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Mis clases de canto
Hoy dormí hasta tarde. ¡Qué vida esta de jubilada! ¡Y pensar que muchas de mis compañeras no querían jubilarse! A una le dije que si extrañaba el trabajo hay muchos voluntariados que puede hacer. Después, fui a mi primera clase de canto, con una profesora que es directora de un Instituto. Ya había estudiado ahí, pero con otra profesora que ya no trabaja más en ese lugar. Lo cierto es que me pareció excelente. Pude cantar, vocalizar, hablar. Ella me acompañó con el piano y me hizo ver un error, algo que me da confianza y me hace entender que pago por un servicio que me brinda muchísimo. El lugar me pareció muy confortable y me sentí contenida. El cambio me pareció muy favorable. Así que voy a seguir estudiando la canción que canté y otra en idioma coreano.
Y hoy estuve todo el día estudiando Hebreo para la facultad, porque mañana rindo examen. Demasiado contenido, así que no creo que logre aprobar. Igual, no pienso inscribirme para este cuatrimestre, porque antes necesito repasar lo que el profesor dio. Y la semana que viene comienzo con dos materias. Ahora también incluí flexiones los sábados.
Después de mucho insistir logré que me dieran la baja de una tarjeta de crédito. El mantenimiento es caro. Cuando tienes un débito automático cuesta darle de baja. Y hoy me hicieron un descuento del 10 % por ser jubilada en el supermercado. En la Argentina todo resulta complicado. En una palabra, mis actividades por el momento se resumen en tres principales: idioma coreano, escritura y canto. Después, otras funcionan como posibles o rutinarias.
Llegué contenta a casa, después de las clases de canto. Y eso es lo que quiero, sentirme feliz. Y el ejercicio también me hace sentir bien. Vamos a ver cuando empiece coreano, porque no sé qué profesora me tocará.
¿Y el piano? ¿Y la pintura? Pues no puedo hacer todo. ¡La casa un desastre! Y es que hoy me la pasé estudiando Hebreo. Me di cuenta de que es muy parecido al árabe. Por ejemplo, los pronombres son muy similares y no tiene el verbo ser en tiempo presente; también, las letras son parecidas y la construcción se realiza de la misma manera que el árabe, según si es determinante o no. Deben ser lenguas que vienen del mismo origen. A veces..., la gente piensa que soy una ignorante, porque nada sé de la historia del pueblo o nación árabe ni tampoco del pueblo judío, a pesar de que en ambas religiones estudié y leí. Sin embargo, yo siempre estuve en varias de ellas buscando a Dios, poco me interesaba su pueblo, historia o la gente. Y eso es lo que no llega a entender la mayoría. No obstante, muchos se asombran de lo que sé en cuanto a la esencia de las religiones. Por ejemplo, yo tengo bien en claro la base del monoteísmo y de lo que es principal para Dios, según las escrituras. Casi todas las religiones coinciden en lo mismo, en que hay un solo Dios y en que lo principal es adorarlo a Él, y no su comunidad. Por eso, a mí poco me importó la historia de los judíos o de los árabes. Y eso se debe a que siempre tuve en claro que lo más importante, en materia espiritual, es Dios y no la gente. Pero claro..., a mí me tratan de ignorante porque para muchos lo más importante son los humanos y la vida mundanal. En fin..., pero ahora que estudio Hebreo para la facultad me doy cuenta de que esa similitud entre ambos idiomas, tanto Árabe como Hebreo no es casual. De hecho, hay muchos judíos árabes. Y por eso mi papá, que era nazi, odiaba tanto a los judíos como a los árabes. Ellos pienso que investigaban más a los pueblos y poco les interesaba del Creador.
En fin... Me siento muy contenta por mis clases de canto, así que ellas se ganaron el título de mi redacción diaria.
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La empleada del banco
La gente se espanta cuando alguien te odia y te lo dice; sin embargo, peor es el odio disimulado o camuflado de interés; pero más siniestro es el que se disfraza de amistad. Eso de censurar a las personas por su discurso de odio pienso que es como un arma de doble filo, porque después se autoreprimen y van acumulando un odio visceral al no poder expresarlo. O utilizan todo tipo de artimañas y engaños para activar el proceso de odio que llevan en sus corazones. Yo defendí por un tiempo a esos grupos de combate a favor de Palestina, pero en aquel tiempo yo conocía una versión reducida de los hechos. Hay toda una historia de millones de judíos masacrados y expulsados de varios países que no se estudia en los colegios. Y aunque yo estudié Judaísmo antes del Islam, me interesaba más lo religioso, lo espiritual, y no tanto la historia del pueblo judío. Pero ahora que estoy siguiendo cuentas de algunos israelíes en Tik Tok, me enteré de que uno de esos grupos de combate violaron a muchas judías en una fiesta llamada Nova. Y yo no apruebo la violación de mujeres ni judías ni árabes ni cristianas, ninguna. ¡Yo soy mujer! Y eso está muy alejado del Islam, por lo menos de lo que me enseñaron. Pero te cuentan del hambre, del desplazamiento, de sus viviendas destruidas. ¿Y acaso esas violaciones fueron algo sin importancia? Por otro lado, seguro de que algún musulmán me dirá: «el pueblo palestino no tiene la culpa de lo que le pasó a los judíos», ¿y acaso los judíos tuvieron la culpa de algo cuando los expulsaron de varios países?
Bueno, y a ese punto quería llegar, a ese odio camuflado de otra cosa. El hecho de normalizar que no se enseñe en el sistema educativo sobre las expulsiones de millones de judíos por una cuestión racial habla de un odio sin antecedentes. Y ese sentimiento se camufla de otra cosa: de solidaridad con el pueblo palestino o de una ayuda para los niños y los hambrientos. Y volvemos a lo mismo: ¿y las mujeres judías violadas? Y no solo eso, sino que escuché que también mataron hombres judíos, introduciéndoles en el ano objetos de metal. ¡Y que no me vengan a decir que eso enseña el Islam!, pues, porque si es así, ya mismo rechazo toda esa enseñanza. Por eso, es mejor que permitan expresar el odio de manera verbal, antes de censurarlo y que todo termine como el 7 de octubre en Nova.
Por otra parte, también hubo una gran persecusión mundial y un seguimiento de cada individuo. Me llama la atención un hecho que parece insignificante, pero en los detalles se descubre todo. Yo elegí el banco para cobrar mi jubilación y me atendió muy amable una chica de nombre árabe. Me dió su teléfono personal y yo le hacía preguntas sobre mi cuenta. Pasó el tiempo y me dio otro teléfono, pero uno del trabajo. Y le mandé mensajes preguntándole sobre mi caja de ahorro y no contestaba; pasó el tiempo y ya no me contestó más. ¿Qué significa eso? Yo pienso que esa chica no me conocía y que algo habrá averiguado de mí, como que estoy anotada en alguna libreta negra. Y ese tipo de discriminación, que no se cuenta, es peor que el insulto y el odio que se expresa.
Tampoco yo sabía sobre los túneles subterráneos en donde guardaban explosivos esos grupos de combate como Hamas y el Hezbollah. Y yo pienso que esas construcciones que hicieron fueron vistas por muchos palestinos civiles. Y por algo no los ayudan los países árabes. Lo cierto es que yo no defiendo más al grupo Hamas, porque nunca voy a ser parte ni cómplice de la violación de una persona. Me parece de lo más humillante.
Eso solo, muy corto y conciso. ¡Ah! ¿Y la chica que no contesta más mis preguntas? Pues, se merece el título de mi redacción diaria.
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Lo mediocre se cuenta por millones
Son las 23.30 h y decidí escribir mi redacción diaria. Hoy estuve estudiando Hebreo para la facultad. Y me di cuenta de que una palabra, «sueños», era parte de una canción que cantábamos cuando estudiaba Judaísmo. Y me reí, porque recién estoy entendiendo qué cantaba. Lo cierto es que este cuatrimestre no quiero saber nada de otro idioma, porque no me da la cabeza para memorizar tanto. Además, quiero aprender bien el idioma coreano.
Hoy, cuando fui a Diarco, me hicieron un 15 % de descuento por ser el mes de mi cumpleaños. Así que estoy en eso de los descuentos. También fui a Anses, por un papel que me llegó y me dijeron que cobraría a finales de agosto. Por las tarjetas de crédito, para darles de baja fue todo un problema. Estuve todo el día porque la entidad bancaria me decía algo y la empresa de la tarjeta todo lo opuesto. Además, ahora hicieron un servicio en donde es obligatorio tener un celular para descargar la aplicación en el dispositivo móvil. ¿¡Con qué derecho!? ¿Y si no quieres tener celular? Parece estar todo diseñado para los ladrones, porque cualquiera te amenaza, para que pongas la clave y hace una transferencia a otra cuenta.
Hace mucho frío, así que prendí la estufa. El jueves empiezo las clases de canto, pero de forma particular. La verdad que no nací para ser la sombra de nadie, ni parte del montón. A mí me gusta ser única, individual. Y en eso pensaba hoy, que sería bueno para redactarlo. A veces, somos la segunda opción de las personas, y eso no me gusta. Es decir, te voy a dar un ejemplo: hace varias semanas atrás, una profesora en Inglés, que fue compañera en un colegio en donde yo enseñaba, me invitó para ir a comer con otras colegas que ya se jubilaron. Y en eso pensaba... A mí no me gusta ser una del montón, prefiero la soledad. Digamos que no eres nada especial para esa persona, sino que te sientes como un relleno; como un número más en la despedida o fiesta. Y así me sentía con una amiga que me invitaba al club, pero que se encontraba con otra. Y yo sería la segunda. Lo mismo me pasaba en el Islam, que tienen la costumbre de casarse con cualquiera, porque es un precepto islámico el casamiento. En una palabra, no tienes nombre ni identidad, simplemente, un hombre se casa contigo para completar su religión, porque se enseña en el Islam que el casamiento sería como cumplir con la mitad de la religión. ¿Me explico? Y pienso que eso es lo que se critica de los judíos, que se creen especiales, que se ensalzan sobre los demás. Sin embargo, tal vez no quieran ser un número más o alguien del montón. Una cosa es compartir una salida en grupo, cuando ya te afianzaste en una amistad, pero que te inviten como para rellenar el salón, y solo recordar viejos momentos. ¡Por favor! ¡Patético! Y la verdad que yo me rodeé de gente muy diferente de mí; no encontré mi lugar. Y pienso que en eso habrán tenido mucho que ver esas personas que me criaron.
Yo tendría que haber hecho todo lo opuesto de lo que la gente dice. Hoy pensaba que no importa que pierdas todo en la vida, que te vaya mal y que no logres nada. Lo más importante es que no dejes de ser tú mismo, aunque te odie todo el mundo. Lo mediocre se cuenta por millones.
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Los túneles de Hamas
Escucho los gatos gritando en el techo. Sin embargo, ya no escucho a la noche a los perros aullando. Y es que hablé con un coreano que vive en mi cuadra y le pedí que no dejaran los perros atados, que no me dejaban dormir. Y enseguida empezó a decir que muchos vecinos tienen perros. Yo entendí la indirecta; se sentía perseguido por ser coreano, como que me quiso decir por qué los señalaba a ellos, cuando muchos tienen perros. Entonces, le expliqué que yo no solo escucho a los perros, sino también cuando hablan en asiático. No sé si era chino o coreano, porque me cuesta identificar los sonidos. Y parece que ahora no aulllan. Yo les dije que les hablara y se hacía el tonto, como que no los conocía. Por lo tanto, le aclaré que yo entendía que entre ellos debían ser amigos. ¡Mira si todos son coreanos y no se van a conocer entre ellos! Y dicho y hecho, hace tiempo que no escucho a los perros aullando a las tres de la mañana. Y así es mucha gente, se siente perseguida por ser parte de una comunidad. Y eso les pasa mucho a los religiosos. A mí también me pasó siendo musulmana. Es que las musulmanas cuando nos vestimos con ropas isámicas somos como un farol, una especie de semáforo que se diferencia del resto. Peor les pasa a los judíos que ya se sienten tan perseguidos que cualquier cosa que digas es algo en contra de ellos. Este país, Argentina, es multicultural, porque hay de todas las nacionalidades. Lo cierto es que yo pienso que existe una discriminación real de una comunidad, pero que no se dice abiertamente. Y pienso que el motivo de esa discriminación parte de un punto inicial: el dinero. La gente es muy envidiosa. Y la envidia no parte de desear lo que el otro tiene, sino de desear que el otro no lo tenga o que viva en la miseria.
Ya son más de las doce de la noche y quise escribir. Hoy hablé para darle de baja a mi tarjeta de crédito y se trabó el proceso debido a que tengo un débito automático. En una palabra, por culpa de un servicio que pago, yo no puedo darle de baja a la tarjeta. Y todavía no sé cuándo cobro, porque ya no es como antes, cuando estaba en actividad, que cobraba el día primero del mes. Así que todo se hace muy complicado.
En cuanto al tema de Hamas y Palestina, en asociación con Israel y el conflicto en Gaza, debo decir que me impresionó ver al rehén judío en unos túneles subterráneos construidos en Palestina. Imagínate que esos túneles los habrán construido durante años, planificando el ataque del 7 de octubre en Nova, una fiesta judía. ¿Y cuántos palestinos fueron cómplices de eso? Pero del otro lado tampoco veo santos a los judíos, te soy sincera. Empero, viendo la construcción, tan bien hecha, eso me hizo pensar. ¡Y mucho! Yo estuve en varias religiones, como: los Hare Krishna, Judaísmo, Catolicismo, Testigos de Jehová, adventistas, evangélicos, Islam. Por eso, en cada religión busqué una pertenencia y la verdad que poco me dejó de bueno. Ahora, que pronto deberé operarme, me van a ayudar dos mujeres que no se conectan en nada con la religión. Y eso me hace pensar...
No sé..., yo pienso en los túneles de Hamas... Siempre seré de esas personas que creo que en los detalles es en donde encuentras los más oscuros secretos. ¿Los viste?
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La semana entrante y lo que voy a hacer
Me falta aprender la canción en coreano, porque cuando termino de aprender un párrafo, ya me olvido del otro. Sin embargo, estuve probando de practicar con el karaoke. Y debo acostumbrarme a cantar con la música. Esta semana que viene voy a empezar en otro lugar, con una profesora muy profesional que sabe tocar en piano las partituras. Así que le pediré que me la toque para cantar mi canción. Yo sé que me cuesta el doble, porque no conozco el idioma, pero es lo que yo decidí. La gente a veces se cuestiona de por qué no canto en español. Y tengo canciones, pero me gusta el idioma coreano, porque para eso aprendo el idioma. Y algo que debe aprender la gente es aceptar las decisiones de otros, aunque nos equivoquemos. Y es que es necesario cometer errores para aprender. Yo siento más el canto en coreano. Y para mí es muy importante lo expresivo. En el club había un excelente clima con las chicas, hasta una me prestó su campera de cuero porque yo sentía frío. No obstante, yo iba para un propósito: el canto. Las amistades podemos hacerlas en el vestuario, ja, ja, ja. Ahí nos encontramos, nos duchamos y entramos en el chismerío. Empero, la profesora no sabía tocar partituras y eso me limitaba. Igual muy profesional en lo suyo. Y el viernes tengo examen de idioma Hebreo en Unipe. Y por eso voy a estar toda la semana practicando. La profesora en Coreano no me va a poder dictar las clases, porque es su cumpleaños, así que me sirve para estudiar el otro idioma.
Hoy salí tarde para el mercado. Y ya me siento tan traumada porque me atropellaron en la calle, que miro para todos lados. El impacto de la bicicleta, que me dejó amoratada, me dio miedo. Llegué a Diarco y ya cerraban. Entonces me fui al supermercado chino. Ahí siempre me tratan de una manera muy respetuosa. Compré algunas cosas y me vine para casa. Ahora quise escribir mi redacción diaria para esta noche. En los grupos de terapia hay una chica que también le gusta escribir. A partir de la segunda semana empiezo Gramática, que tanto me gusta. Me apasionan las letras y el canto. Y también el idioma coreano. El Hebreo me está gustando, pero no puedo hacer tantas cosas. Además, me propuse hacer ejercicios tres veces por semana y lo cumplo. Ahora sumé un día más, los sábados. Por eso si cuento tengo: las clases de coreano, de canto, la universidad, las flexiones y por ahora nada más. Quisiera sumar la pintura para exponer. Por hoy ya fue suficiente.
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[7] La promesa, parte 4 (esto es solo una historia inventada y una continuación del cuento «Las flores»)
Y le dije a Kim que pasara. En su caso haría una excepción, porque cada día él se sentía más mujer. Se probaba mis pulseras; por supuesto porque se lo permitía. Se sentó a mi lado y me comentó que había un error en el cuento, que si Dios me había dicho que las religiones no eran de Él; entonces, no podía ser que Europa se islamizara, en referencia a España, más concretamente. Por lo tanto, yo le expliqué que para Dios era lo mismo cualquier religión.
—Ay, Kim, no entendés nada. Claro, seguro que te viene a la mente la idea de ese dios que las religiones te enseñaron, ¿no?
—Yo creo en Jesús, señora, pero me gusta el cuento.
Y seguí relatándole. Le expliqué que Dios era totalmente libre y que no se involucraba directamente con ningún humano. Solo el muñeco tenía alguna relación directa con algunos. Y también, que no quería que nadie lo viera, solo yo. Es decir, que nadie supiera que ese muñeco lo manejaba Dios, como si fuera un títere. Entonces, la islamización solo formaba parte de una profunda división.
—Yo no sé qué va a pasar con Israel si Dios islamiza todos los otros continentes —le dije—. Yo pienos que ellos se adelantaron a los acontecimientos. Claro, creo que no tuvieron malas intenciones, pero no supieron esperar la llegada del mesías. Lo cierto es que ahora serán carne de cañón. Quisieron un estado judío y lucharon por eso, pero muchos palestinos murieron.
—A mí no me agradan los judíos, prefiero a los musulmanes. Pero ustedes no son buenos con nosotros, que somos diferentes —dijo, mientras movía los hombros de una manera extraña.
Después seguí diciéndole que el mundo se dividiría en dos, de una manera tajante. América tendría un dominio judío; y los otros continentes, una hegemonía islámica. Sin embargo, no sería esa división pacífica, sino que correrían ríos de sangre. Kim se sorprendió cuando le dije eso. Yo seguí hablándole y le dije con pena que muchos israelíes morirían, pero solo era mi idea, porque Dios no me había informado nada de eso.
—Tal vez se vengan a la Argentina —me comentó.
—La Argentina está siendo tomada por el Sionismo. Y no hay vuelta atrás; quizás tendremos otro idioma oficial: el hebreo.
Después me preguntó por mi esposo, de una manera intrigante. Se acariciaba las manos de una forma muy femenina.
—Ya estamos comunicados con mi esposo, aunque todavía no veo en la mira el casamiento. ¿No te gustará, no, Kim? ¡Mirá que soy muy celosa!
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Boca y River
Son más de las doce de la noche. Terribles las noticias. Mirando Tik Tok me encontré con un video en donde un hombre golpeó a una mujer unas sesenta y un veces en un ascensor, fracturándole la cara y otras partes del cuerpo. Y en los comentarios, un hombre decía que ella no se había defendido y que lo había insultado. ¿Justifica un insulto semejante bestialidad? ¡En qué mundo vivimos! Otra noticia sobre un preso de Hamas, una organización de combate a favor de Palestina y en contra de Israel. Me llamó la atención el túnel en donde se encontraba. Y muchas veces la gente te muestra una doble cara, porque te habla de moral, pero construye túneles debajo de tu casa. Se encontraron varios en Palestina. Y mucha gente justifica la violencia por otra violencia o injusticia. Y esto ya es como la ley de la selva: «¡sálvese quien pueda!». Y te encontrarás con millones de personas que buscarán que te pongas de un lado, o de Palestina y Hamas; o de Israel y el Sionismo, tal cual como si fuera un partido de Boca y River. Y a mí, todo eso me tiene asqueada. Por eso decidí aislarme de todo.
Hoy fui al club e hice unas flexiones. La profesora nos hizo hacer estiramientos, pero mucho más suaves. Y cada profesor tiene su modo de trabajar. Después me fui al pasto, para apoyar los pies y tomar un poco de sol. Me hizo bien. Viajé hasta casa y llegué hambrienta. Y como no aguantaba, me tomé un café con leche con una galleta de arroz y queso, mientras cocinaba. Después comí la comida y ahora me siento empachada.
El mundo se ha vuelto un Boca y River. Y muchas personas buscan desesperadamente que te coloques de un lado o del otro. Y eso también lo viví de niña, con mis hermanos, que siempre hablaban de politica. Sin embargo, a veces no es tan evidente esos dos polos, sino que lo camuflan de otras cuestiones. Por ejemplo te hablan de la pobreza, de los precios y de los políticos. Y eso es algo que todos sufrimos. Entonces, terminan criticando al gobierno, que lo relacionan con una cierta ideología. Y así pasa en todas partes. Buscas a Dios y un mundo espiritual, y después la gente ya te separa, como que eres de un bando o del otro. El hecho de ser musulmán, te coloca supuestamente del lado de los palestinos; y si eres judío, del lado del Sionismo. Y todo así... El tema es que el dinero también tiene dueños, y muchos buscan que hables mal de los que poseen esos capitales, cuando en realidad buscan ponerte de parte de un equipo o del otro. Por eso necesité escapar de todo eso. Y me siento más sola que un hongo nacido en el bosque. Y no me da miedo... Viajaba sola en el colectivo, disfrutando del descuento como jubilada. Llamé a una amiga que se fue del Islam, que también necesitó escapar. Empero, no es rechazo a lo espiritual ni a Dios ni nada. Pienso que es odio a esa separación que hace la gente, un Boca y River. Necesité escapar de ese odio visceral.
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[7] La promesa, parte 3 (esto es solo una historia inventada y una continuación del cuento «Las flores»)
Y Marcela se me acercó y me dijo que se arrepentiría si yo le contaba algo relevante, que paralice al mundo. En realidad, nada podía informarle de la élite. Además, tal vez no todos ellos vivían, porque alguno habría muerto, como mi hija, la que tuve en esta tierra. Pero le pedí que se acercara a la cama y que le contaría algo actual, de lo que hoy acontecía en el mundo.
—Me voy a arrepentir —me susurró al oído.
—¿Sabes, Marcela, que Dios te mata y te lleva a la otra dimensión, no?
—Lo sé, me contestó cabizbaja.
Y comencé a relatarle lo que yo había escuchado de Dios. Según lo que entendí, el Creador no necesitaba aparecer como el muñeco, porque su sola energía efectuaba cambios en el mundo. Dios se sentía celoso de mis futuros hijos, a quienes Él llamaba «la cría». Y sumado a esto, sentía rechazo por mi mamá, que era de origen judío. Por eso, se había apartado de todo lo que se relacionara con mi familia. Y viendo que pronto llegaría mi casamiento, Dios me dijo que nos íbamos a dividir. Al principio no entendí nada, pero después fui comprendiendo. Me dijo que el mundo se dividiría, y que eso ya se estaba realizando. Yo le pedí que me dejara la Argentina, pero Dios me contestó que me dejaría toda América. Y Él se quedaría con Europa, Asia, África y lo demás. Por lo tanto, yo pensé que el muñeco se mostraria al mundo, para dirigirlo. Sin embargo, Él dijo que no necesitaba aparecer para realizar sus propósitos. Y por eso España ya estaba en proceso de una islamización. Y a raíz de lo que yo había escuchado, a muchas personas en Tik Tok les escribí que España sería musulmana. América sería para los descendientes de los hebreos; y los otros continentes, para el Islam. Y yo le dije a Dios que África es el lugar que más riquezas tiene, en oro, litio y recursos naturales. No obstante, no sabía qué pasaría con Corea del Sur, aliada a Estados Unidos; ni tampoco con Israel, que no encajaba rodeada por el mundo islámico.
Marcela me miró fijamente y me tomó de la mano. Después me dijo que iría a prepararme un té. Salió del cuarto y se dirigió a la cocina. Y escuché ruidos y gritos. Me costaba caminar, pero me levanté. Y al salir del cuarto, uno de mis custodios me detuvo; me dijo que no mirara, porque Marcela se había suicidado. Parece ser que había agarrado un cuchillo y se lo había clavado en la aorta. Yo volví a la pieza, porque entendí que Dios la había perdonado. Me recosté en la cama y traté de dormir. Escuché ruidos de la sirena de la ambulancia. Seguidamente, los pasos de los médicos. Kim golpeó la puerta del cuarto y le dije que pasara; lo reconocí por la voz.
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La élite
Nunca voy a olvidar a esa profesora de la UBA, una universidad pública, en donde impera el lavado de cerebro a favor de la izquierda política. Es decir, en contra de los adinerados y en beneficio de los pobres, no importa a qué precio o con qué engaños. ¡Vamos a escucharla! Tomar en cuenta el contexto, ella hablaba de los poderosos del mundo, los que tienen todo el capital y el poder económico, que también los llaman «la élite». Vamos:
—¡Cómo puede ser que no podamos encontrarlos! Sabemos quiénes son, pero no podemos encontrarlos.
Algo así... Analicemos esas palabras con hipótesis. Por supuesto, esto solo es una teoría.
Si ella dice que «no podemos encontrarlos», entonces, significa que hay millones de personas buscándolos. Y si es así hablamos de una mayoría, del pueblo. Hablamos de gente pobre, no de ricos. Sin embargo, también de empresarios, porque para buscar a la élite tiene que haber gente que algo de dinero tiene para investigar. Hay millones de personas buscando solo a un puñado de otras. Después dijo: «sabemos quiénes son». En una palabra, ahí ya vemos a personas del poder ejecutivo cómplices en la búsqueda de esos pocos, porque si saben sus identidades, eso significa que hubo una investigación minuciosa de documentos, domicilios, familiares, amigos, relaciones, lugares, escrituras, cuentas bancarias, etc. También, una complicidad de abogados, personas que hacen trámites, empleados bancarios, etc.
Por eso, cuando me hablan de que existe una élite de poder, satánica, que nos controla, yo me pregunto: ¿quién controla a quién? ¿Quiénes son los que los están buscando y quiénes los perseguidos? ¿Se puede creer en los medios de comunicación cuando una mayoría es la que los dirige? ¿Se puede creer en los políticos cuando esa misma mayoría que los está buscando, a ese puñado de personas, son votados por el pueblo?
Hoy por hoy, yo no creo en nadie. Lo siento, pero el enemigo se cuenta por millones.
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A buen entendedor, pocas palabras bastan
Hoy tuve mis clases de coreano por Zoom. Ya puedo entender muchas palabras. Ahora, con la profesora en Canto que cambié, voy a poder cantar en coreano, porque la anterior profesora no sabía tocar una partitura en piano. En realidad, no es necesario saber tocar una partitura para enseñar canto. Sin embargo, a mí me gusta que me acompañen con el piano mientras canto. Ya a esta altura busco disfrutar de la vida, de lo poco que te ofrece este mundo invadido por la corrupción.
En cuanto a la escritura, también dejé el taller en el club. La profesora nos daba consignas, pero a mí lo que me sobra es imaginación. Yo necesito algo más y eso lo obtendré en Unipe, la universidad pública. Ahí aprenderé Gramática. Lo que sucede es que solo la ofrecían para el segundo cuatrimestre y primero debía rendir Mundo Moderno I.
En cuanto al piano continuaré sola. La pintura no la continué, porque sigo acomodando todo. El orden de la casa es muy importante.
Tengo que operarme y estoy aterrada. Y bueno..., siempre hay que continuar. No olvides eso, de seguir en la vida, como sea. No sé si notaste uno de mis cambios en el nivel político. Y este es permanecer neutral ante todo tipo de conflicto, guerra o lo que sea. Me doy cuenta de que existe una conspiración de una mayoría. Y cuando el montón se une para el mal, ya no puedes reconocer a tu amigo o a tu enemigo. Es así, tal cual te lo digo.
Estoy muy contenta con las clases de coreano. Y el lugar en donde comenzaré a cantar me gusta. Una vez iba ahí, a clases de canto. Lo que sucede es que no pude continuar por falta de tiempo. Yo trabajaba en varios colegios.
Si me preguntas si extraño el trabajo en el sistema educativo, debo reconocer que antes de jubilarme sentía miedo de que me agarre angustia. ¿Y ahora? ¿Si extraño el trabajo? Pues te contesto: 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
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La pureza étnica
Recién miraba un vídeo de una chica sionista, muy enojada, que aseguraba de que en Israel se hacían estudios sobre ADN, porque un hombre mexicano le cuestionaba sus raíces hebreas. Lo cierto es que yo también pienso lo mismo, y esa chica catalogaba ese pensamiento como algo «antisemita». Sin embargo, pensar que son judíos convertidos y no de sangre hebrea no significa estar en contra de ellos. No obstante, no se entiende el enojo de aquella señorita, tan enamorada de Israel. Tampoco yo tengo sangre árabe, que yo sepa, pero soy musulmana. Entonces, ¿dónde está el problema? Y yo huelo que algo se esconde detrás de esa actitud de cólera, de sentirse ofendida. Al final del vídeo ella explica que a nadie ya le interesa la pureza étnica. Y por supuesto que a nadie le interesa, pero ellos aseguran ser los descendientes de los hebreos, perseguidos y asesinados en el Holocausto. Y también, que debido a ello tienen el derecho de propiedad de la tierra en Palestina. Y hoy por hoy, una tierra vale muchísimo dinero.
Estoy en casa y quiero cambiar de lugares para aprender canto. No me siento bien con lo grupal, porque hoy no pude cantar, debido a que le cedieron el lugar a otras socias. Y me parece justo, pero no me gusta, porque yo quiero cantar. Así que estoy buscando otro lugar. Me gusta diversificar y no quedarme solo en un sitio. Así hacía con los colegios, porque me gustaba dictar clases en varios. De esa forma conocía buenos ambientes y otros no tan buenos.
Pero volviendo al tema de Palestina, yo siento que en ese conflicto hubo un cambio de identidades. Empero, no digo que todos lo hicieron, pero noto algo que no se entiende. Esa chica sionista, en el vídeo, nombra un listado impresionante de universidades israelíes que hicieron pruebas de ADN, pero en todo el vídeo no habla de los resultados. El cambio de identidad beneficia a muchas personas, tanto más si eres un pobre diablo, que vive en la miseria. A mí, por ejemplo, me beneficiaría que me cambien la identidad y que me asignen el documento de alguien millonaria. También, el cambio de identidad esconde delitos cometidos, que permanecen en la anterior persona, la real. La identidad de género también es un esconder la identidad, porque la policía, cuando busca a un delincuente, lo primero que pregunta es: «¿el sospechoso es un masculino o un femenino?». Es decir, no es lo mismo buscar a un hombre que a una mujer. Y las hormonas cambian la apariencia del rostro, incluso del cuerpo. La vestimenta islámica ortodoxa, como el burka o el niqab, esconden casi la totalidad del rostro o todo. Buscar a una persona por un delito, y solo ver una sábana que cubre todo es una manera de esconder la identidad. Por eso, no se entiende el enojo de aquella sionista. Si ellos sienten el Judaísmo como propio, siendo convertidos y no de sangre hebrea, deberían sentirse muy orgullosos, porque más premio tiene alguien que busca a Dios y no aquel que lo tuvo todo servido desde la cuna.
Pienso que en el mundo se oculta algo macabro. Y que esto que se esconde proviene de gente que en el pasado fue extremadamente miserable. Cuando no tienes nada, y pasas una pobreza extrema, puedes llegar a lo más bajo de la moral. Lo cierto es que hoy no se entiende eso del ADN. A nadie le importa la pureza étnica, como dice esa chica sionista, pero sí a muchos les molesta la mentira.
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El control de masas
Un desastre todo. Traté de averiguar sobre clases de canto y me mandan de un lugar una especie de aplicación en donde eliges el plan y la cantidad de clases; también si son particulares, dúo o grupales. Sin embargo, decía que primero se debe pagar para acceder a la aplicación. ¿Y cómo voy a pagar primero si ni siquiera sé si no se me superpone con otra actividad? Otra cobra carísimo. Y en cuanto a la escritura: todo en línea. Pero lo positivo es que voy a empezar un tercer nivel en Cui. ¡Y presencial!, tal cual yo quería. Y en la universidad conseguí la asignatura de Gramática. Va todo bien.
La pierna se me está curando. Y debo hacerme ver la vista. El sistema de salud de Obsba está colapsado, dan turno para dos meses, solo para sacar sangre. Así que es difícil en cuestiones de salud.
Bueno, hoy estoy en casa y fue un día de terapia por Zoom. Me harta eso de lo virtual. Un mundo artificial, robotizado, con políticas corruptas y espiritualidades hipócritas.
Se me cortó la escritura porque se actualizó el teléfono. Seguía diciendo que ahora es todo virtual. Afiliaciones a los sistemas de salud en línea; seguros en línea; cursos por videollamada; clases virtuales y hasta una orden médica digitalizada. Todo conduce a lo artificial y mecánico. Nos quieren aislar. ¿Pero por qué? ¿Qué se esconde con esa política de todo «online»? El control masificado puede realizarse mejor detrás de una gran maquinaria. Y si el sistema cae, mueren millones de personas que dependían de lo remoto.
Por otro lado, todo depende de ti. Si te dejas controlar por el sistema serás un títere. Yo estuve años intentando conseguir clases de coreano de forma presencial. ¡Y lo logré! Me tocó un templo budista de lo más desconfiable; también, un curso en un «coworking» en donde la profesora de veinte años no sabía ni el alfabeto coreano. Si yo hubiera cedido a los caprichos del sistema, todavía seguiría detrás de la pantallita digital. Me ayudan esas clases, pero yo decido cómo cursar. Buscan cerrar las universidades públicas y yo asisto a una.
No veas el árbol, ve el bosque. Toda esta fragmentación social te indica un control de masas. Depende de ti rebelarte y ser único.
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[7] La promesa, parte 2 (esto es solo una historia inventada y una continuación del cuento «Las flores»)
Le pedí a Kim que la llamara a Marcela, mi asistente, porque deseaba continuar con ella el relato. Y él se retiró y después llegó ella. Yo le pedí que continuara con mi cuento debido a que no resultaba apropiado que un hombre se encuentre a solas en mi cuarto. De todas formas, Kim se autopercibía como de género femenino, por lo que yo apreciaba. Marcela se sentó a mi lado y me dijo que lo copiaría en Cumo, una aplicación de notas de origen coreano.
—Debo contarte cómo mis padres se salvaron cuando entraron con hachas para matar a todos en la ciudad —le dije. Me costaba girar la cabeza.
—¡Hala! ¡Pero esto no es creíble, porque habían matado a todos y la ciudad estaba cercada! Yo leo tus cuentos. Todas las noches antes de dormir.
Me quedé admirada de su respuesta. Marcela formaba parte de mis enemigos, pero sentía algo de cariño por ella. De alguna forma pensaba que Dios la perdonaría. Y comencé a relatarle lo que Dios me había contado. En realidad, parecía muy confuso, porque solo conocía parte de la historia. Sin embargo, me apasionó saber cómo mis padres lograron escapar. En la ciudad había secuoyas gigantes, unos enormes árboles. Y mi familia había construido dentro de uno de ellos un refugio, como un búnker para resguardarse ante un posible ataque. Sin embargo, nadie podía imaginarse que todo el pueblo conspirado entraría a la ciudad para matar a todos. Es decir, Dios me contaba varias historias diferentes de mi infancia. Y no sabía cuál pertenecía a la verdadera. La cuestión fue que cuando entraron a masacrar a todos los habitantes de la ciudad, la gente comenzó a correr. Y la sangre derramada por la tierra parecía como un conjunto de ríos. Los gritos sonaban desgarradores, tal cual cuando faenan a varios animales todos juntos. Entonces, mis padres comenzaron a correr, y mi mamá no tuvo tiempo de agarrarme. Yo me encontraba en la cuna. Ellos se metieron dentro de la secuoya, que por fuera no se veía la entrada. Y ahí permanecieron por mucho tiempo. Toda una construcción parecida a un edificio, pero por dentro del árbol.
—Hala, ¿entonces tus padres viven?
—Claro, Marcela, pero se mantienen ocultos, por miedo de que los asesinen. Hoy nos gobiernan aquellos criminales. Y a mí me tomaron como un botín de guerra. Los bebés no tienen memoria y ellos se aprovecharon de eso.
—Yo siempre intuí que la historia de la humanidad fue cambiada —me dijo Marcela.
—Y claro, amiga, si es que puedo llamarte «amiga». Dios me enseñó a no juzgar. Tal vez vos te arrepientas. Piensa que Dios tenía como reyes a toda esa urbe que fue masacrada. ¿Entiendes, Marcela?
Y después seguí contándole. No sé en qué parte del mundo se encontraba esa ciudad. No obstante, busqué en Internet dónde había de esos árboles: las secuoyas. Y encontré que muchos de ellos están en Estados Unidos, en el estado de California. Por eso pensé que mis padres habían salido de ese país, aunque no lo sabía.
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Yo soy Hala, nada más
A la gente le importa un pepino tu vida, pero te pregunta de todo. Sobre mi apodo siempre me preguntan qué significa. Yo les digo que es un nombre árabe y enseguida sale el tema del Islam. Y la gente necesita encasillarte en rótulos o en estereotipos. Yo no soy «Hala» para muchos, ni siquiera tengo nombre ni identidad, sino que soy «la musulmana». Igual con la profesión; siempre preguntan a qué te dedicas. Y cuando les comento que trabajé como profesora, ya me encasillaron en clase baja. Por supuesto, resulta una búsqueda para conocerte, pero esos prejuicios siempre latentes e indeseables, ¡Dios! Una vez salí con unas chicas que organizan salidas para hablar en coreano. Y la señorita que dirige dijo a las demás: «ella es musulmana». Yo en ningún momento hablé de religión ni de mi vida. Ahora bien, tú dirás que tiene interés en mí, que mi vida le importa. Sin embargo, no me invita al chat de coreanos en la aplicación de Kakao Talk ni tampoco me manda nada por privado. Así como conozco a otras chicas que se fueron del grupo que yo abrí en «WhatsApp» (Guasap). Y así es la gente, siente necesidad de prejuzgarte, analizarte y condenarte. Siempre estás en observación, tal cual si fueras un conejillo de la India en un laboratorio.
Por otra parte, cuando te encuentras con alguien que se liberó de todo eso, lo observas y sientes como cuando te encierran en una habitación, con monóxido de carbono y ya no puedes ni respirar, pero abren la puerta y un aire puro entra a tus pulmones. Y así son esas personas, no cortadas por la misma tijera. Y juro que me da miedo toda esa gente uniformada, que busca la igualdad en el mundo. ¿Qué tipo de igualdad? ¿La falta de mérito o esconder a la persona que tiene más habilidades? ¿La igualdad de que todos hablemos las mismas cosas o tengamos los mismos gustos? ¿La igualdad del dogma y de las normas? ¿Quizá de pensamiento o ideología?
La gente siente miedo del diferente, porque el que es diferente te hace ver mediocre. De alguna manera te hace ver tus propios prejuicios. Entras en un estado de introspección en donde observas la putrefacción del alma. Claro, pero lo justifican diciendo que no es bueno el «ensalzamiento». Digamos que piensan que los que se diferencian del resto buscan humillar a los demás y hacerlos sentir inferiores. Se podría decir que la gramínea quiere que los lirios no se diferencien; tampoco que nazcan las rosas para que nadie las corte y sea feliz con ellas; que el tulipán ya sea algo en extinción; la orquídea que se considere del mismo valor, y todo así. El diferente le hace sentir a la gramínea lo que es, una simple planta. Y eso es la envidia. Y por eso muchas personas necesitan ponerte rótulos y colocarte títulos: «la musulmana»; «la docente»; «la villera»; «la cheta», etc.
Yo soy Hala, nada más. No agregues nada en mí; no me interesa ser el uniforme que imaginas o el producto mental que quieres fabricar.
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El momento bien empleado
Recién veía un vídeo en Tik Tok de una chica que salía con dos amigas y que publicaba que en vez de sentirse bien con las amigas, deseaba estar en casa viendo K-dramas. Estos últimos son dramas coreanos, como novelas. La verdad, a veces salimos con personas que solo están con nosotros para llenar vacíos internos o porque no tienen nada que hacer. ¡Cuántas veces perdemos el tiempo en esas personas, tan banales!
Hoy estuve acomodando algunas cosas. Quiero ir tirando elementos que no sirven. Encontré el cuaderno de calificaciones de los colegios y lo tiré a la basura. Esperé unos meses para desecharlo, por si alguien necesitaba una nota, pero lo cierto es que el tiempo pasó y ya son siete meses. No sé cuándo lograré organizarme, pero ahora tengo bien en claro que la vida es el camino; y no, el éxito ni lograr los objetivos. No es llegar a la meta, sino vivir el ahora. Y eso no quiere decir no proyectar un futuro ni planificar nada. Un claro ejemplo de ello es esa chica de la cual hablaba, que estaba ahí, entre dos amigas, pensando en llegar a casa para ver un K-drama. Su mente estaba en otro lugar, pero su cuerpo en ese bar, con dos amigas. Por eso, más allá de los planes, debes sentirte en el momento en el cual vives. Yo, por ejemplo ahora, estoy tipeando en el celular. Y la meta es publicar mi redacción diaria, pero la escritura es el ahora. Yo disfruto escribiendo.
Sigo intentando automatizar mi vida, porque si no lo hago, no puedo llegar a realizar tantas actividades. Lo importante es encajar en lapsos las cosas que hago, sin pensar en que debo hacerlas. Automatizar es liberar mi mente de preocupaciones; así como no piensas en lavarte los dientes o lavar los platos, simplemente lo haces de forma automática; así también, debo hacer todo. Encerrar las actividades dentro de esas cajas que son el tiempo. ¿Pero cómo hacerlo? Si lograra optimizar las horas, los días, todo, para lograr mi mayor potencial en cada cosa, sería feliz.
Y por eso escribo, porque conocía la palabra «automatizar», pero no la uso habitualmente. Y debido a ese motivo tuve que buscarla en el diccionario. Y por eso yo digo que vivo el ahora, porque escribo para perfeccionarme. Y nunca seré como esa chica del vídeo, en donde mi cabeza está en otro lugar; y mi cuerpo, con gente que no me aporta nada. Una vez perdí el tiempo con una amiga con la cual íbamos al teatro, y hasta vimos una obra dos veces, pero yo iba más por ella, porque me gustaba sentirme acompañada. Yo estaba presente ahí, en ese momento. Y eso es la vida, vivir el ahora, aunque te prives de salir por ahorrar o te sacrifiques por estudiar para obtener un título. No es la meta el objetivo, sino el momento bien empleado.
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La promesa, parte 1 (esto es solo una historia inventada y una continuación del cuento «Las flores»)
Llegué a casa, ya operada. Sentía dolores de cabeza, pero los remedios que me habían recetado me calmaban. Pensaba..., los médicos me habían informado que esos dolores de a poco se irían, pero que era normal que los padeciera. Se sentían como agujas dentro de mi cabeza, que atravesaban mi glándula pineal y volvían con más fuerza. Me encontraba en la cocina y empecé a ver todo oscuro, un negro total. Y otra vez esas luces..., y ya no sentía fuerzas en mis manos. Se me cayó la taza de café y me desplomé en el piso.
Y me desperté; me encontraba acostada en mi cama y Kim a mi lado. Se alegró de verme y llamó a los otros custodios. De repente los vi a mi alrededor. Y Kim me explicó que había sufrido un desmayo, abrazada al árbol. Yo les pedí a todos que me dejaran a solas con él y salieron del cuarto.
—Kim, tengo que contarte algo. Es muy importante que te explique qué sucede en el mundo.
—Pero, señora, ¿otra vez esas voces? ¿El cuento va a continuar?
—Claro, pero es necesario que continúe, porque el mundo debe saber la verdadera historia. Toma una hoja de papel, Kim, y escribe antes de que se me olvide.
Y Kim tomó un anotador que había sobre mi mesa de luz y yo le dictaba. Y le conté lo que Dios me había dicho. Claro, Dios puede ver el futuro, pero puede cambiar el rumbo del destino. Y bien sabía Dios que se iba a operar, pero no quería sufrir por esa operación y cambió el curso del destino. Entonces me mató. Y Dios me contó lo que yo le dije antes de morir, porque me preguntó qué quería decirle antes de caer muerta. Y yo le pedí que cuidara de mis hijos. Por supuesto, los árboles tienen hijos, porque desparraman sus semillas de las flores. Y yo tuve trece hijos. Y ese fue el número de mis retoños. Y ellos fueron naciendo una y otra vez, en diferentes vidas. Y mis hijos tienen una memoria acumulativa, porque recuerdan otras vidas pasadas, algo que las personas no tienen. Y por eso ellos se reconocen. Y Dios juró que yo jamás volvería a vivir; y Él juró delante de los ángeles. Y Dios dijo que si no cumpliera su promesa, dejaría al mundo en manos de demonios, con algunas reservas. Y Kim me observó, atónito.
—Señora, ahora entiendo el cuento. ¿Quiere decir que usted fue la causa de que el mundo esté así, repleto de corrupción y guerras?
—Sí, Kim, pero yo no soy culpable; Dios no pudo cumplir con su promesa y por eso dejó al mundo en manos de seres perversos, hasta que llegue el final.
—¿Y por qué no pudo cumplir Dios su promesa, señora?
—Porque Dios entró en una profunda depresión y se dijo a sí mismo que era mejor que yo volviera a nacer. Entonces, la operación que había evitado se la hizo. ¿Entiendes, Kim?
Y yo seguí hablando y él escribia. Se me llenaban los ojos de lágrimas. Y le dije que mis hijos ya no eran trece, sino catorce, porque había nacido mi hija, una más. Y él me preguntó si ellos, es decir mis hijos, eran la élite. Y yo le expliqué que sí, que estaban ocultos, por miedo de morir. Y Kim me preguntó por mi madre; entonces, yo le contaría lo que Dios me había dicho. Aquello trataba sobre la ciudad destruida en el pasado.
«¡Que yo viva es un milagro!», pensé.
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Las teorías conspirativas, mi trauma
¿En qué pensaba hoy? Me pasé el día estudiando el idioma coreano y lavando ropa. También acomodando, voy bien, de a poco. Asimismo, encontré unos programas gratuitos para estudiar Hebreo, porque si no apruebo, la puedo volver a cursar el cuatrimestre que viene o el año que viene.
La cuestión fue que acomodando todo, encontré $ 4000 dentro de una carpeta. ¡Cómo tendré desordenado que ni siquiera sabía que tenía tanto dinero ahí! Y es que en la vida no puedes ser perfecto. Si haces demasiadas actividades, en muchas cosas fallarás; a mí me gusta hacer muchas de ellas y ver por horas Tik Tok. Por lo tanto, consumo mucho tiempo en ello.
Las teorías conspirativas son unos de mis traumas y hoy meditaba en eso. Yo estaba pensando, si los romanos destruyeron el templo de Jerusalén y tomaron de esclavos a varios judíos; entonces, los habrán presionado para que hablen, que les cuenten sobre las escrituras. Y a partir de ahí nacieron todas las tergiversaciones. Las profecías se ocultaron, pero ellos las conocían; me refiero a los ladrones, por supuesto. Se apropiaron de escritos y los mantuvieron ocultos hasta el día de hoy. ¿Y qué decían las escrituras? Los cristianos hablan de un Mesías: Jesús, que lo tratan como a un dios. Sin embargo, los musulmanes aseguran que no es Dios, sino un profeta. Y estos últimos hablan de un Mahdi, es decir de alguien que vendrá en los tiempos finales. Para los que no entienden de religión, «los tiempos finales» sería la llegada del Mesías. Y los judíos aseguran de que el mesías no llegó. En una palabra, ahí existen contradicciones. Por empezar, los cristianos dicen que existió un mesías que murió; pero los musulmanes dicen que no murió, sino que ascendió al cielo, por decirlo así. Por otro lado, todo eso que dicen tanto los cristianos como los musulmanes es una falacia para los judíos, que todavía esperan al mesías. Cada religión habla de una verdad, que asegura que es propia. En el Islam se habla de que existe solo una verdad, no dos. Específicamente, el Islam dice que solo una orientación religiosa es la verdadera y que después existirían más de setenta sectas islámicas. En una palabra, o estamos rodeados de mentirosos o de gente confundida que cree haber encontrado la verdad. Sin embargo, con la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70ec, tal vez muchos sabían una verdad que ocultaron durante años. ¿Pero por qué? ¿Para qué fin? Pues, el poder es el dulce de mucha gente. Las tierras tomadas por los sionistas, que no tienen sangre hebrea, pero que son judíos, es una fuente de riqueza enorme. Los territorios conquistados por los árabes, también lograron riquezas; y toda Europa, arrasada por la cultura cristiana goza de un lujo espectacular. Guerras y saqueos; colonizadores y personas esclavizadas; la extracción del litio y del oro en África; todo eso y mucho más, confirma una riqueza descomunal. Tan solo piensa si tuvieras de esclavos a los hebreos del templo de Jerusalén, que a la fuerza y por espada te contaran las profecías, ¿acaso no te tentaría el poder mundial? ¿No sería como encontrar un diamante el hecho de tergiversar los escritos sagrados y adueñarte de ellos para conquistar tierras y saquear riquezas? El hecho de matar a Jesús, cuando otros dicen que no murió y algunos afirman que es una mentira; entonces, eso delata un encubrimiento, un ocultar profecías, escritos sagrados: la palabra de Dios. Digamos que muchos quisieron sentarse en el trono del Altísimo. Y como el Creador no habla, se adueñaron de los escritos para hablar por Él. Claro, esto es solo una hipótesis, por supuesto.
En eso pensaba...
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