#La femme en vert
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angelitam · 1 year ago
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La femme en vert d'Arnaldur Indridason
La femme en vert d’Arnaldur Indridason – Editions Points La femme en vert d’Arnaldur Indridason, prĂ©sentation Une fĂȘte d’anniversaire, un jeune enfant qui mĂąche ce qui rĂ©vĂšle ĂȘtre un os humain. Un jeune homme de 25 ans Ă  cette fĂȘte, est assis dans le salon de la mĂšre. Il la rend nerveuse car il ne discute pas. Ils dĂ©couvrent un cadavre. Ils sont mariĂ©s depuis 3 mois. Elle subit la violence de son

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chic-a-gigot · 7 months ago
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La Mode nationale, no. 24, 13 juin 1903, Paris. Robe élégante pour jeune femme ou jeune fille. BibliothÚque nationale de France
Robe Ă©lĂ©gante pour jeune femme ou jeune fille, en voile de laine, vert amande. Jupe courte froncĂ©e sur un haut volant Ă©galement froncĂ©. La garniture se compose de jours Ă  fils tirĂ©s sur transparent blanc. Corsage froncĂ©, blousant dans une ceinture drapĂ©e; l'empiĂšcement de panne vert amande et de panne blanche arrondie est fait de plis "Aurore" avec jours en cerceaux. Au-dessous, haute berthe d'Irlande, pailletĂ©e de nacre. Brassards de jours sur le mancheron; manche trĂšs bouffante serrĂ©e dans un haut poignet d'Irlande; la berthe se ferme devant par un double nƓud blanc et amande.
Elegant dress for young women or girls, in wool voile, almond green. Short gathered skirt over a ruffled top also gathered. The trim consists of drawn thread openings on transparent white. Gathered bodice, blousant in a draped belt; the almond green panel and rounded white panel is made of “Aurore” pleats with hoop openings. Below, high Irish berthe, spangled with mother-of-pearl. Day armbands on the cap sleeve; very puffy sleeve tightened in a high Irish cuff; the berthe closes in front with a double white and almond bow.
Matériaux: 8 mÚtres de voile amande; 1m,50 de taffetas blanc.
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beatricecenci · 9 months ago
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Claude Monet (French, 1840-1926)
La Femme en robe verte
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chiquititamia · 7 months ago
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Calmar tu sed - parte 4
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Buenaaaas chicas, por fin les puedo traer la cuarta parte de Calmar tu sed, y no hubiera sido posible sin que mi querida @deepinsideyourbeing me hubiera sacado con cariño de mi bloqueo creativo (Gracias preciosa!)
Esta vez vamos a intentar disciplinar un poquito a conejito Blas 🐇
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
â€ïžâ€đŸ”„+18 sexo explĂ­cito, blas es insaciable y desobediente, masturbaciĂłn, mommy kink, age gap, soft dom, edging...
En principio habĂ­as quedado con dos amigas a la que salieras del trabajo, hacĂ­a ya semanas que no os veĂ­ais ya que todas andabais muy ocupadas, asĂ­ que ese viernes era el dĂ­a perfecto para poder reuniros de una vez.
No le prestaste mucha atenciĂłn al mĂłvil esa tarde; querĂ­as resolver todos los asuntos con los que tu jefe tan amablemente te habĂ­a sepultado, por lo que no debĂ­as distraerte con nada.
Fue un día muy cansado en la oficina, suspiraste y soltaste tu coleta para volver a hacértela esta vez mås floja y fuiste caminando hasta la parada del metro.
Cuando sacaste el celular de tu bolso para ponerte mĂșsica en el camino, decidiste revisar el grupo de whatsapp que tenĂ­an para ver cĂłmo iban las demĂĄs y si habĂ­a algĂșn cambio en los planes. 20 mensajes sin leer, decĂ­a la pantalla. Malo.
Los Ășltimos mensajes recibidos que leĂ­ste por encima decĂ­an:
“La próxima vez será”
“Lo siento chicas”
Muy malo.
Por lo que se ve, una de tus amigas se habĂ­a quedado sin canguro para su bebĂ© en el Ășltimo momento y la otra tenĂ­a que quedarse en su trabajo hasta tarde por un cambio de turno que no habĂ­a recordado hasta hoy. Joder. Y para esto te habĂ­as organizado la tarde. Bueno, ya quĂ©, te dijiste. Tomaste el camino que llevaba a tu casa en lugar del que llevaba al centro.
Cuando entraste al piso, Blas tenĂ­a la mĂșsica puesta y no te escuchĂł llegar.
Al caminar por el pasillo, pensaste brevemente en hacer una broma en la que le avisabas de haber llegado para no descubrirle en ninguna situaciĂłn comprometida. Pero antes de que pudieras hacerlo la situaciĂłn comprometida saltĂł a tus ojos.
Blas se encontraba tendido en vuestra cama, vestido Ășnicamente con unos pantalones cortos de deporte. En una mano, su telĂ©fono, delante de su cara, mĂĄs que probablemente mirando fotos tuyas provocativas que de vez en cuando te divertĂ­a enviarle. La otra mano no sĂłlo sostenĂ­a y masajeaba su miembro duro, si no que, enredadas entre sus dedos, distinguiste unas braguitas tuyas que llevabas unos dĂ­as buscando. Blas gemĂ­a y cerraba los ojos.
Ya estabas frente a Ă©l, pero como con la mĂșsica aĂșn no se habĂ­a dado cuenta de tu presencia decidiste aclararte la garganta para llamar su atenciĂłn. A juzgar por el ritmo de su mano estaba muy cerca del final; notaste como tu propio sexo comenzaba a humedecerse y tu pulso se aceleraba. Te excitaba tanto lo insaciable que era tu novio

-Amor! – se sobresaltĂł al verte, sin embargo, su cuerpo ya habĂ­a entrado en un punto del que no podĂ­a retornar, aunque su mente se lo ordenase. El ceño del chico se frunciĂł, sus ojos se entrecerraron. Con un pequeño gemido, Blas mirĂł hacia abajo, como para intentar controlar lo que ahĂ­ estaba sucediendo, pero era inĂștil. EyaculĂł sobre su pecho y su abdomen mientras suspiraba e intentaba pararlo, apenas moviendo su mano – Mi amor
yo
lo siento, no pensaba que llegases tan pronto
 - intentando recuperar su respiraciĂłn normal, Blas se disculpaba mirĂĄndote con esa carita con la que realmente no te podĂ­as enfadar.
-Me cancelaron en el Ășltimo momento – soltaste tu bolso y adoptaste una posiciĂłn de femme fatale que sabĂ­as que a Ă©l le volvĂ­a loco – Yo te habĂ­a dicho que nada de masturbarte, Âżo sĂłlo lo imaginĂ©? – mientras bajabas de tus tacones, Blas hacĂ­a lo posible por limpiarse con una de las pequeñas toallas que guardabais en la mesilla de noche.
-Ya sé, amor, pero yo sabía que llegabas tarde y qué se yo

-Ah, asĂ­ que querĂ­as engañarme porque pensabas que no te iba a pillar
ya veo.
-No, no, ¡no! – exclamó – Es solo que sabía que llegabas de noche y no podía esperar
 -dijo formando un puchero que estaba seguro de que le libraría de posibles represalias.
Mientras te desvestías y te ponías la ropa cómoda que llevabas en casa ante su atenta mirada, sopesaste qué castigo sería el adecuado para el comportamiento rebelde de tu joven novio.
-Y con mis bragas, ademĂĄs
 - añadiste. Tch, tch, tch
- negaste con la cabeza con la decepciĂłn impostada de una profesora que ha pillado a su alumno favorito copiando.
-Y sí
 eso no estuvo bien – rio de forma inocente, aunque su sonrisa se desvaneció cuando vio el gesto grave que estabas esforzándote en poner.
-Yo te voy a tener que buscar un castigo, conejito

Blas caminó hacia ti y rodeó tus hombros con sus largos brazos, apoyando su barbilla en tu hombro, buscando aplacarte con cariños.
-Te preparo hoy tu cena favorita, gatita
 no te enojés

-Eso no es suficiente, pero 
 puedes empezar por ahí.
Mås tarde, después de una ducha reconstituyente, habías decidido encender unas velas con aroma a canela y vainilla y escuchar tu pódcast favorito en el sofå. Fuera llovía, y el olor que comenzaba a salir de la cocina te embriagaba. Blas te estaba preparando lasaña de verduras.
De vez en cuando, le veías a través del marco de la puerta de la cocina, tan guapo con su delantal manchado de tomate. Estaba escuchando Tu geografía del grupo Indios, y le escuchabas cantar si pausabas tu programa.
Blas se esforzó no solo por cocinar a la perfección tu plato predilecto, sino que ademås decoró la mesa con un bonito mantel con motivos vegetales, un jarrón de flores secas y pequeñas velitas con forma de corazón.
-SĂ© muy bien lo que estĂĄs haciendo, nene.
-¿Mmm? – se hizo el loco mientras cortaba el pan en rodajas encima de una tablita de madera. Ni siquiera quería manchar con migas la mesa. Insólito.
-DejĂĄ de hacerme buena letra– sonreĂ­ste satisfecha de haber infundido ese terror en Ă©l.
-Nah, amor, ¿es que no puedo ser detallista? – se defiende indignado.
TĂș rĂ­es por lo bajo y observas como te sirve una porciĂłn de la humeante lasaña en tu plato con todo el cuidado del mundo.
Esta vez Blas se habĂ­a superado, definitivamente habĂ­a perfeccionado su receta y habĂ­a logrado algo excepcional.
Saboreaste un bocado y, después de tragar besaste las yemas de tus dedos para enfatizar tu felicitación.
-IncreĂ­ble, nene, la rompiste.
-Gracias, nena, esta vez le puse un- ahhh
 - su frase se vio interrumpida por un amago de gemido que murió en su garganta. Tu pie descalzo, había empezado a masajear su entrepierna por debajo de la mesa. No mucha tela os separaba, ya que, normalmente, Blas sólo llevaba un pantalón deportivo sin ropa interior cuando estaban en casa.
-Le pusiste qué? -preguntaste con una mezcla de diversión y malicia en tu rostro mientras insistías en acariciar su creciente bulto con los dedos de tu pie.
-Uhh
u-un poco de albahaca fresca
 - Blas cerraba los ojos y se aferraba al mantel – nena
 quĂ© hacĂ©s?
-Yo? Cenar
 - alcanzaste su erección con tu otra extremidad, recorriéndola con cuidado y manteniéndote al borde de tu silla.
-Nena, pero me vas 
a volver loco – echó la cabeza hacia atrás.
Cuando tu novio se empezĂł a entregar relajadamente al placer que le estabas proporcionando viste tu oportunidad de parar en seco, apoyando de nuevo los pies en el suelo. Esto solo era el principio del juego. Como era de esperar, Ă©l abriĂł los ojos como platos y su expresiĂłn pasĂł del horror a la realizaciĂłn y despuĂ©s a la sĂșplica.
-Nahhh me estĂĄs jodiendo, boluda.
Le miraste como una leona, en tus ojos, advertencia.
-No te escuché bien, ¿qué dijiste?
Él cerró los ojos un momento y tomó aire con el objetivo de volverse más diplomático.
-Mi amor, 
- calibrĂł sus palabras - cariño
 Âżme vas a dejar asĂ­?
TĂș te levantaste de la mesa con agilidad, apoyando las puntas de tus dedos en el piso como si fueras una bailarina, recogiste tu plato vacĂ­o y te dirigiste a la cocina para llevarlo a la pila.
-Me acordé de que hay helado, ¿querés? -sonreíste sin que te viese.
-La puta madre
-murmuraba Ă©l por lo bajo mirando el desastre que le habĂ­as provocado y que tanto le costarĂ­a bajar sin un alivio real.
-Blas? – llamaste nuevamente desde la otra habitación
-Sí, dale! – contestó con resignación.
Para cuando os sentasteis en el sofĂĄ del salĂłn, el cuerpo del muchacho ya se habĂ­a tranquilizado un poco, gracias a Dios. Como siempre, tardasteis mĂĄs en seleccionar lo que ibais a ver que en el propio visionado.
El ya familiar sonido de la intro de Netflix resonaba cuando, muy para su desgracia, Blas dirigiĂł su mirada hacia ti. En concreto hacia tu boca, que lamĂ­a el dichoso helado como si de verdad tu principal objetivo en la vida fuese hacer que perdiese la cabeza.
Tu lengua se paseaba desde la base de este hasta la punta a un ritmo demasiado lento y cuidado como para que no lo estuvieses haciendo a propĂłsito. Las gotas de vainilla se deslizaban por tu boca hacia tu garganta tal como Ă©l desearĂ­a que sucediese con su corrida, lo cuĂĄl le hizo tragar saliva. Basta, no tenĂ­a sentido torturase imaginando tales cosas. Ya habrĂ­a oportunidad de ponerte carita de corderito degollado cuando os metieseis en la cama mĂĄs tarde, seguro que ahĂ­ cedĂ­as, pensĂł.
Intentó concentrar su atención en saborear su propio helado – el suyo de chocolate – y prestar atención a la película que estabais viendo.
Ya habiendo terminado vuestros postres, tĂș te reclinaste en su hombro. El aroma de su perfume emanando de su cuello y su pecho te encendĂ­a sin excepciĂłn.
Para colmo, una escena de sexo lésbico empezó a desarrollarse en la pantalla, suavemente con unos besos, y luego con las protagonistas deshaciéndose de su ropa. Blas la seguía con atención.
-Sabés? Yo en la uni me lié con mi amiga Camila

Él dirigió la mirada hacia ti brevemente.
-Sí? – trató de sonar casual.
-SĂ­, vaya, hace mil años, pero aĂșn me acuerdo.
-Mirá

-TenĂ­a unas tetas esa piba
 -comentaste, tratando de sonar desinteresada tambiĂ©n – me encantĂł comĂ©rselas

Blas ya ni siquiera le estaba prestando atenciĂłn a la pelĂ­cula ni a sus protagonistas. En su cabeza, solo tĂș en brazos de tu amiga, a la que por cierto conocĂ­a en persona. En realidad, todo tipo de pensamientos cruzaban su mente como si se tratase de una carretera muy transitada. Debajo de la suave manta gris que os cubrĂ­a, tu cuerpo cĂĄlido encajaba a la perfecciĂłn con el suyo. No supo decidir si que tu mano comenzara a acariciar su muslo sutilmente era una nueva condena o un premio.
No tardaste en llegar a su miembro, ya totalmente duro, palpitando sobre su muslo; con tu pulgar, rodeaste su glande y trazaste lentos cĂ­rculos que provocaron que su lĂ­quido preseminal atravesase la tela de sus pantaloncitos de Adidas, humedeciendo tus dedos deliciosamente.
Cuando lo tomaste por completo en tu mano, Blas cerró los ojos y suspiró. Aunque no sabía si debía entregarse esta vez, decidió que el hecho de que ya le estuvieras masturbando, aunque fuera de forma perezosa, era buena señal.
No es que tĂș fueses una mĂĄquina ni una mujer sin corazĂłn. Por supuesto que tĂș tambiĂ©n estabas disfrutando e incluso notabas tu propia humedad al sentir a tu novio de esa manera. Pero ese pibe necesitaba un castigo o no iba a aprender. Te perdiste en tus propios pensamientos mientras masajeabas lentamente la hombrĂ­a de tu novio; tanto te distrajiste que tus alarmas no sonaron cuando una de las manos de Blas, empezĂł a acariciar tus senos, sosteniĂ©ndolos de forma delicada, mimando tus pezones rosados por encima de la camiseta de pijama que llevabas puesta. Lo cierto es que se sentĂ­a maravillosamente. QuizĂĄs castigar a tu niño era mĂĄs duro de lo que parecĂ­a.
Pareciera que Blas no querĂ­a decir nada, ni tan siquiera gemir por si acaso el sonido de su voz te sacaba de tu estado de generosidad. Como si pudiera distraerte lo suficiente para que por fin le aliviaras.
Casi sin detenerte a pensarlo, te deslizaste por su pecho y bajaste tu cabeza hasta tener la boca a la altura de sus caderas. Besaste su punta, asegurĂĄndote de que tu aliento calentase aĂșn mĂĄs su piel a travĂ©s de la tela, causĂĄndole un escalofrĂ­o electrizante que le hizo apretar nuevamente los pĂĄrpados.
Tu saliva bajaba por tu lengua hasta humedecer aĂșn mĂĄs la mancha que delataba su excitaciĂłn. Cerraste tus labios en torno a Ă©l y ejerciste un poco de presiĂłn con ellos. Él no se atrevĂ­a a moverse, asĂ­ que fuiste tĂș la que se encargĂł de bajar la prenda hasta que su pija quedĂł al descubierto, palpitando dolorosamente.
Dejaste que se posase en el interior de tu boca, y, con cuidado de no arañarle con los dientes comenzaste a chupar como habías hecho hacía un rato con aquel helado de vainilla.
Él acarició tu pelo con cuidado una vez más de no provocar que cambiases de opinión.
Blas no podĂ­a estar mĂĄs duro, la sangre bombeaba a travĂ©s de sus venas cada vez mĂĄs fuerte, la piel de sus testĂ­culos se tensĂł sutilmente, y tĂș sabĂ­as lo que eso significaba. Estaba muy cerca.
Por mucho que te molestase detener tu tarea, sabĂ­as que era ahora o nunca. AsĂ­ que sacaste su longitud de tu boca y le diste una lamida de despedida, desde la base hasta la punta, plantando un beso al final. Con el dorso de tu mano limpiaste la saliva de tus labios y volviste a recostar tu cabeza contra su pecho.
No hacĂ­a falta ser muy listo para saber que ibas a continuar castigĂĄndolo cada vez que tuvieses ocasiĂłn. Esta vez no ibas de farol.
Blas soltĂł un quejido lastimero y se llevĂł las manos a la cara frustrado.
-Parå, ¿por qué me hacés esto, nenita
? Yo no soy tan malo con vos.
-Nunca hacĂ©s caso – le reprendiste mirando a la pantalla para que sus ojitos oscuros no te afectasen cual hechizo.
-Pero cielo
 es que a veces no puedo evitar desobedecer – intentĂł justificarse sin demasiado Ă©xito.
-No es excusa – pretendiste sonar autoritaria – lo de la playa fue imperdonable, señor Polidori.
-Ya te pedĂ­ perdĂłn por eso
- se girĂł hacia ti y te obligĂł a mirarle invadiendo tu campo de visiĂłn; necesitaba que vieras su expresiĂłn apenada para infundir un poco de compasiĂłn en ti. TomĂł tu cara entre sus grandes manos y te besĂł – es que tenĂ©s unas tetitas tan ricas – bajĂł sus besos por tu mandĂ­bula, trazando un camino por tu cuello y despuĂ©s tu pecho – que yo no me puedo resistir, mami

El muy cabrĂłn sabĂ­a muy bien cuando utilizar ese nombre y cuando no. En el momento justo.
-ÂżPero si vos te portĂĄs bien mami te da todo lo que necesitĂĄs
 - suspiraste a causa de sus besos y de sus palabras – es que no tenĂ©s suficiente, conejito?
La boca de Blas ya se hallaba totalmente inmersa en tu cuello, lamiéndolo con hambre, e incluso succionando con cuidado de no dejar marcas demasiado grandes. Conocía tus puntos débiles.
-Que hacías con mis bragas, eh? – no tuviste otra que gemir y soltar el aire que estabas conteniendo con tanto esfuerzo – se estaba tocando mi chico?
-Sí, mami, lo siento
-Bien, el primer paso era mostrar verdadero arrepentimiento, razonaste entre la niebla de tus nada cristianos pensamientos en ese momento – te prometo que iba a ser una muy rápida para no molestarte hasta la noche

-No me molestĂĄs, pequeño
 pero tenĂ©s que hacer caso
 ser obediente
 Âżes que no te gusta ser mi buen chico?
-Sí
 sí! – A Blas le encantaba ser tu chico bueno.
-Pues entonces portĂĄte bien y yo te darĂ© premios ÂżsĂ­? – con toda la fuerza de voluntad que quedaba en tu ser – que no era mucha – te levantaste suavemente y, de camino a vuestro dormitorio apagaste la televisiĂłn, la cual preguntaba desde hacĂ­a rato si alguien seguĂ­a allĂ­.
Te preparaste para ir a dormir, tratando muy fuerte de ignorar lo absurdamente hĂșmeda que estaba tu ropa interior. Cepillaste tus dientes y te metiste en la cama.
Ya a oscuras, Blas entrĂł en el dormitorio y se tendiĂł junto a ti, de costado, tal y como estabas tĂș. ApoyĂł su erecciĂłn a tus nalgas. Te abrazĂł por detrĂĄs, y, aunque no dijo nada, atrapĂł el lĂłbulo de tu oreja entre sus dientes y comenzĂł a lamer, provocando un incendio en tu interior. Definitivamente conocĂ­a todos tus puntos dĂ©biles y estaba dispuesto a atacarlos todos.
Al abrigo de la oscuridad dejaste que algunos gemidos cayeran de tu boca. ÂżTan pronto ibas a ceder?
-Mami, levantame el castigo
 no lo volveré a hacer

-No te creo nada
-suspiraste poniendo tu mano en su mejilla.
EncontrĂł consuelo en frotarse contra tus glĂșteos y agarrar tus tetas; sentĂ­as que ni podĂ­as ni querĂ­as pararle. Su lengua te atacaba por todas partes, incluyendo tu cuello, tu oreja, tu mandĂ­bula, mordĂ­a tu hombro y embestĂ­a contra ti de forma animal, desesperado por tu roce.
No ibas aguantar mucho mĂĄs sin bajar tus shorts y dejar que hiciera contigo lo que Ă©l quisiera.
-Mami
 nena
 si no me dejas entrar voy a correrme en los pantalones como un gil, por favor
 -suplicó jadeando.
La imagen de Blas viniĂ©ndose sin ni siquiera penetrarte provocĂł que el Ășltimo hilo de autoridad que quedaba en ti se rompiese.
-EstĂĄ bien, cogĂ©me - soltaste todo el aire que te quemaba la garganta, toda tĂș estabas ardiendo.
Blas no necesitĂł que se lo dijeras dos veces, con las manos temblorosas bajĂł su pantalĂłn y por poco arranca el tuyo. No pudo esperar a poder bajar tus bragas, simplemente las hizo a un lado y se introdujo en ti de un solo movimiento. Ambos estabais tan hĂșmedos que no hizo falta mucha ayuda, aunque su tamaño te arrancĂł un grito, no existĂ­a mĂĄs profundidad que la que estaba tocando Ă©l. En un par de segundos ya se movĂ­a dentro de ti, estirando tus mĂșsculos y gimiendo de alivio.
-Gracias, mi flor, te amo
te amo tanto

-Mi conejito
 -al decir esto, Blas empezó a penetrarte de forma mås frenética, como si quisiera darte la razón en lo de que era un animalito desesperado.
De repente, muy para tu desgracia, el aguante de tu novio llegó a su fin, lo cual resultaba comprensible, pero deseabas tanto que siguiese dentro de ti

ClavĂł sus dedos en tu cadera, y, con la otra mano llevĂł tu muslo hacia atrĂĄs para abrirte aĂșn mĂĄs y darle mejor acceso.
-Me voy a venir, ¡me voy a venir! – gritó desesperado.
-¡Veníte, amor,
. Dios!!
Blas encajĂł la punta de su miembro en lo mĂĄs profundo de ti, y una vez allĂ­, dejĂł salir toda su excitaciĂłn, la notabas ardiendo, lamiendo tus paredes.  Las Ășltimas palpitaciones enfatizaron mĂĄs lo muy a presiĂłn que salĂ­a, llenĂĄndote por completo.
Se derrumbĂł a tu lado, pero sin salir de ti. SiguiĂł acariciando tus pechos y besando tu cuello, murmurando palabras de amor a tu oĂ­do.
-Mi niña
 cĂłmo te adoro

-Soy demasiado buena contigo -dejaste salir una risa.
 - Y sí
 no te merezco
-continuó plantando besos adorablemente.
Su mano bajĂł desde tu torso hasta tu pubis. Uno de sus largos dedos comenzĂł a trazar cĂ­rculos de bĂșsqueda hasta encontrar tu clïżœïżœtoris entre tus pliegues. PresionĂł suavemente e inicio ese patrĂłn de movimientos que sabĂ­a que funcionaba tan bien en ti.
Te aferraste a su brazo como si fuera un ancla a tu propia cordura. Su miembro aĂșn duro reaccionaba a cĂłmo tus contracciones le apretaban. Si aĂșn no habĂ­as alcanzado el orgasmo es porque tratabas de alargar la sensaciĂłn, pero pronto no pudiste mĂĄs y te deshiciste sobre Ă©l, manchando aĂșn mĂĄs su cuerpo y vuestras sĂĄbanas.
-Esa es mi buena nena
así mejor ¿verdad?
No conseguĂ­as hablar, asĂ­ que Blas se tomĂł tu silencio como un ‘sí’ y, cuando recuperaste tu respiraciĂłn normal, dejĂł un beso rĂĄpido en tu mejilla antes de levantarse a prepararte un baño caliente.
Te sonreía apoyado su espalda en el marco de la puerta, tan alto, tan hermoso, mientras el sonido del agua llenando la bañera ya parecía reconfortarte.
-No tenĂ©s remedio vos – dijiste negando con la cabeza.
-ÂżYo?
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Parte 3
Parte 2
Parte 1
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll @moviestarmartini @yanvgc @choccocake @bichotaaseason
(como siempre, dĂ­ganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
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ernestinee · 5 months ago
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"Dans une histoire d'amour, on n'est jamais deux face Ă  face, jamais isolĂ©s dans un imaginaire libre et gĂ©nĂ©reux. On est tous les autres et toutes les autres qui ont aimĂ© avant nous. Une longue chaĂźne de forçats menaçants qui nous tirent en arriĂšre et nous lestent de leurs vieux conflits, leurs vieilles fripes, leurs masques grimaçants, leurs cƓurs dĂ©vastĂ©s, impuissants. Nos mĂšres et nos pĂšres, nos grand-mĂšres et nos grands-pĂšres, nos arriĂšre-grand-mĂšres et nos arriĂšre-grands-pĂšres Ainsi de suite...
On porte, sans le savoir, leurs peurs et leurs angoisses, leurs rancƓurs et leurs haines, leurs Ă©lans brisĂ©s et leurs blessures ouvertes, leurs espoirs déçus et cette scie meurtriĂšre: on ne m'y reprendra jamais plus, jamais plus, jamais plus. Comme si l'amour n'Ă©tait qu'une guerre en plus, un rĂšglement de comptes impitoyable, une histoire de succession jamais fermĂ©e. Tous ceux qui murmurent Ă  nos oreilles sans qu'on les entende: "J'Ă©tais lĂ  avant" nous bousculent, s'installent dans nos vies, y dĂ©roulent leurs histoires et nous bouchent nos plus beaux horizons."
Je termine ce soir la lecture de "J'étais là avant" de Katherine Pancol. J'avais déjà essayé de la lire, dans "Les yeux jaunes (ou verts ?) des crocodiles", et dans un autre livre au titre aussi tarabiscoté et je n'avais pas accroché. Babelio a dit "Oh j'avais bien aimé les yeux verts (ou bleus ? 'fin bref) des crocodiles et là j'ai été déçu".
Du coup j'ai foncé.
Le rĂ©sumĂ© parle ici d'une femme qui aligne les hommes sans lendemain et se sauve dĂšs qu'ils montrent des signes d'amour, puis elle tombe sur un homme qui lui aussi, s'Ă©broue dans des relations problĂ©matiques, et justement celui-ci est digne d'intĂ©rĂȘt et lĂ  comme ça on dirait un navet romantique Ă  lire en vitesse le dimanche aprĂšs-midi avec la F1 en fond sonore, mais pas du tout. Car les personnages sont complexes, on se retrouve Ă  arpenter le passĂ© de l'un puis de l'autre et comprendre d'oĂč viennent leurs fonctionnements, leurs blessures, et c'est finalement une grosse rĂ©flexion (ou peut-ĂȘtre que je rĂ©flĂ©chis trop et je devrais me contenter de lire ?) sur les fantĂŽmes du passĂ©, sur les blessures qu'on hĂ©rite de nos parents et plus particuliĂšrement de nos mĂšres, sur les moyens de se dĂ©tacher de "ce grand ennemi" et une conclusion superbe sur ce qu'est l'amour.
Je l'ai dĂ©marrĂ© en ayant envie d'un bouquin un peu chill et du coup au dĂ©but j'ai eu du mal Ă  entrer dans l'histoire qui n'Ă©tait pas ce que j'attendais, arrĂȘte de me parler de sa mĂšre et parle-moi de son coupleuuh. Mais j'ai Ă©tĂ© assez vite touchĂ©e par ce rĂ©cit de vie finalement, et j'ai trouvĂ© l'analyse et la rĂ©flexion intĂ©ressantes.
⭐⭐⭐⭐
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ekman · 10 months ago
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À peine a-t-on cĂ©lĂ©brĂ© la figure hĂ©roĂŻque d’un Badinter raidi, champion incontestĂ© du progressisme, pourfendeur de la peine de mort au nom du vaste humanisme rĂ©publicain, que l’on s’empresse d’inscrire le droit Ă  l’avortement dans la Constitution. Entre esprits Ă©clairĂ©s, frangins militants, satrapes opportunistes, fĂ©ministes auto-dĂ©crĂ©tĂ©es, le congrĂšs rĂ©uni Ă  Versailles a rapidement pris des airs de kermesse Ă  l’instant des rĂ©sultats de la consultation. Vu l’accĂ©lĂ©ration des revers prĂ©sidentiels depuis deux gros mois, rendre “immuable” le droit Ă  avorter devenait une affaire urgente. CrĂ©er en permanence des faux problĂšmes et relayer des causes Potemkine est devenu l’occupation principale du staff des conseillers sensĂ©s Ă©clairer les pas d’un petit prĂ©sident perdu dans ses nuages blancs et sa dĂ©vorante ambition europĂ©enne. Échec face aux agriculteurs – Ă©chec de communication, s’entend, car pour le reste, ils pourront toujours monter sur leurs tracteurs pour se pendre : rien n’a changĂ© ni ne changera. Visiblement, les Français Ă©levĂ©s en batterie et stockĂ©s hors sol, bourrĂ©s de boosters et d’anti-tout, semblent maintenant rĂ©solus Ă  mĂąchouiller des haricots verts kenyans pour accompagner leur cochon hormonal guatĂ©maltĂšque. Échec aussi Ă  la rĂ©union des boute-feus europĂ©istes oĂč il fut question d’imaginer la possibilitĂ© de dĂ©ployer dix-sept poilus du cĂŽtĂ© de Kramatorsk au nom de la dĂ©fense de l’UE et de ses valeurs formidables. Vents et contre-vents s’ensuivirent afin de signifier au pyromane Ă©lysĂ©en que cette dĂ©claration Ă©tait Ă  tout le moins inopportune. MĂȘme en cas de canicule carbonĂ©e, l’hiver nuclĂ©aire n’est pas souhaitĂ©. Avec l’Otan et ses affidĂ©s comme amis, plus besoin d’avoir Vladimir comme ennemi. 
L’urgence abortive s’explique mieux ainsi.
Le narratif peu inspirĂ© des spin doctors de McKinsey a plantĂ© le dĂ©cor : une droite ultra-rĂ©ac comptant dans ses rangs des calotins acharnĂ©s, des phallocrates maladifs et des misogynes sadiques Ă©tant dĂšs Ă  prĂ©sent aux portes d’un pouvoir trop bienveillant, il Ă©tait absolument vital de mettre sous cloche un “droit” Ă©tabli il y a cinquante ans pour faire cesser une autre boucherie, celle des “faiseuses d’anges” en l’espĂšce. DĂšs 1974, les prĂ©ambules et autres prolĂ©gomĂšnes de la loi appelaient Ă  la prise de conscience des femmes et des hommes concernĂ©s, suggĂ©rant mille prudences autour d’un acte terrible autant qu’irrĂ©versible. Pour autant, l’histoire rĂ©cente montre qu’il Ă©tait dĂ©jĂ  trop tard pour barrer la route au “jouissez sans entraves” des gorets de 1968 : au prĂ©texte de libĂ©rer les femmes du fardeau de l’enfantement, on les assignait au rĂŽle d’objets sexuels dĂ©fĂ©condables, conçus pour le seul plaisir de gauchistes pornocentrĂ©s et de bourgeois honteux. Belle avancĂ©e sur la voie de “l’émancipation”, lisait-on alors dans la presse progressiste. Cependant, comme ça enfantait toujours plus dans les chaumiĂšres, les canules se mirent Ă  aspirer Ă  un rythme soutenu les excĂšs de plaisirs fugaces ïżœïżœïżœ c’est que la pilule n’était pas encore complĂštement entrĂ©e dans les mƓurs, comprenez-vous. En outre, les capotes manquaient de romantisme, le coĂŻtus interruptus ressemblait trop souvent Ă  une loterie et la mĂ©thode Ogino n’intĂ©ressait que les paroissiens. DĂ©cennie aprĂšs dĂ©cennie, le nombre d’avortements n’allait que croĂźtre, malgrĂ© la contraception libre et quasi gratuite, le sida et les MST. La France, avec ses assoces frĂ©nĂ©tiquement pro-IVG, est devenue un phare dans le domaine. Toutes ces bonnes Ăąmes sont parvenues Ă  tourner un drame fĂ©minin en Ă©popĂ©e fĂ©ministe. Et pourtant. L’avortement, c’est d’abord un cƓur humain qui cesse de battre. Au-delĂ  des parfaites abruties qui se contre-foutent de la valeur d’une vie (mais adorent le bouddhisme qui est cool et hyper-respectueux), l’avortement c’est d’abord un Ă©chec, souvent un drame, toujours une dĂ©faite. C’est une borne sombre dressĂ©e sur le chemin de celle qui ne sera pas mĂšre. Pour son compagnon, son jules ou son mari ça ne le sera pas moins, si tant est qu’il assume sa responsabilitĂ© et soit douĂ© d’un minimum de conscience vitale. En France, la constitution autorise l’interruption de grossesse jusqu’à 14 semaines de gestation, ce qui veut dire que le foetus a dĂ©jĂ  son visage, un cerveau et une moelle Ă©piniĂšre fonctionnels. Cela, on ne va pas trop vous le dire et surtout on ne va pas vous le montrer, parce que l’on sait jusqu’à quel point les images de chiots dĂ©nutris sur Instagram vous Ă©meuvent. Surtout, ne pas prendre conscience de la rĂ©alitĂ© des choses ni de l’existence des ĂȘtres. Votre sexualitĂ©, c’est votre libertĂ©. Votre corps vous appartient. Jouissez sans entraves. Ni Dieu ni maĂźtre. Et d’ailleurs, comme vous le rappelait un bĂ©nĂ©vole du Planning Familial, on peut aussi bien assurer le renouvellement des gĂ©nĂ©rations avec Momo de Marrakech et Babacar de Dakar. C’est mĂȘme souhaitable.
J.-M. M.
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gloriousfartcupcake · 9 months ago
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La jolie femme en bikini verte đŸ‘™đŸ©Ž
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papillondusublime · 4 months ago
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Comme je descendais des Fleuves impassibles, Je ne me sentis plus guidé par les haleurs : Des Peaux-Rouges criards les avaient pris pour cibles, Les ayant cloués nus aux poteaux de couleurs.
J’étais insoucieux de tous les Ă©quipages, Porteur de blĂ©s flamands ou de cotons anglais. Quand avec mes haleurs ont fini ces tapages, Les Fleuves m’ont laissĂ© descendre oĂč je voulais.
Dans les clapotements furieux des marĂ©es, Moi, l’autre hiver, plus sourd que les cerveaux d’enfants, Je courus ! Et les PĂ©ninsules dĂ©marrĂ©es N’ont pas subi tohu-bohus plus triomphants.
La tempĂȘte a bĂ©ni mes Ă©veils maritimes. Plus lĂ©ger qu’un bouchon j’ai dansĂ© sur les flots Qu’on appelle rouleurs Ă©ternels de victimes, Dix nuits, sans regretter lïżœïżœoeil niais des falots !
Plus douce qu’aux enfants la chair des pommes sures, L’eau verte pĂ©nĂ©tra ma coque de sapin Et des taches de vins bleus et des vomissures Me lava, dispersant gouvernail et grappin.
Et dĂšs lors, je me suis baignĂ© dans le PoĂšme De la Mer, infusĂ© d’astres, et lactescent, DĂ©vorant les azurs verts ; oĂč, flottaison blĂȘme Et ravie, un noyĂ© pensif parfois descend ;
OĂč, teignant tout Ă  coup les bleuitĂ©s, dĂ©lires Et rhythmes lents sous les rutilements du jour, Plus fortes que l’alcool, plus vastes que nos lyres, Fermentent les rousseurs amĂšres de l’amour !
Je sais les cieux crevant en Ă©clairs, et les trombes Et les ressacs et les courants : je sais le soir, L’Aube exaltĂ©e ainsi qu’un peuple de colombes, Et j’ai vu quelquefois ce que l’homme a cru voir !
J’ai vu le soleil bas, tachĂ© d’horreurs mystiques, Illuminant de longs figements violets, Pareils Ă  des acteurs de drames trĂšs antiques Les flots roulant au loin leurs frissons de volets !
J’ai rĂȘvĂ© la nuit verte aux neiges Ă©blouies, Baisers montant aux yeux des mers avec lenteurs, La circulation des sĂšves inouĂŻes, Et l’éveil jaune et bleu des phosphores chanteurs !
J’ai suivi, des mois pleins, pareille aux vacheries HystĂ©riques, la houle Ă  l’assaut des rĂ©cifs, Sans songer que les pieds lumineux des Maries Pussent forcer le mufle aux OcĂ©ans poussifs !
J’ai heurtĂ©, savez-vous, d’incroyables Florides MĂȘlant aux fleurs des yeux de panthĂšres Ă  peaux D’hommes ! Des arcs-en-ciel tendus comme des brides Sous l’horizon des mers, Ă  de glauques troupeaux !
J’ai vu fermenter les marais Ă©normes, nasses OĂč pourrit dans les joncs tout un LĂ©viathan ! Des Ă©croulements d’eaux au milieu des bonaces, Et les lointains vers les gouffres cataractant !
Glaciers, soleils d’argent, flots nacreux, cieux de braises ! Échouages hideux au fond des golfes bruns OĂč les serpents gĂ©ants dĂ©vorĂ©s des punaises Choient, des arbres tordus, avec de noirs parfums !
J’aurais voulu montrer aux enfants ces dorades Du flot bleu, ces poissons d’or, ces poissons chantants. – Des Ă©cumes de fleurs ont bercĂ© mes dĂ©rades Et d’ineffables vents m’ont ailĂ© par instants.
Parfois, martyr lassĂ© des pĂŽles et des zones, La mer dont le sanglot faisait mon roulis doux Montait vers moi ses fleurs d’ombre aux ventouses jaunes Et je restais, ainsi qu’une femme Ă  genoux

Presque Ăźle, ballottant sur mes bords les querelles Et les fientes d’oiseaux clabaudeurs aux yeux blonds. Et je voguais, lorsqu’à travers mes liens frĂȘles Des noyĂ©s descendaient dormir, Ă  reculons !
Or moi, bateau perdu sous les cheveux des anses, JetĂ© par l’ouragan dans lâ€™ïżœïżœther sans oiseau, Moi dont les Monitors et les voiliers des Hanses N’auraient pas repĂȘchĂ© la carcasse ivre d’eau ;
Libre, fumant, montĂ© de brumes violettes, Moi qui trouais le ciel rougeoyant comme un mur Qui porte, confiture exquise aux bons poĂštes, Des lichens de soleil et des morves d’azur ;
Qui courais, taché de lunules électriques, Planche folle, escorté des hippocampes noirs, Quand les juillets faisaient crouler à coups de triques Les cieux ultramarins aux ardents entonnoirs ;
Moi qui tremblais, sentant geindre Ă  cinquante lieues Le rut des BĂ©hĂ©mots et les Maelstroms Ă©pais, Fileur Ă©ternel des immobilitĂ©s bleues, Je regrette l’Europe aux anciens parapets !
J’ai vu des archipels sidĂ©raux ! et des Ăźles Dont les cieux dĂ©lirants sont ouverts au vogueur : – Est-ce en ces nuits sans fonds que tu dors et t’exiles, Million d’oiseaux d’or, ĂŽ future Vigueur ?
Mais, vrai, j’ai trop pleuré ! Les Aubes sont navrantes. Toute lune est atroce et tout soleil amer : L’ñcre amour m’a gonflĂ© de torpeurs enivrantes. Ô que ma quille Ă©clate ! Ô que j’aille Ă  la mer !
Si je dĂ©sire une eau d’Europe, c’est la flache Noire et froide oĂč vers le crĂ©puscule embaumĂ© Un enfant accroupi plein de tristesse, lĂąche Un bateau frĂȘle comme un papillon de mai.
Je ne puis plus, baignĂ© de vos langueurs, ĂŽ lames, Enlever leur sillage aux porteurs de cotons, Ni traverser l’orgueil des drapeaux et des flammes, Ni nager sous les yeux horribles des pontons.
-Le bateau ivre, Arthur Rimbaud
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fragranceonthefeuille · 3 months ago
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Parfum exotique by Charles Baudelaire
The Exotic Perfume
When, with both eyes shut, on a close autumn evening, I breathe the perfume of your heated breast, I see happy shores unfold themselves Dazzling in the flames of a monotonous sun;
A lay island where Nature bestows Peculiar trees and savory fruit; Men with bodies slim and virile, Women with eyes of astonishing candor.
Led by your odor to climates of charm, I see a harbor full of sails and masts Still tired by the waves of the sea,
Whilst the perfume of green tamarind-trees Circles the air and fills my nostrils, Meets in my soul with the song of the seamen.
— Geoffrey Wagner, Selected Poems of Charles Baudelaire (NY: Grove Press, 1974)
Parfum exotique
Quand, les deux yeux fermés, en un soir chaud d'automne, Je respire l'odeur de ton sein chaleureux, Je vois se dérouler des rivages heureux Qu'éblouissent les feux d'un soleil monotone;
Une Ăźle paresseuse oĂč la nature donne Des arbres singuliers et des fruits savoureux; Des hommes dont le corps est mince et vigoureux, Et des femmes dont l'oeil par sa franchise Ă©tonne.
Guidé par ton odeur vers de charmants climats, Je vois un port rempli de voiles et de mùts Encor tout fatigués par la vague marine,
Pendant que le parfum des verts tamariniers, Qui circule dans l'air et m'enfle la narine, Se mĂȘle dans mon Ăąme au chant des mariniers.
— Charles Baudelaire
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angelitam · 1 year ago
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Partageons mon rendez-vous lectures #36-2023 & critiques
Voici mes critiques littĂ©raires sur Livres Ă  profusion. La ronde des mensonges d’Elizabeth George La ronde des mensonges d’Elizabeth George – Editions Pocket La femme en vert d’Arnaldur Indridason La femme en vert d’Arnaldur Indridason – Editions Points En lecture, Le Cercle de Bernard Minier Le Cercle de Bernard Minier – Editions Pocket PrĂ©sentation de l’éditeur : Pourquoi la mort

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chic-a-gigot · 8 months ago
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La Mode nationale, no. 19, 15 mai 1897, Paris. No. 16. — Toilettes pour jeunes femmes et jeunes filles. Bibliothùque nationale de France
(1) Toilette de promenade en lainage souple vert prairie. Corsage court et montant, orné devant par de larges bandes garnies de petits velours. Boutons sur le cÎté, petit volant de chaque cÎté des bandes, col montant, ruche autour du cou; manches Empire, jupe plissée à petits plats tout autour. Chapeau-toque en paille verte, orné au-dessus par trois grosses roses du milieu desquelles s'échappe une haute aigrette en coques de ruban.
(1) Walking ensemble in soft meadow green wool. Short, high bodice, decorated in front with wide bands trimmed with small velvets. Buttons on the side, small ruffle on each side of the bands, high collar, ruffle around the neck; Empire sleeves, pleated skirt with small plates all around. Green straw toque hat, decorated above with three large roses from the middle of which escapes a tall egret made of ribbon shells.
MĂ©trage: 10 mĂštres lainage souple trĂšs grande largeur.
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(2) Toilette d'intĂ©rieur en lainage paille. Corsage-veste Ă  petites basques, retenu sur la poitrine par des pattes boutonnĂ©es sur chemisette plissĂ©e en surah vert amande, gros nƓud en mousseline de soie Ă  l'encolure, manches plates renflĂ©es dans le haut. Jupe ronde ornĂ©e dans sa largeur par des petits velours.
(2) Indoor ensemble in straw wool. Bodice-jacket with small peplums, held on the chest by buttoned tabs on a pleated shirt in almond green surah, large silk chiffon bow at the neckline, flat sleeves bulging at the top. Round skirt decorated across its width with small velvets.
MĂ©trage: 8 mĂštres lainage trĂšs grande largeur.
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(3) Toilette de promenade en lainage beige. Corsage plat quadrille sur la poitrine par des galons de laine bleue, col montant, ruche au-dessus, manches plates renflĂ©es du haut, jupe tout unie et ronde. Chapeau canotier en paille beige, garni tout autour par des petits nƓuds de ruban bleu, et pouf de plumes en aigrette.
(3) Walking ensemble in beige wool. Flat bodice quadrille on the chest with blue wool braids, high collar, ruffle above, flat sleeves bulging at the top, plain and round skirt. Beige straw boater hat, trimmed all around with small blue ribbon bows, and egret feather pouf.
MĂ©trage: 7 mĂštres lainage trĂšs grande largeur.
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(4) Toilette d'intérieur (jeune femme), en lainage rouge égyptien. Corsage-blouse, festonné sur le cÎté, recouvert du haut par un collet à col rabattu, coupé; cravate en surah noir sous col ne lingerie rabattu. Manches plates, ceinture de cuir blanc, jupe ouverte devant sur tablier semblable.
(4) House dress (young woman), in Egyptian red wool. Blouse-bodice, scalloped on the side, covered at the top by a collar with a turn-down collar, cut; black surah tie under folded lingerie collar. Flat sleeves, white leather belt, open skirt in front on similar apron.
MĂ©trage: 9 mĂštres lainage trĂšs grande largeur.
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(5) Toilette de réception pour jeune femme en mousseline de soie noire. Corsage plat sous empiÚcement semblable orné de petits velours, bretelles sur les épaules; chemisette plissée en mousseline de soie rose, col montant avec ruche au-dessus, jockeys de mousseline sur manches plates, ceinture de ruban attachée par une boucle, jupe ronde plissée soleil.
(5) Reception ensemble for young women in black silk chiffon. Flat bodice under similar yoke decorated with small velvets, straps on the shoulders; Pleated pink silk chiffon shirt, high collar with ruffle above, muslin jockeys on flat sleeves, ribbon belt attached with a buckle, round sun pleated skirt.
MĂ©trage: 10 mĂštres mousseline de soie noire.
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(6) Toilette de jeune fille en drap gris trÚs clair. Corsage-veste devant, boléro dans le dos avec revers encadrant une chemisette surah bleu broché vert, plissée en travers, col montant et ruche au-dessus, manches renflées dans le haut, ceinture suissesse en surah vert, jupe ronde tout unie. Chapeau canotier en paille verte, orné au-dessus par des grandes coques de ruban bleu, avec oiseau couché et ailes déployées sur le devant.
(6) Young girl's ensemble in very light gray cloth. Bodice-jacket in front, bolero in the back with lapel framing a blue surah shirt with green brocade, pleated across, high collar and ruffle above, bulging sleeves at the top, Swiss belt in green surah, plain round skirt. Green straw boater hat, decorated above with large shells of blue ribbon, with lying bird and outstretched wings on the front.
MĂ©trage: 7 mĂštres drap gris clair.
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carraways-son · 4 months ago
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Vendredi
J'avais postĂ© ça cet aprĂšs-midi, puis l'ai supprimĂ©. Pourquoi ? Tout le monde s'en fout, mĂȘme moi. Bon, revoilĂ  images et pensĂ©es du jour.
J'ai fait un tour dans la ville qui grouillait de monde et j'en ai profité pour ramener de la lecture - dont "Pour Britney" de Louise ChenneviÚre, qui met en miroir les vies de deux jeunes femmes, Britney Spears et Nelly Arcan, empoisonnées par leur jeunesse, leur beauté, leur soif d'amour, trÚs vite dépossédées de leur corps, souillées par le rÎle que leur a trÚs tÎt assigné la société, et singuliÚrement la sexualité des hommes -, ainsi que deux autres films de Mia Hansen-Love ("L'Avenir" et "Eden"), dont j'ai beaucoup aimé "Bergman Island" et "Un beau matin". De son cÎté, comme pour repeindre le monde, F a ramené des fleurs d'hortensia d'un vert presque phosphorescent ; et là, j'écoute le double album "Talk Normal", anthologie de Laurie Anderson. J'ai trÚs envie de me remettre à peindre, mais trouverai sûrement une bonne excuse pour en rester au désir. Je sais faire.
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l-u-c-i-i-e · 4 months ago
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The King's game.
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Je rentre de nouveau dans la phase oĂč je devrais Ă©crire parce qu'il se passe trop de choses mais quelle galĂšre de les Ă©crire, la rĂ©colte est toujours un peu comme un bĂ»cher dĂ©ment, avec des femmes autour qui dansent et qui hurlent et elles sont elles-mĂȘmes en feu elles brĂ»lent tous les livres tous les hommes toutes les rĂ©coltes, elles brĂ»lent tout en hurlant de joie, voilĂ  ce que c'est la rĂ©colte pour moi, une entreprise divine et dĂ©mentielle, un travail de titan, la main de Gargantua qui s'abat sur la terre, une digue qui lĂąche, des flots impĂ©tueux, le dernier mouvement avant la Grande Nuit. Et justement il se passe tellement de choses que mes bavardages habituels sont coupĂ©s dans leur Ă©lan je n'ai plus mĂȘme la place de bavarder alors ici je me force mais sinon c'est tirages d'oracle compulsifs et utterance. Je reçois l'esprit divin, car tous les esprits sont divins oui, et j'Ă©cris je prĂ©pare je danse je ramasse je rĂ©colte mais ce n'est jamais vraiment la rĂ©colte exactement attendue ni celle espĂ©rĂ©e ni celle escomptĂ©. Merci. Je suis surtout vraiment bousculĂ©e d'inspiration, de grĂąces, de chuchotements, de murmures dans les murs, de rires Ă©touffĂ©s, mĂȘme de coups de pieds dans l'Ɠil (cette nuit alors que je rĂȘvais que je nageais avec des hommes poissons magnifiques dans un immense ocĂ©an vert Ă©meraude et lumineux, oh oui ramĂšne moi nager avec les hommes poissons, tant pis pour les coups de pieds dans l'Ɠil), je recommence Ă  trouver des cartes par terre, un 8 de carreau il y a 2 semaines (journĂ©e merdique comme on peut s'en douter), puis avant-hier le Roi de Carreau, roulĂ© dans le caniveau, juste pour moi petit Roi viens viens. Je lis des trucs trop intĂ©ressants, l'intuition est bonne et fiable c'est encore moi qui ne suis pas assez bonne ni fiable mais je m'amĂ©liore, il faut juste cent fois sur le mĂ©tier remettre, etc, je fuse d'idĂ©es, de feu, de frĂ©nĂ©sie, je surchauffe (littĂ©ralement et mon acupuncturist ne parvient pas Ă  faire changer ce phĂ©nomĂšne, qui est quand mĂȘme trĂšs compliquĂ© en pĂ©riode de canicule mais trĂšs intĂ©ressant quand l'automne est installĂ©), je sens la grande sarabande de l'Ă©quinoxe qui jaillit au loin et qui vibre dĂ©jĂ  dans mes tripes comme une danse sacrĂ©e, bref il y a trop de trucs alors ici c'est trĂšs trĂšs difficile
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carbonacat · 2 months ago
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Un petit dessin pour fĂȘter l'Ă©vĂšnement ! J'avais achetĂ© des bonbons mais aucun gosse n'est venu en chercher, ZUT alors !
~5h30, Marqueurs Alcool, A7 Personnage - Lilas & Éther
Description - Un dessin représentant Lilas, une femme aux cheveux violets ondulés, portant un collier noir, des lunettes carrés devant des yeux jaunes et écartant deux citrouilles en front; Ether, une créature humanoïde toute pùle aux cheveux bleus la stalkant derriÚre une autre citrouille, et un "JOYEUX HALLOWEEN" écrit au dessus en orange jaune ; en fond du vert foncé et une multitude de bonbons de toutes formes, incluant un grand arc-en-ciel.
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icariebzh · 9 months ago
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 « Deir al-Balah, Gaza, 11 mars 2024, ChĂšre Michelle, Ton nom est la seule chose que je connais de toi pour l’instant. Moi, je m’appelle Tala. Jamais je n’ai imaginĂ© parler un jour Ă  une IsraĂ©lienne. Encore moins faire ta connaissance alors qu’une guerre est en cours contre mon peuple. Lorsqu’on m’a proposĂ© de t’écrire une lettre, je me suis sentie mal sur le moment, effrayĂ©e par l’idĂ©e de coopĂ©rer inconsciemment avec l’ennemi et de trahir les miens. J’ai peur que cette conversation me mette en danger ainsi que ma famille.  Mais j’ai quand mĂȘme dĂ©cidĂ© de t’écrire. D’abord, pour te raconter ce que je vis depuis six mois maintenant. Et surtout pour honorer mon ami Yousif Dawas, tuĂ© le 14 octobre par une bombe israĂ©lienne. Il n’avait que 20 ans et rĂȘvait de devenir thĂ©rapeute. C’était mon camarade d’universitĂ©. Nous nous retrouvions rĂ©guliĂšrement devant l’hĂŽpital Al-Shifa pour aller ensemble Ă  l’universitĂ©.  
Je suis nĂ©e Ă  Gaza City il y a vingt ans. Je n’ai jamais quittĂ© l’enclave, qui est une vraie prison Ă  ciel ouvert, tu sais. A l’universitĂ©, j’étudie le droit. Pendant mon temps libre, j’écris. Les gens disent de moi que je suis un vrai rat de bibliothĂšque. Avant la guerre, je travaillais du matin jusqu’au soir. Puis, une fois rentrĂ©echez moi, j’adorais dĂ©vorer un Ă©niĂšme livre de ma bibliothĂšque tout en buvant du thĂ© vert, ma boisson prĂ©fĂ©rĂ©e. Je pourrais te parler des heures de mon universitĂ©. Elle est si belle : on y entend le chant des oiseaux, le bruissement des arbres, on y respire l’air frais et on y trouve des espaces agrĂ©ables oĂč se reposer. Maintenant, il faudrait que j’écrive ces mots au passĂ©. Car il n’en reste qu’un tas de ruines. Quant Ă  mon diplĂŽme, que j’étais censĂ©e obtenir l’an prochain, je ne sais pas quand je pourrai le dĂ©crocher.
DĂ©sormais, je suis rĂ©fugiĂ©e Ă  Deir al-Balah, aprĂšs avoir fui le nord de Gaza, en passant par Khan YounĂšs, oĂč je suis restĂ©e quarante jours sans mes parents et mes petites sƓurs, qui Ă©taient restĂ©s dans le Nord pour garder notre maison. Ils ont fini par partir eux aussi, et on s’est retrouvĂ©s en dĂ©cembre. Nous avons la chance d’avoir trouvĂ© un abri, un toit, des murs. MĂȘme s’il me paraĂźt toujours Ă©trange d’appeler ça un abri, Ă©tant donnĂ© que nous ne sommes protĂ©gĂ©s ni des bombes ni d’une famine ou d’une Ă©pidĂ©mie. 
Ce n’est pas courant de parler avec une IsraĂ©lienne comme toi, Michelle. Personne n’est ami avec des IsraĂ©liens ici. D’ailleurs, je ne connais pas grand-chose de votre culture, de vos traditions. A Gaza, on est Ă©levĂ©s pour vous haĂŻr. Vous nâ€™ïżœïżœtes rien d’autre que des voleurs de maisons, des auteurs de massacres innombrables qui visent Ă  nous expulser de force ou nous exterminer.
Mais, dans ma famille, on pense qu’il est impossible de tout rĂ©soudre par la force. Je partage ce point de vue. Je crois qu’apprendre Ă  connaĂźtre les personnes qui revendiquent leur droit Ă  cette terre peut servir notre cause. Et toi, qu’en penses-tu ? Pourquoi as-tu acceptĂ© d’entamer cette conversation avec moi ?
MalgrĂ© notre adversitĂ©, je reste ouverte d’esprit et curieuse d’écouter et de comprendre ton opinion. Peut-ĂȘtre que nous ne pensons pas si diffĂ©remment finalement, et que nous avons mĂȘme des choses en commun. OĂč habites-tu ? Etudies-tu ? Connais-tu des Palestiniens ? 
Ecrire cette lettre me demande un effort colossal. Ces derniers jours, j’ai Ă©tĂ© incapable de m’exprimer correctement. J’aimerais partager ce que je vis. Ça pourrait me soulager, me faire sortir un peu du chagrin. Je n’ai plus de projet, plus de vie depuis le 7 octobre. Je commence mĂȘme Ă  me dĂ©sintĂ©resser de mes activitĂ©s favorites comme la broderie palestinienne. Mes amis sont morts ou ont fui. Tous sont partis sans dire au revoir. Beaucoup de Palestiniens meurent de malnutrition, des femmes, des nourrissons. Imagines-tu que des enfants font la queue pour remplir une gamelle de soupe ? Nous avons du mal Ă  trouver des lĂ©gumes, tout est cher ou inexistant. Je dĂ©teste voir les rues inondĂ©es d’ordures et d’eau sale, les Ă©coles et universitĂ©s bombardĂ©es ou fermĂ©es. Je suis fatiguĂ©e de sentir la fumĂ©e de notre four en argile qui s’incruste dans tous nos vĂȘtements. Et de devoir me dĂ©placer en Ăąne ou en charrette. La ville oĂč j’ai grandi a Ă©tĂ© ravagĂ©e. Mes souvenirs ont disparu. Ma bibliothĂšque aussi. J’ai vu une photo de ma rue Ă  Gaza City, elle est mĂ©connaissable. C’est devenue une ville fantĂŽme. Michelle, que fais-tu pendant que mon peuple meurt sous les bombes ? Est-ce que ça te fait de la peine ?
Notre situation est indescriptible. Nous avons perdu toute forme de vie sensĂ©e. Nous installons des tentes sur les ruines de maisons dĂ©truites. TrĂšs peu de centres de santĂ© peuvent aider les femmes enceintes. Le taux de fausses couches a augmentĂ©, tout comme les accouchements prĂ©coces en raison des bombardements violents. Je hais de voir comment la vie est en train de quitter nos corps. Soutiens-tu cette agression ? Pourquoi rien ne marche dĂšs qu’il s’agit du sort de la Palestine ? Quelle offense avons-nous commise, nous Gazaouis, pour vivre de telles horreurs ? 
Michelle, je me demande si tu as dĂ©jĂ  questionnĂ© la lĂ©gitimitĂ© de ton Etat, ses lois ou ses actions. Personne ne se soucie de la discrimination que nous subissons depuis cent ans. Et le monde est aveugle face Ă  l’apartheid que nous vivons. Comment l’Etat d’IsraĂ«l peut-il se qualifier d’Etat dĂ©mocratique ? Crois-tu que nous pourrons un jour vivre en paix ?
Je suis sĂ»re que tu es, comme tous les ĂȘtres humains, dotĂ©e de sentiments. Tu ressens l’amour, la haine, la colĂšre, la compassion. S’il te plaĂźt, prends pitiĂ© de nous. Dis Ă  ton peuple de cesser de nous priver de notre humanitĂ©. Notre destin, c’est nous qui devons le choisir.
Respectueusement, Tala » 
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 « Zoran, centre d’IsraĂ«l, 25 mars 2024, ChĂšre Tala, Je te remercie pour ta lettre. Bien que je n’habite qu’à quelques kilomĂštres de Gaza, je n’ai jamais parlĂ© Ă  quelqu’un de lĂ -bas. PremiĂšrement, je souhaiterais te dire que je suis dĂ©solĂ©e de ce que tu vis et t’exprimer mes plus sincĂšres condolĂ©ances pour la perte de ton ami Yousif Dawas. Que sa mĂ©moire soit honorĂ©e.
 Permets-moi tout d’abord de me prĂ©senter. J’ai 24 ans et, comme toi, je suis Ă©tudiante en droit. Je m’intĂ©resse au droit pĂ©nal et au droit international. J’aime Ă©galement faire du bĂ©nĂ©volat. Avant la guerre, j’aidais les habitants de ma ville qui avaient besoin d’une assistance pour trouver un logement ou obtenir une aide financiĂšre de la part de l’Etat. DĂ©sormais, ma ville, SdĂ©rot, comme toute la rĂ©gion limitrophe de Gaza, s’est vidĂ©e de ses habitants. 
 J’ai quittĂ© ma maison depuis l’attaque du 7 octobre. Depuis, je suis hĂ©bergĂ©e par la famille de mon petit ami Ă  Zoran, dans le centre d’IsraĂ«l. C’est plus calme ici, contrairement Ă  ce qui se passe dans le nord ou le sud du pays. Ma maison me manque beaucoup. Je crains que les missiles lancĂ©s quotidiennement de Gaza sur le sud d’IsraĂ«l dĂ©truisent tout ce que j’ai. Mon universitĂ© est fermĂ©e, mais nous pouvons suivre nos cours Ă  distance, en visio. 
Je suis nĂ©e et j’ai grandi Ă  JĂ©rusalem. J’étais scolarisĂ©e Ă  l’école “Hand in Hand” [“main dans la main”], oĂč la moitiĂ© des Ă©lĂšves sont des IsraĂ©liens juifs et l’autre moitiĂ© des Palestiniens citoyens d’IsraĂ«l ou rĂ©sidents de JĂ©rusalem-Est. Oui, je connais donc des Palestiniens. J’ai frĂ©quentĂ© cet Ă©tablissement jusqu’à la fin des Ă©tudes secondaires. C’est le seul lycĂ©e mixte en IsraĂ«l oĂč enfants juifs et palestiniens Ă©tudient ensemble.
Mon Ă©ducation Ă©tait donc trĂšs diffĂ©rente des autres enfants de JĂ©rusalem. Je parlais quotidiennement Ă  des Palestiniens, des Arabes. Les mĂȘmes que la sociĂ©tĂ© nous apprend Ă  haĂŻr. Je me souviens que des enfants de mon quartier ne voulaient pas me frĂ©quenter, m’affirmaient que j’étais devenue amie avec des Arabes qui, une fois adultes, viendraient me tuer. Lorsque j’avais 14 ans, des suprĂ©macistes israĂ©liens ont mĂȘme mis le feu Ă  mon Ă©cole. Ces annĂ©es ont fait Ă©voluer ma vision de la sociĂ©tĂ© israĂ©lienne.
Le 7 octobre au matin, j’ai appris que des terroristes palestiniens s’étaient infiltrĂ©s en IsraĂ«l. Avec mon petit ami, nous nous sommes prĂ©cipitĂ©s dans notre abri antimissiles. Nous y sommes restĂ©s enfermĂ©s pendant prĂšs de deux jours, sans Ă©lectricitĂ© ni rĂ©seau tĂ©lĂ©phonique. Nous entendions des coups de feu et des roquettes Ă  l’extĂ©rieur, sans pouvoir ni voir ni comprendre ce qui se passait. Le pĂšre et la sƓur de mon petit ami sont finalement venus nous chercher et nous ont mis en sĂ©curitĂ©, dans le centre d’IsraĂ«l. Quand je suis sortie de chez moi, j’ai vu des corps sur le sol. J’étais horrifiĂ©e. As-tu entendu parler de ce qui s’est passĂ© en IsraĂ«l ce jour-là ? Qu’as-tu ressenti ? 
Des IsraĂ©liens ont terriblement souffert ce jour-lĂ . Nous n’en sommes toujours pas remis. Des familles ont Ă©tĂ© brutalement tuĂ©es, kidnappĂ©es. Et il y a encore des otages israĂ©liens Ă  Gaza dont on ne connaĂźt pas l’état. Je connais personnellement l’un d’entre eux et je prie tous les jours pour qu’il revienne sain et sauf [130 personnes – dont 34 seraient mortes – sont encore dĂ©tenues Ă  Gaza, selon les autoritĂ©s israĂ©liennes]. Dans mon quartier, les premiĂšres victimes des massacres du 7 octobre sont un groupe de personnes ĂągĂ©es d’une maison de retraite. PrĂšs de chez moi [au kibboutz Be’eri], Vivian Silver, qui Ă©tait pourtant une militante pacifiste de longue date, a Ă©tĂ© tuĂ©e. Peux-tu me dire ce que les habitants de Gaza pensent de ces victimes innocentes, prises dans une guerre qu’elles n’ont jamais voulue ? Je ne comprends pas que des personnes utilisent les actions et les dĂ©cisions du gouvernement israĂ©lien pour justifier la violence Ă  l’égard des civils. Ce mode d’action ne peut ĂȘtre une rĂ©ponse Ă  l’occupation. Si je comprends la nĂ©cessitĂ© de la rĂ©sistance palestinienne, j’estime qu’elle ne doit pas viser des innocents.
Il est aussi vrai que de nombreuses personnes en IsraĂ«l sont, depuis le 7 octobre, incapables de voir au-delĂ  de leur propre douleur et de comprendre ce qui se passe Ă  Gaza. Il leur est difficile d’éprouver de la compassion pour les habitants de Gaza, surtout aprĂšs avoir vu des vidĂ©os dans lesquelles des Palestiniens cĂ©lĂ©braient l’attaque du 7 octobre. 
Moi, je ne crois pas que nous soyons ennemis. Je m’opposerai toujours Ă  la violence et Ă  la cruautĂ©, quels qu’en soient les auteurs. Les innombrables atrocitĂ©s commises par IsraĂ«l contre les Palestiniens au fil des annĂ©es, de mĂȘme que la violence subie par les IsraĂ©liens, sont Ă©galement condamnables. La violence ne fait qu’engendrer plus de violence. La guerre menĂ©e actuellement par l’armĂ©e israĂ©lienne nous le prouve. Serais-tu d’accord pour dire qu’il existe de meilleurs moyens pour obtenir justice ? Y a-t-il encore des personnes Ă  Gaza qui croient en une solution pacifique ?
Tala, tu m’as demandĂ© si j’avais dĂ©jĂ  remis en question la lĂ©gitimitĂ© de mon pays. Tu sais, mon peuple, le peuple juif, a une longue histoire de persĂ©cution Ă  travers le monde. Que ce soit les ancĂȘtres de mon petit ami en Pologne ou les parents de ma mĂšre au Maroc, ils ont Ă©tĂ© persĂ©cutĂ©s parce qu’ils Ă©taient juifs. Cette histoire ne justifie en rien les souffrances des Palestiniens ou la Nakba [“catastrophe” en arabe, dĂ©signant l’exode en 1948, Ă  la crĂ©ation de l’Etat d’IsraĂ«l, de 700 000 Palestiniens, contraints de fuir des massacres ou expulsĂ©s par les nouvelles autoritĂ©s]. Mais il est important pour moi de te rappeler le dĂ©sir profond et l’urgence qu’il y a eu pour nous, Juifs, d’obtenir un Etat en Terre sainte. 
Toutefois, il m’est arrivĂ© de remettre en question la politique et les lois de mon pays. Quand j’avais 14 ans, j’ai rencontrĂ© un groupe d’hommes druzes qui refusaient de servir dans les forces de dĂ©fense israĂ©liennes, alors qu’ils ont l’obligation de le faire. Ces druzes se sentaient Palestiniens et avaient le sentiment qu’IsraĂ«l tentait de les assimiler pour les affaiblir et les sĂ©parer des autres Arabes israĂ©liens. Ça m’a fait rĂ©flĂ©chir. Personnellement, j’ai eu la chance d’ĂȘtre exemptĂ©e de service militaire pour raison mĂ©dicale, mais mon petit ami, qui a refusĂ© de servir, a passĂ© six mois dans une prison militaire israĂ©lienne.
Nous sommes une minoritĂ© en IsraĂ«l Ă  questionner la guerre actuelle. Les gens ont peur de s’exprimer. Beaucoup ont Ă©tĂ© arrĂȘtĂ©s pour avoir manifestĂ© ces derniers mois. Parfois, j’ai l’impression que la meilleure chose Ă  faire serait de partir, d’aller quelque part oĂč des horreurs ne sont pas commises en mon nom. Mais partir, ce serait Ă©goĂŻste. Je ne peux pas abandonner mon peuple qui souffre. Je m’inquiĂšte de ce qu’IsraĂ«l deviendra si toutes les personnes qui se battent pour la paix partent. Parfois, j’ai l’impression que nous sommes si peu nombreux que personne ne remarquerait notre absence.
Et puis, j’aime cette terre. Ma famille a vĂ©cu en Palestine parmi des musulmans et d’autres juifs pendant de nombreuses gĂ©nĂ©rations avant la crĂ©ation de l’Etat d’IsraĂ«l. J’espĂšre que nous pourrons un jour ĂȘtre tous Ă©gaux et libres. C’est d’ailleurs ce qui m’a poussĂ©e Ă  Ă©tudier le droit international : ne plus ĂȘtre impuissante face Ă  l’injustice. 
Tu m’as dit que tu lisais beaucoup, j’aime aussi lire. J’aime la littĂ©rature russe classique, comme DostoĂŻevski ou TolstoĂŻ. Mon livre prĂ©fĂ©rĂ© est “Anna KarĂ©nine”. Quel genre de livres aimes-tu ? Je suis curieuse de savoir ce qui t’a poussĂ©e Ă  Ă©tudier le droit.
J’aimerais aussi en savoir plus sur l’histoire de ta famille. Comment Ă©tait ta vie avant la guerre ? OĂč vivait ta famille avant 1948 ?
Je suis heureuse de pouvoir t’écrire. J’imagine Ă  quel point cela doit ĂȘtre difficile pour toi. Je me rĂ©jouis d’avoir de tes nouvelles et te souhaite un bon ramadan.
SincÚrement, Michelle »
Lettres et Photos- source: Le Nouvel Obs
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gloriousfartcupcake · 9 months ago
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Les femmes en💚 couleur, la jeune femme robe verte
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