#en realidad si es extraña
Explore tagged Tumblr posts
sinfonia-relativa · 2 months ago
Text
Hoy es diferente la historia, cambiaron los papeles. No puedes decir que no te lo advertí, quizá lo hice demasiado y fue poco creíble para ti, pero era real y doloroso para mí. Quise pasar toda una vida contigo, darte mis años y todo mi amor, tenía planes para ambos, tenía sueños contigo y todos mis anhelos llevaban tu rostro. Hasta que un día me cansé de reconstruir incluso hasta tu imagen en mi mente ya que solías destruirlo todo a tu paso, hasta que un día milagroso recobre la vista y frente a mí todo fue claro como la luz de la mañana, tuve que aceptar con todo mi ser la realidad y tomar aquellas decisiones que por tantos años pospuse. Me cansé de construir ciudades falseadas, de restaurar lo que tú dañabas, de curar heridas que tú causabas. Ahora eres tú quien quiere estar conmigo, lo que no sabes que mis ojos ahora ven claramente tu intención, necesitas de mi amor, como una droga que alimente tu ego. Realmente no me extrañas ni me amas a mí por la persona que soy, si no, aquella devoción que solía tener por ti, una que ya no existe y que deberás buscarla en otro lugar. Ve y busca tu droga en otro sitio. Porque aquí solo existen ruinas en reconstrucción y en esta cuidad tú no eres bienvenido. Lo siento, te dije que me perderías.
Moongirl
36 notes · View notes
koisuicides · 5 days ago
Text
La "Flanderización" de Liquid Snake: Genes y Daddy Issues. [ SPOILERS : MGSV:TPP, MGS:TS ]
¿Qué es lo primero que usualmente puede ocurrirle a un fan de MGS cuando se menciona a Eli, mejor conocido como Liquid Snake? La respuesta popular sería su obsesión con los genes, su complejo de inferioridad o la extraña relación que mantuvo con Big Boss. Pero hay algo que para mi análisis resulta más interesante; la falta de identidad propia de Eli/Liquid.
“I'm not me, i'm just a copy of you.” Eli, mission 51.
Si bien Eli no es consciente de que esta hablando con Venom Snake y no con su verdadero padre (Big Boss), el diálogo es más que comprensible para quién lo oiga. Eli no se reconoce a sí mismo como un "yo", no puede formar una identidad separada de la de Big Boss, considerándose a sí mismo como una simple copia de ADN. Desde sus 6/7 años aproximadamente, Liquid descubre la verdad sobre su nacimiento, y para empeorar la situación, también sabe que a el le tocaron los "peores genes", los recesivos. Hay todo un discurso aparte sobre este tópico de los genes y las palabras utilizadas por Kojima y la traducción inglesa en el que no me voy a meter porque no es relevante para el argumento, pero lo que si es pertinente, es lo siguiente:
A Liquid le molesta ser un simple clon, pero detesta haber sido la rata de experimentación y descarte en la que todos los genes recesivos de Big Boss fueron a depositarse para crear el clon perfecto, que para el punto de vista de Liquid, es Solid/David.
“I'm just the leftovers of what they used to make you, can you understand what it's like to know you're garbage since the day you were born?” Liquid, Metal Gear Solid: Twin Snakes.
Liquid esta resentido porque se considera una basura, un desperdicio de ser humano. Liquid busca vengarse de Big Boss y de Solid porque los considera la causa de sus dos afecciones más grandes: En primer lugar, si Big Boss no existiera, Liquid tampoco lo haría. En segundo, Solid "fue quién le robó" (porque en realidad no fue su decisión, sino la de los científicos) todos los genes dominantes.
¿Por qué Liquid busca probarse superior ante estos entonces? porque es sobrepasar sus límites. Es romper con la maldicion de los genes y mostrarse superior a estos, demostrar que no lo definen, y que es una persona con decisiones, acciones y carácter propio.
“I will surpass him, I will destroy him.” (Liquid refiriéndose a BB)
Liquid quiere aprovecharse de todas maneras de estos genes (e incluso se muestra orgulloso de su "destino") y mantiene una relación extraña con Big Boss. Según Liquid, BB lo eligió a él, pero aún así constantemente le recordaba que era el peor gemelo. Es un vínculo tóxico, ya que por propias palabras de Liquid el detesta a BB, tanto que queria matarlo y así reafirmar su superioridad, pero al mismo tiempo Liquid tiene una obsesión con BB, por lo que no puedo evitar sentir cierto "orgullo infantil" en la escena en donde le dice a Solid que "Father Chose me".
A lo que quiero llegar con todo esto es que Liquid realmente busca su identidad. Su problema principal, aunque juegue un rol MUY importante en su personaje, no son los genes, sino que estos son la base que le permiten motivarse para superarlos y sacarle provecho por las capacidades que le traen (súper fuerza, destreza, capacidad de liderazgo, etc) y así convertirse en el verdadero Eli/White Mamba, no en el "clon inferior de Big Boss."
Por conclusión, considero que en lugar de ser tomado como un personaje obsesionado por los genes, Liquid es alguien obsesionado con encontrar una identidad propia.
Si llegaste hasta este punto, gracias por leer. Esto no tiene la intención de ser tomado como algo canon sino como un análisis hecho por una fan que realmente ama la personalidad y la complejidad de un personaje tan trágico como Liquid. <3
@inaneautisticramblings even if it's the spanish ver it is here, I will translate it in the future ^^
15 notes · View notes
dansfull · 5 months ago
Text
estoy en una etapa de introspección, reflexion, siento que los días pasan y no logro salir del mismo bucle en el que caigo siempre. la culpa, sentirme una fracasada, no poder aceptar que las cosas terminaron. no entender y buscar respuestas donde no las hay. caigo en la victimizacion, en sobrepensaar, caigo en las profundidades de la autoflagelación. y me siento culpable, por no haber aguantado más. y juro que me leo escribiendo esto y pienso "¡qué enferma!". realmente mi unica culpa es sentirme muy sensible siempre, sentir que las cosas me importan mucho, no saber canalizar mis emociones de manera sana. me siento culpable porque si yo no fuera tan sensible, si yo cambiara de personalidad, esto no habria pasado. y es tan horrible sentirme asi, tan poco a gusto conmigo misma.
esta semana de eclipses, dicen que se va todo lo que no necesitamos más. el proceso de purificacion y liberacion durará hasta enero de 2025. el encontrar un nuevo camino, una nueva forma de vivir... anhelo perderme completamente en sensaciones placenteras, formas una nueva personalidad, nuevos gustos, nuevas pasiones. ser más fuerte emocionalmente, no dejar que me manipulen, no dejar que nadie invada el espacio sagrado que tengo que ser yo para mí misma.
quiero empezar a entender el amor no como algo que se merece, sino como algo que es y que se vive y que te encuentra. algo que te llega porque sos amor, y porque experimentarlo es una bendicion. y la verdad quiero pensar que nunca te amé, porque no puede ser que el amor sea esto. tiene que haber algo más que esta mediocridad y este dolor que siento. realmente si el amor es así no me interesa volver a vivirlo.
y me invaden las dudas: ¿realmente me quisiste o te gustaba simplemente cómo yo te trataba? ¿me mentiste todo este tiempo? ¿priorizaste a ella porque la amabas mas que a mí? ¿cual es la manera de evaluar la relacion, a través de lo que vos sentis unicamente? ¿existió algo más alla de vos? ¿estarás pensando en mí ahora? ¿me extrañas o me odias? ¿sentís que yo fui lo mejor que te pasó?
hay una escena muy recurrente que viene a mi mente en la que estas pensandome siempre. te pones a estudiar y te colgas pensando en mi, me buscas en instagram, querés verme todas las fotos, me buscas en twitter, queres verme todo lo que publico. y yo no subo nada y no podés enterarte de nada. y te dormis, y te pones a ver algo en netflix pero te acordas de mi entonces no podes ver nada. y vas andando en bici por toda capital con ganas de cruzarme. y cuando salís con otra chica la comparas continuamente conmigo. "uf, ella me habría dicho esto" o "ella me hubiera dado siempre la mitad mas grande" o "ella me hubiera...". y entras en un bucle de desesperacion, tristeza, pensas que nunca vas a encontrar a nadie mejor, que te equivocaste realmente al alejarte y que ya no podés volver porque me lastimaste muchísimo con lo que hiciste sistematicamente durante meses. y sos consciente de que no tiene sentido volver, por orgullo y por realidad. porque la realidad es que no tiene arreglo lo nuestro y nunca vamos a volver a estar juntos y solo queda aceptar ese vacío de no ser correspondido en el tiempo con la mayor dignidad que se pueda (si es que se puede aceptar esto sin humillarse y arrancarse el alma en el intento)
y yo, en mi realidad, me dejo llevar por los delirios. prometí no escribir nunca mas y acá estoy. prometí desaparecer de todos lados y estoy en más lugares de los que debería. y en cada cosa que hago pienso en vos. y toda mi motivacion viene por pulsión al imaginarte en mi mente. todo el tiempo se me vienen recuerdos con vos, caminando, paseando. te hiciste muy presente en mi vida, una presencia avasallante pero distante, una presencia volatil e invasiva. una presencia completamente fria pero que quema. y ahora hay un hueco en cada espacio de mi mente. en cada cosa que hago, falta algo más. es como si no pudiera completarme con el día a día. me duermo esperando al día siguiente despertarme y reconocerme. pero no me reconozco. no me gusta esta version mía que quedó desde que te fuiste. y tampoco me gustaba la versión que yo era cuando vos estabas. me olvidé quien soy. y no puedo acordarme de nadie que no seas vos. son imagenes que vienen y quedan detenidas por varias horas o minutos en mi mente. y me sube la angustia como olas de mar. y siento que la solucion es dejar de sentir. porque aceptar todo esto es un parto
24 notes · View notes
caostalgia · 2 years ago
Text
Se me nubla la mirada, puedo sentir las lágrimas deseosas por salir, la garganta se me cierra y siento que el silencio que me envuelve es demasiado doloroso.
Cuando las noches llegan, el calor del día y mis distracciones se esfuman, es allí cuando todos los sentimientos que he guardado muy dentro comienzan a escaparse entre los huesos y todo, literalmente todo deja de tener sentido.
Me siento perdida, extraña y triste. Una criatura vulnerable, un pájaro con alas rotas.
Puedo mirarme al espejo pero todo se siente erróneo, como si no fuese yo quien me observa en el reflejo.
Y me derrito en el sofá o en mi cama, lo que mas cerca encuentre, y es como si pudiera quedarme allí por siempre.
No sé que se sentirá morir pero llamarlo de esta manera parece correcto, es como si simplemente me volviera nada y fuese inexistente.
Aquellos sentimientos me rodean y me envuelven, me tragan y ahogan. Todo lo que veo es confuso, no me entiendo ni a otros, no sé qué hacer o cómo pararlo, es como si me congelara la tristeza.
Estoy allí, todo parece ser gris y cuando alguien se acerca el piloto automático se enciende y la sonrisa que me crece en el rostro toma protagonismo cuando en realidad todo adentro esta hecho trizas.
A veces incluso llega a asustarme la naturalidad de mi voz, la forma en que mis labios se curvan y la calma que hay detrás de cada mentira.
¿Por qué es tan difícil responder con la verdad?
"Estoy hecha mierda."
-Jota.
343 notes · View notes
latuza · 2 months ago
Text
Es diciembre pero ahora tú no estás, solo estoy yo y mi soledad que te extraña, que te extraña con locura y me recuerda todo lo que fuiste, una y otra vez, sin importar el dolor que me llegaste a causar. Es diciembre de nuevo y extraño tu ausente forma de quererme, quizá soy un poco masoquista y me gusta el dolor, quizá por eso extraño tanto tu ausencia, tu enojo, tu falta de interés, tus ganas de estar con otras, la falta de valor que me dabas, las inseguridades que me generabas, los bloqueos emocionales que me dabas, y todas esas cosas que me hacían sentir menos que cualquier otra criatura en el mundo y que hasta el día de hoy… me aturden, no me dejan creer que alguien puede valorarme lo suficiente o que no soy suficiente para nadie, o que quizá nadie va a amarme o peor aún, que jamás voy a volver a amar a nadie como te ame a ti, aceptando todo ese rechazo y sin embargo quedándome hasta el final, hasta que ya no quedara más que mucho dolor mezclado con amor pero amor de ese cansado… de ese que no es suficiente para seguir luchando y te deja roto, y te hace volver solo y con todos los pedazos, no solo del corazón, si no también de la confianza, la esperanza, las ganas y el deseo de que algún día alguien me ame y sea diferente a lo que fuimos, alguien que me valore y respete como siento que me merezco, alguien que no me va hacer sentir culpable por pedirle atención o amor. Hoy es diciembre de nuevo y parece que mi corazón extraña sentir el sufrimiento de una vida vacía, lejos del amor de su familia, por que “no soy familiar” pero en realidad si, me gusta que me amen y estar con ellos, pero mi corazón cree que debo ser como tú dices y se alejo de su familia por 4 años sin importar que mamá está sola, triste y lo único que tienes eres tú, pero mi corazón prefirió a un hombre que odia la familia, odia mi familia y solo quiere a sus amigos y compartir cosas con ellos. Hoy es diciembre de nuevo y mi corazón extraña ese hombre que anhelaba estar con otras mujeres a la vez que conmigo, ese hombre que quería sexo casual con ellas y “amor vacío conmigo” que a pesar de ser experimentado, aún no era suficiente y quería estar con más mujeres y tener relaciones serias y tener sexo y solo hablar de eso y que todo lo demás sea una estupidez, incluso tu forma de amar, y por esto y todo… quiero que sea diciembre otra vez, pero ya sin extrañar mas esa sensación, que entienda que soy valiosa, hermosa, inteligente, trabajadora, que no soy menos que nadie, que merezco que me amen y me valoren, que escucharme y verme con mi locura sea un espectáculo, que soy una mujer loca mente cuerda y soy perfecta con toda esa cantidad de imperfecciones, quiero que sea diciembre y mi corazón entienda que no merecemos ese amor mediocre que nos dabas, y que recuerde esa sensación de dolor que le causabas para que nunca más permita que ningún hombre la valore tan poco, y se elija primero a ella que a nadie más. Es diciembre y te deseo lo mejor de la vida… pero lejos de mi, de mi paz, de mis locuras y que jamás tenga que volver a extrañar tu poca forma de amarme.
Feliz navidad
18 notes · View notes
sakurakoneko28 · 10 months ago
Text
Volví para compartir esto porque no me quedaré en paz hasta mostrarle esto a alguien 😗 en un server de discord estábamos soltando ideas random y salió una sobre Missa siendo una lechuza y Phil un cuervo.
Supongo que lo podría llamar un Pissa birds AU(? no soy buena con los nombres juasjuas son solo ideas sueltas que se me ocurrieron en el momento :3
Missa lechuza
Es una lechuza porque estas son nocturnas (luna) y al igual que su cubito solo están activas a esa hora jaja
En su mayoría es de plumas blancas pero tiene algunas en toques grises y negros en su espalda que forman una calavera, gracias a esto algunos humanos se asustan creyendo que es de mala suerte.
Cuando conoció a Phil no entendía porque este empezó a traerle piedritas, hojas, cosas brillosas y demás, ni mucho menos porque volaba de formas extrañas, eventualmente se acostumbró.
Ya estando siempre juntos es que encontraron un nido con dos pares de huevitos abandonados (no decido la especie aún) y decidieron cuidarlos.
Suele dormir dentro de troncos de árboles y lo primero que Phil ve al llegar son un par de ojos grises redondos como bienvenida.
Suele esponjar sus plumas para que Philza se acomode bien al dormir y esté calientito igual que él.
Philza cuervo
Es la contraparte, es activo durante el día (sol).
Entre su plumaje oscuro también posee unas plumas en tonalidad azul que suelen notarse más bajo la luz del sol.
En un principio solo se acercó a Missa para ver si podía molestarlo pero este permaneció tranquilo (en realidad tenía sueño), al final se rindió y empezó a visitarlo con frecuencia.
Como forma de cortejo le llevaba cosas bonitas, incluso le ponía florecitas en la cabeza o hacia trucos de vuelo para impresionarlo pero Missa no entendía la razón, Philza sigue creyendo que eso funcionó aunque la realidad era que simplemente le agradaba tener compañía.
Cuando encontraron los huevitos se volvió territorial con el sitio donde Missa se puso a cuidarlos, se aleja lo menos posible.
Tumblr media Tumblr media
Y es lo único que se me ocurrió por el momento, Missa lechuza mi nueva imagen mental favorita, todo bonito, todo esponjosito uwu
46 notes · View notes
hellokittywrites · 6 months ago
Text
NEW MOON, última parte.
Tumblr media
your TEETH crave my name.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
my blood makes you MOONSTRUCK.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
is this OUR end?
Tumblr media
¿se sellará la indescriptible atracción que sentías hacia Park Sunghoon con el pinchazo de un colmillo? Sí, pero ¿sobrevivirá esa atracción a su propio sello?
pair: vampire!park sunghoon x f!reader
summary: finalmente, los colmillos de Park Sunghoon han penetrado en tu piel y tu sangre ha sido probada por él. ¿qué consecuencias traerá este mordisco? y, por si fuera poco, la figura misteriosa de Jay parece compartir un pasado con tu querida mejor amiga Aerin, si es que se podía seguir llamando de esa forma. Una historia en la que parecías destinada a participar en su final... ¿o en su principio?
warnings of part 4: sangre, mordiscos, besos en el cuello, menciones de dios, traición de una amistad, lenguaje malsonante y si veis alguno más decidme pls
words: 8288
parte tres masterlist
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Sunghoon succionó una, dos, tres y cuatro veces. Su lengua saboreó la sangre que caía de las perforaciones que él había hecho en tu cuello. No había palabras para describir la paz interior que su sabor provocó en su insaciable sed que, como vampiro, siempre le marcaría de nacimiento. O eso pensaba hasta que llegó tu olor, tus ojos, tu sonrisa, tu cuello, tu sangre... Cuatro veces succionó, insuficientes veces para satisfacer la sed por sangre humana de un vampiro corriente, de Jake o de Heeseung, pero curiosamente suficientes para él. Beber tu sangre era como tomar su manjar favorito estando lleno. Siempre había espacio, pero jamás abusaba porque no tenía hambre, porque ya estaba lleno.
Anulaste la sed del vampiro Park Sunghoon, realidad incoherente con la tradición, con lo común, con las leyes de la naturaleza. Y así, Sunghoon se separó tras apenas haber tragado más de una vez, sin necesidad de beber más, de morder, de matar. 
Despegó sus colmillos suavemente, atendiendo al tiemble de tu agarre en su brazo, el calmado latido del corazón y el suspiro de placer que tus labios emitieron. Se alejó, quedando cualquier sonido que sus suaves besos húmedos en tu cuello podrían haber producido ignorado por tu débil risa llena de cariño y plenitud. Park Sunghoon te miró ahora abrazándote y teniendo tu cara enfrente de la suya, mirándote siendo él mismo, sintiéndose vivo, sintiéndose humano.
Un cambio que percibiste en sus ahora desaparecidos colmillos y en sus verdaderos ojos de carbón sujetando los tuyos como si en ellos estuviesen la clave de su vida, la respuesta al acertijo de su existencia.
Park Sunghoon seguía siendo vampiro pero, en el fondo de su mente que todavía no estaba presa de esa inocente felicidad de tenerte en sus brazos, supo que las leyendas eran ciertas y que había esperanza en su gran deseo de vivir sin estar muerto.
Siempre y cuando tú existieras junto a él.
Cuando sentiste los colmillos de Park Sunghoon penetrar en tu piel junto con su cálida lengua saboreándote, tu corazón sintió la extraña sensación de un sueño siendo cumplido, pero no el tipo de sueño que solemos tener en la vida, por el que trabajamos duro y nos ponemos metas, sino un sueño que el destino de tu alma tenía que cumplir en el camino de su vida porque, en efecto, estabais hechos el uno para el otro.
Vuestras manos unidas se mantuvieron de esa forma, juntas, incluso tras el final de aquel íntimo momento, reflejando que aquello no era una simple atracción. La duda sembró tus labios y Sunghoon te escuchó con el mismo pánico que interiormente podía llegar a sentir al darse cuenta de que os unía una conexión tan antinatural que os hacía olvidar el hecho de que no os conocíais. Su caricia sobre tu cuello te tranquilizó de cierta forma, parándote a pensar en su tacto mientras observabas su rostro tras haberte mordido, marcado. ¿Realmente no conocías a Sunghoon? 
—Hasta hace nada pensé que tú no sentías lo mismo por mí, que todos esos detalles que veía en ti eran observaciones que jamás saldrían a la luz—. Comenzaste, siendo interrumpida por Sunghoon de una manera curiosa, al complementar tus palabras con sus observaciones. —Intuía que leías a Poe, y justo te encontraba en la biblioteca haciéndolo—. Susurró.
—Sabía cómo reaccionarias a algunas palabras del profesor Friedrich, y acertaba de lleno—. Continuaste. Sunghoon elevó una de sus cejas antes de hablar.
—Nunca te encontraba en los partidos oficiales de ninguno de los deportes de la academia y nunca me sorprendía—. Reíste mientras bajabas la cabeza. Tu mano libre acarició su pecho.
—Aquella vez que discutiste con Heeseung y todo el mundo se enteró poniéndose de parte suya, yo te vi cosiendo su camiseta de béisbol cuando pensabas que nadie te estaba mirando y no me sorprendió ese lado tuyo—. Sunghoon esbozó una pequeña sonrisa.
Su mirada se tornó un tanto dudosa mientras dejaba de llover, aclarándose el cielo y dejando brillar a las estrellas. Se acercó un poco más a ti, bajando la cabeza. 
—Sabía que estabas escuchando cuando rompí con Aerin. Por eso fui mil veces más maleducado e imbécil. Quería que me odiases, pero con cada palabra se me rompía más el corazón al pensar que realmente podría conseguirlo. Yo... yo nunca quise esto, estar atraído hacia un humano hasta el punto de sufrir una sed inaguantable. Pero es que antes...— Se le rompió la voz un poco —No sabía que esto que nos une es distinto e inevitable.
Sus palabras agilizaron tu corazón y una carga en tus hombros fue levantada por la compresión y compasión. Te lamiste los labios antes de realizar una pregunta. —Jay mencionó leyendas ¿somos parte de una?
Sunghoon te miró asintiendo antes de echar un ojo hacia toda la estancia. En su interior, supo que Jay te había mencionado semejante información tan insólita siendo una humana porque desde el principio se lo había temido, Sunghoon y tú erais lo mismo que Aerin y él. Jay, de nuevo, le había dado razones para admirarlo.
Notando su mirada precavida, hablaste. —¿Quieres venir conmigo y así hablamos con más tranquilidad?— Tus mejillas no pudieron evitar encenderse tras tu invitación. Sunghoon sonrió, llegándole la sonrisa hasta los ojos y asintió. —Sí—.
Así, caminasteis hasta tu habitación con las manos todavía unidas. 
Con vuestros meñiques tímidamente entrelazados, abriste la puerta caoba de tu habitación, entrando tú primero y Sunghoon detrás de ti. No te lo admitiría pero estaba nervioso, todo parecía encajar perfectamente muy rápido y el vértigo que le suponía ser plenamente feliz le atragantaba con risas. Apreció tu habitación, decorada con tu estilo rústico ideal pero con una pizca de tu esencia que no sabría muy bien señalar dónde. Era tu habitación y como tú, no podría haber otra igual.
Gesticulaste hacia tu cama y Sunghoon se sentó en ella mientras te dirigías hacia el escritorio, buscando ordenar un poco los papeles esparcidos y los libros abiertos, además de algún bolígrafo colocado a libre albedrío. Era un caos, pero no uno demasiado trágico.
Sunghoon aprovechó que no le mirabas para observarte. En su pecho hasta ese momento frio y muerto, sintió una calidez que le pedía a gritos abrazarte, protegerte, tenerte siempre en su vida junto a él. Eran sensaciones muy fuertes para alguien considerado muerto, para un inmortal que no tenía ninguna esperanza en la eternidad. 
Tras tu breve intento de orden, te giraste hacia él y tu corazón se aceleró. El chico vampiro que reinaba cada uno de tus sueños desde la primera vez que tus ojos se posaron en él, estaba en tu cama, cómodo, portando una sonrisa amplia y juvenil, casi como la inocentemente feliz sonrisa de un niño. La vergüenza te comió por dentro y te quedaste de pie, incómoda en tu propia habitación, gesto que Sunghoon notó y que le hizo reír al instante.
—¿Por qué pareces tú la invitada? Es tu habitación—. Dijo mientras tu nombre se escaba de su boca con gran adoración. Tú estomago dio una voltereta mientras Sunghoon con la palma de su mano sobre tus sábanas indicaba que te sentaras a su lado. Te acercaste, dándole la mano que el te tendió para sentarte en la cama, como si fueras una princesa de porcelana frágil hasta ante una pluma o unas meras sábanas. Lo comentaste y las orejas de Sunghoon se encendieron al darse cuenta.
Una vez acomodados -vuestras manos todavía unidas- Sunghoon se lamió los labios antes de suspirar. —¿Qué quieres hacer ahora?—. Su pregunta te sorprendió porque de cierto modo, pensaste que él tendría el control, que él sabría el secreto y que tú solo tendrías que asentir y seguir junto a él. Pero eso jamás sería así con Sunghoon. Si tú decidías estar con un ser como él, era decisión tuya. Si tú decidías seguir con él, dejar que beba tu sangre hasta que se volviese humano, era tú decisión, tu voluntad. Él jamás te forzaría a nada, incluso si te ibas, no te rogaría que te quedaras porque significabas demasiado para él. Gesto que un vampiro normal no entendería porque la naturaleza era manipular, decirte que te quedaras, que te sometieras a él.
Sonreíste ante la expresión suave de su rostro, expresando siempre tanto con sólo aquellos ojos, hecho que mucha gente no sabía apreciar. Tu mano libre se acercó a su cara, acariciando suavemente su pómulo. —¿Puedes explicarme qué es lo que nos une?—. Sunghoon cerró los ojos fundiéndose con tu tacto mientras asentía. La calidez de tu mano curó heridas interiores que no sabia que tenía abiertas y sangrando.
Así Sunghoon, poco a poco, te empezó a contar la leyenda que todos los vampiros conocían, pero que nadie creía o nadie quería creer. —Muchos vampiros no quieren volverse humanos, y creer que podía existir su humano destinado que los salvaría de la vida de pecado y condena no les interesaba. Por ello, esta leyenda no tiene la popularidad que podría tener, pero sí que todos preferimos no contársela a los humanos. Al fin y al cabo, es la posibilidad de una debilidad de la raza vampírica. Además de que realmente todas las religiones siempre hablan de algo similar, no sólo la que llama al "algo" Dios—. Llegados a este punto de la historia, Sunghoon y tú estabais acostados en tu cama, no acurrucados pero unidos por las manos que todavía no habíais separado.
—Entonces ¿es algo así como estar destinados el uno al otro?—. Tu corazón saltaba de alegría al pensar que realmente tenía una otra mitad que lo comprendía. Bueno no, no era simplemente eso. Era tener a Sunghoon como tu alma gemela después de noches sufriendo por un interés no correspondido. Él asintió.
—Creo que ya lo notas pero no podemos evitar sentirnos el uno hacia el otro como lo hacemos, con esta necesidad tan...—. Su mirada bajó hacia tus labios sin poder controlarlo pero sin hambre o deseo, simplemente observando la belleza de su forma. —Sí—. Completaste su frase susurrando. No había más palabras que una afirmación para expresar que conocías perfectamente esa necesidad de la que él hablaba.
Un silencio cómodo se estableció entre vosotros mientras os mirabais. Eras consciente de que ahora era el momento de tomar una decisión pero, saber que existían los vampiros y que estabas destinada a él, era demasiada información para una noche. Tus ojos así lo demostraban, siendo por un momento cerrados con lentitud por tus párpados. Sunghoon lo notó y te besó la frente suavemente. —A dormir—. Susurró con esa voz que siempre has querido oír siendo dirigida hacia ti. Apretaste su mano y exclamaste adormilada —No te vayas—. Sunghoon devolvió el apretón —Nunca—.
Pero, en mitad de la madrugada cuando la luna todavía mostraba su majestuosidad pero con cansancio, un fuerte dolor en el pecho te despertó. Abriste los ojos sobresaltada, buscando agarrar la mano de Sunghoon a modo de protección. En cambio tu mano entró en contacto con la nada, con sábanas cálidas, con simple aire, con un vacío. Te incorporaste con un horrible sabor en la boca y una respiración acelerada. El dolor en el pecho no se iba, continuaba contigo pese a haberte despertado, tal y como Sunghoon había prometido hacer con su estancia a tu lado.
Pero Sunghoon no estaba. No había rastro de él en tus sábanas en las que anteriormente os habíais confesado una gran unión y dependencia el uno del otro. Tampoco estaba en el escritorio que habías intentado organizar horas antes, ni en la entrada por la que con las orejas rojas te había alagado la decoración de tu habitación. Park Sunghoon no estaba. Park Sunghoon se había ido, se había esfumado. Y él había prometido no hacerlo, había prometido quedarse en un momento en el que todavía no sabíais qué seríais en un futuro.
Una mente racional pensaría que tuvo que irse por cualquiera razón que no fuese un rechazo, un portazo. ¿Pero con aquel dolor en el pecho? Casi sentiste tu respiración ahogarte, desafiando la física y la biología. Tal y como vuestra conexión lo hacía, tal y como su existencia vampírica lo hacía.
Tus ojos se llenaron de lágrimas que intentabas retener con pensamientos racionales. A lo mejor estaba fuera porque fue al baño o estaba yendo hacia su dormitorio a prepararse para el día siguiente. Pero no había clases al haber acabado el semestre. Tus pies aceleraron el paso atravesando tu habitación. Abriste la puerta todavía con lagrimas sin caer, sin doler.
Allí, bajo el alba, Park Sunghoon se alejaba de los dormitorios, de tu habitación, de ti, por el mismo camino por el que horas antes se había entregado a ti y tu habías permitido la perforación de tu cuello por sus colmillos. Tus cuerdas vocales se prepararon para llamarlo y así relajar a tu corazón. Hasta que tus ojos la vieron y aquello no fue necesario. 
Aerin caminaba por delante de Sunghoon, guiándole con su mano unida a la suya. La palma de Sunghoon acariciaba y rodeaba a unos dedos que no eran los tuyos. Estaba unido a alguien que no eras tú, sino Aerin. A quién primer amó, a quién tuvo que romperle el corazón por tu culpa, a quién verdaderamente quería en su vida.
Cerraste la puerta al instante mientras tus piernas fallaban y te dejabas caer lentamente en el suelo, con tus brazos acariciando tu ahora incompleto ser, con la huella de sus colmillos en tu cuello ardiendo, con el efecto que el dejó sobre ti como tu única identidad. Abandonada, con una promesa rota como última creencia.
¿Qué había sido esto?
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Prepararte para ir a cenar nunca había sido tan difícil. Saltarte el desayuno y la comida había sido totalmente sencillo al olvidarte completamente de comer.
Habías conseguido quedarte dormida tras el silencio sepulcral que el fin de tus sollozos produjeron. Era mentira, él no era tu otra mitad, tu persona destinada. Seguías igual de incompleta y sola. Pero eso no dolía realmente. Lo que dolía era que no fuera Sunghoon tu otra mirad. Que esto hubiese sido todo para ti y nada para él. Simplemente saciar su sed.
¿Cómo alguien podía mentir así de fácil? ¿Así de real? Vampiro. Era un vampiro. Estaba en su naturaleza y sólo fuiste un recipiente de sangre desde el principio. Pensar esto te devolvía el asesino dolor en el pecho. No encajaba, no podía ser de esta forma... Pero Sunghoon no volvió. No apareció ni a la hora de desayuno, ni para comer, ni al mediodía, ni por la tarde, ni a las ocho, ni a las nueve... nunca.
Así, decidiste -y como mecanismo de defensa ante su existencia y sus manipulaciones insensibles- odiar a los vampiros en un mundo gobernado por ellos.
Con esta nueva emoción dominante en tu cerebro, decidiste atender al último turno de cena de las diez de la noche, buscando saciar tu hambre y, con ello, culpar este vacío que sentías como causa de una razón alimenticia y no a la ausencia por abandono de Park Sunghoon.
Saliste de tu habitación luciendo presentable, desempeñando una nueva confianza fruto de la decepción y del odio. ¿Su humana destinada? Absolutas porquerías y mentiras. Recordar la pasión con la que os habíais abrazado hace horas mientras pasabas por el mismo camino por el que él se fue para no volver con Aerin fue una de las acciones más difíciles que habías realizado en tu corta vida. Agradeciste interiormente no haber probado sus labios, no haber sellado completamente vuestros, o más bien, tus sentimientos, o no sabrías si te recuperarías.
Mientras caminabas hacia el comedor por la desierta academia (a esas horas la gente estaba yendo hacia alguna fiesta o preparándose en las habitaciones para ello) el peso de todas las emociones que sentías te rompían los hombros.
Tras cruzar una esquina, la figura de Aerin caminado por el mismo pasillo al que habías entrado te hizo parar en seco. Sunoo iba junto a ella, caminando par a par hasta que vuestras miradas se encontraron y el ceño de Aerin se frunció, acercándose rápidamente hacia ti. Notaste las marcas de su cuello y antes de que pudieras siquiera mirarle a los ojos, un sonido desagradable reinó el pasillo.
Aerin te habia abofeteado.
—¿Cómo se te ocurre intentar seducir a mi prometido? ¿Es que a caso no tienes ningún tipo de vergüenza? Sabía que siempre me tuviste envidia pero llegar a estos extremos? ¿Cómo...?—. Dejaste de escuchar su discurso cuando la palabra prometido fue emitida por sus labios siempre pintados de ese característico rosa. Desconectaste tanto de lo que estaba diciendo que hasta la interrumpiste.
—¿Has dicho tu prometido?—. Aerin se rio de mala gana y supiste que quería darte otra bofetada. Pero, en vez de hacerlo con su mano, lo hizo con sus palabras. —Sí, Park Sunghoon—.
Tu cerebro seguía sin comprender y el gran escozor de tu mejilla no te ayudaba. —¿Y Sunoo? ¿No te estaba mordiendo ayer por la noche?—. Aerin parecía sorprendida y esta vez sí que no se aguantó, proporcionándote otra bofetada en la misma mejilla. Cerraste los ojos y te agarraste el moflete harta de semejantes actitudes que siempre habías aguantado de ella y que habían acabado en violencia.
Habías perdido a Sunghoon para siempre, si es que aluna vez fue tuyo. La plenitud que sentiste te había dejado tan feliz que su ida hizo que ahora ya no actuases en base a algo, simplemente siguiendo tus propios impulsos de protección. Nadie te volvería a pisar de esa forma, nadie se adentraría en tu corazón con semejante facilidad nunca más.
Antes de que Aerin pudiese empezar a chillarte, hablaste.
—Vas a pegarle otra bofetada a tu querido prometido pero a mi ni se te ocurra volver a tocarme. Puedes ser un vampiro, puedes ser la mismísima hija del director de la academia. No me importa. Ya te he aguantado lo suficiente como para ahora tener que darte explicaciones. Quédatelo, todo para ti. No quiero saber más de vosotros y de vuestras sangrientas manipulaciones. Tú sigue siendo una zorra y yo seguiré siendo educada. Que os den—. Con una rabia impotente, te giraste ante las exclamaciones de Aerin. Sunoo no se había manifestado, ni siquiera se había acercado, pero hubo algo en la forma en la que durante todas tus palabras sólo seguía mirando a Aerin que te descuadró completamente.
Olvidándote de que ibas al comedor, te giraste y rehiciste el camino hacia los dormitorios desviándote en un pasillo que nunca se usaba al dar a los almacenes de limpieza. Te sentase en el pequeño banco de roble que había como decoración usable y ocultaste tu cabeza en tus brazos mientras las lágrimas salían. Querías volver a casa, a junto tu querida madre que siempre sabia como ayudarte aunque fuese la persona mas imperfecta del mundo y aunque eso fuese imposible.
Sunghoon y Aerin se iban a casar. Vampiro con vampiro. Tal y como debía ser, como tenía que ser. Te diste cuenta que no debiste ni haberte metido, ni haberte dirigido a él, ni haberle mirado, ni nada. Ni saber de su existencia.
Tus sollozos eran tan fuertes que eran silenciosos, sacudiendo tu cuerpo mientras buscabas de alguna forma pensar en positivo, en otra cosa, en algo que no fuese nada ni nadie.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Tras unos minutos en los que conseguiste calmarte a ti misma, el desquiciado hambre te atacó. Miraste hacia el infinitos techo de la bóveda de piedra que, con muchas más, conformaban la academia y suspiraste. Unos pasos te hicieron girar la cabeza, aunque tus ojos estaban muy pesados como para realmente procesar lo que estaba sucediendo.
Park Jay se paró al inicio del pasillo, con las manos en los bolsillos, observándote con unos ojos que de alguna forma, reflejaban perfectamente la desastrosa borrasca torrencial que se desataba en tu interior. Apartaste la mirada de él, no pudiendo soportar su mirada con conocimiento de causa. Jay continuó caminado hacia ti, sentándose a tu lado en aquel banco, descansando la cabeza contra el duro muro mientras suspiraba.
La presencia de Jay te reconfortó de cierta forma pese a ser un vampiro, pues cuando uno está en esa situación de dolor, la simple compañía de una mosca podía ser la más reconfortante del mundo.
En verdad Jay era el único que no te había mentido y que había sido lo más claro que nadie en esta academia había sido nunca, si omitimos los datos que, por una razón mayor, no te pudo dar. Esta reflexión te hizo pensar en Sunghoon.
Esa parte esperanzadora de tu interior pensaba que estabas sacando conclusiones demasiado rápido y que Sunghoon si volvería murió por tortura tras las palabras de Aerin.
—Que estés aquí me dice que algo sabes... Por no decir todo—. Comenzaste casi susurrando, buscando esbozar una sarcástica sonrisa mientras seguías mirando al frente, a esa piedra dura, oscura y rugosa.
Jay te miró, gesto que sólo pudiste captar por el rabillo del ojo. —Algo había sospechado pero el encuentro en el pasillo me lo confirmó—.
—Así que has visto eso. Wow—. Intentaste no sentir vergüenza. Fallaste. —Ya ves que tenías razón, tan amiga no era—.
Jay se rio muy débilmente, tanto que sonó más a expiraciones forzadas que a una risa para luego caer en un silencio dubitativo. Sentiste que te iba a contar algo importante, así que le miraste. Él no te devolvió la mirada, pero apreció el gesto de oyente activo.
—Aerin antes no era así. O eso siempre me digo yo intentando justificar por qué la sigo amando tanto—. Su confesión te sorprendió. Jay ahora sí, te miró a los ojos y te volvió a dejar ver el mismo torbellino de emociones que tu sentías ser reflejado. —Aerin y yo somos, o fuimos, lo que Sunghoon y tú sois. He visto como te mira y era imposible no notar su presencia en aquella azotea, antes de que me preguntes cómo lo sé—.
Pensar en la posibilidad de que sí que le importases a Sunghoon dolía demasiado. Ahora entendiste los espejos que sus ojos eran cuando le mirabas, él sabía perfectamente como te sentías. —Te equivocas Jay, él y yo nunca fuimos, ni somos... algo—. Jay miró al frente de nuevo, suspirando. Tras unos segundos, compuso sus pensamientos y comenzó.
—Sunghoon y Aerin se conocen desde la infancia, pero Aerin no es un vampiro—. Frunciste el ceño mientras continuaste mirándole, extrañada. —Es una hija adoptada y por ello, una humana intocable mientras no sea cambiada por su futura pareja. Además de ser nada más y nada menos que la hija del propio director de la única escuela de vampiros de Asia—. Jay gesticuló con las cejas y notaste un dolor de rendición en su voz. —Pero a mí eso nunca me importó, porque ella era mi destino, ella era mi futuro, mi todo. Nadie lo sabía, sólo ella y yo. Seguro que Sunghoon te explicó a lo que me refiero o si no, no estarías en este estado—. Le diste un suave golpe en el hombro, quejándote ante sus palabras.
Parte de ti se alegró porque Aerin también hubiese sentido algo tan bonito como pertenecer con alguien en una vida completa. Jay leyó tus pensamientos como un libro y te sonrió suavemente. —Pero yo jamás podría cambiarla, porque si bebo su sangre me debilito y cada vez me vuelvo más humano. No puedo darle la vida de eternidad que ella quiere para estar con su familia y sus amigos. Yo no podría hacerle eso a ella, especialmente cuando ya tenia toda su vida preparada al estar enamorada de Sunghoon—. Su voz perdió intensidad y suspiró.
—Yo decidí nunca sellar nuestro destino, nunca atarla a una vida conmigo de decepción y mortalidad y rechazo y me—. Paró de hablar y te miró. —Sabes que una vez que muerdes es imposible separarse y no podía encerrarla a mis colmillos. Por eso me los partí—.
—¿Decidiste arruinarte por ella?— Exclamaste susurrando. Jay te miró con seriedad. —Y lo haría las veces necesarias si eso significa que sea feliz—.
Apoyase tu mano en su hombro, entendiéndole perfectamente. Darías lo que fuese por volver a sentir esa conexión con Sunghoon, por poder llamar a Sunghoon tu destino y él querer serlo.
—¿Ella sabe esto?—. Preguntaste temiendo adivinar la personalidad de Jay.
—No estaba en sus planes de vida y cuando ingresé a mitad de curso en la academia el año pasado, no era el momento para un nosotros. Fingí que fue un accidente y ese mismo verano empezó a salir con Sunghoon—. Mirar a Jay se volvió doloroso. Era un absoluto reflejo de tus propias emociones, aunque el había arruinado su ser por Aerin.
Jay notó tus pensamientos de nuevo. —Pero Sunghoon y tú sois distintos. Le conozco y sé perfectamente que hay algo que le está haciendo actuar de esa forma y la razón no es que no quiera formar parte de tu vida. Sé que ahora debes odiar a los vampiros, pero debes creerme... ¿cuándo te hice dudar?—. Levantaste una ceja intentando ocultar la involuntaria esperanza que sus palabras te habían dado. 
—Eso mismo es lo que dicen los manipuladores, Park Jay—. El nombrado se rio mientras ambos seguíais en aquel banco, lejos de la causa de vuestros corazones rotos. Jay estornudó, y le prestaste tu bufanda, compensando por la sudadera del día anterior.
Tras unos minutos de silencio reconfortante, Jay habló. —Vamos a cenar—. Aceptaste sin pensarlo dos veces, al fin y al cabo tu estómago no tenía por qué sufrir las consecuencias de un problema del corazón.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Jay cortó uno de los filetes mientras tú te llevabas un poco de tomate a la boca. 
—Así que los vampiros sí que pueden tomar comida humana— Señalaste mientras masticabas aquella fruta en el silencio de un vacío comedor. Jay alzó una ceja. —Es como los refrescos para vosotros, no los necesitáis para sobrevivir ni son realmente lo más idóneo, pero los tomáis igualmente—. Asentiste dirigiendo tu mirada al plato mientras jugabas con el tenedor. —Tiene sentido—. Jay te miró por un momento para después negar con la cabeza sonriendo.
Saber que Jay y tu tenéis experiencias tan similares y comprendéis lo incomprensible que es tener una alma gemela que no os quiere, os había acercado rápidamente. No tardaste en confiar de cierta forma en su criterio. Así, una vez tragado el tomate, decidiste hablar. —¿Crees que debería acercarme a Sunghoon?—.
Tu cambio de tema no le sorprendió y dejó de cortar aquel filete para mirarte mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos. —No sé realmente qué es lo que ha sucedido. Aerin y él siempre tenían versiones distintas de los mismos acontecimientos. Lo que para ella es "lo hemos arreglado" para Sunghoon es "hemos roto". Aunque yo les conozco desde antes de que empezaran a salir, así que no se muy bien qué problemas han tenido entre ellos. Pero creo que será mejor que hagas lo que tú sientas—. Rodaste los ojos, aquello no te ayudaba. Jay te miró confundido. —No me hagas ese gesto, me has pedido una opinión—.
Sonreíste riéndote un poco. En verdad la pregunta había sido muy estúpida porque estabas convencida de que no ibas a hablar con alguien que te había dejado sus intenciones muy claras. La horrible sensación de ser abandonada te perseguiría en pesadillas futuras y simplemente no podías actuar como si pudieses perdonarlo solo porque Jay tuviese la opinión de que a Sunghoon realmente le gustabas, de esa forma tan del destino.
Suspiraste y seguiste comiendo, llenando tu estomago y sintiendo que por fin, algo bueno te había pasado ese día.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Jay si que consiguió distraerte de todo lo que había sucedido, su presencia reconfortándote y haciéndote olvidar el hecho de que tenías el corazón roto. En cambio, tu libro favorito tendido en tus piernas siendo bañado por la luz de la Luna no estaba teniendo tanto éxito. Y eso que este libro siempre funcionaba.
El problema era que tu propia habitación también estaba impregnada de la sombra de Sunghoon. En cada rincón que mirabas, había una mínima referencia a él y a sus palabras emitidas hacía un día en esa misma cama. Habías cambiado las sábanas, hecho que te había ayudado durante todo el día antes de salir a cenar, pero ya no. La iluminación nocturna hacía viajar a tu habitación a la noche anterior, a un tiempo en el que Sunghoon existía en ella.
No podías soportarlo.
Habías decidido leer ese libro que siempre te reconfortaba y fue totalmente en vano. Tu mirada se perdía en algún rincón de tu cama y el círculo vicioso de acordarte de él te engullía. Nietzsche tenía algo de razón.
En una de estas pérdidas de concentración, tu mirada quedó pegada a la puerta en la que horas antes te habías derrumbado, habías sido abandonada. Te tembló el labio inferior pero no había ninguna lágrima formándose en tus ojos. Era simplemente las consecuencias de tus actos. 
Entrecerraste los ojos mientras apoyabas tu cabeza en la pared a la que tu cama estaba pegada, todavía contemplando la gruesa y una vez bonita puerta. Si tan sólo hubieras continuado con tu vida como siempre, si tan sólo no hubieras asistido a ese evento, si tan sólo no hubieras dejado que te mordiera...
Con ironía, te preguntaste cómo Aerin podía haber sido capaz de romper su relación destinada con Jay. Pensabas que la conocías, pero la Aerin que te consolaba durante la enfermedad de tu madre los dos primeros meses del curso, fue la misma que no dudó ni un segundo en abofetearte. Sunoo también te sorprendió, especialmente por la mirada de satisfacción que le dirigió a Aerin, como si hubiera organizado y planeado todo.
Aunque aquello no tenía sentido. Nada tenía sentido.
Justo cuando tus ojos por fin iban a dejarse llevar y cerrarse hasta la mañana siguiente, cansados de tanto dolor y de percibir tantas imágenes asesinas, un ruido te despertó de cualquier trance. Alguien había llamado a tu puerta.
Fue un golpe de nudillos suave contra la madera pero intenso y tu inocente corazón se aceleró rápidamente. ¿Será Sunghoon? Pensó con esperanza para luego tu cerebro destruírsela tras recordar que le habías dejado tu preciosa bufanda a Jay y os habíais olvidado de aquel hecho. Así que, era él el que estaba detrás de tu puerta.
Te levantaste de tu cama yendo a abrir. Pero Jay no te dio tiempo y apenas dos segundos volvió a llamar, esta vez con más desesperación. —Ya...—. Ibas a seguir tu oración pero Jay te interrumpió. —Por favor, déjame entrar—.
La puerta era lo suficientemente gruesa como para distorsionar el sonido pero ¿era lo suficientemente gruesa como para que Jay sonase totalmente distinto? Es más, sonaba tal y como, tal y como...
Aceleraste tus pasos y con la respiración rápida abriste la puerta sin importante absolutamente nada, sin pensar en ningún "y si" mientras existiese la posibilidad de que aquella voz fuese su voz. Apenas rozaron tus manos el pomo y tiraste con desesperación hacia ti. Y ahí lo estaba.
Park Sunghoon en el otro lado de la puerta, justo en el lugar en el que hace un día decidió entrar en tu vida, marcarte, y luego no volver nunca.
La misma palabra con la que prometió quedarse.
Te quedaste completamente paralizada mientras observabas sus pupilas oscuras penetrarte. Sus ojos estaban casi temblorosos, con un ceño fruncido y unos labios partidos. Sentiste la misma sensación que cuándo sueñas con caerte de un alto al vacío, tus piernas temblando y el silencio reinando porque esto tenía que ser parte de tu imaginación. El hecho de ver a Park Sunghoon fuera de tu habitación y que te estuviese mirando de esa forma o el hecho de que tu cuerpo estuviese reaccionando todavía a él no podía ser verdad.
Sunghoon también sintió de nuevo aquella intensidad con sorpresa. Realmente sujetabas su mundo en tu suave mirada. ¿Le gustaba aquello? Según sus actos y tu propia percepción, no.
Juntaste tus labios en una fina línea, sintiendo de repente las inmensas ganas de llorar todas aquellas lágrimas que en verdad sí que existían, pero que tu propio cerebro decidió ocultarte para protegerte.
Una oleada de lágrimas tan impactante mientras volvías a percibir sus preciosos lunares que te hicieron tragártelas.
No sabías qué pensaba, no sabías qué veía pero, sobre todo, no sabías que hacía aquí.
Y recordar las verdaderas circunstancias que rodeaban ese contacto visual te devolvieron a la dura realidad y, con todo el dolor de un corazón roto y un tsunami de lágrimas trágico, bajaste la mirada, susurrando con una voz casi inaudible y débil, muy, muy débil. —Vete—.
Pero tu mano seguía en el pomo sin empujar la puerta, simplemente observando tus desnudos pies, sintiéndote la persona más pequeña e insignificante del planeta ante él, ante la persona que te dijo que eras el amor de su vida, su destino.
Pero Sunghoon no se fue y tampoco se quedó estático. Es más, acercó su mano con la que había petado a la puerta a la superficie de ésta y empujó con suavidad, abriéndola. No lo impediste, abandonando el pomo que sujetabas, siguiendo con la mirada en el suelo, junto con tu corazón. No tenías ninguna forma de defenderte ante el poder que le habías dado, ante la unión recíproca que supuestamente os conectaba. Querías odiarle, gritarle, expulsarle de tu puerta y nunca dejar que volviera en tu vida. Pero ahí estaba él, cerrando la puerta tras haber vuelto a entrar. 
Sus palabras fueron como las tuyas, un breve suspiro de dolor en el silencio de rupturas y odio. —Lo siento —. Su voz despertó tu corazón con incomodidad. Así que realmente te había abandonado, realmente se estaba disculpando por simplemente cambiar de opinión en una noche, por darte el mundo y prometerte la eternidad para después desaparecer en el mañana.
Eso te hizo levantar la cabeza mientras comenzaste a hablar —Eres un mentiroso, un vampiro—.Usaste esa palabra con voluntad, queriendo hacerle daño. Querías producirle un mínimo de sentimiento causado por ti, como eran causados por él todos y cada uno de los tuyos.
Pero cuando le miraste a los ojos, ver su mirada fija en lo que parecía tu pómulo te despertó de cualquier posible comienzo de una discusión. —¿Qué?—. Susurraste. Sunghoon entonces te miró a los ojos y por primera vez desde que entró, sentiste ver al Sunghoon de la noche anterior. No tuvo que decir nada mientras su ceño se fruncía con frustración, regalándote unos ojos arrugados de puro arrepentimiento. —Nadie te debe poner el dedo encima, absolutamente nadie y aún así... —. Susurraba mientras volvía a llevar su mirada hacia ese lado de tu cara, perdiéndose en una batalla emocional interior. Aquello despertó tu chispa.
—¿Sabes quién realmente me ha puesto el dedo encima haciéndome daño?—. Hablaste sin susurrar, cambiando toda la atmósfera que os envolvía. Sunghoon entonces te volvió a mirar a los ojos, echando la cabeza hacia atrás ligeramente mientras negaba, no queriendo escucharte, no queriendo enfrentarse a la verdad de tus siguientes palabras. Pero ya era demasiado tarde y, con veneno, continuaste.
—Tú. El mismo que dijo que yo era su destino o mil estupideces más —. Sunghoon cerró los ojos mientras bajaba la cabeza.
—.Eso no es una estupidez—. Susurró, haciendo contraste con tu alterado tono. Sus palabras te provocaron cólera y tu dedo acusador se dirigió a su pecho.
—¿No ves? Sigues mintiendo y engañando y manipulando. No es una estupidez pero luego vuelves con Aerin?— Sunghoon se sorprendió ante tus palabras, mirándote incrédulo, cambio que no percibiste por tu ira. —Tener no sólo que verte irte con ella sino que también haber esperado como una tonta por una explicación para después ser abofeteada? —. Sunghoon dio un paso atrás, casi tambaleándose ante la incomprensión que tus palabras le producían.
—¿Qué estás diciendo? Yo no he vuelto con—.
—Mentiras Sunghoon y más mentiras. ¿Es que acaso no me has dicho ninguna sola verdad desde que ha pasado esto?—. Gesticulaste con rabia, señalando primero a Sunghoon y luego a ti, casi con asco. Aquello mató a Sunghoon, el cual dio un gran paso hacia ti para empezar a susurrar con ira reprimida —Nunca te he mentido. Ni una sola vez —. Te acercaste tú a él ahora, cerrando con peligro la distancia entre vosotros.
—Tú no sabes el significado de "nunca" —. La mirada de Sunghoon se dirigió a tus labios por un mínimo de segundo mientras los huesos de su cuello se notaban cada vez más, respirando con más intensidad y rapidez. Esperó tu continuación. Se la diste tras dos segundos. —Ayer dijiste que nunca te irías y me despierto a una cama fría y a, como no, tu ausencia —. Las lágrimas fueron inevitables pero el ceño se mantenía fruncido y la expresión dura. 
—Pero es que no me he ido —. Tu nombre salió de sus labios con frustración mientras sus ojos se cerraban por más de un segundo y su boca se fruncía. —¿Cómo me voy a ir si te pertenezco desde que nos hemos visto por primera vez? ¿Si��he sellado ese estatus para siempre tras probar tu sangre?—. Su frente chocó con la tuya mientras vuestras respiraciones se calmaban. Tus lágrimas empezaron a caer con más intensidad. Tenias más preguntas y más en lo que profundizar, pero ahora... ahora.. —¿Eres mío? —. Sunghoon se apartó, rompiendo el contacto de vuestras frentes mientras que luchaba la necesidad de secarte las lágrimas con sus manos, necesidad que notaste. —Desde siempre—.
Tras esas palabras salir de su boca y deciros verdades en forma de miradas brillantes de tristeza y cristalinas, tus manos se dirigieron al cuello de su camisa, agarrándolo y tirando de él, uniendo primero vuestras piernas, luego vuestros cuerpos y finalmente, vuestros labios.
Sunghoon se quedó varios segundos paralizado, luchando internamente con la sed que tus suaves labios le habían provocado. Estaba tan necesitado de ti que no sabía cómo actuar. El movimiento de tus labios sobre los suyos le despertó de cualquier bloqueo y sus manos se dirigieron a tu cintura mientras te giraba y tu espalada acababa chocando contra aquella simbólica puerta en vuestra historia.
No pudiste no gemir ante el cambio en su actitud, ante la recíproca necesidad que él también sentía y que te reveló, rompiendo con todos los miedos del pasado. Realmente era increíble.
Mientras tus dedos encontraban sus cabellos y él se separaba de tus labios para darle la necesaria atención a tu cuello con húmedos besos, ambos supisteis que erais el final del otro. 
Y así os besasteis durante todo el tiempo que necesitasteis, con esa intensidad, para después pasar a esa anhelo, y acabar en ese cariño, en ese tú, sólo tú, sólo tus labios, tu cuello, tu sonrisa, tu cuerpo, tu pelo, sólo tú. Sin colmillos por su parte, sin odio por la tuya. Sólo vosotros.
Ese cambio en las emociones, en los mensajes húmedos que os emitíais de boca a boca, hizo tranquilizar vuestras emociones y vuestras respiraciones. Os separasteis creando un poco de espacio entre vosotros, Sunghoon echándose hacia atrás. Vuestras miradas se volvieron a unir y ambos sentisteis reforzarse la mágica conexión que os unía.
—No soy el prometido de Aerin—. Te miró con seriedad. Era su palabra contra la de ella, no había pruebas exactas...
—Lo que suecede es que Aerin se arrepiente muchísimo de lo que le ha hecho a Jay e intenta aferrarse a esa idea de que sigue enamorada de mí, cuando en verdad nunca lo ha estado. Nuestros padres eran los que nos querían juntos y Aerin al no ser de los nuestros, siempre intentó encajar temiendo ser apartada—. Sunghoon apoyó su cabeza en tu hombro. —Aerin y yo nos conocemos desde que su padre la adoptó, siempre fuimos solamente amigos hasta el curso pasado cuando apareció Jay. Nunca me enteré muy bien de qué había pasado entre ellos hasta hoy. Pero, en su momento, tanto Aerin y yo accedimos a salir falsamente. Era un favor a una amiga de la infancia y una forma de que mi padre me dejase más tranquilo—. La mano que se encontraba acariciando tu brazo lo apretó suavemente.
—Me arrepiento tanto de ello. No entendía la relación de Jay y Aerin hasta ahora y...—. Su voz se fue apagando— Creer que le he hecho tanto daño a Jay me parte el corazón—.
Tus manos rodearon su cuerpo, abrazándole mientras acariciabas su pelo, brindándole la calma que necesitaba. Sunghoon, tras unos segundos se apartó, y notando la seriedad en su expresión, le dirigiste hacia tu cama, sentándoos en ella frente a frente, tal y como la noche anterior.
—¿Por qué te fuiste?— Sunghoon suspiró, sabía que tenía que volver a ganarse tu confianza y lo haría costasen las explicaciones que costasen. Te ha esperado una eternidad, puede esperarte un poquito más.
—Aerin empezó a llamar a tu puerta descontroladamente ayer por la noche. Al principio pensé que sería un profesor o algo, y temiendo que te despertaran fui a abrir rápidamente. Cuando vi a Aerin, interiormente deseé que no te despertaras. Ella siempre ha sido una persona muy inestable y "romper" con ella ha afectado demasiado a nuestra relación de amistad. Los reproches estaban asegurados. Pero no fue así...—. Sunghoon te miró.
—Aerin empezó a llorar porque estaba aliviada de saber que estabas bien. Al verla en ese estado, recordé el peligro al que te había expuesto y me enfadé. Entonces empezó a decirme que no se acordaba de nada de lo que había sucedido y que estaba asustada. Me pidió casi rogándome que volviéramos a junto nuestros respectivos padres para zanjar de una vez la ruptura, pues a ellos no se lo habíamos dicho—.
Sunghoon calló por un segundo, dejando que digirieras sus palabras. Ante tu pequeño asentimiento de cabeza, continuó.
—Me iba a negar, no quería dejarte sola. Pero Aerin notó que lo nuestro no era tan simple y supuso que era como su situación con Jay. Me dijo lo de Jay y que justo por ello era más necesario que hablásemos las cosas... Ten en cuenta que Aerin llevaba mucho tiempo sin hablarme y, por lo que me decían, también hablaba bastante mal a mis espaldas. Sea lo que sea que produjese su cambio, no paraba de expresar lo urgente que era así que accedí. Había algo tan raro en su forma de comportarse que no pude evitar preocuparme, especialmente de camino, tras ver unas extrañas heridas en su mano—.
Sunghoon volvió a callar, buscando tu reacción. Aerin estaba preocupada por ti, Aerin había ido a comprobar como estabas... la memoria del escozor de tu mejilla te provocó emociones encontradas y sonando un poco incoherente, hablaste. —No... no puedo entender... sus acciones. A veces actúa como si le importo, otras no.. yo...—. Sunghoon agarro tu mano, entendiéndote. —Hoy desde hacía meses volví a ver a la antigua Aerin, pero tras llegar más tarde al ser obligado a cenar con mi padre, ¿me encuentro con la noticia de que anda diciendo mentiras y pegándote? Sea como sea la situación o sus emociones, Aerin no puede tratarte así sólo por sus problemas personales. Eres una persona muy preciada como para dejar que te traten mal—. Tu cabeza encontró el pecho de Sunghoon y te situaste cómodamente en él.
—Gracias Sunghoon. Tus palabras son muy bonitas. Pero realmente Aerin siempre me trató correctamente. Todo empezó a cambiar un poco cuando nos hicimos amigas de...—. Unos ojos rasgados imponentes aparecieron en tu cabeza y, volviendo a mirar a Sunghoon a los ojos, exclamaste — Sunoo—.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
Tu mano y la de Sunghoon se mantenían unidas mientras atravesabais los pasillos rumbo a los dormitorios de los alumnos SSR.
—Necesitamos a Jay—. Tus palaras hicieron parar en seco a Sunghoon. —¿Estás segura? ¿Y si la situación se descontrola?— Le miraste con determinación. —Jay más que nadie es la única persona que nos puede ayudar—. Tu sonrisa de confianza tranquilizó a Sunghoon y ambos continuasteis con vuestro camino.
Estando en el mismo piso que Heeseung, dirigirse a la habitación de Jay fue un camino ya conocido para Sunghoon. Tu sólo seguías sus grandes pasos con un ceño fruncido, preocupada por Aerin y temiendo que hayas juzgado a la persona incorrecta durante todo este tiempo. Miraste  Sunghoon mientras apretabas su mano. —¿Tú crees que Sunoo pudo..?—. Tus palabras se silenciaron mientras Sunghoon te miraba por un segundo. —Lo único que sé es que Aerin es humana y él...—Tragó saliva y evitó mirarte. —un vampiro—. Completaste susurrando. 
Sunghoon paró de caminar por un momento. Cogió tus manos y abrió la boca para hablar, pero lo interrumpiste. —Lo sé, Sunghoon. Tus ojos dicen lo que tu boca no es capaz—. Los ojos de Sunghoon parecieron cristalizarse para después sonreírte y continuar rumbo a la habitación de Jay.
Una vez allí, en un tétrico pasillo delante de una puerta carmesí de madera, yacía la habitación del nombrado. Sunghoon se aclaró la garganta y se apartó un poco de la escena, dejándote que hicieras tú lo necesario. Al fin y al cabo, después de todo lo que te había ayudado, era hora de que mostraras tu gratitud. Pero no era una cuestión de compromiso, realmente querías una amistad con Park Jay, el capitán del equipo de béisbol.
Te mordiste el labio con duda, para después acercarte a la puerta y petar. No pasaron ni cinco segundos hasta que Jay abrió la puerta. Tras veros a ambos con las manos unidas enfrente de su puerta, ni se inmutó. —No sois para nada silenciosos— Dijo y agradeciste interiormente por no haberlo despertado. Jay se fijó en vuestras manos y, mirándote con cariño, habló. —Te dije que sólo necesitaba un empujoncito—. Miró a Sunghoon con una sonrisa ladina burlona, pero cuando Sunghoon no le devolvió la sonrisa o no escuchó una carcajada por tu parte, supo que había algo que no estaba prediciendo realmente bien.
Saliendo de su habitación y cerrando la puerta detrás de él, frunció el ceño. —¿Qué sucede?— Sunghoon y tú os mirasteis, el primero asintiendo en tu dirección, dándote ánimos. Jay creció repentinamente impaciente y espetó una queja, sintiendo su interior removerse, algo estúpido siendo un muerto, sensación que sólo se producía cuando se trataba de cierta chica.
—¿Aerin? ¿Le ha pasado algo..?—.
—No Jay, no. Ella se encuentra bien en sentido físico pero...—Jay te miró con determinación.
—Guíame—. Tú asentiste y Sunghoon colocó una mano en su hombro, mostrando su apoyo.
Así, comenzasteis a avanzar rumbo a la habitación de Aerin, lugar que sólo tu conocías dónde se encontraba.
Una vez en el pasillo dónde la puerta rosa de la habitación de Aerin se encontraba, paraste en seco, haciendo que Sunghoon también parase al todavía tener vuestras manos unidas. Sunghoon te miró por un segundo, y eso fue lo necesario para entender tus intenciones. No fue el caso de Jay, el cual se giró tras darse cuenta de que os habíais quedado atrás un poco más tarde.
—¿Qué hacéis? Vamos—. Negaste con la cabeza mientras mirabas profundamente a sus ojos. Jay supo entonces a qué te referías y espetó rompiéndose involuntariamente su voz. —Me odia, no puedo simplemente—.
—No lo hace Jay, habla con ella.— Jay sintió todo el dolor de su rechazo, todo lo que dio por ella y supo entonces que podía hacerlo otra vez. Siempre pudo y siempre podrá si es por Aerin.
Sunghoon y tu mirasteis desde lejos como Aerin abrió su puerta para encontrarse con Jay, como intentó cerrarla pero Jay la paró, como tras segundos las lagrimas empezaron a correr por sus mejillas y como inmediatamente Jay la envolvió en sus brazos, protegiéndola de todo y de todos, como estaba destinado a hacer.
Sunghoon y tú supisteis entonces que vuestro trabajo ya estaba hecho.
‧͙⁺˚・༓☾  ☽༓・˚⁺‧͙
—Tengo una conversación pendiente con Aerin— Exclamaste mientras girabais entrando en un pasillo. Sunghoon te miró. —Y con Sunoo también, si realmente es lo que pensamos—. Suspiraste, él tenía razón.
—Sí pero siento que realmente quién debe hablar con el primero son Jay y Aerin, al fin y al cabo si nuestras apuestas son correctas, él fue quien se aprovechó de su situación—. Sunghoon acarició tu mano, escuchándote. Le gustaba ese lado tan amable tuyo, tan apreciativo del sufrimiento de los demás.
—Vale, pero que sepas que luego si tardas mucho iré yo personalmente a hablar con él—. Dijo mientras ladeaba la cabeza, haciéndote reír.
Aprovechando tu risa, comentó. —Me encanta cuando te ríes—. Tus mofletes se sonrojaron.
—A mí me encanta tu sonrisa—. Un sentimiento que conseguiste atrapar pasó por los ojos de Sunghoon y antes de que pudiera responderte, hablaste. —No me importa que haya unos colmillos que desean mi sangre. Sé que deseas tanto ser humano y vivir como nadie más en el mundo porque te llevo aquí.— Señalaste tu pecho. — Además de que tenemos la aprobación de tu padre—. Alzaste las cejas para después darle un beso en la mejilla. —Pero si yo no tuviera ese poder, seguiría contigo con colmillos, ojos rojos y una sed de sangre indomable—. Sunghoon se rio a carcajada limpia, primera vez que aquello había pasado desde que hubo un vosotros.
—No sabia que eras masoquista—. Comentó. Rodaste los ojos.
—Hay muchas cosas de mi que todavía no sabes—. Tus palabras resonaron a una pregunta indirecta que cambió la atmosfera a una de duda, duda que se resolvería segundo la respuesta.
¿Quieres continuar conmigo hasta el final?
—Lo sé, pero siempre estaré encantado de aprender sobre ti, de conocerte cada vez más. Siempre—. No pudiste ocultar tu enorme sonrisa mientras comentabas.
No hizo falta respuesta mientras caminabais hacia tu dormitorio, manos unidas, siempre unidas mientras la luz de la Luna os iluminaba el camino de vuelta a casa.
THE END !
taglist: @strxwbloody @baaamkyu @hashuuuu
notes: oh dios mio!! no me puedo creer que haya acabado esta serie ya :((((( espero que el final os haya gustado aunque es un poquito abierto pero así libre de interpretación jusjus!! los comentarios son super bien recibidos y gracias por leer jooo os amo <3
24 notes · View notes
choccocake · 8 months ago
Text
Serindipia (Enzo Vogrincic)
Serindipia: es descubrir algo bueno sin buscarlo.
Estoy escribiendo esto sin ningún tipo de corrección final ni nada, solo surgió. So, espero que les guste girls ‹3
Ojo, esto no tiene nada que ver con la encuesta que hice. Lo que tengo planeado aún sigue en borradores
Tumblr media
No tenías la costumbre de viajar y muy pocas veces podías darte aquel lujo.
Aunque se podría decir que gracias a tu trabajo -y personas que pedían de tus servicios- podías salir del país alguna que otra vez debido a la buena paga que te daban por tan solo fotografiar zonas turísticas para que así sean publicadas en folletos o en páginas web.
De todas formas.
Habías planeado viajar a Uruguay para darte unas pequeñas vacaciones después del arduo trabajo que habías hecho alrededor de los últimos meses, te sentías agotada mental y físicamente.
¡Y las calles de Uruguay eran realmente hermosas! Una de las cosas que te habían cautivado de ese hermoso país. Claro que hubieras podido fotografiar con total calma los lugares.
Si no fuera porque una bicicleta casi te mata.
Quizás no sean las mejores palabras para haber descrito el momento; pero en el momento casi pensaste que se te había formando un moretón por el choque que habías recibido (un poco dramático).
El repentino choque que habías recibido por parte de la bicicleta -y su dueño- te había dejado perpleja durante un par de segundos, sobándote la espalda por el repentino choque.
Los primeros segundos hiciste oídos sordos a la persona que había chocado contra ti, sus disculpas siendo ignoradas por tratar de volver a la realidad.
Cuando ya estuviste en sí, lo primero que escuchaste fue la voz grave del muchacho disculpándose una y otra vez sin parar, con el ceño fruncido y su mirada en busca de que no hubieras sufrido de alguna herida grave aunque lo único que surgió fue el dolor en la espalda y ya.
—Ay, ¿te encontrás bien? De verdad una disculpa, no fue a propósito, te lo puedo compensar si querés-
—Tranqui, son cosas que pasan ¿no? Aunque me harías un gran favor si me dices dónde hay una farmacia cerca. —Le interrumpiste, dándole una sonrisa para que no pensase que le tenías algún tipo de rencor u algo parecido.
Pudiste notar como la figura del muchacho ya no era tan tensa y la manera en la que soltó una risa nerviosa provocó una extraña calidez en tu estómago. Que raro.
La única cosa que rondaba por tu cabeza ahora era el cómo sería fotografiarlo. ¿No será modelo de casualidad? Su figura y rostro podrían estar con facilidad en alguna revista de una marca de ropa lujosa.
—¿Querés que te lleve en mi bici? No te dejaré caer. —Habló el uruguayo, sonriéndote una vez más.
Tu pequeña nube de pensamientos explotó al oír la voz del muchacho, dejándote procesar sus palabras durante unos segundos.
Pudiste sentir como la sangre calentaba tus mejillas, provocando un pequeño rubor de vergüenza al captar que habías tardado en responderle. Que pena.
—Ah, ¡claro! —Respondiste, dirigiéndote a la bicicleta, pudiéndote apoyar en dicho objeto.
Te fijaste en como el uruguayo se subía a la bici una vez más y se giraba para verte.
—Que maleducado de mi parte, ¿cómo te llamas?
Una vez más su pregunta se quedó siendo procesada en tu cabeza durante segundos, intentando entender su pregunta o cómo su acento te logró enganchar tan rápido.
Le dijiste a la final tu nombre, preguntándole el suyo luego.
—Enzo Vogrincic, un gusto chiquita.
No sabías con certeza si era que la temperatura estaba empezando a subir o solamente eran tus mejillas que estaban ardiendo a mil por cada minuto que pasaba. Que vergüenza.
Esto fue demasiado corto, pero ya no sabía con que más rellenarlo jnkdsabhk
La próxima semana termino clases y escribir sobre los chicos del cast me está enganchando poco a poco, quizás y el próximo finde publique el shot de juani que lleva guardado en borradores desde hace tres semanas
Espero que les haya gustado, ¡bye!
30 notes · View notes
softaikiria · 9 months ago
Text
Querido nadie:
Hoy quise poner en palabras lo que siento por vos, me senté largo rato frente la mesa del comedor, luego me moví frente al ventanal por donde entra el viento frío despabilador y luego sobre la cama. Suspiré, no hay nada. Mi madre me miró a los ojos y musito un pequeño “pasará mil veces” entonces hice un pequeño puchero de niña y lloré luego de suspirar pesadamente. No me quiere, y las lágrimas inundaron mi cara demacrada, no me quiere. Abracé a mi madre y temblé por sentirme insuficiente, usada, poco querida y comparándome mil veces con aquella chica ¿qué tiene ella que yo no?
Siempre que te veo el resto de la semana deliro entre el pensamiento ansioso de un probable “fue la última vez”: el último beso, el último abrazo. Colgada a tu cuello, te digo que quiero probar tus labios mil veces, nunca me sacio, es la verdad. Podría estar prendida de tu boca toda la vida. De tu nariz tocando la mía, de decirte que me muero por tus abrazos, que necesito que te quedes a mi lado, que me tomes un poco más de las manos. Que me digas que soy hermosa, que acaricies mi cara con tu mano áspera. Podría haberte dicho la última vez que quiero que me uses de perfume cada mañana mientras fumes tu primer cigarrillo, que me tomes como al primer rayo de sol que se cuela entre la persiana. Podría decirte que muero porque me sientas alrededor tuyo todo el día como el viento.
Creí que podía confiar en vos, pero mirándome a los ojos con timidez confesaste no poder amar ¡qué absurdo! Todo el mundo ama alguna vez. Entonces pensé en la estúpida osadía de las mujeres de creer “puedo cambiarlo”. Un día sin más empezaste a ignorarme. Sufriré tus penas en los brazos de otro hombre cuando mi imagen sea la de una mujer a punto de salir de la melancolía. No, esa imagen se me ha sido otorgada desde el primer día.—A veces pienso en si podré ser amada alguna vez, en sí alguien podría pensar que sin mí se acaba la vida. Yo, ahora mismo en la tarde del otoño, siento poder llegar a morir de tanto extrañarte. En tus brazos me sentí querida por primera vez, al menos por un segundo, pero la realidad más triste de mi vida es que jamás he sido realmente bien tratada por un hombre. No han sabido amarme, solo me han deseado de a ratos. Me pregunto si podrías tener la implícita desdicha de quererme un poquito un día entero y no poseer mi cuerpo en mitad de la noche. ¿Necesito entregarte mi intimidad para que puedas atesorarme y quedarte a mi lado? Deseosa de romper en llanto y extirparme el corazón, un grito atorado, lágrimas sin salir que un ahogo provocan a mi débil corazón. Quiéreme, digo en un susurro, ¿podrías quererme un rato, por favor? No sé quién ocupa tus pensamientos ahora mismo, pero, esa persona, amor, ¿ha notado el lunar en tu pupila? Las diminutas estrellas en tus orejas, tu manera extraña de actuar al excitarte. No me importa si me llevas a un rincón o si me tocas sin pudor ante los ojos de cristo, contigo me siento otra, una parte de mi hecha mujer.
Sí, he dicho varias veces que puedo sola y no me interesa tu desinterés, pero la realidad es que todos los días espero por un llamado tuyo a mi puerta repleta de ilusiones. Qué sentido tiene seguir engañándome a mí misma, basta con verme a los ojos y notar que es una total mentira. Dije que no me importa, entonces empecé a refugiarme en nadie y contar mis penas en forma de prosa. Hoy vos sos partes de mis letras desparramadas como las hojas que caen hoy fuera, secas, con colores cálidos y quemados como tu cabello. Maldito sea el destino que no puede unirnos. Sufrí tantas veces un corazón roto que empecé a creer que sentir tanto todo era más bien una carga antes que algo hermoso, pero ahora, ahora comprendo que prefiero la pesadez que habita en mi alma ahora antes que tenerlo completamente entumecido, casi muerto, sin sentido.
38 notes · View notes
cat-angel-936 · 9 months ago
Text
Pues eh estado pensando y me gustaría mostrarles mis Ships favoritos de esta serie desde las más viellas a las nuevas, aque en realidad sean muy pocas
En fin comensemos
1- Maviva o Martin x Aviva
Tumblr media
Este ship creo que es uno de las más viejos desde que Chris molesto a su hermano mayor con esa perla en el episodio "misterio de la morsa" literal uno de los primeros episodios de la serie.
Por mi parte siento que son como los padres del equipo al ser Martin el hermano mayor se toma muy enserió ser el protector del grupo, además de ser muy juguetón en sierto modo y Aviva si o si se comportaba como la mamá del grupo, y se asegura de que no se pasen de la raya o regañando a los hermanos (que son los que más hacen alboroto) un ship super lindo que me encanta, lastima que no encuentro mucho contenido de este mismo
2- Zadoni (?) Zach x Donita (realmente no se como llamar a este ship
Tumblr media
Este es de la misma época del Maviva justo en el capítulo "Café ornitorrinco" pero menos reconocido o por lo menos no e encontrado ningún contenido de este, cosa que ne párese extraña ya que Zach se muestra o se mostraba muy interesado en ella o trataba de impresionará.
De todas formas entiendo también el porqué, de pequeña me gustaba más por Zach, pero ahora de grande puedo ver o note que Zach paresia interesado por otra cosa, no porque quisiera algo de ella, sino que parecía más presionado para impresionarla y esto solo hace que de pena su coqueteo (que también puede ser que solo sea que es pésimo coqueteando, porque después puede hablar tranquilamente con otras chicas sin ningún problema) en fin, no es mi favorito y diría que es olvidable para mi
Además que si llegara a formalizarse sería muy Tóxico para ambas partes
3- Kochris o Chris x Koki
Tumblr media
Este ship no se o no me acuerdo de donde surgió, aunque asiendo memoria tal ves a partir del primer episodio de la serie "Mamá de un cocodrilo" siendo el más antiguo, pero me puedo equivocar
La verdad me párese un ship muy tierno, Chris es un personaje muy adorable y agradable y Koki, muy amigable pero que puede llegar a enojarse por justas razones, siento que esta pareja tendría sus altibajos pero lograrían superarlos con facilidad, y se arian felices el uno al otro
4- Chrizach o Chris x Zach
Tumblr media
Este es nuevo para mi la verdad y con este ship doy el inicio a los nuevos ships que me gustan
Este ship pudo haver comenzado en el equipo debut de Zach "pueblo de oso hormiguero" pero creo que fue en el episodio "deja que los rinocerontes rueden" en el cual Zach intenta combenser a Chris (sin mucho éxito) que se una a el (o creo que así hera, ni me acuerdo bien) y a diferencia de los anteriores de este si encontré una buena cantidad de contenido que me gustó
Me gustan bastante en los que redimen al personaje de Zach y lo hacen mejor persona, creo que es algo que el personaje nesesita, pero eso será para otra historia, pero como hiba diciendo, me gusta la idea de que Zach mejore por amor, también ahí unos donde Chris se va al otro bando, pero no los eh leído aún, en fin mis 10
5- Madoni o Martin x Donita
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Dando su nacimiento en el mismo capítulo debut de Donita "vuelo del draco" me parece un ship vastante interesante siendo que asta la misma serie nos muestra el interés que Donita siente por Martin, como si ubiera tenía un flechazo a primera vista (entiendo del sentimiento) siendo además que Martin save de esto y se aprovecha para derotarla en algún que otro caso como en el episodio "imitar" donde Donita no sospecho o le pareció raro que Martin le dejara llevarse un cachorro de Guepardo (asta Chrisle pareció raro y trato de impedirlo), solo para que al final resultará ser un tejón de la miel.
Además de ser el único chico que trata bien y le coquetea de una forma un tanto disimulada pero que se nota (Zach deveria pedirle consejos de cortejo a Donita, le iría mejor jaja)
6- Zaviva o Aviva x Zach
Tumblr media Tumblr media
Ship muy nuevo pero que tiene sentido, ambos son muy listos y capaces de crear cosas impresionantes, (lástima que Zach no parece dormir, de seguro durmiendo 8 horas el se comería el mundo) teniendo una competencia bastante buena, jamás e visto a Zach subestimar a Aviva por ser mujer, si no más por su propio orgullo y ego, siendo bastante respetuoso y reconociéndola como una rival digna para el
Por el lado de Aviva no se si sea lo mismo pero que lo considera un rival a vencer, eso es seguro como paso en "Carrera de Guepardo" donde demostró superarlo vastante fácil con la moto de Guepardo y tiempo deapues creando las bichosicleta, además de muchso más imbentsos de promedio
Además se siente sierta tensión cuando intercalan los personajes, comos si hubiera algo allí que ninguno quiere admitir y en sierto modo me gustaría que se haga canon, aunque lo suso que pase pero vale la pena soñar.
Pero bueno eso han sido mis ships de esta serie de mi infancia que tanto me gusta ^^
Que les parece?
34 notes · View notes
mirxndatano · 6 months ago
Text
HAUNTED
Qimir × F!OC
Tumblr media
Resumen: Un lazo invisible que los unía desde que eran padawans. Qimir era el verdadero significado de ser seducido por el laso oacuro. Un poder, secretos, deseo y su amor que parecía un hechizo inquebrantable.
Advertencias: Ninguna en realidad.
Especificaciones: PadawanJediQimir×PadawanJediOC.
Este fanfic será únicamente escrito en español y también será publicado en Ao3.
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆*:..
Haunted en Ao3
Tumblr: Part 1 Part 2 Part3 Part4 Interlude
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆*:..
Akemi Kyo fue encontrada por los jedi en un aquelarre de hermanas de la noche. Nunca supieron si era hija directa o había sido sustraída de su verdadera familia.
Al principio su entrenamiento como padawan estaba dando frutos y resultados esperados. De cierta forma era querida, sus ojos miel y cabello oscuro que contrastaba con su piel pálida eran características que nadie olvidaba. Sin embargo, una sola noche bastó para que todo se desmoronara.
Tenía 16 años y se estaba preparando para meditar en uno de los jardines del templo. Colocó en el suelo un pocillo alargado y circular que había hecho en su tiempo libre, sacó ramas secas que recolectó durante el día y finalmente dejó caer un fósforo para hacer fuego. No había nada detrás de esa pequeña costumbre, solo la ayudaba a meditar y controlar la llama. Se sentó en el suelo, pero sintió el impacto de una pequeña roca contra su cabeza. Giró rápidamente y no vio a nadie.
Llevaba días sin poder dormir, se convenció de que esa era la causa de empezar a sentir cosas que no eran reales. Hasta que nuevamente sintió el impacto, esta vez en su espalda. Entre la poca luz, por fin logró visualizar una figura humana a unos cuantos metros de ella.
Nunca olvidaría esa noche, una padawan de rango superior la atacó porque leyó sus archivos y descubrió las circunstancias en las que Akemi fue encontrada.
—¡Ya suéltame! —suplicó tratando de escapar del agarre que la otra ponía en sus brazos.
—Las brujas no deben estar en la Orden Jedi.
—¡Pero yo no lo soy!
Casi gritó del dolor cuando las uñas de la desconocida empezaron a clavarse en su piel por la fuerza del agarre.
—Las brujas como tú deben arder.
Con un movimiento rápido, la desconocida la tomó del cabello y cuello para acercar el rostro de Akemi al fuego.
—¡Basta! —gritó con tanta fuerza, que su garganta dolió.
De pronto todo se detuvo y quedó en silencio. El fuego se apagó de repente. Cuando Akemi abrió los ojos, se encontró con la desconocida suspendida en el aire, rodeada de una extraña neblina roja. Akemi se levantó del suelo y notó que aquella neblina emanaba de ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas y miró su cuerpo aterrada y confundida. ¿Qué le estaba pasando? ¿Cómo lo detenía?
—Eso sí es fascinante —dijo una voz detrás suyo.
Cuando se giró, un padawan de su misma edad observaba la escena de cerca. Tampoco olvidaría ese cabello negro que le recordó a una noche sin estrellas y esos ojos pequeños pero llenos de brillo por lo que veía.
—¡Ayúdame! ¿Cómo detengo esto?
Antes de que el padawan pudiera responder, se escucharon pasos apresurados bajando las escaleras del jardín.
—¡Padawan, no se mueva!
Akemi no sabía para quién de los dos fue esa orden. Era la maestra Vernestra. Con eso, la joven se resigno a que estaría en graves problemas. De un momento a otro, sus piernas perdieron fuerza y su respiración se sentía cada vez más pesada. Lo último que recuerda es que cayó al suelo, mientras el padawan la miraba con intensidad.
°•°•°⋆✩⋆°•°•°
—Hasta que no encontremos el origen y la manera de controlar esa habilidad, no tendrás un maestro asignado.
Esas palabras le rompieron el corazón y confianza que tenía en sí misma. Lo único que deseaba era tener un maestro y ser guiada como todos los padawans antes de convertirse en Caballeros Jedi. Cuando la reunión terminó, salió corriendo al único lugar donde se sentía segura, su habitación. Se encerró y tan pronto como lo hizo, empezó a llorar de forma descontrolada, si alguien más la hubiera visto así, pensarían que se estaba volviendo loca.
No le importó que fuera de madrugada y otros padawans lograban oír su llanto del otro lado de las pareces. Necesitaba desahogarse.
Estuvo así por lo que pareció una eternidad. Ya solo estaba ella, pareciendo un bulto tembloroso, tumbada en su cama mirando la pared, abrazando sus piernas contra su pecho.
—¿Ya estás mejor?
El corazón casi sale de su pecho y su cuerpo salió disparado de la cama para ponerse de piel, tanto que se sintió mareada. Encendió la luz con la fuerza y se quedó fría.
El padawan de hace dos días estaba ahí.
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? —pregunto Akemi con los ojos muy abiertos por la sorpresa.
—Quería saber cómo estabas —respondió el joven—. Deberías tener más cuidado con tú habitación, ¿siempre la dejas abierta?
Akemi estaba avergonzada por su descuido. Siempre cerraba su habitación con código, pero su mente se sentía como una laguna por los acontecimientos recientes. El joven le dio una sonrisa rápida al notar que Akemi no estaba del todo con los pies en la tierra.
—Soy Qimir, padawan de la maestra Vernestra —se presentó.
No esperó a que la joven le extendiera la mano, Qimir la tomó y estrechó con tanto ánimo que sin querer la apretó demasiado.
—Y bien ¿Cómo estás? —preguntó mientras sonreía. Ese detalle terminó de irritar a la joven.
—¿Cómo estoy? Pues ¡¿tú cómo crees que voy a estar?! Me acaban de decir que no tendré un maestro y todo por culpa de una habilidad que ni siquiera sabía que tenía.
No supo en qué momento tomó su almohada y la lanzó del otro lado de la habitación. Qimir esquivó el objeto y eso lo hizo sonreír aún más.
—Bueno, es una lástima —dijo Qimir mientras se acercó a ella para acomodar uno de sus mechones de cabello detrás de la oreja—. Toda habilidad tiene un por qué y debe ser apreciada y perfeccionada.
—El consejo no lo ve así —respondió Akemi apartando la mirada—. Estaré desamparada hasta que busquen su origen y manera de controlarlo.
—Pero… podrías practicar.
—No puedo hacerlo, debo mantener esto oculto, no quiero ocasionar otro desastre.
Akemi se recostó en su cama hasta tener la espalda recargada contra la pared. Qimir solo se sentó en el borde
—Hagamos un trato —propuso Qimir—. Vas a practicar aquí, solo los dos. Nadie tendrá que enterarse.
—¿Sin un maestro que me guíe?
—Nos tendremos a nosotros, eso será más que suficiente.
Y ahí fue cuando Akemi le regaló la primera sonrisa. Un momento que Qimir guardaría por siempre en su alma.
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆*:..
Las siguientes partes estarán próximamente disponibles ♡
22 notes · View notes
catton-candy-17 · 8 months ago
Text
Carta anonima.
He dejado de creer en el amor, por experiencias, por lo veo a mi alrededor .
¿Que es amar en realidad?
Si amar es tan pobre como sus palabras prefiero quedarme con la duda.
Si amar es arriesgar todo para un día, así de pronto quedarte solo,desnudo, con el corazón en la mano, no gracias, no quiero nada.
Me enamore una vez y así como cambia cada estación deje de creer en el amor.
El amor que yo conocía, el que te llena de vida, que ilumina tu mirada, al que extrañas aún cuando se acaba de ir, quien te lleva flores y te escribe cartas solo porque sabe que eso te gusta.
el amor para mi murió.
Y ahora ya nada se siente igual.
Candy
25 notes · View notes
rubywolffxxx · 2 months ago
Text
En otro universo... (Ekko x lectora)
Resumen: las cosas con Ekko ya no eran como antes, y todo indicaba que pronto terminarían dándole fin a su relación. Pero cierto incidente con el hextech terminó dejando a la joven mecánica en un universo paralelo, donde su visión de la vida daría un vuelco de 180 grados.
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Nota: cambios en la trama original.
Masterlist de mi autoría
Tumblr media
Cuando Ekko despertó en aquella realidad alterna, no le costó demasiado entender que algo raro estaba pasando.
Estaba rodeado de conocidos, conocidos que se sentían como extraños. Y tenía la urgencia de volver a casa.
Creía que estaba solo, solo y volviéndose loco, pero entonces vio a una ____ más que risueña acercarse con Mylo.
—¿Cómo amaneció mi zaunita favorito?—la chica atrapó sus mejillas con una mano, dejando un beso en su frente—. ¿Listo para continuar con las prácticas?—
—¿____?—Ekko la miró confundido—. ¿Eres tú?—
—Creo que sí, bastante segura.—respondió con burla—. ¿Qué pasa, conejito? ¿Te sientes... bien?—
Entonces ____ los vio. Los garabatos de Ekko en aquel cuaderno le hicieron comprender enseguida lo que estaba pasando. Y bajo la confundida mirada de los presentes, la chica salió corriendo del bar.
Ekko salió a uno de los callejones linderos, sintiendo la asfixiante presión de todo aquello en el pecho. No estaba en casa, no tenía a su gente... Y esa no era su ____. O al menos eso pensó en un inicio. Pero entonces Heimendinger apareció, escoltado por la chica. Y enseguida lo pusieron al corriente.
—... ¿Cuánto llevas aquí?—la mirada de Ekko se mantenía en la chica del otro lado de la mesa, quien tallaba en madera unos pequeños animales.
—5 años, Masomenos.—lo miró—. Heim poco más de 3 años... Y tú unas horitas parece.—
—No te ves feliz de verme.—
____ dejó su lobo a medio tallar sobre la mesa, mirándolo con seriedad.
—... No pienso irme de aquí.—Ekko frunció el ceño—. Los ayudaré en lo que necesiten... Pero no volveré a esa realidad.—
—¿Qué...?—
La chica se levantó de la mesa, perdiéndose en el grupo de gente de la entrada y saliendo sin más.
—Ella ha hecho de esta realidad su hogar, joven Ekko.—Heim llamó su atención—. Pero estoy seguro de que si hablamos con ella, la convenceremos de venir a casa.—
Ekko no se veía muy seguro de aquello, pero no tenían otra opción. Volvería a su realidad con la chica. Sin excepción.
—En esta dimensión, Vi murió.—____ le mostró a Ekko las ruinas de aquel lugar—. Jayce tampoco está, y de Cait y Viktor tampoco sabemos nada... Lo más seguro es que ella siga siendo de la guardia y que Vik haya muerto. Recuerda que aquí no existen las hextech.—
—... ¿No intentaste volver?—
—Al principio.—la chica caminaba con curiosidad por el lugar—. Pero yo no soy tan buena como tú o Heim... Construyo lo que me indiques, no hago planos desde cero.—lo miró—. Solo me resigné a adaptarme.—
—Y ahora no quieres irte... ¿Dejarás a todos los que nos necesitan solos?—
—Mis padres murieron con el ataque de Jinx a Piltover, no tengo otra familia... Nada me ata a ese lugar.—
—... ¿Y yo?—
____ se detuvo frente a una pared en ruinas, notando un brillo entre las grietas.
—Te enviaré a casa sano y salvo ¿No es signo de lo mucho que te quiero?—
—Si me quisieras, vendrías conmigo.—la chica resopló con cierta gracia.
—¿Me harás un chantaje emocional? ¿Justo tú? Por favor...—Con sumo cuidado, ____ comenzó a quitar los fragmentos azulados de la pared.
—¿Qué quieres decir con eso?—Ekko se acercó nervioso.
—Lo nuestro ya no funcionaba... Hace mucho no lo hacía. Estábamos juntos por costumbre, pero ninguno de los dos quería admitirlo... tú y yo sabemos que si algo no funciona, se desarma.—
—Si, para repararlo y volverlo a intentar.—El chico la miró impaciente.
—Y lo volví a intentar, con el Ekko de aquí... Eres tú, pero esa faceta hermosa de la que me enamoré.—____ se sintió extraña al decirlo en voz alta—. No quiero dejarlo.—
—... ¿Me engañaste conmigo mismo?—la escuchó resoplar con gracia.
—No es engaño si son la misma persona.—
—Tú lo dijiste, no somos iguales.—
La chica no dijo nada más, se limitó a sacar los fragmentos de la pared.
—No quiere venir porque se enamoró de mi.—Heim miró a un Ekko frustrado, que realizaba cálculos en un rincón—. Cuanto más lo pienso, más loco es.—
—No es tan raro, el Ekko de esta dimensión es muy diferente a ti, joven.—aquello llamó la atención del inventor—. No me malinterpretes. No es mejor, o peor. Solo... Diferente.—
—¿En qué sentido?—
—Bueno... Aquí no estamos en plena guerra. El Ekko de aquí no tiene las prioridades que tú tienes.—Heim sobrepensaba demasiado cada cosa que salía de su boca. Ekko notó eso—. Tiene otro trato con ____... Uno más ¿Cariñoso? ¿Atento?—
Entonces Ekko supo por dónde venía el asunto.
—Bueno... Puede que no haya sido muy atento... pero estamos en épocas difíciles, Heim.—
—Tienes tus prioridades, como ya dije... Tu relación amorosa no parece serlo. Y si la joven ____ no se siente a gusto, es normal que se haga a un lado. Y no deberías juzgarla.—
—¡Me abandonará por mi otro yo, Heim! ¿Cómo se supone que lidie con eso?—
—si no riegas la flor, se marchitará... No te ofendas si no puedes revitalizar sus pétalos.—Heim volvió su atención al invento frente a él—. Si ella quiere quedarse, es su decisión. Al menos nos ayudará a irnos a casa.—
No, por supuesto que no. Ekko no se iría de allí sin ____.
—Un puñado de moras, fresas, hielo y un poco de azúcar. Vamos, adelante.—
Mylo activó aquella licuadora, y por fallos de la tapa, terminó haciendo un desastre. ____ rió emocionada al ver la cara de Vander llena de batido de frutas.
—¿Problemas técnicos?—Ekko se acercó a la barra, tendiéndole un pañuelo a la chica, quien secó enseguida los restos de su rostro.
—Se rompió el seguro, ya lo reparo.—____ lo miró risueña, y Ekko notó entonces lo poco que la había visto feliz en ese último tiempo—. ¿Cómo va el proyecto con Heim?—
—Pausado de momento, nuestra mecánica fue por algo de beber y no volvió más.—Ekko alzó las cejas divertido, y la sonrisa de la chica no hizo más que agrandarse. Ekko se contagió de esa emoción.
—Perdón perdón, ya vuelvo.—Ekko negó apenas.
—Reparemos esta licuadora, viniste justo por esto ¿No?—____ sonrió.
—Esto es delicioso.—
—¿Verdad que si? Yo bebía esto cuando era pequeña.—____ y Ekko volvían al taller de Ekko caminando a paso tranquilo, disfrutando del batido de frutas recién hecho—. Antes de ir al Consejo con mis padres, tomábamos batidos en un puesto de la plaza central... Era mi momento favorito del día.—Ekko la miró.
—¿Ellos aquí...?—
—Están vivos, sí. Yo estoy aquí como intermediaria entre ambas naciones... Tal y como debió pasar aquella vez.—____ lo miró—. Aquí, todo pasó como debía pasar.—
—Vi esta muerta.—
—Y por ello, Powder no tomó las gemas, no los atacaron los de Piltover... Fue toda una cadena de sucesos que desembocaron en esto... Nosotros reparando una licuadora para que Vander empiece a vender batidos.—sonrió con cierto pesar—. Perdóname por querer ser feliz en un mundo pacifista.—
—... Si tú te quedas aquí... No te tendré en casa.—____ lo miró sorprendida—. Asi que lo siento, pero te llevaré al hombro de ser necesario.—
—No creo ser tan relevante.—
—Lo eres, ni siquiera deberías dudarlo.—
—Tú me hiciste dudarlo.—
La chica estaba por entrar al hogar de Ekko, cuando el joven la detuvo.
—Lo lamento, ____. Sé que piensas que lo nuestro ya no funciona pero debe hacerlo...—las manos que sujetaban sus hombros subieron a las mejillas—. Eres lo único que me queda... No me hagas regresar a un mundo donde no estará la persona que amo.—
El rostro de la chica se tornó completamente rojo, y Ekko ya no recordaba la última vez que vio ese lado avergonzado de ella.
¿Tan mal estaban las cosas entre ambos?
—¡Los estaba esperando!—Heim abrió la puerta eufórico—. Creo que ya lo tengo.—
—Entonces... Solo entran.—
____ miraba aquella especie de portal preocupada.
—Corrección: entramos.—Ekko se paró a su lado—. Tú vienes con nosotros.—
—Ya te dije que no.—
—Y yo ya te dije que te cargaré como costal de patatas en caso de ser necesario.—____ lo miró frustrada—. No me iré sin ti, y si no nos vamos, nuestro mundo morirá.—
Las manos de Ekko tomaron las ajenas, presionándolas con cariño.
—... Aquí, Ekko es mi novio. Mi compañero adorable... Alli, Ekko es el salvador de Zaun.—____ frunció sus labios, intentando no romperse—. No quiero un héroe, quiero al niño del que me enamoré.—
Ekko unió sus frentes.
—Seré lo que sea que tú necesites... Solo quédate a mi lado.—
____ asintió apenas, recibiendo un beso en la mejilla antes de sentir como Ekko la guiaba al portal
Tumblr media
Ah, lo sentí medio flojo.
Yo creo que si me quedaría jsjsjs. Re egoísta xd.
15 notes · View notes
marianaaags · 2 months ago
Text
Yo soy muy chismosa y me gusta meterme en lo que no me importa así que hoy les traigo un...
Cosas que no me importan pero quiero saber sobre Just Dance:
Tumblr media
Sobre el juego en general y el universo (no son dudas reales solo es mi instinto de vieja chismosa en acción)
Cuando cuesta en promedio el desarrollo de un mapa? Sin incluir la licencia de la música, osea todo el tema de diseño, vestuario, coreografía, edición
Referente a la anterior pregunta, que tela se usa para los vestuarios? O cuál la que más se usa?
Que es lo más tardado de hacer en los mapas? Los conceptos, la coreografía, el vestuario, las grabaciones, la edición?
El uso de los flamingos y los delfines significa algo? Que cosa? Si solo es un chiste interno de los desarrolladores, de dónde viene?
Sobre los bailarines, les dan pago único por el uso de su imagen o reciben regalías? Cuánto dinero les dan en cada caso?
Cómo llegaron al Danceverso DeerStan y PandaFan y cuanto tiempo llevan ahí? Se supone que no tienen idea de cómo paso pero pa mi no más se hacen weyes pq les encanta estar ahí
Hay otras formas de entrar al Danceverso que no sean con ayuda de Discoball? Cuales?
Por qué The Traveler es la persona mas poderosa del Danceverso? Es algo inato, estudio o obtuvo su poder de alguna forma?
Que hicieron Louise Dials y las Gaga's para terminar en prisión? Solo hicieron algo que molestó a NS o si hicieron algo malo?
Cada planeta usa su propia moneda o hay una moneda universal? Cuál sería su valor equivalente aqui?
Cuál fue el primer Cygnus? (La ciudad o el personaje)
Por qué terminaron Lilith y la coach de Black Widow? Quien extraña más a quien? Mismas preguntas para cualquier otra pareja
Jack Rose toca algún instrumento? Cuál o cuáles? Que planetas escuchan más su música? Afectaron de alguna forma a su carrera los eventos ocurridos en Enter in the Danceverses?
Cuantos pisos tiene la Torre Swan? En qué piso viven Jack y NS? Para que se usan los demás pisos?
Cuantos años tiene Vester? Bueno en realidad quiero saber si los vampiros viven más que las personas promedio pero también tengo curiosidad por el en particular
Mothigan está viva o está bien tiesa? JAJAJJ es una duda real, si está muerta, qué, cuando y dónde paso?
Quienes estaban invitados a la boda de Rasputin y The Bride? También cuánto les costó la boda y quienes eran los padrinos? Saquen la lista de invitados pls
Cómo funciona el Hotel Espacio-Tiempo? Tipo, cómo te mueves en el? Parece tener muchas escaleras y pisos pero no creo que los huéspedes andén de arriba para abajo todo el día, pensé en que quizá es autónomo y te lleva directamente a dónde quieras pero, cómo va a saber a dónde quieren ir las personas? Hay un panel con botones, te lee la mente o que pd?
Sabemos que el equipo de JD sabe de la existencia de los fanfics Jacklust entonces, cómo supieron? Que fanfic leyeron? Solo googlearon "Just Dance fanfic"? Y en qué página lo leyeron?
Existen betas de muchos mapas que no han sido oficiales (algunos nunca lo serán) pero yo quiero una lista con todos las betas que han desarrollado, no me importa si se quedaron en un punto conceptual
Por qué las canciones de JD Unlimited y las de JD+ están en formatos diferentes? Y por qué no las desarrollaron/configuraron con el mismo formato? Yo no sé nada de programación o servidores pero el chisme me gana jajaja
Ya no se me ocurrieron más, estás preguntas no me quitan el sueño pero seria divertido saber las respuestas
16 notes · View notes
caostalgia · 2 years ago
Text
Golpe de realidad
Entiende que a ella le das igual
Por eso siempre te responde con menos aire y un desalojo
Por eso nunca puede
Por eso siempre está full
Por eso siempre contesta
Pero nunca te habla primero
Y cuando contesta, amigo mío yo estoy ahí, yo lo veo
Ambos sabemos que lo hace por compromiso
"Nah, bien y tu?"
Entiende pedazo de imbécil que contrato un agrimensor
Para que mida la cantidad de hectáreas de huevos
Que le chupa que estés en su vida o no
Le da igual si le hablas o no
Si quieres que se vean
Si quieres hablar
Si la extrañas un ratito
Si la necesitas
Y no es que no pueda
No quiere
Y no te lo dirá de frente
Porque te quiere tener ahí
Como un plan b cuando le falle el plan a
Porque sabe que tú siempre estás
Déjame decirte algo
Para que el amor sea mutuo primero
Tiene que ser propio
Deja de mendigar lo que te mereces
Alguien te lo tenía que decir
Así ese alguien seas tu mismo
Arkham
315 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 1 month ago
Text
Solstice Tales - II. Castigo (Enzo/Matías/Santiago)
Enzo no siempre extraña Montevideo.
Fue en otra vida, dice si le preguntan, está perfecto en Buenos Aires. Vive en un barrio tranquilo, rodeado de árboles llenos de pájaros que cantan, comparte hogar con sus parejas (todavía le resulta raro el plural) pero tiene una habitación sólo para él, trabaja en los proyectos que verdaderamente le interesan y siempre hay nuevas cosas por descubrir.
No tiene tiempo de extrañar, es lo que normalmente diría, sobre todo porque en realidad no tiene tiempo de sentarse en silencio y pensar sin que sus pensamientos se vean interrumpidos por las discusiones de sus dos personas favoritas. En esos momentos extraña el silencio de vivir solo.
Eso es todo.
Cerca de las nueve de la mañana, mientras se encarga de la ropa, cruza la sala para recoger una camiseta que alguien -no es difícil saber quién- dejó tirada en la entrada. Una sensación más que familiar lo recorre cuando ve desde su lugar el panorama en la cocina: Santiago está lavando los platos y Matías está con él.
El problema es que Matías está sentado en la barra de la cocina y observa a Santiago con una mirada maliciosa. Balancea los pies en el aire, golpeando el mueble, mientras sorbe fuerte de la bombilla del mate en sus manos. Enzo puede sentir que su expresión cambia en cuanto lo ve abrir la boca para hablar.
-¿No pensás lavar esa taza?- pregunta el menor en un tono simplemente irritante. Santiago voltea para dirigirle una mirada molesta y continúa sin contestar-. Te pregunto nada más... Como últimamente hacés las cosas por la mitad...
Enzo no tiene idea de qué es lo que Santiago dejó por la mitad y sospecha que es un invento de Matías. A veces se aburre. Cuando se aburre es insoportable. Intentó de todo -hasta con la ayuda de Agustín- y todavía no puede sacarle esa horrible costumbre de molestar a Santiago como pasatiempo.
Santiago deja caer el plato con un poco más de fuerza de la necesaria; Enzo no quiere intervenir, sabe que el rubio es más que capaz de defenderse, pero Matías sonríe con satisfacción cuando escucha el suspiro cansado del otro. Es el punto de quiebre y sólo puede terminar de una manera.
-Dejá de joder.
-¿Qué pasa? ¿Estás sensible?
Enzo suspira. Este es el momento en que Santiago explota, contesta, Matías lo presiona hasta ganarse un insulto o dos y luego se desata el infierno. Llevan repitiendo la misma rutina las últimas dos semanas y no puede permitir, precisamente hoy que esperan visitas, que se repita.
Sería una pena que...
-Estoy cansado.
Eso es nuevo.
La sombra de inseguridad -ese es un punto en el que todavía trabajan incansablemente- que frunce el ceño de Matías no pasa desapercibida por Enzo. Sabe que el menor se está preguntando "¿De mí?" mientras abandona su postura desafiante y su muy habitual, muy cómodo lugar sobre la barra, del que siempre intentan bajarlo sin éxito.
Parece un animal herido. Desconfiado y débil. Otra vez.
Enzo se detiene en el umbral de la cocina, cruzando los brazos sobre su pecho, con una expresión severa. En cuanto Matías lo ve imita su gesto, pero en su caso la acción pretende poner una barrera entre su cuerpo y el resto del mundo.
-¿Qué pasó?- pregunta para romper el silencio-. ¿Otra vez lo mismo?
Santiago voltea, claramente sorprendido, ignorando lo que sucedió mientras no miraba. Matías se encoge de hombros y finge inocencia e indiferencia. Enzo da otro paso hacia ellos y ve cómo sus cuerpos se tensan. Expectantes. Temblorosos.
Se dirige hacia Matías y se inclina hasta que sus respiraciones se mezclan. Lo complace ver cómo el otro desvía la mirada, un poco incómodo, pero no puede saborear la victoria como le gustaría. En este momento tiene otras prioridades.
-Santiago.
-¿Qué?- pregunta el rubio con un hilo de voz. Enzo no utiliza su nombre completo nunca y es extraño.
-Le vas a pedir perdón a Matías, ¿está?- y ante la expresión desconcertada (pero con una ínfima pizca de satisfacción) del menor, agrega:- Y vos le vas a pedir perdón a Santiago, ¿entendés?
El rubio parece comprender súbitamente el porqué de la orden. Cuando deshace la distancia que lo separa de Matías, preparado para disculparse y sin lugar a dudas brindarle un poco de confort en formato abrazos, Enzo lo detiene sujetando su brazo.
-Así no.
Enzo no es sádico, pero ya no sabe qué más hacer y es por eso que termina decantándose por los métodos de Agustín, que sabe manejar el descontrol con soluciones más contundentes. Mientras prepara los objetos necesarios puede sentir el descontento y la incomodidad de los otros dos presentes en su habitación.
-¿Y yo por qué?- pregunta Santiago, en voz baja, mientras se deshace de su ropa. Normalmente no cuestiona órdenes y aunque sabe que su inofensiva declaración lastimó a Matías, agrega:- No hice nada.
Matías suelta unas risa.
-¿Estás seguro?
-Me están volviendo loco- advierte Enzo, cuidando su elección de palabras, cuando toma a Matías del brazo-. Están insoportables.
Llega a la conclusión de que no es difícil manipular el cuerpo de dos personas cuando saben que, en caso de resistirse, las consecuencias podrían ser mucho peores de lo que prometen. Aún así no puede evitar sentirse provocado (de todas las formas en que alguien puede provocar con una simple mirada) mientras está inmovilizando a Matías luego de colocar una mordaza entre sus labios.
Posiciona el trípode frente a la cama.
-Si necesitás parar, ¿qué hacés?- Matías parpadea tres veces. Repite el procedimiento con Santiago, casi enternecido por sus ojos vidriosos y sus cejas arqueadas por la inevitable desesperación que lo recorre, antes de dejarse caer sobre la silla cercana a la ventana para disfrutar de su lectura.
El primero en quejarse -porque con su conducta usualmente ejemplar se ganó el privilegio de un vibrador con baterías nuevas- es Santiago. Es evidente que está incómodo, ya sea por la estimulación directa sobre su próstata o por el anillo de silicona en la base de su miembro, completamente erecto y hasta goteando.
-Callado- le recuerda Enzo mientras finge que la saliva cayendo por el mentón del rubio no tiene efecto en él-. Quiero leer en paz.
Un par de capítulos más tarde, inquieto por el desconocido silencio, levanta la vista para comprobar que todo esté en orden. Santiago está llorando, sus muslos tiemblan violentamente por la fuerza que ejerce para reprimirse, pero no suplica. Una vez o dos intentó manipularlo, Enzo lo recuerda, mirándolo con sus brillantes ojos azules mientras las lágrimas caían en cascada por sus mejillas. Hoy no.
Cuando la mirada de Matías se entrelaza con la suya, contra todo pronóstico, Enzo deja caer el libro. Está quieto, en calma, sereno como nunca..., pero hay un brillo de sudor en su frente y varias partes de su cuerpo están manchadas por los hilos de su liberación.
Por supuesto, piensa el uruguayo, Matías es experto en volverlo loco. Probablemente libere a Santiago luego de tres o cuatro orgasmos, cuando esté cerca del desmayo, pero sólo por esto sus planes para Matías tendrán un desenlace diferente.
-Más tarde viene Agustín- comenta cuando retoma la lectura-. Supongo que no tenés problema en esperar hasta entonces para que te suelte, ¿no?
Enzo experimenta una culpa inmensa por someterlos de esta manera, por disfrutar la imagen frente a sus ojos, por estar filmándolos, por planear repetir el castigo hasta que puedan comportarse como personas civilizadas, por saber que va a dejar que Agustín refuerce el castigo.
El brillo de pánico en las pupilas de Matías hace que el remordimiento se evapore.
13 notes · View notes