#el poder de una cancion
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AMRShow - 2023 top releases....
Hello everyone,2023 is slowly fading away and somehow every year is gettin´ harder to make a final list.Here it goes this year´s top releases list in no particular order nor genere: WEST ALLEY – A Night to Remember (Pride & Joy Music) EMIL SIGFRIDSSON – Back To Yesterday (Lars Sigfridsson AB) AXENSTAR – Chapter VIII (Inner Wound Recordings) HACKERS – El Poder de Una Canción (Indipendent)…
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algo con pipe otaño por fis, puede serr fluff o smut!!!! :3
౨ৎ FELIPE OTAÑO como novio
warnings: ninguno, solo fluff ♡
n/a: como no especificaste, decidí hacer unos headcanons de pipe como novio. espero que te gusten🫶
𖦹 a pipe le encanta dormir abrazado contigo y su posición favorita es la cucharita, le da igual si él es la cuchara grande o la pequeña, ya que le gusta tanto ser abrazado como abrazar.
𖦹 cocinan juntos y se lo pasan muy bien, a pesar de que siempre terminéis ensuciando toda la cocina.
𖦹 organizaría picnics los fines de semana en algún lugar escondido que solo él conozca y pasaríais allí todo el día.
𖦹 cuando se aburra y tú estés haciendo algo, te abrazará por la cintura y dejará besos en tus mejillas para poder llamar tu atención.
𖦹 cuando veis una película, te sentará en su regazo y te abrazará desde atrás, impidiéndote escapar de su alcance.
𖦹 le encanta hacerse fotos contigo, y sin duda subirá alguna de vez en cuando a sus redes sociales para presumirte.
𖦹 te haría una playlist con canciones que le recuerden a ti y la pondría en el coche cada vez que vais juntos.
𖦹 si tienes mascotas, él las mimaría un montón al punto de que parecería su padre.
𖦹 en vuestro aniversario él planearía toda una noche romántica para enseñarte lo importante que eres.
𖦹 vería películas de studio ghibli contigo en las tardes lluviosas.
𖦹 es un perezoso y le cuesta levantarse mucho por las mañanas ya que prefiere estar acostado contigo, a si que llegarías a todos lados tarde por su culpa.
𖦹 su sueño es envejecer juntos, ser dos viejitos en una bonita casa baja con dos mecedoras en el porche para pasar las tardes allí tomando mates.
#🎧. inbox#lsdln#la sociedad de la nieve#:3#pipe otaño#felipe otaño#headcanon#felipe otaño x reader#anon ask#lsdln cast#society of the snow
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Mi sentir🤍
Me haces sentir que mis problemas, pequeños son,
que siempre hay un camino para seguir adelante con fe.
Tu voz, como un susurro, en mi mente resonando,
y tus palabras, claras y dulces, calmando mi ser.
Amo la manera en que me muestras la esperanza,
La mágica forma en que, junto a ti, mi alma avanza.
Es inexplicable todo lo que siento,
solo sé que es inmenso y eterno
Y así, en cada sílaba escrita con cuidado,
intento expresar la admiración,por todo lo que eres.
cada momento a tu lado es como poesía,
en cada verso, canción, en cada palabra,
siento la fuerza del amor que nos guía.
en estas líneas, con amor entrelazadas,
expreso mi gratitud y mi devoción,
porque tu,mi amor, me haces sentir amada.
Tu amor me ilumina, me hace volar,
en tus brazos encuentro mi lugar.
En cada momento, me haces creer,
que no hay obstáculo que no pueda vencer.
Tu presencia me llena de una calma profunda,
como si el universo me susurrara al oído una respuesta rotunda.
Es inexplicable lo que siento por ti,
solo sé que es tan grande que
siempre se puede un poco más contigo
En cada verso, te encuentro, te siento,
tu amor es el poema, la melodía serena,
me inspiras a amar, a creer, a luchar,
contigo, en mis versos, se desvela la pena.
Sensual, evocativa, se vuelve mi voz,
amor, política, mundo natural,
todos mis pensamientos, en uno soy,
equilibrio y unidad, en este baile celestial.
estructura precisa, cada línea une, como en un abrazo sincero,
misterioso, profundo, en cada palabra se atiza,
un poema que evoca un amor sin prisas
Me gusta cómo me alivias en momentos.
Cosas antes vacías, ahora tienen sentido,
cuando tú estás junto a mí, todo es bienvenido.
Adiós a mis penas, a la tristeza y el llanto,
juntos enfrentaremos cualquier quebranto.
Eres la voz que calma mis pesares,
la razón que enfrenta mis temores,
tus palabras abren nuevos horizontes
y hacen pequeños mis problemas mayores.
Canciones que escuchaba sin razón,
al estar contigo cobran significado,
el amor fluye en cada melodía,
lo que antes era opaco, ahora es amado.
En tu mirada, encuentro esperanza,
como si el universo me hablara en secreto,
me transmites un sentimiento eterno,
algo inmenso, indescriptible y completo.
Tu compañía llena mi alma de dicha,
siento que todo en ti está bendecido,
no todo está perdido, me haces ver,
que en cada paso, el amor está unido.
Tus abrazos son como poesía viva,
que me envuelve con su dulce encanto,
haces aflorar los sueños más ocultos,
y despiertas mi ser con un solo canto.
Eres lo que inspira mis versos,
la luz que guía mis letras en vuelo,
en ti encuentro la pasión desbordante,
que acelera mi corazón y es mi anhelo.
Con cada verso, quiero celebrarte,
y rendir homenaje a tu ser especial,
tú, que eres fuente de amor y alegría,
mereces elogios por siempre, sin final.
Gracias por ser mi eterna inspiración,
por regalarme amor sin condición,
en cada paso, en cada verso cantado,
celebro tu existencia con devoción.
Oh, tú que alivianas mi carga,
Tu presencia sofoca mi difícil situación.
Las melodías una vez vacías de profundidad y significado,
Ahora resuenan con propósito.
el universo me susurrara al oído,
asegurándome que estás cerca,
Un sentimiento inexplicable, tan vasto y grandioso,
Un amor que sé que es infinito y valioso.
Es Indescriptible, la profundidad de mis emociones,
Sin embargo, sé que es inmenso y sin limitaciones.
Infinito y eterno, nuestro amor será,
Un testimonio del poder, entre tú y yo.
Tus palabras, tan pocas, pero llenas de significado,
Responden preguntas que me persiguieron durante años
En tu compañía, mi corazón se tambalea,
En la unidad y el equilibrio encontramos la armonía.
Tus palabras desentrañan misterios que he buscado,
Respuestas reveladas, con claridad aportada.
me haces entender en silencio,
que el amor verdadero es eterno y sin igual y que
Mientras esté contigo nada me puede quebrar.
-Pararuby
Esto lo escribí esa vez que fuy a tu trabajo que llegaste a mi casa en carro y escuchamos música todo el camino y que pasemos todo el día después de tu turno recuerdo que hablábamos de lo bonito que sería tener un auto para nosotros y pasear juntos siempre y también recuerdo que decías que sentías tan bonito el estar paseando conmigo y que te sentías muy feliz.
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Para ti, estrella brillante:
Creo que por fin voy a poder decir que esta es la última vez que te escribiré con dolor. No la última vez que te escribiré, porque eso sería mentirme a mi y mentirle al mundo.
Nunca dejaría de escribirle a la persona que me enseñó que el amor es bonito, a la persona que me enseñó que todo en mi está bien, que valgo la pena, que brillo y que hago arte con las letras. Nunca dejaría de escribirte Andrés.
Pero si que voy a dejar de hacerlo con dolor, aunque todavía te extrañe. No a nuestra relación, sino a la persona que eras, a tu risa y a tus audios a horas imposibles. A tus datos sobre dinosaurios, a tus historias terribles, a tu sarcasmo. A tu dolor, porque era tan parte de ti que también terminé enamorada de ese pedazo de ti. Pero ya no, ya no pienso en ti de esa forma.
Ahora estoy bien, ya no me duele el corazón al pensar en ti. Ahora cuando pienso en todo lo que fuiste y en lo mucho que nos quisimos solo puedo sonreír. Aunque ya no sea capaz de llorar desde que te fuiste, porque las lágrimas si que te las quedaste todas cariño. Están en el mismo rincón del firmamento que tú, porque sé que estás por ahí, observando la vida de todas las personas que te quisimos. Observandome a mí.
Y ojalá pudieras conocerle, es tan distinto a ti que creo que sería inevitable que te cayera bien. Está tan vivo y tan lleno de cosas bonitas. Creo que todo se resume en lo bonito que es, no por fuera, sino ahí dentro, en ese corazón que empieza a latir por mí.
Y creo que esta vez es la buena, lo siento aquí dentro. Siento que el corazón está cerrando todas esas cicatrices que en algún momento quedaron mal curadas, siento que su sonrisa es el único lugar donde desearía quedarme todo el tiempo posible.
Creo que por fin he entendido la diferencia entre "amor de mi vida" y "alma gemela". Tú fuiste el amor de mi vida, pero no íbamos a conseguirlo, nunca. Porque nos queríamos si, pero no lo hacíamos lo suficientemente bien. Aunque en su momento no quisiera aceptarlo, aunque hasta hace poco todavía gritara de agonía por no tenerte más. Él, sin embargo; creo que es mi alma gemela, mi otra mitad, mi destino. Porque siento que lo conozco de toda la vida, que siempre ha estado ahí.
Y no sé si saldrá bien, porque ya sabes que sentir me aterra, pero esta vez quiero darme la oportunidad. Darnosla a ambos. Esta vez no es algo pasajero, porque pensar en despertar sin sus mensajes me causa dolor. A mí, que llevo tiempo huyendo de la constancia; a mí, que cuando siento que voy a querer a alguien me alejo; a mí, que había dejado de creer en las casualidades y en el destino. A mí, que desde que te fuiste había dejado de sentir cosquilleos por todo el cuerpo, de esos que sabes que traerán sentimientos con el tiempo.
Y creo que él, en algún momento, merecerá todas esas canciones que nunca dediqué, esas que siempre dije que no se pueden dedicar. Y eso es lo más verdadero que se puede sentir por alguien, la certeza de que las canciones especiales llevarán su nombre.
Te quiero Andrés, no dejaré de hacerlo nunca. Pero ya no te quiero de esa forma arrolladora que no dejaba hueco a nada más, ya no es un amor romántico lo que siento por ti. Ahora solo estás ahí, en un pedacito de mi corazón, bien resguardado y con unas flores burdeos entre los recuerdos que me quedan de ti. Y esto no es un adiós cariño, solo es un nuevo enfoque hacia la vida. Una oportunidad hacia algo que presiento me hará feliz.
Espero que haya un hueco para mí en ese rincón del firmamento, porque algún día pasaré a hacerte una visita antes de ir al mío propio. Y espero que esto te dé paz, porque por fin conseguiré seguir. Porque por fin soy capaz de superar nuestro amor fallido y tu marcha. Porque ya no dueles.
Katastrophal
#notas#frases#citas#escritos#caostalgia#textos#pensamientos#amor#katastrophal#despedidas#cartas#quererte#seguir
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The 𝑽𝒆𝒏𝒐𝒎: 𝑻𝒉𝒆 𝑳𝒂𝒔𝒕 𝑫𝒂𝒏𝒄𝒆 ending left me depressed and it's also one of the things that I will never forget, but I have to say that 𝗧𝗼𝗺, my love for him and thinking about how handsome he is, was what helped me overcome my deep sadness after a week and a half without being able to think about him properly, without wanting to do things, without stopping crying... ����
(My eyes get wet when it suddenly comes to mind without thinking of it or when I listen to other songs, though)
I'm going to love him forever 🤍
⠀⠀⠀⠀
El final de 𝑽𝒆𝒏𝒐𝒎: 𝑬𝒍 Ú𝒍𝒕𝒊𝒎𝒐 𝑩𝒂𝒊𝒍𝒆 me dejó deprimida y también es una de las cosas que nunca olvidaré, pero tengo que decir que 𝗧𝗼𝗺, mi amor por él y pensar en lo guapo que está, fue lo que me ayudó a superar mi profunda tristeza después de una semana y media sin poder pensar en él en condiciones, sin tener ganas de hacer cosas, sin parar de llorar... 💖
(Aunque mis ojos se humedecen cuando de repente me viene a la mente sin pensarlo o cuando escucho otras canciones)
Lo voy a amar para siempre 🤍
⠀⠀
#tom hardy#edward thomas hardy#venom#eddie brock#edward brock#we are venom#veneddie#symbrock#venom x eddie#veddie#venom 3#venom the last dance#the last dance#el último baile#venom el último baile#nosotros somos venom#my edits#mis edits#2021#venom 2 premiere#estreno de venom 2#premieres#venom 2#venom let there be carnage#let there be carnage#venom habrá matanza#habrá matanza#we are venom 2#nosotros somos venom 2
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Una Bala |S.G
|Sinopsis: Satoru se queja de lo duro que esta siendo el destino con el, sin ti. |TW: Relacion toxica, angst, MUCHO ANGST. Basado en esta cancion de Milo J y Peso Pluma.
La forma en que imágenes tuyas pasaban alrededor de la mente de Satoru como si fueran pequeñas burbujas en un parque, lo hacían sentirse enfermo.
No podía creer que apenas habían pasado algunos meses desde que ambos terminaron y ya estabas saliendo con alguien más. Hasta cierto punto el era culpable de todo lo que estaba pasando, de todo lo que sentía.
La manera tan patética en la que te amaba, parecía mentira, una bastante mala. Nunca se había enamorado así de alguien, y lo supo hasta que comenzaste a empacar tus cosas el día que te fuiste.
Antes de que todo se fuera abajo, Llevaban casi 2 años de relación, al principio era bastante natural la forma en la que el expresaba su cariño, era atento y bastante cariñoso. Pero el mundo parecía cada vez mas cargarle los hombros con peso que no le correspondía. Así que poco a poco se fue desgastando todo hasta el punto de no retorno.
El comenzó a sollozar suavemente, mientras que el sol de la tarde se desvanecía entre su ventana, aun podía visualizar tu cara y la forma en la que tus ojos se hacían pequeñitos cuando sonreías.
Te quería de vuelta, y estaba decidido a regresar por ti, no como el asqueroso novio que había sido, si no el hombre que realmente te amaba, pero su pecho se estrujo al ver una publicación tuya en su feed donde te veías mas feliz sin el a tu lado.
Se sentía devastado, no por verte feliz, si no porque el parecía no poder vivir sin ti a su lado.
“Me aburrí de todo esto, no es mas lo que era, ¿no o notas?” Las palabras que te dijo ese día aun sonaban como alarma en su cabeza. Realmente el había dicho todo eso, pero solo para hacerse el difícil, porque sabia que siempre lo terminabas perdonando, pero esa vez fue la primera vez que ya no insististe.
Aveces, luego de que habían pasado unos cuantos días luego de haber terminado, Satoru sentía la necesidad de preguntarte si era realmente un adiós, o si regresarías en algún momento. Pero tu te habías ido odiándolo. “Aun no entiendo porque sigo aquí si me tratas horrible, siempre tratas de que todo el mundo se entere de que yo soy menos que tu, y talvez si, pero ¿no eres mi novio? ¿No puedes tratarme bien por una vez y decirme que es lo que realmente sucede contigo?.
Satoru nunca abrió su corazón completamente hacia ti, no quería abrumarte con problemas, esa era su forma de sacarte de su mundo, pero parecía que tu querías todo lo contrario. No fue buen novio, pero ahora no podía decírtelo, ya que tu ni siquiera querías que el respirara el mismo aire que tu. Ni siquiera podía darse el lujo de verte, solo le tocaba soñarte.
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Una de las cosas más dolorosas que alguien puede pasar es perderse así mismo, no entender que te sucede, intentar e intentar y que nada funcione, que los demás esperen más de ti y no poder hacer nada. Simplemente esperar que todo pase, que a veces sea todo oscuro y no existan razones para levantarse de la cama, que todo pese, que todo duela y que al mismo tiempo nada importe, el pesar mental de cada día de no poder ser quien quieres ser. Me gustaría decir que las cosas pasan y es cierto, la vida constantemente es una catarsis y estás en medio de ello, cada día se siente como de últimas veces, la última vez que lo veré y me querrán, la última vez que me reire hasta que duela, acostumbrada a decir adiós demasiado pronto, acostumbrada a que la vida cambie bruscamente y tener que levantarse rápidamente y hacer que no ha pasado nada.
La vida se vuelve nostálgica, los recuerdos se hacen cada vez más vividos, como una película en mi retina, detalladamente para jamás olvidarlo.
Escuchar las mismas canciones una y otra vez y pensar en aquellas cosas que sucedían cuando las escuchaste por primera vez y pensar que haz vivido viendo detalladamente la vida para no olvidar, porque quizás algún día esa esencia se desvanezca y ya no quedé nada más.
Crecer medio roto sin saber que está mal o bien, simplemente caminar sin saber a dónde ir, como si lo supiera.
Esperando algún día hundirse en el calor de un abrazo que sienta que jamás acabará y nunca más vagar sola por las calles frías.
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RURAL
Enzo Vogrincic x Reader
Enzo Vogrincic te invita a tomarte unas vacaciones en la chacra de sus padres, a las afueras de la tumultuosa ciudad de Montevideo, Uruguay.
Íbamos por la ruta 5 hacia la chacra, yo nunca había visitado el departamento de Durazno así que esto era como una pequeña aventura para mí. Viajamos en un Chevrolet Cruze gris que ya tenía varios kilómetros de uso. A Enzoconducir se le daba realmente bien, seguro debido a lo atento que es –una de sus mejores cualidades–.
Los temas melancólicos de Jeff Buckley tomaban el auto, él tarareaba Lover, You Should've Come Over y yo no pude evitar cantar a todo pulmón ‹but maybe I'm just too young, to keep good love from going wrong› esa línea dolía, las canciones de Jeff me recordaban a un amante que prefería olvidar, pero en ese momento, ese verso, era solamente para él.
Me sentía jóven e iluso a su lado, mis padres siempre bromeaban «¡10 años de diferencia no son nada!» a mí me llenaba de preocupación sentir que no era suficiente para él. ‹big spoon, you have so much to do and I have nothing ahead of me› pasó por mi cabeza. Mi rostro cambió, mi postura también, caí en sobrepensar. Él se dió cuenta –es atento ¿recuerdan?– pareció que iba a decir algo pero se abstuvo y simplemente cambió de canción, entonces Grace sonó. El inglés de Enzo no era particularmente bueno –por no decir que su conocimiento era nulo– pero me daba mucha ternura escucharlo cantar como podía gueit indefaie gueit indefaaaai (wait in the fire).
Me encantaba ser copiloto, ser copiloto para mí significaba sentarme a admirar la belleza del piloto, así que el trabajo se me daba naturalmente bien, como prueba de esto voy a describir lo que mis enamorados ojos veían; llevaba una coleta –él decía que le ayudaba a enfocarse– de la que salían algunos mechones de pelos sueltos que quedaban revoloteando por el viento. Sus ojos radiantes por la luz solar, los rayos que buscaban contornear la forma de su nariz. Simplemente me encantaba su perfil y ver sus brazos firmes, extendidos, tomando el volante con seguridad.
Vestía unos jeans tradicionales, remera de algodón color crema que probablemente habría comprado en Hering y unos championes New Balance clásicos –cabe aclarar que yo jamás habría elegido unos championes claros para andar en la tierra, es más, yo llevaba mis Converse que suplicaban piedad, pero él tiene tanta elegancia que simplemente no lo puede evitar– muchos creerían que ahora que colabora en la industria de la moda, él caería en las garras del consumismo, pero lejos de eso, él es un tipo simple y a mí me gusta eso de él.
Durante el camino, Enzo compartió historias alegres de su infancia, nos reímos mucho. En sus historias se notaba un amor filial palpable –aunque incomprensible para mí– yo también compartí algunas anécdotas, alteradas tal vez, para volverlas más alegres de lo que eran.
A minutos de las tres treinta, le bajó poco a poco el volumen a la música.
—Vos sabés que... –él movía su pulgar derecho sobre el volante con cierta inquietud–. Siempre quise poder dejarle a mis viejos un lugar donde puedan disfrutar del buen vivir, respirando aire fresco, todo eso... –vi como mordía el interior de su cachete–. Como para devolverles un poco todo lo que me dieron.
Extendí mi mano sobre su pierna haciendo una mueca.
—Bueno el punto es que... –siguió–. Esto es un logro para mí y me hace muy feliz poder compartir esto contigo— Dijo mientras soltaba una sonrisa sincera.
Las palabras de Enzo resonaban con un afecto genuino. No había en sus palabras, nada más que honestidad y para mí eso era un alivio, venía de años de dudas, toda mi vida dudando del cariño de otros pero su querer era algo certero.
Al llegar a la chacra la inmensidad del lugar dejaba boquiabierto, la chacra se reveló como un edén –que bello mi paísito– quería aprovechar estas vacaciones para conectar con la tranquilidad de la naturaleza. De todas formas las vacaciones iban a ser breves, era más como una escapada, ya que Enzo andaba firmando más contratos otra vez.
Yo quedé impresionado por la fusión perfecta entre lo contemporáneo y lo rústico de la arquitectura al entrar al lugar, tenía detalles modernos, pero la esencia del campo se mantenía intacta. ¡Qué hijo de puta cómo ama a sus padres! –nosotros compartimos un diminuto apartamento en Montevideo–
Estábamos explorando la moderna cocina, yo mantenía la vista sobre el techo de dos aguas que añadía un toque distintivo a la estructura, cuando Enzo irrumpió mis pensamientos con su voz.
—Tanta ruta me dio hambre, me voy a preparar unos wraps vegetarianos ¿te hago unos?
—Tranqui, no tengo hambre. Comé vos ��Le dije sin apartar la vista del techo, que placer los buenos ángulos en una casa, siempre escasean—.
—¿Posta no querés comer nada? Le pongo abundante aguacate como te gusta a vos — Insistió mientras se acercaba para jugar con mi cabello.
—No es que no quiera comer nada ¿o acaso estás vos en el menú? — Respondí mientras lo tomaba por sus caderas. Riéndome.
Enzo soltó una carcajada y sostuvo mis manos.
—Mejor sigo mostrándote la chacra, así te sentís como en casa.
Me presentó las mascotas que nos recibieron con entusiasmo.
—Este es Garfio. — Decía mientras se agachaba para sacudir sus manos detrás de las orejas de un galgo de pelaje oscuro que no dejaba de dar vueltas a nuestro alrededor, celebrándonos con cada movimiento.
Aunque no suelen gustarme los perros, la alegría con la que Enzo miraba a Garfio me contagió de emoción. Con una sonrisa –como amo verle sonreír– me contó la conmovedora historia de cómo rescató a este compañero leal en la misma ruta por la que habíamos llegado más temprano.
Mientras nos acercábamos a dos gatas persas que se encontraban plácidamente descansando en los sillones del living dijo: Estas son mis reinas más preciadas, Thelma y Louise.
Me quedé fascinado con ellas.
—¿Sabías que las dos miran películas conmigo?—Me dijo.
Sentí en ese momento que Enzo actuaba como un niño, todo le causaba ilusión, me quería hablar de todo, contarme todo, compartir todo. Me subieron unas inmensas ganas de sostenerle.
—¿En serio? Me muero del amor— Le respondí pero sin prestarle mucha atención –ya que toda mi atención estaba en Thelma y Louise– mientras me turnaba para darle besitos en la frente a cada una de ellas.
Con la tentación de quedarme jugando con Thelma y Louise, Enzo me recordó que aún había más por descubrir. La salida trasera reveló un ventanal inmenso que permitía que la luz natural inundara el amplio living.
Me llevó a un pequeño establo donde conocí a Trueno, un majestuoso caballo negro.
Curioso, le pregunté a Enzo si sabía montar a caballo, y con una sonrisa, confesó que recién ahora estaba aprendiendo y que su padre era el verdadero experto en la materia. Luego de interactuar un poco con Trueno, Enzo me llevó a conocer los conejos que su madre criaba cerca de un pequeño invernadero que había en el lugar.
Los conejos eran unos seres adorables que él agarraba con tal gentileza que mi corazón no pudo evitar derretirse allí mismo.
—Todavía no terminamos, yo sé que desde la ruta las viste, vamos a saludarlas.
Nos dirigimos hacia la zona donde pastaban una diversidad de vacas.
—¡Y no te enojes conmigo! —Dijo alzando las manos—. Pero te tengo que decir que ninguna tiene nombre. Son sólo "Las Vacas".
Me reí, miré alrededor, el territorio era tan vasto que era difícil no sentirse ínfimo. Encontré un tronco caído a la lejanía y me sent�� sobre él. Por suerte, Enzo no me siguió y en cambio se quedó hablándole a las vacas. Mientras tanto, yo estaba cargado de muchísimas emociones, la melancolía me recorría el cuerpo.
—Que locura, no merezco esto— Dije mientras me mordía los labios aguantando el llanto.
No sé si era la brisa veraniega, el canto de los pájaros, el hermoso atardecer que a lo lejos ocurría, la inmensa cantidad de árboles, los animales o el inexplicable y particular olor a eucalipto que tenía el lugar –ni idea de dónde venía porque la plantación de eucalipto la habíamos pasado hacía muchísimos kilómetros– o quizá era todo eso junto, o nada de eso.
Al regresar nos sumergimos en la habitación –aún inexplorada por mí– buscando un merecido descanso después de la aventura del día.
Me dejé caer en la cama, inhalando profundamente. Enzo, de pie, me observaba y pude anticipar un comentario del estilo "¿Ya te vas a dormir?". A pesar de que ya era tarde para una siesta, la idea de cerrar los ojos me tentó lo suficiente como para finalmente hacerlo sin culpa. Sutilmente, Enzo se unió a mí en la cama y con delicadeza, posicionó sus piernas entre las mías y se recostó sobre mi pecho. Sentí una paz inconmensurable. Deseaba quedarme eternamente en ese momento. Creo que la paz fue tal, que hasta tuve un momento de meditación y todo.
—Entonces... —Volteó a verme con sus preciosos ojos marrones—. ¿Te gustó la chacra?
—Me encantó, cada rincón tiene su encanto.
—Me alegra mucho —Me abrazó con una inmensa fuerza mientras que, susurrando con gran timidez, de una forma casi imperceptible le escuché decir "Cuando te veo relajado, siento que todo vale la pena".
No estoy seguro de si transcurrió mucho tiempo mientras reflexionaba sobre cuál sería mi respuesta a eso, sin embargo, cuando me disponía a dar una respuesta, me percaté de que Enzo ya se encontraba en el dulce abrazo del sueño. La serenidad del entorno parecía haberlo envuelto en un manto de descanso antes de que pudiera compartir mis palabras. Con el pasar de los minutos, la atmósfera apacible y la sensación reconfortante me llevaron también a mí.
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no hay mucho que decir sobre este tampocoooo fred se sigue desmoronando, pero es un poco mas ligero, y tiene mas brillo + estrellitas. ehhhel fontooooooo,, ehhh el El papel promocional de la clase de baile tiene joy y owynn xq ambos estan en esa claseeee, la de los conciertos tiene las siluetas de los nightmares,,, ehhh no se si se disinguen bien son pixeles... en el mismo papel de los NM dice "banda, dia, hora" y eso definitivamente no se puede distinguir ehhhhehhhh en el papel de las consejeria puedes ver que los estudianted quienes son programas tienen su caja separada, es que ellos solo tienen un consejeroooo oh uh
fnaf box!!!!! fnaf!!!! fnaf box!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! fnaf in fnafhs !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1
el zapato de fred se supone que tiene textura de carne, los nervios y todo eso, yyyy contrasta con el patron de panal que le doy a las cosas de Freddyyyy. Técnicamente, esa linea de los sweapants de Freds también debería tener patron de carne, ya que freddys tiene el panall, pero me da pereza. sue me. aaaaslo theeee hoop bit of the laces are separates cause ttthese two are like. so fuckin far apart and acrossfrom/against eachother atp... cname abetter duo than me choosing randomass symbolism les di lo de la carne y miel para representarrrr los dos extremos del oso grizzlyyyy el Fred siento el oso real, el mostruo, el aterrador, maton, y la carne solaaaaa representa como tmb fred batalla ser. pues. ser. por un lado lo que quiere mas que nada es, carne, su propio cuerpo, su propia piel, carne, y hueso, y por el otro, quiere abrazar su naturaleza en lugar de desafiarla como Freddy. Tener una naturaleza, en primer lugar. le gustaría poder comer salmón, carne, frutas, le gusta la comida, la comida es una conexión con su madre, quien siepre les cocinaba comidas ricas y variadas en durante la niñes, y cuando tenia mas tiempooooo quiere oir con sus propios oidos, sentir con sus propias manos, mirar, oler, notar su propia respiramiento, sentir el latir de su propio corazon, cantar con la voz que si es suya y poder sentir el dolor ardiente en la garganta después de darle su todo en una cancion, y auagh los ososssss sonnnn fuerteeeesss lo ve como un privilegiioooo, (y lo es. el otro esta loco) la comida es lo que todo ser vivo tiene en común. Todos comemos,,, tiene hambre y quiere comerrr Por el otro lado tenemos freddyyyy :))))) pendejo quere ser un jugete. fin de parrafo. el pendejo quiere ser jugete. ghghghg ok pero los oso. EL oso iconico es el grizzly, y tiene dos caras muy distintas. El gran animal, y el juegete iconico. Cuando buscas en la ret, por peluches, sale ese osito con un moño. es el simbolo del jugete. algo lindo, and precioso, algo querido, y seguro. Un peluche no puede lastimar a nadie "jugete iconico" y esa asociacion cultural con comiendo miel. Botellas de miel tienen osos como simbolo tambien, aunque no es su naturaleza comer miel (Freddy siempre batallando contra su naturaleza, queriendo ser lindo y simple y adorado sin ser complicado, queire ser ese teddy bear) pero es un ser viviente, con carne y hyeso y piel guesa y tientes filosos y manos pesadas, garras enormes. pies a cabeza, poder. JEHFBRG eso se volvio largo y solo hablo del patron... eiughgh JURO QUE TIENEN MAS QUE SOLO SUS COSAS DE ANIMALES I SWEARRRRRRR BELIEVE ME. im rambling what the fuck ever no ones gonna read this far other than pia, hi pia tqm
youtube
"no hay mucho que decir sobre este" OK pero callate el hocico TOT
(asi estoy)
#ya no se si quiero publicar mis dibujos en twitterrr#me siento malll#ya me sentia mal xq no es una dinamica pero la gente ya se unio y ahora acabo de abrir a boca como pendejo... voy de mal en peor#fuck me i shoulda never smoked that shit now ive hoined the fandom and im all sad n shit#i need 2 leave twitter forever for my own good and stay here where there r only multi choco and 10hr exist#sorry for showing my dumabss brain in the tags it will happen again#fnafhs#fnafhs fred#fnafhs freddy#fhs#freddy fnafhs#fred fnafhs#fhs fred#fhs freddy#fhsz3r0#fhszero#mirrortwins#mirrortwinscountdown#loops post#who gaf loops chop chop#Youtube#me estan pqrteando in twitter y tengo miedo…
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Gertrude "Ma Rainey" Pridgett is known as the Mother of the Blues and is one of the earliest blues singers as well as one of the first generation of artists to record their work in that genre.
Though Ma Rainey sang quite a lot about men, “Prove It on Me,” according to Angela Y. Davis, “is a cultural precursor to the lesbian cultural movement of the 1970s, which began to crystallize around the performance and recording of lesbian-affirming songs."
Went out last night with a crowd of my friends,
They must've been women, 'cause I don't like no men.
Reportedly, the song refers to a 1925 incident in which Rainey was arrested for hosting an orgy at her home involving women from her chorus. Rainey also was rumored to have had a relationship with Bessie Smith, her protege. An ad for “Prove It on Me” winks at these rumors, showing Rainey mingling with women while wearing a menswear-inspired take on a woman’s suit, under the eye of a cop lurking suspiciously in the shadows.
This is remarkable not only for the openness about lesbian relationships, but the blatant nose-thumbing at law enforcement. For all the new sexual openness of the 1920s, queer sexuality was still taboo and heavily policed- even more so for Black and Brown people, and violence from law enforcement was a constant threat.
Rainey’s legacy is one of defiance, independence, larger-than-life glamor, and iconic artistry, even as her power was limited by the white, male- dominated ruthlessness of the recording industry and the confines of a similarly racist and homophobic America. Despite this, she transformed the role of women in music.
Rainey was posthumously inducted into the Rock and Roll Hall of Fame in 1990 for her early influences on today's music industry.
•••
Gertrude "Ma Rainey" Pridgett es conocida como la Madre del Blues, fue una de las primeras cantantes de blues y forma parte de la primera generación de artistas en grabar su trabajo en este género.
Aunque Ma Rainey solía cantar mucho sobre hombres, “Prove It on Me”, según Angela Y. Davis, “abrió camino cultural al movimiento cultural lésbico de la década de los 70, el cual comenzó a cristalizarse en torno a la interpretación y grabación de canciones lésbico-afirmativas.”
Salí anoche con una multitud de mis amigos,
Deben haber sido mujeres, porque no me gustan los hombres.
Según se informa, la canción se refiere a un incidente de 1925 en el que Rainey fue arrestada por organizar una orgía en su casa, en la cual estaban participando mujeres de su coro. También se rumoreaba que Rainey había tenido una relación con Bessie Smith, su discípula. Un anuncio comercial de “Prove It on Me” hace un guiño a estos rumores y muestra a Rainey fraternizando con mujeres mientras usa una versión masculina de un traje de mujer, bajo la mirada de un policía que le está acechando sospechosamente desde las sombras.
Esto es destacable y no sólo por la franqueza sobre las relaciones lésbicas, sino también por la obvia crítica a las autoridades. A pesar de toda la nueva transparencia sexual de la década de 1920, la homosexualidad todavía era un tabú y estaba fuertemente vigilada (aún más para las personas negras y de color), y la violencia por parte de las fuerzas policiales era una amenaza constante.
El legado de Rainey es uno de desafío, independencia, glamour descomunal y arte icónico, incluso cuando su poder estaba limitado por la crueldad de los hombres blancos de la industria discográfica y los confines de un país (Estados Unidos) igualmente racista y homofóbico. A pesar de ello, transformó el rol de la mujer en la industria musical.
Rainey fue incluida póstumamente en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1990 por sus influencias en la industria musical actual.
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Una carta de amor sólo para ti
Me da miedo sentir tanto y no saber expresarlo.
Siempre aborrecí la intensidad pero contigo nunca he sido capaz de sentir poquito, porqué cuando te miro mi corazón late a una velocidad inexplicable, mis manos tiemblan y me pongo tan nerviosa como si fuera la primera vez que nos tomamos de la mano. Hemos hablado infinidad de veces y cada que termina una llamada siempre me quedo con la triste sensación de tu ausencia, ¡cómo me gustaría poder abrazarte siempre!
A pesar de que hemos compartido días complejos, eres la primer y última persona con la cual repetiría esos momentos, porque sé que ambos aprendemos de ellos, y que, nuestra relación se fortalece día con día; aunque no me intriga saber cuál será nuestra próxima diferencia (porqué a pesar del eterno romanticismo al qué me entrego, sé que son normales y sucederán) estoy completamente segura de que podremos resolverla y amarnos todavía más.
Desde aquella vez en que dormimos juntos no he parado de buscarte al anochecer, no he dejado de pensarte al despertar, jamás podré olvidar como lucias mientras los primeros rayos del sol amenazaban con hacernos levantar de la cama, la cantidad de veces que he repetido esa escena en mi cabeza es arriesgada; la forma en que tus manos me buscaban y como sin pensarlo dos veces lo primero que hice al verte fue besarte, hay tantas memorias qué nos creamos día con día y todas me parecen excepcionales, bellisímas, y lo mejor es que sólo son nuestras.
Agradecerte por encontrarme y quedarte en mi vida se queda muy corto, porque gracias a ti he podido conocer, entender y vivir un amor verdadero, un amor sincero, precioso, incondicional, en el qué ambos vamos cambiando y creciendo, en dónde podemos ser nosotros sin miedo alguno. Todos los días me enamoró más de ti, mi corazón y mi alma entera sólo desean una cosa, y es que me permitas seguir amándote toda la vida.
Quiero seguir descubriendo canciones contigo, quiero ir siempre de la mano porque cuando nuestros dedos se entrelazan el destino poco importa; quiero llenarte siempre de besos, abrazarte mucho, escuchar todo lo que tú quieras contarme, quiero ver siempre como se iluminan tus ojos cuando te emocionas, quiero sentir toda mi vida la calidez con la que me besas la frente, te deseo a ti, siempre, en todas tus facetas.
No importa cuánto cambiemos, cuánto avanzemos, porque si lo hacemos juntos estaremos bien. Mi corazón ha sido tuyo desde hace tanto que me cuesta recordar algún momento donde no estuvieras, eres tú mi hogar, al que deseo siempre volver, sólo puedo anhelar ser el tuyo también.
Te amo, te amo, te amo, te amo y te quiero tanto, tantísimo Axel, por ahora únicamente puedo entregarte mis palabras, los muchos besos y caricias qué quiero darte tendrán que esperar a volvernos a ver, pero ten por seguro que todos esos gestos son para ti, gracias por ser tú.
No sé si llegarás a leer esto, o si lo harás pronto, o si te preguntarás ¿no era más fácil enviarlo por mensaje? Sí, quizás lo era, pero pensé que si te he escrito cartas a mano, también podría hacerlo virtualmente...
Hay una canción que me ha hecho pensar en ti, en nosotros, no sé si te gustará, ojalá que si, pero siempre que suena es inevitable no pensar en todo lo que hemos vivido, en todo el amor que siento por ti y en todas las cosas que nos falta experimentar<3
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HACKERS - Second album out now....
Spanish melodic rockers Hackers has released their second album called “El Poder De Una Canción” (The power of a song). The album includes eleven fantastic tracks that will travel you back in time with plenty of melodies, magnificent chorus lines and huge guitar solos from start to finish. Some of the finest production and tasteful lyrics gets every single note into listeners head easily so, the…
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La heredera del Infierno
Aviso: La información sobre los días de la semana la saqué de esta página y sobre Hela aquí.
La canción que canta Adelina al principio es Shinig Light de Mono Inc.
Por último, mucho de lo que dice Adelina en su charla con Tomas se basa en las teorias de @evilbihan y le agradezco por dejarme usarlas en la historia. Espero haberlas desarrollado como era debido. Las pueden encontrar aqui y aqui.
Sentimientos
Los entrenamientos de Adelina con Bi Han retomaron con más fiereza, pero no hubo resultados positivos. Con cada golpe del Gran Maestro, Adelina le dificultaba usar su poder, ya que no pudo crear armas o escarcha de proporciones abundantes. Cubrían solamente una pequeña parte de sus manos y molestaba a Bi Han como nunca antes.
El resto de clases seguían su curso normal, pero con la presión del Gran Maestro, rezaba no ser entre las primeras en los combates de práctica. Los músculos le dolían de las golpizas y esperaba que, en algún momento, pudiera usar su criomancia con mayor naturalidad. Adelina seguía intentando de comprender el chino sin avanzar mucho. A veces, lograba entender insultos que decían sus compañeros, aunque fingía no saberlos.
Las limpiezas en los templos eran tranquilas, por más que le quitaran las mejores herramientas, se tranquilizaba con la tarea, perdiéndose en su mente. Cantaba canciones que recordaba y terminaba más relajada.
En las noches, cuando no tenía que hacer vigilancia, Adelina leía y dibujaba. Su mano había perdido agilidad por los entrenamientos, pero en unas horas logró perfeccionarla haciendo diferentes bocetos de los elementos de su habitación. La mesa, el futón con su almohada, las armas desperdigadas, los templos del lugar (como los recordaba en su memoria), entre otras cosas.
A veces, en las vigilancias de las murallas, se topaba con Tomas, pero por la presencia de aprendices se mantenían formales. Aunque, no podía negar que a veces, cruzaban miradas y la desviaban velozmente. Las mejillas de la joven se calentaban y sentía que el estómago le daba vueltas.
Por otro lado, las cartas con sus amigos no habían sido contestadas y se sentía bastante sola y desconectada. Seguramente los entrenamientos se incrementaron. Intentaba seguir escribiendo, pero sin respuesta alguna. Hasta que un día, llegó una respuesta y Adelina abrió el sobre con alegría e impaciencia.
Querida Adelina:
Lamentamos no poder escribirte. Estuvimos teniendo días bastantes bizarros… cuando vengas te lo contaremos. Además, Daniela se rompió una pierna en los entrenamientos. Está todo complicado y al revés.
Esperemos que te encuentres bien y queremos desearte lo mejor en los entrenamientos. Quisiéramos darte mayor presencia, pero no nos dejan salir hasta nuevo aviso de Liu Kang.
Por ahora, es todo lo que podemos hacer. Intentaremos seguir en contacto, pero con lo que ocurre se nos va a dificultar.
Mariano y Daniela.
Corrió hacia su habitación buscando birome y papel. Escribió apuradamente la respuesta. Le causaba dudas y curiosidad lo que le habían escrito ¿qué ocurrió durante su ausencia? ¿por qué Liu Kang restringió el envío de cartas?
Queridos Daniela y Mariano:
¿Está bien Daniela? ¿Cómo ocurrió? No sé si podré estar allá en poco tiempo, creo que voy a seguir aquí. Mi criomancia es bastante débil.
Por favor, cuéntenme lo que está pasando de a poco.
Espero su respuesta,
Adelina.
Entregó la carta a la paloma y la vio alejarse de Arctika. Adelina se dirigió hacia el gran salón para comer, preocupada por lo que ocurría en la Academia Wu Shi.
Adelina se enfocó en el entrenamiento con Bi Han. Cada golpe que le dio, lo esquivó con todas sus fuerzas y su criomancia apenas ayudaba. Una leve capa de escarcha protegía sus antebrazos, pero Bi Han lo rompió como si fuera vidrio.
–Tienes que neutralizar tus emociones, Acosta –espetó rompiendo la escarcha de sus manos y las débiles púas que creaba–. Sino no lo haces, tu destino será trágico en el combate.
Adelina no contestó y eludió los ataques hasta que Bi Han le asestó un puñetazo terminando el combate. La chica se levantó con dificultad del frío suelo y meditó con el Gran Maestro tratando de neutralizar sus emociones… crear hielo como lo había hecho al despertar de su pesadilla con Hela. Pero lo único que salía era una escarcha tan fina, que con solo tocarla se quebraba.
Bi Han la corrigió una y otra vez, pero la criomancia de Adelina seguía sin desarrollarse. Parecía no querer florecer del todo, más con el ataque de pánico que tanto Bi Han como sus hermanos le dijeron y ella no tenía recuerdo de eso.
Cuando las campanadas sonaron, se dirigió tambaleante a la siguiente clase, con los músculos adoloridos y una parte del labio roto. Fue ardua y tortuosa, pero mantuvo su firmeza y cualquier gesto de incomodidad lo ocultó. No importara cuanto costara, no dejó mostrar alguna inconformidad y se mantendría en pie.
Continuaron los entrenamientos hasta el sonido de las campanadas, Adelina se dirigió a la biblioteca en busca de respuestas sobre Hela o Kolbein. Entre los pasillos, repletos de muebles con diversas armas y antigüedades chinas, llegó a la biblioteca de los Lin Kuei. La entrada, decorada con dragones orientales, recibió a Adelina mirándola con fiereza y abrió las puertas.
El olor a hojas viejas invadió su nariz y se maravilló por los diversos estantes abundantes de libros de historia del clan Lin Kuei. Caminó por los pasillos e intentó entender las letras del abecedario chino. Cada carácter le fue más complicado que el anterior haciendo que Adelina se confundiera y perdiera en los pasillos. Harta, buscó runas en las estanterías volviendo a la entrada y reiniciar su búsqueda.
–¿Qué haces aquí? –preguntó una voz conocida.
Adelina se asustó y se volteó para ver a Tomas con los brazos cruzados y una mirada tranquila.
–Carajo, deja de hacer eso –exclamó Adelina en susurros–. ¿Por qué me seguís ahora, acosador?
–No te vi en el gran salón –dijo Tomas señalando la entrada con el pulgar–. Creí que habías ido a las ruinas de la entrada de Arctika. Pero los guardias me dijeron que estabas aquí.
–Acosador.
–Técnicamente, soy tu maestro y, por ende, tengo que saber dónde se encuentran los estudiantes –explicó Tomas con una sonrisa tímida.
–Touché, pero sigue siendo de acosador que nos encontremos en los mismos lugares.
–¿Qué estás buscando en la biblioteca? –preguntó Tomas acercándose a ella.
–Libros sobre mitología nórdica –contestó Adelina observando los estantes.
–No es posible que los encuentres. Solamente hay historia del clan.
–Eso mismo dijiste cuando vos y tus hermanos vieron las ruinas.
Siguió buscando entre los estantes, pérdida en los diferentes títulos. Suspiró frustrada y pasó los delicados dedos por los lomos de los libros rápidamente tratando de encontrar runas o algo parecido.
–¿Qué buscas específicamente? –preguntó Tomas acercándose a los estantes–. Esta parte habla de las batallas del Lin Kuei con otros clanes.
–Necesito encontrar algo sobre Hela o Kolbein –dijo Adelina alzando la vista a las repisas más altas–. Pueden que tengan runas o inglés.
–¿Inglés? –cuestionó el muchacho.
–Sí, es un idioma que deriva de los nórdicos –explicó Adelina observando las repisas elevadas–. Thursday viene de Thor, “Día de Thor”. Lo mismo en el latín, viernes corresponde a Venus o sea Afrodita, “Día de Venus”, según la cultura romana.
Ambos siguieron investigando en la biblioteca, en cada estante Tomas le mostraba a Adelina algún libro para ver si cumplía con lo que buscaba. Quedaba poco tiempo para que finalizara la hora del almuerzo y no encontraron nada sobre Hela o su hijo.
–Creo que encontré algo, Adelina.
Se acercó a donde estaba Tomas mirando uno de estantes más altos de la biblioteca y vislumbró lo que parecían runas nórdicas en un lomo.
–Sí, creo que debe serlo –la chica se puso de puntillas tratando de alcanzar el libro con la punta de sus dedos–. ¿Me ayudas a bajarlo?
Tomas tampoco pudo tomarlo y buscaron por todo el sitio algunas escaleras o incluso bancos pequeños, pero sin éxito.
–¿Cómo lo alcanzaremos? –preguntó Tomas mirando por todo el alrededor–. No hay nada que podamos usar como escalera.
–Súbeme –soltó Adelina abruptamente.
–¿Qué? ¿Cómo?
–Sí, eso. Me vas a subir –dijo la muchacha–. Cuando salte, me alzas para tomar el libro.
Las mejillas de Tomas se tornaron rojas como las de un tomate y Adelina sintió lo mismo.
–Será rápido.
El chico asintió, se posicionaron y Adelina brincó. Rápidamente, las manos de Tomas tomaron sus caderas y su rostro llegó a las repisas repletas de libros viejos. Sus manos tomaron el libro nórdico y buscó alguna pista de otro tomo.
Adelina no se percató hasta ese momento de que las manos de Tomas. Eran cálidas, bastante fuertes, reconfortantes y con varias cicatrices. Volvió a enfocarse y sus dedos pasaron ágilmente por cada libro sin encontrar otro con runas nórdicas.
–¿Ya lo tienes?
–Sí, ya está –contestó Adelina–. Podes bajarme, Tomas.
Con cuidado, la dejó en el suelo, pero sus manos seguían posicionadas en sus caderas y el corazón de la chica bombeó con mayor intensidad sintiendo que salía de su pecho. Se volteó con el libro en el pecho y se sorprendió ante la proximidad en la que estaban. Los hermosos ojos de Tomas la estudiaron y admiró los pequeños detalles de su rostro. Incluso vio con precisión la cicatriz arriba de su ojo atravesando la ceja. Quiso tocar, pero se contuvo.
–Deberíamos ver lo que dice el libro –dijo Adelina–. Antes de que el almuerzo termine.
–Sí.
Se separaron y se sentaron en una de las mesas de madera con un apoya libros. La cubierta era marrón, por el pasar de los años, con la runa Ear negra, junto a otras pequeñas inscripciones. Abrió con cuidado el libro escuchando el crujido de las hojas. Había ilustraciones nórdicas de demonios y Hela, de la unión con su esposo, Alarik y de su hijo, Kolbein.
–¿Qué dice el libro?
–Habla de la vida de Hela –respondió Adelina pasando hoja tras hoja con delicadeza–. Su ascenso y caída, lo que creó y amó.
–¿Qué hizo Hela?
–“Los seguidores de la diosa de los muertos han de dejar registro, antes de ser exterminados… –recitó Adelina, absorta en las runas y los dibujos–… Hela estableció el balance del Infierno, la balanza para los justos. Creó sus más bellas y terroríficas creaciones… –miró el dibujo de la diosa. Extendía las manos, la derecha putrefacta, una calavera y la izquierda, un corazón. Adelina pasó a la siguiente hoja–… Con la intención de crear orden en el Infierno, convenció a demonios a unirse a su ejército. Creció de centenares a miles hasta ser fuerte y conquistaron el Infierno… –la hoja estaba ilustrada con la deidad guiando a sus soldados. Adelina, nuevamente, pasó a la siguiente página–… El poder del reino le otorgó un estatus indiscutible, pero supo que no debía caer en manos equivocadas. Por eso, lo estudió y lo volvió algo de su ser. Con los dones de muerte que ya tenía, estableció el orden…”
–Tuvo mucho valor y convicción para hacerlo –dijo Tomas respirando en la cabeza de Adelina.
–Tenes razón –coincidió la muchacha–. “…Para concentrar su dominio, nosotros, sus leales sirvientes, construimos su palacio, Eliud, rodeado por rejas y enredaderas de hierro, con su puerta, Falanda Forad. Su vestíbulo, Bilkanda, hecho con huesos de criminales e iluminado con el fuego del Infierno y la mesa, Hungour… –recitó Adelina, observando la ilustración del palacio de Hela y pasó a la siguiente página–… Sus leales sirvientas, Ganglate y Gangleura, la vestían y mantenían el orden en el palacio, mientras que los lobos de Armenia, eran su guardia personal…”
–Qué nombres tan raros a los objetos –exclamó Tomas.
–Eliud, significa “la miseria”, Falanda Forad es “el principio” –explicó Adelina enfocada en las hojas–. Bilkanda se traduce como “la maldición” y Hungour significa “el hambre”.
–Qué macabro.
–“…Para llegar al palacio, Hela creó El Camino de los Muertos…”–recitó Adelina y su mirada se tornó de confusión cuando pasó a la siguiente página. No había nada, el papel estaba rasgado, pero quedaron unas hojas pequeñas–. Qué raro. Arrancaron la hoja.
–Ese libro no estuvo en nuestros estudios, ni tampoco se conocían –dijo Tomas–. Debió ser antes de que Bi Han se convirtiera en Gran Maestro, tal vez incluso mucho tiempo atrás.
–“…La diosa se aisló del resto de los reinos, resolviendo por su cuenta las adversidades…” –prosiguió Adelina–. “… Pocas veces, se reunía con los representantes del resto de los reinos, como el emperador Jerrod y su esposa, Sindel. Hicieron un trato para que las almas del Mundo Exterior descansarán allí…”
–El Bosque Viviente –soltó Tomas.
–“…Pero algo pasó en ese aislamiento…” –contó Adelina y se asustó– “…Demonios se alzaron en contra de Su Majestad. Con la idea de corromper su balance, invadieron el palacio con un poder desconocido… imposible a los ojos de Hela y nosotros… La diosa salvó a su esposo e hijo enviándolos a la Tierra y que vivieran ocultos…”
–¿Cómo que una revuelta en el Infierno? ¿No dice nada más? –cuestionó Tomas.
–Solo eso ¿a qué se refiere con balance? Esta hoja tiene agujeros –Adelina siguió con su lectura– “…Hela fue encadenada y encerrada en un lugar desconocido. Nosotros, sus más fieles seguidores, no pudimos rastrear sus últimos pasos. Lo único que sabemos es su hijo, Kolbein, estaba luchando por encontrar a su madre. Nadie ha podido encontrar al Príncipe de los Muertos… Dejaremos caminos con el poder de nuestra diosa para que lo encuentre y podamos reunir las fuerzas necesarias… Nuestros enemigos serán marcados y perseguidos por la locura y el dolor hasta el final…”
Adelina pasó a la siguiente hoja, pero el libro tenía más hojas rasgadas. Tocó con cuidado el papel roto y los pocos fragmentos que quedaban.
–Las páginas vuelven a estar rotas –soltó Adelina y buscó hojas del libro desesperada por encontrar respuestas. Se levantó y fue hacia el estante para corroborar–. No hay respuestas.
–¿Sobre qué respuestas? –cuestionó Tomas mirándola–. ¿No estás buscando sobre Hela?
–Sí, pero también algo más –respondió Adelina.
–¿Es sobre lo que no quisiste contarme hace unos días?
La chica dudó y se arremangó la manga derecha mostrando el tatuaje de los huesos. El frío agobió su brazo y quiso cubrirlo. Le explicó todo lo que sospechaba cuando tocó la daga de Hela, Sultin. Las visiones, los sueños que recordaba y cuando aparecía Hela frente a sus ojos para luego desaparecer.
–¿Crees que vas a morir?
Los ojos de Tomas la estudiaron con insistencia, pero había una mirada cálida en ellos y a la vez perturbada por algo más. Adelina no sabía lo que decían esas visiones, menos si eran respuestas a sus preguntas. Al mismo tiempo, quiso saber qué era lo que agobiaba al ninja.
–No lo sé, sinceramente –soltó la chica cruzada de brazos y cabizbaja–. Pensé que encontraría mejores respuestas, pero creo que las tendré en la siguiente ubicación de los objetos.
Tomas se acercó con cuidado a Adelina y tomó una de sus manos suavemente. El calor de sus dedos hizo que le recorriera una electricidad familiar. Se sorprendió por el pequeño gesto de Tomas, pero no quiso que acabara el momento.
–Enfócate en lo que tienes primero. Controla tu criomancia y luego sigues con tu investigación.
Los ojos de Tomas captaron los de ella y mariposas revoletearon por su estómago. Se acercó a Adelina y sus mejillas se calentaron.
–Gracias por el consejo, Tomas.
Se aproximaba a Adelina, pero el momento fue interrumpido por las campanadas dando por terminado el almuerzo. Disgustada, soltó lentamente la mano de Tomas y se pusieron firmes. Salieron de la biblioteca y volvieron a sus respectivos puestos.
Los días continuaron con su ritmo habitual. Los entrenamientos con Bi Han se volvían más brutales llevando a caminos bloqueados para la criomancia de Adelina. Se esforzaba el doble en los entrenamientos con los hermanos de Bi Han y los superiores. Cuando terminaba su jornada quería meterse a la cama y no volver a salir nunca, pero la mandaban junto a otros superiores a hacer limpieza o vigilancia.
Buscaba en la biblioteca más respuestas sobre Hela con cero resultados positivos. También, le costaba dibujar un poco por su falta de costumbre, aun así, le ayudaba bastante. Esbozaba objetos de su habitación, paisajes de su memoria y personas. Entre ellos, había hecho un boceto de Tomas y se sonrojaba perfeccionando los delineados en lápiz en cada parte del rostro del ninja. Terminaba con los párpados pesados y con la vela casi acabada. A pesar de eso, lograba mantenerse en las clases, pero las cosas cambiaron.
Un día, horas antes de que fuera la hora de la cena, Adelina le tocó prepararla por primera vez para todo el clan. Se fue con un pequeño grupo de principiantes, que conocía por rostros ya que estaban cerca de su habitación. Se apartaron de ella, mientras eran guiados por un superior hacia las cocinas.
Él abrió las puertas de madera y Adelina se sorprendió por lo inmensa que era. Ollas colgaban cerca de las hornallas, cucharones y cuchillos en las vastas mesas de maderas de años de cortar alimentos. Tablas para picar escondidas a los costados de los hornos y los platos se veían arriba de repisas junto a armarios con las puertas abiertas exhibiendo condimentos y especias de todo tipo. Adelina vislumbró una puerta abierta, mostrando los diferentes quesos, carnes y verduras.
Todos los estudiantes se posicionaron en algún área de la basta cocina, mientras el superior los dejaba hacer sus labores, yéndose por la puerta de madera. Pero en cuanto se marchó, Adelina escuchó hablar a sus compañeros entre risas y voces bajas. Uno de los estudiantes, un chico de cabello negro, corto y ojos color nuez, salió por la puerta con sigilo, seguido de otras chicas y luego el resto del grupo dejando a Adelina sola.
–¡Ustedes! Tenemos que hacer la cena –gritó desde la puerta, pero solamente oyó palabras en chino perdiéndose en los pasillos.
Adelina, resignada, buscó entre las repisas más altas libros de cocina china y sacó el primero que tocó. Por varios minutos, leyó una y otra vez el texto, sin comprender ni una palabra de lo escrito, solamente las viejas ilustraciones le daban una vaga indicación de los platillos.
Después de unos minutos de taladrarse la cabeza en comprender chino, se hartó cerrando el libro bruscamente y lo puso en su sitio polvoriento. Se ató mejor el cabello negro, se lavó las manos y comenzó a preparar lo que conocía. Mariano y Daniela tenían agujeros negros por estómago y ella hacia la comida cuando requería el momento, así que podía hacer la cena para todo un clan y su Gran Maestro.
Sacó de su uniforme su celular dejando que reprodujera música, mientras Adelina buscaba los ingredientes necesarios para preparar la cena. Tomó de la gran bodega nalga, peceto y cuadrada de carne de vaca, pan duro, harina, huevos, tomates, papas, zanahorias y muchos más.
Acompañada por la música, metió el pan duro en una bolsa de tela y lo golpeó con un martillo que encontró cerca de los cucharones hasta dejarlo bien molido, sin ninguna migaja dura desperdigada en la bolsa. Luego, la puso en un molde redondo, dejándolo en el horno sin encender, tomó un cuchillo grande y las partes de carne vacuna y empezó a cortarlas finamente.
La música pasó por los oídos de Adelina entonando algunas letras, mientras cortaba la carne, poniéndola en un plato hasta formar una pila bastante alta. Tras terminar, rompió varios huevos en un bol gigante, mezcló las yemas con algunas especias y lo dejó de lado para aplastar la carne con el martillo. Se perdió en la lenta labor calmada y lejos de las presiones del clan o miradas juzgonas. Se sintió libre y casi en casa, con las milanesas que preparaba.
Luego, buscó una olla, le colocó agua y tiró las verduras. Con un tenedor pinchó con fuerza las papas y zanahorias y, rápidamente, las tapó para que el calor las cocinara. Tras terminar, se enfocó en hacer las milanesas.
Una vez más, Tomas y sus hermanos tuvieron otra discusión sobre el manejo del clan. Tomas creyó que cualquier ninja que pasara cerca del complejo del Gran Maestro escucharía los gritos entre ellos. No le gustaba pelear con Bi Han, pero no quería que destruyera la tradición que su padre mantuvo en vida.
Para calmar las aguas, se separaron, seguramente Bi Han volvería a sumergirse en su trabajo como Gran Maestro, pensó el muchacho. Caminó entre los tantos ninjas que le hacían inclinaciones respetuosas, perdiéndose en los reconocidos pasillos que recorría desde que había llegado hace quince años. Le enojaba que Bi Han fuera tan obstinado en dejar las tradiciones y códigos que tenía el Lin Kuei para perseguir algo imposible… no le cabía en la cabeza.
Sus pensamientos fueron callados cuando escuchó una voz femenina familiar… la voz de Adelina. Tomas se percató de que había llegado a la cocina del clan y le sorprendió el poco ruido que había. Recordaba que ese sitio estaba atestado de ninjas corriendo de un lugar a otro buscando los ingredientes para preparar las comidas. Le resultó anormal no escuchar órdenes y platos sobre las mesas de la cocina.
Tomas se acercó a la puerta y vislumbró por una pequeña hendidura a Adelina cocinar. Estuvo enfocada en la olla que tenía en el fuego entonando letras de canciones desconocidas a ojos de Tomas. Después, se centró en la pila de carne cortada, la puso en lo que parecía un molde repleto de pan y comenzó a aplastar con su puño.
– I am the scream inside your head/I am the silence/The fear of your spirit…–entonó la muchacha enfocada en la comida. Tomas le sorprendió que no hubiera nadie en la cocina. Adelina no podía hacer sola la cena para todo un clan–. The lie and the loss of your grandeur/The lack of power and rage of your heartstrings/I'm the void that one day you'll be…
–¿Por qué no están el resto de los estudiantes?
Adelina maldijo en español y se volteó para encararlo. Sus ojos heterocromáticos volvieron a maravillarlo, eran preciosos y distintivos. Lo hipnotizaron queriendo analizar cada detalle de él, como si quisieran descubrir sus secretos más profundos. Las mejillas de la chica se volvieron rosadas, cubriendo las hermosas pecas que tenía.
–¡Deja de aparecerte a mis espaldas, acosador!
–¿Dónde están el resto de los estudiantes? –volvió a cuestionar Tomas con insistencia y Adelina siguió preparando la cena, mientras él la miraba con curiosidad.
–Responde, Adelina –pidió Tomas con furia oculta.
–Me dejaron sola. Eso pasó.
–¿Por qué?
–No sé ni me importa –Adelina se volvió a enfocar en lo que preparaba–. Te pido que no tomes acciones.
–Sí, lo haré –espetó Tomas mientras le daba la espalda–. Es una falta a nuestros juramentos y principios dejar un compañero solo. Eres Lin Kuei y mereces que te traten con respeto. Ya vengo.
Tomas caminó rápidamente, enfurecido. Lo que había dicho fue verdad, nunca dejaban solos a los compañeros. Por más que no hayan crecido juntos, se los trataban como hermanos. Sus pasos fuertes se escucharon en cada pasillo hasta llegar al complejo de estudiantes.
Muchos, se inclinaron ante Tomas y siguieron sus tareas. La mayoría de las habitaciones estaban vacías y silenciosas, pero vislumbró a un pequeño grupo de estudiantes pasando el rato. Se acercó a ellos furiosamente y se pusieron firmes. Sus miradas reflejaron pánico, pero lo ocultaron con seriedad.
–¿Por qué dejaron a Acosta sola? –cuestionó Tomas y los estudiantes guardaron silencio–. ¡Respondan!
–No lo sabíamos, maestro Smoke –respondió un chico de ojos color nuez–. Nadie nos avisó que la estudiante Acosta estaba en las cocinas.
–¡No mientan! –gritó Tomas–. Es una falta a sus juramentos como Lin Kuei. Deben ayudarse entre ustedes, porque son compañeros de lucha.
–No nos habíamos enterado, maestro –explicó el muchacho y sus compañeros mantuvieron la cabeza gacha–. Nadie nos dio una orden específica de ir a la cocina.
–Veremos lo que dice sus superiores –argumentó Tomas. Se dio media vuelta y llamó a los superiores–. Si lo que dicen es cierto ¿no habrá problema que lo corrobore, verdad?
Los estudiantes se miraron entre ellos con temor en sus ojos, revelándole la verdad a Tomas. Después de hablar con los superiores, le confirmaron lo que sospechaba y miró a los estudiantes con furia.
–Maestro Smoke… nosotros…
–Serán castigados –dijo Tomas sin titubear y observó a cada uno–. Harán la limpieza, guardia por varias semanas y lo que a usted se le ocurra, superior. Que vuelvan a aprender e incorporar los principios y juramentos del Lin Kuei.
Adelina se sintió confundida por lo que había hecho, pero no era momento para preocuparse por problemas futuros, debía hacer la cena para todo un clan. Se concentró en las milanesas aplastando la carne bañada en pan y huevo, para luego ponerla en la gran fila que tenía. Revisó las verduras brincaron destapando la olla. El calor invadió su rostro y las pinchó con el tenedor para ver si estaban blandas.
–Te conseguiré más compañeros –dijo Tomas, haciendo que la chica lo mirara fijamente.
–No los quiero ni los necesito –espetó Adelina volviendo a enfocarse en las milanesas–. Puedo hacerlo sola.
Tomas soltó una risa falsa.
–No puedes hacer la cena para todo un clan, Adelina –espetó el chico acercándose–. Terminarás muy tarde y Bi Han te castigará. No solo por no hacer la cena, sino porque no hiciste algo tradicional.
–Primero, viví con Daniela y Mariano que son la personificación de Goku y Luffy, así que tuve que hacer comida para un ejército –respondió Adelina–. Segundo, intenté leer libros de cocina china y no salió bien. Si tu hermano me quiere castigar que sea por no preparar la cena a tiempo, porque puse un plato en la mesa para todos. Tercero, el cocinero elige lo que se va a comer y si no le gusta puede hacerse él solito la comida. Yo no soy cocinera personal de nadie.
–Necesitas ayuda, Adelina –volvió a insistir el muchacho–. Lo digo de verdad.
La chica lo miró y sus ojos grises como la bruma la atraparon. Recordó el casi momento de la biblioteca y sintió que el estómago le daba vueltas.
–Si querés, podés ayudarme –dijo Adelina–. Lávate las manos y te enseño cómo hacer una milanesa. Espero que seas de los que aprenden rápido.
Tomas se fue hacia un balde de agua limpia, se quitó los antebrazos y vendas, colocándolas en una repisa, y se lavó las manos con el jabón en barra. Luego de secárselas, se puso al lado de Adelina y esperó las nuevas instrucciones.
–Bien, lo que tenes que hacer es aplastar la milanesa con el pan rallado –explicó la muchacha usando su milanesa como ejemplo–. La aplastas usando el puño con fuerza, pero evita romper la carne. Después, la pasas por el huevo y el pan rallado ¿entendés?
El chico asintió, imitó los pasos de Adelina y poco a poco le siguió el ritmo. La música los acompañó y quedó hipnotizada por las melodías, pero cuando miró a Tomas supo que no estaba bien. Sus ojos mostraron incertidumbre y perdido en sus pensamientos.
–Si no te molesta la pregunta ¿cómo fue tu infancia y adolescencia? –preguntó Adelina–. Me preocupan.
–Entrenar, cazar, convivir con mis hermanos y ver pocas veces a Harumi ¿la tuya?
Adelina quedó sorprendida ante esa respuesta tan corta. Ella pocas veces salía de la casa, pero incluso tenía algo de vida con Mariano y Daniela y recordaba haber hecho bastantes actividades en su infancia.
–Jugar, mirar Dragon Ball, ir a clases, aprobar las materias, salir y más cosas –respondió la chica con duda en su rostro.
–¿Dragon Ball?
–¿No conoces Dragon Ball? –Tomas negó la cabeza y una sonrisa adornó su rostro. Adelina cantó–: “…Un gran hombre sé que pronto serás/Algo en ti veo que es especial, un poder real/Te convertirás en un gran rival/Aventuras podrás disfrutar…”
–No, lo lamento.
–Tenés que mirarlo –afirmó Adelina sonriente y volvió a enfocarse en la milanesa–. Además de escuchar música y salir.
–Es muy exagerado de tu parte.
–No tuviste una infancia, pero lo que sí vas a tener es una vida joven –afirmó Adelina alegremente, mientras ponía la milanesa en la pila–. Vamos a ir de salida a ver lugares en Argentina y comer.
“…Once crucified, you forgave it all/But my own life condemned to fall/Where's the glory in your name?/My twisted soul still burns in flame/Hark, you angels; hear my call/Father witness to my fall/Between the lines of sin and pain/I walk the earth now doomed again…”
–Está bien –aceptó el ninja. Retornó un silencio, mientras se escuchaba la canción. Adelina percibió que Tomas guardaba cosas. Sus ojos lo decían, estaban brumosos y había incertidumbre–. ¿Cómo se llama la canción?
–Days of Future Past –contestó la muchacha. La canción siguió reproduciéndose en el celular llegando al intermedio musical acompañando con el sordo golpeteo de los puños en las milanesas. Adelina soltó una risita–. Cada vez que la escuchaba, siempre creía que hablaba de un rey malvado que había perdido a su reina por su codicia y lo castigaron para que sea inmortal.
–¿De enserio?
–Sí –contestó la chica y colocó la milanesa en la pila. Tomó otra y la cubrió con el pan rallado–. El Viejo Mario me decía que debía trabajar siendo cantante en el extranjero, pero no tengo madera de eso. Tampoco lo vi como algo posible para mi vida.
–Cantas bien –las mejillas de Tomas se tornaron rojas–. Lo poco que te escuché me lo confirma.
“…The days of future past to wander on the shore/A king without a queen to die forevermore/To wander in the wasteland/Immortal to the end/Waiting for the judgement/But the judgement never ends…”
Adelina sintió que su estómago dio un vuelco y sus mejillas se calentaron. No esperó esa respuesta. Pasó la milanesa por el huevo y tras sacarle las últimas gotas, lo colocó devuelta en el molde. La canción terminó y pasó a otra. À Tout le Monde de Megadeth.
–El Viejo Mario intentó que fuera a clases de canto, pero duré solo unas semanas –explicó Adelina nostálgica–. Escuchar toda la teoría me desesperó y no quise volver. Lo que sí me gusto fue dibujar, no me enloqueció tanto las perspectivas, las sombras y la anatomía.
–¿Dibujas? –preguntó Tomas con sorpresa.
–Es más un pasatiempo y tengo algo dinero –explicó Adelina y puso la milanesa en la gran pila–. Me gusta hacerlo, me relaja y aclara mis pensamientos.
“…So, as you read this, know my Friends/I'd love to stay with you all/Smile when you think of me/My body's gone, that's all…”
La música siguió con el silencio del dúo. Poco a poco, las milanesas se acumularon haciendo más grandes las columnas, se percató de que se le acababa el huevo y maldijo.
–Carajo. Se acabó el huevo –Adelina se agachó buscando más–. ¿Podrías sacar más especias de arriba?
–Está bien ¿Cuáles necesitas?
–Pimienta –Adelina se puso de pie y colocó con cuidado los huevos en la mesa.
–Ya lo tengo.
En el despiste un frasco con polvo negro cayó sobre Tomas haciendo que su pelo grisáceo se volviera negro junto a una parte su rostro. Adelina abrió la boca sorprendida y casi sonriente, soltó una risa. Tomas se limpió los ojos y se revolvió el cabello polvoriento.
–Ay, perdón –dijo Adelina entre risas–. Ya te busco un repasador.
–No te preocupes –sonrió el chico y se apartó del lugar de trabajo para limpiarse–. Sigue. Cuando termine de quitarme esto, te ayudo.
Adelina rompió los huevos y metió las especias en el bol. Mezcló lo más rápido que pudo los ingredientes y siguió preparando las milanesas, mientras Tomas seguía quitándose las últimas partes de polvo. La música siguió reproduciéndose alegrando el ambiente.
“…Moving on is a simple thing/What it leaves behind is hard/You know the sleeping feel no more pain/And the living all are scarred…”
–Es triste la canción.
–Oh, algo así –Tomas se acercó devuelta a Adelina y continuó ayudándola–. Dave Mustaine dice que para escribirla soñó con su madre. Bajó del cielo y le dijo “te amo”.
–El Viejo Mario decía que muchas de las cosas que hacen los artistas surgen de cosas pequeñas e insignificantes –continuó Adelina, mientras miraba a Tomas–. Creo que algo de razón tenía. Muchos de sus amigos hicieron algunas cosas para desahogarse.
–Mi madre también nos decía a mi hermana y a mí que de cosas pequeñas algo grande surgía.
–Debe ser una gran persona ¿dónde está?
El silencio de Tomas hizo evidente la respuesta y Adelina quiso que la tierra se la tragara. Recordó que durante su exploración en las ruinas le había comentado sobre ellas.
“…So, as you read, know my Friends/I'd love to stay with you all/Please smile, smile when you think about me/My body's gone, that's all…”
–Oh, perdón, Tomas.
–No, está bien –dijo el chico con una sonrisa triste–. Ella y mi hermana… ya sus fantasmas no me afectan. El clan creyó que eran enemigos y las mataron por accidente –Adelina se sorprendió por esa confesión tan abrupta–. El padre de Bi Han y Kuai Liang me adoptó por su honor y estuve con ellos desde entonces. Ahora, mi familia son los Lin Kuei.
–Está bien –Adelina quiso decir algo más y sus labios reaccionaron antes que su cerebro–. Mis padres también murieron.
–¿Qué les pasó?
–Los mataron narcos –Tomas la miró con desconcierto–. Cuando tenía cuatros años, vivía en Rosario, una ciudad portuaria de la provincia de Santa Fe. Hace tiempo, criminales querían establecer el narcotráfico, drogas básicamente –la música siguió su curso tranquilamente–. La ciudad se volvió insegura, jóvenes y políticos se metían en ese negocio y hubo muchos muertos. Cuando el gobierno combatió contra los criminales, no lo tomaron bien y para que cesen sus medidas. Comenzaron a asesinar civiles, entre ellos mis padres.
–¿Los vengaste?
–La policía encarceló a uno y al otro lo mataron en un tiroteo –explicó Adelina–. Yo estaba en el orfanato. Ahí, conocí a Daniela y unos años después, nos escapamos a Buenos Aires. El Viejo Mario nos crío, junto a Mariano. Fue un buen hombre.
–¿Murió?
–Sí, de viejo. Pasó por mucho, merecía un descanso.
–¿Qué le ocurrió? –dijo Tomas mirando a Adelina con curiosidad.
–Fue veterano de Malvinas –respondió–. Fue una guerra de finales del siglo XX, para recuperar unas islas pequeñas del poder ingles que están al sur de Argentina, cerca de Tierra del Fuego. El Viejo Mario, junto a otros soldados, eran jóvenes con poca experiencia, muy pocos sobrevivieron. Fue piloto y siempre nos contaba sus historias de cómo maniobraba su avión para derrotar los ingleses. Era como escuchar un narrador de cuentos, pero sufrió y perdió a muchos. Creo que por eso Mariano dejó la carrera de psicología para ser piloto y la curiosidad que tenía Daniela por todo lo que le contaba la llevó a ser periodista.
–Debió ser una maravillosa persona.
–Lo fue –Adelina sintió un cosquilleo en el estómago. Hacía tiempo que no hablaba del Viejo Mario y le causó nostalgia por los viejos tiempos–. ¿Cuánto falta para la hora cena?
Tomas volvió a su realidad, pero parecía seguir perdido en sus pensamientos. Terminaron de hacer las milanesas y Adelina le costó creer que lo hayan hecho los dos. Podrían terminarlo justo a tiempo si se apresuraban.
–Dos horas –dijo el chico–. No vamos a llegar.
–Sí, lo haremos –contradijo Adelina–. Tenemos las milanesas hechas. Falta calentar las sartenes de aceite, ver las verduras y hacer las mesas.
–Está bien.
–Lamento preguntarte, pero ¿qué te ocurre?
–No pasa nada, Adelina.
–¿Seguro?
Tomas pareció debatir por responder. Sus cautivantes ojos grises lo delataban y Adelina esperaba que quizás quisiera hablarle como lo había hecho con su asunto de la daga. Aunque, le hizo revolver el estómago y sintió mariposas.
–Tuvimos una discusión con Bi Han por el rumbo del clan –soltó Tomas, mientras Adelina encendía hornallas. Puso sartenes gigantes con la cantidad de aceite suficiente para muchas milanesas–. Sobre si deberíamos ser una nación y dedicarnos a otra cosa. Me es una locura.
–¿Por qué te parece una locura?
–Va en contra de la tradición –contestó Tomas secamente–. Todo lo que padre creó.
–¿Qué opina el resto del clan? ¿Están de acuerdo?
Esas dos preguntas dejaron confundido al ninja. Adelina lo miró esperando la respuesta y quedó fascinada por sus ojos grises.
–La mayoría del clan lo está –contestó Tomas–. Kuai Liang y yo, quizás otros más estamos en contra.
–Entonces, creo que tu hermano tiene un punto.
–¿A qué te refieres? Todo lo que quiere hacer va en contra de nuestros principios –argumentó Tomas con tranquilidad, pero Adelina detectó furia–. En contra de la tradición.
–Hay tradiciones, donde las nenas de diez años se tienen que casar con hombres de cuarenta años para empezar a ser fábrica de niños, Tomas. Si se atreven a opinar les pegan, ni hablemos si quieren divorciarse. Esas tradiciones siguen estando en países de Medio Oriente. Agradezco ser occidental y elegir cuando casarme –contraargumentó Adelina, mientras revisaba las ollas repletas de verduras que seguían sin ablandarse–. Hay tradiciones que deben quedarse, pero hay otras que tienen que irse, Tomas. Mira que no me cae bien tu hermano, pero tiene algo de razón. Solo un poquito.
–Pero nuestro clan no está dedicado a liderar, menos a ser una nación –explicó Tomas, a la vez, ayudaba a Adelina a sacar las sartenes suficientes para poner al fuego–. Servimos a la Tierra, pero lo que quiere hacer Bi Han va a terminar condenándonos.
–Tomas, ¿te molesta si te doy mi sincera opinión del tema?
–Dilo.
–Tu clan necesita modernizarse –soltó la chica con la mirada fija en el muchacho–. Necesita una mejora de armamento y de medicina. La sociedad avanzó mucho y si se siguen aislando, va acabar mal. En medicina se hicieron muchos avances, lo que antes parecía algo mortal, ahora nos parece miserable. Los ayudaría bastante. Con el armamento, si ustedes son la defensa de la Tierra necesitan actualizarse. No pueden estar con espadas, una bomba puede arrasar este lugar. Incluso si yo me lo propusiera, podría dejarte sin la mitad de soldados con el rifle y las pistolas que llevo.
–Pero el clan no ve que eso va en contra de nuestras costumbres.
–Si la mayoría decidió eso, tenes que aceptarlo. Se llama democracia –Adelina siguió pinchando las verduras para ver si se ablandaron–. Lo que puedes hacer es que reconsidere tus ideas y a la vez, escuchar las de él. Convencerlo, no atacar. Lo que no pueden ser con Kuai Liang, es un palo de la rueda porque eso va hacer que la mayoría tenga una fe ciega a Bi Han.
–Kuai Liang es el más habilidoso de nosotros. Deberían respetarlo y escucharlo por eso –argumentó Tomas.
–Que sea bueno en el combate no significa que lo sea en política –espetó Adelina–. Pero te digo esto, dejen que Bi Han pruebe su idea. Pongan límites para que los escuche, pero obviamente a quienes más va a prestar atención es a la mayoría.
–Pero está mal.
–La idea no es errónea, a menos que sea aniquilar a los que se oponen a él. Ahí, sí hay que preocuparse –explicó Adelina–. Porque querés poner tu idea la fuerza y créeme que cuando te digo que eso traerá problemas. También, recae en el método.
–¿Cómo lo harías, si fueras tú el Gran Maestro?
–No tengo madera de líder, pero sería como abrir la economía –respondió Adelina–. Lento y paulatino, porque si es abrupto explota. Además, si Bi Han quiere usar la fuerza para su idea, ya me opondría a él. Porque no escuchas un segundo punto de vista y con el pretexto de una buena intención, muchas personas hicieron desastres. Lo dice alguien que lo vivió.
El silencio inundó la cocina, solamente la música se escuchaba con el sonido burbujeante del aceite y Adelina colocó un pedacito de milanesa en una de las sartenes. Tras ver que burbujeaba, colocó el resto de la milanesa en la sarten y otra más. Luego hizo lo mismo en el resto de sartenes con la ayuda de Tomas.
–Gracias, por escucharme, Adelina.
–No hay de que, Tomas.
Las verduras saltaron de las ollas, Adelina revisó si estaban blandas con el tenedor y el vapor azotó su rostro. Les faltaba poco para que estén listas y revisó las milanesas. El olor a frituras le dio nostalgia, llevándola a viejos recuerdos y momentos. Se le hizo agua en la boca por la idea de volver a comer comidas de su patria. Extrañó el crocante sabor del pan y la carne, también las ensaladas sencillas.
Volteó las milanesas y Tomas la imitó, pero con algo de inexperiencia haciendo que saltaran gotas de aceite por doquier. Adelina rio y habló:
–Lo estás haciendo mal. Dejame que te enseño.
Adelina tomó la mano de Tomas y sintió el calor de su mano. Las mejillas se le calentaron más de lo que imaginaba, pero intentó mantener la calma.
–No tenes que tirar la milanesa –continuó y guio su mano–, porque si no el aceite va a salpicar y te quemas. Lo que tenes que hacer es deslizarla y pincharla desde las puntas, así evitas que se te caiga.
Sus miradas cruzaron y las mejillas se tornaron rojas, pero siguió enfocando sus ojos en Adelina. Todavía sintió el calor de su mano y la textura de las cicatrices. Era rígida y callosa, aunque a la vez suave y confortante. Se alejó de él y volvió a enfocarse en sus tareas con el corazón retumbándole en el pecho como si quisiera ser escuchado.
El burbujeo del aceite y el agua abundaba por la cocina. Tomas y Adelina se pudieron relajar un poco, pero siguieron vigilando la comida. Al mismo tiempo, empezaron a ordenar y colocar los platos sucios en la bacha, luego sacaron fuentes de vidrio y aluminio para las ensaladas y milanesas. La música cambió de tema en tema y calmó las ansiedades de Adelina.
–Ya está por salir la primera milanesa –informó la muchacha–. Esperemos que salgan las demás igual de rápido.
–¿Te ayudo con las ensaladas?
–Sí, coloca todas las verduras en las fuentes de vidrio, así luego les pongo sal y aceite.
Adelina sacó la milanesa la puso en la fuente de aluminio y le escurrió bien el aceite con papel de cocina. Después de quitarle, notó que Tomas miraba el alimento con hambre como si fuera un niño impaciente. Ella cortó la mitad de la milanesa haciendo que saliera vapor y desprendió el exquisito aroma a carne cocinada que tanto extrañaba. Tomó una mitad con la punta de sus dedos sintiendo el calor del pan cocinado y se la extendió a Tomas, mientras Adelina sostuvo su mitad.
–¿Querés probar?
–No, no sería justo.
–Tenemos lo suficiente para el clan. No habrá problema en comer una entre los dos –explicó Adelina y le tendió la mitad de la milanesa.
Tomas tomó el pedazo y maldijo por lo caliente que estaba. Antes de que se callera, Adelina sostuvo la mitad de la milanesa rápidamente y se la dio a Tomas. Con una sonrisa, Tomas se la aceptó y comió, mientras Adelina lo imitaba. Sintió el sabor del pan frito y la carne cocinada en su boca y se alegró como nunca antes en su vida.
Ambos sonrieron por el momento y siguieron preparando la cena con la música pasando por diversas canciones. El corazón de Adelina bombeaba como nunca antes lo había hecho y creyó que se escuchaba por sobre la música. Tomas la ayudó con poner las fuentes de las verduras y Adelina cuidaba que las milanesas no se quemaran. Al mismo tiempo, hicieron las ensaladas y sin darse cuenta, sus manos tocaron la misma fuente de vidrio.
La mano de Tomas seguía siendo cálida y cuando iba apartar la suya del contacto, él no se lo permitió. No fue fuerte ni brusco como la sostenía, sino tierno.
–Gracias, Adelina.
–¿Por qué?
–Por escucharme por el asunto de mi hermano… –los ojos de Tomas parecían no querer desviarse de la mirada de Adelina y se acercó a ella con cuidado–… También por exponer tu punto de vista sin miedo.
–Las mentiras tienen patas cortas, Tomas –dijo la chica–. Es preferible las verdades crueles. Duelen, pero son necesarias.
El muchacho se aproximó más a ella y sintió que el corazón le daba un vuelco al igual que su estómago. Tomas continuó mirándola queriendo capturar cada pedacito de ella a través de sus ojos grises como la bruma. Sin darse cuenta, su rostro estuvo cerca del de ella y no supo quién inició primero.
Adelina sintió que iba a explotar por lo tímido que fue ese primer beso. Percibió un té chino desconocido, pero dulce y curioso y, a la vez, la esencia del humo en los labios de Tomas combinado con el sabor de la milanesa de hace unos minutos. Se miraron mutuamente y Adelina lo acercó devuelta sin importarle lo que pasara y quien viera. Sus alientos se mezclaron y sus labios se juntaron en un beso más largo.
Tomas le tomó la cintura y ella enredó las manos en su cabello grisáceo, perdiéndose en el maravilloso momento. Siguieron aproximándose por más que ya estuvieran cerca e hizo que mariposas revoleteen por el estómago de Adelina. Se separó buscando aire, pero Tomas la acercó queriendo más aproximación y sus ojos grises la observaron.
Rápidamente, Tomas quitó sus manos de la cintura de Adelina y se enredó en su basto cabello negro y lacio. La tomó por sorpresa, pero aceptó dichosa el beso y siguió profundizándose hasta que tuvieron que respirar. Se miraron mutuamente y sonrieron soltando risitas silenciosas. Tomas apartó un mechón de cabello suelto de la muchacha y siguió mirándola con fascinación. Tocó sus mejillas con pecas y le daba pequeños besos en los labios.
Se apartaron lentamente, Adelina sintió el aroma de la comida y se apresuró a dar vuelta las milanesas con Tomas ayudándola. La chica sonrió por el momento previo y retornó a la realidad que tenía en frente. Sacó las milanesas de las sartenes haciendo que el aceite burbujeara y escurrió bien el líquido. Tomas la imitó y se enfocaron en condimentar todas fuentes de vidrio.
Algunas veces, Adelina percibía la mirada de Tomas mientras hacía sus tareas, sonrojándola más de lo que podía creer. Volvió a centrarse en las milanesas viendo que faltaban pocas y decidió hacer que las haría napolitanas. Tomó unos tomates y queso, los cortó con cuidadosa y finamente ocasionando que el jugo del tomate se escurriera en cada corte del cuchillo que tenía en mano. Condimentó las rodajas con un poco de orégano y las colocó en las últimas milanesas y encima el queso derritiéndose al instante por el calor.
–¿Por qué les agregaste tomate y queso?
–Porque vos y tus hermanos sabrán lo que es una milanesa napolitana –respondió Adelina, mientras alzaba su mirada a Tomas–. Me hubiera gustado hacer salsa de tomate, pero no hay tiempo. Espero que te gusten, Tomas.
–Ya quiero comerlas.
Adelina miró el reloj y vio que faltaba poco para que sonaran las campanadas anunciando la cena. Rápidamente, sacó todos los platos y vasos posibles y cubiertos que sus manos pudieran cargar y los dejó en la mesa. Apagó todo fuego que estuviera encendido y se lavó bien las manos.
–¿Segura que no necesitas ayuda en algo más, Adelina? –cuestionó Tomas tratando de sostener los platos–. No me molesta ayudarte.
–Gracias, pero ya hiciste suficiente –dijo Adelina sonriente–. Soy rápida haciendo la mesa. Anda con tus hermanos antes de que se den cuenta que no estás con ellos.
Tomas estaba a punto de marcharse y Adelina vio que sus antebrazos y vendas colgadas en la repisa. Las tomó y decidió hacer algo arriesgado.
–Tomas.
El chico se detuvo ante la mención de su nombre y Adelina le dio un pequeño y rápido beso en la mejilla. Luego le dio sus antebrazos y el muchacho sonrió.
–Gracias por ayudarme, de verdad.
Tomas se marchó colocándose los vendajes en sus puños. El rostro de Adelina adornaba una sonrisa y volvió a la cocina tomando todos los platos que pudiera cargar y caminó los rápido posible hacia el gran salón. Colocó los platos y retornó a la cocina para ubicar los restantes, luego siguió con los vasos y terminó con los cubiertos.
Poco a poco el barullo se acrecentaba en la entrada del gran salón y Adelina apresuró el paso cargando con las fuentes de vidrio repartiéndolas en las diferentes mesas y las que quedaban las dejó en del Gran Maestro. Por último, llevó las fuentes de acero repletas de milanesas y las napolitanas repartiéndolas velozmente. Las campanadas anunciaron la cena y entraron todos los estudiantes y superiores.
Adelina vio al grupo que se había marchado de la cocina con algunos moretones y miradas irradiantes de ira enfocadas en ella. Todos miraron con curiosidad la comida y se susurraron entre ellos observándola. Unos minutos después, Bi Han, Kuai Liang y Tomas llegaron con Cyrax y Sektor detrás mirando confundidos. Tomas, por su parte, mostró más tranquilidad y regocijo.
–¿Qué es esto? –preguntó Kuai Liang con indignación–. ¿Quién hizo la cena?
–Yo lo hice, maestro Scorpion.
La voz de Adelina sonó en el comedor y todos los ojos se posaron en ella. Kuai Liang, Bi Han, Cyrax y Sektor la miraron con incriminación generando que el corazón de la joven bombeara más rápido de lo usual. Mantuvo la cabeza alta ante ellos y vio que el grupo que la abandonó estaba frente a ella.
–Son milanesas con tomate papa, zanahoria y zapallo hervido –continuó con voz firme–. Para ustedes hice milanesa napolitana.
–¿Por qué no hiciste algunos de nuestras comidas, Acosta? –preguntó Bi Han y posó sus ojos gélidos en ella–. Pasaste mucho tiempo aquí, deberías saber cómo hacemos la comida.
–Mi chino no es del todo bueno, Gran Maestro –espetó Adelina firmemente y con tranquilidad–. Tampoco lo es en la comprensión de textos, así que decidí hacer comida de mi patria. Preferí eso a que no tuvieran un plato en la mesa.
–Está bien, Acosta. Siéntate y disfrutemos de tu comida.
Cuando Adelina empezó a caminar hacia su asiento, el líder del grupo que la abandonó alejó el plato y sus amigos lo imitaron.
–Yo no comeré esto, estudiante Acosta –espetó con orgullo–. Prepara algo de nuestra costumbre, por favor.
Todos callaron y Bi Han y Tomas miraron de la peor forma al estudiante. Adelina lo enfrentó posicionándose al costado de él y cruzaron miradas hostiles.
–Si pudiste hacer todo esto, Acosta ¿puedes preparar algo más nuestro? –preguntó su compañera.
–No hay otra cosa, es milanesa o milanesa –contestó Adelina de forma mordaz sin pensar en el tono que lo dijo haciendo que se sorprendiera.
–No queremos comer esto –comentó el chico de ojos color nuez y alejó más el plato.
Sin conciencia de lo hacía, Adelina le estampó la cabeza contra la mesa con un fuerte ruido y el crujido de la nariz rota del estudiante sonó emanando a borbotones sangre manchando su uniforme Lin Kuei. Los platos, cubiertos y vasos tintinearon por el movimiento brusco y rápidamente su compañera quiso levantarse, pero Adelina le tiró el cabello e imitó la acción. Esta vez le rompió el labio y la frente y el líquido carmesí escurrió de forma lenta por el rostro de la desconocida.
Todos se conmocionaron soltando exclamaciones de sorpresa, pero Adelina ni los escuchó. Las maldiciones en chino de sus compañeros sí que las oyó mejor que nunca. No le importó que Bi Han la estuviera mirando tampoco Tomas, pero esto era una total falta de respeto.
–Escuchen una cosa par de abortos de la naturaleza mal cogidos, yo no soy su puta cocinera personal –gruñó Adelina entre dientes, lo suficiente para que todos la escucharan–. Ni ustedes son chetos de Palermo. Son unos putos ninjas que se conforman con lo que tienen y lo que comen. Si esta noche decido hacer milanesa, todos comemos milanesa. Si quieren otra cosa, se lo preparan ustedes o se cagan de hambre. Pero no voy a tolerar que me desprecien la comida, es un lujo que no todos tienen. Lo dice alguien que pasó hambre –Adelina siguió sosteniendo el cabello del muchacho y no se dio cuenta que el comedor se estaba enfriando–. ¿Entendieron, manga de pelotudos infradotados?
Sin pensarlo dos veces, volvió a estamparles las cabezas contra la mesa y ambos emitieron quejidos de dolor y cayeron al suelo.
–¡Suficiente, Acosta! –gritó Bi Han soltando una ráfaga de escarcha delgada por la mesa y todo el mundo contuvo el aliento.
Adelina se alejó del par de estudiante y caminó velozmente hacia su asiento donde sus compañeros la miraron sorprendidos por su arrebato. Incluso, vislumbró la cara perpleja de Tomas.
Bi Han se sentó y empezó a comer con tranquilidad seguido de sus hermanos, luego Cyrax y Sektor. Poco a poco, el tintineo de los cubiertos se hizo presentes en todo el salón con el barullo de los estudiantes. Adelina mantuvo su silencio y disfrutó de la cena que había hecho. Aunque, detectó las miradas asesinas del dúo y las ignoró enfocándose en terminar su plato.
Se alegró de sentir la comida en su boca y calmó sus nervios y pensamientos procesando lo que acababa de ocurrir. Nunca pensó tener esa reacción tan violenta hacía unos extraños, tampoco del nivel de fuerza que tenía para poder estampar la cabeza de dos personas. Le resultó irreal y casi terrorífico. Recordó tener fuerza para pelearse con Mariano en su infancia, pero nunca el nivel de lo que había hecho hace unos instantes.
A veces, cruzaba miradas con Tomas y Adelina notó su preocupación y sorpresa por lo ocurrido, pero la desviaban lo mejor que podía. Recordó el beso que tuvieron y sintió las mariposas de su estómago revolotear con lo que había comido.
Tras terminar la cena, Adelina se fue a dar una ducha con el resto de las pocas mujeres que se encontraban en el clan y siguió escuchando los susurros, comentarios y miradas de desprecio y respeto que hacían. Vio al par que le despreciaron la comida metiéndose a sus respectivos cuartos y Adelina los imitó lo más rápido que pudo.
Soltó un suspiro, aliviada, de que el día llegara finalizara. Se colocó óleo para el cabello pasando sus dedos entre los mechones negros como la tinta y se lo peinó con cuidado rememorando lo que había pasado con Tomas. Recordó sus labios y su sonrisa, las manos en sus caderas y cómo se enredaron en su cabello. Sonrió mientras se acomodaba en las vastas colchas regocijándose en el calor que la abrazaban. Poco a poco, el sueño la atrapaba y sus párpados se cerraron completamente.
Adelina estaba en las puertas de una cabaña rústica y antigua y podía escuchar el alboroto dentro. El ruido de platos rotos y de los golpes se hacían más fuertes con cada paso que daba ella y al entrar vio a Kolbein. Estaba en posición de lucha enfrentándose a una mujer y logró tomarla desprevenida para sentarla a la fuerza en la mesa.
–¿D��NDE ESTÁ? –preguntó Kolbein a una mujer, rápidamente le tomó el cabello y le estrelló la cabeza contra la mesa de madera–. ¿DÓNDE ESTÁ HELA, DEMONIO? ¡RESPONDE!
Adelina se acercó y vio que los ojos de la mujer eran negros sin un ápice de otro color. El demonio femenino se recompuso riendo con tranquilidad mientras Kolbein la miraba con furia en sus ojos heterocromáticos.
–No te diré nada, Príncipe de los Muertos –sonrió el demonio y se irguió en su asiento–. Tu madre debe estar pudriéndose en su tumba. Me alegro que su orden esté arruinado.
–Me encargaré de restaurar lo que mi madre creó –Kolbein acercó su rostro a la del demonio y mostró sus dientes–. Si tengo que hacerlo toda mi vida encontrar los artefactos que le arrebataron a mi madre, lo haré.
–No lo lograrás, Príncipe de los Muertos –el demonio femenino mantuvo su mirada seria e impasible en Kolbein–. No encontrarás nunca a nuestro líder.
–Nunca me pruebes, demonio.
Kolbein vio la funda de una daga y sus ojos mostraron sorpresa. Adelina mejoró su visión sobre lo que miraba el hijo de Hela y se dio cuenta que era la daga de su madre. Durante el encadenamiento de la deidad, seguramente el demonio femenino tomó la daga como trofeo.
Kolbein desenvainó su espada y sin titubear, le cortó la cabeza al demonio. La sangre brotó sin cesar manchando al muchacho por el rostro y una parte de su ropa vikinga. Tomó la daga de su madre y dejó la cabaña con un fuerte portazo.
–Por lo menos encontré tu daga, mamá. Te la daré cuando estes de vuelta.
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Mi primera entrada para el evento de Dreamling con Ñ !!!
Hice este cómic de dos paneles inspirado en una canción de Zoé creo que muchas canciones de este grupo me recuerdan a Dreamling y llevo meses queriendo hacer algo con ello pero me desanimaba ser la única persona que pudiese entender la perfección de esta música con este ship PERO ahora el poder de la Ñ me respalda 🔥
Espero poder hacer otros más de estos para este evento!! Aún tengo un par de canciones de Zoé en mente para Dreamling✨
#the sandman#dreamling#dreamling con ñ#dreamling con ñ week#dream of the endless#hob gadling#dream x hob#lyric quotes#art inspired by music#cloudy illustrates
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París.
Imagínate que lo logramos, que lo cumplimos.
Vamos de la mano por tus calles favoritas, descubro la ciudad del amor a través de tus ojos y me enamoro. No de las calles ni de la Tour Eifel, me enamoro de tu risa y tus gestos, de tu caminar y tu pensar. Me enamoro de ti mil veces en esas calles que nos observan. Y lo hago sabiendo que mi tren solo tardará unos días en llevarme a casa de nuevo, lo hago sabiendo que no habrá nunca un París tan bonito como el de tus ojos. Me enamoro de ti aún con el riesgo de no poder hacerlo de nuevo.
Nos pasamos las horas enredados en unas sábanas de un estudio perdido a las afueras de la ciudad, uno que puedo pagar y que tiene encanto. Cuento tus lunares mientras me hablas de mil cosas por hacer y de mil sitios que visitar. Te beso para no llorar por saber que nunca habrá tiempo suficiente de descubrir París juntos y tú me sigues el juego. Lo haces sin saber que mi corazón acaba de perder otro pedazo.
Por las mañanas me despiertas con un croissant de esos que me gustan y con un café cargado, porque apenas pego ojo contigo a mi lado. Yo te insto a salir a la terraza y disfrutar de la primera brisa matutina, mientras me fumo un cigarro y pienso en lo que te voy a echar de menos.
Los mediodías me dejas sorprenderte cocinandote mis mejores platos, aunque sea mediocre en la cocina. Nos bebemos unas copas de vino mientras charlamos de los planes de la tarde y, aunque sé que va a doler irme, dejo que la felicidad, de tenerte, me invada.
Las tardes son tan tuyas que a veces siento que solo sueño, que lo hago sin remedio. Siento que si cierro los ojos unos segundos al abrirlos volveré a una realidad sin ti. Pero cuando los abro sigues ahí, con tu sonrisa eterna diciéndome que es preciosa, la ciudad, aunque solo me mires a mi. Yo te digo que eres un romántico y me miras fatal. Sonrío tanto que duele.
Las noches son de los dos, llenas de locura y sin sentidos. Llenas de amor. Ponemos ese candado en el puente, aunque ya no se pueda hacer. Luego corremos por si llega la policia, aunque tenemos un plan B si nos pillan. No dejo de reír mientras corremos por esas calles tan bonitas que tienen escrito tu nombre en todas sus fachadas. Llegamos a un bar cualquiera y me lo paso mejor que en toda mi vida. Solo porque tú estás ahí, riéndote de algo que te cuento y de lo mal que bailo. Porque lo hago fatal y, aún así, sigo bailando. Todas la noches cambio la canción que me gusta para nosotros, porque soy así. Porque no hay una que sea lo suficientemente buena para definirnos, para escucharla y sentirte en cada nota.
El último día te pido que me acompañes a la estación, porque irme supone demasiadas cosas. Cuando veo que mi viaje se termina lloro, de forma silenciosa porque mi corazón se rompe sin hacer ruido, y tú secas esas estúpidas lágrimas que no dejan de caer. Te abrazo tan fuerte que siento que te voy a romper algo, seguramente lo hago. También te beso, despacio y con todo el amor que tengo, para que me recuerdes así. Inestable pero llena de cosas bonitas, llena de ti y tu sonrisa. También lo hago para recordarte así, calmado y etéreo. Tuyo.
El tren llega y cojo la maleta, te doy un último beso y te digo que nos volveremos a cruzar, aunque lo más probable es que no lo hagamos. También te digo que te quiero y que te cuides, que encuentres a alguien que no se parezca a mi en París, que por favor no se asimile en nada a mi. Y me voy, me subo a ese jodido tren sin alcanzar a escucharte, porque si lo hago me quedaré y no puedo, no debo.
El viaje es tan largo que siento que me voy a dormir en cualquier momento, pero no lo hago. Me paso el viaje escuchando todas esas canciones y viendo nuestras fotos. También me río de vez en cuando, recordando todas esas locuras y sin sentidos que nos hacían tan nosotros. Y lloro, mucho. Porque París es bonito sin ti, pero contigo es precioso, único. También lo hago porque se que te enamorarás de alguien que valga la pena, que te lo pueda ofrecer todo sin pestañear, sin dudar. Y sonrío porque sé que, a diferencia de mi, serás feliz con otra persona.
Katastrophal
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He escrito tanto sobre decirte adiós que está vez ni siquiera quiero decirte adiós a ti, quiero despedirme de mi, de la versión mía enamorada de ti, la que podía dar hasta su vida, la que quería quedarse contigo toda la vida y creía que podría curarte, pero, me di cuenta que no podía curar una herida que te gustaba como dolía, una herida que volvías a abrir una y otra vez, me di cuenta que el problema era yo, yo que forzosamente quería que fueras tu, siempre tu...
Voy a extrañar la versión que te quería, que te adoraba, la mujer que cuando la veías se convertía en una niña, la mujer que le gustaba sentirse protegida a tu lado, la que te miraba dormir y pedía que durará para siempre, la que rezaba cada noche para que estuvieras bien o mejor, la que sabía que podrías quemar todo por ella sin saber tus llamas a la única que consumieron fue a ella...
Hoy muere el nosotros, muere el "tal vez alguna otra vez" y también el "quizás en otra vida", hoy mueren nuestros chistes, nuestros lugares sagrados, nuestros días, nuestras noches, nuestras fechas importantes, las pláticas, los secretos que nos contábamos a altas horas de la madrugada, las anécdotas tontas que solo sabe el uno del otro, muere un lenguaje de amor con todos los besos y abrazos que lo componían, mueren los "te amo" y los besitos en la espalda al dormir, muere nuestra forma de vernos, las sonrisas coquetas, las miradas que sabíamos que significaban, nuestra forma de hacer el amor sabiendo que el amor nos hacía a nosotros, mueren las canciones que cantábamos juntos y las que te dedique sin decirte, muere la versión que teníamos del otro al estar juntos, mueren los caminos que caminamos tomados de la mano y las carreteras que manejaba conmigo de copiloto, mueren las fiestas cuidandonos y riéndonos de todo, muere el ser más que una pareja ser amigos, más que ser solo algo lo éramos todo...
Muere la historia de amor más fantástica e inigualable del mundo, muere mi versión enamorada de algo que jamás pudo ser, muere la frase que dijiste y que jamás olvide -"querer tanto en la vida y querer cada vez más fue por ti"- , hoy muere un amor, un amor que jamás tuvo que pasar, muere uno de esos golpe que jamás fue de suerte, aunque así lo queríamos creer, muere un amor que debió quedarse en lo prohibido, mueren años de reencuentros y despedidas, de vernos como si fuera la primera vez más de las veces que pude contar, hoy muere todo esto, pero, quizás dentro, muy dentro de mi, aún te guardo, aún te tengo, hasta la raíz como aquel tatuaje que compartimos, una rosa que será más eterna de lo que nosotros fuimos.
- Una última vez dejándote ir mi querido chico malo, última vez amándote tanto hasta que me consumi en eso, y como lo dijiste "jamás vamos a poder estar juntos" pero que lindo fue creer que si, que lindo fue creer que seríamos nosotros siempre, siempre nosotros, pero simplemente no...
Te amo tanto que te odio, hasta siempre querido amor de mis mil vidas, mi chico malo, mi corazón, de los peores diablos el bueno, adiós a mi ángel con los brazos llenos de tinta, a mi estúpido dios griego, hasta nunca mi vida.
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