#Legado literario cubano
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slapiz · 3 months ago
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Tu luz, Armando de Armas, no se apagará
Se definía a sí mismo como “un autor autofágico”, pues era de sus propias experiencias de donde extraía la fuerza para crear. Con profunda tristeza anunciamos el fallecimiento del escritor y periodista cubano Armando de Armas (1958-2024), ocurrido este miércoles. Su partida deja no solo un vacío en quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, sino también un legado de admiración, recuerdos…
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nicacarra · 21 days ago
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Mercedes de Acosta: La Poetisa Que Conquistó a la Garbo
¿Conoces a Mercedes de Acosta? Esta poetisa conquistó a Greta Garbo y dejó una huella imborrable en Hollywood. Más allá de sus amoríos, su legado literario brilla con obras como Imposeída. Descubre la vida de una mujer que desafió las normas de su tiempo.
¿Te suena este nombre, verdad, Mari Carmen? Es lógico que te hable de ella en el artículo sobre El Circulo de La Costura. Sí, esta mujer se acostó con la mitad de las actrices femeninas en la llamada época dorada de Hollywood.  La señora De Acosta, hija de padre cubano y madre española, era descendiente de los Duques de Alba, aunque eso, mi querida Flor de Loto, sé que te importa más bien poco.…
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casadranguet · 2 years ago
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Concurso en Santiago de Cuba evoca a José María Heredia
El concurso literario consagrado al homenaje a José María Heredia, considerado el primer poeta romántico en América Latina, transcurre hoy con la inspiración de los 220 años de su nacimiento. Con el auspicio de la Unión Nacional de Escritores y Artistas y su editorial Caserón, el certamen involucra a escritores cubanos residentes en el país y su premiación enaltecerá el legado del bardo nacido…
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jgmail · 5 years ago
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JOSE MARTÍ COMO PRECURSOR DE LA CUARTA TEORÍA POLÍTICA
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Leonid Savin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 El legado de José Julián Martí Pérez revela la imperfección de las ideologías que llegaron a dominar en el siglo XX y confirma la necesidad de crear una nueva teoría política.
 El poeta, filósofo, político y revolucionario cubano José Julián Martí Pérez en Cuba es un héroe nacional que dio su vida por la liberación de la patria. En los círculos literarios es considerado uno de los fundadores del modernismo. En Rusia, es conocido principalmente en los círculos de latinoamericanistas, y tal vez de aquellos que están ampliamente y profundamente interesados ​​en la historia de la Revolución Cubana, sin limitarse al conocimiento del Che Guevara y los hermanos Castro Rus. En la época soviética, solo se publicaron dos libros (Martí, Escenas sobre Norteamérica. M: GIHL, 1963; Marty, Favortios. M: Fiction, 1974), que representan solo una pequeña parte de la obra del autor cubano, que estaba censurada. La elección, por supuesto, fue dictada por la crítica de Martí al capitalismo norteamericano, que él conoció desde adentro, viviendo por algún tiempo en los Estados Unidos ("Viví en las entrañas del monstruo y lo conozco por dentro. En mis manos está la honda de David").
 También estamos interesados ​​en José Martí, no solo como el Apóstol de la Independencia, como se le llama en Cuba, sino también como un filósofo político, al que se le puede atribuir con seguridad ser del círculo de pensadores que precedió a la Cuarta Teoría Política.
 Por supuesto, en su momento no había marxismo ni fascismo, y las realidades del Caribe estaban relacionadas principalmente con el colonialismo y las ambiciones imperialistas. Pero en las obras de José Martí vemos no solo la superación del pensamiento económico estrecho, característico de la reacción socialista y nacionalista (fascista) ante los inicios del capitalismo. Se las arregló para ver las verdaderas aspiraciones de la gente, más allá de las ideas políticas y las formas organizativas de su época. Él plasmó sus pensamientos sobre este tema en una carta a su camarada en armas, el general Máximo Gómez del 10.20.1884, escrita en Nueva York: "Por las ordenes, las tropas se pueden controlar en general, pero el pueblo no se crea por medio de las ordenes. Estamos preparando una revolución más compleja que requiere una preparación más hábil que cualquier otra revolución".
 José Martí se opuso al imperialismo, pero no al imperio, lo cual a menudo es enfatizado por los martinistas. Criticó el capitalismo liberal burgués, al tiempo que entendía la naturaleza parasitaria del sistema bancario de entonces (y del futuro). "Si no es posible robar tierras extranjeras, actúan como una camarilla cohesiva, interfieren en la política nacional y cambian las leyes del país para sus propios fines. Inflan el prestigio de alguna empresa, venden sus acciones, fomentan la confianza pública con fraude deshonesto y luego arruinan esta empresa... A su servicio hay periódicos, telégrafos, damas seculares, caballeros elocuentes y respetados, diputados, polemistas ardientes que derraman sus elogios al Congreso, defendiendo sus intereses. Todo está en sus manos, pueden comprarlo todo", escribió en su obra periodística el "Ministro de la Marina Whitney".
 Su vida en los Estados Unidos dejó una marca indeleble en el trabajo de Martí. "Esta nación es como un árbol: los gusanos a menudo anidan en las raíces de los árboles poderosos", así describió a la nación norteamericana en el ensayo “Premio de Boxeo”. Y aquí existe una caracterización muy detallada en la que trata de capturar tanto el pasado como el futuro: "El tiempo mostrará cuán profundas fueron las raíces de este árbol en flor y lo que une más fuertemente a la gente: el dolor común y el sacrificio conjunto de los hechos o el mismo deseo de obtener ganancias. Solo el tiempo dirá si las fuerzas del mal monstruoso y la destrucción están madurando en las profundidades de este país gigantesco y sorprendente, y si el alma de un pueblo, en cuya vida no había un ennoblecimiento femenino, esta fuente del sentido de la belleza y un rasgo que complemente el carácter nacional, no se ha corrompido" (En Coney Island se vacia Nueva York).
 Martí fue un revolucionario brillante y activo, alabando las tradiciones y la cultura popular. Entendió la complejidad de la construcción independiente del Estado en el contexto de las relaciones internacionales. Echó un vistazo a las profundidades de aquellos países y pueblos que tuvo la oportunidad de visitar, expresándolo en su poesía o periodismo.
 Anticipó el surgimiento de América Latina como un polo especial de la política mundial, especialmente señalando el papel de Cuba en la geopolítica regional.
 La comprensión de la importancia de la libertad de la Isla de Cuba, que se convirtió en una realidad debido a las acciones de Fidel Castro y sus camaradas de armas, está claramente indicada en una carta a Manuel Mercado: "Debemos lograr la independencia cubana, de lo contrario, Estados Unidos se apoderará de las Antillas y desde aquí atacará a las tierras de Nuestra América... Hay pueblos (y estos incluyen al nuestro) que están vitalmente interesados ​​en asegurar que los imperialistas extranjeros no estén de acuerdo con los españoles y allanen el camino a través de Cuba para la anexión de los países de Nuestra América al Norte cruel, agresivo y despreciativo... "
 "Nuestra América", un pequeño ensayo político de José Martí, es muy amplio en contenido y conserva su relevancia. Al mismo tiempo, el término en sí entró en uso para todos los patriotas latinoamericanos que abogan por la creación de un Gran Espacio, es decir, continuar desarrollando las ideas de Simón Bolívar en un nuevo contexto. En este ensayo, Martí habla sobre las ideas, sobre la identidad de los pueblos, sobre la necesidad de una lucha conjunta, incluso si estos países están separados por grandes distancias, sobre la necesidad de evitar copiar formas de gobierno ("el espíritu de gobierno debería ser el espíritu de su pueblo"). En este trabajo, Martí también critica la teoría racial-biológica, que ya estaba de moda en Europa. Si el apóstol Pablo dijo que "no hay griegos ni judíos", entonces Martí declaró que "las personas de diferente físico y color de piel están dotadas de la misma alma". Entonces, el camino hacia el 4PT está abierto a todos los pueblos de pensamiento libre que no han sufrido la decadencia del liberalismo o el racismo-nacionalista burgués y superficial.
 Curiosamente, las ideas de José Martí están consagradas en la Constitución cubana como la base ideológica que guía al Estado. Por lo tanto, es correcto decir que Cuba sigue no solo al marxismo-leninismo, sino también al josemartismo. Si Marx propuso un análisis económico de la relación entre las clases, y Lenin describió otras prioridades en la lucha contra la burguesía y el capitalismo, Martí representa a un filósofo original que condensa las letras caribeñas con la práctica de la lucha de liberación, las ideas legales (José Martí era un abogado de formación) y un espíritu de libertad. ¡Imaginemos, por ejemplo, que las ideas de F.M. Dostoievski se vieran reflejadas en la Constitución de Rusia!
 En nuestros trabajos filosóficos, políticos e ideológicos sobre 4TP, a menudo planteamos la cuestión de la libertad positiva, que, en nuestra opinión, debe incluir el significado de un sistema político ideal. Martí escribió en su ensayo “Los tres héroes”: "La libertad es el derecho a ser honesto: no a ser hipócrita en palabras o pensamientos". En otro lugar, señaló: “Antes de que naciera un hombre, y cerca de su cuna, ya están listos en los amplios y gruesos brazaletes que lo encadenan a la filosofía, las religiones, los pasatiempos de los padres, los sistemas políticos. Una persona así se retuerce, atada, y permanece amordazada y ensillada como un caballo de por vida. Por lo tanto, la tierra ahora está llena de personas cuyos rostros están ocultos bajo disfraces".
 Entonces, Martí sugirió buscar un camino hacia la liberación, no solo del dominio de España, sino también del dominio de las ideas escolásticas de la filosofía racional de Europa Occidental (en gran parte culpable del actual estado de crisis del mundo), cuya incompatibilidad con el espíritu de América Latina fue previsto providencialmente por el poeta cubano.
 "Si hay un tribunal superior, solo con ustedes estaré ante este tribunal: o seremos condenados ambos, o seremos salvados juntos". Estas líneas se atribuyen a Martí como dedicados a su musa. ¿Pero quién era ella realmente? Esta musa es su tierra natal, Cuba. La historia ha demostrado que Martí tenía razón. Por eso es necesario seguir estudiando las ideas de este gran filósofo y revolucionario cubano. Y desarrollarlas en el contexto del orden mundial actual.
 El artículo se publicó por primera vez en enero de 2014.
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latikobe · 7 years ago
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La “revolución” que encerró los ojos de Julio Berestein
“Retrato de Julio L. Berestein”, por Domingo Ravenet (cernudaarte.com)
LA HABANA, Cuba.- Se dice que Virgilio Piñera tenía una de las lenguas más temidas del “cogollito” artístico y literario habanero, y para probarlo se cuentan “malévolas” historias. Una de ellas implica al excelente fotógrafo Julio Berestein. Cuentan que al escritor le encantaba relatar aquella escena en la que se encuentra, en el Prado habanero, con su amigo íntimo, y donde le advierte que no podrán encontrarse esa noche como habían acordado porque se reuniría con algunos escritores en la casa de uno de ellos. “¿Y no puedo ir yo?”, preguntó el fotógrafo. “No, allí se hablará de cosas inteligentes, y tú no sabes ni quien era Luis XIV”, a lo que respondió con desenfado el fotógrafo: “Luis XIV era un tacón”.
La “maledicencia” de Virgilio pretendía ridiculizar al amigo; con el chiste, con el hecho de que para Julio no existiera el “Rey Sol”, y que su nombre no fuera más allá de un zapato levantado sobre altísimo tacón rojo, pretendía el escarnio; pero viéndolo de otra manera Berestein fue mucho más ingenioso que Virgilio. Con su respuesta, el artista del lente negaba la figura de un déspota monarca. La respuesta de Julio reducía al rey, convirtiéndolo en apenas un tacón, y quizá hasta en un estilo de gobierno, y no creo que alguien pueda negar ese ingenio. Virgilio veía un rey mientras el fotógrafo miraba unos zapatos de tacón muy “elevados”, ese era para Berestien el legado del monarca.
Aquello era un chiste, y no creo que Virgilio se vanagloriara de su humorada después de saber que su amigo estaba encerrado en una cárcel, y mucho menos cuando supo de su muerte acaecida en 1968, y sin que hubiera recuperado la libertad. Así ocurrió, Julio Berestein, el artista que tantas veces apretó el obturador después de apuntar al escritor, murió en una cárcel cubana. Julio quedó encarcelado después de que lo denunciara un inquilino al que había rentado una habitación de su casa en la calle Calzada, esa que está tan cerca del Auditorium, aquel teatro que cambió su nombre tras el afán revolucionario de “cambiar todo lo que debía ser cambiado”, y que hoy se conoce como Amadeo Roldán.
Sin dudas entre las cosas que debían ser cambiadas podían ser las preferencias sexuales y políticas del fotógrafo. Y es que son dos las causas que se achacan al injusto encierro. La primera aseguraba que Berestein intentó seducir a su inquilino, mientras la otra, así aseguraría el alquilado, que en esa casa se reunían un montón de “contrarrevolucionarios” que hablaban muy mal del Gobierno y añoraban su desmoronamiento. Y Julio cumplió prisión hasta el día de su muerte, sufriendo, sufriendo mucho, y sin comprender por qué cualquiera de esos deseos que le achacaron podían encerrarlo hasta la muerte.
Ninguna de esas razones es suficiente para decidir sobre la libertad de alguien que trabajó muchísimo en bien de la cultura cubana; lo mismo desde las páginas del Diario de La Marina, que en Carteles, e incluso en el periódico Revolución. La labor del fotógrafo sería inmensa. Julio Berestein captó para la posteridad la imagen de muchos artistas. Julio inmortalizó, en la quietud de una foto, el movimiento de Alicia Alonso en la escena danzaria. Berestein captó lo que otros no vieron en un cuadro de Cundo Bermúdez, de Ponce, de Amelia Peláez o Víctor Manuel. El artista, prisionero y muerto, puso su lente, su vida, en función de la vanguardia pictórica cubana, y a pesar de eso murió siendo un prisionero. Cuenta Josefina de Diego, que su padre, el poeta Eliseo Diego, disfrutaba mucho de una imagen que tenía colgada en alguna pared de su estudio, y en la que aparecían las hermanas García Marruz, también captada con el lente de Beresteín.
Berestein hizo las fotos de cada uno de los artistas que posaron junto a sus obras, y que formaron parte del catálogo para aquella exposición, “Pintores cubanos modernos”, financiada por Gómez Mena, que exhibió el MOMA, en el Nueva York de 1944. Y en el gran museo se vendió aquel catálogo con fotos del hombre que moriría, veinticuatro años después, en una cárcel cubana, por no comulgar con los presupuestos de esa “revolución” que está a punto de cumplir sesenta años.
Nada importó lo que hizo mientras estuvo al frente del departamento de fotografía del Museo Nacional de Bellas Artes, nada sus fotos, nada su pasión por la pintura cubana y por la danza. Nada importó que quisiera vivir en Cuba, en libertad y trabajando. Y no tengo noticia alguna de que Alicia Alonso intercediera a favor del fotógrafo desafecto y homosexual, ese que la siguió con su lente mientras estuvo vivo, quien la fijó en los gloriosos momentos de su juventud. Berestein murió en la cárcel, pisoteado por el “tacón” de alguna bota “revolucionaria”. Allí no se le permitiría usar su lente ni apretar el obturador. Allí encerraron sus ojos, quebraron su mirada. Berestein no comulgó con los altos tacones rojos de los zapatos de Luis XIV, pero tampoco con el tacón negro de las botas “revolucionarias” que lo llevaron al encierro y a la muerte. Sin dudas a Berestein no le gustaban las monarquías.
La “revolución” que encerró los ojos de Julio Berestein
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cubaverdad · 8 years ago
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Quiénes están detrás de la campaña de desinformación sobre Cuba?
¿Quiénes están detrás de la campaña de desinformación sobre Cuba? El presupuesto presentado al Congreso propone eliminar la ayuda a la disidencia cubana, demostrando lo "preocupado" que está Trump por los derechos humanos de los cubanos Manuel Castro Rodríguez, Miami | 15/06/2017 10:20 am El escritor británico Eric Arthur Blair (1903-1950), que usó el seudónimo literario de George Orwell, fue un luchador socialista hasta el final de su vida. Su obra sigue contribuyendo a la comprensión de las condiciones que deben darse para que exista una sociedad libre. Orwell es conocido por sus dos novelas críticas del totalitarismo: Rebelión en la granja (publicada en 1945) y 1984 (publicada en 1949). En la novela 1984 se describe una sociedad que es masivamente vigilada —se controla cada aspecto de la vida de las personas—, con el objetivo de impedir que exista un pensamiento independiente —esto lo logrará en la medida en que se pueda manipular el lenguaje, para lo cual es ampliamente utilizada la desinformación. Hace cuatro años la novela 1984 fue un éxito de ventas en Estados Unidos, después de que el 5 de junio de 2013, Edward Snowden, un exempleado de los servicios de inteligencia norteamericanos, denunció el programa global de espionaje de la Casa Blanca. La administración Obama presentó acusaciones de espionaje en su contra. Dos años después de las revelaciones hechas por Snowden, el Congreso de EEUU aprobó una ley que limita el espionaje. Ahora hace falta una ley que nos proteja de la desinformación gubernamental y de la que algunos medios hacen. Por ejemplo, la normalización de relaciones con la Cuba de la familia Castro fue posible después de 18 meses de negociaciones secretas que estuvieron a cargo de Ben Rhodes y Ricardo Zúñiga —este posteriormente fue cónsul general en Sao Paulo, Brasil. Pero el Sr. Rhodes —que se mantuvo con un gran poder hasta que concluyó el segundo mandato de Obama, al ser asesor presidencial y viceasesor de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas y Redacción de Discursos— fue puesto en la picota informativa por haber sabido manipular a los periodistas. Es inaudito cómo desde hace varios años en EEUU se está tergiversando la realidad cubana —incluso hasta se demoniza a la disidencia—, en su empeño por justificar su futura participación en la más cruel explotación de los trabajadores cubanos, desprovistos de todos los derechos consagrados por la Declaración Universal de Derechos Humanos. El pasado enero se realizó un foro en el Graham Center de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), donde el Dr. José Álvarez, Profesor Emérito de FIU, explicó "cómo el Estado cubano explota a sus trabajadores con la complicidad de las compañías extranjeras". La campaña mediática —o sea, la realizada por los medios masivos de comunicación— pretende que aumenten las concesiones unilaterales a la peor dictadura que ha existido en el hemisferio occidental. Lo peor de esta campaña es que está logrando desviar la atención del problema fundamental: cómo lograr la democratización de Cuba. Esa campaña mediática es liderada por el diario The New York Times (TNYT), que es controlado por la familia Sulzberger que lo compró hace 120 años: Arthur Gregg Sulzberger es el vicepresidente editor y su padre, Arthur Ochs Sulzberger jr., es el presidente editor. Por cierto, es necesario recordarles a los agentes de influencia castristas que "atienden" CUBAENCUENTRO que el 99,9 % de los medios masivos de comunicación cubanos son controlados por la familia Castro, que los robaron mediante el uso de las armas de fuego hace 57 años. El Sr. Arthur Ochs Sulzberger jr. sabe que es una falacia que la derrota en Cuito Cuanavale provocara la liberación de Mandela y la derrota del apartheid. En el caso sudafricano se demostró una vez más en la historia que "¡es la economía, estúpido!" —la célebre frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton en la exitosa campaña que en 1992 llevó a la Casa Blanca al gobernador de Arkansas— la que decidió la victoria a favor de los opositores al oprobioso régimen del apartheid. No se puede olvidar que durante dos décadas se realizó una fuerte campaña internacional para poner fin al apartheid. Una de las principales estrategias fue la campaña para que las empresas que tenían negocios en Sudáfrica retiraran sus inversiones del país. El TNYT conoce que la represión en Cuba siguió aumentando a pesar del restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos en 2015. Por ejemplo: 1) El preso político Hamel Santiago Maz Hernández murió el 24 de febrero de 2017, en la gran prisión de La Habana conocida como Combinado del Este. Él languideció en prisión desde el 3 de junio de 2016, es decir, más de 8 meses sin ser sometido a juicio. Maz Hernández fue acusado de "desacato" (falta de respeto a cualquier funcionario del gobierno). 2) La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional —ONG que está avalada por Human Rights Watch— ha documentado la existencia de al menos 140 presos políticos, el doble que hace un año. El coordinador nacional del Movimiento Cristiano de Liberación, el Dr. Eduardo Cardet, fue condenado a tres años de prisión por el tribunal que lo juzgó el 3 de marzo de 2017 y está siendo acosado en la prisión por agentes de la policía política cubana. 3) También se han documentado unas diecinueve mil detenciones arbitrarias de disidentes pacíficos desde el 17 de diciembre de 2014, o sea, cuando el entonces presidente Obama anunció sus planes para normalizar las relaciones diplomáticas con la dictadura de la familia Castro. 4) Continúa la retórica de la Guerra Fría, con activistas políticos y defensores de los derechos humanos siendo insultados públicamente llamándoles "mercenarios", "contrarrevolucionarios" o "terroristas". Por cierto, muchos parecen olvidarse del extenso historial terrorista —financiado por políticos cubanos, la burguesía nacional y gobiernos como los de Costa Rica y Venezuela— y de la total entrega a una potencia extranjera de los hermanos Castro. 5) Los críticos de la dictadura siguen sufriendo hostigamiento de todo tipo, incluyendo los fascistas "actos de repudio". 6) El Grupo Liberal y Demócrata en el Parlamento Europeo (ALDE) ha condenado enérgicamente el comportamiento de las autoridades cubanas, que han impuesto la prohibición de viajar a Sayli Navarro Álvarez, defensora de los derechos humanos y miembro de las Damas de Blanco. Navarro había sido invitada a hablar en una conferencia organizada por el Grupo ALDE sobre el papel de los derechos humanos y la democracia en la aplicación del acuerdo UE-Cuba. 7) Estudiantes cubanos son obligados a protestar contra la organización World Learning, que ofreció becas a jóvenes cubanos para que cursaran estudios. ¿Qué ha cambiado en Cuba, Sr. Sulzberger? ¿Cuándo su periódico publicará un editorial repudiando hechos como los anteriores, que ocurren muy frecuentemente? Cualquiera que conozca cómo sigue siendo el comportamiento criminal del régimen comunista, sabe que es una vil mentira esto que dice el editorial del TNYT del pasado 1 de mayo: "Most damagingly, putting the relationship with Cuba back on a confrontational track would all but certainly subject Cubans to greater repression and privation". El TNYT sabe que las concesiones incondicionales al totalitarismo imperante en Cuba, no lograron tan siquiera que el régimen militar reconociera la existencia de opositores ni iniciara una verdadera apertura económica, solo ha sido un salvavidas que la familia Castro necesitaba a toda costa para intentar salvar una economía al filo del colapso, más ahora que Venezuela se encuentra al borde del abismo. Tal pareciera que los defensores de los derechos humanos de los cubanos somos una especie en peligro de extinción. ¿Por qué el diario The New York Times no hace una campaña que promueva la realización de un plebiscito en Cuba, como lo hizo el dictador Pinochet? En el útimo editorial del TNYT que leí, publicado el 5 de enero, se expresa que volver a la política de línea dura "aislará a Estados Unidos, hará daño a sus intereses empresariales y posiblemente impedirá el impulso para una mayor democracia en la Isla"... La apertura de Obama a La Habana ha permitido un flujo más libre de personas, bienes e información entre los dos países, a pesar de que aún subsisten diferencias significativas sobre los derechos humanos". El TNYT debiera saber que los derechos humanos no son negociables. ¿A algún empresario extranjero le preocupa los derechos humanos de los cubanos? ¿Cuba no es el paraíso de los empresarios que violan los derechos del trabajador, ya que no existe libertad sindical ni el derecho a huelga? ¿Estos empresarios no hacen en Cuba lo que no pueden hacer en otros países? La junta editorial del TNYT sabe que la democracia en Cuba camina como el cangrejo, para atrás. Ella conoce que cuando el entonces presidente Obama visitó Cuba en 2016, la patria de José Martí ocupaba el lugar 169 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, publicada por la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF). Por ello, en una carta abierta dada a conocer una semana antes del viaje presidencial a La Habana, Christophe Deloire, secretario general de RSF, le pidió a Obama que "considere prioritarios los problemas relacionados con la libertad de prensa y el acceso a la información". Sin embargo, según el último informe de RSF, "Cuba sigue siendo, año tras año, el país peor calificado en libertad de prensa de Latinoamérica" y ha descendido al lugar 173 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017. Lo anterior debiera sumarse al pésimo legado cubano del presidente Obama, porque el deterioro en libertad de prensa también forma parte de él. ¿No se ha demostrado fehacientemente que su verdadero objetivo no era el empoderamiento del pueblo cubano? No se debe olvidar que con respecto a Cuba, el entonces presidente Obama mintió en varias ocasiones. ¿Esto tendrá algo que ver con el hecho de que el principal donante del Partido Demócrata es Alfonso "Alfy" Fanjul, quien "ha visitado Cuba en varias ocasiones y se ha reunido con miembros del gobierno cubano"? Menos de 100 días después de dejar el cargo, Obama aceptó cobrar "400.000 dólares de Cantor Fitzgerald, el banco de inversión mediano" por "participar como orador en la inauguración de la conferencia anual sanitaria de Cantor en septiembre". Es condenable la influencia de las grandes fortunas en la política, ya sea del peso que tuvieron en el diseño de la política llevada a cabo por el entonces presidente Obama —y cómo las protegió—, como del que están teniendo en el diseño de la política que está ejecutando el presidente Donald Trump —incluso, hay quienes se preguntan si el actual gobierno es una plutocracia. El presupuesto presentado al Congreso por la Casa Blanca para el año fiscal 2018 propone eliminar toda la ayuda a la disidencia cubana, demostrando lo "preocupado" que está el presidente norteamericano por los derechos humanos de los cubanos. Lector, compruebe usted mismo cómo el presupuesto de Trump favorece a los regímenes de Cuba y Venezuela. Por cierto, el presidente Trump está demostrando que es un Robin Hood a la inversa: "La propuesta presupuestaria del mandatario plantea reducciones de gastos de salud, pero también exenciones fiscales para quienes tienen más dinero". Hace tres años comenzó la campaña del TNYT para manipular a la opinión publica norteamericana con relación a Cuba, tergiversando la realidad cubana y llegando incluso a demonizar a la disidencia. Por ello no me asombra que uno de los medios masivos de comunicación controlado por la familia Castro diga: "La nueva encuesta nacional de la compañía Morning Consult publicada este lunes por la coalición Engage Cuba arrojó que solo un 18 por ciento de los norteamericanos se opone al acercamiento a la isla caribeña emprendido por el exmandatario". A Orwell se le atribuye haber expresado que "el falso periodismo es aquel que publica lo que alguien quiere que publiques, aunque sea mentira o no merezca ser publicado". ¿Habrá que seguirle la pista al dinero? Source: ¿Quiénes están detrás de la campaña de desinformación sobre Cuba? - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro - http://ift.tt/2svQjAh via Blogger http://ift.tt/2srWl3V
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latikobe · 8 years ago
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El secreto regreso de Severo Sarduy
Severo Sarduy (latercera.com)
LA HABANA, Cuba.- No se tomaba a sí mismo demasiado en serio y se consideraba “un cubano de París”. Hubiera podido ironizar también llamándose “un cubano del Lejano Oriente”, “un cubano de África” o “un cubano de Camagüey”. Su obsesión por la cubanía lo llevó a indagar en las tres raíces que él consideraba que la nutrían: la africana, la europea y la china.
Ahora, sin embargo, el indagado es él. Luego de casi una década de pesquisa, los cineastas Oneyda González y Gustavo Pérez muestran Severo secreto (2016) para abrir la 16ª Muestra Joven del ICAIC. Ya este documental de más de una hora de duración había sido estrenado, pero viene muy bien volverlo a ver cuando el narrador, poeta y pintor Severo Sarduy hubiera cumplido 80 años.
En estos días, en su Camagüey natal, se han expuesto —en una muestra colectiva— algunas reproducciones de cuadros suyos. Si en Cuba es bastante poco conocido como escritor, su faceta como artista plástico —admirado en Europa— lo es más aún, incluso cuando Sarduy ha sido uno de los iniciadores de nuestra poesía visual.
Sucede que, aunque él nunca gustó de la pasión en la opinión política, sí sabía bien lo que no quería. Y por eso, luego de una beca artística en Francia, al conocer el carácter dictatorial que había tomado la revolución, decidió no regresar. Nunca más volvió a poner un pie en Cuba, aunque a veces sentía no haber salido de ella jamás. “Severo, que sabía todo lo que ocurrió en Cuba en los años 60”, dice un amigo suyo en el documental, “no tenía ninguna fantasía sobre las utopías socialistas”.
Tuvo la suerte de conocer en París al filósofo François Wahl, que sería su pareja por el resto de su vida y lo relacionaría con los grandes nombres de la inflamada intelectualidad francesa de los 60. Pero Severo era en persona el antónimo de su propio nombre: “No tengo en lo más mínimo identificación con eso que pudiera ser el personaje de un escritor. El que ustedes ven, en definitiva, es una especie de simulacro. No soy yo. Yo estoy detrás, escondido, riéndome”, lo vemos decir en el documental.
Sin la admiración y el respeto que despierta este cubano cosmopolita y sin la solidaridad que se ganaron los realizadores, el filme no existiría. Los medios en Cuba casi no hablarán sobre esta película, que no será muy divulgada en los cines y no aparecerá en la televisión. Dan testimonio en ella amigos y estudiosos como Orlando Jiménez Leal, Juan Goytisolo, Antón Arrufat, François Wahl, Ambrosio Fornet, Víctor Fowler, Luis Marré y Ramón Alejandro, entre otros.
Fiel a la idea del escritor de que la existencia de un hombre no debe ser relatada en simple orden cronológico, la cinta no avanza linealmente, sino que empieza con su salida de Cuba, continúa con su etapa de estudiante preuniversitario y se extiende más allá de su muerte. Lo principal es que veamos con la mayor nitidez posible al Severo escritor, al Severo dandi y al Severo pintor, que consideraba que “la pintura es una escritura abstracta”, y también al Severo sensual, al Severo amigo, al Severo oral.
Rigurosos, los realizadores Oneyda González y Gustavo Pérez, durante casi diez años, se sumergen en archivos y persiguen las huellas de Sarduy desde Camagüey a La Habana y desde La Habana hasta París, donde se pierde el rastro de su persona y comienza aquello que tanto anhelara el cubano: que su existencia toda se tornara obra de arte, casi independiente de la vida material de su creador.
Si bien su trabajo plástico queda como un legado muy revelador, sin duda su labor de ensayista, de poeta y de narrador seguirá moviéndose en imprevisibles sentidos, seguirá cobrando nuevos significados y alimentando el impulso de nuevos creadores en los que el mito Severo Sarduy seguirá creciendo, aunque no puedan encontrar en una librería su Cobra o su Barroco, su Escrito sobre un cuerpo o su De donde son los cantantes.
En enero de 1959, Sarduy trabajó como periodista en el diario Revolución, como muchos jóvenes escritores, y publicó un artículo donde podemos leer este fragmento: “No llevo mucho más de siete años de ejercicio literario, y esto quiere decir que he hablado muy poco de Martí. Me explico: encontraba ridículo que se mencionara al Apóstol en circunstancias idénticas a aquellas contra las cuales él entregó su vida”.
No pasaría mucho tiempo antes de que circunstancias otras, idénticas o peores, le impedirían retornar desde París a una Cuba que, para el resto de su vida, quedaría como un puñal clavado en sus entrañas: aunque doloroso, tendría que llevarlo de ese modo, pues sacarlo de su pecho habría significado morir. Y nunca lo hizo hasta que fue derrotado por el sida.
François Wahl, que convivió con él durante unos treinta años, aseguraba: “Severo no podía ser viejo, no podía haberse hecho mayor”.
El secreto regreso de Severo Sarduy
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latikobe · 8 years ago
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Jacobo Machover: un judío errante, un cubano expulsado
Jacobo Machover (El Mundo)
ESPAÑA.- Un libro circulará esta primavera por debajo de casi todos los radares: se llama El exilio, lejos del paraíso, viene con el sello de una editorial pequeña (Atmosfera Literaria) y sólo puede llamar la atención gracias al nombre de su autor. Jacobo Machover debe de sonar a unos cuantos lectores como el autor de La cara oculta del Che, aquel ensayo que atacaba la inocencia moral del guerrillero Ernesto Guevara. No sólo eso: entre la información abrumadora de aquel libro había, además de política e Historia, una voz atormentada y lírica. El exilio, lejos del paraíso, el libro de memorias de Machover, es, en ese sentido, una explicación de aquella tensión literaria que acompañaba a la biografía del Che.
¿Quién era aquel periodista judío-cubano-francés, exiliado, re-exiliado y mil veces repudiado?
El mismo Machover explica la historia de su familia en un correo electrónico en el que, como ocurre en sus memorias, la clave está en el padre: “Una de las figuras esenciales de este libro es, más que el narrador-protagonista mismo, el padre ausente. Él murió relativamente joven, exiliado en Francia (por enésima vez), cuando yo había cumplido los 14 años. Lo que significa que no tuve la oportunidad de tener un diálogo profundo con él. En Francia, después de abandonar su Polonia natal, por el antisemitismo, conoció a mi madre antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Estuvo luego preso en Alemania como soldado vencido del Ejército francés. Al ser liberado meses más tarde, decidió irse a cualquier parte. Quiso que mi madre se fuera con él pero ella se negó porque no podía abandonar a su familia, de la que una buena parte, sobre todo su hermano menor y su padre, fue deportada y exterminada en los campos de concentración nazis de Polonia. Mi padre, pues, llegó (casi de casualidad) a Cuba, donde ya tenía un hermano refugiado. Mi madre lo alcanzó después de la guerra y allí nacimos, mi hermano y yo. Tiempo después estalló otro cataclismo: la Revolución. Aunque ambos tuvieran ideas de izquierda, de simpatía hacia el comunismo, mi madre intuyó que había que irse, por la escasez material y por el clima de vigilancia, por no decir de terror, que se propagaba a pasos agigantados en la isla. Salimos todos para Francia, pasando antes por Alemania del Este y por la República Federal Alemana. Mi padre quiso regresar a Cuba y nos dejó durante largos años (otro abandono), hasta que decidió juntarse otra vez con nosotros, ya definitivamente, en el exilio. ¿Por qué? Probablemente por la represión sufrida por los viejos comunistas, sus amigos, a manos del poder castrista, hacia 1968. Esas cosas extrañas de los poderes comunistas, en los que los apoyos de ayer se vuelven los enemigos de hoy y, tal vez, los aliados de mañana”.
Y continúa: “Mi padre dejó escritas unas memorias en las que contaba su vida e intentaba justificar sus ‘faltas’ frente a los personeros del Gobierno, a los que conocía bastante bien, por haber trabajado de traductor en el ministerio de Industrias, cuando el Che Guevara estaba a cargo del organismo. Parte de mi libro es un diálogo de ultratumba con esa figura tutelar. ¿Por qué nos abandonó por un tiempo que me pareció una eternidad? ¿Fue la ideología más fuerte que la familia? Pero más que nada es un desagravio frente a todo lo que tuvo que aguantar, y nosotros también: el repudio hacia él por parte de un proceso revolucionario que debía, según sus ideales proclamados, conducir a la libertad y en realidad lo empujó, otra vez, al exilio y a la muerte, que sobrevino poco después. Eso no se perdona”.
Otro aliciente del libro es el juego de espejos entre los judíos errantes y los cubanos expulsados. “Hay una comunidad de destinos entre los cubanos y los judíos: entre los siglos XX y XXI, hay pocos pueblos que hayan tenido que soportar una diáspora tan larga como el cubano (los españoles también saben lo que es el exilio). Espontáneamente hay una identificación de los fugitivos de la isla con el pueblo hebreo. De los desterrados, no de los afines al régimen castrista, que apoya desde hace décadas a los enemigos más encarnizados de Israel, como la Siria de Hafez El Asad (el padre del actual tirano) o el Hezbulá y otros movimientos terroristas. A los cubanos, a falta de libertad, les queda la memoria, la de la represión ocultada por proclamas libertarias que los simpatizantes del difunto Fidel Castro repiten como cotorras. Con esas consignas deslegitiman a las víctimas para tomar el partido de los carceleros y verdugos. No saben lo que hacen”.
“Fue mi memoria judía la que me impulsó a darles la palabra a los que no la tuvieron nunca en la isla: los intelectuales censurados, los ex – presos políticos, los balseros, los descendientes de los fusilados. Sus testimonios forman la segunda parte del libro, en la que el narrador convoca otras voces, como una continuación de los que han desaparecido mucho antes, a los que él sólo conoció por los relatos de su madre y de otros familiares. Los dos aspectos, el judío y el cubano, son a mi juicio complementarios. Son parte de una misma humanidad aplastada por la Historia, revolucionaria o no”.
En la segunda parte del libro, la familia Machover va desapareciendo y toman peso los cubanos del exilio. Algunos son reconocibles: Severo Sarduy, Reynaldo Arenas, Guilermo Cabrera Infante… Entre todos dejan la sensación de hartazgo, un “qué duro es ser cubano en el exilio y no volverse ácido, qué prueba tan moralmente imposible nos han puesto”.
“Mis primeros contactos con la disidencia exiliada se hicieron a través de las obras de Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy, Heberto Padilla o Reinaldo Arenas. Todos ellos, por distintos medios, novelescos o poéticos o los dos a la vez, resucitaban una Cuba distinta a la actual pero, a fin de cuentas, más viva, más sensual, más culta, menos impregnada de ideología y de violencia, que la de los años posteriores a la revolución. Después entré en contacto con todos ellos y tuve el privilegio de adentrarme en su intimidad, no sólo a través de nuestros sentimientos comunes respecto al castrismo sino también por el amor prestado a las palabras, única manera de seguir viviendo, no sobreviviendo, recreando otra Cuba, libre, en todas partes del mundo. Con mucho humor, a menudo sarcástico, ácido incluso, siempre sugestivo, con invenciones tan cubanas en su lenguaje, que han abierto hasta el infinito los horizontes del idioma español… La distancia en libertad, en estos casos, ha podido ser creativa. Los he retratado con simples pinceladas: Cabrera Infante, el terrible maestro; Severo, que sonríe; el valiente guajiro Reinaldo, porque no quise redactar un ensayo. Ya lo había hecho, analizando profundamente su obra, no exenta de contradicciones.
La relación con Cabrera Infante acabó mal. “He admirado la obra de Guillermo, sus novelas, Tres tristes tigres y La Habana para un infante difunto, así como sus textos anticastristas, lúcidos y feroces. Me unió a él una amistad crítica. Hasta el día, a finales de los años 1990, en que descubrí un texto periodístico escrito unos días después de la toma del poder por Castro, publicado el 16 de enero de 1959 en el diario Revolución, dirigido por otro futuro exiliado, Carlos Franqui, en el que, con ya casi treinta años (no era tan joven), justificaba los fusilamientos practicados por los hermanos Castro y el Che Guevara, escribiendo salvajadas como ésta: ‘Los fusilados son criminales connotados, sus crímenes han sido cantados por ellos mismos; un pueblo de siempre sentimental no ha movido un dedo para impedir que sigan los ajusticiamientos; hasta los familiares de los ajusticiados saben que se obra con espíritu de honradez’. Me he encontrado con varios familiares de esos ‘ajusticiados’. Créame que ninguno de ellos tiene los pensamientos que le atribuía GCI. Textos como ése, hay varios. Incluso en un libro póstumo, Cuerpos divinos, habla de una visita que realizó como periodista a una cárcel donde los condenados a muerte esperaban su fin. A las peticiones de clemencia que le dirigían a él, las calificaba como un espectáculo ‘obsceno’. Todo el mundo tiene derecho al error. Pero un escritor de esa valía, con tantos y tantos adeptos, tenía que haberse explicado a posteriori sobre esas sentencias tan graves. Nunca lo hizo. Lástima”.
Última pregunta: ¿qué tal te ha sentado escribir durante todos estos años y este libro en concreto? En sus páginas, el personaje que hace memoria es un muchacho claramente en el filo del abismo que confía en el texto como una salvación. ¿Fue real? “Mi escritura, por desgracia, no es nada divertida. Puede ser lírica, a veces erótica, pero es muy cerebral. Los temas que he tratado, tanto en los ensayos literarios como en los escritos políticos sobre los hermanos Castro y El Che son como una necesidad de dejar un testimonio: más que el mío, el de sus opositores, esas víctimas -sin embargo, tan valientes- a las que he tenido el honor de conocer. Intentar darles la palabra era una obligación para mí, exenta del placer de la escritura. En estas memorias noveladas he emprendido un viaje iniciático, que empieza desde antes de haber nacido, con la terrible herencia que me han legado mi padre, mi madre y los familiares a los que no conocí. Recorrí el territorio de la infancia en Cuba, el de la adolescencia, tan libre y desenfada en París, más que nada en la sexualidad y en el modo de vivir, con incursiones en la España del destape y en muchos otros lugares, allí donde las muchachas y la literatura me abrían sus cuerpos y sus secretos más hondos. Intenté contar eso con la mayor vitalidad posible. Algo, sin embargo, me retrotraía hacia mis pesadillas fantasmales, de mazmorras y de desaparecidos en cenizas, quién sabe dónde. Entonces, no: la escritura no puede ser para mí una salvación.
(Publicado originalmente en El Mundo)
Jacobo Machover: un judío errante, un cubano expulsado
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latikobe · 8 years ago
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Feria del Libro de La Habana abrirá con dos días dedicados a Fidel Castro
La Editora Política ha preparado un ‘Diccionario de pensamientos de Fidel Castro’ para la ocasión (cubadebate.cu)
LA HABANA, Cuba.- La 26 Feria del Libro de Cuba abrirá el próximo viernes con dos días de homenajes al fallecido Fidel Castro, donde se incluirán coloquios, conferencias, la presentación de una veintena de títulos y la inauguración de un proyecto cultural, adelantaron hoy los organizadores del evento.
La fortaleza colonial de La Cabaña será la sede principal de las actividades, que comenzarán el viernes con el coloquio “Fidel, política y cultura” y tres paneles sobre el pensamiento político y revolucionario del exgobernante, que murió el pasado 25 de noviembre en la capital cubana a los 90 años.
El primer día de acceso público a la Feria también iniciará el proyecto cultural “Nuestra historia y Fidel”, activo durante los diez días de la cita literaria, que en su primera jornada proyectará los documentales “Fidel es Fidel” y “Chávez”, sobre el también fallecido mandatario venezolano Hugo Chávez, ambos de Roberto Chile.
El tributo al máximo líder de la Revolución Cubana se extenderá también a otras sedes habaneras de la Feria del Libro ―el mayor suceso cultural del año en la isla―, entre ellas el Pabellón Cuba del céntrico barrio Vedado, en el que se presentarán el propio viernes la compilación “Fidel periodista” y el cómic “Fidel rebelde”.
En el programa literario del sábado destaca la conferencia del historiador de La Habana, Eusebio Leal, dedicada al “Humanismo en Fidel y su legado”, antecedida por la conferencia “Concepción de Fidel sobre el papel de la cultura en la Revolución Cubana”.
El espacio “Nuestra historia y Fidel” abordará en la próxima semana una amplia selección de temas relacionados con Castro, que van desde su famoso alegato “La historia me absolverá”, hasta textos sobre su infancia en la finca de Birán (oriente de la isla), que podrá visitarse también mediante un tour virtual.
El presidente del Instituto Cubano del Libro y de la Feria del Libro, Juan Rodríguez, dijo a la prensa que se presentarán en total 24 títulos sobre el exgobernante, textos que forman parte de las 700 novedades literarias de editoras cubanas, replicadas en unos 4 millones de ejemplares para la ocasión.
“Diccionario de pensamientos de Fidel Castro”, “Un niño llamado Fidel Alejandro”, “Fidel y la tradición universitaria” y “Fidel Castro y los Estados Unidos, 90 discursos, intervenciones y reflexiones” son algunos de los libros que llegarán a las librerías cubanas a partir del jueves próximo.
En cumplimiento de la última voluntad de Castro, en diciembre pasado el Parlamento de la isla aprobó una ley que prohíbe el uso de su nombre en instituciones, áreas públicas y monumentos, y previene el posible uso comercial de la imagen de Fidel.
Sin embargo, estableció excepciones en cuanto a instituciones creadas para el estudio y difusión del pensamiento y obra de Castro, así como la iconografía del líder en centros de trabajo o de estudio, unidades militares e instituciones estatales.
La 26 Feria del Libro de Cuba abrirá formalmente este jueves en La Habana hasta el próximo 19 de febrero, para luego extenderse por todo el país y culminar en Santiago de Cuba en abril próximo.
Este año la cita literaria está dedicada a Canadá como país invitado de honor y a la figura y obra de Armando Hart, exministro de Cultura y uno de los colaboradores más cercanos de Fidel Castro.
En su segmento habanero, el de agenda más ajetreada y en el que participan mayor número de invitados extranjeros, la cita literaria propone un programa oficial y otro paralelo en el que destaca la presencia de la laureada autora canadiense Margaret Atwood.
(EFE)
Feria del Libro de La Habana abrirá con dos días dedicados a Fidel Castro
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latikobe · 8 years ago
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Martí, otra impercedera resonancia de la libertad
Monumento a José Martí (Cubadebate)
GUANTÁNAMO, Cuba.- Este 28 de enero del 2017 se cumplen 164 años del natalicio del más universal y trascendente de todos los cubanos, el Apóstol de nuestra independencia José Martí Pérez.
José Lezama Lima lo definió como “ese misterio que nos acompaña”, frase de hondas proyecciones si nos atenemos a que el legado del Apóstol es parte inseparable de lo cubano y objeto de una fe que se cultiva desde la cuna hasta la muerte, porque se mantiene como un referente inevitable.
Es misterio porque lo veneramos como santo, aunque no lo fue. Misterio porque asombra que en sólo 42 años haya escrito una obra descomunal en la que resalta el poeta modernista, cuyos versos, a diferencia de tantos contemporáneos suyos, mantienen la frescura de la inmortalidad. Destacan también en ella sus discursos, verdaderos ensayos políticos de innegables valores literarios. Por encima de la obra fulge inextinguible el ejemplo de un hombre congruente, fiel a lo que proclamó en célebre cuarteta: “¡Verso, nos hablan de un Dios/ Adonde van los difuntos: /Verso, o nos condenan juntos/ o nos salvamos los dos!”.
Martí duele a todo cubano honesto ante tanta afrenta. Duele a quien lo lee sin mediación de los turiferarios de los efluvios castristas, quienes cada vez que mencionan su nombre deberían limpiarse la boca de tanto que lo mancillan cuando manipulan sus ideas o las silencian para callar la vocación democrática del Apóstol.
Leer a Martí no es fácil. No sólo por el barroquismo de su prosa y la amplitud de su lenguaje, sino por la originalidad de su escritura donde las ideas, expuestas en múltiples oraciones encadenadas, llenan los párrafos como torrentes que se despeñan en el alma y nos exigen detenernos, humedecernos en ellos una y otra vez para calar sus esencias, transidas por su patriotismo vehemente.
Los libros de Martí no abundan. Siendo el Héroe Nacional de Cuba sus Obras Completas deberían estar en todas las librerías pero no es así. Se ha llegado al extremo de venderlas excluyendo algunos de los tomos, como ocurrió con la edición publicada por la Editorial Ciencias Sociales en 1975, de la que fueron suprimidos dos tomos cuyos textos contenían acerbas críticas a las ideas de Carlos Marx, Federico Engels y otros pensadores socialistas. Desde hace años se publica la edición crítica de su obra pero en Guantánamo no existe.
En cambio sí abundan, elogiados como paradigmas de la interpretación del pensamiento martiano, los libros de pedestres exégetas del castrismo, empeñados en entregarnos al pensador que les interesa, ocultándonos su dimensión total y, sobre todo, su innegable vocación democrática.
El artículo 1 de la Constitución castrista de 1976 expresa que Cuba es un estado “organizado con todos y para el bien de todos”. En realidad Cuba es un país organizado con todos los que defienden al castrismo y para el único bien de ellos con exclusión de los cubanos que no piensan igual, quienes viven sin derechos políticos y sociales, una de las más cínicas afrentas a Martí. La frase “Con todos y para el bien de todos” fue dicha por el Apóstol en el Liceo Cubano de Tampa el 26 de noviembre de 1891 y pertenece al discurso homónimo. En él, luego de afirmar que abrazaba a todos los que saben amar y que traía en su corazón la estrella y la paloma, Martí alertó sobre el peligro de seguir a ciegas, en nombre de la libertad, a los que se valen del anhelo de ella para desviarla en beneficio propio.
Conocedor de la historia de América y del peligro de las dictaduras que la corroían, dijo en otro momento de su célebre discurso: “Para libertar a los cubanos trabajamos, y no para acorralarlos. ¡Para ajustar en la paz y en la equidad los intereses y derechos de los habitantes leales de Cuba trabajamos, y no para erigir, a la boca del continente, de la república, la mayordomía espantada de Veintimilla, o la hacienda sangrienta de Rosas, o el Paraguay lúgubre de Francia!”.
¿Qué república habría creado José Martí de haber sobrevivido a la guerra? Ya había asegurado en Nuestra América: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas”. De lo que no tengo duda es que habría sido una república democrática, multipartidista, con prensa libre, abierta a la tolerancia, a la prosperidad, al disfrute de la justicia para todos los cubanos y no sólo para los aduladores de un poder jamás elegido por el pueblo mediante elecciones libres, secretas y directas.
Ese es el sueño inconcluso de Cuba, el único país del hemisferio occidental que acumula 67 años de continuos gobiernos dictatoriales. Sobre tal ignominia se yerguen las ideas del Apóstol, veneradas por los que no tenemos voz ni derechos ante quienes se proclaman campeones defensores de la dignidad humana y ni siquiera cumplen su propia Constitución.
Martí no es una entelequia inventada por los cubanos, como alguna que otra vez han afirmado varios desnaturalizados. Además de misterio, es el gran subversivo que nos acompaña y, sobre todo, otra imperecedera resonancia de la libertad.
Martí, otra impercedera resonancia de la libertad
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