#bulto redondo
Explore tagged Tumblr posts
infanteespinola · 25 days ago
Text
youtube
¿Sabías que lo que comúnmente llamamos escultura puede ser técnicamente un relieve? 🤔 En este artículo vamos a explorar cómo la precisión lingüística puede transformar nuestra forma de entender el arte, y por qué términos como talla de bulto redondo o huecorelieve son esenciales para describir las obras con mayor exactitud. ¡Prepárate para aprender algo nuevo! ✨
El origen de la escultura y su evolución.
La palabra escultura proviene del latín "sculptūra", que significa "acción de esculpir", y originalmente se asociaba con el trabajo en piedra. Sin embargo, con el tiempo, este término se ha ampliado para incluir cualquier obra tridimensional creada mediante técnicas como talla, modelado o fundición. Aunque esto ha enriquecido su uso, también ha generado confusión en la clasificación de las obras.
Por ejemplo, las esculturas exentas, como el famoso David de Miguel Ángel, son técnicamente relieves de bulto redondo, ya que son tridimensionales y pueden admirarse desde todos los ángulos. Este término especifica su característica principal: ser independientes y visibles desde cualquier perspectiva. 🌀
Relieves: Tipos y clasificación
Los relieves son obras escultóricas adheridas a una superficie plana y se clasifican según la profundidad de las figuras respecto al plano:
- Bajorrelieve: Las figuras sobresalen ligeramente del fondo, como en los frisos del Partenón.
- Mediorrelieve: Las figuras tienen una proyección intermedia, ideal para capiteles o arquivoltas.
- Altorrelieve: Las figuras sobresalen significativamente e incluso pueden incluir partes completamente exentas.
- Huecorelieve: Las figuras están hundidas respecto al plano, como en el arte egipcio tardío (por ejemplo, el Templo de Kom Ombo). Este término refleja una técnica única que merece más protagonismo. 🌟
Bulto redondo: ¿Escultura o relieve?
El término bulto redondo describe obras tridimensionales exentas que pueden observarse desde todos los ángulos. Estas esculturas alcanzaron su apogeo en el Renacimiento con artistas como Miguel Ángel y Donatello. Ejemplos destacados incluyen:
- "David" de Miguel Ángel: Una obra maestra que redefine la tridimensionalidad.
- "San Jerónimo penitente", una talla en madera sin policromar del escultor Juan Martínez Montañés.
Sin embargo, clasificar estas obras como "esculturas" puede ser impreciso. Hablar de ellas como relieves de bulto redondo especifica material, técnica y estilo en una sola frase. 🎨
La importancia de hablar con propiedad.
En un mundo donde los términos artísticos se diluyen, recuperar precisión lingüística es esencial para preservar la riqueza del vocabulario técnico. Decir "he realizado una talla de bulto redondo" no solo comunica el material (madera), sino también la técnica (tallado) y el estilo (tridimensionalidad). Por otro lado, decir "he realizado una escultura" es genérico y requiere aclaraciones adicionales.
Hablar con propiedad no solo educa al público sobre las diferencias técnicas entre disciplinas artísticas, sino que también fomenta una apreciación más profunda del arte. 🌍
Conclusión: ¿Cómo podemos mejorar nuestra forma de hablar sobre arte?
Volvemos a la pregunta inicial: ¿lo que llamamos escultura es realmente un relieve? La respuesta está en cómo usamos los términos. Clasificar correctamente las obras según su técnica y estilo no solo enriquece nuestra comprensión del arte, sino que también nos conecta con su historia y evolución.
Así que la próxima vez que admires una obra tridimensional, pregúntate: ¿es un bajorrelieve? ¿Un altorrelieve? ¿O quizás un relieve de bulto redondo? 🧐 ¡El arte merece ser descrito con precisión!
Glosario
- Escultura: Obra tridimensional creada mediante técnicas como talla, modelado o fundición.
- Relieve: Escultura adherida a una superficie plana; incluye bajorrelieve, mediorrelieve, altorrelieve y huecorelieve.
- Bulto redondo: Escultura tridimensional exenta que puede observarse desde todos los ángulos.
- Huecorelieve: Relieve donde las figuras están hundidas respecto al plano; común en el arte egipcio.
¿Qué opinas sobre esta clasificación? ¿Crees que deberíamos usar términos más técnicos al hablar sobre arte? ¡Déjanos tu comentario! 👇😊
#Arte #Escultura #Relieves #HistoriaDelArte #BultoRedondo #Huecorelieve #SienteVivePinta #SVP
Redactado por InfanteEspinola.es para PrincipiosdelDIBUJO.es
Tumblr media
0 notes
polarhoid · 1 year ago
Text
Dundi
Hoy por la mañana estaba haciendo fila para comprar una docena de tamales. Por lo menos había siete personas delante de mí. El local es pequeño y siempre está repleto porque los tamales están sabrosos y te los sirven calientitos. Así que la cola la hacíamos afuera del local. Ahora bien, están remodelando la plaza donde está el localito y por eso los puestos contiguos lucen a medio construir y rodeados de escombros, bultos de cemento, varillas, dos o tres instalaciones de arte contemporáneo [pilas de barro bloques] y mucha arena. Aunque nada de eso nos detuvo a nosotros los cazadores mañaneros de tamales. Ahí estaban también los albañiles haciendo mezcla, alambrando castillos y entonces uno de ellos volteó una carretilla que estaba bocabajo y de ese abajo salió una rata gorda y negra que, cuando vio que el albañil alzó una pala para darle un palazo, se fue andando a brinquitos y muy quitada de la pena justo directo a la fila de los tamales. Una señora gritó ay, y otra vio la rata y se metió corriendo a la tienda, y el señor norteño de pantalones wrangler que esperaba frente a mí, se quedó quieto, sobrio y valiente, presumiéndonos a todos los ahí presentes su sangre gélida y sus nervios de acero galvanizado. Yo tampoco me moví y no porque no quisiera salir huyendo, sino porque mi cuerpa de más de cuarenta no tuvo los reflejos para reaccionar, y por eso pude ver en primera fila de la fila cómo la ratota negra caminó ella muy tranquila por encima de las botas amarillas de avestruz del Cocodrilo Dundi de la Lindavista. El don vio la mancha negra gordísma que reptaba por sus botas y sólo se chupó los dientes y alcanzó a sacudir levemente su pie izquierdo para espantar al animal. La rata siguió su camino de brinquitos y se alejó de la fila y se refugió debajo de una escalera en obra gris. El viejón Dundi, al parecer estaba consciente de su hazaña, y, cuando la fila volvió a formarse se volteó hacia mí y con una voz increíblemente grave y rasposa, me dijo: las ratas no hacen nada; nos tienen más miedo a nosotros, que nosotros a ellas. Ah, sí, pues sí; le dije al vaquero sólo porque realmente no supe bien qué decir ante su afirmación. Primero, porque a mí sí me dio un chingo de miedo que el animal me mordiera y, segundo, porque cuando todos volvimos a nuestro lugar, volteé a inspeccionar debajo de la escalera y allí estaba: su cabeza picuda, sus ojitos perfectamente negros, profundos y redondos, sus orejas alzadas, su hocico peludo y sus dos dientones herrumbrosos. Allí estaba la rata asomando su cabezota y observándonos desde una grieta entre unos bloques. Y sí, es verdad que yo no soy un zoólogo especialista en leer las emociones de las ratas, pero ella nos observaba a cada uno de los que estaba en esa fila y lo que había en esos ojos vacíos, inhumanos, podría ser cualquier cosa, pero miedo, -no lo sé Mr. Dundi- lo que se dice miedo, definitivamente no lo era.
13 notes · View notes
sminecrafting · 1 year ago
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Iglesia de los santos Justo y Pastor, Celada de Cea (León) en Minecraft.
Su interior alberga un retablo renacentista que data de mediados del siglo XVI. Este retablo se compone de tres cuerpos y cinco calles sobre un sotabanco de fábrica y predela.
Aunque la calle central de los primeros cuerpos sufrió algunas pérdidas, estas fueron restauradas con la inclusión del sagrario en el primero y las esculturas de los santos titulares del templo en el segundo. Sobre estos se encuentra la imagen en bulto redondo de la Virgen María, que data del siglo XVI.
Para más, tenéis nuestro canal de youtube:
6 notes · View notes
rinascimentoebarocco · 1 month ago
Text
Benvenuto Cellini's salt cellar, (26 cm × 33.5 cm) 1543
Tumblr media
Saliera di Benvenuto Cellini, (26 cm × 33.5 cm) 1543
(English / Español / Italiano)
"He had depicted the Sea and the Earth sitting and intertwining legs, just as certain arms of the sea go into the land, and the land into the sea".
Unanimously acknowledged as the world's most expensive salt cellar (worth an estimated 50 million euros), it was originally commissioned by the Cardinal of Ferrara, whereupon King Francis I of France, upon seeing the idea of such a whim, added a resounding "pour moi" or (as you prefer) "for me".
To understand the "how" of this golden salt cellar, it is important to know what Mannerism is and to know something about Cellini.
Mannerism is understood as a flirtation between the Renaissance and the Baroque. In it, classical ideals are still desirable, but with something more: a style of its own. If the bodies were once muscular, now they were even more so, and in impossible positions, all imbued with movement and theatricality.
On the other hand, Benvenuto Cellini, as well as being a disciple of Michelangelo, sculptor and goldsmith, was quite a character. In the Sack of Rome (1527), at the age of only 27, he killed the contentious Charles of Bourbon with a blunderbuss, or so he claimed.
The saltcellar, as mentioned above, is made of gold, enamel, ivory and ebony. In it, the goddess Tellus and Neptune, both in a round figure, are placed facing each other. Tellus is the personification of the Earth and appears to be cruising with Neptune, who symbolises the Sea. Tellus holds in his hand the horn of plenty, while Neptune holds his trident, surrounded by sea horses or hippocampi.
The small temple on the right of Tellus is designed to hold the pepper and the boat on Neptune's side would contain the salt. At the base, in the form of a running frieze, are depicted Day, Night, Dusk and Dawn, as well as the Four Cardinal Winds.
It is not known whether the salt cellar was functionally used as such, although the thieves seem to have cared little about the true purpose of the piece. In fact, it was stolen in 2003 from the Kunsthistorisches Museum only to turn up three years later buried in a boot in the middle of the forest. Very much in line with Mr. Benvenuto.
-----------------------------------------------------------------------------
-«Había representado al Mar y a la Tierra sentados y entrecruzando las piernas, tal como ciertos brazos de mar entran en la tierra, y la tierra en el mar». 
Reconocido de forma unánime como el salero más caro del mundo (por un valor estimado en 50 millones de euros), fue encargado originalmente por el cardenal de Ferrara, en lo que el rey Francisco I de Francia, al ver la idea de semejante capricho, apostilló un sonoro «pour moi» o (como se prefiera) «para mí».
Para entender el «cómo» de este salero de oro es importante saber muy por encima qué es el Manierismo y conocer algo de Cellini.
El Manierismo se entiende como un coqueteo entre el Renacimiento y el Barroco. En él los ideales clásicos siguen siendo deseables, pero con algo más: estilo propio. Si los cuerpos antes estaban musculosos ahora lo estarán todavía más y en posiciones imposibles, todo imbuido de movimiento y efectismo. 
Por otro lado, Benvenuto Cellini, además de discípulo de Miguel Ángel, escultor y orfebre, era todo un personaje. En el Saco de Roma (1527), con solo 27 años mató de un trabucazo al contestable Carlos de Borbón, o eso afirmaba él.
El salero, como se ha dicho, está hecho de oro, esmalte, marfil y ébano. En él, la diosa Tellus y Neptuno, ambos en bulto redondo, están situados frente a frente. Tellus es la personificación de la Tierra y parece estar de cruising con Neptuno, que simboliza el Mar. Tellus sostiene en su mano el cuerno de la abundancia, mientras que Neptuno sujeta su tridente, rodeado de caballos marinos o hipocampos.
El pequeño templo a la derecha de Tellus está diseñado para guardar la pimienta y el barco en el lado de Neptuno contendría la sal. En la base, a modo de friso corrido, están representados el Día, la Noche, el Atardecer y el Amanecer, además de los Cuatro Vientos cardinales.
Se desconoce si el salero fue utilizado funcionalmente como tal, aunque poco parece importar a los ladrones el verdadero propósito de la pieza. De hecho, fue robada en 2003 del Kunsthistorisches Museum para aparecer 3 años más tarde enterrada dentro de un baúl en mitad del bosque. Muy en la línea de don Benvenuto
------------------------------------------------------------------------------
"Aveva raffigurato il Mare e la Terra seduti e con le gambe intrecciate, così come certe braccia del mare vanno nella terra e la terra nel mare".
Unanimemente riconosciuta come la saliera più costosa del mondo (il suo valore è stimato in 50 milioni di euro), fu originariamente commissionata dal cardinale di Ferrara, al quale il re Francesco I di Francia, vedendo l'idea di un tale capriccio, aggiunse un sonoro "pour moi" o (come preferite) "per me".
Per capire il "come" di questa saliera d'oro, è importante sapere un po' cos'è il Manierismo e conoscere qualcosa suCellini.
Il Manierismo è inteso come un flirt tra il Rinascimento e il Barocco. Gli ideali classici erano ancora desiderabili, ma con qualcosa in più: uno stile proprio. Se un tempo i corpi erano muscolosi, ora lo erano ancora di più, in posizioni impossibili, tutti impregnati di movimento e teatralità.
D'altra parte, Benvenuto Cellini, oltre a essere un discepolo di Michelangelo, scultore e orafo, era un vero e proprio personaggio. Nel Sacco di Roma (1527), a soli 27 anni, uccise con un colpo di archibugio il litigioso Carlo di Borbone, o almeno così sosteneva.
La saliera, come già detto, è realizzata in oro, smalto, avorio ed ebano. In essa, la dea Tellus e Nettuno, entrambi in figura rotonda, sono posti l'uno di fronte all'altro. Tellus è la personificazione della Terra e sembra navigare con Nettuno, che simboleggia il mare. Tellus tiene in mano il corno dell'abbondanza, mentre Nettuno regge il suo tridente, circondato da cavalli marini o cavallucci marini.
Il tempietto a destra di Tellus è destinato a contenere il pepe, mentre la barca a lato di Nettuno conterrebbe il sale. Alla base, sotto forma di fregio, sono raffigurati il giorno, la notte, il crepuscolo e l'alba, oltre ai quattro venti cardinali.
Non si sa se la salina sia stata utilizzata in modo funzionale, anche se sembra che ai ladri non interessasse il vero scopo dell'opera. Infatti, è stata rubata nel 2003 dal Kunsthistorisches Museum per poi essere ritrovata tre anni dopo sepolta in un bagagliaio in mezzo alla foresta. Molto in linea con Messere Benvenuto.
Source text: Historia Arte by  Santiago Mejías Blake
0 notes
relatosdecarlos2 · 10 months ago
Text
Llamada inesperada
El móvil empezó a vibrar. Al mirar la pantalla me quedé sorprendido. Conocía a María desde hacía más de un año, pero apenas había hablado con ella, siempre por trabajo.
- Dime María, ¿qué tal estás?
- ¿Estás en la oficina?
- Sí, ¿qué necesitas?
- Ir para hablar contigo, necesito un favor.
- Vale, vente para acá.
Media hora después sonó el timbre de la puerta, cuando la abrí ahí estaba María. Llevaba unos leggins azules que le quedaban muy ceñidos y seguramente le marcarían muy bien su redondo culo. En la parte de arriba llevaba un top negro y azul ajustado que dejaba ver su vientre y su ombligo, y al no llevar sujetador se notaban un poco sus pezones.
- Pasa por favor.
- Gracias.
Dejé que María pasara delante de mí. Efectivamente su culo redondo se marcaba muy bien, dejando notar que llevaba puesto un tanga. La seguí hacia dentro, coloqué un par de sillas frente a frente, le ofrecí sentarse en una y yo me senté en la otra
- Dime, ¿qué necesitas?
- Quitarme el calentón que tengo.
- ¿Cooomo?
- Pues iba a salir a correr, me estaba vistiendo, y al ponerme el tanga me rocé un poco el clítoris, se me puso sensible y los pezones duros.
- ¿Y pensaste en mí para follar?
- Sí, ¿te molesta?
- No, me halaga.
- Pues entonces se acabó la charla.
María se levantó de repente de su silla y se abalanzó sobre mí. Se sentó a horcajadas encima de mis piernas y me besó. Yo respondí a su beso metiendo mi lengua en su boca y entrelazándola con la suya. Mi polla no tardó en ponerse dura como una piedra y al notarla María restregó su entrepierna fuertemente contra el bulto de mi pantalón.
Llevé mis manos a su culo y lo agarré con fuerza. Las subí despacio por sus caderas, enganché el top con mis dedos y se lo quité, dejando sus pechos redondos al aire. Llevé mi boca a uno de ellos y lo chupé con fuerza, a lo que su pezón reaccionó endureciéndose. La sujeté por las caderas y alterné sus pechos con mi boca, saboreándolos a la vez que María gemía.
La empujé un poco para que se levantara, me incorporé y la apoyé contra una mesa cercana, me arrodillé detrás de ella dejando su trasero a la altura de mi boca. Tiré de sus leggins hacia abajo y dejé su culo al aire, sus glúteos estaban separados por un tanga rojo. Le di una cachetada en uno de sus glúteos mientras mi boca se acercaba al otro, donde le di varios besos suaves.
Deslicé mis dedos entre sus glúteos buscando la tira del tanga, hasta que la cogí. Tiré de ella apartándola y seguidamente metí mi boca entre sus glúteos a la vez que los separaba con mis manos. Bajé mi lengua a su coño y la metí todo lo que pude, haciendo que María soltara un fuerte gemido. Su coño empezó a mojarse mientras ella se agarraba con fuerza a la mesa y se estremecía de placer.
Subí mi lengua hacia arriba y la hundí en su culo. Ella llevó una de sus manos a mi cabeza y la apretó contra su culo sin parar de gemir.
- Uuuuf ¡sigue! ¡Saboréalo bien!
Hundí mi lengua todo lo que pude. María soltó un fuerte gemido a que resonó en toda la oficina. Yo me afanaba en saborear su culo mientras mi polla se endurecía al máximo. Separé mi boca de su trasero, ella se incorporó y con mis manos la hice darse la vuelta. Le bajé el tanga y se lo quité junto con los leggins. La empujé hacia la mesa haciendo que se sentara en ella.
- Échate hacia atrás y abre las piernas.
María me obedeció, dejando a la altura de mi boca su bonito coño depilado. Acerqué mi boca y deslicé mi lengua por sus labios mayores. Seguidamente los separé despacio con mis dedos y hundí mi lengua todo lo que pude, haciendo a María gemir fuertemente. Jugué con mi lengua saboreando todos los jugos que salían de su coño. Sus gemidos aumentaban y sus manos apretaron mi cabeza contra su coño.
- ¡Qué bien lo comes! Ahora te comeré la polla a ti.
María soltó mi cabeza y se incorporó, yo me aparté a la vez que ella me hacía levantarme. Al ponerme de pie me besó, y compartí con ella el sabor de su coño. Mientras nuestras lenguas se entrelazaban sus manos desabrocharon mi cinturón y mi pantalón. Empezó a agacharse mientras me bajaba el pantalón y mi ropa interior.
Cuando quedó de rodillas se metió la punta de mi polla erecta en la boca, y suavemente llevó sus labios hasta la base, tragándosela entera. Yo solté un gemido de placer. Empezó a mover despacio su boca, recorriendo mi polla desde la base hasta la punta y al contrario. Acompañó los movimientos de su boca con su mano derecha, intensificando mi placer.
- Uuuuuf ¡qué bien la chupas!
- También sé chupar en más sitios.
Se puso rápidamente de pie, me hizo girar hacia la mesa y con una de sus manos empujó mi espalda hacia abajo, haciendo que quedara apoyado en la mesa de la oficina. Se volvió a agachar, esta vez detrás de mí. Separó mis glúteos con sus manos y hundió su lengua en mi culo, lo que hizo que soltara un fuerte gemido.
Noté su lengua saboreando mi ano, haciendo círculos y hundiéndola todo lo que podía. Mi polla se endureció como nunca, y ahora eran mis gemidos los que llenaban el despacho.
- Joooder, ¡no me esperaba esto!
- Solo te estoy haciendo lo mismo que tú a mí.
- Pues ponte de pie para que pueda follarte.
Soltó mis glúteos y se incorporó. Volvimos a besarnos mientras nos girábamos y María se sentaba en el filo de la mesa. Bajé mi boca a sus pechos y volví a besarlos y chupar sus pezones, mientras su mano masturbaba mi polla.
- Sí que la tienes dura, métemela ya por favor.
- Como quieras.
Se echó para atrás y abrió las piernas, yo acerqué mi polla a la entrada de su coño. No me costó meterla hasta el fondo gracias a toda la lubricación que tenía. María gimió, me rodeó con sus piernas y yo empecé a moverme. Sus gemidos de placer mientras yo la embestía llenaban la oficina.
- ¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Fóllame!!! ¡¡¡Qué ganas tenía!!!
- ¡Ahora por detrás!
- ¿Por el culo?
- No, eso esta noche. Bájate de la mesa.
Dejé de embestir a María, que se incorporó y se bajó de la mesa como le pedí. Se dio la vuelta y apoyó los brazos sobre la mesa. Me coloqué detrás de ella, la sujeté por las caderas y se la metí de golpe hasta el fondo de su coño. Soltó un grito de placer a la vez que estiraba sus brazos y se agarraba al filo de la mesa.
- ¡¡¡Sigue Carlos!!!
Empecé de nuevo a moverme, esta vez sujetando sus caderas y embistiéndola con fuerza. Sus gemidos se convirtieron en gritos cada vez más fuertes. Mi polla entraba y salía de su coño, la tenía muy dura y la sentía muy gorda, rozando con sus paredes vaginales. Notaba cómo su flujo salía por fuera de su coño. Empezó a estremecerse, su orgasmo estaba llegando.
- ¡Me corro Carlos!
Aumenté más la fuerza de mis embestidas, aunque el ruido de mi pelvis chocando con ella quedaba tapado por sus gritos. Se estremeció con fuerza en medio de un fuerte grito, y noté cómo su coño explotaba a la vez que sus piernas temblaban sin parar.
- AAAAAH, AAAAAAAAH… Qué buen orgasmo.
- Desde luego ha sido bueno, ahora me toca a mí.
- Sí, pero quiero que te corras en mi boca, seguro que estás cargado.
Se incorporó rápidamente de la mesa y se bajó de ella, poniéndose seguidamente de rodillas. Agarró mi polla que estaba empapada de sus jugos y se la metió en la boca. Empezó a chuparla con ganas, yo la veía aparecer y desaparecer rápidamente. Empecé a estremecerme, indicándole a María que estaba a punto de explotar.
- ¡¡¡Me corro María!!!
Sin poder aguantarme exploté llenando su boca de semen, mientras seguía chupándome la polla. Vi cómo dejaba escapar el semen que no era capaz de tragar mientras su mano acompañaba el movimiento de su boca. Cuando dejé de temblar paró de moverse y dejó de chuparme la polla.
Con uno de sus dedos recogió el semen que le chorreaba por la barbilla y se lo llevó a la boca, tragándoselo a continuación. Se puso de pie y nos besamos, mi polla estaba recuperando su tamaño de reposo.
- ¿Y qué idea tienes para esta noche?
- Si te parece cenamos juntos y nos vamos a un hotel.
- Me parece perfecto.
Limpiamos el resto de nuestros fluidos, nos vestimos y nos fuimos juntos de la oficina.
0 notes
delaoscuridadbajoelneon · 1 year ago
Text
Historias de Galerías #5
Nicolas
La puerta cerrada con pestillo. La llave del lavamanos gotea rítmicamente, haciéndose escuchar por sobre el rumor sordo de la música que llega desde el living de la casa, dónde la fiesta continúa, mientras la Scarlett y yo, estamos encerrados en el baño del segundo piso, lejos de todos para que nadie nos moleste.
Sentada ante mi, en la taza del baño, me la chupa.
Mi verga llena su boca que, con su lengua húmeda envuelve la roja cabeza que palpita con cada caricia y suspiro cálido que llega a mi entrepierna.
Con una de sus manos acaricia mis testículos y con la otra sostiene mis nalgas, y yo la sostengo del cabello perdido en la sensación de sus labios subiendo y bajando a través de mi verga, y apenas tengo la oportunidad, bajo una de mis manos a través del peto que usa sin sostén y busco sus pechos para jugar con ellos.
Nuestra imagen acá, debe apelar a la estética más básica y simple del porno. Gonzo. Y eso me excita más...
Sonrio.
Encerrados en la penumbra, yo con mi camisa abierta y los pantalones y boxers abajo; ella sentada con su minusculo short de mezclilla y la tanga enredados en sus pies, que calzan unos delicados zapatos de taco alto negros que me fascinan. Cada vez que se detiene por un instante y se saca la verga de la boca, para tomar algo de aire y volver a chuparla, en ese preciso instante, puedo ver su deliciosa vagina aún húmeda y mojada con mi saliva. Su sabor aún me llena la boca. Su delicioso jugo, las cosquillas de sus vellos incipientes en mi rostro, el calor de sus muslos apretándome la cabeza mientras le chupaba el clítoris, sus dedos enredados en mi cabello, gimiendo suavemente...
No lo puedo evitar.
Arrodillado ante ella me desabrocho el pantalón y me comienzo a masturbar, sin que mi lengua deje de recorrer y penetrar ese delicioso coño...
Como aquella vez con la Gladys en la Bodega de juguetes, cuando éramos promotores en el Paris del Parque Arauco. Cuando al ver que estábamos solos, paramos de trabajar un momento para jugar al papá y la mamá. Se bajo los pantalones y se sentó en una caja, abriéndose de piernas para mi.
Tenía los vellos rubios, y yo que juraba que su pelo negro era natural.
Mi lengua recorre sus labios. El tamaño de su clítoris me sorprende. Lo encierro entre mis labios y lo chupo.
Sus muslos me aprietan.
Sus manos tiran mi cabello.
Sus zapatillas rasguñan mi espalda.
Se retuerce cada vez más. La afirmo de las caderas y la atraigo hacia mí. Siento el bulto en mi entrepierna que crece y me incomoda, así que me desabrocho el pantalón y lo libero. Los gemidos de la Gladys me calientan cada vez más, me pide que siga así, así, sigue así mientras presiona mi cabeza contra su pubis.
Está al borde del orgasmo.
Y la sigo chupando mientras me masturbo
De la misma forma que acaba de pasar en este baño, hace unos instantes atrás. La Scarlett sentada en el borde de la tina, mientras yo, con mi lengua, hurgaba en su deliciosa vagina, con mi verga en mi mano, llevándola a algo parecido a un orgasmo.
Me detiene. Se sonríe al verme con la verga en la mano.
Y ahora, ella me la chupa.
De la misma forma que lo imaginé la primera vez que la vi, bailando sobre el minusculo escenario del Salieri's, un día en el que aburrido de la vida, decidí hacerle una visita al Maikol en su trabajo. Con un bikini minusculo que desapareció al comenzar una canción lenta de Evanescence, con la que juega con sus pechos, pequeños pero turgentes, pellizcando sus pezones, dejándose acariciar fugazmente por hombres que, apoyados en la barra, luchan contra el aburrimiento de la vida al igual que yo.
No te vayas a enamorar se burla el Maikol al ver mi mirada perdida en ella, que en ese momento le da la espalda al público y se agacha ligeramente, mostrando en su esplendor un culo redondo que, generosamente, abre con sus manos enseñando su ano y su vagina depilada.
Me río. Le digo que es posible que lo haga.
La canción termina. Recoge sus prendas y baja del escenario, ayudada por dos califas. Una nueva canción comienza, y una chica de tetas masivas se sube al escenario a bailar. En aquel momento ya no me importaba lo que pasaba en ese escenario.
El recuerdo se disipa lentamente en el gozo que me llena ahora. Abro mis ojos y la observo, disfrutando de su lengua que no se detiene. Se la saca de la boca, para recorrer cada centímetro de mi verga que se alza insistente en esta oscuridad.
Por eso me gustan estas chicas, que trabajan en topless y en cafes con piernas que nunca son cafés con piernas. Fuera del trabajo, en un carrete, en la vida diaria, muchas de ellas pueden llegar a ser la actriz porno que necesitas.
Si juegas tus cartas correctamente, y muestras que no eres otro imbécil más en este mundo lleno de imbéciles, puedes cumplir muchas de tus fantasias, porque ellas también la pasan bien.
Un mundo lleno de gozo carnal.
Si igual les gusta.
Además, Porque no me habria de gustar la Scarlett?, una mujer curvilínea de tez blanca, cabello ondulado, ojos color miel, un culo exquisito enfundado en ese short de mezclilla, y unas tetas que daban ganas de mascar, apenas ocultas bajo ese pequeño peto negro que solo sabia resaltarlas más.
Cuando el Maikol llegó fingió sorpresa, al verla a ella y a su amiga, Gery. Otra chica guapa, por la que el Maikol no era capaz de disimular su enamoramiento.
Así que me adelanto a los otros y la invito a un trago.
Cuento corto, terminamos acá.
Sentada ante mi, con su lengua caliente recorriendo mi verga al ritmo sordo del reggaeton que llega de la fiesta, sus labios rodeando mi cabeza y la succión que me lleva al cielo en un segundo.
Esto es porno. Definitivamente porno. Como las películas que he visto miles de veces en internet y en las películas piratas que a veces veo con el Método, fumándonos un pito.
La Scarlett no es como con la mayoría de las minas. Pacatas. Siúticas. Que ponen demasiados problemas para chupártela; y cuando lo hacen, son tan solo segundos. Una chupadita suave, ligera, para que no se note en el aliento; una chupadita rápida antes de que alguna gota de leche caiga en sus lenguas. Una chupadita rápida en el baño antes de que alguien se dé cuenta de que hay una pareja perdida y el baño lleva ocupado demasiado tiempo.
¿Cuánto tiempo llevamos acá?, ¿15, 20, 30 minutos?, no me importa. La lengua caliente de la Scarlett se enrosca en mi verga y me estremezco. Es lo único importante.
Cierro los ojos.
¿Vai a acabar? Me pregunta. Su voz me despierta de la ensoñación en la que estoy. Abro los ojos y la miro. Por la comisura de sus labios cae un poco de saliva. Aún tiene mi verga en su mano derecha. Húmeda y dura. Del peto se le escapa un pecho. Veo que una gota de semen cuelga de la punta.
Porque parece que estas a punto…
La gota cae en mi zapatilla. La Scarlett se ríe, mientras corre todo el cuero hacia atrás, dejando la cabeza, rosada e hinchada, al aire.
Me estremezco.
Con su mano derecha, comienza a masturbarme suavemente, mientras que con la izquierda me tira suavemente de los testiculos. Sería el fin ideal si pudiera eyacular en su cara o en sus pechos. Pero sé que no va a ser así. Con la experiencia que tiene, va a saber cuándo estaré a punto de terminar y mi semen terminara en la pared del baño.
Y no corriendo por su cara o colgando de sus pezones. Algo poco digno del porno.
Me gustaría metérsela. Que tuviéramos sexo acá en el baño. Ella apoyada en el lavamanos y yo metiéndosela por atrás. También podría sentarme en la taza del baño, y ella montarse arriba mío. Tengo un condón en la billetera, uno que compre para usar el sábado pasado con la Mirna; pero que al final no se pudo por esas cosas de la vida y ex pololos que aparecen a mitad de la noche.
La tomo de los brazos tratando de levantarla y atraerla hacia mí. Lo hago. La beso. Quiero que se dé vuelta, que se ponga en cuatro. Quiero que esta noche siga siendo porno. Quiero agacharme y lamerle otra vez en el sapo, como lo he visto que se lo hacen a Nikki Benz o Diamond Foxxx, y mientras lo hago, buscar el condón en mi billetera.
Pero no. No se da vuelta. Me besa con fuerza y el ritmo de su mano aumenta.
Quiero metértela… Susurro en su oreja, mojándola con saliva.
Ella se ríe. Me besa otra vez.
Tengo un condón guardado… Le digo.
Su mirada me derrite. Su lengua recorre mi cuello sin ningún instante dejar de masturbarme. Sus dientes me muerden el lóbulo de la oreja. Ahoga una sonrisa. Sus dedos índice y pulgar ahora frotan suavemente el borde de la cabeza de mi verga húmeda. Mis rodillas tiemblan. Ella ahoga mis gemidos con sus besos.
¿Todavía me la quieres meter?… Pregunta.
La miro. Del peto aún se le escapa un pecho, que automáticamente toco. Miro hacia abajo y contemplo su vagina, y sus largas piernas que terminan en esos zapatos de taco alto. ¿Dónde están el short de jeans y su tanga?
Después de la Scarlett, de este instante, se que todas las minas que vendrán me parecerán insípidas y aburridas. Mujeres que esconden su fuego interior y que permiten que este se consuma lentamente; apagados en sueños y realidades estúpidas.
Las caricias de la Scarlett en la cabeza se hacen más fuertes. Siento un calor que emana del fondo de mis testículos. Ya no aguanto más. Acabo en un orgasmo intenso. Chorros de semen cae en la tina, el lavamanos y el piso. Un último beso de la Scarlett, que me muestra su mano llena de mi semen, antes de abrir la llave y lavarla.
Limpio con trozos de confort mientras miro de reojo como se pone la tanga y el short, y se arregla el peto.
Me abrocha el cinturón en un gesto que me parece tierno.
Quiero seguir bailando con ella. Descansar un par de minutos y que se me pare de nuevo. Quiero llegar más lejos. Un taxi, un motel con espejos en todos lados, que seamos los actores pornos a quienes les falta hacer la escena final, en una cama King Size donde el tiempo y el espacio no sea un problema.
Volvemos a la fiesta.
El Maikol se ha ido con la colombiana. Ya son casi las cuatro de la mañana y al parecer la fiesta no tiene fin.
0 notes
ghqstfqce · 2 years ago
Text
𝑪𝒂𝒓𝒓𝒊𝒆 𝑾𝒉𝒊𝒕𝒆 𐇵 𝑺𝒆𝒙 𝑻𝒐𝒚𝒔 ݁ ׅ ֢ ࣪ ㅤㅤ♡︎ㅤㅤ𝟤8.10.𝟤𝟤ㅤㅤ!!ㅤㅤ𔓕
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
♡𝅼 Ꞌꞌ : carrie white x afab ! reader ' pronouns ellx/they ' minors dni y si deciden ignorarme, no quiero verles interactuando ' carrie se encuentra en la universidad, póngale la edad que gusten ᯇ 𝗸𝗶𝗻𝗸𝘁𝗼𝗯𝗲𝗿.
Tumblr media
Oh Carrie.
Oh Carrie.
Su dulce Carrie.
Sabía todo del pasado de Carrie. El acoso al que fue expuesta, la dictadura religiosa a la que su madre la sometio desde que era una niña y finalmente la muerte de todos sus compañeros. Y aun así con un conteo de muertes tan grande para una chica universitaria, sabía que fue la primera vez de Carrie en varias cosas, sabía que fue la primera persona con quien Carrie se entrego a los pecados carnales, a explorar su propio cuerpo y el ajeno, prometio ir lento y ser cuidadosx con su dulce chica.
Aun así, cuando vio un bonito consolador color rosa, no resistio el pensar en lo preciosa que se vería Carrie montandolo mientras usaba su tan preciada corona del baile de graduación de hace años. Intento hacer el pensamiento de lado, todo por el bien y el amor que sentía por su chica, pero una persona puede soportar hasta cierto punto.
Fue regresadx a la realidad por el delicado gemido, casi un chillido, por parte de Carrie quien ahora se encontraba frente a ella sentada sobre el pequeño pero considerable dildo dentro de ella.
La vista era mucho más que erotica, la dulce y delgada Carrie respiraba con dificultad, haciendo que su pecho subiera y bajara, resaltando sus pequeños pero redondos senos llenos de sudor, sudor que le daba a su piel un brillo que la hacia ver etérea y si fijaba bien su vista, podría notar como el juguete dentro de ella resaltaba creando un pequeño bulto en su estomago. Entre sus respiraciones se escapaban pequeños gemidos que junto al estimulo visual, no hacian más que aumentar la humedad entre tus piernas.
— ¿Si, cariño?
— ¿Puedo moverme? Es demasiado.
— ¿Quieres darme un pequeño espectaculo, princesa? ¿A unx simple plebeyx como yo?
— Por favor, señorx, por favor, Dios, sere tan…– Su suplica se vio interrumpida cuando resbalo ocasionado que el juguete se introdujera un poco más en ella.
— Ya que lo has pedido tan amablemente, adelante.
Tumblr media
41 notes · View notes
shinnych4nnie · 3 years ago
Text
Yes, sir // Lee Minho (+18)
Tumblr media
Lee know x lector femenino
CONTENIDO NO APTO PARA MENORES DE 18!!!
advertencias: Minho!dom lector!sub, Minho!narrador, juguetes, apodos (bebé, muñeca), nalgadas, sexo oral, sexo sin protección ( ustedes tienen que usar ok?)
SI ESTE CONTENIDO NO ES DE TU AGRADO, POR FAVOR, SOLO IGNORAR
© este contenido solo pertenece a @shinnych4nnie no traduzcas/adaptes sin consultarme antes y darme créditos
.
.
.
día lluvioso, sábado por la tarde, el reloj recién marcaba las 7 pm y el sol ya se iba escondiendo en el horizonte cuando a mi novia se le ocurrió ver una película. como el buen novio que soy le dije que eligiera. no la habría dejado elegir de saber que elegiría 50 Sombras de Grey.
uff lo que hago por la mujer que amo.
acostados en el sofá de la sala, ella acostada en mi pecho arropados por un manta gris y un cuenco de palomitas.
la película había comenzado y no presté atención hasta que la parte de la "acción" empezó. no sabía que tan intensa e interesante sería. tampoco sabía mucho del BDSM, solo lo simple, que se atan y golpean, pero esto va más allá de lo que pensé. mire a mi novia pensando tal vez como se vería la blanca piel de sus nalgas rojas por los golpes.
'minho, ¿te gustaría intentar algo de esto?'
'¿q-qué dijiste?' tartamudee creyendo que hasta haya leído mis pensamientos
'¿qué si te gustaría más palomitas? es que me entretuve tanto que me las acabé'
'eh no no, está bien' dije con nerviosismo
'bien, iré a buscar más porque yo sí quiero'
en cuanto se levantó, con su pierna rozó levemente el bulto en mis pantalones que no había notado anteriormente. espero que no lo haya notado, no sabría cómo explicarle que se me paró por pensar en ella atada y siendo azotada por algún tipo de fusta, todo por una estúpida película. tomé mi teléfono con el fin de distraerme y bajar la excitación de mi entrepierna.
'volví bebé' dijo parándose enfrente, e indicando que me vuelva a acostar para tomar su lugar encima mío, no fue hasta que levanté la vista que estaba con un conjunto de lencería negro de encaje, sus pezones duros podian verse a traves de la tela traslúcida con la tanga haciendo juego y unas portaligas colgando de sus caderas.
la boca se me hizo agua y mi entrepierna volvió a endurecerse contra el pantalón, recorrí su cuerpo de arriba a abajo y de abajo a arriba varias veces sin todavía creer lo que estaba pasando, la ví a ella agacharse a mi altura apoyándose en mis muslos, con una vista muy tentadora de sus tetas provocándome y llamándome para los muerda y lamiera cómo tantas veces hice. se acercó a mi oído y lentamente pasó su lengua por el lóbulo y por último mordió levemente tirando de él 'creo que me estuve portando muy mal últimamente y necesito un castigo señor'
mi mente dejó de funcionar en cuánto esa última palabra fue pronunciada, la cordura y el racionamiento dejaron de existir cuando un impulso me hizo tomarla de las caderas y ponerla en mis piernas boca abajo con su hermoso trasero redondo y blanco al aire, no pude evitar nalguear. ella gimió, le gustó, maldita sea.
'así que la bebé quiere ser castigada ¿que has estado haciendo que lo pides con tanta necesidad? mmh?' dije acariciando sus nalgas en círculos. subiendo y bajando por sus muslos y volviendo al trasero. 'responde' continúe, agarrando su mentón para poder verle la cara.
'y-yo estuve teniendo muchos sueños húmedos y...'
'¿y? oh ¿hay más que eso? continúa pequeña ¿con quién eran esos sueños?' dije y al no ver respuesta azoté dos veces, uno en cada nalga 'responde' dije firme y alto, el agarre en su mentón se intensificó al punto dónde sus labios se fruncieron.
'emm despertaba tan excitada que me estuve masturbando y los sueños eran contigo que me follabas por...' balbuceó el final de la oración y no logré entender, volví a nalguearla y está vez más fuerte haciendo que gritara 'habla fuerte y claro niña ¿por dónde te follaba? ¿hm?' su rostro se tornó carmesí y apartó los ojos de los míos. reí ante su repentina vergüenza '¿por el culo te follaba bebé?'
'si, señor' dijo aún apenada de lo que su mente hacía incluso dormida.
'imagino que ya tienes todo preparado para mí, verdad?' 'sí señor, hay una caja con cosas para ti'
'mi bebé malcriada, déjame ver qué haz preparado'
estiró su mano debajo del sofá y saco una caja que contenía una venda negra, esposas, lubricante y varios dilatadores anales metálicos en forma de bala. primero tomé la venda y tapé sus ojos 'brazos atrás' dije y coloque las esposas. estaba inquieta y ansiosa, podía sentir como se retorcía. imaginé que sus bragas ya estarían empapadas y buscaba algo de fricción con que satisfacerse. y yo también estaba necesitando, mi dura polla apretaba bajo el pantalón con solo verla apoyada en mis piernas podría correrme con solo mirarla en su estado vulnerable. me moría de ganas por follarla cómo tanto quería pero no sé lo haría tan fácil.
tomando de la caja el lubricando y uno de los dilatadores, rápidamente me deshice de sus bragas, mientras las sacaba podía ver cómo sus jugos goteaban de sus pliegues. no pude evitar pasar un dedo y acariciarla de arriba a abajo, una y otra vez. suave y despacio. ella solo suspiraba y se retorcia, el toque delicado la volvía loca. la desesperaba 'señor, por favor'. 'no te apures, todavía no empecé' dije y detuve las caricias dejando un beso húmedo en su trasero.
'ahora quiero que con tus manos abras tu trasero y me dejes ver tu entrada ¿puedes hacer eso por mi bebé?' 'si, señor' con ambas manos ,una en cada lado, abrió dejando ver su estrecha y perfecta entrada que me llamaba y tentaba para follarla, podía ver cierto brillo por la luz de su excitación que había llegado hasta ahí.
puse un poco de lubricante ahí y en mis dedos empezando a esparcir en movimientos circulares, sintiendo como empujaba con su culo para atrás para sentir más. dándole lo que pedía introduje el dedo índice cuando ya se había acostumbrado introduje uno más y otro. metiendo y sacando, adentro y afuera. cuando los dedos ya no se sentían apretados busqué el dilatador y lo bañé en lubricante. acercándolo a su entrada, lo metí de a poco viendo como su agujero se expandía y lo tomaba completamente, sus gemidos se intensificaban cuánto más lo metía. me detenía cada tanto para no lastimarla y luego continuaba hasta que la base, con un diamante plateado, indicaba que todo estaba dentro.
'es hora de ocupar esa boquita bebé' dije y la baje al piso poniéndola de rodillas, rápidamente me deshice del pantalón y la ropa interior tirandolos. agarrando mi polla dura y venosa, masajeando de arriba a abajo. la tomé por la base y golpeé su cara con ella 'abre la boca y no quiero que te muevas'
agarrando su cabeza para estabilizarme, la metí en su boca tibia dando penetraciones lentas, podía ver cómo movía su lengua alrededor de la cabeza jugueteando con ella cada vez que me retiraba. aumentando el ritmo sentía como la punta tocaba el fondo de la garganta, el ruido que hacía por toda la saliva acumulada caía por su mentón haciendo un desastre en su cara y en mi polla, verla así me producía tanto placer que me hacía querer venirme en este momento, como esa boca maestra podía hacerme sentir tan bien.
el ruido obsceno de la felación y mis gemidos con su nombre en mi boca llenaban la habitación, estaba a punto de venirme pero saqué mi miembro de su boca y rápido la tomé de la cintura y la coloqué en el sillón de espaldas con las rodillas clavadas y sus brazos en el respaldo. quité su brasier dejando sus pechos al aire y de un "plop" retire el dilatador. su culo a la vista, a mi merced me llamaba a comermelo y eso hice. pase mi lengua lentamente en círculos, metiéndosela por el agujero ya preparado para mí, besando y chupando y disfrutando de sus gemidos sin control.
'señor ya no aguanto más, por favor follame ahora, quiero que me folles' rogó casi llorando
'eres una niña muy insolente e impaciente eh, dije acariciando su trasero 'todavía no hice nada y ya estás gimiendo' dije seguido de dos nalgadas fuertes que dejaron mi mano marcada 'si vas a gemir que sea de verdad amor'
acomodándome en su abertura fui metiendo lentamente, haciéndola sufrir. sintiendo cómo sus paredes estrechas acariciaban mi circunferencia 'muñeca estás tan apretada, me haces sentir tan bien' entrando y saliendo, viendo como mi polla desaparecía entre sus nalgas, esas que seguían rojas y con las marcas de mi mano. mi novia comenzó a impacientarse, moviéndose de atrás para adelante queriendo que el ritmo sea más rápido '¿que querés niña?¿más rápido?'
'si si, por favor, más rápido señor'
termino de decir esas palabras y no tuve piedad. mis estocadas eran fuertes y decididas. la tomé del cuello haciendo que doblará su cuerpo hacia atrás pegando su espalda en mi pecho y su cabeza descansaba en mi hombro. tenía la vista de sus senos desde arriba, como subían y bajaban con cada penetración, eso me incentivó a moverme más y más duro, tomando un seno con mi mano pellizque y estiré su pezón duro y sensible. y con la otra acaricié su clítoris.
'señor lo quiero todo dentro, acabame dentro por favor' sus palabras me hicieron enloquecer y mis estocadas se volvieron toscas indicando mi próxima liberación, sus piernas temblando y su respiración pesada me decían que ya había llegado y con unas estocadas más deposite todo en su interior.
quitando la venda de sus ojos, me miró, me besó y me sonrió.
'¿amor, escuchaste lo que dije?'
'perdón, no escuché lo que dijiste, lo siento'
'te pregunté si querías más palomitas, me las comí todas y no te deje nada'
'no amor, gracias'
'bueno ya vuelvo, voy a buscar para mí'
agh, fue solo mi imaginación, si solo supiera como hacer para bajar está erección ahora…
.
.
.
34 notes · View notes
antaxzantax · 2 years ago
Text
15 de marzo de 1983
Una plúmbea oscuridad dominaba sobre un espacio donde la autoridad del silencio era incontestable. La filtración de la humedad por la piedra dotaba a la estancia de una anómala sequedad; una aridez que confundía la asociación de aquel lugar con su función. Una tumba erigida hace poco más de 100 años para albergar a quien fundó su familia: Veronica Ashford. La tumba de Veronica Ashford cumplía con los requerimientos de quien ha sido enterrado como una suerte de deidad viviente: un sarcófago de mármol de Carrara decorado con relieves neoclásicos, a imitación del bajorrelieve grecolatino. Esculturas de ángeles y de deidades europeas no cristianas se agolpaban en la tapa y en los laterales de un sarcófago elevado sobre un zócalo igualmente construido en mármol blanco. La artesanía era tan impresionante como la persona a la cual albergaba.
Alexander encendió de nuevo el único candelabro que hizo retroceder a las tinieblas. Como una hipotética recreación de la tumba de Alejandro Magno, el sarcófago de Veronica se situaba en el epicentro del espacio como único elemento visible y preeminente de una habitación completamente desnuda, salvo por las columnas que sostenían el techo y algunas decoraciones en altorrelieve y bulto redondo directamente esculpidas en la pared. Las tumbas del resto de sus antepasados, incluida la tumba de Edward Ashford, su padre, se localizaban en el mausoleo familiar, ubicado en los jardines de Ashford Hall. Veronica Ashford era la única que todavía reposaba en los sótanos de la mansión que ordenó construir, dormitando por toda la eternidad en la cámara principal de su peculiar pirámide.
La última vez que Alexander había visitado a su tatarabuela fue hace unos 14 años, cuando debió cometer un acto que, aunque aprobado por su padre, se sintió como un sacrilegio. La inmóvil paz de su descanso debió ser perturbada por una razón de fuerza mayor que a lo mejor, de haber estado viva, ella misma habría aprobado. El resultado fue un éxito. Veronica retornó al mundo mortal, aunque con otro cuerpo y con otro objetivo. Alexander intentó cumplir religiosamente con su propio deber y falló. Enmendó su error y pretendió que todo volviera a su estado original. E, inesperadamente, todo volvió a fallar. No sabía si es que su misma existencia estaba realmente condenada o es que simplemente Dios le odiaba, pero cada vez que comenzaba a atravesar un momento de gloria, el destino se torcía y retorcía tanto que la desesperación volvía a sobrevolar sobre su cabeza. Había llorado a solas en su dormitorio, como nunca había hecho desde que era un infante que apenas se sostenía en pie. Le habían temblado las manos, había maldecido, se había emborrachado y había fumado innecesariamente. Había discutido con el servicio y descargado su furia sobre los empleados que consideraba que no le eran leales. Había contemplado el suicidio en una ocasión y tomado más antidepresivos de los que le hubiera gustado.
Edward se había ido, dejando tras de sí una estela de genuina desesperación. Alexander se recolocó la corbata, suspirando. Ella estaba allí, ajena a todo cuanto había pasado. Todo por lo que había luchado. No debía rendirse. No cuando todavía tenía a Alexia. No lo haría porque no podía hacerlo. Aunque de sus ancestros no quedaban más que las momias, Alexander sentía el peso de su linaje sobre sus hombros. Si no lograba remontar, sentiría sus miradas de decepción desde el más allá. Lo haría, ya no por su familia, sino principalmente por sí mismo. Lo lograría.
6 notes · View notes
espanhois · 3 years ago
Text
some sculpture vocab in spanish:
la escultura - sculpture
el escultor - sculptor
el busto - bust
el torso - torso
exento, de bulto redondo - freestanding
el relieve - relief
el altorrelieve - high relief
el bajorrelieve - low relief
modelar - to model, to shape
tallar - to carve, to cut off
esculpir - to sculpt
la técnica artística - artistic technique
el modelado - modeling
la talla - carving, cutting
la fundición - smelting, casting
la soldadura - welding
la policromía - polychromy
el estofado - estofado
la materia, el material - material
el barro, la arcilla - clay
la cera - wax
la piedra - stone
el metal - metal
el bronce - bronze
la madera - wood
el mármol - marble
el hierro - iron
el marfil - ivory
el hueso - bone
la terracota - terracotta
táctil - tactile
liso - smooth
rugoso - rough, wrinkled
blando - soft
duro - hard
54 notes · View notes
terciariosfranciscanos · 2 years ago
Text
Cristo en la Cruz
#Murillo Barroco sevillano.
Museo del prado. No expuesto
El fondo nublado y tenebroso crea un contexto dramático donde se expone el sacrificio de Cristo en la cruz. La luz modela su cuerpo, y el breve giro de su torso y sus piernas acentúan la sensación de bulto redondo. Es una de las obras donde mejor se aprecia la influencia en Murillo de las estampas y pinturas de Anton van Dyck
Tumblr media
2 notes · View notes
erfigh · 2 years ago
Photo
Tumblr media
ℙ𝕚𝕖𝕥à (Michelangelo Buonarroti). ❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏ La Piedad del Vaticano o Pietà es un grupo escultórico en mármol realizado por Miguel Ángel entre 1498 y 1499. Sus dimensiones son 1,74 por 1,95 m. Se encuentra en la Ciudad del Vaticano. Esta obra es de bulto redondo, lo que significa que se puede ver desde todos los ángulos, pero el punto de vista preferente es el frontal. La Virgen María, joven, bella y piadosa, cuyas vestiduras se expanden con numerosos pliegues, sostiene a Cristo muerto y que, intencionadamente, aparenta mayor edad que la madre, en una composición triangular sosegada, llena de ternura y que muestra el dolor de una madre al ver a su hijo muerto en sus brazos. La juventud de la Virgen María es muestra del idealismo renacentista: se trata de representar el ideal de belleza y juventud, una madre eternamente joven y bella. ❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏❏ #roma #rome #basilica #basilicadisanpietro #michelangelo #pietàdimichelangelo #michelangelobuonarroti #pieta #vaticano #arterinascimentale #rinascimentoitaliano #rinascimento #sindromedistendhal #pietadimichelangelo #scultura #grupposcultoreo #statua #roma_cartoline_ #cittadelvaticano #arte #art #bellezzeitaliane #arteitaliana #cultura #bellezza #meraviglia #basilicadisanpietroinvaticano #pietà #capolavoro #chusayinka @ig_italy @ig_rome @igersitalia @igers.roma @yallersitalia @yallerslazio @roma_bestphoto_ @romacitytoday @roma_cartoline_ @don_in_italy @italy_bestpics @italy_bestplaces @italia_landscape @diariotricolore_lazio @italiastyle_lazio @lazio_foto @lazio_cartoline_ @lazio_mania__ @italiabestshot @rometravelers @visit__rome (en Basilica Di San Pietro,Vaticano) https://www.instagram.com/p/CmcoczjD9Gt/?igshid=NGJjMDIxMWI=
4 notes · View notes
viecome · 3 years ago
Text
Cuaderno de poemas. Manuel de Lope
Cuaderno de poemas. Manuel de Lope
A cierta edad el molde del corazón ya está formado, con sus bultos redondos y duros, sus cavidades y curvas confortables, sus rincones secretos y sus desgarraduras. Si algún cariño debe colmar ese corazón, tendrá que encajar con las formas.  Manuel de Lope
Tumblr media
View On WordPress
3 notes · View notes
otroputito · 4 years ago
Text
Leonardo (3era parte)
Leo miraba a su celular y yo no podía sacar la vista de su bulto. A decir verdad, lo único que no había visto de su cuerpo ese día era su verga. Su culo mas o menos ya me lo imaginaba, el shortcito que tenia puesto no dejaba bastante a la imaginación. Me vino una oleada de One Million mezclada con el olor a cuerpo de hombre recién bañado, quizás el mejor aroma posible en la historia del mundo. Se había bañado para sacarse el olor a humo de la parrilla. —¿De qué querés hablar? Ya me imagino igual... —Es que estamos re contentos con lo que nos conseguiste boludo, posta que pueden salir cosas muy buenas si te venís a laburar full time con nosotros... —Si ya sé, pasa que es un toque arriesgado... —¿Por qué? Hasta podes no sé, comisionar si crees que te hace falta... "¿Por qué? Porque estas durísimo Leo, ni la ducha ni la comida ni las advertencias de Ale te hicieron bajar, apenas lo logra el whisky, no puedo dejar lo que tengo y arriesgarme por dos merqueros que apenas conozco" pensé. Pero no lo dije. —Pasa que estoy por renovar contrato en el departamento, es justo una época jodida... Tuve que dejar de hablar porque las notificaciones de Grindr no paraban de vibrar en la mesita. —Disculpame... —Nah todo bien, que te dicen? —Eh? —A ver, mostrame, quiero ver... —Bueno... Se sonrió mientras los mensajes de Act Masc24 desfilaban por sus ojos, la verga y la cola de ese anónimo y de otros tantos que me habian escrito en solo media hora. Pero no era una sonrisa burlona. Era una de curiosidad. —¿Foto de cara no te pasó? —Si pero la borró porque tiene novia. —¿En serio? —Si, bah eso dice... —No digo, lo de la foto, no sabia que se podían borrar una vez enviadas... —Si pagás mensualmente si se puede, creo... No pude, no pude seguir. Leo tenia la pija despertándose y formando una carpa en su short. Me rei y segui tomando, nervioso y colorado como un adolescente.
Tumblr media
.—¿Que? —Nada... —¿Pasa algo? —No nada, solo que estás al palo boludo... —¿Y? Se sonrió como un nene travieso al que descubrieron haciendo algo indebido. Nos miramos a los ojos y ya descubrí que estaba pasando. Leo estaba haciendo el galanteo largo que le hace un hombre hetero a una mujer, el cual puede durar horas. Hay que comer, tomar, llegar a su corazón, hablar bien sin quedar como un degenerado. No Leo, entre varones es distinto. Podes ir al grano enseguida, pelas la verga y listo. —¿Pensas hacer algo con eso? —Y a vos que te parece que puedo hacer guachin? La música electrónica aburrida de Ale había terminado y el algoritmo de Spotify ya tiraba cosas parecidas. Leo dejó mi celular en el sillón, yo dejé el vaso en la mesita y comenzó a sonar Sexy Boy de Air. Me pareció muy loco, muy adecuado, muy para ese momento. Giré la cabeza hacia donde estaba el parlante. —¿Que pasó? —No boludo, esta canción...es muy loco. —¿Que? Lo sentí acercándose a mi. —No, que cuando yo estaba en la secundari-- Giré y ya tenia su cara a centímetros mío. Leo comenzó a besarme tímidamente. Nuestras barbas y nuestros labios se rozaron y se abrieron, dando paso a la punta de nuestras lenguas. No escuchaba otra cosa mas que su respiración sobre mis mejillas, no quería saborear otra cosa mas que su saliva por el resto de mi vida. No podía creer que finalmente eso estaba pasando, el corazón me latía de una manera bestial, me latía la cabeza al unísono, me latía la verga. Leo era mío. Me calentaba todo lo que estaba pasando, el ruidito de nuestras bocas separándose, la música acorde, la forma del sillón que nos invitaba a hacer 300 posiciones distintas. Agarré su nuca y lo sentí muy profundo en mi boca, su lengua queriendo penetrarme hasta el alma. Eso no era fingido, eso eran ganas que estaban dentro suyo hace rato. Los dos queríamos que esto pasara, yo no estaba loco. Él comenzó a tocarme el culo, a agarrarlo con fuerza mientras su lengua se encargaba del otro extremo de mi cuerpo. Por primera vez en mi vida, no sabía como seguir así que dejé a cargo a mi instinto por el resto de la noche. Sin dejar de besarlo, me subí encima suyo y comencé a sacarle la remera. Lo terminó de hacer él. El torso mas hermoso del mundo estaba adelante mío para que yo lo lamiera, me lo coma entero. Lo contemplé con la lujuria que un hambriento encara un buffet, no pude evitarlo. Todos esos músculos mas definidos que nunca, como formando una flecha hacia abajo, invitando a sus genitales. Pero Leo era de los míos, le gustaba besar. No me dejó hacer nada en su pecho y siguió trabajando en mi boca con su lengua. Yo acariciaba sus pocos pelitos del pecho y agarraba con fuerza sus pectorales mientras él estrujaba mi culo. Nuestras vergas al palo por encima del pantalón, se saludaban en el roce que daba el ritmo de nuestros besos. Arriba, abajo, arriba, abajo. Ahí estaba yo, ebrio en la madrugada porteña, cabalgando al hombre mas hermoso del mundo y cautivo de su aroma a One Million y whisky. Ahí estaba él, siendo oficialmente ¿bisexual? ¿bicurioso?, penetrándome con su lengua y obsesionado con apretar con fuerza mi cola. —Che... —¿Que? —Tenés re firme el culo... Me reí, no pude evitarlo. En otro momento ese comentario me hubiera hecho mierda, pero esa noche me pareció hasta tierno. —Pareces sorprendido... —Es que no sé, nunca me lo puse a pensar... —Gracias. Corté la charla para seguir con más besos. Leo era de los míos y además besaba excelente: la presión justa en los labios, el ritmo adecuado en la lengua y saber cuando usarla de manera profunda, respiración para estar presente, caricias.
Tumblr media
Noté que nuestras vergas ya tenían las puntas demasiado mojadas, había llegado el momento de bajar. Ahora si me dejó recorrer su pecho con besos y más lengua. Me vi muy tentado por sus pezones, rosaditos y redondos, en el lugar correcto del pectoral. Los besé y funcionó, Leo lanzó su primer gemido. Di vueltas en uno con mi lengua, seguí chupando y besando pero no mordí. No quería asustarlo, quería tratarlo bien. Besé sus abdominales, los cuales admiraba en silencio desde hacía horas y también desde aquella vez cuando vino al trabajo ese día de lluvia y se veían a través de su remera, mojada y pegada al cuerpo. Finalmente bajé el short de golpe, no quería demorar más la revelación. Ahí estaba, la verga más hermosa de la ciudad. Gruesa y no muy larga, rosada y venosa, inclinada tímidamente hacia la derecha como pidiendo perdón por estar tan dura y tan babosa en la punta. Iba a comenzar a comerla cuando Leo se inclinó para agarrar el vaso de la mesita y seguir tomando. Aproveché ese momento para bajarme la bermuda y empezar a tocarme. Él se echó para atrás en el sillón, mirándome con aprobación y ofreciéndome su carne, abierto de piernas. Comencé lamiendo la cabeza, por encima de la piel. El gusto saladito del preseminal me llegó y me volvió loco, Leo tenia el glande lleno, brillante y baboso. Un gran chupetín de carne, todo para mi. La seguí besando, oliendo y Leo me miraba sorprendido de mi admiración hacia su falo. Momento de empezar a tragarla como solo yo sé, entonces vinieron más gemiditos de Leo. —Ufff...que hijo de puta. Seguí tragando y cabeceando, llenándome la boca de pija y mirándolo a los ojos. Chupando y tocándole los pezones, lamiendo y haciendo piruetas con la lengua en la punta de su cabeza. Sentí la piel de sus piernas volviéndose de gallina, sus pocos pelitos erizándose en esos cuádriceps hermosos que hubiera lamido enteros al mismo tiempo si tuviera dos lenguas. Hacía tiempo que no me sentía tan servicial, tan putito y tan sumiso con mi hombre. Quería que tuviera la mejor noche de su vida. Leo se inclinó un poco hacia adelante, agarrando mi cabeza con una mano y comenzó a sobarme el culo con la otra. Arrodillado y atorado con toda su carne, yo estaba extasiado, el cerebro me latía y todo me seguía dando vueltas. —Bancá, veni...veni un poquito mas para el medio...eso. Leo me movió como si estuviera calculando algo, una posición antes planeada. Como un plano que debía captar una cámara, una manera en la que siempre quiso verme, ya sea él...o cualquier otra persona que haya estado viendo esa escena? Siempre que chupo verga, comienzo con el entusiasmo de un becerro sediento y a los 5 minutos medio que me aburro y ya estoy pensando en otra cosa. Y ese gesto me hizo pensar en otra cosa, delirante y paranoica. "Ale no se fue. Ale sigue acá en el departamento." Lo miré a Leo y se lo pregunté con los ojos, temeroso de que todo esto fuera mentira y como en Carrie tangan preparado un balde lleno de sangre de cerdo para tirarme encima. No podía ser, nadie podía fingir estar pasándola tan bien, ni con el Viagra mas potente y todo el alcohol del mundo. A menos que una situación así sea justamente lo que lo excite... Como respuesta recibí un chirlo en la cola. Gemí como una puta de mierda. —¿Te gusta? Dije que si, sin dejar de comer verga. Otro chirlo más, otro gemidito mío. Otro. Y otro. Paf. Mi glúteo retumbando en todo el barrio. Con cada golpe me sentía mas lejos de ese mundo, flotando por encima del sillón y entregadísimo para que Leo me haga suyo en todas las posiciones posibles. —Uff...a ver esto como está... Se lamió dos dedos y empezó a jugar con mi agujero, separando mis nalgas que ya estaban calientes y rojas. Metió uno, luego el otro. Los chupó y los volvió a meter. Los volvió a chupar (si, chupar) y ahí dejó caer saliva para lubricar mejor. Mandó los dos dedos de una para adentro, no pude evitar dejar escapar un gritito. —Casi eh? Vení... Me agarró del pelo y me besó profundamente en la boca de vuelta. Yo ya no era una persona, ni quería serlo: yo estaba ahí para él, para hacer lo que él quisiera. Mi
placer no importaba y no importar era justamente mi placer. Este hijo de puta lo había logrado, me tenía como quería. Había insistido y ahí estaba, arrodillado en su departamento y entregadísimo a su lengua. Se detuvo y me miró fijo a los ojos 2 segundos, en silencio. —Paráte, guacho. Hice lo que me dijo y el también se puso de pie. También me hizo dar vuelta y ponerme de rodillas sobre el sillón, mientras me agarraba del brazo y decía esas ordenes con aliento a whisky y usando su voz seca. Me hizo alejar mi propia mano de mi verga. —No. No te toques ahora. Me arrodillé en el sillón y se ubicó atrás mío. Empezó a comerme el culo con pasión y fuerza. Su lengua penetraba mi agujero y enviaba calor hacia arriba de mi cuerpo, su respiración y el roce de su barba me hicieron gemir sin dudarlo ni un segundo. Me di vuelta para ver su cara enterrada en mi orto y no lo podía creer. Otro chirlo, esta vez seguido de un profundo beso de nuestras bocas. Me pude oler en su boca, como antes el olió su verga de la mía. Nuestras barbas por fin se hermanaban con el olor de ambos genitales, lo cual me volvió loquito y por inercia me empecé a tocar. —Te dije que no, no te pajees. Esperá. —Lo que vos digas, haceme lo que quieras. Me puse nuevamente dándole la espalda, de rodillas en el sillón. Enseguida empezó a lamer el final de mi espalda (no me animé a sacarme la remera, ni me dio tiempo tampoco), siguió con mis glúteos, los mordió, lamió, siguió lamiendo y lamiendo. Mi agujero, el perineo, mis huevos. Y mi verga, desde la base hasta la punta. Y de vuelta hacia arriba: mi verga, mis huevos, mi agujero. Y de vuelta hacia abajo, y así. Una descarga eléctrica me recorría todo el cuerpo cada vez que el ciclo con su lengua empezaba de vuelta. Lo alternaba escupiéndome el agujero, metiendo un dedo, una nalgada. Y volvía a empezar. —¿Te gusta guachin? —Mucho, mucho hijo de puta... —¿Como? ¿Qué me dijiste? —Hijo de puta. Otra nalgada. Si sigue haciendo esto voy a acabar sin tocarme... Mi espalda era un río de sudor y pude ver que Leo también tenía calor al ver los pelitos de su frente mojados. Cada gemido mío lo hacia aumentar el ritmo de su lamida y a la vez cada lamida aumentaba mis gemidos. Leo se puso de pie y pude sentir su glande en la puerta de mi culo.
Tumblr media
—Pará, tenés un forro? —No tranqui, hoy no te la voy a meter. "Hoy" "Hoy no..." —¿Estas seguro? Yo no me había preparado del todo pero necesitaba esa carne adentro, ya no me importaba nada. —Si guacho, no doy mas, quiero largar. Por primera vez en un rato largo me sentí su par, yo sentía lo mismo y quería que me llene de leche cuanto antes. —¿Dónde la queres? —En el pechito me gusta pero donde vos quieras —Ah sos re morboso...dale. Me saque la remera y me quedé arrodillado en el piso, viendo desde abajo como este hombre sacudía su hermosa carne cerca de mi cara. —Uff...que lindo. No sé bien si le parecía lindo era yo o el momento. No me importaba. —Aahhh, ahí vengo ah, ahí vengo! Abrí la boca, de puta nada más. Todo su semen caliente, MUY caliente cayó sobre mi cuello y mi pecho. Lo atajé con la mano, en parte para que no se cayera sobre mi remera y en parte para juntar esa hermosa esencia de hombre. Leo siguió tirando leche un par de segundos más, el olor de su líquido ya me invadía entero y pude sentir como estaba sintiendo él con solo mirarlo. Sus ojos se clavaron en los míos mientras mi pija estallaba en leche, espesa y arrojada sobre el suelo y parte en sus zapatillas. Durante 2 segundos nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos. Después Leo se sentó en el sillón y bajó lo que quedaba del whisky de un trago. Me miró. —Uh, era el tuyo ese vaso! —Todo bien. Voy al baño. —Vaya nomás... Me miraba en el espejo mientras me limpiaba el semen con papel higiénico y fui enojándome poco a poco conmigo mismo. Otra vez en un baño, limpiándome los restos de algo que no es real ni lo será. Solo. "Soy un pelotudo, caí en todo como un tarado, que pelotudo, tan débil se puede ser? Todo por chuparle la verga al forro este, al pedo. Otro error, otro error como siempre". Ya no éramos compañeros pero otra vez era víctima de Leo: otra vez el estaba ganando y estaba haciendo lo que él quería que yo hiciera. No era un exageración, todo eso estaba calculado y yo entré como un idiota. "Ale no se fue del departamento, seguro." Presté atención a los ruidos que venían del living, espié por la cerradura otra vez paranoico, solo que ahora se le sumaba una enorme decepción conmigo mismo. Nada, Leo mirando su celular. Salí. Mis objetivos eran 3 y muy claros: ponerme la remera cuanto antes, irme y parar un taxi. —Bueno che, me voy. —¿No querés que te lleve? La puta que te parió, Leo. —Nah, bajamos y paro un taxi en la avenida. —¿Seguro? —Boludo, te bajaste una botella de Back Label casi y queres manejar?... Leo se rio alcanzándome mi remera y sinceramente parecía otra persona a la que fue durante todo el asado. Todo eso era parte del mismo teatro para hacerme renunciar y trabajar en su empresita nueva, no tenía que claudicar y otra vez caer en sus encantos de machito de barrio. Mientras nos preparábamos para bajar empezó a comentarme el día que lo esperaba en unas horas, con su mamá y el marido de su mamá y no sé que otras cosas. Claro, el dios sexual de recién tenía que ser alguien humanizado ahora, tenía que tratarme como a un igual para que el plan funcionara. Pero yo no era ningún idiota. Bajamos en el ascensor y siguió contándome sus cositas, preguntándome que horario hacia en mi trabajo, adonde me convenía tomar el taxi. Su seducción no paraba y el viaje de 14 pisos se hizo eterno pero no había forma, yo no iba a rendirme solo por un varón que esté bueno y chupe bien el culo. Por favor. Llegamos a la puerta del edificio y afuera había viento fuerte, olor a tormenta a punto de largarse. —Bueno, hablamos entonces. —Para guacho...vení. Su mano se posó en mi hombro y luego de 2 segundos se mudó a mi nuca. Leo miró para los dos costados, por si alguien venía. Y me besó con mucha fuerza, sonriendo. Respondí con mi lengua, por mas que fue muy breve. Su sonrisa cuando nos separamos fue de travesura, otra vez. —Ahora si, avisame cuando llegues. —Chau, boludo. Camine 3 cuadras y pude alcanzar un taxi antes de que se largara a llover. Durante el viaje cerré Grindr y merodeaba por Instagram, viendo una y otra vez las stories de Leo y las de Ale,
buscando detalles que se me hubieran escapado. Me inundaba una mezcla de decepción y vacío, la cual iba de la mano con una relajación extrema por haber tenido un sexo impresionante. Pero no, no hay chance. "Tan mal no me va en donde estoy ahora, no me puedo arriesgar...es plata segura versus plata incierta" Esto último rebotaba en mi cabeza porque me lo repetía a mi mismo como un mantra, iba y venia, chocando, subiendo y bajando. Ya en mi cama, escuchaba el agua caer y me dormía cuando sentí en el dorso de mi mano olor a la verga de Leo y un rastro de One Million. Firme y presente. Medio consciente, medio dormido, le di lugar a la otra cosa que rebotaba en mi cabeza, esa otra idea que chocaba con la anterior, eso que no llegaba a ser una idea, era nada. Entonces, adicto a la nada, le di lugar y la escuché. "...hoy no te la voy a meter." "...hoy no" "...te la voy a meter." Hoy no. ¿Mañana? "Hoy no se fía, mañana sí" me dije a mi mismo y me dormí, sonriéndole a la nada como un tarado. Ese mismo lunes, renuncié.
16 notes · View notes
maeda-ai · 4 years ago
Text
Just a woman _C4_
Tumblr media
Anime: Bleach
Rating: M
Pareja: Ichigo & Rukia
Sinopsis: Ahora más que nunca, se sentía tan mujer... plena, apasionada, feliz... enamorada.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 4 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
La había llevado a su departamento. ¿Qué más podía hacer?, la misma Rukia le había pedido que no la llevase a su casa.
Estuvieron en silencio por largo rato en la sala, luego ella comenzó a hablar, contándole lo que había pasado, desahogándose. Ichigo se sintió bastante incómodo, él no quería ser su paño de lágrimas, él necesitaba mucho más. . . y en ese momento ella también.
Harto de escuchar lo que había dejado a Kuchiki en ese estado de ánimo tan deplorable, el pelinaranja la acorraló en el sillón y la tomó entre sus brazos.
* ¡¿Qué haces?!. *
Preguntó ella, sorprendida, si, pero sin pretender detenerlo.
* ¡ Déjame intentarlo !... * _La voz de Ichigo era tan suave en ese momento y sin embargo tan varonil. Luego la recostó, posándose inmediatamente sobre ella._ * Sanar tu corazón. *
Rukia se estremeció al escuchar semejantes palabras. Y todo tomó sentido cuando el Kurosaki comenzó a desabotonarle la blusa.
* Matte !!. *
La pelinegra posó sus pequeñas manos sobre las del pelinaranja. Insegura, asustada.
Pero contrario a toda reacción que Kuchiki esperaba de él, Ichigo posó sus labios sobre los suyos, sorpresivo, pero lento y suave.
Rukia no podía reaccionar, ese hombre la besaba con explicita posesividad mientras continuaba despojándola de la blusa.
Llegó el momento en que la chica terminó por corresponder el beso del Kurosaki, si por despecho o porque en verdad le resultaba agradable, bueno pues. . . no lo sabía.
""Quizás es por ambas.""
Pensaba, entregada ya totalmente a las sensaciones que ese hombre despertaba en ella.
Ichigo por fin separó los bordes de la bendita blusa, exponiendo la blanca piel de su compañera, protegida tan solo por el sostén de fino encaje negro.
* ¡ Perfecta !. *
Susurró el Kurosaki, dejando bastante apenada a la pelinegra, pero también con una sensación de satisfacción que ella se negaba a aceptar. La respiración del joven se tornó entrecortada en pocos instantes, pero Rukia no ayudaba mucho con esa necia intención de tratar de cubrirse.
Con una gentileza que el muchacho nunca tuvo con ninguna otra mujer, le tomó ambas manos a la chica, besándolas casi con devoción.
* ¿Por qué te escondes?. *
Kuchiki se sonrojó intensamente, desviando la mirada poco después al tiempo en que se confesaba 'pequeña', es decir. . . sus atributos no eran exactamente del tamaño que todos los hombres soñaban.
""¿Por qué dije eso?."" _Se cuestionaba mentalmente, reprendiéndose._ ""Debí decirle que estoy incomoda porque no me gustan los hombres, pero él... ¡ él si me atrae !.""
Pensaba, como tratando de dejarse bien claro ese hecho. . . porque lo cierto es que en ese instante no estaba segura, de hecho lo dudaba. . . porque le gustaba el toque del pelinaranja.
""Y la forma en que me mira.""
Rukia se quedó quieta, mirando fijamente al muchacho posado sobre ella, gozando del estremecer cada vez que él la tocaba.
Ichigo se perdió en los bellos ojos violetas.
Kurosaki finalmente deslizó hacia abajo el sostén, liberando los pequeños senos de la pelinegra, quien tembló ligeramente al sentirse observada por ese hombre, más manteniendo los ojos fijos en él; tampoco pretendía detenerlo, no podía, no quería.
* Sabía que eras bonita, pero . . . * _Ichigo acarició suavemente el pecho izquierdo de la joven._ * Ahora creo que eres hermosa !. *
Después del tan inusual halago por parte del Kurosaki, este se aventuró a deslizar los labios por la piel expuesta de la mujer, tatuando ansioso besos sobre los senos.
* Ahh, Ichigoo !!. . . *
Rukia se estremeció de intenso placer y eso que él solo estaba probando su blanca piel, haciéndola arquearse y retorcer las sábanas bajo sus pequeños puños.
Pero la chica se quedó inmóvil al sentir las traviesas manos del pelinaranja bajo su falda, acariciando sus perfectos muslos.
* ¡ Me encantan tus piernas !. *
Le susurró al oído, haciéndola estremecer más aun al él morderle la oreja.
Ichigo en ningún momento fue más allá de sus muslos, no cuando sus manos volvieron para jugar un rato con sus redondos senos, haciendo a la mujer gemir ligeramente; su lindo rostro matizado en intenso carmín.
¡ Kami !, todo era tan perfecto, erótico e intenso y muy, muy agradable.
Rukia supo que no podía ni quería detenerse, mucho menos al sentir el bulto bajo los pantalones del Kurosaki rozar casi con descaro su entrepierna. Kuchiki no supo en qué momento terminaron acomodados de aquella manera, pero creyó que se desmallaría de placer. Quería, necesitaba a ese hombre, más este frenó todos sus besos y caricias y se alejó de ella. . .
* ¿Qué pasa?. *
* Creo que. . . ¡ fue suficiente por hoy !. *
La pelinegra abrió los ojos con sorpresa. ¿A caso él. . . también la estaba rechazando?. ¿A caso no era lo suficientemente atractiva?, no la deseaba como decía?. . . ¿o se había aburrido en el instante en que ella comenzó a ser más complaciente con él?.
* ¿Por qué?. *
Más aun a pesar de la larga lista de reclamos y preguntas que ella tenía, aquella fue la única pregunta que pudo hacer.
Ichigo le sonrió con sincera ternura.
* ¡ Porque no quiero que termines odiándome !. *
Le dijo él, sorprendiéndola totalmente.
Rukia le creía casi ciegamente y no comprendía porque, si apenas y lo conocía.
Ichigo en ningún momento cubrió los pechos de la mujer.
""Es que no puedo dejar de mirarla en su semidesnudez. . . ¡ es tan hermosa !.""
Pensaba. Y sabía que de seguir admirándola con tanta atención, se tragaría sus palabras y terminaría poseyéndola sin importarle nada más. Así que, rendido, el pelinaranja se recostó sobre los suaves y cálidos senos de su compañera, cerrando los ojos y dejándose envolver por el delicioso aroma a flores que desprendía su piel, así como la quietud del momento.
La chica acarició su llamativa y suave cabellera.
* Me debes una noche, Kurosaki. . . *
Él sonrió al escucharla, abrazándose un poco más a su delicado cuerpo.
* La próxima vez continuaremos lo que empezamos hoy. *
La chica sonrió ante la respuesta para luego hundirse en el mar de sus pensamientos.
Se olvidó totalmente de Inoue mientras Ichigo la besaba y la tocaba, y ahora que su mente repasaba todo lo sucedido. Sinceramente se sentía un poco más tranquila y no entendía por qué. . . tenía la sensación de que a cada minuto que pasaba, Inoue Orihime salía poco a poco de su mente y corazón para darle paso a Kurosaki Ichigo.
""Creo que estoy enloqueciendo.""
Pensaba la pelinegra poco antes de cerrar los ojos y permitirse disfrutar de la silenciosa compañía del pelinaranja.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Lo sé, demasiado frustrante el dejar el capítulo hasta allí y no permitir que este par continuase con la entrega, que por cierto ya se estaba poniendo interesante.
Pero lo que se viene será intenso, en serio.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 04 de Febrero de 2010.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 5 ||
7 notes · View notes
ochoislas · 4 years ago
Text
Tumblr media
Despidiéndose, Tokiko salió de la casa grande al vasto jardín abandonado y cubierto de matojos en la creciente oscuridad del crepúsculo, camino de la cabaña donde vivía con su marido. Mientras caminaba iba repasando los manidos elogios que le acababa de prodigar el general retirado, dueño de la casa. Le ponían mal cuerpo, dejándole un regusto como el de las berenjenas asadas, que aborrecía.
«Los distinguidos servicios del teniente Sunaga son desde luego el orgullo de nuestro ejército —el viejo oficial se empeñaba grotescamente en seguir tratando por su grado al mutilado, que apenas parecía ya humano—. Pero no es menos de admirar la lealtad con la que usted ha sacrificado sus deseos por ese inválido, sin jamás torcer el gesto durante tres años ya. Me dirá que no es sino el deber de la esposa de un soldado, lo que es muy cierto. Aún así estoy pasmado de admiración. Sinceramente le digo que me parece uno de los ejemplos más edificantes de nuestros tiempos. Pero no olvide que todavía le queda mucho por delante. Por el bien de su marido hago votos por que no cambie usted.»
Cada vez que la veía el viejo general Washio gustaba de alzar la prez del mutilado teniente Sunaga —antaño su subordinado y en la actualidad su huésped— y de su virtuosa y abnegada mujer. Aquello le resultaba tan desagradable a Tokiko que procuraba evitar al general cuanto le era posible. Sólo cuando el tedio de la vida que compartía con su mudo y tullido marido se volvía insufrible iba a pasar un rato con la esposa o la hija del general, y aún eso sólo tras asegurarse de que él estaba ausente.
Al principio, cuando todavía sentía que su espíritu de sacrificio y lealtad eran muy dignos de alabanza, tales elogios le resultaban lisonjeros. Pero aquel tiempo ya pasó. Ahora se estremecía cada vez que la encomiaban. Le parecía que la señalaran, y una voz mordaz le susurraba: «¡Si so capa de fidelidad vives en abominable pecado!».
A ella misma la sorprendía cómo había cambiado, no sabía que una persona pudiera cambiar tanto. Al principio no era más que una muchacha inocente y apocada, entregada a su marido. Pero en la actualidad, y aunque exteriormente no lo aparentara, abrigaba en su corazón pasiones atroces e inmundas, despertadas por la visión constante de su patético marido lisiado —el término no alcanzaba a describir su atroz estado—, antaño tan apuesto y orgulloso de su servicio, y ahora reducido a perrillo faldero o a una suerte de instrumento para satisfacer su lujuria. Sí, hasta ese punto había cambiado. ¿De dónde había brotado el salaz demonio? ¿Había que achacarlo a la misteriosa atracción de aquel cetrino cacho de carne? Porque eso y no otra cosa era su marido: ¡un cacho de carne!, un trompo para encalabrinar su deseo. ¿O era obra de la potente e insidiosa sensualidad de una mujer de treinta años, en la plenitud de su carnalidad? Quizá se debiera a ambas cosas.
En los últimos tiempos había entrado en carnes, se acaloraba con facilidad, y cada vez que el general Washio le hablaba Tokiko no podía soslayar el sentimiento culpable de que su orondez, su olor, la delataban. «¿Cómo he podido abandonarme tanto?» Su rostro sin embargo era macilento, en llamativo contraste con su robustez, y tenía la impresión que el general miraba con recelo aquel cuerpo lucio y carnoso mientras recitaba sus acostumbradas alabanzas. Quizá fuera por eso que lo detestaba.
Vivían en un arrabal apartado y la distancia entre la casa grande y la cabaña era al menos de medio cuartel. Entremedio todo era un herboso baldío sin sendero propiamente dicho, donde con frecuencia reptaban entre chasquidos listadas culebras. Por si eso fuera poco había que tener cuidado de no acabar al fondo de un viejo pozo abandonado embozado de maleza. Un intermitente barrunto de seto rodeaba la gran finca, y más allá se abrían sin fin los campos de arroz y los huertos.
Desde la oscuridad Tokiko oteó la hosca y aislada cabaña de dos alturas donde vivían, retrepada contra el soto del santuario de Hachiman, dios de la guerra. En el cielo titilaba un par de estrellas. La habitación donde yacía su marido estaría ya a oscuras. Él solo no podía encender la lámpara. Imaginó al cacho de carne repantigado en su silla baja o tendido sobre las esteras del piso tras resbalar del asiento, guiñando los ojos impotente, entre tinieblas. Pobre, nada más de pensarlo sentía por toda la espalda escalofríos de grima, de amargura y de lástima, mezclados de cierta sensualidad.
Al acercarse advirtió que la hoja de la ventana del cuarto de arriba estaba de par en par, como boca de lobo, y oyó el familiar bataneo en las esteras. «¡Ay, ya está otra vez!», se dijo, y sintió tanta pena que de repente se le saltaron las lágrimas. Aquel sonido significaba que su marido yacía boca arriba, llamándola impaciente —a ella que era su única compañera— golpeando el piso con la cabeza en vez de batir palmas como haría una persona. «Ya voy. Tendrás hambre, supongo.» Tenía la costumbre de hablarle así, aún sabiendo que no la oía. Entró aprisa en la cocina y subió la empinada gradilla hasta el cuarto de arriba.
Había una alcoba con una lámpara en un rincón, y al lado una caja de cerillas. Como si le hablara a un niño, Tokiko le dijo: «¿Te he tenido esperando, no? Lo siento». Y luego añadió: «Aguanta todavía un momento que no veo nada, voy a encender la lámpara».
Aunque no paraba de marmullar, sabía muy bien que su marido no oía nada en absoluto. Tras encender la lámpara la llevó al buró al otro extremo del cuarto. Delante había una silla baja especial con un cojín de gamuza amarrado. Estaba vacía y un poco más allá yacía en el suelo una especie de forma chocante. Estaba vestida —o mejor dicho envuelta— con una vieja bata de seda meisen, como un gran bulto que hubieran dejado allí tirado. De uno de sus extremos sobresalía la cabeza de un hombre, que batía sobre la estera como un saltaperico o un móvil perpetuo. Con cada taque el fardo reculaba, desplazándose un poco.
«No te puedes poner así. ¿Qué quieres? ¿Esto? —hizo el gesto de llevarse comida a la boca—. ¿No? ¿Entonces esto?» Hizo un nuevo gesto, pero su mudo marido negó con la cabeza y siguió golpeándola desesperadamente contra el suelo, ton, ton, ton...
La metralla del obús le había destrozado todo el rostro hasta el punto de volverlo irreconocible. Sólo tras estudiarlo bien se adivinaba lo que fuera una vez un semblante humano. De la oreja izquierda no quedaba nada, sólo se veía un pequeño orificio negro. Desde la comisura de la boca, cruzándole la mejilla hasta debajo del ojo izquierdo, había un repulgado costurón, y además una horrenda cicatriz le corría desde la sien derecha hasta la coronilla. Tenía la garganta recuenca como si le hubieran vaciado la carne y ni su nariz ni su boca conservaban rastro alguno de su forma primitiva.
Con todo, en aquella faz monstruosa había embutidos, en agudo contraste con la fealdad que los rodeaba, dos ojos brillantes y redondos como los de un niño inocente, de los que saltaban chispas de cólera.
«¡Ah! Me quieres decir algo ¡no es así? Espera un momento.» Cogió un lápiz del buró y se lo puso en la disforme boca, luego sostuvo un cuaderno abierto ante él. Su marido no sólo no podía hablar, tampoco podía sostener un lápiz, falto como estaba de brazos y piernas. «¿Ya te has cansado de mí?», tales fueron las palabras que el lisiado garabateó trabajosamente con la boca, las sílabas eran casi ininteligibles.
«¿Otra vez estás celoso? No seas bobo», y se echó a reír, sacudiendo la cabeza.
Pero el lisiado empezó de nuevo a golpear vehementemente la cabeza contra el piso de esteras. Tokiko comprendió lo que quería y acercó otra vez el cuaderno a la punta del lápiz que sostenía entre los dientes. Éste trazó a trompicones la pregunta: «¿Dónde fuiste?». Nada más leerlo Tokiko le arrancó el lápiz de la boca y escribió: «A casa de los Washio», y casi le metió la respuesta por los ojos. «¿No lo sabes ya? ¿Adónde voy a ir si no?» El tullido pidió de nuevo el cuaderno y escribió: «¿Tres horas?». Ella se encogió de lástima: «¿Tanto me demoré?. Lo siento».  Se inclinó, haciendo muestra de arrepentimiento, y agitó la mano: «No lo haré más. No me volveré a ir, te lo prometo».
El teniente Sunaga —o más propiamente el fardo— no parecía todavía en absoluto contento, pero quizá lo había agotado el esfuerzo de escribir con la boca, porque su cabeza colgó lacia sobre el suelo y no se volvió a mover. En vez de eso la miró fija e intensamente con sus grandes ojos, dejando claro lo que quería.
Tokiko sabía que sólo había un modo de aplacar la ira de su marido. Explayarse en explicaciones y disculpas no servía de nada, y tampoco las más elocuentes miradas calaban en su mente obcecada. Así que cuando tenían aquellos extraños rifirrafes y estaban irritados el uno con el otro, se valía de aquel expeditivo medio de reconciliación. Doblándose de súbito sobre su marido le besó la torcida boca, con el baboso y brillante costurón, ahogándolo casi. Enseguida una mirada de hondo alivio afloró a sus ojos, desembocando en una truculenta sonrisa parecida a un puchero. Tokiko estaba acostumbrada y no paró, en parte para no ver su fealdad, pero también procurando su propia y sabrosa excitación, cediendo poco a poco al inconcebible deseo de atormentar a aquel pobre tullido que tenía completamente a su merced.
Edogawa Ranpo
6 notes · View notes