#luz de arroyo
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bexatomarama · 2 years ago
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The current iteration of my chosen one Luz de Arroyo, local 17 year old martyr, demolition expert and chemist.
vs her 2019 counterpart
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informativoar · 1 month ago
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Habrá un corte de energía programado este martes en Dos Arroyos
Desde las primeras horas de la mañana y hasta el mediodía. Así lo informó la Cela:
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alexander-r11 · 6 months ago
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Mundo de Sátiros
En los bosques ancestrales, donde la luz del sol se filtra entre las hojas y las risueñas sombras danzan, los sátiros emergen de la bruma. Mitad hombres, mitad cabras, su existencia es un puente entre dos mundos: lo humano y lo animal. ¿Qué secretos guardan en sus ojos centelleantes? ¿Qué misterios laten en sus corazones salvajes? La dualidad es su esencia. Como si la naturaleza misma hubiera tejido sus almas con hilos de contradicción. En sus risas bulliciosas, se entrelazan la razón y la pasión, la civilización y la bestialidad. Los sátiros son el eco de nuestros propios conflictos internos, la lucha perpetua entre lo que somos y lo que anhelamos ser. La naturaleza salvaje los envuelve como un abrazo ancestral. Sus pezuñas hunden la tierra, y sus risas resuenan en los valles. Son los guardianes de los bosques, los embajadores de la vida silvestre. En su mirada, palpita la vitalidad de los árboles, el susurro de los arroyos y el aliento de las criaturas aladas. Los sátiros no temen a la oscuridad; la abrazan como un amante antiguo. Pero también llevan en sí los deseos más profundos. La lujuria, la sed de placer, la búsqueda insaciable de experiencias. ¿Acaso no somos todos sátiros en algún rincón de nuestra alma? ¿No anhelamos la pasión desenfrenada, la conexión carnal, la embriaguez de los sentidos? Los sátiros nos recuerdan que somos criaturas de carne y fuego, que nuestras ansias no pueden ser contenidas por las reglas y las normas. Dioniso, dios del vino y la ebriedad, se regocija en su compañía. Los sátiros danzan alrededor de su altar, sus risas mezclándose con el aroma de las uvas fermentadas. En su éxtasis, encuentran la verdad: que la vida es un festín, y debemos saborearla hasta la última gota. Así que, cuando veas una sombra entre los árboles, cuando escuches risas en la brisa, no temas. Es posible que un sátiro te esté observando, invitándote a liberar tus instintos, a abrazar la dualidad que yace en tu corazón. Porque, al final, todos somos sátiros en busca de nuestra propia verdad salvaje.
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actnod · 1 year ago
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an unbearable pain, a beating in my brain that leaves the mark of cain right here inside
𝐒𝐍𝐄𝐀𝐊𝐘 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋 ; octavo capítulo.
El cielo gradualmente desdibuja los contornos de luz natural dando paso a estrellado cielo nocturno, los farolillos de papel teñidos en diferentes coloraciones delinean la rutas y crean túneles etéreos de luz; algunos brillan en el aire como luciérnagas, mientras que otros se alinean en los caminos iluminando la oscuridad con ambarino resplandor. El aire impregnado de un perfume dulce y ahumado proveniente de los puestos callejeros de comida que atraen a humanos por igual. Algunos llegan envueltos en deslumbrantes kimonos, otros optan por vestimenta casual, pero no puede faltar máscara elaborada que ayuda a mezclarse con las sombras en una danza surrealista que difumina  lo humano de lo sobrenatural. El sonido de tambores anuncia el inicio de enigmática procesión yokai que crea fascinación y horror a la par. No importa si eres un adulto o te encuentras entre los más jóvenes, la anticipada emoción te tiene disfrutando de cada ser que pasea por delante de ti. ¿Eres capaz de distinguir al kappa de los kitsune? Tal vez te has topado con un tengu o te sacaste una foto con un oni. Me pregunto cuáles has acertado e identificar; quizás alguno de ellos sea en efecto uno de los tantos seres mitológicos que abundan en cuentos japoneses. Pero a ti, vástago, eso no te importa. Siempre has sabido aprovechar la felicidad ajena en beneficio propio, eres experto en utilizar la distracción humana. El coro de risas y murmullos alegres que se mezclan en el aire con la música folklórica son tu señal para disfrutar de próximo festín. Los mortales, despreocupados, se aglomeran en los puestos callejeros, seleccionando con deleite aperitivos a su antojo. Algunos van apresurados hacia lugareños que ofrecen sake para dar ese toque final a noche festiva, ignorando por completo que cainitas llevan el mismo sistema siendo punto de interés uno muy diferente a platillos típicos del lugar. La fortuna les sonríe después de casi destrozarlos. Unas semanas atrás dudaban de su propia fortaleza y casi se rinden ante La Bestia que rasguñaba amenazante para tomar asiento principal. Los ilesos podrán disfrutar de velada sin mayor intranquilidad, sin embargo, aquellos que aún relamen heridas se tomarán el papel de cazador con más seriedad.  Entre la masa de humanidad, los vampiros discernen potenciales presas, conscientes de la necesidad de reponerse de la desventura por la que Lupinos les hicieron pasar. La danza encantadora de los yokai encubre el verdadero juego, en un acto de desafío silencioso que pone a prueba los límites de quienes pretenden mantenerse del lado bueno de figuras soberanas. Mientras tus ojos se pierden entre bizarros o tenebrosos estímulos que al final te resultan cautivadores, de soslayo capturas una sombra corriendo entre la multitud y, en seguida, otra por el lado que habías descuidado. ¿Habrá algo sucediendo entre los demonios? ¿Será esta otra excusa para los seres del Mundo de las Tinieblas efectúen sus planes alternos? El ambiente entre el arroyo de cuerpos cambia drásticamente cuando movimiento tan brusco como la inmortalidad amerita, por agarre femenino sobre tu brazo te saca de ensoñación. Torrente de emociones y anticipación fluye, mas es difícil quitarse de encima la situación de deja vú cuando el tacto familiar se ata a aquel mechón rosado delator debajo de pesada máscara de papel maché con la que te descubres enfrentándote.  — ¿Qué tan dispueste estás a jugar esta noche?
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
¡Bienvenidos a la décimo primera actividad! En esta ocasión, los vástagos podrán distenderse de noches tan dolorosas para pasar una noche entre demonios mitológicos. ¡Ah! Que sus imponentes apariencias no te engañen, la mayoría son simples mortales que se esconden bajo aquellas grandes máscaras con la que se celebra a los Yokai. ¿O es que tú también te unirás a la tradición?   Más allá del desfile principal, pueden encontrarse con diferentes puestos de recuerdos para quien quiera llevarse un souvenir. ¿O quizás gustan tomarse unos segundos para apreciar las diferentes exposiciones artísticas? Narración teatral de leyendas, performances y de dibujos o esculturas, ¡Todo para enriquecer su vista! No menos importante que la tradición, distintos puntos de venta de alcohol al aire libre se despliegan bajo frío manto estrellado, pero solo uno ofrece bebidas para los vástagos — ah, pero con una trampa: el vitae humano de acceso fácil continúa siendo limitado, por lo que sólo hay vitae animal disponible entre las diferentes bebidas.   El río que acompaña el paisaje otoñal sobre el parque continúa siendo parte vital de la zona, con muchas de las personas que se acercan a la festividad tomando la oportunidad para dar paseos en barco a través del río o simplemente sentarse a orillas del mismo para apreciar el reflejo de la luna sobre el suave movimiento cristalino. ¿Tal vez te interesa tomar por sorpresa a aquellas parejas que disfrutan un picnic bajo la penumbra? Mientras los vástagos disfrutan de lo que resulta ser un menú abierto con los cientos de humanos paseando por los distintos puntos disponibles del parque, quizás les interese aumentar sus posibilidades involucrándose en las actividades disponibles en un intento por combatir su enemigo eterno: ¡el aburrimiento! Si tienen suerte, hasta se encontrarán con extranjeros que viajan para ser testigo de las celebraciones. Sin embargo, se deberá tomar en cuenta que al mismo tiempo que gozan de las amenidades en un esfuerzo por olvidar, los antiguos de Lasombra han decidido que después de la puesta en duda de sus fortalezas como especie, aprovecharán del desfile para llevar a cabo otro de sus rituales y de nuevo, la indicación hacia sus chiquillos ha sido invitar a externos a su clan de participar en sus juegos de tener la valentía. ¿Quiénes podrán descubrir y andar de la mano de las sombras? 
⦾ Este evento se dará la noche del 25 de Noviembre  para los vástagos, en el Parque Kitanomaru. Les invitamos a ver este tablero de Pinterest para ambientarse más en la locación.
⦾ Se desarrollará a través de starters abiertos. Apreciamos la reciprocidad por lo que antes de abrir un starter recuerden responder al menos tres publicaciones que ya estén en el blog, una vez alcanzadas las notas deseadas, son libres de eliminar la publicación de dicho apartado. No olviden rebloguearlos en el blog de starters. De tener algún problema con el acceso, no duden en acercarse a la administración.  
⦾ Durante esta actividad, el código de vestimenta será de ropa tradicional japonesa con máscaras relacionados a los Yokai. Están invitados a publicar lo que están vistiendo sus personajes y luego rebloguearlo en el blog de ediciones. 
⦾ Queremos recordarles que, a pesar de ser un grupal de temáticas sensibles, nuestra prioridad es la comodidad de todes nuestres usuaries por igual, así que les pedimos tengan cuidado con la manera con la que se abordan estos tópicos en el dash ya que se trata de un espacio compartido y pedirles, por favor, que no hagan caso omiso a la lista de triggers que se encuentra actualizada para que puedan hacer uso correcto de cada etiqueta. 
⦾ La selectividad, rol burbuja o parecidos están estrictamente prohibidos. De sentirse afectade por alguna de estas situaciones, por favor siéntanse libres de acercarse a la administración.
⦾ Para las personas que aun no lo han deshabilitado, les recordamos que sus buzones deben de permanecer cerrados para los mensajes anónimos en todo momento y hasta nuevo aviso.
⦾ Tendrán la opción de retomar un máximo de una convo de la actividad anterior en manera de flashback. Para esto, deberán tener por lo menos cinco convos activas en la actividad que se está realizando en este momento.
⦾ Por último y no menos importante, la actividad tendrá una duración de diez días. La actividad siguiente comenzará el 9 de DICIEMBRE a las 16 hs GMT-6.
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la-semillera · 21 days ago
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Alejandra Acosta & Carmen Conde
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¿Por qué me has quitado tus manos, tanto y tan bien como acariciaban mi frente?
Para que me quisieras otra vez, te regalaría un collar de islas, un sistema nervioso de horizontes.
¡Me abriría, para ti, todas las mañanas en tus labios!
Balsa, ventana del panorama, ¡qué gran viaje hago a las estrellas cuando me asomo a ti, con esta altura de sienes volcada en tu agua honda!
El agua que correrá en tus ríos, seré yo.
El alba que abrirá las claraboyas de tu día, seré yo.
¿De dónde este vaso de silencio, y este frío, y esta emoción de distancia?
Me hice alta, alta… Caían, en hojas de lluvia, diminutas esquinas de soles. Crecieron hacia abajo las espigas de luz de la tormenta, y de mi corazón fluyeron las cándidas barcas del amanecer.
Se derramaron las campanas por el campo…
Tenía la noche un gran lecho de sol en las eras.
Tracielo.
Alta claridad del viento que nos lleva los ojos al valle.
Fluye mi camino al tuyo, como un arroyo a un pino.
El cielo, que sostiene mi agua, es el mismo que tú has izado.
Nos reclinaremos juntos, cuando los vientos lluevan desde Dios.
¿Me dejarás que descorra tus miradas?
¿Me acariciarás cuando mis labios se enciendan tras los montes?
El lucero, al final de la tormenta, ha salido muy bien peinado, muy lavadito, con una gran sonrisa redonda en torno suyo.
¡Quiero despertarme en el hombro de la noche, cuando las estrellas se enciendan en las ventanas de las balsas!
Descalza estrella, descalza.
Por el agua alta, yo quiero ir descalza. Por el cielo hondo, yo quiero ir descalza.
Descalza, estrella, descalza
Carmen Conde
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kamas-corner · 7 months ago
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"Yo soy un hombre sincero De donde crece la palma, Y antes de morirme quiero Echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes, Y hacia todas partes voy: Arte soy entre las artes, En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños De las yerbas y las flores, Y de mortales engaños, Y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura Llover sobre mi cabeza Los rayos de lumbre pura De la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros De las mujeres hermosas: Y salir de los escombros, Volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre Con el puñal al costado, Sin decir jamás el nombre De aquella que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo, Dos veces vi el alma, dos: Cuando murió el pobre viejo, Cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez -en la reja, A la entrada de la viña,- Cuando la bárbara abeja Picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte Que gocé cual nunca: -cuando La sentencia de mi muerte Leyó el alcaide llorando.
Oigo un suspiro, a través De las tierras y la mar, Y no es un suspiro, -es Que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero Tome la joya mejor, Tomo a un amigo sincero Y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida Volar al azul sereno, Y morir en su guarida La víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo Cede, lívido, al descanso, Sobre el silencio profundo Murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada, De horror y júbilo yerta, Sobre la estrella apagada Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo La pena que me lo hiere: El hijo de un pueblo esclavo Vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante, Todo es música y razón, Y todo, como el diamante, Antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra Con gran lujo y con gran llanto. Y que no hay fruta en la tierra Como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito La pompa del rimador: Cuelgo de un árbol marchito Mi muceta de doctor".
"Yo soy un hombre sincero", José Martí
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mate-y-viajecito · 3 months ago
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El domingo y el lunes estuve en El Chorro a unos kilómetros de Laguna Blanca. El agua del arroyo es transparente y la arena es blanca y fina. Pedro, el dueño del lugar está trabajando para agregarle comodidades, pero todavía no tiene agua ni luz. Así que fue camping agreste.
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ochoislas · 3 months ago
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Vivió primero sola en estas breñas, y cada pensar suyo era un faraute, vestido ya con la marina espuma, ya con la brisa o con la pronta llama, que ejecutaba al punto cuanto intento discurría: su padre tal virtud les imbuyó de trasvolar, correr, toda región que su fulgor alumbra.
Oceánides, dríades y oréadas, náyades de melena algosa, todas se prestan a sus órdenes por mar, bajo la tierra, y en las cuencas peñas, más hondo que raíz enmarañada, y en tuerto seno de tozudos robles, con ansia de vivir siempre a la luz de su presencia dulce, cual satélites.
«No ha de ser —replicó la maga virgen—; las fuentes que asperjaban los cabellos de tantas ninfas, restañadas mueren; olvidan su vigor los recios robles al dispersarse su postrera fronda; como una gota de relente el mar ya se consume, el terco centro pronto vendrá cual polvazal a disiparse,
»y una por una moriréis con ellos. Pues suspiro al pensar que tal suceda, y he de llorar cuando el tornado sol sonría a vuestra ruina, no queráis que os ame viendo el fin de vuestra raza. Si no puedo morir como vosotras, que luzcan vuestras hojas y los cursos que moráis me abran cauce. ¡Id! ¡Adiós!»
Dijo llorando, el manantial turquí chispeó con la lluvia de sus lágrimas, y las pequeñas órbitas trazaron por el lóbrego domo de la cueva, con luz voluble, eslabonados cercos. Un clamor escuchó del coro flébil de las remisas formas que partían, sobre canos arroyos, verdes selvas.
*
At first she lived alone in this wild home, And her own thoughts were each a minister, Clothing themselves, or with the ocean foam, Or with the wind, or with the speed of fire, To work whatever purposes might come Into her mind; such power her mighty Sire Had girt them with, whether to fly or run, Through all the regions which he shines upon.
The Ocean-nymphs and Hamadryades, Oreads and Naiads, with long weedy locks, Offered to do her bidding through the seas, Under the earth, and in the hollow rocks, And far beneath the matted roots of trees, And in the gnarled heart of stubborn oaks, So they might live for ever in the light Of her sweet presence—each a satellite.
'This may not be,' the wizard maid replied; 'The fountains where the Naiades bedew Their shining hair, at length are drained and dried; The solid oaks forget their strength, and strew Their latest leaf upon the mountains wide; The boundless ocean like a drop of dew Will be consumed—the stubborn centre must Be scattered, like a cloud of summer dust.
'And ye with them will perish, one by one;— If I must sigh to think that this shall be, If I must weep when the surviving Sun Shall smile on your decay—oh, ask not me To love you till your little race is run; I cannot die as ye must—over me Your leaves shall glance—the streams in which ye dwell Shall be my paths henceforth, and so—farewell!'—
She spoke and wept:—the dark and azure well Sparkled beneath the shower of her bright tears, And every little circlet where they fell Flung to the cavern-roof inconstant spheres And intertangled lines of light:—a knell Of sobbing voices came upon her ears From those departing Forms, o'er the serene Of the white streams and of the forest green.
Percy Bysshe Shelley
di-versión©ochoislas
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diewofatal · 4 months ago
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Escuché una canción llena de dolor y amor. Me nació escribir un poema:
¿Qué es esta sensación tan fuerte que evoca mi pecho?
¿Qué es este tintineo en los párpados y el temblar en mis labios?
¿Por qué siento el rostro cosquillear y los pulmones inundarse de un rocío gentil y triste?
¿Qué es esto que me absorbe?
¿Por qué crece una luz de mi pecho y salen rosas de mis oídos?
¿De qué manantial brota el arroyo de mis ojos?
¿Por qué mi cerebro marchita como fresno en otoño, y tapiza mis grietas de hojas secas?
Luciérnagas en mis costillas, faro en mi corazón.
Mi piel se desquebraja y por las grietas escapa la luz de mi fondo, mientras más resuenan los platillos de la batería en la melodía y el órgano se extiende al espacio y su eternidad como una oración.
Avanza y me quiebra.
Traía un cuerno del infierno,
pero en cenizas se convirtió.
Mis cadenas en papel se vuelcan.
mis ropajes desgarrados caen al suelo,
todo ante el poderoso hechizo que soy víctima.
Me embrujan estos versos sumerios.
Antiguos antes del hombre,
escritos el primer día en que se formó la tierra,
cuando sus volcanes explotaban.
Tan añejo es el sentimiento a quién me hace falta.
Mis dedos se vuelven hiedra,
mis piernas aves que aletean.
Abejas y mariposas beben de mi nectar.
Me fundo recordando a quién yo sé.
Me entierra el hechizo,
me libera.
Me ahoga en su inmensidad
o me hace polvo en el viento.
Cómo tiembla mi corazón.
Recuerdo como otoño en verano,
aquel fuego de su abrazo.
La sensación de su vida cerca de la mía,
la fuerza atrayente de su presencia,
ahora perdida en el mundo,
nuestro mundo de vivos
que se funde en esta melodía
con el mundo de lo eterno, lo etéreo,
el mundo del misterio y de la verdad.
Mientras me convierte la canción en el secreto susurro de la vida,
dejo de ser lo que fuí,
lo que fue,
lo que será.
Inexplicable.
Brotan ríos, luces, mariposas y vientos.
Cierro mis párpados,
resuenan los ecos en mi cerebro,
Me rindo una vez más ante su fantasma y
dejo de ser yo,
Doy vuelta una vez más al pacto primordial de la existencia, a la necesidad de ella,
mi estrella.
Dotado de pronto con un poco de lucidez vuelvo a preguntarme:
¿Qué es este poderoso hechizo sumerio que me domina?
¿Todo por escuchar esta canción?
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rutasinaloa · 1 year ago
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Las imágenes de la destrucción que dejó en Acapulco el huracán Otis
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El huracán Otis, uno de los más fuertes que se haya registrado en el Pacífico mexicano, dejó al menos 27 personas muertas y cuatro más desaparecidas.
26 de octubre de 2023.- La tormenta, que tocó tierra como ciclón de categoría 5, golpeó el estado de Guerrero, en especial a la ciudad de Acapulco, con vientos sostenidos 260 km/h y rachas de hasta 315 km/h, lo que ocasionó destrozos en infraestructura, así como daños del sistema eléctrico, telefonía e internet.
Los comercios sufrieron daños en sus fachadas y saqueos tras el paso del huracán. Barrios de Acapulco resultaron anegados por el desbordamiento de ríos y arroyos.
El gobierno ordenó el despliegue del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional. Un convoy que transportaba ayuda humanitaria partió de Ciudad de México por tierra debido a que el aeropuerto de Acapulco también resultó afectado.
Otis pasó en pocas horas de ser una tormenta tropical a un huracán de categoría 5 para tocar tierra durante la madrugada del miércoles en la costa del estado Guerrero, en el suroeste del país, como el ciclón más potente que haya golpeado a la costa Pacífica de México desde que hay registro, incluso más que el intenso huracán Patricia, de octubre de 2015.
Acapulco tiene cerca de 800,000 habitantes, según los últimos datos oficiales. A ellos se suma una población flotante de miles de turistas que acuden al destino por los atractivos de sus playas y su diversión nocturna.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, calculó que Otis provocó destrozos en 80% de los hoteles de Acapulco e informó que las autoridades trabajan para restablecer la electricidad y reactivar las bombas de agua potable en la zona.
La compañía eléctrica estatal mexicana, CFE, tenía a más de 1,300 empleados trabajando para restaurar el suministro de luz, dijo el miércoles por la noche, cuando unas 300.000 personas permanecían sin electricidad
Al respecto, el presidente Manuel López Obrador anunció que el gobierno va a apoyar a hoteleros y comerciantes para resarcir los daños y volver a reactivar el turismo en la zona.
Por su parte, la secretaria de Seguridad, Rosa Rodríguez, detalló que el ciclón causó el colapso de 50 torres de alta tensión en la zona afectada, que sigue parcialmente incomunicada.
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Edificios de apartamentos y hoteles quedaron destrozados.
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Una de las avenidas principales de Acapulco.
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Se registraron saqueos en los supermercados y otros comercios. Algunos buscando alimentos. Otros aprovechando el caos.
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La prensa local calcula un millón de personas afectadas: incomunicadas, sin agua ni comida.
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Las ráfagas de vientos hicieron volar los muebles de los departamentos y los hoteles, que terminaron desperdigados en el asfalto
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Las lluvias asociadas al huracán Otis provocaron el desbordamiento de los ríos Papagayo, Balsas y Truchas, así como unos siete cortes carreteros por deslaves en la Autopista del Sol, de acuerdo con la prensa local.
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Las calles amanecieron cubiertas de carros, muebles, animales muertos, árboles y anuncios.
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Cortesía BBC News | Mundo
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mistresscontrary · 7 months ago
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Maravillosa
Tu luz luciérnaga
Tu risa brisa
Tu aura aurora
Tu luna roja
Tú, angel de fuego
Tú, sol en medio del invierno
Tú, melodía en mi silencio
Tú, ojos abiertos en mi sueño
Maravillosa
Tornado que revuelve las arenas
De mi desierto
Relámpago que alumbra
Mi apagado cielo
Arroyo cristalino que alimenta
Las aguas de mi tumultuoso mar
Maravillosa
Te veo
Cuando te veo
Veo en tus ojos el brillo del hambre
Veo en tu pecho el fulgor de una hoguera
Veo en tus palabras el espacio que dejas
A los vagabundos pensamientos
Veo en tu rostro el rastro que causa
El pasado como un destello
Veo tus manos el movimiento ansioso
Del futuro frágil como un pañuelo
Te veo
Cuando te veo
Te escucho
Cuando te escucho
Como en el trance que lleva a las hojas
A balancearse en favor del viento
Como los dientes se acercan a la fruta
Con el puro deseo de morder
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bexatomarama · 2 years ago
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The chosen one but she's a post apocalyptic 17 year old Martyr
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bocadosdefilosofia · 1 year ago
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«Los niños juegan con lo que se mueve o se figuran que se mueve. Los hombres juegan con lo que no se mueve a sí mismo. Los niños pueden jugar con los arroyos, por ejemplo, y en ese caso hacen pequeñas presas, desvíos, ponen aspas que giran, etc. Otros juegan a los trenes, al toro. Pero otros, como Newton, juegan con la luz. Lo cierto es que todos los niños jugamos más o menos con la luz, pero quizá la diferencia esté en que Newton jugó con pasión. Sólo quien de niño ha jugado con la luz puede de mayor escribir un libro como el de la Óptica.
Pero hay también otra diferencia. La mayoría de nosotros jugamos a juegos que tienen ya fijadas sus reglas. Pero hay algunos que tienen la capacidad demoníaca de invertir el proceso, y entonces lo que se hace es jugar a inventar las reglas. Puedo jugar al ajedrez según sus reglas y puedo jugar a inventar reglas nuevas para mover las piezas. Es como un juego de segunda potencia. Es con este tipo de juegos como se inventó la ciencia, que no parece sino ser resultado del juego de niños serios y solitarios como Newton.»
Luis Martín Santos: Diez lecciones de epistemología. Ediciones Akal, pág. 63.  Madrid, 1991
TGO
@bocadosdefilosofia
@dies-irae-1
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kiyuoijnoyo · 2 years ago
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Bleeding Star
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Pareja: Yunho x Jongho
WC: 6.5k
Género: fluff, smut, ligero angst.
TW: sangre, ligeras referencias religiosas.
Resúmen: El sabor de la sangre obtiene otro significado cuando conoces el éxtasis de esta mezclada con el anhelo y lujuria de encontrar a quien permanecerá la eternidad a tu lado o por lo menos para el conde Yunho parecía serlo desde el momento que Jongho entregó su ser a él.
Los vampiros y los brujos eran igual de malvados a los ojos de cualquiera, los vampiros eran seres sin alma que mataban y derramaban sangre para saciarse, los brujos maldecían a quien se atravesara en su camino y regresaban almas de la muerte.
Jongho vivía en una choza alejada del pueblo principal, cierta vez se dejaba ver, para él, era un constante dejá vu lleno de horrores tener que buscar refugio cada que el último día del mes llegaba, la gente salía en busca de ellos para prenderles fuego y acabar con la penumbra de la sangre maldita de su familia, la cual afortunada o desafortunadamente lo perseguía, pero ¿acaso no era violento y cruel armar una cacería de brujas cuando muchos de ellos ni siquiera los atacaban?
Era un recuerdo interminable, Jongho lo había vivido desde que tenía 10 años, la última vez que sucedió fue el inicio de su soledad, los recuerdos lo inundaban, la casa está en llamas, huye, corre, preserva el conocimiento, escóndete, lo más importante no hables con ellos.
Al ser un brujo que trabajaba con la naturaleza su conexión con ella era increíblemente alta, amaba tocar las plantas, hacer brebajes con ellas, disfrutar su aroma y pasar el mayor tiempo posible rodeado de ellas, lamentablemente tenía que hacerlo de noche, temía ser visto y atrapado por ellos.
El cielo estrellado marcaba la medianoche, hora en que el pequeño brujo salía a recolectar las plantas necesarias.
- Dos orquídeas y 5 hojas de laurel y la pócima estará terminada.
Jongho hablaba consigo mismo de camino a su hogar, sin percatarse que un par de ojos rojos vigilaban atento su alrededor.
El conde Yunho habitaba en su castillo a mitad del bosque, no era un lugar recóndito y mucho menos desconocido, todo aquel que se acercara sabía que estaba destinado a morir en las manos del vampiro despiadado que, según los rumores, llevaba años habitando ahí y cada cierto tiempo salía en las noches a cazar y saciar su hambre.
A decir verdad, no siempre eran humanos sus presas, a veces se adentraba en el bosque en busca de grandes animales para saciar su sed, aunque estos no fueran igual de exquisitos que un humano.
Fue en una de sus cacerías cuando encontró la choza del brujo, cosa que le pareció raro puesto que ningún humano seria lo suficientemente estúpido para desear vivir apartado de la sociedad conociendo los rumores del terrible vampiro que los acechaba y de los brujos que podían esconderse en el bosque y usarlos para sus hechizos.
Desde el día que descubrió la choza solía rondar durante más tiempo la misma, quería conocer al o los individuos que podrían ser su siguiente cena y que por ende parecían desafiarlo al estar en esa zona.
Pero en una de esas noches cuando la luz de la luna iluminaba por completo el bosque encontró al dicho individuo de su curiosidad, no parecía ser más grande que él, claro, si hablaba de la edad que tenía justo antes de ser convertido, su capa negra llegaba hasta sus pies, el crucifijo colgando en su pecho brillaba en un plateado refulgente, su semblante serio y prolijo lo hacían verse extremadamente etéreo.
- Brujo.
Entonó para sí mismo, el dulce aroma de su sangre combinado con el aroma a hierbas hacia inconfundible saber lo que era, y en ese momento Yunho se sintió estúpido, por no haberlo supuesto antes, había de admitir que lo entendía, cuando eres considerado un monstruo no puedes estar con los humanos y había algo del brujo que hacía querer verle y hablar con él.
Los días pasaban tranquilamente, pero esa noche al acercarse al arroyo a lavar su recolecta como de costumbre Jongho creyó sentirse observado, no era la primera vez que lo sentía, pero ese día era más intenso, al mirar de reojo pudo ver dos gemas rojas en la oscuridad, decidió mirar fijamente con miedo de ser descubierto, sin embargo, la mirada desapareció de la manera más rápida posible.
Jongho regresó rápido a casa, ¿acaso eso era un vampiro? ¿iría tras él? ¿iba a matarlo?, Decidió dormir para olvidarse de lo visto, sin embargo, no contaba con que al amanecer del día siguiente hubiese rosas rojas en su portón decoradas con un moño negro. Al pasar los días, los obsequios no cesaron, cuando no eran pequeños ramos de flores eran esencias de tierras lejanas que Jongho en su vida pensó tener en sus manos o a veces eran más sencillos, cómo chocolates envueltos con pequeñas notas, describiendo lo mucho que deseaba conocerle.
El brujo lo tenía planeado, esperaría despierto toda la noche para conocer al ser que parecía acecharlo.
El conde Yunho se aseguraba de mostrar a través de obsequios que no era peligroso, que quería verle, pero aún no se atrevía a hacerlo, el brujo imponía algo sobre él, algo atrayente, como un imán, mentiría si dijera que desde que vio al pequeño brujo logro sentir algo que creyó ya estaba muerto dentro de si hace más de 100 años.
El reloj del castillo marcaba las 03:15 am, cómo habitualmente lo había hecho iría a dejar un ramo de rosas blanca, lamentablemente el vampiro no sabía que había alguien esperando por su llegada.
Jongho no perdía la vista desde el ventanal, esperando la llegada del ser que parecía estar interesado en él, fue ahí cuando el conde hizo su aparición y el brujo abrió la puerta estrepitosamente.
- ¿Qué eres? y ¿Qué quieres? - pronunció Jongho, intentando esconder el pánico en su voz, si era atrapado sería su fin.
La voz de miel del brujo hizo eco en su cabeza, ahora parecía más adorable.
- Evidentemente no soy uno de ellos, no tienes por qué preocuparte por eso, sé que puedes ver lo que soy, soy Yunho y obviamente soy un vampiro, he de admitir que en mi cacería te encontré y te he encontrado muy interesante. - yunho avanzo hasta llegar al brujo. -
- Para ti.
Exclamó alzando su brazo con el ramo de rosas blancas, lamento si te he causado algún inconveniente, no era mi intención asustarte.
Jongho no sabía por qué encontraba agradable su presencia, se sentía intrigado por el vampiro que había estado mirándolo y que en vez de postrarlo sobre la pared y drenarlo, le entregaba flores y mostraba un ser dulce y descuidado.
- Soy Jongho, cómo debes haberte dado cuenta soy un brujo.
Dijo recibiendo las flores y dando su mano en un apretón extraño, Yunho estaba helado, el contraste en su piel era raro pero calmante y en ese momento un sentimiento cálido se instaló en su ser.
La eternidad comienza a florecer.
La visita del conde comenzó a ser habitual hasta el punto de que el brujo dejaba entrar al vampiro a su hogar, le gustaba la manera en que parecía interesado en él y le daba obsequios con el fin de ganarse su confianza.
- Si no está mal que te pregunté ¿Cuántos años tienes? O ¿Cuántos años has vivido?
Preguntó Jongho extendiendo una taza llena de la sangre de un conejo que había cazado en la mañana, porque ciertamente, el brujo estaba perdiendo la cabeza sobre Yunho y si este vendría a visitarlo sería descortés no darle algo que beber.
- Gracias y bueno, es algo raro -rio el vampiro- cómo humano viví 24 años, edad en la que fui convertido y como físicamente permaneceré en este plano, cómo vampiro he vivido 126 años, así que han sido 150 años.
- ¿Siempre has estado solo?
 Jongho se interesó más mientras tomaba un bocado de su galleta, para el mayor era tierno ver al pequeño brujo estar tan inmenso en la plática sobre su vida.
- Algo así, la aldea donde vivía fue atacada por la guerra, quedé muy mal herido, no recuerdo mucho de lo que sucedió ese día, solo recuerdo que corrí hasta llegar a la iglesia y rece deseando que todo terminara hasta que uno de ellos entro con sus estrepitosos ojos rojos y me ató a este destino, he conocido gente, pero he intentado relacionarme lo menos posible, aunque he de admitir que mi castillo se siente vacío - dijo tomando un sorbo de sangre- pero ¿Que hay sobre ti?
- Al igual que tú quedé solo, tenía 15 años cuando ellos quemaron mi hogar, decían que éramos monstruos que les comerían y utilizarían sus cuerpos como ofrenda, pero mi clan solo realizaba brujería con plantas, nada de humanos ni cosas así, de ahí he estado huyendo, no tengo mucho aquí, pero parece ser un lugar tranquilo, tengo 22 por cierto, es interesante la manera en que no luces terrorífico para ser un vampiro. - el brujo dedico una gran sonrisa al vampiro.
- Es bueno conocer a alguien como tú, me agradas muchísimo.
Esas palabras resonaron en el corazón del mayor.
En su ensoñación, Jongho estaba siendo lo más feliz que jamás había experimentado, tanto, que olvidó porque huía, quizá dejar de tenerlo en cuenta provocó que bajara la guardia y cuando menos lo espero ellos sabían de su presencia.
Los encuentros nocturnos entre ambos hacían que la noche se tornara de calma y amor como caramelo derretido.
- Yunho ¿Cómo se siente la eternidad? – pregunto el brujo mirando el cielo estrellado.-
- Solitaria, he estado en distintos lugares, he visto demasiada gente, he presenciado cambios en todo lo que puedes imaginar en los más de 100 años que he vivido, pero, es como un bucle, aunque haya terminado volverá a comenzar y lo presenciaras una y otra vez.
En movimientos torpes el conde decidió entrelazar su mano con la del brujo.
- ¿Por qué lo preguntas?
El brujo volteo hasta quedar cara a cara con él y de reojo volteo a ver sus manos juntas, de manera que un destello de sonrojo apareció en sus mejillas.
- Simple curiosidad.
- He comenzado a pensar que pusiste un hechizo en mí – extendió su brazo hasta acariciar la mejilla del menor. - Eres demasiado lindo.
- En todo caso, sería al revés, - río tímidamente.-
 Sus miradas comenzaron a jugar de sus ojos a sus labios y cuando las estrellas comenzaron a brillar más, juntaron sus labios en un beso que pareció durar la eternidad.
Porque comienzo a pensar que quisiera compartirla contigo, se dijo así mismo.
Como cada domingo del mes, una vez terminada la misa, el sacerdote Lee llamaba a sus elegidos (o como se les conocía a los hombres devotos a él) a una junta para debatir cualquier tipo de avistamiento que involucrara la seguridad del pueblo y su santidad.
- El martes pasado los hijos de la señora Park salieron a explorar los límites y durante su juego encontraron una cabaña un tanto escondida. – exclamó el señor Choi reposando sus brazos sobre la mesa. -
– Y como usted sabe nuestra santidad, cualquier persona nueva aquí debe venir y presentarse aún si está en los límites, ¿no es así?
- Decidimos adelantarnos un poco y comenzar a responder nuestras sospechas, parece ser un joven, desconocemos cuanto tiempo llevé entre nosotros, mantiene un perfil bajo, pero, mi señor, cuando la tarde noche cayó ví como drenó la sangre de un conejo en un tazón y comenzó a mezclar diferentes plantas mientras recitaba un hechizo en lo que parecía ser latín, brujería pura, es uno de ellos, no hay duda.
El sacerdote Lee se levantó con premura y mirando con dominio a sus elegidos ordenó:
- ¡Avisen a nuestra gente, uno de ellos está aquí, vendrá por nosotros, la liturgia se llevará a cabo el último día de este mes, iremos por él una vez caiga la tarde y lo haremos arder por sus pecados! Mientras tanto nadie se acerque a la zona, jugaremos como el, mantendremos un perfil bajo, nadie puede salir.
Y en unísono se exclamó:
- Entendido nuestro señor.
- Te ves algo débil, ¿hace cuánto que no bebes sangre? o bueno lo suficiente que necesitas.
- He cazado algunos animales en el bosque, no he tenido la suerte de encontrarme un humano merodeando por aquí, pero si me lo preguntas saben igual de horrible.
- Te daré algo que pueda ayudarte con eso, preparé un brebaje especial, te ayudará o eso espero.
El brebaje fue un tanto asqueroso que el conde ni siquiera quiso terminar con eso, lo regreso a la mesa y de la manera más dócil le pidió disculpas al brujo, sin saber que este aún no había terminado.
Lo próximo que supo es que el menor lo tomo del brazo recorriendo la cocina hasta llegar a su habitación, de tal manera que le dio un pequeño empujón para sentarlo en su cama, el vampiro lucio completamente desconcertado, Jongho se sentó a ahorcajadas en su regazo y comenzó a desabotonar su camisa, ladeando su cabeza, mostrando su cuello.
- ¿Qué crees que haces?
-Te dije que te daría algo para que te sintieses mejor.
- Se supone que había sido ese brebaje, no te haré eso. - Sabía que mentía, quería probar su sangre desde el primer momento, pero era tan lindo y lo quería tanto que no podía pensar en herirlo siquiera, había notado la manera en que Jongho miraba sus colmillos de reojo en varias ocasiones; La deliciosa forma en que ocupaba su regazo, que su piel estaba expuesta de una manera que no había visto, la forma en que parecía desearlo y entregarse era exquisitamente tentadora.
- Vamos Yuyu, no me harás daño sabes que lo necesitas, y si así quieres saberlo yo también lo deseo – Dijo jugueteando con el crucifijo entre sus dedos. -
- Jongho yo-
- Estaré bien, lo prometo.
Yunho lo tomo de la cintura mientras Jongho se sujetaba a su cuello y comenzó besando sus labios hasta dejar besos húmedos y fríos en su cuello, sus ojos se tornaron en un rojo carmín profundo y le preguntó entre suspiros:
- ¿Estás seguro Jonghie?
- Maldición, sí Yuyu.
El vampiro jaló más la pulcra camisa del menor para tener mas espacio -Eres tan bonito – dijo admirando su piel y su lindo lunar, comenzó a lamer tentadoramente su cuello y abrazando más fuerte al brujo hundió sus colmillos comenzando a disfrutar de.
- Ahhh Yunho.
El brujo no podía negar que dolía, pero algo en el lo hacia sentirse satisfecho, quería más.
Su sangre sabia mejor de lo pudiese haber imaginado, de lo que nunca creyó probar, era extremadamente exquisita y dulce combinada con el aroma de hierbas de su amado, podía sentir como sus latidos se aceleraban, era cautivador.
- Sabes tan bien Jonghie.
- Mhhh.
Se separo de su cuello alzando su mirada y contempló el rostro del brujo, sus ojos cerrados, sus labios ligeramente abiertos, su respiración agitada y un sonrojo brillante en sus mejillas.
Regreso a su cuello y volvió a tomar otro bocado de la manera más amable posible, no quería asustarlo y mucho menos hacerle daño, tampoco tomo mucho, incluso si quisiese tenía que parar, se separo sin desperdiciar gota alguna del liquido rojo y tomo las mejillas de Jongho con sus manos para volver a juntar sus labios y murmurarle pequeñas gracias entretejidos con besos alrededor de su rostro.
- ¿Te gustaría conocer mi castillo?
Ambos se adentraron en la oscuridad del bosque camino al castillo del conde, la luna parecía seguirlos y las estrellas cuidaban su camino, el aroma a naturaleza inundaba el aire y sus manos entrelazadas hacían que el aura a tenue amor se hiciera hipnótica.
Su charla estuvo llena de anécdotas y risas interminables.
El vampiro contándole de todos los cambios que había visto, de las tierras en las que había vivido y como llegó al castillo; Por otra parte, el brujo le explicaba cada detalle de toda aquella planta que se atravesara en su camino.
El castillo era visible e inclusive antes de entrar, Jongho estaba anonadado, era una construcción medianamente grande, su estilo gótico al igual que los ventanales eran preciosos, el jardín estaba lleno de incontables rosales de varios colores, justamente como los que Yunho le hacía llegar antes de conocerse y que, de vez en cuando, aparecía con ramos en sus citas nocturnas.
- Bienvenido a mi hogar, espero pueda ser acogedor al igual que el tuyo.
- Mientras estés tu todo es acogedor -sonrió tímidamente- es idéntico a ti.
- Puedes ir a conocer todo el castillo, hay una sección en la librería que quizá pueda interesarte, estaré en la habitación continúa, preparé algo para ti.
El brujo comenzó a indagar alrededor del castillo, por dentro era más precioso aún, las cortinas de terciopelo rojo caían hasta el suelo en cascada, las velas en los candelabros hacían que todo fuera una odisea de terror hermoso, todo era justo como su dueño.
Al llegar a la biblioteca Jongho entendió a lo que Yunho se refería, había una sección llena de escritos en latín, de tan solo imaginar el conocimiento que contenía le generaba felicidad en exceso, si bien había aprendido mucho el gusto no le duró el tiempo que hubiese querido, con eso expandiría sus habilidades.
El conde amaba estudiar y aprender todo lo que podía, había recolectado mucho conocimiento a través de los años y sus estancias en distintos lugares.
De regreso a la habitación donde le esperaban pensó en lo mucho que quería estar con Yunho y la felicidad combinada con amor lo hizo querer estar ahí por siempre.
Por su lado el vampiro estaba inmerso en su lectura, esperaba a Jongho en su habitación con dos tazas sobre la mesita de estar, era un contraste gracioso, una taza estaba llena de sangre fría y la otra con un té humeante.
Había de admitir que desde que fue convertido en vampiro la comida no tenia índole en su vida, de vez en cuando compraba ciertos alimentos para sentir lo que alguna vez fue y con el paso del tiempo dejo de hacerlo, no tenía sentido, sin embargó, al conocer a un ser mágico que le ofrecía amabilidad, cariño y su sangre debía tener algo para el.
El amanecer llegó con Jongho entrando a la habitación y la imagen del conde era maravillosa, se había despojado de su saco color sangre, parte de su cuello y pecho estaba a la vista, la mirada seria posada en su lectura, el cuarto oscuro decorado con el mismo patrón que el demás castillo con detalles bordados en dorado.
Simplemente espectacular, ¿cómo podían temerle?, Lo que el miraba generaba querer entregarle todo su ser y sangre.
- La biblioteca es hermosa, tienes una basta colección.
- Toda tuya, puedes leer lo que quieras.
Jongho se acercó al conde acariciando su cabellera negra.
- ¿A qué cosa pertenece la sangre que tomas? -exclamo alzando una ceja con cierto recelo. -
  - Es de un cordero que encontré por ahí, probablemente se le escapó a alguien. -dijo llevando la taza a sus labios. -
El brujo tomo la taza alejándola.
- Déjala, no la necesitas, no mientras me tengas a mi Yuyu.
El día en el castillo se remontó a que el vampiro bebiera sangre de su brujo, mordiendo sus muñecas y su cuello, alternando las mordidas con palabras dulces y besos por doquier mientras Jongho le decía lo mucho que lo deseaba y que no debía disculparse por nada.
Cuando el atardecer llegó el brujo estaba cansando, somnoliento y con un ligero mareo, por más que quisiera aguantar no podía, Yunho había tomado mucho de él y lo único que quería era dormirse en sus brazos.
El vampiro lo tomo con cuidado, se aseguró que tomara el té, lo despojó su capa negra y lo acostó en su cama.
- Iré a la ciudad, te traeré algo que te hará recuperar la fuerza que has perdido. – dijo acomodándose en la cama junto a él mientras lo abrazaba en su pecho. – Tomé mucho de ti, partiremos en la madrugada, descansa Jonghie, hiciste mucho hoy.
El contemplar a su adorado dormir hizo querer tenerlo para la eternidad a su lado, si bien era la primera vez que compartía el castillo con alguien, quería hacerlo eterno, despedir la soledad era algo que jamás imaginó podría suceder y en un instante el mayor susurró:
- Estoy perdidamente enamorado de ti Jongho.
 Llegada la madrugada partieron, Yunho cubría cualquier rastro visible de piel para que la luz no lo quemara, una fedora y guantes negros combinados con un abrigo largo del mismo color sobre su saco rojo.
Al llegar a la choza del brujo Yunho le dio la orden de dormir y descansar lo suficiente, si bien ya no estaba mareado, la sensación de debilidad era presente.
- Regresare en dos días, el trayecto es un poco largo y tomare descansos para no levantar sospechas, prométeme que descansaras.
- Lo prometo, cuando regreses miremos las estrellas desde lo alto del castillo, ve con cuidado Yuyu.
Ambos rieron y se besaron con estrellas brillando en sus ojos.
El día parecía estar cubierto con un velo de tranquilidad desmesurada, más de lo normal, pero Jongho decidió ignorarlo y seguir durmiendo, porque a pesar de que el sol brillaba a su máxima intensidad desvelarse para poder estar con el vampiro y darle su sangre era absolutamente agotador.
Yunho había prometió venir esa noche, llegaría de su viaje de dos días y el brujo quería descansar para verle.
Al caer la tarde el brujo decidió ir al arroyo a lavar sus especieros de vidrio, sin embargo, un aroma a quemado comenzó a inundar el ambiente y a ponerlo en alerta, dejo caer los especieros y al correr hacia su hogar lo primero que vio fueron llamas consumiendo su lugar seguro y el terror se apodero de él, ellos sabían de su existencia, lo habían encontrado.
No tenía otra opción más que correr, si llegaba al castillo de su amado estaría seguro, ellos no entrarían ahí por temor al demonio que lo habitaba.
Pero al momento de intentar correr el cansancio se hizo presente y una flecha fue directo a su pierna ocasionando que comenzara a flaquear y entre varios, comenzaron a golpearlo hasta hacerle perder el conocimiento.
Yunho regresó más temprano de su viaje, había prometido a su querido brujo que iría a visitarlo, había conseguido una hierba especial que podía regresarle la energía que había drenado de su ser al tomar tanta sangre de él en los últimos días, tenía que admitirlo, la sangre de Jongho era exquisita, no era como la de los animales que salía a cazar o como los inmundos humanos que solía consumir de vez en cuando, había algo mágico en ella que lo hacía desearlo cada vez más y más, quería al brujo solo para el en toda la extensión de la palabra, no como una bolsa de sangre, si no como alguien con quien pudiese pasar toda su eternidad amando.
No obstante, a su llegada al castillo un aroma a humo y un sentimiento alarmante comenzó a instalarse en él y al mirar por el ventanal, vio que el humo provenía de un área extremadamente conocida y supo que algo estaba mal, que no debió haberse ido – Jongho – lleno de furor hizo su camino lo más rápido vampíricamente posible y al llegar al hogar de su amado todo estaba hecho cenizas.
- ¡Jongho, cariño! ¿Dónde estás? – gritaba desesperadamente intentando oler su rastro y mirando desesperadamente a cualquier lado en busca de su amado.
- La basura que estas buscando no está aquí, ¿también eres una de esas escorias? – dijo uno de ellos con odio desmesurado.
Ese comentario fue suficiente para que el conde que habitaba en el bosque perdiera la poca humanidad que aún vivía en él.
Las estrellas lloraron y la oscuridad de la noche comenzó a mancharse de olas rojizas.
En el pueblo había comenzado todo para iniciar con la liturgia, en la plaza principal se erguía un tronco con el brujo inconsciente siendo atado, a sus pies cargas de leña acomodadas perfectamente esperando ser ardidas y quemar la maldad con ellas.
Su santidad, el sacerdote Lee se acercó al tronco con su biblia abierta con y un rosario colgando por la mitad y mirando al brujo gritó:
- Este inmundo ser ha intentado burlarse de nosotros escondiéndose en las afueras del bosque, esperando su turno para llevarse a cada uno de nosotros y usarnos en sus rituales satánicos.
Los murmullos de la gente comenzaron a ser audibles y Jongho despertó mareado, deseando que su realidad fuera un sueño, había fallado al intentar escapar y en vez de pensar en volverlo a intentar, solo podía lamentarse en su mente de no decirle a su amado lo mucho que deseaba compartir la eternidad con él.
- ¡Muerte al brujo!
- ¡Háganlo arder!
El brujo comenzó a llorar e intentar desatarse, pero era imposible.
Inhumanos, juzgándolo por ser un brujo que ni siquiera tenía planes de acercarse a ellos, se suponía que esa noche vería al conde y estaría siendo feliz, era injusto, llevaba años escondiéndose, estando solo y justo cuando había encontrado una razón para ser feliz y dejar sus prejuicios atrás iban a arrancarle todo.
E irónicamente en sus plegarias imploró que Yunho lo salvase.
Su santidad comenzó a rezar y alzo una antorcha con su mano izquierda hacia el cielo nocturno mientras pronunciaba:
- Nuestro señor, antes bien líbranos de todos los peligros siempre…
Y gritos horrendos resonaron de tal manera que la liturgia se detuvo.
- Su santidad, el demonio del castillo ha despertado, está aquí por nosotr- y antes de terminar la frase su cuello fue desgarrado de la forma más macabra posible dejando un torrente de sangre y libre espacio al vampiro para beber cuanto quisiese de él.
Los gritos del pueblo eran espeluznantes mientras corrían para buscar refugio del vampiro, su santidad y los elegidos se quedaron de pie para terminar con ambos demonios.
Jongho no sabía si sentir tranquilidad o tener más miedo al ver que Yunho había venido por él, pero no estaba para nada cerca de lucir como siempre lo hacía.
El conde que tenía a su vista no era aquel al que juraba haber dicho no parecía terrorífico.
Todo él estaba bañado en sangre, numerosos coágulos entre su pulcro traje rojo y manos, sus ojos carmesíes resplandecían más de lo normal, tanto sus labios como sus afilados colmillos indicaban que acababa de darse un banquete con todo aquel que se había entrometido en su camino, había perdido completamente el control y no pensaba recuperarlo hasta tener de vuelta a su brujo entre sus brazos.
Mientras los elegidos se acercaban a terminar con el vampiro, su santidad hacia lo mismo con el brujo.
- Maldito seas, desde el momento que llegaste aquí nos maldijiste e hiciste que esa otra monstruosidad apareciese, debes morir y pagar por tus pecados.
Y antes de que lanzara la antorcha al tronco, el vampiro atravesó su pecho hasta arrancar su corazón y formar un lago de sangre en el suelo.
La mirada de Yunho aún destilaba descontrol, comenzó a romper las cuerdas que ataban a su amado pidiendo disculpas por no estar ahí antes para detenerlos, mientras limpiaba sus lagrimas y lo tomaba en sus brazos le prometió que lo llevaría con él y lo cuidaría por siempre.
En todo el trayecto de regreso al castillo el aroma a sangre inundaba el bosque, el vampiro cargó al menor en sus brazos y a pesar de tenerlo seguro con él, seguía en descontrol, podía notar las marcas que había dejado con un ligero tono violeta en sus cuello y muñecas, el problema eran las marcas de golpes en su rostro y que probablemente tenía en el cuerpo.
No se arrepentía de la masacre que había cometido, nadie merecía a Jongho.
Él era todo lo que pensó había perdido y que no tendría como humano, pero se equivocaba el no era uno de ellos nunca más y en su viaje eterno encontró una parte de vida, de amor, por quién destrozaría todo su alrededor, quería que Jongho permaneciera con el por siempre.
Una vez dentro de su castillo recostó al brujo en su cama, desatando las cortinas del negro dosel que la decoraba, dejándolo descansar de la horrorosa liturgia.
Tenía que calmarse, no quería horrorizarlo, aunque probablemente lo haya hecho, pensó.
Decidió tomar un baño y deshacerse de toda la sangre que cubría su cuerpo, una vez terminase prepararía algo de comer para su precioso brujo durmiente y le pediría que se quedase con el en su castillo, le daría todo el espacio que quisiese y le ayudaría a construir un nuevo lugar para seguir con sus pócimas.
Con el paso de las horas el brujo despertó con miedo que rápidamente fue disipado al reconocer el aroma y lugar en el que estaba, los sucesos aturdieron su mente y recordó que su Yunho lo había rescatado; Con movimientos y pasos torpes decidió ir en busca de él, necesitaba agradecerle y en su momento indicado decirle lo mucho que quería estar con él para siempre, que lo convirtiera, que fueran eternos.
El conde noto la presencia del menor y apurado fue a tomarlo entre sus brazos mientras las lagrimas caían de su rostro como una lluvia de líridas.
- Pensé que te había perdido, cuando llegué todo estaba destrozado, creí que había sido el fin, después te encontré y perdí el control, lo lamento, lamento que hayas visto ese lado de mi.
Esas palabras fueron suficientes para que el brujo comenzará a llorar de la misma forma.
- Creí que no llegarías, que no te volvería a ver Yuyu -tomando las mejillas las mejillas del mayor preguntó- ¿Estás herido? Gracias por buscarme, gracias por dejarme estar entre tus brazos.
- Ninguna de esas basuras podría hacerme daño… Jamás tienes que agradecer, iría por ti eternamente Jonghie.
Los días pasaron tranquilamente, Yunho se aseguró que su amado descansara y comiera lo suficiente para recuperar energía y algo de la estabilidad mental que le había sido arrebatada, moría por proponerle que entregara su eternidad a el, pero eso significaba pedir demasiado y desconocía el sentir al respecto del brujo, no quería atiborrarlo con tanto.
Quizá debería esperar un poco más, pero su espera llegaría más pronto de lo qué suponía.
Durante sus días descansando el brujo se dedicó a leer, a estar bajo el cuidado del vampiro, a admirarlo y pensar en el un poco más de lo debido, era mucho más alto que el, ni siquiera parecía estar muerto en vida, sus colmillos relucientes en su sonrisa eran lindos y bastante atractivos desde que estuvieron en su cuello, siempre era hermoso, incluso cuando su verdadero ser salía a la luz y el terror se apoderaba de todo, sus ojos rojos, su aura en descontrol y la sangre bañándolo, pero esa noche ambos tenían un brillo especial, Jongho se sentía muy diferente, sería la noche en que confesaría su amor por Yunho, se entregaría en alma y ser.
Cuando el silencio de la noche llegó irrumpió en su habitación, el candelabro estaba apagado, lo único que le iluminaba eran las velas alrededor de ella y la luz de la luna filtrada por el ventanal, el ambiente era mágico, tranquilo, suave, tenebrosamente tentador y romántico, justo como el ser que estaba sentado en la cama.
- Jonghie has estado algo raro hoy, ¿Sucede algo?
El menor se acercó a Yunho para juntar sus cuerpos en un abrazo.
- Podría ser, es solo que tenía muchas ganas de hablar contigo.
- Puedes decirme lo que quieras pero antes de eso –dijo con la voz más dulce posible y jugando con sus manos es la espalda del otro– Jongho, mi amor, desde que te vi por primera vez algo en ti me atrajo mucho, fue creciendo más y más y desde el momento que pisaste el castillo quise que te quedaras conmigo por siempre, he estado solo por muchos años, tu presencia me reconforta y he de admitir que estoy enamorado de ti, eres tan atrapante, orbito en ti y si a si lo deseas, quédate, quédate conmigo aquí.
Y si el vampiro pudiese sonrojarse sus mejillas estarían en rosa vibrante al igual que las del brujo.
Y Jongho pensó que su corazón iba a combustionar.
- He estado pensado en lo mucho que deseo entregarte mi eternidad, me gustas mucho Yuyu -musitó en el pecho de Yunho.
Para Jongho, estar en los brazos del conde era abrasivamente embriagador, lo amaba ¿Estaba mal si se sentía tan bien? Cada vez quería más, quería que Yunho lo tomara para toda la eternidad, quería ver a su lado lo que aún no estaba escrito, al final del día no tenía nada que perder, a dónde ni con quién más ir, solo con su amado vampiro.
- ¿Sabes que no hay marcha atrás? - dijo Yunho a punto de perder lo único que lo aferraba a no perder la cordura, el pequeño brujo era lo que más amaba y no podía permitirse lastimarlo.
Jongho tomó del cuello a su anhelado vampiro para juntar sus labios en un beso diferente a los demás, uno lleno de lujuria y romance desbordado.
- Tómame Yuyu, toma todo de mí.
La manera en que esas palabras habían sido pronunciadas durante el beso fueron suficientes para mandar al borde al conde, la magnífica luz de las velas, el cielo rojizo fuera del castillo, la tenebrosa y cálida atmósfera daban comienzo al inicio de la eternidad, la cual solo podía ser apreciada por la luna y el velo de estrellas cubriendo el cielo.
Yunho postró al brujo en el ventanal besándolo con la misma intensidad, bajando de sus labios a su cuello dejando ligeros hilos de saliva iluminados por la luz de la luna que conectaban a ambos.
Sus manos empezaron a desabotonar la camisa del menor para tener mayor espacio para morder y besar su pecho, comenzó a bajarlas hasta acariciar sus caderas y su creciente bulto.
- De rodillas Jonghie.
Jongho se arrodillo frente al vampiro y bajo sus pantalones llevándose la erección del contrario a su boca dando pequeñas lamidas y saboreando el líquido preseminal hasta llegar al fondo y permitir que este lo usará tomaba su cabeza entrando y saliendo de sus labios sin parar hasta descargarse en el, mientras tomaba todo sin renegar.
- Eso es, buen trabajo brujito bonito.
La imagen de Jongho tragando su semen era tan tentadora, el brujo lamia sus labios y en sus comisuras era evidente los sobrantes blanquecinos de.
Yunho lo tomó del crucifijo, admirándolo para levantarlo y besarlo saboreándose a sí mismo mientras el otro saboreaba su sangre.
La ropa de ambos termino esparcida entre la cama y el piso de la habitación.
Una vez en la cama el vampiro se posiciono a la altura de los muslos del brujo con las piernas en sus hombros y comenzó a besar y morder su muslo derecho mientras su mano subía y bajaba apretando ligeramente la erección del menor.
- Tus muslos son tan bonitos, desde que te vi supe que serían mi perdición.
Comenzó a ser descuidado con sus mordidas, la sangre de Jongho combinada con la excitación tomaba un sabor exquisito y quería más, sus ojos rojos cargados de lujuria daban a entenderlo.
Subió dando besos por ambos muslos sin dejar de masturbarlo y al momento de morder su abdomen bajo el menor se vino con un gemido de lo menos tímido apretando las sábanas, Yunho aprovecho para besarlo de nuevo, tomando con sus dedos el semen del brujo como lubricante y comenzar a prepararlo.
Una vez listo, volvió a tomar semen del brujo para esparcirlo por su pene y entrar en el.
- Voy a entrar bonito, dime cuando pueda moverme. -dijo posicionándose entre sus piernas. -
Era algo incomodo, pero pronto se acopló.
- Puedes moverte Yuyu.
Yunho comenzó con estocadas suaves, subiendo el ritmo poco a poco.
Jongho comenzó a impacientarse besando el cuello del contrario e intentando acelerar las estocadas a lo que el vampiro tomo sus muñecas y las inmovilizo sobre su cabeza, penetrando más fuerte a su Jonghie y disfrutando de los besos, los gemidos entre cortados, las pequeñas mordidas y marcas que debía estar dejando su amor.
Pero tampoco era suficiente para él.
- En cuatro brujito.
Y la imagen del brujo era maldita, Yunho estaba perdiendo. Amasando sus muslos y trasero volvió a entrar en el.
El brujo arqueaba su espalda moviendo sus caderas hacia atrás apretando el borde de la cama perdido en el placer de Yunho montándolo y el éxtasis de que le generaba su sangre siendo drenada.
- Ahhh Jongho no puedo tener suficiente de ti – murmuro lamiendo su cuello para volverlo a morder, cada vez más descuidado, cada vez anhelando más.
Mhhh más Yuyu, ahhh, más, más duro, más rápido, no tengas piedad conmigo – rogaba mientras movía en desesperación sus caderas. -
Y quien era Yunho para negárselo.
Los bonitos gemidos de su amado eran como una melodía para el y su rostro lleno de sonrojo y placer una obra de arte.
Los gemidos, el ruido de las pieles chocando, el aroma a semen y sangre inundaban la habitación.
El vampiro bombeó el pene de Jongho y mordió su cuello nuevamente para drenarlo definitivamente lo que ocasiono que este gritara de placer y viniera por segunda vez, aprovechando el subespacio del otro, el vampiro comenzó a dar estocadas en el sin control buscando su liberación y cuando llegó se aseguro de eyacular todo dentro de su bonito Jongho.
Una vez tomó lo suficiente para iniciar con el rito de convertir al brujo en vampiro y tenerse eternamente, mordió su brazo succionado la suficiente sangre para besar a Jongho dándole de tomar su sangre desde sus labios.
Obediente comenzó a beber la sangre de los labios de Yunho, la sangre escurría entre el beso, el vampiro cortó el sangriento beso y rasgó la carne de su muñeca haciéndola sangrar.
- Bebe Jonghie.
A pesar de que el brujo estaba ido debido a el placer y la debilidad de perder tanta sangre seguía las instrucciones del mayor.
Jongho comenzó a beber la sangre directo de la muñeca de Yunho y este a beberla mordiendo justo debajo del lunar del cuello del otro.
Y mientras la odisea llena de sangre se llevaba a cabo, la luz de la luna dejo de ser clara y brillante para convertirse en una luz roja oscura, las estrellas brillaban ferozmente en el cielo y el fuego de las velas comenzó a titilar hasta apagarse.
Tenebrosamente mágico.
Lo último que Jongho recordaba borrosamente era la manera en que su Yunho lo había cargado hasta la tina y se aseguro de limpiar a ambos, para después acostarlo en su pecho.
Sería la última noche que el brujo experimentaría el sueño.
A las horas, mientras la oscuridad de la noche aún reinaba, Jongho despertó sintiéndose extraño, sediento, pero con la noción de que Yunho estaría eternamente a su lado.
Yunho notó el despertar de su amado quien lo miraba con ojos rojos y colmillos visibles, seria una nueva experiencia en lo que se acostumbraba a su nuevo ser.
Jongho no dejaba de mirar el cuello de su Yuyu, tenía mucha sed y le necesitaba.
El mayor dejo su cuello y clavículas a la intemperie para que el brujo vampiro se deleitase con cuanta sangre quisiera.
Y si le parecía bonito antes, ahora le parecía infinitamente hermoso.
- Te amo eternamente Yunho.
- Te amo eternamente más Jongho.
Y la eternidad dio inicio para siempre en un amor como azúcar glass hecha de estrellas sangrientas.
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joseandrestabarnia · 1 year ago
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Titulo completo: Un vaquero pasando un caballo y un carro en un arroyo Artista: Jan Siberechts Fechas de artistas: 1627 - 1700/3 Fecha de realización: probablemente 1658 Medio y soporte: Óleo sobre lienzo Dimensiones: 63,8 × 54,3 cm Resumen de inscripción: Firmado; Con fecha de crédito de adquisición: Presentado por John P. Heseltine, 1907
Aquí, el arduo viaje de un carro cargado desde la granja hasta el mercado es el sueño de la vida en el campo de un habitante de la ciudad. Jan Siberechts vivía en la ciudad de Amberes y se ganaba la vida produciendo este tipo de escenas para una clientela urbana. Basándose en su experiencia en el campo alrededor de la ciudad, idealizó lo que había visto, retratando al 'campesino' como una figura noble y trabajadora, que mostraba pocas señales de los efectos del trabajo en un país donde las condiciones podían ser duras.
Siberechts ha pintado un idilio, pero son los detalles y las texturas lo que parece haberle dado más placer: los pliegues del cuello de la anciana cosquilleados por las hojas plumosas debajo; la luz del sol sobre las robustas piernas de la muchacha y los pliegues de su enagua blanca; el brillo en el duro cuerno de la vaca junto a su esponjoso mechón de pelo. Todos estos son parte de la ilusión idílica, pero eran, para las personas que vivían en las ciudades cambiantes de Flandes del siglo XVII, nostálgicos y tranquilizadores.
Información e imagen de la web de la National Gallery de Londres.
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la-semillera · 11 months ago
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Lenore Tawney & Pureza Canelo
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Nombres de pueblos que dan compañía:
Arroyo de la luz.
Huertas de ánimas.
Vozpornoche.
Nombres de paraísos no inventados han venido a visitarme, hemosos han llegado a la boca.
Arroyo de la soledad nutriente.
Huertas de la melancólica creación.
Vozpornoche y día.
La plaza mayor toda nuestra, pueblos del alma.
_ Pureza Canelo. de RETIRADA. Pre-textos 2018
_ Lenore Tawney, St. Francis and the Birds, 1954. Wool; 32 1⁄2 x 17 1⁄2
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