#gustosa
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Garfield una missione gustosa
È famiglia
♡(> ਊ <)♡
#pensieri per la testa#persa tra i miei pensieri#film#movie#cinema#Garfield#Garfield una missione gustosa#baby garfield#occhioni#cucciolo#lasagna#famiglia#fame#mangiare#goloso#appetito#affamato#cibo#dolcezza#tenerezza#family#gatto#gatto arancione#columbia pictures#odie#cute#garfield 2024#garfield movie#garfield film
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#nonsolobici#bicicleta#Lavoro e nutrizione Herbalife Nutrition è gustosa#ricca di sostanze nutritive e richiede poca o nessuna preparazione. La nostra colazione e
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afterglow
pairing. enzo vogrincic x reader
cw/tw. angst, fluff, diferencia de edad no especificada, enzo tarda pero se comunica, pronombres femeninos
word count. 2.3k+
observabas a enzo reír en medio de una conversación con esteban, el característico brillo de sus ojos avivado por la chispa de la charla. estabas sentada en un sillón con un vaso de limonada, habiendo bailado solo unos minutos antes con tu novio. cansada, decidiste tomarte un breve descanso.
juani aparece en tu campo visual, eclipsando al otro par de hombres. "¿todo bien?" pregunta, pronunciando tu nombre con una ligera sonrisa amigable.
"con hambre nomás. espero que la cena llegue prontito", respondiste, devolviendo la sonrisa. el oji celeste te ofreció un bocado de su snack, el cual aceptaste gustosa. "gracias. por cierto, aún estoy un poco enojada contigo por la recomendación de 'robot dreams'. yo no olvido ni perdono", bromearon juntos, mientras él te miraba con diversión. la película había provocado un remolino de pensamientos en tu cabeza durante al menos veinte minutos.
"¿me vas a negar que es alta peli?"
"alta peli para ver en plena crisis existencial y encontrar otra razón para contemplar el suicidio como opción", respondiste, provocando una risa en juani.
"quizás, solo quizás, tengas un poquito de razón", admitió, juguetón.
alzaste la palma en señal de que se detuviera y negaste con la cabeza. después de beber un sorbo de tu limonada, añadiste: "nunca más tomaré una recomendación tuya en el futuro, rata", apuntándole con el dedo en un gesto fingido de enojo, mientras juani llevaba ambas manos al pecho, simulando estar herido.
“sos una llorona, vos me hiciste lo mismo con esa peli del chico del internado.”
“¡sí pero yo te advertí!” dices y tomas la última gota de tu limonada mientras te encoges de hombros.
enzo, quien estaba al tanto de tu diálogo con caruso en la lejanía, dirigió su mirada hacia tu figura en el sillón una vez más. un atisbo de inquietud cruzó sus ojos al notar la conexión entre tú y el oji celeste. alzó una ceja luchando contra la incertidumbre de qué es lo que te tenía tan cautivada en la conversación con juani. tras un breve pero intenso instante de contemplación, decidió acabar con su duda y se disculpó con esteban para empezar a caminar hacia tu dirección.
se acercó al lado de juani y colocó una de sus manos en su hombro con más firmeza de lo habitual, sin que este realmente lo note, tu sonrisa creció ante la imagen de tu pareja. pronunciaste "amor" con ternura, acompañado de un saludo de mano, antes de continuar con la conversación con el argentino.
"dejemos tu llanto de lado. decime qué es lo que te gustó más de la peli.”
enzo los escuchó por un par de minutos más, tratando de comprender de qué se trataba. rápidamente entendió que se referían a una película que habías visto recientemente, pero él no, a veces hablabas sobre temas que realmente él no podía seguir por su escaso conocimiento al respecto. a pesar de su esfuerzo por disimularlo un sentimiento de incomodidad lo estaba empezando a molestar, se quedó en silencio observando desde la periferia.
todo tipo de pensamientos llenaban la mente de enzo, sobre la brecha generacional existente entre tú y él. "es normal que entables una conversación tan fluida sobre un gusto en común con alguien cercano a tu edad," pensó con un deje de pesar. le dolía imaginar que la diferencia de edad podría alejarte de él, aunque solo fuera en aspectos insignificantes. anhelaba comprender tu mente, el amor y la devoción por ti lo colocaban en esta situación incómoda. ¿su edad poco a poco te alejaría de él?
cuando los chicos avisaron que la cena había llegado, todos se dirigieron al grupo para disfrutar de la comida y de una conversación interminable durante la siguiente hora. sin embargo, enzo se quedó sumido en esa preocupante idea, que daba vueltas y más vueltas en su cabeza. podía responder con simpatía a las conversaciones en el grupo pero era claro que su actitud cambió, y no se podía encontrar aquella chispa en sus ojos.
al notar esto, la preocupación se apoderó de tu cuerpo, como una sombra que se cernía sobre ti. enzo esquivaba tu mirada, sus ojos evitando encontrarse con los tuyos, manchando tu corazón de azul con cada segundo de silencio.
bajaste la mirada a tu plato, sintiendo una sensación de malestar formándose en tu estómago. te sentías perdida, sin saber cómo abordar la situación. llevaste tu mano a su pierna con un leve apretón seguido de lentas caricias, buscando desesperadamente algún indicio de respuesta en él.
probaste un bocado de tu plato, intentando mantener la compostura, consciente de que no querías que el ambiente en la reunión decaiga. los chicos notarían si algo andaba mal, y eso era lo último que querías. sin embargo, tu mano seguía moviéndose en enzo, sin lograr generar reacción alguna en el uruguayo.
¿habías hecho algo mal? ¿qué dijiste o hiciste para causar su indiferencia? te hallabas remando entre todas las posibles opciones, sintiendo cómo la incertidumbre te envolvía en un mar de dudas.
pronto la reunión llegó a su fin; despedirse del grupo se convirtió en una tarea que les llevó más de un par de minutos, prolongándose en un tenso adiós. finalmente, se encaminaron hacia el auto de emanuel, que se ofreció a llevarlos al hogar del actor. te acomodaste, con la mirada fija en la ventana, mientras movías los dedos de tu mano en un tic nervioso, anticipando la charla que te esperaba en casa con tu novio.
enzo empezó una conversación con emanuel y su pareja, y tú te excusaste con una vaga explicación sobre el cansancio que sentías. sin embargo, bajo esa fachada de tranquilidad, la incertidumbre se apoderaba de ti.
unos quince minutos después, llegaron al apartamento. fuiste directamente a dejar tu bolso en el mueble, y finalmente, decidiste romper el silencio que se había vuelto más opresivo con cada paso que daban.
"¿qué está pasando?", preguntaste, buscando desesperadamente el contacto visual con enzo, anhelando que sus ojos te buscaran con la misma intensidad que tú a él. cruzaste los brazos, una barrera improvisada para protegerte y reunir fuerzas para lo que podría ser tu primera discusión real con enzo. "todo iba bien. te dejé hablando con kuku y de repente comenzaste a actuar extraño. ¿estás enojado conmigo?", dijiste, enfrentando el problema directamente, aunque te costara un gran esfuerzo.
"no lo sé, lo siento. no quería arruinarte la noche", se disculpó enzo, con la mirada gacha y la voz cargada de pesar.
negaste con la cabeza, sintiendo cómo se desvanecían tus ánimos al mirar al suelo. "debes saberlo. me has ignorado toda la noche. algo debe haber pasado, algo debo haber hecho", insististe, el nudo en tu garganta haciéndose más apretado con cada palabra.
"vos no has hecho nada, te lo juro", respondió enzo, pero su voz sonaba distante, como si estuviera luchando contra algo más que una simple discusión.
"¿por qué te está costando tanto?” la pregunta salió de tus labios mientras esperabas desesperadamente una respuesta que nunca llegaba. “¿estás celoso de juani, es eso?”
enzo negó rápidamente con la cabeza. podría estar consumido por sus inseguridades, pero no jugaría contigo ni con la confianza que habían establecido en su relación. entonces, ¿por qué no podía enfrentarse al elefante en la habitación y discutirlo contigo? "yo confío en vos. no tiene nada que ver con juani", respondió, aunque sabías que había más detrás de sus palabras de lo que estaba dispuesto a admitir.
"si confías en mí, ¿por qué no me dices qué está pasando? somos adultos, en. podemos arreglarlo", insististe, tratando de mantener la calma.
"somos adultos", enzo repitió tus palabras, finalmente respondiendo a tu mirada. “lo siento. aquí el único problema soy yo."
sacudiste la cabeza y te acercaste a él. "no, en. pero tenemos que hablar. siempre lo hacemos. no somos nada sin hablar", afirmaste con determinación.
enzo asintió y tomó tu rostro con ambas manos, suspirando con amor y tristeza al mismo tiempo. una mezcla de emociones se reflejaba en sus ojos al ver tu esfuerzo por sonreír, aunque aún cargabas con la ansiedad.
"tenés razón. no somos nada sin hablar. he sido un boludo ¿no?", admitió enzo, mientras tú asentías con una sonrisa, las lágrimas amenazando con escapar de tus ojos. "no llores, amor. realmente no has hecho nada", dijo, buscando sonar lo más sincero posible, porque realmente lo estaba intentando.
"pero dime", insististe, anhelando entender qué estaba pasando en su mente.
"siento que mi edad me está alejando de vos", confesó finalmente enzo, revelando el tormento que había estado inundando su mente durante gran parte de la noche.
la sorpresa te embargó por unos segundos, y moviste la cabeza en negación una vez más. "eso no va a pasar, enzo. yo te amo", afirmaste con firmeza.
"yo también te amo, mi amor. pero me está poniendo de los nervios no poder compartir algunas cosas contigo, no poder involucrarme. estar ahí no es suficiente. necesito hacerte saber que sos escuchada y que cada palabra que decís me interesa e importa", confesó enzo, abriéndose de una manera que te hizo sentir aún más cerca de él. “¿y sí encuentras a alguien que sí comprenda hasta las cosas pequeñas que yo no?”
muchas personas afirman que enzo es alguien serio, que mantiene constantemente sus sentimientos bajo control. puede que no estén completamente equivocadas al decir que tiende a mantener un perfil bajo, pero es una mentira para aquellos que realmente lo conocen, que en realidad, él comparte cómo se siente y demuestra constantemente cuánto ama, cuida a las personas que le importan. es desgarrador darse cuenta de que había estado sintiéndose así, y que no habías podido hacer nada para calmar su preocupación. es válido que una inseguridad lo embargue.
respiras profundamente, y una lágrima resbala por tu mejilla. "me siento escuchada y amada por ti cada vez que te digo literalmente cualquier cosa, y tú estás siguiendo la conversación. o incluso si no lo haces, porque es algo que desconoces. nunca podría pensar en dejarte, ¿te das cuenta cuan feliz me haces? he dicho cada palabra con cada gramo de honestidad en mi cuerpo. no te culpo por haberte sentido así, puede que ambos lidiamos con pensamientos parecidos pero estamos para resolverlas juntos, ¿no?"
enzo asiente con una sonrisa ligera, dejando escapar algunas lágrimas que rápidamente limpiaste. el uruguayo observa tus movimientos con ternura, sus ojos reflejando un torbellino de emociones. luego, tomó tus manos con las suyas y las acercó a sus labios, besando delicadamente tus nudillos.
“sos demasiado increíble.” dice con una sonrisa que refleja todo el cariño que siente por ti, deposita un beso en tu mejilla y termina con la tarea de limpiar tus lágrimas. “te debo una disculpa amor, de cualquier manera no debí de ignorarte como lo hice, no te mereces ese trato nunca, por más triste que esté o lo que sea. saqué todo de proporción y lo siento, jamás quiero ser la razón de tu tristeza.” expresa honestamente.
“está bien, gracias por decirme, siempre estoy.” replicas y rodeas su cintura con tus brazos, enzo inmediatamente responde al abrazo y apoya su cabeza en tu hombro. “te amo.” a veces parecía que un abrazo podía decir más cosas que un beso o cualquier otro tipo de caricia, ¿no?
“yo también te amo, mucho.” las sonrisas en los rostros de ambos crecen significativamente,
“¿qué te parece si vemos una peli? la que vos quieras.” enzo propone y asientes. caminan hacia el mueble donde se ponen cómodos, apoyas tu cabeza a su hombro mientras piensas
“qué tal… ¿’flipped’?” enzo pronuncia rápido y entusiastamente un sí, tomas el control de la tele para reproducirla.
“¿es nueva?” pregunta, curioso por descubrir más sobre la película que habías elegido.
“para nada, es del 2010 y transcurre en los 50.” le respondes y antes de dar play comentas; ���ahora que pienso, mis películas favoritas transcurren en el siglo pasado ¿tendrá un mensaje oculto?” él sonrió, acostumbrado a tus análisis profundos sobre prácticamente todo lo que te rodeaba, especialmente cuando se trataba de encontrar coincidencias y significados.
“¿qué sos una amante del siglo xx? con razón estás conmigo.” bromeó el mayor, provocando una suave risa en ambos mientras él recibía un golpe suave en la pierna por tu parte.
“sí, pero además de eso.” respondiste, con un destello de complicidad en tus ojos.
“los escenarios son muy lindos, te doy un punto por tu buen gusto.” enzo elogia, evocando en su memoria todas las películas situadas en aquella época.
“¿cuántos llevo?” cuestionas juguetonamente.
“331 y contando.” responde enzo con una sonrisa cómplice.
“vamos por más.” presionas finalmente play y te recuestas una vez más junto a él, listos para sumergirse en la historia que les esperaba en la pantalla.
enzo te observa con palpable cariño cuando realizas una acotación sobre alguna escena que llama tu atención, adora tu habilidad para transformar un momento tenso en el largometraje en uno lleno de risas, la manera de compartir todo lo que piensas, sin reservas, tu autenticidad inundando la habitación y su corazón.
para el final de la película, ya pasada la medianoche, culpando al cansancio acumulado y al calor reconfortante del cuerpo de enzo, te quedas dormida a pocos minutos del desenlace. el castaño nota tu suave respiración y la tranquilidad que ha invadido tu rostro mientras duermes, y decide seguir el mismo rumbo. con cuidado, apaga la televisión y se recuesta a tu lado, atrayéndote hacia él en un abrazo protector y cálido.
una sonrisa tierna se dibuja en sus labios mientras acaricia suavemente tu cabello. es un momento de paz y conexión, una imagen de serenidad y amor, donde el simple acto de estar juntos es suficiente para llenar sus corazones.
con un suspiro de satisfacción, enzo cierra los ojos y se deja llevar por el dulce abrazo del sueño, sabiendo que no hay lugar en el mundo donde prefiera estar más que junto a ti.
w/n: gracias a quien me mandó la request 🤍 aunque siento que en el camino me desvié, el resultado me ha gustado mucho :D pueden mandarme más ideas, aprovechen mis semanas de vacaciones 🫡
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Ti penso in modo osceno
Non posso fare a meno di toccarmi, quando penso a te. Quando ci vediamo? Presto, per favore: liberati di tua moglie con una scusa, stasera. Sei la mia adorata ossessione. Voglio la tua pelle e il tuo odore addosso. Desidero appassionatamente prenderti in bocca. Mi urge pomparti e infine sentirti pulsare felice, mentre godi e vieni. Perché è solo quando mi sborri in gola che io sono felice e piena di pura gioia. E sai che inghiottirò avida tutto il tuo seme, che tu sia benedetto. Perciò, per favore astieniti dai rapporti con lei e preparane tanto. Destinato a me. Solo a me.
Vieni qui e metti la mano sulla mia fregna: sentirai come s'apre in automatico, per te. Poi pian piano, senza farmi toppo male, infilacela bene tutta dentro. Lo voglio tanto. Inizialmente frugami, fa’ che io inizi a lubrificarmi e a muovere il bacino per riceverla meglio tutta. Ti accoglierò lieta. Ribadisci con i fatti ciò che già sappiamo: la passera che porto tra le gambe non è mia, è tutta per te. Soltanto per te. Io te la tengo semplicemente in caldo, sempre accuratamente rasata, ben pulita e profumata. Poi preparamela, leccamela a lungo, allargamela, fammi bagnare e infine soddisfami. Infilami il tuo cazzo tutto fino alla base, spingendo forte.
Quindi resta così, immobile dentro di me. Mentre ci baciamo lingua in bocca ininterrottamente per almeno cinque, dolcissimi minuti. Quindi, muoviti e divertiti come ti pare. È solo roba tua: usala a piacere e abusa liberamente di me. Stringimi forte sotto di te e immobilizzami col tuo corpo di maschio prepotente. Fammi capire che sei tu quello che comanda. Imprigiona le mie mammelle con le tue mani e strizzale. Fortissimo: dovrò gridare di dolore. Tienimi allargate le natiche e sputaci dentro, tira fuori il tuo membro dalla fica e sii padrone deciso: senza esitare, mettimelo in culo di colpo.
Sentirò un dolore sordo, lancinante: tu dammi dieci secondi per sopportarlo. Perché soltanto così intanto sentirò benissimo come il mio vero Signore mi sfonda l'ano, per star comodo nel mio culo quanto vuole. In seguito, inizia pure la danza adorata, stantuffando dapprima lentamente. Poi, mentre provo la più gustosa sensazione di dolore misto a piacere che esista, procedi come un treno a sfondarmelo senza pietà. Fammi uscire di testa dal piacere, fammi sentire che sono una vera puttana. E godi dentro di me. Sborrami dentro senza timore. Inondami. Dammene tanto. Ti penso sempre; innocentemente tua.
RDA
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Perderse en ti.
Es simple
el perderse en ti,
tan simple como mirar,
tan simple como sentir.
Lo hago en tu risa,
alocada;
lo hago en tus hoyuelos,
que son divinidad sagrada.
Es inevitable
el querer hacerlo,
inevitable como respirar,
inevitable como el anhelo.
Lo hago en tus rulos,
de cielos estrellados;
lo hago en tu sonrisa,
de jodido pecado.
Es imposible
el evitarlo,
imposible como volar,
imposible como callarlo.
Pero contigo
lo imposible adquiere otro matiz,
todo se vuelve posible
en esta vida por ti.
Pero contigo
lo simple se vuelve arte,
no hay nada común
si tú te ríes y me siento en Marte.
Pero contigo
lo inevitable es una tortura gustosa,
me lanzo de cabeza al río
y comienzo mi prosa.
Katastrophal
#notas#frases#citas#escritos#caostalgia#textos#pensamientos#amor#katastrophal#poema#poesia#poetic#quererte#eres arte
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Oggi pomeriggio hanno fatto i complimenti al pasticciere per la crema di ricotta preparata, il tizio gli diceva che "la ricotta [i dolci con la crema di ricotta] più buona del paese ce l'hai tu"; il pasticciere gli ha risposto che è come sempre e che ora la preparo io ed io ho risposto: tutte le bestemmie che le dico l'hanno resa più gustosa.
#un giorno farò un post dove spiegherò tutto il procendimento della crema di ricotta#che fondamentalmente è ricotta e zucchero#ma nel mezzo ci sono un sacco di cristi e madonne
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Mis manos gustosas buscarían tus cicatrices, pero en realidad ese sólo sería un pretexto para amarte de una manera más real, más profunda y para entenderte de una manera más íntima y personal.
Efimera Lunar Intemporal
#neuroconflictos#efimera lunar intemporal#marzo 2024#escritos#citas#notas#frases#pensamientos#textos#amor#escrituras#tristeza
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MAI MANGIARE INSETTI?
Mi viene chiesto di commentare il seguente post, che io riporto solo per iscritto senza rebloggare, perché a fare brainshaming si va sempre poco lontano.
MAI mangiare insetti. Neanche per divertimento….! Gli insetti contengono chitina che non può essere elaborata dal nostro intestino. Ma la chitina è un polisaccaride molto gustoso per cancro, parassiti, muffa e quasi tutto ciò che provoca malattie. Chitin fa parte del suo edificio. Contengono anche steroidi metamorfici e soprattutto ekdisterone. Questo non è cibo per "mammiferi". Solo gli uccelli possono lavorare in sicurezza il cibo per insetti Il sistema digerente degli uccelli è molto diverso dal nostro. Inoltre, gli insetti contengono una grande quantità di metalli pesanti e sono letteralmente una calamita per i pesticidi. ✏�� Pavel Štástka
Procediamo per punti.
La chitina è sì un polisaccaride ma, appunto, non digeribile... quindi è da considerarsi alla stregua delle fibre, così tanto importanti per la salubrità delle notre funzioni intestinali.
Inoltre costituisce la matrice della struttura cellulare dei funghi e nessuno mi sembra che abbia mai rotto il cazzo avuto da ridire... per concludere molti studi suggeriscono addirittura un effetto positivo sul microbiota [X]
Ah... e su 100g di farina di grillo ce ne sono solo 5 grammi, comunque, quando quella dei funghi può arrivare fino al 20%
'polisaccaride molto gustoso per cancro, parassiti, muffa' non vuol dire nulla... quasi ogni cosa è 'gustosa' per qualsiasi essere vivente e scommetto che muffe, batteri e pure le cellule cancerose alla chitina preferirebbero il saccarosio ... lo zucchero da cucina, insomma.
'steroidi metamorfici' e 'ekdisterone' sono termini che fanno davvero molta paura, peccato che l'ecdisterone lo puoi trovare su Amazon come integratore alimentare e sebbene non tutti siano d'accordo su una sua reale efficacia, l'EFSA ne ha permesso la commercializzazione perché praticamente innocuo.
Sui metalli pesanti e pesticidi mi viene da chiedermi se Pavel Štástka abbia mai visto cosa spargono su frutta e verdure o cosa diano agli animali da macello.
A proposito di Pavel Štástka, su internet non ho trovato chi sia e di cosa si occupi (speriamo non sia un medico o un biologo, visti gli strafalcioni) ma in compenso digitando il suo nome insieme a 'chitin' compare il messaggio di cui sopra in un numero di lingue troppo alto e imbarazzante per il sottoscritto :(
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VIDA
Este es el sexto partido en casa del Barcelona femenino al que voy con mi hija de 5 años. En los otros partidos no hemos tenido la oportunidad de que Lexa conociese o que le firmarán la camiseta alguna jugadora del Barça porque o las jugadoras no pasaban por donde estabamos o porque los aficionados que habian no nos dejaban pasar y pegaban empujones y demás.
Ahora acaba de terminar un partido de Liga contra la Real Sociedad donde el Barça ganó 3-0.
-Mami, venga vamos que se está acercando Mapi- Dice Lexa agarrándome la mano y tirando de mi para acercarse a la barandilla donde ya había un montón de gente
En un momento conseguí colar a mi hija pero yo no pude pasar con ella por lo que me quedé detrás.
-Mapi, Mapii- Llama mi hija cuando llega pero esta incómoda ya que la gente de al lado le están dando golpes. Le van a salir muchos moratones dentro de pocos minutos.
-Oye oye- Dice Mapi- ¿No veis que hay una niña aquí? ¿Podéis no empujarla?- Se acerca a mi hija sin prestarle más atención a la gente que empujaba y gritaba.
-Hola Mapi- Dice mi hija sonriendo mostrando el diente incisivo que le faltaba arriba.
-Hola pequeña, ¿cómo te llamas?- Dice mirándola.
-Lexa
-Vaya, es un nombre muy bonito pequeña. ¿Dónde está tu mami?
-Ahí- Se gira un poco y me señala. Al haberse calmado la gente pude acercarme hasta quedar detrás de ella por completo.
-Soy yo, me llamo t/n- Doy un pequeña sonrisa
-Encantada- Me estrecha la mano.
-Igualmente.
-Dime Lexa, ¿quieres una foto?- Pregunta Mapi
-Siiii porfa- Chilla contenta y sonrío sin poder evitarlo.
Es todo lo único que quiero, que sea feliz.
-Y que me firmes está camiseta del Barça- Añade- He venido a otros partidos pero la gente no me dejaba acercarme porque soy muy pequeña- Se encoge de hombros
Veo que Mapi cierra por un momento los ojos y se aclara la garganta antes de contestarle.
-¿Sabes que, pequeña? Tengo una idea mejor
-¿Cuál?- Dice emocionada.
-Hay que pedirle permiso a tu mami, pero... ¿qué te parece bajar al campo?- Le suelta y Lexa suelta un gritito girandose a verme con la boca abierta.
-Mamiiiiii porfiiii
-Esta bien- Levanto las manos
-¿Crees que puedes saltar esto?- Me pregunta y asiento. Le paso a Lexa a la cual carga sin dejarla en el suelo y luego salto yo.
Ellas toman la delantera hasta encontrarse a Alexia Putellas
Antes se gira para mirarme aún encima de Mapi con cara de pánico.
-Es Alexia, mami- Me gesticula con los labios para que nadie se entere y me río de ella.
-Mira Ale, hay alguien que quiere conocernos.
-Hola- Sonrie- Soy Alexia- Le tiende la mano y la pequeña se la estrecha gustosa
-Yo soy Lexa- Dice un poco tímida. Supongo que es el efecto Putellas ya que yo también estaba tímidamente escondida detrás del cuerpo de Mapi.
-Nombre de toda una campeona. ¿Cuantos años tienes?
-Cinco, casi seis ya
-Vayaaa, te estas haciendo mayor eeh, campeona.
-Mami piensa que no, que soy su bebé todavía- Se encoge de hombros.
-¿Quieres que te diga un secreto?- Asiente entusiasmada- Mi mamá todavía piensa eso de mi- Le susurra al oído haciendo reír a Lexa.
-Pero si tu ya estás grandeee- Le devuelve el susurro.
-Para las mamás nunca estamos grandes- En ese momento conectamos miradas por primera vez y me da una sonrisa tímida.
-¿Me firmas la camiseta, Alexia?- Pregunta mi hija tímida
-Claro que si, campeona- Se la firma y se hacen una foto hecha por mi. Mapi le dio a Lexa haciendo que Alexia la cargara y ambas sonrieran.
-Gracias Alexia- Le da un beso en la mejilla y ambas se quedan sorprendidas
-De nada, campeona. Mira ahí están Patri y Clau seguro que te gustan mucho- Mapi la vuelve a cargar y va para allá y yo dudo si ir o no
-Soy Alexia, encantada- Me tiende la mano como hizo con Lex y la estrecho
-Yo soy T/n, dudo mucho que la gente no sepa tu nombre- Bromeo un poco quitarme la timidez.
-Ya bueno, me gusta presentarme cuando conozco a alguien- Me sonrie- ¿Hace mucho que venis a los partidos?
-Pues este es el sexto al que venimos en Barcelona. Siempre vemos vuestro a partidos en el hospital pero llegó un momento en el que Lexa me dijo que quería venir y acepté pero sólo a los partidos del Johan.
-Oh vaya, me alegro mucho de que podáis venir y apoyarnos en casa-Hace una pausa y se me queda mirando- Se que puede ser entrometido y si quieres no me contestes... pero... ¿Qué tiene Lexa?- Pregunta suavemente.
-No te preocupes... Es normal tu curiosidad, raro que no me haya preguntado Mapi. Tiene leucemia desde que tiene 2 meses. Estamos haciendo tratamiento y sesiones de quimio y vivimos en el hospital prácticamente.
-Oh vaya, joder- Se queda sin palabras- Lexa es una niña muy fuerte, ambas sois muy fuertes.
-Bueno, no puedo desmoronarme cuando es lo único que ella tiene, no?- Digo sonriendo triste
-Oye, se que nos acabamos de conocer y que puede sonar muy cliché pero no estáis solas, ya no T/n. Me tenéis a mi y estoy segura de que también tenéis a todo el equipo al completo.
-Gracias de verdad, pero no tenéis que molestaros...
-No sois una molestia, ¿vale?- Dice muy segura y me pone una mano en el hombro apretandome con ternura.
-Vale- Me limpio dos lágrimas que se me han caído.
-Y el padre?- Pregunta suavemente.
-Él cuando se enteró de que estaba embarazada no quiso saber nada.
-Que capullo, él se lo pierde- Declara y me abraza de costado poniéndonos a caminar hacia donde esta mi hija rodeada de literalmente todo el equipo.
-¿Cuántos años tienes?- Me pregunta antes de llegar.
-22
-Vaya, la tuviste muy joven.
-Si, con 17- Contesto.
Después de eso llegamos al grupo y todos nos pusimos a hablar y a conocernos. Mi hija esta encantada con la atención que estaba recibiendo de parte de todas las jugadoras.
-T/n, está sangrando- Dice Alexia preocupada ya que ella era la que la tenía en brazos en ese momento.
Cuando la escucho dejo la conversación con Patri, Mapi, Ingrid y Claudia.
-A ver, cariño- Me acerco a ellas dos y hago presión con mis dedos en el tabique nasal haciendo presión. - Pon la cabeza hacia delante, mi amor.
En ese momento la charla amena y divertida que había en el campo desapareció y se convirtió en un silencio total. Todas pendientes de mi hija, mirando con preocupación y lastima la mayoría.
-Creo que es hora de volver, mi amor. Demasiadas emociones por hoy... - Le digo mirandola y ella intenta negar con la cabeza.
-No quiero irme mami, me lo estoy pasando bien aquí...
-Y yo también, mi amor, pero necesitas descansar. Además, estoy segura de que Carla te esta esperando para que le cuentes como ha ido el partido de las chicas- Intento convencerla pero sigue sin estar muy convencida.
-Además... Creo que mañana hay sitio para un personita muy especial en el entrenamiento de su equipo preferido- Intenta convencerla esta vez Alexia y todas la respaldan.- Claro, si mamá quiere.
-Siii porfiiii - Chilla la niña y quito mis dedos al ver que ya no sangra más.
-Mmmmmh, me parece bien... Si también hay sitio para mi, claro
-Creo que no eh, estamos al completo- Dice Claudia sonriendo
-Vaya pena- Me hago la triste.
-Siempre podemos echar a Ale para que entres tú- Me guiña un ojo Mapi
-Eso me parece perfecto
Veo como Alexia se indigna y sonrio.
-Vamos, cariño- Le ofrezco los brazos para que se venga conmigo pero veo como se agarra más fuerte del cuello de Alexia pero frotándose los ojos en señal de sueño.
-¿Cómo habéis venido?
-Andando
-¿Queréis que os lleve? Lex está cansada y no creo que camine mucho más.
Me la queda mirando por un momento. Lexa no va a andar más y yo no puedo cargar con ella hasta el hospital
-No quiero molestar. Seguro que estás cansada y quieres llegar pronto a casa...- Me mira mal
-¿Qué te he dicho antes? No sois ninguna molestia- Empieza a andar a lo que supongo que es la salida.
-Encantada de conoceros chicas- Digo porque me voy a tener que ir detrás de Alexia.
-¿No estas sola vale? Nos tienes a nosotras ahora- Dice Irene
-Y aunque te quieras despegar de nosotras no vas a poder- Dice Leila abrazándome de lado.
-Gracias chicas, de verdad- Digo emocionada y Mapi me abraza
-No es nada, hasta mañana
Me despido de todas y voy donde Alexia me espera con una Lexa dormida en su cuello.
Caminamos y nos montamos en su coche en silencio hasta que llegamos al hospital.
-¿Quieres que te ayude a llevarla a la habitación?
-Si quieres- Le doy una sonrisa de medio lado y Alexia carga a la niña hasta la habitación donde la deja suavemente en la cama.
-Ale- Susurra Lexa despertandose un poco.
-¿Qué pasa, campeona?
-Gracias por el día de hoy- Dice y se vuelve a quedar dormida.
-Gracias a ti, campeona- Le susurra y le da un beso en su pelada cabeza.
Salimos de la habitación para no despertar a Lex.
-Nos tengo palabras para agradecerte todo lo que habéis hecho, has hecho hoy por ella. Ella es una niña feliz a pesar de que sabe todo lo que le pasa pero nunca la he visto tan feliz como hoy.
-No tienes nada que agradecer. A partir de hoy será así ¿vale? No vas a tener por que preocuparte ni llorar sola nunca más. Estoy aquí contigo... Con vosotras y las chicas también- Dice y los ojos se me cristalizan.
-Puedo... Puedo darte un- No me deja terminar cuando me envuelve con sus fuertes brazos.
Me hace sentir protegida, apoyada y escuchada por primera vez en mucho tiempo.
Antes de separarnos me da un beso en la cabeza.
-Dame tu número- Se lo doy- Si necesitas algo llamame o si quieres hablar escríbeme...
-Vale, pasame luego la hora para ir al entreno.
-Vendré a buscaros- Dice
-¿Qué? No hace falta, podemos ir andando.
-Mañana estoy aquí, buenas noches, preciosa.
-Buenas noches, Alexia.
Nos despedimos y con una última mirada se va dejándome con el corazón a 1000 y con una pequeña estúpida sonrisa mirando por donde se ha ido hace minutos.
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Pasaron los meses y la relación con las chicas era genial, las consideraba familia y Lexa también. Eran sus tias.
Sin embargo con Alexia era todo diferente. Alexia todos los días estaba ahí para nosotras, iba al hospital y se quedaba con nosotras para por la noche leerle un cuento para dormir a Lexa, jugaba con ella y con el resto de niños que había en planta. Lexa estaba super orgullosa de tener a Alexia como amiga y así se lo mostraba a los otros niños.
Cuidaba de mi. Me mandaba a casa para que pudiera descansar correctamente, para que me duchara o comiera bien mientras ella se hacía cargo de Lex, nos poniamos a hablar o a ver películas demasiado cerca como para 2 simples "amigas".
Ya nos habíamos besado unas cuantas veces y habíamos tenido "citas" a solas pero sin llamarlo así. Nos lo tomábamos con calma. Quería que se pensara muy bien si quería estar conmigo a pesar de tener una hija y encima enferma.
Alexia nunca se había hechado para atrás y tomaba roles que no le pertenecían pero que los hacía encantada y desde el corazón y eso me enamoraba mucho más.
-Mira mamii, Ale nos está saludando- Dice mi hija sacándome de mis pensamientos levantando la mano y saludando emocionada.
Yo también le saludo y nos da un sonrisa encantadora.
Estábamos sentadas en la grada familiar del Camp Nou esperando a que comenzara un Barça-Madrid tan esperado de la Champions.
El partido empezó y yo nunca he sido una loca aficionada al fútbol pero desde que tengo que verlo con mi hija puede que me haya aficionado un poco al Barça y lo estábamos viviendo como nunca.
El marcador de la ida iba 2-1 a favor del Barça un partido que jugaron en Madrid pero al que no fuimos por más que me insistió mi hija.
Las chicas iban con 1 gol de ventaja pero la intensidad y la rivalidad hacía que fuera difícil mantener esa diferencia. Habían faltas por doquier, empujones, palabras susurradas para encender al contrario... Y se notaba. Me asombrada la rivalidad que podían tener en un clásico pero luego en la selección todas eran amigas y se llevaban estupendamente.
El medio tiempo llegó y todas estaban enfadadas podía verlo pero la que más era Alexia, las madridistas iba a por ella sin darle pausa y sin dejarla en su salsa haciéndole constantes faltas sobre todo en el tobillo para que no pudiera ocasionar el gol o el pase al gol.
-Mami- Me llama mi hija
-Dime, cariño
-Le están haciendo daño a Ale- Dice con el ceño fruncido.- No me gusta eso
-Ya cariño, si no la dejan jugar tienen más posibilidades de que no les metan gol.
-Ale va a meter gol- Dice confiada
-Seguro que si. Esperemos que no le hagan mucho más daño- Le doy un beso en la cabeza.
El partido se reanuda y siguen comentiendole falta a la mayoría pero a la que más a Alexia. En una ocasión pitaron una falta a favor del Barça por una entrada fea que le hizo Olga a Alexia.
-Si tira Ale la mete, mami- Dice confiada Lex.
-Pero es un poco difícil- Digo al ver el ángulo y la barrera.
-Nada es difícil para ella, mami
Y mi hija y Alexia me callan la boca. Tiró la falta por encima de la barrera a la esquina haciendo que Misa no pueda tocarla.
-Goooooooooooool- Grita Lex y ambas nos levantamos a celebrar- Te lo dijeee mamiiiiii
Cuando las chicas la dejan en paz Alexia se gira hacia nosotras besándose la muñeca derecha donde tiene una pulsera. Es un método de celebración que nos dedicaba desde que Lexa le regaló una pulsera hecha por nosotras dos
-La ha besado, mami.
Aunque Alexia siempre lo hacía aún cuando no estábamos en el partido y se lo hacía a la cámara porque sabe que la estaríamos mirándola desde el hospital mi hija siempre se emocionaba y para que esconderme, a mi también me emocionaba.
El partido terminó al final 4-1 con un gol de Pina, Aitana y Patri y del Madrid hecho por Ester.
Antes de que me pudiera dar cuenta y frenarla Lexa se escabulló de los dos guardias que habían al lado y consiguió meterse al campo con estos dos corriendo detrás de ella.
Yo negué enfadada pero al ver cómo Alexia dejó lo que estaba haciendo cuando vio a Lex correr a ella y se agachó para cogerla y abrazarla se me quitó rápido. Era imposible enfadarme con esa imagen clavada en tus ojos y memoria.
Vi como los guardias estaban hablando con ella cuando se levantó con Lex en brazos y supongo que estaban disculpándose pero después de dos palabras más vinieron hacia donde estaba.
-La señorita Putellas nos a dicho que puede entrar al campo.
-Ahora iré- Asientieron y se marcharon a otro lugar.
Yo hora mismo no quiera interrumpir en la celebración que estaba teniendo todo el equipo junto a Lexa. Alexia estaba en ese momento sosteniendo un tambor de un aficionado mientras Lex estaba dándole con la baqueta siendo grabadas en todo momento por la de redes sociales del Barça. Después les pediré el video y las fotos.
Cuando Lex se cansó le pasaron el tambor a Aitana y mi hija vio otra cosa que quería. Una bandera que estaba Leila ondeando. Supongo que se lo dijo a Ale porque ambas fueron y Leila se la dio pero obviamente sola no podía hacerlo y Alexia la ayudó a hacerlo mientras los aficionados cantaban el himno culé.
Una vez se acercaban para ir al vestuario, baje. Felicitaba a todas las chicas que me encontraba hasta llegar a dos personas en específico.
-Enhorabuena Ale- Le digo y le doy un beso en la mejilla para después darle otro a Lex que estaba acurrucada en el cuello de la mayor.
-Gracias preciosa.
-¿Sabes, Ale? Mami dijo que no creía que ibas a meter el gol de falta.
-¿Ah si? - Dice indignada
-¿Qué? Lo veía muy difícil- Me excuso- Pero siempre me sorprendes.
Recibo una sonrisa a cambio y yo también le sonrio pero se me quita enseguida cuando veo que a Lex le sale sangre por la nariz.
Saco rápido un pañuelo y presiono.
-Voy a cambiarme rápido- Me da a la niña- Dos minutos y vuelvo- Promete y se va corriendo.
-Mami, me siento mal y estoy cansada.
-¿Porque no me lo has dicho antes? - La regaño levemente.
-Me lo estaba pasando bien y no queria que os preocuparais por mi.
-Siempre nos vamos a preocupar por ti- Dice Alexia apareciendo con las llaves del coche en la mano.- Andando, reinas.
-Me siento mal, mami- Me susurra y de inmediato miro preocupada a Alexia que también lo ha escuchado.
Lexa no diría eso si realmente no se sintiera mal, muy mal. Es muy callada con esas cosas
Una vez nos sentamos en el coche veo como Lexa empieza a desenfocar la mirada y después comienza a convulsionar.
-Alexia, date prisa por favor- Digo nerviosa intentando que mientras convulsiona no se haga daño.
Al llegar al hospital sigue igual y entro con la niña así en brazos de Alexia.
-Marta, Marta- Llamo a la enfermera que esta ahí de guardia y al verme junto con un médico se la llevan mientras nos sentamos en la sala de espera.
-Todo estará bien, cariño- Me dice Alexia abrazándome.
-¿Porque le tiene que pasar esto a ella?- Pregunto al aire con la voz temblorosa
-Porque en la vida hay dos tipos de personas. Las que luchan contra viento y marea contra los obstáculos que se le ponen en el camino y los que conforman y no hacen nada y vosotras, cariño, sois las personas más fuerte que he visto nunca. Vais a salir de está, vamos a salir de esta juntas cueste lo que cueste. - Me da un beso en la frente.
-Gracias por estar aqui- Le agradezco y me acurruco más contra su cuerpo
-Sois mi lugar, no pienso estar en ningún otro sitio que no sea con vosotras.
POV ALEXIA
Estuvimos varias horas en la misma posición esperando a que el doctor que siempre a llevado a Lexa apareciera con noticias. Cuando por fin apareció ambas nos levantamos rápido pero yo me quedé un paso detrás de T/n.
-¿Cómo está, Miguel?- Pregunta T/n
-Ahora está bien. Le hemos hecho una serie de pruebas y lamento decirte t/n que Lexa no a reaccionado a está quimioterapia lo suficiente.
En ese momento el corazón se me detiene y no me puedo imaginar como se está sintiendo ahora mismo T/n
La abrazo dandole apoyo y al ver que T/n no reacciona tomo el control.
-¿Qué se va a hacer ahora doctor?
-Pues veréis, al ver que la quimioterapia sola no basta podemos hacer un trasplante de células madres junto con quimio y con esto estoy un 90% seguro de que podremos curarla.
-¿De que trata ese trasplante?-Pregunto.
-Primero de todo tenemos que hacer unas pruebas para que el donante sea compatible, cuando nos aseguramos el donante se somete a una anestesia general o una epidural para que no sienta dolor alguno. Una vez hecho esto con una jeringuilla pinchamos en la cadera donde se encuentran las células madres y extraemos algunas.- Explicar el Doctor García.
-¿Lexa va a sentir dolor con el trasplante?
-No, para nada señorita Putellas. A ella solamente se lo pondremos en la vía para que le vaya a la sangre y que la sangre la transporte a su zona.
T/n parece que vuelve a reaccionar y iba a hablar pero me adelanto.
-Hazme esas pruebas para ver si soy compatible.
-¿Qué? No no Alexia- Se niega T/n
-¿Porqué?
-Alexia eres una jugadora de fútbol, no quiero perjudicar tu carrera ni nada de eso- Dice preocupada
-El doctor lo a hecho parecer una cosa bastante sencilla, ¿verdad, doctor?
-Si, es bastante sencillo en si. Solo te tendrías que quedar un día aquí y podrías seguir jugando obviamente.
-No tienes porque hacer esto
-Ya se que no tengo porque hacerlo- Le agarro can las manos la cara para mirarnos- Quiero hacerlo, deseo hacerlo cariño.
Nos quedamos unos instantes simplemente mirándonos hasta que me besa suavemente.
-De acuerdo-Acepta y mira al doctor.
Me voy a hacer los estudios con el doctor y me dice que si soy compatible con Lexa. Estoy por abrir la puerta de la habitación pero una conversación dentro me detiene.
-¿Que pasa, cariño? Estas muy callada mirándome fijamente-Dice T/n
-¿Ale puede ser mi mami?- Suelta después de estar unos minutos más callada
-¿Qué?
-Digo mi otra mami. Los otros niños tienen un papi y una mami y otros que tienen dos papis o dos mamis. Yo quiero que Ale sea mi otra mami.
En ese momento mi corazón bombea de una manera que ni corriendo 4 horas lo hace.
-¿Porqué quieres eso, cariño?- Pregunta y noto que tiene la voz un poco rota.
-Porque Ale siempre se a preocupado por mi, me quiere, me hace reír, juega conmigo y tu eres feliz cuando estas con ella.
Me limpio una lágrima que no sabía que se me había caído.
-Soy feliz contigo, mi amor- Asegura t/n
-Ya lo sé, mami, pero eres mucho más feliz cuando ella está con nosotras y yo quiero que seas feliz
-Mi amor...
Me encantaría formar una familia con ellas y que Lexa diga esas cosas hace que mi corazón se derrita de ternura y amor por ellas.
Antes de entrar a la habitación me aclaro la garganta y toco a la puerta para que parezca que acabo de llegar.
Al entrar me encuentro con madre d hija abrazándose fuerte.
-¿Hay sitio para una más?- Pregunto con un puchero
Ambas abren un brazo para que me una y así lo hago encantada.
-¿Mami, me puedes traer un zumo?- Dice Lex después de estar un rato abrazándonos.
-¿Con un sandwich?
-Siii, de nutella porfa- Hace un puchero y yo hago otro.
-Yo también quierooo porfaa- T/n sale con una sonrisa de la habitación.
Cuando se Lexa se me queda mirando y se que me quiere decir algo
-¿Qué quieres, campeona?
-¿Puedes prometerme una cosa?
-¿El que?
-Se que el bicho que tengo dentro no funciona con la medicación y mami me a dicho que tu vas a ayudarme a matar al bicho.
Hace una pausa y yo le aliento a continuar.
-Pero si no sale bien quiero que me prometas que no dejaras sola a mami. Tu y las tias la hacéis muy feliz, se rie y sonrie mucho y yo no recuerdo que antes lo hiciera. Asi que quiero que siga así aunque yo no esté.
Frunzo el ceño y niego con la cabeza.
-Eso no pasará, campeona. Tú no te vas a ir a ninguna parte y haremos a mami siempre feliz, convenceremos a mami cuando el bicho se muera de apuntarte a fútbol, molestaremos a mi haciéndole cosquillas, estudiaras lo que quieras y cuando te vayas de casa para hacer tu vida lloraremos mucho- Le aseguro.
-No me iré de casa, Ale. No quiero que lloreis- Dice
-Eso dices ahora, campeona, cuando seas mayor no dirás lo mismo- Suelto una risita y me tumbo con ella en la cama.
-Ya soy grande- Dice segura apoyándose en mi pecho.
-Tienes razón, pero tienes que ser muuuucho más grande- Le contesto y se queda tranquila con la respuesta.
La vuelva de Alexia ha hecho que vuelva la inspiración y había terminado esta historia de una manera pero al final he decidido dejarla así porque si os gusta subiré una continuación
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Familia al instante ( parte 2)
Tal vez esperando que alguien llegará a ayudarla tal vez había llamado a emergencias pero prácticamente me dejó la entrada libre.Desde dentro se escuchaban ahora sí varios gemidos y maldiciónes por parte de ella me asome lentamente y pude verla sentada en el sillón con las piernas abiertas el vestido que tenía ya no estaba y para mí sorpresa solo tenía un sujetador. No puede aguantar más y en silencio comencé a tocarme pues sus gemidos me estaban volviendo loco. De un momento a otro se paro y se apoyo contra el sofa comenzó a balancearce y masajear su vientre cuando dejó salir un largo gemido y su bolsa finalmente se rompió con un estallido justo en ése momento llegué a mi clímax. La escuche llorar seguramente por el susto de estar sola así que decidí aparecer y ayudarla. Golpe la puerta preguntando si todo estaba en orden y ella grito desde el living aquí estoy por favor ayúdame. Cerré la puerta pues quería ser solo ella y yo. Cuando entre estába contra el sillón con las piernas abiertas. Me presente y me dijo su nombre le pregunté hacía cuánto había empezado y me dijo que la noche anterior. Me sorprendió eso quería decir que sabía que estaba de parto y aún así fue al súpermecado eso me hizo sonreír levemente por suerte ella no lo noto. La ayude a volver al sillón y le dije que debía revisar su progreso para ver su dilatación. Me preguntó si era médico y le dije que no pero menti que había echo un curso de primeros auxilios ella pareció tranquilizarse. Con mucho cuidado ingrese dos dedos en su entrada que estaba sumamente húmeda y pude sentir que aún no estaba del todo dilatada. Le dije que aún no podía pujar ella se lamento y dijo más para ella que para mí - esa estúpida idea de caminar al súper no funciono- la ayude a pararse pues caminar aceleraría las cosas ella se apoyo en mi con algo de vergüenza pues era un extraño y ella estaba desnuda y vulnerable le ofrecí una calida sonrisa y ella se tranquilizo . Comenzamos a caminar por el apartamento ella se detenia cada tanto pues sus contracciones aumentaron y sin la bolsa de por medio eran mucho más dolorosas. Luego de media hora nos dirigimos a la cama y volví a revisarla tenía 8 cm . Ella se veía cansada por lo que le dije que sabía cómo podríamos acelerar el proceso ella me miró y dijo si cualquier cosa porque ya nazca . Sin previo aviso comenze a masajear su vientre ella se quedó quieta sorprendida pero al instante dió su aprobación pues se sentía bien. comencé a acariciar su clítoris ella jadeaba gustosa de la sensación una mano estába en su entrada y la otra masajeba sus pechos que habían comenzado a largar leche Comencé a ingresar mis dedos y moverlos más rápido ella comenzó a mover sus caderas de pronto una contraccione la hizo gemir- mmm no pares sigue mmm si se siente mejor - no puede evitar gemir al verla así sentí su contracción en mis dedos ella se arqueo sin dejar de moverse en contra de mi mano.- Entra en mi - su petición me dejó quieto -que? Le pregunté pues pensé que había escuchado mal por mi exitacion - quiero que entres en mi puedo ver tu erección y si tus dedos me hacen sentir así no puedo imaginar lo que tú polla hará - realmente estaba pasando parecía un sueño. Con su ayuda la acomode contra el filo del colchón el cuál por suerte era alto asi que sin pensarlo mucho me baje los pantalones y mi ropa interior la cual tenía restos de semen y con su propio lubricante me moje y lo metí de una sola estocada ella grito de placer y yo no pude esperar así que comenze a moverme mientras agarraba sus caderas ella estaba abierta para mí sus gemidos eran un estimulante para. Otra contracción vino y vi como su vientre se tensazaba ella gimio de dolor y pude sentir como se contraian sus paredes al rededor de mi polla eso me llevo a la locura y llegué a mi clímax. Nos quedamos en silencio un momento recuperandonos pues ella llego junto conmigo. cuando otra contracción la ataco y me dijo que quería pujar rápidamente me salí de ella y la revise efectivamente estaba lista para traer a este bb .
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Con queste veneziane alla crema la parola d'ordine di oggi è morbidezza!
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Le veneziane alla crema sono uno dei dolci da colazione più classici che esistano: morbida pasta brioche sormontata da una gustosa o profumata crema pasticciera. Oggi le prepariamo insieme seguendo passo passo la mia ricetta. Buona visione e buon appetito!
INGREDIENTI PER 8 VENEZIANE:
PER LA BRIOCHE: 300 g di farina Manitoba 6 g di lievito di birra secco (o 12 g di lievito di birra fresco) 2 uova medie 50 g di latte 50 g di burro 1 cucchiaino di miele La scorza di un limone 1 pizzico di sale PER LA CREMA PASTICCIERA 250 g di latte intero 60 g di zucchero 20 g di amido di riso 2 tuorli d'uovo 1/2 bacca di vaniglia Scorza di limone Un po' di latte per spennellare Granella di zucchero per decorare
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Concentrazione (Parte 2 di 2)
Oooh, finalmente! Stamattina abbiamo un po’ più di tempo del solito tutto per noi. Mio marito è a casa e gli ho detto che sarei venuta da te. No, non preoccuparti: stai veramente tranquillo. Adesso ti racconto in breve la mia storia. Mia mamma Rosalia è rimasta incinta di me a quindici anni. Matrimonio riparatore immediato e forzata partenza dal paesello, per il posto trovato da mio padre al nord in una fabbrica. Purtroppo, a causa di un maledetto incidente sul lavoro di papà, mia madre rimase in modo del tutto inatteso presto vedova e con me ancora piccolina da crescere. Per ovvie e urgenti ragioni di mera sussistenza, lei fu costretta dalla vita a sposare subito Simon, il tedesco nostro vicino di pianerottolo. Lui la desiderava da morire e in passato gliel’aveva fatto capire, sempre molto discretamente. Si propose subito, non appena finito il funerale. E giurò di prendersi cura di entrambe. Simon aveva avuto una vita movimentata. Abbastanza più anziano di lei, era un ex maggiore dell’esercito della Germania est, riciclatosi in Italia dopo il crollo del muro di Berlino come camionista.
Era un uomo prestante e molto affascinante, direi. Colto e gran lavoratore, comunque. Io lo chiamavo “zio Simon”. Grazie a Dio, poco dopo il matrimonio anche lei trovò lavoro in un’azienda tessile della zona e potemmo finalmente iniziare a condurre tutt’e tre un’esistenza dignitosa. Quando avevo diciassette anni, zio Simon a cinquantaquattro anni andò finalmente in pensione anticipata. Non so esattamente come, ma penso sia stato grazie ai contributi versati in Germania nell’esercito a partire dai suoi sedici anni e al lavoro usurante sui camion svolto in Italia. Quindi, al pomeriggio tornata da scuola passavamo diverse ore da soli in casa io e lui, mentre mamma ancora lavorava fino alle cinque e spesso oltre. Non ho mai saputo se lei avesse anche qualche storiella segreta, ma non mi stupirebbe, visto che malgrado i problemi avuti e il lavoro stressante in fabbrica, lei era ancora soda, magra e molto attraente: quasi una modella.
Di sicuro ha avuto continue ed esplicite proposte, lo so per certo. Anche io ero molto bella, come appunto stupenda era mia madre: chi ci avesse viste vicine ci avrebbe scambiate per sorelle, invece di mamma e figlia. Zio era un uomo grosso, robusto e di poche parole. Mi voleva molto bene e con me si comportava da vero galantuomo. Io però, già preda dei miei ormoni di ragazza incosaciente, lo stuzzicavo e gli stavo sempre attorno. Lo provocavo di continuo. Mi piaceva troppo avere i suoi occhi addosso. E mi era evidente ormai che lui iniziava a osservarmi ogni giorno di più come una donna, invece che come una figlioccia. Era come un leone paziente ma leale che veda girargli intorno una gustosa gazzella. E comunque resisteva alle mie provocazioni sempre più sfacciate.
Quello stesso anno in marzo compii diciott’anni e d’estate, con la scusa del caldo, giravo per casa sempre mezza nuda, depilata, truccata, pulita e profumata. Mi depilavo sempre in camera, con una gamba sulla sedia e di fronte alla porta accostata a metà, lasciando ben aperto l’accappatoio, con studiata nonchalance. Con la scusa della praticità, indossavo minishorts larghi senza gli slip o gonnellini larghi e corti, con sotto dei perizoma striminziti. Ero sempre a gambe nude e soprattutto quando mamma non c’era indossavo ogni volta camicette di velo o comunque di stoffe trasparenti, rigorosamente senza reggiseno. Avevo due seni piccoli, sodi e dei capezzoli da urlo. Due veri bon bon.
A Simon chiedevo aiuto per i compiti, anche se non ne avrei avuto davvero bisogno e così stando seduti vicini al tavolo in cucina mi stringevo al suo braccio mentre mi aiutava. Lo stordivo di profumo e fascino giovanile. Scherzavo, con lui, mi mettevo seduta sulle sue ginocchia per farmi raccontare qualche storia di quando era militare. Volevo sapere delle donne che aveva avuto e l’abbracciavo. Apposta per eccitarlo, gli premevo i capezzoli sul torace. Lo baciavo sulle guance, trattenendo le labbra sempre un po’ di più. Ero arrivata al punto di fargli dei succhiotti di cinque minuti, senza lasciare traccia ovviamente. E infine lo slinguavo lentamente. Lui restava inebetito a godersela.
Mi lasciava fare. Intanto con una mano sfacciatamente poggiata sul suo inguine sentivo il gonfiore nei suoi calzoni. Se guardavamo insieme la tv poi, mi mettevo sdraiata di fianco su di lui, parallela al divano, con le gambe sulle sue e un'anca tra le sue gambe, in grembo. Con la scusa di stare più comoda. Se gli stavo sdraiata sopra, posta di fianco, il gonnellino, risalendo con movimenti "strategici e casuali" verso i miei fianchi, gli mostrava il perizoma infilato nel solco del mio posteriore. Culo così completamente scoperto davanti ai suoi occhi. Il filo del perizoma celava poco o niente, ovviamente. E ogni tanto, per torturarlo meglio, agivo: con una mano divaricavo le mie natiche davanti ai suoi occhi, sollevando quella superiore. Così, per giocare. E sorridevo. Vedeva chiaramente il mio ano, malamente celato dal filo del perizoma e diventava rosso, sudava.
Il respiro gli si faceva lento e roco. Le prime volte, dopo un po' di tortura si alzava e se ne andava. Poi imparò a godersi lo spettacolo intero per un sacco di tempo. Sudava freddo. Ma mi adorava. Mi desiderava: chi avrebbe potuto resistermi… Eppure non cedeva. Non sapevo più come sedurlo. Un pomeriggio ci fu un temporale estivo terribile e con la scusa della paura dei tuoni aprii improvvisamente la porta della camera da letto matrimoniale e mi ficcai di getto nel lettone coniugale dove lui stava facendo la pennichella pomeridiana. Mi strinsi forte al suo petto. Gli sussurrai con voce tremula: “ho paura dei tuoni, zio Simon. Tanta. Mettiti sopra di me e fammi sentire che mi proteggi… che mi vuoi bene…“ e intanto con una mano gli toccavo il basso ventre. Si: istantaneamente gli venne un uccello grossissimo e molto duro. Gli piacevo da matti, evidentemente. Guardandolo negli occhi gli sussurrai infine: “ti voglio”. Non ce la fece più e mi saltò addosso.
Con lui persi la mia verginità. Mi montò come se non avesse avuto una donna da anni. Era scatenato. Mi fece molto male, mi ruppe la fica di botto. Urlai, ma alzai i fianchi per accoglierlo: lo volevo da impazzire comunque. Piangevo, gli dicevo di fare più piano. Ma lui continuò come un toro da monta, fino a che non fu soddisfatto. Poi mi girò a ventre sotto come fossi una bambola di pezza e sputò nel mio culo più volte; non capii subito il perché. Forse voleva calmare il mio bruciore? Ma era la mia passerina quella che mi doleva, non capii subito... Quando realizzai ciò che stava per fare al mio culetto di adolescente, fu troppo tardi: mi aveva già messo la mano davanti alla bocca e iniziava a sfondarmi il culo. Poi, una volta entrato iniziò a stantuffare libero. Era pesante, sentivo il suo sudore su di me e il suo fiato sul collo. Che baciava e leccava.
Quando mi calmai, iniziando a cooperare, tolse la mano dalla mia bocca e da sotto le mise entrambe a coppa sui miei seni, che adesso torturava e maneggiava dolcemente. E io intanto continuavo a urlare sul cuscino per non far troppo rumore. Stringevo i miei pugni. Piangevo calde lacrime. Ma capivo ormai che era in mio pugno. Totalmente. Sebbene io frignassi dal dolore, le mie urla attenuate dal cuscino si confondevano comunque coi rumori del temporale. Dopo un po’ le mie espressioni di sofferenza divennero i gemiti di una puttana che provasse pura goduria. Mugolavo di piacere. Alzavo le natiche per farlo entrare ancora di più. Il mio ano era stato completamente sfondato. Alla fine sono venuta insieme a lui, gridandogli: “ancora, dammi ancora il tuo grosso cazzo, Simon.” Facemmo pausa cinque minuti, stanchi ma soddisfatti; quindi quel gigante buono andò a lavarsi. Poi tornò a letto e guidò gentilmente la mia testa. Mi obbligò a fargli un lungo e appassionato pompino.
Lì mi vennero utili tutte le volte che di nascosto li avevo spiati mentre mia mamma glielo succhiava. Infatti sapevo già perfettamente come far entrare progressivamente tutto quel membro nella mia bocca, come non soffocare e poi farlo godere ingoiando il grosso del seme. Avevo fatto le mie prove con zucchine e melanzane. Fu proprio mentre lo succhiavo e piangevo ancora lacrime di dolore e di sottomesso piacere che mi vennero l’idea e la voglia di padroneggiarlo e dominarlo. Ma Dio sa se ho goduto, quel pomeriggio con lui! La sera non riuscivo a dormire, per l’eccitazione della mia prima eccezionale volta con un uomo maturo. E che uomo, poi: il marito di mamma! Quella stessa notte, con l’esigenza di andare in bagno, sentendo dei rumori dalla loro camera e alcuni cigolii sospetti, passai vicino alla porta. Accostai l’orecchio e sentii chiaramente che lui la stava sfondando dietro. Di sicuro pensando al mio culo, immaginavo. Lei gli diceva: “Ahiii… fai piano, cazzo! Lo sai che dietro mi fai male… fai piano, per favore…oooh… siiii..” Tornata a letto, capii che dovevo comperarmi con urgenza un mio compagno di gomma da cassetto. Mi diedi piacere da sola e mi addormentai.
Continuammo a scopare così, ogni pomeriggio. Per un anno e più. Mia madre non sospettò mai di nulla, o perlomeno io non me ne accorsi mai. Ormai lo tenevo in pugno: da lui potevo ottenere tutto ciò che volevo. Sborsava i quattrini e non fiatava, quando volevo qualcosa; un po’ per non perdere il mio culetto sodo e la mia fica giovane di cui non poteva fare più a meno, ma soprattutto per tenere la cosa ben nascosta a mamma. Mi pregava in ginocchio di non fare cazzate, che avrei rovinato un matrimonio sereno. E io allora gli dicevo semplicemente: “leccamela.” Ovunque ci trovassimo lui obbediva, felice di farlo. Poi andavamo a letto e lo cavalcavo. Mi facevo sborrare sul corpo o, prendendo precauzioni, dentro. Adoravo farmelo venire in corpo ben piantato nell'ano. Quando mi andava, lo facevo mettere a quattro zampe sul pavimento. Gli davo ordini precisi e lui doveva eseguire, muto. Quanto mi piaceva farmela leccare per intere mezz’ore. A volte invece, stando distesa sul letto a pancia sotto e allargando al massimo le gambe, aprivo le natiche davanti ai suoi occhi e mi facevo leccare l’ano per un’ora intera, mentre leggevo una rivista. Gli faceva male la cervicale, dopo!
Ogni tanto, se stavo per venire, alzavo i fianchi e gli premevo bene il mio culo aperto in faccia. Dandogli ordine di leccare tutto il solco, inclusa la mia piccola fregna viziata e succosa. Quasi soffocava, ma continuava docile e servile a lavorare di lingua. E a inghiottire. Mi ha confessato che quando glielo facevo fare lui godeva del mio sapore, dei miei odori. Molto. E io, diciottenne piccolina e sadica, venivo al solo pensiero del mio potere totale su quell’uomo grande, grosso e con una lunga esperienza di vita. Con lui presi quindi a sperimentare anche lo strap-on e dei falli di gomma sempre più grandi. Tutta roba che tenevo accuratamente nascosta sottochiave. Doveva sopportare in silenzio tutto ciò che gli infilavo nel culo, altrimenti gli avrei negato il mio corpo per un mese. Alla fine ha imparato anche a goderne, da bravo sottomesso: poco dopo l’inserzione infatti, a mio comando si concentrava e poco dopo veniva gemendo. Poi mi ringraziava leccandomi i piedi.
Pian piano quindi Simon divenne il mio schiavo segreto e totale. Imparai così a essere con l’uomo una vera ed esperta tiranna. Quando Rosalia lo vedeva accondiscendente e pronto nel soddisfare tutti i miei capricci, sorrideva e gli diceva: “tu me la vizi troppo, questa ragazza. Le vuoi troppo bene, stupidone.” Ed era contentissima. Lui la scopava regolarmente e questo le bastava, per essere felice. Povera mamma: non avrebbe mai potuto immaginare la realtà. Conseguita la maturità, per l’università andai a vivere in un’altra città ben lontana dalla mia. Tornavo a casa raramente e sempre nel weekend. Con mamma intorno però non c’erano molte occasioni, per avere intimità con lui. Che si struggeva di passione per me. Lo facevo morire, mi divertivo da matti: gli mostravo per cinque secondi il seno dalla camicetta aperta e poi richiudevo.
Mentre in camera mia mi asciugavo dalla doccia poi, con la porta sempre a metà scostavo l’accappatoio e gli facevo vedere il culo tutto allargato o la passera ben aperta. A volte, se avevo indosso una canotta larga, passandogli vicino rapidamente gli mettevo una mia ascella sul naso per cinque secondi e gli consentivo di leccarmela, slinguando di sfuggita anche il fianco del seno e quindi fuggivo subito via. Altre volte gli facevo mettere per un minuto intero una mano sulla mia fica umida di desiderio e poi d’improvviso gliela toglievo. Quindi gli ordinavo di mettersela subito in bocca e succhiarla. Eseguiva, obbediente e pieno di passione.
Si, vabbè: se mamma andava venti minuti al minimarket vicino casa per un po’ di spesa, di sicuro approfittavo e lo spompinavo, ingoiando tutto avidamente. O magari lo segavo rapida in bagno, mettendogli un cazzo di gomma nel culo, perché mi piaceva un casino vederlo sborrare nel bidet in quantità incredibile: tirava fuori fino a tre o quattro potenti getti! Poi comunque, da brava ingorda, in ogni caso lo pulivo bene con la bocca e lui mi ringraziava. Ma queste cose rapide non contano veramente, come sesso. Comunque, lo studio proseguiva normalmente, con buon profitto e per le mie voglie sessuali, nell’ambito universitario o extra, con moltissima discrezione mi cercavo qualche ragazzo delicato da poter sottomettere.
Tutte storie brevi. Quando li lasciavo poi, soffrivano tutti come dei cani. Un giorno, d’improvviso mi innamorai di mio marito Enzo: era bello, atletico, efebico, gentile. Molto intelligente e romantico. Mi parlava di tutto, facevamo progetti. Mi toccava di rado, ma io me lo facevo bastare: lo amavo da impazzire. Lui, più grande di me di quattro anni, appena finita l’università trovò un ottimo lavoro - grazie a Dio sempre in zona università - e ci sposammo subito. Io avrei continuato a studiare e lui avrebbe provveduto alla pagnotta.
Con gli anni mio marito avrebbe poi aperto uno studio di ingegneria in proprio assieme a Nino, un suo collega più giovane, un bel fustaccio, devo dire. Io da sposata avevo messo ormai la testa a posto, a parte le rarissime puntate a casa, dove quando era possibile potevo rinverdire con zio. Con lui supplivo a spizzichi e bocconi alla scarsa frequenza del sesso coniugale nel mio matrimonio. Simon malgrado l’età era sempre un bel toro. Se ce ne era l’occasione e se glielo consentivo, lo facevo scopare. Ormai da donna sposata esigevo che mi sborrasse dentro: a lungo e senza protezioni. Volevo fottere, fottere, fottere: disperatamente. Un po' perché Enzo mi scopava di rado, frettolosamente e tirando fuori pochissimo sperma, ma soprattutto perché volevo un figlio. Zio esitava, ma alla fine non sapeva resistermi.
Gli giuravo che non l’avrebbe mai saputo nessuno, anche se fossi restata incinta di lui. Però devo dire che l’assenza di rapporti regolari nel nostro talamo si faceva col tempo sempre più bruciante, per me. Non mi andava di cercare avventure in zona: troppo era il rischio di rovinare il matrimonio con Enzo, che pure amavo molto. Poi, tutto sommato a modo mio volevo restargli fedele. No, zio Simon non contava: lui era solo il mio giocattolo segreto. Così comunque restava tutto in famiglia. Non potevo neppure correre a casa ogni weekend, anche perché vivevamo a duecento e passa chilometri di distanza. Inoltre Simon con gli anni un po’ per l’età, un po’ perché non stava più troppo bene in salute, non era più un’opzione valida ormai. Fisicamente iniziava anche ad avere problemi con l’erezione. Me lo diceva la mamma tra le lacrime. E io non potevo certo consumarle le poche cartucce a sua disposizione.
Un sabato mattina di qualche mese fa Enzo aveva un impegno improrogabile per consegnare un determinato e importante progetto entro la scadenza del lunedì successivo; normalmente di sabato lo studio è chiuso. Qualche volta però succedeva appunto che di sabato mattina dovesse assolutamente andare. Oh: quanto lavorava, mio marito! E guadagnava bene, grazie a Dio. Perciò, accompagnato mio figlio a scuola, quel giorno volli fargli una sorpresa. Passai in pasticceria, presi dei mignon e una bottiglia di ottimo porto. Usando le chiavi di riserva dello studio che tenevamo in casa, entrai zitta zitta. Però sentii venire dal bagno degli strani mugugni.
Uniti a gemiti e frasi inequivocabili: “siii dai, puttana… succhiamelo come sai fare solo tu… si, così, da brava prendilo tutto…” lì per lì mi venne un attacco di rabbia, però subito riconobbi che non era la voce di Enzo, ma quella del suo socio… hai capito Nino il bonazzo che ti combina! Gongolavo, ero curiosissima e volevo proprio vedere… Socchiusi appena la porta. Ciò che vidi mi cambiò la vita. Loro due, Enzo e Nino, intenti all’opera e in penombra non se ne avvidero neppure.
Mio marito era in ginocchio: nudo, con una parrucca bruna a caschetto, truccato da donna e indosso aveva calze velate con reggicalze. Le mutande giacevano sul pavimento, portava scarpe con i tacchi alti e indossava anche il reggiseno. Aveva una palese erezione, mentre a natiche aperte occasionalmente subiva l'ispezione della mano del suo amante curvo su di lui. Intanto stava spompinando con impegno assoluto il suo collega più giovane e prestante seduto sul water! Ogni tanto si staccava per respirare.
Si guardavano negli occhi, sorridevano complici e poi Nino gli metteva dolcemente la mano sulla nuca, per fargli riprendere il lavoro. Correva la passione, tra di loro: c’erano evidenti segnali di amore e comunione. Non avrei mai potuto turbare questa loro intimità assoluta. Erano due amanti ed erano evidentemente quasi alla fine di una “sessione di lavoro”!!! Pian piano ho riaccostato la porta e me ne sono andata in silenzio piangendo di rabbia e scombussolata.
Durante il tragitto ero combattuta tra la forte incazzatura per il tradimento mista all'inattesa sensazione di stupore provata nel vedere Enzo nel ruolo di una donna: mi aveva colpito moltissimo. Era ancora più bello. Lo desideravo. Lo amavo ancora di più, il mio uomo! Il mio marito bellissimo. A casa gli ho chiesto con calma spiegazioni. Lui è arrossito come un bambino e mi ha detto che era una cosa casuale, fatta così per divertimento… casuale un cazzo! Erano amanti. Ero gelosa marcia. Però lo desideravo. Quella notte abbiamo scopato come mai nel nostro matrimonio. Lo volevo troppo, volevo la sua parte maschile, quella che mi regalava solo una volta al mese, più o meno. Mi sono scatenata. E lui mi diceva che gli piacevo sempre da morire, mi giurava ripetutamente amore eterno, mi ripeteva di continuo che ero la sua donna. Solo io, nel suo cuore. Avevo scoperto di avere un marito bisessuale. Mi si erano aperti nuovi orizzonti, con questa insolita realtà tra noi.
Da quel momento ho ripreso, seppur con molta discrezione, a cercare nuovamente di farmi gli affari miei in giro e tu quindi sei il primo, dopo anni. Forse anche l’ultimo, perché ho scoperto che lo amo, lo amo, lo amo!!! Lui adesso sa di te e ci soffre molto. Ma se ne sta zitto perché mi ama, non vuole che lo lasci e poi perché avrebbe troppo da perdere, se a seguito di una eventuale separazione uscissero fuori certe performance, nel suo giro professionale. E anche perché così comunque in segreto può continuare ad amare Nino. Devo rassegnarmi a condividerlo, pur di non perderlo. E poi è il padre di mio figlio. Deve stare con me, questo è il suo posto e io sono l’approdo sicuro, per lui.
Adesso io ho anche questa mezza cotta per te. Intendo continuare ad averti, perché tu sei un maschio vero e mi piace svezzarti e farti provare cose nuove ed estreme. Con lui, anche per tenere in qualche modo ben saldo e in piedi il mio matrimonio, magari per infondervi un po’ di novità, ho rispolverato lo strap-on e i falli di gomma che usavo con zio Simon. La notte mi faccio prima scopare e poi, quando viene, io divento la parte attiva della coppia. Complici l’oscurità e l’intimità del talamo coniugale, abbiamo ritrovato quindi un notevole grado di confidenza, tra noi: è un nuovo e magico idillio. Spesso, se ne ho voglia, lo faccio venire mentre lo sodomizzo con un fallo, mungendogli il membro.
Che pure è di belle dimensioni. Poverino però: tira fuori due gocce di sperma appena. A questo punto non so neppure se mio figlio sia suo, visto che crescendo il bambino assomiglia sempre più a mio zio. Spero che mamma prima o poi non mangi la foglia, anche se sono sicura succederà, prima o poi. Ma starà in silenzio, pur di tenersi il suo uomo. La conosco bene. Sai, per tutto il prossimo weekend ho proposto a mio marito di ospitare in casa Nino. Ho l’idea di fare una cosa a tre e non gli è dispiaciuto affatto. Messo a dormire il pargolo, a notte fonda e in santa pace voglio proprio provare questo Nino, che è oggettivamente un fico. Sembra sia solo attivo e molto dotato. Truccherò Enzo da donna, in maniera meticolosa.
Quando l’ospite stallone avrà finito con me, chiederò a mio marito di fare con la lingua una pulizia meticolosa della mia passera e di tutta la zona circostante, ovunque Nino avrà preferito sborrare. Così lo stallone, ripreso un attimo fiato dal rapporto con me, potrà prendere a occuparsi nel frattempo del culo all’aria di Enzo che, mentre lui mi leccherà, sarà bello aperto e disponibile. Li voglio vedere all’opera per bene, stavolta e con tutta la tranquillità… voglio guardare il mio uomo sorprendente e bellissimo raggiungere l’estasi a occhi chiusi mentre lo prende in culo e cercherò di capire se godrà di più perché mi starà leccando la passera o perché avrà Nino ben piantato e stantuffante nel suo ano. Ora capisci perché mi piace comandare sugli uomini, bello? Adesso datti da fare: inizia a leccarmela per bene…
RDA
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"A veces temo la manera en que las personas son gustosas de mi, es decir, las razones... Porque eso que aman, podrían odiarlo después"
-S.B
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Nace una flor, todos los días sale el sol, de vez en cuando escuchas aquella voz
Como de pan, gustosa de cantar, en los aleros de la mente con las chicharras
Pero a la vez existe un transformador que se consume lo mejor que tenés
Te tira atrás, te pide más y más, y llega un punto en que no querés
Mamá, la libertad, siempre la llevarás dentro del corazón
Te pueden corromper, te puedes olvidar, pero ella siempre está
Ayer soñé con los hambrientos, los locos, los que se fueron, los que están en prisión
Hoy desperté cantando esta canción, que ya fue escrita hace tiempo atrás
Es necesario cantar de nuevo una vez más
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Lo'ak x human!reader.
Advertencia: nsfw | comida de coño | Lo'ak adicto al coño | obscenidad | relacion extraterrestre, humano | lenguaje explícito.
Introducción: Lo'ak te come.
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
Lo'ak era una zorra absoluta, lo sabías desde el primer momento en el que lo viste, porque el Na'vi solo se dedicó a mirar tu cuerpo de arriba a abajo, como un animal ansioso por dar un mordisco. Una criatura que simplemente se dejaba llevar por los instintos y hacía incapie en sus deseos más impuros.
Por esa misma razón sonreíste engreída cuando entró a tu habitación. De reojo podías ver cómo su cola se movía de un lado a otro, juguetona ante su siguiente movimiento. Hiciste como sino lo viste, concentrada en el libro que leías para fingir demencia con respecto a la actitud del chico y pareció que al Na'vi no le agradó, puesto que era un hambriento de atención. Tus pies comenzaron a moverse fingiendo inocencia mientras tu trasero se levantaba un poco para darle una mejor vista, tus rodillas se separaron y pronto una oportunidad apareció.
El hombre se colocó entre tus piernas dejando que su pecho se recostara contra tu espalda y entonces sus labios se acercaron a tu oído, enviando un escalofrío por todo tu cuerpo ante la calidez de su aliento.
----¿Qué haces? ---- preguntó el muchacho con voz profunda.
Ignoraste la dureza que rozaba contra tu trasero, cambiando la página de tu libro con desinterés.
-----Leo.
El muchacho acercó su boca a tus hombros desnudos comenzando a rozar sus labios con suavidad.
-----Oh vamos, te vine a visitar... Creo que deberías dejar ese libro y darme toda tu atención a mi.
Descarado.
Eso es lo que era Lo'ak y no lo culpabas, puesto que tú lo habías acostumbrado a que fuera directo y no le diera vueltas al asunto.
Después de meses en esta relación sexual era claro que el muchacho se volvería exigente y descarado.
----¿Por qué debería darte mi atención?---- preguntaste volviendo a dar vuelta a la página.
Y parece que esto frustró al muchacho pues sus colmillos se asomaron y amenazaron perforar tu piel.
----La pregunta es, ¿por que no? ---- sus caderas se pegaron a tu trasero con fuerza logrando que tu pecho se acelerara ----. Sabemos lo que queremos, bebé.
Soltaste una risa empujando tu trasero haciendo que sus caderas se movieran contra las tuyas.
----Vamos, no me hagas rogar ---- susurró volviendo a mover las caderas.
Una sonrisa apareció en tu rostro, te diste media vuelta acostandolo en la cama mientras te subías encima de él.
-----Tal vez si quiero que me ruegues...---- tus manos tomaron con brusquedad su mentón logrando que sus ojos se abrieron con sorpresa ---- ¿Que tal, cariño? ¿Por qué no ruegas por mi?
Él te miró con una ceja alzada soltando una risa sarcástica mientras sus manos tomaban tus muñecas.
----Vamos, bebé sabe-
Tus manos tomaron su cola, dando un pequeño jalón que hizo temblar al muchacho.
----Suplica, niño.
Esa palabra activó algo, por qué sus pupilas se dilataron y su cola se movió gustosa ante el nuevo apodo.
-----Y un mierda.
Se negó como una perra llorona. Sonreíste en grande, comenzando a moler tus caderas por encima de su taparrabos. Tu pequeño cuerpo humano cabalgaba con maestría al gran extraterrestre de casi tres metros y aquello hacía que tu coño se mojara poco a poco. Te sentías empoderada, mirarlo desde arriba era como una droga que enviaba espasmos por cada rincón de tu putrefacto cuerpo.
----Ruega.
El muchacho movió sus caderas con brusquedad sonriendo cuando comenzó a complacerse.
----Obligame.
Dejaste de moverte, te levantaste de tu lugar quedando por encima de él ganándote una mirada extrañada por parte del navi. Entonces con lentitud y juguetona tus bragas fueron bajando lentamente dándole a Lo'ak la mejor vista de tu coño mojado, lo viste relamer sus labios ansioso de enterrarse entre tus piernas y devorarte sin detenerse ni un segundo.
Con una sonrisa volviste a sentarte encima de él, ahora lo que los separaba solo era esa molesta tela de su taparrabos provocando que Lo'ak se frustrara al no poder sentir tu coño palpitante contra su piel.
----¿Vas a cooperar o no? ---- preguntaste divertida.
Lo'ak negó, mordiendo su labio inferior mientras te seguía el juego.
Asentiste tranquila dejando tus pantis mojadas justo encima de su pecho.
Lo'ak tragó pesado, mirando fijamente aquella prenda manchada con tus líquidos. Su boca se hizo agua mientras imaginaba como estos se derramaban en su boca y el podía obtener un poco de tu delicioso y obsceno sabor.
Tus caderas volvieron a moverse, podías sentir su enorme polla erguida, pidiendo a gritos por tu atención siendo complacido por los movimientos de tu coño.
Pero Lo'ak era codicioso, él no podía simplemente quedar satisfecho con eso.
No cuando estuvo tanto tiempo alejado de ti y simplemente quería enterrarse entre tus piernas y que su lengua se entumiera de tanto lamer tu coño húmedo. Su boca se hizo agua al tan solo pensar en ti cabalgando su rostro. Entonces se volvió frustrante, fue horrible tener tu aroma a tan pocos centímetros de su rostro y que tu coño se burlara de su polla que simplemente quería pegarte contra el suelo y devorarte por toda la noche.
Pero esto era tan excitante, ser dominado por ti lo estaba encendiendo como nunca antes, quería ser maltratado, quería que lo usarás como tú maldito juguete, tu objeto de placer.
-----Entonces, ¿vas a rogar o tendré que estar aquí toda la noche?
Lo'ak gimió cuando su taparrabos comenzó a pegarse a su miembro ante el líquido preseminal que salía de su polla ansiosa.
----Solo... ¡Dámelo, por favor¡
Tus caderas se detuvieron y el muchacho se sintió tan traicionado y frustrado que no dudó en sisearte. Tu mano tocó su cabello jalandolos ligeramente para que su vista se levantara, entonces ya no estabas encima de su polla sino encima de su pecho y tu coño estaba cada vez más cerca de su boca que podía saborear y volverse loco ante el aroma.
----Dije ruega, pequeño hijo de puta.
Lo'ak negó sintiéndose mareado ante la vista de tu coño chorreante, su polla palpitaba rogando por un poco de contacto y su boca salivaba ante tu olor, quería tanto llenar su maldita garganta de tu néctar que se estaba volviendo loco. entonces decidiste torturarlo, tus caderas bajaron y sin vergüenza alguna comenzaste a frotar contra su pecho, tu coño mojaba cada centímetro de su enormes pectorales, tu clítoris chocaba con sus pezones y eso lo estaba volviendo ansioso ante la idea de tenerte tan cerca y a la vez tan lejos. Y él sabía que podía simplemente levantarse y obtenerlo por si mismo, pero la idea de sentirse indefenso y pequeño ante ti lo excitaba de sobremanera.
Cuando su polla llorosa comenzó a doler debido a la nula atención soltó lágrimas. Sus sentidos se volvían locos conforme más te frotabas y mojabas su pecho.
Entonces él ya no pudo más y tú sonreíste como una maldita desquiciada al verlo llorar con las mejillas rojas.
-----¡Por favor, por favor, mama! ---- rogó el chico chocando sus caderas con la nada.
-----¿Que pasa,Lo'ak? ---- preguntaste sin dejar de moverte ---- ¿que necesitas?
El muchacho lloró ante tu crueldad.
----¡Por favor, déjame comerte! ---- rogó el muchacho salivando ---- ¡Quiero lamerte, ahogame con tu coño, por favor!
----Hmm... No sé, no te veo muy convencido ---- te burlaste observando su cuerpo temblar.
-----¡No, no, no yo en verdad! ¡Necesito comerte, por favor déjame probarte! ---- volvió a suplicar.
-----Bueno, ya que has sido tan bueno.
-----Si, si, si he sido bueno, solo para ti, mama ---- exclamó el muchacho empapado de sudor.
Observaste atenta como te mostraba la lengua mientras sus ojos amarillos observaban fijamente a tu coño que poco a poco se acercaba a su boca.
----Bien, sé un buen chico y hazme venir.
----Te haré venir, lo prometo ---- gimió ansioso.
Entonces su lengua plana chocó contra tus pliegues, tus caderas comenzaron a moverse contra su boca y lo único que podías oír eran los gemidos de Lo'ak amortiguados por tu coño, tus piernas comenzaban a temblar conforme el muchacho lamía, su gran lengua chupaba con desesperación, sus labios sorbian tus jugos demostrando lo ansioso que estaba por comerte de una vez por todas.
Lanzaste tu cabeza hacia atrás ante la excitación que invadia todo tu cuerpo, tu espalda se arqueó cuando los labios de Lo'ak sorbieron tu clítoris, su enorme lengua daba maltrataba todo tu coño y podías sentir como sus enormes manos se aferraban con fuerza a tus muslos que apretaban contra su rostro. Cuando tus ojos miraron hacia abajo un gemido escapó de tu boca ante la magnífica vista, los ojos de Lo'ak estaban borrachos, casi blancos mientras que toda su cara estaba manchada de tus jugos, sus mejillas casi moradas te hacían ver cuánto disfrutaba y pequeños cabellos sueltos se pegaban a su frente debido al sudor.
-----Mierda, bebé te ves tan bien ---- halagaste haciéndolo soltar un gemido necesitado ---- ¿Te gusta que mama, te halague? ¿Te gusta el sabor de mi coño?
Él asintió sin alejar su boca haciendo que su nariz acariciara tu clítoris provocando que un espasmo recorriera toda tu espalda.
---¡Ah, Lo'ak! ¡Lo haces tan bien! ---- felicitaste tomando su cabello con fuerza mientras movías bruscamente tus caderas.
Mientras tanto Lo'ak estaba en las nubes, tu aroma estaba por toda su cara y tus jugos lo ahogaban, podía sentir como estos resbalaban por su cuello y entraban por su nariz, estaba seguro que si moría el sería el Na'vi más feliz del mundo. Su polla adolorida temblaba y palpitaba ante tus halagos, volviéndolo un desastre lloroso, él no podía hacer nada más que chuparte y comerte hasta estar satisfecho, sin embargo, veía eso imposible, no podía estar satisfecho de ti nunca.
Lo'ak gimió cuando tocaste su cola, poniendo los ojos en blanco cuando su nariz fue cubierta por tu coño chorreante, de pronto ya no podía respirar, no podía hacer nada mas que seguir comiendo y apretar tus muslos con sus enormes manos.
----¡Lo'ak, voy a venirme, oh dios! ---- gemiste haciendo que él asintiera desesperado.
Si, si, quería todo de ti, quería tomarlo todo y que nunca acabara.
La vista se le nublaba y su boca se entumía, estaba seguro que moriría y entonces ocurrió tú te levantaste de golpe y Lo'ak solo cerró los ojos con una sonrisa borracha cuando tu clítoris dejo escapar chorros mojando su rostro y pecho.
----¡ Ahh Lo'ak! ---- gemiste haciendo que él también gimiera.
Su polla estalló y su semen salió disparado manchando tu trasero seguramente. El muchacho sonrió borracho comenzando a limpiar las camisuras de sus labios con su propia lengua.
----Sabes a gloria, mama... ---- murmuró con respiración pesada.
Tú reíste, acostandote a su lado para dejar un beso en su pecho.
----Estuviste muy bien, bebé.
----Lo se, soy genial ---- presumió el chico.
Tú golpeaste su pecho. Levantándote nuevamente con rodillas temblorosas, entonces te volviste a sentar en su pecho y con una sonrisa maliciosa mencionaste.
----¿Que tal un poco más, bebé?
----Joder, si.
El Na'vi sonrió tomando tus muslo y volviendo a enterrar su cabeza entre tus piernas.
Listos para el segundo round.
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ELENA DEL RIVERO & CRISTINA RIVERA GARZA
VIII
la invención de Maggie Triana
Saturday, May 17, 2003
BLOGNOVELA 2003
L.
(mayo es ahora)
Es que tomaron el boulevard rojo.
Es que no había luz.
Es que faltaba el agua.
Es que llegó Maggie Triana bajo el eclipse
(cabello rojo, pestañas extra largas, uñas a medio pintar)
y contó su peor sueño y su mejor pesadilla.
Es que se abrió el abrigo —negro, de peluche, demencial— y se sonrió tres veces con el ojo izquierdo.
Es que recargó la cabeza sobre un hombro y, de regreso al mundo, exclamó: esto es arándano (aunque en realidad era Eau de Cartier).
Es que se señaló la boca.
Es que dijo: bésenme.
Y todas obedecieron —gustosas, sumisas, celestes.
Es que, como lo he anotado, no había luz.
Es que era jueves pero a todas les urgía ya que fuera sábado. Y Maggie insistía en contar —las manos en espiral, la boca de vela en alta mar, la rodilla flexionada— su peor sueño (el hombre que atravesaba el cuerpo de la mujer para extraerle el músculo ése que, dijo, algunos llaman corazón) y su mejor pesadilla (la mujer que, en justo intercambio, atravesaba el cuerpo del hombre para extraerle el ése que, repitió, algunos llaman corazón).
Es que habían leído a Butler, Cixous, Wittig, Peri Rossi, Pizarnik, Acker, Stein.
Y las mareaba el humo de los cigarrillos de clavo. Djarum Black: to enhance your smoking pleasure.
Y nadie hablaba en el Café de Todos.
Es que la mantarraya descendía —deliciosa, omnipotente, cándida— con esa lentitud casi doméstica, esa lentitud de otro modo mitológica, hasta la piel misma del océano.
Es que Amaranta Caballero caminaba descalza y ecuménica sobre su propia lengua.
Y Abril Castro se volvía una pez-hadilla sobre la almohada.
Y Maggie Triana declaraba, con precisión profética: cubrir de árboles el bosque. Bosquejar una mujer. Circundar una mujer. Cubrir de bosques una ciudad, bosquejar una mujer, circundar los árboles.
Y Lucina Constanza guardaba silencio.
Y La Sumergida se acostumbraba poco a poco, aunque no sin torpeza y sin intolerancia, a su nueva condición de Emergida.
Todo esto dentro de la Ciudad Sin Nombre. Todo esto en un lugar sin luz, sin agua. Es que comieron uvas y pronunciaron las palabras muslo, codo, tráquea. Y también ésa que, Maggie volvía a decir, algunos conocen como corazón.
Es que no sabían de la piedad. Y no les interesaba hincarse. Es que los fáunulos tomaban su siesta.
Es que faltaba el agua.
Y se quedaron meditabundas frente a la pregunta ¿por qué no?
Es que era mayo.
Es que mayo es ahora.
_ ¿Ha estado usted alguna vez en el Mar del Norte?, fragmento del libro Feliz como con mujer, Cristina Rivera-Garza.
# 6. 2011. Selenium toned silver gelatin prints with oil paint 7-7/8” x 10”
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