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#democracia imperfecta
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¿Sabís lo que os digo?
¿Sabís lo que os digo?
Prometo a todos mis lectores que cada fin de semana me hago el firme propósito de no escribir nada sobre la situación política española, pero son tantas las sandeces, interesadas, que se producen, que vuelvo a tropezar una y otra vez en la misma piedra, lamentando que Francisco Ferrol, así bautizado por Alfonso Ussía “al estar penado nombrale si no es para ponerlo a parir según la Ley de Memoria…
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cristinabcn · 1 year
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EL PENSADOR: EL CIMIENTO EN RIESGO
THE THINKER: THE FOUNDATION AT RISK Una democracia republicana representativa es un sistema sostenido en la relación armónica y transparente de tres Poderes independientes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, garante éste, en última instancia, de la estabilidad general. A representative republican democracy is a system sustained by the harmonious and transparent relationship of three…
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profesor-javaloyes · 11 months
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Defenderé siempre a una democracia imperfecta en contra de las dictaduras perfectas que la rodean y acosan.
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capsulaopinion · 5 months
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ENREDO
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Según un estudio existe un aproximado de sólo veintiuno (21) países definidos como "democracia plena" dentro de un conjunto de ciento sesenta y siete (167) países, éstos países se tomaron en cuenta porque son países soberanos con  estado de gobierno definido y bien estructurados con calificaciones de : "democracia plena", "democracia imperfecta", "régimen mixto" y "autoritarios". Otro aspecto llamativo del estudio es la existencia  aproximada de unos cincuenta países que no son soberanos,  menuda población y otros dependientes de otras naciones aún teniendo gobiernos autónomos (que no se tomaron en cuenta para el estudio).
Es un hecho convincente que demuestra que no existe orden mundial y lo poco que existe se está desmoronando porque la pauta la dirige un mayor número de países al margen izquierdo.
Titular de noticia reciente: "Elecciones legislativas en Irán". Allí hubo votaciones, más no hubo elección como en muchos otros países. Estamos revistiendo de democracia a sistemas de gobierno que no lo son, sólo por el hecho de realizarse votaciones,  igual sucede con Venezuela, Cuba y muchos más. Es un enredo político que conscientemente han elaborado al no dar el lugar que corresponde a cada país, actuando sin determinación, con ambigüedad, con ignominia. Cada expresión, cada acto es pensado en popularidad, no en lo correcto.
El punto es que el mal prevalece cuando el bien está ausente o no hace nada.
Uno de los factores del estudio fue la libertad de prensa, libertad de expresión, libertad de expresarse por internet etc. Arrojando que va en descenso a nivel mundial, sencillamente es alarmante. En otro titular de noticia: "Joven no ve el problema de una manifestación pacífica y menos comprende porqué disolverla con violencia". Países que se jacta de su sistema democrático lo están haciendo. La ley "mordaza" que comenzó implementarse en países autoritarios o autocráticos ahora lo están implementando países democráticos y ni comentar las leyes regulatorias de internet, redes sociales e IA. Para ser más explícito, están sometiendo a la sociedad por la fuerza, el mal con su manto está cubriendo todo el globo terráqueo. 
En cada país existe una élite gobernante que no sólo se afianza en el poder sino que se perpetua y cada día somete más y más a la sociedad, envolviendo con acciones y expresiones contradictorias, de doble rasero y ambigüedad, un: "Hoy si,  mañana no, pero todo lo contrario" (una vaina así).
Si tomamos el resultado del estudio relacionado a la posición que ocupa cada país (democracia plena hasta autoritarismo) y ese mismo valor se aplica al poder de voto en las ONU, no tendrían mucho peso político y menos el poder de generar cambios en el mundo aquellos países autoritarios, pero éstos países autoritarios gozan de las mismas condiciones que los democráticos (dónde se respetan derechos y libertades). En éste sentido la ONU, ha servido más para darle poder a éstos regímenes autoritarios que para restarle.
Es algo extenso para comentar en pocas líneas, resulta  más apropiado de un libro, sin embargo se reserva la  confianza de que hayan captado el mensaje.
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redtnjalisco · 1 year
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Por Jesús Francisco Ramírez Bañuelos @ramirezbanuelos A lo largo de la historia, los gobiernos han intentado controlar la actuación de las y los jueces. Es la añoranza de revivir al soberano en la figura de un individuo. Occidente ha construido una medida de equilibrio teórica en la separación de poderes como forma de evitar el control absoluto por parte del poder ejecutivo. Y sin embargo, la tentación regresa una vez más a México. Aunque nuestra democracia es joven e imperfecta, había mantenido razonablemente la separación de poderes. Hoy, esa distinción está amenazada. El presidente tiene una campaña constante de ataque... https://talajalisconoticias.com/hoy-nos-toca-hablar-del-ataque-al-poder-judicial/?feed_id=12777&_unique_id=652f357986ea9
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jgmail · 3 years
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La verdad sobre la extrema derecha ucraniana
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Por Aris Roussinos
Fuentes: UnHerd
Ucrania no es un Estado nazi, como afirma la propaganda de Putin, sino una democracia imperfecta. Pero la extrema derecha y los neonazis sí tienen un peso militar que han venido ganando en gran medida en el campo de batalla, y perjudican no a Rusia, sino a la propia Ucrania.
Denunciarlos no es hacerle el juego a la invasión, sino poner de relieve los peligros que entraña su potencial crecimiento, quizás sobre las propias ruinas del Estado ucraniano.
Como cualquier guerra, pero quizá más que la mayoría, la guerra en Ucrania viene siendo el escenario de un bombardeo desconcertante de declaraciones y réplicas en la web por parte de los simpatizantes de ambos bandos. La verdad, verdades parciales y mentiras descaradas compiten por el dominio en el relato de los medios. Sin duda, uno de los ejemplos más claros es la afirmación de Vladímir Putin de que Rusia invadió Ucrania para «desnazificar» el país. La aseveración rusa de que la Revolución de Maidan de 2014 fue un «golpe fascista» y de que Ucrania es un Estado nazi ha sido utilizada durante años por Putin y sus simpatizantes para justificar la ocupación de Crimea y el apoyo a los separatistas rusoparlantes en el este del país, y ha ganado muchas adhesiones en la web.
Pero la afirmación de los rusos es falsa: Ucrania es un Estado liberal-democrático genuino, si bien imperfecto, con elecciones libres que producen cambios significativos en el poder, entre los que se incluyen la elección en 2019 del reformador liberal-populista Volodímir Zelenski. Ucrania no es un Estado nazi, y esto es inequívoco: el casus belli ruso es una mentira. Aun así, existe el riesgo de que el entendible deseo de los analistas ucranianos y occidentales de no aportar municiones a la propaganda rusa lleve un exceso de corrección política que, en última instancia, no sirve a los intereses ucranianos.
En un resumen de noticias reciente de BBC Radio 4, el corresponsal aludió a la «afirmación infundada de Putin de que el Estado ucraniano apoya a elementos nazis». Esto es en sí un caso de desinformación: es un hecho observable, sobre el cual la BBC misma ha informado en el pasado acertadamente y de manera correcta, que desde 2014 el Estado ucraniano ha provisto de financiación, armas y otras formas de apoyo a milicias de extrema derecha, incluso neonazis. No se trata de una observación nueva ni controversial. En 2019, entrevisté en Ucrania para la revista Harper’s a grandes figuras de la constelación de grupos de extrema derecha apoyados por el Estado, y fueron bastante abiertas respecto de su ideología y sus planes para el futuro.
Sin duda, parte de la mejor cobertura sobre los grupos ucranianos de extrema derecha provino de Bellingcat, el sitio web de inteligencia de fuentes abiertas, que es conocido por su actitud favorable hacia la propaganda de origen ruso. La excelente cobertura de Bellingcat acerca de este tema tan poco abordado en los últimos años se enfocó en gran medida en Azov, el más poderoso grupo ucraniano de extrema derecha y el más favorecido por la generosidad estatal.
En los últimos años, los investigadores de Bellingcat examinaron el intento de Azov de establecer contactos con los nacionalistas blancos estadounidenses y el financiamiento que recibió del Estado ucraniano para dar cursos de «educación patriótica» y apoyo a veteranos desmovilizados; investigaron los festivales de black metal neonazi organizados por el movimiento y el apoyo brindado al grupo neonazi ruso en el exilio Wotanjugend, contrario a Putin y practicante de una forma muy marginal de nazismo esotérico, que comparte espacio con Azov en su cuartel general de Kiev, lucha a su lado en el frente de combate y también tradujo y difundió una versión en ruso del manifiesto del tirador de Christchurch (que asesinó a más de 50 personas en 2019). Desafortunadamente, la invalorable cobertura de Bellingcat del ecosistema ucraniano de extrema derecha no se ha actualizado desde el comienzo de las hostilidades, pese a que la guerra con Rusia supuso para estos grupos una suerte de renacimiento.
El movimiento Azov fue fundado en 2014 por Andréi Biletski, ex-líder del grupo neonazi ucraniano Patriota de Ucrania, durante la batalla por el control de la Plaza Independencia, en el centro de Kiev, en ocasión de la Revolución de Maidan contra el presidente prorruso Víktor Yanukóvich. En 2010, Biletski proclamó que un día el papel de Ucrania sería «guiar a las razas blancas del mundo en una cruzada final (…) contra los untermenschen [subhumanos] dirigidos por los semitas». La revolución y la guerra que le siguió le darían el escenario nacional que ansiaba hace tiempo.
Junto con otros grupos de extrema derecha, como Sector Derecho, el naciente movimiento Azov jugó un papel externo en la lucha contra la policía de seguridad ucraniana que dejó 121 muertos y aseguró el éxito de la revolución. Luego de que el Ministerio de Defensa le cediera el control de una amplia propiedad justo al lado de la Plaza Independencia, el movimiento Azov convirtió el edificio, ahora llamado Casa Cosaca, en su cuartel general y centro de reclutamiento en Kiev. Si bien desde entonces Azov bajó el tono de su retórica y muchos de sus combatientes pueden no responder a una ideología específica y verse atraídos simplemente por su reputación marcial, sus activistas suelen verse cubiertos de tatuajes con la insignia de la calavera de las SS y runas de relámpagos, y luciendo el Sonnenrad, el símbolo del sol negro del nazismo esotérico. Derivado de un motivo diseñado para Heinrich Himmler en el castillo alemán de Wewelsburg, elegido como un Camelot ocultista para oficiales superiores de las SS, el Sonnenrad es, como la runa Wolfsangel de la división SS Das Reich, uno de los símbolos oficiales de Azov, utilizado en las insignias de sus unidades y en los escudos con que desfilan sus combatientes en evocadoras ceremonias iluminadas por antorchas.
Visité en muchas oportunidades la Casa Cosaca para entrevistar a figuras importantes del movimiento, entre ellos el líder de su Milicia Nacional (que aporta músculo auxiliar para el patrullaje a la fuerza policial oficial de Ucrania), Igor Mijailenko, y la secretaria internacional y referente intelectual Olena Semenyaka. Es un escenario impactante: además de las aulas para las conferencias educativas que brindan con financiación estatal, la Casa Cosaca alberga el salón literario y casa editorial Plomin, donde jóvenes y glamorosos intelectuales hipster se ocupan de organizar seminarios y traducciones de libros de derecha, bajo pósters lustrosos de luminarias fascistas como Yukio Mishima, Cornelius Codreanu y Julius Evola.
Pero el poder de Azov proviene de las armas, no de sus proyectos literarios. En 2014, cuando el ejército ucraniano era débil y estaba mal pertrechado, los voluntarios de Azov, liderados por Biletski, lucharon a la vanguardia de la batalla contra los separatistas rusoparlantes en el este y reconquistaron la ciudad de Mariupol, donde hoy se encuentran bajo asedio. Luchadores eficaces, valientes y muy ideologizados, sus esfuerzos en el este les ganaron un gran renombre como defensores de la nación y el apoyo de un agradecido Estado, que incorporó al movimiento Azov como regimiento oficial de la Guardia Nacional de Ucrania. En esto se cree que Azov gozó del apoyo de Arsen Avakov, un poderoso oligarca y ministro del Interior de Ucrania entre 2014 y 2019.
En las entrevistas, tanto los activistas ucranianos de derechos humanos como los dirigentes de grupos de extrema derecha rivales me expresaron sus quejas por la injusta ventaja que el patrocinio de Avakov le daba al movimiento Azov para afirmar su rol dominante en la esfera ucraniana de la derecha, lo que incluía funciones oficiales como observadores de elecciones y policía auxiliar habilitada por el Estado. Ucrania no es un Estado nazi, pero el apoyo del Estado ucraniano a grupos neonazis o de tendencia nazi –por las razones que fueran, válidas o no– convierte al país en un caso atípico en Europa. En el continente existen muchos grupos de extrema derecha, pero solo en Ucrania estos poseen sus propios tanques y unidades de artillería, con apoyo del Estado.
Esta estrecha y complicada relación entre un Estado liberal-democrático apoyado por Occidente y defensores armados de una ideología muy diferente ha causado en el pasado cierta incomodidad entre quienes respaldan a Ucrania en Occidente. En los últimos años, el Congreso de Estados Unidos ha tenido idas y venidas en su postura respecto a si se debe impedir que Azov reciba cargamentos de armas estadounidenses, y los legisladores del Partido Demócrata instaron en 2019 a que el movimiento fuera incluido en la lista global de organizaciones terroristas. En las entrevistas, Semenyaka se quejó de que este malestar era resultado de la atención prestada a la propaganda rusa e insistió en que la cooperación estadounidense con Azov sería beneficiosa para ambas partes.
En este sentido, sin duda la guerra actual ha resultado un afortunado alivio para Azov. El intento de Biletski de fundar un partido político –Cuerpo Nacional– no tuvo mayor éxito, y ni siquiera un bloque unido de partidos de derecha y extrema derecha logró superar el bajísimo umbral para la representación parlamentaria en la última elección: el electorado ucraniano simplemente no quiere lo que ellos ofrecen y rechaza su visión del mundo. Pero en tiempos de guerra Azov y grupos similares pasaron a primer plano, y la invasión rusa aparentemente revirtió la espiral descendente que se había iniciado para ellos luego de la renuncia de Avakov como resultado de la presión internacional. A juzgar por sus redes sociales, las unidades armadas de Azov se están expandiendo: se forman nuevos batallones en Járkov y Dnipró, una nueva unidad de fuerzas especiales en Kiev (donde Biletski está organizando al menos algunos aspectos de la defensa de la capital) y milicias locales de defensa en ciudades occidentales como Ivano-Frankivsk.
Junto a otros grupos de extrema derecha como Karpatska Sich (Sich de los Cárpatos) (cuya militancia contra la minoría de lengua húngara del oeste de Ucrania, incluido el pueblo roma, ha generado críticas del gobierno húngaro), el grupo ortodoxo oriental Tradición y Orden, el grupo neonazi C14 y la milicia de extrema derecha Freikorps, la invasión rusa permitió a Azov recuperar su antigua importancia, dando brillo a su heroica reputación con su tenaz defensa de Mariupol a la par de los soldados regulares ucranianos. Mientras que hasta hace unas pocas semanas había todavía un esfuerzo concertado de Occidente para no armar directamente a Azov, hoy el movimiento parece ser el beneficiario principal del entrenamiento y las municiones occidentales: imágenes tuiteadas por NEXTA, el medio de comunicación bielorruso de oposición, muestran a combatientes de Azov recibiendo entrenamiento en el uso de municiones antitanque británicas NLAW por parte de instructores con sus facciones borradas.
De manera similar, hasta la invasión rusa, los gobiernos y los medios de comunicación occidentales advertían con frecuencia de los riesgos de que neonazis y supremacistas blancos occidentales ganaran experiencia de combate luchando junto con Azov y sus subfracciones aliadas nazis. Pero en el calor del momento, estas inquietudes parecen haberse disipado: una fotografía reciente de voluntarios occidentales recién llegados a Kiev, entre ellos británicos, muestra en segundo plano a Olena Semenyaka, del movimiento Azov, sonriendo con alegría junto al neonazi sueco y ex-francotirador de Azov Mikael Skillt. De hecho, la División Misántropa, una unidad de neonazis occidentales que luchan junto a Azov, está ahora publicando avisos en Telegram para instar a militantes europeos a unirse al flujo de voluntarios y conectarse con ellos en Ucrania «por la victoria y por Valhalla».
Al igual que los de otras milicias ucranianas de extrema derecha, los de Azov son combatientes tenaces, disciplinados y comprometidos, y esta es la razón por la que el débil Estado ucraniano se ha visto obligado a apoyarse en su fuerza en los momentos de mayor necesidad: durante la Revolución de Maidan, durante la guerra contra los separatistas a partir de 2014 y ahora para defenderse de la invasión rusa. En el exterior, ha habido cierta reticencia a hablar con franqueza sobre su rol, sin duda por temor de que al hacerlo se provea de municiones a la propaganda rusa. Sin duda este temor es inapropiado: después de todo, los grupos como Azov solo ganaron notoriedad precisamente a causa de la intervención de Rusia en Ucrania. En lugar de desnazificar el país, la agresión rusa ha contribuido a volver más sólidos el rol y la presencia de fracciones de extrema derecha en el ejército ucraniano, revigorizando a una fuerza política declinante rechazada por la abrumadora mayoría de los ucranianos.
En todo caso, la principal amenaza que representan grupos como Azov no se dirige contra el Estado ruso –después de todo, Rusia está feliz de apoyar a elementos de extrema derecha en su Grupo Wagner de mercenarios y en las repúblicas separatistas– ni contra las naciones occidentales cuyos ciudadanos descontentos pueden sentirse atraídos a combatir junto con ellos. En cambio, son una amenaza para la estabilidad futura del propio Estado ucraniano, como lo vienen advirtiendo hace tiempo Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Si bien hoy pueden ser útiles, en caso de que el gobierno liberal de Ucrania resulte descabezado o evacuado de Kiev, quizá hacia Polonia o Lviv, o lo que es más probable, en caso de que Zelenski se vea forzado por los acontecimientos a firmar un acuerdo de paz cediendo territorio ucraniano, los grupos como Azov pueden encontrar una gran oportunidad para desafiar a lo que quede del Estado y consolidar sus propias bases de poder, aunque sea solo en el nivel local.
En 2019, le pregunté a Semenyaka si Azov seguía considerándose un movimiento revolucionario. Pensándolo con cuidado, respondió: «Estamos preparados para diferentes escenarios. Si Zelenski resulta ser aún peor que [el ex-presidente] Poroshenko, si es un populista del mismo tipo pero sin algunas de sus capacidades, conexiones y antecedentes, entonces claro que los ucranianos estarán en un grave peligro. Y ya hemos desarrollado un plan de lo que se puede hacer, cómo construir estructuras estatales paralelas, cómo personalizar estas estrategias de partida para salvar el Estado ucraniano, si [Zelenski] se convirtiera en un títere del Kremlin, por ejemplo. Porque es bastante posible que eso suceda».
Figuras importantes de Azov han sido explícitas, a lo largo de los años, al afirmar que Ucrania tiene un potencial único como trampolín para la «reconquista» de Europa de manos de los liberales, los homosexuales y los inmigrantes. Si bien sus ambiciones continentales más amplias pueden tener una muy dudosa oportunidad de éxito, una Ucrania quebrada, empobrecida y furiosa en la posguerra, o peor, una Ucrania que sufra años de bombardeos y ocupación, con áreas extensas fuera del control del gobierno central, seguramente sería un terreno fértil para una forma de militancia de extrema derecha no vista en Europa por muchas décadas.
En este momento, Ucrania y Zelenski pueden necesitar las capacidades militares y el celo ideológico de las milicias nacionalistas y de extrema derecha para luchar y vencer en su batalla por la supervivencia nacional. Pero cuando la guerra termine, tanto Zelenski como sus apoyos occidentales deben ser muy cuidadosos en asegurarse de no haber fortalecido a grupos cuyos objetivos están en directo conflicto con las normas liberal-democráticas a las que ambos profesan adherir. Armar y financiar a Azov, Tradición y Orden y Karpatska Sich bien puede ser una de las decisiones difíciles a las que obliga la guerra, pero desarmarlos debe ser con seguridad una prioridad cuando la guerra termine.
Como hemos visto en Siria, nada radicaliza más a una población civil que el despojo, los bombardeos y los ataques masivos. Igual que en Siria, existe sin duda un riesgo de que dar temporalmente poder a sectores extremistas por su utilidad militar, incluso de manera indirecta, pueda tener graves consecuencias no deseadas. Y también en Siria había al principio un fuerte tabú entre los analistas occidentales respecto a hablar sobre el ascenso de milicias extremistas que luego canibalizarían la causa rebelde, por temor a validar la propaganda de Assad que afirmaba que todos los rebeldes eran terroristas: esta reticencia inicial, finalmente, no operó en favor de los rebeldes.
No es hacerle el juego a Putin observar con sinceridad que hay elementos extremistas entre quienes combaten contra él en Ucrania: de hecho, solo controlando hoy cuidadosamente –y quizá restringiendo– sus actividades podremos asegurarnos de que no profundizarán el sufrimiento de Ucrania en los años por venir. Durante mucho tiempo, los comentaristas occidentales liberales se quejaron de que el Estado ucraniano hacía la vista gorda frente a los grupos de extrema derecha; no sirve de nada que sean esos mismos comentaristas quienes ahora hagan lo mismo.
Aris Roussinos, ex-reportero de guerra. Editor de Internacionales en la revista UnHerd.
(Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la revista UnHerd con el título “The Truth about Ukraine’s Far-Right Militias”, 15-3-2022. Puede leerse el original aquí. https://unherd.com/2022/03/the-truth-about-ukraines-nazi-militias/)
Traducido por Silvina Cucchi para Nueva Sociedad
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lafilosofia1973 · 6 years
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LOS NIÑOS Y LA FILOSOFIA.
José Saramago decía que “la filosofía debería incluirse entre los derechos humanos, y todo el mundo tendría derecho a ella”. Pues bien, este texto invita a incorporar la filosofía en la formación de los niños, lo cual favorece, entre otras cosas, fomentar el pensamiento crítico y cualificar la democracia de un país.
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Nacer es venir al mundo; es caer en el tiempo y en el espacio; es comparecer ante los otros. Por eso, desde los primeros años, esa tabula rasa que es el niño, inicia un proceso de aprendizaje, de formación y de subjetivación, proceso que determinará, en gran parte, su vida futura. En este sentido, el niño es, como se dice, una esponja que absorbe todo: recibe las primeras impresiones del mundo, la estela de los olores que ayudan a fijar la memoria, el lenguaje que constituirá su yo, el sedimento de su experiencia y del sentido del mundo, su identidad personal, su pequeña historia.
Estos primeros años son los peldaños de la vida, que, por paradójico que parezca, inician también su camino hacia la muerte. Nacer es empezar a morir, pues la muerte siempre es una realidad en marcha, subterránea en cada uno de nosotros. Pero mientras tanto, en los primeros años, nuestra vida va en ascenso, cuesta arriba. Y en esta primera parte de la existencia se debe labrar, como escultor que esculpe su estatua. No es un ejercicio que el niño hace sólo, para ello se requiere de paideia, guía, método, camino. Es ahí cuando aparece la familia, en sentido amplio; los adultos, la escuela, los compañeros de jardín, los primeros profesores. Es el rico y necesario proceso de socialización que hará del infante un ciudadano futuro.
Ya desde esta edad se puede empezar a filosofar. Pero para ello es necesario superar las concepciones tradicionales sobre los infantes. Hoy hay un creciente movimiento llamado filosofía para niños, derivado de los intentos pioneros de Matthew Lipman en 1969, quien inició el programa Philosophy for children, donde a partir de novelas, ejercicios, juegos, diversos métodos, exploró la formación filosófica de los niños. Por ejemplo, Lipman pensaba que “los personajes de ficción en la novela filosófica pueden servir como modelos de diferentes formas de conducta razonable para los niños reales que están en la clase”.
En el caso de la filosofía para niños hay que decir que este movimiento ha originado cuestionamientos interesantes, entre ellos, las diferentes concepciones históricas en torno a la infancia, sus diferencias con la adultez; las discusiones en torno a si los niños carecen de razón y tienen exceso de sensaciones como pensaba Platón; si en la infancia el niño no se reconoce frente al mundo como en la teoría del narcisismo infantil de Freud; si son seres maleables a quienes podemos acuñar a nuestro antojo o, en pocas palabras, si son “una versión incompleta o imperfecta de los adultos”. Además de estas necesarias discusiones, lo importante es que hay un consenso desde Lipman de que la filosofía practicada desde la infancia favorece la vida democrática, la convivencia, forja la personalidad, construye la individualiudad, fomenta la autonomía, la tolerancia, depura la capacidad de juzgar, facilita las habilidades comunicacionales, alimenta la imaginación, entrena dialécticamente el pensamiento para la argumentación, aumenta la capacidad conceptual y propicia el pensamiento crítico de los niños.
Lo que debe hacer el adulto es escuchar atentamente al niño, sus ocurrencias, sus preguntas, sus inquietudes. También se pueden hacer ejercicios con ellos, donde a partir de preguntas inocentes, espontáneas, se le puede llevar a reflexionar. Por ejemplo, a un niño parado frente a un espejo se le puede preguntar quién es él, el reflejo. Seguramente dirá “Soy yo”. Seguidamente se le puede plantear la pregunta hipotética: “¿Si te quitara las zapatillas que tanto te gustan, tu remera, tu peinado, seguirías siendo tú?”. O, que, si fuera más alto, viviera en Japón y fuera hijo de otros padres, “¿Seguirías siendo tú?”. Estas preguntas están directamente relacionadas con el problema de la identidad. Desde luego, no se trata de enseñarle teorías, sino de escuchar sus respuestas e incitarlo a reflexionar y a pensar.
Gareth Mathews trae muchos ejemplos en su libro El niño y la filosofía. Aquí uno de ellos: Una niña de nueve años preguntó: “Papá, ¿realmente existe Dios? El padre respondió que no era muy seguro, a lo cual la niña replicó: “Realmente debe existir porque tiene un nombre”. Esta es una reflexión filosófica de la niña, pues tiende a creer que a todo nombre debe corresponder una cosa real, en el mundo, a la cual el nombre corresponde. En filosofía, es el problema del nombre y la referencia, tema tratado exhaustivamente por el filósofo colombiano Freddy Santamaría en su libro Hacer mundos. Pronto se le puede hacer caer en cuenta a la niña, que no todo lo que tiene un nombre tiene referente, pues existen las palabras “infierno” o “cielo”, “ratón Pérez” y nadie los ha visto hasta el momento.  
Desde luego, no se trata de hacer del niño una máquina filosofante, ni de impedirle disfrutar esta época de inocencia y juego, sino de incluir la filosofía en su vida, como parte del proceso de formación. Finalmente, debo decir que, sin ser experto en este tema, esta labor requiere entrenamiento pedagógico, capacidades empáticas, paciencia, audacia, creatividad y, desde luego, conocimientos sobre el desarrollo cognitivo de los niños. Es, también, una invitación a prestarle más atención a lo que los niños preguntan y dicen.
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[el clinamen]
§.2. De modo paradigmático, el tratadismo clásico sobre política tiene por objeto el categorizar las diferentes formas de gobierno, y establecer su comparación. Las diferentes formas que el ente político puede adoptar (aristocracia, democracia, oligarquía...) se presentan (en su version ideal) como posibles soluciones "estables" (ello es, avaladas por su conocimiento histórico) para la cuestión de la organización y fines de la política. Tambien sus reversos o sus desmesuras: la tiranía, la demagogia, la plutocracia....se presentan como fases conocidas del desarrollo político. Así, las "situaciones" en las que el cuerpo político puede estar (los momentos de lo político) son tres: o bien se encuentra en la estabilidad (siempre imperfecta) o en una dinámica ascedente a ella, o bien en el cambio de un régimen a otro, o por último, en la dinámica descendentme o viciada. Es destacable que, a menudo, no parecen ligar necesariamente el cambio de régimen con la desintegración política, sino que suelen presuponerlas con cierta independencia.
Por supuesto que en esta "dinámica" hay enumerados factores de imprevisión: los deseos de los príncipes,… ir demasiado lejos en el agravio a otro pais,… castigar con excesiva venganza a una pequeña revuelta interna…Son infinitas las cosas que pueden interferir de modo indeterminado en la correcta actuación de la polis. Como en todo lo humano. Se admite que: los problemas pueden nacer de minucias, pero no van sobre minucias.
Pero el enfoque que principalmente nos encontramos en los tratados políticos de la antigüedad se detiene especialmente en estudiar cómo unas formas de gobierno (que tienen unos fundamentos conocidos) se trasmutan en otras tantas formas conocidas, a menudo previa descomposición y corrupción de sí mismas, o dicho de otro modo, habiéndose previamente deformado y convertido en su carácter enfermo. En su trágico opuesto.
Se hace uso, con profusión, de la metáfora que asemeja el ente político al organismo individual. Y, en consecuencia, al gobernante con el médico. Existen muchísimas menciones y variantes de ésta analogía. En el escenario declinante, es decir, en aquella dinámica social en la que se debilitan o desaparecen las labores educativas, de cohesionamiento y establecimiento de una autoridad en la sociedad, la metáfora de la politeia como organismo despliega su mayor literalidad, pues a menudo, se menciona explícitamente que ésta padece enfermedades, o vicios que terminan por provocar la muerte del ente político. Insistiendo en que la polis debe ser un "médico" para quienes que se apartan de la justica, y un "educador" para quienes siguen a la virtud. En el ámbito grecolatino, obviamente dicho de forma muy simplificada, encontraremos en la forma de abordar la reflexión política la misma inspiración racional y dialéctica que podemos hallar en su abordaje de tantas otra áreas.
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samoempalador · 2 years
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mrkepo88-blog · 6 years
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cultura de la legalidad
Existen perspectivas que ven la cultura de la legalidad como una forma de sumisión y conformismo,[cita requerida] por aceptar lo que está en las leyes sin tomar en cuenta que estas son impuestas por grupos de poder.[cita requerida] Estas perspectivas establecen que son importantes las normativas o compromisos de convivencia pero que para ser legítimos deben ser acordados directamente o consensuados participativamente entre los ciudadanos que se comprometen a cumplir esos acuerdos entre ellos; por tanto se esboza que una sociedad debe regirse bajo un orden en libertad y participación activa y no mediante la imposición o las leyes, por más que estas se presenten como indispensables o legales, ya que esto no tiene ningún valor si es que no son legítimas. Quienes tienen este punto de vista consideran que el irrespeto a la legalidad instituida se considera legítimo cuando esta no puede justificarse a sí misma. Como por ejemplo en los cotos privados hay una democracia
En una sociedad que practica la cultura de la legalidad, los ciudadanos:
1.    Cooperan con las autoridades y respetan los derechos de las demás personas.
2.    Se interesan y conocen las normas básicas que rigen a la sociedad.
3.    Respetan las normas.
4.    Rechazan y condenan los actos ilegales
Reacción ante las leyes consideradas como injustas.
es de vital importancia conservar y fomentar una cultura de legalidad en la manera de reaccionar cuando una ley o los mecanismos usados para aplicarla aparentan ser injustos. ¿Qué ocurriria con el Estado de Derecho? Si se decide desobedecer las leyes que consideran injustas, ¿no estarían las leyes comprometidas si las personas obedecen sólo las leyes que consideran justas?. La sociedad colapsaría si no se cumplen las leyes aunque sean imperfectas.
¿Qué se debe hacer cuando una ley es injusta?
Las leyes no siempre son perfectas, pero se debe trabajar dentro del sistema para cambiarlas. Se deben unir esfuerzos para lograr que los representantes de una sociedad democrática modifiquen las leyes. La gran cantidad de opciones disponibles que se encuentran dentro del marco de un Estado de Derecho para influenciar la opinión pública incluye manifestaciones pacíficas, peticiones, cartas; intervención en medios de comunicación, postulación como candidato para un puesto público; paga de anuncios publicitarios, cabildeo, discusión con políticos que elaboran las leyes y formación de organizaciones no gubernamentales. Estas opciones proveen recursos para enmendar o eliminar las leyes injustas mientras se mantiene el Estado de Derecho.
Es de suma importancia subrayar que la cultura de la legalidad es una condición esencial del Estado de derecho ya que ambos buscan limitar el actuar del Estado con el fin de garantizar los derechos y las libertades de los ciudadanos. Por lo tanto la legalidad es el valor que incentiva a la población en creer en un Estado de derecho y rechazar las injusticias. La legalidad como valor permite apreciar el respeto el interés del ordenamiento jurídico por parte del pueblo y de quienes aplican la ley.
Métodos y técnicas específicas y prácticas efectivas
Son varios sectores de la sociedad y sus instituciones los que influyen en la cultura popular y fomentan una cultura de la legalidad.
Educación cívica y escolar.
El fortalecimiento y la educación de la ciudadanía son esenciales. Los conocimientos, las actitudes y habilidades necesarias no se darán automáticamente, sobre todo en el caso de los jóvenes. Los programas sistemáticos, formales y menos formales en escuelas, asociaciones profesionales, sindicatos, y lugares de trabajo, así como en instituciones religiosas, parecen marcar la diferencia cuando se aplican junto con prácticas regulatorias efectivas La educación escolar parece ser, por muchas razones, una de las formas más prometedoras de avanzar y fomentar las cualidades requeridas.
Centros de autoridad moral.
En todas las sociedades ciertos individuos e instituciones no gubernamentales son considerados “centros” de autoridad moral. En muchos lugares, las instituciones de fe, los líderes de movimientos religiosos y sus asociados laicos serán clave.
En otros, serán muy respetados los artistas, escritores, maestros y las valientes figuras locales que sufrieron por sus creencias y sus normas morales. Con frecuencia estos personajes están asociados con organizaciones no gubernamentales.
Estos individuos y centros de autoridad moral pueden jugar un papel importante en ayudar a desarrollar y mantener una cultura de la legalidad. Por ejemplo, las instituciones religiosas buscan promover las relaciones armoniosas y correctas entre la gente e identificar los tipos de comportamiento que van en detrimento de esta armonía
Los medios y la cultura popular.
Los medios de comunicación masiva en las sociedades modernas son instituciones muy poderosas que pueden exhibir al crimen y la corrupción reforzando, a la vez, la cultura de la legalidad. Los medios pueden desempeñar este papel de muchas formas. Una de ellas es vigilar el comportamiento de los funcionarios públicos, tanto en los programas de gobierno como en el sector privado, y hacer públicos los resultados. Hacer esta clase de informes independientes, objetivos y justos sobre el crimen y la corrupción no es fácil, pero es una parte muy importante, si no es que esencial, para mantener la transparencia.
Las corporaciones policíacas.
Los programas educativos sobre el estado de derecho ayudan a mejorar la efectividad de la policía y el sistema judicial. Dichos programas ayudan a fomentar una cultura de policía profesional de comportamiento lícito y respetuoso de los derechos ciudadanos.
Conclusión.
Las medidas regulatorias y de impartición de justicia no pueden, por sí solas, tratar con la magnitud del crimen y la corrupción global. Más bien necesitan ser complementadas y apoyadas por una sociedad que promueva una cultura de la legalidad. Esto es difícil de alcanzar. Sin embargo hay ejemplos, en circunstancias diversas, de cambios importantes en valores y actitudes respecto al estado de derecho, dentro de un período relativamente corto. Si bien no existe un enfoque de “una talla para todos,” ciertos principios básicos pueden proporcionar una guía útil para las sociedades que buscan fomentar una cultura de la legalidad. Estos han estado presentes en los programas más exitosos y duraderos
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Desde 2006, la Unidad de Inteligencia de The Economist elabora un Índice de Democracia en el que repasa el estado de la democracia en 165 países y dos territorios autónomos del mapa del mundo. Basándose en cinco categorías ―proceso electoral y electoralismo, funcionamiento gubernamental, participación política, cultura política y libertades civiles―, la revista divide todos los Estados analizados en cuatro tipos de regímenes según su nota global: democracia plena, democracia imperfecta, régimen híbrido o régimen autoritario. elordenmundial.com/mapas-y-graficos/el-mapa-del-indice-de-democracia/ https://www.instagram.com/p/CaQ2BYkumuE/?utm_medium=tumblr
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Melilla
Lo que está pasando en Melilla con los votos por correo es consecuencia de la democracia imperfecta que es España, actual continuadora en muchos más aspectos de los que a simple vista parece, de la democracia  orgánica del régimen franquista, según el cual la representación se ejercía a través de las instituciones sociales que el régimen consideraba naturales. Que de 11.000 solicitudes de voto…
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josemimontalban · 3 years
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En España padecemos de una desinformación crónica, que está minando mucho nuestra ya muy imperfecta y tutelada democracia. https://www.instagram.com/p/CRrnfn4roZN/?utm_medium=tumblr
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kommunalka-blog · 3 years
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CONTRO IL TOTALITARISMO. GEORGE ORWELL. “Es probable que la guerra española haya producido una cosecha de mentiras más abundante que cualquier otro suceso (...). Son los periódicos de izquierdas, el News Chronicle y el Daily Worker, con unos métodos de distorsión mucho más sutiles, los que han impedido que el público británico comprenda la verdadera naturaleza de la contienda. (...) Parece evidente que Alemania avanza rápido hacia el socialismo (...) (...) La historia de los últimos siete años ha dejado clarísimo que el comunismo no tiene la menor posibilidad de éxito en Europa occidental. (...) Un partido socialista que deseara de verdad alcanzar algo (...) habría reconocido que la “revolución proletaria” a la antigua usanza es inviable. (...) Cuando aparezca un movimiento socialista autóctono de Inglaterra, los marxistas, al igual que todo el que tiene intereses creados en el pasado, serán su más enconados enemigos. Inevitablemente lo denunciarán por “fascista”. (...) Se propusieron ser “antifascistas” de una manera puramente negativa, posicionándose “contra” el fascismo sin estar “a favor” de ninguna política concebible, y por debajo de tal actitud subyacía la pusilánime idea de que, cuando llegara el momento, serían los rusos los que se encargarían de entablar combate en nuestro nombre. Es asombroso que esta ilusión persista. (...) El capitalismo liberal ha muerto. La disyuntiva se encuentra entre el tipo de sociedad colectivizada que Hitler establecerá y el tipo de sociedad que pueda surgir si es derrotado. (...) Mientras exista la democracia, incluso en la muy imperfecta forma que ha adoptado en Inglaterra, el totalitarismo corre un peligro mortal. (...) De la cultura de lengua inglesa, si no perece antes, brotará una sociedad de seres humanos libres e iguales. (...) En el plazo de un año es probable que tenga lugar, en la intelectualidad de izquierdas, una reacción prohitleriana. Ya hay señales premonitorias. (...) pasarán a sostener que, a fin de cuentas, la democracia el “lo mismo que” el totalitarismo o que es “igual de mala”. (...) no es verdad que sean iguales. (...) Y al elegir entre una y otra se escoge no tanto según la fuerza de lo que ahora son, sino en función de lo que son capaces de llegar a ser. (...) Cuando llegue la hora de la verdad, nadie que se haya educado en la tradición occidental podrá aceptar la visión de la vida que propugna el fascismo. (...) Mucho de lo que Wells ha imaginado, y para lo que ha trabajado, está fisícamente ahí, en la Alemania nazi. El orden, la planificación, el apoyo del estado a la ciencia, el acero, el hormigón, los aviones, todo está ahí, pero al servicio de unas ideas propias de la Edad de la Piedra. La ciencia está combatiendo en el bando de la superstición. (...) Es evidente que el período del capitalismo liberal está tocando a su fin, y que los países, uno detrás de otro, están adoptando una economía centralizada que podemos llamar “socialismo” o “capitalismo de Estado” según se prefiera. Con ello, la libertad económica del individuo, y en gran medida su libertad para hacer lo que quiera, escoger trabajo y moverse de un lado a otro de la superficie del planeta, llegan a su fin. Bueno, hasta hace poco no se habían previsto las implicaciones de esto. No se había comprendido por completo que la desaparición de la libertad económica tendría algún efecto sobre la libertad intelectual. (...) (...) hay varias diferencias fundamentales entre el totalitarismo y todas las ortodoxias del pasado, tanto en Europa como en Oriente. La más importante es que las ortodoxias del pasado no cambiaban, o al menos no lo hacían rápidamente. (...) Pues bien, con el totalitarismo ocurre exactamente lo contrario. La peculiaridad del Estado totalitario es que, si bien controla el pensamiento, no lo fija. Establece dogmas incuestionables y los modifica de un día para otro. (...) los repentinos cambios emocionales que el totalitarismo exige a sus seguidores son psicológicamente imposibles. (...) No se me ocurre un ejemplo mejor de la superficialidad moral y emotiva de nuestro tiempo que el hecho de que ahora todos seamos más o menos pro-Stalin. El asesino repugnante está de momento de nuestro lado, de manera que las purgas, etc., se olvidan de repente. (...) (...) lo peculiar de nuestra época, sin embargo, es el completo abandono de la idea de que es posible escribir la historia con veracidad. (...) El objetivo tácito de este modo de pensar es un mundo de pesadilla en el que el líder máximo, o bien la camarilla dirigente, controle no sólo el futuro, sino incluso el pasado. Si sobre tal o cual acontecimiento el líder dictamina que “jamás tuvo lugar”... pues bien: no tuvo lugar jamás. (...) El pacifismo, por ejemplo, se funda ampliamente en esta creencia: no opongáis resistencia al mal y este de algún modo se destruirà a si mismo. (...) En cuanto a los rusos, sus motivos para participar en la guerra de España son absolutamente inescrutables. (...) De hecho, cuanto hicieron se explica más fácilmente si uno asume que actuaban guiados por diversos motivos contradictorios. Creo que en el futuro llegaremos al convencimiento de que la política exterior de Stalin, en vez de ser tan diabólicamente lúcida como se presume, ha sido meramente oportunista y estúpida. (...) Casi cualquier intelectual inglés se escandalizaría ante la afirmación de que la raza blanca es superior a las otras, mientras que afirmar lo contrario sería irrecusable, incluso sin estar de acuerdo con ello. (...) (...) hay una minoría de pacifistas intelectuales cuya auténtica - aunque nunca admitida - motivación parece ser el odio a la democracia occidental y la admiración por el totalitarismo. (...) Pero, hoy en día, el principal peligro para la libertad de pensamiento y expresión no es la injerencia directa del Ministerio de Información o de otra instancia oficial. Si los responsables de las editoriales se afanan porque determinados temas queden inéditos, no es porque tengan miedo de que los persiga la justicia, sino porque temen a la opinión pública, (...) Lo siniestro de la censura literaria en Inglaterra es que en buena medida es voluntaria. Decir esto, eso o lo otro en realidad no está prohibido, pero es “impropio” exactamente como en plena época victoriana era “impropio” hablar de pantalones en presencia de damas. (...) En este momento, lo que la ortodoxia predominante exige es una admiración acrítica hacia la Rusia soviética. (...) El servilismo con que la mayor parte de la intelligentsia inglesa se ha tragado y ha repetido la propaganda rusa de 1941 en adelante sería realmente asombroso si no fuera porque en varias ocasiones anteriores ha obrado de modo parecido. (...) Lo que resulta inquietante es que, si se trata de la URSS y su política, uno no pueda esperar una crítica inteligente - o, a menudo, ni siquiera simple franqueza - de escritores y periodistas liberales sobre quienes nadie ejerce una presión directa para que falseen sus opiniones. (...) La intelligentsia inglesa, o buena parte de ella, había desarrollado una lealtad nacionalista hacia la URSS, y en su fuero interno sentía que cualquier asomo de duda sobre la sabiduría de Stalin era una especie de blasfemia. (...) Uno de los fenómenos característicos de nuestro tiempo el liberal renegado. Más allá del habitual aserto marxista de que la “libertad burguesa” es cosa ilusoria, hay ahora una tendencia generalizada a plantear que la democracia solo puede defenderse con métodos totalitarios. (...) En otras palabras: defender la democracia conlleva destruir cualquier forma de pensamiento independiente. (...) Esta gente no se da cuenta de que, si uno fomenta métodos totalitarios, puede llegar el día en que sean usados contra él y no en su favor. (...) Es importante advertir de que la actual rusomanía no es sino un síntoma del debilitamiento generalizado de la tradición liberal de Occidente. (...) Según las conocidas reglas de la antigua libertad. (...) Aquella cacería de hombres tuvo lugar en España al mismo tiempo que las grandes purgas en la URSS y fue una suerte de complemento de estas últimas. (...) Desde el punto de vista totalitario, la historia es algo que se crea y no algo que se estudia. (...) El totalitarismo exige, de hecho, la alteración continua del pasado y, a largo plazo, probablemente la falta de fe en la existencia misma de la verdad objetiva. (...) En cualquier sociedad totalitaria que perdure más de un par de generaciones, es probable que la literatura en prosa, como la que ha existido los últimos cuatrocientos años, termine por desaparecer. La literatura ha florecido a veces bajo regímenes despóticos, pero, como se ha señalado a menudo, los despotismos del pasado no eran totalitarios. (...) La novedad del totalitarismo es que sus doctrinas no solo son incuestionables, sino también inestables. (...) Una sociedad se vuelve totalitaria cuando su estructura se vuelve flagrantemente artificial, es decir, cuando su clase gobernante ha perdido su función pero consigue aferrarse al poder mediante la fuerza o el engaño. (...) Pero para dejarse corromper por el totalitarismo no hace falta vivir en un país totalitario. El simple predominio de determinadas ideas puede extenderse como un veneno que impida abordar con propósitos literarios un tema tras otro. (...) (...) no existen razones de peso para pensar que la deriva general del régimen pudiese haber sido muy distinta. Mucho antes de 1923, las semillas de la sociedad totalitaria eran ya muy evidentes. Lenin, de hecho, fue uno de esos políticos que se granjean una reputación inmerecida al morir prematuramente. (...) En los países donde no son capaces de establecer su dominio, los comunistas actúan como una quinta columna (...). Asimismo, está el asunto de los “compañeros de viaje”, los “criptocomunistas” y los simpatizantes en diversos grados que promueven los objetivos de los comunistas sin tener ningún vínculo oficial con ellos. (...) Probablemente algunos hayan actuado así por pura estupidez. A fin de cuentas, antes ya han pasado cosas así. (...) Un intelectual literario moderno vive y escribe en un constante temor (no, por cierto, de la opinión pública en el sentido amplio de la palabra, sino de la opinión pública de su propio grupo). (...) Obviamente, durante los últimos quince años, la ortodoxia dominante, especialmente entre los jóvenes, ha sido la “izquierda”. Las palabras clave son “progresista” “democrático” y “revolucionario”, mientras que los sambenitos que hay que evitar a toda costa que te cuelguen son “burgués”, “reaccionario” y “fascista”. Casi todo el mundo hoy en día, incluidos la mayoría de los católicos y conservadores, es “progresista”, o al menos desea ser considerado así”. George Orwell, Escritos contra el totalitarismo, 1937-1949.
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aliceinfoodieland · 4 years
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° ¯ ·The distress American Democracy is suffering is a symptom of systemic racism° ¯ · Our imperfect democracy was constructed on the suffering and exploitation of black and indiginous people. It’s a painful reality to accept, but it is the truth. Security personnel at the inauguration will be undergoing strict vetting to make sure that they are not linked to extremist, violent, racists groups. I am glad to hear that we are taking the necessary steps to ensure a safe inauguration. I wonder, why is it that we don’t routinely and strictly vet all cops and military personnel to make sure that they do not belong to fascists and racist groups? If we want #BIPOC to stop dying at the hands of law enforcement, we must address systemic racism in policing. #blacklivesmatter #nohumanisillegal ° ¯ ·° ¯ · La angustia que está sufriendo la democracia estadounidense es un síntoma de racismo sistémico ° ¯ · Nuestra democracia imperfecta se construyó sobre el sufrimiento y la explotación de personas negras e indígenas. El personal de seguridad de la inauguración se someterá a una investigación estricta para asegurarse de que no esté vinculado a grupos extremistas, violentos y racistas. Me alegra saber que estamos tomando las medidas necesarias para garantizar una inauguración segura. Me pregunto, ¿por qué no investigamos de forma rutinaria y estricta a todos los policías y al personal militar para asegurarnos de que no pertenecen a grupos fascistas y racistas?Debemos abordar el racismo sistémico en la policía. ° ¯ · ° ¯ · A angústia que a democracia americana está sofrendo é um sintoma de racismo sistêmico ° ¯ · Nossa democracia imperfeita foi construída sobre o sofrimento e a exploração dos negros e indígenas. O pessoal de segurança da posse será submetido a uma investigação rigorosa para se certificar de que não está ligado a grupos extremistas, violentos e racistas. Fico feliz em saber que estamos tomando as medidas necessárias para garantir uma abertura segura. Eu me pergunto, por que não rastreamos rotineiramente e estritamente todos os policiais e militares para ter certeza de que eles não pertencem a grupos fascistas e racistas?Devemos abordar o racismo. (at New York, New York) https://www.instagram.com/p/CKONydLFYEA/?igshid=1ryt9029zuf0v
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LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA, ALEXIS DE TOCQUEVILLE
Después de estas últimas elecciones en Estados Unidos y su resultado, decidí volver al año 1830 y embarcar rumbo a América con esos dos jóvenes amigos de poco más de 25 años, Alexis de Tocqueville y Gustave de Beaumont que decidieron ver cómo se organizaba la democracia al otro lado del Atlántico y, abandonando la magistratura en París, decidieron vivir una aventura que los llevó en unos tiempos complejos, violentos y convulsos a una nación que soñaba con ser el país de la libertad. Si hay un solo país en el mundo donde se pueda esperar apreciar en su justo valor el dogma de la soberanía del pueblo, estudiarlo en su aplicación a los asuntos de la sociedad y juzgar sus ventajas y sus peligros, ese país es con seguridad América.
Así que me fui a esa biblioteca escondida, con más de 40.000 volúmenes, que regenta un viejo coronel, que bien pudiera apellidarse Buendía, pero se apellida Morejón; y, de entre esas estanterías que huelen a libro sin abrir, localicé el volumen que buscaba, La Democracia en América de Alexis de Tocqueville. Le dije que pensaba sacarlo, pero que necesitaba más tiempo que ese mes de préstamo que la biblioteca me ofrecía; a lo que me contestó: "No te preocupes, ese libro nunca lo saca nadie; así que no tendremos a ningún lector impaciente esperando a que tú acabes, quédatelo el tiempo que quieras". Ese mismo día comencé a leer el volumen de Tocqueville, impreso por ediciones Guadarrama en 1969 y traducido por Marcelo Arroia-Goitia: Durante los temas nuevos que, durante mi estancia en los Estados Unidos, llamaron mi atención, ninguno atrajo más vivamente mis miradas que la igualdad de las condiciones. Descubrí sin esfuerzo la influencia que ejerce este primer hecho sobre la marcha de la sociedad. No es mal comienzo para un libro, porque la igualdad es un concepto tan fácilmente vendible que todo el mundo lo acata como una necesidad, incluso esa aristocracia del siglo XIX lo hace suyo temiendo que esas revoluciones que llamaban a su puerta no batieran los goznes tras los que ellos se refugiaban. El problema radica en que ninguno de los individuos de cualquier sociedad, aunque se le llene la boca de ello, quiere ser igual al otro, ¿tendrá algo que ver el alma humana?; si todos tenemos el mismo derecho al voto, la misma igualdad ante la ley, los mismos derechos ante el Estado, habrá que buscar un motivo por el que los individuos puedan sentirse diferentes o mejores a los demás. En esas naciones en los que la libertad campa como principio, el motivo de diferenciación que se buscará desaforadamente será el del dinero y el bienestar material; quien tenga más dinero y sea más rico formará parte de esa nueva aristocracia que es creada en los países libres. Parece, por tanto, que será difícil avanzar hacia una sociedad completamente igualitaria en libertad. Montesquieu lo resume de una manera muy gráfica en una célebre frase: "No es difícil ser feliz, eso se logra con facilidad. El problema radica en que queremos ser más felices que los dem��s, y eso es imposible porque en apariencia siempre vemos a los demás más felices de lo que en realidad son". Aunque, claro, para Tocqueville el peor sistemas de todos los posibles es aquel en que hay una igualdad absoluta, pero no hay libertad. Las sociedades embarcadas en el endiosamiento de este sistema político igualitario en el siglo XX demostraron de una manera práctica y demasiado dolorosa este axioma escrito en 1831.
Las voluntades de la democracia son cambiantes; sus agentes, groseros; sus leyes, imperfectas: lo concedo. Pero si fuera verdad que pronto no pudiera existir ningún régimen intermedio entre el imperio de la democracia y el yugo de uno solo, ¿no deberíamos más bien tender hacia el uno que someternos voluntariamente al otro? Y si hubiera que llegar, en fin, a una completa igualdad, ¿no valdría más dejarse nivelar por la libertad que por un déspota?
Se ha elegido, pues, como el mejor, este camino liberal en un sistema en el que la omnipotencia de la mayoría siempre aumenta la inestabilidad legislativa y administrativa que es natural a las democracias, donde su salud no puede medirse por acudir a votar una vez cada cuatro años; y en el que predomina la acción siempre creciente del despotismo de la mayoría, a la que en los Estados Unidos, se le debe atribuir, sobre todo, el pequeño número de hombres notables que hoy aparecen en el escenario político. Sabiendo que corresponde a la esencia misma de los gobiernos democráticos que el imperio de la mayoría sea absoluto; ya que fuera de la mayoría, en las democracias no hay nada que resista.
Y, de pronto, descubrimos una realidad imparable del poder de la mayoría sobre el pensamiento, una mayoría que impone un pensamiento único políticamente correcto y marca con la exclusión a aquel que se salga de él, la mayoría manda hasta en el pensamiento: Pero el pensamiento es un poder invisible y casi inaprensible que se burla de todas las tiranías, escribe Tocqueville en 1831, en nuestros días los soberanos más absolutos de Europa no podrían impedir a ciertos pensamientos hostiles a su autoridad, el circular sordamente dentro de sus Estados, e incluso en el interior de sus cortes. No ocurre lo mismo en América: en tanto que la mayoría se mantiene dudosa, se habla; pero en cuanto se ha pronunciado irrevocablemente, todo el mundo se calla.
Desde luego hay gente que ve el futuro sólo viajando a América en un barco de vela, Tocqueville era uno de ellos, y en su libro nos cuenta cómo las democracias tenderán a un individualismo desaforado que es el más visible de los rasgos democráticos, con familias cada vez más pequeñas y menos integrados en la sociedad, con un interés excesivo en el bienestar material, donde las personas son simple comercio, y cuyo único afán es el dinero, y en el que la tiranía de lo políticamente correcto tapará las bocas de los hombres libres.
Después de las últimas elecciones en Estados Unidos volví a leer a Tocqueville y no me ha dejado, como siempre, indiferente. Vuelvo a pensar que está tan vivo como en 1831; aunque yo que lo leo desde que alguien me lo recomendó, pues nunca descubrí por mí mismo un buen libro y a esos recomendadores se lo debo todo, sé que uno aprende a leer para poder no creerse nada de lo que lee. Por eso yo lo recomiendo como lectura en bachiller; ¡Ah, perdón!, que ya no se estudia ni filosofía ni a los clásicos en el instituto. No querrán ciudadanos, querrán súbditos; menos mal que ahora la guerra no nos impondrá a los tiranos, sino que los elegiremos nosotros mismos una vez cada cuatro años con la omnipotencia de la mayoría; sabiendo que la masa del pueblo puede ser seducida por su ignorancia o por sus pasiones.
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