#silbido
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Las torres Núñez en Buenos Aires producen un fuerte silbido tras un fallo arquitectónico:
Este ruido aparece cuando hay vientos de más de 25km/hora y afecta a los vecinos también dentro de sus hogares. Además, llega a activar las alarmas de los vehículos
Enviado por: @wolfyfit90
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✨lo que más me gusta es cuando me silbas🎶✨
#juanjo bona#martin urrutia#zaragoza#juantin#el destello#la sonrisa que le salió después de que Juanjo hiciera el silbido de pajarito 🤧#los amo
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El silbido
Páginas de la enciclopedia
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La verdad siento que me falta el poder expresar mi idea en pocos paneles (iba hacer un mini cómic), según solo iba a ocupar dos pero terminé haciendo más y aún así llegue a la conclusión de que faltaron, ya que siento que el cambio entre paneles es algo brusco y no tan fluido como me gustaría, ya se que tengo mala composición pero con el tiempo y práctica mejoraré así que por mientras disfruten de mis prácticas feas jsjsjs
Por cierto la idea surgió al leer las páginas de la enciclopedia (las adjunto)
Me pareció lindo el dato y estoy segura de que cada día crean nuevos patrones de silbidos con diferentes significados, unos más complicados que otros para que nadie más que ellos puedan entenderlos, al final es su forma de decirse las cosas de frente sin ataduras en la lengua o miedo, pura libertad de expresarse y así nadie más que ellos puede interpretar lo que dicen y vuelven los silbidos su idioma especial y secreto
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Holaaaa, primero que nada escribes INCREÍBLE, me encanta tu redacción, cuando encontré tu blog mori por qué quería leer más trabajos tuyos y no encontré, ánimo.
Y segundo quería pedirte algo con pipeeee, es un golden tiernon, no sé, se me ocurre algo como una fiesta post partido de fut y que Pipe sea medio reservado, pero por estar tan feliz, no pueda esconder el PDA y se la pase buscando contacto físico inocente y al final no le importe nada estar sobre, mostrando afecto frente a sus amigos.
Espero con ansias leer todos los trabajos a futuro que escribas. 🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙏🏽
afición de enamorados ; felipe otaño
pairing: felipe otaño x fem!r
summary: ¿qué hay mejor que pasar un día muy futbolístico y amoroso con tu novio pipe? exacto, nada. 1.6k.
warnings: none!! puro fluff como debe ser
n/a: muchas gracias por el request! siento la tardanza, los exámenes me consumen viva. espero que te guste muchísimo y de verdad muchas gracias por el apoyo y tu mensaje😢 me ha hecho super feliz y motivado un montón!! love u!!! also esto creo que es obvio, pero soy española así que siento que no tengan el habla argentina🙏 i'm trying
nunca hubiera pensado que se emocionaría viendo un partido de fútbol, pero ahí estaba ella: gritando a puro pulmón cada vez que la pelota recaía en los pies de su novio. ahora entendía la euforia que sentía felipe cada vez que veía un partido de river, equipo del que era hincha hasta la raíz, y este ganaba.
alegrarse por su novio no cambiaría el hecho de su poca afición futbolística, pero de vez en cuando era divertido pasar la tarde gritando como una loca apoyándolo. es un tipo de orgullo explosivo, eso era indiscutible.
no era más que un partido entre amigos, una forma más de pasar el tiempo. pero felipe estaba corriendo decidido hacia la portería contraria, esquivando con agilidad a los contrincantes y con el sudor de un ganador corriéndole por la frente; y maría, desde su posición de espectadora, tenía los puños apretados y se iba levantando poco a poco de la grada hasta que felipe marcó gol. la chica pegó un salto emocionada, aclamando el último punto que le daba la victoria al equipo de su novio.
bajó corriendo las escaleras hasta llegar a las vallas que la separaban del césped, esperando a que todos los amigos de felipe acabaran de felicitarlo. en cuanto terminaron, el joven se escabulló y dirigió directo hacia su novia, como un perrito que regresa a traerle la pelota a su amo. maría lo recibió con una amplia sonrisa. acunó su cara entre sus manos y comenzó a llenarlo de besos sonoros por toda la cara, casi pareciendo una madre orgullosa.
—¡has estado increíble, cariño! eres bueno en todo lo que haces, que lo sepas —pipe rio acalorado, bien por el cansancio y el calor del verano o por las palabras cariñosas de la joven—. además me hace tan feliz verte disfrutar así, como un niño pequeño…
maría se encontró con sus ojos azules, melosos. jugaba con los piquitos ondulados que se formaban en la nuca de su chico con una sonrisa tonta y felipe no pudo aguantar más sin sentir sus labios contra los suyos. se inclinó por encima de la valla y cogió firmemente una de las mejillas de la chica, entremezclándose en un beso de simple amor.
los silbidos de los amigos de pipe no tardaron en llegar, como era lo normal. pipe cortó el beso y se giró hacia ellos, sacándoles el dedo. —no se cansan de joder ustedes.
volvió a dirigirse a su novia. —esta noche los chicos y yo pensamos en celebrar la victoria y ya de paso ver el partido de river. ¿qué decís?
ella entrelazó sus manos. —si dijera que no a pasar tiempo contigo estaría loca.
llegó la noche y la pareja estaba lista para la larga celebración que les esperaba en casa de uno de los amigos de felipe. lo primero que hizo su novio al entrar en la casa fue tirarse en el sofá, ansioso y con los colores rojo y blanco de su camiseta vibrando más que de costumbre. no era lo mismo que verlo en el estadio donde el ambiente estaba cargado de los gritos de los aficionados, pero si estaba con su chica cualquier cosa era extraordinaria. se giró por encima del sofá a mirarla, estaba charlando con otra chica y, cómo no, estaba radiante. cada vez que la veía, le era imposible no pensar que era todo lo que necesitaba con él, la chica de sus sueños. se acomodó bien, de nuevo enfrentando la televisión, mientras se mordía el labio intentando reprimir las ganas que tenía de besarla allí mismo.
nunca habían sido del tipo de parejas que están pegadas todo el rato, uno encima del otro, sino que guardaban los momentos más íntimos y cargados de emoción para la mera presencia del otro. no es que no se mostraran cariñosos en público, siempre paseaban con las manos entrelazadas y se robaban besos cada vez que podían, pero el verdadero sentimiento que se tenían se daba en la soledad de su hogar.
el partido comenzó a las nueve en punto. fue acompañado por pizzas y fernet, las risas de los amigos (entre las que maría siempre destacaba la de felipe) y la pura afición que solo el fútbol conlleva. cuando su equipo marcó el primer gol, los bramidos se escucharon por todo el vecindario. felipe no cabía en su felicidad. buscó con la mirada a su novia, quien ya se encontraba mirándolo y le hizo una seña con el brazo mientras gesticulaba “vamos”. con ese simple acto, se le llenó el pecho de una alegría abrumadora. incluso llegaron a subírsele los colores y a cosquillearle la barriga, como si fuera la primera vez que hablaba con la chica que tanto le gustaba.
le recorrió la necesidad de cogerla, apretujarla y dejar el partido de lado para susurrarle al oído y oír sus risitas en respuesta. pero lo único que hizo fue darle una sonrisa en respuesta y volver a sentarse en el sofá cuando el ambiente ya se había calmado.
hasta que marcaron el segundo gol a favor de su equipo, el chico echó en falta algo, o mejor dicho alguien. de vez en cuando se le colaba por el rabillo de ojo la imagen de su novia charlando con uno de sus amigos —desde el primer momento se llevó bien con todos ellos y es que, ¿quién podría no hacerlo?— y en su mente solo podía pensar en tenerla cerca. así que, aprovechando la nueva emoción, felipe pegó un salto del sofá y se acercó a la chica. le tendió la mano y esta la aceptó gustosa aunque extrañada. la condujo hasta el sofá y miró a los dos chicos que lo ocupaban.
—échate para allá, dale.
su amigo lo hizo, no sin antes lanzarle algún que otro insulto cariñoso y burlarse de él. ahora, con maría a su lado la noche de felipe solo había mejorado. no quería hacer tan obvio que estaba anhelando el tacto de la piel suave de su novia pero falló irremediablemente. mantuvo sus manos entrelazadas y acercó su rostro al cuello de ella, descansando en su aroma a lavanda.
la joven rio por lo bajo por las cosquillas que su pelo le hacía y llevó su mano libre a su cabeza, acariciando cada mechón de pelo castaño.
—¿y este repentino cambio tan amoroso? —el chico suspiró.
—siempre puedes volver a irte si quieres, amor —siseó juguetón felipe, para luego dejar un casto beso en su cuello.
por nada del mundo la chica se iría de ahí. se acurrucó contra él, intentando tener el mayor contacto que podía. estaba disfrutando esta muestra pública de cariño como la que más, era un hecho.
sin embargo, las cosas comenzaron a complicarse para los rojiblancos. el equipo contrario había remontado acabando en empate, teniendo solo quince minutos de prórroga para ganar. el ambiente en el pequeño salón se notaba preocupado. felipe apretaba la mano de su novia con fuerza cada vez que veía un gol cerca aunque terminara en nada. cuando ya quedaban cinco minutos y todo los chicos habían aceptado la derrota, un jugador de river marcó, dándoles la victoria.
todos los amigos que se habían reunido aquella noche saltaron exaltados, incluso maría se alegró por los vencedores. los chicos comenzaron a corear mientras saltaban, con unas enormes sonrisas plasmadas en sus caras y la joven esperó que felipe se les uniera. en cambio, fue sorprendida por un agarre brusco que la hizo girar para encontrarse con sus labios estampados contra los de su chico. correspondió a su beso, brusco y desaliñado por la emoción del momento, con su agarre fuerte en sus caderas derritiéndola por completo.
al separarse, maría cogió una bocanada de aire jadeando. tampoco le dio tiempo a mucho más, porque pipe la tomó levántandola del suelo y girándola por el aire. la sala se inundó de sus risas.
—¡pipe, bájame! voy a vomitar la pizza.
el joven obedeció sin mucha resistencia y le plantó otro beso y otro y otro y así hasta que un carraspeo los interrumpió. —no bueno, si queréis nos vamos y os dejamos solos.
felipe reaccionó como hacía apenas unas horas: le mostró el dedo del medio. nadie le dio mucha importancia y la celebración continuó. maría alcanzó la mano de su novio y le sonrió.
—quiero pasar toda mi vida contigo, cariño. acompañarte a todos los partidos de fútbol solo para verte así de feliz, a todos los castings que quieras… no sé, no puedo imaginar no estar a tu lado. es algo raro para decirte justo ahora, pero es que me lleva rondando la mente por un tiempo, quiero que sepas lo mucho que significas para mí.
—nena, algún día de estos vas a matarme —le regaló un beso en la mejilla—, no puedes ser más perfecta. no puedo esperar para que pasemos juntos toda la vida.
la joven se colgó de su cuello y esta vez fue ella quien inició el beso: lento, saboreado, rosado.
y así continuaron el resto de la madrugada, más melosos que unos recién enamorados, siempre a menos de cinco centímetros el uno del otro. al final, ni siquiera ellos podían escapar de la necesidad de sentirse cerca, no importaba el público o la situación. y qué decir que después de esa noche, maría comenzó a ver los partidos de fútbol con más cariño.
#pipe otaño#fife de mi corazón#lsdln cast#lsdln#la sociedad de la nieve#felipe otaño#ff#the society of the snow#felipe otaño x reader#fluff
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qué respondería Enzo cuando la novia le pregunta "¿me seguirías amando si fuera un insecto?", en volá siento que podría darte una respuesta bien argumentada like the smart boy he is mientras la novia trata de discutir
Fluff ♡
-Enzo...
La única respuesta que obtenés es un sonido grave por parte de tu novio, que intenta prestarte atención aunque está profundamente sumergido en el libro que sostiene entre ambas manos. Frunce el ceño cuando algo entre las páginas lo confunde o sorprende y de tanto en tanto cierra el libro para permitirse asimilar lo que leyó.
-Enzo- insistís-. Enzo.
-¿Qué?
-¿Vos me seguirías amando si fuera un insecto?
-Depende...- contesta sin dudarlo, todavía concentrado en las palabras frente a sus ojos y ajeno a tu indignación. Cuando no contestás inmediatamente su curioso cerebro lo obliga a preguntar:- ¿Qué clase de insecto serías?
-Dejá.
-¿Eh?- cierra el libro para mirarte-. ¿Qué? ¿Qué dije?
Abandonás la cama sin contestar y te encaminás hacia la cocina todavía sin mediar palabra, tus pasos molestos resonando por todo el corredor y pronto acompañados por el sonido de sus pisadas apresuradas persiguiéndote.
Ignorás su presencia hasta que intentás tomar una taza que no lográs alcanzar y él intercede, tomándola y forzándote a mirarlo a los ojos cuando te la entrega. En su rostro hay una sonrisa que él pretende contagiarte pero no lo logra, porque es obvio cuánto lo divierten la situación y la expresión molesta en tu rostro.
-¿Te enojaste por eso?- asentís-. ¿Por qué?
-¿Cómo que por qué?- repetís-. Dijiste que depende.
-Y sí... ¿Vos me querrías si fuera una cucaracha?
Hacés una mueca de desagrado.
-¿Ves? No sé si podría quererte si sos una cucaracha, pero si sos una mariposa o...
-Sos re superficial, ¿sabés?- lo empujás para poner distancia entre ambos-. Solamente me querrías por mi apariencia, tarado.
-No.
-Sí, seguro que si fuera una lombriz tampoco me cuidarías.
-¿Cómo que no?- te abraza por la espalda, acorralándote contra el mueble e ignorando la furia con que preparás el té para ambos-. Hasta te pondría un moñito para distinguirte de otras lombrices.
-Sos un boludo.
Besa tu mejilla y deshace el abrazo.
-Vos lo que me estás preguntando es si yo seguiría estando a tu lado con vos en un estado tan vulnerable, ¿no? Querés saber si estando así toda chiquitita e indefensa te protegería de otros.
-Ponele.
-¿Y qué creés?
-Que no.
Suelta una carcajada de incredulidad.
-Yo siempre te cuido, no seas así- se inclina para encontrar tus ojos y suspira cuando volteás para no verlo-. ¿Me perdonás, mi amor?
-No sabés ni por qué me pedís perdón.
-Por ser mal novio- su voz es seria aunque es más que consciente de que pensás lo opuesto a sus palabras-. ¿Cómo te puedo compensar?
-No sé si podés.
-¿Con un beso?- negás-. ¿Un abrazo...? ¿Los dos?
No espera por tu respuesta y otra vez te rodea con sus brazos, aprisionando tu espalda contra su pecho. Ignorás sus besos en tu cabello, en tu cuello y en tu mejilla, pero la sonrisa que tira de tus labios te delata y cuando ríe el sonido endulza tus oídos.
El silencio es interrumpido por el silbido de la tetera, que te saca del trance producido por los labios de Enzo sobre tu piel. Antes de oírte, él ya sabe lo que ocurre en tu mente.
-¿Qué clase de mariposa creés que sería?
-La más linda- contesta rápidamente-. Y la más insoportable.
-¡Enzo!
taglist: @madame-fear @creative-heart @chiquititamia @delusionalgirlplace @llorented @lastflowrr @recaltiente ♡
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic x reader#enzo vogrincic imagine#lsdln cast#lsdln x reader
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Besos Robados (Parte 1) - Matías Recalt x Reader x Enzo Vogrincic
Pairing: Matías Recalt y Enzo Vogrincic
Advertencias: La parte de antes del sexo.
Notas: ¿Parte dos? Comenta!
Hacia unos días atrás, después de los Goyas, que se quedaron un par de compañeros a seguir festejando la cantidad de premios recibidos. Fueron a un after y siguieron con los tragos y la musica, en el reservado se oía mucho más floja, con la oportunidad de poder charlar aún con la música puesta.
Al ser veinteañeros, la mayoría, decidisteis jugar a la botella, como cuando eran adolescentes. Algunos prefirieron bailar o seguir tomando tragos, pero una minoría quiso jugar. Generalmente ya ibais un poco bebidos por lo que la sensación de lo prohibido vibraba en el aire. Por suerte no eras la única chica, sino que algunos habían traído a sus parejas.
La primer pareja que quiso jugar fue la de Matías y Malena. Tú los habías visto besándose por los rincones y riendo de bromas suyas y habías tenido curiosidad. No era un secreto que Matías era un chico guapo, y que según el beso en el set que os disteis, él como Canessa y tú como Laurita, besaba de lujo. Verlos tan pegados, disfrutando el uno del otro te hizo suspirar y pensar como sería si tu fueras su novia. Si te besara y te tocara de esa manera.
Tu vida amorosa era complicada, no podías tener a Matías por quien empezabas a sentir algo y también disfrutabas de tiempo a solas con Enzo. Había empezado tras el rodaje de la película, tú estabas soltera y para él estabas super buena y eras una compañía encantadora, y viceversa. Besaba como si siempre hubiera sabido besar. Era una sensación tan sobre-acogedora que no podías evitar terminar en la cama la mayoría de veces. Y no te quejabas de ello. Pero no era nada serio, simplemente erais amigos con derecho a roce.
La segunda pareja en ofrecerse fuisteis vosotros. También se unieron varios chicos y chicas más, solteras o con pareja. La botella empezó a rodar con la tirada de Malena, quién le toco con un chico al que no conocías. Seguidamente de silbidos y gritos, era tu turno. Así como giraba parecía que fueras a besarte con Blas, pero no fue así. La botella se paró entre Enzo y Matías. Malena te dijo que volvieras a tirar que eso no contaba. Lo volviste a hacer con un resultado totalmente idéntico. Agustín dijo que eligieras quién más te gustaba, guiñándote un ojo. Para él era fácil, solo miraba con su novia al lado.
Besaste a Enzo, casi por costumbre, pero no sin sentir la pasión y la lengua cariñosa de él. El beso era suave y dulce. Había tomado un trago con sirope y podías lamerlo en el interior de su boca. Un escalofrío te subió por la espalda. Quisiste agarrarlo y nunca soltarle. Pero eso era lo que te provocaba el alcohol, una facilidad para calentarte con cualquier roce. O simplemente era Enzo, que era lo más probable.
Matías bebió de su copa un poco enfurruñado. Al parecer, no era un secreto que el joven había puesto el ojo sobre ti, un secreto a voces incluso, menos para ti. Tú solo sabías de su relación abierta pero no querías inmiscuirte, por lo que decidiste besar a Enzo, por mucho que os hubieras besado previamente. Aún así, Matías sintió un deseo extraño: los dos increíblemente atractivos besándoos como si no hubiera un mañana de la forma más pasional que hubiera. Puede que quisiera algo de eso. Suspiró y miró a sus novia, ¿le importaría si sucediera algo así? Probablemente no.
Por como avanzaba la noche, sabías que ibas a irte a la habitación de hotel de Enzo. No os dejabais de mirar y no podías resistirte a sus encantos de caballero. Te susurraba al oído y te estremecías, te daba de beber de su trago, te besaba en el cuello cuando alguien le tocaba besarse con otra persona. La fiesta no tardó en terminar y con las limusinas os fuisteis todos al hotel reservado.
Nota: ¿Qué pasara? ¿Enzo y tú pasareis la noche juntos? ¿Se unirá Matías? Eso lo veremos en la parte dos, si es que os interesa. Comentad o dad me gusta y me lo haréis saber.
#lsdln#lsdln cast#la sociedad de la nieve#society of the snow#matias recalt x you#matias recalt x reader#matias recalt#enzo vogrincic x you#enzo vogrincic one shot#enzo vogrincic x reader#enzo vogrincic
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La mujer con clase no es esa que provoca un silbido.
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La mujer con clase es esa que hace enmudecer al silencio.
Tesa.🌹
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Querido Nadie:
No, no podre olvidarte quizás jamás no.
No, no seré un suspiro hecha nombre que salga y entre incesantemente a tu boca.
No, no podré olvidarte, quizás jamás no.
No has llamado aún y he permanecido encerrada en mi prisión hecha piel desesperada, esperando por una señal, el asomo de tus cabellos y no.
No, no hay nada, aún no.
He aprendido que de la desesperación nacen las probabilidades insanas en mi mente de humillarme, ¿humillarme? Correría a tu puerta a suplicar una vez más que me mires aunque sea un rato, pero sé muy bien que tus ojos mirarían más no me verías como un enamorado necesita verse y es que mi rostro no atravesaría tus pupilas para instalarse en tu pecho no.
Son millones las pecas de mi inmundo cuerpo avergonzado y con cada una de ellas pido a Dios una oportunidad de verte de nuevo, pero no, ya no será jamás ni fue más que mi imaginación.
Querido, oh, por dios, búscame un segundo y si tienes el valor de volver a amar, yo estaré esperando para ocupar un ratito, un pequeño lugar en el abismo de tu ser
Oh, querido, el invierno está presente amenazando con acabar y no has llamado aún, no. Ni un mensaje, ni una señal no, querido, ni el silbido más lejano, ha sido tuyo, ni los hombres que llevan tus rasgos similares ilusionándome en la calle con verte. El otoño se rompe bajo mis zapatos mientras camino sin rumbo porque mi corazón hace zumbido de desesperanza y las estaciones no esperan, y los días pasan y ayer llovió un gran diluvio y no había ahí nadie para abrazarme y anoche lloré un triste río y no había a quien llamar y te imagine abrazarme, pero jamás me abrazaste y lloré más. Cuan vacío ha sido ser acunada entre tus brazos, si quito tu deseo carnal no hay nada, no hubo y no habrá más que desesperanza. No, ya no, son mis ilusiones y penas acogiendo un amor que no existió, jamás, no, ya no, no habrá ni hoy ni ayer ni mañana.
#poesia#escritos#textos#letras#citas#pensamientos#im sad yall#dear diary#artists on tumblr#emociones#a tu medida#mis escritos#no es amor#frases#en tu orbita#Spotify
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Español
Chris trata de llamar un ave: *silbido*
Zach desde unos arbustos: *muy visible: la llamada del chico verde común
Chris: *lo ve raro pero sigue silbando*
Zach: llena las solitarias llanuras de la pradera
Chris: *silbido*
Zach: por desgracia parece que la hembra no esta acudiendo al llamado
Chris: *trata de no reírse mientras silba*
Zach: esta noche Chris dormirá solo
María: hola chicos que hacen?
Chris: *silbido feliz*
Inglés
Chris tries to call a bird: *whistle*
Zach from some bushes: *very visible: the call of the common green boy
Chris: *looks strange but he keeps whistling*
Zach: fill the lonely prairie plains
Chris: *whistle*
Zach: unfortunately it seems that the female is not responding to the call.
Chris: *tries not to laugh while he whistles*
Zach: Tonight Chris will sleep alone.
María: hello guys, what are you doing?
Chris: *happy whistle*
(I like to imagine that they started getting along again after Chris found out that Zach was covering for him to date Maria 🥺)
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Desde las montañas heladas, un aullido solitario resuena entre ecos diciendo que no existe nadie más. Es verdad, nadie que te detenga.
Existe el miedo, pero en estos días blancos se puede escuchar el silbido del corazón. Se cree que aferrarse, podría arremeter con ventiscas de recuerdos. La vision aunque se nubla con escarcha y copos de nieve. Vuelve a un lobo esterpario en un fantasma al acecho.
Es cierto vive el momento
Along Buddha
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𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧'𝐬 𝐋𝐮𝐥𝐥
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𝗟𝗶𝘃𝗲 𝗔𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 – 𝗥𝗼𝗿𝗼𝗻𝗼𝗮 𝗭𝗼𝗿𝗼
Resumen: A pesar de que el objetivo de un guardián es velar por la seguridad de sus protegidos, lo que él cumplía de maravilla, a veces él, muy internamente, deseaba un descanso.
Género: Fluff, Romance, Confort.
Emparejamiento: Roronoa Zoro x Reader.
Advertencias: Mucho fluff, tal vez un poco de sobrepensar, relación establecida, sin mención de (T/N).
Palabras: 3.7k
English version
N/A: ¡Holiii! Este es el primera mini-historia publicada así que espero que la disfruten. Hice todo lo posible para retratar de la mejor forma posible al querido Zoro, también es muy probable de que haya más contenido sobre él por aquí. ¡Qué tengan una buena lectura!
Un guardián, en su esencia, es una persona encargada de proteger, vigilar o cuidar a algo o a alguien. Para Zoro, era algo que iba mucho más allá de la simple protección o vigilancia, para él un guardián era alguien que defendía con destreza y honor, una figura que permanece firme, con espada en mano, listo para enfrentar cualquier amenaza que se acercara. Un guardián representaba una barrera infranqueable entre el peligro y aquellos que dependían de su protección.
Por esa razón, cuando el velo de la medianoche estaba acercándose y el mar se tragaba todo indicio de luz que no perteneciera al de la luna, acompañado de la sinfonía del silbido del viento pasando entre las velas y las olas chocando contra la nave, provocando que emitiera algunos crujidos y chirridos, en ese instante, Zoro tomaba el puesto de vigía nocturno para asegurarse que, mientras los demás descansaban, el Merry estuviera seguro.
Después de años de entrenamiento y muchísima experiencia, sus visión se había afilado tanto como sus espadas, permitiéndole tener una mejor vista cuando la luz era prácticamente escasa, como en esos momentos. También se le daba crédito a su Haki de Observación, por supuesto, pero sus capacidades físicas también eran destacables.
En la silenciosa noche, parado detrás del barandal del Nido de Cuervos y con una de sus manos descansando en el mango de una de sus espadas, su estado de vigilia servía para distraerse, no había mucho que hacer cuando eras el único despierto en medio de la noche y con el sólo objetivo de estar alerta por si algo malo sucedía. Él no quería llamar a un mal augurio ni mucho menos poner en riesgo a la tripulación, pero en muchas ocasiones, él a veces tenía el ligero deseo de que algo sucediera, algo que lo hiciera llenarse de adrenalina y darle sentido a sus noches en vela. Algo que le diera sentido a su rol de guardián.
Sin embargo, en otro rincón de su mente y tal vez de su corazón, también deseaba poder tomar el lugar de cualquiera de los de la tripulación, ya sea de Luffy para sólo escabullirse en medio de la noche a la cocina para probar suerte de que el Estúpido Cocinero no haya asegurado la nevera con candados, o hasta Nami para dormir en paz sin preocuparse por los escandalosos compañeros con los que compartía nave. Cualquiera de ellos, menos el Cocinero, tampoco estaba tan desesperado, pero ser cualquiera de ellos una sola noche para poder descansar.
Descansar, no era un concepto con lo que él estuviera acostumbrado, desde muy pequeño había estado en constante movimiento, ya sea entrenando o viajando de un lado a otro en su antiguo trabajo como Cazador de Piratas, así que el peligro y la adrenalina siempre habían sido parte de su día a día. Ahora, como un hombre joven, la idea de tomarse un descanso era casi como un chiste, una imposibilidad, por más que él quisiera hacerlo, algo en él mismo no se lo permitía, como si estuviera fallándole a su código como espadachín y guardián.
Como si estuviera fallándose a sí mismo.
Zoro suspiró, ¿qué hacía pensando en ese tipo de cosas? Vaya que la noche en soledad afectaba a la mente, mucho tiempo en silencio hacía que los pensamientos se alborotaran como abejas en un panal. Aunque pronto su soledad se vio interrumpida por los crujidos del mástil que sostenía el Nido de Cuervos, como que algo, o más bien, alguien, estuviera escalándolo. Él no tuvo que pensar tanto para asumir de quién se trataba, y tampoco pudo evitar la pequeña curvatura hacia arriba de la comisura de sus labios.
—¿Nada interesante esta noche? —Tu voz llegó primero que tu figura hasta que tu cabeza se asomó por la trampilla del Nido de Cuervos, mostrándole una sonrisa al espadachín.
—Lo dices como si hubiese habido algo interesante las noches anteriores —Zoro resopló, lo que te sacó unas risitas y terminaste de subir al Nido de Cuervos, caminando hacia él—. ¿No puedes dormir?
Tú negaste con tu cabeza una vez llegaste a su lado, inclinando tu torso hacia adelante para apoyar tu peso en tus antebrazos sobre el barandal —Tomé una siesta por la tarde, supongo que eso me hizo descansar lo suficiente para tener energía ahora.
Zoro tarareó en respuesta y continuó un silencio cómodo, ahora no sólo se escuchaba la suave brisa salina sino también tu calmada respiración, lo que lo hacía sentir más tranquilo, acompañado.
Él no supo en qué momento se había acostumbrado tanto a tu presencia, sólo fue consciente de ello cuando pudo relajar su guardia estando contigo, cuando su mente quedaba en total calma y su cuerpo se alivianaba de tan sólo tenerte cerca. Al principio él creyó que tenías algún don especial con la capacidad de calmar a los de tu alrededor, pero con el tiempo aprendió que sólo era tu efecto en él.
—La noche está hermosa, ¿no lo crees? La ventaja de estar en pleno mar abierto es que nos da más visibilidad de las estrellas —Tú rompiste el silencio mas tu voz no fue abrupta, la tranquilidad brotaba de ella con la misma fluidez de tus palabras—. Tienes suerte, puedes ver esto todas las noches, aunque seguro para ti ya debe ser algo vano.
Zoro chasqueó la lengua con una sonrisa ladina, negando con su cabeza y luego subió su mirada a las estrellas. En efecto, esa noche resplandecían con más intensidad debido a la falta de iluminación cercana, pero de no haber sido mencionado antes, él no le hubiera dado importancia.
—Algo así, sólo no le presto mucha atención, debo estar enfocado en otras cosas más allá del cielo —Dicho eso, él bajó su mirada de nuevo hacia el horizonte, continuando con su tarea.
Sin tener idea de ello, tú lo observaste, Zoro siempre lucía como el guerrero formidable que era, listo para la batalla y preparado para defender a la tripulación de ser necesario. Fortaleza, valentía y lealtad, eso era lo que él demostraba constantemente. Sin embargo, tú veías y notabas más allá de esa cara, más allá de lo que él exhibía al mundo.
Hasta la persona más fuerte tenía merecido descansar, por más inquebrantables que podían mostrarse, la tranquilidad siempre era necesaria para fortalecerse y continuar con tus labores diarias. Ante un agotamiento, un descanso para revitalizar esas energías, para continuar viviendo.
Además de extremadamente fuerte y capaz, Zoro era extremadamente terco y orgulloso, para él iría primero lanzarse a la batalla aún estando herido con gravedad que quedarse esperando a sanar mientras los demás peleaban por él, mientras se ponían en peligro. Era admirable, claro que sí, y era de las cualidades que más te habían fascinado desde el primer momento de conocerlo, pero en muchos casos deseabas poder interceptar todo ese espíritu guerrero y hacerle ver que el descanso también era parte de la grandeza de la fortaleza.
Ahí estaba él, digno y rígido en medio de la noche, vigilando mientras todos los demás dormían, con el objetivo de mantenerlos a salvo, a pesar de que eso sacrificaba sus necesarias horas de sueño. Él era increíble, eso era más que un hecho, y aunque su rostro permaneciera sereno y apuesto como siempre, tú notabas esos detalles que delataban su cansancio, como los sutiles aros oscurecidos debajo de sus ojos, sus párpados más caídos y ojos vidriosos, al igual que sus parpadeos más lentos y pesados, y la manera en que movía sus hombros cada cierto tiempo en un intento de cambiar su posición para mantenerse alerta. Sin duda alguna, Zoro necesitaba descansar.
—¿Aprendiste a dormir con los ojos abiertos o ya ni siquiera intentas disimular que me estás observando?
La rasposa voz de él te sacó de tus pensamientos, más bien ensoñación, lo que provocó que con rapidez cambiaras la dirección de tu mirada, con ello evitando que él notara a simple vista el sonrojo en tus mejillas, aunque por las suaves risitas que lograste escuchar supiste que él lo había notado de todas formas. Por más tiempo que llevaran juntos, aún era difícil no avergonzarse por tu embobamiento por él.
—Creo que dejé de darle importancia a disimular desde que tuvimos claro lo que sentíamos, no le veo más sentido a hacerlo, ¿verdad? —A pesar de la vergüenza porque él te haya atrapado, la situación era cómica en sí, así que por qué no responder con la misma gracia.
Él tarareó en respuesta y sus labios se curvearon en una sonrisa —Tienes razón, tampoco me molesta que me observes, puedo encontrarlo halagador incluso, con tal de que no lo hagas en medio de una pelea o estarás en problemas por distraerte —Él continuó, lo que te sacó más risas.
—Oh, tranquilo, me reservaré mis momentos de admiración a tu rostro para cuando estemos solos, y de todas formas, así me distraiga por tu cegadora belleza, sé que tendrás mi espalda cubierta —Con una sonrisa juguetona, codeaste con suavidad su brazo, lo que expandió su sonrisa.
Momentos así eran atesorados por ambos, debido a su estilo de vida, la tranquilidad era algo que escaseaba en esos días, por lo que poder disfrutar de un tiempo a solas, sin mucho que preocuparse más que responder a los comentarios molestos del otro con algo igual de inteligente y juguetón, era realmente sagrado.
Pero por más que tú disfrutaras de estar a su lado, bajo el manto de la noche y sobre un mar calmado, había algo que inundaba tu corazón desde que pudiste notarlo, un sentimiento que fue el principal motivante de que permanecieras en vela esa noche.
Con cautela te enderezaste y llevaste tus manos a los hombros de él, aplicando un poco de presión para notar lo tensos que estaban sus músculos, símbolo del cansancio y, al mismo tiempo, una forma de mantenerse despierto. Él se estremeció por el toque, pero te dejó ser, a lo que continuaste con masajear sus músculos con delicadeza y precisión, lo que le sacó suspiros de alivio.
—Necesitas descansar, ¿lo sabes? —Susurraste mientras tus manos se movían de forma casi experta sobre sus hombros. Zoro suspiró y llamó tu nombre con cansancio, sabiendo a lo que ibas, pero lo interrumpiste—. Sí, ya sé que es tu deber mantenerte al tanto durante la noche por si pasa algo, y de verdad aprecio tu esfuerzo porque así nos proteges, ¿pero no crees que ya es tiempo de que te des un descanso?
Por supuesto que él lo pensaba, más de una vez desde que el peso de sus desveladas y pocas horas de sueño por el día se volvía más intenso, sobretodo cuando con cada hora se acercaba más la noche y, con eso, su trabajo como vigilante. Pero él jamás admitiría sus necesidades, ni tampoco se quejaría de su papel, no debía mostrar esa debilidad, ¿en quién confiarían si él enflaquecía con algo tan sencillo como vigilar?
—No es tan fácil, cariño —Su voz, incluso estando rasposa y más grave por el agotamiento, se mantenía suave hacia ti, sin una pizca de reprimenda.
—Sé que no, grandulón, después de todo eres el encargado de protegernos, lo que es una tarea bastante dura teniendo en cuenta de que a veces somos unos imanes de problemas —Ese comentario lo hizo reír por lo bajo, lo que te hizo expandir tu sonrisa, él estaba más relajado—. Pero pensar en ti y en tus necesidades de vez en cuando no te vuelve egoísta, más bien te ayuda a mantenerte fuerte, tanto para ti como para nosotros, y eso es algo bueno, ¿no lo crees?
Cuando Zoro no replicaba al instante era porque estaba meditando tus palabras, una habilidad de la que con orgullo podías presumir la cual consistía en hacer que ese enorme y terco hombre te hiciera caso, o al menos te escuchara, por más que tus pensamientos no coincidieran con los de él en esos momentos. Tal vez también podía deberse al efecto analgésico que tus masajes estaban provocando en su cuerpo y mente.
—Siempre estás cuidando de nosotros, Zo, eres el primero en lanzarte a la pelea cuando uno de nosotros está en peligro y el último en abandonarla hasta que no nos veas a todos a salvo. Eso es admirable, muy honorable tal espadachín —Tus masajes continuaron al mismo tiempo que tus palabras fluían con cariño y calidez, queriendo dejar tus intenciones claras—. Confío en ti ciegamente, si estás en la ecuación, sé que estaré bien, y por eso mismo, quiero que tú también estés bien y con tus necesidades cuidadas.
Zoro escuchaba tus palabras, realmente las escuchaba, dejaba que inundaran su mente y abrazaran su corazón para que el sentimiento llegara hasta su alma. Él sabía que tú te preocupabas por él, más de lo que él hubiera creído capaz de que alguien sintiera por él, por lo que se sentía reconfortante y muy bien poder contar con esa clase de apoyo y cariño incondicional. Después de todo, él se sentía de la misma forma por ti, daría lo que fuera con tal de verte a salvo, feliz y en paz.
Sin embargo, aunque él deseaba poder dejarse llevar por tus dulces palabras, poder darse el descanso que su cuerpo y mente le estaban pidiendo a gritos desde hace mucho, dentro de él aún estaba ese sentido de honor y complejo de salvador que le exigían permanecer despierto y alerta, mucho más allá de cualquier pizca de necesidad básica que su cuerpo le exigiera. Si cedía ante su cansancio y algo malo pasaba, si ponía en riesgo a la tripulación, a ti, él jamás podría perdonárselo.
Sintiendo sus dudas, dejaste de masajear sus hombros y en cambio le diste la vuelta para que pudiera verte a la cara. Frente a frente, le sonreíste con cariño y llevaste tus manos a sus mejillas, acariciándolas con tus pulgares.
—No pasará nada si te tomas esta noche para descansar, no puedes mentirme, tú sabes muy bien que lo necesitas —Tu voz era como un bálsamo para sus inseguridades, algo que siempre había logrado serenarlo—. Eres humano, mi amor, uno extraordinariamente fuerte y habilidoso, pero sientes y necesitas como cualquier otro, y mereces descansar.
Zoro te observó en silencio, dejando que tus palabras lo pasearan de pies a cabeza, y sólo se dedicó a admirarte. Eras tan gentil con él, con tanta dedicación a que él se diera ese respiro tan necesario, con tanta preocupación por su bienestar que hacías a su corazón enloquecerse y doler al mismo tiempo. ¿Qué había hecho él para estar al cuidado de un ángel? Había pasado gran parte de su existencia en el lado rústico de la vida, dedicándose cada día a fortalecerse, solo, y ahora tenía a alguien a su lado que daría lo que fuera por verlo sano, estable, feliz.
Tus ojos le encantaban, claro que muy pocas veces lo había dicho en voz alta, pero tenían un encanto que lo dejaban sin aliento, parecía que brillaban cada que lo veían y eso le causaba una sensación cálida en el pecho. Él solía perderse con frecuencia, pero tus ojos eran como dos faros que lo guiaban hacia ti, cada que los miraba sólo existían e importaban él y tú, y él jamás pudo haber estado más agradecido de tener a ese par de luceros en su vida.
—Además, apuesto lo que sea a que Mihawk también se da sus descansos de vez en cuando —Tu mirada tomó un brillo travieso, lo que lo hizo reír—. Para haber llegado a esa posición, sin duda tuvo que darse un respiro… Y tomar mucho vino, pero nos podemos saltar esa parte por ahora.
Zoro siguió riendo con suavidad mientras negaba con su cabeza, divertido por la forma en que intentabas convencerlo de ir a dormir. Sinceramente, admiraba tu persuasión y perseverancia, aunque muy en el fondo también reprochaba la facilidad que tenías para llegar a su corazón. Tras un suspiro vencido, él cerró los ojos y se inclinó hacia ti, juntando su frente con la tuya mientras sus manos encontraron tu cintura, a la que acarició con sus pulgares. Tú sonreíste y disfrutaste del momento, subiendo tus manos a su cabellera para acariciarla.
—Eres muy perseverante, ¿lo sabías? —Él sonrió aún sin abrir los ojos, a lo que tú reíste con suavidad, encontrando divertido su comentario.
—Lo sé, de no serlo no estaríamos aquí, ¿no lo crees? Y teniendo en cuenta que eres más terco que un roble centenario, más me vale serlo.
Con risas mezcladas, él te atrajo hacia él con una firmeza gentil y unió sus labios, saboreando la sensación que lo invadía cada que te besaba. Si tu voz era un bálsamo, tus labios eran un elixir, más deliciosos y adictivos que cualquier Sake que él haya podido tomar en su vida, y de los cuales jamás se cansaría de probar. Por supuesto que seguiste el beso con todo el gusto existente, perdiéndote en el momento compartido con el hombre que más amabas en el mundo.
Al separarse, Zoro dejó otro corto y casto beso, algo incoforme a tener que alejarse de tus labios, lo que te hizo sonreír, y pronto abrieron sus ojos, tomando un poco más de distancia entre ambos rostros para mirarse mejor.
—No podemos dejar al Merry sin un vigilante y dudo que alguno de los otros esté despierto o dispuesto a despertarse —Él razonó, aunque más resignado a la idea de ir tras su descanso, lo que era buena señal.
—Yo me quedaré, ¡y antes de que protestes! Sabes perfectamente que soy capaz de cuidarme, al Merry y a ustedes, no será un problema para mí —Aseguraste con una sonrisa, notando ahora la indecisión en los ojos de tu amado, preocupado. Tu sonrisa se volvió una conmovida y te inclinaste hacia él para dejar un beso en la punta de su nariz—. Estaré bien, mi querido Zoro, así como tú harías lo que fuera para mantenernos a salvo, yo haría lo que sea para que tú estés bien, completamente bien.
Y ahí estabas, con esa capacidad de hacerlo caer a tus pies con tan sólo una mirada y de sentirse como un adolescente enamorado por sólo escuchar tu voz, por sólo escucharte llamarlo “mi querido”. ¿Qué le habías hecho? Parecía hasta cómico en cierto punto, pero el amor era tan misterioso como mucha de las aguas que aún les faltaba por explorar.
Con otro suspiro resignado, que más bien pareció un resoplido vencido, él asintió con lentitud, por fin convencido —Muy bien, te haré caso, pero sólo si prometes que si pasa algo o sospechas de algo extraño, cualquier cosa, me despiertes.
Tú asentiste, con un orgullo interno que fácilmente él identificaba en tu mirada por la forma en la que resplandecía. Adorable, él pensó, sólo tú podías alegrarte por algo tan básico como era que él se priorizara a sí mismo por encima de la tripulación.
—Lo prometo, amor, aunque ya verás que tendrás un largo y reparador sueño hasta la mañana —Aseguraste con confianza y colocaste tu meñique a la altura de sus ojos, a lo que él después de arquear una de sus cejas con sorpresa y soltar un risa incrédula, entrelazó su propio meñique con el tuyo.
Decidiste acompañar a Zoro hasta la cabina que compartían, tanto como para cerciorarte de que él, en efecto, descansara, como para hacerle compañía hasta que cayera en el mundo de los sueños del que hace mucho no se había dado el lujo de disfrutar. Cuando Zoro estuvo listo y debajo de las sábanas, tú te sentaste a su lado en la orilla de la cama, acariciando sus hebras con delicadeza en una forma de que él sucumbiera al sueño con más facilidad.
—No es justo que tengas tanto poder sobre mí, es peligroso —Él susurró, adormilado y con los ojos cerrados, lo que te sacó una sonrisa enternecida y te inclinaste para besar su frente.
—Lo veo más que justo, grandulón, sobretodo porque tienes el mismo poder sobre mí —Con esa respuesta, él sonrió de lado, satisfecho.
Cuando pasaron minutos en silencio y la respiración de Zoro se volvió más lenta, tú asumiste que él por fin se había dormido, y te dedicaste a observarlo, a admirar lo bien que se veía. Sus facciones y músculos relajados, su pecho subía y bajaba con calma, sus manos extendidas sin estar empuñadas en el mango de una espada. Él se veía en paz, tranquilo, descansando, como él tanto merecía estar, y como tú siempre ibas a desear verlo después de haber pasado por tanto juntos.
A punto de irte de su lado para dejarlo dormir y tomar su puesto en la vigilancia, un susurro con tu nombre te hizo detenerte, volviendo a dedicarle tu atención.
—Gracias por esto, por todo, no sabes el bien que me haces —Él recitó adormilado pero con sinceridad, y cuando tú pensaste que tu corazón explotaría de tanto amor, él finalizó:—. Te amo, cariño.
En ese instante, tu corazón se aceleró al mismo tiempo que tu pecho se calentaba, al igual que tus mejillas, tratando de procesar la felicidad, ternura y amor que te invadían gracias a tales palabras cargadas de sentimientos. Oh, sin duda amabas a ese hombre con cada suspiro que salía de tus pulmones y con cada latido de tu corazón, y eso continuaría siendo así hasta que la vida te lo permitiera.
Con un último beso en su mejilla, susurraste: —Un gusto, mi amor, gracias a ti por permanecer fuerte y seguir aquí. Te amo con todo mi corazón, mi guardián.
Cumplida tu misión y con el corazón satisfecho, fuiste a completar tu nuevo objetivo, la sonrisa jamás abandonando tu rostro por lo que acababas de lograr.
Un guardián es conocido por su fortaleza y dedicación, capaz de dar la vida por aquellos que ha jurado proteger, pero que al mismo tiempo ahora se permite ser resguardado. El guardián, en su turno de ser cuidado, es como un roble antiguo que se apoya entre árboles más jóvenes para recuperarse y renovarse. Sin perder su esencia de protector, acepta el apoyo de quienes lo rodean, confiando en que su descanso y recuperación fortalecen su capacidad de proteger en el futuro.
Porque al final, todos merecen ser protegidos tanto como protegen, todos merecen tener a alguien que se preocupe por su bienestar y velen por su seguridad y estabilidad. Ser un guardián no te inhibe del sentir, del necesitar, del ser vulnerable. Ellos tanto como sus protegidos merecen ser valorados, recordados y merecedores de afecto y descanso, y eso no les quita peso a su rol como protector, ni mucho menos grandeza a su fortaleza.
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𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐊𝐄𝐄𝐏 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐄𝐘𝐄𝐒 𝐏𝐄𝐄𝐋𝐄𝐃…
tw // uso de armas de fuego, uso de armas de fuego en eventos masivos, mención de disparos.
La avenida principal y el muelle de Arcadia Bay vibran con el fervor estival, alentado por las horas de celebración en honor a la ciudad. Mientras la hora del broche de oro se acerca, la mayoría de los arcadianos que han decidido asistir al evento se van acercando al muelle; y es que la alcaldía ha tirado la casa por la ventana y los fuegos artificiales prometen eclipsar los de cualquier fiesta de Año Nuevo. La excitación se siente en el aire; este parece vibrar con emoción y anticipación. ¿Fuegos artificiales? ¡Qué maravilloso! Los únicos que pueden verse en el pueblo son el cuatro de julio, y son lanzados por los mismos vecinos, patriotas hasta la médula, que eligen adornar el cielo de Arcadia Bay con sus estallidos luminosos. El tumulto de gente se prepara para el espectáculo. Algunos prefieren quedarse atrás, mientras que otros hacen lo posible para quedar en primera fila. La alcaldesa Leroy vuelve a hacer su aparición en el improvisado escenario del muelle. —¡Ahora sí, arcadianos! —la alcaldesa llamó la atención de todos los presentes—. Ha llegado la hora de coronar nuestra celebración por otro año de Arcadia Bay. ¡Que esperamos siga de pie por los siglos de los siglos! —el modesto público prorrumpió en silbidos y aplausos efervescentes. El orgullo arcadiano no podía ser manchado—. Sin más preámbulos, ¡damos inicio al show de fuegos artificiales de Arcadia Bay! La pirotecnia da inicio con bombos y platillos; el show de luces iluminando toda la bahía y despertando un vitoreo acalorado de los espectadores, quienes entre aplausos y tambaleos se vuelven indistinguibles entre sí mientras vuelcan su completa atención en los fuegos artificiales. El estruendo de los estallidos es lo único que ahoga los vítores del público, tan pendiente del espectáculo que nadie se percata de las cuatro misteriosas figuras abriéndose paso entre la gente hasta que un nuevo estallido a sus espaldas hace que unos cuantos giren la cabeza, confundidos. ¿Por qué una explosión se escucharía tan cercana? Las detonaciones de los fuegos artificiales no resuenan a proximidad de la gente. No se trata de un ruido sordo, sino de uno contundente, concreto. Ese reventón tenía que ser otra cosa. No es sino hasta que uno de los asistentes señala un tira y afloja proveniente del lugar de origen del estruendo que varios notan a los extraños, justo cuando uno de ellos parece arrastrar a un espectador con él. Algunos de los asistentes, arcadianos de pura cepa, intentan proceder para asistir aquel siendo forcejeado. Sin embargo, lo que termina por sembrar el caos es lo que sin lugar a dudas se trata de varios disparos al suelo. Esto evita que los arcadianos traten de intervenir, y se quedan en sus sitios, perplejos, sin saber cómo proceder sin poner sus vidas en peligro. En medio de la vorágine, gritos empiezan a escucharse y a opacar el ambiente festivo que había reinado hasta el momento. La gente aunada en la bahía se dispersa, corre por sus vidas cuando los disparos vuelven a oírse. Esta vez, dos de los cuatro extraños se llevaban a otro individuo en un forcejeo interminable que acaba con un golpe en la cabeza del secuestrado con la culata del arma. Los testigos huyen hacia la avenida principal o hacia cualquier callejón por donde escapar, alertando a los arcadianos que poco y nada entienden de lo que ocurre. Algunos se demoran más en unirse a la histeria colectiva, otros se dejan embargar por el pavor y la incertidumbre, pero lo cierto es una cosa: el broche de oro del aniversario de Arcadia Bay se trata de tragedia que nadie pudo haber anticipado y que nublará la efeméride para siempre.
INFORMACIÓN OOC
Lo que se vivenció en el show de fuegos artificiales fue un secuestro a mano de unos sujetos encapuchados que se llevaron a dos miembros de la comunidad de Arcadia Bay en un forcejeo violento.
Cada usuario puede decidir si su personaje se dio cuenta o no de lo que estaba ocurriendo, si quiso intervenir o no (pero no pudo). No es necesario que lo agreguen a sus threads si no lo desean, pero siéntanse libres de añadir la intervención como estimen conveniente.
Cualquier duda o pregunta, nuestro buzón está abierto.
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Fiesta de Halloween
Prompts por @raven-cincaide-words
(Hice lo que pude, no salgo mucho de mi casa)
Missa estaba esperando a su novio en la entrada de la casa de Roier, habían recibido hace poco la invitación para la misma, y ambos estaban bastante emocionados de ir. Como buena fiesta de Halloween era de disfraces, ellos habían decidido ir de la pareja gótica más icónica de todos los tiempos, Morticia y Gómez Adams.
Su madre había insistido en llevarlo a la fiesta, así que tenía que esperar a Phil, quien vivía un par de casas más allá de la casa de Roier.
“¡Missa!” Gritó su novio cuando ya estaba a una cuadra de la fiesta.
“¡Philza!” Gritó Missa al ver a su novio corriendo con todas sus fuerzas para luego tomarlo en brazos y hacerlo girar.
“Missa,” dijo el chico con una sonrisa boba en los labios.
“Philza” dijo Missa con la misma sonrisa boba y tono meloso. Ambos se miraron un par de segundos más disfrutando la vista del otro. Philza le dio un par de vueltas más antes de dejar a Missa en el suelo, sacando una rosa de su bolsillo, y haciendo una reverencia exagerada se la ofreció a Missa.
“Para ti, mi querida Morticia.” Dijo él, tratando de no romper personaje.
Missa se rio un poco, pero acepto la rosa y la puso detrás de su oreja, “Ay, Querido Gómez, siempre tan atento.”
Aun tomándose de la mano fueron a tocar la puerta de la casa de Roier, el sonido del aullido lobos envés del timbre de pájaros los perturbó un poco, pero en seguida se abrió la puerta, Roier estaba allí, con un disfraz de Beetlejuice.
“¡Muchachos!” Gritó Roier, a penas podías escucharlo por sobre la música, “¡Pasen, pasen, todos están aquí!”
La casa estaba hasta el borde de adolescentes, era lo más cerca a las pesadillas de Philza, pero de nuevo, su novio era demasiado sociable como para perderse una fiesta de Roier, y Philza, bueno Philza simplemente se había colgado a Missa como un llaverito de Cinnamonroll del McDonald a una mochila de una chica aesthetic.
“Popstar,” Ay no, Missa y Roier se iban a saludar, iban a estar tres años diciendo estupideces mientras Philza estaba parado aún lado.
“Diva” dijo Roier chasqueando sus dedos, justo cuando Cellbit, vestido de Lydia, venía bajando la escalera, se quedo congelado en su lugar, igual que Phil, preparado para estar 5 minutos esperando que los dos se terminaran de saludar.
“Pasen al comedor,” gritó Cellbit, salvando a los dos del saludo eterno de los mexicanos, “Hay cerveza en la bañera y ponche en la fuente”
Philza suspiro aliviado y arrastro a su novio al comedor, evitándose la charla sin sentido de Roier y Missa, el comedor estaba decorado como si alguien hubiera arrastrado un montón de electrodomésticos, los hubiera destrozado y dejado allí para que otra persona liderar con ellos.
“Philza, my man,” Philza se giró y para su sorpresa Fit estaba allí, vestido como Aang, “Qué sorpresa verte aquí, ¿Qué te pasó, nerd?”
“Mi novio,” se rio Phil, “Mi novio me pasó”
A lo lejos Philza escuchó un ‘shot, shot, shot’ y giro su cabeza, para ver que su novio estaba tomando una línea de shots de tequila, sal y limón.
“¡Phil, ven dame un beso!” Gritó Missa
Phil se quedo congelado en su lugar, sus mejillas se pusieron rojas al escuchar los silbidos y chiflidos de sus amigos, “Yes, my darling” dijo el rubio avergonzado.
Missa chilló y salió corriendo a besar a su novio, claramente había tenido más que suficiente alcohol por los dos.
“Uy Philza no sabes lo mucho que te quiero.” Le dijo Missa.
“Me distraje un segundo, ¿Cuánto tequila bebiste?”
Missa se rio y le dio muchos besos en los labios a Phil, “Todos esos”
“Vamos por agua, my dearest.” Dijo Phil, tratando de contener su risa.
“¡No! ¡Bailemos!” Dijo Missa jalando a Philza a la pista de baile.
Missa arrastró a su novio a la sala de estar de Roier, donde todos estaban bailando, la música retumbaba en las paredes, hacía demasiado calor y la gente no se podían mover de tan cerca que estaban el uno del otro. Otra vez, la pesadilla de Phil.
“¡Venga, mon cher, Muéstrame lo que tienes!” Le grito Missa, tambaleándose, pero aferrándose a su novio con fuerza. “Lo que tú quieras, cara mía.”
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Mi amor doscientos poemas a tu altar te han bañado en lavandina, ¿me dirías el color de tus pestañas? Los deseos se me han volado, he trastabillado en tu nombre, me salió mantecoso, trabado en vocales, más consonantes, menos tú. Me deja pasmada, mi amor, doscientos poemas de amor, musa de eternidad, de dolor, de tus pasiones inundadas en la mía, de todo relato entre cada línea, una cocaína más pura que la de mis venas. Mi amor está todo escrito, testamentos polvo a mí, por ti la biblia en pecados, mis palabras por tus hazañas, el tiempo doblegado a voluntad de amor. Amor, estamos en Córdoba, lágrimas decorando el cuerpo, muerte en orgullo, amor en beso lento, lento tabaco en el sabor, agonía en el decir, querer era lo más doloroso de mentir, mi amor, todos los poemas tuyos. No tengo el sentir de tus dientes en cada palabra mordida, no me acuerdo como tu aroma viajaba en otoño, se me fue, se me fue. Ladrón de luz, la memoria logro, venció, no estas, no te veo, no hay imaginación, no hay engaño, no tengo fotos blanqueadas, no hay falsificación. Los poemas se deshacen en mis manos, no tienen esencia, mi amor, no me dicen como tu cuerpo se movía en la pista, no me hablan de tu voz en las avenidas, de tu risa a la madrugada, no me dice nada de, nada de ti, no te encuentro. Mi amor, doscientos poemas, párrafos, prosas, arte hasta los huesos, y, no sé, no sé, el sabor de tus labios en frío. No tengo tu mano en las montañas, no me acuerdo de tu silbido en la noche, se me fue, se me fue tu sonrisa en mi calor. No está tu voz en pesadillas, mi amor, no sé, no puedo decir, qué amor fuimos, si fuimos, mi amor, no tengo el punto final, no tengo la primera palabra. Mi amor, luego de doscientos debo pelear con la realidad de que tal vez eras un mito de mi corazón.
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