#no voy a pedirle a nadie que me crea
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No Voy a Pedirle a Nadie que Me Crea (Fernando Frías de la Parra, 2023)
#no voy a pedirle a nadie que me crea#i don't expect anyone to believe me#i'm sorry fernando i tried#the visual part is as usual very captivating#the story... well it was probably really not my thing#very bleak in spite of the semi-comedic tone#films 2024#i made this#i just want a tag for the things i personally put out into the world
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#movie poster#art#graphic design#poster#moves#I Don't Expect Anyone to Believe Me#No voy a pedirle a nadie que me crea
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Título: No voy a pedirle a nadie que me crea
Autor: Juan Pablo Villalobos
Editorial: Anagrama
Un libro divertidísimo. De verdad tienen que leerlo. Es el segundo libro de Juan Pablo Villalobos que leo y este me gustó mas que el de "El pasado anda detrás de nosotros".
Tiene una forma de escribir maravillosa. Su narrativa está llena de recursos y humor. Yo me carcajeaba cada dos páginas y eso que se trata de una novela negra. Es una historia delirante de un Mexicano de Lagos de Moreno que se va a estudiar un doctorado en letras a Barcelona. O sea, la misma historia del otro libro, pero esta ocurre en Barcelona y no en Lagos. Y de hecho no es la misma historia, mas bien el mismo pretexto, que me imagino es autobiográfico, porque el autor es Mexicano radicado en Barcelona.
Sin duda buscaré sus otros libros. Me quedé picado. Han sido de esos libros que devoras, pero no quieres que terminen. Es un gran descubrimiento y una muy agradable sorpresa.
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Vista No voy a pedirle a nadie que me crea. Ciertas partes me han gustado como lo subrealista de todo lo que le ocurre al prota y otras me han parecido un bodrio principalmente lo relacionado con la novia del prota.
No he leído el libro y no se si es buena adaptacion, pero el final es demasiado rápido y tampoco me ha gustado :(.
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Lluvia de ideas
El árbol no cree que es árbol. El árbol solo es.
No creas, sé. Vive siendo.
No pensar en el deseo Pensar desde el deseo ya cumplido
Manifestar: traer a lo físico lo que ya existe
Cuano elimino el concepto de la distancia y el tiempos, obtengo lo que quiero aquí y ahora
La vida es un juego, un show, una obra de teatro. Por eso no hay que tomarla tan en serio.
Purificar el deseo:
Desapego al deseo
Restar importancia
Deseo del alma, no impuestos por el egregor
Fe Intención:
Te permites ser/hacer/tener
Te abres a recibir (no persigue)
Recibes lo que eliges: voluntad
Elijo y entro en el estado en el que quiero ser No es que "voy a ser" es ser, es convertirse en eso.
Nada externo a mí me hace daño
Todo lo que sirva para aliviar un dolor que no esté dirigido a la fuente de ese dolor, se puede convertir en adicción
No busques evidencia afuera, autorización. La evidencia está en ti, si resuena contigo síguelo.
Jacobo Grinberg
Las mismas herramientas que usan para prevenir la muerte, sirven para prevenir la vida
Soledad. Temblor
Estrés: extra. Pedirle al cuerpo hacer un extra
Otoño (averiguar)
Obligada a hablar. No respetar el silencio. Trauma de mi niña Ansiosa porque se siente obligada a hablar
Suelta espectativas, solo sé. Solo vive. Solo existe, no esperes nada de nada ni de nadie ni de ti misma. Solo abraza el presente. Eso es vivir en el presente, soltar todo.
Respira (libro)
Si te agotas cuando das, no estás dando del lugar correcto
Deo: viceras Ayunos. Para mejorarlo la flora
Dar libertad a mi cuerpo de sentir (sea bueno o malo)
Siento que no puedo, que no soy capaz de dejarme ser yo, o que ser yo no es suficiente para ser aceptada por él y por eso no me es fácil soltarlo.
Mucha mente. Ser más. No buscar evidencias de que soy aceptada. Si yo me acepto lo que es mejor para mi vendrá. Energía femenina.
Estoy basando la aprobación de mí misma con la aprobación de él. No me estoy disfrutando ni disfrutando el proceso por eso jasjas.
Siento que no merezco mucho, me da cosa hablar con hombres "exitosos" o muy cotizados porque me creo inferior.
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racha de pelis 2023
1- los visionadores 2- las fiestas 3- babylon 4- marley y yo 5- licorce pizza 6- thelma y louise 7- kinetta 8- la la land 9- whiplash 10- tar 11- el método tangalanga 12- imperio de luz 13- tirangle of sadness 14- masculino femenino 15- el pañuelo de clarita 16- la mujer sin cabeza 17- medianeras 18- rashomon 19- infinity pool 20- the daytrippers 21- the dirties 22- the naked kiss 23- candy land 24- xxy 25- cabo de miedo 26- una habitacion simple (c) 27- 147 a toda marcha (c) 28- dónde está marie anne? (c) 29- fuego en el mar (c) 30- la mánica (c) 31- una aprendiz invisible (c) 32- mensaje urgente desde el sur acerca de una invasión inminente (c) 33- tiempo de revancha 34- lugares comunes 35- cinco diablos 36- shortcuts 37- punch-drunk love 38- clorindo testa 39- el ansia 40- a film about studio electrophonique 41- nightclubbing 42- contunuum (c) 43- ultimo recurso 44- the innocents 45- un andatinto 46- la haine 47- a fistful of dollars 48- el tropezón (c) 49- fast times at ridgheston high 50- picnic at the hanging mountain 51- the lady vanishes 52- when harry met sally 53- spiderverse 2 54- spiderverse 2 55- suspiria 56- flash 57- i like movies 58- siete psicopatas 59- aballay, el hombre sin miedo 60- los guantes mágicos 61- cría cuervos 62- elvis 63- stranger than paradise 64- barbie 65- terror en la ópera 66- yo mate a antoine doinel 67- asteroid city 68- mundo grúa 69- 8 million ways to die 70- talk to me 71- la ricotta 72- beau is afraid 73- to live and die in LA 74- la muerte no existe y el amor tampoco 75- el conde 76- panchos (c) 77- the swimmer 78- gilda 79- opening night 80- the killing of a chinese bookie 81- spring breakers 82- faces 83- the shining 84- madre del vinagre (c) 85- últimos atardeceres (c) 86- ley primera (c) 87- raging bull 88- extraña forma de vida (c) 89- temporada de patos 90- al ritmo del caos (c) 91- humedad (c) 92- bitácora (c) 93- mal trago (c) 94- epílogo (c) 95- wild at heart 96- amores como el nuestro (c) 97- blue jeans (c) 98- el conformista 99- los paranoicos 100- maricomio (c) 101- se dice vulva (c) 102- arturo a los 30 103- transit 104- hace mucho que no duermo 105- as bestas 106- caballo salvaje 107- el cisne (c) 108- veneno (c) 109- el desratizador (c) 110- the wonderful story pf henry sugar (c) 111- the royal tenembaums 112- the killers of the flower moon 113- cicatriz (c) 114- con amor (c) 115- the killer 116- el rapto 117- elena sabe 118- un viento que arrasa 119- los colonos 120- la práctica 121- no voy a pedirle a nadie que me crea 122- el ague humano 3 123- cuando acecha la maldad 124- la sociedad de la nieve 125- la chimera 126- poor things 127- high and low 128- fallen leaves 129- the zone of interest 130- ven a mi casa esta navidad 131- buenos dias 132- carretera asfaltada en dos direcciones 133- contacts (c) 134- cuento de verano 135- los mocosos (c) 136- los traidores 136- hannah y sus hermanas 137- priscilla
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DISCERNIMIENTO
Estuve pensando en cómo una aprende. La gente dice que no hay que criticar ni juzgar la vida de los demás pero es a través de ese acto donde una aprende más. ¿Cómo voy a saber lo que quiero y lo que no quiero si no es través del contraste? Necesito observar y analizar críticamente la vida del otro. ¿Cómo voy a tener discernimiento si no pongo en práctica mi pensamiento crítico?
Al observar la vida del otro, sus actos, sus sentimientos, su razonamiento y su historia, es como yo aprendo más. Si no me gusta nada su vida es una señal de que ese no es mi camino, por lo tanto, no voy a repetir sus patrones de comportamiento. Siguiendo la misma lógica con la vida de aquella persona que sí me gusta. Pero no se trata de repetir sus actos, sino de inspirarse en ellos, no se tata de idolatrar sino de admirar y soltar cuando sea el momento de hacerlo, aprender de esa persona lo necesario, agradecerle y continuar. No casarse con una idea, un sentimiento, una persona… No atarse jamás -figurativa y literalmente-.
Todos aprendemos y enseñamos a la vez. Somos espejos. A veces de forma directa y otras no tanto. Si yo quiero tener una bonita relación de pareja -sana y pura- no voy a seguir el ejemplo, mucho menos pedirle consejo, al infiel, al tóxico, al controlador, al dependiente emocional o al desapegado… porque son la demostración de todo lo que no quiero. De esa forma aprendo de ellos y es así como ellos enseñan. Así aprendemos/enseñamos por contraste.
Esto no es condenarlos, no se trata de decirles en la cara que sus vidas son una porquería, que están equivocados y deberían hacerlo de otra forma; lo que yo pienso de ellos es mi verdad, no la suya, es mi opinión, no la suya. Claro que cuando tenés cierto vínculo afectivo con la persona sentís la necesidad de “salvarlo”. Pero no podemos hacer eso, no podemos salvar al otro y menos si no quiere ser salvado. Cada quien, de forma particular, es el héroe o heroína de su propia vida, sin embargo, creo también que nadie se salva solo. Necesitamos acompañarnos más no darnos “recetas mágicas”. Se trata de prueba y error, de comprensión y compasión, de amor y perdón.
Se trata de pedir ayuda cuando es necesario y brindarla cuando sea solicitada y estemos capacitados para ello, claro. La ayuda varía muchísimo dependiendo la situación, la necesidad y la persona. Puede ser a través de un abrazo, de una mirada, de un consejo, de simplemente estar ahí presente y escuchar, de brindar ayuda económica, pedagógica, sanitaria, etc. Pero OJO, el balance es imprescindible, la sabiduría -que se adquiere con el tiempo- es importante. No se trata de ser un mártir que se sacrifica por todo el mundo, eso es inmadurez, falta de discernimiento y falta de amor propio ¿dónde quedo yo entonces? Dependiendo la situación (tuya y del otro) es necesario poner barreras, es necesario también decir NO. Otra vez, no podemos salvar a todo el mundo ¿quién me salva a mí?, si me la paso “salvando” a todo el mundo ¿cuándo me salvo a mí misma/o? Por ello trabajar en el balance interno y externo es importante, saber cuándo decir que sí y cuando decir que no. No irse a los extremos, esa es la clave. Encontrar y trabajar en tu centro de la balanza… que nunca es un balance inmóvil, siempre estamos oscilando entre un lado y otro, entre amor y odio (falta de amor), entre luz y oscuridad (falta de luz), entre bondad y maldad (falta de bondad).
No creas que permanecer en el centro significa “tibieza”, que significa arbitrariedad, de extrema subjetividad, de que “todo es bueno y malo”, o peor, que todo es bueno. Eso es inmadurez espiritual. El balance es particular a la persona, vos tenés que trabajar en tu propio balance, desde tu estilo vida, tus creencias, tus posicionamientos, tus valores, tus metas, etc. Solo vos decidís que está bien y mal en tu vida, a qué le decís que sí y a qué le decís que no. No sé si me doy a entender… Lo esencial de mi idea es que no hay recetas mágicas, no hay pasos estrictos a seguir, no caigamos en el dogma que solo nos lleva a crisis existenciales porque estos no se ajustan a nuestras necesidades. La ayuda es personalizada, por decirlo de alguna manera; lo que te digan, lo que leas, lo que practiques adaptalo a tu vida. Si te dan pasos a seguir -que son necesarios porque no podemos cortar camino ni tomar atajos puesto que, repito, te llevan a crisis existenciales- adaptalos a tus necesidades, a tus tiempos, a tus circunstancias, etc.
“Juzgar” a los demás desde una posición crítica, sincera, flexible, coherente, objetiva y sumamente subjetiva a la vez, es la mejor forma de ejercitar nuestro discernimiento, es la mejor forma de adquirir sabiduría, de madurar… Es una crítica interna/personal para el trabajo (balance/sanación) interno. Para crecer en consciencia. Para ser felices y hallar esa paz y tranquilidad que todos en el fondo añoramos.
-AV
#autoría -> AV#pienso ... escribo#¿qué opinas?#te leo#discernimiento#ideas#aprender y enseñar#filosofía#balance#trabajo interno#pensamientos#crecimiento espiritual#ley de espejo#contraste#espiritualidad#reflexiones#texto#español#escritos#textos en tumblr
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No voy a pedirle a nadie que me crea (2023)
I Don’t Expect Anyone to Believe MeJahr: 2023 Genre: Comedy / Drama Regie: Fernando Frias Hauptrollen: Juan Minujín, Dario Yazbek Bernal, Anna Castillo, Natalia Solián, Alexis Ayala, Juan Carlos Remolina, Jelen Garcia, Giovanni Conconi, Clara Roquet, Angel Zermen, Darío Rocas, Alba Ribó, Rosa Rovira, Natàlia Planell … Filmbeschreibung: Der junge mexikanische Autor Juan Pablo (Darío Yazbek…
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#dolores huerta#guadalajara#guadalajara film festival#gregory nava#krystall poppin#ximena urrutia#arturosampson#eugenio caballero#raiza licea#ruben navarro#jesus more#eugenio stiller
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'No Voy a Pedirle a Nadie que me Crea' | Avance oficial
Mira el primer avance oficial de 'No Voy a Pedirle a Nadie que me Crea', la nueva película de Fernando Frías de la Parra.
Netflix acaba de lanzar el primer avance oficial de No Voy a Pedirle a Nadie que me Crea, la nueva película de Fernando Frías de la Parra, el director de Ya No Estoy Aquí la cual fue toda una sensación hace ya un par de años cuando se estrenó en la misma plataforma. Su nueva película es una adaptación de la aclamada novela homónima de Juan Pablo Villalobos que al parecer su peculiar historia…
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#Cine Mexicano#Darío Yazbek Bernal#Fernando Frías de la Parra#Juan Daniel García Treviño#Natalia Solián#Netflix
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Una hermosa noche
El otro día me compré una camisa con bolsillos internos. Esta nueva modalidad, de vender camperas y camisas con bolsillos internos es con la finalidad de evitar los robos de celulares. Claro, cualquiera lo sabe. Entonces, iba caminando y vi una hermosa camisa de jean y entré a preguntar. Por supuesto, lo primero que me fijé era si tenía esos bolsillos; y efectivamente, sí. Esa camisa la voy a poder usar tanto en invierno como en verano. La llevé, la usé, hasta que ayer, que volví a ponérmela, metí mí mano en el bolsillo de los costados y toqué mi celular. Entonces dije: «¡cómo puede ser que puse el celular en el bolsillo del costado, cualquiera me puede meter la mano y robarme el celular!». Pero la cuestión fue que hicieron una entrada desde el bolsillo externo hasta el bolsillo interno, ambos conectados. Al principio yo dije lo que cualquiera diría: «¿puede ser esta gente tan tonta como para no saber la finalidad de los bolsillos internos?». Pero la respuesta no era tan básica, porque yo pienso que está hecho intencionalmente, aunque no lo creas, para ayudar a los ladrones. Y ese es el mundo en el cual vivimos, rodeados de una izquierda que nos oprime.
Ayer salí de compras. Estas cortas vacaciones que me tomé, que en realidad son un conjunto de licencias y paros, las destiné a varias cosas. El miércoles a mis clases de piano; jueves hice un trámite en Obsba para mis várices y pasé por la dietética a comprar varios alimentos; viernes fui a la mezquita; sábado salí con una amiga y la amiga de ella; y ayer..., de ayer quiero hablar...
Bueno. Separé un párrafo para llegar a ayer, que salí de compras al centro comercial. La verdad que la pasé lindo, porque estoy comenzando a disfrutar de mi soledad. El mundo está loco y en la única persona que puedo confiar es en mí. Después me vine caminando, con mis bolsas de regalo. En realidad me compré varios regalos. No puedo contarte, por una medida de seguridad. No puedes publicar en las redes sociales nada de lo que tienes ni nada de lo que compras. Pero me sentí bien. Venía caminando con mis bolsitas de regalo, como una niña alegre. Bamboleaba las bolsas y en la calle no había nadie. Y me dije: «bueno, Hala, no tienes a nadie, pero te tienes a ti misma». No había nadie en la calle. Pasó un hombre y me miró, entonces me fui para el lado del pavimento y me daba vuelta para observarlo, que no me siguiera. Filmé un vídeo de mi frutilla con su música y seguí caminando. La noche hermosa y mis bolsitas de regalo, tan lindas. Disfruté de mi soledad, porque si has quedado solo en el mundo, igual te tienes a ti. Tú eres una persona que debes valorarte.
Ayer vi un video de Corea del Sur, un país en donde se generalizó las operaciones de cirugía plástica. Y es un país con un alto índice de suicidio. Y yo pienso que no quererse feo es no quererse. Yo me quiero así como estoy. Tal vez me haría pequeñas cosas como tratamientos de la piel o el cabello, pero no cirugías estéticas. Y pienso que mucha gente no se quiere a sí misma. Y en eso pensaba, cuando venía con mis bolsas de regalo. El vendedor me preguntó si lo quería para regalar y le dije que sí, que me lo autoregalaba. Compré muchas cosas, porque cobré las horas que me debían de incremento de horas hace más de un año y medio. Claro, no gané la lotería, ja, ja, ja.
Y ese es el broche de oro que ayer descubrí. Salí sola y disfruté de la noche. El cielo con nubes, mis bolsas de regalo, la calle, mi Tik Tok. ¡Qué más puedo pedirle a la vida! Fue una noche hermosa, una salida con mi fiel y leal compañera, mi soledad. Y fue una noche hermosa. Al llegar a casa me tomé un café con leche y un chocolate.
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La verdad tiene estructura de ficción
Lacan
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En serio que yo no quiero que te chinguen, primo, tienes que creerme, yo todo lo hice por tu bien, no sabes lo preocupados que estaban tus papás porque hacías puras pinches pendejadas, cómo ibas a hacerle para progresar en la vida si te dedicabas a investigar la influencia de un pinche escritor muerto en los libros de otro pinche escritor muerto. Nadie te va a dar dinero por eso, pinche primo, tienes que reaccionar, los chingadazos en la vida real están de la chingada y tú pareces que no quieres enterarte de que existe la realidad, y no nada más esa pinche simulación de la literatura.
Juan Pablo Villalobos — No voy a pedirle a nadie que me crea
#Villalobos#juan pablo villalobos#no voy a pedirle a nadie que me crea#anagrama#literatura#literatura mexicana#narrativa
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@goosemixtapes tagged me to post my top books of 2022 so far :) ty max ily
1. when i sing, mountains dance by irene solà, translated from the catalan by mara faye lethem - you have all probably seen me mention this book before, but it completely blew me away. it’s loosely centered around two families in the rural pyrenees but the chapters are narrated not only by various characters, but by mushrooms, storm clouds, dogs, etc… it sounds weird but it’s so well-written & translated, so interesting, and the last chapter is incredible. begging everyone to read it. if this gives you any idea of how much i loved it: two months after i finished reading it, i forced my mom to leave my soccer game early & drive to a book fair to hear the author speak & have her sign my copy. i told her it was one of my favorite books ever.
2. brickmakers by selva almada, translated from the spanish by annie mcdermott - this is inspired by r&j and set in rural argentina. it’s violent and painful and a quick read and soooo good. i read it on a plane in one sitting and when i finished it i just had to sit there staring into space for 30 minutes to process it. definitely try & check content warnings if you’re interested (i can also elaborate if needed) but it’s great
3. labyrinths by jorge luis borges, translated by the spanish from [idk and can’t find my copy rn sorry]- man. both my dad and my spanish teacher used to tell me borges was super difficult (and i get it!), which is why i picked this up in english not spanish, but… wow. he’s famous for a reason. the concepts in his stories and essays are incredibly interesting, and it’s definitely something i hope to revisit when i’m older so that i can get more out of it
4. chilean poet by alejandro zambra, translated from the spanish by megan mcdowell- i am an alejandro zambra fan through and through so i was super excited to read this!! probably not my favorite book of his (multiple choice <3) but still very well-crafted, deceptively simply told, and as always… fathers and sons… they get to me
5. los detectives salvajes by roberto bolaño - this book is VERY long and VERY weird, and i don’t know if i genuinely liked it this much or if i just spent so much time with it i got attached. i remember feeling meh for the first ~200 pages, but once i started really thinking about ulises + belano searching the globe for a writer, just as the narrator searches for them, i got into it. it made me want to read 2666 at some point!!
6. formas breves by ricardo piglia - much shorter than los detectives salvajes haha! this was mostly literary criticism/commentary with a little fiction but i genuinely enjoyed it a lot, plus piglia talked about a couple different writers from argentina that i now want to check out! reading list material hehe :)
7. a ghost in the throat by doireann ní ghríofa - i read this way back in early january, so my memory isn’t quite as sharp, but this is sort of a novel-memoir of an author and mother who becomes fascinated by an 18th century irish nobleman/mother/poet (eibhlín dubh ní chonaill). super interesting!!
8. translating myself and others by jhumpa lahiri - i found these collection of essays, most about lahiri’s ideas on translation after beginning to translate from italian, & since i like the concept of translation & translated literature this was fun for me
9. no voy a pedirle a nadie que me crea by juan pablo villalobos - this was another weird one, i’m not gonna lie, but the way in which it’s told is cool & i found the tone — unsettlingly sarcastic and funny, given that it’s literally about a guy getting blackmailed by a criminal organization — fascinating.
i think a lot of ppl have been tagged already but i will tag @tucurui @rothko @metaphysical-cheese @sofyarostova & honestly anyone else if you want to do it!!
#this was honestly hard bc after the first 3 or so i was kind of just making up an order for books i liked#but genuinely#i loved the first two of these soooo much#she speaks.l#tag games#also i kind of rambled on a lotttt hshshhshs#also dee and wren i could not remember if i’d seen you tagged or if you had done this so pls disregard if so?#also if you’re wondering why i didn’t read brixkmakers and chilean poet in spanish. Look.#sometimes i get tired. there’s so much latin american lit i want to read and only so much time and sometimes my brain cannot handle reading#it All in spanish bc it just takes too long!!#but now i do own brickmakers in spanish so i’ve been thinking of rereading it
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racha de pelis 2023
1- los visionadores
2- las fiestas
3- babylon
4- marley y yo
5- licorce pizza
6- thelma y louise
7- kinetta
8- la la land
9- whiplash
10- tar
11- el método tangalanga
12- imperio de luz
13- tirangle of sadness
14- masculino femenino
15- el pañuelo de clarita
16- la mujer sin cabeza
17- medianeras
18- rashomon
19- infinity pool
20- the daytrippers
21- the dirties
22- the naked kiss
23- candy land
24- xxy
25- cabo de miedo
26- una habitacion simple (c)
27- 147 a toda marcha (c)
28- dónde está marie anne? (c)
29- fuego en el mar (c)
30- la mánica (c)
31- una aprendiz invisible (c)
32- mensaje urgente desde el sur acerca de una invasión inminente (c)
33- tiempo de revancha
34- lugares comunes
35- cinco diablos
36- shortcuts
37- punch-drunk love
38- clorindo testa
39- el ansia
40- a film about studio electrophonique
41- nightclubbing
42- contunuum (c)
43- ultimo recurso
44- the innocents
45- un andatinto
46- la haine
47- a fistful of dollars
48- el tropezón (c)
49- fast times at ridgheston high
50- picnic at the hanging mountain
51- the lady vanishes
52- when harry met sally
53- spiderverse 2
54- spiderverse 2
55- suspiria
56- flash
57- i like movies
58- siete psicopatas
59- aballay, el hombre sin miedo
60- los guantes mágicos
61- cría cuervos
62- elvis
63- stranger than paradise
64- barbie
65- terror en la ópera
66- yo mate a antoine doinel
67- asteroid city
68- mundo grúa
69- 8 million ways to die
70- talk to me
71- la ricotta
72- beau is afraid
73- to live and die in LA
74- la muerte no existe y el amor tampoco
75- el conde
76- panchos (c)
77- the swimmer
78- gilda
79- opening night
80- the killing of a chinese bookie
81- spring breakers
82- faces
83- the shining
84- madre del vinagre (c)
85- últimos atardeceres (c)
86- ley primera (c)
87- raging bull
88- extraña forma de vida (c)
89- temporada de patos
90- al ritmo del caos (c)
91- humedad (c)
92- bitácora (c)
93- mal trago (c)
94- epílogo (c)
95- wild at heart
96- amores como el nuestro (c)
97- blue jeans (c)
98- el conformista
99- los paranoicos
100- maricomio (c)
101- se dice vulva (c)
102- arturo a los 30
103- transit
104- hace mucho que no duermo
105- as bestas
106- caballo salvaje
107- el cisne (c)
108- veneno (c)
109- el desratizador (c)
110- the wonderful story pf henry sugar (c)
111- the royal tenembaums
112- the killers of the flower moon
113- cicatriz (c)
114- con amor (c)
115- the killer
116- el rapto
117- elena sabe
118- un viento que arrasa
119- los colonos
120- la práctica
121- no voy a pedirle a nadie que me crea
122- el ague humano 3
123- cuando acecha la maldad
124- la sociedad de la nieve
125- la chimera
126- poor things
127- high and low
128- fallen leaves
129- the zone of interest
130- ven a mi casa esta navidad
131- buenos dias
132- carretera asfaltada en dos direcciones
133- contacts (c)
134- cuento de verano
135- los mocosos (c)
136- los traidores
136- hannah y sus hermanas
137- priscilla
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Clases de Seducción II, parte 3: Castigo
Temporada 1
Temporada 2: Parte 1, Parte 2.
—¿Estás seguro que quieres ir con nosotros? —le preguntó Daniela a Sebastian sobre el paseo a Hornitos con su grupo de la infancia, que incluía a Felipe—, ¿aunque sepas que va a estar el Rube con el Pipe?
Daniela había cambiado su postura respecto a la situación de Sebastian con Rubén. Si bien en un principio le había recomendado a Sebastian que luchara por Rubén, ahora era más cautelosa y pensaba que era tiempo de asumir que la relación con Felipe ya iba en serio.
—Si, Dani —insistió Sebastian—. Y no creas que voy a intentar hacer algo para que el Rubén esté conmigo. Respeto su relación. Solo quiero disfrutar mis últimas semanas y pasar el mayor tiempo posible con mi mejor amigo.
—Bueno, si tu lo dices —aceptó Daniela—. Yo soy feliz si tú eres feliz.
Sebastian había estado muy mal anímicamente las últimas semanas. Al ver a Rubén desarrollando una relación de pareja con Felipe, viviendo su propia sexualidad con libertad, mientras él tenía que seguir reprimiéndose y con la expectativa de tener que irse a hacer el servicio militar, lo hacía sentir como si nunca lograría ser realmente feliz.
Este sentimiento se lo dijo a Rubén en un momento de debilidad emocional, después de haberse esforzado tanto por convencerlo de que realmente era hetero, y que incluso estaba en “algo” con Daniela (algo que a ella no le agradó mucho), para que su amigo no se preocupara si su amistad podía afectarle. En realidad lo afectaba, pero no quería alejarse de él.
Aunque trataba de expresar todos sus sentimientos en el diario, sentía que no estaba sirviendo de mucho. En un principio pensó que le serviría para canalizar sus emociones de una forma positiva, pero hasta el momento sentía que solo lo hacían mantener sus frustraciones más frescas en su mente. A pesar de eso, continuaba escribiendo igualmente, porque sentía que debía terminarlo, por Rubén.
Al final igual fue a Hornitos a pasar el tiempo con Daniela y sus amigos, y así aprovecharía de ver a Rubén.
—No te voy a andar dando besos, para que sepas —le aclaró Daniela—. A mi me da lo mismo, porque de verdad me gustan tus besos y todo lo demás que hemos hecho antes —Sebastian sonrió, encantado por el cumplido—, pero creo que no te haría bien. Solo te estaría ayudando a engañarte a ti mismo.
Sebastian se sintió regañado, pero sabía que Daniela tenía razón.
En un principio Sebastian aceptó ir pensando que podría disfrutar de forma positiva el viaje, pero no hizo más que empeorar su estado emocional a cada minuto. Al enterarse que Rubén ya estaba pololeando oficialmente con Felipe, terminó gritándole a su mejor amigo lo que de verdad sentía por él, (aunque Rubén después no recordaba nada); luego terminó enojándose con Rubén por su pasividad respecto al comportamiento de Felipe, que había invitado a su ex Alan y se había visto muy cómodo a su lado.
Después de eso, mientras estaban en la playa durante la noche alrededor de una fogata, Sebastian se alejó hacia los roqueríos para orinar, y se cruzó con Alan, que venía de regreso.
—Oye, eres Seba, ¿cierto? —le preguntó Alan, algo nervioso.
Sebastian asintió simplemente. No tenía ganas de conversar con nadie, ya que seguía frustrado por toda la situación con Rubén.
—Oye, te quería preguntar algo —Alan se notaba nervioso, pero tenía una sonrisa muy agradable. Sebastian nuevamente asintió—, ¿tú tienes algo con Rubén o…?
A Sebastian le entró un terror tan inmediato con la pregunta que ni siquiera lo dejó terminar, y lo disfrazó con rabia.
—¿Por qué me preguntas por él? —le gritó Sebastian—, ¿acaso no te basta con venir a huevear con el Felipe que también te lo quieres pololear a él?
Sebastian le dio un empujón sin mucha fuerza y luego pasó de largo hacia las rocas. Caminó unos diez metros y se detuvo, completamente arrepentido por su reacción.
Se sintió pésimo. Se llevó las manos a la cara, y notó que estaba temblando. Respiró hondo, y luego se volteó a pedirle perdón a Alan.
Miró en dirección a la fogata, y notó que el muchacho no estaba ahí. Luego dirigió su vista hacia la cabaña, y divisó una silueta que estaba a medio camino hacia el lugar. Caminó en dicha dirección para alcanzar a Alan y ofrecerle disculpas.
Le sorprendió lo rápido que había caminado Alan por la blanda arena, por lo que le fue imposible alcanzarlo en el camino.
Al llegar a la cabaña lo buscó en el primer piso y notó que no estaba, así que subió directamente a su dormitorio, donde supuso que estaría. Dio dos golpes en la puerta de la habitación que había compartido Alan con Anita e Ingrid la noche anterior.
—Quería pedirte perdón por mi reacción —dijo Sebastian, antes de abrir la puerta sin esperar respuesta. Alan estaba sentado en el costado de la cama con la cara entre las manos—. Yo sé que no tiene justificación que haya reaccionado así, pero estoy hecho un desastre.
La voz se le quebró, pero no tenía ganas de llorar, o al menos eso él creía. Se paró al lado de Alan, quien levantó la mirada revelando que tenía los ojos llorosos. Lo miró por unos segundos y se puso de pie para abrazarlo.
El abrazo de ese virtual desconocido liberó en él toda la frustración que llevaba acumulando desde hace semanas, y lloró con él.
Si bien con Daniela conversaba mucho respecto a sus sentimientos por Rubén, le costaba aún abrirse por completo con ella porque sabía que también le afectaba su estado sentimental por el pasado que ambos compartían, aunque ella tomó una postura bastante madura al respecto, y estaba agradecido por eso.
Sin embargo, estar junto a Alan, que no tenía ningún tipo de historia con él, aparentemente igual de vulnerable que él, le permitió dejar salir a flote sus emociones, por muy confusas que éstas fueran.
Después de varios segundos que se sintieron como largos minutos de alivio emocional, Alan se separó de él, aún con los ojos rojos por el llanto. Sebastian estaba seguro que sus ojos estaban igual que los de Alan.
—Disculpa —le dijo el muchacho—, no soy de andar abrazando gente y llorar con ellos.
—Yo tampoco —coincidió Sebastian—, pero al parecer se nos da bien —bromeó para alivianar el ambiente—. Y tampoco soy de andar gritando ni empujando a la gente.
—Somos un desastre —se rió Alan.
Sebastian dio un suspiro tembloroso producto del llanto, y se secó las lágrimas que tenía aún en las mejillas.
—Tú no te ves como un desastre —le dijo Sebastian, refiriéndose a que no le daba la impresión de estar tan mal emocionalmente.
Alan sonrió sonrojado, y ambos se quedaron mirando en silencio por un par de segundos. Luego Alan se acercó rápidamente a Sebastian para darle un beso en los labios.
Sebastian se quedó inmóvil, con los ojos abiertos. Alan separó brevemente sus labios de los de él, pero luego volvió a besarlo, al notar que no oponía resistencia.
Sebastian cerró los ojos y se dejó llevar por los besos de aquel desconocido, pensando que, quizá, estar con alguien más le serviría para olvidar a Rubén, para superarlo.
Siempre pensó que, si alguna vez superaría su enamoramiento por su mejor amigo, sería con una chica, y que esa chica sería Daniela, pero al parecer, estaba poniendo sus fichas en la mesa equivocada.
Quizá Rubén no era el único chico que podía sacudir su mundo por completo, y todo el universo se había confabulado para que él estuviera ahí en Hornitos esa noche, en ese dormitorio, junto a Alan, el segundo chico a quien besaba en su vida.
En menos de cinco minutos estaban acostados sobre la cama completamente desnudos, Alan encima de Sebastian, llevando las riendas de la situación con su menudo cuerpo.
Lamentablemente, tras la relación sexual, Sebastian se dio cuenta que ese no era un plan diseñado a la perfección por el universo, y que Alan no era la persona que lo haría olvidar a Rubén, o al menos, no esa noche.
Estuvo en todo momento pensando en Rubén. Cada vez que cerraba los ojos, veía a su mejor amigo en su mente, haciendo todo lo que en ese momento estaba compartiendo con Alan.
Un silencio incómodo reinó el dormitorio una vez terminado el acto, y Sebastian sospechó que Alan estaba en su misma sintonía.
—¿Qué te pareció? —le preguntó Sebastian, dubitativo, a su compañero de esa noche.
Alan no respondió, solamente soltó una risita nerviosa.
—¿Crees que no debimos hacerlo? —inquirió Sebastian, y Alan asintió, tapándose la cara con la mano—. Tranquilo. Pienso lo mismo —le dijo, acariciándole el brazo.
—Me siento tan imbécil, ¿sabes? —le dijo Alan, mirándolo finalmente a los ojos—. Llevo tanto tiempo tratando de superar a Felipe, pero no puedo. Cuando me invitaron no quería venir porque sabía que me iba a pasar esto, sabía que me iba a volver a enganchar de él, y es porque nunca logré superarlo.
—¿Y por qué no lo has superado? —quiso saber Sebastian, curioso porque a su entender, ya llevaban más de un año separados.
—No sé —respondió Alan dándole un golpe al colchón—, quizás por la forma en que terminamos, sentí como que me quiso excluir de todo lo que él estaba pasando, como que se quiso enquistar y sufrir solo, pero yo quería estar ahí para él. Quería que saliéramos juntos adelante —dio un largo suspiro—. Y bueno, él fue mi primer todo —bajó la vista como si le diera vergüenza decirlo—. Te juro que pensé que él seguía soltero, y que me habían invitado para ver si había alguna posibilidad de retomar lo nuestro; y yo iluso también pensé que tendría la fuerza suficiente para decirle que no en ese caso. Quedé como un payaso en todos mis pronósticos.
Sebastian se rió.
—A mí me pasa con el Rube —compartió Sebastian.
—Es lindo él —comentó Alan a modo de cumplido—, se nota que es una buena persona.
—Es la mejor persona que conozco —respondió Sebastian con orgullo—. El año pasado tuvimos… algo —dudó en cómo describir lo suyo con Rubén ya que ni siquiera habían tenido una relación formal—, y siento que aún no lo supero. De estúpido que soy perdí mi oportunidad de concretar algo con él, pero quedé mal mentalmente. No es que él me haya dejado así —aclaró—, sino por cosas familiares y personales, todo esto del descubrimiento propio y la discriminación…
—Entiendo —coincidió Alan.
—Vida de mierda.
—No sé cómo es tu vida, tu entorno familiar ni nada de eso —comenzó diciendo Alan con cautela—. Por lo que me dices, intuyo que no tienes la mejor red de apoyo del mundo, pero ojalá que pronto puedas vivir un poco más libremente.
Sebastian le agradeció solo con la mirada.
Después de unos segundos de silencio, que por muy extraño que le pareciera a sebastian, no lo sintió incómodo, ambos comenzaron a vestirse para volver a la playa con el resto del grupo.
—Oye, por si acaso, igual estuvo bueno, y tu eres muy guapo —quiso aclarar Alan—. El problema no eres tu, soy yo, por muy cliché que suene.
Sebastian se rió.
—Lo mismo para ti.
Previo a esa noche, Sebastian siempre pensó que lo suyo con Rubén era algo exclusivo, que solo por él podía desarrollar sentimientos románticos, pero no por ningún otro chico.
Ahora, a pesar de que no se sentía atraído emocionalmente a Alan, se cuestionó si efectivamente su confusión del último tiempo con Rubén podría ampliarse a todo el género masculino.
Comenzó a preguntarse si, al haber sido capaz de tener relaciones sexuales con otro chico sin ningún tipo de conexión emocional, ¿era realmente gay?, ¿o acaso la excitación sexual obedecía a un estímulo físico y no tenía nada que ver con su orientación sexual?
Si bien, después de esa experiencia con Alan quedó mucho más confundido respecto a su identidad que antes, sintió algo de satisfacción al saber que no estaba solo. No era el único que estaba pasando por lo mismo, y sintió que fue relajante, por algunos minutos dejar de fingir, hacer como si todo estuviera bien, pretendiendo que sus sentimientos van en otra dirección para que su mejor amigo pudiera vivir en paz con su pareja.
Al llegar al primer piso Alan le dijo que se quedaría unos minutos para que no sospecharan nada los demás, así que Sebastian volvió a caminar hacia la playa en completa soledad.
Sebastian se despertó a las cinco de la mañana y no logró volver a conciliar el sueño. La cabeza le daba vueltas a la conversación que había tenido con Simón la noche anterior, y al sueño que había tenido producto de ello: Estaba de pie en medio del patio, desnudo y con las manos y los pies atados. Frente a él se encontraba Simón, liderando a todos los soldados, quienes lo miraban con asco.
—Este hueon es el maricón —les decía Simón a sus compañeros, apuntando a Sebastian.
Simón entonces se acercó a Sebastian y lo pateó en las costillas, tumbándolo de costado en el frío suelo de cemento. Luego el resto de sus compañeros se unieron a Simón y lo patearon, completamente indefenso. El dolor en el sueño era tan fuerte que no tenía forma de sospechar que no era real.
Luego los soldados lo apuntaron con sus rifles y esperaron la señal de Simón para abrir fuego. En ese momento Sebastian despertó con el corazón latiéndole a mil por hora.
Tras estar alrededor de unos veinte minutos acostado, mirando el techo, sin siquiera intentar volver a dormir, Sebastian se levantó y fue a ducharse, aprovechando su soledad.
La mente seguía dándole vueltas a la frase de Simón. “¿Cómo lo sabe?”, se preguntaba Sebastian, y no podía creer que su orientación sexual se notara tan a simple vista, sobretodo porque ni siquiera estaba seguro aún de cuál era su orientación sexual.
Se le pasó la idea por la mente que quizás Simón le estaba tendiendo una trampa, para hacer que lo admitiera y así poder sacarlo del closet frente a todos, ya que a él tampoco le daba la impresión que Simón fuera gay, y solo pensar en eso le daba un terror tremendo.
Gracias a lo rápido que trabajaba su mente tratando de darle sentido a los hechos de la noche anterior, pudo mantener la cabeza ocupada y así logró soportar un poco mejor la fría ducha.
Salió de la ducha cuando los soldados más madrugadores se estaban levantando. Se vistió rápidamente y salió al patio. Necesitaba estar solo, aunque eso significara tener que soportar el frio de la intemperie.
Vio cruzar al Teniente Guerrero junto a los Cabos desde el pabellón donde dormían hacia las barracas. Ya faltaban veinte minutos para las seis de la mañana, y tenían que ir a despertar a los soldados para que estuvieran formados a la hora en punto.
Sebastian miró al Teniente, quien le devolvió la mirada fulminándolo. “Viejo culiao”, pensó Sebastian. El desagrado era mutuo, al parecer.
Cuando el reloj marcó las seis en punto y estaban todos formados, Guerrero se dirigió en primer lugar a Sebastian.
—¡Soldado Guerrero! —gritó el Teniente de repente, sorprendiendo a Sebastian.
—¿Sí, Teniente? —dijo en voz alta Sebastian, sin gritar ni agregar el pronombre posesivo antes del grado.
—¡¿Por qué se fue a dormir anoche antes de terminar su guardia?! —Guerrero le gritaba como si lo hubiera atacado personalmente a él.
Sebastian se sorprendió por la pregunta. Sabía que había hecho mal en ir a acostarse tras la conversación que tuvo con Simon, pero pensó que Guerrero no se enteraría.
—Porque tenía sueño —respondió simplemente Sebastian, pretendiendo sonar desinteresado.
—¡No lo escucho! —le gritó nuevamente, con los ojos casi saliéndose de sus orbitas.
—¡Porque tenía sueño le dije! —Sebastian levantó la voz e insistió en su excusa.
—¡Le recuerdo que esto no es un hotel!, ¡Usted está acá para cumplir órdenes y respetar a sus superiores! —le recordó el Teniente—. ¡Al suelo y deme cincuenta flexiones! —le ordenó.
Sebastian obedeció, pero sin prisa. Comenzó a realizar las flexiones a un ritmo mucho más lento que el conteo del teniente.
—¡Más rápido Soldado! —le exigió Guerrero, poniendo su bota en la espalda de Sebastian y empujándolo para que siguiera su ritmo.
Sebastian se mantuvo a su ritmo, resistiendo el peso extra en su espalda, hasta que completó las cincuenta flexiones.
Se puso de pie y miró con todo el odio que podía transmitir con su mirada a Guerrero. El Teniente hizo lo mismo, y Sebastian pensó que la vena que tenía en el cuello le iba a explotar.
—¡Soldados! —gritó nuevamente el Teniente, dirigiéndose a todos, pero mirando fijamente a Sebastian—, gracias a Guerrero tienen que hacer cien flexiones de brazos, ¡ahora!
Todos los conscriptos se acomodaron en el suelo de mala gana para cumplir con lo solicitado por el Teniente. Sebastian se quedó de pie, asumiendo que la orden no era para él.
—¡Y tendrán que hacer cien flexiones al inicio de cada instrucción por el resto del día!, ¿está claro? —ordenó Guerrero.
—¡Sí mi Teniente! —respondieron todos al unísono.
Los soldados continuaron con las flexiones mientras los Cabo les llevaban la cuenta, al ritmo de quienes iban más rápido, pero si alguno se atrasaba, repetían el conteo.
—¡Congrio Guerrero! —le gritó el Teniente a Sebastian mientras los demás seguían con el castigo—, ¿sabe por qué los castigué a ellos?
Sebastian lo miro serio por un par de segundos, dudando si responder o no.
—No —respondió finalmente.
—¡¿No, qué?! —gritó el Teniente.
—No, Teniente —repitió Sebastian, dándole en el gusto a Guerrero.
—Porque acá no está solo —seguía gritando, aunque Sebastian estuviera a medio metro de él—. Todas sus acciones afectan a sus compañeros.
Sebastian no respondió nada, y agradeció que Guerrero no siguiera gritándole.
Cuando los demás terminaron de realizar las flexiones, el Teniente por fin les dio el pase para ir al comedor a desayunar.
Sebastian se formó al final, y por lo tanto pasó al último por la línea de servicio. Se sentó al fondo, en la última mesa por costumbre al lado del grupo de Andrés, aunque no compartiendo mucho con ellos. Todos quienes lo veían pasar lo fulminaban con la mirada por haber hecho que los castigaran.
—¡Nuestro primer castigo! —comentó Andrés, entusiasmado para generar una conversación.
—No puedes estar hablando en serio —refunfuñó Javier, fulminándolo con la mirada también.
—¿Por qué?, si es nuestro primer castigo —explicó Andrés con obviedad.
—¡Pero no te puedes emocionar por eso!, sobre todo cuando la culpa la tiene este culiao —argumentó Javier, señalando a Sebastian.
—¿Cómo que éste culiao? —Sebastian se puso de pie para encarar a Javier.
Se sentía muy culpable por lo que habían tenido que hacer, pero no iba a permitir que Javier lo insultara de esa forma.
Javier se puso de pie igualmente y se acercó hasta el extremo de la mesa donde estaba Sebastian. Julio rápidamente se puso de pie para detener a Javier, mientras Simon hacía lo propio con Sebastian, que estaba en su misma fila.
—Suéltame —le dijo en voz baja Sebastian a Simon, quitando la mano que le había puesto en su abdomen para evitar que se acercara más a Javier.
Simón lo miró serio a los ojos y no le hizo caso.
Sebastian dio un largo suspiro y volvió a sentarse. Lo último que quería era seguir teniendo contacto con Simón.
Solo cuando se sentó, Sebastian pudo ver el rostro de miedo de Andrés ante lo sucedido.
—Nuestra primera discusión como brigada —susurró Andrés, que aun estando asustado no perdía su entusiasmo.
El incidente no pasó desapercibido ya que, en menos de treinta segundos, que a Sebastian le parecieron eternos, llegó el Cabo Fuenzalida al mesón.
—¡Guerrero y Gutierrez! —les gritó furioso, y Sebastian con Javier se pusieron de pie y se cuadraron, que era lo que debían hacer cuando les llamaban por el nombre—, ¡síganme!
El par de soldados fueron escoltados por Fuenzalida hasta el patio, donde venían caminando el Teniente Guerrero con el Capitan Gomez, seguidos por el Cabo Segundo Ortiz.
—¡¿Qué mierda está pasando con usted Soldado Conscripto Guerrero?! —le preguntó directamente el Teniente a Sebastian una vez estuvieron frente a él.
—No me pasa nada Teniente —respondió Sebastian molesto.
—¿Me está diciendo que el cabo Ortiz nos mintió cuando dijo que ustedes dos estaban discutiendo en el comedor? —insistió Guerrero.
Guerrero dejó de mirar a Sebastian, y dirigió su vista a Javier esperando una respuesta, quien no dijo nada.
—¿Algo que decir, Gutierrez? —le preguntó a Javier.
—No, mi teniente —respondió Javier con fuerza—. Solo fue un mal entendido. No se volverá a repetir.
El Capitán Gomez hizo una mueca que Sebastian interpretó como si estuviera decepcionado.
—¿Cómo pretende que no tengamos discusiones si los castiga a todos por mi culpa? —le dijo Sebastian a Guerrero, no logrando aguantarse las ganas de desahogarse—, ¿por qué no me castiga simplemente a mí y listo?
Guerrero abrió los ojos como platos, y la vena de su cuello se hinchó de tal manera que Sebastian pensó que iba a explotar por la furia. Abrió la boca para responderle a Sebastian, pero Gomez se aclaró la garganta para intervenir.
—Soldado Guerrero —le dijo sin gritar, pero a pesar de eso, fue más intimidante que todos los gritos del Teniente Guerrero al mismo tiempo—, ¿qué pasaría si usted está en el campo de batalla y por accidente pisa una mina antipersonal?
—Me muero —respondió Sebastian con displicencia.
—Usted y todos sus compañeros que estén en un radio de cinco metros. Y los que estén dentro de los quince metros seguro perderían sus extremidades —reveló Gomez.
Sebastian le mantuvo la mirada al Capitán sin decir nada. Su forma de hablar le provocaba incluso desconfianza, como si en cualquier momento fuese a desenfundar un arma y les dispararía a los dos.
—En la guerra sus acciones tienen consecuencias para sus compañeros —continuó Gomez.
—No estamos en la guerra —argumentó Sebastian.
—Pero está siendo entrenado para ello, Soldado —respondió el Capitán, manteniendo el volumen, lo que le provocaba escalofríos a Sebastian. Lo sentía amenazante—. Está en un regimiento, no en una junta de vecinos.
Sebastian no respondió nada. Miró a su lado y Javier lo miraba sorprendido porque le había respondido al Capitán.
—¡Soldados! —gritó Guerrero para retomar la palabra—, ¡como castigo por su mala conducta deberán limpiar todas las armas del depósito, con su cepillo de dientes! —al nombrar el castigo un brillo de satisfacción de resaltó en sus ojos—, ¡Vayan a buscarlos!
Los muchachos fueron escoltados nuevamente por Fuenzalida hasta las barracas para buscar sus cepillos de dientes, y luego se dirigieron a la armería. Javier estaba furioso por haber sido castigado, mientras Sebastian pretendía no importarle.
—¿Tenemos un horario límite para terminar? —preguntó Javier.
—Solo recuerden que los comedores de la cena cierran a las ocho de la noche —respondió Guerrero—. Deben quedar relucientes cada una de las armas, o sino no salen de aquí, ¿entendido?
—Sí mi Teniente —respondió Javier.
—Si —dijo simplemente Sebastian.
Los superiores salieron de la armería, pero desde la ventanilla alta se coló una última frase que le dijo Guerrero a Gomez:
“Ese Congrio de mierda va a traer puros problemas”.
Sebastian dio un suspiro, y se sintió extrañamente satisfecho, al escuchar que Guerrero estaba notando que sería un problema. “Quizás por eso me sacan de aquí y todos felices”, pensó.
La armería era un gran contenedor lleno de estantes y cajas con armas. Al abrir la primera caja Sebastian intentó hacer una estimación según lo que alcanzaba a contar con la vista, y se rindió cuando llegó a contar algo más de quinientos rifles.
—¿Estás contento? —le dijo Javier cuando quedaron solos.
Sebastian no respondió nada, simplemente lo miró serio.
—Te juro que podría matarte ahora mismo —lo amenazó Javier.
—Hazlo —Sebastian no lo dijo con tono amenazante, prácticamente le estaba pidiendo que lo hiciera.
Javier no dijo nada más y tomó su primer rifle y comenzó a frotar el limpiador que les habían entregado con su cepillo de dientes.
Sebastian hizo lo propio y recordó esa vez en tercero medio cuando la profesora de biología lo castigó por haberle tirado un pelotazo de casualidad a un estudiante de segundo medio. Su castigo había consistido en quitar los chicles pegados bajo las mesas de su cala de clases. Rubén esa vez se había quedado después de clase para acompañarlo y ayudarlo a terminar más temprano. En ese tiempo Sebastian era feliz, y ahora no podía creer lo mucho que había cambiado.
—¿En serio quieres que te mate? —le preguntó Javier, después de casi una hora de silencio.
Sebastian tuvo la impresión que llevaba todo ese tiempo queriendo hacer esa pregunta.
—No me molestaría —respondió Sebastian con un suspiro, intentando sonar sarcástico.
—Podrías no involucrarnos a los demás en tu espiral autodestructiva entonces —le espetó Javier, endureciendo el tono, aunque se notaba la preocupación en su mirada.
—Te recuerdo que no estamos aquí ahora precisamente por mi culpa.
—¡Te paraste a pegarme! —le recordó Javier.
—¡Porque tú me insultaste! —Sebastian se estaba molestando.
—Porque anoche te fuiste a dormir creyendo que estabas en un hotel cinco estrellas y nos castigaron a todos —Javier moderó el volumen de su voz para no llamar la atención.
Sebastian no respondió y volvieron al silencio incómodo en el que estaban hace un par de minutos.
Transcurridas las dos primeras horas desde que empezaron, Sebastian recién estaba terminando de limpiar su tercer rifle. A esa velocidad, calculaba que terminarían en unos nueve días sin hacer pausas para comer ni dormir.
—Oye imbécil —le dijo Javier después de otro par de horas de silencio. Se notaba ansioso y molesto por volver a preguntarle—, ¿en serio quieres morir?
—¿Por qué tanta obsesión con eso? —respondió Sebastian desafiante.
—Porque con eso no se huevea —Javier estaba serio, y Sebastian sintió que estaba profundamente molesto, aunque no de la forma que siempre estaba molesto con él.
Sebastian dio un suspiro, sin saber qué responder exactamente.
—No voy a suicidarme, si eso es lo que te preocupa.
—Es algo serio, idiota. No deberías bromear con eso.
—No bromeo —se justificó Sebastian. Dio un suspiro y luego intentó explicarse—. Digamos que mi mente no ha estado en un buen lugar últimamente. No quiero estar aquí, odio esta mierda de regimiento. No quiero estar en mi casa tampoco. Simplemente no quiero estar.
—¿Hay algún lugar en el que quieras estar? Y no digas el cielo o el infierno —apuntó a Sebastian con el cepillo de dientes como si fuera una navaja, provocándole una leve risita en su mente.
Su respuesta a la pregunta de Javier era una sola: Con Rubén.
—Si, si lo hay —respondió finalmente.
—Supongo que eso es bueno —Javier suspiró aliviado—. De todas formas, deberías buscar ayuda.
Sebastian asintió.
—No creas que por esto dejas de ser un grandísimo conchetumadre en mi opinión —le aclaró Javier, y Sebastian no supo si lo decía en serio o en broma.
—Igualmente, ahueonao —coincidió Sebastian, serio, aunque sorprendido por el gesto de humanidad de Javier.
A medida que pasaban las horas, los muchachos iban agarrando de mejor forma la técnica para limpiar las armas, y Sebastian se dio cuenta que la diferencia entre frotar unos segundos o cinco minutos la misma zona no hacía una gran diferencia.
—Estaba pensando —dijo de repente Javier, cuando ya eran cerca de las tres de la tarde—, ¿qué pasa si no terminamos todo?, no creo que nos dejen aquí encerrados sin dormir ni comer para siempre.
Sebastian se encogió de hombros, con el estómago rugiendo por el hambre.
—La verdad me espero cualquier cosa de estos psicópatas.
Sebastian pensó que, si su padre había salido de su servicio militar tan estricto y poco empático con sus propios hijos, supuso que deberían tener una forma muy fuerte de haberle formado ese carácter.
—No puedo creer que nos mantengan acá —murmuró Javier, molesto, cuando ya eran cerca de las diez de la noche, rompiendo el silencio después de varias horas.
Sebastian no dijo nada, simplemente se quedó mirando a su compañero que seguía limpiando rifles con la mayor rapidez que le permitían sus manos, mientras él llevaba al menos diez minutos sin limpiar nada del rifle que tenía sobre las piernas.
—Y más encima ni siquiera pones de tu parte —le dijo con rencor a Sebastian.
—Mira todo lo que nos falta, ni cagando alcanzamos a terminar ahora —le respondió—. No hay razón para estresarnos.
—Tú y tus ganas culiás de siempre hacer lo mínimo posible, tratando de zafar con astucia —le espetó Javier, molesto.
—¿Cómo que ganas de hacer lo mínimo posible? —le preguntó molesto—, te recuerdo que siempre termino haciendo todo mejor y más rápido que tú, ahueonao.
—¿Cuándo has sido mejor que yo en algo?, te saco la chucha en todo.
A esa altura Javier ya no media el volumen de sus palabras. La falta de alimento y de sueño le habían afectado más que a Sebastian, quien se dio cuenta de lo que ocurría.
—Oye cálmate —le dijo Sebastian, serio, y dando un suspiro por tener que ser el que pusiera cordura en ese momento—, no peleemos, que eso es precisamente lo que quieren.
—No, hueón, lo que quieren es que limpiemos estas armas de mierda porque nos castigaron por tu culpa, y por lo que veo, no estás limpiando nada.
—Estoy limpiando, pero no tiene sentido apurarnos si aún falta tanto —insistió Sebastian.
—Es imposible trabajar contigo —murmuró Javier, lanzando el rifle que acababa de terminar de limpiar a su caja correspondiente, y luego se llevó las manos a la cabeza, estresado.
Al rato, cuando el reloj marcó las diez en punto, el cabo Fuenzalida se presentó en la armería seguido del Teniente Guerrero.
—¡Soldados! —les gritó el Teniente con la misma fuerza que en la mañana, y a Sebastian le pareció que mantener ese mismo nivel de fuerzas a lo largo del día no era normal—, ¡¿terminaron su castigo?!
—No mi teniente —respondió Javier tras titubear unos segundos.
Sebastian ni siquiera tuvo la intención de responder.
—¿Por qué no? —preguntó con autoridad.
—Porque eran demasiadas, Teniente—respondió Sebastian, intentando no sonar tan desafiante. La mirada feroz del Teniente lo hizo continuar justificándose—. Si las quería relucientes como nos dijo, nos íbamos a demorar mucho más de un dia, sin importar lo rápido que lo hiciéramos.
El Teniente miró fijamente a Sebastian, visiblemente enojado, y pensó unos segundos qué decir.
—El Cabo Fuenzalida los escoltará al comedor, donde cenarán y luego los llevará a las barracas —les indicó Guerrero finalmente, aguantándose las ganas de gritarle.
Sebastian y Javier se sorprendieron por el cambio de actitud de Guerrero, pero no se quedaron a cuestionarlo. Simplemente asintieron y se dirigieron a la salida de la armería.
—¡Guerrero! —gritó el Teniente, llamando a Sebastian.
—¡Si, Teniente? —Sebastian respondió desde la puerta.
—Éstos no están relucientes —Sebastian miró fijamente a los ojos al Teniente, que lo estaba fulminando con la mirada. Le estaba dejando saber que, por esta vez, se había salido con la suya.
Fuenzalida los llevó al comedor, donde tenían servido un gran plato de sopa caliente para abrigar sus cuerpos, y les dejó un cepillo de dientes nuevo sobre la mesa a cada uno.
Sebastian notó que Javier estaba molesto porque comió en completo silencio y rápidamente.
—¿Viste que salió todo bien? —le dijo Sebastian, buscándole conversación—, no era necesario preocuparse.
Se sentía raro buscándole conversación a ese Javier que hasta hace un par de horas detestaba con todas sus ganas.
Javier lo fulminó con la mirada, sin decir palabra.
—Disculpa, ¿ya?, si sé que por mi culpa nos castigaron, pero oye, no se va a volver a repetir —le dijo, mientras Javier seguía cuchareando la sopa sin responderle—. Estoy cansado de fingir… pretender que no me importa nada, que soy rebelde. Yo no soy así. Tampoco soy conflictivo ni nada.
—Difícil creerte —murmuró Javier, mirándolo a los ojos, aún serio.
—Te estoy diciendo nomas, no te estoy pidiendo que me creas, porque no me suma ni me resta —Sebastian se puso a la defensiva, provocando la risa de Javier.
—Vaya, te duró exactamente diez segundos tu nueva actitud —se burló Javier.
Sebastian dio un suspiro, sintiéndose tonto.
—Bueno, no digamos que eres la audiencia más receptiva para comenzar un cambio.
—Yo soy así —dijo con orgullo Javier—, soy un pesao culiao. Sí, igual que tú no quiero estar aquí, pero no actúo así por eso. Soy así.
—Por eso te salía tan natural el ser un saco de hueas —bromeó Sebastian.
—Y tú para ser un impostor no lo hacías nada de mal —lo elogió Javier.
Sebastian por primera vez en toda la semana estaba riendo de forma genuina. Estaba disfrutando esa escueta cena con quien hasta hace menos de veinticuatro horas era la persona que peor le caía en todo el regimiento.
Pensó que bastante bien podía bajar todas sus defensas y entregarse a la experiencia, y permitirse disfrutar y encontrar buenos amigos en el regimiento, como le había recomendado Matías, el Cabo que le hizo la revisión de sus pertenencias en Antofagasta.
Luego de un rato, el Cabo Fuenzalida se acercó al mesón en el que estaban comiendo.
—Soldados, es hora de que vayan a dormir —les dijo, poniéndose serio.
Sebastian y Javier se limpiaron con una servilleta y obedecieron, poniéndose de pie. Llevaron su bandeja vacía al mesón correspondiente y luego siguieron a Fuenzalida hasta la salida del comedor.
—Pueden llegar solos a las barracas —les dijo—. No se desvíen y que tengan buenas noches. Yo debo ir a verificar que sus compañeros estén cumpliendo con la guardia —recalcó la última frase mirando a Sebastian.
Los muchachos se fueron caminando a las barracas dejando atrás a Fuenzalida. Se dieron una ducha rápida, se lavaron los dientes y se fueron a acostar.
Cuando Sebastian estaba sacando su pijama del casillero, se le cayó una pequeña llave plateada que brillaba tímidamente bajo la luz de la luna que se colaba por las altas ventanas del dormitorio.
La miró fijamente mientras su mente trabajaba para encontrar qué sentido tenía mantenerla aun.
No había podido entregarle el diario a Rubén antes de partir a hacer el Servicio, y él mismo se había encargado de cortar con su amistad, para que su mejor amigo no pensara en él durante su ausencia y pudiera seguir adelante.
Sebastian además sentía que mantener el diario significaba seguir aferrándose a la idea de que su amor por Rubén podía llevarlo eventualmente a tener una relación amorosa con él, a pesar de que el propósito que él había determinado para el diario era precisamente lo contrario.
Después de haber pasado el día castigado, se dio cuenta que no valía la pena seguir insistiendo en rechazar a sus compañeros, como si eso fuera a ayudarlo a mejorar su estado emocional.
Sebastian entonces sacó silenciosamente el diario de su bolso y salió del dormitorio hacia el baño. Le quitó la tapa al basurero grande que estaba al lado de los lavamanos, y arrojó el diario como si fuera basura, directo al olvido.
No pudo evitar sentirse triste por haberlo hecho. Había invertido muchas horas en escribirlo para Rubén, y a pesar de que en el último tiempo sentía que no lo estaba ayudando hacerlo, le sirvió para tener un propósito, y de alguna forma, entender un poco sus propios pensamientos y emociones, que le seguían siendo confusas en cierta medida.
Se lavó las manos después de tapar nuevamente el basurero grande, y cuando iba saliendo del baño, se cruzó con Andrés que se estaba refregando los ojos mientras bostezaba.
Sebastian se puso nervioso pensando que Andrés podría haberlo visto cuando botó el diario a la basura.
—¿Cómo les fue con el castigo?, ¿se hicieron la vida imposible con Gutierrez? —le preguntó Andrés, aún adormecido.
—No —Sebastian soltó una risita, aliviado—. Fuimos profesionales.
—Muy bien —dijo Andres, y siguió su camino hacia los urinarios.
Sebastian volvió al dormitorio, aliviado, sabiendo que Andrés no había visto nada.
Se acostó en su cama, dispuesto a comenzar a caminar hacia adelante, y dejar de dar vueltas en el mismo punto que estaba desde hace meses. Era hora de empezar de nuevo. Con eso en mente, cerró los ojos y casi de inmediato, se quedó dormido.
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