#flores dalias
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wgm-beautiful-world · 2 years ago
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ALLIUM & DAHLIA FLOWERS
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equilibriumnatural · 6 months ago
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Descubre la historia y simbolismo de la Dalia, la Flor Nacional de México. Conoce sus variedades, usos medicinales y cómo ayudar al ambiente.
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jvrpvz · 2 months ago
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Virginia Woolf, Sobre estar enferma (trad. J. P.) [...] la literatura hace cuanto le es posible para sostener que le concierne solo aquello con respecto al pensamiento; que el cuerpo no es más que una lámina de liso cristal a través de la cual el alma mira directa y claramente y, salvo una o dos pasiones, como el deseo y la codicia, es nula, insignificante e inexistente. Mas, por el contrario, su envés es lo verdadero. Todo el día y la noche entera, el cuerpo interviene; se despunta o se afila, se colorea o descolora, se convierte en cera durante la canícula de junio, se fragua hasta convertirse en sebo en la lobreguez de febrero [...] Se desestiman las grandes guerras que el cuerpo, en la soledad de sus aposentos y con el espíritu como su esclavo, libra por sí mismo, sea contra el asalto de la fiebre o la llegada de la melancolía [...] no sólo necesitamos de un nuevo lenguaje, primitivo, sutil, sensual, obsceno, sino una nueva jerarquía de las pasiones: el amor debe ser depuesto en favor de una temperatura de 104 grados; los celos deben dar paso a los tormentos de la ciática; el insomnio debe desempeñar el rol del villano y el héroe ha de convertirse en un brebaje blanco de dulce sabor [...] Hay, confesémoslo (y la enfermedad es el gran confesionario) una franqueza infantil en la enfermedad; se dicen cosas, se sueltan verdades que la cautelosa respetabilidad de la salud oculta [...] No conocemos nuestras propias almas, y menos aún las almas de los demás [...] En cada uno hay un bosque virgen, enmarañado, carente de senderos; un campo de nieve donde incluso la huella de las patas de los pájaros es desconocida. Y aquí vamos, vamos solos, y es mejor así. Tener siempre compasión, estar siempre acompañados, siempre ser comprendidos sería intolerable. En la salud, empero, es necesario mantener la apariencia de buen humor y renovar el esfuerzo –comunicarse, civilizar, compartir, cultivar el desierto, educar a los nativos, trabajar juntos de día y distenderse de noche. En la enfermedad esta simulación o fingimiento, cesa [...] Normalmente, mirar al cielo durante un tiempo prolongado es imposible. Los peatones se verían impedidos y desconcertados por quien observase al cielo con un carácter público [...] Ahora, convertidos en hojas o margaritas, tumbados, yacentes, mirando fijamente hacia arriba, descubrimos que el cielo es algo tan diferente de esto que realmente es un poco chocante [...] Examinemos la rosa. La hemos visto florecer tantas veces en vasijas, la hemos relacionado tantas veces con la belleza en su plenitud, que hemos olvidado cómo se yergue, quieta y firme, durante toda una tarde en la tierra. Guarda una actitud de perfecta dignidad y posesión de sí misma. La difusión de sus pétalos es de una firmeza inimitable. Tal vez ahora una caiga deliberadamente; ahora todas las flores, las voluptuosas púrpuras, las cremosas, en cuya carne cérea una cucharita ha dejado un remolino de jugo de cereza; gladiolos; dalias; lirios, sacerdotales, eclesiásticos; flores con sus primorosos cuellos de cartón teñidos de damasco y ámbar, inclinan suavemente sus cabezas hacia la brisa –todas, con excepción del pesado girasol, que orgullosamente reconoce al sol al mediodía y tal vez a medianoche impugne a la luna. Allí están; y es de estas cosas, las más apacibles, las más autosuficientes de todas aquellas de las que los seres humanos se han hecho compañeros; ellas, que simbolizan sus pasiones, adornan sus fiestas y yacen (como si conocieran la pena) sobre las almohadas de los muertos. Es maravilloso contarlo [...] las personas viven en el campo para aprender la virtud de las plantas. Es en su indiferencia que son reconfortantes.
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da-theweird · 7 months ago
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Mis dalias han florecido
al tiempo que me llegó tu invitación.
Yo sé, yo sé...
Fue sólo por educación, ¿no?
No te preocupes, no pienso asistir.
Después de todo, una boda es una ocasión feliz.
¿Qué lugar tiene mi mirada triste ahí?
Les mandaré flores,
las que cultivé para olvidarme de ti,
y tal vez sea mejor
que sean lo último que recibas de mí.
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smileflowcr · 8 months ago
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Bing Silver, 23 años físicamente, 22/11/????, escorpio, un hada de luz que se la pasa durmiendo en un jardín de flores.
Nació del primer rayo de luz del día, que envolvió un cúmulo de polen sobre una flor blanca.
Al ser un hada de luz se dedica a guiar los rayos dorados hacia los botones cerrados de las plantas para que florezcan sin problemas. Debido a que nació en la madrugada, Silver suele tener mucho sueño durante el día, tomando siestas a menudo acurrucando en la naturaleza tras finalizar sus tareas.
Sus orbes son de color verde con destellos dorados y su brillo es del mismo color que el Sol.
Es omega, su esencias es la diente de león y dalia.
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yelek-galleries · 2 years ago
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🔏Luise
El Lui 🤙
Luise nació acompañado jfkgglfk, y fue el trillizo del medio, fué criado con lo necesario,nunca le faltó nada, sólo que había un pequeño detalle,el niño era muy agresivo,desde que cumplió 1 año fue muy agresivo,pateaba a sus hermanas,las mordía,las jalaba del cabello y las empujaba pará tirarlas
Un día cuando tenía 6-7 años, salió de comprás con sus hermanas y sus padres,sus padres le dijeron a su hermana Neeve que llevará las comprás al carro, y los trillizos le hiba ayudando ,sin embargo unos extraños los atacaron y intentaron llevarse a los niños, Luise vió cómo Neeve trataba de que no se los llevarán ,así que dependía de el salvar a sus hermanas,cómo pudo se libro,sin embargo eso tuvo consecuencias, pues en ese momento manifestó su magia,cómo era muy joven para tanto poder,se le hizo una marca en el ojo izquierdo,cómo la de su padre,y aunque sintiera dolor pudo salvar a sus hermanas y en ese momento llegaron sus padres
Después de eso sí vida fue relativamente normal(?,su actitud cambió mucho,el chico ahora era amable, cariñoso, gracioso, un poquito pndejo, responsable, respetuoso y empático, incluso se volvió más cercano con sus hermanas, aunque no sabe porque Neeve era distante y algo grosera con el, pero igual, quiere mucho a sus hermanas
un día cuando cumplió 13 años, conoció a una chica llamada Dalia,está chica estaba teniendo problemas,al parecer algunas raíces no la dejaban caminar y fue a ayudarla,fue cuando se dió cuenta que está tenía flores en la mitad de la cara,y uno de sus ojos parecía aver sido reemplazado por una de éstas,el chico la ayudó y convivió con ella enterándose de su enfermedad o como ella lo llamaba "una maldición" , pasó el tiempo el chico sé convirtió en novio de Dalia,sin embargo Dalia era muy celosa y Medio tóxica y manipuladora
Así que después de 9 meses de relación la terminó, pues la gota que colmó el vaso fue qué Dalia le reprochará el estar más tiempo con sus hermanas que con ella, obviamente le dolió pues la quería mucho, pero tampoco hiba a soportar esos tratos, así que pasaron los meses,la superó y siguió con su vida normal
Hasta que un día conoció a una chica 👀, al ya saber que era dicha enfermedad decidió llevarla a su casa para ayudarla,sus hermanitas lo ayudaron y se empezaron a llevar bien con dicha chica, considerándola de la familia y mientras tanto Luise se hiba enamorado poquito a poquito
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newyorksquid · 1 year ago
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hello everynyan. please look at my danganronpa ocs
gyaru gal - ayame nakamura, ultimate surfer
science bitch - dalia stein, ultimate chemist
red and black guy - jean moreau, ultimate gambler
butterfly girl - lyria fonic, ultimate entomologist
sunglasses girl- carmen flores, the ultimate actress
the guy with the cloak - miles tavares, the ultimate paranormal investigator
lyria and miles are cousins
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thereddishlightofsunset · 2 years ago
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Yo, en un poema de Rubén Darío
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida.) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe, (La princesa está pálida. La princesa está triste.) más brillante que el alba, más hermoso que abril! -«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-; en caballo, con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con un beso de amor»
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momoentinta · 2 years ago
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¿Por qué Momo?
Cuando era muy pequeña, en una de esas edades donde apenas estas entendiendo el mundo y ya te lo quieres comer porque te sientes muy fuerte, pero la verdadera fuerza esta en quienes nos rodean, aunque ahí aún no lo sepas, descubrí que me gustaba leer.
Mi mayor aventura era ir a las librerías y buscar algún libro que con su portada me emocionara, que tuviera dibujos lindos y que el relato de la contratapa me convenciera que era un libro con el cual podría entretenerme durante horas.
Tengo muy presente como llegó uno de mis primeros libros. Tendría como 8 años y mi padre me llevo a la librería Panamericana de un centro comercial, recorrí todos los estantes hasta hallar una portada con un niño y una capa, su contraportada empezaba con Santiago era un niño que quería volar. Listo, pónganmelo en el carrito a Aviador Santiago de Jairo Aníbal Niño.
Así empecé con otros de sus clásicos como Zoro, Dalia y Zazir, Razzgo, Indo y Zaz, y ahora que busco los títulos de los libros que fui leyendo me asombra la capacidad que tuvo Jairo para contar historias tan hermosas que me llenan el corazón de emoción. Sin duda, uno de mis favoritos La alegría de querer, poemario para niños, donde está el más hermoso y simple poema:
ME HACES UN FAVOR
-  ¿Me haces un favor?
-  ¿Qué clase de favor?
-  ¿Quieres tenerme mis avioncitos durante todo el recreo?
-  ¿Durante todo el recreo?
-  Si, es que tú eres mi cielo…
¿Cómo no vivir del amor por las letras si ya estoy flechada con este relato?
Pero este no es una historia de los libros que leí, o de como conocí a Jairo Aníbal en una Feria del Libro, porque lo conocí, hice la fila y le pedí que por favor me firmara uno de tantos libros que están en Colombia, en el mismo estante donde está mi libro más preciado y al que más cariño le tengo: Momo.
No recuerdo exactamente el momento en que esta novela de fantasía toco mis manos, mi madre es quien me recuerda que ella me la regalo, por recomendación, y para no sorpresa mía, de mi madrina. Me gustaría imaginarme el diálogo entre ellas pensando un libro que me fuera a gustar, pero eso está para un siguiente relato.
Momo es una pequeña sin edad, fue encontrada en un anfiteatro romano por algunas personas, y adoptada porque no tenía hogar, pareciera que hasta aquí te dan ganas de llorar de angustia, pero no, porque Momo es dulce, cree en la bondad de las personas, escucha atentamente cada una de las palabras de sus amigos y los sigue a todos lados para aprender de ellos.
Pero un día llegan los hombres grises, apurados por vivir la vida a toda velocidad, fumando flores, esto es literal porque sacan flores de sus trajes sobrios, las vuelven polvo y las enrollan en un papel para ser convertidas en cigarros, aspirando y dejando bocanadas de humo a su paso. Y con un dominio de convencimiento tan fuerte, logran apoderarse del tiempo de las personas, diciéndoles que lo que les toma 1 hora, esa tarea la pueden hacer en 10 minutos y “ahorrarse” 50 minutos de vida para hacer otras cosas.
Triste, real y tan sincero con la vida misma.
¿Imagínate yo una Lucia de 10 años descubriendo que la paciencia me salvaría de la decadencia? Mi cabeza explotó en ese momento, me dejó con la sensación que cada cosa tiene su tiempo, precioso, lento, a su ritmo.
La historia sigue con Momo caminando a paso muy, muy, muy lento, pero muy lento, al ritmo de Casiopea, una tortuga que la invita a conocer al maestro Hora, quien le explica que son las flores que fuman los hombres grises, y el mejor aliado para lograr vencerlos.
Me encantaría contarte la historia completa, me emociono cada vez que hablo de este libro a las personas que me preguntan ¿cuál es tu libro favorito? Y yo con mucha seguridad les digo: Momo de  Michael Ende, publicado en 1973. Seguro el nombre te suena, porque este señor escribió la famosa novela La historia interminable. Si, de ese pequeño que se adentra en el mundo de un libro.
Cada vez que puedo regreso a Momo, cada vez que me piden una recomendación digo Momo, y es por Momo que yo amo, o es uno de mis argumentos para decir que me gusta las letras, y asegurarles que es el libro que si o si tiene que estar sostenido en algunas manos de un chico, adulto, viejo y recordarse que la vida misma es paciente, que todos tenemos una Momo en nuestros corazones esperando a que entiendas que ese niño interior va a cumplir sus sueños. Paso a paso.
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lyon-amore · 2 years ago
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La mitad de mi Capítulo 3
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Capítulo 2
Al día siguiente, MC fue con sus amigos para ver a sus padres. No se atrevía ir sola. Además, así los conocía. Aunque también ellos habían estado en Rosenschwarz, nunca se los había presentado. Ya era hora de que los conocieran. Sabía que un coche de incógnito los seguía, vigilándola. Habían sido avisados de que eran sus amigos de Duskwood e incluso habían sido interrogados también, para estar seguros de que ninguno tenía que ver en el asesinato de Daliah. MC se había molestado, pero lo entendía. Era el protocolo, como Elliot le había dicho.
Se aproximaron a la casita con jardín y dalias plantadas. Las flores favoritas de su madre. Por eso Daliah se llamaba así. Una de las dos tenía que llevar ese nombre. Cuando llamó a la puerta, su padre abrió, recibiéndola con un abrazo fuerte. Era el abrazo más largo que jamás se habían dado.   —Papá, ellos son mis amigos de Duskwood —MC los presentó con la mano y el grupo saludó, intentando poner su mejor cara a pesar de que no era el mejor momento de sus vidas.   —Pasar —el padre se echó a un lado, invitándoles a entrar en la casa.    En fila, empezaron a entrar, mostrando sus respetos.
Les dejó que se sentasen en el sofá y ambos sillones a los lados. El señor Gardner los miró y los iba señalando.   —Thomas —dijo, acertando.   —Señor Gardner —Thomas se levantó para ofrecer la mano para saludar.   —Llamarme Haines —le dijo el hombre.    Se podía apreciar las ojeras. No había podido dormir. Incluso su aspecto, a pesar de haber pasado un día solo, parecía más envejecido. Pequeñas canas habían vuelto a aparecer y MC sabía que hacía poco se había teñido. El disgusto había hecho que aparecieran de nuevo. Ver a su padre en tal mal estado le partía el corazón.   —Tú debes de ser Dan ¿verdad? —señaló al otro hombre sentado en el sillón.   —El mismo —Dan se levantó del sillón, ofreciendo su manos—. Siento mucho lo sucedido, le acompaño en el sentimiento.   —Gracias hijo —asintió Haines, con una sonrisa triste.    Miró luego a las chicas, señalando a Jessy.   — ¿Cleo?   —No, ella es Cleo y yo soy Jessy —contestó la pelirroja, intentando no ofenderse, pero aceptando su saludo.   —Claro, lo siento —se disculpó el pobre hombre—. Encantado de conoceros a las dos —ofreció la mano después a Cleo.   —El placer es todo nuestro, señor —Cleo aceptó su mano, mirándole con compasión.    Por último, su mirada fue a parar a Lilly. Con ella no hacían falta las presentaciones, la conocía perfectamente. La chica que acusó a MC de secuestrar a su hermana. Se controló la rabia al verla, MC le contó que eso ya era cosa del pasado, que ambas eran buenas amigas y que entendían lo que sentían por ser hermanas también.   —Lilly… —dijo el padre, soltando un suspiro.    Lilly no dudó ni un segundo que se levantó del sofá a abrazarlo, llorando. Tanto por lo ocurrido con Daliah, como por haber hecho daño a la familia Gardner en el pasado con su falsa acusación. Haines acarició el cabello de la muchacha, tratándola como si fuera otra hija más, intentando calmarla con palabras tranquilizadoras. MC lo veía todo sentada en una silla que había traído para su padre y ella. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Se sentía un poco mejor viendo que no había rencor en su padre, que todo estaba bien entre ellos. Una vez que Lilly se calmó, volvió a sentarse, secándose las lágrimas, al mismo tiempo, Haines hizo lo mismo.   — ¿Y mamá? —preguntó MC, abrazándose a sí misma.   —Sigue en el cuarto —contestó su padre, abatido—. No ha comido nada todavía, ni se ha cambiado de ropa —pasó su mano por su cabello, con una mirada destrozada—. Esto está siendo demasiado duro para todos…   —Señor Gardner —empezó a decir Thomas—, estamos aquí para ayudar a su hija, pero también podemos ayudarle a usted y a su mujer si nos necesita.   —Sois muy amables —el padre los miró con orgullo—, también vosotros perdisteis a alguien ¿verdad?   —Sí, Richy —respondió Cleo con tristeza—, Michael Hanson se lo llevó con él…   —Maldito… —dijo entre dientes Haines.    Jessy y MC se miraron cómplices de aquella conversación. Que nombrasen a Richy ahora no se lo esperaba ninguna. Las gargantas les dolían por ocultar la verdad, pero era mejor que decirles que su amigo fue el hombre sin cara, el secuestrador de Hannah… La persona que los atormentó durante dos meses.   —Me hubiera gustado mucho conocerle —continuó el padre, con una sonrisa de orgullo—, Daliah me contó que se llevaba muy bien con MC-   —Papá… —MC se tapó la cara, avergonzada.    Para ella, Richy había sido un gran amigo. Bueno… En parte, había tenido su corazón un poco dividido, pero estaba claro que al final, un idiota la enamoró con mentiras.   — ¿Es que ellos no lo sabían? —señaló al grupo y MC negó con la cabeza.    Claro, Daliah no había podido mantener la boca cerrada, tenía que haber contado los romances de su hermana.   —Richy era un buen hombre —Dan sonrió, mirando a MC y luego a Haines—, le hubiera hecho gracia sus tonterías.   —Seguro que sí.   —Papá, ¿te han dicho algo más la policía? —cambió el tema MC, para evitar sentirse más culpable.    El hombre asintió, cruzándose de brazos.   —Al parecer, el móvil de Daliah aún no ha aparecido —contestó con un tono de molestia—. La casera les dio una copia de llaves a la policía para entrar en su piso, pero no encontraron nada —miró al grupo, también hablándoles a ellos—, tampoco estaba en la tienda de cosmética en donde trabajaba, al parecer, fue antes de ir a clase porque tenía que pedir días libres para preparar el proyecto de clase.   —Entiendo… —MC se puso a pensar.    Era muy raro que todas sus cosas no estuvieran en el piso, lo que significaba, que el que la mató, tenía sus pertenencias.
¿Quizás como trofeo? La sola idea de que el asesino lo tenía para regocijarse en su éxito en matarla le revolvió el estómago.   —Seguro que aparecerá —MC le dio un apretón cariñoso en el hombro, a lo que el hombre le hizo lo mismo al apretar luego su mano.   — ¿Daliah? —una voz femenina y ronca se hizo presente en el salón.    Todos se giraron y vieron a una mujer de cabellos castaños enmarañados, con una mirada perdida. MC se levantó de la silla, pero su madre se acercó a ella para abrazarla con fuerza, llorando.   — ¡Daliah! ¡Mi pequeña Daliah! —Decía la mujer entre sollozos— ¡Estás viva! ¡Mi niña! ¡Sabía que no era cierto que estabas muerta! ¡Lo sabía!    MC empezó a respirar con dificultad. Sabía que ella no había visto a Daliah con el nuevo cambio y que quizás todavía no había visto la foto de perfil. La había confundido con ella. Al igual que su padre con la voz. Ahora mismo, MC era la sombra de su hermana.   — ¡Yo sabía que estabas bien! ¡Que el dolor que sentía no era porque te había pasado algo! —La mujer colocó las manos en las mejillas de su hija, mirándola a los ojos— ¡Mírate! ¡Tu piel rosada! ¡Tus ojos vivos! ¡Es mi pequeña Daliah!   —Mamá… —MC cogió sus manos, mirándola con dolor ahora ella— No soy Daliah…   —Sí, sí que lo eres-   —Mamá, soy MC —habló despacio la castaña—. Daliah ya no…. —se pasó la lengua por los labios y notó el sabor a sal. Había comenzado a llorar.   — ¡No! —gritó su madre. Un grito desgarrador— ¡No, NO! ¡No mi pequeña Daliah! ¡No ella! ¡No Daliah!    Se agarró con fuerza a MC, a lo que su padre se unió con ellas. El grupo observó a la familia, sintiendo un gran dolor al verlos. Estaba claro que nunca se iban a recuperar de esta pérdida.
Cuando se marcharon, decidieron dar un paseo por el pueblo, intentando tomar un poco el aire. Necesitaban hablar en lo que sabían.   —Así que, no se sabe dónde está el móvil —dijo Jessy, mirando a MC— ¿Pero no tienen forma de localizarlo?   —Supongo que si nadie contesta, no son capaces de localizarlo —contestó la joven, negando con la cabeza—, o no sé, nunca sé cómo funciona estas cosas.   —Seguro que en ese móvil debe de haber algo de información sobre el chico que conoció —Thomas los miró y luego miró a MC— ¿Crees que podrías contactar con Jake?    La castaña de ojos azules se mordió el interior de la mejilla, negando con la cabeza.   —Lo siento, no puedo —miró al grupo, esta vez, no hablaba desde la rabia—, eliminé su contacto, además, no sé su número de teléfono.   —Por desgracia, mis mensajes a Jake ya no llegan —habló Lilly, mirando al grupo con un gran nudo en la garganta—, cada vez que le envío algo, los mensajes me saltan como error.   —Perfecto, para una vez que sí queremos contactar con Hackerman, él decide que es mejor no hablar con él.   —Bueno —Jessy se encogió de hombros—, no es como si el FBI nos preguntase a todos sobre él…    MC suspiró. Que malos momentos pasó en aquellos interrogatorios. Las mismas preguntas una y otra vez. Queriendo que soltase que sí conocía a Jake. Pero no lo lograron. Fue leal a él hasta el final, Pero tonta de ella, pensando que volvería a hablarlos para darles las gracias por no contarles nada de él. Su chat desapareció por un momento, lo recordó perfectamente. Cuando el FBI se marchó de Duskwood, regresó. Pero no él. Jake no regresó.   —Bueno, igualmente, mejor dejárselo a la policía esta vez —MC continuó caminando, queriendo dejar literalmente atrás el tema—, Elliot logrará averiguar qué pasó, estoy segura de ello.   —A todo esto ¿de qué os conocíais Elliot y tú? —Preguntó Cleo, curiosa— Si se puede saber.   —Eso —Jessy la miró, poniendo una sonrisa bastante pícara. O al menos, lo intentaba, no queriendo ofender a su amiga por el luto de la muerte de su hermana— ¿Erais pareja o algo así?   —No, yo no —la joven de ojos azules negó con la cabeza—, Elliot y Daliah salieron unos dos años, pero cortaron, nunca me contó el motivo.   —Vaya con Daliah, no escogía mal a los chicos —comentó Cleo, arqueando las cejas.   —Se acostó con Phil dos veces… —dijo MC molesta.   —Vaya, lo siento…   — ¡Ey! Es mi hermano del que hablamos —defendió Jessy a Phil.   —Seguro que van de broma, Jessy —intentó Dan calmarla, pasando un brazo por los hombros de la pelirroja.    El chico miró a Cleo, Lilly y MC y negó con los labios, como si les dijera que no hicieran caso.   —Dan… Sé que estás haciendo —Jessy habló molesta, mirándole mal.   —Lo siento preciosa, no estaba diciendo nada malo.    La escena logró sacar a MC una risa. Una pequeña. Aunque seguía aún dolida, estar con ellos hacía la situación más soportable.
Aquella noche, MC recibió un mensaje de su padre. Ya habían terminado de hacer la segunda autopsia y que muy pronto podrían enterrar a Daliah. Le pasó el número de flores que tenía que pedir en la floristería para el funeral de su hermana. Cuanto antes empezasen a prepararlo todo, antes podrían honrar la memoria de su hermana.
Fue al chat de Nymos, y, como siempre, empezó a usarlo como notas personales. ----------------------------------------------------------------------------------------
MC Nymos, activa modo guardado
Nym-0s [Error de comando] ----------------------------------------------------------------------------------------
  — ¿Qué? —MC miró el chat confusa— ¿Qué sucede? ----------------------------------------------------------------------------------------
MC Nymos, modo de guardado
Nym-0s [Error de comando] ----------------------------------------------------------------------------------------
  —Estupendo… —dejó el móvil a un lado, apartándose el cabello de la cara— Ahora tiene que estropearse el programa…    Se notaba que había dependido demasiado de Nymos. Intentó no ponerse nerviosa, volviendo a coger el móvil y examinar si todas las notas anteriores y sus letras y música seguían guardados en los archivos.
En efecto, todo seguía en su sitio.
La duda era ¿por qué ahora? ¿Por qué tenía que fallar en ese momento? Cogió el móvil y usó el bloc de notas que el móvil ofrecía, copiando el mensaje de su padre. Sonó el timbre y se levantó despacio, mirando antes por la mirilla. Por mucha vigilancia que tuviera, intentaba ser precavida. Soltó un suspiro al ver que era Elliot. Abrió la puerta y movió la mano a modo de saludo.   —Hola… —la joven saludó, más tranquila.   —Quería decirte que me toca a mí hacer el relevo —dijo Elliot, explicando con tranquilidad—, así que cualquier cosa que necesites, llámame que estaré abajo.   —Vale, gracias…   —Oh y… —el rubio la miró directamente a los ojos, a lo que MC le incomodó un poco. Pensaba que otra persona intentaba ver a través de ella a Daliah— Ya está hecha la segunda autopsia, ya podéis enterrar a Daliah.   —Lo sé —MC se cruzó de brazos, evitando mirarle a los ojos—, me lo acaba de decir mi padre.    Elliot asintió, dando pequeños golpes al marco de la puerta.   —Bueno, eso es todo —asintió, mirando a MC por última vez—. Que pases una buena noche.   —Gracias…    Cerró la puerta despacio, soltando un largo suspiro. Tenía miedo que tras morir Daliah, ahora todos la mirasen como si fuera ella, porque no lo era. Daliah era una persona increíble, la mejor que existía.
Ella no se iba a convertir en la sustituta de su hermana.
Cada cosa que hacía aquella semana para preparar el funeral, terminaba llorando. No importaba dónde o quién le acompañase, sus lágrimas no paraban de caer. Había momentos que sí que parecía contenerse, pero al hablar de las cosas que le gustaban a Daliah para prepararlo, como su canción favorita o su color favorito, pequeños detalles, hacían que empezase a recordar los momentos felices. ¿Cómo habían sido capaz de arrebatar su vida? ¿Después de tener una vida normal? ¿Por qué tuvo que regresar a terminar lo que ella le impidió? Tendría que haber ido por ella, no por Daliah. Fue ella quien le detuvo en sus planes, fue ella la que gracias a su testimonio, metieron a Janis Krebs en la cárcel. Daliah no tendría que haber muerto. Si no ella.
Tenía que hacerlo. Tenía que mirarse en el espejo ese día. Había llegado el día. El funeral.
Mientras se miraba, observó que debajo de sus ojos se podían apreciar unas grandes ojeras. De tanto llorar por las noches, había hecho que le era imposible dormir. Miró su maquillaje y negó ponerse cualquier cosa para taparlas ¿de qué serviría si sabía que cuando se lo quitase iban a estar ahí? ¿Y por qué tapar que estaba sufriendo? Todo el pueblo lo sabía. Todo el mundo sabía su dolor y se acercaban a ella dándole el pésame porque su hermana hubiera muerto. Algunos incluso a veces se equivocan y la llamaban Daliah al verla cruzar por la calle, al cabo de unos segundos disculpándose, recordando que ella ya no estaba. Era un dolor en el pecho que no se iba cada vez que la confundían con ella, que nunca antes había pasado, porque era bastante diferenciables. Daliah siempre había sido la que iba vestida como si el sol se hubiera posado en ella, MC era mucho más discreta, llevando colores de tierra o tonos azulados, no queriendo destacar.   —Deberías cambiar de estilo — Le decía siempre Daliah, animándola— Te verías radiante con un vestido de flores o uno con estampados de puntos.    Por desgracia, no pudo hacerla feliz llevando uno de esos vestidos. Porque ese día, llevaba una blusa y falda larga negra. Seguramente a su hermana no le hubiera gustado que en su funeral todos llevasen ese tono, pero era el modo de respetar a los que ya se habían ido. Se recogió el pelo en un moño, haciéndola parecer como si hubiera envejecido. Sí. Daliah se hubiera enfadado si la hubiera visto de esa forma.
Terminó de vestirse y llamaron a la puerta. Debían de ser sus amigos, que habían ido a buscarla para llevarla a la iglesia. Cuando abrió la puerta, no se esperó que fuera él el que estuviera en frente de ella.   —Hola MC —saludó Phil, con un traje negro.   — ¿Phil? —La joven negó con la cabeza, confusa— ¿Qué haces aquí?   —He querido venir a mostrar mis respetos —contestó el hombre, metiendo sus manos en los bolsillos de la chaqueta—. Sé que tú y yo nunca nos hemos llevado bien, pero por Daliah, quiero hacerle el favor de que hoy podamos enterrar el hacha de guerra.    MC asintió despacio y le dedicó una sonrisa pequeña.   —Pensé que no ibas a venir —dijo ella, frotándose el brazo del picor de la camisa. Esperaba no volver a ponérselo jamás.   —Daliah y yo… —hizo una pausa, sin saber si estaba bien contarlo o no en ese día— Nos llevábamos bien.   —Lo sé… Ella me lo dijo…   —Ah… entonces, me ahorro la historia —soltó una risa incómoda el joven de cabellos castaños—. Oye… Le he dicho a tus amigos que me ofrecía a llevarte a la iglesia, a modo de disculpas, pero solo si quieres-   —Sí, está bien —MC asintió, tragando saliva—. Me parece un buen gesto por tu parte.   —Como he dicho, quiero arreglar las cosas por ella —agachó la mirada. MC no se lo podía creer que de verdad Phil estaba dolido por la muerte de su hermana. Quizás sí que era cierto de que podía haber habido algo más que un simple revolcón—. Cuando estés lista, baja, estaré esperando en el coche.   —Vale… Y… Gracias Phil —hizo un esfuerzo por decir aquellas palabras—, por estar aquí por ella.   —De nada —Phil asintió, marchándose escaleras abajo.    MC cerró la puerta y tomó aire. Era le primera conversación decente que había tenido con él. Y ni si quiera él había intentado aprovecharse de la pobre hermana triste. No. Entendía perfectamente que no era el momento de sacar al chico que le encantaba flirtear.
Antes de marcharse, de nuevo fue al chat de Nymos, queriendo comprobar si funcionaba. Durante toda la semana, le había sido imposible tener acceso al programa. Era como si se hubiera bloqueado por completo. ----------------------------------------------------------------------------------------
MC Nymos, activa modo de guardado ----------------------------------------------------------------------------------------
Puso de nuevo el mismo comando, mientras se ponía a jugar a tirar de la tela de la blusa. ----------------------------------------------------------------------------------------
Nym-0s [Error de comando] ----------------------------------------------------------------------------------------
Se mordió el labio con fuerza. Primero Daliah y ahora Nymos. Aunque era un simple programa, siempre la había acompañado, le había guardado sus secretos, sus sentimientos en aquellas letras de música, analizando productos antes de comprar… Era un programa bastante útil, eso no lo negaba. Aparte de la seguridad-   —La seguridad… —susurró MC, mirando el chat— Ahora sí que ya no te siento a mi lado…    Cerró los ojos y suspiró, guardando el móvil en su bolso. Se había quedado sola. Abandonada. No Daliah... No Nymos… Cogió la chaqueta y las llaves del piso. No debía de perder más tiempo.
La iglesia estaba decorada de varias de las flores favoritas de Dalia, gerberas, hortensias, orquídeas… También había dalias, a petición de su madre. Una foto de ella y la última que se hizo decoraba la mesa presencial, junto con el ataúd. Ver la foto de antes de cambiar su cabello, le dio escalofríos a MC. Era como si estuviera viéndose a ella misma de no ser por el estilo de vestir de su hermana. Jessy la sujetó por los hombros, asintiendo mientras el resto también estaba detrás de ella, dándole ánimos. MC le devolvió el gesto, aceptando que estaban allí con ella.
Mientras el cura daba su discurso, se podía oír a su madre al lado de ella llorando, siendo abrazada por su padre.   —Lo sé Fiona… —dijo su padre a su esposa, que también él se le escapaba lágrimas— Yo también la echo de menos.    MC los miró un momento. Se suponía que un padre nunca debía enterrar a un hijo. Tenían que ser los hijos quien enterrase a los padres. El nudo en la garganta se hizo más fuerte.   —Y ahora, MC Gardner va a pronunciar unas palabras —el cura la miró y ella hizo el esfuerzo de levantarse.    MC miró a todos los presentes antes de hablar. Pareciera que no solo la familia, sino el pueblo entero estuvieran allí. Amigos y conocidos de Daliah, sus compañeros de clase y los de trabajo. Había abandonado a mucha gente.   —Daliah era… —MC se pasó la lengua por los labios, esforzándose por hablar. Era incapaz de hacerlo— Aunque ella era mi hermana, también era mi mejor amiga —continuó hablando, intentando que ese nudo se aflojara un poco—. Durante años, había sido una luchadora, era una persona fuerte que todo el mundo admiraba —se secó las pequeñas lágrimas que empezaron a brotar, le era imposible no evitar llorar—. Viendo a todos los presentes que hay aquí, puedo ver que marcó mucho en este pequeño pueblo y que ella era una gran amiga para muchos —dijo esto mirando tanto a sus amigos, Phil y los amigos de Daliah, Carter y Grace—, estoy segura de que lo único que ella ahora mismo nos diría, es que por qué hemos venido con una ropa tan horrible para su despedida —intentó bromear, sacando una risa en los presentes. Quería quedarse con lo bueno de su hermana—. Pero todos sabemos que su vida fue arrebatada de manera injusta —dijo con una voz dura— y que confiamos en que la policía de Rosenschwarz logre atrapar a quien le arrebató a Daliah, nuestra hermana, nuestra mejor amiga, una gran hija… —sintió un dolor en el pecho, como si fuera un cuchillo. Comenzó a llorar más y tuvo que volver a sentarse.    Recibió un abrazo desde atrás. Pudo reconocer un cabello rubio que vio al lado. Lilly. Tragó saliva, tratando de calmarse. Si no fuera porque estaba acompañada, quizás hubiera roto algo.
Fue peor de lo que pensaba. Su madre se arrodilló mientras bajaban el ataúd. Su padre intentaba levantarla, pero era como si se hubiera clavado en el suelo. MC se fijó en los presentes, ahora, un poco más íntimo, con personas más cercanas a Daliah. Reconoció algunos compañeros de clase, junto con Grace y Carter, que este último pasaba su brazo por los hombros de su novia, Jane. Era muy raro ver a Carter sin su sonrisa, al igual que Grace. En cambio, ver a Jane triste, era algo nuevo, sabía que era una joven de piedra. Logró ver a Mason, un chico con un gran ego y orgullo, coger la mano de Seo-ah, que no paraba de llorar. Sabía que era una chica muy sensible. Los conocía a todos, pero no es que fueran sus amigos. Después se fijó el Ralph, el chico que alguna vez había visto grabar en los centros comerciales para promocionar el pueblo. Era un artista con la cámara y había dedicado a hacer el montaje de vídeo con las fotos de Daliah. Todos y cada uno de ellos había formado parte de la vida de su hermana y le dolía verles tan mal.
Después se fijó en Elliot, mirando el ataúd como si fuera una sombra de sí mismo. Él había compartido dos años con Daliah. El dolor de alguien a quien una vez amó era algo que jamás podía olvidar.
Tras terminar, Grace se acercó a ella, dándole un gran abrazo. Sus ojos marrones estaban llenos de lágrimas, conto con un pelo desordenado por el viento.   —Lo siento MC —dijo Grace, arreglándose el cabello—, sé que tenía que haber ido a verte, pero… No podía hacerlo, eres…   —Lo sé —asintió MC, abrazándose a sí misma—, la viva imagen de Daliah.   —MC —Carter también se acercó, tampoco él parecía el mismo—, yo también quiero disculparme —dijo con voz suave y profunda—. No pude por tener que cuidar de mis hermanos.   —Lo entiendo —la joven de ojos azules, le dedicó una pequeña sonrisa—. Que estéis aquí ya lo hace importante.   —MC —Su padre se acercó y saludó a los amigos de Daliah con la mano—, nos vamos ya a casa ¿te llevamos?   —Pediré que me lleven —MC miró entonces a Carter y Grace— ¿Vais a venir?   —Jane no se encuentra bien —contestó Carter, mientras dirigió su mirada a su novia. Iba bien vestida de negro, como si a pesar de ser un funeral, tuviera que ir perfecta, aunque con las gafas de sol tapaba sus ojos rojos de llorar—, creo que la llevaré a casa.   —Yo sí que iré —dijo Grace, con una mueca—, tu madre no se encuentra bien, creo que me ofreceré a ir ayudar a tu padre con los invitados.   —Gracias… —los miró a los dos y se despidió de Carter con un abrazo.
La castaña se acercó al grupo, que estaban hablando en susurros, no queriendo alertar a la gente del pueblo.   — ¿Nos vamos a casa de mis padres? —preguntó MC, mirándolos.   —Sí, claro —asintió Thomas, con una mirada triste.    Phil también fue con ellos, abrazando a MC. Para el grupo, era raro verles así, pero ambos compartían algo en común y era el dolor de haber perdido a Daliah.   — ¿Cómo estás? —le preguntó Phil, aun sabiendo la respuesta.   —Con ganas de romper algo…   —No te cortes en hacerlo si lo necesitas —bromeó el joven, dándole un apretón cariñoso.    MC le dedicó una pequeña sonrisa a ese comentario. Si no fuera por respeto a su familia, ya lo hubiera hecho.
Cada vez se sentía más agobiada. Todo el mundo diciéndole lo mucho que lo sentía, el cómo su cara era parecida a la de Daliah. Claro que era parecida ¿Cuántas veces tenía que oírlo? Eran gemelas, eran como dos gotas de agua ¿Qué esperaban?
—Tú hermana era un encanto, siempre me saludaba con una sonrisa.
—Daliah era maravillosa, nunca habrá otra chica como ella.
—Ella era como un rayo de sol, siempre tan alegre.
—Debías de estar muy orgullosa de haber tenido una hermana como ella.
—Es una pena lo de tu hermana, ella siempre ofrecía su mano a ayudarnos.
Claramente eran vecinos y gente del pueblo que había tenido contacto con su hermana, pero su forma de hablar… Era como ellos no supieran que MC era la persona que mejor conocía a Daliah de ese salón. Todos hablaban como si MC nunca hubiera estado con ella en los mejores momentos y en los malos. El nudo de la garganta crecía y crecía. Cada vez más grande. Cada vez más doloroso. Y el puñal en su pecho iba sumándose a las palabras de toda esa gente que la comparaba con su hermana, que la hablaban como si ella… Como si ella nunca la hubiera conocido.  —Papá —se acercó la joven al hombre, que estaba hablando con el cura— ¿sabes si mamá tiene las llaves de repuesto de la tienda?   —Sí, pero ¿para qué las quieres?   —Porque acabo de recordar que me dejé algo en la tienda cuando Daliah y yo fuimos y con todo lo que ha pasado, se me olvidó… —dijo, mientras ponía su mejor cara de tristeza.   —Espera un momento, iré a por ellas.    Pronunció un pequeño gracias y se quedó mirando al cura.   —Tu discurso ha sido hermoso —le dijo el anciano, con una sonrisa.   —Gracias…   —MC, si necesitas desahogarte, ya sabes que la puerta de mi iglesia estará siempre abierta —el hombre le dio un apretón en el hombro—. Sé lo duro que debe de haber sido perder a Daliah, ella era… ¿Cómo decirlo? Un ángel enviado a darnos alegría.   —Sí —asintió MC—, era increíble…    Su padre regresó, dándole las llaves en la mano.   —Quédatelas —dijo Haines, cerrando su mano—, esto fue por ti, es tuyo —le dedicó una sonrisa a su hija y esta le dio un abrazo.    Entendía al menos a sus padres y su dolor, era el mismo que ella. Y al menos, no la agobiaban con lo maravillosa que era su hija, sino con pequeñas historias de las dos hermanas haciendo travesuras.   —Te quiero papá —MC le besó en la mejilla antes de alejarse.   —Ten cuidado ¿de acuerdo?   —Tengo una patrulla siguiéndome todo el rato —intentó bromear la chica—, no me pasará nada.    El padre asintió, dándole un último abrazo.   —Gracias por estar con nosotros MC —susurró, con una voz de orgullo—, recuerda, ella siempre te tuvo en cuenta.   —Lo sé…    MC se separó, alejándose de allí. No le dijo nada a sus amigos, necesitaba estar sola. Necesitaba respirar.
Llegó a la tienda y subió la persiana de metal, haciendo ruido. La calle estaba vacía, aún en luto por la pérdida de Daliah. El coche de incognito estaba a una distancia para no levantar sospecha y eso la aliviaba.
Al entrar, encendió las luces, observado el lugar. El sofá seguía allí. Perfectamente colocado. Dejó el bolso y a paso acelerado, se acercó a una de las estanterías de madera. Con un grito de rabia, la tiró al suelo. Comenzó a llorar mucho más fuerte, tirando cada una de las estanterías, dándole pisotones, rompiendo con fuerza la madera que parecía irrompible. Quizás era la adrenalina de su enfado, el sentir que Daliah la había abandonado. También tiró al suelo el mostrador de cristal, dejando que los cristales se esparcieran por el lugar.
Cogió un trozo de madera de una de las estanterías y comenzó a golpear las paredes con ella, destrozando los hermosos pájaros dorados pintados en la pared. Creando grandes grietas. Las mismas gritas que estaba sintiendo en su corazón en ese momento, empezando a romperse a trozos. Era increíble que después de veinte años, el pasado hubiera conseguido arrebatar a su hermana.   — ¡Tendríamos que estar juntas para siempre! —Gritó, dándole golpes a la lámpara de cristales— ¡Se suponía que tú no podías dejarme! ¡Eras mi heroína! ¡Eras la persona que más admiraba!    Se cubrió la cara apartándose un poco, para evitar que ningún cristal le diera en la cara.   — ¡Eras la fuerte de las dos! —Dio un golpe al escaparate, rompiéndolo— ¡Tú tendrías que seguir viva! ¡Yo fui la que le delato! ¡Yo fui la que le culpó! ¡¿Por qué fue a por ti?! ¡¿Por qué tuviste que morir Daliah?!    Se acercó al sofá, aún intacto. Levantó la madera, preparada para golpearlo y destrozarlo, dejarlo como todo.
Pero no pudo.
Recordó que había hablado con Daliah en ese sofá por última vez. Ese sofá era lo último que le quedaba de ella. Tiró a un lado la madera y cayó de rodillas. Llorando, gritando. Apoyó su cabeza en los asientos, apretando con sus manos el sofá. Diciendo el nombre de su hermana. Una y otra vez. Esperando que funcionase como un encantamiento y que apareciera por la puerta echándole la bronca por haber destrozado la tienda y luego, limpiarlo juntas.   —No deberías haber muerto….
    Se despertó con el sonido del móvil. Estaba recibiendo mensajes. Se incorporó un poco, intentando averiguar dónde estaba. Aún seguía en la tienda.
No supo el tiempo que había transcurrido que ya era de noche. Se levantó caminando a paso lento hacia el bolso, haciendo crujir los cristales con sus zapatos. Buscó en el bolso el móvil mientras escuchó otro sonido de notificación. Se secó las lágrimas y tomó aire antes de ver quién era. Suponía que debía de ser sus padres o sus amigos, preocupados por saber dónde estaba por lo tarde que era. Al encender el móvil, la respiración se le cortó.
Su corazón se aceleró, sintiendo tristeza al leer aquellos mensajes. La desesperación en ellos hizo que le doliera aún más lo sucedido. Pero esta vez, no era porque alguien hablase de su hermana de nuevo y lo horrible que era haberla perdido. Sino por ella. Por MC ----------------------------------------------------------------------------------------
Jake ¡MC! ¡DIME QUE ESTÁS BIEN! ¡POR FAVOR! ¡DIME QUE ESTÁS VIVA! ¡QUE NADIE TE HA MATADO! ¡QUE NO ESTÁS MUERTA!
Capítulo 4
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wgm-beautiful-world · 1 month ago
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equilibriumnatural · 11 months ago
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Parte de los tributos y sacrificios ofrecidos a las deidades Tláloc y Coatlicue.
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quandmeme · 2 months ago
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Hermenegildo Anglada-Camarasa, Dalias y otras flores. 1951.
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callejondelinfierno · 14 days ago
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lemurier · 1 month ago
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goalhofer · 2 months ago
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2024 olympics Mexico roster
Archery
Matías Grande (Ciudad Mexico)
Bruno Martínez (Ciudad Mexico)
Carlos Rojas (Ciudad Mexico)
Ángela Ruiz (Saltillo)
Alejandra Valencia (Hermosillo)
Ana Vázquez (Ramos Arizpe)
Athletics
José Doctor (Ciudad Mexico)
Ricardo Ortiz (Ciudad Mexico)
Jesús López (Hermosillo)
Noel Chama (Chipata)
Ever Palma (Zitácuaro)
Uziel Muñoz (Nuevos Casas Grandes)
Edgar Rivera (Ciudad Agua Prieta)
Erick Portillo (Cuauhtémoc)
Diego Del Real (Monterrey)
Alma Cortés (Monterrey)
Citlali Cristian (San Juan De Los Lagos)
Cecilia Tamayo (León De Los Aldama)
Paola Morán (Guadalajara)
Laura Galván (La Sauceda)
Margarita Hernández (Toluca De Lerdo)
Alegna González (Ojinaga)
Ilse Guerrero (Guadalupe)
Alejandra Ortega (Ciudad Mexico)
Badminton
Luis Garrido (Monterrey)
Boxing
Miguel Martínez (El Salto)
Marco Verde (Mazatlán)
Fátima Herrera (San Luis Potosí)
Citlalli Ortiz (Mexicali)
Canoeing
Sofía Reinoso (Tlapacoyan)
Karina Alanís (Monterrey)
Beatriz Briones (Tijuana)
Cycling
Ricardo Peña (La Paz)
Adair Gutierrez (Rincón De Romos)
Erika Rodríguez (Guadalajara)
Marcela Prieto (Aguascalientes)
Luz Gaxiola (Culiacán Rosales)
Yuli Verdugo (La Paz)
Jessica Salazar (Guadalajara)
Victoria Velasco (Monterrey)
Diving
Kevin Muñoz (León)
Osmar Olvera (Ciudad Mexico)
Juan Celaya (San Nicolás De Los Garza)
Kevin Berlín (Heroica Veracruz)
Randal Willars (Ciudad Mexico)
Alejandra Estudillo (Ixtacomitán)
Aranza Vázquez (La Paz)
Gabriela Agúndez (La Paz)
Alejandra Orozco (Zapopan)
Equestrian
Federico Fernández (Nopalucan)
Eugenio Garza (Monterrey)
Andrés Azcárraga (Ciudad Mexico)
Carlos Hank III (Ciudad Mexico)
Fencing
Gibrán Zea (Ciudad Mexico)
Golf
Carlos Ortiz (Dallas, Texas)
Abe Ancer (San Antonio, Texas)
Maria López (Ciudad Mexico)
María Fassi (Pachuca)
Gymnastics
Natalia Escalera (Ensenada)
Alexa Moreno (Mexicali)
Ahtziri Sandoval (Guadalajara)
Dalia Alcocer (Mérida)
Ana Flores (Saltillo)
Julia Gutierrez (Mérida)
Kimberley Salazar (Xalapa-Enríquez)
Adirem Tejada (Mérida)
Judo
Paulina Martínez (Guadalajara)
Prisca Awiti (London, U.K.)
Pentathlon
Duilio Carrillo (Guadalajara)
Emiliano Hernández (Cuernavaca)
Mariana Arceo (Guadalajara)
Mayan Oliver (Cuautitlán)
Rowing
Miguel Carballo (Ciudad Mexico)
Alex López (San Felipe)
Kenia Lechuga (Santiago)
Sailing
Mariana Aguilar (Ciudad Mexico)
Elena Oetling (Chapala)
Shooting
Carlos Quezada (Ciudad Mexico)
Edson Ramírez (Ciudad Victoria)
Goretti Zumaya (Salamanca)
Alejandra Zavala (Guadalajara)
Gabriela Rodríguez (Monterrey)
Surfing
Alan Cleland; Jr. (Boca De Pascuales)
Swimming
Jorge Iga (San Luis Potosí)
Paulo Strehlke (Cuernavaca)
Gabriel Castaño (Monterrey)
Miguel De Lara (Ciudad Torreón)
Regina Alférez (Ciudad Mexico)
Marla Arellano (Ciudad Mexico)
Itzamary González (Ciudad Mexico)
Luisa Rodríguez (Ciudad Mexico)
Jessica Sobrino (Houston, Texas)
Pamela Toscano (Ciudad Mexico)
Nuria Diosdado (Guadalajara)
Joana Jiménez (Ecatepec De Morelos)
Celia Pulido (Guanajuato)
Martha Gustafson (Toronto, Ontario)
Table tennis
Marcos Madrid (Heroica Puebla De Zaragoza)
Arantxa Cossío (Tototlan)
Taekwondo
Carlos Sansores (Chetumal)
Daniela Souza (Tijuana)
Triathlon
Aram Peñaflor (Toluco De Lerdo)
Crisanto Grajales (Xalapa-Enríquez)
Rosa Tapia (Ciudad Mexico)
Lizeth Rueda (Guadalajara)
Weightlifting
Janeth Gómez (Guadalajara)
Wrestling
Roman Bravo-Young (Tucson, Arizona)
Austin Gomez (Bloomingdale Township, Illinois)
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