#rana verde verdadera
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Amazon River Frog
AKA rana verde verdadera (true green frog), Lithobates palmipes
Amazon river frog! They live in the Amazon, and they live near rivers! They don't really live in rivers or only in the Amazon though.
They have very funky marking patterns! They're also appreciated as a snack by the Ye'kwana!
#frogs#river frogs#south american frogs#green frogs#multicolored frogs#amazon river frog#rana verde verdadera#lithobates palmipes
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Explorando la provincia de Morropón-Chulucanas: ¡Descubre un paraíso oculto! 🌳🏞️ #Turismo #Naturaleza
En medio de la vorágine de nuestro acelerado mundo actual, es crucial tomar un respiro y sumergirse en la naturaleza para recargarnos de energía.
La provincia de Morropón con sus 10 distritos ofrece una alternativa encantadora para el turismo, donde la aventura y la serenidad se fusionan en escenarios impresionantes. 💚✨
A pesar de ser lugares poco conocidos y promocionados, en esta provincia encontramos una amplia gama de opciones para el turismo de aventura y presencial. Sin embargo, uno de los desafíos radica en la falta de accesos adecuados a muchos de estos destinos, lo que disuade a los viajeros y los lleva a optar por lugares más populares con infraestructura y servicios bien establecidos.
Por lo que es necesario un esfuerzo conjunto para poner en valor y promover el turismo en nuestra provincia de Morropón. A continuación, te presentamos algunos lugares destacados que vale la pena explorar:
📍 La ciudad de Chulucanas y su hermosa Plaza de Armas: Un punto de partida perfecto para sumergirse en la cultura local y disfrutar de la arquitectura tradicional, su gastronomía y su gente. 🏰🌺
📍 El Complejo Ceremonial Ñañañique y el Monolito Ñañañique: Descubre vestigios arqueológicos fascinantes y aprende sobre la historia de los primeros cholocanos. 🏞️🗿
📍 El Complejo Cerro Verde: Ideal para los amantes del senderismo, ofrece impresionantes vistas panorámicas del distrito de La Matanza y la oportunidad de conectar con la naturaleza en su estado más puro. ⛰️🥾
📍 Las Murallas El Tongo: Sumérgete en el pasado explorando estas imponentes murallas históricas y maravíllate con su magnificencia. 🏰🎭
📍 El Centro poblado de Yapatera: Un rincón pintoresco que te permite experimentar la vida rural y conectarte con la autenticidad de uno de los pocos pueblos afrodescendientes del Perú. 🏘️🌾
📍 La Zona Arqueológica de Vicus: Adéntrate en el pasado preinca y descubre los tesoros escondidos de esta antigua civilización. 🏛️🔍
📍 El Cerro Pilán: Un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y el misterio, ofrece vistas espectaculares y un entorno sereno que invita a la contemplación, con la posibilidad de experimentar el turismo ufológico. 🌄😮
📍 Cataratas en Santa Catalina de Mossa, Santo Domingo, Yamango: Déjate sorprender por la belleza de estas cascadas, donde el agua y la naturaleza se fusionan en un espectáculo inigualable. 🌊🌿
📍 La Quebrada de Chililique, con la Rana y el Perro de Piedra: Explora esta impresionante quebrada donde encontrarás formaciones rocosas únicas en forma de animales. 🐸🐶
📍 El Templo San Isidro de Morropón: Sumérgete en la espiritualidad y la historia de Morropón visitando este templo emblemático. ⛪🌟
📍 La Loma de Los Pobres y su Mirador Turístico: Contempla paisajes impresionantes de la ciudad de Morropón desde este mirador estratégicamente ubicado. 👀🌅
📍 El Bosque Seco de Piedra del Toro: Descubre un oasis de vida en medio de la aridez, donde la flora y la fauna te sorprenderán con su diversidad. 🌵🌳
📍 Piura la Vieja: Sumérgete en la historia colonial y admira los vestigios de la antigua ciudad de Piura. 🏰🕰️
📍 El Pueblo La Encantada: Déjate envolver por el encanto de este pintoresco pueblo y descubre sus tradiciones y artesanías. 🏘️✨
📍 El Mirador del Cerro Ñacara: Contempla las impresionantes vistas panorámicas desde la cima de este cerro y enamórate de la belleza de los valles de Chulucanas. 🌄🌳
Además, no puedes perderte las Lagunas de Talandracas, las Cataratas de Caracucho, la Cascada El Guineo, el Bosque Húmedo de Ñoma "EL BATANCITO" y la Laguna El Pasaje, entre otros más lugares en cada distrito que te brindarán experiencias únicas en contacto con la naturaleza. 🌿🌊
Estos y otros lugares escondidos son una verdadera joya para potenciar el turismo en nuestra provincia. Sin embargo, es fundamental el compromiso de las autoridades para mejorar los caminos de acceso y fomentar emprendimientos en los pueblos cercanos, ofreciendo a los turistas un valor agregado en forma de buena comida, hospedaje, servicios, ¡y hospitalidad!
En estos tiempos de pospandemia, es el momento perfecto para disfrutar del trekking, acampar y vivir aventuras al aire libre, para después de un día de exploración, encontrar la paz interior en algún claro del bosque o la montaña y meditar escuchando los sonidos de la naturaleza, reconectándote con la creación de Dios. 🌳🙏
Manos a la obra alcaldes de los 10 distritos de nuestra provincia, ¡Promovamos el turismo en Morropón-Chulucanas! Hay mucho por descubrir, conocer y disfrutar. Pero también debemos recordar que hay mucho por hacer para que el turismo despegue y brinde sus maravillas a todos los visitantes. 👣🌎
Chulucanas Noticias Piura.
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BNHA X KHR Crossover - Escritos
- ¡Despierta Dame-Tsuna! Un Reborn de apariencia ya adulta, entró a la habitación del pequeño castaño, azotando la puerta y saltando con dirección a la cama, para caerle encima con una patada al ahora oficialmente Décimo Vongola. Pero le extrañó al caer el no hallar a nadie sobre ésta. Giró su cabeza hacia el lado derecho de la ahora enorme cama y observó que en ese lugar se encontraba el Cielo el cual parece haber aterrizado con brazos y piernas flexionados como un gato. Tsuna giró la cabeza demostrando unas ojeras y unos ojos saltones hacia arriba observando con algo de miedo a su aún tutor encontrando que esté estaba formando una sonrisa, demasiado fuera de la zona en la que él calificaba como tranquila. Con su intuición gritándole "peligro" se levantó del suelo rápidamente esquivando justo una bala que impactó en su antiguo lugar en el suelo y corriendo hacia el baño de su ya hacía bastante tiempo habitación el cual estaba conectado a ésta. De esa forma se refugio para prepararse no pudiendo ser una de esas personas contadas y recontadas cabe recalcar que pudieron ver la sonrisa de orgullo del Hitman por los progresos acelerados del castaño. -*-+-*- Estaba bien, muy bien, no le importaba completar papeleo apenas se levantaba. Lagrimeaba al llegar a su oficina y ser recibido sólo por las montañas nuevas de papeleo diario acopladas recientemente por su amable tutor nada más hacían unos quince minutos. Se adentro en la habitación cerrando la puerta con seguro luego de ingresar para que nadie le molestara, además de que no tenía ninguna otra tarea además del papeleo durante lo que le quedaba de la semana. Soltó un suspiro profundo. Pero fuera de ello no se quejaba pues estaba acostumbrado. Habían sido cinco años desde que terminó su quizá no tan tranquila vida de secundaria y cuatro más de que estaba en posición de Décimo Vongola. Desde que había entrado en ello su vida se basaba en completar papeleo mayormente provocado por sus guardianes, detener peleas entre sus alocados guardianes y muy pocas veces hasta el momento pelear contra otras familias que no eran aliadas. Definitivamente gracias al castaño muchas cosas habían cambiado en Vongola. Pero agradece que al menos los últimos meses habían sido tranquilos. Ah, le parecía mentira esa paz. Pero sabía que todo eso tarde o temprano se terminaría como también sabía que sus guardianes no podrían tener un desayuno en paz. Por lo que en cualquier momento- Toc Toc - Décimo - Sama, sus guardianes de nuevo. Su cabeza cayó ligeramente sobre su hombro izquierdo al escuchar la suave voz de una las sirvientas de la mansión que se había encargado de avisarle lo que sucedía todos los días y que él debía de parar. - ¡Voy! Con lo recién dicho escuchó a la muchacha marcharse, por lo tanto se colocó de pie luego de suspirar por sexta vez en la mañana en lo que llevaba despierto y rodeando su escritorio se encaminó hacia la puerta quitando el seguro de la misma. Ah, su hiper intuición le decía que sería un día muy largo y con un par de sorpresas de por medio. +*+*+ Se había asomado apenas por el marco de la puerta y de inmediato tuvo que agacharse para esquivar una silla que impactó contra la pared del pasillo. Se enderezo y abrió sus ojos observando el lugar. Ah, si bien no tenía peleas con ninguna familia lo cual agradece, ese desastre y zona de guerra creada por sus guardianes lo reemplaza. La habitación estaba casi irreconocible y ello realmente lo ponía de mal humor. Una pequeña vena se asomo en su frente. Y tras ello se hizo notar sin ver a quien considera un padre asomarse por detrás de él. - Basta Oh, esa simple palabra bastó para que el ensordecedor ruido de explosiones y armas chocando se detuviera. ¿Quién pensaría que tan pequeño ser impondría tanto respeto? Esbozó una sonrisa que todos sabían expresaba todo menos alegría. - Recojan y terminen de desayunar, no le generen más problemas al personal. Tras ello todos se pusieron de inmediato a recoger las sillas y el resto de los utensilios que habían tirado por sus peleas, incluidos Niebla y Nube. No por nada su Cielo era hijo del hitman número uno del mundo quien en esos momentos esbozaba una sonrisa orgullosa por los logros de quien años atrás llamaba Dame por ser torpe y ahora era solo por molestarlo, ese niño cuando se enfadaba era peor que el mismo diablo. - ¡Yoshi! Oh, su intuición no lo engañaba. - ¡Xanxus! Qué bueno verte bien. El castaño ahora se encontraba sonriendo hacia afuera del comedor, se había girado recibiendo con una enorme sonrisa a sus invitados. Inesperados. - ¡Pequeño príncipe! Lussuria, madre de Varia se había lanzado sobre el pequeño Cielo interrumpiendo el casi próximo saludo con el jefe de los recién llegados, con sus brazos abiertos para estrujarlo en un abrazo con el cariño que solo una madre podría darle. Belphegor sonreía recién cruzando el pasillo llegando de la sala que conectaba con la puerta de entrada. - Yoshi. Fue lo que soltó el príncipe rubio en forma de saludo. Levi solo entró en el lugar en silencio realizando un gesto con sus manos en señal de saludo hacia el castaño. Viper se asomó casi flotando desde detrás del que había entrado antes y con una pequeña sonrisa y un asentimiento de cabeza saludo al querido Cielo Vongola. Un adolescente de cabello verde y un sombrero de rana se asomó con un rostro algo cansado acercándose hasta el ahora libre Tsunayoshi para abrazarse a él y recargarse para descansar siendo sujetado por el contrario con una sonrisa amable y cariñosa. Y por último, antes de que el castaño amable se preocupara apareció desde la puerta una espada volando rápidamente dirigida al Décimo, la cual fue esquivada y apartada de posibles víctimas por el mismo en cuestión de segundos para que no dañara a nadie. El adorado Yoshi conocía bien al portador de la misma, caso por el cual los recién llegados habían sacado sus armas y los guardianes quienes minutos antes se encontraban desayunando habían aparecido por la puerta apuntando igualmente a la entrada rodeando en un círculo al castaño como si fueran perros protectores. - ¡Voooooooooos! ¡Príncipe! Tiempo sin vernos. - ¡Squalo! Takeshi se le adelantó al Cielo yendo a recibir con un cariñoso abrazo al asesino quien solo le devolvió reproches sobre su manejo de la espada. Olvidando el falso ataque hacia el castaño. Dejando volver, por muy raro que sonase, a la tranquilidad inicial. - ¡Oh, cierto! ¡Los regalos! - Grito de repente con emoción la madre de Varia antes de salir por la misma puerta por la que había ingresado momentos antes. *+*+* - ¿¡Qué tú quieres qué yo qué!? Oh, lo único que molesto siempre al pequeño Cielo fue su propia apariencia. Porque aún con sus veinticinco años aparentaba aún ser un adolescente y en muchas ocasiones lo confunden con una chica. Sólo le faltaba el pelo largo y ya. En muchas reuniones o no le tomaban en serio como jefe de Vongola, lo cual era arreglado por sus guardianes incontestablemente celosos o se le insinuaban con un matrimonio en plan de una alianza lo cual era tratado personalmente por su padre. Y lo que Reborn le estaba diciendo que llevaría a cabo venía de la mano con ese asunto. Su apariencia. Ugh. - Dame - Tsuna, no tienes elección en ésto ya está todo aclarado y tu agenda ya tiene un espacio arreglado para que puedas asistir. Hay Dios, se estaba por morir de un ataque nervioso. ¿Por qué no se lo tragaba la tierra? Se había tardado muy poco tiempo en entender lo que Reborn le estaba mostrando. ¿Una academia para héroes jóvenes? Le pareció un poco extraño al principio pero luego pensó un poco en su familia y terminó aceptando para sí que ya había visto de todo. Pero luego su padre le dijo algo que para él no encajaba, tiene veinticinco años, amigos y familia en la mafia que cuidar ¿Para que quería que él entrara a esa academia? Además, cuando quiso oponerse le salió con el "Tu apariencia es la carta bajo la manga". Quedó blanco como papel luego de escuchar el "Nos vamos a Japón mañana, estate despierto temprano". Además, tenía que ir a Japón para asistir. ¿Qué acaso estaba maldecido o algo? Iba a entrar en pánico, pero luego ya no supo qué hacer cuando se enteró de que sus guardianes venían con el. - "Los guardianes siempre siguen a su jefe". Y el asunto iba a peor, pensando en lo deformadas que estaban después de varios años las actitudes de sus guardianes. - Ah, quiero llorar. - ¡No llore Décimo! ¡Yo lo protegeré de todo mal! Mire a Gokudera, el cual sonreía deslumbrante, pero no supe si enterrarme aquí en Italia o pedirle a Byakuran que me pasara a otra dimensión. Aunque, aquello enfadaría a mi padre, sacando su aterrador y espartano carácter y no quiero, ni tengo los ánimos para soportar ahora. Dios, si estás ahí arriba, por favor reza por mi. Estoy condenado. +#%&*&%#+ - No puedo decepcionarlos. Tengo que seguir trabajando duro para no decepcionar a All Might, a mi madre, ni sus expectativas que tienen sobre mi. Por ello ¡Lo daré todo en el examen de admisión! ¡Demostrare que puedo ser bueno si lo intentó! ¡Demostrare que sus esperanzas no fueron en vano! ¡Sí!, ¡Definitivamente me convertiré en el mejor héroe! Ya que soñar siempre fue de héroes. _&_&_&_ Quisiera saber la verdadera razón detrás de todo esto, por la que tengo que estar aquí. Pero, ni siquiera Reborn quiere decirme. Antes de tomar el vuelo a Japón, obviamente que el privado a orden de mi padre, Xanxus me explico la razón de su llegar inesperado a la mansión. No era de extrañar que llegan sin avisar y cuando se les cantara, sino que el que tuvieran un motivo. - "El viejo me ordenó, que cuidara tu mansión mientras no estabas, me resistí pero ya sabes, Yoshi, él es terco." Habíamos ido a mi despacho, ya que él solo actuaba tranquilo cuando estábamos en la tan esperada por ambos, paz y tranquilidad. Sin papeleos y sin griteríos de por medio. No me molestaba ese hecho, el que se quedarán mientras yo me iba, me preocupan ellos, no la mansión. Somos constantemente atacados, con ello lo resumo todo. Aunque creo que le gusto ese simple hecho más que molestarlo, por lo que supongo que está bien con ello. Pero no puedo evitar estar preocupado. *+#+* Doce horas y algo de viaje de Italia a Japón. Me alegra que luego de unas palabras mis guardianes se hayan comportado en el viaje. Otro detalle interesante era que ellos tampoco aparentan sus edades, pero aún así se ven de varios años por sobre mi. Por ello es que es una academia a donde debemos ir, una secundaria. De eso solamente consto la explicación de Reborn, de que "aún parezco un niño". Me duele la espalda, no me gusta viajar en avión. *&+&* Dios, ya que nadie lo hará, por favor reza por mi. El examen escrito, a pesar de que respondí todas las preguntas cuyas respuestas Reborn me hizo aprender en el tiempo que duró el vuelo para llegar, me había sacado un nerviosismo. Que se manifestó aún más al observar el lugar donde sería y me explicaron, el examen práctico. Jesús, mis entrañas se quieren morir. Y yo me quiero ir. No es como si no hubiera estado ya en muchas batallas. Lo que sucede es que todos los participantes dan miedo. Me recuerdan a cuando estuve en la secundaria. Rodeado de matones y profesores que me llamaban "Dame - Tsuna" y me humillaban fácilmente. Y mis guardianes están en otro bloque o algo así me había dicho Reborn. Estoy solo y asustado. Aunque, no es como si no lo hubiera estado nunca. Aún así.. No quiero estar en este lugar. Incluso antes de entrar Reborn me advirtió, amenazó, que si me llegaba a quitar mis guantes y se llegaba a ver el anillo de Vongola, ya no sabría ni mi nombre de la paliza que me daría. Tengo miedo. No quiero estar en este lugar. Tengo veinticinco años, no tengo porque estar en una academia. No quiero morir a manos de mi padre, pero tampoco quiero estar en este sitio. Giré a punto de llorar hacia la enorme puerta, a la cual le estaba dando la espalda, notando de inmediato que está ya se encontraba abierta y ya no había nadie además de mi delante de ella. - ¡Vamos Héroe, apresúrate! Un hombre a lo alto me gritó al parecer emocionado, incitando a que corriera hacia la prueba. Por ello comencé a trotar para adentrarme en la prueba que daría inicio de mi infierno. Mamá, sálvame. #$&*&$# ¿Esta es la forma en que miden quién puede ser apto para ser un héroe? Esto es demasiada destrucción para que sean acciones de héroes. Observé todo mi alrededor denotando ante mis ojos la destrucción que me rodea. ¿Es alrededor del mundo que hay Héroes que se educan en este lugar? Todo esto es demasiado infantil para los adultos. Y mucha responsabilidad para unos niños de tan sólo unos quince años. No puedo simplemente quedarme quieto observando esta clase de situaciones mientras unos niños están en posibles problemas. No me importa si alguien me odia luego pero no puedo aún creer que unos "Héroes profesionales" preparen todo esto para unos niños. No lo puedo aceptar, mucho menos al recordar a ese enorme robot que mencionaron al terminar el examen escrito, no vale ningún punto y.. Es muy peligroso. Ajuste mis guantes contra la manga de mi buzo y proseguí a buscar en el bolsillo de mi pantalón la pequeña botellita que siempre llevo conmigo y que contiene mis píldoras. Aún estoy entrenando para dejar de necesitarlas, aunque Reborn me dijo que aquello sería imposible. Dejé una sobre mi mano derecha y guarde nuevamente el frasco en mi bolsillo. Comencé a caminar a la par en que la tomaba. No permitiré que unos niños terminan mal por culpa de unos infantiles adultos. En mi frente se iluminó una fuerte llamarada anaranjada. Mis ojos se fijaron y mis guantes cambiaron se iluminaron a la vez. Mis palmas apuntaron hacia el suelo y me eleve rápidamente en el aire. Hora de buscar una solución. #$&^&$# Destrozos, destrozos y más destrozos. Los niños eran máquinas de destrucción, aunque sabía que si alguno de ellos llegaba a estar en peligro el resto lo ayudaría. Eso es lo que pasaría. ..¿Verdad? - Point Break Space Juntó sus manos en un pequeño y silencioso rezó desde el aire, desde el cual comenzó a congelar todo a su alrededor a una velocidad abrumadora, cubriendo de inmediato al enorme robot que se encontraba frente a él y había intentado aplastar a un grupo numeroso de los adolescentes que estaban en entrenamiento. Todo aquello con un ataque que había perfeccionado y mejorado con sus, y desde sus primeros, años de jefe. Su "profesión" lo mantenía atado a los deberes y los papeles, y el mejorar en el combate de armas a los cuales no les llevaba mucho el apunte que digamos, porque era mejor en los enfrentamientos a manos desnudas, el mejor podría decirse. El robot quedó congelado en el tiempo como una escultura en exposición y la cual en el menor gesto o brisa comenzó a caer de espaldas a las frías y despobladas calles. Generando un enorme alboroto a su paso. Al cual el castaño no tuvo y no le dio tiempo de importancia puesto que descendió del aire rápidamente y fue preso de la preocupación a ver a los estudiantes petrificados, para asegurarse de que no tuvieran ninguna herida, por más pequeña que fuera. Demasiado abrumador. #$*^*$# En alguno de los otros puntos del enorme campus, en donde más adolescentes que se quieren volver héroes están tomando el examen práctico. En uno de todos esos bloques de exámenes, pero alejado del primero en donde se encuentra el camuflado jefe de Vongola, la escena no es muy bonita que digamos. Un niño asustado y shockeado, mientras el resto corre despavoridos como una manada de animales asustados, ésta observando la gran amenaza que simboliza aquella cosa. Estaba asustado, aterrado y se quedaba corto con esas palabras. Repasaba por su mente todas las cosas que lo habían impulsado a llegar allí. Su madre, su héroe, sus sueños. Quedaba poco decir que seguía aterrado al estar frente a aquella abominable bestia. Por ello fue que recordó justo en ese momento lo que habían dicho en el examen escrito. "- No es necesario combatirlo, no vale ningún punto" Y como una luz le llegó a la mente que no tenía ningún punto ganado. Por lo tanto rápidamente se armó de valor y emprendió media vuelta hasta que escuchó un quejido cercano. Observó sólo un poco por sobre su hombro. Observando a una conocida castaña que había sido amable con él. Elevó un nivel más sus ojos admirando a aquella máquina que estaba por dar un paso más. Para aplastar a aquella pobre persona. Por lo que su mente no pensó más. Ni en los puntos, ni en el miedo, ni en huir. Tomó impulso con sus piernas partiendo el aire y esforzó su brazo sólo pensando en salvar a aquella persona. Porque esa era la esencia de un héroe. El que su cuerpo se moviera inconscientemente al ver a las personas en peligro. - SMASH - #*&$^$&*# El tiempo se había terminado. Lo sabía por aquella bocina y aquel grito que anunciaba el final del examen. No había encontrado para su alivio a ningún herido y eso lo dejaba estar relajado. Suspiro observando hacia todas direcciones, detectando de inmediato muchas de esas miradas extrañas sobre su persona. Sintió un frío recorrerlo repentinamente, lo cual lo estremeció de pies a cabeza. Esa no era buena señal. Aún con sus llamas prendidas realizó un movimiento extraño para los ojos curiosos y sorprendidos de los alumnos. Se elevó en el aire esquivando algún objeto pequeño y rápido que pasó por donde antes estaba el castaño, realizando un ruido que partió el aire y de paso sus tímpanos. La gran mayoría tapó sus oídos ante el ensordecedor y doloroso sonido. Menos el que se encontraba en el aire siendo sostenido por las llamas de sus guantes, el cual en segundos enfureció su mirada tranquila hacia el sitio del que había salido el objeto. Ya sabiendo de parte de quién era. Reborn. Volvió al suelo de un golpe seco aterrizando sobre ambos pies con perfecto equilibrio y sin más tomó marcha hacia donde era la salida del examen y en donde el de patillas se encontraba. El seño del Cielo se endureció al localizar a una gran cantidad de metros a su tutor. ¿¡Qué acaso era un inepto o qué!? ¿¡Cómo se le ocurría atacarle con tantos niños alrededor!? ¡Podría haber herido a alguno! ¡Engreído y tonto Hitman! ¥₩%¤%₩£ - ¿¡Que acaso no te das cuenta de lo que pudo haber pasado!? - El castaño reclamaba a un peli negro que se encontraba en un sillón limitándose a "escucharlo" y tomar su expreso. Enfureciendo a un muy peligroso Cielo. Pero, pasando de ese hecho, simplemente pensó en su propio enfado ocasionado por su propia poca paciencia. Sintiendo estallar aquella vena en su frente. Pero al elevar su mirada furiosa con su hijo, muy en el fondo se arrepintió. El castaño se encontraba de brazos cruzados con los ojos cerrados y una sonrisa que no era de felicidad. Incluso Natsu se encontraba transformado por el peligro que sentía. El rostro del castaño no estaba fruncido, sino que se le veía bastante apacible, claramente para quien no lo conociera. O no conociera esa expresión. Tenía a León entre los dedos de su mano derecha, y tragando disimuladamente, ocultando su rostro con su sombrero utilizando su otra mano. - No tienes porque preocuparte - Soltó con voz normal y relajada. - Nadie salió herido y por mi parte no creo que vuelva a suceder. León se disparó sólo, lo sintió en su mano, pero al elevar su rostro se encontró con que el pequeño frente a él tenía en su mano derecha la bala disparada. Esté observó unos momentos el objeto en su mano con indiferencia y pasó a observarlo a él. - Eso espero. Fueron las cortas palabras sentenciadas como advertencia. Antes de pegar media vuelta y salir de la enorme habitación, dejando suspirar a un peli negro. Te he entrenado bien, pero eso es exagerar. #*₩~₩*# Ahora, sólo hacía falta esperar. Debía esperar para saber si quedaría en esa academia o no. Era demasiado tonto todo ese asunto. Él está allí, atrasando planes y papeleo, por lo que era un simple capricho del Hitman. Porque y aunque sonara loco prefería estar haciendo papeleo en su oficina, en lugar de estar en ese sitio, un hotel cabe aclarar, esperando una respuesta para esa sarta de hechos irracionales. Era la Mafia ¡Por dios! ¿Eh intentaban meterse entre heroes? Su padre estaba chiflado por querer planear todo aquéllo. Y él mismo estaba frito. Sus guardianes ya se habían retirado a sus habitaciones, luego por supuesto de contarle que tal les había ido. Con algunas risas, chistes, gritos, Extremos, Kufufufus y Kamikorosus, por todos lados, hasta que lo escucharon bostezar y se largaron sin miramientos y sin nada más que decir. Ahora, muerto de sueño esperaba una postal, quizás. Si tutor estaba dormido y él sólo sufría la espera. Hasta que.. Tocaron la puerta y dejaron un paquete. Hora de la verdad. _&_&_&_&_ ' -..Estimamos a Sawada Tsunayoshi, que fue aceptado en Yuuei, al haber aprobado ambos exámenes..-' Y ya no pudo leer más porque indiferentemente de la edad que tuviera se había desmayado tras leer la carta. ¥₩¤~¤₩¥ - ¡Izu-Izu-Izuku! La mujer mayor corrió hacia su hijo a tropezones con una carta en manos y los nervios a punto de comerla viva en la entrada de la casa. El mencionado tomó la carta y corrió a esconderse en la privacidad de su habitación. Con su madre esperando en el pasillo de la parte de afuera de su habitación, respiró profundo luego de haber estado contemplando un rato la carta en su escritorio, rompiendo el papel de una buena vez. Era hora de enfrentar su destino. Así esté fuera capaz de condenarlo. #*₩%~%₩*# - ¡Cómo se esperaba del Juudaime! - Su mano derecha gritaba a los cuatro vientos, y observando con ojos brillantes, por el hecho de que había sido aceptado en esa Academia De Héroes. - ¡Ningún inepto siquiera podría rechazar la grandeza del Juudaime! Quería huir de allí, pero estaban todos sus guardianes, incluso su Niebla Mayor que se encontraba cerca pero que nadie además que él y su Niebla Menor lo sentían, ya que había dicho que se marchaba porque aquello le parecía aburrido y nadie dejaría que se escapará a esas alturas. - ¿Qué es lo que sigue en el plan, Sawada? - Habló sonriente Ryohei, manteniéndose calmado desde que nos habíamos reunido para comunicar los resultados de los exámenes. Maldito Reborn, se había quedado a dormir en el hotel como el demonio que es, pasando a obligarnos a asistir a las clases de héroes. Observé a mi energético Sol y no pude evitar suspirar rendido, que fuera lo que Reborn quisiera. - Mezclarse con los demás chicos de la Academia. - Explique cansado y sintiendo un poco de enojo al recordar el examen apretando el puente de mi nariz, y a los niños peleando con los robots. - Deberemos mantener la guardia alta y no llamar mucho la atención. - Continué, teniendo la atención de todos mis Elementos sobre mi. - No se para que Reborn nos trajo y tampoco porque quiere que nos mezclemos con héroes pero manténganse alerta y tengan cuidado, no creo que simplemente sea para divertirse. Advertí serio, recibiendo asentimientos de que estaban de acuerdo de parte de todos los presentes. Sólo quedaba el pequeño inconveniente de que sus guardianes no entraban en los uniformes escolares, excepto su Pequeña Niebla y desgraciadamente él mismo. Habían tenido, todos ellos, que vestir las camisas y pantalones negros de los trajes que diariamente suelen usar para las misiones, hasta que les consiguiera uniformes a la medida. Así que sólo Chrome y él llevaban los uniformes de estudiante. No sabía qué demonios había hecho su padre para que vieran a sus guardianes ¡como adolescentes! Los que los aceptaron o estaban ciegos o eran tontos. Porque se les veía la madurez, hasta en sus auras. Eran demasiado grandes y a comparación de él, ellos sí se veían de sus edades, incluso su Niebla Menor se veía como toda una mujer. Él parecía un simple niño entre adultos. Era deprimente saberlo. Pero tenía que ir dejando aquéllo de lado. Era hora de enfrentar las primeras clases, en su primer día. Hay Dios, si estás ahí apiadate de mi alma. ¥₩£~£₩¥ Al parecer había dos clases del departamento de héroes, luego sólo habían una o dos en el resto de las especialidades. Porque seguramente no todos aprobaban el examen de admisión, por lo que terminaban entrando en cualquiera de los otros departamentos. Por algo era una escuela tan grande. Se escuchaba mucho barullo y noticias por todos lados de que era el primer año que se veía obligado a tener tres clases en el heroico. Era impropio de UA. Pero era sorprendente que hubieran tantos aprobados en el examen de admisión. Cuando la mayoría de veces eran menos de lo esperado los que eran aceptados. ₩¤%~|~%¤₩ Primero 1 - L Tercera y recientemente agregada clase del departamento de héroes. Por culpa de ellos. Eso lo desanimaba un poco, sería raro que no llamarán la atención por provocar que la escuela incluyera una nueva clase. Allí la clase no era muy extensa en cuanto a los alumnos ya que sólo eran siete. Eso era extraño. ¿Agregar una clase más sólo para siete alumnos? Pero bueno en UA no se podía esperar menos, no con su flexibilidad hacia los alumnos. Esa mañana había sido bastante revoltosa el verse obligados sus guardianes a convivir en un departamento algo pequeño, pero no permanente. Si ya de por sí peleaban en la mansión. Ya que su revoltoso Sol, a pesar de ser un adulto, seguía lleno de energías al despertar. Y su Nube no solía tener la maña de querer escuchar gritos apenas saliera el sol. Menos mal y su Niebla mayor no estaba allí. Por ello tuvo que intervenir y además apurarlos para distraerse con que llegaron tarde. Había sido una buena excusa. Nuestro castaño y sus elementos a penas llegaron a la entrada no pudieron evitar el tener el primer pensamiento grupal acerca de la Academia el cual era que el lugar era muy colorido y llamativo, además de grande. - Tsuna - Nii. - La voz repentina de Lambo me hizo voltear, encontrandolo a unos cuantos pasos detrás de mí, mientras los demás estaban ya delante de nosotros pero se detuvieron a esperarnos. Me volví en mis pasos y me coloqué frente a él. - ¿Qué sucede, Lambo? - Fue mi suave pregunta junto con una sonrisa, intentando que dejara de temblar acariciando lentamente uno de sus brazos ya que me sobrepasaba en altura desde hacía un tiempo y no llegaba a su cabeza. - No quiero.. Entrar.. - Fueron sus palabras en tono bajo mientras enredaba sus dedos nervioso y se encogía de hombros. - Tengo miedo.. No sé en qué pensaba Reborn al mandarnos aquí.. Pero no me gusta.. - No pude evitar sonreír enternecido, por qué mi ya no tan pequeño Rayo seguía siendo algo tímido, pequeñas lágrimas se asomaban en sus ojos y no se animaba a observar otro lugar más que sus manos. - Tranquilo, estamos todos juntos en esto. - Le ofrecí señalando a los demás de los cuales sólo Hibari y Gokudera no sonreían. - Todo saldrá bien, pequeño Lambo. - Si, escucha las palabras del Juudaime ya que tiene razón. - Gritó histérico la Tormenta a la distancia, antes de medio amenazarla. - ¡Así que ya deja de llorar, vaca estúpida! - ¿¡A quién llamas vaca estúpida, Bacadera!? - Devolvió el insulto, luego de secarse las lágrimas y comenzar a acercarse al resto del grupo de forma enérgica. - ¡Pues a ti, vaca estúpida!, ¿¡Y a quién diablos llamas Bacadera!? - Grito de vuelta el peliplata que tenía el cabello algo largo atado en una coleta. - ¡Ya compórtense!, O los morderé hasta la muerte. - Hibari habló fuerte a punto de sacar sus tonfas. Y fue ese momento en el que entendí que debía intervenir o algo malo pasaría. - Ya chicos, ¡Chicos! ¤$&^*^&$¤ Bien, se encontraban frente a una enorme puerta. Y cuando digo que es enorme.. - ¿¡Para qué diablos es tan grande!? - ¡Yo creo que es extrema! - Ma, ma, tranquilos, tranquilos. Si no fuera por el enorme 1L, que se leía en la puerta me hubiera devuelto por donde vine. Necesito tranquilidad y mucha, mucha suerte. #&^$^ Sentados en sus lugares, optando por simplemente ocupar los primeros tres bancos de las dos hileras que estaban junto a las ventanas, esperaban a quien sería su tutor de curso, suponía Tsuna. Todos se mantenían sentados de forma recta y en silencio. Habían trabajado para la mafia, para su Jefe allí presente. Sabían cómo comportarse. Luego de esperar unos minutos la puerta del salón fue abierta de forma brusca y un grito se abrió paso desde ella. Lo cual descolocó al castaño, provocó gracia en el pelinegro que portaba una cicatriz en su rostro, enojo a un peliplata y a un demonio de la disciplina, avergonzó a una mujer, emocionó a un boxeador y sorprendió a un adolescente de cabellos alborotados. - ¡Hello, everyone!, ¡I'm a Present Mic!, - El sujeto hablaba en inglés y parecía un completo descontrol andante, tal parecía que era el que había estado en el examen escrito y al único que le parecía agradable del todo su entusiasmo parecía ser a Ryohei. - ¡Seré su Tutor de curso, así que cualquier pregunta o consulta pueden ser respondidas for me! Tal parecía que si podía hablar en español. Una pequeña gota cruzó el rostro del castaño. - ¡Me agrada señor Mic, al extremo! - Mi Sol no pudo evitar saltar de su asiento y ponerse de pie alzando uno de sus brazos al cielo con el puño apretado, emocionado. - ¡Ese es el espíritu, Kid! - Sí, sin dudas el Cielo supo que desde ese momento las cosas tomarían rumbos extraños. Muy extraños. - ¿Hay algún salón de disciplina? - El castaño no pudo evitar suspirar cansado. Su Nube se había tardado un poco en preguntar aquello. - ¡No lo necesitamos, My friend!, ¡Ya que la Academia es muy estricta en cuanto a la entrada de los alumnos y su disciplina! - El pelinegro sólo suspiró y volvió a guardar silencio, aún de brazos cruzados. - ¿Y no hay clubs de deportes? - No pudo evitar preguntar la Lluvia sin dejar de sonreír al levantar la mano. - ¡No los hay, ya que las clases y los entrenamientos de dobles turnos no dejan espacio para ello! - Siguió aclarando sin dejar de mantener un tono fuerte y constante de voz. - Que pena. - Volvió a su lugar el pelinegro estirando sus brazos hasta detrás de su cabeza sin dejar su sonrisa relajada. - ¿Alguna otra pregunta? - Todos en el lugar mantuvieron silencio sin dejar de observar. - Bien, ¡Si más adelante tienen dudas, ya saben a quién preguntar! - Y sin más tomó un rumbo de clase, sólo un poco más normal, comenzando por tomar la asistencia, notando que un alumno faltaba. ¤#$^*^$#¤ Las cosas tomaron un rumbo algo más extraño. Nos dio unas planillas de horarios con cada una de las materias que tendríamos. Unas cuantas referencias de la institución, nos recomendó su programa de radio y nos llevó pasada una hora a un 'entrenamiento', en palabras suyas. Todo sucedía tan rápido que no podía evitar marearse. En los vestidores, donde tenían que cambiarse a unas ropas de gimnasia que proporcionaba la Academia, antes de ir al campo de deportes, no pudo evitar recargarse contra el que sería su casillero a partir de ahora, cuando apenas había logrado quitarse su ropa superior. Se sentía mareado y algo enojado aún por los recuerdos frescos del examen físico de admisión de hacía ya una semana. No se sentía completamente bien. - Tsunayoshi. - Una brazo fue apoyado en su espalda, terminando por rodear su abdomen sujetándolo, impidiendo que se desparramaba sobre el suelo. Volteó fatigado su cabeza y observo a quien se le había acercado. - ¿Te sientes mal, Tsunayoshi? - Preguntó el de cabellos negros, observando con sus negros y petrificantes ojos y usando un tono cifrado en el que denotaba preocupación hacia él. Apenas le sonrió tratando de calmarlo usando de apoyo los casilleros fríos aún frente a él. Estaba acostumbrado a tener bajones cuando estaba trabajando y creía firmemente que ese no era diferente. Sólo debía descansar un poco una vez llegará a casa. - Estoy bien, Kyoya. - Pronunció suave, no convenciendo del todo el otro quien de igual forma deshizo su agarre de manera lenta no queriendo soltarlo realmente y que volviera a caerse.. El más alto se alejó luego de ello para terminar de cambiarse, pero dando una que otra mirada de preocupación al castaño quien había vuelto a emprender la tarea de desvestirse y terminar de colocarse el traje de entrenamiento en su lugar. Para que luego de ambos estar ya preparados reunirse con el resto, quienes ya estaban listos y no habían presenciado tal acto, e ir todos juntos hacia el lugar de entrenamiento con toda tranquilidad. #*&$^$&*# Mientras tanto otro grupo se dirigía a los vestidores arrastrando los pies y respirando aliviados luego de tal presión, tanto física como mental de parte de su tutor. Quien para motivarlos en las pruebas había dicho que el peor calificado sería expulsado. Sí, definitivamente Izuku tenía suficiente de ello por ese día. Necesitaba descansar un día entero luego de eso. #¤^&*&^¤# - ¡Very good!, ¡Somos el último grupo, así que siéntase libres de liberar sus Quirks en las pruebas! - Todos estábamos en completo silencio, simplemente escuchando y manteniendolo igualmente luego de que terminará. - ¿Qué esperan?, ¡Que pase el primero! No nos había explicado que debíamos hacer exactamente, pero mi Sol comenzó a avanzar sin importarle la poca información. Era muy precavido pero seguía manteniendo algo de su espíritu competitivo. Solía competir algunas veces con él, tan sólo para verlo sonreír. - ¡Muy bien, Sasagawa!, ¡Lanza la bola con todo tu poder! - Y allí comenzó todo un espectáculo lanzando por mis Elementos. No podía evitar sentirme más cansado cada vez. _&_&_&_&_ No podía evitar apretar sus dedos de los nervios cada vez que uno de sus guardianes lanzaba. En especial cuando habían llegado los turnos de Hibari y Yamamoto, los últimos en hacerlo. Ellos dos por poco y le dan un infarto. Pero bueno al menos ya podía esperarse de antemano lo que pasaría. Hacía años que vivían y trabajaban en la misma casa, que no lo era, y trabajaban en el mismo trabajo, trabajaban para él. Recordaba cada uno de los tiros, ya que por el bien de las instalaciones y cualquier persona que podría estar dando vueltas a esas horas por el perímetro, los estaba persiguiendo con la mirada, atento a cualquier cosa fuera de la zona tranquila. A pesar de que su tutor les había dicho de que eran el último grupo allí. Su Sol lo había lanzado con su fuerza y emoción contenida y liberada al tope, creando una pequeña sacudida en el suelo. Provocando una grieta bajo suyo y que mis pies se tambalean, pero dentro de todo aquello pasaba desapercibido, cualquiera podría pensar que tenía superfuerza o algo parecido. Su Tormenta le siguió, haciendo explotar el tiro con una de sus dinamitas como si no fuera nada. Acaparando sorpresas en la expresión cambiante del profesor. Con ello pude soltar un suspiro, Gokudera sabía esconder el momento en que usaba sus explosivos, es un adulto sabe cómo expresarse. Su Rayo lo había lanzado con dos de sus dedos formando una especie de catapulta, utilizando un movimiento que se había inventado hacía un par de años y que generalmente utilizaba para pelear con Hayato, no era muy dañino y solo liberaba una pequeña carga eléctrica. Su Lluvia, ya que aún mantenía su amor por el deporte y tenía un muy buen brazo para tirar una bola, no utilizo nada más que sus manos y fijación en su mirada. Los recuerdos del pasado casi me tumban al suelo al verle tan sonriente luego de lanzar, al igual que en la secundaria. Luego su Nube que no mostró mucho interés, impregnó la bola con sus llamas de la Nube y la lanzó dando media vuelta sin mirar a donde iba, dejando que hiciera lo que quisiera. Y al final una de sus Nieblas quien tenía algo de vergüenza por el extraño uniforme pero lo ocultaba sin dificultad, sólo que yo aún podía notarlo. Sólo lanzó con su brazo la bola, no fue muy lejos pero paso unos cuantos metros, tenía buen brazo porque también entrenó su cuerpo con los años, pero no iría tan exageradamente lejos. Dejando los seis destrozado todo el medidor de tiros y si no tuviera al poder de gritar creo que también la garganta del profesor llegando muy lejos. Y tras todos ellos llegaba mi turno, no me sentía bien, y aunque sí me sintiera bien no querría hacerlo. Me tambaleaba y me temblaban las piernas, quería irme, y a pesar de eso no sabía porque. Hasta que habíamos llegado a la Academia me sentía bien, luego.. Todo empezó a distorsionarse un poco. Igualmente me hicieron pasar al frente tratando de disimular mi estado, dejándolo marcado como simplemente los nervios. Tome la bola que me ofrecieron y me concentré para intentar prender las llamas sin necesidad de tomar mis pastillas. Estuve unos minutos en silencio y con los ojos cerrados, sentía que estaba allí, potente, fuerte y furiosa como siempre, pero apenas y sentí la chispa que no encendió. Terminé por rendirme y tomar una de las píldoras del frasco de mi bolsillo, ante la mirada fija de mis guardianes y nuevo tutor, el cual no dijo nada. Sintiendo un poco flojo mi equilibrio lleve mi brazo hacia atrás tomando algo de aire y lanzando sin esperar más tiempo. No sé qué pasó luego porque sentí el golpe del suelo al recibirme y la oscuridad absoluta. #¤&*&¤# Abrí mis ojos con algo de esfuerzo, puesto que me sentía muy cansado y ese sueño no me había caído nada mal. Aunque me hubiera gustado seguir durmiendo no recordaba haberme ido a la cama, por ello no podía relajarme. Pude abrir mis ojos luego de forzarme a despegar los residuos que quedaban del cansancio de mi cuerpo y observar alrededor, el techo blanco fue lo primero que pude distinguir luego una ventana a mi izquierda y una cortina a mi derecha. No parecía nada fuera de una sala de enfermería normal, en una escuela. Pude suspirar tranquilo un momento. Hasta que a mi consciencia volvieron recuerdos de escenas no tan gratas del pasado. Quizás no tan pasado. Unas que me robaron la serenidad en mis facciones. Sólo pude apretar mis puños a cada lado de mi cuerpo y entrecerrar mis ojos. ¿Por qué ahora? Cuando mi mente estaba tan tranquila. Estoy cansado. #$&¤&$# Camine por los pasillos siguiendo mi intuición para encontrar los vestidores de hombres y las duchas. Luego de estar un rato en la que ya entendía era la enfermería decidí salir al ya no sentir dolor y al ver que nadie llegaba o algo parecido. Y ya me sentía mejor, ya no sentía la sensación extraña en mi cuerpo por lo que estaba bien simplemente irme, ¿Verdad? Aún mantenía sueño en mi sistema pero no era algo diferente de lo que estaba acostumbrado a lidiar. Camine descalzo por los pasillos al no encontrar nada para colocar en mis pies, siquiera mis zapatillas de entrenamiento. Pero bueno daba lo mismo, aún tenía las ropas de entrenamiento de las que nos proporcionaba la Academia, por lo que tenía inevitablemente el sudor del entrenamiento bailando entre el traje y su piel. Era realmente incómodo. Quería darse una ducha y está vez no era sólo para relajar su cuerpo. #$¤*¤$# El sol estaba terminando por esconderse y la escuela estaba algo silenciosa e iluminada con las luces, al igual que los vacíos pasillos. Mis queridos guardianes y familia no estaban a la vista, siquiera en los vestidores o el patio de entrenamiento. Por ello simplemente seguí con mi trayecto hacia las duchas en silencio. Eran adultos, no importaba que tanto sucediera ellos eran muy fuertes, al igual que sobreprotectores. No debía alarmarse, aún. En verdad necesitaba un alto para todos mis pensamientos. En los vestidores busque en mi casillero mi uniforme de la Academia, mis zapatillas, junto con una toalla y me encamine a las duchas luego de cerrar despacio el casillero. Mis pasos descalzos eran silenciosos, tanto que me preocupaba verdaderamente no estar allí. ¿Los demás ya deberían de haber regresado al departamento? Apenas sonreí apenado. Son muy tercos para dejarme sólo. Cruce la puerta que separaba los vestidores de las duchas y me encamine a las bancas para dejar mi ropa sobre ella y comencé a quitarme mis prendas. Se sentían pegajosas y algo rasposas contra mi piel, pero qué más daba. Enrolle la toalla a mi cintura y suspire. Debía dejar de pensar tanto por un momento. Pero.. Si dejaba todo de lado siquiera por un mínimo segundo todo podría terminar de una u otra forma mal. Me acerqué a los banquillos frente a las regaderas y me encogí de hombros al sentarme. ¿Qué estás planeando Reborn?
#KHR x BNHA#khr#BNHA#crossover#Tsuna con problemas#Leve 1827#cicatrices#cansancio#Décima generación adulta
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Antes de comenzar con la tercera entrega de esta nostálgica sección, vendría a bien recapitular, dejando de lado a los salvadores planetarios, los mundos de magia y fantasía y las ranas con malas pulgas. Entendamos la NESxtalgia como una suerte de estado de dulce anhelo continuo en el que un pensamiento repiquetea en nuestras cabezas logrando sobresalir sobre los demás. Cualquier tiempo pasado jugado fue mejor. Partiendo de esta premisa y aderezado con sentimientos encontrados, una juventud que ya no volverá y la sensación de que ya CASI nada puede sorprendernos en este mundillo videojueguil… da comienzo un nuevo capítulo de NESxtalgia. ¿Su protagonista? Mis recuerdos, sensaciones e impresiones sobre la que viene a ser considerada como la primera aventura gráfica moderna, ¡Maniac Mansion! (así, sin aNEStesia)
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Sin vicios, pero con manías Maniac
Siempre me he considerado un amante de las aventuras gráficas. Por suerte, he tenido la inmensa fortuna de poder vivir la época dorada de dicho género. Es cierto que mis recuerdos se afianzan, jugablemente hablando, durante los años 90, pero he tenido el enorme privilegio de disfrutar de los grandes títulos del género nacidos durante la década inmediatamente anterior (mágicos 80). Para los que ya tenemos una edad, palabras como SCUMM (acrónimo de Script Creation Utility for MANIAC MANSION), Lucasfilm o frases como “tira del felpudo”, “póngame una botella de Grog” o “bienvenido al almacén de futuros porcinos” hacen que nuestro medidor de nostalgia alcance cotas realmente elevadas.
Esta historia da comienzo a finales de 1992. Sí, lo sé, el juego llevaba ya unos cuantos años en PC, pero dado que mis inicios jugones siempre estuvieron asociados a consolas el retraso era, por desgracia, inevitable (tampoco es que, dada mi corta edad, hubiera podido acercarme a dicho título con demasiada anterioridad). Resulta curioso observar como, encontrándonos en la actualidad en un mundo globalizado en el que cada vez es más habitual asistir a lanzamientos simultáneos en casi todo el mundo, antiguamente todo se movía en márgenes muchísimo más espaciados y distantes. Maniac Mansion era el ejemplo perfecto de ello. El port para la consola de 8 bits de la Gran N se estrenó en Japón a finales de julio de 1988. Por desgracia, su llegada a territorio patrio se retrasó, o al menos ello es lo que le llevó a un servidor poder adquirirlo, hasta febrero de 1993 (tras casi 5 años de diferencia con respecto a su lanzamiento nipón y pasando antes, como venía siendo costumbre, por el filtro de la censura que por aquella época manejaba Nintendo). Por si fuero poco, fueron muy pocas las unidades distribuidas en territorio europeo, por lo que hacerse con una copia en sus primeros compases tampoco fue tarea demasiado fácil.
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Un par de veces por semana solía visitar el casoplón de mi amigo Curro. Su bajo era bastante espacioso, y además de contar con cientos de cómics, una batería, un despampanante piano y unos palillos con su correspondiente equipo de percusión (mi etapa musical fue bastante ruidosa) contaba con un “potente” PC en el que descubrí, por primera vez, la aventura de Dave Miller y compañía. Desde entonces, como buen maniático, mi objetivo no fue otro que conseguir ver dicho juego corriendo en mi flamante NES. Cada peseta y cada billete de mil pesetas duro recogido, aguinaldos incluidos, iba a parar a mi hucha de porcelana. Incluso sus Majestades de Oriente y Papá Noel habían pasado por caja. ¿Regalos?, en efectivo, ¡gracias! Corría finales de febrero de 1993. En aquel momento me encontraba solo, mis padres aún no habían regresado del trabajo y yo acababa de venir del colegio (sí, me quedaba solo en casa, pero me las apañaba bastante bien). Agarré el martillo que mi padre usaba para colgar los cuadros, lancé un golpe seco y la hice añicos (nada de tapones de plástico por aquella época). ¿El resto?, ¡es historia! Ahorros, Reyes Magos, jornadas de trabajo intensivo recogiendo aguacates y chirimoyas y 7990 pesetas después el cartucho estaba en mis manos. Comenzaba, pues, una aventura que jamás olvidaría.
Haz point y luego click
Lo primero que me llamó la atención de Maniac Mansion, a parte de ser distribuido por Paco (Spaco S.A. para los amiguetes) fue que permitía grabar partida y mantenerla tras apagar la consola y extraer el cartucho. ¿Brujería? Creo que no… El sistema permitía que una pila de litio diera energía a la memoria de guardado. Ni rastro de aquel rudimentario sistema de password, ¡el futuro estaba aquí! (o más bien ya llevaba unos cuantos títulos presente entre nosotros, pero eso lo sabría mucho después). Resulta curioso, echando la vista atrás con las perspectiva que solo nos otorga el paso del tiempo, comprobar como algo tan estandarizado en la actualidad supuso tal reacción de asombro en mi hace tan solo 26 años. La primera sensación tras iniciar partida fue de asombro. Un asombro que pronto dio paso al desconcierto. La propuesta que nos traían Ron Gilbert y Gary Winnick cambiaba todo lo que había visto hasta entonces, haciéndome salir de mi zona de confort jugable para adentrarnos en algo a priori más complejo, pero también más maravilloso y sorprendente.
Aunque el título era de Lucasfilm Games, los encargados de portear la versión a los 8 bits de Nintendo fueron Realtimes Associates
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He de reconocer que hasta ese momento, y mi temprana edad era un atenuante de considerable envergadura, mi acercamiento al mundo de las aventuras conversacionales o a las aventuras gráficas, propiamente dichas, había sido prácticamente nulo. No obstante, dado mi carácter satírico e ironizante la conexión con Dave, Razor, Tentáculo Verde, Primo muerto Ted o Ed el raro (por mencionar algunos) fue total y absoluta.
Una aventura con mucha miga y… un meteoríto
¿Qué es Maniac Mansion? Un hilarante y divertido cóctel explosivo que nos sirve un grupo de personajes y una ambientación propia de las películas de serie B en la que Dave tiene que salvar no solo a su novia Sandy sino al mundo entero de los experimentos del médico retirado Dr. Fred Edison. Un ser desquiciado por un meteorito (?) que pretende dominar el mundo gracias a su máquina (patentada) Zom-B-Matic ™. Pudiera parecer que el argumento juega aquí un papel secundario, nada más lejos de la realidad. Cada frase, cada palabra y, en definitiva, cada respuesta, se encuentra medida a la perfección para despertar en nosotros una carcajada tras otra.
Jugablemente hablando lo que se plantaba ante mis, aún inexpertos, ojos era una verdadera joya que marcaría un antes y un después en el devenir de mi camino jugable. Seis personajes a escoger con habilidades específicas, diversos finales, un sistema llamado point and click que nos otorgaba libertad de movimiento y nos presentaba un inventario donde recoger todos los objetos encontrados, un puntero para interaccionar y una nube de acciones a nuestros pies (con acceso rápido gracias al botón select) que abrían ante nosotros un sinfín de posibilidades. He de reconocer, que esta propuesta me mantuvo horas y horas frente a la pantalla estimulando mis dotes imaginativas. Eso sí, ello también me llevó a probarlo todo con todo… Y “usar hamster en microondas“, no iba a ser menos, ¿verdad? Por desgracia, sus múltiples finales nos podían llevar a cometer algún tipo de error que nos bloqueara el progreso, teniendo que comenzar desde el principio nuestro periplo aventurero. Y sí, efectivamente, me ocurrió unas cuantas veces (desde entonces ya no he vuelto a tirar ni una sola llave más).
La cantidad de momentos hilarantes ofrecidos por Maniac Mansion no tienen precio. ¿Qué hace esa motosierra en la cocina?
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Adentrándonos en terreno gráfico, conviene destacar que aunque la versión de NES que llegó a mis manos partía en clara desventaja con respecto a la de PC, no es menos cierto afirmar que el título fue rediseñado desde cero para adaptarse a las limitaciones de la máquina de 8 bits con unos resultados realmente sorprendentes. Como sorprendente resultó para mis inexpertos oídos cada uno de los sonidos y melodías de corte electrónico plagadas de eclécticos pitidos con que contaba Maniac Mansion. No podemos olvidar que su apartado musical es exclusivo de la consola de los de Kioto, presentándonos un tema único para cada personaje. Nunca olvidaré el popurrí de tambores y guitarras correspondientes al bueno de Syd.
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Maniac Mansion: una verdadera oda a la nostalgia más macarra y aventurera de los 80
¿Por qué hay una motosierra en la cocina o un reactor nuclear en el sótano?
¿Quién es esa momia y qué está haciendo en la bañera? Y… lo más importante… ¿Cómo consigue Razor ese pelazo?
Son preguntas que perdurarán por siempre en mi memoria jugable. Maniac Mansion no solo sirvió para reclutarme como soldado supremo del point & click, sino que demostró de lo que era capaz una NES que ya no se cortaba a la hora de plantar cara a cualquier género o plataforma que se sintiera técnica y moralmente superior.
Por suerte, la primera obra de Lucasfilms Games fue mi primera aventura, pero no la última y, aunque el género de las aventuras gráficas no se encuentre en su mejor momento, pese al excelente trabajo de equipos como el de Péndulo Studios o desarrolladoras independientes como Terrible Toybox (una vez más con Ron Gilbert y Gary Winnick a la cabeza) y su reciente y exitoso Thimbleweed Park. Me basta con echar la vista atrás y otear aquella vieja mansión para sentir que todo sigue siendo posible y que la magia sigue fluyendo por mi experimentado cuerpo. ¡NESxtalgia en estado puro!
Si lo que buscas es una divertida aventura que te haga pensar tanto como reir, entra en Maniac Mansion. ¡Y entonces intenta, simplemente, salir de ella!
NESxtalgia – Viajamos al pasado de la mano de la primera aventura gráfica moderna: Maniac Mansion Antes de comenzar con la tercera entrega de esta nostálgica sección, vendría a bien recapitular, dejando de lado a los…
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Verdadera magia
(promt fantasía o magia)
Pareja/personajes: ArgUK/UKArg (aparición de Francia y Uruguay y mención de Japón y Chile) Palabras: 1851 Rating: T por vocabulario e insinuaciones (+13) Resumen: Argentina disfrutaba de molestar a Inglaterra. Ver su rostro rojo de rabia, sus ojos verdes incendiados y sus gruesas cejas fruncidas era algo que le encantaba pero que jamás admitiría. Y, esta vez, había robado la varita mágica de la oveja negra de Europa. Corre, Martín, de esta no te salvas. Nota: La temática es humor, un humor algo bizarro y sin sentido. No intenten encontrar coherencia porque no van a encontrar nada. Hay muchos chistes, no los tomen en serio, no están hechos con animo de ofender a nadie.
Las puertas de vidrio fueron abiertas de un estrepitoso golpe. Varias personas se giraron, algunas curiosas y otras más bien ofendidas por el sonido fuera de lugar, para seguir con la mirada al responsable de tal indecencia. Pero el responsable no se hizo responsable, valga la redundancia.
El adolescente que no aparentaba ser mayor de veinte años, de cabello rubio alborotado y vistiendo un traje militar había entrado al aeropuerto de Inglaterra de un momento al otro y, entre jadeos y risas escandalosas, había comenzado a quitarse la ropa y a arrojarla mientras corría. Pronto su apariencia formal y sobria fue reemplazada por una simple y corriente vestimenta consistente en unos jeans gastados y una camiseta con la foto Gustavo Cerati en ella. Y ahí fue cuando la poca aura madura que portaba se fue al carajo. Aunque teniendo en cuenta su forma de caminar, su sonrisa maliciosa y su risa juguetona ya de por sí se lo podía confundir con un niño de quince con nivel intelectual considerablemente bajo. O al menos esa era la forma en los que algunos ingleses veían al chico que corría por los pasillos del aeropuerto e irrumpía el ambiente serio (y aburrido) con sus grititos y chillidos.
Las miradas acusadoras y molestas lo siguieron por un largo rato. Hasta que decidió que no podía más, quizás debido la inactividad que había tenido el último mes por haber estado comiendo kilos de helado mientras lloraba en la cama y miraba videos del mundial del ‘86. Y entonces se detuvo. Recostó la espalda en una pared y cerró los ojos, manteniendo la boca entreabierta para respirar con dificultad mientras su pecho subía y bajaba rápido. Permaneció en esa posición por un largo rato, unos largos minutos en los que lo único que hacía era limpiarse el sudor de la frente con su propia camiseta; levantando esta apropósito para que se le vieran los abdominales pero después se acordaba que sus abdominales se habían ido junto con sus ganas de vivir y entonces se cubría la pancita.
Y, de la nada, comenzó a reír histérico.
—Te re cabió —soltó al aire mientras admiraba su más reciente adquisición. La cual era ni una copa ni tampoco un dildo pero estaba igualmente orgulloso de haberla obtenido: en sus manos reposaba un palito negro, delgado y alargado (¡que no es un dildo, por dios!) cuya punta estaba adornada con una reluciente y grande estrella amarilla (tampoco era uno de esos dildos con formas que Japón hacía. ¿Cómo creen? Martín ya tenía de esos). Era la varita mágica de Inglaterra.
Y Argentina comenzó a fantasear. Miles de posibilidades cruzaron su mente. Podría viajar en el tiempo y corregir algunos penales fallidos, podría hechizarse a sí mismo para poder comer sin engordar o para tener perfecta manicura para siempre, podría arreglar la crisis económica de su país o… ¡podría hacer aparecer millones y millones de dólares y convertirse en la nueva potencia mundial!
Aunque todas las opciones le resultaban igual de tentadoras, Martín se decidió por la última. Extendió su brazo hacia arriba, alzando la varita por encima de su cabeza. Y recitó unas muy pobres y mal pronunciadas palabras en Latin que harían que hasta Chile le pegara y le pidiese que por favor hablara bien.
Y ocurrió.
Billetes de todos los colores comenzaron a llover del cielo (o mejor dicho, del techo del aeropuerto). Y Martín gritó como niño en Navidad y comenzó a correr en círculos, con ambos brazos alzados. Y se resbaló y se cayó al piso, se puso de rodillas y agradeció a Maradonna.
—Ah no —balbuceó desconcertado a penas le prestó atención al billete color rosado que había tomado entre sus manos. Y es que todos los billetes eran de una enorme variedad de colores chillones y llamativos y de textura un tanto resbalosa, pero Martín no le había dado importancia hasta que se fijó que todos los billetes tenían un dibujo de un pene. Y se dio cuenta que no eran billetes de verdad. Sino que eran billetes del monopolio (un monopolio muy extraño que involucraba penes y del cual Martín no quería saber nada)—. La recalcada concha de t-
Argentina no tuvo tiempo de volver a intentar el conjuro o de siquiera maldecir su desgracia. Su nombre había sido pronunciado en un fuerte y potente grito que hizo eco por todo el lugar y logró que Martín se estremeciera en su lugar y tragara duro. La representación del país donde en esos momentos se encontraba hizo acto de presencia, acercándose furiosa hacia la nación latina. Argentina se hizo una bolita en su lugar y, temeroso, se volteó (hacia atrás, obviamente, no va a voltear hacia adelante duh). Vio a Inglaterra caminando a paso firme y pesado, apretando ambos puños hasta dejar los nudillos blancos y clavarse las uñas en la piel y vistiendo un horrible chaleco de lana con estampado a cuadros y un pantalón de abuelo (sin ofender a los abuelos, por supuesto). Con su rostro rojo de rabia, sus ojos verdes incendiados y sus gruesas cejas fruncidas que consiguieron que una sonrisa amplia se formara en los labios de Martín.
Y Argentina podría ser un idiota pero no era estúpido. Salió corriendo a penas Arthur estuvo a unos dos metros suyo. Y Arthur, sin darse cuenta que estaba dándole lo que quería, lo persiguió al instante.
Los ojos ahora estaban posados sobre las dos naciones. La más joven que reía con las mejillas rojas mientras apuntaba la varita mágica a lugares al azar, gritando que iba a convertir toda la comida en un scone quemado y haciendo que los extranjeros que estaban en el aeropuerto gritaran de miedo ante aquella amenaza. Y la nación más vieja que jadeaba e intentaba disimular que le dolía la espalda, porque había superado su etapa de ser una imagen paternal y ya no estaba para jugar a las corridas.
Entre risas histéricas, maldiciones incompletas, gritos y amenazas de muerte y de scones todo terminó más rápido de lo que Argentina hubiese querido y más bizarramente de lo que Inglaterra esperaba.
La varita mágica fue apuntada sin quererlo hacia una rana y una bolsa con marihuana (no pregunten qué hacía una rana y una bolsa de marihuana en un aeropuerto, por favor. Recuerden que estamos en el país de las hadas). La rana se transformó en Francia y la marihuana en Uruguay. Ambos se miraron confundidos, sin entender por qué habían aparecido ahí. Francia recordaba haber estado en el salón de belleza hacia un segundo atrás y Uruguay creía que estaba comprando marihuana.
Y con tanto vino y marihuana que desprendían esas dos naciones, Martín se resbaló y cayó al suelo de culo.
—¡Te tengo, maldito! —gruñó Arthur, arrebatándole la varita a Martín de un movimiento rápido.
Argentina comenzó a patalear y hacer capricho en el suelo, rodando y lloriqueando muy patéticamente. Pero como se había graduado de patético en la Universidad Para Aweona’os de Chile, era todo un profesional en el asunto.
—Ten algo de decencia —exigió Inglaterra con la poca paciencia que sorpresivamente le quedaba—. Te estás comportando como el inmaduro que eres. Al menos disimula un poco.
—¡Sos tan egoísta! —chilló, levantándose de golpe y acercándose a él. Arthur retrocedió dos pasos y miró hacia arriba (porque Martín traía sus zapatos de tacón puestos y estaba más alto de lo normal).
—No soy egoísta, tú tomas las cosas sin pedirme permiso. Si usarás “por favor” y “gracias” como un caballero, el asunto sería diferente.
Martín le miró curioso.
—¿Me prestás la varita, por favor?
—No.
Argentina frunció el ceño y le sacó la lengua.
—¡Bien, igual ni la quería! Es una varita trucha de cotillón que se parece a la de los Padrinos Mágicos.
—¡No es un pescado, es una varita!
—¡Trucha en mi país significa de mala calidad, nunca me escuchas!
Inglaterra se cruzó de brazos y arqueó una de sus pobladas cejas. Martín se quitó los zapatos de tacón para estar más a su altura.
—Igual —volvió a hablar, sosteniendo los zapatos en una mano y colocando sus pies desnudos sobre el frío mármol para acercarse más a Inglaterra—, ¿qué vas a saber vos de magia?
Arthur abrió su boca para replicar, más concentrado en hallar una manera de contraatacar a su enemigo que en el hecho de que Martín estaba demasiado cerca. Ni siquiera fue capaz de pronunciar la primera de la oración cuando sintió que el jalaban de la corbata, seguido de unos labios carnosos que se posicionaron sobre los suyos y le obligaron a callarse. Y, de un momento al otro, la furia y molestia se evaporaron por completo. Su ceño fruncido y la expresión fastidiada se relajaron, sus parpados cayeron despacio y la mueca en sus labios se disipó. Se sumergió en un beso torpe y demandante, en una pequeña y silenciosa guerra en la que ambos pares de labios se movían apresurados con ansias de dominar la situación y guiar el ritmo.
Y Arthur fue capaz de percibir que, a pesar de la altanería y la seguridad con la que Martín se había atrevido a robarle un beso, en realidad el argentino le estaba besado con nervios. Lo supo por las pausas que Martín se tomaba cada vez que Arthur atrapaba su labio entre sus dientes, conteniendo la respiración mientras se quedaba pasmado en su lugar; y por los pequeños segundos en los que Martín se separaba temblando y luego se volvía a inclinar hacia él. Inglaterra sonrió con ternura y subió sus manos hacia las mejillas de la nación más joven. Acarició la piel suave con la yema de sus pulgares e hizo que sus dedos se deslizaran hacia la cabellera rubia y se enredaran entre sus mechones. Martín suspiró entonces, ladeando la cabeza y abriendo un poco la boca sin darse cuenta; cediendo por unos segundos.
Ambos labios comenzaron a moverse despacio, fundiéndose en un beso lento e intenso. Arthur se embriagó al instante con el dulzor de los labios de Martín que le resultaron más adictivos que cualquier bebida alcohólica que había probado hasta entonces y Martín se apegó más a él con ansías, deseoso de sentir su cuerpo contra el suyo.
—¿Ves? —Martín fue quien se separó. No por la falta de aire, no porque estaban en público ni tampoco por el hecho de que Francia los estaba filmando (de hecho, no se había percatado de ese detalle). Sino porque se estaba dejando llevar demasiado, porque la boca de Inglaterra, las caricias de Inglaterra y la facilidad con la que Inglaterra lo besaba lo estaban volviendo loco y Argentina no podía dejarse sucumbir por él. No quería mostrarse débil, no ante Arthur—. Esto, esto es magia de verdad —dijo con orgullo. Arthur se relamió los labios y se encogió de hombros, restándole importancia al asunto—. ¿Puedo jugar con tu varita mágica? —volvió a intentar.
—La respuesta sigue siendo no —contestó, empujándole la frente con la punta de la varita. Martín dejó escapar una risita maliciosa y negó con la cabeza.
—No me refería a esa varita.
Arthur sonrió.
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LAS GUERRAS GALACTICAS
EL LIBRO 34
POR LA SANTA BERTHA
LAS GUERRAS GALACTICAS LAS GUERRAS GALACTICAS LAS GUERRAS GALACTICAS
EL PA CHANGON RE MASTERIZADO
ERS.- Ok Señorita Neri, quedo incondicionalmente a tus ordenes ¡!!!
Y después de tomar un ligero respiro y tomando café con sus boliquetes todos los ejércitos de la unión boberin se juntaron por grupos para bromear a costas de sus enemigos.
CEC.- oye El Bobe, porque El Fanfita la rola mucho con El Canchita ¿???
ERS.- Para mi que esos batos no son amigos pero buscan que La Gente lo crea así, pero para mí que son primos ¿???
EVL.- Se les ha visto talonear por Las Constelaciones para comprar La Coca ¿???
EUT.- En donde para ir ¿???
Y todos comenzaron a reír morbosamente porque sabían de una u otra manera El Uren Tator le atizaba bien y bonito…
Todos.- Ja, Ja, Ja.
Pero se pareció que jamás le prometió a La Rhonda que iba a cambiar a La Pecsi.
ERY.- Después se juntan con toda La Banda de MiNezota para atizarle como dios manda ¡!!!
LRZ.- Que Barbaros ¿???
Y luego de escandalizarse como una loba furiosa la princesa le puso la quemada del siglo al amor de su vida.
LRZ.- Y verdad que tú no le atizas bien y bonito, mi vida ¿???
Y en su vida El Uren Tator había estado en un predicamento tan incriminatorio que lo hundía en un abismo que parecía no tener fondo.
EUT.- esteee, mmm, no seeeee, este como se llama
Y silenciosamente le suplicaba a todos los dioses de El estadio Tolteca para que vinieran de un rayo para que lo fulminaran con el mismo.
EUT.- prdrngfrd…
Pero disimuladamente todos los amigos de la parranda cambiaron la dirección de la plática para darle oxigeno de salida.
EVL.- pues yo creo que el dólar ni va a subir ni va a bajar si no todo lo contrario
Todos.- Ja, Ja, Ja.
Y rápidamente que reacciona la princesa y que levanta al urelio para llevárselo a bailar.
LRZ.- en el mar la vida es más sabrosa…
Y ya despegado de la reunión el uren comenzó a respirar con facilidad.
LRZ.- perdóname mi amor, ya no lo volveré hacer
EUT.- no te disculpes mi amor porque uno recoge lo que cosecha y solo dime quien eres paa saber con quién andas
LRZ.- al revés
EUT.- al revés
Y ya después muy tranquilizados regresaron con el grupo para reunirse otra vez y preguntar de la forma más cándida.
EKE.- Pero se sabe también que Los Facinas…
LRZ.- Y quienes son Los Facinas ¿???
EKE.- el par de aretes que son los propietarios del cielo y del infierno y se traen unas rucas y unas niñas bien efectivas…
ERY.- Y si ellos se traen unas rucas y unas niñas bien efectivas como dice eleke que no será para darle gusto a Las alborotadas Hormonas en traje de Rana ¿???
Y todos comenzaron a reír por Las Inocentadas de La Rhonda.
LRZ.- Que usan traje verde para hacer El Amor ¿???
Todos.- Ja, Ja, Ja.
Y entonces El Sammy le entro al quite.
ESM.- Lo que querían decir es que El Adán y La Eva estaban desnudos ¡!!!
RO.- Y Las Ranas lo están ¿???
Todos.- Ja, Ja, Ja.
LRZ.- Y quiere alguien ser tan amable de explicármelo ¿???
EVL.- No su querida y mi querida majestad, así solían hablar los personajes en La Revista de La Familia Burrón y en especial La Borolas como le llama todo el público del magazine, pero realmente su nombre era La Borola ¡!!!
Y la princesa comenzó a meterse en un barril sin fondo porque cuando se desconoce el tema o se ignora todo acerca de la materia o del asunto, es mejor hacer la graciosa huida pero ahí la tenemos batallando estoicamente.
LRZ.- Y quien es La Borolas ¿???
ERY.- La esposa de El Regino Burrón ¡!!!
LRZ.- Y quien es El Regino Burrón ¿???
EKE.- El padre de la Macuca ¡!!!
LRZ.- Y quien es La Macuca ¿???
EUT.- La hermana de El Tejocote ¡!!!
LRZ.- Y quien es El Tejocote ¿???
ERS.- El hijo de La Borolas
LRZ.- Y quien es La Borolas ¿???
Y entonces toda la muchachada se agarraba de los cabellos para estirarlos con fuerza y con una cara de locos gritaban bien desesperados por los cuatro vientos.
LA MAMA DE LA FAMILIA BURRON
EUT.- ay mi amor me abochornas todo
Y entonces la hermosa princesa les dio una catedra de conocimiento para demostrarles que no era esa mujer inculta de la cual todos se imaginaban.
LRZ.- La Familia Burrón es una historia mexicana creada en 1948 por Gabriel artista Vargas que llego a vender 500 000 ejemplares en un solo tiro para impresionar a los burgueses que se creen la sociedad más importante de un hermoso país lejano llamado México.
Y le cambio toda la idea absurda a los soldados, familiares y amigos que tenían de ella para ganar su respeto.
LRZ.- y mi papa nunca quiso que yo creciera en el castillo previniendo mi creciente soberbia porque me iba hacer mucho daño en la vida y prefirió mandarme a una aldea pobre…
Y entonces interrumpió El Soldado Desconocido movido por una curiosidad desconocida.
ESD.- pero yo quisiera sab…
Y entonces le dijo El Armando Hoyos.
EAH.- Caaalleeeseeeee ¡!!!
Y que le llueven los ji tomatazos al soldado desconocido acompañados con sus respectivos tomates, chiles, flores, frutas y legumbres.
ESD.- Oooooh ¿???
EUT.- continua mi amor
Dijo su novio.
LRZ.- en donde una señora que tenía una choza muy chiquita que no parecía restaurante por que era una fonda llamada La Juliana Mora a la cual no le puedo decir mama porque para mí el concepto que tengo de mi madre bohemios es la mujer más hermosa de todo El Universo y el grande amor que le tengo no lo puedo comparar con cualquiera, pero si la respeto ¿???
Y cuando termino su pequeño discurso el público se levantó de sus asientos para ofrecerle un pequeño homenaje aplaudiéndole rabiosamente.
HURRA, BRAVO, RECORCHOLIZ HURRA, BRAVO, RECORCHOLIZ
LRZ.- porque también se preocupó mucho por mí y me mando a una escuelita que…
Todos.- Parecía Restaurante ¿???
EML.- NOOOOOO ¡!!!
LRZ.- y recibí una educación muy sencilla pero muy nutritiva al grado que nunca se la puedo envidiar a nadie porque ahí fue donde mis amiguitos que eran más mujeres que hombres me regalaron una revista de La Familia Burrón y fue donde yo los conocí y me pregunto que si mi padre al que adoro tanto no me hubiera mandado a la Aldea Sajona jamás hubiera llegado la revista a mis manos.
Y cuando termino su pequeño discurso por segunda vez todo el público se levantó una y otra vez de sus asientos para darle una segunda ovación.
QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA, QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA, QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA.
LRZ.- y que después de leer el número uno que me hizo reír con verdaderas ganas entonces le mande un mensaje a mi padre para que cada semana me comprara una revista, así es por decir algo les diré que…
TENGO EL ORGULLO DE COMUNICARLES QUE TENGO TODA LA COLECCIÓN COMPLETA DE LA FAMILIA BURRON
Y que historia tan más bonita de calabozos y dragones hasta me dan ganas de llorar y llorar enfrente del pelotón que me va ajusilar.
QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA, QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA, QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA.
Verga…
QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA, QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA, QUE SI, QUE NO, QUE MACA LA CACHIMBA.
Y cuando terminaron de bailar, porque si se pusieron a bailar para que toda la alegría con un gusto los embergara y por el chupe de chelas que era completamente gratis otorgada por un inspirado bobe que fue arropado por sus amigos para poder sostener una guerra que parecía perdida y entonces continuaron con la plática que dejaron sin terminar.
EKE.- Que sepamos nosotros los facinerosos del fanfa y el cachi no usan ropa ¿???
LRZ.- Que malos son ¿???
ERY.- Si, ellos son muy malos ¡!!!
LRZ.- yo digo que malos son ustedes
Todos.- Ja, Ja, Ja.
EDV.- Esos batos son bien putañeros ¡!!!
ELE.- Por lo menos no les gusta La Verdolaga ¿???
LRZ.- Que son carnívoros ¿ ???
Todos.- Ja, Ja, Ja.
ESC.- Con mucho gusto les explicaría…
ERS.- No, no porque tu eres muy grosero, mejor que lo haga El Señor Karin ¡!!!
EKE.- Tratare de, pero, bueno, este como se llama ¿???
Y con cuidado La Princesa le puso tanta atención que El Karin se puso más nervioso.
EKE.- Llego a ver a Liberace en escena ¿???
LRZ.- Como no, si lo vi en El Gran Concierto del Hollywood Bawl ¿???
EKE.- Pues este…
Entonces como el elerda se detuvo El Enrique entro al quite para sacarlo de problemas.
ESC.- Ya dígale que le gustaba La Verga ¡!!!
Y entonces todos se quedaron muy pasmados mientras que La Rhonda exclamaba con una cara de incredulidad.
LRZ.- Hijo les ¿???
ERS.- pinche ElEnri, antes que no dijiste que se les hacia agua La Canoa si no te metes en la bronca otra vez ¿???
Y como ya todos estaban muy cansados prefirieron detener la velada para irse cansados a dormir a sus respectivas habitaciones.
El Robert fue el que tuvo las pesadillas más horribles a las horas de la madrugada por tantas presiones que tenía y comenzó a tener uno de los sueños más espantosos de la noche.
ERS.- prbprbprbprb vrvrvrvrvrvuuuu
Se veía una mañana muy nublada por La Sexta Avenida de Nueva York por El Bronx soñando con La Hermosísima de La Jane Fonda que iba usando una gabardina negra que hacia notar muy bien sus amplias caderas y El Bobe no se daba cuenta que estaba pisando los charcos del agua porque estaba disfrutando enormemente del panorama.
Cuando de repente un salvaje cabao bao
( caballo bayo )
le saltaba por La Espalda relinchándole fuertemente como queriendo pelear mientras que en La siguiente esquina antes de despuntar El Nuevo Día, Las Sombras esperaban para atacar a La siguiente Victima.
QUE POEMA TAN MAS HERMOSO
Al igual que El Stallion Negro pateaba peligrosamente por La Ventana tratando de matarlo y desesperadamente llamaba a La Rhonda para decirle que ahí la veía.
Y el bobe gritaba bien espantado con un sentimiento de soledad diciendo, entonces peleare solo, entonces le peleare yo solo.
Y después vio como Los Hipócritas Creyentes de todas Las Iglesias Cristianas se retacaban de comida en Los Días de La Navidad para tirársela a Los Perros sin ni siquiera tocarla o de perdida darle una mordida mientras que otras personas atascadas en La Oscuridad no tenían ni que comer.
Entonces el rotter retaba a toda La Riqueza del Mundo para que le contestara que si fuera un elemento con vida después de comer un sabroso cordero acaso se acordaban los adinerados que había otra gente llorando en silencio porque su familia no tenía nada que comer y pasar el sombrero para pedir un mendrugo de pan les daba mucha vergüenza.
Y tu mierda, como decía mi abuelita muy enojada cuando no encontraba El Nombre del hijo que estaba llamando.
Tu mierda, Dios de La Nada, que aceptas que la miseria mate de hambre a La Humanidad, no me vengas con El Cuento de que tu no tienes La Culpa porque entonces a quien se la vamos a cobrar el derecho de piso, cuando las falsas religiones aceptan tus designios sin protestar y nunca te cuestionan tus mandatos aun a costa de su vida o buscamos a otro dios… si...
TODOS LOS HOMBRES SON IGUALES, CARAY Y TODAS LAS MUJERES SON IGUALES, POR NATURALEZA INTERPRETA MI SILENCIO EN LA OSCURIDAD MALDITO PORQUE NUNCA LLEGARA LA LUZ DEL DIA PARA VER COMO TU ALMA SE ESTA QUEMANDO EN EL INFIERNO
Y entonces el bobel lloraba por las penas del mundo porque no podía remediar la situación y otra vez se apoyaba en Los suaves Hombros de La reina Rhonda para decirle entre el inglés y el español…
Ay lo veo Rhonda, ay lo veo Rhonda... I love you Rhonda, I love you Rhonda…
Y recordaba como una mañana muy fría y congelada por La Séptima avenida y mojado hasta Las Nalgas, este maldito cabao bao comparado con una salvaje máquina electrica de matar alambrajes ya lo estaba empujando por La Espalda y entonces el trato de rescatarse de Las Pesadillas por un largo tiempo, pero no lo lograba porque cuatro patas estaba esperando ese momento oportuno para re matarlo.
Y cuando despertó muy tarde por La Mañana El Boben todo sobresaltado y sudando del puro miedo le temblaban amibas cuando llegaron los amigos y sus hermanos para rescatarlo.
EDS.- Ya ganamos ¿???
ERS.- Cálmate El Foxy Fox ¿???
EPS.- Listos para darles una tunda ¿???
ERS.- Gracias El Peterete ¡!!!
Y de repente entro la princesa al dormitorio de el rotter preguntando.
LRZ.- nadie recuerda en donde deje mi violín
Pero el san bon se fue por el lugar en donde le convenía.
E$B.- La Rhonda estabamos recordamos que no te veíamos desde que estabas muy chiquita jugando en El Castillo con tus muñecas sentada en las piernas de tu padre ¡!!!
LRZ.- Aun todavía lo recuerdo ¡!!!
Y con duda preguntaba El Señor Vásquez.
ESV.- Como yo no la recuerdo a usted ¿???
LRZ.- No lo sé ¿???
ESM.- Es por que no la conocía ¡!!!
ERS.- Y al novio ¿???
EDV.- Lo acabamos de conocer, verdad señor Uren ¿???
EUT.- Efectivamente Efectivo ¡!!!
ELE.- Se ve que usted es bien chido, señor Tator ¿??
EUT.- Más o menos pero todavía recuerdo tu famosa frase ¡!!!
ELE.- en serio
Y gritando fuerte todos al unísono…
HAZME TODA TUYA
CEC.- Yo lo acabo de conocer y es a todo mecate ¡!!!
Y los elotes del xb brotaron como las flores en primavera.
EXB.- Y que para su tiiito no hay nada ¿???
ERS.- Pero porque siempre quieres ser El Alma de Las Fiestas ¿???
Entonces La Rhonda se inclino para darle un beso al XB.
LRZ.- A ver, pare La Trompita mi Querubín ¿???
Y parando La Trompa El XB-123, La Rhonda lo beso.
EXB.- Me beso ¿??? Me beso ¿???
TODOS.- Ja-ja-ja ¡!!!
ESV.- Oiga maestro…
Se refería al bobe…
ESV.- quiero que me vaya arreglar un corto circuito que tengo en La Imprenta ¿???
ERS.- Conforme termine La Guerra lo hacemos ¡!!!
ESV.- Y que tal si lo matan ¿???
ERS.- Gracias por sus nobles pronósticos ¡!!!
ESV.- Y yo también quiero que La Santa Bertha me incluya en La Sombra del Bizarro ¿???
ERS.- Pero para eso hay que ser muy cacahuate ¿???
ESV.- porque no quiero ser El Segundón de La Odisea porque mi vasta experiencia me obliga a ser El Muchacho de La Película ¿???
ERS.- entonces pídale la chamba al yo mero
ESV.- y porque no mejor a la santa puta
ERS.- Puta madre, para eso necesita escribir su propia sombra ¿???
ESV.- La Mia ¿???
ERS.- La Suya, Pendejo ¡!!!
ERS.- Puta madre, para eso necesita escribir su propia sombra ¿???
ESV.- La Mia ¿???
ERS.- La Suya, Pendejo ¡!!!
ERS.- Puta madre, para eso necesita escribir su propia sombra ¿???
ESV.- La Mia ¿???
ERS.- La Suya, Pendejo ¡!!!
ERS.- Puta madre, para eso necesita escribir su propia sombra ¿???
ESV.- La Mia ¿???
ERS.- La Suya, Pendejo ¡!!!
Y como esta pregunta esta viciosa de la coca cola que se parece al treinta por ciento de las mismas mejor loco con la historia de Él Jason y Los Nalgo Nautas
ESV.- Y porque anda rondando a mi secretaria ¿???
ERS.- Si yo nada más fui a entregarle El Cajetoso Cassette ¿???
ESV.- A diario y a La Hora que sale a comer ¿???
ERS.- Es que diario paso por La Imprenta ¡!!!
ESV.- Desde La Colonia Pantitlán, no mame maestro ¿???
Pero de repente comenzaron a sonar todas Las Alarmas de advertencias para sacarlos de su conflictiva platica para indicar que La Guerra había comenzado.
TODOS A SUS PUESTOS
ERS.- Y ya saben lo que tienen que hacer ¡!!!
Dejándose venir todos Los Aviones Enemigos por El Aire.
EJC.- Fanfita, sobre de ellos ¿???
ELF.- Y con todo El Carburador ¡!!!
Y entonces dejaron ir toda La Metralla de sus confundidores aviones Los CeloFernos 565-232 contra Las Huestes de El Bobe, pero fueron contrarrestados rápidamente por La Flotilla S-88 y con el poderoso ataque de El Hércules.
EJC.- El Fanfarrón manda al Neribus por El Flanco derecho 5 porque nos estamos debilitando por esa mula área ¡!!!
ELF.- Afirmativo ¡!!!
Y después de una par de horas La Pelea se volvió más encarnizada que nunca porque los dos enemigos mortales descubrieron en donde se encontraban los depósitos de combustible y lo explotaron con certeros disparos llevándose de paso a muchas naves enemigas que por una mala suerte se deslizaban por ahí.
ERS.- Señor Vallen a La Derecha 20-14 ¡!!!
EVL.- Ya los vi, ya los vi cómo van para abajo ¿??
LRZ.- Replegándonos ¡!!!
ERS.- Cúbranse por Los Bloques ¡!!!
ESC.- Ya te oímos Hijo de La Chingada ¡!!!
ERS.- Señor Rodon cuidado por la retaguardia a Las 0:7 Horas ¿???
ERY.- Me desplazo en El Signo Belza ¡!!!
EKE.- Yo necesito apoyo rápido porque tengo a cinco rojos atacándome a Las 12 Horas ¿???
EUT.- Te cubro para que te voltees ¡!!!
EKE.- Hecho ¡!!!
Pero esta guerra parecía un juego perfecto de ajedrez porque las piezas se deslizaban en un paño de verde de mesa de billar y las bolas las traían los jugadores bien puestas porque una de dos nadie quería ceder un milímetro de distancia porque El Orgullo no se los permitía.
EJC.- Me voy a echar al Bebe ¿???
ELF.- Pero que sea de a perrito ¿???
EJC.- Cúbreme ¡!!!
ELF.- Por atrás de ti va El Glasy bolas, que pasa contigo huevon, muévete culito ¿???
EGB.- Lo estoy haciendo bien mamon, que más quieres ¿???
EBC.- Yo lo tengo en La Mira ¡!!!
EJC.- Mejor muévete porque a ti te tienen en La Mira ¿???
EBC.- Entendido y anotado ¡!!!
Y entonces aprovechando el desconcierto El Usia telegrafió por apoyo.
EUS.- Ayuda, rápido ¡!!!
ELF.- Cúbrelo El Ay perros ¡!!!
EAP.- Voy volando ¡!!!
Pero el avión cayó al suelo y como resultado no le paso nada al piloto que salió corriendo de la nave para que el ay perros en una obra maestra deslizara la nave casi a nivel de piso y así levantarlo lentamente antes de que la nave explotara.
EAP.- súbete el usia
Mientras que El Jisus se desgañitaba gritando las ordenes.
EJC.- Muévanse Cabrones ¡!!!
Y la lucha continuaba dándole duro en el petate pero nadie quería ceder un ápice de terreno.
EBA.- No veo Las Naves de El Hércules ¿???
EJC.- Porque las tienes por las nalgas Bartolo, muévete a La Derecha ¡!!!
MAY DAY, MAY DAY, MAY DAY, MAY DAY, MAY DAY, MAY DAY, MAY DAY, MAY DAY.
Y entonces llegó El Momento Crucial que nadie quería ver por la televisión porque el bobe se enfrentaba en un duelo a muerte al temeroso El Canchita.
EJC.- Ya te tengo jijo de La Chinda da ¿???
ERS.- A la que tienes es a tu puta madre, culero ¿???
EJC.- No te muevas hijo de La Verga ¿???
ERS.- Si no me muevo no la disfruto, puto ¿???
EJC.- Detente y pelea como Los Hombres ¿???
Y perdiéndose del objetivo cristiano el bobe le contesto.
ERS.- Ay, oiga ¿???
Y así caracoleándole la nave el rotter lo traía como su pendejo, pero burlándose más que del Canchita hasta que lo reto a duelo.
EJC.- Y bueno, pendejo, ya salte de La Formación y vamos a partirnos La Madre bien sabroso entre tu y yo solitos ¿???
ERS.- Va ¡!!!
EJC.- En dirección al planeta Enor-4 ¿???
ERS.- Nel, porque me quieres engañar ¿???
EJC.- Nunca creí que fueras tan puto ¿???
Y luego lo bromeo con las palabras para sacarlo de onda.
ERS.- y bueno, si lo soy pero no tan pendejo
EJC.- y yo que te creí experimental
ERS.- O fundamental pero en esa zona me llevas mucha ventaja pero pago por ver ¿???
EJC.- Pues Arráncate pues’n ¡!!!
ERS.- Sale y vale y que dios me bendiga ¡!!!
EJC.- y chinga a tu madre pinche pendejo si eres un ate ote de dar miedo que hasta mi padre tiembla al oír tu sacro cagado nombre de mierda
ERS.- eso saco por hacerte caso
Entonces los dos se salieron de La Formación para irse a partir la madre lejos para derramar la sangre fuera del terreno de juego mientras que el vallen le estaba advirtiendo.
EVL.- No vayas muchacho porque es una trampa ¿???
Por su parte a San Pedro le parecía perfecta la decisión de La Sombra del Bizarro.
ESP.- Ya cayó El Inmaculado ¡!!!
EJC.- no seas pendejo, ese es su hermano el betirrines
ESP.- peeerdooon maestrooo, ya no lo vuelvo hacer… mamon
Mientras que el rotter continuaba rumbo a la zona de la muerte.
ERS.- Lo voy a chingar en su propio terreno, cuates ¡!!!
ESV.- No vaya maestro que es una trampa, ya se lo advirtieron ¿???
ERS.- pues vámonos muriendo
Y entonces El Bobe y El Cachiruloco se alejaron de La Batalla Sangrienta pero destacando la negra brillantes electrica-metalica de la nave del bobe.
EJC.- no te veo putonototi
ERS.- pero me radeas culito
Pero veamos que esta pasando con El Bobe y El Canchita cuando se alinearon al Enor-4 solo por esta vez lo veremos en casa porque La TVU Broadcasting se robó los derechos de copia para transmitirlo por la televisión.
LAM.- Y no me puedo imaginar cómo nuestro señor Jesucristo se rebaja a compartir golpes y patadas con un ser tan inferior y tan corriente como El Robert M. Sánchez o no lo piensas asi mi querido compañero El Abrajam Con calvez ¿???
EAC.- Todo lo que tiene que sacrificar nuestro dios para salvar nuestras vidas y rebajarse de más para matar a este mugroso insecto eso prueba que nos quiere más de lo que nosotros y la humanidad pensábamos, La Adrana Miller ¿???
Pero continuamos con la película de vaqueros del espacio.
EJC.- No te escondas puto ¡!!!
ERS.- Ponte en La Mira, culero ¡!!!
EJC.- Si te veo te madreo mateo ¿???
ERS.- Y si yo te veo te mato, burbujita ¿???
EJC.- Pero de risa pinche payaso ¡!!!
Mientras que los locutores narraban el partido que ellos estaban viendo.
LAM- En el puro movimiento de los aparatos se ve quien es el jefe porque con esa calidad de escape que tiene nuestro salvador El Rey de Reyes se ve que le va a dar una reposadita para mandar de regreso a su casa al infiel con la cola entre las patas, con calvicie ¿???
EAC.- Pues ni casa tiene el des para metrado tarado, mi cervecita ¿???
Pero eso sucedía en la televisión pero el espacio El Bobe lo traía de un lado para el otro para que después lo estuviera siguiendo por La Cordillera del 4 que era un enredoso laberinto.
ERS.- llegale putote
EJC.- deténgase putito
Y continuaban los locutores mintiéndole a los amables televidentes.
LAM.- Y ya se cansó el toro loco porque nuestro carpintero ya lo tiene bien empinadito en las butacas buscando las tablas a buen precio y de un momento a otro se nos a arrodillar frente a nuestro señor Jesucristo para sacarle El Diablo. Abra el jam ¿???
EAC.- The Power of Christ Compels You, The Power of Christ Compels You, The Power of Christ Compels You, The Power of Christ Compels You, The Power of Christ Compels You, The Power of Christ Compels You, The Power of Christ Compels You, The Power of Christ Compels You, laria nita.
Y lo que buscaba El Bobe es que El Canchita en un momento dado se hiciera bolas y cuando lo logro ya no supo que hacer porque de repente se detuvo en El Aire muy desconcertado el jisus mientras que lentamente La Nave del Bobe se le fue acercando por atrás...
EJC.- En donde estará este pendejo que no lo veo por El Rincon ¿???
Para tenerlo a punta de pistola para dispararle como los tornillitos en la feria de mí pueblo.
ERS.- A que memoria de…
Y cuando el salvador de la humanidad de El Planeta de Los Simios lo vio por El Retrovisor las pantaletas casi se le caen dando un grito escandalosamente de desesperación.
EJC.- Mother Fucker ¿???
ERS.- Y como dicen Los garnachos Bye Bye Birdie ¡!!!
Y fue cuando los locutores despertaron a la realidad.
LAM.- Madre María Purísima ¿???
EAC.- Y que dios te re coja en su santo reino ¡!!!
Y cuando estaba a punto de dispararle los locutores cerraron los ojos para no ver como su mesías iba a ser cocinado en La Pioneer Chicken.
EJC.- why I should die, would I be more noticed tan I ever was before, would the things I’ve said and done matter any more...
Y de pronto le salió por el lado ciego unas flotillas de Las Naciones Hundidas perdón, de Las Confederaciones Galácticas.
ERS.- Que, que, que ¿???
Y no que ellos no se metían.
EJC.- right
Y fue el suficiente tiempo para que El Canchita se le pelara de casquete no dándole esa gran oportunidad al bobe para que lo rematara, mientras que los locutores abrían los ojos.
LAM.- Milagro, Milagro, Milgro…
EAC.- Y Jesucristo te adoramos cuan grande es tu amor y en el cielo te lavamos cuan dulce señor, y Jesucristo te adoramos cuan grande es tu amor y en el cielo te lavamos cuan dulce señor.
EA.- Y si tienen tele ahí se ven ¿???
ERS.- Pero…
EJC.- Y como dicen mis cuates los gabachos Bye Bye Birdie ¿???
Entonces El Bobe le reclamo fuertemente al enviado de Las Confederaciones galácticas por el radio…
ERS.- Pero que hacen ustedes aquí si se supone que no deben de intervenir ¿???
LC.- Pues si, ni hablar, así es, que le vamos hacer ¿???
Y que no era el famoso ex líder El Juancho Vargas porque lo derrocaron al otro día por libido y tan pacífico y los imperios se dedican a enemistar a los países para crear guerras para así poder vender el armamento bélico y no vivir en paz.
ERS.- Fucked Up ¿???
Y entonces muy desconsolado El Robert Chusco se retiró comunicándoselos a sus amigos por el transmisor.
ERS.- Señor Vallen, se me escapo El Cachiruloco ¡!!!
EVL.- Como que se te escapo ¿???
ERS.- Ya lo tenía en La Mira pero se me acerco una flotilla gigante de Las Confederaciones Galácticas para distraer me y no lo logre.
Pero al conocer la noticia de La Traición por la televisión abierta todas Las Huestes de los enemigos se retiraron vergonzosamente mientras que regresaban todas Las Naves afiliadas a La Base en tierra firme.
EVL.- y vamos a tener que levantar una protesta pero no en Las Confederaciones Galácticas porque ellos son parte de El Departamento de Justicia y al mismo tiempo Los Agresores.
Y se le hizo un llamado oficial a todos Los Imperios de El Universo, pero nadie quiso asistir a La Reunión por miedo a Las Represalias así es que nuestros amigos desconsolados tuvieron que comerse el coraje en contra de su voluntad.
Y para re diseñar la base El Bobe mando traer otra vez a La Constructora para que rehiciera todo lo destruido de nuevo a sabiendas que esto iba a suceder otra vez pero no había vuelta de hoja.
ERS.- Y ni modo de dejarlo como esta ¿???
Y exactamente después de un par de meses Los mulas Infieles crisdiablos volvieron atacar y a destruir las construcciones del planeta El Ex Marrus.
EBC.- El Urachy y El Sondene colóquense atrás del Uren para que le pongan una calentadita de aquellas ¡!!!
UR.- ‘Sordenes jefe ¡!!!
SO.- En camino ¡!!!
Y así como el belon comandante le daba órdenes a su gente para atacar a los rotters el uren y compañía hacia lo mismo con su temerosa escuadra de punks que no le temían a nadie por equivocación o al jisus porque solo judas temió.
EUT.- El Melasy y El Alone deténgalos en lo que me le arranco al Belon ¡!!!
ME.- En El Acto ¡!!!
AL.- Sexual ¡!!!
EBC.- El Ordeles y El Morras detengan a esos dos que se vienen de frente ¡!!!
OR.- Ahí vamos y lo bueno es que no se viene de lado porque chorrea la cama ¡!!!
MO.- Los detendremos ¡!!!
Y el encontronazo fue tan brutal que los únicos que la libraron fueron El Uren y El Belon para que le entrara al quite el botargas…
( el botargas es el pedro sanchez hermano del bobe )
Para que El Peterete Contrario le diera una idea a su patrón.
ESP.- Sabes que Cachita ¿???
EJC.- Que te pasa El Pitirijas ¿???
ESP.- Lánzate en pedazos por detrás de mí para engañar al idiota del Bobe y cuando yu me lo tengas a tiro de pistola te lo echas pa los acospanes ¡!!!
EJC.- Teme voy ¡!!!
ESP.- Te le vas a tu mama, cabron ¡!!!
EJC.- Que pues ¿???
ESP.- Apúrale Animal ¡!!!
Y cuando hicieron La Maniobra para engañar al Bobo les salió muy caro que ir a tel rex.
Y entonces el jisus se comunica con el rotter.
EJC.- Prepárate sonso que te me voy ¿???
ERS.- No se porque me late que me pelas todito El Jiote ¿???
EJC.- A mi se me hace que te gusta La Verga ¿???
ERS.- Siéntate bien para disparar ¡!!!
Y cuando se encontraron de frente se dispararon a discreción vaciando toda La Carga de La Batería y ni remedio uno de los dos tenia que huir.
EJC.- Si tienes telera ahí te ves en la panacea ¿???
ERS.- No le saques puto no que muy machito ¿???
EJC.- Chinga a tu madre pendejo ¿???
Y con alegría El Bobe vio cómo se alejaba rápidamente la nave del jisus dejando una estela y un surco gravitacional por las redes del espacio hasta perderse de La Vista.
Y después le fue a reclamar al peterete enemigo ( su pedro )
EJC.- Tienes otra maravillosa idea El Petirijas ¿???
ESP.- Óyeme guey si yo solo trato de ayudar, pero si por hacerlo me sale cola te pasas para el otro bando para verte mejor…
EJC.- chinga a tu madre wey
Y luego el peterin comenzó a filosofar.
ESP.- y que no te das cuenta sal a ver que entre más nos estamos echando carayacas como que estamos peleando a favor del bobe
EJC.- me vale pito
ESP.- Y como dice La Sacro Santa Mama de El Bobe… mejor me callo El Hocico ¿???
Y fue cuando le cayó el veinte al salvador jimenez.
EJC.- Y discúlpame El Botargas del Cielo, pero tienes razón y con respecto a La Mama de El Bobe se parece a La Sacro Santa María que es mi madre bohemios ¿???
ESP.- y recuerda que, así como hablas bien de su jefa el Robert habla bien de la tuya
EJC.- entonces porque las mentadas
ESP.- porque son palabras vanas que se van por la cañería del desagüe cuando quieres
EJC.- pero también son unas tabletas de buen sabor
ESP.- Y como esta eso ¿???
EJC.- Menta Das
ESP.- Brillante, Maestro ¡!!!
EJC.- Caaalleeeseeeeee ¡!!!
Y ahí metidos en plena guerra seguían platicando como si estuvieran en el mercado porque y como para que dudar si ya cada equipo estaba cuidando su guarnición más que hacer pocos disparos sin dirección.
ESP.- A poco no La Señora Lidia es a todo dar ¿???
EJC.- Siempre a sido una gran señora y no me explico como pudo tener un engendro que me odia tanto ¿???
ESP.- Oye Canchita que no será cosa del Fanfita ¿???
EJC.- Ese guey no se mete con mis pecados ¡!!!
Y de repente que protesta El Rojo de Cincinati.
ELF.- Ya te oí pendejo y yo no jui ¿???
Y ahora el que se le cruzo repentinamente al Bobe fue El famoso Fanfita.
ELF.- Ahora si jijo de La Chingada me la vas a pagar ¿???
ERS.- A mi se me hace que ya tu camisa roja se despinto y ahora es delicadamente rosa lilas de la insurgentes ¿???
Y de repente los dos bravos de atlanta se lanzaron agresivamente a la zona del ataque y se estuvieron dando un entre muy sabroso durante un buen rato pero como buenos boxeadores mexicanos que esquivaban los golpes facilmente.
ERS.- Detente ya culero que no te voy a perseguir hasta tu casa ¿???
ELF.- A que verga, no ¿???
Pero en otro giro del destino ahora el que huía era El Robert.
ELF.- Regresa culero y pelea como Los Charros del Jalisco ¿???
ERS.- Si yo no juego base ball ¿???
ELF.- Pues aprende pendejo para que juegues con Los Yankees ¿???
ERS.- De Sonora ¿???
ELF.- Los Yankees pendejo y no Los Yaquis ¡!!!
ERS.- takete
ELF.- regresa que te voy a meter la diablisima verga
ERS.- y al jisus la santísima verga
Y en eso pasaron frente a ellos varias flotillas F-166 atacándose, pero solo duraron un par de minutos, pero vean lo que paso.
El Bobe se le movió tan rápido al Fanfar que no lo vio hacerlo y cuando reacciono ya lo tenía como al Canchita, bien empinadito por atrás.
ERS.- ‘Ora si Putonototi ¿???
Y cuando lo vio por El Retrovisor casi deja Las Changlas pegadas en El Acelerador del salto que pego.
ELF.- En La Madre ¿???
ERS.- Te tengo con Las Nalguitas ‘pa rriba ¿???
Y ya hasta la escena repetitiva se parece a una película mexicana porque cuando el rotter le quiso apretar El Gatillo para acabar con El Fanfarrón de repente apareció El genial Jorobitas con unos cuates y…
EJE.- Detente, El Bobe, así no se vale ¡!!!
Y en La Distracción otra vez salió disparado El Fanfarron fuera del rango de tiro para que por un par de segundos se le escapara al Robert.
ERS.- Me lleva a ti La Chingada y como que vale verga ¿???
Pero El maldito Jorobas y sus compinches tampoco contestaron y se dieron a La Fuga en lo que el jisus se burlaba del fan conforme regreso para cuadrarse en la flotilla.
EJC.- Ja, ja, ja, no que no puto, no que muy chingon si ya las diste con el rotter ¿???
ELF.- No más déjame que me lo encuentre otra vez ¿???
Y entonces El San Juan lo remato.
ESJ.- Si era para ayer y no para mañana, culito ¿???
ELF.- Tu cállate Juanete ¡!!!
EJC.- Y porque te atrapo ¿??? CA
ELF.- Es que estaba viendo una estrellita marinera por La Escotilla ¿???
TODOS.- Ja,ja,ja ¡!!!
ELF.- Bueno, que es chotis o que chingaos ¿???
EJC.- Vámonos a La Base ¡!!!
Todos.- A La Base ¡!!!
EJC.- A lavase Las Nalgas y ya volveremos por El pinche Bobe ¿???
ERS.- Anytime ¡!!!
Y ya cuando se juntaron todos Los Ejércitos de Aire, Mar y Tierra de Los Blackers
( los blackers es el nombre del equipo de foot ball americano del bobe pero también son los piratas del caribe )
Que regresaron desde Los 6 Puntos Cardinales de El Planeta Ex en donde se desarrollaba La Guerra también que no vimos porque nosotros solo captamos La zona Oriente.
EUT.- Y que en este cuartel no se come ¿???
ERS.- LaRhon, quieres avisar a La Cocina, por favor para que aceleren los ayocotes negros y el arroz con mole ¿???
ERY.- Y que les lleven de comer a todos Los Heridos que están afuera ¿???
LRZ.- Claro ¡!!!
Entonces La Rhonda salió para dar El Aviso de La Comida en La Cocina.
EVL.- Como nos estamos viendo ¿???
ERS.- Bastante Poderosos Señor El Vallen ¡!!!
EKE.- El Señor Uren también le atiza bien pero no a lamot ¡!!!
EDS.- Y La Rhonda también es muy buena manejando Los M-14 ¡!!!
EVL.- A mi parecer parece que les llevamos una ligera ventaja en esto primeros encuentros y para la próxima vez si…
EUT.- Los Reventamos ¿???
EVL.- eso quise decir
ERS.- Eso me suena como música para mis oídos ¿???
EKE.- Es cierto, nos estamos mirando un poquito por arriba de Los fuertes Enemigos ¿???
EDV.- Y que pensaran hacer ahora ¿???
ESV.- Lo peor de todo es que no podemos infiltrar espías en sus líneas ¿???
EXB.- Eso se debe a que Los Blackers son natos ¡!!!
EVL.- Tienes razón ELEXB ¡!!!
EPS.- Y cual será su plan a seguir ¿???
ELE.- Yo creo que van a seguir atacando sin parar ¿???
E$B.- Para ver si durante sus caídas me cae algo ¿???
ERS.- Tu siempre pensando en La Lana ¿???
ESM.- mi jefe es todo un mercenario de la guerra
EB.- Porque tengo que mantenerte y a La Fiera de tu madre y sus cachorros ¿???
EXB.- Es oxigeno puro para El $an ¿???
E$B.- Es oxigeno puro ¡!!!
Y todos Los Cocineros comenzaron a repartir La Comida, pero comenzaron a darles los más heridos al mismo tiempo que los curaban y después a Los Guerreros del Uren y comiendo y platicando con Los Blackers se la pasaron hasta casi La Madrugada de ayer.
Pero como se quejaban en El Campamento de Los Infieles así es que vayamos a echarles un vistazo.
EJC.- Ya ni la chingan y como son de pendejos ¿???
ELF.- Pues yo me imaginaba mas pendejos a los del Bobe ¿???
EJC.- Pero si que nos tuvo de nalguitas ‘pa rriba en un momento dado ¿???
EBC.- No es correcto que se molesten a lo tonto porque lo que debemos hacer es calcular un poco mejor la siguiente movida o El próximo Ataque ¿???
Apoyando la moción El Judas Tadeo.
SJT.- La Neta que si ¿???
Y así estuvieron haciéndolo para que cuando regresaran por ellos ya no cometieran tantas equivocaciones.
Entonces llego El Momento de la verdad para enfrentarse otra vez pero ya nadie se iba sobre La Finta.
ERS.- Como se encuentra su nave Señor Vallen ¿???
EVL.- Esta funcionando bien y solo no te dejes sorprender ¿???
ERS.- Para nada, Señor Uren ¿???
EUT.- Como maquina de cocer… frijoles ¡!!!
ERS.- Que ocurrencias, Señor Roden ¿???
ERY.- On time ¡!!!
ERS.- Señor Karin ¿???
EKE.- En La Retaguardia ¡!!!
Y no tardó mucho en llegar La Oportunidad de poner Las Cosas en su lugar porque conforme Los Infieles se presentaron ya no lo hicieron con fuerza si no con movimientos estratégicos.
ERS.-El Dante, ya te diste cuenta que nos están imitando en El Ataque ¿???
EDS.- Si ya los vi y hasta perece un partido de futbol ¡!!!
ERS.- Vamos a cambiarle La Jugada en La Línea ¡!!!
Entonces en un movimiento de foot ball americano la ofensiva se le dejo ir al Querter Back contrario para taclearlo por atrás de la línea de scrimmage
EJC.- Cuidado El Fanfita que se nos vienen encima ¿???
ELF.- Y no se fueron sobre La Finta ¿???
EJC.- Que hacemos ¿???
Pero esa fue su mayor equivocación porque para estrategas El Bobe y los fueron minando de uno por uno en las zonas débiles hasta que comenzaron a caer como moscas y cuando ya se vieron perdidos hicieron una llamada de retirada muy vergonzosa.
EA.- Juimonos ¡!!!
ELF.- Pero ya me la pagaras hijito de La pura Chingada ¿???
Y conforme se alejó el enemigo todas las naves de Los Blackers descendieron en su grande aeropuerto para celebrar la victoria con una corona bien fría.
En donde todos gritaban muy felices …
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VICTORIA, CORONA, MODELO ESPACIAL Y CORONITA, VICTORIA, CORONA, MODELO ESPACIAL Y CORONITA, VICTORIA, CORONA, MODELO ESPACIAL Y CORONITA, VICTORIA, CORONA, MODELO ESPACIAL Y CORONITA.
HIP, HIP… HURRA
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Y entonces comenzó a correr por todo El Planeta La Comida, El Vino y Las Mujeres porque La Triada de Hércules ya tenia contratadas a todas Las Putas ( en honor a estas mujeres ) para este momento ( porque yo soy una de ellas ) de La Gloria ( y orgullosamente lo digo ) y no es una pul cata.
FIN
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139 – DICCIONARIO DE ENOLOGÍA
GEWÜRZTRAMINER ALSACE. A.O.C. Vino blanco francés, producido con cepas Gewürztraminer (traminer aromático), en la región de Alsacia, a lo largo de la línea de los Vosgos, sobre todo, en el bajo Rin. Tiene como características un color: amarillo pajizo claro, a veces ligeramente dorado, aroma: seco, fresco, elegante, suave y un poco sazonado, sabor: suave, ligero y elegante, contenido alcohólico: 11,5 - 12 grados, maridaje: combina con platos de pescado de la alta cocina y acompaña muy bien a las ancas de rana y caracoles. Ficha 1.
GEWÜRZTRAMINER ALSACE. Es la variedad típica de Alsacia, es una selección especialmente aromática de las Tramminer, de la que es pariente. La cepa Gewurztraminer fue traída del norte de Italia, de los alrededores del pueblo de Chiavenna, hacia finales del siglo XIX. Muchos agricultores consideran a esta cepa como un ejemplo de buena aclimatación, ya que su calidad es superior a la de la zona de su supuesto origen. Ficha 2.
GEWÜRZTRAMINER GRAND CRU KESSLER ALSACE. A.O.C. Vino blanco francés, producido con cepas Gewürztraminer, en la región de Alsacia, en Domaines Schlumberger, en el municipio de Guebwiller. Tiene como características un color: amarillo dorado con reflejos al verde, aroma: característico, agradable, sazonado y persistente, sabor: fresco, con buen equilibrio, afrutado, contenido alcohólico: 11,5 grados, maridaje: excelente aperitivo, adaptado al foie-gras, verduras y quesos tipo Münster y Livarot. Ficha 3.
GEWURZTRAMINER. cepa para vino blanco. De origen alemán. Genera un vino de mucho cuerpo y distinguidamente aromática. Ficha 4.
GEWURZTRAMINER. Vinos de Alsacia muy aromáticos. Ficha 5.
GEWURZTRAMINER: Uva, ("geh-verts-tram-in-er") Un clón de su predecesor Traminer varietal. Ampliamente cultivada, es una de las uvas de soporte para los vinos de Alsacia donde es famoso el Gewurztraminer popular un vino blanco con un fuerte aroma floral y sabor a nuez lychee. Es frecuentemente considerado como similar en estilo al Johannisberg Riesling bajo cuando vinificado como vino ligeramente dulce aún tartárico. Ocasionalmente es realizado como vino de postre de cosecha tardía. Se desarrolló bien en las regiones costeras frías del oeste de los E.E.U.U., Australia y Nueva Zelanda.
GIGONDAS CLOS DES CAZEAUX. A.O.C. Vino tinto francés, producido con cepas Garnacha y Syrah, en la región de Côtes du Rhône en Clos de Cazeaux, en Vacqueyrais, en las cercanías de Gigondas. Tiene como características un color: rojo púrpura muy vivo, aroma: de bosque bajo, setas y vainilla, sabor: armónico, generoso, poderoso, contenido alcohólico: 13 grados, maridaje: combina con platos hechos a base de carnes.
GIGONDAS. Fuerte tinto del Ródano.
GIRONDAS. Vino tinto francés procedente de Côtes de Rhône.
GIRONVILLE. Vino tinto francés procedente de Médoc.
GISCOURS. Vino tinto francés procedente de Médoc.
GLENROWAN. Región vitivinícola situada en Victoria, Australia, de clima cálido, donde se produce buen vino desde hace mucho tiempo. Sus principales vinos son tipo Moscatel y Tokay fortificado.
GLICERINAPolialcohol de aspecto viscoso producido durante la fermentación del etanol. Es responsable de la sensación de sedosidad de un vino y de la aparición de "lágrimas" en la copa.
GLICERINA. Sustancia incolora que se halla presente en los vinos, y de modo especial en los tipos dulces obtenidos por la interrupción del proceso fermentativo. Comunica al vino una agradable suavidad.
GLOCK. Vino blanco alemán procedente de Nierstein.
GLORIOSO. Vino blanco de la denominación de origen Rioja que pertenece a la bodega Bodegas Palacio S.A. Ficha 1.
GLORIOSO. Vino tinto gran reserva español, producido con cepas Tempranillo. D.O. Ca. Rioja (País Vasco). Elaborado por Palacio. Laguardia (Alava). De este vino, los catadores destacan su ligereza, que resalta la seda en su paso por la boca, aunque no impide cierta persistencia en el final. Seco en el encuentro con la boca, con una complejidad más insinuada que ofrecida, pero dotado de una firmeza que se sostiene sobre todo en los taninos. En la fase nasal, hizo pensar a los catadores en esa idea de los vinos clásicos de La Rioja, con sus aromas de confitura, frutas bien maduras y maderas nobles, salpicados con puntos de especias. Redondo en su final, y con una permanencia destacable, es conveniente beberlo ya. Ficha 2.
GODELLO. Cepa española blanca, de gran aroma, que produce vinos blancos de gran calidad. Es una uva que procede de la región de Galicia. Es la uva de las DO Valdeorras y Brierzo.
GODELLO. Variedad blanca de gran potencial aromático cultivada en el noroeste español, en Galicia.
GOLDRIESLING: Uva antigua usada principalmente para producir vinos blanco mediocres. Cultivada principalmente en pequeñas extensiones de tierra en la anteriormente llamada Alemania Oriental o en el norte de Austria.
GOLDTAL. Vino blanco alemán procedente de Rheinshesseu.
GOLOSO. Se dice de los vinos con elevado contenido de azúcares residuales, de modo que su cata es muy placentera y aviva deseos de repetir, de seguir bebiendo.
GOLS. Es la localidad vitivinícola más importante de Austria, situada al nordeste de hermoso lago Neusiedler. Es allí donde se produce el reconocido Golser Neuburger.
GOMAS. Sustancias que pueden aparecer de forma natural o artificial, forzadas mediante métodos industriales. Actúan como coloides, es decir cuerpos que no cristalizan y que al desleírse en un liquido no forma verdadera solución., su función es similar a la de las pectinas
GORDO, GRUESO. Vino rico en alcohol, cuerpo y extracto.
GORDO. Se llama así al vino que es espeso, áspero y con mucho color.
GOTERO. Especie de pequeña botella de cristal, de cuerpo ancho y circular, con un cuello alto y orifico que va tapado con un corcho que, a su vez, va agujereado para el paso de un pequeño pivote hueco y estrecho con una arandela que lo rodea para adosarse o fijarse al tapón. Sirve para añadir a ciertos cócteles o bebidas cantidades mínimas.
GOULBURN VALLEY. Región vitivinícola situada en Victoria, Australia, de clima cálido donde se produce buen vino desde hace mucho tiempo. Sus principales vinos son Marsanne y Shiraz.
GOUVEIO. Uva blanca de origen portugués.
GRACIANO. Variedad con gran acidez. Su mosto tiene un aroma fresco y muy intenso, su color es un hermoso rubí. [email protected]
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«Ciudad y escritura: la Ciudad de México en las Cartas de relación de Hernán Cortés», Margo Glantz.
Rescatar o poblar
La diferencia esencial entre la expedición emprendida por Cortés con el objetivo concreto de conquistar las tierras ignotas, bautizadas luego como la Nueva España, y las expediciones que precedieron a la suya, la de Hernández de Córdoba y la de Grijalva, puede sintetizarse en esta disyuntiva: rescatar o poblar. Rescatar es el simple acto de comerciar, intercambiar baratijas por oro y cabotear con precaución por la costa del Golfo de México, tal como lo habían hecho sus antecesores, por mandato expreso de Diego Velázquez. El propósito de Cortés es mucho más ambicioso; según sus propias palabras, su intención es “calar hondo en la tierra y saber su secreto”; desobedecer las instrucciones de rescatar —definidas expresamente en las capitulaciones firmadas con Velázquez—, trocar el objetivo de la expedición y, como afirman sus enemigos, “alzarse con el Armada” para empezar a poblar. Pero, ¿cómo empezar a poblar sin fundar una ciudad? En efecto, en el acto mismo de la rebelión de Cortés está inscrito el proyecto de fundar una ciudad. Una vez que ha empezado a “calar” el terreno y a explorar en el “secreto” de la tierra, Cortés, al hacerse requerir por sus soldados como capitán general y, ante notario, justificar el nombramiento, hace visible su designio secreto: poblar equivale a conquistar. Y para poblar, insisto, es necesario fundar una ciudad. No es exagerado ni gratuito afirmar que la Conquista de México se hace explícita en el instante mismo en que Cortés funda, el 22 de abril de 1519, la Villa Rica de la Vera Cruz en un lugar cercano al actual puerto, llamado originariamente Chalchihuecan: los regidores y alcaldes que firman la llamada primera Carta de relación o “Carta de Cabildo” explican que, por convenir al servicio de “vuestras majestades”, Cortés se ha dejado “convencer” y ha aceptado el requerimiento de sus hombres, que le exigen trocar el signo de la expedición, desconocer el nombramiento otorgado por Velázquez y pretender que está directamente al servicio del rey: “Y luego comenzó con gran diligencia a poblar y a fundar una villa, a la cual puso por nombre la Rica Villa de la Vera Cruz y nombrónos a los que la presente suscribimos, por alcaldes y regidores de la dicha villa, y en nombre de vuestras reales altezas recibió de nosotros el juramento y solemnidad que en tal caso se acostumbra y suele hacer”. Para Cortés, la Conquista es como esas hachas de dos filos que esgrimen los indígenas y describe Bernal: uno de los filos es la acción, el combate, la batalla; el otro, la escritura. La primera ciudad novohispana, la Villa Rica de la Vera Cruz, es una ciudad imaginaria, una ciudad escriturada en un libro de actas ante escribano. Es la primera escena de una comedia en donde Cortés es requerido por sus hombres para convertirse en capitán general de una armada que intentará conquistar y poblar, privilegio que hasta 1518 conservaba solamente Diego Colón, hijo del Almirante. A partir del 13 de noviembre de ese mismo año, esa misma merced se le concede a Diego Velázquez: la audacia de Cortés no tiene límites; tampoco la de sus alcaldes y regidores, quienes ante escribano se toman libertades que sólo al rey corresponde otorgar. Con ese nombramiento, Cortés delimita una jurisdicción citadina, un ente imaginario sin sustancia de facto, de bulto, cuya realidad proviene de una legalidad ficticia respaldada por oficiales nombrados por él, quienes, como la misma ciudad, son el producto de un acto de escritura pergeñada por el Conquistador. La prueba la da Bernal cuando, al relatar de manera “verdadera” la historia de la Conquista, se niega a dar a los conquistadores “el apellido” que luego tuvieron. Bernal relata sólo lo acaecido, sólo lo que ha visto como testigo: “¿Cómo puedo yo escribir en esta relación lo que no vi?”. Una esencia fantasmática, la ciudad escriturada, abre la puerta de la realidad: Tenochtitlán, ciudad verdadera que sí ocupa un lugar en el espacio. Una realidad simbólica sustituirá a una realidad mítica.
Una fundación mítica
Podríamos precisar: antes de ser una ciudad escrita (o literaria), la Villa Rica de la Vera Cruz es, cuando se funda, una ciudad escriturada: su inserción en documentos notariales, su carácter de ordenanza legaliza la nominación de Cortés como conquistador, la transforma en un documento legal, en una de sus armas para consolidar la empresa, la justificación jurídica de su traición. Su transmutación en escritura se produce para nosotros cuando don Hernán resume el acta notarial en la crónica y nombra en ella, como si se tratara de un cuerpo concreto y verdadero, a la Villa Rica de la Vera Cruz. Inscribirla en el papel la crea, le da vida, como en la Biblia se hace la luz. De la misma forma, Cortés hace desaparecer, al nombrarlas en su Crónica, a varias de las ciudades del territorio dominado por los mexicas, y las convierte en ciudades españolas antes de haberlas conquistado, mediante el simple recurso de sustituir los nombres nativos por los cristianos: operación muy a menudo efectuada en las Cartas de relación, como lo demuestra, por ejemplo, la cita siguiente: “Y con este propósito y demanda (conocer a Moctezuma y desbaratar su imperio) me partí de la ciudad de Cempoal que yo intitulé Sevilla” (pág. 32).
El procedimiento de bautizar ciudades para cristianizarlas y apropiárselas tiene una larga genealogía que, en América, proviene de Colón, sofisticada y refinada en Cortés. La escrituración de Veracruz cumple su cometido, legaliza ante sus soldados su nombramiento, le confiere la autoridad que necesita para poblar-conquistar y le permite que estén “todos ayuntados en nuestro cabildo” (pág. 19). Sin parar mientes en que el sitio elegido es inhóspito e insalubre y la fundación y población ficticias —pero escrituradas—, la ciudad fantasma ha cumplido su cometido. Más tarde, en junio de 1519, se abandonaría y se funda otra Veracruz cerca del río Pánuco.
Muy económico como siempre y troquelando lo que para él tiene un valor estratégico, Cortés, en la segunda Carta de relación, explica que deja en la nueva ciudad, cuya fundación no ha consignado, a ciento cincuenta hombres y dos caballos, “haciendo una fortaleza que ya tengo casi acabada” (pág. 32). El camino de la victoria se ha iniciado: la primera ciudad española concreta, la segunda Villa Rica de la Vera Cruz, es simple y llanamente una fortaleza (como aquellas otras primeras ciudades fundadas en las Antillas y en la Tierra Firme por sus antecesores). La construye Alonso García Bravo, el alarife que habría de edificar la Ciudad de México sobre las ruinas de Tenochtitlán.
Las ciudades de la desenfrenada conquista no fueron meras factorías, reitera Ángel Rama en su Ciudad letrada. Eran ciudades para quedarse y por lo tanto focos de progresiva colonización. Por largo tiempo, sin embargo, no pudieron ser otra cosa que fuertes [...] más defensivos que ofensivos, recintos amurallados dentro de los cuales se destilaba el espíritu de la polis y se ideologizaba sin tasa el superior destino civilizador que le había sido asignado.
Si la primera ciudad creada en la Nueva España es una escritura notarial, Tenochtitlán, en la escritura, es mítica. Lo sabemos también por los cronistas, y gracias a los informantes indígenas, quienes conformaron los relatos de los misioneros: fray Diego Durán relata cómo, en su peregrinación en busca de la ciudad prometida, los aztecas llegaron a una fuente
[...] blanca toda, muy hermosa [...]. Lo segundo que vieron, fueron que todos los sauces que aquella fuente alrededor tenía, eran blancos, sin tener una sola hoja verde: todas las cañas de aquel sitio eran blancas y todas las espadañas alrededor. Empezaron a salir del agua ranas todas blancas y pescado todo blanco, y entre ellos algunas culebras del agua, blancas y vistosas.
Ese espacio maravilloso, deslumbrante, revela, según Sahagún, la consumación de la profecía: “De cómo los mexicanos avisados de su Dios, fueron a buscar el tunal y el águila y cómo lo hallaron y del acuerdo que para edificar el edificio tuvieron”.
Durán señala un sitio paradisiaco e impoluto, Sahagún subraya su carácter de espacio sagrado sobre el que se construirá un templo. La ciudad escriturada por Cortés podría ser a lo sumo fantástica por su carácter imaginario y porque en lugar de estar asentada en un territorio concreto está asentada en un libro de actas; en realidad es un proyecto político, una nueva visión del mundo, un tratado de apropiación y la segunda ciudad fundada por él, la otra Villa Rica de la Vera Cruz; es, repito, antes que nada un enclave estratégico. Oposición definitiva remachada en la literatura. La segunda Veracruz es una ciudad histórica; la Veracruz escriturada y la Tenochtitlán cosmogónica son un puro acto de escritura, donde lo inexistente se funda y lo destruido se consolida y resucita. Ambas definen antes que dos modalidades de escritura dos visiones radicalmente opuestas del mundo. Cortés inaugura lo que según Rama será la ciudad letrada del barroco, y los otros cronistas reconstruyen un mundo calcinado, el precortesiano.
La estrategia como metáfora
Significativamente, cuando, por fin, después de múltiples peripecias y posposiciones angustiosas, la ciudad de Tenochtitlán aparece ante los ojos maravillados de los españoles, Cortés la describe jerarquizando sus preferencias, y aunque asegure que “la pasión es la cosa que más aborrezco”, se contradice acudiendo a la hipérbole como verbalización incompleta de su entusiasmo. Al contemplar por primera vez la gran urbe, dice:
Porque para dar cuenta, muy poderoso señor, a vuestra real excelencia, de la grandeza, extrañas y maravillosas cosas de esta gran ciudad de Temixtitán [...] sería menester mucho tiempo, y ser muchos relatores y muy expertos; no podré yo decir de cien partes una, de las que de ellas se podrían decir, mas como pudiere diré algunas cosas de las que vi que, aunque mal dichas, bien sé que serán de tanta admiración que no se podrán creer, porque los que acá con nuestros propios ojos las vemos, no las podemos con el entendimiento comprender (págs. 61-62).
La incapacidad de verbalizar la maravilla termina en el silencio. Lo que las palabras pueden describir es lo concreto, aquello que “el entendimiento sí puede comprender”; comienza con la topografía y señala las “ásperas sierras” que rodean al llano donde están las dos lagunas, la de agua salada y la de agua dulce; habla ahora el político, el militar; descubre los múltiples peligros a los que los españoles estarían expuestos si no toman medidas estratégicas, primero para prevenir sorpresas en una ciudad cuya estructura acuática las propicia, en gran medida, por los numerosos puentes que cruzan sus calles de tierra y de agua, permitiendo el “trato”, es decir, un organizado y admirable comercio, pero también las emboscadas. Cabe aquí hacer una digresión: en el plano llamado de Cortés, enviado por éste a Carlos V, descrito por Pedro de Mártir de Anglería y publicado en Núremberg en 1524 junto con la segunda y tercera Cartas de relación, la ciudad parece inexpugnable; tanto, que Durero la toma como modelo arquitectónico de la ciudad ideal, punto de partida de los arquitectos visionarios del Renacimiento. De nuevo realidad y “desfiguro” se juntan permitiendo un muy débil margen de diferenciación. La inexpugnabilidad aparente de la ciudad y la conciencia del peligro aceleran una operación singular. La resumo y explico sus antecedentes: inmediatamente después de la fundación de la segunda Veracruz, la ciudad-fortaleza, Cortés cumple la hazaña de “quemar sus naves”. En su peculiar estilo, a la letra dice:
Y porque demás de lo que por ser criados y amigos de Diego Velázquez tenían voluntad de se salir de la tierra, había otros que por verla tan grande y de tanta gente y tal, y ver los pocos españoles que éramos, estaban del mismo propósito, creyendo que si allí los navios dejase, se me alzarían con ellos [...] tuve manera cómo, so color de que los dichos navíos no están para navegar, los eché a la costa por donde todos perdieron la esperanza de salir de la tierra (págs. 32-33).
Para andar en “tierra firme” son fundamentales los caballos, cuyo papel en la Conquista ha sido muy a menudo esclarecido. Menos relevancia se ha dado en este contexto al binomio agua-tierra firme, cuya resolución concreta estaría patente en la mancuerna bergantines-caballos, disuelta durante un tiempo por la decisión de Cortés de dar al través sus naves y entrar desembarazado de su peso en el inmenso territorio que, en breve, y bautizado por él, se conocería como la Nueva España. Una vez en la tierra prometida, apoderado provisionalmente del objeto de su deseo, la ciudad de Tenochtitlán, Cortés, previsor, calcula de inmediato que
[...] por ser la ciudad edificada de la manera que digo, y quitadas las puentes de las entradas y salidas, nos podrían dejar morir de hambre sin que pudiésemos salir a la tierra; luego que entré en la dicha ciudad di mucha prisa en hacer cuatro bergantines, y los hice en muy breve tiempo, tales que podían echar trescientos hombres en la tierra y llevar los caballos cada vez que quisiésemos (pág. 62).
Estamos como en el teatro isabelino: en Macbeth la selva avanza, en Cortés el mar penetra en tierra firme. Pero lo más impresionante, sobre todo si lo comparamos con la ciudad actual, es que se trata de un hecho verdadero: cuando describe la laguna salada, el Conquistador señala cómo “[...] crece y mengua por sus mareas según hace la mar todas las crecientes, corre el agua de ella a la otra dulce tan recio como si fuese caudaloso río, y por consiguiente a los menguantes va la dulce a la salada (pág. 62)”. La acción de construir los bergantines, concebida como simple estrategia, termina por convertirse en una especie de profecía histórica, y lo que Cortés intenta evitar al construir las naves, definitivas luego en la gran batalla final, se revierte sobre los mexicanos: son ellos los que, al ser quitadas las puentes y cegadas las entradas de las calles, perecen de hambre junto con su ciudad. Debido al gran abismo que existe entre la concreción y la hipérbole, se propicia en la Conquista una metáfora singular y, como decía en su interesante estudio Beatriz Pastor, la realidad se ficcionaliza.
Un minucioso proceso: cegar el agua
La populosa ciudad se destruye gracias al implacable mecanismo que consiste en cegar las calles de agua y hacerlas “tierra firme”, al tiempo que se quitan los puentes, se asolan y queman las casas, se organizan los ataques desde el lago, a bordo de los bergantines y los caballos vuelven a circular libremente por las calles cegadas como circulaban antes de llegar a Tenochtitlán. La imagen se vuelve macabra: la operación iniciada con palas y azadones se acelera al final del sitio, y son los cadáveres de los habitantes de la ciudad los que en lugar de las piedras, la madera y el carrizo, usados por los españoles para cubrir las zanjas, rellenan los estratégicos canales:
Y como en estos conciertos se pasaron más de cinco horas y los de la ciudad estaban todos encima de los muertos, y otros en el agua, y otros andaban nadando, y otros ahogándose en aquel lago donde estaban las canoas, que era grande, era tanta la pena que tenían, que no bastaba juicio a pensar cómo lo podían sufrir [...] y así por aquellas calles en que estaban, hallábamos los montones de los muertos, que no había persona que en otra cosa pudiese poner los pies [...] (pág. 161).
La conquista cambia totalmente la fisonomía de la ciudad. Bernal recuerda con nostalgia...
y diré que en aquella sazón era muy gran pueblo, y que estaba poblada la mitad de las casas en tierra y la otra mitad en el agua; ahora en esta sazón está todo seco, y siembran donde solía ser laguna, y está de otra manera mudado, que si no lo hubiera de antes visto, dijera que no era posible, que aquello que estaba lleno de agua esté ahora sembrado de maizales.
Lo que Alfonso Reyes en la Visión de Anáhuac llamaba la lenta labor de desecación del Valle de México, ha sido definido mejor por Cortés, autor de la estrategia de la cegazón, estrategia que de manera implacable fue perfeccionándose a lo largo de los siglos hasta producir la ciudad más grande y contaminada del mundo, el páramo en que vivimos hoy.
Intermezzo: la ciudad moderna
La nueva ciudad se reconstruye desde 1522 sobre las ruinas de la primera. Para el 15 de mayo de ese año Cortés dice con orgullo que la ciudad está ya “muy hermosa”, aunque él no vuelve a habitarla sino hasta el verano de 1523; mientras, vive en Coyoacán, ciudad situada en tierra firme. En su admirable libro Arquitectura mexicana del siglo XVI, George Kubler demuestra que México fue siempre una ciudad populosa: “La comunidad insular albergaba una población de cincuenta a cien mil personas entre 1522 y 1550; en consecuencia era la ciudad más grande del mundo hispánico y sobrepasaba a muchas de las capitales europeas”. Esta descripción sigue siendo válida pero con signo negativo. Cortés se preocupa sobre todo por la arquitectura civil, por la futura ciudad de los palacios. Las construcciones religiosas a cargo de los misioneros no se equiparan con los edificios particulares, al grado que, para 1554, cuando Cervantes de Salazar escribe sus Diálogos latinos, Alfaro, uno de los personajes, exclama al ver la Catedral: “Da lástima que en una ciudad a cuya fama no sé si llega la de alguna otra, y con vecindario tan rico, se haya levantado en el lugar más público un templo tan pequeño, humilde y pobremente adornado”. Desde el principio, Cortés piensa en una ciudad moderna y estratégica: la inicia construyendo las atarazanas:
Puse luego, por obra, como esta ciudad se ganó, de hacer en ella una fuerza en el agua, a una parte de esta ciudad en que pudiese tener a los bergantines seguros, y desde ella ofender a toda la ciudad si en algo se pudiese, y estuviese en mi mano la salida y entrada cada vez que yo quisiese. Está hecho tal, que aunque yo he visto algunas casas de atarazanas y fuerzas, no la he visto que la iguale (pág. 197).
Pero en realidad las atarazanas son una especie de museo para alojar a los bergantines, casi reliquias personales; situadas, como antes la ciudad prehispánica, mitad en el agua y mitad en tierra firme, ya no protegen contra nada. La idea de la fortaleza con que se inicia la fundación de la Nueva España se reproduce de nuevo en la muy noble Ciudad de México, pero apenas como otra forma de teatralidad y para mantener la vieja costumbre, instaurada en las Islas y en la Tierra Firme. Las verdaderas fortalezas son las casas particulares, las de los conquistadores, quienes han recibido como premio sus solares. La ciudad en sí, una de las primeras ciudades modernas en el mundo, carece de murallas.
La reconstrucción en la escritura
Entre la Villa Rica de la Vera Cruz, ciudad nacida en la escritura, y la Ciudad de los Palacios, ciudad concreta, se inscribe Tenochtitlán, ciudad de la memoria. De igual manera que las antiguas culturas de la Nueva España y sus cosmogonías resucitan en la obra de los cronistas, la labor inexorable de destrucción, el timbre de mayor gloria de que pueden alabarse los conquistadores, según Las Casas, se neutraliza en cierta forma gracias a la escritura. A pesar de que le falta lengua para hacerlo es Cortés quien mejor reconstruye a Tenochtitlán a lo largo de las páginas de las Cartas de relación: sólo se mata lo que se ama. En Bernal la descripción es diferente, es obvio, no tiene la inclinación política que hace de su jefe el gran estadista que conocemos. Parco al grado de ser severo y cuidadoso, en la medida en que sus Cartas de relación, sobre todo las tres primeras, determinarán su posición frente a Carlos V, Cortés se desmanda cuando habla de Tenochtitlán y, proporcionalmente, el espacio que le dedica en su segunda carta es inmenso. Después de los asuntos estratégicos, vitales para la Conquista, lo que más atención le llama es el mercado, porque en él se despliega con mayor perfección “el primor, las maneras y policía de una nación que, asombrosamente apartada de otras naciones de razón”, puede superarlas así. Compara lo que ve con lo que ha visto en Sevilla y en Córdoba, y señala que en ese espacio cabe dos veces Salamanca. Bernal, modesto, recuerda su propia ciudad, Medina del Campo, pero añade que varios soldados viajeros que han estado en Constantinopla y en Roma estiman que Tenochtitlán las supera. El templo es descrito por el Conquistador con admiración y con horror; es comprensible, los sacrificios humanos parecen corroborar su necesidad de destruir esa cultura. Los palacios de Moctezuma sobrepasan todo lo que la imaginación pueda elaborar, y lo que le atrae específicamente es la facultad con la que los artesanos indígenas “contrahacen” todo lo que existe bajo la tierra, en orfebrería y en arte plumaria. Esa facultad de la contrahechura —¿podrá decirse así?— es muy significativa si se advierte que Moctezuma, además de los zoológicos donde se albergan todos los linajes de animales del reino, tiene encerrados en recintos especiales a los seres contrahechos. Contrahaceres “hacer una cosa tan parecida a otra, que con dificultad se distingan”, dice la Real Academia; a la vez, lo contrahecho es lo deforme, lo torcido, una desviación de lo natural. Instalados en un museo, los seres contrahechos sólo sirven para ratificar el orden. Quizá Cortés hubiera deseado poseer el talento de esos artesanos que contrahacían las obras de natura, cuando trataba de reproducir en sus Cartas la grandeza de la ciudad que destruyó. Con su pluma, copia “del natural”, a la manera de los artesanos, la ciudad que tanto admiró; la contrahace, es decir, la recrea, le da vida en la escritura, pero, consciente de que lo real no regresa, en la cuarta Carta, desde su palacio, construido en lo que antes fuera el palacio de Moctezuma, resume con nostalgia: Es la población donde los españoles poblamos, distinta de la de los naturales, porque nos parte un brazo de agua, aunque en todas las calles que por ella atraviesan hay puentes de madera, por donde se contrata de la una parte a la otra. Hay dos grandes mercados de los naturales de la tierra, el uno en la parte que ellos habitan y el otro entre los españoles; en estos hay todas las cosas de bastimentos que en la tierra se pueden hallar [...] y en esto no ha falta de lo que antes solía en el tiempo de su prosperidad. Verdad es que joyas de oro, ni plata, ni plumajes, ni cosa rica, no hay nada como solía [...] (pág. 197).
Aparta lo extraño, lo indígena, “con un brazo de agua”, pero no puede resguardarse de la nostalgia, verdadera, como lo es también la destrucción: ni la primera ciudad fundada por Cortés, la Villa Rica de la Veracruz, ni Tenochtitlán existen ya: pueden revivirse gracias a su pluma, y pasar a formar parte de la fama, esa tercera vida, la que precisa de las letras para perpetuarse, o de la contrahechura. ¿Pues qué otra cosa es la escritura sino una contrahechura de la realidad?
Autor: Margo Glantz
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Terra: un documental que busca la reconciliación del ser humano con la tierra
Como la mayoría de los filmes naturalistas que buscan llamar tu atención, Terra te introduce a la historia de los monos colobos, quienes fueron despojados de su hogar por humanos que cambiaron sus hogares por sembradíos de té. Muchas historias similares existen y son igual de desgarradoras que la de los colobos, sin embargo, todos estos fenómenos no son de origen natural. Todos son producidos por el hombre y su exorbitante apego a tener más y más sin importar sobre qué o quienes tenga que pasar.
Como casi todos los animales, su imagen y simpatía es explotada por nosotros sin importarnos lo que realmente están sintiendo y sólo pintamos lo que son de manera romántica y no real y frío como lo es ahora. Observamos cientos de miles de videos donde idealizamos la imagen de una persona conviviendo con animales salvajes a manera de que los convierten en sus mascotas y alimentan al tráfico de animales y la explotación de los mismos sólo porque “se ve bonito”
¿realmente todavía existen los animales salvajes o ahora sólo son sobrevivientes de nuestras acciones?
¿Te imaginas pasar toda tu vida encerrado y sin poder conocer el entorno al que perteneces porque ya no es apto para ti y tu seguridad el volver a casa?
A pesar de que los zoológicos existen para preservar especies, no se pasa por alto la idea de que no es correcto alejarlos de su hábitat. Sin embargo, es necesario en algunos casos.
¿Sabes cómo se llama el comportamiento repetitivo que realizan los animales que se encuentran en cautiverio?
Se llama estereotipia y no es nada más que la viva imagen de la locura dentro de un animal que desea ser liberado y al no poder, sólo le queda el repetir patrones de movimiento al rededor de su “hábitat”.
¿Realmente todos tenemos un papel importante? Sí. Todos.
Desde los más pequeños y prehistóricos, hasta los más grandes y desarrollados. Terra comienza hablando sobre las bacterias y su importancia vital para todos.
¿Sabes de qué dependes en realidad?
Tu lugar en la cadena trófica trae mucho por detrás. Los hongos son importantísimos, son de los principales descomponedores de materia, además de ser vitales para nuestro bien (Área médica actual y ancestral).
Líquenes, bacterias y hongos son quienes de la mano de las plantas labraron el camino para lo que conocemos hoy.
El Amazonas sigue siendo una maravilla natural que siempre será necesario mencionar. Durante el carbonífero, la tierra vivió. Tuvieron que suceder mil cosas para eso, ya que tuvo que pasar de inhabitable y caliente a verde y óptima.
Tras esto, se sabe que los volcanes llevaron al extinción a muchas especies. Sin embargo, el océano es la verdadera cuna de la vida. Es de donde todos venimos.
Absolutamente todos tenemos un porqué. Quizá, personalmente hablando, el ser humano es el único que nos destacó por existir.
Los anfibios son animales sensibles, hábiles y hermosos. Las ranas son un ejemplo bellísimo de la complejidad de estos. Los cocodrilos también son antiguos vencedores que como cualquiera, necesitan cuidados especiales para sobrevivir tales como temperatura y condiciones ambientales específicas.
En general, los reptiles (anexando a tortugas y serpientes) son depredadores armados hasta los huesos. Son símbolos culturales para la humanidad.
Los mamíferos son animales super inteligentes. Hay que remarcarlos en todos los aspectos porque son increíbles y son importantes para el equilibrio ambiental.
Las aves son las descendientes directas de los increíbles dinosaurios. Tuvieron que volverse más livianas para hacer que el sueño de volar se lograra. Plantas carnívoras, flores, polinización y el ciclo de la vida son algunas de las cosas que Terra plantea a lo largo de una 1 y 37 minutos.
A la mitad de este documental se habla acerca del hombre, de su evolución, de la domesticación, caza y agricultura. De como los lobos se convirtieron en perros y como las vacas fueron los animales predilectos para hacer sacrificios y herramientas para la agricultura y alimentación.
La agricultura, hoy día, está acabando con nosotros. Las ciudades son enormes, hay más bocas que alimentar, más autos, más producción de todo.
¿Realmente nos ponemos a pensar en cómo esto sí nos afecta?
¿Los animales son productos para nuestro consumo?
EL EXCESO DE PRODUCCIÓN NOS ESTÁ MATANDO.
La ganadería extendida es una prueba de que entre más cantidad de alimento al menor costo, se pueden obtener más ganancias por encima de la vida y el maltrato de un animal. Mala alimentación y condiciones deplorables son algunas de las muchas cosas que deberíamos mencionar acerca de esta práctica.
Cerca de 60 mil millones de animales son asesinados para consumo en un año. ¿Suena terrorífico? Sí.
Terra nos ofrece un momento donde todos deseamos volvernos veganos por siempre. Digno de arrepentirnos de cada trozo de carne que hemos consumido en nuestras vidas. Es doloroso, traumático.
Sin embargo, aunque es un hecho que debemos reducir el consumo cárnico, no todo es color negro.
¿Alguna vez has oído hablar sobre las reservas de animales?
Son increíbles espacios abiertos donde los animales viven con más adecuación y libertad de la que un zoológico puede ofrecerles. Son libros al aire libre, todo un espectáculo de la naturaleza que tristemente hemos tenido que crear para proteger a los animales de los cazadores furtivos que sólo desean obtener ventaja pisando y no importando el sufrimiento de un animal indefenso.
Las reservas realmente son necesarias en pleno 2019 ya que no podemos confiar en la libertad y las leyes de los países donde los majestuosos rinocerontes o los elefantes viven. Corren peligro todo el tiempo.
Cuando era una niña nunca me imaginé que iba a crecer viendo como mis más grandes sueños desaparecían, como mis héroes se extinguían uno a uno gracias a lo que la raza humana ha provocado.
Hoy, estudio Biología y mi corazón se rompe en mil pedazos cada vez que escucho que un ser vivo entra a la lista negra de especies en peligro o de los que ya están extintos.
La naturaleza es impresionante.
También tenemos que reconocer el esfuerzo que algunas personas hacen para que todas las especies se mantengan a salvo. Dedican su vida a los animales y ponen primero la vida de ellos que la propia.
El ser humano lucha por los daños que él mismo causó.
¿Realmente todo lo que hacemos está funcionando?
Si fuéramos más los buenos, seguro que estaríamos ganándole al reloj que nos dice que pronto va a ser demasiado tarde para retroceder y corregir nuestros errores.
Sin embargo, la caza furtiva, la globalización, el exceso de contaminantes, la irresponsabilidad de las grandes empresas y el capitalismo pueden más.
Hay demasiados agentes químicos en los vegetales que consumimos gracias a herbicidas y fertilizantes que han sido creados para producir más cuando en realidad no es temporada. No sólo nos daña a los consumidores, sino que también mueren muchísimas personas al año trabajando dentro de los campos que ahora se encuentran llenos de químicos. Dan su vida por tener dinero para comer.
Científicos de todo el mundo han acabado con las semillas originales de todos los alimentos que crecen de la tierra.
Los alimentos transgénicos son lo que consumimos en la actualidad. Semillas genéticamente modificadas para soportar el clima, temperaturas diferentes a las que originalmente aguantaban, menos riego. Menos todo para producir más.
Pero todo esto pasa por encima de los animales y de todos nosotros. Pareciera que fuéramos invisibles para la industria.
Vivimos en un mundo dividido. Un mundo donde existen quienes ven para sí mismos y quienes se preocupan por todos los demás.
La mitad de los animales ya ha desaparecido y nosotros estamos cerca de estarlo también.
¿Aún estamos a tiempo?
Terra está disponible en Netflix
Por: Perla Castañeda
https://www.netflix.com/watch/80102305?trackId=13752289&tctx=0%2C1%2Cdb01ba4b778ca8e8a463d93f5011864a932f6f12%3Aaac74afa1050a3036bf5946d88fe7aa875b26478%2C%2C
#Terra#netflix#documental#transgenicos#especiesenpeligro#animales#human#agricultura#origendelhombre#antropologia#biologia
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— PERFIL PERSONAL: zoe nettles.
01 / BÁSICOS
Nombre completo: Zoe Nettles.
Apodos: Ninguno.
Sexo/Género: Femenino.
Fecha de nacimiento: 28 de mayo de 1960.
Edad: 20 años.
Signo Zodiacal: Géminis.
Ocupación: Desempleada.
Lenguajes que habla: Inglés (lengua materna), un pésimo francés (sus padres la obligaron a tomar un par de clases) y un poco de italiano debido a la casa de vacaciones que tiene su familia en dicho país.
Orientación sexual: Heterosexual.
Lugar de nacimiento: Londres, Inglaterra.
Estado civil: En una falsa relación con Danny Wood.
02 / RASGOS FÍSICOS
Color y estilo de cabello (lacio, ondulado, etc; y demás detalles del cabello): Tiene el cabello ondulado y pelirrojo, una gran mata de pelo que cuesta desenredar por las mañanas. Es largo y siempre va a la moda en cuanto a peinados se refiere.
Color de ojos: Verde oscuro.
Referencia de voz (puede ser la voz del actor o la voz de cualquier otra persona, también la descripción de su voz): Su voz es aguda y refinada, además de clara debido a que sus progenitores la enseñaron a hablar de esa manera.
Altura: 1′66 cm.
Peso: 55 kg.
Tattoos: No tiene ninguno, aunque no le importaría adquirir uno pequeño.
Piercings: No le gustan, así que ninguno, excepto los agujeros de sus pendientes, accesorios que lleva siempre.
Señas particulares (rasgos específicos de su físico, como cicatrices o lunares): Tiene varias cicatrices que la avergüenzan profundamente, pues un simple vistazo a estas le recuerdan los accidentes (provocados por ella misma) que las causaron. La primera se encuentra en el antebrazo, que surgió tras una mala caída cuando caminaba por el colegio años atrás. La segunda en su cadera, de nuevo gracias a una caída en sus primeros intentos de montar en escoba. La tercera y última, además de la más reciente, se encuentra en su espalda. Apareció debido a una pelea, pero no sabe exactamente cómo.
Gestos o movimientos particulares: No tiene muchos gestos peculiares, aunque siempre anda con las manos metidas en sus bolsillos, siempre y cuando su vestimenta esté dotada de estos. Además, suele morderse el labio al pensar (un gesto del que no es consciente) y cierra los puños cuando se enfada pero no se le está permitido replicar.
Postura (si se para derecho o no, o cualquier particularidad en torno a la postura de su cuerpo): Debido a su manía de resguardar sus manos (incluso cuando no hace frío, simplemente es más cómodo para ella) ha adquirido una postura algo más encorvada de lo que desearían sus padres, que pretenden que Zoe camine con la espalda recta como una señorita de su clase debería.
03 / PERSONALIDAD
Le molesta… (situaciones que logren fastidiar a tu personaje, personas, actitudes, lugares, etc.): Le molesta mucha gente, sobre todo la que se mete con ella, las personas aburridas o serias. También detesta la soledad, a pesar de lo acostumbrada que está a ella gracias al frío hogar en el que vive.
Hobbies/Intereses: Adora la moda, por lo que siempre está comprando o fantaseando sobre compras en sus ratos libres. Sino está en alguna tienda, está bromeando o comiendo.
Habilidades especiales: No cree que pueda ser considerado como especial, mas es extraordinariamente buena mintiendo y fingiendo, además de tener una gran capacidad para sobornar y regatear, todo aprendido por sus progenitores. También es muy hábil con el diálogo, consiguiendo salirse con la suya gracias a este en muchas ocasiones.
Gustos: El color rosa, los vestidos, las bromas y los dulces, sobre todo las ranas de chocolate.
Disgustos: La cerveza de mantequilla y el Quidditch (este último simplemente porque no lo entiende y no puede volar, y le da un poco de envidia).
Inseguridades: Su mala memoria, además de no creer ser suficiente para sus padres.
Fortalezas: Lo ingeniosa e inteligente que es, a pesar de que mucha gente no la considere así.
Debilidades: Su torpe naturaleza.
Forma de hablar (si le cuesta hablar, si no, si habla muy rápido, si lo hace muy quedito, si lo hace muy fuerte, etc.): Tiene dos formas muy distintas de hablar, que utiliza según la situación. En la compañía de sus padres, o situaciones parecidas, su voz adquiere mucha más seriedad y seguridad, además de lentitud para ser entendida de forma clara y concisa. Cuando está con sus amigos; sin embargo; su forma de hablar suele ser más rápida y menos seria, aunque la fuerza suele ser la misma.
Temperamento: Sanguíneo.
04 / FAMILIA & CASA
Familia inmediata (padres y hermanos): Mia y Anthony Nettles.
¿Qué piensa de su familia? Les tiene mucho respeto (prácticamente temor), y valora su opinión por encima de la de todos.
¿Qué piensa su familia de ellos? Es difícil de saber, pues realmente no conocen a la verdadera Zoe, al menos no todos sus aspectos. Lo que conocen; sin embargo, no es suficiente para ellos y siempre encuentran formas nuevas para regañarle e intentar que sea mejor. Tras su desastroso despido en Slugs & Jiggers, esta mala opinión aumentó, aunque ahora y al aprobar la “relación” con Danny Wood, están más contentos.
Mascotas: Su nada amigable gato fold escocés, llamado Blue.
¿Dónde vive? En la mansión de los Nettles, a las afueras de Londres. Nunca ha conocido otro hogar, además de Hogwarts, a pesar de tener muchas otras casas, generalmente para pasar las vacaciones.
Descripción de su habitación: Las paredes y mayoría de muebles son rosas, con la excepción de alguno que otro blanco para que no todo sea del mismo color. Su armario es lo más importante de su habitación y es tan grande que sus padres han tenido que dejar espacio en una de las habitaciones para dejar el resto de prendas que no caben en él. También tiene mucho cajones donde descansan sus joyas y demás accesorios, además de otro espacio aparte para sus zapatos. Carece de mesa pues para eso está el estudio de su casa, al igual que la biblioteca personal de los Nettles. Aunque si que tiene un tocador y un pequeño sofá, todo rosa con tal vez demasiados cojines. Por último, su cama, bastante grande incluso para dos personas, rodeada de un dosel blanco que simplemente fue colocado por puro capricho.
05 / ESTO O AQUELLO
Introvertido o Extrovertido: Extrovertida.
Optimista o Pesimista: Según. Si se trata de temas poco serios, o que no tienen nada que ver con ella, resulta ser una persona bastante optimista y positiva. Al contrario que con su propia vida, con la que suele ser pesimista y resignada.
Líder o Seguidor: De nuevo, varía con el contexto. Si es algo de lo que esta segura, su posición como líder sería innegable. Sin embargo; y si la situación es más seria y no quiere destacar, se definiría como una seguidora más.
Confiado o Inseguro: Otra vez es difícil de saber, debido a la naturaleza contradictoria de la chica. Aunque su confianza hace más acto de presencia que la inseguridad.
Cuidadoso o Impulsivo: Puede tener momentos de impulsividad, (sobre todo si se está divirtiendo) pero por lo general es una persona bastante cuidadosa. Sus progenitores así la han enseñado, y no suele dar un paso en falso, al menos no sin antes darle a la situación y a sus opciones en su cabeza.
Creyente o Ateo (pueden especificar religión): Atea.
Apasionado o Apático: No es sorprendente verla con una actitud apática en muchos momentos, aunque la mayor parte del tiempo resulte ser una persona apasionada.
Halagos o Insultos (si suele halagar más o suele insultar más): Halagos (si de sus amigos cercanos se trata), aunque no es una persona muy cariñosa.
Fiestas o Reuniones privadas: Fiestas, desde luego. Cuanta más gente haya que no conozca, mejor. Ya está aburrida de reuniones privadas y puristas, después de tantos años de ser arrastrada a ellas por sus progenitores.
Dormir en piyamas o Dormir en ropa interior: Prefiere dormir en pijama, sobre todo porque tiene muchos personalmente escogidos por ella, y le encantan. Aunque si ha llegado muy tarde a casa o está muy cansada, entonces no hará el esfuerzo de cambiarse.
06 / FAVORITOS
Color: Rosa.
Estilo de ropa/atuendos: Es refinada y tiene un gusto exquisito, al menos eso será lo que te diga si le preguntas a ella. Le gustan las joyas caras y los vestidos, aunque no se negará a unos pantalones con chaqueta cuando sea necesario. Sus prendas suelen ser rosas, o de tonos pastel y cálidos, y siempre suele ir a la moda.
Bandas/Canciones/Tipo de música: No tiene mucha preferencia respecto a música. Lo que suene bien, lo escuchará. Aunque si que le gusta el grupo mágico llamado Spellbound; que por cierto, sus padres detestan.
Películas: Carece de película favorita, y tampoco se puede decir que haya visto muchas.
Libros: Zoe ha leído mucho a lo largo de su corta vida (aunque luego se le olvide la mitad) y no sería capaz de escoger un ejemplar favorito. Sin embargo; si que se decanta más por los tomos de aventuras.
Comidas/Bebidas: Todo dulce es de su agrado (sobre todo lo que lleve chocolate), además de la pasta. En cuanto a bebidas, de nuevo, prefiere batidos de chocolate, o en su defecto, algún refresco.
Deportes/Equipos de deportes: Ninguno. No es una persona muy deportista, (todo debido a su torpeza) lo que provoca que careza de interés en cuanto a cualquier deporte. Incluso después de los intentos de su padre, un gran aficionado al Quidditch, Zoe sigue sin mostrar disposición.
Hora del día: Tarde/Noche.
Clima/Estación: Primavera.
Animal: Los gatos y los perros (o lo que ella querría, un híbrido de ambos) y los zorros.
07 / MISCELÁNEA
Miedos/Supersticiones: La oscuridad y las alturas.
Opinión política (en torno a Voldemort, el Ministro, etc.): Es un tema complicado. Por una parte, ella no apoya a Voldemort o la mentalidad de sus seguidores. Por otra parte, se encuentra rodeada de gente que sí lo hace. Por fortuna, sus padres se dedican a los negocios y no están envueltos en dichos temas, así que ella prefiere seguir sus pasos y mantenerse alejada de todo lo que está pasando. Puede resultar egoísta o frío, pero tampoco sería capaz de hacer otra cosa, o al menos eso cree ella.
Adicciones: A las compras, probablemente.
Materia más fácil en la escuela: Pociones, la única materia que lograba aprobar sin dificultad, a pesar de los muchos desastres que creó en el aula.
Materia más difícil en la escuela: El resto de ellas. Y no por falta de conocimientos, pues la pelirroja se dedicaba a estudiar como la que más, sin embargo; su memoria no quería colaborar con ella.
Clubs en la escuela/Equipos de deportes en la escuela (de cuales formó parte): Ninguno.
¿Cómo gana dinero?: De ninguna forma. No le hace falta, pues ya tiene todo el dinero que quiera gracias a la riqueza de su familia. Aunque trabajó unos meses como dependienta en Slugs & Jiggers, puesto conseguido por sus progenitores para que adquiriese experiencia en el mundo laboral.
¿Cuál es su relación con la tecnología muggle? (Si se le facilita usarla, está adecuado a ella, no la conoce, etc.): No la conoce, y de hacerlo, se le dificultaría su utilización, desde luego.
08 / PASADO & FUTURO
Mejor recuerdo: Cuando se graduó, sin ninguna duda. Había días en los que creía que no sería capaz de conseguirlo.
Su más oscuro secreto: Tiene varios secretos, como el por qué terminó con su ex novio Gideon o su falsa relación con Danny Wood.
Vacación soñada: En una ciudad grande, con muchas tiendas. Está harta de pueblos costeros donde siempre la llevan a veranear sus padres.
Lo mejor que le ha pasado en la vida: Entrar al colegio y hacer amigos. Está segura de que de no haber pasado, hoy en día no sería como es ahora. Probablemente sería mucho más triste y aburrida, todavía solitaria en la frialdad de su hogar.
Lo peor que le ha pasado en la vida: Aunque no es tan malo como ella cree, su desastroso despido ha marcado a la muchacha, que ha parado de utilizar su varita por temor a crear otro accidente.
¿Qué quiere ser cuando crezca?: No lo sabe muy bien. Lo único que busca es ser reconocida por sus padres, y hará prácticamente lo que sea para conseguirlo.
Idea de cita perfecta: Le basta con que sea divertida y haya comida. Tampoco le gustaría que fuera demasiado seria, o en un lugar muy elegante, pues ya está acostumbrada a esas situaciones y no son demasiado entretenidas para ella.
#cuando es canon que zoe resulta ser bastante contradictoria a veces entonces las preguntas de esto o aquello son más difíciles de lo normal#kgdsngfdghh#( — actividad 001: perfil personal. )#( about )
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Se acerca Dfrikis
Tras varios episodios de Juego de Tronos, un poco lentos para lo que nos tiene acostumbrados, estábamos esperando la llegada de la acción y por fin llega con la batalla con los caminantes blancos... una dura lucha en la que varios de los personajes mueren tal y como lleva pasando a lo largo de la serie algo que por otra parte nos deja con la boca abierta, sin embargo ahora la mayor incógnita es a quien pertenece esos ojos verdes que según la profecía de Melisandre... Arya deberá cerrar: “Veo una oscuridad en ti. Y en esa oscuridad, unos ojos que me miran fijamante. Ojos marrones, ojos azules, ojos verdes. Ojos que se cerrarás para siempre”. Los ojos azules lo tenemos claro los del Rey de la Noche, los marrones podrían ser de alguno de sus victimas anteriores pero no nos queda muy claro y luego están los ojos verdes... de quien se puede tratar de Cersei quizás... nos surgen dudas ya que en una predicción de Maggy la Rana en los libros sobre la muerte de Cersei la dice: “Y cuando las lágrimas te ahoguen, el valonqar te rodeará el cuello blanco con las manos y te arrebatará la vida”.
La palabra valonqar significa en alto valyrio “el hijo menor”. De quien se puede tratar pues la mayoría de las teorías apuntan hacia Tyrion Lannister, el menor de los tres hermanos.
Por lo cual según esta teoría Arya no acabaría con la vida de Cersei la cual lleva en su lista desde el principio...pero quien mas tiene los ojos verdes pues si ella es la Reina de Dragones Daenerys Targaryen la cual cada vez vemos mas obsesionada por ocupar el trono de hierro cueste lo que cueste algo que recuerda en parte a la locura de la familia de los Targaryan quizás Arya termine con dicha locura y así otro miembro de su familia tendría el camino libre para ocupar dicho trono.
Así que esperamos con impaciencia el desenlace y por fin desvelar cual es la difícil tarea de Arya que en esta ultima temporada a tenido mayor protagonismo y relevancia.
Nos queda dos episodios en los que parece que nos tendremos que agarrar fuertemente a nuestro asiento porque todo puede suceder.
Quieres sentirte como una verdadera Reina dragon por las mañanas entre en dfrikis.es y llevate el vaso café Khaleesi por tan solo :6,95 euros: https://bit.ly/2EfytFQ
Juega con tus amigos a juego de tronos en casa y Gana el trono de hierro, Vasos chupito 19,90 euros : https://bit.ly/2WPpa6N
Si lo que te van es contar Historias, no te olvides de plasmarla en libro de la casa Stark, seguro que tendras muchas Historias que contar, despues de que haya caido el muro, Cuaderno Stark 12,95 euros : https://bit.ly/2EbOexh
Si este fin de semana te toca cocinar, antes de meterte en batalla, equipate 1º con el delantal de la casa Lanister: Delantal y manopla 16 euros: https://bit.ly/2YyVlb2
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ECOPANTEÍSMO
Alberto Mansueti
Todos los pronósticos apocalípticos de los “medioambientalistas” han fallado estrepitosamente. Al igual que todas las calamidades profetizadas por sus primos ideológicos, los marxistas.
Desde la Primera Internacional (1864) hasta ahora, han fallado las predicciones de Marx, Engels y todos sus seguidores, acerca de un colapso final del capitalismo, por el “empobrecimiento creciente del proletariado”, que asumen generado por “la explotación”, causante de la “concentración de la riqueza en pocas manos”, la otra cara de la moneda. Nada de eso ha sucedido. Sin embargo, hasta hoy seguimos escuchando la cháchara sobre la “desigualdad”, que repiten Obama, Hillary Clinton y el Papa Francisco, como un mantra, y que CNN y TeleSur nos meten en casa todos los días.
Siete apocalipsis ecológicos nos repasa el escritor Robert Tracinski, Editor de “Real Clear Future”, en la revista digital The Federalist, 24 de abril de 2015, en su artículo Seven Big Failed Environmentalist Predictions (“Siete grandes predicciones ambientalistas fracasadas”). Las resumo para Ud.:
(1) La Próxima “Edad de Hielo”. Así anticipó la revista Life en 1970 una inminente glaciación: "para 1985 la contaminación del aire habrá reducido a la mitad la luz solar que nos llega." No sucedió. Pero hoy quieren reeditar el pronóstico de la “Era Glacial”, porque se les cae el del “calentamiento global”. Tracinski explica que hubo varias Eras Glaciales, y que otra edad de hielo podría suceder, pero en los próximos 10 mil años, porque en la Tierra hay ciclos glaciales e inter-glaciales, que son naturales, no causados por industria o actividad humana. No hay que alarmarse. Pero hasta 1980, el “prestigioso” Carl Sagan todavía hablaba en la tele acerca del próximo “enfriamiento global”.
(2) Sobrepoblación. Desde Malthus, en el siglo XIX, los defensores de las especies parecen tener problema con una especie: la humana. Nosotros somos una plaga, nos dicen; y Dios se equivocó cuando nos mandó “crecer y multiplicarse”, junto con “labrar el huerto”: ¿no pudo prever que los alimentos no alcanzarían para tanta gente? Los “verdes” nos dijeron que seríamos 7 mil millones para el año 2000, y que no habría comida. Pero fue en 2012 que llegamos a los 7 mil millones. Y no estamos en un Paraíso, pero la población humana está mejor que nunca antes, en alimentos, y otros rubros. Y el mayor escollo demográfico no es el aumento de la población, sino su reducción, p. ej. en Europa y Japón.
(3) Hambrunas masivas. Peter Gunter, en 1970 anunció en The Living Wilderness que el hambre “en 1975 comenzará en la India; en 1990 llegará a Pakistán, China y Medio Oriente, y África. En el 2000, o sea dentro de 30 años, América latina va a estar desfalleciendo, y casi todo el mundo, salvo Europa Occidental, Norteamérica y Australia, estará en hambre.” Paul Ehrlich de la “prestigiosa” Universidad de Stanford, decía: "La población superará el aumento en alimentos. La tasa de mortalidad aumentará, y al menos 100 a 200 millones de gente por año van a morir de hambre en la próxima década". Empero, China lleva 40 años en la transición hacia el capitalismo, y no hay hambre como cuando Mao; y muchos países latinoamericanos son exportadores netos de cereales, frutas, carnes y legumbres, etc.
(4) “Los recursos se van a acabar”. En 1972 vino el aviso sobre “Los límites al crecimiento”, del “prestigioso” Club de Roma. Dijeron que nos quedaríamos sin níquel y cobre, y sobre todo sin gas y petróleo. El Prof. Kenneth Watt escribió: "Para 2000, si siguen las tendencias actuales, ya no habrá más petróleo crudo.” Julian Simon, economista liberal, explicó al “ambientalista” Paul Ehrlich que si los minerales se estaban acabando, sus precios estarían aumentando, en los siguientes 10 años, y le hizo una apuesta, y ganó. Porque Dios le dio al hombre la mente, el "recurso fundamental" (Ultimate Resource, su libro de 1984), y si la población crece, hay más mentes para innovar e inventar.
(5) Extinción masiva de especies biológicas. El 22 de abril de 1970, el primer “Día de la Tierra”, el Senador Gaylord Nelson advirtió: "El Dr. Dillon Ripley, secretario del Smithsonian Institute, dice que del 75 % al 80 % de todas las especies animales vivas estarán extintas en 25 años". Nada de eso pasó entre 1970 y 1995. No obstante, nos repiten que estamos en “la Sexta Extinción Masiva”. El Dr. Stewart Brand, fundador del Whole Earth Catalog, escribe que esta "Sexta" extinción, la que los ecologistas suponen causada por los humanos, no es como las anteriores, cuando el 70 % o más de todas las especies se acabaron en tiempos relativamente cortos. Nada así sucede ahora.
(6) “Las Nuevas Energías Renovables como el sol y el viento”. Este tema no es sobre un desastre que no ocurrió; es sobre una “solución” que no se concretó, a un problema que no existió, causado dicen que por los combustibles fósiles y el carbón. Sin embargo, nos muestra Alex Epstein en The Moral Case for Fossil Fuels (“La ética de los combustibles fósiles”), libro muy didáctico de 2014, que las “fuentes energéticas alternativas” nunca salen de la fase de ensayos, son intermitentes, menos confiables; y son más costosas, por lo cual requieren subsidiarse con impuestos.
(7) El “calentamiento global”. Lo cierto es que el “cambio climático” es la condición normal del mundo: siempre las temperaturas globales bajan por unas décadas, luego hay décadas de clima más estable, luego suben otra vez, y bajan por otro lapso; es natural, y no representa peligro. Pueden leerse los informes del Panel No-Gubernamental sobre Cambio Climático (Non-Governmental International Panel on Climate Change, NIPCC), en su Website “Climate Change Reconsidered”. En español se puede leer la Web “Mitos y Fraudes”, que edita Eduardo Ferreyra, sobre las falsas profecías apocalípticas. Y la Web de la “Red Rana”, que edita Jorge Chapas, sobre las soluciones reales a los problemas reales del medio ambiente: libre mercado, propiedad privada y contratos.
La pregunta es: ¿por qué insisten los “ecologistas” en sus negros augurios sobre el medio ambiente?
La respuesta es: por la misma razón que insisten también las izquierdas en el socialismo, pese a que las calamidades anunciadas por los profetas del marxismo, como supuestas consecuencias del libre mercado, no han sucedido. (Y las que sí han sucedido, como en los países comunistas, han sucedido por causa de las medidas anti-capitalistas que ellos decretaron). Porque como el marxismo, el ecologismo es una religión. Y no es nueva; es una vieja reedición del “Panteísmo”, que adora la naturaleza.
Es una religión falsa. Todas las religiones falsas se parecen en tres rasgos: (1) son “místicas”, o sea, rechazan la razón, la lógica y los argumentos; (2) sus Escatologías, o sea, sus anticipaciones acerca del final de la historia, son siempre pesimistas; (3) son religiones de obras humanas, como explica Kevin Clauson en su ensayo “El Ambientalismo: una Idolatría Moderna”. Por eso los “verdes”, tanto como los rojos, andan siempre con su amplia colección de mandamientos, positivos y negativos, para observar rigurosamente: “cuidemos el ambiente”, “salvemos el planeta” (o los delfines, o las ballenas, o lo que sea), “reciclemos”; y asimismo “no gastemos tanta agua”, o luz eléctrica, o lo que sea. Las religiones falsas mienten, se basan en miedos y temores infundados, y son esclavizantes.
La religión verdadera se contrapone en los tres rasgos. (1) No es “mística”: no rechaza la razón, la lógica ni los argumentos; (2) su Escatología es optimista: al final de la historia triunfa el bien, no el mal, no hay razón para abrigar tantos miedos y temores; (3) no es una religión de obras humanas; por eso es liberadora de las esclavitudes.
Aunque hay muchos cristianos muy confundidos hoy día: son místicos, pesimistas, y enfatizan obras y acciones humanas. Pero esos son temas para otros artículos, y llevo escritos algunos. Muchas gracias por la amable atención de Uds., y hasta la próxima si Dios quiere.
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«Ciudad y escritura: la Ciudad de México en las Cartas de relación de Hernán Cortés», Margo Glantz. Rescatar o poblar La diferencia esencial entre la expedición emprendida por Cortés con el objetivo concreto de conquistar las tierras ignotas, bautizadas luego como la Nueva España, y las expediciones que precedieron a la suya, la de Hernández de Córdoba y la de Grijalva, puede sintetizarse en esta disyuntiva: rescatar o poblar. Rescatar es el simple acto de comerciar, intercambiar baratijas por oro y cabotear con precaución por la costa del Golfo de México, tal como lo habían hecho sus antecesores, por mandato expreso de Diego Velázquez. El propósito de Cortés es mucho más ambicioso; según sus propias palabras, su intención es “calar hondo en la tierra y saber su secreto”; desobedecer las instrucciones de rescatar —definidas expresamente en las capitulaciones firmadas con Velázquez—, trocar el objetivo de la expedición y, como afirman sus enemigos, “alzarse con el Armada” para empezar a poblar. Pero, ¿cómo empezar a poblar sin fundar una ciudad? En efecto, en el acto mismo de la rebelión de Cortés está inscrito el proyecto de fundar una ciudad. Una vez que ha empezado a “calar” el terreno y a explorar en el “secreto” de la tierra, Cortés, al hacerse requerir por sus soldados como capitán general y, ante notario, justificar el nombramiento, hace visible su designio secreto: poblar equivale a conquistar. Y para poblar, insisto, es necesario fundar una ciudad. No es exagerado ni gratuito afirmar que la Conquista de México se hace explícita en el instante mismo en que Cortés funda, el 22 de abril de 1519, la Villa Rica de la Vera Cruz en un lugar cercano al actual puerto, llamado originariamente Chalchihuecan: los regidores y alcaldes que firman la llamada primera Carta de relación o “Carta de Cabildo” explican que, por convenir al servicio de “vuestras majestades”, Cortés se ha dejado “convencer” y ha aceptado el requerimiento de sus hombres, que le exigen trocar el signo de la expedición, desconocer el nombramiento otorgado por Velázquez y pretender que está directamente al servicio del rey: “Y luego comenzó con gran diligencia a poblar y a fundar una villa, a la cual puso por nombre la Rica Villa de la Vera Cruz y nombrónos a los que la presente suscribimos, por alcaldes y regidores de la dicha villa, y en nombre de vuestras reales altezas recibió de nosotros el juramento y solemnidad que en tal caso se acostumbra y suele hacer”. Para Cortés, la Conquista es como esas hachas de dos filos que esgrimen los indígenas y describe Bernal: uno de los filos es la acción, el combate, la batalla; el otro, la escritura. La primera ciudad novohispana, la Villa Rica de la Vera Cruz, es una ciudad imaginaria, una ciudad escriturada en un libro de actas ante escribano. Es la primera escena de una comedia en donde Cortés es requerido por sus hombres para convertirse en capitán general de una armada que intentará conquistar y poblar, privilegio que hasta 1518 conservaba solamente Diego Colón, hijo del Almirante. A partir del 13 de noviembre de ese mismo año, esa misma merced se le concede a Diego Velázquez: la audacia de Cortés no tiene límites; tampoco la de sus alcaldes y regidores, quienes ante escribano se toman libertades que sólo al rey corresponde otorgar. Con ese nombramiento, Cortés delimita una jurisdicción citadina, un ente imaginario sin sustancia de facto, de bulto, cuya realidad proviene de una legalidad ficticia respaldada por oficiales nombrados por él, quienes, como la misma ciudad, son el producto de un acto de escritura pergeñada por el Conquistador. La prueba la da Bernal cuando, al relatar de manera “verdadera” la historia de la Conquista, se niega a dar a los conquistadores “el apellido” que luego tuvieron. Bernal relata sólo lo acaecido, sólo lo que ha visto como testigo: “¿Cómo puedo yo escribir en esta relación lo que no vi?”. Una esencia fantasmática, la ciudad escriturada, abre la puerta de la realidad: Tenochtitlán, ciudad verdadera que sí ocupa un lugar en el espacio. Una realidad simbólica sustituirá a una realidad mítica. Una fundación mítica Podríamos precisar: antes de ser una ciudad escrita (o literaria), la Villa Rica de la Vera Cruz es, cuando se funda, una ciudad escriturada: su inserción en documentos notariales, su carácter de ordenanza legaliza la nominación de Cortés como conquistador, la transforma en un documento legal, en una de sus armas para consolidar la empresa, la justificación jurídica de su traición. Su transmutación en escritura se produce para nosotros cuando don Hernán resume el acta notarial en la crónica y nombra en ella, como si se tratara de un cuerpo concreto y verdadero, a la Villa Rica de la Vera Cruz. Inscribirla en el papel la crea, le da vida, como en la Biblia se hace la luz. De la misma forma, Cortés hace desaparecer, al nombrarlas en su Crónica, a varias de las ciudades del territorio dominado por los mexicas, y las convierte en ciudades españolas antes de haberlas conquistado, mediante el simple recurso de sustituir los nombres nativos por los cristianos: operación muy a menudo efectuada en las Cartas de relación, como lo demuestra, por ejemplo, la cita siguiente: “Y con este propósito y demanda (conocer a Moctezuma y desbaratar su imperio) me partí de la ciudad de Cempoal que yo intitulé Sevilla” (pág. 32). El procedimiento de bautizar ciudades para cristianizarlas y apropiárselas tiene una larga genealogía que, en América, proviene de Colón, sofisticada y refinada en Cortés. La escrituración de Veracruz cumple su cometido, legaliza ante sus soldados su nombramiento, le confiere la autoridad que necesita para poblar-conquistar y le permite que estén “todos ayuntados en nuestro cabildo” (pág. 19). Sin parar mientes en que el sitio elegido es inhóspito e insalubre y la fundación y población ficticias —pero escrituradas—, la ciudad fantasma ha cumplido su cometido. Más tarde, en junio de 1519, se abandonaría y se funda otra Veracruz cerca del río Pánuco. Muy económico como siempre y troquelando lo que para él tiene un valor estratégico, Cortés, en la segunda Carta de relación, explica que deja en la nueva ciudad, cuya fundación no ha consignado, a ciento cincuenta hombres y dos caballos, “haciendo una fortaleza que ya tengo casi acabada” (pág. 32). El camino de la victoria se ha iniciado: la primera ciudad española concreta, la segunda Villa Rica de la Vera Cruz, es simple y llanamente una fortaleza (como aquellas otras primeras ciudades fundadas en las Antillas y en la Tierra Firme por sus antecesores). La construye Alonso García Bravo, el alarife que habría de edificar la Ciudad de México sobre las ruinas de Tenochtitlán. Las ciudades de la desenfrenada conquista no fueron meras factorías, reitera Ángel Rama en su Ciudad letrada. Eran ciudades para quedarse y por lo tanto focos de progresiva colonización. Por largo tiempo, sin embargo, no pudieron ser otra cosa que fuertes […] más defensivos que ofensivos, recintos amurallados dentro de los cuales se destilaba el espíritu de la polis y se ideologizaba sin tasa el superior destino civilizador que le había sido asignado. Si la primera ciudad creada en la Nueva España es una escritura notarial, Tenochtitlán, en la escritura, es mítica. Lo sabemos también por los cronistas, y gracias a los informantes indígenas, quienes conformaron los relatos de los misioneros: fray Diego Durán relata cómo, en su peregrinación en busca de la ciudad prometida, los aztecas llegaron a una fuente […] blanca toda, muy hermosa […]. Lo segundo que vieron, fueron que todos los sauces que aquella fuente alrededor tenía, eran blancos, sin tener una sola hoja verde: todas las cañas de aquel sitio eran blancas y todas las espadañas alrededor. Empezaron a salir del agua ranas todas blancas y pescado todo blanco, y entre ellos algunas culebras del agua, blancas y vistosas. Ese espacio maravilloso, deslumbrante, revela, según Sahagún, la consumación de la profecía: “De cómo los mexicanos avisados de su Dios, fueron a buscar el tunal y el águila y cómo lo hallaron y del acuerdo que para edificar el edificio tuvieron”. Durán señala un sitio paradisiaco e impoluto, Sahagún subraya su carácter de espacio sagrado sobre el que se construirá un templo. La ciudad escriturada por Cortés podría ser a lo sumo fantástica por su carácter imaginario y porque en lugar de estar asentada en un territorio concreto está asentada en un libro de actas; en realidad es un proyecto político, una nueva visión del mundo, un tratado de apropiación y la segunda ciudad fundada por él, la otra Villa Rica de la Vera Cruz; es, repito, antes que nada un enclave estratégico. Oposición definitiva remachada en la literatura. La segunda Veracruz es una ciudad histórica; la Veracruz escriturada y la Tenochtitlán cosmogónica son un puro acto de escritura, donde lo inexistente se funda y lo destruido se consolida y resucita. Ambas definen antes que dos modalidades de escritura dos visiones radicalmente opuestas del mundo. Cortés inaugura lo que según Rama será la ciudad letrada del barroco, y los otros cronistas reconstruyen un mundo calcinado, el precortesiano. La estrategia como metáfora Significativamente, cuando, por fin, después de múltiples peripecias y posposiciones angustiosas, la ciudad de Tenochtitlán aparece ante los ojos maravillados de los españoles, Cortés la describe jerarquizando sus preferencias, y aunque asegure que “la pasión es la cosa que más aborrezco”, se contradice acudiendo a la hipérbole como verbalización incompleta de su entusiasmo. Al contemplar por primera vez la gran urbe, dice: Porque para dar cuenta, muy poderoso señor, a vuestra real excelencia, de la grandeza, extrañas y maravillosas cosas de esta gran ciudad de Temixtitán […] sería menester mucho tiempo, y ser muchos relatores y muy expertos; no podré yo decir de cien partes una, de las que de ellas se podrían decir, mas como pudiere diré algunas cosas de las que vi que, aunque mal dichas, bien sé que serán de tanta admiración que no se podrán creer, porque los que acá con nuestros propios ojos las vemos, no las podemos con el entendimiento comprender (págs. 61-62). La incapacidad de verbalizar la maravilla termina en el silencio. Lo que las palabras pueden describir es lo concreto, aquello que “el entendimiento sí puede comprender”; comienza con la topografía y señala las “ásperas sierras” que rodean al llano donde están las dos lagunas, la de agua salada y la de agua dulce; habla ahora el político, el militar; descubre los múltiples peligros a los que los españoles estarían expuestos si no toman medidas estratégicas, primero para prevenir sorpresas en una ciudad cuya estructura acuática las propicia, en gran medida, por los numerosos puentes que cruzan sus calles de tierra y de agua, permitiendo el “trato”, es decir, un organizado y admirable comercio, pero también las emboscadas. Cabe aquí hacer una digresión: en el plano llamado de Cortés, enviado por éste a Carlos V, descrito por Pedro de Mártir de Anglería y publicado en Núremberg en 1524 junto con la segunda y tercera Cartas de relación, la ciudad parece inexpugnable; tanto, que Durero la toma como modelo arquitectónico de la ciudad ideal, punto de partida de los arquitectos visionarios del Renacimiento. De nuevo realidad y “desfiguro” se juntan permitiendo un muy débil margen de diferenciación. La inexpugnabilidad aparente de la ciudad y la conciencia del peligro aceleran una operación singular. La resumo y explico sus antecedentes: inmediatamente después de la fundación de la segunda Veracruz, la ciudad-fortaleza, Cortés cumple la hazaña de “quemar sus naves”. En su peculiar estilo, a la letra dice: Y porque demás de lo que por ser criados y amigos de Diego Velázquez tenían voluntad de se salir de la tierra, había otros que por verla tan grande y de tanta gente y tal, y ver los pocos españoles que éramos, estaban del mismo propósito, creyendo que si allí los navios dejase, se me alzarían con ellos […] tuve manera cómo, so color de que los dichos navíos no están para navegar, los eché a la costa por donde todos perdieron la esperanza de salir de la tierra (págs. 32-33). Para andar en “tierra firme” son fundamentales los caballos, cuyo papel en la Conquista ha sido muy a menudo esclarecido. Menos relevancia se ha dado en este contexto al binomio agua-tierra firme, cuya resolución concreta estaría patente en la mancuerna bergantines-caballos, disuelta durante un tiempo por la decisión de Cortés de dar al través sus naves y entrar desembarazado de su peso en el inmenso territorio que, en breve, y bautizado por él, se conocería como la Nueva España. Una vez en la tierra prometida, apoderado provisionalmente del objeto de su deseo, la ciudad de Tenochtitlán, Cortés, previsor, calcula de inmediato que […] por ser la ciudad edificada de la manera que digo, y quitadas las puentes de las entradas y salidas, nos podrían dejar morir de hambre sin que pudiésemos salir a la tierra; luego que entré en la dicha ciudad di mucha prisa en hacer cuatro bergantines, y los hice en muy breve tiempo, tales que podían echar trescientos hombres en la tierra y llevar los caballos cada vez que quisiésemos (pág. 62). Estamos como en el teatro isabelino: en Macbeth la selva avanza, en Cortés el mar penetra en tierra firme. Pero lo más impresionante, sobre todo si lo comparamos con la ciudad actual, es que se trata de un hecho verdadero: cuando describe la laguna salada, el Conquistador señala cómo “[…] crece y mengua por sus mareas según hace la mar todas las crecientes, corre el agua de ella a la otra dulce tan recio como si fuese caudaloso río, y por consiguiente a los menguantes va la dulce a la salada (pág. 62)”. La acción de construir los bergantines, concebida como simple estrategia, termina por convertirse en una especie de profecía histórica, y lo que Cortés intenta evitar al construir las naves, definitivas luego en la gran batalla final, se revierte sobre los mexicanos: son ellos los que, al ser quitadas las puentes y cegadas las entradas de las calles, perecen de hambre junto con su ciudad. Debido al gran abismo que existe entre la concreción y la hipérbole, se propicia en la Conquista una metáfora singular y, como decía en su interesante estudio Beatriz Pastor, la realidad se ficcionaliza. Un minucioso proceso: cegar el agua La populosa ciudad se destruye gracias al implacable mecanismo que consiste en cegar las calles de agua y hacerlas “tierra firme”, al tiempo que se quitan los puentes, se asolan y queman las casas, se organizan los ataques desde el lago, a bordo de los bergantines y los caballos vuelven a circular libremente por las calles cegadas como circulaban antes de llegar a Tenochtitlán. La imagen se vuelve macabra: la operación iniciada con palas y azadones se acelera al final del sitio, y son los cadáveres de los habitantes de la ciudad los que en lugar de las piedras, la madera y el carrizo, usados por los españoles para cubrir las zanjas, rellenan los estratégicos canales: Y como en estos conciertos se pasaron más de cinco horas y los de la ciudad estaban todos encima de los muertos, y otros en el agua, y otros andaban nadando, y otros ahogándose en aquel lago donde estaban las canoas, que era grande, era tanta la pena que tenían, que no bastaba juicio a pensar cómo lo podían sufrir […] y así por aquellas calles en que estaban, hallábamos los montones de los muertos, que no había persona que en otra cosa pudiese poner los pies […] (pág. 161). La conquista cambia totalmente la fisonomía de la ciudad. Bernal recuerda con nostalgia… y diré que en aquella sazón era muy gran pueblo, y que estaba poblada la mitad de las casas en tierra y la otra mitad en el agua; ahora en esta sazón está todo seco, y siembran donde solía ser laguna, y está de otra manera mudado, que si no lo hubiera de antes visto, dijera que no era posible, que aquello que estaba lleno de agua esté ahora sembrado de maizales. Lo que Alfonso Reyes en la Visión de Anáhuac llamaba la lenta labor de desecación del Valle de México, ha sido definido mejor por Cortés, autor de la estrategia de la cegazón, estrategia que de manera implacable fue perfeccionándose a lo largo de los siglos hasta producir la ciudad más grande y contaminada del mundo, el páramo en que vivimos hoy. Intermezzo: la ciudad moderna La nueva ciudad se reconstruye desde 1522 sobre las ruinas de la primera. Para el 15 de mayo de ese año Cortés dice con orgullo que la ciudad está ya “muy hermosa”, aunque él no vuelve a habitarla sino hasta el verano de 1523; mientras, vive en Coyoacán, ciudad situada en tierra firme. En su admirable libro Arquitectura mexicana del siglo XVI, George Kubler demuestra que México fue siempre una ciudad populosa: “La comunidad insular albergaba una población de cincuenta a cien mil personas entre 1522 y 1550; en consecuencia era la ciudad más grande del mundo hispánico y sobrepasaba a muchas de las capitales europeas”. Esta descripción sigue siendo válida pero con signo negativo. Cortés se preocupa sobre todo por la arquitectura civil, por la futura ciudad de los palacios. Las construcciones religiosas a cargo de los misioneros no se equiparan con los edificios particulares, al grado que, para 1554, cuando Cervantes de Salazar escribe sus Diálogos latinos, Alfaro, uno de los personajes, exclama al ver la Catedral: “Da lástima que en una ciudad a cuya fama no sé si llega la de alguna otra, y con vecindario tan rico, se haya levantado en el lugar más público un templo tan pequeño, humilde y pobremente adornado”. Desde el principio, Cortés piensa en una ciudad moderna y estratégica: la inicia construyendo las atarazanas: Puse luego, por obra, como esta ciudad se ganó, de hacer en ella una fuerza en el agua, a una parte de esta ciudad en que pudiese tener a los bergantines seguros, y desde ella ofender a toda la ciudad si en algo se pudiese, y estuviese en mi mano la salida y entrada cada vez que yo quisiese. Está hecho tal, que aunque yo he visto algunas casas de atarazanas y fuerzas, no la he visto que la iguale (pág. 197). Pero en realidad las atarazanas son una especie de museo para alojar a los bergantines, casi reliquias personales; situadas, como antes la ciudad prehispánica, mitad en el agua y mitad en tierra firme, ya no protegen contra nada. La idea de la fortaleza con que se inicia la fundación de la Nueva España se reproduce de nuevo en la muy noble Ciudad de México, pero apenas como otra forma de teatralidad y para mantener la vieja costumbre, instaurada en las Islas y en la Tierra Firme. Las verdaderas fortalezas son las casas particulares, las de los conquistadores, quienes han recibido como premio sus solares. La ciudad en sí, una de las primeras ciudades modernas en el mundo, carece de murallas. La reconstrucción en la escritura Entre la Villa Rica de la Vera Cruz, ciudad nacida en la escritura, y la Ciudad de los Palacios, ciudad concreta, se inscribe Tenochtitlán, ciudad de la memoria. De igual manera que las antiguas culturas de la Nueva España y sus cosmogonías resucitan en la obra de los cronistas, la labor inexorable de destrucción, el timbre de mayor gloria de que pueden alabarse los conquistadores, según Las Casas, se neutraliza en cierta forma gracias a la escritura. A pesar de que le falta lengua para hacerlo es Cortés quien mejor reconstruye a Tenochtitlán a lo largo de las páginas de las Cartas de relación: sólo se mata lo que se ama. En Bernal la descripción es diferente, es obvio, no tiene la inclinación política que hace de su jefe el gran estadista que conocemos. Parco al grado de ser severo y cuidadoso, en la medida en que sus Cartas de relación, sobre todo las tres primeras, determinarán su posición frente a Carlos V, Cortés se desmanda cuando habla de Tenochtitlán y, proporcionalmente, el espacio que le dedica en su segunda carta es inmenso. Después de los asuntos estratégicos, vitales para la Conquista, lo que más atención le llama es el mercado, porque en él se despliega con mayor perfección “el primor, las maneras y policía de una nación que, asombrosamente apartada de otras naciones de razón”, puede superarlas así. Compara lo que ve con lo que ha visto en Sevilla y en Córdoba, y señala que en ese espacio cabe dos veces Salamanca. Bernal, modesto, recuerda su propia ciudad, Medina del Campo, pero añade que varios soldados viajeros que han estado en Constantinopla y en Roma estiman que Tenochtitlán las supera. El templo es descrito por el Conquistador con admiración y con horror; es comprensible, los sacrificios humanos parecen corroborar su necesidad de destruir esa cultura. Los palacios de Moctezuma sobrepasan todo lo que la imaginación pueda elaborar, y lo que le atrae específicamente es la facultad con la que los artesanos indígenas “contrahacen” todo lo que existe bajo la tierra, en orfebrería y en arte plumaria. Esa facultad de la contrahechura —¿podrá decirse así?— es muy significativa si se advierte que Moctezuma, además de los zoológicos donde se albergan todos los linajes de animales del reino, tiene encerrados en recintos especiales a los seres contrahechos. Contrahaceres “hacer una cosa tan parecida a otra, que con dificultad se distingan”, dice la Real Academia; a la vez, lo contrahecho es lo deforme, lo torcido, una desviación de lo natural. Instalados en un museo, los seres contrahechos sólo sirven para ratificar el orden. Quizá Cortés hubiera deseado poseer el talento de esos artesanos que contrahacían las obras de natura, cuando trataba de reproducir en sus Cartas la grandeza de la ciudad que destruyó. Con su pluma, copia “del natural”, a la manera de los artesanos, la ciudad que tanto admiró; la contrahace, es decir, la recrea, le da vida en la escritura, pero, consciente de que lo real no regresa, en la cuarta Carta, desde su palacio, construido en lo que antes fuera el palacio de Moctezuma, resume con nostalgia: Es la población donde los españoles poblamos, distinta de la de los naturales, porque nos parte un brazo de agua, aunque en todas las calles que por ella atraviesan hay puentes de madera, por donde se contrata de la una parte a la otra. Hay dos grandes mercados de los naturales de la tierra, el uno en la parte que ellos habitan y el otro entre los españoles; en estos hay todas las cosas de bastimentos que en la tierra se pueden hallar […] y en esto no ha falta de lo que antes solía en el tiempo de su prosperidad. Verdad es que joyas de oro, ni plata, ni plumajes, ni cosa rica, no hay nada como solía […] (pág. 197). Aparta lo extraño, lo indígena, “con un brazo de agua”, pero no puede resguardarse de la nostalgia, verdadera, como lo es también la destrucción: ni la primera ciudad fundada por Cortés, la Villa Rica de la Veracruz, ni Tenochtitlán existen ya: pueden revivirse gracias a su pluma, y pasar a formar parte de la fama, esa tercera vida, la que precisa de las letras para perpetuarse, o de la contrahechura. ¿Pues qué otra cosa es la escritura sino una contrahechura de la realidad? Autor: Margo Glantz
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Delta del Mekong: río abajo por el trópico de Vietnam
Nuevo artículo publicado en https://www.absolutviajes.com/delta-del-mekong/
Delta del Mekong: río abajo por el trópico de Vietnam
En Asía existen muchos lugares mágicos, y uno de ellos es el famoso Delta del Mekong. El lugar donde el conocido como Río de los 9 Dragones desemboca tras su paso por China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam se convierte en un laberinto de selvas, agua y misterios en el que perderse a fin de descubrir todo su potencial. ¿Te vienes con nosotros a navegar por el Delta del Mekong?
Delta del Mekong: la magia de los manglares
A menudo reconocemos esa famosa estampa en la que hombres con su “nón lá” (o típico gorro cónico vietnamita) tiran de una barca a través de un canal atrapado entre manglares, arrozales y palmeras. Esta imagen, una de las más recurrentes de Vietnam durante los últimos años, pertenece al Delta del Mekong, lugar obligado de visitar durante cualquier aventura en territorio vietnamita tras una visita a otros obligados del país como la bahía de Ha Long o la ciudad de Hoi An.
Tal y cómo indica su nombre, el delta forma un triángulo al suroeste de Vietnam donde desemboca uno de los ríos más importantes de Asia. Un microcosmos cargado de historia enclavado dentro de la Región Delta del río Mekong cuya ciudad más importante, Ho Chi Minh (antigua Saigón), supone el perfecto punto de partida a la hora de iniciar la travesía por este apasionante escenario.
Aunque se cree que el delta contó con sus primeros habitantes en el siglo I a.C., no fue hasta la expansión del Imperio Jemer de Camboya cuando esta zona se convirtió en un punto estratégico a nivel comercial dado su acceso desde el río al Mar de China Meridional. Sin embargo, tras la llegada de comerciantes chinos y vietnamitas, y especialmente de Nguyen Huu Canh, un noble vietnamita que en 1698 se encargaría de privar a los camboyanos del acceso al mar, el Delta del Mekong pasó a convertirse en parte del país de Vietnam. Un paisaje que también se vería fuertemente influenciado durante el periodo de dominación francesa y los tiempos de Indochina en el siglo XIX.
Tal amalgama de culturas ha creado un universo propio tejido entre la mencionada Ho Chi Minh (al oeste), My Tho (este) Hà Tîen (noroeste) y Cà Mau, la ciudad más asomada al Mar de China Meridional. A lo largo de cientos de canales, el visitante puede explorar el colorido de los mercados flotantes o a los agricultores agachados en los campos de arroz de un verde sueño mientras, en algunos islotes, se cultivan frutas tropicales y las viviendas se colocan sobre palafitos envueltos en un misticismo único.
Un lugar donde la naturaleza eclosiona como en pocos otros lugares del continente en forma de diversas especies de peces, pájaros y anfibios. Una colección a la que en 2015 se sumaron nuevos y extraños animales como una serpiente multicolor o una rana de cuerpo espinoso.
Todo esto te espera en un Delta del Mekong en el que sumergirse de la mejor forma si sabes cómo.
Qué ver en el Delta del Mekong
A continuación os detallamos los diferentes lugares a visitar en el Delta del Mekong siguiendo un órden concreto, especialmente en el caso de que queráis realizar el itinerario por libre o bien con algunas de las empresas que operan en este rincón de cuento.
Ho Chi Minh
La conocida como antigua Saigón y epicentro de la actividad de unos soldados estadounidenses que durante la Guerra de Vietnam se las vieron y desearon para adaptarse a la climatología del trópico abrasador, es el principal punto de la partida a la hora de introducirse en el Delta del Mekong. Considerada como una de las ciudades más importantes de Vietnam, Ho Chi Minh cuenta con un plantel de atracciones turísticas que van desde el Museo de la Guerra de Vietnam hasta la catedral de Notre Dame de Saigon, uno de los mejores ejemplos de arquitectura colonial de la ciudad.
My Tho
Atracción de cualquier excursión de un día al Delta del Mekong desde Ho Chi Minh dada su cercanía, My Tho es una simpática ciudad la cual gira en torno a Vinh Trang, una enorme pagoda compuesta por jardines chinos y una arquitectura que bebe de influencias china, camboyana o vietnamita. Además, la ciudad queda salpicada de diferentes estatuas budistas de estilo camboyano que la convierten en un perfecto marco a la hora de empaparse de la cultura del delta.
Ben Tre
Situada justo frente a My Tho, Ben Tre es conocida como “la tierra de los cocoteros” dados sus altos árboles y un carácter tropical que marca el inicio de apasionantes excursiones a través de los canales del Mekong. La zona se conforma de diferentes islotes donde poder interactuar con los locales, acercarse a los campos de arroz o husmear en los palafitos de madera que las gentes de Ben Tre se vieron obligadas a construir para sobrevivir en esta tierra semisumergida.
Can Tho
En Can Tho comienza la verdadera inmersión en el Delta del Mekong. Franqueada por extensos campos de arroz y surcada por un icónico puente de 15 kilómetros, Can Tho ofrece lugares tan interesantes como su famoso mercado flotante de Cai Rhang, donde numerosos comerciantes se aproximan con embarcaciones cargadas de fruta o pescado, la pagoda de Nam Nha, construida en el siglo XIX y no lejos de un bello jardín de orquídeas, o el famoso Parque de las Cigüeñas, donde poder avistar diversas especies de aves autóctonas.
Soc Trang
Si bien no es el pueblo más vistoso del delta, Soc Trang destaca por su condición como perfecto umbral a la hora de partir hacia Camboya. De hecho, un 30% de la población de la provincia homónima está constituida por los Khmer, oriundos del gigante camboyano.
Cà Mau
La ciudad situada en el punto más meridional de Vietnam se convierte en el mejor lugar a la hora de aproximarse a la desembocadura del Mekong. Dividida por diversos canales que obligan a parte de sus habitantes a moverse en barca, Cà Mau cuenta con numerosas atracciones turísticas como parques de aves, pagodas o rutas en barco hacia los arrozales del Mekong.
¿Te gustaría viajar al Delta del Mekong? ¿O a otro lugar de Asia?
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Tatuajes de rana japoneses más divertidos
Este impresionante tatuaje de rana japonesa con tinta en el pie no deja indiferente al sexo más justo. La linda rana de color verde oliva vestida como un verdadero Samurai con un kimono azul de pie sobre una rodilla y que ofrece una hermosa flor como un verdadero caballero puede ganar fácilmente los corazones de las mujeres. Este diseño de tatuaje parece muy sensible y romántico, ¿no?
El tradicional tatuaje de rana japonés grabado en el muslo del macho tiene un atractivo bastante impresionante. El anfibio bailando con el vientre gordo y las hojas verdes y rojas en vez de la falda hacen sonreír a todos. Si desea resaltar su naturaleza amante de la diversión, este diseño de tatuaje es la variante perfecta.
El sorprendente tatuaje de rana japonesa realizado en color verde adorna en gran medida los bíceps. Lo que hace que esta imagen sea especialmente divertida son las hojas de estos dos bastones en las manos que imitan las espadas y la hoja de loto imitando una falda. Los trazos negros en la piel agregan un efecto realista a la imagen de la rana.
La fabulosa rana japonesa tintada en blanco y negro adorna bellamente los bíceps. La rana en una falda sosteniendo la hoja se ve muy bien. Las manchas negras y el maravilloso sombreado hacen que esta rana sea realista.
El hábil tatuaje de rana japonesa con tinta negra en los bíceps puede ser admirado por los hombres. El contorno delgado, manchas negras y algo de sombra conforman una excelente imagen de rana japonesa. El lindo sombrero hace que este motivo sea más interesante y pegadizo.
Este sorprendente tatuaje de rana japonesa se asemeja a una rana normal debido a su colorido intenso. Parece una buena parodia para los samuráis que luchan con las espadas, pero en lugar de brazos fríos, la rana tiene hojas de naranja.
Este increíble tatuaje de rana japonesa que abraza el antebrazo tiene una atención inmediata. La rana verde desteñida con el vientre rojizo perfectamente incorporado en un diseño tan pintoresco y se combina armónicamente con una peonía rosada, que se cree que es la flor de la buena suerte en la cultura japonesa. El alboroto de los colores es lo que más atrae en este motivo.
Este extravagante diseño de tatuaje de rana japonesa realizado en colores verde y negro parece bastante llamativo. El anfibio retorcido retratado en un movimiento con una ramita de manzana en el hombro, se asemeja a un sol naciente, puede embellecer maravillosamente su cuerpo y traer éxito en su negocio porque las ranas se consideran símbolos de buena suerte en Japón.
Este tatuaje de rana japonesa con lunares marrones en la media manga se ve muy impresionante. La rana bailarina con un trébol de dos hojas puede hacer que todos muestren sus marfiles. Además, este diseño de tatuaje tiene un simbolismo profundamente arraigado: se cree que la rana significa fertilidad y riqueza y se considera que la hoja de trébol trae buena suerte.
El bonito tatuaje de rana japonesa retratado en una gama naranja-zanahoria. La extraordinaria representación de la rana tradicional japonesa, que se va a cortar la cabeza con la ayuda de la hoja, se ve sensacional.
Mira qué linda es esta rana japonesa verde con falda de hojas en las caderas y una guitarra eléctrica en las manos. Este diseño de tatuaje de rana japonesa puede caber fanáticos de la música o músicos o simplemente para aquellos entusiastas que están en busca de motivos creativos y extraordinarios.
Este excéntrico tatuaje de rana japonesa en tinta negra tradicional. La rana con el ceño fruncido y la mirada sin pestañar tiene un atractivo un poco aterrador. Tal vez no sea una variante de niña, pero el sexo más fuerte puede encontrar esta imagen extremadamente atractiva.
El asombroso tatuaje de rana japonesa elaboradamente adornado adorna con gratitud la manga masculina. Este diseño de tatuaje destaca por su combinación de colores: la gama de color gris-negro-rojo resalta todos los detalles y los puntos negros le dan a la imagen de la rana perspectivas realistas. Este motivo se ve bastante impresionante y puede convertirse en una buena opción para los hombres.
El lindo tatuaje de rana japonesa verdosa tallada en el antebrazo se ve muy divertido. Esta criatura retorcida, representada en un movimiento, parece como si fuera a atacarte, tiene un rico significado simbólico. Significa riqueza material y espiritual.
Este tatuaje de rana japonesa estrafalaria embellece con encanto el pie. El lindo anfibio verde retratado en pose de baile y sosteniendo dos abanicos con la bandera japonesa en él. Si te apetece la cultura japonesa, este diseño de tatuaje puede convertirse en un embellecimiento de tu cuerpo.
El fabuloso tatuaje de rana japonesa con una técnica en blanco y negro en la media manga. La rana se representa como un Samurai real con una espada en una mano y una flor en otra, y con una bandera en la espalda. Todos estos atributos resaltan la naturaleza valiente del Samurai y su disposición a luchar por la paz y la justicia.
El sorprendente tatuaje de rana japonesa de colores brillantes abraza brillantemente la pantorrilla masculina. El animal que se muestra en el kimono de ropa de los samuráis tradicionales y en una pose de pelea parece muy pegadizo. El intrincado sombreado y una hermosa combinación de colores resaltan todos los detalles.
Este genial tatuaje de rana japonesa tatuado en el bíceps se ve extremadamente espectacular. La rana verde gorda en el fondo ahumado y con una moneda de oro en la boca se acepta como un símbolo de prosperidad y riqueza. Debido al fondo oscuro, el anfibio se destaca y llama la atención.
El fascinante tatuaje de la rana japonesa, muy detallado, adorna con gracia la pierna de la hembra. La increíble rana representada como una verdadera geisha con todos los atributos de geisha: un paraguas, un kimono y las sandalias de madera. Este motivo se ve muy femenino y moderno.
Este fantástico tatuaje de rana japonesa a gran escala que cubre toda la espalda no puede pasar desapercibido. El viejo Samurai va a matar a la rana gigante, se parece a la escena de la película. Todo el diseño del tatuaje se realiza en color negro: las finas líneas finas y un poco de sombreado resaltan todos los detalles y lo hacen parecer muy realista.
Este impresionante tatuaje de rana japonesa con tinta en el antebrazo sorprende por su intrincado diseño. Lo que hace que esta imagen de rana japonesa sea llamativa y única es la representación de la rana en una gama de color púrpura-verde con una cadena de monedas. La pieza de la ola azul da un sabor al motivo.
El hábil tatuaje de rana japonesa tatuado en la pierna sorprendentemente incorporado en la escena. El asesino de ranas verde amarillento con la hoja, que imita maravillosamente la espada, atrae mucha atención. Lo notable de este diseño de tatuaje es el contraste entre las bellas cosas “femeninas” como una rosa, las mariposas y la rana agresiva.
El gracioso tatuaje de rana japonés realizado en los brillantes colores verde-amarillo se ve muy dulce. Cuando miras este lindo canto y tocas la tradicional rana japonesa de la guitarra, no puedes reprimir la risa. Si estás harto de diseños de tatuajes desacompasados, este te quedará bien.
El horroroso tatuaje de rana japonesa adorna la manga de la pierna. El anfibio verde y gordo sentado en la hoja con ojos aterradores y dientes afilados como un tiburón se ve un poco espeluznante. El fondo oscuro y la llama dan la impresión de ser una escena del infierno.
La asombrosa rana verde punteada japonesa con mirada furiosa parece bastante impresionante. La hoja y la linterna se realizan en la guía de colores amarillo-rojo japonés tradicional del espíritu del mal y los problemas.
La encantadora rana japonesa de color naranja brillante representada magníficamente en las olas humeantes. El gran juego de contrastes resalta la imagen de la rana y hace que este diseño de tatuaje se vea bastante atractivo.
El tatuaje de la rana japonesa con tinta en el antebrazo se destaca por su color verde oscuro. La linda rana con el bastón se asemeja a un guerrero con la lanza. El sombreado marrón agrega una sensación natural a este diseño.
El brillante tatuaje de rana japonesa adorna asombrosamente el antebrazo. El anfibio verde-grisáceo representado en el entorno de las monedas de oro puede traer riqueza y fortuna. Las perlas en la piel de la rana hacen que este diseño de tatuaje sea más atractivo y único.
Si desea obtener un tatuaje de tamaño pequeño con tinta, pero rico en significado simbólico, este tatuaje de rana japonesa es la gran variante. Esta encantadora rana japonesa verde con la espada samurai en la mano se ve muy bien. Lo que es más, esta linda criatura puede traer cambios en tu vida y protegerte de los problemas.
Este gigantesco tatuaje de rana japonesa elaboradamente hecho y pintado en la manga del cuarto no puede pasar desapercibido. La rana colorida se destaca significativamente en las olas humeantes. Los detalles se han delineado a través de la maravillosa combinación de sombreado y armonía de colores.
El dulce tatuaje de rana japonesa firmado en la manga del cuarto se ve muy bien. La rana japonesa representada en una pose de guerrero con el bastón en las manos se asemeja a un samurai. Algunas sombras le dan un toque natural a la imagen de la rana.
El genial tatuaje de rana japonesa realizado en estilo oriental sentado en gran medida en la pierna. La tradicional rana japonesa retratada en el estilo típico de este estilo negro-rojo con el cráneo en la cabeza y la cadena de monedas en las manos parece bastante provocativa y extravagante.
Este admirable diseño de tatuaje de rana japonesa que cubre la manga de la pierna asombra por la explosión de colores. La rana verde ácida representada en la imagen de Samurai combina magníficamente con otros símbolos japoneses como el loto y el templo de fondo. Este tatuaje de rana japonesa parece una auténtica obra de arte.
El impresionante tatuaje de rana japonesa realizado en estilo oriental abrazando la manga de la pierna. Dos ranas japonesas luchando en kimono van perfectamente en tándem con peonías y se destacan en la sombra oscura y ahumada.
La fabulosa rana japonesa de color marrón amarillento atrae por su atractivo estético. La rana punteada maravillosamente detallada en el fondo oscuro se combina bien con las flores escarlata, que añaden un poco de ternura al motivo. El gran trabajo de sombreado y el contorno negro imitan muy bien las olas.
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Volteretas
del Tigre
A mis padres
a mis hijos
al don de la amistad
a quienes me acompañaron
Impreso artesanalmente
y editado por el autor
San Cristóbal, 28 de marzo de 2017
Volteretas del Tigre
Ramón Canalís
Capítulo I: Orígenes
La lección de piano
(a mi madre niña)
Vuelvo a Maipú, al preciso lugar donde Laprida se corta con la vía, allí frente al viejo caserón donde nací, donde nació, pasó su niñez y juventud mi madre. Siento que los gastados ladrillos me reconocen, una sonrisa triste se dibuja en sus paredes desfiguradas por la cruda usura rentista. Disimulo una lágrima, trato de responder a la sonrisa, no sé si lo logro. Cierro los ojos, el reloj se compadece y fraternal, retrocede. El verano atardece, un cerco de cina-cina cosquillea en el vientre reluciente de un sol pampero que se resiste a caer. Un amor de muro se monta en las ruborizadas paredes de ladrillo, preñadas de frescura y verdor. La parra generosa se pinta de rojo en el zorzal ensangrentado que le diezma el racimo tentador, ante el rezongo del abuelo. Fermín y "El Gringo” han de volver pronto del rancho de la tía Petrona. Su marido, Agustín Cabral, resero de oficio, ha traído un recado de un pariente de Parravicini.
María Antonia, Fefa, Tona, y Tita, las mayores, leen alguna novela romántica, bordan primorosas carpetas y se cuentan sus cuitas, animadas por una discreción de puertas cerradas.
Sara y Sofía, las más chicas, juegan a la rayuela dibujada entre el ladrillo de la amplia galería y un cielo aún azul lejano de horizontes.
Sólo Isabel -“la Beca”-, mi madre, permanece junto a la suya, la abuela Pepa, en la cocina. El olor a cascarilla y leche quemada anuncia la hora de la merienda. Mi madre cierra, como yo ahora, los ojos. Arrima el pequeño banco de madera hasta el imaginario teclado de bronce de la vieja cocina económica. Retira los repasadores que, colgados, se están secando. El tibio metal se enternece al roce de las yemas de sus dedos cargados de una inocente e inalcanzable melodía. Desde lo alto del tala, una calandria gorjea en contrapunto. El bronce alza su lomo como un gato seducido por el contacto. sin igual, de la caricia. Ella responde con más mimos, mece la cabeza e imagina la melodía de su vals predilecto.
Han vuelto los hermanos mayores. La larga mesa viste de hule verde sus rústicas espaldas. Nueve tazones de loza, algo cascados, juguetean humeantes con las galletas de campo que ofrece, generosa, la bolsa colgada tras la puerta de madera.
La abuela pega el grito convocante, nadie falta a la cita, tampoco mi madre, aun con el sinsabor de su melodía trunca. El teclado pierde su magia, sólo queda la barra de con sus repasadores húmedos. Húmedos como incrédulos ojos de una niña y sus sueños truncos…
Ella creyó tener otra oportunidad, pero lo lo cruel y lo grotesco volvieron a golpearla con más fuerza.
Siempre fue una alumna aplicada y solidaria que sacaba, a sus compañeras de escuela, de más de una dificultad matemática.
Gracias a esto y por especial pedido de su hija, el dueño del único cine de Maipú, permitió a mi madre, cumplir su sueño, sentarse frente al viejo piano a rodillo que acompañaba a las películas con su desafinada melodía recurrente.
Fue durante un sábado de matiné, puso el alma en sus dedos, evocó su amada melodía, cerró los ojos y, balanceando su cabeza recorrió el teclado. El estrépito del piano desafinado, la sacó de su éxtasis. El endemoniado rodillo comenzó a girar, alocadamente, imponiendo la tosquedad de su música. Sorprendida, como tocada por un rayo, cayó de espaldas sobre el escenario entre la estupidez y la crueldad de las carcajadas de los presentes. Le costó despertar, volver a la realidad, lloró, lloró mucho.. Su corazón gorrión sintió un dolor de alas y dedos mutilados. Ya no tuvo otra chance, condenada por el hecho de haber nacido pobre.
A pesar de todo, no se dio por vencida, cantó a la vida cual una calandria, frente a la adversidad o cuando la dicha, Su gorjeo enamoró mi infancia y vuelve, en mi recuerdo sabiendo a letanía.
A mi padre
Padre:
Por qué mis dedos se agarrotan de ternura,
por qué mis ojos se nublan por las lágrimas,
por qué mi mente se cierra protectora
y no puedo escribir sobre tu infancia, feliz y pobre?
Por qué las anécdotas tantas veces escuchadas,
en las sobremesas en casa de los abuelos,
se anudan en mi garganta y se niegan a brotar?
Porqué no he podido amanecer
tus bonaerenses mañanas mercedinas,
camino de la escuela, hasta el cuarto peldaño,
-luego tuviste que trabajar aún más duro-
el pasito compadrón, el guardapolvo gris,
heredado de José, que ya había dejado.
La bolsita de género cosida por la abuela Salvadora
en la que restos de lápices, la pluma cucharita,
y una goma gastada por errores emendados
junto al vaso –tarrito aún rojo de conserva,
la pequeña pizarra, descascarada, en la que escribías
con un cacho de yeso y volvías a borrar,
tus sueños de abecedario y la tabla del dos.
¿Por qué me han sofrenado tus locas cabalgatas
montado en el noble y sudoroso Cuervo
o las largas caminatas de tu alma inocente,
blanca como la leche que vendías, al pie de la vaca?
Por qué no me he zambullido en las siestas calientes,
escapadas al Río Luján, que nos bendijo?
Por qué Padre, tanto amor había quedado, hasta ahora,
en lo hermético de un tintero reseco,
en la mudez de una pluma cucharita olvidada?
Capítulo II: Génesis
Romance lunar Paco y la Isabel
a ellos...
El terror hacía cenizas de Hiroshima, la Europa aún su herida no lamía y aquí, en la inocencia pueblerina, en lo alto de un viejo conventillo, para ser más preciso, en el altillo, donde el cielo fugaz viste de chapa y la triste glicina se hace escarcha. Allí aconteció la dulce historia que en mi cuna, dejaran, entre arrullos las sedosas almohadas de la luna.
Era junio muriendo en la tristeza, un invierno colaba su crudeza, por el tajo del tiempo hecho una hendija, en el triste machimbre de la pieza.
Era junio y helábase el brasero, sonrosada su piel tras de la puerta, con vergüenzas de porfías derrotadas, dolor de madrugada y brasa muerta.
Misterios del amor y resolana, en el centro preciso de la pieza, en regazos de linos y el cobijo de la manta entretejida que fue lana; en el seno profundo de la cama, al calor de un abrazo de cansancios, de la larga semana y poca paga.
Fue entonces, casi al llegar la medianoche, blanca luna de humilde carricoche, doncella enamorada del lucero, filtró su luz argenta hecha agujero, por la vieja gotera y la cascada. Así se descolgó, mágico hecho, sobre cuerpos palpitantes y los pechos, en un canto de amor de rosa y lecho. Ella y él meciendo en el beso, cuando labios y pieles entrelazas, al hijo concebían, en el acto ritual que me dio vida.
Naciéndome
Allá donde Laprida
se abraza con la vía,
un marzo atardecer,
bañándome de sol,
perfume de jazmín,
me vió nacer.
Caricias de un candil,
luz primera, sutil,
que hirió mis ojos.
El aire de Maipú,
de niebla y humedal
copó pampa el pulmón
que alzó en mi voz,
el primer llanto,
la fría sensación
de andar en soledad,
de allí a la muerte.
Capítulo II
De mi niñez
Cara sucia
a la manzanita islera y criolla
a los amigos de la infancia
La Sudestada nos mojaba,
hasta la horqueta,
y algo más,
cuando nos conocimos,
purretes.
No tenías el nobre
colonizado
de la “Grani Esmit”,
ni el amarillo enfermizo
de la “Golden Yelou”
ni el sello “for export”
de la engrupida “Deliciosa”.
Vos eras fea, algo pecosa,
embarrada, arañada,
pero que nos importaba
cuando calzando justo
en mi manito cálida,
recibías aquel mordisco
travieso y cómplice.
Días de Tigre y Enero
Las vacaciones de verano eran, para nosotros, una verdadera bendición. Como a ninguna familia del vecindario se le ocurría siquiera, ir a veranear, las pandillas de chicos se multiplicaban como se multiplicaban las horas “de ocio”, ratos libres, decíamos en aquellos tiempos.
Después del almuerzo nos juntábamos frente al conventillo y acordábamos cuál sería nuestra actividad para la larga tarde. Las alternativas eran variadas, ir a pescar mojarras, cazar ranas, afanar ciruelas, ir al club, al campito del useo o jugar un picadito en la calle.
La democracia funcionaba bastante bien, la voluntad de la mayoría era aceptada sin chistar, salvo cunado de ir al río o las largas expediciones en busca de frutas ajenas. En ambos casos, ya sea por razones de lejanía o de peligro, pendía sobre nuestras cabezas, la amenaza de una buena paliza cuando regresáramos.
Entonces se charlaba un poco más pero finalmente los más remisos eran convencidos y se armaba la expedición.
Una vez en marcha, jugando, tirando piedras, haciendo bromas. Sentíamos que el mundo, aquel pequeño mundo de un Tigre pueblerino, nos pertenecía por completo. Calles, campos, bañados, costa, frutales estaban allí puestos para nuestro placer.
El camino era largo, bordeábamos la costa, nos refrescábamos, tomábamos agua, y así, casi sin darnos cuenta, llegábamos al destino elegido.
Trepábamos a los ciruelos preñados de las suculentas “remolachas”, luego del atracón, hacíamos las mil monerías, jugábamos “a Tarzán”, arrojándonos por la cabeza, los carozos pelados, en un clima de total y feliz algarabía.
Pero El Tigre iba cambiando, aquel territorio liberado a nuestras travesuras se fue acotando.
Hacíamos la primera excursión del verano, al mote de los ciruelos, con sorpresa e indignación nos encontramos frente a un alambrado que, perpendicular al río, impedía nuestro acostumbrado paso, decidimos saltarlo. Cuando el último de nosotros lo lograba, aparecieron tres tipos, con cara de poco amigos, que nos dijeron que por allí, no se podía pasar, que aquello era “ propiedad privada” , Desde aquel día odio estas dos palabras. Seguimos nuestro viaje, comimos las ciruelas remolacha como si fuera la última vez. Era, lamentablemente, la última vez.
Al regreso nos esperaban con tres enormes perros, nos dejaron cruza bajo amenaza. De puro tercos, olvimos, al tiempo, el cerco estaba coronado por punzantes alambre de púa los perros ladraban como demonios. Sentíamos haber perdido una parte importante sde nuestro territorio. Pensé en los querandíes.
De regreso, frustrada la aventura, uno de los chicos gritó, con bronca, “¿qué carajos nos importa, nos quedan la costa y el picado en la calle que nadie nos podrá quitar¡”. Repuntó nuestra moral herida y el andar fue menos pesado.
Pero, en el fondo, estábamos derrotados. Con el correr del tiempo, en el campito del Museo Naval pusieron una guardia militar, los autos nos ganaron la calle, a la costa le quitaron los muelles desde los que zambullíamos, el río se contaminó y las mojarritas desaparecieron.
Nuestra generación tuvo, de alguna manera, suerte ya que disfrutamos felices cuando el paisaje de nuestra niñez era de todos y no era de nadie. En el que nuestra imaginación volaba libre y como los pájaros o se zambullía en la fantasía de las charcas, como una verde rana.
Niñez feliz, tiempo y pasado.
Casi olvidada
a Tito Correa
Allá,
en un pibe paisaje duradero,
trazado hasta aquel cielo de baldosas
destino saltarín de mi rayuela,
con un trompo zumbón y compañero,
en el fondo – girando- de las cosas,
dónde huérfana la calle hace su escuela.
Allá,
tras la piedra feroz y la gomera,
bajo plumas, heridas en el combate,
aquel vuelo que no fue sino quedarse.
Tragedia que la vida devolviera,
quebrándome las alas en el embate,
por querer, por solo ser, por animarse.
Allá,
dónde el sauce llorón pare una sombra,
cuando el río cansado hace su siesta,
mi niñez brilla en un salto de mojarra,
pincelada tigrense que la nombra,
bajamares de ausencia manifiesta,
que bebieran los duendes de la jarra.
Allá,
en la casa que la brisa de marzo construía,
con perfumes de azahares y de aljaba,
en jardín hecho de flores y el cariño,
que en maternos labios –madre sonreía,
en el vals , cuando mi padre lo cantaba,
se forjó el corazón de mi alma niño.
Allá,
casi agarrada de una horqueta,
con un perro ladrándole a la luna,
en el cuento aquel de "había una vez..."
olvidada la sonrisa en la cuneta,
como un viejo carozo de aceituna,
quedó, triste olvidada, mi niñez.
Capítulo III
Hola, muerte...
Morires
Entre todos los muertos están mis muertos, mis muertos venerables,
-carezco de otros muertos-
mis muertos compartidos y aquellos sin más deudos ni más rezos que los míos ,
–los muertos que re-mueren con mi muerte-
¿Serán los muertos nuestros, aquellos muertos y su epopeya,
en la piel, la carne, el hueso o lo que reste, en el frio silencio de su tumba?
¿O estarán en los espíritus alegres, transgresores que en sus coplas le cantan a mi almohada,
o al oído me cuentan sus andares despertando noctámbulos anhelos?
¿Así como en su muerte, habrán vivido o confunden las loas cuando evocan?
¿Habrán sido, geniales, buenos tipos o he forjado su gloria en los infiernos
de la fragua pequeña de mi amnesia que no guarda lugar para villanos,
-los que aún muertos jamás serán mis muertos-?
Yo me muero por morir para saberlo,
cuando muero por morir, por ser tu muerto,
el muerto sólo tuyo, tu sólo muerto, el guardián de aquel íntimo secreto.
que omitiera el cincel de la memoria en la piedra falaz de mi epitafio.
Quiero serte el que fui – atardeceres- entre tus brazos,
un andar por la vereda de tu pasos cuando en sueños
acunaba el poema - a flor de labio- nunca escrito.
Ser tu trigo de abril, el pálido jazmín que aún aroma,
un clavel encarnado, en el rizado viento de tu pelo,
la caricia inaugural que nos paría, un aroma de beso en madreselvas
y la luna, y los grillos y la alameda y la noche gentil que nos mecía.
El rubor matinal de nuestras pieles, desnudas, entrelazas, virginales
aquel fuego de amor adolescente naciéndose entre linos de distancias
-pagana comunión de nuestras almas, instante-eternidad que nos podía-
No me busque tu llanto bajo el mármol de la lápida guardiana del olvido
seré sólo “luz buena” en camposanto, una brisa bañada de cipreses,
el errante cometa que allá guíe cuando ausentes las lunas, en la penumbra ,
en el vuelo gorrión más proletario y ese canto matrero del jilguero,
en la cuna lodal del viejo río y el abrazo raigal de mis ancestros.
Allá me encontrarás hasta otra muerte - mi muerte del final, del no retorno-
Cuando caigan de tus no-brazos mis despojos, cuando ruede rota mi alma sin-luceros
en la lágrima nonata que en tus ojos, en la flor en la que ayer me has olvidado.
La Tía Rufina
Fue allá por el verano de 1950 que tuve la primera noción de la muerte. Junto a otros chicos del barrio, jugábamos a la bolita, sobre un pequeño rectángulo pelado de todo pasto, de aquellos que se formaban en las las baldosas faltantes de las veredas de barrio. Un hoyo, un lazo y un tiro y a jugarse a cara o cruz en cada encuentro de hoyo y quema, con cuarta o sin cuarta, o el “rompe paga” y la bronca de “garpar” cabizbajo, una bolita, en un crudo tributo en la derrota. Entregar, en mala racha, la más fea, la cachuza, y sufrir en la sangría que no cesa, y se van las moteaditas, el ojito, el bolón y la lechera y, al final, pedir el humillante perdón para que se te cobrara la puntera.
El sol del mediodía caía a pique sobre nuestras peladas cabecitas, como música de fondo, las chicharras ensayaban aquel canto de amor, desde la parra.
Estábamos totalmente enfrascados en la magia del juego, nuestro pequeño mundo se restringía a aquellos pocos metros cuadrados de tierra gredosa en los que poníamos en juego nuestras habilidades, nuestro prestigio y nuestro capital lúdico, las bolitas.
El Josecito llegó con la mala noticia “se murió doña Rufina” dijo con un chillido histérico, excitado por ser portador de la noticia que él mismo había escuchado en el almacén y a sabiendas del misterio y temor que la noticia de una muerte cercana traería sobre nuestras mentes .
Doña Rufina era nuestra vecina inmediata, una señora mayor que emigrara, junto a su marido, desde su Valencia empobrecida y se instalara en un extraño edificio de madera totalmente forrado con chapas acanaladas de zinc. Digo extraño por las enormes dimensiones que, en sus dos plantas, albergaba a ocho familias que, de a pares, compartían retretes, piletas de lavado, entradas y espacios comunes del amplio fondo.
Para la jerga barrial, aunque los inquilinos tratábamos de elevar su categoría, aquel caserón era sólo “el conventillo de Emilio Mitre”.
Yo la quería mucho, con mis pocos añitos, solía hacerle algún mandado, al almacén, por el que generosamente me retribuía.
Solíamos encontrarnos luego de la siesta, ella fregaba la ropa, en la pileta común, vestida con un viejo batón, negro como el delantal y el pañuelo con que cubría su cabeza.
De ojos eran claros y piel arrugada. Sus manos sarmentosas, curtidas por el trabajo y la edad nunca fueron escollo para poder disfrutar de sus caricias.
Me acercaba y ella estaba ya lista para hacerme el encargo que era solo un pretexto. Me daba las monedas necesarias y salía yo disparado hacia el almacén.
Esperaba mi regreso aun fregando. Con una sonrisa, recibía el paquete envuelto en papel de estraza, me daba las gracias, acariciaba mi cabecita pelada, se detenía ora sobre mi mechón blanco, ora en alguna cicatriz, resabio de algún certero piedrazo. Llena de ternura, me pedía que le recitara aquel verso que ella me enseñara, entornaba sus ojos y sonreía dulcemente, como volviendo a su niñez al tiempo que mis labios ceceosos pronunciaban:
“Jesucito chiquitito,
fuiste niño como yo,
por eso te quiero tanto,
con todo mi corazón”
Luego, se persignaba y me regalaba una monedita de níquel o cobre, de cinco o diez centavos y yo salía, nuevamente, disparado hacia el almacén a comprar aceitunas.
Quise mucho a la “tía Rufina” y la noticia de su muerte me conmovió en lo más profundo.
Era la hora del almuerzo, mi padre no me llamó con su silbido inconfundible, esta vez, salió a la puerta indicándome, en voz baja, que ya íbamos a comer.
Una nutritiva sopa y una fuente de milanesas con puré, constituían aquel generoso almuerzo, de todas maneras, no las sentí sabrosas, como otras veces.
Mi mamá estaba mejor vestida que otros mediodías, parecía haberse adelantado al atardecer. No llevaba su ropa de entrecasa, vestía aquel conjunto gris que tan bien le quedaba, lucía su cabello recogido, prendido con aquel peinetón de la abuela, sus mejillas matizadas por un “colorete” y el rojo de sus labios rojos señalaban que algo fuera de lo común estaba sucediendo.
Hablaban más bajo que de costumbre y la radio estaba apagada. Fue aquel ambiente de pesar el que me llevó a preguntarles si era cierto que había muerto la tía Rufina.
Hubo un pesado silencio, mi madre me respondió con cierta ambigüedad que la tía Rufina se había ido al cielo.
El almuerzo fue callado, yo me sentía inquieto, apoyaba y soltaba mis pies sobre el transversal de la vieja silla de madera torneada y junco, tenía ganas de salir de aquella cocina de piso de madera que me atrapaba, cruzar el marco de madera de la puerta en la que una laucha había hecho un agujero por cuyo control luchaban el pequeño roedor, a fuerza de tozudez, y mi madre taponándolo con un corcho, una y otra vez.
Nunca había deseado tanto que el almuerzo terminara. Finalmente llegó la naranja y luego de un té con bombilla, mi padre se levantó, nos saludó y se encaminó, no sin cierta contrariedad, a completar su hornada de trabajo.
Me quedé un rato junto a mi madre luego, con el pretexto de facilitar el barrido de la cocina, me fui, con disimulo, hacia la calle.
Algunos de mis amigos estaba con su pelota rayada de goma bajo el brazo como convocando al picado de la tarde, de a poco nos fuimos juntando, estábamos desganados, finalmente, no hubo fútbol. Quedamos sentados sobre el cordón de la vereda, bajo la sombra de plátano y dejamos transcurrir el tiempo. Muchas vecinas, con sus mejores vestidos de tonos apagados entraban a la casa de la tía fallecida. Llevaban una pañoleta sobre su cabeza, en una mano,un pequeño y grueso libro negro y uno de esos collares con una cruz, con los que en la casa de Leonor se rezaba el Rosario, en la otra, un ramo de flores recién cortadas de los propios jardines. Blancas calas, pimpollos de rosas aterciopeladas o la más humildes, rosas pálidas de cerco, gladiolos, dalias, y margaritas, algún jazmín, aromados alelíes.
Solo aquellos que han cultivado su jardín saben el gesto de desprendimiento, afecto y reconocimiento que una ofrenda de este tipo significa.
Los ramos estaban envueltos con papel celofán y atados con una cinta de la que pendía una tarjeta con el apellido familiar.
La tarde fue avanzando en aquel clima de duelo, vueltos de sus trabajos, los hombres, vistiendo también sus mejores galas, comenzaron a llegar para saludar a los deudos.
Aquella vez nos olvidamos de Tarzán y Poncho Negro. Al anochecer, los padres volvieron a sus casas y los chicos, tras de ellos, a cenar y acostarse temprano.
Mi habitación lindaba con la del velatorio por lo que me resultó difícil conciliar el sueño ante el constante ruido apagado de pasos, sollozos y murmullos, finalmente lo logré.
Me desperté temprano, ya mis padres estaban levantados, seguían vestidos con elegancia, mi madre me preparó el desayuno que apuré mientras ellos tomaban mate, luego levantó la mesa, ordenó ligeramente la cocina, se quitó el delantal, mi padre tomó el sombrero, salieron del brazo.
Al Salir me dijeron que estarían al lado, en la casa de la tía Rufina, que me portara bien y que, si me juntaba con mis amigos, no hiciéramos alboroto; luego, ellos irían al cementerio, me insistieron que me cuidara, que no me moviera de la cuadra, que muy pronto regresarían.
Otra vez aturdido, salí poco después que ellos, me dirigí a nuestro lugar de encuentro, en el cordón de la vereda, bajo el plátano.
Los chicos nos fuimos juntando de a poco en nuestro lugar de encuentro. La concurrencia a la casa de la tía Rufina iba en aumento.
Notábamos una atmósfera de tensión, el nerviosismo se acrecentaba. Algo importante estaba por suceder.
Los presentes abandonaban la casa de duelo y se reunían en la vereda.
Miraban hacia la esquina de Alsina, por allí aparecieron dos briosos caballos percherones negros arrastrando sudorosos una brillante y negra carroza coronada por una gran cruz, la seguían otros tres carruajes pequeños igualmente negros y lustrosos. “en el más grande se lleva el cajón, el otro es para llevar las flores y en los dos últimos van los parientes”, nos decía, por lo bajo, el José que no estaba dispuesto a perder protagonismo. De todas maneras, agradecíamos a su fina vocecita que nos sacaba por un instante de aquel momento oprobioso.
Aún no todo estaba dicho para nuestra conmovida mente infantil, cada carruaje era conducido por un par de cocheros de capa y galera totalmente negras, uno de ellos con un largo látigo que hacía chasquear sobre la cabeza de los caballos. Sus manos enguantadas con contrastantes guante blancos completaban una imagen de misterio y ultratumba que nos atemorizaban hasta la médula.
Apretujados, no nos movíamos del lugar, la boca reseca y las manitos húmedas marcaban ese temor a lo desconocido con que la muerte nos embargaba.
El carruaje principal paró frente a la casa, seguido por los tres restantes.
Desde adentro se escucharon llantos más fuertes. “Están cerrando el cajón”, acotó el José, en voz baja. Los
acompañantes de los cocheros, comenzaron a sacar y acomodar las ofrendas florales en el carruaje correspondiente. Dos palmas y una corona –que así se llamaban, según nuestro inagotable relator, eran reservadas para la carroza principal.
Las muestras de dolor se multiplicaron cuando, por el estrecho vano de entrada, apareció la caja de madera lustrada, llevada a pulso por los hombres, entre ellos y para mi orgullo, mi padre.
“Ahí adentro va doña Rufina”, dijo el José. Todos lo miramos desconcertados. Mi confusión fue en aumento.
Tras acomodar las flores, el primer carruaje arrancó lentamente, al chasquido del látigo. La carroza era seguida por el cortejo, los hombre se relevaban para llevar el féretro.
Pasaron frente a nuestros ojos, sin pensarlo, nos paramos siguiéndolo en silencio, desde la vereda.
Llegados a la calle Alsina, casi al doblar, subieron el féretro a la carroza y reacomodaron las flores. Todo estaba listo para el viaje final.
Los familiares subieron a los pequeños carruajes de duelo, algún vecino aportó un viejo Ford, otro una chatita, alguno que otro auto. En estos vehículos se acomodaron las más viejos, el resto tomó un colectivo de la línea 68, todos se perdieron, al final de la calle. Alguno de los que se quedaron dijo, al pasar: “ pobre doña Rufina, ya va camino al cementerio”, otro le contestó “allá iremos a parar todos” y se persignó.
Sentí ganas de gritarle que estaba equivocado, que ella se había ido al cielo como me había dicho mi madre. Una duda me contuvo. La angustia se apoderó de mí, al no poder saber, con toda certeza, cuál sería el destino de mi querida tía Rufina.
Los Angelitos.
Yo no sé si las muertes de niños eran más frecuentes. Tal vez la pobreza, una mayor exposición a las enfermedades y la falta de los medicamentos adecuados, fueran causas determinantes de un fenómeno que, por presentarse con toda crudeza podría haber incidido en la subjetividad de mi apreciación. La casualidad y la mayor exposición de mi temprana edad pueden haber contribuido a mi exagerada percepción.
Lo cierto es que recuerdo, de aquellos tiempos primeros, la muerte de varios niños y jovencitos muy cercanos. Sólo me referiré, aquí, a tres de ellos.
En aquel conventillo disfruté de mis tiempos más bellos pero la muerte supo mostrarme su cruel y trágica contracara.
Digo esto porque poco después de la muerte de la tía Rufina, la tragedia volvía a pegar muy cerca. La víctima un bebito cuyos padres vivían también pegados a nosotros, separados por el otro delgado tabique divisorio
La parca volvía a presentarse ante mí, me rodeaba y yo, en mi inocencia, la recibía con un “hola muerte”.
Pasó un tiempo, la tragedia se alejó, solamente, dos cuadras para llevarse al hermano menor de un compañero de escuela. Un poco más adelante, volvía a la cuadra, una adolescente amiga, “La Ñata”, sería su víctima
¿Para qué más? Desempolvo mi dolor para tratar de entender este duro aprender a la muerte que sólo concluye con la muerte misma.
Morir naciendo
A mis frescos nueve años, la muerte volvió a sacudirme. El pequeño había nacido con graves dificultades, estuvo internado en la maternidad de Tigre, durante cuatro meses hasta que falleció a pesar de los esfuerzos de los médicos, por salvarlo.
La muerte, que no llega sola, encontró al padre sin trabajo y a la familia sumida en la pobreza. Los vecinos hicieron una colecta para comprar el cajoncito blanco y ordenar un velatorio ajustado a tan paupérrima situación. Restaba resolver el tema del sepelio. Se comentaba que el padre había recibido unos pocos pesos de la municipalidad pero que los había tenido que destinar a la compra de remedios para la esposa cuya salud se había resentido, entre el trajín y la desgracia. Apurado por la morgue que ya mantenía el cadáver más allá del tiempo que marcaba el protocolo, el buen hombre consiguió a través de algún alma piadosa, una autorización para hacer el traslado del cuerpo al cementerio de una manera muy original, evitando los costos de la empresa fúnebre.
Empecinado en que su hijo muerto no fuera enterrado de oficio, rogó a las autoridades competentes le permitieran trasladar al angelito con la dignidad que se merecía. La idea era transgresora pero en aquel Tigre pueblerino y bonachón, todo era posible
Su propuesta, basada en su situación económica y el poco peso del ataúd, consistía en organizar una suerte de sepelio épico en el que el pequeño cajón fuera llevado, a pulso, por un grupo de niños del barrio vistiendo su guardapolvo escolar que se alternaría en la tarea.
A través de un vecino policía, tuvo la confirmación de que el comisario haría la vista gorda y que el encargado del cementerio no presentaría ninguna objeción al recibirlo, mientras se presentara el acta de defunción. Faltaba conseguir la aprobación de los padres ya que los chicos estaríamos totalmente predispuestos a participar en aquella extraña aventura.
Con más de veinte chicos convocados, el traslado y las postas para cubrir el largo camino al cementerio. Estaban garantizados.
El pequeño difunto fue velado a cajón cerrado, unas pocas horas de un día sábado. Pasado el sol del mediodía, la caravana se puso en marcha. Adelante, portando una gran cruz de madera, el padre, flaco, de barba larga y tupida, de expresión mística, calzando unas gastadas botas de cuero y bombachas pardas sujetas por un ancho cinturón, luego el cajoncito blanco llevado por los chicos de blanco y almidonado guardapolvo y aún más blancos guantes, inmediatamente después, los que portaban las humildes ofrendas florales, luego los relevos y finalmente unos pocos y discretos acompañantes.
Ninguno de nosotros había querido perderse la oportunidad de conocer el misterioso cementerio, en mi caso pesaba, además, el desvelo por despejar mis dudas sobre el destino final de los muertos, tema que no dejaba de angustiarme.
Aunque mis ávidos ojos deben haber registrado cada detalle de aquel hecho, mi memoria, piadosa, los borró definitivamente.
Fui el único que se aferró a una manija y no la soltó hasta llegar frente a la fosa, mi curiosidad podía más que el cansancio. No quité los ojos del ataúd, atento a cualquier maniobra evasiva del chiquito muerto.
El Josecito que, naturalmente, había sido de la partida, sentenció: “los chicos que se mueren son angelitos y van al cielo directamente”.
Esto aumentaba mi temor al no saber si, en caso de que el féretro comenzara a volar, debía yo sujetarlo aun a costa de ser arrastrado con él hacia el cielo.
Por suerte, nada de esto sucedió y llegamos a destino sin mayores complicaciones. El sepulturero y la negra fosa me conmovieron en un acto inaugural que aún me acompaña: el golpeteo de los terrones sobre un ataúd .
Enterrado, bajo unas cuantas paladas de tierra quedaba el bebito en su cajón ¿o sólo el cajón? ¿Habría volado o volaría más tarde?
En de una plaza cercana, comimos unos sándwiches de mortadela, regados con abundante agua para aplacar nuestra sed.
Luego del corto descanso, emprendimos el regreso a pié, parecíamos una pequeña majada volviendo al corral.
En mi relación con la muerte, había dado un paso importante, sabía, ya, cuál era el real camino de los muertos, aunque no todavía, su destino final.
El mojarrero
Desapareció un mediodía, su familia vivía justo frente al Río Lujan. Tenía solo cinco años, trató de imitar a sus hermanos mayores, tomó la cañita y el tarro de lombrices y cruzó la Victorica. Soñando con pescar alguna mojarra, se acercó al muelle de madera, ahí nomás, pegadito al club de remo.
Se dio la alarma, el vecindario lo buscó por todo el barrio, los chicos imitábamos a los mayores, voceábamos su nombre, aún sin dimensionar el drama en ciernes.
El hermano mayor notó la ausencia de su mejorero y el tarrito de lombrices. Tuvo un presentimiento que se haría realidad
Fue hasta la costa, allí, flotando junto al muelle, estaba la pequeña caña de pescar, enredada en un peldaño de la escalera, más allá, enganchado a una amarra, su gorrito blanco.
No hubo dudas, los muchachos se zambulleron y bucearon, repetidamente, pero fue en vano.
La Prefectura, trajo a remolque un pequeño bote de rastreo.
Tres marineros tiraban el grampín arrastrado una y otra vez hasta que finalmente lo localizaron, bajo la rambla del Argentino. El cuerpo, sin vida, salió a la superficie, enganchado de su pantaloncito
Mi madre cortó unas flores de nuestro jardín, armó un lindo ramo que llevé con dolor y recogimiento.
El impacto emocional debe haber sido muy fuerte, el ambiente acongojado, los llantos, la escenificación, y ese particular olor de las flores ofrendadas, quedaron definitivamente asociados a la muerte institucionalizada. Junto al féretro, me encontré frente a frente con el rostro de la muerte. Aquel rostro infantil, pálido como las mortajas que la rodeaban, me aportaba la certeza necesaria, los muertos iban, casi con seguridad, dentro de su ataúd, a una fosa en el cementerio. Mis dudas, en este aspecto, se habían disipado, una nueva pieza del rompecabeza era colocada aunque me llevaría más de una vida el completarlo. Al día siguiente, temprano, la carroza blanca partía hacia el destino ya conocido.
Comencé a aceptar que el Josecito, tal vez, tenía algo de razón.
La parálisis infantil
La Ñata era la hija única de un matrimonio mayor, humilde, querido y respetado por el vecindario, Don Roca y doña Luisa.
Él era carpintero y vestía los 365 días del año con un pantalón y una camisa azul de trabajo, ella era ama de casa.
No eran muy dados aunque buena gente. Por las tardes, veían pasar la vida apoyados sobre la barandilla del alto corredor que daba a Emilio Mitre.
Tuvieron una hija poco mayor que yo. De carácter seco, al igual que sus padres, sin embargo buena amiga mía.
Heredó de doña Luisa una filosa y larga nariz y una miopía que la llevaba a usar anteojos permanentemente. La apodaron “la Ñata”, mote con el que convivió durante su corta vida.
Era el desvelo de su padres quienes, a pesar de su humilde condición, trataron de darles la mejor educación. Era una eximia pianista. Yo era uno de los pocos chicos que frecuentaba su casa En el barrio, no creo haberla visto en un solo cumpleaños, sus padres fueron siempre temerosos de que ella se contagiara de las frecuentes epidemias de la época.
Ironías de la vida, salvó, tal vez, del sarampión, la tos convulsa, las paperas, la varicela, y otras enfermedades corrientes, pero fue víctima del más cruel flagelo de aquellos tiempos, ¡la parálisis infantil! o poliomielitis, como luego se la llamó.
Corrían los años cincuenta, la epidemia asolaba y aterrorizaba, no existían vacunas y las únicas medidas sanitarias eran: lavarse las manos, evitar lugares muy concurridos y, sobre todo, no dejar de llevar, colgada en el cuello, una bolsita de alcanfor, al que se le atribuían propiedades preventivas. Se suspendieron las clases y se comentaba quie, las familias adineradas se refugiaban del flagelo en la soledad de sus estancias. Para los pobres, solo era cuestión de aguantárselas con el alcanfor y la ayuda de Dios.
A mi amiga la Ñata, Dios no la ayudó a pesar que sus padres fueron de los más precavidos.
Un día nos desayunamos con la terrible noticia: a la Ñata le había agarrafo la parálisis infantil. La mala nueva corrió como un reguero de pólvora. Estaba internada en el Hospital de Tigre, la enfermedad se fue extendiendo por su cuerpo, le atacó el pecho, no podía respirar, la cosa iba de mal en peor. Don Roca y doña Luisa dejaron de verse apoyados en la baranda, permanecían todo el día en el hospital.
Una pequeña luz de esperanza se abrió cuando llegaron los pulmotores, unos aparatos que facilitaban la respiración, en este tipo de casos. Evita, a través de la Fundación, compró una cantidad de estos novedosos ingenios. “Ahora, ya está en el pulmotor” fue el comentario alentador. No hubo caso, la Ñata murió una triste mañana, el barrio vistió luto.
Desde entonces asocié pulmotor a muerte preanunciada y supe que la muerte, también, podía ser preanunciada.
Las autoridades sanitarias pusieron ciertos reparos pero, finalmente, la Ñata fue velada en su casa de Emilio Mitre.
Ya tenía edad y experiencia para concurrir a un velorio. Allá fui, meticulosamente aseado, con el consabido ramo de flores.
Hice coraje para pasar bajo la vieja pérgola, subir las escaleras y dirigirme al cuarto en el que la velaban.
A pesar de mi conocimiento, la muerte parecía sorprenderme en cada oportunidad.
Otra vez el cajón blanco, cerrado por razones de higiene, la gran cruz de la cabecera, las flores y su olor particular, aún el dolor y la desesperación de los deudos formaba ya parte de mi tétrico panorama.
Mi angustia mayor estaba allí vinculada a una fuerte sensación de vulnerabilidad frente al flagelo, el lazo afectivo, su cercanía, me harían sentir de allí en más, que yo también era pasible de la muerte y que esta me acosaría durante el resto de mis días.
Saludé a sus padres y permanecí un largo rato en aquel cuarto donde solíamos jugar. Intenté distraerme para bajar el agobio, observé con detalle el movimiento de la gente y las pequeñas rutinas que hacen al desarrollo de un velorio. El Josecito se iba haciendo grande y alguien debería tomar la posta para a vivar a los más chicos.
Al otro día, temprano, volví en compañía de mis padres. Luego se iniciaría una segunda parte del ritual al que ya me estaba acostumbrando y, por lo tanto, no me sorprendía. Llegaron los carruajes blancos, sacaron las flores, el ataús, llevaron, a la Ñata, a pulso una decena de metros, la cargaron en la carroza y partieron, todos, hacia el cementerio. Ya no dudaba sobre el itinerario de los muertos. Solamente me acuciaba la incertidumbre respecto a su camino alternativo hacia el cielo. Confiaba ciegamente en mi madre y sabía que aún quedaban misterios por develar.
Capítulo III
De mi clase
A la Escuela nº 6 de Tigre
Alfabetizado.
a la otra escuela.
a mi Vieja
Mi mamá me ama,
amo a mi mamá.
Así en la escuela
conocí la “eme”,
pero a querer mi Vieja
me enseñó la vida.
"La Perla Negra"
A María Cecilia,
a aquel amor niño
que renace.
La señorita Lydia, mi maestra de cuarto grado me notó extraño. No era para menos, estaba preparando la hazaña más maravillosa de mi vida: rescatar la famosa perla negra de las fauces de la ostra gigante del Mar de Coral Rojo, allá, en el temible Océano Índico.
Nunca había estado allí, pero reconocía todos y cada uno de sus vericuetos, contaba, ya, con un preciso mapa.. La ayuda de Sandokán (El Tigre se la Malasia) me resultó valiosa, sin su aporte radial, nada hubiera sido posible. El intento era inminente y la sensación de riesgo exaltaba mi romanticismo.
María Cecilia, a mi amada María Cecilia, entregaría el botín de mi aventura:
¡La perla negra! ¡La que ni el propio Sandokán y ni su mismísimo contramaestre habían podido rescatar! Llegó por fin el jueves. No demoré, a la salida del colegio, ni figuritas ni bolitas ni peleas.
Como de costumbre, la merienda estaba lista y humeante cuando llegué a mi casa.
Mi madre había salido por lo que dejé la taza del caliente cacao y me fui a la pieza.
Encendí la vieja radio, su ojo mágico y verdoso como el de un calamar gigante, me puso en clima.
Todo se daba según mis planes. Tenía, todavía, algunos minutos. Saqué de un baúl las prendas necesarias.
Me puse un holgado pijama de seda en desuso de mi madre, que aseguré con un grueso cinturón, até sobre mi cabeza, un pañuelo rojo de igual paño.
En el alhajero me esperaba un aro de gran argolla que prendí en mi oreja izquierda.
Un infaltable par de botas de mi padre completó la vestimenta. Luego solo fue cuestión de pintarme una barba y los bigotes y calzarme, a la cintura, la enorme cuchilla que pendía sobre la pared de la cocina.
Me miré al espejo,¡ parecía el mismísimo Sandokán!
Tenía aún cinco minutos, repasé mis rutinas, todo estaba en orden.
Pensé en el asombro y alegría de María Cecilia al verme, sombrero en mano, arrodillado frente a ella, entregándole la ofenda, fruto de mi hazaña.
¡Reinaría, junto a mi amada, ante la admiración de amigos y adversarios!
Unos últimos retoques frente al espejo y ¡A navegar, Tigrecito, sobre la cama matrimonial!
La radio anunciaba la llegada de Sandokán!
El bergantín pasó, frente a mí, a las dieciocho y tres minutos. Me colgué del cable de la araña, volé en un movimiento pendular calculado y caí en la bodega, entre unos sacos de arroz. La tripulación no pudo observarme. Actué rápidamente. Acomodé mi vestimenta y fui directamente a hablar con el Tigre. ¡Con el Gran Sandokán! Enmudecí frente a su figura. Tragué saliva y grité con todas mis fuerzas. "¡Soy el grumete ErreCé, embarcado en Puerto Valientes. A sus órdenes señor!
Enfrentó mi dura mirada. "¡A fregar la cubierta!" me gritó. "Algún día seré vigía" pensé, resignado, mientras observaba,
con admiración, al tuerto pata de palo que, entre cordajes y velas oteaba el horizonte desde lo alto del mástil mayor.
Debía apurar mis planes, si es que quería lograr mi objetivo.
En cuclillas, cepillando los sucios tablones, fui arrastrando el balde con agua enjabonada hasta quedar detrás del timonel. Era el momento crucial, necesitaba de todo mi poder mental. El hombre barbudo, imperturbable, acariciaba con firmeza la enorme rueda del timón.
Me concentré, tratando de dominar con mi mente, su tosco pensamiento.
Él permanecía inmutable, a pesar de la energía con la que mi cerebro emitía las órdenes. ¡”Ciento ocho grados a babor"! ."¡Rayos y centellas!". "¡Ciento ocho grados a babor, he dicho"!
El enorme esfuerzo dio su resultado, el timón comenzó a virar buscando el rumbo ordenado: hacia el Arrecife Rojo, dominio de la Ostra Gigante que guardaba en sus entrañas la Perla Negra.
Los vientos borrascosos soplaban a mi favor, nadie notó el cambio de rumbo.
"¡Extiendan el velamen completo!", ordené, tensando mis neuronas. "¡Adelante a toda vela!".
Consulté la pequeña carta, sacada de un extenso relato de mí héroe, referido a la codiciada perla. Un viejo mapa de Oceanía, hallado en un cajón me ofrecía mayores datos.
Mi corazón latía aceleradamente. ¡Estábamos ya sobre el arrecife!
Me preparé para lanzarme por la borda. Un serio imprevisto me detuvo. Estábamos en plenamar, el arrecife de coral no alcanzaba a emerger sobre las turbulentas aguas.
Dudé. Era mi única oportunidad, el tiempo volaba, el episodio estaba en pleno desarrollo y la nave dejaría muy pronto aquel punto remoto y anhelado.
Pensé en María Cecilia besándome la frente, en el asombro y admiración de mis compañeros y en la Señorita Lydia que, finalmente, tendría que mandarme a la Bandera.
¡"Ni un solo instante más!, me dije.
Apreté el grueso cuchillo entre mis dientes, me quité las botas de mi padre, pues según él, era muy difícil nadar con ellas puestas".
Y... ¡Al ataque!
Aspiré profundamente, antes de tocar el agua. Con el mismo envión de la zambullida, me sumergí varias decenas de metros. El arrecife rojo apareció frente a mi vista. Lo veía como una fotografía corrida, tal era la velocidad con la que nadaba hacia el fondo mismo del océano.
Aunque con una buena reserva de aire puro, sentía que el tiempo escapaba de mis manos. Dupliqué el ritmo de brazadas. Finalmente la vi.
¡La ostra estaba allí!
Sobre un fondo arenoso, en el centro de un jardín de algas floridas, rodeado de miríadas de pececillos de colores, me esperaba el botín más preciado.
Sus valvas entreabiertas dejaban sobresalir unos largos tentáculos, dos de ellos remataban en enorme ojos redondos.
Me vió, intuyendo mis intenciones. Abrió sus valvas amenazadoramente. Confieso que casi logra disuadirme.
Pensé en María Cecilia, en el valiente Sandokán, en mis amigos. ¡Mi suerte estaba echada!
Di las últimas brazadas, el monstruo extendió sus tentáculos y abrió aún más su enorme boca. Yo tomé el largo cuchillo y arremetí con todas mis fuerzas, no quería lastimarlo,. El choque desprendió un chisporroteo debajo del agua. Los peces se alejaron, las algas cerraron sus flores. El cuchillo quedó trabado entre sus abiertas fauces. El aire comenzaba a faltarme.
Alcancé a divisar la enorme perla negra en el fondo de sus carnes.
No tuve fuerza para el intento final, dejé la cuchilla allí encajada, emergí rápidamente, trepé por un cabo de popa.
¡Menos mal!, el Tigre de la Malasia y sus valientes tigrecitos, se despedían hasta el próximo episodio.
Me descolgué por el mismo cable de la lámpara y caí, exhausto en la cama de mis padres, consiente de mi fracaso.
No pude volver a mirar a los ajos azules de María Cecilia, frente a mis compañeros seguí siendo uno de los del montón.
Desde entonces, mis expectativas de arriar la bandera azul y blanca de mi escuela quedaron tan sepultadas como aquella Perla Negra, en las profundidades del Océano Índico.
Cuando mi madre regresó, ya estaba todo en orden, una aburrida radionovela gemía por el parlante de la radio, mientras una lágrima parecía correr por el ojo mágico.
Estuvo un tiempo preocupada, buscando el desaparecido, viejo cuchillo carnicero de la abuela.
Yo, por mi parte, no me animé a dar, jamás, explicación alguna.
Palabra escrita
a Pichi, a Pibín, a Susana, a Sara, a Lydia Beatriz
ellos me iniciaron en la mágica aventura de leer y escribir,
a la Srta. Directora que, seguramente, insistiría, en el final de mi cuaderno con un "muy bien, sigue así y serás felicitado"
Muchacha que se desliza,
magia del trazo elegante
sobre un pedazo de tiza,
un respiro y adelante
sobre la negra pizarra.
Queda de blanco tu huella,
como volar de cigarra,
como en la noche una estrella.
El saberte es como amarte,
con tu hilacha firme y mansa
teje la obrera con arte,
la frase de su esperanza.
La mano tosca del hombre,
al correr se vuelve niño,
el niño aprende a decirte:
Patria, pan y libertad,
Padre, mañana, lucero,
Madre, trabajo, ternura,
Hermana, rosal, jilguero.
Vida, justicia, hermosura,
Sudor, lucha, compañero.
Muchacha que te deslizas
sobre un pedazo de tiza,
caminitos hecho sueño,
de los andares sin dueño,
cosechera de memoria,
Pueblo que escribe su Historia.
Gomita
a su arte humilde a mis compañeros de escuela primaria
A Alberto Gómez, lo llamábamos “Gomita”, vivía a cuatro cuadras de mi casa y fuimos compañeros, de primero inferior a sexto grado, en aquella escuela nro. 6, pública, laica y gratuita. Le pusimos aquel apodo combinando, con es saña que denominábamos “picardía” y que servía para resaltar más una limitación que una virtud. Porque “Gomita” era un antojadizo diminutivo, derivación de su apellido, que lo estigmatizaba por su baja estatura, ya que ocupaba el primer lugar de la fila Seguramente que si hubiese sido el más alto del grado no lo hubiésemos apodado “Gomota”, por dos motivos, el primero porque si al grandote no le caía bien, tenía las herramientas físicas como para desalentar al primer atrevido. Ser grandote era un atributo positivo socialmente reconocido y reverenciado. Por contraposición, “Gomita”, ha sido uno de los grandes compañeros de mi infancia. Lo recuerdo con especial cariño por muchos motivos valorables, entre ellos, el permitirme ser el segundo o tercero de la fila, evitando así gran parte de los desplantes que él se cargaba. ¡Grande Gomita!, nunca supimos agradecerte el que nos hubiera evitado a cualquiera de nosotros ser el petizo del grado y esto, aunque sólo fuéramos unos pocos centímetros más idiotas. Gomita era un alumno del montón en un curso sin poco ni mucho brillo. Eso sí, tenía una virtud en la que superaba, largamente, al resto de sus estirados condiscípulos, su envidiable capacidad para el dibujo que nunca fue destacada lo suficientemente por las maestras, tal vez por su humilde origen o porque sus padres no participaban activamente en la vjda de la escuela. Porque los padres de “Gomita”, seguramente por esa autolimitación de aquellos que se sienten excluidos, no frecuentaban al grupo de padres que, en parte solidariamente y en parte con algún afán de figurar, colaboraban en las tareas de apoyo a las autoridades escolares. En mi caso debo aceptar que fui casi un buen alumno en la primaria, rápido para matemáticas, bueno para la “composición”, aceptable en gramática, regular en conducta y bueno en aseo, pero el dibujo fue siempre mi mayor frustración. Mis ilustraciones, eran realmente un verdadero desastre. Aún hoy puedo constatarlo en la colección de mis cuadernos, de primero inferior a sexto grado, que conservo gracias a la dedicación de mi madre. Gomita no solía destacarse –ni bien ni mal- en ninguna de las materias “duras”. Pasaba desapercibido, durante todo el año, salvo para los más cercanos en orden de estatura, porque así nos ubicábamos en los bancos. Los de su cercanía reconocíamos la magia de su trazo certero en el dibujo, de su manejo armónico de los colores, un raro talento que le hubieran permitido lucir sus cuadernos, cosa que su timidez le negaba .¡Cuántos, habremos recurrido a su arte y generosidad para salir del apura frente a un dibujo requerido! Para el resto de los compañeros era casi ignorado y desestimado. �� Esta era sólo una de las muchas pequeñeces que salpicaban a la igualdad propuesta por el guardapolvo blanco común y se colaban, con crueldad, en nuestros infantiles corazones. No todos éramos iguales, sólo éramos un poco más iguales. Durante todo una año de bajo perfil, Gomita alcanzaba su real notoriedad y reconocimiento con la llegada del fin de curso. Entonces todos olvidaban que era el primero de la fila, que sus padres no participaban en la cooperadora y que su guardapolvo no era tableado sino liso y tantas otras estupideces discriminatorias. Desempolvando nuestro el espíritu solidario nos agolpábamos frente a su pupitre para pedirle que nos ilustrara, al estilo pergamino, la hoja del cuaderno que nos serviría para recolectar las firmas de salutación y buenos augurios que, cada final de año, se repetían, sistemáticamente. Gomita, generosamente, no paraba hasta que el último pedido no hubiera sido satisfecho. Luego venían las vacaciones, el olvido, el anonimato, el próximo grado, la subestimación. Todo esto, hasta que el nuevo fin de curso requería de su arte. Así fue durante largos siete años. En una oportunidad se enfermó y me honró con el pedido de que le acercara los deberes durante su convalecencia . Allí conocía a sus padres, la mamá era una señora menuda, de pelo recogido, calzaba gruesos anteojos ,zurcía y bordaba “para afuera” reforzando el magro presupuesto familiar; el padre, pintor, retacón de rasgos fuertes, muy callado. La humilde vivienda me pareció gris y triste. Todo cambió, cuando se encendieron las luces. Mágicamente aparecieron cortinas y manteles bordados y cuadros, bellísimos cuadros desparramados por doquier. Paisajes, personajes, rostros, animales, naturalezas. Me sentí conmovido por esa alegría interior que guardaba la casa. Totalmente sorprendido, indagué sobre el autor. “Es mi viejo” me respondió mi amigo, con timidez. “Él es letrista, pinta carteles, pero cuando tiene tiempo y guita, e dedica a estos cuadros”, continuó, como disculpándose. De vuelta a casa, les conté a mis padres sobre las maravillas que había descubierto, en la casa de mi compañero. Recuerdo que mi madre me respondió: “Él no prejuzgar te ayudará, siempre, a disfrutar de estas gratas sorpresas”.
Terminamos el ciclo primario a mediados de los años cincuenta. La última semana de noviembre fue, también, la última semana de gloria escolar para “Gomita”, dibujó, con placer y gracia, los últimos pergaminos solicitados por sus compañeros de clase. La vida nos separó, nunca supe más de él. Imagino que será pintor, cómo el padre. Si así fuera, le deseo que haya podido romper el cerco gris del ostracismo y sorprender y deleitar con su talento innato de pintor.
Capítulo V
Amando
Carta de amor.
de mi diario personal
Amada Candela:
¿Cómo podrían estos insignificantes arabescos expresar, aunque más no fuera, superficialmente, el cúmulo de sentimientos que hoy me abaten?
El tiempo ha pasado, inconmensurable, desde tu partida. Si bien intuyo la crueldad de un exilio que los obligara a dejar Colombia,
mi corazón no puede aceptar que tu retorno se transforme en mi propio exilio, de soledad y de la distancia que me aleja de tu presencia, la más bella geografía a la que, con candidez adolescente me entregué, deseé y amé en el furtivo despertar de un primer beso.
El tren partió, implacable, sentí las lágrimas de tu rostro amado, asomando por la ventanilla. Padecí la crueldad de la curva donde se perdía tu mano agitando el blanco pañuelo.
También yo lloré. Lloré desconsoladamente sobre el viejo andén de la Estación retiro del Ferrocarril San Martín.
Allí quedé, como petrificado, sin intentar otra señal que la de mi pesadumbre.
Los padres de Celia se apiadaron de mí y me ofrecieron traerme de vuelta a Tigre. Pero ya no hay regreso, para mí. Las veredas, las calles, los árboles, los pastos, hasta nuestro Río, adquirieron un brillo especial desde que te conocí. Hoy todo aquí es gris, dolor, monotonía, ausencia.
El sonido de los toletes, acariciados por los cueros de los remos, hoy suenan a tristeza, han dejado de ser aquella dulce melodía que acunaba mis oídos, cuando remaba, a tu encuentro.
Candela de mi vida, tu luz ya no ilumina mi paisaje. Marcho ciego y sin rumbo hacia un tétrico horizonte de penares.
Mi lira que tantas veces te cantó, hoy calla aturdida. Déjame que te exprese mi dolor en los sentidos versos del poeta mexicano, Manuel Acuña, aquel que a sus jóvenes veinticuatro años, coronada por mil lauros su poesía, decidiera poner fin a su vida, con el disparo que volara sus sueños y el dolor del amor no correspondido.
"Niños y soñadores,
cuando de dejar acabábamos la cuna,
cuando la aurora del primer cariño
no despuntaba a descorrer el velo
que la inocencia virginal del niño
extiende entre sus párpados y el cielo.
Cuando las almas al dolor ajenas,
Se deslizaban dulces y serenas,
Cómo el ala del cisne en la laguna.
Temprano las abrimos,
Temprano nos trajeron
Al término del viaje."
Dulce amada, quisiera mostrarme más optimista pero sé que el tren, primero, y luego el barco, irán acrecentando la distancia, ahondando la herida de mi pobre corazón acongojado.
Te amo, te extraño, te recuerdo.
Rulo.
Han pasado, ya, sesenta años
Aquellos dieciocho
a NB
Como no recordarte
volviendo a la frescura
de aquellos dieciocho.
La brisa, primavera jugándote
en los labios,
en la tierna mirada
de tus ojos rasgados,
en toda vos, un sueño
cercano y tan distante,
creciendo en letanías.
Caminito de piedra
de los álamos viejos,
tenue puente colgante
coloreado de amor.
La cortada de tierra
oliendo a madreselva,
más allá de la esquina
del último beso.
Atardecer de grillos,
las manos de la mano,
asomaba tu casa,
trepando ligustrinas,
para vernos llegar.
Aquel irse despacio,
rebelde de dejarnos,
tal vez fuera el presagio
que obscureció temprano,
tras la vetusta ochava,
chaleco de almacén.
Capítulo IV
Crecer de golpe
Alumbramiento
a Albertito
Casi hasta tuvo suerte
cuando llegó,
las moscas y las diarreas
se las habían picado
llevándose de la mano,
como todos los veranos,
una larga caravana de pancitas hinchadas.
La invernal pulmonía
no había comenzado aún
su trabajo febril
y sin concesiones,
colándose por el machimbre
o la chapa picada.
Digo casi,
porque si hubiera sido
por la mala pasada
que le jugaron aquellas
sifilíticas espiroquetas
que la miseria regaló
a su Vieja.
O por la borrachera
crónica,
en la que el Viejo
quemaba la vida
como un pucho,
entre changa y changa,
tal vez hubiese visto,
sorprendido,
aquella tarde soleada
de un marzo villero.
Casi hasta tuvo suerte
cuando llego,
pero nació,
entre otras cosas, ciego.
Canciones infantiles para no olvidar.
Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan,
piden pan, no le dan,
piden queso, le dan hueso
y le cortan el pescuezo.
...
Frente a un plato de trigo,
vacío,
claman tres tristes pobres,
tres tristes pobres claman
frente a un plato de trigo,
vacío.
...
Nadie nos escucha,
¡qué dolor mi niño!,
el hambre ya es mucha,
pan de tu cariño,
me guía en la lucha.
Frente a un plato de trigo,
vacío,
claman tres tristes pobres,
tres tristes pobres claman
frente a un plato de trigo,
vacío.
Pablito robó un clavito,
clavito robó Pablito,
una mañana,
Pablito robó un clavito
Por un clavito Pablito,
está en cana.
...
Mientras muy ufana
Una señorita muy aseñorada,
puesta a funcionaria,
muy desenfadada
la plata se afana,
junto a mi esperanza
mi sueldo no alcanza.
Una señorita, muy aseñorada,
burla la justicia,
pasa por el agua
no se moja nada.
...
Pablito robó un clavito,
clavito robó Pablito,
una mañana,
Pablito robó un clavito
Por un clavito Pablito,
está en cana.
...
Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan,
piden pan, no le dan,
piden queso le dan hueso
y le cortan el pescuezo.
Aserrín, aserrán,
los maderos de San Juan
por justicia volverán.
Leonor
Había venido a este mundo allá por el Centenario, en un rancherío situado sobre la costa de un riacho afluente del Paraná, en el Partido de Zárate. Su madre murió, luego, en el hospital a causa de una infección posparto. De padre desconocido, nació, prácticamente huérfana. Se la apropió una vieja quien la bautizó “Leonor”, sin pila bautismal ni sacerdote, sólo algún baño, tal vez, en las aguas barrosas que la vieron llegar. No tuvo identidad hasta la llegada de Perón, de todas formas, nunca dijo su apellido inventado. Creció sin muñecas, sin niñez, sin escuela; alguien la estafó y no pagó por esto. A cambio de un húmedo colchón tirado en un rincón, de palos sobre el lomo, pan duro y agua, lavó y planchó ropa ajena desde los ocho años.
A los diez, la madama de un prostíbulo de la zona portuaria la vino a buscar, le tiró diez pesos a su tutora y se la llevó a trabajar como esclava, a lavar sábanas, a quitar las manchas de los placeres de niños bien y las humillaciones de las mujeres explotadas.
No había llegado a los trece cuando la madama se la entregó, como obsequio , y por una noches, a un viejo caudillo conservador, reconocido putañero, afecto a la carne joven.
Joven y atractiva, prisionera de una realidad que la superaba, su alma se fue cargando de amargos sinsabores.
Pasaron muchos años, era todavía, una linda mujer cuando lo conoció a Héctor, Héctor de Mario, patrón de a bordo de un arenero, frecuentador de los piringundines portuarios.
Estaba solo el hombre, peleado a muerte con su anterior mujer, le gustó “la morocha”, le ofreció irse con él, al Tigre, ella aceptó agradecida. Por unos pocos pesos, el tipo arregló con la madama y se la llevó, nomás.
Tendría hembra y quién le lavara la ropa cuando atracaba en el Canal San Fernando.
Por buena persona, por solidaria, Leonor supo ganarse el aprecio de aquel barrio humilde y solidario.
Dijo llamarse Leonor de Mario, la mujer de Héctor, nadie preguntó más. Trabajaba duro, lavaba y planchaba como ninguna, además limpiaba casas. El alquiler, naturalmente, lo pagaba ella, bastante había hecho el Héctor sacándola del burdel.
Nunca habló de su pasado, fue fiel y servicial con su marido en los pocos días por mes que permanecía con ella, entre viaje y viaje.
Le dolía enfrentar las ausencias de su hombre. Sabía que preparar el bolso con ropa limpia era su señal de partida. Se ponía un traje cruzado, corbata, chambergo, zapatos abotinados bien lustrados y, en invierno un poncho sobre sus hombros. Se perdía en la esquina de la costa, fumando un Fontanares, tomaba el colectivo 60 y desparecía hasta quién sabe cuándo.
De pibe recibí todo su afecto y apoyo. Ya en edad de poder retribuirle, la militancia y el exilio me lo impidieron.
La maldición de la dictadura golpeó con dureza, el tipo la había abandonado sin decirle nada, simplemente no volvió, ella sufrió el impacto.
Empezó a andar de mal peor. Sufrió un accidente, se quebró una cadera, no pudo trabajar más. Los vecinos la ayudaron como pudieron, eran tiempos difíciles, y ella tenía su orgullo y se negaba a aceptar una mano.
La desalojaron por falta de pago. Tuvo la posibilidad de alojarse en la “Casa de los pobres”, un asilo de caridad, a la vuelta, nomás, de nuestra cuadra.
Mi madre fue su última amiga. En cada una de mis cartas desde el exilio enviaba, en un sobre aparte palabras de aliento y agradecimiento para ella. Nunca reconoció ser analfabeta, decía no poder leer porque la vista no le daba. Mi madre le leía mis cartas, tal vez la hayan ayudado.
Se la notaba más y más deprimida, para peor, a mis viejos también los desalojaron, se mudaron un poco más lejos y mi madre no podía verla con tanta frecuencia.
Recibí la carta presagiada, Leonor se había suicidado arrojándose a las aguas del Río Luján, aguas aleonadas cómo las de sus orígenes. Después de una creciente, su cuerpo apareció boyando por San Fernando. Allí la enterraron de oficio, lejos de su barrio. Dios y el cura faltaron otra vez a la cita. Bendecían las armas genocidas mientras mis lágrimas rodaban sobre el frío hielo de Estocolmo.
Capítulo VI
Sueños rebeldes en tiempos de plomo
Jirones
A Oscar, al Colo, a Elsa, al Guille,
a Cristina, al Negro, a Norberto, a Hernán,
a todos los que dieron su vida
por una Patria mejor.
Cuando caiga la luna
opresora,
bajo el Pueblo horizonte
igualitario.
Cuando renazcan soles
de todas las edades,
en una cara niña,
curtida o laburante.
Cuando el Pan y la Rosa,
y un Vino enamorado,
compartan cada mesa,
cada día.
Cuando la muerte muera
vencida por la vida,
habrá Paz en tu tumba
que no debió ser.
Canto de amor descamisado.
a la Juventud Peronista,
a la Resistencia.
Dejame contemplarte
muchacha,
en tus ojos de asombro
en los míos.
Dejame refrescarme
en tus labios,
manantiales de miel
de rocío.
Dejame que repose
en tu pecho,
en el trigo carnal,
campesino.
Dejame un arrullo
en tu canto,
en su magia
volver a ser niño.
Dejame la caricia
en tu mano,
hacedora de pan
compartido.
Dejame tu ternura,
me marcho,
la jornada es dura,
me espera.
Dejame contemplarte
muchacha,
dejame demorar
la partida.
Allá, por los 70`
Corrían tiempos difíciles, allá, por los principios del 70´, la resistencia popular a la dictadura se iba consolidando y los milicos no le encontraban la vuelta para frenarla. Estaban como enloquecidos, pegaban sin ton ni son, al bulto, y el Pueblo Peronista respondía con más organización y una mayor combatividad en la que las organizaciones político-militares tenían una marcada preponderancia.
De la improvisación de los primeros operativos y en la medida que los represores ajustaban sus mecanismos, la insurgencia hubo de avanzar en la planificación más acabada para garantizar no solo el éxito sino también la seguridad de los compañeros intervinientes y sus organizaciones.
Una distracción, un choque había privado a la columna norte de uno de sus vehículos de mayor versatilidad y eficiencia, era un Peugeot 605 con lucarna desplazable que permitía, en situaciones de retirada, que un compañero la abriera y se asomara por ella para contener, a fuerza de balazos, a los perseguidores.
Si a esto sumamos su pique, velocidad, ductilidad, no será necesario ser un entendido para reconocer la importancia que se le atribuía a aquella pérdida involuntaria.
Teníamos que poner a pleno nuestra capacidad operativa, por lo que la necesidad de reemplazar al Peugeot era imperativa.
Se armó el grupo operativo y se designó al responsable. Comenzamos la búsqueda, no nos fue difícil localizarlo, recibimos el dato de que un vehículo con esas características, totalmente impecable, perteneciente a una multinacional radicada en Escobar. La información, facilitada por un compañero de base, detallaba que aquel, conducido por un chofer contratado, efectuaba un viaje de rutina diario, de lunes a viernes. Partía de la planta, pasaba por el domicilio de tres ejecutivos de la empresa a los que transportaba al lugar de trabajo para, por la tarde hacer el camino inverso.
Nos interesó y decidimos hacer el chequeo del recorrido y de las circunstancias vinculadas. Con total regularidad, el vehículo salía de la fábrica a las 06:30 hs., andaba un corto trecho por la autopista, tomaba la colectora oeste a la altura de Maschwitz, avanzaba por una lateral de tierra, tomaba a sus dos primeros pasajeros un kilómetro adentro, luego, por un camino de ripio, en dirección al sur, llegaba a una elegante mansión en la que esperaba el otro ejecutivo. De allí emprendían el regreso, recorriendo casi dos kilómetros por un camino vecinal poco transitado. Este nos pareció el trecho ideal para el aprete, se eligió el punto de intersección en una curva pronunciada, en un bosquecito totalmente descampado.
De la planificación fueron surgiendo las necesidades logísticas, todo se iba armando como en un gran rompecabezas. La posta sanitaria, los vehículos operativos, los fierros, la documentación, la caracterización (maquillaje), la evaluación de imprevistos y las maneras de resolverlos. Nada quedaba librado al azar, teniendo en cuenta que en cada operación estaba en serio riesgo la vida de los compañeros y mucho más.
Lo ejecutaríamos un lunes ya que contábamos con que estarían más relajados. Participarían dos vehículos, uno de contención y el otro, el operativo. Me tocó intervenir desde este último junto al “Tordo”, al “Pollo” y al “Gordo Mario”; éste último y yo portaríamos, aparte del nuestra arma personal, una metralleta Uzzi, cada uno.
El planteo era sencillo, montándonos en el caos existente, estableceríamos una “pinza”, mecanismo de control de vehículos y pasajeros que los milicos realizaban muy a menudo.
Cruzaríamos el auto casi entrando en la curva y los esperaríamos con una baliza azul sobre el techo para evitar mayores sospechas, el coche de contención quedaría oculto entre unos arbustos.
La planificación era un juego de niños frente a la ejecución del operativo. En esta última llegaba la hora de la verdad y no podíamos fallar. Es difícil, en los tiempos actuales, comprender el desajuste y zozobra que un error de cálculo o de ejecución podía generar en el conjunto de la organización.
No era fácil salir con esa carga, dejar parejas, hijos, sin saber qué carajos podía pasar. En la calle, con el fierro en la cintura y hasta encontrarnos con los compañeros, éramos, cada cual, uno solo frente a un aparato represor, cruel y al acecho.
Vivíamos en permanente tensión aunque esto no nos impedía disfrutar delos gratos momentos en los que el amor o la amistad iluminaban nuestros rostros, alegraban los corazones retemplando el espíritu.
Pero nadie se achicaba, primaban los ideales y el compromiso por una Patria mejor y un Pueblo feliz y dueño de su destino.
En el punto de encuentro nos esperaba el responsable, quien efectuaría un disimulado control sobre combatientes, vehículos y logística. Con todo en orden, solo era cuestión de encaminarse hacia el objetivo de acuerdo a lo previsto.
Conduciría el “Pollo “un tipo simpático y entrador con el que aún solemos vernos, amaba al futbol más que a su santa viejita sin embargo, la militancia lo llevó a colgar los botines.
En el asiento delantero, lo acompañaría el Tordo un médico del Barrio Norte con un aspecto de garqueta que se caía pero totalmente jugado, en aquellos tiempos. Peinado a la cachetada, podía pasar por un cafiolo o un oficial de calle. El sería el encargado de la presentación y el chamuyo cuando el coche se detuviera. Esto era fundamental, necesitábamos ganarnos sus confianzas, que nos consideraran “de ellos” más aún, que los estábamos protegiendo y la pinta del Tordo era la ideal..
En el asiento de atrás, el Gordo Mario y yo, con sendas metralletas que aumentaban nuestra capacidad de fuego e imponían un particular respeto.
Cuando el objetivo se aproximara haríamos funcionar la baliza adherida al techo, el Gordo Mario se atravesaría en el camino mostrando sus dos poderosos disuasivos, la metra y su abultada panza, el Tordo, desde l orilla opuesta, se acercaría, con una credencial policial en `la mano, haría la venia, se presentaría y les explicaría, de la forma más convincente, que esto era solo un control de rutina en el marco de un operativo mayor para evitar que un grupo de subversivos que merodeaban la zona, pudieran evadirse. Les pedía que supieran disculpar la molestia pero esto era para el bien y la seguridad de la gente decente.
Medianamente convencidos, comenzó un interrogatorio de rutina en que les preguntaba quiénes eran, qué hacían, de dónde venían. Los tipos se deshacían por contestar, no sin un dejo de desprecio. Yo me había apostado un poco atrás para evitar cualquier intento de huida.
Siguió preguntando tratando de lograr una mayor distensión, les pidió los documentos del coche y los personales, entregándoselos al responsable para un supuesto control de antecedentes. Le pidió al chofer que dejara puestas las llaves y que todos bajaran, que iban a ser palpados de armas y luego revisado el vehículo. Nuevamente se disculpó y dijo, como resignado, que debíamos cumplir con los protocolos y achacó a los extremistas la causa de estas molestias.
Los tipos comenzaron a inquietarse, salir del auto, en aquel descampado, aumentó su inseguridad, de todas formas no tuvieron más remedio. Apoyados contra el auto se miraban entre sí, el Gordo Mario entraba en acción. Si los apretados pudieron suponer que aquel, por ser rubio y de ojos azules podría tener un trato más condescendiente o ser un aliado potencial, le erraron por la mierda. Sin decir agua va o agua viene, el Gordo le incrustó el caño de la metra en la espalda al jerárquico se oyó un chasquido metálico como si los disparos fueran inminentes y con voz cortante les dijo: “este es un operativo montonero, el vehículo está incautado, nada les va a pasar mientras se vayan caminando, de uno en uno, por el mismo camino por el que llegaron, no levanten la cabeza, no se den vuelta, métanse en la casa y no se les ocurra hacer la denuncia hasta pasada una hora; tenemos sus documentos, no lo olviden”, turros explotadores.
El convencimiento actuó de maravillas, caminaban tan rápido que levantaban polvareda. Tan al pié de la letra siguieron las instrucciones que no tuvimos ningún tiempo de inconvenientes en el regreso
Un último control antes de desconcentrarnos, volvíamos eufóricos con la satisfacción del deber cumplido.
¡Habíamos recuperado el vehículo necesario para la lucha por la Patria, por Perón y por su Pueblo!
Luego, cada uno por su lado, a cruzar la ciudad en soledad, con el fierro calzado en la cintura sabiéndonos en desventaja frente a la trama represiva, cruel y poderosa, que debíamos atravesar y que se cobraría, con la vida, el más mínimo error.
La galleta mordida
un cuento corto y un “38” largo
A Cristina Ruiz, al “Negro” Sicardi
a los sueños compartidos
Le llevó un tiempo el ubicarlo, se mudó a una pensión cercana
y esperó el momento oportuno.
Era un día soleado, esos días que uno asocia con la vida.
Desempolvó el “38” largo paterno, en la franela bordada, que lo cubría, se leía: “Una flor y mil sueños”.
Supo que, su padre, un viejo luchador, estaría de acuerdo.
Tomó la única bala, sobre el plomo ennegrecido talló con precisión de orfebre. Las delgadas virutas, con su brillo gris,
fueron descubriendo, letra a letra, latido a latido,
aquel querido nombre: “Cristina”.,
Acarició el proyectil, hizo girar el tambor hasta siete veces,
como en un juego. Caviló sobre esa suerte de ruleta que es el destino.
Él tantos años en cana, ella vejada por la tortura, asesinada sólo por el delito de soñar, de luchar por un mundo mejor.
Finalmente cargó la bala, con delicadeza, en el agujero elegido.
Tomó dos o tres mates, prolongó la pitada final, pausada, profunda.
No aplastò el pucho, lo apoyó sobre el borde del cenicero,
Sin rozar las caras gastadas de Perón y Evita.
Se calzó el revólver en la cintura, le pegó un mordisco a la galleta, dura como su niñez, apagó la luz del cuarto.
Ya en el patio de la pensión, apoyó sus cuatro dedos
por encima de la puerta de la pequeña jaula.
El jilguero dudó, al principio, luego se acercó al umbral,
flexionó sus flacas patitas y se lanzó a la aventura
de ser libre otra vez.
“El gallego me comprenderá,” se dijo, mientras cortaba un jazmín del macetero rojo, había sido la flor preferida de su viejo.
“Sólo por esta vez”, murmuró, mientras se lo ponía en el ojal izquierdo, el del cuore, pensó mientras salía.
La pesada puerta de madera labrada, orgullo de otras épocas, quedó entreabierta, como despidiéndolo.
Caminó calle abajo, silbando la marchita.
Legó antes hasta aquel lugar, con el tiempo preciso, esperó con la paciencia de los justos, lo vio salir como desde un infierno.
Con calma, apuntó a matar, la primera falange de su dedo índice, traccionó el gatillo, lentamente, como dejándose sorprender por el disparo.
Mantenía el pulso firme como en los buenos tiempos.
Contuvo la respiración, durante el breve recorrido del gatillo.
Un montón de sentimientos encontrados se cruzaban.
Nunca creyó que hubiera querido matar así, en frío.
Sonó el disparo, la gorra y los sesos del represor
volaron en mil pedazos por el aire.
Después, los gorilas de la custodia lo acribillaron.
Alcanzó a murmurar “la Flaca vive”
Los canas de la morguera le taparon el rostro con un trapo.
Los cagones le tenían miedo, aun viéndolo muerto,
aquella mirada desafiante y esa sonrisa socarrona a flor de labios como diciendo: “hijos de puta, no nos han vencido”.
Capítulo VII
Exilios
Lluvia.
a mi vieja casa, de la que me desalojaron.
Amanecer
de inquietos hormigueros,
con patadas de perros hasta el cielo.
Pesados cosquilleos
de moscas reincidentes,
esquivado frustrados
asesinos manotazos.
Atronando,
matinales nubarrones
iluminan,
persignantes relámpagos
de espejos cubiertos,
aroma inmemorial
de tierra mojada.
Chaparrón,
mediodía burbujeando pucheros,
con corridas de camas,
un canto de goteras
revive melodías,
rebalsando tarritos
sobre la blanca alfombra
de noticias caídas.
Albañiles, mojadas
alpargatas,
se acercan al brasero,
en la tarde de tortas fritas
y medio jornal,
mientras gime la radio
novelones y descargas
eléctricas, en la oreja
paterna impaciente,
de paredes estrechas.
Sopa caliente, algo más,
ha llegado la noche,
que invita,
con un té con bombilla
y un beso,
al soñar infantil
de paredes y manchas de humedad,
o aquella cama amante,
de lluvia y cuerpos entrelazados.
Muchacha
a aquella muchachita de Estocolmo.
Te he visto en el sendero
muchacha, primavera,
renaciendo verdes desesperanzados,
el humo y una nube te llevaban,
sin rumbo, Mari u Ana.
Doblaste una esquina, sedienta
de veranos, sin soles,
embriagada hasta tu última
ilusión, que no vino.
Deshojándote, amargo
te despidió el otoño, vencida,
con la sonrisa hipodérmica, feroz,
de un baño en Sergel Torget.
Arrastrando inviernos, sola,
esperaste tu último amigo,
subterráneo que no te falló
en su abrazo de ruedas
y carnes laceradas.
Oda molusca al Rio de la Plata
A Raúl Cancela
Caracol milenario ,
el del viaje orogénico
que elevo tu estatura
desde lo profundo
marino de Neptuno,
a las glaciares cumbres
Caracol, extranjero
del nácar desgastado,
heridas de los tiempos
implacables,
adolorida huella,
de cruel exilio.
Caracol invencible,
que aún conservas
el sonido del mar,
-Patria arrancada-
en tus entrañas..
Caracol compañero,
me invade lo tenaz
en tu ostracismo.,
me resisto con vos
al infortunio.
Silbo apagado
un tango,
allá, a lo lejos.
CapítuloVIII
Querer volver
¡Presente señorita!
A Sara Buscaglia, mi maestra de tercer grado
El sol de aquella tarde otoñal, se multiplicaba en mil espejuelos dorados en las hojas pequeñas, dispuestas a soltar amarras desde lo alto del viejo paraíso de la calle Emilio Mitre, a escasos cincuenta metros del Río Luján.
Bajo esa sombra, que jugueteaba con mi infancia, estacioné el auto, lentamente. Mis dos hijos mayores, Alejo y Luz del Valle, me acompañaban, en aquel retorno al viejo barrio.
Alguien me había robado pedazos enormes de mi pasado. Algunas casas, árboles añejos, grietas en el macadán que no cicatrizaban, y poco más.
El Río convocaba, llegábamos casi a la esquina de Paseo Victoria, fue entonces cuando la ví, asomada a la ventana del viejo chalet, entre el oro de unos fresnos amigos estaba usted, Señorita Sara.
Tomé a cada uno de mis hijos de la mano, cerré los ojos, me puse el guardapolvo blanco tableado a fuerza de amor y plancha, por las manos mágicas de mi madre, me calcé la cartera de cuero, en bandolera, respiré hondo y crucé.
Nos paramos bajo su ventana. Apreté, con fuerza, las manos de mis hijos.
Balbuceante, haciendo mi apuesta a los recuerdos, le pregunté: " ¿A que no sabe quién soy, señorita Sara?"
Usted, desde su ventana, me miró, observó a mis dos hijos y volvió la vista hacia mí.
Una sonrisa iluminó su rostro cuando me dijo: "¿Cómo no voy a reconocerte, Rulo, si te paras cómo cuando eras un niño?
Un torrente de cariño y agradecimiento corrió por mis mejillas. Me recompuse como pude
"¿Cómo está Señorita Sara?". "La encuentro tan linda como cuando era mi maestra de tercer grado allí, en la escuela número 6"
Ella sonrió.
Le presenté a mis hijos, le conté de mis viajes, mis sueños y del éxito en mis estudios que me había permitido graduarme como universitario
"Se lo debo a usted y a aquellos maestros de mi escuela primaria". "¿Recuerda, la señorita "Pichi", la señorita Susana, "Pibín", el maestro, la señorita Lydia Beatriz?"
"¡Cuánto han sembrado en mí!"
Comencé a lagrimear nuevamente. ¡Eso que en la escuela nunca lloraba!
La miré, me miró, sonrió. La noté un poco fatigada.
Sentí aquella su mirada, la del aula de los bancos y pupitres de madera, con un blanco tintero de porcelana, encajado en el centro.
Suavemente me dijo: "Siempre fuiste un chico bueno y un alumno inteligente. Sabía, Rulo, que ibas a llegar".
Percibí un doble sentido y una doble satisfacción en sus palabras. Sabía que yo iba a llegar, en la vida, pero también que iba a llegar hasta allí, hasta su ventana de la calle Emilio Mitre a despedirme.
No pude responder, un nudo atenazaba mi garganta, a manera de saludo levanté mi mano, como cuando ella pasaba lista y yo respondía, a mi nombre: “¡Presente señorita!".
Nos saludamos, me fui, lentamente, caminando con mis hijos, hacia la costa.
Volví, en soledad, un invierno. Una fría llovizna y el viento Sudeste, pegaban en mi rostro. El paraíso y los fresnos mostraban ya, la desnudez de sus ramas. El Río amenazaba, como tantas veces, a salir de madre. Las ventanas de su casa estaban, extrañamente, cerradas.
Pregunté por usted en el negocio de la esquina.
Me dijeron que ya no estaba.
¡Quise correr hasta mi vieja casa de Emilio Mitre 78, ponerme nuevamente el guardapolvo blanco!
¡Pedirle a mi madre la rosa más bella del jardín de mi inocencia, para entregársela, envuelta en un trocito de papel de estraza, para adornar la magia de su escritorio!
¡No pude!
¡Mis padres y el jardín de mi vieja casa fueron desalojados, ya no me pertenecen!
Fui, entonces, a la costa del Río Luján, a ese muelle que la acogería, camalotito isleño, recién recibida de maestra.
Las aguas embravecidas llevaban hacia el estuario un jacinto azul que se erguía sobre las olas.
Nuevamente la reconocí, señorita Sara!
¡Era usted desde el medio del Río que me prodigaba, entre lágrimas y gotas de lluvia, el sabor agridulce de la última despedida!
Los espejos
A quienes en sus ojos
me vi reflejado.
Hasta aquella noche, me habían disgustado los espejos a pesar de haber sido compañeros de toda mi vida o tal vez, por esa misma razón.
Volvían a mi memoria, aquellas dos frías superficies plateadas que, gratuitamente, me habían agraviado desde mi más temprana edad. Se destacaban del resto del humilde mobiliario de la habitación de mis padres (y mía), en aquella vieja casa del Tigre.
La del espejo rectangular de la puerta central del ropero ha logrado, a pesar de los avatares, sobrevivir a personas y objetos diversos y aun a su propio mueble.
La otra, aquella odiosa luneta oval de la cómoda. Entre las dos, se autoreflejaban hasta el infinito, atrapando y deformando todo lo que se les cruzara.
Con el espejo del ropero me debo haber topado aún antes de tener uso de razón, pequeño e indefenso.
Entre imaginación y recuerdo, reviven señales de aquel estúpido bebé que, desde las entrañas plateadas, me pegaba en la mano con un sonajero igual al mío, o en respuesta a mis besos aplastaba mi nariz y ante mi gesto amable, respondía con un feroz cachetazo que provocaba mi desconsolado llanto.
Pero todo aquello no fue nada comparado al vejamen posterior de tener, ante la insistencia de mis mayores, que identificarme con aquel perverso que no sólo creció en sus adentros, sino que, marcó mi personalidad como un virtual y no querido auto- censor.
Fue el maldito obstáculo que demoró mi derecho a ser por mí mismo. Menos mal que por razones ajenas a mi voluntad, pude evadirme.
La luneta ovalada era más perversa, sabía pegar donde más me dolía. Atrapaba a mi madre durante horas y horas. Sentada frente a ella, me arrebataba cruelmente su cariño, cada tarde. Ella perdía la noción del tiempo en su banqueta forrada de género, cuando cepillaba su larga y ondulada cabellera, luego, tomaba el lápiz labial, pintaba, con un mohín, sus labios rojos y dibujaba sobre sus pómulos dos grandes manchas que luego desparramaba sobre su blanca tez. Esto último, podría resultar hasta gracioso pero no para mí, en aquella situación. Antes de concluir su tarea, se ennegrecía las cejas y doblaba las pestañas hacia arriba.
Para mi mayor humillación ella. Primero consultaba con el espejo. Se miraban, se hacían mohines hasta que una común sonrisa daba la aprobación.
Luego, sólo luego de esto, me tenía en cuenta, me alzaba y me daba un beso que pintarrajeaba mi cachete. Me ponía frente a mi rival, yo me miraba y aunque me provocaba gracia, no estaba dispuesto a sonreír.
En esa suerte de mutuo encantamiento especular que me alejaba de mi madre fue uno de los motivos centrales de permanente rechazo a los espejos que, con el tiempo fue tomando carácter de irreversible.
Realizaban un verdadero trabajo de equipo, el de la cómoda asumía el rol de adulón de mi madre, el del ropero, fue una suerte de inexorable capataz de mi higiene y prestancia personal.
Tomé una real conciencia al inicio de la escuela primaria, concurría al "turno tarde". Cada mediodía, previo al último vistazo de mi madre, pasaba, forzosamente, por el espejo. Eran largos minutos diarios en los que el tiranuelo me imponía sus reglas.
Que el pelo engominado, que la raya al medio (recta y precisa), que el jopo levantado, que la pequeña corbata bien centrada, que las tablas del blanco guardapolvo almidonado perfectamente plegadas, que las medias tres cuartos tensas, hasta las rodillas,, que el cordón de los zapatos con el moño bien hecho, que la cartera de cuero colgada en bandolera, ��de izquierda derecha, como correspondía.
Lo que más me dolía no era precisamente esta rutina, sino, más bien, su inmutabilidad, su cara de poco amigo. Jamás, a pesar de mi esmero, logré un pequeño reconocimiento, una miserable sonrisa de su cara de lata presuntuosa.
Se sabía ganador, yo debía obedecer ante tanta humillación ya que, en la entrada, me esperaba mi madre, impaciente por completar la obra del espejo con su retoque final: inspección de orejas, uñas y rodillas.
¡No era de extrañar que ellos sacaran "aseo muy bueno" en mi boletín!
Me parece mentira la pertinacia de los tozudos espejos. Yo pude zafar, no sin esfuerzo y luego de años, del rígido contralor de mi madre, pero del especular tirano del ropero, jamás.
Durante la época del secundario, el control de mi madre fue disminuyendo en la medida que el tiempo pasaba y yo crecía. Pero el espejo, lejos de amilanarse, no sólo continuó con su sádico rol, sino lo fue incrementando. Ocupaba, con creces, los espacios que mi madre dejaba vacantes. ¡Llegó a convertirse en el amo y señor de mi apariencia!
Yo, resignadamente, lo odiaba y a la vez lo aceptaba.
Los detalles se agregaban en tanto que el imbécil de adentro también crecía: que la sombra de un bigote incipiente, que los pelos hirsutos de la barba, que las patillas afeitadas desparejas, que la raya del pantalón arrugado, que la corbata otra vez torcida, que una fina lluvia de caspa sobre el paño azul de mi único saco de estudiante.
Para colmo, vino la época del pavoneo. Necesitaba de él para sentirme seductor. No tuve más remedio, claudiqué frente a él. Lo notó y cual cínico magnánimo dominador, solía despedirme con una falsa sonrisa de aprobación.
Tuve revancha, a los dieciocho comencé a trabajar en una fábrica de calzado en Boedo.
Salía de mi casa a las cuatro y media de la mañana para llegar a horario. Ya en mi propio cuarto y con la complicidad de la oscuridad, evitaba su mirada inquisidora ya que el pequeño espejo del baño me permitía reemplazarlo.
Después vino una etapa más relajada. Tras un corto noviazgo estaba a punto de casarme. ¡Qué época! Ya no necesitaba ni me interesaba presumir.
<nuestra relación se hizo, aún más fría. "Arréglate como puedas" creía yo interpretar en las miradas y le respondía con un corte de manga.
Esto empate duró hasta el día de mi casamiento. Allí volvió con toda su saña. Me tiranizó como nunca. Mi madre y mi hermana daban los últimos toques a mi ridícula vestimenta alquilada. Una camisa de pechera blanca que remataba en un moño rojo, un traje gris a rayas que me hacía traspirar como si estuviera en el mismo infierno. Para mejor, mi viejo conocido, el maldito tipo del espejo, sentenció: "demasiado holgado para él"… "Va a hacer un verdadero papelón"... "Hay que tomarlo bastante". Ambas mujeres obedecieron apresuradamente. En el apuro, clavaron un doloroso alfiler en mi espalda mientras el muy cretino se burlaba haciéndose el herido.
! Nunca llegué a odiarlo tanto ¡
Me devolvió el puñal de la mirada. Compartimos un sentimiento de rencor irreconciliable y definitivo que hice extensivo al resto de los espejos.
Me fui con la renovada rebeldía primera, para sorpresa de mi madre y hermana le espeté:
"¡Jamás pudiste doblegarme!" "¡Jamás lograrás hacerme a tu imagen y semejanza, mal que te pese!"
Decidido a no volver a verlos, partí hacia la ceremonia religiosa, luego vendría la luna de miel y mi nuevo hogar.
Con los años me separé. Nada es definitivo, como no fue definitiva mi mala relación con los espejos.
Todo cambió cuando la conocí, el espejo del colectivo en el que viajábamos fue nuestro cómplice y partícipe necesario. Viajábamos en los primeros asientos, la miré, me miró, le guiñé un ojo, sonrió. Naturalmente bajé en su misma parada. Nos gustamos y aceptó la cita. Llegamos casi juntos, yo, con un ramo de rosas, ella con su sonrisa seductora, atardecía, en la confitería, los espejos apostaron a nuestro romance. Acertaron, nos amamos, por primera vez, en un hotel de la calle Yerbal.
Fue como redescubrirme descubriéndola a ella. Fue un amor de ojos abiertos, la imagen de la mujer amada y amante regocijaba en mi mirada y virtualmente, duplicaba el placer al verla, abrazada, sobre mí, desde el enorme espejo pendiente sobre el lecho amoroso.
Fue, esta, mi reconciliación total con los espejos.
Pasaron los años, seguimos cumpliendo fielmente con la magia de una rutina amorosa renovada y compartida con aquel espejo del hotel.
Aquel tiempo feliz, también, concluyó. Sentí el deber de reivindicar a mis viejos espejos.
¡Ha pasado toda una vida!
Volví al Tigre de mi niñez, al Tigre de mis padres mozos. Volví a la casa abandonada de la calle Emilio Mitre. Todo ha cambiado, el espejo oval de la cómoda, erosionado por la humedad y las mareas fue a para a las manos de un botellero que se llevó, en su carro.
Sólo la placa cuadrangular, de vidrio platinado, del viejo ropero, ha quedado en pié, solitario, en un rincón obscuro, con su marco de madera apolillada. Con toda la ternura, quité algunas telarañas y el polvo que opacaban su olvidada superficie. Me alejé unos pasos, conmovido.
¡El hombre del espejo estaba aún allí dentro, cómo esperándome!
Quise acercarme. Noté en él el cruel paso del tiempo. Tenía dificultades para caminar.
Bajo el cansado bigote blanco como la nieve, ensayó una sonrisa, aquella que esperé de él toda mi vida.
Nos acercamos, como cuando era pequeño y mi madre coqueteaba con la otra luneta.
Apoyamos, esta vez fraternalmente, las palmas de las manos, unas sobre otras, como dos prisioneros separados por la reja. Las sentí calientes por primera vez, a pesar de la fría superficie del vidrio. Quise prestarle el sonajero, ya no era posible.
Tomé, con ambas manos, la cabeza encanecida. Lo besé en la frente, mirándolo fijamente a los ojos, me devolvió la mirada, una lágrimas se deslizaba por nuestras mejillas.
Nos despedimos para siempre. Le di la espalda y abandoné, con prisa, la habitación, de la casa que pronto sería demolida.
No pude volver la vista hacia él. No quise sorprenderlo contemplando mi partida, preguntando, en vano, por aquel niño que ya no volverá.
Capítulo IX
La última voltereta
…yéndome…
La rosa solo tuya
(Voltereta póstuma)
Golpeará la amiga Parca, aquí a mi puerta,
de las chapas picadas de esta vida,
anunciando que ya acerca, que se queda,
más allá de los dolores y la ausencia
Mensajera de muerte que me incita,
desandando los vientos y los tiempos,
al instinto final, último intento,
del retorno ancestral a mis raíces.
Allá iré, sobre mi flaco buen jumento
enancado en el jinete de mi historia,
llevaré solo por saco este pellejo
y por toda propiedad los tristes huesos.
La amistad será solo un perro viejo
con los nombres queridos, olvidados,
en las caries grabados de su aliento.
Allá iré, hacia los nortes de mis ríos,
hacia el bosque sauzal y en su madero,
labraré tosco ataúd con estas manos
en antiguo ritual del carpintero.
Tomaré por el sendero de los tigres,
el del barro corcel y funebrero,
de los lutos que pueblan las lechuzas,
en el viaje final al cementerio.
Llegaré cuando los soles del poniente,
se arrodillen para honrar las sepulturas,
que albergan lo esencial y la osamenta
misterio del no ser y los recuerdos.
Besaré junto al jazmín tu manto Padre,
pediré allá a tu diestra un pedacito,
de la tierra que abonas con tu delta.
Cavaré antiguo el silbo plañidero,
que ensayaba entre dientes desparejos,
con su pala el dolor sepulturero.
Con los ojos ya prestos al descanso,
grabaré con esta piedra en una estaca
el sencillo epitafio de mi suerte:
“Yace aquí el Ramón de Malavida,
a quién Dios no le conceda Malamuerte”.
Volveré así a mi pueblo y al xilema,
que acunara mis sueños cuando niño.
De la dicha de amar en la quimera
llevaré solo una rosa, será tuya,
cuando cierre la caja lentamente,
en un canto de brisas y el lucero.
Con tu nombre en mis labios y aquel beso,
moriré como me gusta, sin lamento,
solo el grito de adiós del fiel jumento.
Arañares de tierras de mi perro,
cubrirán mi ataúd y su excremento.
FIN
H��L�t��s��4
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