#lengua natural
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kasiobite03 · 11 months ago
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lo que no te dicen es q después de ver este servidor por 9 meses es q te sientes raro si no escuchas español ptbr y francés a cada rato.
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shwnli · 8 months ago
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@n444ra ⋆ "¡Exacto! — me encargo de, digamos, filtrar todos los datos para que tu algoritmo te ponga cosas que no odies. Aunque, obvio, es falible" incluso si la información normalmente arroja luz sobre los gustos y disgustos de los usuarios, lo cierto era que jamás podría saber de una manera pura y extremadamente precisa lo que la persona tras la pantalla estaba buscando. Aún así, los resultados conseguidos están en verde y pocas veces en números negativos. El cumplido lo hizo ruborizarse de inmediato; el calor agolpándose en sus mejillas y en las puntas de sus orejas mientras balbuceaba incoherencias. "Ah... P-pues... N-no lo sé. O sea — cuando niño pensaron que era un prodigio —— no estoy alardeando porque al final no lo soy, p-pero... Eh... Sí. Eso" refregó su nuca en una maña que surgía de los momentos de nerviosismo. Se encontraba tan apabullado que se llevó puesta una silla y casi vuelca su café, mas tuvo reflejos más rápidos. Con la mirada gacha, se dispuso a tomar asiento y reposar la taza sobre la mesa, procurando no causar ningún desastre. Ya suficiente tenía con comportarse como un inepto. "Karate —— lo hice con más rigurosidad en la adolescencia, aunque sigo entrenando. Tengo cinturón negro" le comentó en un desliz que dio cuenta de su pura sinceridad. No estaba buscando guardarse datos ni tergiversar la realidad. Lo afable de la conversación con Nara estaba conduciéndolo a revelar parte de su vida con total naturalidad. Estaba cómodo. Chasqueó la lengua y agitó la diestra en el aire. "Tú tranquila. Ni te preocupes por eso. Verás que cuando regreses habiéndote graduado, te esperarán con el mismo cariño" dijo muy seguro, incluso si no tenía razones para estarlo. Bien podría suceder lo que la pelinegra sostenía, pero Shawn prefería dar aliento, y no aumentar ansiedades, en caso de que el tema lo fuera para Nara. "¿Cómo que nada espectacular? Que compitieras ya lo vuelve guay. ¿Has ganado algo? ¿Tus papás te acompañaban?" indagó con premura y pronto razonó que tal vez estuviera tocando sensibilidades. "No hace falta que me respondas lo último. Perdón" por primera vez se mostró apesadumbrado, con una sonrisa que falló en cuajar como una y que lo obligó a mirar hacia su folio, distraído. Torció los labios en un mohín pensativo y se encogió de hombros. "No mucho, a decir verdad. Me gusta mucho ver series y películas... Eh, soy adoptado, por eso mi nombre tan largo" jugó con el asa de su taza y regresó las pupilas a su interlocutora; el vestigio de una nueva sonrisa adornando sus facciones. "¡Ah! Tengo un perro — es un beagle. Se llama Harrison Ford. ¿Tú tienes mascotas, Nara?"
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' lo que entiendo es que tiene que ver con el famoso algoritmo, ¿no? ' escuchó atentamente la explicación, le parecía interesante cuán distintos podían ser aquellos con los que pasaría a convivir de ahora en más, ni hablar de que siendo una persona que se pierde bastante en sí misma, le agradaba poder imaginar cómo personalidad tan efusiva ha de desenvolverse en un ambiente de trabajo que ella intuye es más bien mental. todo es en base a prejuicios, claro, a medida converse más con masculino podrá remitirse a los hechos; por ahora juega a adivinar cómo es el resto. ' seguro eres muy inteligente ' no está en su personalidad adular con segundas intenciones, lo que pronuncia es porque así lo piensa y se nota que no busca validar a quien es prácticamente desconocido porque mientras lo dice, está escogiendo qué mesa le gusta más y acomodando su taza y sus papeles sobre superficie, ocupando asiento. vuelve a alzar la vista al otro cuando lo que oye le llama la atención. ' ah, ¿también entrenas? ¿qué práctica? ' intuye que no la misma que ella o por ahí hubiese ido la conversación pero igual se sonríe entre alegre y nostálgica, ' tengo que confesar que espero que mi reemplazo no les caiga mejor que yo... ' porque claro, tuvo que dejar trabajo a medias para venirse a reverie, sabe que haberse arriesgado le traerá varias noches en vela cuestionándose si fue la mejor opción pero decide bromear al respecto a su manera, las comisuras se alzan unos segundos de más por intento de chiste y descienden al continuar hablando. ' es lo único. competí un tiempo pero nada tan espectacular y cuando llegó el momento de querer vivir sola, dar clases era más rentable ' no fue exactamente así cómo sucedieron las cosas pero ni se le pasa por la cabeza exponer verdadera versión, ' con niñes comencé el año pasado —— ¿y tú? ¿qué podrías contarme además de tu trabajo? ' bebe de su taza, se olvida que hace un rato hubo pacto por ir más bien al grano sobre información personal y comienza a sentir que charla se da bastante natural.
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satorugojowidow · 7 months ago
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El Gobierno de Javier Milei anunció que modificará la ley de Educación con el objetivo de "penar el adoctrinamiento en las escuelas", lo cual es básicamente prohibir la enseñanza de la historia, ciudadanía y otras disciplinas humanísticas basadas en datos científicos porque puede contradecir su propio relato del pasado basado en mentiras.
Los artículos que se buscan eliminar son:
ARTÍCULO 11.- Los fines y objetivos de la política educativa nacional son:
a) Asegurar una educación de calidad con igualdad de oportunidades y posibilidades, sin desequilibrios regionales ni inequidades sociales.
b) Garantizar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona y habilite tanto para el desempeño social y laboral, como para el acceso a estudios superiores.
c) Brindar una formación ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos de participación, libertad, solidaridad, resolución pacífica de conflictos, respeto a los derechos humanos, responsabilidad, honestidad, valoración y preservación del patrimonio natural y cultural.
d) Fortalecer la identidad nacional, basada en el respeto a la diversidad cultural y a las particularidades locales, abierta a los valores universales y a la integración regional y latinoamericana.
e) Garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen prioridad a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
f) Asegurar condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las personas sin admitir discriminación de género ni de ningún otro tipo.
g) Garantizar, en el ámbito educativo, el respeto a los derechos de los/as niños/as y adolescentes establecidos en la Ley N° 26.061.
h) Garantizar a todos/as el acceso y las condiciones para la permanencia y el egreso de los diferentes niveles del sistema educativo, asegurando la gratuidad de los servicios de gestión estatal, en todos los niveles y modalidades.
i) Asegurar la participación democrática de docentes, familias y estudiantes en las instituciones educativas de todos los niveles.
j) Concebir la cultura del trabajo y del esfuerzo individual y cooperativo como principio fundamental de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
k) Desarrollar las capacidades y ofrecer oportunidades de estudio y aprendizaje necesarias para la educación a lo largo de toda la vida.
l) Fortalecer la centralidad de la lectura y la escritura, como condiciones básicas para la educación a lo largo de toda la vida, la construcción de una ciudadanía responsable y la libre circulación del conocimiento.
m) Desarrollar las competencias necesarias para el manejo de los nuevos lenguajes producidos por las tecnologías de la información y la comunicación.
n) Brindar a las personas con discapacidades, temporales o permanentes, una propuesta pedagógica que les permita el máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de sus derechos.
ñ) Asegurar a los pueblos indígenas el respeto a su lengua y a su identidad cultural, promoviendo la valoración de la multiculturalidad en la formación de todos/as los/as educandos/as.
o) Comprometer a los medios masivos de comunicación a asumir mayores grados de responsabilidad ética y social por los contenidos y valores que transmiten.
p) Brindar conocimientos y promover valores que fortalezcan la formación integral de una sexualidad responsable.
q) Promover valores y actitudes que fortalezcan las capacidades de las personas para prevenir las adicciones y el uso indebido de drogas.
r) Brindar una formación corporal, motriz y deportiva que favorezca el desarrollo armónico de todos/as los/as educandos/as y su inserción activa en la sociedad.
s) Promover el aprendizaje de saberes científicos fundamentales para comprender y participar reflexivamente en la sociedad contemporánea.
t) Brindar una formación que estimule la creatividad, el gusto y la comprensión de las distintas manifestaciones del arte y la cultura.
u) Coordinar las políticas de educación, ciencia y tecnología con las de cultura, salud, trabajo, desarrollo social, deportes y comunicaciones, para atender integralmente las necesidades de la población, aprovechando al máximo los recursos estatales, sociales y comunitarios.
v) Promover en todos los niveles educativos y modalidades la comprensión del concepto de eliminación de todas las formas de discriminación.
ARTÍCULO 126.- Los/as alumnos/as tienen derecho a:
a) Una educación integral e igualitaria en términos de calidad y cantidad, que contribuya al desarrollo de su personalidad, posibilite la adquisición de conocimientos, habilidades y sentido de responsabilidad y solidaridad sociales y que garantice igualdad de oportunidades.
b) Ser respetados/as en su libertad de conciencia, en el marco de la convivencia democrática.
c) Concurrir a la escuela hasta completar la educación obligatoria.
d) Ser protegidos/as contra toda agresión física, psicológica o moral.
e) Ser evaluados/as en su desempeño y logros, conforme a criterios rigurosa y científicamente fundados, en todos los niveles, modalidades y orientaciones del sistema, e informados/as al respecto.
f) Recibir el apoyo económico, social, cultural y pedagógico necesario para garantizar la igualdad de oportunidades y posibilidades que le permitan completar la educación obligatoria.
g) Recibir orientación vocacional, académica y profesional-ocupacional que posibilite su inserción en el mundo laboral y la prosecución de otros estudios.
h) Integrar centros, asociaciones y clubes de estudiantes u otras organizaciones comunitarias para participar en el funcionamiento de las instituciones educativas, con responsabilidades progresivamente mayores, a medida que avancen en los niveles del sistema.
i) Participar en la toma de decisiones sobre la formulación de proyectos y en la elección de espacios curriculares complementarios que propendan a desarrollar mayores grados de responsabilidad y autonomía en su proceso de aprendizaje.
j) Desarrollar sus aprendizajes en edificios que respondan a normas de seguridad y salubridad, con instalaciones y equipamiento que aseguren la calidad del servicio educativo.
Básicamente el gobierno quiere eliminar los pilares de una educación entendida desde el derecho de las/os/es estudiantes, basada en saberes científicos, con una orientación integral, desde una perspectiva democrática y de respeto a sus identidades y subjetividades. Para ello comienza amenazando con perseguir políticamente a las/os/es docente que sostenemos con compromiso el derecho a la educación en un contexto de desidia y desfinanciamiento.
La persecución que se asoma en el horizonte ya la vivimos en este país durante la dictadura, sin importar las amenazas, seguiremos defendiendo la escuela pública. A la dictadura no volvemos Nunca Más!
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silvertice · 13 days ago
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Enchanted
Leopold x fem!reader
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Taylor Swift - Enchanted
My thoughts will echo your name, until I see you again
These are the words I held back, as I was leaving too soon
I was enchanted to meet you
Summary: Leopold, un caballero con elegancia de otra época, se encuentra en una ciudad moderna, lidiando con los altibajos de un mundo que no parece encajar con sus valores y estilo. Un día, en un parque, "paseando" al perro de su vecina ve a una joven que llama su atención de inmediato.
Category: Slow Burn Romance, Fish-Out-Of-Water, Meet Cute, Sweet and Lighthearted Encounters, Fluff, Period Piece Meets Modern World
{TW: Mild Social Misunderstandings, Brief Assumptions of Relationship Status, Nostalgic Yearning, Period-Modern Clashes, Wholesome Romantic Tension, Playful Banter**}**
El parque estaba particularmente animado aquella tarde, lleno de familias, bicicletas y alguna que otra ardilla que correteaba entre los árboles. Tomé un respiro, sintiendo el aire fresco de otoño mientras intentaba mantener el ritmo de Toby, mi perro de tamaño medio, que arrastraba su correa con la energía de un torbellino. Se emocionaba con cada pequeño movimiento y, francamente, era más rápido que yo para decidir qué dirección tomar.
—Toby, espera, tranquilo… —intenté calmarlo, aunque mi voz claramente no fue suficiente para detenerlo. Justo cuando me detuve para tomar aliento, me di cuenta de que ya no lo tenía a la vista.
A mi alrededor, gente y perros iban y venían, pero Toby… Toby había desaparecido en cuestión de segundos. Me giré a tiempo para verlo, allá a unos metros, corriendo hacia otro perro y su dueño. Aquel hombre tenía una postura recta, elegante, y aunque intentaba mantener el control de su perro, no parecía tener mucha experiencia con correas.
—¡Toby, no! —grité, comenzando a correr en su dirección, pero fue inútil. Antes de que pudiera hacer algo, mi perro se lanzó juguetonamente hacia el suyo, con tanta fuerza que logró desestabilizarlo. Para cuando llegué, aquel hombre, con su traje impecable y mirada de sorpresa, ya estaba en el suelo, con Toby saltando felizmente a su alrededor como si de un gran logro se tratase.
—Lo siento tanto —dije, intentando atrapar a Toby mientras sentía mis mejillas arder de vergüenza—. Normalmente es un poco travieso, pero esto... esto ha sido extremo, incluso para él."
Por un momento, no pude evitar reírme. Toby no dejaba de saltar alrededor del hombre como si quisiera felicitarlo por caer al suelo. La escena era surrealista: aquel caballero de aspecto pulcro, de porte tan distinguido, ahora en el suelo de tierra, y Toby con la lengua fuera, feliz de la vida.
El hombre me miró con una expresión que parecía debatirse entre la sorpresa y la exasperación. Sin embargo, tras un instante, sus labios se curvaron levemente en una sonrisa, y pude ver cómo sus ojos se llenaban de una chispa de diversión.
—Perdón… —dije entre risas, acercándome a él y extendiendo mi mano para ayudarlo—. No suele hacer esto... bueno, al menos no tan drásticamente.
Él miró mi mano, levantando una ceja con una especie de dignidad natural, antes de rechazarla cortésmente con un pequeño gesto.
—Le agradezco la intención, señorita, pero puedo valerme por mí mismo —respondió, incorporándose con precisión y sacudiendo ligeramente su abrigo, aunque era evidente que el polvo se había adueñado de su elegancia por completo.
Me mordí el labio, entre divertida y algo avergonzada. Él se irguió de nuevo, con ese aire impecable a pesar de la caída, y volvió su atención hacia mí, con una sonrisa ahora más sincera.
—Diría que su amigo aquí tiene una fuerza admirable... aunque quizá algo más de disciplina no le vendría mal.
Reí suavemente, encogiéndome de hombros mientras intentaba calmar a Toby, quien seguía disfrutando del caos que había causado.
—Tiene razón. No parece que la obediencia sea su punto fuerte.
A pesar de su formalidad, había algo en su forma de mirarme que transmitía un encanto casi cálido, como si la situación absurda lo hubiera divertido más de lo que dejaba entrever.
—Déjeme decirle que no veo muchos caballeros con... —me interrumpí, intentando encontrar las palabras correctas sin parecer demasiado directa— …bueno, con ese estilo tan particular.
Él bajó la mirada hacia su propio atuendo, como si recién recordara lo que llevaba puesto. Su chaleco cuidadosamente abotonado, el reloj de bolsillo asomando, y el abrigo de corte impecable parecían extraídos de otra época.
—¿Extraño? —respondió, alzando una ceja mientras sus labios formaban una leve sonrisa—. A decir verdad, es más bien usted quien va… inesperadamente desaliñada —añadió, con una nota de humor disimulado.
Sonreí ante el ingenio de su respuesta, notando el modo en que su porte formal parecía disolverse ligeramente. Me sentí tentada a seguir con el juego.
—¿Y qué se supone que haría alguien como usted, vestido para otra época, en un parque común? —le pregunté, cruzándome de brazos con una sonrisa que no lograba contener.
Él la mantuvo un segundo, como si disfrutara de la pregunta tanto como de mi reacción, y luego simplemente sonrió, encogiéndose de hombros con ese aire de misterio que parecía tenerle muy cómodo.
—A veces, uno termina exactamente donde debe estar, sin importar el siglo, —respondió, sus palabras tan enigmáticas como su mirada.
Justo en ese momento, el perro del hombre comenzó a sacudirse con entusiasmo, reclamando atención. Me agaché para acariciarlo, sonriendo ante su expresión amistosa.
—¿Cómo se llama? —pregunté, rascándole detrás de las orejas.
El hombre, que hasta entonces me había parecido elegante y seguro, frunció ligeramente el ceño.
—No tengo la menor idea. No es… —hizo una pausa, como buscando las palabras correctas—. No es mío, exactamente.
Levanté la vista, algo desconcertada.
—¿No es tuyo? —reí, mientras el perro lamía mi mano—. ¿Entonces… qué haces aquí, con él?
Él suspiró, lanzándole una mirada severa al animal, que parecía no tener ninguna intención de acatarla.
—Digamos que es… un préstamo, por así decirlo. Un acuerdo temporal, de mutua conveniencia.
Su manera de hablar, tan formal y algo anticuada, despertó aún más mi curiosidad. Había algo en su tono que hacía que cada palabra sonara como si viniera de un libro. Me crucé de brazos, entretenida por el enigma.
—Eso suena muy… diplomático —le respondí, esbozando una sonrisa—. Suelo escuchar “estoy cuidando al perro de un amigo” o “me pidieron que lo paseara”, ya sabes, algo… menos ‘de época’.
Él entrecerró los ojos, con una expresión entre divertida e intrigada.
—Pues, señorita, algunas costumbres de nuestra época no son tan malas… aunque debo confesar que su interpretación no es incorrecta.
Asentí, divertida, sin dejar de acariciar al perro.
Mis pensamientos divagaban, cuestionando si este encuentro no se volvería aún más interesante. Este hombre, tan fuera de contexto, parecía intensamente cómodo en su aire misterioso, y por alguna razón, la mezcla de sus maneras y su ropa hacían que me sintiera como en otra época. Me encontraba cada vez más tentada a seguir la conversación con él.
Sonreí, sin poder evitarlo.
—¿Siempre hablas así? Porque, bueno… estamos en pleno siglo XXI, y la forma en la que te expresas es… —me detuve, buscando una palabra adecuada—… divertida. Pero es raro, en el mejor sentido.
Él inclinó levemente la cabeza, como si analizara mi comentario.
—¿Divertida, dices? —preguntó, alzando una ceja con una ligera sonrisa—. No esperaba que elocuencia y diversión fueran palabras cercanas en este tiempo. Aunque confieso que algunas expresiones modernas… me cuestan.
Antes de que pudiera contestar, su perro tiró suavemente de la correa y se sentó en el césped, jadeando visiblemente.
—Creo que tu compañero necesita agua —le dije, señalando con la cabeza hacia el perrito que estaba casi tumbado en el suelo, respirando con fuerza.
—¿Acaso intenta decirme algo? —murmuró él, observando al perro con una curiosidad casi ingenua.
Contuve una risa, divertida por su desconcierto.
—A la vuelta del parque hay una fuente de agua para ellos. —le indiqué—. Podrías llevarlo allí, si quieres que recupere un poco de energía.
Él me miró, entre agradecido y sorprendido.
—Muy amable de tu parte, señorita… —dijo, y por un segundo, pareció dudar si debía preguntar algo más o no.
Me encogí de hombros, con una sonrisa.
—Lo hago más por el perro que por ti, pero si quieres, te acompaño —le respondí, guiñando un ojo mientras comenzaba a caminar en dirección a la fuente.
Él comenzó a caminar a mi lado, manteniendo una ligera distancia, como si la cercanía con alguien que acababa de conocer fuera una cuestión seria de etiqueta.
—No he tenido el placer de saber tu nombre —dijo, mirándome de reojo, con ese aire de formalidad que ya parecía natural en él.
—Me llamo Isa, Isabella—respondí, observándolo con una sonrisa—. Y tú… ¿tienes un nombre, o prefieres que te llame 'Señor siglo XVI'?
Eso arrancó una sonrisa sutil en sus labios.
—Muy graciosa, mi nombre es Leopold Alexis Elijah Walker Thomas Gareth Mountbatten.—Hizo una pequeña inclinación de cabeza, como si fuera parte de una presentación ceremonial—. Un gusto, Isabella, un bello nombre tienes.
Reprimí una risita y asentí.
—¿Así que... ‘Leopold’? Bueno, sin incluir los otros cinco nombre más que tienes, suena igual de antiguo que el resto de tu estilo. Me gusta, combina contigo —bromeé.
Caminamos unos metros en silencio, pero él parecía pensativo, como si sopesara mis palabras.
—Me pregunto… —dijo al fin, mientras sus ojos paseaban por el parque— si la vida en el siglo XXI es tan diferente como parece a simple vista. La gente se viste de una manera curiosa, y pareciera que el tiempo es algo que siempre se escapa.
Lo miré, sorprendida.
—Supongo que sí. Todo va rápido, y no sé si realmente todos entendemos el valor de cada momento… O al menos de cómo lo entenderían en tu… época —le dije, dejándome llevar un poco por su manera de hablar—. Aunque pareces adaptarte bien, con todo y el traje.
Él me lanzó una mirada rápida, llena de esa mezcla de sorpresa e intriga que llevaba desde que nos conocimos.
—Intento hacerlo. Aunque, debo decir que algunas cosas del presente aún me confunden bastante.
Llegamos a la fuente de agua y señalé el bebedero para perros, donde su compañero de cuatro patas casi saltó de emoción, bebiendo de inmediato.
Leopold sonrió, agradecido.
—Aprecio tu compañía y ayuda, señorita Isabella. No sé si habría llegado aquí sin ella.
—Tranquilo, me aseguré de que sobrevivieras al siglo XXI —bromeé, guiñándole un ojo.
Cuando el perro de Leopold terminó de beber agua, me di cuenta de que el carrito de helados estaba a pocos pasos de nosotros. Una idea traviesa me cruzó la mente. Tomé a Leopold suavemente del brazo, sintiendo cómo se tensaba ligeramente ante el gesto, y lo guié con una sonrisa.
—¿Qué haces? —preguntó, un poco desconcertado, mirándome como si acabara de proponerle una locura.
—Te estoy llevando a vivir la experiencia completa del siglo XXI. —Lo miré divertida, soltando su brazo solo cuando llegamos frente al carrito de helados—. ¿Te gusta el helado?
Él me observó, curioso, y después miró el carrito, con sus colores brillantes y la fila de personas esperando su turno.
—Helado… si, he oído hablar de él, pero no estoy seguro de haberlo probado.
No pude contener una sonrisa. Había algo inexplicablemente tierno en su manera seria de observar todo, como si estuviera analizando los detalles con sumo cuidado.
—Entonces será una primera vez —respondí, emocionada. Mientras revisaba la lista de sabores, traté de contener una risa al imaginarlo probando helado por primera vez—. ¿Qué te parece… uno clásico, como vainilla? O podrías ser más aventurero y probar algo nuevo… aunque con tu estilo, la vainilla te quedaría bien.
Él arqueó una ceja y asintió.
—Lo que tú sugieras, señorita. Confío en tu buen criterio en estos asuntos.
Pedí un par de helados y le extendí uno a él. Leopold lo tomó, mirándolo como si le acabara de dar una pieza de arte extraña.
—¿Y ahora? —preguntó, sosteniéndolo con cierto recelo.
—Pues, ahora lo comes —me reí suavemente y le mostré cómo dar el primer mordisco.
Él siguió mi ejemplo, probando un poco de helado, y al instante su expresión cambió de sorpresa a una sonrisa genuina.
—Debo admitir que… esto está delicioso. Aunque también bastante frío —dijo, riendo casi a regañadientes, mientras el helado se derretía un poco en su mano.
Nos quedamos ahí, disfrutando de nuestros helados, y él parecía casi absorto en la simpleza del momento, como si estuviera en un mundo nuevo.
Leopold miró el helado en su mano, luego a mí, con una expresión de leve preocupación.
—Me temo que debería compensarte por esta experiencia… pero no tengo moneda alguna en mi posesión —dijo con tono serio, aunque se notaba su leve incomodidad.
Reí suavemente, sacudiendo la cabeza. —No te preocupes, va por cuenta de la casa. Considera el helado como un regalo.
Él asintió, agradecido, aunque parecía tomarse la falta de dinero más en serio de lo que imaginé. Aun así, retomamos el paso y comenzamos a caminar en dirección a la ciudad, cada uno con su helado en mano y sus perros avanzando a nuestro lado. Noté que el ruido de la ciudad parecía llamarle la atención cada vez más; sus ojos recorrían los edificios modernos, los vehículos y la gente como si fuera un espectáculo.
—¿Siempre está todo tan… activo? —preguntó finalmente, rompiendo el silencio.
—Sí, esta parte de la ciudad no descansa. —Lo miré, divertida—. Me imagino que debe ser muy diferente a lo que estás acostumbrado.
—Diría que es… excesivo —respondió, aunque sonrió levemente—. Aunque, admito que encuentro ciertos encantos en su caos.
Solté una risa y, sin darme cuenta, la conversación continuó hasta que nos acercábamos cada vez más a mi calle. Sus respuestas y observaciones, tan diferentes a las de cualquier persona que hubiera conocido, despertaban una curiosidad en mí difícil de ignorar. Y, a medida que avanzábamos, el camino de regreso a casa pareció acortarse más de lo que esperaba.
—Bueno, aquí estamos —dije, señalando mi edificio, con una leve mezcla de pesar y sorpresa por lo rápido que había pasado el tiempo.
Él se detuvo, mirándome con una expresión en la que pude ver el reflejo de aquella misma sorpresa. —Entonces, esta es tu morada… —dijo, como si el término “casa” fuera insuficiente para describirla.
Reí suavemente y asentí, manteniendo la puerta abierta. —Sí, aquí es donde vivo.
Nos quedamos unos segundos en silencio, hasta que él dio un paso hacia atrás con una ligera inclinación de cabeza. —Aprecio mucho tu… hospitalidad, y el curioso sabor del helado —dijo, mirándome—. Ha sido… realmente peculiar, gracias.
Me reí, sintiendo que lo que parecía un adiós formal escondía algo más.
—Ciertamente lo ha sido, Leopold —respondí, con una pequeña sonrisa—. Tal vez, si alguna vez te encuentras sin alguien que te explique las peculiaridades de este siglo, podríamos repetirlo.
Él pareció considerar mis palabras, y en su mirada, por un instante, vi algo de aquella chispa que había visto antes.
Justo cuando iba a hablar para despedirse, una figura apareció de la nada, casi como si hubiera salido del viento mismo. Una chica de cabello rubio, corto y liso, con una expresión entre preocupación y exasperación, corrió hacia nosotros. Parecía agitada, y al reconocer a Leopold, frunció el ceño.
—¡Leopold! Llevo un buen rato buscándote —dijo, con voz firme, cruzándose de brazos.
Él, sorprendido, alzó las cejas y le dedicó una leve reverencia. —Oh, mis disculpas. Me he… entretenido un poco más de lo que anticipaba.
La chica soltó un suspiro y lo miró con una mezcla de familiaridad y regaño que me hizo sentir como si estuviera presenciando algo privado. Suspiró otra vez, mirándome ahora con curiosidad, antes de volver a dirigir su atención a él.
—Por favor, no te alejes tanto la próxima vez —le dijo con un tono algo suave, pero con una mirada que dejaba claro que no era una simple petición.
Sentí una leve incomodidad, como si de repente hubiera irrumpido en una escena en la que no tenía lugar. La familiaridad con la que se hablaban y su postura protectora hacia él dejaron una impresión que no podía ignorar. ¿Sería… su novia? La idea hizo que una leve incomodidad se asentara en mi pecho, y de pronto, el momento se sintió como una despedida inevitable.
Leopold notó mi expresión y se volvió hacia mí, pareciendo un poco más reservado.
— Gracias nuevamente, Bella. Ha sido una tarde… inolvidable —dijo con una leve sonrisa, mirándome por un instante más largo de lo necesario antes de dar un paso hacia atrás.
Asentí, sonriendo con algo de nerviosismo, sin saber muy bien qué decir. —Claro, un placer haberte conocido, Leopold.
Con una última inclinación de cabeza, él se dio la vuelta y comenzó a caminar junto a la chica, quien seguía lanzándome miradas ocasionales. Al verlos alejarse, no pude evitar preguntarme si lo volvería a ver alguna vez.
Los observé mientras se alejaban, un poco desorientada y sin saber muy bien cómo sentirme al respecto. La puerta estaba a solo unos pasos, así que me giré para entrar en mi edificio, cuando escuché mi nombre resonando en el aire.
—¡Espera!
Volteé rápidamente y ahí estaba Leopold, con esa intensidad en sus ojos y una leve sonrisa en el rostro. Dio unos pasos hacia mí, ignorando a su acompañante que lo miraba con incredulidad, y se detuvo lo suficientemente cerca como para que nuestras miradas se encontraran de nuevo.
—¿Podrías anotarme tu dirección? —preguntó con esa voz tan particular, formal y a la vez suavemente intensa—. Sería un placer… saber más de ti. —Se inclinó ligeramente hacia mí y, con una sonrisa encantadora, añadió—: Porque no he encontrado en esta ciudad algo tan interesante como tú y.. me gustaria recompensarte por el helado.
La sinceridad en su mirada y ese comentario me hicieron sonreír, y cualquier duda que tuviera se desvaneció en el acto. Saqué un papel y buscando una lapicera en mi bolso, le di mi número, tratando de ignorar el latido acelerado de mi corazón.
—Quiero verte pronto, entonces —dije, mordiéndome un poco el labio mientras anotaba mi número y mi dirección en el papel.
Él sonrió, guardando el papel con cuidado. —Eso espero, sinceramente.
Al final, nos despedimos, y cuando me giré para entrar, no pude evitar sentir que todo acababa de dar un giro inesperado y maravilloso.
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navegandoportumentedenuevo · 6 months ago
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Justo en su temperatura,
esa que al sentirla en mis labios hace que me invada la gula con pequeños atisbos de lujuria...
El receptáculo adecuado,
ese que se adapta tanto a mi mano como a mi boca...
Caldo tórrido que estímula mis neuronas y
activa mis sentidos...
Ansío engullirlo,
anhelo saborearlo,
da igual por la mañana o por la tarde.
La cuestión es deleitarme con él,
relamerme con su adictivo sabor...
Mi lengua es afortunada de poder saborear semejante elixir y de sentir ese calor genuino bañando mis papilas gustativas...
Cuando se precipita por mi garganta siento que pasa a ser parte de mi,
me siento un privilegiado de poder beber semejante producto natural que se genera de las emociones más puras y de oscuras intenciones...
Ese primer trago, esa primera sensación produce un subidón de mi energía, de mi ego y mis ganas de más y más...
Toco con la mano el recipiente en el que me gustaría introducirme,
la calidez que siento me reconforta y me incita.
Acerco mi boca con parsimonia,
el aroma puro me embriaga,
lo inhalo con devoción mientras venzo mis párpados poco a poco...
Ese primer contacto con mis labios,
ese primer sorbo,
esa primera sensación en la rugosidad de mi lengua...
¿Acaso no son estos pequeños momentos, estos nimios gestos y esos ligeros detalles los provocan placeres mayores?
Luego nos tomamos un café ¿no?
©Navegandoportumente
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nebulamorada · 7 months ago
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aegon targaryen x sultan! ocfem
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ADVERTENCIA: mención de AS, perversión de lactancia, secues/tro, venta de escla/vos
Aegon ya había creído perder la cabeza por completo durante los días que había pasado en el inmundo barco de esclavos que lo había tomado en Essos; no estaba seguro de si lo reconocieron como príncipe, pero creía que solo bastaron sus rasgos valyrios para hacerlo una mercancía valiosa.
"Ese no, él irá a un lugar más especial" había oído decir a uno de los hombres a cargo cuando intentaron bajarlo para agruparlo con los que serían vendidos en Astarpor, momentos como ese le hacían desear haber escuchado al cretino de Aemond, aunque, ¿él no podía haber dejado de buscarlo verdad? Seguro su madre había puesto aquellos ojos de ciervo lastimado que siempre usaba para manipularlo y que él continuara su búsqueda. Sí, Aemond lo encontraría tarde o temprano. 
Ahora, mientras se recuesta en la amplia bañera de mármol, Aegon suelta una pequeña risita irónica sin poder evitarlo. Recuerda los temores que había pasado allí, los golpes que recibió por alegar ser un principe y negarse a comer la basura de sopa que servían y el pan agrio y duro con el que se acompañaba; pero ahora cerca de él tenía las frutas más dulces, el vino más dulce y los quesos más cremosos. Sus moretones se habían curado, su cabello lleno de mugre y grasa ahora estaba nuevamente blanco y su piel enferma había recuperado su color pálido natural, manteniéndola perfumada y suave con mezclas de flores y haciendo que los sirvientes agreguen un cubo de leche de burra a su bañera.
—Mi dulce favorito debe estar pensando algo muy bueno para no notar mi presencia—escucha su voz detrás de él, haciendo sus mejillas sonrojar y su cuerpo estremecer.
Oh, su Esmeray, su tan amada emperatriz a la cual Aegon le daría todo de si mismo si ella lo pidiera; verla allí fue casi como un sueño; su figura comenzaba a redondearse con la crecida del bebé en su vientre, sus pechos llenos, sus caderas anchas, su vientre hinchado, todo parecía ser la mezcla perfecta para hacer que Aegon se hincara ante ella. Y lo había hecho más de una noche, adorandola de pies a cabeza, cubriéndola de besos y murmurando súplicas y palabras azucaradas, pidiéndole que lo tomara, que lo usara para su placer. 
Aún puede recordar la noche en la que ella lo había elegido a él como su favorito luego de que la encargada del harén lo separara junto con otros tres hombres; la recuerda colocando en su mano un suave pañuelo morado, rozando sutilmente su piel con la yema de sus dedos mientras tenía una ligera sonrisa sobre sus labios. Aegon sabía que si ella hubiera pedido en ese momento que lo siguiera de rodillas por el inmenso palacio, él lo habría hecho. 
—No escuché que los aghas la anunciaran, ¿nuestro bebé está bien, mi señora?—cuestionó con una pequeña sonrisa mientras le brindaba toda su atención, acercando su frente a su vientre tan pronto ella se acercó lo suficientemente.
—Sí, no es el bebé quien arde por el deseo de verte—bromea la mujer, acariciando su cabello platino con cuidado, bajando su caricia por sus mejillas—mi dulce amor—murmuró, soltando un pequeño gemido en cuanto él introdujo suavemente su pulgar en su boca, presionando la lengua contra la yema—la comadrona está segura de que le diste otra niña al imperio, bien echo, ojitos de lirio—sonrie mientras le da un estimado del sexo del nuevo bebé.
Esmeray amaba comparar cualquier característica física suya con alguna flor, Aegon juraba sonrojarse como una mojigata cada que encontraba en sus aposentos algún nuevo poema, sintiendo los latidos retumbar en su pecho y el hormigueo de sus dedos, deseosos de acariciar cada palabra en el papel.
Él jamás le contaría de sus visitas a burdeles y su accionar con algunas mujeres de menor clase, esta es su nueva vida ahora, él es suyo; jamás pertenecerá a alguien más salvo a su dulce señora y sus bebés solo crecerán en su vientre. Comprendía el sistema matriarcal por el que se regía la tierra que gobernada su amada señora, adaptándose rápidamente a ella cuando todo lo que se le dio fueron lujos por haber logrado poner una niña en el vientre de la emperatriz.
"El único favorito de su majestad" lo llamaron luego del primer parto de Esmeray, mientras se les repartían dulces, jugos y oro a los hombres del harén, quienes a Aegon no les daba mucho importancia; él era el único favorito de su Esmeray, él mismo la había oído decirlo mientras su lengua se adentraba en su calor y sentía sus carnosos muslos presionarle la cabeza mientras la hacía acabar.
—¿Qué ronda tu mente, dulce dragón?—cuestionó, retirando sus prendas para introducirse en la bañera, colocándose en su regazo, acariciando su cabello tan pronto como lo sintió esconderse en sus tetas. 
—Digame que me ama, su majestad, se lo imploro—murmuró en un tono bajo mientras su rostro frotaba con la carne suave de su pecho antes de tomar uno de sus pezones en su boca, acariciandolo con su lengua antes de empezar a succionar.
—Mi pobre florecita, tan necesitado de cariño—respondió, dejandolo hacer lo que necesitara mientras dejaba suaves caricias por su piel y le permitía darse gusto con la dulzura de su leche—Mi corazón nunca anhelo a alguien o a algo como lo hace contigo—le susurró en el oído antes de reposar su mentón sobre su cabeza.
Esmeray no podía imaginar la vida que él llevaba antes de llegar a sus tierras, pero nunca hacía preguntas, creyendo que era difícil para él hablar sobre ello; imaginaba a su pobre amor siendo maltratado o agredido de alguna forma, descuidado y despreciado, por lo que estaba más que feliz de proporcionarle cada lujo que estuviera a su alcance. Las ropas más finas, las joyas más caras, todo lo que él deseara.
Y Aegon amaba esa nueva realidad, disfrutando de comodidades y lujos junto con el amor de una mujer hermosa.
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yoestuveaquiunavezfrases21 · 6 months ago
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1770- La gente ya no pone los pies en la tierra. Sus manos se han alejado de hierbas y flores, no dirigen su mirada al cielo, sus oídos están sordos al canto de los pájaros, su nariz se ha hecho insensible a causa de los humos de los tubos de escape y su lengua y su paladar han olvidado los sabores sencillos de la naturaleza. Los cinco sentidos han crecido aislados del orden natural. La gente se ha alejado dos o tres escalones del hombre verdadero… Los verdaderos gozos y deleites del hombre eran un éxtasis natural. Esto sólo existe en la naturaleza y se desvanece lejos de la tierra. Un medio ambiente no puede existir fuera de la naturaleza, y así la agricultura deberá ser el fundamento para vivir. El retorno de toda la gente al campo para cultivar la tierra y crear aldeas de hombres verdaderos es el camino a seguir para la creación de ciudades ideales y naciones ideales.
(Masanobu Fukuoka)
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gyummigon · 1 year ago
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☆ mañana silenciosa | beomgyu
beomgyu x fem!lector
୨୧ palabra: 0.6k ୨୧ genero: romance, muy suave, relación establecida, algo sugerente? ୨୧ english ver
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Hundiste la cabeza en la almohada con un suspiro, el sueño de la noche a punto de desvanecerse de tus pensamientos. Beomgyu estaba acostado a tu lado, con el rostro relajado mientras permanecía dormido en tus brazos. Sonreíste un poco ante lo bello y frágil que parecía, acariciando su cabello suave y brilloso como si fuera un reflejo natural.
Con los ojos todavía medios cerrados, Beomgyu soltó un sonido de placer cuando sintió tus caricias, te rodeó con más fuerza entre sus brazos y escondió su cara en tu cuello. Durante los próximos minutos, te perdiste en la calidez e intimidad que percibiste en los pequeños detalles de esa interacción; en la forma en la que sus dedos se introdujeron debajo de tu camiseta y rozaron con delicadeza la desnudez de espalda, en las cosquillas que sentiste cuando las hebras doradas de su pelo cayeron sobre tus mejillas, y en su aliento tibio besando la piel de tu cuello, convirtiéndose de vez en cuando en un susurro en tu oído.
La suavidad del mentón de Beomgyu se deslizó poco a poco por tu cuello mientras sus labios rozaban tu piel en un tierno beso, quedandose inmóvil cuado llegó a tu barbilla. Por un instante creíste que se había quedado dormido de nuevo, pero cuando te inclinaste y depositaste un beso en su cabeza, pudiste sentir que sonreía sobre tu piel.
—Puedes seguir durmiendo, aún es temprano —musitaste cuando se inclinó y frotó su nariz contra la tuya.
Beomgyu sonrió gentilmente y asintió con la cabeza mientras daba un ligero apretón en tu espalda, soltando un bostezo silencioso y acercándose más a ti. Reíste de su actitud perezosa y le diste un leve pellizco en su oreja, al que él respondió con un gruñido juguetón.
—¿Soy tu almohada ahora? —preguntaste cuando sentiste casi la mitad del peso de su cuerpo sobre ti.
Beomgyu volvió a asentir y se acercó para depositar un beso corto y suave sobre tus labios, al que luego le prosiguió otros cuantos más. Siguió burlándose de ti hasta que llevaste una de tus manos a su cuello y forzaste la profundidad del contacto de sus labios contra los tuyos; haciendo que soltara un zumbido bajo y sus manos se aferraran a ti con mayor fuerza.
Sus bocas empezaron un baile exquisitamente lento en el que cada uno se tomó su tiempo para saborear, dejando que cada movimiento diera vida a una respuesta diferente, cada vez más húmeda e interesante. Un quejido de satisfacción escapó de la boca de Beomgyu cuando tu lengua acarició su labio inferior y le dio acceso absoluto a su boca. Dejo que tus manos lo acariciaran, casi sintiendo que se derretía en tus manos.
Supiste por la forma en que te abrazaba que empezaba a sentirse nervioso. Cada movimiento ocasionaba que nuevo un sonido escapara de su boca y la pasión en ellos enviaron un escalofrío a tu columna vertebral.
Su tacto, su labios, su aliento... Encontraste aquello tan adictivo.
Cuando rompiste el beso, los ojos de Beomgyu parecían dos ascuas oscuras y resplandecientes. Al mirarlo, no pudiste evitar deleitarte con el torrente de emociones que se reflejaban en su lindo rostro y te sentiste incapaz de apartar tus ojos de él. La forma en que su mirada se iluminó, el brillar de las comisuras de sus labios y el calor que desprendía su cuerpo..., tú corazón empezó a latir con fuerza mientras te maravillabas con todo aquello, preguntándote si era real, o si se trataba de un simple un sueño.
Al ver la intensidad con la que lo mirabas, un ligero rubor cubrió las mejilla y la puntas de las orejas de beomgyu.
—Hola —saludó, con una sonrisa tímida puso una mano detrás tu cabeza y te acercó para frotar su nariz contra la tuya de nuevo, mirándote con ojos llenos de serenidad y amor.
Sonreíste al escuchar su voz por primera vez en el día, consiente de lo sereno y taciturno que había estado hasta ahora.
—Hola.
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© gyummigon | todos los derechos reservados. prohibida copia o adaptación
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las-microfisuras · 10 months ago
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Dos o tres experiencias de vacío
I   sabemos    (creemos saber) que
    hay            un tablero
                    piezas
                    casillas claras y oscuras
    sabemos (entrevemos) que
    otros
    juegan con nosotros
    pero
    qué pieza se ha movido
    quién la ha movido
    cómo se ha movido
    y a fin de cuentas
    qué sabemos
    de las
    reglas del juego
    dentro de este cuarto
    donde
    el día es una
    mecha humeante
.
2 me das (te doy) la mano
    toda la mano
    sólo
    la mano
.
3  todo el sedoso aire
    removido
    por el relampagueante
    colibrí
    cornucopia vaciándose
    sobre la cálida
    huerta del aire
    uvas tiernamente oscuras
    violetas oprimidas
    en la secreta
    mano
    del verano
    y la distraída mariposa
    y la rosa en alto
    y yo solo    y tú sola
       y yo solo    y tú sola
          y yo solo    y tú sola
    en este
    transparente
    recodo del día
    y
    la certeza
    de haber escrito en el agua
.
4  las blancas paredes    de la casa
    los blancos huesos     bajo tierra
    la blanca                 soledad
    del mar                           del cielo
    la blanca mariposa
                                           del sueño
    sumidas
    en el trazo
                                           negro de la tinta
    extendidas
    hasta alcanzar su negra orilla
.
5  la tarde pestañea
    blandamente
    en las persianas
             vaga su luz
                su vaho tibio
    por entre las cosas
                sumarias y
                bien puestas
    da vueltas
                en torno
    al sagitario
                vaso de retamas
    que en cierto modo
                concluye
    el latido natural
    de la pieza
                donde escribo
    una resaca silenciosa
                se va
                         arrastrando mis palabras
    y sé
    que es noche
_ Javier Sologuren, incluido en Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) . Galaxia Gutenberg Círculo de lectores, 2002, selecc. de Eduardo Milán, Andrés Sánchez Robayna, Blanca Varela y José Ángel Valente.
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funfettified · 1 year ago
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- ̗̀‎𖤐 ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴‎ ୨୧ ∴∵𖤐 ̖́-
❦ welcome to my blog sweet thing! ❦
❦ i’m lola, nice to meet u! ❦
- ̗̀‎𖤐 ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴ ୨୧ ∴∵∴‎ ୨୧ ∴∵𖤐 ̖́-
more abt me under the cut :> 🧠 🍨 🍩 🩰 🍪 🧁
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basic info!
- ̗̀‎𖤐 i’m 19! i don’t have any age limits as this is a sfw blog and i don’t interact w ppl much further than likes & reblogs ^__^
- ̗̀‎𖤐 silly girl boy thing ; any pronouns are okay but i prefer she/her
- ̗̀‎𖤐 i’m american & live in the midwest wooo yea trees & fields :D
- ̗̀‎𖤐 i’m apprenticing to become a tattoo artist! i currently do handpoke tattooing and will learn machine work later on ꒰ ᐢ.ˬ.ᐢ ꒱
- ̗̀‎𖤐 i speak english ofc as well as spanish, y ¡tengo muchas ganas de hablar más con nativos de la lengua! siempre puedo mejorar :) i can speak russian conversationally but am not fluent
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- ̗̀‎𖤐 moderately irrelevant but i work @ claire’s
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my interests!
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arsonists get all the girls, hail the sun, the fall of troy, eidola, AJJ, dwellings, dance gavin dance, nine inch nails, veil of maya, to the grave, properties of nature, escape from the zoo, days n daze, the devil makes three
❦ cartoons! mostly early 2000s
scooby doo, the marvelous misadventures of flapjack, chowder, adventure time, ren & stimpy, the midnight gospel
❦ art! i went to college for fine arts for a year (withdrew bc the apartments we were required to live in got shot up #slayamerica) as mentioned b4 i do tattoos, i adore collaging and my fav traditional medium is charcoal!
❦ dance- i have ten years experience with focus on ballet, kick, and lyrical, and periodically did tap, salsa, tango, hip-hop, and jazz as well ^__^
❦ hoarding collecting things- i have collections of
four leaf clovers (i’ve found over 400!)
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and soooo many journals!
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find me also: @angelicflirt - manifestation & pink it girl pretty blog ♡ @princesastudies - studyblr @honeypalmbeach - gal / kwk beach girl @winteressa - pastel goth @w4fflecone - dollblr
that’s all tysm for reading!!
sorry that was a lot LOL i hope u at least feel like u know me better now ‪(՞ .ˬ.՞)"
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quetzalnoah · 1 year ago
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He visto a muchos poetas renunciar a esto de escribir
a lo largo de los años
se volvieron famosos porque aprovecharon el internet
bebían y escribían versos tristes en sus borracheras
unos daban pena y otros entretenían
un par de textos les dieron miles de likes o se volvieron virales
algunos publicaron sus libros
a otros se les pasó el momento
unos dicen que ya nadie lee poesía
otros que la poesía ya no les deja
jajaj cómo si la poesía alguna vez
nos hubiera prometido algo
las palabras son independientes de nosotros
no nos necesitan
ellas caminan indiferentes y saludan
a quien las mira
y bailan con quien las invite
pero fuera de eso
pretender merecer algo por escribir
es lo menos poético y literario que existe
Poeta: no pretendas reconocimiento y dinero
con la escritura
puede funcionar si insistes con los años
pero no es para todos
y hay que renunciar a toda distracción
como trabajar en un banco
supervisar la obra
preparar el informe de ventas
o abandonar el consultorio
y es extraño
porque de los oficios
los peores pagados son los poetas
dicen que no nos necesitan
pero cuando se sienten extraviados
cuando el corazón se fragmenta
y la ilusión se desmorona
buscan incesantemente
consuelo en nuestras palabras
y la esperanza
les respira de nuevo en la nuca
yo me siento satisfecho con lo que hice
logré que los veinteañeros hicieran el amor toda la tarde
que un par de corazones tristes nombraran lo que les pasaba
y que cientos de almas viajeras
tuvieran ganas de reclamar su derecho natural
a transitar por el mundo
y un par de estudiantes y maestro
me discuten en sus aulas
cuando nunca fue mi intención
llegar a las instituciones
sólo los que pagan por las palabras
saben lo difícil que es mantenerlas unidas
y hacerlas entendibles con pocas comas
para la gran mayoría de las personas
aunque nunca falta el analfabeta
que no ha leído a ningún clásico
que pretende rimar todo
porque no puede pensar
más allá de la lengua
y aun así cree que cualquiera
puede escribir.
Cuadernos Viejos, Quetzal Noah
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c-ovarrubias · 2 years ago
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Dani se desenreda una de las cadenas que, por supuesto, se enganchó contra la otra. El gesto le sale natural y distraído, si bien está observando cámaras y cámaras con un gesto que difícilmente no parecerá reprobatorio.  Piensa que esto es una mierda y que lo indigna bastante. Chasquido de la lengua de por medio, vira la vista un momento: — ¿Mentiste en la entrevista? —Pregunta. Quiere saber si acaso alguien no fue honesto con sus miedos, cosa de no sentirse tan estúpido por haberlo sido él. Hubiera sido más conveniente hablar de un temor a las cucarachas.
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mikaelao28 · 4 months ago
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El sabor del rojo
Capítulo 4
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Las noches no tenían importancia tan pronto cerraba sus ojos y cuando el cansancio entumecía su cuerpo al dormir, pero ahora le era difícil diferenciar la realidad de otro sueño más. Sus ojos se entornan en la oscuridad de su habitación como si viera a través de unos ojos de pez que lo marean, pero es incapaz de mover su cuerpo más allá de la naturalidad con la que sus pulmones se hinchan de aire o el sonido de su exhalación al salir de su boca. No puede mover ni sus piernas ni sus brazos, como si estuviera atado a la cama bajo toneladas de peso que lo mantienen despierto, y un sudor frío recorre sus sienes hasta mojar la almohada. Tras años sumido en una especie de inconsciencia que le impedía soñar o siquiera sufrir de pesadillas, algo lo había devuelto a la realidad y la tortura que noche tras noche no lo dejaría dormir. Los recuerdos una vez más correteaban por la habitación con el sonido de un par de pies pequeños y mojados sobre las baldosas, pero él al no poder ver nada más que el techo del dormitorio permaneció escuchando como las pisadas iban de un extremo a otro, rodeando la cama hasta que se detenían a su lado. Como una presencia nacía del propio infierno de sus memorias, un aroma particular bombardea sus fosas nasales; lavanda, miel y sangre, en especial la sangre, ese olor que era capaz de dejar un sabor metálico en la lengua y un nudo en la garganta. ¿Era ella? La que atormentaba su vida con arrepentimientos, odio y culpa. La misma que desde hacía décadas no escuchaba hablar y que aún así la melodía de su voz permanecía nítida en la mente del dragón. Él lo sabía por el olor, por esa risueña risa en medio de la oscuridad y porque no había nadie más que pudiera causar tantos estragos en su corazón como la pequeña niña que en su tiempo le alumbró la vida.
“¿Papá?”. Una voz infantil resonó en la noche, y la sintió tan cerca a él y a la vez tan lejana, como un espectro murmurando sobre su oído.
A Miguel no le faltaron deseos por levantarse de la cama, pero la presión de un peso invisible lo hundía con fuerza en el colchón. Logró apretar sus manos hasta que sus garras se enterraron en su carne, pero ni siquiera el dolor lo hizo despertar de su parálisis.
“¿Por qué me olvidaste?”. Con solo escuchar esa voz infantil podía imaginar a la pequeña niña que ansiaba volver a tomar entre sus brazos. Recordaba la dulce e inocente mirada sonriente de su pequeña hija. “¿No me amabas lo suficiente?”. El ceño de Miguel se frunció cuando escuchó otra de esas preguntas acusadoras que lo afectan como dagas en su pecho, un dolor mayor que cualquiera otro.
Las palabras se hunden en su consciencia y reviven cada instante de ese doloroso pasado. Él quería levantarse y besar las mejillas canelas de su preciada Gabriela, repetirle cada segundo cuando la amaba, darse cuenta que todos esos años habían sido una tortuosa pesadilla y que nunca la había perdido. Sin embargo, había una razón por la cual todo ese tiempo no había pensado en ella, no porque la haya olvidado, sino porque el dolor de su ausencia había sido una carga demasiado pesada como para querer vivir con ella día tras día.
En su vida pocas cosas habían sido importantes para él y nada más que el ferviente anhelo por hacer pagar a los humanos había sido el único motivo de su existencia, un motivo que también había movido a su padre y al padre de su padre. Realmente pocas cosas daban sentido a su vida más allá de cumplir aquel propósito que desde antes de nacer se le había designado, pero consiguió motivaciones que brotaban desde lo más profundo del corazón ante los estímulos de un mundo tan amplio y complejo aunque él no lo hubiera deseado ni mucho menos su padre Tyler, aún así todo eso era el ciclo natural de las cosas ¿no? Emprender un viaje consigo mismo hasta descubrir nuevas cosas, nuevos amores, pasiones y esperanzas, conocerlas cada día, hora y segundo y adorarlas porque su vida dependía de ello, y luego perderlas. Se había enamorado, tuvo una hermosa hija, creyó en el futuro teniendo una familia y, de un día a otro, simplemente lo perdió todo ¿No es acaso la naturaleza de vivir? Sentirse abrumado por la maldad y el despropósito hasta simplemente tomar una vez más el motivo que se le dió al nacer como si fuera lo único en su existencia. Aceptar que la muerte viene y va, que la vida se da y se quita. Sí, por un tiempo se sintió capaz de ser algo más de lo que su padre le había enseñado era lo único que podía y se le permitía ser, se sintió digno de portar un corazón antes de comprender la gran carga que significaba tener uno. La terrible carga de un corazón que terminó por sumirlo en un sueño profundo hasta devolverlo a la marioneta que estaba destinado a ser; un hombre solitario o tal vez una simple arma.
“¿Por qué me dejaste sola? Si tan sólo hubieras estado para mi cuando te necesité”. La voz de su hija repetía una y otra vez esas palabras tan difíciles, tornándose de leves susurros a alaridos desesperados, quejidos de dolor y súplicas entre sollozos. “¡¿Por qué, papá?!”. En ese momento, a pesar de no poder moverse, pudo sentir la humedad entre sus dedos que se tornaba espesa hasta secarse sobre su piel y entre sus garras. Era la misma sensación de la sangre cuando una irremediable herida la destinó a una lenta muerte.
Un último grito lo despertó. Miguel se levantó agitado de la cama, totalmente empapado de sudor, con una terrible jaqueca y un mareo que parecía no querer dejarlo salir de la cama. Él se quedó observando a la nada, pues estaba inmerso en los recuerdos que llegaban sin parar a su mente; el sol en su ocaso, el aroma a cesped, el peso de su hija entre sus brazos y la sangre que no dejaba de brotar. Apretó el puño sobre su pecho, casi para desgarrar con sus garras su propia carne y trató de recuperar el aliento, pero en ese momento sus pulmones ardían como si el fuego del infierno ardiera dentro. En medio de su ataque, sintió la firmeza del ámbar que colgaba de su cuello, una piedra invaluable que parecía latir tal cual un corazón, al sentirla finalmente se sintió algo aliviado. Se sintió nuevamente acompañado.
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Dos días habían pasado y, tal como lo había prometido Miguel, era el día en que liberaría a sus prisioneros humanos. Algo que sin duda te daba algo de esperanza era que después de todo aún quedaba algo por salvar. Imaginaste las familias de los soldados que permanecían vivos y empezaste a considerar tu compromiso como algo beneficioso a pesar de que en lo personal lo odiabas. Por supuesto que todos esos días estuviste sumamente preocupada, pues el guardia principal de tu padre, Jeff Morales, había reportado la desaparición de su hijo el cual era tu escudero y más querido discípulo. Recordabas bien que le habías advertido a Miles no involucrarse en la lucha directamente, pues lo querías lejos de ese peligro y por eso le pediste que se encargara de cuidar a los civiles y apagar cualquier incendio durante el asedio, pero no era de extrañar que aquel adolecente buscara siempre alguna manera de acompañarte o de causar algún problema por equivocación, incluso en los momentos más inoportunos. Lo que más te aterraba era la posibilidad de que estuviera muerto, algo que sin duda sería una carga por el resto de tu vida, pero cualquier incertidumbre y preocupación quedó aliviada cuando su nombre estuvo dentro de la lista de prisioneros que Miguel te había dado el día anterior. Luego de la liberación tú misma te encargarías de reprenderlo.
Caminabas entre las atestadas carpas del campamento igniciano imaginando en donde tendrían a sus soldados, pero por andar tan sumida en tu curiosidad terminaste a la orilla del río, en donde cerca de veinte soldados trabajaban con los cuerpos de sus hermanos caídos, desvistiendolos para luego limpiar todo rastro de sangre y tierra de sus rostros. Te quedaste observando, no por morbo por supuesto, pero sin duda ver cómo cada uno de ellos trabajaba tan delicadamente en los cuerpos te daba cierta sensación de misticismo que logró darte más que inquietudes, pero no parecía algo malo en absoluto, en realidad te sorprendía que ellos mismos lo hicieran y en aquel lugar siendo que estaban tan lejos de su hogar.
En medio de ese proceso viste como se llevaban a algunos de los cadáveres ya limpios al interior de una carpa, de donde cada cierto tiempo era iluminada con destellos ambarinos. Te quisiste acercar para averiguar más, pero entonces una mano te detuvo por el hombro y te volteaste de inmediato. Un hombre de un rostro alargado y cabello castaño te había sacado de tus pensamientos, pero no era un hombre humano; su cabeza era coronada por un par de cuernos mucho más ondulados que los de Miguel y que terminaban detrás de su cabeza, y de una amable sonrisa se vislumbraban unos afilados colmillos.
“Miguel me advirtió de su visita, princesa”, comentó el hombre dando una leve inclinación mientras trataba de alejarla de aquella carpa al plantarse entre tú y la entrada, detalle que no pasó desapercibido para ti. Eso sin duda te inquietó más, pero nada de eso te daba mala espina así que lo ignoraste por el momento. “Soy Peter B. Parker. La mano derecha del rey”, se presentó y te extendió su mano en búsqueda de la tuya como respuesta. “Ahora mismo Miguel no puede estar presente al momento de liberar a los prisioneros, por eso mismo seré yo quien la acompañe. Sígame”. Peter se dió la vuelta para guiarte hasta el otro extremo del campamento.
“¿A qué se debe su ausencia?”, preguntaste mirando por un momento la carpa que se iluminaba una vez más y luego fuiste tras de Peter. “Últimamente estuvo encima mío sin necesidad alguna y cuando hay un asunto importante que tratar simplemente se esfuma”:
“Le suplico que lo disculpe, princesa. Él está ocupado con algunos preparativos para los ritos funerarios cuando volvamos a Ignis en un par de días… y también… trata asuntos personales”.
La manera en la que Peter había dicho aquello obviamente te había dejado con más curiosidad, como si lo hubiera hecho adrede para que preguntaras más al respecto. Enarcáste una ceja sin saber si debías mencionar a que se debían esos asuntos personales o simplemente ignorar la tentativa que el dragón había dejado en medio de la conversación.
“¿Se puede saber qué tipo de asuntos personales?”. Probablemente no te incumbía, pero él ya sabía demasiado de ti mientras él seguía siendo un misterio. Pasaron al lado de unos jóvenes dragones que bebían algún tipo de sidra y que saludaron amistosamente a Peter ofreciéndole una copa que él negó luego de pensarlo un rato.
“Por mucho tiempo estuvo en un sueño de muerte”, dijo Peter, quien se inclinó cerca de ti para responder a tu oído, algo que te llenó de sospecha. Frenó a la entrada de una inmensa carpa de un intenso tono rojo y un emblema dorado impreso en la tela y en los estandartes que bordeaban la entrada; el emblema de los ignicianos con la imagen de un dragón rugiendo en su verdadera forma. “No es una muerte tal como ustedes los humanos la conciben, pero para nosotros los dragones es como una muerte espiritual. Deja de ser él mismo para ser un simple cuerpo en movimiento; no siente, no duda”.
Algo te decía que todo eso era demasiado importante para que te lo mencionara tan fácilmente, pero a fin de cuentas se suponía que Miguel y tú se iban a casar, no había forma que usaras esa información para mal ¿o si? Seguiste preguntando. “¿Por que le temen a ese… ́sueño ́? Así como suena parece un soldado ideal”. No era mentira. ¿Acaso un soldado que no siente ni duda no se convertiría en la más brutal arma en medio de una guerra? Si Miguel de verdad hubiera sido así, ¿por qué había tenido piedad de ella y de todos los civiles de los que te enteraste tiempo después?
Peter pareció haber leído tu expresión y de inmediato te respondió: “Puede que él no estuviera en un estado completo y por eso mismo se ha despertado. Miguel siempre fue muy distinto al anterior rey… él es piadoso. Y en cuanto a su pregunta… El cuerpo es momentáneo, pero nuestros espíritus son lo que prevalece de nosotros… nuestras almas. Un sueño de muerte es como quebrantar nuestras almas y corromperlas”. Más allá de ser simples palabras, lo que Peter contaba era como escuchar la mística experiencia que un humano sería incapaz de experimentar a simple vista. ¿Cómo entender el temor de criaturas tan antiguas y percibir el mundo de la misma manera que ellos? Tal vez con Miguel tenías la oportunidad de experimentarlo. “Se pierde el rumbo y con eso el sentido de sí mismo. No dudan… No sienten… Dejan de ser ellos mismos; sus anhelos, sus miedos. Y si se corrompe el alma, el cuerpo también”, terminó de explicar.
Creíste entender a lo que él se refería, pero sentías que había mucho más detrás de aquello. “¿Y eso es lo que lo ha mantenido ocupado hoy?”, preguntaste con un tono un poco más alto mientras te separabas. Querías hacer más preguntas, pero se las harías a Miguel más adelante.
“Si. Desde que despertó ha sufrido de pesadillas nocturnas que no lo dejan descansar adecuadamente. Lo que lo atormenta… tal vez no deba ser yo quien lo diga”. Dicho aquello, Peter dió unos pasos adelante y abrió la tienda de campaña para que tú entraras. “Pero siendo usted su prometida y también la una Grandwind, Miguel deberá decirle la verdad”.
¿La verdad?, pensaste confundida. ¿Acaso hay algo que te ocultan? ¿Quién? Supusiste que tu padre ante la mención de tu apellido, pero no creías tener la certeza. Ibas a preguntarle sobre eso, pero entonces una voz juvenil te sacó de tus pensamientos:
“¡T/N!”, Miles Morales exclamó con alivió desde el interior de la tienda, llamando la atención de todos los guardias que custodiaban la misma al igual que el resto de soldados que estaban como prisioneros. El chico moreno no dudó en levantarse y dirigirse hacia ti, los guardias reaccionaron tratando de frenarlo pero Peter les hizo una seña para que no lo hicieran. “Me alegra saber que se encuentra bien”. Miles llegó hasta ti y de inmediato te abrazó. Llevabas tanto tiempo entrenando a tu escudero que se habían vuelto tan cercanos como si fueran hermanos.
“Eso digo yo. Creí haber dejado claro que no quería que salieras de las murallas”. Estabas enojada con él, pero eso no te impidió abrazarlo. “Espero tengas una buena excusa”.
Luego de un rato más abrazandolo, se separaron y te dirigiste al resto de tus soldados con un aire más serio pero sin dejar de mostrarte aliviada por verlos nuevamente. Ya no desconfiabas tanto en Miguel, pero preferiste verificar que cada uno de los nombres en tu lista estuviera en esa carpa y luego de eso los llevaste de regreso a Kaliz junto con sus familias. Tu quedaste con aún más dudas. ¿Cuál era esa verdad a la que Peter se refería y que se te ocultaba? ¿Qué hacían con los cuerpos de los dragones muertos? ¿Qué le sucedía a Miguel?
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lapetitemortarts · 7 months ago
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Joyce Lee es natural de Seúl, Corea. Se especializó en literatura y lengua inglesas en la universidad y trabajó en aerolíneas durante varios años antes de decidir seguir su verdadera pasión como artista y volver a la escuela de arte. Se licenció en Bellas Artes en la Universidad Nacional de Seúl. Joyce prefiere trabajar con acuarelas, acrílicos y lápices, y le gusta explorar los aspectos humanistas (y a veces humorísticos) del amor y las relaciones a través del simbolismo del cuerpo humano. Ha realizado obras para:
"Playboy magazine US "Lionsgate Movie & Entertaiment US", "Numero magazine Berlin", "Carvendish music UK", "LG Corporation, Corea "FIAT Motors, Corea "Planning to Rock" "Camo (cantante y rapero coreano)" "CloeCouture" "Revista Carnale, Italia" "Djuce Wines" "Taschen(Colaborador)" "Revista HardCOPY, Reino Unido"
entre otras.
Exposiciones:
"Todo menos el fregadero de la cocina Exposición colectiva en la galería La Luz de Jesus, LA, US 2020
"Celabrate Exposición de 4 mujeres artistas en la galería La Luz de Jesus, LA, US 2021
"Emerging to established" Exposición colectiva anual en la galería Krause, NYC, US 2021
"Chuhwajeon Exposición individual en la galería Moowoosoo, Seúl, Corea 2022
"Haciendo historia una celebración de mujeres artistas" Galería Krause, NYC, EE.UU. 2024
English
Joyce Lee is a native of Seoul, Korea. She majored in English literature & language at university and worked for airlines for several years before deciding to follow her true passion as an artist and return to art school. She got BFA degree at "Seoul National University". Joyce prefers to work with watercolors, acrylic and pencils and she enjoys exploring the humanistic (and sometimes humorous) aspects of love and relationship through the symbolism of the human body. She has previously done artworks for
"Playboy magazine US", "Lionsgate Movie & Entertaiment US", "Numero magazine Berlin", "Carvendish music UK", "LG Corporation, Korea" "FIAT Motors, Korea" "Planning to Rock" "Camo (Korean singer/rapper)" "CloeCouture" "Carnale magazine, Italy" "Djuce Wines" "Taschen(Contributor)" "HardCOPY magazine, UK"
and among others.
Exhibition
“Everything But The Kitchen Sink” Group show at La Luz de Jesus gallery, LA, US 2020
“Celabrate” 4 women artists' show at La Luz de Jesus gallery, LA, US 2021
“Emerging to established” Annual group show at Krause Gallery, NYC, US 2021
"Chuhwajeon" Solo show at Moowoosoo gallery, Seoul, Korea 2022
"Making history a celebration of women artists" Krause Gallery, NYC, US 2024
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jartita-me-teneis · 5 months ago
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El 18 de junio de 2010 murió a los 87 años en Tías, localidad de la isla canaria de Lanzarote, el escritor portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en el primer escritor, y hasta ahora el único, de lengua portuguesa en ganar este premio. La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía». Saramago abandonó Portugal como acto de protesta cuando su novela “El Evangelio según Jesucristo” (1991) que lo catapultó a la fama, causó una gran polémica sin precedentes en Portugal —que se considera una república laica—, cuando el gobierno vetó su presentación al Premio Literario Europeo de ese año. Se instaló en la isla canaria de Lanzarote, donde escribiría una de sus novelas más conocidas, Ensayo sobre la ceguera. Y desde entonces, compartió su residencia entre Lisboa y la isla canaria, participando en la vida social y cultural de ambos países, cuyas estrechas relaciones justificó en una entrevista para proponer su idea utópica de creación de una Iberia unida. “Como cualquier otro portugués antiguo y moderno, fui instruido en la firme convicción de que mi enemigo natural es, y siempre habría de serlo, España”, escribía el Nobel de Literatura. Pero algo vino a modificar su relación. No consideraba que el iberismo fuese el anhelo por el cual España se anexionase Portugal, entendía el iberismo como la oportunidad de sustituir los nacionalismos defensivos por la ciudadanía racional y responsable. Profetizó que los portugueses aceptarían la integración territorial, administrativa y estructural con España si fuese bien explicada: “Con diez millones de habitantes, [Portugal] tendría todo que ganar en cuanto a desarrollo, y no sería una cesión ni acabar con el país, continuaría de otra manera. No se dejaría de hablar, de pensar y de sentir en portugués, (…) y no seríamos gobernados por españoles, habría representantes de los partidos de ambos países en un parlamento único con todas las fuerzas políticas de Iberia”. Saramago venía a postular una nueva clase de iberismo, el trans-iberismo, que no es otra cosa que preservar y unir a los pueblos ibéricos a través de la cultura, no de la política, defendiendo la riqueza y la grandeza de la cultural ibérica y los diálogos multiculturales dentro de la Península. Cruzando la línea divisoria que separa España de Portugal, se detiene para predicar un sermón especial. Va dirigido a los peces del río, de los que los seres humanos podemos aprehender un ejemplo de fraternidad, a la vez que nos hacen recordar que la naturaleza no entiende de aduanas ni barreras fronterizas en su “El sermón a los peces”: “Venid acá, peces, vosotros, los de la margen derecha, que estáis en el río Douro, y vosotros, los de la margen izquierda, que estáis en el río Duero, venid acá todos y decidme cuál es la lengua en que habláis cuando ahí abajo cruzáis las acuáticas aduanas, y si también ahí tenéis pasaportes y sellos para entrar y salir. Aquí estoy yo, mirándoos desde lo alto de este embalse, y vosotros a mí, peces que vivís en esas confundidas aguas, que tan pronto estáis en una orilla como en otra, en gran hermandad de peces que unos a otros sólo se comen por necesidad de hambre y no por enfados de patria. Me dais vosotros, peces, una clara lección, ojalá no la olvide yo al segundo paso de este viaje mío a Portugal, a saber: que de tierra en tierra deberé prestar mucha atención a lo que sea igual y a lo que sea diferente, aunque dejando a salvo, que humano es y entre vosotros igualmente se practica, las preferencias y las simpatías de este viajero, que no está ligado a obligaciones de amor universal, ni nadie le ha pedido que lo esté. De vosotros, en fin, me despido, peces, hasta un día; seguid a lo vuestro mientras no asomen por ahí pescadores, nadad felices, y deseadme buen viaje, adiós, adiós”. El ruedo ibérico.
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yoestuveaquiunavezfrases21 · 7 months ago
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1691- La gente ya no pone los pies en la tierra. Sus manos se han alejado de hierbas y flores, no dirigen su mirada al cielo, sus oídos están sordos al canto de los pájaros, su nariz se ha hecho insensible a causa de los humos de los tubos de escape y su lengua y su paladar han olvidado los sabores sencillos de la naturaleza. Los cinco sentidos han crecido aislados del orden natural. La gente se ha alejado dos o tres escalones del hombre verdadero… Los verdaderos gozos y deleites del hombre eran un éxtasis natural. Esto sólo existe en la naturaleza y se desvanece lejos de la tierra. Un medio ambiente no puede existir fuera de la naturaleza, y así la agricultura deberá ser el fundamento para vivir. El retorno de toda la gente al campo para cultivar la tierra y crear aldeas de hombres verdaderos es el camino a seguir para la creación de ciudades ideales y naciones ideales.
(Masanobu Fukuoka)
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