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princesitaazul · 6 years ago

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Los Pájaros No Cantan de Noche Parte II

Cap.8

Estaba sentada en el autobús camino de regreso a casa, el paisaje que se le presentaba era un hermoso cielo azul con nubes naranjas con el borde violeta. Silvana recordó una tarde parecida de hace tantos años con Juan Carlos había ido a un balneario y de regreso a su casa un paisaje similar la embelesó, deseo que así fueran eternamente sus días al lado de su esposo.

Sus suegros la habían aceptado alegremente cuando Juan Carlos la llevó por primera vez a conocerlos. Su madre la recibió con un afecto conmovedor y su padre la hizo sentir que ya era parte de su familia. Mientras compartían un café después de la comida, él le explicó que sus padres le habían exigido un respeto irrestricto al hogar, así que debía estar muy convencido de sus sentimientos antes de llevar a una joven a presentarla, porque esa chica sería su esposa y la única a la que reconocerían como tal.

Silvana se sintió invadida por un sentimiento entre orgullo y la realización de un sueño. No supo qué decir, Juan Carlos aprovechó la ocasión para entregarle el anillo de compromiso.

Al regresar a casa le contaron a sus padres, pero también fijaron una fecha para la pedida oficial de mano, ocasión que serviría para que se conocieran ambas familias. El hermano mayor de Silvana le advirtió en un tono de camaradería que sería mejor que la hiciera feliz, porque si no él se encargaría de hacérselo pagar; mientras que a su hermana le encantó la idea y se apuntó para ser la primera de sus damas de honor.

23 / Marzo

Si algún día descubriera que ya no queda el más mínimo rastro de ti en mi corazón, sabré que de borrarán todos los poemas, el mar se llevará los sueños de los enamorados y la luna será una roca que simplemente da vueltas alrededor de la Tierra.

¿Por qué simplemente no puedo dejar de sentirte? ¿Por qué cuando te creo olvidado, tropiezo con un recuerdo tuyo?

Sé que tú sí me has dejado de pensar, a eso le llaman olvido; a lo mío a veces le llaman melancolía a veces obsesión, de cualquier forma todavía no se halla una cura para ninguno de los dos.

Tuya sin tiempo

Azul

III

En el internado, donde compartía habitación con Andreyina, nunca faltó alguna de sus condiscípulas que las molestase. Pastrana “se la juró a la loquita que se cree bruja”. Arecihceh trataba por todos los medios de esquivarla; nunca le dejo entrever las lágrimas de rabia que pugnaban por salir de sus ojos, sólo cerraba los puños y pensaba en cómo sus primos la hubieran defendido.

Las cosas no habían llegado a mayores gracias a sus dos amigas incondicionales Annya, que era de gran nobleza de corazón, y de Dyaen, que era de carácter más bien pasivo. En más de una ocasión tuvieron que tomar cada una de los brazos a Arecihceh para evitar que se le fuera encima, pero lo que sí logró alguna ocasión fue aventarle su vaso de refresco en el pelo y el uniforme.

De repente de la noche a la mañana Pastrana empezó a difundir rumores de que Arecihceh tenía que ver con algunos de los profesores, porque alguien tan desparpajada como ella no podía tener buenas calificaciones “sin ayuda”.

Muchas de las que se decían sus amigas empezaron a apartarse de ellas tres, no querían verse implicadas en un caso de acoso escolar hacia los profesores o de estos a las alumnas. Incluso se habló de despedir del colegio a algunos de los docentes.

Arecihceh se desesperaba, porque sabía que ella y sus amigas estaban en la mira de las monjas rectoras del internado, y no quería volver a disgustar a sus padres con una nueva expulsión; y de paso afectar a sus dos amigas, que probablemente también serían sancionadas.

¿Qué hacer?, ella era inocente y los profesores también, esa era una calumnia para que la expulsaran deshonrosamente. Lo único que se le ocurrió fue pedir una cita con la Madre Directora y en la cual estuvieran sus padres; y si le parecía apropiado a la monja llamar a los supuestos profesores involucrados con ella, o esta reunión podría ser en una fecha posterior, Arecihceh estaba dispuesta a defender su inocencia.

Ser una adolecente “definitivamente tan rara”, como decían de ella, era insoportable. Qué era lo raro en ella, el que le gustaran la Geografía y la Historia, el Latín, el Francés y el Inglés, en lugar de los perfumes, los maquillajes y la moda… ¿sería eso? Pero eso ¿en qué afectaba a las demás personas?

Arecihceh era callada, casi invisible, siempre quería pasar desapercibida, pero cuando estaba en alguna de sus clases favorita se volvía toda oídos, apoyaba a los profesores con intervenciones acertadas sobre el tema a ver. Cuando acababan esos momentos, volvía a ser la chica sin más razón que existir.

8 / Mayo

¿Ser o estar? Cuando nadie te ve cuál es la respuesta. ¿Eres acaso producto de tú propia percepción? En ese caso cuál es la fórmula qué te vuelve a hacer visible…

¿Soy a veces como el viento y otras como una pared? No, no soy un camaleón soy simplemente algo más ocupando un espacio que nadie ve. O es acaso que a veces soy un sueño propio que puede ubicarse en cualquier lugar incorpóreo y creer al final del mismo que todo fue real.

Existir, vivir, ser y estar qué extraño significado tienen estos verbos fuera de un diccionario.

Tuya sin tiempo

Azul

Jorge Armando estaba muy emocionado, su madre le regaló por su cumpleaños un viaje a la playa. En sus 15 años de vida era la primera vez que conocía el mar y éste le pareció sorprendente.

Desde hacía un mes Silvana había hecho los arreglos por medio de la agencia de viajes en la que trabajaba, para que la estancia de su hijo fuera realmente placentera le permitió invitar a uno de sus primos y a otro amigo. Ella estaría nada más para cuidarles.

Este gesto lo agradeció Jorge Armando profundamente ya que aprovecharon al máximo todas las actividades y paseos que incluía el paquete especial. Verlo tan feliz le recordó su propia alegría cuando sus padres preparaban un sábado de playa.

Aunque la playa estaba a unas cuantas cuadras de su casa no era posible ir todos los días a nadar. Agarrar conchitas, hacer castillos de arena, enterrarse en la arena y mil otras travesuras. Recordó que una vez hallaron unas monedas cuando escarbaban, lo que aumento la curiosidad de sus hermanos y la de ella misma. Ese fue uno de los días más estupendos.

Los chicos quisieron asistir a una fogata que estaba anunciada en el tablero del hotel, Silvana no tuvo la fuerza para negarle nada. Llegaron a las 2 de la mañana, riendo estruendosamente. Al otro día, apenas despertarse les olisqueó las ropas y a ellos mismos para asegurarse que no hubiesen bebido, sintió alivio al ver que su sospecha estaba infundada.

¿Por qué no podía confiar en su hijo? Se sentía culpable por haber dudado, es que acaso no había educado a Jorge Armando como era debido. La respuesta era sí, ni ella ni Juan Carlos tomaron o fumaron nunca. Quizá el mayor vicio que pudiera aprender de ellos era conversar, conversar hasta el cansancio.

Una imagen que le hizo caer en la melancolía y nuevamente preguntarse por qué había terminado su matrimonio. Ellos eran buenos amigos, intentó no llorar, ya los chicos estaban despertando y no quería arruinarles sus vacaciones.

Los días nunca se repitieron, fotos para sus amigos en las redes sociales a millón. Incluso en el avión de regreso seguían compartiendo sus aventuras. Lo que no le contaron es que cada uno de ellos traía de contrabando el número de celular o el perfil de una chica que conocieron en el viaje. Cuando regresaran al colegio iban a poder cobrar la apuesta que se hizo de que ninguno de los tres regresaría con ese tan apreciado trofeo de los adolescentes varones.

Serena le comentó sus miedos a Gabriel, su amiga Arecihceh no se había dejado ver por más de tres meses en el grupo, tampoco le contestaba en el celular ni en su madriguera le habían visto los vecinos o el vigilante.

Ya se había puesto en contacto con los padres de su amiga, pero el matrimonio Smutek Miralles también ignoraba el paradero de su hija. Andreyina les comentó que lo último que supieron de ella es que se escribía con un hombre por sus redes sociales, que éste le había invitado a conocer su país.

Cuando acudieron al departamento de policía para denunciar la desaparición de Arecihceh la respuesta no fue la esperada. “Tenemos casos como esos a diario y no de una ni dos jovencitas, no se imaginan que tan común es que se vayan con el novio, o que las envuelvan en alguna red de trata de mujeres y se pierda para siempre su rastro”.

Les preguntaron de cualquier manera los datos de la chica y de su posible captor. Tres meses más tarde les llegó un citatorio, necesitaban ratificar su denuncia. Asistir a ello les hizo más profunda la herida por la desaparición de su hija. Con los primeros datos que habían entregado a la policía lo único cierto es que el perfil del indiciado estaba ya cerrado y por ese lado también se perdía el rastro de Arecihceh.

¿Dónde estaba su niña? Esa que siempre se iba en vacaciones a recorrer mundo, pero siempre les enviaba algún mensaje o fotos de dónde se encontraba. Ella sabía defenderse y si en esta ocasión no regresaba es porque no podía. No estaba secuestrada, ya que no habían pedido algún rescate por su persona, tampoco estaba malherida ya habían recorrido todos los hospitales donde anunciaban haber recibido a alguna joven con señas parecidas a la de Arecihceh.

La idea de que estuviera muerta no era una posibilidad. No. Ya eran parte de “Una familia te espera”, agrupación social dedicada a encontrar a las hijas desaparecidas de los miembros. Alejandra Miralles, la madre de Arecihceh era quien más podía dedicar tiempo a la búsqueda ya que había renunciado a su trabajo para tener toda la disponibilidad necesaria para hallar a su hija.

Marek Smutek, el padre, formaba parte del equipo de los que sostenían económicamente a la asociación, para que se pudieran hacer viajes o gestiones tanto dentro como fuera del país o si alguna pista aparecía, si alguna luz de esperanza brillaba aunque fuera levemente.

Los asociados se brindaban mutuamente fortaleza, en sus reuniones compartían anécdotas familiares a fin de que cada uno sintiera a las jovencitas como parte de su propia familia, asimismo repasaban los resultados de las gestiones.

En el tiempo que llevaban allí la agrupación encontró viva a Mayra, una jovencita de 18 años que llevaba 3 años desaparecida. Ese logro encendió la esperanza de todos los demás. Sí, ellos lo hicieron, rescataron a una de sus hijas. Los padres de Mayra y ella misma siguieron apoyando con el mismo ahínco del primer día.

Serena, Gabriel, Andreyina y Carlos Javier se unieron a “Una familia te espera”, porque Arecihceh no sólo era una amiga, era parte de sus vidas de sus propias familias. No así sus primos, cuando les fueron a pedir su apoyo para encontrarla.

Mathie fue el primero en expresar que no le sorprendía lo que le había pasado, que una cualquiera como ella había tenido que desaparecer desde hacía más tiempo, Fernando y Annäim rieron apoyando el comentario de su hermano. Marek no pudo contener la rabia por el mal comentario en una situación como aquella y le volteó una cachetada enfrente de su familia.

Jamás volvieron a tener contacto.

Cap. 9

19 / Noviembre

En ese sólo beso te entregue mi vida, me fundí con tu sangre, perdí mi ser.

El dolor de encontrarme sin saber cómo se vive otra vez.

¿Dónde dejé mi cuerpo, mis sentimientos y pensamientos?

Sublime acto de nacer muriendo

Tuya sin tiempo

Azul

25 / Mayo

La vida, ¿qué tiene de valioso la vida?

La vida es un concepto efímero y abstracto. Hay personas a las que les va ¿bien? en esta vida y a otras a las que les va ¿mal? ¿Qué parámetro hay para medir lo bien o mal?

Hay vida que no lo es, aún así es malo y de cobardes quitarse la vida. Pero si la vida es de cada quien por qué no puede disponer de ella. La vida es luz, esperanza. La muerte es incierta, oscura.

¿Por qué preocuparse por algo que puede terminar en cualquier momento, que es tan instantánea que parece un suspiro?

Abrazarse a la vida, luchar por ella, y al final de cualquier forma y en algún momento no planeado se te va, qué ironía.

Tuya por siempre

Azul

III

11 / Agosto

La lluvia duele. Sí, duele.

La lluvia son las lágrimas de los ángeles, ¿por qué o por quién lloran?

Ayer intenté retener entre mis manos un poco de lluvia, pero se escurría entre mis dedos, se escurría como los segundos como los minutos, como los instantes felices que viví a tu lado.

Quizá por eso lloran, por alguien que sufre en silencio, por un alma desgarrada, por esas palabras que murieron sin haber nacido, porque tu recuerdo aún está presente.

Tuya sin tiempo

Azul

¿Todos nuestros actos responden a un motivo? ¿Tenemos que estar justificándonos ante nosotros mismos y ante los demás? ¿Tienes que estar pidiendo perdón por todo aquello que los demás reprueban? Y si lo que hiciste fue sólo un impulso momentáneo. No la gente no actúa por impulsos simplemente, dicen los racionalistas, siempre tras nuestros actos hay un antecedente de nuestra niñez.

Silvana pensaba esto, mientras miraba el atardecer por las ventanas de su cuarto, las nubes de color naranja contrastaban con el cielo aún azul. ¿Está en el cielo la respuesta?, recordó a una de sus maestras que cada vez que le preguntaba en clase algo del tema que estaban viendo, Silvana en automático volteaba hacia la ventana, ¿Está en el cielo la respuesta?

De repente dejó de pensar concentrándose en el atardecer, las nubes se movían lentamente el sol estaba escondido tras los muros de concreto de edificios y casas, aun así brindaba sus últimas pinceladas para dar paso a una noche sin luna pero tachonada de estrellas.

-Mamá ¿ya está la cena? Muero de hambre y tú me prometiste hot dogs -, Jorge Armando tuvo que volver a preguntar a gritos a su madre por la cena. Silvana fue a la cocina, sacó todos los ingredientes que necesitaba.

Ya que ambos estaban sentados a la mesa Silvana le preguntó a su hijo si creía que todos nuestros actos respondían a una causa o motivo o si algunos de estos sólo respondían a un por qué sí, simple y llanamente.

Jorge Armando apenas si alzó la vista para ver extrañado a su madre. – ¿Ahora te vas a dedicar a la filosofía? -, respondió sarcástico. -Si lo que quieres es que yo te perdone por los sustos que nos has dado cuando te cortaste las venas o cuando te tomaste una caja completa de pastillas para dormir, mejor dímelo de frente. De cualquier forma la respuesta es no.

Al oír esto Silvana quiso abrazar a su hijo, pero al levantarse para hacerlo el chico lo hizo aún más rápido que ella y se encerró en su cuarto.

Se quedó sintiendo un frío intenso en todo su cuerpo, estaba inmóvil allí a tres pasos de la silla en que se había sentado su hijo. Ya habían cumplido seis meses de ir a terapia juntos para que ambos pudieran saber de qué se trataba el trastorno bipolar y cómo enfrentarlo, sin ningún resultado.

Si tan sólo hubiera logrado su objetivo en ese instante su hijo estaría con su padre, y seguramente con el tiempo la olvidaría o la perdonaría. Pero estar viva y sentir ese odio intenso por parte de Jorge Armando le arrancaba el corazón a pedazos. Ella también se odiaba a sí misma por infringirle ese dolor a su hijo, en sus pesadillas Jorge Armando la abandonaba para siempre.

De repente volvió a la realidad y vio que su hijo no había terminado su cena. La calentó y tocó a su puerta para dársela. Jorge Armando no la oía porque tenía sus audífonos a todo volumen. Silvana bajo el switch de la luz, regresó a tocar a la puerta de su hijo, quien le abrió la puerta, tomó el plato y le cerró la puerta sin dirigirle una sola palabra. Silvana volvió a subir el switch y su moral se desmoronó.

Arecihceh soñó con Sophie, la veía como una bebé que acostaba sobre su pecho para que al ritmo de sus latidos se durmiera. Después volvió a verse con ella caminando por una calle rumbo a un parque donde había muchos niños, Sophie se le soltaba de la mano para ir corriendo hacia los juegos, reía, reía como la primavera, de repente una mano la agarraba y se desaparecía. Arecihceh grito por auxilio, a la vez que le llamaba a su pequeña, el parque ahora estaba vacío, todo estaba oscuro. ¡Sophie, Sophie!, amor, hijita. ¡Sophie, Sophie! ¿Quién se la había llevado? ¿Quién?

La pesadilla se repetía cada cierto tiempo, pero ahora que estaba cautiva la intensidad aumentaba hasta casi ahogarla de dolor. ¿Morir en este infierno o escapar a la incertidumbre? El asco que sentía cada vez que un hombrezajo le tocaba también aumentaba, ella no podía defenderse, el hacerlo le acarrearía más castigos. La última vez que lo hizo el mismo “cliente” le aplicó el castigo, y después de verse obligada a arrodillarse ante él y suplicarle perdón, el tipo continúo humillándola.

Serena, Andreyina, mamá, por favor, piensen en mí así sabré que hay una razón para salir de aquí. Ella estaba dispuesta a enfrentarse a cualquier tipo de riesgo por salir de allí, pero no lo hacía por temor de verse despreciada por los suyos, esa era la razón por la que continuaba allí sin hacer nada por sí misma.

Un día las despertaron a todas y las obligaron a subir a una furgoneta, no les dejaron traer nada consigo, después mandarían a alguien por las cosas, era necesario dejar vacío el lugar. Con esa acción se desperdició la ocasión de Arecihceh para huir. Por tonta, mil veces estúpida, ahora no sé cuánto tiempo pasará antes de que vuelva a tener otra oportunidad, pensó con amargura.

Pasaron unas cuatro horas dentro de la furgoneta apretadas, ninguna de ellas osó quejarse ni por sueño, hambre o el calor. Silencio total. En todas las caras se veía un terror de que fueran a llevarlas a un lugar peor de aquel donde estaban, una que otra pensó en la posibilidad de que las matasen sino encontraban dónde ocultarlas.

Se detuvo la furgoneta, escucharon una conversación inteligible, de repente se abrió la puerta dejándolas al descubierto, con la misma rapidez la cerraron y de nuevo echó a andar.

Tras otras horas de viaje se paró la camioneta, abrieron la puerta, pero esta vez no fue un agente aduanal, sino la mujer gorda que las ordenaba y castigaba en casa. Encubiertos por la parda noche se les ordenó que entraran rápidamente a una casa. Pasaron dos días antes de que volvieran a trabajar.

Ahora sí Arecihceh no tenía noción de dónde se encontraba, la desolación se adueñó de su ánimo, su caracter��stica rebeldía se perdió junto con las lágrimas que cuando terminaba de trabajar vertía en silencio. Aquella actitud también le hizo acreedora de duros castigos. Ya nada importaba.

Quizá debería ser actor, estoy seguro que nadie lo hace mejor que yo. Llevo años jugando un papel que a veces creo que es real, pensó Jorge Armando mientras esperaba cita con su consultor vocacional para escoger el tipo de universidad que le convendría.

Cuando entró a la plática fue un diálogo, en el que el joven vio al consultor sacar su record escolar. Siempre buenas calificaciones, pese al divorcio de sus padres, era un líder, sus compañeros le apreciaban e incluso admiraban su desenvolvimiento.

Jorge Armando oía esto sintiendo como se sonrojaba cada vez más y no podía hablar. El psicólogo le realizó unas pruebas psicométricas y algunas preguntas un tanto personales. Salió de prisa a reunirse con sus amigos, aún sentía ese bochorno de timidez que siempre le acompañaba cuando alguien lo halagaba.

Aunque aún le faltaba conocer el resultado de este estudio y otras tres sesiones más, él pensaba que bien le iría estudiar teatro, cine, actuación, algo que tuviera que ver con las artes escénicas.

Ya imaginaba que dentro de un mes en una cena preparada especialmente para la ocasión, el padre no dejando en momento alguno de traslucir su orgullo, porque preveía que Jorge Armando oyendo su consejo había escogido la carrera de Administración en la universidad donde él también estudió para seguir con su empresa. Cuando todas las miradas estuvieran puestas en él, con su voz más dulce y su mirada más convincente anunciaría que iba a estudiar en la Academia del Arte.

Cada vez que lo pensaba sabía que le rompería el corazón a su padre, caro le costaría el preferir a una mujer que a su hijo, su único hijo; y por otro lado le rompería el corazón a su madre que le dejaba cada vez más sólo intentando jugar a la suicida desafortunada.

Cap. 10

18 / Noviembre

No entiendo las razones, no existe un para qué.

Cuando ha soplado fuerte el viento no has estado allí para mí, sin embargo aun así no he podido abandonar mi postura ante ti. Caigo y me levanto, sólo para que me tires otra vez.

Cuál para qué, si ni siquiera hay coherencia en lo que me pides.

Entiendo que mis decisiones tienen consecuencias, ¿pero las tuyas?

No, no existe un para qué es un sinsentido seguir aquí esperando que te acuerdes de mí, de lo que amo. He luchado contra la vida todo lo que he podido, para acabar exhausta y con una lucha más por iniciar.

Caigo y me levanto, cada vez con menos fuerza, sino fuera porque tengo convicciones jamás volvería a hacerlo. Te regalo mi vida y no la tomas. Regálame tú la muerte.

Tuya sin tiempo

Azul

El mar azul, cada vez más azul, el sol casi por llegar a su cenit. Ese fue el último recuerdo amable de su hijo con ella, eso pasó hace casi tres años. Ahora el escenario había cambiado, le tenía miedo a su desdén, pero aún más a lo que ella representaba en su vida.

Era acaso una herencia fatídica y sin posibilidad de escape. Silvana lloró nuevamente hasta perder la noción del tiempo, hasta que su alma se quedó en tinieblas tiritando.

Jorge Armando ya no era su pequeño, ya no podía protegerlo entre sus brazos. Él tomaba sus propias decisiones, ya no existían los monstruos bajo la cama que le asustaban en la noche, ya no había canciones que cantarle para que se durmiera mientras le acariciaba el cabello.

Su niño se había ido de su lado, molesto; sabía que no se había ido con su padre debido a que su madrastra nunca ocultó su molestia por su presencia en su casa. Dónde estará, se preguntó cuándo volvió en sí; no lo había localizado en la universidad, sus compañeros de cuarto sólo le dijeron que se había ido sin dar más detalles.

Silvana pensó en algunos de sus mejores amigos para llamarlos. Antonio le confesó que Jorge Armando y él estaban compartiendo departamento, pero que esperara un tiempo prudente para buscarlo, hacerlo ahora lo irritaría más y complicaría las cosas a un punto sin retorno. Él le llamaría si se requiriera algo, pero por el momento ambos estaban pagando la renta sin problemas, de la universidad no le podía decir nada, ya que no se veían sino en las noches o los fines de semana.

Jorge Armando buscaba tener mil actividades en el día para llegar sólo a dormir en la noche, no quería saber de nada ni de nadie; de hecho le importaba un bledo si reprobaba dos de las materias que cursaba ese semestre, sólo quería no saber de nada, cansarse hasta desfallecer para sentirse menos culpable de lo que ahora su conciencia le reclamaba.

¿Qué era peor, estar con una madre medio pirada del cerebro o con un padre pusilánime ante su nueva esposa? De hecho esas fueron las razones por las que se fue a la universidad más lejana de casa, para evitarlos, para no sentir que los odiaba por todo lo que le hacían sentir. Él no era un trofeo por el cual pelearse, ni un bulto de papas que cuando no querían lo mandaban con el otro a ver cómo se las arreglaba.

Odiaba que su madrastra le dijera “el Jorge”, que cada vez que llegaba su padre le contaba que no le ayudaba en nada, que era un inútil, que quizá ni a la escuela iba, ya que nunca lo veía hacer la tarea, que si su madre era la que tenía la obligación de mantenerlo y atenderlo, no ella.

Su padre le halló un trabajo de mozo en un restaurante de un amigo, para después del colegio y los fines de semana. Cada semana llamaba a Silvana para decirle que se dejara de estupideces de trastornos y que ya se llevara a Jorge Armando a casa, porque allí era su lugar.

Su madre por su lado le rogaba a Juan Carlos que lo aguantara un par de semanas más ya que no quería que su hijo la viera tan decaída y destrozada como se sentía. Dos veces intentó quitarse la vida, y todavía que ésa era una manera muy cobarde de abandonarlo se había hecho la mártir pidiéndole perdón de rodillas. ¿Cómo debía de sentirse él? ¿cómo?

III

Juan Carlos le llamó una mañana antes de que saliera hacia su trabajo, la citó para un miércoles por la tarde a un pequeño piano-bar del centro de la ciudad. No le dijo el motivo, pero no era difícil de deducir.

Cuando Silvana llegó al lugar de la cita se asombró de que él ya la estuviera esperando. Le arrimó la silla para que se sentara y le pidió un jugo de naranja mineral. Comenzó la plática con una remembranza de que ese fue el primer lugar que la llevó antes de pedirle que fueran novios, vueltas y vueltas en los viejos tiempos, sin llegar lo que realmente quería decir. De repente saltó a su nueva relación, que era estable y le llenaba como hacía tanto tiempo que nada lo hacía.

Se hizo el silencio entre ambos, uno muy incómodo y denso, Silvana pensó que era momento de que dijera algo, pero ¿qué? Nunca le había preguntado a Juan Carlos si era feliz con esa otra mujer, porque quizá temía un sí que le atravesaría el corazón en una herida mortal.

- ¿A qué viene todo esto, Juan Carlos?- balbuceo sin entender las intenciones de su ex esposo.

-Temo por Jorge, que empiece a meterse cosas ahora que está en esta etapa tan difícil de la vida, con el ejemplo que tú le has dado. O crees que a él le hace muy feliz que cuando pregunten por su madre les diga es una loca drogadicta que ya lleva 4 internamientos en un psiquiátrico. Tus supuestos intentos de suicidio sólo lo han alejado de mí, porque dice que si yo no te hubiera dejado él tendría a su familia y tú nunca hubieras hecho eso -.

-¿Es eso una acusación?, ¿sólo yo he llevado la carga de su educación? ¿Qué me dices de tu adorable y perfecta mujer que no duda en derramar su veneno y ponerte en contra de tu propio hijo? Sé muy bien que ella en tres ocasiones te ha dado un ultimátum de que te va a abandonar.

-Ah, ahora sí es tu hijo. Cuando vas a botármelo en la casa porque te sientes muy deprimida, que te vas a internar porque la vida se vuelve un dolor para ti más que un placer, en esos momentos solo tu egoísmo es capaz de hablar y se te olvida que tienes un hijo. Te vas a tomar tus vacaciones y regresas, no preguntas por él. Y mi mujer se tiene que fletar a ser la nana y sirvienta de tu hijo, porque verdaderamente Jorge Armando no ayuda en nada a la casa. Lo que en verdad quieres es que mi relación fracase igual que nuestro matrimonio, pero no te voy a dejar. Te lo juro que no te voy a dejar, es la segunda vez que te lo digo, y te juro que no va a haber una tercera – le advirtió con la mandíbula casi cerrada de rabia Juan Carlos.

- ¿Me estás amenazando? ¿Te preocupa más una mujerzuela barata a nuestro hijo? -.

- No la llames así y no me preocupa más ella que mi hijo, es que tú lo estás predisponiendo contra nosotros, y cómo te lo dije, no habrá una tercera plática de este tipo. Atente a las consecuencias -.

- ¿Me vas a volver a golpear como cuando nos abandonaste? – gritó Silvana ya con los ánimos caldeados - ¿o tú mujerzuela va a lanzar a mi hijo a la calle? Tú tampoco sabes de lo que yo soy capaz de hacerte si le tocas un cabello a nuestro hijo –.

Muy disimuladamente el jefe de piso se acercó a la pareja y preguntándoles si se les ofrecía algo más, les entregó la cuenta. Ya de las mesas cercanas tenían los ojos puestos en su discusión. Juan Carlos y Silvana al unísono contestaron que no se les ofrecía nada y cada uno pagó su consumo. Salieron al mismo tiempo, pero no juntos.

05 / Mayo

¿Por qué la vida no tiene prisa? Demora tanto en revelarse en todo su esplendor y éste es tan efímero.

¡Qué difícil es entenderla! A veces parece que ella va en sentido contrario a nuestros pasos, sus giros irónicos cuando crees que vas en la senda correcta, los espacios sin sentido que te hacen dudar.

Tuya sin tiempo

Azul

06 / Abril

¿Cuándo comenzó esta historia? ¿Fue el día en que mis padres me concibieron?

¿Cómo inició? ¿Con las noches de insomnio que aún hasta el día de hoy me atormentan?

No sé cómo explicármelo, me han dicho muchas cosas sobre mí, pero nunca he encontrado la raíz de ellas.

¿Cómo inició? ¿Con las noches de insomnio que aún hasta el día de hoy me atormentan? ¿Con ese silencio mortal que tantas veces me ha acompañado hasta la cama de un hospital?

Paciente psiquiátrica ¿qué significa esos para los que me rodean? Para mí no significa nada más interesante que ver las cosas de manera diferente muy diferente a los demás. ¿Conoces el sabor de la lástima? Sabe a las letras que estás leyendo…

Tuya sin tiempo

Azul

¿Seguir combatiendo? ¿Continuar con los planes de huir tan pronto se me vuelva a presentar una oportunidad? Arecihceh pasó toda la noche tratando de contestarse esas preguntas, realmente no tenía nada seguro, sólo por el recuerdo de Sophie no había bajado los brazos, pero cada vez eso se le antojaba tan lejos que no estaba cierta de que valiera la pena.

Cerró los ojos para imaginarse que no estaba en ese burdel de mala muerte, imaginó de nuevo que era la niña feliz que jugaba con sus primos. Se centró en el recuerdo de su octavo cumpleaños, ese año le hicieron una fiesta donde todos iban disfrazados de personajes de cuentos de hadas. El pastel se le antojaba tan grande que nunca se iba a acabar, bailó, jugó, cantó hasta que ya no pudo más y se quedó dormida en el regazo de su madre.

Había bajado casi 20 kilos desde el día que salió de su guarida hacía un futuro maravilloso, para encontrarse sólo con esta asquerosa realidad que era la prostitución.

Cerró los puños tan fuerte que se clavó las uñas en las palmas de sus manos, evitar llorar era la primera regla que se había impuesto, ellos gozaban con su dolor y no iba a darles ese gusto. Bailar, seguir esa música groseramente vulgar, bailar para esos hombres, volvió a clavarse las uñas, seguir bailando en un limbo que la apartaba de eso.

Sophie voy a recuperarte, te lo juro, así sea lo último que haga, sí voy a huir para ir por ti y cuidarte como no lo supe hacer conmigo misma.

Cap. 11

Alejandra y Marek, los padres de Arecihceh creían enloquecer cada vez que una pista sobre el paradero de su hija se les esfumaba. Sufrir un dolor tras otro, pero el hecho de encontrar a otra chica les animaba que quizá la próxima sería su hija.

Un 15 de enero la policía llamó a la asociación para pedir ADN de algunos de los padres de las jóvenes denunciadas como desaparecidas; habían encontrado unas 3 fosas clandestinas de restos de mujeres, calculaban que unas 15 aproximadamente se calculaba que las fosas tenían entre 5 a 8 años.

Los que se hallaban de turno avisaron a los miembros, quedaron de reunirse en tres horas, primero hicieron una oración colectiva para recibir la esperanza de que entre esas infelices no se hallaran sus hijas o la fortaleza necesaria para aceptar la desgracia.

No era un trago fácil para nadie. Serena, Gabriel, Andreyina y Carlos Javier se sentían impotentes de ayudar a los padres de su amiga, hacía más o menos 5 años de que había desaparecido como si nada y si entre esos restos se hallara el de Arecihceh ¿qué harían? ¿Cómo confortar a alguien en un momento como ése?

Tres meses después les dieron los resultados, ninguno dio positivo. Entre las muertas no se hallaba ninguna de sus hijas. “Una familia te espera” realizó una ceremonia religiosa por las almas de las muertas, porque las familias encontraran el consuelo en esos momentos, y, finalmente, por encontrar a sus hijas vivas.

El milagro vino 6 meses después. La policía nuevamente se comunicó con la asociación la Interpol había realizado varias redadas coordinadas en varios países, se habían detenido a unas 200 personas entre lenones y mujeres obligadas a venderse. Entre ellas estaban siete latinas que podían entrar en las descripciones dadas por sus padres.

Se hizo un silencio absoluto entre los presentes. Todos abrigaron una ilusión un tanto egoísta deseando que entre esas figuraran sus hijas. No era la única ONG ni asociación civil que existía así que las posibilidades eran muy bajas, pero la esperanza les alentaba. La policía ya había llamado a otras asociaciones y fueron negativas las respuestas.

Los padres de todos quisieron hablar con ella y mostrarle fotos de sus hijas por si acaso habían vivido el mismo cautiverio. Por más que trataba de hacer memoria no recordaba a ninguna, hasta que oyó un nombre fuera de lo común, Marek percibió el movimiento que hizo y la tomó delicadamente del brazo. ¿Había visto o sabía algo de su hija? Sí, había escapado de la casa de retención tres días antes de la redada, no sabía dónde estaba ahora mismo.

Marek, Alejandra y sus amigos sintieron la impotencia más profunda, por qué, por qué había escapado, ahora estaría libre y de nuevo en casa. Le agobiaron a preguntas. Luisa sólo pudo contarles que ella no hablaba mucho con nadie, pero una vez anterior que había intentado huir le contó que lo hacía por Sophie, para recuperarla, cuidarla como debía y darle todo su amor.

08 / Febrero

¿Para que escribo todo esto?, es absurdo y sin sentido si nadie sabe que existo, aún menos sabrán de la tuya.

Si alguien te encontrase seguramente serás un objeto absurdo, algo sin más valor que la tinta y el papel malgastado en líneas y líneas de pensamientos confusos, de dudas y sinsabores que no son más que mi lado del espejo.

¿Mi lado del espejo? Habrá quien diga que los espejos solo tiene un lado el que refleja a la persona que se observa en él. ¿Nunca has visto el interior de un espejo?, hay muchas cosas interesantes en él.

Al igual que los objetos que cobran vida cuando no los ves, igual hay almas encerradas en los espejos que cuando nos vemos no somos capaces de reconocernos en ellas, lo que vemos causa tanto disgusto y ansiedad, tanta angustia porque nadie nos mira somos invisibles a pesar de que somos una imagen atrapada en un espejo.

¿Para qué te escribo? ¿Para asegurarme de que sí existo, que soy un alguien más en esta vida?

Tuya sin tiempo

Azul

III

No tengo amigos, muero de hambre y frío, ¿qué voy a hacer si algún cliente me reconoce en la calle? Arecihceh Smutek Miralles por primera vez intentó poner en orden sus ideas tras su huida del congal en que se hallaba, la policía seguramente la detendría por ser extranjera sin papeles. Si pudiera pedir un asilo humanitario ¿se lo darían?

Su vida no corría peligro en su país de origen, de hecho allí se encontraban sus padres sus amigos y su amada Sophie, quizá convendría más que la deportaran y ya reunirse con los suyos.

Se sentó en una esquina y empezó a estirar la mano para pedir una moneda para comer, una mujer la insultó diciéndole que era una vaga, que bien podría hacer es algo mejor con su vida que drogarse y limosnear. Arecihceh se sintió herida, pero de su antiguo orgullo no quedaba nada, lo único que hizo fue levantarse de ese lugar y sentarse en otro con la misma intención.

Al medio día tenia lo suficiente para comprarse un café y un emparedado en una tienda cercana, le supo a gloria.

Tenía que decidirse en otoño oscurece temprano y el frío es más agobiante, por ahora viviría debajo de un puente con otros vagabundos que allí se congregaban para calentarse y dormir. Con ellos no tenía miedo, a lo más en tres días se decidiría si entregarse a la policía o vivir oculta un tiempo más y trasladarse al país natal de su padre y rehacer su vida allá lejos de sus seres más queridos.

11 / Noviembre

¿Por qué cuando pasa el duelo y la medianoche vuelve tu fantasma a mi encuentro?

No ves que aún necesito de los poros de tu piel para respirar. ¿Por qué si me negaste tu vida persiste el dolor y la ausencia?

Desde esa noche en que velé tu sueño no he podido dormir una noche completa deseando que vuelvas a mi cama, no supero el duelo porque sé que vives, pero tampoco he superado el ser tuya como te jure mil veces.

Nadie puede salvarme de mí misma, nadie sabrá amarme como tú me enseñaste a ser amada, un amor tan eterno como nuestras propias existencias, tan carnal como nuestros besos y tan etéreo que estamos separados.

No me pidas que te desee ser feliz, no, no puedo. ¿Cómo puedo desearte felicidad sin estar conmigo? ¿Y nuestros sueños? ¿No éramos acaso ya una familia feliz? No faltaba nada entre nosotros, ni sueños ni futuro ni una hija que nos uniera…… ¿qué falló? ¿tú? ¿yo? ¿nosotros?

Vago sin remedio entre nuestros recuerdos que no se han ido, entre fotos y tu sombra que es lo único que se quedó conmigo.

Tuya sin tiempo

Azul

Quizá nunca te has sentido como yo y es por eso que mi mundo es incomprensible para ti, pensó para sus adentros Silvana, nunca has amanecido y al mirarte al espejo solo ves partes de ti misma, dejaste de ser un conjunto. Si enfocas tu rostro éste no existe solo se reflejan unos ojos de una profunda soledad, o quizá unos labios sedientos de hablar con alguien más, unos cabellos que no importa como los acomodes siempre quedarán fuera de lugar. Eso es lo que quería que Jorge Armando, Juan Carlos y Corina entendiesen, pero no ellos nada sabían de que los brazos son algo terriblemente estorboso cuando no los estas utilizando para algo práctico, los pies sin caminar tampoco ayudan en nada, nunca sabes cómo estar parada sobre ellos.

Que decir de los impulsos, acaso alguno sabía que era ese sentimiento de querer ir a donde fuese sin tener un destino determinado sólo llegar a cualquier parte donde nadie la conociese y encontrar paz. Hablar, hablar, hablar con alguien que te escuche pero que también te diga algo; hacer algo ¿qué? Eso no importa, estar haciendo algo, estar ocupada no en una o dos cosas: en 20 o 25 al mismo tiempo y lograrlas todas, no hay día ni noche no hay tregua para terminar de hacer lo que quieres.

Después aparece el insomnio y las lágrimas porque ya ni siquiera eres la suma de partes que eras, ahora no eres nada. ¿qué hace que te vuelvas nada? Todavía no encontraba la explicación a ello.

Hacía tres meses que había salido del hospital tras una nueva crisis suicida, buscando en la red halló la página de un grupo de personas como ella, hablaban el mismo idioma, por lo que pidió ser admitida.

Las reuniones se pactaban de acuerdo a los horarios de la mayoría de los miembros, entre ellos se apoyaban, no con palabras sin sentido, no con lástima sino con empatía y compatibilidad.

Pese a ello cuando los miembros se sentían fuertes solían salirse, a sabiendas que el grupo “Club SF” estaría allí, así como las crisis regresaban ellos también volverían.

-Vaya que este mundo es muy raro, he oído de grupos de toda índole pero no sabía que los locos como tú tuvieran también un club secreto-, se burló Juan Carlos cuando supo la noticia.

-¿Crees que estar con personas que tienen padecimientos psiquiátricos como tú realmente pueda ayudarte? Todos nosotros estamos en la mejor disposición de oírte y entenderte no creo que de verdad lo necesites, Jorge tu hijo está preocupado de que allí aprendas a cómo suicidarte o de que ahora empieces a oír voces o algo malo te pase, pero si tú crees que eso te ayuda adelante, cuentas con el apoyo de tu hijo y el mío, amiga-, le comentó Corina una ocasión en que salieron a tomar el thé.

Ahora sí les preocupaba el que no estuviera en un ambiente con personas que no eran normales, acaso no ellos mismos le habían dicho en multitud de ocasiones que ella era rara. Rara, ¿qué significa eso? Rara, eso es lo que ella era. Rara porque su vida era un constante ir y venir, nada había de constante en ella, ni amistades ni siquiera su matrimonio.

13 / Octubre

No puedo pensar en esta tarde lluviosa más que en aquella que pasamos juntos. El temporal no permitió que pudiésemos ir a ese día de campo que tanto nos esmeramos en preparar, por lo que tuvimos que hacerlo en la recamara de nuestro hotel.

Rio a carcajadas al recordar esos dos días sin poder salir, nuestros planes de piscina también se fueron al caño tuvimos que cambiarlos por juegos de mesa, tv y salida al cine a ver no me acuerdo que película tan mala como el mismo clima.

Pero allí estábamos los dos juntos disfrutando sinceramente. No había mentira en nuestra risa, en los besos y los abrazos, hacíamos del amor una esencia cuando nuestros cuerpos se fundían en uno solo. Recuerdo que yo desperté a medianoche creyendo que todo había sido una ilusión pero allí estabas tú a mi lado durmiendo, protegiéndome con tu brazo sobre mis hombros, no me moví solo le rogué a la luna que esa noche se prolongara mil veces más.

Ahora qué hago con la lluvia si tú no estas

Tuya sin tiempo

Azul

Cap. 12

Solo te pido que la realidad no supere mi esperanza- pensó suplicante Arecihceh, si esto pasa bajaré los brazos y dejaré que la vida me mate. Ya no tengo sueños, ni por qué o por quién luchar y Tú el último reducto que me quedas por favor no me desampares.

Ya habían pasado tres años desde que había escapado de sus captores, había pasado este tiempo huyendo de la autoridad migratoria para que no la deportaran, estaba convencida de que Sophie no la esperaba y que jamás le perdonaría el haberse ido de la forma en que se fue y se dejara enredar en una actividad tan baja como la prostitución.

Una tarde de mayo se sentó en una banca de un parque, no a contemplar el paisaje sino a orar a Dios, ese Dios que le habían enseñado en el internado que existía y que era bueno y amoroso. Ya estaba tan agotada de huir de sí misma, de la policía, de las mentiras y de las verdades, del dolor y del recuerdo de Sophie que quería descansar, confiar en alguien, aunque no fuera visible ni tangible.

Mientras elevaba sus más dolorosos deseos a ese Ser Supremo de sus ojos salían lágrimas amargas, se recargó sobre sus piernas y mientras sollozaba abiertamente sus pensamientos buscaban esa elevación sublime que conecta lo humano con lo sacro. Por favor, que la realidad no rompa mi esperanza, la única que me queda, por favor era su suplica reiterativa.

No se dio cuenta cuando un señor se sentó en la misma banca que ella, repentinamente le preguntó el porqué de su llanto; Arecihceh no podía contestarle, cuando al fin brotaron algunas palabras de su boca artículo mil perdones por haberlo molestado. El hombre, que podría ser su padre, le dijo que era evidente que la estaba pasando mal que no había una razón para disculparse, trató de tranquilizarla.

Hablaron por espacio de tres horas donde ella le contó la historia de su vida en los últimos 6 años de cómo la habían enredado y cómo había escapado, sin dinero, amigos ni familia a quien acudir. Era obvio que esta soledad le pesaba aún más cuando empezó a contarle de la pequeña Sophie.

El hombre la escuchó hasta verla más tranquila y le contó cómo una vez había estado en una situación poco similar, pero el sí en su país; le recomendó que se entregase a migración para que la regresaran y así pudiera rencontrarse con sus padres o sus amigos, alguno de ellos debe de estar esperando por ti, le sugirió.

Spes est ultima dea (La esperanza es la última diosa) Arecihceh se quedó sola en lasilla del parque meditando todo lo que hablaron, ¿esperanza? ¿tenía ella derecho a tener esperanza? No ella no contaba con ese derecho por haber sido tan ingenua y estúpida.

Nuevamente elevo sus plegarias al Ser Supremo en quien le enseñaron a creer, por favor, esperanza es lo único que me queda, ya no soy ni la cuarta parte de lo que fui, mis padres se esforzaron por darme lo que consideraron lo mejor para mí y ahora mírame en lo que me he convertido; di si puedo rescatarme a mí misma, quizá ni mis padres ni Sophie querrán saber de mí, no sé si encuentre una mano amiga si regreso a casa, pero con tal de estar cerca de ellos me conformo, déjame morir entre los míos, ya no te pido más que eso.

La idea de morir nunca le había dado miedo, por frío, hambre, vejez o su propia mano tenía el mismo valor para ella al final del día, quizá ella ya había alcanzado su propia cima de esplendor y ahora se encontraba en la sima de su vida. Le permitirían esta vez terminar con el dolor que le abrumaba y le empañaba la visión de un futuro con planes a realizar, ni siquiera concentrándose en vivir un aquí y ahora disminuía esa sensación. Quizá había momentos de paz, pero esos remansos no estaban exentos de ideas de huir o morir.

23 / Noviembre

La vida sigue pasando, cada segundo, minuto y segundo a su debido momento, mientras yo creo vivir me doy cuenta de que realmente estoy construyendo pasados a cada instante.

Quemo los mañanas y mis ilusiones en una hoguera que se alimenta de ello, sin que pueda hacer nada por rescatarlos. Dicen que el hubiera no existe, tampoco el presente, ni siquiera un aquí y ahora, menos un futuro.

La vida es una colección hechos y acciones de los cuales sentirnos orgullosos o culpables, siempre en busca de nuevos éxitos se nos niega el derecho de reposar, el ritmo de la vida moderna lo llaman, el stress, las metas, el éxito, las grandes obras de nuestra vida, las huellas que debemos dejar donde quiera que estemos o en todo lo que hacemos.

Pero la memoria colectiva, dicen, es de poco alcance, despierta y se exalta por momentos pero olvida; ¿olvido será finalmente nuestro único destino?

Tuya sin tiempo

Azul

III

1 / Diciembre

No puedo mantenerme en pie, me hace falta tu apoyo, eres mi refugio cuando dudo, cuando caigo, cuando el miedo me paraliza. A mi alrededor hay miles de personas que no me ayudan porque desconocen, porque no quieren conocer qué es lo que pasa en mi interior. Siento que mi alma grita auxilio sin encontrar una voz que responda a mi dolor.

Ni el amor ni la lastima lo es todo, el amor no cura ni el dolor ni la lastima la falta de ganas de vivir. Te regalo mi vida literalmente tómala y vívela tú, o dásela a alguien que la necesite más, yo. Ya no la quiero, no me hace falta para existir, si es que existo. No quiero ser más, ese es mi grito de auxilio, por favor a mi esta vida me desgarra el alma, el cuerpo.

Por favor no te vayas, no te vayas y me dejes aquí sola esperando tu regreso, hasta una hora es demasiado tiempo si no sé dónde encontrarte. Sé que tienes tu vida aparte, que no estás en posibilidad de solo vivir en función de los que te necesitamos, pero entiende que eres parte del salvavidas que impide que naufraguemos en medio de la soledad y la inexistencia.

Tuya sin tiempo

Azul

Cómo explicarle a un mundo sordo y ciego como son de largas las noches de insomnio donde la única compañía son las sombras y las horas que pasan lentamente, sin piedad. Sentir que debes cansarte durante todo el día solo para no poder dormir sobre la cama. No importa qué hagas la noche no se hizo para descansar, tus preocupaciones y las que aún no lo son se convierten en fantasmas chocarreros que hacen imposible cerrar los ojos.

A esas noches eternas y obscuras les siguen las pesadillas diurnas de la vida cotidiana, siempre sentirte fuera de lugar, de no pertenecer a nada; porque en cada lugar están las personas correctas, son como personajes de una pintura magistral, sin embargo yo desentono como una piedra. Tratas de fingir que estas en la misma sintonía de los que te rodean pero siempre estás equivocada, mientras todos miran a la derecha tú miras a la izquierda, no hay un lugar en el que puedas encajar.

Quieres huir hasta donde te alcancen las fuerzas, cansarte hasta quedar exhausta, pero ni aun así puedes dormir, los fantasmas siguen allí. No existe un exorcismo para ellos, volver a los medicamentos para tener un sueño artificial, la solución no es la apropiada porque sabes que dependes de una pastilla para poder hacer que la vida tenga algo de sentido.

Sueños artificiales como tus aspiraciones, todas se desaparecen en cuanto el sol ilumina y te demuestra que no has sido capaz de luchar por eso que dices anhelar. Sentir la compasión de los demás que te ven agitada, torpe, angustiada y sin poder compartir la loza de tu secreto con nadie. Si los que te rodean y te ven cada día no comprenden, que puedes esperar de los que no saben quién eres tú, una adicta a medicamentos para tratamientos mentales. Sabes que eso despertaría la desconfianza y el morbo.

¿Quién puede confiar en ti? La respuesta la conoces de antemano: nadie. Los bipolares, los borderline, los transtornos mentales te hacen discapaz a la vista de los demás, te empiezan a orillar a puestos más bajos de tu nivel y siempre está la desconfianza de en qué momento ésta va a dar un show de locura. Y entonces te aferras con más fuerza a los medicamentos y te vuelves débil y dependiente.

El insomnio y las pesadillas diurnas sólo duran un tiempo, pero en ese lapso se conjuran más fantasmas que te hacen desear acabar con todo de una vez y el ciclo vuelve a comenzar. Son crisis que te quiebran la fé en ti misma, se acaba todo y a la basura con los sueños y aspiraciones de sentirte mejor, de lograr las metas que más anhelas, te vuelves inservible para aquellos que amas y a quien está dedicada tu vida.

29 / Diciembre

Sólo hay un lugar seguro para mí, sólo hay un camino marcado, es inevitable que llegué allí. Tratar de evitarlo es inútil, la corriente de mi vida va encaminada a ello, tarde o temprano el remolino me tragara y habré muerto.

No hay mano amiga que pueda salvarme de ese destino, no le temo porque ya sé que ese es mi sino. Ni siquiera me angustia quién queda atrás porque sé que ésa va a ser una forma de quitarle un peso de encima, una solución.

Sólo espero que ella entienda que es mejor así, que ella fue en muchas ocasiones el freno que me detuvo en el borde, pero que a veces mi angustia era mayor que mi voluntad de amarla para siempre, de estar a su lado hasta… ¿cuándo?

¿Quién se lo explicará?

Tuya sin tiempo

Azul

3 / Enero

¿Cómo entiendes la muerte? ¿Cómo el final, cómo el paso a otro tiempo y dimensión?

Yo la entiendo como una solución, como un paso entre la angustia y la calma; ya he pasado por este pasillo en cinco ocasiones, pero aún no he sabido concretar el fin.

¡Descanso de temores y dolor! Que se acabe de una sola vez el dolor que nunca termina, dolor por vivir, por respirar, un dolor que te atraviesa y se apodera de tu cuerpo entero.

Tuya sin tiempo

Azul

Cap. 13

Extraviada de la vida y de la muerte, así se sentía Arecihceh, mientras andaba de un lado a otro tratando de ocultarse de la policía y de agentes de migración, aún no se decidía si regresar a casa o quedarse para siempre donde estaba.

La necesidad de tener noticias de Sophie era lo único que la mantenía allí, aferrada a la vida. No creía hallar a su regreso una puerta abierta en casa de sus padres o a sus amigos de toda la vida. Ella había tomado una decisión en contra de todo lo que le habían aconsejado como lo más prudente, misma que la dejo cicatrices en el alma y un dolor enorme. Ella sola no podía ya cargar con esa loza.

-Sophie ¿dónde estás? -, se repetía mil veces en voz baja mientras buscaba entre la basura algo que llevarse a la boca. – Sophie, mi pequeña ¿qué es de ti?

- No la merezco, soy una basura que no vale uno sólo de sus pensamientos, ya pronto no tendrá que cargar conmigo -, le comentaba a uno de sus compañeros de miseria, - ella es como una estrella fulgurante y yo no soy más que un oprobio para ella ¿Cómo pude ser tan egoísta y ciega para caer en esta trampa? Me lo advirtieron mis amigos y mis padres, pero no escuché y ahora no sólo yo tengo que pagar el precio de mi estupidez, sino también mi amada Sophie – entre lágrimas que sabían a fuego continuaba su relato.

- Tú tienes a dónde ir, tienes una familia y una hija a la que le haces falta, porque no te dejas de lamentar y mejor vas a tu embajada o a migración para que te ayuden a regresar a casa. Estás desperdiciando tiempo precioso de vivir con tu hija. Los padres siempre perdonan y estoy seguro que ellos lo harán si te muestras realmente arrepentida de lo que hiciste -.

Arecihceh se sentía confundida. Una mañana de otoño por fin se decidió y fue a la embajada de su país se identificó y les relato su historia de cómo había sido víctima de tratantes de blancas y cómo le habían arrebatado todos sus papeles y hasta su celular, de cómo había escapado y había cruzado la frontera en busca de ir hasta Polonia de donde era originario su padre, pero no lo había logrado.

La representación diplomática realizó todos los trámites que se requerían y llamó a los teléfonos que ella les dio de casa de sus padres y de sus amigos. Luego de confirmar su identidad y nacionalidad le aseguraron que su familia pagaría los gastos del pasaje aéreo para su regreso.

Arecihceh se sorprendió que sus padres la quisieran de vuelta en casa, ella se esperaba su rechazo y que le volvieran la espalda. Ella quería que la pesadilla ya terminara, el personal consular le consiguió igualmente algo de ropa para su viaje de regreso. Los trámites no eran fáciles ni rápidos, pero ella ya se sentía a salvo, volvería a casa, con los que quería y la querían, y al fin se reuniría de nuevo con Sophie. Su amada, su pequeña Sophie y ahora sería para no separarse más, ya no sería aventurera ni irresponsable.

Al fin llegó el día de su partida, era un viaje con escalas y duraría 19 horas, pero no importaba llegaría a brazos amados. Cada hora de viaje le acercaba más a su hogar, su acompañante de asiento la vio llorar más de una ocasión con una intensidad que contagiaba. La intentó apoyar, pero ella no podía calmar esas lagrimas que se escapaban de sus ojos sin cesar, ella ya no alcanzaba a entender el porqué, si de alegría por el retorno o porque ya acababa la pesadilla entre dolor y humillación.

5 / Diciembre

¿El dolor templa a las personas?

Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, no lo creo. Cuando me he intentado morir al regresar a la vida me siento más débil para enfrentar mis miedos sin la ayuda de la medicina, me vuelvo dependiente de ella.

Puedo sentir el rechazo y la reprobación de los que dicen amarme (o que sienten la obligación de hacerlo) y me avergüenzo de no haberlo logrado. Esos son signos de debilidad, no de fortaleza. Si bien con el tiempo trato de reconstruirme nuevamente mi vida se vuelve un caos, un laberinto del que no puedo escapar, no hay salida solo desesperación por huir, por salir de éste.

¿Fortaleza? ¿Eso es lo que se espera de mí? No puedo, lamento defraudarlos, pero no puedo ser fuerte cuando lo que más requiero es que alguien me diga que todo está bien, que todo se va a solucionar (no sea qué es exactamente lo que se va a solucionar, pero necesito oírlo y creerlo).

No puedo con mi propio dolor interno, nadie es capaz de ver el abismo donde estoy cayendo una y otra vez. ¿Mis gritos de auxilio no son audibles? ¿Entonces de que me sirve la gente que me rodea?

Tuya sin tiempo

Azul

III

Sophie querida cómo puedo explicarte mi vida sin tocar el tema de mi muerte, sé que esto te ha causado un gran dolor desde que eres un pequeña de brazos.

En mi vida sólo hay una cosa de la que jamás podré perdonarme y es haber dejado sola a la persona que más amaba y quien era la que más me necesitaba, la perdí como agua entre los dedos.

Por otro lado la razón de mi vida y de lo que nunca me arrepentiré es de haberte dado la vida, eres mi tesoro.

Yo sé que a estas alturas de la vida has aprendido a no sorprenderte cada vez que intento vanamente quitarme la vida. No es que no piense en ti, es por pensar en ti que a veces mi deseo se vuelve más vehemente. Lo único que te he dado han sido sueños y aspiraciones que nunca se concretan.

El amor que por ti siento te lo doy a raudales aunque no lo parezca, lucho por ti, pequeña Sophie, me levanto cuantas veces me es necesario para darte lo mejor de mí misma, pero siempre es tan poco que no vale la pena.

Sé que has vertido lágrimas y que has sufrido soledad cuando nos separaron mi tesoro, pero no fui yo quien tomó la decisión, fueron otros quienes desbarataron nuestra pequeña familia. Sé que estás rodeada de amor, sé que mi vida es más un problema que un motivo de alegría, lo cual en mi caso es a la inversa.

Una lágrima tuya equivale a mil puñales en mi corazón, y es aún peor si soy yo la causa de ellas. Nunca perdono ni olvido cuando te he hecho sufrir, ¿por qué no valgo lo que tú mereces?

Alguna vez te lo he dicho, sé que vas a ser más feliz sin mí que en la eterna incertidumbre de un nuevo cuándo pasará otra vez. Soy un lastre y un estorbo para tu sonrisa. Esa sonrisa que ilumina mi día como mil soles brillando en todo su esplendor.

Entonces, ¿si me importas tanto por qué te hago sufrir? No, no es para que sufras, es para que se alivien tus penas. Pequeña Sophie aprenderás a vivir con un recuerdo y cuando te pongas melancólica sólo piensa que te amaré desde dondequiera que esté, que velo por ti y lo seguiré haciendo por toda la eternidad. Tú no me necesitas, a diferencia de mí tú sí estás rodeada de cuidados y de amor, comenzando por el mío.

Pero cuando un amor es más dolor que alegría, pequeña Sophie, algo está mal y hay que remediarlo. Yo soy la causa de que te duela amar a alguien, que no quieras ser sincera en tus sentimientos, porque tienes miedo a que se vayan, pero la única persona que se va a ir algún día soy yo, porque no quiero seguir mintiéndote, construyendo sueños de aire y esperanzas que no existen.

Las demás personas del mundo pueden amarte y siempre te buscarán como amiga y consejera, porque en tu sangre corre el liderazgo, la valentía y la verdad.

En vida quiero darte todo a manos llenas, en muerte quiero restarte pesar y dolor.

Pequeña Sophie, quisiera decirte que nunca pasará de nuevo, pero sé que esa es otra mentira. Que todos crean que pueden evitarlo es diferente a que realmente lo hagan. Hay días en que aunque brille el sol, para mí son aciagos; hay días en que no puedo siquiera sonreír porque dentro de mí hay un vacío total; estoy tan rota que sólo puedo recoger mis pedazos para aparentar, pero ¿a quién engaño?, a nadie ni a mí misma puedo hacerlo.

Cuando no eres nada, nada puedes dar. No sé si se llame destino o mala suerte, no sé si se llama predestinación o autosugestión, pero cuando más lucho más me hundo en un campo de arenas movedizas que me tragan, que me roban las fuerzas. Cuando logró salir finalmente de ellas estoy tan fatigada de luchar que me rindo. Simplemente ya no tengo nada y vuelven los recuerdos más amargos de mi vida y acaban con mi fe y mi esperanza. No te tengo a ti, no tengo a nadie ni nada… y es cuándo la única solución verdadera es morir.

Princesa Sophie espero que algún día tenga las palabras necesarias y el valor para explicarte todo esto, y puedas perdonarme y comprenderme; yo no soy agua entre los dedos, yo soy etérea…

30 / Mayo

La música es una buena compañera en momentos en que quieres huir de dónde estás. Te transporta a mundos intangibles, donde puedes ser todo lo que quieres ser, donde no hay nada más que sonidos.

La música me explica tantas cosas, es como vivir en un sueño agradable que te hace sentir viva y feliz. Hay tantas clases de música como seres humanos, cada quien construye un mundo a partir de la música que está oyendo.

Escapar sin necesidad de huir, esa es la puerta mágica de la música de los sonidos armoniosos que la componen. Cierro los ojos y me fundo en ella y despierto en un mundo mágico, habitable y sublime.

Tan etéreo, tan delicado como delicioso.

Tuya sin tiempo

Azul

4 / febrero

Azulado fue el mundo que en el que me enseñaste a vivir. Azulado es el rincón donde tu recuerdo aún se encuentra. Azulado es el vacío que dejaste en mi vida.

Azulado es el lugar donde viven mis memorias culpables. Azulado es el temor que me invade cuando no sé quién soy.

Azulado es el color de mi sonrisa cuando trato de olvidar. Azulado es el color de la mentira que me repito cuando digo que eres un tiempo pasado.

Tuya sin tiempo

Azul

Silvana se sentió cansada, cada vez más cansada. Buscó a sus amigos del Club SF para apoyarse en alguien que la ayudara. Se explayó en la reunión cuando pidió la palabra, lloró por sí misma, pero aun así no encontró el consuelo esperado.

El cansancio que sentía era infinito. Otra vez estaba cada día más débil. Trató de encontrar una explicación por sí misma, habló con su psiquiatra pero aún con eso y los medicamentos no logró el alivio deseado.

No eran noches de insomnio, eran de demasiado sueño, cada día le costaba más trabajo levantarse, empezó a llegar tarde al trabajo. Tomaba café como alucinada, quería mantenerse despierta y alerta, pero no lo conseguía.

El despertador era una ayuda inútil, no lo escuchaba. Silvana sólo quería dormir. Los domingos sólo se levantaba para pellizcar algo de comida y regresaba a la cama donde se volvía a quedar dormida.

Era como si nunca descansara lo suficiente, no desayunaba ni cenaba para tener unos minutos más de sueño. Incluso le canceló a Corina una cena.

Se compró unas vitaminas que le recomendó Josefina, una compañera de trabajo. Fue al ginecólogo para saber sino era un síntoma de premenopausia; pero todos los estudios salieron bien. No había una razón para tanto cansancio.

Cap. 14

20 / Julio

¿Libertad? ¿Para qué sirve la libertad?

¿Es una realidad o un anhelo del ser humano? ¿De qué se quieren liberar? ¿Es que acaso la vida es una cárcel y por eso buscan la libertad?

¿A qué llaman libertad? ¿Poder hacer lo que se le venga en gana al ser humano es la libertad?, ¿poder romper las reglas es libertad? ¿No son acaso las reglas las que nos ayudan en la convivencia pacífica y armoniosa?

Libertad es un grito desesperado de auxilio, es un lema de batalla, es una palabra que se usa tan vanamente que a veces se pierde su significado.

Tuya sin tiempo

Azul

La luz del sol encontró a una desvelada Arecihceh buscando consuelo para su soledad, para ese vacío tan grande que era estar lejos de su amada Sophie. Ya llevaba dos semanas sin poder descansar y ahogada en llanto, buscar a Sophie era su único anhelo, ella había sido el motivo de su regreso al hogar después de su desgraciada aventura en Europa, ya había pasado casi un año y aún no podía pedirle perdón de rodillas, ni besarla o abrazarla.

¿Dónde estaba su Sophie? ¿Por qué no le dejaban verla? Ella ya no iba a herirla más, ella ya no iba a hacer estupideces que la lastimaran, no era suficiente prueba de ello su comportamiento actual. Ya tenía un trabajo estable y hasta estaba buscando una oportunidad para estudiar una maestría, eso era suficiente prueba de su buena conducta, por qué entonces seguía sin verla.

Hay tantas cosa por decirte pequeña Sophie, tantas cosas por compartir y tantas horas perdidas. No sé cómo podré compensarte si esto aún pudiera ser posible. Nunca sabrás cuantas lágrimas he derramado en solitario por no tenerte conmigo, cuantas noches he anhelado poder acurrucarte, besar tu carita antes de dormir, compartir tantas experiencias y no haberme perdido tu crecimiento, tus pasos, tus sueños y anhelos. Creo que a veces he de ser una completa desconocida para ti, porque ha sido tan poco lo que hemos convivido que tú ya no recuerdas nuestra complicidad, nuestras charlas, nuestras risas y nuestras lágrimas.

Sophie si de rodillas pudiera obtener tu perdón me arrodillaría, si para hacer que tu corazón me escuche tuviera que hacer lo que me pidas lo haría, porque tú vales mucho más que eso. Sin vergüenza lo admito, eres lo más preciado que tengo y no voy a perderte por no admitir mis errores.

III

21 / Abril

¿Qué es lo último que viene a tu mente antes de morir? ¿temor a la muerte? ¿tu vida en segundos? ¿la imagen de tus seres más queridos? ¿los errores que ya no podrás enmendar?

¿Tu alma se despide de los que amaste? ¿es verdad que recorres los caminos andados alguna vez en tu vida? ¿Qué hay de cierto en la luz al final de un túnel?

¿Cómo sabes que vas a morir y no un acto fallido? ¿la muerte tiene algún sabor o algún olor que la anuncie? ¿duele morir?

Tuya sin tiempo

Azul

30 / Agosto

Ayer soñé que podía caminar en el aire, era una sensación muy confortante el sentirse tan liviana. Yo jugaba en el aire, no, no estaba volando.

En mi sueño me sentía muy feliz, era como ser niña de nuevo: sin angustias ni pesar. Como quisiera que así fuese mi vida real, no el eterno conflicto en el que estoy. Vivir o no, sentir o dejar pasar, continuar o pensar otra vez las cosas. ¡Qué difícil es!

Tuya sin tiempo

Azul

23 / Marzo

Hay tanta soledad alrededor mío, nadie me ve nadie me escucha, el dolor me invade y la vida se vuelve una pesadilla. ¿quién quiere que le regale mis años?

Todo lo bueno que he podido hacer en mi vida lo he echado a perder, equivocándome siempre, hablando cuando debo callar, y nadie que llore por mí, mis lágrimas se han secado desde hace tanto que ya no sé llorar.

Mis gritos no se escuchan, hay dolor que sólo puede sentirse, vivirse en silencio porque no hay forma de mostrarlo. Las palabras no alcanzan a describir la angustia y la necesidad de morirme. ¿quién me tiene aquí? ¿por qué mis días se alargan si yo no los quiero?

Tuya sin tiempo

Azul

Los sentimientos de culpa no la abandonaban un solo minuto, estaba mal que se sintiera así, pero no sabía cómo evitarlo. Quería hablar con alguien, pero todos parecían tan agobiados por sus propios problemas que no encontraba cómo.

El club se había dispersado, a la gente le cuesta trabajo aceptar sus problemas emocionales y eso lo había llevado al fracaso. No contaba con nadie cerca, la estaban ahogando la soledad y la culpa, no sabía cómo enfrentarlas, se sentía tan cansada y tan lejos de cualquier ser humano.

No quería estar sola pero tampoco aguantaba la cercanía con alguien, quería que alguien le mostrase cariño, pero sólo podía percibir lástima por ella en las palabras de los demás. El espejo estaba roto, distorsionándolo todo.

Quería huir a ninguna parte, las pastillas eran una gran tentación, se descubría a sí misma ideando formas de morir, porque al final del día eso era lo único cierto en ese momento. ¿cómo era sentirse bien? Ya lo había olvidado en el torbellino que era su vida, todo estaba de cabeza en un caos agobiante y oscuro y ella en medio, sin orientación arrinconada en medios de esa nada que todo lo inundaba y destruía.

Mañana no iba a ser mejor, no iba a salir el sol, nada se iba a aclarar ni a resolverse. El cómo era una pregunta sin respuesta. Si los ojos eran el reflejo del alma seguramente ella no la tenía, porque nadie notaba el vacío por el que transitaba.

Morir y dejar solo a Jorge Armando no le parecía justo, ella quería verlo graduado de la universidad, quería verlo casado y con hijos. Soñaba con verlo ser feliz, no quería ser ella la sombra que lo empañara todo, su hijo era todo para ella, era su razón de vivir, pero también su razón para querer morir, sin ella seguramente él iba a quitarse de muchos problemas.

El olvido de su hijo no le importaba tanto como ser un lastre en su vida. Silvana sentía que no había sabido ser una buena madre, por más que se esforzaba siempre echaba todo a perder, prueba de ello era el fracaso de su matrimonio.

Estaba sola ante ella misma llena de culpa y remordimiento, qué había hecho ahora para sentirse así, no lo sabía de cierto, pero algo la acuciaba, le robaba todo deseo de estar viva. Las medicinas no eran lo suficientemente fuertes, por lo menos no tanto como sus deseos de morir.

A veces se quedaba viendo a la nada, y sus compañeras de trabajo la traían de vuelta a la realidad. Ya había cometido varios errores en su trabajo que le merecieron amonestaciones por parte de su jefa, ella trataba de concentrarse, de no equivocarse, pero parecía que sus esfuerzos eran en sentido inverso.

Definitivamente, el espejo estaba roto.

Epílogo

La lluvia de marzo duele sobre la piel tanto como el filo de un cutter sobre tus venas, la soledad y el desánimo como viento del norte deja desolación en las horas amargas. La triste historia repetida tantas veces despertando en un hospital.

La rutina de la hospitalización ya se la sabe, despertar, deshacer la cama, desayunar, bañarse, lavar la ropa, participar en actividades mientras se espera la hora de la visita, hora de terapia con el psiquiatra, hora de la comida, más actividades, visita de la tarde, hora de la cena y ver tv antes de dormir.

Siempre estar alerta, no acostarse durante el día, eso alarga la estancia.

Estaba entre iguales. Ellas podían entender lo que pasó por su cabeza al cortarse ambas muñecas.

Arecihceh sentía nuevamente todo el peso de su estupidez y que ello la llevara a dañar a Sophie. Siempre dejando que el despecho y su sangre caliente fueran por delante, no soportó el hecho de enterarse que en un arrebato hubiese dicho que su hija no era hija de su padre, que era hija de otro. Ese comentario sólo la hizo quedar como una meretriz y abrió la puerta para que el padre de su hija rehuyese la responsabilidad escudándose en sus propias palabras.

¿En qué momento lo dijo? Por más que se esforzaba en recordar no lograba dar con ese instante aciago. ¿Una confesión de su promiscuidad? ¿Era o no el padre de su hija quién ella sostenía? Sophie una mentira pesa como una loza y más cuando un día descubres que en el pasado hiciste cosas que no recuerdas.

Nuevamente soy yo la causa de tu desdicha, siempre llevé la frente en alto. Por lo bajo y en alto dije que eras hija de tu padre, ése que se hizo humo en cuanto le dije que estaba embarazada. Y ahora 14 años después descubro que yo le dí el motivo para desentenderse, de verdad que soy estúpida.

¿Cómo explicar que ese dicho pasado la llevara a intentar una vez más suicidarse? ¿Valía la condena de muerte que ella se había autoimpuesto? ¿Ahora, cómo resolvería el problema? Esa parte del pasado no la iba a borrar con sangre, con su sangre.

Los doctores la hablaban de perdonarse a sí misma, de ver las cosas fríamente. ¿Cuál era su proyecto de vida al salir del hospital? Escudarse eternamente en Sophie, en el daño que le hacía no la llevaba más que a seguir internada, a autodestruirse.

Ella no podía entender ese razonamiento, Sophie era el sol de sus días, era su única razón para amanecer, para trabajar, todo lo que hacía la motivaba por su hija. Arecihceh había perdido su capacidad de vivir por su propia cuenta hacía muchos años, su única ilusión y esperanza era sacar adelante a su tesoro y sentir que estaba haciendo lo correcto, pero cuando volteaba al pasado y encontraba que lo único que había hecho era lastimar a Sophie todo su mundo se derrumbaba, había de comenzar otra vez.

¿Era entendible para los doctores ese lenguaje?

Un embarazo de alto riesgo acompañada únicamente por su familia y un amigo, quien iría a ser el padrino de Sophie. Arecihceh tuvo que ser internada en un par de ocasiones porque su embarazo no iba bien, y ella sin poder dejar de tomar su medicamento. Cesárea de emergencia al sexto mes, la bebé tendría que estar en incubadora, las posibilidades eran bajas para la pequeña.

Arecihceh les contaba a sus compañeras de internamiento de la pequeña Sophie, sus ojos brillaban cuando mencionaba su nombre. La pregunta obligada era porque si amaba tanto a su pequeña no la tenía con ella. La respuesta era un lacónico no lo sé. No entiendo porque no me dejan verla, nos han separado y lo único que yo quiero es volverla a tener para abrazarla, besarla, llenarla de amor y sobre todo pedirle perdón por todo lo que la he hecho sufrir.

El ambiente en el hospital era de camaradería, unas a otras se contaban su vida. Qué habían hecho para estar internadas, si era o no la primera vez que estaban hospitalizadas. A la hora de la comida el intercambio de platillos, dependiendo de lo que no les gustaba: ensalada a cambio de una pierna de pollo, un pan de dulce por una taza de chocolate. Los días no se sentían allí, sólo sentían la realidad de estar alejadas de los que amaban cuando era la hora de la visita. Unas regresaban sonrientes, otras acongojadas, las más con un dejo de tristeza. El médico tratante les daba informes a los familiares de los avances de la recuperación de sus pacientes y dependiendo de ello el tiempo estarían.

Las despedidas eran bastante emotivas, no se deseaban suerte, sino que lucharan con fuerza para no volver a estar internas, se intercambiaban teléfonos para estar en contacto cuando salieran, abrazos y lágrimas.

Una tarde, mientras conversaban en el patio una de las internas propuso que gritaran, para infundir miedo a las voces infantiles que se escuchaban tras la barda: Todas la desaprobaron ellas no estaban locas ni había alguna razón para gritar. Mejor se pusieron a jugar voleibol.

Los médicos le preguntaron a los padres de Arecihceh por Sophie, ellos solo tenían la versión de la chica acerca de la niña, ¿con quién estaba la menor? ¿Por qué ella estaba imposibilitada de ver a su hija? Desde hacía cuánto tiempo las habían separado. Todas las respuestas eran una sola, la bebé murió a los tres días de nacida, pero Arecihceh nunca había aceptado esa verdad.

Silvana fue a recoger a su hijo al aeropuerto, Jorge Armando y su novia Estefania iban a pasar dos semanas de vacaciones con ella. Estaba nerviosa, era la primera vez que su hijo le presentaba formalmente a una chica como su novia, anteriormente las presentaba solo como amigas. No estaba segura de cómo comportarse tanto con ella como con su hijo.

Definitivamente ya no lo podría consentir como acostumbraba frente a su novia, no quería avergonzarlo, pero era su hijo. Por otro lado, tampoco sabía cómo tratar a la chica, era correcto que ambos durmiesen en el cuarto de Jorge, o separados, uno en la sala y otro en la recámara.

¡Qué difícil es aceptar que los hijos crecen! Uno los imagina casándose y teniendo su propia familia, pero como un anhelo muy lejano y cuando esa realidad está cerca uno descubre que siguen siendo sus pequeños, los hijitos, unos niños.

Silvana temía ser indiscreta o mala anfitriona, estaban de vacaciones los chicos y ella no sabía cómo comportarse, debía o no lavarles la ropa o dejarles cocinar, estaría bien si ellos alzaban la casa o le correspondía a ella. No era fácil encontrar la respuesta a esas preguntas tan nimias, sólo se había emocionado cuando su hijo le llamó para informarle que pasarían esos días con ella y no había pensado en los detalles. Tampoco quería ser la suegra que compite con la novia por el cariño de su hijo.

Cada día le parecía extenuantemente eterno, se levantaba más temprano que de costumbre para preparar el desayuno y la comida y aprovechaba para dejar lo mejor arreglada que podía la casa antes de irse al trabajo; cumplía con su jornada laboral y regresaba antes de las 8 para cenar con los chicos y tener tiempo para una sobremesa y planchar la ropa.

Trataba de que la plática se centrara en lo que habían hecho y los lugares que habían visitado, buscaba con todo su ser no preguntar algo incómodo para los muchachos, aunque la novia de Jorge Armando parecía ser una chica de buena familia no quería que se sintiera interrogada u observada por ella, quería que la chica se sintiera aceptada.

Silvana se sintió decepcionada cuando Jorge Armando le anunció que su padre le había extendido una invitación para pasar la segunda semana de sus vacaciones con él aprovechando que tenía unos días de descanso.

El último día que iban a pasar juntos Estefania intuyó que Jorge Armando y su madre querrían platicar a solas, así que se retiró tan pronto terminaron la cena. Silvana aprovechó la ocasión.

-¿Viven juntos?-

-No, aún no –

-¿Pero piensan casarse primero o vivir juntos nada más, sin casarse?-

- No lo sabemos aún, apenas llevamos un año de noviazgo, es muy pronto para hablar de una boda o de vivir juntos-

- Pero si me la presentaste es porque lo de ustedes es en serio, yo no quiero que me andes trayendo cada vez una novia diferente, siempre me has presentado a tus amigas, pero a Estefanía si la trajiste a la casa es porque ella es diferente, ¿no es así?

- Mamá, por favor no sé qué idea te está cruzando por la cabeza, es que ya te urge que me case o qué

- Espero que la hayas respetado, como yo te enseñé. Por favor, no me decepciones

-Mamá eso ya es meterte en nuestra intimidad y no voy a hablar de ella contigo –

- Hijo yo te eduqué para que fueras un caballero con las mujeres, si no quieres hablar de tu intimidad conmigo lo entiendo no pretendo eso, pero sí que sepas que la casa se respeta y a las mujeres también. Las cosas deben llevar un orden se conocen, se casan y a tener familia, y no al revés. Tampoco quiero que el día de mañana me presentes a otra chica y luego a otra y yo ya ni sepa cómo se llama la nueva. Sólo contéstame esto, ¿piensas en serio con esta señorita?

- Mamá, otra vez. Ya te dije que llevamos un año de noviazgo y que aún no hacemos planes a largo plazo…

- Una razón más para que yo te pida que la respetes, si no estás seguro de lo que sientes por ella –

- Mamá sí sé lo que siento por ella, pero no hemos todavía discutido eso de vivir juntos o casarnos, estamos todavía muy jóvenes para tomar esa decisión, apenas estamos comenzando nuestra vida profesional y no podemos solventar los gastos de un hogar, si es eso lo que quieres saber –

- No es lo que yo quiero saber, sino que espero que no se te haya olvidado lo que te enseñé –

- Estás regañándome o qué –

- Tómalo cómo quieras, sólo te pido que hagas las cosas bien, tanto por ti como por ella –

- Ay, mamá te lo tomas muy a pecho… -

- Las buenas costumbres se practican en todo momento, no sólo cuando estas en casa de tus padres –

- Mamá, por favor, si tú y papá no tuvieron un matrimonio ejemplar. Tan mal les fue a ambos que se divorciaron –

- ¿Me lo reprochas? El divorcio fue la mejor salida para los tres, antes que seguir peleando y que tú salieras tan lastimado como nosotros –

- Sí mamá ya hemos platicado de eso y muchas veces. Ahora déjame a mí vivir mi vida y cometer mis propios errores–

- La vida en común no es tan fácil como aparenta, por favor hijo, piensa muy bien lo que quieres para ti y para Estefanía, que se ve que te quiere mucho y que es una buena chica –

- Sí mamá, lo haré no te preocupes por ello. Y créeme no se me olvida lo que me has enseñado ni lo que la vida también lo ha hecho. Descuida y mejor ya vete a descansar. Mañana Estefanía y yo salimos a las 10 de la mañana… Gracias por estos días tan agradables, tenía muchas ganas de comer tu comida, tienes un sazón inigualable descansa, mañana nos vemos para despedirnos…-

- Esta conversación no ha terminado, Jorge. –

- Sí por mi parte ya terminó, mamá. Ya descansa –

III

25 / Mayo

¿La soledad es un estado físico o mental?¿Por qué la vida no me parece maravillosa y la disfruto?

La soledad me arrincona y me duele, pero más duele que encontrarme conmigo misma es un vacío profundo, es encontrarme en aguas pantanosas de las que no puedo salir y en las que cada intento es un esfuerzo inútil y me hundo cada vez más.

No hay un momento de paz, solo desesperación, soledad y miedo. No puedo huir porque no puedo salir, abandonar la lucha por salir y dejarme hundir. La vida es caprichosa y se ríe de mí, no hay descanso cuando la vida se opone, hagas lo que hagas está destinado al fracaso, decides dejarte llevar y te escupe literalmente de tu pantano para que cansada y sin aliento sigas otro camino sinuoso y tortuoso que te lleva a un nuevo pantano más denso…

Desesperación y muerte, eso es mi vida

Tuya sin tiempo

Azul

Arecihceh se arrojó al vacío desde un décimo piso.

Arecihceh no pudo enfrentar la verdad de que Sophie estuviera muerta, la verdad para ella es que las habían separado. Las habian separado debido a sus crisis y sus intentos suicidas. Sophie era la única razón de su vida y muerta su hija no había nada que la mantuviera viva.

Tras salir del hospital Arecihceh había estado huraña y taciturna, su madre se encargaba de darle su medicina ya que temían que nuevamente intentara suicidarse con una sobredosis.

Sus amigos volvieron a frecuentarla, la invitaban al cine, a tomar un café, charlaban horas con ella, querían que se sintiese viva y amada, necesitada por ellos.

Al ver a una chica de la edad que tendría su hija se le llenaban los ojos de lágrimas, a veces se animaba a seguirla, quería saber que hacían las chicas como Sophie. Llegaba en las noches a su casa a llorar su pérdida, iba a sus terapias pero estas no aminoraron el dolor, nada había que la consolara.

Trataba en vano de cansarse, el sueño había huido para siempre de sus ojos. Lloraba hasta agotar sus lágrimas, aun así no lograba dormir, los medicamentos no le ayudaban para nada, ella dejó de comer poco a poco, nada le importaba.

Sus amigos le contaban todos los esfuerzos que hicieron sus padres para hallarla, para que regresara a casa después de la pesadilla de Omar para hacerle comprender lo valiosa que era, incluso la invitaban a reuniones religiosas para que pudiera apreciar la belleza de la vida, pero cada día Arecihceh se les escapaba de las manos, ya nadie sabía qué esperar.

Pasaron 5 meses desde que salió del hospital hasta su trágica muerte, el dolor de la impotencia invadió a su familia y a sus amigos ¿qué era lo que no habían hecho? ¿Por qué esa muerte?

No dejó cartas de despedida, ninguna explicación. Simplemente se arrojó al vacío para morir, ¿pensó qué de esa forma se encontraría con Sophie? Sus padres se culpaban, le habían permitido salir sola ese día, ellos tenían la culpa, si alguno de ellos la hubiese acompañado ella seguiría viva. ¿Qué la empujo a esa decisión? ¿Es que acaso su amor de padres no fue suficiente? ¿No le había demostrado suficientemente que la amaban y que se preocupaban por ella?

Preguntas sin respuestas, tanto dolor. Cuando se mueren los padres se le dice orfandad, cuando se pierde al cónyuge se llama viudez, pero el dolor de perder a un hijo no tiene nombre porque no hay palabra que lo pueda expresar.

La casa de Silvana se volvió a agrandar, nuevamente se encontraba vacía. El silencio a su llegada del trabajo se hizo denso, penetrante. Le hacía falta su hijo, su compañero de tantos años, ella había creído que ya se había habituado a su soledad tras la partida de Jorge Armando a la universidad, pero ahora se daba cuenta de su error.

El espejo se había roto y nada volvería a ser igual.

Quizá su hijo nunca le perdonase todas las crisis por las que pasó y las temporadas que a causa de ello tenía que pasar con su padre y su madrastra, quizá por ello se fue para no volver. Porque él ya no volvería al hogar materno, estaba haciendo su vida lejos de ambos padres.

Silvana pensó que el divorcio había sido la mejor salida a todo lo que habían vivido, no quería que su hijo creciera en medio de problemas, peleas y sobre todo que viera a su padre golpearla. No, eso había querido evitárselo y por eso solicitó el divorcio, pero al parecer Jorge Armando no lo vivió así.

18 / Julio

Nunca sabes cuando tu ángel de la guarda se va a descuidar o a dormir, entonces en ese momento eres libre de disponer de tu vida o de tu muerte.

Tuya sin tiempo

Azul

#tristeza #depresion #soledad

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