin su toque.
—Estoy bien. Ve a ayudar a Manny —respondió con indiferencia.
Intentaste disimular lo mucho que dolía. No entendías por qué aún no la habías confrontado. Tal vez porque temías escuchar en voz alta lo que ya intuías: que se estaba cansando de ti.
—Está bien —murmuraste.
Manny te hizo un gesto con la cabeza para que lo siguieras. Sin más, saliste de la habitación.
Abby suspiró y se llevó las manos a la cabeza, frotándose las sienes.
—¿Te duele la cabeza? —Nora se rió entre dientes, inclinándose hacia adelante y apoyando los codos en las rodillas.
—¿Qué? —Abby respondió con brusquedad, aunque su enojo parecía fuera de lugar.
—Veo cómo la miras. Puedes intentar ignorarlo, fingir que es otra cosa… pero yo te veo a través de ti.
—¿De qué carajo me estás acusando?
—No te pongas a la defensiva. Abby, eres una de mis mejores amigas, te conozco desde hace años. No puedes mentirme. —Nora se acercó un poco más, su voz adoptó un tono más serio, aunque aún mantenía la calma—. Dime la verdad. ¿Estás actuando así porque realmente te aburriste de ella… o es otra cosa? Porque, si es lo que creo, ya sé la respuesta.
Abby soltó una risa seca.
—¿Ah, sí? ¿Y qué es lo que crees, Nora?
—Que estás enamorada de ella.
El corazón de Abby se hundió. Sintió la sangre enfriarse en sus venas.
—Qué estupidez —se burló, pero sus uñas comenzaron a clavarse en las palmas, un hábito reciente que solo surgía cuando estaba nerviosa… especialmente cuando se trataba de ti.
—Tengo razón, ¿no? —Nora sonrió, divertida, como si todo esto le resultara evidente.
—No, yo…
—No me mientas, Abby —la interrumpió Nora, elevando un poco la voz—. Dios, pensé que ustedes dos solo eran amigas cariñosas. Que se abrazaban, que se ponían apodos cursis con nombres de flores... ¿Caléndula? Pero no. Nadie mira a su amiga como tú la miras a ella. Simplemente no lo hacen.
Abby se puso de pie de golpe y se alejó de Nora como si un mal olor la hubiera golpeado de lleno. Se detuvo al otro lado del sofá y le lanzó una mirada fría.
—Baja la voz —dijo en un tono bajo, tenso—. Esto no es asunto tuyo, Nora. ¿Por qué analizas nuestra amistad como si fuera un maldito enigma? Lo único que estás haciendo es empeorar las cosas sin razón alguna.
Se obligó a mantener la calma, a contener el enojo que le quemaba por dentro. Sabía que ponerse a la defensiva no la ayudaría, pero no podía evitarlo.
—No sabes nada sobre nosotras —añadió con dureza—. Así que te sugiero que te ocupes de tus propios asuntos.
Nora también se puso de pie y acortó la distancia entre ellas.
—No te estoy atacando, Abby. Solo quiero que, de una vez por todas, admitas lo que sientes. Porque este juego tuyo solo está logrando una cosa: hacerte sufrir a ti y hacerla sentir como una mierda.
—¿Qué? —Abby frunció el ceño. Su cuerpo entero se calentó de golpe. Se sintió mareada, enferma.
—Por supuesto que no te has dado cuenta —continuó Nora—, porque evitas su mirada como si fuera la puta Medusa. Pero no trates de negarlo. Sabes que es verdad.
La ira de Abby se desvaneció, transformándose en algo más pesado, más triste. Nunca quiso hacerte daño. Solo se estaba alejando para protegerse a sí misma. Pero ahora, darse cuenta de que eso te había lastimado la hacía sentir aún peor.
—Mierda... —Sintió el ardor en los ojos, la presión en la garganta—. Tienes razón. La amo. Dios, la amo tanto... —Su voz se quebró—. Soy repugnante, Nora.
—Oye, no digas eso —la reprendió con firmeza. No era la primera vez que tenía que regañarla por hablar así de sí misma.
—No, es la verdad. Ella no me ama. Lo sé muy bien.
Las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro en riachuelos cristalinos. Apartó la cabeza, incapaz de soportar la mirada intensa y compasiva de Nora. Se sentía expuesta, débil.
—Me siento como una maldita pervertida... Siempre mirándola, interpretando su cariño de la manera equivocada, pensando en ella así. Si supiera lo que siento, me odiaría. Se sentiría traicionada.
Trató de tragar el nudo que le apretaba la garganta, de detener las lágrimas, pero era inútil.
—A veces pienso en evitarla por completo, porque no soporto lo que me hace sentir. Me duele... Me duele demasiado.
Era una idea que había rondado su mente demasiadas veces. El amor no correspondido era un peso insoportable, un dolor que su corazón vacío y desesperado no podía soportar. Pero por más que lo pensara, nunca había logrado alejarse.
Nora la observó en silencio por un momento antes de hablar.
—Entonces, ¿por qué no lo haces? Si crees que eso te haría sentir mejor... ¿por qué no la dejas ir?
La sola idea de dejarte la enfermaba.
—No puedo. Sé que es lo mejor para mí, pero no puedo dejarla. La he amado demasiado tiempo como para poder vivir sin ella.
—La he amado demasiado tiempo como para poder vivir sin ella —repitió Nora con una mueca burlona—. Eso suena un poco dramático, Abby, ¿no crees? Mira, sé que ella significa mucho para ti, y tú significas mucho para ella, pero puedes seguir adelante sin ella. No te marchitarás ni te desvanecerás si la dejas ir para poner tus propios sentimientos y tu bienestar en primer lugar.
Nora hizo una pausa breve antes de continuar, con un tono más suave:
—Sé que es difícil, pero si no puedes hacerlo por ti, hazlo por ella. Solo lograrás lastimarla más si la ignoras y la alejas. Créeme, Abby, simplemente termina con esto y déjala seguir adelante.
Abby sabía que tenía razón. Lo sabía con la misma certeza con la que sabía que el sol saldría al día siguiente. Sabía que las cosas no mejorarían y que aferrarse a lo que quedaba solo les haría daño a ambas. Maldijo sus propios sentimientos, luchando por ignorarlos mientras, finalmente, tomaba la decisión que debía haber tomado hacía tiempo.
No dijo nada. Solo asintió, un gesto pequeño pero cargado de un peso inmenso. Nada en esto era simple.
—¿Sí? Está bien. Sequemos esas lágrimas antes de que ella y Manny regresen.
Y eso fue lo que hizo. Se sentó de nuevo, respiró hondo e intentó recomponer su expresión, como si no acabara de decidir dejarte ir.
La puerta se abrió cuando apareciste. Ella intentó ignorar cómo el simple hecho de verte desordenaba su corazón, cómo cada latido dolía un poco más ahora que sabía que esta podría ser una de las últimas veces que te vería.
—Manny quería ver un anime, pero pensé que una película de terror sería mejor. Tenemos La novia de Chucky y Carrie. Ustedes eligen —dijiste, dejando las películas sobre la mesa con indiferencia.
—Si tan solo One Piece fuera una opción… —suspiró Manny, dejándose caer de nuevo en el sofá.
Nora posó una mano en el hombro de Abby, un gesto sencillo, pero lleno de significado. Su mirada estaba cargada de compasión y un silencioso recordatorio de lo que debía hacer.
Abby suspiró, sintiendo cómo el peso de la decisión le oprimía el pecho. Se puso de pie, tomó tu bolso y te lo entregó, dejando que sus dedos rozaran el material con una fugaz vacilación. Tú la miraste, perpleja.
—Vamos, te llevaré a casa —dijo, su voz más firme de lo que se sentía por dentro.
Quizá estaba terminando las cosas, pero en el fondo sabía que no tenía la menor intención de dejarte ir del todo. O tal vez eso era solo lo que quería creer. Tal vez solo necesitaba unos momentos más contigo, aunque supiera que serían instantes llenos de silencios incómodos, de distancias invisibles, de dudas reflejadas en tu mirada. No importaba. Mientras pudiera saborear el privilegio de estar a tu lado un poco más, el resto no tenía importancia.
Al final, siempre fue egoísta.
—¿Qué? ¿No íbamos a ver una película? —preguntaste, confundida. No entendías qué habías hecho esta vez para molestar a Abby, y esa incertidumbre te estaba matando.
—Deja de perder el tiempo y ven a sentarte de nuevo, pendeja.
—Déjalas ir, Manny —suspiró Nora—. Que tengan una buena noche, chicas.
Notaste la mirada que le dirigió a Abby, la misma que le había lanzado al entrar por primera vez en la habitación. Ahora no podías evitar preguntarte de qué habrían hablado mientras tú y Manny estaban fuera. ¿Había dicho Nora algo que la molestara?
Pensamientos y preguntas te acosaban mientras caminabas hacia el auto de Abby. Solo deseabas que te hablara, que disipara tus dudas, que pudieras saber si aún te amaba o si todo se había perdido.
No querías seguir preguntándote qué habías hecho mal. Querías respuestas. Y estabas decidida a obtenerlas.
Abby subió al coche y se sentó al volante. La tensión en su cuerpo era evidente, más marcada que nunca. Parecía más triste de lo que la habías visto antes, y aún no había pronunciado una sola palabra ni se había dignado a mirarte.
—Abby, detente —murmuraste, colocando tu mano sobre la suya, impidiéndole seguir jugueteando con las llaves.
Viste cómo, al instante, su cuerpo se relajaba bajo tu toque, la tensión esfumándose por un breve momento. Pero rápidamente apartó su mano, como si tu contacto la hubiera quemado. Ese gesto encendió algo en tu interior, una llama imposible de apagar. Y no pudiste contenerte.
—¡Dios, Abby! ¿Qué carajo te pasa? ¿Por qué sigues actuando así? —gritaste, con la voz quebrada por la frustración.
Ella ni siquiera tuvo la decencia de mirarte. Se limitó a girar la llave en el encendido, pero no podías ignorar lo evidente: la tensión había vuelto a apoderarse de su cuerpo. Sus dedos temblaban, aferrados con demasiada fuerza a las llaves, como si sujetarlas con ese ímpetu pudiera sostener también algo dentro de ella que estaba a punto de romperse.
—Abiga-
—Déjalo ya —te interrumpió, su voz baja, tensa, conteniendo una rabia que parecía estar al borde de estallar. Esa calma forzada solo avivó tu propia furia.
—¿Déjalo ya? ¿Estás bromeando? Abby, ¿por qué no me dices qué hice mal? ¡Dime qué demonios nos pasó y por qué pareces tan disgustada conmigo! Deja de dejarme con la duda…
—¡Maldita sea, te dije que lo dejaras! —estalló de repente, golpeando el volante con un puñetazo seco que resonó en el silencio tenso del auto.
Te quedaste inmóvil, tragándote las palabras que querías soltar, sin saber si debías insistir o dejarlo morir ahí. Abby nunca había estado tan furiosa. No contigo. Siempre había sido paciente, incluso en tus peores momentos. ¿Qué habías hecho para convertirte en el blanco de esa ira?
—¿Ya no soy “Caléndula”? —murmuraste al fin, con una voz que te pareció ajena, demasiado débil, quebradiza. No era justo. Era ella quien debería estar explicándose, y sin embargo, eras tú quien temblaba.
Los ojos de Abby se suavizaron. Sintió un nudo apretándose en su garganta mientras las lágrimas amenazaban con brotar, pero no iba a permitírselo. Sabía que no merecías esto. Lo único que deseaba era rendirse, acercarse a ti, envolverte entre sus brazos, abrazarte y besar cada una de tus lágrimas.
Se suponía que debía hacerte sentir segura y feliz, no ser la causa de tu dolor.
El camino de regreso a casa fue un silencio tenso, cargado de palabras no dichas. Ambas luchaban por no derrumbarse. Abby conducía despacio, de forma deliberada. Aunque cada kilómetro era un peso en el pecho, no quería que ese último momento contigo terminara tan pronto. El dolor de tu presencia era más soportable que la idea de tu ausencia, así que alargaba el trayecto tanto como podía. Mientras pudiera sentarse a tu lado, mientras pudiera escucharte respirar cerca, mientras estuvieran juntas, por breve que fuera, todo lo demás dejaba de importar.
Entonces llegó ese instante ambiguo en el que llegaste a casa. Un momento esperanzador para ti, porque creías que al día siguiente la volverías a ver, que tal vez podrían hablar y todo estaría mejor. Pero para Abby fue devastador, porque sabía que esa sería la última vez que te vería.
Sabía que debía decirte la verdad, que debía ponerle fin a lo que quedaba de su amistad. Sería cruel mantenerte en la incertidumbre, alimentando falsas esperanzas. Pero no pudo hacerlo. Quizá porque admitirlo en voz alta significaba aceptar que lo de ustedes había llegado a su fin.
Saliste del auto y cerraste la puerta sin mirar atrás, sin regalarle una última mirada.
Y entonces, Abby se quebró.
Lágrimas calientes brotaron de sus ojos mientras se cubría la boca con la palma de la mano, aunque no hubiera nadie cerca. No quería oír el patético eco de sus propios gritos.
Ojalá las cosas entre ustedes hubieran terminado de otra forma, al menos con un poco de dignidad. Ojalá hubiera podido abrazarte una última vez, ojalá no hubiera tenido que soltarte nunca.
Sus gritos se apagaron, transformándose en sollozos entrecortados. Se aferró a su propia piel, clavándose las uñas en un intento inútil de contener el dolor, de silenciar lo que dolía más allá de la garganta. Apoyó la frente contra el volante mientras las lágrimas caían sin tregua.
Era cruel. Sencillamente cruel. ¿Por qué tenía que estar condenada al amor? Un amor desesperado, como habías dicho al describir la caléndula. Eso era lo que sentía: un sentimiento que le desgarraba el corazón con saña, que le contaminaba el alma sin piedad.
Ahora te había perdido, y lo único que quedaba era una desolación punzante. Cómo deseaba poder arrancarte de su pecho, arrancar esa caléndula que había enraizado tan hondo en su corazón.
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
Al día siguiente saliste a buscarla. No habías tenido noticias de Abby. No hubo mensajes, ni una disculpa, ni un intento de reconciliación. Caminabas de un lado a otro por las calles de tu pequeño pueblo, con la esperanza de cruzártela por casualidad, de encontrarla en un rincón cualquiera, como si la vida aún quisiera darte esa oportunidad.
Podrías haber ido a su casa, pero algo te detenía. Una corazonada, tal vez. O el miedo de no ser bien recibida.
Sin embargo, a quien viste no fue a Abby, sino a su amiga Nora. Estaba sentada en el banco desgastado frente a ti, con la mirada perdida en el camino de piedra, sumida en sus pensamientos. Si Abby no quería hablar contigo, tal vez Nora sí lo haría.
Te acercaste con determinación.
—Hola, Nora.
Ella reconoció tu voz de inmediato. Se incorporó y te miró directamente a los ojos con una expresión inesperadamente comprensiva.
—Hola, ¿cómo estás? —Su mano, suave y cálida, se posó en tu hombro.
—¿Bien? ¿Supongo? —Su compasión te desconcertó. ¿Te veías tan mal? ¿Tan enferma? Tragaste saliva antes de continuar—. Mira, Abby me ha estado evitando… No sé por qué. Anoche intenté confrontarla, pero terminamos peleando. Fue horrible. No quiso decirme qué estaba pasando, así que pensé que tal vez a ti te había contado algo.
Nora retiró la mano y suspiró con irritación. Por un momento, dudaste si debías haberla involucrado en esto.
—Dios mío, ¿qué tan estúpida puede ser esa chica? —murmuró, exasperada.
—¿Perdón?
Nora sacudió la cabeza y dio una palmadita en el banco.
—Ven, siéntate conmigo.
Empezaste a escuchar el latido de tu corazón retumbar en tus oídos. Ahora estaba claro que Abby le había dicho algo a Nora. Un escalofrío te recorrió la espalda mientras temías lo peor. Te sentaste junto a ella, observando cómo se giraba para mirarte.
—Abby me habló.
El estómago se te encogió. Así que sí, le había dicho algo después de que tú y Manny se fueron.
—No sé cómo decirte esto de una manera fácil. En realidad, Abby debería ser quien lo hiciera, pero supongo que estaba demasiado asustada… o algo así. —Nora tomó tu mano entre las suyas, un gesto que solo aumentó tu nerviosismo—. Solo voy a decirte esto: deja de intentar hablar con ella. Es mejor seguir adelante… y tratar de olvidarla.
El latido en tus oídos se volvió ensordecedor. Un frío helado se apoderó de tu cuerpo.
—¿Qué? ¿Qué diablos estás diciendo, Nora? Ella es mi mejor amiga. Esto no ha terminado.
Tu voz temblaba, pero te negaste a dejar que se quebrara. No ibas a llorar. No frente a ella.
—Lo siento, pero es así. —El tono de Nora fue suave, casi como si temiera romperte con sus palabras—. No me corresponde decirte por qué, pero debes saber que no es tu culpa. Simplemente… deja de buscarla. Tienes que dejarla en paz.
Se removió en el banco, inquieta, como si estuviera a punto de irse. Tal vez temía decir demasiado.
Tu pecho se llenó de rabia e impotencia.
—¿Cómo que no es mi culpa? ¡Obviamente hice algo para que ella me dejara! —Intentaste mantener la voz firme, pero cada respuesta vaga de Nora solo avivaba tu frustración.
Perder a alguien que amas es doloroso. Pero perderla sin siquiera saber por qué… eso era insoportable.
¿Cuántas personas lo sabían? ¿Solo Nora? ¿O había más que conocían la verdad mientras tú seguías en la oscuridad?
Nora se disculpó una vez más antes de levantarse y dejarte sola con tus pensamientos. Supongo que no se quedaría para consolarte.
Por mucho que dijera Nora, nada iba a impedirte intentar hablar con Abby otra vez. No podías simplemente aceptar lo que estaba pasando y seguir adelante.
El camino hasta la casa de Abby no fue largo, considerando lo pequeño que era el pueblo. Mientras avanzabas, repasaste en tu mente todo lo que le dirías. Al llegar, golpeaste la puerta con determinación.
Unos cuantos golpes más y, finalmente, allí estaba ella: tu mejor amiga. Llevaba puesta una camiseta negra sin mangas y pantalones deportivos del mismo color. Su cabello suelto caía con naturalidad, y se veía tan hermosa como siempre. ¡Oh, cuánto habías extrañado perderte en su mirada!
Lo único que dijo fue tu nombre. Un instante de silencio las envolvió, un momento cargado de adoración y tristeza. Sabía por qué estabas allí, pero qué hermoso era volver a verte.
Sin esperar una invitación, empujaste la puerta con más firmeza y entraste, quedando de pie en su sala de estar.
—No deberías estar aquí —suspiró Abby, cerrando la puerta detrás de ella.
—Entonces échame —desafiaste con dureza. Pero ella no se movió—. Abby, Nora habló conmigo. Dime qué está pasando —le exigiste.
Abby pareció desconcertada. Sin duda, iba a hablar con Nora después de esto.
—¿Qué te dijo? No tenía derecho…
—¡No, Abby, tú no tenías ningún derecho! —Tu voz tembló, pero cada palabra salió con más fuerza de la que pretendías—. ¿Cómo pudiste dejarme así, sin decir una sola palabra? ¿Acaso significo tan poco para ti?
Querías sonar tranquila, mantener la compostura, pero la ira y el dolor se filtraban en cada sílaba. Sabías que las lágrimas no tardarían en llegar.
—No puedes terminar nuestra amistad sin al menos darme una explicación. Es como si lo hicieras a propósito, como si quisieras torturarme, dejándome en la oscuridad sin saber qué diablos pasó o qué hice para que me odies de esta manera.
—No digas eso… —murmuró Abby.
Estaba apoyada contra la puerta, con los ojos cerrados y los dedos apretando el puente de su nariz. Su respiración era irregular. También estaba al borde de las lágrimas, pero no se permitiría derrumbarse delante de ti. No cuando ella misma había causado todo esto.
El simple hecho de que pensaras que te odiaba le dolía más de lo que quería admitir. Pero quizá, si lo creías, te sería más fácil seguir adelante.
Todo lo que ella deseaba era volver atrás en el tiempo, abrazarte como antes, sin este peso sofocante de culpa. Pero lo que anhelaba aún más era decirte que te amaba… y escucharte decir esas mismas palabras.
Si dependiera de ella, uniría su alma desesperanzada a la tuya. Pasaría el resto de su vida amando cada parte de ti, entregándose sin reservas.
Pero eso era imposible.
La absurda idea de que alguna vez pudieras corresponderle le parecía… ridícula. Nunca la amarías como ella te amaba.
Y por eso sabía que debía dejarte ir.
—¿Por qué no? No me has dado ninguna razón para pensar lo contrario. Me pides que nos veamos solo para ignorarme. ¿Por qué, Abby? Solo dime qué hice mal. No puedo seguir preocupándome y preguntándome más.
Tus palabras la golpearon como una ráfaga de viento helado. Se sentía abrumada por sus propios pensamientos y por tu confrontación. Sabía que tenías derecho a una explicación, lo entendía, pero aun así, no podía decírtelo. Esa impotencia la consumía, la enfurecía aún más. Odiaba sentirse débil. Odiaba lo que estaba haciendo.
—¿No te ha quedado claro que no quiero verte más? —soltó de golpe, sin pensarlo—. Se acabó, métetelo en la cabeza. Deja de intentar hablar conmigo, de comunicarte con mis amigos y simplemente… déjame en paz. ¡Lo único que estás haciendo es humillarte a ti misma!
El silencio que siguió fue insoportable. En el instante en que las palabras salieron de su boca, supo que nunca se lo perdonaría. Tal vez, si lograba que la odiaras, todo sería más fácil. Para ambas.
—No quiero volver a verte.
Mentiras. Todas mentiras.
Se obligó a evitar tu mirada. Sabía que si te veía, si veía el dolor reflejado en tu rostro, se derrumbaría por completo.
Tus ojos se llenaron de lágrimas, pero te negaste a ceder. Te mordiste el labio con fuerza, como si eso pudiera contenerlas. Y entonces lo entendiste.
Ella no estaba dispuesta a hablar. No lo suficiente como para arreglar lo que había roto.
No lo suficiente como para salvar lo que una vez tuvieron.
Por mucho que te doliera, necesitabas obligarte a aceptar la verdad: tu mejor amiga ya no quería tener nada que ver contigo. Y Dios, ¡cómo dolió!
Te tragaste el nudo en la garganta y asentiste levemente.
—Está bien.
Dos palabras. Una respuesta sencilla. Y estabas fuera.
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
Los días tediosos y las noches solitarias transcurrieron con una lentitud insoportable. El tiempo se arrastró, primero en días, luego en semanas, hasta que finalmente te rendiste ante la terrible verdad: ella no volvería.
No podías negar que, en el fondo, aún albergabas una esperanza absurda. Esperabas, patéticamente, que un día ella te hablara de nuevo. Que se disculpara, que te tranquilizara, que te abrazara.
Oh, cómo deseabas que te abrazara otra vez. Sentir su tacto, escucharla llamarte “Caléndula” aunque fuera por última vez.
Pero con el paso de las semanas, dejaste de atormentarte con preguntas sin respuesta. Ninguna de tus conjeturas tenía sentido y, de todas formas, saber la verdad no la traería de vuelta.
Aun así, no podías evitar imaginarla. Pensar en lo bien que debía estar sin ti, en lo aliviada que se sentía por haberte sacado de su vida.
Lo poco que sabías.
—El tipo es un idiota.
Pero ya no te sentías tan sola. Hacía apenas tres noches, tu vieja amiga había decidido sorprenderte con una visita desde Seattle. Se quedaría unas semanas. Había llegado en un momento oportuno.
—¿Uh, quién?
Tenías que admitirlo: no habías prestado ni un segundo de atención en los últimos treinta minutos a la película que se reproducía frente a ti. Y eso ya era preocupante, considerando que El Señor de los Anillos era una de tus favoritas.
Tu amiga, sin embargo, no parecía darse cuenta de lo distraída que estabas. Seguía absorta en la película que habían visto juntas más veces de las que podías contar, con sus ojos color verde fijos en la pantalla.
—Aragorn —murmuró—. Quiero decir, Arwen es sexy y todo eso, pero ¿cómo podría una persona sensata no estar dispuesta a tirar toda su vida por Éowyn? No lo pensaría dos veces, solo digo.
Tarareaste una respuesta sin entusiasmo. Tu mente volvía a alejarse lentamente.
Eso, finalmente, captó su atención.
—Oye.
Pausó la película y giró hacia ti. Con suavidad, sujetó tu barbilla, intentando que la miraras a los ojos. Sus cejas, cruzadas por cicatrices, se fruncieron con preocupación.
—¿Hay alguien ahí dentro? —bromeó.
—Sí… Me distraje un poco, lo siento.
Pero la culpa se instaló en tu pecho. Tu amiga había viajado hasta allí para verte, y aun así, tú seguías atrapada en pensamientos sobre la persona que habías perdido.
—No lo lamentes. ¿Pensabas en ella? —No esperó una respuesta; sabía que sí—. Vamos, háblame. Dime lo zorra que es.
Se apartó, acomodándose contra el brazo del sofá.
—No la llames así.
Ellie se pasó una mano por el cabello con pereza.
—Tienes razón, lo siento. No llamaré zorra a esa zorra.
—¡Ellie! —exclamaste con fingida indignación, intentando contener la risa.
Por primera vez en semanas, sentías un atisbo de felicidad. A pesar de lo mal que habías estado últimamente, la visita de Ellie había sido un respiro. No importaba cuán hundida te sintieras, ella siempre encontraba la manera de sacarte una sonrisa.
Siempre había sido buena en eso. Su sarcasmo afilado y su sentido del humor retorcido eran lo primero que uno notaba al conocerla.
—Ahí está —dijo, satisfecha de haber logrado su cometido.
Rieron juntas, aunque la sombra de la tristeza aún pesaba sobre ti.
—Es que… maldición, no quiero creer que lo nuestro haya terminado de verdad.
No quedaba mucho más por decir. Ya le habías contado todo unos días antes. Pero el vacío seguía ahí, sin disiparse.
En cuanto Ellie volvió a verte, notó de inmediato la melancolía asomándose detrás de la sonrisa forzada que intentabas mostrar. Quisiste asegurarle que no era nada, pero ella te conocía demasiado bien.
Las grietas que Abby había dejado en tu corazón roto se abrían poco a poco, y Ellie, con infinita paciencia, intentaba remendarlo. Te abrazó mientras llorabas y maldecías a Abby entre sollozos. Durante horas, te secó las lágrimas y te prometió que nunca te abandonaría como lo hizo ella.
—Dina tiene suerte de tenerte —murmuraste, con la voz quebrada, mientras Ellie pasaba los dedos por tu cabello, tratando de hacerte lucir un poco más presentable tras el colapso.
—Por supuesto que la tiene —respondió, esbozando una leve sonrisa. Luego, soltó tu cabello y, con el pulgar, limpió una última lágrima que resbalaba por tu mejilla húmeda—. Pero tú también me tienes.
Por un instante, su mirada se perdió en la pared detrás de ti, como si su mente estuviera en otro lugar, atrapada en pensamientos que no se atrevía a compartir.
De repente, Ellie se puso de pie y tomó tu mano con firmeza, tirando de ti para levantarte.
—Vamos —dijo, con una determinación que casi parecía una súplica—. Dejemos de pensar en esto, ¿sí?
Gruñiste en protesta y te dejaste caer de nuevo en el sofá.
—Déjame revolcarme en mi miseria —arrastraste la última palabra con dramatismo, abrazando una almohada contra tu pecho, como si fuera un escudo contra el mundo.
—No te comportes como un bebé. Ya has hecho bastante —dijo Ellie antes de arrancarte la almohada de las manos con un tirón brusco—. Además, no vale la pena revolcarte en esto.
Se alejó un paso y, sin previo aviso, te arrojó la almohada directo a la cabeza.
—Ahora levántate.
—¡Ay! —exclamaste, llevándote una mano al lado izquierdo de la cabeza con fingida indignación—. ¡Eso me dolió!
Ellie puso los ojos en blanco.
—Ni siquiera te pegué de ese lado, idiota —dijo con diversión antes de tomarte de la muñeca y obligarte a ponerte de pie.
Soltaste un gemido exagerado de cansancio.
—¿Y qué quieres hacer?
Ellie se cruzó de brazos, fingiendo meditarlo.
—Bueno, podríamos cubrir con papel higiénico la casa de Abby... o rayar su auto… o, tal vez, matar a su perro.
Le lanzaste una mirada poco impresionada, pero eso no la detuvo.
—O también podríamos ir por un helado —añadió de pronto, juntando las palmas de las manos como si acabara de tener una idea brillante.
Suspiraste y tomaste tu bolso del mostrador.
—Me gusta eso. Vámonos.
Ellie agarró su sudadera con capucha gris azulada del sofá y se la puso. Te preguntaste cuándo habría sido la última vez que la lavó.
—¿Cuál de todas mis brillantes ideas te gusta?
—Oh, cállate —intentaste ocultar la risa en tu voz. Por alguna razón, querías seguir molesta. No querías intentar seguir adelante, y eso casi te confundía más que Abby—. Ni siquiera podrías vivir contigo misma si lastimaras a un perro.
—Tal vez —convino ella, encogiéndose de hombros—. Probablemente lo secuestraría para mí. Al menos eso le haría daño a ella.
﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌﹌
—Y ahora, Caléndula, ¿qué flor quisiera ser?
—Uhm… —Intentaste pensar un poco. ¿Qué tipo de flor sería Abby?—. Ruiseñor —concluiste.
Ella frunció el ceño.
—No sé mucho sobre eso. ¿Por qué ruiseñor?
—Ruiseñor, Abigail. Rima.
Rodó los ojos y soltó una risa entre dientes antes de colocar la caléndula detrás de tu oreja. Por un instante, pensó que parecías la cosa más hermosa.
—Realmente lo pensaste mucho, ¿eh?
#abby x fem!reader#abby the last of us#abby tlou#abby x you#abby x reader#abby anderson#the last of us#tlou part 2#tlou game#tlou#tlou2#español
13 notes
·
View notes
Text
Cartas que jamás leerás
#DIA17
Wow, han pasado 17 días. Me parece increíble no saber de ti, no saber cómo estás, qué haces, si te va bien en el trabajo, si estás estresado, etc. y me parece increíble que no sepas nada de mí tampoco. He pensado muchas cosas todos estos días, siento que estoy mejorando como persona. Ya estoy empezando a aceptar que no volverás y que no llegará aquella explicación que me debes por irte sin darla. Empiezo a pensar que realmente me sentías como una carga, que ya no sentías amor, que te aburriste. Me gustaría que me dijeras que no fue así que todo está en mi cabeza, que me amas más que ayer y menos que mañana. Pero no será así, ya ni siquiera sé si aunque sea paso por tu cabeza en algún momento del día. No te mentiré, aún te extraño, pero la idea que vuelvas ya no la estoy pensando. Te amo buenas noches.
12 notes
·
View notes
Text
Kinktober Day 2
Hajime Kashimo
Electroestimulación
Electroestimulación: también llamada electrosex, es una práctica que consiste en la estimulación de los nervios del cuerpo en zona erógenas para el placer sexual... ☆~☆~☆~☆~☆~☆~
Ibas caminando por la colonia cuando de repente viste unos rayos impactar contra una zona mas o menos cercana a la tuya por lo que sabias de quien se trataba y sonreíste...
Te acercaste un poco y viste a Kashimo masacrar como si nada a una maldición que tenía probablemente 15 veces su tamaño...
Como el estaba concentrado en eso no notó que otras dos maldiciones se le iban acercando por lo que saltaste al campo de batalla y cortaste a ambas con tu espada, incendiando a las maldiciones...
Kashimo al sentir el calor y ver tu cabello pelirrojo inmediatamente se dio vuelta intentando golpearte, pero tu lo esquivaste e intentaste prenderle fuego con tu espada, pero el lo bloqueó con electricidad...
Fuego y Electricidad se bloquean entre ellos...
Kashimo: te estaba esperando!!
_____: jajaja había perdido la esperanza de encontrarte Kashimo...
Ambos se rieron y volvieron a mirarse para luego saltar intentando darle el uno al otro... pero sin resultados...
Estuvieron un buen tiempo peleando entre ustedes hasta que notaste una tercera presencia y desviaste la vista hacia ''eso''
Kashimo: Hakari, no te metas, flamita es mía...
El sonrió contento y intentó atacar de nuevo pero tu fuiste hacia Hakari...
_____: ¿te aliaste con un hechicero? ¿tan bajo caíste al renacer rayito?
Hakari no se movió, se quedó quieto viendo como se acercabas por lo que antes de rebanarlo te detuviste en seco...
_____: ¿Por qué no te moviste?
Hakari: Kashimo me dijo que no interfiriera en su pelea...
_____: vaya... oye rayito, encontraste a alguien bueno eh
Kashimo: si... es genial, tiene apenas 19 años, parece estafador, pero es muy masculino... me cae bien...
_____: bueno... un gusto, soy _____ Haki
Hakari: un gusto, Hakari Kinji
_____: ¿y cómo se conocieron?
Kashimo: casi maté a su amigo, nos peleamos y nos hicimos amigos porque fue divertido...
_____: JAJAJAJ
Kashimo: ella es Haki, era una bruja en nuestra época, una hechicera malvada, si la hacías enojar era 100% seguro que incendiaba todo lo que era valioso para ti...
Hakari: ¿y como te diste cuenta de eso?
_____: quemé la cabaña donde él se estaba quedando por error...
Kashimo: aun tengo una marca de quemadura en la pierna...
Hakari: ustedes están locos... me encanta...
Los tres empezaron a caminar, tu solo los seguías y con el tiempo platicaste más con Hakari
_____: entonces ¿abandonaste la escuela y empezaste un club de pelea y apuestas?
Hakari: si, fue la mejor decisión de mi vida -sonrisa-
Cuando los tres llegaron a la base obviamente hubo algunos que se voltearon a ver y se pusieron alerta al verte, pero Hakari les explico la situación...
Yuta: Hakari... ¿seguirás trayendo reencarnados?
Hakari: los colecciono, son como pokemones... mira Choso es morado, Kashimo es celeste, _____ es roja...
Tu y Kashimo estaban tratando de adivinar que es un ''Pokemon''
_____: ¿tu que crees que sea ese ''Pokemon''?
Kashimo: ni idea... suena a animal...
_____: ¿nos llamó animales?
Tomaste el mango de tu katana y Kashimo puso su mano sobre la tuya para que no hicieras nada...
_____: hay dos híbridos aquí...
Señalaste hacia Choso y luego te giraste observando a todos hasta que viste a un chico pelirrosa
_____: ese es uno, el de coletas negras y el otro es aquel de cabello rosadito...
Kashimo: si, lo sé, el pelinegro Choso, me pidió que no diga nada de eso, entonces guardamos el secreto entre nosotros
_____: es un poco obvio que es un hibrido el rosadito...
Kashimo: para nosotros sí, para ellos ya no, los hechiceros de hoy en día ya no saben diferenciar...
Luego de un rato de estar charlando un poco entre todos te aburriste
Hakari: no tenemos más habitaciones aquí así que tendrás que quedarte con Kashimo
_____: me matará mientras duermo...
Kashimo: me matará mientras duermo...
Ambos se miraron y se sacaron el dedo del medio
Hakari: siento decirlo, pero dormirán juntitos...
Hakari les dio una palmada en la espalda empujándoles por la escalera...
_____: joder... pega fuerte...
Ambos fueron a la habitación de Hakari, tenias buenas vistas y por suerte una cama ancha... Ambos dejaron sus armas y entonces se miraron... rápidamente te moviste para empezar a besar a Kashimo y posó sus manos en tu cintura siguiendo el beso intensamente... Diste un salto envolviendo tus piernas alrededor de su cintura y él sonrió ante eso para luego apoyarte contra la pared...
Kashimo: eres una hija de puta...
_____: y aun así no puedes resistirte a mi...
Sonreíste y el asintió...
Enredaste tus dedos en el cabello de Kashimo mientras podías ver pequeñas líneas de electricidad fluyendo alrededor... mientras tanto Kashimo podía ver pequeñas chispitas de fuego saliendo de las puntas de tu cabello
Él te dio una nalgada desintegrando tu ropa con la electricidad a lo cual lo miraste enojada...
_____: OYE Kenjaku solo me revivió con esa ropa...
Kashimo: presta de Maki, tu y ella tienen el mismo cuerpo...
Kashimo te presionó contra la pared y te metió dos de sus dedos empezando a moverlos en un movimiento de vaivén
Kashimo: siempre me pareció gracioso que tu técnica es de fuego y siempre terminas tan mojada apenas te toco...
_____: jajaja mi cuerpo ya sabe que tiene que estar preparado para ti...
El sonrió y se acercó a tu cuello dejando una mordida ahí luego de ello sentiste como dejó fluir una descarga eléctrica por sus dedos haciéndote gemir...
_____: ¡¡HAJIME!!
Kashimo: ¿sí? No es necesario que me grites -sonrisa-
Él volvió a dejar fluir unas cuantas descargas, pero ahora con diferente intensidad lo cual te hacia retorcer en tu sitio hasta que Kashimo te dio otra nalgada que hizo correr electricidad por todo tu cuerpo y ahí te quedaste quieta
Era casi un castigo que Kashimo sepa como tratarte y dominarte, pero no te molestaba, era el único hombre de tu calibre que conocías...
Pero... el también se olvida que tú tienes la misma alma caótica que él por lo que le sueltas una palmada en la espalda quemándole la ropa y dejándolo desnudo...
Kashimo: hija de puta...
_____: puedes prestar la ropa de Choso, después de todo tienen el mismo cuerpo
Sonreíste devolviéndole exactamente lo que te dijo y el te miró con los ojos entrecerrados.
Dejó fluir una descarga mucho mas fuerte en tu interior y gritaste por ello rindiéndote... El soltó una risita y su mano libre subió a apretar tus senos, su dedo pulgar pasaba sobre tus pezones y poco a poco también dejaba salir descargas en esa zona...
Luego de eso Kashimo separó un poco mas tus piernas sacando sus dedos de tu interior y ubicando su miembro en el sitio...
Lo metió completo de un solo empujón lo cual hizo que tu cuerpo se sintiera caliente y dejaras salir un gemido intenso.
A Kashimo le gustaba tener sexo de pie por la gracia de que al estar alzando tu peso, también contaría como hacer ejercicio y ver que tanta fuerza y resistencia puede tener...
El empezó a mover tu cadera de arriba abajo sobre su pene haciendo que ente entre y salga de tu canal vaginal, rozando tus paredes...
Kashimo empujaba con fuerza haciendo que el sonido de sus pieles chocando se escuchaba por toda la habitación. La forma en que los testículos de Kashimo chocaban contra tus glúteos era un pequeño placer adicional que tenías...
Enterraste tu rostro en su cuello gimiendo ante sus embestidas, eran fuertes y profundas por lo que sentías que te iba a desgarrar la vagina en dos a cualquier momento, pero aun así lo disfrutabas como si no hubiera mañana...
Escuchaste una risita proveniente de Kashimo y antes de que pudieras alzar la vista para obsérvalo, el dirigió una descarga eléctrica a través de su miembro haciéndote gemir y sollozar por el placer...
_____: Hajimeee por favor...
Sentías como tus piernas temblaban alrededor de su cadera... sollozabas de placer ante cada embestida que te daba Kashimo porque el nunca dejó de fluir descargas hacia tu interior...
_____: por favor Hajime... Hajime... eres tan bueno...
Él peliazul te volvió a dar una nalgada fuerte y ahora sus embestidas eran mas lentas, pero más profundas, momentos después volvió a subir el ritmo dándote embestidas rápidas, profundas y con descargas incluidas...
Todo esto fue lo que te llevó al limite por lo que terminaste corriéndote alrededor de su miembro y debido a ello el también se corrió en tu interior...
Él te llevó a la cama en donde te recostó y te observó desde arriba... eras un desastre, con el cuerpo tembloroso, lagrimas fluyendo por tu rostro y tus labios entreabiertos respirando rápidamente tratando de reponer todo el aire que exhalaste...
Kashimo: para que se te quite lo malcriada...
Te dio una palmada en el interior de los muslos y tu chillaste por eso. Su mirada bajó a tu intimidad y sonrió al ver como los fluidos aun salían y se deslizaban por tus muslos empapándote...
Kashimo: que suerte que los reencarnados somos infértiles ¿no crees?
_____: si...
Asentiste y te cubriste con la manta de su cama...
#hajime kashimo#jjk kashimo#jujutsu kaisen smut#jujutsu kaisen x reader#Hajime Kashimo smut#x reader
20 notes
·
View notes
Text
Colisionar
No quiero sentir este vacío.
Ese dolor punzante en el pecho.
Aprisiono lo más que puedo aquellas lágrimas en forma de pequeños cristales.
No quiero. Me rehúso a quebrar en llanto.
Hay un hueco vacío que supura silencio.
Se estrellan anhelos de abrazarte de nuevo.
Delirar con el sabor de tus besos.
Recordar como si ya te hubieras ido muy lejos.
¿Te fuiste, en realidad?
O sólo son mis desvaríos de tener un oscuro presentimiento?
Que te aburriste de mí.
Que ya no hay nada por ver ni tocar en este museo viviente.
Te espero como una sirena a un barco pirata.
Y colisionan mis sentimientos en las piedras de tu indiferencia.
Hay vacío y odio extrañarte.
Odio vulnerarme y sentir de nuevo este dolor conocido.
Me quema y me asfixia.
Pero...por qué te alejaste?
Adorné de estrellas brillantes una habitación que se dedica a guardarme.
Y me resisto al llanto.
Me lastima la garganta pero de mí nada sale.
Una cinta que se repite una y otra vez delante de mis ojos.
Te quiero ver...
Pero no estoy dispuesta a perseguir a alguien.
O tan sólo siquiera mendigarle amor.
Y qué es al final de cuentas amar?
Entregarme en cuerpo y alma para después implosionar?
Emilia R.B
4 notes
·
View notes
Text
¿Te acuerdas de esa sudadera gris?
Esa noche después de comprobar que nada más no me moría, me la puse y seguí gritando mientras lloraba, me acosté en el piso y me abrace de un peluche, cual escalador aferrándose a la saliente de una montaña, en medio de la nada, mientras el abismo me regresaba la mirada.
Me pesaba el cuerpo, hasta respirar me dolía. Ahí me dieron las 3 de la mañana, no me importo seguir llorando, pero es que... tarde mucho en dejarlo salir...
Ese domingo
Íbamos a salir, fuiste por mi hasta mi casa, acababa de llegar tu hermana de Cancun.
Yo no sabía que iba a hacer, pero tenía que hablar contigo, prefería que me abandonará la sangre del cuerpo antes que dejar de rozar tus labios.
Llegaste, tarde. Estuve esperando mucho tiempo, pero ¿qué son horas cuando la promesa es pasar la vida juntos?
Bajaste, te salude y te di la espalda, no sabia como empezar.
Fuimos al pequeño parque, yo seguía creyendo que todo estaría bien.
Burlate de mi si quieres, ya no me importa, ya no soy esa.
Nos sentamos y empezaste tu discurso.
No es reciproco
No puedo estar pensando en que ya no estoy yo para vigilante.
Ya no soy feliz.
Ni siquiera me satisfaces de manera sexual.
Te dije que yo lo podía soportar, que solo era una mala racha, que te amaba, que no te quería dejar ir, que estaba dispuesta.
No recuerdo cuando rompí en llanto.
Carajo, desearía que no me hubieras visto llorar tantas veces. Supongo que es producto del como te ame, dolía saber que el amor no basta, dolía saber que por más que yo te amara no te hacia feliz, que ni siquiera sacrificando 5 horas de mi vida te daba el placer que anhelabas. Que no confiabas en mi. Que increíble pérdida de tiempo.
Me pregunto muy a menudo que hacías con el tiempo que yo solo fui a casa de una amiga a llorar, a contarle como dolía. A quedarme en casa llorando, escribiendo cartas que nunca leerías para un aniversario que jamás llegaría. Eso hice yo con mi tiempo, extrañarte, mantenerte vivo en mi alma, asegurarme de que me pudieras doler hasta el último segundo. Asegurarme de que no te dejaría de amar. Mientras yo sufría ¿a cuantas les coqueteaste?
Aún recuerdo que en mi desesperación, llevé tu mano a mi rostro y me frote contra ella, hasta que la quitaste. Si buscas bien en mi biopsia, puedes encontrar la cicatriz que eso dejo en mi corazón.
Recuerdo que regrese a casa, a por un pequeño poema escrito en hoja hecha a mano, cuando regrese, mis cosas estaban sobre la mesa. Me pregunto si no lo hiciste en frente de mi porque no podías, o solo te aburriste y lo hiciste de una vez por eso.
En fin... tu hermana había llegado, a mi me privarse de cualquier segundo cerca de ti e incluso me prohibiste acompañarte en el camino de regreso, como sea. Recuerdo que regrese a casa y de manera estoica me controle, hasta que dieron las 8, desaparecí de la sala y me retire a llorar.
A las 3 de la mañana entro un ratón a casa, me pidieron ayuda para cazarlo y mi papá se burlo de mi por tener los ojos rojos eh hinchados.
¿Fui también tú burla?
¿Te reíste con alguien más de mi?
Con amor: Artem
#amor y dolor#desamor#dolor#cartas#citas de amor#history#notas de dolor#carta de despedida#dolor del alma#lagrimas#SoundCloud
2 notes
·
View notes
Text
en el HOSTAL, zimo dice "la puerta de mi habitación se abre sola por la noche." @zimoz
‘ fui yo — mi espíritu en un viaje astral ’ reconocer la voz masculina le ha hecho abandonar la visión de los folios que componen el expediente del caso. si ocupa la mente con un millón de datos, poco espacio tendrá para recaer en otro tipo de ideas. los arcos se elevan sutiles, apenas ha de apretar los labios para formar una pequeña sonrisa en dirección del menor. ‘ ¿te asusté? perdón ’ la palma se posa en el pecho como si le pesase. ahora, hace un movimiento con el mentón invitándole a tomar asiento junto a sí en el sillón. ‘ ¿ya te aburriste del caso o es que me extrañas? ’
4 notes
·
View notes
Text
Nostalgia y un posible final al fin
Tu presente desordenado volvió a interrumpir un prometedor futuro juntos.
Veniamos tan bien, durante cuatro meses todo pararecia prometedor, habias cambiado todas las actitudes que me molestaban y volvimos hacer un equipo. La coneccion de nuestras miradas y la coordinación de nuestros cuerpos fluian mejor que nunca. Nuestros encuentros eran perfecto , comodidad, confianza y la misma complicidad de siempre. La comunicación era tan activa que parecia imposible de romperse.
Pero ella se entero y todo se rompió. El miedo te hace incapaz de tomar una decisión para cambiar tu vida y preferis quedarte en lo vacío pero conocido.
Y yo ya no puedo insistir mas, mi orgullo ya se rindió demasiadas veces como para seguir haciendolo. Incluso ya a la tristeza y a la angustia le aburriste tanto con tus idas y venidas durante estos tres años que ni una lagrima derramaron al ver que otra vez decidias tomar distancia y dejarme a un costado como si nada. Incluso aparecieron emociones nuevas como la pena y la lastima , eso es ahora lo que siento por vos. Me da pena que no puedas dejar lo que no te hace feliz, me preocupa que te termines enfermando por tener que aguantarte cosas que no te mereces y me da lastima tu falta de valentía.
Hasta que recuerdo que jugaste con migo todo este tiempo siempre fingiendo y mientiendo, inventándome una vida que no existirá jamás porque a esta altura ya me di cuenta que no sera en esta vida lo nuestro. Creo que el universo lo intento muchas veces pero fracaso ya que no eres un hombre como para ir de frente y afrontar las cosas como son.
Ahora, aun que ya no haya lagrimas si hay nostalgia y se aparece. Aparece en esos minutos de silencio absoluto antes de dormirme cuando ya esta todo apagado y cierro los ojos hasta que el cansancio gana. Aparece mientras escucho alguna cancion tanto de amor como de desamor porque parecen que todas combinan con vos, con vos y yo. Aparece durante el dia cuando me pierdo en mis pensamientos por unos minutos y me pregunto porque no me respondiste ese último mensaje y no puedo creer como me dejaste ir tan rápido. Aparece cuando la curiosidad es ma fuerte y termino buscando si estas en linea o si me desbloqueaste.
Aun apareces en mis pensamientos es que no puedo dejarte ir tan rápido y un poco me niego a la idea de que no me extrañas nada. Acorde con migo misma no engañarme mas y continuar pero la sanción de que volverás a llamar aun que pasen años es la que me impide olvidar. Pero no voy a estar esperando como las ultimas veces. Esta vez voy hacerle creer a todo mi ser que la historia llego a su fin al fin y lo voy a repetir con una sonrisa en el rostros cada vez que la nostalgia aparesca ya que esta es la unica manera de no volver a caer cuando vuelvas a aparecer.
#amor#dolor#sola#vida#desamor#gaston#lucha interna#soledad#angustia#lagrimas#corazon roto#historia de amor#nostalgia#final#fin
2 notes
·
View notes
Text
Últimamente no todo me está saliendo bien, pero saque a personas de mi vida que no valían la pena
#notas de medianoche#notas de soledad#baja autoestima#notas de desamor#te aburriste de mi#adiós#frases#letras#ansiedad#notas de dolor
110 notes
·
View notes
Text
cierro los ojos y te imagino. con tus pantalones gastados y tu remera de siempre. te imagino, agarrando tu billetera, tu gorra y el celular. miras el celular unas veces antes de salir y mandas un mensaje "ya estoy yendo". te miras en el espejo y salis. caminas con tu paso despreocupado por las calles oscuras, bajo la luz de la luna. como un lobo, un demonio, tus pasos calculados y despreocupados, sabiendo que nadie puede hacerte daño. me encanta verte desde donde estoy, como si fuera una pelicula. vos no sabes que yo te estoy viendo, mientras doblas rapido en una esquina y cruzas sin mirar la calle. sacas el celular, seguro para ver si la chica con la que te juntas te contestó. claramente está donde le dijiste que te esperara hace media hora. pero como siempre, vos llegas tarde. me gustaría decirte que vuelvas a tu casa y que pienses en mi, en nosotros, pero es inutil, yo no existo en este plano, solamente percibo agonicamente todo lo que estas viviendo sin poder evitarlo.
te veo cruzando un par de calles más, llegando a una avenida por la que solemos caminar nosotros de la mano. ¿estarás pensando en mi? ¿te acordarás que hace una semana estabas ahi conmigo escuchando música? claramente no... tu mirada sigue fija en el celular mientras caminas con una mano en los bolsillos. tu pulso está acelerado porque vas a ver a esta chica que te gusta mucho. ya casi llegas, te quedan dos cuadras.
cuando estas llegando la ves y yo también la veo mientras ella te mira. te sonríe y se saludan con un beso en el cachete, los primeros momentos de incomodidad cuando ves a alguien que no veías hace ya un tiempo, alguien con quien compartiste cama y amor y besos pero que sabes que no va a poder darte estabilidad. y se me parte el corazon al ver como la miras, sin parpadear, te brillan los ojos. ella esta muy linda, como a vos te gustan, pelo oscuro, flequillo y ojos delineados. tiene un choker medio old fashion en el cuello. le señalas unas calles como para ir caminando. seguramente la llevas a tu departamento. de una, ah, no, pero primero pasan a comprar un amargo obrero con soda. para tomar juntos mientras disfrutan la soledad de los cuerpos.
te veo mientras le haces chistes y la imagen de ustedes dos se achica y se agranda, se desdibuja y me siento tan ínfima en un mundo plagado de dolor y de abandono. aferrada a vos cuando ni siquiera pensas en mi, cuando te importo en el presente unicamente cuando estas conmigo y cuando no estamos juntos dejo de existir. cuando nada te llena porque el vacio es tan grande que te consume todos los dias. me hace muy mal pensar en quién fue el que te dañó o la que te dañó tanto como para que vos ahora no puedas proyectar nada estable.
compran el amargo obrero y agarran una de esas calles que a mi me encantan, llenas de casas antiguas, carísimas, con árboles que susurran con el viento en la oscuridad de la noche de junio. ella tiene frio y le pasas el brazo por los hombros, como haces conmigo. la acompañas dulcemente por las calles, es como si los guiara un viento celestial, un aura amorosa en la que yo no puedo ingresar ni tampoco puedo interrumpir. me gustaria interrumpir ese momento con todo mi ser. pienso en que tendrías que estar conmigo, pero entiendo si te aburriste de mi, te saturo verme tan seguido o quizas no te gusta que las cosas se vuelvan monotonas. yo amo que las cosas se vuelvan monotonas, me hace sentir ilusoriamente que algo puede ser eterno, creo que es lo que anhelamos todos los seres humanos en el fondo. menos vos. porque no tenes Dios. no tenés paz.
interrumpe mis pensamientos la risa de ella, mientras sacude la cabeza y vos la agarras y la apoyas contra una pared y le das un beso, así de la nada. veo tu postura fisica, veo a ella tan cómoda y se me parte el corazon. me gustaria dejar de seguirlos pero no puedo. voy con ustedes al departamento. y mientras toman alcohol, escuchan musica y se besan compartiendo efimeramente sus subjetividades, yo me pierdo mirando por la ventana del departamento. miro el parque que tiene y lo lindo que me parecio siempre que el edificio tuviera un parque propio. tambien escucho el susurro de los arboles e intento no prestar atencion a las cosas que le decis a ella, a todas esas cosas que tambien me decis a mi arrebatado de pasion, mientras los sonidos de ambos se vuelven una melodía animal en la que yo no formo parte y nunca voy a formar parte. y quizas todo sería distinto si hubiera aceptado hacer un trio con vos, quizas no estariamos asi de separados y disociados.
ella se va al otro dia. con el maquillaje corrido y despeinada sale del edificio mientras vos te volves a acostar en la cama y miras tu celular. empezas a mandarme mensajes por instagram, reels, videos, audios. me llenas de mensajes. y no sabes que yo sigo aca con vos, que yo nunca me fui y que probablemente conteste los mensajes a la noche cuando se me haya pasado el dolor de saber todo lo que sé, el dolor de sentirme tan poco importante en tu vida. y que no importa lo que haga o no haga, el lugar que me das siempre va a ser el mismo. vuelvo a mirar hacia la ventana, la luz otoñal entra sin reparo. quiero irme con ella, para poder pensar con claridad. quiero alejarme de vos para poder ser yo de nuevo. quiero tiempo para mi.
2 notes
·
View notes
Text
Una coartada bien planificada para hacer realidad el sueño de verte; el temblor de mis manos ante tu presencia y los fuertes latidos de mi corazón al no poder ocultar lo que me causabas: todo eso se fue contigo, el día que simplemente te aburriste de mí y no dejaste ni rastro de ti.
3 notes
·
View notes
Text
Si
Como sea siempre en el Mar hubo peces
En este lago lleva corriendo Agua hace Meses
Y ya me canso de decirlo tantas veces
No sirve un millon de primaveras si no Floreces
Al Antes ni te pareces
No se si eso es Bueno o Malo pero sera lo que merece
Perdon jamas me conforme con solo una Hora de Aventura
Tal vez te aburriste de mis locuras
Pero es que para mi no existe montura
Es dificil dominar esta criatura
Le pongo traductor a la escritura
O vamos bien
Jamas apuestes cien
Si preguntan por mi dile quien
Esto es de hace mucho no de recien
Tal vez no te diste cuenta cuando me fui
Porque odio las despedidas
Bad bunny dice addidas y a tu medida
Para no perder el flow
Te day un poco de mi glow
No hay quien me gane en el ajedres
Manda tu movimiento a mi adrees
Pero recuerda el juego entre dos no de tres
3 notes
·
View notes
Text
Talvez en agosto las medusas no pudieron avanzar.
No podria comenzar esta despedida con un saludo cordial, como en todas esas notas o cartas de agradecimiento y de invitaciones, realmente te ganaste un lugar en mi corazón, ese encanto que tienes que hizo que me cautivará por ti desde el dia 1, nunca lo dije pero desde que te conozco despertaste siempre el interés en mi, es curioso que nunca pense que tiempo después todo se volvería tan mutuo, tan bello y encantador como si en medio de mi caos se pudiera estar creando una historia de ensueño, quizas como en una película de disney tan hermosa y de paso tan comica como las de dreamsworks o simplemente sencilla y encantadora como una del studio ghibli, nunca negare que quise intentar amarte por primera vez, ya que nunca me he podido abrir con alguien y si concidere hacerlo contigo, contigo me imagine tantas cosas bonitas y perfectas, que no te imaginas, queria enseñarte que se siente ser amado y que se siente amar sanamente, enseñarte y mostrarte las grandezas que hay en nuestro entorno, pero no estoy para decirte cosas que no pasarán, cosas que quedaron en el aire, quiero agradecerte por todas tus buenas intenciones, por todos tus buenos consejos, por tus motivaciones, por tu paciencia y por tu apoyo emocional, se que es lo minimo pero no dejare de agradecerte, gracias por el tiempo invertido. Quizas yo tampoco fui la mejor persona en esto, nadie es perfecto pero creeme que puse mucho de mi parte para que todo fluyera y se diera, deje mis miedos, deje a un lado todas esas cosas que me impedían conocer a alguien en el aspecto romantico por intentar tener algo contigo, me gustas mucho y aunque no se cuanto tiempo pasara para que me dejes de gustar quiero tomarme un descanso general y solo recordarte como uno de los chicos de melena de leon mas linda que he podido tocar y mirar. Nunca te guardare odio y mucho menos rencor, tampoco nunca me aburriste y ni se me paso por la cabeza que me aburririas algún dia. tengo hacia a ti un buen aprecio y jamas te vere con otros ojos, te diría que te brindo mi amistad, pero seamos honesto y yo no te veo como un simple amigo y mucho menos te veré así a futuro.
Despues de estas cosas solo me quedan las incógnitas de porque no supiste entender a mi corazón, ni siquiera pudiste tener el valor de ver quien soy simplemente Porque no escuchas a los que estamos cerca de ti, solo te enfocas en el ruido de afuera y yo Que estoy a tu lado es como si desapareciera para ti, No voy a llorar y pensar que merezco esto porque quizas yo fui la primera en fijarme en ti, pero yo no quiero un amor a medias y mucho menos que tus palabras digan lo contrario a tus hechos, también es increíble todo esto porque no entiendo como me hiciste sentir tantas cosas en tan poco tiempo, apenas pasaran tres meses de habernos conocido y me siento como floreciendo cuando estoy contigo, pero no es facil si de alguna forma también me confundes y me haces pensar que no te importó o que simplemente no me tomas enserio. Bueno creo que he escrito suficiente. (ni siquiera pude escribir la mitad de lo que tengo para decir), nunca he escrito una carta y mucho menos una de despedida ya que odio las despedida, así que tu mi medusa y unica medusa hermosa que he podido apreciar quiero darte las gracias por todo y te deseo mucho amor y exitos en tu vida<3
3 notes
·
View notes