#MI HERMOSA PROMETIDA!!!!
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SHE SAID YES!!!! 💍
I'm overwhelmed with joy to be allowed to call you mi hermosa prometida since the 5th of Feburary 💍
Proposing to you at my abuelos cabin in the middle of snow and ice was the perfect place. Solo tu y yo.
You're the woman of my dreams. You're everything I've been looking for my whole life. I never want to leave your side again. Eres el amor de mi vida and the woman whose dreams I want to fulfill… Maybe with a baby? 🤪
Te quiero tanto, Kaliya. Our journey has just began 🤍 @spicydesire
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Mini shots HOTD
(Jace, aegon, Aemond)
Masterlist de mi autoría
Resumen: shots cortos inspirados en el final de la segunda temporada.
Parte 1 Parte 3
Jace: *ver a tu prometido deprimido por la situación de los bastardos era preocupante, no solo porque generaba tensiones con la reina, sino también porque sacaba a la luz un lado inseguro que no te gustaba ver*
—Un príncipe no debería hacer pucheritos ni lloriquear.—
—No lloriqueo ni hago... ¿Qué diablos es un pucherito.—La chica frunció sus labios apenas, imitando el tonto gesto. A pesar de que intentó sacarle una sonrisa, no lo consiguió—. Esto es un grave error. Le dio armas y responsabilidades enormes a desconocidos. Y ese Ulf es un imbécil.—
—Es gente que fue criada en un ambiente diferente al tuyo, Jace. No esperes reverencias o palabras educadas.—____ se sentó frente a él, tomando sus manos con cariño.
—... No me gusta nada tener que ver a plebeyos por aquí, hablando a gritos y bebiendo sin cuidado... No merecen esta posición, esta oportunidad.—____ frunció el ceño apenas, soltando su mano.
—¿Crees que porque uno nace en cuna humilde no tiene derecho a tener un poco de dicha o grandeza?—se levantó—. Por si no lo recuerdas, mi padre era un pobre herrero, nombrado caballero por tu abuelo.—
—Lo sé, ____. No te-
—Arriesgó su vida para salvar la de Viserys hace años, fue valiente, leal... ¿Crees que un plebeyo sucio por el ollin de la forja no merecía un reconocimiento? ¿O incluso enamorarse de una princesa y ser amado?—el chico relajó su postura, preocupado. ____ nunca se enojaba, y menos con él.
—No es lo mismo, tú no eres una-
—Fui concebida antes de que mis padres se casaran, incluso antes de que mi padre fuera nombrado caballero... según tu lógica, soy una bastarda ¿No?—alzó las cejas—. Temo decirte que tu prometida y jinete del dragón más rápido es una pobre bastarda.—
—... No quiero pelear contigo.—
—No podrías, porque yo tengo razón.—rodeó la mesa, acunando su rostro—. Oh, que sorpresa, un bastardo hereda los genes de su padre y madre.—exclamó con ironia—. La sangre Targaryen controla dragones, si... ¿Y? ¿Crees que todos estén dispuestos a pasar lo que pasó con Vermithor?—
—Si un bastardo reclama un dragón... Podría poner en duda mi derecho al trono... Tu prometido no sería nada más que uno de los tantos bastardos con un dragón.—
—Mi prometido es hijo de la reina y de un buen hombre... un dragón creció a su lado, signo de sus raíces Targaryen.—acarició sus mejillas—. Es amable, cariñoso... Un poco clasista y pésimo en el alto valyrio pero aún así no lo cambiaría por nadie.—Jace la miró con ojitos brillosos, y no tardó en abrazarla.
—Lloriqueé más que un bebé ¿Verdad?—
—Ni Joffrey hacía tanta rabieta.—lo escuchó reír en su hombro—. Pero no te preocupes, ya pasó... Y si te preocupa que alguien desafíe tu reclamo al trono, tranquilo... Le cortaré la cabeza a cualquiera que critique esta hermosa cabellera oscura.—dejó un besito en su coronilla—. Ahora, si ya superamos esto, vamos a cenar.—____ rompió el abrazo, tomando la espada que descansaba junto a la puerta y saliendo sin más. Jace suspiró más tranquilo, sonriendo antes de seguirla.
Dioses... Que afortunado se sentía por tenerla
Aegon: *siempre creíste que Aemond era algo inestable, pero en cuanto quemó aquel pueblo y lo viste hervir de rabia por los pasillos de la fortaleza, supiste que a Aegon debías sacarlo de ahi*
—Hola, cariño. Que raro verte a-
—Levántate, nos vamos.—____ revisó sus armarios, sacando algo de ropa y lanzándola sobre la cama. Aegon no entendía nada de lo que estaba sucediendo, y tenía la sensación de que si hablaba, la mujer le gritaría—. Aemond redujo a cenizas Sharp Point. Está muy enojado, y temo que esa ira recaiga en ti.—la mujer metió todo en un bolso, y se sentó en la cama junto a Aegon—. Dejó la fortaleza ahora, nos vamos.—
—Soy el rey ¿Por qué debería correr?—____ tomó su rostro con firmeza, mirando ese par de ojos cansados.
—Porque yo soy tu reina, y como tú estas aquí quemado por tu estupidez y tu hermano esta perdiendo la cabeza por ahí, yo soy el alto mando, y te ordeno que levantes tu culo de esta cama y te vistas. Nos vamos.—
—... Ah, me gusta cuando te pones mandona.—
Aegon se levantó, cambiando su túnica por la ropa simple que la mujer había dejado para él.
—Lord Larys quería que escapemos en un carruaje, pero no pienso dejar a Snowflake.—
—Yo no puedo montar contigo...—se paró, quejándose por el dolor aún latente en su rodilla—. Deberías... Solo irte sin mi, solo soy una carga.—____ lo miró sin terminar de creer aquello.
—No pienso dejarte aquí, Aegon. Ni siquiera pienses en eso.—terminó de amarrar la capa, cubriendo su cabeza con la capucha. Apachurró su cara con tela y todo, dejando un beso en sus labios—. Así que ponle voluntad.—
—¿Orden de la reina?—
—De tu esposa.—lo vio sonreír.
—No merezco tener a una mujer tan maravillosa como compañera.—
—Una que te ama, incluso teniendo cara de puré.—
—Oye~
La vio sonreír antes de tomar el bolso y mover el librero que tapaba los pasadizos secretos.
—Asi ninguna mujer te mirará con lujuria.—le alcanzó un bastón para que pudiera pisar mejor—. La única lujuria que necesitas es la mía.—
—Nada más...—
—Nos vamos, majestad.—____ le dio paso en el pasadizo—. Snow está en las afueras de la ciudad, Larys ya está camino a Essos. Nos encontraremos en un punto medio.—
—Planearon todo esto... ¿Para sacarme?—
—Yo te amo, corazón. Haría lo que fuera por ti... Y Larys tiene debilidad por tu situación de lisiado... y un fetiche por los pies, creo que le gusta el tuyo todo roto.—
—Que horror...—____ rió bajito antes de besar su mejilla y comenzar a caminar.
—No te preocupes, cuidaré la pureza de tu pie. Nadie lo lamerá ni chupará.—
—Que considerada...—
Aemond: *cuando te enteraste que Aemond maltrató a Helaena, no tardaste en ir a buscarlo*
—¿Qué es esa mierda de que le pegaste a Helaena?—
—Una princesa no debería decir esas-
—Púdrete, tú y tu puta elegancia.—____ apoyó ambas manos en la mesa, mirando al hombre cabizbajo—. ¿Qué mierda te pasa? ¿Incendias un pueblo por capricho y ahora te haces el ofendido?—Aemond hundió el rostro en sus manos, estaba frustrado. Frustrado, estresado, enojado y asustado. Y la mujer yendo a reclamarle lo de Helaena no lo hacía sentir mejor.
—Tiene a Vermithor, Bruma y Ala de plata, ____... súmale los de ella, sus hijos y Daemon... ¿Cómo esperas que le hagamos frente?—El hombre la miró, y entonces ____ notó sus ojos cansados—. Me disculpo si fui brusco... Pero Helaena debe ir a batalla quiera o no.—
—... Sabes que ella no lastimará ni a una mosca.—
—Lo sé, pero necesitamos a Dreamfire en el campo. Con Tessarion, al menos seremos cuatro... Solo si tú vienes también.—
—A donde tú vayas, yo iré contigo, Aemond...—lo vio sonreír—. Pero vuelve a asustar a Helaena y te apuñalo el otro ojo.—
—Siempre amenazas con lo mismo... Consíguete otra.—
—¿Otra amenaza?—Lo vio sonreír aún más—. Romperé nuestro compromiso entonces.—
—Ah, eso no lo harías.—
—¿Seguro? Aún no nos casamos oficialmente, puedo conseguirme otro esposo.—
—Eso no lo dudo.—Aemond se puso de pie, parándose frente a ella—. Una princesa Targaryen, hermosa, buena guerrera...—tomó su rostro con cierta firmeza—. Simpática y valiente...—se inclinó hasta su oido—. Y, ante los ojos de todos, aún virgen.—
—¡Aemond!—le dio un golpe en el pecho, haciéndolo reír.
—Aōhon iksan se ñuhon iksā*, ____... Hasta el final de nuestros dias, amor mio.—La mujer acunó su rostro, y Aemond sintió entonces ese amor y calidez que solo con ella supo que podía sentir.
Yo soy tuyo y tú eres mía*
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Tengo unos problemitas para publicar esto. Espero que esta vez no suceda nada, hice esta idea un poco tonta para practicar mi escritura Smut, espero que sea del agrado de los demás, agradezco también a quienes han leído mis otras publicaciones.
Advertencia: estructura +18, si eres menor de edad o no te gusta este tipo de lectura, no leas.
Adrian Tepes x lector femenino.
El Damphir que se robó una doncella prometida.
Para las jóvenes doncellas estar comprometidas con un buen hombre era una gran ilusión, corrían con la suerte de casarse con alguien de buena familia y estarían con alguien que las amaría, pero no siempre era así.
Estabas comprometida, mejor dicho, tus padres te estaban vendiendo a un hombre horrible, en el momento en que tuvieron la oportunidad decidieron que sería una buena idea entregar a su única hija al dueño de un negocio del pueblo. Ellos eran tus padres, ¿Cómo era posible que hicieran esto? Pero no les importaba, solo el dinero que recibirían al entregar a su hija como si no sucediera nada.
Su matrimonio no era uno normal, tu padre un completo borracho que solía tener deudas por su incontrolable adicción al alcohol y tu madre… a ella no le importaba su marido, solo se había casado con él en cuanto supo de su embarazo y sacarle lo poco que le diera.
Sinceramente no te importaban ya. Pero ahora que habían hecho aquél trato con ese hombre, enfureciste.
No tenías a nadie con quien desahogarse en casa, así que fuiste con la única persona que te entendía muy bien. Caminaste por el bosque hasta llegar al castillo que se instaló muy cerca del pueblo en que vivías, el castillo de Drácula.
Tener tan cerca ese imponente castillo había llamado su atención, la curiosidad llamaba y, en un momento donde huiste de tu hogar y de las discusiones de tus padres, fuiste a explorar cerca. No habías pensado que llegarías a conocer a Alucard, aquél que habías escuchado mencionar por un orador. Fue un poco extraño conocerlo, quizás porque él era diferente a un humano. Pero lo extraño y sobrenatural te atraía. Y desde aquella vez, comenzaron a tener una extraña pero hermosa amistad.
Alucard solía ser un poco callado pero sarcástico, cálido a pesar de que parecía esconder ese lado suyo, era guapo y esos pectorales, no eras ignorante de la seducción que Alucard poseía y no negabas que habías comenzado a sentir una gran atracción por él. Había muchas cualidades y razones en él que te hacían tener mariposas en el estómago cuando estaban juntos.
El castillo estaba frente a ti, subiendo los escalones sabías que él sabía que estabas ahí. La gran puerta fue abierta para que pudiera entrar y Alucard te vio desde las escaleras de caracol.
“... Que alegría verte.” La sonrisa en su rostro era evidente.
“Yo también me alegro de verte, Alucard.” Saludándolo, caminaste hacia él.
Alucard notó cómo su rostro estaba ligeramente molesto, normalmente cuando estabas así era por los problemas de tu familia, él lo sabía, desde que comenzaron a entablar amistad no le ocultaste nada sobre tus "amorosos papás". Alucard comprendió, no juzgó, pero si le molestó que unas personas fueran tan irresponsables y quisieran llevarse entre todos sus problemas a alguien que no lo merecía.
Él quería hacer algo para ayudar, el tiempo que estuvieron conviviendo ha sido lo mejor para él, habías aparecido justo cuando sentía que estaba perdiendo la cordura.
Ver a otro humano, después de que la guerra contra su padre terminó, fue lo mejor que le pasó, eras lo mejor que le habías pasado. Esa curiosidad tuya por las cosas sobrenaturales, tu forma de pensar y ese brillo en los ojos cuando jugaban juntos, era como un dulce regalo, pero no solo eso le llamaba de ti, cada vez que jugaban a atrapar el uno al otro, había estado viendo tus caderas al momento en que corrías, tus pechos esponjosos cuando necesitabas tomar aire después de tanto correr; Adrian quería ver tus lugares más privados.
Se sentía como un pervertido pero no podía evitarlo, lo tentabas.
“¿Qué sucede ahora?” Ignorando sus pensamientos lujuriosos, se atrevió a preguntar.
Mordiéndo tu labio por la frustración, comenzaste a hablar:
“Ay, Alucard, mis padres han hecho algo espantoso” Corriste a él y lo abrazaste con desesperación.
Para Alucard fue una sorpresa repentina cuando te aferraste a él, como pidiendo protección.
“��Me han comprometido con un señor!”
“¡¿Qué?!” No solía sorprenderse tanto, pero en cuanto dijiste aquello, fue como si le hubieran dicho la pesadilla más espantosa. “¿Ellos hicieron qué?”
“Prometido, pero en realidad me cambiaron por unas simples monedas en cuanto tuvieron la oportunidad” Susurró sabiendo que él escucharía. “No quiero casarme con un anciano, Alucard.”
Sus brazos rodearon tu cuerpo, como si fuera un refugio donde nadie entraría a dañar.
“Yo quiero estar con la persona que amo.”
Aquello llamó la atención del damphir y una ráfaga de celos lo invadió, estabas enamorada de alguien.
“¿De quién?” Su voz masculina salió de sus labios por sí sola. Tenía que saberlo, quería escuchar quién era ese alguien que amabas.
“Yo… Uh…” La vergüenza te tomó. ¿Por qué era difícil decir a quién amas?
“Dime, ¿A quién amas?” Los dedos de su mano derecha tomaron tu barbilla. Sus ojos miel te miraban como si estuvieran tratando de hipnotizar tu mente.
Labios masculinos se acercaban a unos femeninos, deseosos de probarlos, tu corazón parecía golpear tu caja torácica, pensaste si era posible que saliera de tu pecho por la forma en que palpitaba como loco. Lo que pensaste que nunca podría suceder, pasó, Alucard te estaba besando y era mejor que en tus sueños.
Sus esponjosos labios se movieron con maestría atrapando los suaves y torpes por la repentina acción. Con sus colmillos mordió su labio inferior pidiendo permiso para profundizar más ese beso y lo hiciste, le estabas dando permiso a hacer lo que quisiera, su lengua lamió la tuya como si la estuviera seduciendo; un pequeño gemido brotó y no supiste si fue tuyo o de él.
Él se separó de tu boca, un pequeño hilillo de saliva los mantenía unidos, sus ojos parecieron brillar más.
“ A mi habitación” Sin perder el contacto con tus ojos, te tomó por la cintura, te dejaste llevar por él y no querías dejar su cercanía.
Llegaron a su habitación dejando atrás el salón principal, la luz se filtraba por las ventanas haciendo que el lugar se notara un poco acogedor y como un lugar para descansar cómodamente. Tuvo que soltarle para poder cerrar la puerta, aun sabiendo que no habría nadie que les interrumpiera. Miraste a tu alrededor y su cama. Sabías lo que sucedería a continuación.
“No haré nada si no lo deseas, pero…”
“Quiero hacerlo.” Respondiste, no había duda de que quisieras.
Caminó hacia ti para poder besarse otra vez, hacer eso era como una invitación a lo prohibido, a la tentación. Y él quería llegar a eso, contigo. Los gemidos y suspiros entre besos eran escuchados, pero Alucard quería más que solo besarse, ambos querían más.
Con pasos decididos llegaron a su cama y te tumbó delicadamente en ella.
“He querido hacer esto contigo” Reveló con un poco de timidez. Su cuerpo más grande descansaba sobre ti.
“Yo también.” Con voz acalorada, lo miraste.
Ambos estaban igual de avergonzados, pero con el calor del momento y el deseo consumiendo sus cerebros, las caricias lascivas debajo de la ropa se hicieron presente, ambos querían tocar, explorar la piel del uno y del otro. La ropa comenzó a estorbar y a desesperarlo, necesitaba verte tal y como eras. No podía esperar más, con sus grandes manos no le fue difícil sacarte de ese molesto vestido.
Sus ojos brillaron cuando la vio desnuda por primera vez. Alucard iba a comerte y tú no lo impedirías.
Comenzó a recorrer tu cuello con dicha, con cada paso de sus labios por tu nervioso cuello, pechos y mejillas; un suspiro dejabas escapar para él.Guiaste tus manos hacia su cuerpo, querías quitarle la ropa como él hizo contigo, al ver lo que pretendías, ayudó a quitarse la camisa y pudiste ver sus músculos, pecho y cicatriz, era como si te hechizara cuando tus manos lo comenzaron a recorrer.
“¿Te gusta lo que ves?” Preguntó socarrón, no podías dejar de tocar y mirar, todo su pálido cuerpo, cada parte de él estaba haciendo que no alejaras las manos.
Y ahí estaba su modo burlesco, incluso en este momento de placer. Lo tomaste del cabello para besarlo con lujuria, mordiendo un poco sus labios. Gimió cuando lo tomaste así. Su mano comenzó a deslizarse desde tus pechos a la parte baja entre tus muslos, quería tocar ese lugar secreto entre tus piernas. Sus dedos tentaron hasta que por fin entraron en esa calidez, encontrando ese botón nervioso.
Sorprendida por lo que te hacía sentir comenzaste a gemir, las caderas se movieron por sí solas en cuanto sus dos dedos comenzaron a jugar con su clítoris, sus dedos parecían estar acostumbrándose a sentir lo cálida que eras en esa área sedosa. Necesitaba oír más de tí, comenzó a hacer que entres en desesperación por lo bien que te hacía sentir solo con eso. El nudo en tu estómago parecía reventar, un toque tras otro y otro cuando ya no pudiste más y llegaste al primer orgasmo de la tarde.
Tu cara ardía por haber terminado en su mano, con la respiración cansada de haber acabado en sus grandes dedos. El te miró, se le hacía agua la boca por verte así, los pantalones comenzaron a molestarle, con la necesidad de poder hacer algo por la dureza de entre sus piernas, se quitó lo último de su vestimenta, no iba a parar, separó tus piernas para estar enmedio de ellas, una mirada más a ti y un asentimiento le bastó para poder entrar poco a poco en tu interior. La respiración se le cortó cuando entró por fin, los dulces pétalos de tu cuerpo se separaron para recibir su longitud como si lo estuvieran esperando desde hace mucho tiempo.
Se sentía tan bien, tan húmedo y caliente, sus caderas comenzaron a moverse lenta y firmemente, provocando que gimieras para él. El repentino dolor por su grueso eje invadiendo tus confines, comenzó a desaparecer con cada destello de placer.
“Adrian…” Murmuró entre gemidos.
No comprendiste a qué se refería, hasta que te diste cuenta de que te pedía que lo llamaras por su nombre, su nombre real y no Alucard.
“A-Adrián” Lo complaciste y él agradeció embistiendo esos nervios de placer. Gemiste fuerte cuando su miembro golpeó con más fuerza, él iba a hacer que gimieras su nombre para él, se aseguraría de eso. Tu clítoris parecía entrar en un estado de excitación cuando la cabeza de su entrepierna lo golpeaba hasta querer hacerlo estallar.
El olor a sexo comenzaba a volverse más fuerte entre ese cuarto, los gemidos; los golpes de piel contra piel y esos gruñidos como de un ser sobrenatural eran la clara evidencia de lo que se estaba haciendo ahí. Un ser de la noche estaba corrompiendo a una doncella. Y no se arrepentía, la marcaría como suya, su compañera, de él y de nadie más.
Sus instintos naturales lo guiaban a querer poseerla por completo, a marcar a esa mujer como su compañera y amante. El clímax final estaba por llegar, ambos lo podían sentir como hilos de electricidad recorriendo sus cuerpos sudorosos. Sentiste ese nudo romperse otra vez y no pudiste evitarlo, te corriste sobre su duro miembro y creiste ver estrellas cuando sucedió. Adrian pudo sentir el momento justo en que llegaste al orgasmo y él pronto te acompañaría a la cima, su miembro parecía tener ligeros temblores, indicios de que pronto estaría igual que tu, una y otra embestida más bastaron para que él finalmente sintiera lo que llegaste a sentir, derramando su semilla en tu estreches. Y fue el placer más grande que pudo haber sentido en su vida y lo mejor es que fue contigo. Su cuerpo cansado cayendo sobre ti, sin lastimar.
“A ti, Adrián, a quien amo es a ti.” Dijiste por fin, tus brazos lo tomaron en una abrazo.
“Yo también te amo” Sonrió con sinceridad.”
El sueño te recorrió, tus ojos comenzaban a pesarte, te vio cerrar los ojos y para él fue como si viera dormir a un ángel. La noche estaba ya puesta en el cielo, con ella era imposible que regresara a casa, pero era muy seguro que no te irías, con lo cansada que habías quedado.
Mientras dormías, sus pensamientos lo llevaron al suceso que los trajo ahí, te habían prometido, cambiado habías dicho, pero por lo que hicieron y las confesiones, ese compromiso ya no era válido. Se levantó, tomó sus pantalones y buscando hoja y tinta comenzó a escribir una carta a tus padres.
Estimados señores:
La carta que les hago llegar es para hacerles saber que me enteré de que han prometido a su hija, la mujer que amo y ahora está durmiendo en mi cama, ahora con eso dicho ya no podrán seguir con sus planes, porque ahora ella es mi esposa.
Se despide: Alucard Tepes, el damphir que se ha robado a su hija”
#adrian tepes#adrian tepes x reader#alucard tepes x reader#alucard castlevania x reader#alucard (castlevania)#castlevania (2017)#adrian tepes x female!reader
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Voz de Isaiha en la cabeza de Ethel luego de haber sido drogada:
Te seguí adentro
Estuve contigo allí. Te invité
dos veces, lo hice
Amas demasiado la sangre.
Pero no tanto como a mi, no como a mi.
Te escuché, te vi, te sentí, te di.
Te necesito, te amo, te amo, te amo
Te escuché, te vi, te sentí, te di.
Te necesito, te amo, te amo, te amo, te vi, te amo,
te di, te amo, te amo, te amo, te amo Te amo. Te vi, te sentí, te amo, te amo.
Ethel Caín bajo los efectos de alguna droga
Sufre el lobo, arrastrándose hacia ti
Prometiendo un gran incendio, cualquier incendio
Diciendo que soy la elegida, me llevará
Estoy en llamas, estoy en llamas, estoy en llamas
El sufrimiento está cerca, acercándose a mí
Llamándome la elegida, hacia la luz blanca
Hermosa, finita...
Incluso el hierro todavía teme la putrefacción
Escondiéndose de algo que no puedo dejar atrás, de
caminar sobre las sombras, no puedo guiarme de regreso.
Abrochada en el suelo cuando la noche cae a la izquierda de papá y mamá que no vuelve a casa.
“Pobrecito dulce cordero de luto no hay nada que puedas hacer. Ya todo se ha hecho”
Que miedo un hombre como tu trae a una mujer como yo (muéstrame tu cara). Por favor no me mires así . Puedo verlo en tus ojos
Él sigue mirándome
Dime qué has hecho
Detente, detente, detente, haz que se detenga, detente, haz que se detenga. Haz que pare, ya he tenido suficiente.
Detente, detente, ¡DETENTE!
Palabras del predicador (Oraciones pregrabadas):
“Soy el rostro de la rabia del amor
Soy el rostro de la ira del amor. “Benditas”
Sean las Hijas de Caín, destinadas al sufrimiento eterno por los pecados de sus padres cometidos mucho antes de su concepción. Sean los niños, todos y cada uno llegan a conocer a su dios a través de algún acto de violencia sin sentido. Bendita seas, niña, prometida a mí por un hombre que sólo puede sentir odio y desprecio hacia ti.
No soy bueno ni malo, simplemente soy, y he venido a tomar lo que es mío.
Yo estaba allí en la oscuridad cuando vino tu primer periodo.
Estoy aquí ahora mientras huyes de mí todavía.
Corre entonces, niña.
No puedes escónderte de mí para siempre...
#Spotify#ptolemaea#ethel cain#traicion#fire#sad#iron#daugther#agosto2023#spotify#sadness#horror#music
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CAP 36 - ENTRE TE Y SECRETOS
Al amanecer, me levanté sin despertar a Liam, preparándome en silencio para nuestro regreso al tren. Después de dejar todo listo, compartí un agradable desayuno y almuerzo con Maxwell y Hana, disfrutando de una conversación que momentáneamente nos hizo olvidar los desafíos que se avecinaban. Drake había desaparecido por completo, mientras que Liam, lamentablemente, tenía compromisos con su "prometida" tras haber despejado su agenda el día anterior.
Por la tarde, me encontraba recostada en mi cama, mirando al techo con Chance acurrucado entre mis brazos. A pesar de mis esfuerzos por apartar los pensamientos de mi mente, no podía dejar de reflexionar sobre las conclusiones de Drake. ¿Podrían personas tan poderosas como Regina y Constantino estar involucradas en todo esto? Y si fuera así, ¿qué poder tendría yo para limpiar mi nombre?
De repente, hubo un golpe en mi puerta y entró Maxwell, con su típica sonrisa juguetona.
|| Muy bien, mi bella flor... ¡Es hora de brillar, mi futura reina! ||
|| Hey Max || Me levanto y Chance lo saluda con entusiasmo, dejando escapar dos pequeños ladridos.
|| ¡Hola, pequeño! Me alegra ser recibido por mi corgi favorito || Maxwell se inclina y rasca debajo de la barbilla de Chance antes de dirigirse a mí || Entonces, mi Flor, ¿estás lista para el té de la tarde con Regina? || Sus palabras me llenan de ansiedad y rabia.
|| Más o menos, Max… || Respondo, notando que mi voz empieza a temblar. Maxwell sostiene mi mirada y de repente agarra mis hombros, sorprendiéndome.
|| Mira, Riley... Sé que Regina no es tu persona favorita en este momento. ¡Pero mira el lado positivo! Esta podría ser la oportunidad perfecta para acorralarla y obtener respuestas, ¿no crees? || Me suelta y se sienta en el tocador en el rincón de la habitación || Es un evento público y la pillarás desprevenida. No podrá huir ni esquivarte ||
|| Ok, tienes razón... No había pensado en ese punto || Inhalo y exhalo profundamente. Estar cerca de personas en las que confío me permite respirar un poco más tranquila.
|| ¡Perfecto entonces! Debes prepararte, mi hermosa Flor. No queremos llegar tarde. Sara debe estar por llegar en unos minutos || me dice con emoción palpable.
|| Por cierto, ¿qué sabes de Anita? ¿Cómo está? ¿Sigue recuperándose? No he tenido noticias de ella || pregunto con curiosidad.
|| Parece que la recuperación de Anita va a ser larga. Lamentablemente, creo que este accidente marca el inicio de su jubilación. Ha trabajado muchos años para nosotros y para algunos nobles. Al menos, así parece... Pero dime, ¿qué opinas de Sara? Está haciendo un gran trabajo, ¿no crees? ||
|| Mmmm sí, Sara parece una chica muy tranquila, muy humilde... En algunos aspectos me recuerda mucho a mí || digo tranquilamente, pensando en las cualidades que encontré en ella.
|| Me alegra escuchar eso. Creo que Sara se está acoplando muy bien al ambiente cortesano. Hoy la vi hablando con Drake y no te miento, esta es la primera vez que veo a mi amigo hablar tan tranquila y relajadamente con una chica. No parecía querer escapar o sentirse incómodo. Preferí no molestarlo, no quiero crear más tensiones con él || comenta Max.
Analizo sus palabras y de repente siento una punzada de ¿celos? ¿Qué rayos te pasa, Riley? ¿O son celos de amiga? Sí, eso debe ser, celos de amistad. Es bueno que Drake quiera conectar más con la gente, ya que es bastante reservado y no suele abrirse fácilmente con nadie. Además, tal vez sea hora de que Drake busque a alguien más, ya que conmigo no llegará a nada y Sara es una buena chica, pero... ¿Por qué siento como si quisiera que Anita regrese para que Drake no se fije en Sara? ¡Rayos! De repente, tocan a la puerta, sacándome de mis pensamientos. Maxwell se acerca para abrirla, y nos encontramos con una Sara notablemente feliz.
|| Hola, Riley, Lord Maxwell || saluda con una pequeña reverencia.
|| Sara, ¡qué gusto tenerte aquí! Pasa por favor... || Maxwell la hace entrar, y en ese momento me doy cuenta de que debo controlar estos sentimientos absurdos. Drake tiene todo el derecho de buscar a alguien más.
|| Hola Sara, ¿cómo estás? || digo, intentando ocultar cualquier emoción || ¿Cómo está Anita? ¿Se siente mejor? ||
|| Ella está mejorando, pero todavía tiene el yeso en la mano y parece que la recuperación llevará más tiempo del esperado. Los médicos sugirieron iniciar la rehabilitación en un mes. Gracias por preguntar, Riley ||
|| Vaya, aún falta tiempo para que se recupere || comento con pesar.
|| Así es, pero por ahora, cuentas conmigo. Espero poder hacerlo tan bien como lo haría ella || dice Sara, sonriendo.
|| Has superado nuestras expectativas, Sara. Bueno, dejemos que hagas tu magia con mi flor. Llevaré a Chance a pasear mientras ustedes trabajan || dice Maxwell, quien toma a mi perro en brazos y se va de la habitación. Yo me siento frente al tocador y Sara comienza a limpiar mi rostro, preparándolo para su trabajo.
|| Lord Maxwell me explicó que hoy tienes una reunión muy importante y que debes brillar. Por eso, tengo el peinado perfecto para la ocasión ||
|| Estoy en tus manos, Sara. Confío completamente en ti || respondo sonriendo, recibiendo una sonrisa de vuelta.
**
Después de una ligera conversación amistosa, Sara terminó su trabajo. Me observé en el espejo maravillada por su talento, que claramente heredó de su madre. Mi maquillaje era sutil y natural, resaltando mis rasgos sin exagerar, mientras que mi cabello lucía con elegantes ondas entrelazadas en trenzas a los costados, unidas en un delicado moño.
|| ¿Qué te parece? || preguntó Sara con curiosidad.
|| Sara... sinceramente, este peinado es exquisito y el maquillaje simplemente perfecto. Es exactamente lo que me gusta. Gracias || respondí emocionada, admirándome en el espejo. La vi a través de él y noté su sonrisa de satisfacción.
|| No tienes por qué agradecerme, Riley. Eres realmente hermosa, así que solo realcé lo que ya está ahí. Estoy segura de que tienes a todos los hombres rendidos a tus pies || dijo emocionada. La miré y sonreí, aunque sentí una tristeza sutil.
|| Eres muy amable. Pero para ser honesta, no tengo al hombre que realmente deseo. De todos modos, aprecio tu sinceridad || respondí con un toque de melancolía, lo que la hizo abrir los ojos sorprendida por mis palabras.
|| ¡Cielos, Riley! No fue mi intención hacerte sentir mal. Solo quería... || exclamó disculpándose, pero la interrumpí antes de que pudiera continuar.
|| Tranquila, no te preocupes, entiendo lo que me querías decir. Mejor cambiemos de tema... Dime, ¿cómo te va últimamente? ¿Te has acoplado bien? || pregunté soltando un pequeño suspiro.
|| Me he acoplado bastante bien, ya que las personas son muy amables conmigo, aunque hay algunas que son un poco insoportables. Una de ellas es la prometida del Rey, la condesa Madeleine. Critica todo lo que hago y nunca está conforme || No pude evitar soltar una gran carcajada ante sus palabras. Amo la sinceridad de Sara. Nadie puede evitar notar lo insoportable que es Madeleine. De repente, Sara se da cuenta de lo que ha dicho y se llena de vergüenza || Lo siento, Riley, no quise ser tan sincera ni grosera al hablar sobre la Condesa ||
|| No te preocupes, Sara || le digo con una gran sonrisa || No solo tú crees que es insoportable. Muchas personas piensan lo mismo, y yo soy una de ellas, así que no te preocupes ||
|| ¡Es bueno saberlo! || me dice con más tranquilidad, sonriendo antes de mirarme fijamente || Riley, ¿puedo preguntarte algo? Espero no molestarte con mi pregunta ||
|| Estoy segura de que no lo harás. Dime sin problema ||
|| Como te comenté, me estoy acoplando bastante bien, pero hay una persona que me ha estado ayudando últimamente... || Noto cómo su rostro se ilumina al hablar de esa persona, sus ojos brillan de emoción y sus mejillas se sonrojan ligeramente || Esa persona es Drake... Sé que eres su amiga, por lo tanto, quisiera saber si él está soltero. Es decir, ¿tiene a alguien en su vida o está saliendo? Disculpa que te lo pregunte, pero creo que eres la única que podría responderme ||
La intensidad en sus ojos me hace sonreír, pero también siento una pequeña punzada de celos y tristeza. Drake es alguien especial para mí, aunque solo lo veo como amigo. Sin embargo, no puedo evitar sentir celos al ver cómo Sara se interesa en él. "
|| Sara, sinceramente, no sé si está saliendo con alguien en este momento. Hasta donde sé, no tiene a nadie en su vida ahora mismo || Le digo con mucha sinceridad. Al escucharme, Sara suspira de alivio, y puedo ver cómo su entusiasmo crece.
|| Gracias, Riley. Eso realmente me da esperanza. Al inicio nos vimos pocas veces, pero últimamente nos hemos puesto a conversar y me he dado cuenta de que es un hombre muy amable, sencillo y demasiado fácil de hablar y honestamente no puedo negar que es muy atractivo.... Drake ha sido tan amable y atento conmigo || ¿Drake fácil de hablar? ¿Es del mismo Drake que conozco? Me pregunto a mi misma mientras que Sara sigue hablando || No puedo evitar sentir algo especial por él ||
Me obligo a sonreír, a pesar de la mezcla de emociones que siento.
|| De verdad me alegra saber que tienes a alguien que te hace sentir así || respondo, tratando de mantener mi voz serena || Solo asegúrate de ser tú misma. Drake aprecia la honestidad y la autenticidad || Le digo y Sara asiente, su rostro radiante de gratitud.
|| Lo haré, Riley. Gracias por tu consejo y por ser tan comprensiva. Realmente significa mucho para mí || Mientras veo a Sara tan ilusionada, acepto que tal vez es momento de que Drake siga su camino y encuentre la felicidad con alguien más. Yo no puedo ofrecerle nada en este momento, y es injusto mantenerlo en pausa por mis propios sentimientos encontrados. A pesar de los celos, sé que es lo correcto || Disculpa que te lo haya preguntado, pero como te dije, sé que son amigos y bueno pues—|| Pero antes de que ella continúe, Maxwell entra por la puerta junto con Chance.
|| Mi Flor || exclama Maxwell mirándome || Como siempre, te ves hermosa y precisamente eso es lo que necesitamos el día de hoy, tienes que brillar. Solo falta tu vestido y estarás más que lista || Chance lloriquea corriendo hacia mí, sabiendo muy bien que debo irme de nuevo.
|| Max, ¿crees que Chance pueda ir esta vez? || pregunto con pesar, pero Maxwell me mira triste.
|| No lo creo || Maxwell toma nuevamente a Chance entre sus brazos y lo abraza fuertemente contra su pecho || Pero afortunadamente, hice arreglos para que uno de los miembros del personal cuide de él si nos alargamos por mucho tiempo. Así que no te preocupes, ��l recibirá toda la atención, golosinas y paseos que este pequeño y esponjoso ser se merece ||
|| ¡Genial! Eso es perfecto. Gracias por pensar en él || respondo contenta, suspirando de alivio mientras me acerco para acariciar la peluda cabeza de Chance.
|| No tienes de qué preocuparte, pero por ahora dejemos a nuestro amiguito a un lado, ya que es momento de que te vistas. Por eso traje ayuda extra... ¡CHICAS! || grita, y entrando por mi puerta veo a Hana y Olivia, completamente vestidas y listas || Bueno, nuestro trabajo aquí ha terminado... Las dejaremos solas para que mi flor pueda vestirse || exclama Maxwell mientras Sara solo sonríe.
|| Muchas gracias, Sara, por tu ayuda || le digo sonriendo.
|| Fue un placer, Riley. Buena suerte || ella me sonríe de vuelta mientras Maxwell se acerca a Hana y a mí.
|| Te deseo lo mejor, mi flor... Espero que obtengas las respuestas que necesitas || me dice Maxwell mientras me da un fuerte abrazo y un suave beso en la mejilla. Luego se acerca a Hana, dándole un beso en la boca || Chao, mi muñeca, nos vemos más tarde || Y tanto Sara como Maxwell salen de mi habitación.
|| ¿Y cómo estás tomando las cosas? || pregunta Olivia, arqueando una ceja mientras se contonea con su vestido plateado brillante, que hace que su cabello rojo se destaque como el fuego. Me quedo mirándola, sorprendida de cómo está al tanto de las sospechas que todos teníamos. Ella percibe mi confusión y rápidamente interviene || Maxwell me contó sobre las sospechas relacionadas con Drake... Pero sé que no debo mencionárselas a Liam hasta que sepamos si son ciertas o no || exclama con firmeza, mostrando su carácter decidido.
|| Estoy tomando las cosas con calma y tratando de encontrar fuerzas en algún lado || respondo, tratando de darme ánimo a mí misma.
|| Más te vale || dice Olivia, su voz cargada de determinación || No puedes permitirte flaquear ahora. Si las sospechas son ciertas, los antiguos reyes no se involucrarían en algo así sin una buena razón. Hay demasiado en juego y necesitamos estar preparadas para cualquier cosa. ¿Entiendes? ||
Asiento, sintiendo el peso de sus palabras. Hana me mira y exclama de inmediato:
|| ¡Vamos, Riley! Todo saldrá bien. ¿Estás lista para la fiesta? || Hana camina hacia mí con su vestido rosa fluido y me abraza fuertemente, mientras sostiene un porta trajes negro || Mira lo que traje para ti || Hana se aparta y saca un hermoso vestido de color rosa palo claro del estuche || ¡Lo vi y pensé en ti! Deberías probártelo ||
Le sonrío ampliamente y tomo el vestido rápidamente, dirigiéndome al baño. Al ponérmelo, me miro en el espejo y me doy cuenta de que me queda perfecto. El vestido es moderno y ajustado, destacando mis curvas de manera elegante. Tiene un escote en V que realza mi cuello y mis clavículas, y tirantes finos que le dan un toque sofisticado. La tela es suave y elástica, permitiendo que se ajuste cómodamente a mi cuerpo sin ser restrictiva. La falda es recta y llega justo por encima de mis rodillas, con una pequeña abertura lateral que añade un toque sexy y moderno. Me miro por última vez y salgo sonriendo.
|| ¿Qué opinan? || pregunto curiosa.
|| Vaya, vaya… Nada mal… Te ves increíble || dice Olivia, sus ojos brillando con aprobación. Luego abre su cartera y saca una pequeña caja. Se acerca a mí y me la entrega con un gesto decidido || ¡Ten! Feliz cumpleaños. Me contaron que ayer fue tu día, así que… Es para ti. Seguro que te quedarán bien con ese vestido || añade con una pizca de reluctancia en su voz. Mis ojos se abren en sorpresa al abrir la cajita y encontrar dos hermosos pendientes de perlas.
|| ¡Olivia, están hermosos! No tenías que molest-- || comienzo a decir, pero Olivia me interrumpe.
|| Ok, ok, de nada… || responde, inicialmente reacia a mi afecto. Sin embargo, luego de un momento la abrazo con fuerza, al inicio corresponde al abrazo de manera algo forzada. Rápidamente se separa y vuelve a poner su rostro serio.
|| Ahora sí debes estar lista para lo de hoy. Recuerda, mantén la cabeza en alto y no dejes que nadie te haga dudar. Estás destinada a brillar || dice con firmeza.
|| Así es || respondo con una sonrisa sincera, notando su resistencia, pero también su gesto de cariño momentáneo || Ahora me siento lista para cualquier cosa || añado, llena de ansiedad.
**
Tiempo después, nos encontramos en la extravagante fiesta de té organizada para Madeleine en el prestigioso Hotel Ritz. Al entrar, fui recibida por un ambiente opulento y elegante. El vestíbulo relucía con suelos de mármol pulido y candelabros que arrojaban destellos dorados sobre las paredes adornadas con relieves florales.
Las mesas estaban meticulosamente dispuestas con manteles blancos y rosados, cada uno cubierto con vajilla finamente decorada. Copas talladas brillaban a la luz de las velas, mientras pequeños arreglos de rosas perfumaban el aire con su fragancia dulce y fresca. Me detuve un momento para admirar los detalles exquisitos del entorno, sintiéndome transportada a un mundo de lujo y refinamiento.
|| ¡Vaya! Esto es encantador || exclamé en voz alta mientras respiraba el delicado aroma de los pétalos de rosa frescos, sintiéndome relajada al instante.
|| ¡Muchas gracias! || escuché de repente decir a Madeleine, quien se coló detrás de mí, asustándome por completo || Estoy contenta de que hayan podido acompañarnos hoy ||
¿Contenta? Me pregunté a mí misma. ¿Está siendo sincera o sarcástica?
|| Madeleine, Ehhh… Todo es muy hermoso, gracias por la invitación || respondí con compostura mientras ella me sonreía.
|| Todo es maravillosamente hermoso || dijo Hana sinceramente.
|| Honestamente estoy feliz de tenerlas aquí… Sobre todo a ti, Riley, mientras te sigas comportando tan bien como lo has hecho hasta ahora || añadió Madeleine con un tono que dejaba claro su superioridad, rozando mi brazo con su mano y susurrándome al oído: || Le dije a Liam que con el tiempo estarías preparada ||
|| ¡¿Qué fue lo que dijiste?! ¿Preparada? || Exclamé, llena de rabia. Olivia y Hana abrieron los ojos ampliamente. Rápidamente di un paso atrás, sintiendo que la sangre me hervía en la cabeza.
|| Me escuchaste perfectamente, Lady Riley. Pero te lo diré de otra manera… Estás lo suficientemente capacitada para adaptarte y ser presentable ante la sociedad || continuó Madeleine con una sonrisa de victoria en su rostro. Antes de que pudiera responder, me dio unas palmaditas en la espalda: || Bueno chicas, por favor diviértanse y siéntanse bienvenidas || Sin dudarlo ni un segundo, Madeleine se aleja rápidamente antes de que pueda contestarle o decirle unas cuantas verdades en la cara. Respiro hondo y me esfuerzo por mantener la calma. Frente a la "sociedad", muestro mi mejor cara, demostrando que nada me afecta ni me perturba, aunque por dentro estoy gritando y luchando por contener las ganas de abofetear a esa mujer. ¿Quiere jugar? ¡Perfecto! Muy bien, veremos quién se ríe al último.
|| Sé que desearías matarla como a mí también me gustaría... Pero desafortunadamente debemos mantener la compostura. ¡Cielos! Esa mujer es realmente insoportable || exclamó Olivia, rodando los ojos mientras sostenía una bebida fresca en la mano.
|| Olivia, a ti muy pocas personas te caen bien || señaló Hana con una sonrisa cómplice mientras yo contuve una risa. Olivia respondió con una sonrisa irónica, sin apartar la mirada de Madeleine, que conversaba con otras damas.
|| Es cierto, Hana. Pero Madeleine, en particular, me saca de quicio || dijo Olivia, con una mirada de desdén hacia la distancia.
|| Bueno chicas || intervine, escudriñando el salón || Creo que es hora de tomar un poco de té ||
**
Después de unos minutos disfrutando de un delicioso Earl Grey, delicadamente mezclado con crema, noté a Charles y Rashad de pie en la esquina de la habitación, observando a su alrededor en busca de alguien. Sin poder evitarlo, Rashad cruzó su mirada con la mía y rápidamente susurró algo a Charles, quien me miró de inmediato y luego dirigió su atención hacia Hana y yo.
|| ¡Maldición! || exclamé, apartando la mirada de ellos, mientras Hana y Olivia me miraban confundidas ante mi expresión || Moros en la costa, Hana. Esos nobles ridículos que nos presentó Madeleine están aquí || Susurré a Hana, quien pareció sorprendida y los vio de reojo.
|| ¡No puede ser! ¡Ni siquiera había pensado en encontrármelos aquí! ¡Espero que no vengan para acá! || exclamó Hana con fastidio.
|| Demasiado tarde, queridas. Se dirigen hacia acá… || dijo Olivia sonriendo mientras tomaba su taza de té.
|| Hana, tengo una idea. ¿Por qué no haces un brindis? Así llamas la atención y evitas que se acerquen || sugerí.
|| No lo había pensado, pero… ¡Es una excelente idea! || respondió Hana confiada. Rápidamente me levanté y empecé a golpear suavemente mi cuchara contra el borde de mi taza para llamar la atención de los presentes. Logré mi objetivo de inmediato; Charles y Rashad se detuvieron y miraron hacia nuestra dirección con interés.
|| Buenas tardes a todos... En este momento, Lady Hana quisiera decir unas palabras || anuncié asintiendo hacia ella. Hana me sonrió, levantó su taza y se puso de pie.
|| Solo quería decirles que estoy inmensamente feliz por Madeleine y Liam. Estoy muy agradecida con ambos por la calidez con la que me han recibido en su corte. Sé que serán gobernantes excepcionales, capaces de guiar con sabiduría y compasión || Al escuchar estas palabras, sentí como si un cuchillo se clavara en mi corazón. Cada una de las palabras de Hana calaba profundamente en mi alma. Liam regresó a verme, pero rápidamente evité su mirada y la bajé para ajustarme el vestido, intentando contener mis sentimientos. No puedo negar que serán excelentes gobernantes. Liam es fuerte y Madeleine está muy bien preparada. Quizás amar a Liam no sea suficiente. Duele escuchar estas palabras de aquellos cercanos a ti, pero sé que Hana no lo hizo para lastimarme. De repente, mientras continuaba su discurso, Hana me miró preocupada al darse cuenta de lo que había dicho. Inmediatamente levanté mi copa para tranquilizarla. || Es por eso, queridos todos, que no podría haber pedido a mejores y más amables anfitriones… ¡Salud y larga vida al Rey! ||
|| ¡Larga vida al Rey! || gritaron todos al unísono. Mientras todos brindaban por la "feliz pareja", noté que, aunque la idea era apartar a Rashad y Charles, lamentablemente, ellos terminaron acercándose a nosotras.
|| Señoritas, realmente es un placer verlas aquí || dijo Charles, inclinándose y tomando la mano de cada una para dar un pequeño beso || Lady Olivia… No sabía que estarías presente en el tour ||
|| ¡Sorpresa, sorpresa! || exclamó Olivia, tratando de aparentar tranquilidad ante estos caballeros. Rashad, por su parte, nos saludó atentamente a todas, pero mantuvo su mirada fija en mí.
|| Te ves absolutamente encantadora hoy, Lady Riley || dijo Rashad mientras me daba una pequeña vuelta || ¡Vaya! Realmente hermosa. Debo confesar que he estado esperando toda la noche para tener la oportunidad de hablar contigo. Siempre me ha fascinado tu estilo y elegancia. ¿Me concederías el honor de un baile más tarde? ||
Sentí una ola de incomodidad ante sus insinuaciones, y traté de mantener una sonrisa cortés.
|| Gracias por el cumplido, Rashad || respondí, evitando su mirada.
|| Estimados caballeros || intervino Olivia al notar mi clara incomodidad || Lamentablemente, Riley y yo debemos dejarlos. Tenemos que discutir unos detalles importantes para el evento de mañana ||
|| Oh, ¿ya se van? Justo cuando pensaba que podríamos charlar un poco más || Rashad mostró una expresión de sorpresa y desilusión.
|| Si es una lástima, pero se quedan en excelente compañía, ¿verdad, Lady Hana? || Dijo mientras que Hana abrió los ojos ampliamente, tratando de asimilar lo que acababa de pasar.
|| Eeeeh… Sí, así es… || respondió, aún confundida. Olivia rápidamente tomó mi brazo y me alejó de ellos. Mientras nos alejábamos, sentí una ola de alivio y gratitud hacia Olivia.
|| No es por nada, pero Hana se merece eso por su pequeño discurso, ¿no crees? || exclamó Olivia con una gran sonrisa. La miré fijamente, negué con la cabeza y me reí con ganas.
|| Gracias, Liv. Sé que no fue su intención, pero lamentablemente tenía que hacer ese brindis || respondí con sinceridad. Me sentí feliz por tener a Olivia, cuya rápida acción me había salvado de una situación incómoda. Su amistad y apoyo eran invaluables.
Mientras tratábamos de avanzar y alejarnos rápidamente de estos caballeros, de repente choqué con alguien. Justo cuando iba a disculparme, un delicioso aroma familiar llegó a mi nariz. Al levantar la mirada, noté una brillante sonrisa acompañada de un par de ojos azules.
@tessa-liam, @kingliam2019, @choicesficwriterscreations
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*Un lindo día en el bosque en la cabaña de April*
Rafael :*mira el arco de flores* Por fin ya hemos terminado de colocar todas las decoraciónes 😒💦🎊
Donatello :*se acomoda los lentes*Si me alegro que April nos dejó hacer la boda aquí en la cabaña 😁🏠💒
Miguel Angel :*se acerca a Raph y Donnie y la decoración* Waou ~😲✨ chicos esto seve hermoso esto será la boda más genial del mundo 😄💒¿donde esta Leo? 🤨
Rafael :*se cruza los brazos*Leo aún Sigue adentro arreglando su esmoquin pero vendrá para que la boda comience 😒💢👔
Miguel Angel :*se voltea y mira a Leo* miren familia el novio a llegado 😃🤵✨
Leonardo :*se acomoda su moño* bueno chicos...😌¿como me veo? 😁🤵
Rafael :*se sonrie* vaya Leo te ves genial Stefany le gustará mucho cuando te vea 😉✨
Leonardo :*se sonroja* mucha gracias Raph 😊*mira por los lados* cielos chicos todo está perfecto esto 🤩✨
Donatello :*toca a Leo en el onbro* si nos costó mucho esfuerzo de decorar todo para tu día especial que te casaras con Stefany 😁
Leonardo :*se acerca el altar* muy bien Solo espero que esto salga bien cuando mi prometida llegue estoy un poco nervioso 😌😅
Miguel Angel :*se acerca a Leo* tranquilo Leo no estés un poco nervioso lo harás bien porque tu hermanos estaremos aquí para apoyarte 😁😄✨
Leonardo : tienes razón Mikey creo que lo haré bien porque es mi día que me casaré con Stefany 🥰👰*se acomoda su esmoquin* ¿cuando tiempo vendrá? 🤨
Miguel Angel : Candy me aviso que la novia va a venir 😁👰✨, bueno iré a avisar a splinter ya Casey y su padre que ya estamos listos para empezar la boda 😊💒*se va corriendo*
Leonardo : está bien gracias Mikey 😃 (pensamientos💭) Bueno ya está todo listo solo espero que mi gatita venga 😊💞💖
***
Candy :*mira a April y se acerca* April ya chicos que la boda va a comenzar ¿Stefany no ha salido? 🤨💒
April : ya casi Anastasia le está arreglándole a Stefany su cabello 😊*toca la puerta* chicas ya terminaron ya va empezar la boda 😃💒💐
Anastasia :*sale de la habitación* listo termine de arreglar la novia perfecta 😁👰✨
Stefany :*sale de la habitación* muy bien y ¿como me veo? 😊
Anastasia : no tiene que agradecerme para eso son las amigas 😁😊*acomoda a Stefany su velo* Leo se alegrara mucho cuando te vea en la boda 😃💒💐¿estás muy emocionada? 😁
April and Candy :*mira a Stefany*¡¡Oh Cielos te vez muy hermosa!! 🤩🤩✨
Stefany :*se sonroja* mucha gracias pero fue Anastasia que arregló para hacerme bonita para Leo 🥰💞
Stefany :*recoge el ramo de flores* sí estoy muy enamorada porque este va a ser el mejor día de mi vida 😊👰*mira a Candy* ¿Candy estas llorando? 🤨
Candy :*lloriqueando*lo siento es que no puro resistir es que siempre yo lloro en las bodas 😢😭* se limpia las lágrimas con su pañuelo*
April :*toca a Candy en el onbro* ya Candy mejor para de llorar Mejor vamos a fuera a sentarnos ya la boda va a comenzar 😌💒💐*seva y se lleva a Candy*
Stefany : Anastasia estoy muy contenta en mi gran día en mi boda pero estoy un poco asustada 😨💒💐¿creés que lo haré bien? 😟
Anastasia :* toca a Stefany en le onbro*Stefany no tienes que asustate estoy muy segura que lo harás muy bien porque es tu gran día que te vas a casarte con Leo 😁💒
Stefany : gracias Anastasia por apoyarme eres mi mejor amiga del mundo pero también eres como una hermana para mí 😊
Anastasia : me alegra escuchar eso ahora vamos a llevarte a tu boda Leonardo tu futuro esposo te espera ~😏🤵✨
Stefany :*se cubre con el Belo*Sí tiene razón amiga vamos 😃(pensamientos💭) descuida mi tortuguita tu novia va en camino 🥰💖💗👰💐
@inspiredwriter
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Tengo esta idea dando vueltas en mi cabeza desde que leí The Flock de Rosegardeninwinter y populardarling.
A algunas personas, (como mi novio) esto podria parecerles un poco perturbador, pero yo pienso que es una de las cosas más románticas y adorables que he leído.
La mayoría de las personas evita hablar sobre la muerte de uno mismo o el último lugar de descanso. Incluso hay esta frase que me molesta que dice "Hasta que la muerte nos separe" Así que entenderán porque la parte donde Peeta ya tiene su lugar de descanso juntos, un lugar bonito, agradable donde incluso las flores silvestres crecen, me parece de lo más hermoso. 🥰🥰
Katniss no esperaba una respuesta, ni Peeta la obtuvo, pero él parecía satisfecho de todos modos, y sostuvo la puerta para que ella viniera a su lado nuevamente. —Tu sorpresa está aquí—, dijo. —Es un lugar tranquilo, un poco alejado de los demás, y mira cómo crecen las flores silvestres allí, incluso ahora—.
Su prometida inclinó la cabeza hacia un lado para distinguir la forma que estaba señalando. Peeta sostuvo su linterna más alto y Katniss se dio cuenta de que lo que estaban viendo era una lápida, o mejor dicho, su lápida.
Peeta Martin Bram Mellark , cuidadosamente tallado debajo de su fecha de nacimiento. Su nombre, al menos, el nombre que pronto le pertenecería, grabado debajo: Katniss Esther Axson Mellark. Inscrito debajo, en letra más pequeña, decía: “Amada esposa, devota madre y noble Señora del Rebaño. Que vuele alto por siempre.”
—Salvando ese error—, preguntó Peeta, sonando, por todo el mundo, como un niño de escuela ansioso, —¿te gusta? Salí a buscar flores de Katniss para dibujar como referencia tan pronto como supe con quién me emparejarían—
Por primera vez, Katniss notó que su nombre había sido grabado en la base de la lápida. Un par de pájaros de piedra volaron sobre los nombres en la parte superior de la piedra. Fue una hermosa obra de arte, cuidadosamente hecha.
—Me gusta— dijo, sinceramente. —Me gusta mucho.—
—Nuestras almas volarán juntas para siempre—, recordó Peeta, —sin ataduras a la tierra. Pero no hay razón para que el último lecho matrimonial de nuestros cuerpos sea desagradable—.
—De hecho—, murmuró Katniss. — Es encantador, gracias, su Gracia.
El pensamiento de que un chico piense en que sus cuerpos se quedarán descansando juntos y las almas estarán juntas por siempre es precioso y el ideal ❤️
The Flock by @rosegardeninwinter and @captainseaweedbrains
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"Nocturno a Rosario"
por Manuel Acuña
(1849-1873)
El poeta se suicidó a los 24 años
por causa de este fatal amor
con una mujer casada.
Pues bien, yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.
De noche cuando pongo
mis sienes en la almohada,
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada,
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.
Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos;
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás;
y te amo, y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos
te quiero mucho más.
A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y huir de esta pasión;
mas si es en vano todo
y mi alma no te olvida,
¡qué quieres tú que yo haga
pedazo de mi vida;
qué quieres tú que yo haga
con este corazón!
Y luego que ya estaba?
concluido el santuario,
la lámpara encendida
tu velo en el altar,
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario,
y abierta allá a lo lejos
la puerta del hogar...
Yo quiero que tú sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías;
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías
que ya no sé ni dónde
se alzaba el porvenir.
¡Que hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo.
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos, un alma sola,
los dos, un solo pecho,
y en medio de nosotros
mi madre como un Díos!
¡Figúrate qué hermosas
las horas de la vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida,
y al delirar en eso
con alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no más por ti.
Bien sabe Díos que ése era
mi más hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
¡bien sabe Díos que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
en el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!
Esa era mi esperanza...
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡adiós por la última vez,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores,
mi mira de poeta,
mi juventud, adiós!
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Las cosas que me haces hacer... _C5_
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Hao x Anna x Yoh
Sinopsis: Las necesidades carnales pueden traer consecuencias graves... sobre todo si es con el chico equivocado.
Advertencia: Lemon (NFSW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 5 ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Mantenía su vista fija en las manecillas del reloj... esperando.
Hace más de cuatro horas que la itako debió haberlo despertado para que cumpliera con sus obligaciones, sin embargo... Anna brillaba por su ausencia.
Se le hacía demasiado extraño; la curiosidad y la preocupación le carcomían el alma... tenía que averiguar la razón de la “ausencia” de su prometida, más el miedo y la vergüenza lo vencieron.
No se atrevía a ir en busca de Anna... SU Anna. Así que simplemente siguió contemplando el aparato colgado en la pared.
* Si se pasa de las dos, iré por ella. *
Yoh decía para sí, aunque no estaba muy seguro de poder hacerlo.
Sin importar nada, esperó e inconscientemente trató de encontrar alguna explicación... definitivamente no era normal que la itako se levantara a estas horas.
* Anoche todo estaba muy bien... no me explico. Pero, ahora que lo pienso, últimamente ha lucido algo tensa... ¿acaso es por mi culpa?. *
El joven Asakura estaba en lo correcto y es que la frustración de la rubia ya no la dejaba vivir... ni su dura máscara de hielo pudo ocultar su ansiedad, su loco deseo de pertenecerle a su inocente y hasta a veces estúpido prometido.
Iba bien encaminado... lo sentía, por ello comenzó a analizar hasta el más mínimo detalle.
* Anoche se comportaba mucho más dócil que de costumbre... ¡¡Anna!!. Es que el solo hecho de pensar en ti... *
Dejó su lugar junto a la mesa del comedor para acomodarse en el jardín.
El tiempo estaba perfecto, ni mucho calor ni mucho frío... todo era perfecto para que el joven shaman pudiera pensar con libertad y sin interrupciones.
Recordó su mirada... esos fríos ojos negros, que la noche anterior estaban nublados por las ansias, por el deseo... por lo nerviosa que estaba con tan solo tenerlo cerca.
Al pensar en su mirada y en todo lo que transmitía, el menor de los Asakura no pudo evitar que su imaginación volara...
Anna se había desarrollado mucho con el paso de los años; ahora era toda una mujer... una muy hermosa y atractiva por cierto.
Anchas caderas, perfectos pechos, estrecha cintura, suave y tersa piel, pequeños e incitadores labios... deseaba poder probar sus apetecibles labios así como la miel que derrochaban; deseaba poder tocarla, sentir cada una de sus curvas.
Los ojos de Yoh se cerraron mientras pequeños escalofríos recorrían su cuerpo. La deseaba y mucho... tenerla tan cerca pero tan lejos a la vez.
La imagen de SU Anna... con sus cortos y ajustados vestidos que mostraban gran parte de sus perfectas y firmes piernas. Maldecía a los vestidos... lo único que hacían era aumentar su deseo por ella.
Lo único que podía superar su deseo era todo lo que la amaba... un amor loco que lo torturaba, que lo mataba día a día, haciendo de sus días una deliciosa agonía.
Tal vez si tuviera el valor de confesarle sus sentimientos a la itako, no sufriría ahora, pero es que el miedo que le tenía lo hacía desistir de cualquier posible intento. Le aterraba la idea de que ella fuera más cruel y se cerrara aún más.
Y es que la vida al lado de la rubia era una dulce y dolorosa condena... ver pero no poder tocar, desear pero no poder satisfacer...
* Anna... te amo. *
Murmuró, tan sumergido en sus pensamientos que ni siquiera notó la hora que indicaba el reloj.
~*~
~*~
~*~
No sabía cuántas horas habían pasado después de que el amo del fuego la dejó en su habitación... no lo sabía aunque eso era lo que menos le importaba; tenía infinidad de cosas en su mente, momentos que necesitaba recordar... revivir.
¿Cómo había llegado a tanto?. Jamás pensó que su gran necesidad de sentirse amada llegase a tanto como para ser saciada con él... no lo comprendía, pero de lo que sí estaba segura era de que no se arrepentía de nada, al contrario. Estaba más que satisfecha con su decisión.
Habían pasado varias horas, aun así, lo recordaba todo a la perfección. Cada caricia, cada beso, cada orgasmo que él le dio... todo. Suspiraba incansablemente y de pronto, la necesidad de estar con el mayor de los Asakura se hizo presente.
¿Cómo era posible que comenzara a necesitarlo a tan solo pocas horas de haberle dejado?.
Eran tantos sentimientos y emociones que atacaban su corazón que olvidó por completo su responsabilidad y obligaciones con cierto shaman.
Dirigió su negra mirada a un reloj que descansaba tranquilamente en el tocador...
* Las dos... rayos. *
Murmuró y por fuerza mayor tuvo que abandonar su suave y cálido lecho, junto con todos su recuerdos. De mala gana se dirigió a su armario en busca de algo con que vestirse, pasando inevitablemente frente al espejo.
Se observó complacida en él. Nunca antes le había agradado su reflejo y esta vez le encantó.
Por primera vez pudo sentirse conforme con su cuerpo. ¿Acaso se sentía así por la increíble noche con Hao?.
Deslizó sus suaves manos a por todo su cuerpo, notando horrorizada unas pequeñas, pero intensas, marcas rojas adornando su piel.
* ¡¿Cómo pudo...?!. *
Murmuró molesta aunque bastante orgullosa al saberse la mujer de Hao Asakura.
Con algo de trabajo encontró las prendas que ocultarían las “horrorosas” marcas de su cuerpo; un sweater negro de cuello alto sin mangas y una falda del mismo color para completar su atuendo.
Se peinó con cuidado y ató su largo cabello dorado en una coleta. Era tan suave... ¿por qué nunca lo había notado?.
Se echó un último vistazo al espejo; todo estaba en su lugar, las marcas no se veían... nadie notaría nada.
Una vez segura de que no levantaría sospechas, salió de su cuarto dispuesta a todo y por supuesto... a enfrentar a su prometido.
Bajó las escaleras y silenciosamente entró en el comedor.
Allí estaba él... le vio sentado en una silla y apoyado en la mesa, ya había terminado sus labores sin la necesidad de que ella tuviese que regañarlo. Había cumplido correctamente con todas sus obligaciones pero... algo llamó su atención: ¿por qué el shaman no notó su presencia?.
Se veía más pensativo de lo normal... ¿qué le estaba pasando?.
* Yoh?. * _Le llamó desde su lugar en el umbral de la puerta pero no tuvo respuesta, es más, él ni siquiera la había escuchado._ * ¡Yoh!. *
Elevó el tono de voz lo suficiente para sacar al moreno de sus reflexiones y para hacerlo caer por el susto que la sacerdotisa le dio. Cayó pesadamente en el suelo, dándose un fuerte golpe.
* Buenas tardes, Annita. *
Saludó al momento que se sobaba el lugar que se golpeó.
* Buenas tardes... me muero de hambre. *
* Te serviré de inmediato. *
Dicho esto, Yoh corrió seguida a la cocina para servirle los alimentos a su prometida. Algo no le gustaba, tenía un mal presentimiento.
* Aquí tienes. *
El moreno puso la comida frente a la itako, luego, y sin importarle mucho el ser recriminado, se sentó frente a la rubia para contemplarla, para admirar su enorme belleza mientras comía.
Ella, ante esa mirada no pudo evitar sonrojarse, le ponía muy nerviosa que su prometido le mirase así.
* ¿Qué?. *
Preguntó fríamente, como si le molestase de sobremanera el sentirse observada.
* No es nada. *
* Si es así... deja de mirarme como un idiota. *
Antes de que pudiese pensar en algo que decir ya lo había insultado... tal como ya muchas veces había ocurrido. Se maldijo un par de veces antes de volver a comer, sintiéndose incluso un poco culpable de la distancia de su amado Yoh. Pero él, seguía con sus ojos clavados en ella.
* ¿Qué tanto me ves?. *
Insistió. Esto ya la estaba hartando, no solo era el hecho de que le ponía nerviosa, sabía que estaba sonrojada... si no también porque odiaba que la miraran tan fijamente... no lo soportaba. Pero por alguna razón esto último ya no importaba.
* Eres muy hermosa, ¿sabes?. *
El shaman habló espontáneamente, sin siquiera darse cuenta de lo que decía.
* ¿Qué?. *
Yoh pareció salir de su trance y fue ahí cuando notó que ese pequeño comentario no lo había pensado, sino que lo había dicho en voz alta y peor aún... en presencia de Anna.
* Oh !, lo siento, Annita, yo. . . *
El moreno trató de disculparse, más terminó por salir apresuradamente del comedor.
Estaba tan embobado admirando a la rubia que ya no tenía control sobre sus propias palabras. Debía retirase o terminaría diciendo cualquier estupidez.
La itako palideció. Ese día, Yoh no se comportaba como de costumbre, tal vez estaba enfermo o algo.
O quizás era ella, que estaba tan feliz por todas las cosas nuevas que sintió la noche anterior, que todo lo veía con otros ojos.
* Estás enloqueciendo... *
Se dijo a sí misma en un murmullo y se concentró en terminar su comida... tenía varias cosas más que hacer.
Por otro lado, un joven moreno de castaños cabellos golpeaba con una profunda ira el muro del jardín. Era algo inusual en él pero que no quería decir que no tuviera... esto se le escapaba de las manos.
* Soy un idiota. * _Se reclamaba a sí mismo mientas azotaba sus puños contra el duro concreto._ * Le dije que era hermosa. *
Se quedó estático. El último golpe le había dolido.
* Podría haberme matado de inmediato pero... no lo hizo. *
Paró en seco. A la rubia no le hubiese costado nada golpearlo o aventarle algo en la cara porque lo había escuchado claramente... entonces, ¿por qué no lo hizo?.
* Quizás... *
Tal vez tendría una oportunidad... debía decírselo, tarde o temprano lo haría de todas formas, pero ahora que sabía que tenía una pequeñísima oportunidad... si era rechazado, tal vez no recibiría un fuerte golpe de respuesta.
* Lo haré, se lo diré. *
Decidió aunque más que nada sonaba a reto. Estaba decidido a hacerlo... si no lo hacía ya... algo en su corazón le decía que la perdería para siempre.
* Yoh. *
El moreno sintió que una femenina y familiar voz le llamaba. Volteó para ver a su prometida, quien lucía algo preocupada... preocupada por él.
* Anna !. *
Murmuró y se volteó completamente para verla.
* ¿Qué es lo que te pasa?, estás demasiado extraño... más que de costumbre. *
Acusó. Ella sí que lo conocía bien, detectaba hasta el más mínimo cambio en el comportamiento de su prometido, del hombre a quien amaba.
* Es que...Anna, yo... *
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
En este capítulo no hubo lemon, pero era una situación necesaria para avanzar en la historia; pretendo que el siguiente capitulo sí tenga lemon 7w7 .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai y es material de "Paradise".
Totalizado el 27 de Noviembre de 2006.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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|| Capítulo 6 ||
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7 de agosto 2012
4:00am
Suspiro demasiado, ya casi amanece y apenas he conciliado algo de sueño, en mi cuerpo se recorren escalofríos, tomo nuestros votos y los leo, hablan de amor eterno, los leo pero no puedo acabar de creerlo que esté a un mes de mi boda. Ella está en la cama, es hermosa. Juro que no tiene nada que ver contigo, todo mundo me felicita por la prometida que tengo, ella se ve más feliz, lo veo en sus ojos, ha invitado a más personas, inclusive vienen del extranjero algunas amistades por parte ambas. ¡Yo no debería sentirme así! Pero no dejó de pensar en ti. Estoy preparado una taza de café pero sin azúcar y bien cargado, enciendo el portátil y lo dejo sobre la barra. Tengo ansiedad, la ansiedad que hace más de 6 años no sentía. En lo que la cafetera termina, camino como león enjaulado por la sala y la cocina ¿Recuerdas esa manía? Ya tampoco la tenía, ha vibrado el celular. ¿Quién podrá ser a las 4 am? Es un mensaje tuyo:" ¿No puedes dormir ? He dejado tus cigarros favoritos en tu chaqueta"
Voy al perchero de la entrada, ni siquiera tuve la delicadeza de meterla a lavar o esconderla de ella, aún cuando esa chaqueta la usaste tú los días que compartimos, no sé si es cinismo, no lo creo.
Meto la mano a los bolsillos efectivamente, aquí está un cigarrillos de clavo, creí que no me habías prestado atención cuando te comenté sobre lo último que había fumado, y que se habían vuelto mis favoritos, pero al parecer prestaste detalle a todo lo que te conté, la historia de mis tatuajes, y de otras tantas de ayer.
Esta vez, indirectamente si acepto el cigarro, lo enciendo, no me entiendo, no comprendo en totalidad lo que siento o quiero evadirlo. Han pasado años, tu no estuviste pero ella si, no puedo quedarme, o no lo sé. Es complicado. No me gusta lo complicado cuando se trata de mí. Lo odio.
Regreso a la cocina con cigarro en mano, después del café, me apetece un vino, creo que amanecerá y estaré bebiendo, no puedo mirar mis votos, no puedo aceptar que le estoy declarando amor eterno a otra mujer que no seas tú, aunque sienta amarla con el alma. Simplemente no puedo. Ella no puede saber eso, no romperé mi promesa con la mujer que me ha cuidado y reparado, pero ¡Maldita sea! Porque te volví a encontrar, porque no simplemente tome otra calle, porque no simplemente paso de otra manera. Me lo dijiste la última mañana que te vi al lado izquierdo de la cama, cubierta por las sábanas blancas, las cosas entre nosotras han pasado cómo debían pasar, sin saber porque o cómo, vuelve a mí, tu imagen después de hacer el amor, amaneciendo a mi lado, aquella noche desperté antes que tú, para admirarte, una frase de Joaquín Sabina se me vino a la mente: " Y aunque sé que no era la más guapa del mundo, juro que era más guapa que cualquiera". Tú no lo sabes, nadie de hecho, pero a ti, más que poesías fue también música, contigo muchas frases de Joaquín Sabina cobraron sentido. Sentí todo, y su equivalente a nada, paz, y rabia, contigo, desde cóleras hasta la infinita felicidad más simple. Contigo. A todo y sin embargo, te quiero, aunque podría cambiarte por cualquiera, aunque durmiendo con ella, piense en ti. ¿Desfachatez?
Quizás. Tu olvidó me ha costado más de 500 noches y 19 días, pero creo que después de toda la cajetilla y media de vino, he podido tomar la decisión correcta, ojalá lo sea, porque aunque te extrañe toda la vida, no podría, hacerle a ella, lo que me hiciste a mí, lo que me hice yo a mí por tu ausencia, abandonarme. Romperla. No. Seguiré el camino, quizás más adelante. El destino, o la otra vida. Cómo tú me lo decías. En la otra vida, si ya te dejé 6 años, creo que puedo con otros más, y así, hasta morir. Después de todo, ya viví contigo y sin ti, y aunque me habría encantado encontrarte dos años antes, antes de conocerla a ella, entonces serías ya mi esposa, lo aseguro. En algún otro universo, sé que es así. Pero aquí, aunque suspiré cada que te piense. Te recuerde. Inclusive aunque te olvide, se que sabré encontrarte, porque nunca dejaré de sentirte aunque diga que te olvide para siempre, ten certeza que miento, no podría olvidar nunca mi amor primero...
Sigue leyendo más cuentos en mi nueva obra AZARES
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• Sukuna se reencuentra con una vieja conocida de hace mil años...
Incluso después de mil años, Sukuna pudo reconocer sin una sola duda su esencia, mucho más cerca suyo de lo que antes había estado.
— ¡Itō-San! ¿No viste al profe Gojo? —
El mocoso de Yuji le hablaba a una conocida suya fuera del dominio del Rey de las maldiciones, esta muchacha nunca le había llamado la atención, pero ahora, al verla más detalladamente, salían a la luz unos rasgos que conocía muy bien desde hacía años.
Un ojo de iris carmesí apareció en la mejilla izquierda del peli-rosa, alertando a su acompañante.
— Hey tu, basura. — Le dijo Sukuna — ¿Qué relación tienes con Itō ________? Dímelo ahora mismo. — Ordenó demandante.
La muchacha, la cual parecía de lo más relajada e indiferente hacia la amenaza de la Maldición, inclinó la cabeza a un lado, cerró los ojos un momento, como si estuviese meditando.
— ¡¿Pero qué demonios dices tu?! — Yuji golpeó con su palma justo donde había aparecido el ojo de Sukuna.
La joven a su lado tomó por la muñeca a su compañero, para retirarla de donde estaba. La mirada de Sukuna conectó con la de ella, y ambos quedaron en un completo silencio, hasta que habló.
— Pasaron cientos de años, ¿Y todavía tienes el afán de perseguirme a donde sea que vaya? —
Sukuna sonrió maravillado desde lo más profundo de Yuji, era ella, la auténtica ________ que había conocido un milenio atrás.
— ¡________! ¡Tanto tiempo sin verte hermosa! Sigues conservando tus encantos, cariño. —
Por más que le diera mil y un halagos, la joven no quitaba su expresión de molestia de su cara, soltó la mano de Yuji y se alejó de ellos, sin decir una palabra más. Este mismo corrió a su lado, con la cabeza a punto de explotar. ¿Su compañera tenía más de mil años? ¡¿Y se conocía con Sukuna?! Es más, ¡Él la quería!
— ¡¿Qué rayos fue eso?! ¿Acaso se conocen? — Preguntó aún más extrañado el peli-rosa.
— ¡Por supuesto que la conozco!. — Habló otra vez la maldición. — ________ es mi prometida—
Al instante que Sukuna dijo aquello, un silencio abrumador se hizo presente, la maldición se encontraba en un vacío sepulcral, todo a su alrededor era negro, oscuro, un lugar donde Yuji también podía verlo todo.
Al darse la vuelta vieron como una calavera de cabra gigante estaba casi sobre ellos, y al ampliar más la vista se dieron cuenta de que la calavera formaba parte de un gran trono hecha con huesos, donde también crecían enredaderas espinosas y brotaban flores rojas manchadas en sangre.
Sobre el trono estaba ella.
________ Itō.
La mujer que era el mismisimo diablo.
Sukuna no pudo hacer nada más que deleitarse con la imagen que tenía enfrente, esa mujer si que era hermosa y atractiva a su vista.
Casi y recordaba cómo se habían conocido, hace mil años atrás.
Los rumores de que el Diablo aparecía de pueblo en pueblo se escuchaba en todas partes, hasta llegar a oídos del Rey de las maldiciones. Intrigado, decidió ir a presenciar una de las tantas masacres por su cuenta.
Todas las casas estaban prendidas fuego, los gritos de las personas habían cesado al llegarles a cada uno la muerte, Sukuna notó una única presencia en medio del desastre.
Aquella mujer, con sus ropas bañadas en sangre, sus manos con afiladas garras negras le arrancaban en corazón al cura del pueblo, y lo devoraba con paciencia, sin ningún apuro , como si nada estuviera pasando.
— Así que este es el Diablo del que todos hablan, ¿No es así? — Habló de lejos Sukuna.
La mujer lo miró de pies a cabeza, y sin responder nada siguió comiendo aquel corazón, con total desinterés hacia el otro.
《 ¡¿Acaso me ignoró?!》 Pensó él.
— ¡Oye, maldita arrogante! ¡Te estoy hablando! ¡¿Eres o no eres el puto Dia- —
De un momento a otro, la mujer estaba frente a él, analizándolo con la mirada, unos ojos rojos, de verdad, dignos de ser de un monstruo como el Diablo.
Ella sonrió y dijo;
— Si que tienes un rostro muy lindo —
Se sintió como un halago para Sukuna, nunca nadie le hubiera dicho una cosa así, y ella se paraba en frente de él, demasiado cerca, con el atrevimiento de decile aquellas simples palabras.
— Practicamente soy una protegida del Diablo, ¿Tu eres? — Preguntó la mujer.
También el hecho de que no supiera quién era, después de hacerse la fama de El Rey de las maldiciones, le dolió... Solo un poco.
— Ryomen... Sukuna — Respondió finalmente.
— Aaah, ya veo... No estoy interesada — Habló rápidamente, para después darse la vuelta e irse caminando.
A pesar de su desinterés, Sukuna no se iba a rendir, de una forma u otra conquistaría el corazón de aquella mujer tan poderosa, y estarían juntos lo que durase la eternidad.
...
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Una pequeña historia llamada el sueño
Tuve un sueño raro, soñé con una hermosa mujer y una niña, la niña era mi hija y la hermosa mujer era mi prometida, no lo podía creer había logrado todo lo que mi corazón tanto quería, una familia, apenas reaccioné fui a abrazarlas con todas mis fuerzas, entre risas sentía que me desvanecía y lentamente desaparecía y con más fuerza abrazaba a esa familia pero sin darme cuenta había comenzado a lastimar a las personas que tanto yo amaba solo por no soltar las, desperté después de ver la cara de dolor y tristeza de mi amada hija, cuando desperté en la oscuridad de mi desolado cuarto con marcas en mis brazos y lágrimas que no paraban de salir de mis ojos, me di cuenta que me estaba lastimando me mientras dormía, sacando me pedazos de piel, por no querer soltar algo que no existía, solo me aferré a la nada para escapar de mi soledad al no ser amado, por no soltar
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sus ojos eran verdes como el jardín del Edén.
¡ay, de mi alma, y los pecados que quise cometer!
la tierra prometida brillaba menos que la carne de sus labios.
¡ay, maldita (pero hermosa) serpiente, déjame caer!
me engañó y por sus curvas toda la noche yo me deslicé.
pues ni la manzana prohibida era más tentadora
que un orgasmo suyo al amanecer.
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La Libertad
La libertad, joven doncella mía, madre sabia de mis días. Libertad que sostienes mi voluntad en la deriva. Libertad que encoges mis miedos en la vastedad de mi mundo de siete días. Libertad prometida, orgullosa en los palcos sombríos de mis noches. Libertad, novia en blanco que se desnuda guiando mis manos sin reproche. Libertad, que te sabes mía y yo tuyo en nuestras voces entrelazadas. Libertad, que hiciste tuya mi mirada, para hallar en ella otro reflejo contra la nada. Hermosa en ritos de caricias, cuerpos empañados, gemidos sofocados
y besos encarnados. Cobras nuevas alas.
R. MOZARENA
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꧁-Y en verdad-꧂
7 jun 2020
Lee por favor : Sofonías 1:1-6; 2:1-3
El evangelio en un año: Juan 17
-El Señor […] callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos (Sofonías 3:17).-
La ley es clara y dice que solo cuando muere alguien se ejecuta su última voluntad la cual deja en su testamento, una herencia nos dejó Cristo -la tierra prometida- y las condiciones para poseerla están en la escritura , ¿tienes una copia de ellas? ¡Escrudriñalas! Ese es el mandamiento y la condición para salvación, si meditas en la biblia y en cada una de sus letras conocerás la voluntad de Cristo y poco a poco dejarás de mezclar la verdad de Cristo con las tradiciones paganas, hermosa palabra la de hoy!, que tengas lindo y bendecido día tú y los tuyos...
-¿Está mi fe solo en Dios?
¿Qué necesito entregarle hoy?-
-Dios está siempre listo para perdonar y restaurar.-
te invito a leer la reflexión completa y otras más en nuestro sitio https://iglesiakayros.es.tl/
y redes sociales, gracias, shalom!
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Presentación — Atticus
“Repite conmigo: Es fácil para mi esconder mis verdaderas emociones un día más. Ser perfecto, servicial, pulcro, mi camisa no tendrá ni una sola arruga si es necesario para que me amen. Y así, un día más se convertirá en un año más, porque ellos necesitan de mí una figura idealizada, necesitan que alguien pueda transmitirles la calma que no tienen, incluso cuando es una mentira. Es fácil para mí esconder mis verdaderas emociones, sea hoy y para siempre”, mencionó su padre, con sus ojos vacíos. Atticus respondió a su pedido, como de costumbre, llevando aquellas palabras a su propia boca. Era un rito extraño que tenían semanalmente, se sentía incluso normal para él que le recordasen los valores de la casa. Según el hombre aquello no era más que para asegurarse de que no incumpliese las reglas. Y así comenzaba a citar esas frases allí, en el auto, en el espejo del baño, cuando despertaba y antes de dormir. “Es fácil para mi esconder mis verdaderas emociones un día más, ahora y en el momento de mi muerte”, se decía a su reflejo, “Porque ellos necesitan de mí una figura idealizada, necesitan que alguien pueda transmitirles la calma que no tienen, incluso cuando es una mentira”, acomodaba su gabardina con cuidado, movía sus cabellos blancos como un campo de trigo, se mimaba a sí mismo en cada detalle posible, esperando de alguna forma ser suficiente para el resto. Y cuando se veia perfecto como una muñeca de porcelana, solo en ese instante tomaba fuerzas para salir una vez más. Se encontraba con aquellos a los que ya conocía, dando un saludo formal a cada uno y plantaba un beso en los labios de su prometida. Luego, tomaba su café que ya estaba servido, caliente y espeso, mientras que con su otra mano veía el diario. Leía atentamente sin despegar la vista de allí. Todos hablaban de ellos, algunos abucheando, algunos alabando, pero sus rostros se encontraban en cada tapa y sus nombres en cada párrafo.
Los esfuerzos daban frutos al ser elegidos como la familia ejemplar cada año, mientras por lo bajo seguían pisando cabezas, haciéndose un lugar entre las personas más importantes del mundo. Cambiaba de página con otro sorbo de su café, dibujando una leve sonrisa al saber que todo seguía bajo control. “¿En qué piensas, Atti?”, preguntaba Claire como cada mañana. “En el periódico dice que eres la mujer más bonita de Inglaterra y creo que tienen razón”, respondía él con otra sonrisa. Luego ella le devolvía un beso de una forma casi rutinaria, como si no esperase aquello cada día. Aquella muchacha lo miraba con ojos soñadores, esperaba de él cada suspiro y cada mimo, moría por su ser tanto como un cura muere por su dios. Y eso Atticus lo sabía. Claire no era capaz de sobrevivir al mundo por su cuenta, al menos no sin la ayuda del muchacho. Ella dependía de su pareja, en cada instante y cada lugar. Cuando algo estaba demasiado alto, cuando necesitaba que abran la puerta del coche, cuando tenía frío y pedía abrigo, cuando en las noches lo abrazaba al dormir. Era una niña indefensa con su príncipe adorado, esperando que su “vivieron felices para siempre” se cumpla en tan solo unos pocos meses. Ambos conocían este problema, más sin embargo no era necesario resolverlo, ya que ellos pasarían el resto de su vida juntos, no tendrían que aguantar ni un solo día más separados luego del casamiento. Atticus estaría ahí para ella siempre que lo necesite y Claire se encargaría de estar hermosa y preparada para su marido. Aunque en el fondo, había una culpa latente que atacaba al joven, una llama que carcomía sus órganos desde adentro, empezando por el corazón. Él no amaba a esa mujer, al menos no de la forma en la que todos esperaban. No sentía deseo hacia ella como el resto de los hombres de su edad, pero sabía que era su deber protegerla. Y quizás Claire fuese su única razón para seguir con esa farsa. No podía fallarle, al fin y al cabo, ella no podría aguantar algo así. Era como una pequeña pluma en la tormenta, quizás podría mantenerse firme un tiempo, pero en cualquier momento se la llevarían. Sin embargo, no tenía tiempo de pensar en sí mismo, pues ya pronto debía ir a la universidad. Llegar, saludar, participar en la reunión del consejo estudiantil, resolver dudas, sonreír, formar nuevos contactos, y volver a empezar. Así pasaba su día de un lado a otro, el mundo entero parecía caer rendido a sus pies con su sonrisa. Para él, hacerse un lugar en la política de la institución no era especialmente difícil, había sido criado con la labia de un dirigente desde muy pequeño, tan solo su apellido hacía a cualquier partido desear su presencia. Sentía las miradas, la desesperación en cada uno de sus rostros, la necesidad de alguien que calme sus penurias. Todos ellos esperaban que él salvase sus vidas con una sola frase, que les brindase la satisfacción para llenar el vacío que portaban.
Pero Atticus también estaba vacío, incluso aunque no lo notaran. Tenía a su pecado en la espalda, su dolor más intenso en la mente, sus ojos grises se apagaban cada día, pero nadie lo sabía. Daba esperanzas a aquellos que habían perdido la razón, más sin embargo él también estaba equivocado. Entonces, volvía a casa, cansado. Entraba al baño, se desvestía, abría la llave de la ducha y antes de entrar se miraba al espejo una vez más. Tocaba con uno de sus largos dedos las ojeras debajo de sus ojos, su nariz, sus labios rotos. Y entonces volvía a repetir: “Es fácil para mí esconder mis verdaderas emociones un día más, y así un día más se convertirá en un año más”, sus labios titubeaban esta vez, aguantando las ganas de llorar, “pero mi objetivo es ser real con ella, aprender a ser sensible, conectar emocionalmente con los demás”, tomaba ambos lados del fregadero, intentando apoyarse en este para no caer, “Porque soy varios años mayor que ella y quiero hacerla sentir bien con todo esto, con nosotros, formar una familia si es necesario para que sea feliz. Y la única manera de lograrlo es comenzar a cambiar”, dejó caer sus lágrimas en silencio, observando en el reflejo a un extraño en su piel. Odiaba tener que dejarse llevar por sus pensamientos de esa forma, más aquel era el único momento del día donde podía ser sincero consigo mismo. “Por eso tengo que seguir escondiéndome de estas emociones; ser perfecto, servicial, pulcro, mi camisa sin arrugas si es necesario para que todos me amen. Porque necesitan de mí una figura idealizada, y yo necesito de ellos. Y así un día más se convierte en un año más, hasta el momento de mi muerte.” Y sin decir palabra limpió su rostro y empezó otra vez.
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