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#flores dalias
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ALLIUM & DAHLIA FLOWERS
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zsorosebudphoto · 2 years
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Jardim de Santa Barbara, Braga, 12/10/22
Garden of Santa Barbara, Braga, 12/10/22
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equilibriumnatural · 4 months
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Descubre la historia y simbolismo de la Dalia, la Flor Nacional de México. Conoce sus variedades, usos medicinales y cómo ayudar al ambiente.
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da-theweird · 5 months
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Mis dalias han florecido
al tiempo que me llegó tu invitación.
Yo sé, yo sé...
Fue sólo por educación, ¿no?
No te preocupes, no pienso asistir.
Después de todo, una boda es una ocasión feliz.
¿Qué lugar tiene mi mirada triste ahí?
Les mandaré flores,
las que cultivé para olvidarme de ti,
y tal vez sea mejor
que sean lo último que recibas de mí.
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yelek-galleries · 1 year
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🔏Luise
El Lui 🤙
Luise nació acompañado jfkgglfk, y fue el trillizo del medio, fué criado con lo necesario,nunca le faltó nada, sólo que había un pequeño detalle,el niño era muy agresivo,desde que cumplió 1 año fue muy agresivo,pateaba a sus hermanas,las mordía,las jalaba del cabello y las empujaba pará tirarlas
Un día cuando tenía 6-7 años, salió de comprás con sus hermanas y sus padres,sus padres le dijeron a su hermana Neeve que llevará las comprás al carro, y los trillizos le hiba ayudando ,sin embargo unos extraños los atacaron y intentaron llevarse a los niños, Luise vió cómo Neeve trataba de que no se los llevarán ,así que dependía de el salvar a sus hermanas,cómo pudo se libro,sin embargo eso tuvo consecuencias, pues en ese momento manifestó su magia,cómo era muy joven para tanto poder,se le hizo una marca en el ojo izquierdo,cómo la de su padre,y aunque sintiera dolor pudo salvar a sus hermanas y en ese momento llegaron sus padres
Después de eso sí vida fue relativamente normal(?,su actitud cambió mucho,el chico ahora era amable, cariñoso, gracioso, un poquito pndejo, responsable, respetuoso y empático, incluso se volvió más cercano con sus hermanas, aunque no sabe porque Neeve era distante y algo grosera con el, pero igual, quiere mucho a sus hermanas
un día cuando cumplió 13 años, conoció a una chica llamada Dalia,está chica estaba teniendo problemas,al parecer algunas raíces no la dejaban caminar y fue a ayudarla,fue cuando se dió cuenta que está tenía flores en la mitad de la cara,y uno de sus ojos parecía aver sido reemplazado por una de éstas,el chico la ayudó y convivió con ella enterándose de su enfermedad o como ella lo llamaba "una maldición" , pasó el tiempo el chico sé convirtió en novio de Dalia,sin embargo Dalia era muy celosa y Medio tóxica y manipuladora
Así que después de 9 meses de relación la terminó, pues la gota que colmó el vaso fue qué Dalia le reprochará el estar más tiempo con sus hermanas que con ella, obviamente le dolió pues la quería mucho, pero tampoco hiba a soportar esos tratos, así que pasaron los meses,la superó y siguió con su vida normal
Hasta que un día conoció a una chica 👀, al ya saber que era dicha enfermedad decidió llevarla a su casa para ayudarla,sus hermanitas lo ayudaron y se empezaron a llevar bien con dicha chica, considerándola de la familia y mientras tanto Luise se hiba enamorado poquito a poquito
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newyorksquid · 10 months
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hello everynyan. please look at my danganronpa ocs
gyaru gal - ayame nakamura, ultimate surfer
science bitch - dalia stein, ultimate chemist
red and black guy - jean moreau, ultimate gambler
butterfly girl - lyria fonic, ultimate entomologist
sunglasses girl- carmen flores, the ultimate actress
the guy with the cloak - miles tavares, the ultimate paranormal investigator
lyria and miles are cousins
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Yo, en un poema de Rubén Darío
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? ¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar; ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida.) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe, (La princesa está pálida. La princesa está triste.) más brillante que el alba, más hermoso que abril! -«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-; en caballo, con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con un beso de amor»
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momoentinta · 2 years
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¿Por qué Momo?
Cuando era muy pequeña, en una de esas edades donde apenas estas entendiendo el mundo y ya te lo quieres comer porque te sientes muy fuerte, pero la verdadera fuerza esta en quienes nos rodean, aunque ahí aún no lo sepas, descubrí que me gustaba leer.
Mi mayor aventura era ir a las librerías y buscar algún libro que con su portada me emocionara, que tuviera dibujos lindos y que el relato de la contratapa me convenciera que era un libro con el cual podría entretenerme durante horas.
Tengo muy presente como llegó uno de mis primeros libros. Tendría como 8 años y mi padre me llevo a la librería Panamericana de un centro comercial, recorrí todos los estantes hasta hallar una portada con un niño y una capa, su contraportada empezaba con Santiago era un niño que quería volar. Listo, pónganmelo en el carrito a Aviador Santiago de Jairo Aníbal Niño.
Así empecé con otros de sus clásicos como Zoro, Dalia y Zazir, Razzgo, Indo y Zaz, y ahora que busco los títulos de los libros que fui leyendo me asombra la capacidad que tuvo Jairo para contar historias tan hermosas que me llenan el corazón de emoción. Sin duda, uno de mis favoritos La alegría de querer, poemario para niños, donde está el más hermoso y simple poema:
ME HACES UN FAVOR
-  ¿Me haces un favor?
-  ¿Qué clase de favor?
-  ¿Quieres tenerme mis avioncitos durante todo el recreo?
-  ¿Durante todo el recreo?
-  Si, es que tú eres mi cielo…
¿Cómo no vivir del amor por las letras si ya estoy flechada con este relato?
Pero este no es una historia de los libros que leí, o de como conocí a Jairo Aníbal en una Feria del Libro, porque lo conocí, hice la fila y le pedí que por favor me firmara uno de tantos libros que están en Colombia, en el mismo estante donde está mi libro más preciado y al que más cariño le tengo: Momo.
No recuerdo exactamente el momento en que esta novela de fantasía toco mis manos, mi madre es quien me recuerda que ella me la regalo, por recomendación, y para no sorpresa mía, de mi madrina. Me gustaría imaginarme el diálogo entre ellas pensando un libro que me fuera a gustar, pero eso está para un siguiente relato.
Momo es una pequeña sin edad, fue encontrada en un anfiteatro romano por algunas personas, y adoptada porque no tenía hogar, pareciera que hasta aquí te dan ganas de llorar de angustia, pero no, porque Momo es dulce, cree en la bondad de las personas, escucha atentamente cada una de las palabras de sus amigos y los sigue a todos lados para aprender de ellos.
Pero un día llegan los hombres grises, apurados por vivir la vida a toda velocidad, fumando flores, esto es literal porque sacan flores de sus trajes sobrios, las vuelven polvo y las enrollan en un papel para ser convertidas en cigarros, aspirando y dejando bocanadas de humo a su paso. Y con un dominio de convencimiento tan fuerte, logran apoderarse del tiempo de las personas, diciéndoles que lo que les toma 1 hora, esa tarea la pueden hacer en 10 minutos y “ahorrarse” 50 minutos de vida para hacer otras cosas.
Triste, real y tan sincero con la vida misma.
¿Imagínate yo una Lucia de 10 años descubriendo que la paciencia me salvaría de la decadencia? Mi cabeza explotó en ese momento, me dejó con la sensación que cada cosa tiene su tiempo, precioso, lento, a su ritmo.
La historia sigue con Momo caminando a paso muy, muy, muy lento, pero muy lento, al ritmo de Casiopea, una tortuga que la invita a conocer al maestro Hora, quien le explica que son las flores que fuman los hombres grises, y el mejor aliado para lograr vencerlos.
Me encantaría contarte la historia completa, me emociono cada vez que hablo de este libro a las personas que me preguntan ¿cuál es tu libro favorito? Y yo con mucha seguridad les digo: Momo de  Michael Ende, publicado en 1973. Seguro el nombre te suena, porque este señor escribió la famosa novela La historia interminable. Si, de ese pequeño que se adentra en el mundo de un libro.
Cada vez que puedo regreso a Momo, cada vez que me piden una recomendación digo Momo, y es por Momo que yo amo, o es uno de mis argumentos para decir que me gusta las letras, y asegurarles que es el libro que si o si tiene que estar sostenido en algunas manos de un chico, adulto, viejo y recordarse que la vida misma es paciente, que todos tenemos una Momo en nuestros corazones esperando a que entiendas que ese niño interior va a cumplir sus sueños. Paso a paso.
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lyon-amore · 1 year
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La mitad de mi Capítulo 3
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Capítulo 2
Al día siguiente, MC fue con sus amigos para ver a sus padres. No se atrevía ir sola. Además, así los conocía. Aunque también ellos habían estado en Rosenschwarz, nunca se los había presentado. Ya era hora de que los conocieran. Sabía que un coche de incógnito los seguía, vigilándola. Habían sido avisados de que eran sus amigos de Duskwood e incluso habían sido interrogados también, para estar seguros de que ninguno tenía que ver en el asesinato de Daliah. MC se había molestado, pero lo entendía. Era el protocolo, como Elliot le había dicho.
Se aproximaron a la casita con jardín y dalias plantadas. Las flores favoritas de su madre. Por eso Daliah se llamaba así. Una de las dos tenía que llevar ese nombre. Cuando llamó a la puerta, su padre abrió, recibiéndola con un abrazo fuerte. Era el abrazo más largo que jamás se habían dado.   —Papá, ellos son mis amigos de Duskwood —MC los presentó con la mano y el grupo saludó, intentando poner su mejor cara a pesar de que no era el mejor momento de sus vidas.   —Pasar —el padre se echó a un lado, invitándoles a entrar en la casa.    En fila, empezaron a entrar, mostrando sus respetos.
Les dejó que se sentasen en el sofá y ambos sillones a los lados. El señor Gardner los miró y los iba señalando.   —Thomas —dijo, acertando.   —Señor Gardner —Thomas se levantó para ofrecer la mano para saludar.   —Llamarme Haines —le dijo el hombre.    Se podía apreciar las ojeras. No había podido dormir. Incluso su aspecto, a pesar de haber pasado un día solo, parecía más envejecido. Pequeñas canas habían vuelto a aparecer y MC sabía que hacía poco se había teñido. El disgusto había hecho que aparecieran de nuevo. Ver a su padre en tal mal estado le partía el corazón.   —Tú debes de ser Dan ¿verdad? —señaló al otro hombre sentado en el sillón.   —El mismo —Dan se levantó del sillón, ofreciendo su manos—. Siento mucho lo sucedido, le acompaño en el sentimiento.   —Gracias hijo —asintió Haines, con una sonrisa triste.    Miró luego a las chicas, señalando a Jessy.   — ¿Cleo?   —No, ella es Cleo y yo soy Jessy —contestó la pelirroja, intentando no ofenderse, pero aceptando su saludo.   —Claro, lo siento —se disculpó el pobre hombre—. Encantado de conoceros a las dos —ofreció la mano después a Cleo.   —El placer es todo nuestro, señor —Cleo aceptó su mano, mirándole con compasión.    Por último, su mirada fue a parar a Lilly. Con ella no hacían falta las presentaciones, la conocía perfectamente. La chica que acusó a MC de secuestrar a su hermana. Se controló la rabia al verla, MC le contó que eso ya era cosa del pasado, que ambas eran buenas amigas y que entendían lo que sentían por ser hermanas también.   —Lilly… —dijo el padre, soltando un suspiro.    Lilly no dudó ni un segundo que se levantó del sofá a abrazarlo, llorando. Tanto por lo ocurrido con Daliah, como por haber hecho daño a la familia Gardner en el pasado con su falsa acusación. Haines acarició el cabello de la muchacha, tratándola como si fuera otra hija más, intentando calmarla con palabras tranquilizadoras. MC lo veía todo sentada en una silla que había traído para su padre y ella. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Se sentía un poco mejor viendo que no había rencor en su padre, que todo estaba bien entre ellos. Una vez que Lilly se calmó, volvió a sentarse, secándose las lágrimas, al mismo tiempo, Haines hizo lo mismo.   — ¿Y mamá? —preguntó MC, abrazándose a sí misma.   —Sigue en el cuarto —contestó su padre, abatido—. No ha comido nada todavía, ni se ha cambiado de ropa —pasó su mano por su cabello, con una mirada destrozada—. Esto está siendo demasiado duro para todos…   —Señor Gardner —empezó a decir Thomas—, estamos aquí para ayudar a su hija, pero también podemos ayudarle a usted y a su mujer si nos necesita.   —Sois muy amables —el padre los miró con orgullo—, también vosotros perdisteis a alguien ¿verdad?   —Sí, Richy —respondió Cleo con tristeza—, Michael Hanson se lo llevó con él…   —Maldito… —dijo entre dientes Haines.    Jessy y MC se miraron cómplices de aquella conversación. Que nombrasen a Richy ahora no se lo esperaba ninguna. Las gargantas les dolían por ocultar la verdad, pero era mejor que decirles que su amigo fue el hombre sin cara, el secuestrador de Hannah… La persona que los atormentó durante dos meses.   —Me hubiera gustado mucho conocerle —continuó el padre, con una sonrisa de orgullo—, Daliah me contó que se llevaba muy bien con MC-   —Papá… —MC se tapó la cara, avergonzada.    Para ella, Richy había sido un gran amigo. Bueno… En parte, había tenido su corazón un poco dividido, pero estaba claro que al final, un idiota la enamoró con mentiras.   — ¿Es que ellos no lo sabían? —señaló al grupo y MC negó con la cabeza.    Claro, Daliah no había podido mantener la boca cerrada, tenía que haber contado los romances de su hermana.   —Richy era un buen hombre —Dan sonrió, mirando a MC y luego a Haines—, le hubiera hecho gracia sus tonterías.   —Seguro que sí.   —Papá, ¿te han dicho algo más la policía? —cambió el tema MC, para evitar sentirse más culpable.    El hombre asintió, cruzándose de brazos.   —Al parecer, el móvil de Daliah aún no ha aparecido —contestó con un tono de molestia—. La casera les dio una copia de llaves a la policía para entrar en su piso, pero no encontraron nada —miró al grupo, también hablándoles a ellos—, tampoco estaba en la tienda de cosmética en donde trabajaba, al parecer, fue antes de ir a clase porque tenía que pedir días libres para preparar el proyecto de clase.   —Entiendo… —MC se puso a pensar.    Era muy raro que todas sus cosas no estuvieran en el piso, lo que significaba, que el que la mató, tenía sus pertenencias.
¿Quizás como trofeo? La sola idea de que el asesino lo tenía para regocijarse en su éxito en matarla le revolvió el estómago.   —Seguro que aparecerá —MC le dio un apretón cariñoso en el hombro, a lo que el hombre le hizo lo mismo al apretar luego su mano.   — ¿Daliah? —una voz femenina y ronca se hizo presente en el salón.    Todos se giraron y vieron a una mujer de cabellos castaños enmarañados, con una mirada perdida. MC se levantó de la silla, pero su madre se acercó a ella para abrazarla con fuerza, llorando.   — ¡Daliah! ¡Mi pequeña Daliah! —Decía la mujer entre sollozos— ¡Estás viva! ¡Mi niña! ¡Sabía que no era cierto que estabas muerta! ¡Lo sabía!    MC empezó a respirar con dificultad. Sabía que ella no había visto a Daliah con el nuevo cambio y que quizás todavía no había visto la foto de perfil. La había confundido con ella. Al igual que su padre con la voz. Ahora mismo, MC era la sombra de su hermana.   — ¡Yo sabía que estabas bien! ¡Que el dolor que sentía no era porque te había pasado algo! —La mujer colocó las manos en las mejillas de su hija, mirándola a los ojos— ¡Mírate! ¡Tu piel rosada! ¡Tus ojos vivos! ¡Es mi pequeña Daliah!   —Mamá… —MC cogió sus manos, mirándola con dolor ahora ella— No soy Daliah…   —Sí, sí que lo eres-   —Mamá, soy MC —habló despacio la castaña—. Daliah ya no…. —se pasó la lengua por los labios y notó el sabor a sal. Había comenzado a llorar.   — ¡No! —gritó su madre. Un grito desgarrador— ¡No, NO! ¡No mi pequeña Daliah! ¡No ella! ¡No Daliah!    Se agarró con fuerza a MC, a lo que su padre se unió con ellas. El grupo observó a la familia, sintiendo un gran dolor al verlos. Estaba claro que nunca se iban a recuperar de esta pérdida.
Cuando se marcharon, decidieron dar un paseo por el pueblo, intentando tomar un poco el aire. Necesitaban hablar en lo que sabían.   —Así que, no se sabe dónde está el móvil —dijo Jessy, mirando a MC— ¿Pero no tienen forma de localizarlo?   —Supongo que si nadie contesta, no son capaces de localizarlo —contestó la joven, negando con la cabeza—, o no sé, nunca sé cómo funciona estas cosas.   —Seguro que en ese móvil debe de haber algo de información sobre el chico que conoció —Thomas los miró y luego miró a MC— ¿Crees que podrías contactar con Jake?    La castaña de ojos azules se mordió el interior de la mejilla, negando con la cabeza.   —Lo siento, no puedo —miró al grupo, esta vez, no hablaba desde la rabia—, eliminé su contacto, además, no sé su número de teléfono.   —Por desgracia, mis mensajes a Jake ya no llegan —habló Lilly, mirando al grupo con un gran nudo en la garganta—, cada vez que le envío algo, los mensajes me saltan como error.   —Perfecto, para una vez que sí queremos contactar con Hackerman, él decide que es mejor no hablar con él.   —Bueno —Jessy se encogió de hombros—, no es como si el FBI nos preguntase a todos sobre él…    MC suspiró. Que malos momentos pasó en aquellos interrogatorios. Las mismas preguntas una y otra vez. Queriendo que soltase que sí conocía a Jake. Pero no lo lograron. Fue leal a él hasta el final, Pero tonta de ella, pensando que volvería a hablarlos para darles las gracias por no contarles nada de él. Su chat desapareció por un momento, lo recordó perfectamente. Cuando el FBI se marchó de Duskwood, regresó. Pero no él. Jake no regresó.   —Bueno, igualmente, mejor dejárselo a la policía esta vez —MC continuó caminando, queriendo dejar literalmente atrás el tema—, Elliot logrará averiguar qué pasó, estoy segura de ello.   —A todo esto ¿de qué os conocíais Elliot y tú? —Preguntó Cleo, curiosa— Si se puede saber.   —Eso —Jessy la miró, poniendo una sonrisa bastante pícara. O al menos, lo intentaba, no queriendo ofender a su amiga por el luto de la muerte de su hermana— ¿Erais pareja o algo así?   —No, yo no —la joven de ojos azules negó con la cabeza—, Elliot y Daliah salieron unos dos años, pero cortaron, nunca me contó el motivo.   —Vaya con Daliah, no escogía mal a los chicos —comentó Cleo, arqueando las cejas.   —Se acostó con Phil dos veces… —dijo MC molesta.   —Vaya, lo siento…   — ¡Ey! Es mi hermano del que hablamos —defendió Jessy a Phil.   —Seguro que van de broma, Jessy —intentó Dan calmarla, pasando un brazo por los hombros de la pelirroja.    El chico miró a Cleo, Lilly y MC y negó con los labios, como si les dijera que no hicieran caso.   —Dan… Sé que estás haciendo —Jessy habló molesta, mirándole mal.   —Lo siento preciosa, no estaba diciendo nada malo.    La escena logró sacar a MC una risa. Una pequeña. Aunque seguía aún dolida, estar con ellos hacía la situación más soportable.
Aquella noche, MC recibió un mensaje de su padre. Ya habían terminado de hacer la segunda autopsia y que muy pronto podrían enterrar a Daliah. Le pasó el número de flores que tenía que pedir en la floristería para el funeral de su hermana. Cuanto antes empezasen a prepararlo todo, antes podrían honrar la memoria de su hermana.
Fue al chat de Nymos, y, como siempre, empezó a usarlo como notas personales. ----------------------------------------------------------------------------------------
MC Nymos, activa modo guardado
Nym-0s [Error de comando] ----------------------------------------------------------------------------------------
  — ¿Qué? —MC miró el chat confusa— ¿Qué sucede? ----------------------------------------------------------------------------------------
MC Nymos, modo de guardado
Nym-0s [Error de comando] ----------------------------------------------------------------------------------------
  —Estupendo… —dejó el móvil a un lado, apartándose el cabello de la cara— Ahora tiene que estropearse el programa…    Se notaba que había dependido demasiado de Nymos. Intentó no ponerse nerviosa, volviendo a coger el móvil y examinar si todas las notas anteriores y sus letras y música seguían guardados en los archivos.
En efecto, todo seguía en su sitio.
La duda era ¿por qué ahora? ¿Por qué tenía que fallar en ese momento? Cogió el móvil y usó el bloc de notas que el móvil ofrecía, copiando el mensaje de su padre. Sonó el timbre y se levantó despacio, mirando antes por la mirilla. Por mucha vigilancia que tuviera, intentaba ser precavida. Soltó un suspiro al ver que era Elliot. Abrió la puerta y movió la mano a modo de saludo.   —Hola… —la joven saludó, más tranquila.   —Quería decirte que me toca a mí hacer el relevo —dijo Elliot, explicando con tranquilidad—, así que cualquier cosa que necesites, llámame que estaré abajo.   —Vale, gracias…   —Oh y… —el rubio la miró directamente a los ojos, a lo que MC le incomodó un poco. Pensaba que otra persona intentaba ver a través de ella a Daliah— Ya está hecha la segunda autopsia, ya podéis enterrar a Daliah.   —Lo sé —MC se cruzó de brazos, evitando mirarle a los ojos—, me lo acaba de decir mi padre.    Elliot asintió, dando pequeños golpes al marco de la puerta.   —Bueno, eso es todo —asintió, mirando a MC por última vez—. Que pases una buena noche.   —Gracias…    Cerró la puerta despacio, soltando un largo suspiro. Tenía miedo que tras morir Daliah, ahora todos la mirasen como si fuera ella, porque no lo era. Daliah era una persona increíble, la mejor que existía.
Ella no se iba a convertir en la sustituta de su hermana.
Cada cosa que hacía aquella semana para preparar el funeral, terminaba llorando. No importaba dónde o quién le acompañase, sus lágrimas no paraban de caer. Había momentos que sí que parecía contenerse, pero al hablar de las cosas que le gustaban a Daliah para prepararlo, como su canción favorita o su color favorito, pequeños detalles, hacían que empezase a recordar los momentos felices. ¿Cómo habían sido capaz de arrebatar su vida? ¿Después de tener una vida normal? ¿Por qué tuvo que regresar a terminar lo que ella le impidió? Tendría que haber ido por ella, no por Daliah. Fue ella quien le detuvo en sus planes, fue ella la que gracias a su testimonio, metieron a Janis Krebs en la cárcel. Daliah no tendría que haber muerto. Si no ella.
Tenía que hacerlo. Tenía que mirarse en el espejo ese día. Había llegado el día. El funeral.
Mientras se miraba, observó que debajo de sus ojos se podían apreciar unas grandes ojeras. De tanto llorar por las noches, había hecho que le era imposible dormir. Miró su maquillaje y negó ponerse cualquier cosa para taparlas ¿de qué serviría si sabía que cuando se lo quitase iban a estar ahí? ¿Y por qué tapar que estaba sufriendo? Todo el pueblo lo sabía. Todo el mundo sabía su dolor y se acercaban a ella dándole el pésame porque su hermana hubiera muerto. Algunos incluso a veces se equivocan y la llamaban Daliah al verla cruzar por la calle, al cabo de unos segundos disculpándose, recordando que ella ya no estaba. Era un dolor en el pecho que no se iba cada vez que la confundían con ella, que nunca antes había pasado, porque era bastante diferenciables. Daliah siempre había sido la que iba vestida como si el sol se hubiera posado en ella, MC era mucho más discreta, llevando colores de tierra o tonos azulados, no queriendo destacar.   —Deberías cambiar de estilo — Le decía siempre Daliah, animándola— Te verías radiante con un vestido de flores o uno con estampados de puntos.    Por desgracia, no pudo hacerla feliz llevando uno de esos vestidos. Porque ese día, llevaba una blusa y falda larga negra. Seguramente a su hermana no le hubiera gustado que en su funeral todos llevasen ese tono, pero era el modo de respetar a los que ya se habían ido. Se recogió el pelo en un moño, haciéndola parecer como si hubiera envejecido. Sí. Daliah se hubiera enfadado si la hubiera visto de esa forma.
Terminó de vestirse y llamaron a la puerta. Debían de ser sus amigos, que habían ido a buscarla para llevarla a la iglesia. Cuando abrió la puerta, no se esperó que fuera él el que estuviera en frente de ella.   —Hola MC —saludó Phil, con un traje negro.   — ¿Phil? —La joven negó con la cabeza, confusa— ¿Qué haces aquí?   —He querido venir a mostrar mis respetos —contestó el hombre, metiendo sus manos en los bolsillos de la chaqueta—. Sé que tú y yo nunca nos hemos llevado bien, pero por Daliah, quiero hacerle el favor de que hoy podamos enterrar el hacha de guerra.    MC asintió despacio y le dedicó una sonrisa pequeña.   —Pensé que no ibas a venir —dijo ella, frotándose el brazo del picor de la camisa. Esperaba no volver a ponérselo jamás.   —Daliah y yo… —hizo una pausa, sin saber si estaba bien contarlo o no en ese día— Nos llevábamos bien.   —Lo sé… Ella me lo dijo…   —Ah… entonces, me ahorro la historia —soltó una risa incómoda el joven de cabellos castaños—. Oye… Le he dicho a tus amigos que me ofrecía a llevarte a la iglesia, a modo de disculpas, pero solo si quieres-   —Sí, está bien —MC asintió, tragando saliva—. Me parece un buen gesto por tu parte.   —Como he dicho, quiero arreglar las cosas por ella —agachó la mirada. MC no se lo podía creer que de verdad Phil estaba dolido por la muerte de su hermana. Quizás sí que era cierto de que podía haber habido algo más que un simple revolcón—. Cuando estés lista, baja, estaré esperando en el coche.   —Vale… Y… Gracias Phil —hizo un esfuerzo por decir aquellas palabras—, por estar aquí por ella.   —De nada —Phil asintió, marchándose escaleras abajo.    MC cerró la puerta y tomó aire. Era le primera conversación decente que había tenido con él. Y ni si quiera él había intentado aprovecharse de la pobre hermana triste. No. Entendía perfectamente que no era el momento de sacar al chico que le encantaba flirtear.
Antes de marcharse, de nuevo fue al chat de Nymos, queriendo comprobar si funcionaba. Durante toda la semana, le había sido imposible tener acceso al programa. Era como si se hubiera bloqueado por completo. ----------------------------------------------------------------------------------------
MC Nymos, activa modo de guardado ----------------------------------------------------------------------------------------
Puso de nuevo el mismo comando, mientras se ponía a jugar a tirar de la tela de la blusa. ----------------------------------------------------------------------------------------
Nym-0s [Error de comando] ----------------------------------------------------------------------------------------
Se mordió el labio con fuerza. Primero Daliah y ahora Nymos. Aunque era un simple programa, siempre la había acompañado, le había guardado sus secretos, sus sentimientos en aquellas letras de música, analizando productos antes de comprar… Era un programa bastante útil, eso no lo negaba. Aparte de la seguridad-   —La seguridad… —susurró MC, mirando el chat— Ahora sí que ya no te siento a mi lado…    Cerró los ojos y suspiró, guardando el móvil en su bolso. Se había quedado sola. Abandonada. No Daliah... No Nymos… Cogió la chaqueta y las llaves del piso. No debía de perder más tiempo.
La iglesia estaba decorada de varias de las flores favoritas de Dalia, gerberas, hortensias, orquídeas… También había dalias, a petición de su madre. Una foto de ella y la última que se hizo decoraba la mesa presencial, junto con el ataúd. Ver la foto de antes de cambiar su cabello, le dio escalofríos a MC. Era como si estuviera viéndose a ella misma de no ser por el estilo de vestir de su hermana. Jessy la sujetó por los hombros, asintiendo mientras el resto también estaba detrás de ella, dándole ánimos. MC le devolvió el gesto, aceptando que estaban allí con ella.
Mientras el cura daba su discurso, se podía oír a su madre al lado de ella llorando, siendo abrazada por su padre.   —Lo sé Fiona… —dijo su padre a su esposa, que también él se le escapaba lágrimas— Yo también la echo de menos.    MC los miró un momento. Se suponía que un padre nunca debía enterrar a un hijo. Tenían que ser los hijos quien enterrase a los padres. El nudo en la garganta se hizo más fuerte.   —Y ahora, MC Gardner va a pronunciar unas palabras —el cura la miró y ella hizo el esfuerzo de levantarse.    MC miró a todos los presentes antes de hablar. Pareciera que no solo la familia, sino el pueblo entero estuvieran allí. Amigos y conocidos de Daliah, sus compañeros de clase y los de trabajo. Había abandonado a mucha gente.   —Daliah era… —MC se pasó la lengua por los labios, esforzándose por hablar. Era incapaz de hacerlo— Aunque ella era mi hermana, también era mi mejor amiga —continuó hablando, intentando que ese nudo se aflojara un poco—. Durante años, había sido una luchadora, era una persona fuerte que todo el mundo admiraba —se secó las pequeñas lágrimas que empezaron a brotar, le era imposible no evitar llorar—. Viendo a todos los presentes que hay aquí, puedo ver que marcó mucho en este pequeño pueblo y que ella era una gran amiga para muchos —dijo esto mirando tanto a sus amigos, Phil y los amigos de Daliah, Carter y Grace—, estoy segura de que lo único que ella ahora mismo nos diría, es que por qué hemos venido con una ropa tan horrible para su despedida —intentó bromear, sacando una risa en los presentes. Quería quedarse con lo bueno de su hermana—. Pero todos sabemos que su vida fue arrebatada de manera injusta —dijo con una voz dura— y que confiamos en que la policía de Rosenschwarz logre atrapar a quien le arrebató a Daliah, nuestra hermana, nuestra mejor amiga, una gran hija… —sintió un dolor en el pecho, como si fuera un cuchillo. Comenzó a llorar más y tuvo que volver a sentarse.    Recibió un abrazo desde atrás. Pudo reconocer un cabello rubio que vio al lado. Lilly. Tragó saliva, tratando de calmarse. Si no fuera porque estaba acompañada, quizás hubiera roto algo.
Fue peor de lo que pensaba. Su madre se arrodilló mientras bajaban el ataúd. Su padre intentaba levantarla, pero era como si se hubiera clavado en el suelo. MC se fijó en los presentes, ahora, un poco más íntimo, con personas más cercanas a Daliah. Reconoció algunos compañeros de clase, junto con Grace y Carter, que este último pasaba su brazo por los hombros de su novia, Jane. Era muy raro ver a Carter sin su sonrisa, al igual que Grace. En cambio, ver a Jane triste, era algo nuevo, sabía que era una joven de piedra. Logró ver a Mason, un chico con un gran ego y orgullo, coger la mano de Seo-ah, que no paraba de llorar. Sabía que era una chica muy sensible. Los conocía a todos, pero no es que fueran sus amigos. Después se fijó el Ralph, el chico que alguna vez había visto grabar en los centros comerciales para promocionar el pueblo. Era un artista con la cámara y había dedicado a hacer el montaje de vídeo con las fotos de Daliah. Todos y cada uno de ellos había formado parte de la vida de su hermana y le dolía verles tan mal.
Después se fijó en Elliot, mirando el ataúd como si fuera una sombra de sí mismo. Él había compartido dos años con Daliah. El dolor de alguien a quien una vez amó era algo que jamás podía olvidar.
Tras terminar, Grace se acercó a ella, dándole un gran abrazo. Sus ojos marrones estaban llenos de lágrimas, conto con un pelo desordenado por el viento.   —Lo siento MC —dijo Grace, arreglándose el cabello—, sé que tenía que haber ido a verte, pero… No podía hacerlo, eres…   —Lo sé —asintió MC, abrazándose a sí misma—, la viva imagen de Daliah.   —MC —Carter también se acercó, tampoco él parecía el mismo—, yo también quiero disculparme —dijo con voz suave y profunda—. No pude por tener que cuidar de mis hermanos.   —Lo entiendo —la joven de ojos azules, le dedicó una pequeña sonrisa—. Que estéis aquí ya lo hace importante.   —MC —Su padre se acercó y saludó a los amigos de Daliah con la mano—, nos vamos ya a casa ¿te llevamos?   —Pediré que me lleven —MC miró entonces a Carter y Grace— ¿Vais a venir?   —Jane no se encuentra bien —contestó Carter, mientras dirigió su mirada a su novia. Iba bien vestida de negro, como si a pesar de ser un funeral, tuviera que ir perfecta, aunque con las gafas de sol tapaba sus ojos rojos de llorar—, creo que la llevaré a casa.   —Yo sí que iré —dijo Grace, con una mueca—, tu madre no se encuentra bien, creo que me ofreceré a ir ayudar a tu padre con los invitados.   —Gracias… —los miró a los dos y se despidió de Carter con un abrazo.
La castaña se acercó al grupo, que estaban hablando en susurros, no queriendo alertar a la gente del pueblo.   — ¿Nos vamos a casa de mis padres? —preguntó MC, mirándolos.   —Sí, claro —asintió Thomas, con una mirada triste.    Phil también fue con ellos, abrazando a MC. Para el grupo, era raro verles así, pero ambos compartían algo en común y era el dolor de haber perdido a Daliah.   — ¿Cómo estás? —le preguntó Phil, aun sabiendo la respuesta.   —Con ganas de romper algo…   —No te cortes en hacerlo si lo necesitas —bromeó el joven, dándole un apretón cariñoso.    MC le dedicó una pequeña sonrisa a ese comentario. Si no fuera por respeto a su familia, ya lo hubiera hecho.
Cada vez se sentía más agobiada. Todo el mundo diciéndole lo mucho que lo sentía, el cómo su cara era parecida a la de Daliah. Claro que era parecida ¿Cuántas veces tenía que oírlo? Eran gemelas, eran como dos gotas de agua ¿Qué esperaban?
—Tú hermana era un encanto, siempre me saludaba con una sonrisa.
—Daliah era maravillosa, nunca habrá otra chica como ella.
—Ella era como un rayo de sol, siempre tan alegre.
—Debías de estar muy orgullosa de haber tenido una hermana como ella.
—Es una pena lo de tu hermana, ella siempre ofrecía su mano a ayudarnos.
Claramente eran vecinos y gente del pueblo que había tenido contacto con su hermana, pero su forma de hablar… Era como ellos no supieran que MC era la persona que mejor conocía a Daliah de ese salón. Todos hablaban como si MC nunca hubiera estado con ella en los mejores momentos y en los malos. El nudo de la garganta crecía y crecía. Cada vez más grande. Cada vez más doloroso. Y el puñal en su pecho iba sumándose a las palabras de toda esa gente que la comparaba con su hermana, que la hablaban como si ella… Como si ella nunca la hubiera conocido.  —Papá —se acercó la joven al hombre, que estaba hablando con el cura— ¿sabes si mamá tiene las llaves de repuesto de la tienda?   —Sí, pero ¿para qué las quieres?   —Porque acabo de recordar que me dejé algo en la tienda cuando Daliah y yo fuimos y con todo lo que ha pasado, se me olvidó… —dijo, mientras ponía su mejor cara de tristeza.   —Espera un momento, iré a por ellas.    Pronunció un pequeño gracias y se quedó mirando al cura.   —Tu discurso ha sido hermoso —le dijo el anciano, con una sonrisa.   —Gracias…   —MC, si necesitas desahogarte, ya sabes que la puerta de mi iglesia estará siempre abierta —el hombre le dio un apretón en el hombro—. Sé lo duro que debe de haber sido perder a Daliah, ella era… ¿Cómo decirlo? Un ángel enviado a darnos alegría.   —Sí —asintió MC—, era increíble…    Su padre regresó, dándole las llaves en la mano.   —Quédatelas —dijo Haines, cerrando su mano—, esto fue por ti, es tuyo —le dedicó una sonrisa a su hija y esta le dio un abrazo.    Entendía al menos a sus padres y su dolor, era el mismo que ella. Y al menos, no la agobiaban con lo maravillosa que era su hija, sino con pequeñas historias de las dos hermanas haciendo travesuras.   —Te quiero papá —MC le besó en la mejilla antes de alejarse.   —Ten cuidado ¿de acuerdo?   —Tengo una patrulla siguiéndome todo el rato —intentó bromear la chica—, no me pasará nada.    El padre asintió, dándole un último abrazo.   —Gracias por estar con nosotros MC —susurró, con una voz de orgullo—, recuerda, ella siempre te tuvo en cuenta.   —Lo sé…    MC se separó, alejándose de allí. No le dijo nada a sus amigos, necesitaba estar sola. Necesitaba respirar.
Llegó a la tienda y subió la persiana de metal, haciendo ruido. La calle estaba vacía, aún en luto por la pérdida de Daliah. El coche de incognito estaba a una distancia para no levantar sospecha y eso la aliviaba.
Al entrar, encendió las luces, observado el lugar. El sofá seguía allí. Perfectamente colocado. Dejó el bolso y a paso acelerado, se acercó a una de las estanterías de madera. Con un grito de rabia, la tiró al suelo. Comenzó a llorar mucho más fuerte, tirando cada una de las estanterías, dándole pisotones, rompiendo con fuerza la madera que parecía irrompible. Quizás era la adrenalina de su enfado, el sentir que Daliah la había abandonado. También tiró al suelo el mostrador de cristal, dejando que los cristales se esparcieran por el lugar.
Cogió un trozo de madera de una de las estanterías y comenzó a golpear las paredes con ella, destrozando los hermosos pájaros dorados pintados en la pared. Creando grandes grietas. Las mismas gritas que estaba sintiendo en su corazón en ese momento, empezando a romperse a trozos. Era increíble que después de veinte años, el pasado hubiera conseguido arrebatar a su hermana.   — ¡Tendríamos que estar juntas para siempre! —Gritó, dándole golpes a la lámpara de cristales— ¡Se suponía que tú no podías dejarme! ¡Eras mi heroína! ¡Eras la persona que más admiraba!    Se cubrió la cara apartándose un poco, para evitar que ningún cristal le diera en la cara.   — ¡Eras la fuerte de las dos! —Dio un golpe al escaparate, rompiéndolo— ¡Tú tendrías que seguir viva! ¡Yo fui la que le delato! ¡Yo fui la que le culpó! ¡¿Por qué fue a por ti?! ¡¿Por qué tuviste que morir Daliah?!    Se acercó al sofá, aún intacto. Levantó la madera, preparada para golpearlo y destrozarlo, dejarlo como todo.
Pero no pudo.
Recordó que había hablado con Daliah en ese sofá por última vez. Ese sofá era lo último que le quedaba de ella. Tiró a un lado la madera y cayó de rodillas. Llorando, gritando. Apoyó su cabeza en los asientos, apretando con sus manos el sofá. Diciendo el nombre de su hermana. Una y otra vez. Esperando que funcionase como un encantamiento y que apareciera por la puerta echándole la bronca por haber destrozado la tienda y luego, limpiarlo juntas.   —No deberías haber muerto….
    Se despertó con el sonido del móvil. Estaba recibiendo mensajes. Se incorporó un poco, intentando averiguar dónde estaba. Aún seguía en la tienda.
No supo el tiempo que había transcurrido que ya era de noche. Se levantó caminando a paso lento hacia el bolso, haciendo crujir los cristales con sus zapatos. Buscó en el bolso el móvil mientras escuchó otro sonido de notificación. Se secó las lágrimas y tomó aire antes de ver quién era. Suponía que debía de ser sus padres o sus amigos, preocupados por saber dónde estaba por lo tarde que era. Al encender el móvil, la respiración se le cortó.
Su corazón se aceleró, sintiendo tristeza al leer aquellos mensajes. La desesperación en ellos hizo que le doliera aún más lo sucedido. Pero esta vez, no era porque alguien hablase de su hermana de nuevo y lo horrible que era haberla perdido. Sino por ella. Por MC ----------------------------------------------------------------------------------------
Jake ¡MC! ¡DIME QUE ESTÁS BIEN! ¡POR FAVOR! ¡DIME QUE ESTÁS VIVA! ¡QUE NADIE TE HA MATADO! ¡QUE NO ESTÁS MUERTA!
Capítulo 4
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alencastriquimis · 2 years
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Sonatina
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya
una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavosreales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Orientela
libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de
Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas
fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere Ser mariposa
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
—Rubén Darío.
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goalhofer · 2 days
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2024 olympics Mexico roster
Archery
Matías Grande (Ciudad Mexico)
Bruno Martínez (Ciudad Mexico)
Carlos Rojas (Ciudad Mexico)
Ángela Ruiz (Saltillo)
Alejandra Valencia (Hermosillo)
Ana Vázquez (Ramos Arizpe)
Athletics
José Doctor (Ciudad Mexico)
Ricardo Ortiz (Ciudad Mexico)
Jesús López (Hermosillo)
Noel Chama (Chipata)
Ever Palma (Zitácuaro)
Uziel Muñoz (Nuevos Casas Grandes)
Edgar Rivera (Ciudad Agua Prieta)
Erick Portillo (Cuauhtémoc)
Diego Del Real (Monterrey)
Alma Cortés (Monterrey)
Citlali Cristian (San Juan De Los Lagos)
Cecilia Tamayo (León De Los Aldama)
Paola Morán (Guadalajara)
Laura Galván (La Sauceda)
Margarita Hernández (Toluca De Lerdo)
Alegna González (Ojinaga)
Ilse Guerrero (Guadalupe)
Alejandra Ortega (Ciudad Mexico)
Badminton
Luis Garrido (Monterrey)
Boxing
Miguel Martínez (El Salto)
Marco Verde (Mazatlán)
Fátima Herrera (San Luis Potosí)
Citlalli Ortiz (Mexicali)
Canoeing
Sofía Reinoso (Tlapacoyan)
Karina Alanís (Monterrey)
Beatriz Briones (Tijuana)
Cycling
Ricardo Peña (La Paz)
Adair Gutierrez (Rincón De Romos)
Erika Rodríguez (Guadalajara)
Marcela Prieto (Aguascalientes)
Luz Gaxiola (Culiacán Rosales)
Yuli Verdugo (La Paz)
Jessica Salazar (Guadalajara)
Victoria Velasco (Monterrey)
Diving
Kevin Muñoz (León)
Osmar Olvera (Ciudad Mexico)
Juan Celaya (San Nicolás De Los Garza)
Kevin Berlín (Heroica Veracruz)
Randal Willars (Ciudad Mexico)
Alejandra Estudillo (Ixtacomitán)
Aranza Vázquez (La Paz)
Gabriela Agúndez (La Paz)
Alejandra Orozco (Zapopan)
Equestrian
Federico Fernández (Nopalucan)
Eugenio Garza (Monterrey)
Andrés Azcárraga (Ciudad Mexico)
Carlos Hank III (Ciudad Mexico)
Fencing
Gibrán Zea (Ciudad Mexico)
Golf
Carlos Ortiz (Dallas, Texas)
Abe Ancer (San Antonio, Texas)
Maria López (Ciudad Mexico)
María Fassi (Pachuca)
Gymnastics
Natalia Escalera (Ensenada)
Alexa Moreno (Mexicali)
Ahtziri Sandoval (Guadalajara)
Dalia Alcocer (Mérida)
Ana Flores (Saltillo)
Julia Gutierrez (Mérida)
Kimberley Salazar (Xalapa-Enríquez)
Adirem Tejada (Mérida)
Judo
Paulina Martínez (Guadalajara)
Prisca Awiti (London, U.K.)
Pentathlon
Duilio Carrillo (Guadalajara)
Emiliano Hernández (Cuernavaca)
Mariana Arceo (Guadalajara)
Mayan Oliver (Cuautitlán)
Rowing
Miguel Carballo (Ciudad Mexico)
Alex López (San Felipe)
Kenia Lechuga (Santiago)
Sailing
Mariana Aguilar (Ciudad Mexico)
Elena Oetling (Chapala)
Shooting
Carlos Quezada (Ciudad Mexico)
Edson Ramírez (Ciudad Victoria)
Goretti Zumaya (Salamanca)
Alejandra Zavala (Guadalajara)
Gabriela Rodríguez (Monterrey)
Surfing
Alan Cleland; Jr. (Boca De Pascuales)
Swimming
Jorge Iga (San Luis Potosí)
Paulo Strehlke (Cuernavaca)
Gabriel Castaño (Monterrey)
Miguel De Lara (Ciudad Torreón)
Regina Alférez (Ciudad Mexico)
Marla Arellano (Ciudad Mexico)
Itzamary González (Ciudad Mexico)
Luisa Rodríguez (Ciudad Mexico)
Jessica Sobrino (Houston, Texas)
Pamela Toscano (Ciudad Mexico)
Nuria Diosdado (Guadalajara)
Joana Jiménez (Ecatepec De Morelos)
Celia Pulido (Guanajuato)
Martha Gustafson (Toronto, Ontario)
Table tennis
Marcos Madrid (Heroica Puebla De Zaragoza)
Arantxa Cossío (Tototlan)
Taekwondo
Carlos Sansores (Chetumal)
Daniela Souza (Tijuana)
Triathlon
Aram Peñaflor (Toluco De Lerdo)
Crisanto Grajales (Xalapa-Enríquez)
Rosa Tapia (Ciudad Mexico)
Lizeth Rueda (Guadalajara)
Weightlifting
Janeth Gómez (Guadalajara)
Wrestling
Roman Bravo-Young (Tucson, Arizona)
Austin Gomez (Bloomingdale Township, Illinois)
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DAHLIAS - ALLIUMS
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shikitstubasibrary · 3 days
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Track 25: Wrist cutter
Frente la tumba de Rinne, se encontraba la familiar figura de un demonio contemplando silenciosamente. Suspiró, extendiendo su mano de la que salió fuego negro que luego se trasformó en un largo pergamino.
—Ameguchi… —tachó su nombre de la lista.
El pergamino desapareció. Estiró su mano para retirar el sello.
Rinne flotaba detrás suyo.
—¿Vienes a por mí? —estaba emocionada de volverle a ver.
—No cariño, llevarme a los muertos no es mi trabajo, solo los localizo en mi tiempo libre. —se dio la vuelta— Le hago un favor a Azazel —puso sus manos en su frente, inclinándola hacia atrás— le molestan los niños que no regresan a casa en O—bon.
—Nadie me ha llamado…
—Lo sé, estás atrapada entre los vivos. —habló con pena— Por ello necesito ver tu pasado, siempre hay alguien que te puede ayudar, si te quedas aquí jamás podrás reencarnar.
—Vivir es doloroso.
—O peor, algún onmyoji podría erradicarte, eres un onryo al fin y al cabo.
Rinne frunce el ceño, pensaba que Takumi era un amigo.
—Si se te ha permitido seguir aquí es porque tan solo tuviste mala suerte pequeña tonta —sonrió, por supuesto que sabía de aquel acontecimiento— Te prometo que la siguiente será mejor.
Los ojos de Rinne quedaron en blanco.
- ͙۪۪̥˚┊❛ ❜┊˚ ͙۪۪̥◌
—¿Te gusta? —llevaba el cabello recogido con un par de horquillas con flores rojas, sandalias de madera altas y un yukata en negros y grises con detalles que dejaban ver que se trataba de un estilo juvenil, usando un par de aretes de iolita.
—He estado esperando a usarlo todo el año.
Mientras tanto, Tama y Oswald llevaban ropa más casual.
—Te verías mejor si variaras de colores… —estaba ligeramente sonrojado.
—¡Espera! —se puso en medio de ambos— ¡No me avisaste que vendrías en yukata Ame!
—Lo olvidé…
—Jo…
Revisó su móvil.
—Papá ya debe estar en el festival. —tomó la mano de Rinne— Deberíamos tomar un taxi para llegar más pronto.
—¿Por qué tenemos que ir si podemos hacer algo en casa? se llena más que los festivales locales, qué pereza… —bufó.
—Es más divertido ver los fuegos artificiales de cerca que desde tu casa, son cosas que debes aprovechar mientras eres joven, Tama —comentó Rinne—, además, en el O—bon no puedes saber quién está vivo y quién no.
—Es solo una leyenda…
—Es real.
—Ah, los he encontrado.
Dalia y la Rinne fantasma les veían desde unos metros más lejos
—¿Es tu pareja? Parece un buen chico.
Asintió
—Lo era, parecía un ángel. —se sentía extraño luego de días poder tocar el suelo con sus transparentes pies.
—¿Quieres saber una forma de reconocer un ángel? Siempre llevan una pulsera o collar con su nombre escrito en runas.
—Oz nunca llevó de esos... quizás no lo era. —decepcionada.
—Es muy difícil encontrar ángeles rebeldes fuera de Thanatos —dijo— aunque te puedo asegurar que este es humano, los ángeles tienen terminantemente prohibido formar relaciones no profesionales con vosotros.
—¿Por qué?
Retiró su capucha, dejando ver su cabellera negra.
—Las emociones humanas les contaminan, un ángel debe mantener su pureza a toda costa. —señaló— Para ser adorados por una gran parte del mundo, ellos realmente odian a los humanos.
Dejó ir una pequeña risa.
—Es extraño… mi parte favorita del O—bon era adivinar quién era el fantasma, ahora yo me he convertido en uno. —se paró frente a su yo pasada que esperaba a los otros sentada sobre una manta de picnic, con una mirada melancólica.
—No es como si pudieras distinguir la diferencia para empezar.
Rinne frunce el ceño.
—¿Echas de menos vivir?
—No, la Rinne de antes era infeliz.
Tama llegó a hacerle compañía.
—¿Cómo te imaginas el fin del mundo?
—¿De nuevo con eso? —suspiró fastidiada— No lo sé, prefiero algo que no se sienta, como quedarse dormido y darte cuenta de que… no hay un mañana.
—Vamos a morir juntas, Shinobu. —la chica le miró con un brillo peculiar en los ojos— Mientras nadie mira.
—Ya te he dicho que no lo haré.
—Tenía el presentimiento de que ese sería mi último día. —comentó— No le había dicho a nadie en casa que había salido a vaguear el último día de O—bon. —rio algo forzada, dejando que más de su cabello ocultara su rostro— Ni siquiera en casa me libraba de las montañas de trabajo sinsentido, era infinito e injusto… yo era una simple estudiante que quería tener una juventud normal.
—Los humanos son estúpidos por naturaleza.
—Esperaba que Shinobu me detuviese, Oz estaba muy ocupado con su otra hermana. —empezó a caminar rodeando a la Tama del recuerdo— Mas en el fondo sabía que «salvación» era algo imposible para un humano tan caótico como yo.
—Así que eras consciente.
—Claro que lo era, no es una bonita experiencia presenciar tu propia autodestrucción.
—Heh, esperaba que le echaras la culpa a algún ayakashi.
—Ellos nunca tuvieron culpa, yo misma cavé mi propia tumba.
—¿Por qué siempre me rechazas Shinobu?
—¡Porque no quiero morirme como tú! —se puso de pie— ¡¿Por qué siempre lo arruinas?!
—Pero mientras vivía, no estaba segura si realmente yo misma perdí la cabeza, o los ayakashi me influenciaron. —puso sus manos alrededor del cuello de Tama sin poder tocarlo— Pero desde que Oz me reveló su secreto descubrí que su adorable hermana tenía una bonita cara, tan bonita que la quería hacer pedazos. —su cuello se quebró hacia un costado, con una mirada sombría, sangre le brotó de la boca— Devolverla al basurero de donde vino y romper cada una de sus extremidades.
Los onryo son verdaderamente interesantes.
—¡Cada vez que intento arreglar las cosas entre nosotras tú…!
—Conseguí una foto, ¿quieres verla?
—¿Ah? —dio un paso hacia atrás.
Acomodó su cuello.
—Agradezco que Yamanbagiri cumpliera su promesa.
Sacó una foto pequeña de su obi, que le mostró.
—Oz siempre dice que reaccionas en su contra porque podría ser similar a tu verdadero padre, pero no se parecen en nada.
Solo se podía ver su repentina expresión horrorizada.
—Yo te quiero Shinobu, eres mi mejor amiga. —acortó sus distancias— La oportunidad que te ofrezco de largarnos para siempre de este mundo miserable es solo para ti.
Tiritaba de repentino terror.
—Anda, ven conmigo… te lo ruego.
Apartó la mano que sostenía de foto.
—¡ALÉJATE! —cubrió sus oídos cerrando fuertemente los ojos— ¡LÁRGATE, VETE, MUERE DE UNA VEZ! —gritó a todo pulmón— ¡MUÉRETE!
Cuando la gente empezó a rodearlas, Rinne desistió.
—Adiós, Shinobu. —hizo una reverencia.
—¿Crees que me hubiera salvado si te seguía? —miró a Dalia.
—No lo sé, la isla ya estaba ahí cuando Jacques y yo llegamos. —se acercó un poco más— Nosotros solo fundamos Thanatos, la isla les muestra su camino a aquellos sin un hogar por sí sola, nosotros simplemente guiamos a quienes no lo encuentran —explicó— Como hace Azazel con los muertos —rio— Thanatos no es para nada la entropía que vosotros, niños benditos se imaginan, es solo un poblado más. No depende de nosotros cómo lleváis su nueva vida.
—¡¿A qué ha venido todo eso?! —el mapache le seguía camino a casa.
Rinne se limitaba a caminar.
—Calla.
—¿Por qué no te disculpas?
—Esa amistad solo se mantenía gracias a Oz, le hice tantos males que una disculpa ya habría perdido su validez.
Al entrar en casa se encontró con su padre.
—¿Dónde estabas?
—Aún si hubiese tenido la suerte de no encontrarlo, me habría matado al día siguiente.
—Con que estaba planeado.
—Le entregué un pergamino a Akihiko, le dije que no lo abriera o se lo mostrara a Yamanbagiri si en los próximos tres días regresaba a su templo.
—¿Un testamento doble eh?
Habían regresado al festival.
—¿Por qué volvimos? —dijo extrañada— Pensé que veías mis recuerdos.
—Nah, solo usé tu último día como una referencia, estamos en el pasado. —sonrió.
—¿Todos pueden hacer eso en la isla?
—Nope, Jacques le otorgó este poder al único inmortal de la isla, mientras yo le entregué el poder de viajar entre mundos a la segunda familia con más dinero de la isla.
—¿Quién es la primera?
—La yakuza —respondió sin chistar.
—¿Tama? —la atención de la pequeña niña fue llamada al verle estática con el pie encima de retazos de algún tipo— ¿Qué ocurre?
Ésta le miró con los ojos bien abiertos tan pálidos como papel, en un largo silencio.
—¿Quién es Tama…? —murmuró.
—Eres tú, Tama…Tama… Tamago. —sonrió— ¿O era Tama…Tama… Tamashii?
—Ya veo, eres Chris… —pareció volver.
—¡Solo hay una Chris en todo Kioto y soy yo!
Mentira.
—Eres irreconocible con ese yukata. —rio.
—¿Dónde está Rinne? —se ladeó hacia un costado notando que la chica no estaba.
—Dijo que esperaría ahí. —parpadeó, recordando lo que había dicho— Iré a buscarla… —caminó a paso apresurado.
Oz venía tras su hermana.
Miró al suelo, pudiendo entonces ver lo que había estado pisando.
—Una foto… —reconoció su silueta casi al instante— ¿Cómo lo ha…? —siguió a su hermana más joven que tenía intención de ir tras de Tama, solo para detenerla tomando su brazo— Escucha Christine, espera a papá allí. —señaló a la manta— Yo buscaré a Rinne, necesito hablar con ella.
—Vale..
Antes de seguir a Tama se tomó un momento para recoger los retazos.
—Lo siento… —bajó la mirada, mordiendo su labio hasta sangrar— Fui una egoísta. —pequeñas lágrimas aparecieron.
Dalia pareció interesada por la repentina reacción sentimental.
—Es hora.
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—Te he hecho una pregunta.
Volvieron a su hogar.
—Oswald me invitó al festival. —su voz se quebró.
Rinne cubrió sus ojos con una mano, ocultándose tras la mujer demonio.
—No quiero ver esto…
—Debes estudiar para las pruebas de recuperación de verano, recuerdo haberte prohibido perder el tiempo con ese extranjero en este momento.
—¡No reduzcas a Oswald a solo un extranjero!
—Solo te recuerdo tus obligaciones, tienes todo el tiempo del mundo para tener novios luego de graduarte de una buena universidad.
—¿Entonces por qué me habéis comprometido con alguien de la familia Fujiwara? Él mismo me lo confesó, estamos al borde de la quiebra. —baja la mirada— ¿Cuántas cosas más me han de arrebatar?
Apoyó su cabeza contra la espalda de Dalia sosteniendo su capa con fuerza, su boca, ojos y brazo volvieron a sangrar.
—Para ellos solo era un humano de caucho, una herramienta, un mísero empleado más a pesar de compartir su sangre… le daban una mejor vida a un pedazo de mierda como mi primo antes que a mí. —su rabia desbordaba— Con una excusa tan descarada como que «querían lo mejor para mí» ¡NO ME JODAN!
La mujer demonio tan solo observaba en silencio sin mostrar emoción alguna.
—Si dijera que me quiero morir… ¿Qué harías? —su cuerpo entero temblaba.
—¿Estás bromeando? —revisó la hora en su reloj— No tengo tiempo para esto, debo volver a una junta ahora, hablemos de esto después. —se dirigió hacia la puerta.
—¡ME QUIERO MORIR!
—Deja de hablar sinsentidos Rinne, recuerda que mañana se reanudan tus clases extra. —cerró la puerta sin despedirse.
Había llegado al límite. Sintiendo cómo los últimos pedazos de su cristalino ser se perdían, retiró su peinado, dejando caer una de las horquillas.
—¿Mañana…? —su rostro estaba a rebosar de lágrimas— No habrá un mañana.
En la lejanía, sonaron los fuegos artificiales. Un montón de yokai aparecieron a su alrededor.
—Lo único que esperaba de ellos era un «te detendría» como Shinobu y Oz, mi mayor error fue confiar en ellos hasta el último momento. —se había calmado, mas aún caía sangre de sus heridas— Era tan ingenua.
—Si con palabras no sois capaces de entender, en ese caso tendré que crear evidencia física. —reía de forma nerviosa, caminando a tropezones hasta la cocina.
—¿Qué haces dulce niña? —preguntó uno de los yokai.
—No dañes tu piel por un humano tonto. —dijo otro.
—A ellos les importabas.
—Lo sé.
Tomó el primer cuchillo que se pudo alcanzar.
—¡RINNE DETENTE! —Yamanbagiri reaccionó yendo a morderle un poco más arriba del tobillo.
—¡SUELTA! —le golpeó contra la encimera, haciendo que le soltara.
Quedó aturdido.
—¡No lo entiendes! —más lágrimas rodaban por sus mejillas— ¡No hay vuelta atrás, aunque esté mejor con Oz aún tengo que verles la cara, jamás me permitirán liberarme del maldito compromiso!
—Aún si contactasteis con algún dios menor que me saque estos demonios de encima, tengo que volver a esta misma casa… —sus ojos se volvían a llenar de lágrimas mientras repetía las palabras de su yo pasada.
—¡Volver a la misma escuela! —golpeó el mesón— ¡Ir a la universidad que ellos digan, casarme con quien ellos digan, trabajar en el sitio que ellos digan…!
—Mientras esa maldita escoria humana puede disfrutar de tantos lujos le dé la gana, tener la vida que me han arrebatado.
—¡Si él no hubiera interferido en mi vida aún tendría a mis amigas de secundaria, no esta falsa imagen de furcia!
—He tenido que soportar un millón de mensajes insultantes de gente que ni siquiera conozco pidiendo que desaparezca, si hablara de eso con Oswald se sentirá culpable, si le digo a mis padres se lo tomarán como una broma.
—¡SHINOBU ES LA VERDADERA FURCIA! —gritó— ¡AQUELLAS FOTOS QUE CIRCULARON POR LA ESCUELA ERAN FALSAS, NO ERA YO! De haber mantenido la estúpida boca cerrada, no sabría nada ¡NO LES HUBIERA AYUDADO YO A BUSCAR UN PROFESIONAL, PERO LO HICE!
—Porque tengo que ser una buena niña…
—¡SIEMPRE TENGO QUE SER UNA BUENA NIÑA! Y aún así, todo lo que recibí a cambio fue a esa basura manchando mi reputación por una broma de mal gusto, ser vendida como moneda de intercambio a una familia todavía más rica… que incluso la persona que me ame me abandone por alguien más.
—Rinne…
Gritó hasta que sus pulmones y garganta dolieran.
—No les damos estos poderes a cualquiera porque todos tienen algo de qué arrepentirse y se desesperan por cambiar. —rompió su silencio— Más allá del caos que crearían por la saturación de realidades paralelas… todos en la isla son como nuestros hijos, si les diésemos este poder a ellos, nunca crecerán. —se dio la vuelta para verle a la cara— Gente como tú por muy quebrantada que esté, terminaría por encontrar un lugar mientras tenga la voluntad de hacerlo.
—Gracias. —sonrió— ¿Crees que… si le daba una oportunidad a Fujiwara podría…?
Encoge los hombros— la conexión entre un onmyoji y un bendito es inevitable, pero incluso así no todos son de fiar. —fue sincera— Supongo que has oído de aquel gemelo Minamoto.
Asiente.
—Akihiko mandó a Takumi a atacarme porque estaba asustado…. —recuerda— entonces Yamanbagiri… —se giró un momento— Señorita, si alguna vez regreso, por favor detenme… no quiero dañar más a Oswald, ni a él ni a su familia…
—Como dije niña, ese no es mi trabajo.
—Lo que has dicho antes, alguien me informó. —comenta— La mayoría de benditos acaba con su propia vida o mueren en accidentes, casi nadie hace tal esfuerzo como planear su último día.
—¿Y ese alguien fue…?
—Minamoto no Shiromaru, me habló de los crímenes que su gemelo cometió contra algunos benditos, porque no había sido el único.
Las marcas de su cuello aparecieron. En un parpadeo habían avanzado unos minutos en el tiempo.
—¿No dirás nada? —tan solo se fijó en los pies de su cuerpo inerte y la carta con un lazo rojo tenía algunas manchas de sangre a unos metros de éste.
El piso tenía rastros de sangre que dejó su brazo herido.
—Hemos vivido por muchos siglos, no soy tan vieja como una deidad o tan joven como cualquier criatura mística en la que puedas pensar —dijo— perdimos la empatía que alguna vez sentíamos por este mundo exterior que quisimos conocer.
Vio a Oswald entrar con los ojos abiertos de par en par.
—¿Rinne…? —se fijó en la carta, que se apresuró en leer.
«Querido Oz.
Quiero creer que somos astronautas. Eres mi sol, mi luna, mi todo.
Como cualquier alma joven, nos prometimos las estrellas… pero cariño, tú ya eras la mía.
Y yo… estaba lastimosamente muy lejos de ti, lejos de una salida razonable.
A pesar de todo, me enseñaste que podía ser más que una inútil herramienta insensible.
Créeme que lo he intentado, pero mi verdadero yo solo te hacía feliz a ti.
He sido consumida por mi propia mentira, por este odio incontrolable hacia el mundo.
Me disculpo si tienes que ver este mensaje escrito con un bolígrafo rojo.
Supongo que entiendes el mensaje, ¿no? Ésta era la única forma de ser libre.
Lo siento, por favor no me olvides.»
Lágrimas cayeron sobre la hoja.
—Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento… —Tama estaba en una esquina de la habitación, sosteniendo su cabeza con ambas manos— Por favor perdóname, perdóname…
—Lo sabía… —caminó hacia ella— Shinobu…
—Le he matado… le he matado…
—¿Con que la única manera eh…? —deja salir una sonrisa pícara— no eres más que una manipuladora, Rinne…
—Incluso en un momento como este sigues siendo tan noble. —pero ella estaba distraída con la figura de su ser amado.
—Shinobu… no ha sido tu culpa. —le abrazó.
Intentó apartarle.
—No me toques… aléjate... —parecía no ser capaz de reconocerle— Suéltame… suéltame… —seguía forcejando.
Se soltó, sosteniendo sus manos.
—Tranquila, te llevaré a casa, yo me encargo del resto.
—Con eso me basta. —chasqueó sus dedos, una ráfaga de hojas blancas intervino entre ellas y el escenario del que eran testigos.
Habían vuelto. Dalia volvió a cubrir su cabeza con la caperuza de inmediato.
—¿Terminaste?
Hizo aparecer una berenjena con palillos como patas en una de sus manos.
—Quiero que busques a este tal Oswald y le entregues esto. —en sus manos le dio el objeto.
—¿Para qué?
—¿No es obvio? Como ya dije antes, no podrás regresar si alguien no te envía. —golpeó su cabeza— Normalmente si Azazel fuera el que lo haría, esto no sería necesario, pero como su asistente, debo ceñirme a las costumbres de cada país.
—¿Te vas?
Asiente.
—Espero volver a vernos cuando regreses, aunque depende de una conveniencia de escritor que vuelvas a estar relacionada con esta gente. —Se echó a reír— Adiós, Rinne querida.
Se marchó a pie, tal vez buscando otra tumba.
𓆝 𓆟 𓆞 𓆝
Canciones incluidas:
▶ Wrist cutter ( リストカッター) Tonbo ft. Gumi
▶Please give me a red pen (赤ペンおねがいします) siinamota ft. Hatsune Miku
▶ I should die (しねばいいのに) DobuUsagi ft. Kaito
▶ Happy days, Ghost ft. Maika
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equilibriumnatural · 9 months
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Parte de los tributos y sacrificios ofrecidos a las deidades Tláloc y Coatlicue.
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yo-sostenible · 24 days
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Un estudio internacional, en el que participa el Real Jardín Botánico, revela que la familia de las asteráceas conforma el grupo de plantas más diverso en islas, con la evolución de muchas especies nuevas en un corto periodo de tiempo. La espada plateada de Haleakalā (Argyroxiphium sandwicense) se encuentra únicamente en la isla de Maui y crece en lo alto de las laderas superiores del volcán inactivo Haleakalā. / Forest y Kim Starr La familia de las asteráceas, al que pertenecen las margaritas y los girasoles, son el grupo de plantas con flores con mayor número de especies en el mundo. Cuenta con alrededor de 34 000 clases, donde se incluyen nombres tan populares como alcachofa, manzanilla, dalia y lechuga. Esta familia exhibe una gran biodiversidad en los continentes y también es un componente icónico de la flora de muchas islas remotas como Canarias, Galápagos, Mauricio y Polinesia. En concreto, las asteráceas incluyen algunas de las especies insulares más espectaculares con adaptaciones inusuales desde las magarzas o margaritas canarias (Argyranthemum), las palomeras canarias (Pericallis), las aceitillas (Bidens) de las islas del Pacífico, las espadas plateadas (Argyroxiphium) de Hawaii y las margaritas gigantes (Scalesia) de las islas Galápagos. El equipo del Jardín Botánico de Madrid lleva una década investigando las causas de la evolución de este último género endémico de las Galápagos.  Las margaritas con sus numerosas formas son un ejemplo de manual de biodiversidad en islas. Sin embargo, hasta ahora no había sido posible obtener una síntesis completa de la biología insular de esta familia de plantas, debido a su enorme diversidad y a muchas lagunas técnicas y metodológicas. Una base de datos global Para afrontar este desafío, un equipo de botánicos y biólogos evolutivos, entre los que participa el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Real Jardín Botánico (RJB) Pablo Vargas, ha compilado y analizado una nueva base de datos global de distribución e historia evolutiva que cubre todas las especies de Asteráceas de todas las islas del mundo. Su estudio, publicado en Nature Communications, muestra que Asteráceas es la familia de plantas más diversa también en las islas volcánicas u oceánicas. La investigación ha descubierto que hay más de 6 000 especies de Asteráceas nativas de las islas, casi el 60 % de las cuales se encuentran exclusivamente en islas.  A pesar de la enorme diversidad de la familia de plantas, los autores encontraron que la distribución global y la diversidad de especies de esta familia siguen lo previsto por las teorías evolutivas históricas más importantes. Por ejemplo, las islas más grandes y aisladas albergan un mayor número de especies únicas. Muchas de estas especies están en peligro crítico de extinción y se conocen solo por unos pocos individuos silvestres supervivientes en lugares inaccesibles de las islas.  Un patrimonio valioso Un hallazgo sorprendente de la investigación es que los científicos identificaron docenas de radiaciones de especies insulares potencialmente no descubiertas en Asteráceas en muchas islas de todo el mundo. “Las radiaciones evolutivas son eventos biológicos espectaculares por los que se producen numerosas especies en un espacio de tiempo muy limitado, es decir de ‘tan solo’ unos pocos millones de años”, explica Pablo Vargas. “Para ello un solo antepasado común tuvo que colonizar una isla, establecerse con éxito para después dar origen a muchas especies nuevas que a menudo difieren dramáticamente en tamaño, forma, hábitat y otras características”, añade Las radiaciones más conocidas en las islas son pequeños grupos de aves como los pinzones de Galápagos de las islas con el mismo nombre o los mieleros de Hawaii. Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que una sola familia, como la Asterácea, puede albergar un número récord de radiaciones de especies en islas de todo el mundo. El análisis de mil...
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labrecha · 2 months
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Equipo de Gimnasia Rítmica Culmina en 12va Posición en París
Equipo de #GimnasiaRítmica Culmina en 12va Posición en #JuegosOlímpicos #París
Paris / Agosto 9 de 2024.- El equipo mexicano de gimnasia rítmica finalizó en la posición 12 en los Juegos Olímpicos al sumar 57.500 puntos, calificación que las dejó fuera de la final all around de París 2024, Ana Sofía Flores Valdez, Dalia Alcocer, Julia Gutiérrez y Kimberly Salazar vivieron el sueño de participar en la máxima justa deportiva a nivel mundial. Presentación 5 aros Fue la primera…
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