#LLEGÓ MI REINA SILENCIO
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romaahn · 1 year ago
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' no, fue más o menos hacia los ochenta. tenía unos cuarenta años desde el abrazo, mi sire consideró que manejaba de manera apropiada las leyes, tradiciones, y reglas no escritas de nuestra sociedad, así que implementó ciertos... entrenamientos que me mantuvieron alejado de la sociedad. ' si habla con cierto orgullo, no es más que una respuesta ensayada. el nivel de fortaleza del que ahora gozaba había derivado de aquella época en específico. ' ¿era esto lo que se escuchaba entonces? qué suplicio tan aterrador. afortunadamente, tenemos libre albedrío, ' la mirada le desciende sin mucho disimulo, buscando quizá un resquicio de piel pálida al nivel de los antebrazos que pudiera darle alguna respuesta respecto al desenlace del último encuentro. por supuesto, es una acción que no medita pero que lleva sobre sí misma la duda de si la sanación improvisada funcionó o no. ' ¿la barra, puede ser? no he escuchado las mejores opiniones sobre el vitae que ofrecen, pero no soy quien para opinar. '@leuksnas
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' ¿ te escondiste de las noticias de occidente a mediados de los setenta o prejuzgué tan mal tu edad ? ' encarna una ceja, más por concierto de fondo y actitud de intérpretes sobre el escenario que por hilo de pensamiento que no está lejos del propio. aún así, no podría fingir desinterés en cara opuesta a la propia por más lejana que sea. ' al menos en ese momento resultaban originales para el ojo acostumbrado a la norma ' ¿ ahora ? sólo le parecía una triste reverberación de ancestros. @romaahn
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soyelmorse · 7 months ago
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Ya está listo el Capítulo 6, Es algo corto porque estoy re leyendo la serie y organizando la para que tome el enfoque oscuro por el cual votaron.
También avisaré que el formato en el que escribo lo cambiaré para que sea mas compacto y no haya tanto espacio este los textos
Sin mas que decir, la imagen no es mía, créditos a quien corresponda y disfruten del capitulo
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Bubble:
Ya volví!
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*Bubble entro por la ventana del cuarto de los chicos*
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Caíne:
Oh? Bubble, justo a tiempo, ya estamos terminando el tiempo de descanso
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Bubble:
Tengo buenas noticias, encontré a tus amigos! Y encontre a muchas mas personas aquí
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Caíne:
Enserio?
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*Kinger y Jax se acercaron, ya que el dormitorio de chicos no era muy grande ambos escucharon la noticias*
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Jax:
Mas gente? Interesante
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Kinger:
Deberíamos ir a ver
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Caíne:
Andando, no tenemos que hacer esperar a nuestros nuevos invitados
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*Los 3 salieron rápidamente de su dormitorio y fueron al encuentro de los demás*
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Caíne:
Vaya, no pensé que fuera tanta gente...
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*Caíne llegó a la puerta y la abrió, allí afuera, observo como los bubbles, escupían a la gente y luego explotaban como burbujas*
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Shira:
Oh, Hola Caíne!
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*Shira salido a Caíne y a Kinger*
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Jax:
Y ella quien es?
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Kinger:
Es una historia muy larga...
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Gloink:
Pero que groseros, deberían sentirse avergonzados de tratar así a una reina como yo
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Kaufmo:
...
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*Kaufmo observo en silencio a Caíne y Kinger*
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Princesa Lu:
Así que usted es el rey de estás tierras, es un honor...
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Shira:
Oh, cierto déjenme presentarles
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*La reunión paso rápidamente, cabo de unos minutos, Caíne, Kinger y Jax conocieron a Fudge, Gummigoo, Chad y Max, Y a la princesa Lu*
*Mientras esa reunión pasaba, Shira le aclaraba a la princesa Lu la situación de Kaufmo, Gloink y de ella.*
*Al cabo de poco tiempo, Esos 3 volvieron al cuarto de castigo*
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Jax:
Hee... Oye Caíne, Podemos hablar un minuto?
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Caíne:
Claro? De que se trata
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*Jax se llevó a un lugar apartado a Caíne*
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Jax:
No te has dado cuenta?...
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Caíne:
De que hablas?
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Jax:
hola? Princesa, Reino, Y un ejercito de súbditos que no son mas que mariconetas con algo de IA
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Caíne:
sigo sin entender, además recuerda que bubble también es una IA
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Jax:
A lo que quiero llegar, es que esa gente está loca, o almenos no entienden bien la realidad...
Solo mirarlos...
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*Jax se asomo por la puerta*
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Jax:
3 de ellos se creen vaqueros, la chica se cree una princesa y ese tipo...
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*Jax observo seriamente a Fudge*
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Jax:
Ese tipo me da un mal presentimiento...
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Caíne:
No deberías ser tan paranoico
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Jax:
No es paranoia, conosco el peligro cuando lo veo
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Caíne:
Y que propones?
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Jax:
envía a todos al cuarto de castigo y organizemos esto
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Caíne:
Bueno, no deberíamos ser tan agresivos con los nuevos, pero supongo que tienes un punto...
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*Jax salió del cuarto rápidamente, Caine estaba por salir también Pero Jax trajo a Kinger*
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Gummigoo:
Hm?...
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Chad:
Pasa algo jefe?
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Gummigoo:
No es nada, es solo que tengo que confirmar algo, esperen aquí y no llamen la atención...
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*Gummigoo de movió rápidamente y fue a dónde había visto a Jax entrar junto con Caíne y Kinger*
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Zooble:
Por el amor de Dios que causa tanto ruido?
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*Zooble se levantó enojada y salió del dormitorio de la chicas encontrándose a la enorme cantidad de marionetas y personas afuera*
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Zooble:
Que mierda?
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*Debido al ruido Pomni, Ragatha y Gangle se levantaron y salieron también a observar*
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Gangle:
He? Y todo esto de dónde salio?
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Zooble:
Debe ser algún invento de Caíne
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Ragatha:
Wao, no sabía que tenía un projecto tan grande
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Pomni:
En serio todo esto lo hizo Caíne?
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Princesa Lu:
Ojalá, todos ellos son mis súbditos
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*Las chicas observaron a la princesa Lu y se asustaron*
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Princesa Lu:
Hola, disculpen que les asustara, soy la princesa Lu
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Ragatha:
No inventes, hasta una princesa, es un placer
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*Gangle, Pomni y zooble saludaron, sin embargo no interactuaron mucho con la princesa mientras que ragatha si*
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Ragatha:
Cuéntame, tu creaste todo esto?
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Princesa Lu:
Si, fue un trabajo complicado Pero una vez empiezas a replicar la conciencia no es tan difícil y-
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Gummigoo: hm?...
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*Gummigoo escucho la conversación de Caíne y los demás*
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Jax:
Me puedes explicar de nuevo, porque demonios no podemos poner a esa gente en el cuarto de castigo?
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Caine:
Kinger tiene razón, debemos verificar si están cuerdos o no
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Jax:
Y como demonios logras eso?
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Kinger:
Tal vez si le hacemos varias preguntas
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Jax:
Daaa...
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*Jax se quejo cansado*
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Jax:
Mira, hagamos esto, Hagan sus tontas preguntas mientras tanto Pero si uno De ellos hace una estupidez lo envían al cuarto de castigo de acuerdo?
Además, no creo que allá suficiente espacio para tantas marionetas
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Caíne:
En eso tiene razón
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*Jax salió molesto, por suerte gummigoo se escondio y no lo observo, pero luego escucho la conversación de Kinger y Caíne*
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Kinger:
No crees que esto se está saliendo de control?
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Caíne:
... Si, no quería tener que recurrir a los métodos de Gloink, Pero si son una amenaza no dudare en usarlos
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Kinger:
Y que haremos con Shira, Gloink y Kaufmo?
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Caíne:
Ya tengo un plan para eso, Pero lo probaré primero en Gloink y Kaufmo
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*Caíne saco otra esferas y la activo*
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Bubble:
Si Caíne?
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Caíne:
bubble, activa el mecanismo de vigilancia de Bubbles
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Bubbles:
Entendido!
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*Gummigoo observo varias pantallas aparecieron por todos lados y vio como Caíne mantenía bajo vigilancia el lugar*
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Caíne:
Hm?...
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Kinger:
Pasa algo?...
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*Caíne agarro Rápidamente a Kinger y le susurro algo, gummigoo al ver las cámaras intuyo que era mejor irse, pero cuando se dió la vuelta, Kinger lo había golpeado, Caine lo ato para que no pudiera hablar y lo llevaron rápidamente al cuarto de edición*
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Continuará
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yourneondemon · 6 months ago
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🐬 Jotaro Kujo 🐬 [02] SEGUNDO ENCUENTRO
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Sinopsis: Este segundo encuentro fue el más esperado por ambos, sin embargo, no todo sale como uno lo planea o desea.
Ship: Jotaro Kujo, Rem Halloween
Fandom: Jojo's Bizarre Adventure
Recuento de palabras: 4762
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Jotaro: *No había tenido tiempo para buscar la ropa en la lavandería, ni siquiera tenía tiempo de ir a ver lavadoras de ropa y pensaba mucho en comprarse una. El trabajo lo agotaba, y aunque quiso vacacionar en Japón, después de la charla de anoche le llegó un mail de su jefe, diciéndole que debía dar dos charlas informativas en el mismo edificio donde se hacían diferentes tipos de eventos. Tan solo de pensarlo lo cansaba mucho, estaba en una etapa donde quería solo trabajar esa pequeña hora y luego hacer su vida, pero no, debía dar más de su tiempo y descansar menos. No le parecía tan justo siendo que trabajaba allí por muchos años, no eran nada flexibles* Yare yare daze... *Comentó con cansancio, en su habitación de hotel se impregnaba un silencio increíble pero que a veces le molestaba. Aunque no pareciese, muchas veces se sentía solo y odiaba esa presión en el pecho, es como una brisa que a veces asoma, y teme mucho de ella. Suspiró otra vez mientras buscaba las llaves para salir de su departamento, encontró la tarjetita que le dio Rem, se la había guardado en modo automático cuando salió a la charla de la mañana, ahora ya oscurecía. Leyó las letras y números brillantes en el cartonsito. Se detuvo por un momento, ¿le hacía daño tener encuentros casuales con este chico? No, ¿a él le hacía daño? No, ¿era correcto todo esto? Sí, no le veía nada malo ¿Y si...? No, tampoco. Negó con la cabeza y apuntó el número entre sus contactos y lo agregó como "Rem H", pero luego lo lo modificó por "Rem H (Reina)". Nadie iba a saber que entre sus contactos tenía a alguien así añadido y con eso era suficiente. Miró la hora en su plateado reloj* Siete y media de la tarde *Pensaba que era un buen horario para hablarle, no sabía nada de su rutina ni sus actividades así que creía que no le molestaría un mensaje de texto. Abrió su contacto y le escribió:
— Hola, Rem. Buenas tardes, soy Jotaro Kujo.
Jotaro: *Y mientras salía por fin del hotel a buscar su ropa ya lavada y seca, chateaba con el joven que al parecer estaba en línea*.
— Hola, Sr. Kujo, me alegra que me hayas escrito ¿Cómo va su estadía?
Jotaro: *Le sorprendía realmente lo formales que podían ser al hablar. Era obvio también, no tenían tanta confianza como para una charla más informal, se habían conocido hace dos días*.
— Con trabajo extra, ¿cómo está usted?
Jotaro: *Cruzó la calle una vez la luz verde estaba encendida y el pitido se hacía notar, entró a la lavandería y notaba que la máquina no había terminado el proceso de secado, ¡y tanta preocupación para nada! Realmente quería preguntarle si podían verse otra vez, pero habiendo pasado tan solo dos días desde su primer encuentro, no quería verse desesperado. Pero aunque no lo iba a admitir nunca, fue un momento especial y suma relajación. Jamás se sintió tan tranquilo, en confianza y coqueto en toda su vida. Después de aquella sesión de cosquillas y su extra, pudieron hablar fluidamente de ellos, sus oficios y algunos de sus hobies. Quería que otra vez sucediese*.
— Con trabajo extra también, pero cuerdo ¿Quiere ir a cenar en algún momento? O desayunar si no puede en la noche.
Jotaro: *Sacó la ropa seca de la máquina lavadora y la puso en un canasto, pero ni terminó, atendió rápido el teléfono apenas escuchó el sonido de una nueva notificación ¡y menuda suerte! Lo había invitado él, no tuvo que ser tan obvio. Esbozó una sonrisa y respondió*.
— Desayunar si es posible, tengo una charla esta noche y realmente necesito descansar. Déjeme invitarle.
— No. Ya me invitó. Mi departamento, ¿09:00 am está bien?
— Sí, perfecto ¿dirección?
Jotaro: (Vaya, ¿y esto?) *Puso la ropa en el canasto porque una señora le preguntó si podía apurarse, ya que no había máquinas disponibles* Sí, disculpa *Respondió en japonés y se retiró del local con una bolsa con su ropa limpia. Ya en su departamento, dejó la bolsa sobre la cama y se recostó para seguir chateando*.
— Te mandaré ubicación mañana, así me encuentras :)
— Tarea sencilla, ¿algo más que quieras pedirme, reina?
Jotaro: *Hubieron varios segundos de silencio, de responder al instante todo se detuvo. Esperó varios minutos pero nada, y al mensaje ya lo había visto. Dedujo que también tenía sus cosas, así que simplemente se ocupó en ordenar la ropa que trajo y colgarla. Se fue a duchar y cuando salió escuchó la notificación*.
— No, está bien. Disculpa la demora
— ¿Seguro? ¿Qué quiere para el desayuno?
Jotaro: *Otro pronunciado silencio, más bien, pausa. Quizás a Rem le daba vergüenza en responder esas preguntas, o quizás no le agradaba cómo le hablaba y trataba, o cabía la posibilidad de que realmente no quería nada. Este jugueteo además de divertido era confuso, y conocerlo más lo ansiaba como nunca antes*.
— No insistiré, perdona
Jotaro: *Le escribe, posiblemente fue un poco lejos. Ya de por sí le confesó a un desconocido sobre su fetiche, y era un enorme avance según vio por su actitud*.
— Una pluma
Jotaro: *Al ver la respuesta del profesional de la seguridad pública, lo sorprendió ¿una pluma? Era obvio que iba a ser para sus jugueteos, pero ¿qué clase de pluma? ¿larga? ¿corta? ¿blanda y suave o dura y rígida? ¿de qué color? ¡No lo sabía, tod esto era muy nuevo! No tardó en responder, no quería darle la sensación de que lo estaba pensando, además, no era nada fuera de lo normal. Conocía algunos fetiches que la gente le comentó que otras personas tenían, por ejemplo, usar pañales y despegarlos de su pegamento a una silla, o el ser azotados, o que te orinen encima; muchas de esas cosas no estaba dispuesto a realizar, pero a lo que quería decir, es que las cosquillas sí le eran divertidas, incluso tiernas*.
— Muy bien. Nos vemos mañana
— Perfecto. Gracias, Kujo Jotaro
Jotaro: *No pudo evitar que una pequeña sonrisa aparezca en su rostro. Prefería hablar más en persona que por un estúpido aparato electrónico y plano ¿qué tantas emociones causaría eso? Después de la breve charla, se dispuso a terminar de acomodar la ropa, ordenar la habitación de hotel un poco y a seguir preparándose para la charla en la noche la cual iba a ser agotadora, incluso, que lo subestimaría*.
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Jotaro: *Cuando despertó, sintió las suavidad de las sábanas y un frío recorrer su espalda, así que abrazó la almohada y suspiró, sentía su cuerpo muy cansado todavía ¿Qué había pasado en la charla? Quería seguir durmiendo pero antes, debía dar un repaso de la noche anterior. Dio esa charla que preparó por semanas, todos le aplaudieron y hubo una breve cena, sirvieron cosas muy deliciosas pero solo comió un par de platos. Recordaba muy bien el rostro de una mujer de cabello marrón muy oscuro, corto, y ella era alta, tan solo varios centímetros menos que él. No recordaba su nombre pero fue amable preguntándole algunas cosas de su trabajo. Bebió un par de copas de champagne sabor pera, estaba delicioso así que trató de hacer memoria de la marca, pero ahora no lo recordaba. Y después de esa noche... ¿qué pasó? Bueno, era un hecho que volvió a casa, pero... ¿tenía otro compromiso? No, solo descansar* Yare yare daze... *Suspiró una vez más y soltó la almohada para colocarse boca arriba sobre la cama, darse media vuelta y esperar ver la ventana y sus cortinas algo translúcidas, pero se sobresaltó al notar que esta no era su habitación ¡Terminó en la casa de quien sabe quién!* ¿Eh? *Se enderezó y recorrió con la mirada la habitación, todo era muy pulcro, ordenado, perfecto. Vio su ropa doblada en una silla al costado, sus anteojos para leer sobre la mesita de noche y pantuflas que no eran suyas. Bajó de la cama y caminó con esas pantuflas que le dejaron* ¿Hola? *Miró la hora en el reloj de pared, eran las 05:12 AM. Salió de la habitación y bajó las escaleras. Se impresionó al ver lo grande que era la sala de estar, conectada al comedor y la cocina, no había paredes que la dividiesen. El ventanal con vista a la ciudad lo hipnotizó un momento, ese paisaje era hermoso y más a esas horas, aunque la sensación sí era extraña por estar levantado en la casa de alguien que no recordaba haber conocido. Escuchó unas pisadas detrás suyo y se dio la vuelta velozmente, incluso con la intención de golpear a quien quiera que querría herirlo* ¿Rem? *Suspiró aliviado* ¿Qué hago aquí?
Rem: *Vestía una bata de dormir gris claro, su cabello estaba atado en un rodete* Buenos días, ¿no recuerdas? Me mandaste un mensaje anoche.
Jotaro: Oh, no, no... ¿En serio?
Rem: *Asiente con la cabeza* Dijiste en el mensaje que querías verme, dije que sí, viniste y cenamos un poco, pero te quedaste dormido apenas tocaste la cama, así que te dejé dormir.
Jotaro: Ya veo. Disculpa *Frota sus ojos* Debí estar muy cansado entonces.
Rem: Sí, lo noté.
Jotaro: Lamento si... la noche iba para otra dirección y me quedé dormido *Lo mira a los ojos, sentía verguenza por tener una noche de pasión con alguien y dormirse antes de eso, ¿qué clase de persona hacía eso?*
Rem: *Se le forma una suave sonrisa* Hey *Levanta su mano* No hay problema, noté que bebiste un poco. A veces no nos damos cuenta de lo cansados que estamos *Baja su mano* No estoy ofendido ni molesto, me alegra que hayas podido dormir bien.
Jotaro: *Pudo sentir cómo sus mejillas se calentaban un poquito con su respuesta tan calmada, pasiva, comprensiva, no se lo esperaba para nada* Entonces... ¿aquí vives? *Mira a su alrededor* Es amplio.
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Rem: Sí, es el último piso del edificio de hecho, las vistas son increíbles *Se da media vuelta para dirigirse a la cocina* ¿Quieres algo caliente? Ya está por empezar el día *Presiona el botón de la cafetera expreso para que automáticamente haga el café, ya lo había molido de antemano* No tuvimos sexo, por si te lo preguntas.
Jotaro: *Camina y se sienta en la mesada alta de desayuno* Sí, por favor *El aroma del café invadió con decisión la gran habitación, tan delicioso y característico, amaba tomar un buen café en la mañana luego de dormir profundamente* Sí, lo supuse, lo lamento.
Rem: Ya te dije, no hay problema *Saca el envoltorio plástico que cubría un bowl metálico con masa que hizo anoche, se puso unos guantes de látex nuevos y agarró cierta cantidad para pesarla en una báscula pequeña. Luego la aplanó y colocó la masa en una plancha caliente*.
Jotaro: Cuanta atención. Mhh.. huele delicioso *Refiriéndose al café y al pan que se tostaba, el aroma sí que lo ponía de buen humor*.
Rem: No recibo casi a nadie en casa, de hecho, eres el primer invitado después de cuarenta y dos meses sin que alguien pase aquí.
Jotaro: *No pudo evitar sorprenderse* ¿Tantos meses sin recibir gente?
Rem: Sí, simplemente no me gusta que invadan mi espacio. Hacer reuniones con muchas personas no es de mi agrado, prefiero estar tranquilo aquí. Además, han propuesto venir con sus mascotas, sabiendo de mi condición. Fue un no rotundo *Suspira y le sirve el café en una pequeña taza verde*.
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Jotaro: ¿Tampoco tu familia? *Toma la taza y da unos pequeños sorbos* Mh, gracias por el café. Está muy bueno.
Rem: Gracias *Prepara otro café para él mismo* No, me he separado de mi familia, quienes estaban allí no me representaban y hubo altercados de por medio, así que vine a Japón a empezar una vez más. Aquí la gente no hace contacto físico a menudo como en mi país de origen, aún así, el trabajo no era lo que esperaba. Extraño enfrentarme a grandes desafíos, pero en cambio he hecho por dos años los mismos trámites y protocolos básicos. Es aburrido, es por eso que me preparo para postularme a otro trabajo con otros roles. El tiempo dirá *Se sienta en la silla alta frente a Jotaro y le da varios sorbos al café. Su cuerpo finalmente se relaja*.
Jotaro: Ya veo *Otro sorbo a su café* Entonces, ¿sueles trabajar los días...?
Rem: *Se asoma una pequeña sonrisa en su rostro* ¿Por qué? *Se inclina un poco hacia adelante* ¿Quieres pasar a visitarme más seguido?
Jotaro: *No se esperaba esa pregunta, esas incinuaciones pero él tenía razón, quería visitarlo más seguido. Es como que si el encontrarse con él, el estar con él, pasar tiempo juntos, le daba el calor que buscaba y extrañaba de hace mucho tiempo. Obviamente no lo iba a admitir ni siquiera en voz alta. Se quedó en silencio varios segundos desviando su mirada, no podía requerir a cubrirse con su gorra porque no la tenía puesta* M-mh, bueno *Piensa en algo para contraatacar*, a una reina hay que entregarle cierto tipo de ofrendas *Bebe otro sorbo de café, el último* ¿no es así cómo funciona? *Ahora se cruzaba de brazos esperando su respuesta*.
Rem: (No fue tan rápido pero sí muy astuto) *Endereza su espalda* Así es, ¿qué tienes para ofrecerme entonces?
Jotaro: Traje lo que me pediste *Ahora mostraba seguridad en su mirada y su atrevida sonrisa*.
Rem: *Y así cómo su sonrisa de superioridad y armadura se desmontó. Anoche tuvo que trabajar en papeleo extra y había olvidado totalmente lo que le pidió por mensaje de texto* A-ah, eh *Mira hacia otra dirección y luego se levanta para darle la vuelta a los panes* Me había olvidado completamente de eso *Deja varios de los panes en un plato completamente liso, no tenía curvas formando aquellos bordes para contener lo que sea que sirva, parecía una losa de piso*.
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Jotaro: Yo no *Responde tomando una rebanada de pan. Come el pan con un poco de manteca que sirvió Rem en la mesa* Mh, *Mastica* espero que sea ofrenda suficiente... me dirás cuando la probemos *Sigue masticando, pero nota que Rem aparta rápidamente la mirada cuando justo lo vio hablar con la boca llena de comida, algo que quizás a otra persona no le molestaría, a él sí* Disculpa *Se limpia la boca con un pedazo de papel*.
Rem: *Sus mejillas estaban demasiado coloradas con todo lo que mencionó, quiso enfrentarlo pero si hablaba otra vez quizás diría alguna tontería. Bebió más del café y se limitó a servir unas fresas cortadas que dejó de antemano*.
Jotaro: *Nota el nerviosismo de su acompañante, así que debía hacerle sentir más confianza y dar calor a la conversación y al ambiente* Hacía mucho que no desayunaba tan completo ¿Puedo pedirte otro expreso? Si no es molestia.
Rem: Oh, no lo es *Sonríe más relajado* También tomaré otro, necesito energía hoy *Sus antenas estaban expuestas y mientras se hacía el café, las acariciaba un poco con la intención de peinarlas*.
Jotaro: *Por un momento mira el cuerpo de Rem, delgado pero fuerte, tenía una nuca que brillaba como una perla al estar expuesto por su tipo de corte de cabello. También le llamaba la atención su cintura levemente marcada, no tenía caderas prominentes, de por sí los hombres no las tenían ¿por qué le atraía tanto este chico? ¿qué cosas le atraían de él en específico? Desvío su mirada y se fijó en el paisaje nocturno, tanta iluminación que las estrellas apenas se veían* ¿Aún con esta altura no se ven las estrellas?
Rem: No. Pero pronto me mudare a un departamento con más pisos, dicen que en el último atraviesa las nubes *Se da media vuelta y sirve dos tazas de café* Aquí tienes *Se vuelve a sentar* Y... ¿Star Platinum? ¿No querrá un café también?
Jotaro: Mh *Esboza una pequeña sonrisa*, no, pero está ansioso de saludarte *Lo hace aparecer, pocas veces su propio stand tomaba decisiones por sí solo cuando lo invocaba. Apenas se hizo su presencia, se acercó para saludarlo con una reverencia*.
Rem: Hola, Sr. Platinium *Le sonríe con amabilidad* Es increíble la masa muscular que tiene, ¿por qué lleva un- *Es interrumpido de repente*.
Jotaro: No lo sé, se viste así desde que apareció *Da un suspiro y bebe del café. Toma un pan y le coloca unas fresas arriba, estaba tranquilo y cómodo allí, y todo estaba delicioso. Vio cómo Star Platinum acariciaba y tocaba con curiosidad las antenas de Rem, tan suaves e incluso esponjosas. Quería tocarlas también, pero debía lavarse las manos y ponerse guantes, lo mamo de todo esto es que no sentiría la verdadera suavidad de su piel*.
Rem: Tienes un cabello muy sedoso *Usaba guantes todo el tiempo, pero antes de tocar al stand, se los cambió y pasó sus manos por su cabellera* Wow *Veía destellos muy pequeños*, parece que tiene una galaxia...
Jotaro: Sí, aunque he pasado muchos años con él, sigue siendo una caja de sorpresas *Bebe de la taza y toma el sexto pan para ponerle fresas y manteca*.
Star Platinum: *Se sentó en la silla que estaba al lado de Rem para observar sus antenas y jugar con ellas, tenía curiosidad y su textura tan suave le era muy llamativo*.
Jotaro: Le agradas *Dice tomando otro sorbo de café, podría pedirle muchos más de esos por lo ricos que estaban, pero no quería abusar de su hospitalidad, de por sí lo recibió anoche mientras vagaba en otra dimensión a saber cuál*.
Rem: Me agrada también *Fue entonces cuando tanto él cómo Star Platinum y Jotaro se voltearon para ver cómo el sol los iluminaba, el amanecer desde esa altura era precioso y majestuoso. Hacía muchísimo frío afuera pero la casa tenía calefacción general y la estadía era mucho más reconfortante*.
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Rem: Vaya, bonito día va a ser hoy *Se pone de pie cuando termina el café* Déjame lavarlo *Toma la taza de Jotaro que ya estaba vacía y se da media vuelta para lavar las tazas y los platitos*.
Jotaro: Claro, ¿te ayudo en algo?
Rem: Oh, no, descuida. Ya casi termino *Dice mientras lavaba el bowl donde estaba la masa, lo había cambiado de lugar a otro. Hubo un silencio en la habitación, no sabría decir si era incómodo o no, normalmente los hombres se quedaban en silencio por buen rato y eso se consideraba una charla entre ellos*.
Jotaro: *Mira su teléfono un momento, no tenía mensajes pendientes o nuevos, tampoco mails que le hayan llegado* Rem, *Deja el teléfono en la mesa* ¿te gustaría que te haga cosquillas?
Rem: *La pregunta lo heló, ¿qué debía responder? Es decir, sí, era obvio, sí o no, pero no era nada difícil* M-mh, yo... eh... *Termina de lavar los últimos platos y se pone a secarlos*.
Jotaro: Puedo hacértelas, solo tienes que perdirlas, es todo *Mira el plato con los panes y se come el último. Ya estaba decidido en que la próxima vez que se verían —si es que habría una próxima vez— lo invitaría a un bar, o a su departamento, o un restaurante*.
Rem: *Da un suspiro y limpia la mesada de la cocina, luego de haber guardado cada plato en su lugar. Se quita los guantes, lava sus manos y se pone unos nuevos*.
Jotaro: *Se pone de pie y se acerca a Rem* Reitero lo que dije la otra vez, puedes llamarme cuando quieras cosquillas o sexo, *Le deja el plato vacío de los panes en el lavabo y se encarga él mismo de lavarlo* no había ningún problema *Lo seca a la perfección y se lo da a Rem para que lo guarde*.
Rem: *Su cara no podía estar ardiendo más de lo que ya lo hacía, puso el plato de forma automática en su lugar en la alacena de arriba, que lo obligó a estirar sus brazos por lo bajo que era*.
Jotaro: (Es increíble, ¿tanta vergüenza le da? Bueno, no es tan fácil como te lo hacen parecer, pero no me ha ni siquiera mirado) *Decidió usar una última carta, la que le pidió que traiga* Ya compré las plumas *Saca de su chaqueta una bolsita hermética con una pluma blanca dentro, era de esas largas y más rígidas, pero debajo había otra del mismo tamaño con la diferencia que era mucho más suave y esponjosa. Las saca de su envoltorio y pasa la segunda por el cuello de su compañero, obligándolo a mirarlo* Ofrezco estas ofrendas, reina mantis *Le regala una sonrisa amable para tranquilizarlo*.
Rem: *Se sentía tan sumiso, tan débil y pequeño, y eso no era malo, le gustaba mucho sentirse así, le fascinaba* M-me encantaría... que me hagas cosquillas *Lo mira a los ojos, pero rápidamente baja su mirada a otro lado*.
Jotaro: *Su corazón dio un vuelco al escucharlo decir esas palabras, su mirada tan tímida, ¿por qué le agradaba tanto? ¿le resultaba tierno? Esto nunca le pasó con otra persona, ¿qué tenía Rem entonces?* Claro, las que quieras *Le habla en un tono normal para darle a entender que lo que hacían era normal, nada que fuese extraño o insólito* Ven, vamos al sofá *Se pone de pie de la silla alta y le estrecha la mano*.
Rem: *Asiente con la cabeza y con cuidado, toma su mano. No podía creer que esto estaba pasando, era su fantasía hecha realidad ¿qué más podía pedir? Una vez Jotaro se sentó, se sentó a su lado* ¿Te gusta el jazz?
Jotaro: Claro, por supuesto *No se esperaba esa pregunta, pero creo que un poco de música no estaría nada mal, y más para un momento de intimidad como la suya* ¿quieres poner alguna canción? No me molestaría.
Rem: *Asiente con la cabeza y toma el control remoto de la mesita ratonera y enciende unos parlantes que estaban bien distribuidos en la sala, haciendo que la relajación sea más profunda y bien escuchada. Puso jazz alegre, movido para este momento*.
[ M Ú S I C A ]
Jotaro: *Ahora el ambiente era mucho mejor que antes, el sol dando a la enorme sala, los restos del aroma a café, manteca y pan y música animada y relajante. Era muy diferente a su departamento, posiblemente era la razón por la cual quería visitarlo, porque en compañía se sentía increíble, cómodo, como en casa* Me gusta *Toma la iniciativa y deja que Star Platinum tome la cintura de Rem y lo acerque a Jotaro con suavidad* Ven *Lo sienta sobre sus muslos* ¿Está bien aquí? mi ropa está limpia, pero puedo-
Rem: No, no *Se acomoda y te mira con una leve sonrisa* Está perfecto, descuida *Con sumo cuidado fue desabrochando su bata de dormir, debajo usaba una polera de cuello de tortuga y mangas largas*.
Jotaro: Lindo, ¿quieres poner la calefacción más alta? Si te desnudas no quiero que te resfríes *Con cuidado, le acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja*.
Rem: Sí, sería lo mejor *Estira su brazo y presiona unos botones al costado del apoyabrazos del sofá, ahí tenía un regulador de ciertas cosas en la casa y una de ellas era la calefacción, así que la bajó un poco y el ambiente se puso aún mejor* Lis- *Iba a decir que todo estaba preparado para seguir, pero Jotaro se adelantó y pasó muy suavemente la pluma por detrás de su oreja e iba bajando hasta su cuello* M-mh *Muerde su labio inferior, el tacto era tan delicado que lo enloquecía*.
Jotaro: *Se detuvo un momento para darle la vuelta a la pluma y pasar la zona dura que la sostenía, su punta era suave de igual forma pero igual de firme. Apoyó esa zona en su cuello y fue bajando lentamente por su clavícula y de allí hasta terminar en uno de sus pezones sobre la polera, que por los escalofríos se habían puesto duros*.
Rem: *Se le escapa una risita de repente y eso lo sorprendió, no sabía que tenía cosquillas en esa zona* Jiji, lo siento *Dice por la verguenza que sentía*.
Jotaro: ¿Por qué te disculpas? El que te rías es el punto, ¿no? *Hizo círculos con el palito alrededor de su pezón, también rascaba un poco más abajo* Me pregunto si tienes cosquillas por aquí *Dijo rascando en los alrededores*.
Rem: Pff- Jijiji *No pudo evitar doblarse en dos y tener pequeños espasmos, gracias al calor del lugar no se le ponía la piel de gallina, pero sus pezones seguían duros. El cosquilleo era bastante fuerte* P-parece que sí *Siguió riéndose hasta intentar esquivar la pluma* E-es vergonzoso jejeje
Jotaro: ¿A dónde vas? *Con su otra mano libre aprovechó a rascar suavemente su cintura*.
Rem: ¡Jajajaja! *Su risa saltó en volumen y empezó a moverse un poco más frenético* E-es que ¡jajaja! ¡me haces cosquillas! *Y una vez más la pluma regresó a su pezón para pasar por arriba y alrededor* ¡Jajajajajaja! *Se inclinó hacia un costado pero terminó acostado en el sofá boca arriba y tratando de esconder su pecho haciéndose bolita*.
Jotaro: (Lindo) *No pudo evitar sonreír al verlo así* Pensé que querías esto, ¿no lo quieres o te haces el difícil? Veo que te resistes, deberé ser más insistente *Se acercó a él y con una mano cosquilleó su barriga como una garra tratando de agarrar algo*.
Rem: ¡No, no! *Se retorció como un gusanito después de eso* ¡Jajajaja! ¡C-creí que! ¡Jajajajajaja! ¡Usarías la pluma!
Jotaro: Oh, es verdad *Mira la pluma pensando qué hacer* Mhh... Después *Deja la pluma sobre la mesita baja y sigue haciéndole cosquillas en la barriga, su mano era bastante grande y en parte, sospechaba que eso le gustaba a su compañero*.
Rem: ¡Jajajajajajajajajajajaja! *Trató de escabullirse dándose la media vuelta, pero luego sintió presiones en sus costillas y eso lo obligó a ir a ese lado, estando aún boca arriba* ¡S-star Platinum! ¡Jajajajaja! ¡A-ayúdame!
Jotaro: Oh, llamarlo será mucho peor para ti *Sonríe con maldad, estaba dispuesto a hacerle reír mucho más esta noche o quizás no, dependiendo de cómo iban saliendo las cosas* ¿o mejor? *Se detiene un segundo para mirarlo y dejarlo descansar*.
Rem: N-no lo propongas de esa manera *Dice con las mejillas coloradas, no, toda su cara y cuello ¡y tan solo pasaron unos minutos! Sus alas estaban un poco arrugadas aún así, eso no le causaba dolor, eran bastante elásticas*.
Jotaro: Mhh *Se acomoda y se sienta sobre las caderas del pequeño Rem, pero con ayuda de las rodillas no lo aplastaba del todo* Pero... ¿te gustaría que mi stand ayude? *Encorva una ceja mirándolo a los ojos. Se le escapa una risita al verlo nervioso*.
Rem: E-eh, n-no, digo *Niega con la cabeza pero sí quería realmente que Star Platinum ayude, pero no quería molestarlo*.
Jotaro: Piensas demasiado *No tardó un segundo más y metió ambas manos debajo de su polerón para levantarlo un poco y rascar sus costillas. Se sorprendió al notar mejor con la luz que su cuerpo estaba bien ejercitado pero tampoco tenía una enorme masa muscular que sobresaliese, era el equilibrio perfecto* Lindo
Rem: ¡Jajajajajajaja! *Se sacudió un poco más que antes, y mucho más cuando se centró en sus axilas* ¡No no no no! ¡J-Jotaro! ¡Jajajajaja!
Jotaro: No exploré tanto la última vez que nos vimos... ¿qué nuevos conocimientos puedo adquirir hoy? tengo una curiosidad profesional *Sonríe moviendo sus manos hacia ambos de sus pezones y rascar con cuidado pero rápido, a veces usaba su pulgar para presionar sus costillas o sus axilas*.
Rem: ¡JAJAJAJAJAJA! *Su cabello se desordenaba cada vez más y su cara cada vez se tornaba más rojita hasta llegar a sus orejas* ¡Noooo! *Otra vez sus pezones se endurecieron por los escalofríos y las cosquillas* ¡Q-Que verguenza! ¡JAJAJAJAJAJA! ¡D-deja de mirarme!
Jotaro: *Se detuvo otra vez solo para dejarlo descansar, verlo con la cara colorada quizás no era un buen síntoma, pero al presenciar el escenario completo —pecho desnudo, zonas algo rojitas de haber rascado tanto, pezones duros, mejillas rojas, cabello desordenado—, su miembro empezaba a notarse en los pantalones que llevaba puestos* (Mierda, esto sí que es vergonzoso... ¿debería detenerme? ¿ir al baño? Hace mucho tiempo que no tengo sexo, ¿qué debería hacer? ¿y qué debería hacer con una persona con TOC? ¡Mierda, mierda! ¡MIERDA!).
Rem: *No se había percatado de la situación, se estaba recuperando de la sacudida que le dio* ¡M-Mh! *Se sobresaltó al sentir la pluma otra vez* M-Mh *Sí, la estaba pasando lentamente por su pecho y clavícula* Mhh.. Jijiji *Le dio más escalofríos por toda su columna vertebral* Debes tener una linda vista desde allí... *Había sacado su lado seductor, atrevido, así miraba a Jotaro ahora mismo*.
Jotaro: *Traga con dificultad, esto solo lo ponía más duro* R-Rem (Solo menciónalo, pero ¿querrá ocuparse de su "problema"? Tiene un TOC terrible, ¡¿y si esto lo altera mucho más?!) *Elevó suavemente sus caderas para que él no sientiera su erección y aprovechó a taparla un poco con sus brazos* ¿te gustaría que... (¡Piensa rápido!) eh... *Pero se estaba tardando mucho*.
Rem: *Lo mira un poco confundido y finalmente lo ve, su erección*.
*Hubo un silencio que duró varios segundos y los dos se miraron sin saber qué hacer o qué decir*.
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Las ilustraciones que aparezcan son hechas por mí, son de mi propiedad. Instagram Agash_Rotddom Las ilustraciones de fondos o paisajes son propiedad de sus propios autores, los links de sus trabajos están enlazados.
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zonadelcaos · 2 years ago
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Sonic Calendar Story - Isekai Ôgiri #4: Silver y Elise (Abril 2023)
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Acto 4: En la oscuridad… 
La ciudadela de Soleanna, la Ciudad del Agua, se destaca por sus hermosos canales que se extienden por todas partes.
En una esquina de la pista nacional de patinaje sobre hielo, construida en la bahía y adornada con magníficos cuencos plateados,se encontraba una joven solitaria observando la fría superficie de hielo sin nadie a su alrededor, suspirando con tristeza.
“Es que yo no…”
Su nombre era Elise.
Ella era una joven patinadora conocida como “la Reina” de la categoría individual, pero en ese momento enfrentaba grandes preocupaciones.
La canción asignada para el evento de patinaje en pareja, que hasta ese momento era su objetivo en la vida, era una melodía que le recordaba a sus padres fallecidos, quienes la habían criado y enseñado con amor. Al escuchar esa canción, Elise se sumergía en recuerdos felices del pasado y no podía llevar a cabo su actuación.
Sus entrenamientos no iban bien, y no lograba encontrar una pareja con quien patinar. Elise se sentía bloqueada y, en algún momento, comenzó a desahogarse sobre sus problemas mientras contemplaba el cielo estrellado.
En ese instante…
“He escuchado tu historia. Puedo ayudarte”.
Cuando Elise se giró hacia la voz que provenía detrás de ella, se encontró con un entrenador famoso que aparecía y desaparecía misteriosamente en el mundo del patinaje: Silver the Hedgehog, un ex patinador. Todos los que habían recibido sus enseñanzas dejaron brillantes registros en el deporte.
“No te preocupes. Estoy aquí para brindarte todo mi apoyo"
No podía tener más suerte si él iba a ser su compañero. Pero el mayor problema estaba en su propio corazón.
Mientras Elise seguía mirando abatida hacia abajo, Silver tomó su mano y le dio su colgante diciendo:
“No estás sola. Lo conseguirás. Toma este amuleto”
La gema azul pareció brillar con fuerza, como para animarla.
A medida que practicaba más y más, su miedo por la pieza se disipaba poco a poco, y en poco tiempo consiguió patinar la pieza hasta el final.
En principio, Elise ya no tenía nada más que aprender. Pero la actuación en pareja con Silver, que la dirigía con fuerza y precisión, le dio confianza y valor.
Y por fin, llegó el día antes del gran evento. El día del ensayo en el lugar de la actuación.
Por desgracia, la pista exterior del escenario estaba siendo azotada por una fuerte lluvia.. No se podía practicar en estas condiciones. Elise estaba desanimada y cuando estaba a punto de irse… 
De repente, Elise se dio cuenta de que la lluvia a su alrededor había cesado abruptamente.
Cuando levantó la cabeza, vio a Silver flotando en el cielo, envuelto en una luz verde esmeralda. Una suave película de luz se expandía desde su palma, cubriendo la pista y repeliendo la lluvia.
Silver le dice a una atónita Elise:
“En realidad, tengo poderes psíquicos …”
Preocupado por la pérdida de tiempo del entrenamiento, Silver metió prisa a Elise, y continuó deteniendo la lluvia.
Pasó de ser competidor a entrenador porque temía que este poder saliera de manera inconsciente durante la competición. Quiere utilizar este poder, no para él mismo, sino para ayudar a otros.
Bajo la intensa lluvia, la pista de patinaje estaba protegida por un silencio absoluto y una niebla blanca se elevaba sobre el hielo.
En este espacio de fantasía onírica, Elise sintió la bondad de Silver y sintió en su corazón la llama del valor que la inspiraba.
Finalmente, la lluvia se detuvo y Silver se unió al entrenamiento. Era el momento de ensayar al completo para la presentación final.
Mientras Elise y su compañero continuaban con la actuación en perfecta sincronía, se dio cuenta de que estaba disfrutando de la canción que antes simbolizaba la tristeza. Este sentimiento resonaba con sus recuerdos de cuando ella ensayaba feliz con sus padres.
Amaba a sus padres, pero también amaba la canción. Las lágrimas brotaron cálidamente de los ojos de Elise al recordarlo, pero eso no detuvo su actuación, sino que la hizo brillar aún más.
Luego llegó el momento más difícil, el clímax: el doble triple axel. Parecía que Elise iba a realizar un salto alto, y después una rotación brillante, pero… 
¡…!
Un lapsus momentáneo de concentración hizo que Elise fallara su salto y perdiera el equilibrio en el aire. Parecía que se caería, pero una luz verde esmeralda la envolvió y la sostuvo. Era el poder sobrenatural de Silver.
“¡Por poco! Pero no me hagas hacer esto en la presentación real, ¿de acuerdo?“
Silver bromeó para relajar la situación y trató de reanudar el entrenamiento. 
Pero el buen humor de Elise se detuvo y comenzó a sentir de nuevo los vientos del miedo.¿Podía estar segura de que todo saldría bien en la presentación real? Al darse cuenta de la situación de Elise, Silver dijo queriendo animarla:
"Estarás bien. ¡No te preocupes! Todo lo que estás haciendo ahora, te llevará al futuro”.
Bajo un cielo estrellado después de la lluvia, un viento cálido soplaba lentamente entre los dos en la pista de hielo.
El día de la competición… La pareja apareció en la pista de hielo, como una estrella fugaz, causó sensación en la ceremonia. Con una hermosa actuación, cautivaron al público.
Y llegó el momento del triple Axel… A pesar de las oscuras premoniciones que pasaron por la mente de Elise antes de saltar, lo que vio en ese momento fue la sonrisa de su compañero Silver. Los recuerdos de los momentos de entrenamiento que la colmaron de confianza y felicidad, y de los tiempos divertidos con sus padres, fueron el sustento firme de la Elise de ahora.
¡Los dos saltaron juntos en un salto impresionante y con un aterrizaje perfecto! Los espectadores estallaron en vítores y aplausos.
Ese día, la brillante pareja recibió el mayor honor… ¡se convirtieron en la pareja más destacada del evento!
Al terminar la actuación…
“Gracias”
En la pista desierta, Elise le devolvió el colgante a Silver. Es algo que ya no necesitaba, tras haber crecido y superado su pasado.
Elise sonrió y Silver le devolvió las gracias.
Ella no es la única que ha podido seguir adelante. Silver también se vio inspirado gracias a ella, y le reveló que decidió volver a la competición.
“Pero, para ser sincero, estoy preocupado. Por mucho que me esfuerce, tengo miedo de que un día agote todas mis fuerzas”
“¡Todo irá bien! ¡Lo conseguirás! Porque…”
Elise sonríe y continúa…
“Todo ese trabajo duro te llevará al futuro ¿Verdad?”.
Entre la pista de hielo tranquila y la noche estrellada, se pudo oír resonar las risas de los dos.
Al día siguiente…
Quién hubiera dicho que los patinadores artísticos, Silver y la Princesa Elise cambiarían tanto después de la competición. Pero Silver seguía siendo Silver, y Elise parecía haber conservado su elegancia como princesa.
Sin embargo, ¿no les parecía familiar el brillo del colgante?
Aunque sorprende ver la enorme pista de patinaje sobre hielo, el reino de Soleanna y la ciudadela en sí parecían no haber sufrido grandes cambios. Parecía que los cambios solo ocurrieron en algunas partes del mundo.
Tal parece que todavía se necesita mucha investigación para comprender lo que había sucedido en el mundo…
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karlbalak · 23 days ago
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La pequeña princesa del pan - Parte 3
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Silencio. Solo el sonido del viento que corría por las calles quedó como testigo de la atrocidad. El rey se incorporó, limpiándose la sangre de las manos, y con un gesto, ordenó a su guardia que lo siguieran con la niña en brazos.
El sol aún brillaba con fuerza en el cielo, pero aquel día, las sombras se adueñaron del castillo. Lo que debía ser una celebración luminosa por los doce años de la princesa se tornó en un presagio sombrío. La alegría que solía inundar las vastas estancias había desaparecido, dejando en su lugar un aire opresivo, como si el propio castillo se hubiese convertido en un colosal calabozo donde las esperanzas iban a morir.
Como un ladrón en la penumbra, el rey regresó al castillo, acompañado de su guardia. Habían elegido una entrada olvidada, por donde ni siquiera la servidumbre osaba pasar: un pasaje húmedo y oscuro, hogar de ratas y arañas. Sus pasos, apresurados y torpes, parecían los de un extraño en su propia morada.
Al atravesar uno de los pasillos principales, una dama de la corte lo interceptó. Su voz, cargada de preocupación, lo detuvo.
—Majestad, la reina sigue inconsciente. No sabemos qué hacer. Hemos enviado por el doctor de la corte, pero no aparece.
El rey, desbordado por la furia y el miedo, respondió con un rugido que resonó por todo el castillo:
—¡Lárgate!
La dama, sorprendida por el tono feroz de su señor, quedó inmóvil por un instante. Sin embargo, sus ojos repararon en la figura de un guardia que llevaba en brazos a una niña, y su curiosidad la condenó.
—¿Por qué lleva una niña, mi señor? —preguntó, incapaz de contenerse—. ¡Explíqueme lo que mis ojos están viendo!
La paciencia del rey se quebró. Con una mirada asesina, ordenó:
—¡Mátenla!
Sin dudarlo, uno de los guardias desenvainó su espada y atravesó el vientre de la mujer. Su cuerpo cayó al suelo, inerte.
—Deshazte de ella —ordenó el rey al guardia más cercano antes de continuar su camino.
Cada paso por los pasillos del castillo parecía alargarse infinitamente, como si las paredes mismas intentaran retenerlo, atormentándolo por su vil propósito. Finalmente, llegó al dormitorio de su hija. Allí estaba ella, recostada en su lecho, inmóvil, tan delicada como una muñeca de porcelana.
—Dámela —ordenó al guardia que llevaba a la niña.
Con manos temblorosas, el rey tomó a la pequeña inconsciente y la colocó sobre el suelo, junto al lecho de su hija. Observó el rostro angelical de la niña, que parecía tan indefensa como su propia alma en ese momento. Desenvainó su espada.
El acero en sus manos pesaba más que nunca. A pesar de sus años en el campo de batalla, nunca había cometido un acto tan atroz. Una oleada de náusea y terror lo recorrió, pero apretó los dientes y, con un grito desgarrador, hundió la espada en el pecho de la niña.
El cuerpo infantil se arqueó mientras la pequeña soltaba un grito ahogado. Sus ojos se abrieron por un instante, llenos de sorpresa y miedo, antes de volverse hacia arriba, vacíos. Su piel comenzó a palidecer hasta adquirir un tono mortecino.
El rey dejó caer la espada y retrocedió tambaleándose.
—¿Qué he hecho? —susurró, con los ojos llenos de lágrimas—. ¡Soy un monstruo! ¡Un demonio!
Desesperado, sacó un puñal de su cinturón.
—Díganle a mi esposa que siempre la amé. Díganle que me perdoné, por lo que hice y por lo que estoy por hacer.
Los guardias se lanzaron hacia él, intentando detenerlo, pero antes de que el rey pudiera clavarse el puñal, una débil voz rompió el silencio:
—¿Papá?
El tiempo pareció detenerse. Todos los presentes giraron la cabeza hacia el lecho de la princesa. Allí estaba ella, incorporándose lentamente. Sus movimientos eran torpes, mecánicos, como los de un títere. Sus ojos, aunque abiertos, no reflejaban la chispa de vida de antes, sino un vacío helado y aterrador.
El rey dejó caer el puñal al suelo y se arrojó hacia su hija, abrazándola con fuerza.
—¡Gracias! ¡Gracias a los cielos! —exclamó entre sollozos, sin saber que sus palabras eran un tributo a las fuerzas más oscuras y profanas.
Mientras la estrechaba contra su pecho, la princesa permanecía inmóvil, fría como el mármol, su mirada perdida en algún lugar más allá de este mundo.
Sin embargo, para el rey, nada de eso importaba. Su hija vivía, y en ese instante, su alma perdida halló consuelo en la más macabra de las victorias.
La hora señalada para la celebración del duodécimo cumpleaños de la princesa estaba a segundos de cumplirse. A pesar de los preparativos y la expectación en el reino, el exterior del castillo se cubría con una niebla espesa, mientras el sol, antes resplandeciente, ahora brillaba con una opacidad extraña, como si el cielo mismo pesara sobre los hombros de quienes se acercaban al palacio.
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simulacrosdeunadios · 3 months ago
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Día 3 de simulacro
El día de hoy ha sido más fácil odiarte. Odiarte por haber decidido soltarnos. Todo el día sentí tanta rabia hacia ti que llegó un punto en el que sentí náuseas. Pero al mismo tiempo no dejé de verte en todas partes, es como si tu presencia me siguiera… ya no quiero verte. Aléjate por favor y bórrate de mi memoria.
Todo el día mantuve la cabeza en alto: “una reina nunca agacha la mirada” te escuchaba decirme al oído.
Una reina nunca mira hacia atrás y aún así aquí estoy… día 3 llorándole en silencio a esa persona que tanta rabia me da. Tengo la sospecha de que mi almohada terminará por fundirse con el mar de tantas lágrimas.
“Una reina no llora” te imagino diciéndome. ¿Una reina? ¿Una reina de qué?
Callate! Yo convierto esta cama en mar si quiero… pero tú… ¿flotarías en mi inmensidad?
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rookiemxwritergeek · 7 months ago
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Entre Guerreras y Dioses: La Batalla en la Isla de las Caracolas
Por Vangi GarVi
La noche del 8 de marzo del 3058, luego de la batalla más sangrienta conocida por el hombre, Nikté-ha y su ejército de mujeres jaguares luchaban por la custodia del territorio de la Isla de las Caracolas. Ríos de sangre se habían generado luego de que Camazotz, el demonio del inframundo y su acérrimo rival, hubiera proclamado un golpe de estado en su contra, ya que consideraba que Nikté-ha, aunque tenía sangre real, no era la indicada para gobernar, ya que era demasiado joven y por ser mujer, consideraba que podría dejar a la Isla desprevenida ante ataques de otros rivales.
Una por una, sus guardias reales fueron siendo sacrificadas en la gran pirámide de Chichén Itzá, ante los ojos del pueblo, como una señal de escarmiento para los que aún eran simpatizantes de la princesa y miraban con horror tal escena. Llegó el turno del sacrificio de Nikté-ha, la cual en ningún momento se dejó intimidar por las groserías y malos tratos de la gente de Camazotz. Siempre caminó con la cabeza en alto. El pueblo quedó en silencio.
El sacerdote la miró con vergüenza. Sabía que traicionaba a una dinastía ancestral que lo había elegido, ya que confiaban en sus conocimientos, pero no tenía los pantalones suficientes para poder oponerse ante la tiranía de Camazotz. Él prefería ejecutar a una persona inocente antes que luchar ante tal rival, y eso Nikté-ha lo sabía, y lo sabía muy bien. Ella puso su cabeza en la roca gigante de sacrificio, sin miedo a la muerte, mirando al pueblo estoica. Camazotz, en su voz de victoria, le preguntó si quería decir unas últimas palabras antes de que le cortaran la cabeza. Ella asintió.
-Esta noche, no ganó la gente, no ganó la libertad. Esta noche ganó lo arcaico, la desigualdad de roles ganó el horror. Me voy, porque sé que es mi destino y lo acepto como la mujer guerrera jaguar que soy, porque sé que mi legado no muere aquí Camazotz. Me voy, pero mi gente aquí te derrocará. Ellos y ellas jamás van a aceptar tus formas de vida, tu ideología. Mi recuerdo te perseguirá a cada paso que des y cuando menos lo esperes serás derrocado. -
Camazotz, nervioso por haber escuchado su discurso, apresuró su ejecución. Solo un corte se necesitó para desprender la cabeza de su cuerpo. Él bajó las escaleras de la gran pirámide para recoger su cabeza en señal de triunfo, tras su golpe de estado. Lo que no sabía era que las mujeres de ese pueblo estaban tan, pero tan molestas con él por haber matado a su líder, que se lanzaron inmediatamente en guerra contra él.
Luego de cuarenta días y cuarenta noches de una guerra sádica y cruel, el pueblo de la Isla de las Caracolas derrocó a Camazotz, sentenciándolo a pasar una eternidad con los señores de Xibalbá. Al final, aunque fue corto su periodo como reina, el legado de Nikté-ha prevaleció en las memorias de la gente de la Isla de las Caracolas y cada 8 de marzo, se toman un momento de su tiempo para honrarla, su memoria y el sacrificio que hizo para que su gente viviera mejor.
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earredondo · 9 months ago
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Terror en Tel Aviv
Aunque no es del todo novedad la ansiedad ha llegado a su cima rezaré con mi máscara antigás a un lado de la cama, en la silla.
En las calles no existe una sola alma el silencio reina en Tel Aviv de un momento irrumpe la alarma llegó la hora de cubrir.
Es una escena escalofriante el estruendo de misiles y estalla un fragmento rozante en un cercano barrio de civiles.
Psicosis en los territorios ocupados ¿Cuánto más podrán resistir? las fuerzas judías están preparadas para contra Irán combatir.
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diarioelpepazo · 10 months ago
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Es el campeón que habla en pista. El '1' ganó la carrera larga tras aprender del Sprint, al ser agresivo al inicio y gestionar después JAIME MARTÍN Lusail "Yo trabajo en silencio". Con una sonrisa burlona y estas simples palabras resumía Pecco Bagnaia cómo había pasado del cuarto lugar del Sprint, sufriendo, a imponerse en la carrera larga de MotoGP en Qatar. No es impostura, es su forma de ser: todo corrección, todo mesura, todo tranquilidad... todo inteligencia. Así ha ganado sus dos títulos en la clase reina -y el de Moto2, que algunos olvidan- y así comenzó el ataque a su cuarto entorchado en un 'revival' de lo que hacía en 2023: dar la vuelta a ciertas pruebas cortas que se le atragantaron para vencer cuando más puntos se otorgan. Porque el '1' ganó la carrera en la primera vuelta, en concreto en las tres primeras curvas: Era quinto en parrilla, pero al partir, casi se toca con Aleix Espargaró. Tuvo que irse por fuera y le fue bien, pues ya se colocó tercero en el ángulo inicial. Al instante rebasó a Brad Binder y, al momento, a Jorge Martín. Casi de una tacada abortaba el plan de fuga de Martinator y encontraba aire fresco y libre de las turbulencias que hacen subir la presión de los neumáticos. Luego había que saber gestionar todo y lo hizo con la maestría habitual. Ni permitió que el sudafricano se le arrimara. El italiano admitió que aprendió la lección del sábado. "Era muy importante cambiar la estrategia en las primeras vueltas respecto al Sprint. Intenté ser un poco más agresivo porque sabía que mis prestaciones y mi potencial eran lo suficientemente buenos para permitirme gestionar una distancia si podía ponerme al mando", expuso. El de Chivasso dio la vuelta a la tortilla. "El Sprint fue una buena lección también para saber cómo obtener las prestaciones con la nueva moto. Estoy contento porque supimos entender cómo mejorar la situación y eso me da una gran motivación", proclamó. Porque él, como Jorge Martín o Bastianini, los de la GP24, se lamentaron mucho de las malas vibraciones que tenían en su rueda trasera. Eso siguió para los tres, pero en menor medida. Y el que supo controlarlo todo mejor fue Bagnaia, es decir, el de casi siempre. Lo malo para los rivales es que este resquicio de duda de la nueva arma 'ducatista' parece esfumarse, al menos para el transalpino. "Lo bueno es que si tenemos otra vez ese problema ya sabemos hacia qué dirección ir", advirtió. Martinator, a medias Eso podría ayudar a Martinator, tercero con su misma máquina. "No puedo pilotar como me gustaría, no puedo tocar el freno de atrás, no puedo utilizar mis habilidades para ir rápido, pero he podido ser competitivo en otros puntos, pero empezar así, como vengo de otros años, a mí me da confianza, me genera estar contento", decía con un sabor agridulce. El madrileño se lamentaba, entre otras cosas, de ser algo 'blando' en los compases iniciales. KTM, la cara y Aprilia, la cruz La 'sorpresa' en lo positivo fueron las KTM, especialmente con Brad Binder, segundo. "Sí, pero nosotros vamos ya al cien por cien, mientras que ellos, las Ducati con Bagnaia y Martín, todavía no", aseveraba. La 'decepción' llegó para las Aprilia, sobre todo, para Aleix Espargaró. Fue el que mejor acabó en el Sprint, finalizando en el 'podio', pero en la cita larga todo se torció desde la arrancada. "Algo no iba bien con el agarre trasero desde la primera vuelta. Ni pude pelear. Con todo, me voy de Qatar sabiendo que tengo una moto competitiva, aunque pienso que perdí una buena oportunidad. De todos modos, el Mundial es largo", explicó. El esperado drama llegó para las Honda y las Yamaha. Su travesía por el desierto parece que será muy larga. Como ya lo fue en 2023, porque el Mundial 2024 empezó como acabó el anterior, con Bagnaia hablando en la pista y siendo ya líder. Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo El Pepazo/Marca
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deadmusesociety · 1 year ago
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Ecos de la Xime || Ed. 002
Mentiría si dijera que la pandemia no cambió en lo absoluto mi relación con el contenido mediático que consumo. Quizás porque fue la primera vez que sentí lo abrumante que resulta tener tantas opciones, o la manera en qué mi vida laboral se entrelazó con mi vida personal por su falta de espacios definidos, pero llegó un punto en que realmente dejó de interesarme cuáles eran las novedades en cine y televisión porque simplemente carecía de la energía para estar al corriente.
En lugar de eso, como algunos saben, vi toda la filmografía de Studio Ghibli, en su momento disponible en Netflix, para después comencé a ver anime y leer mangas, un gusto que había perdido en la preparatoria y redescubrí durante ese tiempo que pasamos encerramos en nuestros hogares.
No obstante, deseaba regresar al cine. Esta es una de mis creencias más tradicionalistas, pero considero que el mejor lugar para ver una película es precisamente una sala adaptada para otorgar la mejor proyección posible. Además, ir al cine es una experiencia comunitaria que es indescriptible. Te fuerza, por al menos dos horas, a desconectarte por completo del mundo real para concentrarte en las imágenes y sonidos en la pantalla, por lo que posee sus propias reglas de etiqueta, y también, te permite ver reacciones en tiempo real. Puedes saber qué es lo que hace reír a la gente, que les hace llorar, que les emociona, en qué momento guardan absoluto silencio porque la tensión es espantosa... Y pese a lo mucho que a otros les moleste, escuchas sus comentarios. Sin importar lo que nuestra sociedad capitalista e individualista quiera pautar, el cine fue diseñado como un momento para compartir con desconocidos.
Y antes de 2020, orgullosamente tenía el nivel de súper fanático en la cadena azul de México. Intentaba ir al cine por lo menos una vez a la semana, y durante mis últimos dos años de universidad, parte de mi duelo por la pérdida de mi padre fue encontrar confort en las salas cinematográficas, dándome trato de reina mientras imaginaba qué pensaría él de esas películas a las que entraba. Incluso, muchas veces apliqué el "deme uno para la función más próxima" solamente porque mi complejo favorito se convirtió en un refugio.
Esa es la razón por la que no pude evitar reír cuando compré ayer un par de boletos para "Godzilla Minus One" en el cine local de mi preferencia, ya que, por primera vez en casi una década, había sido degradada al nivel de fan, es decir, al de una persona que solamente va al cine en contadas ocasiones. ¿Acaso ya no era una cinéfila?
Pero, ¿qué es un cinéfilo? De manera sencilla, se resume como una persona que ama al cine. Sin embargo, esta definición también lleva a otro cuestionamiento aún más importante: ¿qué es amar al cine? ¿La persona que ama al cine es quien solamente ha visto las películas clásicas y deprecia el cine contemporáneo porque "no es original"? ¿O es aquel que dedica horas de sus tardes a ver películas para dejar una reseña quirky en Letterboxd? ¿Podría ser que un cinéfilo es una persona que activamente forma parte de comunidades en redes sociales y comparte la opinión de los líderes del momento en el rubro? ¿Amas al cine si no conoces su historia y su transformación? ¿O no lo haces si desconoces cuáles son los estándares básicos para categorizar una cinta como buena o mala?
Para mí, amar al cine se reduce simplemente a conectar con las historias en pantalla. No puedes amar nada si no te genera emociones, tanto positivas como negativas. En ese sentido, todos los que disfrutamos de ver películas, y nos emocionamos con ellas, somos cinéfilos. Y como todo aspecto intangible y cualitativo, no hay manera de decir que alguien es más o menos cinéfilo que otro, pese a que los mamadores buscan desesperadamente demostrar que solamente ellos conocen y aman el cine de verdad con base en los criterios descritos en las preguntas anteriores.
Entonces, ¿por qué deje de ir a las salas?
Y esa es una pregunta cuya respuesta no depende totalmente de mí, sino también de la manera tan arcaica en que las distribuidoras y franquicias de complejos cinematográficas mexicanas continúan promocionando las películas, porque sinceramente dudo que alguna de ellas realice investigaciones de mercado sustanciosas para determinar cuáles son los hábitos de consumo de la generación actual y que se necesita para acercarlos al cine.
Su primer error, como el de todos, es asumir que el cine es un entretenimiento burgués, pese a que en esencia no es más que una proyección pública. En tan solo un par de años, el precio del boleto para una sala incrementó lo suficiente como para realmente definirlo como un entretenimiento diseñado para aquellos que pueden permitírselo. Lo que me parece sorprendente es que exista todo este discurso acerca de cómo la piratería está mermando las ganancias de las pobres productores millonarias cuando la misma industria convierte las películas en inaccesibles para las masas, a la par que justifican la falta de interés general para ciertos estrenos, pero me explayaré en eso más adelante.
Tristemente, el costo del boleto no se refleja en una experiencia para el usuario, quien sinceramente cuestiona si los costos operativos son tan complicados de cubrir cuando no ofrecen ningún incentivo para abandonar la comodidad de sus hogares y las opciones de streaming: instalaciones descuidadas y sucias, trabajadores poco placenteros (y esa es responsabilidad de la empresa si no ofrece salarios competitivos, prestaciones y condiciones para su desarrollo), comida fría y con precios exagerados, colas eternas porque nunca parecen tener el personal suficiente, e incluso en ciudades como la mía, dudas de la capacidad del cine para mantener cómodos a sus visitantes porque a veces los aires acondicionados están apagados.
¿Y así quieren llevar a la gente a las salas?
Pero esa es solo una parte del problema. La otra radica en la distribución y en el clásico alegato de "que las personas solamente quieren ir a ver cosas comerciales". Considero que hay una parte de razón por ella, pero, ¿qué esfuerzo se realiza para que las películas se acerquen a las audiencias, especialmente para aquellas que vivimos fueras de las metrópolis? ¿En realidad importamos? Tan solo quiero tomar el ejemplo de la elegida para representar a México en los Óscars, Totem. La película pasó completamente desapercibida porque nadie sabía que existía en primer lugar. Además, si realmente no existiera una audiencia para películas dramáticas y poco convencionales, ¿entonces por qué los puestos piratas están llenos de cintas de culto que son complicadas de encontrar en el país? ¿Y a precios estúpidamente accesibles, cómo debería ser el cine en primer lugar?
Es asquerosa la manera en cómo se siguen culpando a las audiencias cuando un grupo privilegiado son quiénes deciden a cuentagotas que arte será promovido, como si una campaña en redes sociales no fuera mucho más económica con una tradicional, pero simplemente no conocen el lenguaje adecuado para acercarse a una audiencia joven que podría llenar esas salas. Además, subestiman el poder de mi generación y las que siguen para esperar pacientemente por estrenos, especialmente cuando fuimos malacostumbrados por la pandemia a la disponibilidad inmediata.
Así mismo, tenemos las pocas opciones para disfrutar del idioma original. No sé cómo sea esto en otras ciudades, pero en mi ciudad relegar funciones subtituladas a horarios después de las 8 p.m. es complicado, especialmente si al día siguiente tienes que despertarte temprano. Es cierto que existe un talento enorme entre actores de doblaje en el país, pero deberían tener la misma cantidad de funciones y horarios aquellas cintas en idioma original. Vaya, cada película merece 2 salas. La realidad es que cada nuevo estreno de Marvel acapara al menos la mitad del complejo, cuando si realmente fuesen observadores de las tendencias, los dueños de estos negocios se darían cuenta de que el interés de la audiencia por películas de superhéroes ha disminuido… Esto sin contar que por la gran afluencia durante el primer fin de semana, raramente mantienen la publicidad boca a boca que otras cintas más pequeñas necesitan, pero que con trabajo son programadas por seis días.
Curiosamente, hay una película que desafía las nociones tradicionales del negocio del cine en México y esa es precisamente aquella para la que buscaba boletos: Godzilla Minus One. Si bien es cierto que parte de su atractivo es un personaje que celebra 70 años de haber sido creado, la cinta es un drama japonés que es completamente diferente a lo que se cree el mexicano promedio disfruta en el cine. Sin embargo, con un trabajo de publicidad en redes, la audiencia joven ha asistido y mantenido una afluencia sana en las salas. Entonces, ¿es tan difícil acercar el cine a la gente?
No lo sé, después de todo solo soy una fan.
-Xime @/lowbudgetamelie
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prttylight · 3 years ago
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Challenge de Escritura
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05. Se reencuentran (AU)
por si quieres leerlo en ao3
En el castillo, una preocupación general rodeaba a sus habitantes. La guerra contra el país del Sur ya había empezado hace más de dos meses, y la ausencia del Rey era un tema que Naeve intentaba manejar con una sonrisa en la cara. 
Era de un buen conocimiento que el Rey era el mejor guerrero, y que por ello, sus soldados también eran de los mejores. Sin embargo, no importa que tan buenos sean; la guerra es la guerra y siempre hay caídos. 
Naeve confiaba en las habilidades de Kylo, confiaba en que volvería, con algunas heridas pero volvería. Fue un día lluvioso cuando las noticias llegaron, de que habían ganado la guerra y de que preparen las unidades de sanación. 
Solo fueron tres días a esto, de que un bullicio llegó con el atardecer y los soldados aparecieron. Naeve organizó la entrada, y los heridos mientras llegaban fueron llevados a sanación, la pelea había sido ruda, las heridas eran profundas pero sólo hubo tres guerreros perdidos en batalla. 
Naeve no tuvo tiempo a preocuparse, no hasta que todos los heridos estuvieron acostados y medianamente estables. Eran tardes de la madrugada cuando Naeve finalmente pudo preguntar por su esposo. Aunque nadie supo darle una respuesta. 
Con un pánico en el pecho, buscó por los jardines, por las unidades de heridos, el establo y las habitaciones de los soldados, que los pocos que no habían sido heridos la recibieron con sorpresa, aunque tampoco pudieron darle una exactitud de donde se encontraba Kylo. 
Decidió calmarse, respirar e ir a cambiar su ropa manchada por la sangre. Casi nadie se encontraba en el castillo, sino estaban ayudando a los soldados, estaban preparando la comida para darles. Su cuerpo se sentía pesado, tenía ganas de llorar pero era la Reina, no podía permitirse deprimirse cuando su pueblo estaba luchando por mantenerse. Entró a la habitación deseando verse a sí misma dormida y darse cuenta que todo esto era un sueño, sabía que no lo era. 
Y esto fue claro cuando dentro, sentado en la cama y gimiendo de dolor se encontraba Kylo, quién intentó pararse y ocultar su cuerpo tapado por la sangre. Heridas profundas en toda su espalda. 
—Amor—Naeve corrió hacia su lugar, y sin siquiera prestar atención a otra cosa que no fuera Kylo. Intentó tocar su hombro sin embargo antes de que siquiera pudiera ver bien la herida, Kylo se paró tapándose con su camisa negra—¡¿Qué haces?! Estás lastimado, hay que limpiarlo…
—No hay problema, no duele—mintió alejándose del tacto de su esposa y en cambio ponerse a su frente besando su sien—No te acuestes aún, cambiaré las sábanas. 
—Kylo—la joven se sorprendió de lo seca y dura que salió su voz, pero su esposo no se detuvo de buscar las frazadas. 
—¿Si, mi amor?
—Acuéstate ahora mismo, o consideraré nuestro divorcio. 
El hombro se congeló, y se sentó en la cama sin rechistar. Naeve se acercó a él sacándole la camisa con descontento. Reviso la herida, llegaba desde el hombro hasta la parte baja de la espalda, la piel estaba abierta y la sangre no dejaba de chorrear. ¿Cómo siquiera podía fingir que no le dolía cuando de solo verlo a ella le daba escalofríos? 
—Iré a buscar vendas y alcohol, espera aquí. 
—Amor, no es necesario…—intento decir Kylo con una sonrisa. Pero a Naeve le dolía el corazón. 
—No digas una palabra más. 
Tan pronto como la joven se fue, el pelinegro suspiró queriendo dormir por tres días, abrazado a su esposa. Esta situación… Era molesta. Cuando volvió, Naeve sacó el algodón y limpió la herida sin decirle una palabra. Kylo aguantó quejidos de dolor y cuando su herida empezó a ser cubierta por las vendas, notó los ojos dolidos de Naeve. Era tan estupido. 
—Gracias. 
—¿Tienes hambre?—Naeve se paró tirando los algodones sucios. Negó y llamó a la chica por su nombre. 
—Lo siento. 
Silencio. Y de repente los sollozos se hicieron presentes. 
—Maldita sea, Kylo. Ni te imaginas lo preocupada que estaba—Naeve tapó su cara con sus manos—¿Porque no fuiste a una unidad de sanación? Nadie sabía dónde estabas, ni cómo. 
—Lo siento, en serio, simplemente quería estar aquí… contigo—sonrió—y descansar. 
Kylo agarró sus manos, y apoyo su cabeza ahí. Naeve se soltó haciendo que su esposo levantara la mirada, acarició su pelo y besó su nariz. 
—Te extrañé muchísimo, Kylo. 
—Yo también mi amor. 
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leukiel · 4 years ago
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‘ ’ ’ ’E L   A L M A’ ’ ’ ’ (RELATOS CORTOS)
#2 EL Espectro ☠️
Mi abuela seguía visitándome por las noches, yo amaba platicar con ella y esperaba ansiosa que el reloj marcara las 2:00 am en punto. Mi abuela me enseñó a no temerle a la oscuridad, tiempo atrás siempre le pedía a mi madre que dejara la luz de la lámpara encendida después de que me cobijaba entre las sábanas y me daba el beso de las buenas noches. Mi mamá se sorprendió incluso de que le pidiera que deseaba dormir en mi cuarto, sola, pues antes le imploraba dormir con ella en el suyo. Yo le hablaba de un hada que me visitaba, Aine —el nombre del alma de mi abuela —, entusiasmada le contaba las historias mágicas que ese perfecto ser me compartía. Mi madre creía que empezaba a tener amigos imaginarios y hasta llegó a preocuparse demasiado, creyendo que posiblemente podría tener un problema mental. “No te preocupes, mamá, Aine me cuida… es como una especie de ángel de la naturaleza…”, le decía en tanto sonreía con sublime inocencia y mis ojos se llenaban de un insólito resplandor. “Nuevamente ese color violeta en tus ojos… no puedo entender cómo es que de pronto se llenan de ese matiz…”, me decía maravillada mi madre al percatarse del halo que emanaba como vapor de mi mirada; luego, frunciendo el entrecejo un tanto preocupada, abandonaba la habitación, no sin antes darme un beso en la frente y la bendición.
Aine, es la reina de las hadas, la más grande… la suprema, la que les ordena a las libélulas iluminar y vigilar los bosques por la noche, hermana de los silfos, los seres más sabios de la naturaleza. Mi abuela ama danzar entre las orquídeas o la lavanda, de hecho, ese es el paraíso para ella… un mundo donde impera el viento y a ella le encanta controlarlo con la agitación de sus cristalinas alas. Los duendes del viento de repente le adornan sus rojizos cabellos con el verde de las hojas más bellas, había días en los que llegaba a obsequiarme una corona hecha de pétalos lilas, luego ya una vez colocándomela delicadamente en mi cabeza, lanzaba un suave viento por sus labios —coquetamente encogidos — y les daba vida convirtiéndoles en mariposas bailarinas… Con sus manos níveas, largas, y sus uñas de tintura cetrina, les lanzaba la brisa del sol… inundándolas de diamantinas naranjas que las hacía estornudar… y a mí, reír bastante. Me hacían cosquillas en la cabeza… los cabellos se me erizaban y traviesamente Aine ponía su largo dedo índice en mis labios… “Shuuuu… No te vayan a escuchar y no queremos asustar a nadie.”, y toda mi risa se me iba al estómago el cual se contraía con firmeza emitiendo fuertes espasmos. Eran noches sumamente hermosas… mi abuela había trascendido su forma física, ya no me contaba cuentos como antes lo hacía, pero ahora me hacía vivirlos a cada segundo, pues mi cuarto se tornaba en un bosque encantadoramente mágico y gentil donde yo también podía jugar a ser hada.
En la noche de mi cumpleaños número siete, sucedió una experiencia aterradora para mí, no obstante, fascinante; en ese momento debo aceptar que me acobardé bastante por el ánima que se me representó. Aine aún no me había hablado de mi capacidad para poder ver también a esas almas que difícilmente trascienden y tienen eterno descanso de este plano, pues han cometido una falta contra su propia esencia divina; un delito contra la sangre propia, o de otro… contra ese fluido que nos da la vida, que hay que cuidar jamás derramarlo o hacerlo derramar. Fluido que le pertenece al Creador de todas las cosas, al único dueño de cada ente, visible o invisible. Esas ánimas generalmente purgan una condena, una multa autoimpuesta y que, muchos desconocemos, es ejecutada por una ley universal: causa-efecto… o lo que es lo mismo, karma, en términos más espirituales.
Sentí una presencia justamente a mis espaldas. Sabía que no era Aine, era cualquier otro ser menos mi abuela. Era una energía sumamente densa, pesada, y el efluvio era el característico al aroma que deja el pabilo de una vela cuando se apaga. Sentí que mi cama se hundió. Mi corazón comenzó a agitarse demasiado, y cada vello de mi pequeño ser se erizó de pies a cabeza. “¿Quién eres?”, musité en tanto abrí mis ojos ligeramente como deseando no ver nada en esa oscuridad que invadía a mi cuarto, cuya ahora, era más marcada que antes. Sentí a mis ojos cegarse por la bruma espesa que me rodeaba. Negra… más negra que la misma negrura. Y ese aroma de una vela sin vida despacio se coló por mis fosas nasales, como un halo dirigido con alevosía hacia mí, con ese único fin de hacerme sentir conquistada por el miedo. Me encogí en la cama, cerré los ojos fuertemente y me puse a orarle a mi Dios. Pedí por la presencia y protección de mi abuela, pero al parecer, en ese momento no pudo escucharme… o tal vez sí me escuchó, pero era necesario conocer más a ese ente confuso que había llegado a visitarme y enfrentarlo yo sola.
Fueron instantes en los que me sentí abrigada y escudada bajo mis sábanas, pero esa sensación de paz duró segundos. La bruma empezó a meterse también en ellas, y no duró mucho en elevarla sobre de mí… Dejándome desprotegida ante tal espectro. Nuevamente los vellos, cada uno de ellos, se erizaron por completo. Llevé las manos a mi cuello, me dolía mucho… parecía como si me hubiesen puesto una soga y la apretaran fuerte, muy fuerte. Empecé a toser… Abrí en la totalidad mis ojos. Alcancé a ver la luz ámbar de la lámpara de la calle… las hojas del árbol que vigilaba mi ventana, todo era tan estático. El tiempo se había detenido… pero no en mi cuarto. En mi cuarto avanzaba y cada segundo pesaba con esa soga invisible aferrada a mí. Creí iba a morir… se sintió así. Pedí clemencia. Lloré en silencio… quise gritar y me aferré a la fortaleza de mi voz… pero no logré hacerla surgir. Me incorporé de la cama, con mis pequeñas manos afianzadas a mi cuello… quería tomar aire… quería abrir la ventana... volví a cerrar mis ojos pidiendo compasión.
Súbitamente un zumbido agudo en mis oídos me ensordeció. Sentí que la sangre inundó toda mi cabeza… pensé que iba a explotar. Calor… mucho calor, y dentro de mí, de mi cerebro, una voz doliente… un llanto lúgubre… un llanto de muerte: “Libérame… me duele… libérame… ayúdame… No puedo respirar, y es eterno el no respirar…”
No pude avanzar más. Sentí demasiada tristeza en mi corazón. Abrí los ojos y ya no era mi cuarto donde me encontraba… era una especie de celda intensamente oscura. Ahí estaba ella. Alta… demasiado alta, desnuda tras un vestido rubí transparente que asemejaba el color de la sangre. Podía alcanzar a verle el esqueleto del tórax, y dentro, se formaba una mariposa plateada que latía… latía apresurada… se expandía y luego volvía a su tamaño normal. Eran sus pulmones tratando de traerla nuevamente a la vida. Su cabello enmarañado, le cubría medio rostro. Su piel pálida… seca. Y sus ojos del mismo color de sus pulmones.
Temblé al verla. Y más aún al percatarme de todas las sombras que la acompañaban a sus espaldas. Decenas de ellas. Le tomaban la tela frágil de su rojo vestido, no la dejaban avanzar… la detenían. Gemían de dolor. Amurallaban el tragaluz de la celda… no la dejaban ascender.
“¡Ayúdame!”, ensordeció mis oídos. “¡No te quedes parada, sálvame…! ¡No respiro…!”
Extendió sus largas manos hacia mí. De sus níveos y resplandecientes ojos, brotaban lágrimas como de mercurio… lágrimas espesas… muy espesas, que mojaban su rostro y lo hacían desvanecerse de repente. Un aura de humo la rodeaba, esa aura era la que olía a pabilo quemado. Rogaba por su salvación. Rogaba por el amor de Dios. Y en tanto rogaba, ella se quemaba y se asfixiaba y yo percibía lo mismo que ella. Yo también me moría… yo también sentía dentro de mí gritar a mi ego: “no me quiero… no quiero vivir… no quiero estar aquí… no me amo… ¡odio a este puto mundo!”
“Aine… ayúdala… Aine… ayúdame… abuela…” Cerré mis ojos que diluviaban pidiendo perdón. Esa asfixia en efecto era perpetua. Y dentro de mí, se clavó el rostro de Astar —ese era el nombre de su alma. Jamás soplan el nombre que llevaron en su encarnación—, momentos antes de su muerte.
Ahí estaba ella… sintiéndose nada por dentro, muerta de miedo y de pena. Su corazón roto estaba y ella se llevaba las manos a su pecho en busca de consuelo. “¿Por qué me has abandonado, Dios? ¿Por qué no te siento dentro? ¿Por qué no bajas a salvarme? ¿Dónde están tus ángeles? ¿Dónde están los cuidadores a los que me encomendaste? Nada… nada hay aquí, más que este dolor que ya no soporto, que ya no quiero sentir. Y ella… ella que me habla desde que he sido una adolescente, ella que me repite una y otra vez en la cabeza que no soy nada, que me mate… que no tengo más nada que hacer en este mundo… Pero no quiero morir, no quiero morir Dios mío… no quiero… ayúdame…” Sus trémulas manos alcanzaron la extensión donde yacía conectado su televisor, lo tomó y se encaminó hacia la baranda de su escalera. Suplicando que la perdonaran sus hijos, sus padres, su esposo… suplicando que la perdonara la vida, ató el nudo a la cuerda y se lo colocó en su cuello para después atar el otro extremo al pasamanos. “Que sea rápido… por favor… será rápido, ya no habrá más dolor… ya no… ya no… ya no me castigarás más [refiriéndose a la voz de su cabeza].” Tomó un profundo suspiro y se dejó caer. En ese momento el reflejo innato de su cuerpo buscaba la manera de liberarse de una muerte inminente. Cada segundo con el cuello aprisionado parecía una eternidad. La sangre se acumuló en su rostro… sus mejillas se hincharon como poco a poco sus ojos, su lengua se escapaba de su boca tratando de tomar aire. Un minuto… y el corazón seguía latiendo amargamente buscando la vida, buscando un halo de luz para la niña dolida que yacía dentro de esa mujer sin fe. Dos minutos y ella seguía luchando por vivir. En ese momento pidió otra oportunidad, en ese momento pedía que alguien corriera a ella y la liberara… en ese instante pedía que el amor se vaciara encima de ella para no sentirse tan desdichada. En ese segundo inmenso del tiempo, deseó no haberse abandonado jamás y no haber escuchado esa voz que tanto la atormentó… Tres minutos… su cuerpo dejó de luchar… y su anima poco a poco emanó de sus fosas nasales en forma de neblina bruna… y con ésta, todos los miedos que jamás la dejaron ser feliz, o mejor dicho, todos esos miedos que ella misma permitió que la hicieran infeliz.
Ahora eterno sería su suicidio. Eterna sería su desgracia como su autoabandono. Eterna serían las densas tinieblas. Estaba destinada a convertirse en un eclipse. En una luna triste y en la lava entrecana de ésta, que ahora fulguraba como una lágrima inagotable… una lágrima que buscaba el calor de las yemas de las manos de Dios, para ser enjugada y dejar de doler.
“¿Y quién es Dios, sino uno? ¿Quién es Dios sino la luz que sostiene el latido de nuestro corazón? ¿Quién es Dios sino esa presencia cálida que reside en el centro de nuestro órgano palpitante? ¿Quién es Dios sino la vida en acción que quiso residir en nosotros, que confió en nosotros, que se resguardó en nosotros para tornarse en una llama infinita y flameante al termino del camino de esta encarnación? ¿Quién es Dios… quién es Él?... Dime, Mildred… ¿Sabes quién es Dios?” [Habló Aine]
Una fuerte descarga de viento cubrió mi pequeño ser preso en esta visión tan real… Aine había llegado, Aine estaba aquí… El aroma a lavanda invadió todo el lugar, y la diamantina oro-rubí comenzó a caer como cae la nieve en el blanco invierno. Un baile milagroso de hojas y pétalos esmeralda descendía de todos los cielos. Sentí a Dios cubrirme en ellos. Sus bellas alas de cristal flexible se agitaban intensamente, mis cabellos parecían suspenderse en la no gravedad. Mi cuello, que yacía sostenido por las manos de Astar, comenzó a ser liberado, como un llanto de gratitud… un llanto que salía del diluvio de los ojos grises de ese ente triste.
“No se va el dolor hasta que te percatas de que no es real y dejas ir la idea de que existe. El viento da vida a los pulmones y te libera de toda tortura. Déjate redimir por los cuatro vientos. Respira… Respira…”
—Relato por: Leukiel® en coautoría con Paloma Zerimar®
Astar es un alma triste… labrada de un pensamiento siempre afligido, siempre sediento de victimización, siempre persecutor de dolor. Un pensamiento que sembró abandono propio, desencanto y vacío. Un pensamiento ajeno a toda fe, una intención que bien pudo haberse transmutado a luz, si se hubiere escuchado a la auténtica voz que mora en todos. Pero hay egos que requieren el doble de amor que otros… y tristemente son los egos que se dotan a los seres más sensibles, pues el Increado prueba a través de estos, la fortaleza de los vehículos físicos y la Suya propia.
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blogofwonder · 3 years ago
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. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ❪ ⠀ ⿻⠀ ❫ 𝗧𝗛𝗘 𝗥𝗘𝗔𝗟 𝗪𝗔𝗥𝗥𝗜𝗢𝗥 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⭒ ╱ 𝗐𝗈𝗇𝖽𝖾𝗋 𝗐𝗈𝗆𝖺𝗇 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀relatos ┊canon ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ new 52 ⇆ 00 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀———————————————                 ╰─ 𝗀𝗈𝖽𝖽𝖾𝗌𝗌𝗈𝖿𝗍𝗁𝖾𝗆𝗒𝗌𝖼𝗂𝗋𝖺.𝗍𝗑𝗍 ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀﹀ El bosque a esas horas era dominado por la oscuridad, parecía ser la única zona en la bella isla de Themyscira que no poseía luz de luna, aunque nada de eso importaba mucho, la angustia de Diana era mayor, siempre era atacada por las otras amazonas de su misma edad, la palabra "niña de arcilla" venía en cada frase, era el peor insulto que alguien podría decirle. ──¿Por qué los dioses no pudieron darme una madre y un padre? ¿Por qué tengo que ser tan diferente?── Las lagrimas rodaron por sus mejillas acompañadas de un silencioso suspiro que aliviaba un poco la opresión que le carcomía por dentro, las lentas aguas de la isla también ayudaban, su sonido al chocar con la costa le ayudaba a reflexionar. Todas tenían una madre, pero por supuesto, según lo que la reina le había contado a Diana, ella la había esculpido de arcilla y los dioses le habían dado vida para que ella fuera feliz, ¿Por qué no podía ser normal igual que el resto de sus hermanas? ¿Por qué era la única que tenía que ser de arcilla? Amaba a su madre, pero no era totalmente su madre, no según la historia que contaba, en ese preciso instante se sentía sola, y completamente desolada, no tenía nadie en sus tierras que pudiera entenderla. ──Quizás es un don ser diferente, princesa.── La grave voz que provenía desde la oscuridad del bosque le puso alerta, extendió rápidamente una de sus manos y atrapó una piedra insignificante, pero que lanzó con fuerza en dirección a donde la voz provenía. Una mano masculina evitó el ataque avanzando lo suficiente para que ella pudiera observar al ser que estaba frente a sus ojos, no le había visto antes, y no tenía el derecho de hablarle así, no cuándo ella sentía que más que ser un don era un problema en su vida. ──¡Quién eres tú para decir tal cosa!── El enojo se percibía en la joven amazona, pero el silencio gobernó su cuerpo cuando el gran ser frente a ella se presentaba como Guerra, había escuchado de él en las historias mitológicas que solían comentar como parte de sus clases, pero era completamente distinto a lo que alguna vez imaginó, no era nada de lo que había pensado, y de alguna forma sentía un gran apoyo por parte de él, era la persona que estaba en ese momento para ella, era el único que llegaba a entender su forma de sentirse, después de todo según las historias, él había sido incomprendido durante siglos. ──Estoy aquí con una oferta princesa... Fuiste entrenada por las amazonas, son valientes guerreras, pero hay más por enseñar, modos del guerrero que sólo un dios puede enseñar...── ──¡Quiero aprender!── Diana ni siquiera esperó a que la deidad terminara de hablar, interrumpió al igual que la emoción en su cuerpo, la sensación anímica en ella cambiaba, era la forma de demostrar a todos que ella sería la mejor guerrera de las amazonas, siempre había querido serlo, y si un dios como guerra la entrenaba, sería más fuerte que todas juntas. Sería la gran defensora. ──Excelente. Aquí en el bosque, más allá de las paredes lejanas cada luna llena, forjaré la más grande guerrera que el mundo haya visto.── Sentenció Guerra. La decisión en su voz era clara, concisa, no cabían dudas que daría lo mejor de sí para enseñar a Diana todo lo que él sabía, y por supuesto la más joven de las amazonas estaba dispuesta a aprender todo lo que él pudiera enseñar. Así cada mes, se reunían bajo la luna ella, el olímpico le enseñó a dominar su cuerpo, su espíritu, a ser una con cada forma de pelear. Guerra cada mes estaba más orgulloso de las habilidad de Diana, rivalizando tanto con las del valiente Ulises y el musculoso Aquiles combinados. ella le otorgó al inmortal algo a fin al goce, y por un breve instante él se permitió soñar con descansar y un día heredar el manto de dios de la Guerra a alguien totalmente capaz como lo era él. Diana se probó a sí misma ser más fuerte y veloz que las otras chicas de su edad, como se había prometido era la mejor guerrera de las amazonas, aquella que superaba inclusive a las maestras, así pasó un largo año en el cuál la joven de Themyscira y el olímpico entrenaban. Sin embargo Diana estaba cansada de usar espadas de madera, quería usar una real, Guerra soltó una carcajada al escuchar la molestia por parte de la mujer, y por supuesto impuso sus propias reglas de combate. ──Tendrás una espada... Esta luna llena pelearemos a muerte, no levantarás una espada en contra de un hombre a menos que quieras acabarlo, esa es la manera del guerrero.── Y así fue, Guerra otorgó la espada a la amazona y la lucha entre ambos comenzó, los destellos en los cielos parecían grandes relámpagos, que surcaban el firmamento únicamente iluminado con una blanca e inmensa luna. Diana iba ganando, se estaba desempeñando de la mejor forma posible, pero la deidad tenía sus propios trucos, y una de sus manos tomó la muñeca de Diana moviendo esta de tal forma que su propia mano con la espada era dominada por Guerra, no tardó en estar el filo del arma contra la piel de su cuello. ──Un guerrero inteligente sabe como usar el arma de sus oponentes en contra de ellos.── Había entendido lo que había dicho en cuanto la pelea había iniciado, él había establecido sus reglas y Diana estaba dispuesta a acatarlas, eso se vio reflejado en su frase, ──Estoy lista para morir en tus manos.── los ojos de Guerra reflejaron amargura, la espada no tardó en caer al suelo sonando estrepitosamente, de seguro hasta su madre oiría. ──Princesa, un guerrero sabe que la muerte es el precio de la guerra, pero un guerrero nunca acepta la muerte... Un guerrero pelea a muerte, pero no esta noche pequeña.──                  ── Tras aquella noche que marcó parte del aprendizaje y crecimiento como guerrera de la princesa, llegó un nuevo mes, con ello una nueva misión impuesta por Guerra ya que pronto sería el cumpleaños de Diana, y como era tradición debía llevar un tributo a su madre para que ella aceptaba un nuevo año de vida, tenía que detener al Minotauro. ──Estarás orgulloso de mi, Guerra.── ──No lo dudo pequeña.── Esas fueran las últimas palabras que ambos intercambiaron antes que Diana se sumergiera en lo que era la guarida del Minotauro. Estuvo buscándolo durante eternos minutos, camino con cuidado cada pasillo posible, se encontraba con huesos, cadáveres, de seguro las muertes habían sido terribles. Los ojos de Diana se acostumbraban a ese oscuro lugar, su cuerpo respondía instintivamente, sabía que era un gran peligro, aquellos que entraban no salían. Iba concentrada en su tarea, decidida, pero todos sus pensamientos se esfumaron cuando escuchó una pezuña golpear el duro cemento del suelo. Cuando Diana se volteó la sangra en sus venas se congeló más que el mar de la isla, la única misión de la criatura era matar, pero Diana no estaba dispuesta a morir, había prometido ganar. Su lazo se enreda en una de las patas del Minotauro y tira de este con fuerza haciendo que cayera, pero no logró mucho más que sólo enfurecerlo. Fue en ese momento que las palabras de Guerra llegaban a su mente, usar las armas en contra de él, es por eso que cuando la criatura ataca con su cabeza a Diana, esta salta, provocando que la bestia choque con la pared de piedra en la que anteriormente ella parecía resguardarse. En cuanto vio que estaba lo suficientemente aturdido, la amazona tomó una gran roca poniendo esta sobre sus patas, había terminado el trabajo, lo había detenido. ──Estoy muy orgulloso de ti, pequeña.── La voz de Guerra se escuchaba cada vez más cerca por uno de los pasillos, pronto pudo verlo ahí frente a ella extendiendo la espada en su dirección. ──Es hora de que tomes tu trofeo, mátalo, corta la cabeza de tu enemigo y gana.── Diana estaba segura que era lo que había que hacer, había entrenado para ello. Empuñó la espada y la sostuvo sobre el cuello de su contrincante, fue ahí cuando el Minotauro abre sus ojos, ya no se veía furia en ellos, se veía desesperanza, miedo, angustia. Ella conocía perfectamente esa sensación, sabía de quién era el reflejo que ahí veía. ──No puedo.── Susurró bajando el arma y cerrando sus ojos para observar toda la ira que la deidad expresaba a su lado. Estaba decepcionado y lo lamentaba con creces, Guerra había creído en ella, pero estaba fallando como haría cualquier amazona. ──¿Deseas ser una guerrera? ¡Un verdadero guerrero no muestra piedad!── Pero Diana no estaba dispuesta a matarlo, él había demostrado piedad antes en la cima de la montaña cuando había accedido a no matarla, ella ahora no mataría al Minotauro. Un golpe lleno de furia fue el que le otorgó Guerra a la amazona, y con ello un grito que era ensordecedor, estremeció toda la guarida de la criatura mitológica. ──¡Eres mi más grande fracaso, Diana de Themyscira! ¡El camino que escogiste deberás recorrerlo sola!──
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teresabilba · 4 years ago
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Imagina Loki
"Mira este pequeño milagro", susurraste alegremente, con pura admiración brotando de tus ojos. La pequeña maravilla en tus brazos dormía plácidamente, sus diminutos dedos envolviendo a tu pequeño como si dijera "¡No te atrevas a irte mientras duermo!"
Hacía unas semanas, una de las criadas de mayor confianza de Frigga había dado a luz a una bonita princesita, como la llamabas. Loki te lo había contado, y le habías rogado que te llevara a Asgard.
Así que ahora estabas sentada junto a Frigga, Ingrid y el pequeño tesoro -Eira- en las cámaras reales. Tu amado y Thor estaban fuera, en el balcón, apoyados en su pétrea barandilla. Los ojos gemelos de Loki no se apartaban de ti, apenas escuchaba lo que su hermano decía en todo momento.
Desde que Loki podía recordar, nunca tuvo el deseo de convertirse en padre, por lo tanto, ¡nunca pensó en ello ni por un segundo! Su relación contigo era plena, completa, o eso había pensado siempre. Pero verte así ahora, con este pequeño y vulnerable bulto de alegría en tus brazos, despertó un sueño profundamente oculto en su interior. Una gran abertura comenzó a aparecer en su corazón. El príncipe de Asgard lo tenía todo contigo, pero de repente algo faltaba en su vida. Algo... importante.... Algo muy importante...
Fue Thor quien expresó el pensamiento exacto de Loki. "Se ve bien con un bebé en brazos". El Dios del Trueno miró a su hermano, pero éste sólo tenía ojos para ti. Las palabras de Thor resonaron en los oídos de Loki, pero no se atrevió a responder para no destruir este hermoso momento. Sólo quería observarte. Durante toda la eternidad podría verte siendo tan cariñoso con un niño. No... A su hijo y al tuyo. "Nuestro hijo...", murmuró el príncipe Aesir. "Será una gran madre algún día, hermano", dijo Thor. El pecho de Loki se apretó.
Algún día...
"No lo estropees". El rubio se rió en voz alta y le dio a Loki una palmadita fraternal en el hombro. Lo que pretendía ser un comentario jocoso caló hondo.
No lo estropees...
Con los ojos brillantes se acercó a Loki junto con Eira, que ya estaba despierta.
"Dale los buenos días al viejo y gruñón tío Loki, princesita", soltaste una risita feliz, recuperando la pura risa brillante de una niña inocente. "¿A quién llamas gruñón?" Loki se obligó a esbozar una media sonrisa. "A ti, mi querido Príncipe. Desde que estamos aquí pareces muy severo. ¿Estás bien?" Volvió a centrarse en el bebé que tenía en brazos. "El tío Loki siempre parece tan gruñón desde que estamos aquí, ¿no es así, princesita? Sí, es un pequeño gruñón".
Besaste la frente de Eira y Loki quedó encantado con la escena que se desarrollaba frente a él. Estabas tan llena de vida, la niña en tus brazos sentía tu calor, al igual que ella. Eira confiaba en ti incondicionalmente, su risa dulce y sonora y la forma en que te sonreía se lo decían a Loki. Sintió que su corazón latía con más fuerza mientras se entregaba a la fantasía de que Eira fuera el símbolo de tu amor y el suyo. Sí, sería una gran madre sin duda.
"¿Loki? ¿Me has escuchado?"
Parpadeó un par de veces y se disculpó. "Perdóname, amor. ¿Qué has dicho?"
"Está preocupada, porque pareces muy triste", respondió Thor por ti.
¿Lo estaba? Se preguntaba si parecía triste.
Se puso de puntillas y le besó suavemente en los labios. "¿Qué pasa, cariño?"
Antes de que pudiera responder escuchó la cálida voz de su madre acercándose a ustedes. "No quiero molestar a esta feliz familia", rió, y el pecho de Loki se tensó más ante sus palabras, "pero creo que a Ingrid también le gustaría pasar un rato con su hija".
"¡Oh, por supuesto! Perdóneme, mi Reina", se sonrojó avergonzada. "Me dejé llevar", intentaste justificarte. "¡Es que es demasiado bonita!" Sin embargo, Frigga intensificó su sonrisa. Puso su mano en tu mejilla, casi de forma reconfortante, y dijo: "Serás una madre maravillosa algún día".
De nuevo esta única palabra, pensó Loki. Algún día...
Algún día...
¿Y por qué nadie le decía que sería un gran padre? ¿Nadie creía en él? ¿No era lo suficientemente bueno? ¿O nadie esperaba de él que se convirtiera en uno? ¿Lo hizo? ¿Podía? ¿Podría imaginarse que fuera el padre de sus hijos?
Tal vez... algún día...
La noche llegó rápidamente a Asgard. Saliste del baño, con un largo y bonito camisón verde claro. Bailaste por la habitación, maravillada con el hermoso camisón. "¡Es taaaan bonito!", titulaste llena de alegría. "¿Qué te parece, Loki?" No hubo respuesta. "¿Loki?" Seguía sin dar respuesta. El dios nórdico estaba de pie en la ventana, sin más ropa que sus pantalones de letón. Miraba fijamente al exterior, sujetando su muñeca a la espalda, sumido en sus pensamientos.
Su sonrisa desapareció. Te acercaste a él y lo abrazaste por detrás. Besaste su espalda desnuda, con la preocupación en tu lengua mientras hablabas. "Por favor, dime qué te preocupa, cariño. Has estado muy callado todo el día". Depositaste varios besos ligeros en su piel, disfrutando de la forma en que se estremecía ligeramente con cada uno dado.
"Quiero que seas la madre de mis hijos, Teresa".
Dejaste de dar tus cariñosos picotazos. ¿Has oído bien? Te quedaste sin palabras y por eso no contestaste. Las manos de Loki se cerraron en puños. Le costó mantener la calma, pero conservó la compostura. "Por favor, olvida lo que acabo de decir", murmuró, liberándose de su abrazo.
El príncipe de Asgard se dirigió a la cama y se quitó los pantalones por el camino. Lo seguiste con pasos rápidos, te colaste bajo las mantas junto a él. Sus ojos ya estaban cerrados, pero sabías que aún no dormía. Su confesión todavía tenía que calar, no sabías qué decir. Muchas veces habías imaginado ya cómo sería ser madre, dar a luz a los hijos de quien amabas tan profundamente. Y ahora que él confesaba que quería tener hijos contigo... No te lo esperabas.
Durante algún tiempo observas las suaves facciones de Loki, sus palabras dando vueltas en tu cabeza. Tú... La madre de los hijos de Loki....
Después de un rato te sentaste. Loki abrió los ojos, te observó a horcajadas sobre él. Permaneció en silencio, sólo te miraba fijamente. Maldita sea, ¿por qué era tan difícil leer sus sentimientos? ¿Qué pasaba por su cabeza? ¿Estaba triste? ¿Enfadado? ¿Decepcionado? ¿Todo junto?
Las yemas de tus dedos recorrían su pecho, soñadoramente jugabas con el pelo de su pecho, su mano descansaba en tus muslos. Pensaste en lo que había dicho. ¿Cuántas veces habías soñado con esto? Tantas veces te lo imaginaste sosteniendo a tu hijo. Tantas veces... Pero nunca tuviste el valor de sacar el tema.
"¿Lo dices en serio?", querías saber. "Quiero decir... ¿Estás realmente seguro, Loki? Sería un gran paso. Y yo..."
"Lo digo muy en serio". No había ningún indicio de duda en los ojos de Loki. Puede que le llamaran herrero de la mentira y Dios de la travesura, y era todo eso, sin duda, pero esta vez no dijo más que la simple verdad, desnudó sus verdaderos sentimientos. "Tú o nadie", explicó, simple y llanamente. Sus hermosos ojos azules se clavaron en los suyos, llenos de expectación, llenos de esperanza.
"Te quiero, Loki, pero..."
"Pero no quieres que sea el padre de tus hijos", terminó el Aesir por ti. "¿Supongo que no soy lo suficientemente bueno? ¿Es esto lo que quieres decir?"
"¡Eso no es cierto!" quise decir, "pero ¿estás realmente segura de que quieres tener un bebé conmigo?", pensaste.
"Entonces, ¿por qué vacilas?", le miró con desprecio.
Se notaba que estaba herido. "Es que... me has sorprendido... es todo", intentaste calmar la repentina tensión.
"Por favor, Teresa. Sé sincera conmigo".
La forma en que te miraba te rompió el corazón. Cogiste su mano, cerraste los ojos y te la llevaste a los labios. "Soy sincera contigo, Loki". Volviste a abrir los ojos y te aseguraste de no perder el contacto con los suyos mientras hablabas: "Quiero tener tus hijos, Loki. Sé que serás un buen padre. No creas que lo dudo". Sonrió. "Te quiero más que a nada ni a nadie, Loki". Su sonrisa cayó.
"¿Pero? Es por mi... herencia..."
Sonriendo, negó con la cabeza. "Sabes lo mucho que te quiero y adoro en tu...". Te detuviste, sabiendo que probablemente le molestaría si te escuchaba decir "forma real". "Me encanta todo de ti. Sólo que... nunca pensé que quisieras tener un bebé con... yo...." Apartaste la mirada de él. "Con un normal..." Tragaste saliva. "Con un mortal normal, sin importancia..."
Loki tardó sólo unos segundos en tenerte debajo de él.
"¿Normal y sin importancia te llamas? ¿De verdad crees que me interesaría alguien que considero normal y sin importancia? Mujer tonta".
Te besó, largo y tendido. Luego plantó besos cariñosos en tu mejilla, en tu cuello. Sus labios volvieron a encontrar el camino hacia los tuyos. "Entonces, dime, mi pajarito bonito... ¿Cuándo empezaremos nuestra pequeña planificación familiar?" Dejaste que tus dedos recorrieran su espeso y suave cabello. Vuestras narices se tocaron. "Cuando quieras, mi príncipe. Cuando quieras".
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betterthanrevengebtr · 4 years ago
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6x04: “RENACIMIENTO”. {LOS ANGELES –  NOVIEMBRE, 2020} Era una cálida mañana en la ciudad de Idris, Alacante. Juliette había decidido salir aquel sábado y llegar al Centro de Los Angeles en búsqueda de un poco de entretención puesto que sin las clases y el descanso de su ayudantía en los temas de seguridad, se sentía completamente aburrida. Había pasado un par de horas en que se paseó de aquí para allá por los pasillos. Ayudó a recibir a los seres y/o cazadores que buscaban ayuda de paso e incluso se entretuvo leyendo un par de páginas de un libro que encontró en la amplia biblioteca de aquel mismo lugar. Las runas nunca habían sido su fuerte y, aunque aún faltaban un par de años para la Ascensión, se sentía más débil en ese ámbito en comparación a sus amigos. Incluso aunque aún no tenía del todo decidido en pasar finalmente por aquel proceso. Después de todo, siempre se consideró más una "cazadora" que una "shadowhunter". Miró por la ventana cuando el aburrimiento la golpeó y se enfocó más allá del roquerío del lugar en donde se encontraba ubicado el Centro. En el exterior solo podía ver el amplio mar imponente y la arena que cubría todo su alrededor. Nunca había pensado que aquel Centro parecía un lugar turístico más que un lugar de refugio e imaginó los afortunados que habían sido los Blackthorn por crecer allí. Bueno, medio afortunados. A lo lejos se veía un grupo de árboles verdes que destacaban entre tanto paisaje desértico y su lado aventurero fue mucho más fuerte. Debía de ir allí y descubrir sus secretos, por lo que luego de un par de minutos, emprendió rumbo fijo. La brisa salada y el ruido de las olas la relajaron casi automáticamente. Amaba las vistas que tenía aquella playa tan solitaria y que de vez en cuando se llenaba de gente que aprovechaba el privilegio para pasar un par de horas allí. Sus pies se hundieron en la arena y, hubiese quitado sus zapatos para disfrutar de la humedad y suavidad pero su capricho por ir hasta esos árboles era mucho más grande y su intéres por el mar y la arena estaban en segundo plano. Lo que se encontró una vez que llegó la desilusionó un poco. No era más que simples árboles y un poco de verde, pero nada que fuese demasiado llamativo. Se perdió en su interior y, aunque intentó seguir el rastro de regreso, le era cada vez más difícil. No lograba encontrar el sentido y de un momento a otro, anocheció, lo que no ayudaba en la situación en la que se encontraba.  De pronto el sonido del quiebre de unas ramas llamó su atención y se puso en estado de alerta de inmediato. Estaba cerca del Centro pero aún así podía aparecer cualquier cosa. No era como Idris en donde aquella posibilidad era remota y aunque en el pasado había tenido que lidiar con luchar contra alguna especie que la atacara, se sintió nerviosa. De entre los árboles los sonidos se fueron materializando. Una, dos sombras, hasta que perdió el conteo cuando pasaron los 5. Quiso girar sobre sus talones velozmente, pero el golpe de algo duro y frío en su nuca la hicieron tropezar a medio camino y la oscuridad llegó antes de que se diera cuenta.
[...]
No supo cuánto tiempo había pasado desde que todo se fue a negro hasta que fue trasladada a la Corte de Oscuridad. Supuso que era así tan sólo con observar su interior y el tipo de seres que la rodeaban. Con sus largas orejas y facciones perfectas. Pasaron horas en dónde había sido golpeada hasta el cansancio cuando las respuestas a sus dudas no eran contestadas, pero la reina de la Corte de la Oscuridad podía torturarla todo lo que quisiera, pero nunca destruiría lo que era ni mucho menos la haría una soplona.
El mundo se oscurecía en los límites de su visión, calmando el dolor. Pero bendijo en esos momentos a todos aquellos que eran lo suficientemente valientes como para atreverse. 
Por mucho tiempo había huido y aquello era una prueba de valentía tan desgarradora como cualquiera de sus pruebas de vida. 
—Dame información sobre la investigación que están haciendo para las hadas.— silbó la reina con aburrimiento. Juliette podría haber mentido en forma de salirse de aquella situación y con ello tenía acceso a la libertad instantánea y lo sabía.
La cálida sangre llenó su boca mientras goteaba por sus labios. Respiró desmoronándose en una oscurdad sin fin. No iba a traicionar a la Comunidad que ya sentía que era como su familia, que la había recibido con los brazos abiertos y la consideraba parte de Idris. Abrió la boca justo antes de que algo se quebrara para siempre en su columna vertebral.
[...]
Estaba lejos pero aún podía ver a través de un par de ojos que no eran suyos; ojos unidos a una persona que lentamente se levantó de su posición sobre un agrietado y sangriento suelo.El rostro de la Reina se aflojó. Podía observar su cuerpo, postrado en el suelo, su cabeza hacia un lado en un horrible ángulo equivocado y y varios cabellos en una multitud que observaban aquella escena.Lo que no se esperó fue que de pronto, la reina fuese empujada, arrojada contra la pared más lejana. Uno de sus súbditos dejó salir un rugido que sacudió la aparente montaña en la que nos encontraba. Aquel hada se transformó en su forma de bestia más rápido de lo que alcanzaba a ver— piel y garras y libra sobre libra de letal músculo.
No mucho después de que golpeara la pared, la agarró por el cuello y las piedras se rompieron cuando la empujó contra una pata llena de garras. Ella se retorció pero no pudo hacer nada contra ese ataque brutal. En ese momento los guardias se apresuraron hacia la reina, pero varias hadas y Altos Faes, sus máscaras traqueteando contra el suelo, saltaron en su camino, cortándoles el paso. La reina chilló, pateando contra la bestia, arremetiendo contra él con su magia oscura, pero una pared de oro lo arropó como una segunda piel. Ella no podía tocarlo.
Una espada se precipitó a través del aire, una estrella fugaz de acero. La bestia lo atrapó con sus farras y el grito de la Reina se cortó cuando condujo la espalda a través de su cabeza y a través de la piedra de detrás. Luego cerró sus poderosas fauces alrededor de su garganta —y la desgarró.
El silencio cayó.
No fue hasta que estuvo mirando de nuevo hacia su cuerpo roto que se dio cuenta a través de la realidad. La bestia recogió sus extremidades, acunando a la rubia hacia su pecho. — No fue justo que muriera así,—logré escuchar.
—No—murmuró alguien, su espada colgando de su mano. De hecho, habían muchos Altos Faes y hadas que miraban con ojos empapados mientras la bestia me sostenía.
Alguien apareció por el lado — un alto y hermoso hombre con cabello castaño. El gran señor abrió sus dedos y se inclinó sobre su mano. Una chispa brillante cayó sobre ella. Se encendió y se desvaneció cuando tocó su pecho. Dos figuras más se acercaron — ambos guapos y jóvenes. A través de los ojos de mi anfitrión reconoció instántaneamente gracias a las clases de hadas y su jerarquía: el de piel morena en la izquierda usaba una túnica azul y verde y encima de su blanca y rubia cabeza, una guirnalda de rosas — El Gran Señor de la Corte de Verano. Su compañero de piel pálida, vestido en colores blanco y gris, poseía una corona de hielo brillante. El gran Señor de la Corte de Invierno.
Barbillas alzadas y hombros hacia atrás, ellos también dejaron caer esos núcleos brillates sobre ella y la bestia inclinó su cabeza en señal de gratitud. Otro gran señor se acercó, también otorgándole una gota de luz. Era el más brillante de todos ellos, y por su vestido de oro y rubí supo que él era el Gran Señor de la Corte del Amanecer. Entonces el Gran Señr de la Corte del Dia, vestido en blanco y dorado, su piel oscura brillando con una luz interna, presentó su similar regalo, y sonrió tristemente antes de retroceder. Por último el Gran Señor de la Corte de Oscuridad dio un paso adelante y finalmente dijo: —Por lo que ella dio— dijo, extendiendo una mano. —Le otorgamos lo que nuestros predecesores han concedido a solo algunos antes— hizo una pausa. —Esto nos hace iguales,— agregó cuando abrió la mano y la semilla de luz cayó sobre ella.
La bestia gentilmente cepilló su cabello enmarañado y su mano brilló como el sol saliente, y en el centro de su palma, ese extraño brote brillante se formó y descansó su mano sobre su corazón. — Rhysand, — fue lo único que mi mente pensó justo antes de renacer.
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bluegalaxyprime · 5 years ago
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Dos Lineas
Pareja: Steve Rogers x Reader
Partes: 2/?
Advertencias: Viajes en el tiempo, angustias, amor, dolor, posible y leve mención a los Eternos y mención de diversos romances de otras realidades, desamor.
Resumen: En una realidad alterna se esta librando una guerra y en otra la paz reina por una vez, un grupo de héroes deciden enviar a los hijos pequeños de dos de sus amigos junto a una carta, un álbum y chip, ellos no pueden solos, piden ayuda de sus “Yo” alternos.
Nota: Mis Actualizaciones se irán atrasando conforme la demanda de tareas sean en el día, al igual que mis clases de U, por lo que mis tiempos libres se reducen pero me tomo el tiempo de avanzar lo más pronto posible.
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Grabaciones.
Tanto como Tony como Bruce trabajaban en el ADN de Steve, los niños y el mio, simplemente me parecía imposible el haber tenido hijos con Steve, nunca por mi mi mente había cruzado esa idea tan loca como esa, los demás disfrutaban a los niños más que yo y se supone que son “mis” hijos.
Había pasado el tiempo simple de un día, me dispuse a evitarlos a todos hasta que los resultados estén listos, al estar en la sala, vi la mochila del niño, olvidada en un rincón del sofá, la que trajo ayer, tal vez solo sea ropa de el y su hermana, sabia que tendría que llevarla para guardarla en las habitaciones de cada uno, nadie más lo iba a hacer.
Tome la mochila pero al levantar la escuche unos pequeños sonidos metálicos, la curiosidad llego a mi, al abrir la mochila encontré una pequeña coja de metal entre la ropa, también algunos archivos como sobres, saque el contenedor, solo tenia un pequeño botón así que decidí presionarlo, sorprendente mente este se abrió de manera fácil, había un Chip .
“Viernes” Hable a la IA de Tony.
“¿Qué se le ofrece señorita ?”
“Quisiera que revisaras un chip por mi” En ese momento se abrió un compartimiento junto al televisor, deje el chip dentro de el para que luego desapareciera.
“El análisis del chip esta completado, contiene una serie de grabaciones ¿desea que los reproduzca?” Hablo Viernes.
“Por favor Viernes...”
El televisor se encendió dejando ver algo que no creía, era mi propio rostro.
“Hola a todos o casi todos, tal vez estén viendo esto después de la llegada de mis hijos a su linea alterna, estoy segura que ya me reconocieron pero me presentare de todos modos, mi nombre es (Tn) Josefine Rogers, esposa de Steve Rogers, el capitán américa, soy como ustedes, soy como la (tn) que esta junto a ustedes, somo iguales en algunas cosas, es difícil de explicar el porque decidimos contactarnos con ustedes, de todos los que pueden haber, como saben o sabemos, acaban de librar la guerra contra Thanos pero para nosotros nunca sucedió, Thanos nunca existió para nosotros pero eso no significa que no haya habido alguna amenaza porque si la hay, y esta por venir, esto es algo breve, tengo que salir a pelear contra eso, Χρόνος” la imagen  de mi otra “yo”, desapareció en ese momento, esa palabra sabia lo que significaba.
Nunca había pensado escuchar esa palabra, para mi era más que un mito más como para todo el mundo, Cronos, el dios del tiempo, el padre de muchos dioses griegos, era solo un maldito mito, ¿verdad?.
“Hey! Chispita!” Volteó hacia atrás y veo a Tony con los demás “¿todo bien?”
“Si”
“Perfecto, aquí están los análisis” miro a Steve quien tenía al niño en brazos mientras Natasha tenía a la pequeña, esta observaba el entorno y al fijar su mirada en mi, estiró sus brazos entonces volteó y miró a Tony de nuevo, causando un gran disgusto en la bebé por ser ignorada.
“¿Y?” Preguntó para terminar con el silencio y el sonrió divertido, lo que causó que mi corazón latiera con fuerza y un dolor de estómago apareciera.
“Felicidades señor y señora Rogers, son padres de dos lindos soldaditos” Anunció Tony.
Las palabras que no quería escuchar aparecieron, no quiero ser madre o el fingir ser su madre, no quiero y ni lo deseo, todos los demás sonrieron, Steve no paraba de irradiar alegría junto a Sam y Bucky.
Creo que es momento de ir por unos cigarros a la tienda.
Ame a Steve por un tiempo pero ahora no, había encontrado a alguien que no era Steve, su nombre era Charlie o Charles, un hermoso pelirrojo de ojos verdes, ese tipo me gustaba pero pasó lo de Ultron, luego llegó un ser oscuro que ni recuerdo su nombre, luego thanos para finalizar con mi supuesto tío, quien fue él quien terminó con la vida de Charlie y con la esperanza de tener eso que mi otra “yo” tiene con el Steve de la otra realidad.
Yo aún amo a Charlie, lo que queda de su familia depende de mi, su protección ahora depende de mi, no dejaré de amarlo, solo fui de Charlie y así será para siempre.
Él es mi todo, se suponía que él sería mi pareja como todos los superhéroes de los cómics tienen, mi compañero, no puedo hacerle eso, no a él.
Al volver a la realidad veo a Steve aún riendo con los chicos, por un momento no veo a Steve si no veo a Charlie, eso fue suficiente para mi, para que me levantara del sofá y saliera de aquella habitación ignorando a todos.
Charlie Charlie Charlie
Mi mente lo llamaba, no había más de lo que pudiera pedir, él era todo lo que necesitaba, no Steve, yo quería una familia con Charlie no con Steve! No quiero nada con Steve! Solo quiero a Charlie.
No me había dado cuenta de que me había transportado a un lugar diferente, un cementerio, uno bastante conocido, camino por un pequeño momento y lo veo, una lápida frente mío.
Charles Ewan Patt.
Amado hijo, hermano, tío y esposó.
“Te amo Charlie y nunca dejare de hacerlo”
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