#la muerte de sócrates
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bocadosdefilosofia · 3 months ago
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«Sócrates fue llevado a juicio como figura representativa — precisamente tal como sugiere Platón al identificar como sus enemigos más temibles a sus “antiguos acusadores” que habían hecho de él esa clase de figura— . Fue castigado por el conflicto intergeneracional, provocado por factores sociales más que individuales, y, desde luego, no por una única persona; fue castigado como maestro moralmente subversivo, cuando había otros a quienes se podía haber endosado igualmente esa extraña acusación; fue castigado como crítico de la democracia, a pesar de no haber sido el único, ni mucho menos; incluso Critias y Alcibiades fueron productos de su tiempo más que de las enseñanzas socráticas. Sócrates fue condenado a muerte porque los atenienses deseaban purgarse de tendencias indeseables, y no solo de un individuo indeseable.»
Robin Waterfield: La muerte de Sócrates. Editorial Gredos, pág 275. Madrid, 2011.
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notasfilosoficas · 1 year ago
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“Quién sabe, puede que la vida sea la muerte, y la muerte, la vida”
Eurípides
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Fue uno de los tres grandes poetas griegos de la antigüedad junto con Esquilo y Sófocles, nacido en la isla griega de Salamina en el 484 a.C. 
Primeros años
Algunos biógrafos sitúan el nacimiento de Eurípides en Atenas en el año 480 a.C y era proveniente de una familia acomodada, su madre se llamaba Cleito y su padre Mnesarco, quien era mercader.
En su juventud, Eurípides también fue actor, pero al no ser su voz lo suficientemente fuerte, prefirió concentrarse en su papel de dramaturgo.
Se sabe que fue alumno de Anaxágoras de Clazomene, Protágoras, Arquelao, y Diógenes de Apolonia.
En el año 466 a.c. cumpli�� su servicio militar, odiaba la política y era amante de estudio, poseía su propia biblioteca privada la cual era una de las mas completas de toda Grecia.
Tuvo dos esposas y fue amigo de Sócrates, el cual se dice solo asistía al teatro solo cuando se representaban obras de Eurípides.
Eurípides era el mas joven de los otros grandes escritores trágicos de la ciudad Esquilo y Sófocles.
Obra
Se conoce que escribió 92 obras pero se conservan solamente 18 tragedias y el drama satírico “El Cíclope”.
Su concepción trágica esta muy alejada de la de Esquilo y de la de Sófocles.
Sus obras tratan principalmente de leyendas y mitologías en un tiempo muy lejano, pero vigentes al tiempo en las que las escribió, destacando las crueldades de la guerra, su innovación en el tratamiento de los mitos, la complejidad en las situaciones y los personajes y una especial influencia a los problemas del momento entre otras.
Eurípides es conocido por haber reformado la estructura formal de la tragedia ática tradicional, mostrando personajes fuertes y esclavos inteligentes, ademas de satirizar a muchos heroes de la mitología griega.
Sus obras clásicas como “Medea”, consolidaron su reputación gracias a la maestría de sus diálogos inteligentes, sus buenas letras corales así como un realismo áspero presentes tanto en los textos como en las puestas de escena.
Eurípides fue también famoso por plantear preguntas incómodas, que inquietaban a la audiencia con un tratamiento provocador, creando historias y personajes completamente inmorales.
A pesar de que Eurípides solo ganó unos cuantos festivales en comparación a sus dos grandes rivales Esquilo y Sófocles, la popularidad de su trabajo nunca disminuyó y sus obras de teatro continúan siendo representadas aún en nuestros días.
Últimos años
En el 408 a.C. decepcionado por los acontecimientos de su patria, implicada en la interminable guerra del Peloponeso, Eurípides se retiró a la corte de Arquelao, quien fuera rey de Macedonia en donde murió 2 años después.
Fuentes: Wikipedia y worldhistory.org
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jartita-me-teneis · 2 months ago
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¿Cómo y por qué mataron a Sócrates?
Sócrates, el mejor filósofo de todos los tiempos, fue en realidad el hombre más odiado de Atenas.
Fue acusado de crueldad y corrupción de los jóvenes.
La corte popular, Elia, lo condenó a muerte: y Sócrates, una de las mentes más brillantes de la historia, murió bebiendo un dobladillo.
¿Pero por qué tanto hype?
Aparentemente Sócrates no estaba haciendo nada peligroso:
hizo preguntas, habló con cualquiera, con nobles, con ciudadanos comunes, con jóvenes.
Pero sus preguntas, en su franqueza, en su simplicidad demolieron las certezas de sus interlocutores, obligándolos a consolarse con el vacío de sus propias certezas, con la incoherencia de su razonamiento.
Les enseñaron a dudar.
Sócrates era un personaje demasiado incómodo con las dudas que inculcó.
Tuvo la audacia de exponer a políticos corruptos y falsos maestros que, creyendo que saben, presumen falsas verdades y falsos conocimientos.
Por eso fue condenado a muerte. Era una amenaza para el status quo, un peligro que debe ser eliminado.
Durante el proceso, Sócrates no quiso arrepentirse ni rogar por clemencia.
Se negó incluso a pedir ayuda de un orador (antisignales de nuestros abogados). ¿Por qué? Porque según Sócrates:
"No puedes usar tu arte retórico jugando con palabras, encantando a la multitud, tal vez mintiendo, incluso si mi vida está en juego.
"La inteligencia es incómoda, esto nos enseña el proceso contra Sócrates.
Las masas quieren ilusiones y no verdad, quieren ser halagados en pocas palabras.
Los hombres inteligentes son avergonzados.
Están prohibidos, ostracizados, despreciados, porque turban el sueño de las masas, cuestionan la autoridad, revelan los engaños de las instituciones.
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sofea-00 · 4 months ago
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Sócrates y su mujer
Dicen que Sócrates era un sujeto extraño: no se sometía a las convenciones de la mayoría y pensaba con su propio cerebro. Por eso lo mataron. Aunque muchos otros filosofaron antes que él, únicamente Sócrates hizo de la filosofía una ciencia del vivir y del morir. Y esa ciencia sigue siendo indispensable aún hoy. Sobre todo hoy, en estos tiempos posmodernos de computadoras sofisticadas y casas inteligentes, de navegaciones en Internet y otros juguetes cibernéticos. Si uno los aleja por un instante, se descubre desnudo. Entonces piensa. Apoyándonos en Sócrates, nuestro contemporáneo, podemos pensar mejor.
¿Qué fue lo que incentivó a Sócrates? o ¿quién? Su mujer, según dicen.
En efecto, Xantipa –así se llamaba– era arisca, de pésimo humor, y le amargaba la vida a su marido. Como muchos hombres, a Sócrates le resultaba difícil vivir con su mujer, pero no podía vivir sin ella; de modo que hizo de ese problema cotidiano un aprendizaje filosófico: Si logro que Xantipa no influya en mi ánimo, alcanzaré la máxima de la sabiduría: gobernarse a sí mismo.
Fue así como ese mal –el de la mujer gruñona, irritable e irritante– se le volvió un bien: tuvo que pensar, y de ese modo se tornó filósofo. Por otra parte, aquello de andar por la calle meditando, en la plaza y en otros lugares públicos, conllevaba dos placeres: uno, el diálogo; el otro, no estar en casa. Pero, a decir verdad, no sólo el mal carácter de su mujer fue lo que incentivó a Sócrates a pensar. Sócrates fue testigo del esplendor de Atenas y, también de su decadencia. El régimen de los tiranos, posterior a la guerra del Peloponeso, habría de provocar contingencias sociales y políticas adversas y condenaría a muerte al filósofo.
La filosofía es cosa de filósofos. Y los filósofos no nacen por generación espontánea o por espontánea voluntad, sino, más bien, por circunstancias de la vida que los arrojan a la reflexión. Porque si nosotros, los hombres, no tuviéramos problemas, seríamos francamente como las plantas. Nos hace hombres el conflicto, la falla, la circunstancia dolorosa, los obstáculos de la vida y la necesidad de superarlos; el deseo de llegar más lejos a través del pensamiento, la creatividad, la fantasía.
El que bebe agua no piensa en el agua. Piensa en el agua quien tiene sed, y no ve más que desierto.
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joseandrestabarnia · 9 months ago
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Marco Antokolsky (1843-1902) CRISTO ANTE EL PUEBLO 1876 Tamaño - 195 x 73 x 62 Material - mármol Número de inventario - Inv.4931 Recibido del Tribunal Revolucionario. 1923
La estatua “Cristo ante el pueblo” marca una etapa importante en el desarrollo de la creatividad de M.M. Antokolsky: una transición a la creación de obras de orientación filosófica contemplativa, y se refiere a aquellas imágenes que el propio escultor llamó "amigos de la humanidad". Son mártires de la fe y de las creencias: Cristo, Sócrates, Spinoza.
La estatua se distingue por la novedad y originalidad de la imagen de Cristo, realista, sin sombra de misticismo, interpretación de la imagen, forma lacónica, línea de silueta clara. El hermoso rostro triste tiene una expresión de inflexibilidad y determinación. Atado, está indefenso ante la furia de la multitud, conoce su destino y está dispuesto a afrontar la muerte. No hay en él protesta, pero tampoco humildad. Cristo, tal como lo interpreta el escultor, no es un dios-hombre canónico, sino el símbolo moral y ético más elevado. El acercamiento al tema religioso acerca a Antokolsky a los pintores N.I. Kramskoy y N.N. Ge, y la trama del evangelio encarna ideas modernas que entusiasman al artista. El cliente de la estatua era un famoso empresario y filántropo, el propietario de Abramtsevo - S.I. Mamontov.
La aparición de la estatua “Cristo ante el pueblo” despertó gran interés tanto entre los espectadores como entre la prensa; El estudio del maestro en Roma se llenó de multitudes ansiosas por ver la nueva obra del escultor. Su exposición en la Exposición Universal de París de 1878 fue un verdadero triunfo para Antokolsky. Recibió el premio más alto: la Gran Medalla de Oro y la Orden de la Legión de Honor.
Información e imagen de la web de la Galería Tretyakov.
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mighty-leonidas · 10 months ago
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"Caminando entre Gigantes: Lecciones Estoicas para una Vida Poderosa"
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Saludos, valientes de la existencia. En este viaje hacia la grandeza personal, nos sumergiremos en los principios estóicos que han forjado almas inquebrantables a lo largo de la historia. Imaginen a Marco Aurelio enfrentando las tribulaciones del Imperio Romano con una serenidad imperturbable, o a Epicteto, esclavo con una voluntad indomable que desafiaba incluso a sus cadenas. Estas almas, labradas en el crisol del estoicismo, nos inspiran a explorar los mismos principios que las elevaron a la grandeza.
Memento Mori: Recordando Nuestra Mortalidad En el escenario de la vida, el principio fundamental es "Memento Mori", que nos recuerda nuestra propia mortalidad. Pensemos en Séneca, enfrentando la muerte con estoicismo durante el reinado de Nerón, un recordatorio de cómo la conciencia de nuestra finitud puede impulsarnos a vivir con propósito.
Ejercicio Práctico: Dedica unos minutos cada día a reflexionar sobre la transitoriedad de la vida. Visualiza cómo te gustaría ser recordado y cómo estás contribuyendo a la grandeza del mundo.
Summum Bonum: La Búsqueda del Bien Supremo En la jerarquía de valores, "Summum Bonum" destaca la búsqueda del bien supremo. Observemos a Cicerón, político y filósofo romano, quien abogó incansablemente por la justicia y la virtud como fuentes de verdadera prosperidad.
Ejercicio Práctico: Elige una virtud que desees fortalecer (puede ser la paciencia, la compasión, etc.) y trabaja conscientemente en cultivarla en tu vida diaria.
Amor Fati: Amar Tu Destino "Amor Fati" nos insta a amar nuestro destino, aceptando no solo lo agradable, sino también los desafíos y las adversidades. Contemplemos a Marco Aurelio, emperador-filósofo, quien abrazó con ecuanimidad las vicisitudes del imperio y de su propia vida.
Ejercicio Práctico: Ante un desafío, en lugar de resistir, pregúntate: ¿Cómo puedo abrazar esto como una oportunidad para mi crecimiento y desarrollo?
Premeditatio Malorum: La Previsión de los Infortunios "Premeditatio Malorum" nos enseña a anticipar los infortunios con sabiduría. Imaginemos a Sócrates, enfrentando su condena con serenidad, prestando atención a los desafíos sin perder la calma.
Ejercicio Práctico: Imagina un escenario desafiante que podrías enfrentar en el futuro. Reflexiona sobre cómo podrías abordarlo con calma y resiliencia.
En la senda de la grandeza, estos pilares estóicos se convierten en nuestras guías. Recordando nuestra mortalidad, buscando el bien supremo, amando nuestro destino y prestando atención a los desafíos, forjamos un camino de poder y sabiduría. Que estas lecciones, ilustradas por las vidas de aquellos que las abrazaron, inspiren una revolución interior hacia una vida significativa y poderosa. 🛡️🌟💪
Con valentía,
Mighty Leonidas 🦁🌟
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v0ice0fthes0ul · 2 years ago
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No eres los otros (JLB)
No te habrá de salvar lo que dejaron
escrito aquellos que tu miedo implora;
no eres los otros y te ves ahora
centro del laberinto que tramaron
tus pasos. No te salva la agonía
de Jesús o de Sócrates ni el fuerte
Siddharta de oro que aceptó la muerte
en un jardín, al declinar el día.
Polvo también es la palabra escrita
por tu mano o el verbo pronunciado
por tu boca. No hay lástima en el Hado
y la noche de Dios es infinita.
Tu materia es el tiempo, el incesante
tiempo. Eres cada solitario instante.
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mariadelrefugioquintana · 2 years ago
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“Sócrates fue castigado por la sociedad.
Es inevitable que las personas como Sócrates sean castigadas porque son individuos y no permiten que nadie les domine.
Fue envenenado.
Estaba tumbado en la cama mientras el hombre que tenía que darle el veneno lo estaba preparando. Atardecía, era la hora convenida.
La corte había decidido la hora exacta, pero el hombre lo estaba retrasando.
Sócrates le preguntó:
—El tiempo pasa, el sol se está poniendo,
¿por qué te estás retrasando?
Este hombre no podía creer que alguien que estaba a punto de morir fuese tan escrupuloso con la hora de su muerte. En realidad, debería estar agradecido por el retraso. Él adoraba a Sócrates. Le había oído hablar en la corte y había visto la belleza que había en él: él solo tenía más inteligencia que todo Atenas. Quería retrasarlo un poco para que Sócrates pudiera vivir un poco más, pero Sócrates no se lo permitió. Le dijo:
—No seas vago. Trae el veneno.
Mientras se lo estaba dando, le preguntó:
—¿Por qué estás tan emocionado?
Te veo tan radiante, veo tanta curiosidad en tus ojos.
¿No te das cuenta? ¡Vas a morir!
Sócrates dijo:
—Eso es lo que quiero conocer.
La vida ya la conozco.
Ha sido hermosa; con todas las ansiedades y las angustias pero, a pesar de todo, ha sido un placer. Simplemente respirar es una gran alegría.
He vivido, he amado; he hecho todo lo que he querido, he dicho todo lo que he querido.
Ahora quiero saborear la muerte, y cuanto
antes mejor.
Sólo hay dos posibilidades: que mi alma siga viviendo bajo otras formas, como dicen los místicos orientales; eso es muy emocionante, viajar con el alma libre del lastre del cuerpo. El cuerpo es una celda, tiene sus limitaciones. O quizá tengan razón los materialistas, y cuando muere tu cuerpo, muere todo. Después ya no queda nadie. Eso también es muy emocionante: ¡no ser! Sé lo que significa ser y ha llegado el momento de saber lo que significa no ser. Y cuando ya no soy, ¿qué problema hay? ¿Por qué me tendría que preocupar? Yo no estaré allí para preocuparme; de modo que ¿para qué perder el tiempo ahora?
Así es el hombre que se ama a sí mismo. Escogió incluso la responsabilidad de su muerte, porque el tribunal no tenía nada contra él; solamente era el prejuicio del público, el prejuicio de la gente mediocre que no podía entender la chispa de la inteligencia de Sócrates. Pero eran la mayoría, y decidieron darle muerte.
No pudieron rebatir ni un solo argumento de Sócrates. Creo que ni siquiera entendían lo que les estaba diciendo, eran incapaces de responder. Y él destruyó todos sus argumentos. A pesar de todo, se trataba de una democracia; los ciudadanos decidieron que era peligroso y había que envenenarle.
¿Cuál era su delito? Su delito fue que «hace rebelde a nuestra juventud, los vuelve escépticos, se vuelven raros. Crea una brecha entre los mayores y los jóvenes. Ya no nos escuchan, discuten por todo, y es por culpa de este hombre».
Pero los jueces eran mejores que la gente corriente. Le dijeron a Sócrates:
—Te damos varias alternativas. Si te marchas de Atenas y pro¬metes no volver nunca más, te podrás salvar de la muerte. Pero si quieres quedarte en Atenas, tendrás que dejar de hablar, entrarás en silencio. En ese caso, también podremos convencer a la gente de que te dejen vivir. Si no, la tercera alternativa es que mañana, al ponerse el sol, te tendrás que tomar el veneno.
¿Qué hizo Sócrates? Dijo:
—Estoy dispuesto a tomarme el veneno mañana u hoy, cuando esté preparado, pero no puedo dejar de decir la verdad. Si estoy vivo, seguiré diciéndola hasta mi último aliento. No me puedo ir de Atenas sólo para salvarme, porque si no, me sentiré como un cobarde que se asustó de la muerte, que se escapó de la muerte, que ni siquiera pudo tomar la responsabilidad de su muerte. He vivido según mi propio pensamiento, sentimiento, ser; quiero morirme así también. Y no te sientas culpable. Nadie es responsable de mi muerte, soy yo el responsable. Sabía que iba a suceder, porque hablar de la verdad en una sociedad que se basa en la mentira, la decepción y la ilusión es tentar a la muerte. No culpéis a esta pobre gente que ha decidido darme muerte. Si hay alguien responsable, ése soy yo. Y quiero que sepáis que he vivido siendo responsable de mí mismo y que voy a morir siendo responsable de mí mismo. Mientras vivía, he sido un individuo. A la hora de la muerte, soy un individuo. Nadie decide por mí. Tomo mis propias decisiones.
Esto es dignidad. Esto es integridad. Todo ser humano debería ser así. Si la tierra estuviese llena de gente como ésta podríamos hacer que fuese tan hermosa, tan extática, tan abundante en todo".
Un Poco de Cultura
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bocadosdefilosofia · 6 months ago
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«Como Jenofonte conocía a Sócrates, sabía que el Sócrates de Platón era ficticio. Su posición le permitía constatar que la semblanza de la misión de Sócrates trazada por Platón era, realmente, un medio ingenioso de esbozar y presentar la suya propia. Por lo tanto, Jenofonte hizo lo mismo: utilizó aquella historia para un propósito idéntico y, sencillamente, la reajustó con el fin de que se adaptara a su misión personal. La principal diferencia entre la historia del oráculo en Platón y la versión de Jenofonte es que en éste el oráculo afirma que no hay nadie más libre, recto y prudente que Sócrates. La misión de Jenofonte consistía en proponer a Sócrates como un dechado de virtudes convencionales (e indagar qué condiciones internas se requerían para esas virtudes), por lo que su Sócrates, más que “sabio”, es “libre, recto y prudente”.»
Robin Waterfield: La muerte de Sócrates. Editorial Gredos, pág 41. Madrid, 2011.
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notasfilosoficas · 9 months ago
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“Solo la sabiduría es el bien para el hombre, la ignorancia el único mal”
Sócrates 
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Fue un filósofo clásico griego, considerado como uno de los más grandes de la filosofía occidental y universal, nacido en Alopece Atenas en el año 470 a.C.
Sócrates fue maestro de Platón, quien a su vez tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres pensadores, los representantes fundamentales de la filosofía de la antigua Grecia.
No existe alguna evidencia de que Sócrates haya publicado algún escrito de su autoría, y los detalles de su vida, son conocidos gracias a tres fuentes contemporáneas: Los diálogos de Platón, las obras de Aristóteles y los diálogos de Jenofonte.
Se le considera padre de la filosofía política y de la ética, y se dice que su contribución mas importante al pensamiento occidental es su modo dialéctico de indagar o método socrático.
La base de sus enseñanzas fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud, así como el conocimiento de uno mismo. 
Asumiendo una postura de ignorancia, Sócrates interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó “ironía socrática”, de la cual su frase “Solo sé que no se nada” es un vivo reflejo.
Recibió una educación tradicional, y se familiarizó con la dialéctica y la retórica de los sofistas y tuvo por maestro al filósofo Arquelao, de quien se sabe poco y quién lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.
Sócrates era de pequeña estatura y de vientre prominente, de ojos saltones y nariz exageradamente respingona, la cual en ocasiones era motivo de burla. Se casó con Jantipa quien le dió tres hijos y de quién algunos autores afirman trataba muy mal al filósofo, aunque al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón, se describe una relación normal y hasta podría decirse que buena.
Aunque durante la primera parte de su vida Sócrates fue un patriota y hombre de profundas convicciones religiosas, al final sufrió la desconfianza de muchos de sus contemporáneos al tomar una postura critica, en cuanto al estado y la religión que de Atenas se tenía, por lo que en el año 399 a.C. fue acusado de introducir nuevos dioses y de corromper la moral de la juventud, alejándolos de los principios de la democracia, situación que al parecer era un motivo infundido, y mas bien la causa de fondo para llevar a juicio a Sócrates según Jenofonte, fue que este abrió sus puertas como discípulo a Critias, quien como otros discípulos de Sócrates era miembro de una facción pro-espartana, quienes se hicieron con el poder en Atenas tras la guerra del Peloponeso.
Sócrates fue juzgado y declarado culpable en el año 399 a.C. y fue ejecutado por envenenamiento por cicuta, método empleado para los sentenciados a la pena de muerte. 
Murió a la edad de 71 años aceptando serenamente su condena. Según relata Platón en su apología, Sócrates pudo haber eludido la pena de muerte, sin embargo prefirió acatar la sentencia y morir.
Fuente Wikipedia
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pienssoluegoexisto666 · 2 years ago
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"Sócrates, el padre de la ética, enseño con su muerte que es peor cometer el mal que recibirlo, el verdadero mal es aquel que nosotros hacemos, no el que se hace en contra nuestra" -Paulina Rivero
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prowerwolf · 7 days ago
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La canción del mar y el resplandor del sol engendraron además en su fantasía una encantadora evocación. Veía el viejo plátano, cercano a los muros de Atenas, aquel lugar sagrado, perfumado con el aroma de los azahares, enjoyado con las imágenes y los riquísimos presentes piadosos en honor de las ninfas y de Apolo. El arroyo corría claro y limpio por un fondo de cantos lisos y a los pies del árbol de raíces prolongadas; sonaban los violines de los grillos. Sobre el césped, que caía en suave pendiente, lo preciso para que al pasar la cabeza se mantuviera algo levantada, estaban echadas dos personas, resguardándose del calor del día. Eran un hombre de edad y un joven; uno feo y el otro hermoso; la sabiduría en contraste con la amabilidad. Y, entre gracias y agudezas que animaban el coloquio, Sócrates adoctrinaba a Fedón sobre el deseo y la virtud. Le hablaba del espanto que experimentaba el hombre sensible cuando sus ojos contemplaban un reflejo de la belleza eterna; de las concupiscencias del profano y el malvado, que no pueden pensar en la belleza al ver su imagen, y que no son capaces de sentir respeto por ella; hablaba del sagrado temor que acomete al alma noble cuando se le aparece un rostro semejante al de los dioses, es decir, un cuerpo perfecto. Le explicaba cómo todo su ser se estremece de aquella alma, se enajena y apenas se atreve a mirar; cómo se siente poseído de veneración ante aquel que ostenta el sello divino de la belleza; aquella alma le haría sacrificios, como a una deidad, si no temiese aparecer como insensata a los ojos de los hombres. «Pues sólo la belleza, Fedón mío, sólo ella es amable y adorable al propio tiempo. Ella es, ¡óyelo bien!, la única forma de lo espiritual que recibimos con nuestro cuerpo, y que nuestros sentidos pueden soportar. Pues ¿qué sería de nosotros si se nos apareciese lo divino en otra de sus manifestaciones, si la razón, la virtud y la verdad se nos presentasen en formas, sensibles? ¿No arderíamos y nos disolveríamos en amor como otra época ante Zeus? La belleza es, pues, el camino del hombre sensible al espíritu, sólo el camino, sólo el medio, Fedón... Después el taimado seductor dijo lo más agudo: el amante era más divino que el amado, porque en aquél alienta el dios, que no en el otro; este pensamiento es quizás el más delicado y el más irónico que se haya producido, y de su fondo brota toda la picardía y la secreta concupiscencia del deseo.
La muerte en Venecia - Thomas Mann
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Arte “La muerte de Sócrates - Jacques-Louis David”
Aquí tienes la ficha técnica y comentario del cuadro “La muerte de Sócrates” de Jacques-Louis David: Ficha técnica Título original: La Mort de SocrateTítulo en español: La muerte de SócratesAutor: Jacques-Louis DavidEstilo pictórico: NeoclásicoSiglo y año: Siglo XVIII, 1787País: FranciaGénero: Pintura histórica Descripción y comentario “La muerte de Sócrates” es una obra maestra del…
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elcontexo · 27 days ago
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Intelectuales ignorantes
John Galán Casanova, 26 de octubre de 2024
En principio, decir intelectual ignorante parece, además de un insulto, un contrasentido. No podría ser ignorante una persona dedicada a cultivar el conocimiento, alguien que por su práctica y estudios alcanza una formación profunda y un nivel de excelencia en su campo.
No obstante, la intelectualidad es (o debería ser) ignorante por naturaleza. Sócrates, el intelectual ignorante más importante de Occidente, lo resumió en dos palabras: “nada sé”. No dijo poco sé, algo sé, o más o menos sé. Dijo nada sé. Nada, excepto que sabía que no sabía. Al postular su inmortal “Sólo sé que nada sé” demostró ser un ignorante lúcido, un sabio con mente de principiante y un mamagallista sublime.
Con ese tipo de ignorantes socráticos no tengo ningún problema, por el contrario, les considero carnales modelos a seguir. Quienes sí me sacan de quicio son intelectuales ignorantes de su propia ignorancia que se atribuyen la facultad impune de atacar y desconocer.
Cuando a Harold Alvarado Tenorio, mi profesor de literatura latinoamericana en la universidad, le dio por despotricar de mis versos al reseñar una antología de la cual yo increíblemente no hacía parte, escribí con pena ajena el artículo “Poniéndole el cascabel a Harold” para pedirle que fuera más cuidadoso y consistente.
Hará un par de meses, dediqué una columna a registrar la muerte del maestro D. J. P. La compartí en el muro del Facebook, y allí irrumpió un sujeto a decir que quién diablos era ese tal D. J. P., que él ―el sujeto― era, óigase bien, un gran conocedor de la poesía colombiana y no tenía ni idea, que seguro ese tal D. J. P. solo había sido conocido por sus amigos. Preso de la ira, le respondí que, como gran conocedor de la poesía colombiana, en vez de regodearse en su ignorancia, lo que le correspondía era, en una actitud socrática de curiosidad intelectual genuina, investigar y enterarse de quién diablos había sido D. J. P.
Regodearse en su ignorancia es lo que siento que hizo conmigo hace poco una condiscípula aspirante a influencer. Una mañana, una tarde, o una noche, le dio por buscar mi biografía en la Wikipedia y le pareció ridículo ―ella escribe que le pareció gracioso, pero en realidad le pareció ridículo― que allí se diga que D. J. P. fue mi principal mentor en la carrera de Literatura en la Universidad Nacional. Entonces se frotó las manos, afiló las uñas y procedió a teclear una de sus publicaciones citando mi wiki biografía con el siguiente encabezado: “Biografías en Wikipedia que parecen un chiste y no lo son”.
Fuente: El Espectador
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jgmail · 2 months ago
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Spengler y la segunda religiosidad
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Por Naif Al Bidh
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Naif Al Bidh explora el concepto de los ciclos de la civilización de Oswald Spengler, examinando cómo surgen gradualmente fenómenos culturales como la “Segunda Religiosidad” en figuras como Rudolf Steiner y Nikola Tesla, quienes contribuyeron a una síntesis entre la ciencia y la espiritualidad a medida que la sociedad lidia con las tensiones entre la modernidad y un retorno a la naturaleza y el misticismo.
Un análisis minucioso de los ciclos de la civilización de Spengler arroja luz sobre la forma en que un fenómeno social se extiende a través de la trama de una sociedad a lo largo del tiempo. Lo que resulta evidente es que un fenómeno o tendencia cultural, una vez que nace, no obtiene instantáneamente una amplia aceptación y dominio sobre la psique colectiva, sino que se parece más bien a una serie de olas que gradualmente crecen hasta que acaban inundando la conciencia colectiva de una cultura respectiva. Por ejemplo, las tendencias racionales que fructificaron en la etapa otoñal de la cultura grecorromana con Sócrates fueron vistas primero como una amenaza por las tendencias estivales dominantes y más orgánicas, de ahí que Sócrates fuera condenado a muerte. Dicho esto, estas mismas tendencias, una vez introducidas, acaban apoderándose de la cultura y se convierten en la norma en la fase tardía de una civilización con el surgimiento del “hombre socrático” como arquetipo de esta nueva tendencia. Lo mismo podría decirse del crecimiento y consolidación del fenómeno social que Spengler denominó la “Segunda Religiosidad” y que se produce en las últimas etapas de todas las culturas.
Las manifestaciones de este fenómeno se consolidaron durante los siglos XX y XXI con el auge del movimiento Nueva Era y la contracultura de la década de 1960, aunque también ha encontrado expresiones en las formas religiosas formales de Occidente, a saber, el cristianismo. Sin embargo, incluso antes de los hippies y los movimientos de la Nueva Era, Occidente ya había dado nacimiento a figuras que fueron más o menos precursores de estos movimientos. Sin embargo, la falta de conciencia histórica en un mundo hipermoderno orientado hacia el futuro conduce a una falta de comprensión y reconocimiento del pasado, de lo histórico y de nuestra continuidad con el pasado. La metodología de Spengler trasciende estas limitaciones específicas relativas al conocimiento histórico debido a su afirmación de un continuo pasado-presente-futuro. La historiografía alemana se ha visto en gran medida moldeada por el historicismo, en su libro Prophet of Declin John Farrenkopf arroja luz sobre cómo Spengler se vio en cierto modo influenciado por tales tradiciones, a pesar de que su enfoque y modelo son únicos en comparación con los historiadores profesionales y filósofos de la historia alemanes del siglo XIX. El historicismo es un término vago que los especialistas encuentran difícil de definir, pero normalmente es definido como la corriente que sostiene que todos los fenómenos son, en cierto sentido, históricos y, por lo tanto, para comprender la esencia de un fenómeno sociocultural es necesario conocer su desarrollo a lo largo del tiempo histórico.
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El movimiento del Lebensreform, reforma de la vida, fue un movimiento social que surgió en Europa a finales del siglo XIX como consecuencia del agotamiento colectivo y mental producido por la sociedad industrializada y la urbanización. El Lebensreform era una protesta contra el creciente consumismo, la mecanización y la globalización, así como contra la aceleración de la vida asociada a las sociedades industriales modernas. También tenía en cuenta el creciente alejamiento de la naturaleza como consecuencia de la industrialización. Como fenómeno sociocultural el Lebensreform no tuvo una orientación política específica y se extendió por todo el espectro político, con grupos que tendían hacia la derecha y la izquierda, así como otros que eran apolíticos. Irónicamente, muchas de las tendencias que hoy vinculamos a la política de izquierdas, como el ecologismo y el vegetarianismo, eran seguidas por muchos grupos vinculados a la extrema derecha dentro del espectro político, lo que los convertía esencialmente en “hippies de derechas”. Como fenómeno civilizatorio, la Segunda Religiosidad trasciende lo político y lo ideológico, manifestándose en todas las facetas de la sociedad. Spengler vivió para presenciar el auge y la caída del movimiento de reforma de la vida. En El hombre y la técnica, predijo el renacimiento de este fenómeno en Occidente. A este respecto, escribió: “Pero hace ya decenios que, con claridad creciente, está cambiando todo esto en los países de gran industria y antigua técnica. El pensamiento fáustico comienza a hartarse de la técnica. El cansancio se propaga, una especie de pacifismo en la lucha contra la naturaleza. Siéntese el atractivo de formas vitales más sencillas, más próximas a la naturaleza. Los jóvenes se dedican al deporte en vez de dedicarse a los ensayos técnicos. Cunde el odio a las grandes ciudades; se aspira a sacudir el yugo de las actividades sin alma, a eludir la esclavitud de la máquina, a disipar la clara y fría atmósfera de la organización técnica. Justamente los talentos más fuertes y creadores se desvían de los problemas prácticos y de las ciencias prácticas y se dedican a la pura especulación”.
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Graham Hancock describió una vez a los humanos como una especie con amnesia, una descripción que encaja bastante bien con los extraños ciclos de progreso y regresión que se pueden observar en los movimientos sociales que hacen parte de la Segunda Religiosidad. La amnesia colectiva que sufren los humanos no tarda en repetirse en ciclos generacionales. Pues, aunque el Lebensreform fue una reacción contra la primera ola de la industrialización, la modernidad, como fuerza anticultural, se consolidó aún más con la segunda ola de la industrialización. En el siglo XX, a medida que las generaciones más viejas eran sustituidas por las más nuevas en el ciclo generacional, la modernidad se apresuró a cegarlas con su inmensa y dinámica fuerza, adormeciendo de nuevo a la sociedad con el mito del progreso y su vanguardia: el culto a la ciencia. Sin embargo, el hombre, aunque paradójicamente sea un ser técnico prometeico que desafía a la naturaleza – el macrocosmos –, es también un ser que pertenece a la naturaleza y actúa como fuerza opuesta a la modernidad. En el eterno choque dialéctico entre naturaleza y cultura-modernidad, el hombre se sitúa en el centro, por lo que en las fases de mecanización y progreso material anhela un retorno a la naturaleza, a Dios y al alma. Sin embargo, en los periodos de tranquilo letargo de la naturaleza, cae presa de la interminable amnesia que padece y el ciclo se repite una vez más. Así, las guerras mundiales y la segunda fase de la industrialización que se produjeron simultáneamente adormecieron una vez más el inconsciente colectivo.
La dinámica naturaleza fáustica de la cultura occidental hizo que cada fase sucesiva de mecanización y ateísmo fuera más fuerte que la anterior. El resultado es un agotamiento colectivo que conduce a una forma más radical de reacción espiritual, pero también más expansiva y transformadora.
La Segunda Religiosidad fue un fenómeno social occidental, aunque el Lebensreform surgió en el interior del corazón de esta civilización, a saber, Alemania. El mismo fenómeno social se manifestó en Estados Unidos con el Tercer Gran Despertar. Sin embargo, la segunda oleada de religiosidad y retorno a la naturaleza de la década de 1960 se expandió hasta abarcar todo Occidente, manifestándose en toda Europa y América con la Generación Beat, la contracultura hippie y los movimientos de la Nueva Era, a medida que la “Generación Silenciosa” del periodo de entreguerras agotaba sus energías creativas tras la Segunda Guerra Mundial. El movimiento se ralentizó cuando las tendencias racionalistas y materialistas de la Generación Silenciosa o Tradicionalista volvieron a pasar a primer plano durante las guerras mundiales, pero los escritos y enseñanzas de místicos e intelectuales preservaron las tendencias del Lebensreform y el Tercer Gran Despertar allanó el camino para el renacimiento durante la posguerra de la década de 1950 y 1960.
Como fenómeno civilizatorio, estos movimientos trascienden lo político y vemos a místicos de toda clase implicados en la preservación de las tendencias antimodernas y espirituales en sus obras a lo largo del periodo de entreguerras. Entre ellos se incluyen las obras de Helena Blavatsky y el movimiento teosófico, Rudolf Steiner y el movimiento antroposófico, y místicos nacionalistas de derechas como Guido von List y Adolf Lanz, que allanaron el camino para un renacimiento del paganismo germánico: la ariosofía y el wotanismo. En la extrema izquierda del espectro, quizá uno de los pensadores más influyentes del movimiento Lebensreform fue el anarquista tolstoiano Wilhelm Diefenbach y la continuidad de sus enseñanzas en las obras de Gustav Gräser y Hugo Höppener que tuvieron impacto en los movimientos contraculturales de la década de 1960.
Como sostenía Spengler en La decadencia de Occidente, las tendencias artificiales y racionalistas de una cultura que envejece acaban encontrándose con el surgimiento de contraculturas que presentan características similares en todas las culturas. La bohemia y el vagabundeo, el rechazo de los modos de vida convencionales, fueron en aumento en Europa durante el siglo XIX y principios del XX. Durante la segunda oleada se manifestó a escala mundial con el auge del movimiento hippie y el escautismo. El vegetarianismo, el ecologismo, el minimalismo y la vuelta a la naturaleza en contraposición a la ciudad y la vida urbana son características de este tipo de movimientos, tal y como reflejan sus homólogos en culturas anteriores. Los cínicos grecorromanos presentaban características similares y también fueron moldeados por movimientos y cultos espirituales equivalentes, como los órficos y los pitagóricos.
Los Misterios de Eleusis, que eran esencialmente rituales de iniciación en algunos cultos griegos, también hacían uso de psicodélicos y sustancias que alteran la mente, como el kykeon, para alterar el estado de conciencia en tales contraculturas. Los recientes trabajos de Brian Muraresku y Ammon Hillman han arrojado luz sobre el uso de psicodélicos en los cultos mistéricos grecorromanos, que nos dan una mayor comprensión de la Segunda Religiosidad que se había producido en esa cultura respectiva. La cultura mágica o judeo-cristiana-islámica en Oriente Medio fue testigo de la aparición del sufismo y la proliferación de grupos esotéricos secretos como los Hermanos de la Pureza. Algunos grupos de los musulmanes nizaríes incorporaron el hachís a su tradición, que siguió formando parte de su estilo de vida con el surgimiento de los Hashashin-Asesinos durante las Cruzadas.
Spengler hizo hincapié en que las culturas atraviesan ciclos vitales similares, pero el símbolo primordial único o ethos de cada cultura conduce a la manifestación de estos fenómenos sociales a través de formas diferentes. Occidente reflejó precisamente eso con el uso de psicodélicos durante el auge de la contracultura en la década de 1960, como el LSD y las setas de psilocibina. Otro rasgo común de la Segunda Religiosidad es el surgimiento de religiones sincréticas, o movimientos espirituales, por los que la cultura no sólo revive la fe y los sistemas de creencias primordiales, como el paganismo germánico y celta en Occidente, sino que también absorbe formas espirituales de otras culturas vecinas y las fusiona con las formas religiosas contemporáneas. El dinamismo extremo del espíritu fáustico ha conducido al surgimiento de una forma radical de sincretismo en Occidente, que se observa en el hecho de que movimientos como el Lebensreform, los Grandes Despertares estadounidenses y los movimientos New Age absorbieron elementos del hinduismo, el cristianismo restauracionista, el budismo, el taoísmo, el sufismo, el paganismo y las religiones nativas americanas. A este respecto, Spengler dijo: “Empiezan a resucitar el ocultismo y el espiritismo, las filosofías indias, las cavilaciones metafísicas de matiz cristiano o pagano, todas cosas que eran despreciadas en la época del darwinismo. Este es el talante de Roma en la época de Augusto. Por ahitos de vida, huyen los hombres de la civilización y buscan refugio en continentes más primitivos, en vagabundajes, en el suicidio. Comienza la fuga de los directores nativos ante la máquina”.
El movimiento del Lebensreform y las contraculturas de la década de 1960 han dejado su huella en la cultura occidental, pero la naturaleza amnésica del hombre ha conducido a otra fase de mayor mecanización y progreso tecnológico con un retorno a las tendencias hiperracionales y materialistas. Según el modelo de Spengler, sin embargo, esto también conducirá a otra oleada de Segunda Religiosidad. Para Spengler, todas las culturas, como todos los fenómenos orgánicos, no son inmortales y en algún momento tendrán que enfrentarse a su muerte o realización. La religiosidad enérgica e ingenua de una cultura joven acaba siendo sustituida por la racionalidad de su fase de crecimiento. A medida que una cultura se acerca a su vejez y se da cuenta de la realidad de la muerte, vuelve de nuevo a la espiritualidad y a la naturaleza. Además, según Spengler, los ciclos dialécticos del materialismo y la espiritualidad que se vienen produciendo en Occidente desde el siglo XIX se necesitan irónicamente el uno al otro. Según él: “El materialismo no estaría completo sin la necesidad de libertarse en algunas ocasiones de la tensión espiritual, incidiendo en místicas contemplaciones, practicando cierto culto, para gustar, en intima liberación, el encanto de lo irracional, de lo extraño, de lo raro y, si es preciso, de lo absurdo”.
La época actual, impregnada de tecnología, es una época de extrema tensión intelectual. El crecimiento exponencial de la modernidad y su carácter expansivo también han extendido esta tensión por todo el mundo. A ello seguirá, sin duda, otro retorno a la espiritualidad y a la naturaleza, que el estado de ánimo actual anhela. Aunque dialéctico en su forma inicial, el choque entre los racionalistas y las tendencias espirituales acabará con una victoria de la religiosidad a medida que Occidente se acerque a su etapa invernal. Esto conllevará un cambio de paradigma de proporciones significativas que, en esencia, repercutirá en los muchos otros órganos de la cultura occidental, como las formas políticas y científicas. En ese frente, Spengler predijo ambiciosamente la caída de la ciencia, que irónicamente se produce desde dentro del mundo científico.
En la revolucionaria obra de Thomas Kuhn sobre la historia de la ciencia, La estructura de las revoluciones científicas, se dice que la concepción moderna de la ciencia, como un desarrollo lineal-progresivo, era errónea y no reflejaba la verdadera naturaleza cíclica del desarrollo científico. Kuhn sostenía que las ciencias atraviesan ciclos, empezando por una fase de pre-paradigmática o pre-científica, que se caracteriza por la falta de consenso en cuanto a la metodología y la incongruencia de sus propuestas teóricas. Sin embargo, llega a su punto álgido en el periodo de “ciencia normativa”, cuando la comunidad científica tiene consenso sobre un paradigma general, un marco teórico y una metodología. En este período, el modelo tiene éxito hasta el punto de que las anomalías que antes eran incomprensibles se aclaran y, por lo tanto, el paradigma gana respetabilidad intelectual. Con el tiempo, el paradigma se acerca a un periodo de crisis en el que determinadas anomalías no pueden explicarse mediante el enfoque científico dominante y acaba siendo sustituido por un nuevo paradigma a través de una revolución científica o cambio de paradigma. El modelo de Kuhn es compatible con el argumento de Spengler sobre la transformación de las ciencias occidentales en el siglo XXI. Spengler sostenía que el fin de la ciencia racional se producirá cuando “caiga sobre su propia espada” y ese fue precisamente el programa de unificación de las ciencias que impulsaron los Positivistas Lógicos en su momento: “La física teorética, la química, la matemática, consideradas como conjuntos de símbolos: he aquí la superación definitiva del aspecto mecánico por una visión cósmica que vuelve a ser religiosa. Es la última obra maestra de una fisiognómica en la cual se deshace la sistemática, como expresión y símbolo”.
La convergencia de las ciencias acabará dando lugar a un cambio de paradigma que reintegraría las ciencias con las tendencias intuitivas de la Segunda Religiosidad. Al igual que las contraculturas que surgieron durante los siglos XIX y XX, se han producido simultáneamente desarrollos que podrían considerarse precursores de este cambio de paradigma científico. Entre ellos están los trabajos de Nikola Tesla, que no estaba convencido de las teorías de su época sobre la electricidad y el magnetismo y sostenía que, aunque una teoría pudiera explicar hechos con exactitud, no deberíamos asumir que es necesariamente cierta. Con respecto a la electricidad, Tesla argumentó: “Me adhiero a la idea de que existe una cosa a la que hemos tenido la costumbre de llamar electricidad”. Sugiere que esta “cosa” es el mítico éter, el quinto elemento: “Lo que es más importante, la teoría electromagnética de la luz y todos los hechos observados nos enseñan que los fenómenos eléctricos y etéreos son idénticos. Por lo tanto, la idea de que la electricidad podría llamarse éter surge de inmediato”.
Más allá de Tesla, las obras de Walter Russell también arrojan más luz sobre este tema específico de la transformación y la unidad de las ciencias en Occidente. Su libro The Secret of Lightes más o menos un manifiesto de la nueva ciencia que se avecina. Russell proporcionó una nueva y controvertida tabla periódica de los elementos que sintetiza todos los elementos en una unión holística, lo que supone un cambio radical respecto a la tabla periódica estándar aceptada por los químicos profesionales. Russell hizo algunas afirmaciones radicales, como la noción de que “toda la energía [viaja] en ondas” y que el universo consiste en “ondas en movimiento” y que “no existe otra cosa sino las vibraciones”. Russell sostenía que la unidad y el matrimonio de la ciencia y la religión allanarían el camino para la evolución espiritual de los seres humanos en la “Nueva Era”.
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Steiner también hizo aportaciones específicas en este frente concreto como defensor de la concepción de la ciencia de Goethe: la ciencia goetheana. Spengler distinguió entre lo que denominó la “ciencia newtoniana” y la “ciencia goetheana”. La primera disecciona para comprender como funciona el fenómeno natural y se basa en el principio de la causalidad y estudia la lógica del espacio como las “cosas-que-son”. La segunda observa el fenómeno natural como forma y no como función, se basa en “la idea del destino” y observa la lógica del tiempo como las “cosas-que-serán”. Lo que Spengler está describiendo podría observarse en la crítica o escepticismo de Goethe hacia la teoría del color de Newton, como se ve en su Teoría del Color, que se basa técnicamente en la experiencia humana en contraposición al enfoque teórico de Newton, que según Goethe no nos permite comprender el fenómeno tal y como es. El choque entre estas dos formas de ciencia se observa también en la diferencia entre las concepciones de la evolución de Goethe y Darwin. Spengler sostenía que el estudio morfológico de la “Naturaleza viva” de Goethe excluía la idea de causalidad, que era, por supuesto, un principio crucial en la teoría evolutiva de Darwin y su concepto de selección natural, que Spengler denominaba una “zoología pragmática”.
A medida que nos acerquemos al final de lo que Spengler llamó la “concepción materialista del mundo, el culto a la ciencia, la utilidad y la prosperidad”, las ciencias separadas se acelerarán unas hacia otras y convergerán hacia una conclusión y un resultado armonioso: “Vamos a una perpetua identidad de los resultados y, por lo tanto, a una mezcla de los mundos de formas. Esta síntesis representa por una parte un sistema reducido a escasas fórmulas fundamentales compuestas de números funcionales; por otra, un pequeño grupo de teorías quedan nombres a esos números. Por último, estas teorías serán reconocidas como mitos encubiertos, nacidos en la época primera de la cultura; y a su vez podrán y deberán reducirse a algunos rasgos esenciales de carácter imaginativo, pero de significación fisiognómica”.
Esto se explica en términos sencillos imaginando la fusión de la ciencia goetheana con las obras de Russell y Tesla, lo que conduce a una nueva forma científica que es innatamente multidisciplinaria y armoniza todas las ciencias. Este proceso armonizador se expande a la tecnología, y se conecta simultáneamente con una nueva cultura emergente encarnada quizás por la Segunda Religiosidad. Los resultados de la convergencia de las ciencias conducirán finalmente a una suma de símbolos, que ya es evidente en la obra de Steiner, Russell y, hasta cierto punto, Tesla. En otras palabras, Spengler sostenía que el cambio de paradigma encontrará esencialmente un vínculo entre las teorías y leyes científicas occidentales y el simbolismo propio de la cultura occidental durante su primavera. Esto dará lugar a nuevas preocupaciones. En lugar de plantear las preguntas habituales de las ciencias dominantes, la tarea consistirá en preguntarse por qué surgieron estas formas en la cultura occidental fáustica, de dónde proceden y cuáles son los significados ocultos tras estos símbolos y formas.
Karl Jaspers acuñó el término “edad axial” para describir las revoluciones filosóficas y religiosas ocurridas en el mundo euroasiático entre los siglos VIII y III a.C., que han dado forma a todas las religiones del mundo. Jaspers la describió como “un interregno entre dos épocas de gran imperio, una pausa para la libertad, una respiración profunda que alberga la conciencia más lúcida”. Más allá de la primera edad axial, Jaspers también describió el potencial de una segunda edad axial, que comenzó alrededor del siglo XVIII y continúa hasta este periodo, que acabaría allanando el camino para un cambio de paradigma cultural a escala planetaria. Steiner también introdujo su propia filosofía de la historia, determinada por entidades espirituales superiores: los “Archai” y los “Arcángeles”. Irónicamente, su propio modelo se solapa casi a la perfección con la Decadencia de Occidente de Spengler y la era neoaxial de Jaspers, ya que también sostenía que nos encontramos en la cúspide de una nueva época. Sin embargo, Steiner era más optimista que Spengler. Al igual que Jaspers, creía que la humanidad tenía la capacidad espiritual de elevarse a un nivel superior de conciencia. Ese es también el caso del historiador británico Arnold Toynbee, a quien a veces se considera el equivalente británico de Spengler. Tras una serie de desafíos y de respuestas a estos desafíos naturales o sociales, una sociedad acaba acercándose a la decadencia, a la que entonces se responde con cuatro posibles respuestas: el arcaísmo, el futurismo, el desapego y la trascendencia. Para Toynbee, los dos primeros enfoques, que proliferan de forma bastante significativa en la actualidad, no hacen sino acelerar el declive, aunque por medios diferentes; el tercero es también una aceptación pasiva del declive. Sin embargo, el último, que está relacionado con la Segunda Religiosidad de Spengler, puede que no prolongue la vida de una sociedad, pero potencialmente podría sembrar las semillas para que surja una nueva cultura orgánica.
Fuente: https://www.arktosjournal.com/p/spengler-and-the-second-religiousness?utm_source=publication-search
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filosofandoconval07 · 3 months ago
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Una mirada instrospectiva a la globalización
La globalización, más que un simple fenómeno económico, político y social, llega a ser una experiencia profundamente humana y existencial que nos lleva a confrontarnos con preguntas en cuanto a lo que verdaderamente somos, cual es nuestra identidad y el sentido de existencia en un mundo que se mueve a una velocidad desenfrenada. Desde sus inicios con el descubrimiento de América, se permitió el intercambio cultural conllevando muchos factores tanto favorables como desfavorables, pues bien, la historia nos muestra una globalización que en sus inicios comienza a ser devastadora con la traída de enfermedades, muertes, esclavitud y religión pero que a su vez trae una riqueza a nivel de la gastronomía, la agricultura, el arte y la tecnología, dando la oportunidad al hombre de ser un “ser innovador”. la cultura que alguna vez nos definió a las personas en función de nuestras raíces llega a ser influenciada por culturas extranjeras y muchas veces impuesta por las fuerzas dominantes. Esto permite caer en cuenta de cómo la interconexión global nos hace llegar a una paradoja donde nunca hemos estado tan cerca de los demás, y al mismo tiempo, nunca hemos sentido tantas divisiones internas, culturales y emocionales. Pues no mas el simple avanzar tecnológico ha conllevado a la mezcla de identidades y estándares que toman rienda posicionándose como protocolos establecidos y estereotipos imposibles de alcanzar.
La globalización mirada desde una parte filosófica y existencial desafía la idea de quienes realmente fuimos, somos y seremos, en lo personal me lleva a cuestionarme ¿Quién soy en este vasto mas de identidades? ¿Cuál es mi esencia y como puedo encontrarla cuando todo a mi alrededor esta cambiando tan rápido? Realmente no lo sé, ahora más que nunca comprendo la frase de Sócrates “Solo sé que nada sé” pues en este mundo que avanza de una forma tan apresuradamente y que nos obliga a adaptarnos rápidamente a nuevas realidades nos remonta a la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies en el que sobrevive el que mejor se adapte. Vivimos una era de sobreexposición a estímulos, al consumo, a la sobre información que nos llevan a cuestionar interrogantes sobre el sentido de la vida.  ¿Cuántas de nuestras decisiones son realmente nuestras? ¿Cuántas de esas decisiones están condicionadas por tendencias globales, por aspiraciones que otros han implantado en nosotros? Llegando muchas veces a perder de vista lo que realmente tiene sentido. Por otro lado, la globalización nos confronta con una realidad interconectada por todos los seres humanos y los problemas que enfrentamos como sociedad y especie. Aspectos como el cambio climático, las desigualdades, la perdida cultura, el sobre consumo y la competencia haciéndonos reconectar que estamos vinculados con otro pero que así mismo somos netamente responsables de lo que pasa en el mundo. ¿Qué mundo estamos construyendo? ¿Qué mundo tendrán nuestras próximas generaciones? ¿Es un mundo agradable de evolución saludables o por el contrario hostil y desalineado?
Como conclusión, la globalización trae consigo una reflexión sobre nuestra relación con el mundo y los demás, nos desafía a cuestionarnos y encontrar un equilibrio ante esta dualidad de pros y contras, de ventajas y desventajas, de amenazas y fortaleza que trae con ella, un equilibrio entre la preservación de lo que nos hace auténticos, únicos y lo que nos une como especie y sociedad. No podemos impedir la globalización pues es un fenómeno que nos ha acompañado desde nuestros orígenes, pero si nos permite reevaluarnos como estamos viviendo este proceso individual y colectivo. Finalizando ya, considero que el truco no es solo saber navegar en este mundo de constantes cambios si no mantener ese sentido mayéutico que tanto nos ha caracterizado, la capacidad de reflexionar, de sentir, de conectar con niveles profundos y de vivir esta experiencia humana tanto física como emocional desde la sabiduría, el amor y el cuestionamiento.
"En medio de la vorágine global, la reflexión se vuelve un acto de resistencia, pues solo al cuestionarnos a nosotros mismos podremos darle un verdadero sentido humano a la interconexión mundial" (Bauman, 1998).
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