#Penetración
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aperint · 1 year ago
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Frases Célebres
Victor Marie Hugo (1802-1885) Frases Célebres #aperturaintelectual #frasescelebresaintelectual
“Ningún ejército puede detener la fuerza de una idea cuando llega a tiempo.” Victor Marie Hugo (1802-1885) Dibujante, dramaturgo, escritor, novelista, poeta y político francés. Sigue Apertura Intelectual en todas nuestras redes: WordPress Facebook Twitter Instagram LinkedIn Tumblr Reddit Mastodon Te invitamos a que califiques esta información. ENTRADAS RELACIONADAS
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teksecurity · 9 months ago
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¿Qué es una prueba de Pentesting o Pentest?
La práctica del Pentesting, o Penetration Testing, es un componente esencial de la ciberseguridad.
Es un método simulado y autorizado para atacar un sistema informático, una red o una aplicación web para identificar vulnerabilidades que un atacante podría explotar.
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La prueba de penetración a menudo se compara con un chequeo médico regular. Así como los médicos realizan una serie de pruebas para comprender la salud general de un paciente, los profesionales de seguridad de la información utilizan Pen Testing para descubrir debilidades en la seguridad de un sistema.
Las pruebas de penetración se clasifican en tres tipos: pruebas de caja blanca, pruebas de caja negra y pruebas de caja gris. En las pruebas de caja blanca, el evaluador tiene toda la información sobre el sistema que se va a probar. En las pruebas de caja negra, el evaluador no tiene información sobre el sistema. La prueba de caja gris es un híbrido de las dos anteriores, donde el evaluador tiene acceso parcial a la información del sistema.
El proceso de prueba de penetración se divide en cinco fases: reconocimiento, escaneo, obtención de acceso, mantenimiento de acceso y cobertura de senderos. Recon implica recopilar información sobre el objetivo. El escaneo es la fase en la que el evaluador identifica posibles debilidades. Obtener acceso es cuando el evaluador intenta explotar estas vulnerabilidades. Mantener el acceso implica que el evaluador intente permanecer en el sistema para recopilar la mayor cantidad de datos posible. Trail Coverage es la fase en la que el evaluador intenta borrar toda evidencia de que el sistema ha sido pirateado.
Pen Testing es una práctica importante para garantizar la seguridad de un sistema. Permite a las organizaciones identificar vulnerabilidades en sus sistemas y tomar medidas para corregirlas antes de que un atacante pueda explotarlas. Además, Pen Testing también ayuda a las organizaciones a cumplir con las normas de seguridad de la información y proteger sus datos confidenciales.
Para realizar pruebas de penetración efectivas, es esencial tener una comprensión sólida de los conceptos de seguridad de la información, así como habilidades prácticas en diversas herramientas y técnicas de piratería. Además, los evaluadores de penetración deben seguir un estricto código de ética para garantizar que no causan daño a los sistemas que están probando ni violan la privacidad de los usuarios.
En resumen, el Pen Testing es una parte vital de la seguridad de la información. Proporciona una evaluación realista de la postura de seguridad de un sistema y ayuda a las organizaciones a proteger sus sistemas de las amenazas cibernéticas. Con el aumento constante de los ciberataques, la demanda de profesionales capacitados en Pen Testing está en su punto más alto. Por lo tanto, aprender sobre Pen Testing y adquirir habilidades en esta área puede abrir muchas oportunidades profesionales en el campo de la seguridad de la información.
Este capítulo de nuestro curso de libro electrónico lo equipará con el conocimiento y las habilidades necesarias para realizar pruebas de penetración efectivas. Cubre todos los aspectos del Pen Testing, desde conceptos básicos hasta técnicas avanzadas. Al final de este capítulo, podrá identificar vulnerabilidades en sistemas y redes, explotarlas para obtener acceso y tomar medidas para solucionarlas. Además, también aprenderá sobre las responsabilidades éticas de un evaluador de penetración y cómo seguir las mejores prácticas para garantizar la seguridad y privacidad de los datos.
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bocadosdefilosofia · 9 months ago
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«Dichas leyes no son, en efecto, otra cosa que las leyes más generales de estas dos fases del desarrollo histórico y del mismo pensamiento. Y se reducen, en lo fundamental, a tres: ley del trueque de la cantidad en cualidad, y viceversa; ley de la penetración de los contrarios; ley de la negación de la negación.
Las tres han sido desarrolladas por Hegel, en su manera idealista, como simples leyes del pensamiento: la primera, en la primera parte de la Lógica, en la teoría del Ser; la segunda ocupa toda la segunda parte, con mucho la más importante de todas, de su Lógica, la teoría de la Esencia; la tercera, finalmente, figura como la ley fundamental que preside la estructura de todo el sistema. El error reside en que estas leyes son impuestas, como leyes del pensamiento, a la naturaleza y a la historia, en vez de derivarlas de ellas. De ahí proviene toda la construcción forzada y que, no pocas veces, pone los pelos de punta: el mundo, quiéralo o no, tiene que organizarse con arreglo a un sistema discursivo, que sólo es, a su vez, producto de una determinada fase de desarrollo del pensamiento humano. Pero, si invertimos los términos, todo resulta sencillo y las leyes dialécticas, que en la filosofía idealista parecían algo extraordinariamente misterioso, resultan inmediatamente sencillas y claras como la luz del sol.»
Federico Engels: Dialéctica de la naturaleza. Editorial Grijalbo, pág. 41. México, 1961.
TGO
@bocadosdefilosofia
@dias-de-la-ira-1
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woted2 · 19 hours ago
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Red Team, Blue Team y Purple Team: La Sinergia Clave para una Seguridad Cibernética Integral
La amenaza de ataques maliciosos evoluciona constantemente, lo que obliga a las organizaciones a implementar estrategias robustas para proteger sus activos digitales. Una metodología efectiva implica la colaboración entre tres tipos de equipos especializados: Red Team, Blue Team y Purple Team. Cada uno de ellos desempeña un papel fundamental en la identificación, mitigación y prevención de…
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malasuerte21 · 2 months ago
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Ya viste mis nuevos videos y fotos 😈🥵
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myillicitaffair · 1 year ago
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You are in love | Esteban Kukuriczka.
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sumario: noches de pizza con tu amigo… claro, amigo.
advertencias: sexo explícito (+18) , penetración, sexo sin protección, consumo de alcohol.
créditos: las fotos del collage fueron extraídas de pinterest, más las edite yo. la canción cuya letra utilice es You Are In love (Taylor’s Version) de Taylor Swift.
notas: honestamente, no estoy muy contenta con el resultado final pero espero que puedan disfrutarlo de todas maneras xx.
No hay pruebas, no fue demasiado, pero yo vi suficiente.
Paciente, fuera de su recibidor, me encuentro parada, esperándolo con una botella de vino bajo la axila. Aliso los pliegues de mi falda varias veces con las manos, un hábito al que recurro para evitar sucumbir a la ansiedad que me atormenta. Con la cámara de mi celular, observo mi reflejo, comprobando que mi maquillaje permanezca en su lugar, que mi cabello siga viéndose inmaculado.
No recuerdo un tiempo en el que Kuku haya sido simplemente un amigo, siempre fue más; mi confidente, el protagonista de mis fantasías, quien roba mis suspiros y miradas, de quien terminé enamorándome.
Las pisadas sobre las baldosas delatan su presencia apropincuándose, luego el traqueteo de las llaves en la cerradura, las bisagras girando en su eje para revelarlo frente a mí.
La alegría tiñe su rostro al verme, redondeando sus angulosos pómulos y centrando mi atención en la mueca en sus labios. Condenadamente cerca de mí y a la vez tan inalcanzables.
Su voz dándome la bienvenida me sacude de mi subrepticia quimera, trayéndome de un zarpazo de vuelta a la realidad. Me estrecha contra su torso, con las muñecas serpenteándose por mi cintura para atraerme más cerca.
“Traje vino, Kuku”- pronuncio, a modo de saludo, mientras lo abrazo estrechamente.
“¡Gracias, ángel! Entrá que está por llegar la comida”- informa, de manera tan casual y ligera que siento mi corazón escurrirse hasta tocar el suelo.
“Ángel” me dijo, jodiéndome para siempre. ¿Cómo seré alguna vez capaz de recuperarme de tal agravio a mi integridad? Decido asentir y adentrarme a su hogar.
Me recibe una sala de estar cálidamente iluminada, las paredes blancas cubiertas de cuadros y fotos, un aterciopelado sofá rojo situado en medio de la habitación.
Me acerco a una repisa de madera, donde reposa un retrato recientemente seleccionado… todo el elenco de La Sociedad De La Nieve posando bajo el lente de su cámara, sonrisas reflejadas en nuestros rostros enmarcados.
“Esa la tomé el último día de rodaje”- me recuerda, apareciendo por detrás mío, con una mano en mi espalda baja.
No hay pruebas, un toque singular, pero yo sentí suficiente.
Mis vellos corporales se erizan ante el contacto, un escalofrío recorriéndome cargado de anticipación por lo que jamás sucederá. Asiento torpemente, deseosa de fundirme en el calor de su silueta.
Pienso en esos mismos dedos, acorralando mi piel a su paso, incendiando su sendero. Acariciando mis mejillas con ternura, colándose por mis labios, desvistiéndome con precisión.
El timbre retumbando en la sala me despierta, desarraigándome de mis maquinaciones pecaminosas. El hombre a mi lado da largas zancadas, con un caminar tímido y garbado, hasta alcanzar la puerta de madera y ojear la mirilla. Luego de cerciorarse de la identidad del intruso, le permite ingresar para que deposite el delivery entre sus brazos, marchándose luego de recibir su pago.
Sobre la mesa del comedor se halla mi bolso, el cual rebusco hasta toparme con la billetera y separar varios billetes para pagar una porción del importe de la cena.
“Dividamos los costos de la comida entre los dos, ¿te parece?”- debato, tendiéndole el dinero para así compensar la mitad de su perdida.
“Pero no, nena, ¡guarda eso! Te invito yo”- rechaza tajante al ignorar mi ofrenda, con juguetona indignación en sus facciones.
Más allá de mi recurrente insistencia, rechaza contundentemente todos mis intentos de devolverle la plata, escudándose en excusas absurdas. Una cálida sensación se apodera de mí ante su caballeroso gesto, traduciéndose en atontados vistazos en su dirección, mientras sigo cada uno de sus movimientos al sacar el par de copas de una alacena.
“Pedí pizza de ese bar que te gusta”- comienza a explicar, aun movilizándose para descorchar el vino- “la de pepperoni sigue siendo tu favorita, ¿verdad?”
Un solo paso, no fue demasiado, pero dijo suficiente.
Silencio. Silencio desgarrador y sepulcral a mi alrededor, petrificando el aire a su paso.
“¿Te acordaste?”- asevero con un hilo de voz, aunque suena más a una pregunta, reflejando mi propia inseguridad.
Mis extremidades tramitan un cosquilleo colectivo, despertándome de la anestesia que se había apoderado de mí.
“Si, obvio”- le resta importancia, sirviendo la bebida y entregándome mi copa.
Y yo entiendo lo tonto que debe sonar, pero, por un momento, me permito sentirme importante e incluso un tanto sustancial en su existencia. “Me escuchó” medito, atónita por la revelación, revolucionando todas mis ternuras dirigidas hacia él.
Mis ojos se obsesionan con su él, simplemente él y su aura dorada coronándolo como si de un halo se tratara. ¿Cómo logré tener tanta suerte?
“No me mires así, nena”- pide al devolver mi mirada, su entrecejo fruncido en concentración- “Vas a hacerme creer que los chicos tenían razón…”
Mi mueca se tiñe de confusión, no sabiendo con exactitud si se refiere a lo que yo supongo. Intento decodificar sus palabras, pero, tal vez por el prospecto de ver mi entusiasmo destrozado, me limito a repreguntar.
“¿De qué hablas, Kuku?”- atrapo mi labio inferior entre mis dientes para así detener los temblores que lo acosan.
“Ya sabes…”- se encoge de hombros, pero, al ver mi perplejidad se resigna a continuar- “Fran y Juani siempre nos cargaban con que… em, con que debíamos salir.”
Siento un hondazo envestirme de lleno y un deseo irremediable de que el mismo continúe hasta hacerme perder la conciencia.
“Ah, eso”- murmuro en voz baja, de repente completamente drenada de seguridad. Trato de difuminar mis conflictuadas preocupaciones con una risotada punzante, delatando la rigidez de mis hombros estáticos y la incomodidad en mi gesto.
¡Qué estúpida! ¿Cómo me permití alguna vez pensar que el podría sentir lo mismo que yo? Deseo tirarme al suelo y revolcarme en el bochorno que me arrima, lo suficiente para olvidarlo a él con sus grandes ojos fijos y perder la cordura a manos de la vergüenza.
“Era un chiste nada más, no deseaba hacerte sentir mal”- aclara cálidamente, rodeando la mesa hasta rozar nuestros hombros.
Es absurda la cantidad irremediables de terminaciones nerviosas que logra incendiar con solo oprimir su marco con el mío. ¡Debo frenar esta locura antes de que se me vaya de las manos!
“Claro…”- suspiro, forzando una sonrisa al tomar asiento en la silla que abuso bajo mis pálidos nudillos.
Tomando la copa entre mis palmas, la balanceo hasta verter el liquido más allá de mis labios, rezando para que el espirituoso proveniente de uva disipe su comentario furtivo.
El mayor, aún parado a mi lado, hinca sus rodillas para arrodillarse y así quedar a la altura de mis ojos.
“Ángel, lo siento si te ofendí. No era mi intención”- se disculpa, escurriendo sus dígitos entre mi cabello para plegarme un mechón tras mi oreja.
“Ya sé, Kuku… y lo prometo, ¡estoy bien!”- miento descaradamente en su cara, con las comisuras adheridas a mis tensas mejillas.
Por unos prolongados segundos- que se sienten como una eternidad- nos miramos firmemente, tratando de descifrar los pensamientos cabalgando en la cabeza opuesta. Con un afectado suspiro, se levanta del suelo para luego posicionarse en la silla contigua a la mía.
Una vez asentado en su sitio, levanta el rostro para enfrentarme y toma mis temblorosas manos entre las suyas. Inmediatamente noto su calor corporal, las asperezas desperdigadas por sus palmas, sus anillos colisionando con los míos.
“Ahora entiendo cómo mi comentario pudo haber sonado y te pido perdón por ello”- alega mientras me observa, pausando en cada pequeño lunar e imperfección.
Inhibida y un tanto cohibida ante su escrutinio, desvío mis ojos hacia un costado y muerdo mi labio inferior, aprisionándolo entre mis paletas.
“No quería hacerte mal…”- confiesa, con sus orbes ahora clavados en mis labios mordisqueándose- “Sos mi mejor amiga.”
una mueca extraña en su rostro. Pausa, luego dice “sos mi mejor amiga.” Y yo supe a que se refería, está enamorado.
Una fuerza gravitacional me empuja aún más cerca suyo; envalentonada gracias a su fijación por mi boca, empiezo a disparar la ajena sin dudarlo. Deslizo una mano por su cachete, acariciando la incipiente barba creciendo allí mientras le robo un breve pico.
Al separarme, escaneo al hombre que acabo de besar, desesperada por hallar una reacción. La confusión tiñe su cara, tiene la mandíbula presionada con fuerza y un furioso sonrojo trepando hasta su nariz. Sin perder un solo minuto más. Vuelve a unir nuestras figuras en un beso, uno real esta vez.
Sus labios en contacto con los míos consienten un hambre que venía cultivando hace meses, acelerando mi deseo de conseguir más. Mi corazón late con una velocidad alarmante, saltando implacablemente contra mi caja torácica, y agravando los temblores en todo mi cuerpo.
Una danza desenfrenada se desenlaza, dando rápido paso a una intrépida batalla por apropiarse de la ventaja que implica dominarnos mutuamente. Una de sus manos se enreda en mi melena, tirándola hacia atrás mientras su lengua se apresura en inmiscuirse en mi cavidad bucal, cepillando la propia y paseándose por toda su extensión.
El aire comienza a escasear y el ardor en nuestros pulmones nos fuerzan a dividirnos, aprovecho el breve impase para deslizar mis extremidades por sus piernas y así, sentarme a horcajadas sobre su regazo.
“¿Sabes hace cuánto deseo hacer esto?”- cuestiona, entrelazando sus dígitos por mis curvas y asentándome sobre la junción de su torso y piernas.
Bajo mío, noto un bulto que comienza a alzarse, punzando mi centro deliciosamente. Sin siquiera razonarlo, muelo mis caderas contra él, percibiendo un curso de placer recorrerme entera ante la fricción contra sus pantalones.
En un arrojo de valentía, me deshago de la blusa que flamea en mis costados, arrojándola lejos nuestro. Como si de un arreglo tácito se tratara, el argentino adjunta sus labios con mi pecho y comienza a succionar mi piel con fiereza, yo me limito a atraerlo contra mí mediante su cabellera.
“Tantas veces fantasee con esto…”- admito, sin poder evitarlo, mientras él libera mi busto del corpiño.
Levito hacia su remera, forcejeando con ella hasta deshacerla hacia las baldosas y revelar su tórax al descubierto. Recubierto de pecas difuminándose en su blancura, dudo alguna vez haber visto una imagen más hermosa.
Sosteniéndose de mis muslos, se irgue y tropieza hasta toparse con el sillón, descargándome sobre el terciopelo con una impredecible agilidad. Allí, acostada en medio de su sala de estar, centro mi atención a sus dedos desenlazando mi falda con ternura, para luego despojarme por completo de mis confinamientos.
Imitando sus movimientos, aviento mis brazos hacia su entrepierna para desabrocharlo y librarlo de sus prendas. Aceleradamente, lo desvisto hasta que nuestras desnudeces son lo único que prevalece.
“Sos hermosa”- me halaga, recorriendo cada centímetro de mi piel con delicadeza, intentando memorizarlo para siempre.
Respondo con mi agarre volando hasta su palpitante erección y acariciándola juguetonamente, con constancia hasta donde me lo permite.
“Necesito sentirte adentro mío, Kuku…”- pido, sin sentir un ápice de vergüenza ante mi explicitación.
Un gruñido escapa su garganta ante mi directiva, deshaciéndose de mi toque para posicionar su polla entre los pliegues de mi coño y comenzar a adentrarse. Sollozos son lanzados en su dirección, animándolo a ir más allá, a continuar.
“Dios, estás tan apretada”- pronuncia cuando la cabeza de su pene logra tocar mi fondo, disfrutando los espasmos que mi canal le proporcionan.
En un frenesí ocasionado por la sensibilidad que su miembro me genera, embisto mis caderas para acercar nuestros centros aún más y luego retirarme, provocando un extasiante vaivén. Los gemidos retumban en el silencio del salón, con la danza que nuestros sexos lideran al fusionarse.
“Estoy enamorado de vos, ángel, desde la primera vez que te vi”- dice al observarme con atención, aun penetrándome hacia la culminación.
Sorprendida por lo inaudito de la situación, una lagrima se cuela por mis ojos y rueda en su sendero por mi mejilla ante su confesión, una que aguardo hace meses.
Esteban la recoge, interrumpiendo su trayecto hacia mi cuello para besarme nuevamente, con renovada emoción.
Y ahora comprendes por qué perdieron la cabeza y pelearon sus batallas, y por qué yo he pasado toda mi vida tratando de ponerlo en palabras.
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deepinsideyourbeing · 1 month ago
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Solstice Tales - XV. Safeword (Dark!Enzo Vogrincic)
La lámpara en un rincón es la única fuente de luz en la habitación.
Las sombras danzan en las paredes, reflejando el vaivén de sus cuerpos, los susurros entrecortados y gemidos resonando por todo el lugar. Enzo está hecho un desastre, con el cabello oscuro ocultando su rostro y su maquillaje cada vez más difuminado, pero la intensidad de sus ojos conserva el mismo fuego.
Te consume, explorando tu cuerpo con una devoción casi reverente, sus labios recorren cada una de tus curvas y los lugares que jamás pensaste que alguien tocaría. Podés sentir su urgencia, ese fervor que te hace olvidar dónde termina tu cuerpo y comienza el suyo, pero en sus caricias hay algo que va más allá del deseo carnal.
Algo más puro.
Muerde tus pechos, los golpea con su pesada palma caliente, tira de tus pezones hasta oírte llorar y entonces finge consolarte con besos para luego repetir el proceso. Dejó un rastro de su maquillaje entre tus muslos cuando se entretuvo durante media hora con tu centro, succionando tu clítoris hasta que le rogaste detenerse, dilatando tu entrada con sus dedos.
Cuando te enseñó sus dígitos brillantes y dejó en tu palma sus anillos, húmedos con tu excitación, pensaste que no podía existir imagen más excitante... Y entonces te sorprendió mientras deslizaba un condón por su extensión, mordiéndose el labio mientras jugaba con su erección, su mirada oscura devorándote por completo.
No estás segura de cuántos orgasmos tuviste desde que se introdujo lentamente en tu interior, paciente y comprensivo como siempre, susurrando un dulce sin sentido en tu oído cuando la penetración te hizo llorar y clavar tus uñas en sus brazos. Fue hace una eternidad, suponés, observando los restos de su delineado.
En cada estocada su punta golpea tu cérvix con golpes rítmicos, profundos y brutales, robándote infinitos gritos y gemidos que intentas silenciar mordiendo la almohada impregnada con su perfume. Tus rodillas están cerca del borde del colchón y la sensación de vértigo se expande por tu cuerpo mientras sentís sus manos en tu cadera, sujetándote firmemente en tu lugar, profundizando imposiblemente la penetración.
Escupe sobre tu otra entrada y ejerce presión con su pulgar luego de unas breves caricias; temblás violentamente, recordando la conversación y los límites que dejaron en claro antes de comenzar, pero saber que no va a hacerlo no es suficiente para calmar el ensordecedor ruido mental que colma los rincones de tu mente.
-Rojo.
En cuanto te suelta te dejás caer sobre el colchón. Tus lágrimas oscurecen sus sábanas en cuestión de segundos y tu cuerpo se sacude con la fuerza de tu llanto. Enzo sólo observa, paralizado y horrorizado, con las manos suspendidas en el aire y un sentimiento de culpa inmenso instalándose en su pecho.
Evita tocarte sin preguntar, optando por deslizar una mano sobre el colchón para hacerte notar su cercanía, pero entonces volteás y sin dirigirle la mirada tirás de las sábanas para ocultarte. La respiración irregular que se escucha por toda la habitación podría ser la suya, la tuya, no lo sabe.
Sólo sabe que tiene que hacer algo. Ya.
Espera no estar despojándote de la seguridad de tu refugio cuando levanta las sábanas cuidadosamente. Intenta no gritar y culparse cuando ve tus pestañas brillar por las lágrimas y la marca que tus dientes dejaron en tu labio inferior cuando intentabas reprimir tus sollozos.
-Perdón- repetís entre lágrimas-. No quería...
-No tenés que pedir perdón- te interrumpe-. Nunca.
Las tiras de tu sostén (descansa debajo de tus pechos, porque en su desesperación no podía pensar en sacártelo), rosa y extremadamente delicado, se deslizaron por tus hombros en algún momento; toma una sólo para hacerte sentir el roce de su mano, con la esperanza de que no lo rechaces. Por primera vez en mucho tiempo la inseguridad martilla su cabeza y su control desaparece. Se esfuma.
Desliza sus dedos por su cabello, desordenándolo más, perdido por completo.
-¿Qué hago? ¿Qué necesitás?- pregunta en un susurro. Humedecés tus labios, pero las palabras no salen, y decide que preguntarte (considerando tu estado) fue una idea terrible. Toma la botella de agua que dejaron cerca de la cama, reprochándose internamente por ser tan imbécil, y la acerca a tus labios-. ¿Querés...?
Te reincorporás y bebés de la botella mientras él la sostiene.
-Perdón- dice una vez que terminás de beber-. Perdón. Soy un pelotudo.
-No, no es tu culpa- negás frenéticamente y tus ojos vuelven a llenarse de lágrimas-. Es mi culpa, me sentí muy... sobrecargada, no sé, como...
-No es tu culpa- dice con firmeza-. Vos hiciste lo correcto, pero yo no reaccioné como tenía que hacerlo y te pido perdón por eso, porque se supone que tengo que cuidarte como corresponde.
Tomás una profunda bocanada de aire mientras mantenés el contacto visual. Un imperceptible gesto de tu parte le hace saber que comprendiste y que puede continuar.
-Tenemos que hablar de esto, ¿sí? Necesito saber qué fue lo que te molestó, para no volver a hacerlo, y saber qué sentiste para poder reconocer las señales la próxima- habla en voz baja, más calmado, recuperando la seguridad cuando percibe en tu mirada el brillo de confianza y comprensión-. ¿Querés hablar ahora o más tarde?
-Más tarde.
-Bueno, está bien, perfecto- y con una timidez impropia, limpiando el sudor de sus manos en sus muslos desnudos, agrega:- ¿Te puedo abrazar?
-Por favor.
En cuanto sus brazos rodean tu cuerpo suspirás y tu postura se relaja hasta que prácticamente te derretís contra su pecho. Buscás refugio en su cuello mientras sus manos te sostienen, cálidas y protectoras, masajeando tu espalda con lentos movimientos circulares que parecen deshacer toda tensión en tus músculos.
No hay ningún lugar en la tierra donde estés más cómoda que entre sus brazos.
-Estuviste muy bien- dice mientras peina tu cabello-. Cuando necesites usar la palabra de seguridad, lo hacés. Y nunca, jamás me tenés que pedir perdón, ¿está?
-Sí- contestás en voz baja. Besás su clavícula y te separás de él-. Estás hecho un desastre, Enzo, tenés todo el maquillaje corrido.
Suelta una carcajada estrepitosa y vuelve a capturarte entre sus brazos.
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waltfrasescazadordepalabras · 9 months ago
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La mujer puede tener hasta 3 tipos de orgasmos : El clitoriano, el orgasmo vaginal y el orgasmo Valle. Este último tipo de orgasmo es raro en la mayoría de las mujeres pues tienen que tener a su lado un maestro de alcoba que sea una hoguera, no un cerillo. La mujer es como el agua, primero necesita calentarse para luego evaporarse en la experiencia del orgasmo. Durante el orgasmo Valle, la mujer queda en un valle orgásmico, y a través de una técnica de respiración hace subir todo ese calor y magia al cerebro para regenerarlo. Cuando la sexualidad se practica con consciencia, sana. El hombre debe ser capaz de hacer de la caricia una maravilla, de los besos una dilatación de placeres, y de la penetración una estocada justa para presionar en los lugares más exóticos y placenteros de la mujer. Hay diferentes tipos de penetraciones pues el universo de la vagina de una mujer tiene diferentes puntos, no sólo el punto G. Hay otro punto a desarrollar mientras se hace el amor, se llama punto Divino, y es su oído. Si logras que el oído de una mujer se abra y escuche poesía mientras tu la haces sentir placer, en ese momento se produce una nueva forma de amar. Entonces comienzas a hacer alquimia, no química, comienzas a hacer el amor, ya no más sexo. Entonces eres un nexo entre lo que ella desea y quiere. Entonces su sonrisa será más sincera, y su amor más universal.
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helahades1-blog · 3 months ago
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Pobres de aquellos que entienden el sexo, como una simple penetración.
Pobres de aquellos que no se arriesgan a disfrutar de aquello que dicen prohibido.
Pobres de aquellos que no entienden que el sexo nace en la mente y después en el cuerpo.
Pobres de aquellos que no llegan a entender que cuanto más sucio es el sexo, más limpio es el disfrute.
Pobres de aquellos que hablan más de lo que comen.
Pobres de aquellos que no entienden que el sexo es un mundo por descubrir.
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diamantar · 1 year ago
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OPORTUNIDAD
→ Viserys Targaryen x fem!Stark!OC (ft. Daemon Targaryen)
✦ Sinopsis: En un matrimonio arreglado las infidelidades son plato de cada día, aunque jamás consideró tomar aquel camino hasta que entabló relación con el hermano de su esposo.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Infidelidad / Angst.
✦ Palabras: 2415
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
✦ Gif: ladydostoevsky
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Apenas había cumplido quince años cuando en una nubosa mañana de invierno se convirtió en esposa de Daemon Targaryen, ambos brillando de pies a cabeza en un intento de ocultar el fastidio. En retrospectiva, aún no entendía como pensaron que unirla a él era una buena idea, especialmente cuando lo conocía desde pequeña y siempre expresó lo que le disgustaba. A su parecer no era más que un bruto irresponsable que vivía para seguir impulsos, apenas salvándole el hecho de que era un excelente guerrero. Lloró cuando supo que estaban comprometidos, pero las mujeres de la familia Stark ferozmente reprendieron el capricho por ser “una gran oportunidad”.
La primera vez que pensó bien de Daemon fue durante la noche de bodas, donde el joven fue excepcionalmente compresivo con su terror al coito y se encargó de fabricar una elaborada escena para engañar al resto. Arrugó las sabanas, punzó su muslo para dejar sangre como prueba de la penetración y acomodó las ropas de ambos en el suelo, luego de casi dos horas saliendo y dejando que los mayores encontraran la farsa. Numerosas damas la cubrieron con una bata y él permaneció en un rincón junto a Viserys, en solo unos minutos ganándose su profundo agradecimiento.
Desde ese día comenzó a verlo en una nueva luz, de pronto abriéndose y dejando que rompiera la barrera que había creado entre los dos. Halló en él un buen confidente, una persona que la acompañaba en la cama y no la forzaba a cumplir con las reglas de la realeza en el desespero de tener un hijo. Entendió su actitud y la resistencia a la autoridad, el deseo de vivir libre y no permitir que alguien más lo obligara a tomar un camino que no quería.
Por unos cuantos meses pensó que Daemon era mejor de lo que parecía y de a poco cayó por sus encantos, especialmente cuando Aemma Arryn le informó que, según Viserys, él se enamoró apenas la vio bajar del carruaje que la trajo de Invernalia. La idea de formar familia empezó a ser un concepto atractivo y le emocionaba salvarse de tener que vivir infeliz junto un hombre que no la quería, pero la fantasía de cristal pronto se convirtió en añicos.
Bien sabía de la predilección de su esposo por el vino y nunca cuestionó que saliera a beber hasta altas horas, ya que era una actividad que realizaba desde antes de que se casaran. Aún así, a pesar de que debió haberlo imaginado, la noticia de sus frecuentes visitas a la Calle de la Seda le congelaron el corazón. El poco amor que surgió se esfumó y rápidamente recordó porqué nunca debió ignorar el instinto que desde niña le gritó que Daemon no era el indicado.
Los muros crecieron más altos que nunca y el hombre se sumió en los placeres, ni siquiera intentando superar la fría cordialidad con la que lo trataba. Las pocas veces que dormían juntos él caía rendido luego de tanto alcohol y algunos integrantes del Consejo Privado empezaban a agitarse por la falta de embarazo. Aquellos hombres tenían demasiada habilidad en arruinarle el día y más de una vez deseó que los lobos de su familia los destrozaran, pero, como siempre, debió callar y aguantar en silencio.
Soportó rumores y miradas hasta que un inesperado aliado apareció, Viserys siendo una brisa fresca entre tanto humo que la ahogaba. Con sonrisas apenadas y tímidas se acercó en absoluta comprensión, ya que él vivía los mismos disgustos con la presión de tener un sucesor varón. Al oírlo se sintió entendida y con el paso del tiempo aprendió que era alguien de fiar, ya que ninguna confidencia resonó en los pasillos de la Fortaleza Roja.
El vacío de atención y compañía finalmente fue llenado por el Rey, el cual le enviaba cartas cuando no podían pasear por los jardines o ir a la recamara de alguno a conversar. Mentalmente quería controlar la esperanza cuando ambos estaban casados y él tenía una esposa que se desvivía para cumplir las demandas de un heredero, pero el brillo en los ojos de Viserys no lo hacía fácil.
Por su parte, Daemon, seguía igual de perdido en los placeres de la ciudad y apenas hablaba en las pocas mañanas que llegaban a despertar al lado del otro. De todos modos, a años de la boda y sin aún tener sexo, logró dar a luz a un sano y hermoso niño rubio de grandes ojos violeta.
Rhaegar Targaryen existía para enamorar a quien cruzara camino con él, sonrisas de blancas perlas apareciendo entre un aura gentil y brillante. La personalidad distaba mucho de “Lord Lecho de Pulgas”, tanto que los ancianos que llegaron a conocerlo desde la cuna insistían que parecían opuestos, y oír esas declaraciones solo la aliviaban al no querer que Daemon lo influenciara. Sabía que lo mejor era que todos dijeran que se parecía a él, que así la infidelidad pasaría desapercibida, pero siempre podría anunciar que esas diferencias venían de su parte de la familia.
Viserys mantenía la fachada a pesar de saber la verdad, en el inicio amargura llenándolo al tener un hijo que no podía celebrar. Finalmente tenía lo que tanto deseó y estaba obligado a mantenerlo en las sombras, aunque culpabilidad frenó cualquier fantasía cuando Aemma falleció dando a luz. Se suponía que pasarían varios días celebrando, pero cada acto cesó ante la noticia de que el nonato, Baelon Targaryen, tampoco sobrevivió las primeras horas de vida.
Ambas muertes fueron un golpe terrible y, como era de esperar, Daemon no tuvo mejor idea que escapar a la Calle de Seda y nombrar al pequeño como el “Heredero por un Día”. Ebrio y poco cuidadoso no imaginó que la voz correría, y mucho menos pensó que a primer hora del amanecer Otto Hightower comunicara la falta de respeto a un Viserys emocionalmente herido.
—Señorita Stark, el Rey la solicita.
Monótona e impasible, la sirvienta aguardó mientras bajaba la taza de té y asombro pintaba cada músculo facial.
—¿Ha dicho por qué? —preguntó en el proceso de limpiar cualquier resto de desayuno en los labios.
—No, solo que la acercara lo antes posible al Salón del Trono.
Un incomodo sentimiento le cerró el estómago y provocó una breve ráfaga de nauseas, todo de aquella invitación siendo diferente a los encuentros que hasta ese momento tuvieron.
—De acuerdo, iré.
Inspiró profundo en el proceso de levantarse y dejó que los pies la guiaran, en la puerta recibiéndola un guardia y dejando que ingresara. Avanzó por el enorme espacio apreciando al hombre, el cual vestía de negro y se hallaba sentado con expresión tensa.
—Majestad —saludó antes de reverenciar, fielmente ajustándose a las etiquetas al haber personal militar presente—. Vine tan rápido como pude, ¿en qué puedo ayudarle?
Conectando miradas, pudo notar como sus ojos se suavizaban un momento antes de regresar a un sentimiento oscuro.
—Desde que te he conocido has sido alguien de confiar y no planeo someterte a interrogatorio porque sé la clase de persona que eres… —realizó una breve pausa por la incomodidad de tener que actuar tan distante—. Pero me veo en obligación de preguntar, ¿sabes dónde estuvo Daemon anoche?
—Lamento no tener información que sea de ayuda, pero desconozco las actividades de mi esposo —contestó presionando y frotando los labios en un breve gesto de ansiedad.
—Es de común saber que mi hermano escapa a las responsabilidades, así que entiendo la ignorancia.
—¿Ha sucedido algo, señor? —preguntó con piel erizada en anticipación.
Viserys se removió en el trono y encajó la mandíbula en enojo, un gesto que la asustó al ser muy poco usual.
—Bajo el manto de la oscuridad, Daemon, escapó a un burdel a beber y hundirse con gente cuestionable a faltar el respeto de mi hijo fallecido —explicó elevando la voz en cada palabra—. Lo coronó “Heredero por un Día” y pasó cada rato libre lejos de su familia, ¡ni siquiera consolando a Rhaenyra!
Palidez la pintó de la impresión y colocó una mano en el pecho por el grave error, inmediatamente amagando a disculparse hasta que recordó que no fue error suyo.
—Realmente me deja estupefacta… esto es… no sé… —bajó la cabeza con el corazón sumamente acelerado.
—Daemon ha sido llamado y está de camino a recibir castigo —informó en tono normal evitando generarle estrés—. Como dije, sé la clase de persona que eres y tendré consideración por la gran alianza con tu familia, pero debes estar presente para saber cómo quedará la situación.
—Por supuesto.
Claramente preocupada esperó a un costado y sintió fugaces miradas de Viserys, al ceder apreciando que intentaba tranquilizarla con un lenguaje corporal amable. Emitió una pequeña sonrisa y regresó a mirar el suelo, entonces la puerta abriéndose y enseñando al Targaryen en juicio. Brevemente se miraron y luego observaron al Rey, el cual enderezó la espalda e inmediatamente empezó a tratar el desacato.
—Fue mi manera de llevar el infortunio, cada uno actúa de manera distinta —excusó en tono bajo, definitivamente tomándolo desprevenido que lo dicho llegara a la Fortaleza Roja.
Juntando las manos al frente se contuvo de negar ante el carácter de Daemon, especialmente cuando empezó a pelear por su posición en la Corte Real.
—¡Suficiente! He aguantado, he intentado comprenderte y razonar, pero ya no más —gritó Viserys completamente harto—. Toma tu dragón y abandona Desembarco del Rey, vete y busca en otras tierras como ser un hombre decente.
Aquella sentencia de destierro fue inesperada y la femenina los miró intentando dilucidar donde quedaba ella, un tema que el Targaryen menor también consideró.
—¿Harás que deje a mi esposa e hijo?
—Nunca estás con ellos y apenas cumples tus deberes, ¿ahora te preocupa mantener la farsa?
La selección de palabras la congeló de pies a cabeza y por unos momentos dejó de respirar mientras veía al regente con susto.
—¿Te atreves a difamar cuando apenas puedes ser Rey? Es hipócrita señalar cuando tampoco llegas al estándar —frunció el ceño conteniéndose de acercarse, porque sabía que los guardias lo sacarían de la habitación.
Viserys calló un momento e inspiró intentando mantener compostura, entonces mirando a la mujer que secretamente amaba y notando la oportunidad que se presentaba.
—No solo abandonarás estas tierras, Daemon, sino que también anularé tu matrimonio. Te irás y serás libre de revolcarte con cuanta prostituta quieras, pero no ensuciaras más el nombre y la cama de la dama que todos los días ha soportado tu indecencia.
—¿Cómo? —preguntó con un cambio de expresión que erizó los cabellos, los guardias en la habitación preparándose ante la amenaza.
—Una mujer proveniente de la casa Stark no debería vivir en tales condiciones, con un hombre incapaz de valorarla —aseguró al tiempo que inflaba el pecho y elevaba el mentón—. Cuidaré de ella y criaré a Rhaegar como el heredero legitimo al trono que es.
Exponer la verdad le estrujó el corazón en angustia y miedo, inevitablemente soltando un quejido mientras se le humedecían los ojos.
—¿Qué has dicho? —preguntó incrédulo y sin pestañear, al ver la reacción femenina su cuello y nuca tomando color por la furia—. ¿¡No es mi hijo!?
—Lo siento, p-pero nosotros nunca… consumamos el matrimonio —explicó juntando ambas manos en el pecho.
—¡Mientes!
—Las pocas noches que no estabas hasta la mañana en los burdeles llegabas absolutamente ebrio y perdías la conciencia apenas tocabas la almohada —jadeó con el labio inferior temblando.
—¿¡Entonces la solución fue refugiarte en mi hermano!?
—¡Arruinaste el poco amor que te tuve! —defendió exasperada—. Llegué a ver lo bueno en ti hasta que me cambiaste por la Calle de Seda, quise que nos acercáramos y…
—¡Calla! —interrumpió yendo decidido a hacerle quién sabe qué.
—¡Deténganlo! —ordenó Viserys poniéndose de pie, los guardias inmediatamente agarrándolo y alejándolo—. Ya has hecho demasiado daño, no permitiré que lastimes a mi futura esposa.
—¡Desgraciado! —gritó al tiempo que forcejeaba, el movimiento haciendo las armaduras tintinear.
—Sáquenlo, no dejen que siga un día más en Desembarco del Rey.
Asintiendo pequeño, los dos hombres que agarraban al Targaryen empezaron a arrastrarlo fuera del salón. Maldiciones y promesas de retribución retumbaron en las paredes hasta que estuvo lejos, el ambiente siendo pésimo hasta que Rhaenyra apareció con mirada humedecida.
—Crucé a Daemon y dijo… —apretó los labios y tragó intentando no derrumbarse—. ¿Es verdad? —inquirió a pesar de que sabía la respuesta por el aspecto de ambos.
Viserys dudó un momento antes de recordar la confianza que lo llevó a revelar el secreto, firme bajando los escalones del trono.
—Si, Rhaegar es tu hermano.
La noción del parentesco envió un desagradable escalofrío en Rhaenyra, quien tenía la herida de su madre y hermano al rojo vivo. Miró a la mujer y limpió una lagrima rebelde antes de cerrar ambas manos en puños.
—Felicidades, engendraste al próximo Rey —jactó dolida en el proceso de girar y dirigirse a la puerta.
—No fue con ese propósito, ¡amo a tu padre! —declaró desesperada, pero la joven siguió sin mirar atrás.
—Vigilen la entrada —indicó el regente al personal presente, cada uno saliendo y cerrando la puerta para cuidar desde el exterior.
Ambos voltearon al otro y relajaron los hombros, Viserys abriendo los brazos y encerrándola entre ellos.
—Impulsivo, lo que hiciste no tuvo preparación —reclamó contra su pecho, desesperada agarrándolo de la ropa.
—Ciertamente, pero tomé la oportunidad cuando se presentó —explicó al tiempo que la consolaba con delicadas caricias—. Si lo planeábamos habríamos estado mejor mentalizados, pero las reacciones no hubieran cambiado.
—Puede ser… —suspiró insegura, aunque en lo profundo sabía que tenía razón.
—En poco el impacto pasará y podrás disfrutar de finalmente ser libre.
—La gente juzgará por los pasillos —soltó las telas para colocar ambas manos en el pecho de Viserys.
—Nadie es libre de la opinión ajena, pero serás reina y eso te ahorrará varios problemas.
La noción del rol que cumpliría en el futuro le aflojó las rodillas, sin embargo logró aguantar y mirarlo a los ojos.
—¿En serio me harás tu esposa?
—Absolutamente, es momento de elegir con quien compartir mis días —dijo mientras iba a sostenerla de la mejilla—. Te amo, estoy ansioso de vivir contigo y criar en conjunto al pequeño Rhaegar.
—Nuestro hijo —murmuró poniendo una mano sobre la de él.
Cansados y abrumados compartieron un beso amargo por el mal momento vivido, pero un trasfondo dulce otorgaba la fuerza que necesitaban para soportar y luchar por la felicidad.
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elbiotipo · 6 months ago
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Tengo una pregunta ¿como funcionaria el sexo entre una sirena y un humano o entre un sireno/triton y un humano? ¿Donde estaria el area genital?
Hay muchísimos chistes al respecto (como las sirenas invertidas) pero si nos guiamos por la biología...
La gran mayoría de los peces óseos tienen fecundación externa, o sea, no existe la penetración. La hembra deposita los huevos, o más bien los expulsa, y el macho los fertiliza con esperma de la misma manera bajo el agua.
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SEXOOOOOOOOOOOOO
No significa, igual, que no exista cortejo. Esto es muy diverso porque los peces óseos son muy diversos, pero, por ejemplo, el macho suele estimular a que la hembra expulse los huevos, puede haber construcción de nidos, rituales de apareamiento, etc. Pero lo que no suele haber en los peces óseos (hay excepciones) son órganos externos visibles. Existe básicamente un orificio urogenital casi indistinguible cerca del ano. Casi siempre se encuentran en el área ventral.
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En general, las sirenas como se las suelen mostrar en la cultura popular solamente tienen la aleta caudal (la cola) sin la aleta anal que, bueno, correspondería que exista en esa parte, modificada o no.
(Las aletas varían según la especie. Nuestras piernas vienen de las aletas pélvicas, que son diferentes en los peces óseos sarcopterigios, es como si tuvieran 4 aletas en donde estarían las petas, podés verlo en un celacanto)
En los pocos casos con fecundación interna existen aletas (la aleta anal, que sí, se llama así) modificadas en lo que se llaman "gonopodios" o "andropodios" en forma de tubo que guían el esperma, esto se ve en los poecílidos por ejemplo, y a veces esas aletas pueden ser prominentes:
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En cuanto a los peces cartilaginosos (tiburones & amigos), todos, al menos que me olvide una excepción, tienen fertilización interna. Los machos suelen tener también aletas modificadas llamadas claspers, que están bastante especializados, que ingresan en la cloaca de la hembra durante el aparamiento como un pene. Otra diferencia en general es que los condrictios (peces cartilaginosos) tienen menos crías, depositan pocos huevos a la vez o los crían internamente (es más, a veces los pichones de tiburón se comen entre ellos dentro de la madre), al contrario de los peces óseos que pueden depositar cientos, miles e incluso cientos de miles de huevos (el pez luna deposita más de 300 millones de huevos, alguno va a sobrevivir). Los huevos de los tiburones, rayas, quimeras, son bastante interesantes, en inglés le dicen "mermaid's purse", cartera de sirena, porque parecen una especie de estuche.
Bueno esto es en general reproducción en los peces. Después tenés el caso del caballito de mar donde los huevos fertilizados quedan en el vientre del macho, entonces queda embarazado. Están los peces pescadores, peces diablo, peces sapo (Lophiiformes) donde el macho es básicamente un pequeño parásito de la hembra que queda aferrado a ella durante toda su vida. Los peces payaso (de Buscando a Nemo) pueden cambiar de sexo según las condiciones ambientales, y no son para nada los únicos, es algo muy común entre los peces. Y mucho más.
Dejo esta información a tu criterio.
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sheepindevildom · 8 months ago
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¿A quien amas?
Personajes: Beelzebub, Lucifer y Solomon x F!MC
Advertencias: Smut, doble penetración, oral, sobreestimulacion, mordidas, negación del orgasmo.
Resumen: ¿Que es amor? Cuando una persona comparte los mismos sentimientos que tú, pero que pasa si más de una persona te ama, te vuelves el deseo profundo de ese alguien y tu corazón no es capaz de escoger.
Notas: (...) se usa como referencia para añadir al lector. Y demasiado largo.
Pedido hecho por @bl00dylust (perdón el retraso)
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El camino hacia la escuela en su mayoría lo hacía acompañada de uno de los hermanos, en este caso Beel era quien iba a su lado, a menudo llevaba bocadillos consigo, pero hoy se veía bastante pensativo, algo inusual en él.
—Beel, ¿estás bien? —al escuchar su nombre giró su mirada hacia ti.
—Mmm —trataste de averiguar en su mirada que era lo que le tenía tan pensativo, pero nada, no había nada que pudiera indicar algo. —Si, (...), estoy bien, no tienes que preocuparte de nada—. Claramente si tenía algo, pero no creía que fuera algo malo.
—Esta bien, si tú dices que lo estás, entonces está todo bien.
Continuaban su camino en silencio, no era incómodo, pero había algo que se podía sentir entre ellos, Beel de vez en cuando desviaba sus ojos hacia ella, en como caminaba, en los movimientos de sus manos, las veces que sus labios se entre abrían ligeramente al suspirar e incluso en como sus piernas se tocaban ligeramente, Beel lo veía todo, como si ella fuera una presa.
Para (...) situaciones así no eran extrañas, pero siempre le daban un pequeña sensación de algo, quizás algo intuitivo, como esas veces en la que sentía que alguno de los hermanos la miraba, o cuando la evitaban porque ellos mismo sabían que no podrían controlarse, Beel estaba extraño, pero no entendía de qué manera, aunque podía sentir que no era algo malo.
—Bueno, creo que ya llegamos, ¿que clase tienes ahorita? —preguntaste mientras colocabas tu mochila al frente para buscar algo dentro de ella. Beel siguió cada movimiento tuyo con su mirada, tus manos eran tan pequeñas en comparación a las de él, y sus muñecas parecían tan frágiles.
—¿Beel? —te escuchó repetir su nombre, y con eso pareció volver a sus sentidos.
—Historia demonologica —respondió con pocos ánimos, sin duda era su clase menos favorita. Le sonreíste al ver cómo su expresión había cambiado, parecía ser el de siempre.
—Tranquilo, si necesitas ayuda, puedes pedírmelo —le respondiste con una sonrisa que él te regresó, sí, Beel lo sabía, eras demasiado buena, como acto involuntario se agachó hasta tu altura y depositó un beso en tu mejilla, no te sorprendió tanto, pero quizás con la delicadeza con la que lo hizo, si. Lo miraste un poco avergonzada, y de inmediato apartaste tu mirada.
—Bueno, hay que apresurarnos, nos vemos después de clases —dijiste, y sin esperar a que te respondiera de vuelta, corriste hasta tu salón. Beel solo se quedó ahí de pie sonriendo.
Pero a lo lejos, alguien había presenciado todo lo ocurrido.
•••
La clase había parecido durar demasiado, o eso habías sentido, pues te la pasaste pensativa sobre lo ocurrido, aquellos actos de los hermanos eran normales, bastante normales para ti, el poco respeto hacia tu espacio personal era normal, e incluso te habías rendido en decirles que te dejaran respirar un poco cuando llegaban a ti, exceptuando de algunos hermanos.
—¿Estás bien? —como un dejá vu escuchas la misma pregunta que le habías hecho a Beel, pero está vez viniendo de Solomon hacia ti.
—Si, si, estoy bien, solo estaba algo distraída —te excusas, pero él sabe que no es así, él a diferencia de ti, si podía decir que era bastante intuitivo.
—Sabes que puedes pedirme ayuda en lo que sea —toca la coronilla de tu cabeza y como acto seguido lleva su mano hasta tu barbilla—. Puedes contar conmigo —tan cerca, tan ligeramente cerca de tus labios pronuncia esas palabras, nuevamente sientes el mismo nerviosismo que sentiste como con Beel.
—Si, lo sé —dices apresuradamente y terminas de meter todo en tu mochila—. Debo ir a mi siguiente clase, nos vemos.
No esperas a que Solomon te responda, y sales del aula, el joven mago se queda mirando, la sensación que provocas en él lo volvía loco, tanto que no podía controlarse.
Cuando sales del salón avanzas algunos metros antes de dar vuelta en una esquina y chocar contra alguien, aunque por fortuna te sostiene antes de que pudieras caer o algo parecido.
—(...) debes tener más cuidado cuando caminas —uh oh, es la voz de Lucifer, parecía que el día había conspirado para ponerla en situaciones donde se sintiera tan avergonzada.
—Si, lo siento, es solo que he estado algo distraída —te excusas, levantas la mirada hasta él y puedes ver cómo enmarca una ceja mientras te sonríe. Cuando quieres retroceder te das cuenta que aún no te había soltado.
—¿Y que te ha hecho estar tan distraída? —pregunta a la vez que la presión de su brazo con tu cintura aumenta ligeramente— ¿Acaso tiene que ver con algo que te pasó está mañana?
Esas últimas palabras hicieron que tú corazón se volcara con una extraña sensación, ¿acaso él le estuvo viendo? ¿Y por qué? ¿Fue mera casualidad o fue por otra razón?
—No, no... —respondes nerviosa y como puedes, lo apartas de ti sin ser tan brusca, no eres capaz de levantar la mirada, pero tratas de alguna manera, darle una explicación—. Son por las clases, parece que se están volviendo algo difíciles, así que es eso —esperas a que diga algo, teniendo la pequeña esperanza de que te crea.
—Entiendo —sus ojos te miran fijamente, esperando que levantes la mirada, pero no lo haces—. Si necesitas ayuda en algo, llámame, vendré hasta ti —menciona, y con eso dicho, se retira, dejándote sola en el pasillo.
Nuevamente esa sensación, ese nerviosismo, la manera en que tu pecho sobresaltaba ante la cercanía de otro, aún cuando estuviste conviviendo con los demás, lo que sentías cuando ellos se acercaban a ti era extraño, Beel, Solomon y Lucifer, los tres te hacían sentir tan nerviosa.
Sientes que tu mundo se hace un poco pequeño ante ese pensamiento, y no puedes evitar preguntarte, ¿Y si ellos llegan a sentir lo mismo? Aunque igual te preguntabas si eso es posible, era bastante ambicioso de tu parte creer que ellos tres pudieran amarte, pero de ser así, ¿a quien amas? ¿A quien de los tres podría amar?
No lo sabías, y a su vez, temías saberlo.
•••
Después de ese día, los demás se habían vuelto similares, cada vez que te encontrabas con alguno de ellos podías sentirte nervioso incluso avergonzada, y querías evitarlo lo más posible, las veces que ibas a tu habitación y no querías salir solo por el hecho de toparte con Beel o Lucifer, al menos respirabas un poco de Solomon, pero aún así, el pensamiento seguía ahí, al igual que las sutiles señales.
Cuando Beel se acercaba a ti, la manera en que olía tu cuello, o las pequeñas mordidas que dejaba en ti. Cuando te encontrabas con Lucifer, su aura pareciera volverse un poco más intimidante, se volvía más atento a ti e incluso se acercaba más físicamente, y Solomon, al estar junto en la mayoría de clases, era tener su pierna jugueteando con la tuya, juntar sus manos o tener su mirada sobre ti, esas señales de que ellos querían tener algo contigo.
No podías más, necesitabas saber, no querías crear falsas ilusiones y quedar más avergonzada, pero al menos al preguntar, podrías quitarte un peso de encima, una decisión quizás demasiado valiente y directa de tu parte.
Y quería de alguna forma afrontar eso, ya que los demás hermanos parecían darse cuenta que algo le pasaba.
"Debemos hablar, nos vemos en la oficina de Lucifer"
Un mensaje breve y conciso, le das enviar y le llega a cada destinatario. Sales antes de la clase con la excusa de que te habían llamado desde antes, y esperas un poco, no deseas toparte con Beel o Solomon durante el trayecto.
Cuando crees que paso el tiempo justo, llegas directo a la oficina, al momento en que te escuchan llegar sus miradas van directo hasta a ti, Lucifer está sentado detrás de su escritorio, Beel está sentado sobre el sofá que está en la oficina y Solomon está de pie recostado sobre la pared.
—(...), al fin llegas —la voz de Lucifer es suave, pero autoritaria—. Dime, ¿de que querías hablar?
Tu valentía se desmorona, te sientes nerviosa e incluso acalorada por la situación, sientes que las palabras están atoradas en tu garganta, te tomas unos segundos y respiras profundamente, das varios pasos y estando en medio de ellos, sin pensarlo mucho, preguntas.
—¿Alguno de ustedes siente algo por mi?
Los miras, ellos te regresan la mirada, después se miran entre ellos y de ahí escuchas, ligeras risas, lo sabías, era demasiado tonto preguntar y bastante arrogante de tu parte.
—Fue algo que también me pregunté —el primero en responder es Solomon, lo miras inquieta—. No soy tonto, de vez en cuando veía como se comportaban a tu alrededor.
—Lo mismo digo —le sigue Lucifer—, en más de una ocasión llegué a verlos juntos, la verdad, no me importaba que estuviera Beel de por medio, pero a quien no aceptaba era a él —señala a Solomon quien le regresa una sonrisa, entonces piensas que esa vez que Lucifer te pregunto aquello era porque te había visto junto a Beel.
—Aunque nunca llegué a verlo, podía olerlo, las veces que estuvieron cerca de ti y como habías reaccionado —dice Beel, ves que se levanta y se acerca hasta ti—. Justo como ahora —se acerca y huele tu cuello. Te quedas quieta.
Y tiene razón, cada vez que él se había acercado a olfatear tu cuello, siempre había sido después de tener un encuentro con cualquiera de los otros dos.
—Asi que podríamos decir que si, que quizás los tres estemos interesados en ti, pero ¿que hay de ti (...)? —Solomon te mira, no sabes que responder, el hecho de que tuvieras a Beel cerca de ti, tampoco te ayudaba a pensar bien y sin duda, tu cuerpo pareciera que estuviera calentándose por estar con ellos tres en un mismo lugar.
—Yo... No sé...
—¿No sabes o no quieres decirnos? —Lucifer se levanta de su lugar y rodea la mesa, cruzando los brazos sobre su pecho.
—¿O es que no puedes pensar con claridad? —Solomon parece que se burla de ti con esa sonrisa.
Y Beel sin decir nada rodea su brazo sobre tu cintura, pegando su cuerpo al tuyo, aspirando con fuerza tu olor.
Tragas saliva, te sientes más nerviosa, no puedes pensar con claridad, remojas tus labios una y otra vez intentando decir algo, pero nada sale, y entonces recuerdas, que alguien alguna vez lo menciono, que no solo el corazón es capaz de sentir, sino que tú cuerpo también, lo que sientas con ello, podría darte las respuestas.
—Yo... —un gemido suave sale de tus labios, Beel parece desesperado, su lengua roza en la curvatura de tu cuello—. Beel... espera un momen- Ah...
Te sostienes del brazo sobre tu cintura, evitando que tus piernas caigan.
—No te preocupes (...) —Solomon se acerca, escucha a Beel gruñir ligeramente pero aún así continua probando tu cuello, mordisqueando ligeramente—. Te ayudaremos a aclarar tus pensamientos —su voz se vuelve un poco oscura.
Escuchas el timbre dando por finalizadas las clases del día, y sabes que te quedarás sola, sola con ellos, y que quizás, terminaste ahí porque así lo querías o porque tal vez ellos lo querían así. Sea cual sea la respuesta, ya no había vuelta atrás.
Las manos de Solomon van hasta los botones de tu chaqueta, quitando uno tras otro mientras las manos de Beel comienzan a acariciar tu vientre por encima de la ropa, y Lucifer solo te mira, la vergüenza que sientes sobre ti misma al sentirte tan expuesta provoca algo sobre tu feminidad.
Escuchas como la chaqueta cae al suelo, y ahora son las manos de Beel que ayudan a quitar tu camisa, yendo primero por los botones de arriba, dejando ver tu sostén, sus labios aún se pasean en la curvatura de tu cuello, mordiendo y lamiendo, tu mano llega a su hombro, empuja do más cerca de ti, dándole más permiso para que deje sobre tu cuello toda marca que quiera, tu respiración se agita y puedes sentir como su mano llega hasta tu seno, lo toma ligeramente y aprieta, su otra mano sigue quitando los demás botones restantes.
Aunque tú atención está en Beel aún puedes sentir las manos de Solomon dirigiéndose hasta tus pies, retirando tus zapatos, de ahí sus manos comienzan a deslizarse hacia arriba sobre tus piernas, rozando con sus dedos sobre tu coño encima de la ropa, tomando con su otra mano tu rostro para besar tus labios, su aliento es cálido y mentolado, sientes como se desliza tu prenda inferior, quedando solo en ropa interior, complemente expuesta.
Escuchas la hebilla del cinturón de Beel, y puedes sentir su miembro duro detrás de ti, sus manos siguen jugueteando con tus senos, tomándolos por completo y apretando, torciendo tus pezones y jalando, eres un desastre sensible y caliente, gimes sin parar entre ambos, y aún así, tus ojos van hasta Lucifer, quien no se movió de su lugar, pero en cambio ves como sus ojos están fijos en ti, en tu cuerpo, en el calor que emana tu cuerpo.
—Ah... Beel... —gimes al sentir el miembro de él detrás de tu trasero.
Miras como Solomon se agacha hasta la altura de tu coño, sientes como sus dedos se deslizan en tu prenda ahora húmeda por tus propios fluidos y das un grito cuando sientes su lengua por encima de tu ropa interior.
—¡Solomon!
Él se ríe y continua con su hazaña, una de tus piernas termina sobre su hombro, puedes sentir como hace a un lado la prenda para que su lengua pueda explorar dentro de ti, tu mano va involuntariamente hasta su cabeza atrayendolo mas hacia ti, su lengua pasa entre los labios de tu coño, besando esa parte de ti, presionando más y más ese botón tan sensible en ti. Las manos de Beel no dejan de recorrer tus pechos y como su miembro se presiona detrás de ti, una de tus manos va hasta su miembro y comienzas a moverla de arriba a abajo, lo escuchas gemir cerca de tu oído, tu otra mano no deja de empujar la cabeza de Solomon sobre tu coño.
—No pa- Ah.... no pares (...) —la voz de Beel es tan necesitada y tú no haces más que obedecer, no dejas de mover tu mano dándole placer mientras él no para de apretar y acariciar tus senos. Tu otra mano se enrosca en el cabello de Solomon cuando te sientes tan cerca de llegar a tu primer orgasmo.
—No tienes idea de lo buena que sabes (...) —dice desde abajo sin dejar de lamer tu coño y llevar dos dedos suyos dentro de ti, lo sientes moverse por dentro, entrando y saliendo con lentitud y curvandose en tu interior.
Tus gemidos se vuelven más altos, ya no te sientes capaz de sostenerte por ti misma, solo sigues disfrutando de la manera en que ambos te llevan al placer, tanto que parece que olvidas que Lucifer sigue ahí, esperando pacientemente su momento, quien desde hace rato había desabrochado su pantalón y sacado su miembro, el placer que le provoca verte siendo tomada por Beelzebub y Solomon fue algo que no esperaba sentir, pero ver cómo tú cuerpo se dejaba llevar por ellos dos lo volvía loco. Su mano subía y bajaba, al mismo ritmo en que tú movías tu mano sobre el miembro de Beel y por cada vez que gemias al sentir la lengua de Solomon deslizarse sobre tu coño.
—Si... más... más... —cada vez mas cerca, te desesperas, presionas con más fuerza la cabeza de Solomon contra tu coño, escuchas como la voz de Beel aumenta, él también está cerca de llegar, así que tu mano no deja de moverse de arriba abajo hasta que por fin lo sientes y al mismo tiempo tú también, los labios de Solomon besan tu coño, tomando todo de ti y tú sientes todo el líquido de Beel caer sobre tu mano, con tus dedos tomas lo que puedes y lo llevas hasta tus labios.
—Beel —de nuevo la voz de Lucifer llama a su hermano, y está vez tú le miras, te sorprendes al ver qué las cosas de su escritorio no están, estabas tan concentrada en tu placer que no viste cuando todo fue quitado—. Traela hasta aquí, ya se preparó lo suficiente para recibir un poco más.
Obedeciendo a su hermano te lleva hasta arriba del escritorio, colocando tu cuerpo boca arriba y ahora puedes ver a los tres, tan deseosos de ti, Beel a tu derecha, Solomon a tu izquierda y Lucifer a tus pies.
—Es hora de divertirnos en serio (...) —susurra jalando tu pierna, llevando tu cuerpo más cerca de él, tu coño más cerca de su miembro—. Así podrás saber a quien de nosotros amas.
Dice para dar como terminada la conversación, y sientes como la punta de su pene entra poco a poco a tu coño palpitante, sigue ese mismo recorrido lento hasta entrar por completo en ti, enterrandose por completo, tu espalda se arquea contra la mesa, la mano de Solomon toma tu mano izquierda y la dirige hasta su miembro y en cambio Beel toma tu cabeza para acercarla más al borde de la mesa.
El ritmo de Lucifer comienza a aumentar, golpeando contra tu coño necesitado, tu mano se mueve sin dejar de masturbar el miembro de Solomon, y la punta del pene de Beel descansa en tu boca, tratando de acostumbrarte al grosor, no puedes evitar gemir y que tus movimientos sean erráticos, el placer que te provoca el golpeteo en tu coño no te deja controlarte o tener una mínima de estabilidad.
—Estas tan caliente aquí dentro (...)
Las manos de Lucifer sostienen tu cadera con fuerza, sin dejar de golpearte contra ti, yendo tan profundo y a un ritmo considerado, incluso puedes sentir como la mesa se mueve ligeramente, tus ojos se cierran con cada golpe que pega en el punto correcto dentro de ti, sientes como tus pechos se mueven de arriba a abajo, Beel que tenía su miembro en tu boca toma tu cabeza y empieza a empujar lentamente, sientes unas leves arcadas, pero resistes, tu mano parece apretar un poco más el miembro de Solomon y no la dejas de mover de arriba a abajo.
Beel sostiene bastante bien tu cabeza mientras folla tu garganta, golpeando su miembro dentro de tu boca, un grosor que te hace abrir demasiado tus labios para que pueda entrar bien en ti, recibiendo bastante bien cada golpeteo, un ritmo que poco a poco va aumentando como el que recibe tu coño, la pelvis de Lucifer no deja de pegar contra la tuya, sus gemidos y gruñidos que lanza lleno de satisfacción, de todas las veces que llegó a pensar en volverte suya este fue una que jamás se le cruzó por su cabeza, ver cómo tomas bastante bien su miembro en tu coño y como comes la de su hermano mientras te ocupas de masturbar a Solomon que no hace más que morder sus labios al sentir tus manos subir y bajar.
Lucifer toma tu pierna izquierda y la coloca sobre su hombro, acostando tu cuerpo de lado para entrar más profundo en ti, Solomon se mueve mas cerca de la mesa y ahora tu boca tiene la posición perfecta para tomar la velocidad y brutalidad de Beel al golpear su miembro dentro de tu garganta. La mesa cruje y se mueve con cada golpe, tus gemidos ahogados y tus ojos llorosos, el dolor y el placer que provoca estar en esa posición, con ellos en tal forma. Chocas contra la pelvis de Beel, tu mano agarrotada que no para de masturbar el miembro de Solomon, sintiendo las primeras gotas de su orgasmo, el hechicero se ríe, disfrutando del espectáculo sucio en que te estabas convirtiendo.
Unas estocadas más golpean contra tu garganta mientras tu cuerpo se mueve contra las caderas de Lucifer, la gran mano de Beel se posiciona detrás de tu cabeza y te sostienen pegada contra su pelvis, dejando dentro de tu garganta su miembro, sintiendo como su semen te ahoga, tratas de empujarlo un poco para que te deje respirar pero él no te deja y no tienes más opción que empezar a tragar todo con dificultad, un sabor amargo y espeso. Cuando por fin sientes tus labios libres y como duele tu garganta, no eres capaz de cerrar tus labios y solo dejas escapar los gemidos que provoca las estocadas de Lucifer contra tu coño, estás cerca de llegar, cierras tus ojos esperando tu orgasmo y gimes cuando Lucifer sale de ti.
—¿Que...? —estas perpleja, incluso podrías decir desilusionada— Luci- ¡AH!
Lucifer hace un gesto para que guardes silencio, golpeando con su pene sobre tu coño.
—Beel, ven aquí —llama a su hermano, Lucifer te carga, tu espalda está contra su pecho, puedes ver cómo Beel se acomoda sobre la mesa, posiciona cada pierna a los lados de la mesa y su miembro esta erecto, un grosor gordo que incluso te hace pensar aún como fue que entró en tu boca.
Solomon que mira todo, se encuentra indignado, él es quien más espera poder follar tu coño. —Si, claro, déjenme al final —resopla con molestia, aunque su voz suena algo juguetona.
Lucifer que parece burlarse de él se ríe, pero no sé dejará convencer con sus palabras, te lleva hasta el cuerpo de su hermano y ahora es Beel quien te sostiene y empuja su miembro dentro de tu coño que al contrario de su hermano entra de golpe en ti, un grito ahogado sale de tu garganta y sin esperar a que te acostumbres comienza a mover sus caderas, empujando de arriba a abajo, te sostienes con el pecho de Beel, rebotando una y otra vez tu trasero contra su pelvis, y de nuevo sintiendo cerca del orgasmo, Lucifer detiene a su hermano.
—Es hora de ver cómo tomas a ambos, (...) —Lucifer te empuja contra el pecho de su hermano, colocando una mano sobre tu espalda, sientes como la punta de su miembro se coloca en tu otro orificio.
—Espera Lucifer, espe- ah... no... —tratas de detenerlo pero él continúa con su empuje, entrando poco a poco, tus uñas se encajan en la piel de Beel quien gruñe, suspiras fuertemente cuando por fin sientes que entró por completo.
—Ahora vamos a movernos lento —susurra Lucifer inclinado sobre ti, y ambos hermanos empiezan sus movimientos.
Solomon celoso de como ambos te tienen solo para ellos, atrae tu cabeza, si tomaste a Beel, claramente podias tomar la de él. Coloca su miembro dentro de tu boca y golpea con un ritmo muy diferente al de ambos hermanos, es tosco y brusco, también quiere poseerte, llenarte de él, llevarte hasta el borde de la locura, aunque cree que ahora estás ahí en ese punto. El ritmo de los hermanos empieza a aumentar, tus lloriqueos se hacen más fuertes, puedes sentir como ambos hermanos se esfuerzan por no salir de ti y solo seguir golpeando en tus orificios.
—Vamos, (...), mira lo bien que nos tomas a los tres —Solomon te sonríe, estás hecha un desastre, los tres tan sudorosos y excitados.
—Este lugar se siente mucho mejor —Lucifer no deja de golpear en tu trasero, inclinándose sobre ti mordiendo tu espalda y hombros, dejando marcas rojas y profundas.
Esta vez sin contenerse ninguno de los tres golpean en ti, con fuerza y brutalidad, te sostienes del borde de la mesa mientras recibes el miembro de Solomon en tu boca, golpeando dentro de ti una y otra vez, puedes sentir como sostiene tu cabello con fuerza, y las arcadas que suenan de tu garganta al recibir cada golpe de parte de Solomon. Ninguno de los tres paran con sus miembros entrando y saliendo de tus agujeros, te sientes adolorida y cansada, las fuerzas de tus brazos van decayendo, el ambiente en la oficina se ha vuelto más caliente, sus cuerpos rebotando uno contra otro, el sudor que se desliza entre sus pieles, los gemidos que cada uno de ellos deja escapar de sus labios, sus gruñidos y la fuerza con la que sostienen tu cuerpo y rostro, puedes sentir que estás cerca de tu orgasmo y ellos al mismo tiempo están cerca de llegar por la manera en que golpean con más brutalidad.
Solomon gime con fuerza, el líquido caliente golpea sobre tus garganta, te sostienes contra él dejando que tragues hasta la última gota mientras aún eres golpeada por Beel y Lucifer quienes aún no llegan a su orgasmo.
—Espero que después de esto me dejen probar allí —les reclama a ambos.
Lucifer sigue golpeando, viendo como tus agujeros reciben bastante bien dos pollas al mismo tiempo, sin duda es una buena vista, sus estocadas parecen cada vez más violentas y erráticas, el primero que parece en llegar es Beel, quien sostiene tus caderas para que pueda golpear más profundo y de ahí le sigue Lucifer, quien levanta tu cuerpo para llegar más adentro, ambos continúan golpeando hasta que te escuchan lanzar un grito y ellos gimen, tus fluidos se mezclan con los de Beel y sientes tu trasero caliente, te sostienes contra Lucifer, quien toma tus senos y los acaricia, él aún se siente con energía para otra ronda, Beel quien espera hasta que la última gota de él salga y se quede en ti para poder apartarse y le deja su lugar a Solomon quien sin duda estaba muy ansioso de probar tu coño, no le importa ver cómo tu cuerpo está agotado o que pareces perdida en el éxtasis, y se mete directamente a tu coño, sin esperar nada comienza a golpear, subiendo y bajando su cadera mientras que Lucifer aún tiene su miembro en ti, pero sin moverse, mantiene tu espalda sobre su pecho, retorciendo tus pezones, incitando a su hermano a que venga y los muerda, y es lo que hace, tentando a la vista, muerde ligeramente cada pezón mientras sientes tu coño ardiendo por cada golpe de parte de Solomon, ya no eres capaz de escuchar tu propia voz entre los gemidos o al menos tus propios pensamientos, tu cuerpo arde y duele, las manos de Beel bajan a tu clítoris, acariciando mientras recibes el miembro de Solomon una y otra vez golpeando en tu interior, la sobreestimulación te vuelve loca, dejándote mal con cada golpe.
—Solo un poco más (...) —dice Solomon.
Continua golpeando en tu interior, los dedos de tus pies se encogen, sientes como tú cuerpo se contrae, el ritmo rápido, la manera en que tu cuerpo fue tratado, el dolor palpitante y placentero, Solomon no paraba de moverse, sus uñas estaban enterradas en la carne de tu cadera, moviéndose de arriba a abajo chocando contra tu coño, tan húmedo y fácil de deslizar, tan excitado que te sentías cerca del final.
Tus pezones dolían, notas las marcas que Beel dejó en cada mordida, tu coño no para de doler, continuas recibiendo golpe tras golpe, el dolor te hace gemir, sientes que no puedes más, Solomon continua aumentando la fuerza de sus estocadas, el chapoteo de los fluidos que se mezclaron antes, tu cuerpo no para de subir y bajar, parece que poco a poco vas perdiendo tus sentidos y cuando sientes que eso pasa la boca de Beel hace su trabajo en traerte de vuelta, mordiendo con fuerza tu piel, jalando tus pezones y succionando con fuerza, un golpe, dos, tres más, los fluidos comienzan a deslizarse entre tus piernas, nuevamente, un golpe, dos más, un grito sale de tu garganta y Solomon se eleva para quedar frente a tus pechos y los acaricia mientras se mueve lentamente para salir de ti.
Lucifer que nunca salió de tu trasero ahora lo haces y sientes la diferencia, como si una parte de ti fuese quitada, tu cuerpo se siente solo, el hecho de que hace un momento estuviste siendo ocupada por los tres, que no pararon de golpear cada agujero en ti, ahora se sentía extraño, los necesitabas de vuelta a ti.
—Tranquila, pareces que estás muy necesitada —Solomon continua golpeando lentamente, parece divertirse con tu imagen toda sucia y maltratada.
—Pero ahora necesitamos una respuesta —ahora Lucifer se burla de ti—. Pero no te preocupes (...), si ahorita no eres capaz de responder podemos intentarlo nuevamente, para que decidas.
Tu cuerpo tiembla, las marcas en tu piel son rojas y visibles, sin duda quedarán por bastante tiempo, por fin, Solomon sale de ti. Beel te carga y te lleva al sofá de la oficina, brevemente podías verlos entre lo que tú conciencia iba y venía.
—Aun me falta disfrutar más de ti, así que no creo tener problema en volver a intentarlo —te dice Beel.
Lo que había sucedido ese día esperaban volver a repetirlo, esperaban de nuevo probar tu cuerpo, llevarte al límite, no permitirte opinar en nada y solo usarte, llenar cada agujero de ti con sus semen, marcarte como suya y solo de ellos.
Si, volverían a repetir hasta que estés bien y que pudieras responder, ¿a quien amas?
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Esto fue demasiado largo, muy largo que ni sé cuántas palabras tiene, pero lo ame, y yo feliz de escribir esto.
Después de tres años, volví, la vida no le trato bien en esos años y me perdí en un terrible bloqueo que hasta ahora trato de salir y que espero que este os haya superado una parte.
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woted2 · 1 month ago
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Burp Suite: La Herramienta Indispensable para la Ciberseguridad y Estrategias para Maximizar su Potencial
En el mundo de la ciberseguridad, donde las amenazas evolucionan a diario, la necesidad de herramientas robustas para detectar y mitigar vulnerabilidades es más crítica que nunca. Entre las herramientas de prueba de penetración y auditoría de seguridad, Burp Suite ha surgido como un verdadero aliado para los profesionales de seguridad informática. Este artículo explorará qué es Burp Suite, sus…
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xochiquetza3autora · 8 months ago
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Boda Sorpresa (e Incestuosa)
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Susy había recibido una llamada de su hijo para invitarla a su boda ese mismo fin de semana, eso la había desconcertado pues en todos los años que su hijo tenía viviendo en otra ciudad nunca le había presentado a alguna novia ni por lo menos hablado de alguna chica. La boda seria el sábado antes del mediodía, Susy llego el viernes por la tarde, poco antes de anochecer, a la hermosa casa de su hijo, al llegar lo beso en la boca como acostumbraban hacerlo desde que él era niño, y con la intensidad y pasión que hacían después de que Susy enviudo, cuando su hijo era adolescente.
Se instaló en la habitación de visitas y se iba aponer algo más cómodo, después de varias horas de viaje la hermosa madre estaba cansada y quería refrescarse, apenas se estaba cambiando para conocer a su futura nuera, pues su hijo le dijo que llegaría más tarde para presentarlas. Cuando Susy apenas estaba desempacando su hijo entro a la habitación, la tomo en sus brazos por atrás y la beso en el cuello, sin dejar de besarla calmadamente la acostó en la cama con delicadeza. Susana se dejó llevar por la pasión con su hijo, extrañaba sus besos y sus caricias, pero muy en el fondo estaba triste de pensar que una desconocida iba a quitárselo, Susy decidió aprovechar la que probablemente sería la última vez que haría el amor con el su mejor amante. La vagina de la madre estaba ardiendo, deseaba sentir el duro falo de su hijo entrar como ariete, la humedad que de su vagina ayudo a la penetración. Después de una cadena de orgasmos que electrificaron su cuerpo Susy callo rendida y se quedó dormida en el viril pecho de su hijo, por última vez.
A la mañana siguiente, sonó el timbre mientras se duchaba, escuchó la voz de su hijo que la llamaba, Susy pensó que su futura nuera había llegado,  salió de la regadera envuelta en una toalla; se sorprendió al ver entrar a su hijo a la habitación seguido de una tropa de personas “corre mamá tienes que arreglarte para la boda, ellos te van a ayudar a estar hermosa para el día más importante de nuestras vidas”. Las personas que entraron se instalaron eran maquillistas y peluqueras y una de ellas llevaba un par de portatrajes; al abrirlos vio el esmoquin de su hijo y del otro la hermosa dama que los llevaba saco el más hermoso vestido de novia que Susy había visto. Apenas estaban terminado de maquillarla, y de peinarla cuando la mujer de los portatrajes le dijo que era hora de probarse su vestido mientras le extendía el vestido de novia a ella. Susana no sabía que decir, la sorpresa la había consumido. El hermoso vestido le quedaba perfecto, la talentosa costurera lo había hecho usando como referencia las fotos que ella le había mandado a su hijo en ropa interior. El escote resaltaba su pecho, la cintura se pegaba perfectamente a su figura, el trasero de Susy se veía redondo y la espalda desnuda terminaba de cerrar la imagen de una sensual mujer madura todo se completo con el velo casi transparente que complementaba la efigie de la perfecta novia dotada de la hermosura que solo una felicidad inesperada puede provocar.
Poco antes del mediodía Susy estaba lista en el patio trasero de la casa de su hijo, lista para caminar por un pasillo improvisado entre un puñado de invitados, que a ella le eran desconocidos. La emocionada madre noto que en su mayoría los invitados eran parejas de mujeres mayores y hombres jóvenes  y unos cuantos eran mujeres jóvenes acompañadas por hombres mayores y otras pocas parejas eran personas de la misma edad pero extremadamente parecidos entre ellos… Susy no tardo en entenderlo, todas las parejas estaban formadas por familiares, madres e hijos, padres e hijas y algunos tenían que ser hermano y hermana, fue lo que pensó ella dentro de su sorpresa. Tras de ella iba un sequito de mujeres maduras que le explicaron la situación: su hijo era miembro de la Fe de Edipo un grupo pequeño pero en crecimiento que aprobaban el incesto consensuado entre adultos, efectivamente todas las parejas eran familiares pero no solo heterosexuales o monógamas, de hecho la Yocasta, así se hacían llamar las sacerdotisas, que iba a oficiar la ceremonia era pareja de su hija.
El ambiente estaba lleno de dicha, una nueva pareja incestuosa se iba a unir, un hijo declararía su amor eterno a su madre en frente de una comunidad que aprobaba y disfrutaba del tabú más antiguo “fornicar entre familiares”. Susy estaba más emocionada, ella había fantaseado con casarse con su hijo desde que empezó a hacer el amor con él cuando era adolescente, pero no podía admitirlo, no era algo “normal” para la sociedad en donde ella había crecido, sin embargo aquí se veía libre de aceptar sus deseos que tanto tiempo se había visto obligada a ocultar. En el Altar la esperaba su hijo, todo un hombre vestido con un elegante traje, era todo un adonis para su madre y futura esposa.
La ceremonia fue bella y breve, la Yocasta hablo de la pureza del amor entre una madre y el fruto de su vientre, hablo del poder de amor de un hijo a su propia madre, de la responsabilidad que ahora ambos adquirían como pareja y de defender el estilo de vida que estaban adoptando ante los ataques de odio de intolerantes como una obligación y de ser posible difundir la Fe de Edipo entre más personas, familiares y conocidos.
Hubo una pequeña recepción para los invitados después de la ceremonia, todos felicitaban efusivamente a Susy abrazándola, en especial otras madres. A su hijo le felicitaban con fuertes apretones de mano. Algunas mujeres le preguntaban si aún era fértil y si no le emocionaba poder tener hijos/nietos con su ahora hijo/esposo, Aun lo era, sin embargo por lo rápido que habían pasado las cosas ella no había considerado esa posibilidad y de solo imaginarse embarazada sus pezones se hincharon bajo el vestido y su coño se empezó a humedecer; sentía la urgencia de hacer de nuevo el amor con su hijo, pero ahora como marido y mujer.
Después del banquete la nueva pareja de esposos incestuosos hizo el tradicional primer baile como pareja, Susy sintió como su hijo/esposo le apretaba una nalga con pasión para pegarla más a él, podía sentir la tremenda erección que tenía su hijo, ella presionaba el pecho contra el de su hijo, con la intención de que sintiera sus pezones duros como rocas, por la urgencia de hacer el amor con su hijo.
Al final del baile su hijo saco sus pechos y se puso a mamarlos enfrente de todos los invitados, luego él saco su pene y la “obligo” a ponerse de rodillas para chupárselo, su hijo no tardo en correrse y Susy trago toda la corrida de su hijo. Entonces después de guardarse el pene su hijo la tomó en sus brazos y en medio de una multitud aplaudiendo y vitoreando subió las escaleras con ella en brazos, ella se aferró a su cuello y lo beso con pasión, lo que había estado anhelando estaba a punto de suceder al dar un último vistazo a los invitadas pudo ver que la mayoría de las madres/esposas estaban chupando las vergas de sus hijos, Susy entendió que era parte de la tradición que los invitados esperaran haciendo el amor mientras la pareja disfrutaba de la noche de bodas, de tener sexo por primera vez como marido y mujer.
Ya en la habitación de su hijo, se arrancaron la ropa mientras se comían a besos, Susy sentó a su hijo en la cama y ella se arrodillo frente a él, chupo su pene y se lo puso entre las tetas para hacerle una buena rusa, Susy sentía el sabor de la verga de su hijo, cuando se la chupaba al salir de entre sus tetas, y su hijo sentía el calor de las tetas de su madre y el de su boca, eso hizo que su hijo explotara en la boca de Susy, y ella disfruto el sabor amargo del semen de su hijo, tragándolo completamente si derramar una sola gota de la semilla de su hijo. Susy no tardo en lograr que la verga de su hijo se pusiera dura de nuevo y en cuanto estuvo tiesa Susy la introdujo dentro de su vagina, sin dejar de ver a los ojos a su hijo, se clavó el pedazo de carne dentro de su húmeda y ardiente caverna y solo emitió un quejido apagado al sentir como llegaba al fondo la verga de su hijo. Su hijo se recostó en la cama y Susy cabalgo con fuerza a su hijo, sus quejidos se sincronizaron con las embestidas de su hijo, quien apretaba sus tetas con fuerza. Sentir las manos de su hijo sobre sus pechos y su verga entrando hasta el fondo de sus entrañas, saber que follaban como marido y mujer hizo que Susy sucumbiera a una fuerte cadena de orgasmos.
Sentirla temblando sobre él provocó que su hijo se pusiera más cachondo quien siguió perforándola hasta que él mismo sintió la necesidad de venirse. Susy sintió como su hijo disparaba chorro tras chorro de semen, Sentir su vagina llena de la crema de su hijo, la hizo imaginarla embarazada con su propio nieto, eso intensificó el orgasmo de Susy. Su cuerpo temblaba con intensidad y ella se agarraba el cabello y se mordía los labios, su hijo se tiró a su lado en la cama y la abrazó. Madre e hijo se abrazaron en un tierno abrazo de amor filial, de amor incestuoso amparado por la fe de los testigos de Edipo. Susy y su hijo se besaron apasionadamente. Sabido que el resto de sus vidas estaban por delante y que el siguiente límite a alcanzar seria tener un hijo, Susy con una hermosa barriga de embarazada. Ellos no lo sabían pero, no habiendo mejor forma de decirlo, eso se estaba gestando justo en ese momento.
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rralcalde · 9 months ago
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El 97% de los corneadores no son corneadores reales = son corneadores autoproclamados por ellos.
Siendo una pareja de cuckold y según nuestras experiencias, podemos decir que el 97% de los hombres que dicen ser corneadores ni siquiera son aptos para la satisfacción sexual normal.
Hemos conocido a chicos de otros países y de la España. Aquí en España, los chicos crean un perfil y se autoproclaman como corneadores. Y porque tienen polla, se creen dioses en el dormitorio capaces de satisfacer a una Hotwife.
¿Qué te convierte en un verdadero corneador?
1))Primero comprendes el sexo y la satisfacción sexual.
2)) Tienes una dotación sexual y mental de tamaño decente y tienes una resistencia decente.
3))Conoces el cuerpo de una mujer. Entiendes su lenguaje corporal y sabes qué la desencadena.
4))Sabes comunicarte y trabajar con una pareja.
5))Sabes que no se trata sólo de follar con una mujer. Se trata de adentrarse en un espacio de una pareja, en su dormitorio, en su vida.
6))Tu papel es la satisfacción de una esposa y la satisfacción de su cornudo.
7)) Puedes ser un buen follador, pero desagradable en tus palabras y actitud. Las mujeres buscamos buenos amantes pero que tengan cultura y saber estar.
8)) Ayudas a las parejas a desarrollar confianza, les ayudas a explorar más.
Los perfiles definiéndose como el mejor corneador solo nos parecen tíos que se autoproclaman como lo que no son, no sigas enviando mensajes a parejas si estás te han dicho no, o no te han contestado solo porque quieres follarte a la esposa de alguien.
La mayoría de estos hombres ni siquiera son capaces de dar una satisfacción normal a una mujeres. Simplemente creen que son buenos en el sexo porque sienten una erección y esa es la prueba de su perfección.
Pero no entienden que: ¿por qué no sé esfuerzan en comprender este estilo de vida y prepararse? ¿ Piensan que este estilo de vida se basa en sólo sexo?. Este tipo de vida no sólo es, tengo polla, por eso soy un corneador y quiero follarme vuestras esposas.
El sexo es un hermoso arte apasionado y no es un acto mecánico. Es más que penetración y es más que simplemente follar con alguien.
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97% of gorings are not real gorings = they are self-proclaimed gorings.
Being a cuckold couple and based on our experiences, we can say that 97% of men who claim to be cuckolders are not even suitable for normal sexual satisfaction.
We have met kids from other countries and from Spain. Here in Spain, boys create a profile and proclaim themselves as gorings. And because they have cocks, they believe they are gods in the bedroom capable of satisfying a Hotwife.
What makes you a true goring?
1))First you understand sex and sexual satisfaction.
2)) You have a decent-sized sexual and mental endowment and have decent stamina.
3))You know a woman's body. You understand her body language and you know what triggers her.
4))You know how to communicate and work with a couple.
5))You know it's not just about fucking a woman. It's about entering a couple's space, their bedroom, their life.
6)) Your role is the satisfaction of a wife and the satisfaction of her cuckold.
7)) You can be a good fucker, but unpleasant in your words and attitude. Women look for good lovers but who have culture and know how to behave.
8)) You help couples develop trust, you help them explore more.
Profiles defining themselves as the best goring only seem to us like guys who proclaim themselves to be what they are not, don't continue sending messages to couples if they have said no to you, or haven't answered you just because you want to fuck someone's wife.
Most of these men are not even capable of giving normal satisfaction to a woman. They simply believe that they are good at sex because they feel an erection and that is proof of their perfection.
But they don't understand: why don't they make an effort to understand this lifestyle and prepare? Do you think this lifestyle is based on just sex? This type of life is not only, I have a cock, that's why I'm a goring and I want to fuck your wives.
Sex is a beautiful passionate art and is not a mechanical act. It's more than penetration and it's more than just fucking someone.
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malasuerte21 · 2 months ago
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Me quieres ver montando un rico
Pene ?😈
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