#porque realmente habían actuado un poco mal
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yume-fanfare · 1 year ago
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Ok pregunta sobre parallel world parte dos. Cuando yo leí el livetweet creí que la resolución del conflicto había sido feliz? Tú dirías que fue algo positivo o no... #terrified de hacerles mischara
sí sí!!! súper positivo lo superaron gracias al poder de la amistad porque la verdad son los reyes de la comunicación sana y todo el mundo los quiere y ellos quieren a todos 👍 fue una maravilla de evento en conjunto, pero eso, al principio lo pasaron mal
o sea. si no hubieran resuelto las cosas habrían despedido a ra*bits
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cabaretambulante · 3 years ago
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Son las 3 de la mañana y las lágrimas no cesan.
Son las 3 de la mañana y a ti no te interesa.
Son las 5 de la mañana, no puedo llorar más; el pecho duele… mi alma ya no está.
Son las 10 de la mañana y …
El cansancio me había consumido, la pesadez en los ojos no sucumbía y la posición fetal había detonado una rigidez en el cuerpo imposible de ignorar.
Comencé despacio a mover las extremidades inferiores , el click clack de mis articulaciones llenaban el inmaculado silencio de la habitación, click clack acompañado de un suspiro, un pequeño gruñido al sentir tensión.
Pase los dedos sobre la maraña de cabello que la noche anterior había tratado de arrancar, mechones de cabello suelto quedaron enredados entre mis dedos.
Los restos del naufragio habían quedado esparcidos por la habitación, las cosas , la ropa, las fotos, los recuerdos.
Me rehusaba a abrir la puerta, me rehusaba a mirar más allá.
Tome la cobija y me envolví en ella, nuevamente el pánico, la tristeza , la rabia y el dolor, oh ese amargo dolor que se resbalaba por mi garganta; desgarraba mis entrañas y luchaba por salir.
Me refugié en el closet, sentada sobre los zapatos y debajo de la ropa colgada en los ganchos me perdí. Observe un punto en la nada y blanco… todo se volvía completamente blanco, la sensación del aire entrando por mis fosas nasales, llenando mis pulmones y escapando por mi garganta para nuevamente repetir el ciclo me estaban haciendo sentir mejor.
Pero de nuevo, como un parásito que tumba la puerta como aviso de llegada: todas y cada una de esas malditas y opresoras sensaciones me acorralaron de nuevo, aquella imagen blanca se manchaba de tinta roja y una nube obscura me nublaba el juicio.
Por fin me atreví a mirar más allá del punto en la nada, la cobija teñida de un carmesí obscuro con olor a cobre me habían empujado a la realidad de una manera estrepitosa.
Lo había hecho, el recordar el click clack de mis articulaciones al golpear, el click clack de mis rodillas al bajar y observar si aún respiraba , el click clack de la madera al astillarse…
Nuevamente el click clack me habían traigo a la realidad: esa noche me había enterado de su aventura, de su traición en nuestra propia casa , la sensación de vacío que me había generado; el descaro y la falta de empatía en sus palabras: “si no te dije fue porque no era importante para mi” los días en cama llorando, los días sin dormir, sin poder sostener nada en el estómago debido a las náuseas.
¿Como me podía haber traicionado de esa manera? ¿Como le podía haber faltado al respeto de esa manera a nuestro hogar?
¿Como era capaz de alardear sobre ese tema como si fuera una hazaña? ?¿Acaso el lastimarme le causaba placer?
Había tratado de tomarme las cosas con calma, no podíamos dormir ni en la misma cama, estábamos juntos pero ya nada era igual. Lo sabia. Lo sentía.
Pero lo peor fue verla ahí, entre sus cosas: una foto de ella con el como si ambos encajaran perfectamente en el mundo contiguo y me rompió.
No había sido meticulosa, había actuado más por rabia que por frialdad; era sencillo tenían que pagar.
El tiempo transcurrido había sido poco, la información que recabe en esos momentos podría haber sido más exacta pero hubiese tomado más tiempo del que tenía, más tiempo del necesario.
Lo principal era hacerlo pasar como un accidente, un mal karma.
Ella había caído de las escaleras golpeándose la mandíbula con el filó de estas y perdiendo la mayoría de los dientes frontales y dejando una bonita cicatriz de la cíen al labio debido al desliz.
Recuerdo bien su cara de preocupación, yo solo alce los hombros y musité un “karma” el me miró algo perturbado .
Después vino lo mejor; nuevamente el con sus mentiras la visito a mis espaldas , me molestaba que pensara que no me daría cuenta, que seguía tan estúpidamente enamorada que no notaría en el coche el ticket del estacionamiento del hospital o el olor a antiséptico que impregnaba su ropa.
Guarde silencio aquella mañana cuando me había comentado que saldría tarde, guarde silencio cuando trato de darme un beso y guarde silencio en el momento que destapó la botella y esta explotó en sus manos.
La sangre brotaba donde los vidrios se habían incrustado y en medio de su pánico lo golpe con la tabla de madera que usábamos para picarla comida.
Ya en el piso medio inconsciente procedí a ponerme a su altura, observarlo mientras sus ojos inyectados de sangre trataban de buscar una conexión, de entender lo que realmente sucedía.
Click, clack lo patie en las costillas.
Un grito ahogado lleno el espacio entre el y yo, click clack la tabla golpeó nuevamente su espalda.
Click clack rompí su celular.
Me senté en el piso y lo observé, acaricié su mejilla y sin más la tabla de cocina la estampé en su rostro.
Click clack , las madera astillándose ¿o tal vez su nariz ? Aquel sonido era música para mis oídos, por un momento sentí que una sonrisa se quería escapar de mis labios.
Pero no; aún no había terminado.
Mientras su respiración se entrecortaba comencé a platicarle lo que le había hecho a su amante , y el como me había dado cuenta que llevaba tiempo engañándome; no era estupida lo sospechaba, más no tenía la evidencia suficiente hasta que el día de la boda todo me había explotado en la cara; los constantes comentarios de ella sobre su relación, sobre si en verdad deberían de estar juntos si en verdad le veía futuro; las miradas cómplices que se habían regalado y el como el en los últimos meses había cambiado.
Suspire tristemente y saque de mi bolsillo un celular pequeño; dije las palabras y colgué, para después estrellarlo contra el piso.
Nos miramos un corto lapso de tiempo hasta que el ruido del portón abriéndose lo despabilo; tres sujetos con pasamontañas se pararon en la puerta y nos observaron, yo solo asentí y sentí el primer golpe en la cara lo cual me hizo retroceder, forceje un poco y fui a caer sobre el, el nos observaba como si aquello fuera una coreografía de la que no sabía los pasos, click clack lo patearon entre dos, comencé a gritar a pedir auxilio a sabiendas de que nadie escuchaba, el se miraba confundido, tomaron las llaves del coche y comenzaron a subir las cosas de valor: las teles, las consolas, su computadora, nuestros celulares, sus relojes, carteras y todo lo que estuviese a la mano, uno de los hombres lo alzo del piso donde yacía ensangrentado me miró y sonrió: golpe de gracia por favor , asentí y con la misma tabla que había usado terminé aquella puesta en escena.
La policía llegó una hora después, cuando los vecinos sospecharon del portón abierto de Par en Par y entraron a verificar que estuviese todo en orden; antes de irse me había noqueado y lanzado sobre su cuerpo inerte; la casa había sido saqueada y todo demostraba ser un asalto que había salido mal.
Las cámaras aledañas a nuestro domicilio mostraban cómo los agresores habían estado merodeando la casa desde semanas atrás y habían tomado la oportunidad al ver que no había nadie en los alrededores, se veía como habían forzado la puerta y minutos después salido en el coche del ya fallecido.
Había estado en el hospital por más de una semana y por obviadas razones no había estado presente en el funeral; mi actuación al despertar y preguntar por el fue magistral , digna de un Oscar.
Había comenzado a gritar, a llorar y me había arrancado la canula con medicamento había tratado de salir de la habitación y el personal médico me tuvo que sedar para que no me hiciera más daño.
Todos los que estaban a nuestro alrededor se preocuparon, no había día que no se pasaran por mi habitación para saber cómo estaba; el alta fue lo peor, nadie me dejaba sola ni por un minuto; la policía había tomado mi declaración y habían liberado la casa, el dueño me visitó y me dio el pésame al llegar todo seguía en desorden, habían encontrado el coche desvalijado en la carretera y sin rastro de los vienes materiales, la casa era un desastre y las manchas de sangre se vislumbraban en cada rincón, camine con pesadez y lloré, lloré y lloré.
Los allegados se turnaban para visitarme, en un ataque de pánico y siguiendo en papel de víctima regresé a los cortes; me encerré en el baño con cuchillo en mano y el contacto del frío metal con mi ardiente piel generó la sensación mas placentera de los últimos meses, el alivio recorrió mi cuerpo hasta que los golpes en la puerta me hicieron despertar de ese sueño lúcido, el ruido de mi nombre en los labios de su amigo me hizo brotar una sonrisa de mi rostro, siguiendo con la tragicomedia de la que me había vuelto la actriz principal tarde unos minutos y baje las mangas de la playera de manga larga que había sido propiedad del difunto , abrí despacio la puerta y con los ojos hinchados de llorar lo miré y me rompí nuevamente.
Me abrazo un largo rato después de darse cuenta de los cortes y lo mal que me encontraba , me dio palabras de aliento y me mando a descansar, seguí llorando y llorando ensimismada en mis pensamientos hasta que el cansancio me venció.
Nuevamente los golpes en la puerta del cuarto me sacaron de mi encierro en el closet, le di unas débiles palabras y me saco de ahí, me pidió que pasara un tiempo con mi madre y con mi hija, que el se haría cargo de limpiar y arreglar .
A los pocos días regresé decidida a irme de ese lugar debido a “los malos recuerdos” nadie se opuso, al contrario el apoyo se hizo presente.
Ahora me encuentro en la casa vacía, sentada en donde yacía su cuerpo sin vida, el me arrebató lo que más quería, yo le pagué igual.
Karma is a bitch, right?
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eldiariodelarry · 4 years ago
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Clases de Seducción, parte 10: Narnia
Lista de Capítulos
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9
Rubén despertó con un fuerte dolor de cabeza y sudando por el calor. Sentía como si el cráneo le iba a explotar, y cuando abrió los ojos apenas pudo soportar la luz del sol. Parpadeó varias veces, para acostumbrarse a la luminosidad de la habitación, pero no lo logró, así que se dio vuelta, boca abajo sobre la almohada, y cerró los ojos.
Después de unos segundos se percató de algo. Esa almohada no era suya. El aroma que tenía le era familiar, pero no era el suyo. Volvió a abrir los ojos y comprobó lo que había percibido con sus otros sentidos. No estaba en su habitación.
Se sentó en la cama rápidamente, y se mareó, en parte por el dolor punzante que tenía en la cabeza. Cuando por fin pudo superar el mareo, se percató que estaba aún con el pantalón y la camisa que había usado la noche anterior. La chaqueta y la corbata estaban sobre el escritorio de Sebastian, su amigo. Estaba en su habitación.
¿Cómo había pasado de estar compartiendo junto a Felipe en la playa, a estar durmiendo en la cama de Sebastian? Intentó hacer memoria para descifrar como había llegado hasta donde estaba, pero los recuerdos eran borrosos, hasta que desaparecían completamente.
Lo último que recordaba era que Felipe le había preguntado qué pasaba realmente entre él y Sebastian, pero ni siquiera pudo recordar su respuesta a esa pregunta.
Recordó con claridad, eso si, lo que había sentido cuando el muchacho lo besó al confesarle su homosexualidad, y cómo las mariposas en su estómago comenzaron a aletear, misma sensación que estaba experimentando en ese momento, por el mero recuerdo.
Sebastian entró a la habitación, interrumpiendo los pensamientos de Rubén. Llevaba puesto solo un short de tela delgada, y tenía el cabello húmedo. Rubén asumió de inmediato que se había duchado, aunque por el calor que hacía perfectamente pudo haber sido sudor.
—Hola —lo saludó su amigo, con la voz apagada al percatarse que estaba despierto.
—Hola —saludó de vuelta Rubén, con la voz ronca. Tuvo que carraspear mucho para poder aclarar bien la garganta. No supo qué más decir. Recordaba que habían tenido una pequeña discusión durante la noche, pero que no habían logrado solucionarla—. ¿Cómo llegué aquí? —preguntó finalmente, sin rodeos.
Sebastian se paró al lado de la cama y se agachó a recoger una almohada. La golpeó un par de veces, para soltar el polvo, y luego la dejó sobre la cama, junto a Rubén.
Rubén miró al piso, donde había estado la almohada hace un segundo, y no se había dado cuenta que también había una pequeña colchoneta, que sabía que Sebastian usaba para hacer ejercicios, y sobre ésta había una manta de color verde.
—Cuando me fui de la disco, bajé a tomar locomoción a la carretera, y vi que Felipe estaba prácticamente arrastrándote —comenzó a decir, mientras se agachaba a recoger la manta para sacudirla y doblarla.
—¿Alguien más me vio? —preguntó de inmediato Rubén, avergonzado.
—No, estaba solo yo. Me fui antes —respondió Sebastian, muy serio. A Rubén lo alivió oír su respuesta—. Rube, ¿qué estás haciendo? —le preguntó Sebastian, después de un par de segundos de silencio, con decepción en la voz.
—Nada… —comenzó a decir Rubén, intentando pensar qué más responder.
—¿Cómo se te ocurre haberte ido de la fiesta, borracho, con ese hueón que apenas conoces? —Rubén se sintió reprendido por la pregunta de Sebastian—. Pudo haberte hecho algo malo —agregó, bajando la voz para que no lo oyera nadie desde afuera.
—Pero Seba, no pasó nada, estábamos conversando simplemente —respondió Rubén, un tanto molesto por la forma en que le hablaba su amigo, retándolo, como si fuera su padre.
—¿Ah, si?, ¿y de qué conversaban?, seguro recuerdas todo con lujo de detalles —le espetó con sarcasmo.
—¿Y desde cuándo te importa tanto lo que haga? —le preguntó Rubén, enojado—. No me pescaste en toda la noche.
—¡Siempre me has importado! —respondió Sebastian, tirando la manta doblada sobre la cama, con tanto impulso que cayó hacia el piso por el otro borde.
Rubén se sorprendió por la reacción de Sebastian. Le dijo con fuerza las últimas palabras, pero no sintió que estuviera enojado con él, sino más bien, estaba preocupado. Se sintió estúpido por la forma en que había actuado, y por atreverse a discutirle su preocupación por él, cuando aparentemente había dormido en su cama toda la noche.
Se desconcentró brevemente, mirando el torso desnudo de Sebastian, mientras este se tapaba la cara dando un largo suspiro. Su mente volvió al planeta tierra cuando escuchó que golpeaban la puerta. La madre de Sebastian abrió la puerta después de esperar un par de segundos alguna respuesta. Saludó a Rubén con amabilidad.
—Ya está listo el almuerzo —les avisó—, supongo que te quedarás a comer con nocotros —invitó a Rubén.
—¿Almuerzo? —preguntó sorprendido Rubén—, ¿qué hora es?
En ese momento se dio cuenta que no se había preocupado de ver qué hora era.
—Son la una y media —respondió la madre de Sebastian, soltando una risita—. No acepto un no por respuesta, Rubén. Aparte sé que te gusta la lasaña.
Efectivamente Rubén amaba la lasaña, y no podía rechazar el ofrecimiento de la madre de Sebastian. Aceptó con una sonrisa, y la mujer salió de la habitación indicándoles que serviría en instantes.
—No olvides ponerte una polera para sentarte a la mesa —le indicó a Sebastian, antes de cerrar la puerta a sus espaldas.
Rubén se puso de pie para buscar su celular en el bolsillo de la chaqueta.
—Tengo que avisarle a mi papá que estoy acá, debe estar súper preocupado —comentó Rubén, ansioso.
—Ya sabe que estás acá —le dijo Sebastian, aún serio—. Lo llamé anoche para decirle que vendrías a mi casa con los demás niños. No podía llevarte a tu casa así como estabas —le explicó, mientras sacaba una musculosa del closet y se la ponía. Buscó otra polera y un short en el mueble, y se los entregó a Rubén—. Toma, para que no te veas tan ridículo de pantalón y camisa en pleno almuerzo con treinta grados de calor —le dijo, dio media vuelta y salió de la habitación.
Rubén se puso la ropa que le había entregado su amigo, y salió de la habitación para almorzar. Se sentaron uno al lado del otro, como hacían siempre que Rubén iba a la casa de Sebastian, y tuvieron que soportar el interrogatorio con respecto a cómo estuvo la fiesta. Rubén agradeció que Sebastian aplicara sus habilidades para fingir que todo estaba bien, porque con el dolor de cabeza no podía estar al 100% enfocado a responder correctamente sin llamar la atención de que algo había ocurrido entre los dos.
Después de almorzar, Rubén se excusó con que tenía que ir a su casa para ayudar a su padre, así que los dos muchachos fueron a la habitación de Sebastian a buscar la ropa de Rubén.
—No, déjatela puesta —le dijo sebastian, al ver que Rubén se empezaba a sacar la ropa—. Me la pasas después.
Sebastian guardó cuidadosamente el traje del hermano de Rubén en una bolsa de género, y se la entregó.
—Gracias —le dijo Rubén, no refiriéndose específicamente a la ropa, sino a todo lo demás. Sebastian asintió, sin mirarlo a los ojos—. ¿Nos vemos el finde? —quiso saber Rubén, esperando una señal de paz, que el enojo iba a pasar.
—Obvio —respondió de inmediato Sebastian, sin cambiar su expresión de seriedad.
Rubén lo aceptó como una victoria, y disimuló una sonrisa. Iba a salir por la puerta de la habitación, cuando Sebastian lo tomó del brazo y le dio un fuerte abrazo que lo tomó desprevenido. Rubén lo abrazó de vuelta, y se dejó llevar por el momento. Hundió su rostro en el hombro derecho de su amigo y olió su perfume, que conocía perfectamente de tantos años de amistad.
Finalmente al separarse, Sebastian le dijo un sencillo “chao”, y Rubén salió de la habitación, se despidió de la familia de su amigo, y se fue a su propia casa.
Al llegar a su casa, no estaba su padre, y recordó que era recién viernes, y no sábado como pensó, así que su papá debería aún seguir en el trabajo. Aprovechó que estaba solo en casa, así que se fue a tirar sobre su cama por unos minutos para descansar del dolor de cabeza que lo estaba matando.
Producto del calor de su habitación, abrió la ventana, se tiró sobre la cama y se sacó la polera trabajosamente. Quedó con la prenda sobre la almohada y se volvió a quedar dormido, con el aroma del perfume de Sebastian aliviando un poco el dolor de cabeza.
 Cuando volvió a despertar, su padre aún no llegaba del trabajo. A pesar de ser viernes, se tenía que quedar hasta más tarde para compensar las horas del día miércoles, que había pedido libre por la ceremonia de licenciatura de Rubén.
Rubén aprovechó la soledad para encender el notebook e iniciar sesión en Messenger. Se preparó un sándwich con queso y jamón, y sacó un juguito en caja del refrigerador, y con todo, se fue al sillón del living, notebook incluído. Encendió el televisor para escuchar como se iba desenvolviendo la competencia de eliminación en Calle 7.
Ya no le dolía mucho la cabeza, pero aún sentía cierto malestar estomacal.
Con el celular en la mano, buscó el número de contacto de Felipe, y su dirección de correo electrónico para agregarlo a su MSN, y apenas lo hizo, le habló, a pesar de que el muchacho aparecía como no conectado.
Mientras esperaba que Felipe le contestara, aprovechó de saludar a Catalina, para contarle que finalmente sí había ido a la fiesta de gala.
—¡Te dije que no podías faltar! —le comentó la muchacha.
—Si, mi papá me convenció —le dijo Rubén—. Y menos mal que lo hizo porque fue una noche muy interesante.
—¿Por qué tan interesante? —Rubén notó la curiosidad en las palabras de Catalina.
—Porque llegó alguien que no se suponía que tenía que llegar, pero me alegró mucho la noche —respondió con mucho misterio.
—¿Te das cuenta que eso no me dice nada? —le dijo Catalina, enviando un emoticono riéndose.
—Es que tengo que contarte una historia mas o menos larga —y entonces Rubén le contó todo. Las clases de seducción con sebastian, el beso en la fiesta de Daniela, y Felipe sorprendiéndolos, los encuentros posteriores con Felipe, y los besos y peleas con Sebastian hasta entonces—. Por eso no quería ir a la fiesta —concluyó—, porque sabía que el Seba, mi amigo, iba a estar en la parada de conquistar a la Dani.
—¿Y al final tuvo sexo con ella? —le preguntó Catalina, queriendo conocer cada detalle de la historia.
—No sé —respondió Rubén, y en ese momento se dio cuenta de lo raro que había sido que Sebastian se haya marchado antes, y solo de la fiesta, como había dicho, y no junto a Daniela, como habría asumido.
Entonces procedió a contarle a Catalina los pormenores de lo que había ocurrido en la fiesta, en la playa, y en la casa de Sebastian.
—¿Y te gusta Felipe? —quiso saber su nueva amiga—, ¿o te sigue gustando Sebastian?
Rubén se tomó su tiempo para pensar. Le gustaba Sebastian, y dudaba que ese sentimiento fuera a desaparecer en poco tiempo, a pesar de que sabía ya que era imposible que algo real pasase entre ellos. Con Felipe era distinto; sentía que le gustaba, y quería seguir conociéndolo, además era un golpe de aire fresco tener la expectativa de conocer a alguien que quizás podría corresponder sus sentimientos.
—Creo que me gustan ambos —respondió, con un emoticono riéndose—. Me gusta Felipe, y quiero seguir conociéndolo; pero dudo que lo que siento por el Seba vaya a desaparecer tan rápido. Son años de amistad que me han llevado a desarrollar este sentimiento. Pero al menos tengo la certeza de que ya no va a pasar nada con él, así que quizás por ese lado sea más fácil.
En ese momento la pestaña en la barra de tareas donde estaba el chat con Felipe, comenzó a parpadear en naranjo, y el corazón le dio un vuelco de ansiedad. Abrió la conversación, y Felipe le había devuelto el saludo, con la carita feliz de un emoticón.
—Por fin despertaste —le dijo Felipe, a modo de broma.
—Si, con tremendo dolor de cabeza —respondió Rubén.
—¿Qué anduviste tomando anoche? —quiso saber Felipe—. Es eso, o mi conversación estaba muy aburrida.
—¡Noo! —respondió rápidamente Rubén, con el emoticón riéndose—, debe haber sido algo que tomé. Uno de tus ex compañeros andaba tomando algo y me dio a beber —explicó.
—¿El Roberto?, ¿el amigo del Marco de tu curso?
—No sé cómo se llama, pero si, andaban los dos juntos con la petaca.
—Lo voy a retar —le dijo Felipe.
—No es necesario, si estoy bien.
—Sí es necesario. Está acá al lado mío —le informó Felipe—. Es el amigo con el que te dije que me había quedado viviendo.
Ahora Rubén entendía por qué le había dado la orden a Marco de darle la bebida alcohólica, probablemente quería que estuviera más dispuesto a aceptar bailar con Felipe, o fuera menos probable que lo golpeara con fuerza si Felipe se le declaraba y no era correspondido.
—Somos casi hermanos —continuó Felipe—, así que si te hace algo, me avisas, y yo le pego.
Rubén sonrió al leer las palabras de Felipe. Realmente le estaba prometiendo protección, aunque fuera en broma.
También se puso a pensar en lo que podría haberle contado Felipe a su amigo Roberto, y lo que éste pudo contarle a Marco, con respecto al beso que vio Felipe entre Rubén y Sebastian. Quiso preguntarle al muchacho, pero pensó que era mejor hacer esas preguntas en persona, más que vía online.
Rubén le propuso a Felipe ir al cine al día siguiente, y el muchacho aceptó de inmediato. Sintió como las mariposas en su estómago comenzaron a revolotear de emoción, y cambió de ventana de conversación para contarle a Catalina.
—Genial, yo los invito, justo tengo turno en el cine mañana —le informó Catalina a Rubén.
Rubén agradeció la generosidad de Catalina, y se sintió muy contento por cómo estaban resultando las cosas.
Pensó, que hasta hace un par de semanas habría entrado en pánico al salir con Felipe, alguien que apenas conocía, pero ahora estaba organizando juntarse con él, y auspiciado por Catalina, a quién también había conocido apenas esa misma semana.
Por otro lado, pensó en Sebastian, con quien siempre hablaba por MSN, y si no hablaban por esa vía, era porque estaban juntos en la casa de alguno de los dos, pero por como estaban las cosas entre ambos, eso era muy difícil de recuperar. A pesar de que a Rubén le gustaría mucho lograrlo, prefirió darle tiempo a Sebastian para que se le pasara el enojo.
No sabía en qué momento los roles habían cambiado. Era él el que se suponía que estaba enojado con Sebastian por haber jugado con sus sentimientos (al menos, así era como lo veía Rubén), pero ahora era su amigo el que estaba molesto. La verdad era que, si bien, Rubén aún estaba reluctante a perdonar por completo a Sebastian después de lo que había pasado, al ver a Felipe en la fiesta esos pensamientos pasaron a segundo plano, e incluso había olvidado que aún tenían una conversación pendiente.
Esperaba que en el futuro cercano pudieran retomar esa conversación, para darle un cierre a esa etapa incómoda de enojos estúpidos entre ambos.
Cuando llegó su padre del trabajo, Rubén tuvo que responder cada una de las preguntas que le hizo con respecto a cómo lo había pasado en la fiesta de gala, y cómo lo había pasado en el “after” en la casa de Sebastian, y quienes habían asistido. Rubén tuvo que inventar la última parte, y omitir también la parte en que se había ido de la fiesta para estar con Felipe, y que su amistad con Sebastian no estaba en los mejores términos.
 Al día siguiente, se alistó para juntarse con Felipe en el centro comercial, y se puso la que él consideraba era su mejor tenida. Se aplicó mucho perfume, y su padre lo notó.
—¿Vas a ver a alguien especial? —le preguntó, cuando Rubén iba saliendo.
—No, voy a salir con el Seba nomas —mintió, y se arrepintió de inmediato de dar el nombre de su amigo, porque cabía la posibilidad de que su padre lo viera cerca de la casa.
Su padre de todas formas aceptó la respuesta, y se despidió de Rubén, quien salió de la casa rumbo a tomar la micro.
Llegó a las dieciséis horas en punto al mall, y esperó a Felipe sentado en los sillones del vestíbulo, frente a un local de helados.
Cuando Felipe llegó, se paró frente a Rubén, con las manos en los bolsillos, y lo saludó levantando el mentón, como hacía cada vez que lo veía, aunque esta vez esbozó una leve sonrisa.
Rubén lo saludó sonriendo ampliamente, sin esforzarse en disimular su alegría.
—¿Llegaste hace mucho rato? —le preguntó Felipe.
—No, hace un par de minutos nomás —respondió Rubén.
—¿Qué película quieres ver? —le preguntó Felipe, mientras subían por la escalera mecánica, que iba llena de gente con bolsas de compras.
—Narnia —respondió de inmediato. Recordaba con especial cariño los libros porque su madre se los había leído cuando era pequeño.
—Bueno, veamos esa —aceptó Felipe sin oponer resistencia.
Llegaron al cine, y Rubén buscó entre los funcionarios a Catalina. Cuando la divisó, le hizo una seña con la mano a modo de saludo, y la chica se acercó a saludarlos. Le hizo un gesto a Rubén, indicándole que aprobaba a Felipe, sin que éste la viera, y les explicó cómo podrían proceder.
—Si quieren palomitas, pídanle al Jona, que está en la caja, y díganle que yo los mandé. ¿Qué película van a ver?
—Las Crónicas de Narnia —respondió rubén—, la de las cuatro y media.
—Ah ya, esa está en la sala cuatro. Bueno igual yo estoy ahí recibiendo las entradas así que los voy dejar pasar.
—Gracias Cata, te pasaste —agradeció Rubén, y Felipe le sonreía a la muchacha en señal de gratitud también.
—De nada Rubén, voy a volver al trabajo —anunció, y se devolvió a su puesto.
—Que amable tu amiga —le dijo Felipe, mientras hacían la fila para comprar palomitas.
—Si, es muy simpática. La conocí apenas esta semana, en la PSU —le contó Rubén.
—Pensé que eran amigos de más tiempo —comentó Felipe—. Se ve como si tuvieran mucha confianza.
—Supongo que lo mismo se podría decir de nosotros —Rubén se ruborizó al decir eso.
—Sí, supongo que si.
Pidieron las palomitas a Jonathan, el compañero de Catalina que atendía la caja, junto con un par de bebidas, e ingresaron de inmediato a la sala, después de que Catalina les diera el pase.
Se sentaron en la última fila de la sala, que estaba a medio llenar aún, y a los lados de sus ubicaciones, estaba completamente vacío.
Mientras conversaban antes de que comenzara la película, Rubén miraba atentamente a Felipe, sus gestos, sus expresiones, su forma de hablar. Cómo sus ojos expresaban, sutilmente cada cosa que decía, y comenzó a notar que igualmente, modificaba suavemente la entonación de su voz para expresar diferentes sensaciones. No era tan expresivo como la mayoría de la gente, pero igualmente lo era, a su manera, solamente había que poner atención.
—¿Qué pasó después de que me quedé dormido esa noche en la playa? —le preguntó Rubén.
—Te levanté como pude. Aún podías caminar, así que fue más fácil —le explicó—. Llegamos hasta la carretera y justo estaba tu amigo ahí esperando locomoción, creo. Cruzó altiro, enojado, pensó que te había hecho algo. No me dejó explicarle nada, y solo le alcancé a preguntar si sabía donde vivías. Me dijo que él se encargaría de llevarte hasta tu casa, e insistió en que me fuera  — relató, encogiéndose de hombros.
Rubén escuchó atento las palabras de Felipe, y entendió un poco más la actitud de Sebastian a la mañana siguiente. Definitivamente estaba preocupado por él.
Al comenzar la película, Rubén pidió al cielo que Felipe no fuera de esas personas que habla durante toda la película preguntando cosas. Afortunadamente, no lo era. Pudo disfrutar la película de principio a fin, sin que Felipe lo interrumpiera. Punto a favor de Felipe.
Durante las escenas finales de la película, en la que los protagonistas llegan al borde del mundo mágico de Narnia, teniendo que despedirse para siempre del lugar, Rubén no pudo evitar que las lágrimas cayeran por su rostro. No sabía por qué lo emocionó tanto esa escena, si él regularmente era muy malo para llorar viendo alguna película, por muy emotiva que ésta sea. Le dio vergüenza que Felipe lo viera llorando, así que trató de evitar hacer ruido.
Miró disimuladamente a su compañero, quien estaba pegado mirando la pantalla, y se sintió aliviado porque su llanto había pasado desapercibido.
Al salir de la sala, comentaron someramente qué les había parecido la película, mientras buscaban donde sentarse en las terrazas del mall.
—¿Por qué lloraste con el final? —le preguntó de improviso Felipe, sentado frente a Rubén, en una de las mesas vacías que habían encontrado.
Lo miró a los ojos, y Rubén no supo qué responder, sobretodo porque pensaba que no se había dado cuenta. Se tomó unos segundos para pensar la respuesta, pero era difícil responder una pregunta así.
—No sé —comenzó a responder Rubén—. Creo que todo el tema de decir adiós para siempre, me recordó a mi madre.
—¿Qué le pasó a tu mamá? —quiso saber. Rubén notó que usó un tono levemente más delicado para preguntar.
—Mi mamá murió hace un par de años. Tenía depresión, y finalmente terminó suicidándose —Rubén bajó la mirada, mientras daba vueltas su celular sobre la mesa.
Felipe extendió su mano sobre la mesa y tomó la de Rubén, entrelazando sus dedos.
—Lo siento mucho —le dijo, y Rubén levantó la vista para poder mirarlo a los ojos, y pudo ver que realmente lo sentía.
—Gracias —Rubén sonrió, tímidamente. Nunca pensó que iba a estar compartiendo algo tan íntimo con Felipe tan luego—. Mi mamá me leyó Las Crónicas de Narnia cuando era chico, y La Travesía del Viajero del Alba era mi favorita —le contó—. Ella me decía que cuando creciera iba a comprar un barco y saldríamos a navegar por los mares, encontrando lugares misteriosos y mágicos tal como en el libro —recordó, con nostalgia. Felipe lo miraba con una sonrisa—. Ahora eso ya es imposible. Incluso me da miedo el mar, así que… —agregó, encogiéndose de hombros, cambiando el tono de la conversación.
—Eres muy fuerte, ¿lo sabes? —le dijo Felipe.
—No lo soy —respondió tajantemente.
—Si, lo eres —insistió Felipe—. Perder a tu madre y seguir adelante, no es algo fácil de lograr, mucho menos a tu edad.
—Si, pero no tenía más opción. Creo que tu eres mucho más fuerte —lo refutó Rubén.
Felipe bajó la mirada, por primera vez en toda la tarde, y Rubén se sintió mal por recordarle ese aspecto de su vida, a pesar de apenas estarse conociendo.
—Convengamos en que ambos somos fuertes —concluyó finalmente Felipe, levantando nuevamente la mirada, con una sonrisa que le contagió a Rubén.
—Oye, ¿te puedo preguntar algo? —consultó Rubén, cambiando de tema, y Felipe asintió—. ¿Por casualidad no le contaste a tu amigo, Roberto, sobre la noche que me viste con el Seba en la fiesta de la Dani?
—No —respondió de inmediato Felipe—. Ya te dije que no me corresponde a mí andar divulgando esas cosas —le recordó—. ¿Por qué lo preguntas?
—Por nada, es que el Seba es mi amigo, y si eso llegara a saberse le podría afectar —explicó, confiando completamente en Felipe.
Felipe asintió, entendiendo las razones de Rubén, y le aseguró que por su boca nadie se iba a enterar de lo que había visto, ni siquiera Roberto que era casi un hermano para él.
Conversaron durante casi dos horas, pero para Rubén se sintió como apenas un par de minutos. Disfrutó mucho la tarde con Felipe, pero lamentablemente estaba llegando a su fin. Se pusieron de pie, y caminaron por las terrazas rumbo hacia la calle, para tomar la locomoción.
Rubén notó que Felipe mantenía la distancia con él, y lo descolocó porque pensó que después de haberlo invitado a bailar con él durante la fiesta de gala, frente a todo el mundo, no tendría reparos en demostrar cierto nivel de afecto hacia él. Aunque luego desechó ese pensamiento. Quizás no le nacía ser cariñoso con él, teniendo en cuenta que apenas se conocían.
También se dio cuenta que en ningún momento hablaron sobre lo ocurrido en la playa, los besos entre ambos y esas cosas. Entonces Rubén comenzó a dudar, si Felipe realmente tenía alguna intención de estar con él, románticamente hablando.
—En esta me voy —le dijo Rubén a Felipe en el paradero, cuando llegó la micro 102.
—Chao Rubén —se despidió Felipe, tomándole la mano y luego dándole un fuerte y largo abrazo. Rubén se dejó abrazar, disfrutando del aroma de Felipe y de la fuerza de sus brazos—. Cuídate —le dijo finalmente, al separarse, mientras le acariciaba la parte posterior de la cabeza.
—Tu igual cuídate —respondió Rubén, sonrojándose.
Se dio la vuelta para subirse a la micro, y una vez arriba miró por la ventana para mirarlo, y le sonrió.
Felipe le sonrió de vuelta, y Rubén se sintió satisfecho con esa última muestra de preocupación y cercanía. Un abrazo apretado. Una sonrisa sincera.
Al llegar a su casa, su padre le preguntó qué tal había estado la película, mientras preparaba la once, y la respuesta de Rubén reflejaba más la salida con Felipe que la película en sí.
—Buenísima —respondió. Rubén se detuvo a pensar unos segundos, y luego continuó—. Vimos la tercera película de Narnia —su padre levantó la mirada, y lo miró emocionado. Sabía lo que significaba esa historia para Rubén y la conexión con su madre.
—Tu madre amaba esas historias —comentó con nostalgia.
—Si, y me lo inculcó a mí también —agregó Rubén, acercándose a su padre para darle un abrazo.
—Ahora sinceramente, ¿la película estuvo a la altura del libro? —le preguntó, y dio pie para que Rubén comenzara a diseccionar la película parte por parte, analizando las cosas que habían estado bien, y las que no tanto.
A Rubén le gustaba hablar sobre cine y literatura, pero tenía la sospecha que su padre no sabía mucho al respecto, pero igual le prestaba toda la atención del mundo, como si lo que estuviera hablando fuera lo más interesante que había oído, al igual como hacía él cuando su padre le hablaba de autos y mecánica.
Un par de días antes de Navidad, Rubén le pidió a Catalina que lo acompañara a comprar regalos, y así contarle en persona cómo había estado su salida con Felipe.
—Se veían muy lindos juntos —le comentó la muchacha, mientras tomaban un helado en la heladería del segundo piso del centro comercial.
Rubén sonrió encantado con el cumplido.
—La pasamos muy bien, conversamos caleta, pero en ningún momento hubo un beso, o algo así, hablamos sobre nosotros, individualmente, como para conocernos, pero no hablamos sobre lo que había pasado durante la fiesta, si pretendíamos continuar con algo ni nada de eso, así que no sé —le comentó.
—¿Y han estado hablando estos días? —quiso saber ella.
—Si, todos los días, prácticamente.
—Y el otro día al despedirse, ¿cómo lo hicieron?
Rubén se ruborizó al recordarlo.
—Me tomó de la mano y me abrazó fuerte, como con mucho cariño —le contó—. Me sentí como, no sé. Protegido, creo.
Catalina oía a Rubén con una sonrisa en el rostro, disfrutando de cada detalle de su tarde Felipe.
—Yo creo que eso igual dice bastante —comentó Catalina—. O sea, quizás no te anda besando cada dos minutos, pero ese abrazo igual es una muestra de preocupación. Si yo me juntara con alguien que no me interesa, no le doy un abrazo al despedirme.
Rubén pensó en las palabras que le dijo Catalina, y tenía razón. Si no le interesara a Felipe, éste no lo habría abrazado, y anteriormente, no se habría preocupado tanto por sus golpes en la cabeza.
—Oye, ¿y has hablado con tu amigo, el Sebastian? —le preguntó Catalina.
—Hemos hablado por MSN —respondió Rubén, sintiendo un bajón en el ánimo al pensar en su amigo, y como ya no estaban tan cercanos como antes—. No nos hemos visto, desde el viernes, y eso que vivimos a una cuadra.
—Estoy segura que van a superar todo esto, y van a seguir siendo amigos como siempre —lo tranquilizó.
Rubén incluso le había comprado un regalo de navidad a su amigo, pensando en entregárselo en el paseo de curso, o si se atrevía, el mismo día de Navidad, en su casa.
También le había comprado algo a Felipe, un pequeño llavero de Aslan, el león de las Crónicas de Narnia, porque Felipe le había comentado lo mucho que le había gustado ese personaje.
Rubén llegó a su casa esa tarde, y había olvidado por completo que su hermano Darío llegaba desde Santiago para celebrar las fiestas. Estaba sentado en el sillón, conversando con su padre mientras tomaban una cerveza.
—¿Cómo estás enano?, ¿me extrañaste? —lo saludó su hermano al verlo llegar, y Rubén no tuvo ninguna intención de responder con sinceridad.
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cazamentes · 4 years ago
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Estas loco por ir a la guerra
(Estas loco por pensar eso) Sus propios ojos apenas pudieron seguir esos miseros segundos de lo que se volvería su más grande agonía. Como un ser como ese maldito monstruo podría atravesar con su gigantesca mano y sus garras el cuerpo de su más grande amigo. La sangre salto con el golpe y mancho el suelo frente a mi cuerpo caído, luego cayó al suelo y comenzó a arrasar con la tierra debajo. Mis ojos conectaron con los de Byung en ese instante y pude sentir en carne propia su dolor, su agonía, su miedo a morir, y un latido después el monstruo se comió la cabeza de Byung. Mi cuerpo no pudo respirar antes de lanzarse hacia adelante, la ira moviendo cada articulación, quemando cada nervio y empujando hacia adelante, pero no era suficiente el dolor para ser rápido. Es sujetado por el cuello por la hormiga no mucho luego de saltar hacia el frente, sus pies no tocaron el piso, su bestia se desencadena, quiere venganza, quiere su sangre. (Quiere a su amigo de vuelta) El monstruo cruza miradas, se burla, se pavonea, y habla de nuevo. Es la voz de... La furia parece una niebla que entra por cada brecha de piel, la bestia está dolida, pero más que nada está furiosa, toma el brazo de la hormiga que lo sostiene y aprieta, intenta clavar sus garras en el exoesqueleto, llegar al tejido blando, herir, romper, dañar. Hacerle pasar por el mismo dolor que lo está devorando por dentro. Pero sus garras no perforan, su fuerza no es suficiente, no puede contra este monstruo. Incluso el maldito bastardo no aprieta su agarre, no busca matarlo, sólo saborea la agonía dentro del cuerpo de su bestia, la impotencia de no haber podido hacer nada y no ser lo suficientemente fuerte para hacer algo. Perdió a su más querido amigo, a su hermano, y aún así allí está, solo. La adrenalina sube y el cansancio también, la forma de la bestia comienza a retroceder lentamente, pieza por pieza. - Hyung... Corre... Pero de repente empuja con todas sus fuerzas hacia el mundo de nuevo, y lo patea hacia atrás, quiere venganza. Sus uñas arañan y muestra todos sus dientes mientras le gruñe al monstruo, quiere alcanzarlo y morder su delgado cuello para despedazarlo, no le importa que fuera mas fuerte que él, esa información paso a dormir en su mente a cambio de la ira brutal e inconsciente que quiere arrasar con su enemigo. Sus uñas no hacen nada a las placas del monstruo, pero sigue presionando, no por su vida sino por la venganza, la rabia de una verdadera bestia. Sus dedos sangran y no puede llegar a nada, raspa la superficie y no perforan nada, sus uñas se rompen y sigue presionando con sus dedos bañados en sangre, deja que se valla su carne y siga con sus huesos, no le importa. Quiere destruirlo. Y de repente... El bastardo ríe. Con la inconfundible voz de mi querido Byung, y eso es lo peor. _/\_/\_/\_/\_ Ni bien cambie de lugar con mi soldado en la sombra de la cazadora Cha Hae-In, observé realmente que tan mal habían ido las cosas. No sólo los cazadores habían sido superados en poder, sino que estaban realmente en una sitiacion desventajosa. La cazadora Cha Hae-In estaba inconsciente, otro cazador también, Choi Jong In estaba sangrando en grandes cantidades pero estaba consciente y sólo estaban ilesos el cazador Ma y un cazador rango A, Min Byung-Gyu no se veía por ningún lado. Y Baek Yoon-Ho estaba.. Gire y capture con mis ojos lo que realmente los rumores no podían llegar a hacerle justicia. Baek Yoon-Ho realmente era una bestia. El movimiento repetitivo y bestial al que se removia continuamente mientras trataba de romper algo del brazo que lo sostenía por el cuello, los rugidos que escupia en la cara del insecto y la sangre que marchaban sus manos sólo acompañaba la impactante imagen. No se veía asustado, se veía furioso. Igris. Tusk. Mis sombras prestaron completa atención a mi llamado. Protejan a los cazadores. Avance hacia la hormiga sin mirar atrás a las sombras que se separaban de mis pies antes de romperse y formar las formas de mis soldados, sólo avance hacia el encuentro con el
insecto y el cazador que actuaba como como una bestia frente a un enemigo más fuerte. La hormiga me reconoció y soltó a Baek Yoon-Ho para encontrarse conmigo. Dio un golpe y levantó la tierra, mis ojos sólo pudieron seguir la forma blanca de una bestia que se negaba a retroceder y saltaba como un verdadero depredador a las espaldas de la hormiga, quien iba a filtrarse para atrápalo pero interrumpi al saotar al frente para golpearlo hacia otra dirección, Yoon-Ho se veía listo para seguirlo. Me acerqué a detenerlo ya sabiendo la diferencia de poder con sentirla, pero algo me hizo detenerme. Algo se sentía extraño, algo se sentía diferente en el cazador Yoon-Ho. Se volteó a verme un instante, y en sus ojos pude ver una respuesta. Ese no es el cazador Baek Yoon-Ho. _/\_/\_/\_/\_/\_
Mis soldados se dispersaron hacia todas direcciones una vez mate al insecto y volví para revisar a los heridos, para buscar el cuerpo de Byung. Parecía ser la única opción que tenía en estos momentos que con la gravedad de las heridas de Cha Hae-In se volvía critico. Mis pociones no podían hacer nada y no tenía habilidades curativas conmigo. Además de preocuparme de tener un ojo sobre el cuerpo del cazador Yoon-Ho quien parecía inconsciente estando consciente, sentado a un lado, solo y evitando la mirada de todos, pero ya no en su forma de bestia. Había respondido mansamente las preguntas del cazador Ma pero no habia apartado la mirada del suelo, parecía que los cazadores no podían cerrar la idea del cazador Baek Yoon-Ho actuando como una bestia. Uno de mis orcos traía el cuerpo de Byung Gyu en sus brazos de forma suave, camino todo el trayecto hasta mi y lo dejó a mis pies. El abdomente estaba perforado y le faltaba la cabeza, la sombra aún extraíble. Observe en mi periferia la reacción de Yoon-Ho, no puedo culparlo por haber actuado de esa forma con lo que probablemente observo que le hacían a su amigo sin poder hacer nada contra una fuerza mayor a la suya. No es como si no lo hubiera visto moverse puesto que era más rápido, pero Yoon-Ho se transformó en su forma bestia y recorrió la pequeña distancia hasta el cuerpo de Byung Gyu en un instante, asustando a quienes miraban. No esperaba ese tipo de reacción, pero definitivamente se sintió como algo natural. Comenzó a extender los diente y a gruñir, a nadie más que a mi. No pude evitar sentir lástima por él, humano o bestia, ese debía ser lo peor. Alzaba su mana en punta y en abrumadoras cantidades, parecía pensar o saber que podría estar pensando en hacer con el cuerpo de Byung-Gyu, o algo más. Pero no había tiempo, el estado de la cazadora Cha estaba empeorando cada vez más, cada vez más rápido, a este paso podría tener más oportunidades de volverse una sombra. Iron. Distraelo. El cuerpo de Iron se alzó a mi izquierda y luego se acerco a Yoon-Ho a zancanadas con su escudo frente a él, bruto pero con algo de astucia, muy bien. Yoon-Ho, o mejor dicho la bestia dentro de él, salto al frente presa de la furia ante un ataque al cuerpo que protegía y corrió hacia Iron, quien estratégicamente comenzó a retroceder para alejarlo. Tome mi oportunidad y comencé a probar mi suerte. Surje. Parecía no querer funcionar de buenas a primeras, pero tengo dos oportunidades, así que voy a necesitar que copeere. Surge. Y puedo ser muy terco, porque necesitamos que esto funcione o no sólo habria una muerte. Surge. Las sombras se arremolinearon antre ellas y con el cuerpo del cazador, antes de que un brazo negro y repleto de armadura cruzara desde el centro del cuerpo en el suelo. Un brazo, luego dos, luego asomó una cabeza encapuchada antes de impulsarce y sacar todo su abdomen y sus piernas. El cazador Min Byung-Gyu en todo su esplendor, con su libro bajo su brazo. Cuando comenzó a avanzar sin que le dijera nada hacia la cazadora Cha, escuche los ruidos de la batalla de Iron contra Baek Yoon-Ho terminar de repente. Iron se retiró ante mi pensamiento, y Yoon-Ho comenzó a avanzar hacia el grupo de cazadores de nuevo. La forma de bestia no se fue, pero eso no impidió que sus expresiones no fueran visibles, estaba confundido y sorprendido, pero también había dolor allí. Min Byung-Gyu curo a la cazadora Cha Hae-In en instantes y luego se volvió, a comparación de la mayoría de mis sombras, se veía relajado aún muerto, tranquilo, avanzó hacia Baek Yoon-Ho, quien quedó estático en su sitio. Byung-Gyu se detuvo frente a Yoon-Ho y extendió la mano que no sostenía el libro que cargaba, lo dejó suavemente sobre el hocico de la bestia de Yoon-Ho, eso me sorprendió. ¿Qué clase de gesto..? La mano de Byung-Gyu froto el hocico y luego la cabeza, como si estuviera clamando a algún animal asustado. Sorprendentemente la forma de bestia de Yoon-Ho lentamente comenzó a retroceder, hasta que quedó en su forma humana y Byung-Gyu acariciaba un
cabello rojizo en lugar de uno plateado. Baek Yoon-Ho se veía consternado, hasta que algo cambió en su rostro con el pasar de los segundos, quizás el cazador Byung-Gyu le dijo algo, aunque parecía no hablar, pero Yoon-Ho se veía un poco mejor. Sólo un poco. Hasta que hablo, y apenas se detectaba el dolor mal escondido. - A Byung nunca le gusto pelear, y se que es muy fuerte y un exelente aliado, pero no lo obligues a pelear. - Sabía que las palabras fueron para mi aunque no apartó la mirada de Byung-Gyu, quien ahora tenía su mano en la mejilla de Yoon-Ho. - No lo obligues a hacer algo que jamás le gusto. Apenas pude sonreír al sentir la empatía de la situación. - ¿Cancelar invocación? - - Si/No - (Al final el loco si era yo)
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bloomssy · 6 years ago
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→ happy : new year
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Chrissy's POV
La palabra viajar era una de las actividades favoritas de Chrissy, siendo un viaje a algún cercano como lejano siempre se iluminaba su rostro con una pequeña sonrisa llena de emoción, pero este sería un viaje distinto al que había tenido antes por primera vez viajaría a un lugar sola desde su llegada Corea del sur y este lugar sería una playa.
Bueno, realmente no era un viaje a solas. Aunque sus padres cedieron no acompañarla, igual estaría junto a un guardaespaldas y chófer de confianza en la familia el cual la vigilaría desde una distancia sensata. Desde el suceso del profesor de gramática coreana jamás se le cruzo por la mente tener un día de libertad (aunque sea parcial) en Corea del sur, pero parecía que esa semana había tenido mucha suerte al recibir la aprobación forzada de sus padres. Su alegría parecía haber sido notoria al primer instante que no pudo contenerla en ningún momento.
El día había no podía haber empezado mejor, parecía que la pelinegra había comenzado con el pie derecho su inicio de año. Aunque sus padres intentaron persuadirla de quedarse en casa, debido a su temor porque algo saliera mal en su visita a coreana y por desconfianza a su encuentro con el chico que ellos aún no conocían, desistieron cuando el reloj marcó la hora de salida de su pequeño y adorado retoño. Su corto viaje de Daegu a Busan transcurría sin tráfico ni embotellamientos, la camioneta en la que la habían transportado avanzaba conforme a su curso mientras ella enviaba un mensaje al chico con el cual había quedado.
Una vez llegando a la playa, se despidió del hombre que había actuado de chófer haciéndole la promesa de no demorar y antes del anochecer estaría de regreso. Se dirigió a buscar a su amigo de descendencia británica, sin mucha suerte estuvo buscando alrededor de un par de minutos, esos minutos habían por completo frustrado a la pelinegra que se le veía con una mirada de decepción al no ver nada libre. Temiendo lo peor, contempló la probabilidad de que el chico de cabellos rosados se hubiera arrepintiendo de venir a último minuto. Después de todo el recorrido de Seúl a Busan era un poco más largo y quizás prefería pasar el primer día del año con su familia.
Kendrick’s POV
Volver a Corea no era algo que el chico coreano/británico quisiera hacer. Apesar de que extrañaba el lugar donde creció, volver a Seúl implicaba volver a sumirse en recuerdos que había intentado suprimir por meses. Por supuesto que el panorama mejoró drásticamente cuando descubrió que su viaje coincidía con el de Rissy, la chica con la cual había comenzado a ser cercano durante el último ciclo escolar.
Como era costumbre en la vida del joven, nada podía ser completamente bueno, pues tuvo que lidiar con su madre quien no veía prudente que después de todo el viaje a última hora no pasara el día con su "familia". De más estaba decir que él prefería cualquier lugar antes que aquel hogar tapizado de mentiras y una falsa felicidad.
Debido a la tajante respuesta de su progenitora y la amenaza de quitarle el auto y tarjetas, se vio obligado a saquear sus ahorros que gracias a sus abuelos paternos era una buena cantidad en efectivo y emprendió el viaje a Busan en autobús. Sabía que aquello era más tardado y que seguramente aquello ocasionaría tener que dejar esperando a la menor por algunos minutos, sin embargo decidió ser positivo al respecto y subir al autobús tomando asiento junto a la ventana.
Suspiró frustrado al no poder comunicarse con la menor pues, por alguna extraña razón,  la señal era inestable por la carretera. Aquello no tenía ninguna explicación lógica más que la ya conocida "ley de Murphy", por lo que intento relajarse por el resto del viaje.
Cuando finalmente arribó a Busan se apresuró a ir hasta la playa donde habían pactado encontrarse. Corrió tanto como sus extremidades inferiores le permitieron y cuando piso arena se detuvo a tomar un respiro y buscar con la mirada a la chica. No pasó demasiado tiempo antes de que lograra distinguir aquella delgada figura a varios metros de donde se encontraba. Una vez logró recuperar el aliento, se encaminó hasta aquel punto.
—¿Señorita Bae? Mire, que casualidad.
Chrissy's POV
Los minutos transcurrieron sin obtener señal de la presencia del mayor en la playa acordada para el encuentro o siquiera en sus alrededores. Intentó llamar al mayor al teléfono móvil, pero supuso que el mismo número telefónico de Irlanda no lo usaría ahora en Corea del sur, incluso ella había estado usando un número diferente desde que llegó hace una semana atrás. Intentó realizar una llamada por internet, pero la señal no era de mucha ayuda. Lo único que podría hacer era seguir esperando con la esperanza de encontrarse pronto con su amigo. 
Tras un tiempo de más deambulando casi que en círculos en el mismo lugar, escuchó el llamado de la voz masculina que al día de hoy le resultaba tan familiar y antes de siquiera voltearse, sus labios se curvaron en una amplia sonrisa. 
—Joven Berrycloth, que agradable sorpresa —inclinó su cabeza haciendo de esa forma una leve reverencia mientras daba continuación con la broma. Desde hace un par de meses se había acostumbrado a los juegos y bromas de persona mayor que el chico solía hacer estando con ella; a pesar de que en un principio le había parecido esa extraña manía por parte del mayor, de alguna forma le había agarro cierto gusto a esos pequeños juegos que le daban un toque jocoso a sus encuentros—. Que maleducado de su parte dejar a una señorita esperando por tanto tiempo.
Kendrick’s POV
—Le suplico me perdone, señorita Bae. La travesía no ha sido nada fácil— aquella disculpa fue acompañada de una reverencia pronunciada antes de dejar aquel tono formal que solo usaba con sus abuelos en Inglaterra... y cuando hacia bromas absurdas.
—¿Llevas mucho tiempo aquí? ¿sola? —su semblante bromista cambió por uno más serio e incluso una punzada de culpabilidad comenzaba a extenderse por su pecho—gracias por esperarme, prometo que lo compensaré. Y para que veas que hablo en serio, te dejaré elegir nuestro itinerario —agregó con tono entusiasta, pues aquella situación le servia para poder conocer un poco más de la menor.
Chrissy's POV
¿Ah? —al escuchar el interrogante sus pupilas rápidamente se desviaron en dirección al automóvil parqueado a orillas de la carretera y al “chofer” que le vigilaba desde aquel mismo punto. Sabía que en teoría no estuvo sola, pero explicarle su situación al chico era demasiado complicado, además de no ser algo de lo que le gustaría hablar ese día menos en ese momento—. ¡Ah! No, no. No fue tanto tiempo, solo te molestaba —fingiendo una sonrisa juguetona en sus labios, le proporcionó un empujón al brazo ajeno mientras en su mente trabajaba en maquinar una excusa creíble—. Disculpa, no podré moverme mucho o por mucho tiempo así que quizás no tengamos un gran itinerario. Pero, es año nuevo y me gustaría dar una visita rápida al templo de Beomeosa. ¿Te gustaría acompañarme?
Kendrick’s POV
La noticia de no tener Itinerario, honestamente le hacia sentir un poco triste, y al mismo tiempo le hacia sentirse curioso al respecto, por lo que no puedo evitar cuestionar a la menor sobre aquello.
—¿Tienes otras cosas por hacer más tarde? — un pequeño e inconsciente puchero se plasmó en rostro y aún sin recibir respuesta a su pregunta asintió a la invitación que la menor le hacia—. Claro que sí, será un honor para mí acompañarte.
Chrissy's POV
—¿Eh? Oh, no realmente. Solo no puedo estar mucho tiempo lejos de casa. Es año nuevo —trató de explicar, sin hacer mención al verdadero problema. Desde la noche de la fogata no había vuelto a mencionar el asunto del acosador y sus intenciones de hacerlo estando en Corea de Sur eran nulas. Odiaba sentir que ocultaba algo pero conocía al mayor y se pondría como loco si le comentaba las cosas como realmente estaba pasando. Más tarde se encargaría de darle la verdadera explicación, ahora solo disfrutaría de su día libre —Si quieres cuando regresemos a Irlanda podemos hacer más cosas, de seguro a Darcy también le gustaría —curvó sus labios en una gentil sonrisa y comenzó a caminar en dirección al automóvil que le esperaba a orilla de la carretera —Por acá, tengo un chófer esperando.
Kendrick’s POV
Sus ojos se abrieron de par en par al descubrir que había alguien que los observaba desde la lejanía y sintió sus mejillas arder apesar de que realmente no había razón alguna por la cual sentirse así —¿La señorita Bae tiene chófer? eso solo debe significar que eres muy rica... o que no sabes conducir — sonrió  con toda la intensión de molestarla y de inmediato apresuró su caminar huyendo del alcance de la chica. Tan pronto estuvo cerca del empleado de los Bae saludó con cortesía y espero a que la menor entrara primero al automóvil—
Chrissy's POV
— ¡Yah! —levantó su mano en forma de puño para agredir el antebrazo del más alto, pero, antes de siquiera cumplir con su misión, éste ya se encontraba huyendo de su furia, obligándola a seguirlo con pasos rápidos que no se igualaban en nada a los del contrario. Cuando logró alcanzarlo, el cabello rosa ya se disponía a subirse en el automóvil. Durante unos instantes consideró el continuar con la fachada a medias que había montado, pero el remordimiento de callar algo que anteriormente le había confiado no le permitiría disfrutar el paseo. Tenía que decirle la verdad. Se acercó lo suficiente como para que sus cuerpos se rozaran levemente para así susurrarle al oído. —No es precisamente un chófer, ¿Recuerdas el día de la fogata? —dicho esto procedió en ingresar al automóvil, segura que Kendrick lograría entender a qué se refería. —No tiene sentido que me hables de riquezas a mí cuando tú eres el señorito heredo. Aunque no te equivocas con eso de que no sé manejar. —dibujando una sonrisa en su rostro antes palmeó el asiento a su lado, invitándolo a pasar. —ven, no seas tímido.
Kendrick’s POV
La expresión juguetona que segundos antes había plasmado en su rostro se borró de inmediato dejando una pequeña mueca que ni él mismo sabia explicar muy bien. Entendió a la perfección a lo que se refería la chica por lo que no dijo más al respecto.
Aquella información seguía golpeando en su mente y no podía dejar de pensar en como es que Chrissy se sentía al respecto. Regresó en si cuando escucho a la menor invitarle a subir y así lo hizo.
—No creo que comparar las riquezas de nuestras familias se algo divertido — sonrió con suavidad a la par que cerraba la puerta y se aseguraba de abrochar su cinturón de seguridad — ¡podría enseñarte una vez estemos en Irlanda! claro, sólo si quieres— encogió sus hombros en un intento poco fructífero de esconder la emoción que aquella posibilidad le ocasionaba.
Chrissy's POV
—Tú empezaste. —replicó victoriosa a la par que se encargaba de su propio cinturón de seguridad. —¿En serio? —cuestionó incrédula y de inmediato, animada por la idea, asintió varias veces con una enorme sonrisa en su rostro —¡Estaría encanta! Me gustaría recibir una licencia de conducción, poder moverme con más libertad entre Howth y Dublin me vendría bien. —el sonido de un carraspeo que provenía del asiento delantero, le obligó a salirse del mar de ideas en el que el ofrecimiento del pelirosa le hizo navegar, haciéndole consciente una vez más de la realidad. Apenada de su propio descuido sus ojos se abrieron de par en par e hizo una reverencia con su cabeza acompañada de unas disculpas. —Lamento la espera, ya estoy de regreso con mi amigo. Decidimos ir al templo de Beomeosa solo por un rato, ¿No habrá problema? —Un par de segundos pasaron en lo que su guardaespaldas, que a su vez ejercía como chófer, contempló las desventajas de aquel paseo antes de una respuesta afirmativa y poner en marcha el coche. —Listo. —pronunció con un deje de alivio, una vez el automóvil emprendió su camino.
—Muchas gracias por acompañarme. —finalmente encontró la oportunidad de agradecerle al mayor luego de los momentos de tensión por lo anormal de su situación. Después de lo ocurrido fueron escazas las amistades en Seúl que le quedaron, ya sea porque decidieron hacer caso a rumores o sus familiares le restringieron el acercamiento a ella por temor a terminar envueltos en el problema. Tener al británico con ella le hacía creer que, de una u otra forma, no había riesgo alguno a su alrededor y aunque solo fuera por unas horas, podría regresar a sus días normales en el país que la vio nacer y crecer. Por primera vez en mucho tiempo se sintió afortunada de su traslado a Irlanda y de las amistades que había forjado en Howth, una vez lleguen al templo se encargaría de dar agradecimientos antes de pedir su deseo de año nuevo.
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kommunalka-blog · 4 years ago
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CONTRO IL TOTALITARISMO. GEORGE ORWELL. “Es probable que la guerra española haya producido una cosecha de mentiras más abundante que cualquier otro suceso (...). Son los periódicos de izquierdas, el News Chronicle y el Daily Worker, con unos métodos de distorsión mucho más sutiles, los que han impedido que el público británico comprenda la verdadera naturaleza de la contienda. (...) Parece evidente que Alemania avanza rápido hacia el socialismo (...) (...) La historia de los últimos siete años ha dejado clarísimo que el comunismo no tiene la menor posibilidad de éxito en Europa occidental. (...) Un partido socialista que deseara de verdad alcanzar algo (...) habría reconocido que la “revolución proletaria” a la antigua usanza es inviable. (...) Cuando aparezca un movimiento socialista autóctono de Inglaterra, los marxistas, al igual que todo el que tiene intereses creados en el pasado, serán su más enconados enemigos. Inevitablemente lo denunciarán por “fascista”. (...) Se propusieron ser “antifascistas” de una manera puramente negativa, posicionándose “contra” el fascismo sin estar “a favor” de ninguna política concebible, y por debajo de tal actitud subyacía la pusilánime idea de que, cuando llegara el momento, serían los rusos los que se encargarían de entablar combate en nuestro nombre. Es asombroso que esta ilusión persista. (...) El capitalismo liberal ha muerto. La disyuntiva se encuentra entre el tipo de sociedad colectivizada que Hitler establecerá y el tipo de sociedad que pueda surgir si es derrotado. (...) Mientras exista la democracia, incluso en la muy imperfecta forma que ha adoptado en Inglaterra, el totalitarismo corre un peligro mortal. (...) De la cultura de lengua inglesa, si no perece antes, brotará una sociedad de seres humanos libres e iguales. (...) En el plazo de un año es probable que tenga lugar, en la intelectualidad de izquierdas, una reacción prohitleriana. Ya hay señales premonitorias. (...) pasarán a sostener que, a fin de cuentas, la democracia el “lo mismo que” el totalitarismo o que es “igual de mala”. (...) no es verdad que sean iguales. (...) Y al elegir entre una y otra se escoge no tanto según la fuerza de lo que ahora son, sino en función de lo que son capaces de llegar a ser. (...) Cuando llegue la hora de la verdad, nadie que se haya educado en la tradición occidental podrá aceptar la visión de la vida que propugna el fascismo. (...) Mucho de lo que Wells ha imaginado, y para lo que ha trabajado, está fisícamente ahí, en la Alemania nazi. El orden, la planificación, el apoyo del estado a la ciencia, el acero, el hormigón, los aviones, todo está ahí, pero al servicio de unas ideas propias de la Edad de la Piedra. La ciencia está combatiendo en el bando de la superstición. (...) Es evidente que el período del capitalismo liberal está tocando a su fin, y que los países, uno detrás de otro, están adoptando una economía centralizada que podemos llamar “socialismo” o “capitalismo de Estado” según se prefiera. Con ello, la libertad económica del individuo, y en gran medida su libertad para hacer lo que quiera, escoger trabajo y moverse de un lado a otro de la superficie del planeta, llegan a su fin. Bueno, hasta hace poco no se habían previsto las implicaciones de esto. No se había comprendido por completo que la desaparición de la libertad económica tendría algún efecto sobre la libertad intelectual. (...) (...) hay varias diferencias fundamentales entre el totalitarismo y todas las ortodoxias del pasado, tanto en Europa como en Oriente. La más importante es que las ortodoxias del pasado no cambiaban, o al menos no lo hacían rápidamente. (...) Pues bien, con el totalitarismo ocurre exactamente lo contrario. La peculiaridad del Estado totalitario es que, si bien controla el pensamiento, no lo fija. Establece dogmas incuestionables y los modifica de un día para otro. (...) los repentinos cambios emocionales que el totalitarismo exige a sus seguidores son psicológicamente imposibles. (...) No se me ocurre un ejemplo mejor de la superficialidad moral y emotiva de nuestro tiempo que el hecho de que ahora todos seamos más o menos pro-Stalin. El asesino repugnante está de momento de nuestro lado, de manera que las purgas, etc., se olvidan de repente. (...) (...) lo peculiar de nuestra época, sin embargo, es el completo abandono de la idea de que es posible escribir la historia con veracidad. (...) El objetivo tácito de este modo de pensar es un mundo de pesadilla en el que el líder máximo, o bien la camarilla dirigente, controle no sólo el futuro, sino incluso el pasado. Si sobre tal o cual acontecimiento el líder dictamina que “jamás tuvo lugar”... pues bien: no tuvo lugar jamás. (...) El pacifismo, por ejemplo, se funda ampliamente en esta creencia: no opongáis resistencia al mal y este de algún modo se destruirà a si mismo. (...) En cuanto a los rusos, sus motivos para participar en la guerra de España son absolutamente inescrutables. (...) De hecho, cuanto hicieron se explica más fácilmente si uno asume que actuaban guiados por diversos motivos contradictorios. Creo que en el futuro llegaremos al convencimiento de que la política exterior de Stalin, en vez de ser tan diabólicamente lúcida como se presume, ha sido meramente oportunista y estúpida. (...) Casi cualquier intelectual inglés se escandalizaría ante la afirmación de que la raza blanca es superior a las otras, mientras que afirmar lo contrario sería irrecusable, incluso sin estar de acuerdo con ello. (...) (...) hay una minoría de pacifistas intelectuales cuya auténtica - aunque nunca admitida - motivación parece ser el odio a la democracia occidental y la admiración por el totalitarismo. (...) Pero, hoy en día, el principal peligro para la libertad de pensamiento y expresión no es la injerencia directa del Ministerio de Información o de otra instancia oficial. Si los responsables de las editoriales se afanan porque determinados temas queden inéditos, no es porque tengan miedo de que los persiga la justicia, sino porque temen a la opinión pública, (...) Lo siniestro de la censura literaria en Inglaterra es que en buena medida es voluntaria. Decir esto, eso o lo otro en realidad no está prohibido, pero es “impropio” exactamente como en plena época victoriana era “impropio” hablar de pantalones en presencia de damas. (...) En este momento, lo que la ortodoxia predominante exige es una admiración acrítica hacia la Rusia soviética. (...) El servilismo con que la mayor parte de la intelligentsia inglesa se ha tragado y ha repetido la propaganda rusa de 1941 en adelante sería realmente asombroso si no fuera porque en varias ocasiones anteriores ha obrado de modo parecido. (...) Lo que resulta inquietante es que, si se trata de la URSS y su política, uno no pueda esperar una crítica inteligente - o, a menudo, ni siquiera simple franqueza - de escritores y periodistas liberales sobre quienes nadie ejerce una presión directa para que falseen sus opiniones. (...) La intelligentsia inglesa, o buena parte de ella, había desarrollado una lealtad nacionalista hacia la URSS, y en su fuero interno sentía que cualquier asomo de duda sobre la sabiduría de Stalin era una especie de blasfemia. (...) Uno de los fenómenos característicos de nuestro tiempo el liberal renegado. Más allá del habitual aserto marxista de que la “libertad burguesa” es cosa ilusoria, hay ahora una tendencia generalizada a plantear que la democracia solo puede defenderse con métodos totalitarios. (...) En otras palabras: defender la democracia conlleva destruir cualquier forma de pensamiento independiente. (...) Esta gente no se da cuenta de que, si uno fomenta métodos totalitarios, puede llegar el día en que sean usados contra él y no en su favor. (...) Es importante advertir de que la actual rusomanía no es sino un síntoma del debilitamiento generalizado de la tradición liberal de Occidente. (...) Según las conocidas reglas de la antigua libertad. (...) Aquella cacería de hombres tuvo lugar en España al mismo tiempo que las grandes purgas en la URSS y fue una suerte de complemento de estas últimas. (...) Desde el punto de vista totalitario, la historia es algo que se crea y no algo que se estudia. (...) El totalitarismo exige, de hecho, la alteración continua del pasado y, a largo plazo, probablemente la falta de fe en la existencia misma de la verdad objetiva. (...) En cualquier sociedad totalitaria que perdure más de un par de generaciones, es probable que la literatura en prosa, como la que ha existido los últimos cuatrocientos años, termine por desaparecer. La literatura ha florecido a veces bajo regímenes despóticos, pero, como se ha señalado a menudo, los despotismos del pasado no eran totalitarios. (...) La novedad del totalitarismo es que sus doctrinas no solo son incuestionables, sino también inestables. (...) Una sociedad se vuelve totalitaria cuando su estructura se vuelve flagrantemente artificial, es decir, cuando su clase gobernante ha perdido su función pero consigue aferrarse al poder mediante la fuerza o el engaño. (...) Pero para dejarse corromper por el totalitarismo no hace falta vivir en un país totalitario. El simple predominio de determinadas ideas puede extenderse como un veneno que impida abordar con propósitos literarios un tema tras otro. (...) (...) no existen razones de peso para pensar que la deriva general del régimen pudiese haber sido muy distinta. Mucho antes de 1923, las semillas de la sociedad totalitaria eran ya muy evidentes. Lenin, de hecho, fue uno de esos políticos que se granjean una reputación inmerecida al morir prematuramente. (...) En los países donde no son capaces de establecer su dominio, los comunistas actúan como una quinta columna (...). Asimismo, está el asunto de los “compañeros de viaje”, los “criptocomunistas” y los simpatizantes en diversos grados que promueven los objetivos de los comunistas sin tener ningún vínculo oficial con ellos. (...) Probablemente algunos hayan actuado así por pura estupidez. A fin de cuentas, antes ya han pasado cosas así. (...) Un intelectual literario moderno vive y escribe en un constante temor (no, por cierto, de la opinión pública en el sentido amplio de la palabra, sino de la opinión pública de su propio grupo). (...) Obviamente, durante los últimos quince años, la ortodoxia dominante, especialmente entre los jóvenes, ha sido la “izquierda”. Las palabras clave son “progresista” “democrático” y “revolucionario”, mientras que los sambenitos que hay que evitar a toda costa que te cuelguen son “burgués”, “reaccionario” y “fascista”. Casi todo el mundo hoy en día, incluidos la mayoría de los católicos y conservadores, es “progresista”, o al menos desea ser considerado así”. George Orwell, Escritos contra el totalitarismo, 1937-1949.
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diarioincognito · 4 years ago
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La revolución
Por estos días ando escuchando la canción Si Se Da, la cantan Farruko, Arcángel y Sech. Me siento identificada con la letra. Está como para hacer un análisis exhaustivo de cada párrafo. Pero no lo haré. 
Voy a expresar cómo es que me hace sentir en este punto de mi vida.
Resulta, pasa, y acontece, que he estado mucho tiempo en relaciones estables. Digamos que empecé desde los 22, si mal no recuerdo y ahora último, con una relación rota de casi tres años rota a finales de mayo, concluyo que es hora de pasar un buen rato conmigo misma, de conocerme y saber si realmente me gusta ser quién soy.
Ir a terapia fue el inicio de la revolución. 
Un par de amigos me lo habían dicho “es de valientes ir a terapia y embarrarse con la propia mierda”. Nada más cierto que eso. Soy valiente.
Desde el primer día me embarré con mi mierda y lejos de sentirme mejor, me sentía peor. Estaba en un hoyo del cual no veía más que profundidad. 
Ir a terapia no consiste en sentarte a escuchar a la terapeuta y nada más. Es conversar, recibir feedback, muchas veces doloroso y jodido, pero necesario. Toda esa mierda que recibí en terapia fue producto de lo que yo era en ese momento. 
La psicóloga dijo algo que fue la clave para mi transformación “el resultado dependerá del esfuerzo que le pongas a las cosas. Todo depende de ti”. Dios. Qué gran revelación.
He hecho muchas cosas toda mi vida por las demás personas. Entre mi mierda y dolor, la primera noche que llevé terapia me juré hacer todo lo que estuviera en mis manos para estar bien. Me lo debía. Tenía que hacerlo por mí.
Y así empecé a vivir cada sesión en su máximo esplendor. Cada día notaba algo nuevo de mí y eso hacía que reprograme mis creencias. Eso fue parte fundamental para avanzar. 
Empecé a desaprender para aprender.
Y aprendí muchísimo de mí: 
- He vivido tratando de agradar a los demás.
- Me he sacrificado por personas que no lo merecían.
- He dicho que sí cuando en realidad la respuesta era NO.
- He desconfiado tanto de mis capacidades que los retos me aterraban.
- Me he querido tan poco que he aceptado migajas de amor. 
- Me he conformado con personas que no merecían conocer mi esencia.
- He soportado maltratos y me los he causado.
- Me he comparado tanto con otras personas que al verme al espejo no me reconocía ni quería. 
- Me he sentido tan poca cosa que nunca me creí suficiente para alguien. 
- Me puesto en segundo lugar muchas veces.
- He pospuesto hacer lo que realmente quiero.
- He actuado con miedo.
- Me he dejado vencer por el qué dirán.
Y la lista continúa.
Pero se acabó porque la revolución empezó.
He decidido hacer lo que me hace sentir bien y feliz.
He decidido priorizarme ante todo y todos. 
La vida es demasiado corta como para hacer lista de cosas que quieres hacer, y no hacerlas. 
Mi lista de cosas por hacer es tan larga como las ganas que tengo de mantenerme en este estado anímico y empoderado.
Aprender a poner límites y amarme como soy, partiendo de la aceptación, ha sido el punto clave para llegar a donde estoy.
Me amo, me acepto, me cuido, me priorizo y me valoro. 
Hoy más que nunca tiene sentido esta canción de la que hablé al inicio:
“Ponte creativa, activa tu curiosidad Dale espacio a que brille en ti toda esa vanidad Tú andas suelta, finísima, riquísima Soltera, solicitada y pa' colmo, putísima.”
Así me siento. Suelta; libre. Finísima, sabiendo lo que quiero y lo que no. Riquísima, aceptándome como soy y trabajando en mí. Soltera, porque estoy enamorándome de la vida Solicitada, porque no hay más ejemplares de mí. Putísima, porque la vida es una, ahora.
Mundo, agárrate, que esta revolución apenas ha empezado.
No tienes idea de que se viene.
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fab-potters · 3 years ago
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phaniekyle​:
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Fueron a visitar a los niños antes de ir a la oficina de su madre. Estaba demasiado angustiada como para hacer algo más que sentarse a dibujar con Beth en una de las mesitas de la guardería. 
Como esperaba, su madre estaba molesta porque habían actuado sin su previa autorización, arriesgando toda la investigación. No podían debatirle que estuvo mal, no tuvieron el cuidado necesario y su hermana tenía todo el derecho a estar enfadada y negarse a ayudar. Después de reprenderlos su madre salió en dirección a la casa de su hermana. Ella apenas y se había movido de su lugar en el sillón cuando Fabian la llamó. 
— No tengo hambre. — Estaba demasiado preocupada para comer algo. — Deberías ir a casa. Le dije a Lucy que te enviaría de regreso. — Antes de que todo eso pasara, le había prometido a Lucy que haría que su hermano fuera a casa para que pudiera hablar con él sobre lo que descubrieron en su revisión. 
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Con todas las cosas que sucedieron tan rápido, casi se había olvidado de que Lucy estaba resfriada. Decidió hacer caso a Phanie y llevarle algunas pociones para ayudarla con las molestias. A él le molestaba especialmente sentir la nariz tapada y no quería que Lucy pasara todo el día sintiéndose mal.
Salió con rumbo a la cafetería sin Lizzie, seguro de que podría convencer a Lucy de descansar un poco y luego volver por su pequeña. Pasaba varios días a la semana con Gideon y Beth y realmente se llevaban muy bien.
— Hey, te traje algo para el resfriado... Aunque Phanie no me dijo si te había recetado ya algo ¿Cómo te sientes? Podría quedarme aquí mientras tú subes a tomar una siesta o si los elfos pueden encargarse un rato, te acompaño... — dijo al llegar a la cafetería. Quería abrazarla pues realmente se sentía muy mal por haber tal vez arruinado la oportunidad de que Ally accediera estudiar las habilidades de Eliza para ayudar a los gemelos de Harri.
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@lucyintheskywithsprinkles​
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funnyelephant · 4 years ago
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Hace mucho que no pasaba por aquí a contar alguna cosa, a pesar de ello han seguido pasando y hay dos grandes cosas que destacar. Una peor que la otra... voy en orden cronológico.
Durante la cuarentena tuve mi tiempo para pensar acerca de algunas cuestiones en mi vida, sobre todo en el aspecto emocional o amoroso, sabiendo que el chico que me gustaba estaba entre dos personas, entre una amiga y yo, y que cualquier opción que se me pasara por la cabeza salía perdiendo yo siempre. A pesar de eso, siempre mantuve ese sentimiento, seguía sintiendo cosas por ese chico e incluso tenía una esperanza, una voz, que me decía que eso podría volver a pasar y que no dejara que se acabara así sin más. De hecho mantuve contacto con el chico durante toda la cuarentena, incluso hacíamos videollamadas en las que nos quedábamos los dos solos hablando sobre cosas...
Por otra parte está la que se supone que era mi amiga, el tercer componente de esta historia. Viendo que las dos estábamos en una situación parecida, habiéndolo propuesto  ella y siguiendo con esa propuesta después del confinamiento, nos juntamos para hablar sobre la situación que estábamos viviendo y compartir un poco lo que sentía una o la otra. Yo salí un poco rara de ese encuentro porque por lo que habíamos hablado las dos sentíamos exactamente lo mismo, cosa que me desconcierta ya que a pesar de que la otra persona sea la misa nosotras no lo somos, y cada una siente las cosas de una manera, pero bueno. Creo que a pesar de que no sacáramos explícitamente ninguna conclusión se dio a entender que ninguna de las dos daría pasos adelante con esto y se vería como iba adelante. Además uno de los días siguientes esta chica me escribió para explicarme cómo se sentía al respecto y que necesitaba un tiempo para alejarse del chico ya que veía que no estaba bien cómo estaba actuando con ella. Cómo anécdota para también poder entender mejor la situación, me había llegado por terceras personas que esta “amiga” mía se quería alejar de esta chico que teníamos en común porque su objetivo era llevarse bien conmigo y estrechar nuestra relación...
Pues igual salieron las cosas todo lo mal que podían haber salido. Todas las situaciones que me había imaginado como peores y más dolorosas, que no quería que pasaran bajo ningún concepto, pasaron. Fui vacilada, engañada, mentida...
Después de haberme dicho que necesitaba tiempo para alejarse de este chico por lo mal que lo trataba vi un acercamiento bastante estrecho entre ellos, vi cómo se volvían a comportar de la manera en la que siempre se habían comportado y obviamente sin hacer ni puto caso a mi presencia en esas escenas. Supongo que pensarán que yo no me enteraba de nada o que no me estaba dando cuenta de nada de lo que estaba pasando, pero era todo lo contrario. Sabía exactamente todo lo que estaba pasado y no por preguntarlo, simplemente viendo las actitudes que estaban teniendo entra ellos y de mira a los demás. Además de ello todo lo que estaba ocurriendo me estaba llegando a mí por una fuente fiable y cercana a ellos. Resulta que después de mentirme y vacilarme han empezado un relación. Creo que nunca he sentido tanto dolor como el que me hizo sentir saber eso y darme cuenta de que era algo que estaba pasando realmente. Que a la persona a la que más quería en ese momento y a la que se supone que era mi amiga les daba completamente igual y que no les costaba nada hacerme todo el dolor que me estaban haciendo. 
Hablé con esta chica unas semanas más tarde de enterarme de todo esto, a pesar de que ella me propusiera hablarlo antes, pero obviamente le dije que no ya que a pesar de tener mucho dolor también estaba muy enfadada. Hablé con ella pero no sirvió para nada, incluso sirvió para que me dijera cosas que no son verdad, que dentro de su cabeza tendrían sentido pero para no tenían ni pizca de credibilidad viendo en la manera en la que habían actuado. Mi sentimiento más profundo ahora mismo es no querer ver a esta persona que se supone que era mi amiga nunca más, no saber nada de ella ni tener alguna oportunidad de verla. Sinceramente no tengo nada que ver con ella.
Y por otro lado, está una de las cosas más bonitas que me ha pasado últimamente. Es que cuando todo estaba yendo mal, no solo en el aspecto anterior (el emocional) sino también en todos lo demás menos en el ámbito familiar, llego él entre otras cosas buenas. 
Yo ya lo conocía de vista ya que es el ex de una que fue parte de mi anterior grupo de amigas, pero nunca habíamos cruzado palabra, incluso dudo que supiera de mi existencia más allá de conocerme de oídas. Después del confinamiento empezamos a coincidir más por la coyuntura política en la que nos encontrábamos, pero eso la verdad es que tampoco fue el espació que habilitó una relación más estrecha, solo por redes sociales ya que me empezó a seguir en varias de ellas. Alguna vez también me lo he encontrado mientras andaba con un amigo o por la calle, pero no era nada más que un saldo cordial. Pero llegó el día que nos brindó la oportunidad de entablar conversación y que hubiera un acercamiento.
Esa noche yo me metí en una discusión ya que uno de su grupo de amigos estaba molestando a gente como siempre hacía. Mientras yo estaba en medio de esa movida él venía a donde mí a darme su opinión o posicionamiento en la movida. Con ello aproveché para poder hacer un acercamiento hacia él. La verdad es que quitando la primera movida fue una noche súper graciosa. De hecho esa misma noche este chico me escribió pidiéndome perdón por la situación que había surgido, lo que nos sirvió también para estrechar lazos. Una semana más tarde volvimos a salir y nos encontramos de nuevo con él y sus amigos, de hecho el que fue el protagonista de la movida la semana anterior me tocó el hombro para hablar conmigo y a pesar de que la conversación empezara bien todo se fue a pique con su cambio de actitud, tanto que incluso desapareció en mitad de la noche y no lo volvimos a ver. 
Esa misma noche creo que fue el primer paso de la historia que se está desarrollando ahora mismo, ya que hubo acercamento, incluso físico diría yo que daría pie a todo lo siguiente. Hubo algunas oportunidades antes de que nos quedáramos solos pero K. con las pocas luces que tiene y lo borracho que iba esa noche consiguió entorpecer algunas. A pesar de eso si que estuvimos un rato solos, sentados y hablando sobre cosas pero no llevo a nada más que eso, con mucha pena de que fuera así. El siguiente fin de semana, viendo las cosas que subía a las redes sociales llegué a la conclusión de que no estaba en la ciudad y con ello decidimos mandarle un vídeo... al día siguiente me habló para preguntarme sobre el vídeo y aprovechamos para entablar un poco más de conversación y por lo menos dejar por escrito el día grande nos veríamos. Y así fue, a la tarde cuando estabamos todos en la plaza me chivaron que ronada por allí y que se estaba acercando a donde nosotros; de repente noté como alguién me tiraba de la coleta y era él. Lo volvió a hacer unos minutos después cuando paso por detrás mío...
Unas horas más tarde me habló de nuevo por las redes sociales preguntando como estaba el ambiente por donde yo estaba y también para decirme que estaba cenando en el mismo sitio que mis padres y mi hermano (horas depués enteré que dio la nota delante de ellos y todo), estuvimos hablando ara saber onde estaba uno y el otro para así encontrarnos después, además también nos estuvimos mandado fotos, no sé, parecía que podría pasar algo... Unas horas después cuando los dos sabíamos que estábamos cerca y además a menos de 200 metros, me decidí a saludar a una amigas que estaban cerca de él y sus amigos para luego ir a donde él. Y así fue. No no separamos más en toda la noche. Estuve un rato con sus amigos amenazando dos o tres veces con irme mientras él me retenía; al final conseguimos movilizarnos para ir a donde estaban mis amigos, una vez allí nos decidimos por ir a dar una vuelta. Creo que es obvio lo que pasó después. 
Esa misma noche me dio su número y me estuvo mandando audios  camino a casa. Lo bueno es que habiendo pasado  días desde que nos conocemos ya hemos quedado algunas veces y parece que esto va hacia delante. Primero quedamos los dos días de haber estado juntos aquella noche, después me invitó a su casa a dormir, también nos hemos visto un par de veces para ir a tomar algo y la última vez para ir al monte. Este domingo me ha invitado a cenar y a pasar la noche con él. Espero que todo vaya bien y siga hacia delante...
Eskerrik asko nere bizitzan agertzeagatik eta bizitzen ari nintzen momentu txarrenetarikoetan gertatutako gauza hoberena izategatik, L. 
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scaip · 4 years ago
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Kurogane en el País de Las Maravillas
Historia original que subí hace años a mi cuenta de fanfic.es (Usuario: hitsuzen)
Estoy en proceso de pasar todos mis fics a mi blog secundario, así que acá va.
Aviso: Son cosas que escribí hace años. En muchos aspectos dudo que reflejen las cosas que siento y opino ahora.
Resumen:
Nuestro querido ninja despertó solo en un bosque. No había nadie, literalmente estaba solo: sin insectos, aves y menos que menos sus compañeros de viaje.
De casualidad se encuentra a la Mokona Blanca muy apurada y comienza a perseguirla, para terminar cayendo en la madriguera de la criatura. A partir de ese entonces, se vera enredado en las excéntricidades de distintos personajes, viviendo situaciones disparatadas y sin sentido, poniendo su paciencia (e incluso su cordura) a prueba hasta el final.
Si disfrutaron los momentos en que Fye se encargaba de molestarlo, realmente se van a reír con esto... es un Kurogane torturado por un mix de personajes de xxxHOLiC y TRC
En fin, se trata de una parodía de la historia menos sobreexplotada que hay (?)
¡Estan invitado@s!
AVISO: SPOILERS
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Capítulos:  Capítulo 1: ''En la Madriguera de la Mokona Blanca'' (Link del original) Capítulo 2: ''En las casas de Mokona y la Duquesa'' (Link del original) Capítulo 3: ''Los Consejos de La Oruga y Cheshire'' (Link del original) Capítulo 4 ''La Merienda Loca'' (Link del original) Capítulo 5 ''El/a Reina de Corazones’‘ (Link del original) Capítulo 6 ''El Juicio'' (Link del Original) Epílogo (Link del original)
Capítulo 1: ''En la Madriguera de la Mokona Blanca''
El ninja despertó confundido. Se dió cuenta de que no estaba en un lugar conocido antes de abrir sus ojos, pero no percibio peligro alguno. Estaba recostado sobre una generosa capa de cesped. Por alguna razón se sentía ansioso, pero no entendía porque. Al final entendió que su desconfianza se debía a que allí no había aves... la verdad era que no había animales. Le sorprendio que los otros no estuvieran con él, y los busco consciensudamente. De hecho, su sorpresa fue mayor: era la única persona en kilómetros. Se dijo a sí mismo que todo era culpa de aquel maldito manjū, aún cuando paradojicamente fuera la criatura que insultaba la única que podría sacarlo de allí. Se sintió un tonto por estar hablando solo en un bosque, y comenzó a avanzar al azar, buscando a sus compañeros. En aquel momento apareció ''la cosa''. Llevaba un vidrio sobre su ojo, chaleco, una corbata (con colores que no le gustaron a Kurogane), y llevaba un ridiculo reloj de oro con un tamaño inmenso: lo tenía que llevar con sus dos manos. Para colmo, corría hablando sola ''llego tarde, llego tarde. ¡¿Qué haré?!''. Esa maldita cosa blanca. Apenas miró a Kurogane para luego seguir corriendo. El ninja comenzó a perseguirlo, enfadado por el modo en que Mokona lo ignordaba. Inclusó le lanzó una piedrita que encontró junto al tocón de un árbol, pero reboto contra una rama que el juraría no estaba allí antes, de modo que lo golpeo. Se sintió un poco aturdido, pero el protector que llevaba en su frente lo salvo de un inmpacto mayor. Luego se dijo que había actuado como un imbécil: podría haber matado a esa maldita cosa con la piedrita, y de ser eso cierto jamas habría dejado aquel sitio tan extraño. Se dió cuenta de que se había alejado (saltaba muy rápido), y se apresuro en alcanzarla. Pestáñeo y Mokona desapárecio. Soprendido, siguió corriendo hacía donde había visto por ultima vez a Mokona. La materia dejo de existir bajo sus pies y terminó a su alrededor... entonces comprendió que había caído en una especie de madriguera. Kurogane no vió el fin de la caída, y mucho temió quedar muerto al finalizar. Entonces vió una luz. Tomó su katana e iba a aproximarse a la pared cuando advirtió que era un fárol de papel que se esfumó de su vista tan rápido como apareció. Luego descrubrió varios mangas y rollos de pergamino acomodados de cualquier forma, muchos abiertos e incluso algo rotos. Encontró varios palillos de comida clavados en la pared, muchos bajo ángulos extraños. Vió un gran tápiz con la imágen de la Bruja de las Dimensiones, de modo que empezó a despótricar pensando que todo era culpa de ella. Había encajes de varios colores y diseños desgarrados contra las rocas de las paredes, velas prendidas y apagadas (algunas tan consumidas que apenas se veía una pequeña masita blancuzca de la cual asomaba un pequeño hilo negro), varios futones de dormir e incluso varios LCD's que pasaban distintos tipos de canales. Hasta creyó escuchar uno en el cual se veía la imágenes de dos jovenes discutiendo sobre que micro SD comprar. Entonces se dió cuenta de que apenas sabía lo que era un Micro SD, si el nació en la época del Japón Feudal. Tampoco debería saber lo que era un plasma, entonces recordó que aprendió mucho sobre tecnología en los mundos de República de Hanshin y de Piffle. Se enfado consigo mismo por estar pensando estúpideces, y fue su último acto consciente, antes de sentir un golpe en la cabeza y que todo se volviera negro. Desperto en un vestíbulo de estilo occidental. La cabeza y el resto del cuerpo le dolían terriblemente, ademas de tener un humor inmundo. Había muchas puertas de madera talladas, todas de distinto tamaños. Una mesa de cristal tenía un sitio en el centro del lugar. Allí había un pastel con la leyenda ''Coméme'' en letras pomposas y elegantes, como las que usaba el mago retrasado para escribir. No era un idiota. Definitivamente no comería algo extraño y sin saber su origen, por mas buena pinta que tuviera el postre aquel. Se estremeció con irritación al pensar que esa bien podría ser una broma del imbécil de pelo rubio: de donde el venía la gente no comía cosas tan azucaradas y de colores. En cambio, al empezar su viaje, terminaron en una cafetería de un mundo que no recordaba, y el idiota se había mostrado bastante familiarizado con la comida de allí. No lo probaría, de eso estaba seguro. Cuando intentó ponerse de pie notó que algo estaba mal. Su típica ropa negra había sido reemplazada: ahora llevaba un absurdo kimono con encajes y volados. Al menos llevaba la espada en su funda, la cual era, por cierto, un tremendo desastre: de raso, con lunas rojas y negras estampadas. Tampoco faltaba el encaje. Recorrió el lugar y exploro las puertas. Algunas abrieron y otras no. En una había una especie de selva, y se apresuro a cerrarla cuando oyó un rugido que lleno toda la estancia. Tras otra había una librería inmensa y de la cual se espapaba un horrible olor a moho. Encontro algo que se parecía mucho a un hospital, una habitación ocupada solo por carbón y un horno inmenso (allí el calor era horrible), una casa de té tradicional, un patio soleado con un montón de ropa colgada y un estacionamiento nocturno. No se metió en ningún sitio en particular (tal vez el sitio de té); se encontraba cavilando sobre que hacer cuando vió a la Mokona gritando preocupada: ''llego tarde, llego tarde. ¡Los duques no le dejaran nada de comida a la pobre Mokona! Llegaré fuera de horario y no podré hacer nada al respecto''. Se metió en varias habitaciones, mientras Kurogane la perseguía y le gritaba que dejara de actuar de esa forma tan loca. Se metió en la biblioteca quejandose de su horario y agitando el reloj por sobre su cabeza, abrió una puerta (vayan a saber como, si el reloj tenía apariencia de ser muy grande y la criatura necesitaba de sus dos patitas para llevarlo), y terminaron de vuelta en aquel vestíbulo. Se metió en una muy pequeña (él tuvo que gatear para pasar), que resulto ser esa jungla. Los persiguió un leon y terminaron escabullendose a traves de la salita de espera del hospital, para salir luego a traves de la puerta por la que habían entrado a la biblioteca por primera vez. Al final perdió la paciencia, saco a Ginryū1 de su funda y por poco no termina matando a la pequeña masa de algodón andante que con un ágil salto se fue del lugar donde iba a impactar la hoja de la katana. Una de las orejas de Mokona rozó la comisura de su labio y descubrió un sabor dulce. Lo asoció a aquel pastel que vió sobre la mesa de cristal. Con furia, la criatura lo increpó con su vocecita aguda, diciendo que Kuroalice era una persona cruel que se aprovechaba de las criaturas mas débiles que él, que debería comer mas cosas dulces para ser para dejar de sentir envidia y así volverse mas kawaii. El le respondió a los gritos diciendo que su nombre era Kurogane y no KuroAlice. Mokona lo trato de forma indiferente y se metió tras una puertita de unos veinte centímetros. Evidentemente el no podría pasar a traves de ahí. Y eso significaría perder al manju. Preocupado, reflexiono sobre que hacer. Espió por el ojo de la cerradura, y terminó encontrando un prado verde y con flores. Mokona se iba a lo lejos, era apenas un puntito blanco. Arriba había otra puerta que él abrió. Allí solo había un gran vacío inmenso y negro. Cuando había mirado la puerta de abajo, el notó que el prado se extendía sin un límite fijo: era un sitio iluminado, verde y acogedor, nada relacionado con el agujero frío y oscuro que había tras el otro sitio. Eso no obedecía a las leyes lógicas del espacio. Recordó los insultos de la criatura, y, con irritación, se obligó a probar un poco de aquella masa blanda y dulce. Sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. Estaba siendo presionado desde dos lugares distintos, su coronilla y los pies. Pensó que la habitación se agrandaba indefinidamente: la mesa de cristal, las puertas, el brillante suelo de alfombra aterciopelada y por sobre todo las paredes, hasta que no puso obervar el sitio en el que estas se unían al techo. Descubrió que veía con menos claridad. Torpemente caminó hacía la puerta y la abrió. Se metió adentro del prado con una furia vehemente, siquiera se molesto en dejar la puerta cerrada. ¿Para qué, si algo muy pequeño se sentiría totalmente desorientado en aquel vestíbulo del infierno?. Riendose solo, penso en las maneras en que torturaría a aquel maldito manju.
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christian-chaler · 7 years ago
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APUNTES DEL BOSQUE UNA FORMA DE VER LA REALIDAD – DESPUES DE LA CAIDA DEL CHIMAYO - POR EL FANTASMA - Ser un menino de tumba era un cambio radical en la vida dentro del bosque. En ningún lugar de todos los lugares que estuve en mi vida experimente algo similar, desde el mismo momento en que el chimayo estaba acuchillado por mi todos los cachimbas e incluso los lobos y aún los mas cercanos me felicitaban como si habría alcanzado algo que pocos alcanzan, los gitanos enseguida me dijeron que desde ese día era el tercer menino de tumba en la comunidad del bosque. Yo si bien sabia lo que significaba ser un menino de tumba no tenia claro lo que implicaba realmente, fue el Sarraceno el que me lo comunicó, me dijo textuales palabras traducidas de la mezcla entre el portugués y español con que hablaba....."Todo lobo que hace un acto arriesgado y beneficia a su rancho, le quita un peso de encima y se juega por los suyos tiene una mayor jerarquía que el resto que mira para otro lado, hace y deshace, veta cosas que decidió la asamblea, mueve gente de los ranchos y demás, con diecisiete años te llevaste puesto al que tiene a mal traer a mas de cien personas, hiciste mas de lo que nosotros hemos logrado en estos años y creo que todavía no te diste cuenta de ello amigo, desde este día y según nuestros códigos muchos de la zona uno no van a olvidarte por el resto de sus vidas, van a decir que una ves uno al que llamaban el fantasma hizo algo por ellos, te pondrán en sus oraciones y estarás en sus mejores recuerdos".... A pesar de todos los yeites que ello implicaba yo sabia claramente que habia actuado por un impulso, si lo habría pensado no lo hubiera hecho y me habría ahorrado la angustia de ver un tipo apuñalado por mi mano, por la misma mano en la que me tatuaron dos pequeños cuchillos cruzados y que significaba el escrache mas alto que podía llevar un paria de los ranchos de la zona dos, tal como tenia el Sarraceno, el lobo Fazullo y el Alconza que tenia la misma edad que yo. Tanto rollo hubo con el tatuaje que solo me duro unos años, usaron mala tinta o algo de eso y solo quedo una parte borrosa que no parecían cuchillos cruzados pero mal o bien era mío, me tocaba llevarlo según la tradición que ellos habían gestado en mas de una década de comunidad. El escrache tenia su parte riesgosa porque te exponía al hecho que no faltaba el gil que queriendo hacer historia pensara que llevándote puesto en un duelo se ganara el alto escrache, pero no era un rollo de cuchillo ganárselo, ser un menino de tumba era un yeite de conducta y de tradición que significaba habérsela jugado por tu rancho, tu gente, tus parias y ello era respetado. Para ellos la tradición era sagrada, habia una especie de temor inconsciente que dejaba entrever que si las tradiciones y las costumbres no se cumplían algo malo pasaría, rezaban a santa Sara de Cali y a María Magdalena, le pedían en una especie del altar improvisado que se tenga comida, vida, que se ganara en los rollos de avería con la zona uno y que algún día pudieran volver a sus casas y a sus países, entonces todo aquel que luchara para esos objetivos tenia que tener un alto escrache o de repente la cosas podrían salir mal. Habían pasado tantos años fuera del mundo que no tenían idea de como funcionaban algunas cosas, una noche tuvimos que convencerlos junto al Trovador para evitar que mataran al lobo Fazullo, que era de su propia familia y por haber terminado la primaria lo habían designado para ser el encargado de controlar un dinero que estaba en una caja de ahorro del banco de la cuidad mas cercana y que se habia devaluado en un cincuenta por ciento. Fue casi imposible hacerles entender las diferencias de valor relativo entre las monedas de distintos países, todavía creían que el sistema monetario se regia como en la época de sus abuelos por el patrón oro y era muy difícil hablar durante horas con un grupo de gitanos pesados que llevaban una faca de 50 centímetros de largo y cuya esposa miraba con desconfianza y le decía algo al oído que podría llegar a ser...."Mátalo nos a traicionado". Esas reuniones las hacíamos en el comedor y en grupo por las dudas de que algo se saliera de control, ya que si bien la convivencia entre los ranchos de la zona dos era cohesiva y amistosa, la traición se pagaba con la muerte y no faltaban los rollos paranoicos que pudieran derivar en que al hablar de dinero les pintara la idea de que se los habia traicionado, tal como paso esa noche en que estuvieron a punto de matar al mas fiel de sus hermanos como lo era el lobo Fazullo, al que al final decidieron castigar con un sendero tal como relatamos en la parte uno.
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cazamentes · 5 years ago
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BNHA x DP [Era una de mis historia en AO3]
En algún momento indefinido en el tiempo y en algún sitio desconocido desde la esquina más alejada de una realidad que está quebrada en dos dimensiones fuertemente entrelazadas, se observa una pequeña guarida sobre una roca apartada de cualquier tipo de población. Estacionada en un vacío verde y negro que gira de forma indescifrable mostrando patrones desordenados en los que los colores se retuercen en remolinos y se deshacen una y otra vez intentando dar otra forma. Piezas gigantes de algún reloj fuera de lo normal se encontraban flotando en los alrededores de forma misteriosa y extraña, puesto que flotaban en contra de la gravedad en un vacío verde que no parecía tener fondo o suelo en ningún otro lado más que en la roca de guarida que flotaba en ese mismo lugar. Un par de columnas oscuras y antiguas se alzaban sobre la piedra, además de una que otra pequeña o mediana planta que se habría paso entre la roca gris y se mantenía en muy buen estado sin la necesidad de algún sol presente. Mientras en medio de todo el sitio se encontraba alguna especie de espejo ovalado y ligeramente antiguo posado sobre dos patas de madera que lo mantenían encarando el vacío verde y negro sin oportunidad de apartarse, el cual mostraba un giro constante de alguna niebla misteriosa que no se encontraba en ningún lugar además de su reflejo allí. Y en una pequeña piedra escondida en una esquina se podía observar un cilindro grisáceo y verde que mostraba estar fabricado de alguna especie de metal resistente, el cual se tambaleaba ligeramente de un lado a otro cada tantos minutos. - ¿¡Realmente crees que puedes tenerme encerrado en esta porquería por una eternidad, maldito viejo!? - Una voz oscura y llena de veneno gritaba a lo alto y parecía provenir del pequeño aparato. - ¡Pronto todo va a cambiar! - Un rostro se magullo en el pequeño cilindro en un segundo junto con un sonido de metal magullado, y la voz pronunció bajando su tono y volviéndose más macabra antes de soltar una carcajada tenebrosa. - Y no creo que puedas evitarlo. ---------○--------- En una habitación silenciosa, oscura y desordenada de pronto se dejó entrar la iluminación en conjunto con el fuerte sonido de un portazo al abrirse la única puerta del sitio y no tardando en llevarse todo rastro de luz al azotarla de nuevo por cerrar de inmediato tras dejar entrar un cuerpo tembloroso que se mantenía encorvado sobre sí mismo. Un muchacho joven de cabellos oscuros entró con sus ropas repletas de sangre opaca que no dejaba de salir de algunos lugares en su cuerpo, algunas cuantas manchas verdes y brillantes pintaban sitios en su piel pero no parecían mostrar de donde provenían. Las manos del individuo temblaban cual gelatina e intentaban desesperada y dolorosamente no apartarse de su abdomen en el cual parecía haberse juntado más de la sustancia rojiza sobre su camiseta que en el pasado podría haber sido de algún color claro. Caminando a tropezones entre todas las cosas que se encontraban lanzadas en el suelo el muchacho intentaba avanzar lentamente intentando llegar a la cama pequeña que se encontraba en medio de la habitación. Lágrimas resbalaban desde la pálida piel de las mejillas hacia el suelo, y lamentos bajos y reprimidos a la fuerza intentaban soltarse desesperadamente intentando amortiguar el dolor indescriptible que podría estar sintiendo el niño en esos instantes. Cuando sus piernas temblaron más de lo que ya lo hacían dejaron el cuerpo caer a su suerte al no tener más fuerza para sujetarlo dejándolo caer hacia adelante de forma inmediata, las manos del muchacho parecieron moverse de forma desesperadamente rápida hacia el frente dejando su herida en un segundo plano, como si ya tuviera desarrollados unos instintos desesperados por mantenerse con vida desde una temprana edad. Su cuerpo rebotó en un arco provocando un grito doloroso en el muchacho, el cual fue rápidamente acallado con los dientes del niño sobre su lengua. Las lágrimas aumentaron a ríos que mostraban estar repletos hasta los bordes de dolor que no podía expresarse mediante palabras porque él sabía que nadie lo escucharía o le ayudaría con todo eso. Y podría pedir ayuda a su familia.. Pero ellos lo habían dejado en ese estado hacía tan sólo unos minutos atrás. Él no sabía cómo diablos podía moverse o incluso estar consciente a esas alturas, pero debía de ser a causa de algún Dios malvado que quería que sufriera mucho más y más. Escalofríos subían por su espalda cuando intentaba empujar su cuerpo de nuevo hacia arriba, sus brazos temblaban y sus piernas no respondían. Ya no tenía la energía de hacía unos momentos o mejor dicho adrenalina, pero no quería dejarse morir allí como si todos sus pasados esfuerzos por sobrevivir hubieran sido en vano, por lo que en un último momento un par de aros blancos se pintaron lentamente mientras parpadeaban, como si casi no pudieran mantenerse allí, desde el torso del muchacho y se expandieron en direcciones opuestas, uno ascendiendo y el otro descendiendo. Ambos aros dejaron atrás otros colores en ese mancillado cuerpo que ahora parecía estar con todo su torso al descubierto el cual ahora estaba pintado en su mayoría de colores verdes brillantes y en pocos lugares de rojo, y en el cual podían notarse lugares blancos sin pintar que estaban cubierto de cicatrices largas, curvas, circulares, irregulares y marcas de dientes filosos. El muchacho ignoró la gravedad y se alejó del suelo lentamente, el cual tenía manchas oscuras sobre él, y se giró hacia un lado hasta darle la espalda al suelo y mostraba hacia el techo lo que haría vomitar a más de uno. Unas cuantas partes de la piel del muchacho del pecho y torso faltaban y dejaban expuesto todo su interior que estaba vacío. El chico mostraba grandes manchas negras bajo sus semicerrados ojos verdes y no respiraba. Su cuerpo aún temblaba pero parecía en menor proporción que antes. No sólo su pecho y torso se encontraba heridos, por lo que el niño parecía más cansado de lo que debería. El chico tomó una gran bocanada de aire por su boca manchada de verde y rojo, y abrazo con su brazo derecho la mayor cantidad de su cuerpo antes de volver a voltearse con rapidez, la acción fue acompañada por una larga fila de muecas dolorosas y un par de sollozos mal comprimidos, mientras se acercaba una vez más al suelo manchado con su sangre. Observaba a través de sus lágrimas toda la habitación en busca de algo. Todo se veía borroso así que no podía denotar lo que necesitaba aunque tuviera visión nocturna en esa forma suya. Pero de pronto, demasiado pronto, el muchacho tuvo un sobresalto en todo su cuerpo por haber escuchado un sonido que no esperaba aún. Pasos. - ¿Danny? - La voz de una mujer resonó a la distancia. No. Lloró. ¡NO AHORA! Su mano ocupada abandonó su adolorido cuerpo y permitió que todo lo que quisiera caer al suelo en ese momento solo cayera. - ¿Danny?, ¿Estás en casa? ¡NO!, ¡NO VENGAS! Sus manos se retiraron y removieron todo lo que estuviera a su alcance en el suelo buscando lo que necesitaba tan desesperadamente. Sus manos manchadas de verde brillante pintaron todo lo que tocaron y mezclaron las manchas rojas en el desastre. Hasta que encontró lo que buscaba bajo una alegre y desesperada acción. Las grandes cantidades de rojo y verde en el suelo y por sobre todo lo que había tendido en el suelo también estaban manchando lo que se encontraba en esos momentos entre las temblorosa manos del muchacho que ahora tenía cabellos blanquecinos. Pequeñas chispas escapan continuamente de una pistola de colores opacos que estaba manchada de verde y que el muchacho tenía en sus manos tan alegre y asustado sin notarlo. - ¿Danny? El chico nombrado se asustó y tembló tanto que traspasó el techo de la habitación en segundos antes de darse cuenta. - ¿Estas... dormido…? La mujer simplemente abrió la puerta sin esperar nada más mientras escuchaba un rayo cerca de la casa, aunque se parecía más a un disparo. Pero en lugar de encontrarse con su pequeño sólo se encontró con la escena más dolorosa que podría haber visto en su vida. Ectoplasma y sangre chorreados por todos lados en la habitación de su pequeño. - ¡Maddie! ¡Phantom no está! Y las lágrimas comenzaron a caer luego de que una chispa se encendiera dentro de la mente de esa pelirroja mujer que pronto dejó caer su máscara de color azul y naranja al suelo, mientras el hombre que llegó detrás de ella sólo pudo abrir sus ojos con asombro y dolor ante la escena. Y un grito tapó todo lo que podrían haber rescatado de su error. Tú los salvas a todos, ¿Pero quién diablos te salva a ti? ---------○--------- Sus ojos se sentían pesados y cansados antes de abrirse. Pero a pesar de la picazón que sentía al intentar abrirlos lo intento. Pestañeo varias veces para lograr aclarar su vista y despejar sus ojos de sus lágrimas recién formadas. Su mente estaba en blanco mientras su cuerpo sentía la frescura de la superficie sobre la que estaba tendido boca abajo, hasta que recordó todos sus temores recién cumplidos como un balde de agua fría sobre su cabeza. Su cuerpo de inmediato se apartó de donde estaba tirado y se lanzó hacia arriba en busca de un espacio más familiar para defenderse. Un mareo golpeó su vista por lo que se balanceo aún en el aire. Se obligó muy rápido a recuperarse y observó serio y asustado a su alrededor. Se suponía que la pistola de portales le mandaría hacia la zona fantasma, pero el portal había actuado extraño y lo había succionado, y a todo éso si no recordaba mal la zona fantasma no tenía suelo. Grande fue su sorpresa al notar que se encontraba en medio de una calle con viviendas de las que salían personas que lo estaban viendo fijamente. Gran dato: Ya era de día. ¡Mierda! Alguien repentinamente gritó, por lo que se asustó y observó al suelo como reflejó al buscar esconderse. Observó que a un lado y al alcance de su mano estaba la pistola de portales aún con un par de manchas verdes pintandola, pero al verla su cerebro maquinando al cien por ciento solo le gritó: ¡Tomala o te descubren! Se lanzó sobre el suelo y la tomo justo cuando una gran rama de árbol se agrandó hacia donde él estaba un segundo atrás. Se giró asustado aún sin entender y con el arma en sus manos observó a un sujeto extraño de madera observandolo a poca distancia. El sujeto pareció sorprenderse o algo porque titubeo al moverse de nuevo dejando un momento para que el muchacho Danny pudiera volverse en un instante hacia el cielo y distanciarse del extraño sujeto. - ¿Qué.. Que se..? Danny escuchó al extraño sujeto hablar, pero como lo dijo en voz baja creyó escuchar mal al no entender. - Eh, ¿Tranquilo..? - Pronunció el adolescente dudoso de poder hablar por sí mismo, sentía su garganta seca. - ¿Americano..? El sujeto pareció salir de su estupor porque susurró algo antes de apuntar con su brazo hacia Danny y sin esperar un segundo lo alargó como una enorme rama de árbol. ¿Qué diablos con..? Se movió hacia los lados zigzagueando los movimientos del sujeto de madera hasta que extendió desde su otro brazo ramas que se extendían hacia muchas direcciones por lo cual tuvo que volverse invisible e intangible. - ¿¡Qué diablos!? El sujeto extraño grito y ahora Danny sí cayó en cuenta de que no había escuchado mal al no entenderlo, porque ese tipo de madera hablaba otro idioma, no entendía qué diablos sucedía, pero no tenía tiempo para pelear con él. - Lo siento, pero me tengo que- Un tirón desde el fondo de su ser lo retorció en un instante, como si su Núcleo fantasma estuviera advirtiendo... Lentamente bajó su vista a su pecho y todo el dolor pareció volver en un instante cambiando lugar con lo que sea que le haya bloqueado el dolor momentos antes. Su cuerpo comenzó a temblar al sentir todas las fugas de Ectoplasma que su cuerpo tenía. Se sentía cansado y tan dolorido que su cuerpo simplemente quiso desfallecer en ese lugar. Sus manos se movían temblorosa al guiarlas hacia su estómago abierto. El arma quedó en segundo lugar cuando cayó en algún momento al suelo. El Ectoplasma escapaba más desde su torso que el resto de sus heridas, y el dolor era simplemente horrible. En todos sus años siendo fantasma no había sentido tanto dolor como el que estaba sintiendo en esos momentos. Y quizás no era sólo físico. Sus órganos fantasmas no estaban, y creía que en su versión humana tampoco, lo único que tenía era su Núcleo que estaba lo suficientemente escondido para que sus padres no lo encontrarán. Algo repentinamente impacto sobre su espalda y lo empujó hacia el frente, hacia donde había estado el hombre árbol momentos antes. El dolor se multiplicó. Y su cuerpo impactó contra el suelo. - Aaaggghh.. Hasta el punto en que no quiso existir más para no sentirlo. Y en ese momento en que sus ojos veían borroso pudo sentir que se destransforma, éste era su fín. _&_%_&_%_&_ Se sintió cansancio y no quería despertar. - … Un borrón de sonido en el fondo podía sentirse. Como si hubiera una mosca molestando su sueño. - … No podía sentir nada, ni hambre o sed o dolor o… Nada. Simplemente estaba allí con ese pequeño zumbido en sus oídos, como si realmente estuviera volando en esos momentos. ¿Estaría muerto? ¿Por fin mi lado fantasma había dejado mi lado humano para morir de una vez? - …Esta.. de alguna forma… El zumbido subía poco a poco en volúmen y es allí donde pude escuchar la voz conocida.. - Fin de la línea, Phantom. De mi madre. Abrió sus ojos de forma rápida y empujó su cuerpo hacia su izquierda tratando de alejarse del sitio donde escuchó la voz de su verdugo. Todo se veía un poco borroso pero podía ver dos manchas que podrían ser personas, su cerebro estaba apagado y no podía enfocar, pero estaba tan asustado. Cuando las dos manchas se movieron en su dirección él estaba apunto de volverse invisible e intangible pero un fuerte sonido provino de detrás de las manchas y sus ojos corrieron a lo que parecía una puerta que se abrió y una nueva mancha que entró, pero justo en ese momento todo se volvió negro y su cuerpo cayó sin que pudiera evitarlo. Sus ojos se cerraron y todo su alrededor dejó de ser lo que era, no podía sentir su propia esencia y su forma fantasma se había apagado. Todo negro y fuera de lo que conocía, puntos y rayas extrañas pronto brillaron en ellos sólo había compasión y dolor, pertenecían a un hombre extraño que tenía una complexión muy desnutrida y esquelética, detrás de él había otro que le mantenía la vista fija y afilada debajo de mucho cabello largo y negro, la apartó cuando sintió un pequeño movimiento sobre su mano y la llevó de nuevo a la señora. Sus propios ojos se ablandaron un poco al chocar contra los adolorido de esa mujer. - Ya estás a salvo aquí. - Repitió ella de nuevo con una voz suave y tranquila, la cual me recordó a mi propia madre en el pasado cuando estaba asustado y buscaba consuelo en sus brazos. - Puedes descansar todo lo que necesites, puedes estar tranquilo. Danny extrañamente sintió tranquilidad con esas palabras viniendo de esa extraña mujer y simplemente se dejó ir al sueño una vez más. Si estoy muerto no está tan mal. ---------○--------- Podía recordar muchas cosas que dejaron marcas en su cuerpo, en su gran mayoría peleas. Lo tiraron contra muros, le cayeron escombros, lo tiraron de un par de ventanas, le cortaron un par de extremidades que luego se volvieron a unir, lo quemaron con bombas de Ectoplasma, lo cortaron con garras, lo torturaron con flores de sangre, le dispararon, quizás lo apuñalaron unas veces, y tal vez terminó en el hospital un par de esas veces. Pero aún vivía, ¿No? Si sobrevivió a todo eso significa que sigue vivo ¿No? El pensamiento de ya no estar vivo no quería siquiera pasearse por su mente, ya que su familia no podría aceptarlo de aquella manera. La felicidad de ser aceptado por su familia tal cual era ahora parecía ser tan sólo la fantasía de un niño pequeño, como también lo fue el sueño de ser un astronauta.. Porque no creo que ese sueño pueda cumplirse después de todo, no si uno tan simple como ser aceptado no pudo ser real. Sentía tantas ganas de llorar en esos momentos. ¿Pero de qué serviría? Tenía una ciudad de la que preocuparse como para tener tiempo de preocuparse en si mismo. No hay tiempo para quejarse. ---------○--------- La consciencia parecía menos dolorosa está vez que las anteriores, incluso llegue a estirar mis brazos mientras bostezaba antes de abrir mis ojos. Extrañamente me sentía tranquilo sin recordar del todo donde me encontraba o que había pasado. Acostumbraba a ponerme paranoico en situaciones como estas. - Veo que despertaste. - Mi cabeza se movió rápidamente y mis ojos no dudaron al abrirse y enfocarse hacia mi derecha al escuchar una voz. - Tranquilo, eso podría dañar alguno de tus hueso. - Pero pronto me relaje al notar el rostro familiar de la mujer pequeña que había visto antes. Un tirón de una de las puntas de mis labios quiso darle a la mujer una pequeña sonrisa, pero no funcionó muy bien por su expresión. - Perdona que sea tan repentino, pero la policía quiere hacerte unas preguntas. - Escuchando a la mujer mayor pude darme cuenta de que ella tenía un pequeño acento y no parecía tener mi mismo idioma natal, pero prestando atención a sus palabras mi cuerpo se tenso sin poder evitarlo por un momento. - No te preocupes, yo me quedaré contigo todo el tiempo. La mujer parecía tener compasión por mí, pero tenía una pequeña curiosidad picando en una parte de mi cabeza.
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alishalom-blog · 7 years ago
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El Enojo justo de Finees (Números 25) Balaam, el poderoso y experimentado profeta pagano que fue contratado por Balac para maldecir a Israel, falló en todos sus intentos. Cada vez que abría la boca para maldecir al pueblo de Elohim, solamente salían bendiciones. Esto no solo enfurecía a Balac, sino que avergonzaba a Balaam. Cada vez se le hacía más claro al enemigo de Israel que no había manera de maldecirlos siempre y cuando YAHWEH estuviera del lado de ellos. Siempre y cuando ellos permanecieran alineados con El, ellos eran invencibles, impenetrables, y eran rodeados por un vallado de ángeles con espadas desenvainadas por todos lados. El enemigo tenía que regresar a su mesa de planeación y pensar algo más que ellos pudieran hacer para que Israel cayera. Y eso fue lo que hizo. ¿No sería maravilloso poder vivir una vida con tanta bendición y tener tanta protección que aun las más poderosas fuerzas de las tinieblas en el infierno no nos pudieran tocar por un segundo? Existe ese tipo de vida y la formula es encontrada aquí en la historia de Balaam, Rey Balac y Finees. Toda esta historia es como correr el telón, y que nos permite ver en el mundo espiritual. ¿Cómo son estas historias una imagen del mundo espiritual? Piénselo. Cuando Balaam y Balac están tratando de maldecir a Israel, Israel no tiene idea de lo que está ocurriendo. Ellos están inconscientes del hecho de que este era un intento de destruirlos, y tampoco sabían que ellos habían sido tremendamente bendecidos. Esto es exactamente lo que nos pasa en el mundo espiritual. Nosotros no tenemos idea de cuánto trata el enemigo de destruirnos, ponernos obstáculos, o por lo menos arruinarnos el día con alguna situación frustrante. Si nuestros ojos estuvieran realmente abiertos como para ver lo que realmente está pasando alrededor nuestro, los cerraríamos inmediatamente y le pidiéramos a Elohim que nos quitara todo eso. La verdad es que nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra principados que están en las regiones celestes de este mundo de maldad. Uno de los propósitos de esta historia y que se extiende a través de muchas de las porciones de la Escritura es el ayudarnos a entender de que el mundo que nosotros vemos como una realidad es solamente una pequeña porción de lo que es la realidad realmente. Para un ángel, el cielo es su realidad y es más real que cualquier cosa en esta tierra. Desde su perspectiva, la tierra es simplemente una sombra fugaz de lo que realmente fue diseñada. Cuando realmente tenemos nuestros ojos abiertos al hecho de que este mundo no es sino un elevador que nos lleva a un “piso más alto”, entonces entenderíamos que lo que pasa en el elevador no es la realidad. Es solamente un lugar creado como un transporte al resto del edificio. Con esto en mente, veamos como la historia de Finees encaja cuando vemos detrás del telón. Después de las porciones que hemos visto, hemos ido desde los hijos de Israel siendo descalificados en el Rio Jordán por el mal reporte que dieron los 10 espías y hasta 40 años después en el mismo Rio Jordán cuando fueron probados otra vez. Es un principio espiritual que antes de cada ascenso o de adquirir una bendición siempre habrá un examen. Y desde la perspectiva de YAHWEH, el examen es siempre en proporción al tamaño y al alcance de la bendición. Los hijos de Israel estaban afuera de Canaán del otro lado de Jericó, el cual estaba al otro lado del Rio Jordán. Pero antes de que tomaran la primera ciudad, esta generación tenía que ser probada. LEA NUMEROS 25 ¿Cómo paso esto? ¿Cómo se vieron los Israelitas involucrados en este escándalo? Tenemos que ir a Números 31 para encontrar la respuesta. Números 31:16 “He aquí, éstas fueron la causa de que los hijos de Israel, por el consejo de Balaam, fueran infieles a Elohim en el asunto de Peor, por lo que hubo plaga entre la congregación de Elohim.” Ahora sabemos lo que estaba tramando Balaam cuando no pudo encontrar una forma para maldecir a Israel desde afuera. Verdaderamente él no quería devolver todo el dinero que estaba recibiendo de Balac. Entonces el maquinó otro plan. Balaam sabía que se les había dado el mandamiento de no tomar esposas que fueran extranjeras. Él sabía que si él lograba hacer que la gente de Israel quebrara esta ley, entonces, ciertamente ellos se estarían maldiciendo ellos mismos. Entonces él le dijo al Rey Balac que mandara las mujeres más bellas a seducir a los hombres de Israel y que los hicieran quebrar esta ley. Funcionó perfectamente. Este fue el mismo truco que usó la serpiente en el Jardín del Edén. La serpiente sabía que no tenía el poder de maldecirla. La serpiente tenía que engañarla para que se maldijera ella misma quebrando la Toráh del Jardín. Su estrategia no es diferente hoy en día. El enemigo no tiene jurisdicción sobre la vida de un creyente obediente. Él tiene que adquirir la jurisdicción primero consiguiendo que ellos pequen. Desafortunadamente, él consigue su propósito muchas veces y los hijos de YAHWEH ni siquiera se dan cuenta. Para cuando Finees aparece en escena, miles de personas han muerto en la plaga de su terrible desobediencia. Cuando estaban juntando a todos los autores, Finees ya no se pudo resistir. Tomó una espada y fue a una tienda y mató a un Israelita y a su concubina. Estos no eran un Israelita y una Madianita solamente. Este era el cabeza y líder de la tribu de Simeón y una princesa de Madian. El Espíritu está tratando de señalarnos que fueron los líderes de la rebelión que una vez más causaron que la gente pecara, y específicamente la tribu de Simeón. Fue precisamente por este pecado, que la tribu de Simeón sufrió el mayor daño de la plaga, con casi la mitad de su tribu siendo aniquilada. ¿Ve usted la conexión? Esos que estaban siguiendo el liderazgo de la tribu de Simeón fueron los que tomaron parte del pecado de su líder. Si no hubiera sido por el celo y justo enojo de Finees, quien sabe si toda la tribu hubiera sido destruida. ¿Por qué Finees hizo lo que hizo? ¿Tenía el algo en contra de Zimri y Cozbi? Si Finees hubiera actuado basado en su deseo de venganza o cualquier otro motivo egoísta, el Todopoderoso no hubiera aprobado sus acciones. Después de todo, por ley, sus acciones le hubieran causado la muerte. Pero el hecho de que Elohim lo bendijera por sus acciones es porque la intención de su corazón era su preocupación por parar el derramamiento de sangre y muerte de su gente que había sido causado por esos dos. Y por esa acción, encontramos otra vez, un principio espiritual de como parar la plaga de sangre. Esta historia nos enseña que la plaga no iba a parar hasta que alguien pagara por el pecado de Israel con su vida. En este caso, descubrimos que eran los líderes de la rebelión que tenían que morir para salvar los pecados de sus hermanos. ¿Acaso Yahshúa no hizo lo mismo por nosotros? ¿Acaso no llevó El mismo el pecado del mundo sobre sus hombros? ¿Acaso no fue traspasado con una espada causando que saliera el agua que nos daría la vida y la sangre para que fluyera a toda la humanidad? ¿Acaso no fue la plaga de la ley del pecado de muerte que fue destruida en el mismo momento que el expiró? Esta historia no solo nos enseña que para recibir la vida abundante, usted tiene que morir a la carne y tomar la estaca d ejecución y seguirlo a Él, también nos enseña que YAHWEH siente y valora la gente que muestra celo por El. El ama la gente con celo y pasión, gente que ama lo que El ama y odia lo que El odia. Vea a algunos de los más poderosos patriarcas en la Escritura y dígame que tienen todos en común. Jacob era muy astuto y habilidoso para conspirar, pero amaba a YAHWEH con todo su corazón. Era tan terco como una mula pero no dejó ir al Ángel sin la bendición. David danzó como un loco delante de Elohim pero hacia lo que fuera para promover Su reino. ¿Era perfecto? Definitivamente que no. Con asesinato y adulterio en su currículo, es asombroso que YAHWEH lo hubiera escogido sabiendo lo que iba a pasar. Pedro era simplemente una montaña rusa emocional y Pablo algunas veces se pasaba en su celo. El tenia tanto celo que cuando el profeta Agabo y las cuatro profetisas de Felipe le dijeron que si iba a Jerusalén el iría a prisión, Pablo respondió: “Porque listo estoy no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Adón Yahshúa.” Pablo terminó en prisión por su celo y desobediencia a una instrucción clara del Espíritu. Muchos creen que cayó en prisión por el evangelio, pero la verdad es que fue a prisión porque fue acusado falsamente de enseñar en contra de la ley (Toráh) y porque ignoró la voz del Espíritu. En conclusión, podemos ver que YAHWEH escoge a algunos que están un poco locos y que demuestran un celo por El. Desafortunadamente, el celo algunas veces los mete en problemas. Pero Él estaba y todavía está dispuesto a tomar el riesgo con esos que demuestran un celo por El, así como lo dice el antiguo proverbio: “Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio, pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey.” En otras palabras, la gente que demuestra un celo por el Rey algunas veces es la misma gente que deja un desorden tras de ellos. Pero al mismo tiempo, ellos hacen más y crean más para el Reino que ningún otro. Desde la perspectiva de YAHWEH es como: “un paso adelante y dos pasos hacia atrás” Desafortunadamente, si David, Pablo, Pedro, o Jacob estuvieran vivos hoy y no supiéramos que ellos eran personajes de la Biblia, la mayoría de los creyentes los llamarían arrogantes, jactanciosos, y engañadores. La comunidad Cristiana nunca dejaría al rey David estar en el liderazgo porque era un convicto de asesinato y de adulterio. Jacob nunca hubiera sido considerado como un patriarca debido a su pasado oscuro. Pedro nunca hubiera sido parte de un consejo de ministros en la mayoría de las iglesias simplemente porque negó a Yahshúa tres veces y luego se convirtió en un hipócrita con los Gálatas cuando se puso de parte de los enemigos Pablo, los del partido de la Circuncisión. Y Pablo sin lugar a dudas seria descalificado como un anciano en cualquier lugar debido a su orgullo y el hecho que ni siquiera estaba casado. Y luego tenemos a Yahshúa. Ese pobre hombre que era casi un rechazado en su propia ciudad y falsamente acusado y blasfemado por casi todos incluyendo sus propios hermanos y que ninguna iglesia en el planeta tierra dejaría que tal hombre fuera un invitado a predicar solamente por la mala fama y la nube de controversia que lo seguía adonde fuera! Pero así como todos estos hombres y como Finees, el Padre no juzga por lo que otros piensan, dicen o como ven a las personas. El Padre juzga por lo que El ve. El juzga las intenciones del corazón. Una persona que se pasa una luz roja para salvar a su esposa que está a punto de morir en el asiento de la par es tratada muy diferentemente que alguien que solamente iba tarde para el trabajo. La palabra en Hebreo “kanaw” significa “celoso, competitivo” Conlleva la idea de que nadie puede estar entre usted y el que usted ama. ¿Qué es eso que tú pudieras hacer no importando lo que fuera? ¿Qué es eso que tú te atreverías a hacer como Finees? Hay una razón por qué no soporto las mentiras de ningún tipo, especialmente falsas creencias y falsas teologías acerca de la Palabra. Algunas veces, cuando veo pecado y concesiones en mí mismo, tomo la jabalina de Finees y trato de atravesarla a mí mismo para librarme del pecado. Algunas veces somos más duros con nosotros mismos de lo que somos con otras personas. ¿Hay alguien aquí que se pueda identificar con eso? ¿Puede pensar en algunas otras veces en la Biblia en las que hemos visto este tipo de celo? ¿Qué tal Yahshúa cuando volteó las mesas en Mateo 21? Él no podía permanecer sin hacer nada viendo la casa de Su Padre convertirse en una cueva de ladrones. Su celo por la Verdad lo movió a hacer algo al respecto. Él no podía permanecer sin hacer nada mientras miraba como abusaban lo que Él amaba tanto. ¿Y qué tal la historia del Buen Samaritano? Había un hombre que lo habían asaltado, golpeado, desnudado, y dejado por muerto en el camino. Todos miraron lo que había pasado pero nadie quiso intervenir. Nadie tenía el celo o la competitividad de decirse ellos mismos: “No voy a permitir que el enemigo le haga esto a este hombre. Él no va a ganar esta vez. Voy a ponerme en la brecha y luchar por este hombre y ayudarle a que se levante” Nadie excepto el Samaritano que era odiado por los Judíos levantó un dedo para ayudar. Ni el levita ni el sacerdote. El que tenía el celo para ser un Finees por un momento fue alguien sin sangre noble, sin estatus social, sin ningún puesto, solamente alguien que estaba lleno de compasión, misericordia y suficiente celo por hacer algo acerca de ello. Hay muchos ejemplos más como cuando Pedro le cortó la oreja al soldado por tratar de arrestar a su Maestro, Sadrac, Mesac y Abed-nego rehusándose a ir conforme a lo que la gente hacia e inclinarse ante dioses falsos, Moisés matando al egipcio, etc… Cuando hablamos de celo y de pararse firme ante lo que uno cree, pareciera que YAHWEH se sonríe y aprueba, aun cuando los métodos de esos puedan ser un poco convencionales. ¿Qué es lo que le apasiona a usted? ¿Qué es lo que te provoca a celo? Cuando ves una injusticia que conmueve tu corazón y hace que tu cara se ponga roja ¿Qué haces al respecto? La biblia nos dice que está bien enojarse siempre y cuando sea un enojo justificado. ¿Cómo podemos reconocer la diferencia? Porque el enojo injustificado se enfoca en dañar a la persona que ha cometido el crimen. Un enojo justificado se enfoca en parar el crimen mismo antes de que dañe a más personas. Un enojo justificado se enfoca en la intercesión e intervención de parte de la verdad y la justicia. Un enojo justificado no se deleita en la venganza y en dañar al que hizo el daño. Se deleita en parar la injusticia y pelear por lo que es justo. Cuando Yahshúa volteó las mesas en el Templo, estoy seguro que no solamente ofendió a los mercaderes sino que también probablemente golpeó a aquellos a los que les cayeron las mesas encima. El no quiso hacerles daño a ellos o a sus sentimientos. Pero así como el príncipe Zimri y la princesa Cozbi de la historia de Finees, ellos no hubieran perdido su vida si ellos no hubieran participado en esos pecados. Hay una gran diferencia entre venganza y un enojo justificado. La palabra Hebrea para venganza tiene que ver con revancha y castigo. A menos que sea comandado específicamente a hacer tal cosa, “Mia es la venganza, yo pagaré, dice Elohim” Pero por otro lado, el enojo justificado viene de lo alto y es Su manera de movernos a pelear y defender al débil, al que no tiene esperanza, al que están molestando, a las viudas, a los huérfanos, y para pelear por la verdad. Terminaré con una famosa cita que es atribuida a Edmund Burke: “Lo único que permite que el mal prevalezca en el mundo, es cuando la gente buena solo observa y no hace nada” Entonces demuestre celo por las cosas del Espíritu!!! No deje que el enemigo robe, mate, y destruya. Tenemos solamente una oportunidad de hacer una diferencia en este mundo. Entonces agarre su onda y su jabalina y demuestre celo por Elohim!!! Shalom!!!
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hotelchevallier · 8 years ago
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El hombre condenado
Un hombre fue castigado por toda la eternidad a limpiar las armas de Ares sólo con cotonetes, porque Ares es así, algo caprichoso y tiquis-miquis con sus juguetitos. Los primeros 733 años este hombre los sufrió muchísimo, porque siempre había sido de carácter inquieto y acoplarse a algo tan rutinario como aquella obra era un escarmiento digno del ingenio para los castigos de los dioses. El astro rey danzaba sobre su cabeza con el resto de las estrellas, y en su mente siempre sonaban las palabras que su madre le decía cada vez que lo encontraba actuando digno de censura, ¿pero qué palabras eran esas? Porque tras tantas vueltas en este planeta la voz de quien lo vio nacer se perdía entre la cacofonía que era la locura. Nunca él había desarmado una pistola o un fusil, y mucho menos limpiarlo con cotonetes: Era prueba y error, prueba y error por el resto de la eternidad, porque Ares tiene muchísimas armas distintas y sólo se las encarga a él para que las limpie. “La puta madre” refunfuñaba él cada vez que un arma desconocida llegaba a sus manos, “¿por qué no puede ser una espada?” pero ya nadie usaba espadas. El tiempo pasa, y simplemente hay que aprender a adaptarse. Mal destino augura a aquellos que no logran superarlo.
Si todo cambió un día y una sonrisa se dibujó en su rostro, fue porque empezó a imaginar la mugre como su enemiga y él como el encargado de eliminarla. Cuando encontraba un resquicio donde esta todavía abundaba se vanagloriaba en la idea de que estaban escondiéndose de él y decía para sus adentros “¡Ajá! Los tengo” y los cotonetes se encargaban de la situación. Y es que entre tanto juego, el tiempo se le pasó volando, y a más de 3000 años de su condena ya nadie recordaba la causa de su castigo eterno.
Extrañado por el jolgorio que parecía suscitarle la labor, Ares interrogó a Zeus sobre el motivo detrás de su castigo. “Algo le habrá dado a los humanos, pero no estoy seguro, preguntale a Poseidón, que él tiene un mejor registro de estas cosas que yo” le había respondido el Rey del Olimpo, a quien también le llamaba la atención el comportamiento que mantenía este hombre -cuyo nombre también se había olvidado- pero sobretodo la curiosidad que mantenía Ares respecto a este mortal. A Poseidón realmente no le agradaba mucho Ares, y despachó al Dios de la Guerra lo más rápido que pudo: “Yo me encargo del océano, y estoy bastante ocupado con ello” había dicho mientras sellaba un papel, y añadió: “si me hubiera ofendido de alguna forma lo recordaría”.
Ares se descubrió admirando en secreto a este hombre, la emoción con la que realizaba su labor, la mugre que lo ataviaba tras tres mil años de servicio, y se sorprendió interesado en él. Esa misma noche le dijo a Hermes que le preguntara a Hera si ella sabía algo sobre este individuo, ya que ella, siendo la más caprichosa en el Olimpo, quizá hubiera tenido algo que ver, y recordó con algo de gracia la vez que ella castigó a una mujer llamada Lamia con una creatividad propia de una persona despechada. Cuando recibió la misiva de la susodicha, se lamentó ante el desconocimiento de la misma, y dejó la carta leída a medias.
Hades, por otra parte, lo recibió con más emoción. Pocas veces recibía visitas de su familia y siempre que así era querían exigirle algo. “Siempre quieren que les devuelva el alma de algún mortal, o quieren que encierre cierta bestia en los confines de mi reino”, le explicaba mientras le mostraba las reparaciones que estaba haciendo al lugar. “Hace unos años un mortal se coló por mis reinos y llegó hasta el último de los círculos, donde le dimos caza. Sé lo que dice ese cuento que se hizo popular, pero le dimos caza antes de que pudiera descender al Tártaro y lo devolvimos a la tierra para que con su historia se acabaran los herejes” le decía mientras se acercaban a la Torre de Perséfone y le enseñaba los nuevos decorados que había implementado desde su última visita. Su tío era bastante verborrágico y siempre tenía la intención de contar hasta la más mínima de las minucias y por eso solía resultar desagradable de tratar y se rehuía de su persona a menos que estuvieran obligados a hacerlo. Lo que Ares no sabía era que esa verborragia era un efecto de su soledad y no la causa de la misma, más parecido a algo que se retroalimenta. Estaba tan solo allí abajo que la presencia de Perséfone empezó a aburrirlo muchísimo tiempo atrás, y si hablaba con tanta emoción era porque recibía tan pocas visitas que a través de sus anécdotas buscaba resultar agradable a sus familiares, y sus familiares precisamente lo evitaban porque en sus pocas visitas salían agobiados de lo que calificaban como cháchara sin sentido. “¿Puedes creer encima que ese tal Daniel y su amigo confundieron a mi Cerbero con un tal Zanahoria?” le comentó, y Ares le dijo que estaba en un apuro, tratando de frenar los divagues de su tío, que iban para más. "Está bien, está bien" y tras una minuciosa revisión de sus archivos le dijo que no tenía información sobre la causa de su condena, no había encontrado su nombre y que tampoco había pasado por su reino y había sido extraditado posteriormente, por lo que la condena otorgada sí o sí había sido dada de primera mano y no en un juicio posterior. “Lo que sí tengo” añadió “es un pedido tuyo al respecto de ese sujeto para que lo reciba en mi reino, quejándote de que aunque su labor era impecable su sola presencia te resultaba molesta”. Ares no guardaba memoria alguna de ese hecho y se sorprendió muchísimo con la notificación de tal hecho. Muy confundido se estaba yendo del lugar cuando le preguntó a su tío si sabía de alguien que pudiera tener tal información. “Poseidón debe tenerla, él insistía en que le confiáramos los documentos de nuestras tareas a pesar de que no le corresponde. Es muy ordenado” le respondió su tío. Ya confundido pero ahora algo molesto decidió volverse a su trono y sopesar las posibilidades. Detrás de sí corría su tío, invitándolo a cenar el mes próximo, que celebraban el cumpleaños de Perséfone, y Zeus, Atenea y Caronte tenían pensado asistir. “Será muy lindo” le decía, pero Ares se excusó con que tenía asuntos que atender.
Esa misma noche Ares, mientras recorría los lóbregos pasillos de su castillo abstraído en meras divagaciones respecto a su encuentro con Hades, detuvo el hilo de pensamientos que transitaba su mente y trató de averiguar hacia dónde se dirigía. Sus pies se habían movido automáticamente mientras él retenía las palabras de su tío, reflexionando sobre la supuesta queja que él había emitido respecto a este hombre condenado hacía cuánto… ¿1500 años atrás? ¿2000? Había olvidado preguntarle ese detalle y dudaba en si valía o no la pena visitarlo nuevamente por ese pedazo de información. Contrariado por esto, se había perdido a sí mismo en esas minucias y sin darse cuenta su cuerpo había actuado maquinalmente mientras el resto de su ser se empecinaba en la decisión de ese particular. ¿A dónde estaba yendo? Y mientras estaba ahí parado, quieto, absorbido su cuerpo por el tenue umbral de luz que llegaba a filtrarse por uno de los ventanales, se dio cuenta de lo poco que había apreciado el diseño gótico de su castillo y la compleja arquitectura del mismo. Pero si algo lo contrarió más que el no saber el nombre de la persona encargada del mismo, fue la revelación que le llegó ataviada en los descubrimientos de una epifanía: ¡Sin darse cuenta se estaba dirigiendo a la habitación continua del hombre condenado, para espiarlo en su quehacer!
Como toda epifanía la misma revelaba más de la persona que la sufría que de la situación que aclaraba, y eso mismo fue lo que lo enfureció. ¡Él era Ares, aquel que heredaría el mundo! No sólo no podía permitirse actuar de esa manera, sino que tampoco disfrutaba haciéndolo. Y dominado por una rabia que sólo sus más acérrimos enemigos habían llegado a vislumbrar dio un grito que despertó a todos los que le servían en aquel palacio, e incluso pausó la obra del hombre condenado durante unos cuantos segundos.
“¡Lleven a ese hombre a la sala de torturas y que pase el resto de sus días inmortales siendo el entretenimiento de los sirvientes!” le dijo al primer siervo que se le acercó.
“¿Por qué esta medida, mi magnánimo señor? Esto no es propio de usted, y ese hombre lleva aquí antes que todos nosotros y nunca ha molestado a nadie” le respondió el mismo, extrañado.
“¿Osas contrariarme?” replicó Ares a medida que desenfundaba las armas que tenía a su alcance.
Intimidado por esta demostración de poder que nunca antes había visto en su señor, el pobre siervo se dijo a sí mismo que este seguía siendo Dios de la Guerra y que él le debía sus servicios por todo lo que este le había ayudado, así que no estaba en derecho alguno de cuestionar su obrar.
 Este mismo sirviente al otro día vio a su querido señor en el trono, casi dormitando en el mismo, y no estaba en su deseo perturbar su descanso, pero noticias urgentes así lo requerían. A medida que avanzaba por aquel gran salón reflexionaba en cómo lo despertaría, pues sabía que su señor merecía ese descanso. Lo había visto ir y venir de los reinos de sus pares del Olimpo, mandándoles y recibiendo cartas de ellos, todo esto en menos de una semana. Sólo en épocas de enormes guerras él lo había visto trabajar tan arduamente, y aún en esas épocas habían sido rarísimas las veces en que durante cuatro a cinco días tanto había sido hecho y menores aún en las que lo había visto tan agitado. “Señor…” empezó, y cuando lo vio abrir sus ojos se dio a sí mismo el permiso de continuar, “hemos cumplido sus ordenes respecto a ese hombre.” Ares simplemente le felicitó la labor y se vio en sus ojos el deseo de despecharlo lo más pronto posible.
“Lamento la forma en que te traté ayer” le dijo Ares. “¿Algo más?”
“Sí, disculpe la molestia” y le entregó una carta sellada por Afrodita. El siervo se retiró viendo el cambio en la expresión de su magnánimo señor, y tratando de adivinar cuál era la causa de su disgusto que lo llevaba a actuar así.
Cuando se encontró solo con la carta, Ares tomó el valor para abrirla y una vez hecho esto, volvió a infundirse de valor para leerla. Cuando al día siguiente accedió a la invitación que la susodicha le había extendido en esa misiva se dio cuenta del mucho tiempo que había pasado desde la última vez que habían hablado.
“Ponte cómodo” le había dicho ella al recibirlo, su rostro cubierto con un velo. Él guardó silencio y durante unos cuantos minutos ninguno de los dos atisbó a decir una palabra. Ares no pudo evitar sorprenderse por la cantidad de ropa que llevaba puesta, pues recordaba sus largas piernas y su esbelta figura desnuda recorriendo los jardines del Olimpo sabiéndose observada; por ende, le sorprendieron aquellos jeans blancos y sus manos en los bolsillos del mismo; le sorprendió aquel suéter verde y la camisa, también blanca, que llevaba debajo; le sorprendió el pelo atado cayendo sobre el hombro, y sobre todo, aquel velo que cubría las facciones de su rostro. Lo único que reconocía de ella era aquella postura que mantenía en esos instantes, ligeramente ladeada hacia la derecha, donde creía ver también, a través del velo, y su imaginación más que nada alimentada por la vieja fuerza de la costumbre, una delgada sonrisa rosa cargada entre lo que podía ser malicia y burla adornando su rostro; Ares se hubiera sorprendido una vez más si hubiese sabido que aquello que imaginaba distaba mucho de la realidad. Afrodita, al contrario que él, se encontró con la misma armadura que tantas veces lo había visto usar en ceremonias especiales, con la misma cota de mallas que no pararía una bala, y, más importante aún, con el mismo rostro de antaño que sólo ahora llegaba a entender alicaído.
“¿Por qué me mandaste esa carta?” le preguntó finalmente él, y en los ojos de Afrodita nuevamente creyó ver, a pesar de que el velo que recubría su rostro le impedía tal cosa, una mirada cargada de sorna y una sonrisa socarrona que parecía querer señalarle el hecho de que nadie lo había obligado a asistir.
A Afrodita casi que le había ofendido enterarse de que del Olimpo ella era parte del selecto grupo al que Ares no había consultado por ese malestar que lo aquejaba desde hacía varios días atrás, y no se lo ocultó.
“¿Sabes algo respecto a este condenado?” respondió el Dios de la Guerra queriéndose mostrar impertérrito, y fue el viento filtrándose por las rendijas de la puerta más cercana las que le dieron la respuesta. Afrodita tenía vívidos recuerdos de la infancia de Ares, y más aún de su vida adulta. En su niñez Ares había sido el niño más dulce que ella jamás haya visto en su vida inmortal, y por eso se sentía realmente apenada, viéndolo como lo veía ahora sin el éxtasis de la lujuria, por cómo este había cambiado -o intentado cambiar- con el pasar del tiempo. Recordaba con cariño que no fue hasta avanzada su adolescencia que este había podido entrar a los territorios de Hades sin sentir pena por quienes allí sufrían, y que no había recibido bien la noticia de que él estaba destinado a ser ese Dios de la Guerra que ahora ella tenía frente a sí. “Mira lo que te ha hecho la estricta disciplina de tu padre. Vienes armado a este lugar sabiendo que es innecesario” le recriminó ella.
“Porque soy el Dios de la Guerra” le dijo él a ese rostro oculto por el velo.
“Lo eres, ¿y? Esas armas de las que tanto te gusta presumir y esa fachada que te gusta mantener son tus grilletes, pero peor, porque sigues encadenado por tu propia voluntad” e hizo una pausa cuando advirtió la incomodidad de Ares.
“¿Sabes algo respecto al hombre condenado o no? No tengo ni el tiempo ni la voluntad para escuchar las divagaciones de una loca” respondió, y sus dientes empezaron a crujir.
“El tiempo cambia Ares, ya no sigues obligado a fingir” y mientras hablaba vio cómo el mismo empezaba a retirarse, molesto. Sus pasos la alejaban de ella, y cuando vio lo cerca que estaba de perderlo, le dijo "está bien, te voy a decir quién es", y Ares, al notar el cambio de tono de su voz se quedó quieto, expectante.
Mientras ella se decidía en la forma en que se daría a entender -y Ares entendía que ella estaba repasando mentalmente las palabras que usaría y por eso respetó su silencio- él no pudo evitar notar las diferencias en el tono de su voz en aquella frase particular, notando que donde recién las palabras se asemejaban más a un ruego cargado de sollozos ahora había una mujer que renunciaba a los almibares. Su conclusión fue probada correcta cuando él, al devolverle la mirada una vez más, escuchó lo que Afrodita tenía que decir:
"..."
"¿Qué?" le respondió Ares, claramente aturdido. Trató de verla a los ojos a través de aquel velo y en su fútil intento ansiaba arrancarle el mismo a la fuerza para que entendiera a quién le estaba dirigiendo tales palabras bastardas. Recordó su característico sentido de la ironía y se preguntaba si aquello no había sido una larga broma, una que se había construido meticulosamente desde el momento en que él había leído esa carta y había aceptado venir a sus tierras, que incluía la ropa que llevaba puesta y terminaría, finalmente, con esa frase cargada de blasfemia. Sin embargo aquello no era sino una vaga esperanza del Dios de la Guerra que el silencio posterior le confirmó no existía. Afrodita tuvo que reiterar sus palabras:
"..."
Sin respuesta, el aturdimiento inicial pronto dejó paso al malestar, y ese malestar liberó una caterva de sentimientos encontrados en Ares, yendo desde el rencor hasta la ira, quien movido por la misma, le respondió:
"Si repetís esas palabras una vez más vas a saber de lo que soy capaz de hacerle a los que me ofenden", y como vio que lo dicho no tenía efecto en ella se dejó llevar por el frenesí del momento y olvidó los modales con los que gustaba mantener relaciones con sus allegados. Su diatriba comenzó así: "¡Te voy a arrancar ese velo y te voy a pasear desnuda entre mis perros hasta que no seas sino un cacho de carne con titulo nobilicio, puta de mierda!"
"Ya no estamos en guerra con los titanes, Ares. El mundo cambió, ¡cambió para mejor! No tenés nada que demostrar" pero Ares se alejaba y ella mantenía una respetuosa distancia, sabiéndose vulnerable a la ira de este si él decidía darse la vuelta, pero insistiendo en su cometido, movida por amor. Sus palabras, ahora desoídas, volvieron a asemejar un ruego cargado de sollozos. "Yo sólo quiero lo mejor para vos, todos hemos cambiado. Poseidón cambió, Apolo también, ¡hasta Zeus!" pero los pasos de Ares, ahora convertidos en largas zancadas, lo alejaban de ella. "Yo también estuve así, y no me di cuenta hasta que fue tarde, ¿sabes?" pero antes de poder terminar de hablar se dio cuenta de que Ares ya no la escuchaba, y lo dejó ir. Se le estaba haciendo tarde, y sus esfuerzos habían terminado en vanidad. Sobrecargada de angustia Afrodita se levantó el velo tratando de limpiar sus ojos húmedos, sin embargo a pesar de ello pudo sentir una lágrima deslizarse lentamente por las bifurcaciones de su rostro, que tanto tiempo atrás había sido ajeno a preocupaciones, hasta llegar a las comisuras de unos labios carcomidos por el herpes.
 Sentado en su trono el mes había pasado y no había podido sacarse de la cabeza ese encuentro con Afrodita. Sus palabras habían repercutido en él y no podía hacerlas desaparecer en el vórtice de la memoria, y peor, porque imágenes de su infancia empezaban a acompañar a las mismas. Cuando un día de esos le anunciaron que Poseidón había venido a visitarlo se sorprendió, y cuando once meses más tarde el rumor del hecho se extendió por el Olimpo y las profundidades del Hades, por la mente de cada una de las deidades enteradas se sumió la misma interrogante que agobió la mente de Ares en aquel momento crucial: “¿Por qué?”. Qué había sucedido para que no sólo Poseidón dejara su labor, sino que se ausentara completamente de la misma, y esa duda investida de incertidumbre pronto se convirtió en un terror que duró hasta que las palabras del Dios del Océano atravesaron aquel salón cortando el silencio tras su paso.
“Me han suplicado que venga a decirte aquello que quieres saber. Se me ha rogado que venga” comenzó a decir, y se notaba en la manera de pronunciar las palabras, en la forma en que no parecía querer decirlas, sino escupirlas, el esfuerzo que era para él estar ahí, alejado de sus deberes y ante un familiar que le parecía desagradable y falso, y Ares se llevó la misma impresión por la habitación que los separaba. “Quieren que te diga quién es el hombre condenado, y ese es el único motivo por el que me ves aquí”
“¿Y bien? ¿Quién es el hombre condenado?” finalmente preguntó Ares, encontrando en los iris de este la seguridad de quien tiene con él la certeza de lo que va a decir. Cuando finalmente Poseidón habló él creyó escuchar en su respuesta los rayos de Zeus impactando contra su padre Cronos, recordando cómo se le carcomía la piel con cada impacto, el sonido de las almas de los titanes mientras Hades las tomaba cautivas, y a Atlas crujiendo sus dientes cuando se dio cuenta que la tierra era demasiado pesada para sus hombros. Todo eso escuchó Ares en las palabras de Poseidón, y tanto más, que debido a la naturaleza de sus insinuaciones no le quedaba sino ofenderse. Justamente tras las palabras del mismo su rostro lo había traicionado y su sorpresa se hizo evidente para su tío. Furioso por esta muestra de debilidad de la que acababa de ser protagonista le ordenó que se retirara o enfrentara su furia, lo cual este último acató, pero no movido por el temor de una disputa, sino por la lástima.
 Esa misma noche Ares se encontró a solas con la oscuridad y el silencio, y ordenó a sus siervos librar al hombre condenado, por principios. Lo único que le sacó el nudo en la garganta y esa sensación de contrariedad que la respuesta de Poseidón le había dejado fue cuando, al espiar a este humano nuevamente, pudo vislumbrar la emoción en su rostro a medida que tomaba sus cotonetes y sus sirvientes le dejaban una de las más recientes adquisiciones. Lo vio casi saltar de alegría a medida que este hombre se figuraba cómo desarmar aquel misil termonuclear.
 ¿Y Ares? Ares también saltó de alegría cuando confiscó sus harapos y se los puso a limpiar.
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