#No hay noche larga
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todos esos videos de la Selección con Arrancámelo de Wos... cancelenmé, diganmé hater, lo que quieran, pero que canción más muerta loco, los pibes hicieron una hazaña épica para la historia como nunca se vio en el fútbol y como lo festejamos? con el tema de un tipo susurrando deprimido como si estuviera tirado en la cama con fiebre con la vaga idea de lo que es música...
QUE MUERTOS QUE SOMOS. No sé, pongan algo con ROCK, pongan una buena cumbia, un reggeaton o trap de última, pero quiero escuchar MÚSICA QUIERO GUITARRAS ELÉCTRICAS QUIERO CANTANTES GRITANDO QUIERO QUE ROMPAN TODO.
ODIO EL MUMBLE CORE TODOS MIS AMIGOS ODIAN EL MUMBLECORE EL MUMBLECORE Y SUS CONSECUENCIAS HAN SIDO UN DESASTRE PARA LA RAZA HUMANA
#YO NECESITO QUE EN EL AIRE SE SIENTA EL RUIDO ESTREPITOSO DE TACHAS Y CADENAS#HAY MUCHA GENTE QUE LE GUSTA EL HEAVY METAL Y NO PARA DE MOVER SU LARGA CABELLERA#Y CABECEAN#CON LOS CUERNITOS#AGUANTE EL METAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL#cuando les digo que la canción esa Por Mil Noches es menos deprimente LES DIGO TODO#cosas mias
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You are in love | Esteban Kukuriczka.
sumario: noches de pizza con tu amigo… claro, amigo.
advertencias: sexo explícito (+18) , penetración, sexo sin protección, consumo de alcohol.
créditos: las fotos del collage fueron extraídas de pinterest, más las edite yo. la canción cuya letra utilice es You Are In love (Taylor’s Version) de Taylor Swift.
notas: honestamente, no estoy muy contenta con el resultado final pero espero que puedan disfrutarlo de todas maneras xx.
No hay pruebas, no fue demasiado, pero yo vi suficiente.
Paciente, fuera de su recibidor, me encuentro parada, esperándolo con una botella de vino bajo la axila. Aliso los pliegues de mi falda varias veces con las manos, un hábito al que recurro para evitar sucumbir a la ansiedad que me atormenta. Con la cámara de mi celular, observo mi reflejo, comprobando que mi maquillaje permanezca en su lugar, que mi cabello siga viéndose inmaculado.
No recuerdo un tiempo en el que Kuku haya sido simplemente un amigo, siempre fue más; mi confidente, el protagonista de mis fantasías, quien roba mis suspiros y miradas, de quien terminé enamorándome.
Las pisadas sobre las baldosas delatan su presencia apropincuándose, luego el traqueteo de las llaves en la cerradura, las bisagras girando en su eje para revelarlo frente a mí.
La alegría tiñe su rostro al verme, redondeando sus angulosos pómulos y centrando mi atención en la mueca en sus labios. Condenadamente cerca de mí y a la vez tan inalcanzables.
Su voz dándome la bienvenida me sacude de mi subrepticia quimera, trayéndome de un zarpazo de vuelta a la realidad. Me estrecha contra su torso, con las muñecas serpenteándose por mi cintura para atraerme más cerca.
“Traje vino, Kuku”- pronuncio, a modo de saludo, mientras lo abrazo estrechamente.
“¡Gracias, ángel! Entrá que está por llegar la comida”- informa, de manera tan casual y ligera que siento mi corazón escurrirse hasta tocar el suelo.
“Ángel” me dijo, jodiéndome para siempre. ¿Cómo seré alguna vez capaz de recuperarme de tal agravio a mi integridad? Decido asentir y adentrarme a su hogar.
Me recibe una sala de estar cálidamente iluminada, las paredes blancas cubiertas de cuadros y fotos, un aterciopelado sofá rojo situado en medio de la habitación.
Me acerco a una repisa de madera, donde reposa un retrato recientemente seleccionado… todo el elenco de La Sociedad De La Nieve posando bajo el lente de su cámara, sonrisas reflejadas en nuestros rostros enmarcados.
“Esa la tomé el último día de rodaje”- me recuerda, apareciendo por detrás mío, con una mano en mi espalda baja.
No hay pruebas, un toque singular, pero yo sentí suficiente.
Mis vellos corporales se erizan ante el contacto, un escalofrío recorriéndome cargado de anticipación por lo que jamás sucederá. Asiento torpemente, deseosa de fundirme en el calor de su silueta.
Pienso en esos mismos dedos, acorralando mi piel a su paso, incendiando su sendero. Acariciando mis mejillas con ternura, colándose por mis labios, desvistiéndome con precisión.
El timbre retumbando en la sala me despierta, desarraigándome de mis maquinaciones pecaminosas. El hombre a mi lado da largas zancadas, con un caminar tímido y garbado, hasta alcanzar la puerta de madera y ojear la mirilla. Luego de cerciorarse de la identidad del intruso, le permite ingresar para que deposite el delivery entre sus brazos, marchándose luego de recibir su pago.
Sobre la mesa del comedor se halla mi bolso, el cual rebusco hasta toparme con la billetera y separar varios billetes para pagar una porción del importe de la cena.
“Dividamos los costos de la comida entre los dos, ¿te parece?”- debato, tendiéndole el dinero para así compensar la mitad de su perdida.
“Pero no, nena, ¡guarda eso! Te invito yo”- rechaza tajante al ignorar mi ofrenda, con juguetona indignación en sus facciones.
Más allá de mi recurrente insistencia, rechaza contundentemente todos mis intentos de devolverle la plata, escudándose en excusas absurdas. Una cálida sensación se apodera de mí ante su caballeroso gesto, traduciéndose en atontados vistazos en su dirección, mientras sigo cada uno de sus movimientos al sacar el par de copas de una alacena.
“Pedí pizza de ese bar que te gusta”- comienza a explicar, aun movilizándose para descorchar el vino- “la de pepperoni sigue siendo tu favorita, ¿verdad?”
Un solo paso, no fue demasiado, pero dijo suficiente.
Silencio. Silencio desgarrador y sepulcral a mi alrededor, petrificando el aire a su paso.
“¿Te acordaste?”- asevero con un hilo de voz, aunque suena más a una pregunta, reflejando mi propia inseguridad.
Mis extremidades tramitan un cosquilleo colectivo, despertándome de la anestesia que se había apoderado de mí.
“Si, obvio”- le resta importancia, sirviendo la bebida y entregándome mi copa.
Y yo entiendo lo tonto que debe sonar, pero, por un momento, me permito sentirme importante e incluso un tanto sustancial en su existencia. “Me escuchó” medito, atónita por la revelación, revolucionando todas mis ternuras dirigidas hacia él.
Mis ojos se obsesionan con su él, simplemente él y su aura dorada coronándolo como si de un halo se tratara. ¿Cómo logré tener tanta suerte?
“No me mires así, nena”- pide al devolver mi mirada, su entrecejo fruncido en concentración- “Vas a hacerme creer que los chicos tenían razón…”
Mi mueca se tiñe de confusión, no sabiendo con exactitud si se refiere a lo que yo supongo. Intento decodificar sus palabras, pero, tal vez por el prospecto de ver mi entusiasmo destrozado, me limito a repreguntar.
“¿De qué hablas, Kuku?”- atrapo mi labio inferior entre mis dientes para así detener los temblores que lo acosan.
“Ya sabes…”- se encoge de hombros, pero, al ver mi perplejidad se resigna a continuar- “Fran y Juani siempre nos cargaban con que… em, con que debíamos salir.”
Siento un hondazo envestirme de lleno y un deseo irremediable de que el mismo continúe hasta hacerme perder la conciencia.
“Ah, eso”- murmuro en voz baja, de repente completamente drenada de seguridad. Trato de difuminar mis conflictuadas preocupaciones con una risotada punzante, delatando la rigidez de mis hombros estáticos y la incomodidad en mi gesto.
¡Qué estúpida! ¿Cómo me permití alguna vez pensar que el podría sentir lo mismo que yo? Deseo tirarme al suelo y revolcarme en el bochorno que me arrima, lo suficiente para olvidarlo a él con sus grandes ojos fijos y perder la cordura a manos de la vergüenza.
“Era un chiste nada más, no deseaba hacerte sentir mal”- aclara cálidamente, rodeando la mesa hasta rozar nuestros hombros.
Es absurda la cantidad irremediables de terminaciones nerviosas que logra incendiar con solo oprimir su marco con el mío. ¡Debo frenar esta locura antes de que se me vaya de las manos!
“Claro…”- suspiro, forzando una sonrisa al tomar asiento en la silla que abuso bajo mis pálidos nudillos.
Tomando la copa entre mis palmas, la balanceo hasta verter el liquido más allá de mis labios, rezando para que el espirituoso proveniente de uva disipe su comentario furtivo.
El mayor, aún parado a mi lado, hinca sus rodillas para arrodillarse y así quedar a la altura de mis ojos.
“Ángel, lo siento si te ofendí. No era mi intención”- se disculpa, escurriendo sus dígitos entre mi cabello para plegarme un mechón tras mi oreja.
“Ya sé, Kuku… y lo prometo, ¡estoy bien!”- miento descaradamente en su cara, con las comisuras adheridas a mis tensas mejillas.
Por unos prolongados segundos- que se sienten como una eternidad- nos miramos firmemente, tratando de descifrar los pensamientos cabalgando en la cabeza opuesta. Con un afectado suspiro, se levanta del suelo para luego posicionarse en la silla contigua a la mía.
Una vez asentado en su sitio, levanta el rostro para enfrentarme y toma mis temblorosas manos entre las suyas. Inmediatamente noto su calor corporal, las asperezas desperdigadas por sus palmas, sus anillos colisionando con los míos.
“Ahora entiendo cómo mi comentario pudo haber sonado y te pido perdón por ello”- alega mientras me observa, pausando en cada pequeño lunar e imperfección.
Inhibida y un tanto cohibida ante su escrutinio, desvío mis ojos hacia un costado y muerdo mi labio inferior, aprisionándolo entre mis paletas.
“No quería hacerte mal…”- confiesa, con sus orbes ahora clavados en mis labios mordisqueándose- “Sos mi mejor amiga.”
una mueca extraña en su rostro. Pausa, luego dice “sos mi mejor amiga.” Y yo supe a que se refería, está enamorado.
Una fuerza gravitacional me empuja aún más cerca suyo; envalentonada gracias a su fijación por mi boca, empiezo a disparar la ajena sin dudarlo. Deslizo una mano por su cachete, acariciando la incipiente barba creciendo allí mientras le robo un breve pico.
Al separarme, escaneo al hombre que acabo de besar, desesperada por hallar una reacción. La confusión tiñe su cara, tiene la mandíbula presionada con fuerza y un furioso sonrojo trepando hasta su nariz. Sin perder un solo minuto más. Vuelve a unir nuestras figuras en un beso, uno real esta vez.
Sus labios en contacto con los míos consienten un hambre que venía cultivando hace meses, acelerando mi deseo de conseguir más. Mi corazón late con una velocidad alarmante, saltando implacablemente contra mi caja torácica, y agravando los temblores en todo mi cuerpo.
Una danza desenfrenada se desenlaza, dando rápido paso a una intrépida batalla por apropiarse de la ventaja que implica dominarnos mutuamente. Una de sus manos se enreda en mi melena, tirándola hacia atrás mientras su lengua se apresura en inmiscuirse en mi cavidad bucal, cepillando la propia y paseándose por toda su extensión.
El aire comienza a escasear y el ardor en nuestros pulmones nos fuerzan a dividirnos, aprovecho el breve impase para deslizar mis extremidades por sus piernas y así, sentarme a horcajadas sobre su regazo.
“¿Sabes hace cuánto deseo hacer esto?”- cuestiona, entrelazando sus dígitos por mis curvas y asentándome sobre la junción de su torso y piernas.
Bajo mío, noto un bulto que comienza a alzarse, punzando mi centro deliciosamente. Sin siquiera razonarlo, muelo mis caderas contra él, percibiendo un curso de placer recorrerme entera ante la fricción contra sus pantalones.
En un arrojo de valentía, me deshago de la blusa que flamea en mis costados, arrojándola lejos nuestro. Como si de un arreglo tácito se tratara, el argentino adjunta sus labios con mi pecho y comienza a succionar mi piel con fiereza, yo me limito a atraerlo contra mí mediante su cabellera.
“Tantas veces fantasee con esto…”- admito, sin poder evitarlo, mientras él libera mi busto del corpiño.
Levito hacia su remera, forcejeando con ella hasta deshacerla hacia las baldosas y revelar su tórax al descubierto. Recubierto de pecas difuminándose en su blancura, dudo alguna vez haber visto una imagen más hermosa.
Sosteniéndose de mis muslos, se irgue y tropieza hasta toparse con el sillón, descargándome sobre el terciopelo con una impredecible agilidad. Allí, acostada en medio de su sala de estar, centro mi atención a sus dedos desenlazando mi falda con ternura, para luego despojarme por completo de mis confinamientos.
Imitando sus movimientos, aviento mis brazos hacia su entrepierna para desabrocharlo y librarlo de sus prendas. Aceleradamente, lo desvisto hasta que nuestras desnudeces son lo único que prevalece.
“Sos hermosa”- me halaga, recorriendo cada centímetro de mi piel con delicadeza, intentando memorizarlo para siempre.
Respondo con mi agarre volando hasta su palpitante erección y acariciándola juguetonamente, con constancia hasta donde me lo permite.
“Necesito sentirte adentro mío, Kuku…”- pido, sin sentir un ápice de vergüenza ante mi explicitación.
Un gruñido escapa su garganta ante mi directiva, deshaciéndose de mi toque para posicionar su polla entre los pliegues de mi coño y comenzar a adentrarse. Sollozos son lanzados en su dirección, animándolo a ir más allá, a continuar.
“Dios, estás tan apretada”- pronuncia cuando la cabeza de su pene logra tocar mi fondo, disfrutando los espasmos que mi canal le proporcionan.
En un frenesí ocasionado por la sensibilidad que su miembro me genera, embisto mis caderas para acercar nuestros centros aún más y luego retirarme, provocando un extasiante vaivén. Los gemidos retumban en el silencio del salón, con la danza que nuestros sexos lideran al fusionarse.
“Estoy enamorado de vos, ángel, desde la primera vez que te vi”- dice al observarme con atención, aun penetrándome hacia la culminación.
Sorprendida por lo inaudito de la situación, una lagrima se cuela por mis ojos y rueda en su sendero por mi mejilla ante su confesión, una que aguardo hace meses.
Esteban la recoge, interrumpiendo su trayecto hacia mi cuello para besarme nuevamente, con renovada emoción.
Y ahora comprendes por qué perdieron la cabeza y pelearon sus batallas, y por qué yo he pasado toda mi vida tratando de ponerlo en palabras.
#argentina#fanfic#esteban kukuriczka fanfic#esteban kukuriczka fluff#esteban kukuriczka smut#esteban kukuriczka x reader#esteban kuku#smut en español#lsdln fanfic#lsdln cast#lsdln#enzo vogrincic#matias recalt#enzo vogrinic smut#enzo vogrincic fluff#smut#taylornation#taylor swift#lover#you are in love
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Holaaaa, primero que nada escribes INCREÍBLE, me encanta tu redacción, cuando encontré tu blog mori por qué quería leer más trabajos tuyos y no encontré, ánimo.
Y segundo quería pedirte algo con pipeeee, es un golden tiernon, no sé, se me ocurre algo como una fiesta post partido de fut y que Pipe sea medio reservado, pero por estar tan feliz, no pueda esconder el PDA y se la pase buscando contacto físico inocente y al final no le importe nada estar sobre, mostrando afecto frente a sus amigos.
Espero con ansias leer todos los trabajos a futuro que escribas. 🙏🏽🙏🏽🙏🏽🙏🏽
afición de enamorados ; felipe otaño
pairing: felipe otaño x fem!r
summary: ¿qué hay mejor que pasar un día muy futbolístico y amoroso con tu novio pipe? exacto, nada. 1.6k.
warnings: none!! puro fluff como debe ser
n/a: muchas gracias por el request! siento la tardanza, los exámenes me consumen viva. espero que te guste muchísimo y de verdad muchas gracias por el apoyo y tu mensaje😢 me ha hecho super feliz y motivado un montón!! love u!!! also esto creo que es obvio, pero soy española así que siento que no tengan el habla argentina🙏 i'm trying
nunca hubiera pensado que se emocionaría viendo un partido de fútbol, pero ahí estaba ella: gritando a puro pulmón cada vez que la pelota recaía en los pies de su novio. ahora entendía la euforia que sentía felipe cada vez que veía un partido de river, equipo del que era hincha hasta la raíz, y este ganaba.
alegrarse por su novio no cambiaría el hecho de su poca afición futbolística, pero de vez en cuando era divertido pasar la tarde gritando como una loca apoyándolo. es un tipo de orgullo explosivo, eso era indiscutible.
no era más que un partido entre amigos, una forma más de pasar el tiempo. pero felipe estaba corriendo decidido hacia la portería contraria, esquivando con agilidad a los contrincantes y con el sudor de un ganador corriéndole por la frente; y maría, desde su posición de espectadora, tenía los puños apretados y se iba levantando poco a poco de la grada hasta que felipe marcó gol. la chica pegó un salto emocionada, aclamando el último punto que le daba la victoria al equipo de su novio.
bajó corriendo las escaleras hasta llegar a las vallas que la separaban del césped, esperando a que todos los amigos de felipe acabaran de felicitarlo. en cuanto terminaron, el joven se escabulló y dirigió directo hacia su novia, como un perrito que regresa a traerle la pelota a su amo. maría lo recibió con una amplia sonrisa. acunó su cara entre sus manos y comenzó a llenarlo de besos sonoros por toda la cara, casi pareciendo una madre orgullosa.
—¡has estado increíble, cariño! eres bueno en todo lo que haces, que lo sepas —pipe rio acalorado, bien por el cansancio y el calor del verano o por las palabras cariñosas de la joven—. además me hace tan feliz verte disfrutar así, como un niño pequeño…
maría se encontró con sus ojos azules, melosos. jugaba con los piquitos ondulados que se formaban en la nuca de su chico con una sonrisa tonta y felipe no pudo aguantar más sin sentir sus labios contra los suyos. se inclinó por encima de la valla y cogió firmemente una de las mejillas de la chica, entremezclándose en un beso de simple amor.
los silbidos de los amigos de pipe no tardaron en llegar, como era lo normal. pipe cortó el beso y se giró hacia ellos, sacándoles el dedo. —no se cansan de joder ustedes.
volvió a dirigirse a su novia. —esta noche los chicos y yo pensamos en celebrar la victoria y ya de paso ver el partido de river. ¿qué decís?
ella entrelazó sus manos. —si dijera que no a pasar tiempo contigo estaría loca.
llegó la noche y la pareja estaba lista para la larga celebración que les esperaba en casa de uno de los amigos de felipe. lo primero que hizo su novio al entrar en la casa fue tirarse en el sofá, ansioso y con los colores rojo y blanco de su camiseta vibrando más que de costumbre. no era lo mismo que verlo en el estadio donde el ambiente estaba cargado de los gritos de los aficionados, pero si estaba con su chica cualquier cosa era extraordinaria. se giró por encima del sofá a mirarla, estaba charlando con otra chica y, cómo no, estaba radiante. cada vez que la veía, le era imposible no pensar que era todo lo que necesitaba con él, la chica de sus sueños. se acomodó bien, de nuevo enfrentando la televisión, mientras se mordía el labio intentando reprimir las ganas que tenía de besarla allí mismo.
nunca habían sido del tipo de parejas que están pegadas todo el rato, uno encima del otro, sino que guardaban los momentos más íntimos y cargados de emoción para la mera presencia del otro. no es que no se mostraran cariñosos en público, siempre paseaban con las manos entrelazadas y se robaban besos cada vez que podían, pero el verdadero sentimiento que se tenían se daba en la soledad de su hogar.
el partido comenzó a las nueve en punto. fue acompañado por pizzas y fernet, las risas de los amigos (entre las que maría siempre destacaba la de felipe) y la pura afición que solo el fútbol conlleva. cuando su equipo marcó el primer gol, los bramidos se escucharon por todo el vecindario. felipe no cabía en su felicidad. buscó con la mirada a su novia, quien ya se encontraba mirándolo y le hizo una seña con el brazo mientras gesticulaba “vamos”. con ese simple acto, se le llenó el pecho de una alegría abrumadora. incluso llegaron a subírsele los colores y a cosquillearle la barriga, como si fuera la primera vez que hablaba con la chica que tanto le gustaba.
le recorrió la necesidad de cogerla, apretujarla y dejar el partido de lado para susurrarle al oído y oír sus risitas en respuesta. pero lo único que hizo fue darle una sonrisa en respuesta y volver a sentarse en el sofá cuando el ambiente ya se había calmado.
hasta que marcaron el segundo gol a favor de su equipo, el chico echó en falta algo, o mejor dicho alguien. de vez en cuando se le colaba por el rabillo de ojo la imagen de su novia charlando con uno de sus amigos —desde el primer momento se llevó bien con todos ellos y es que, ¿quién podría no hacerlo?— y en su mente solo podía pensar en tenerla cerca. así que, aprovechando la nueva emoción, felipe pegó un salto del sofá y se acercó a la chica. le tendió la mano y esta la aceptó gustosa aunque extrañada. la condujo hasta el sofá y miró a los dos chicos que lo ocupaban.
—échate para allá, dale.
su amigo lo hizo, no sin antes lanzarle algún que otro insulto cariñoso y burlarse de él. ahora, con maría a su lado la noche de felipe solo había mejorado. no quería hacer tan obvio que estaba anhelando el tacto de la piel suave de su novia pero falló irremediablemente. mantuvo sus manos entrelazadas y acercó su rostro al cuello de ella, descansando en su aroma a lavanda.
la joven rio por lo bajo por las cosquillas que su pelo le hacía y llevó su mano libre a su cabeza, acariciando cada mechón de pelo castaño.
—¿y este repentino cambio tan amoroso? —el chico suspiró.
—siempre puedes volver a irte si quieres, amor —siseó juguetón felipe, para luego dejar un casto beso en su cuello.
por nada del mundo la chica se iría de ahí. se acurrucó contra él, intentando tener el mayor contacto que podía. estaba disfrutando esta muestra pública de cariño como la que más, era un hecho.
sin embargo, las cosas comenzaron a complicarse para los rojiblancos. el equipo contrario había remontado acabando en empate, teniendo solo quince minutos de prórroga para ganar. el ambiente en el pequeño salón se notaba preocupado. felipe apretaba la mano de su novia con fuerza cada vez que veía un gol cerca aunque terminara en nada. cuando ya quedaban cinco minutos y todo los chicos habían aceptado la derrota, un jugador de river marcó, dándoles la victoria.
todos los amigos que se habían reunido aquella noche saltaron exaltados, incluso maría se alegró por los vencedores. los chicos comenzaron a corear mientras saltaban, con unas enormes sonrisas plasmadas en sus caras y la joven esperó que felipe se les uniera. en cambio, fue sorprendida por un agarre brusco que la hizo girar para encontrarse con sus labios estampados contra los de su chico. correspondió a su beso, brusco y desaliñado por la emoción del momento, con su agarre fuerte en sus caderas derritiéndola por completo.
al separarse, maría cogió una bocanada de aire jadeando. tampoco le dio tiempo a mucho más, porque pipe la tomó levántandola del suelo y girándola por el aire. la sala se inundó de sus risas.
—¡pipe, bájame! voy a vomitar la pizza.
el joven obedeció sin mucha resistencia y le plantó otro beso y otro y otro y así hasta que un carraspeo los interrumpió. —no bueno, si queréis nos vamos y os dejamos solos.
felipe reaccionó como hacía apenas unas horas: le mostró el dedo del medio. nadie le dio mucha importancia y la celebración continuó. maría alcanzó la mano de su novio y le sonrió.
—quiero pasar toda mi vida contigo, cariño. acompañarte a todos los partidos de fútbol solo para verte así de feliz, a todos los castings que quieras… no sé, no puedo imaginar no estar a tu lado. es algo raro para decirte justo ahora, pero es que me lleva rondando la mente por un tiempo, quiero que sepas lo mucho que significas para mí.
—nena, algún día de estos vas a matarme —le regaló un beso en la mejilla—, no puedes ser más perfecta. no puedo esperar para que pasemos juntos toda la vida.
la joven se colgó de su cuello y esta vez fue ella quien inició el beso: lento, saboreado, rosado.
y así continuaron el resto de la madrugada, más melosos que unos recién enamorados, siempre a menos de cinco centímetros el uno del otro. al final, ni siquiera ellos podían escapar de la necesidad de sentirse cerca, no importaba el público o la situación. y qué decir que después de esa noche, maría comenzó a ver los partidos de fútbol con más cariño.
#pipe otaño#fife de mi corazón#lsdln cast#lsdln#la sociedad de la nieve#felipe otaño#ff#the society of the snow#felipe otaño x reader#fluff
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Me gustan las tardes
de domingos
con sabor a familia.
Me gusta la cama
recién vestida
con ropa limpia.
Me gusta el olor
de la mañana
que asoma fresca
por la ventana.
Me gusta el color rojizo
del cielo justo antes
de la puesta del sol.
Me gustan los últimos
cinco minutos
de una larga jornada
de trabajo.
Me gusta el cansancio
que descansa relajado
después del ejercicio.
Me gusta el vapor
en el espejo
después de una ducha.
Me gusta el día
antes de un viaje,
y el viaje
antes del destino.
Sí, me gustan las esperan
que anticipan la felicidad.
Me gusta también
el calor de un día de invierno
al abrir la puerta de casa.
Me gusta ver llover
con un recuerdo sin paraguas.
Me gusta el olor a café,
si, como me gusta.
Me gustan los dulces
recién horneados.
Me gusta la cara
de un niño sorprendido.
Me gustan las noches
de verano frente al mar.
Me gusta la luz
de una vela al cenar.
Me gusta saber
lo que no se puede explicar.
Me gusta, y mucho,
sentir lo que los demás
te cuentan sin hablar.
Me gusta hablar
en voz baja
cuando hay silencio.
Me gusta, si,
como me gusta,
cuando las palabras
tocan el alma.
Me gusta el instante
antes de que venza
el sueño.
Y más aún,
me gusta un sueño,
cuando vence al instante.
Son tantas las cosas
que me gustan.
Y aun así,
de todo lo que me gusta,
lo que más me gusta,
eres tú.
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HASTA EL AMANECER
Enzo Vogrincic x Reader
Enzo Vogrincic regresa a casa antes de lo esperado por un cambio de vuelo, convirtiendo los sentimientos de un día cansador en un momento para reconectar.
Eran pasadas las dos de la madrugada, la oscuridad envolvía la habitación del apartamento, nada excepto la luz esquinera al borde del sofá y las luces de la televisión. La película her se reproducía en la pantalla frente a mí aunque mis párpados pesaban como el silencio que me inundaba, las gatas estaban durmiendo en mi cama así que los únicos ruidos eran los de la voz de Joaquin Phoenix y los huesos de mi espalda cada vez que cambiaba de posición.
El largo día había dejado mi cuerpo exhausto, no obstante, mi mente seguía revoloteando como un pájaro inquieto, negándose a ceder ante el cansancio. Mis ojos se cerraban intermitentemente, luchando contra la tentación de dejarse llevar por el sueño. En un momento, el sonido de la película se desvaneció en el fondo, transformándose en un susurro indistinguible y caí en un sueño profundo sin más lucha.
Me despertó a las cuatro de la mañana, el inesperado tintineo de las llaves en la puerta principal, que resonó en la sala de estar, rompiendo el silencio de la noche. Me extrañé por la situación –¿Enzo? ¿A esta hora?– con un esfuerzo titánico, luché contra la somnolencia y me senté en el sofá, todavía parpadeando con un ojo cerrado. Mis sentidos se agudizaron mientras pausaba la película, que ya estaba mucho más cerca de su final de lo que recordaba haberla comenzado.
Escuché la puerta al abrirse y mi corazón comenzó a palpitar con fuerza. Aunque mi mente estaba en cualquier lado –debido al sueño– la emoción de verlo de nuevo se filtraba entre toda esa fatiga. Seguí bostezando mientras esperaba en el sofá, con la mirada entrecerrada enfocada en la entrada. Mis sentidos estaban alerta, captando cada sonido, cada movimiento. Entonces, lo vi. Enzo entró en la habitación con total cautela, siquiera arrastró su valija, sino que la cargaba cuidando sus pisadas. Su figura apenas iluminada por la luz que llegaba del pasillo trajo una gran calidez a mi alma. Él estaba bellísimo, abrigado con su campera rompevientos de LOEWE –desde que modeló para ellos ya perdí la cuenta de cuántas prendas de esa marca hay en el armario– y con un jean básico que estoy casi seguro es de JACK & JONES fue de los regalos de su hermano menor por su último cumpleaños, el corte del pantalón es relajado y eso le queda tan pero tan bien.
Con un bostezo final, me levanté para recibirlo, dejando atrás el sofá y la película inconclusa. La fatiga se desvaneció momentáneamente, reemplazada por el calor reconfortante de un beso de regreso y un fuerte abrazo.
Yo quería hablar primero pero me distraje entre sus labios.
—¿Qué hacés a esta hora? pensé que ibas a estar durmiendo, quería que fuera una sorpresa el estar de vuelta. —Me dijo mientras hacía muecas como si lo que acababa de hacer fuera algo inimaginable.
—No entiendo, en la última videollamada que hicimos me dijiste que no llegabas hasta la mañana.
Dejó la mochila y las valijas y comenzó a explicarme mientras se desabrochaba la campera dejándola así en el perchero.
—Sí, bueno, copsas pasaron —Se reía— Mira, es así, mi vuelo original tenía una escala larga pero resulta que hubo problemas técnicos con el avión, así que nos desviaron a otra ciudad para hacer una escala no programada y de suerte nomás es que pude conseguir un vuelo de conexión más rápido y lo tomé para poder llegar a casa antes.
Mi ceño se frunció ligeramente mientras procesaba la información –mucho que procesar para alguien que recién despierta además la gesticulación de sus manos me distraía– Banca ¿problemas técnicos? ¿pasó algo durante el vuelo? —Dije angustiado.
—No, no te preocupes —Me agarró de la mano mientras movía la otra para explicar— Fue más un tema logístico que otra cosa. Todo estuvo bien, solo un poco de retraso y un cambio de ruta inesperado. Pero ya estoy acá sano y salvo así que quédate tranqui.
Me acurruqué un poco más cerca de él.
—Me alegra mucho que estés bien. Aunque hubiera preferido que llegaras según lo planeado así te esperaba con alguna sorpresita o algo, pero bueno, estoy feliz de tenerte de vuelta.
Enzo me sonrió y pasó un brazo alrededor de mis hombros, dejando un beso suave en mi frente.
—Tenía unas ganas de verte que no te haces idea —Me dijo mientras vi que su mirada pasaba de estar en mis ojos a estar centrada en la tele— Uy amor, ¿otra vez con esta película? ¿me tendría que preocupar de que me vayas a reemplazar por inteligencia artificial ahora? —Soltó una carcajada mientras jugaba con el control de la televisión.
—No seas boludo. Primero, es un peliculón y lo sabes, si hasta te encantó el soundtrack tanto como a mí. Segundo, no hay robot que me convenza de hacerte a un lado —Le dije al mismo tiempo que le sacaba el control de las manos y le volvía a poner play a la película.
—¿La vas a seguir viendo? ¿No tenés sueño? —Dijo mientras jugaba con mis pelos.
—¿Vos no tenés sueño? Sos vos el que vino de un viaje largo, no yo —Le retruqué.
—Todavía ando con jet lag, de hecho incluso podría decir que estoy estresado, ya sabés que no he parado en toda esta semana,pero ahora quiero estar contigo —Pausó como reflexivo— y ya sé que prácticamente no te dejé en paz con tanto mensaje y llamada pero es que, en serio, no es lo mismo hacer cosas sin que vos estés ahí.
Con una sonrisa traviesa, empujé suavemente a Enzo hacia atrás para que se recostara por completo en nuestro sofá verde. Sus labios otra vez con los míos donde cada beso daba lugar al siguiente. El roce de nuestras prendas se convirtió en un juego tentador, su solo tacto enviaba una corriente eléctrica a través de mi cuerpo, ahora completamente despierto y atento.
—Extrañaba la sensación de tu piel —Susurré entre besos— dejando un rastro de besos en su cuello y hombros.
Él se limitó a soltar pequeñas exhalaciones y gruñidos cortados, más no emitió palabra.
Haciendo un movimiento sutil, me deslicé hacia adelante para sentir la presión de su entrepierna contra mi vientre. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo y creo que también el suyo porque me apretó contra sí. Sin embargo, noté que Enzo desvió su mirada hacia el techo, como buscando una excusa para escapar de la intensidad del momento.
Sus labios se movieron como si estuviera a punto de decir algo, pero ningún sonido salió de ellos. Un gesto de confusión cruzó mi rostro mientras seguía su mirada, intentando comprender lo que estaba pasando.
Entonces, su expresión cambió abruptamente cuando forzó su mirada en la mía, sosteniéndome los cabellos con firmeza. La intensidad en sus ojos me dejó sin aliento, y su voz resonó en la habitación con un tono tenso.
—Esto ya empieza a molestar —murmuró señalando el cinturón que llevaba puesto— Observé cómo movía su mano derecha lentamente por el cuero buscando la hebilla lentamente con sus dedos, liberándose para permitirse más movilidad.
Una sonrisa traviesa bailó en mis labios.
—Vamos a terminar de sacarte ese estrés que tenés, ¿te parece? —murmuré manteniendo mi mirada— Él asintió con una expresión de anticipación y supe que estábamos en la misma sintonía.
Su respiración cambiaba de ritmo con cada cambio de presión, y supe que estaba extasiado por el placer que le estaba brindando. Aunque él aún sostenía mis cabellos, no era para nada bruto, su mano estaba entrelazada de una manera delicada y cariñosa, dedicado a seguir mis movimientos con reverencia.
Agradecimos el inesperado cambio de escalas de avión que había permitido que Enzo llegara antes y que había permitido este momento, necesario para los dos.
Una oportunidad para reconectar después de estar separados, hasta el amanecer.
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Distorsión.
Hay días en los que siento perder el contacto con la realidad, más que cualquier otro día.
Soy como un vehículo viejo y averiado, avanzo un par de metros y me quedo varada mientras pasa la vida.
Hay noches en las que anhelo el fin, lo hago con las mismas ganas que deseo una pizca de amor.
Me convierto en complejo y desprecio, soy el ejemplo más crudo de vergüenza y autodestrucción.
Por momentos me acerco lo suficiente a mi verdadero yo, creo entender y aceptar lo qué realmente soy.
Pero llegan las temporadas más largas, en las que me alejo de mí misma hasta perderme. Me aislo junto con esas voces que me hacen mendigar autocompasión.
Hay instantes, solo instantes, en los qué vislumbro el camino correcto, el camino a casa.
Y otras veces ese dolor que se presenta como perpetuo, llega de repente. Los pesares y la infelicidad se aferran a mí espalda.
Hay días en los que me siento persona y no escoria, pero son más aquellos en los que me percibo más como una inútil y no solo como una tonta.
Coldissweet
#coldissweet#citas#notas#frases#escritos#caostalgia#textos#pensamientos#amor#desamor#escritos de una mente en insomnio#tlp#trastornos de personalidad
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FIN DEL CAPÍTULO 3: LARGA VIDA AL REY.
Ambientación: 19 de Octubre, 19:10 p.m.
La música suena animada en la gran sala de la casona, las risas y los murmullos llenan el aire festivo. La fiesta del cumpleaños del alcalde se desenvuelve en un ambiente de alegría y camaradería. Un grupo de recepcionistas se mueve entre los invitados, recolectando propinas en su honor. Las mesas están adornadas con globos y serpentinas, y el aroma de comida deliciosa flota por el aire.
Después de unas horas de celebraciones, Georgia, la secretaria del alcalde, se hace escuchar sobre el murmullo general. Con una sonrisa radiante, se acerca al escenario improvisado, donde el alcalde brilla como la estrella de la noche.
—¡Atención, atención! —anuncia, levantando un sobre lleno de billetes—. ¡Es hora de contar las propinas!
Los asistentes se agrupan, la curiosidad y la emoción en sus rostros. Georgia comienza a contar, sus dedos ágiles separando los billetes mientras los aplausos llenan la sala. Al finalizar, levanta la mano en señal de victoria.
—Y los ganadores de la noche son, con mas de $4,000 dólares… ¡el equipo de auxiliares del laberinto! —declara, su voz vibrante con entusiasmo—. ¡Felicidades a todos!
La multitud estalla en vítores y aplausos, y el ambiente se llena de alegría. Georgia entrega su premio al equipo ganador y les agradece por el esfuerzo, recordándoles que las ganancias serán utilizadas para cubrir los gastos médicos de muchos habitantes.
[...]
20:15 p.m.
El ambiente en la casona cambia drásticamente unas horas después, como si una sombra hubiera caído sobre la celebración. Un grito desgarrador atraviesa la alegría, cortando el bullicio de las risas y la música.
—¡Auxilio! —la voz de Georgia resuena desde la sala principal, cargada de pánico—. ¡El alcalde se ha desvanecido!
La noticia se propaga como un incendio en seco, extendiéndose entre los invitados en un instante. Dakota y James, que estaban conversando cerca de la entrada, se miran alarmados, comprendiendo de inmediato la gravedad de la situación. Sin perder tiempo, ambos se dirigen con paso decidido hacia la sala principal, el aire ahora tenso y cargado de inquietud.
—¡Por favor, todos regresen a sus casas! —ordena Dakota, su voz firme y autoritaria, proyectándose sobre el murmullo creciente—. Esto no es un simulacro, necesitamos despejar el área.
James asiente, pero su expresión es sombría; sabe que la situación es más seria de lo que parece. Dakota, percibiendo el miedo en las miradas de los presentes, intenta calmar la creciente ansiedad.
—No hay de qué preocuparse —dice, forzando una sonrisa tensa—. Todo está bajo control. Solo queremos asegurarnos de que todos estén a salvo.
Sin embargo la preocupación comienza a cernirse como una nube oscura sobre los invitados. A medida que Dakota y James organizan la salida, el eco de la fiesta se transforma en un murmullo inquietante, un murmullo que reverbera con dudas y temores. Dakota eleva la voz nuevamente, su tono ahora lleno de urgencia.
—Y por favor, eviten a toda costa el bosque. Es mejor que no se acerquen.
Las miradas de los presentes se tornan nerviosas, algunos intercambian miradas inquietas, pero la mayoría asiente, apurados por salir de la casona. Mientras el ambiente se torna sombrío, las luces parpadean intermitentemente, y la música se silencia, dejando solo el eco de la preocupación que se cierne sobre ellos como una sombra amenazante, presagiando que algo oscuro se aproxima.
Aquí pueden encontrar los resultados de las propinas. Se tomó la menor cantidad de propias conseguida durante las lanzadas de dados como cantidad ganada por los personajes que no completaron su ronda de lanzadas.
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Horas extra (Bjorn x lectora)
Masterlist de mi autoría
Advertencia: +16 (¿alguien le da bola a las advertencias? Creo que más que advertir es una invitación a leerlo más emocionada xd)
Sinopsis: El minero solía pensar mucho en lo que haría cuando cumpliera con sus horas establecidas. A dónde iría, qué trabajo buscaría allí y lo sencillo que sería todo entonces. Pero en cierto punto, otra razón se convirtió en la principal de su esfuerzo. Ya no le preocupaba tanto poder irse de las minas en si, sino dejar las minas junto a ella.
Cuando un grave virus de origen desconocido comenzó a causar la muerte de un gran número de trabajadores en tu área, los altos rangos decidieron cerrar el sector, distribuyendo a los trabajadores sanos en otros ámbitos. Por esa razón, terminaste en el área de las minas.
Al principio fue difícil. A pesar de que las mujeres estaban asignadas a tareas más leves que los hombres, seguía siendo un lugar horrible. Insalubre.
No todo fue malo, pues ahí conociste a tu nueva amiga. Navarro. Y por consecuencia a su hermano. Bjorn.
Las interacciones comenzaron como simples intercambios de saludos, escalando a pequeñes charlas cuando se topaban por casualidad. Luego comenzaron las salidas juntos.
Eran buenos chicos. Esa era tu opinión sobre el par de hermanos. No iba a mucho más.
Fue así hasta que cierta tarde-noche, te topaste con Bjorn en una de las áreas ya minadas.
—¿Bjorn? ¿Qué haces aqui solo, amigo?—____ se acercó al barandal donde el chico estaba sentado—. Ya casi son las ocho, vamos a firmar el cierre y larguémonos de aquí.—
—¿Cuántas horas te faltan, ____? ¿Y qué harás cuando se terminen?—Bjorn siguió mirando el desolado paisaje, perdido en las oscuras fauces de la cueva apenas iluminada. Aquella pregunta tan seria tomó por sorpresa a la mujer, quien ya no tenía apuros por irse. En su lugar, se sentó junto a Bjorn.
—Pues me quedan poco menos de 600... Y cuando las terminen quiero que me pasen al sector de oficinas.—el chico finalmente la miró, y en su rostro se notaba cierta indignación—. ¿Por qué la cara larga?—
—Podrias pedir el pase a otra colonia, otro planeta... ¿Por qué diablos elegirías quedarte en este lugar de mierda?—
____ revisó su muñeca, donde aquel reloj de la compañía cubria su piel.
—597 horas. Tres meses, menos si hago extras...—habló con tono relajado—. En esos tres meses, la población actual de Jackson se reducirá. Mucho más si no controlan esa enfermedad pulmonar que esta matando a la gente.—Bjorn frunció el ceño—. No hay muchos jóvenes en la colonia, y a eso súmale que nos morimos lentamente... ¿Crees que la compañía nos dejará ir a Yvaga a tomar limonadas y trabajar de floristas en el soleado centro de la ciudad?—
—Terminamos el contrato. Es lo que corresponde.—
—Cosita linda, cree que la compañía es fiel a su palabra.—Bjorn se ofendió con el tono burlón con el que dijo aquello—. Van a extenderlo en cuanto te pares ahí, con tu sonrisa tonta a pedir el traspaso.—la inconfundible sirena que anunciaba el fin del turno resonó sobre sus cabezas—. Lo último que quiero es destruir tus ilusiones, Bjorn... Pero considero que tenemos la suficiente confianza para decirte esto... No saldremos de esta mierda, asi que haz que esta mierda sea más amena.—presionó su hombro—. Y podríamos empezar por comer unas pizzas ¿No crees?—
Desde ese día, los encuentros con Bjorn ya no eran por casualidad, sino que él te buscaba para compartir un momento de charla.
La idea de viajar a Yvaga no se había extinguido por completo de su cabeza, pero Bjorn entendió que tenías razón, así que en sus tiempos libres discutían sobre qué área era "no tan mierda" para poder pedir el pase.
Todas las tardes, mientras tomaban y bebían algo para reponer energías, buscaban algún rinconcito apartado para revisar el nuevo tema en cuestión.
Fue una de esas tardes, mientras se refugiaban del agobiante calor en una cueva, que la línea de amistad entre ambos comenzaba a desdibujarse.
—Jardinero... ¿Qué tal?—
—Estamos en un puto carbón gigante ¿Dónde diablos viste un árbol?—____ rió bajito, quitándole a Bjorn aquella revista con toda la lista de trabajos elegibles de la compañía.
El par llevaba apenas unos minutos sentados en la fresca cueva, iluminados por la precaria iluminación instalada en las paredes. Había sido descartada para minar hacía unos días, por lo que se había convertido en su lugar preferido para perder el tiempo. Nadie los molestaba ahí.
—Son opciones en general, para todas las colonias. No todas aplican aqui.—____ hojeó las páginas de forma rápida—. ¿Qué tal... Mensajero?—
—¿Y usar ese ridículo traje marrón mierda? No, cariño. Busca otro.—intentó quitarle la revista, pero ____ la apartó. Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro.
—Oh, vamos. Es una idea más que buena. Además, asi podríamos vernos seguido.—aquello llamó la atención de Bjorn—. Porque no olvides que si me dan el puesto en la oficina, me trasladarán al sector norte. Y si las minas son el trasero, el sector norte son las tetas, estaremos muy separados. No nos veremos tan seguido.—Solo entonces el chico comprendió que en solo unas semanas, no volvería a ver a ____. Al menos no con la frecuencia que lo hacía ahora. Se sintió extrañamente mal—. O podrías venir a las oficinas conmigo. Pero dudo que estar encerrado en un cubo de 3 metros cuadrados te guste.—
—¿Estaría encerrado contigo? Porque en ese caso no sería tan malo.—la chica rió con aquello, levantándose del suelo y sacudiendo vagamente el polvo de su pantalón.
—Me retracto. No sé si quiero aguantar tus tonterías todo el dia.—
—Pensé que te agradaban mis tonterías.—Bjorn se levantó también, mirando como la chica se quitaba la chaqueta y la amarraba a su cintura.
—Por un rato. Pero algo me dice que después de unas horas te vuelves insoportable.—lo escuchó quejarse—. Nav en cambio... Me gustaría tenerla como compañera. Sí... tú serás el mensajero color mierda y Nav mi vecina de oficina.—Bjorn miró a la mujer refrescarse con el agua de su cantimplora, mojando un poco su cabello para amarrarlo mejor.
Algo del agua que escurría por su pecho empapó su camiseta, y Bjorn pudo ver el sujetador negro traslucirse un poco bajo la blanca tela. Se sintió un idiota por enfocarse en eso, apartando la mirada apenas reaccionó.
—Aún es temprano... No debemos irnos todavía.—soltó mientras recogía la revista, evitando mirarla de nuevo.
—Pero ya elegimos tu trabajo, mensajero. Ahora debemos adelantar horas para apurar el asunto.—____ le lanzó la cantimplora, invitándolo a usar el agua restante—. Porque temo informarte que en dos meses ya me largo de aquí, y no volverás a ver mi dichoso rostro hasta que cumplas tu cuota.—
Ah... Bjorn no había pensado en eso.
—Me quedan 6 meses... A Navarro 4.—____ se acercó a él, extrañándose al ver lo pensativo que se había puesto de un momento a otro.
—Pues 6 meses no es tanto.—
—Ya me acostumbré a pasar las tardes contigo, querida. 6 meses sin escuchar tus tonterías sí es mucho.—____ sonrió, mirando como Bjorn volcaba algo de agua en su mano y la pasaba por su nuca.
—Aww, ¿Me extrañarías? ¿De verdad?—recibió la cantimplora—. Yo no sé si te extrañaría a ti, la verdad.—
—Que graciosa.—
—Pero echaría de menos a tu hermana, y que me dieras tu postrecito del almuerzo...—lo vio rodar los ojos antes de comenzar a caminar hacia la entrada de la cueva—. Y tal vez, un poco... Echaría de menos compartir el ascensor contigo.—
—¿Y eso por qué?—
—Porque la luz del ascensor hace que tus ojos resalten ¿Sabes? Y por si no lo notaste, son muy bonitos.—aquel comentario hizo que Bjorn la mirara enseguida—. Oh no, te inflé el ego. Ya vámonos.—
—¿Mis ojos? ¿Son lindos?—sonrió enseguida, acercándose a la mujer que ignoraba ese repentino aumento de energía—. ¿Y el resto de la cara?—
—Es la cara de un idiota, no acompaña mucho a los ojos.—Bjorn se paró frente a ella, sin dejar de sonreírle con diversión—. Ya, hazte a un lado.—
—Pues si me preguntas...—
—No lo hice.—
—... En mi opinión, toda tu cara es jodidamente linda.—____ se sorprendió con aquello—. No... Tú eres jodidamente linda de pies a cabeza... asi que sí, voy a extrañar verte... haré horas extras para que la separación no sea tan larga.—
—¿te parezco linda?... ¿Yo?—la chica se autoseñaló, y Bjorn asintió enseguida—. No creo... De seguro es porque no has visto muchas chicas que tengan menos de 40 años en las minas... que no sean Navarro, tu prima o la hija del supervisor.—
—No es eso. De verdad me pareces bonita ¿No puedes aceptar el halago?—
—Bueno bueno, lo tomo.—la sirena que indicaba el fin del descanso rompió el raro ambiente—. Ya, mensajero. Volvamos a trabajar.—
—Y luego horas extra, cariño.—
—No te sobreesfuerces.—
Desde ese día, la actitud de Bjorn cambió bastante. Se volvió más coqueto, adulador. Y a pesar de que no insinuaba nada más, era evidente que comenzaba a desarrollar ciertos sentimientos.
No es que no tuvieras interés, por supuesto que lo tenías. Pero algo en la forma de ser despreocupada del chico -sumado a algunos chismes de Navarro relacionado a parejas anteriores de su hermano- te advertía sobre posibles problemas a futuro.
Ya te habían roto el corazón hacía no mucho, no querías que volviera a pasar. Y Bjorn era un buen amigo, no querias arruinar eso.
Ese coqueteo disimulado era divertido de recibir, y no dudabas en responderlo también.
Lo veías como algo inocente, una tontería. Una que no le haría mal a nadie.
Pero cierto día, mientras hacías tus últimas horas, Bjorn terminó destapando todo.
—Disculpa, eres ____ ¿Verdad?—la chica levantó la mirada, encontrándose un rostro nuevo—. Soy Adam, tu reemplazo.—le extendió la mano—. En la agencia dijeron que en unos días te cambian de sector y que yo cubriré tu lugar, vine a ver cómo es el trabajo.—
La chica le estrechó la mano dudosa, pues era un puesto que usualmente se le atribuía a mujeres debido a no ser tan pesado.
—Hola, Adam. Un placer... Disculpa la pregunta pero-
—Ya no hay mujeres que quieran venir a las minas, asi que quien sea que esté disponible ¡Pum! de cabeza a las minas.—respondió divertido al ver que había adivinado la pregunta de la mujer—. Asi que sí, tuve suerte.—
—Bueno, compañero. Será un trabajo liviano, pero es tan repetitivo y aburrido que en lugar de cansancio físico caerás en la locura... Ven, te mostraré.—
El resto del turno ____ se dedicó a explicarle al chico cómo era el trabajo. Cargar, llevar, descargar, volver y repetir... Unas 200 veces por día. Adam era simpático. El chico aprendió rápido y se ofreció a hacer el último tramo las tareas de la chica. Quería tomarle ritmo al asunto antes de empezar a trabajar, además de que notó que ____ estaba algo cansada ese día.
—Bueno, tenías razón. Fácil es, divertido no mucho.—Adam recibió la cantimplora que la mujer le extendió, descansando un momento junto al carrito.
—Harás amigos que hagan más pasadera la tarde, no te preocupes.—se sentó a su lado—. ¿Quieres comer algo? Ya casi es hora del descanso.—
El chico no pudo responder, cuando un tercero se paró frente a ambos. Era Bjorn. Su mirada era de confusión, pero en el fondo también se sentía inquieto. Ver a la chica sonreírle a un desconocido no le hizo mucha gracia.
—¿Y tú quién eres?—miró a Adam, controlando las ganas de decirle que se apartara dos metros de la mujer.
—Mi reemplazo ¿Me harías el favor de no espantarlo?—____ se levantó, para alivio de Bjorn—. Adam tomará mi lugar aqui, le estoy enseñando cómo es todo.—Bjorn entonces se enfocó en la chica, dando por terminado el asunto del extraño.
—¿Vamos a almorzar?—
—Justo le pregunté a Adam si quería almorzar. Puedes unirtenos.—
Al diablo, por supuesto que Bjorn no quería. Y mucho menos que ella almorzara con el otro idiota.
—... Es que Nav quería almorzar juntos, los tres... Porque... Ya sabes... Podría ser el último almuerzo.—
Ah... Mentirita piadosa.
—Oh, ya veo...—____ miró a Adam—. Lo lamento, en otro momento hablamos ¿Si?—el chico asintió con una sonrisa algo decepcionada, mirando como la chica tomaba su mochila y salía detrás de Bjorn.
—¿Y... Dónde está Nav?—____ miraba confundida hacia la entrada de las minas, extrañándose al ver que su amiga no estaba en el lugar de siempre.
—Nav esta en casa, durmiendo. Tuvo el turno de noche.—
—... Osea que mentiste.—la chica frunció el ceño—. Dejé a Adam solo y es su primer día aquí, Bjorn.—
—Que se pudra Adam... El viernes terminarías tus horas ¿No?—Bjorn revisaba su reloj vagamente, ignorando el enojo de la chica—. Ese día, si mis cálculos no fallan... tendré 4 meses y Nav 2.—
—¿Vamos a ignorar el hecho de que mentiste entonces?—
—Querida, tus almuerzos son conmigo. Yo debería ser el ofendido aquí ¿Por qué lo invitaste a él a comer?—____ sonrió apenas.
—¿Celoso de mi reemplazo?—
—Pues sí, obvio.—respondió sin problemas—. La idea de que voy a ver su tonta cara en lugar de la tuya me hace enojar...
—Pues acostúmbrate.—
—Voy a hacer muchas horas extras para ir contigo más rápido...—
—No te sobreexijas.—la chica tomó la mano de Bjorn, mirando el cronómetro de su reloj. El chico sonrió por el tacto—. Si haces dos horas más por día, y te cambias al turno nocturno, podrías reducirlo a un mes.—
—Un mes sigue siendo mucho tiempo sin verte.—Bjorn bajó la mirada a su mano, que aún era sujetada por la mujer. La presionó un poquito al ver que ella quería soltarlo—. Asi que veamos la forma de vernos cada tanto ¿Si? Aunque sea para tomar una cerveza, o lo que sea.—
—... ¿De verdad es para tanto?—
—¿Tú no me extrañarás?... Bueno, a mi o a Navarro.—se excusó enseguida, siguiendo su camino como si nada.
—Solo es un mes, Bjorn...—lo miró por unos segundos, debatiéndose si aquello era una buena idea—. Incluso... Yo podría hacer una semana más aquí y cederte mis horas... Así estarías parejo con Navarro y vendrían juntos al sector norte.—
Bjorn se emocionó con aquello, sin entender que se estaba exponiendo demasiado con la mujer.
Cada vez que ella mencionaba lo poco que le quedaba en las minas, Bjorn se ponía de mal genio. No sabía disimular. Ni un poco. Y ____ comenzaba a pensar, para alegría de su corazón enamoradizo, que lo del chico era algo más serio.
Caminaron en un silencio algo raro por un rato, hasta que llegaron al puestito callejero donde solían comprar la comida.
—Deberian comprar y marcharse, niña. Lloverá en cualquier momento.—el vendedor metió unas hamburguesas en una bolsa de papel, luego unas papas fritas—. Este mes las lluvias tendrán una acidez algo alta, asi que lo mejor será que no se empapen.—
—Ya veo... ¿Vamos a mi departamento? Esta aquí cerca.—____ miró a Bjorn, quien tomaba las gaseosas y pagaba la comida. El chico se sorprendió por el ofrecimiento, pues nunca había ido a su casa. Solían comer en las minas, o ese puestito de la calle. Nunca en su casa. Se sintió algo ansioso.
—Bueno... Pero tú lleva la comida. Yo llevo las bebidas.—
Al llegar al departamento, Bjorn se sorprendió al ver que era bastante bonito. Y mucho más grande que cualquier casa de mineros.
—¿Por qué no nos dijiste que eras ricachona?—se sentó en el sofá que la mujer le señaló, dejando la comida en la mesita ratona de la sala.
El departamento tenía una sala y la cocina, separabas por una pequeña barra, al fondo dos puertas, Bjorn supuso que eran el baño y el cuarto de la chica. La sala era el lugar central, eso era evidente. La decoración era simple, pero Bjorn entendió que a la chica le gustaban las plantas. Había decenas de ellas, por todas partes. Y una pecera repleta de peces adornaba un rinconcito.
—Si fuera ricachona, estaríamos por comer algo más sano que unas hamburguesas ¿No te parece.—____ se sentó junto al chico, dejando las bebidas en la mesita—. Es una casa prestada. Recuerda que éste no era mi sector, yo era del lado oeste.—
—¿Oeste? ¿Investigación?—Bjorn la miró sorprendido, pues ahora que lo pensaba, la chica nunca le había contado de dónde venía.
—Era de laboratorio, yo en específico era la encargada de actualizar la base de datos. Era un trabajo simple. Pero un idiota se enfermó y todos empezaron a caer como moscas.—tomó la hamburguesa—. Y ahora aquí estoy, comiendo una hamburguesa contigo.—
—Pues me alegro de que eso suceda... No de que muera gente... Ni de que te degraden... Bueno, tú me entiendes.—____ le sonrió—. De verdad... Siento que conocerte fue algo que debía pasar.—
La chica dejó de comer, mirando como Bjorn tomaba un poco de su bebida.
—Bjorn... ¿Puedo hacerte una pregunta?—
—No.—la miró divertido—. Ya, solo bromeo. Dime.—
—... ¿Yo te gusto?—
Mal momento para llenarse la boca de papas fritas.
Bjorn se ahogó apenas, sintiendo como la papita seca se le atoraba en la garganta. La chica le dio unas palmaditas en la espalda.
—¿Qué preguntas tan de repente?—el rostro de Bjorn se puso completamente rojo, y ____ no supo si era por vergüenza o por casi haberse muerto por asfixia.
—Algo que quiero saber, claro... No quiero molestarte, ni estoy bromeando. Es solo que... te comportas raro a veces, y yo... No lo sé, no quiero confundir las cosas.—la chica bajó la mirada a su hamburguesa, apretándola un poquito—. Solo di sí o no, tampoco es que importe mucho.—un silencio algo raro los rodeó.
—¿Por qué me preguntas si no te importa?—Bjorn se llevó unas papitas a la boca, sonaba desilusionado—. Si te digo sí o no, dices que te importa un carajo.—
—Yo no dije "un carajo".—
—Es lo mismo...—
—Di sí o no, Bjorn. No compliques una pregunta simple.—
—No es tan simple, ____.—el chico apoyó las manos en sus rodillas, comenzando a sentirse nervioso. El leve tic que comenzaba a nacer en su pie lo delató.
—¿Por qué no?—
—... A ver, dime tú primero ¿Te gustó o no?—
—Un poquito.—respondió sin más—. ¿Lo ves? No es complicado.—
—... ¿Qué es esa mierda de "un poquito"? O mucho o nada. Poquito no existe.—____ enarcó una ceja.
—Existe, y es una respuesta. Tú no me diste nada.—
Bjorn la miró sin creerse que realmente estaban discutiendo por esa tontería.
—Poquito roza la nada, es menos que poco. Entonces no te gusto nada.—frunció el ceño con tal seriedad que ____ no pudo evitar reir—. No sé qué te causa gracia, es algo serio.—
—Si te molesta que te quiera poquito, es porque tú me quieres más que poquito.—Bjorn se indignó al verla robarle de sus papitas, pero comenzaba a ver que todo aquello comenzaba a darse de forma natural, sonrió apenas—. ¿Mucho tal vez?.—
—... Demasiado, mucho.—soltó sin más, tomando con la guardia baja a la mujer—. Tanto que la idea de no poder verte por al menos un mes... Diablos, me esta volviendo loco desde hace días.—tomó una papita, mordiéndola apenas—. Dijiste que responda sí o no... La respuesta es mucho. Mucho de mucho y nada de poco ¿Esta bien?—
La chica lo miraba completamente anonadada. Creía conocer a Bjorn, creía que se haría el tonto y evitaría la pregunta. No creyó sacarle una respuesta tan seria. O al menos la consideraba seria teniendo en cuenta que se trataba de Bjorn.
Y era justo lo que quería escuchar.
Sus manos se aferraron a las mejillas de Bjorn con necesidad, y sus labios no tardaron en chocar con los ajenos. Suspiró al sentir que Bjorn la tomaba de la cintura, apretándola un poco.
La cena pasó completamente a segundo plano, y el par de jóvenes se desplomó en aquel sofá, recorriendo el cuerpo ajeno con total necesidad.
—Poquito... A mi no me parece que esto sea poquito, cariño.—Bjorn se separó apenas de la mujer, mirándolo con una sonrisa agitada.
—Poquito mucho, tal vez.—____ gimió bajito al sentir la mano del chico colarse en su camiseta—. Se... enfriará la comida.—Bjorn levantó la prenda, y sus labios no se tardaron en dejar besitos por todo su abdomen, ____ amó eso.
—Comeremos luego... En la cena. Que en esa sí estará Navarro.—subió hasta su sostén, levantándolo sin una pizca de duda—. Diablos... Tal vez nos salteemos la cena también.—
Esa noche, cuando Navarro recibió al par de jóvenes en el restaurante del centro, no tardó en cuestionar dónde diablos habían estado.
—¿no te enteraste, hermanita? Hubo lluvia ácida.—Bjorn arqueó las cejas, dándole una seriedad que aquello no tenía—. Tuvimos que refugiarnos en la casa de ____... muy juntitos, por seguridad.—la chica no tardó en golpearle el hombro.
—¿Podemos cenar en paz, Bjorn?—
—Sí, corazón... algo tenemos que comer ¿verdad?— el chico sonrió, y esa vez ____ no pudo enojarse con él.
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Iris
Estás solo, no hay nadie alrededor, la vida se siente vacía y el viento aún más frío que antes.
Largas noches en vela solo son el reflejo de lo que el miedo puede hacer en un alma vulnerable y la mirada tormentosa a todos lados es la prueba de que el pánico es el peor despertador que podría existir.
Cruzas una calle de huecos para pasar a un relleno de árboles y pasto que te anuncian un nuevo caminar sin temor… ¿Realmente existirá?
La ilusión no es la mejor compañía cuando la esperanza quiere abrirse paso, y la realidad alterna brindada por nuestros sueños con frecuencia suelen estar más lejos de lo probable.
Entonces caminas y caminas. ¿Qué más te queda? Ya hiciste hasta lo imposible por mantener a tu mente en pie y para este punto ya sabemos que no hay nada que perder.
Los pétalos de Iris crecientes en el horizonte te hacen preguntarte si al final tomaste la mejor decisión al tomar por aquel vasto pasto. Parece que la luz que ilumina los altos árboles por fin saldrá para ti también.
Entonces, para el final del camino, vuelves a creer.
En el verde Iris del pasto.
En la luz creciente de un nuevo yo.
Solo vuelves a creer, y eso es todo.
Little Moon
#verso abstracto#escritos#frases#little moon#pub 1#mayo2024#mensajes#citas#notas#textos#pensamientos#letras#Iris#flor iris#soledad#ilusión#esperanza
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Diabolik Lovers Daylight Stella Worth Tokuten: 「Cita★sádica」 [Kino]
Titulo original: 「サディスティック★デート」
*en un centro de juegos*
Kino: Je, hay bastante gente en el juego nuevo. Ese es el juego musical del que todos hablan, ¿no? ¡Ah! ¡Mira ese juego de garra! ¡Parece complicado, que divertido! Oh, un juego empuja monedas. creo que podría esforzarme un poco en este, hace tiempo que no pruebo uno. ¡Aah! ¡¿Q-qué pasa?! No tienes que gritar, aunque los centros de juegos sean ruidosos no significa que no pueda escucharte. Oh cierto, había un juego en especial que quería probar. Pues verás, hay un juego de celular que he estado jugando recientemente y le hicieron una versión de arcade. A ver… Creo que era… ¡Es ese! *corre* ¡Este es! ¡Este es el juego que quería probar! En resumidas cuentas es un juego en donde usas magia para derrotar a tus enemigos.
Kino (1:14): Parece que es más divertido jugarlo aquí que en la aplicación. Como sea, vamos a jugar. *inserta una moneda* Oh, ¿quieres jugar? Hay un espacio libre. Entonces mira. ¡Bien! *empieza a jugar* Lo sabía, es distinto de la aplicación, aunque me tomará un rato acostumbrarlo… ¡Aunque no me costará nada!
Kino (2:02): Jeje, era obvio que iba a superar el tutorial en un parpadeo. Oye, estás exagerando, ahora empieza lo bueno, asegúrate de ver. *empieza a jugar*
*luego*
Kino (2:31): Aah… Ya llevo veinte rondas… estoy empezando a cansarme… Oye, había una máquina expendedora por aquí, ¿no? Ve a comprarme un jugo de guayaba. No sabrás si lo venden a menos que vayas a ver. Vamos, anda. *vas a buscar la máquina* Aah, continuemos. *sigue jugando*
*después*
Kino (3:14): Aún no regresa… ¿A dónde fue? La máquina está allí… Estoy sediento y cansado… Además no es bueno que ella se quede tanto tiempo sola en este lugar… ¡…! ¿A-acaso…? No, no puede haberle pasado algo… Como sea, debo buscarla— *llegas* ¡…! ¿En dónde estabas? Te esperé una eternidad. *ve lo que le das* ¿No había jugo de guayaba y saliste a comprar uno?
Kino (4:12): Eres tan fácil de leer, tu mirada te delata. Este jugo es de los que había en la máquina expendedora, ¿no? De haber comprado uno de esos habrías vuelto de inmediato. No me digas que hiciste algo sospechoso luego de comprarlo. ¿Acaso un hombre te habló y lo seguiste? No sé yo, como sea, si no eres sincera conmigo te morderé. Es de noche, pero aquí todavía hay gente que podría ver tu lado más lamentable. Es tu culpa, así que es inevitable, ¿no?
Kino (5:08): ¿Qué vas a hacer? Decide antes de que llegues al game over. ¿Eh? Entonces explícate. Está bien, ¿pero a dónde quieres ir? *empiezas a correr* ¡Ah! ¡Espérame!
*luego*
Kino (5:44): Esta es la zona del juego con garra, ¿no? ¿Qué hay aquí? Que sepas que si es un motivo absurdo te clavaré los colmillos. ¿Qué pasa con este juego? Tiene un premio que se asemeja a un pequeño cofre del tesoro… ¿Estabas jugando a esto…? ¿Querías ese juguete barato? ¿Tanto como para abandonarme? ¿Qué tiene el interior del tesoro—? P-pero si tiene kompeito… ¿Acaso querías ganarlo para mí? Aah… entiendo. Entonces debiste haber dicho eso desde un inicio. ¿Por qué te quedaste callada? Es cierto que me molesta que me hicieras esperar por esto, pero no me enojaré si haces algo por mí. Lo sabía, ocultas algo.
Kino (7:17): ¿Eh? ¡Ajajajaja! ¿Te daba vergüenza decirlo porque no conseguiste ganarlo? Que razón tan tonta. ¿Por qué te enojas? Me rio porque eres chistosa. Bueno, muévete un poco. Apuesto a que ya gastaste todas tus monedas y no quiero dejar las cosas así. Sí, buena chica. *introduce una moneda* ¿Intentabas conseguir ese de la esquina? Lo sabía, se nota que lo han movido. *juega* Ciertamente era muy difícil para ti, la garra es demasiado débil como para agarrar por completo algo.
Kino (8:29): ¿A qué viene la cara larga? No dije que esto acababa aquí. Usar la garra para agarrar todo no es el único método que existe. *introduce otra moneda* Podemos usar la garra para que sostenga una punta del cofre… ¡Mira! ¡Lo saqué! Jeje, que extraña eres, ni siquiera lo querías para ti y aun así te alegras tanto.
Kino (9:14): Y ahora vuelves a deprimirte… Que sepas que pude sacarlo fácilmente gracias a que lo moviste tras jugar varias veces. Por eso… bueno… gracias, los comeré feliz. Puede que no sea un gran agradecimiento, pero la próxima vez te acompañaré a hacer lo que tú quieras. ¡Vámonos!
#diabolik lovers#traducción al español#mi traducción#stella worth tokuten#diabolik lovers daylight#kino
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ANNE DE GELAS & TOVE DITLEVSEN
Una noche que el señor Krogh ha encendido unas velas en un candelabro de plata que hay encima de la mesa entre los dos, me armo de valor y digo: Señor Krogh, yo de niña escribía poesías. Él sonríe y dice: Sí, ¿y te gustaría enseñárnelas? Me sonrojo al comprender que ha adivinado lo que pretendo de él, y le pregunto cómo lo sabe. Ah, responde, eso o alguna otra cosa. Las personas siempre quieren algo unas de otras, y yo siempre he sabido que tú pretendías utilizarme para algo. Al ver mi ademán de protesta añade: No tiene nada de malo, es lo más natural. Yo también quiero algo de ti. ¿El qué?, pregunto. Nada concreto, contesta mientras se saca la larga pipa de la boca. Simplemente colecciono gente original, personas diferentes, casos especiales. Me gustaría mucho ver tus poemas. Dame en la espalda. Esto último lo hice a trompicones y con la cara morada. A cada golpe que doy, tose, y se encorva hacia adelante con los brazos hasta el suelo. ¿Cuál será su enfermedad? No me atrevo a preguntarle si es mortal, pero a la noche siguiente corro escaleras arriba con mi cuaderno de poesía, medio convencida de que ya no se cuenta entre los vivos. Me equivoco, y apenas nos sentamos a tomar el café detiene el cuaderno con mucho miedo a decepcionarlo, habituado como está a leer los versos más extensos. Deja la pipa y pasa las hojas mientras yo observo su rostro expectante. Sí, dice por fin asintiendo, ¡versos infantiles!
_ Tove Ditlevsen, Felicidad perversa. Lumen, traducción de Blanca Ortiz Ostalé.
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hola! podrías escribir algo con pipe inspirado en esta foto?? 🤭🤭
sombras azules ; felipe otaño
pairing: felipe otaño x fem!r
summary: haces una quedada con todos tus amigos y conforme pasa el tiempo, hay algo que te ronda la cabeza: maquillar a pipe. 1.5k.
warnings: mención de alcohol?? it's just mucho fluff junto
n/a: muchas gracias por el request!! me encantó escribirlo, pipe es tan novio no puedo... also no soy muy buena narrando en segunda persona por eso he decidido darle nombre a la prota, espero q no te importe! espero que te gusteeee muchoo
nerea miró a su alrededor: chicos desperdigados por el suelo jugando a las cartas, botellas de cerveza aquí y allá, las risas llenando el ambiente… el panorama normal de los sábados por la noche. lo único malo es que hoy tocaba juntarse en su casa, así que le tocaría limpiar por la mañana.
de todas formas, no le podría importar menos. se encontraba frente al sofá, sentada con las piernas estiradas en el suelo y la cabeza levemente tirada hacia atrás en el regazo de su amigo juani, quien intentaba hacerle trenzas. lo observó, todo lo que su posición le permitía, y sonrió. desde que se peleó con un tal "juanicar" en twitter por qué disco de one direction era el mejor de todos, habían sido inseparables. al contrario que juani, ella era más retraída, de esas que tuvieron solo dos amigos a lo largo de todo el instituto, por lo que las presentaciones no tardaron en llegar y pronto, nerea se había visto envuelta en un grupo de amigos enorme, donde todo era cariño y apoyo. así que sí, podría limpiar cientos de destrozos si eso suponía pasar un par de horas con ellos.
apartó su vista de juani para fijarse en los jóvenes que tenía frente a ella jugando al blackjack entre los vitoreos de los ganadores y los gritos de los perdedores. se quedó mirando la ronda, le gustaría decir que su interés estaba en las cartas, pero estaría mintiendo. sus ojos delimitaban su perfil, sus brazos y sus dedos en movimiento mientras barajaba las cartas. no podía apartar la vista de él.
felipe fue uno de los primeros que juani le presentó y el sentimiento que sintió al verlo la primera vez solo había hecho más que crecer. eran buenos amigos, eso estaba claro. pero había ocasiones en las que nerea no podía evitar pensar que había algo más, que ella no era la única que sentía esa tensión abrumadora. y en otras ocasiones solo decía que estaba imaginando demasiado.
blas se levantó refunfuñando del suelo después de haber perdido todas las partidas que habían jugado. se dirigía a la cocina, una oportunidad perfecta para coger ella misma otra cerveza. se despidió de la comodidad de la alfombra y se encontró con blas, ya rebuscando en el frigo.
—¿me pasas una? —blas le alcanzó una al tiempo que abría la suya. ambos se quedaron en la cocina, apoyados en la encimera, con la cerveza enfriándoles las manos.
—seguro que esos idiotas me están haciendo trampas. ¡es imposible que no haya ganado ni una! ni una nerea.
la chica rio contentilla a pesar de que lo que había dicho su amigo no tenía nada de gracioso. era consciente de que las cervezas comenzaban a subírsele un poco, pero los mejores momentos siempre llegaban entrada la noche y con unas birras de más.
—vamos, no te puedes estar enfadando por eso. sí que cumples con ser el más pequeño del grupo —se acercó a él y le agarró de la mejilla cariñosamente.
—oye, tienes unas pestañas super largas… tengo una idea. ¿me dejarías maquillarte?
blas la miró por unos segundos. estaba sonriente, con las mejillas rojas por el calor y el alcohol. era incapaz de decirle que no.
—como tú quieras.
—¡gracias, blas! eres el mejor.
nerea se tiró a abrazarlo, siendo correspondida al instante. otra idea le comenzaba a rondar la mente.
—vamos.
cogió de la mano al chico y se dirigieron de nuevo al salón. al girarse tan rápido, todo le dio vueltas por un momento, pero nada demasiado grave. se plantó delante de los chicos y sonrió.
—he estado hablando con blas y se me ha ocurrido que para animar este juego de hombres un poco, voy a maquillar al que pierda de cada ronda. así practico, que no puedo estar viendo tutoriales para siempre.
—ay, amo. ¡yo estoy dentro! —fran fue el primero en aceptar y los otros no iban a ser menos.
por un momento, los ojos de nerea se encontraron con los de felipe y un sentimiento se le instaló en el pecho.
—vas a cansarte de pintar a blas, entonces.
y con esas palabras empezaron un nuevo juego. de los cinco que estaban jugando ya había maquillado a todos, incluso más de una vez a cierto chico de pelo rizado, excepto a uno. pipe parecía ser inalcanzable incluso en el juego estúpido que se le había ocurrido a nerea.
—¿puedo jugar una partida? —todos los chicos la miraron desprevenidos por la petición.
—claro gordis, te cedo mi puesto.
—¿sabes jugar?
—si no supiera jugar no habría dicho nada, ¿no? —por detrás suyo oyó a juani soltar un "uh" a lo que rio.
miró determinada a pipe mientras repartía. confiaba en que lo que su abuelo le había enseñado siguiera en algún rincón de su mente.
en cuanto comenzó la ronda supo que iba a ser imposible que ganara, era un hecho. y en el momento final, los resultados sorprendieron a todos los de la mesa: nerea había ganado.
—¿¡cómo lo hiciste?!
blas no cabía en su asombro, pero nerea solo tenía su atención puesta en pipe, que la miraba con una sonrisa ladeada. ella le respondió con otra, mientras se levantaba (con un leve tambaleo) y le señalaba divertida.
—para ti tengo algo reservado, ve preparándote.
nerea fue casi corriendo al baño para buscar la paleta que tenía en mente, la que siempre que veía le recordaba a él. cuando volvió no quedaba nadie jugando a las cartas y pipe estaba acostado en su sofá, ocupándolo entero él solo. tenía los ojos cerrados y su pecho subía pausadamente. solo podía pensar en lo mucho que le gustaría poder ver una estampa así todos los días.
sin embargo, no podía fantasear. le dio en la mejilla suavemente y felipe abrió un ojo para mirarla. —no te creas que haciéndote el dormido te vas a librar.
—nunca pensaría en hacer eso.
la chica sintió que se acolaraba. deberían prohibirle sonreír de la manera en que lo hace. —tienes que levantarte si quieres que empiece.
pipe se llevó las manos a los ojos mientras suspiraba. —estoy cansado…
nerea lo miró seria. aunque dijera que no, parecía que estaba luchando para no tener que ser maquillado. pero, para su desgracia, nerea no lo iba a dejar ir tan fácilmente.
la joven dio la vuelta al sofá y sin pensarlo demasiado, se subió sobre el regazo del chico. felipe abrió los ojos asombrado, mientras nerea se acercaba a él con la sombra preparada.
—cada vez que veo esta sombra me recuerda a ti. se parece al azul de tus ojos, aunque no llega a ser tan bonita. siempre me he preguntado cómo te quedaría… —mientras hablaba, cogió el color y lo llevó al párpado del chico.
estaba muy cerca de él, lo más que había estado desde que lo conocía. le temblaban las manos y tenía el estómago en la garganta, parece que el alcohol había decidido apagar su efecto.
una vez terminó con el primer ojo, volvió a encontrarse con los ojos de pipe. no había dicho nada desde que había empezado, lo que no ayudaba a los nervios que crecían en nerea. su mano, grande y tersa, se posó sobre una de las piernas de la joven. perdió el aliento por un momento. intentó hacer como si nada y siguió con el otro ojo. cuando su trabajo estaba listo, se quedó anonadada.
—estás guapísimo… —pipe rio complacido. rápidamente, nerea sacó su móvil y le echó una foto—. vas a ser mi nuevo fondo de pantalla, que lo sepas.
—¿ya estoy listo?
la última idea de la noche le pasó por la cabeza, era ahora o nunca. —me falta una cosa más —alcanzó un pintalabios y se lo aplicó bajo la atenta mirada de pipe—, el toque final.
nerea llevó sus manos a ambos lados del rostro pecoso de pipe y rápidamente juntó sus labios con los de él: un choque anhelado. se olvidó dónde estaba, de lo que podría pasar después y solo se dejó llevar. el beso fue correspondido al instante, casi con tanta necesidad como la de la chica. cuando se separó vio que su plan había funcionado, aunque el resultado había sido un poco más desastroso de lo esperado.
pipe tenía la mayor parte de sus labios de un color rojo apagado al igual que el contorno de estos, pero también tenía pintada en la cara una sonrisa boba.
—me dejaría ganar mil veces más para repetir esto.
nerea abrió la boca afectada. —lo sabía.
—¡hey, chicos! —ambos jóvenes se giraron ante la llamada, encontrándose con el flash de la cámara de juani. —¡un aplauso por esta pareja que está enamorada!
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Me pesan los ojos
Ya sea por el sueño,
O las lágrimas.
La madrugadora música se escucha potente,
Y la oscuridad en mi habitación se alumbra.
No puedo reconciliar la paz,
Y no hay forma de azotar la penumbra,
Sin que yo haya sido victima de la ansiedad
De una larga noche de sobre pensar.
Hacerme maldades,
Hasta llorar sin fin,
Podría ser mí hobbie favorito
Si no fuese,
Porque me sienta a punto de morir.
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Sabes,
hay un trozo de mi vida
que no encaja
sin tu risa.
Hasta egoísta
me estoy volviendo ya,
pues al pensar
que ríes sin yo estar,
el trozo,
todavía es más difícil
de encajar.
Pero mi trozo y yo,
queremos que rías
y rías sin parar.
Porque el alma,
guarda el botiquín
de la vida
al lado de la risa
y muy cerca
del soñar.
Por eso te pido
que te rías al vivir,
para que ella
la vida,
se alargue
por verte sonreír.
Yo también lo haré,
pero no con la risa
sino con los sueños,
que para mí
llamarlos
es tan fácil
como soñar contigo
sin tenerme que dormir.
Si, recuerda siempre,
que así es como
se ha de cumplir
el paso del tiempo.
¡Riendo y soñando!
Así que hoy,
deja que sean
tus deseos
los que te soplen
los años.
Y cuanto más larga
la vida sea,
más tiempo habrá
de engañar al destino
con la casualidad
de encontrarte.
Aunque he de confesar,
que me dueles mucho,
cuando al destino
para que te encuentre,
no consigo engañar.
Si, ¡no sabes cuanto!
Ya incluso dueles,
si el destino
lo hace sin engaños
y la vida de su mano
se me acerca paseando.
Pues la alegría de verte,
ya no compensa
el daño de un adiós
que contigo cerca
siempre está rondando.
Creo que es por eso,
que ahora,
al asomar el día,
tan bien me sabe
el café sin compañía.
Porque sé,
que cuando escribo con el,
el dolor se disuelve
para endulzar tu poesía.
Si, se deshace lentamente,
junto a la tinta
que dibuja las palabras
que te buscan.
Y perece
que te encuentren,
porque Juraría,
que puedo oír tu voz
hablando con mis manos.
Si, tú,
como me gusta
esa palabra tan corta,
¡tú!
Ella, lo guarda todo
en tan sólo dos letras.
Y tú, si tú,
has de saber,
que te siento
en cada una de ellas.
Encadenadas unas a otras,
me recuerdan a tus dedos
entrelazados con los míos.
Por eso
no dejo de escribir
ni un solo día,
para que así tus manos,
no se suelten de las mías.
Y busco la rima del verso
como quién llama
el sonido de un beso.
Entonces,
hay un susurro tuyo
que viaja por mi cuerpo.
A veces,
se queda en el estómago,
aleteando recuerdos.
Otras en cambio,
trepa más arriba.
Si, ahí,
donde todo empezó.
Y no,
no se detiene,
todavía sube más alto,
un poco más.
En ese laberinto
donde reinas
desde la distancia,
el silencio de tu boca
se adueña del caos.
Desde ahí,
siento tu voz callada
besándome los labios
en cada verso.
Y escribir,
se vuelve tan fácil,
que sé,
que no he podido ser yo.
Diréis que soy un loco.
Que tal cosa
no puede ser verdad.
Pero todos tenemos sueños
que sin saber como,
nos cuentan en la noche,
lo que a la mañana
no se puede probar.
Y aún así,
no lo dudéis,
que aunque nadie
sus sueños
a la mañana pueda enseñar,
no hay duda, no,
no la hay,
de qué todos sabemos soñar.
Si, la vida
es un misterio
que se resuelve sintiendo.
Y vaya si te siento.
Tanto lo hago,
que la vida, de ti,
ya no me guarda
ningún secreto.
Te veo con todos ellos
al descubierto.
Si, completamente desnuda.
Que es mucho mejor todavía,
que verte desvestida.
Aunque claro está,
que entre la desnudez
del alma
y el desvestido
de tu cuerpo,
bien cabe una duda.
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Septiembre amarillo
Como no planeo todavía hacer un post en mis redes donde me siga gente conocida, prefiero hacerlo acá. En parte porque justamente no me siguen amigos ni familiares, y en parte también porque es acá donde pasé las peores noches, los peores días, donde mi adolescencia se hundía y todas las etiquetas que seguía me hacían entender que había más personas sufriendo lo mismo.
La depresión me fue diagnosticada a los 19 después de un intento de suicidio, pero siguiendo el hilo de las conductas por las cuales me diagnosticaron, pude remontarme a los 11 años. Si el alta me la dieron a los 21, quiere decir que fue una década completa bajo la depresión. En el medio pasé un par de cosas que, antes de que pasaran, pensé que no iba a poder sobrevivirlas. Y acá estoy.
Serían incontables las veces que me hice daño, de hecho en el fondo de este blog se esconden posts que escribí en algunas de mis peores noches. Jamás le vi la salida a nada. Fueron años enteros, una adolescencia completa y parte de otras etapas completamente arruinadas por la depresión, las ganas de lastimarme y de no estar más acá.
Pero pude. Hoy no digo que no sufra, que no pelee. Sigo teniendo que ser consciente de acciones que me dañan o que potencialmente lo podrían hacer y tratar de cambiarlas. Pasé por cinco psicólogas y una psiquiatra, no me internaron porque mi familia no lo quiso y directamente me atendí de forma ambulatoria. Incluso en plena etapa de atención con la psiquiatra seguía pasándola mal, pero de fiesta. Mezclaba alcohol con ansiolíticos que le robaba a mi abuela y tenía actitudes bastante riesgosas que hoy en día miro y digo "menos mal que zafé de que me pase algo en todas".
Hoy sé que no puedo quedarme todo el día en cama, que el pijama tengo que cambiármelo y ponerme ropa aunque sea de entrecasa, que no puedo dormirme a las 5 y despertarme a las 16 hs; que tengo que generarme una rutina sana en la cual no me deje ganar por las ganas de no hacer nada. Porque cuando no hago nada es cuando me ataca toda esa oscuridad. Hoy en día cada herramienta que me dieron mis psicólogas ya fue puesta a prueba, y uso las que a mí mejor me sirven.
Es raro cuando después de mucho me dan crisis algo más fuertes de lo normal, pero con el tiempo estoy aprendiendo a sobrellevarlas. Y trato de no frustrarme, porque la frustración es quizá uno de los peores enemigos en el camino de mejorar la salud mental. Un tropezón no es caída, es un aprendizaje, y bien que aprendí estos años.
No es un texto para generar notas ni nada, es un texto para que el que lo quiera leer sepa que hay salida. Es larga, cuesta, hay días peores y hay días mejores. Y estar atento a las señales de qué acciones o momentos te hacen sentir peor. Lo importante es intentar, buscar lo que a uno más le sirva para salir. Alejarse de gente que no suma, hacer algo bonito, algo que distraiga. Y hablar. Hablar ayuda. No cura pero ayuda muchísimo.
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Como un pequeño pájaro caido del nido, mi corazón busca dónde dormir pero no hay ramas, no hay suelo, solo este vacío que crece, que arrasa. que calla. En medio de la noche miro las manos, me toco la piel, y no siento nada, no queda nada, no hay cuerpo, no hay carne. Solo un hueco frío, un hueco donde alguna vez fui alguien. Muerdo mis propios huesos, con el amor que me queda rondando sin decidirse, sin atreverse a acabarse está noche tan larga no hay rama donde pueda dormir 😴🌹 GMG ✍🏼🐦
Like a little bird fallen from its nest, my heart searches for a place to sleep, but there are no branches, no ground, only this emptiness that grows, that devastates, that is silent. In the middle of the night I look at my hands, I touch my skin, and I feel nothing, nothing is left, there is no body, no flesh. Only a cold hollow, a hollow where I was once someone. I bite my own bones, with the love that remains in me, hovering without deciding, without daring to end this long night, there is no branch where I can sleep.🌹🌛 GMG ✍🏼��🐦
مثل طائر صغير سقط من العش، قلبي يبحث عن مكان للنوم ولكن ليس هناك أغصان، ليس هناك أرض، فقط هذا الفراغ الذي ينمو، الذي يدمر. من هو صامت في منتصف الليل أنظر إلى يدي، ألمس جلدي، فلا أشعر بشيء، لم يبق شيء، لم يعد هناك جسد، لم يعد هناك لحم. مجرد حفرة باردة، حفرة حيث كنت ذات يوم شخصًا ما. أعض على عظامي، بالحب الذي يظل معلقًا حولي دون أن أقرر، دون أن أجرؤ على إنهاء هذا الليل الطويل، ليس هناك غصن أستطيع النوم فيه.😴🌹 GMG ✍🏼🐦🌛
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