#literatura da angustia
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Tardes manhã [conto]
A angústia se concentra no centro do ser: o imbigo. O imbigo é magnético, e funciona num movimento contínuo de atração e repulsa que se auto-alimenta perpetuamente das forças obscuras e celestiais que habitam todas as dimensões conhecidas e desconhecidas. A partir dali se espalha uma onda elétrica que contrai e é contraída no pulsar das paredes se fechando. Já a ansiedade, apesar de sentida no…
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#angustia#antimidia#antimidiablog#cigarro#conto#contos#crônica#depressão#eder capobianco#fumar#literatura#literatura contemporânea#literatura da angustia#literatura marginal#realismo
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En el videoclip de Rompeolas da la sensación de que Martin habla con el mar, de que además de ser la metáfora que da sentido a la canción, es una especie de confidente que escucha sus preocupaciones, y en algún punto y de alguna manera, se las lleva con él, lejos. Y esto es tan solo una de las muchas funciones o significados del mar en la literatura medieval.
En la literatura gallego-portuguesa (concretamente composiciones como las jarchas o las cantigas) se nos presenta a un personaje que será la voz del yo poético y que cuenta sus tristezas, sus penas a un confidente; a veces una madre, a veces un amigo y otras, como aquí, el mar. Estas penas y preocupaciones suelen ser románticas, y aunque en el caso de Rompeolas son preocupaciones y angustias sobre los cambios vitales, este concepto de confidente y un personaje siendo vulnerable y honesto sobre sus sentimientos se mantiene. Además, estas composiciones comparten con Rompeolas ese elemento nostálgico.
Tanto las jarchas como las cantigas están repletas de preguntas retóricas, de dudas, de inquietudes tal y como vemos en Rompeolas cuando Martin se pregunta si todo va contra él o si un interlocutor que no conocemos iría a verle a otra playa.
El mar es también símbolo de vida, de muerte y de cambio. El mar puede implicar morir porque como indican muchas composiciones líricas de la época o las jarchas y cantigas, "echarse al mar" era peligroso, era casi una muerte segura. Es vida por los numerosos nacimientos que se producen en la mitología o por la simbología referente a la fertilidad que carga respecto a los personajes femeninos. Y es cambio por esos dos conceptos anterior, cada vez que algo muere, algo nuevo nace, algo nuevo se da. E implica así mismo una renovación. Será este el significado que más se acerca al mensaje de Rompeolas.
Así, en Rompeolas, según la literatura medieval, Martin trata al mar y se dirige a el como si fuese su confidente.
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Poemas de Nezahualcóyotl
Confirmo lo que había pensado hace un tiempo cuando leí un par de antologías de literatura prehispánica: la poesía náhuatl me encanta. Y ahora que pude leer todos los poemas de Nezahualcóyotl puedo decir que entre todos los nombres de poetas que se conservan es de mis favoritos.
Al menos si no se es mexicano, lo primero que suele venir a la mente cuando se piensa en los aztecas es la típica imagen de un sacrificio humano (con extracción de corazón incluido) en lo alto de una pirámide. Y es que, aunque evidentemente no corresponde a esa simplificación, la civilización azteca se tiene como una especialmente guerrera o incluso sangrienta: guerras organizadas para capturar prisioneros, sacrificios humanos, antropofagia… Por eso, uno podría creer que su poesía estaría mayoritariamente dedicada a este tipo de cosas, cuando la realidad es que, aunque sí hay poemas sobre la guerra (aquí había citado uno que me gustó), es una parte más bien pequeña del total. Al menos de la poesía que ha llegado de Nezahualcóyotl no hay prácticamente nada de temática belicosa, y en cambio sí que hay mucho de un tema que uno no esperaría encontrar, porque no es algo que a priori se identifique con los aztecas: la angustia y el pesar que conlleva el saberse mortal. La casi totalidad de los poemas tratan directamente el tema de la inevitabilidad de la muerte, y lo hacen en buena parte desde una perspectiva más bien pesimista. Pero, aunque son la mayoría, no lo son todos: en no pocos se puede ver el esfuerzo que hace el poeta por no dejarse llevar por la angustia y la tristeza; se le ve intentando disfrutar de las cosas agradables de la vida aun sabiendo lo efímeras que son, y eso me gusta. Aun con todo, la sensación que queda es que la tristeza termina imponiéndose. Se intenta al menos, y eso es lo importante.
Ahora algunos poemas. De los «optimistas», estos:
Nos ataviamos, nos enriquecemos… con flores, con cantos: esas son las flores de la primavera: ¡con ellas nos adornamos aquí en la tierra! Hasta ahora es feliz mi corazón: oigo ese canto, veo una flor: ¡qué jamás se marchite en la tierra!
Alegraos con las flores que embriagan, las que están en nuestras manos. Que sean puestos ya los collares de flores. Nuestras flores del tiempo de lluvia, fragantes flores, abren ya sus carolas. Por allí anda el ave, parlotea y canta, viene a conocer la casa de dios. Solo con nuestros cantos perece vuestra tristeza. Oh señores, con esto vuestro disgusto se disipa. Lo inventa el Dador de la Vida, las ha hecho descender el inventor de sí mismo, flores placenteras, con ellas vuestro disgusto se disipa.
¡En buen tiempo vinimos a vivir, hemos venido en tiempo primaveral! ¡Instante brevísimo, oh amigos! ¡Aun así tan breve, que se viva! Yo soy Yoyontzin: aquí se alegran nuestros corazones, nuestros rostros. Hemos venido a conocer vuestras palabras. ¡Instante brevísimo, oh amigos! ¡Aun así tan breve, que se viva!
Y estos de los «pesimistas»:
Con flores escribes, Dador de la Vida, con cantos das color, con cantos sombreas a los que han de vivir en la tierra. Después destruirás a águilas y tigres, solo en tu libro de pinturas vivimos, aquí sobre la tierra. Con tinta negra borrarás lo que fue la hermandad, la comunidad, la nobleza. Tú sombreas a los que han de vivir en la tierra.
¡Oh, tú con flores pintas las cosas, Dador de la Vida: con cantos tú las metes en tinte, las matizas de colores: a todo lo que ha de vivir en la tierra! Luego queda rota la orden de águilas y tigres: ¡solo en tu pintura hemos vivido aquí en la tierra!
Ay, solo me debo ir, solamente así me iré allá a su casa… ¿Alguien verá otra vez la desdicha?, ¿alguien ha de ver cesar la amargura, la angustia del mundo? Solamente se viene a vivir la angustia y el dolor de los que en el mundo viven… ¿Alguien ha de ver cesar la amargura, la angustia del mundo?
¿A dónde iremos donde la muerte no existe? Mas, ¿por esto viviré llorando? Que tu corazón se enderece: aquí nadie vivirá por siempre. Aun los príncipes a morir vinieron, Los bultos funerarios se queman. Que tu corazón se enderece: aquí nadie vivirá para siempre.
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto: ¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra? Nada es para siempre en la tierra: solo un poco aquí. Aunque sea de jade se quiebra, aunque sea de oro se rompe, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra. No para siempre en la tierra: solo un poco aquí.
¡Ay de mí: sea así! No tengo dicha en la tierra aquí ¡Ah, de igual modo nací, de igual modo fui hecho hombre! ¡Ah, solo el desamparo he venido a conocer aquí en el mundo habitado! ¡Que haya aún trato mutuo aquí, oh amigos míos, solamente aquí en la tierra! Mañana o pasado, como lo quiera el corazón de aquel por quien todo vive, nos hemos de ir a su casa, ¡oh amigos, démonos gusto!
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¿Te gustaría leer más libros pero no tienes mucho tiempo?
¿Te aburren las novelas largas y densas que te hacen perder el interés? Si es así, te tengo una buena noticia: hay muchos libros de menos de 100 páginas que son fáciles de leer y que te pueden aportar mucho valor.
En este post te voy a recomendar 10 libros cortos pero intensos que puedes leer en una tarde o en un viaje. Son libros de diferentes géneros y temáticas, pero todos tienen algo en común: son obras maestras de la literatura que te harán reflexionar, emocionarte y disfrutar.
Estos son los 10 libros que te propongo:
El Arte de la Guerra, Sun Tzu: El libro más antiguo y famoso sobre estrategia militar, escrito hace más de 2000 años por un general chino. Sus enseñanzas son aplicables tanto al ámbito bélico como al empresarial, político o personal.
Rebelión en la granja, George Orwell: Una novela satírica que narra cómo los animales de una granja se rebelan contra sus dueños humanos y establecen una sociedad igualitaria. Sin embargo, pronto surgen las diferencias y las traiciones entre los líderes, que corrompen los ideales del socialismo.
El principito, Antoine de Saint-Exupéry: Una fábula mítica que cuenta las aventuras de un niño que vive en un pequeño planeta y que viaja por el universo conociendo a diferentes personajes. Una historia llena de poesía, humor y sabiduría sobre la amistad, el amor y el sentido de la vida.
El árbol generoso, Shel Silverstein: Un cuento infantil que relata la relación entre un niño y un árbol del bosque. El árbol le da al niño todo lo que necesita a lo largo de su vida, desde frutos hasta madera, pero el niño nunca se muestra agradecido ni feliz. Una lección sobre el altruismo y el egoísmo.
La guillotina de Simone van der Vlugt: Un libro histórico que cuenta la vida de una joven francesa durante la revolución francesa y su encuentro con el temible instrumento de ejecución.
Otros libros que también puedes contemplar son:
La Biblioteca Secreta, Haruki Murakami: Una historia fantástica sobre un niño que se pierde en una biblioteca misteriosa y tiene que enfrentarse a sus propios miedos y recuerdos.
Y cada mañana, el camino a casa se vuelve más y más largo, Fredrik Backman: Un relato conmovedor sobre un anciano que sufre alzhéimer y su nieto, que intentan conservar sus recuerdos compartidos antes de que se borren para siempre.
El Tapiz Amarillo, Charlotte Perkins Gilman: Un relato psicológico que describe la angustia de una mujer que sufre una depresión postparto y que es confinada en una habitación con un papel pintado amarillo que le provoca alucinaciones.
Memorias del subsuelo, Fiódor Dostoyevski: Una obra maestra del existencialismo que presenta el monólogo de un hombre solitario, amargado y contradictorio que reflexiona sobre su vida y su visión del mundo.
El viejo y el mar, Ernest Hemingway: Una novela corta pero intensa que narra la lucha épica de un viejo pescador contra un pez gigantesco en las aguas del golfo.
Espero que te haya gustado esta selección de libros cortos y fáciles de leer. Te animo a que los leas y me cuentes qué te han parecido en los comentarios. Y si tienes alguna otra recomendación, no dudes en compartirla conmigo.
¡Hasta la próxima!
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não é surpresa contar com a presença de DANIEL NAM no instituto de rosis esse ano! todos sabem que ele é um VENEFICU da ordem dos TELEKIS, vindo de FIJI, porque aqui as fofocas correm rápido. ouvi dizer que apesar de seus VINTE E NOVE anos, ele pode ser bastante EGOÍSTA quando está de mau humor, mas sua SERENIDADE compensa. além disso, se parece muito com uma celebridade do antigo mundo chamada SONG KANG. você não acha?
RESUMO + HEADCANONS
suas habilidades se manifestaram aos oito anos. nascido e, até então, criado em fiji, sede do coven qual se mostrou pertencer, não houve frustração ou angustia. seus pais, também telekis, sabiam como educar e instrui-lo. sua mãe, na época instrutora conseguiu mais tarde ingressar a equipe de guardas do instituto de rosis, sendo assim, é possível dizer que comparado à maioria, daniel teve a presença de sua mãe. há quase três anos, contudo, a mulher voltou para fiji como instrutora. nessa mesma época, ela perdeu o marido - daniel viu o pai morrer para proteger dois humanos em uma batalha contra monstros, no méxico. havia sido a primeira experiência real de dan, mas não foi a última.
graças ao tio por parte de mãe, veneficu parte do império sueco, teve seu nome chamado para a equipe que faria uma missão para a nação. poucas informações concretas lhe fora dado, ou melhor, o real objetivo não lhe foi informado, afinal, não iriam arriscar compartilhar com estudantes o fato de estarem roubando arte. na segunda vez que participou da equipe, contudo, danial passou a desconfiar - pegou um dos humanos da corte deslizando uma piadinha suspeita. hoje, levado à intriga, tem os herdeiros da suécia como um de seus principais alvos de cortejo.
pode-se dizer que há anos não tem férias, considerando que as usa para tarefas e missões lhes proposta por nobres. daniel até agora não recusou nenhuma, e embora tenha viva a cena de seu pai na batalha do méxico, é nesse cenário que mais se ver atuando: lutando e matando monstros. procura manter-se unido e próximo de todos os outros feiticeiros que enxergam da mesma forma, ajudando os mesmo com treinos e afins se necessário.
confrontando o daniel da prática, tem grande interesse por literatura e artes. no caso do primeiro, negaria por segurança, mas procura por livros que seriam apontado como heresia. o motivo? curiosidade e, mais uma vez, intriga. aparentemente, dan é bastante movido quando está intrigado.
é muito bem educado; sorrisos reconfortantes é possível encontrar em sua feição. . . até mesmo quando com alguém que não gosta ou ao ouvir merda. não é falsidade, mas um constante policiamento interno para que não saia da linha; para que se mantenha em seu lugar e postura. infelizmente, é péssimo em mentir, tendo muitas vezes, nesses casos, o sorriso trocado por uma carranca ou olhos fechados.
PODERES
domina a telecinese que cabe ao movimento, levitação e pressão de objetos e de outras pessoas, não conseguindo fazer o mesmo para consigo. no último ano, além de desenvolver o campo de força para além da área em que está inserido e aumentá-lo para - se sozinho - abranger o tamanho de até um carro, passou a polir a habilidade de replicação e propagação de energia cinética para até dois metros de distância. tal capacidade funciona como uma extensão de ondas - por exemplo: ao socar o que poderia ser o ar, é capaz de estender essas ondas e fazê-la alcançar mais além - e muitas vezes poupa seu físico no sentido de, por exemplo, os ossos da mão não sofrer o impacto que normalmente sofre com socos. hoje, tenta conseguir manejar tal habilidade em outras pessoas, ou seja, conseguir replicar e propagar energia cinética produzida por outras pessoas e objetos que não segura/lança.
SOBRE
vozes, o que o sonda. nascido em um dos berços de coven, mau tratos foram míseros. até os oito anos de idade, tinha a leitura como sua melhor amiga para além de outros como ele. daniel passou tempo suficiente em um mundo onde histórias, e somente histórias, dançavam por sua mente. havia se tornado o garoto que acreditava em heróis, em mocinhos, em destino e quase, quase, afogou-se na síndrome de herói. de certo, dentro daquele mundinho cuja ciência da realidade de todo venéficu é muito bem conhecida, não surpreenderia um pai ou mãe saber que tentaram proteger seu filho do futuro limitado e. . . injusto; escravo, quase. daniel ouvia a voz daqueles que amava; ouvia a voz daqueles que venciam a jornada de herói, em livros. ouvia vozes e, mesmo quando passou a descobrir a realidade dura, escolheu continuar a ouvi-las. hoje algumas delas não são tão benéficas ou acalentadoras assim.
mãe, por quem luta. a doçura cuja memória insiste em pintar as lembranças envolvendo o olhar da mulher será eterna. sua mãe era para si a imagem do equilíbrio perfeito de gentileza e exército de mil pessoas. teve sorte. pode ter sua mãe até para além do ano em que sua habilidade custou algumas porcelanas ou janelas, pois não tardou mais que dois anos para sua mãe juntar-se aos guardas da academia, na ilha. teve um pouco de azar, também, pois a presença de sua mãe fazia os treinos serem quinhentas vezes mais puxado. daniel enxergava nos olhos doces uma enorme rocha e um punhal que tentavam esconder o medo do futuro miserável reservado para o próprio filho. tal olhar pouco vê hoje em dia, considerando que voltou a ser treinadora em fiji, mas continuam vivos em toda carta trocada ou chamada atendida.
pai, quem jamais irá esquecer. contrariava a figura tradicional de pai e mãe quando era seu pai quem cuidava de seus machucados e divagava sobre amor e amar. romântico até o último segundo de vida, as últimas palavras foram aquelas três direcionadas para o filho - e para a esposa, um último recado. daniel viu o pai morrer em uma das batalhas do méxico, quando teve sua primeira experiência. haviam dançado, pai e filho; haviam sido implacáveis. . . até seu pai sair como um daqueles garotos das historinhas da sua infância. ele não podia ter feito isso; ele não podia ter escolhido a própria vida em troca de uma humana já meio acabada, mas assim o fez pois deveria. um soldado, tanto quanto a mulher que jurou amar por toda a vida e como esperava que o filho fosse.
dever, o que lhe rouba a paz de espírito. como poderia ele mudar sua realidade? acreditar na própria irrelevância o faz escolher fechar os olhos e cobri-los com os textos dos livros sobre mocinhos. era mais fácil levar a vida com menos rancor e frustração se acreditar que há nobreza em seu papel. um soldado poderia ter uma história forte; poderia estar em um daqueles livros. mas assistir um soldado morrer da forma que viu seu pai fazer, por mais bonito que fosse soar na televisão de um mundo antigo, não lhe tinha o gosto doce, pois lembrava-o constantemente do valor de sua vida - e do que lhe espera. aceitou, então, que para si há a máscara de um soldado e que matar monstros, entre outros trabalhos de falso herói, foi para o que nasceu. prazer faria disso.
futuro, aquilo que soa como um enfeite tão bonito quanto a palavra em si - e somente só. o que poderia dizer? até mesmo entre os miseráveis há privilégio e sorte. a de daniel, em um geral, havia sido os contatos. foi por seu pai que conseguiu sua primeira ação em campo, em uma de suas férias. sua segunda vez foi resultado da performance bem feito na primeira vez ganhada. foi por sua mãe que atraiu alguns dos olhares ainda dentro da academia, e ainda era por ela que sabia ainda tê-los. foi por seu tio, irmão de sua mãe, que conseguiu o primeiro trabalho como telekis que não envolvesse arrancar membros de uma criatura inumana - foi por seu tio que seu nome caiu na lista daqueles que seriam ladrões sem saber, e roubariam para a própria suécia. e fez muito bem, como um bom soldado. infelizmente, contudo, como um ainda tem muito o que melhorar. afinal, soldado assente, aceita e faz - daniel ainda pensa e reflete demais, especialmente sobre o futuro.
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Del facebook: Literatura y psicosnálisis.
"ABANDONO" Lorena Pronsky
A todos nos abandonaron un día. Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario.
Traumático. No. Es más simple. Pero duele igual.
A todos nos abandonaron en el medio de un quilombo.
En el inicio de un proyecto.
En el placer del logro cumplido.
En el momento menos pensado.
En el momento más esperado.
A veces pasa, que te das vuelta y no ten��s quien te junte los mocos, quien te dé la palmada en la espalda, quien te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quien te limpie las rodillas cuando te fuiste al pasto.
Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos.
Porque todos fuimos abandonados un día.
Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.
Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarrillos,
el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho.
Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante.
Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que lo que se intenta matar, no es el hambre.
O por lo menos , no ese.
Pibes que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas.
El otro se pone a jugar lo que no tiene.
Vos comprarás compulsivamente cosas que no necesitás, para sentirte un poco vivo por un instante.
Y yo me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar adentro.
Es que somos tan jodidos con nosotros mismos que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos.
Porque todo eso que te comés, te come a vos.
Te pone peor.
Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabés que no es genuino.
Que no es lo que querés.
No comés así por hambre.
No corrés por deporte, cuando te estás rajando de vos.
No te intoxicás por placer.
No te acostás con esa mina por amor.
Tapás.
Escondés.
Tirás abajo de la alfombra.
Cerrás los ojos.
Te ponés un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón.
Date cuenta.
Te estás comiendo a vos.
Y quizá, el secreto esté en frenar.
En sentir.
En recordar, que en ese abandono lo que te falta, es lo que tenés que buscar.
Amor.
Quizá sea hora de pedir ese abrazo.
De acostarte en las rodillas de tu mamá.
De poner la pava y llamar diciendo, sí, te juro que te necesito.
Es ahora. Después no. Ahora.
Andá a esa casa. Hablá con quién te escucha. Llorá. Gritá.
Decí. Vomitá. Pedí. Da.
Ahora.
Hacer malabares, en medio del despelote, no tiene más que un resultado despelotado. Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo una curita.
Y las curitas no curan.
Las curitas tapan.
Y vos sabés muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado.
Pará un poquito. Mirá en el espejo de tu alma. Frená.
Mirá lo que te falta y salí a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar. De verdad.
No revolotees como mosca en platos vacíos.
Pedí lo que necesitás si ves que solo no podés.
Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo. Con eso no se juega. No tenés derecho.
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Cómo El Beso de la Mujer Araña de Manuel Puig Desafió la Masculinidad.
Es posible que hayas oído hablar del popular libro El Beso de la Mujer Araña, sin embargo, ¿conoces la importancia cultural y política que tuvo para la representación LGBT en los medios de comunicación?Manuel Puig nació el 29 de diciembre de 1932 en General Villegas, Argentina. Sin embargo, cuando tenía 13 años se mudó a Buenos Aires, Argentina para la escuela secundaria. Puig pensó que Buenos Aires sería un paraíso como lo había visto anunciado en las películas, pero en cambio, Puig vio, de primera mano, la violencia y la represión del gobierno peronista. Muchas de las novelas y obras de Puig comenzaron a hablar de la represión política de las voces de las mujeres. Aun así, Puig se enfrentó a la masculinidad tóxica de Argentina y a la heterosexualidad a través de su novela de 1976 convertida en película y luego en obra de teatro: El Beso de la Mujer Araña
Como hablamos en nuestro último artículo sobre la obra de Copi Eva Perón de 1969, Copi confronta el hecho de que la dictadura de Perón de 1946 a 1955 nunca fue para luchar por la clase obrera o revolucionar los derechos de las mujeres. pero en lugar de eso, permita a Juan Perón monetizar fuera de su régimen y borrar aún más las voces políticas y sociales de las mujeres y las personas no heterosexuales. De igual manera, Puig comenzó a explorar temas de homosexualidad en su literatura y publicó su novela más famosa, El Beso de la Mujer Araña, en 1976. La novela se desarrolla en Brasil durante la dictadura militar brasileña, donde, a partir de 1964, hubo mucha censura, tortura institucionalizada, desapariciones forzadas y violencia general contra las personas que intentaron derrocar al actual presidente Joao Goulart. Concretamente, la historia se desarrolla en una prisión donde las dos protagonistas, Molina y Valentín, están atrapadas. Valentín es un hombre de censura de medio-alto que es un prisionero político y fue encarcelado por sus actividades en grupos revolucionarios de izquierda. Por otro lado, Molina es un hombre aparentemente homosexual que fue encarcelado por “corromper a un niño menor de edad”. Ya vemos este estereotipo de hombres homosexuales siendo vistos como pedófilos o corruptos para la sociedad a través de la supuesta acusación de Molina. Creo que Puig hizo esto para hablar sobre los peligros de los estereotipos hacia los hombres homosexuales.
Más tarde, Molina y Valentín comienzan a hablar entre sí más y a contarse entre sí sobre sus sentencias y supuestos crímenes. Sin embargo, la audiencia se entera de que Molina fue enviada a espiar a Valentín para obtener más información sobre sus posibles próximos movimientos para su movimiento de izquierda; a cambio, a Molina se le prometió una sentencia más ligera. Así que la audiencia comienza a formar una desconfianza hacia Molina. A medida que Valentín y Molina se conocen, Molina le cuenta a Valentín sobre estas películas, muchas de ellas con temas de amor, que le encanta pensar y ver en la cárcel. A lo largo de esta conversación, usted comienza a darse cuenta de que Molina utiliza estas películas como una manera de escapar de su lucha interna con su homosexualidad. Esta conversación entre Molina y Valentín es tan importante porque humaniza a Molina en este hombre gay que realmente está luchando con su identidad y se siente atrapado en su propio cuerpo. Además, Puig escribe a Molina como un personaje que se vuelve más “en contacto con su feminidad”, pero en realidad se empieza a ver a Molina empezando a darse cuenta de que se identifica como una mujer. Te das cuenta de que esa es la verdadera lucha con la que ha estado lidiando y es por eso que ve películas sobre el amor y la angustia. Molina quiere ser amada y tener estas experiencias sexuales naturales con hombres, pero se siente tan atrapada en su cuerpo masculino; su cuerpo es la verdadera prisión de Molina.
Cuando Molina comienza a aprender sobre su identidad y feminidad, Valentín comienza a preguntarse por qué prioriza su trabajo revolucionario sobre el amor y sus propias experiencias sexuales. Valentín le revela a Molina que solía tener un amante con quien pensaba que pasaría el resto de su vida, sin embargo, una vez que se vio envuelto en su trabajo de protesta, la dejó para la revolución. Valentín es un personaje que es muy estoico cuando las emociones se plantean, pero en esta conversación, se ve su vulnerabilidad. Puig uses Valentín as the personification of masculinity: Un hombre que descuida sus emociones para luchar por lo que quiere. Molina incluso dice: “¿Y qué tiene de malo ser blando como una mujer?, ¿por qué un hombre o lo que sea, un perro, o un puto, no puede ser sensible si se le antoja?” Y luego Valentín dice: “No sé, pero al hombre ese exceso le puede estorbar.” Pero, a través de su conversación con Molina, comienza a ver la importancia de experimentar el amor y entender que expresar tus emociones no te hace menos masculino. Puig también usa un carácter queer para confrontar directa y poderosamente la masculinidad en la cara y decir “la masculinidad es defectuosa y algo que está inventado, no algo probado o fáctico”.
Hacia el final de la historia, Molina y Valentín se besan, llevando a Molina a tratar de ayudar a Valentín con su revolución y abandonar sus acuerdos anteriores para contarles a los guardias de la prisión sobre los planes de Valentín para su movimiento de izquierda. La historia termina con Molina siendo liberada de la cárcel, pero tristemente asesinada por ayudar a Valentín. Valentín es severamente golpeado y más tarde asesinado por su médico que le da demasiada morfina. El trágico final de El Beso de la Mujer Araña está destinado a mostrar lo importante que es ser tu ser más verdadero. Valentín originalmente tenía esta idea de la masculinidad, pero no solo cuestiona su masculinidad, besa a Molina, una persona masculina nacida. Sin embargo, le tomó demasiado tiempo para finalmente darse cuenta de su libertad: La libertad del amor. Con Molina, aunque muera, muere en nombre del amor. Molina luchó y ayudó a apoyar a Valentín porque ella lo amaba. Molina muere pero no pierde su libertad, en cambio, la libertad de Molina puede haber sido su muerte. A través de El Beso de La Mujer Araña Puig hace las preguntas: “¿Es la libertad sexual y el amor más importante que la libertad política y la masculinidad?” y “¿Eres verdaderamente políticamente libre si estás atrapado por tu masculinidad?” Molina, para mí, es un hermoso personaje queer que muestra optimismo para que las futuras generaciones queer sepan que ser libres es ser tu yo sin disculpas. El Beso de la Mujer Araña se convertiría en una novela, una película y una obra de teatro galardonadas que desafiaban la hetereosexualidad.
Si te ha gustado este blog te recomendamos que mires en Emma y Dani’s que habla de España en los años 80 Si te gustó cómo nuestro artículo hablaba sobre las formas en que el teatro argentino revolucionó cómo se veía a las personas LGBT en los medios de comunicación, te encantaría su último artículo sobre el cine español durante la Movida Madrileña. En este artículo incluso hablan del movimiento madrileño, “un movimiento social artístico que empezaba a dejar atrás al franquismo”, que es similar al teatro queer que desafió la era peronista.También recomiendo el blog de Lexi y Melissa porque hablan de Eva Perón y su lucha por los derechos de las mujeres en Argentina!
Fuentes
1)https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-68482008000100003
2) https://www.britannica.com/biography/Manuel-Puig
3) https://tn.com.ar/show/novedades/2021/06/20/el-beso-de-la-mujer-arana-la-lucha-por-la-liberacion-sexual-que-conquisto-broadway/
4) https://globalbuenosaires.com.ar/el-beso-de-la-mujer-arana-en-el-teatro-buenos-aires-ya-fue-vista-por-mas-de-5-000-personas/
5) https://andina.pe/agencia/noticia-estrenan-obra-beso-de-mujer-arana-el-teatro-plaza-isil-199028.aspx
Amaris Christian
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Domingo 16 de Diciembre de 1958
Nada. Pero no es la misma de siempre. Es, hoy, una nada henchida de presagios. Una resignación activa. Estuve pensando que nadie me piensa. Que estoy absolutamente sola. Que nadie, nadie siente mi rostro dentro de sí ni mi nombre correr por su sangre. Nadie actúa invocándome, nadie construye su vida incluyéndome. He pensado tanto en estas cosas. He pensado que puedo morir en cualquier instante y nadie amenazará a la muerte, nadie la injuriará por haberme arrastrado, nadie velará por mi nombre. He pensado en mi soledad absoluta, en mí destierro de toda conciencia que no sea la mía. He pensado que estoy sola y que me sustento sólo en mí para sobrellevar mi vida y mi muerte. Pensar que ningún ser me necesita, que ninguno me requiere para completar su vida. Anoche hice fantasías sobre la inmortalidad. Me pensé destinada a no morir jamás. Me asusté mucho. No. Sólo la muerte da sentido a la vida. Esta verdad ha encarnado en mí. En suma, más que la angustia y la muerte, me preocupa mi carencia amorosa. Todo mi ser es un tenderse a..., temblorosa de amor, ávida de amar y amar. ¿Cómo no lo comprendí antes? ¿Cómo hube de pensar en mi futuro exilando el amor? Esta mano helada lacerando mi presente, esta espada pavorosa que anonada mis impulsos, esta sensación inocua de que todos mis actos son irrisorios como si se desarrollaran en un escenario de cenizas, todo esto, es mi carencia de amor. Ahora lo comprendo, ahora me han iluminado. Ahora sé que no basta desangrarme en la soledad de mi cuarto al amparo del «amor imposible». ¡Oh, y qué poca cosa es! Sí. He confundido literatura y vida. Me sedujo, por un instante, reencarnar a Mariana Alcoforado. Pero ella se desgarraba con razón, a posteriori. Ella vibró, estalló en el amor, en un amor real, concreto, correspondido. No como yo, que parto de la inmanencia, después de la cual sólo hay locura y muerte. Y nadie, nadie más que yo lo podría amar así. La única solución, si solución se la puede llamar, es la aceptación de la realidad. De la realidad toda. Entonces, muchas cosas cambiarán.
Profunda sensación del absurdo. Pensar en la vida en sus innombrables fatigas, en esta reconstrucción cotidiana que hacemos de nosotros. Si por lo menos hubiera una tregua, en la que el tiempo desapareciera —o en la que volviéramos a otro más nuestro— una tregua o temporada de felicidad, a la manera de un obsequio que nos darían por el hecho de existir. Es increíble que la vida toda sea un concierto de angustias que desemboca en la muerte. No niego que todo esto me pone de buen humor, como si estuviera leyendo una excelente comedia.
-Alejandra Pizarnik
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El nido del cuco
Encuentran a un famoso fotógrafo brutalmente asesinado en una sala de exposiciones, y en la casa del supuesto ganador del premio Nobel de Literatura, en una pequeña isla donde el escritor está ultimando su nuevo libro, sucede una sangrienta tragedia. Patrik Hedström y los colegas de la comisaría de Tanumshede no consiguen avanzar en la investigación de los casos, mientras que Erica Falck investiga el asesinato de una mujer transexual en Estocolmo en la década de 1980. Poco a poco, Erica se da cuenta de que los hilos del pasado están conectados con el presente y que los viejos pecados dejan largas sombras. Una novela tan escalofriante como emocionante. "Observaba las fotografías. Sabía que Vivian estaba enfadada porque él había decidido que no irían a la fiesta, pero, sencillamente, no era capaz. Al final, había llegado el momento y se había visto obligado a buscar la verdad. Tal vez hubiera debido hacerlo muchos años atrás. Había pasado todos aquellos años con esa sensación de angustia alrededor del cuello. Temía las preguntas, las respuestas y todo lo demás. Las decisiones que había tomado llegaron a conformar la clase de persona que era. Y lo que ahora veía en el espejo no le resultaba muy honorable. Optar por vivir la vida con una venda delante de los ojos rara vez era honorable. Al final, se obligó a quitársela y a actuar en función de lo que veía. Muy despacio y con sumo cuidado, fue sacando las fotografías enmarcadas, una tras otra. Las colocó a lo largo de la pared y las fue contando. Dieciséis. Estaban todas. Dio unos pasos hacia atrás y se quedó contemplándolas. Luego se volvió hacia los otros marcos que tenía, más sencillos. Sus representantes. Fue escribiendo en pósits el nombre de cada una de las instantáneas, con letras grandes e irregulares. Después los pegó a los marcos con cinta adhesiva. No necesitaba las fotografías para verlos allí mismo, mientras los iba cambiando de sitio por las paredes blancas de la galería. Tenía grabada en la retina cada foto de la próxima exposición, y podría sacarlas todas de la memoria sin problemas y verlas con total claridad. Le llevaría muchas horas colgar los cuadros de la exposición, seguramente hasta bien entrada la noche. Lo sabía, y mañana pagaría un precio por ello. Ya no era joven. Pero sabía también que, dentro de dos días, en la inauguración, se sentiría más liviano y más libre que en muchos años. Las consecuencias de lo que había decidido hacer resultarían dramáticas. Pero él no podía tener en consideración algo así. Se había pasado muchos años teniendo demasiada consideración. Todos habían vivido a la negra sombra de sus mentiras. Claro que ahora corrían el riesgo de quedar destrozados, pero él pensaba desvelar aquellas verdades pese a todo. Las suyas y las del resto. Por lo demás, nunca se había sentido tan libre como en ese momento en que, con sumo cuidado, fijaba el pósit con la palabra «culpa» a uno de los marcos. Ni siquiera la muerte le daba miedo ya. Erica Falck se estiró. El calor de la cama la tentaba a quedarse allí tumbada, pero le había prometido a Louise Bauer que se verían para un powerwalk dentro de una hora más o menos. A saber por qué había accedido a algo así. Pero seguramente Louise estaría estresada y le iría bien hablar." Read the full article
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voltar para essa plataforma é como voltar para o meu diario mais profundo, sempre foi aqui que eu tratei de todos os meus problemas, sempre foi aqui que eu coloquei para fora os meus medos mais assustadores e sempre foi aqui que eu consegui falar meus pensamentos mais obscuros sem ser julgada.
acho que por essa rede social estar, teoricamente, morta para muita gente eu ainda consigo vir aqui e de vez em quando colocar algumas coisas para fora.
hoje, mais do que nunca, estou precisando desse lugar.
faz tanto tempo que não coloco meus pensamentos para fora desse jeito que está sendo até complicado colocar em palavras.
eu aprendi que para você sair de um lugar e chegar em outro você passa por desafio, você passa por momentos dificeis, mas nunca achei que o motivo para eu voltar a ter vontade de acabar com a minha vida seria uma prova.
acho que diferente da época do cursinho para uma faculdade eu não tinha tanto medo do que eu poderia enfrentar. eu sempre soube que eu teria que passar pela prova da oab para chegar no meu futuro, mas sera que hoje em dia eu tenho medo do futuro ou estou apenas desistindo de algo por conta da dificuldade que eu estou tendo?
por que eu tenho tanto essa angustia de seguir o meu caminho?
será medo de não conseguir conquistar o que eu desejo ou será medo de não ser aquilo que eu estava esperando?
hoje eu me sinto frustrada de estar parada no mesmo ponto, trabalhando em um lugar para ter uma independencia financeira que não é compativel com o momento que estou passando, tentando estudar e falhando miseravelmente porque minha cabeça não comporta mais a materia que eu sei bem e não quer ficar olhando para ela mais uma vez.
será que essa frustração não é porque eu queria estar em outro momento e não estou lá porque sempre coloco um empecilho para não conseguir chegar onde eu quero?
pela primeira vez na minha vida acho que estou admitindo que estou morrendo de medo do futuro, de não conseguir ser independente, de não conseguir ser aquilo que eu quero, mas acima de tudo, estou com medo de ser infeliz.
eu já idealizei muito o que eu queria da minha vida quando eu chegasse na idade que eu etsou hoje. Há 15 anos atrás eu achava que com a minha idade eu já estaria casada e morando com o meu marido, esperando nosso primeiro filho. Há 10 anos atrás eu já pensava que eu poderia ter uma carreira na literatura e como hobby estaria advogando. Há 5 anos, eu só queria que quando eu chegasse nessa idade eu estivesse formada, trabalhando e tendo tempo para aproveitar o resto do meu dia.
será que essa idealização toda foi que me deixou frustrada de estar onde eu estou hoje? ou será que essa frustração toda é por medo de não ter nada do que eu idealizei ter um dia?
tudo o que eu tenho certeza hoje é que eu não estou tendo mais energia para viver a minha vida, eu não quero mais estar aqui novamente por conta de uma dificuldade que eu deveria ser capaz de passar com facilidade, afinal de contas eu sei a materia, eu sei da pressão que é colocada em cima de mim e acima de tudo eu tenho noção que eu mesma estou fazendo essa pressão em mim mesma.
diferente da “eu” de anos atrás, eu não quero tirar minha vida porque eu não tenho capacidade de seguir em frente, hoje eu quero tirar minha vida por puro cansaço.
cansei de me esforçar e não chegar onde eu quero. cansei de ver as pessoas conquistando aquilo que eu quero conquistar enquanto eu não saio do lugar. cansei de correr atrás e não obter resultados. cansei de querer ser melhor e não me levar a lugar nenhum.
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Mucho texto
Hace mucho que me cuesta mucho escribir. Ni siquiera escribir alguna clase de texto creativo o cohesivo, no estaba pudiendo ni poner en escrito mi corriente de pensamientos internos que antes al menos podía traspasar a algún cuaderno para sacarlo un poco de mi cabeza. Y honestamente el hecho en sí de que no haya algún registro de mis angustias o mis reflexiones poco originales no es nada serio ni importante. Ni el contenido ni la prosa de mi escritura son particularmente especial ni buena y tampoco estoy privando a nadie de leerme.
Pero últimamente me di cuenta que estoy sintiéndome frustrada frente a gente que sí escribe y comparte lo que escribe y quizás si necesitaba enfrentarme un poco a mí misma.
Hacerme adulta, leer más y estudiar literatura en educación superior causaron que pase de ser una adolescente convencida de tener grandes capacidades para la escritura a una adulta que apenas puede reconocer su mediocridad creativa y académica. Tengo los suficientes conocimientos como para saberme limitada pero no los suficientes como para ser mejor ni para realizar críticas literarias interesantes, apenas analizar un texto de manera competente.
Pero ni siquiera darme cuenta de esto es una experiencia original ni particularmente única, me imagino y hasta he confirmado que es una experiencia relativamente universal compartida por gente que tuvo que estudiar literatura o alguna clase de escritura académica en la universidad.
Mi verdadera frustración viene de leer gente que no atravesó el mismo proceso que yo. Mi primer pensamiento era de enojo y de crítica pero creo que siempre adentro estaba esta idea: ¿Por qué ellos se sienten con su trabajo como yo a los 18? ¿Sería mejor sentirme así? ¿Era mejor sentir el efecto de Dunning-Kruger o es mejor ser consciente de mi mediocridad?
Frases hecha del estilo “Es mejor hacer que criticar” nunca me parecieron suficientes como para resolver estas dudas (y honestamente tampoco es algo que me atormentara constantemente por que la vida adulta me viene golpeando tanto que vengo funcionando demasiado en piloto automático) pero recientemente un amigo que escribe me hizo pensar en el enorme ego que atravesaba en estos debates internos. Su psicóloga le dijo algo así “¿Y vos quien te crees que sos para tener que escribir algo excelente?”.
Me di cuenta de una especie de contradicción extraña; me sentía muy insegura y artística y académicamente incapaz de escribir mis reflexiones y sentimientos estúpidos en un cuaderno pero lo suficientemente pedante como para inconscientemente pensar que saber un poco de Literatura Inglesa tenía que afectarme a mí personalmente. Realmente ¿QUIEN CARAJO ME CREO QUE SOY?
Hace muchos años leí Kubla Klan y solo me ayudó a darme cuenta que existe un nivel académico, intertextual y creativo que nunca voy a alcanzar y de alguna forma lo convertí en un acto de egolatría al pensar que eso tenía que tener un efecto personal en mi escritura.
Lamentablemente no me da la cabeza para llegar a ninguna conclusión ni de la escritura ni sobre mi persona pero al menos quiero dejar de sentirme frustrada, desilusionada o hasta envidia por gente que es mejor o al menos esta más contenta con lo que hace. Volver a leer y repasar las reglas de puntuación básica no me vendría mal tampoco.
TLDR: Stop being so full of yourself you stupid bitch.
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A angustia da privação
1984 é um dos mais importantes romances de ficção científica do século XX. Publicada originalmente em 1949, poucos meses antes da morte do autor, George Orwell, essa sátira política ambientada em uma distopia futurista influencia a literatura até hoje.
📜 SINPOSE: Acompanhamos o drama de Winston Smith, um funcionário do Ministério da Verdade, parte do governo do superestado da Oceania ― que inclui as Américas, a Austrália, a Inglaterra e o sul da África.
O estado totalitário comandado pela figura mítica do Grande Irmão controla todos os aspectos da vida de seus cidadãos. No entanto, Smith odeia secretamente o Partido e deseja se rebelar contra o sistema.
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En la película La Ballena Charlie es un profesor de literatura que da clases online. En su vida Personal sufre de obesidad mórbida y problemas de salud, pero, sobre todo, sufre de culpa. Charlie se odia por todas las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida y se castiga de la forma más severa y cruel, y la única persona que ve a través de él es Liz su cuñada y enfermera.
En la Ballena se habla de Moby Dick, de luchar contra el monstruo, de sobreponerse, del duelo, la soledad, la angustia, de la homofobia y los miedos... y lo hace de una forma firme y concienzuda sin muchas florituras.
Adoro a Brendan Freaser desde George de la Jungla o la Momia, para mi es un referente de mi infancia, espero que gane el Oscar y todos los premios con los que se cruce, no solo porque se lo merece por su papel de Charlie, si no porque se lo merece por ser Brendan.
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Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato
La soledad; la muerte; el capitalismo, marxismo y peronismo; Borges, Roberto Arlt, Marcel Proust y la literatura fantástica; la prostitución; los celos; las mujeres malditas; las letras y la filosofía; la mujer y su emancipación; el Boca Juniors, Perón y Carlos Gardel; los prejuicios étnicos; la anarquía; el nacionalismo; el suicidio; Dios; el incesto; las sectas satánicas.
El existencialista francés, A. Camus, luego de probar el especial picor en las páginas de El Túnel (primera novela del autor), insistió al Gallimard por una inmediata traducción al francés. Además, el alemán Thomas Mann, muy temido en aquel entonces, luego de leer a Sabato, en su diario escribía: «Terminé la obra de Sabato… Absolutamente impresionado […]».
Sobre héroes y tumbas (SHT), se caracteriza por una visión de carácter «totalizador de la realidad», mucho más que cualquiera de los otros títulos novelísticos del autor. SHT: segunda parte de la monumental trilogía del argentino; secuela de El túnel y precuela de Abaddón el exterminador. Si pensamos en El Túnel como una notable y bien estimable obra, debemos pensar en SHT como una novela de mucho mayor calibre y de absoluta jerarquía.
SHT, novela barroca, psicológica, neorromántica, realista y con matices existencialistas; publicada en 1961, en Buenos Aires, Argentina. Escrita por el físico y literato —entre otros atributos—, y gran lector de Darwin, Zola y Spencer: Ernesto Sábato.
En la historia: Martín, muchacho de profundas cavilaciones, y Alejandra, misteriosa mujer, extravagante y de gran vesania, por un encuentro —tal vez—fortuito, ejecutarán una relación erótica y decante; relación que será telón de temas diversos: La muerte, el sexo, la represión, el deseo, Dios, el incesto, etc. Mientras tanto, en 1841, las tropas argentinas desencarnan el casi podrido cuerpo del General caído, Lavalle, como último designio de dignidad para éste; mientas huyen hacia el norte en dirección a las fronteras bolivianas. Por otro lado, Fernando ha encontrado el origen de todo, la causa mayor, a la gran secta que gobierna al mundo desde hace centenios: «los ciegos», y en un muy cuidadoso informe detalla sobre su gran labor en dicha investigación. Y mientras tanto, Bruno, intelectual, observa y piensa.
Sobre el título: Lo contiguo de «héroes» y «tumbas» podría interpretarse como lo relativo y transitorio que hay entre: las hazañas «heroicas», y, las imperativas y definitivas «tumbas».
Emir Rodríguez Monegal, nos dice que tumba «designa un útero al revés», y que es, a su vez, «Una suerte de túnel» ¹.
Sabato, en 1937, a sus cortos 26 años, ya era doctor en física; y en 1948 publicaba «El túnel», un breve tratado sobre los conflictos autodestructivos y la colosal alienación del hombre. Sabato, uno de los intelectuales fraguados en la era de Perón, procuró la búsqueda de la nueva voz identitaria Argentina. Y en los años siguientes a la caída de Perón, luego de varios escritos arrojados a la basura, comenzó —en algún momento—a moldear una historia totalizadora; una historia que contenga una visión completa del mundo, de sus renegados históricos, de las tragedias geográficas y demográficas, de los individuos contemporáneos y de los anacrónicos, cuyas luchas diarias estaban profundamente ligadas a los héroes y a las tumbas del pasado.
No olvidemos en ningún momento de la lectura de SHT, que quién te redactó cada una de las palabras allí inmersas, fue, no solamente un habido novelista, sino un brillante físico, con un panorama —tal vez— más íntegro del mundo que el del común de la gente.
Es innegable el parentesco en materia novelística: entre Sábato y los románticos alemanes. Pues, el mismo Sabato afirmaba que «[…] la novela es el género más indicado para ofrecer una cosmovisión integral […]» ².
SHT abarca una cantidad de planos y elementos de considerable mención:
1. Nivel histórico: La independencia; la guerra civil en Argentina; las invasiones inglesas (1806-1807); la revolución de mayo (1810); la época de Rosas y la huida de Lavalle a Bolivia.
2. Nivel geográfico: Núcleo desarrollado en Argentina y sus suburbios. La Patagonia y el norte de Argentina.
3. Nivel social: Las multitudes bonaerenses, los porteños, las clases sociales, la aristocracia argentina, los grupos étnicos.
4. Nivel biográfico: Además de datos biográficos del autor, participan, nada más y nada menos que: el escritor Jorge Luis Borges, y el pintor superrealista Oscar Domínguez.
SHT es un manifiesto extenso y vasto de la —digámosle— «óptica» que sabatiana sobre el mundo. El suicidio, la esperanza y la desesperanza. Una miscelánea entre la técnica narrativa y los preceptos sobre la razón y concepción del mundo. Novela imprescindible del autor, e imprescindible del directorio de títulos de autores de habla hispana.
Fragmentos seleccionados por el reseñador:
«La noche, la infancia, las tinieblas, las tinieblas, el terror y la sangre, sangre, carne y sangre, los sueños, abismos, abismos insondables, soledad soledad soledad, tocamos pero estamos a distancias inconmensurables, tocamos pero estamos solos. Era un chico bajo una cúpula inmensa, en medio de la cúpula, en medio de un silencio aterrador, solo en aquel inmenso universo gigantesco».
«[…] una de las trágicas precariedades del espíritu, pero también una de sus sutilezas más profundas, era su imposibilidad de ser sino mediante la carne».
«—Así se da la felicidad. […]
»—En pedazos, por momentos. Cuando uno es chico espera la gran felicidad, alguna felicidad enorme y absoluta. Y a la espera de ese fenómeno se dejan pasar o no se aprecian las pequeñas felicidades, las únicas que existen. Es como... […]
»—Imagínese un mendigo que desdeña limosnas por el camino, porque le han dado el dato de un formidable tesoro. Un tesoro inexistente.
»Volvió a sumirse en sus pensamientos.
»—Parecen fruslerías: una conversación apacible con un amigo. A lo mejor esas gaviotas que vuelan en círculos. Este cielo. La cerveza que tomamos hace un rato. […]
»—A veces pienso que esas pequeñas felicidades existen precisamente porque son pequeñas. […]».
«Tal vez a nuestra muerte el alma emigra:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de Bengala;
mientras nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y después en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.
Tal vez le toque un destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgará sus antiguos pecados
de guerrero o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones».
«—Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la filosofía. No en la vida. En la vida es más importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza. Además ¿sabemos acaso lo que es la verdad? Si yo le digo que aquel trozo de ventana es azul, digo una verdad. Pero es una verdad parcial, y por lo tanto una especie de mentira. Porque ese trozo de ventana no está solo, está en una casa, en una ciudad, en un paisaje. Está rodeado del gris de ese muro de cemento, del azul claro de este cielo, de aquellas nubes alargadas, de infinitas cosas más. […] Pero decir todo es imposible, aun en este caso de la ventana, de un simple trozo de la realidad física, de la simple realidad física. La realidad es infinita y además infinitamente matizada, y si me olvido de un solo matiz ya estoy mintiendo».
«[…] en este país de resentidos sólo se empieza a ser un gran hombre cuando se deja de serlo».
«—...Y lo que más me causa gracia es que Méndez repudie la influencia europea en nuestros escritores ¿basándose en qué? Esto es lo más divertido: en una doctrina filosófica elaborada por el judío Marx, el alemán Engels y el griego Heráclito. Si fuésemos consecuentes con esos críticos, habría que escribir en querandí sobre la caza del avestruz. Todo lo demás sería adventicio y antinacional. Nuestra cultura proviene de allá, ¿cómo podemos evitarlo? ¿Y por qué evitarlo? No recuerdo quién dijo que no leía para no perder su originalidad. ¿Se da cuenta? Si uno ha nacido para hacer o decir cosas originales, no se va a perder leyendo libros. Si no ha nacido para eso, nada perderá leyendo libros... Además, esto es nuevo, estamos en un continente distinto y fuerte, todo se desarrolla en un sentido diferente. También Faulkner leyó a Joyce y a Huxley, a Dostoievsky y a Proust. ¿Qué, quieren una originalidad total y absoluta? No existe. En el arte ni en nada. Todo se construye sobre lo anterior. No hay pureza en nada humano».
«1. ° Dios no existe.
2. ° Dios existe y es un canalla.
3. ° Dios existe, pero a veces duerme: sus pesadillas son nuestra existencia.
4. ° Dios existe, pero tiene accesos de locura: esos accesos son nuestra existencia.
5. ° Dios no es omnipresente, no puede estar en todas partes. A veces está ausente ¿en otros mundos? ¿En otras cosas?
6. ° Dios es un pobre diablo, con un problema demasiado complicado para sus fuerzas. Lucha con la materia como un artista con su obra. Algunas veces, en algún momento logra ser Goya, pero generalmente es un desastre.
7. ° Dios fue derrotado antes de la Historia por el Príncipe de las Tinieblas. Y derrotado, convertido en presunto diablo, es doblemente desprestigiado, puesto que se le atribuye este universo calamitoso».
«Una maestrita, Norma Gladys Pugliese, […] pensaba, naturalmente, que el odio y las guerras entre los hombres eran debidos al mutuo desconocimiento y a la ignorancia general; tuve que explicarle que la única forma de mantener la paz entre los seres humanos era mediante la ignorancia recíproca y el desconocimiento, únicas condiciones en que estos bichos son relativamente bondadosos y justicieros, ya que todos somos bastante ecuánimes con relación a las cosas que no nos interesan. […] me veía obligado a explicarle el ABC de la condición humana a esta pobre diabla […] que creía, más o menos, que el alfabetismo resolvería el problema general de la humanidad: momento en que yo le recordaba que el pueblo más alfabetizado del mundo era el que había instaurado los campos de concentración para la tortura en masa y la cremación de judíos y católicos».
«Es probable, en efecto, que la emoción sea propicia para crear un poema o componer una partitura musical, pero es desastrosa para las tareas de la razón pura».
«[…] algunos de ustedes pensarán que soy un canalla. Desde ya les digo que aciertan. Me considero un canalla y no tengo el menor respeto por mi persona. Soy un individuo que ha profundizado en su propia conciencia ¿y quién que ahonde en los pliegues de su conciencia puede respetarse?».
«¿Vanidad post mortem? Tal vez: la vanidad es tan fantástica, tan poco "realista" que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados».
«[…] ¿quién ha dicho que sólo pueden hacernos sufrir los malvados?».
«[…] La guerra podía ser absurda o equivocada, pero el pelotón al que uno pertenecía era algo absoluto».
«El alma de Lavalle advierte las lágrimas de Danel y reflexiona así: "Sufres por mí, pero deberías sufrir por ti y por los camaradas que quedan vivos. Yo no importo, ahora. Lo que en mí se corrompía, tú lo estás arrancando y las aguas de este río lo llevarán lejos, pronto ayudará a una planta a crecer, quizá con el tiempo se convierta en flor, en perfume. Ya ves que esto no debería entristecerte. Y, además, así sólo quedarán de mí los huesos, lo único que en nosotros se acerca a la piedra y a la eternidad».
Revisar con mucho cuidado el párrafo primero de la página quince (515).
Revisar el capítulo III, numeral XI; páginas 327-335.
Título: Sobre héroes y tumbas
Autor: Ernesto Sabato
Idioma: Español
N° páginas: 556
Editorial: Seix Barral, Biblioteca Breve
Categoría: Literatura
Año de edición: 1991
N° edición: Definitiva
ISBN: 950-731-033-9
¹ Ver mundo nuevo, citado por Angela B. Dellepiane en Sabato, un análisis de su narrativa, Buenos Aires, 1970, pp. 132-33.
² E. Sábato, «Por una novela novelesca y metafísica», en: Mundo nuevo, N.° 5, noviembre 1966, p. 21.
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Viviendo del recuerdo, amamantándome del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a la gran soledad de la adolescencia, padre y abuelo, padre de innumerables familias, rasguño los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación en la que todos están muertos entre muertos, y la más amada de las mujeres, retumba en la tumba de truenos y héroes labrada con palancas universales o como bramando. ¿En qué bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos pellejos ardiendo? porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo quisimos todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos, las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego; y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a lo infinito, ataúd por ataúd, desbarrancándonos como peñascos o como caballos mundo abajo, vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo el derrumbamiento general, calculándolo, a la sordina, y de ahí entonces la prudencia que es la derrota de la ancianidad; vacías restan las botellas, gastados los zapatos y desaparecidos los amigos más queridos, nuestro viejo tiempo, la época y tú, Winétt, colosal e inexorable. Todas las cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando desesperadamente, como un acompañamiento fúnebre, mordiendo el siniestro funeral del mundo, como el entierro nacional de las edades, y yo voy muerto andando. Infinitamente cansado, desengañado, errado, con la sensación categórica de haberme equivocado en lo ejecutado o desperdiciado o abandonado o atropellado al avatar del destino en la inutilidad de existir y su gran carrera despedazada; comprendo y admiro a los líderes, pero soy el coordinador de la angustia del universo, el suicida que apostó su destino a la baraja de la expresionalidad y lo ganó perdiendo el derecho a perderlo, el hombre que rompe su época y arrasándola, le da categoría y régimen, pero queda hecho pedazos y a la expectativa; rompiente de jubilaciones, ariete y símbolo de piedra, anhelo ya la antigua plaza de provincia y la discusión con los pájaros, el vagabundaje y la retreta apolillada en los extramuros. Está lloviendo, está lloviendo, está lloviendo, ¡ojalá siempre esté lloviendo, esté lloviendo siempre y el vendaval desenfrenado que yo soy íntegro, se asocie a la personalidad popular del huracán! A la manera de la estación de ferrocarriles, mi situación está poblada de adioses y de ausencia, una gran lágrima enfurecida derrama tiempo con sueños y águilas tristes; cae la tarde en la literatura y no hicimos lo que pudimos, cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo. El aventurero de los océanos deshabitados, el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador de ciudades tentaculares, como un gran capitán frustrado, rememorando lo soñado como errado y vil o trocando en el escarnio celestial del vocabulario espadas por poemas, entregó la cuchilla rota del canto al soñador que arrastraría adentro del pecho universal muerto, el cadáver de un conductor de pueblos, con su bastón de mariscal tronchado y echando llamas. El "borracho, bestial, lascivo e iconoclasta" como el cíclope de Eurípides, queriendo y muriendo de amor, arrasándola a la amada en temporal de besos, es ya nada ahora más que un león herido y mordido de cóndores. Caduco en "la República asesinada" y como el dolor nacional es mío, el dolor popular me horada la palabra, desgarrándome, como si todos los niños hambrientos de Chile fueran mis parientes; el trágico y el dionisíaco naufragan en este enorme atado de lujuria en angustia, y la acometida agonal se estrella la cabeza en las murallas enarboladas de sol caído, trompetas botadas, botellas quebradas, banderas ajadas, ensangrentadas por el martirio del trabajo mal pagado; escucho la muerte roncando por debajo del mundo a la manera de las culebras, a la manera de las escopetas apuntándonos a la cabeza, a la manera de Dios, que no existió nunca.
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Literatura y cine: El adolescente homosexual de “El juguete rabioso”
El personaje aparece en el libro “El juguete rabioso” (1926) y en las películas de 1984 (interpretado por Nicolás Frei, en el filme es identificado como Tristán) y 1998. Fue descripto por el autor argentino Roberto Arlt (1900-1942) en el papel como un adolescente afeminado y muy necesitado de afecto que se relaciona con el protagonista, Silvio Astier, un joven de dieciséis años, de mala vida y peor suerte.
Aquí tienes el extracto del libro en el que se narra con una milimétrica precisión psicológica todo su desgarrador drama existencial, además de ofrecernos un retrato interesante y descarnado sobre la visión que la sociedad argentina tenía de la homosexualidad hace casi un siglo:
Allí asomó el rostro.
Era un pedazo de frente abultada, una ceja hirsuta y después un trozo de mandíbula. Bajo el párpado arrugado estaba el ojo, un ojo de loco. La córnea inmensa, la pupila redonda y de aguas convulsas. El párpado hizo un guiño triste…
—Señor, eh, diga, señor…
Me incorporé sobresaltado.
—Se ha dormido vestido, señor.
Con dureza miré a mi interlocutor.
—Cierto, tiene razón.
El muchacho se retiró unos pasos.
—Como vamos a ser compañeros de pieza esta noche, me permití despertarlo. ¿Está disgustado?
—No, ¿por qué? —y después de restregarme los ojos, incorporándome, me senté al borde del lecho.
Le observé:
El ala de un hongo negro le sombreaba la frente y los ojos. Su mirada era falsa, y el resplandor aterciopelado de ella parecía tocar la propia epidermis. Tenía una cicatriz junto al labio, cerca de la barbilla, y sus labios túmidos, demasiado rojos, sonreían en su cara blanca. El sobretodo exageradamente ceñido modelaba las formas de su cuerpo pequeño.
Bruscamente le pregunté:
—¿Qué hora es?
Con urgencia tomó su reloj de oro.
—Las once menos cuarto.
Somnoliento yo vacilaba allí. Ahora miraba con desaliento mis botines opacos, donde se habían roto los hilos de un remiendo, dejando ver un trozo de media por la hendidura.
En tanto el adolescente colgó su sombrero en la percha. y con un gesto de fatiga arrojó los guantes de cuero encima de una silla. Volví a mirarle de reojo, pero aparté la vista de él porque vi que me observaba.
Vestía irreprochablemente, y desde el rígido cuello almidonado, hasta los botines de charol con polainas color de crema, se reconocía en él al sujeto abundante en dinero.
Sin embargo, no sé por qué se me ocurrió:
"Debe tener los pies sucios."
Sonriendo con una sonrisa mentirosa volvió el rostro y un mechón de su cabellera se le desparramó por la mejilla hasta cubrirle el lóbulo de una oreja. Con voz suave y examinándome al soslayo con su mirada pesada, dijo:
—Parece que está cansado usted, ¿no?
—Sí, un poco.
Quitóse el sobretodo cuyo forro de seda brilló en los dobleces. Cierta fragancia grasienta se desprendía de su ropa negra, y repentinamente inquieto lo consideré; después, sin conciencia de lo que decía, le pregunté:
—¿No tiene la ropa sucia, usted?
El otro me adivinó en el sobresalto, mas atinó la respuesta:
—¿Le ha hecho daño que lo despertara así?
—No, ¿por qué me iba a hacer mal?
—Es decir, joven. A algunos les hace daño. En el internado tenía un amiguito que cuando lo despertaban bruscamente, le daba un ataque de epilepsia.
—Un exceso de sensibilidad.
—Sensibilidad de mujer, diga usted, ¿no le parece, joven?
—¿Así que su amiguito era un hiperestésico? Pero vea, che, haga el favor, abra esa puerta, porque yo me asfixio. Que entre un poco de aire. Hay olor de ropa sucia aquí.
El intruso frunció ligeramente el ceño… Se dirigió a la puerta, pero antes de llegar a ella unas cartulinas le cayeron del bolsillo del saco al suelo.
Apresurado, se inclinó para recogerlas, y me acerqué a él.
Entonces vi: eran todas fotografías del hombre y la mujer, en las distintas formas de la cópula.
El rostro del desconocido estaba purpurino. Balbuceó:
—No sé cómo están en mi poder, eran de un amigo.
No le respondí.
De pie, junto a él, miraba con obstinación terrible un grupo. Él dijo no sé qué cosas. Yo no le escuchaba. Miraba alucinado una fotografía terrible.
Una mujer postrada ante un faquin innoble, con gorra de visera de hule y un elástico negro arrollado sobre el vientre.
Volví el rostro al mancebo.
Ahora estaba pálido, las pupilas voraces dilatadísimas, y en los párpados ennegrecidos rebrillante una lágrima. Su mano cayó sobre mi brazo.
—Déjame aquí, no me eches.
—Entonces usted… vos sos…
Arrastrándome me empujó al borde del lecho y se sentó a mis pies.
—Sí, soy así, me da por rachas.
Su mano se apoyaba en mi rodilla.
—Me da por rachas.
Era profunda y amarga la voz del adolescente.
—Sí, soy así… me da por rachas.
Una pena miedosa temblaba en su voz. Después su mano cogió mi mano y la puso de canto sobre su garganta para apretármela con el mentón.
Habló en voz muy baja, casi un soplo.
—¡Ah, si hubiera nacido mujer. ¿Por qué será así esta vida?
En las sienes me batían las venas terriblemente.
Él me preguntó: —¿Cómo te llamas?
—Silvio.
—¿Decime, Silvio, no me despreciás?… pero no… vos no tenés cara… ¿cuántos años tenés?
Enronquecido le contesté:
—Dieciséis… ¿pero estás temblando?…
—Sí… querés… vamos…
De pronto le vi, sí, le vi… En el rostro congestionado le sonreían los labios… sus ojos también sonreían con locura… y súbitamente, en la precipitada caída de sus ropas, vi ondular la puntilla de una camisa sucia sobre la cinta de carne que en los muslos dejaban libre largas medias de mujer.
Lentamente, como en un muro blanqueado de luna, pasó por mis ojos el semblante de imploración de la niña inmóvil junto a la verja negra. Una idea fría —si ella supiera lo que hago en este momento— me cruzó la vida.
Más tarde me acordaría siempre de aquel instante. Retrocedí huraño, y mirándolo, le dije despacio:
—Andate.
—¿Qué?
Más bajo aún le repetí:
—Andate.
—Pero…
—Andate, bestia. ¿Qué hiciste de tu vida?… ¿de tu vida?…
—No… no seas así…
—Bestia… ¿Qué hiciste de tu vida?
Y yo no atinaba a decirle en ese instante todas las altas cosas, preciosas y nobles que estaban en mí, y que instintivamente rechazaban su llaga.
El mancebo retrocedió. Encogía los labios mostrando los colmillos, luego se sumergió en el lecho, y mientras yo vestido entraba a mi cama, él, con los brazos en asa bajo la nuca, comenzó a cantar:
Arroz con leche, me quiero casar.
Lo miré oblicuamente, luego, sin cólera, con una serenidad que me asombraba, le dije:
—Si no te callás, te rompo la nariz.
—¿Qué?
—Sí, te rompo la nariz.
Entonces volvió el rostro a la pared. Una angustia horrible pesó en el aire confinado. Yo sentía la fijeza con que su pensamiento espantoso cruzaba el silencio. Y de él sólo veía el triángulo de cabello negro recortando la nuca, y después el cuello blanco, redondo, sin acusar tentaciones.
No se movía, pero la fijeza de su pensamiento se aplastaba… se modelaba en mí… y yo alelado permanecía rígido, caído en el fondo de una angustia que se iba solidificando en conformidad. Y a momentos lo espiaba con el rabillo del ojo.
De pronto su colcha se movió, y quedaron al descubierto sus hombros, sus hombros lechosos que surgían del arco de puntilla que sobre las clavículas le hacía la camisa de batista…
Un grito suplicante de mujer estalló en el pasillo al cual daba mi habitación:
—No… no… por favor…
Y el sordo choque de un cuerpo sobre el muro, me arqueó el alma sobre el espanto primero, cavilé un instante, después salté del lecho y abrí la puerta en el preciso instante que la puerta de la pieza frontera se cerraba.
Me apoyé en el marco. De la vecina habitación, no surgía nada. Me volví dejando la puerta abierta, sin mirar al otro, apagué la luz y me acosté…
En mí había ahora una seguridad potente. Encendí un cigarrillo y le dije a mi compañero de albergue:
—Che, ¿quién te enseñó esas porquerías?
—Con vos no quiero hablar… sos un malo…
Me eché a reír, luego grave continué:
—En serio, che ¿sabés que sos un tipo raro? ¡Qué raro que sos! En tu familia, ¿qué dicen de vos?
¿Y esta casa? ¿Te fijaste en esta casa?
—Sos un malo.
—Y vos un santo, ¿no?
—No, pero sigo mi destino… porque yo no era así antes, ¿sabés?, yo no era así…
—¿Y quién te hizo así, entonces?
—Mi maestro, porque papá es rico. Después que aprobé el cuarto grado, me buscaron un maestro para que me preparara para el primer año del Nacional. Parecía un hombre serio. Usaba barba, una barba rubia puntiaguda y lentes. Tenía los ojos casi verdes de azules. A vos te cuento todo eso porque…
—¿Y?…
—Yo no era así antes… pero él me hizo así… Después, cuando él se iba, yo salía a buscarlo a su casa. Tenía entonces catorce años. Vivía en un departamento de la calle Juncal. Era un talento.
Fíjate que tenía una biblioteca grande como estas cuatro paredes juntas.
También era un demonio, ¡pero cómo me quería! Yo iba a su casa, el mucamo me hacía pasar al dormitorio… fijate que me había comprado todas las ropas de seda y vainilladas. Yo me disfrazaba de mujer.
—¿Cómo se llamaba?
—Para qué querés saber el nombre… Tenía dos cátedras en el Nacional y se mató ahorcándose…
—¿Ahorcándose?…
—Sí, se ahorcó en la letrina de un café… ¡pero qué zonzos sos!… ja… ja… no te creas… son mentiras… ¿No es verdad que es bonito el cuento?
Irritado, le dije:
—Vea che, déjeme tranquilo; me voy a dormir.
—No seas malo, escuchame… qué variable sos… no te vayas a creer lo de recién… te decía la pura verdad… cierto… el maestro se llamaba Próspero.
—¿Y usted ha seguido así hasta ahora?
—¿Y qué iba a hacer?
—¿Cómo qué iba a hacer? ¿Por qué no se va a lo de algún médico… algún especialista en enfermedades nerviosas? Además, ¿por qué es tan sucio?
—Si está de moda, a muchos les gusta la ropa sucia.
—Usted es un degenerado.
—Sí, tenés razón… soy chiflado… ¿pero qué querés?… mira… a veces estoy en mi dormitorio, anochece, querés creerme, es como una racha… siento el olor de las piezas amuebladas… veo la luz prendida y entonces no puedo… es como si un viento me arrastrara y salgo… los veo a los dueños de amuebladas.
—¿A los dueños, para qué?
—Natural, eso de ir a buscar, es triste: nosotras nos arreglamos con dos o tres dueños y en cuanto cae a la pieza un chico que vale la pena nos avisa por teléfono.
Después de un largo silencio, su voz se hizo más entonada y seria. Diría que se hablaba a sí mismo, con toda su tribulación:
—¿Por qué no habré nacido mujer?… en vez de ser un degenerado… , sí, un degenerado… , hubiera sido muchacha de mi casa, me hubiera casado con algún hombre bueno y lo hubiera cuidado… y lo hubiera querido… en vez… así… rodar de "catrera" en "catrera", y los disgustos… esos atorrantes de chambergo blanco y zapatos de charol que te conocen y te siguen… y hasta las medias te roban. ¡Ah!, si encontrara alguno que me quisiera para siempre, siempre.
—¡Pero usted está loco!, ¿todavía se hace esas ilusiones?
—¡Qué sabés vos! Tengo un amiguito que hace tres años vive con un empleado del Banco Hipotecario… y cómo lo quiere…
—Pero eso es una bestialidad…
—¿Qué sabés… si yo pudiera daría toda mi plata para ser mujer… una mujercita pobre… y no me importaría quedarme preñada y lavar la ropa con tal que él me quisiera… y trabajara para mí…
Escuchándole, estaba atónito.
¿Quién era ese pobre ser humano que pronunciaba palabras tan terribles y nuevas?… ¿que no pedía nada más que un poco de amor?
Me levanté para acariciarle la frente.
—No me toqués —vociferó—, no me toqués. Se me revienta el corazón. Andate.
Ahora estaba en mi lecho inmóvil, temeroso de que un ruido mío lo despertara para la muerte.
El tiempo transcurría con lentitud, y mi conciencia descentrada de extrañeza y fatiga recogía en el espacio el silencioso dolor de la especie.
Aún creía sentir el sonido de sus palabras… en lo negro su carita contraída de pena diseñaba un visaje de angustia, y con la boca resecada de fiebre, exclamaba a lo oscuro:
"Y no me importaría quedarme preñada y lavar ropa con tal de que él me quisiera y trabajara para mí."
Quedarse preñada. ¡Cuán suave se hacía esa palabra en sus labios!
"Quedarse preñada."
Entonces todo su mísero cuerpo se deformara, pero "ella", gloriosa de aquel amor tan hondo, caminara entre las gentes y no las viera, viendo el semblante de aquél a quien sometíase tan sumisa.
¡Tribulación humana! ¡Cuántas palabras tristes estaban aún escondidas en la entraña del hombre!
Y aquí, por si lo desean, la película completa, dirigida por Aníbal Di Salvo y José María Paolantonio:
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