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#cerro abajo
unpredictablestuff · 2 years
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saraw4ters · 7 months
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bikeaospedacos · 7 months
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Após título na Escadas de Santos, Lucas Borba foca na disputa do título do Cerro Abajo 2024
O piloto catarinense, Lucas Borba, vence a competição nacional e se prepara para a segunda etapa do circuito Cerro Abajo de downhill no México.
Piloto catarinense, patrocinado pela Shimano, venceu pela primeira vez a tradicional competição nacional e segue com moral alta para o México, onde, dia 23, corre a segunda etapa do principal circuito de downhill do mundo O ciclista Lucas Borba está prestes a competir na segunda etapa do Cerro Abajo, que ocorrerá em Guanajuato, no México, no dia 23 de março. Ele está em alta após vencer a etapa…
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lemondeabicyclette · 7 months
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La 2e course de la série Red Bull Cerro Abajo eut lieu dans le district autrefois notoire de Comuna 13, une partie de Medellín qui était jadis connue pour sa criminalité, mais qui est maintenant une zone de transformation florissante, ce parcours de Medellín était court et plus agréable par rapport à la course chilienne à seulement 1,6 km.
Tomáš Slavík, vainqueur du premier arrêt de la série à Valparaíso au Chili en février 2023, a terminé sixième. Slavík n'était pas à 100% dans cette course, ayant subi des dommages au ligament de la cheville à sa jambe droite de la course de Valparaíso.
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desertbikez · 1 year
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Top 3 Runs from Valparaiso Cerro Abajo 2023. The steep streets of Valparaíso in Chile once again played host to Red Bull Valparaiso Cerro Abajo. Tomas Slavik took the win, his third, Valparaíso victory, from Colombian Juanfer Vélez. Slavik's winning time was 2m 16.815s, which was just under 1,5s faster than Vélez, who'd gone last down the course during finals as the fastest qualifier.
Rounding off the podium was Brazilian national champion Lucas Borba.
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senig-fandom · 2 months
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hola y buenos días,tardes o noches tengo una pregunta como sería la reacción de sedena (o las demás organizaciones de seguridad) ante una situación como la de la historia de la plaga de la ira? Si no es mucha molestia señorita senig
(Si no sabes que es en Youtube estan los vídeos originales)
es que es uno de mis EAS Scenerio favoritos y se me hizo interesante saber la reacción de ellos y amo tus dibujos <3
Alv...
Me puse a ver el video completo de la plaga de la ira y realmente sentí mucho dolor por el triste final y agradecida que sea una historia.
Y pues por el final, no me da mucha esperanza con nuestros 3 representantes Norte, Centro y Sur... Es como cuando Sur dejo morir a la tierra mexicana cuando su hermana murió y ya no había ni rastro de Centro, dejando un basto océano entre USA y Guatemala y Belice.
Así que aquí una pequeña narración...
___________________________
(Situación toque de queda)
-Señor...¿Qué hacemos?- Algunos soldados estaban rodeando el Zócalo intentando proteger a los integrantes del interior, SEDENA estaba en una encrucijada, pues la plaga del virus había avanzado rápidamente. Ante su único ojo, el representante del Sur, estaba frente a ellos con la enfermedad en estado avanzado.
SEDENA observaba como Sur intentaba aun luchar con la enfermedad, pero era evidente que era doloroso para el, por lo cual su pregunta fue lanzada a su único jefe, México Centro.
Desde el Zócalo Centro observaba a su hermano, Norte en sus pies le suplicaba que capturaran a Sur y que buscaran ayuda para el, pero que no mataran a su hermano, Centro dudoso ante la situación no podía elegir algo para hacer felices a todos, apretando sus mano entre puños y sintiendo grandes dolores de cabeza.
Abajo los soldados seguían matando a los civiles contagiados, pero todos evitaban a Sur, no podían matar a alguien tan importante, no podían matarlo frente a los ojos de sus hermanos.
-Señor...-SEDENA miro hacia donde estaba Centro, pero Sur empezó a moverse, sus movimientos eran erráticos y pareciera que su alma ya dejo este mundo, gritos de dolor era lo que se escucho al moverse.
El mundo para Centro fue lento, entre su hermano enfermo y su hermana llorando, no podía pensar mas opciones.
-abran fuego...-su susurro lo hizo soltar lagrimas- ¡ABRAN FUEGO!-Y así policía militar quien lo tenia en blanco al representante del Sur, lo miro por ultima vez y para el dijo ''Adiós, descansa en paz'', y así un ultimo disparo hizo desaparecer a Sur, escuchando de lejos los gritos de norte.
.
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(Ataque al presidente)
-Hermano...no llores, hiciste lo mejor que pudiste, hicimos lo mejor que pudimos...así que no llores.-Centro estaba parado afuera de un domo, donde Norte yacía acostada, Centro lagrimeaba aun si su mirada era fría, norte estaba muriendo, despues del ataque que sufrió el presidente, Norte tambien fue afectada.
La secretaria de salud, lloraba por no poder encontrar una cura para la amable representante, que parecía ser la única que podía controlar todo, pero la infección terminaba dañándola mas que ella curándola.
Centro agacho la cabeza, y cerro los ojos, solo para escuchar a Norte decirle ''Gracias por tu esfuerzo y trabajo'' Y así dejan morir a Norte, y a un centro, solitario y una mirada decaida.
Centro camino fuera del lugar, intentando una vez mas crear un plan para este triste e infernal momento, pero poco a poco, los que lo rodearon, y los soldados perdieron la esperanza.
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(Señor...Ten piedad de nosotros.)
-Eduardo...-SEDENA junto a otros integrantes militares, estaban alejados de su gran líder, que aunque parecía estar tranquilo, su mirada estaba lleno de un vacío, todo rastro de fuerza y esperanza, se habían ido junto a su ya fallecidos hermanos.
-Hicieron un gran trabajo, me corresponde a mi como su líder liberarlos para que puedan irse de aquí, nuestra antigua nacían a caído, los demás países nos han abandonado, pero ustedes junto a otros representantes aun pueden vivir en paz en otro lugar.
-¡NO LO ABANDONARESMO!- Grito la secretaria de relaciones exteriores, que era sujetada por MARINA.
-Es una orden, todos aquí presentes han sido fieles a mi en cada momento y lucha, seria doloroso para mi llevarlos conmigo a la desgracia, aun mas con las perdidas que tuvimos.
-Pero Señor...-Centro detiene a SEDENA, con una mano levantada.
-Pero solo les pediré a todos ustedes, un ultimo trabajo, antes de que me vaya, no me queda mucho tiempo y quería cortar cabezas antes de morir, pero no podre, así que les pidiere un ultimo trabajo.
Todos miraron con a Centro, si su líder quien si lucho por toda su gente para intentar ganar esta guerra contra un virus les pedía un ultimo favor antes de su muerte, todos ellos, escucharon atentamente su petición.
-Quiero que traigan a todos esos traidores aquí, quiero a todos esos partidos políticos que se cambiaron de bando para irse a otro pais, y quiero que vayan a Asia del Sur y maten de la manera mas dolorosa posible a quien trajo esta enfermedad, no quiero contagios, no quiero que esto se expanda, pero si quiero al quien la creo o quien sea que tenga esto. Todos ustedes ya conocen los síntomas, serán de ayuda en otros paises por si alguien mas expande esto, este es mi ultimo deseo.
Centro empezó a desvanecerse, por fin despues de años sufriendo, y viendo y viviendo en tragedia, es libre, junto a todas las organizaciones que el creo a su lado, saludando a la bandera y cantando el himno nacional.
Así centro sonríe y una lagrima cae de su rostro, diciendo adiós a este mundo.
___________________
Y así es como termina, iba a hacer un dibujo, pero lo hare en otro momento TvT mas porque estoy llorando.
No se si esto es lo que querías, pero espero y te guste VwV
Y muchas gracias por seguirme y espero seguir dándoles hermosos dibujos a futuro
💚🤍❤️
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danielac1world · 1 year
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El atardecer de afuera resplandece,
gato duerme en la cama,
se tapa los ojos con la cola,
ronronea al tiempo mientras se desvanece,
como las cosas que perecen por si solas,
y la nada.
Gato es naranja,
aunque podría haber sido azul,
rojo,
amarillo,
marrón,
o un verte triste...
se despereza por las mañanas,
aúlla despacito en son de su cuerpo dormido,
y se acurruca pegado a la piel en las noches de frío,
que son todas las noches,
en las que el viento sopla desanimado,
su nombre.
Gato se siente solo,
pero no dice nada,
sabe que el silencio es un volcán dormido,
que cuando despierta
ensordece hasta el propio ruido,
y a gato eso no le gusta,
prefiere dormir con el corazón tranquilo,
a tientas de mimos y gotitas de agua,
correr por el jardín
como si tuviera cuatro alas atadas a las patas,
e imaginar que puede dar la vuelta al mundo,
en un ir y venir de su cola animada.
Gato llora por las mañanas,
cuando hay poquita gente,
los humanos son solo humanos cuando duermen,
y los sueños son solo sueños,
cuando uno llora.
A gato le gusta desafiar la física,
jugar a caer alto,
trepar bajo,
y mirar a los ojos,
sabe que la calma está en las pupilas,
y que no toda calma,
es sinónimo de cariño.
Y a gato no le gusta la calle,
ni el pasto mojado,
ni el hambre,
ni los ruidos fuertes,
o los árboles altos,
esos que de golpe crecen rápido,
cuando uno mira para abajo,
¡y eso que gato sabe de miedos!,
un día quiso escribirlos...
pero cerro los ojos y le dio demasiado sueño,
así que sus miedos andan por ahí sueltos,
sin dueño aparente,
haciéndole frente al ruido de las tripas en medio de la calle,
y a la muerte.
Gato tiene los ojos verdes,
ronca bajito cuando duerme mucho,
y se le desvía un ojo para el costado,
cuando no se da cuenta,
aunque él prefiere no darse cuenta de las cosas,
a propósito,
no importa,
gato aprendió,
que las cosas son peligrosas.
Y a humano le gusta alimentar a gato,
a gato le gustan algunos humanos,
los que toman café de una taza bonita
y le sonríen tierno al terminar la velada,
las personas que no le tironean la cola,
y que van de frente a acariciarle la panza,
a gato le gustan también las cosquillas en las patas,
aunque las saca rápido,
porque la costumbre espanta...
por eso gato duerme mucho,
y piensa despacito,
se acuesta en la cama,
y a veces tiene hipo,
disfruta de los pequeños mimos,
el helado que descubre sobre la mesa,
por las cucharas,
y el silencio del mundo mientras otros sueñan.
Gato es solo un gato
en un mundo que es solo un mundo,
con humanos,
que son solo humanos,
con manos que son solo manos,
con mimos que pueden ser más que mimos,
y con un sol que no es más que el tiempo
diciendo adiós a un gato por la ventana,
a la tierra,
y al humano que es más que humano,
cuando nota que los gatos,
también sueñan.
-danielac1world ~Una vela naranja apagándose en el alba~
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SANTIAGO DE MARIA
El municipio tiene un área de 37,71 km², y la cabecera una altitud de 900 msnm. Contiene además los siguientes cantones y caseríos:
El Marquezado: Los Nietos, La Periquera, El Centro y La Carretera
Batres: Batres Arriba y Batres Abajo
El Tigre: El Guarumal, La Castellana, La Joya, Playitas
Loma de los González: El Chirrión, La Bolsa o Cusuco
Las Flores
Las Playas: Las Riveras, Las Lunas, Centro Las Playitas
Cerro Verde: Cerro Verde
Para el año 1841 existió como la aldea del Valle del Gramal en la jurisdicción del pueblo de Tecapa (Hoy conocido con el nombre de Alegría).
En ese tiempo, el cultivo del café cobraba auge en el país. El Gramal también fue una de las localidades que progresó gracias a esa industria, por lo que el 7 de marzo de 1874 fue erigido en pueblo con el nombre de Santiago de María. El nombre se debió a la unión de los nombres del presidente Santiago González Portillo, y el de su esposa María.
Las Fiestas Patronales de esta ciudad son en honor a Santiago Apóstol y se celebran del 20 al 25 de julio; se celebra también la fiesta en honor a San Francisco de Asís el 4 de octubre y casi todo el mes de diciembre sus pobladores realizan una feria en el parque de la ciudad que no se relaciona con actividades religiosas, esta es acompañada de juegos, música, gastronomía, venta de artesanías y diversos eventos.
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bezna-noptii · 1 month
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Detrás de la puerta
"Para mis sentidos, mi propia vida se apoya de espaldas en una puerta gruesa de color marrón obscuro. No estoy del todo seguro si está constituida por madera o cualquier otro material distinto, pero esta puerta se abre mediante un pomo plateado, una manilla estilizada en ondas frías como el hielo, la cual suelo abrir de vez en cuando para asomar mi cabeza hacia atrás, buscando fragmentos del pasado, encontrando trozos de la memoria que a veces trato (sin éxito) de eliminar para siempre. Solo me asomo, recolecto lo necesario, y cierro la puerta, dándole la espalda siempre, avanzando y llevándola conmigo a cuestas. Mi portal no es una ventana. Es una gran puerta que me permite libremente el paso hacia atrás, y por tanto, libremente retorne al presente."
I. Impacto
Aquella mañana de la primera mitad de los 90's, las risas de mi prima Nikita tronaron en toda la casa. Yo seguía acostado, pero salté de inmediato cama abajo porque había llegado alguien a acompañar mi soledad de ese entonces, hijo único. No se realmente el motivo por el cual ella había llegado, pero pasaría el resto del día en mi casa, donde vivíamos mi mamá, mis abuelos y yo. Hacía calor, era principios de Marzo, ya habíamos comenzado a ir a la escuela, pero el verano se negaba a abandonar el campo, el río, los cerros de nuestro pueblo. Para mi, recibir la visita de ella o de su hermano Alfonso, siempre era una fiesta. Ellos tuvieron la buena suerte de crecer relativamente juntos, y yo siempre fui un niño muy solitario, además de ser hijo único. No tenía muchos amigos, ni siquiera me juntaba con los niños del barrio, sencillamente nunca me atrajo las pichangas en la cancha del frente, ni tampoco sentí placer cazar lagartijas o ir a cazar. Mi niño de aquel entonces disfrutaba de hacer "arquitectura" con barro, jugar a las luchas, imaginar monstruos y dibujarlos, fantasear con el mito y la leyenda, los dinosaurios y los libros. Por ese motivo, cuando mis primos me visitaban o viceversa, salía de mi cápsula y sanamente compartía con ellos a nuestro modo.
Esa mañana, mi mamá decidió llevarnos a la ciudad para comprarme zapatillas y otras cosas, así que nos alistamos y fuimos. Primer paso, tomar un taxi que nos llevase a la plaza del pueblo y una vez ahí, tomar colectivo que nos llevase a la ciudad. Así es el trajín que la gente del campo tiene que vivir, entre otras cosas, como la asistencia al consultorio, o depender de últimas micros para llegar a sus casas. Recuerdo que mis zapatillas eran unas Nike negras, y estaba muy contento porque en aquellos tiempos, la compra de calzado era como máximo una vez al año. De vuelta, viajamos nuevamente en colectivo y yo iba en las piernas de mi mamá, riéndonos con Nikita no se de qué. De almuerzo en la casa, pollito asado con ensaladas, mientras mi mamá se apuraba para lavar ropa. No teníamos lavadora automática, sino de esas cilíndricas con fondo negro manchado de puntos blancos que simulaban un espacio, una visión del universo a micro escala. Habían dos, una que servía para lavar y la otra servía para enjuagar la ropa, actividad que mi mamá hacía en el patio.
Con mi prima decidimos que era muy buen momento para salir a andar en bicicleta, pero como solo tenía una bicicleta, había que turnarnos: una vuelta hasta la cancha ella, luego una vuelta hasta la cancha yo, todo en línea recta. Todo estaba extremadamente tranquilo, no recuerdo grandes bullas, ni tampoco algo que perturbara el ambiente. No obstante, lo que sucedió si perturbó la línea de tiempo de aquel niño de seis años por mucho, mucho tiempo.
En aquellos tiempos solía salirme mucha sangre de nariz por cualquier motivo; golpes en la cabeza, golpes en la nariz, agitarme mucho, etc. Esa tarde, el motivo por el cual mi nariz comenzó a gotear sangre, fue el calor, el sol la bici. Había llegado hasta la cancha, y a lo lejos vi que se acercaba una camioneta por la otra pista. No entendí muy bien el por qué, pero me estaba ahogando en mi propia sangre, así que di la vuelta con la finalidad de legar a la vereda y subirme antes que la camioneta llegase a alcanzarme... o al menos eso fue lo que creí.
Todo fue muy rápido.
Todo fue muy borroso.
La camioneta en vez de disminuir la velocidad, aceleró. Solo la vi acercarse rápidamente hacia mi, y luego el impacto. Recuerdo un sonido metálico muy fuerte, un estruendo enorme en esa calle vacía. Recuerdo haber visto en cámara lenta el parabrisas desde el aire, y luego caer al capot (otro estruendo) y luego azotarme en la vereda. Estaba cubierto de sangre de nariz, lo que em daba un aspecto aún más trágico. Quise levantarme, y mis piernas no reaccionaron. Luego, la gente salió de sus casas, y lo único que hicieron fue rodearme, nadie hacía nada, nadie me auxilió. Lejos, mi mamá corría desesperadamente, con una polera toda mojada y llena de perros de ropa. Cuando llegó a mi, lloraba y me daba cachetadas en la cara para que reaccionara, porque estaba perdiendo el conocimiento. Su terror se acrecentó cuando me pedía que me pusiera de pie y no podía mover mis piernas. Recuerdo que la ambulancia nunca llegó, y me llevaron en una juanita de los pacos. Por la ventana, vi a mi vecino llevar la bicicleta a mi casa, y mi prima llorando desde la puerta. ¿La bicicleta? un acordeón. ¿Mi pierna? fracturada en tres partes.
Desperté en el hospital de Los Andes. Gritaba de dolor, y el trato fue muy hostil. Me desnudaron y me acostaron bruscamente en un somier de madera. Apareció una persona y me manguereó sin medir la fuerza del agua ni tampoco mi padecimiento. Lloraba a mares.
Había otro problema, no habían camas, así que me dejaron en una sala con personas adultas muy, pero muy enfermas, casi moribundas. Casi todos eran ancianos, salvo un adulto joven que estaba a mi lado. Recuerdo que uno de esos ancianos tenía bulbos en el cuello y en la cara, y me gritoneaba porque lloraba mucho y llamaba a mi mamá.
Han pasado muchos años desde aquel entonces. Hoy soy un hombre, y abro la puerta para recordar a ese niño que vio su pierna hecha astillas. Y abrazo a ese niño temeroso, tímido, que estuvo en esas salas antiguas y gélidas de aquel hospital, llamando a su mamá desesperadamente, esa mamá que no dejaban ingresar por protocolos estúpidos de hospital. Abrazo a ese niño que luego del alta del hospital, sufrió pesadillas por muchos años, pesadillas donde era echado a un horno gigante, un niño que iba a ser devorado quizás por el recuerdo inconsciente de las patologías vistas en ese lugar. Abrazo a ese pequeño que tuvo que vivir en silla de ruedas un año casi completo, yendo a la escuela, sufriendo por el dolor de su pequeña extremidad, y la vergüenza infantil de ser un inválido en un lugar de caminantes. Abrazo y acojo con el alma a ese pequeño Cesarín, Chechito, Chechitonacho, que jamás volvió a dejar de tener sumo cuidado al andar en bicicleta, y que jamás se dio por vencido a pesar de todo lo acontecido en ese instante y más adelante. Y por supuesto, abrazo también a ese niño... niño que jamás pudo usar su zapatilla Nike negra izquierda.
Cierro el portal.
#e
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dr-fetish37 · 1 year
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Lilly parte 2
las enfermeras comenzaron a limpiar los restos de orina que había en mi vagina para después colocarme un pañal, quitaron cuidadosamente la cinta de mis ojos para no arrancar mis pestañas y empujaron la camilla directo al elevador.
una vez que llegamos a la planta baja, acercaron la ambulancia para poder subir mi camilla, esta vez, subieron 2 enfermeras conmigo y la doctora en la parte de adelante con el conductor, y en vez de conducir al hospital, me llevaron a casa.
durante el caminó hacia mi hogar, las cosas estaban poniéndose un poco difíciles para mí, pues mi vagina no dejaba de desechar orina y yo estaba comenzando a deshidratarme, por lo que las enfermeras, tuvieron que quitarme el pañal y hacerme un cateterismo vaginal para controlar mi flujo, al terminar de insertar el tubo por mi vagina, hicieron un cambio de pañales y conectaron otra intravenosa a mi cuello para hidratarme.
al llegar a mi casa, ya los esperaba mi esposa con la puerta abierta, los paramédicos bajaron cuidadosamente mi camilla junto con las máquinas y los sueros, al no tener una habitación en la planta baja, acondicionaron la sala y dejaron mi camilla junto con las demás cosas.
la ambulancia se fue y las enfermeras se quedaron para explicarle a mi mujer que estaba muriendo y ellas se quedarían con nosotras para monitorearme y darme los cuidados paleativos ya que ella trabajaba.
al despertar, lo primero que vi fueron mis piernas alzadas aún en la camilla ginecológica, y después me percaté que estaba en casa, por lo que supuse que en efecto, la operación había salido mal.
lo confirme cuando empecé a marearme, las alarmas de las máquinas habían comenzado a acelerar y me era cada vez más difícil respirar a pesar de estar intubada, mi vista comenzó a nublarse y luego perdí totalmente el control de mi cuerpo, escuchaba de fondo el sonido de las máquinas anunciando que mi corazón estaba fallando, salía espuma por mi boca, mis ojos se habían volteado hacia atrás y había comenzado a convulsionar, mi pelvis se alzaba contrayendo mi vagina y mi ano, el catéter temblaba por el movimiento vaginal, mi garganta lanzaba sonidos de traqueteo y cada vez se me hacía más difícil respirar, mis enormes senos brincaban de arriba a abajo y se movían de un lado a otro, mi cabeza se hundía en la almohada y los tubos que salían de mi boca también temblaban, las enfermeras inexpertas comenzaron a practicarme RCP mientras convulsionaba y me perforaron un pulmón, haciendo que finalmente las máquinas pararan, mi corazón había entrado en paro.
¡rápido la estamos perdiendo, comiencen sesión de RCP!
una enfermera colocó sus manos al centro de mis senos y comenzó a darme rcp después de 30 compresiónes otra enfermera se acercó a mi
¡carguen paletas! ¡despejen! ¡vamos cariño tienes que despertar!
mi cuerpo brinco el la camilla haciendo que mi vagina se alzara, mis senos brincaron al igual que mi cabeza.
¡nada aún! ¡cargando paletas! ¡despejen!
de nuevo las paletas fueron descargadas sobre mis senos, pero está vez las enfermeras ya se habían cansado, era la tercera vez que me habían tenido que revivir en el día, probablemente no sobreviviría la noche.
¡basta! hora de muerte 4:45 PM, desconectenla y preparenla para llevarla a la morgue, llamaré a la ambulancia, no debe estar tan lejos.
una enfermera comenzó a desintubarme, cerro mis ojos y los pego con cinta, colocó algodón en mi nariz, orejas y boca y también colocó cinta en mi boca, quitó todos los cables de mi cuerpo, quitó el catéter de mi vagina y la bolsa urinaria la puso sobre mi estómago, colocó algodón a lo largo de mi vagina y metió una bola en mi ano, al final les coloco una gasa y la pego con cinta, colocó una sábana sobre mi y cuando llegó la ambulancia me subieron y me llevaron a la morgue.
una vez ahí, bajaron mi cuerpo de la camilla vaginal y me metieron en una bolsa para cadáveres y finalmente a un cajón en espera de que la funeraria viniera para arreglar mi cuerpo para un funeral.
la funeraria no llego, pero si mi esposa, quién pidio que llevarán mi cuerpo a mi casa, por lo que lo subieron de nuevo a la ambulancia y lo dejaron en mi casa.
mi esposa sacó mi cuerpo de la bolsa, maquillo mi rostro, peino mi cabello, y acomodo mi cuerpo desnudo en un sillón para el velorio, y al terminar el velorio, ella y otras compañeras de su trabajo, metieron mi cuerpo desnudo y voluptuoso en un féretro y lo enterraron
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indalesio-cuentos · 6 months
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UN REZO EN LA LOMA
Las ráfagas de oriente que dan forma al solitario cerro de Cocotitlán tornaban su grito de guerra en susurros al pasar por la calle Águila que, sólo por esos nueve días, se convirtió en la más larga y empinada. Los ocotes, todo lo contrario, sacudieron sus ramas más jóvenes durante todo aquel tiempo, gozosos de tanto rociar al cielo con la humedad que atesoran en sus troncos. Nosotros fuimos al cuarto día. Mi amiga de la adolescencia y yo.
Un cartel pegado en la puerta indicaba que la cita era al anochecer, pero llegamos cuando los últimos rayos del sol todavía doraban la pedacería de adobe sobreviviente en la fachada. Tanta era la luz del atardecer, que el grueso nudo de tela clavado en el marco de la entrada simplemente no podía devorarla toda: por breves instantes, su brillo imitaba al del plumaje de una parvada entera de zanates. 
Mientras el sol terminaba su recorrido en el cielo, mi amiga y yo regresamos cuesta abajo para caminar las faldas de la misma loma que tantas veces sufrió nuestras torpes y bruscas pisadas; cuando nos la pasábamos borrachos de tanta adolescencia y el elixir de sus magueyes atizaba nuestra inflamable juventud. Conforme recorrimos algunas calles, el tañido de las campanas de la iglesia que hacía eco desde otras eras iba y venía entre el ruido de ferias pasadas y canciones que nuestros pies reconocieron pronto. Voces de faunos y ninfas volvieron a habitar nuestras gargantas durante todo el trayecto y los buenos recuerdos nos provocaron un par de risas que más bien sonaron a suspiros, aunque el amargo y denso viento que se instaló en Cocotitlán durante aquellos nueve atardeceres se nos coló por entre los dientes, dejándonos una profunda tristeza mezclada con la pena que acompañaba a nuestra visita. 
No fue hasta que una procesión de rebozos y suéteres negros hizo vibrar la tierra en su escalada por la ladera, que nos acordamos de revisar el horizonte, donde la primera estrella del anochecer derramaba los delgados chorros de luz producto de su escandaloso llanto.
El hogar de Doña Luisa nos abrió las puertas. Las docenas de sillas dispersas por todo el amplio patio, que estaba cercado por una selva ornamental, poco a poco fueron siendo ocupadas; todas miraban hacia un pequeño cuarto, el de la puerta más estrecha en toda la casa. 
Al fondo, frente al gran muro rojo granada: la cruz de cal en medio de una pradera de flores blancas. 
Por la puerta que enmarcaba al complejo altar se asomaban los tobillos y pies de Doña Luisa, enfundados en su calzado de cuero negro, por uno de los costados del marco de madera. En sus empeines y calcetas de lana color marrón, algo del blanco mineral removido por 4 días se hacía notar. Era la única allí dentro. Era lo único que se alcanzaba a ver de ella; no importaba el ángulo desde donde se le quisiera observar.
Silencio. Y en una esquina, terminando de desplegar la última silla de la última hilera, nuestro querido amigo. 
No nos apresuramos a saludarlo y esperamos pacientemente a que levantara la mirada. En el novenario, la prisa no tenía lugar. Cuando por fin puso sus ojos en nosotros, esbozó una ligera y finísima sonrisa. La tibieza de nuestro abrazo lo dijo todo. Nos dio las gracias por haber acudido al tiempo que se lamía inútilmente la resequedad de los labios; su lengua estaba igual de sedienta y agrietada. Por suerte, su hermana mayor estaba atenta a su inquietud y aprovechó para acercarle una taza del té que se repartiría más tarde entre los asistentes. Al entregársela, lo miró con cariño. Nosotros insistimos en que esperaríamos hasta el final. Nuestro amigo bebió, miró los zapatos de su abuela y luego nos volteó a ver: la sincronía de nuestros suspiros nos envolvió en una silenciosa humareda, interrumpida solamente por una pequeña que llegó a abrazarse de la pierna derecha de nuestro viejo camarada. Fue entonces que lo reconocí en el rostro de su hija de 3 años, los mismos que llevábamos sin vernos, y cuando busqué la mirada de mi amiga para adivinar si compartíamos la sorpresa, ésta me respondió con el brillo de las lágrimas que se acumularon en la superficie de sus ojos, porque, simplemente y de tanto gusto, no encontraban la forma de arrojarse al vacío. Agobiada de la dulzura que provocó en nosotros, y de carácter sulfurante como el de su padre, la niña corrió a refugiarse de nuestras risas apenas audibles, no sin antes exigir un fuerte abrazo que la ocultara de nuestras miradas curiosas. Mi amigo siempre fue una persona ejemplar.
La llegada del cura nos invitó a sentarnos para dar inicio oficial al rezo.
Todos nos unimos en una sola voz. 
Creencias aparte y la tradición de por medio, nos entregamos en cada frase pronunciada durante el ritual, convencidos del poder de la palabra.
En lo personal, me aproveché de la flexibilidad que adquirió el denso tiempo de aquella velada para detenerme a pensar con calma en cada verso.
Todos se levantaron cuando el cura aclaró que sólo los impedidos tenían permiso de seguir sentados; incluso aquellos que dependían de sus macizos bastones de madera de pirul y ése que, por alguna brecha mal librada en la vida, llevaba una pierna enyesada y muletas, rezaron de pie.
Pedimos por el eterno descanso de la madre de mi amigo y agradecimos porque el sufrimiento de este mundo había cesado para ella, la hija de Doña Luisa. 
Bertha se había despedido del cerro famoso por sus generosas milpas dejándole algo de su carácter a Esther, su nieta; además de un padre amoroso y gentil.
Al terminar el rezo, bebimos café y fumamos, mientras los niños aprovechaban la huida de las personas, el laberinto de sillas y las volutas de humo de nuestros tabacos encendidos para jugar a esconderse. Mi amigo exhalaba el producto de su combustión con los ojos cerrados, hacia el cielo, y yo le sacaba la última bocanada de sabor amargo-caliente a mi cigarro mientras veía a Esther entrando al cuarto donde estaba la cruz de cal para ver a Doña Luisa, cuyo pie seguía asomándose por el mismo lado del marco de la puerta, en la misma posición; sólamente con un poco de más cal espolvoreada encima. 
A mi amigo se le dibujó una sonrisa en el rostro cuando la mano de su abuela apareció por un costado del marco de la puerta y le revolvió el cabello a Esther.
Mi amiga y yo partimos tranquilos después de haber recordado los inviernos de nuestra adolescencia, cuando nuestro eterno compañero labraba la tierra con su padre previo a cada nueva siembra: él conoce bien el ciclo natural de nuestra tierra gracias al maíz que cosechó para que su madre pusiera a hervir. También recordamos, entre risas, aquella buena noche de día de muertos en la que nos invitó a celebrar al pueblo y nos propusimos no dormir hasta cazar 400 conejos vivos que dejaríamos libres al otro día, mientras embriagábamos con pulque y mezcal y rodábamos por las laderas del generoso monte.
Nos fuimos convencidos de que la verdadera vida eterna se hizo presente en la risa de los niños que se quedaron a jugar al final del rezo. 
Me fui consciente de que la verdadera vida eterna se alcanza cuando se consigue habitar el presente a cabalidad.
En memoria de Doña Bertha.
Para mi amigo Fabián, su hija, Esther, y su abuela, Doña Luisa.
Y como forma de agradecimiento al noble y guerrero pueblo de Cocotitlán y todos sus habitantes,  a quienes considero mis amigos, por el  solo hecho de conocer a unos cuantos. Me consta, son de ley
 Ahó.
INDALESIO.
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tuisted-presents · 2 years
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Yo un cerro marchito, tu el ciclo del agua
Qué te cuesta despedirte como lo hace de un volcán la lava
haciendo erupción, huyendo cuesta abajo, de forma lenta pero definitiva
Con gritos y arañasos, moviendote hacia donde yo no estoy, dejame con firmesa pero que se note que a ti tambien te esta doliendo
¿Qué te cuesta?
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saraw4ters · 6 months
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bikeaospedacos · 7 months
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Lucas Borba vence o DH do Red Bull Valparaíso Cerro Abajo
O DH urbano do Red Bull Valparaíso Cerro Abajo comemorou 20 anos de pilotos percorrendo as ruas de Valparaíso.
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colaherrerar · 1 year
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Buuts es otro mundo a parte que está de Tulum
Está Tulum
Y Buuts
Las cosas como son
Está la junglita de Tulum osea nosotros
Y Buuts
Está todo en la misma jungla pero con el ambiente es por eso que se separa
Una cosa arriba
Y la otra cosa abajo
Está la base en donde estoy yo y adónde hacen todas las fiestas normalmente que es hay en la pista principal de la jungla que es por la zona de la jungla que estoy yo de la que siempre ando por hay porque hay son las fiestas de Tulum
Y Buuts está flotando por eso es negro porque está apartado de todos nosotros por ser el lugar de los negros de México
Por eso está arriba
Y no abajo
Vos para ir a Buuts tenes que subir la jungla como la subí yo un día para ir a una fiesta que estaba cerca de Buuts que también salgo en una red como las redes que tiene Buuts para echarte hay para hacerte ver lo negro que sos pero yo me eché hay del pedo que tenía
Y después está la parte de abajo de la jungla que es la que estamos nosotros y toda las fiestas osea la parte bomba
Una fiesta nomás hicieron arriba de la jungla pero en la punta de la jungla de Tulum que fue esa del DJ policía 16
Es como el cerro arco de Mendoza
Tenés que subirlo nomás pero si lo subís que valga la pena diría yo porque subís la jungla para ir a Buuts y mejor no subas nada directamente
No sabes que
Estoy mejor acá abajo Richard
Andá vos dale yo me quedo acá abajito
JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
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atrasdelosojos · 1 year
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Tumblr media
un auto se desliza en la ladera del cerro abajo las piedras hacen que el río llore vamos al río secreto hay que darle la mano a la mujer del bosque hay que ir del otro lado de los ojos desde la ventana contamos las luces que se van prendiendo son pobladores que a esta hora cortan suavemente el pescado a veces la necesidad lo obliga a uno a sentarse fumar y observar el fuego que puedo controlar no el de adentro soy un depredador de silencio mi alimento es infinito "¿como he de recibirte señor de las tormentas si no es desnudo, armado hasta los dientes, loco de vergüenza? ahora no pido nada cualquier dulce palabra puede ser un insulto una canción de cuna puede ser un harapo porque él ha levantado ya su pequeña tienda." me levanto a la noche a acomodar el fuego el río con su llanto sigue susurrando como un niño príncipe de resplandores quien no me deja bajar a beber cuando me llama el río de luz
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