Tumgik
#novelatraducida
mejorunatraduccion · 5 years
Text
Novela traducida por capítulo: El billete de un millón de libras (Parte III)
EL BILLETE Por: Mark Twain Traducción: Elżbieta Bujakiewicz
La pera ya no estaba en la calle y yo estaba disgustado. Abrí el sobre. ¡Había dinero dentro! Lo que pensaba de aquellos hombres cambió. Puse el billete en el bolsillo y corrí hasta el restaurante barato más cercano. ¡Comí hasta más no poder! Cuando ya no pude más, saqué el dinero. Observé y por poco me desmayo. ¡Un millón de libras! ¡Cinco millones de dólares! Luego noté que el dueño del local estaba observando el billete. Tenía miedo. No se podía mover. Le di el billete y le dije: —Deme el cambio, por favor. —Disculpe, pero no puedo cambiarle este billete —respondió. No quiso ni tocarlo. Sólo observarlo. —Perdone si le molesto —dije—, pero insisto, es lo único que tengo. —No se preocupe —dijo él—, puede pagarme en otra ocasión. —Es posible que no venga por aquí en mucho tiempo. —Tranquilo, puedo esperar —dijo—. Puede pedir todo lo que quiera. Págueme cuando pueda. No desconfío de un caballero rico como usted sólo porque esté vistiendo con ropa vieja, entiendo que quiera despistar a la gente. Entró otro cliente y guardé el billete en el bolsillo. Luego el dueño me señaló la puerta. Me dirigí, de nuevo, hacia la casa de los hermanos. Tuve que aclarar aquel error antes que la policía comenzara a buscarme. Estaba muy nervioso. De hecho, tenía miedo, aunque, desde luego, yo no tenía la culpa de aquella situación.
………………………………………………………………………………………
📌 N. de la T.: iré actualizando esta novela dos veces por semana subiendo un capítulo nuevo.
El capítulo en su idioma original (inglés americano) lo pueden leer aquí, disponible en PDF para que lo descarguen (si quieren).
Nos vemos la próxima para saber cómo continúa esta historia. Espero que les haya gustado.
¡Hasta la próxima!
Elżbieta
😘
………………………………………………………………………………………
Artículos relacionados: El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo I) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo II)
0 notes
mejorunatraduccion · 5 years
Text
Novela traducida por capítulo: El billete de un millón de libras (Parte IV)
LOS HERMANOS DESAPARECEN
Por: Mark Twain Traducción: Elżbieta Bujakiewicz
La casa estaba en silencio y eso me tranquilizaba. Estaba seguro de que aún no se habían dado cuenta del error. Toqué el timbre y apareció el mismo criado. Le pedí que me dejara ver a aquellos caballeros. —Se han ido —dijo en un tono frío. —¿Se han ido? ¿Y a dónde? —De viaje. —¿Pero dónde? —Al Continente, creo. —¿Al Continente? —Sí, señor. —¿Hacia dónde han ido? ¿Por qué camino? —No lo sé, señor. —¿Y cuándo volverán? —Dijeron que dentro de un mes. —¡Un mes! ¡Ay, esto es terrible! Ayúdeme a hacerles llegar este mensaje. Es muy importante. —No puedo. No tengo idea a dónde han ido, señor. —Entonces tengo que ver a algún miembro de la familia. —La familia tampoco está. Han estado fuera durante meses; en Egipto y en la India, creo. —Mire, ha habido un terrible error. Volverán antes del anochecer. ¿Podría decirles que estuve aquí y que continuaré viniendo hasta que este asunto quede resuelto? —Se lo diré si vuelven, pero no creo que así sea. Dijeron que usted regresaría en una hora y haría preguntas, pero debo decirle que no se preocupe. Ellos estarán aquí en el momento previsto y le esperarán. De modo que tuve que marcharme. ¡Todo era una confusión! Ellos volverían «en el momento previsto». ¿Qué significaba eso? Ah, quizá la carta lo explicaría. La saqué y la leí. Decía: Usted es un hombre inteligente y honrado. Creemos que es humilde y forastero. Aquí encontrará una suma de dinero. Es un préstamo por treinta días, sin intereses. Regrese a esta casa una vez pasado este período. He apostado por usted. Si gano, puedo ofrecerle una posición muy buena. No firmaba, ni había dirección ni fecha. Aquello era un enigma profundo y oscuro para mí. No tenía idea de cuál era el juego. Me dirigí a un parque y me senté. Reflexioné sobre mi situación y sobre lo que debía hacer. Después de una hora, había llegado a una conclusión. Quizás las intenciones de aquellos hombres eran buenas o quizás malas. Era imposible saberlo. ¿Habían planeado un juego o algún tipo de experimento? También era imposible de saberlo. Si pidiera al Banco de Inglaterra que pusiera el billete en la cuenta de la persona a quien pertenecía, lo harían. No conocía el nombre, pero ellos sí. Entonces me preguntarían cómo había llegado el billete hasta mí. Si les dijera la verdad, me llevarían al manicomio. Si mentía, me meterían en la cárcel. Lo mismo pasaría si intentaba poner el billete en el banco o pedir un préstamo. Tenía que guardarlo hasta que aquellos hombres volvieran. No me quedaba otra. No me servía de nada, pero tenía que cuidarlo. Tampoco podía dárselo a nadie. No lo aceptarían. Los hermanos se encontraban en una posición segura. Incluso si yo lo pidiera o lo quemara, su posición seguiría siendo segura. Ellos podían impedir su pago. Tendría que aguantar un mes sin ganar dinero, a no ser que ayudara a ganar la apuesta y obtuviera la posición que me habían prometido. Aquello me agradaba. Estoy seguro de que la gente rica como ellos puede permitirse ofrecer una muy buena posición. Comencé a ilusionarme. Tendría un buen salario y eso empezaría en un mes. Así que todo sería perfecto. Me sentí bien.
………………………………………………………………………………………
📌 N. de la T.: iré actualizando esta novela dos veces por semana subiendo un capítulo nuevo.
El capítulo en su idioma original (inglés americano) lo pueden leer aquí, disponible en PDF para que lo descarguen (si quieren).
Nos vemos la próxima para saber cómo continúa esta historia. Espero que les haya gustado.
Elżbieta
😘
………………………………………………………………………………………
Artículos relacionados: El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo I) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo II) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo III)
0 notes
mejorunatraduccion · 5 years
Text
Novela traducida por capítulo: El billete de un millón de libras (Parte II)
LA APUESTA Por: Mark Twain Traducción: Elżbieta Bujakiewicz
   Ahora debo contarles algo. Unos días antes de que llegara a casa, algo muy extraño había ocurrido. Aquellos dos hermanos, ya viejos, habían discutido y decido zanjar tal discusión con una apuesta. La discusión consistía en lo siguiente:     El Banco de Inglaterra había emitido, en cierta ocasión, dos billetes de un millón de libras cada uno. El primero fue utilizado para una transacción pública con otro país y, por alguna razón, el otro aún se hallaba en el banco. Los dos hermanos se preguntaron qué le pasaría a un forastero honrado e inteligente en Londres, sin más dinero que aquel billete de un millón de libras.
    El hermano A decía que moriría de hambre, mientras que el otro opinaba lo contrario. El hermano A decía que no podría hacerlo efectivo en un banco porque la policía lo arrestaría de inmediato. El hermano B decía que apostaría veinte mil libras a que el hombre podría vivir treinta días sin ir a la cárcel. El primero aceptó la apuesta, de modo que el hermano B fue al Banco de Inglaterra y compró el billete.
     Era un tipo muy rico. Dictó una carta a su secretario y los dos hermanos esperaron en la ventana a que apareciera el forastero apropiado.      Vieron a muchos, pero siempre encontraban algún inconveniente. Algunos eran muy pobres, pero no parecían ser listos. Otros parecían listos, pero no eran pobres o no parecían lo suficientemente honrados. Finalmente, me vieron a mí.      Empezaron a hacerme preguntas y después decidieron que yo era la persona apropiada. Me alegré y les pregunté qué querían que hiciera. Entonces, uno de ellos me entregó un sobre.
     —La explicación se encuentra dentro —dijo.
Quise abrir el sobre, pero no me dejó. Quise hablar del asunto, pero ellos no. Así que me fui. Me sentía confundido y ofendido. Pensé que me estaban jodiendo.
...................................................................................................
📌 N. de la T.: iré actualizando esta novela dos veces por semana subiendo un capítulo nuevo.
El capítulo en su idioma original (inglés americano) lo pueden leer aquí, disponible en PDF para que lo descarguen (si quieren).
Nos vemos el lunes para saber cómo continúa esta historia. Espero que les haya gustado.
¡Hasta la próxima!
Elżbieta
😘
...................................................................................................
Artículos relacionados: El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo I)
0 notes
mejorunatraduccion · 5 years
Text
Novela traducida por capítulo: El billete de un millón de libras (Parte VI)
RICO PERO POBRE
Por: Mark Twain Traducción: Elżbieta Bujakiewicz 
Comencé a comprar todo lo que quería exactamente de la misma manera. Al cabo de una semana vivía una vida de lujos. Me alojaba en un hotel caro de Hanover Square. Cenaba allí, pero desayunaba en el restaurante de Harris, donde había comido, por primera vez, con el billete de un millón de libras. Aquel sitio se hizo famoso gracias a mí. Yo era el excéntrico que llevaba el billete en el bolsillo del chaleco. Era el santo patrón del lugar que, para entonces, rebosaba de clientes. Harris estaba muy agradecido y me prestaba dinero. Yo era pobre, pero vivía como un rico. Había un lado trágico en todo aquello. Durante las noches, en la oscuridad, pensaba en las posibles consecuencias de mi situación y no podía dormir. No obstante, durante el día, me olvidaba de ello y me sentía enormemente feliz. Era natural, porque, para entonces, yo era una de las famosas personalidades de la gran metrópoli del mundo. Aparecía en todos los diarios. Mi prestigio crecía a cada momento. Era más importante que duques y obispos. Por último, aparecí caricaturizado de la famosa revista Punch. Era famoso. La gente me reconocía dondequiera que fuera. Nadaba en la gloria. De vez en cuando, me ponía mis viejas ropas para ir a una tienda a comprar algo. El dependiente me insultaba y entonces yo le mostraba el billete de un millón de libras. Sentía un gran placer al ver la expresión en su cara. Pero mis prendas llegaron a ser tan familiares que la gente me reconocía inmediatamente. Algunas veces, los dueños me querían vender todo lo que había en la tienda. Después del décimo día de fama, visité al embajador de Estados Unidos, quien me recibió con entusiasmo. —¿Por qué no ha venido a visitarme antes? —me preguntó—. Esta noche doy una cena, tiene que venir. Empezamos a hablar y descubrimos que él y mi padre habían ido al mismo colegio. También habían ido juntos a Yale, y continuaron siendo amigos hasta la muerte de mi padre. Me pidió que lo visitara con tanta frecuencia como me fuera posible. Me sentía contento por eso. Quizás él podría salvarme del posible desastre futuro. No podía decirle la verdad. Era demasiado arriesgado.
………………………………………………………………………………………
📌 N. de la T.: iré actualizando esta novela dos veces por semana subiendo un capítulo nuevo.
El capítulo en su idioma original (inglés americano) lo pueden leer aquí, disponible en PDF para que lo descarguen (si quieren).
Nos vemos la próxima para saber cómo continúa esta historia. Espero que les haya gustado.
Elżbieta
😘
………………………………………………………………………………………
Artículos relacionados: El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo I) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo II) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo III) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo IV) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo V)
0 notes
mejorunatraduccion · 5 years
Text
Novela traducida por capítulo: El billete de un millón de libras (Parte V)
ROPA NUEVA Por: Mark Twain Traducción: Elżbieta Bujakiewicz
Comencé a caminar de nuevo por las calles. Vi una sastrería. Quise comprarme ropa nueva, pero no tenía nada en el mundo, excepto un millón de libras. Pasé frente a la tienda, pero la tentación de entrar fue muy grande. Antes de entrar, pasé seis veces. —Me gustaría comprar un traje que sea poco llamativo —dije a varios empleados de la tienda. Finalmente, uno de ellos dijo: —Ya estoy con usted. Me llevó a una sala al fondo donde había un montón de trajes. Eligió el peor para mí. Me lo probé. No era de mi agrado ni mi talla, pero era nuevo. Lo quise. —¿Podría pagárselo dentro de unos días? No tengo cambio. El vendedor me miró de forma sarcástica y dijo: —Ah, ¿no tiene cambio? Bueno, claro, los caballeros como usted sólo tienen billetes grandes. Eso me molestó y dije: —No debería juzgar a un forastero por las prendas que lleva. Puedo pagar este traje, pero tengo un billete muy grande. —Por supuesto que podemos cambiar un billete grande —respondió. Le di el billete diciéndole: —de acuerdo, discúlpeme. Recibió el billete con una gran sonrisa, pero ésta se desvaneció al verlo. Se quedó inmóvil. Luego vino el propietario. —¿Qué sucede? —preguntó. —Nada, estoy esperando el cambio —dije. —Dale, Tod, dele el cambio. —«¡Dele el cambio!», es fácil decirlo, señor, pero mire el billete. El propietario lo miró e hizo un silbido. Luego empezó a buscar otro traje. —Tod es un imbécil, no sabe diferenciar entre un millonario y un vagabundo. Aquí está lo que buscaba. Por favor, sáquese ese traje y tírelo al fuego. Póngase esta camisa y estre traje. Lo hicimos para un príncipe extranjero, Su Majestad Serena, el Hospodar de Halifax. El pantalón le queda bien, el chaleco también, ahora la chaqueta… ¡Hombre, mírese ahora! Es perfecto. Quedé satisfecho. —Por ahora está bien —prosiguió—, pero permítame que le haga algo a medida. Tod, papel y lápiz. Pierna, 32… Antes de que yo dijera una palabra, él ya estaba encargando camisas, trajes y toda clase de cosas. Al final, dije: —Si no puede esperar indefinidamente a que le pague, no puedo encargar todo esto. —«Indefinidamente» es una palabra blanda, señor, una palabra blanda. «Eternamente» mejor, señor. Tod, envíe todo esto a la dirección del señor. Los clientes menos importantes pueden esperar. —Me voy a cambiar de domicilio. Vendré otro día y le daré la dirección. —Por supuesto, señor. Un momento, permítame que le acompañe. Que tenga buenos días.
………………………………………………………………………………………
📌 N. de la T.: iré actualizando esta novela dos veces por semana subiendo un capítulo nuevo.
El capítulo en su idioma original (inglés americano) lo pueden leer aquí, disponible en PDF para que lo descarguen (si quieren).
Nos vemos la próxima para saber cómo continúa esta historia. Espero que les haya gustado.
Elżbieta
😘
………………………………………………………………………………………
Artículos relacionados: El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo I) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo II) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo III) El Billete de un millón de libras, por Mark Twain (capítulo IV)
0 notes
mejorunatraduccion · 5 years
Text
Novela traducida por capítulo: El billete de un millón de libras (Mark Twain)
Traducción: Elżbieta Bujakiewicz
Tumblr media
Cuando tenía veintisiete años trabajé para una empresa de corredores de bolsa de San Francisco. Nuestra especialidad eran las minas. Me encontraba solo en el mundo y dependía de mi inteligencia y reputación. Pero me haría rico y aquel pensamiento me hacía feliz. Tenía libres las tardes de los sábados y solía ir a la bahía a navegar en un pequeño bote. Un día me alejé demasiado y fui arrastrado mar adentro. Ya había perdido toda esperanza hasta que un barco pequeño me rescató. Se dirigía a Londres. Fue un largo viaje y tuve que trabajar en el barco sin paga alguna.
Los dos hermanos Cuando llegué a Londres, mis prendas estaban en unas condiciones lamentables y sólo tenía un dólar en el bolsillo. Veinticuatro horas más tarde, no tenía nada para comer ni a dónde ir. Al día siguiente, a las diez de la mañana, caminaba por Portland Place cuando vi una pera en la calle. Me detuve y la observé. Quería comérmela, pero cada vez que intentaba tomarla, alguien me miraba y eso hacía que no me animara. Sin embargo, estaba tan desesperado que decidí perder la vergüenza y agarrarla. En ese momento, se abrió una ventana detrás de mí y un caballero dijo:
—Entre, por favor.
Un criado abrió la puerta y me llevó hasta una habitación lujosa, donde estaban sentados dos caballeros. El criado abandonó la habitación y yo me senté. Los restos de desayuno aún estaban sobre la mesa. Tenía mucha hambre, pero no me ofrecieron nada, de modo que sólo podía contemplarlos.
                   .......................................................................................
📌 N. de la T.: iré actualizando esta novela dos veces por semana subiendo un capítulo nuevo. 
El capítulo en su idioma original (inglés americano) lo pueden leer aquí, disponible en PDF para que lo descarguen (si quieren).
Nos vemos el miércoles para leer el capítulo dos de esta gran obra de Twain. Espero que les haya gustado. 
Elżbieta
😘
0 notes