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Bocanada, Buen Soldado, Limón y Sal y Estrelar
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Luna llena (Argenmex; AU)
Esto no estaba planeado, pero forma parte del mismo AU de hombres lobo que Balas de plata y Transformación, así que recomiendo leer esos dos primero.
Luna llena
Ser un hombre lobo es algo muy diferente a lo que Martín esperaba. Había imaginado que los cambios sólo se notarían en su resistencia física y en sus sentidos más agudos, o en la transformación que ocurría cada luna llena, pero iba más allá. Estaba preparado para descubrir qué tan distintos serían los aromas, los sonidos y los colores, o para correr a gran velocidad o tener una fuerza sobrehumana. Pero nada, absolutamente nada, lo había preparado para sentir el poder que la luna ejercía sobre él.
Es incapaz de describir lo que siente en ese momento. Es una mezcla de dolor y temor: dolor porque su cuerpo intenta adoptar otra forma, y sus músculos se reacomodan de manera dolorosa pero sin llegar a completar del todo el cambio. Siente que su cuerpo es demasiado pequeño para sí mismo y quiere correr, alejarse lo más que pueda, llegar a un lugar abandonado y solo aullar, aullar, aullar.
Tiene miedo.
Las sensaciones son distintas a cualquier cosa que haya experimentado antes y teme a lo que está por ocurrir: su primera transformación completa en un lobo. Ha practicado su transformación parcial, aquella en la que solo sus dientes se hacen más largos, sus uñas se convierten en garras y sus ojos brillan en tonalidades doradas, pero desde que Pedro lo mordió, esta es su primera transformación total.
El resto de la manada le habló al respecto. Itzel y Pancho le dijeron que solo se dejara llevar; Miguel, Coco y Blanca que sus propios instintos le dirían qué hacer llegado el momento. Gregorio le recomendó que no comiera nada pesado el día de su primera transformación porque podría vomitar del dolor, lo cual no le ayudó demasiado. Y Pedro le aseguró que lo acompañaría en todo momento.
Martín sabe que está rodeado de las personas que lo aprecian, que estando su manada ahí no hay nada malo que pueda ocurrirle, pero lo desconocido le aterra… y por eso su transformación no se puede completar, porque su mente sigue aferrada a pensar como humano y no a dejar que sus instintos lobunos hagan su trabajo.
—Respira profundamente —dice Pedro mientras acaricia su espalda en círculos—. Necesito que respires e intentes relajarte.
—Eso… intento —responde Martín entre dientes.
—Yo sé —agrega el otro—, pero lo estás pensando demasiado. Solo deja que todo pase.
Martín gime por lo bajo cuando el dolor aumenta y apenas es consciente de que Pedro lo abraza.
—Déjate llevar. Yo estoy aquí.
—Tengo miedo.
—Es normal, pero todo estará bien.
Tincho cierra los ojos y decide concentrarse en algo que está ahí desde el inicio, presente y constante: el latido del corazón de Pedro. Se enfoca en eso y continúa respirando lentamente, inhalando, exhalando, inhalando, exhalando, hasta que logra relajarse un poco. No sabe exactamente cuánto tiempo pasa, pero después de un rato el dolor cesa y siente que hay algo distinto en él. Abre los ojos y todo se ve diferente: más brillante aún, más nítido a pesar de que es de noche. Cuando mira a su lado, ve que Pedro le sonríe.
—Lo lograste —dice, y algo en su voz le transmite ese amor que sabe que Pedro siente por él.
En esta forma lobuna no es capaz de hablar, pero acerca el morro al rostro de su novio, a quien escucha reír.
—Muy bien. ¿Estás listo para correr?
Antes de que Martín-lobo pueda responder de alguna manera, Pedro comienza a quitarse la ropa y al estar completamente desnudo se transforma también: su pelaje es gris y su cuerpo es esbelto, pero fuerte. Es un poco más grande que Martín, contrario a como ocurre con sus estaturas humanas, lo cual probablemente se deba a que es el líder de la manada.
Pedro-lobo alza el rostro al aire y emite un aullido fuerte, que resuena hasta en los huesos de Martín-lobo, quien siente la necesidad de responder, por lo que así lo hace. Casi al instante, los aullidos del resto de la manada se unen a ellos en un coro que resuena por todo su territorio Entonces Pedro comienza a correr y Martín lo sigue. Casi de inmediato otros lobos se unen a ellos y juntos (Pedro, Martín, Itzel, Miguel, Coco, Blanca, Pancho y Gregorio), bajo la luz de la luna llena, dejan a sus instintos fluir.
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¿Por qué hacer una semana dedicada al ArgMéx?
La verdadera pregunta es, ¿por qué no?
¡Hola a todos! Hoy estamos aquí para hablar sobre nuestra primera semana temática de la ship de Argentina/México en Latin Hetalia. La idea de esta semana ArgMéx (en cualquiera de sus combinaciones), ha estado presente desde hace unos años, posiblemente desde que se empezó a popularizar el asunto de hacer semanas temáticas en los fandoms, pero solo hace unos meses el tema se puso sobre la mesa.
Aunque somos pocas las personas que shippeamos esta pareja, aquí estamos. Esta primera semana ArgMéx de Latin Hetalia se llevará a cabo del 15 al 21 de septiembre, en todas y cada una de las plataformas en las que LH tiene presencia, y también aquellas en las que no. ¡Están invitados a participar!
Cabe aclarar que ésta no es una actividad oficial de la comunidad de Latin Hetalia; es decir, la administración no organiza esto. Solo somos un grupo de fans que queríamos tener, al fin, nuestra semanita temática.
Previo a la fecha de inicio, iremos compartiendo información respecto a esta actividad, en especial los prompts con los que podrán participar. Por lo pronto, pueden leer las reglas de esta actividad y dejar sus dudas y comentarios.
Y no olviden seguirnos también en Twitter y Facebook :D
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Día 11 promptaton - Omegaverse
Aris dejó este prompt totalmente en mis manos porque estos fics son uno de mis tantos placeres culpables y sus sensibilidades tradicionales (?) no pueden con el mundo ABO xD
(Aunque lo hice super extra inocente así que igual lo puedes leer hermana jajaja)
Mellizos México. UsaMex
¡ES MI HERMANO AL QUE ESTÁS MIRANDO!
Por un tiempo Itzel pensó que con su hermano terminarían siendo de la misma designación, eran mellizos después de todo. En serio contaba con eso, si era totalmente franca, no le habría gustado nada que su hermanito terminara siendo un alfa y se creyera su jefe si es que ella resultaba ser una beta. Así que, el plan original siempre fue quedarse en la misma jerarquía. Unos años más tarde, cuando ya estaba claro quién terminaba siendo el jefe en casi todas sus escapadas, Itzel fue sospechando que sería de una asignación un poco más alta que Pedro. No le importó mucho, ya llevaba encargándose de su hermano todos esos años, no le molestaría ser el alfa de la familia, su hermanito podía seguir siendo su mano derecha como beta.
Pues resultó que, en efecto, era una alfa. “Lo vimos venir”, dijeron sus padres cuando su designación se presentó. Fue en la escuela, y lo determinó la enfermera después de que Itzel agarró a puñetazos y mordidas a otro estudiante después de que este le hiciera una broma a Pedro.
Dicen que tardaron media hora en calmarla lo suficiente para que sus ojos dejaran de verse rojos, pero Itzel apenas recordaba ese día.
Así que, sí, Itzel resultó ser lo que todos esperaban, el que dio la sorpresa, y como siempre dando problemas, fue PEDRO.
- ¡Hey! ¡¿Qué están mirando, cabrones?! -Itzel soltó un gruñido en la dirección de los jugadores del equipo de futbol, y miró con orgullo cómo estos se empujaban unos a otros para salir corriendo.
- Hermana, por favor, para -Pedro se llevó una mano a la cara, cubriendo la mitad de su sonrojo.
- ¡Esas sabandijas tienen que saber que alguien te cuida! -Respondió, aún con un leve gruñido en la voz. Pedro la tomó del brazo y los hizo avanzar por el pasillo.
- Toda la escuela ya lo sabe, hermana.
- ¡Entonces deberían dejar de mirar! -Exclamó la chica, y le soltó otro gruñido a dos betas que estaban pestañeando mucho en la dirección de su hermano. Las pobres chicas se pegaron a la pared y se cubrieron el rostro con sus libros.
Pedro suspiró, esperando que el instinto protector le bajara pronto, pero ya iba un mes desde su primer celo e Itzel todavía no dejaba que casi nadie se le acercara.
Pedro no fue un beta como todos estaban esperando, sino que de un día para otro su olor cambió a uno mucho más dulce, y al día siguiente tuvo su primer celo. Itzel se volvió loca, se quedó de guardia frente a la puerta del cuarto de su hermano, gruñéndole hasta a su padre cuando este subía con comida para su mellizo. Y en la escuela era mucho peor, ya habían pasado cuatro semanas y el olor de Pedro se había estabilizado en uno un poquito menos atractivo del que tenía durante esos primeros días, pero muchos alfas seguían acercándose y le lanzaban miradas demasiado intensas para el gusto de la chica.
Para cuando su hermana noqueó al pobre alfa que se atrevió a tocarle el trasero, el asunto ya había dejado de ser divertido.
- Algún día vas a tener que dejar a otro alfa acercarse, ¿Cómo se supone que consiga novio contigo gruñéndoles todo el tiempo?
- Papá está de acuerdo en que puedes aguantar hasta la universidad.
- ¡¿La universidad?! ¡Itzel! ¡Eso no es justo!
Ninguno de los dos hermanos iba atento a su alrededor, más preocupados discutiendo uno con el otro. Por eso Itzel no pudo evitar que Pedro chocara de lleno con el joven que venía en dirección opuesta, pegado a su teléfono. Los dos chicos se fueron al suelo, mientras Itzel soltaba un pequeño grito al ver a su hermanito estrellándose con el piso.
- ¡Pedro! -Se agachó de inmediato, y mientras lo ayudaba a sentarse, comenzó a sacudirle la ropa y la mochila.
- ¡Ya! -Pedro la hizo a un lado y miró al otro adolescente con el que había colisionado. El muchacho era un rubio de ojos azules que pestañeaba y achicaba los ojos mientras tocaba el suelo con ambas manos. Pedro encontró lo que estaba buscando a unos pasos, y estiró la mano para recoger los lentes con cuidado.
- ¡Híjole! ¡Perdón! -Comenzó a decir al mismo tiempo que inspeccionaba los cristales- ¡No se rompieron! ¡Aquí están! ¡Perdón! -Ignorando las manos de Itzel que intentaban levantarlo, le colocó los lentes al chico con movimientos nerviosos. Las gafas quedaron un tanto ladeadas en la cara del rubio, pero este al menos ya no estaba tan ciego. Los ojos azules parpadearon un par de veces antes de enfocar la cara de Pedro, y cuando lo hicieron, el rubio le dedicó una radiante sonrisa.
Itzel notó el preciso instante en el que rubio aspiraba el olor de su hermano y se daba cuenta de que era un omega. Sus músculos se tensaron de inmediato y comenzó a producir un leve rugido con su garganta. Los dos chicos en el piso la ignoraron completamente.
- ¡Hi!... digo, ¡Hola! -Comenzó el rubio, con un acento tan marcado que enseguida lo delató como extranjero.
- Ho-hola… -Respondió Pedro con la voz temblorosa y un sonrojo más marcado con cada segundo que continuaba mirando esos ojos azules.
- ¡Soy Alfred! ¿And you are? -Alfred finalmente se levantó del piso, ayudando a Pedro a hacer lo mismo con ambas manos tomando delicadamente las del moreno.
- Uhm… -Pedro sentía temblar sus rodillas, y su lengua no estaba en mejores condiciones. Abrió la boca para contestar, pero sintió un tirón en su mochila antes de poder hacerlo.
- ¡Nos vamos, Pedro! -Itzel comenzó a arrastrarlo con una mano sujetando firmemente su bolso. Mientras se alejaban, le lanzó una mirada asesina al rubio, mirada que solo lo dejó confundido.
- Uhm, ¿Bye? -Alfred agitó una mano en señal de despedida, todavía sin entender por qué la chica lo miraba con tanto odio.
- Adiós… -Pedro también se despidió con la mano, dando un suspiro derrotado mientras su hermana lo seguía arrastrando por el pasillo.
- ¿Y ese quién diablos era? ¡Ush! ¡Odio a los nuevos! -Dijo Itzel entre dientes, todavía irritada por el alfa que se atrevió a estar tan cerca de su hermanito.
“Mi futuro novio”, Pedro lo pensó, pero no era tan tonto como para decirlo en voz alta, menos delante de su hermana. De alguna forma averiguaría cómo encontrarse de nuevo con aquel joven.
De preferencia donde no pudiera verlos su hermana.
FIN
#evento promptaton#latin hetalia#lh: mexico del norte#lh: mexico del sur#aph: usa#los mellizos mexico#alfa!Itzel#omega!Pedro#fanfic#iris escribe#our posts#our post#Itzel sobreprotectora#no me aguante y meti a Alfred#no puedo renegar de mis ships#usamex
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Otros dibujos del Inktober
#latin hetalia#lh#LH: Chile#LH: Salvador#lh: mexico del norte#LH: Mexico del Sur#furry#cat#watermelon#dog#inktober2017#ink#marker#ig#my art#doodles#fanart
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Regalo para Alina Vee (da clic en el enlace)
Título: Tornados Personaje/pareja(s): ArgMéx -hetero y yaoi-, mención de BraMéx Rating: K+ Resumen: Ambos fueron dos tornados que lo asolaron en diferentes etapas de su vida y dejaron una cicatriz condensada en su más grande e inolvidable historia de amor Advertencias: Mención de enfermedad mental, relaciones a distancia. Disclamer: Los personajes de LH no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos creadores (as).
#latin hetalia#evento amigo invisible#lh: argentina#lh: mexico#LH: Mexico del Sur#lh: mexico del norte#argenmex
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Películas de terror (México N)
Pedro no soportaba las películas de terror. Cuando salía una nueva película de miedo optaba por ignorarla hasta que el hype de la misma hubiera pasado, o simplemente buscaba algún resumen en internet para tener algo de qué hablar si alguien le preguntaba. Algunos de sus amigos más cercanos sabían que películas de terror y Pedro no podían ir juntos en la misma oración, y por lo mismo, la mayor parte del tiempo no lo invitaban si iban al cine o planeaban alguna maratón de películas por Halloween. A veces se reían un poco de él; pero, en general, solían tomar bastante bien cuando se negaba a ver esas películas.
—No tiene sentido —le decían a veces—. Tienes el Día de muertos y a la Catrina y te dan miedo las películas de horror.
Pedro les había dicho muchas veces que no era igual. Que la Muerte no le daba miedo, que era más el asunto de los efectos especiales o los sonidos estridentes lo que lograba asustarlo, pero la verdad es que ni él lo entendía. De vez en cuando incluso se iba con Itzel a pasar las noches del 1 y 2 de noviembre en algún cementerio y ahí no sentía miedo. Solo paz y serenidad, nostalgia y melancolía; pero miedo, no. Era raro.
Sin embargo, aunque le daban miedo ese tipo de películas, ella tarde de aquel 30 de octubre no pudo evitar decir que sí cuando los mismos amigos de siempre le invitaron a ver algunas películas de terror, por las fechas y todo eso. Al principio se negó, como era su costumbre, pero cuando supo que alguien especial iría, al final sí aceptó. No importó lo mucho que odiara las películas, ni que mantuviera cerrados los ojos durante la mayor parte del tiempo o que se sobresaltara cuando alguno de los personajes gritaba, porque esos eran los pretextos perfectos para sujetar la mano de Martín.
El problema real vino por la noche, cuando ya estaba en casa intentando dormir. Había logrado conciliar un sueño intranquilo por unos cuantos minutos, aunque pronto las pesadillas no se hicieron esperar. Intentó volver a dormir, pero con solo cerrar los ojos imaginaba mil y un cosas de las que habían pasado en la pantalla. Después de media hora de dar vueltas y vueltas en la cama, decidió optar por su último recurso. Se armó de valor y atravesó el pasillo a toda velocidad antes de abrir una puerta con mucho cuidado y entrar a otra habitación.
—Itzel —murmuró, sin obtener respuesta—. Itzeeeeeel —repitió.
—¿Hm?
—Hazte para allá.
Su hermana abrió un ojo, y más dormida que despierta, preguntó:
—¿Por qué?
—Oh, tú hazte para allá.
Hubo un momento de silencio durante el cual él no se movió y su hermana siguió mirándolo con solo un ojo abierto.
—Otra vez aceptaste ir a ver películas de miedo solo porque estuvo Martín, ¿verdad?
Pedro no contestó de inmediato y después de unos segundos Itzel le hizo espacio junto a ella en la cama.
—Te toca invitar el desayuno.
—Sí, ya solo hazte para allá.
—De nada —murmuró ella antes de darle la espalda y quedarse dormida una vez más.
Pedro no respondió pero poco a poco sintió como el sueño lo vencía mientras escuchaba la respiración serena de su hermana a un lado. Al menos esa noche, las pesadillas lo dejaron en paz.
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¡Ya llegaron, ya están aquí! Esta es la lista de prompts que usaremos para nuestra semana Argméx:
FECHAS
Del 15 al 21 de septiembre
PROMPTS
15 de septiembre: Ángeles y demonios
16 de septiembre: Relación a distancia
17 de septiembre: Tatuajes
18 de septiembre: Paranormal/sobrenatural
19 de septiembre: Soulmates
20 de septiembre: Súper héroes
21 de septiembre: Fantasía y magia
Además de estos prompts, los participantes tendrán derecho a usar un comodín. Esto significa que, si no les gusta el prompt del día o no les inspira a crear, pueden cambiarlo por otra cosa de temática libre, siempre y cuando el tema no esté incluido en la lista de prompts.
#latin hetalia#argmexweek#lh argentina#lh mexico del norte#lh mexico del sur#argmex#argenmex#lhargmex
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¡Damos por inaugurada la semana ArgMéx de Latin Hetalia!
Día 1: Ángeles y demonios
Recuerden que también pueden usar comodines para cambiar el tema del fanwork, siempre y cuando el que elijan no esté en la lista. ¡A participar!
Reglas | Lista de prompts | Twitter | Facebook
#latin hetalia#argmexweek#lh argentina#lh mexico del norte#lh mexico del sur#argenmex#argmex#lhargmex#info
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Estamos a unos cuantos días de comenzar con la serrana Argenmex de Latin Hetalia, recuerden darse una vuelta por el blog, por las reglas y por los prompts.
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Más dibujitos del AU!Super poderes
Nuestra versión de Salva al ciudadano: Captura la bandera. Es un ejercicio de entrenamiento, se separan en dos equipos de varios participantes con el objetivo de robar la bandera al contrario. Se requiere estrategia y cooperación para avanzar por el terreno e ir sacando del juego a los contrincantes.
1- Daniel tiene invisibilidad (y campo de fuerza), por lo que es importante encontrarlo rápido. Luciano tiene la capacidad de controlar el aire.
2- Julio es un demonio veloz y, al igual que Martín, disfruta desesperando a la gente. Seby lanza rayos láser por los ojos.
3- Como dentro del campo el poder de Pancho no es de utilidad, es muy fácil sacarlo y, como hace años Manu tiene prohibido hacer de guardaespaldas, hace mucho tiempo que no llega en juego hasta el final... Pero todo cambió cuando la nación del fuego atacó xP
4- Pedro tiene telequinesis e Itzel es capaz de percibir las emociones de las personas y hasta algunos de sus pensamientos, sobretodo de su hermano. El poder de María es algo así como... Dermo-morfosis (?) cambia la estructura de su piel para asemejar otros materiales.
#latin hetalia#au!super poderes#lh: brasil#lh: paraguay#lh: argentina#lh: uruguay#lh: bolivia#lh: peru#lh: ecuador#lh: chile#lh: venezuela#lh: colombia#lh: mexico del norte#lh: mexico del sur#au!super high school#our post#our posts#fanart#María es de aluminio para que los aliens no lean su mente xP
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Es verano en el desierte de Arizona-Sonora. Unos pajonales marrones y arboles raquíticos se apegan a la sombra de las casas para crecer. Solo las palmeras se paran orgullosas. Le parece absurdo que alguien puede montar una secta apocalíptica allí, cerca del desierto, la mejor prueba de que la vida sigue sin importarle nada.
Día 5 | Fin del Mundo en AO3: Los norteamericanos siendo un equipo, menciones de sectas apocalipiticas, política reciente y muerte. Menos dark de lo que parece.
Los mexicanos, Canadá, USA y una secta apocaliptica en Arizona
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El mariachi es patrimonio de toda América. - Dice Catalina cuando se pone filosófica. - Ya trascendió las fronteras de México aunque sea lo más mexicano. Hace ya parte de nuestra cultura.
Día 10 | Música en AO3: USA > México del Sur (one-sided), AU High School Mariachi Club en USA, menciones de otros, menciones de varias canciones, Gen , amistades y algo de angst.
Brown, Texas es muy pobre para una banda de colegio, pero tiene un club de mariachi.
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Dibujitos de Lh que llevo en el inktober uvu
#latin hetalia#lh#fanart#lh: argentina#lh: brasil#lh: chile#lh: mexico del norte#lh: mexico del sur#argenmex#argmex#inktober#inktober2017#my art#doodle#lh: rd
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Calurosa navidad. Combo 3
Me atrasé!! (como siempre) pero bueno, aún no se acaba el año!
Promp 5: our families have been having an unspoken christmas lights competition since you moved here and now I’ve finally meet my rival > Pedro y Alfred. Palabras: 1548
Promp 6: Someone try to make christmas cookies. Someone fails to make christmas cookies > La gran colombia, para tener algo de amor fraternal. Palabras: 1292
Estoy mirando las luces de diciembre.
La familia Jones había terminado viviendo en el barrio latino de la ciudad por puro capricho del destino. Y pura torpeza del padre.
Por algo se hacía reconocimiento del terreno.
Vivir en el barrio latino plus otras familias multiculturales (Alfred había contado unas dos casas italianas, tres chinas y una musulmana), era todo lo que se podía esperar de la globalización. Con Matthew ya habían probado platillos de cuatro continentes distintos, aprendido infinitas versiones de las mismas canciones, y dominado el nivel intermedio de español para que sus vecinos no los dejaran fuera de los planes de juego. Otra cosa interesante eran los días de fiesta.
Por mucho que los Jones, los Brown del siguiente pasaje, los Jackson y las Carter se esforzaran en Halloween con sus casas del terror y los zombies, siempre eran las casas mexicanas las que atraían al mayor número de personas. Además, al ser mayoría podían tomar casi toda la calle para poner sus decoraciones. Así que esa competencia la ganaban ellos.
El 4 de Julio para los vecinos era más de “donde fuerais haced lo que vierais”. Según su madre esa no era una competencia bien ganada.
Pero en lo que sí se enorgullecían sus padres de llamarse los “ganadores” era para la época de navidad. Un año fueron la docena de esferas de nieve que adornaban el techo. Al otro parecía que la casa estaba construida totalmente con luces. Y así y así desde que Alfred recordaba vivir ahí.
Al menos él y Matty disfrutaban cantarle villancicos a todos los que se pasaban a mirar.
Pero todo cambió cuando la nación del fueg-
Todo cambió cuando llegaron nuevos vecinos, y la indiscutida racha ganadora de los Jones se perdió.
La primera navidad con los nuevos vecinos, su padre instaló en el techo un Santa que saludaba ¡Jo jo jo, feliz navidad!. Los vecinos tenían el trineo completo con los ocho renos. El segundo año, los Jones construyeron cuatro casitas para duendes, los vecinos tenían la villa completa en el jardín.
Aquel era el tercer año y su madre estaba como loca de tienda en tienda, buscando nuevas ideas recuperar el honor de la familia.
- This is war, Alfred, and we had already lost two battles… (Esto es una guerra, Alfred, y ya hemos perdido dos batallas…) -Decía mientras revisaba por segunda vez las luces que estaban guardadas en las cajas del garaje. No vaya a ser que por una bombilla se arruinara toda la secuencia.
Alfred de verdad pensaba que necesitaban una nueva estrategia. Por eso arrastró a Mathew con él junto a un par de binoculares detrás de unos arbustos, justo frente a la casa de sus vecinos. Estaba tratando de enfocar dentro de la casa, esperando algo de movimiento detrás de las cortinas. O que abrieran la puerta de su garaje para husmear qué decían las cajas.
- I think this is illegal, Al… (Me parece que esto es ilegal, Al…) -Murmuró su hermano, sentado a su lado con los binoculares colgando de su cuello y abrazando sus rodillas.
- Course not! We’re… ah, playing spy, right in front of their house. (¡Claro que no! Estamos… ah, jugando al espía, justo frente a su casa.)
- Al…
- Hey! Do you want a happy mom or not? Help me out here! (¡Oye! ¿Quieres una mamá feliz o no? Ayúdame aquí)
Matthew terminó por aburrirse luego de dos horas sin que nada pasara, y bajo la mirada traicionada de su hermano se marchó de regreso a casa.
- I’ll bring you a soda (Te traeré una soda) -Pasaron quince minutos y Alfred todavía no veía esa soda.
Sintiéndose valiente, salió de su escondite y caminó sigilosamente hacia la casa, en cuanto llegó se pegó a las paredes, como si hubiera cámaras de las que esconderse. Miró la puerta del garaje, tocó las orillas y trató de ver a través de la ranura inferior, pero nada.
- Hum…
- ¡Guauf!
Dio un salto y con el corazón acelerado miró alrededor.
- ¡Guauf!
Finalmente miró hacia abajo, y junto a sus pies vio al chihuahua más chico y con los ojos más grandes que había visto, rugiendo suavemente y temblando con todo el cuerpo. Era tan feo que hasta le parecía lindo.
- ¡Awww! -Se agachó para tocarlo, pero el perrito le mostró los dientes y comenzó a rugir con más fuerza. Alfred comenzó a ponerse nervioso- Easy, easy…
- ¡Guau guau guau guau! -La pequeña bestia fue a atacar sus pies y tobillos. Alfred tuvo el repentino instinto de patear al perro, pero se controló a último minuto e hizo lo segundo en lo que pudo pensar. Corrió.
El chihuahua corrió detrás de él, enterrando los dientes sobre sus zapatillas, y Alfred huyó a tropezones alrededor de gran parte de la calle, sacudiéndose al perro cada vez que este le enterraba sus dientecitos. Al final, lo mejor que pudo hacer fue subirse a un árbol, donde pasó casi diez minutos mirando hacia el suelo donde el perro seguía ladrando y temblando.
- ¡Taquito, ya párale canijo! -Un chico latino apareció en la escena, recogió al perro de un solo jalón y aunque el chihuahua no paró de temblar, al menos paró de ladrar.
- Thank god! -Exclamó Alfred, sin soltarse aún de la rama en la que estaba.
- No, Pedro -El moreno le sonrió y aunque seguía con el perro en brazos, extendió una mano hacia Alfred, quien seguía arrimado al árbol. Tratando de devolverle el gesto al chico, se fue de bruces al piso.
- ¡Guauf!
- ¡Híjole! ¿Estás bien?
- ¡Hurts, hurts, hurts…! (¡Duele, duele, duele…!)
Pedro lo ayudó a sentarse contra el tronco y tuvo la gentileza de hablar sin parar hasta que la rodilla dejó de retumbarle.
- Taquito es un asesino, no te culpo por elegir escapar -Comentó el otro niño, acariciando al perro en su regazo. Por fin el animal había apartado sus ojos saltones de Alfred, ahora solo miraba una mosquita que volaba alrededor de su cabeza.
- No quería que mordiera mis zapatos -Comentó el rubio, tratando de no verse tan avergonzado. El acento de anglo no se le quitaba a Alfred ni con todos los años que había vivido rodeado de latinos, pero al menos ya dominaba eso de formar frases con sentido.
-Of course -La cara que Pedro le puso mostraba que el niño sabía que esa no era la verdad del asunto, pero lo dejó quedarse con su orgullo intacto.
Peter le estaba agradando bastante, no tanto así su perro.
En cuanto se levantaron del pasto, Pedro dejó a Tacos en el suelo, y luego de olisquearle la base de los pantalones por tres segundos, el chihuahua perdió el interés en Alfred y puso su atención en olfatear el piso.
- ¿No quieres una bandita para tu rodilla? Mi casa está justo al frente -Preguntó el moreno, mirando con interés el pantalón todo rasgado y oscurecido del rubio.
-No se preocupe, mi casa está a poco… -Alfred iba a señalar la dirección de su casa, después de todo todavía podía verla desde donde estaban, hasta que registró las palabras del chico y giró su cabeza para confirmar su sospecha. Justo frente al árbol al que se había trepado estaba el hogar de sus implícitos rivales. En aquel momento recordó que, en esos dos años, nunca se había fijado mucho en los hijos de los vecinos, por muy extraño que fuera. Regresó su mirada a Pedro y al perro con una nueva perspectiva.
Por poco y convertía su vida en un absurdo drama Shakesperiano.
- You alright?
Antes de que pudiera responderle, preferentemente con un extenso y sentido discurso el desperdicio de sus esfuerzos por destruirlos, su hermano Matthew por fin hizo su aparición con la soda.
-Sorry Al, there was nothing on the- Oh, hello! Hola, no recuerdo verte ant…- Antes de que Matty pudiera entablar una verdadera conversación con Peter, tomó a su hermano del brazo y comenzó a arrástralo de vuelta a la casa, sin darle la espalda a su nuevo contendiente.
-This isn’t over, you hear me?! Next time I’ll be prepared! (¡¿Esto no se ha acabado, me oyes?! ¡La próxima vez estaré preparado!) -Agitó el brazo sobre su cabeza y luego apuntó a Pedro, y después a Tacos, para que no creyeran que había olvidado a la bestia.
-Al, what’re you talking ‘bout? (¿Al, qué estás diciendo?)
-Better your house watch his back! (¡Es mejor que tu casa se cuide la espalda!)
-Alfred!
Los gritos de los hermanos Jones se perdieron una vez cerraron la puerta de su casa. Pedro guardó silencio por mucho, mucho tiempo, tratando de comprender qué fue lo que sucedió.
- ¿Qué pasó? -Su hermana, una morena igual que él, por fin se acercó ahora que el niño rubio se había marchado, un tanto intrigada por la cara consternada de su hermano y los gritos sin sentido del otro chico. Traía unos binoculares colgando del cuello y un gorro con diseño de camuflaje.
-Ah… ¿No tengo idea? –Le dio un vistazo a su hermana y por fin notó su aspecto tan extraño- ¿Y tú qué te traes con esa ropa?
-Ya recopilé la información que mamá quería, tampoco nos ganarán este año esos gringos.
Niña, claro que me gustan esas galletas.
Catalina no dejó que su mamá comprara la bolsa de galletas, por mucho que María chillara que las quería. Según la hija mayor, ella iba a hornearlas para sus hermanitos, hasta había apartado una receta de todas las que encontró en internet. Su madre al final le hizo el favor de creer en su capacidad culinaria.
Catalina comenzó a sacar todo lo que necesitaba de los estantes, que ahora que tenía catorce alcanzaba sin mucha dificultad. María y Francisco fueron a espiarla mientras trataba de seguir las indicaciones del blog de cocina.
- ¡María! ¡Deja de soplar la harina! -Vio la sonrisa traviesa de su hermanita, y solo alcanzó a cerrar los ojos antes de que la niña soplara sobre su mano, la harina que descansaba en su palma terminó en las pestañas de Catalina- …menos galletas para ti, bestia.
- Ji ji ji…
- ¡Más chocolate! -El grito emocionado de Francisco llamó su atención. Agarró a tientas uno de los paños de cocina para limpiarse la cara y en cuanto pudo ver, notó al niño de seis añadiendo otra taza de polvo de cacao a la mezcla.
- ¡Fran, NO!
Tomó a su hermanito y lo alzó en el aire. El resto del chocolate cayó al piso y Catalina se estremeció al imaginarse lo que diría su madre.
- ¡Más chocolate! -Volvió a gritar Francisco mientras sacudía los pies.
- No, no, no, suficiente con eso -Tomó todas las bolsas de chocolate y las guardó en el estante más alto que pudo alcanzar.
- Ohhh…
- ¡A mezclar! -María aprovecho que su hermana estaba lejos y vació la harina en el bowl de los huevos, y una nube blanca la cubrió entera- ¡Cof! ¡Cof!
-¡María! ¡Argh!
Amaba a sus hermanos, pero a veces…
Justo cuando estaban por superar su paciencia, apareció la cabeza de Rodrigo asomándose por la puerta.
-¿Y ahora qué hicieron?
- ¡Llévatelos! -Tomó a Francisco en brazos y pescó a María antes de que pudiera poner mano en la masa. Francisco se fue feliz a los brazos de Rodrigo, porque Rodri al igual que Cata hacía muy bien de avión. María se quejó un poco más al ser expulsada de la cocina, pero con la promesa de la primera elección de Netflix la convencieron.
Escuchó el inicio de una de las películas de Disney antes de concentrarse en armar la masa. En cuanto metió las manos sintió la mantequilla embarrándole los dedos, habría sido buena idea cortarse un poco más las uñas. Estuvo moviendo y apretando la masa por unos treinta minutos, quedó con los brazos acalambrados pero al menos terminó viéndose parecida a la imagen en internet.
Como no estaba tan enojada después de todo, dejó que María cortara un par de galletas con el molde de campanas. Rodrigo se adueñó del molde de pino, y Francisco quiso usar el de estrella, así que Catalina quedó haciendo las personitas.
Con cuatro pares de manos se podría pensar que terminarían en un dos por tres, pero esa no es una realidad con tres hermanos pequeños. A María le gustaba hacer figuras con la masa sobrante, y al verla Francisco quiso hacer lo mismo. Rodrigo era un cero a la izquierda con un uslero en la mano, así que el trabajo de estirar la masa era lento, porque Cata no era… experta, en eso de cocinar.
-¡Deja de comerte todo! -Le dio una palmada en la cabeza a Rodrigo, cuando lo pilló comiendo un poco de masa, otra vez.
-Es que tengo hambreee…
Fue largo y tedioso terminar las galletas, pero finalmente pudo prender el horno y meter dos bandejas llenas de galletas.
-No te vas a quedar frente al horno hasta que salgan, ¿Verdad? -Le preguntó Rodrigo con una ceja alzada, una vez que los dos más pequeños se aburrieron de esperar en la cocina y volvieron a la sala a ver películas.
-Ah… -Eso era precisamente lo que pensaba hacer, y la silla que estaba arrastrando hasta el horno la delataba.
-¡Cata!
-Pero… ¿Y si se queman y no estoy aquí? ¿Y si…?
-Guarda esa intensidad para tus hijos, pon el cronómetro y aléjate de ese horno.
En sí no era mal consejo, pero para eso primero hay que conocer el horno, y la masa… y en fin, tener la experiencia y suerte de tu lado. Por su falta de experiencia Catalina no se percató que las bandejas estaban muy bajas, y tampoco sabía que el horno se calentaba más en ciertas partes, o que era mejor bajarle la llama a mitad del tiempo. Y para su mala suerte el cronómetro nunca sonó y siguió viendo la película, ignorando que sus creaciones ardían como brasas.
Hasta que sintieron el olor.
-Parece que hay un incendio –Comentó María, sin despegar los ojos de la pantalla.
-¿Ah?
-Huele a quemado…
Catalina le dio vueltas a la idea por un instante, pero finalmente reaccionó, se levantó de un salto del sillón y corrió a la cocina. Salió una nube de humo del interior en cuanto abrió la puerta del horno, y fue tosiendo a la ventana para disiparlo. Al sacar la bandeja con las galletas se confirmó lo que todos sospechaban, más que galletas parecía que quisieron hornear carbón.
-Ohh… -Suspiró Francisco mirando las figuras rostizadas. María, con una cuchara de palo tomada de los cajones, golpeó un par de ellas a ver si podía partirlas. Estaban duras como madera.
-…
Catalina repasó las miradas decepcionadas de sus hermanitos y sintió los ojos humedecerse. Con pesar tomó las dos bandejas y tiró a la basura todas las galletas. Francisco, María y Rodrigo guardaron silencio mientras la mayor terminaba de ordenar la cocina.
-Vuelvan a ver películas, después voy a comprar un par de bolsas con galletas… -La voz temblorosa de su hermana hizo que el resto intercambiara miradas preocupadas, hasta que Rodrigo se acercó a Catalina y le jaló del brazo.
-Podemos hacer más…
Su hermana sacudió la cabeza y luego de colgar su delantal, se excusó y subió rápido a su habitación. Los tres más pequeños volvieron a mirarse, pero esta vez con aire determinado.
Catalina estuvo alrededor de una media hora sintiendo pena por ella misma y culpándose de ser una pésima excusa de hermana mayor. Estaba sacando sus audífonos del cajón con el objetivo de escuchar algunas canciones deprimentes cuando llamaron a su puerta.
-¿Cata? Fran y María se están tornando difíciles, y ah… ¿Ayuda?
Dio un suspiro cansado, pero igualmente se levantó. Rodrigo la recibió en la puerta, y sus instintos de hermana mayor le dijeron que algo se traía el chico entre manos por cómo se mecía de un lado a otro. Alzó una ceja pero no dijo nada.
- ¡A ver caramba! ¿Qué están haciendo ahora? –Bajó la escalera rápidamente y se cruzó de brazos frente a los dos niños. Ambos la miraban con ojitos grandes y sonrisas en el rostro. Sin abrir la boca señalaron hacia su espalda, hacia la escalera y donde todavía estaba Rodrigo. Con cautela se dio vuelta y quedó tiesa cuando vio lo que adornaba la escalera.
Con plasticina, glitter y un montón de cosas más sus tres hermanos habían adornado un puñado de sus rostizadas galletas y las colgaron como adornos de navidad en la escalera. Nuevamente sintió sus ojos humedecerse.
- ¡Ay! –Exclamó, y se pasó las manos por los ojos antes de que cayera algo. Francisco fue el primero en colgarse de su cintura, le siguió María y luego Rodrigo.
- Ahora les compro una bolsa a cada uno.
-¡Siiii!
Al llegar sus padres se extrañaron por las nuevas decoraciones, pero no tuvieron el valor de quitarlas ni preocuparse por las hormigas frente a las sonrisas orgullosas de sus hijos.
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