https://www.musikblog.de/2024/09/mercury-rev-born-horses/
Trotz des Quecksilbers im Namen lässt sich Mercury Rev kein Gramm Toxizität bescheinigen. Süß, schnuckelig, verträumt und idyllisch säuselt nach langer Pause wieder eine neue Platte. “Born Horses” ist ein Album für die Nacht, den Blick in die Gestirne am Firmament und ein Soundtrack für Wünsche, die man bei Sternschnuppen ersinnt. Bis heute hat sich […]
0 notes
This is the only time in my life I will be on the same bill as @kimbramusic (one of my favorite contemporary music artists) and I am treasuring it!! 👩🏻🎤🙌🏻 And @themercuryrev who I first saw at the old Bearsville theater about 20 years ago... I'm excited to unveil my stained glass installation later this week. It will live - very intentionally - in the shop window of @halfmoonbooks throughout @opositivefest so *everyone* can see and enjoy it. No wristbands needed. You can view it from outside, w no crowds or health risk. Check it out if you wish just by strolling by, or pop into the shop and maybe a book will find you. If you know of a community space that would benefit from hanging my piece after the festival, dm me. ☮️ . . . . . . . . . #kimbra #mercuryrev #stainedglassartist #hudsonvalleyart #hudsonvalleyartists #hudsonvalleyartist #contemporarystainedglass #modernstainedglass #hudsonvalleyweekend #kingstonhappenings #hudsonvalley #hvhappenings #kingstonny #kingstonarts #uptownkingston #kingstonsmallbusiness #kingstonstockade #stockadedistrict #opositivefest #ulstercounty #hudsonvalleyhappenings — view on Instagram https://ift.tt/Y1n2yA3
0 notes
Bottle of “narcotic candy” from U.S. division of label Beggars Banquet, promoting the 1994 album World by Shady.
I think this was sent to my radio station along with the band’s LP, the lone solo album under this alias by David Baker of Mercury Rev. “Narcotic Candy” was the lead single, hence this particular promo item. Inside the bottle? Nothing more than Skittles.
6 notes
·
View notes
Personal Fest 2018: la experimentación como ley
Quebrando los límites impuestos por la forzada e inevitable reorganización, Mercury Rev, Gus Dapperton y Connan Mockasin mostraron un saludable gusto compartido por llevar la experimentación sonora al límite, adueñándose por completo del Personal Fest antes de que el sol cayese de forma definitva.
Poco antes de que las agujas anunciasen la llegada de las cuatro de la tarde, Jonathan Donahue, Sean “Grasshopper” Mackowiack, Carlos Anthony Molina y Jason Miranda pisaron el Escenario Huawei para encontrarse con un público que los esperaba hace bastante tiempo. La inevitable reprogramación obligó a los oriundos de Buffalo, Nueva York, a tener que presentarse en un horario bastante atípico para ellos, algo lamentado por sus fanáticos: el cronograma original los tenía anotados en el primer día dentro de lo que se denomina el Prime Time festivalero.
Poco les importó este hecho a los norteamericanos, eligiendo quedarse en el país a tocar ante la primera oferta, agregándole peso específico a una grilla de domingo muy bien repartida. Buscando re-significar un disco tan emblemático como Deserter’s Songs (1998), registro del momento en el que su sonido pasó del rock psicodélico clásico al pop más melódico y que –dicho sea de paso– los propulsó sin escalas hacia el mainstream global.
Sin perder ni un segundo y bajo una humareda intensa, el muy breve setlist comenzó con “The Funny Bird”, pieza en la que todavía se pudieron escuchar con claridad los dos géneros musicales que los caracterizaron al cien por cien previo a este disco. Agradable desde la voz, con riffs voladores capaces de llevar la imaginación lo más lejos posible, recuperó el sonido más guitarrero de los ’70 sin por ello dejar de lado el componente digital que inundó el mercado diez años más tarde.
Cuando sonaron “Tonite It Shows” y “Central Park East” se vivió una puja entre la tranquilidad lúgubre digna de los filmes de terror y suspenso clásicos y una amigable combinación entre lo lisérgico y el folk de raíces. La presencia de Pol Medina en los teclados generó segmentos muy estridentes, dejando lo rítmico en manos de un muy preciso Molina, siempre listo para adaptarse a cualquier tipo de terreno.
De la mano de “Godess On A Hiway” y “Holes”, el panorama comenzó a complejizarse al máximo, atmósferas armoniosas. El hasta luego fue siguiendo el agitado latido de “Opus 40”, donde le sacaron el polvo a las cuerdas y se despacharon con un largo segmento instrumental en el que el peso absoluto fue el gran protagonista. La misión de encandilar estaba cumplida ya hace un buen rato, pero hubiese sido una celebración poder escuchar la lista de canciones completa, quedando en el tintero un pronto retorno a Sudamerica por su parte.
Nacido como Brendan Patrick Rise hace nada más que 21 años, Gus Dapperton desembarcó en el Personal Fest con la intención de poner a todos a bailar. Sin atarse a ninguna reglamentación sonora, el neoyorquino entendió que había que ponerle fuego a una tarde en la que el sol reflejaba sobre la gente sus primeros rayos tras un fin de semana negro. Sin dudas que todo artista posee una base, siendo la suya el indie, cruzado con bastante pop post-2000 y hip hop en clave moderna.
A lo largo de una lista de canciones un poco más extendida que la de los artistas previos, agitó el avispero con su carisma y movimientos ridículamente geniales. Sabiendo como jugar un partido de ida y vuelta con la psicodelia más profunda, jamás se quedó estancado en ella, marcando la cancha con momentos alegres, inocentes y bailables con otros más introspectivos y reflexivos. Sus cuatro escuderos, Ian O’Neil en el bajo, Tommy Sibilla en la batería y percusión y su hermana Amadelle en los teclados y los coros, se plantó como un posible futuro referente de una escena en la que la versatilidad, el sonido voluminoso y la superposición de una serie de micro-climas (muy fugaces, pero efectivos) parecen marcar el camino.
Otra cuestión notoria fue la química entre ambos hermanos, permitiendo esto que ella quede durante varias canciones en el primer plano, develándose como el verdadero sostén de cada uno de los edificios que construye el cuarteto. En vez de asegurar el triunfo con tranquilidad, Dapperton arriesgó acelerando al máximo el beat desde la guitarra y desató por completo las notas del teclado, todo al servicio de una ya multitud que no buscaba nada más que diversión.
Para despedirse, mostró que puede doblar la voz sin abusar del siempre tan debatido auto-tune, presentando una cara mucho más cadenciosa y sonriente a la hora de poner en uso a la perfección la fórmula tradicional del pop surgido tras el segundo estallido de MTV en las puertas del Siglo XXI. Antes de que llegase el momento de Connan Mockasin de treparse a las tablas, Louta emergió entre los dos escenarios dentro de su pequeño mundo privado al ritmo de “Un Lugar Adentro”, llevándose varios aplausos de quienes estaban ansiosos por el debut en el país del neocelandés.
A caballo de su trance lo-fi 2.0, este ya no tan joven artista eligió un camino diferente al de Mercury Rev y Gus Dapperton a la hora de llevar la experimentación sonora lo más lejos posible. Cubierto por una pátina vintage, Mockasin comenzó su show con un poco de psicodelia, apostando por la tranquilidad y la meditación, canalizando el rock clásico y mezclándolo con una base indie muy cruda. Introspectivo, por momentos pareció demasiado tímido a la hora de pronunciar los versos de cada canción, logrando de esta manera hacer de lo climático –variando en cada canción, claro– una afirmación.
“Faking Jazz Together” y “Why Are You Crying?” conformaron un tandem sólido que le permitió meterse al público en el bolsillo al instante. Su voz bien aguda le permitió jugar bastante con las subidas y bajadas, también mostrando un gusto notable por lo más tenebroso y oscuro. Todo esto más allá de que lo que predominaron fueron los lugares iluminados, merced de los sensacionales punteos que salieron desde su guitarra.
Con el reloj empezando a pisarle los talones, “Forever Dolphin Love” llevó el sonido hacia un lugar más inmersivo, algo que su público adora, pero que al mismo tiempo hace de algunos de sus cuelgues instrumentales algo un poco tedioso. Dueño de un carisma y un estilo jodón como el de Mac De Marco, sobre el cierre se despachó con la muy playera “I’m The Man, That Will Find You”, donde la improvisación tomó las riendas, finalizando su presentación con un recorrido entre sonrisas por la pasarela con un vaso de vino tinto en la mano.
En un tramo sin dudas destacable, Mercury Rev, Gus Dapperton y Connan Mockasin exhibieron en poco más de hora y media (en total), un interés común por la experimentación sonora. Si bien las edades, estilos y escenas musicales que los definen y representan son diferentes entre sí, es evidente que los tres conjuntos entienden el juego a la perfección: a la hora de crear nuevos sonidos, jamás hay que quedarse estancado en un solo río.
Por Rodrigo López Vázquez
2 notes
·
View notes