#otro trastornado(?)
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kim wonseok - humano - pandillero / mesero en un bar - 22 años - bisexual - he/him open to: m/m, m/f, m/nb
Wonseok deja salir el humo del cigarrillo con dirección al cielo, la pared en su espalda que conectaba el exterior con el bar retumbaba por la música y sus ojos, se fijan en la figura que se aproxima en el callejón. - —Tengo un break de diez minutos, si no me dejas ni terminar el cigarrillo, voy a aniquilarte y luego a mí mismo — -su tono carecía de vida, aburrido y desinteresado.
#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ dialogue ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ kim wonseok ⠀ ❫#open starter#s*#otro trastornado(?)#fdjkslsdñdsds well mi hijo tiene una vida de mierda#pero salió de prisión porque fue groomeado desde chico y la mujer mató un hombre y lo acusaron too(?)#bueno él se acusa solo xq está groomeado#ANYGAY está loquito x2
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Tengo una pregunta muy pero muy personal... /ref al cap del maguito
Que opinas del ship de Tulio x Bodoque x Juanín?
Una idea que a mi siempre me gusto es que Tulio y Bodoque se encamen primero y formen una relación, Juanín ande loco de celos pero pretenda que todo normal, y Bodoque obviamente se da cuenta (pero Tulio no porque no le sube agua al tanque-) y se dedique a molestar a Juanín hasta que explote, porque así de toxico es Juan Carlos xd
La idea de ellos tres juntos como una pareja poliamorosa, no me funciona, pero porque estos personajes en específico están muy trastornados...
Si crees que Juan Carlos está algo focalizado en Tulio (ya que es su único amigo de verdad fuera de sus amigos de pachanga), para Juanín, Tulio es toda su vida.
1) En cada entrevista que leas o dato curioso que encuentres, siempre menciona que Tulio es la persona que más quiere, la más importante en su mundo, o incluso más que él mismo (sí, nula autoestima). Al no tener deseos propios, Juanín llena ese vacío con los deseos de alguien más, en este caso, los de Tulio, volviéndolo el motor que impulsa todos sus días, posiblemente desde que son niños. Un amor tan longevo como la amistad de Tulio y JC.
No me imagino a Juanín, de repente, desviando completamente su atención hacia Juan Carlos (o cualquier otra persona) sin abandonar su "misión" de satisfacer a Tulio. Además de que ha trabajado junto a él 2 décadas también. Quizás, Tulio tendría que hacer algo realmente grave y Juanín se eche un par de años de terapia encima (aunque ya le ha hecho de todo, supongo no existe algo que apague ese motor). Pero incluso en tal caso, Juan Carlos tiene el síndrome del impostor. En cuanto se dé cuenta de que es "el clavo que saca otro clavo", nadie sale ileso de esa situación(?) JAJAJA.
2) Por otra parte, Juan Carlos es competitivo, celoso y mujeriego. Si alguna vez llega a salir con Tulio, en lugar de ampliar sus libertades a medida que genera un poco confianza en el amor que Tulio "quizás" sienta por él (nunca creerá que es amado al 100%), ocurriría lo contrario: Se volvería cada vez más restrictivo. (No voy a entrar en detalles a menos me quieras caer en el chat, no quiero que me funen, jajaja).
Sin embargo, no voy a mentir, la situación que planteas al final sí se me hace muy canon. Juan Carlos tiene un buen olfato para las relaciones interpersonales, y siendo el mayor y más experimentado, notaría si Juanín sigue pegado a Tulio, incluso si su actitud no ha cambiado desde que eran niños, incluso aunque Juanín apague sus celos con todas sus ganas.
Y aunque a JC no le interese Tulio para nada, siendo su mejor amigo, hetero, y maestro de la puta joda, no perdería la oportunidad de joderle la vida a Juanín, jajaja. Hacer bullying ya es demasiado fácil para él, pero lo sería mucho mas fácil aún considerando que es un blanco... tan blanco.
3) Y si ya nos ponemos en un escenario donde Juan Carlos sí sale con Tulio, la situación se vuelve macabra💀: Juan Carlos sería perfectamente capaz de regalarle "momentos" a Juanín con Tulio. Momentos que ni siquiera parezcan planeados, solo para recordarle sutilmente el control que tiene sobre él. Convencería a Tulio de cualquier cosa, aunque Tulio no se diera cuenta de que con cada movimiento están estrangulando el corazón de Juanín. Ya sabes, es apostador, "apostaría" a su pareja, usándolo como carnada. Experimentaría hasta dónde llega el control de Juanín, hasta dónde se quiebra y confiesa su amor infantil. Necesita que Tulio lo vea por sí mismo, porque para él, Juanín solo hace lo que le corresponde como la "Secretaria" que se merece tener.
Y una cosa es segura... Gane quien gane esta batalla, incluso si se comportan de manera madura para seguir trabajando chill en el mismo canal, están tan arraigados a Tulio en el show, tan dependientes de su presencia, que nada volverá a ser igual entre ellos dos. Es posible que JC y Juanín terminen perdiendo la amistad.
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Me quedé pensando en qué forma la protagonista le puede devolver a Stalker!Enzo todo lo que le hizo la verdadera gorda que no suelta, pero es que el otro está tan obsesionado enamorado de ella que estoy segura que cualquier cosa que ella le haga, él lo va a recibir con brazos abiertos... Y no sé qué tan seguro sería para ella si decirle provocarlo y/o hacerle sentir celos aunque la idea tienta bastante 👀
Vos me querés llevar por el mal camino.
¿Registrar su casa la mañana siguiente mientras está dormido? Querés recuperar tus pertenencias y ver si tiene objetos de otras personas, pero cuando despierta corre a buscarte... y no sólo no se ofende cuando te ve, él se siente halagado porque te ve haciendo lo mismo que él hizo con vos. Tiene que ser una señal de que estás interesada en él, ¿no? ¿Por qué revisarías sus cosas si no?
En mi mente yo soy Nabokov escribiendo sobre un personaje que está completamente trastornado, pero no sabe que está trastornado y cree que la forma en que él percibe (y por ende el relato) las cosas es la pura realidad.
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Me sacó me sacó el Bauti Herrera con las pelotudezes de obsecionado que hace
Ese tipo está peor que enero
Sí amigachas
Otra vez el pico de fama mundial
El pico de fama MUNDIAL
Otra vez otro 8 de enero por la obsesión de enfermito trastornado que está el Bauti Herrera por mí
Ya no lo aguanto pero MÁS
No quiero que este tipo NI SE ME ARRIBE NI ME SIGA JODIENDO NI ME SIGA BUSCANDO NI NADA
Lo quiero bien lejos de MI vida para NO VOLVER MÁS CON ESTE INEPTO
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LYGIA CLARK & HÉLÈNE CIXOUS

«La Voz, canto anterior a Ia ley, antes de que el aliento fuera cortado por lo simbólico. Texto, mi cuerpo: cruce de corrientes cantarinas, escúchame, voz que, al tocarte, te conmueve, te empuja a recorrer el camino que va desde tu corazón al lenguaje, te revela tu fuerza; es el ritmo que ríe en ti; el intimo destinatario que hace posible y deseables todas las metáforas; cuerpo tan difícil de describir como dios, el alma o el Otro; la parte de ti que entre ti te espacia y te empuja a inscribir tu estilo de mujer en Ia lengua. Voz: la leche inagotable ha sido recobrada. La madre perdida. La eternidad. El texto femenino no puede ser más que subersivo: si se escribe, no puede ser más que trastornado en incesante desplazamiento: en el imperio de lo Propio, el ser del desplazamiento. ¿Cómo encontrará ella donde perderse, dónde inscribir su no-tener-lugar, su permanente disponibilidad? EI amor-otro es el nombre de la escritura: ahí las diferencias, que arrebatan vuelos vertiginosos entre conocimiento e invención. Tocar el corazón de las rosas: es la manera-mujer de trabajar: tocar el corazón vivo de las cosas, sentirse conmovida, ir a vivir en lo mas cerca, dejarse llevar lentamente por la fuerza de atracción de una rosa, que nos da lo mas vivo de sí misma. Hemos olvidado que el mundo esta ahí frente a nosotras. Hemos olvidado como las cosas nos precedieron.»
_ Hèléne Cixous. La risa de la Medusa: Ensayos sobre la escritura –Teoría feminista y cultura contemporánea- Prólogo y traducción de Ana María Moix. Cultura y Diferencia, serie dirigida por Mirian Díaz-Diocaretz y asesorada por Iris M. Zavala. Pensamiento Crítico/Pensamiento Utópico 88. ANTHROPOS. Puerto Rico 1995.
Lygia Clark. Escadas, 1951. Carboncillo sobre papel, 14 9/16 x 10 7/16″ (37 x 26.5 cm). Colección Privada.
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¿Quién se halla en tu morada?
Llegas y te ausentas. Llamo y no contestas.
¿Princesa, te acompaña la Bestia?
Acaso, es... ¿Una invitación para ir a tu casa?
¡Qué ra-ra for-ma de pretender tienes!
¡Cielo! ¿QUIÉN LA TIENE?
¡Quién la entiende! Me dice que me ama y se desaparece.
¿Por qué pierdo contacto cuando entras a tu casa?
Bella durmiente o Cenicienta.
Quizás el tiempo lo ocupas acostada, escuchando otro latir.
Loco lunático posiblemente trastornado.
Prefiero el término enamorado. Aunque... cada vez poco menos. Hasta su retorno... De nuevo caigo.
Cristopher A. RH
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Los amantes no tienen nada que darse, nada que ofrecerse, el erotismo de uno no es complementario o contradictorio con el del otro, es un azar que festejan y reinician cada vez (si el acto sexual fuera un hecho natural, sólo habría una manera de llevarlo a término). ¿Qué intercambian los seres? Un tremendo impudor, en el abismo en que se hunden desaparece cualquier persona, todos los nombres todavía propios. Es preciso despojarse de toda propiedad, de todo deseo de poder, para adelantar en esta peregrinación; querer, poder, saber, proyectos que siguen refiriéndose a uno mismo. La unión no es diálogo, en ella no se entrega ningún mensaje, nada se dice en ella de manera unívoca. Los amantes se conceden todas las posibilidades de existir; no se conocen, no quieren preguntarse, se miran y se palpan; unen sus terminaciones nerviosas y se respiran, trastornados por la fuerza desconocida que cada uno significa para el otro; se sorben, se lamen en todos los sentidos, en todas las direcciones; mantienen una tensión, anudan unos hilos, esculpen unas causas y unos efectos, miman unos suspenses que no se apresuran a resolver, la emoción les estrangula, juntos pierden pie en una vacilación que les hechiza.
Pascal Bruckner y Alain Finkielkraut, El nuevo desorden amoroso
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Confesiones, Margarita García Alonso, #ufotwriter #animation
Me encanta escribir y crear visuales pues no pertenezco a ninguna escuela, corriente, país, grupo social & ideológico, absolutamente nada 'Presente o Imperante'; tantos me encuentran adorable, como otros me detestan- sin abarcar o conocerme. También tengo un lado trastornado, rompo el encanto de un trabajo que gusta y expongo obras que desarreglan el like. Entre la fiesta y el enterramiento del ojo, gracias inmensas por seguirme al Futuro.
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seo yerik - humano - estudiante de fotografía - 22 años - bisexual - he/him open to: m/m, m/f, m/nb
- —Esta es mi foto favorita de ti… — -no realmente, pero al menos si era la que podía mostrarle en público. La colección de Yerik rayaba lo insano, porque de eso se trataba, de su propia insanidad y obsesión con ciertas personas y los altares que les construía con fotografías que ni ellos sabían les eran tomadas. Pero su cara de ángel y sonrisa gentil, le salvaban de cualquier conjetura negativa. - —¿Te gustaría enmarcarla o quieres ver otras?
#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ dialogue ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ seo yerik ⠀ ❫#open starter#s*#OTRO ENFERMO DFKJSLDS#toma fotografías de sus pequeñas obsesiones#pero pasa piola por su carita de angel y porque es querido en la universidad#everyone wants him n stuff(?)#pero en realidad está trastornado de la mente tho(?)#en fin /sale bailando tap
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Ecología y comunismo
Por Esteban Mercatante
Fuentes: La izquierda diario
La manera irrefrenable en la que el capitalismo dislocó el metabolismo socionatural, se ha vuelto quizás una de las muestras más contundentes de la necesidad de superar este modo de producción. Su continuidad se ha vuelto una amenaza para la supervivencia de la humanidad y de muchas otras especies. La seguidilla de eventos disruptivos, vinculados muchos de ellos al cambio climático, pero también a otros trastornos ambientales que produce la dinámica desquiciada de la acumulación, plantean con urgencia la necesidad de activar los “frenos de emergencia”.
La evidencia de que no hay “planeta B”, y que al único que tenemos el capitalismo se lo devora de manera cada vez más acelerada, acerca a sectores, sobre todo de la juventud, a las posturas críticas anticapitalistas. Los proyectos de “capitalismo verde”, que afirman la posibilidad de una transición energética bajo comando de los empresarios y afirman que es posible encaminar este sistema a un sendero “sostenible” en términos ambientales, se paran sobre pies de barro. A pesar de los negocios rentables que muchos sectores vienen haciendo cada vez más exitosamente con energías “limpias”, estas van de la mano del desarrollo de nuevos desastres ambientales como el que genera el extractivismo del litio, que se desarrolla hoy con métodos altamente invasivos que producen numerosas consecuencias negativas allí donde se desarrollan. Al mismo tiempo, las energías de transición no significaron una disminución en la utilización de hidrocarburos, sino que se sumaron a esta para aumentar el total de energía consumida.
Esto explica el dinamismo del ecosocialismo, una de las vertientes de la crítica anticapitalista de gran vitalidad en la actualidad. No se trata de una corriente homogénea, sino que, por el contrario, encontramos planteos divergentes de cómo debe responderse a los legados de crisis ecológica que deja el capitalismo y hacia dónde debe apuntar una sociedad poscapitalista, o más precisamente, comunista. Hay dos posturas, que tienden a polarizar el debate en el campo ecosocialista. Son, por un lado, quienes apuntan hacia el decrecionismo, y, por otro, los “ecomodernistas” que depositan un optimismo excesivo sobre las soluciones tecnológicas para responder a la crisis ecológica y continuar con el aumento generalizado de la producción y el consumo. En contrapunto con estas posturas, vamos a proponer algunas coordenadas para pensar la perspectiva comunista ante la necesidad de responder al metabolismo socionatural trastornado que el capitalismo agrava diariamente.
¿De lujo completamente automatizado?
Para una mirada del comunismo que podríamos llamar ecomodernista, la respuesta está en la aceleración del desarrollo tecnológico. El diagnóstico central es que la innovación en el capitalismo se encuentra más limitada para desplegar todas sus potencialidades, porque le cuesta cada vez más traducirse en modelos de negocios rentables que justifiquen las inversiones. Este es el diagnóstico de Aaron Bastani, autor de Comunismo de lujo plenamente automatizado. Liberar el desarrollo tecnológico de estas trabas que le imponen las relaciones de producción capitalistas permitiría, en opinión de Bastani, automatizar plenamente los procesos productivos. Pero esta automatización comunista sería compatible con la resolución de los problemas ecológicos. Abundancia (entendida como acceso a bienes sin fin a la vista) y sustentabilidad pueden ir de la mano, gracias a numerosos cambios, grandes y pequeños, que en algunos casos ya están en marcha pero se podrían acelerar bajo nuevas relaciones de producción comunistas. Estas iniciativas van desde la introducción en gran escala de energías renovables, a la implementación de mejores métodos de aislamiento para mantener las temperaturas sin requerir calefacción, o aprovechar mejor el calor solar, pasando por el reemplazo de la cría de ganado a gran escala para la alimentación por el consumo de carne sintética. Pero Bastani no se detiene ahí. Como la automatización requiere materiales, y especialmente hará falta capacidad de almacenamiento de energía, imagina que la minería espacial (la extracción de metales de los asteroides) puede ofrecer la respuesta. También debemos imaginar, aunque no lo explicite tan claramente, que el espacio puede ser destino para la chatarra que se acumula de manera cada vez más insostenible en numerosas partes del planeta.
Un supuesto que le permite a Bastani concluir que un comunismo de lujo completamente automatizado y ambientalmente sustentable es alcanzable si se termina con los límites que impone el capital al desarrollo tecnológico, es que, en buena medida, el “lujo” tiende a desacoplarse del impacto ambiental. Aunque no lo explicite así, el autor hace suya la noción de que, con el peso creciente de las tecnologías de la información en los más variados ámbitos de la vida, los procesos de producción se desmaterializan, y por tanto la huella ambiental se reduce en relación con el crecimiento económico. La información, una vez producida, se puede reproducir con costo tendiente a cero. Si extrapolamos esto hacia todas las esferas de una producción que aparece cada vez dominada por la información en el control de distintos procesos, podemos concluir que tiende a haber una desmaterialización generalizada, al menos parcial.
No faltan quienes aportan estadísticas de que este desacople es lo que viene ocurriendo en los países más desarrollados; pero muchas de esas evidencias del desacople se obtienen haciendo abstracción de cómo esos países ricos, imperialistas, sustentan su reproducción (incluyendo con este término los procesos de acumulación capitalista que sus multinacionales comandan desde ahí explotando trabajo y recursos en todo el globo) en numerosos procesos materiales que ocurren fuera de sus fronteras. No hay desmaterialización sino deslocalización de los procesos materiales en terceros países, a donde “tercerizan” los impactos ambientales. Cuando introducimos esta “deslocalización” de la huella material en la ecuación, no ocurre tal desacople.
Sustentar la idea de que un comunismo de lujo automatizado tiene un camino despejado sobre la base de estos débiles presupuestos, puede ser ruinoso.
Para Marx, nos recuerda Terry Eagleton, la posibilidad del socialismo estuvo dada por el desarrollo de las fuerzas productivas que realizó el capitalismo,
pero la tarea de expandirlas no corresponde al socialismo […] El socialismo viene aupado sobre la base de esa riqueza material, pero no es el constructor ni el acumulador de la misma […] La labor del socialismo no consiste tanto en espolear esos poderes como en someterlos a un control humano racional [1].
Bastani no estaría de acuerdo con estas apreciaciones; su “comunismo de lujo” abraza un crecimiento de la riqueza incluso más rápido que el del capitalismo, aunque socializada para todos y todas.
El comunismo de lujo plenamente automatizado de Bastani prefigura más un cambio en la distribución que en las formas de producción y consumo que imprime el capitalismo. Es notable cómo no hay en la hoja de ruta hacia el comunismo que plantea, ningún protagonismo de la fuerza de trabajo, enajenada bajo el capitalismo, para pensar una profunda reorganización y rearticulación de ambos procesos, de producción y consumo, que bajo el capitalismo se encuentran separados por la transformación de la fuerza de trabajo en una mercancía, alienada de los medios de producción y obligada a venderse a cambio de un salario para alcanzar los medios de subsistencia. La clase obrera no aparece, para Bastani, como un agente capaz de ingresar en el terreno de la producción para terminar con esa separación forzada. Se limita a proyectar una automatización plena de la producción, proceso donde la protagonista sería la tecnología en sí misma más que la clase social, y a apuntar en paralelo a una extensión de las formas de consumo vigentes para el conjunto de la sociedad. Una especie de “comunalización” de los patrones de consumo capitalistas, sustentada en proyecciones extravagantes sobre la posibilidad de expandir la extracción de recursos más allá de las fronteras planetarias. No hay una crítica del trabajo alienado bajo el capitalismo, sino una suscripción lisa y llana a lo que Dave Beech denomina los “discursos del rechazo al trabajo, del antitrabajo y del imaginario post-trabajo” [2], tendencia por la que se inclinan la mayor parte de los postcapitalistas contemporáneos. De esto se desprende, en opinión de Beech, que “la tendencia política contemporánea del poscapitalismo no alinea adecuadamente la abolición del trabajo [que se piensa simplemente como su eliminación, como automatización; N. de R.] con la superación del capitalismo” [3].
No debería sorprendernos, entonces, que muchos postcapitalistas que sueñan con “eliminar” el trabajo, al que rechazan, en vez de pensar en su profunda transformación, proyecten la continuidad, más allá del capitalismo, de formas de consumo que son intrínsecas de este modo de producción, con lo cual contribuyen a naturalizarlas y deshistorizarlas. Como estas no resultan universalizables de manera sustentable en los límites que plantea el planeta, no sorprende la necesidad de imaginar soluciones intergalácticas a los desafíos ambientales, como las que propone Bastani, que nos ofrece una variante “comunista” (de lujo) de los desvaríos espaciales de Elon Musk o Jeff Bezos.
¿Comunismo decrecionista?
Kohei Saito desarrolla, en crítica a los planteos comunistas economodernistas, un planteo diametralmente opuesto. Aunque en su primer estudio sobre las obras más tardías de Marx, La naturaleza contra el capital no lo planteaba tan abiertamente, en sus libros más recientes, como Marx in the Anthropocene, Saito manifiesta claramente que el comunismo hoy debe ser decrecionista, una cuestión que es planteada casi como de sentido común. Con este posicionamiento, no está haciendo más que plegarse a una corriente que viene ganando influencia [4], en la que también encontramos otros autores de posturas anticapitalistas y que coquetean con que el decrecionismo solo puede llegar a ser viable con alguna variante de socialización de los medios de producción, como es el caso de Jason Hickel y –en cierta medida– de Giorgios Kallis, de quienes ya hemos hablado en artículos anteriores. En los últimos tiempos, la publicación Monthly Review, en la que tienen una importante responsabilidad editorial John Bellamy Foster, también ha suscrito a una perspectiva decrecionista.
El planteo comunista decrecionista, se distingue de la corriente más general (y extendida) del decrecionismo que plantea que es necesaria una drástica reducción planificada de la producción social con los fines de bajar la presión sobre los recursos del planeta pero no es muy clara respecto del tipo de transformaciones sociales requeridas para llevarla adelante. Si bien esta reducción del volumen del metabolismo social está asociada en la mayor parte de los enunciados decrecionistas a una transformación en los modos de “cómo se produce”, nunca termina de estar claro qué tipo de organización de la producción social, alternativa al capitalismo, prefiguran. Tampoco, donde estarían los puntos de apoyo ni los agentes sociales capaces de transformar en estrategia los postulados de “cambio cualitativo” que prescriben. No obstante estas serias dificultades para articular una perspectiva coherente, la idea de que la salida a los problemas contemporáneos pasa por alguna variante de decrecionismo gana terreno entre sectores del ecologismo crítico del capitalismo. Esto ocurre sobre todo en los países imperialistas desarrollados [5].
Quienes unen la defensa del decrecionismo con la perspectiva del comunismo, como Saito, no son ambiguos en estos aspectos; plantean claramente que este puede ser socialmente equitativa e hipotéticamente viable sólo terminando con el capitalismo. Su énfasis está en que comunismo y decrecionismo pueden acoplarse sin mayores contradicciones, minimizando o ignorando aquellos aspectos de algunos de los principales exponentes del decrecionismo que contradicen o rechazan cualquier horizonte socialista. Obviamente, que algunos decrecionistas sean críticos del comunismo, no es suficiente motivo para afirmar que una estrategia comunista no debería tener en cuenta los planteos decrecionistas o introducir sus coordenadas.
Hay cuestiones, que llevan a estos autores a propugnar un “comunismo decrecionista”, que deben ser tomadas muy en serio, y no se pueden descartar a la ligera. El nivel de expoliación de la naturaleza alcanzado por el capitalismo, que además de traducirse en el calentamiento global y otros varios trastornos significa que en la actualidad se consume cada año el doble de los recursos que el planeta es capaz de reponer, condiciona la manera en que podemos pensar el comunismo hoy. Si la acción revolucionaria de la clase obrera lograra expropiar al capital e imponer una transición al comunismo en porciones considerables del planeta, deberá lidiar con esta herencia de deterioro del metabolismo socionatural producida por el capitalismo. ¿Cómo entender bajo estas condiciones la posibilidad de alcanzar un mundo donde se haga posible el lema “a cada quién según su necesidad”?
Pero la buscada síntesis de perspectivas que se encierra en el “comunismo decrecionista”, termina constriñendo el horizonte de posibilidades con las que podemos contar, si arrebatamos el control de los medios de producción de la minoría capitalista y los gestionamos colectivamente, para establecer un metabolismo socionatural equilibrado. Solo aquellas variantes que sean compatibles con los postulados decrecionistas entran en consideración.
En el caso de Saito, podemos ver que en su “comunismo decrecionista” hay, por momentos, planteos sobre el rol del desarrollo tecnológico que pueden tener rasgos unilaterales. El autor critica correctamente las dimensiones despóticas que conlleva el desarrollo tecnológico en el capitalismo, donde “depende del carácter antidemocrático y verticalista del proceso de producción, con la concentración del poder en manos de unos pocos” [6]. Partiendo de esta advertencia correcta, por momentos parece desestimar la importancia que puede tener un mayor desarrollo de las fuerzas productivas en una sociedad comunista, en la cual el metabolismo equilibrado con la naturaleza sea un objetivo central. Nos advierte que “para Marx en la década de 1870, una sociedad post-escasez no tiene por qué basarse en el desarrollo tecnocrático de las fuerzas productivas” [7]. Por momentos da la impresión de homologar todo aumento de la productividad con aumento del volumen de producción, cuando en realidad puede lograrse produciendo lo mismo en menos tiempo para ahorrar trabajo social, que es lo que podría proponerse una sociedad no basada en la explotación del trabajo como el capitalismo. Al sugerir este tipo de identificación, Saito se inclina por hacer hincapié más bien en que se puede llegar a la abundancia aún bajando la productividad, lo cual, en algunos sentidos, puede ser cierto y necesario, pero no puede necesariamente convertirse en norma. No podemos dar la espalda a la posibilidad de desarrollar nuevas tecnologías más productivas en una sociedad comunista aunque esta no busque producir siempre más y más como fin en sí mismo –como ocurre en el capitalismo–, sino con la meta de aumentar el rendimiento del trabajo para economizarlo. Es decir, determinados desarrollos tecnológicos pueden ser aliados de una sociedad que busque reducir el trabajo necesario, siempre y cuando se tenga, en todo momento, presente la meta de sostener una relación racional o equilibrada con el metabolismo natural. Al mismo tiempo, las “soluciones tecnológicas” a los problemas ambientales que está dejando como herencia el capitalismo a cualquier formación económico social que lo suceda, que pueden ser falaces como la estrategia de mitigación propuesta por el capitalismo verde para seguir creciendo desenfrenadamente, o en la manera en que son encaradas por los postcapitalistas con su fetichismo tecnológico, pueden ser parte del arsenal necesario en una sociedad de transición al comunismo. No se puede confiar que la tecnología por sí sola resolverá los trastornos del desarrollo capitalista; la tecnología nunca es neutra sino que sus desarrollos dependen de la sociedad en la que se inscriben. Pero tampoco dar la espalda a la posibilidad de introducir, bajo el dominio de otras relaciones sociales basadas en el desarrollo más pleno de las personas y en la búsqueda del equilibrio con el metabolismo natural, mejoras tecnológicas que vayan en el sentido de alcanzar estos objetivos, o de revertir los lastres legados por el capitalismo.
Imponernos que el comunismo deberá ser decrecionista termina cercenando un abordaje más rico de las decisiones que podrán plantearse para una sociedad basada en la socialización de los medios de producción para asegurar un bienestar material para el conjunto de la sociedad, y lidiar al mismo tiempo con el legado de crisis climática, proponerse alcanzar y sostener un metabolismo socionatural equilibrado, sin renunciar a la idea de asegurar un bienestar. Si bien la “herencia” de desastres ambientales que lega el capitalismo restringe las opciones, estás son bastante más amplias que lo que puede compatibilizarse con los planteos decrecionistas, aún en sus variantes más “comunistas”.
Planificar el metabolismo socionatural
En los debates entre exponentes de las posturas mencionadas, hay una tendencia a barrer la complejidad detrás de la polarización, como señala correctamente Ståle Holgersen. Se simplifican las posiciones criticadas, desmereciendo los puntos atendibles que cada perspectiva tiene para aportar. La cuestión se traba en binarismos sobre si una sociedad postcapitalista debe proponerse “menos” o “más”. Pero, “para los socialistas, la cuestión principal no es si estamos a favor o en contra del crecimiento. Esta no debería ser una línea en la arena que divida a los movimientos desde el principio” [8].
Lo que necesitamos, continúa Holgersen, son
programas de transición ecosocialistas para planificar, construir y organizar una nueva hegemonía, y un movimiento ecosocialista para hacerla realidad, para un mundo que dé prioridad a las necesidades humanas dentro de límites ecológicos. Esto lo podemos hacer sin quedarnos estancados en el “crecimiento” [9].
¿Cuáles son las coordenadas por las que debería guiarse ese “mundo que de prioridad a las necesidades humanas dentro de límites ecológicos”? Troy Vettese y Drew Pendergrass plantean algunas pistas interesantes en su reciente Half-Earth Socialism (Socialismo de medio planeta). Los autores muestran una inclinación claramente decrecionista, y el libro podría criticarse por achacarle a Marx una mirada enteramente prometeica, minimizando los matices y tonalidades que siempre caracterizaron a este respecto al autor de El capital. Esto último lleva a los autores a minusvalorar la centralidad de los aportes marxianos a la crítica ecológica, y en muchos casos vemos ideas claramente alineadas con el pensamiento de Marx que no son justamente reconocidas. Pero más allá de las discusiones que podrían abrirse por estos y otros puntos, Vettese y Pendergrass aciertan en mostrar la fuerza de una planificación socialista del conjunto de los recursos para encarar la emergencia ecológica con la rapidez que esta exige, lo que incluye destinar vastas áreas del planeta a la regeneración de vida silvestre. De ahí la idea de “medio planeta”, que toman del biólogo Edward Osborne Wilson y que resulta fundamental para asegurar la biodiversidad y poner límites a la sexta extinción en curso.
Los autores destacan que la única manera de compatibilizar los objetivos de “proveer a todas las personas las bases materiales para una buena vida –sustento, refugio, educación, arte, salud– mientras al mismo tiempo se protege la biosfera de la desestabilización” [10]. Este es el desafío que se plantea el estudio de “los límites planetarios”, que en opinión de Vettese y Pendergrass solo puede ser un programa de investigación “incompleto si fracasa en reconocer la imposibilidad de alcanzar estas metas dentro del capitalismo” [11].
Los autores construyen su argumento en crítica directa del ambientalismo mainstream, más allá de los matices que pueda haber entre políticas más libremercadistas o de tinte más keynesiano, cuyos límites están marcados por lo que resulte compatible con el capitalismo. Pero el capital, esa personificación impersonal que se guía simplemente por la búsqueda de la acumulación de capital en escala cada vez mayor, “dirige ciegamente la nave de los tontos hacia el desastre ecológico […] el capital puede sentir solo señales de precios para guiar su paso”. Este pasaje nos remite claramente a lo que Marx apunta en El capital cuando analiza el fetichismo de la mercancía, que determina una objetivación de las relaciones sociales, que los individuos personifican pero no pueden alterar sin modificar sus bases sociales.
Si el capitalismo es una sociedad caracterizada por el control inconsciente, entonces el socialismo debe ser la restauración de la consciencia humana como una fuerza histórica. En la práctica, esto significa que el mercado debe ser reemplazado por el planeamiento [12].
Half-Earth Socialism hipotetiza cómo podría llevarse a cabo una planificación in natura, es decir, en términos materiales (es decir, sin necesidad de recurrir a valores). Se apoyan en los esquemas propuestos por Otto Neurath, socialdemócrata alemán que en 1919 fue nombrado responsable de la Oficina de Planificación Económica destinada a promover la completa socialización de la economía bávara. Si el objetivo del socialismo “es permitirle a la humanidad regularse conscientemente a sí misma y su intercambio con la naturaleza”, la mejor forma de alcanzar este objetivo es elegir entre planes alternativos que representen “distintas visiones de cómo la capacidad productiva de la sociedad puede ser desplegada”. Half-Earth Socialism encuentra en la programación lineal desarrollada por el economista y matemático soviético Leonid Kantoróvich un método posible para presentar distintas alternativas de acuerdo a cómo se combinen de manera concreta las “dos restricciones esenciales” que surgen del corpus científico de los límites planetarios: “limitar la extracción para mantener a la biosfera saludable, y al mismo tiempo distribuir de manera equitativa suficientes recursos naturales para proveer a las necesidades humanas”. Objetivos generales que se pueden traducir en múltiples combinaciones, que a través de instrumentos como la programación lineal se pueden convertir en planes alternativos. La planificación, sobre bases socialistas, “puede trazar varios caminos hacia un planeta sustentable e igualitario”. La cibernética de Norbert Wiener, Andrey KLolmogorov, y Anatoly Kitov, entre otros muchos investigadores, así como los aprendizajes que dejó el proyecto Cybersyn llevado a cabo por Stafford Beer en Chile durante el gobierno de Salvador Allende, también juegan su parte para que la planificación pueda desarrollarse y aplicar las correcciones necesarias sobre la marcha. Vettese y Pendergrass muestran también como desarrollos más recientes como los modelos de evaluación integrada usados por los científicos del clima también pueden enriquecer los mecanismos de planificación.
Lo interesante del ejercicio propuesto por Half-Earth Socialism es que sale de los binarismos entre ecomodernismo y decrecionismo. Sin confiar en un prometeísmo tecnooptimista del “comunismo de lujo automatizado” ni resignarnos a las estrecheces que propugna el decrecionismo, poner el eje en la planificación socialista puede permitir discusiones más sobrias sobre la manera en que una sociedad basada en la socialización de los medios de producción que hoy están en manos de una minoría de explotadores, puede hacer compatibles los objetivos de (re)establecer un metabolismo socionatural equilibrado y la satisfacción más plena de las necesidades sociales.
Notas:
[1] Terry Eagleton, Por qué Marx tenía razón, Barcelona, Península, 2011, pp. 222-223
[2] Dave Beech, Art and labour. On the Hostility to Handicraft, Aesthetic Labour and the Politics of Work in Art, Londres, Brill, 2020, p. 36. Traducción propia del original.
[3] Ibídem, p. 245.
[4] Con la particularidad de que Saito afirma haber descubierto que el propio Karl Marx adscribió en sus últimos años a la perspectiva de un “comunismo decrecionista”, como podría leerse según su opinión en los últimos textos manuscritos del revolucionario alemán. Ya hemos señalado los forzamientos en los que debe incurrir Saito para sostener estos hallazgos que dice encontrar en el recorrido teórico de Marx.
[5] En los países dependientes, el decrecionismo tiene su traducción en algunas de las corrientes ecologistas que rechazan legítimamente los proyectos extractivistas por ser una falsa vía al desarrollo; pero, tal como ocurre en los países ricos, en este caso el planteo de una necesaria transición postextractivista tampoco se inscribe en una estrategia articulada de ruptura con el imperialismo y sus aliados locales, bases sin las cuales no es posible sentar las bases de una alternativa a los proyectos de “modernización” capitalista-imperialista.
[6] Kohei Saito, ob. cit., p. 241
[7] Ibídem, p. 247.
[8] Ståle Holgersen, “Neither Productivism nor Degrowth. Thoughts on Ecosocialism”, Spectre, consultado el 30/10/2023 en https://spectrejournal.com/neither-productivism-nor-degrowth/.
[9] Ídem. Los destacados son del autor.
[10] Troy Vettese y Drew Pendergrass, Half-Earth Socialism. A Plan to Save the Future from Extinction, Climate Change, and Pandemics, Londres, Verso, 2022, libro electrónico sin paginado, traducción propia.
[11] Ídem.
[12] Ídem.
Esteban Mercatante. @EMercatante. Economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Autor de los libros El imperialismo en tiempos de desorden mundial (2021), Salir del Fondo. La economía argentina en estado de emergencia y las alternativas ante la crisis (2019) y La economía argentina en su laberinto. Lo que dejan doce años de kirchnerismo (2015).
Fuente https://www.laizquierdadiario.com/Ecologia-y-comunismo
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Vengaré mi amor.
Vengaré cada una de las cicatricez que llevo dentro mío, vengaré el más mínimo detalle de las armas que usaste para destruirme, vengaré cada lágrima perdida en tu nombre, vengaré cada rechazo inaudito, vengaré cada uno de mis enojos justificados, vengaré cada una de tus infidelidades, vengaré cada segundo perdido, vengaré toda noche a tu lado, vengaré todas mis inseguridades que creaste, vengaré cada hilo que moviste para que danzara, vengaré con asco, tu beso corrompido por otros labios, vengaré mi sonrisa perdida, vengaré mi futuro trastornado, vengaré mi amor, de una u otra forma, cómo nunca te lo esperás me vengaré, esta vez yo ganaré.
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¿Si eres un paciente no eres una persona?
Según la historia dejas de ser persona cuando eres encerrado en un lugar abusivo, con rostros anómalos, gritos frenéticos, miradas perturbadas y charlas desequilibradas y si existe una equivocación, con un diagnóstico errado y caes en ese lugar donde la obediencia es la única arma para sobrevivir, lo trastornado y extraviado, tiene calificativo de paciente.
“me sentía asqueada de que el personal hubiera olvidado tiempo atrás que las pacientes a su cargo eran seres humanos, y que las trataran como animales en una jaula del zoológico”.
“Rostros en el agua” nace en 1961 con una historia enredadora e inquieta, que cualquiera que la examinara lo primero que expresaría es “pero era la época”. Pero, ¿por qué siempre nos justificamos con eso? ¡No! Puedo entender que no existieran los conocimientos médicos, pero no puedes decidir que como el mundo no logró entenderte puedan reducirte en un triste lugar a un simple animal o un objeto que pueden mover de un lugar a otro sin tener ni una misericordia y humanidad.
“Descubrirán que no pueden verter en mí sus ideas sobre mi yo cambiando como líquido en el molde que aguarda, pues sin duda nada habrá cambiado al molde en sí.”
Cuando alguien decide tratarte como un animal y disfruta pasarte pequeñas corrientes eléctricas a través de tu cerebro me pregunto quién es el trastornado aquí. Si no eres capaz de tener un poco de empatía y tu forma de relacionarte con estas almas es amenazar con fuertes castigos sólo por no haber tenido un comportamiento deseado u obedecido alguna regla, quién es el desequilibrado aquí.
“me reeducarán; esa es la palabra que se usa para los casos de leucotomía. Rehabilitada. Reparada, con la mente tallada y adaptada a la manera en que funciona mundo.”
Janet Frame o Istina Mavet, se salvó gracias a un milagro de que su cerebro fuera abierto y retirado toda tu esencia, ahora es una persona “normal” … ¿milagro? ¿normalidad?
“¿Qué era la literatura real?”
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Según la mitología de Lovecraft, Cthulhu descansa en un sueño profundo en la ciudad sumergida de R'lyeh, ubicada en las profundidades del océano Pacífico. R'lyeh fue construida por seres extraterrestres ancestrales mucho antes de que los humanos existieran. La geometría de la ciudad y la estructura de sus edificios son tan alienígenas y perturbadoras que cualquier ser humano que los contemple queda mentalmente trastornado.
Cthulhu fue atrapado en R'lyeh hace eones por otros Antiguos que lo consideraban una amenaza. Se dice que su sueño profundo es tan pesado que incluso en su estado inactivo ejerce influencia sobre las mentes de las personas, causando pesadillas y visiones perturbadoras. Se cree que cuando las estrellas estén en una alineación específica, Cthulhu despertará y emergerá de las profundidades marinas para reclamar su dominio sobre la Tierra.
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Cuando el destino juega en tu contra
Son pasadas las seis de la mañana. El viento empezó a entrar por la ventana y las ráfagas, fuertes, se hicieron sentir. Tuve que ir al comedor y cerrar el vidrio, que forma una parte de la ventana en el comedor. Ahora prendí el ventilador.
Pensaba... Siempre me encuentro envuelta en problemas y esos inconvenientes no me permiten crecer, avanzar en la vida. Y todavía recuerdo las enseñanzas de un jeque que me decía que Dios premia el esfuerzo de una persona. Por eso, por más que el destino juegue en mi contra, algo puedo hacer. Y en eso pensaba... Cuando tu destino se encuentra marcado por la desgracia, todo te resulta el doble de difícil. Sin embargo, Dios premia el esfuerzo. Claro, ver que otros tienen todo tan fácil y más accesible hace que te preguntes por qué a ti te tocó esta vorágine de sentimientos encontrados por semejantes dificultades, y a veces juntas, al mismo tiempo.
En eso pensaba... Ahora siento el fresco del ventilador. La luz que va entrando por las aberturas de la casa. Estas claraboyas viejas, porque este edificio es tan antiguo, venido abajo.
El mundo cada vez más trastornado. En el sur de mi país, Argentina, unos locos decidieron ocasionar incendios. Bosques completos arrasados por el fuego. No sé qué pasa, pero sigo teniendo la misma idea, la que describí al principio. Por más que veas al mundo que se cierne como un diablo que busca abrazarte para asfixiarte, igual algo puedes hacer. Y a eso me refiero al premio que Dios te da en medio de la tormenta y de la calamidad. Es decir, por más que todo te vaya mal, en medio del caos algo puedes hacer. Y ese es el pensamiento que deseaba transmitir.
Por las noches siento malestares en mi vientre. Solo me acompañan mis tortugas.
Ayer vi en Tik Tok el mensaje de una chica que prefirió estar sola en la vida. Yo pienso que la soledad no es una elección sana, por más que muchos la defiendan. Detrás de la soledad siempre existirá una historia que no se cuenta. Y aquella chica se animó a contar la suya. ¡Tremenda! Tenía a su mejor amiga y a su pareja. Y fue traicionada por ambos. Ellos se unieron y la dejaron sola. Claro, ya no puede confiar en nadie. Y sin embargo, hoy publica un contenido que a mí me llamó la atención. Ella también dentro de sus desgracias decidió hacer algo con su vida. Por eso pienso que aunque te vaya todo mal, aunque tu destino juegue en tu contra, en medio del caos, siempre algo puedes hacer.
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Noches
Si hay algo que odie es definitivamente corregir y trabajar textos, yo se que no todo es romanticismo y cuestionarse si todo lo bueno sale de forma espontanea, pero en serio odio trabajar un maldito texto porque es solo obsesionarse porque quede perfecto tratando de no revelar muchos de los verdaderos sentimientos del autor y aún asi lograr que suene etéreo, congruente y que algún otro pobre trastornado cronicamente en linea se sienta identificado (sin ofender a nadie, yo soy el unico pobre diablo) y que de todas formas siga sin gustarme porque sabre que lo corregí bastante y entonces tendra tantas estupideces fuera de la idea y el sentimiento original que ya no se sentira como mío, sino como un producto que fabrique en la desesperación por sacar un recuerdo que me estaba quemando en el pecho y atormentando la mente. Ese en la mayoría de ocasiones es mi proceso creativo y por suerte no he estado tan loca como para hacer publicos esos horrorosos borradores supestamente terminados, si estan en línea es porque probablemente tuve la suerte de conectar bien mi mente, deseos, palabras he inspiración o almenos lo suficiente como para que no me avergüencen.
Desde lo más profundo de mi espero algún día aprender a no juzgarme tanto y haber mejorado esa parte de mi que aún no es tan buena.
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