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El guardián entre el Centeno
Es una novela que retrata con realismo y humor la rebeldía, el desencanto y la búsqueda de identidad de un adolescente en el Nueva York de los años cincuenta. Te hará sentir identificado con el protagonista, Holden Caulfield, y sus aventuras y reflexiones.
Es una obra maestra de la literatura moderna, escrita con un estilo directo, coloquial y sin censura. Fue una de las primeras novelas que se atrevió a romper con las convenciones sociales y morales de su época, y que influyó en generaciones de escritores y lectores.
Es una novela de formación, que muestra el proceso de maduración de Holden y su confrontación con el mundo adulto. A través de sus experiencias, Holden nos revela sus miedos, sus sueños y sus valores, y nos invita a reflexionar sobre el sentido de la vida.
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The seventh of november was my 18th birthday which seems like a super exciting occasion but all I did was dinner with my grandparents and feeling lonely. Worst part of growing up? Maybe understand that you don't feel lonely, you always are.
Today I was supposed to invite a few people to dinner but they didn't want to so I drew Holden Caulfield for the first time. I don't love it but I don't hate it that much so
The poster in the background says "if a body catch a body comin through the rye" in spanish ("si un cuerpo encuentra a otro cuerpo cuando van entre el centeno"), Robert Burns.
#the catcher in the rye#holden caulfield#if a body catch a body comin through the rye#robert burns#birthday#artists on tumblr#el guardián entre el centeno
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Es una obra clásica de la literatura, suele ser leída en los colegios de Chile, sin embargo, es primera vez que la leo. No esperaba que tratara sobre el tema que trata, es un libro bastante interesante, por alguna razón me hizo recordar a El Extranjero de Albert Camus, ambos personajes tienen una personalidad como extraída del inconsciente colectivo, como abstraídos de las costumbres comunes y las cosas que suelen gustarnos o molestarnos a todos. En el caso de El Guardían Entre El Centeno, con su protagonista Holden, es un joven que ha sido expulsado de su colegio y no es la primera vez que le ocurre, por lo que debe enfrentarse a todas las presiones sociales y repercusiones que podría acarrear ser expulsado nuevamente de su colegio.
El libro da cuenta de un joven que es bastante caprichoso, por usar una palabra que no creo que sea muy correcta, pero es un personaje bastante sincero, que reacciona en el momento de manera bastante apasionada, con las emociones a flor de piel. Por otro lado, es un joven que se contiene bastante, sabe cuáles son sus límites; a pesar de que suelen decirle que debe sentar cabeza, saber lo que le gustaría hacer cuando sea mayor; él es un joven bastante apasionado de la vida. si algo le molesta se hace notar con comentarios sarcásticos. si algo le llama la atención se vuelve sumamente inquisitivo en las preguntas para averiguar aquello que aqueja su mente, incluso si esas preguntas incomodan a su interlocutor, hecho que al parecer el protagonista no es capaz de identificar.
Es por esto que el personaje se me hace similar al de El Extranjero, son personajes abstraídos de su entorno y muy arraigados en su propia mente. Ambos personajes me dieron la impresión de estar cercanos a lo que hoy se denomina "neurodivergencia", personajes que la sociedad no es capaz de entender, que pasan por sobre las convenciones sociales de lo que es correcto y lo que no. Puede ser una sobre interpretación de ambas obras, pero creo que ambos personajes son sumamente apasionados de una manera bastante pacífica. Al final del día, sus actitudes y formas de entender el mundo no le hacen daño a nadie más que a sí mismos, salvo el caso de El Extranjero cuando mata a un sujeto por motivos que no vienen al caso.
Creo que para ser uno de los libros clásicos de la literatura estadounidense hubiera esperado otra cosa, si bien la temática no es la mayor obra de arte de la literatura, creo que el escritor es brillante en la manera que nos conduce entre anécdotas y experiencias de nuestro personaje. El autor es capaz de teletransportarnos del presente a experiencias del pasado sin que se pierda el hilo conductor de lo que se estaba contando. Al mismo tiempo, el autor es capaz de traernos de vuelta de aquellos paréntesis en las historias, que más que molestar, lo que hacen es entregarnos mayor detalle de la forma de pensar de Holden, de qué ha vivido, por qué piensa como piensa y cuáles son sus formas de razonar y entender las situaciones a las que se enfrenta. Es casi una forma de inmiscuirnos de manera indirecta en cómo funciona su mente y cómo reacciona a ciertos estímulos.
Diría que el libro me posicionó en la silla de un terapeuta que escucha a un joven conflictuado que no halla su lugar en el mundo, un joven incomprendido que en plena adolescencia está aprendiendo a lidiar con las presiones de la sociedad, de sus padres, la competitividad entre estudiantes. El autor realiza un análisis, con o sin querer, de una sociedad americana sumamente hostil, superflua y que valora solo las cosas relacionadas a la negación del ocio, en este caso el éxito en los estudios, el tener mucho dinero, el ser atractivo, el ser profesional y el mejor de la clase.
Llama profundamente la atención que el autor nos presenta una escuela típica americana, y al igual que en los estereotipos representados hoy en día en cualquier serie de streaming tipo Netflix o Amazon, los jóvenes son sumamente crueles y despreciables unos con otros. El bullying es algo habitual en estos espacios, los jóvenes se enfrentan a constantes acosos y enfrentamientos con otros estudiantes. Las burlas y descalificaciones son el pan de cada día, es por esto que Holden nos señala que en los colegios está lleno de hipócritas y que esa es la principal razón del porqué no se esfuerza en encajar. Al mismo tiempo que suele señalarnos que tanto los profesores como los alumnos son todos unos ineptos y tontos.
A fin de cuentas, fue un libro que, pese a la premisa simple, me mantuvo interesado en su trama, en lo que el personaje tenía para contarnos y su forma de comportarse. Creo que una muy buena forma de explicar el libro es la palabra "impredecible", nunca se podía adivinar lo que haría Holden, ni él mismo lo sabía, cualquier estimulo era capaz de llevarlo hasta el sitio más insospechado de Nueva York.
Si tuviera que clasificarlo, le daría 4 estrellas de 5.
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<<Lo que distingue al hombre insensato del sensato es que el primero ansía morir orgullosamente por una causa, mientras que el segundo aspira a vivir humildemente por ella>>.
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“Entre otras cosas, verás que no eres la primera persona a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado. Te alegrará y te animará saber que no estás solo en ese sentido. Son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú. Felizmente, algunos de ellos han dejado constancia de su sufrimiento. Y de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún día de ti si sabes dejar una huella. Se trata de un hermoso intercambio que no tiene nada que ver con la educación. Es historia. Es poesía”.
- J.D. Salinger, El guardián entre el centeno
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-Creo que un día de estos -dijo-, averiguarás qué es lo que quieres. Y entonces tendrás que aplicarte a ello inmediatamente. No podrás perder ni un solo minuto. Eso sería un lujo que no podrás permitirte.
- “El Guardián Entre El Centeno�� [The Catcher in the Rye, 1945], J. D. Salinger. Traducción de Carmen Criado
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"El guardián entre el centeno", de J. D. Salinger en la #LíneaD
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☆ ¿Realmente mordiste la mantequilla si nadie te vio hacerlo? ☆
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S H I P : L I D I L L O
(Disclaimer: estos personajes no me pertenecen)
C A P I T U L O II
Liddy se encontraba tendida en su cama a medio hacer, con el pelo arreglado en un moño elegante y su viejo vestido negro Valentino. Esa prenda era sin duda una apuesta segura, ya que resaltaba todas sus curvas y le levantaba todo el pecho, como si estuviera diseñado para su cuerpo.
Ya habían pasado dos meses desde la mágica noche que tuvo con Carrillo, y desde ahí el hombre no la había contactado. Ahora, que acababa de llegar de la inauguración de la nueva y prestigiosa galería de la ciudad, se sentía un poco más sola de lo común al ver todos con acompañantes.
No es que ella fuera de la vieja idea de que el varón es el que debe tomar la iniciativa, pero luego de los momentos que pasaron juntos donde se desmenuzaron en cuerpo y alma, y ella le había permitido conocer los más profundos rincones de su existencia, creía que lo mínimo era que él la buscara.
Así pasaron las semanas hasta cumplirse los dos meses, y pareciera como si a Carrillo se lo hubiera tragado la tierra. Liddy no quería que eso influyera en su estado de ánimo y se obligaba a que su recuerdo no ocupara en lo más mínimo su mente, pero era casi imposible cuando caía la noche y traía consigo una oleada de soledad, castigando a todos los que no cuentan con amante.
En esos momentos solo le servía releer su libro favorito, ese libro que llegó a su vida de forma inesperada y que guarda religiosamente en su velador, como si fuera un SOS para sus crisis mentales y espirituales.
* F L A S H B A C K L I D D Y *
Una joven María libertad, de unos nueve años de edad, se encontraba corriendo por la avenida principal. Las lágrimas en sus ojos comenzaban a transformar las luces de la ciudad en solo destellos y sus pies ya reclamaban descanso.
Su padre probablemente ya la estaba buscando. Ella solía soportar callada cuando su padre la regañaba por algún pedido mal hecho o una salsa poco aliñada, labores básicas pero complicadas para alguien de tan corta edad. Pese a todo, lo sobrellevaba bastante bien, sin embargo esta vez sintió como el impulso de correr se apoderaba de su cuerpo cuando el dueño de la famosa taqueria “el hijole” le gritó en frente de todos los empleados.
Liddy ya se había calmado y buscó con la mirada el primer lugar que le fuera útil para descansar antes de encaminarse devuelta a su hogar. Se fijó en la vieja librería que siempre veía y que jamás había dado importancia por sus vagos instintos de lectura.
Al entrar pasó desapercibida por la encargada y se dejó caer en la esquina que se forma entre las estanterías, como si quisiera hacerse tan pequeñita hasta desaparecer. Comenzó a pensar en la pelea con su padre y sin darse cuenta comenzaron a caer lágrimas en sus ojos.
Eso no pasó desapercibido por un joven de 21 años que trabaja ahí. Él había tomado ese empleo como una excusa para pasar menos tiempo en casa, y sin duda también le servía para conocer gente interesante, como esa niña que le generaba una ternura genuina.
Tomo un libro del estante y se acercó a la niña, quien no se percató hasta que ya el joven se encontraba arrodillado frente a ella y dejaba caer el libro en su regazo.
- Léelo, te prometo que te va a encantar, pocas personas lloran en una biblioteca, debes ser especial - luego hizo una pausa y se relamió por labios- te diré algo, pocas personas piensan como nosotros, es un don, y los dones son algo para estar orgullosos -
El apuesto extraño guiño el ojo y se fue, dejando a la niña sola con el libro. Por primera vez bajo la mirada para leer el título de la novela
“El guardián entre el centeno”
* F I N F L A S H B A C K L I D D Y *
María libertad tomo el libro que tenía en sus manos, el guardián entre el centeno, ese libro que la llevó por el camino de la lectura y le impulsó a estudiar literatura. Cuando lo iba a comenzar a releer, se vio interrumpida por el sonido de su celular. Inesperadamente era Carrillo.
Ella creía en la manifestación pero no de forma tan inmediata. Pensó en estrujar hasta la última gota de dignidad que tenía y simplemente cortar, pero no fue capaz y terminó contestando de forma temerosa.
- Te necesito, necesito que vengas, ya -
Es lo único que escucho al otro lado de la línea, y luego el tintineo de notificaciones que avisaba el mensaje de Carrillo con una dirección.
No se dio cuenta cuando ya iba en un taxi en dirección desconocida para ella, sin siquiera retocarse el maquillaje, acomodándose los tacones y mirando por el hueco que se forma entre el conductor y los asientos. Veía pasar la ciudad, el como la bohemia y el bullicio se transformaba en finas y enormes casas de la más distinguida socialite de la ciudad.
El taxi paro en frente de una casa inmensa, tan grotescamente grande que pensó que se le caería encima en cualquier momento. Toco el timbre y la empleada la hizo pasar y la comenzó a guiar, adentrándose en la mansión.
No pudo evitar reír entre dientes al ver a todas las empleadas con uniformes como en las películas y plumeros grandes. Podía ver a simple vista más de cinco dando vueltas y sacudiendo el polvo que la anterior ya había limpiado, como el engranaje de un reloj.
Mientras más caminaba, más se maravillaba con los jardines interiores y los salones grandes llenos de cuadros de arte antiguos. Parecía que jamás terminaría de caminar hasta que la empleada paró enfrente de una mesa larga adornada por candelabros. La muchacha hizo una reverencia y se fue, dejando a liddy con el sentimiento de inseguridad por la casa desconocida.
Apareció de repente Carrillo, con un traje elegante de dos piezas parecido al que portaba la vez que se conocieron. Se acercó peligrosamente a ella y sin dar ninguna explicación la besó.
- te extrañe tanto amor - dijo en voz alta con el fin que el otro señor presente escuchara - padre, te presento a mi novia, María libertad.
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Recuerdo hace tiempo, en un grupo de Whatsapp de escritura literaria, que comenté lo que me había parecido la novela de El Guardián entre el Centeno. Hablé sobre que el protagonista parecía un adolescente amargado, pero que en realidad estaba justificado, que tenía un buen fondo y que sus valores resultaban un arma de doble filo ante la hipocresía de la sociedad en la que vivía. Además, protegía e intentaba encauzar por buen camino a su hermana pequeña, resultando que este protagonista tan mal hablado y capullo tenía gestos ejemplares.
Es entonces que uno de los miembros más jóvenes del canal dijo: ¡No hagas spoilers!.
Y eso me dejó pensando. Todavía recuerdo ese comentario.
Porque, ¿spoilers de un libro ya considerado clásico? Ese choque da qué pensar porque, El Guardián entre el Centeno, no aplica a los tópicos de las historias actuales, tan dominantes y comunes. Ese concepto de aquel usuario más joven, reflejo de esta época, expresaba sin decirlo que las historias ahora se basan en giros de trama, en recalcar con fuerza el concepto de inicio, nudo y desenlace. Ahora las historias se consumen, y hay que verlas o leerlas antes que nadie para que no te destripen la trama. Se lee asumiendo que es lógico que haya secretos en la historia, que hayan vertientes inesperadas: todo resulta un trabajo de intentar convencer al lector. ¿Convencerlo? ¿Pero los libros no tratan de hacer pensar, de intentar profundizar sobre aspectos del ser humano? Son descendientes de la filosofía, o así he creído yo, un ingenuo víctima de mi época.
El Guardián entre el Centeno no posee la convención que parece obligatoria de “Un protagonista posee una vida hasta que de repente sucede algo que cambia todo”. Es entonces que lucha contra esa anomalía, convirtiéndose en otro tipo de persona, ganando o adaptándose a esa adversidad. La mayoría de historias son así.
Pero en este caso de El Guardián, se trata sobre conocer al protagonista, que intencionadamente nos cae mal hasta que al final lo conocemos a fondo y apreciamos sus valores. Es un aspecto de la vida misma, nos ha sucedido a todos al conocer a una persona, resultando que la primera impresión no suele acertar, y que todas las personas tienen sus motivos para ser como son, y que de todos podemos aprender por poco que sea.
Ale, os he “spoileado”. Ya no podéis leer el libro. Os he roto todos los esquemas al hablaros de un aspecto vital de la vida. Qué concepto más absurdo el de aquel chaval que ve las novelas como entresijos esquematizados, donde ciertos puntos nos sorprenden con artificios poco vistos para los que han leído menos, truquillos manidos para los que buscamos alguna novedad de verdad entre los best-sellers.
Y es que destripar la supuesta trama de este libro, es como hablar con alguien sobre la vida. Es como contarle una experiencia personal a un amigo/a cercano/a (que si nos fijamos, la experiencia narrada posee su nudo, que es lo que nos interesa, y en todo caso el inicio para saber cómo se llegó hasta ese punto, resolviendo el final por nosotros mismos al opinar sobre lo que le ha sucedido a esta persona cercana). Filosofar sobre la vida es algo natural y necesario, y poco a poco voy entendiendo porqué ciertos libros son considerados clásicos, por básica que aparente ser su trama.
La intención de este artículo es expresar lo chocante que me resultó el concepto tan básico como lo es un spoiler para un libro como este. Con otro tipo de situación igual no me habría dado cuenta, y de la inocencia o ignorancia se aprende.
Puedo hablar de El Viejo y el Mar y chivaros si al final el pescador logra llevar al grandioso animal pescado a tierra, pero en realidad eso es lo de menos: para mí fue un libro que habla sobre perseguir y lograr tus objetivos y sueños, sin importar la edad, y aunque os esté desvelando la esencia del libro (aunque más bien es mi interpretación del mismo) no estoy estropeando nada, porque es la forma de contarlo, la experiencia de su autor, que nos habla como con alguien cercano en una cafetería, lo que importa. Eso es personal para cada uno, y por mucho que te cuente al detalle el libro, no te voy a estropear nada, porque al acabar de leerlo vas a sacar tu conclusión y experiencia imaginada. Esa es la magia de las buenas historias.
#literatura#el guardian entre el centeno#clásicos#libros#artículo#spoilers#reseña#ser humano#pensamientos#filosofía#historias
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Botchan
Botchan es un indiscutible clásico de la moderna literatura japonesa y, desde hace más celebradas por los lectores de aquel país. Considerada el Huckleberry Finn nipón, y comparada también con El Guardián entre el centeno, narra las aventuras de Botchan, un joven tokiota descreído y cínico, alter ego de Sôseki, al que mandan como profesor a una escuela rural situada en la remota isla de Shikoku.…
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parece el guardián entre el centeno
From my Bedroom Window, 1930 by Alfred Munnings (English, 1878--1959)
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10 libros que debes leer antes que finalice 2024.
"American Psycho" de Bret Easton Ellis: La novela se centra en la crítica a la sociedad materialista y el impacto de esta en la psicología humana.
"1984" de George Orwell: El libro explora los peligros del totalitarismo y la vigilancia constante en la sociedad.
"Alta fidelidad" de Nick Hornby: La obra aborda la vida de un melómano en sus treintas, enfrentando la insatisfacción laboral y personal.
"El gran Gatsby" de F. Scott Fitzgerald: La novela explora la decadencia moral y social oculta bajo la superficie de la brillante era del jazz.
"Crimen y castigo" de Fyodor Dostoevsky: El libro explora la psicología humana y las consecuencias de los actos criminales.
"Anne of Green Gables" de L.M. Montgomery: La obra explora el conflicto entre la imaginación y la expectativa, y la sentimentalidad versus la emoción.
"Fahrenheit 451" de Ray Bradbury: La novela explora la censura, el control del conocimiento, el lado oscuro de la tecnología y la alienación social.
"El guardián entre el centeno" de J.D. Salinger: El libro explora la búsqueda de la identidad y el significado de la vida a través del crecimiento y desarrollo personal.
"Amerika" de Franz Kafka: La obra explora la impotencia humana frente a una fuerza que no puede superar.
"El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde: La novela explora la obsesión por la eterna juventud y la belleza. Aunque estos libros abordan una variedad de temas, todos exploran de alguna manera la psicología humana y la lucha interna de los personajes principales con su entorno y consigo mismos.
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Fighting the urge to redesign the cover of The Catcher in the Rye because there is only one edition in my native language and it's so ugly it makes me cry.
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“Entre otras cosas, descubrirás que no eres la primera persona en estar confundida, asustada e incluso asqueada por el comportamiento humano. No eres en absoluto el único; te entusiasmará y estimulará saberlo. Muchos, muchos han estado tan perturbados moral y espiritualmente como tú lo estás ahora. Afortunadamente, algunos de ellos guardaron constancia de aquello. Aprenderás de ellos, si así lo quieres. Al igual que algún día, si tienes algo que ofrecer, alguien aprenderá algo de ti. Es un hermoso acuerdo recíproco. Y no es educación. Es historia. Es poesía”.
El guardián en el centeno - J. D. Salinger
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Hay cosas que no deberían cambiar, cosas que uno debería poder meter en una de esas vitrinas de cristal y dejarlas allí tranquilas. Sé que es imposible, pero es una pena.
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Encuentro en el Café del Parque
El sol de la tarde se filtraba a través de los grandes ventanales del Café del Parque, creando un cálido abrazo de luz que envolvía el pequeño local. El bullicio suave de las conversaciones y el tintineo de las tazas creaban una melodía acogedora que se fundía con el olor a café recién molido y galletas horneadas. En la Mesa 1, cerca de la ventana, tres amigos amantes de las letras compartían un momento que pronto se convertiría en un recuerdo entrañable.
Pedro, con su inconfundible melena azabache desordenada y una mirada llena de fervor, estaba absorto en su libreta. Sus dedos, largos y ágiles, parecían danzar sobre las páginas mientras esbozaba versos que fluían como un río desbordado. Era un poeta en el pleno sentido de la palabra, un artesano de imágenes que capturaba con la tinta las vibraciones de la ciudad.
"En cada esquina, en cada plaza, se entrelazan destinos, tejemos nuestras vidas con hilos de sueños y memorias. La ciudad, con sus ecos, guarda nuestras canciones...", recitó en voz baja, casi como un susurro que compartía con sus amigos y consigo mismo.
Lucía, con su cabello rojo fuego que caía en ondas suaves hasta sus hombros, escuchaba con una sonrisa que iluminaba sus ojos de almendra. Su melena era como una cascada de atardecer, vibrante y llena de vida, reflejando el mismo entusiasmo que brillaba en su voz. “¡Me encanta cómo capturas la esencia de la ciudad, Pedro! Tus palabras me hacen sentir como si estuviera caminando por esas calles contigo”, comentó, dejando que su voz suave acariciara el aire entre ellos.
Raúl, por su parte, observaba a Pedro con una mirada reflexiva mientras tamborileaba su pluma sobre la libreta que tenía frente a él. La pluma, elegante y sencilla, parecía ser una extensión de su mano, una herramienta que transformaba pensamientos dispersos en ideas profundas. "Sí, realmente logras transmitir la conexión íntima entre el arte y la vida urbana", dijo, su tono calmado y meditativo. “Pero, ¿has pensado en cómo esa misma conexión puede verse desde una perspectiva más amplia? Como en cómo el arte urbano redefine esos espacios y les otorga una nueva identidad.”
Pedro levantó la vista de su libreta, intrigado por las palabras de Raúl. “¡Exacto! Eso es justo lo que quiero lograr. Transformar lo cotidiano en algo poético, algo que resuene con cualquiera que lo lea. ¿Cómo ves esta parte?” Le mostró a Raúl una estrofa que acababa de escribir, buscando en su amigo una crítica que pudiera afilar aún más su obra.
Mientras Raúl leía, Lucía sacó de su bolsa un libro con un cuidado reverencial, como si en sus manos sostuviera un tesoro antiguo. “Hablando de transformar, miren lo que encontré en 'Cátedra del Tiempo'”, dijo con una chispa de emoción en su voz. “¡Una primera edición de El Guardián entre el Centeno! Solo de tenerlo en mis manos, siento como si estuviera sosteniendo un pedazo de historia.”
Raúl levantó una ceja con curiosidad, dejando su pluma a un lado. “Eso es increíble, Lucía. Esa edición es legendaria”, comentó, mientras sus ojos seguían las delicadas manos de Lucía que pasaban las páginas amarillentas del libro.
Lucía, con la pasión de una coleccionista que ha encontrado una joya perdida, explicó cómo había descubierto el libro en la pequeña librería de segunda mano. “Sentí como si el destino hubiera colocado este libro justo en mi camino. No podía dejarlo ahí. Es más que un libro; es un testimonio de una época, de una sensibilidad que aún resuena.”
Pedro sonrió, dejando de lado su poema por un momento. “El Guardián entre el Centeno siempre me ha parecido un libro que atrapa la esencia de la juventud, ese anhelo por algo que aún no se entiende del todo. ¿No creen que los libros tienen una manera especial de conectarse con nosotros en los momentos adecuados?”
Raúl, volviendo a su libreta, asintió lentamente. “Sí, los libros, como el arte urbano, tienen ese poder. Se vuelven parte de nuestra vida, reflejan nuestras emociones, nuestros pensamientos... Y a veces, nos ayudan a entender cosas que no podríamos de otra manera.”
La conversación fluyó de un tema a otro, pasando de la poesía de Pedro a la emoción de Lucía por su hallazgo, y luego a las reflexiones de Raúl sobre el arte urbano. Sus palabras se mezclaban con el aroma del café y el sonido distante de la ciudad que comenzaba a prepararse para la noche. Mientras la tarde avanzaba, los tres amigos se sumergían en un diálogo que no solo enriquecía sus mentes, sino que también fortalecía los lazos que los unían.
Al final del día, cuando el sol comenzó a ocultarse, los tres bohemios se despidieron con promesas de futuros encuentros. Se marcharon del café llevando consigo el calor de una amistad forjada en el amor por las letras, las ideas, y la belleza que se encuentra en lo cotidiano. Afuera, la ciudad seguía su curso, pero en sus corazones, cada palabra compartida ese día brillaba como una estrella en la vastedad de la noche.
Luis, el barista del Café del Parque, se movía con la precisión de un relojero entre la máquina de café y el mostrador. El aire en el lugar estaba cargado del aroma a café recién molido, mezclado con las voces suaves de los clientes y el tintineo de tazas. Desde su posición privilegiada detrás del mostrador, Luis podía ver la mesa 1, donde Pedro, Lucía y Raúl estaban inmersos en una conversación que, a ratos, captaba su atención.
Pedro, con su camiseta marrón y jeans desgastados, hablaba con una pasión contagiosa, gesticulando mientras recitaba versos que parecían fluir directamente desde su alma. Luis no podía evitar sonreír al ver cómo Pedro se inclinaba sobre su libreta, sus dedos manchados de tinta trazando líneas y versos, casi como si estuviera dibujando en lugar de escribir. Cada palabra que salía de su boca parecía llenarse de vida, resonando en el ambiente con una intensidad que Luis admiraba en silencio mientras preparaba un cappuccino.
Lucía, con su vestido de flores y su cabello rojo como el atardecer, escuchaba a Pedro con los ojos brillantes. En sus manos, sostenía un libro con reverencia, mostrando las páginas amarillentas a sus amigos. Luis notó cómo pasaba las páginas con un cuidado casi ceremonial, sus dedos deslizándose suavemente sobre el papel, como si temiera que el libro pudiera desvanecerse en sus manos. "Qué fascinación tan pura", pensó Luis mientras espumaba la leche para un latte, admirando la forma en que Lucía hablaba del libro con un entusiasmo que parecía iluminar toda la mesa.
Raúl, con su sencilla camisa de algodón y su sombrero de paja en el respaldo de la silla, mantenía una calma que contrastaba con la energía de sus amigos. Sus ojos, oscuros y penetrantes, se movían entre Pedro y Lucía, absorbiendo cada palabra mientras sus dedos garabateaban en su cuaderno. Luis notó cómo Raúl asentía lentamente, a veces ofreciendo una reflexión que cambiaba el rumbo de la conversación, su voz calmada y llena de pensamientos profundos. Mientras preparaba un té verde, Luis pensó en cómo Raúl parecía ser el equilibrio perfecto para el trío, aportando una serenidad que anclaba la energía vibrante de Pedro y Lucía.
A medida que la tarde avanzaba, Luis veía cómo las emociones en la mesa fluctuaban, desde la risa alegre de Lucía hasta las reflexiones más serias de Raúl, pasando por la pasión ardiente de Pedro. Luis, aunque interrumpido por las órdenes de los clientes, seguía volviendo su mirada hacia la mesa 1, donde las palabras eran tan palpables como el aroma del café que preparaba.
Finalmente, después de entregar una tisana a una joven en la barra, Luis echó un último vistazo a la mesa 1. Los tres amigos seguían hablando, sus voces entrelazadas en una conversación que parecía no tener fin. Luis se permitió un pequeño suspiro de satisfacción. Para él, observar a estos jóvenes bohemios era como ver cómo las notas de un café se combinaban para crear algo único, algo que, al igual que las bebidas que preparaba, sólo podría ser experimentado en ese preciso momento y lugar.
Y mientras el sol descendía lentamente, proyectando una luz dorada a través de las ventanas, Luis se quedó con la sensación de que, al igual que su café, las mejores conversaciones son aquellas que dejan un sabor perdurable, un eco de vida que, como los granos de café molidos, se deshace en una mezcla de recuerdos y emociones.
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