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Reflujo
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Entrada de jugos gástricos en el esófago por distensión del esfínter esofágico.
SENTIDO BIOLÓGICO: El esfínter del cardias no se cierra y todos los ácidos suben y me queman. Dejo el paso abierto para dejar entrar más alimento (simbólicamente alimento emocional, o sea, amor).
CONFLICTO: Conflicto de carencia. Estoy en un sentimiento de falta, carencia de pedazo (bocado emocional) muy fuerte y dejo “la puerta abierta” para poder recibir más. Estoy en un callejón sin salida, y quiero salir.
También puede deberse a una ira reprimida y el hecho de que la causa de este enojo vuelve a presentarse sin cesar, provocando todavía más enojo e impidiendo asumir lo que acaba de suceder.
La situación que vivo me parece irritante, injusta y vivo interiormente impotencia. Cuando tal situación me sucede, puedo preguntarme: “¿qué es lo que me quema o me pone furioso? ¿Qué es lo que a mí no me gusta y que no consigo digerir?” (Aquí, la expresión debe tomarse en sentido figurado. Podría tratarse de una persona de quien digo: “A esta persona, no la puedo digerir”. Esto significa que no aprecio a esta persona, estoy furioso contra ella por algo, etc.)
También es muy posible que me enganche a esta ira de un modo inconsciente, porque tengo miedo de afirmarme, de soltarme y expresar mis necesidades, mis deseos y mis intenciones al nivel del corazón. Soy único en todo y los demás son diferentes de mí en todo. Debo pues quedarme abierto y atento a mis propias necesidades y aceptar la entera responsabilidad de mis actos, por más que la gente sea diferente de mí. El hecho de volver a reprimir, inhibir una emoción (ira, pena, rabia) aumenta la acidez de los gases gástricos y, al mismo tiempo, me impide tragar cualquier cosa (porque los ardores manifiestan un tipo de presión interna en el área del estómago).
Debo ver el nexo entre mis auténticos sentimientos y los ardores de estómago. Conservo la calma y observo mi modo de ser, mis reacciones frente a las situaciones que vivo, así como mi actitud frente a los acontecimientos cotidianos.
#reflujo #acidez #estómago #reflujogastrico #acidezestomacal
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¿El estrés empeora el reflujo?
Por Toni Golen, MD, editora en jefe, Harvard Women’s Health Watch; Miembro del Consejo Asesor Editorial, Harvard Health Publishing; colaborador y Hope Ricciotti, MD, editora general, Harvard Women’s Health Watch Pregunta a los doctores P. Tengo enfermedad por reflujo gastroesofágico y he estado muy estresado con el trabajo últimamente. Mi acidez estomacal ha empeorado mucho. ¿Podría haber una…
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Doctor Paul McCartney.
#the beatles#comics#copomipics#Miserio#paul mccartney#dr paul mccartney#all you need is love#reflujo gastroesofágico#vómito#antiácido#guitarra#medicina#webcomic
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Los trastornos de la alimentación: Bulimia nerviosa
¿Cuáles son los tipos más frecuentes de trastornos de la alimentación?
Los trastornos de la alimentación más frecuentes incluyen
La anorexia nerviosa
La bulimia nerviosa
El trastorno por atracón
Qué es la bulimia nerviosa?
Las personas con bulimia nerviosa tienen episodios recurrentes en los que consumen cantidades inusualmente grandes de comida. Suelen sentir una pérdida de control sobre estos episodios de atracones. A estos atracones les siguen comportamientos para compensar por el exceso de comida, como vómitos forzados, uso exagerado de laxantes o diuréticos, ayunos, ejercicio excesivo, o una combinación de estos. A diferencia de las personas con anorexia nerviosa, las personas con bulimia nerviosa pueden mantener un peso saludable o tener exceso de peso.
Los síntomas y las consecuencias para la salud de la bulimia nerviosa incluyen:
dolor e inflamación crónica de la garganta;
inflamación de las glándulas salivales en la zona del cuello y la mandíbula;
esmalte dental desgastado y mayor sensibilidad y caries en los dientes, como resultado de la exposición al ácido del estómago al vomitar;
reflujo ácido y otros problemas gastrointestinales;
malestar e irritación intestinal debido al uso inadecuado de laxantes;
deshidratación grave por las purgas;
desequilibrio de los electrolitos (con niveles demasiados bajos o demasiados altos de sodio, calcio, potasio y otros minerales) lo que pueden originar un accidente cerebrovascular o ataque al corazón.
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Art Blakey & The Jazz Messengers - Blues March (Live) (1958)
(English / español)
"Blues March" by Art Blakey & The Jazz Messengers, from the 1958 album "Moanin," blends blues rhythms with military march cadences. Composed by saxophonist Benny Golson, the track captures the essence of the hard bop era.
Blakey's drumming, with a march-like pattern, sets the stage for the interplay between horns. Golson’s composition merges genres, with blues elements offering a soulful counterpoint to the march rhythm. The brass section swings between the solemnity of a parade and the spontaneity of a jazz club, each soloist adding a unique voice.
Reflecting the late 1950s' socio-cultural environment, the march element nods to the Civil Rights Movement, while the blues speak to the African American experience. The song balances tradition and progress.
Blakey’s leadership fosters young talent like Golson, Lee Morgan, and Bobby Timmons, whose performances are brilliant and emotionally charged. His influence ensures individuality and group cohesion.
The recording’s clarity highlights the musicians’ interplay, with a dynamic range from quiet moments to powerful declarations. This ebb and flow keeps listeners engaged.
Live performances of "Blues March" showcase Blakey’s percussive prowess and the ensemble’s synergy. Audiences are captivated by the infectious rhythm and raw emotion.
The legacy of "Blues March" inspires new generations. Its combination of styles, historical context, and virtuosity secures its place in jazz history. Art Blakey & The Jazz Messengers, through "Blues March," exemplify creativity and depth in jazz music.
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"Blues March" de Art Blakey & The Jazz Messengers, del álbum de 1958 "Moanin", mezcla ritmos de blues con cadencias de marcha militar. Compuesto por el saxofonista Benny Golson, el tema captura la esencia de la era del hard bop.
La batería de Blakey, con un ritmo de marcha, prepara el terreno para la interacción entre las trompas. La composición de Golson fusiona géneros, con elementos de blues que ofrecen un conmovedor contrapunto al ritmo de marcha. La sección de metales oscila entre la solemnidad de un desfile y la espontaneidad de un club de jazz, aportando cada solista una voz única.
Reflejo del ambiente sociocultural de finales de los años 50, el elemento de la marcha hace un guiño al Movimiento por los Derechos Civiles, mientras que el blues habla de la experiencia afroamericana. La canción equilibra tradición y progreso.
El liderazgo de Blakey fomenta jóvenes talentos como Golson, Lee Morgan y Bobby Timmons, cuyas interpretaciones son brillantes y están cargadas de emoción. Su influencia garantiza la individualidad y la cohesión del grupo.
La claridad de la grabación pone de relieve la interacción de los músicos, con una gama dinámica que va de los momentos tranquilos a las poderosas declaraciones. Este flujo y reflujo mantiene enganchados a los oyentes.
Las interpretaciones en directo de "Blues March" muestran la destreza percusiva de Blakey y la sinergia del conjunto. El público queda cautivado por el ritmo contagioso y la emoción descarnada.
El legado de la "Blues March" inspira a las nuevas generaciones. Su combinación de estilos, contexto histórico y virtuosismo asegura su lugar en la historia del jazz. Art Blakey & The Jazz Messengers, a través de "Blues March", ejemplifican la creatividad y la profundidad de la música de jazz.
Source: 1950s MUSIC
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Un poco acerca de algunos animales que nos rodean
Oscar Lepe, Alejandro Várguez, Javier Guadarrama, Ferrán Rosas.
Descubramos las Razas de Gatos que Viven Más Tiempo
¿Sabías que algunos gatos pueden vivir mucho más tiempo que otros? En este artículo, exploraremos las cinco razas de gatos que destacan por su longevidad. Según PetMD, el promedio de vida de un gato oscila entre los 13 y 17 años, pero estas razas tienen la capacidad de superar esa expectativa. Desde los elegantes siameses hasta los tranquilos burmeses, estas razas ofrecen compañía felina durante muchos años. Esta investigación nos hace conocer cinco razas extraordinarias y sus cuidados, dirigido a dueños de mascotas interesados en la salud y bienestar de sus gatos.
Ahora te pregunto, ¿Qué aspectos consideras más importantes al elegir una raza de gato, la longevidad o características específicas de personalidad y apariencia?
Tipo de texto científico de divulgación.
El facinante mundo de los Anfibios: Facinante
Los anfibios desempeñan un papel crucial en la regulación de poblaciones de insectos como mosquitos, ayudando a prevenir enfermedades como el virus del dengue, zika y chikungunya. Sin embargo, el crecimiento urbano ha llevado a la disminución de los anfibios, privándonos de este beneficio. Recientemente, se descubrió que la piel de la rana leopardo contiene sustancias que podrían tratar el virus del zika y posiblemente el dengue. Además, la Rana Incubadora Gástrica, que incubaba sus huevos en su estómago para proteger a su progenie, inspiró el desarrollo de la ranitidina, un medicamento para úlcera y reflujo. Lamentablemente, esta especie se extinguió en 2002 debido a la quitridiomicosis, una enfermedad fúngica que afecta a los anfibios.
¿Interesante no? ¿Conoces algo especial de algún anfibio o te interesaría conocer más acerca de ellos?
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Historias de Mierda III
"El completo con lechuga"
Me gustaba una mina cuando estaba en el colegio. Segundo-tercero medio mas menos. Y un dia logré que la mina me invitara a su casa. Ganador pensarán, pero no.
Lo penca es que no estaríamos solos sino con TODA su familia. Yo ya me habia hecho el lindo con ella asi es que solo faltaba caer bien y después la guinda de la torta era llegar a mi casa con polola oficial.
Nada hacia presagiar que ese anochecer sería una de las mas notables, vergonzosas y humillantes experiencias de mi vida y que, paradójicamente tendría un final feliz.
Llegue cerca de las 6:00 PM a su casa, después de haber ido a la mia a sacarme la pichanga de la “tarde deportiva”. Así es que duchadito, limpiecito, olorosito y bien lavado de bolas el huevón se dignó a agarrar el colectivo y volar para llegar a la hora acordada con la mina que tanto me había costado engrupir.
Llego, saludo cortésmente a la mamá, el papá, el hermano mayor, el hermano chico, la abuela, el abuelo y un par de viejas que ni me acuerdo quienes eran, etc, etc. La cuestión es que estaba lleno de gente.
Conversamos, nos reímos, nos joteamos hasta que la mamá dice ”¿Quieren tomar once con nosotros? ¡Hicimos completos!”
Puta, la raja. -¿Me puedo comer a su hija tambien?- pensé, pero de mi boca salió un “Claro, por supuesto. Muchas gracias”.
Nos sentamos en la mesa: El hermano mayor con una cara de culo conmigo porque intuía mis verdaderas intenciones, y yo haciendo de todo por caer bien.
Acepté cada huevá que me ofrecieron. Todo era un Sí. ¿Quiere esta huevá? Sí ¿Le echo esto otro? BUENO. Y así el primer completo era una masa apoteósica, tremenda like this, con todo lo que se podía imaginar, pero con un ingrediente que en mi puta vida había visto arriba de un completo: LECHUGA.
Me comí el famoso completo, que estaba bien rico, así es que pasó no mas y seguí en la reunión familiar, súper simpático, educado, demostrando todo el entrenamiento paternal y todas las buenas costumbres para que e autoconvencieran d emi farsa y concluyeran la máxima familiar “Es un buen cabro”.
Aprobado en la familia (a esa edad esas huevás importan, hoy verdaderamente dan un poco lo mismo) cuando de pronto, cerca de las ocho de la noche, siento un retortijón que nunca se me olvidará.
Fué una huevá tan inmediata que me puse pálido: Un verdadero alarido intestinal. Una súplica, una sobre reacción de mi sistema digestivo a esa huevá que me había acabado de comer hace un par de minutos.
Y, haciéndome el gil, me manche las manos con mayo y dije:
“Chuta, ¿Dónde esta el toillete? Necesito lavarme las manos….”en ese pasillo a la izquierda”
Me señalaron el trono y puta, no habían terminado la frase y ya estaba allá con los pantalones abajo (virtud muy útil y por lo que me ha dicho mi padre, además hereditario).
Como quería pasar piola, intente cagar en el mismo rango de tiempo que puede llevar lavarse las manos y “otra cosa” que podía ser reventarse una espinilla, peinarse o simplemente orinar (‘char la corta).
Llegue, me senté y me mande una cagada con toda la potencia, fuerza y velocidad que podían imprimirle mis músculos abdominale. Entonces, agarrado a la tina, al borde del lavamanos y con los pies bien puestos en el suelo, me mandé una cagada dantesca, hedionda y líquida, por lo que estaba seguro no habría problemas de reflujo por parte del WC. Todo bien hasta que caché que: Oh my gosh! No hay papel!!!!
Sin perder la calma ni el garbo, comencé a buscar en ese baño algún artículo auxiliar que mepermitiera pulirme el ojete: Pañitos húmedos, toalla nova, pañuelos desechables, la hueva que fuese desechable. No había nada. Solo un paquete de pañales del hermano chico.
Ni huevón, la solución estaba frente a mis ojos. Así es que ocupé unos pañales, y todo a la basura, bien al fondo.
Después de mi cagada Gold Medal World Record de solo tres minutos, que ni Asafa Powell la hace, estaba de vuelta en la mesa, con la mejor cara de niño bien educado, rosagante y rosadito producto de que todavía no me bajaba la sangre de la cara debido al apretón abdominal para la cagada Express, y me dicen. ¿Quiere otro completito? A lo que la mina responde: Sí, yo se lo preparo!!
Una gota fría escurrió veloz entre mi frente y de algún modo místico me llegó hasta el orto.
En un minuto tenia el mismo monstruo lechugoso frente a mí (nota: recálco la lechuga porque tengo la certeza de que eso fue lo que produjo el aborto espontáneo).
Pensé: Lo peor ya pasó, no creo que me pase de nuevo. Lo recibí, y como previendo el desastre, lo comí con cierto recelo. Esta vez paso un poco mas de tiempo, pero la contorsión intestinal fue igual o peor, y ya había ocupado el comodín de las manos con mayo (si la ocupaba otra vez pasaba por huevón): No quedaba otra que arrancar confiando que el tiempo de viaje fuera menor a lo que demoraría el moreno en aterrizar en mis tobillos.
Muy care’ raja, pero pareciendo alguien completamente dominado, temeroso e imbécilmente obediente con los padres, me excusé diciendo que se me hacia tarde para llegar a casa y que el colectivoRs dejaba de pasar temprano (excusa harto flaite, pero que a esa edad era comprensible) me puse de pie, me despedí de todos a la vez, di las gracias y la mina se ofreció de compañía ”para conversar” hasta el colectivo.
Caché que venia sin defensas, era cosa de hacerse el lindo un poco y era golazo de mitad cancha. Había hecho bien la pega hasta ahí y no quería cagarla… en el amplio sentido de la palabra.
Entonces yo comencé a avanzar rapidito, a paso corto, como el marciano de Bugs Bunny….y ella miraba hacia arriba y me decía que linda estaba la noche, que lo había pasado súper bien, que les había caído la raja a los papas, bla bla bla, mientras yo sonreía y dejaba deslizar la gota de sudor por mi sien.
Si la besaba me relajaba y me cagaba, si la abrazaba ella me apretaba y me cagaba, si le tomaba la mano caminaba mas despacio y me cagaba. El panorama no era prometedor, pero quería disfrutar de lo bien que había engrupido, así es que en un momento de no aguanto más me frené y me sinceré:
¿Sabes? Creo que el último completo no me hizo muy bien ¿Me prestarías tu baño?. Y ella abrió los ojos bien grandes (seguro quería una declaración romántica y “el hu��vas” le sale con que está que se caga), esbozó una sonrisa maquiavélica de vendetta y me dijo: ¡Claro!
Media vuelta y sale corriendo a la casa. Yo, medio cojeando y apretando el ass hasta el calambre, partí detrás.
Cuando llego a la reja de la casa me doy cuenta que está abierta, también estaba abierta la puerta de la casa, estaban todos los familiares en palco y tribuna, y ella estaba en la entrada con un cono de confort y la revista Cosas.
Respire, trague saliva y pensé que toda mi pega se había ido por el water al igual que el kilo que me iba a mandar en pocos instantes. Se acerca y me dice: La puerta del fondo es el baño grande, anda a ese. Baje la vista y rapidito pase bajo las miradas de TODA su familia.
No contentos con eso y con el afán de humillarme ella me grita: No vayas a ocupar el jabón de glicerina que tengo en ese baño porque lo uso para la cara!!!!! Y escucho los jajajaja de todos.
Además, voy llegando y me doy cuenta que, el wc del baño da la espalda a un muro muy delgado que limitaba con el living, en donde todos estaban conversando, y yo, me mande una cagada apocalíptica, 5.1 dolby incredible tremendo surround stereo 4000w de salida, refuerzo de bajos y agudos incontrolables. Abría las nalgas para bajarle el volumen y ampliar el rociado, pero nada! Se escuchó la cagada COMPLETA.
Entre las risas y medio llantos derivado de las risas, salí del WC con la frente en alto y tratando de tirar todo pa’ l chiste, haciéndome el simpático de nuevo, pero con cero respeto!!!
Tenia menos respaldo que un columpio a esas alturas, y entre risas me despedí con la sensación de derrota.
Otra vez fue ella a dejarme al famoso colectivo, yo iba con una sensación de derrota tan extrema que me relaje y sabiendo que ya no había opción le conversé tranquilo. Al final ella me tomó y fui depredado con un tremendo atraque y me dijo que le había encantado la manera en que había manejado la situación y si quería ser su pololo.
¿La huevá romantica?!!!!
Final feliz despues de todo. Y creo ser de los pocos que ha conquistado alguna vez a una mina gracias a una cagadera.
Porque hay veces en que la caca, es oro.
Fuimos pololos por un tiempo y la anécdota es imborrable. Sobreviví para contar que….VI A LA MUERTE A LOS OJOS Y TIRE LA CADENA!!!!!…que lindo es el amosh!
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Acabo de tener un problema con la moto....
Resulta que la mezcla de aire/gasolina no se ajusta bien y cuando la bujía hace saltar la chispa para provocar la explosión dentro de cada cilindro, el reflujo de gases no tiene potencia suficiente para abrir la válvula de mariposa que da paso al combustible en dirección a las levas que reparten la tracción y dirigen el impulso hacia el diferencial que alterna....
Bueno, ahora que las mujeres ya han dejado de leer.....¿conocéis alguna pagina porno nueva que este bien?
P.D: Las respuestas por privado por favor, que la liamos..
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Ana Blandiana
"No me aterra tanto el hecho de estar aquí sin entender el cómo y el porqué, y sin saber si podré irme de este lugar alguna vez —esta lista de condicionantes que no dependen de mi voluntad me espanta y me encanta en igual medida—, como me asusta la inseguridad molesta de si lo que estoy viviendo sucede de verdad, y de si lo que estoy viendo a mi alrededor no son más que simples sombras, ya que yo misma, la de ayer y de anteayer, y la de todos los años precedentes, no soy, hoy por hoy, más que una sombra inconsistente que vacila en una memoria marcada por caprichosos flujos y reflujos controlados por astros desconocidos."
_ Las cuatro estaciones, Ana Blandiana. Periférica. Traducción de Viorica Patea y Ferna Sánchez Mirat.
Foto: Ana Blandiana (1978)
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Medidas
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Mikey 2018 : Anastasia, mira que te compre en en el reflujo de animales místicos es un loba Mística de hielo 🥰😉🐺❄️💕💝💗💖
@inspiredwriter
Anastasia 2018: Aah, Mikey, thank you so much😃😍💝💘💞 *Kisses Mikey on the cheek* Mmuah~😚💋💓❣️💖💕 *Sits on his knees and gently strokes the wolf's head* Can I name him Vegas?😊🥰🐺❄
Mikey 2018: Of course, hunny, this name suits him very well😄🥰💘🩷💗💞 *Strokes Vegas on the back* Don’t be afraid to stroke his neck, my princess, he is affectionate😁🤗💗💓💕 *Strokes Vegas on the neck*
*In the living room*
Leo 2018 and Stefany 2018: *Sitting on the couch and watching TV*
Leo 2018: *Looks at Fanny Lou who is lying on the floor and howling* Hmm, Stefany, why is Fanny so sad lately?🤨😟
Stefany 2018: Well, now spring has come, which means it’s time for love🤔🤗🌸🌱🌻💗💖💞 *Leans on Leo’s shoulder* My girl must be very lonely🥺😞
Mayhem: *Walks up to Fanny and lies down next to her* Mrrr~🥺😔
Fanny Lou 2018: *Licks Mayhem's forehead* Mmm~😔👅 mrrr~😞 *Howls* Oooow~!😩🐺 *Sniffs the air* Hmm?🤨 Grrr, roarrr~🥰😍
@swagreecrow
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SIGO CON EL TRASTORNO ALIMENTICIO: NO ME DEJAN LOS ATRACONES
Hace un rato, perdí por completo el control comiendo y después de eso vomité sin provocarme. Ahora me siento culpable por no poder controlarme. Admito que tenía hambre, pero, ese no es motivo suficiente para comer con desesperación aunque en parte es mi culpa. Desde el Viernes que comí demasiado me castigué no cenando y al día siguiente desayuné demasiado tarde que al momento de comer ya no sentía hambre solo debilidad.
Así que, el Sábado comí poco porque pensaba que me dolería el estómago si comía mucho. Almorcé y cené pero volví a vomitar sin provocarme.
El Domingo desayuné poco porque no sabía cómo reaccionaría mi estómago y decidí almorzar sin pensar en qué podría pasar pero volvió a pasar: Vomité sin provocarme.
Después de eso fui a una fiesta y por miedo a negarme, acepté comer para que después volviera a pasar lo mismo.
Siempre tuve problemas con la comida desde que era pequeña pero pensaba que era "normal" pensar que no quería engordar y que se me pasaría el pensamiento pero no fue así.
Cuando era pequeña e iba a la primaria, dejé de comer unas semanas y de ahí todo empezó a normalizarse. Pero después llegué a la secundaria y todo empeoró.
La comida realmente era un problema no solo me la pasaba vomitando sino también hacia mucho ejercicio con tal de no subir de peso. Aún cuando siempre fui delgada, jamás pude disfrutar con libertad para poder comer.
Me cambiaron de escuela y me provocaba el vomito y vomitaba sin control todo el tiempo. Empezaba a desmayarme a diario, a dejar de menstruar, a tener frío todo el tiempo, tenía atracones de comida y cada vez que entraba la comida a mi boca yo debía sacarla. Adelgacé tanto que comencé a ser talla 3/4, pero, yo no veía delgada en el espejo, me seguía viendo de la misma manera y odiaba mi reflejo.
Cuando entré a la preparatoria pensé que eso terminaría, pero, no fue así. Seguía teniendo problemas con la comida, la culpa no se iba y comer era difícil. No podía dejar de vomitar y el mismo círculo vicioso seguía.
Cuando entré a la universidad, pensé que todo cambiaría al fin pero no fue así.
Mi vida consistía en: comer, vomitar, ayunar y matarme de ejercicio.
El cuerpo que tenía de pequeña no había crecido seguía teniendo un cuerpo de niña aún cuando ya era una adulta.
Cuando cumplí 21 años dejé de ser talla 28 y empecé a ser talla 30. Sentí que estaba bien y que era un gran avance entrar a la talla de adultos al fin.
Pero olvidé mencionar que no solo padecía trastornos alimenticios sino que también sufría bullying. Además del maltrato psicológico de mis padres. Realmente mi edad jamás importó en el trato de mis padres hacia mí y jamás entenderé por qué.
Dios sabe que hubo un tiempo en que dejé de vomitar y me esforzaba por comer bien y en mi mente tenía esa ilusión de que las cosas mejorarían con los años hasta que me di cuenta que el que "dejara de provocarme el vómito", eso no significaba que yo había SANADO.
Mis trastornos alimenticios me habían dejado secuelas como: presión baja, gastritis, colitis, reflujo, caries, menstruación abundante e irregular, caída de cabello, debilidad, huesos sensibles y dificultad para subir de peso sin importar cuánto comiera. Aún cuando los problemas físicos no eran cualquier cosa no eran normal tenerlos siendo tan joven pero la causa era esa: Mis trastornos alimenticios.
Sin darme cuenta comencé a comer mucho de nuevo, a tener ayunos prolongados, a castigarme con ejercicio para quemar las CALORÍAS que había consumido aún sabiendo que no puedo hacer ejercicio físico pesado porque me canso mucho. Y en mis épocas depresivas, comía menos y dejaba de hacer ejercicio y cuando dejaba de estar deprimida volvía a restringirme la comida, comer normal y luego comer sin control hasta vomitar. Y seguía sin entender por qué eso era malo si después de todo ya no me provocaba el vómito.
Tengo 30 años ahora y eso no ha cambiado y lo peor de todo es que tuve que ir al psiquiatra por mis trastornos mentales y me recetaron un medicamento que me hizo subir de peso y ahora peso 13 kilos más y eso me afecta bastante.
El error más grande que cometí fue ir al nutriólogo sin saber que no debía ser cualquiera porque a pesar de que le conté mi pasado con trastornos alimenticios, ella me dio una lista con las calorías, me dijo cuántas calorías comer, me dijo que tenía obesidad sin preguntarme el motivo real y además me restringió ciertas comidas. Aún cuando he perdido esa hoja, o mas bien, no he logrado encontrarla me siguen obsesionando las calorías, me sigue frustrando el tener que comer con culpa y el seguir subiendo de peso aún cuando ya no tomo la Risperidona.
Siento que jamás me dejarán los trastornos alimenticios y que seguirán apoderándose de mi vida hasta que muera.
Es frustrante tener que lidiar con la comida todo el tiempo pero aún sigo teniendo esos pensamientos de que engordaré y que la comida es la culpable de que suba de peso.
Quisiera que me dejaran mis TCA (vía confesionesdeunachicasolitaria)
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¿Amor o amistad? Parte 43
Reacciono un par de segundos después, de pie delante de una puerta, con el viento frío pasando por su piel.
—¡Hey bastardo con bata! ¡¿Dónde demonios te has metido?! ¡Te busque toda la maldita semana!
Levantó apenas las manos, notando las marcas de daño hechas por las cuerdas, sus muñecas machacadas por lo mismo, pudo sentir como el dolor venía a su cuerpo progresivamente rápido, aun así, apretó los puños con fuerza obligándose a sí mismo a no flaquear, resistiéndose a temblar.
—¿Por qué… esperaste una semana para volver atrás?
—Pensé que solo se estaba escondiendo de mí o algo, como sea, cuando todos empezaron a desesperarse porque no aparecía, ¡era una sensación de pánico completamente nueva!
—No respondiste mi pregunta, —miró de reojo de forma afilada —¿por qué no volviste antes?
—Después de que sus aburridas vidas por fin dieran un giro, ¡no iba a perdérmelo! Además, pensé que sería divertido buscarte, pero se hizo malditamente frustrante.
—Divertido…
Se mordió los labios hasta sangrar, dando un golpe a la madera del marco con la suficiente fuerza como para hacer que la flor saltara de la sorpresa, pero claro que eso no iba a ser lo único que lo sobresaltaría, Gaster no dudo ni un segundo en invocar sus blasters, tantos como su magia actual le permitió aparecer a la vez, todos comenzando a cargarse en el lugar.
—¡¿Qué demonios son esas cosas?!
—¡LO VAS A AVERIGUAR SI NO TE LARGAS AHORA MISMO! ¡NO QUIERO VER TU MALDITA CARA EN MUCHO TIEMPO FLOWEY!
—¡Bien! ¡Está bien! ¡Cielos! ¡Lo averiguare por mi cuenta!
La alarmada flor desapareció en la nieve, más asustada de lo que le gustaría admitir.
Apenas Flowey se esfumo, sus ojos volvieron al blanco neutral, desapareciendo su creación mientras pegaba la frente a la puerta, busco torpemente la llave y después de un par de intentos logró abrir, entró a la casa cerrando inmediatamente detrás sin despegar la vista del suelo, respiró hondo apenas manteniéndose en pie, el dolor de todos los días que paso antes del regreso volvía a él, la sensación de sentir que se quemaba por dentro, las heridas en su interior, el dolor de los cortes, arañazos y golpes, el sabor a magia horrible en su boca y como sentía unas nauseas terribles apoderarse de él.
—¡Nyeh! ¡Papá!
—¡. . .! —levanto la vista.
Ambos jóvenes lo veían desde la parte superior de la casa, con los pijamas puestos cada uno desde la puerta de su respectiva habitación.
—Hey G, ¿Qué fue todo ese escándalo de recién? Se que tenemos un poco lejos a los vecinos y eso, pero apostaría a que te han oído.
—Yo… lo que pasa… es que…
En el momento que cayó en cuenta de que estaba a salvo en su hogar, perdió la poca resistencia que aún lo mantenía en pie cayendo de rodillas y apenas dándole tiempo a apoyar el brazo en el suelo, llevó una mano a su boca por reflejo al sentir el reflujo de su interior, más no pudo evitar empezar toser con fuerza hasta vomitar, su cuerpo recordaba perfectamente la sensación de aquella repugnante magia en su vientre, confundiéndose por el regreso repentino y tratando de expulsarlo todo lo que había dentro de golpe cuando finalmente bajo la guardia.
Los dos esqueletos se quedaron completamente paralizados los primeros segundos, antes de que el mayor se acercara con un atajo al notar no solo vomito caer de su boca y confirmó sus malos pensamientos cuando al apoyar la mano en su hombro, esta se mojó al instante, con un líquido rojo brillante, él sabía de sobra que desapareció casi una semana entera, pero quería creer que no había sido tan jodido como él esperaba.
Fue mucho peor.
—¡Papá! ¡Papá! —bajo de un salto por la baranda, justo sobre el sillón y corrió hacía él.
—Paps, llévalo a su cuarto, hay que curarlo ya, iré por Grillby, sabrá qué hacer.
Ni siquiera hubo un atisbo de duda en alguno de los dos, Sans simplemente desapareció al instante en busca de ayuda, mientras Papyrus esperaba que su padre se recompusiera lo suficiente como para poder cargarlo, en el momento que él ya solo respiraba agitado y tosía de vez en cuando, lo levantó en brazos, notando claramente como se quejaba audiblemente entre sus dientes cuando paso su brazo por detrás de las rodillas, el joven esqueleto lejos de asustarse por ello se sintió determinado a atenderlo lo mejor posible, lo llevo escaleras arriba, cuidando el movimiento de las escaleras no provocara más dolor del que ya parecía tener.
Apenas llego al cuarto, lo bajo en la cama, más el mayor no parecía tener intención de recostarse en lo más mínimo a pesar de que su hijo menor intentaba que lo hiciera, más cuando lo vio a los ojos, podía notar un brillo faltante, sin palabras que decir, desistió a cualquier idea de obligarlo a estar en la cama, con delicadeza apartó la tela de su abrigo negro y la bata que traía por debajo, más no pudo quitar la camisa de último ya que el mayor lo tomo por la muñeca, claramente incómodo por la idea de descubrirse.
Papyrus se resignó a la idea de ver que tan mal estaba y procedió a curar por encima de la tela, notando que su padre relajaba el agarre, como una especie de agradecimiento silencioso a respetar sus límites.
—¡Gaster! —Entró cargando a Sans bajo el brazo y este tenía con el kit de primeros auxilios.
—Ah, Grill… no era… necesario Sans…—Gaster lo miró respirando pesado.
—Bueno, permíteme dudar que no era necesario —bajo a Sans —¿qué demonios te paso? Te ves peor de lo que Sans me dijo.
—No… no quiero hablar de ello… ¡cof! —se cubrió la boca, tragando esta vez.
—Chicos, yo me encargo… ustedes vayan a sus tareas, si pasa cualquier cosa los llamaré.
—¡Nyeh, pero…!
—Conoces lo cabezota que es tu padre, está bien, déjalo en mis manos.
Sans solo le tomó de la mano para que se calmara, Papyrus miro un poco a ambos antes de finalmente asentir suave y salir de la habitación. Una vez solos Grill tomó la silla del escritorio y la acerco para sentarse frente a frente al doctor, lo dejo tranquilizarse lo suficiente, al menos para que dejara de aferrarse a su abrigo y bata con tanta dureza, no intercambiaron un dialogo previo, después de alrededor de media hora Gaster solo respiró hondo antes de que él mismo deslizara las prendas, pero solo deslizo parte de la camisa para que se viera la herida más grande, más esta no cubría el resto de las cicatrices que se veían en el límite de la tela.
—Se que no quieres hablar de ello, pero sabes que tienes que hacerlo —acerca con cuidado la mano a la herida que al menos ya no sangraba.
—Lo sé… —sintió su respiración acelerarse.
—Hey, soy yo, tu viejo amigo ¿de acuerdo? Todo está bien, estás en casa G.
—Sí, lo sé —repitió —solo… no puedo evitarlo ¿sabes? Es… difícil.
—Voy a limpiar la herida más grave, ¿puedes con eso?
—Lo intentare.
—¡DOCTOR!
Los dos amigos dieron un salto de la sorpresa cuando se abrió la puerta de golpe, de hecho, casi la había partido en dos de una patada, el científico miró algo asustado a como la capitana de la guardia reaccionaba a verlo tal como estaba, ella se quedó congelada en el sitio durante algo más de un minuto, verlo herido y ver que clases de heridas tenía donde tenía descubierto, apretó los puños y puso la vista seria antes de acercarse y sentarse a un lado, sin quitarle la vista.
Antes de que pudiera decir algo, lo abrazó con cuidado, más cuidado del que cualquiera esperaría.
—U-Undyne ¿p-por qué estás aquí?
—Papyrus me llamo diciendo que haría sus tareas y que todo estaba “bien”, pero algo sonaba mal en él, además cuando desperté tenía una sensación de que… no lo había visto en demasiado tiempo, así que vine de inmediato.
Gaster por un momento tembló, aun cuando Undyne tenía determinación corriendo por su cuerpo, no le afectaba como a Sans o él, ella no podía recordar lo que pasaba y a pesar de eso, ella sintió que algo malo paso, quizá por instinto, quizá por esa sensación de deja vú, o su gran sentimiento de justicia le hicieron saber que él podría desaparecer.
Sentir que alguien más podía ver que las cosas irían mal, al final, terminaron por quebrar lo poco que quedaba de su guardia. Se permitió acumular magia en sus cuencas para luego sentirla bajar por sus mejillas, se llevó la mano a la cara intentando calmarse.
—Al menos, deberías traer abrigo… ¿sabes?
—¿En serio se va a preocupar usted por mí justo ahora?
—Sigues siendo una niña a veces.
—No es mi culpa que sea tan viejo.
—Hey…
—Dejemos las tonterías aparte, ¿bien? —le tomo suave por el brazo —necesita realmente muchas curaciones.
—Ah, —paso algo de saliva —no va a gustarte lo que vas a ver.
—Ya no me gusta lo mucho que hay en tan poco lugar.
Gaster la miró unos momentos y llevó las manos a la camisa para desabotonarla del todo, deslizándola por sus hombros junto con el resto de las prendas superiores para luego evitar el contacto visual con cualquiera de los dos; esperaba que la chica explotara como la vez que hablo del acoso en el bar y en cierta forma podía casi palpar la ira que estaba emanando de ella y como el fuego de su viejo amigo se crispaba y parecía encenderse más por momentos.
Aún con el enfado, había asuntos más serios que atender, las preguntas podían esperar.
Undyne tomó el arduo trabajo de curar las heridas del torso y vientre, más que nada porque por razones que el doctor aún no contaba, temblaba con ciertos toques de manos masculinas, aunque su mente entendiera que estaba a salvo, su cuerpo todavía no lo procesaba. Grillby resopló molesto por ello, limpiando las heridas de las manos y demás articulaciones superiores, se deshizo de la venda del cuello, solo para encontrar marcas moradas alrededor de la zona, además de más arañazos y lo que parecían pequeños huecos, como si hubiesen clavado con maldad para que quedaran en la piel.
Uso magia para aliviar la zona, suponiendo que claramente del vientre para arriba estaría más o menos tratable con ello y limpiando las heridas más nuevas, ninguno de los dos monstruos quería pensar que habría por debajo, los dos sabían de sobra que posiblemente no iban a poder controlar su enojo si confirmaban sus presentimientos.
Y que, además, no les correspondía a ellos ser quienes curaran esas partes.
—¡Dings!
Gaster dio un salto en el lugar y miró hacía la puerta al ser llamado.
—M-Majestad… ¿qué… qué hace aquí?
—Sans debió avisarle también —suspira Grillby antes de darles distancia.
—Dings, dios mío… —se acercó a tomarlo despacio por los lados del rostro —¿qué te han hecho?
—Majestad… yo… perdóneme…
Tomó sus manos, terminando por temblar de nuevo mientras apretaba el agarre, notando de nuevo la magia acumularse en sus ojos para volver a correr por su rostro, cerró fuerte los ojos, sintiendo que ligeros ruidos de llanto contenido escapaban de su control, Asgore solo lo abrazó con el mayor cuidado posible mientras sentía a su científico aferrarse con fuerza a él, no importaba que había pasado, solo quería estar ahí para él en su momento más vulnerable.
En el momento que se quebraba.
Lo mantuvo en sus brazos, al menos para poder transmitirle que estaría protegido y que no estaba solo en ello, era su esqueleto, su científico, su pareja, lo era todo. Sus ojos brillaron con furia mientras lo sostenía, no dejaría que aquellas heridas quedaran sin castigo a quien las hizo. Luego de una rápida mirada a los otros que seguían allí, ellos entendieron que seguramente revisaría a Gaster de manera más minuciosa y privada, por lo que era mejor que se retiraran del cuarto, pero no podía obligarlos a irse de la casa, ninguno estaría tranquilo hasta saber que había sucedido.
—Dings, por favor dime sinceramente hasta donde estas herido.
— Ah… —se sobresaltó un momento antes de bajar la mirada. —Mucho más de lo que cree…
—¿Cuánto?
—Mucho…
Dudando unos momentos, levanto apenas la cadera para sacar sus pantalones y ropa interior, Asgore contuvo la respiración un instante, notando las marcas de corte profundo en sus muslos, varios de ellos, un conjunto de cuatros y una en vertical, como si fuera una especie de conteo perverso, entonces, una idea cruzó malamente por su cabeza y por desgracia era la acertada.
—Estos cortes…
—Solo… es el precio a pagar por…
—No, esto paso, no es una “premonición”.
Pego un salto en el lugar.
—¿D-De que habla majestad?
—Sans me lo dijo todo Dings, —lo miró a los ojos —lo que hace Flowey no es darte premoniciones, esto es algo que paso y volviste atrás.
El científico solo se quedó congelado unos momentos, antes de sentir el llanto apoderarse de nuevo de él, cubriendo su cara con uno de los brazos.
—N-No quería que lo supiera… no quería preocuparlo más…
—Hablaremos de ello más tarde, —se levantó y arrodillo delante.
—M-Majestad…
—Curar, tratar y vendar tus heridas son prioridad… por eso… quiero saber si también hay “cortes” por dentro.
—Yo… —se llevó las manos al vientre, inquieto.
—Lo supuse, iré con ello primero va a doler un poco, ¿puedes con eso?
Gaster asintió, ya había resistido tortura por una semana, ¿qué más daba algo más de dolor ahora? Asgore respiró hondo antes de acumular una buena cantidad de magia verde en su mano, para apoyarla suavemente en el vientre, lo notó temblar al contacto y como escapaba una queja de su boca, intento ser cuidadoso, a pesar de que el enojo al ver tantas pequeñas pero dolorosas heridas internas lo hacían una tarea difícil de completar.
—M-Majestad…—respiro agitado, notándose muy tenso. —A-Asgore.
—¡Ah! ¡Lo siento! ¿estoy aplicando demasiada magia de golpe? —lo miró preocupado, desapareciendo su enojo momentáneamente.
—Un poco, d-duele más de lo que esperaba.
—Lo siento Dings, iré con una menor cantidad, avísame si es demasiado.
—Puedo manejarlo, solo quiero desaparecer cuanto antes… ESAS heridas.
Apretó las sábanas entre sus dedos, especialmente quería que dejara de doler dentro de él, el rey entendía esa petición, así que siguió con la curación, esta vez controlando que su magia no le causara más malestar del que tenía, podía guiarse por su respiración, por como intentaba ocultar que se tensaba o por como sus dedos presionaban más la tela. Pasada casi una hora desde que empezó, prácticamente su interior ya estaba considerablemente mejor, podría decirse que “ileso” aunque su cuerpo tardaría en borrar el mal trato.
—Asgore… ¿Qué tan posible ve curarme lo suficiente para… caminar normal?
Aquello le cayó de sorpresa al rey, que levantó la vista, curioso de esa petición.
—Bueno, tienes las rodillas y tobillos bastante maltrechos, pero puedo intentarlo, ¿por qué?
—Quiero ir a New Home esta noche.
—¡¿QUÉ?! —Gritó Undyne desde la pared.
—Ah —se tensó un momento, había olvidado que esperaban fuera del cuarto.
—¡¿Qué demonios quiere hacer allí estando como esta?!
—Esa es la Undyne que conozco —murmuro por lo bajo —El día que desaparecí fue hoy a altas horas de la noche.
—¿Fuiste a altas horas de la noche solo?
—Mi celo empezó por la tarde, para la noche ya no estaba pensando demasiado… —mira a un lado.
—Te dije que podías tener una escolta, ¿por qué no llamaste a nadie Dings?
—No quise… molestar a nadie a esas horas… —mantuvo la mirada baja —lo siento… si le hubiese hecho caso… —apretó los dedos en las sábanas.
—Ya, con o sin escolta, nunca hubiese esperado que alguien te atacase, no es tu culpa.
El científico solo de recordar volvía a sentir nauseas por lo ocurrido.
El rey tomó el cubo de basura que estaba en el cuarto y se lo acercó para que no hiciera un desastre, y fue buena idea ya que termino por vomitar de nuevo, lo sostuvo con cuidado para que no se moviera demasiado hasta que volvió a calmarse, lo notó respirar hondo, como si intentara volver a controlarse a sí mismo.
—Está bien si quieres dejarlo salir todo.
—No, solo… ponerme a recordar me hace sentir enfermo…
—Realmente no se si puedas ir a New Home esta noche.
—Tengo que ir Asgore, si la historia se repite él va a estar ahí de nuevo… y si lo atrapan en el acto, no podrá escapar al castigo… me niego a dejarlo en las calles suelto.
—¿Puedo saber que paso exactamente en esta noche?
—Fui a altas horas de la noche, con todo cerrado en New Home, estaba distraído por el calor del celo y el abrigo que llevaba, me pare unos momentos para sacármelo y…
—Siendo el principio del celo, aún podías usar magia cuando te asalto.
—Si, pero… ¿recuerda que le dije que tenía la sospecha de que una caja de las picanas estaba desaparecida?
Asgore hizo memoria de aquello y se sobresaltó de golpe.
—¿Había una caja perdida al final?
—Él nos vigilaba a mí y a Alphys en el vertedero, debió llevarse la caja perdida en el lapso que nos fuimos… y averiguo su funcionamiento, es un ex trabajador del núcleo, no debió ser una tarea difícil para alguien como él.
—Ah… —lo miró un instante, sintiendo por un momento su mirada brillar con furia —¿fue Jack?
Gaster levantó la vista, inquieto y solo asintió, no es que no fuera a decirle quien había sido, ni loco ocultaría esa información, simplemente, sentía demasiado asco en ese momento como para poder siquiera pensar que ese nombre saliera de su boca, no sin volver a vomitar. Y, de hecho, volvió al cubo unos segundos después.
—Ugh, ahh… maldita sea… —se quejó por lo bajo.
—No creo que haya forma de que puedas ir a New Home en tu condición… simplemente déjame capturarlo a mí.
—No aparecerá si no estoy… además… —sus ojos brillaron en rojo —estoy determinado a devolverle el favorcito y hacer su maldita existencia un jodido infierno.
—¡APOYO LA IDEA!
—Undyne —Asgore suspiró suave, intentando calmarse, si es que era posible.
—Te lo pido de nuevo Asgore, quiero estar lo suficientemente estable para caminar sin sospechas en New Home, él vendrá por mí, está esperando que baje la guardia donde no lo vean.
—Bien, haré lo que sea necesario, puede que tenga que aplicar mucha magia así que dolerá a veces.
—Tenga por seguro que lo soportare sin problema.
—No, avísame si es demasiado también.
El científico solo respiró hondo, asintiendo suave aún con el cubo cerca por si tenía otra arcada aleatoria; tal como el rey dijo, en algunos momentos la concentración de magia se sentía dolorosa sobre todo en sus articulaciones, que habían sido retenidas por demasiado tiempo y ahora posiblemente sería difícil manejarlas como quería, aun así solo apretó los dientes, manteniendo en mente que iría a su encuentro, atraparía a ese bastardo en el acto así tuviera que rogarle a Flowey volver a este día cien veces.
Cuando llego el mediodía, Asgore decidió tomar un pequeño descanso, más que nada porque probablemente las heridas necesitaban un tiempo de reposo para poder seguir asimilando su magia, Grillby se había retirado cerca de una hora antes para traer comida a la casa, aunque no sabía si Gaster podría comer, así que solo trajo para él una bebida suave de leche de fresas y un postre ligero, a lo mucho lo vería en el cubo de la basura luego de que intentara pasarlo. Undyne se había quedado a un lado de la puerta, sin asomarse a pesar de la curiosidad; iba a barrer todo New Home a base de lanzas si llegaba a ver qué tan serio era el asunto por abajo, más de lo que ya podía deducir con los quejidos del doctor o las disculpas de Asgore por sobrepasar sus límites de dolor.
Lo único que ella podía hacer en ese momento era decirles a los muchachos que su padre estaba siendo tratado por el rey, que estuvieran tranquilos ya que estaba en buenas manos, sobre todo a Papyrus que, a pesar de su inocencia, en el fondo sabía que algo realmente serio había bajo las prendas del doctor. Mordió con ganas un trozo de pizza traída por el dueño del bar, que si se atrevió a ver desde la puerta como iba todo y podía afirmar sin dudas que era buena idea que ella no viera, no después de ver como calcino con una de sus manos el marco de la puerta y como sus flamas se avivaban con furia.
Pasadas las horas, las curaciones terminaron por la tarde casi noche.
—Huele muy dulce aquí—murmuró Undyne.
—Ah, su celo está empezando a pesar de todo. —Suspira Asgore, tomando un poco de té mientras acompañaba a su pareja.
—Se lo dije… ah, hubiese estado bien que no pasara… —se acomoda la ropa.
—¿Qué planea hacer doc.?
—Intentar caminar lo suficientemente erguido, la hora se acerca.
—¿Podría decirnos que quiere que hagamos? Porqué está completamente loco si cree que nos quedaremos fuera de esto.
—Bien, puede que tenga un pequeño plan con ustedes de todos modos.
Se alistó con la misma ropa que había llevado para ir con Asgore antes del receso, Undyne se había encargado de limpiar un poco el abrigo, claro que igual que la primera vez, este era molesto por el calor que sentía, más era necesario ir con aquello puesto; Asgore procuro ayudarlo a caminar, lo más normal que pudiera, sus articulaciones estaban aún en un estado deplorable pero ya era demasiado doloroso tratarlas más ese día y se acababa el tiempo, según el doctor.
Para que sus hijos no se preocuparan, termino por mandar un par de mensajes a ambos, a Sans que estaría por el celo fuera de casa varios días y a Papyrus que el rey se encargaría de su recuperación como hizo en otras ocasiones pasadas. Apenas termino de enviar aquello, se acomodó la ropa para salir, siendo sostenido por Asgore mientras caminaban hasta el puerto, Grillby y Undyne tomaron primero la embarcación, la capitana debía prepararse y su viejo amigo tantearía el terreno y se quedaría a una distancia prudente donde no iba a ser visto.
—Majestad, está bien, creo que podré mantenerme erguido.
—¿Seguro? Aún te debe doler mucho.
—Estoy mucho mejor que en la mañana, con eso me basta.
—Me alegra oír eso, pero me preocupa de todos modos.
Ambos subieron al bote, haciendo que Asgore bajara en Hotland primero, solo por si Jack sabía el muelle real para ir a la última ciudad antes del castillo, mirando la hora, embarcó solo hasta allí, respirando hondo, necesitaba mantener su magia lo bastante estable y a principios del celo, aún se lo podía permitir.
Bajó completamente solo, mirando alrededor de forma disimulada, antes de ver que la barca se iba, dejándolo ahí, delicadamente abría el saco mientras caminaba, haciendo creer a su acosador que se estaba distrayendo con el calor, llegó hasta el punto donde había sido capturado y se detuvo, comenzando a deslizar despreocupadamente el saco.
Solo necesitaba que mordiera el anzuelo.
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Parte 42 [NSFW/NONCON]
Parte 44
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“Podemos comparar el intestino de una persona que padece una enfermedad inflamatoria intestinal a un arrecife de coral que se está muriendo o a un campo en barbecho: un ecosistema maltratado donde el equilibrio entre organismos se ha roto. Estas similitudes significan que cuando nos fijamos en una termita, o en una esponja, o en un ratón, también nos estamos fijando en nosotros mismos. Quizá sus microbios sean distintos de los nuestros, pero los mismos principios rigen en nuestras alianzas. Un calamar con bacterias luminosas que brillan solo por la noche puede recordarnos los flujos y reflujos diarios de bacterias en nuestros intestinos. Un arrecife de coral cuyos microbios andan revueltos debido a la contaminación o a la sobrepesca ilustra la agitación que se produce en nuestros intestinos cuando ingerimos alimentos poco saludables o antibióticos. Un ratón cuyo comportamiento cambia por influencia de sus microbios intestinales puede enseñarnos algo acerca de las complejas influencias que nuestros propios compañeros ejercen sobre nuestras mentes. A través de los microbios descubrimos nuestra similitud con otras criaturas, a pesar de que nuestras vidas son increíblemente diferentes. Ninguna de estas vidas se vive aislada; siempre existen en un contexto microbiano, e implican constantes negociaciones entre especies grandes y pequeñas. Los microbios también se mueven entre organismos, animales y humanos, y entre sus cuerpos y el suelo, el agua, el aire, los edificios y otros entornos. Nos conectan unos con otros y con el mundo. Toda la zoología es en realidad ecología".
—Ed Yong, en Yo contengo multitudes
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La escritura es una apuesta de la soledad; flujo y reflujo de inquietud. Ella siempre es el reflejo de una realidad manifestada en su nuevo origen y donde, al corazón de nuestros deseos y de nuestras dudas, nos hacemos su imagen.
Edmond Jabès, "Le petit livre de la subversion hors de soupçon"
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