#madera de ébano
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Tipos de Maderas Usadas Para Hacer Violines: Especies de maderas utilizadas en la fabricación de violines
Tipos de Maderas Usadas Para Hacer Violines. La fabricación de violines requiere de diferentes tipos de madera. Entre los más comunes están el abeto y el arce, utilizados en la construcción de la parte superior del instrumento. También se utiliza álamo para la parte posterior, mientras que el ébano, el palo de rosa y el boj se emplean en accesorios. La caoba de montaña de Oregon es otra madera de…
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La historia de Lilith ..
Yo soy Lilith, la innombrable, la Shejinah, la primera
mujer de Adán. Soy mujer y soy demonio; el demonio
del deseo, la mujer que se introduce en los sueños
lúbricos, la de pubis de fuego; el demonio de la rebeldía,
la mujer insumisa; el demonio de la libertad, la
mujer nocturna de barro de la tierra; mis Lilim se han
mezclado con las hijas de Eva. Los vástagos de Adán
me niegan por que incapaz de reflejar mi imagen, soy
espejo de sus miedos.
Su mirada se perdió en la búsqueda; hubiera querido
traspasar montañas, atravesar vertientes, posarse
sobre las alas de un pájaro, como colibrí robar una gota
de miel de sus ojos. Sin embargo, la encontraba en un
recuerdo lejano, y ahora, en sus sueños. Cada día deseaba
permanecer dormido durante más tiempo para
gozar de sus visitas. ¿Sería éste un nuevo castigo? Soñarse
en aquellos brazos y al abrir los ojos, toparse
con la imagen gastada de la mujer con quien debía
permanecer hasta el fin de sus días. Ver ese abdomen
hinchado, los senos caídos, las canas; respirar ese olor
agrio, olor viejo. Él la amó, ¿la amó?; no recordaba,
había pasado mucho tiempo...
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Dijo;
“Sea la luz”. Y la luz fue; la separó de las tinieblas, hizo
el día y la noche. Apartó las aguas; hizo que surgieran
cielos, tierra y mares. Hizo florecer el verde, crecieron
los árboles y dieron frutos. El sol y la luna aparecieron
por su voluntad, alumbraron el día y la noche. Las
aguas produjeron vida; los cielos se poblaron de aves;
animales de variadas especies caminaron por la tierra.
Durante el sexto día decidió crear al género humano.
Tomó polvo y la tierra, los amasó y dio forma a un
cuerpo masculino. Al mirarlo se vio reflejado; sin embargo,
era un Él incompleto. De nuevo recogió tierra
debajo de un olivo y polvo del desierto, los unió y modeló
a la primera mujer. Al verlos, supo que juntos reproducían
mejor su imagen. Sopló sobre ellos y les infundió
vida. Los llamó Adán, que quería decir tierra,
y Lilith, viento; esos elementos fusionados les habían
dado origen. Les dio el poder de la palabra para que
nombraran el universo. Les confió Su Gran Nombre y
los bendijo para que viento y tierra multiplicaran su
especie...
Hombre y mujer se miraron deslumbrados; no sabían
hacía dónde dirigir la vista, si al cielo brillante,
al verdor que los rodeaba, o a sus propios cuerpos, al
cuerpo del otro o a Él, quien con una sonrisa se alejaba;
debía descansar. Un mareo intenso de colores, olores
y sonidos contrastaba con la leve brisa que acariciándolos
les revolvía los cabellos. Lilith, piel verde olivo,
negra guedeja, iris dorados. Adán, color arena, ébano
en los ojos, rizos de madera de cedro. Frente a frente,
comenzaron a explorar ese mundo nuevo que se les
acababa de reglar y a cumplir con su única misión, poblarlo.
Aprendieron a escuchar la voz del otro, oler las
fragancias ajenas, tocar suavidades y asperezas, degustar
néctares de piel. Adán y Lilith se conocieron.
Durante los encuentros ambos experimentaron la
revelación de esa Presencia Creadora que llevaban
dentro. Juntos rodaron por los pastos del paraíso;
Adán siempre quedaba sobre ella, aplastándola. Lilith
intentaba invertir las posición pero él la inmovilizaba.
Se le fue agotando el asombro, el peso del hombre era
asfixiante. Levantó la vista, encontró una faz sonriente
y satisfecha; sin embargo, ella se sentía atrapada en
una rendija del Edén. Deseó tener alas, correr como
antílope, rasgar cual pantera. Miró de nuevo hacia
Adán y suspiró. Intuyó que debía haber otras maneras
de unir esos maravillosos cuerpos nuevos. Le propuso
al hombre un cambio; él se negó.
—Tú debes ir debajo —le dijo; mira a tu señor hacia
lo alto, a tu señor hacia lo alto, con respeto.
—Mi señor es Elohim, no tú —respondió Lilith—;
nosotros fuimos hechos del mismo material, bien podría
yo estar sobre ti.
—¿No ves acaso la diferencia? —dijo Adán.
—Somos distintos pero iguales; Yahveh nos dio
vida juntos—dijo Lilith con mirada de águila.
—Mirame —dijo él—, soy como la luz del medio
día, tú como la sombra de la tarde, fuiste creada después
de mí, tu color lo dice.
—Todos los colores de la creación se concentran en
Adonai, Él nos ama por igual a ambos—lo retó.
El hombre enronqueció, era más alto, más musculoso;
podría someterla.
—Me debes obediencia mujer—le dijo tomándola dela
muñeca con una mano de tronco.
—Mientes. Adonai, Elohim, Yahveh ¿dónde estás?
Quiero saber si este hombre habla con verdad —
suplicó.
—¿Quién eres tú para interrogar al Creador? Si Él
así lo hubiera querido te habría hecho más grande que
yo, pero mira, con una sola mano puedo hacer que te
postres ante mí —la increpó el hombre mientras tiraba
de su brazo.
—Solamente me postraré antes Yahveh —respondió
Lilith; las piernas le temblaban por el esfuerzo,
debía permanecer erguida.
A cada palabra pronunciada por Adán, sentía que
el jardín se encogía, los árboles la cercaban, cubrían la
luz; el vaho de los animales humedecía la piel, restringía
su más leve movimiento. Adán, violento, la tomó
por los hombros, quería tenderla una vez más. Ella
odió esas manos, espinos que le traspasaron la carne;
se resistió con la rigidez aprendida de las rocas, pero
un golpeteo que se le desbordaba en el pecho y una
lluvia de aguijones se clavó en su espalda; el espacio
se estrechó entre ambos.
—Adonai, Elohim, Yahveh ¿dónde estás? —gimió.
Sintió un tirón de cabellos, la proximidad de esa cara
sudorosa, de ese aliento que se mezclaba con el de
ella; quiso girarse para evadirlo pero él era más fuerte.
Miró llena de rabia los del hombre, respiró hondo
y pronunció el nombre secreto de Adonai: con sus
doce, treinta y dos y setenta y dos letras a la vez. Adán
retrocedió asustado. Ella había hecho uso del poder
del nombre secreto; había recitado las letras que ni
siquiera el detentador del Gran Nombre se atrevía a
formular.
Las palabras de Lilith liberaron los vientos, que se
reunieron azotando a su paso cuanto encontraban; llegaron
hasta posarse debajo de sus plantas y la levantaron
—La negra cabellera de la mujer se agitaban en
cien brazos; sus ojos dorados centelleaban sonrientes
ante la mirada pueril del hombre; por fin podía respirar
a sus anchas. El paraíso había resultado un sitio
demasiado angosto para dos iguales. Se podía quedar
Adán con sus animales y sus árboles; la creación era
vasta, ya encontraría ella dónde vivir. Remontó sobre
las praderas, se despidió de las cuatro vertientes del
río que fluía a través de Edén. Voló hacía oriente, la
luna menguante iluminó su camino. Sólo la intranquilizó
ese calor que subía desde la parte inferior de
su cuerpo; bajó la vista, su pubis se había convertido
en fuego ardiente. Así viento en brazos de los cientos
abandonó el paraíso.
Ella flotaba sobre las corrientes aéreas, con el halcón,
recibía las caricias heladas de los bóreas y alcanzaba
con una mirada los rincones de tierra y mar al
alejarse de aquella planicie llamada Edén.
Yo la había visto antes, en compañía de Adán.
Ambos fueron la creación última de Elohim, los había
hecho a su imagen. Sin embargo. El barro tiene
imperfecciones propias, y Yahveh quiso obligar a los
espíritus puros a rendirle homenaje al hombre recién
moldeado. Adán nos miraba desafiante, altivo, seguro
de que Adonai los amaba por encima de sus otras
creaturas. Muchos accedieron obedientes. Yo me negué.
¿Por qué habría de arrodillarme Samael ante este
ser de barro y aire?
Ella era y no, la que había visto en el Edén. Coronada
por los céfiros que revolvían sus cabellos nocturnos;
cintura, pubis y piernas de fuego, incandescente.
Volaba hacia el Mar Rojo. Su parecido al Señor me inspiró
temor. Sentí que está otra mitad de la creatura sí
merecía mi homenaje. Me miró lenta, trató de recordar
mi nombre en vano, yo era un ángel caído. Suspiré a
su oído la pregunta. Sus ojos amarillos respondieron.
Decidí ofrecerle mi guarida. Jamás volvieron a verse
sobre Zmargad semejantes ráfagas de luz. Conocía a la
mujer Lilith sobre los vientos del Este que nos mecieron
durante siete días y siete noches. Estallábamos en giros
y vuelos circulares, provocábamos lluvias de estrellas,
simulábamos cometas. Nuestras cópulas iluminaron
las praderas y sus cavernas. Fuimos lunas carmesíes.
Samael había abrazado a la mujer viento y fuego.
—Señor, Lilith salió de Edén volando y yo estoy
solo. He intentado acoplarme con cabras de tersa piel,
bec3erras gordas y burras dóciles pero no se tienden.
Sin mujer no puedo acatar tu orden. Elohim, quiero que
vuelvas a Lilith para servirte y hablarte como es debido.
Yahveh miró que Adán se hallaba compungido y solitario.
Sintió pena por él. Llamó a Senóy, Sansenoy y
Semangedolf para que buscaran a Lilith y la invitaran
a regresar a Edén que era su lugar. El señor estaba dispuesto
a olvidar su huida.
Los ángeles la encontraron en las cavernas. Repitieron
las palabras de Adonai y la conminaron a volver
con Adán. Ella se rehusó; no quería volver a ver al
hombre, no quería someterse a él.
—No puedo retornar, he roto el pacto, soy impura
para pisar los pastos del Edén, acaso no han mirado a
mis Lilim, ellas son mi descendencia, Zmargad es su
tierra, les pertenece, como les pertenezco yo ahora, no
quiero partir.
—No puedo negarte, Elohim te lo ordena—dijeron
los ángeles en trío.
—Adonai es dulce como las uvas pero Adán es una
raza que rasga y hace sangrar. Yo llamé a mi Señor y Él
no me escuchó. No quiero volver a Edén.
—Por tercera y última vez. ¡Lilith, regresa!
—¿Acaso no saben que Elohim me regaló también
la voluntad? Pues bien, hago uso de ella y me quedo
aquí—respondió Lilith airada.
—Si has decidió ser libre, deberás pagar las consecuencias
de tus actos; vivirás y conservarás en tu rostro
Su semejanza, por que Yahveh aún te ama, a pesar
de que abandonaste el paraíso— dijo Senoy.
—Pero no volverás a ver la faz de Dios por toda la
eternidad, no disfrutarás de la luz del día— condenó
Sansenoy.
—No tendrás siquiera el consuelo de mirarlo en tu propia
cara, no reflejarás tu imagen nunca más. Tu nombre
y tu faz se volverán en tu contra— declaró Semangelof.
Lilith sentía que millones de hormigas le caminaban
por el cuerpo, que la sangre la abandonaba. El fuego
hervía en sus entrañas.
—Adonai, Elohim, Yahveh, ¿dónde estás?— clamó
Lilith.
—Él nos envió para llevarte con Adán—contestaron
los tres.
—Adán es culpable de que Elohim me abandone,
él deberá pagar—rugió convertida en leona.
—No podrás tocarlo; ni a su descendencia una vez
que se haya celebrado el pacto con Jehová, ocho días
después del nacimiento; mientras tanto, nosotros lo
protegeremos—respondieron los ángeles.
—Ustedes podrán cuidarnos por siempre, en su
ausencia, en su descuido estaré yo —amenazó Lilith.
—Si lo intentas siquiera frente a nuestros nombres
morirán cientos de Lilim y te quedarás sola —sentenciaron
los tres.
—Sea—dijo Lilith—. Pero él pagará.
—repetiremos ante Elohim tus palabras —conestaron
Semangelof, Senoy y Sansenoy.
—¿A qué repetirle algo que sabe ya?—gritó la mujer.
Fuera, fuera de mi casa, de mis tierras, vayan a
Edén a proteger al hombre.
Volaron los ángeles preocupados por ese don que
Dios había otorgado a estos seres corpóreos; al albedrío
podría convertir a esas nuevas creaturas en perpetuos
proscritos.
Lilith bajó la cabeza para contener las cascadas de
agua salada que brotaban de sus ojos. Esa noche, el
Mar Rojo se desbordó mientras ella murmuraba:
—Elohim, Adonai, Yahveh ¿dónde estás?
Adán dormía plácidamente confiado en Yahveh. Elohim
se le acercó sin hacer ruido, acarició sus rizos y lo
sumió en un sueño más profundo aún. Le extrajo la
quinta costilla, el barro no había fraguado del todo y
era maleable. Las hábiles manos de Dios modelaron a
una mujer más parecida al hombre que a Él mismo.
Le dio una alma inmortal y la libertad. La aderezó
con una tiara de flores y la llmó Eva, que quiere decir
en lenguaje humano fertilidad. Despertó al hombre y
le acercó la nueva mujer diciéndole:
—Esta es Eva, tu compañera
Juntos alimentábamos una hoguera en la que Adán
tendría que caer. El hombre era un ser habitado por la
soberbia y Yahveh no parecía notarlo.
Pensábamos que si demostrábamos al Señor que
Adán podía volverse en su contra, Elohim sabría que
Lilith y yo habíamos actuado con justicia, nos perdonaría
y podríamos volver a gozar de su presencia. Lilith
insistía en la sabiduría absoluta del Creador; de
día que con sólo una mirada, Adonai comprendería
que había diso Adán quien se había interpuesto. Pero
ella no podía acercarse al paraíso, ya que cada una de
las puertas estaba custodiada. Por los ángeles enviados.
No obstante, yo sí lograría introducirme en Edén.
Después de todo, Senoy, Sansenoy y Semangelof eran
viejos conocidos. Yo sabría burlarlos. La soberbia de
Adán quedaría al descubierto.
Fue así que me introduje en la piel de la serpiente,
trepé en el árbol que se hallaba justo en el corazón
del huerto y me dispuse a esperara al hombre.
Eva era más curiosa que Adán; sus ojos, más nuevos
que los de él, se maravillaban tan a menudo de
la grandeza de la creación que se negaba a cerrarlos
aún por las noches, abstraída en las formas estelares,
en el caminar de los animales nocturnos, en el
roció del amanece sobre los pétalos de las flores. Ella
se acercaba más al árbol, lo rondaba extasiada. No
fue difícil convencerla de que se aproximara más.
Al verme preguntó:
—¿Quién eres tú que vives entre las ramas del árbol
prohibido?
—Me llaman veneno de Dios—contesté.
—¿Eres tal vez el guardián del árbol?
—No lo soy—respondí.
—Entonces, ¿por qué no mueres, si el creados nos
ha dicho que con solo tocar las hojas del árbol caeríamos
fulminados por su rayo?
—Acércate, toca, verás que nada sucede—afirmé.
Eva apenas rozó las hojas y se escondió la mano, estupefacta
comprobó que seguía ilesa. Se le llenaron los
ojos de agua.
—¿Elohim... mintió?
—Para Yahveh no es necesario que Adán y tú tengan
la ciencia de reconocer el bien frente al mal, los
quiere en la inocencia—sentencié.
—¿Por qué?
—Porque podrían enfrentarlo. Él no desea que dudes.
Ustedes tienen el don de elegir, podrían optar por
el mal—le dije.
—¿Cómo podríamos buscar el mal si estamos hechos
a su imagen y Él es todo bien?
—Adán está moldeado en barro y tu de su costilla;
no son si no arcilla débil y maleable a Sus designios
y así seguirán, a menos que conozcan el sabor de la
sabiduría—me burlé.
—Somos hombre y mujer, la creación última... casi
como Él.
—Casi... pero no del todo—respondí.
—Sí comemos de este árbol seremos además sabios
como Él. ¿cómo podríamos equivocarnos?
—Entonces prueba...—le tenté.
—¿Seríamos como dioses?
—Por así decirlo.
Alargó la mano, cortó un fruto y lo mordió. Sus
ojos adquirieron un brillo de hielo. Miraba a su alrededor
asustada. El velo de vello que la cubría
se desprendió. Había comprendido que la naturaleza
recién creada no era continuación de su piel.
Supo Eva que podría crear, modificar y destruir...
Apareció Adán que la buscaba. Antes de que ella pudiera
proferir palabra, él vio la fruta en su mano y la
increpó.
—¿Que hiciste Eva? ¿Cómo te atreviste a comer
del árbol? ¡Nada te ha sucedido!... Muéstrame
el fruto—Se lo arrancó de entre los dedos.
Eva se quedó muda, no podía explicarle con las
palabra para él conocidas. Solamente le dijo:
Sé cosas que ignoraba. Veo cosas que tú no ves...
—Mientras, tú provienes de mí. No puedes conocer
más que yo—respondió Adán.
—Aun así, sé. Adán, tengo miedo...
—¿Miedo? ¿Que es el miedo? Habla mujer. ¿Por
qué te mueves como las hojas del sauce al atardecer?
—Tiemblo porque tengo miedo y frío, estoy desnuda—respondió
Eva.
—¿Desnuda? ¿Qué dices?—preguntó mientras se
acercaba a ella con mirada de ocelote.
—El fruto del árbol otorga sabiduría, sé que estoy
desnuda. Yahveh lo sabrá también.
—¿Sabes tanto como Yahveh?
—Pregúntale a la víbora.
El hombre levantó la vista, me miró enredado en
el árbol. Mordió el fruto que tenía en la mano y dijo:
—Yo también quiero ser como Él...
Adán y Eva tejieron hojas de higuera para cubrir
su desnudez; desde que fueron creados nunca
había sentido necesidad de proteger sus cuerpos.
Al escuchar el murmullo de la presencia de Dios, corrieron
a ocultarse, habían desobedecido y dentían to-
das las piedras del paraíso sobre sus hombros. Yahveh
los llamó.
—Estamos desnudos—contestaron.
—Han comido del árbol prohibido. Adán ¿por qué
desobedecieron?—dijo Eliohino con vos de relámpago.
—Señor, la mujer que me diste por compañera
me dio del arbol y yo comí—respondió Adán
de inmediato. Elohim se dirigió entonces a Eva:
¿Qué has hecho?
—La serpiente me engañó—contestó asustada.
Entonces Yahveh miró a Samael y lo maldijo:
—Por cuanto esto hiciste, maldito serás entre
todas las bestias y entre todos los animales
del campo; sobre tu pecho andarás y polvo comerás
todos los días de tu vida. Samael, nadie puede
mostrarme el camino a seguir, Yo soy tu Señor.
Y volviéndose hacia el hombre y la mujer dijo:
—Deberán salir de Edén. No quiero que prueben
del árbol de la vida. Eva, tú sentirás que se te abre el
cuerpo al parir a tus hijos, obedecerás a tu hombre.
Adán, habrás de labrar la tierra, arrancarás espinas y
abrojos. Y volverán al polvo del que han sido formados
—musitpo con tristeza mientras se alejaba. Desde
hoy tendrán conciencia de su finitud, conocerán la
muerte, pretenderán evitarla en vano. Enterrarán a sus
muertos, inventarán rituales. De poco les servirá el conocimiento,
mientras más sabios, mas sufrirán por sus
perdidas, no podrán curar el dolor por que excederá
sus cuerpos. No encontrarán el sitio que punza. Ese
será su castigo.
Mandó que se les entregaran unas pieles de
animales para que se cubrieran y ordenó al ángel
de la llamada de las espadas remolineantes
que guardara la gran entrada del Edén.
Más allá de las tierras colindantes con el paraíso se
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A Ransh of Hell piloto
No puedo ver nada, está demasiado oscuro. Bien, recordaré mi vida una vez más en lo que espero a que mis ojos se adapten a la luz... mi nombre es Mike, tengo 36 años y vivo solo, mi vida no ha sido la mejor, pero hago lo mejor que puedo, aunque últimamente he estado un poco endeudado... Bien, ya puedo comenzar a ver y... mierda.
Me encuentro en lo que parece ser un almacén con paredes metálicas altas y techo de aluminio irregular sostenido por vigas... a una de las cuales estoy amarrado yo. Entre la oscuridad logro discernir varios contenedores de metal de suficiente tamaño cómo para que cinco personas entren y sobre espacio para poder moverse un poco, aunque puede que sean más grandes, no es que la oscuridad me deje ver perfectamente. Ahora, la pregunta suprema... ¿Qué demonios hago aquí?
-Hola, ¿hay alguien? -mi voz hace algo de eco en las paredes y reverbera por unos segundos antes de desvanecerse en el silencio que había originalmente-
Bueno, al parecer me dejaron solo con mis pensamientos, bien... supongo que trataré de hacer memoria y descifrar cómo terminé en esta situación. Comenzaré por el momento más extraño de este último año, el día en que comencé el Juego de Demon.
Ese día mis deudas habían llegado a un punto límite y mis acreedores me estaban buscando para "liquidar mis deudas", probablemente junto conmigo o algunos de mis órganos internos. Recuerdo que en busca de escapar logré salir de la ciudad donde vivía hasta llegar a un edificio abandonado cerca de una zona de mendigos sin techo, el edificio era lo que parecía un antiguo casino que pasó más de una década sin ver visitas, la pintura roja que cubría sus agrietadas paredes estaba seca y caída en muchas partes, los ventanales rotos estaban cubiertos con maderos podridos y en mal estado, las puertas de ébano se veían fuera de lugar al estar en muy buenas condiciones... siendo sincero, el lugar era aterrador ahora que lo pienso con detenimiento, en especial porque al menos en cien metros a la redonda no había ninguna otra construcción cercana exceptuando los muros exteriores de la zona pobre a unos setenta metros y las cercas con advertencias de peligro que evitaban el paso al bosque ubicado detrás del "casino", pero en aquel momento estaba aterrado por los cobradores, así que sin miramientos entre al lugar. Por dentro se veía igual de ruinoso, el piso de madera se encontraba en pésimas condiciones, el gran salón estaba adornado con mesas redondas y sillas rotas, al final había un pequeño escenario casi destruido cuyas cortinas se encontraban rasgadas, las escaleras al segundo piso solo llegaban a mitad del camino antes de volverse una caída a sus escombros. La soledad era la característica principal de ese lugar, o eso aparentaba a primera vista, en una esquina, en la oscuridad, se podía ver a un hombre vestido con esmoquin y sombrero de copa morados, dicho sombrero coronado con una rosa púrpura que hacía juego con el resto de la ropa de aquel hombre cuya expresión mostraba una amarga sonrisa mientras observaba una pantalla en la mesa por la cual estaba sentado.
-¿Qué quieres? Estoy algo ocupado -la estruendosa y ronca voz del hombre de morado estremeció levemente el lugar-
-En realidad solo necesito esconderme, y lo haré por allá, sin molestar -respondí lo más calmado posible mientras señalaba una puerta en la arte izquierda del lugar a la que me acercaba lentamente-
-Sinceramente no te recomiendo cruzar esa puerta -habló sin siquiera levantar la mirada de la pantalla-
-¿Por qué sería eso? -me detuve con mi mano a pocos centímetros de abrir la puerta-
-No es importante que lo sepas, solo debes saber que no sería bueno (para ti) que entraras.
-Bien, entonces buscaré otro lugar para esconderme de mis acreedores, si ves a hombres armados e intimidantes, no me viste -tras decir eso me disponía a irme, pero el hombre interrumpe mi huida-
-¿Acaso tienes deudas lo suficientemente grandes cómo para que tu vida peligre? -por alguna razón eso pareció alegrar al hombre que finalmente apartó la vista de la pantalla para mirarme con una auténtica sonrisa- Si ese es el caso, creo que mi propuesta te puede interesar.
-¿Deudas? Por supuesto que tengo o no estaría huyendo -le respondo algo apresurado, pero aún así interesado (y preocupado) en lo que quería decir- ¿Cual es la oferta?
-Bueno, mi oferta consiste en darte grandes sumas de dinero y cualquier otra cosa que te puedas imaginar, siempre que no vaya en contra de las leyes de la naturaleza, por más oscuro o desagradable que pueda parecer o por más dulce y adorable que sea, te será entregado por este servidor -el hombre hablaba en un tono formal y ademanes indicando lo grande de su propuesta- Cualquier deseo que puedas pedir que no sea antinatural, te será concedido.
Al terminar de oír todo acerca de su propuesta me quedé sorprendido, no solo por lo increíble que era y hacía sonar la propuesta, sino también con la confianza, seguridad y naturalidad con la que hablaba semejante propuesta digna de algún rey del inframundo a un humano antes de hacerle pagar con su alma. Especialmente esa parte era la que me preocupaba, ya que no era un 0% probable que este extraño hombre fuera un demonio, además de que su aspecto recordaba a los OVERLORD del infierno o a un gran ente de oscuridad y maldad pura.
-Suena tentadora la oferta, pero dime cuál es el precio, dudo que sea gratis tan gran servicio -a este punto ya había perdido la urgencia de huir y tomé real interés (y cuidado) en este ser y su oferta-
-Perspicaz, claramente no es gratis, pero puede llegar a serlo, verás, mi oferta es en realidad un juego, yo te ofreceré todo lo que desees y tú te enfrentarás a los peligros y consecuencias que acarrean dichos deseos y si logras evitar dichos peligros y salir entero de ellos durante 15 años, estarás absuelto de cualquier pago hacia mí, pero si por otro lado, sufres graves perdidas físicas a causa de tus pedidos o mueres por cualquier otra forma... deberás pagar completamente cada uno de tus deseos -explicó de forma calmada, nuevamente acompañado con gestos, cómo si de una exposición se tratase-
-¿Y cual sería ese precio? Digo, solo para pensármelo antes de aceptar.
-Bueno, el precio depende de cuantos deseos pidas y de su naturaleza.
-¿Puedo saber tu nombre?
-Si te lo digo estarás obligado a jugar quieras o no.
-Bueno, de todas formas ya decidí participar, no haría daño saber el nombre del anfitrión -extiendo mi mano hacía él para cerrar el trato, pero en lugar de estrechar mi mano puso cara de disgusto hasta que bajé nuevamente mi mano-
-Trato hecho Mike, como muestra de que entraste al juego te daré esto -dicho eso introduce su mano en lo que parece ser un bolsillo interno en su esmoquin y al ser esta nuevamente visible se encontraba sosteniendo una enorme cantidad de dinero, de hecho, lo suficiente para pagar todas mis deudas y para vivir sin preocuparme por unos meses- Ten, es todo tuyo, este no tendrá precio en caso de perder el juego... por cierto, mi nombre es Demon, y soy el segundo de mayor rango en la jerarquía del inframundo, pero que eso no te intimide, no haré nada directa o indirectamente para que pierdas el juego.
Poco después de eso desapareció en un destello de luz negra y junto a él la puerta en la que me quise esconder. Después de eso finalmente pagué mis deudas y me mudé lejos de ahí y, aunque en su momento me fue algo difícil de aceptar, pedí múltiples deseos que se pueden considerar pecaminosos durante estos últimos meses y... así llegamos a donde estoy ahora, en un posible almacén oscuro, atado a una viga... probablemente porque alguien notó mis deseos y sus efectos, logró atraparme de alguna forma y traerme aquí para obtener beneficios de mí... lastimosamente para ellos puedo salir de aquí con solo pedirlo, pero quiero saber quienes (o quien) es el causante de estos minutos de preocupación (durante los cuales olvidé que aún estoy en el juego).
-Interesante, pero me encargué de que no puedas desear tu salida de esta -una voz femenina hizo eco en todo el lugar, por lo que no pude identificar de donde provenía con claridad-
-¿Quién eres y por qué me tienes aquí? -pregunto mientras veía una posible forma de salir... o cuando menos defenderme-
-Solo otra jugadora inconforme que desea auténtico poder -a pesar del eco pude descifrar un poco más de la atacante por su voz, sonaba como una chica de 17 años-
-¿A qué te refieres?
-No intentes ganar tiempo con preguntas estúpidas, de todas formas morirás dentro de poco... en cuanto sean las 12:00 AM... dentro de 13 minutos...
A pesar de que dijo que era una pregunta estúpida, realmente no tenía ninguna puta idea de que carajo se refería, supongo que quiere decir del juego de Demon, pero no comprendía a que se refería con "auténtico poder" o el porque de tener que matarme para alcanzarlo.
-¿Enserio no sabes a lo que me refiero a pesar de estar jugando el juego de Demon? -nuevamente habló contestando a mis pensamientos-
-Desearía que no leyeras mi mente... es más lo DESEO -uso otro deseo más para que me dejara tranquilo con mis pensamientos, aunque eso incrementara mi deuda con Demon- Pero sí, realmente no tengo idea de que hablas.
-Mierda... era divertido oír tus pensamientos, aún así no te ayudará a escapar. Por otra parte, Demon debería haberte dicho de que si eras el último jugador vivo se te otorgaría auténtico poder, aunque no es muy especifico, el poder que otorgará ha de ser inmenso si no considera el poder cumplir casi cualquier deseo.
Vale, creo comprender de que va la cosa, Demon ideó esa táctica después de que hubo muchos jugadores, así estos se matan entre ellos y reclamará su deuda más rápidamente, es inteligente... aunque no es que me sea útil saber eso ahora... espera... ¿por qué debía esperar hasta las cero horas?
-¡Oye! Nemesis -le hablo a la chica que aún no veo ni se su nombre- ¿por qué debes esperar a una hora exacta para matarme?
-Es para aligerar mi deuda al entregar tu alma y... ¿¡cómo me llamaste!? -a pesar de no poder verla estoy seguro que su cara era una mezcla de condición y enojo-
-Nemesis, no se tu nombre, así que te digo así... después de todo me matarás en pocos minutos.
-Pocos minutos no, en 35 segundos.
Oh bueno, mi vida está a punto de terminar. La chica se para frente a mi con una pistola de arpones, su tez era clara y su cabello negro brillante, sus ojos eran verdes y vestía como una pescadora... bueno, eso explicaría porque me matará como a un tiburón... aunque no he intentado ligar con ella. Ahora si, chistes aparte, me han enseñado que si vas a morir deberías llevarte a alguien contigo, así que...
-¡¡DESEO UN ENLACE VITAL!! -justo un instante antes de que disparara el arpón pedí ese deseo, un poco vago, pero se cumpliría de acuerdo a mis pensamientos-
-¡HIJO DE PU... -por un instante pude ver su expresión de rabia, incluso intentó detener el arpón, pero era demasiado tarde-
El arpón me atravesó la cabeza matándome instantáneamente y, de acuerdo a mi deseo, mi vida y la de la chica se enlazaron y ambos morimos al mismo tiempo, supongo que nos veremos en el infierno jaja...
...
Bien, llevo como media hora cayendo por un agujero donde tentáculos y fuego verde me han estado golpeando, seré positivo, ya estoy muerto y me tocará pagarle al extraño y posiblemente peligroso hombre de morado... okey, no hay lado positivo, no es como si me fuera a poner a trabajar felizmente en una granja en el infierno y~ ya veo el el fondo...
-Finalmente llegan, es muy bueno tener nuevas almas en el infierno -la voz de Demon sonaba en todo el lugar ignorando por completo el dolor de una caída de 32 minutos a laque sobreviví por estar muerto- Bien mi estimado Mike y estimada Sarah, a cada uno de ustedes se les será asignado un rol como parte de mi propiedad, así que sin tener voz ni voto tendrán que cumplir con su trabajo si desean regresar a la Tierra en el mismo EON que nacieron. Sarah, con tus pedidos has satisfecho muchos deseos realmente oscuros que iban no solo en contra de lo establecido por tu dios principal, sino que también con lo moralmente aceptable de tu sociedad y tus pensamientos del pasado, el precio por mis servicios es la producción de tanto dinero como la totalidad del que hay en la Tierra en las minas de oro del Círculo de la Codicia, podrás darte un descanso por cada billón de dólares producido.
En cuanto terminó de hablar la chica causante de mi muerte, que se encontraba a mi lado desapareció. Demon hizo una pausa en la cual pude apreciar el lugar donde me encontraba, era una sala enorme cuyas paredes estaban acolchonadas con una cubierta roja, decoraciones de oro se encontraban en todo el lugar, el suelo estaba oculto tras una alfombra morada con bordado dorado, al final de la habitación un enorme buró negro de espalda a un ventanal con vista a la absoluta negrura de la nada a la que Demon observaba.
-En cuanto a ti, Mike, no solo tus peticiones apenas incumplían leyes divinas, morales y sociales, sino que adicionalmente llegaste con un alma llena de pecados, me gusta eso, así que te daré un rol de acuerdo a eso, trabajarás a Susy y Zorzz en el rancho infernal de monstruos en el Limbo, mientras no tengas trabajo podrás visitar otros círculos, tras generar varios millones de ganancias en almas serás absuelto.
Tras terminar de hablar aparecí en lo que parecía una oficina frente a un buró en la que se sentaba una criatura cuya cabeza era únicamente una gran boca llena de afilados dientes.
-Eres el nuevo empleado del rancho de monstruos del señor Demon -la criatura hablo con una voz femenina y un olor fuerte a carne- Por su perfil es el más adecuado para llevar las riendas del lugar, buena suerte en tu trabajo.
Sin dejarme hablar me entregó una tarjeta con mi nombre, mi foto y un texto donde indicaba que era el "Encargado de Producción y Gestión de la Granja Infernal de Monstruos", después de eso me indica el camino para llegar al lugar donde me encontraría con mis compañeros Susy y Zorzz. El camino era un sendero de tierra gris a través de un bosque de árboles negros por el que caminé durante lo que pareció una eternidad hasta finalmente llegar a una cabaña de madera desde la que se escuchaban fuertes gritos y el sonido de una motosierra.
-¡DIOS! Ni he entrado y ya me hago una idea de lo terrible que será mi estadía aquí gracias a mis compañeros -me dije a mi mismo antes de abrir la puerta de la cabaña-
-¡ATRAPAME SI PUEDES PEDAZO DE MIERDA AZUL! -una chica de piel y cabello rojo vestida con una camisa a rayas negras y rosadas junto a un short y chaqueta rosa, con medidas de mayas negras le gritaba a lo que parecía un hombre azul con pantalones grises y chaqueta negra, tenía cuatro ojos y dos cuernos, uno de ellos rotos, sus brazos le llegaban a las rodillas y cargaba una motosierra gigante roja-
-¡SUSY! Ven acá, devuelveme mis almas humanas, las obtuve con una venta hoy, las necesito.
-¡JA! Si las quieres tendrás que venir a por ellas, looser.
-Ya verás, te cortaré la cabeza otra vez.
-Ni creas que lo harás de nuevo Zorzzzzzzzzzzz.
Y bueno, aquí comienza mi tortura en el infierno con una demonio punk y un monstruo psicótico impulsivo... ¿enserio estoy a cargo de estos dos?... ¿se supone que debo ganar almas cuando ni las que ganan las pueden conservar?... como sea... meta actual, obtener el primer millón de almas para Demon, progreso: 0/1000000
#web series#historia#indie#A ransh of Hell#capitulo 1#Mike Anderson#Demon#Susi Hellsing#Zorzz#Sarah Fisher#Limonlol
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Explorando Guitarras Clásicas En Venta: Desvelando las Guitarras de Palo Escritas
Supongamos que es usted un aficionado o un músico profesional en busca de un instrumento de cuerda que no sólo se haga eco de melodías intemporales, sino que también tenga un significado histórico. Quizá las guitarras clásicas sean la mejor opción para usted. Famosas por sus tonos ricos y cálidos y su artesanía distintiva, las guitarras clásicas han cautivado a los músicos durante siglos. Sin embargo, dentro de este reino de las guitarras clásicas se esconde un tesoro único y menos conocido: las guitarras Written Stick, que ofrecen una mezcla de tradición e innovación..
Las guitarras clásicas son un testimonio de la herencia musical, cuyos orígenes se remontan a los periodos renacentista y barroco. Fabricadas con precisión y delicadeza, estas guitarras cuentan con cuerdas de nylon que producen un sonido más suave y resonante en comparación con las guitarras de cuerdas de acero. Su versatilidad permite a los intérpretes explorar una amplia gama de géneros musicales, desde composiciones clásicas hasta piezas contemporáneas, lo que las convierte en las favoritas de músicos de todo el mundo.
A la hora de buscar Venta De Guitarras Clásicas, hay que tener en cuenta varios factores, como las maderas, el acabado y la facilidad de ejecución. Las guitarras clásicas de alta calidad se construyen normalmente con maderas como el abeto, el cedro o la caoba para la caja de resonancia, y con palisandro, ébano o arce para el fondo y los aros. El meticuloso ensamblaje y la atención al detalle por parte de luthiers expertos garantizan un equilibrio armonioso entre estética y calidad de sonido, dando como resultado instrumentos que inspiran la creatividad y la expresión musical.
En el mundo de la guitarra clásica, existe un instrumento menos conocido pero intrigante: la guitarra Written Stick. Combinando la elegancia de las guitarras clásicas con un toque de innovación, las guitarras Written Stick se fabrican con un diseño único que incluye inscripciones, notas o incluso poesía grabada en el instrumento. Esta característica distintiva no sólo añade un toque artístico, sino que también narra historias y emociones a través del propio instrumento, convirtiéndolo en una pieza apreciada por coleccionistas y músicos que buscan algo excepcional.
Estas guitarras a menudo incorporan la artesanía tradicional con técnicas modernas, ofreciendo a los músicos una mezcla de significado histórico y estética contemporánea. Las guitarras Written Stick sirven de puente entre el pasado y el presente, celebrando la herencia musical al tiempo que abrazan la creatividad y la individualidad.
Para los músicos y coleccionistas interesados en explorar las guitarras clásicas, incluidas las raras guitarras de palillo escrito, las plataformas en línea como esta página ofrecen una amplia colección para satisfacer diversas preferencias. Este sitio web ofrece una cuidada selección de guitarras clásicas, que incluye modelos tradicionales y variaciones únicas como las Guitarras de palo escrito, lo que garantiza un abanico de opciones tanto para entusiastas como para profesionales.
Conclusión
Las guitarras clásicas son un testimonio del arte atemporal y la herencia musical que sigue cautivando a generaciones de músicos. Dentro de este ámbito, las guitarras Written Stick añaden un toque distintivo, fusionando la tradición con la innovación y la narración. Ya sea que uno busque la elegancia clásica de las guitarras clásicas tradicionales o el encanto único de las guitarras Written Stick, plataformas como guitarts.com.mx sirven como puerta de entrada a un mundo de tesoros musicales, ofreciendo una diversa gama de instrumentos para adaptarse a las preferencias individuales y viajes musicales.
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En el jardín
Lo peor que pudo hacer la tierra fue dejar que las flores crecieran en ella. Su mera existencia, un ejemplo del deseo, del placer más fugaz y peligroso que alguien puede encontrar en su vida. La ilusión de fragilidad, los colores llamativos y la fragancia seductora, una vez dentro de la memoria, solo deja el adictivo sentimiento de repetir la experiencia, de tener una flor entre las manos. Sin importar el nombre, forma o fondo, todas eran iguales. Las flores son crueles. Están en todos lados y a diferencia del resto de cosas en el mundo no las necesitamos para seguir viviendo, solo están ahí creciendo y esperando para que algún ingenuo ser caiga rendido ante su presencia.
El gran jardín del clan Tengoku reflejaba las raíces, que cimentaron sus proezas, las flores. La variedad de especies era tal que fácilmente podría ser confundido con un sueño. Humildes margaritas esparcidas entre rosas orgullosas, sencillos girasoles danzando en su tallo mientras buscando el sol que se filtraba entre las nubes, hierbas aromáticas endulzaban el aire y las enredaderas tejidas magistralmente unían todo en perfecta armonía. Era el paraíso en la tierra. Un Edén construido solamente para la vista y deleite del clan Tengoku. Generación tras generación, el jardín fue creciendo, pues era tradición que cada miembro de la honorable familia debía mostrar sus respetos con un nuevo brote, cuidarlo y hacerlo parte de la misma tierra que los vio nacer.
El idílico escenario fue construido con el propósito de reunir a la familia y llevar a cabo su labor. Gobernar el infierno que suponía la Asociación Kengan y sus peleas. Un deber que cargaban sobre sus hombros con orgullo y solemnidad, tomando su trabajo con suma seriedad. Recopilando información de todos los miembros, ya fueran empresarios o luchadores, subordinados o incluso amantes; información de alianzas, apuestas o traiciones, acciones completamente normales entre las personas que osaban navegar las turbulentas aguas del bajo mundo.
La paz del lugar se vio perturbada cuando las botas tocaron el camino de madera. Un sendero serpenteante hecho del ébano más oscuro daba la bienvenida al jardín, rodeado de color, el camino parecía resaltar a pesar de su color nocturno y devorador. La silueta femenina de otra flor, una especie totalmente diferente de las plantas, hizo acto de presencia. La joven mujer destacaba por su figura curvilínea, cabello verde oscuro hasta la barbilla y un flequillo peinado en forma de bob, ojos de color verde claro que acaparaban la luz del paraje. Pantalones de cintura alta abrazaban sus largas piernas como si se tratarán del tallo de una flor, coronando su parte superior, un modesto suéter de lana amarilla cuál atardecer y el ligero beso del maquillaje natural sobre una piel de porcelana.
Iona Tengoku poseía un andar elegante. Cada pisada que daba se contradecía, pues era suave como si flotara, pero firme al producir un ruido llamativo como la chispa surgida del choque entre metales al rojo vivo. Un pie delante del otro, uno delante del otro, avanzó por el sendero hasta el punto de reunión. La exquisita edificación de metal y cristal intrincados que daban forma a la glorieta más grande de Oriente. Una delicada mano se posó en la cerradura y una sonrisa adorno los rasgos femeninos, alguien ya había abierto la puerta antes que ella. Una buena señal, pues de esa forma, si no era la primera en llegar, podría distraerse hablando y no con sus recuerdos del jardín.
El interior fue construido para aislar las perturbaciones ajenas. El ruido del viento silbando, la lluvia y el sol en sus habituales horas del día y del año, los insectos atraídos por la vegetación y otras distracciones que obstaculizan el deber. En medio de la estancia había una mesa redonda hecha de cerezo, dos sillas a juego acolchadas para una mayor comodidad y otra silla, pero esta no era de madera, sino de metal y específica para el otro individuo en la ostentosa sala de té.
—Llegas tarde.— ese tono de voz, que mediaba entre lo familiar y la reprimenda. Algo común en él, una entonación profesional que no alteraba su atención de los papeles sobre la mesa.
El tiempo era valioso. El tiempo era dinero y él nunca dejaba de recordárselo. Soma Tengoku, el más joven de la familia, era conocido por dos motivos; primero, por su mera característica física de necesitar una silla de ruedas, la mejor que el dinero y las conexiones podían entregar; y segundo, la fuerte mano de hierro que aplicaba en los negocios, las compañías sabían que debían cuidarse de cuando el Hinojo del jardín estaba inmiscuido, pues él controlaba cada moneda que rodaba en los ríos de dinero y sangre que fluían en la Asociación Kengan.
Hinojo, una planta utilizada para simbolizar la fuerza, la misma que él aplicaba en sus palabras y acciones. En sus manos, al momento de escribir el destino, con números y firmas, con sus palabras frías y directas que guardaba sabiamente y dejaba salir al ser necesario, en sus ojos verdes, que al igual que los de su hermana absorben la luz y disparaban intenciones de forma certera. Siempre vestido de manera sencilla, con colores terrosos y oscuros. Pantalón holgado y zapatillas, camisa y suéter. No era muy exigente con su ropa, especialmente estando en casa, pues era un lugar seguro, para no ser tan estricto y dejarse llevar un poco por la comodidad, incluso su cabello rubio divagaba entre términos.
—Eres demasiado puntual hermanito.— la diferencia en sus voces era evidente. La calidez y dulzura que salía por los labios de la hermana mayor hacían que todo pareciera más sencillo.—Además aún falta Amaranto.
Paso tras paso, la mayor de los gemelos Tengoku se dirigió para tomar asiento frente a su hermano menor. Solo un par de minutos de diferencia dieron origen a la broma familiar, era un juego entre ellos que disfrutaban y compartían para aligerar la carga sobre sus hombros. Las muchas pilas de papeles sobre la mesa eran una evidencia de la carga entre manos, una que debían gobernar en la reunión agendada y que debió comenzar hace 15 minutos.
Eran demasiado diferentes para ser gemelos, tanto en su forma de actuar como en su apariencia. Iona y Soma Tengoku, representaban la nueva generación de flores, por lo mismo, no debían ser copias idénticas de sus antepasados y mucho menos entre ellos, debían ser mejores y complementarse para ser un frente unido ante la adversidad.
—Sabía que llegarías primero, Iona.— una ligera sonrisa tapó levemente un ceño fruncido de concentración en su lectura.—Yoshida me informó que todavía está en una reunión con el presidente Katahara.
—Entonces llegará tarde.— tomó uno de los muchos archivos y fingió leer, de soslayo reconoció algunos logos en las carpetas, Gandai y Under Mount destacaban entre la multitud.—Bueno, tendremos mucho tiempo libre.
—Al menos una hora.— estaba demasiado concentrado en la verificación de información, que con mucha suerte respondía, siempre dejando en segundo lugar las cosas menos importantes. Los intentos de generar una conversación de su hermana, sobre todo cuando debían trabajar, entraba en la categoría de secundario para Soma.
—Iré a buscar algo para comer.— viendo que tendrían mucho libre, Iona opto hacer algo más allá que solo trabajar o ver a su hermano trabajar. Aún estaba el sol en lo alto y el aburrimiento comenzaría hacer mella en su energía.—¿Deseas algo?
—Una taza de té blanco con una rodaja de limón y un poco de...
—Pastel de cerezas frescas con natilla en la parte superior.
Una sonrisa fraternal recorrió ambos rostros e hizo que sus ojos verdes se cruzaran. Eran muy diferentes a pesar de ser gemelos, pero seguían siendo familia y en su extraño lenguaje expresaban el amor que se tenían.
Las tazas de porcelana y los pastelillos eran naturales en la mesa, pero no era el caso de los archivos, papeles y computadora. Fue anacrónico el estilo desordenado de diversos objetos y todo era debido al tiempo transcurrido. Una bandeja de deliciosos dulces se volvió solo un par y el reloj no se paró solo por una reunión, que ahora estaba más que atrasada.
—Al fin.— el comentario fuera de lugar, muy alejado del silencio, comer de los jóvenes y las preguntas cordiales o ejecutivas. La glorieta fue construida para ser un entorno cerrado, pero ni siquiera la gran construcción pudo escapar de los sentidos de Iona.
La puerta volvió a ser abierta, casi una hora después de la última vez, permitiendo la entrada a la jefa del clan Tengoku. Eldora Tengoku, Amaranto, era una anciana de cabellos grises y acomodados en un kumamiki con kanzashis de plata, un kimono con las sedas más finas en tonos morados con patrones de su flor y un rostro sereno.
—Muchas gracias Yoshida.— la afable voz en la anciana le daba una apariencia amable.—Nos vemos mañana querido.
—Que tenga una buena tarde mi señora.— Yoshida, el chofer y guardaespaldas personal de Eldora, era un hombre corpulento y calvo, de pocas palabras, que vivía para proteger a la matriarca del clan Tengoku.
Una pequeña reverencia y antes de partir por el sendero de madera, cerró la puerta de la glorieta con el mayor cuidado posible. Los gemelos dejaron todo lo que tenían entre manos y esperaron a que la mujer mayor tomará asiento, ahora todos estaban presentes y la reunión podía tomar lugar. Todo el clan Tengoku estaba reunido en el mismo sitio y era hora de mover los hilos que dirigirán los siguientes tiempos por venir.
—Lamento la tardanza, niños.— ella sabía que no era de buena educación llegar tarde y mucho menos con la familia.-Pero ya saben cómo me pongo cuando visito a Metsudo, además había comprado esas delicias rusas que tanto me gustan.
—No debes disculparte, abuela.— Iona conocía lo sentimental que era su abuela cuando se reunía con sus amigos.—Es algo normal perder la noción del tiempo cuando es bien invertido.
—Muchas gracias cariño.
—Podemos hacer lo que vinimos hacer, por favor.— Soma como siempre priorizo el deber.—Tenemos que ver nuestras acciones para la siguiente semana y...
—Estás demasiado tenso Soma.— la preocupación de la mujer mayor, era palpable en sus palabras junto a la risa que se filtraba.—Eso no es bueno para tu salud.
—Abuela, tenemos mucho trabajo por delante y...—Soma. Relájate un poco, tenemos tiempo.— su hermana se estiró en la mesa para alcanzar la mano de su hermano mayor, para calmarlo y aplicar un bálsamo en forma de la simple caricia de su pulgar en el dorso de su piel.—Llevamos años preparándonos para esta ocasión.
—Está bien.— un respiro fue exhalado junto a las tensiones, una ligera acomodación de su lente en la curva de su nariz y esos hermosos ojos verdes devolvieron toda la luz en su mirada.—Comencemos.
Casi una hora después, la mayoría de los papeles habían sido revisados. Cuentas por pagar y contratos por firmar, las tareas menores fueron cubiertas en su totalidad, al menos las más urgentes o próximas a vencer. Un par de bostezos escaparon de los tres y todos los pastelillos, así como el té, ya se habían acabado. Por fin decidieron tocar el verdadero motivo para estar presentes.
—Tras cinco años, cinco largos años, Grupo Nogi está listo para ejercer su derecho de un Torneo de Aniquilación Kengan.— Soma estaba ansioso por al fin mencionar la gran noticia. Su preocupación y seriedad eran simples efectos secundarios.
—Metsudo está expectante del resultado de la siguiente pelea por el voto número 50.— Eldora, la más cercana al presidente de la asociación, conocía mejor que nadie cómo estaba su viejo amigo.
—Grupo Nogi solamente necesita un voto y decidió sellar su destino con Gandai.— el rubio disfrutaba tener tantos saberes merodeando en su cabeza.—Una buena elección, que sí tiene los resultados que espera demostrara su poderío al resto de facciones de la asociación.— una estrategia que él mismo tomaría de estar en la posición del retador.
—Es el primero en décadas que muestra los dientes de esta manera.— la matriarca familiar era la única que había visto en carne propia un evento igual en su juventud, por ello, vivirlo nuevamente con sus entrados años en la edad era casi nostálgico.—Un desafío. Un Torneo de Aniquilación es la oportunidad ideal para que todos den todo de sí para llegar al poder.
—Gandai usará su mejor luchador.— la joven flor estaba ensimismada en sus pensamientos, conocía de primera mano el nivel del peleador mencionado. Era uno de sus favoritos después de todo.—El Ángel del Infierno, Jun Sekibayashi.— la picardía en sus palabras, la emoción casi infantil le daban un velo añorable.—Un oponente a la altura de la ocasión.
—¿Qué sabemos del luchador de Nogi?— Eldora estaba pendiente a toda posible indagación nueva del misterioso hombre.
—No mucho.— el cambio en su forma de hablar fue total. ¿Dónde estaba el fuego de hace solo unos segundos? Iona apenas parecía viva mientras hablaba.—Utilizara al novato que reemplazó a Komada. Ohma Tokita, 1 victoria y 0 derrotas.
—El nuevo que venció al Superhombre.— el gemelo compartió su falta de interés por el luchador. Tecleo con velocidad en su computadora, desplazándose de ventana en ventana, observando la pequeña pestaña de "Ohma Tokita", la cual ni siquiera tenía datos concisos de su altura o peso.—No parece gran cosa.
—Tiene un nombre fuerte.— la longeva flor no compartió el pensamiento de sus nietos.—Tal vez tenga una oportunidad contra Jun.
Una mirada cómplice cruzó los ojos verdes, pues los ojos cafés de su abuela tenían un brillo travieso. Eldora Tengoku era una especie de vidente cuando se trataba de los luchadores, algo en su interior, algo único siempre le decía cuando alguien albergaba un potencial desconocido.
—Ahora todo se reduce al resultado de esta pelea.— la cabeza del Clan Tengoku, Eldora, sonrió recordando sí propio tiempo como representante.—Uno de nosotros tendrá que estar presente para dar comienzo al Torneo. Es tradición que sea nombrada una Flor para el Torneo de Aniquilación.
—¿Estás lista Flor del infierno?
La sonrisa en los labios juveniles y la mirada en sus ojos proyectaron su respuesta mucho antes que la palabra saliera.
—Sí.
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📚 | Blancanieves | Libro completo | ASMR | Audiolibro
Blancanieves
Hermanos Grimm, 1812
Érase una vez en pleno invierno, cuando los copos de nieve caían del cielo como plumas, que una reina estaba sentada cosiendo junto a una ventana con un marco de ébano. Y como estando así cosiendo levantara la vista hacia la nieve, se pinchó con la aguja en el dedo y tres gotas de sangre cayeron en ella. Y como el rojo se veía tan bello sobre la blanca nieve pensó: «Si tuviese una niña tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre y tan negra como la madera de este marco…». Al poco tiempo tuvo una hija que era tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre y tenía los cabellos tan negros como el ébano, y por eso la llamaron Blancanieves. Y nada más nacer la niña, murió la reina.
Pasado un año el rey tomó otra esposa. Era una mujer hermosa, pero orgullosa y arrogante, y no podía soportar que alguien la superase en belleza. Tenía un espejo mágico y, cuando se situaba frente a él y se miraba, decía:
—Espejito, espejito de la pared,
la más hermosa de todo el reino,
¿Quién es?
A lo que el espejo respondía:
—Mi reina y señora,
en el reino vos sois la más hermosa.
Entonces se quedaba satisfecha, pues sabía que el espejo decía la verdad.
Pero Blancanieves fue creciendo y fue haciéndose cada vez más bella, y cuando hubo cumplido siete años era ya tan linda como la luz del día y más hermosa que la propia reina. En una ocasión en que esta preguntó a su espejo:
—Espejito, espejito de la pared,
la más hermosa de todo el reino,
¿Quién es? —el espejo respondió:
—Mi reina y señora,
tú aquí eres la más hermosa,
pero Blancanieves es mil veces
que usted más preciosa.
Entonces la reina se asustó y se puso amarilla y verde de envidia. Desde ese momento, cada vez que veía a Blancanieves el corazón se le revolvía en el cuerpo, tal era el odio que sentía por la muchacha. Y la envidia y la arrogancia fueron creciendo más y más en su corazón, como la mala hierba, hasta que no llegó a tener un minuto de paz, ni de día ni de noche. Así que llamó a un cazador y le dijo:
—Llévate a la niña al bosque, no quiero volver a verla más. La matarás y me traerás como prueba el pulmón y el hígado.
El cazador obedeció y se la llevó, y cuando ya había sacado el cuchillo de monte y se disponía a atravesar el inocente corazón de Blancanieves, esta se echó a llorar diciendo:
—¡Ay, querido cazador, déjame vivir, me adentraré en el bosque y no regresaré jamás!
Y como era tan hermosa, el cazador se compadeció de ella y dijo:
—Entonces echa a correr, pobre criatura.
«Las fieras salvajes pronto te comerán», pensó y, con todo, sintió como si un gran peso se le hubiera quitado de encima al no tener que matarla. Y como justo en ese momento pasara por allí un cachorro de jabalí, le clavó el cuchillo, le sacó el pulmón y el hígado y se los llevó a la reina como prueba. El cocinero tuvo que cocerlos con sal y la pérfida mujer se los comió creyendo que se había comido el pulmón y el hígado de Blancanieves.
Ahora la pobre niña estaba sola y desamparada en el inmenso bosque, y tenía tanto miedo que miraba las hojas de los árboles y no sabía qué hacer. Entonces empezó a andar, y anduvo sobre las afiladas piedras y por entre los espinos, y las fieras pasaban a su lado sin hacerle nada. Siguió andando todo lo que los pies pudieron sostenerla, hasta que empezó a hacerse de noche; entonces vio una pequeña casita y entró en ella para descansar. En la casita todo era diminuto, pero tan delicado y tan limpio que no había nada que replicar. Había una mesita puesta con un mantel blanco y siete pequeños platos, cada platito con su cucharita, y además siete cuchillitos y tenedorcitos y siete vasitos. Junto a la pared había siete camitas colocadas una al lado de la otra y cubiertas con sábanas blancas como la nieve. Blancanieves, como tenía tanta hambre y tanta sed, comió de cada platito un poco de verdura y de pan, y de cada vasito se bebió un sorbito de vino, pues no quería quitárselo todo a uno. Después, como estaba cansada, se tumbó en una camita, pero ninguna le iba bien: la una era muy larga, la otra demasiado corta, hasta que al final la séptima resultó adecuada, y en ella se quedó, se encomendó a Dios y se durmió.
Cuando ya era completamente de noche llegaron los dueños de la casa: eran los siete enanos que picaban y excavaban las montañas buscando minerales. Encendieron sus siete lamparitas y, al iluminarse la casita, vieron que alguien había estado allí, pues no todo estaba tan ordenado como lo habían dejado. El primero dijo:
—¿Quién se ha sentado en mi sillita?
El segundo:
—¿Quién ha comido de mi platito?
El tercero:
—¿Quién ha cogido un pedazo de mi panecito?
El cuarto:
—¿Quién ha comido de mi verdurita?
El quinto:
—¿Quién ha pinchado con mi tenedorcito?
El sexto:
—¿Quién ha cortado con mi cuchillito?
El séptimo:
—¿Quién ha bebido de mi vasito?
Entonces el primero miró a su alrededor y vio que su cama estaba un poco aplastada, así que dijo:
—¿Quién se ha echado en mi camita?
Los otros acudieron presurosos y exclamaron:
—También se ha echado alguien en la mía.
Pero el séptimo, al mirar su cama, divisó a Blancanieves, que dormía en ella.
Entonces llamó a los otros, que llegaron corriendo y, gritando de pura admiración, cogieron sus siete lamparitas y alumbraron a Blancanieves.
—¡Ay, Dios mío! ¡Ay, Dios mío! —exclamaban—. ¡Qué niña tan hermosa! —y estaban tan contentos que no la despertaron, sino que la dejaron seguir durmiendo en la camita.
Y el séptimo enano durmió con sus compañeros, una hora con cada uno, y así transcurrió la noche.
Al hacerse de día, Blancanieves se despertó y, al ver a los siete enanos, se asustó. Pero fueron muy amables y le preguntaron:
—¿Cómo te llamas?
—Me llamo Blancanieves —respondió ella.
—¿Cómo has llegado a nuestra casa? —continuaron preguntando los enanos.
Entonces ella les contó que su madrastra había ordenado que la mataran, pero que el cazador le había regalado la vida y que había estado caminando todo el día hasta que por fin había encontrado su casita. Los enanos dijeron:
—Si quieres cuidar de nuestra casa, cocinar, hacer las camas, lavar, coser y remendar la ropa, y si estás dispuesta a mantenerlo todo en orden y limpio, entonces puedes quedarte con nosotros y no te faltará de nada.
—Sí —dijo Blancanieves—, de todo corazón —y se quedó con ellos.
Y ella siempre mantenía su casa en orden: por la mañana los enanos se iban a las montañas en busca de minerales y oro, por la noche regresaban y entonces su cena tenía que estar preparada. Durante el día, la niña se quedaba sola, por eso los buenos enanitos le advirtieron:
—Cuídate de tu madrastra, pronto sabrá que estás aquí; no dejes entrar a nadie.
Pero la reina, como creía haberse comido el pulmón y el hígado de Blancanieves, no pensaba en otra cosa más que en que era de nuevo la primera y la más hermosa, así que se colocó ante el espejo y dijo:
—Espejito, espejito de la pared,
la más hermosa de todo el reino,
¿Quién es?
A lo que el espejo respondió:
—Mi reina y señora,
aquí sois vos la más hermosa,
pero en los montes, al otro lado,
Blancanieves con los siete enanos
es mil veces que vos más preciosa.
Entonces se asustó porque sabía que el espejo nunca mentía y comprendió que el cazador la había engañado y que Blancanieves aún seguía con vida. Así que empezó de nuevo a pensar y pensar en cómo matarla, pues en tanto ella no fuera la más hermosa del reino, la envidia no le dejaría un solo instante de calma. Y cuando finalmente se le hubo ocurrido algo, se pintó la cara y se vistió como una vieja chamarilera hasta el punto de que era imposible reconocerla. Así vestida atravesó las siete montañas en dirección a la casa de los siete enanos, llamó a la puerta y gritó:
—¡Vendo buena mercancía! ¡Buena mercancía!
Blancanieves se asomó a la ventana y exclamó:
—Buenos días, buena mujer, ¿qué es lo que vendéis?
—Buena mercancía, preciosa mercancía —respondió—, cintas de todos los colores —y sacó una tejida con seda de colores.
«A esta honrada mujer puedo dejarla entrar», pensó Blancanieves, abrió la puerta y se compró la hermosa cinta.
—Niña —dijo la anciana—, ¡qué hermosa eres! Ven, voy a atártela bien.
Blancanieves no temía nada malo, así que se situó ante ella y dejó que le atara al cuello la nueva cinta, pero la vieja la ató tan deprisa y tan fuerte que a Blancanieves se le cortó la respiración y cayó al suelo como muerta.
—Ahora has dejado de ser la más hermosa —dijo, y se marchó de allí a toda prisa.
No había pasado mucho rato, a la hora de la cena, cuando llegaron a casa los siete enanos, pero cómo se asustaron al ver a su querida Blancanieves en el suelo, sin moverse ni agitarse, como si estuviera muerta. La levantaron y, al ver que el nudo estaba muy fuerte, cortaron la cinta en dos: entonces empezó a respirar y fue reanimándose poco a poco. Cuando los enanos oyeron lo que había ocurrido, dijeron:
—La vieja chamarilera no era otra que la impía reina: ten cuidado y no dejes entrar a nadie cuando no estemos contigo.
Pero la mala mujer, nada más llegar a casa, se puso frente al espejo y preguntó:
—Espejito, espejito de la pared,
la más hermosa de todo el reino,
¿Quién es?
A lo que este respondió como de costumbre:
—Mi reina y señora,
aquí sois vos la más hermosa,
pero en los montes, al otro lado,
Blancanieves con los siete enanos
es mil veces que vos más preciosa.
Al escuchar esto, se asustó tanto que le dio un vuelco el corazón, pues comprendió que Blancanieves había vuelto a la vida.
—Pues ahora —dijo— voy a idear algo que te aniquilará por completo —y con las artes de brujería que conocía preparó un peine envenenado.
Luego se disfrazó y adoptó la forma de otra anciana. Así vestida atravesó las siete montañas en dirección a la casa de los siete enanos, llamó a la puerta y gritó:
—¡Vendo buena mercancía!
Blancanieves se asomó a la ventana y dijo:
—Sigue tu camino, no debo abrirle la puerta a nadie.
—Pero mirar sí que podrás —dijo la anciana y, sacando el peine envenenado, lo sostuvo en alto.
A la niña le gustó tanto que se dejó seducir y abrió la puerta. Una vez acordada la venta, la anciana dijo:
—Ahora voy a peinarte como es debido.
La pobre Blancanieves no sospechaba nada y dejó hacer a la anciana, pero apenas hubo metido el peine en sus cabellos, cuando el veneno empezó a actuar y la niña cayó al suelo sin sentido.
—¡Tú, dechado de belleza! —dijo la pérfida mujer—. Ahora sí que estás muerta —y se marchó del lugar.
Por suerte pronto se hizo de noche y los siete enanitos regresaron a casa. Al ver a Blancanieves en el suelo como muerta, sospecharon inmediatamente de la madrastra, se pusieron a buscar y encontraron el peine envenenado, y, nada más sacarlo, Blancanieves volvió en sí y les contó lo que había sucedido. Entonces volvieron a advertirle que tuviera cuidado y no abriera la puerta a nadie.
En casa la reina se colocó frente al espejo y dijo:
—Espejito, espejito de la pared,
la más hermosa de todo el reino,
¿Quién es?
A lo que este respondió igual que antes:
—Mi reina y señora,
aquí sois vos la más hermosa,
pero en los montes, al otro lado,
Blancanieves con los siete enanos
es mil veces que vos más preciosa.
Al oír al espejo decir esto, se estremeció y tembló de rabia.
—Blancanieves morirá —gritó—, aunque me cueste la vida.
A continuación se dirigió a un aposento solitario y oculto en el que no entraba nadie y preparó una manzana envenenada. Por fuera tenía un aspecto bellísimo, blanca y sonrosada, de manera que a cualquiera que la viera le entrarían ganas de morderla, pero quien comiera tan solo un pedacito, moriría. Cuando hubo terminado de preparar la manzana, se pintó la cara y se disfrazó de campesina, y así vestida atravesó las siete montañas en dirección a la casa de los siete enanos. Llamó a la puerta; Blancanieves se asomó a la ventana y dijo:
—No puedo dejar entrar a nadie, los siete enanos me lo han prohibido.
—No me importa —respondió la campesina—, ya venderé mis manzanas en otro sitio. Toma, te regalo una.
—No —dijo Blancanieves—, no puedo aceptar nada.
—¿Temes que esté envenenada? —dijo la anciana—. Mira, voy a cortar la manzana en dos partes; tú te comes la parte roja y yo la blanca.
Pero la manzana estaba preparada tan artificiosamente que la mitad roja era la única que estaba envenenada. Blancanieves observó de buena gana la hermosa manzana y, al ver que la campesina la mordía, no pudo resistirse por más tiempo, sacó la mano por la ventana y cogió la mitad envenenada. Y apenas se hubo metido un pedazo en la boca, cayó muerta al suelo. La reina la observó entonces con pérfida mirada y, riéndose a carcajadas, dijo:
—¡Blanca como la nieve, roja como la sangre, negra como el ébano! Esta vez no podrán despertarte los enanos.
Y cuando al llegar a casa preguntó al espejo:
—Espejito, espejito de la pared,
la más hermosa de todo el reino,
¿Quién es? —este respondió por fin:
—Mi reina y señora,
vos sois aquí la más hermosa.
Entonces su corazón envidioso se calmó en la medida en que puede encontrar calma un corazón envidioso.
Al llegar a casa por la noche los enanitos encontraron a Blancanieves en el suelo: de su boca no salía aire alguno y estaba muerta. La levantaron, buscaron a ver si encontraban algo venenoso, le desabrocharon el cinturón, le peinaron los cabellos, la lavaron con agua y vino, pero nada de eso sirvió: la querida niña estaba muerta y muerta siguió estando. La colocaron en un féretro, los siete se sentaron a su lado y la lloraron durante tres días. Quisieron entonces enterrarla, pero tenía el mismo aspecto lozano que una persona viva y conservaba aún sonrosadas sus hermosas mejillas. Dijeron:
—No podemos enterrarla así en la negra tierra —y encargaron un ataúd de transparente cristal para que se la pudiera ver por todos los lados, la metieron dentro y grabaron en él su nombre con letras doradas, y uno de ellos se quedaba siempre a su lado haciendo guardia. Y también vinieron animales a llorar a Blancanieves, primero un búho, luego un cuervo, finalmente una palomita.
Blancanieves yació así en el ataúd durante mucho, mucho tiempo, sin descomponerse; parecía tan solo como si estuviera durmiendo, pues seguía siendo tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre y sus cabellos tan negros como el ébano. Aconteció, no obstante, que el hijo de un rey se adentró en el bosque y llegó hasta la morada de los enanos para pasar allí la noche. En la cima de la montaña vio el féretro y a la hermosa Blancanieves en su interior, y leyó lo que estaba escrito con letras de oro. Entonces dijo a los enanos:
—Dejadme el ataúd, os daré por él lo que queráis.
Pero los enanos respondieron:
—No lo daremos ni por todo el oro del mundo.
Entonces él dijo:
—Pues regalármelo, porque no podré vivir sin ver a Blancanieves; la honraré y la respetaré como al ser que más quiero.
Al oírle hablar así, los buenos enanitos se compadecieron de él y le dieron el ataúd. El príncipe hizo que sus lacayos lo llevaran a hombros. Entonces aconteció que tropezaron con un arbusto y, con la sacudida, el trocito de manzana envenenada que Blancanieves había mordido se le salió de la garganta. Y al poco rato abrió los ojos, levantó la tapa del ataúd, se incorporó y volvió a la vida.
—¡Ay, Dios mío!, ¿Dónde estoy? —exclamó.
El príncipe dijo lleno de alegría:
—Estás conmigo —y le contó lo que había sucedido y dijo:
—Te quiero más que a nada en el mundo; ven conmigo al palacio de mi padre, serás mi esposa.
A Blancanieves le gustó y se marchó con él, y la boda se celebró con gran pompa y lujo.
Pero a la fiesta fue invitada también la malvada madrastra. Como se había engalanado con hermosos vestidos, se colocó frente al espejo y dijo:
—Espejito, espejito de la pared,
la más hermosa de todo el reino,
¿Quién es?
El espejo respondió:
—Mi reina y señora,
aquí sois vos la más hermosa,
pero la joven reina es mil veces
que vos más preciosa.
Entonces la pérfida mujer lanzó una maldición y le entró tanto, tanto miedo que no sabía qué hacer. Primero no quería ir a la boda; pero esta idea no la dejaba en paz: tenía que ir y ver a la joven reina. Y nada más entrar reconoció a Blancanieves, y de puro miedo y espanto se quedó allí plantada sin poder moverse. Pero en el fuego estaban preparadas ya unas zapatillas de hierro; las cogieron con unas tenazas y las colocaron delante de ella. Entonces tuvo que ponerse los zapatos, que estaban al rojo vivo, y bailar con ellos hasta que cayó muerta al suelo.
Fin
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Se encogió de hombros ante su comentario. Lo importante era que le había vencido —y, a su ver, esa era una segunda victoria—, nada más. Volvía a demostrar que era mejor y que no tenía nada que hacer contra ella. Debía aceptarlo. La otra opción era seguir insistiendo y fracasando. —Una mestiza te ha ganado, Evan. Otra vez —dijo con una pequeña sonrisa, maliciosa, encantada con aquello que quedaba entre ambos.
Le siguió con la mirada cuando se retiró al ver que se llevaba su zapato, colocando el pie descalzo sobre el otro. Eso ya no le gustaba tanto. Iba a quedarse helada, aunque probablemente también sería debido a no haberse puesto nada de abrigo encima del pijama.
No perdió de vista al resto de contrincantes, aunque dudaba que Mallory o John la atacaran. Zabrina era otro cantar. Aprovechó el momento para alejarse un segundo de la zona de duelos para acercarse después de que Calliope se marchara, molesta aparentemente. La siguió con la mirada un instante antes de volver a posarla sobre los ojos de Evan. —¿Estás bien? —preguntó, bajando la voz. No le dio la espalda al resto ya que no quería que lo aprovecharan para atacarla. —El ébano rara vez falla, así que... ¿Me devuelves la zapatilla, por favor? Me estoy helando. —Alzó la varita para mostrársela. Las de ambos eran de la misma madera, así que conocía bien cómo funcionaban. No podía achacarlo a que era temperamental. Cuando la bajó, se cogió el borde de la manga con la mano libre y le limpió con cuidado la sangre de la mejilla, procurando no hacerle daño. En una semana no quedaría ni una marca.
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Autor/a: Escuela Italiana
Título: Cristo crucificado
Materia/Soporte: Figura: Marfil
Cruz: Madera
Técnica: Marfil: Tallado
Dimensiones: Altura = 94 cm; Anchura = 51 cm
Figura: Altura = 51,50 cm; Anchura = 42,50 cm
Descripción: Cristo crucificado de marfil, sobre cruz lisa de ébano. Expirante, cuatro clavos, paño de pureza recogido sobre su cadera derecha, vista a lo alto, casi de frente. Cartela con triple INRI.
Iconografía: Crucificado
Firmas/Marcas/Etiquetas: [Cartela con triple INRI.]
Datación: 1601=1700
Contexto Cultural/Estilo: Edad Moderna
Lugar de Producción/Ceca: Italia (Europa)
Historia del Objeto: Formó parte de la colección reunida por José Lázaro en París. Adquirido, probablemente, entre 1936 y 1940.
Forma de Ingreso: Donación al Estado
Información del Museo Lázaro Galdiano, en la web Colecciones en Red.
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Benetton Nero de Benetton
Benetton Nero una fragancia con clase
Nuestra web te muestra siempre las fragancias y un poco de su historia, este es el caso de Benetton Nero la cual data del año 2011, que viene a forma parte de una linea que tiene sus nombres en italiano, agregándose a los estilos de ropa exclusivos de la marca que son muy reconocidos. El envase mantiene el diseño de los colores que han sido representados anteriormente, pues aparente haber sido pintada con un spray del color negro, manteniendo sus lineas simples y decorado con el logo de la casa.
Te hablamos sobre el aroma del Benetton Nero
Según su diseñador las notas declaradas de este perfume son mandarina roja, menta, cáscara de pomelo, cascara de nuez moscada, enebro, madera de limonero, pachulí, ébano y musk negro, teniendo dejos de naranja cuando recién ha sido aplicada, cambiando un poco a aromas más fríos como la menta y el pachulí. Muy buen complemento para hombres entre 20 y 50 años.
from Perfumes Valencia. Ofertas, tiendas perfumes baratos https://perfumesvalencia.net/perfumes-hombre/benetton-nero-de-benetton.html
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#DeCucarronesyAlas. By Amarseas-Oceans.
#ConcursoRevista2020Colombia #Ensayo Segmentos&Fragmentos. Amarseas-Oceans. #DeCucarronesyAlas #Ensayos #Revistas Ojos Índica. Cabello Rubio platino como la nieve de la Antártida. Nórdica. Como los Escandinavos que hablaban lenguajes de Runa. En una Ciudad de Circo. Leones, Elefantes y otras Fieras Humanas y Salvajes. Chocolate es un sueño. Caoba y Ébano como Maderas Tropicales de Lluvias…
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Jeremías, el profeta del siglo VII a.C., dice que "las costumbres de los pueblos son vanidad" porque un leño "con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva".
Hay algunos versículos de la Biblia que parecen indicar que está mal decorar la casa con objetos de madera. Por ejemplo, Jeremías 10:1-5 e Isaías 44:14-15 prohíben específicamente el uso de la madera para esculpir ídolos.
Jeremías se refiere a la vanidad de adorar "objetos sin valor", propia de los paganos, en vez de venerar al Señor, "el Dios verdadero". El árbol de Navidad no existía como tal, pero estos versículos revelan una costumbre ancestral: cortar un árbol para adornarlo o, como hacían los babilonios, para dejar regalos debajo del mismo. Tertuliano, un cristiano que vivió entre los siglos II y III d.C., critica los cultos romanos paganos, imitados por algunos de sus correligionarios, de colgar laureles en las puertas de las casas y encender luminarias durante los festivales de invierno.
En la Concepción General original de las decoraciones navideñas nosotros la entendemos para recordar y celebrar que Jesús vino al mundo y no para adorar esos objetos en sí.
A través de la historia, Se han utilizado los árboles y las hojas para expresar sus costumbres y tradiciones.
Por ejemplo, por muchos siglos los alemanes y los escandinavos han colocado en sus hogares durante el invierno pinos y adornos con hojas naturales como símbolo de que la primavera regresará y que el invierno no es eterno.
Hay teorías sobre culturas paganas que usaban los árboles para representar a sus dioses, por ejemplo, el dios de la fertilidad.
Sin embargo, todo da a Suponer que la Tradición del árbol de Navidad se originó con Bonifacio, un Misionero inglés que fue a evangelizar Alemania entre los años 680 y 754.
Se dice que él cortó el roble donde hacían sacrificios a Odín (un dios celta) y lo reemplazó por un abeto, un árbol que permanece verde durante todo el año. Lo adornó y lo puso como símbolo del amor eterno de Dios, dándole así un significado muy Claro.
Otros dicen que el origen está en Martín Lutero, pues él promovía el adornar árboles con frutos que representaban el árbol del paraíso, y con velas o luces en representación de Jesús, la luz del mundo. La costumbre tiene Raíces Nórdicas.
Lo que realmente importa es la razón por la que colocamos el árbol de Navidad, el significado que tiene para nosotros. Debe ser una decoración que refleje nuestro gozo al celebrar el nacimiento de Jesús. También podemos usarlo para hablar a otros sobre él, por qué vino a la tierra, y por qué murió en la cruz.
La Biblia contiene más referencias a árboles y bosques (más de 525) que a cualquier otro tipo de organismo viviente exceptuados los humanos. Estas referencias se encuentran desde el primer libro de la Biblia, que menciona el árbol de la vida en el Jardín de Edén (Génesis, 2:9) hasta el último libro del Nuevo Testamento, que se refiere al árbol de la vida como característica destacada del paraíso (Apocalipsis, 22:2, 14). La distinción entre un árbol con un gran tronco único y un arbusto o mata con varios tallos no siempre es clara y algunos, como el olivo y el granado, pueden ser ambas cosas.
En la Biblia se reconocen 22 árboles:
• acacia (Acacia spp.);
• agáloco (Aquilaria sp.);
• álamo (Populus euphratica y P. alba);
• algarrobo (Ceratonia siliqua);
• almendro (Amygdalus communis, llamado a veces Prunus dulcis);
• árbol del incienso (Boswellia spp.);
• ciprés (Cupressus sempervirens);
• ébano (Diospyros ebenum);
• granado (Punica granatum);
• higuera (Ficus carica);
• manzano (Malus domestica; hay muchos sinónimos para el manzano cultivado);
• nogal (Juglans regia);
• palma datilera (Phoenix dactylifera);
• pino (Pinus halepensis y P. pinaea);
• pistacho (Pistacia vera);
• plátano (Platanus orientalis);
• roble (Quercus sp.);
• sauce (Salix spp.);
• sicomoro (Ficus sycomorus);
• tamarisco (Tamarix spp.);
• terebinto (Pistacia atlantica, P. terebinthus y posiblemente P. lentiscus);
• tuya (una madera oscura, mencionada solo en Apocalipsis, 18:12, que podría ser Tetraclinis articulata, pero cuya identidad botánica es descon ocida).
Exceptuada la misteriosa tuya, el único árbol exclusivo del Nuevo Testamento es el algarrobo. En Lucas, 15:16, las algarrobas se dan de comer a los cerdos.
De los 22 árboles de la Biblia, la palma datilera, la higuera, el olivo, el granado y el tamarisco se mencionan también en el Corán.
Exclusivos del Corán son el talh (los estudiosos dudan si es el banano, que no es un árbol, o una especie del extendido género Acacia), el sidr (un arbusto espinoso, probablemente Zizyphus spina-christi) y el misterioso y horrible «árbol del Infierno» o zaqqm (As-Saffat, 37:65, Ad-Dukhn, 44:49, Al-Waqi’a, 56:51):
«¿No es mejor recibido que el árbol zaqqm? Hemos hecho de este árbol un azote para los injustos. Crece en las profundidades del Infierno, llevando frutos como cabezas de demonios: con él se alimentarán y llenarán sus vientres, junto con tragos de agua hirviente. Entonces regresarán al Infierno.»
Sura 37:62-68
Textos religiosos como los Hadiths islámicos, los Mishnah judaicos y los escritos de los antiguos padres de la Iglesia cristiana contienen también mucha información sobre tradiciones y leyendas relativas a plantas. Algunas referencias a plantas en los primeros escritos cristianos han llegado incluso a hacerse tan familiares que se las supone procedentes de los textos sagrados. Por ejemplo, la tradición judeocristiana sostiene generalmente que en el Jardín de Edén Eva tentó a Adán con una manzana del árbol prohibido. Sin embargo, en el libro del Génesis del Antiguo Testamento, el árbol relacionado con la desobediencia de Adán y Eva no se identifica como un manzano.
Los árboles son Considerados Especiales todavía hoy en muchos países, entre ellos Iraq, Israel, Líbano y la República Árabe Siria.
Entre los árabes drusos y musulmanes, algunos árboles se consideran sagrados. Tales árboles están a menudo cerca de las tumbas de santos o santas a las que los visitantes van a hacer rogativas. Prometen hacer buenas obras si sus peticiones son escuchadas, y atan paños, tiras de tela o trapos a los árboles como indicación solemne de su promesa de cumplir sus votos (Dafni, 2003).
Del bosque original de cedros del Líbano que antaño cubría la ladera occidental del monte del Líbano, queda menos del 3 por ciento. Casi todo este bosque está protegido. Una de las reservas, llamada «Los Cedros del Señor» (Arz el-Rab), un resto de pocos centenares de hectáreas en el monte del Líbano, ha sido considerada sagrada por los cristianos maronitas que han vivido durante un milenio en la región.
Los romanos adornaron las calles durante las Saturnales, pero fueron sobre todo los celtas quienes decoraron los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno. Era una forma de reanimar el árbol y asegurar el regreso del sol y de la vegetación. Desde tiempos inmemoriales, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de la regeneración.
El cristianismo adoptó y transformó estas costumbres paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio.
El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que "representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes" y porque su copa "señala al cielo".
A partir de entonces se empezaron a talar abetos durante la Navidad y por algún extraño motivo se colgaron de los techos. Se cuenta que el teólogo Martin Lutero puso unas velas sobre las ramas de un árbol de Navidad porque centelleaban como las en la noche invernal. Dos ciudades bálticas se disputan el mérito de haber erigido el en una plaza pública: Tallin (Estonia) en 1441 y Riga (Letonia) en 1510. Unos comerciantes locales instalaron un abeto en la plaza del mercado de Riga, lo decoraron con rosas artificiales, bailaron a su alrededor y finalmente le prendieron fuego. Hoy se iluminan con, como en esta fotografía de la plaza de la Ciudad Vieja de, donde la ceremonia de encendido atrae cada año a miles de personas.
Hay Cosas específicas, además del Árbol de Navidad, que podemos usar en nuestros hogares para comunicar el verdadero significado de la Navidad.
Esta época nos presenta una gran oportunidad para compartir sobre el amor de Dios y hay unas cuantas decoraciones que nos pueden ayudar a hablar sobre el valor del nacimiento de Jesús.
El belén, pesebre o nacimiento
La estrella
Las luces y velas
Los ángeles
La corona de adviento
Bibliografía
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/de-donde-viene-arbol-navidad_9997.
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Rolls-Royce Ghost Prism es un Sedán de Lujo Diseñado para Atraer a los Fashionistas "¡Vaya, vean esto chicos, una joya sobre ruedas! Rolls-Royce ha revelado su última creación con todo el lujo y el glamour que podríamos esperar y, para ser sincero, quizás un poco más. Les presento al #RollsRoyceGhost Prism Special Edition. Un vehículo que redefine el lujo. Este trotamundos con visión de túnel, montado en una maravilla de ingeniería en blanco y negro está diseñado para tomar al mundo por asalto. La parte más llamativa es el techo de cristal tallado a mano con una cúpula de iluminación LED y, espera... ¡cientos de fibras ópticas insertadas a mano para crear un cielo estrellado! Es como estar en un planetario personal, rodando por la carretera. No olvidemos el llamativo detalle del arco del techo, inspirado en la arquitectura brutalista y que lleva el llamado a la excentricidad al siguiente nivel. Esto no es solo un coche, es una obra de arte con motor. Su motor V-12 de 6.7 litros parece una bestia en reposo, pero una vez abierto, se despierta con un rugido suave y tranquilo que desafía su enorme potencia. Con una potencia de 563 caballos, este monocromo milagro rodante redefine lo que significa viajar con estilo. El interior es igual de impresionante, reflejando su lujoso exterior con acabados en madera de ébano de Macassar y cuero de grano completo. Si pensaste que la opulencia no tenía límites, esta joya de Rolls-Royce te hará pensar de nuevo. Sin embargo, aquí viene el debate incendario: con una etiqueta de precio probablemente igual a una casa pequeña, uno tiene que preguntarse, ¿vale realmente la pena? ¿Hemos llegado a un punto en el que gastar tanto en un coche es simplemente ridículo? Mientras algunos argumentarán que si tienes el dinero, ¿por qué no?, otros podrían ver esto como un exceso innecesario en un mundo donde tantos luchan por llegar a fin de mes. Muy posiblemente, el Ghost Prism Special Edition no sea para todos, pero es un testimonio de la grandeza de la marca que pudieron concebir algo tan opulento y volverlo realidad. No creo que este auto vaya a cambiar el mundo, pero sin duda lo hace más interesante. Me muero por escuchar sus opiniones, amantes de los coches. ¿Ustedes qué dicen?" #LaMecaDelMotor
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Granero sigiloso
La campiña inglesa está cubierta de graneros clásicos. Mientras que el Stealth Barn complementa el vernáculo de Norfolk con su silueta tradicional, la casa de huéspedes da un paso hacia el diseño moderno con su fachada sombría.
El marco de madera prefabricado de la vivienda está revestido de tablones de cercas aserradas en bruto teñidas de ébano. Su interior continúa el enfoque minimalista con revestimiento de madera contrachapada de piso a techo.
Dependiendo de si los invitados están de pie, descansando en el sofá o acostados, las ventanas horizontales se colocan cuidadosamente para capturar vistas específicas tanto del cielo como del paisaje.
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WOOD can be an element more in jewelry. Now it has more followers than ever for certain preoccupation about a sustainable jewelry.
Let's see ten variated examples. I hope you enjoy them, and leave me in comments which are your favourite pieces and why 😘 Thank you!
1. Marquetry bracelet in brass by Aldelmotte, with motifs by Marie-Laure Cruschi.
2. Organic ring by Ricardo Coacci in not tinted wood with amethyst.
3. Torque with dark wood beads in gold plated bronze, seen in Karry Berreby Jewelry.
4. Bracelet by Taffin with wood veneer, ceramic, old mine cut diamonds, leather and gold.
5. Aristides Nace sculptural bangle in rosewood by Raphaela Molina, inspired by a larva.
6. Necklace in cherry wood accented by smokey quartzes by María de Frutos Lafuente.
7. Ebony ring with amber frammed in yellow gold by Doris Gabrielli.
8. Necklace by Pamela Huizenga with wood + diamond pavé.
9. Tururi ring in 18k yellow gold with emerald, diamonds & a wood piece, carved as a gem.
10. Messika high jewelry necklace & bracelet in wood with diamonds.
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LA MADERA puede ser un elemento más en joyería. Ahora tiene más adeptos que nunca por cierta preocupación por una joyería sostenible.
Veamos diez ejemplos variados. Espero que los disfrutéis, y dejadme en comentarios cuáles son vuestras piezas favoritas y por qué 🙏 Gracias
1. Pulsera de marquetería en latón de Aldelmotte, con motivos de Marie-Laure Cruschi.
2. Anillo orgánico de Ricardo Coacci en madera no tintada con amatista.
3. Torque con cuentas de madera en bronce chapado en oro, visto en Karry Berreby Jewelry.
4. Pulsera de Taffin con chapa de madera, cerámica, diamantes talla mina antigua, cuero y oro.
5. Brazalete escultórico Aristides Nace en palosanto de Raphaela Molina, inspirado en una larva.
6. Collar en madera de cerezo con cuarzos ahumados de María de Frutos Lafuente.
7. Anillo de ébano con ámbar enmarcado en oro amarillo de Doris Gabrielli.
8. Collar de Pamela Huizenga con pavé de diamantes y madera.
9. Anillo Tururi en oro amarillo con esmeralda, diamantes y una pieza de madera labrada como una gema.
10. Collar y pulsera de alta joyería Messika en madera con diamantes.
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