#es que está tan cerca pero tan lejos....
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Volviéndome completamente loco en mí recinto
#mi cerebro se empecinó y obsesionó con la cirugía y entro en un lockdown de sólo poder pensar en eso y en Nada Más#es que está tan cerca pero tan lejos....#y pasa que mis dos opciones son pensar en el futuro (la operación es en diciembre y tengo que Esperar y no está pasando Ahora Mismo)#o pensar en el presente (esta semana sí o sí le voy a tener que contar a toda mi familia que me voy a operar.#permanecer firme y no dar lugar a debate)#y bueno las dos cosas me dan muchísima ansiedad#aaaaaaaaaaa#no quiero más tetaaaaaassssss bastaaaaaaaa por favooooooorrrrrrrrr no puedo masssssssss#que se termine esta tortura por dioooooooooossssssss
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Enzo diciendo “di ahhhh” antes de escupirte en la boca, okay, too much
Kinktober, Día 18: Spit Kink
"No contestar" es una regla que ignorás constantemente.
No importa qué tan comprensivo sea Enzo o cuánto se esfuerce para desescalar las situaciones que provocás, dándote tiempo de reflexionar o prometer enmendar tus errores, no, siempre insistís con tu mal comportamiento hasta que le resulta imposible ignorarlo. Y siempre termina de la misma manera.
-¿Me vas a pedir perdón?- pregunta mirándote fijamente. Tu mirada está cargada de furia, una furia nacida de la facilidad con la que te redujo y de la posición en la que te mantiene sin esfuerzo, pero está lejos de sentirse intimidado-. ¿No...?
La presión de sus dedos sobre tu lengua crece y la fuerza de tus manos en su muñeca, también, pero no es suficiente para forzarlo a liberarte. Él permanece inamovible, sereno, contemplando cómo tu saliva corre por el dorso de su mano, manchando también tu mentón y cayendo sobre tus muslos.
-No aprendés nunca, ¿no?
Cerrás los ojos con fuerza cuando tu garganta se contrae violentamente sobre las puntas de sus dedos. Él intenta disimular la pequeña risa de satisfacción que deja sus labios, como siempre, porque todavía cree ser bueno en fingir que odia castigarte. Perdiste la cuenta de todas las veces que dijo "Esto me duele más que a vos" mientras era portador de una erección.
Esta vez no es la excepción.
Retira sus dedos de tu boca. Estás convencida de que va a limpiarlos en tu mejilla, como suele hacer cuando quiere humillarte, pero en su lugar los lleva directamente hacia tu entrada; no hace comentarios sobre tu excitación goteando sobre la madera oscura de su escritorio, tampoco pregunta una última vez si te arrepentís, sólo llena tu interior con sus tres dedos cubiertos de tu saliva.
El sonido de tu voz rota cuando te quejás hace que su miembro palpite y esto sólo empeora cuando ve tu expresión, tu boca abierta en una mueca de dolor, un hilo de saliva cayendo y brillando con la tenue iluminación de la habitación. Es la primera vez luego de muchas horas en que parecés comprender el lugar que te corresponde y la vulnerabilidad en tu lenguaje corporal lo provoca aún más.
-Duele.
-Perdón, mi amor- susurra antes de inclinarse para besar tu frente. Tus ojos llenos de lágrimas brillan tanto o más que tus labios-. Es tu culpa...
El calor de su otra mano en tu cuello llega junto con el movimiento de sus dedos, que se deslizan entre tus estrechas y cálidas paredes con un ritmo brutal, con el sonido del constante golpe de sus estocadas -el talón de su mano resonando contra tus pliegues, en parte, y estimulando dolorosamente tu clítoris- y tu humedad haciéndote gemir y llorar por la frustración.
Tus manos duelen por la fuerza con la que te sujetás del borde del escritorio y con el correr de los minutos te resulta cada vez más difícil tener un pensamiento coherente. No estás segura del motivo, puede ser la cantidad de tiempo que pasó desde que comenzó el castigo, por la consecuente segregación de hormonas, o como un producto de la asfixia.
Levantás la mirada cuando escuchás tu nombre.
-Abrí- ordena Enzo. Endereza su postura y se inclina sobre tu rostro, observando complacido cuando por fin obedecés una orden-. Sacá la lengua y dec��...
Obedecés instantáneamente y él escupe una cantidad obscena de saliva en tu boca. Normalmente es una bendición, pero hay algo en su mirada y en su postura que te hace creer que no estás cerca de librarte de esto.
-No podés tragar- alzás ambas cejas y como respuesta vuelve a escupir. Algunas gotas manchan tu mentón y tu mejilla-. Así vas a aprender a no contestarme.
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader#kinktober#kinktober 2024
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Pole Position (Formula 1 x lectora)
Resumen: Abu Dhabi marcaba el final de un ciclo, pero el inicio de muchos otros. Tanto fuera como frenreo de la pista.
~ Capitulo anterior Capítulo siguiente ~
Masterlist de capítulos
Masterlist de mi autoría
~ XXI ~
—Nunca pensé ver al señor Leclerc tan al fondo de la fila... ¿Qué pasó?—
—... Esperas que lo diga ¿Verdad?—Charles miró a la chica frente a él, quien le sonreía de forma convincente—. Nothing, just an incident.—
—No~, así no era.—
—Inchident.—exageró la pronunciación, haciendo que la sonrisa de Tania sea incluso más grande.
Le gustaba demasiado la forma en que sus ojitos se achicaban y su sonrisa lo deslumbraba...
En realidad, la chica le gustaba en general.
—¿Verás la carrera desde nuestro sector? ¿O irás a Williams?—Charles invitó a la chica a acompañarlo por el paddock, caminando a la sombra de los árboles del gran patio.
—Seguro vaya a Williams. Hoy temprano hablé con Fran y no se veía muy tranquilo por la carrera de mañana... Quiero estar cerca de los boxes, para apoyarlo en espíritu.—alzó las cejas divertida.
—... ¿Segura de que no son pareja? Ya es sospechoso que sean tan unidos.—
—¿No sería sospechoso también que yo esté caminando contigo a solas por tu sector, riendo de tonterías y tomando un helado?—
—No estamos comiendo helado.—
—Exacto ¿Dónde conseguimos uno? Hace calor.—Charles sonrió.
—Eso afirmaría la cita.—
—Cita de colegas disfrutando un helado, eso se aclara en las entrevistas.—
—¿Y si no lo aclaro? Sería divertido ver a la gente volverse loca con rumores tontos.—
—¿Serían tontos?—Tania lo miró divertida, pero no tardó en reir—. Es broma, es broma. No quiero problemas.—
—... No sería un problema.—Charles se tornó un poco más serio—. En lo absoluto.—
La chica estaba por cuestionar aquello, cuando un destello de lucidez la iluminó.
¿Acaso Charles...?
—¡Tato~!—un Carlos sonriente se acercó al par, extendiéndole a la chica una botellita de jugo—. Encontré esto en el minibar ¿No era tu favorito?—
—¡Que genio! ¡Gracias!—Tania recibió emocionada el regalo—. Justo me estaba quejando del calor.—le dio un sorbo, suspirando fascinada—. Que rico...—
—¿Sigue en pie lo del helado?—Charles la miró, sonriendo al ver lo maravillada que estaba por un simple jugo.
—No, ya no necesito nada.—le ofreció—. ¿Quieres probar? Es lo más delicioso que existe en la faz de la tierra... Después de la pizza y la milanesa de pollito.—
—¿Asi? ¿Del pico de la botella?—
—... Que llorón.—Tania lo apartó—. En Argentina bebemos todos de la misma bombilla del mate, no le tenemos miedo al intercambio de saliva.—
—No lo rechacé, solo me extrañó.—
—Ahora no quiero convidarte nada. Vete al dibalo.—Charles negó divertido.
—Dime, señora clarividente.—Carlos le hizo un vago gesto de mano, y Tania entendió que quería un poco del jugo. Se lo alcanzó enseguida—. ¿Qué tenemos para mañana? Ilumínanos.—
—Usando la lógica, Fran no sé si llegará muy lejos. No soy su mecánica pero su auto se ve detonado a simple vista... Asi que no me choquen al niño, eh. Con que termine la carrera ya sería una gran alegría para los argentinos...—
—¿Y nosotros?—
—Charles saldrá desde su casa en Francia por la penalización... Pero confío en que subirá.—Tania lo miró—. Mi tercer favorito no se quedará entre los simples mortales.—
—¿Cómo que tercero?—
—Lando, Checo y tú...—los enumeró con los dedos—. Pero si te sirve de consuelo, Checo está muy apagado... No me sorprendería si tiene una salida prematura de la pista.—
—En ese caso, súbeme a segundo favorito.—Charles alzó las cejas divertido.
—Veamos qué tal te va hoy... Y puede que te suba.—
—¿A quién le importa la lista?—Carlos intervino—. Dinos qué piensas del campeonato ¿McLaren o nosotros?—
—... No me hagas elegir entre Lando o ustedes... Porque perderían... ¡Te tomaste todo mi jugo, Carlos!—
Ese último domingo en Abu Dhabi, McLaren se consagró campeón de constructores. Y Lando había dado una pelea más que emocionante protegiendo el liderazgo.
Tania era piloto, si... Pero antes de eso era fanática. Fanática de Lando... Y toda esa situación la superaba.
—Dale, decilo. Decilo o vas a explotar.—
—¡La rompió toda, Fran! ¡Lando es un putísimo crack!—Tania sacudía a su amigo de los hombros eufórica—. Mi señor mandarina no perdió el liderazgo en la primer curva como siempre, y a Ferrari ¡Los mantuvo ahi, Franco! ¿¿Entendés la epicidad de todo??—gritó apenas—. Ah, me va a dar un infarto...—
—Me doy cuenta, si.—
—¡Y vos no seas tan amargo, nene! No chocaste, te chocaron pero no tanto y diste lo mejor de vos.—lo abrazó con fuerzas—. Estoy orgullosa de vos, corazón.—dejó un largo beso en su mejilla—. Y no te pongas mal, en marzo arrancamos con todo, y vamos a ser nosotros los que estemos en ese podio en todas las carreras.—
—Que optimista.—
—Realista, Fran... Le vamos a romper el ocote a todos... ¿Te parece si vamos con Alex? Lo quiero felicitar también.—
Durante esas primeras horas post carrera, Tania se mantuvo junto a Franco. Puede que el chico se mostrara alegre y optimista frente a todos, pero la chica lo conocía. Sabía que en el fondo estaba frustrado. Decepcionado. Y debía estar para él, para lo que la necesitara.
Fue recién en la noche que Mary le informó de una fiesta privada para los equipos y miembros del paddock. Todos estarían ahí, incluídos los miembros de la nueva escudería.
Asi que Tania salió apresurada junto a Mary a buscar algo para usar esa noche.
—Entiendo que no te gusta la idea de tener un asistente, niña... Pero es la primera y última vez que te acompaño a comprar.—Mary miró cansada a la chica que elegía algunas prendas en la tienda. Llevaban un buen rato así, a Tania no le gustaba nada.
—Entonces traeré a alguna amiga de Argentina y le pagaré para que sea mi dama de acompañamiento, como en Game of Thrones o algo asi.—
—Lo que quieras, mientras no me toque a mi hacer esto...—
Tania tardó solo unos minutos en probarse la última tanda de ropa y escoger lo adecuado para esa noche. La ropa elegante no era de sus favoritas, pero hizo un gran esfuerzo por elegir prendas a la altura -y aprobada por Mary, por supuesto-
Fue durante esa atareada tarde de compras que Tania se topó con algunas fanáticas. Y por primera vez en su carrera, fue partícipe del conocido "intercambio de brazaletes de la amistad". Le resultó divertido, interesante. Y durante ese intercambio, las muchachas le pidieron un gran favor.
—¿Y esto?—
—Me los dieron unas chicas hoy a la tarde.—Tania le acomodó a Franco aquellas gafas decoradas—. Tengo pulseritas para vos, Carlos, Charles, Lando, Oscar... Creo que para Lewis y Max también... Ahora, posá que voy a sacarte unas fotos así las etiqueto a las chicas. Se van a re emocionar.—
—¿Hago de cuenta que tengo un conejo en brazos otra vez?—
Mientras el par tonteaba en aquella escalera, riendo y subiendo historias con las dichosas pulseritas, los demás pilotos comenzaron a llegar. Tania repartió las pulseras que tenía, atajando hábilmente a sus objetivos. Todos accedieron sin problemas, y a esas alturas Tania se sintió bendecida por la buena predisposición que todos tenían para con ella -incluso la pequeña Penelope prometió invitarla a su cumpleaños-. El próximo año, quería mantener esas buenas vibras con todos.
—Señor canguro.—Tania sonrió al ver llegar a Oscar. El chico venía acompañado de su novia, asi que la piloto se presentó enseguida, intentando no generarle incomodidad o dudas a la desconocida—. Regalos de unas fanáticas, Osc ¿Te molesta si...?—alzó su celular tras darle algunas pulceritas.
—¿Sigues con lo del periodismo o porqué la dedicación?—
—Dedicación de una fan para fans.—tomó la foto—. Gracias, Oscar. Nos vemos luego ¡Oh, y felicidades por el campeonato, señor campeón!—
Tania y Franco se despidieron de la pareja, y entonces el último piloto de la lista de pulseras llegó. Lando apareció solo, para cierto alivio de la mujer.
—Lindo traje.—Tania le alcanzó las pulseras—. Con éstas quedarás incluso más elegante.—
—¿Nada de "señor campeón" para mi?—Lando se acomodó los brazaletes, sin despegar la mirada de la mujer. Estaba hermosa.
—Estuviste increíble, Lando... De verdad.—Tania sonrió—. De solo imaginar tu desesperación por tener a los chicos Ferrari detrás y a Oscar ocupado chocando a Franco tan atrás... Pero lo manejaste como un campeón.—le extendió la mano—. Asi que felicidades, de parte de la Tania fanática de Lando... y de parte de la Tania que el año que viene te va a destronar, si.—
—Ya venía tardando la amenaza..—Lando le estrechó la mano, y en un rápido movimiento tiró con suavidad de ella, dejando un beso en su dorso. Tania se avergonzó con el gesto, pero no tardó en disimularlo.
—Bueno... ¿Te molesta si te saco una foto con las pulseras? Las chicas que las hicieron esperan la confirmación de que te llegaron los regalos, asi que...—
—Claro... Con la condición de que tú salgas en la foto.—la chica sonrió antes de acomodarse a su lado y extenderle a Franco el celular.
La mano de Lando se deslizó por la cintura de la mujer, descansando en su cadera mientras una somrisa más que triunfante se dibujaba en su rostro.
Sentía lo tensa que Tania estaba por la cercanía. Le encantaba. Y Lando entendía que no quería separarse de la mujer en toda la noche.
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Tanto quieres verme
que me huyes.
Sin saber,
que desde lejos
yo te oigo.
Y corro detenido
a besar la distancia
de tus labios.
Siempre estás tan cerca
que nadie te ve
nunca conmigo.
En la piel de tu noche,
y en la barra curvada
de tu cuerpo,
encuentro siempre
mis manos bebiendo.
Estás tan cerca de mi,
que solo con mirarte
te toco.
Es verdad que no te veo,
¡por eso te miro!
Y por culpa
de mis ojos perdidos,
todos hablan de mi
como si estuviera loco.
Pero solo yo sé,
que tan corta
es la distancia
entre tu sueño y el mio,
que cuando cierras tus ojos,
abro yo los mios.
Nadie sabe
que en nuestro mundo
se esconde otro mundo,
y que entre tu tiempo
y el mio
hay otro tiempo detenido.
Y ahí, en el,
vive tu mirada
dentro de mis ojos,
y siento tus miedos
abrazados a los mios.
Pero a veces,
de nada sirve tenerte
sin que me des
tu compañía.
Me vence entonces
la tristeza,
y se cuelgan mis lágrimas
de las pestañas de tus días.
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en mi experiencia la muerte es más sencilla de lidiar... la perdida de alguien que amamos mucho se hace más simple cuando aceptamos que ya no está ni va a estar más con nosotros. que lleva su tiempo procesarlo no se discute pero es fácil estar en paz con la idea de que esa persona no existe más en el plano físico.
nada que ver con el duelo de la separación, con la pérdida de personas que creíamos que iban a acompañarnos por el resto de nuestras vidas pero que al final nuestros caminos terminaron por separarse. lidiando contra la dependencia a su compañía, con la ausencia de eso que nos gustaba del otro.
no me pasa eso con la muerte. la muerte es fácil porque si, también tengo que lidiar con aquello que perdí y con lo que ya no podré tener de aquella persona que amé pero resignarse a que no está más es más simple... ahora, ¿que hago con la tristeza que me genera la ausencia de aquellas almas que siguen vagando por ahí? tan cerca... y tan lejos de mí.
~ venusianmoonchild ☽
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día 6.
una sola vez tuve a mi cuidado una flor, pero como verás, soy una persona despistada. creí que las plantas se regaban una vez cada tres meses. no estaba ni la maceta cuando la fui a buscar.
uno de los motivos por los que no soy amante de las plantas tal vez sea que son frágiles. son muy bonitas y algunas tienen olores agradables, pero requieren tiempo, cariño y paciencia. de niña me entusiasmaba la idea de hacer crecer una planta muy bonita, sin importar si daba frutos o flores; de adolescente me aterraba tener a mi cargo algo vivo, porque sabía que era cuestión de días para que se marchite, y eso definiría la persona que era.
ahora soy adulta, pero la vida da vueltas y yo las doy de igual manera: soy una planta. aunque, si he de ser justa, creo que me he criado para ser un cactus. no necesitar de alguien que me cuide estaba bien, porque al final del día es algo que he podido hacer sola, a veces bien y otras veces no tanto, pero lo he hecho. y, pese a que yo no lo consideraba algo problemático, sí que he sido un castigo para quien ha intentado acercarse de más a mí. tengo espinas y las mantengo erguidas, porque soy yo quien debe hacerse cargo de mi bienestar.
aunque, siéndote sincera, creo que en estos meses he perdido el filo. al menos con una persona. llegó alguien que se animó a acariciarme y, no sé, tal vez en alguna que otra ocasión le hice sangrar un par de dedos, pero nunca rechistó. creo que me quiere. él sabe que no necesito ser regada ya que estos años de adaptación me sirvieron para mantenerme hidratada, pero cada día está ahí brindándome agua porque no quiere que viva desgastada. usa sus manos como sombrilla y detiene al sol, amenazándole con que abandonará la atmósfera para apagarlo si se atreve a incinerarme. es gracioso, pero también muy dulce, y para mí, quien solo conoce el temor a la vida, es un término nuevo de emplear. pero es dulce y yo quiero ser igual, pero soy un cactus pese a todo y mi naturaleza está limitada a la sequedad, pero le quiero con tanta fuerza que en cuanto me dijo que su color favorito era el verde, me he propuesto en colorear del verde más bonito mi superficie, porque él es dulce y quiero, aunque sea de este pobre modo, serlo para él también.
no doy frutos, pero me gustaría llevar al suyo.
desconozco de flores, pero creo que él es la más bonita que pueda existir. bueno, apropiadamente hablando es un árbol, pero adoro verlo florecer. a diferencia mía, su corteza es agradable al tacto y su majestuosidad es tanta que, si alguien busca consuelo en su tronco, no los pica con púas, sino que los cubre con su copa. es tan colorido y, aunque hay ciertas temporadas en las que sus hojas se caen y luce marchito, es una pausa, porque él se mantiene en pie y extiende sus raíces con más fuerza, desafiando al ambiente hostil que pueda rodearle y asegurándole que él es más fuerte y vencerá. y lo ha hecho hasta ahora, lo que me ha permitido apreciarle de lejos y adorarle de cerca. él es tan dulce como la fragancia de sus pétalos y el almíbar de sus frutos. tan dulce que desearía morir para que de mis restos se alimenten las hormigas que lo recorren a él y, de ser necesario, rogarles para que dejen una parte de mí en sus ramas, haciéndolo mío pese a que yo ya soy toda suya.
desconozco de flores, pero a él lo conozco y deseo hacerlo cada día que pase en esta tierra.
le temo a la muerte, pero no con la ingenuidad de la niñez; no quiero morir si mi recuerdo no descansará en él. le temo a la vida, pero no con la crueldad que se percibe en la adolescencia; arránquenme de este suelo si mis raíces no se entrelazarán con las de él.
le quiero y le amo con todo lo que esta tosca planta tiene para ofrecer. le quiero y le amo con espinas destinadas a rasgar a cualquiera que se atreva a mancillar su presencia y con el amargor necesario para envenenar a quien intente arrebatarle su esencia.
le quiero y le amo y yo, siendo no más que un cactus, le doy mi palabra que desafiaré a la naturaleza y de mí crecerán ramas, flores y frutos. le hago el juramento que la dulzura que me brindó también la experimentará él.
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* SENTENCES STARTERS
¡Atención! Si gustan pueden especificar al inicio de cada uno de los starters en qué locación se encuentran, para ayudar a sus compañeres ubicarse. Sin embargo, esta vez no será obligatorio.
El Faro
"¿Por qué hay tantas marcas en las paredes?"
"Escucho un susurro… ¿viene de arriba?"
"No deberíamos estar aquí sin protección."
"La luz del faro nunca se apaga, ni siquiera en tormentas."
"Estas velas llevan encendidas días, pero nadie sube."
"Mira estos símbolos, parecen… advertencias."
"No toques nada, podrías activar algo."
"Este lugar da la sensación de que estamos vigilados."
"Dicen que el faro ha guiado almas perdidas, no solo barcos."
"No es seguro quedarse demasiado tiempo aquí."
"¿Quién enciende las velas si nadie vive aquí?"
"El eco del faro hace que parezca que alguien está respirando cerca."
"¿Y si esta es la fuente de todo lo que está pasando?"
"Es extraño que nunca se hayan documentado estos rituales."
"Tenemos que salir antes de que alguien nos vea aquí."
La Costa Rocosa
"El viento aquí suena como lamentos."
"¿Viste esas huellas que se desvanecen en la arena?"
"No deberíamos estar tan cerca del agua al anochecer."
"¿Por qué hay talismanes colgando de las rocas?"
"Dicen que el mar reclama a los que rompen las reglas del pueblo."
"El silencio aquí es demasiado profundo."
"Algo se mueve entre las olas, pero no es un animal."
"Esta parte de la costa se siente… maldita."
"No hay ningún camino marcado para llegar aquí, es como si lo ocultaran."
"¿Por qué los aldeanos evitan este lugar?"
"No hay rastros de turistas, a pesar de lo hermoso que es."
"Algo huele raro en el aire, como si fuera azufre."
"Esa figura en el horizonte… ¿es un barco o algo más?"
"Podríamos estar más seguros lejos de la orilla."
"No me gusta estar aquí después del atardecer."
El Hostal Stille Frihed
"¿Por qué las ventanas nunca dejan de crujir?"
"Siento frío aunque todas las ventanas estén cerradas."
"A veces oigo pasos por el pasillo, pero no hay nadie."
"Este lugar nos rechaza, lo siento en los huesos."
"No he dormido bien desde que llegamos."
"¿Alguien más escuchó esos susurros en la pared?"
"La puerta de mi habitación se abre sola por la noche."
"Es como si las paredes estuvieran vivas."
"Algo se mueve en la oscuridad, pero no sé qué."
"El ambiente se siente pesado, como si fuera difícil respirar."
"No me gusta estar aquí solo."
"La casa parece observarnos, ¿lo sientes?"
"Cada objeto aquí tiene un aura extraña."
"Podríamos estar en peligro si nos quedamos más tiempo."
"Necesitamos encontrar una manera de purificar este lugar."
La Plaza del Pueblo
"Todos se reúnen aquí, pero nadie dice mucho."
"El líder siempre sube a esa plataforma para hablar."
"Estas reuniones parecen más ceremoniales que sociales."
"Hay un orden rígido en cómo se sientan."
"¿Por qué todos llevan talismanes en estas asambleas?"
"El ambiente aquí es tenso, como si algo estuviera a punto de pasar."
"Siento que nos vigilan desde cada esquina."
"¿Ves cómo el líder siempre empieza hablando con esa frase?"
"Nadie se atreve a interrumpir cuando él habla."
"Parece que están esperando una señal para actuar."
"El silencio aquí no es natural."
"¿Viste cómo todos se inclinan al final de la reunión?"
"Es como si se estuviera realizando un juramento invisible."
"Aquí no hay espacio para la duda, todos parecen seguir un guion."
"Deberíamos estar atentos a lo que no se dice en voz alta."
La Casa del Líder del Pueblo (Exterior)
"Nadie se atreve a acercarse demasiado a la casa."
"Siempre hay alguien vigilando desde las ventanas."
"La puerta principal está custodiada por talismanes."
"Dicen que solo los elegidos pueden cruzar ese umbral."
"Las cortinas siempre están cerradas, incluso de día."
"Algo en esa casa te hace sentir frío, incluso a la distancia."
"He oído que a veces salen cánticos por la noche."
"No importa cuántas veces pases, nunca verás a nadie entrando o saliendo."
"Hay un camino desgastado hacia la puerta, pero nadie lo usa."
"Los aldeanos ni siquiera la mencionan en voz alta."
"No podemos ni imaginar lo que ocultan dentro."
"Se siente como si esa casa fuera el corazón oscuro del pueblo."
"El líder da órdenes desde ahí, pero nunca invita a nadie a entrar."
"Si te acercas mucho, es como si algo te empujara hacia atrás."
"Es mejor no llamar la atención cerca de este lugar."
El Cementerio
"Nadie visita estas tumbas, están completamente abandonadas."
"Las lápidas tienen símbolos extraños en lugar de nombres."
"El silencio aquí es tan profundo que se siente antinatural."
"Parece que las tumbas están desordenadas, como si alguien hubiera cavado recientemente."
"Los amuletos colgados en los árboles parecen advertencias."
"Hay flores secas que parecen haber sido dejadas hace mucho tiempo."
"Este lugar no figura en los mapas del pueblo."
"Las leyendas dicen que algunos nunca salieron de este cementerio."
"Algo cruje bajo los pies, pero no son ramas."
"Este sitio parece estar congelado en el tiempo."
"La brisa aquí siempre es más fría, incluso en pleno día."
"El camino hasta aquí está casi cubierto de maleza, como si el pueblo quisiera olvidarlo."
"Dicen que algunas noches, las velas se encienden solas entre las tumbas."
"El ambiente se siente pesado, como si las almas atrapadas aquí no descansaran en paz."
"Las tumbas más antiguas parecen haber sido abiertas y luego selladas de nuevo."
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Solo quería sacar este concepto que tengo, no sé si lo desarrolle mejor para subirlo a Ao3 pero almenos lo dejo aquí 😗💙
Do I wanna know?
¿Cuántos más secretos podía guardar su corazón?
Los recuerdos de la sensación calida y suave de sus labios evocaban un intenso sonrojo junto con la aceleración de su pulso, no importaba cuántos días habían transcurrido desde aquel suceso, esa nueva mezcla de reacciones se mantenían tan intensas como la primera vez.
Y sin embargo su tormento no se limitaba a eso, incluso en sus sueños aquellas ideas "incorrectas" lo perseguían volviéndolo incapaz de ver a los ojos a su pareja cuando este despertaba, no entendía que demonios le sucedía, no veía sentido a qué algo tan fugaz como un par de besos hubiesen desestabilizado todo su ser.
No obstante así fue.
—¿Te sientes bien Phil? luces inquieto— preguntó Missa que se encontraba sentado en las escaleras de entrada vigilando a los niños que jugaban en el agua.
—Ah... si, todo en orden— forzó una sonrisa sin despegar su atención de sus hijos.
No sonaba convincente, al menos no para Missa que ya podía leer las expresiones de su familia como un libro abierto. Desde la prisión percibía algo extraño pero no quiso presionar a su pareja para que hablara, sin embargo cada día era más difícil de ignorar su extraño comportamiento, habían acordado ser sinceros como parte de su nuevo inicio como familia y pensar que Phil le ocultaba algo no lo dejaba tranquilo.
Sin imaginar lo que provocaría tiró de su manga y lo atrajo más cerca suyo, habiendo sido tomado por sorpresa el rubio no pudo oponer ningún tipo de resistencia y terminó quedando sentado con casi nada de distancia entre ambos, todo el acto no debió durar más de un par de segundos pero la mente atolondrada de Philza sintió que todo pasó en cámara lenta.
Una parte de él quería apartarse pero su cuerpo, casi como si de un embrujo de tratase, permaneció inmóvil expectante ante lo que pretendía el híbrido de esqueleto. Ese día había decidido salir sin su habitual máscara lo que dejaba apreciar mejor sus ojos amatista al igual que sus facciones, no era usual que se dejara ver y momentos como esos los atesoraba, hasta donde sabía en la isla nadie más que él y los niños lo habían visto sin la máscara.
—Sabes que puedes decirme lo que sea que pase ¿verdad?— colocó su mano sobre la de Philza, no era inusual ese tipo de gestos pero en ese momento lejos de calmarlo aceleró su pulso.
—S-si...— articuló con dificultad.
—No me importa si el chamuco ese quiere volver a molestarte, esta vez yo pelearé junto con Chayanne y Tallulah para protegerte, te doy mi palabra...
Nuevamente la caótica mente del cuervo empezó a hacer de las suyas, mientras Missa seguía hablando de como se encargaría de defenderle y como encontrarían la manera de revertir el daño a sus alas Philza se había desconectado de dicho monólogo estando totalmente encantado por cada rasgo que destacaba del rostro descubierto. No es que antes no lo hubiera apreciado solo que está vez había algo diferente aunque no sabía exactamente qué.
Aún con todo lo que habían experimentado desde su arribo a la isla ya bastantes meses atrás el esqueleto conservaba su brillo en la mirada y no había cicatrices que hubiesen marcado su bonita cara, claro, no es que por eso fuese a dejar de lucir bien pero le daba alivio que no tuviera un recuerdo permanente de los infiernos que habían pasado.
Sus ojos brillaron diferente el día que lo besé...
Ese pensamiento intrusivo le cortó la respiración por unos segundos, no, no, simplemente no, no era momento para pensar tales cosas.
Si lo repitiera ahora mismo ¿volverían a brillar así?
Lentamente su mirada pasó de los ojos amatista a los labios que, ajenos a todo, seguían hablando y se sintió débil ante el deseo creciente que estaba carcomiendole, era como si de esperar más tiempo fuera a desfallecer.
Solo uno más, déjame tomar un poco más de ti...
La barrera que él mismo había impuesto ahora lo ahogaba en una cruel ironía, en este punto estaba seguro que solo se aferraba a lo de platónico solo por obstinado.
—...P-Phil...— la voz de un nervioso Missa cortó sus pensamientos trayéndole de vuelta a la realidad.
Parpadeó confundido hasta que fue consciente de la situación en la que se encontraba, había cortado la reducida distancia entre ambos y acercado su rostro peligrosamente hacia el híbrido sintiendo su respiración nerviosa.
Estuvo cerca, jodidamente tan cerca de arruinar todo.
Sin dar tiempo a mediar palabra se apartó poniéndose de pie y corriendo dentro de la casa dejando a su compañero confundido mientras el se maldecía internamente al llegar a la realización de que aparte de desear volver a besarlo también se había vuelto plenamente consciente de sus verdaderos sentimientos.
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Mientras veo a estos niños de secundaria en la piscina, lo único en lo que puedo pensar es en que aquí estoy de nuevo, llorando, pensando en ti, frente a mi mamá, y la miro con vergüenza, ¿que no se supone que ya era parte de mi pasado? Al parecer me encuentro llena de recuerdos y memorias que creí haber olvidado, pero aún siguen ahí, intactas, como si nunca te hubieras ido completamente, sigues aquí. Y solo miro a las nubes, esperando una señal de Dios de que algún día todo estará bien y este será solo un agrio recuerdo. Mientras mi papá escucha canciones felices durante su trayecto hacia su trabajo, el no sabe que muero por dentro una vez más, pensando en ti, y si supiera, ¿le importaría? Si supiera que estoy llorando por ti, de nuevo, ¿lo aceptaría?
Piensa en todo el daño que me hiciste, como el día en el que te vi por última vez en esa llamada en la cuál hablabas con ella mientras estabas conmigo, y por supuesto, a ella jamás le hubieras dicho que estabas conmigo, porque al parecer no era lo suficientemente importante para ti, como para decirle la verdad, ni eras lo suficientemente valiente para aceptar que a la persona que querías en tu vida era a mi, y no a ella. O al menos no sé que te haya dado ella que no te hubiera podido dar yo, o tal vez y ella te dio todo, y yo te di nada, a pesar de las mil y un veces que te intenté dar lo mejor de mi, pero como siempre, y como siempre será, nunca fui vista por ti. Aún recuerdo cuando te hablaba de mis canciones favoritas y ni siquiera podías entender una sola palabra de lo que estás trataban de decir. Debi haberme dado cuenta que jamás podrías haber sido capaz de entender las piezas que me forman como persona, así como todo lo que alguna vez me hizo ser yo, mientras estaba a tu lado. Yo siempre creí que contigo podía ser yo en todo momento, siempre creí que mi “para siempre” serías tú.
Y me consume por dentro que aún sigas con ella, ¿crees que no me he dado cuenta?, por si no lo sabías, sigo viendo a tus amigos, y de vez en cuando, pregunto por ti, e incluso puedo decir que me burlo de lo que alguna vez fuimos, porque para ti creo que todo fue una broma, y si para ti lo fue, lo será para mi, porque todo fue en vano, y aunque no quiera admitirlo, en parte pregunto por ti porque me encantaría saber cómo estás ahora que estás tú sin mi, ¿acaso eres feliz?
Puedo decir con certeza que ya son tres años desde nuestra relación fallida, y sigo recordando cada uno de nuestros momentos, los cuales eran mágicos para mi, cada vez que te miraba al lado de mi mientras ibas conduciendo a laberintos donde nos perdimos en el sello de nuestro amor, como cuando me besabas tan cálidamente y yo escribía en tu espalda en cualquier idioma, no importara cuál fuera un “te amo”, cuando creía que nuestro amor no podría haber estado mejor, y así mismo, mientras estábamos en ese sillón tuyo que tanto nos gustaba porque se parecía demasiado a él de nuestra serie favorita, Friends, o cuando nos encontrábamos en nuestras cenas familiares en las cuales ponías tu mano en mi rodilla y solo con sentir el roce de tu cuerpo me sentía en paz y calma, ¿como fue que quitaste el dolor de mi con solo sentirte cerca de mi? Pero una vez que estabas lo demasiado cerca como para notarlo, el dolor volvió a mi, y sin darme cuenta, lo causaste tú.
Explícame, por favor, ¿como fue posible esto?, me lastimas de a poco y no te das cuenta, te abrí la puerta de mi mundo y la dejaste caer en un segundo; la dejaste atrás…como si nunca hubiera existido, me hiciste sentir insignificante.
Pero, ¿como fue que pasamos de perdernos de amor en una realidad hecha solo por y para nosotros a estar tan lejos del otro, ahora?
¿Como podrías estar lejos de mi, sin extrañarme aunque sea solo alguna vez?
¿Acaso mientras estás con ella, piensas en mi alguna vez?
He caído tan bajo qué solo de pensarlo, sonrió al menos un poco, al pensar que esa sería la única vez que al menos podrías pensar en mi un segundo, incluso si estás con ella, pero recuerda, ella no es yo, ni será.
Nunca seré como ella, nunca seré como la foto que viste, nunca seré la misma; siempre seré yo.
Todos estos días he intentado encontrarte, en cada multitud te veo aunque no estes, aunque estes mas lejos de mi que nunca, y se que jamás llegarás, aún tengo la esperanza de que estes, es un futuro incierto entre tú y yo. Desearía poder estar ahí contigo, desearía bailar, cantar, pero no sola, sino contigo, a tu lado. Y dime, no puedes negar que aún quisieras bailar conmigo en este mundo lleno de farsantes, en el cual alguna vez bailamos tú y yo, pero cuando me tuviste, me dejaste ir una y mil veces, en lugar de atraparme, tan solo me soltaste y me dejaste caer en un lugar oscuro, pero al parecer, donde yo antes veía una luz en la cual seguir bailando a tu lado, y donde veía un nuevo comienzo entre nosotros, esa luz proveniente se apagó, y al parecer jamás hubo alguna luz aparente, solo era mi esperanza de mantener nuestro amor intacto, la cual intentó iluminar tu mundo, pero esa luz se esfumó por el descuido de tu amor y tu vista ciega hacia un mundo a mi lado. Y aún recuerdo el día en el que intentaste recuperar nuestro amor perdido, y tú manera de querer recuperarlo fue queriéndome llevar a un lugar lujoso con el propósito de intentar “arreglarlo”, como si llevándome a un lugar lujoso fuera a cambiarlo todo, ¿creías que nuestra relación se basaba en lugares y detalles brillantes? Nunca fue así. Yo lo único que quería y necesitaba era a ti.
Tu sigues en mi presente, pero ya no lo serás más, ya he conocido al verdadero tu y bueno, tal vez pensaba que eras diferente y que nuestro final sería diferente, o incluso interminable. Te quise de regreso, pero ya no más. Donde antes lo había todo, ya no queda nada, jamás podré confiar en ti de nuevo.
-Dani.
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¿A quien amas?
Personajes: Beelzebub, Lucifer y Solomon x F!MC
Advertencias: Smut, doble penetración, oral, sobreestimulacion, mordidas, negación del orgasmo.
Resumen: ¿Que es amor? Cuando una persona comparte los mismos sentimientos que tú, pero que pasa si más de una persona te ama, te vuelves el deseo profundo de ese alguien y tu corazón no es capaz de escoger.
Notas: (...) se usa como referencia para añadir al lector. Y demasiado largo.
Pedido hecho por @bl00dylust (perdón el retraso)
El camino hacia la escuela en su mayoría lo hacía acompañada de uno de los hermanos, en este caso Beel era quien iba a su lado, a menudo llevaba bocadillos consigo, pero hoy se veía bastante pensativo, algo inusual en él.
—Beel, ¿estás bien? —al escuchar su nombre giró su mirada hacia ti.
—Mmm —trataste de averiguar en su mirada que era lo que le tenía tan pensativo, pero nada, no había nada que pudiera indicar algo. —Si, (...), estoy bien, no tienes que preocuparte de nada—. Claramente si tenía algo, pero no creía que fuera algo malo.
—Esta bien, si tú dices que lo estás, entonces está todo bien.
Continuaban su camino en silencio, no era incómodo, pero había algo que se podía sentir entre ellos, Beel de vez en cuando desviaba sus ojos hacia ella, en como caminaba, en los movimientos de sus manos, las veces que sus labios se entre abrían ligeramente al suspirar e incluso en como sus piernas se tocaban ligeramente, Beel lo veía todo, como si ella fuera una presa.
Para (...) situaciones así no eran extrañas, pero siempre le daban un pequeña sensación de algo, quizás algo intuitivo, como esas veces en la que sentía que alguno de los hermanos la miraba, o cuando la evitaban porque ellos mismo sabían que no podrían controlarse, Beel estaba extraño, pero no entendía de qué manera, aunque podía sentir que no era algo malo.
—Bueno, creo que ya llegamos, ¿que clase tienes ahorita? —preguntaste mientras colocabas tu mochila al frente para buscar algo dentro de ella. Beel siguió cada movimiento tuyo con su mirada, tus manos eran tan pequeñas en comparación a las de él, y sus muñecas parecían tan frágiles.
—¿Beel? —te escuchó repetir su nombre, y con eso pareció volver a sus sentidos.
—Historia demonologica —respondió con pocos ánimos, sin duda era su clase menos favorita. Le sonreíste al ver cómo su expresión había cambiado, parecía ser el de siempre.
—Tranquilo, si necesitas ayuda, puedes pedírmelo —le respondiste con una sonrisa que él te regresó, sí, Beel lo sabía, eras demasiado buena, como acto involuntario se agachó hasta tu altura y depositó un beso en tu mejilla, no te sorprendió tanto, pero quizás con la delicadeza con la que lo hizo, si. Lo miraste un poco avergonzada, y de inmediato apartaste tu mirada.
—Bueno, hay que apresurarnos, nos vemos después de clases —dijiste, y sin esperar a que te respondiera de vuelta, corriste hasta tu salón. Beel solo se quedó ahí de pie sonriendo.
Pero a lo lejos, alguien había presenciado todo lo ocurrido.
•••
La clase había parecido durar demasiado, o eso habías sentido, pues te la pasaste pensativa sobre lo ocurrido, aquellos actos de los hermanos eran normales, bastante normales para ti, el poco respeto hacia tu espacio personal era normal, e incluso te habías rendido en decirles que te dejaran respirar un poco cuando llegaban a ti, exceptuando de algunos hermanos.
—¿Estás bien? —como un dejá vu escuchas la misma pregunta que le habías hecho a Beel, pero está vez viniendo de Solomon hacia ti.
—Si, si, estoy bien, solo estaba algo distraída —te excusas, pero él sabe que no es así, él a diferencia de ti, si podía decir que era bastante intuitivo.
—Sabes que puedes pedirme ayuda en lo que sea —toca la coronilla de tu cabeza y como acto seguido lleva su mano hasta tu barbilla—. Puedes contar conmigo —tan cerca, tan ligeramente cerca de tus labios pronuncia esas palabras, nuevamente sientes el mismo nerviosismo que sentiste como con Beel.
—Si, lo sé —dices apresuradamente y terminas de meter todo en tu mochila—. Debo ir a mi siguiente clase, nos vemos.
No esperas a que Solomon te responda, y sales del aula, el joven mago se queda mirando, la sensación que provocas en él lo volvía loco, tanto que no podía controlarse.
Cuando sales del salón avanzas algunos metros antes de dar vuelta en una esquina y chocar contra alguien, aunque por fortuna te sostiene antes de que pudieras caer o algo parecido.
—(...) debes tener más cuidado cuando caminas —uh oh, es la voz de Lucifer, parecía que el día había conspirado para ponerla en situaciones donde se sintiera tan avergonzada.
—Si, lo siento, es solo que he estado algo distraída —te excusas, levantas la mirada hasta él y puedes ver cómo enmarca una ceja mientras te sonríe. Cuando quieres retroceder te das cuenta que aún no te había soltado.
—¿Y que te ha hecho estar tan distraída? —pregunta a la vez que la presión de su brazo con tu cintura aumenta ligeramente— ¿Acaso tiene que ver con algo que te pasó está mañana?
Esas últimas palabras hicieron que tú corazón se volcara con una extraña sensación, ¿acaso él le estuvo viendo? ¿Y por qué? ¿Fue mera casualidad o fue por otra razón?
—No, no... —respondes nerviosa y como puedes, lo apartas de ti sin ser tan brusca, no eres capaz de levantar la mirada, pero tratas de alguna manera, darle una explicación—. Son por las clases, parece que se están volviendo algo difíciles, así que es eso —esperas a que diga algo, teniendo la pequeña esperanza de que te crea.
—Entiendo —sus ojos te miran fijamente, esperando que levantes la mirada, pero no lo haces—. Si necesitas ayuda en algo, llámame, vendré hasta ti —menciona, y con eso dicho, se retira, dejándote sola en el pasillo.
Nuevamente esa sensación, ese nerviosismo, la manera en que tu pecho sobresaltaba ante la cercanía de otro, aún cuando estuviste conviviendo con los demás, lo que sentías cuando ellos se acercaban a ti era extraño, Beel, Solomon y Lucifer, los tres te hacían sentir tan nerviosa.
Sientes que tu mundo se hace un poco pequeño ante ese pensamiento, y no puedes evitar preguntarte, ¿Y si ellos llegan a sentir lo mismo? Aunque igual te preguntabas si eso es posible, era bastante ambicioso de tu parte creer que ellos tres pudieran amarte, pero de ser así, ¿a quien amas? ¿A quien de los tres podría amar?
No lo sabías, y a su vez, temías saberlo.
•••
Después de ese día, los demás se habían vuelto similares, cada vez que te encontrabas con alguno de ellos podías sentirte nervioso incluso avergonzada, y querías evitarlo lo más posible, las veces que ibas a tu habitación y no querías salir solo por el hecho de toparte con Beel o Lucifer, al menos respirabas un poco de Solomon, pero aún así, el pensamiento seguía ahí, al igual que las sutiles señales.
Cuando Beel se acercaba a ti, la manera en que olía tu cuello, o las pequeñas mordidas que dejaba en ti. Cuando te encontrabas con Lucifer, su aura pareciera volverse un poco más intimidante, se volvía más atento a ti e incluso se acercaba más físicamente, y Solomon, al estar junto en la mayoría de clases, era tener su pierna jugueteando con la tuya, juntar sus manos o tener su mirada sobre ti, esas señales de que ellos querían tener algo contigo.
No podías más, necesitabas saber, no querías crear falsas ilusiones y quedar más avergonzada, pero al menos al preguntar, podrías quitarte un peso de encima, una decisión quizás demasiado valiente y directa de tu parte.
Y quería de alguna forma afrontar eso, ya que los demás hermanos parecían darse cuenta que algo le pasaba.
"Debemos hablar, nos vemos en la oficina de Lucifer"
Un mensaje breve y conciso, le das enviar y le llega a cada destinatario. Sales antes de la clase con la excusa de que te habían llamado desde antes, y esperas un poco, no deseas toparte con Beel o Solomon durante el trayecto.
Cuando crees que paso el tiempo justo, llegas directo a la oficina, al momento en que te escuchan llegar sus miradas van directo hasta a ti, Lucifer está sentado detrás de su escritorio, Beel está sentado sobre el sofá que está en la oficina y Solomon está de pie recostado sobre la pared.
—(...), al fin llegas —la voz de Lucifer es suave, pero autoritaria—. Dime, ¿de que querías hablar?
Tu valentía se desmorona, te sientes nerviosa e incluso acalorada por la situación, sientes que las palabras están atoradas en tu garganta, te tomas unos segundos y respiras profundamente, das varios pasos y estando en medio de ellos, sin pensarlo mucho, preguntas.
—¿Alguno de ustedes siente algo por mi?
Los miras, ellos te regresan la mirada, después se miran entre ellos y de ahí escuchas, ligeras risas, lo sabías, era demasiado tonto preguntar y bastante arrogante de tu parte.
—Fue algo que también me pregunté —el primero en responder es Solomon, lo miras inquieta—. No soy tonto, de vez en cuando veía como se comportaban a tu alrededor.
—Lo mismo digo —le sigue Lucifer—, en más de una ocasión llegué a verlos juntos, la verdad, no me importaba que estuviera Beel de por medio, pero a quien no aceptaba era a él —señala a Solomon quien le regresa una sonrisa, entonces piensas que esa vez que Lucifer te pregunto aquello era porque te había visto junto a Beel.
—Aunque nunca llegué a verlo, podía olerlo, las veces que estuvieron cerca de ti y como habías reaccionado —dice Beel, ves que se levanta y se acerca hasta ti—. Justo como ahora —se acerca y huele tu cuello. Te quedas quieta.
Y tiene razón, cada vez que él se había acercado a olfatear tu cuello, siempre había sido después de tener un encuentro con cualquiera de los otros dos.
—Asi que podríamos decir que si, que quizás los tres estemos interesados en ti, pero ¿que hay de ti (...)? —Solomon te mira, no sabes que responder, el hecho de que tuvieras a Beel cerca de ti, tampoco te ayudaba a pensar bien y sin duda, tu cuerpo pareciera que estuviera calentándose por estar con ellos tres en un mismo lugar.
—Yo... No sé...
—¿No sabes o no quieres decirnos? —Lucifer se levanta de su lugar y rodea la mesa, cruzando los brazos sobre su pecho.
—¿O es que no puedes pensar con claridad? —Solomon parece que se burla de ti con esa sonrisa.
Y Beel sin decir nada rodea su brazo sobre tu cintura, pegando su cuerpo al tuyo, aspirando con fuerza tu olor.
Tragas saliva, te sientes más nerviosa, no puedes pensar con claridad, remojas tus labios una y otra vez intentando decir algo, pero nada sale, y entonces recuerdas, que alguien alguna vez lo menciono, que no solo el corazón es capaz de sentir, sino que tú cuerpo también, lo que sientas con ello, podría darte las respuestas.
—Yo... —un gemido suave sale de tus labios, Beel parece desesperado, su lengua roza en la curvatura de tu cuello—. Beel... espera un momen- Ah...
Te sostienes del brazo sobre tu cintura, evitando que tus piernas caigan.
—No te preocupes (...) —Solomon se acerca, escucha a Beel gruñir ligeramente pero aún así continua probando tu cuello, mordisqueando ligeramente—. Te ayudaremos a aclarar tus pensamientos —su voz se vuelve un poco oscura.
Escuchas el timbre dando por finalizadas las clases del día, y sabes que te quedarás sola, sola con ellos, y que quizás, terminaste ahí porque así lo querías o porque tal vez ellos lo querían así. Sea cual sea la respuesta, ya no había vuelta atrás.
Las manos de Solomon van hasta los botones de tu chaqueta, quitando uno tras otro mientras las manos de Beel comienzan a acariciar tu vientre por encima de la ropa, y Lucifer solo te mira, la vergüenza que sientes sobre ti misma al sentirte tan expuesta provoca algo sobre tu feminidad.
Escuchas como la chaqueta cae al suelo, y ahora son las manos de Beel que ayudan a quitar tu camisa, yendo primero por los botones de arriba, dejando ver tu sostén, sus labios aún se pasean en la curvatura de tu cuello, mordiendo y lamiendo, tu mano llega a su hombro, empuja do más cerca de ti, dándole más permiso para que deje sobre tu cuello toda marca que quiera, tu respiración se agita y puedes sentir como su mano llega hasta tu seno, lo toma ligeramente y aprieta, su otra mano sigue quitando los demás botones restantes.
Aunque tú atención está en Beel aún puedes sentir las manos de Solomon dirigiéndose hasta tus pies, retirando tus zapatos, de ahí sus manos comienzan a deslizarse hacia arriba sobre tus piernas, rozando con sus dedos sobre tu coño encima de la ropa, tomando con su otra mano tu rostro para besar tus labios, su aliento es cálido y mentolado, sientes como se desliza tu prenda inferior, quedando solo en ropa interior, complemente expuesta.
Escuchas la hebilla del cinturón de Beel, y puedes sentir su miembro duro detrás de ti, sus manos siguen jugueteando con tus senos, tomándolos por completo y apretando, torciendo tus pezones y jalando, eres un desastre sensible y caliente, gimes sin parar entre ambos, y aún así, tus ojos van hasta Lucifer, quien no se movió de su lugar, pero en cambio ves como sus ojos están fijos en ti, en tu cuerpo, en el calor que emana tu cuerpo.
—Ah... Beel... —gimes al sentir el miembro de él detrás de tu trasero.
Miras como Solomon se agacha hasta la altura de tu coño, sientes como sus dedos se deslizan en tu prenda ahora húmeda por tus propios fluidos y das un grito cuando sientes su lengua por encima de tu ropa interior.
—¡Solomon!
Él se ríe y continua con su hazaña, una de tus piernas termina sobre su hombro, puedes sentir como hace a un lado la prenda para que su lengua pueda explorar dentro de ti, tu mano va involuntariamente hasta su cabeza atrayendolo mas hacia ti, su lengua pasa entre los labios de tu coño, besando esa parte de ti, presionando más y más ese botón tan sensible en ti. Las manos de Beel no dejan de recorrer tus pechos y como su miembro se presiona detrás de ti, una de tus manos va hasta su miembro y comienzas a moverla de arriba a abajo, lo escuchas gemir cerca de tu oído, tu otra mano no deja de empujar la cabeza de Solomon sobre tu coño.
—No pa- Ah.... no pares (...) —la voz de Beel es tan necesitada y tú no haces más que obedecer, no dejas de mover tu mano dándole placer mientras él no para de apretar y acariciar tus senos. Tu otra mano se enrosca en el cabello de Solomon cuando te sientes tan cerca de llegar a tu primer orgasmo.
—No tienes idea de lo buena que sabes (...) —dice desde abajo sin dejar de lamer tu coño y llevar dos dedos suyos dentro de ti, lo sientes moverse por dentro, entrando y saliendo con lentitud y curvandose en tu interior.
Tus gemidos se vuelven más altos, ya no te sientes capaz de sostenerte por ti misma, solo sigues disfrutando de la manera en que ambos te llevan al placer, tanto que parece que olvidas que Lucifer sigue ahí, esperando pacientemente su momento, quien desde hace rato había desabrochado su pantalón y sacado su miembro, el placer que le provoca verte siendo tomada por Beelzebub y Solomon fue algo que no esperaba sentir, pero ver cómo tú cuerpo se dejaba llevar por ellos dos lo volvía loco. Su mano subía y bajaba, al mismo ritmo en que tú movías tu mano sobre el miembro de Beel y por cada vez que gemias al sentir la lengua de Solomon deslizarse sobre tu coño.
—Si... más... más... —cada vez mas cerca, te desesperas, presionas con más fuerza la cabeza de Solomon contra tu coño, escuchas como la voz de Beel aumenta, él también está cerca de llegar, así que tu mano no deja de moverse de arriba abajo hasta que por fin lo sientes y al mismo tiempo tú también, los labios de Solomon besan tu coño, tomando todo de ti y tú sientes todo el líquido de Beel caer sobre tu mano, con tus dedos tomas lo que puedes y lo llevas hasta tus labios.
—Beel —de nuevo la voz de Lucifer llama a su hermano, y está vez tú le miras, te sorprendes al ver qué las cosas de su escritorio no están, estabas tan concentrada en tu placer que no viste cuando todo fue quitado—. Traela hasta aquí, ya se preparó lo suficiente para recibir un poco más.
Obedeciendo a su hermano te lleva hasta arriba del escritorio, colocando tu cuerpo boca arriba y ahora puedes ver a los tres, tan deseosos de ti, Beel a tu derecha, Solomon a tu izquierda y Lucifer a tus pies.
—Es hora de divertirnos en serio (...) —susurra jalando tu pierna, llevando tu cuerpo más cerca de él, tu coño más cerca de su miembro—. Así podrás saber a quien de nosotros amas.
Dice para dar como terminada la conversación, y sientes como la punta de su pene entra poco a poco a tu coño palpitante, sigue ese mismo recorrido lento hasta entrar por completo en ti, enterrandose por completo, tu espalda se arquea contra la mesa, la mano de Solomon toma tu mano izquierda y la dirige hasta su miembro y en cambio Beel toma tu cabeza para acercarla más al borde de la mesa.
El ritmo de Lucifer comienza a aumentar, golpeando contra tu coño necesitado, tu mano se mueve sin dejar de masturbar el miembro de Solomon, y la punta del pene de Beel descansa en tu boca, tratando de acostumbrarte al grosor, no puedes evitar gemir y que tus movimientos sean erráticos, el placer que te provoca el golpeteo en tu coño no te deja controlarte o tener una mínima de estabilidad.
—Estas tan caliente aquí dentro (...)
Las manos de Lucifer sostienen tu cadera con fuerza, sin dejar de golpearte contra ti, yendo tan profundo y a un ritmo considerado, incluso puedes sentir como la mesa se mueve ligeramente, tus ojos se cierran con cada golpe que pega en el punto correcto dentro de ti, sientes como tus pechos se mueven de arriba a abajo, Beel que tenía su miembro en tu boca toma tu cabeza y empieza a empujar lentamente, sientes unas leves arcadas, pero resistes, tu mano parece apretar un poco más el miembro de Solomon y no la dejas de mover de arriba a abajo.
Beel sostiene bastante bien tu cabeza mientras folla tu garganta, golpeando su miembro dentro de tu boca, un grosor que te hace abrir demasiado tus labios para que pueda entrar bien en ti, recibiendo bastante bien cada golpeteo, un ritmo que poco a poco va aumentando como el que recibe tu coño, la pelvis de Lucifer no deja de pegar contra la tuya, sus gemidos y gruñidos que lanza lleno de satisfacción, de todas las veces que llegó a pensar en volverte suya este fue una que jamás se le cruzó por su cabeza, ver cómo tomas bastante bien su miembro en tu coño y como comes la de su hermano mientras te ocupas de masturbar a Solomon que no hace más que morder sus labios al sentir tus manos subir y bajar.
Lucifer toma tu pierna izquierda y la coloca sobre su hombro, acostando tu cuerpo de lado para entrar más profundo en ti, Solomon se mueve mas cerca de la mesa y ahora tu boca tiene la posición perfecta para tomar la velocidad y brutalidad de Beel al golpear su miembro dentro de tu garganta. La mesa cruje y se mueve con cada golpe, tus gemidos ahogados y tus ojos llorosos, el dolor y el placer que provoca estar en esa posición, con ellos en tal forma. Chocas contra la pelvis de Beel, tu mano agarrotada que no para de masturbar el miembro de Solomon, sintiendo las primeras gotas de su orgasmo, el hechicero se ríe, disfrutando del espectáculo sucio en que te estabas convirtiendo.
Unas estocadas más golpean contra tu garganta mientras tu cuerpo se mueve contra las caderas de Lucifer, la gran mano de Beel se posiciona detrás de tu cabeza y te sostienen pegada contra su pelvis, dejando dentro de tu garganta su miembro, sintiendo como su semen te ahoga, tratas de empujarlo un poco para que te deje respirar pero él no te deja y no tienes más opción que empezar a tragar todo con dificultad, un sabor amargo y espeso. Cuando por fin sientes tus labios libres y como duele tu garganta, no eres capaz de cerrar tus labios y solo dejas escapar los gemidos que provoca las estocadas de Lucifer contra tu coño, estás cerca de llegar, cierras tus ojos esperando tu orgasmo y gimes cuando Lucifer sale de ti.
—¿Que...? —estas perpleja, incluso podrías decir desilusionada— Luci- ¡AH!
Lucifer hace un gesto para que guardes silencio, golpeando con su pene sobre tu coño.
—Beel, ven aquí —llama a su hermano, Lucifer te carga, tu espalda está contra su pecho, puedes ver cómo Beel se acomoda sobre la mesa, posiciona cada pierna a los lados de la mesa y su miembro esta erecto, un grosor gordo que incluso te hace pensar aún como fue que entró en tu boca.
Solomon que mira todo, se encuentra indignado, él es quien más espera poder follar tu coño. —Si, claro, déjenme al final —resopla con molestia, aunque su voz suena algo juguetona.
Lucifer que parece burlarse de él se ríe, pero no sé dejará convencer con sus palabras, te lleva hasta el cuerpo de su hermano y ahora es Beel quien te sostiene y empuja su miembro dentro de tu coño que al contrario de su hermano entra de golpe en ti, un grito ahogado sale de tu garganta y sin esperar a que te acostumbres comienza a mover sus caderas, empujando de arriba a abajo, te sostienes con el pecho de Beel, rebotando una y otra vez tu trasero contra su pelvis, y de nuevo sintiendo cerca del orgasmo, Lucifer detiene a su hermano.
—Es hora de ver cómo tomas a ambos, (...) —Lucifer te empuja contra el pecho de su hermano, colocando una mano sobre tu espalda, sientes como la punta de su miembro se coloca en tu otro orificio.
—Espera Lucifer, espe- ah... no... —tratas de detenerlo pero él continúa con su empuje, entrando poco a poco, tus uñas se encajan en la piel de Beel quien gruñe, suspiras fuertemente cuando por fin sientes que entró por completo.
—Ahora vamos a movernos lento —susurra Lucifer inclinado sobre ti, y ambos hermanos empiezan sus movimientos.
Solomon celoso de como ambos te tienen solo para ellos, atrae tu cabeza, si tomaste a Beel, claramente podias tomar la de él. Coloca su miembro dentro de tu boca y golpea con un ritmo muy diferente al de ambos hermanos, es tosco y brusco, también quiere poseerte, llenarte de él, llevarte hasta el borde de la locura, aunque cree que ahora estás ahí en ese punto. El ritmo de los hermanos empieza a aumentar, tus lloriqueos se hacen más fuertes, puedes sentir como ambos hermanos se esfuerzan por no salir de ti y solo seguir golpeando en tus orificios.
—Vamos, (...), mira lo bien que nos tomas a los tres —Solomon te sonríe, estás hecha un desastre, los tres tan sudorosos y excitados.
—Este lugar se siente mucho mejor —Lucifer no deja de golpear en tu trasero, inclinándose sobre ti mordiendo tu espalda y hombros, dejando marcas rojas y profundas.
Esta vez sin contenerse ninguno de los tres golpean en ti, con fuerza y brutalidad, te sostienes del borde de la mesa mientras recibes el miembro de Solomon en tu boca, golpeando dentro de ti una y otra vez, puedes sentir como sostiene tu cabello con fuerza, y las arcadas que suenan de tu garganta al recibir cada golpe de parte de Solomon. Ninguno de los tres paran con sus miembros entrando y saliendo de tus agujeros, te sientes adolorida y cansada, las fuerzas de tus brazos van decayendo, el ambiente en la oficina se ha vuelto más caliente, sus cuerpos rebotando uno contra otro, el sudor que se desliza entre sus pieles, los gemidos que cada uno de ellos deja escapar de sus labios, sus gruñidos y la fuerza con la que sostienen tu cuerpo y rostro, puedes sentir que estás cerca de tu orgasmo y ellos al mismo tiempo están cerca de llegar por la manera en que golpean con más brutalidad.
Solomon gime con fuerza, el líquido caliente golpea sobre tus garganta, te sostienes contra él dejando que tragues hasta la última gota mientras aún eres golpeada por Beel y Lucifer quienes aún no llegan a su orgasmo.
—Espero que después de esto me dejen probar allí —les reclama a ambos.
Lucifer sigue golpeando, viendo como tus agujeros reciben bastante bien dos pollas al mismo tiempo, sin duda es una buena vista, sus estocadas parecen cada vez más violentas y erráticas, el primero que parece en llegar es Beel, quien sostiene tus caderas para que pueda golpear más profundo y de ahí le sigue Lucifer, quien levanta tu cuerpo para llegar más adentro, ambos continúan golpeando hasta que te escuchan lanzar un grito y ellos gimen, tus fluidos se mezclan con los de Beel y sientes tu trasero caliente, te sostienes contra Lucifer, quien toma tus senos y los acaricia, él aún se siente con energía para otra ronda, Beel quien espera hasta que la última gota de él salga y se quede en ti para poder apartarse y le deja su lugar a Solomon quien sin duda estaba muy ansioso de probar tu coño, no le importa ver cómo tu cuerpo está agotado o que pareces perdida en el éxtasis, y se mete directamente a tu coño, sin esperar nada comienza a golpear, subiendo y bajando su cadera mientras que Lucifer aún tiene su miembro en ti, pero sin moverse, mantiene tu espalda sobre su pecho, retorciendo tus pezones, incitando a su hermano a que venga y los muerda, y es lo que hace, tentando a la vista, muerde ligeramente cada pezón mientras sientes tu coño ardiendo por cada golpe de parte de Solomon, ya no eres capaz de escuchar tu propia voz entre los gemidos o al menos tus propios pensamientos, tu cuerpo arde y duele, las manos de Beel bajan a tu clítoris, acariciando mientras recibes el miembro de Solomon una y otra vez golpeando en tu interior, la sobreestimulación te vuelve loca, dejándote mal con cada golpe.
—Solo un poco más (...) —dice Solomon.
Continua golpeando en tu interior, los dedos de tus pies se encogen, sientes como tú cuerpo se contrae, el ritmo rápido, la manera en que tu cuerpo fue tratado, el dolor palpitante y placentero, Solomon no paraba de moverse, sus uñas estaban enterradas en la carne de tu cadera, moviéndose de arriba a abajo chocando contra tu coño, tan húmedo y fácil de deslizar, tan excitado que te sentías cerca del final.
Tus pezones dolían, notas las marcas que Beel dejó en cada mordida, tu coño no para de doler, continuas recibiendo golpe tras golpe, el dolor te hace gemir, sientes que no puedes más, Solomon continua aumentando la fuerza de sus estocadas, el chapoteo de los fluidos que se mezclaron antes, tu cuerpo no para de subir y bajar, parece que poco a poco vas perdiendo tus sentidos y cuando sientes que eso pasa la boca de Beel hace su trabajo en traerte de vuelta, mordiendo con fuerza tu piel, jalando tus pezones y succionando con fuerza, un golpe, dos, tres más, los fluidos comienzan a deslizarse entre tus piernas, nuevamente, un golpe, dos más, un grito sale de tu garganta y Solomon se eleva para quedar frente a tus pechos y los acaricia mientras se mueve lentamente para salir de ti.
Lucifer que nunca salió de tu trasero ahora lo haces y sientes la diferencia, como si una parte de ti fuese quitada, tu cuerpo se siente solo, el hecho de que hace un momento estuviste siendo ocupada por los tres, que no pararon de golpear cada agujero en ti, ahora se sentía extraño, los necesitabas de vuelta a ti.
—Tranquila, pareces que estás muy necesitada —Solomon continua golpeando lentamente, parece divertirse con tu imagen toda sucia y maltratada.
—Pero ahora necesitamos una respuesta —ahora Lucifer se burla de ti—. Pero no te preocupes (...), si ahorita no eres capaz de responder podemos intentarlo nuevamente, para que decidas.
Tu cuerpo tiembla, las marcas en tu piel son rojas y visibles, sin duda quedarán por bastante tiempo, por fin, Solomon sale de ti. Beel te carga y te lleva al sofá de la oficina, brevemente podías verlos entre lo que tú conciencia iba y venía.
—Aun me falta disfrutar más de ti, así que no creo tener problema en volver a intentarlo —te dice Beel.
Lo que había sucedido ese día esperaban volver a repetirlo, esperaban de nuevo probar tu cuerpo, llevarte al límite, no permitirte opinar en nada y solo usarte, llenar cada agujero de ti con sus semen, marcarte como suya y solo de ellos.
Si, volverían a repetir hasta que estés bien y que pudieras responder, ¿a quien amas?
Esto fue demasiado largo, muy largo que ni sé cuántas palabras tiene, pero lo ame, y yo feliz de escribir esto.
Después de tres años, volví, la vida no le trato bien en esos años y me perdí en un terrible bloqueo que hasta ahora trato de salir y que espero que este os haya superado una parte.
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
Capítulo 15.
—¿Será que primero va el huevo o el tomate?—preguntó Enzo con curiosidad mientras inspeccionaba de arriba a abajo el bote del sustituto de huevo, como esperando encontrar una instrucción de cocción ahí.
—El orden de los factores no altera el producto—respondió Alana haciéndose la sabia mientras hundía su cara en la espalda de Enzo e inspiraba su delicioso aroma, como cada mañana, se encontraban en el campo de batalla (la cocina) tratando no quemar el edificio entero en el intento.
—Nena, ya vimos que eso no aplica acá—replicó Enzo, Alana rió al recordar cómo habían hecho un total desastre hace unos días al intentar hornear un pastel, Enzo estaba seguro que aquella abominación de repostería había salido tan mal por no mezclar los ingredientes secos y húmedos por separado.
—Creo que es una vergüenza que estemos así de viejos y no podamos preparar unos simples huevos—dijo Alana despegándose del cálido cuerpo de su novio para servirse algo de café, gimió ante el delicioso sabor de este, al menos eso sí les salía bien.
—Bueno, por algo se empieza—dijo Enzo dándose por vencido y vaciando en la sartén el tomate picado.
Alana sintió algo rasposo en su pie, bajó la mirada y encontró a Zola lamiéndole un dedo, la cargó en un abrazo, era increíble lo mucho que había crecido en los últimos días, la gata había pasado de tomar biberón a alimento húmedo y por muy mala suerte de Enzo, había comenzado a dañar los sillones, aunque a él no le parecía molestar mucho.
—Te voy a extrañar hoy—dijo Alana con algo de tristeza en su voz mientras acariciaba el pelaje de Zola, en los últimos días el chico había estado más ocupado que nunca entre entrevistas y grabaciones.
—Podés acompañarme hoy a grabar—sugirió él—. Escribís allá—dijo batiendo los huevos, Alana pensó que era una buena idea, quizá no podría verlo mucho, pero le haría bien escribir en otro lugar y estar cerca de él.
—Uy, sí, me gusta esa idea—dijo emocionada.
—A mí me gustas vos—dijo Enzo.
Alana se preguntaba si en algún momento la tan famosa fase de luna de miel terminaría, desde que Enzo le había pedido ser su novia no podían despegarse el uno del otro, y aunque seguían manteniendo una relación bastante privada, el chico no temía a decir abiertamente en las entrevistas que la escritora era su novia.
Algunos odiaban a la pareja, otros la amaban, pero a ellos no podía importarles menos las opiniones, se encontraban bastante contentos en el pequeño mundo que habían creado juntos.
Alana no tuvo que aferrarse a su mochila como la primera vez que había visitado el estudio de grabación, pues ahora Enzo la llevaba de la mano, dirigiéndola hasta el camper, el staff los saludaba efusivamente, se notaba de lejos que todo el equipo de producción se encontraba encantado con Enzo, así como el resto de los actores, Enzo la presentó con algunas personas, Alana se sintió halagada cuando uno que otro le mencionó haber leído uno de sus libros en alguna ocasión.
—Buenas—exclamó Lucía cuando los vio entrar al camper, Alana le sonrió tímidamente, no habían tenido el mejor inicio de todos y se sentía un poco tonta por haberse puesto celosa de ella la primera vez que se vieron, Enzo se encargó de contarle tiempo después que su amiga en realidad era lesbiana y llevaba más de cinco años de novia con una chica chilena llamada Mayra.
—Hola—dijo Alana sentándose en el sillón y procediendo a sacar su mochila para mantener sus manos ocupadas.
—Enzo me contó que ya están de novios—dijo Lucía simplemente, Alana se sintió sonrojar—. Aunque bueno, no necesita que lo haga, la noticia está en todas partes, son como la nueva pareja real o algo así.
—Lucía, me quería disculpar contigo, la primera vez que nos vimos no fui muy amable—dijo Alana.
—Ah, ¿qué va? Yo también me porté grosera con vos, Enzo es como mi mejor amigo, si sos su novia automáticamente somos amigas.
Alana sonrió ampliamente, se sintió un poco triste por nunca haberse permitido entablar amistades desde que se había mudado a Sevilla, sin embargo, se sentía emocionada de que Enzo le estuviese presentando a tanta gente.
—Mucha amistad y mucho romanticismo, pero el director anda como loco llamándome—dijo Enzo echándose el cabello para atrás, invitando a Lucía que le aplicara los productos cuanto antes.
—Qué pesado que sos—Lucía rodó los ojos y comenzó a trabajar en su rostro, Alana le sonrió por última vez y se hundió en la escritura.
Durante la mitad del día Enzo y Lucía estuvieron entrando y saliendo del camper, a Alana le parecía increíble todo el trabajo que la maquillista tenía que hacer en el chico a pesar de que su rostro luciera prácticamente natural, si no estuviera viendo todos los productos que la rubia le aplicaba, ni se hubiera enterado que Enzo llevaba maquillaje.
—Estoy que me muero del cansancio—dijo Lucía moviendo las piernas, al menos Enzo tenía oportunidad de sentarse durante el proceso, ella se la pasaba moviéndose de arriba a abajo, Alana se había sentido tan estresada por ella que estuvo apunto de preguntarle si necesitaba ayuda con algo—. Me voy a comer en lo que te llaman de nuevo, chau—dijo saliendo de un portazo.
—¿Vos tenés hambre?—preguntó Enzo desde su silla, Alana protuyó el labio al escucharlo, aún se encontraba llena del desayuno que habían preparado esa mañana.
—No realmente, ¿tú?
Enzo se negó y se llevó la mano a la frente para peinarse el mechón rebelde que le había caído por la cara, Alana no podía despegar la vista de él, para su papel tenía que llevar ropa bastante casual, así que técnicamente iba vestido como en su día a día, sin embargo, la camisa negra que llevaba se acomodaba en su cuerpo de forma correcta y Lucía había hecho maravillas con su cabello, este se veía más suave que nunca.
—¿Qué tanto me mirás?—preguntó Enzo con tono de nerviosismo, ¿cómo podía ser tan atractivo y adorable al mismo tiempo?
—Lo guapo que eres—respondió.
Enzo le sonrió a través del espejo para después caminar hacia ella y estrellar sus labios tan dulces como siempre, Alana no pudo evitar pasar sus dedos por el cabello de su nuca, lo cual pareció tener un gran efecto en Enzo, porque soltó un jadeo como respuesta, Alana mordió suavemente su labio inferior al escucharlo.
Como ella seguía sentada en el sillón, Enzo tuvo que arrodillarse frente a ella para estar a la misma altura, siguieron besándose con profundidad hasta que Enzo decidió romper el beso para dirigirlo a la mandíbula de la chica, ella cerró los ojos con fuerza, pensó en lo mucho que habían cambiado las cosas desde la última vez que habían estado en ese mismo lugar y se sintió agradecida de que lo hubieran hecho, era difícil apagar su mente, pero cuando sintió las manos firmes de Enzo sobre sus muslos desnudos se olvidó de todo lo demás de inmediato, todo lo que podía sentir y pensar era él.
—En—suspiró al sentirlo profundizar el ataque en su cuello, él sonrió en su piel como respuesta.
Ella no pudo evitarlo y elevó un poco las caderas, demostrando lo necesitada que se encontraba por el toque de él.
—¿Puedo?—preguntó Enzo subiendo sus manos aún más sobre sus muslos, justamente ese día había decido usar un vestido de verano, Alana asintió rápidamente mientras soltaba un jadeo.
Sintió los largos dedos de Enzo deshacerse de sus bragas y levantar aún más su vestido, dejándola completamente expuesta para él, Enzo abrió sus piernas y procedió a dejar húmedos besos en su entrepierna, Alana elevó las caderas aún más como respuesta.
—Me volvés loco—suspiró él contra su proximidad y Alana sintió que todo su cuerpo se encendía.
Enzo comenzó a acariciarla suavemente y una vez encontró el ritmo que ella claramente disfrutaba, procedió a adentrar su dedo índice, Alana suspiró ante la imagen de Enzo arrodillado frente a ella, su dedo se ocultó hasta donde su anillo del dedo índice llegaba, nunca volvería a ver esos anillos de la misma manera.
—Enzo—gimió su nombre y dejó caer la cabeza sobre el sillón, si cerraba los ojos podía jurar que veía estrellas, sin embargo volvió a dirigir la atención hacia Enzo, pues esa era una imagen digna de adorar.
Ella soltó un sonido de protesta cuando Enzo sacó sus dedos abruptamente, pero volvió a soltar un grito de placer en cuanto ahora sintió sus labios.
Enzo la tomó de los tobillos y llevó sus piernas sobre sus hombros para poder llegar con más profundidad, al hacerlo, la laptop de Alana estuvo apunto de caer de su costado, por lo que ella la cerró abruptamente y la acomodó mejor en el sillón.
—¿No se borra lo que escribiste?—preguntó Enzo con preocupación desprendiendo la boca de su clítoris, tenía las pupilas dilatadas y la respiración entrecortada, sus labios se encontraban entre abiertos y mojados, Alana por un segundo que se vendría en ese mismo instante ante la obscena imagen.
—No, no—dijo rápidamente—. Tú sigue—ordenó empujando los hombros del chico, él soltó una risa y siguió con su trabajo, ambos se encontraban demasiado excitados como para importarles el lugar en el que se encontraban y que cualquier persona pudiera entrar en cualquier momento.
Alana hundió sus dedos en el cabello de Enzo en cuanto sintió que él comenzó a utilizar tanto la lengua como dedos, no sabía lo mucho que podía sentir hasta que él comenzó a tocarla y besarla de esa forma, soltó otro gemido ahogado en cuanto otro dedo se insertó.
—Me encantan los sonidos que hacés, mi vida, pero te me van a escuchar—dijo Enzo con la voz agitada para llevar su mano libre hacia la boca de Alana, silenciándola, soltó otro grito cuando Enzo regresó sus labios en ella, sin embargo el grito fue disipado por la palma de él.
—Santa mierda—exclamó.
—Esa boquita—rió Enzo dejando un beso en su rodilla mientras aún la penetraba con sus dedos, Alana no pudo resistirlo más, se dejó colapsar y que la ola de placer la invadiera por completo, Enzo sacó los dedos de ella en cuanto las pequeñas convulsiones se detuvieron, ambos se encontraban cubiertos por una ligera capa de sudor, Alana no podía pensar en otra cosa que desnudarlo y subirse sobre él, así que cuando él volvió a estrellar sus labios contra los de ella, comenzó a jalar el cuello de su camisa.
—¡Escena 4!—gritó alguien tocando la puerta de metal fuertemente, haciendo que ambos se separaran abruptamente.
Enzo arrugó la nariz y apretó los ojos ante la orden, Alana soltó una risita.
—Qué mala que sos—dijo él negando con la cabeza.
—Tú fuiste el que empezó—exclamó ella para después dejar un corto beso sobre el cuello del chico.
—No, fuiste vos por verte así—exclamó dando un pequeño golpe en su cadera—. Tengo que ir ahora.
—Vale—dijo—. Suerte—exclamó para volver a llevar la laptop a sus muslos y bajar su mirada hacia la entrepierna de Enzo, él llevó la mano ahí como intentando disminuir el tamaño de su notoria erección y volvió a negar con la cabeza.
—Que sepas que te odio mucho—dijo él, Alana sabía que no lo decía en serio, pues tenía una enorme sonrisa en su rostro y en sus ojos había un brillo que demostraba adoración.
—Te quiero—dijo ella lanzándole un beso mientras él salía.
El resto del día Alana intentó distraerse cada que Enzo regresaba al camerino junto a Lucía para el retoque de maquillaje, sintiendo la mirada profunda de él sobre ella cada que la sangre subía por sus mejillas.
Alana llevaba un buen tiempo viendo a la hoja en blanco que le mostraba la pantalla de su computadora, su imaginación se había ido por completo para la escena de guerra que se había encontrado escribiendo y se había centrado en ideas de qué podía hacer para recompensar a Enzo una vez estuvieran solos, entonces su celular vibró.
Había un mensaje de Maricia, su agente, diciéndole que tenía que ir a la oficinas de la editorial de urgencia, Alana se sintió algo confundida, pero guardó sus cosas y salió del camper, tantos años trabajando con Maricia le habían enseñado que cuando ella le hablara, tenía que acudir cuanto antes.
Enzo se encontraba viendo una de las escenas que acababa de grabar en una de las pantallas de la cámara, se veía satisfecho con el trabajo e intercambió unas cuantas palabras con el director, pareció notar la presencia de Alana en el set porque se giró y la encontró parada en una esquina jugando con las correas de su mochila, Alana no sabía si despedirse propiamente de él o simplemente avisarle mediante un mensaje que tenía que ir a la editorial de emergencia.
Sin embargo, Enzo colocó una mano sobre el hombro de Julio, como indicándole que ahora volvía y caminó hasta su novia.
—¿Qué pasa?—preguntó observando que la chica llevaba la mochila en los hombros, aún faltaba un rato para que Enzo terminara de filmar.
—Me habló Maricia, dice que tengo que ir a la editorial cuanto antes—le informó.
—¿Pasó algo malo?
—No creo—respondió honestamente—. Pero tengo que irme ya, el taxi ya viene.
—Dale mi amor, con cuidado, me avisas cualquier cosa—dejó un rápido beso en sus labios y volvió hacia su zona de grabación.
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Holaaaaaaa! qué tal una historia en la que Enzo es entrevistado por una chica y la chica se empieza a sonrojar y a poner nerviosa porque le gusta su voz y su acento (ella no es uruguaya) y él coquetea con ella e incluso termina llevándola a su habitación de hotel??
+18!
Jamás imaginaste adquirir fama hablando sobre películas y mucho menos creíste llegar tan lejos como para hacer streams entrevistando celebridades, por lo que poder sentarte junto a uno de tus actores favoritos de La Sociedad de la Nieve aún te resulta shockeante.
Tus manos temblaban cuando abriste la puerta para recibir a Enzo, que como pequeño presente te obsequió una planta para tu hogar, pero te esforzaste para lucir profesional mientras él observaba atentamente cómo te encargabas de los últimos detalles antes de iniciar la transmisión.
Pero una vez que comenzaron las preguntas y respuestas y sentiste sus ojos sobre tu rostro... fracasaste. La profundidad de su voz junto con sus palabras medidas, los movimientos de sus manos y su atención sobre tu figura provocaron que tus mejillas ardan y te viste forzada a cruzar las piernas, tus muslos apretados en un intento de aliviar la sensación en tu centro.
Intentás sepultar los pensamientos que invaden tu cabeza y el recuerdo de todas las noches que pasaste tocándote mientras imaginabas que él estaba a tu lado, su aliento golpeando tu cuello y sus palabras guiándote. Esperás que no sea evidente que más de una vez te dormiste escuchando sus entrevistas porque su voz te resulta tan relajante como adictiva.
Enzo chequeó el ángulo de la cámara antes de colocar su mano sobre tu pierna y acariciar tu piel con su pulgar, una sonrisa tirando de sus labios al ver la forma en que disimulaste el sobresalto. Su voz se vuelve más grave, suspira profundamente mientras finge pensar sus respuestas y su mano no deja de moverse sobre tu muslo, cada vez más cerca de tu entrepierna.
Para cuando se despiden de tus seguidores y apagás la cámara, tu ropa interior está completamente humedecida. Evitás verlo a los ojos centrándote en tus manos sobre tu regazo, pero él se pone de rodillas para poder ver tu rostro mientras sus manos separan tus piernas.
-¿Qué pasó...?- pregunta con voz ronca, fingiendo inocencia-. Nunca te vi así con otros invitados.
-Perdón, es que...
-¿Por qué me pedís perdón?- sonríe y es tranquilizador, pero también una provocación. Sus dedos rozan tu ropa interior-. ¿Te pusiste este vestidito para mí? Te queda tan lindo...
Cerrás los ojos con fuerza cuando sus dígitos ejercen presión sobre tu clítoris y te contenés al oír su respiración volviéndose temblorosa. Emite un sonido de desaprobación seguido de una especie de quejido para burlarse de tu estado.
-Mirá cómo estás...- susurra contra tu piel, antes de reincorporarse para poder acercar su boca a tu cuello-. ¿Todo eso es para mí...?
No hace falta aclarar que el resto de la tarde transcurre con Enzo sacándote orgasmo tras orgasmo, permitiendo que te embriagues con su voz y todos los elogios (algún que otro comentario degradante también) que dejan sus labios. Cuando llega su hora de recibir placer no deja de gruñir y gemir palabras de aliento contra tu boca.
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast
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Hace 2200 años calculó la circunferencia de la tierra, con solo mirar la sombra que proyectaba dos postes colocados a 800 km uno del otro .
"En una época que algunos humanos llaman siglo tercero A.C., en la mayor metrópolis de aquel tiempo, la ciudad egipcia de Alejandría. Vivía allí un hombre llamado Eratóstenes.
Uno de sus envidiosos contemporáneos le apodó Beta, la segunda letra del alfabeto griego, porque según decía Eratóstenes era en todo el segundo mejor del mundo. Pero parece claro que Eratóstenes era Alfa en casi todo. Fue astrónomo, historiador, geógrafo, filósofo, poeta, crítico teatral y matemático. Los títulos de las obras que escribió van desde Astronomía hasta Sobre la libertad ante el dolor.
Fue también director de la gran Biblioteca de Alejandría, donde un día leyó en un libro de papiro que en un puesto avanzado de la frontera meridional, en Siena, cerca de la primera catarata del Nilo, en el mediodía del 21 de junio un palo vertical no proyectaba sombra. En el solsticio de verano, el día más largo del año, a medida que avanzaban las horas y se acercaba el mediodía las sombras de las columnas del templo iban acortándose.
En el mediodía habían desaparecido. En aquel momento podía verse el Sol reflejado en el agua en el fondo de un pozo hondo. El Sol estaba directamente encima de las cabezas. *
Era una observación que otros podrían haber ignorado con facilidad. Palos, sombras, reflejos en pozos, la posición del Sol: ¿qué importancia podían tener cosas tan sencillas y cotidianas? Pero Eratóstenes era un científico, y sus conjeturas sobre estos tópicos cambiaron el mundo; en cierto sentido hicieron el mundo.
Eratóstenes tuvo la presencia de ánimo de hacer un experimento, de observar realmente si en Alejandría los palos verticales proyectaban sombras hacia el mediodía del 21 de junio. Y descubrió que sí lo hacían. Eratóstenes se preguntó entonces a qué se debía que en el mismo instante un bastón no proyectara en Siena ninguna sombra mientras que en Alejandría, a gran distancia hacia el norte, proyectaba una sombra pronunciada.
Veamos un mapa del antiguo Egipto con dos palos verticales de igual longitud, uno clavado en Alejandría y el otro en Siena. Supongamos que en un momento dado cada palo no proyectara sombra alguna. El hecho se explica de modo muy fácil: basta suponer que la tierra es plana.
El Sol se encontrará entonces encima mismo de nuestras cabezas. Si los dos palos proyectan sombras de longitud igual, la cosa también se explica en una Tierra plana: los rayos del Sol tienen la misma inclinación y forman el mismo ángulo con los dos palos.
Pero ¿cómo explicarse que en Siena no había sombra y al mismo tiempo en Alejandría la sombra era considerable? Eratóstenes comprendió que la única respuesta posible es que la superficie de la Tierra está curvada.
Y no sólo esto: cuanto mayor sea la curvatura, mayor será la diferencia entre las longitudes de las sombras. El Sol está tan lejos que sus rayos son paralelos cuando llegan a la Tierra. Los palos situados formando ángulos diferentes con respecto a los rayos del Sol proyectan sombras de longitudes diferentes.
La diferencia observada en las longitudes de las sombras hacía necesario que la distancia entre Alejandría y Siena fuera de unos siete grados a lo largo de la superficie de la Tierra; es decir que si imaginamos los palos prolongados hasta llegar al centro de la Tierra, formarán allí un ángulo de siete grados.
Siete grados es aproximadamente una cincuentava parte de los trescientos sesenta grados que contiene la circunferencia entera de la Tierra. Eratóstenes sabía que la distancia entre Alejandría y Siena era de unos 800 kilómetros, porque contrató a un hombre para que lo midiera a pasos.
Ochocientos kilómetros por 50 dan 40 000 kilómetros: ésta debía ser pues la circunferencia de la Tierra. Ésta es la respuesta correcta. Las únicas herramientas de Eratóstenes fueron palos, ojos, pies y cerebros, y además el gusto por la experimentación. Con estos elementos dedujo la circunferencia de la Tierra con un error de sólo unas partes por ciento, lo que constituye un logro notable hace 2200 años.
Fue la primera persona que midió con precisión el tamaño de un planeta."
-Carl Sagan
astrofísico, cosmólogo y divulgador científico estadounidense (1934–1996)
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Escribo
para verte.
¡Y nunca me fallas!
Apareces
en el tiempo
de un poema.
En cada letra
te muestras.
Desnuda,
sobre un fondo blanco,
te dejas acariciar.
Así de fácil
es tenerte.
Otros te tocan, si.
¡Pero que sabrán ellos!
Hay un tacto
que vive lejos.
Uno que en la distancia
se vuelve palabra.
De el,
no hay duda,
nacen los versos.
A veces duelen tanto,
que se escriben sólos.
Si,
ahora mismo
lo están haciendo.
Que extraño,
estar aquí,
y tú,
tan lejos escribiendo.
No me ves,
no.
Pero estás aquí,
tan cerca,
que puedo sentir
tu respirar.
Si,
tu aliento
se me hace letra.
Y en la tinta
de tus labios
hay un adiós
que me besa.
Sí,
porque nunca
duró demasiado
un poema,
y así como te trae
sé que te lleva.
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en el comedor de mi casa, rodeada de sillas vacías, ocupo solo una. Sin embargo, mi dolor parece llenar cada rincón, como un humo espeso que nadie más percibe. Me siento pequeña, casi insignificante, como si aún fuera esa niña que pasaba horas en silencio, esperando que alguien notara su presencia. Pero nadie lo hacía. Tal vez por eso aprendí a contenerme, a no incomodar, a no exigir, incluso cuando algo dentro de mí gritaba desesperadamente por ser escuchado.
a veces cierro los ojos y me transporto a esos días de mi infancia, días donde el ruido de la casa parecía un eco lejano que nunca llegaba hasta mí. Había personas, claro, pero estaban tan cerca y a la vez tan lejos. Sus voces nunca alcanzaban a atravesar mi barrera de silencio, y mis palabras nunca eran lo suficientemente fuertes para romper la distancia. En mi refugio, construí un mundo imaginario: inventaba conversaciones, respondía preguntas que nunca me hicieron, y me consolaba con la ilusión de que alguien, en algún lugar, me escuchaba. Pero cuando abría los ojos, el vacío seguía ahí.
sueño con quebrarme, con dejar caer la fachada y mostrar la fragilidad que llevo dentro. Sueño con que alguien pueda ver a la niña que fui: rota, herida y callada, atrapada en un espacio donde nadie parecía querer entrar. Sueño con que alguien le hable a esa niña y le diga lo que tanto necesitaba escuchar; que no está sola, que no es invisible, que no tiene que ser fuerte todo el tiempo para merecer amor. Me pregunto si esas palabras, aunque lleguen tarde, podrían cerrar las grietas que quedaron abiertas.
despierto, y me invade la angustia. Estoy rodeada de personas que me quieren, que se preocupan por mí, y aun así, hay momentos en los que me siento sola. Pero no es culpa de ellos; es mía. Es mi incapacidad para soltar, para mostrarme, para decir lo que siento. Aprendí tan bien a quedarme callada, a guardar lo que duele, que ahora no sé cómo dejarlo salir. Me he convertido en la arquitecta de mi propio aislamiento, incluso estando rodeada de gente que estaría dispuesta a escucharme.
cada vez que intento ser la mujer fuerte que los demás esperan, siento cómo esa niña dentro de mí se desmorona un poco más. Esa niña que aún busca abrazos que no recibió, que aún teme que si habla, nadie la escuchará. Y me pregunto si es posible reparar algo que ha estado roto por tanto tiempo, si es posible llenar los vacíos que quedaron desde aquellos días de infancia.
quiero aprender. Quiero aprender a hablar, a dejarme ver, a existir sin pedir permiso. Quiero creer que merezco ser escuchada, no porque grite más fuerte, sino porque tengo algo que decir. Quiero mirar hacia atrás y tomar de la mano a esa niña solitaria, para decirle que no tiene que esconderse más. Que está bien ser vista, que está bien pedir ayuda, que está bien ser frágil. Porque sé que, aunque todavía cargo con esa soledad, ya no soy la misma. He dejado de estar sola, pero ahora tengo que convencerme de que puedo dejar de sentirme así.
sábado, 21 de diciembre del 2024
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Yandere Platónico Poseidón y el hijo/a de Adamas (TRADUCCION)
No es secreto para nadie que Poseidón era un caso extraño incluso para los propios dioses, incluso para su propia familia.
Aparte de Hades, Poseidón no tenía realmente ningún interés en formar una buena relación con sus hermanos mientras crecía, y mientras desarrollaba más su personalidad agresiva y volátil, menos iniciativa había para cambiar eso por parte de Zeus y Adamas. Poseidón ni siquiera trato de cambiar esto el mismo, con ninguna relación dentro de su familia, con sus sobrinos o sobrinas, por ejemplo. Sin embargo, en una ocasión, solo en una ocasión, esto cambio.
Fue una sorpresa bastante grande que Adamas, de todos sus hermanos, finalmente hubiera tenido un heredero, Poseidón sabía que se había casado con una Gorgona, pero había tratado el tema con la misma indiferencia de siempre. Probablemente él no hubiera atendido a la ceremonia de la criatura si Hades mismo no lo hubiera convencido de hacerlo. Poseidón creía que era una pérdida de tiempo. Sin embargo, también estaba la curiosidad mórbida de qué tipo de criatura saldría de una unión tan…particular.
Hubo dos ceremonias, una para la gente de Adamas, donde mostro a su criatura a todo el mundo, alzando orgulloso a su primer retoño. Y otra para la familia, mucho más reducida y privada. Siendo está a la que (obligaron) HICIERON a Poseidón ir.
El solo quería presentarse e irse, pero la curiosidad volvió a aparecer, esta vez de forma más persistente al ver a todos atumultuados cerca del nuevo miembro de la familia. Un vistazo no hará daño después de todo.
Poseidón estaba preparado para ver a la criatura mas abominable posible, o una suerte de mezcla entre Gorgona y su hermano, pero lo que se terminó topando fue mucho mas …¿placentero? Y fue lo que lo sorprendió mas.
La criatura de Adamas y su mujer había sacado los mejores aspectos de cada uno, incluso podía decir que se parecía un poco a su abuela, Rhea, y pese a que tenia claros signos de ser la criatura de sus padres (algunas escamas por aquí y por allá, marcas de nacimiento), ella emanaba algo que nadie más en la familia: inocencia.
Poseidón, por primera vez en miles de años, sintió interés por otro ser vivo, por resguardarlo, por mantenerlo. Un sentimiento amoroso, nocivo que contaminaba todo a su alrededor.
Asi que esto era amor.
___________
lector fue nombrade por Adamas como sucesor de Nike, la Entidad que simbolizaba la victoria, ligándole a su padre de forma inherente.
Lector creció siendo nutrido y amado por su familia! Ellos tenían buenos recuerdos de eso, sobre aprender pelear con su madre, aprender a usar sus armas, hacer expediciones con su padre, y como no, las visitas de su tío.
Nadie se esperaba que Poseidón de entre todos los dioses se convirtiera en una figura recurrente en la vida de la criatura, puso a Adamas alerta y su esposa estaba desconfiada, mientras lector inocentemente esperaba sus visitas.
Cada vez que Poseidón venía a visitar “a la familia de Adamas” (solo a lector), traía algún regalo para la criatura, un arma, un animal de compañía, accesorios, etc. Todo con su cara seria, pero siempre mirando fijamente las expresiones de lector, mirándole a sus jóvenes y curiosos ojos.
Adamas se dio cuenta de esto.
Una parte de el estaba increíblemente ofendida, después de todo, le estaba mostrando a su hijo, desde el momento de que nacieron, el respeto que el nunca recibió. Sin embargo, con el pasar de los años, esta ira se fue convirtiendo en sospecha, y de sospecha…a preocupación.
Habría veces en las que Poseidón sacaba a la criatura del palacio de Adamas (pese a las negativas del mismo al respecto), ya sea para mostrarle el océano, llevarle con Hades, incluso a su castillo. ¡lo cual era muy divertido para lector@! Realmente no tenían idea del mundo fuera de su familia, por lo que tener este tipo de escapadas se le hacían divertidísimas, incluso si molestaba a su padre.
Era casi como si quisiera… apartarlos de lector, mantenerlos lejos, como si fueran indignos. Y realmente no había forma de detener las visitas de Poseidón, no solo por las riñas qe esto traería, sino por que el simplemente no lo permitiría.
Adamas podía ver un extraño brillo en sus ojos, el brillo de un depredador persistente, que va a paso constante tras su presa. Y eso le preocupo.
Le preocupo ver como Poseidón alejaba a su bebe de su familia, de lo que disfrutaban hacer juntos, e intentaba replicarlo de forma desalmada. Le preocupo como Poseidón actuaba con la gente que siquiera interactuaba con su hijo, no era su agresividad normal, era algo peor, era posesividad, como si estuviera defendiendo lo que el pensaba, era su propiedad.
Y al mismo tiempo, era lo más feliz que había visto a Poseidón en toda su vida. Nunca creyó que lo vería sonreír, o que le permitiría a su criatura de 2 años salvaje jugar con su pelo y ropa, JUGAR con ellos, ir a la playa, juntar caracoles… ¿Cuándo fue que una relación tan…dulce y sincera se volvió tan espeluznante, incomoda e indeseable?
Sin embargo, había algo que Adamas y su pareja tenían sobre lector que Poseidón no tenia, un vínculo mucho más cercano que el no podría entender. El orgullo, la admiración.
lector, aun con todo el tiempo que pasaba con Poseidón, no dejaba de hablar de lo grandioso que le resultaba su padre, como guerrero, como dios, como padre en general. Lo cual hizo que el sentimiento retorcido en Poseidón solo se intensificara, se hiciera más oscuro, porque por primera vez, Adamas tenía algo que él deseaba. Y no lo iba a obtener mientras el siguiera vivo.
_____________
lector empezó a tomar cierto interés en ver las batallas de su padre por esta época, ¡era tan emocionante! ¿Ver a su padre pateándole el trasero a los dioses menores, dándole honor al olimpo, y lo mejor? lector siempre bajaba para dejarle la corona de laureles, declarándolo como ganador.
Poseidón solía simplemente ver a lo lejos antes, ni siquiera molestándose en venir muchas veces, pero ahora era extraño. Poder ver como Adamas y lector se reían, se veían felices…Poseidón quería eso, quería ser el ganador, pero no a ojos de los dioses, ya tenía su aprobación y miedo. Quería ser el ganador a ojos de lector, que le viera con el mismo cariño y admiración que su padre… que lo viera como su padre.
Talvez por eso estaba tan enojado con Adamas cuando dejo de permitirlo en siquiera en su palacio…Talvez por eso estaba tan dispuesto a hacer lo que hizo cuando llego el momento…
_____________
Decir que lector no sabía de los planes de su padre sería ingenuo, incluso si ellos no estaban totalmente de acuerdo con sus métodos o lo que iba a hacer, ellos creían en su filosofía, creían en él, lo entendían, y lo apoyaban. Incluso si no era la mejor decisión.
Estaban mas tranquilos viendo que tantos dioses estaban sumándose a su padre, daba la ilusión de que estaban en lo correcto. Claro, hasta que llegaron con Poseidón.
Era un sentimiento agridulce, lector@ recordaba la mayoría de sus mejores momentos de la infancia en ese palacio, y ahora, la única razón por la que venían era justamente para causar una guerra. Las cosas que uno hace por amor…
Como sea, lo que lector@ no se esperaba fue lo que sucedió cuando llegaron…
En menos de un parpadeo…
Un solo ataque.
Y Adamas. Su maestro. Su padre.
Murió.
lector no podía moverse, ni siquiera se dieron cuenta cuando cayeron de rodillas ante la vista de su padre muerto, cercenado, y dejaron escapar un grito de pura agonía. Estaban tan sumidos en el dolor que ni siquiera se dieron cuenta de cuando Poseidón empezó a caminar hacia ellos. Ahí estaba, aun con la sangre de su padre, de su hermano, el tirano de los mares se inco a su nivel, dándole una palmada ensangrentada en la cabeza, mirándole fijamente de nuevo, ni siquiera había una señal de culpa, arrepentimiento o simpatía en sus ojos.
Solo satisfacción, porque después de todo, el finalmente había ganado. Obtuvo lo que quería. Gano su propio premio mayor.
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lector no sabía cuánto tiempo había pasado desde entonces, estaba demasiado entumecido para pensar en ello, demasiado herido para que le importara.
Después del intento de revuelta de Adamas, su eliminación de la historia, y la subyugación de su ejército, solo quedo saber que harían con lector. No podían simplemente dejarlos ir como si nada hubiera pasado, pero no querían castigarlos por algo que su padre hizo.
Asi que Poseidón, como era de esperar, declaro que el se encargaría de vigilarle y asegurar que no haga nada en nombre de vengar a Adamas (por mucho que ellos quisieran, no estaba en su lista de prioridades ahora). Justo lo que le faltaba.
La vida en el palacio de Poseidón era silenciosa, quieta, sin vida realmente… no ayudo que lector estuviera tan deprimida al principio que ni siquiera dejara su cuarto designado durante varias semanas seguidas.
Pese a que la función de Poseidon era “retener” a lector, el actuaba mas como un cuidador sinceramente, lo que hacia que lector se sintiera enfermo cada vez que trataba de acercársele, por absolutamente cualquier razón, no importa si era para despertarlos, para hablarles o darles de comer, lector aun podía ver la sangre en sus manos. Sentirla en su piel…
Obviamente no paso mucho hasta que Poseidón se hartó de esto y empezó a ignorar flagrantemente el discomfort de lector. Si el decia que iban a comer juntos, lo harían, si el decía que iban a entrenar, lo harían, el era quien ponía las reglas. Punto.
Con el tiempo, y sumisión suficiente, Poseidón empezó a exigir mas demandas. Tener su cuarto cerca de el, tener el mismo tipo de ropa, que empezara a destacar en ciertas áreas de su interés, etc. Lector podía manejar las cosas hasta ahí, pero lo que realmente le rompió el corazón fue cuando Poseidón le exigió que empezara a llamarlo “padre”.
Fue como forzar vidrio roto por su garganta.
No cantidad de lujos, privilegios, afecto o miedo podían hacer que todo valiera la pena.
Sin emgargo… ya habían pasado tantos años, eones talvez. Y lector estaba tan cansada.
Cansada de discutir, cansado de pelear, cansado de sentirse drenado y triste, sabia en el hoyo en el que se estaba metiendo, pero a este punto no le importaba. Nada importaba.
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Poseidón estaba sentado, mirando los peces a través de su ventana, sin realmente pensar nada en concreto hasta que se abrió la puerta.
Sinceramente no esperaba ver lector, pero no dijo nada antes de que ellos se excusaran diciendo que no podían dormir bien, por lo que les dejo ser. Esto solía pasar de vez en cuando. A lector siempre le gusto estar donde estaban los peces. Le daban seguridad.
Poseidón solo volvió a lo que estaba haciendo, esperando escuchar como lector se recostaba en uno de los sillones que habían traído para ellos hace años. Pero le sorprendió cuando lector se dirigió a él en su lugar. Ni siquiera dijo una palabra cuando se sento al lado de el, recostando su cabeza en su hombro.
Poseidon solo se le quedo mirando, tratando de disimular su asombro. Esta podría ser la primera vez desde…el incidente…que lector le estaba dando una especie de afecto genuino. No era forzado. No era fingido. Genuino. Estaba buscando consuelo en EL.
Poseidón solo movió ligeramente a lector para que estuvieran más cómodos mientras veían a los peces, en un silencio cómodo. Poseidón se estaba regocijando tanto que no se dio cuenta inicialmente cuando lector se durmió, agarrándose a él. Talvez deberían ir a dormir…
O mejor, talvez puedan quedarse aquí un rato más.
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