Tumgik
#gracias por mandar!!!! a les tres
ilownmn · 2 years
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@lolaenluna, @darcyvs y @rhcin ha enviado 💐 para que mi personaje ayude al tuyo
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"¿segurx puedes solx?" se ha estado conteniendo las ganas de cuestionar, por no querer sonar como un idiota que se mete donde no es invitado, el tono es amable y genuinamente curioso. "estoy aquí parado de planta y me haría sentir algo útil, ¿quieres una mano?"
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rubimoon45 · 3 months
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Mildrith of Wealas (1/3)
Pairing: Sihtric Kjartansson x fam!reader
Sinopsis: la pacífica vida de Mildrith se ve interrumpida cuando un grupo de guerreros daneses llegan a la finca merciana donde reside con la pequeña princesa y la hija de uno de ellos.
Warnings: sangre, contenido adulto,
You can traslate the story and read it!
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-¿Por qué vuelan y nosotros no?
-Dicen que es por la gracia de Dios, porque los hizo así para sobrevivir.
La niña rubia y pálida frente a ella pareció pensárselo. Tenía los brazos sobre la mesa, y miraba a la jaula dorada donde estaba encerrado un pequeño pájaro que piaba como si se tratase de una canción. Las ventanas estaban cerradas, pero por los huecos que decoraban las contraventanas en forma del símbolo de Mercia entraba luz suficiente como para ver. Las puertas estaban cerradas a sus espaldas, obra de Stiorra, la única hija del segundo hombre de confianza de la reina Aethelflaed. Aquella mañana se había despertado de mal humor y lo había dejado claro golpeando las puertas, gruñendo respuestas y burlándose de los comentarios inocentes que hacía Aelfwynn.
Consciente de esa tensión, se había encerrado con la pequeña princesa en el comedor donde la tres comían a la espera de que la reina regresara. Había sido una semana larga, calurosa para la zona en la que estaban, y en la que el mar humor pagaba factura a los más jóvenes.
-Vuestro Dios es demasiado divertido -se había burlado.
-Stiorra -regañó, pero no dijo más.
Ella levantó los brazos en señal de rendición. La vio marcharse a la estancia central, la que daba directamente con la puerta del hogar. Se trataba de un edificio alto y de madera, con algunas secciones de piedra, pero que era relativamente nuevo por deseos de Lady Aethelflaed para ella y su hija. Había sido el primer edifico donde se había alojado como invitada de los reyes de Mercia, y al que hubo regresado tras lo ocurrido en el monasterio cuando huían del rey y sus planes para con la reina. Pero eso ya era pasado, y se había esforzado en perdonar aquel atentado y en olvidar las muertes que tantas noches la persiguieron. La ayuda de Dios la había sanado, consciente de que necesitaba descansar.
Su padre apenas había respondido a las cartas. Wealas estaba lejos, pero no tanto de la villa como para mandar a un mensajero que informara sobre los cambios de decisiones. La última había sido una advertencia a la reina sobre la seguridad de Mildrith, acompañada de una pequeña guarnición de guerreros galeses, todos vestidos de rojo y con el emblema de su Casa, y una amenaza con romper las relaciones con Mercia si volvía a cometerse un error estratégico como ese; se refería a lo sucedido en el monasterio, a raiz de las malas relaciones entre la reina y el rey. Ahora esos guerreros cuidaban de ellas, siempre apostados a las afueras de la residencia, en el interior de la muralla. Como solo hablaban galés, era difícil para los pocos soldados mercios comunicarse con ellos.
-No me gusta estar sola.
-No estás sola. Estás con nosotras -le indició, pero la duda aún reflejaba en los ojos claros de la niña. Casi le recordaron a los ojos de su madre, la reina, pero estos eran más inocentes y aún no conocían maldad.
-Pero no está mi madre.
Mildrith se apiadó de ella.
Semanas sin ver a su madre y encerrada todo el rato en aquella residencia volvería loco a todo el mundo. Su único consuelo había sido ese pájaro, y el niño que la reina había traído de Wessex que nunca se relacionaba con ellas. Hablaba unas pocas veces con ellas, sí, pero en general se escondía para leer en el piso de arriba o en los huecos más pequeños del edificio. Cuando Aelfwynn lo invitó una vez a jugar, este le había respondido que no se lo merecía y había vuelto los ojos hacia la estantería con los manuscritos religiosos que habían rodeado su vida temprana.
De repente, escuchó a Stiorra reír al otro lado de la puerta. Seguido de varias voces que ni eran las suyas por obvios motivos ni las de Aethelstan. La última vez lo había visto en el piso de arriba sentado en la cama con el libro abierto por la mitad, con el desayuno al lado.
-¿Aelfwynn? Tu madre está aquí.
La niña levantó la cabeza a la velocidad de una flecha, y una sonrisa apareció rápidamente en su rostro. Dudaba que fuera una broma porque ni siquiera Stiorra era tan cruel como para hacerle eso a una niña. Aelfwynn se levantó, abrió las pesadas puertas de la estancia y salió corriendo llamando a su madre. Hubo más voces que llegaban hacia donde estaba.
Mildrith observó un poco más al pequeño pájaro. Piaba y piaba encima del palo que la niña le había puesto para que tuviera un entretenimiento ahí dentro. Al final, Mildrith cogió la jaula y salió con ella entre los brazos para ponerla al sol; era una forma de que a Aelfwynn le diera el sol después de tanto tiempo dentro. En la estancia principal, Aelfwynn abrazaba con fuerza a su madre, la reina, que vestía un jubón de cuero por encima de la ropa formal; una imagen a la que ya estaba acostumbrada. Llevaba el pelo trenzado y visiblemente sucio, pero sonreía al tener en brazos a su hija... No supo cómo sentirse al respecto, dado que el único afecto que había recibido de su madre cuando era pequeña había sido una sonrisa y algunas palmaditas en la cabeza antes de entregársela a las monjas para sus clases religiosas. Entre ellas era tan diferente que costaba verlo sin sentirse inferior, pero le alegraba ver a la reina que la hospedaba en el reino a salvo.
Lo que sí le sorprendió no fue ver a su consejero, Aldelmo, con ella, sino a un hombre alto y fornido que imaginaba al otro lado del país o al servicio del rey de Wessex. La espada con el ámbar deslumbrante en la empuñadura le dijo todo.
-Está un poco lejos de su hogar, señor -dijo, en su dirección.
El hombre se dio la vuelta, como si no hubiera caído en su presencia, demasiado preocupado en atender los reclamos de su hija. Stiorra sonreía aún en brazos de su padre. Los ojos abiertos y las cejas arqueadas sobrepasaron su estoicidad.
-Debería sorprenderme de verla en Mercia, dama, pero no voy a actuar como si no supiera de su presencia cuando durante todo el viaje he soportado las quejas de mis hombres con verla.
-¿Han enfrentado a los daneses, señor? -quiso saber.
-Y visto la rabia de los galeses en campo abierto -respondió, cosa que la pilló por sorpresa. ¿Galeses?-. Los demás también están aquí.
-Y mi hermano monje también -añadió Stiorra, que recibió una palmada en la cabeza, señal para que marchase
Mildrith asintió, y apretó la jaula más contra su pecho. El pájaro aleteó, pero no salió volando en el pequeño espacio. Con un gesto, ya estaba camino al patio delantero donde varias figuras vestidas de negro y otras de rojo, que distinguió como sus guerreros, caminaban de un lado a otro. Al primero que distinguió fue al joven que trabajaba con un chico más pequeño y delgado, portador de un hacha afilada a su costado, con una cicatriz en la mejilla. Osferth y el que debía ser el hermano de Stiorra, en parte similar a ella por la forma de los ojos y de la nariz. Pero Stiorra se parecía más a su padre sin necesidad de un arma que el chico. Cuando la vio, hizo un gesto con la cabeza para mostrarle respeto, acompañado de un tierno sonrojo que sacó una risa en ella.
-¿La bruja viene con vosotros, guerrero?
Osferth se dio la vuelta. Su expresión se había suavizado, pero sus rasgos vuelto más adultos y curtidos en batalla. Seguía siendo alto y delgado, pero había ganado algo de masa.
-Dios nos hizo un favor con ella, señora -fue lo único que dijo, pero sonriendo y como una buena acción. Mildrith le devolvió la sonrisa, bajando los altos escalones con cuidado de no tropezar.
El siguiente al que vio fue al irlandés que se había reído de las respuestas que hubo lanzado a la bruja rubia cuando esta la atacaba con su lengua bífida. Le había caído bien, y en su momento la protegió con fiereza para que los daneses no se la llevaran. Guardaba buenos recuerdos con él, y parece que la vida le sonreía si continuaba vivo. El último estaba de espadas, concentrado atando a los caballos y en cerrar las puertas de la muralla. Los guerreros galeses ayudaban en la tarea, seguramente por instinto al ver que los guerreros mercianos lo hacían. El pájaro aleteó más fuerte, golpeando esta vez las barras de la jaula, y casi fue como sus sentimientos saliendo a flote solo con verlo. La había salvado hacía unos años, después de que ella le dijera que si llegaban a capturarla le cortase el cuello para proteger el honor de su padre. Y nunca había llegado a disculparse por dejarle esa carga a un hombre que no conocía...y que había cuidado de ella la noche de antes.
-Finan -saludó, y él le devolvió la sonrisa y un gesto con la cabeza a modo de saludo. No dijo nada, pues siguió trabajando en las cuerdas que rodeaban sus manos y las de los caballos. El metal en forma de cruz centelleó en su pecho. Su compañero fue más reacio en responder, pero aún así supo que la había escuchado por la tensión en sus hombros y el casi invisible movimiento de sus orejas-. También es un placer verte, Sihtric. ¡Aethelstan, sal! Ven a saludar.
Bajó la cabeza, rodeando el hogar principal y dirigiéndose hacia la mesa improvisada con un tronco donde dejaba que Aelfwynn tomase el sol unos minutos cada día, tarde y noche. Fue ahí donde dejó la jaula, con el pájaro de nuevo relajado -un pequeño traidor- y espero pacientemente a que cierto niño moreno asomara la cabeza del libro. Obedientemente, no tardó en aparecer arrastrando los pies por la entrada y siguiendo la voz. Cuando vio a los guerreros desconocidos para él, recorrió a sus brazos sin expresión alguna en el rostro. Mildrith lo rodeó.
-¿Otro galés al que la reina de Mercia acoge? -preguntó burlándose Finan, a lo lejos.
-Algo como eso -respondió, entrelazando los dedos con la pequeña mano del niño-. Se llama Aethelstan y vive con nosotras desde hace un tiempo. Le vendrá bien relacionarse con hombres en vez de tener las narices metidas en los libros siempre.
Aethelstan alzó la cabeza para mirarla, como si le hubiera ofendido ese comentario. No dijo nada, sin embargo, más que pestañear un par de veces y bufar por lo bajo. Mildrith le revolvió el pelo.
-¿No le valen los valientes hombres de Wealas, señora? Los he visto luchar y son fieros como cabrones.
-A veces las lenguas son un impedimento, Finan, y Aethelstan es muy pequeño para aprender todo lo que dicen, y más si suena como trabalenguas.
Solo se encogió de hombros, pero dejó claro con ello que estaba de acuerdo con la decisión. Tampoco le quedaba otra opción. Eso, o enfrentarse a los doce galeses bien entrenados él solo. Finan volvió a su trabajo, acercándose a Osferth y al hijo de Uthred. Mildrith le dio un golpecito en el hombro a Aethelstan, quien obedientemente se marchó corriendo de nuevo al interior del hogar, de nuevo arrastrando los pies.
Sihtric también miraba hacia ellos. Había cambiado mucho, y ahora llevaba el pelo echado hacia un lado, rizado y desordenado, exponiendo la mitad de la cabeza que no llevaba el tatuaje. Los rizos le caían por la otra mitad, cubriendo las sombras del tatuaje de su cuello. También estaba muy cambiado.
Fue la primera vez que Sihtric la había mirado.
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-Tengo un mensaje de tu tío, nos lo encontramos en la batalla -anunció Lady Aethelflaed. Eso la sorprendió, en parte. Porque los britanos de Wealas y los sajones del oeste nunca se relacionaban y menos -. El rey Hywel vela por tu seguridad y ha mandado que llegado el momento regreses a Wealas, pero cuando las tensiones con los daneses hagan seguros los caminos.
Mildrith asintió, pero tuvo ganas de burlarse. Los caminos nunca eran seguros, pero aún así se habían arriesgado. Y la guerra solo había hecho que Mercia se enfrentase a las invasiones que llegaban de la costa oeste, o tenía entendido algo así. Wealas era capaz de repeler los ataques por su cuenta, pero Mercia... Al menos Lady Aethelflaed estaba sana y salva, y había regresado de la guerra más viva que nunca para asegurar a su hija y a ella en su residencia. Mildrith solo podía estar agradecida.
-Rezaré para que se cumpla, dama.
No hubo respuesta, puesto que la reina merciana decidió que debía resolver otros asuntos en el interior del hogar. Mildrith observó a Aethelstan a lo lejos buscando un juguete que había escondido ahí aposta para entretenerlo. Sentada en los escalones, escuchaba de fondo las voces de los daneses discutiendo con la reina, acompañado del suave tono de Stiorra. El sol ese día pegaba fuerte, más que en los días nublados y lluviosos de atrás, y a los niños les vendría bien salir y relacionarse aunque fuera entre ellos. Los hombres del interior no estaban ahí para entretenerlos, sino para discutir lo que pasaría. Según parecía, era un asunto serio.
-¿Cuándo vas a soltarlo? -le preguntó a Aelfwynn, que sentada de rodillas en la tierra silbaba intentando imitar a su pajarito. Había llevado la jaula con ella a donde estaban y ahora intentaba comunicarse con el animal.
Una brisa sacudió su pelo rubio echándolo a sus espaldas. Lo mismo pasó con la melena pelirroja de ella, que se sacudió y metió en los ojos. Mildrith se lo apartó como pudo, recogiéndoselo detrás de las orejas. La niña se mordía el interior de la mejilla.
-¿Tengo que hacerlo?
-Habrá -razonó. Los ojos de Aelfwynn bailaron entre ella y el pajarito- si queremos que pueda volar.
Aelfwynn se lo pensó. Miró la jaula como si fuera una encrucijada, y luego regresó los ojos a ella y se quedó mirándola con sus grandes ojos claros llenos de curiosidad, miedo e inocencia. Le recordaron a lo joven que había sido cuando su madre decidió abandonar el castillo y residir en una residencia aparte habiendo cumplido sus deberes como tal, pero Aelfwynn tenía la suerte de estar en contacto y vivir con su madre.
-Pero ya vuela, ¿no?
A veces se preguntaba si una niña de tan temprana edad podía ser consciente de lo que pasaba a su alrededor. De que, al igual que ese pájaro, viviría encarcelada por su seguridad y sin poder moverse libremente. La veía mirar divertida a los guerreros, pero temía acercarse a ellos y preguntar si podían jugar con ella; lo sabía porque la cogía de la mano, la apretaba, y seguido iba a abrazarla. Una niña sensible que no había heredado la confianza de su madre. Le recordaba tanto a ella... Mildrith la abrazaba con fuerza y dejaba que durmiera con ella si alguna pesadilla la atormentaba, la cogía de la mano y protegía.
-¿No quieres jugar con Aethelstan?
-Es un chico -respondió con un tono indignado-. No me gustan los chicos.
-Es guapo -afirmó. Aunque fuese un niño. Seguramente fuese un muchacho guapo solo por quién era su padre. ¿Por qué lo sabía? Lady Aelswith no era sigilosa hablando.
Finan pasó entonces por delante de ellas mordiendo una manzana y abrochándose los pantalones. Al verlas, le hizo un guiño a la niña que consiguió hacerla reír. Osferth apareció más tarde gritándole a Aethelstan que buscase césped más adentro. Se preguntó dónde estaría Sihtric, pero conociendo su actitud distante estaría escondido en algún lugar observando y vigilando si los otros estaban tan relajados. Mildrith se miró las puntas de los pies.
-¿Te gustan los chicos? -dejó de atender al canto del pajarito y la miró a los ojos.
-Algunos, sí.
Se encogió de hombros.
-Son tontos.
-No conoces a ninguno de tu edad -señaló al niño, que se había adentrado entre la maleza obedientemente-. Cuando lo hagas cambiarás de opinión.
No parecía muy convencida.
-¿Los chicos de tu reino son todos pelirrojos como tú?
Mildrith se rió suavemente.
-No todos, pero sí algunos. Al norte, en Escocia, dicen que también lo son -recordó los comentarios de los monjes que llegaban del norte buscando alianzas con un reino vecino de Wessex-. También dicen que son unos cerdos porque no se lavan.
La niña arrugó el ceño, visiblemente asqueada de que hicieran algo como eso. Tampoco es que ellos fueran los más limpios, claro, pero sí tenían más higiene que en el frío norte. Los deditos de Aelfwynn cogieron uno de los mechones pelirrojos de su melena.
-Me gusta mucho tu pelo.
-Y a mí el tuyo -lo cual era cierto.
Aelfwynn miró de nuevo a la jaula, manteniendo un ligero silencio antes de volver a abrir la boca.
-A él también le gusta.
Tampoco dijo a qué se refería con ello.
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Lady Aethelflaed y Aldelmo marcharon galopando tan rápido como lo anunciaron. Noticias desde la capital de Mercia, decían, donde se amenazaba la sucesión del reino. La asistencia de la reina era obligatoria en esos asuntos. Desde ese momento, Aelfwynn sollozaba y se limpiaba las lágrimas con las mangas del pequeño vestido con flores bordadas. Ella intentaba consolarla como podía, pero apenas podía sola. Stiorra prefería encerrarse en el ala de arriba y juzgar a todo aquel que subiera a hablarle, incluso a los niños. Su hermano, que se llamaba igual que su padre, fue al único que dejó entrar.
Los demás estaban en la planta de abajo. Uthred había marchado con la reina y su consejero, pero antes había ordenado que sus guerreros protegieran la residencia merciana de Saltwic. Se habían llevado a los guerreros con ellos, por lo que tendrían que haberse quedado los doce guerreros galeses a su servicio. Pero estos se habían dividido en dos bandos: uno volvería a informar al rey Hywel de lo que sucedía y otro marcharía con Aethelflaed como refuerzo. Les había parecido mal puesto que solo eran fieles a una persona de entre todos ellos, pero al final habían marchado con todos ellos.
Aelfwynn silbaba con lástima a su pájaro, mirándolo con ojos llorosos y mirada ausente. Parecía un fantasma en vida. Alejarse de su madre en tan poco tiempo le suponía un gran impacto ahora que la había recuperado, pero así era la vida de una dama. Y más la de una princesa. Aethelstan se habría perdido por la residencia aprovechando que todos estaban ocupados. Cuando fue a buscarlo, descubrió que no estaba donde solía esconderse. Hasta que lo había visto practicando su escritura en pergamino al final de la sala donde Finan, Sihtric y Osferth descansaban -o hacían guardia-, la voz de Stiorra sonando de fondo a gritos.
-¿Me enseñas galés? -le había preguntado al corregirle el trazo de una "d" minúscula.
-No tienes por qué escribirlo -le respondió, un poco confundida por su repentino interés-. Y no es una lengua bonita que suela gustarle a los sajones. ¿Por qué quieres?
Solo se había encogido de hombros y mirando a la pluma.
-A mí me suena bien.
No sabía dónde había escuchado hablar más galés que a los guerreros, que normalmente se mantenía al margen de los niños. Porque ella no solía hablarlo estando a solas, solo pensaba en él. Lo habría visto escrito en las cartas intercambiadas con su padre, pero aún con esas era extraño que un niño mostrase interés por aprender una lengua como esa.
-Me gusta cuando lo cantas.
Miró a través de la ventana abierta, hacia donde la princesa silbaba entretenida con la pequeña ave. Mildrith se recogió entonces las faldas del vestido y salió de la estancia, caminando por los largos pasillos camino a su objetivo. Todavía escuchaba a Stiorra hablando en voz alta, y un cuchicheo que debía ser la de su hermano mayor. Sus pasaron resonaron por el eco del edificio.
-Osferth -llamó, entrando en la sala de descanso. Rápidamente lo vio, tumbado con un libro frente a la ventana y con una tímida sonrisa-, ¿puedes asegurarte de que Aelfwynn y Aethelstan sigan ocupados?
-Sí, señora.
Cabeceó una respuesta y caminó por la sala de descanso. La luz entraba clara por las altas ventanas, algunas cubiertas con cortinas de seda amarilla a juego con los muebles. Osferth ya estaba de pie cuando ella se fijó en el juego que Finan y Sihtric tenían entre manos. Finan movía tres vasos opacos de oro boca abajo, con tanta soltura que parecía haber nacido para aquello, el entretenimiento. Sihtric, tumbado y con los ojos fijos en ellos, bebía en silencio. Ninguno llevaba la ropa de cuero curtido, sino la ropa que iba por debajo de las armaduras de ese estilo, pero había una espada en el lado diestro de Finan que le hizo saltar las alarmas.
Estaban jugando a adivinar dónde estaba lo que fuera que tuvieran para esconder ahí abajo; su hermano le había enseñado a jugar, y siempre perdía porque su hermano hacía trampas para cabrearla. Cuando los separaron, ella siguió jugando por su cuenta con alguna de sus niñeras. Antes, de salir, se detuvo unos segundos en el umbral y miró por encima del hombro, hacia donde Finan sonreía por el malestar de Sihtric, sabiendo que iba a ganar.
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-Lo tiene en la boca -contestó. Ambos la miraron, pero lo que sucedió a continuación de eso no lo supo porque había entrado en la cocina.
La cocinera acababa de salir cuando ella entraba, cerrando las puertas tras de sí. No era un espacio muy iluminado, sino lo justo como para trabajar y no tener un accidente. Algunas velas estaban ya por la mitad en las zonas más oscura. Se dirigió a los armarios, consciente de que al otro lado de la cocina había movimiento y la risa de Finan atravesaba incluso la madera más dura. Mildrith abrió uno de ellos, cuyas provisiones se acumulaban en los estantes. Pero no estaba lo que buscaba. Así fue en los armarios siguientes, y en los posteriores.
Mildrith se dio la vuelta, y se encontró en la entrada a un Aethelstan algo desorientado, una mano sujetándose el hábito de pequeño monje, porque nunca había estado en esa parte del hogar y Sihtric. Este último llevaba un ramo de flores recién cogidas en una de las manos, puesto que la otra agarraba por instinto la empuñadura de una cuchilla a un costado. En otra ocasión, se habría sorprendido de encontrarse a solas con un hombre, más un pagano, pero con un niño la cosa cambiaba. Le daba en parte más seguridad, y más si se trataba del hombre que la había protegido esa noche en el monasterio y ahora estaba ahí para, sorprendentemente, lo mismo. Los ojos de Mildrith no se separaron de las flores ni un segundos.
-Son muy bonitas -dijo, con sinceridad y una sonrisa-. ¿Para quién son?
-Son para Lady Aelfwynn -dijo él, Sihtric, rápidamente, tendiendo las flores en su dirección. Ella las recogió, dándose cuenta del gran puñado que eran y que necesitaría dos jarrones-. El niño quería dárselas pero es muy cobarde.
Mildrith se sorprendió. Los ojos de Aethelstan estaban clavados en Sihtric, agarrado al final de su camisa roída. Supuso que ni siquiera los guerreros más poderosos tenían tiempo para cuidar su aspecto, ni el más hermoso a la vista.
-¿Aethelstan? Eso es muy generoso y de ser un caballero -respondió, y le hizo una señal para que se marchase.
Aethelstan obedeció y abandonó la cocina, ahora sí dejándolos a solas. Mildrith analizó las flores, claramente recién cogidas y del patio, las mismas que Aethelstan había golpeado con un palo para buscar el juguete como si no fueran nada. Y ahora se las estaba dado a Aelfwynn. Un gesto muy generoso por su parte y que tendría en cuenta.
-¿Te ha pedido que las cojas tú?
-Sí, señora.
-Eres muy amable. Se lo diré a la princesa -informó, a lo que él asintió sin hacer contacto visual, cabeceando una respuesta-. Seguramente lo habrá hecho para disculparse con ella por no querer jugar.
Se recogió las faldas rojas del vestido y se encaminó a la estantería más cercana en busca de dos jarrones, con suerte. Encontró uno, pero lo suficientemente grande como para almacenar todas esas flores. Mildrith lo hundió con una mano en el agua de un balde, y con la otra metió las flores con cuidado de no romperlas. Al acabar, sonrió. A Aelfwynn le daría una alegría ver unas flores tan bonitas decorando el comedor.
-Quería distraer a Aelfwynn con alguno de sus postres favoritos, pero me temo que la cocinera los ha guardado y no los encuentro -habló, entonces, a Sihtric. Él permanecía en la puerta con la cabeza alta y el cuerpo tenso, los brazos a sus espaldas como si esperase alguna orden-. Verlas le inundará el corazón de alegría. Tal vez la convenza de recoger alguna para que le haga una corona a Aethelstan.
Supuso que un hombre como él no entendería el significado de esos detalles, y más en el contexto de unos niños, pero ella se esforzó en explicárselo. Le contó que cuando era pequeña las monjas que la cuidaban le habían enseñado a hacer coronas de flores para intercambiarlas con otras niñas en las festividades de su tierra, de Wealas, siguiendo la tradición del reino. En ningún momento habló del cristianismo, pero sí del cristianismo celta y las celebraciones que todavía se llevaban a cabo en sus tierras.
Sihtric no había cambiado la expresión, y en cierto momento le recordó a la estoicidad de Aethelstan cuando se rodeaba de ellas y nunca abría la boca. En cierta parte, eso le molestó.
-Es muy bonito, señora.
Asintió. No supo qué más decirle, suponiendo que no eran dos personas conocidas y tenían ideas contrarias y discutibles. Lanzó una oración silenciosa por su seguridad y paciencia. Mildrith le sonrió con cierta tensión antes de darse la vuelta y tirar unos restos de comida a la basura al lado de la puerta trasera. La cocinera fuera estaba regañando a unos soldados mercianos que se reían de algo que la habría molestado. Volvió a mirar las flores, claramente arrancadas del patio, pero bien elegidas, y luego a Sihtric. Este permanecía en el umbral de la puerta en silencio, mirando al suelo.
Entonces a Mildrith se le ocurrió preguntarle por algo.
-¿Qué significan las pulseras?
Se refería a las pulseras que lo había visto llevar tanto el día que lo conoció hacía ya tiempo atrás como aquella mañana. Joyas que decoraban tanto antebrazos, dedos y muñecas, pero esta última apenas visible. Le habían llamado la atención porque no era el tipo de accesorios que un guerreros habría llevado para enfrentarse a otros peores, pero cuando vio que sus iguales, pero de bando contrario, también los llevaban supo que era un tipo de tradición entre los daneses. De oro o plata, materiales caros y ricos, bienes de lujo.
-Son recompensas -le respondió.
-¿Recompensas?
-Por mi trabajo con el señor Uthred -añadió, haciendo un amago de enseñarle una, para darse cuenta de que se había desprendido de ellas en el momento que se quitó la armadura. Su mano cayó de nuevo sobre la empuñadura-. Es una tradición entre los daneses, más o menos. Mi señor me los da como recompensa por una victoria, y con ellas a veces pagamos... -la sonrisa le desapareció del rostro tan pronto como se dio cuenta de lo que estaba diciendo, tan libremente frente a ella.
Mildrith iba a preguntarle a qué se refería con eso último cuando un grito hizo que pegase un bote en el sitio.
-¡Están aquí! ¡Vienen hacia aquí! -gritaron desde fuera. Sihtric y ella salieron de la cocina siguiendo los gritos de Stiorra, cuyas pisadas a medida que se acercaba se hacía más pesadas.
Finan ya estaba de pie, con una mano empuñando su espada aún sin desenvainar, y Osferth entraba en la sala cogiendo la mano de Aethelstan. ¿Y Aelfwynn? Sus ojos las buscaron, nerviosos, e incluso se atrevió a acercarse a la ventana, solo para descubrir que no había nadie al otro lado. El joven Uthred llegó corriendo con una niña rubia de la mano, y casi le dieron ganas de echarse a llorar. Mildrith inspiró.
-¿Quién viene?
-Unos hombres bajando la colina vienen hacia aquí. Vienen armados.
-¿Quiénes son?
-No lo sé -respondió la joven-, pero vienen rápido.
Mildrith sintió el corazón latirle con fuerza.
La sucesión. El rey herido. Todo encajaba. Venían a por Aelfwynn por ser la única hija del rey Aethelred y su reina. La decisión de los condes dependería de todo al final por la sucesión, la razón por la que Aethelflaed había marchado para discutirlo, pero siempre facilitaba las cosas tener a los hijos del rey cerca en caso de plantearse una alternativa. Porque era una niña. Una joven capaz de heredar el trono y que necesitaría una regencia... O a un hombre.
-Aelfwynn -la niña fue corriendo a sus brazos sin decirle nada más, claramente temblando y con el rostro pálido sin comprender qué sucedía a su alrededor.
Tenía la piel fría, pero la ropa caliente. Cuando vio el hacha de Sihtric, Mildrith se alejó con la princesa entre sus brazos con temor a que por accidente le hiciera acabase golpeando a la niña. Sihtric las miró a ambas, pero sobre todo a ella; Mildrith le devolvió la mirada. No supo qué significaba o si le estaba diciendo algo con la mente. Finan ya estaba desenvainando la espada cuando Stiorra se adelantó en el acto.
-¡Esperad! Tenemos un plan.
Mildrith intentó descifrar a qué se refería Stiorra, cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Había un plan, que ninguno de ellos conocía. Solo ella, y puede que por la sonrisa de Aethelstan él también tuviera algo que ver. Al final, él se movía por la residencia y conocía mejor que nadie dónde uno podía esconderse para no ser encontrado. El condenado niño que los salvaría a todos era el mismo que huía de la presencia de los demás. Aelfwynn tiró de la falda de su vestido llamando su atención.
-Toqué tu arco buscando mi escondite -le dijo, con ojos triste-, lo siento.
Mildrith le dio una palmadita, restándole importancia. Su atención se concentraba en los ojos astutos de la hija de Uthred, que explicaba el plan de forma comprensible y dictaminaba dónde cada uno debería estar para que funcionase correctamente. Finan se escondería en el hueco de una de las paredes, mientas que Osferth tenía la constitución perfecta para hacerlo en el arcón de la entrada, donde guardaban los juguetes y las mantas de los niños. Los niños, por otro lado, lo harían en el césped alto que crecía en el jardín aprovechando su tamaño. El joven Uthred los controlaría.
-Ella no -se refería a ella. Stiorra la detuvo cogiéndola del brazo-. Se te vería el pelo de lejos, por eso de tener el pelo rojo. Mejor en el dormitorio de arriba que hay más espacio.
-¿Y tú que harás?
-Alguien tiene que demostrar que Aelfwynn no está y que esto está vacío -respondió de forma astuta. Cada vez se demostraba más de quién era hija-. Si ven a la hija del rey de Wealas y que es mentira, intentarán también llevársela. Si no tienen órdenes de antes...
Así que así lo hicieron. Sihtric la cogió de la mano y ayudó a subir corriendo las escaleras por la dificultad de movimiento que había con vestido. Los demás se quedaron en la planta de abajo, y se escuchaba lo que estaban haciendo. Stiorra estaba diciéndole algo a Aethelstan que no atendió puesto que la madera crujía debajo de ellos. Una vez en la planta de arriba, la cama de Aelfwynn cubierta con pieles era el único mueble amplio.
-Aquí -señaló al armario empotrado en la pared, de madera y también decorado con los símbolos de Mercia-. ¿Dónde te esconderás?
Él no dijo nada, como era costumbre ya. Un hombre que vivía en su mundo y que iba por solitario como los lobos. Había dejado el hacha en el patio clavada a la mesa de madera, como algo casual, pero había cogido un cuchillo de su arsenal privado de armas.
Mildrith abrió las puertas del armario, por su parte, al mismo tiempo que él se agachaba frente a la cama y arrastraba. Sihtric desapareció debajo del mueble sin mediar palabra alguna, arrastrándose hasta que la madera crujió. ¿Qué estaba haciendo ahí abajo? Supuso que seguir el plan de esconderse como todos. A Mildrith se le calentaron las mejillas de rabia contenida, pero continuó con el plan de Stiorra porque una cosa no, pero estaba realmente bien planteado. Como si lo hubiese planeado por sí sola... Mildrith cerró las puertas del armario, y dejó que los ruidos metálicos inundaran sus oídos como si estuviera en el campo de batalla a su propia manera.
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El interior del armario era sofocante, la oscuridad apenas rota por las rendijas por las que se colaba la luz del exterior. Mildrith contenía la respiración, sus oídos atentos y despiertos a cualquier sonido que llegase de fuera. Sabía que su vida dependería del plan de Stiorra, pero jamás en su vida como princesa se habría imaginado escondida de aquella manera. Le tocaba ahora confiar en ella lo había calculado todo al milímetro, por mucho cambio que supusiera.
Los pasos resonaban entonces en el pasillo. Eran pesados y firmes, el tipo de pasos que no dejaban espacio para la duda a que buscaban algo. Solo una persona, con suerte. Cerró los ojos, tratando de calmar el frenético latido de su corazón. Las botas se detuvieron justo frente a las puertas del armario; la cota de malla deslumbraba amenazadoramente. El silencio siguió siendo ensordecedor, temiendo que la hubieran descubierto. Mildrith se mordió el labio inferior. Por un momento, el tiempo pareció detenerse.
Hasta que los pasos se alejaron, escuchándose el crujido de la madera por su peso y la señal de que estaba bajando las escaleras. Mildrith abrió entonces los ojos. La voz grave hablaba, seguida de otras y una que distinguió como la de Stiorra. Aprovechó el momento... Con un movimiento lento y cuidadoso, empujó ligeramente la puerta del armario. Esta se abrió con un leve chirrido que le heló la sangre. Pero no hubo reacción. Se deslizó fuera, sus pies cubiertos por las botas de cuero elegante apenas hicieron ruido sobre el suelo. Se movió, entonces, hacia el exterior, vacío. Mildrith salió dejando la puerta abierta, teniendo cuidado de por dónde pisaba.
Sihtric también decidió que era el momento de salir de su escondite. Al menos no había destrozado la habitación para averiguar dónde estaba la niña. La madera sonó bajo sus pies suavemente. Escuchó debajo de donde estaban los movimientos de los hombres a los que Stiorra entretenía. Sihtric se arrastró saliendo de su escondite, un pequeño cuchillo en boca y el colgante de siempre bailándole en el pecho. Mildrith se alejó de la barandilla todo lo que pudo, arrastrando los pies. A sus espaldas, escuchaba el sonido de la ropa de la otra persona para limpiarse el polvo.
Los ojos de Sihtric se lanzaron directamente hacia ella, inmóvil ahí donde el suelo crujió como una escena de terror. Ambos guardaron silencio, mirándose el uno al otro. Los ojos de Sihtric bailaron entre ella y el sitio donde había pisado. Hubo un silencio estremecedor que le congeló la sangre de tal forma que dejó de sentir a su alrededor.
-¡No, no subáis! ¡Se habrá colado un gato callejero!
Aunque el intento de Stiorra era bueno de corazón, no habría convencido ni al hombre más tonto del mundo. Sihtric y ella intercambiaron una mirada cómplice. Sin pensarlo dos veces, marcharon corriendo sin importarles el ruido -aunque fue poco el que hicieron, cosa que los alivió- hacia el mismo espacio donde ella se había ocultado antes y, con un tirón firme, Sihtric los metió a ambos cerrando la puerta tras de sí.
Dentro del armario, el espacio era aún más reducido con los dos compartiéndolo. Se apretó contra la pared, su respiración entrecortada y sudando miedo. Sihtric, pegado a ella, intentaba controlar la suya propia. Estaban cara a cara, con una marca diferencia de altura que a la distancia que solían dejar entre ambos apenas se notaba. Pero era enorme comparado con ella. Sihtric tenía que levantar un brazo y agarrarse a la barra del armario para dejarle espacio en el que colocarse.
-¿Gato?
El hombre estaba ahí. Los pasos se dirigieron hacia la habitación de donde habían salido. Mildrith contuvo la respiración, sintiendo el calor del cuerpo de Sihtric a su lado, su proximidad haciendo que el momento fuera aún más intenso. Y peor. Esa cercanía podría condenarlos a ambos si se descubría por la persona inadecuada. El hombre rebuscaba en la habitación, maldiciendo entre dientes. Ahora estaba enfadado, y nervioso. Buscaría en todos lados hasta darle caza a lo que había pasado por alto.
Un crujido resonó cerca de ellos, y Mildrith sintió el pánico crecer en su interior. Las sombras se movieron frente al armario y, por un momento, pareció que todo se detendría ahí. Mildrith cerró los ojos, rogando que no los descubriera. Estaba pegada a Sihtric, lo sentía, y a su calor. También sentía su respiración entrecortada resonando en la oscuridad, si bien él intentaba controlarla haciendo ejercicios. Mildrith podía sentir el calor del cuerpo de Sihtric junto al suyo, su proximidad, provocando una mezcla de nerviosismo y una creciente corriente eléctrica entre ambos. Podía olerlo, y no se parecía en nada a lo que hubiera imaginado; sudor, un aroma varonil que le ponía los pelos de punta, mezclado con algunos elementos más como el metal y lo que temía que fuera sangre.
-Gato...Gatito... -se estaba burlando sabiendo que llevaba ventaja en ese juego. Sihtric se movió, y la madera crujió, y de repente los pasos del hombre se detuvieron. Mildrith se agarró a su brazo alzado, estirando la espalda en aquel minúsculo espacio.
Sihtric se inclinó ligeramente, intentando imitarla, solo para que la madera volviera a crujir. Lo vio cerrar los ojos con fuerza, tensar la mandíbula de forma que demostraba la incomodidad de estar ahí dentro y en esa situación. El armario, tan estrecho y opresivo, ahora se sentía como su propio universo. Un nuevo espacio. Mildrith se alejó de la puerta lo máximo que pudo, no fuera a llamar la atención sin quererlo. Para ello, tuvo que inclinarse un poco más sobre el cuerpo del hombre con el que compartía ese lugar. Su visión fue a parar sobre el amuleto que siempre colgaba de su cuello, a juego con el de su señor, y no pudo evitar contemplarlo desde cerca. Había sustituido el de madera por uno metálico oscurecido por la vida fuera de casa.
-No te muevas -susurró, lo suficientemente bajo como para que solo él la escuchara.
El sonido de los pasos continuó, la madera sonando de forma que el vellos de Mildrith se erizaba a cuanto más cerca se encontraba. Mildrith y Sihtric contuvieron la respiración como pudieron cuando la malla volvió a aparecer frente al armario. El silencio cayó sobre ellos, cargado de tensión. Mildrith inspiró como pudo, intentando calmarse y pensar con claridad. Pensó en Aelfwynn y en Aethelstan, ahí fuera ocultos con el joven Uthred, desprotegidos. Y en donde se hubieran escondido Finan y Osferth.
¿Y si los pillaban a los dos? Matarían a Sihtric. Pensarían que estaba ahí para secuestrarlas por su apariencia de danés o que obstaculizaba la tarea ordenada desde la capital, seguramente por los condes hasta el momento al cargo de la sucesión de Mercia. Y luego se la llevarían a ella por los pelos si descubrían quién era, lo cual era bastante sencillo solo con mirarla. Las lágrimas amenazaron con salir de sus ojos. Inspiró y exhaló, una y otra vez. El aire le oprimía. ¿Era así como se sentía el pájaro de Aelfwynn, sofocado por no encontrar la salida?
-Respira. No contengas el aire -el aire cálido de su aliento la golpeaba en las mejillas al hablar, pero también al intentar respirar. Mildrith sintió un tirón en el estómago, una especie de advertencia a que... No lo sabía. Pero no podía alejarse de él. De su calidez asfixiante.
-No puedo -balbuceó.
-Tienes qué hacerlo.
Pero Mildrith sacudió la cabeza. El pelo comenzaba a molestarle, así que se lo apartó del cuello echándoselo a un lado. Empezaba a sentirse mareada.
Más pasos. El sudor corría por su espalda, empapándola y enfriándole la piel como bien podía. Sihtric se removió, esta vez la madera no crujió. Ni cuando consiguió con la mano libre apartarle el pelo por completo de la cara. No supo si la estaba viendo, pues ella era incapaz de ver su rostro, pero sí imaginárselo. Se preguntó si él era capaz de eso. Otra vez los pasos. Más. La respiración de Mildrith se aceleró cuando sintió sus dedos recorrerle la piel de la nuca, la expuesta por el pelo. Mildrith se estremeció, pero no apartó. Sus ojos bailaron acostumbrados a la penumbra.
-Lo siento. Por haber pedido que me mataras en el convento. Lo siento, lo siento mucho...
-Eso es pasado -su voz sonó dura pese
-Pero importante para mí.
Apretó los labios. Con fuerza. Tanta que sintió las venas romperse contra sus labios y el sabor de la sangre en su lengua.
-¿Milli? -sonó una vocecita. Una luz en el camino. Un hueco por el que fuese capaz de arrastrarse y salir de ese espacio. Sihtric y ella respiraron finalmente.
La puerta se abrió, golpeada por ella. Primero sacó las piernas, y después el resto del cuerpo empapado en sudores fríos. Tosió, pero por el repentino aire frío de la habitación. Aethelstan esperaba fuera con los brazos a los costado y una postura relajada. Sonreía, pero no ampliamente como había visto antes. Era visible que estaba emocionado, pero se contenía de acuerdo a sus enseñanzas en el monasterio. Hubo movimiento a sus espaldas, mientras ella recuperaba el aliento.
Aethelstan salió corriendo escaleras abajo al escuchar a Stiorra llamarlo para que recogiera sus cosas. Hubo silencio entre los dos, solo roto por la voz relajada de Uthred, padre, en la planta de abajo, Debía de acabar de llegar evitando a los soldados mercianos. Una presión sobre el hombro la sorprendió.
Mildrith se alejó.
-Se han ido -anunció, y huyó como una cobarde de la escena.
Uthred ordenó que recogieran todo lo comestible y posible para abandonar la residencia. Cuando bajaron -de distintas formas: Sihtric saltando la barandilla y ella las escaleras-, ya todos estaban recogiendo y moviéndose. Al poco tiempo, habían cargado a los niños a un carro guiado por Osferth al frente y lo necesario en su interior. Uthred y Finan se posicionaron al frente, mientras que tras el carro iban los hijos de Uthred y ella atendiendo y vigilando que los niños estuvieran a salvo, con Sihtric cerrando la fila. No habían hablado más. ¿Para qué hacerlo?
Aelwynn había sacado el arco de madera del arcón de su dormitorio y puesto a su lado, abrazándolo con fuerza. No había dicho nada respecto a ello, y menos cuando Finan le había dado una mirada extraña.
Antes de marchar, Mildrith de Wealas, única hija del actual rey de Wealas, se permitió el lujo de darle un último vistazo al que había sido su residencia en los últimos años. Los altos muros de piedra, con un tejado tan bien trabajado que recordaba a las construcciones fronterizas que separaban Wealas de Mercia. El jardín donde Aelfwynn había liberado al pajarito llorando, y volado hacia su libertad, el mismo lugar donde habían jugado, hecho muñecos de nieve con ayuda de los soldados que se rendían a los pucheros de la princesa y comido con el buen tiempo. Huían de una guerra que envolvía a una extranjera con título de reina consorte, a su hija con sangre merciana con derecho propio al trono y a todo aquel que codiciaba el trono de un reino en guerra con los daneses. Y ella solo podía sentir lástima por lo que pasaría con ellos si eran capturados.
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actnod · 7 months
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🗡𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐂𝐀𝐌𝐁𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒
Como hemos adelantado, la razón por la que los vástagos se encuentran allí no es más que para debatir en sí mismos si algunas de las cosas que los independientes pueden darles es lo suficientemente valiosa como para revelarles sus más oscuros secretos. Queda en la moral de cada quien decidir si serán propios o de alguien más: ¿serán sus sires, sus amigos o sus enamorados los que sufran el poder de sus cuerpos codiciosos? Las opciones son ilimitadas. Recuerden que no sólo que cuanto más detallado sea el secreto más posibilidad tendrán de conseguir lo que desean, si no que podrá ser más divertido de comenzar a develar en lo que se desarrolla el grupal ya que todo trae consecuencias. 
En este espacio es donde deben mandar sus secretos y lo que le gustaría obtener a cambio. Debajo del read more podrán encontrar la lista de cosas que han ofrecido los independientes. Como se menciona en el formulario, si hay alguna otra cosa que deseen obtener de los clanes anfitriones simplemente pueden decirlo para intentar conseguirlo.
El tiempo límite para enviar sus respuestas es hasta el 24 de FEBRERO a las 17hs GMT-6. El listado de quién recibió cada cosa se publicará luego del comienzo de la próxima actividad para conocimiento OOC. Recuerden que pueden acercarnos sus dudas a los canales correspondientes. ¡Nos leemos!
⦾ Mapa del Subterráneo: Incluso cuando los vástagos más adentrados en la ciudad puede que conozcan bien los lugares donde pueden conseguir las mejores ofertas en vitae y así no tener que ensuciarse las manos para la caza, los independientes tienen en mano cada combinación y ruta para llegar a esos lugares más ocultos, donde pueden encontrar desde vitae hasta distintas pociones para mejorar su salud o hasta alejar la Bestia en momentos críticos. (3) 
⦾ Una cita con el Dr. Ingvar: Con el día de los enamorados acercándose, incluso hasta el más complejo de los vástagos podría hacer cualquier cosa por tener una velada que le recuerde un poco esa antigua sensación. Pero nada más lejano: este hombre lo único que logrará para tí es arreglarte alguna de esas marcas permanentes en la cara o el cuerpo, que si bien todos son inmortales, no son inmunes a los más fuertes. ¿O quizá sólo quieres arreglarte la nariz para no sentirte tan parecido a lo que eras hace diez décadas? No es fácil encontrar a un Tremere echado por la propia Camarilla, más oculto que los propios Nosferatu, por lo que a más de uno podría interesarse por él. (2)
⦾ Aprender disciplinas con los Ravnos: ¿Quieres ganar un nivel en alguna de tus disciplinas o aprender alguna de otro clan? ¡Esta es tu oportunidad! Incluso quienes no poseen animalismo, fortaleza, o quimerismo pueden elegir una de estas tres para tener el primer nivel entre sus disciplinas. Este clan suele optar por métodos de enseñanza improvisados y poco convencionales, que desafían la creatividad y la adaptabilidad de sus pupilos, así que prepárate para divertirte. (3)
⦾ Aprender disciplinas con los Assamita: ¿Quieres ganar un nivel en alguna de tus disciplinas o aprender alguna de otro clan? ¡Esta es tu oportunidad! Incluso quienes no poseen celeridad, auspex, ofuscación pueden elegir una de estas tres para tener el primer nivel entre sus disciplinas. Será una experiencia intensa y rigurosa que refleja la disciplina y la determinación de este clan, pero no por nada tienen fama de habilidosos asesinos. (3)
⦾ Llaves a un Penthouse en Minato: No creas que serán tan bondadosos de regalarte una casa. Pero si tienes un apetito particular por la gente adinerada, esto podría ayudarte a realizar una caza mucho menos dificultosa. (1) 
⦾ Contacto directo con la enfermera Faye: Sabemos que no todos los vástagos son de lo más simpáticos, por lo que desde la mayor gracia de su corazón te presentarán a la única enfermera del Hospital Universitario que se lleva bien con los vástagos. Todos sospechan que es una ghoul, pero no saben a quién sirve. Lo importante es que hará más sencillo tu camino allí. (2)
⦾ Entretenimiento Exclusivo: ¿Amante de las artes, las fiestas o la simple opulencia? Incluso hasta el más aburrido de los Ravnos podría conseguirte un buen lugar en alguna fiesta, concierto, o cualquier tipo de evento que se de en las calles de Tokyo. Sólo debes pedirlo: las conexiones quedarán disponibles para tí. (2)
⦾ Un Assamita a tu Servicio: A los hijos de Haqim no les gustó el título, pero los Ravnos hicieron lo posible por mantener amena la negociación, y realmente, ¿qué más se podía esperar? Conociendo por lo que se los conoce a los Assamita, no es extraño que ofrezcan matar a alguien por tí si tu secreto es lo suficientemente valioso para sus futuros negocios. (2)
⦾ Quién es tu Padre: Con tantos Shovelheads dando vueltas, es hasta molesto tener a vástagos torpemente intentando acoplarse a esta vida, por lo que no sólo se ofrecen a ayudarles a descubrir quien los convirtió si no también a aprender más sobre la vida bajo las tinieblas. (2) 
⦾ Antiguo libro de Rituales Taumatúrgicos: No te brindarán el servicio de maestro en ocasión, ¿pero si eres uno de esos estafadores que es un vástago por hacer hechicería con su sangre? Te servirá el libro sobre cómo crear barreras de protección en caso de que vuelvan a atacarte… Podrías llegar a crear un campo de energía lo suficientemente fuerte alrededor tuyo o de otra persona. (1)
⦾ Armas de Fuego / Armas Blancas: Para muchos chiquillos pueden ser difíciles de conseguir, y con la situación con los cazadores respirándoles en la espalda y la Mascarada aún vigente, quizás es mejor prepararse con algo más que simples disciplinas. Las armas de fuego son normales, pero las armas blancas son antiguas y juran por su no-vida que están protegidas con algún tipo de ritual. El tipo de arma queda a elección del vástago. (4)
⦾ Servicio de Espionaje: Hay lugares hasta donde los baristas del Mashira no logran espiar. Pero los Assamita podrían conseguir la información de quien desees utilizando sus habilidades para observar y recopilar información sobre los movimientos y actividades de otros vástagos y facciones en la ciudad. Cuidado con que te manden a algún Ravnos perezoso, de todas formas, por que quizás algún secreto de quien deseas saber más te termina por decir. (2)
⦾ Espada de Auspex: Esta espada antigua está imbuida con el poder de la disciplina Auspex. Cuando se empuña, otorga al usuario una percepción sobrenatural que le permite detectar mentiras, leer pensamientos y sentir las emociones de los demás en un radio cercano. (1)
⦾ Capa de las Sombras: Esta capa oscura se vincula con la disciplina Obtenebración. Quien la use puede controlar las sombras a su alrededor, creando barreras impenetrables, atacando con tentáculos oscuros o incluso desplazándose instantáneamente a través de ellas. (1)
⦾ Amuleto de la Fortaleza: Este amuleto refuerza la resistencia del vampiro que lo lleva y está relacionado con la disciplina Fortaleza. Con él, el usuario puede resistir mejor el daño físico y psíquico, volviéndose casi invulnerable durante un tiempo limitado. (1)
⦾ Anillo de la Taumaturgia: Este anillo está vinculado a la disciplina Taumaturgia y permite al usuario lanzar hechizos mágicos poderosos. Puede utilizarse para controlar el fuego, manipular la mente de otros o incluso invocar criaturas sobrenaturales. (1)
⦾ Esmeralda de la Cura: Una esmeralda que tiene propiedades curativas. Al tocarla, el usuario puede acelerar su proceso de regeneración de heridas o incluso curar enfermedades en otros vampiros con su vitae. (1)
⦾ Amatista de la Soledad: Una amatista violeta que permite al usuario crear una zona de tranquilidad y aislamiento. Dentro de esta área, los ruidos se amortiguan y las emociones se calman, lo que puede ser útil para reuniones secretas o momentos de reflexión. (1)
⦾ Topacio de la Ilusión: Un topacio amarillo que permite al usuario crear ilusiones complejas y convincentes, tanto visuales como auditivas. Esto podría usarse para engañar a enemigos o confundir a los mortales. (1)
⦾ Sortija de la Atracción: Un anillo con una piedra preciosa que potencia la atracción y el deseo en aquellos que lo ven o están cerca. Esto podría ser una herramienta política o un medio para manipular a otros. (1)
* Los números entre paréntesis son únicamente de conocimiento OOC.
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guardianasdelrpg · 7 months
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su server de discord que no es público// Vamos a contestar a varias cosas, que ya veo que se andan haciendo drama por bobadas que ni son verdad.
Primero: no, no tenemos discord, ni público, ni privado. El discord del foro es para ayudar a los usuarios nuevos con sus dudas/expedientes y no es ningún server de discord. Si tienes dudas, agreganos y lo ves por ti mismo o misma. La gente que llega con sus tramas montadas, su derecho tienen, y como comprenderás no vamos a decirles que tienen que rolear y con quienes. Así como los que no las tienen montadas y buscan dentro del foro. Hemos tenido usuarios que pecan de esperar a que el rol les caiga del cielo. No hagan eso, y si no contestan a la búsqueda, mp o a tu propuesta, busca otra gente. Siempre hay alguien dispuesto.
Segundo: anon que dice no se qué de no se cuantitos proyectos (contigo descubrí que llevo y he llevado 200 foros distintos, y que soy cada vez una administración diferente (?)), siempre eres la misma anon que lleva desde que el foro empezó diciendo que Phiada cerraba en dos meses, luego en tres y ahora sigues con la misma cantinela porque no sabes ya a que agarrarte. En Mayo hacemos un año, estamos bien, gracias por preocuparte tanto por nuestra actividad y proyecto 💙, va de maravilla y seguimos con mucha ilusión. Esperamos de corazón, que sigas pendiente de nuestras novedades (?).
Sinceramente, el foro evoluciona al ritmo que nosotras queremos, ni más ni menos. Los eventos los planificamos con tiempo y los hacemos al detalle. Que no hagamos San Valentín, no significa absolutamente nada; ya dijimos que estamos trabajando en otros eventos que nos gustan más y nos hacen más ilusión en nuestro tumblr ;) Además trabajamos en nuestro foro caso cada día para que sea divertido y funcional, no solo para nuestros usuarios, si no para nosotras también. Buscamos disfrutarlo al máximo.
Somos conscientes que tumblr va por temporadas en cuanto a foros a mencionar (hace una semana eran nuestros compis, ahora es Phiada, no pasa nada). El único mensaje que queremos mandar a la comunidad rolera que se mueve por este medio, y que realmente creemos importante es: en vez de soltar comentarios malociosos sin venir a cuento por motivo X (aburrimiento, por ejemplo) que apetece inventar, probad. Probad a registrar e intentar rolear. ¿No te gusta el foro? Cambia. Hay suficientes foros para todos, de muchas temáticas, con administraciones estupendas como puede ser: Estelarion, Ikigai, Asteria Rpg y muchos más. Todos ellos diferentes, pero con un gran trabajo detrás que no se debería menospreciar. Los comentarios sobres los skins, muchos son tonterías a las que os agarrais por no daros el gusto de intentarlo o porque queréis ensuciar la reputación del foro sin merecerlo. Encontrad vuestro sitio, y si no sois capaces de ajustaros a ningún foro actual, cread el vuestro propio, daros el gusto de saber que se siente administrando vuestra propia historia, y sean felices escribiendo. La vida es muy corta como para estar sufriendo en un hobby en el que deberías pasartelo bien. Un hobby en el cual se debería construir y no destruir. Vosotros elegís si queréis llevaros algo positivo de escribir y crear vuestras historias o no.
Y eso es todo. Gracias a Guardianas por el espacio, sentimos lo largo del ask 💙🫂
Dejo esto por aquí <3
Estoy de acuerdo con muchas cositas que ha dicho.
Ahri ❤️
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polarhoid · 1 year
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Espaguettis con picadillo
En la mañanita fui al Office Depot de Morelos y me atendió en caja un tipo parecidísimo a Tony Soprano. Inmediatamente me puse a pensar en un spin-off en donde Tony finge su muerte y entra a protección de testigos y lo mandan a México donde termina de gerente de una papelería -onda Better Call Saul-. Luego llego yo y lo reconozco y lo sonsaco para dar un golpe en el Cuidado con el Perro que está por Plaza México. Al principio Tony no quiere saber nada de la vida gangsteril; pero yo soy muy terco y anhelo convertirme en capo siciliano y por eso mismo voy todos los días a sacar copias y a comprar engrapadoras hasta que lo convenzo de participar en el robo. Al final cede pues al fin de cuentas extraña la adrenalina de un buen crimen y pues lo que sea de cada quien el buen Tony lleva el adn maleante en la sangre. Estudiamos el caso por algunas semanas: los horarios, las cámaras, las costumbres y dinámicas de los vigilantes y veladores. Descubrimos un guardia que tiene una debilidad por los churros con cajeta y lechera, y le compramos todos los días una bolsita de a tres y nos hacemos su amigo hasta que, gracias a mis habilidades de carterista, le saco las llaves de su mochila de dora la exploradora. Un domingo de madrugada por fin nos sentimos preparados y, pese cartel de advertencia "Cuidado con el perro", entramos al local para robar la valiosa mercancía. Aunque por poco accionamos las alarmas láser y claro que se presentan algunas dificultades, a fin de cuentas nos salimos con la nuestra y cometemos ese gran golpe que ya dibuja una amplia y contundente sonrisa entre los cachetes de Tony. Y le digo al Gordo: Gordo, ¿ahora qué sigue? Y él me responde: nada Flaco, esto fue sólo por la nostalgia, no te hagas ilusiones. Está bien; le contesto. A la noche siguiente con las ganancias del botín invito a Tony a cenar en el Andolini. Comemos y bebemos como si fuéramos los protagonistas de una película de mafiosos italianos. Tony, ya borracho, me cuenta anécdotas de su pandilla. Su rostro rechoncho se enciende como brasa a cada historia y a cada carcajada. Y yo le digo, insistente: Gordo, ¿ahora qué sigue? Pero el Gordo pide otra botella y enciende otro cigarro. Le platico de mi nuevo plan infalible e inesperado: ¿sabes cuánto dinero guardan en las cajas de la Parisina luego de un 16 de septiembre? Tony, de nuevo, se queda en silencio. Y yo, agudo como soy, ya conozco esa mueca cómplice de Tony; así bebo un sorbo más de tinto y sonrío muy satisfecho: algo me dice que esta historia promete por lo menos cinco temporadas...
[yo creo que sí se arma, le voy a mandar el argumento a la Netflix]
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ldvries · 9 months
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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ˚ ༘ ⋆。˚ ✧ ˚ ༘ ⋆。˚
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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ den la bienvenida a ... 𝘭𝘢𝘯𝘥𝘰𝘯 𝘥𝘦 𝘷𝘳𝘪𝘦𝘴.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ˚ ༘ ⋆。˚ ✧ ˚ ༘ ⋆。˚
¡buenas, buenas! mismo post, de este lado peach, feliz comienzo de año para todes. ahora le toca su turno a landon. debajo del read more les dejo headcanons del niño, así como una mini lista de conexiones. no le suelo prestar para nada atención a los im de tumblr, así que ante todo y ante nada, les hablare por discord así como también ustedes me pueden mandar a mi. ( @lightsovt_ )
(📁) tablero — conexiones — ficha.
✧ headcanons.
con 24 años, es el hijo menor de tres, landon estuvo lejos de destacar en alguna area gracias a esto. la familia holandesa no le daba ningún privilegio, ni ninguna atención especial por ser el ultimo en nacer, al menos jamás lo noto.
no es para nada consciente del privilegio que tiene en el mundo tampoco, el dinero y las conexiones las tiene demasiado naturalizadas como para contemplar la existencia de algo más allá.
si bien se muestra amistoso y con gran humor para vivir de fiesta en fiesta, es una persona reservada con la información que le parece importante, algo que quizás tiene que ver con lo sobreprotectores que son sus progenitores o quizás es de naturaleza desconfiada.
vive con su familia en noble arcadia, pero lo más probable es que jamás se encuentre en su casa por decisión propia y si se encuentra, debe estar instalado en su habitación con llave puesta en la puerta.
a lo keith lee, él también tiene una cuenta de youtube y de tiktok donde va a probar comida rápida por la ciudad, le gusta la comida en general y le gusta poder dar su opinión donde nadie la pidió.
tiene una gran desconexión con el mundo a su alrededor, pretende que no, pretende muchas cosas, no es extraño verlo (tw drugs) fumándose un porro fuera de su casa, en las fiestas o en cualquier momento del día.
✧ ideas de conexiones.
siendo totalmente honestos, lo más probable es que su nivel de relaciones amistosas como mucho lleguen a amigos de fiesta, gente con los que se encuentras en las fiestas y eventos sociales de aurelia. no lo creo de relaciones profundas, quizás y hasta tiene one-sided friendships, en donde su presencia es de beneficio o superficial.
quizás también podamos explorar por el lado de las redes sociales, sus mutuals o colaboradores, gente que haya invitado a fumarse uno y a bajonear en uno de sus videos, o incluso sin fumar la otra persona. es una persona carismática como para convencer a otras personas a sumarse a su trabajo y hablar de tonterías.
incluso sin la cámara de por medio, sería divertido encontrar gente a la que landon le hable a las 2 am invitándolas a comer a algún lado que encontró en una app de comida o a caminar también, es una persona que disfruta más de la noches y las madrugadas que de los días.
no le veo mucha conexión romántica, quizás situationships o puede haber llegado a tener une ex con quien terminaron las cosas horribles por su misma desconexión o superficialidad en relaciones.
y con los montalvo, shin, venderbilt y havoc, siempre podemos buscar algo de vecinos.
si quieren una conexión, pero nada de esto les llama, podemos usar las conexiones guías del main, sin problema.
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you-moveme-kurt · 2 years
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Glee «The least of the worries»
Octubre de 2041
-Que puedo decir… sólo tú Kurt Hummel-Anderson, serías capaz de encontrar 5 disfraces de Halloween en menos de 3 días… —dijo Blaine mientras se caracterizaba como «Schroeder», el personaje de la caricatura  «Peanuts» que le había tocado en el tema escogido por Henry, el ganador del sorteo de este año. -Bueno, solo se necesitan dos cosas, don de mando y una asistente a quien mandar… —contestó Kurt desde la cama, tenía el computador portátil en el regazo y revisaba algunas cosas mientras esperaba que todos estuvieran listos. -Muy cierto… —dijo Blaine señalándolo antes de seguir con sus preparativos, tenia puesto una camiseta listada azul con negro más unos pantalones cortos oscuros, zapatillas blancas y calcetines a juego, todo coronado con una peluca rubia y peinada— solo me falta el pianito…. —dijo girando hacia su esposo para que lo viera— y, ¿qué opinas?… —pregunto abriendo sus brazos. -Creo que el rubio no te queda, pero te ves muy tierno… —respondió Kurt sonriendo. -Gracias… —respondió volviendo a mirarse en el espejo. -Si ya terminaste…  ¿puedo pedirte algo? -Por supuesto… -¿Podrías ir a chequear a Noah?, ¿a ver si ya esta vestido? -Enseguida… -Además necesito que tomes el medicamento desde el gabinete de su baño,  le toca a las 9, así es que quiero asegurarme que lo llevemos por si es que nos atrasamos por algún motivo… -Ok… ¿tú no te vas a vestir?… —preguntó mientras revisaba su billetera y se la ponía en uno de los bolsillos del pantalón corto -Usaré un traje inflable de perro… no veo porque tengo que ponérmelo con horas de anticipación… —dijo pareciendo molesto -Si te incomoda, puedo ser yo el que… -No me incomoda nada de ese traje, bueno excepto sentirme como en una bolsa plástica sin salida… —dijo Kurt dejando un segundo de lado lo que hacia para concentrarse en imaginar lo que sería vivir en una bolsa plástica —en fin… —añadió como volviendo en si— lo que si me incomoda, es la complicidad con la que actuaron nuestros hijos, creo y se pusieron de acuerdo antes para escoger todos el mismo tema… —añadió haciendo una mueca de reprobación con su cara -Vaya…eso si que es reprochable… ¿no es asi «Gran y poderoso Oz»?... —dijo Blaine alzando una ceja -¡Oye!… lo mío fue diferente, tu eres mi esposo se supone y debes estar apoyándome en todo… incluido los sorteos de Halloween… -Por eso lo hice… ahora… —dijo Blaine dando un aplauso como si fuera lo que faltaba para concluir la conversación y pasar a otra cosa— voy donde Noah… —agregó caminando hacia la puerta— ¿solo esas dos cosas que me pediste?, ¿o algo mas? -...
-¿Kurt? -¿Como? -¿Qué miras tanto?... —pregunto Blaine acercándose, se subió a la cama por su lado y se instaló junto a él— ¿acabas de hacer lo que creo que acabas de hacer?... —dijo mirando a su esposo y señalando el hecho que el computador se había puesto con la pantalla en negro. -Si… -¿Por qué?... ¿es muy «top secret»  lo que estás escribiendo? -No estoy escribiendo nada.... —agregó Kurt cerrando la computadora para levantarse de la cama. -¿Entonces? -Entonces… por favor no me juzgues… —se adelantó en pedir haciendo la señal de alto con una de sus manos. -Como cada vez que me pides eso, te contesto que jamás me atrevería a juzgarte… -Ok… estaba buscando información en la página del hospital donde están tratando a Liverpool… -¿Que? -Y en donde se trata esa enfermedad en Francia… -Kurt… -Y en Alemania… y aquí en New York… y en un par de países de Latinoamérica… -¿Por qué?... sabes que no es contagioso, ¿verdad?... —dijo Blaine como queriendo decir un chiste, Kurt dio un respingo y se le quedó viendo con mala cara— Ok, mal momento para hacer bromas… ¿Qué esta pasando? -Dijiste que no me juzgarías… -Y no lo estoy haciendo… solo quiero saber porque, en nombre de todo lo bueno y puro, estás visitando las páginas de todos los hospitales del mundo… -Estoy preocupado por Noah… -¿Crees que puede pasarle lo mismo? -¿¡Qué?!... ¡no!... ¿¡cómo dices eso!?... —exclamo Kurt dando tres golpes sobre la superficie de manera mas cercana que encontró. -¿Entonces?... -Entonces… me preocupa el hecho de que siga sintiéndose mal después del procedimiento… -Han pasado 3 días Kurt… y solo uno desde que lo llevamos con la doctora Mushahwar y solo… 14 horas desde que empezó el tratamiento… —dijo Blaine mirando su reloj pulsera cuando mencionaba lo del tratamiento— así es que creo que preocuparse ahora  es un poco… —Kurt alzó su ceja inquisidora pensando que si la siguiente palabra que su esposo escogiera para describir todo aquello fuera «exagerado», o «dramático», o «alaraco», o cualquiera de sus sinónimos, le daría algo—… un poco… pronto… por lo tanto… ¿que?... —dijo Blaine al ver que su esposo esbozaba una sonrisa. -Nada, es que pensé que dirías otra palabra, una más ofensiva… y estaba dispuesto a reaccionar de la manera más dramática posible… -Por supuesto que lo harías… oye… —dijo Blaine acercándose con la sonrisa que Kurt amaba y que siempre terminaba por calmarlo y convencerlo de lo que fuera— todo estará bien… —añadió tomándole ambas manos. -Lo se, es solo que… -Lo se también… escucha… -¡Padres!... —exclamó Lizzie entrando sin golpear ni nada y como siempre lo hacía desde que había empezado a caminar— ¡cometí un super error!... ¡hola!... —dijo abriéndose paso para tirarse boca abajo sobre la cama de sus padres. -Lizzie… —dijo Kurt apartándose de su esposo— tan oportuna como siempre cariño… —agregó cruzándose de brazos-— ¿nunca vas a golpear antes de entrar? -¡Ay Papá!, ¡es una super emergencia!… ¡hola!... —añadió empuñando sus mano para golpear sobre el colchón. -¿Qué emergencia es esa Princesa?... -El «Goblin»… —dijo dando media vuelta para quedar boca arriba. -¿¡Que!?... —exclamo Kurt poniéndose pálido. -¡Ay Papá!, ¡tan dramático!… ¡hola!... y super positivo también… -Princesa.. -Pero «Papáblen», siempre esta pensando lo peor… —insistió la chica en voz baja y disimulando. -Lizzie la situación de tu hermanito no es la ideal para hacer bromas… ¿que esta pasando? -Esta bien… —dijo Lizzie sentándose en la cama, se acomodo el peinados estilo Lucy Van Pelt y comenzó a explicar— yo estaba ayudando al «Goblin», se ve super lindo… ¡te amo «Goblin»!... —Blaine sonrió y Kurt blanqueo los ojos soltando un poco de aire— en fin… tenía todo super preparado y cuando llegó el momento de dibujarle el rizo de la frente estilo Charlie Brown… confundiellapizdemaquillajeconunmarcadordetintaindeleble…—agregó de corrido. -¿Qué?... —preguntaron sus padres al unísono. -Confundí el lápiz de maquillaje con un marcador negro… una de tinta indeleble… —añadió poniendo cara de complicación cuando mencionaba lo de la tinta. -¡Lizzie!... —exclamó Kurt tomándose la cabeza. -Papá fue un error… Pero en mi defensa debo decir que quedo super bien…—dijo la chica abriendo sus manos gesticulando inocencia. -¿En tu defensa?... con un demonio… —termino por decir Kurt partiendo a ver al más pequeño de sus hijos, Lizzie volvió  a lo del gesto de inocencia mientras murmuraba lo bien que había quedado su hermano, Blaine se limitó a seguir a su esposo y a reír de todo aquello, después de todo una marca de tinta en la frente era la menor de las preocupaciones.
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resistantbees · 30 days
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herederadelosdunsirn · 2 months
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11 de marzo del año de Nuestro Señor de 1884.
Regresé a la habitación donde había desaparecido en el piso de arriba de "The Ten Bells Public House", en compañía del hombre malherido. No sabía realmente dónde había estado, tan solo que probablemente mi vida acababa de complicarse enormemente.
Usé un espíritu sin reposo para mandar un mensaje a la casa de mi tío Alistair, fue incluso más fácil de lo que yo pensaba... Media hora más tarde tres hombres de confianza de mi tío se encargaron de recogernos y llevarnos de vuelta rápidamente a nuestra casa en "The City".
Mantuve vivo pese a sus numerosas y graves heridas a aquel hombre. Conseguí estabilizarle gracias a mi magia sobre la Esfera de la Vida, incluso pude hacerlo decirme su nombre, Angus, antes de volver a quedar inconsciente.
Mi tío me esperaba, no parecía furioso por el fracaso de la misión de rescate de Antonio Giovanni. No pude decirle nada sobre lo ocurrido aquella noche, tan solo que había encontrado malherido al tal Angus. Respecto de los "grilletes", no encontré ni el paradero de Moses ni los objetos en sí.
Un par de noches más tarde Angus ya estaba en pie, se acercó hasta mí y me agradeció que le hubiera salvado la vida. Me juró que desde ese momento él cuidaría de mi bienestar en esta vida y probablemente en la otra... Él parecía saber dónde estaría Moses, les tendió una trampa al subir a la habitación del piso de arriba del pub. Fueron tragados por la misma oscuridad que me capturó a mí. Pero oyó cómo le decía a Antonio que tenía un escondite en Londres donde guardaba la mayoría de sus tesoros... Y Angus sabía dónde estaba ese lugar. Quizás debiéramos ir él y yo sin que nadie lo supiera. Sería una locura, pero él quería venganza por lo ocurrido frente a aquel anciano y yo también deseaba hacerle pagar todos los problemas que nos había causado...
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Angus, mi nuevo aliado...
A la noche siguiente, cogimos un carruaje y fuimos a buscar al anciano.
A la mañana siguiente volvimos a la casa de mi tío con un baúl repleto de objetos que claramente eran "grilletes", por lo menos más de una centena. Disfruté rajando al anciano, y preparé un pequeño festín con su carne en el lugar donde encontramos toda aquella mercancía. Me sorprendió gratamente que Angus quisiera ser partícipe de mi barbacoa, comiendo varios trozos del anciano, incluso crudos...
Tío Alistair estaba satisfecho con nuestro cometido, y sin duda los Anziani estarían muy contentos al ver que yo era capaz de llevar a cabo el trabajo que se me había encomendado.
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diarioelpepazo · 6 months
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Dejó en el terreno a Orioles. El criollo impulsó las dos carreras para alcanzar su octavo triunfo. Daniel Palencia debutó y se anotó el salvado. Pedro Pagés también debutó con San Luis . El venezolano Edward Olivares se vistió de héroe este domingo al comandar la victoria 3-2 de los Piratas de Pittsburgh ante los Orioles de Baltimore en las Grandes Ligas. El criollo fue el encargado de dejar en el terreno a los Orioles gracias a una jugada en la parte baja de la novena entrada con la que impulsó dos carreras. Olivares dio un rodado para el out forzado en la segunda base. Sin embargo, esto le permitió mandar al plato a Jack Suwinski y a Connor Joe. En el encuentro se fue de 4-2 con una carrera anotada y una impulsada para dejar su promedio de bateo en .292. Por los Orioles el venezolano Anthony Santander pegó un imparable en la parte alta del cuarto inning para impulsar a Ryanb Mountcastle. Los Piratas se ubican en la primera posición de la División Central de la Liga Nacional con una marca de 8-2. Debut triunfal de Daniel Palencia [caption id="attachment_108188" align="aligncenter" width="1024"] Daniel Palencia. FOTO: CORTESÍA[/caption] El campeonato de 2024 del mejor beisbol del mundo comenzó de gran manera, para los peloteros venezolanos y este domingo debutó otro lanzador nativo del país. Se trata del derecho de 24 años, Daniel Palencia, quien tuvo su primer choque como grandeliga el siete de abril de 2023. No obstante, en esta zafra había empezado en la filial Triple A de los Cachorros de Chicago, pero fue llamado al equipo grande justamente otra vez el siete de abril, esta de 2024. ¿Cómo le fue a Daniel Palencia en su primera labor de la temporada? Esta tarde, el conjunto de los Cachorros derrotó por segundo día consecutivo a los Dodgers de Los Ángeles, con un marcador final de 8-1 y el oriundo de San Carlos fue el encargado de trabajar durante el último tercio del compromiso. Palencia se apuntó el salvado, tras lanzar tres innings completos, en los cuales permitió un imparable, además de una carrera limpia, concedió dos boletos y ponchó a la misma cantidad de contrarios (2); dejando claro que viene renovado en esta campaña. La meta de este criollo es permanecer en el "Big Show" durante toda la zafra y todo dependerá de cómo siga trabajando en sus próximas presentaciones, sin embargo, ya se encargó de dejar una buena primera impresión. Pedro Pagés llamado por San Luis [caption id="attachment_108187" align="aligncenter" width="1024"] Pedro Pagés, otro criollo que debutó con San Luis. Foto Cortesía[/caption] El receptor venezolano Pedro Pagés, conocido por su impresionante habilidad defensiva y su potente brazo, hizo su debut en las Grandes Ligas con los Cardenales de San Luis este domingo en el duelo de su equipo ante los Marlins de Miami. Con solo ocho días desde el comienzo de la Temporada 2024, Pagés se une a la lista de cuatro venezolanos que han debutado este año la joven campaña. En sus primeros tres juegos en Triple A, Pagés conectó un jonrón y dos carreras impulsadas. El joven de 25 años entró al roster de los Cardenales en sustitución del experimentado jugador Matt Carpenter, quien fue colocado en la lista de lesionados por 10 días, lo que le abrió un cupo al nacido en Maracay, estado Aragua. La llegada de Pages fortalece de gran manera la receptoría latina de los Cardenales, donde se unirá a figuras como el venezolano Wilson Contreras y el panameño Iván Herrera, siendo una gran oportunidad de recibir buenos consejos de su compatriota. Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo El Pepazo/Líder/Meridiano
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kaelucfantasy · 6 months
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TROCITO 4
—¡¿QUE… COJONES…ACABAS…DE…?!
—Por favor, Remus… diciendo esas palabras no vas a conseguir que las señoritas se fijen en ti…
Kaeya hablo suave e intentando permanecer burlón llevando la copa de vino a sus labios, eso fue señal suficiente para darme cuenta que estábamos en una cafeteria publica para aparentar que estábamos teniendo una charla de lo mas normal.
Aunque el tema que estábamos hablando de normal no tenia nada.
Me sonroje horriblemente avergonzado y volvi a sentarme en mi asiento, dándome cuenta que la gente miro hacia otro lado, haciendo que me sintiera peor porque había atraído la mirada de extraños.
—Perdon pero… ¿es que puedes entenderme a mi lo que ha supuesto esto?
—… pense que lo sabias
—Kaeya, llevo solo tres semanas que trabajaba con él en la taberna… ¿tu crees, conociéndole, que me ha contado algo de su vida? -dije alterado —Ademas… no soy una persona que este metiendose en las vidas ajenas. Intentaba hacer mi trabajo de manera transparente y sin preguntar nada…
Kaeya solto una risita mientras tomaba un nuevo sorbo de su copa de vino.
—Oye… no te rias de mi
—Perdon, perdon… ahora entiendo porque te ganaste la confianza de él tan pronto
—Y una mierda… él no se fía ni de su sombra…
—Me refiero antes…
—Ahhh… en la taberna… bueno, quizás fuera eso; que cuando le dije que estaba buscando trabajo, le demostré que lo buscaba en verdad
—Un buen chico
—¿Ahora resulta que soy un perro?
—Puede… pero la sonrisita que se te ha dibujado cuando te lo dicho denota que no te molesta…
—¡Kaeya, por Barbatos; deja de búrlate de mi! -me sentia desesperado
—Esta bien, esta bien…
—¿Y ahora que quieres que haga con esta pedazo de bomba que me acabas de soltar?… si se lo digo, me va a mandar a la mierda… y si me lo callo y se entera… porque se va a enterar porque soy incapaz de fingir una mierda… me mata… -me quede pensativo unos segundos —haga lo que haga estoy jodido…
—Ojala poder ayudarte… pero no serás al único que le estalle esto a la cara… -dijo Kaeya jugando con el borde de la copa de vino
—Imagino… porque si recuerda eso que os separo… puede que acabe volviendo para atras tus intentos de reconciliarte con él… que por cierto ¿que paso para que os separarais?
—… es algo que no quisiera hablar…
—Kaeya… me estas dejando vendido a los pies de los caballos… dime algo que por lo menos sepa por donde no encaminar la conversación para no cagarla… porque me habeis involucrado en una…
—El asesinato de Crepus…
En ese momento, me senti como si me hubieran spoileado una trama importante de una novela que estaba leyendo seguido a que toda la sangre me abandono el cuerpo.
—No fui yo… pero eso fue el desencadenante de lo que nos separo… -se defendió Kaeya en voz baja
—No estaba en eso… pero gracias por decírmelo. Estaba procesando primero que Crepus hubiera muerto asesinado… y…que ahora como demonios le impedía leer el diario…
Kaeya levanto su rostro cuando le conté que estaba leyendo el diario de Crepus.
—No hay mucho tiempo… -se quedo pensativo por un rato largo —espera, acompáñame… puede que esto deje un rato el diario tranquilo…
—¿Que?… espera, espera… -dije mientras le vi levantarse de la mesa —¡Kaeya, las copas!
—Ya estan pagadas… -dijo saliendo de la cafeteria
—Mierda… -me levante y le segui
Me estaba arrepintiéndome mucho del papel que Barbatos habia organizado para mi.
*********************************************************************
Cuando volvi hacia la habitación de Diluc en la mansion del viñedo, su recibimiento fue recibido por algo pesado que impacto por completo contra mi sien, haciendo que me retorciera de dolor.
Pude ver a Diluc visiblemente enojado a través de las lagrimas debido al golpe que habia recibido, ni siquiera mire que era lo que me habia tirado.
—Quiero una maldita explicación… -dijo con voz de enojo
Mire mi mano y me di cuenta que el golpe que habia recibido, habia provocado una herida que estaba sangrando. Suspire y entre dentro de la habitación, cerrando la puerta tras de mi.
—… lo sé, he tardado demasiado… si… me he encontrado con alguien…
—¿Con quien estas trabajando? ¿A quien estas vendiendo los secretos?
—… el niño de tez oscura del diario…
Los ojos de Diluc se abrieron de par en par cuando pronuncie esas palabras; pude ver el arrepentimiento en su rostro, cambiando que estaba pensando que lo estaba traicionando a ver que en verdad, estaba buscándole mas información para él. Se levanto y comenzo a caminar nervioso, como queriendo permanecer serio y con dureza, pero pense que tambien queria pedirme perdon.
—…no se preocupe… la culpa es mia por no hablar con usted sobre mis intenciones…
—¡Pero yo…!
—…ya esta… no se preocupe… no voy a morirme de esta…
—¡Remus, aun asi…!
Le corte sus palabras, no queria que siguiera por ese camino; sacando varias cartas de dentro de mis viejas ropas que se las entregue. El las tomo, entre sus manos temblorosas sin saber que eran.
—Obviamente… niño ya no es… y puede que no lo recuerdes debido al accidente… pero el capitán de caballería de la orden de los favonius de Mondstard nunca te ha olvidado… -dije dandole una foto de Kaeya
—Es… es clavado a la descripción que hizo mi padre -dijo tomando la foto entre sus manos y viéndola -¿por que no me olvida?…
—Lee…
Deje que Diluc leyera las viejas cartas en las que ellos dos se escribían mutuamente; algunas las habia robado a escondidas de Adeline y la mayoría, las que me habia dado despues de nuestra charla. El caminaba de lado a lado de la habitación, parecia con el corazon encogido y parecia analizar cada palabra escrita buscando todo lo que podia estar oculto en ellas.
A mi el golpe de la cabeza me palpitaba dolorosamente y mi cabeza daba vueltas, me sentia realmente mal todo mi cuerpo y me apoye contra el escritorio intentando no caerme.
—El… es mi hermano adoptivo… -murmuro mirándome ante el descubrimiento que le habia revelado, cuando su rostro cambio un segundo a preocupación -Remus… estas sangrando…
—Ya si… lo se Diluc… pero ya frenara…
—No, estas san…gran…do…
De la forma que lo dijo, hizo que mirara hacia abajo mientras sentia un terrible escalofrio mordiéndome la espalda baja con ferocidad. En la entrepierna de mi pantalon, una gran mancha se habia formado debido a la sangre, y no era debido a la de mi inflamada sien.
END TROCITO 4
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iparadosis · 8 months
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Ya se acabaron las cabañuelas pero no la sensación de presagio. En la mañana estuve con mi mamá en el garaje, desmanchando el carro y fue muy lindo, es lindo cuando no estamos agarradas peleando. Pensé mucho en eso, justo en ese momento. Cuando llegué a casa releí los agradecimientos de Mario, y quien se sintió agradecida fui yo: «desde el capítulo 5 y hasta el 10 (...) el libro contó con la coautoría de la economista de la Universidad del Valle, Isabella Puente Prado, a quien le doy mis más grandes agradecimientos». Luego, al ver el libro en PDF me ganó el impulso, y le escribí después de tanto, le conté. Me respondió «eres increíble de verdad». ¿Buena o mala decisión? Una simple y llana decisión.
Después, Danny, mi amigo, me mandó el nuevo video de Residente. Ya no me gusta y hace muchos muchos años dejé de creer en su discurso, pero indiscutiblemente hizo parte de toda mi adolescencia y me recuerda mucho a Mónica, mi gran amiga que se suicidó quince días después de mi cumpleaños en 2019. Demasiada nostalgia.
Y para cerrar el día, Ian me envió un mensaje muy largo, sobre otro mensaje que le había enviado hace como un mes. A Ian no lo conozco y nunca nos hemos visto, pero fue a The Cure y nos seguimos en tt, y se nota que pasa por episodios depresivos, porque compartía unas cosas muy fuertes. Y yo, en mi manía maternal le mostré lo que escribí sobre eso aquí, en tumblr. Hace como veinte minutos me respondió. ¡Después de casi un mes!
No sé, por experiencia propia me conmueve mucho cuando veo a personas con ideas suicidas, es que es desgarrador. Sobretodo, si siento que son chiquitos. En lo que a mí respecta, si puedo mandar un mensaje, así sea que no te conozca y que jamás te vea, si es eso lo único que tengo en mis manos y puede servir de algo, lo haré y eso es todo.
«La forma en que describiste cómo las letras de The Cure han sido un acompañamiento en los momentos más oscuros de tu vida es impactante y, al mismo tiempo, inspirador. (...) Fue como si su música actuara como un faro en medio de la oscuridad, guiándome hacia la esperanza y la resistencia. Puedo decir con certeza que esa noche marcó un antes y un después en mi vida. (...) Tus menciones de fe en el infinito vacío como parte de la existencia y la perspectiva cambiada que has adquirido a lo largo del tiempo son inspiradoras. Encontrar belleza en el absurdo y aprender a resistir es una lección valiosa que muchos de nosotros estamos en constante proceso de aprender (...). Gracias nuevamente por compartir tu historia, Isa. Si alguna vez sientes la necesidad de continuar esta conversación o simplemente hablar sobre cualquier cosa, estoy aquí para ti».
Hoy fue un día de sentimientos encontrados. He sentido más cosas hoy que en los últimos dos o tres meses, juntos.
Todo esto lo dice mi pseudónimo, no lo digo yo.
— iParadosis.
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annbourbon · 10 months
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Uno
Un desastre. Eso era todo lo que podía decir de ese día. La boda había sido cancelada mientras mi corazón latía con fuerza y desánimo. Había tenido que ocuparme de mandar a los demás a la fiesta mientras mi mente estaba en otra parte. El pequeño atisbo de dolor que había visto en el rostro del novio era un mundo, aún si él no había dicho nada. No podía culparle. Había tenido que soportar tres largas horas de espera mientras la sala lentamente se iba vaciando antes de si quiera dar el anuncio oficial de ello. Y dos horas antes, en su mirada podía apreciarse que ya lo sabía. Me pregunté entonces, el porqué había él esperado tanto tiempo haciendo el ridículo frente a todos mientras con cada minuto que pasaba, yo odiaba más y más a Rebekkah. Mi largo cabello rubio permanecía atado a un magnifico y enorme recogido, que era adornado alrededor con una trenza. Me había llevado horas hacerlo. La magia que no podía hacer era algo que me frustraba. Al principio me había costado demasiado trabajo, y una buena dosis de paciencia. Pero luego había encontrado a Henry y él había acabado enseñándome a usar todo a la perfección sin cuestionar mis locuras o como él solía llamarlas idas de pinza aunque eso era algo que me molestaba al grado de no comprender lo que intentaba decirme.
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La puerta de la iglesia crujió al abrirse. Había estado buscándolo durante horas, preocupada. Era él único lugar que me quedaba por buscar, después de eso, tendría que romper las reglas sobre no usar mis poderes solo para poder buscarlo. Esperaba no tener que llegar a eso, porque sumaría una pareja más y no tenía tiempo. Se me estaba agotando. Con el corazón latiéndome con fuerza observé el precioso techo de la capilla bañado por la luz solar. Era un día perfecto para casarse. Entonces lo vi. Mis oídos estaban dotados para escuchar a bastantes kilómetros, gracias a mi capacidad de dominar el aire. Más si las mismas palabras eran amor. Mi abuelo, Eros, había hecho eso posible para todos sus descendientes. Era muy útil, y también muy doloroso a veces. Intentando evitar pensar en lo que perdería si no lo lograba, suspiré bajito para no interrumpirlo. Aparentemente su oído no estaba capacitado para escuchar el gran estruendo que la puerta había hecho, o... estaba en otro mundo.
"Espero que estés contenta. De hacerme esperar tantas horas." Dijo su voz con un suave y lírico acento inglés que no le había notado antes. "La capilla está vacía, Rebekkah. Pero esperé, porque..." Su voz se quebró al tiempo que mi corazón se estrujaba. Me sentí como una intrusa demasiado violenta. Pero no retrocedí. ¿En qué había fallado yo esta vez?
"Tu felicidad es la mía." Continuó de pronto. Pero esta vez no estaba preparada para lo que escucharía. "Claude debe estar furioso."
Un tercero. Eso era. Mis pies se detuvieron. ¿Por qué no había previsto eso? ¿Y quién coñazo era Claude? No, en serio. ¿Qué tipo de nombre era ese? ¿Mujer? ¿Lo habían plantado por una mujer? ¿Era su novia lesbiana? ¿O era uno de esos tipos de nombre extraños para hombre? Suspiré más fuerte sin siquiera darme cuenta. Pero Henry seguía en su mundo.
"Esperar hasta que la capilla esté vacía... ¿No fue una prueba suficiente de mi amor por ti?" Preguntó al aire. Y mi garganta me picó al tiempo que mis ojos. Quizás si no fuera...
No vi la silla. Lo juro. Así que caí cuan corta o larga era, sobre mis rodillas mientras provocaba un estruendo al intentar sujetarme de algo. Más específicamente, un banco de madera, sin éxito. Lo cual bastó para sacarle de su mundo y preguntar con voz potente:
"¿Quién anda allí?" Dijo encaminándose hacia donde yo yacía. Entonces sus ojos vibraron divertidos al verme.
"¿Qué haces aquí Ferraro? ¿Necesitas ayuda con algo?" Bufé con hastío y me ponía de pie, mientras me negaba a aceptar su mano. Su humor había cambiado tan bruscamente que me encontraba avergonzada de mi misma. Ahora él estaba levantando una ceja como si estuviera interesado en escuchar mi explicación. No lo estaba realmente, de eso podía estar segura. Él solo se sentía molesto por mi intromisión.
"Yo..."
"Seguro que los invitados se han quedado muy sorprendidos con eso." Dijo con tono divertido mientras me daba la espalda. "Pero al menos disfrutarán del pastel."
Mis lágrimas se derramaron antes de poder impedirlo. No podía evitar sentir pena por Henry. O pena por mí. No estaba tan segura de poder lograrlo. Solo eran seis meses. ¿Quién casaría a seis personas en seis meses? Prácticamente tenía que encontrar parejas ya hechas y darles un empujón en la dirección correcta. Y no era como si aquél lugar abundara de ellas. Aunque también era cierto que la temporada de visitantes estaba por comenzar. Lo miré con su esmoquin, se veía como un príncipe. Demasiado apuesto. Un nudo en la garganta comenzó a formarse mientras lo veía tan distante. Sentía su tristeza como si fuera la mía. Y no solo era la mía, la de él, y mi estúpida capacidad empática heredada por Eros. Todo era tan difícil... incluso mi sensación de alivio con el hecho de que Henry no se casaría con ella. Y todo eso, mezclado con mucho dolor. Incluso dolía más el verlo bromear sobre ello.
"Ferraro..." Habló de pronto demasiado serio. Su traje lucía tan bien en él.
"Mhm" Fue todo lo que pude decir mientras me limpiaba las lagrimas para evitar que él las viera.
"¿Sabes por qué el anillo se coloca en la mano izquierda sobre el dedo anular?" Preguntó, yo sonreí aunque no me pudiera ver. Por supuesto que sabía eso. No solo como planeadora de bodas, sino también como la nieta de Cupido me era imposible no saber eso. Había varias versiones, me pregunté cual de todas diría.
"No." Suspiré evitando mirar mi dedo anular. Yo no me casaría. No podía hacerlo. No perdería todo lo que había trabajado por una estupidez efímera y mortal que acabaría en unos pocos meses, o con el paso de los años.
"Los griegos creían que... " Estuve a punto de reír. "Cierta vena, la vena del amor, iba desde el tercer dedo directamente al corazón. Es un compromiso para toda la vida. Donde entregas, literalmente, tu corazón a la otra persona, prometiéndole amor eterno. Así que, verás..." Mis ojos se aguaron mientras me tendía los anillos de plata.
"No me es posible entregarle eso a ella."
¡Ay! ¡Oh Henry! ¿Qué te he hecho? Pensé mientras veía los anillos. Él no podría entregar su amor. Mordiéndome el labio inferior sin saber que decir lo dejé continuar entre sus pensamientos un momento más. Y luego, recordé...
"Henry..." Comencé, y él se volteó hacia mí. "Las personas están ligadas unas a otras por el simple hecho de existir. El lazo se hace más fuerte entre ellos cuando hay sentimientos de por medio. Los anillos son solo... eso. Anillos. Lo que importa es lo que hay dentro. La prueba de eso es... que puedes sentir algo por alguien sin ligarlo a un anillo y eso no lo hará menos importante."
"Ferraro..." Dijo claramente sorprendido. Luego sonrió con diversión. "Tú realmente eres muy tierna." Dijo mientras me pellizcaba una mejilla en forma juguetona.
"Y no me mires de ese modo." Dijo él. "Pero gracias. Viéndolo desde ese punto de vista... tendré que creerte."
Y caminando unos pasos hacia mí, se desplomó mientras me hacía gritar preocupada. Tuve que llamar por ayuda a varios de mis empleados, puesto que yo sola no iba a poder trasladarlo sin magia. Y al llegar a su departamento, supe que había hecho lo correcto.
Mi mirada vagó por la salita casi vacía, haciéndome notar que él no era el tipo de persona que como yo, se llevaba el trabajo a casa. Una foto sobre el estante cercano a la televisión me llamó la atención y la cogí. Tres niños divirtiéndose entre ellos, dos niños y una niña. Al no haber más fotos sobre ningún lado asumí que ella habría sido su futura esposa. ¿Sería el otro chico Claude? Lo cierto era que sabía muy poco de la vida de Henry. Una postal al lado de la foto, con tan solo dos palabras y firmada por Rebekkah y que databa con fecha de hacía tres días me confirmó mis sospechas. Él ya lo sabía. ¿Por qué entonces había seguido hasta el final?
Coloqué la postal donde debía estar. Dejando relucir la fina caligrafía de la chica mientras me invadía la ira. ¿Cómo podía decirle "Gracias"? Debería haber dicho lo mucho que sentía partirle el corazón a alguien como él.
"Qué chica tan traviesa." 
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memoriasdelecturas · 1 year
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Para concluir esta entrevista, ¿querría mandar un mensaje a la joven generación de directores japoneses y aspirantes a directores, que son en realidad bastante numerosos? ¿Hay algún consejo que quisiera darles?
A los jóvenes aspirantes que llaman a mi puerta les insisto en esto: «Hoy en día cuesta mucho dinero hacer una película, y es difícil llegar a ser director. Debes aprender y experimentar cosas variadas para ser director, y eso no se consigue fácilmente. Pero si de verdad quieres hacer películas, escribe guiones primero. Todo lo que necesita un guión es un papel y un bolígrafo. Sólo a través de la escritura de guiones aprenderás los detalles de la estructura de una película y lo que es el cine». Eso es lo que les digo, pero ellos no lo hacen. Encuentran que escribir es muy duro, y así es. Escribir guiones es un trabajo muy duro, es más, Balzac dijo que para los escritores, incluido los novelistas, lo más necesario y esencial era poseer la paciencia para llevar a cabo la tarea de escribir palabras de una en una. Esa es la primera condición para cualquier escritor. Cuando consideras la obra completa de Balzac desde ese punto de vista, es simplemente asombroso porque ha producido un volumen tal de escritos que nos llevaría una vida leerlos todos.
¿Sabe usted cómo escribía Balzac?
Es muy interesante, iba escribiendo e inmediatamente lo enviaba a la imprenta. Cada página se imprimía en una hoja así de grande. Cuando le llegaban las páginas impresas de vuelta, hacía correcciones al margen hasta tal punto que del original quedaba poco. Entonces mandaba las correcciones al impresor. Era una buena forma de trabajar, aunque debía de ser duro para el impresor. Era capaz de producir tanto gracias a ese método. Aquel podía ser un ingrediente, pero el aspecto esencial era tener la paciencia de escribir una palabra tras otra hasta alcanzar la expresión adecuada. Mucha gente carece de esta paciencia. Sólo necesitas papel y bolígrafo para escribir un guión. Cuando quedaba con Naruse en una posada para escribir, solía visitarlo en su habitación. Tenía papel y bolígrafo sobre la mesa. Mientras hablábamos, él escribía algo de vez en cuando… aquellas líneas podrían transformarse en uno de sus maravillosos guiones. Es una bonita historia, pero si le pedía ver lo que estaba escribiendo, él tan solo reía entre dientes. Alguna vez escribió algo así como que estos y otros personajes estarían en una habitación haciendo algo…
Solamente «algo» ¿nada concreto? [Risas]
Para Naruse bastaba con aquella descripción, pues él sería el director, no necesitaba ser más concreto… pero aquel «algo» fue divertido… La tediosa tarea de escribir ha de convertirse en una segunda naturaleza para ti. Si te sientas y escribes tranquilamente durante todo el día, tendrás al menos dos o tres páginas, aunque haya sido una batalla. Si lo mantienes, podrás llegar a tener dos centenares de páginas en poco tiempo. Creo que los jóvenes de hoy no conocen este truco. Ellos empiezan y pretenden terminar inmediatamente. Cuando vas a escalar una montaña, lo primero que te dicen es que no mires la cima, sino que mantengas los ojos clavados en el suelo mientras asciendes. Vas subiendo pacientemente paso a paso, y si miras a la cima, acabarás frustrado. Creo que escribir es lo mismo. Necesitas acostumbrarte a la tarea de escribir. Se necesita un esfuerzo para aprender a verlo no como algo penoso, sino como una rutina. Pero la mayoría tiende a rendirse a mitad de camino. Les suelo decir a mis ayudantes de dirección que si se dan por vencidos una vez, acabarán así siempre y se rendirán ante las primeras dificultades. Les digo que escriban —no importa qué— hasta que tengan algún tipo de final. Digo: «no se te ocurra abandonar, aunque se haga duro a mitad del camino», pero cuando las cosas se ponen difíciles, ellos se rinden. Además, los jóvenes de hoy no leen, no creo que ninguno de ellos haya leído la literatura rusa en profundidad. Es importante que en algún momento hagan una serie de lecturas. A menos que tengas una buena reserva dentro, no podrás crear nada. Por eso digo a menudo que la creación proviene de la memoria. La memoria es la fuente de la creación, no puedes crear algo a partir de la nada. Tanto si es de lecturas o de tus propias experiencias, no podrás a menos que tengas algo en tu interior. En este sentido, es importante hacer lecturas variadas. Las novelas actuales están bien, pero creo que también hay que leer a los clásicos. Si se estableciera una escuela de cine, sería importante hacer hincapié en las lecturas.
Akira Kurosawa | (La paciencia de escribir una palabra tras otra) Conversación con Nagisa Oshima
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gposada · 1 year
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Las entidades se merecen la reforma a la salud
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No estoy de acuerdo del todo con una reforma a la salud; con que funcione sería suficiente, pero por casos como el mío, las entidades "prestadoras de salud" se la merecen. Hay funcionarios despreciables y sólo somos una estadística en la que la plata de nuestros aportes siempre les va a llegar. Ayer pasé cinco horas en un trámite sencillo para simplemente reclamar unas gotas para mamá. Al final del proceso, y teniéndolas en la mano para entregarlas en la taquilla, desaparecieron del sistema ¿Por qué pasa esto? Porque los funcionarios siempre ponen todo en contra del usuario. Y como sabía que esto iba a pasar, mientras tanto, redactaba una carta (ahora más detallada) para las farmacias Cruz Verde, que por supuesto rebotó en su tal "Linea Etica Sistema Cruz Verde", y me mandó a un sitio en el que necesitaba saber el código del punto de antención (¿ellos mismo lo saben?) o llamar a una línea de esas, que como todo en el sistema de salud, lleva al usuario a simplemente desistir ¡Y ahí es cuando ellos ganan! Y además muestran eficiencia.
Supongo que no es parte de su código de ética de Cruz Verde poner a voltear al usuario hasta que desista, pero lo logran. Hoy, este 30 de agosto en su sede del barrio Colombia de Medellín llegué al mediodía a reclamar unas gotas ópticas para mi madre, una adulta mayor, que por obvias razones no puede venir; y a pesar de que la fórmula tiene una inscripción que dice D.E.A. (que indica que no necesita código de autorización), como le indicaron a mamá hace una semana en la EPS, la funcionaria de turno insiste en que vaya de nuevo y haga autorizar el medicamento. Resignado, y sabiendo que ya lo hicimos, fui a buscar la tal autorización a dos cuadras, y ya eran las 3 pm, (tres horas ya de trámite). Desde luego, no la necesitaba, me dice un funcionario de la EPS, pero imprime una hoja. A mi lado llegó una señora joven quejándose de dolor; me contó que lleva dos años y medio haciendo un trámite para su cirugía. Yo sólo vine por unas gotas caras que podría comprar, pero no me daré por vencido.
A las 3:40, regreso a la farmacia y surge otra sorpresa: necesito una carta de autorización para reclamar el medicamento (aunque nunca miraron la reciente autorización, perdí el tiempo. Y me indican que está publicado entre decenas de carteles en las paredes); ahora debo buscar dónde imprimir la autorización improvisada por WhatsApp y volver a salir del edificio por tercera vez. Son las 4 pm, y tengo que volver a hacer la fila y pedir un "fichito", porque a la encargada le dio rabia que le reclamara mis derechos como usuario; así me da una lección, para que sea más sumiso y humilde cuando ellos decidan "colaborar". Ella considera que atender a los usuarios es una "colaboración", no su trabajo. Y yo le parezco altanero, porque le reclamo las gotas que tiene en la mano desde hace cuatro horas.
Son las 4:30. Una nueva fila. Ahora, todo depende del que me atienda, y supongo que hoy no almorcé, reflexiono sobre muchos ancianos que pasan a diario por lo mismo con largos viajes desde los pueblos. A una usuaria la acaban de mandar a hacer la misma vuelta después de la fila, porque "el medicamento necesita un código de autorización"; tal vez les cayó mal como a mí con el reggaetón en su teléfono a todo volumen, pero es injusto. En mi caso, al menos intento comunicarme, aunque lo dudo. A las 5 llego de nuevo a la taquilla, y esta vez un funcionario verifica todos los trámites y papeles, voltea la pantalla de su computador y me muestra que el medicamento ha sido borrado instantáneamente del sistema (aunque ya estaba en manos de la otra funcionaria para entregarlo). Me provoca llorar. El medicamento desapareció "por obra y gracia del espíritu santo".  Envío el mensaje que había redactado entre filas eternas con poca paciencia y rebota: la Linea Etica Sistema Cruz Verde (sin tildes) dice que "Para que puedas ver el seguimiento de tu denuncia y como se concluyó, se recomienda hacer su denuncia a través de la siguiente liga: www.cruzverde.sistemaetico.ethicspoint.com o al teléfono: 01 800  5185330". Otro re-proceso como les gusta. En el sitio web me derrotan. Me piden el código del punto laboral de la farmacia entre una larga lista de 5 o 6 dígitos. Ahí mando a llamar a la supervisora "Jazmín", me ponen a esperar, no sale. A los 15 minutos decido irme y mejor publicar esta historia. Nos vencieron, me cogieron con hambre, se me puede bajar el azúcar y Samuel, mi sobrino, ya se quiere ir.  ¿Conoces a alguien que la pase mal con las EPS? Comenta, que yo leo y lloramos juntos.
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you-moveme-kurt · 2 years
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Glee «Teenager in love»
Septiembre de 2018
-¿Qué hora es?...  —preguntó Kurt mirando a Lily, ambos estaban en el escenario del teatro donde se montaría la obra debut de Kurt como actor y de Lily como guionista. -¿Por qué?... —dijo de vuelta su amiga mientras daba instrucciones a un par de actores para que lograran una secuencia de movimientos particularmente elaborada. -Tengo que estar en la casa a las cuatro, Rachel esta cuidando a Henry y no puedo retrasarme…—continuó explicando casi en el oído de la chica. -¿En serio?, ¿no iban a contratar una niñera?… -Aún vamos a hacerlo pero con todo lo que tenemos… -¡No!, ¡es 4,2.3,  no 4,3,2!… ¿¡es tan  difícil ver la diferencia!?...—interrumpió Lily cuando lo actores habían errado los movimientos— ¡desde el principio!… —pidió mirando esta vez al pianista en la fosa de la orquesta— disculpa… —añadió tomando la cabeza y mirando esta vez a Kurt. -No hay problema… solo preguntaría porque estas haciendo tú este trabajo, ¿donde esta el director? -Se fue antes porque su novio hizo no se que, con se que cosa…, quería mandar a todos para la casa, pero yo le dije que a menos de una semana del estreno nadie se iría para ninguna casa si este acto no estaba al 100%... -Lilian Mary Stewart, ¿me estás diciendo que pudimos salir temprano hoy y por tu culpa eso no pasara?... —pregunto Kurt levantando su ceja. -Algo así… —contesto indicando hacia la derecha a uno de los actores que insistía en moverse a la izquierda. -¡Lily! -Oye, se que estas en un predicamento, pero acá tenemos otro mas grande… y si yo fuera tú y tuviera el talento que tienes, me pondría delante de estos dos estu… cálmate Lily… —dijo la chica como dándose consejos a ella misma para no caer en insultos con los actores— delante de estas dos personas, para que de una vez por todas se ¡aprendan la coreografía!... —terminó por gritar sin ningún miramiento, los tres chicos dieron un respingo de sorpresa y se miraron mutuamente mientras retrocedía un par de pasos, ya habían experimentado la furia de Lily un par de días atrás cuando al vestuarista se había sentido un poco enferma con todo el retraso que aquello podía significar. -Te diría que contaras hasta 10, pero creo que ya lo hiciste como 50 veces… ¿qué tal si te vas a tomar un té o sales a por un poco de aire que siempre viene bien?... —dijo Kurt mientras le daba golpecitos en la espalda, Lily lo miró ceñuda y se quedó dando instrucciones para retomar el ensayo— Lily…de verdad creo que… -¡Señor Hummel!…—exclamó uno de los tramoyas que trabajaba en los últimos retoques de la escenografía— ¡creo que su teléfono está sonando!— añadió señalando en la dirección que Kurt había dejado el bolso y sus demás cosas. -¡Ok!, ¡gracias señor Martino!… —respondió Kurt dando un pequeño salto antes de partir casi corriendo a chequear su teléfono -¡Kurt! -Vuelvo enseguida… dos minutos, lo juro…—agregó haciendo gestos de promesa que más parecían de un exorcismo improvisado, Lily empuño sus manos y volvió, por decimotercera vez esa tarde, a pedir que repitieran los movimientos  4,2,3 y no 4,3,2— ¿Rachel?... —dijo contestando la llamada.
-¡Kurt!, ¡gracias a dios!… ¡necesito que te vengas urgente!… -¿Que?. ¿le pasó algo a mi hijo?... —preguntó Kurt abriendo sus ojos al máximo. -¿Que?, ¡no!… pero yo necesito irme… -¿Disculpa? -Acabo de recibir una llamada de mi agente, hay una audición abierta para una obra llamada Network que se estrenará en el Belasco en diciembre y yo tengo todas la ganas de ganar  el papel de  Louise, la esposa de Schumacher's. -Ok, no se quienes son esos personajes pero… me alegro.. -Gracias… ¿entonces te vienes? -¿Como?, estoy en medio del ensayo Rachel, no puedo irme a ningún lado… -¡KURT!... —exclamo de vuelta su amiga a un volumen tan alto que Kurt tuvo que distanciar el teléfono de su oreja— tengo que ir a esa audición, ¡ahora!… -Pero Rachel… -No puedo  seguir cuidando a Henry… -Rachel, me pones en un problema, tu dijiste que podías… -Lo dije, pero no sabía de esta audición… Kurt, bien sabes que mi producción actual termina en un par de meses y después quedo sin trabajo… -Producción a la que yo te invite y conseguí que estuvieras en ella… ¿recuerdas? -¡Ay Kurt!... eso ya pasó, esto es lo importante ahora,  ¿vienes o no?… -Tengo que llamar a Blaine para saber si él puede… espera 10 minutos… -¡10 minutos!... Kurt tengo… -Lo se, ya lo dijiste, pero Blaine esta en el sello y ese es el tiempo que tarda en llegar si es que puede hacerse cargo de Henry… ¿puedes esperar 10 miseros minutos? -Puedo, y lo haré… pero en el minuto 11 dejare al bebé con el señor de la entrada, ese del sombrero…—dijo Rachel terminando la llamada, Kurt tomó aire y luego de proferir unos cuantos insultos a su amiga procedió a llamar a  su esposo. -¡Kurt!... —gritó Lily desde donde estaba, le hizo un par de señas que indicaban la hora y volvió a llamarlo por su nombre. -Tengo un problema… —dijo acercándose a su amiga. -¿Qué problema? -Rachel tiene una audición y no puede seguir cuidando a Henry… -Tú tampoco, estás trabajando… -Lo sé Lily, por eso tengo que llamar a mi esposo para preguntar si él puede ir a nuestro departamento a relevar a  mi siempre egoísta amiga Rachel Berry…… -Eso llámalo, se lo puede llevar al sello, ahí hay harto espacio, puede poner a Henry sobre un tambor, o dentro de una tuba  o algo… -¿Por que todo el mundo quiere poner a mi hijo en lugares que no corresponden?... —dijo Kurt abriendo sus manos en señal de desespero máximo— lo llamare.. —añadió al ver que Lily se le le quedaba viendo con cara de loca demente, se aparto un poco e hizo lo que dijera.
-Kurt… -Por favor dime que no te interrumpo… —dijo mientras se desordenaba el cabello. -No me interrumpes, acabamos de tomarnos un receso antes de grabar la pista cuatro que, escucha esto… se supone y será el super single de promoción del álbum… -Genial… —contestó Kurt como con fastidio. -Es una buena noticia… -Lo sé… lo sé, Blaine disculpa es que… -¿Qué?, ¿estas bien?... -Lo estoy… pero… recuerdas que Rachel iba a cuidar a Henry, ¿verdad? .Si, hasta las 4.  que es cuando tú terminas tu ensayo … -Si… pero resulta que ahora le apareció una audición de no se donde y necesita asistir.. -¿Qué? -Lo que oyes… odio pedirte esto pero… ¿puedes ir a buscarlo y tenerlo en el estudio mientras yo trato de convencer a Lily de que yo al menos, no necesito ensayar tanto? -Kurt… -Lo se, se que es pedirte demasiado… -Kurt… -Lo se  y se que si alguien debería ceder aquí, tendría que ser yo… porque tú estás recién empezando ahí y se vería super mal y poco profesional que andes pidiendo permiso… -Kurt… —repitió Blaine esta vez alargando la «u». -Lo se  y yo por otro lado estoy trabajando casi con amigos, pero te juro que Lily esta… -Kurt escúchame… —pudo decir Blaine por fin— lo más probable es que no pueda salir… pero… -¡Ay por dios!, amo ese pero, me da lo mismo lo que venga después… —dijo Kurt tomándose el pecho como si su esposo pudiera verlo. -Pero… si le hablas a Rachel y le preguntas si puede venir al sello a dejar a Henry, estoy seguro y no habrá problema.. -¿De verdad? -Obvio que si… te prometo y no faltarán brazos para acunarlo. -Gracias Blaine… -¿Por qué me agradeces?… es mi hijo también, la responsabilidad aquí es compartida… -Lo se pero… yo he sido el que ha pospuesto el asunto de la niñera y por eso siento que estos percances son más responsabilidad mía que tuya… -Lo has pospuesto porque estás sumamente ocupado haciendo lo que mas amas  en esa obra que será un exitazo de principio a fin…  —Kurt sonrió más que enamorado. -Gracias por lo de exitazo… -Por nada… ¿la llamas? -Por supuesto… y gracias por mencionar eso de que no faltarán brazos para acunar a nuestro hijo, es tranquilizador saber que no terminara en un cajón al lado del mesón del Señor Peters… o sobre un instrumento de percusión o viento como dijo Lily… -¿Como? -Larga historia… la llamaré de inmediato y luego te llamo de vuelta… ¿o ya terminó el receso?… -Aún no y creo que va para largo porque el sonidista acaba de encender un cigarrillo… -Perfecto… no por él y su vicio del demonio… pero si por ti y por nuestro hijo… -Claro… espero tu llamada entonces… adiós… -Oye… ¿no vas a decir lo que dices siempre? -¿Lo que digo? -Si… ya sabes cuando yo respondo «lo se» y me río como lo hice la primera vez que te vi en Dalton… como… -¿Como adolescente enamorado? —dijo Blaine  terminando la frase por su esposo. -No es lo que iba a decir… -¿No? -La verdad es que sí… engreído… -Te amo Kurt… -Lo sé…—respondió riendo como adolescente enamorado.
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