#Vida y hazañas de Alejandro Magno
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LOS SECRETOS OCULTOS DE LA VIDA DE ALEJANDRO MAGNO
En las sombras de la historia, más allá de las batallas y conquistas que definieron su vida, Alejandro Magno, el rey de Macedonia, guardaba secretos que se han perdido en los pliegues del tiempo. Este relato busca explorar esos misterios, tejidos entre las líneas de la historia conocida.
Desde su nacimiento en el 356 a.C., la vida de Alejandro estuvo marcada por leyendas. Se dice que el mismo día de su nacimiento, el templo de Artemisa en Éfeso ardió hasta sus cimientos, un presagio de que alguien destinado a ser un destructor de ciudades había llegado al mundo. Pero, ¿qué secretos guardaba su alma desde tan temprana edad?
La educación de Alejandro estuvo bajo la tutela de Aristóteles, uno de los mayores filósofos de la época. En las enseñanzas de Aristóteles, Alejandro encontró no solo el conocimiento del mundo, sino también el de los misterios más profundos de la vida y la existencia. Se rumorea que Aristóteles compartió con él conocimientos ocultos, los cuales influenciaron sus estrategias y decisiones.
Su relación con Hefestión, su amigo de infancia y compañero en batallas, es otro enigma. Más allá de la amistad, algunos historiadores sugieren que compartían un vínculo profundo y complejo, lleno de lealtad y amor. Este lazo, que desafiaba las normas sociales y culturales de la época, permanece envuelto en misterio.
Otro aspecto menos conocido de Alejandro es su fascinación por las culturas y creencias de los lugares que conquistaba. Se dice que en Egipto, se sumergió en los rituales y misticismos antiguos, buscando entender los secretos de los dioses. Esta búsqueda espiritual, poco documentada, podría haber influido en su percepción del mundo y en su destino.
Alejandro también mostró un interés inusual en la exploración de los límites del mundo conocido. Su expedición a la India no solo fue una campaña militar, sino también una búsqueda de conocimiento y entendimiento de universos desconocidos. ¿Qué descubrimientos realizó en esas tierras distantes que nunca fueron registrados?
Finalmente, la muerte de Alejandro Magno a los 32 años es, quizás, el mayor misterio de todos. Las circunstancias de su fallecimiento son confusas, con teorías que van desde envenenamiento hasta enfermedades desconocidas. Este abrupto final deja un vacío en la historia, un capítulo sin escribir que podría contener los secretos más profundos de su vida.
En resumen, la vida de Alejandro Magno, aunque conocida por sus hazañas militares y su imperio, está repleta de secretos y enigmas. Desde las influencias ocultas en su educación hasta sus exploraciones espirituales y físicas, Alejandro fue mucho más que un conquistador; fue un buscador de los misterios del mundo y, tal vez, de sí mismo.
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Hetalia HC: México
He estado pensando últimamente en los posibles nombres que Antonio (España) podría ponerles a los distintos virreinatos, capitanías, reinos, y provincias de ultramar. El problema es que ya hay algunos nombres que asocio inmediatamente a ciertos países, simplemente porque son bastante famosos en el fandom, y me he acostumbrado a ellos. Lo peor es que la mayoría me gustan, así que me cuesta pensar en nombres distintos a los ”oficiales” del fandom, pero le he estado dando vueltas un poquito. Creo que España querría ponerles nombres simbólicos y significativos, primero porque son naciones, y creo que no está de más que los nombres humanos de las representaciones nacionales tengan un significado importante para la población (aunque en algunos casos, quizás el nombre más común sea el que mejor represente al pueblo), y segundo, porque imagino que para España era importante otorgarles un nombre cargado de significado que pusiera de manifiesto el poder de su imperio, que además, estaba basado en la expansión de la religión católica ( y debía bautizar a todos sus niños u.u). Por ello creo que sería muy cuidadoso con los nombres que les pondría a cada uno. No he decidido aún los nombres de todos ellos, pero si de algunos, e iré diciendo los nombres elegidos y el porqué de esos nombres en distintas publicaciones. En esta comentaré el de México. México: Alejandro. Es un nombre que ya he visto antes en el fandom de Hetalia. No se los motivos por los cuales algunos han decidido nombrar así a este país, pero yo voy a explicar los míos. Para mí, México existe desde el momento en que los españoles llegan a América (en realidad, me imagino que nace antes, pero que cuando llega España es muy pequeño y tiene pocos recuerdos de su vida anterior a la época virreinal). Es durante el periodo español que México se va conformando como nación, y por ende, para mí, es España quien le da nombre y quien, de alguna manera, da pie a la formación de México. La conquista de “México” (o más bien, de México -Tenochtitlan) la inicia Hernán Cortés. En el siglo 16, la figura de Hernán Cortés era la del prototipo de caballero español, y también, la del conquistador. Cortés, como sus contemporáneos, admiraban las heroicas hazañas del pasado que se contaban en los libros de caballería o en los cantares de gesta, literatura medieval, pero también los mitos y leyendas clásicos de la Odisea o la Ilíada. También sentían gran admiración por los héroes clásicos, y por los emperadores de los antiguos imperios. Cortés admiraba especialmente a Alejandro Magno, considerado ya desde los tiempos de Julio César como el más heroico de todos los conquistadores. De hecho, los propios contemporáneos de Hernán Cortés, y las distintas generaciones posteriores, muy a menudo lo compararon con Alejandro Magno. Hernán Cortés también es para muchos (aunque no para todos) el padre de la patria mexicana, pues fue el quien, con sus acciones, dio comienzo al proceso de creación de la nación mexicana. Siendo el territorio actual mexicano nombrado Nueva España en honor a la propia España, por parte del propio Hernán Cortés (según él, se parecía mucho a España, debe ser que las costas mexicanas le recordaban a su región natal, Extremadura), y siendo el propio Cortés comparado constantemente con Alejandro Magno, creo que España no dejaría pasar la oportunidad de traspasar la gloria del “padre” (Cortés) al “hijo” (México), y asignarle a su “creación” el nombre del personaje que inspiró su nacimiento como nación. Pero aún hay más. México no sería solo “hijo” del “gran conquistador” Hernán Cortés (de la “España conquistadora”, en realidad), sino también de las muchas etnias indígenas del actual territorio de México, de entre las cuales, la más destacada por su poder político y geográfico a la llegada de los españoles, fue la nahuatlaca, especialmente la mexica. A lo largo de los siglos 16 y 17, al igual que los indígenas debieron integrar a los españoles a sus esquemas y marcos mentales y culturales, lo mismo debieron hacer los españoles con los grupos indígenas. ¿Y cómo asimilaron los españoles la existencia de un imperio que se había expandido y había sometido a su voluntad a las tribus circundantes, y habían desarrollado una civilización más avanzada que la de sus vecinos del norte? Mediante la equiparación del imperio mexica al imperio romano, equiparando también el “proceso civilizatorio” mexica a la romanización y pacificación romana, y a la cultura más pujante, la mexica, a la cultura romana y helénica de origen griego. Es aquí cuando se produce la “romanización” de los mexicas (y en general, de todas las tribus nahuas), y encontramos ilustraciones de indígenas vestidos “a la romana” con una especie de túnicas que parecen intentar imitar las túnicas romanas. El más alto e icónico personaje de la antigüedad, gobernador de todo un imperio, es, sin lugar a dudas, Alejandro Magno. Por esto mismo, el nombre de Alejandro estaría cargado de un simbolismo especial para España, ya que no solo pondría de manifiesto su ego, haciendo gala de la grandeza y el poder de su imperio al nombrar a su primer gran virreinato como al más grande icono de la antigüedad, el mayor emperador y héroe de Europa, sino que también representaría tanto su herencia española como, indirectamente, su herencia indígena, en su máximo esplendor. En resumen, el nombre del más grande emperador para el “hijo” de dos grandes imperios.
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Gracias @lecturasycuriosidades ♥️ 📔#OLIMPIA @lauramasj @espasaeditorial - Veo que te gusta el poder...Lo noto en tus ojos, que tienen sed de grandes hazañas ... Las mujeres no estamos hechas para gobernar, pero nuestra empresa es mucho mas poderosa que los asuntos de estado y las guerras.- Cuando Eurídice,la madre del Rey Filipo II de Macedonia, dice estas palabras a Mirtale, hija del Rey Neptolémo de Épiro y esposa ya de su hijo, no imaginaba cuan ciertas serian y como se convertiria en ejemplo a seguir por parte de su nuera. Pronto se cambiaria el nombre por el de Olimpia, el mismo día que su marido obtenía una sonada victoria en los Juegos Olimpicos y nacía su hijo Alejandro. Olvidada por la historia, Laura Mas, con este novela le rinde un magnifico homenaje a esta mujer que alumbró a uno de los personajes mas famosos de la historia antigua, Alejandro Magno, y que lucho en un mundo hostil como pocos , en el que se ejercia la politica de matar o ser muerto, para que su hijo llegara a ocupar el trono de Macedonia. Laura ha fabulado sobre su vida personal y también sobre su faceta de estratega y, además, madre coraje. En esta novela coral de personajes reales e imaginarios nos encontramos a una Olimpia inteligente, con una gran capacidad de lucha y con una visión de la politica encomiable, que la ejerce como los hombres y que por ello la veian como enemigo denostándola y borrándola de los anales de la historia. Pero también a una mujer que seguía el culto mistérico y por tanto vivia rodeada por sus serpientes, por ello era vista como una bruja, un ser oscuro rodeado de supersticiones, una mujer apasionada, sensible ,enamorada pero que al final fue repudiada por su marido, una mujer que afirmó que su hijo Alejandro era hijo del propio Zeus y como hijo de un dios estaba llamado a obtener la gloria. Y así fué. Por ello luchó toda su vida y lo consiguió. La correspondencia epistolar entre madre e hijo, que nos regala Laura, nos da muestra del tamaño del amor que ella le profesaba. Laura nos muestra el ascenso y ocaso de esta mujer digna de ser recordada y alabada; una novela que ha despertado mi sed de conocimentos sobre ella y que os recomiendo… (en Club de Lectura LL) https://www.instagram.com/p/CisN1z4jNjr/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Capítulo 72 : Robert Clive y la conquista de la India
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Grandes Videos de las Batallas de Robert Clive en la Parte extrema de abajo de esta misma Página. Tumblr obliga a ponerlos allí. Y el último Video es una Película actuada dramática sobre la Vida de Robert Clive. No es un Documental sinó una Película de Aventuras de 1935 en Blanco y Negro. Y la Película final con Prefacio y Final de Nehru es en gran Parte en Inglés y sobre la Corrupción de Clive y la Compañía Oriental de la India.
En esta Página saco mucha Información e Imágenes de la Maravillosa Enciclopedia Wikipedia. Que maravilla es la Wiki !!
Francisco Santander está en Inglaterra en 1830 y admira mucho a esa Nación. Visita los principales Museos Navales y Militares con su Mente de Enciclopedia y de Atención miscroscópica al Detalle. Parece saber mucho desde antes de llegar. El es un Tipo muy raro, una Enciclopedia con dos Patas, con Ojos de Microscopio Electrónico y de Rayos X. Y cosa rara, vive metido en los Teatros, donde también consigue muchos Amigos. Jamás se perdió una Opera. Y lleva Diarios y Cartas minuciosas y detalladas, hasta cansonas. Oh Felicidad para nosotros.
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Aquí vemos la Historia de un Militar, Político y Diplomático muy extraordinario, casi genial, nos recuerda a Alejandro Magno, Julio César y tal vez mucho a Hernán Cortés por la Circunstancia de ser Conquistador del “Tercer Mundo” o “Pueblos Bárbaros”, aunque decir que la India era un Pueblo Bárbaro es una Barbaridad y Disparate increíble.
. Alejandro Magno gana Batallas imposibles, pero el y sus Generales fueron educados nada mas y nada menos que por Aristóteles. Julio César conquista las Galias, pero usa mucha Ingeniería y Armas Superiores, los Bárbaros Galos carecen de todo eso y de la Disciplina y Ciencia militar Romana. Hernán Cortes usa Caballos y Cañones, que aterran a los Aztecas que están casi en la Edad de Piedra y pre-Metalúrgica.
El Contador Robert Clive conquista la India con un Pequeño Ejército, en algunas Batallas sus Oficiales son mayormente Escribas y ChupaTintas que reclutó a la Carrera y que nunca recibieron Educación militar, lo mismo que Robert Clive, cuya Educación militar fue solo en Barras o Patotas de Matones en Inglaterra.
Robert Clive 1725 - 1774
Robert Clive fue un Chico Problema en la Escuela, desde Niño era muy peleador y matón y parece que el Muchacho no iba a servir sinó para ser un delincuente. Se cree que estuvo en una Banda de Extorsionistas juveniles. Era muy Amigo de hacer Hazañas inútiles como subirse a un Campanario de Iglesia y asustar a la Gente. Un Chico muy rebelde y problemático. Como un “Paraco” de un Barrio Colombiano.
Pero lo lograron corregir y estudió Comercio. Empezó a mostrar mucho Interés por todos los Estudios y la Cultura. Durante sus últimos Años antes de morir a los 49 Años estaba en el Parlamento y era muy Amigo del Primer Ministro William Pitt que decía que Robert Clive era de Inteligencia excepcional y que era el mejor Orador del Parlamento.
En este Mapa ves la Ciudad de Arcot sobre el Río Kaveripak que desemboca entre Madras y Pondicherry. Ahí empezó a volverse famoso Robert Clive con la Hazaña increíble e imposible de tomarse la Ciudad y luego defenderla muy bien.
Fue enviado a la India como un Contador de la Compañía de las Indias Orientales en 1944 y rápidamente se mostró interesado en aprender Idiomas y en estudiar muchas Cosas útiles a la Compañía, pasando 2 Años como un Escriba y Contador sin Importancia política o militar, pero aprendiendo y absorbiendo todo y haciendo Amigos. Esa Compañía se había establecido en la India hacía mucho Tiempo pero no tenía Importancia militar sinó simplemente comercial y diplomática, haciendo alianzas con reyezuelos locales buscando usarlos en el Futuro.
En 1746 estalla la Guerra con Francia y los Franceses se apoderan de la Ciudad de Madrás y toman prisionero al Contador Robert Clive, le exigen un Juramento Cristiano de no volver a pelear con Francia y el escriba rehusa. Se escapa disfrazado de Nativo Hindú.
En el Sur y Oriente de la India está la Provincia de CARNATIC en Verde luminoso, esta Guerra en que se vuela Clive de los Franceses, es llamada Primera Guerra Carnátic
Después de su Aventura Clive deja de ser Contador para volverse militar empieza a distinguirse en la Guerra contra los Franceses y sus Aliados Nativos, como un Militar inteligentísimo y un Diplomático y Político de gran habilidad pero en Batallas o Escaramuzas muy pequeñas por Estandares Europeos, las Batallas son de muy poca Gente, Clive se vuelve un Héroe y asciende.
Un Héroe increíble de Película
Clive se distingue en la Toma de Conquista y luego Defensa de Arcot en1751.
Tiene muy pocos Hombres y los Oficiales Europeos son casi todos Empleados Contadores como lo fue él sin previa Instrucción militar. Engaña al Enemigo muchas veces como un Zorro. En una Sortie liquida a un Enemigo Superior muchas veces en Hombres. En Inglaterra la Prensa comenta de Hazañas imposibles como de Alejandro Magno, Julio César o Hernán Cortés.
Clive disparando un Cañón en Arcot. La Prensa de emociona con el Héroe de Hazañas totalmente imposibles.
Clive regresa a Inglaterra en 1753, hecho ya un Hombre Maduro y un Héroe famoso y conocido dentro de la Empresa Compañía de las Indias Orientales y trabaja un poco en Londres en dicha Organización, luego se casa y regresa de nuevo a la India.
Principales Fortalezas Británicas en la India : Bombay al Occidente y Norte, Madras al Sur y Oriente, y Calcuta al Norte y Oriente en la Bahía de Bengala.
Muere el Rey de Bengala en 1748 y es reemplazado por un Hijo demasiado Adolescente, inmaduro e incompetente en medio de Guerra Civil
El Imperio Mogol estaba en total Caos en la India, moría en Guerras Civiles, de Sucesión Dinástica, Guerras entre Hermanos y Primos. La India no era una Nación como es hoy sinó un País dividido por Cientos de Lenguas, Razas, Castas, no existía una Ideología de ser Solidarios Partícipes de una Moral, que es como Edmund Burke definía la Nación. Para Burke la “Nación” es una Empresa moral y ética. En la India cada cual atendía a su propio Interés y al de su pequeño Clan o Casta. Y los Guerreros del colapsado Imperio eran muy Traidores y se vendían al mejor Postor.
Robert Clive recibe al General que va a traicionar al arrogante e imprudente Adolescente Rey de Bengala. Clive le promete que lo va a nombrar Rey y le cumple, pero lo pone como Títere y no por mucho Tiempo.
Cuando Robert Clive triunfa en la Famosa Batalla de Plassey en 1756 cerca a Calcuta, en la Bahía de Bengala al Norte y Este de la India, su rival Rey de Bengala era un Tonto Adolescente, lleno de Vanidad, Orgullo, Egolatría y AutoSuficiencia, pero totalmente incompetente para la Guerra.
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Siguiente Video de Kings and Generals. Esta Colección de K & G es mi Favorita. Tienen hasta Batalla de Cartagena 1741 en forma excelente e insuperable. Les recomiendo Kings and Generals.
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Siguiente Video es muy bueno : The Battle of plassey
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Siguiente Video es excelente :
Siege of Arcot Carnatic Wars. How British gained foothold in India
India History on Siege of Arcot from Carnatic Wars. Story of how young office Robert Clive won against all odds against a larger force with grit and determination, changing the face of Indian History.
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Siguiente Video :
Clive Of India 1935 Ronald Colman, Loretta Young, Colin Clive, Cesar Romero, C Aubrey Smith
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Siguiente Película :
Con Prólogo y Fiinal de Nehru es en gran Parte en Inglés y sobre la Corrupción de Clive y la Compañía Oriental de la India.
Bharat Ek Khoj 39: Company Bahadur
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Cuando la Humanidad extermina a los animales, malo. Pero es peor cuando los esclaviza –para matarlos antes o después- porque los embrutece por generaciones sin cuento. Y también los enferma físicamente para que nos transmitan sus zoonosis a cambio de las antroponosis que los humanos les hemos inoculado. Para mayor inri, los milicos antiguos y modernos sufren crisis esporádicas de imaginación animalista. En esos arrebatos, experimentan la mejor manera para que los brutos irracionales les ayuden a matar a los otros brutos racionales –léase, el Enemigo. Lo han intentado con todos, desde las aparentemente inofensivas aves migratorias que se utilizan en las guerras bacteriológicas hasta los mayores paquidermos que se usaron en las guerras antiguas. Por estúpidos aterrorizados y por sumisos babeantes, los caballos y los perros han sido mutados en armas preferenciales pero incluso en estos casos obvios de abuso animal –con independencia de género-, ha habido estrepitosos fracasos. Ejemplo: los perros bomba anti-tanques de la IIWW; tras miles de horas de entrenamiento, o los mataban los tanquistas antes de que se metieran bajo la panza del blindado, o se confundían y volvían con sus entrenadores con la relojería y el contacto a punta de caramelo.
Los ‘mayores paquidermos’ –los elefantes-, son muy atractivos para la niñez. En la madrileña Casa de Fieras del Retiro, siempre hubo un elefante solitario. Yo conocí al último, el famosísimo Perico, a quien dábamos cacahuetes porque, en materia gastronómica, creíamos que los monos omnívoros y los elefantes herbívoros sólo se diferenciaban por su tamaño -¿de los manjares o de los animales? Años después, mejoré mi formación en Proboscidia gracias a la lectura de Salambó (Flaubert), tremebunda novelota orientalizante que rezuma vaharadas de incienso, pachuli y lavanda destilada con comino. Salambó es heredera de Tanit/Lilith, la diosa del bozo. Como in illo tempore yo no tenía ni asomo de bozo, supuse que su iracundia divina nacía de la elusiva víscera del bozo que, por magia simpática, debía estar cerca del no menos elusivo hígado -como todos los niños sabíamos, cuévano itinerante de los malos humores.
Una de las primeras imágenes de Salambó no es precisamente heroica: Hannon (Aníbal) irrumpe en escena quejándose de la opresión extranjera… y de la carestía de la vida: “Ayer mismo, por un bañero y cuatro pinches de cocina, di más dinero que en otras ocasiones por un par de elefantes”… Y continúa con abundantes referencias a esos paquidermos: “Aquellos animales eran el orgullo de las grandes familias púnicas. Habían llevado a los abuelos, triunfado en las guerras, se les veneraba como favoritos del Sol… eran los vencedores de Régulo; el pueblo les quería; debía tratarse con esmero a aquellos antiguos amigos… Hannon, hizo refundir las planchas de cobre que cubrían su pecho, dorar sus colmillos, ensanchar sus torres y cortar las piezas de la mejor púrpura para las gualdrapas bordadas con franjas preciosas…. En seguida retembló el suelo, y los barbaros vieron avanzar en una sola línea todos los elefantes de Cartago, con sus colmillos dorados, las orejas pintadas de azul, cubiertos de bronce y balanceando sobre sus formidables torres de cuero en las que había tres arqueros con el arco tendido.”
Paginas adelante, Flaubert se deleita en las boucheries causadas por los colmillúos orejudos:
“Apenas si los soldados pudieron defenderse. Los elefantes atravesaron aquella masa de hombres y los espolones de su pretal la dividían, los puñales de sus colmillos la removían como rejas de arado; cortaban, rajaban, partían con las hoces de sus trompas; las torres, líneas de cohortes, semejaban volcanes móviles. Los terribles animales al cruzar el llano, trazaban nuevos surcos… Pasaban a través de las falanges, como los jabalíes por el monte bajo; arrancaban las estacas del campamento con sus trompas. Lo atravesaron de un extremo a otro derribando las tiendas con el pecho… Los espolones, como proas de navío, hendían las cohortes. Con sus trompas ahogaban los hombres, o levantándolos del suelo los entregaban a Ios soldados de las torres; con sus colmillos les despanzurraban, les lanzaban al aire, y entrañas palpitantes pendían de aquellos como los rollos de cuerdas cuelgan de los mástiles.”
Pero, como predica la canción, todo tiene su final / nada dura para siempre. Los elefantes no son invencibles. Son inestables y asustadizos –de ahí el chiste del monstruo encaramado a un taburete porque ha visto a un ratón. A veces, hasta unas simples teas les enloquecen:
“Los elefantes salieron. Pero los mercenarios, provistos de teas tomadas en los muros, avanzaban por la llanura rodeados de llamas y las enormes bestias asustadas corrían a precipitarse al golfo, donde se mataban unas a otras pugnando por huir y se ahogaban bajo el peso de sus corazas”.
Y, si enloquecen, suelen dar media vuelta y arremeter contra sus propias tropas:
“Los elefantes, asustados por aquellas llamas huyeron. El terreno estaba en pendiente allí y los cartagineses al ver la luz de aquellos animales, les echaron jabalinas que acabaron de irritarles, y con sus colmillos y bajo sus pies aplastaban a los cartagineses, les ahogaban, les destrozaban.”
En tal caso, los cornacs o mahouts [indios en la traducción de Flaubert], los caballeros o jinetes de elefantes, sólo pueden ejecutar medidas extremas:
“Irritados por las heridas retrocedieron; entonces, los indios cogieron el escoplo y el martillo [ankush, diríamos hoy] y aplicando aquél sobre la nuca dieron un gran golpe. Los enormes animales cayeron unos sobre otros. En aquel montón de cadáveres y de armaduras un elefante monstruoso llamado Furor de Baal, cogido por la pata entre cadenas, gritó desesperadamente hasta la noche, pues tenía una flecha en un ojo.”
Como lustros después pude colegir, Flaubert atinaba en el grueso de sus datos bélico-etnográficos. Dicho de otro modo, no estuve mal informado sobre Cartago y sus elefantes de guerra. Aun así, con el tiempo lo contrasté con algunos (pocos) artículos científicos.
Por uno dellos, me enteré de lo pésimamente que se había entendido una de las mayores ‘hazañas bélicas’ que diseñó Aníbal durante la II Guerra Púnica: el cruce del Ródano. Los Clásicos romanos nos contaron que Aníbal cruzó ese río subiendo a sus elefantes –más de 37 en esos momentos- en unas balsas o almadías con la mala fortuna de que algunas zozobraron ahogándose sus mahouts. Pero los elefantes salvaron los 800 mts. del vado pisando el fondo y esnorqueleando con su trompa. No me pregunten si el Ródano tiene vados donde el agua cubre menos de 3 o 4 mts. porque la anécdota es visualmente digna de Jólibu pero toda se viene abajo cuando nos enteramos de que los elefantes son buenísimos nadadores. Por ende, las almadías eran innecesarias –de hecho, los elefantes cruzaron a nado el Ródano cargando con hombres e impedimenta.
La imagen que más fama popular dio a Aníbal es su archiconocida travesía de los Alpes. Una proeza inaudita que le incrustó en la Historia con letras criselefantinas –nunca mejor dicho aunque eso de elefantina no tenga nada que ver con nuestros amados probóscides. El gran Polibio nos enseñó que los soldados cartagineses –en realidad, de una docena de etnias y naciones-, tardaron tres días en limpiar el paso para los elefantes. Desgraciadamente para el Clásico, fue al revés, fueron las bestias quienes abrieron camino. Et pour cause, porque calculan el paso con sus trompas y son tan seguros como las cabras montesas. No por despeñamiento sino por inanición, a los Alpes sobrevivieron pocos –y sólo uno sobrevivió a la travesía ‘menor’ de los Apeninos.
Durante los 17 años que Aníbal ocupó Italia/Roma, quizá hubieran sido un arma de destrucción de cosechas porque pastan día y noche. Pero, al volver precipitadamente Aníbal a Cartago, los elefantes de refresco fracasaron estrepitosamente y es que, en la final y decisiva batalla de Zama (202 ane; ver collage arriba), se asustaron del griterío de los legionarios romanos, enloquecieron y dieron media vuelta contra los cartagineses. Algunos creen que eran jóvenes elefantes sin entrenar (ver Edwards, Jacob (2001) “The Irony of Hannibal’s Elephants”, en Latomus, http://www.jstor.org/stable/41542312
Como, por muy científicos que parezcan, es imprescindible cotejar cien veces los artículos, me apliqué esa máxima yéndome a dos autores que citan al anterior pero para rebatirlo y polemizar con él. Estos estudiosos, identifican la subespecie que Aníbal llevó a Roma: fue el elefante ‘africano’ (Loxodonta cyclotis) o elefante de selva –no de sabana-, que todavía existía en el norte de África y que es de menor tamaño que el elefante propiamente africano subsahariano y también menor que el elefante hindú –pero alguno de estos últimos llegó a los Alpes, como el coloso de nombre Surus, el Sirio.
Charles y Rhodan hacen un extensor recuento de las guerras más notorias en las que se usaron elefantes –hubo ejércitos que, dícese, contaron con 6.000 dellos-. De su paper, incluso se puede sospechar que Alejandro el Magno no pasó más allá del río Indo porque fue derrotado por miles de elefantes hindúes. También añaden que los orejudos nunca fueron absolutamente determinantes pues, desde Pirro –el de las dudosas victorias-, se sabe que unos defensores experimentados pueden hacerles frente. Asimismo, rebaten que los elefantes de Aníbal le fueran de alguna utilidad en aquella guerra de tierra quemada -arrasando los cultivos romanos- que duró 17 años puesto que, coincidiendo con Edwards, sólo un ejemplar sobrevivió al primer invierno itálico.
Finalmente, calculan que los cartagineses emplearon en la batalla de Zama a unos 80 elefantes –¿entrenados o bisoños?-. Pero, para ese día, los romanos habían aprendido a combatirlos -¿enseñanzas pírricas?-. De ahí que, con alaridos y con el estruendoso sonido de trompetas y cuernos (tubae cornuaque), provocaran la estampida antes citada (ver Charles, Michael B. y Rhodan, Peter (2007) “Magister Elephantorvm: A Reappraisal of Hannibal’s Use of Elephants” en The Classical World, http://www.jstor.org/stable/25434049
En lo que atañe a Hispania, el incidente del asedio a Numancia ilustra sobre la psicología y los pánicos masivos de los elefantes:
“Tras la “batalla de la vulcanalia” el 23 de Agosto del 153 a.C., donde los romanos sufrieron una imponente derrota, el cónsul Nobilior se encuentra acampado en las cercanías de Numancia a la espera de refuerzos. Los recibirá del norte de África gracias al númida Masinisa: trescientos jinetes de caballería númida [seudo-cartaginesa] y diez elefantes, animal nunca visto en las tierras de la Celtiberia. El cónsul intenta de nuevo la conquista de Numancia.
Nobilior dispone a su ejército en las cercanías de la ciudad ocultando con mamparas a los elefantes en la retaguardia. Los numantinos salen de su ciudad para presentar batalla, cuando esta se inicia los romanos abren filas dejando al descubierto los enormes animales, que se lanzan contra los numantinos, causándoles una enorme sorpresa, los numantinos presos del terror y espantados sus caballos huyen a refugiarse en su ciudad mientras el ejército romano se acerca a las murallas de Numancia.
Entonces surge lo inesperado: un elefante es alcanzado por una piedra lanzada desde las murallas, el animal lanza un espantoso bramido y dando media vuelta arrolla a los soldados romanos que encuentra a su paso. El pánico se trasmite al resto de los elefantes que imitan al primero y cargan contra los romanos. Los numantinos se arrojan sobre los romanos al ver el desorden causado por los elefantes, matando a 4.000 romanos y a los elefantes. La derrota romana es total. A Nobilior solamente le quedaban 10.000 hombres, por lo que se vio obligado a abandonar Numancia” (blog Tierra Quemada. Asociación Cultural Celtibérica)
Pa’ lo que me queda de estar en este convento, me cago dentro
Los elefantes se han utilizado en la guerra contemporánea hasta casi la actualidad aunque ahora se les esclaviza sólo a efectos laborales, de turismo y como atracción de ceremonias religiosas. Pero, como están domados individualmente pero no domesticados como especie, el mahout lleva siempre su arma letal: el ankush –anathotti en India-, equivalente al arma corta que llevan los milicos oficiales -inútil contra el enemigo pero efectiva contra los soldaditos que intenten darse la vuelta.
Y siguen siendo un pretexto para empuñar las armas regias. El rey Juan Carlos I (campechano y/o emérito) es el paradigma de esta psicopatía arcaizante. Es lo que tiene haber practicado desde su remota infancia con armas cortas y largas. Fruto de esta ‘familiaridad’, el 29.III.1956 -Jueves Santo-, se le escapó un tiro cuya bala impactó en la frente de su hermano pequeño Alfonso Cristino Teresa Ángelo Francisco de Asís y Todos los Santos de Borbón y Borbón quien sólo tenía 14 años pero ya contaba con una nutrida experiencia cinegética como atestiguaron el diario monárquico de turno y las cabras montesas de Guadarrama. A partir de aquella señalada fecha, el rey de Hispania continuó guerreando contra cuanto bicho se le pusiera en las gónadas. Hito señalado en este conflicto racional/irracional, fue el ursicidio o fusilamiento del drogado y emborrachado oso Mitrofán, (año 2006) quién sabe si perpetrado para vengar a aquel rey godo al que se previno “Espabila Favila que viene el oso”. Pero la apoteosis de esta guerra asimétrica entre el rey y los otros irracionales llegó en abril del 2012 cuando uno de los contendientes se vió obligado a pronunciar la tan ensayada como absurda frase “Lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir” (¿equivocado en qué y qué es lo que no ocurrirá?), una sentencia que no pasará al bronce porque, dada su ambigüedad, fue una escandalosa declaración de guerra contra el pueblo español y ese tipo de soflamas tiende a ser engavetado por los cortesanos.
El caso es que, en aquella Botswana de caza enlatada para magnates, los elefantes, herederos de una milenaria manía de esclavizamiento y guerrerismo ajeno, murieron (físicamente) matando (simbólicamente) Se enfrentaron heroica y anónimamente a las escopetas pavonadas y blasonadas de un rey y murieron pero con las pezuñas puestas, como los Loxodonta de Aníbal. No podrá decirse lo mismo de sus cazadores.
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Los veinte años de vida política y guerrera del joven mantuano venezolano Simón Bolívar, que se extienden desde 1810 a 1830, constituyen una de las aventuras existenciales más extraordinarias y sorprendentes de la historia humana, sólo comparable con las de los restantes grandes hombres que la escribieran: Alejandro Magno, Julio César, Carlomagno, Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Napoleón, Winston Churchill. Una visión desapasionada y dolorosamente objetiva tendría que incluir en ese salón de la grandeza a esos personajes que con sus hazañas conmovieran al mundo, así sus objetivos y resultados hayan estado reñidos con los más nobles y elevados propósitos de grandeza: Gengis Kan, Iván el Terrible, Josef Stalin, Adolfo Hitler, Mao Tse Tung. Sin ellos, la historia de la humanidad hubiera sido otra. O no hubiera sido. No fue su culpa si sus hazañas no encontraron eco en pueblos conscientes, cultos, racionales, preparados para recibirlas y adoptarlas. Ni que su obra fuera dilapidada por el fanatismo religioso, el caudillismo caciquesco y la devoradora ambición de clases oportunistas, rastreras y trepadoras. Tampoco lo es que la violencia irracional y las mezquindades nacionales hayan impedido el cumplimiento de sus mayores aspiraciones: pueblos liberados, educados y emancipados, capaces de unirse en una gran mancomunidad de naciones con el propósito de convertirse en una referencia continental frente a los otros grandes poderes del mundo: los Estados Unidos de Norteamérica, Europa y Asia. Ese contraste insuperable entre sus propósitos y ambiciones y la cruenta realidad en que devino su hazaña libertadora le resultaron mucho mayor que sus fuerzas físicas e intelectuales, llevándolo al destierro, al rechazo, al abandono, al desprecio y la muerte. Sin que su talento de guerrero, profeta y visionario sufriera el menor menoscabo. Supo al momento de su muerte que su obra había fracasado, que contra sus esperanzas, la América española se había despedazado en clanes y tribus, que sería consumida por tiranos y satrapías y que el futuro no depararía el cumplimiento de sus anhelos.
Peor aún: supo con meridiana y dolorosa clarividencia, que su nombre, así encontrara la gloria, la fama y el respeto universales, sería malversado para legitimar tiranías disparatadas. Y que la región, comenzando por Venezuela, su patria, terminaría devorada por tiranuelos insignificantes que le acarrearían desgracias espantosas, inimaginables en tiempos coloniales. Fue cuando debió reconocer, que nada de lo alcanzado en esos veinte años de combates sin cuento, cabalgatas interminables y sacrificios inhumanos podía compararse a la felicidad y la paz sembrados durante los tres siglos de convivencia colonial. Para destruir lo cual había invertido todos sus bienes, incluyendo su vida misma. Fue el mentís más preclaro y autorizado de la leyenda negra, divulgada por el patrioterismo ambicioso y falaz. Nada de lo alcanzado tras la espantosa Guerra a Muerte, que él mismo proclamara y le costara a Venezuela el holocausto de un tercio de su población y la ruindad devastadora de sus pueblos y ciudades, podía compararse con esos tres siglos de armoniosa convivencia de razas y clases, de españoles peninsulares y españoles criollos, ese crisol de mestizajes que daría origen a la que un intelectual mexicano llamara “la raza cósmica” y que, ya antes de la guerra independentista, en la segunda mitad del siglo XVIII, comenzaba a dar sus mejores frutos económicos.
Visto desde esta desgarradora tragedia que hoy nos aflige, provocada tras la invocación de su nombre en insólito cumplimiento de sus peores y más temibles profecías, se esclarece la insólita amalgama de irracionalidad, fanatismo, auto amputación y degradación moral en que vinieran a dar sus esfuerzos independentistas. Tras dos siglos, Venezuela no supo o se negó a emanciparse. Prefirió la convivencia de la superchería y la religiosidad, la violencia y la barbarie, la irracionalidad, la tiranía y el desafuero. Nunca antes, país alguno de la región, y posiblemente del mundo, fue saqueado y devastado de manera más cabal y profunda. Venezuela, a dos siglos de su fundación republicana, es un amasijo miserable de ruinas y despojos. La llamada por los descubridores “tierra de gracia” se ha convertido por la acción inconsciente de sus hombres en la tierra más desgraciada del planeta.
Sabiendo como iluminado por los Dioses que esto sucedería inexorablemente, que todos los poderes serían devorados por un solo hombre y que Venezuela volvería a ser tierra de esclavos, recomendó huir. Olvidando que había estado a punto de fusilar a Francisco de Miranda quien, dos décadas antes, había tomado esa dolorosa decisión llevado por los mismos motivos: la tiranía de Monteverde. ¿Cómo no repetir sus llamados de auxilio a las monarquías y repúblicas liberales para que vinieran a impedir el matadero de los esclavos?
¿Cómo no estar de acuerdo con la senadora colombiana que reclama la intervención extranjera para salir del sátrapa esclavizador?
Los molinos de los Dioses muelen despacio, escribía Homero. En Venezuela se niegan a hacerlo. Habrá que tragar grueso.
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La Batalla de Issos: Alejandro Magno contra Darío III
Alejandro III de Macedonia (356 – 323 a.C.), más conocido como Alejandro Magno, es uno de los personajes históricos más atractivos de estudiar no solo de la Historia antigua, sino de la Historia en general. Su breve pero intensa vida, la trascendencia de todas sus hazañas militares, y el cambio radical que provocó en todo el mundo ha propiciado que en los últimos siglos se hayan publicado miles de estudios sobre todo lo referido a su vida y obra. Sin embargo, si hay un aspecto que destaca de entre todos los demás es su recorrido de conquistas y
etiquetas: batalla, issos
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El romance de Alejandro Magno: ¿Son ciertas las leyendas sobre su vida?
La historia de la vida real de Alejandro Magno es un relato fascinante. Las leyendas asociadas a sus hazañas han permanecido en la imaginación de la gente durante siglos. Desde España hasta la India, de Escocia a Etiopía, el Romance de Alejandro se ha convertido el algo mítico. Nadie sabe quién fue el primero en idear estas extraordinarias historias, aunque en las mismas leyendas se asegura que provienen de cartas escritas por el propio Alejandro. Las interpretaciones varían dependiendo de la época y el lugar, pero ciertos elementos constituyen una constante: quizás porque ocurrieron realmente.
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ASEDIO-TIRO-ARTE-PINTURA-ALEJANDRO MAGNO-ATAQUE-NAVAL-TORRES DE ASEDIO-CONQUISTAS-CIUDADES-ASIA MENOR-HISTORIA-PLASTICA-PINTOR-ERNEST DESCALS por Ernest Descals Por Flickr: ASEDIO-TIRO-ARTE-PINTURA-ALEJANDRO MAGNO-ATAQUE-NAVAL-TORRES DE ASEDIO-CONQUISTAS-CIUDADES-ASIA MENOR-HISTORIA-PLASTICA-PINTOR-ERNEST DESCALS- El rey de Macedonia dispuso que se instalaran torres de asedio encima de sus barcos para el muy difícil y largo asedio de la ciudad de TIRO, los ingenieros griegos lograron la hazaña, de este forma el ataque se produjo por tierra y por mar con el resultado de una nueva conquista de ALEJANDRO MAGNO, la tecnología del momento representó un gran avance en las técnicas militares. Pintura del artista pintor Ernest Descals sobre papel de 50 x 70 centímetros, episodios de la vida del conquistador macedonio en Asia Menor, la plástica al servicio de la historia y sus personajes.
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Los motivos de Colón. ¿Viajó a América para buscar especias?
Javier Olivera Ravasi
Cuando hay que descubrir un Nuevo Mundo / o hay que domar al moro,
o hay que medir el cinturón de oro / del Ecuador, o alzar sobre el profundo
espanto del error negro que pesa / sobre la Cristiandad, el pensamiento
que es amor en Teresa / y es claridad en Trento,
cuando hay que consumar la maravilla / de alguna nueva hazaña,
los ángeles que están junto a su Silla, / miran a Dios… y piensan en España.
(José María Pemán)
(Extractos del libro «Que no te la cuenten I», disponible en Amazon, aquí)
Los manuales elementales de historia “for dummies” (como dicen los ingleses “para tontos”) nos han contado que la empresa de Colón fue para buscar especias. Esto es: los marineros habrían viajado dos o tres meses de ida y dos o tres meses de vuelta para poder condimentar las pizzas genovesas o agregarle canela a los capuchinos italianos[1].
Esta historia basada en motivos gastronómicos, aunque parezca increíble por lo ridícula, ha pasado a nuestros libros escolares con toda seriedad y así, nos dicen, el Descubrimiento se hizo para dar con el “Camino de la Especiería”. ¿En qué documento consta esta idea…?
Podemos buscar y bucear en las bibliotecas de la época y solo con suerte encontraremos que algún que otro marino aprovechó los viajes para traerse un poco de jengibre… Es verdad que “también” podrían haber encontrado condimentos en las islas orientales pero esto no es suficiente para atribuírselo como causa tamaña empresa pues nadie iba a internarse en el famoso “Mar Tenebroso” (así se llamaba al Océano Atlántico en lo que va desde las costas portuguesas hasta las americanas) para que sus comidas estuviesen más sabrosas…
Entonces… ¿qué buscaban Colón y sus hombres cuando zarparon del famoso puerto de Palos allá a mediados del año 1492?
“¡¡¡Oro, oro, oro…!!!”, dicen los marxistas y en realidad no se equivocan aunque tampoco dicen toda la verdad. Para hacer historia, lo mejor es ir a los documentos, cuando los hay, más cercanos a la época; ¿Y si le preguntáramos al mismo Colón? En el “Diario” del primer viaje, el 26 de diciembre de 1492, asienta el Descubridor luego de regresar del nuevo mundo:
Los que dejo en la isla (Española) reunirán fácilmente un tonel de oro, que encontraré al volver de Castilla, y antes de tres años se podrá emprender la conquista de la Casa Santa y de Jerusalén; que así protesté a Vuestras Altezas que toda la ganancia de esta mi empresa se gastase en la conquista de Jerusalén[2].
Es decir: había encontrado algo de oro en las nuevas tierras que usaría como “toda ganancia” en la “Conquista de Jerusalén”…
Pero continúa. Cuando constituye el Mayorazgo, el 22 de febrero de 1498, escribe:
Al tiempo que yo me moví para ir a descubrir las Indias con intención de suplicar al Rey y a la Reina, Nuestros Señores, que de la renta que de Sus Altezas de las Indias hubieren, que se determinase gastarla en la conquista de Jerusalén, y así se lo supliqué[3].
Y al dirigirse al Papa Alejandro VI, en febrero de 1502, recuerda que:
Esta empresa se tomó con el fin de gastar lo que de ella se obtuviese en presidio de la Casa Santa de la Santa Iglesia. Después que fui a ella y visto la tierra, escribí al Rey y a la Reina, mis Señores, que durante siete años yo le pagaría cincuenta mil (soldados) de a pie y cinco mil de a caballo en la conquista de ella (la Santa Casa), y durante cinco años otros cincuenta mil a pie y otros cinco mil a caballo, que serían diez mil soldados de a caballo y cien mil de a pie para esto (…). Satán ha impedido que mis promesas fuesen mejor cumplidas[4].
¿De qué se trata todo esto?
¿Qué buscaba Colón?[5]
El marino genovés, a despecho de la común historia oficial anticatólica y antihispánica fue con propiedad uno de los “últimos Cruzados”, como se lo ha llamado: gran varón religioso, se había tomado en serio aquello del Santo Job: “milicia es la vida del hombre sobre la tierra”, convicción ésta que, en tiempos de la Edad de la Fe, se traducía en una tendencia misional con miras no solo a expandir el reinado de Cristo, sino a recuperar los lugares que la Cristiandad había perdido en manos de los moros, como era el Santo Sepulcro de Jerusalén.
Reconquistar aquello que denominaban la “Casa Santa” era la empresa propia a la que se sentían llamados los caballeros cristianos y era, asimismo, lo que había originado las guerras santas contra el Islam.
Para ello, los milicianos que se lanzaban a esta lucha cruzaban sobre sus pechos u hombros dos bandas de tela roja (de ah�� la contracción de “cruzado”); Colón, por su parte, obsesionado por el ideal cruzado, no solo las haría bordar sobre sus vestimentas, sino también sobre las blancas velas de sus carabelas (cosa sobre la que los historiadores positivistas eluden reflexionar).
Eran épocas difíciles pero apasionantes para los católicos; desde el año 1453, cuando el Islam se había apoderado de Constantinopla, los cristianos estaban convocados a combatir por esta causa santa. Los marinos, en particular, orientaban su afán cruzado con arreglo a la estrategia trazada en Sagres por el príncipe portugués don Enrique el Navegante. Consistía principalmente en navegar hacia las “Indias” (nombre dado por los europeos a las tierras que estaban detrás del dominio musulmán), para entablar alianza con los supuestos príncipes de aquellas lejanas tierras (el Preste Juan, el Gran Kan), y así poder caer a la Media Luna por la retaguardia.
Dicha aventura, como es de imaginar, demandaba mucho dinero, pero había sido Marco Polo quien declarase que en Catay o Cipango se hallaba la “fuente del oro”. Conseguido entonces el oriente, la acción reconquistadora quedaría asegurada. Colón, un soñador nato, añoraba desde su juventud con la Reconquista, para lo cual no dejaba de ilusionarse con la idea de “atacar al Islam por detrás”, aprovechando las riquezas orientales.
Había un gran trasfondo religioso en todo ello, como señala Weckmann:
“Colón, todos lo sabemos, fue un hombre profundamente religioso. Su devoción por la Virgen María es bien conocida, le acompañaba siempre ese breviario de laicos que se llama el ‘Libro de Horas’. Contemporánea de ese descubrimiento fue la voluntad expresa del Descubridor de consagrar las riquezas por él descubiertas en América ‘para ganar (o sea reconquistar) el Santo Sepulcro’, ambición que no lo abandonó ni en su lecho de muerte… Colón meditaba, especialmente durante su tercer viaje, ‘cuánto servicio se podría hacer a Nuestro Señor… en divulgar su santo nombre y fe a tantos pueblos de Indias’; y como cuenta Herrera, antes de regresar a Europa explicó en su última advertencia a los colonos que se quedaron en la Española ‘que los había llevado a tal Tierra para plantar (la) Santa Fe’”[6].
Este era el gran designio de Colón: “tomar al Islam por la retaguardia y reconquistar Jerusalén”[7].
Según cuenta un cronista, visitando la Corte española instalada en Jaén, hubo un episodio que cambiaría su vida: vio dos religiosos franciscanos del Santo Sepulcro que venían enviados por el Sultán de Egipto trayendo la amenaza de que si no se suspendía la campaña militar en Andalucía de los Reyes Católicos, los musulmanes tomarían represalias contra los cristianos de Palestina.
Luego de escuchar el fatídico mensaje: “…es a partir de este momento cuando comenzó a tomar cuerpo en su mente soñadora el magno proyecto de la reconquista de Jerusalén con el rescate de su Santa Casa, es decir, el sepulcro del Redentor; proyecto que no solo no abandonará más adelante, sino que llegará a constituir para él una auténtica obsesión durante el resto de sus días”[8]. La indignación, por tanto, de verse presionados por los musulmanes, fue lo que lo llevó a pensar en esta gran empresa y no necesariamente “la fiebre del oro” que luego tendrán especialmente nuestros ‘hermanos mayores’ del norte.
Sin embargo, hay quienes dicen que esta “idea fija” del marino genovés fue anterior, asegurando que ya la habría incubado en Génova, donde de continuo se hablaba del tema. Algunos dicen que Colón ya la habría entrevisto en la isla de Quío, donde todavía se esperaba que una novena cruzada devolviese Constantinopla a la Cristiandad, madurándola luego en Portugal. Es que el espíritu de las cruzadas estaba vivo en Colón; no lo olvidemos: eran los decenios inmediatamente siguientes a la caída de Constantinopla (…). No significaba solamente la aspiración de reconquistar los Lugares Santos, sino mucho más: era reunir lo que había sido dividido, reconstruir la unidad del mundo, que fue una bajo el águila de Roma y una había quedado por la Cristiandad[9]. Incluso el mismo Papa había alentado a reconquistar los lugares santos.
Hasta la mismísima reina Isabel fue seducida por este plan que no parecía tan descabellado. Se acababa de terminar con la dominación musulmana de Granada al expulsar a los enemigos seculares de la Península; se trataba de unificar el imperio cristiano y toda empresa que fuese en su favor no sería descartada, como señala el historiador inglés J. Elliott:
“Por encima de todo –por lo menos en lo que hacía referencia a Isabel– el proyecto podía resultar de crucial importancia en la cruzada contra el Islam. Si el viaje tenía éxito pondría a España en contacto con los países de Oriente, cuya ayuda era necesaria en la lucha contra el Turco. Podía también, con un poco de suerte, hacer volver a Colón por la ruta de Jerusalén y abrir así un camino para atacar al Imperio Otomano por la retaguardia. Isabel se sentía naturalmente atraída también por la posibilidad de poner los cimientos de una gran misión cristiana en Oriente”[10].
Resumiendo: la guerra de Reconquista contra los moros proporcionaba la causa material y el ambiente necesario; el Papado le daba la causa formal al consagrar dichas empresas como verdaderas Cruzadas; la causa final era la recuperación del Santo Sepulcro, centro espiritual de la Cristiandad y las causas eficientes fueron Colón y los Reyes Católicos.
[1] Cierto es que a falta de frigoríficos, la carne era conservada en sal, siendo por lo tanto esta necesaria para la población. Sin embargo, los mejores estudiosos del tema han descartado esta hipótesis.
[2] Citado Enrique Díaz Araujo, Los protagonistas del descubrimiento de América, Ciudad Argentina, Buenos Aires 2001, 118. Las cursivas son nuestras.
[3] Ibídem.
[4] Ibídem.
[5] Véase también para este tema el hermoso libro de Enrique Díaz Araujo, Colón, medieval portador de Cristo, Universidad Autónoma de Guadalajara, México 1999, pp. 124.
[6] Luis Weckmann, Cristóbal Colón, navegante místico, en “Revista de Historia de América”, México, julio-diciembre 1990, nº 110, 65-70.
[7] Cfr. Felipe Fernández-Armesto, Colón, Barcelona, Ed. Crítica 1992, 42-69.
[8] Paolo Taviani, Cristóbal Colón, génesis del gran descubrimiento, Novara, Instituto Geográfico de Agostini, 1982–Roma, 1983, 144; Juan Manzano y Manzano, Cristóbal Colón. Siete años decisivos de su vida 1485-1492, Cultura Hispánica, Madrid 1964, 198-199.
[9] Cfr. Paolo Taviani, op. cit., 60.
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Alexander The Great | A Prophet Of God
He was courageous, determined and lethal in battle. He was one of the greatest military strategists the world has even known. A brilliant leader, his men gladly fought for him and died for him. He was Alexander the Great. The true significance of this enigmatic conqueror has remained known until now. This documentary program reveals new details about the life and exploits of Alexander the Great.
Fue valiente, decidido y letal en la batalla. Fue uno de los mejores estrategas militares que el mundo haya conocido. Un líder brillante: sus hombres lucharon con gusto por él y murieron por él. Él fue Alejandro Magno. El verdadero significado de este enigmático conquistador se ha mantenido desconocido hasta ahora. Este programa documental revela nuevos detalles sobre la vida y las hazañas de Alejandro Magno Disponible en español subtitulos activelos en la configuración del video.
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Primer parcial Historia
La transformación del arquetipo del héroe occidental
A partir de la lectura “La epopeya de Gilgamesh”, este texto planteará la teoría que afirma que el personaje principal de la obra, el rey Gilgamesh, sentó las bases para la creación del arquetipo de “héroe” occidental a través de sus “12 gestas”, viendo como evolucionó a través del tiempo y de los distintos pensamientos culturales y colectivos que han existido, pasando por algunos de los ejemplos más significativos de ciertas culturas, para así llegar a analizar al héroe occidental contemporáneo y demostrar que las “tradiciones primitivas” no se pierden ni se dejan de lado, sino que se adaptan a las necesidades de cada época.
La palabra “héroe” tiene muchos significados hoy en día que dependen del contexto y del tiempo en el que se encuentren pero, en términos generales, hace alusión a “una persona ilustre por sus hazañas y virtudes” (Real Academia Española, 2014). Desde un punto de vista cronológico, si empezamos a analizar caso por caso con el fin de encontrar el origen de este término, nos tenemos que remontar aproximadamente al siglo XXVII antes de la Era Común. “In all these respects the Sumerian heroic poetry follows closely the pattern of the Greek, Indian, and Teutonic epic material. And since it is hardly likely that a literary genre so individual in style and technique as narrative poetry was created and developed independently and at different time intervals in Sumer, Greece, India, and Northern Europe, and since that of the Sumerians is by all odds the oldest of the four, it is perhaps not unreasonable to conclude that it is in Sumer that we may look for the origin of epic poetry as a whole.” (Kramer, 1946). Y justamente es la poesía sumeria, el elemento en donde encontraremos la narración de las hazañas del Rey de Uruk, Gilgamesh. Las grandes gestas que realizó de la mano con Enkidu, dieron pie para que, con el pasar de los años, se conocieran en un sinfín de civilizaciones situadas en el Asia anterior, y más precisamente en lo que antiguamente se conocía como Mesopotamia. Sin embargo, dichas hazañas se convirtieron, con el pasar del tiempo, en leyenda, luego en mito y finalmente en olvido.
No fue hasta el siglo XIX que todo este conocimiento volvió a la luz de la mano del arqueólogo Georges Smith, cuando empezó a traducir unas de las primeras tablillas mesopotámicas que contaban las historias de unos poderosos dioses que ayudaban a las civilizaciones que se abastecían del Tigris y del Éufrates. A medida que fueron traduciendo más tablillas, descubrieron que existió un rey, mitad dios y mitad humano, que entre muchas hazañas, destacó por la elaboración de la muralla de Uruk. Con esta nueva información que obtuvieron, las grandes mentes de la época encontraron el primer indicio de un ser al cual se le podían atribuir cualidades casi comparables a las de un dios, las cuales estaban reflejadas en gestas virtuosas y valerosas, dignas de admiración entre los mortales. De esta manera, si lo que se quisiera hacer es categorizar a los tipos de héroes según sus cualidades, ideales y tiempos históricos, el rey mesopotámico haría parte de la categoría de “héroe mitológico”, en la cual “there is little doubt that some of the experiences and adventures celebrated in the poems have a historical basis, the poet does not hesitate to introduce everywhere certain un- historical motifs and conventions, such as ex- aggerated notions of the hero's powers, ominous dreams, and the presence of divine beings” (Kramer, 1946).
Más adelante, en la literatura occidental, podemos encontrar grandes narraciones de héroes con gestas impresionantes. Bien sea para ganar el corazón de su amada (Lancelot en Lancelot ou le chavelier), por demostrar que posee habilidades sobre humanas y con estas pueda ayudar a los demás (Sansón en los relatos bíblicos) o por el simple hecho de redención o de sobresalir entre los demás con el uso de la razón y de sus habilidades físicas (Ulises en la Odisea o Hércules en la tradición griega) por citar algunos ejemplos, son múltiples los casos en donde la narración tiene como eje principal a un “ser superior”. A partir de estos ejemplos, pareciera que los relatos de Gilgamesh quedaron en el pasado. Sin embargo, podemos encontrar elementos en común con la epopeya sumeria: “Like the Odyssey, the Aeneid, and the Nibelungenlied, the Gilgamesh Epic opens with a brief résumé of the deeds and fortunes of the hero whose praises it sings. It first extols the great knowledge and wisdom of him who saw everything and knew all things; who saw secret things and revealed hidden things; who brought in formation of the days before the flood; who went on a long journey ( in quest of immortality), became weary and worn; who engraved on a tablet of stone an account of all that he had done and suffered; and who built the walls of Uruk and its holy temple Eanna”. (Heidel, 1949).
Otro eje de comparación con la historia de Gilgamesh es “La Ilíada” de Homero y “Beowulf” de un autor anónimo. Uno de los elementos similares entre las tres narraciones, es el protagonismo de un héroe que supera todo tipo de adversidades gracias a su astucia, su valor y su objetivo claro de siempre salir adelante y nunca darse por vencido ni descarriarse en el camino. Sin embargo, Ricardo Duchesne afirma que la “epopeya de Gilgamesh” no es una tragedia heroica: “anyone who read this section in Uniqueness will have realized that my argument was that Gilgamesh should not be considered a heroic epic precisely because only Gilgamesh, the one ruler, is called heroic. Heroism, as I define it, presupposes the existence of peers who can compete for heroic status. Agamemnon in the Iliad, for example, is surrounded by free, prideful aristocrats always deliberating and competing with their peers. Agamemnon is “first among equals”; Achilles even refuses to accept all of his commands, and everyone else in the epic enjoys the opportunity to perform glorious deeds. In all the epics and sagas of the Western world we meet individually named characters, rather than one singular ruler bragging endlessly and demanding adoration from servile populations” (Duchesne, 2011). Si bien estos héroes clásicos competían por tener un estatus igual entre sus pares, Gilgamesh de algún modo, también competía con Enkidu, un humano creado por la ira de los Dioses para acabar con su extraordinario poder. La diferencia radica en que después de su batalla, pasaron a compartir la gloria en vez de competírsela. Esto demuestra cómo, durante la época griega y durante la Edad Media, las tragedias heroicas y los poemas épicos adaptaron a su contexto características propias de un texto sumerio antiguo.
Analizando ahora la literatura moderna, se creó un elemento paralelo a la figura del héroe: el antihéroe. Este, se genera a partir de las contradicciones y los problemas que acongojan, generalmente, a su antítesis con respecto a su contexto circundante. Muchos críticos literarios y escritores han visto a Don Quijote como el primer antihéroe de la historia: “Los prejuicios más patentes, más dominantes de la crítica quijotesca pertenecen a la tradición romántica. Como Anthony Cióse ha ilustrado plenamente en su libro The Romantic Approach to Don Quixote , la tradición romántica —armada con sus prejuicios—a ver a Don Quijote como un hombre insatisfecho con la naturaleza trivial de su existencia, que se transforma y sigue el camino de sus sueños. Si siguiéramos tal lectura, tendríamos que concluir que Don Quijote sí es un héroe, que exhibe una gran fe en su estilo de vida distinto. Por eso, al final del libro Don Quijote se convierte en un héroe trágico, que tuvo, no obstante, la capacidad de moldear la vida a su manera. Esta perspectiva se manifiesta en distintas formas, como la opinión de Ortega y Gasset de que Don Quijote es un Cristo trágico” (McLean, 2002). De esta manera, la figura del héroe pasa a ser la de un mortal, común y corriente, que transformó todas sus características pasadas y las adaptó a un contexto en donde la razón prima sobre las habilidades físicas. Si se quisiera hacer un análisis exhaustivo de esta figura antiheroica, se podría poner a la luz “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde” o el “Ulises” de James Joyce, en donde la trama se vuelve totalmente innovadora ya que el héroe y el antihéroe pasan a ser la misma persona y luchan constantemente para ver que personalidad se mantiene a flote con mayor frecuencia. Pero a raíz de todo esto, no hay que olvidarnos de Gilgamesh. Si bien los roles en la historia están más que definidos, la figura de Enkidu podría ser el primer esbozo de una pugna entre dos partes iguales; con esto quiero decir que tanto Gilgamesh como Enkidu comparten esa sed de victoria y de superación, tanto así que en un punto llegan a luchar entre sí, hasta darse cuenta que en vez de luchar podrían entre los dos obtener mayores victorias, tanto físicas como espirituales.
Teniendo en cuenta lo anterior, “no cabe duda que influyó sobre el tipo de héroe del Sansón bíblico y del Hércules griego, y cuando la leyenda se apoderó de la figura de Alejandro Magno, algunas de las hazañas de Gilgamesh le fueron atribuidas.” (Bartra, Núnez, & Otero, 2012). Como explica Bartra, Gilgamesh marcó el inicio de una extensa tradición de personajes heroicos que sirvieron como punto de referencia cuando se pensaba en ideales de grandeza, de belleza, y de valentía entre otros. Si bien el heroísmo no es el tema principal de la epopeya, siempre está ligado con las acciones y los personajes principales y está repartido equitativamente en la historia. Como tal, la palabra “héroe” tiene veintisiete apariciones a lo largo del texto, y siempre lo hace junto a palabras como “Gilgamesh”, “Enkidu” o “hazañas”. (Tools) Con esto se demuestra que no es sorpresa que el heroísmo, al ser un subtema principal de la historia, sea una de las características que más repercusiones tuvo a lo largo de la historia. Sin importar sus diferentes adaptaciones, la esencia de la obra de Gilgamesh todavía está presente en nuestros ideales. Por ejemplo, los superhéroes de las tiras cómicas son esos seres que pueden salvar al mundo a través de hazañas majestuosas, solo que con un carácter de ciencia ficción que se dio a partir del descubrimiento y de la utilización de nuevas tecnologías.
Bibliografía
Bartra, A., Núnez, R. B., & Otero, F. R. (2012). La epopeya de Gilgamesh. Ciudad de México: La Guillotina.
Duchesne, R. (2011). Reply to Mark Elvin. Recuperado el 24 de Octubre de 2017, de The Canadian Journal of Sociology / Cahiers canadiens de sociologie, Vol. 36, No. 4: http://www.jstor.org/stable/canajsocicahican.36.4.378
Heidel, A. (1949). The Gilgamesh Epic and old testament parallels. Chicago: The University of Chicago Press.
Kramer, S. N. (Mayo de 1946). Heroes of Sumer: A New Heroic Age in World History and Literature. Recuperado el 24 de Septiembre de 2017, de Proceedings of the American Philosophical Society, Vol. 90, No. 2 (May, 1946): http://www.jstor.org/stable/3301052
McLean, B. P. (2002). Don Quijote ¿Héroe o antihéroe? Centro Virtual Cervantes.
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la Lengua Española. Valle del Cauca: Espasa.
Tools, V. (s.f.). Voyant Tools. Recuperado el 24 de Septiembre de 2017, de https://voyant-tools.org/?corpus=0ec86720b0b67b6cb34169f114aeb4fd
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El Grifo en el IAEDEN
Leyendas: En el Imperio griego es cuando surge por primera vez, el porqué de la lucha entre los hombres y los grifos, fue en un poema del siglo IV a.C., titulado Arimaspeia, del que por desgracia no se guardan más que seis versos. El autor de esta obra como relato, fue el poeta Aristea de Proconeso, él cuenta en su relato, el viaje hacia el país de los hiperbóreos, la tierra del dios Apolo, quien le había inspirado su obra. Durante la travesía en el camino se había encontrado a los arimaspos, unos extraños seres ciclópeos, en altercado perdurable con los grifos, y la intensión de adueñarse del oro que éstos custodiaban. Un siglo después el historiador Herodoto, retoma los contenidos de la obra y se refiere en sus escritos que los grifos erigían nidos de oro. Otra leyenda sobre el grifo aparece ya en época medieval, en el Libro de Alexandre, que escribió una reconstrucción fantástica de la vida del emperador Alejandro Magno, y en la cual el macedonio se convierte en un héroe. En él convergen motivos religiosos, caballerescos, legendarios, etc., para narrar y manifestar, todos aquellos elementos en su capacidad para realizar numerosas hazañas. Y entre tantas estuvo, la de enganchar en su carruaje dos grandes grifos. El Emperador macedonio, después de conquistada la tierra, decide emprender la conquista del cielo; asciende a una elevada montaña cercana al Mar Rojo y se hace construir una especie de cesto gigante, que sujeta con cadenas a unos grifos. Plantea en aquel momento, una astucia para lograr que los grifos alcen el vuelo. Postrado en el interior de la cesta, sujetó en sus manos dos largas cañas de madera, en cuyo extremo había colocado unos trozos de carne de caballo, que se presentaban justo delante del pico de los grifos; así pues, éstos, en su afán de alcanzar la presa, emprenden el vuelo. En el transcurso del sobrevuelo se separa de la tierra, durante el tiempo suficiente para verla como una isla rodeada del océano. La extraña aeronave se precipitó al agua, sin consecuencias trágicas para el soberano. Refleja éste de un motivo recurrente en la iconografía mundial a lo largo de la historia que, como el anterior, no ha permanecido en el imaginario colectivo. En mitología: El Grifo es una especie de ave híbrida gigantesca, la más grande de todas las especies. Tiene la cabeza parecida al águila, de color oro y el cuerpo de león, de color blanco. Su vista derivada del águila es muy aguda, es fuerte y ágil como el león. Para el momento de emprender su vuelo, al agitar sus alas, levanta tanto viento que es capaz de derribar a una persona o un caballo con sus aperos. Al utilizar sus enormes garras es capaz de atrapar cualquier presa por grande que sea. Posee fama de codicia y rapacidad, crueles, feroces, brutales y enemigos de los hombres y de los caballos. La mitología griega relacionaba el brillo de su oro con el sol, en la leyenda se comenta que estas aves híbridas estaban consagradas al dios Apolo, dios del sol, custodiaban el tesoro que pertenecía a este dios. También se les relaciona con Dionisio, dios del vino, como protectores y guardianas del vino. En Heráldica: Se toma el animal mitológico, como símbolo de ingenio y grandeza. Los blasones que ostentan un Grifo, indican corresponder a una estirpe, en donde todos sus miembros se destacaron por su ingenio durante su vida. Otra expresión heráldica es Grifado; en el diccionario heráldico su definición es, escudo sembrado de Grifos. Este animal mitológico que tiene la mitad superior de águila, y la mitad inferior de león, normalmente rampante y de perfil vigoroso, rara vez se le pinta sentada. Su expresión representa el ingenio y grandeza, como guardián de los tesoros del dios Apolo. Son seres voladores de un tamaño grande, suelen medir unos 3 o 5 metros de largo, su comida favorita es la carne de caballo, por lo que es frecuente verlos atacando a caballos y levantándolos en el aire con sus poderosas garras. Los grifos cazan para alimentarse y lo hacen en grupos pequeños de no más de 12 grifos. Pueden combatir en el aire, o lanzándose en picada con el peso de su cuerpo. Los grifos tienen características de los dos animales de los que está formado, por parte de las águilas tiene una vista y un olfato muy desarrollados. Su parte de león le lleva a vivir en manadas, dentro de las cuales siempre hay un líder. Suelen vivir en montañas rocosas, construyendo sus inmensos nidos en las laderas. Estos nidos están hechos de ramas y hojas. Pueden ser entrenados como monturas, pero es una tarea que requiere cierto tiempo. Una vez entrenados, los grifos son leales y defienden a su jinete hasta la muerte. Son muy valientes y luchan con toda criatura, a la que consideren una amenaza sin pensarlo dos veces. El jinete y grifo quedan unidos de por vida. El Grifo representa para los iaedenistas: la fuerza; el valor; la grandeza; el ingenio; la orientación y la protección. Se presenta en su heráldica sobre un campo azur y a su lado izquierdo la Constelación siempre visible en el hemisferio Boreal de la Osa Mayor, la cual es fácil reconocer por el brillo de sus siete estrellas que forman un cuadrilátero y un arco. Autor: ML
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