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wingzemonx · 5 months ago
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Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 157. Acción de Gracias (III)
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Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX
Capítulo 157. Acción de Gracias (III)
Adrián llegó a New York un poco después del mediodía. El aeropuerto era un caos debido a toda la gente que arribaba al mismo tiempo por las fiestas, pero se las arregló para pasar desapercibido y subirse a un taxi que lo llevara directo a su departamento.
En cuanto Neff y Lyons les confirmaron que Damien estaba a salvo y de camino a Chicago, Adrián y Ann acordaron moverse; él de regreso a su casa con su madre y su hijo, y ella se encaminaría a Los Ángeles para ver a Verónica. Todo tenía que volver a la aparente normalidad lo antes posible, en especial cuando aún los acontecimientos de lo ocurrido en aquella base militar no se hubieran hecho públicos.
Pero independientemente de ello, Adrián ansiaba poder dejar todo ese asunto atrás, aunque fuera un par de días. Ya había cumplido con su deber con la Hermandad y con Damien; ahora le tocaba enfocarse en su madre. Luego de esperar tantos años para reunirse de nuevo con ella, se lo había ganado.
Al ingresar por la puerta principal del departamento, lo primero que lo recibió fue el delicioso aroma de la comida. Lo más seguro es que Gilda les hubiera preparado para cenar, pese a que usualmente se tomaba ese día libre. Dejó entonces su maleta un momento en vestíbulo y, sin anunciarse, se encaminó hacia la cocina. Esperaba poder dar la sorpresa de su llegada, pero el sorprendido terminó siendo él en cuanto echó un vistazo a la cocina y, además de Gilda frente a la estufa, vislumbró a alguien más.
Rosemary Riley, envuelta en una gruesa bata blanca de lana, y con su cabello canoso atado en una cola, estaba de pie a un lado, canturreando en voz baja, mientras cortaba con un cuchillo pedazos del pavo rostizado que tenían sobre la encimera de la cocina. Adrián se quedó atónito, tanto que fue incapaz de decir nada para hacer notar su presencia. Igual no fue necesario, pues en algún momento su silueta fue visible para Rosemary por el rabillo del ojo. La mujer se giró hacia él, y le sonrió ampliamente con alegría.
—Hey, miren quién está aquí —pronunció Rosemary con júbilo, dejando el cuchillo de lado por un momento, y acercando una servilleta para limpiarse las manos.
—Mamá —masculló Adrián, despacio—. ¿Estás…?
—¿De pie? —le complementó Rosemary, riendo divertida. Se acercó entonces una andadera de aluminio que tenía a un lado, y la usó como apoyo para así aproximarse hacia su hijo con paso lento, arrastrando un poco los pies—. Parece que la terapia física está dando resultado. ¿No es genial?
Adrián no supo qué decir. Ann le había mencionado algo sobre que en efecto su madre estaba respondiendo bien a la terapia, pero no se había imaginado poder verla levantada de la cama tan pronto. Si no conociera las circunstancias reales tras el malestar de su madre, incluso se atrevería a decir que se trataba de un milagro.
Rosemary se acercó lo suficiente a él para colocar una mano sobe su mejilla y luego inclinarse para darle un beso en la otra. Adrián se agachó un poco para facilitárselo. La sensación de sus labios contra su piel resultó más cálida de lo que se había imaginado.
—Pero no te acostumbres —indicó Rosemary justo después, con voz cansada—. Creo que ya he gastado mi cuota de hoy. Te dejó el resto, Gilda —indicó con tono vivaracho, al tiempo que se encaminaba hacia la mesa del comedor para sentarse.
—Tranquila, señora —respondió el ama de llaves desde la cocina—. Esto ya casi está terminado.
Adrián se apresuró para ayudar a su madre a sentarse, jalando una silla hacia atrás y tomándola del brazo para que se apoyara en él mientras bajaba lentamente hacia el asiento.
—Deberías estar descansando —señaló Adrián, rozando peligrosamente el regaño.
—¿Cuarenta años te parecen poco descanso? —bromeó Rosemary, y Adrián no pudo evitar reír un poco también. Al menos parecía que estaba de bastante mejor humor, y eso era bueno.
—Rosemary me estaba ayudando con los últimos toques para la cena —indicó Gilda, saliendo de la cocina con un tazón de puré de papa en una mano y una salsera en la otra, para colocarlas en el centro de la mesa—. Así que se puede decir que esto tendrá un poco de amor de mamá.
—Gracias por quedarte a preparar esto, Gilda —mencionó Adrián, genuinamente agradecido.
—No digas nada —respondió el ama de llaves con una sonrisa relajada—. Es un placer cooperar para que su primer Día de Acción de Gracias luego de tanto tiempo sea memorable.
Salió de la cocina poco después con más platos que contenían los diferentes acompañantes, siendo lo único que faltaba el pavo, que ya estaba listo en la cocina para que se sirvieran lo que quisieran. Una vez todo lo demás estuvo en la mesa, se retiró rápidamente el delantal y lo dejó sobre el respaldo de una de las sillas.
—Pero ahora sí debo retirarme, porque mi familia me está esperando —indicó Gilda con apuro en su voz.
—Muchas gracias por todo —masculló Rosemary—. Espero que la pases bien con tu familia.
—Igualmente. Nos vemos el lunes, y coman rico.
Gilda se dirigió presurosa hacia la puerta, ante la mirada atenta de Adrián y Rosemary. Cuando escucharon la puerta cerrarse detrás de ella, Adrián volvió su atención una vez más hacia su madre.
—¿Y Sebastián?
—En su cuarto, estudiando. Es un niño muy aplicado; en eso también me recuerda a ti. Apropósito, ¿cómo te fue con lo que tenías que atender?
—Todo salió bien —declaró Adrián, asintiendo.
—Gracias a Dios —exclamó Rosemary en alto, y la mención ciertamente destanteó un poco a Adrián; difícilmente algo de lo ocurrido involucraba a Dios—. Ann se fue esta mañana —mencionó Rosemary justo después.
—Sí, lo sé. Ella también tenía asuntos que atender.
—Es una mujer adorable —profirió Rosemary, esbozando una sonrisita socarrona—. Pudimos hablar un poco mientras estuvo aquí. Me habló de su negocio, de la muerte de su esposo y de su hijastro... Pero con lo que se portó un poco evasiva, fue cuando le pregunté cómo es que ustedes dos se conocieron.
Adrián carraspeó un poco antes de responder.
—Por negocios, principalmente.
—Sólo negocios, ¿eh? —susurró Rosemary, asintiendo lentamente.
Adrián dejó escapar un largo suspiro.
—Mamá, escucha —pronunció con seriedad—. Ann y yo…
Antes de que terminara su frase, Rosemary alzó una mano hacia él, indicándole que parara.
—No tienes que decirme nada si no te sientes listo. Pero no me mientas.
Había severidad en sus palabras, pero también un notorio cariño imposible de ocultar; dos ingredientes siempre presentes en cualquier madre, concluyó Adrián. Y no puedo evitar reír un poco ante tal idea.
—Te extrañé mucho —musitó el hombre de barba anaranjada, observándola atentamente con una cándida sonrisa, que Rosemary no tardó en corresponderle.
—Ven acá —indicó la mujer extendiéndole los brazos. Adrián se aproximó a ella sin dudarlo, y la estrechó en un fuerte abrazo. De nuevo, el calor que le provocaba su cercanía lo tomó por sorpresa.
¿Por qué no sentía lo mismo con quién, supuestamente, era su hija biológica?
En el momento en el que se separaron, ambos notaron por el rabillo del ojo como la pequeña figura de Sebastián ingresaba en el área del comedor. Estaba vestido bastante formal para un niño de su edad, saco negro y pantalones grises, e incluso corbata. Debajo su brazo traía un folder color beige. Al posar su mirada en Adrián, no pareció particularmente sorprendido con verlo ahí.
—Hey, amigo —le saludó Adrián con cordialidad—. ¿Listo para cenar?
—Sí —respondió el niño sin más. Se aproximó a la silla más próxima y se sentó en ella, dejando la carpeta que traía en la mesa a su lado.
—¿Por qué no le muestras a tu papá en lo que estuviste trabajando mientras no estaba? —comentó Rosemary, con tono de complicidad.
Aquello atrajo la curiosidad de Adrián.
—¿Qué es?
—Una composición para el violín —señaló Sebastián, y sacó entonces del interior de la carpeta unas cuantas hojas de partituras—. Pero no está terminada.
—¿Una composición? —exclamó Adrián, sorprendido—. ¿Hecha por ti?
—Te lo dije, es un niño muy aplicado —expresó Rosemary con orgullo—. Pero mejor dejemos eso para después de comer. Déjenme les sirvo…
Rosemary hizo en ese momento el inicio de un intento para levantarse, pero Adrián se apresuró a detenerla antes de que lo concretara.
—No, no te levantes. Yo me encargo.
Adrián se dirigió  a la cocina, y él mismo se dispuso a sacar tres platos, y a servirle en cada uno una buena porción de carne de pavo y relleno. Igualmente tomó tres vasos, y sirvió en cada uno un poco de sidra de manzana sin alcohol. Mientras se encargaba de todo eso, a sus oídos llegaban rastros de las palabras y risas provenientes del comedor; tanto de Rosemary como, para su sorpresa, del propio Sebastián, que solía la mayor parte del tiempo ser bastante serio y callado.
Cuando Adrián volvió al comedor, tras haber traído los platos y los vasos con sidra en tres viajes, su sonrisa alegre debió ser bastante evidente en su rostro, pues en cuanto se sentó en la cabecera de la mesa, notó como su madre lo observaba con atención.
—¿Qué pasa? —preguntó Rosemary, curiosa.
—Nada —respondió Adrián, negando con la cabeza—. Sólo pensaba en que fue un año complicado, pero justo ahora tengo mucho por lo cual estar agradecido.
—Yo igual —indicó Rosemary con alegría, atreviéndose en ese momento a estrechar con delicadeza la mano de su hijo entre sus dedos—. ¿Y tú, Sebastián? —preguntó a continuación, girándose hacia el joven muchacho sentado delante de ella.
—Supongo que sí —respondió Sebastián con emoción moderada, encogiéndose de hombros.
—Comamos entonces —exclamó Rosemary con entusiasmo—. ¿Quieres dar la bendición, Andy? —propuso con emoción, mirando a su hijo.
La repentina pregunta tomó por sorpresa tanto a Adrián como a Sebastián, que se miraron el uno al otro, sin decir nada. Rosemary los miró a ambos, y sin lugar a duda detectó ese titubeo entre ambos. Pero en lugar de cuestionarles al respecto, dio un paso en otra dirección.
—Yo lo haré, descuiden —indicó rápidamente con convicción. Juntó sus manos delante de ella en posición de rezo, y cerró los ojos. Adrián y Sebastián la imitaron, aunque el niño claramente vaciló al hacerlo, pero por suerte para ese momento Rosemary tenía ya los ojos cerrados para notarlo—. Bendice Señor estos alimentos que vamos a consumir gracias a tu bondad. Oh Dios Todopoderoso, da pan a los que tienen hambre, y hambre de Dios a los que tienen pan…
— — — —
Una vez que la mesa estuvo servida con todo lo que habían preparado para él, Damien le indicó a toda la servidumbre que seguía en la casa que podían retirarse. O, más bien, les exigió que se fueran en ese mismo instante y lo dejaran solo. Y aunque un par de las sirvientas insistieron en quedarse por si se le ofrecía cualquier otra cosa, Damien fue aún más contundente con su orden, y a ninguno le quedó más que acatarla sin chistar más.
Aquello, por supuesto, no se debía a un acto de bondad por parte de Damien para que fueran a cenar con sus familias, y disfrutar lo que quedara de la noche, ni mucho menos. En realidad, lo único que deseaba era tener la casa sólo para él; en especial sin ojos indiscretos mirando sobre su hombro, esperando ver qué podían hacer para complacerlo. Ya tendría oportunidad de lidiar con eso, e incluso de volver a disfrutarlo. Pero de momento no era lo que apetecía.
Una vez que todos se fueron, se dirigió al comedor, y caminó con paso cauteloso a lado de la larga mesa, como si recorriera la galería de algún museo. Sólo que aquello por lo que recorría su mirada no eran obras de arte o reliquias antiguas, sino los diferentes platillos dispuestos en la mesa sólo para él.
Las cocineras se habían esmerado, a pesar de que todo era para sólo una persona. Había pavo, por supuesto, aunque uno tan pequeño como un pollo rostizado; no se le ocurría dónde podrían haber encontrado algo así, y se cuestionó si acaso no sería algún otro tipo distinto de ave. Había relleno, puré de papa, salsa de arándano, pan, algo de ensalada, sidra de manzana, y hasta un pastel de calabaza como postre. Habían colocado también a lo larga de la mesa unos candeleros con velas rojas encendidas como decoración, y un adorno en el centro de la mesa con flores otoñales y calabazas.
Todo muy bonito y muy detallado. Se cuestionó si acaso había surgido por iniciativa propia de los sirvientes, o quizás Paul los había incitado a hacerlo. Como fuera, era claro que alguien quería congraciarse con él, algo que no tenía muy claro cómo debía digerir.
Se dirigió al puesto justo a la cabecera de la mesa, y comenzó a servirse sin mucho apuro un poco de cada cosa en su plato, así como sidra en una copa de cristal. Tomó asiento en la silla, miró un instante el plato delante de él, y luego alzó su mirada pensativa hacia la larga mesa, totalmente vacía salvo por él. Y la mesa no era lo único; toda la casa entera estaba tan sola y silenciosa, que a Damien incluso le parecía escuchar las paredes viejas crujir, el tic tac del viejo reloj del salón principal, y quizás incluso los pasos de algún escurridizo ratón moviéndose entre las paredes. Pero fuera de eso, nada más.
Damien cerró un momento sus ojos cansados, y al abrirlos de nuevo un recuerdo de un tiempo atrás se materializó frente a él. Recuerdo de un momento en el que esa misma mesa estuvo mucho más concurrida. Y en lugar de ese profundo y melancólico silencio, las voces de la charla y las risas eran las que reinaban.
Del lado derecho de la mesa, pudo ver sentados a unos jovencitos Mark y Damien; del lado izquierdo, se encontraban Ann, su tío Richard, e incluso la tía Marion también había venido de visita ese año. El banquete servido en la mesa era aún más espectacular y variado.
—Esperen, esperen —decía Ann con tono de regaño, extendiendo sus manos en señal de alto hacia Damien y Mark. Como los dos jovencitos en crecimiento que eran, estaban más que dispuestos a clavar el diente en cuanto la comida estuvo servida en su plato—. Bajen esos tenedores, ahora. ¿Acaso se les olvida que tenemos que decir primero por qué estamos agradecidos?
—Oh, vamos —exclamó Mark con tono quejumbroso—. Muero de hambre, con un demonio.
—Oye, cuida tu boca —le reprendió su padre con severidad.
—Lo siento —masculló el pequeño Mark, agachando la mirada, apenado.
—No pasa nada —se apresuró Ann a indicar con una radiante sonrisa—. Sólo será un segundo, y luego podrán comer lo que quieran. ¿A alguien le gustaría empezar?
—¿Por qué no lo haces tú?, si tanto insistes —soltó la tía Marion con ligero desdén, volteando hacia otro lado como si en realidad el comentario no fuera dirigido a nadie en especial.
Ann no se lo tomó a mal, y en lugar de eso le tomó la palabra.
—Bueno, yo definitivamente estoy muy agradecida por este año lleno de bendiciones que hemos tenido, y por el hecho de que todos estemos aquí, juntos y sanos. Y por lo guapos y grandes que están creciendo mis dos muchachotes. Y… creo que eso es todo, en resumen.
—Original —ironizó tía Marion con una sonrisa burlona, que se ganó una mirada de reprobación por parte de Richard. Éste carraspeó un poco, y tomó de inmediato el relevo.
—Yo estoy muy agradecido por el buen año que tuvo la empresa; tercer año consecutivo con el mejor crecimiento y metas superadas, y vamos por más. Pero también estoy orgulloso de lo bien que se han aplicado mis dos chicos —añadió mirando fijamente a Mark y Damien delante de él—, y que el año que viene ambos asistirán a Davidson. ¿Emocionados por ello? —preguntó con marcada emoción. Damian y Mark se miraron entre sí, y se limitaron luego a sólo sonreír y asentir—. Les encantará. Nuestra familia tiene un largo legado en esa institución. Recuerdo claramente mi primer día…
—Cielo —masculló Ann, colocando una mano sobre la suya. En su mirada le decía claramente que ese no era el momento.
—Claro, lo siento —masculló Richard, un poco sonrojado—. Bueno, será una buena experiencia, ya verán. ¿Tía Marion? —susurró girándose a ver a la mujer sentada a su lado—. ¿Tú por qué estás agradecida?
La mujer alzó su mirada fría y dura hacia él, y luego la recorrió por toda la mesa. Intentó suavizarla, sin embargo, en cuanto miró a Mark, y entonces esbozó una sonrisa más cándida.
—Yo también estoy orgullosa de todos tus logros, Mark —indicó con júbilo en la voz—. Y aunque no comparto del todo el gusto de los hombres Thorn por las academias militares, sé qué harás un excelente papel. Y que te convertirás en un extraordinario muchacho, como tu padre o tu abuelo. O, como yo espero, mucho mejor. Así que estoy agradecido por ti, muchacho.
—Gracias, tía Marion —masculló Mark, sonriendo apenado.
—¿Y Damien? —cuestionó Ann con ligera severidad—. También estás orgullosa de él, ¿verdad?
Marion giró su atención hacia el muchacho sentado a un lado de Mark, y su expresión entera se agrió al instante; ni siquiera pareció intentar disimular su descontento.
—Claro —susurró despacio, aunque las palabras parecieron casi atragantarse en su garganta—. Tú también lo has hecho muy bien.
Y eso fue todo lo que dijo, y Damien en realidad no esperó nada más. Tampoco es que él le hubiera contestado nada. Sólo le sonrió, de la forma más falsa que pudo; tanto como sus elogios.
—Yo sigo —se apresuró Mark a pronunciar para sorpresa de todos. Damien lo miró, un poco confundido por su entusiasmo tan repentino—. Yo estoy agradecido por tener a toda mi familia junta aquí conmigo. A mi papá, a Ann que es como mi mamá, a mi tía Marion, y en especial a mi primo Damien. —Se giró hacia él, sonriéndose de forma amable—. Que es como mi hermano.
Aquello tomó por sorpresa al joven Damien, tanto así que le tomó un rato poder reaccionar. Pero cuando lo hizo, su impulso fue reír de forma indiferente al comentario, como si no le importara, y luego darle un pequeño empujoncito en el brazo.
—No te pongas sensible conmigo —masculló jugando al tiempo que lo empujaba. Mark y rio y lo empujó de regreso.
—Niños, no jueguen así —les regañó Ann—. Fue unas palabras muy bonitas, Mark —le indicó Ann, felicitándolo—. Ahora tú, Damien —señaló a continuación, mirando al último miembro de la familia en la mesa.
Damien se apoyó contra el respaldo de su silla, y miró reflexivo hacia el techo sobre él. ¿Por qué estaba agradecido? Esa era una pregunta complicada para un niño como él. Podría decir lo mismo que todos los demás dijeron, y de seguro eso era lo que esperaban que dijera; familia, salud, prosperidad, logros académicos y laborales… Pero debía haber algo más; algo por lo que él realmente se sintiera agradecido.
Tras un rato de meditarlo, bajó de nuevo su mirada hacia la mesa, y se apoyó en ésta, inclinando su cuerpo hacia adelante.
—Estoy agradecido de ser un Thorn —dijo de pronto con asombrosa convicción al hacerlo—. De estar en esta cómoda casa, y ante esta deliciosa comida que ruega porque la comamos de una maldita vez. Agradecido por todas las cosas que tengo; mi cama de sábanas cómodas, mi computadora, mi teléfono, mi televisión… Y, más que nada, que todos ustedes me hayan abierto las puertas de sus vidas para hacerme parte de ellas… No, eso sonó demasiado cursi —exclamó con expresión de asco, agitando una mano en el aire—. Olviden que dije eso. Lo cambio a que estoy agradecido porque mañana no hay clases.
—Damien —pronunció Ann con mirada de regaño, pero en su voz era incapaz de ocultar la diversión que acompañaba a sus palabras—. Te aseguro que nosotros estamos muy agradecidos de que te hayas vuelto parte de nuestra familia.
Richard sonrió y asintió, y Mark le colocó una mano reconfortante en su hombro. Los hombres Thorn claramente eran más reservados con sus sentimientos, pero no inmunes a estos. Damien sonrió complacido.
Al parpadeo siguiente, aquella ilusión de su recuerdo se esfumó sin más, dejando ante él de nuevo la mesa vacía.
Ni siquiera estaba seguro si aquello había ocurrido realmente, o si había ocurrido de esa forma. Pero se dio cuenta rápido que, en realidad, no importaba. Mark, su tío Richard, la tía Marion; todos ellos estaban muertos. Y él, en realidad, nunca había sido un Thorn. Todo eso no había sido más que una sarta de mentiras para complacer a los otros. Y, quizás en el fondo, para todas las familias era lo mismo.
Tomó su copa de sidra, la alzó en alto hacia la habitación vacía, y pronunció en alto:
—Feliz Acción Gracias…
Bebió entonces un sorbo de sidra, y pasó de inmediato a comer, dejando de lado el mar de los recuerdo de momento.
— — — —
Abra se sentó a mitad de las escaleras que llevaban a la planta alta de la residencia Honey, con el teléfono de Sarah en sus manos, y el rostro de Terry ocupando toda la pantalla del dispositivo por la videollamada. Ambas chicas no ocultaron ni un poco su alegría de ver a la otra, y en especial verla sana y salva. Tras unos saludos iniciales, buenos deseos por la fechas, y un intercambio de teléfonos y contactos que dadas las circunstancias no pudieron hacer cuando estuvieron juntas en Indiana, pasaron a hablar rápidamente de los diferente temas que las atañía a ambas.
Terry quiso saber a detalle todo lo que había ocurrido allá en Los Ángeles. Abra le pasó a contar de manera resumida lo ocurrido, al menos de lo que ella tenía pleno conocimiento; esperaba que no hubiera ningún agente del FBI espiando su llamada, porque algunas de esas cosas eran bastante incriminatorias. Le contó de Charlie y Kali, del tiempo que viajaron juntas, como vigilaron a Thorn varios días, hasta incluso seguirlo a una fiesta. Los detalles sobre el día final, decidió guardárselos lo más posible; en especial no quería hablar de la muerte de Kali, o volver a explicar sobre el Nudo Verdadero y la presencia de esos dos individuos que los habían atacado.
Lo que sí le contó fue sobre su herida, la cual Terry, por algún motivo, le insistió que le enseñara. Abra lo consideró un poco raro, pero igual lo hizo; se levantó un poco su suéter y blusa, dejó que la cámara del teléfono enfocara en vendaje que cubría su costado. No podía enseñarle lo que se ocultaba debajo, pero esa simple vista fue suficiente para que Terry sintiera ella misma el dolor que de seguro debía sentir.
La hija de Eleven pasó a contarle un poco cómo fueron las cosas de su lado cuando su madre y el tío de Abra despertaron, incluyendo por encima además el descontento de su padre. Y, sobre toda las cosas, lo que Terry más buscaba con esa llamada era justamente agradecerle a Abra todo lo que había hecho. Cosa que tomó bastante por sorpresa a la joven de New Hampshire.
—¿Agradecerme? —masculló Abra, confundida—. Yo no creo haber hecho nada que sea digno de agradecimiento. De hecho, siento que sólo arruiné todo.
—Claro que no —declaró con Terry con ferviente convicción—. Mi madre me lo dijo, que tú lograste herir a ese idiota con tus poderes. Y gracias a eso tu tío y ella lograron despertar.
—Sí, ella mencionó algo parecido —musitó Abra, insegura—. Pero, no sé… No estoy muy segura de haber logrado algo en realidad.
—Yo sé que sí. Tus poderes son extraordinarios, lo pude ver yo misma. Ni en un millón de años llegaré a estar a un nivel como el tuyo.
—Tampoco es que yo haya elegido ser así, o haya hecho algo para tener estos poderes —pronunció Abra, encogiéndose de hombros—. Sólo pasó. Así que tampoco lo consideró un logro del cual sentirse orgullosa.
—Esa negatividad no me agrada —exclamó Terry con falso tono de regaño—. Las cosas no “sólo pasan” y ya; lo creo firmemente.
Abra resistió el impulso de indicarle que a veces las cosas sí pasaban sólo porque sí, sin ningún motivo mágico. Aunque debía admitir que la forma en la que se habían dado todas esas cosas esas semanas, era sospechosa. La manera en la que todos ellos se habían interconectado y encontrado; similar a la forma en la que su tío Dan y ella lo habían hecho años atrás. Quizás en efecto el Resplandor tenía formas curiosas de hacer las cosas.
—Como sea —pronunció Terry tras un rato—, lo bueno es que ese mequetrefe ya no es una amenaza.
—Terry… la verdad es que yo no estoy tan segura de eso —susurró Abra despacio con voz enigmática.
—¿De qué hablas? —masculló Terry, confundida—. Mi madre dijo…
—Sé lo que dijo —le cortó Abra, un poco tajante—. No sé cómo explicarlo, pero lo siento. Damien aún está ahí, y está bastante vivo y consciente. Y no se ha olvidado de mí, ni de ningún de nosotros. No sé cómo lo sé, pero es así. Creo que cuando chocamos nuestras mentes la última vez, pude haber abierto una puerta entre ambos. He tenido algunos sueños donde lo veo a él, o más bien escenas de su pasado. Como recuerdos de hace años.
El rostro de Terry reflejó absoluta perplejidad ante lo que escuchaba, y fue evidente también que de entrada no supo qué debía responderle. Abra se sintió un poco culpable. No era que esperase que ella le resolviera sus dudas de alguna forma; sólo quería poder desahogarse y expresar en voz alta lo que sentía. Estaba justo por decirle eso, cuando ella se le adelantó y dijo:
—¿Has hablado de esto con mi mamá?
—Sí, pero no le dio importancia —indicó Abra con cierta amargura—. Está convencida de que Damien está encerrado en algún sitio seguro, y por lo pronto no es una amenaza.
—Si ella lo dice, puedes creerle. Mi madre sabe bien cómo hace las cosas.
—Supongo —masculló Abra, no sonando muy convencida. Pero igual intentó de alguna forma darle algún tipo de cierre a la discusión—. Quizás todos tengan razón, y esto en verdad ha acabado.
—Yo estoy segura que sí —declaró Terry, optimista—. Ya verás, todo saldrá bien. Y espero poder volver a verte pronto. Quizás puedas volver algún día para acá, y yo ir a visitarte a New Hampshire.
—Eso me encantaría —respondió Abra, esbozando una sonrisa sincera—. Aunque no hay mucho que ver en dónde vivo. Pero quizás podamos hacer una escapada a Boston, o incluso New York.
—Eso suena divertido —indicó Terry, pero casi de inmediato puso cara de arrepentimiento—. Mi hermana vive en New York. Quizás ella pudiera hospedarnos unos días, en lo que…
Su frase quedó sin terminar en el momento en el que una voz de fondo la llamó, aunque Abra no fue capaz de escuchar bien lo que decía.
—Sí, ya voy —pronunció Terry en alto, girándose a mirar sobre su hombro. Se volvió justo después de nuevo hacia la cámara—. Debo colgar. Seguimos en contacto, ¿de acuerdo?
—Es una promesa —pronunció Abra, siendo ahora ella la optimista—. Hasta luego.
Abra dejó escapar un pequeño suspiro una vez la videollamada terminó. Le gustó volver a hablar con Terry, aunque de cierta forma fuera otra persona más que le decía que debía dejar todo ese asunto de lado y volver a casa. Ojala fuera tan sencillo como todos decían…
Tras unos segundos logró recuperarse. Se puso de pie y bajó rápidamente las escaleras. Ya en el vestíbulo, se cruzó convenientemente con Sarah, justo la persona la que iba a buscar.
—Aquí tienes, muchas gracias —indicó cordial, extendiéndole de regreso su teléfono, el cual ella recibió sin chistar.
—No hay de qué. ¿Pudieron hablar de lo que querían?
—Sí, se podría decir que sí. Terry propuso irnos de viaje a New York, y que tú nos hospedarías sin costo, y con comidas incluidas —bromeó Abra.
—Ajá —masculló Sarah, entornando los ojos—. Si acaso “sin costo” significa que me limpiarán mi departamento y lavarán mi ropa todos los días, y “comidas incluidas” que ustedes se cocinarán solas, entonces podemos discutirlo.
Abra rio divertida, pero Sarah no parecía compartir del todo su humor.
Danny entró en ese momento al vestíbulo y se le aproximó, por lo que Sarah optó por disculparse y seguir su camino hacia la sala, que era a dónde se dirigía originalmente.
—¿Estás bien, enana? —le preguntó su tío.
—Ya no soy tan enana, ¿sabes? —le respondió Abra tajante, cruzándose de brazos—. Y sí, estoy bien. Me gustó volver a hablar con Terry. Espero que la siguiente vez que nos veamos no haya ningún familiar en coma.
—Hablando de familia, tu madre me habló —informó Danny—. Tu padre ya aterrizó, y quiere que nos veamos con ellos en el hotel. Así que es hora de irnos.
—¿Tan pronto? —exclamó Abra, inconforme—. Si apenas acabamos de llegar.
—¿Qué dices? —dijo Danny, divertido—. Llevamos ya un par de horas aquí, y es lo que le prometiste a tu madre que tardaríamos.
—Ah, ¿sí? —susurró Abra, sorprendida. Sacó en ese momento su teléfono para ver la hora, y en efecto la afirmación de su tío no estaba muy apartada de la realidad. Al parecer el tiempo se había ido volando sin que se diera cuenta.
—¿Ya se van? —escucharon preguntar a Cole, que venía desde la sala en su dirección—. ¿Por qué no se quedan un poco más? Al menos hasta que Matilda y Samara lleguen para que las saluden.
—Sí, tío —musitó Abra, suplicante—. Sólo un poco más.
Dan suspiró y pasó una mano por sus cabellos. Se sentía sin lugar a duda acorralado entre complacer a su sobrina, o complacer a su hermana. Y ninguna de las dos resultaba sencilla en ese ámbito.
Pero el destino parecía estar su lado, pues en ese mismo instante la puerta principal cerca de ellos se abrió, jalando la atención de los tres. Del otro lado aparecieron justo Matilda y Samara, que se detuvieron un instante al ver a los tres al pie de las escaleras, y mirando en su dirección.
—Buenas tardes —saludó Matilda con discreta cordialidad, al tiempo que cerraba la puerta detrás de ella.
—Justo de quienes estábamos hablando —indicó Cole con entusiasmo, confundiendo un poco a las recién llegadas.
—Ah, ¿sí? —masculló Matilda dubitativa, pero decidió no darle mayor importancia—. Sr. Torrance, Abra. Un gusto verlos —indicó al tiempo que se aproximaba hacia ellos. Estrechó la mano de Dan, y luego pasó a darle un discreto abrazo a Abra.
—Igualmente, Dra. Honey —masculló la joven con alegría.
—¿Cómo sigues de tu herida?
—Bastante mejor. ¿Y la suya?
—Ya está bien —indicó la psiquiatra, tocándose el hombro con una mano.
Samara se aproximó en ese momento, parándose a un lado de Matilda. Su presencia repentina tomó un poco desprevenida a Abra, que se sobresaltó por mero reflejo en cuanto la vio, sin ningún motivo consciente. Intentó, sin embargo, mantener la calma lo mejor posible y no dejar tan en evidencia su reacción.
—Hola, Samara —musitó despacio, agitando una mano.
—Hola —le respondió ésta con su habitual estoicidad.
—Te… cortaste el cabello, ¿eh? Se ve bien.
—Gracias.
—¿Un cambio de look? ¿Por algún motivo en especial?
—Tal vez…
Abra asintió lentamente, y se quedó al instante sin idea de qué más decir. La incomodidad que esa niña le provocaba le era aún muy confusa.
—Te queda bien —comentó Cole con mayor entusiasmo—. Te da personalidad.
Samara volteó a verlo, y le sonrió levemente como respuesta.
—Lamentamos no poder quedarnos más —intervino Danny—. Pero tenemos que reunirnos con los padres de Abra para cenar.
—Sí, lo entiendo —masculló Matilda, apenada—. Lamento haberme tardado tanto; tenía un asunto que atender, y no podía esperar. Pero me alegra que estén bien. Y Abra, fue un placer verte. Y espero podamos reunirnos en mejores circunstancias muy pronto.
—Lo mismo digo —respondió la joven, sonriendo—. Y lo más probable es que tarde o temprano tenga que ir a terapia por todo esto, y por otras cosas; así que guardaré su tarjeta.
—Abra —musitó Danny con ligera desaprobación por su comentario, pero igual rio junto con ella—. Que pasen buena noche. Despídanos de la Sra. Wheeler, por favor.
—Vayan con cuidado.
Ambos se encaminaron hacia la puerta principal. Matilda, Cole y Samara los despidieron desde el marco de la puerta, viendo como avanzaban hacia la acera.
—¿Tú cómo estás? —le preguntó Cole a la recién llegada, una vez que la puerta se cerró una vez más—. ¿Cómo te fue con… ese asunto?
—Sí, Matilda —intervino alguien más antes de que pudiera responder. Los tres se giraron, y miraron a Eleven entrando ahora al vestíbulo desde la sala, caminando hacia ellos apoyada en Sarah—. ¿Cuál fue el asunto que te tuvo entretenida casi todo el día?
—Hola, Eleven —le saludó Matilda, ligeramente nerviosa—. ¿Cómo estás?
—De una pieza —respondió El rápidamente—. ¿Entonces?
—¿Es que acaso por una vez no lo sabes todo? —indicó Matilda con tono burlón, cruzándose de bazos.
—No seas condescendiente conmigo —le respondió Eleven con voz sólo un poco afilada.
Matilda dejó escapar un suspiro, y respondió sin más.
—Fui a ver a mi padre a prisión.
El comentario causó una reacción de marcado pasmo tanto en Eleven como en Sarah. Era evidente que entre las posibilidades que habían barajeado, esa no era una de ellas. Privilegio de no haber estado presentes la otra noche durante la visita sorpresa de Michael.
—Oh, entiendo —susurró Eleven, asintiendo.
—Estuvo bien —se apresuró Matilda a aclarar—. O no tan mal como podría haber sido, más bien.
—Yo sé un poco sobre relaciones familiares complicadas —indicó Eleven esbozando una sonrisa un tanto apagada—. Estoy segura de que lo que haya sido, habrá sido para mejor.
—Lo sé —suspiró Matilda—. Pero no se preocupen por eso ahora. Comparado con todo lo demás que nos ha ocurrido estos días, esto es algo insignificante.
—Nada de eso —se apresuró Cole a espetar, sonando casi molesto.
—El detective tiene razón —secundó Eleven—. No haga menos los asuntos y problemas que le angustien en estos momentos, doctora; ni siquiera los pequeños. Como psiquiatra, creo que eso lo sabes bien.
—Bueno —masculló la psiquiatra, encogiéndose de hombros—, a veces ocupamos que alguien nos recuerde lo que en teoría ya sabemos. Por algo los terapeutas también van a terapia.
—¿Y tú lo haces? —preguntó Sarah con curiosidad, arqueando una ceja.
Matilda rio, y sus mejillas se ruborizaron un poco.
—No en este momento —admitió—. Pero quizás también lo vaya a necesitar, pronto.
Todos rieron al instante siguiente, y el aire se aligeró un poco; todos menos Samara, aunque hizo el intento de sonreír, pese a que en el fondo no entendía bien si aquello había sido un chiste o no.
—Bueno, dicho eso —pronunció Eleven, y centró entonces para sus sorpresa la mirada justo en la niña, que respingó un poco al notar esto—. Samara, ¿te molestaría venir conmigo a la mesa del comedor para sentarnos de una vez? —le preguntó, extendiéndole la mano que no sujetaba su bastón—. Necesito hablar contigo de lo que ocurrirá a continuación con tu regreso a casa. Sé que Matilda ya te habrá hablado al respecto, pero hay algunos puntos que deseo tocar contigo directamente.
Samara contempló su mano con ligera desconfianza asomándose por sus ojos. Se giró por reflejo hacia Matilda, en busca de su guía.
—No te preocupes —pronunció Eleven rápidamente al notar su vacilación—. Matilda se reunirá con nosotros en la mesa en un rato más. Pero ahora el Det. Sear y ella tienen que hablar primero de unas cosas.
Aquello tomó a la propia Matilda por sorpresa, y por reflejo se giró a mirar a Cole, cuestionándole con la sola mirada a qué se refería. Éste se limitó a sólo sonreírle y encogerse de hombros. Lo que fuera, de seguro quería en efecto que lo hablaran a solas, e inevitablemente eso le causó una pequeña punzada de preocupación.
—Está bien, pequeña —le indicó con suavidad a Samara, agachándose un poco hacia ella—. Voy en un momento, ¿sí?
Samara asintió, sintiéndose más segura con que Matilda se lo indicara. Tomó entonces la mano que Eleven le ofrecía, y tanto ella como Sarah comenzaron a guiarla en dirección al comedor.
—Qué bonito peinado, por cierto —comentó Eleven mientras se alejaban—. ¿Sabías que en gran parte de mi niñez y adolescencia me tocó llevar la cabeza completamente rapada? Por favor no te lo imagines.
Matilda y Cole permanecieron en silencio, hasta que las voces se alejaron lo suficiente del vestíbulo.
—¿Tenemos que hablar de unas cosas? —preguntó Matilda curiosa, girándose hacia el detective.
—Sí, algo así —masculló Cole, sonando un poco abatido al hacerlo. Recorrió con una mano su nuca de forma nerviosa, y se giró sobre sus pies para comenzar a caminar en dirección a la sala. Matilda lo siguió de cerca—. No es nada grave, en realidad —se apresuró a aclarar—. Solamente que hablé con mi capitán esta mañana, y me pidió… No, más bien me ordenó que haga acto de presencia en la estación el lunes a primera hora, para que hablemos con mayor detalle de… bueno, de todo esto.
Cole se dejó caer de sentón en uno de los sillones, y se giró a mirarla con una de esas sonrisas despreocupadas en los labios, que Matilda había aprendido rápidamente a identificar como no del todo sinceras.
—En pocas palabras, deberé volver a Filadelfia pronto; el domingo, a lo mucho —concluyó Cole con diversión, aunque su mirada no reflejaba el mismo sentimiento.
—Oh —murmuró Matilda, pensativa—. Entiendo. Bueno, sabíamos que pasaría tarde o temprano, ¿no? Ya hiciste más que suficiente por Samara y… por mí. Arriesgaste incluso tu propia seguridad. Es momento de que tú también vuelvas a tu vida normal.
—Con gusto arriesgaría el doble o el triple otra vez por ustedes dos —declaró Cole con asombrosa convicción—. No me importaría perder mis dos piernas, si a cambio pudiera asegurar que ustedes estén bien.
—En verdad procuremos que eso no vuelva a ser necesario —bromeó Matilda. Se aproximó entonces al sillón, y se sentó justo a su lado; quizás bastante más cerca de lo que Cole se esperaba, y eso lo puso un tanto tenso, pero procuró disimularlo—. Igual dentro de poco yo tendré que llevar a Samara de regreso a su casa, y ver qué pasa —indicó Matilda justo después, cruzándose de piernas.
—Sí, Eleven me lo mencionó —asintió Cole—. ¿Y luego de eso? ¿Qué harás?
Matilda se encogió de hombros.
—Si el padre adoptivo de Samara la acepta de regreso, que lo dudo… tendré que aplicar esfuerzo monumentales para asegurar el bienestar de Samara a su lado. Y si no puedo estar segura de ello, moveré cielo y mar para retirarle la custodia. Y todo eso puede tomar bastante tiempo. Pero, si por el contrario la rechaza y desea ya no hacerse cargo de ella, que me temo será lo más probable… entonces intentaré llevar a cabo el proceso de adopción, con el apoyo de la Fundación; otro proceso que también puede tomar su tiempo. Pero lo más grave es que no sé cuál de esos escenarios lastimará más a Samara.
—No podrás protegerla por siempre —indicó Cole con seriedad—. Tendrá que afrontar la verdad sobre sus padres tarde o temprano. Pero al menos, pase lo que pase, te tendrá a ti a su lado para ayudarla a hacerlo. Y tras ese momento rasposo, si todo sale bien, le esperará un brillante futuro contigo.
—Espero que ella lo vea así —suspiró Matilda, claramente ansiosa—. Pero bueno, respondiendo a tu pregunta, lo más probable que tenga que estar en Washington una temporada hasta que todo esto se resuelva, de una u otra forma; quizás hasta fin de año, o más. Luego de eso, volveré a Boston; sola o, como espero que suceda al final, acompañada de Samara.
Cole asintió, indicando que comprendía con claridad el plan, incluso las ramificaciones más complicadas de éste. Carraspeó entonces un poco, se sentó derecho en el sillón, e incluso se atrevió, aunque un poco dubitativo, a apoyar su brazo en el respaldo del sillón, detrás de la espalda de Matilda. Ésta miró de reojo aquel acto, pero no dio indicio alguno de querer detenerlo.
—¿Y… qué significa eso? —preguntó Cole en voz baja, mirándola fijamente—. Para nosotros, quiero decir.
—Nosotros —repitió Matilda despacio, casi como si la palabra le resultara ajena. Carraspeó también, miró un tanto distraída al frente, y con una mano alisó la tela de sus pantalones—. ¿Qué te gustaría a ti que ocurriera con nosotros?
—Lo que tú quieras que ocurra —respondió Cole rápidamente sin pensarlo mucho—. No aspiró a nada más que eso.
—Muy considerado —masculló Matilda, pero no dejaba muy claro si acaso lo decía en serio, o estaba siendo sarcástica—. Bueno… Filadelfia no está muy lejos de Boston, en realidad.
—Cinco horas en carro, un poco menos de una hora en avión —indicó Cole rápidamente—. No es que lo haya revisado.
Matilda rio un poco por la ocurrencia, pero se serenó rápidamente para seguir hablando.
—Supongo que una vez que Samara y yo estemos instaladas, y todo se calme… Quizás podríamos planear algo. Unas pequeñas vacaciones de verdad, esta vez. Y ver qué pasa a partir de eso.
—Suena agradable —susurró Cole, esbozando ahora sí una radiante y sincera sonrisa, de la cuál de inmediato Matilda se sintió contagiada.
Ambos guardaron silencio en ese momento, y se limitaron a sólo mirarse, perdiéndose un rato en los ojos del otro. Qué rápido se habían acostumbrado a esos momentos de silencio en los que ninguno tenía que decir nada, y aun así entender lo suficiente.
En esa ocasión no estuvo claro quien dio el primer paso; quizás fue Cole, quizás fue Matilda. Pero para cuando ambos fueron conscientes, sus rostros ya estaban a medio camino aproximándose al otro. Y en lugar de retroceder, se limitaron a simplemente cerrar los ojos y cortar la distancia que les faltaba. Sus labios llegaron a rozarse sólo un poco, y eso fue suficiente para causar una pequeña chispa de electricidad en ambos. Sin embargo, no pudieron llegar más lejos de eso, antes de que los pasos de alguien entrando a la sala los distrajera.
Ambos se separaron rápidamente por mero reflejo, sentándose derechos y girándose al mismo tiempo hacia la puerta de la sala. Jennifer los miraba desde ahí, paralizada en su lugar en cuanto vislumbró lo que estaba ocurriendo un instante antes de que entrara.  
—Yo… lo siento —susurró Jennifer apenada—. No quería interrumpirles. Sólo venía a decirles que ya está todo servido para comer… pero yo me voy, hagan de cuenta que no estuve aquí.
—No, mamá, alto —exclamó Matilda rápidamente, poniéndose de pie al instante, antes de que ella “huyera” de esa forma—. Ya vamos para allá, ¿cierto? —indicó, girándose hacia Cole para confirmación.
—Sí, por supuesto —se apresuró Cole a responder, parándose también—. Estoy más que dispuesto a comer enseguida.
Jennifer asintió, aunque claramente se sentía culpable por haber roto el momento de esa forma. Pero igual los tres se dirigieron juntos hacia el comedor, como estaba planeado.
—¿Cómo te fue? —le preguntó la Srta. Honey a su hija mientras avanzaban.
—Te lo platicaré todo en la mesa —le respondió Matilda, y ambas entrelazaron sus brazos mientras se encaminaron juntas a la mesa.
— — — —
La cena en casa de los Wheeler se llevó a cabo sin muchas complicaciones. Mike, Will, Jim y Terry se sentaron a la mesa grande del comedor, comieron el pavo preparado y los demás complementos, incluyendo el dulce de calabaza de Will. Platicaron, rieron y agradecieron las cosas buenas que habían ocurrido ese año, por encima de las malas. Y de alguna forma fueron dejando atrás, aunque fuera por un par de horas, los sucesos desagradables de las últimas semanas.
Sin embargo, los puestos vacíos que deberían haber sido ocupados por Jane y Sarah, eran como dos parpadeantes luces rojas, presentes a toda hora, y jalando irremediablemente la atención de los cuatro en algún momento. En especial la de Mike, que en gran parte de la cena fue incapaz de ocultar su enojo aún latente, provocado indiscutiblemente por la ausencia de su esposa.
Pese a todo, la cena terminó bien. Y una vez terminada, sólo quedaba la parte no tan agradable de limpiar y lavar los platos. Sorprendentemente, Mike terminó ofreciéndose a hacerlo todo él, quizás simplemente buscando algo que hacer para distraerse. Sus hijos le tomaron la palabra con facilidad, pero Will se negó a dejarle todo el trabajo. Así que tras recoger los platos de la mesa, ambos se dirigieron juntos al fregadero de la cocina.
Una vez estuvieron lejos de los oídos de Jim y Terry, mientras Mike lavaba y Will a su lado secaba, éste último soltó sin más espera lo que había querido decir toda la noche:
—No puedes seguir enojado con El por más tiempo —exclamó con seriedad.
Mike soltó un pesado suspiro exasperado.
—¿Qué no puedo? —espetó, casi ofendido—. Estuvo en coma por semanas, y al despertar lo primero que hace largarse. Aún ni siquiera puede caminar ella sola, y prefiere cruzar medio país en lugar de quedarse quieta medio minuto y estar con su familia.
—Tenía que hacerlo. Alguien debía resolver todo esto.
—¿Y por qué tenía que ser ella? —pronunció en alto, girándose a mirar a su amigo—. ¿Por qué siempre tiene que ser ella?
Mike se volvió abatido hacia los platos, comenzando a tallar uno de ellos con, quizás, bastante más fuerza de la que requería.
—No vayas a romperlo —musitó Will con ligera sorna. Luego añadió—: Te recuerdo que eso fue lo que te gustó de ella en un inicio; ¿ya lo olvidaste? Su valor, su poder, su deseo de ayudar y proteger a otros. El que fuera una verdadera heroína.
—Ya no somos más unos niños, Will —soltó Mike con amargura—. Y he estado ya demasiadas veces tan cerca de perderla, y en verdad pensé que en esta ocasión la perdería por completo…
Se detuvo un momento, agachó la cabeza y apoyó ambas manos contra la orilla de la encimera, como si temiera caerse si no se sostenía de esa forma.
—No sé si resistiré pasar por algo como esto una vez más —susurró despacio; no con enojo o como una recriminación, sino como un sincero y doloroso lamento.
Will se quedó sin palabras unos momentos. No podría reprocharle sus palabras, pues vivir constantemente con la sensación de que, en cualquier momento, la persona que más amas en el mundo podía simplemente ser arrancada de tus brazos con tanta facilidad, debía ser agotador para cualquiera.
Pero Mike sabía desde hace mucho quién era Jane, y las cosas de las que era capaz. Sabía bien que no se quedaría sentada todo el tiempo en casa, siendo una esposa y madre común, y fingiendo que allá afuera no ocurría nada. No iba con su personalidad. Y, de cierta forma, Will sabía que Mike era muy parecido a ella. El Mike que él conoció hace años, saltaría al fuego sin dudarlo por cualquiera de sus amigos. Solamente quizás los años habían sepultado a ese Mike en una pequeña capa de amargura y preocupación; pero Will sabía que él seguía ahí, en algún lado.
—Hey, papá —escucharon la voz de Jim pronunciar desde la entrada de la cocina. Mike se forzó a recuperar la compostura para mirarlo—. Voy a casa de Joan a saludarla a ella y a su familia. Me voy a llevar a Terry para que se despeje un poco.
—Está bien —respondió Mike, asintiendo—. Sólo no regresen tarde, por favor.
—Descuida, será sólo un par de horas. Nos vemos después, tío Will.
—Cuídense —indicó Will con solemnidad.
Jim se retiró entonces, y Mike volvió de nuevo a la distracción de los platos.
—Sé que es duro, Mike —dijo Will con algo de severidad—, pero tienes que sobreponerte. Tus hijos te necesitan, en especial Terry. No les hace ningún bien verte estar molesto de esa forma con su madre.
—Ya lo sé —espetó Mike, defensivo.
—Si sirve de algo, le dijo a los chicos que muy probablemente volvería el domingo.
—Pues ojalá sea cierto.
Unos segundos después, alguien más hizo acto de presencia en la cocina, tomando a ambos un poco por sorpresa.
—Toc, toc —pronunció la voz animada de la Dra. Mayfield, de pie en la puerta en la cocina. Llevaba puesta aún su bata blanca, y su cabello rojizo atado con una cola. En sus manos, cargaba un recipiente redondo de pay.
—Hey, Maxine —pronunció Will, alzando una mano a modo de saludo. Mike se limitó a mirarla sobre su hombro y asentir con la cabeza.
—¿Cómo están, chicos? —preguntó Max, dándose permiso para ingresar con pauso cauteloso a la cocina—. Perdón por a intromisión. Jim y Terry me dejaron entrar mientras iban de salida.
—¿Vas saliendo de su tu guardia? —preguntó Will.
—Sí, apenas —suspiró Max con voz agotada—. Pero traje un poco de pay de manzana —indicó con entusiasmo, alzando el pastel en sus manos para que ambos lo vieran.
—¿Hecho por ti? —preguntó Will con tono divertido.
—Comprado, por supuesto —masculló un poco apenada—. Pero con mis propias manos.
Will y Max rieron divertidos, pero Mike no pareció muy interesado en acompañarlos en la broma.
—En fin, ¿llego tarde para comer algo?
—Siéntate, te caliento un poco de pavo —indicó Mike un poco ausente. Cerró las llaves del fregadero, se secó las manos, y comenzó a servir de todo un poco en un plato, de forma casi mecánica.
Will y Max se miraron entre ellos, suspiraron al unísono, y pasaron a sentarse juntos en la mesita de la cocina.
—¿Cómo está? —preguntó Max en voz baja, mirando de reojo a Mike.
—Aún le aplica la ley de hielo a El —le informó Will con pesar en su voz.
—Qué maduro de su parte —pronunció Max, aunque lo suficientemente alto apropósito para que Mike pudiera escucharla. Éste la miró de reojo, pero no dijo nada, y se limitó a colocar el plato de comida en el microondas.
—Está preocupado por ella —le defendió Will con voz mediadora.
—¿Y crees que yo no? —masculló Max con severidad—. ¿Hablaron con ella hoy?
—Sí. Está bien, y dice que volverá pronto.
—Eso espero, porque además de arreglar ese otro asunto, necesita arreglar su relación familiar; y no se diga su salud.
Will asintió, estando completamente de acuerdo con ella, así que en verdad no tenía nada más que añadir.
—¿Y tú cuánto te quedarás? —le preguntó Max, curiosa.
—Quizás vuelva a New York el lunes, si ya no me necesitan por aquí.
—Este tonto siempre te va a necesitar por aquí —indicó Max con tono bromista, apuntando con su mentón hacia Mike que se acercaba a ellos con el plato humeante de comida.
—Bueno, gracias —farfulló Mike con seriedad. A pesar de todo, colocó el plato delante de Max, con todo y cubiertos, y ésta lo aceptó gustosa—. Puedes quedarte todo el tiempo que desees, Will —indicó Mike, mirando a su amigo—. Me hace bien tu compañía.
Will no pudo evitar sonreír contento de escucharlo decir eso.
—Te lo agradezco, amigo.
—¿Qué dices? Yo te lo agradezco a ti —declaró Mike con convicción—. Quizás estaríamos perdidos si no hubieras estado aquí para apoyarnos.
—No, nada de eso —masculló Will, riendo nervioso—. Sólo vine a ayudar en lo que podía, eso es todo.
—Oh, ya basta, ustedes dos —masculló Max con tono de falsa molestia, teniendo medio bocado de pavo en la boca—. No se pongan más cariñosos o tendré que llamar a El.
—Oye, oye —exclamó Will, alarmado—. Eso fue bastante inapropiado, Max.
—Lo siento —rio Max, divertida. Terminó de tragar lo que tenía en la boca, y pareció querer en ese momento decir algo más. Sin embargo, un fuerte ruido los sacudió a los tres, haciéndolos ponerse en alerta.
—¿Qué fue eso? —susurró Will, parándose despacio de su silla.
Mike giró su atención hacia la puerta de la cocina, que daba hacia el patio posterior.
—Fue atrás —indicó el dueño de la casa con severidad.
—Quizás sean los chicos —comentó Max con calma, pero Mike no parecía estar muy de acuerdo con esa teoría. Sin decir nada, se dirigió con paso resuelto hacia la puerta.
—Mike, ¿a dónde vas? —le cuestionó Will alarmado, y sin titubear mucho fue detrás de él. Max lo pensó un poco más, pero al final también se paró y los siguió.
Mike abrió la puerta de par en par rápidamente, y se asomó hacia el exterior. El patio estaba envuelto en sombras, hasta que presionó el interruptor que encendió las luces traseras. La luz adicional no hizo mucho cambio, pero ayudó a poder identificar lo que posiblemente había provocado aquel sonido: uno de los botes de basura estaba volteado, y su contenido desperdigado por la tierra.
Suspiró con molestia, pero se dirigió de inmediato al bote para levantarlo, y regresar la basura a su interior. Will y Max salieron también por la puerta, y el primero se apresuró de inmediato a ayudarlo a recoger.
—Quizás sólo fue un perro —señaló Max, cruzada de brazos para protegerse un poco del frío que estaba comenzando a sentirse.
—Quizás —carraspeó Mike.
Una vez el bote estuvo de pie y todo en su sitio, decidió llevarlo a la parte frontal de la casa, en caso de que la basura decidiera pasar el día de mañana. Caminó entonces hacia un lado con la intención de rodear la casa por un costado. Sin embargo, justo cuando iba a pasar la esquina de la casa, escuchó un click resonando en la noche, y un segundo después ante su rostro apareció el largo y oscuro cañón de un arma, apuntando directo al centro de su frente.
Mike se sobresaltó, soltó el bote dejándolo caer, y dio por un instinto un apenas apreciable paso hacia atrás. El sonido de la basura cayendo alarmó a Will y Max, y de inmediato se aproximaron hacia él. Cuando estuvieron a su lado, pudieron ver lo mismo que Mike veía, y se quedaron paralizados en su sitio al instante.
El arma que apuntaba a Mike era sostenida por la mano grande y firme de un hombre, de piel oscura, con su rostro perlado por el sudor y mirada cansada, que parecía apenas poder enfocarse en uno de ellos. A pesar del clima, usaba solamente una camiseta blanca delgada y unos pantalones negros. Se le veía agotado; respiraba con agitación, y estaba claramente malherido. A la altura de su abdomen tenían enredados un improvisado vendaje que le rodeaba por completo, y que estaba además en esos momentos impregnado de sangre. Otras parte como su pierna, brazo o frente tenían igualmente vendajes rudimentarios.
Su estado era tan impactante, que por unos segundos ninguno lo reconoció. Pero conforme las luces del patio lo enfocaron mejor y pudieron tener una vista más clara de su rostro, los tres se quedaron atónitos al darse cuenta de quién era.
—¿Lucas? —pronunció Maxine, azorada.
Él los miró de regreso, pero no parecía mirarlos del todo. Bajó lentamente el brazo que sostenía el arma, y entonces se apoyó con su hombro contra la casa para evitar caer.
—Lucas, ¿qué te pasó…? —murmuró Will con preocupación, y se atrevió a dar un paso hacia él, a lo que Lucas respondió rápidamente, alzando de nuevo su arma, ahora apunando con ella hacia el rostro de Will.
—Aléjense… No se me acerquen —les advirtió con voz débil, pero aun así beligerante.
Los tres retrocedieron, alarmados.
—Lucas, espera —susurró Mike, alzando ambas manos delante de él para mostrarle que no había amenaza en ellos—. Somos nosotros, Mike, Will, y Max. Nos reconoces, ¿cierto? Somos tus amigos…
Él miró a cada uno con aprehensión, apretando su mano más firmemente contra el mango de su arma. Era evidente que estaba alterado; quizás lo suficiente para cometer una locura con esa cosa. Pero al final pareció tener la suficiente lucidez para reconocerlos, y entender dónde estaba. Volvió a bajar su arma, y en esta ocasión apoyó su espalda entera contra el muro exterior de la casa.
—No sabía a dónde más ir —soltó con dolor e impotencia—. Ya no sé en quién puedo confiar…
Y esas fueron las últimas palabras que pudo pronunciar, antes de que sus ojos se cerraran, y sus dedos fueran incapaces de sostener la pistola y ésta se resbalara hacia el piso. Lucas no tardó en seguirla, deslizándose por la pared hasta quedar sentado en el suelo.
—¡Lucas! —pronunció Max alarmada, y se aproximó rápidamente hacia él, colocándose de cuclillas a su lado. Mike y Will igualmente se aproximaron para verlo de cerca.
La cabeza de Lucas colgó hacia adelante, pegando su mentón contra su pecho; al parecer había quedado totalmente inconsciente, como si sólo le hubieran alcanzado las energías para llegar hasta ese sitio, y nada más.
Max rápidamente llevó sus dedos a su cuello.
—Su pulso es débil —declaró con inquietud. Agachó su atención hacia el vendaje de su abdomen, tocándolo con sus dedos; estos se mancharon de rojo al hacerlo—. Creo que ha perdido mucha sangre. Ayúdenme a meterlo, rápido.
Will y Mike obedecieron, y al instante lo tomaron entre los dos, uno de las piernas y lo otro de las axilas. Lo alzaron lo mejor que pudieron, y comenzaron a avanzar presurosos de regreso a la puerta de la cocina. Lucas no reaccionó en ningún momento del trayecto, y no lo haría por completo hasta mucho tiempo después.
FIN DEL CAPÍTULO 157
Notas del Autor:
Como prometí, estos capítulos fueron un poco más tranquilos, en donde vimos a nuestros personajes celebrar Acción de Gracias, y poder ver además un poco de interacción entre ellos. Y claro, de paso repasar en qué situación se encuentran varios de ellos, incluso el propio Damien, así como dar un pequeño vistazo a lo que vendrá más adelante.
Dentro de poco a muchos les tocará viajar y volver a sus vidas “normales”, pero todos sabemos que eso no durará mucho. ¿Qué pasará ahora? Muchas cosas, por supuesto. Pero primero hay otros personajes que tocará ver también, aunque ya no en situaciones tan tranquilas. Estén atentos a los siguientes capítulos.
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dbstaches · 1 year ago
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MATERIAL WORLD: THE GRID Grid your loins, it's Dave Ball (left) and Richard Norris Picture: Roger Sargent
NME magazine, 30 October 1993 — full article text bellow
WHERE ARE YOU NOW AND HOW DO YOU FEEL? RICHARD: In the Village Inn as usual, unshaven, post-remixing lag DAVE: The Village Inn, tired and emotional
FIRST RECORD YOU EVER BOUGHT? R: ‘Blockbuster’, The Sweet D: ‘Love Grows Where My Rosemary Goes’, Edison Lighthouse
WHO WOULD DIRECT THE ‘TEXAS COWBOYS’ MOVIE? R: Andy Warhol, if he was alive, Lonesome Cowboys 2 D: Sam Peckinpah – lots of fake blood
WHICH CHARACTER WOULD YOU HAVE PLAYED IN THE GOOD, THE BAD AND THE UGLY? R: Clint – for the stubble and cheroots D: Lee Van Cleef. He wears black clothes, smokes cigars – my kind of guy
WHEN WAS THE LAST TIME YOU SAW MARC ALMOND AND WHAT WAS HE DOING? D: On TV, doing a costume-change at Royal Albert Hall
DESCRIBE EACH OTHER IN THREE WORDS? R: Jolly Uncle Jack D: Griff Rhys Jones
WAS VIC REEVES AS SURREAL IN REAL LIFE? R: Haddock
FONDEST MEMORY OF YOUR NME DAYS? R: Jack Barron ranting, Fred Dellar (gawd bless ’im) and two weeks in Ibiza on expenses
MOST EMBARRASSING RECORD IN YOUR COLLECTION? R: A double LP of Barbara Woodhouse teaching dogs to sit. Walkies! D: ‘In The Night’ by Tony Blackburn
HOW DO YOU SEE THE FUTURE OF SPAGHETTI DISCO? R: Take That doing ‘Rawhide’
BEST THING ABOUT PERFORMING LIVE? R: Watching the wide-eyed and legless
WHAT INSPIRES YOU? R: Punk rock, disco D: Everything
WORST FLYING EXPERIENCE? R: Being in economy class D: Flying from LA to London on acid; flying from London to the South of France with Depeche Mode, dropping 1,000 feet when we hit an air pocket
WHO WOULD BE YOUR DREAM COLLABORATION? R: Iggy Pop D: A film score with John Barry/Angelo Badalamenti
IF YOU HAD A LABEL WHICH TWO ROCK ACTS WOULD YOU SIGN? R: AC/DC, Nine Inch Nails D: Zodiac Mindwarp, The Ramones
WHAT DID YOU THINK WHEN THEY DESCRIBED YOUR MUSIC AS “JUNGLE” ON CORONATION STREET? R: Smashing, chuck D: I liked it so much I sampled it
FIRST BANDS? R: The Innocent Vicars, The Fruitbats, The Wild Kitchen, East Of Eden D: Soft Cell
HOW MANY TELEVISIONS DO YOU OWN R: About 20. I got a fine for not having a license
DESCRIBE YOUR TOTP EXPERIENCE? D: Tedium-tastic
THREE GREAT THINGS ABOUT THAILAND AT CHRISTMAS? R: The sky at night, bats, blue-capped evenings with neon fish
HOW WOULD YOU SPEND AN IDEAL SUNDAY AFTERNOON? R: Horizontally, after a bad game of golf D: Lunch with friends and good wine
WHAT'S THE WEIRDEST SITUATION YOU'VE EVER BEEN IN? R: Being surrounded by Hackney constabulary with Genesis and Paula P Orridge at 5am after imitating a Sunday People reporter D: Running naked down a Madrid hotel corridor with Stevo, wielding two replica Flintlock pistols, chasing two Spanish girls
FAVOURITE PEOPLE? D: Richard & Judy, Paul Merton, Dennis The Barman
CAN YOU RETIRE ON THE MONEY ‘TAINTED LOVE’ MADE IN AMERICA? D: No, but I'm, sure our American lawyers and A&R men could!
WHAT DID MADONNA DO WHEN YOU UPSTAGED HER IN NEW YORK? D: She forgave me the next morning
CHOOSE A RECORD TO WAKE UP TO/SLEEP TO/HAVE SEX TO R: Wake up: ‘Cobalt Blue’, Michael Brook. Sleep: ‘Music For Airports’, Brian Eno. Sex: ‘There's A Riot Goin' On’, Sly And The Family Stone D: Wake up: ‘Rise And Shine’, The Flintstones. Sleep: ‘Very/Relentless’, Pet Shop Boys. Sex: ‘Neroli’, Brian Eno
WHAT ELSE CAN YOU DO? R: Write a mean paragraph. I could be an A&R man if I was really desperate D: Top oarsman and not a bad cook
HOW WOULD YOU LIKE TO GO? R: Like Aldous Huxley
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lanadane1 · 2 years ago
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So I added some OC’s into the ST universe for About You and I thought I’d share them a bit.  
Darren: Heath Ledger   Donnie:  Dana Ashbrook Mrs. Woodhouse: Meryl Streep Dina: Salma Hayek Mabel: Alicia Silverstone Andy: Rob Lowe Denis: Jared Padelecki (re-casted) Tammy: Sheryl Lee
All these characters are like the young versions of them like Mabel is Alicia like Clueless era obliviously and like Jared Padalecki is like early Gilmore Girls era. I re casted Tammy because I’ve been watching Twin Peaks and I just watched Fire Walk With Me and I feel like Sheryl Lee (Laura Palmer) could be a really good like bitchy girl fit for Tammy.  
And the title About You is inspired by the song by the 1975.  That song has been on my spotify repeat playlist for like months now and I can’t get enough of it.  I listen to it all the time and daydream about this story line. Maladaptive daydreamers unite. 
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luanna801 · 5 years ago
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You: Ineffable Husbands
Me, an intellectual: Adam Young hanging out with his Satanic half-bros Andy Woodhouse and Damien Thorn. 
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milliondollarbaby87 · 3 years ago
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A Castle for Christmas (2021) Review
A Castle for Christmas (2021) Review
Sophie is an American author who has caused quite the stir by killing off one of the main characters in her book series, with the scandal this has caused she sees this as the perfect opportunity for a trip to Scotland. ⭐️⭐️ (more…)
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figgis · 7 years ago
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Archer Crossing! I thought doing an Archer/Animal Crossing crossover would be fun and interesting.
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(individual drawings under the cut)
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toadschooled · 2 years ago
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A Woodhouse’s toad [Anaxyrus woodhousii] soaks their belly in a pond in Las Vegas, New Mexico. This individual was spotted and photographed by Andy Rominger.
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coconutcordiale · 2 years ago
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thanks for tagging me @callsignthirsty & @currentlybradshaw 🫶
10 fandoms ; 10 tags ; 10 characters tag game thingy but I think I’m funny so it’s ~ daddy issues edition ~
Hangman, fatherless behavior king, yes I know I could’ve picked rooster for this don’t @ me (Top Gun Maverick)
Michael Westen (Burn Notice)
Nick Miller (New Girl)
Emma Woodhouse (Emma)
Neal Cafferey (White Collar)
Javier Peña (Narcos)
Andy Bernard (The Office)
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Derek Hale (Teen Wolf)
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thecraftymagician · 2 years ago
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I definitely want those character matches for them and their tv show counterparts! I’m one of those people who will watch a show and then imagine other characters (or irl people I know) as the ones on the show lol. Like for The Office, Asra is definitely Jim and Julian is Andy. Lucio is Michael… that’s all I got rn
The accuracy! *chef's kiss* I'll be honest it's been literal months and I still can't pin-point any absolutely exact ones. I have Ideas but mostly shows I personally watch.
Ex: LetterKenney
Asra = Wayne
Nadia = Tanis or Katy
Julian = Darry
Muriel = Squirrelly Dan
Portia = ~oh~ Bonnie McMurry
Lucio = McMurry or Shoresy
Ex: Archer
Asra = Cyril
Nadia = LANAAAA
Julian = Krieger
Muriel = Woodhouse..? (because.. doing Lucio's.. biding..? Idk)
Portia = Pam
Lucio = ...Archer
Honestly besides those 2 I can't make up my mind haha I'm sure they all can though.. or at least argue about it in some cases until they make an accurate enough roster. I can try to come up with more and add them here but feel free to share your ideas! I know there are alot floating around already like Steven Universe but tbh there are sooo many characters there alone to choose from.
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wingzemonx · 2 years ago
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Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 125. Lo que tengo es fe
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Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX
Capítulo 125. Lo que tengo es fe
A media tarde de ese día, la enfermera de guardia entró en la habitación ocupada por Verónica Selvaggio como parte de su ronda, para revisar que la joven estuviera bien y no ocupara nada. Al ingresar, sin embargo, se encontró con las luces del cuarto apagadas, y a la joven rubia plácidamente dormida. La enfermera encendió las luces, para luego ingresar con paso silencioso y aproximarse a la camilla. El respaldo estaba levantado en un ángulo de cuarentaicinco grados, y Verónica estaba recostada bocarriba, con  sus ojos cerrados y su cabeza presionada contra la almohada. Su respiración era lenta y relajada. No se había movido siquiera un poco cuando encendió las luces.
Era destacable que pudiera dormir tan profundamente, considerando sus heridas. Los medicamentos para el dolor que le estaban suministrando debían estar haciendo buen efecto.
Los platos de la última comida que le habían llevado estaban casi limpios, y colocados ordenadamente sobre la mesita plegable de la camilla. Su apetito igualmente parecía estar bien. Y en realidad, no había dado ni un sólo problema desde que fue bajada a cuarto. Hacía todo lo que le decían, tomaba todos los medicamentos que le daban sin chistar, y ni siquiera se quejaba de dolor o molestia. Y era en verdad un amor; amable y gentil, y muy platicadora con todas.
«Ojalá tuviéramos más pacientes así por aquí» pensó la enfermera.
Retiró los platos de la mesita, y plegó está a un lado, cuidando no hacer demasiado ruido. Hizo justo después una revisión rápidamente del suero; todo parecía estar bien.
También había estado progresando bastante favorable de sus heridas. Los doctores pensaban que podría ser dada de alta pronto, aunque Thorn Industries directamente había pagado para mantenerla cómoda y segura en esa habitación todo el tiempo que fuera necesario. Dudaba que fueran tan serviciales con todos sus empleados, así que esa chica debía ser alguien importante; o al menos importante para alguien dentro de esa empresa.
Tan sigilosa como entró, la enfermera se retiró, apagando de nuevo las luces antes de salir. Todo esto de nuevo con cuidado de no perturbar su sueño pacífico.
Sin embargo, lo que ignoraba era que la joven en la camilla en realidad no dormía; al menos no de un modo convencional o que ella pudiera entender. Y un segundo justo luego de que saliera, los parpados de Verónica se abrieron de par en par, revelando detrás de estos uno ojos nublados que casi parecían totalmente blancos. Estos estaban fijos en el techo sobre ella, cubierto con la oscuridad de la habitación. Sin embargo, ella no miraba ese techo en realidad en esos momentos.
— — — —
La mente de Verónica en realidad estaba en esos momentos muy lejos de su cuerpo recostado en aquella habitación de hospital. En realidad, sus ojos y oídos estaban fijos en aquella sala de reuniones oculta debajo del Club Campestre San Aquiles a las afueras de Chicago, en donde los Diez Apóstoles de la Hermandad de los Discípulos de la Guardia celebraban su reunión de emergencia. Ninguno de ellos era consciente de su presencia ahí, ni siquiera Adrián, y ella así lo prefería. Así que desde un rincón de aquella sala, como una simple sombra en la pared, se limitó a simplemente ser una espectadora silenciosa.
Luego de recitado su juramento, los Apóstoles debían pasar cuanto antes al asunto importante que los había reunido en ese sitio. Todos, los presentes y los conectados en video llamada, ya conocían dicho asunto, o al menos se les había compartido una vaga noción sobre éste. Aun así, Adrián no se anduvo con rodeos, y en cuanto llegó su momento pasó a explicarlo de la forma más clara y resumida posible, alto para que todos pudieran oírlo.
—Como ya han de haber sido informados, dos noches atrás un grupo armado, bajo las órdenes del Departamento de Investigación Científica, realizó un ataque al pent-house del edificio Monarch en Beverly Hills, en el cual Damien se había estado alojando las últimas semanas. El operativo fue realizado explícitamente con la intención de someterlo y aprehenderlo, bajo la sospecha de ser lo que ellos nombran un Usuario Psíquico altamente peligroso para la seguridad nacional. Dicho operativo lamentablemente fue exitoso, y ahora el Salvador se encuentra, hasta donde sabemos, bajo custodia del DIC.
»Lo ocurrido con exactitud en aquel sitio sigue siendo algo difuso, y de momento sólo contamos con la declaración de una sola testigo, la Srta. Verónica Selvaggio. Para los que no la conozcan, es una discípula de Ann, que trabaja en estos momentos como interna en Thorn Industries. La Srta. Selvaggio había estado recientemente asistiendo a Damien durante su estadía en Los Ángeles, y le tocó estar presente al menos durante la primera parte del ataque. Les haré llegar un resumen detallado de lo que la Srta. Selvaggio nos dijo si lo requieren, pero para el propósito de esta reunión hay dos cosas claves que debemos saber: la primera, hubo dos personas que ingresaron al pent-house antes de la llegada de los hombres del DIC, ambas sin identificar, y una de ellas en específico logró causarle un gran daño al Salvador. Y la segunda es que, derivado quizás de este daño antes mencionado, los soldados del DIC lograron someter a Damien y llevárselo.
»John ha intentado obtener la mayor información posible sobre su localización y estado actual. Hasta donde hemos podido averiguar, lo llevaron a una base de investigación fuertemente protegida conocida coloquialmente como El Nido, ubicada en una zona boscosa y apartada en el centro de Maine. Y al parecer desde esa noche, y hasta el día de hoy, lo mantienen totalmente inconsciente usando una droga especial. No sabemos qué intenciones tienen con él, ni cuál es su estado de salud tras el ataque que recibió. Pero sea lo que sea, el tiempo que tenemos para actuar es limitado. Lo que vayamos a hacer, tenemos que decidirlo y ejecutarlo cuanto antes. Por ello la premura de esta reunión. Lo que decidamos hacer aquí y ahora podría cambiar el rumbo que nuestra Hermandad ha seguido hasta el día de hoy. Podría también cambiar el plan que se tenía previsto desde el inicio para Damien, pues es innegable que su fachada ha sido comprometida. Es por eso que necesitamos decidirlo entre los Diez, ahora mismo.
Hizo una pausa, contemplando en silencio los rostros de sus nueve camaradas. Todos lo observaban serios, pensativos, y claro un poco preocupados.
—¿Alguna pregunta o duda que deseen aclarar hasta aquí? —inquirió Adrián con firmeza.
—Sí, yo —masculló Paul, alzando una mano para hacerse notar—. Creo que lo que todos quisiéramos saber a estas alturas es… ¿cómo es que algo como esto pasó? Yo no lo entiendo, y me parece que mi sentir es compartido. —Se giró hacia el resto, y aunque ninguno dijo nada, en las miradas de varios se hizo evidente el apoyo al cuestionamiento—. Se supone que hemos construido cientos de redes de protección para evitar que algo como esto le ocurriera a cualquiera de nosotros, en especial al Salvador. ¿Cómo es que terminó tan expuesto de esta forma? ¿Dónde falló nuestra protección? O, más bien, ¿quién falló tan estrepitosamente?
De alguna u otra forma, todos supieron que la atención de todos se centró en Ann al instante. Ésta se mantuvo serena, respirando lentamente, mientras fuera del alcance de la cámara su uñas casi rasgaban el descansabrazos de la silla en la que se encontraba.
Ann no sólo era la presidente de Thorn Industries, además de la tía y tutora legal de Damien; era la Apóstol asignada a su protección y crianza, un puesto de enorme relevancia en el Plan. Y si el chico había terminado en un peligro como el que describían, era inevitable preguntarse dónde estaba su cuidadora en el momento en el que esto pasó.
—Eso no es lo importante ahora… —indicó Adrián con firmeza, siendo casi de inmediato interrumpido por Pavel Minsky desde su posición en la video llamada.
—A mí me parece que es bastante importante —pronunció con un tono que intentaba parecer calmado pese a su marcado y fuerte acento ruso—. El Salvador ha caído en manos de una jodida agencia de seguridad, poniendo en riesgo no sólo su fachada, sino la de toda la Hermandad, sin mencionar de poner en peligro al Gran Plan por completo. Éste es un error imperdonable, y alguien tiene que pagar por él. O varios, si es que hay más de un culpable.
—Dejémonos de tonterías y seamos claros —soltó Ann de pronto, claramente defensiva—. Si hay algo que quieran decir, tengan el valor suficiente para decirlo de frente.
—Si gustas confesar algo, querida Ann —añadió Pavel con tono elocuente—, creo que todos estaremos más que encantados de escucharte.
—¿Confesar? ¿Quieren que confiese algo? —musitó Ann, a una milésima de soltarse riendo—. Les diré lo que tengo que confesar. Todo este teatro es típico de todos ustedes. Se sienten muy seguros y cómodos sentados en sus pequeños tronos, apartados de la línea de fuego y mirando a otro lado cuando las cosas se complican, sólo para alzar la mano y señalar cuando se trata de culpar a alguien más. Ninguno tiene ni la menor idea de lo que está pasando aquí. Ninguno conoce realmente a Damien; la mayoría ni siquiera se ha atrevido a conocerlo en persona y verlo de frente, por el simple miedo que les provoca su sola mención. Pero yo lo he visto a los ojos día a día en los últimos años. Lo he visto crecer, lo he visto madurar y evolucionar. Lo conozco mucho mejor que cualquiera de ustedes, y puedo decirles algo con total seguridad: Damien no es un arma que puedas desenvainar cuando te dé la gana, ni una bestia que puedas encerrar para liberarla sólo cuando la necesitas, ni una joya valiosa que puedes guardar y esconder para mantenerla a salvo. Damien es una fuerza con un potencial de destrucción y cambio imparable, más allá de lo que cualquiera en esta reunión podría llegar a entender; quizás más allá del entendimiento de cualquier ser pensante en la historia. Pero por encima de todo eso, Damien es sólo un muchacho de diecisiete años; rebelde y obstinado como cualquier otro, luchando por encontrar cuál es su verdadero lugar. Y en vez de ayudarlo con todas estas inquietudes, no hicimos más exacerbarlas. Hemos sido todos nosotros, incluyéndome a mí, responsables de que decidiera hacer todo esto que ha estado haciendo. Le ocultamos cosas, le mentimos, lo aislamos, le decimos qué hacer y qué decir, y todo eso solamente pidiéndole que tuviera confianza en lo que nosotros le ordenamos, sin cuestionar…
—Le pedimos que tuviera fe —le corrigió Lyons tajantemente—. Fe en que todo lo que hacemos cumplirá a un bien mayor, a un Gran Plan que se debe seguir. La fe es el motor que ha movido a esta Hermandad desde sus raíces…
—Entonces quizás debimos habernos esforzado más para ser dignos de esa fe —sentenció Ann con dureza—. Debimos ser abiertos desde un inicio con él, decirle todo lo que sabíamos, contestarle todas las preguntas que podíamos. De esa forma no se hubiera apartado de nosotros, no hubiera hecho las locuras que hizo, y no estaríamos ahora en esta horrible situación.
—Sólo intentas tapar con palabras elocuentes la verdad innegable de que fuiste incapaz de controlar al Anticristo —le acusó Tsukiji Otomi con fiereza en su voz—. Se te confió su seguridad y crianza, y el que lo tuvieras siempre de nuestro lado, y fallaste en cada una de esas tareas. Fallaste como tía, como madre, y como Apóstol.
—¿Piensas que harías un mejor trabajo, Tsukiji? —ironizó Ann—. ¿Por qué no lo intentas? Ven, hazte su protectora, cuídalo, edúcalo y mantenlo “siempre de tu lado”. Veamos qué cualidades maternales tienes para demostrar.
Antes de que Tsukiji pudiera responder algo, Pavel volvió a intervenir.
—Ese es justo tu problema, Ann. Siempre has querido ver a ese chico como tu hijo, pero no lo es, y nunca lo será. Y es justo esa visión de madre protectora la que ha impedido que puedas controlarlo, y se haya desatado todo este caos…
—¡Suficiente! —resonó con poderío la voz de Adrián, seguida justo después por ensordecedor retumbar de su mano contra la superficie de la mesa, que por algún motivo rugió también en las paredes de la sala como si se tratara de un relámpago.
Todo intento de cualquiera de los otros por decir algo, fue acallado de golpe. Y una vez que los ecos de la voz y el golpe de Adrián se asentaron, todo el sitio se sumió en un profundo y expectante silencio.
Adrián aguardó unos momentos, y observó a todos para asegurarse de que tenía su atención, pero también para darse el tiempo de darle forma a las palabras en su cabeza. Sin embargo, antes de poder decir cualquier cosa más, una nueva voz, que hasta el momento había permanecido callada, se hizo notar desde los altavoces de la pantalla.
—La creencia de que cualquiera entre nosotros es capaz de controlar al Anticristo, es una mera ilusión —escucharon todos como mascullaba con calma Amelia Moyez. Su rostro se mostraba totalmente estoico, inmutable ante las discusiones que se suscitaban ante ella—. La Sra. Thorn bien lo dijo: estamos hablando de una fuerza de destrucción y cambio que no podemos contener, mucho menos controlar. Y en algún punto de nuestro largo camino, nos olvidamos de esto, junto con cuál es nuestro propósito aquí. Nos hemos olvidado que nuestra misión es cuidar, enseñar y apoyar al muchacho en su propio camino hacia la grandeza absoluta. Y en especial, hemos olvidado que somos nosotros los que le servimos, y no al revés. Si el Salvador está en peligro en estos momentos, es porque todos aquí le fallamos.
Las palabras de Amelia eran severas, pero a la vez frías, y calaban tanto como las de una madre que, más que molesta, se percibía decepcionada, lo que te obligaba a bajar la mirada y guardar silencio. Era curiosa la influencia que la persona adecuada, en el momento adecuado, podía llegar a tener entre los que la rodeaban. De todas formas, Adrián agradeció esa intervención de su parte, tan acertada como siempre, para apaciguar lo poco del fuego que podría haber quedado. Aunque, todos sabían que no por eso se había extinguido.
Una vez que todo volvió a la calma, Adrián habló al fin.
—Si tanto quieren señalar culpables, o incluso cambiar algunos de los rostros en esta mesa, se hará solamente hasta que el Salvador esté fuera de peligro. Hasta entonces, debemos enfocarnos en decidir cuál será nuestro plan de acción para que esto ocurra, y en nada más. Y el próximo que desvíe la conversación de este único propósito, responderá a mí aquí y ahora. ¿Ha quedado claro?
De nuevo silencio, aunque éste por sí sólo bastaba para responder su cuestionamiento.
Quien rompió el silencio fue de nuevo Tsukiji, aunque en su voz se percibía vacilación.
—Cuando mencionas “decidir nuestro plan de acción”, ¿de qué estamos hablando, Adrián? ¿Qué es lo que deseas que decidamos aquí y ahora con exactitud?
—¿No es obvio? —musitó Adrián con impaciencia—. La estrategia que habremos de tomar para rescatar al Salvador de las manos de sus captores.
—¿Te refieres acaso a… sacarlo a la fuerza de esa base militar que mencionaste? —cuestionó Paul Buher, esbozando una media sonrisa incómoda—. ¿Cómo lanzar un ataque con hombres armados, bombas, helicópteros y todo eso…?
—No nos precipitemos —se apresuró Pavel Minsky a decir, antes de que alguien más dijera algo—. Opino que debemos discutir todas las opciones posibles primero. ¿Hay algún medio más diplomático por el que podamos actuar?
—Bueno, creo que esa sería más tu área, Sally —indicó Paul, virándose hacia la senadora sentada a su lado—. ¿Hay algo que podrías hacer desde tu posición que pudiera ayudarnos?
Sally Steel entornó los ojos, y adoptó una postura pensativa.
—Hasta donde sé, el estatuto legal del DIC es un poco ambiguo. No está claro a quién responde directamente; si a la CIA, a la NSA, o al Secretario de Defensa directamente. Pero cualquiera de esos tres caminos pudiera ser una opción para intervenir en nombre de la familia Thorn, expresando su preocupación por el bienestar de su hijo. Y si no, yo tengo una muy buena relación con Lucas Sinclair, actual director del DIC. Quizás pudiera hablar con él y convencerlo de que todo esto es sólo un malentendido…
—Eso no servirá —intervino Lyons con pesadez—. El que el DIC se enfrascara tan decididamente a efectuar este operativo en contra Damien, fue en un inicio justo por una vendetta personal de Lucas Sinclair. Una amiga muy cercana de él fue una de las afectadas directamente por las acciones recientes del muchacho, y fue por dicho acto que volvió a estar en su mira. No lo soltará tan fácil. Además, si eligiéramos irnos por el lado más “diplomático” como han dicho, habría que responder bastantes preguntas incómodas. Hasta ahora el DIC sólo considera a Damien un Usuario Psíquico peligroso más, que casualmente pertenece a una familia rica y poderosa. Pero cualquier acción para intervenir a su favor despertará las sospechas de que se trata de algo más.
—¿Y que un comando armado penetre a la fuerza a una base militar para sacarlo no despertará muchas más sospechas? —señaló Paul con ironía—. No seamos ingenuos. No habrá forma de que el chico pueda volver a recuperar su fachada anterior y seguir con el plan original que teníamos para él luego de esto. Y cualquier acción que hagamos para remediarlo, nos expondrá también a todos nosotros.
—Es verdad —escucharon de pronto que pronunciaba la voz grave y apagada de Conrad Cox, haciéndose notar por primera vez en la discusión, e inevitablemente jalando la atención de todos—. Quizás sea prudente considerar sobre la mesa alguna otra medida para solventar los daños.
—¿De qué medida estás hablando exactamente? —cuestionó Ann, un tanto perturbada por el tono sombrío con el que había pronunciado aquello.
Conrad guardó silencio unos momentos, antes de dejar salir sin más su sugerencia.
—Según lo que se dice, si el Anticristo muere, su alma simplemente volverá a reencarnar. ¿No es así? —soltó su pregunta al aire, sin esperar realmente alguna respuesta—. Si la identidad y el cuerpo de Damien Thorn han sido comprometidos, quizás lo más prudente sería eliminarlo, y empezar de nuevo.
—¿Qué cosa? —exclamó Ann, claramente alarmada, por no decir furiosa, por lo que acababa de escuchar—. ¿Estás sugiriendo acaso matarlo? No estás hablando en serio.
—Si te detienes a pensarlo, es la solución más práctica —explicó Conrad con abrumadora calma—. Y en especial, la que menos nos expondría. Tengo a mi alcance un catálogo variado de venenos efectivos, muchos de ellos desconocidos e indetectable para las agencias de seguridad de Estados Unidos. El lugar de realizar un ataque con decenas de hombres, sólo necesitaríamos infiltrar a uno que pudiera acercársele lo suficiente al muchacho. Si sigue dormido, sería mucho más sencillo administrar el veneno, y sería indoloro para él.
—No puedo creer lo que estoy escuchando —musitó Ann, indignada—. Después de lo que la Sra. Moyez acababa de decirnos de que nuestra misión es justamente protegerlo, ¿estás seriamente considerando el asesinarlo? ¿Deshacernos del Salvador para quitarnos un problema de encima…?
—No confunda las cosas, Sra. Thorn —intervino Amelia repentinamente—. Nosotros no somos servidores de Damien Thorn; somos servidores del Anticristo, tenga el nombre y rostro que tenga. Y nuestra labor, y el destino que el Salvador debe cumplir, son mucho más grandes que un sólo cuerpo de carne y hueso.
Ann se quedó atónita, incapaz de creer lo que escuchaba. Su atención de fijó en la imagen de Adrián en la pantalla, esperando que dijera cualquier cosa para apaciguar esa locura. Sin embargo, el Apóstol Supremo no decía nada. De hecho, por la expresión reflexiva de su rostro, parecía incluso estar sopesando la posibilidad, y eso la hizo sentir enferma.
—Sin embargo —añadió Amelia repentinamente con tono más moderado—, aunque nos sentáramos a considerar esta posibilidad seriamente, todos sabemos que no hay nada en este mundo que pueda matar al Anticristo… salvo quizás las Dagas de Megido.
Un ligero rastro de tensión recorrió el rostro de Ann ante esa repentina mención, pero intentó disimularlo.
—Si es que queremos realmente creer esas viejas habladurías —señaló Pavel, risueño—. Valdría la pena al menos intentarlo, ¿no creen?
—Si la historia de las Dagas de Megido le parecen “viejas habladurías”, Sr. Minsky, entonces podríamos decir lo mismo de todo en lo que creemos, incluida la posible reencarnación del Anticristo bajo la que se sustenta esta idea —sentenció Amelia con una fría dureza que dejó a Pavel sin habla—. Si están dispuestos a intentar un movimiento tan arriesgado, deberán estar dispuesto a correr con las consecuencias que éste pudiera traer. Tanto si tienen éxito, como si no…
Todos se tomaron un momento para meditar en dichas consecuencias. Si tenían éxito, perdían a su Anticristo, aferrados sólo a la fe de que rencarnaría, y en la idea de que podrían dar con él de nuevo, y antes de que sus enemigos lo hicieran. Y si no tenían éxito, ya fuera porque en verdad les resultara imposible matarlo o no pudiera acercársele lo suficiente, tendrían ahora que tener fe en que el Salvador entendería sus acciones, y no desataría su ira sobre ellos por siquiera considerar dicho plan.
Ciertamente, todo se trataba de fe; siempre la fe.
—Entonces no hay opciones, ¿eh? —indicó Paul, apoyándose por completo contra su silla—. O nos exponemos sacándolo por la fuerza, o nos exponemos intentando intervenir por los medios sugeridos por Sally, o nos exponemos intentando eliminarlo. Y claro, está la posibilidad de dejarlo a la merced de esta gente, sin saber qué desgracia podría traernos eso a la larga. Pero lo importante es que, en cualquiera de los casos, nuestra Hermandad, nuestro Anticristo y nuestra misión quedan arruinadas. ¿Les parece un buen resumen?
Volteó a mirar a todos los otros, como si esperara genuinamente escuchar sus opiniones. Pero, por supuesto, nadie dijo nada; nadie, excepto…
—Quizás no tenga que ser así —indicó la voz de Daniel Neff, desquebrajando el silencio con un corte limpio y suave. El mayor había permanecido en silencio durante casi toda la conversación, sólo sentado ahí en su silla, escuchando con su mirada agachada, y tamborileando sus dedos sobre la superficie de la mesa—. Hay una forma en la que podríamos rescatar al Salvador, y de paso eliminar cualquier sospecha que pudiera haber caído sobre él, o sobre nosotros.
—No me digas —masculló Pavel con tono irónico—. ¿Y cuál es esa solución mágica que sólo hasta ahora se te ha ocurrido compartirnos, amigo Neff?
El mayor alzó su mirada, contemplando en silencio al hombre ruso en la pantalla por unos instantes. Se giró entonces por toda la sala, hasta centrar su atención en Adrián al otro extremo de la mesa.
—Eliminar al DIC —soltó de pronto con total normalidad, encogiéndose de hombros.
—¿Qué? —soltó Paul, acompañado además de una risa—. ¿Eliminar a toda una agencia del gobierno? ¿Y eso es más sencillo que sólo entrar a una base y sacar al muchacho?
—No dije que fuera sencillo —aclaró Neff, parándose de su silla—. Y en realidad, no lo será en lo absoluto, y requerirá de varios pasos; algunos más delicados que otros. Pero sí es posible. Aunque quizás la palabra ��eliminar” no sea la más adecuada. Más bien esto sería más cercano a tomar el control de dicha organización, hasta que todos sus recursos queden por complejo bajo nuestro poder, y ya no representen una amenaza para nosotros, ni para el Anticristo.
Los demás Apóstoles se observaron en silencio, perplejos pero ciertamente interesados. Incluso Ann que tenía sus reservas con respecto a las intenciones de Daniel, tras haber escuchado las posturas de todos los otros, estaba dispuesta a aceptar cualquier alternativa.
—Te escuchamos, Neff —indicó Adrián, extendiendo una mano hacia él—. ¿Qué es lo que tienes en mente?
El mayor se paró derecho, se acomodó sutilmente su uniforme y comenzó entonces a caminar alrededor de la mesa mientras hablaba, quizás en un intento de concentrarse mejor al hablar.
—Lo primero que tienen que saber es que tenemos varios puntos a nuestro favor en estos momentos —señaló con voz propia de un militar hablándole a sus subordinados, o quizás más un maestro a sus alumnos—. El DIC no sólo no sabe aún la verdadera identidad de Damien, sino que además las personas dentro de dicha organización que saben siquiera que el chico que aprehendieron es el joven heredero de la familia Thorn, o por qué se le buscó en primer lugar, es reducido. Y la gran mayoría de estos están ahí mismo, en el Nido.
—¿Y tú cómo sabes eso? —cuestionó Lyons con incredulidad, pero Neff lo ignoró y continuó con su explicación.
—Sin embargo, no podemos confiarnos en que esto duré así por mucho tiempo, así que es importante actuar. Ese ataque a la base del Nido del que tanto han estado hablado durante su plática, deberá suceder, y lo antes posible. Pero mientras su fin principal será en efecto rescatar a Damien y ponerlo a salvo, tendrá que cumplir también con el fin secundario de eliminar a todos y cada uno de los elementos del DIC reunidos en ese sitio… incluido el Dir. Sinclair y su círculo cercano.
—¿Estás loco? —espetó Lyons, casi sonando espantado—. Con problema y podríamos reunir a los hombres suficientes entre las fuerzas de Armitage para hacer una extracción rápida, no se diga combatir contra todos los cientos de soldados apostados en esa base y todas sus defensas.
La Hermandad había dedicado mucho tiempo y dinero en armarse de su propio ejército privado, bajo la fachada de empresas militares de defensa como la de Armitage, que Lyons dirigía directamente. Entre estas filas contaban con miles de hombres entrenados, varios de ellos con experiencia en combates reales por todo el mundo; Kurt y los demás guardaespaldas que acompañaban a Damien eran parte de estos. Todos eran, por supuestos, seguidores leales del Anticristo, o al menos lo suficientemente preparados para obedecer sin cuestionar. Su intención era que fueran la fuerza de ataque y protección del Anticristo cuando fuera el momento requerido.
Sin embargo, desplegar a dichas fuerzas era justo lo que a muchos les preocupaba, pues era muy posible que ligaran a dichos atacantes con Armitage de una u otra forma. Además, muchos de sus operativos estaban dispersos en varios puntos del mundo. Y previendo que la posibilidad de un ataque directo se tomaría en consideración, Lyons ya había revisado los elementos que tenían disponibles en el territorio para uso inmediato. La cantidad era… notoria, pero temía que no suficientes para tomar una base militar entera por su cuenta, menos realizar algo como lo que Neff describía.
Pero el mayor era también muy consciente de esto. Y, por supuesto, no estaba hablando sólo por hablar.
—Los hombres de Armitage serán cruciales para esto, en efecto —indicó Neff—. Pero no podrán hacerlo ellos solos. Es por ello que el ataque al Nido deberá ser en dos frentes: un ataque externo, y un ataque interno.
Aquella última mención captó principalmente la atención de todos los presentes. ¿Una ataque “interno”?
—Tengo a algunos de mis discípulos infiltrados entre las fuerzas del DIC —informó Neff de pronto, tomando por sorpresa a todos los presentes por igual—. Varios de ellos se encuentran en el Nido, y son los que he me han estado informando del estado actual de Damien.
—¿Qué cosa? —exclamó Lyons, atónito—. ¿Tienes a gente infiltrada dentro del Nido? —cuestionó con voz grave, con un dejo de enojo dejándose notar entre sus palabras—. ¿Acaso sabías de antemano que esto iba a pasar?
—No cuándo con exactitud —aclaró el Mayor Neff.
—¿Pero no podrías acaso haber hecho algo para evitarlo? —inquirió Tsukiji, más curiosa que molesta.
—No sin comprometer el trabajo que hemos estado realizado. Durante años, he dedicado mucho esfuerzo en preparar e infiltrar a elementos de confianza en cada una de las agencias de seguridad, militares y de inteligencia de este país, con el fin de tener ojos y oídos en cada una, y poder contar con un apoyo interno cuando fuera necesario. Tanto ha sido esta labor, que al día de hoy, nuestra red de influencia se extiende mucho más allá de lo que pueden imaginarse. Estos elementos, como han de suponer, son un bien muy valiosos que podría sernos de utilidad a futuro, cuando el momento llegue. Por tal motivo, no podía simplemente arriesgarlos por cualquier motivo.
—La seguridad del Anticristo no es “cualquier motivo” —exclamó Ann, algo irritada pero más moderada que Lyons.
—Si en el momento hubiera visto alguna forma de evitar lo sucedido sin arriesgarnos, les aseguro que lo hubiera hecho —aclaró Neff, notándose bastante sereno pese a los cuestionamientos—. Pero quizás la única explicación que valga es que fui cobarde. Yo también le fallé a Damien, como todos ustedes.
Agachó su mirada con pesar al comentar aquellas palabras, en un acto de culpabilidad que a algunos les resultaba un tanto falso. E inevitablemente por la mente de varios, incluidos Ann, Lyons, Adrián, o incluso el propio Paul, cruzó una idea que tomaba bastante peso: ¿había acaso dejado que esto ocurriera apropósito? ¿Quería que justamente llegaran a ese punto en donde, al parecer, el único que podía sacarlos de ese embrollo era él…?
—Por eso ahora estoy dispuesto a arriesgarme para remediarlo —sentenció el mayor con firmeza, alzando de nuevo su mirada—. Activaré a todos los operativos que tengo infiltrados en el Nido al mismo tiempo, para que realicen un ataque desde adentro, desactiven las defensas de la base, y así los hombres de Lyons podrán realizar su ataque simultáneo. Una vez que Damien esté a salvo, ambas fuerzas conjuntas realizarán una limpieza del sitio. Nadie saldrá con vida de esa base, salvo nuestros propios elementos. Nadie sabrá lo que realmente pasó, y nadie sabrá siquiera que Damien estuvo alguna vez ahí.
—Pero es que… ¿acaso tienes suficientes infiltrados en el DIC como para realizar un ataque como ese? —masculló Lyons, bastante escéptico—. ¿De cuántos elementos estamos hablando?
Neff lo observó en silencio, su rostro de roca totalmente inmutable y carente de cualquier reacción evidente.
—Bastantes —fue la corta respuesta del mayor—. Tras el incidente con Mark Thorn de hace cinco años que disparó las alertas del DIC por primera vez, preví que pudieran volverse un problema a futuro, en especial si los poderes del Salvador comenzaban a volverse más grandes, y más evidentes. Así que puse principal énfasis en introducir elementos en dicha organización. Al parecer, mi previsión fue acertada.
«Esto es inaudito». Los labios de Lyons se movieron, aunque no emitió sonido alguno.
¿Había estado haciendo todo eso por su cuenta sin decírselo a nadie más? ¿Cuántos otros discípulos tenía bajo su mano en posiciones de poder y que no les había informado? ¿Qué más acciones había realizado a sus espaldas? Lyons, y de paso también Ann, no podían evitar sentirse totalmente incrédulos de que todo hubiera sido solamente por buenas intenciones. Era justo ese tipo de acciones las que los tenían preocupados, y demostraban también el peso e influencia que Daniel Neff poseía en esa mesa, sin que todos fueran por completo conscientes de eso.
—Suponiendo que tuvieras razón —exclamó Pavel desde el monitor, con algo de recelo—. Supongamos que pudieran hacer su ataque conjunto, por dentro y por fuera, sacar al muchacho de esa base y matar a todos los testigos… ¿Y luego qué? Algo como esto sin lugar a duda sería investigado hasta por debajo de la última piedra para encontrar a los culpables.
—En efecto —asintió Neff, girándose hacia la pantalla—. Es por eso que además de nuestros infiltrados, la segunda clave para el éxito de esto es tener un chivo expiatorio.
—¿Y lo tenemos? —cuestionó Paul, curioso.
—Sí —respondió Neff sin vacilación alguna—. Su nombre es Charlene McGee, una poderosa Usuaria Psíquica buscada por el DIC desde hace décadas, incluso desde los tiempos del primer DIC disuelto en los ochentas. Está acusada de un sinfín de actos en su contra, y todos dentro de la organización saben de ella, así como que ha pasado años buscando la ubicación del Nido. Y, para nuestra suerte, ella fue también aprehendida esa misma noche, y en estos momentos está también recluida en el Nido.
—Mucha coincidencia —musitó Lyons, aprensivo.
—No del todo —señaló Neff—. Parece ser que ella había estado tras Damien días previos al ataque, y estaba presente en el pent-house cuando los hombres del DIC arribaron. De hecho, es probable que haya sido la persona responsable de la explosión, y del daño que Damien sufrió como mencionó Adrián al inicio. Como sea que haya sido, podremos usar esto a nuestro favor. Haremos que los hombres de Armitage se hagan pasar por un grupo radical opositor al DIC, que es bien sabido que Charlene McGee ha tenido contacto con varios de ellos a lo largo de los años. Y su misión aparente sería justamente liberarla a ella, y de esa forma serían los únicos responsables del ataque. Está de más decir que la clave de esto será también la eliminación de esta persona, para atar cualquier cabo suelto.
—¿Matar a alguien que fue capaz de lastimar al Salvado? —cuestionó Tsukiji con moderada preocupación.
—Según me han informado, el Dir. Sinclair la tiene en estos momentos cautiva en una celda hecha especialmente para ella. Será fácil llegar a ella y eliminarla sin correr riesgo.
—Así de simple —musitó Lyons con sarcasmo—. Es demasiado arriesgado. Cualquier error y nos expondremos por completo.
—Cualquiera de las medidas propuestas en esta mesa implica un riesgo. Yo sólo les propongo una que también es arriesgada, pero el resultado favorable sería recuperar al Anticristo, y cuidar la fachada tanto de éste como de la Hermandad.
—Sí, pero hay un problema —señaló Sally—. Bueno, varios problemas, pero hay uno que me preocupa en especial. ¿Qué pasa si la investigación que el DIC ejecute posterior al ataque no sigue la teoría de su chivo expiatorio? ¿O si en efecto su investigación de alguna forma los lleva hacia Armitage, a los traidores dentro de su organización, y por consiguiente a nosotros? ¿Tus infiltrados podrán encaminar la investigación hacia esa dirección?
—Es una duda válida —secundó Paul—. Especialmente si tu intención es también eliminar al director actual de la agencia, e ignoramos a quién van a poner en su lugar.
—No es así —declaró Neff con firmeza, confundiendo un poco a sus oyentes—. No dejaremos el nombramiento del nuevo director del DIC al azar. Una vez Damien esté asegurado, y Lucas Sinclair y su círculo cercano eliminados, la siguiente parte de este plan implicará colocar a uno de nosotros como el nuevo dirigente de la agencia; yo, específicamente.
—¿Tú? —exclamó Ann con asombro, casi sin darse cuenta; las palabras prácticamente se habían escapado solas de su boca—. ¿Quieres ser el nuevo director del DIC?
—Sería la forma más segura de que su investigación vaya en la dirección que deseamos —puntualizó Neff—. Además de también asegurarnos de que no vuelvan a ser un problema en el futuro, y tendríamos además a nuestra disposición sus recursos, que nos podrían ser útiles. Este es un movimiento que estaba planeado a mediano plazo, pero la situación nos fuerza a actuar cuánto antes. He reunido las influencias suficientes para hacer esto posible, y con el apoyo de Sally y sus contactos, dicho movimiento podría consolidarse sin problema.
Neff hizo una pausa, contempló a cada uno de los rostros que lo miraban, y por último añadió:
—Ésta es la alternativa que les ofrezco. Y, si me permiten decirlo, es a mi parecer la mejor que tenemos. Y como dije en un inicio, si queremos que tenga éxito es necesario comenzar a movernos hoy mismo si es posible. Así que la vacilación para decidirse no es una opción.
Miró entonces de nuevo a cada uno, esperando que alguno expresara alguna duda o inquietud con respecto a todo lo que les acababa de recitar. Nadie dijo nada, aunque eso no implicaba que dichas inquietudes no existieran. Sin embargo, la mayoría estaba de acuerdo en su afirmación de que, al menos de momento, era la mejor opción que tenían. Aun así, la atención de todos se centró especialmente en Adrián, a la espera de que él dijera algo.
El Apóstol Supremo fue consciente de las expectativas puestas en él, pero no fue capaz de dar alguna respuesta inmediata. Tenía sus reservas, aunque no precisamente hacia el plan propuesto, sino a la forma en el que éste había salido a la luz. Era obvio que Neff no había pensado todo esto en sólo unos minutos; todo esto ya lo tenía planeado con bastante anticipación. Y aun así se quedó ahí sentado, observando cómo todos discutían y se peleaban, riéndose por dentro de todos ellos. Incluso ahora, mientras estaba de pie en el extremo contrario de la mesa, mirándolo fijamente con su expresión estoica e inmutable, Adrián sentía que se burlaba de él.
¿En verdad había dejado que Damien fuera capturado, sin avisarles ni hacer nada para evitarlo, justo para llegar a este momento como el héroe? Y estaba seguro de que no dudaría en hacérselo saber a Damien cuando estuviera a salvo, junto con el dato de que todos los otros no tenían idea de qué hacer, e incluso habían considerado envenenarlo.
«Maldita rata» pensó Adrián con una ira reprimida, que lo único que dejó que la exterioriza fue su puño derecho bajo la mesa, apretándose con fuerza hasta casi lastimarse la palma. Pero por más molestia que le causara, tampoco podía negar que su plan era el mejor que tenían disponible.
—¿En verdad puedes hacer que todo lo que dices ocurra, Daniel? —le cuestionó Adrián con cierta severidad.
—Estoy seguro de que es posible lograrlo —respondió Neff sin vacilación—. No sugeriría tomar este camino si no estuviera convencido.
—¿Y estás dispuesto a afrontar tú las consecuencias del fracaso, si ocurriese? —añadió Adrián de pronto, tomando a todos un poco desprevenidos—. ¿Tanto ante nosotros como ante el Salvador?
El entrecejo de Neff se arrugó ligeramente, mostrando por primera vez lo más cercano a una reacción en su rostro. Mas ésta no era precisamente de enojo o sorpresa, sino más bien algo más cercano a sentirse sumamente intrigado. Y tras unos segundos de aparente cavilación, respondió:
—Estoy dispuesto. Pero como he dicho, la clave del éxito será la colaboración entre todos nosotros, y el actuar rápido.
—Estoy de acuerdo —asintió Adrián—. ¿Hay alguien que se oponga a ejecutar el plan propuesto por Daniel?
La atención vagó entre los demás presentes, pero de nuevo ninguno dijo nada, otorgando su vehemencia con su sólo silencio.
—Bien —masculló Adrián, virándose de nuevo hacia Neff—, entonces Lyons y tú pónganse manos a la obra cuánto antes. Quiero que esto se lleve a cabo antes de Acción de Gracias, mientras todos nuestros objetivos estén reunidos en el mismo lugar.
—Sí, por supuesto —murmuró Lyons despacio, sin demasiada convicción.
—El resto, gracias por atender a nuestro llamado. Estense lo más fuera del radar que puedan hasta que esto se resuelva, pero alerta para cualquier cambio. Y si todo sale bien, nuestra próxima noticia será que el Salvador ha vuelto a salvo con nosotros.
—Espero que así sea —comentó Pavel con amargura antes de cortar la comunicación.
—Ganbatte Kudasai, mis hermanos —se despidió Tsukiji justo después, inclinando su cuerpo un poco hacia el frente, cortando justo después.
Conrad y Amelia les siguieron, sin pronunciar ninguna gran despedida. Ann se quedó un rato más, mirando fijamente a la cámara como si quisiera decir algo más. Sin embargo, lo que fuera no podría decirlo en presencia de esas otras personas, así que decidió también irse sin más.
—Comenzaré los preparativos de mi parte —indicó Neff mientras avanzaba hacia su silla para recoger su abrigo, para luego dirigirse hacia las escaleras—. Te contactaré en unas horas para afinar los demás detalles, Lyons.
John se limitó sólo a hacer un ademán de su mano como respuesta mientras el militar se alejaba, no muy claro si era algún tipo de gesto de despedida en realidad. Neff subió con paso firme los escalones de acero, haciendo que sus pesadas botas resonaran contra cada uno.
—Supongo que no querrás jugar esos hoyos después de todo, ¿verdad? —comentó Paul hacia Lyons con sorna, parándose de su silla. La mirada seria del hombre de barba blanca lo decía todo.
—Gracias por tu gran apoyo —masculló Lyons con molestia—. ¿Qué pensabas al incitar la discordia de esa forma?
—Oye, alguien tiene que ser la persona que diga lo que otros no se atrevan —contestó Paul con indiferencia, encogiéndose de hombros—. Y como bien dijo Adrián, puede que algunos cambios tengan que venir. Pero lo discutiremos una vez que el Salvador esté a salvo, ¿de acuerdo?
Culminó su comentario con uno de sus coquetos y molestos guiños de ojo.
—¿Compartes el ascensor conmigo, Sally? —preguntó el gerente de Thorn Industries mientras se dirigía a la salida.
—Definitivamente —respondió la senadora rápidamente, tomando su celular justo después y poniéndose de pie—. John, Adrián… si ocupan cualquier cosa en lo que pueda ayudarlos.
—Eres muy amable, Sally. Gracias —comentó Adrián en voz baja, sin mirarla. Si bien es cierto que no adoptó ninguna postura antagónica durante la discusión, el mantenerse tan neutral y poco participativa tampoco era algo que le hubiera servido de ayuda al Apóstol Supremo. Y aunque las palabras de Adrián sonaban en efecto amables, ciertamente ese disgusto era palpable por debajo de éstas.
Sally lo percibió, así que prefirió no decir nada más. Sólo asintió una vez como despedida y se si dirigió al elevador con Paul.
Una vez que ambos se fueron y sólo quedaron Adrián y John, éste último acercó su silla al primero, y a pesar de estar solos le susurró despacio como si temiera que alguien más los oyera.
—Este imbécil nos va a joder —murmuró Lyons, provocando involuntariamente una sonrisa en los labios de Adrián. Era inusual escuchar a su viejo amigo hablar con tan poca propiedad—. Se las va a arreglar para salir de todo esto como el héroe que salvo al Anticristo, y dejarnos a nosotros como los inútiles que no pudieron cuidar de él. Y se está encargando de dejarlo claro desde este mismo momento.
—No me dices nada de lo que no me haya dado cuenta yo mismo —soltó Adrián con pesadez—. Pero no tenemos otra opción. Lo primero es recuperar a Damien, y luego preocuparnos por el resto.
—Esto no me agrada —masculló Lyons, sonando muy cercano a una maldición—. Nos arriesgaremos enormemente para salvar a ese mocoso desagradecido, que muy seguramente ni siquiera aprenderá ni una lección de todo esto.
—Yo no estaría tan seguro —señaló Adrián con calma—. Olvidas que antes de que todo esto ocurriera él ya había accedido a volver a Chicago. Creo que ya estaba a un paso de recapacitar, y es probable que esta experiencia sí le deje una enseñanza de lo que puede pasar si hace las cosas sin pensar. Y que, al menos de momento, es mucho mejor para él contar con nosotros que estar en nuestra contra.
Lyons soltó un quejido bajo que bien podría haber sido un vago intento de risa.
—Tienes demasiada confianza en ese muchacho.
—No, amigo —le corrigió Adrián, mirándolo de soslayo—. Como tú bien dijiste hace un rato, lo que tengo es fe…
FIN DEL CAPÍTULO 125
Notas del Autor:
—Y el plan de la Hermandad se ha puesto en marcha, con sus respectivos problemas. Pero como pueden prever, las cosas se pondrán peligrosas más pronto que tarde. Espero que el capítulo no haya sido demasiado pesado, pero creo que los siguientes serán un poco más tranquilos (de cierta forma). Así que nos vemos muy pronto, si todo sale bien.
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teddyyeda-blog · 7 years ago
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onaredwheelbarrow · 5 years ago
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Why Do We Forgive Darcy More Than We Forgive Emma?
Paramore once said: “Once a whore, you’re nothing more,” (Misery Business, 2007). This lyric posits two thoughts about society’s view of women: (1) a woman’s sexuality is a highly scrutinized and fundamental aspect of her public perception and (2) a woman’s public perception can be irrevocably made/broken on a single action. In Emma (Jane Austen, 1815), Emma Woodhouse is an elitist who views others as toys. She goes so far as to influence her friend to reject a marriage proposal based solely on social status. In Pride and Prejudice (Jane Austen, 1812), Mr. Darcy is an elitist who views others as chess pieces. He also influences his friend to remove himself from a blossoming romance based solely on social status and perceived emotions. Despite these similarities, Emma and Darcy are received very differently in our culture. The consensus on Darcy includes descriptors such as socially awkward, unfeeling and, most importantly, redeemable. However, descriptors of Emma include frigid, bitchy, unlikeable, manipulative and, to an extent, static. Certainly, there are outlying opinions of Darcy as cruel, irredeemable and callous. But in no way has Darcy received the same social revisionism as, say, Andy’s boyfriend Nate from The Devil Wears Prada (dir. David Frankel, 2006). Despite their shared failures, Emma is typified as a perpetual bitch, both in the general culture and the Austenverse, more than Darcy is ever typified as a perpetual dick. Darcy is given the space to commit his mistakes, learn from them and grow into half of one of the most beloved, idealized couples in literature. Emma is not afforded the same luxury in the same measure. How much of this unequal forgiveness of character is rooted internalized misogyny? How much is due to society’s refusal to forgive women for their mistakes? How much truly is Emma’s individual failing, pure and simple? In this essay, I will-
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guerrerense · 4 years ago
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Great Central Railway Quorn Leicestershire 31st May 2020
flickr
Great Central Railway Quorn Leicestershire 31st May 2020 por loose_grip_99 Por Flickr: Steam Lives 2 ! BR Standard 2 2-6-0 78018 passed light engine through Quorn & Woodhouse station with the 14.30 test train. It stopped at the end of the platform - presumably for the photographers at the far end of the field to get a good look! - before heading off towards Rothley. I think it was Andy Fillingham behind the cowboy mask...
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luanna801 · 7 years ago
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So I’ve seen some people assume that Damien Thorn’s birthday is June 6th, 1966, since 6/6/66 would be a wonderfully Antichrist-y birthday (even if there is an extra 6 in there), but in fact that’s almost certainly not the case?
The three sixes in his birthday refer to the fact that he was born on June 6th at 6 am - in the sixth hour of the sixth day of the sixth month. 
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At the beginning of the movie, this is the information we’re given - no year is specified. And then later on in the movie, Keith and Robert are talking about the meaning of the three sixes, and Keith notes that Damien was born on June 6th and asks if he was born at 6 am. It seems to me like if Damien was born in 1966, either Keith or Robert would have brought it up at that point as another 666 connection, but neither of them seems to consider his birth year relevant at all. Which makes me think there probably isn’t a connection.
In fact since The Omen came out in 1976, and the main story begins with Damien’s 5th birthday, more likely he was born on June 6th, 1971. The novelization even refers to events that happened in 1968 as taking place before Damien’s birth, so at any rate he almost certainly can’t have been born in 1966.
(Andy Woodhouse, the titular Antichrist child of Rosemary’s Baby, on the other hand is born in June 1966 - specifically June 25th, 1966, because it’s exactly half a year across from Christmas. Which I think is a rather clever twist on the usual June 6th birthday you see, and you’ve still got the 6/66 in there thanks to the month and year.)
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weekendwarriorblog · 5 years ago
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The Weekend Warrior February 21, 2020 – CALL OF THE WILD, BRAHMS: THE BOY II, THE IMPRACTICAL JOKERS MOVIE, EMMA and more!
After overestimating Birds of Prey… I mean, Harley Quinn: Birds of Prey… it looks like I underestimated Paramount’s Sonic the Hedgehog… I mean Jim Carrey’s Dr. Robotnik… with Sonic. It truly spanked my lowball prediction in the mid-$40 millions, but I wasn’t alone there at least. Hey, it’s a fun movie and my positive review wasn’t off-base with the critical world at large, so there’s that, too.  (Apparently, I liked both Downhill and Fantasy Island more than most people, including CinemaScore voters who gave the movies a “D” and “C-“ respectively… ouch!)
This is likely to be another down week as neither of the two new movies are particularly strong, which gives me a chance to focus instead on this week’s FEATURED MOVIES! And we have four of ‘em this week, no less!
That’s right. I think it’s time I go back to my previous desire to use this column to focus on smaller movies that you may have missed since very few of the bigger outlets bother to cover them, and there’s a few worth pointing out this week. I’m gonna start with the two foreign films, because hopefully, you’ve listened to Bong Joon-ho and his translator and are not as fearful of subtitles…
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First up, opening on Wednesday at New York’s Film Forumis Jan Komasa’s CORPUS CHRISTI (Film Movement), Poland’s selection for the Oscar International Feature category, which was actually nominated for an Oscar in the category in which everyone already knew Parasite was always gonna win! It’s a shame, cause this is a really amazing film with Bartosz Bielenia playing Daniel, a troubled youth just out of juvenile hall who steals the trappings and identity of the youth prison’s pastor and is therefore mistaken as an actual priest when he arrives at a small community village that has suffered a tragic loss. It’s an amazing film about faith and forgiveness and redemption, and how the script came to Komasa from screenwriter Mateusz Pacewic is an equally amazing story. Seriously, if you get a chance, definitely check this powerful drama out, since it’s another fantastic film from a country that has continually been delivering the goods in terms of original storytelling.
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I was just going to do three featured movies this week, but a really good German thriller is finally hitting the States, opening at the Quad in New York Friday then in L.A. on March 13 before a nationwide rollout. Michael Bully Herbig’s incredibly suspenseful German thriller BALLOON (Distrib Films USA) is about two families from the GDR (aka East Germany) who try to cross over into West Germany in 1979 using a hot air balloon, over a decade before the fall of the Berlin Wall. Based on the actual events, their story previously was adapted into the Disney movie Night Crossing (which oddly, isn’t on Disney+ yet-- I checked­, but it’s on Amazon Prime if you wanna compare the two movies). The movie doesn’t spend nearly as much time in the balloon as something like The Aeronauts, as the family’s first attempt fails miserably, so much of the film involves them working towards a second attempt, while trying not to be caught.
Balloon is a pretty heavy film (irony?), sometimes a little overwrought with drama but it keeps you on the edge of your seat as it cuts between the families trying to figure out their escape plan and the authorities trying to put together the clues to find these defectors. There’s a particularly amusing man in charge of the investigation, played by the always-amazing Thomas Kretschmann (The Pianist), who is constantly berating his men, something that helps lighten the otherwise heavy tone that permeates the film. This is another fairly low-key foreign film that’s worth seeking out.
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Another movie people should make an effort to seek out is Rashaad Ernesto Green’s PREMATURE (IFC Films), an amazing film that follows the relationship between two young people in Harlem over the course of a summer. We first meet Zora Howard’s Ayanna as she’s hanging with her friends kibitzing about boys, as they begin their last summer before Ayanna heads to college. Shortly after, she meets Josh Boone’s Isaiah, and the two hit it off. The rest of the film follows the ups and downs of their relationship including incredibly intimate moments that lead up to Ayanna getting pregnant.
I won’t go through the plot play-by-play style, because it’s interesting to discover the twist and turns in their relationship in a similar way as we do our own relationships. Needless to say Green has a pretty amazing partner and lead in Howard, who co-wrote the screenplay, which is probably why it feels so authentic and real. Sure, there are a few scenes between Howard and Boone, both fantastic actors, that feel a bit too showy dramatically but otherwise, it’s a fantastic second feature from Green who has mainly been directing TV since his earlier film Gun Hill Road. I’ll definitely be very curious to see what Green and Howard get up to next either alone or working together.
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Opening in New York and L.A. this Friday but in theaters nationwide on March 6 is the latest incarnation of Jane Austen’s novel EMMA. (Focus Features), this time starring the wonderful Anya Taylor-Joy (from The VVitchand Split/Glass) as the title character, Emma Woodhouse, a 28-year-old matchmaker who prides herself on the relationships she’s put together even while unable to find her own mate.  The film follows as the latter starts coming in the way of the former as she infiltrates herself into things as an “expert on love” who can’t find it herself.
Maybe it’s not surprising that I haven’t read much of Austen’s work and have missed this one altogether, never having seen any of the other iterations, but it’s a fairly wild and witty ride. Much of that is due to the amazing and wonderful cast around the young actor, the most surprising behind Mia Goth, who is in fact three years older than Taylor-Joy, but plays the younger wide-eyed Harriet who looks up to Emma and elicits her advice. Emma basically steers Harriet from the farmer she likes to Josh O’Connor’s Mr. Elton, the wealthy local vicar who is more than a little bit of a dark. This leads to a bit of a revolving door of who is interested in whom, etc especially when Emma’s nemesis Jane Fairfax (Amber Anderson) returns to Hartfield.
Some of the other men in the mix are Johnny Flynn’s dashing George Knightley – the brother-in-law to Emma’s sister – and Callum Turner’s wealthy Frank Churchill, whose attentions lead to more misunderstandings. Both were great but I was more impressed with O’Connor who transforms into a completely other person when Emma spurns his affections and seems like a different person from the way first-time features director (and photographer) Autumn de Wilde shoots him. Of course, Bill Nighy is as great as always as Emma’s father, always feeling a slight draft, but even more impressive is the wonderfully hilarious Miranda Hart (from Spy) as Miss Bates, a woman who gabs at length about how wonderful Jane Fairfax is, much to Emma’s annoyance. As much as Emma. is Anya Taylor-Joy’s show, it’s the ensemble cast around her that makes the movie so infinitely enjoyable, getting better as it goes along.
This is a very good first feature from de Wilde, who has directed quite a number of music videos for Beck, and Emma. seems very different from the movies we normally get from video directors, much of that to do with Austen’s source material and the cast. Either way, how things develop over the course of the film makes it more enjoyable as it goes along. (Although I have never read the book, the film seems fairly faithful to the book’s Wikipedia page, so Austen fans should enjoy it, too.)
I guess we can now get to the wide and semi-wide releases and the rest of the movies – merging my two columns into one means you get more 5,000-word columns, you lucky ducks!
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The higher-profile of the two new wide releases is probably CALL OF THE WILD (20thCentury Studios), a PG adaptation of Jack London’s classic novel starring Harrison Ford and the most adorable CG dog (i.e. not real, so back off PETA!) you’ve ever met named Buck! Sure, dog lovers might say, “Why would we want to watch a movie with a CG dog when clearly, a movie with actors in green suits turned into dogs using CG would suffice?” But no, it’s actually a very heavily CG movie directed by Chris Sanders, who directed Lilo & Sitch, the first How to Train Your Dragon and The Croods before giving a go at live action. (Sanders also provided quite a few voices in earlier animated films like Disney’s Mulan and Tarzan.)
A film that already was well into production when Disney bought Fox (now 20thCentury Studios), Call of the Wild also stars Omar Sy (returning for next year’s “Jurassic World” finale), Karen Gillan, Dan Stevens, Bradley Whitford but the real star of the movie is the dog Buck, which is performed by the immensely talented Terry Notary, who you’ll know for his work on the “Apes” movies with Andy Serkis, Kong: Skull Island and some of the characters in the last couple “Avengers” movies.
Of course, opening the weekend after Paramount’s Sonic the Hedgehog, which has turned out to be a bigger hit than anyone imagined, certainly won’t help The Call of the Wild.
In many ways, this reminds me of the 2002 Disney movie Snow Dogs, which opened with $17.8 million over the 4-day MLK weekend. The combination of Ford (who appears in very few movies) and the adorable dog antics might be enough for the movie to make $15 to 17 million this weekend, maybe a little more, although it only has two weeks to do business before Disney’s next Pixar movie, Onward, takes over, not giving it much time to make bank.
Mini-Review: It’s pretty evident that this exceedingly faithful take on Jack London’s book will not be for everyone. While I personally was mixed, I expect this to be one of the rare positive reviews just ‘cause. Surprisingly, it’s also the most “Disneyfied” movie that could possibly come from the newly-renamed 21stCentury Studios as it’s a movie clearly made for kids and animal lovers even if never the ‘twain shall meet, in some cases.
The story follows a large St. Bernard named Buck (portrayed by Terry Notary – but we’ll get back to that), who begins his life as the spoiled and pampered pet of a wealthy judge in California but is sold to a man who trains Buck with his club sending the dog on a wild journey across the Yukon as part of a dog sled for a pair of Canadian postal workers (played by Omar Sy and Cara Gee from “The Expanse”). Eventually, he’s paired with an alcoholic frontiersman (Harrison Ford) and he finds true love, as the two of them go off looking (and finding) gold.
Some might be surprised that director Chris Sanders (who has an extensive animation background) decided to go for straight-up CG when depicting the animals and some of the environments in Call of the Wild. In fact, it feels almost necessary to make Buck as expressive as he needs to be to carry this film, and that’s where Terry Notary (Andy Serkis’ partner-in-performance-capture from the “Apes” movies) and the CG team comes in handy. Buck is already lovable but being able to make him so expressive doesn’t hurt, and the scenes where he’s interacting with other animals are pretty amazing.
We do have to discuss the negatives, and one of them is the episodic nature of Buck’s story that means that Harrison Ford, other than the narration and a brief appearance, doesn’t play a large part in Buck’s story until about the 45-minute mark. I didn’t think much of the performances by Sy and Gee or Dan Steven and Karen Gillan as the spoiled rich people who buy Buck to drive their dog sled off to find gold. Buck’s experiences as part of the first dog sled is far more positive even though it’s rigorous and it puts him at odd with the dog pack leader. The problem is that most of the human actors don’t come close to delivering what Notary does as Buck, the exception being Ford, but it’s still one of those odd CG-live action amalgations that doesn’t always work.
If you’re fond of Jack London’s Arctic adventures (as I generally am), Call of the Wild offers as much good as it does bad, but it’s worthwhile more for the amazing vistas and terrific use of CG (and Terry Notary’s performance as Buck) than anything else.
Rating: 6.5/10
I won’t have a chance to see the horror sequel BRAHMS: THE BOY II (STXfilms), but I never got around to seeing the first movie either, although this one, starring Katie Holmes, does look kind of fun. 2020 has not been a great year for horror so far with almost a new horror every weekend and few doing particularly well – The Grudge tops the heap with just $21 million and that opened almost two months ago!
I really don’t have a lot to say about this other than the fact that the original The Boy(not to be confused with The Boy, The Boy or The Boy, which are also movies about a different “Boy”), also directed by William Brent Bell, opened in January 2016 to $10.8 million on its way to $35.8 million domestic but it also opened at a time when there were no strong horror films in theaters. Some could argue that there are still no strong horror films in theaters, especially since so many of them quickly lost theaters after bombing. Still, there have been a lot this year already and the most recent one, Blumhouse’s Fantasy Island underperformed this past weekend, so why would anyone want more?
STXfilms’ marketing has been solid even as this moved from its December release to now, but I still think it will be tough for this to make more than $10 million this weekend and probably will end up closer to $8 million or less.
Opening in limited release but also sure to be exciting to the fans of the TruTV hidden camera prank show is IMPRACTICAL JOKERS: THE MOVIE, which brings the hilarious Tenderloins comedy troop – Q, Murr, Sal and Joe -- to the big screen as they go off on a cross-country adventure to attend a party in Florida, playing their usual prank-filled games to see which three get to attend. At this writing, I have no idea how many theaters it’s opening – I’m assuming 150 to 200 maybe? – so no idea how it might do although there are already some sold out showings in my general area (NYC) where the guys are from.
Mini-Review: It feels like there need to be two reviews for this movie – one for those who already know and love the show and find the Tenderloins hysterical (this includes me) —and then one for everyone else.  The former can probably skip the next paragraph.
The Tenderloins are a group of four Staten Island friends (names above) whose antics led to a successful TruTV hidden camera show where they pull pranks and challenge each other to say and do whatever they’re told. The show has run eight seasons, and it’s made the Tenderloins such big stars they regularly sell out enormous venues (like Radio City Music Hall) to perform live for their fans. Considering the success Johnny Knoxville’s “Jackass” show has had in movie theaters where it can take advantage of an R-rating, there’s little reason why the “Impractical Jokers” shouldn’t be able to do the same. (For some context, I watched this movie with a theater full of the group’s friends, crew as well as Q’s firehouse buddies, in other words, 75% of Staten Island.)
The movie, directed by Chris Henchy, long time McKay and Ferrell collaborator – the film is presented by their “Funny or Die” brand –opens with one of a number of scripted/staged scenes to frame the road trip the Tenderloins to attend a party in Miami being held by Paula Abdul. Since they only have three passes, they need to compete in their usual challenges to determine who misses out.
If you are a fan of the show, I’m not going to spoil any of the challenges or pranks they plan on each other, but they generally get better and funnier as the movie goes along, to the point that when it returns to the “story” and the scripted stuff, the movie does falter a little. Although the Tenderloins aren’t the greatest actors, they are great improvisers and you can tell when they’re coming up with lines by the seat of their pants.
The majority of the movie is basically what we see on the show without all of the commercial breaks cutting in just as things start to get outrageous, and as someone who watches more of the show than I probably should admit, I find it hard to believe no one watching the movie will at least get one good snicker out of the movie. There are a few recurring gags throughout the movie as well as a follow-up to a memorable punishment from an earlier season. (Like with the show, you’re likely to feel bad for Murr and Sal, the nicer half of the group who always get the most abuse because of it.)
If you’re already a fan of the Impractical Jokers, you’ll probably like the movie, but if not, you might not get it and there’s just no real use trying. In other words, not a great intro to the “Impractical Jokers” but a fine bit of fun for the already-converted.
Rating: 6.5/10
This week’s Top 10 should look something like this…
1. Sonic the Hedgehog  (Paramount) - $29 million -50% (up $1.5 million)**
2. Call of the Wild (20th Century) - $17 million N/A (up .3 million)** 3. Harley Quinn: Birds of Prey  (Warner Bros) - $9 million -48%
4. Brahms: The Boy II (STXfilms) - $7 million N/A (down .6 million)**
5. Bad Boys for Life (Sony) - $6 million -48% (down .1 million)**
6. The Photograph (Universal) – $5.5 million -55% (down .6 million)**
7. Blumhouse’s Fantasy Island (Sony) - $5.3 million -57%
8. 1917 (Universal) - $5 million -38%
9. Parasite (NEON) - $3.6 million -35%
10. Jumanji: The Next Level  (Sony) - $3.3 million -42%
-- The Impractical Jokers Movie (TruTV) - $1.8 million*
-- Las Pildoras de mi Novio (Pantelion/Lionsgate) - $1.3 million*
* These last two projections are made without much info on either movie, including theater counts for the former.
**A few minor tweaks as we go into weekends with actual theater counts, although this weekend will still mostly be about Sonic the Hedgehog. I still don’t have any theater counts for Impractical Jokers on Thursday night so I guess we’ll just have to see if the theaters playing it report to Rentrak and it gets some sort of placement, presumably outside the top 10, on Sunday. 
LIMITED RELEASES
There are lots of other new limited releases this weekend beyond the ones I mentioned above.
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On Wednesday night, Fathom Events is releasing Masaaki Yuasa’s new movie RIDE YOUR WAVE (GKIDS) across the nation for one night only in some places, although it will get a limited release on Friday at New York’s Village East and maybe other places, as well. If you’ve seen any of Yuasa’s other films like 2017’s The Night is Short, Walk on Girl or Lu Over the Wall or Mind Game, then you can probably expect this to be another wild ride, except this time it’s on a surfboard. It follows the story of a surfer and a firefighter who fall in love. You can learn more about how to get tickets here.
Like Portrait of a Lady on Fire last week, Una director Benedict Andrews’ SEBERG (Amazon) received a one-week release in 2019 but it’s getting a legit limited release this Friday. It stars Kristen Stewart as French New Wave icon Jean Seberg who came to the States in the late ‘60s and began a relationship with civil rights leader Hakim Jamal (Anthony Mackie), putting her in the sights of the FBI who were hoping to use her to bust the Black Panthers. The film also stars Jack O’Connell, Margaret Qualley, Vince Vaughn, and Stephen Root, and it’s a pretty solid historical drama, although I haven’t seen it so long I’m not sure I can say much more about that.
I was never a huge fan of Bob Dylan or the Band but I found Daniel Roher’s doc ONCE WERE BROTHERS: ROBBIE ROBERTSON AND THE BAND (Magnolia) (about the latter) to be quite compelling as the story is told by various people who were there, including the film’s exec. producer Martin Scorsese who directed the band’s legendary concert film The Last Waltz. This is also produced by Ron Howard and Brian SGrazer of Imagine, so you know it’s gonna be a quality music doc, and it certainly is, although I’m not sure it will be of that much interest to people who aren’t already fans of The Band.
Opening in roughly 350 theaters this weekend is LAS PILDORAS DE MI NOVIO (Pantelion), translated as “My Boyfriend’s Meds,” a comedy about a woman (Sandra Echeverria) who falls for a mattress store owner who suffers from multiple personality disorder and when they go on vacation… he forgets to bring along his meds! Humor abounds. As usual, this won’t screen in advance for critics.
Tye Sheridan stars with Knives Out’s Ana De Armas in Michael Cristofer’s thriller The Night Clerk (Saban Films), Sheridan plays a hotel clerk with Asperger’s Syndrome who witnesses a murder in one of the rooms but ends up as the main suspect by the lead detective, played by John Leguizamo. The film also stars Helen Hunt and it will be released in select theaters (including New York’s Cinema Village), on demand and digitally this Friday. Just couldn’t into this one, having at least one good friend with Asperger’s, due to the way Sheridan played this often-debilitating disease. (Think Rain Man without the talent of Dustin Hoffman.)
Opening exclusively at theMetrographFriday with an expansion on March 3 is Portugese filmmaker Bruno de Almeida’s Cabaret Maxime (Giant Pictures), starring Michael Imperioli as Bennie Gaza, the owner and manager of the title nightclub specializing in a mix of burlesque, striptease, music and comedy. Bennie is fairly old-fashioned so when a modern day (translation: trashy and demeaning to women) strip club opens across the way, Bennie finds himself pressure to make changes to stay in line as he starts getting pressure from his mobster financer to change. I was kinda mixed on this movie, which delivers another typically great performance from Imperioli but the way it cuts between various acts and disparate scenes that do very little to move the story forward (including the far-more-interesting subplot about Bennie’s wife Stella, a performer suffering from depression, as played by the amazing Ana Padrão). I think one of the reasons I just couldn’t get into the movie is cause a friend of mine attempted a similar film based out of a nightclub and the film never got much traction. De Almeida should have paid more attention developing the storytelling than showing off his talented musical singing/dancing friends.
A second Portugese filmmaker, Pedro Costa, also releases a new film this week.  Vitalina Varela (Grasshopper Film) will open at New York’s Film at Lincoln Center on Friday. The title of the film is also the name of the non-actor who returns from Costa’s Horse Moneyto play a woman from Cape Verdean who comes to Fontainhas for her estranged husband’s funeral and sets up a new life there.
Also opening at the Quad Friday is the latest from the Dardenne Brothers, Young Ahmed (Kino Lorber) about a 13-year-old (Idir ben Addi) who has come under the grips of radical jihadism in his Belgian town, putting him at odds with various factions. When he carries out an act of violence, he ends up in a juvenile detention facility. The Dardennes won the Best Director award at last year’s Cannes Film Festival, where their films have been honored with the Palme d’Or twice. I’ve never been much of a fan but what do I know?
Opening at the IFC Center Wednesday is Nicolas Champeaux, Gilles Porte’s documentary The State Against Mandela and the Others, which is built around recently recovered audio recordings of the 1963-4 Rivona trial in which Nelson Mandela and eight others faced death sentences for challenging Apartheid. The film mixes animation showing the trails with contemporary interviews with the survivors including Winnie Mandela, about their fight against the country’s corrupt system.
Another doc I know little about is Andrew Goldberg’s Viral: Antisemitism in Four Mutations, which will open at the Village East Friday but it includes the likes of Julianna Margulies, Tony Blair and Bill Clinton as anti-semitism rears its ugly head over 70 years after the end of World War II and the Holocaust.
Also opening at Cinema Village is Matt Ratner’s Standing Up, Falling Down (Shout! Studios) starring Billy Crystal and Ben Schwartz (the voice of Sonic the Hedgehog!), the latter playing a stand-up comic whose L.A. dreams have crashed and burned leaving him with little money, forcing him to return to Long Island. Once there, he pines over his ex (Eloise Mumford) and becomes friends with an eccentric dermatologist (Crystal) as they help each other deal with their respective failures.
Playing at the Roxy for a one-week run starting Friday is Sam De Jong’s Goldie (Film Movement), starring actress/model Slick Woods as the title character, a teenager in a family shelter pursuing her dreams of being a dancer while trying to keep her sisters together. This premiered at the Tribeca Film Festivallast year.
Oscilloscope (the distributor that brought you the cat doc Kedi) is doing something called “Cat Video Fest 2020,” which will take place at the Alamo in Brooklyn (although the Saturday screening is sold out there) and the Village East Cinema. This screening of pre-selected cat videos is also taking place at other cities throughout the country, and you can find out where right here.
REPERTORY
METROGRAPH (NYC):
This Friday, the Metrograph will debut its newest series “Climate Crisis Parabels,” a series of varied future shock films, this weekend with Robert Bresson’s The Devil, Probably (1977), Steven Spielberg’s 2001 film A.I.: Artificial Intelligence, Miyazaki’s Princess Mononoke (1999) (hosted by Naomi Klein Sunday afternoon, but also playing as part of the Playtime Family Matinees”) and Ridley Scott’s Blade Runner: The Final Cu ton Sunday night. “To Hong Kong with Love” also continues with screenings of Stanley Kwan’s Rouge (1987) and the 2016 film Raise the Umbrellas. The ongoing Welcome To Metrograph: Redux also continues with HarunFarocki’sdocumentary Before Your Eyes: Vietnam (1981).  This week’s Late Nites at Metrograph is another Japanese thriller, Hiroshi Teshigahara’s 1966 thriller The Face of Another, and the Metrograph’s Japanese love continues as Playtime: Family Matinees will also show Miyazaki’s Princess Mononoke from 1999.
ALAMO DRAFTHOUSE BROOKLYN (NYC)
Tonight’s “Weird Wednesday” is Ken Russell’s 1987 film Gothic, and this week’s “Kids Camp” offering is the 2006 animated Curious George with a special “pick your own price.” In preparation for the release of Emma. On Friday, the Alamo is doing a “Champagne Cinema” screening of the 2005 Pride and Prejudice, starring Keira Knightley, which unfortunately, is sold out already. (Waugh Waugh) Monday’s “Out of Tune” is the Prince film Under the Cherry Moon from 1986, which is also sold out. (Hey, Jeremy Wein, why don’t you tell me these things are going on sale so I can go!?!) Next week’s “Terror Tuesday” is the horror classic Candyman (1992), which is ALSO almost sold out and then we’re back to “Weird Wednesday” with next week’s offering, 1985’s soft-core actioneer Gwendoline.
If you’re one of those poor souls living in L.A., you can also go to see Don Coscarelli’s 2002 film Bubba Ho-Tep, starring Bruce Campbell, on Wednesday night or the 1986 Little Shop of Horrors on Thursday at the grand, new(ish) Alamo Drafthouse Cinema Downtown Los Angeles. Saturday afternoon is a matinee of Steven Soderbergh’s Out of Sight (1998), starring George Clooney and J-Lo and Saturday night, you can see Cassavetes’ Minnie and Moskowitz (1971), starring Seymour Cassel and Gena Rowlands. Monday night is Juliet Bashore’s 1986 Kamikaze Hearts, which looked into the X-rated SF underground of the ‘80s. The West Coast “Terror Tuesday” is Francis Ford Coppola’s 1992 film Bram Stoker’s Dracula, starring Keanu Reeves, Gary Oldman and Winona Rider!
THE NEW BEVERLY  (L.A.):
Wednesday’s afternoon matinee is the classical musical The Sound of Music (1965) and then Weds and Thurs night’s double feature is Robert Redford’sThe Hot Rock (1972) and Cops and Robber (1973). Friday’s matinee is the late Tony Scott’s The Hunger (1983) and then the Tarantino-pennedTrue Romance (1993, also directed by Scott), will play Friday midnight and Saturday’s midnight movie is the 1967 film Carmen, Baby. This weekend’s Kiddee Mattine is Harry Potter and the Goblet of Fire (2005). Monday’s matinee is Terrence Malick’s Badlands (1973) and the Monday night double feature is A Man for All Seasons(1966) and The Mission  (1986). Tuesday’s Grindhouse double feature is 1980’s Super Fuzz and 1977’s Death Promise, both in 35mm, of course.
EGYPTIAN THEATRE (LA):
Weds’ “Black Voices” movie is William Greaves’ 1968 film Symbiopsychotaxiplasm, and then on Friday night in the Spielberg Theater, you can see the 1913 film Traffic in Souls with live music as well as a couple shorts. The Japanese horror film Kwaidan(1965) will play in the normal theater. On Saturday, the Egyptian is presenting “Leigh Whannell’s Thrill-A-thon” a series of four films that helped to inspire Leigh Whannell’s The Invisible Man, which comes out next week with some great options worth seeing, including 1987’s Fatal Attraction, David Fincher’s 2014 film Gone Girl, Rob Reiner’s Stephen King adaptation Misery(1990) and the classic Aussie thriller Dead Calm(1989) starring Nicole Kidman … all for just 15 bucks!
AERO  (LA):
The AERO’s “Black Voices” film for Weds. is the great Stir Crazy, starring Gene Wilder and Richard Pryor, and then on Thursday afternoon, you can see Stanley Kubrick’s 1964 classicDr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb for $8 (free to Cinemateque members!) New restoration of the Russian film Come and See (also opening at the Film Forum in New York) will play on Saturday evening as part of the “Antiwar Cinema” series. Sunday’s double feature in that series is Kubrick’s Paths of Glory (1957) and the Russian film The Ascent (1977). Tuesday’s “Black Voices” matinee is Julie Dash’s Daughters of the Dust  (1991) and then Greg Proops will screen the 1996 film Ridicule as part of his Film Club podcast which precedes the film.
MOMA  (NYC):
Modern Matinees: Jack Lemmon continues through the end of the month with Mister Roberts (1955) on Weds., Billly Wilder’s Avanti (1972) and the classic (and one of my all-time faves) Some Like it Hot (1959) on Friday. This weekend also sees movies in the continuing “Theater of Operations” series, which will include Kathryn Bigelow’s Oscar-winning The Hurt Locker (2009) on Saturday afternoon and a bunch of docs including Werner Herzog’s 1992 film Lessons of Darkness on Sunday. Weds also kicks off “Television Movies: Big Pictures on the Small Screen” – pretty self-explanatory, I think – with 1953’s The Trip to Bountiful and 1955’s Tosca on Weds. and Sunday, 1967’s Present Laughter Thursday and Tuesday and more. (Click on the link for full schedule!) Following Film Forum’s focus on black actresses (for February, Black History Month, get it?) MOMA begins a  “It’s All in Me: Black Heroines” series with All By Myself: The Eartha Kitt Story and Julie Dash’s Illusions, both from 1982, on Thursday and many more running through March 5.
ANTHOLOGY FILM ARCHIVES (NYC):
The Anthology still has a few more films in its “Devil Probably: A Century of Satanic Panic” including Eric Weston’s Evilspeak (1981) tonight in 35mm, but also David Van Taylor will be at tonight’s screening of his 1991 film Dream Deceivers. I’ve never seen either of these, by the way. Robert Eggers’ The VVitch and Alan Parker’s Angel Heart screen one more time on Thursday night, as well. This weekend also begins a new series, “Dream Dance: The Films of Ed Emshwiller” but since I have no idea who that is, I have nothing further to add. (Sorry!)
NITEHAWK CINEMA  (NYC):
Williamsburgis showing David Lynch’s 1990 film Wild at Heart as part of its “Uncaged” series on Friday just after midnight and John Singleton’s Poetic Justice on Saturday morning as part of “California Love.” They’re also showing Rob Reiner’s The Princess Bride on Saturday morning for an “All-Ages Brunch Movie.”
FILM FORUM (NYC):
Elem Klimov’s 1985 Russian drama Come and See (Janus) will have a DCP restoration premiere at the Forum and Sunday afternoon will be a screening of the 1953 Mexican film El Corazon y La Espada in 3D. This weekend’s “Film Forum Jr.” is the 1953 pseudo-doc Little Fugitive.  Monday night is a screening of David Rich’s Madame X  (1966) introduced by actor/playwright Charles Busch.
IFC CENTER (NYC)
This weekend’s Weekend Classics: Luis Buñuel is the Mexican film The Exterminating Angel (1962), while Waverly Midnights: Hindsight is 2020s will screen Keanu Reeves’ Johnny Mnemonic and Late Night Favorites: Winter 2020is taking a surprising weekend off.
QUAD CINEMA (NYC):
Still waiting to see if Pandora and the Flying Dutchman continues through the weekend, as at this time (Monday), there is nothing repertory listed.
BAM CINEMATEK(NYC):
Horace Jenkins’ Cane River continues through Friday. Saturday night’s “Beyond the Canon” is a double feature of Ida Lupino’s The Hitch-Hiker(1953) and Malick’s Badlands (1973).
MUSEUM OF THE MOVING IMAGE (NYC):
This weekend’s “See It Big! Outer Space” offerings include1974’s Space is the Placeon Friday and 1924’s Aelita, Queen of Mars and the 1980 Flash Gordonscreening on Saturday and Sunday. As usual, 2001: A Space Odysseywill screen on Saturday afternoon as part of the ongoing exhibition.
ROXY CINEMA(NYC)
Weds’ Nicolas Cage movie is Martin Scorsese’s Bringing Out the Dead (1999) and then Thursday is a 35mm screening of Ghost Rider: Spirit of Vengeance (2012)!
LANDMARK THEATRES NUART  (LA):
Friday’s midnight movie is Who Killed Roger Rabbit (1988).
STREAMING AND CABLE
Let’s see what’s going on in the world of streaming this week, shall we?
Netflix is debuting Dee (Mudbound) Rees’ new movie THE LAST THING HE WANTED on the streaming service Friday, even though apparently, it opened in select cities last week, including New York’s Paris Theater, although it got such terrible reviewsout of Sundance, maybe Netflix didn’t want any more bad reviews before it begins streaming. Regardless, it stars Anne Hathaway, Willem Dafoe, Ben Affleck and Rosie Perez, and it’s based on Joan Didion’s novel about a D.C. journalist named Elena (Hathaway) who abandons her work on the 1984 campaign trail to run an errand for her father (Dafoe). I guess I’ll watch it when it’s on Netflix just like everyone else but my expectations have been suitably lowered.
The Jordan Peele-produced series “Hunters,” starring Al Pacino, which is about a group of Nazi hunters will hit Amazon Prime this Friday as well, and a new season of the popular series“Star Wars: The Clone Wars” will debut on Friday on Disney+, adding to the amazing amount of content already available on that network.
Next week, Saw and Insidious co-creator Leigh Whannell revamps The Invisible Man for Universal with Elisabeth Moss, and there’s also (supposedly) a movie call The Ride, which I know nothing about. You can guess which movie I’ll be focusing on.
By the way, if you read this week’s column and have read this far down, feel free to drop me some thoughts at Edward dot Douglas at Gmail dot Com or send me a note on Twitter. I love hearing from readers!
2 notes · View notes
the-institute-gifts · 5 years ago
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To: Clara Woodhouse- @clarawoodhouse​
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You seem like a Chanel girl and I hope I’m right. Thanks for being a good friend to me so far and a voice of reason to keep me together that night.
Merry Christmas,
Andi
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