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EL ISLAM POLÍTICO Y EL PROBLEMA DE LA LEGITIMACIA EN EL MUNDO MODERNO
Por Geidar Dzhemal
Traducción Juan Gabriel Caro Rivera
Discurso del Presidente del Comité Islámico de Rusia, Geidar Dzhemal, en la sesión del 24º Congreso Internacional de Comunidades Islámicas (30/11/2015). Tema: "El islam político y el problema de la legitimidad en el mundo moderno".
¡En el nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso!
Mi informe se llama el "Islam político y el problema de la legitimidad en el mundo moderno". Después de 1945, después de dos guerras mundiales, finalmente se estableció un orden mundial mundano (secular) en el mundo, que estableció un nuevo estándar de legitimidad política, según el cual un régimen político sería condenado como ilegítimo si no encajaba en la estructura liberal mundial general. Si el régimen está integrado, se considerará legítimo incluso si está encabezado por bastardos. Esta es la norma del secularismo. ¿Qué es el secularismo? No es solo una simple separación de la religión del Estado, no es un ateísmo cuadrado. Creemos que el secularismo es la incorporación de la religión, como institución, al sistema mundial, en el que la religión pierde su esencia como medio de Salvación. Entonces, por ejemplo, el Vaticano se ha convertido en uno de los constructores de la sociedad mundial y nada más. Tal formulación de la pregunta hace que sea completamente imposible comprometer el orden liberal mundial con el Islam como sujeto político, porque el Islam es la única fuerza que insiste en la naturaleza objetiva del Espíritu, la esencia objetiva de la religión, que no puede ser simplemente parte de la Torre de Babel creada artificialmente en el sistema mundo, sino que existe independientemente y fuera de él. Cuando la pregunta se plantea de esta manera, no puede haber discusiones entre el orden mundial liberal y el Islam, porque el orden mundial liberal no puede entender y aceptar el Islam como la esencia de una cosmovisión religiosa.
La humanidad se encuentra ahora en un estado de crisis profunda, política y económica. Esta crisis tiene dos razones principales. La primera razón es que el 80% de la humanidad no está de acuerdo con la comprensión liberal del significado de la vida, no están de acuerdo con el orden mundial liberal que existe de facto, no están de acuerdo con que son parte de este orden. Este 80% representa a los "perdedores mundiales" humillados y privados de derechos. La crisis está creciendo y muchos de los que ahora pueden ser considerados de la clase media están amenazados de ser empujados a los "perdedores mundiales", al margen del proceso histórico; el crecimiento de los pobres y el crecimiento de la crisis se influirán y aumentarán mutuamente. Aquí hay algunas cifras: en 1970, cuando la URSS estaba en el cenit de su poder, el 1% de la humanidad, la clase dominante, poseía el 20% de la riqueza mundial, hoy este 1% posee el 90% de la riqueza mundial. Entonces, durante 40-50 años, con el declive y el colapso posterior de la URSS, las élites gobernantes han tomado tanta riqueza, una parte tan importante de los recursos económicos, que es 5-6 veces más alta que lo que era hace dos generaciones.
Pero este es solo un lado de la crisis. El segundo lado es que el orden mundial liberal avanza en todas partes y se afirma, incluso por medios militares. El orden liberal no acepta la posición de los musulmanes y busca privarlos de su identidad. Los musulmanes están tratando de resistir y el orden mundial los castiga por esto. Ahora ya no se habla de la ética de los métodos utilizados: una generación atrás, durante mi juventud, la resistencia de los musulmanes se llamaba lucha anticolonial, ahora es terrorismo y extremismo. El orden liberal creó la etiqueta de la "amenaza islámica" o "islamofascismo", a través de la cual se demoniza al islam. Y esta etiqueta coloca a los musulmanes en la posición de quienes se justifican, quienes se disculpan, es decir, el orden liberal está en una posición activa, en el papel de un juez. Mientras se mantenga este status quo, la ummah islámica no puede convertirse en un sujeto político.
¿Qué debemos hacer los musulmanes? Creo que esto es obvio: debemos convertirnos en un modelo para este 80% de personas humilladas y expulsadas de la historia y ser la vanguardia en su lucha contra el sistema mundial. Sin involucrar a todas las fuerzas de protesta en la lucha, no podremos recuperar la legitimidad política que teníamos hace 90 años. ¡Vemos cómo en los 90 años que han pasado desde la liquidación del Califato, el Islam se ha vuelto limitado y demonizado! El Califato no es absolutamente aceptable para el mundo liberal, ya que convierte a la ummah en un actor político. Por lo tanto, debemos convertirnos en la parte central de todas las fuerzas de protesta, y no solo en una denominación que está cerrada a los problemas de los seres humanos. Después de que las fuerzas de izquierda abandonaron la escena política, después de que el marxismo se convirtió en una broma, ¡solo el Islam político puede convertirse en la fuerza que llevará a la humanidad al triunfo sobre el satanismo liberal!
¡Allahu Akbar!
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Una vez más sobre el proyecto islámico
Por Geidar Dzhemal
Una vez más sobre el proyecto islámico
Entrevista extraída del libro de Geidar Dzhemal: Stena Zulkarnaina /El muro de Zulkarnayn, Moscú, 2010 ARBA.ru. Geidar, Ud. es el presidente del Comité Islámico de Rusia ¿Cuál es su función y la suya personal? Geidar Dzhemal. Históricamente el Comité Islámico ha nacido como la consecuencia de mi conversación con el doctor Turabi en Sudán aproximadamente en el año 1994. Entonces llegamos a la conclusión de que Rusia (en primer lugar) necesitaba tener una estructura que pudiera servir, utilizando el lenguaje informático, como “interfaz” entre la clase política de Kremlin y el mundo islámico. Era la época de Kózirev, el frenético desmontaje del sistema político-militar soviético, el descarado servilismo ante los EE.UU. y el libre acceso en Rusia de los norteamericanos con el derecho de los vencedores al sistema de control y de la toma de decisiones a todos los niveles dejó al Tercer Mundo indefenso ante el descaro del imperialismo clásico, cuyo último baluarte es el régimen de Washington (el globalismo, en cambio, tiene el rostro europeo y utiliza los métodos mucho más sutiles de imposición imperialista).
Pero más importante que saber cómo ha surgido el Comité Islámico es entender en qué se ha convertido con el paso de tiempo. Hoy el Comité Islámico se ha convertido en el cerebro, el estado mayor intelectual de la Umma islámica, que asume la función del “sujeto”, capaz de ser un jugador independiente en el escenario político mundial, tal y como debe ser el Islam en su conjunto.
A. Pero en Rusia existen multitud de organizaciones islámicas oficiales, incluyendo el muftiato y las Direcciones Espirituales ¿por qué no dejarles estas funciones? ¿Por qué precisamente el Comité Islámico asume la misión de representar el Islam en Rusia?
G.D. El Comité Islámico asume la valent��a de hablar en el nombre del Islam porque aquí bajo nuestro nombre se han unido prácticamente todos los impulsos y tendencias de la actual vida política de la Umma, las experiencias positivas y negativas, a veces únicas. Además, precisamente nosotros poseemos el discurso que el Islam necesita como el aire, dirigido contra el panteísmo que corroe el mensaje coránico y contra el misticismo sentimental que se esconde detrás de la marca genérica del “sufismo”.
A. Sí, pero en el papel de los luchadores contra el sufismo es más habitual ver a los así llamados wahabitas, que insisten en la fe elemental casi ascética, rechazando todo lo que el Islam fue adquiriendo a lo largo de la historia…
G.D. A decir verdad, el wahabismo, o el movimiento salafista, no pueden nada contra el sufismo, porque tampoco ellos entienden lo suficientemente bien el Islam. Intentan luchar contra el predominio del simbolismo en la mentalidad musulmana, cosa que está bien, pues el simbolismo es el arma metodológica de los sacerdotes (kahin). El simbolismo refleja la visión del mundo platónica o neoplatónica, la fe en un mundo real objetivo, que existe independientemente del testigo, en esencias que tienen arquetipos celestes, que arrojan sus sombras hacia abajo. “Lo que es arriba es abajo”, – es el principio fundamental de la metafísica pagana, escrito en la Tabla Esmeralda de Hermes Trismegisto, el principio de analogía ¡al que está sometida la intuición espiritual del hombre, un ser creado, hecho del barro! Una criatura sin alas, sin autonomía está condenada a someterse a este principio lógico. La Revelación rompe este círculo cerrado de la identificación en última instancia del todo con el todo y nos proporciona el testimonio sobre la fuente que se encuentra fuera de cualquier analogía.
En realidad Tawhid (principio del monoteísmo estricto – N. del T.) y la sura Ihlas que descubre su esencia afirma la supresión de la analogía con respecto al sujeto Único y por lo tanto declara la guerra absoluta a la razón natural (experiencia, sentidos, fe etc.).
A. ¿Por qué concretamente está condenada la oposición salafista al sufismo?
G.D. El problema consiste en que los hermanos que defienden la purificación del Islam no dominan la metodología coránica del nominalismo que permite luchar de manera efectiva contra el realismo helenista que constituye la base de la mentalidad tanto de los paganos occidentales como orientales.
Aquí justamente comienza mi labor, porque me dedico a elaborar el aparato intelectual que permita formular el principio de Tawhid no solo como el credo de la fe, sino como el instrumento para generar nuevos conocimientos, necesarios para formar el espacio político islámico global. Quiero subrayar que no hablo de la “civilización”, entendida como un espacio tecnológico-cultural específico con una serie de rasgos característicos, sino exactamente del espacio en el que se cuecen elementos humanos heterogéneos, con diferentes impulsos, motivos, pero en el que debe predominar la continua reproducción del Monoteísmo en las cabezas y en la práctica social del grupo humano que tiene que mantener el liderazgo y marcar el rumbo histórico. La misión del Islam
A. ¿Coincide el Islam en su esencia con las doctrinas de otras religiones universales?
G.D. Ya lo hemos contestado al final de la anterior respuesta. El espacio de Tawhid, que niega la analogía y la identificación, representa en sí mismo la oposición al Sistema, cuyo espíritu consiste en la homogeneidad, la ausencia de variación, reproducción de lo mismo, la cerrazón del factor humano sobre sí mismo. Los gobernantes (que según el Corán son todos delincuentes) y sus maestros espirituales, que desempeñan el papel del faraón colectivo, se consideran la única encarnación posible de la divinidad dentro del caos de la materia muerta. Por un lado, esto parece recordar el principio islámico de representación: “El hombre es el representante de Allah”, – pero dentro del contexto islámico se trata de que el hombre es el guardián del sitio en el nombre del Sujeto absolutamente trascendente, oculto e inconmensurable, que por principio no puede ser representado ni a través de las imágenes, ni por las analogías, ni a través de las comparaciones, ni con las más locas hipótesis, nacidas de los recursos mentales humanos. El musulmán es el representante de lo Otro incondicionalmente distinto a todo lo que hay. En tanto que el pagano presupone el principio de estricta analogía entre él mismo tal y como es, y dios, en el que pretende convertirse. Por eso su verdadero dios es Lucifer (Iblís). Y, por lo tanto, los maestros espirituales y sus pupilos en el poder son una banda de satanócratas, hizbu-sh-shaitán. El producto final de la satanocracia es la sociedad de la información, cuyos rasgos ya se están plasmando en la vida real en nuestro tiempo.
A. ¿Es decir que Ud. considera que prácticamente vivimos hoy el prólogo del Apocalipsis?
G.D. Nuestros hijos se entretienen con los juegos de ordenador, sumergidos en el trabajo interactivo con la Red (¡buen nombre!), y es la primera señal de cómo será la actividad vital del ciudadano de la sociedad de la información. Las personas se convertirán en las terminales que convertirán su tiempo interior, limitado, por cierto, por un número muy concreto de latidos de corazón vivo, en el flujo de codificaciones electrónicas, cuyo intercambio constituirá la base de la nueva economía intelectual. Será una esclavitud incomparablemente peor que la de los tiempos del faraón.
Miles de millones no podrán o no querrán asumir este yugo, y los poderosos plantearán la cuestión de cómo echar este lastre fuera de la Historia y del Sentido. Ya hoy algunos “científicos” dicen en público que habría que deshacerse de las nueve décimas partes de la humanidad que no valen para nada. La mayor paradoja consiste en que la sociedad de la información explotará la metodología nominalista de forma paródica. La información en general no pertenece a la esfera de los símbolos y analogías, es en primer lugar la interpretación del signo, que de por sí es relativo. Por ejemplo, cuando vemos la estatua griega de Apolo, no recibimos información, sino que nos encontramos con un símbolo, que analógicamente señala hacia una realidad superior. Este símbolo para nosotros no es interpretable, porque percibimos esa estatua como una realidad autosuficiente – la encarnación de la perfección. Es por lo que el Islam, luchando contra el simbolismo sacerdotal, lucha contra las estatuas en general y no únicamente contra los ídolos de culto. Por otro lado, cuando leemos una palabra escrita con letras, obtenemos información, pues las letras son unos signos convencionales, cuya configuración por sí misma no contiene ninguna esencia. Siguiendo determinadas reglas interpretamos esos signos, y el significado obtenido no tiene nada que ver con la presencia física concreta de las letras. Pues precisamente este principio de la información, que es la base de la comprensión según el método de Tawhid, será el utilizado en la sociedad de la información, pero no de una manera cualitativa, sino cuantitativa – como la última fase de la economía virtual especulativa.
Es contra lo que debe luchar el Islam.
A. ¿Luchar cómo? ¿Cuál es el orden social alternativo, cuáles son sus instrumentos?
G.D. La organización específica del espacio humano dentro del Islam, en perspectiva ideal es la red de los jamaat – células compactas (jamaat es la comunidad de base de los creyentes – N. del T.), dentro de las cuales, y de nuevo como ideal, debe regir el modo de actuar de la democracia militar: el consejo, la toma de decisiones por parte de un grupo de líderes activos, la realización de estas decisiones en la práctica siguiendo unos métodos ágiles y creativos. En su interior el jamaat se autogestiona en base a la sharia, su instrumento global es el texto coránico, cuya letra permanece inmutable y las posibilidades de comprensión son insondables. Semejante espacio crea una fortaleza informacional, dentro de la cual vive y toma decisiones la contraélite convertida en el nuevo sujeto histórico.
Con el apoyo sobre esta base del nuevo sujeto se produce la aparición-autorrevelación del esperado Mahdi (¡Que Allah precipite su llegada!) [Mahdi en árabe quiere decir “guiado”.] La aparición de Mahdi es el sello final que Allah pone sobre la suma de los hechos de los fieles que han triunfado en la realización de Su designio providencial. Pero antes habrá una dura lucha entre dos vectores espirituales: el proyecto de los tiranos, orientado hacia el inmanente hombre-dios (el humanismo fundamental de los señores) y el proyecto de los oprimidos, orientado hacia el servicio al Sujeto inaprehensible e incognoscible (el antihumanismo trascendente de los “desheredados”)
Sufismo
A. ¿Sufismo es el Islam místico o es el elemento sistémico del Islam?
G.D. Dentro del Islam el sufismo representa exactamente la “línea tradicionalista”, orientada hacia el inmanentismo panteísta. La visión del mundo de los sufís prácticamente no se diferencia de la doctrina de los advaita-vedantistas – los metafísicos de la India védica, de la visión de los taoístas, las experiencias extáticas de los grandes chamanes de Asia y de los neoplatónicos occidentales. En otras palabras, se trata de la tradición iniciática de los sacerdotes paganos, que de facto se incorporó en el cuerpo de la Umma musulmana, aprovechando la debilidad de kalam (y su franca ausencia a lo largo de los últimos setecientos años), y las brechas metodológico-conceptuales en el sistema de la conciencia teológica islámica.
En mi opinión, la paradoja graciosa consiste en que el sufismo que tanto atrae a los profanos por su carácter enigmático y la atmósfera místico-poética de la elevada gnosis, en realidad es extremadamente banal y como cualquier otro panteísmo se reduce a los paradigmas orgánicos de la así llamada “religión natural”, propia de las creaturas hechas del barro. La creatura piensa y siente de manera homogénea, la rotura de esta homogeneidad le causa sufrimiento, y en cambio la sensación de que es una con lo Exterior que se le opone, la lleva al éxtasis y la felicidad espiritual.
La creatura percibe su carácter separado, único, efímero como un trauma y un pecado, mientras que para los portadores de la chispa del espíritu Divino (Ruh Allah) – es, al contrario, la garantía de la posibilidad de la revelación sobre Aquel, Quien está totalmente Dentro, y que justamente por eso es inaprehensible ¡y no se da ni siquiera en la sospecha!
La doctrina sobre la trascendencia y la ausencia de analogía del Único en realidad presupone traspasar aquello que para el instinto humano aparece como una paradoja imposible e insondable. La unicidad del Altísimo se comprende como la exterioridad y la oposición con respecto a todo lo que no es Él. En cambio el todo no representa más que las infinitas modificaciones de la completa ignorancia acerca del Único. Todo lo que podemos sentir, conocer, intuir, sospechar, sobre lo que podemos construir una hipótesis… no son más que las formas de pura ignorancia con respecto a Allah, que sin duda está fuera de todo esto.
Ahora, si nos fijamos en la metafísica pagana, del mismo hinduismo, por ejemplo, también contiene el principio de la ignorancia, que en sánscrito se llama “avidya”. Según su doctrina avidya es el estado subjetivo que impide al ser individual a comprender su coincidencia con Brahman (absoluto). Mientras que desde el punto de vista de la teología coránica, la ignorancia es la esencia misma del ilimitado objeto exterior, que al mismo tiempo es el Destino, o el Tiempo (Dahr). Esta ignorancia no sabe de sí misma que, en primer lugar es ignorancia, y, en segundo lugar, sabe menos aún que es la ignorancia del Sujeto oculto.
De modo que podemos decir que esa ignorancia es infinita y como tal compone el ser objetivo puro, que existe tan solo porque está desprovisto del único conocimiento auténtico, que puede entrar en el ser exclusivamente desde el exterior, a través de la irrupción de la Revelación.
El ser “cree” sobre sí mismo que es el “Todo” total. Es lo que constituye la esencia de la doctrina pagana. La doctrina coránica en cambio considera que el ser en realidad es la nada, la substancia caótica vacía, de la que Allah con su voluntad de que las cosas se hagan creó el mundo organizado, en cuyo centro colocó a Su representante.
Sobre este representante recae la tarea de tomar bajo control lo exterior como la masa inerte de la pura ignorancia y transformarlo en el espacio al que Allah envíe a su guiado, el último imam, después de lo cual se producirá la resurrección de los muertos, el Juicio Final y habrá otra realidad absolutamente nueva, si se quiere, otro ser, que representa la afirmación positiva de lo inaprehensible y lo trascendente de Allah (que ahora no es más que su afirmación negativa – N. del T.)
Habría que destacar que, a pesar de las ilusiones de algunos “teólogos”, fruto, seguramente, del sentimentalismo puramente humano, también con respecto a otro ser transfigurado (Paraíso) Allah permanecerá oculto. Pero a diferencia de la noche del antiguo ser en la que vivimos ahora la nueva realidad que vendrá afirmará en toda su extensión lo trascendente de Allah como un resplandeciente triunfo. Aquello que fue la fuente de la privación, abandono y dolor, se convertirá en el sol que brillará sin disminuir, sin entropía. Esa doctrina es infinitamente más paradójica y mística que la doctrina sufí de identificación suprema. Islam y política
A. ¿Qué se puede decir del desarrollo de los movimientos islámicos en el mundo actual?
G.D. El comienzo de los movimientos islámicos propiamente políticos está relacionado con la liberación de la doctrina política islámica del marco de la así llamada “civilización islámica”. Esta última representaba la organización piramidal de la sociedad, que reproducía los modelos paganos utilizando la terminología islámica. Dentro de aquel espacio el “representante de Allah” se entendía como “el sumo pontífice” en el sentido romano o “el emperador” en el sentido chino, y durante la última etapa histórica (otomana) “el representante” y “el monarca dinástico” prácticamente se identificaban: el mismo espacio podía llamarse tanto “Turquía del sultán”, como “Califato Otomano”. Mientras el Islam permanecía disuelto dentro de la civilización, su sentido fue perdido para los musulmanes. Se percibía como la rutina confesional, cuyo seguimiento aseguraba la salvación en la vida futura (y en este sentido Islam dejó de diferenciarse de otras confesiones), y como la base para la reglamentación jurídica de la vida estatal y privada (y en este sentido se diferenciaba en algo del cristianismo que no poseía base jurídica propia, pero en cambio coincidía con las civilizaciones tradicionales anteriores a la colonización occidental como India, China y otras).
Hacía falta el derrumbe de la componente civilizatoria del mundo islámico, la aparición de múltiples y esteriotipados estados étnicos laicos burocratizados, que pretendían copiar a una Suiza cualquiera, para que el Islam retornara a sí mismo y a su auténtica misión: la resistencia frente al tagut mundial, el rechazo de los símbolos, valores e interpretaciones que rigen a la “humanidad de barro”, afirmación de la voluntad política del inaprehensible Dios, Quien se descubre ante la humanidad únicamente a través de la Revelación utilizando a los enviados especialmente escogidos.
A. Pero a este derrumbe, como hemos visto, no lo ha seguido la restauración de la norma política original de la que Ud. habla. Parece que al revés – después de la debacle de los estados nominalmente musulmanes sigue la descomposición de todo aquel espacio político, su agresiva atomización, aumento del terror y la inclusión en este proceso de nuevas tendencias de la descomposición (por ejemplo, del separatismo étnico, como en el caso de los kurdos).
G.D. Naturalmente que el comienzo de la liberación de un factor como el Islam del peso de un factor como el de la civilización no podía ser tan pacífico. Los activistas políticos, intelectuales que empezaron a promover el Islam como una ideología independiente y universal, inevitablemente debían todavía permanecer bajo la influencia inerte de la reciente civilización. De manera más patente esta influencia se había manifestado como el deseo de restaurar precisamente aquella misma civilización, cuya desaparición hizo posible que se planteara la cuestión del proyecto islámico. Así, los más leales seguidores del Califato Otomano, que se derrumbó en 1922, fueron los musulmanes de la India, que con mayor agudeza sufrían el yugo colonial británico y, quienes a diferencia de los árabes, no habían tenido la experiencia de la sumisión a Estambul. De entre ellos surgió Maududi, cuyo califatismo sigue inspirando en el día de hoy a Hizbu-t-tahrir (partido que promueve la restauración del califato – N. del T.).
Claro está, que en la etapa inicial que duró todo el siglo XX (y tampoco se podría decir que haya terminado hoy) los movimientos islámicos – y el pensamiento islámico que estaba detrás – debieron sufrir la influencia de las ideologías y civilizaciones no islámicas, a veces en forma tan sutil que pasaban desapercibidas ante los seguidores más sinceros y radicales del Monoteísmo puro. (La influencia del cosmismo (deísmo) ilustrado occidental del siglo XVIII – primera mitad del siglo XIX se nota en las ideas de Sayyid Qutb, quien a nivel consciente tendía a liberar el Islam de las contaminaciones ajenas.)
Sin duda el Islam no es una civilización. Civilización en el sentido tradicional de la palabra – que a pesar de lo que opinen los tradicionalistas (en este caso los seguidores de R. Guénon – N. del T.), también incluye a la actual civilización occidental global – representa la realización histórica dentro de la humanidad de los “avatares” o “teofanías”. Tanto el primer concepto sánscrito, como el segundo griego significan la “presencia divina” o la “encarnación divina”. Bajo este concepto se entiende la manifestación del “príncipe de este mundo” que da forma a la substancia humana. El “príncipe de este mundo” es el paradigma personificado de la identificación metafísica, es decir, de la identificación entre el Hombre y el Absoluto. El hombre tiende a la divinización en el sentido de que quiere equipararse al ser central situado “entre el cielo y la tierra”, al que los paganos llaman Apolo, Ahura Mazda, Ishwara, y nosotros llamamos Iblís o Satán. Como consecuencia de este deseo ontológico fundamental Iblís “se muestra” a los humanos, les proporciona las herramientas de la realización colectiva de “aproximación” a él bajo una u otra forma. Esas herramientas forman parte de la infraestructura de cada civilización concreta, siempre controlada por los sacerdotes – los servidores de Iblís. De esa práctica es de la que Allah habla en el sagrado Corán como de la permanente tentación del hombre hasta el Día del Juicio. Desde la perspectiva islámica toda la actividad histórica del paganismo mundial – desde Nimrod y Faraón hasta Stalin y Bush – está basada en el error, y todas las civilizaciones no son más que distintas formas de extravío, donde el eje del error está constituido por la palanca de la influencia de la autoridad clerical sobre la tosca naturaleza del barro humano.
Los mecanismos del juego clerical con los humanos a través de los reyes, dictadores, partidos, parlamentos etc. constituyen la gran política, un partido de ajedrez que Iblís juega sobre el tablero de la Tierra para colocar a su adversario (quien no es otro que Allah) en la situación de zugzwang. Es la situación en la que el jugador no tiene tiempo para pensar en la siguiente jugada (por cierto, justamente por eso en distintos hadiz Allah más de una vez transmite a través de su Enviado (saws), que aunque hasta el fin del tiempo solo quede un día, “Lo alargaré”). Claro que Allah no puede ser atrapado por este estratagema ¡pero la humanidad sí! El hombre como representante de Allah, según los cálculos de Iblís, podría sufrir el déficit dinámico de los recursos temporal y energético y perder.
A. ¿Cuál es el objetivo del contrincante en este juego?
G.D. Para comprender claramente cuál es el objetivo de Iblís, – y un teólogo islámico debe comprender este objetivo claramente, – hay que partir de la indicación coránica acerca de la rivalidad entre Iblís y el hombre. Iblís es el Gran Ser, es la primera de las creaciones de Allah, mediador entre los distintos niveles de la substancia universal. Las doctrinas paganas lo conocen como “el hijo del Cielo y de la Tierra”, los sufís como “el hombre perfecto” (insan al-kamil), los cabalistas lo llaman Adam Kadmón. Iblís es el arquetipo de todos los seres, compuesto del substrato de la energía pura (“Tú me has hecho de fuego…”). Su visión de sí mismo – la causa de su insumisión ante Allah y de su orgullo frente al hombre – es precisamente lo que los paganos llaman “logos” o “primer intelecto”.
El hombre a cambio, a fuerza de su comunión con el espíritu Divino, representa la posibilidad de la conciencia alternativa, a través de la cual como de un instrumento puede actuar no solo el pensamiento expreso de Allah, que consiste en la orden que da a las cosas para que existan, sino también su pensamiento secreto, que lleva en sí la indicación del objetivo para el que las cosas son creadas. Esta posibilidad está indicada en el motivo de la creación de los hombres y de los genios con las palabras “abadu ua arifu” – “para que Le sirvan y Le reconozcan”. Iblís al haberse opuesto al hombre como elemento final de la creación se separó de esta posibilidad, pero la propia oposición entre Iblís y Adán se convirtió en el motivo central del “guión” trazado por la intención Providencial.
De esta manera surge la polarización entre el logos que representa el realismo anterior a la aparición del significado, que es el patrimonio del “hijo del Cielo y de la Tierra”, y la conciencia del hombre que testifica e interpreta y que íntegramente se basa en el hecho de su mortalidad. El objetivo de Iblís consiste en bloquear el potencial trascendente de la conciencia humana y con ello convertir al hombre en inservible como instrumento al servicio de la Divina Providencia.
Por eso el Islam no es otra cosa que la contrapolítica, destinada a desmontar y romper la máquina de la civilización, a través de la cual “el hijo del Cielo y de la Tierra” controla a la humanidad histórica. La humanidad es extremadamente importante para los propósitos de este ser, porque por la voluntad de Allah en ella está contenido el punto crítico de todo el sistema de la infinita oscuridad de la substancia, que intenta aparecer – ¡en primer lugar, ante sí misma! – como el ser luminoso, la mejor de todas las realidades posibles.
A. ¿Entonces cómo la humanidad podría comenzar a tener conciencia de la Realidad alternativa? ¿O a partir de qué podría comenzar a tenerla?
G.D. Según la providencia de Allah el paso a la realidad alternativa, completamente opuesta a la actual por su sentido, solo podrá ocurrir si la vieja realidad explota desde dentro de ella misma. Para eso el hombre de barro posee la partícula de Ruh Allah, que es el punto de oposición a todo lo que no es el Altísimo.
La contrapolítica del Islam ensancha y profundiza esta oposición, que como consecuencia práctica debe llevar a la detención de los ciclos de las manifestaciones humanas, esta contrapolítica abre el camino a la intervención directa del Sujeto – más exactamente de Su pensamiento providencial – en el curso de los acontecimientos, en las reglas que dirigen este curso, en la propia interpretación humana de la realidad.
Se trata de un superobjetivo, del horizonte metafísico de la política islámica. En el plano técnico, más cercano, el discurso islámico debe convertirse en el “punto de ensamblaje” de todas las fuerzas contestatarias mundiales, definitivamente quitando esa función al marxismo que envejece con rapidez, al movimiento de izquierda mundial, a la derecha radical anticapitalista, a los anarco-sindicalistas y a todas las fuerzas que retan al Sistema. El Islam debe incluir a todas esas fuerzas mundiales antisistema en el campo de su estrategia. Por supuesto, que el vector de la resolución de los objetivos islámicos siempre quedará como especial, teológico, que nunca coincidirá por las dimensiones de su verdad con todas las demás protestas, motivadas por los factores externos. Para ser capaz de llevar a cabo semejante lucha de alcance planetario, Islam debe descubrir en sí mismo al sujeto, alternativo a la dimensión de la civilización (cualquier civilización es un objeto). Ese carácter de sujeto siempre se expresa en forma del estado mayor, logia, “gobierno mundial” o un grupo de personas que se junta para exigir semejante estatus. El Enviado de Allah (saws), al tener el apoyo y la fe de los primeros pocos seguidores, ya había formado así el estado mayor de la historia y del gobierno mundial. Sí, él fue el Enviado, pero en su Umma se ha conservado el principio de representación con respecto a él. Este representante es el Imam oculto (¡Que Allah precipite su llegada!), pero mientras no se ha manifestado, la función de la representación debe pertenecer a los jamaat políticos – estructura de red, que atraviesa a toda la Umma mundial, donde cada célula está compuesta por los hermanos que han aceptado la plataforma ideológica común para todos los jamaat políticos.
Está claro que jamaat, formado por aquellos que están dispuestos a entregar sus vidas para la realización de los objetivos de la política islámica, no será homogéneo. En él habrá pasionarios de la mente y pasionarios del cuerpo (el término “pasionario” fue introducido por el historiador y filósofo ruso Lev Gumiliov para designar a los elementos activos de todas las sociedades, capaces de influir en el proceso histórico de manera decisiva – N. del T.). El objetivo de jamaat es conseguir la síntesis de ambos grupos, que solamente será posible en un espacio humano relativamente pequeño, donde todos los miembros de la comunidad se comunican permanentemente sin estorbos. Los jamaat tendrán a sus representantes que formarán los consejos de coordinación, que elaborarán las decisiones sobre todos los aspectos de la lucha y crearán los grupos ejecutivos de estos consejos, que llevarán tales decisiones a la práctica.
La situación óptima se dará cuando los consejos y los comités ejecutivos de los jamaat políticos puedan movilizar a cualquier musulmán para ayudar en la realización de las decisiones tomadas. Solo de esta manera la comunidad mundial de mil millones y medio de monoteístas se convertirá en el sujeto soberano de la historia, y no simplemente en uno de sus factores más o menos autónomos, sino en el principal operador para realizar el designio Divino acerca del hombre, su sentido y su historia. Crisis
A. ¿En qué consiste la crisis del hombre y cuáles son los signos escatológicos de los tiempos?
G.D. La esencia de la crisis del Hombre consiste en que ha agotado su recurso ontológico. Este recurso está agotado, porque se trata de la reserva energética del “hombre de barro” que en un principio bastaría para todo el ciclo del tiempo histórico, si no fuera por un problema. Allah ha añadido a Adán, creado del barro, una partícula de Su espíritu. Como ya hemos mencionado antes, esta partícula se opone a la infinita substancia del “barro”. Se puede considerar esta partícula como un agujero negro sui generis en el campo continuo homogéneo de la substancia o de la posibilidad pura. Utilizando el lenguaje freudiano, esta partícula – “agujero negro” – es un trauma con el que Allah conscientemente dota a Adán, Su primer mensajero.
Adán no era el primer hombre, porque él era el profeta de Allah, que apareció ante los hombres “de barro” de la Edad de Oro. Los textos coránicos, en los que se nos llama los descendientes de Adán, se dirigen únicamente a los monoteístas que tienen fe y poseen un significado metafórico. (Así a veces nuestra Umma es llamada “los hijos de Muhammad (saws)”.
Cierto número de hombres de la Edad de Oro hicieron caso al mensaje de Adán, pero la mayoría no lo hizo. Antes de la llegada de este mensaje el hombre “de barro” era un animal feliz, que llevaba en su interior la sensación solar ��del ser invicto. No se separaba del medio, no necesitaba el lenguaje, pues poseía la telepatía animal, probablemente poseía capacidad mágica espontánea. Los hombres de la Edad de Oro eran nómadas, se desplazaban incansables recorriendo velozmente el planeta, no poseían jerarquía, ni diferenciación en su medio. Se puede decir que el recuerdo de aquellas gentes se convirtió en el origen de la imagen de la “bestia rubia”, que fundamentó el romanticismo germano e inspiró a los nacional-socialistas.
A. ¿Y qué trajo Adán a cambio de la existencia paradisíaca?
G.D. Adán trajo a aquellos hombres, incluso los que le rechazaron, la experiencia del trauma. Después de que llegara a ellos el primer profeta los hombres de la Edad de Oro dejaron de ser las “bestias rubias” y se convirtieron en verdaderos hombres. Entonces se produjo la estratificación: en primer lugar apareció la casta de los sacerdotes. Su objetivo consistió en restaurar al hombre primordial, tal y como era antes del comienzo de la misión de Adán. Ellos empezaron a curar a sí mismos y al resto de la humanidad de este trauma – ¡y lo siguen haciendo hasta ahora!
Vean la esencia de todas las doctrinas sacerdotales – todas llaman a volver a la Edad de Oro, a restaurar la perfección primordial, a captar el ser como el todo incontaminado, a suprimir la diferencia entre el sujeto y el objeto dentro de la experiencia extática, que ellos proclaman como la única forma auténtica de alcanzar la verdad. Pero la doctrina de los profetas está basada en justo lo contrario: “furkán” – el principio de la diferenciación.
El proceso de la descomposición de la unidad en el seno de la vieja humanidad continuó después de la separación de la casta de los sacerdotes. El resto de la humanidad se dividió entre los pasionarios-guerreros y los encargados del trabajo físico, incluyendo a los que se ocupaban de las funciones intermediarias o de la dirección del proceso productivo. Por último, de esos hombres “físicos” – “hílicos” como los llamaban los gnósticos, se separaron unos seres del todo desgraciados, que se corresponden con el significado original de la palabra “proletariado”: aquellos que pueden emplearse por otros en los trabajos más primitivos o que ni siquiera sirven para realizar ninguna actividad organizada.
Pero esta última separación ocurrió en las épocas mucho más posteriores a la Edad de Oro. El trauma transmitido a la humanidad a través de la misión profética (¡así como la lengua articulada que Allah enseñó a Adán!), fue la causa de la aparición de la sociedad. El hombre primordial se encontraba en armonía con el cosmos y no necesitaba protección frente a él, no sabía lo que significaban el frío, la muerte y las enfermedades, no sospechaba nada de la entropía, y, probablemente, podía superar la fuerza de la gravedad. Pero aquellos que escucharon la buena nueva, que provenía del “agujero negro” – la partícula invisible, opuesta a TODA LA REALIDAD – ya no podían vivir como antes, se separaron del cosmos, y este cayó sobre ellos con toda la implacable fuerza de un objeto frío y terrible que siempre tiende a destruir todo lo que no es él.
A. ¿Cuál es el objetivo final?
G.D. La sociedad ha surgido y sigue existiendo hasta el día de hoy como el sistema de pago del “impuesto” que la humanidad entrega al Destino, para no ser exterminada, para vivir confortablemente, confundiendo la luna con la farola y viendo los charcos como el simple resultado del fallo de los servicios municipales. ¿Y qué es lo que entrega la humanidad? La “bestia rubia” no tenía este problema: no pagaba el tributo al medio externo. Dentro del recurso ontológico de este ser grandioso, lujoso y sin sentido, quien antes de la llegada de Adán representaba la sombra de Satán sobre la Tierra, tampoco había nada con que pagar a la entropía, algo con que pagar para compensar la helada furia del vacío interestelar. El hombre existencial (postbestial) lleva en su corazón un “agujero negro” virtual, porque está dentro del radio de acción del rayo adánico tanto si le gusta como si no. (Únicamente los paganos de alto grado de iniciación logran deshacerse de la herencia adánica, al conseguir el estado de “moksha” – liberación del trauma de la oposición al absoluto.)
Ese “agujero negro” en realidad es su verdadero “Yo”, su alma mortal aquí y ahora, garantía de su finitud dentro de este mundo y, al mismo tiempo, es el tesoro de una colosal libertad, que se manifiesta en forma de una energía muy especial, no ontológica. Metafóricamente hablando, e incluso literalmente, se trata de la energía que permite al condenado de por vida a una esclavitud inhumana o al presidio a levantarse cada día con fuerzas renovadas para enfrentarse al reto de la vida en este valle de lágrimas. Incluso el animal más fuerte y sano, que se encuentra en estado de simbiosis con su medio, moriría con la sola insinuación de los retos a los que el hombre se enfrenta con inusitada resistencia. Es lo que nos quita la sociedad: la energía moral de nuestros corazones, el jugo de nuestra libertad interior, el propio tiempo que pasamos aquí sobre la tierra. No se trata de una metáfora. El marxismo ha descubierto que la explotación convierte nuestro tiempo en trabajo, que produce la plusvalía. Y la economía política del Islam actual añade que la sociedad tiende a convertir todo el tiempo interior del hombre en el tiempo clasificado y valorado que es alienado, que se convierte en un objeto externo, un artefacto material. En las formas tempranas de la sociedad las relaciones personales aun no eran alienadas y convertidas en objeto. Relaciones entre colegas, amigos, vecinos representaban una forma específica del transcurrir del “tiempo interior” de sus participantes. En la sociedad posindustrial actual las mismas relaciones se convierten en una modalidad de la mercancía, un objeto valorado cuantitativamente. De manera que toda la sociedad como infraestructura se convierte en el capital que crece sin parar y que para crecer debe devorar todo el tiempo interior del mayor número posible de sus miembros, y al mismo tiempo tiene que aumentar la capitalización de este recurso, es decir convertir el tiempo interior alienado de cada uno en cada vez más caro.
A. ¿Es lo que se suele llamar progreso?
G.D. Sí, para camuflarlo llaman este proceso “progreso”, aunque en realidad se trata del vertiginoso aumento exponencial de la posibilidad de explotación de los miembros de la sociedad. Cuanto más esté capitalizado su tiempo, cuanto más se pueda contabilizarles, convirtiendo su vida en un objeto externo que puede ser valorado, tanto más se considera a los miembros de esta sociedad como modernos y adaptados a la civilización. Durante una cierta etapa los procedimientos democráticos – partidos, parlamento, elecciones – aumentan la capitalización de los borregos bípedos, estimulan la posibilidad de su explotación.
Pero ese doping solo alcanza para cien-doscientos años. Hoy con la democracia no se puede conseguir que el típico yuppy de Wall Street o de City valga más y de más lana que antes. En los lugares más adelantados de la megápolis mundial el hombre actual ha alcanzado el límite de la civilización. La conservación de las libertades democráticas, y no digamos su ampliación ya no le puede añadir nada como objeto de explotación y podría influir negativamente sobre las posibilidades de los insuficientemente “socializados” para resistir ante la apisonadora de la alienación.
Es por lo que los métodos que mañana utilizará la oligarquía – ¡y que ya comienzan a utilizarse hoy! – serán los métodos que los EE.UU. emplea en Iraq y Afganistán, los métodos que Rusia emplea en Chechenia, los métodos de Karímov en Andiyán. Estamos en el umbral de la creación del imperio policial global donde por fin lo oficial y lo criminal ni siquiera se van a diferenciar. Son las señales escatológicas de la crisis del hombre: el globalismo, la creciente guerra contra el “terrorismo internacional”, organizado y producido por los servicios secretos imperiales o por grupos criminales que dependen de ellos y que hace tiempo que se han convertido en la reserva informal de los cuerpos de seguridad del Estado.
A. Dado que la alternativa inevitablemente deriva de la antropología islámica, descríbanos sus características.
G.D. Desde el punto de vista de esta antropología, la crisis del hombre es el reflejo y la consecuencia de la crisis más fundamental del ser y de la crisis de la conciencia relacionada con la primera crisis. La crisis del ser y de la conciencia están estrechamente entrelazadas: la conciencia de la absoluta mayoría de las personas, como ya hemos mencionado, está penetrada por el ontologismo, el culto del ser, con respecto al cual la conciencia se posiciona como su reflejo externo. Cuando en realidad es la conciencia la que constituye el punto de unión que organiza, que posee el potencial interpretativo y que, gracias a su independencia del ser convierte el caos en orden. Kant veía con pesimismo la posibilidad de conocer el mundo exterior, pero no dio el paso definitivo para comprender que el noúmeno no se encuentra fuera de la percepción humana, sino que es la condición previa para la existencia del propio fenómeno de la percepción. Noúmeno es el “agujero negro” en el que se instala la partícula del espíritu de Dios, y ese “agujero negro” funciona como la amalgama aplicada en el reverso del espejo, gracias a la cual el espejo puede reflejar. El noúmeno no se percibe dentro del marco de la percepción exactamente porque es la condición que hace la percepción posible. Pero toda la filosofía y la metafísica, desde Platón hasta los sacerdotes egipcios, los rishi hinduistas y los sabios taoístas chinos, colocan el noúmeno en el mundo objetivo, y ven en el sujeto la simple inversión del objeto. En el Oriente tradicional semejante conciencia metafísica hace tiempo que entró en crisis, mientras que en Occidente el posmodernismo actual es la manifestación del derrumbe de ese realismo sagrado. Claro que las raíces metafísicas de la crisis son todavía más profundas.
El realismo ontológico fue heredado por el hombre existencial de la “bestia rubia” de la Edad de Oro. Antes o después la práctica de la sociedad que absorbe la energía compensatoria para luchar contra la entropía de los “agujeros negros” de las existencias individuales, y la praxis de la conciencia, espontáneamente basada en la imagen visionaria de la Edad de Oro, deberán desembocar en una contradicción irresoluble, cuyo rehén y punto de rotura es precisamente el hombre concreto que es, a la vez, el tributario de la sociedad y el portador pasivo de la conciencia.
Las grietas que parten de este lugar de rotura se extienden tanto por el tejido social – conflicto, oposición, cisma, como por el tejido biológico – degeneración, desaparición de la libido, revolución de los mutantes (gay), racismo etc. Todos estos rasgos también forman parte de los signos de los tiempos e, indudablemente, entrarán a formar parte de la era postindustrial, en la que el Islam debe desempeñar el papel principal como corrector y anunciador de la nueva conciencia contraontológica (manifestación sobre el nivel humano del pensamiento de Dios, libre de errores), cuya aparición nos fue prometida por la revelación de nuestro Profeta Muhammad (saws) y por la que estamos luchando contra el kufr durante catorce siglos. Islam es la estrategia del espíritu.
A. ¿Y qué es la estrategia del espíritu?
G.D. En primer lugar habría que descifrar el propio concepto de “espíritu”, que en realidad tiene muchos más significados o, al menos, “lecturas” que el concepto opuesto de “materia”. (En cuanto a la “materia” también hay discusiones, pero están en exceso simplificadas porque transcurren entre los metafísicos y los profanos. Los profanos consideran como materia la esfera de la manifestación que actúa sobre sus sentidos corporales. En cambio los metafísicos entienden por “materia” lo que siempre han entendido por tal los representantes del conocimiento tradicional: substancia que representa la posibilidad pura o, más exactamente, el polo pasivo “femenino” de la substancia, como indica la raíz griega de la palabra “mater”. Como tal, la materia no está manifestada y en este sentido no puede actuar sobre los órganos de percepción sensorial; los profanos simplemente confunden la substancia con la materia y con la energía, que a su vez, representan las manifestaciones de la extensión. En tanto que la extensión pura en la metafísica tradicional recibe el nombre de “materia secunda”).
“Espíritu” – ruah en hebreo, ruh en árabe – en las lenguas semíticas tiene la misma raíz que la palabra “viento” (rih en arameo), en el griego y en el ruso este concepto está relacionado con la respiración – “pneuma”. El mismo origen “respiratorio” tiene el espíritu en latín. Mientras que en las lenguas germánicas de nuevo tiene que ver más con la acción del viento: ghost (espíritu, fantasma) – gust (fuerte ráfaga de viento). Incluso de esta breve nota lingüística se deduce que la semántica tradicional distingue en la propia génesis de la representación del espíritu sus aspectos subjetivo y objetivo. La respiración es el movimiento del aire en los pulmones del individuo, mientras que el viento o sus ráfagas representan la manifestación del movimiento libre del elemento aire sin que esté atado a un ser concreto. Esta puntualización tiene para nosotros cierta importancia, porque en el Corán “espíritu” se utiliza de las dos maneras: como “ruh al-kudus” – “Espíritu Santo”, por el que la tradición entiende al arcángel Jabrail (Jibril). Y como “ruh Allah” o aquel espíritu que Allah llama “Suyo”, partícula del cual fue introducida en el “muñeco de barro” de Adán cuando éste fue creado. En este caso encontramos la misma diferenciación: por un lado la persona concreta del arcángel, por el otro – substancia sin personificar. (Para los monoteístas es evidente y ni siquiera hay que explicarlo, que ni el Espíritu Santo, ni el espíritu de Allah tienen ninguna relación esencial con el propio Sujeto incognoscible para quien no son más que instrumentos operativos de Su voluntad creados por Él. Lo explicamos porque la coincidencia del significado de “ruh al-kudus” con el “Espíritu Santo” de la teología cristiana podría inducir a alguien al error de trazar una analogía inexistente.)
Aparece también una tercera mención del “espíritu” en la sura Leilatu-l-Qadr, en la que se dice sobre la noche del poder: “En ella descienden los ángeles y el espíritu para cumplir todos los mandamientos”. En este caso no se indica directamente de si se trata del espíritu personalizado o substancial, pero la mención a su lado de los “ángeles” y el movimiento del espíritu hacia el cumplimiento de las órdenes señalan que se trata del arcángel Jabrail. Es muy importante comprender que los aspectos subjetivo y objetivo del espíritu – o por utilizar las imágenes originales, la “respiración” y el “viento” – se refieren a la misma esencia, al mismo instrumento, que sirve para realizar el designio divino. Adán y todos los profetas que descendían de su semilla hasta nuestro señor Muhammad (saws) – todos fueron herederos unos de otros en tanto que poseedores de esta semilla. Es el fundamento de su aspecto de elegidos que les permitió recibir la revelación. Pero la revelación es transmitida por Jabrail, es decir por otro aspecto, personificado del mismo espíritu, cuya partícula no personalizada en el corazón del profeta le permite escuchar o percibir esta revelación.
Nosotros tan solo tenemos una relación virtual con el espíritu que vive en la cadena de los profetas. Es por lo que solo podemos seguir a la Revelación creyendo en ella. La sinceridad y el total compromiso de todo nuestro ser como respuesta a aquello que el Profeta nos transmite determina el que esa relación virtual se convierta en real. Es justamente lo que se determinará el Día del Juicio, la excepción ya ahora son los mártires que han caído como testimonio de su fe, los shahid. Ellos pagaron con sus vidas la transformación de la participación virtual de la partícula del espíritu de Dios, en su posesión real, tal y como ocurría con los profetas. Es lo que les convierte en vivos, purificados y libres del Juicio ya ahora, cuando a la vista de los ojos que no ven de la humanidad mortal están muertos.
A. ¿En qué consiste entonces el espíritu coránico?
G.D. La única respuesta correcta es que ese espíritu es el pensamiento providencial de Allah acerca del destino de la creación, o aun más claro es el pensamiento de Dios en el que “se corrige” la realidad primaria, dada como la ignorancia total de Allah. Aquí habría que subrayar un cierto aspecto “dialéctico” de la teología islámica. El desconocimiento, lo incognoscible es la base de cualquier mención posible de Allah. El que tenga sifat-atributos y “nombres bellos” no cambia nada en esta cualidad fundamental, pues toda la suma de los nombres y la perfecta comprensión de los mismos no quitan un ápice del aspecto incognoscible de Aquel, Quien se oculta detrás de estos nombres. Por lo tanto la ignorancia de Allah que aparece como todo aquello que no es Él, es la necesaria forma de Su presencia trascendente. Tal desconocimiento es totalmente inevitable porque la “presencia” de Allah solo puede manifestarse en forma negativa y únicamente la voluntad de Allah de eliminar este negativo interviene dentro del abismo de esa pura ignorancia para crear en su lugar como resultado final una nueva realidad, basada en lo positivo absoluto y la justicia perfecta. En este paso de lo negativo de la ignorancia primera a lo positivo de la trascendencia “manifestada” en la vida futura el hombre juega el papel de puente. Él es aquel “espacio” en el que la partícula del espíritu Divino se contrapone al barro autosuficiente e ignorante. (Es por lo que los ángeles dicen que el hombre será la causa del desorden y derramamiento de sangre, y el Altísimo les contesta: “Yo sé…” Según el designio Providencial, el hombre ha sido colocado como su representante para realizar a través de sí la guerra entre el “espíritu” y el “barro”.) De modo que el espíritu es el pensamiento de Dios en el que está contenida la perspectiva de la superación de la ignorancia-negativo, que existe como el falso infinito. (Este falso infinito que ante los paganos aparece en calidad de Destino, se ve a sí mismo como el absoluto independiente y autosuficiente.)
Dentro de las etapas de la manifestación del Pensamiento divino el hombre se descubre como un ser que, aunque pertenece al barro, emparentado a este falso infinito según todos los parámetros de rigidez, inercia, humedad, oscuridad etc., sin embargo también está tocado por ese Pensamiento, lo cual produce en su interior la herida espiritual o trauma.
A continuación dentro de las etapas de la manifestación de ese Pensamiento surge la sociedad, como una consecuencia compensatoria por el trauma espiritual. En el espacio de esta nueva manifestación podemos descubrir a dos jugadores colectivos, entre los cuales se distribuye la polarización del hombre como un ser sometido al conflicto y a la crisis. Esos jugadores son los sacerdotes y los guerreros. Los sacerdotes, apoyándose en el instrumento de la sociedad, tienden a neutralizar el trauma de la existencia, con lo que pretenden bloquear la acción del Pensamiento Divino dentro de la creación, organizada en torno al hombre. Su objetivo consiste en reproducir el falso infinito como la única posible y perfecta afirmación.
Los guerreros tan solo se les pueden oponer virtualmente, debido a que su naturaleza ígnea apasionada busca destruir el status quo, y en última instancia tiende al sacrificio a través de la autodestrucción. La pasión devoradora situada en la cumbre de la pirámide espiritual interior de la casta guerrera se llama “amor”, porque en la destrucción propia ve de manera natural la afirmación de lo Otro. De esta manera la pasión pura se convierte en la condición previa para la apertura del hombre al principio trascendente, la voluntad de servir a aquello que no está presente.
Es por lo que los guerreros resultan íntimamente trastocados por la misión del primer profeta Adán, y es por lo que todos los profetas descienden de la casta guerrera y en todas sus actuaciones se muestran como los guerreros nobles y perfectos.
Jibril, como el Espíritu Santo, que posee una imagen concreta y la personalidad de arcángel, se dirige al análogo despersonalizado de sí mismo – la partícula del espíritu Divino que reside en el corazón del Profeta, quien la ha heredado de Adán. La elección de cada profeta concreto, tiempo y circunstancias de su aparición forman parte del mismo plan providencial, en el que todos los profetas están presentes desde el principio (y que le son mostrados a Adán durante su creación). Sería inútil hacer la llamada, revelar los grandes secretos de la providencia a aquel quien no posee esta partícula en el sentido plenamente real y quien, por lo tanto, no puede “recibir”.
Pero de la misma manera el profeta solo es escuchado por aquellos que por su cualidad mejor responden al proyecto providencial, quienes como el diapasón están sintonizados para resonar con el espíritu Divino. Son los guerreros. El Profeta se dirige a toda la humanidad, pero los guerreros son los primeros en escucharlo y se convierten en sus compañeros.
A. ¿Y qué ocurre luego?
G.D. Una vez que ellos crean la comunidad independiente y capaz de sobrevivir a través de la lucha, bajo su protección también son atraídas otras clases de la humanidad. Pero a los guerreros el Corán asigna el primer lugar dentro del material humano del que se compone la comunidad de aquellos que han seguido el proyecto Divino: “No son iguales aquellos que siguen el camino de Allah, entregando sus vidas y sus bienes, que aquellos que se quedan para dar de beber a los peregrinos”.
La lucha no termina con la llegada del profeta y la formación del jamaat. La lucha no acaba nunca. La corporación clerical pasa a la contraofensiva todavía en vida del profeta, busca brechas en su estrategia, procura desviar del camino y tentar a sus seguidores. En cuanto éste se va, una parte de los que le han seguido intenta fabricar ídolos, el becerro de oro etc. Para los monoteístas es muy importante comprender lo agudo y conflictivo de la situación: porque únicamente los profetas posen la pureza absoluta y están libres del error. Adscribir automáticamente las mismas cualidades a todos los seres humanos que han respondido a la llamada de los profetas supone hacerles el juego a los sacerdotes, cuya táctica consiste en quitarles a los profetas el estatus excepcional privilegiado y oscurecer los principios antropológicos fundamentales que acompañan al propio principio de la revelación.
A. ¿Por qué cada vez esa tendencia resulta interrumpida? ¿Quién y cómo se opone a ella?
G.D. En cuanto el profeta muere, y se trata de todos los casos, los sacerdotes y sus agentes dentro de la comunidad monoteísta pasan a la contraofensiva, intentan dividir a la comunidad, comprometer y si pueden destruir a su parte más fiel al profeta que ya no está, crean un sistema de interpretaciones, en las que la fuerza explosiva revolucionaria del mensaje Divino es neutralizada, reducida a otra interpretación más de las mismas doctrinas tradicionales de los sacerdotes. (En este sentido nos puede servir de claro ejemplo la actividad del “apóstol” Pablo y las consecuencias históricas de aquella actividad. Gracias a ella hoy bajo la marca “cristianismo” tenemos a mitraistas y maniqueos que utilizan la terminología bíblica.)
Otra dirección en la que los sacerdotes ejercen su acción subversiva es a través de la contrarrevolución interna contra los guerreros que como resultado coloca en primer lugar dentro de la comunidad a los aliados sociales más cercanos de los sacerdotes: a los mercaderes y a los artesanos. Estos últimos trabajan activamente para “desarmar” el mensaje original, representan el obediente rebaño dirigido por los “sabios”, es decir por los fariseos y escribas, a los que Isa bin Maryam (saws) llamó “lobos vestidos con piel de corderos”. No es de extrañar que semejante público, que domina por su número y está dirigido por los experimentados tecnólogos políticos de la “eterna” corporación, restaura en lugar de la comunidad monoteísta de los compañeros del profeta a la sociedad con su principio de alienación y la eliminación del sentido y con su aparato de coacción y de violencia. Los guerreros nunca crean el Estado. Incluso en la sociedad pagana en la que los guerreros no tienen guías monoteístas y la autoridad está ejercida por los sabios a los que no se les ha dado ningún susto, incluso ahí el Estado es organizado por los escribas y los lacayos. Los restos desclasados de los mercaderes y la nobleza corrompida, se encuentran y engordan explotando “la ley”, a la que envuelven en la sangrienta niebla de la violencia permanente.
La única conquista en esa dirección podría ser la auténtica emancipación social de la casta guerrera, que en tal caso podría recrear la comunidad a nivel mundial y organizar su exitosa resistencia frente a la sociedad global. Para lo cual, en primer lugar, hace falta la victoria intelectual de la teología pura sobre la metafísica de los sacerdotes (o, en nuestro caso, del Islam, sobre las interpretaciones de la revelación por parte de los “sabios” y los tradicionalistas-místicos). Es precisamente la teología la que, al formular su método, sus horizontes, su descripción de la realidad, abre para los pasionarios de la mente el pasadizo secreto para recuperar su influencia y captar la atención de todas las fuerzas interesadas. Y los interesados en esta causa son todos los elementos de la crisis y del conflicto, todos los portadores de la protesta, en resumen, todos los desposeídos y desheredados. Entre ellos también se encuentran los hermanos menores de los pasionarios de la mente, los pasionarios del cuerpo. Su vida en las afueras del espacio humano transcurre inmersa en una manifestación pervertida del amor que les devora, dentro de la continua violencia que lo destruye todo, que estando falsificada y desprovista de su esencia, fácilmente cae bajo el control del elemento más depredador de la sociedad: las fuerzas de seguridad del Estado y la mafia a la que estas protegen (al respecto recomendamos leer el texto de G.D. “La sociedad y el tiempo. El mecanismo global de la alienación” – N. del T.). Los pasionarios-teólogos (que significa la antítesis directa a los clericales de cualquier rango y condición) forman una alianza con los pasionarios, que no tienen nada que perder salvo sus cabezas, que en su existencia juegan el último papel. En esta simbiosis nace la guardia del Monoteísmo, en la que el pensamiento providencial obtiene su inmediata y eficaz expresión corporal. Hoy queda claro que únicamente la Revelación coránica y el material humano históricamente vinculado a ella pueden convertirse en la base de la revolución de los guerreros contra los sacerdotes y que en el caso del éxito será encabezada por el esperado Mahdi (¡que Allah precipite su llegada!).
El espíritu, que es el pensamiento de Dios, se expresa en las palabras que Allah nos hace llegar en el Sagrado Corán: “Hemos terminado para vosotros vuestra religión (din, es decir: el camino a seguir) – Islam”. Islam como sistema completo es exactamente la estrategia del espíritu, cuyo seguimiento sin compromiso debe llevar a la victoria a aquellos quienes en la tierra fueron “debilitados”, pero serán los primeros. (Por “debilitados” se entienden aquellos a los que la tradición caballeresca occidental, próxima al Monoteísmo, llama “los desheredados”: guerreros, héroes solitarios que pretenden convertir su autosacrificio en la afirmación de la realidad alternativa triunfante.)
A. ¿Cuál es la esencia de la economía islámica cuando el alma se compra por el paraíso futuro?
G.D. “Allah ha comprado vuestras almas por el paraíso”, – dice el Altísimo en la Revelación coránica, dirigiéndose a los creyentes. A algunos de nuestros contemporáneos más sentimentales les choca la terminología “comercial” que Dios aplica en la cuestión de la salvación eterna. En realidad detrás de semejante “economismo sagrado” se esconde la profundidad fundamental del pensamiento Divino acerca de la naturaleza de la sociedad. Sociedad de la que la misión de los profetas arranca, y de esa manera libera, a los mejores pasionarios, capaces de cambiar el sentido del ser.
El llamamiento del Altísimo implícitamente indica que el tiempo interior de los miembros de la sociedad está comprado por la máquina colectiva de alienación, que convierte el alma (y el alma, en realidad, es el sinónimo del “tiempo interior”) en un objeto contabilizado cuantitativamente y que conduce al hombre a la nada. La sociedad se posiciona como la “vida presente” en permanente devenir que se modifica y aumenta infinitamente, donde esta vida – ¡y por lo tanto la propia sociedad! – son eternas, mientras que generaciones de personas que alimentan el crecimiento de la “vida presente” (llamada el progreso en el lenguaje de hoy) se convierten en el polvo que se lleva el viento.
Las personas que se han gastado en la construcción de las pirámides, en las campañas de unos reyes contra otros y demás acciones para capitalizar el material humano, no están inscritas en el libro de la vida. Se han unido corporalmente al barro del que se componen los tristes muros de la gigantesca cárcel llamada “valle de lágrimas”.
Hemos dicho que el alma es el “tiempo interior”. Antes hablamos de lo mismo como del “agujero negro”. No hay que interpretar el tiempo interior como alma en el sentido de que dentro de nosotros saltan los minutos, las horas y las fechas. La entropía biológica, el envejecimiento de nuestro organismo, del que nace la vivencia psicológica de la duración, no es el “tiempo interior”, sino uno de los aspectos del tiempo exterior.
El verdadero “tiempo interior” es el horizonte final fijo, que a diferencia del horizonte geográfico, no se aleja de nosotros a medida de que avanzamos hacia él, sino que al contrario se mantiene perfectamente fijo en su lugar. El encuentro con este horizonte, la llegada a este límite supone para nosotros la muerte y la aniquilación. El “tiempo interior” es nuestro finalismo, la condenación a un final absolutamente inevitable. Ese “tiempo interior” está presente dentro de nosotros como la perspectiva de nuestra muerte inevitable, de la que somos conscientes, pero, al mismo tiempo, también es un instante incomprensible, que no dura, un “punto” dentro del tiempo que no tiene dimensión por analogía con el punto del espacio.
Al igual que dentro del espacio vacío y homogéneo el punto representa el fin de la extensión, pero que a la vez es su centro, que no es idéntico a nada dentro de este espacio, de la misma manera este punto dentro del ser humano significa el fin de su duración individual (¡y en cierto sentido el fin de toda duración!), pero a la vez es el centro del tiempo. Es en este sentido que afirmamos que ese “agujero negro” es el tiempo interior, también llamado el alma, porque el pronombre Yo, que se refiere al irrepetible Pepe Pérez que está aquí y ahora, únicamente se refiere a este fin de la vida, que todavía dura, escondido en el corazón, y que se descubre como el fin de esta vida en el momento de la muerte y que junto con la vida deja de existir.
A. ¿Y qué significa esto desde la perspectiva de un hombre concreto cualquiera?
G.D. El irrepetible Pepe Pérez desaparece del todo y el punto negro de su interior se une a la simple y pura ausencia, que después de la desaparición del individuo ya no está señalado de ninguna manera. Pero mientras este individuo puede mover los brazos y entrar en relaciones con otros iguales, su alma (que, como hemos visto, es su potencial y futura nada) sirve de fuente para los recursos prácticamente ilimitados que la sociedad extrae para convertirlos en “objeto”, en otras palabras, para convertirlos en la parte material visible y valorada de la civilización humana, esa misma infraestructura que los marxistas denominan las “fuerzas productivas”.
Lo específico, desde el punto de vista islámico, es que en el siglo XIX el concepto de las fuerzas productivas era bastante restringido, bastante más restringido que lo que se entendía por “civilización”. En actualidad las “fuerzas productivas” incluyen tanto las relaciones de producción como otras. Las relaciones jurídicas de los cónyuges, y por lo tanto también sus relaciones sexuales y emocionales, también se convierten en “fuerzas productivas”, porque las “ganancias” parasitarias de los despachos de abogados, que se dedican a los asuntos conyugales, también se contabilizan en el PIB del país. Y del mismo modo todas las esferas de la vida social se convierten en distintas variedades de la producción, convirtiéndose en un objeto alienado.
Allah como guía de los creyentes, que se dirige a ellos a través del Profeta, abre una perspectiva alternativa: quitarle a la sociedad, que actúa como el vampiro colectivo, su sangre espiritual – el “tiempo interior”. En este caso el “tiempo interior” no alienado recupera la libertad absoluta de la no identificación con el medio externo y se convierte en la base del nuevo significado, que se abre a través del Profeta en forma del mensaje enviado por el auténtico Sujeto.
Las palabras “Allah ha comprado…” justamente indican que el “tiempo interior” es el recurso secuestrado que la sociedad convierte en algo cuantitativamente valorado.
De modo que en la Revelación islámica, o más exactamente, en esta aleya concreta, está contenida toda la economía política del pensamiento teológico islámico: la crítica total de la sociedad humana “independiente” convertida en tagut, es decir en una máquina mitologizada, objeto de adoración, y que en realidad representa el mal en estado puro y la destrucción de todas las personas introducidas en el funcionamiento de tal mecanismo.
La llamada de Allah trae a los fieles no solamente la libertad, sino una comprensión de la libertad y unas dimensiones de la libertad que superan con mucho las pautas sociales de la conversión del esclavo en amo. La auténtica libertad para el hombre consiste en su liberación de la sociedad, lo que de por sí es el prolegómeno de la resurrección y de la vida eterna dentro de la nueva ontología.
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Caos manipulado: el poder contra la humanidad
Por Geidar Dhzemal
24/03/2013 Islamkom.org
Entrevista realizada por Alexei Nilógov Traducido del ruso
– Geidar ¿cómo comentaría Ud. la afirmación del filósofo Alexandr Duguin de que en Rusia no existe ningún posmodernismo, sino que predomina el arqueomodernismo, cuando lo arcaico y lo moderno se capturan mutuamente, y como resultado se produce la superposición de kerigma (principio racional) sobre la estructura (principio mitológico)?
– Dentro de la historia del intelectualismo actual el posmodernismo es la última línea de defensa del club liberal mundial, que ha entrado en la fase de crisis.
La crisis de los liberales concretamente se debe a que la economía de aire especulativa de hecho “se ha comido” los activos reales y para seguir con los procesos de movilización social en el mundo simplemente no hay recursos. En otras palabras, hoy es imposible llevar a cabo la modernización de una gran parte de la humanidad, porque para eso… no es que no hay dinero – ¡el dinero se puede imprimir! – pero no hay capital real que se pueda convertir en el patrimonio para los miles de millones de personas que viven en la periferia mundial.
Dado que el proyecto de movilización es imposible, el posmodernismo proclama el fracaso del pensamiento proyectista. Vulgarizando, es como si un impotente con aspecto de sabio anunciara que acostarse con las mujeres ya no está de moda. Sin embargo en 2000, apartando a los liberales, quienes por su esencia antropológica son “chandalas” – bohemia desclasada, no desprovista de cierta creatividad, – al poder en Rusia accedieron los “burócratas” – otra sección parapolítica de los desclasados, que por su esencia representan al lumpen, organizado como corporación.
Entre el lumpen organizado corporativamente, que tiende al anonimato, la combinación de la jerarquía vertical con la proliferación horizontal, lo opaco del protocolo entre los despachos etc., y los liberales-chandalas, orientados hacia el hedonismo, la actuación pública en aras de satisfacer su vanidad “escénica”, individualismo, hostil tanto hacia el anonimato, como hacia el personalismo heroico, se abre un abismo tipológico. Los liberales intentan someter a la burocracia, para que les sirva, mientras que los burócratas como respuesta se ven obligados a utilizar el segmento más servil de los liberales (¡aquí es difícil prescindir de los tecnólogos políticos!) para destruir las fracciones más tercas del club liberal. (Este segmento más servil está representado por los actuales políticos europeos que cumplen sin protestar las órdenes de la burocracia internacional afianzada en Bruselas – N. del T.)
Este enfrentamiento ocurre en todas partes, no solamente en Rusia. Vemos claros ejemplos de la oposición entre la bohemia política y el lumpen organizado en la Unión Europea, hasta cierto punto en China, y – lo más importante – en los Estados Unidos, donde este conflicto tiene un carácter fundamentalmente cambiado (en este país la cúpula de la burocracia está estrechamente vinculada a la tradicional burguesía protestante, es decir que el enfrentamiento entre la burocracia federal y los liberales en los EE.UU. tiene el carácter de contradicción entre un estamento casi en el sentido tradicional que se ha conservado y la rica bohemia desclasada con conexiones internacionales).
En Europa la anónima constelación burocrática se enfrenta a los clowns-políticos que dependen del electorado y soterradamente apela a las fuerzas conservadoras, desplazadas a la sombra después de la llegada de los norteamericanos en 1945. Pero en Rusia desde 1917 tales fuerzas no existen. La burocracia, desprovista del contenido propio, tratándose del lumpen e incapaz de imitar el contenido ajeno de manera creativa como hacen los liberales, no puede existir sin un dueño que le proporciona la suprema justificación.
Buscar semejante dueño en China es inútil, porque ahí está en el poder el mismo lumpen (burocracia en forma de la corporación del Partido Comunista Chino) simplemente más exitoso y más listo. Ir a Europa para rendir pleitesía a las fuerzas conservadoras no tiene perspectivas para la nomenklatura lumpen postsoviética: jurídicamente no deja de ser la heredera de los asesinos de la familia del zar en Ekaterinburgo. (Putin de todas maneras lo intentó a principios de su mandato, recuerden sus vuelos desde Moscú al rancho de Bush y luego a Londres para entrevistarse con la reina – N. del T.)
Únicamente quedan los Estados Unidos. Poseen las condiciones necesarias: modelo burocrático federal que Moscú entiende, pero que tiene como contenido el tradicional establishment burgués, que posee su propio discurso legitimizador y se opone a la vez tanto al liberalismo de izquierda, como al club mundial de los “tradicionalistas”.
Por eso la burocracia rusa a fuerza de su antropología y la implacable lógica geopolítica está colocada “bajo el tejado” (en ruso la expresión tiene la connotación de “protección” en el sentido mafioso – N. del T.) del Washington republicano. De ahí ese extraño sinsentido que resuena en el espacio mediático-mental ruso. Se trata de la imitación del tardío republicanismo romano acompañado del “sonido del metal” precesarista, pero canalizado a través de la articulación liberal ya que los medios, aunque políticamente están sometidos a los burócratas, de hecho siguen en manos de los liberales debido a las razones técnico-profesionales evidentes. A juzgar por todo, el enfrentamiento dramático entre los chandalas y el lumpen seguirá creciendo, y los Estados Unidos están interesados en recalentarlo por todos los medios.
-¿Por qué precisamente en el posmodernismo sitúa Ud. la época de la conspiración mundial? ¿Cómo transcurre la sucesión histórica de las conspiraciones mundiales?
“Conspiración” es un término que lleva a la confusión, porque se supone que los conspiradores se oponen al establishment y conspiran con el fin de hacerse con el poder. En realidad lo que la gente llama “conspiración” al referirse a cierta intriga con el objetivo de manipular a la sociedad, es generada por el propio poder. La intriga manipuladora tiene por principal organizador a la cúpula de la pirámide del poder.
Así que si hablamos de la conspiración – hay que hablar de la conspiración del poder contra la humanidad y no, de digamos, judeo-masones o iluminados, católicos, wahabitas – contra el poder. Otra cosa es que los mismos judíos o “wahabitas” pueden estar funcionalmente enredados en la intriga del poder como instrumentos ciegos, tontos útiles o actores que desconocen el verdadero guión. La judería política a lo largo de la diáspora, e incluso, como nos muestra la historia del génesis del cristianismo, todavía antes de la diáspora se “inscribía” con ganas en cualquier intriga, ideada por los gobernantes mundiales. La función de intermediarios, fundamentalmente característica de los judíos les jugó una mala pasada en más de una ocasión, porque el poder, después de utilizarlos para sus fines, les entregaba a “los de abajo” cuando estos exigían rendir las cuentas sociales.
El ejemplo clásico, en mi opinión, lo tenemos en la “limpieza” de los judíos en Ucrania durante la rebelión de Jmelnitski. Los judíos entonces funcionaban como los arrendatarios y los encargados de negocios de la nobleza polaca, desviando hacia sí todo el odio que los cosacos sentían contra los magnates. Pero los vishnevetski y demás explotadores estaban lejos, mientras que los encargados judíos, que cobraban impuestos para los amos polacos estaban al lado – lo que llevó a que les ahogaran en masa en el Dniepr. Volviendo al tema de las “conspiraciones”. Posmodernismo representa la crisis provocada de la cultura, la destrucción de los instrumentos que permiten formular los macroproyectos conceptuales.
En las actuales condiciones del movimiento tectónico en la esfera de la sociedad global cualquier macroproyecto (“gran narrativa”) lleva en sí el peligro para la cúpula dirigente mundial. Le preocupa que la energía del “resentimiento” pueda convertirse en una ideología articulada para la nueva generación de la protesta. El intelectual posmoderno es un ser cuya columna vertebral conceptual está rota. Como resultado está paralizado y solo puede recibir a los huéspedes sentado en la silla de ruedas. Precisamente en eso consiste el elemento de turno de la intriga del poder, al que definimos con inexactitud como “conspiración”.
– ¿Cómo ve las perspectivas del discurso de la izquierda en el mundo y en Rusia? ¿Será posible alguna vez de nuevo acumular y canalizar los sentimientos de protesta de la gente en un nuevo movimiento, comparable al marxismo o al antiglobalismo?
– El problema de la protesta no necesariamente tiene que estar vinculado a una categoría más bien ética, de partido como el “izquierdismo”.
Sabemos que la sublevación contra el mundo moderno también se llevó a cabo bajo las banderas de la derecha radical: “barón negro” Julius Evola, las ideas de la revolución conservadora etc. ¡El que la izquierda condena el anticapitalismo de derechas como la revuelta reaccionaria burguesa contra algunos aspectos del sistema mundial, no cambia nada en el hecho de que se trata de la protesta!
Además también surgen preguntas para la izquierda: ¿no será que ponen pegas a la protesta radical de derecha cuando se dirige contra el capital financiero especulativo? Y es que toda la actividad de la izquierda en el siglo XX ha servido al final para que los prestamistas y especuladores obtuvieran el control sobre el sector real de la economía (al respecto tiene interés estudiar las teorías del marxista Rudolf Hilferding, ferviente defensor del “capitalismo organizado”, prácticamente sinónimo del “socialismo bancario” – N. del T.). Resulta, en honor a la verdad, que Marx (independientemente de lo que pensara y dijera) objetivamente abría el camino para el triunfo del banco sobre la fábrica. En realidad, si sacamos entre paréntesis todo lo secundario, la organización de la URSS se reducía exactamente a eso (lo que hasta cierto punto desde el principio comprendía el propio Lenin).
Semejante protesta, desde luego, no nos satisface.
No nos satisface la “crítica” del capital que, en última instancia se refiere al capital industrial.
No nos puede satisfacer la lucha contra las clases explotadoras que desemboca en el pogrom de los organizadores nacionales de la producción a favor de los especuladores internacionales (lo que resulta objetivamente, pese a los demagógicos ataques a los especuladores también).
Pero, por otro lado, tampoco se puede construir la protesta en base al culto nacional-burgués de la producción de mercancías organizada corporativamente. Lo que comenzó como la revuelta alemana contra la usura internacional, terminó como la esclavitud industrial asiática dentro del marco de la división de la economía global entre la economía de la producción subordinada y la economía del consumo dominante. En otras palabras, el triunfo de la economía virtual después de 1945 ha sido tan total, que es inútil oponerle proyectos de tipo económico interno (retorno a la economía real o la fase anterior a la producción de las mercancías).
La protesta actual (futura) debe entender de una manera completamente diferente tanto la economía política, como las apuestas en esta lucha y el contenido socio-antropológico de los jugadores-participantes colectivos de la lucha. Hoy no se trata ni de la oposición entre el trabajo y el capital, ni de la apropiación de la plusvalía. Se debe hablar en términos teológicos sobre el secuestro del significado de la existencia humana, rígidamente delimitada por el marco temporal del nacimiento a la muerte. Hoy el hombre entrega a la máquina social no solamente su tiempo de trabajo, sino el tiempo que pasa con su hijo en el zoo o cuando está con chanclas delante del televisor, o con el periódico en una cafetería, o haciendo la cola para cobrar el paro. La actual forma de socialización representa el robo de su tiempo vital a través de la falsificación, del secuestro del sentido. Todo el tiempo del hombre socializado es secuestrado y convertido el capital que le es enajenado.
La protesta se concentra en la devolución del sentido y la construcción de barreras en la vía del secuestro de su tiempo individual. En actualidad el ejemplo más claro de semejante protesta (aunque en el fondo no es más que el primer pasito en la dirección adecuada) nos lo da Hezbolá en el Líbano.
Cuando se construya el discurso de la teología de liberación del islam político, que sea aceptado como la ideología universal aconfesional-cultural de la protesta tanto por los guerrilleros de las FARC en Colombia, como por los restos de los jemeres rojos en el sudeste de Asia – entonces se podrá decir que el genio espiritual de la libertad, que reside en lo más recóndito de la “condición humana”, saldrá a la recta final – el último segmento de la Gran Historia.
– Cuando habla del fracaso del “Club liberal”, utiliza la metáfora de Francis Fukuyama sobre el “fin de la historia” como el fin justamente de la historia liberal. Hace poco Robert Kagan contestó a Fukuyama con la metáfora del “fin del “fin de la historia”. ¿Conoce sus argumentos?
– Cuando Fukuyama habló del fin de la historia los liberales creían que la victoria política de su club estaba decidida y ya no había quien lo retara.
En aquel momento los liberales entendían por el fin de la historia no su propio fin, sino el fin, al menos político, de todos los no liberales. Más aún, creían que habían logrado hacerse con el secreto del inconsciente colectivo de la “mayoría silenciosa”, convencerla de que formaba parte de la “causa común” que, por supuesto, consiste en el proyecto liberal de la prosperidad y el confort. Los liberales alimentaban la ilusión de que la “mayoría silenciosa” era moralmente solidaria con ellos.
Tormentoso final de los 1990 y comienzos de los 2000 demostraron que la “mayoría silenciosa” no lo estaba! Este descubrimiento, por un lado, llevó a la desvalorización del mito electoral: “¿Si la mayoría no se solidariza con nosotros, para qué queremos todo ese sagrado ritual de la máquina electoral?” La movilización de la gente para las elecciones verifica su inclusión en la ética de la solidaridad liberal. En el caso contrario hay que falsificar los resultados electorales (en versión suave), o pasar a la autocracia. Los liberales moderados y de izquierda no están preparados para ello, pero los de derecha y extrema derecha lo están – lo que en su momento demostró la elección de Bush.
Después de que los liberales descubrieron que su triunfo no era más que una precipitada ilusión, al primer plano pasó su ala más derechista que apostó por jugar a seguir profundizando en la división del mundo en bandos.
En tanto que el club liberal no logra conseguir el dominio mundial, asegurando la inmunidad ante cualquier reto, en acción entra el proyecto de la “nueva Roma” (o “nueva Atlántida”) – el imperialismo nacional-patriótico de los EE.UU., que aplica un rígido dictado con respecto al resto del mundo. Los Estados Unidos fueron obligados a reproducir el modelo de Gran Bretaña victoriana incluido el atributo como el de “primer ministro” – judío étnico.
Pero con respecto a Gran Bretaña no existía una resistencia organizada. El tercer mundo fue convertido en la zona oprimida de ocupación colonial, la Europa continental dividida entre Bismarck y Napoleón III, Rusia ejercía de “vigilante” de las inmensidades de Eurasia desde Londres hasta China y el Imperio Otomano. La situación actual de los Estados Unidos con las posibilidades tecnológicas crecidas por mil es políticamente mil veces peor.
En estas condiciones los Estados Unidos, en primer lugar, provocan la oposición contra ellos y, en segundo lugar, múltiples enfrentamientos de sus opositores entre sí, y lo definen como el retorno de la historia. Pero el Imperio Británico manipulaba el balance de fuerzas dentro del orden, mientras que los EE.UU. apuestan por organizar el caos manipulado.
Existe una diferencia abismal.
Por entonces todos lo que participaban en el juego británico creían en aquel orden y deseaban su prolongación, por lo que de una u otra manera colaboraban con Londres. Hoy todos a los que los Estados Unidos han metido en su juego están interesados en que la situación explote, lo que abrirá nuevas posibilidades, están interesados en romper el orden establecido. Pero el asunto está en que los EE.UU. son parte de este orden, y de hecho, manipulando el caos, están preparando su propia destrucción.
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TRADICIONALISMO Y PROFANISMO
Por Geidar Dzhemal
Transcripción del seminario filosófico celebrado en 1998. Del libro LA REVOLUCIÓN DE LOS PROFETAS, recopilación de trabajos filosóficos y conferencias de Geidar Dzhemal (en lengua rusa, Moscú, 2004)
Traducido del ruso por Arturo Marián Llanos
1. René Guénon – el apologeta de la teocracia abierta
René Guénon ve en la sociedad cierta dicotomía. Un polo está representado por la sociedad tradicional, que ha existido siempre, en todos los tiempos, en diferentes formas, en diversas manifestaciones. La Europa medieval, el Extremo Oriente, la sociedad hindú etc. Son sociedades “normales”, encabezadas por la autoridad sagrada que legitima todos los estamentos jerárquicos. En el otro polo se sitúa la sociedad profana, la sociedad actual, una especie del negativo de la tradicional (Lo que en la sociedad tradicional es “blanco”, en la profana es “negro” y viceversa). Según Guénon, esta sociedad se ha formado a lo largo de los últimos siglos. Guénon incluso señala la fecha de la formación de esta sociedad antitradicional – el final de la Guerra de los Cien Años. Sus sucesivas etapas son la Reforma, el Renacimiento, que para él representa la penetración del espíritu de la pseudo-Antigüedad (la Antigüedad greco-latina es la cobertura del antitradicionalismo), el jacobinismo, la Revolución Francesa, el liberalismo. Y, por último, el siglo XX – la última fase destructiva, satánica del profanismo.
Desde el punto de vista de Guénon, el profanismo representa el triunfo de la dimensión puramente humana, que es la analogía inversa con respecto a la auténtica plenitud del potencial humano.
La concepción de René Guénon es tan convincente, lógica y evidente que es difícil replicar algo de entrada. Describe cosas bastante evidentes que para cualquiera de nosotros saltan a la vista. Pero si nos adentramos en ella surge toda una serie de preguntas.
Si la tradición como una realidad sobrehumana, que actúa como una especie de rejilla de fuerza “eléctrica”, que estructura los campos “magnéticos” de la substancia humana, es tan global y universal ¿cómo es que degenera en su contrario? ¿Cómo puede suceder que el sistema global, universal del tradicionalismo – una norma fundamental – pierda el control sobre la sociedad, sobre una de sus partes (pongamos, Europa, que como resultado se convierte en la más fuerte, mas “sobredesarrollada”, más agresiva? Y luego sucede lo que Guénon en uno de sus libros define como “invasión”. Sucede la invasión de las civilizaciones tradicionales que, figuradamente, aún sobreviven en la cuneta de este venenoso centro del profanismo. Finalmente, en algún momento determinado, todo el mundo se convierte en profano, lo que se puede considerar como el fin de todo el ciclo y el último eslabón de Kali Yuga.
2. Criptohierocracia – la forma actual del dominio de los sacerdotes
En uno de sus trabajos Guénon menciona que la involución es una ley necesaria de la manifestación, es decir que desde un determinado “más”, desde una determinada plenitud de su potencia, a lo largo de la manifestación el principio universal agota las posibilidades de su manifestación y pasa, por así decirlo, a su “menos”. En otro lugar, Guénon puntualiza que el triunfo del profanismo abierto no constituye una ley, no necesariamente los ciclos históricos de las humanidades precedentes acabaron en una degeneración, similar a la nuestra. Guénon también dice que la revolución contra el espíritu tradicionalista es “el eje del programa” de la degradación final de la historia humana. ¿Pero por qué se produce? Desde el punto de vista global la subversión se encuentra dentro del sistema y de la Tradición universal. ¿Entonces, tal vez, también se debe considerar el profanismo como una versión, modalidad, modificación de la sociedad tradicional? A lo largo del proceso de mis propias búsquedas, del análisis de la doctrina guénoniana del tradicionalismo y comparándola con lo que realmente me rodeaba, llegué a la siguiente conclusión: no existe ningún profanismo. El profanismo no es más que una máscara, un determinado programa mental, destinado a manipular la conciencia de amplias masas de la población. La autoridad sagrada no ha desaparecido y no podía desaparecer. El esquema de Guénon consiste en que primero, los Guerreros se rebelan contra los sacerdotes y establecen el orden en el que los Sacerdotes presuntamente dependen del poder secular. Después, los Mercaderes, la burguesía, se rebelan contra los Guerreros y establecen el orden burgués. Y, por último, la fase extrema. Shudras, el lumpen, se rebelan contra los Mercaderes. Es la última fase. Es el comunismo, socialismo, o sea, la dictadura del proletariado, que el propio Guénon define como la última etapa de la involución. Sin embargo, detrás de este esquema bello, convincente y didáctico, se esconde una realidad completamente distinta. La hierocracia, que existía en los tiempos más remotos, no se ha ido a ninguna parte, sino que sigue presente bajo una forma más endurecida, aunque oculta. Antiguamente existía como el Estado-templo: el sistema en el que la sociedad se extendía a lo ancho, en forma de círculos concéntricos a partir del templo, de la pirámide, del zigurat. Se trataba de la teocracia, o más exactamente hierocracia – el poder de los sacerdotes, abierto, evidente, directo. Hoy tenemos el esquema de la criptohierocracia: la autoridad sagrada que ha dejado de ser evidente coloca una serie de “tapaderas”, cortinas y combinaciones externas, para desviar la atención de su auténtico poder, su verdadera fuerza, haciendo que la así llamada “conciencia de masas” perciba otra cosa. Concretamente, los parlamentos, instituciones liberales, la sociedad abierta civil, las leyes del mercado y demás – todo eso no es más que un sistema de “tapaderas”, cortinas creadas, detrás de las cuales se esconde la misma realidad del socium metafísico de hace miles de años. Más aún, se puede afirmar que a partir de un determinado momento, en Europa, la propia hierocracia se puso a preparar guerras y revoluciones para, realizando los cambios externos aparentes, conservar en la práctica su poder.
La casta de la hierocracia, por cierto, no constituye un solo organismo homogéneo. Existe una determinada parte conservadora, que está atada a los aspectos externos institucionales. Es la que habitualmente “entregan”, porque sin la “entrega”, sin la manipulación no se logra nada. Para pasar de la hierocracia abierta a la criptohierocracia hace falta sacrificar una parte. Normalmente “se entrega” la parte conservadora, visible, oficial.
Siempre existen determinados escalones cerrados de la autoridad. Son las órdenes esotéricas con respecto a la iglesia oficial. También en el seno de las órdenes existen los círculos internos. Ahí existe la misma división: la parte conservadora, visible, por un lado, y la parte flexible, oculta, orientada a “cambiarlo todo, para que todo quede como estaba”.
Recordemos los procesos que transcurrían en Rusia en los siglos XVIII-XIX. Los popes expulsados, los seminaristas que no terminaban el curso y dejaban el seminario, abrazaban la revolución. De alguna manera interiormente estaban conectados con determinadas estructuras religiosas. Por falta de materiales no podemos determinar exactamente hasta qué nivel la fronda y la oposición rusa estaban “atadas” a las sectas religiosas rusas. Pero sabemos lo suficiente para afirmar que tal relación existía: por ejemplo, los viejos creyentes (ortodoxos rusos que no aceptaron las reformas del patriarca Nikon en el s. XVII – N. del T.) jugaron su papel en la lucha revolucionaria contra la dinastía Románov. Cómo de grande fue este papel es difícil decirlo, pero el que en cierto sentido “alimentaron” el movimiento revolucionario, es imposible negarlo. Y sectas como las de “hlistí”: ¿estaban conectadas con el movimiento revolucionario ruso? Indudablemente tal relación existía.
3. La casta sacerdotal como la organizadora del proceso histórico
Existe la cara, la fachada de la iglesia oficial, que no plantea preguntas, pero también existe la parte interior. ¿Cuál fue el papel de determinados jerarcas en la preparación de la crisis de la monarquía de los Románov en su última etapa? Se conoce. El mismo Rasputin sin el apoyo de la iglesia no hubiera podido aparecer y penetrar en el círculo más íntimo del zar. Los bolcheviques inmediatamente “pagaron” a la iglesia, restableciendo el Patriarcado, suprimido por Pedro Primero. Así nos llegan los ecos de una determinada realidad conceptual.
Estoy en contra de ir de lo particular a lo general, coger un detalle y, como Cuvier, restablecer el cuadro general. Hay que establecer la certeza paradigmática. La realidad posee un determinado paradigma. Intuitivamente comprendes: aquí está, es como debe de ser, y luego encuentras los detalles, piezas sueltas, que cuadran en el esquema. Nunca se logra recopilar suficiente cantidad de detalles para que den la calidad de la coincidencia con el paradigma, por lo que semejantes construcciones siempre tienen puntos débiles. Los académicos predispuestos escépticamente pueden decir: “No señor, este detalle se explica de esta otra manera ¿entonces por qué este salto lógico? No hay nada de eso, es lo que parece a primera vista”.
Estoy convencido de que la hierocracia, en amplio sentido, había preparado una serie de grandes transformaciones sociales, cambios, revoluciones, para en la última etapa, crear una sociedad totalmente controlada, llamada sociedad abierta, sociedad civil, sociedad de mercado, dirigida por el instituto del gobierno democrático, que en realidad representa una cortina bastante evidente e incluso no demasiado tupida. ¿Qué es el sistema electoral? Es el sistema del oráculo de Pitia, de adivinación, la realización del principio de vox populi. Es la apelación al inconsciente colectivo. ¿En qué se basa la invocación a la opinión pública? ¿Cómo puede la suma de los tontos dar un resultado sabio? En realidad, aquí no hay ningún esquema mecánico, implícitamente se da por entendido que la gente, llamada a las cabinas para votar, a través de su inconsciente colectivo permiten que se manifieste el destino, y no expresan sus precarias opiniones personales; cuando forman parte de la multitud, se convierten en la manifestación de un determinado movimiento del destino. Claro que este “movimiento del destino” de alguna manera se puede dirigir. Si nos adentramos en la esencia de cualquier institución, vemos que no es autosificiente. A cualquier decisión “se le ayuda”. La cuestión es dónde se esconden las ataduras, las raíces de tal decisión. ¿Quién es el image maker? Detrás del consenso se esconde determinada sabiduría, y la sabiduría pertenece a la clase de personas cuya función es ser sabios. Ellas son las portadoras de la autoridad hierocrática. No se trata de los francmasones. La institución de la masonería, que se ha convertido en objeto de discusión, de miedo, de mistificación a lo largo de los dos últimos siglos, en el mejor de los casos no es más una estructura de servicio. En un extremo es una estructura tradicional, y en el otro es el sistema “Rotari” lo más próxima al profanismo.
El problema de la Historia está en que nunca la dirigen las personas para las que las preguntas dominan sobre las respuestas. El problema de la Historia consiste en que a la humanidad la dirigen aquellos para los que las respuestas preceden a las preguntas. Esas personas componen la casta de los clericales. Los “clericales” es un concepto bastante amplio. En las estructuras oficialmente aprobadas, establecidas de los sistemas eclesiásticos (no me refiero únicamente al cristianismo) hay gente visible, que ocupa altos cargos, y a su lado, personas que por su posición jerárquica parecen mucho menos importantes. Los cardenales grises están no solo detrás de los reyes, sino de las cabezas oficiales de las estructuras clericales. El auténtico ecumenismo no comienza en las cumbres oficiales, sino a partir de algún eslabón, algo distanciado de la cúspide visible para todos. Aquí de nuevo volvemos a Guénon, quien habla de la unidad de todas las tradiciones: las tradiciones no tienen nada que repartirse, la Verdad es una para todas. Pero si damos un paso más, siguiendo esta afirmación de Guénon, resulta que también el profanismo es una de las modificaciones posibles de la Tradición, porque cualquier institución, cualquier manifestación de la sociedad profana desde el punto de vista de la metafísica tradicional se descifra como un determinado símbolo, un jeroglífico – incluso el mercado. Veamos la definición del mercado de Hayek. Hayek rechazó la sistematización lógica de las leyes del mercado, diciendo que se trata de una cosa incognoscible con sus elementos propios de riesgo, casualidades etc., es decir que se trata de algo amorfo-agresivo (una modificación de la definición aristotélica de la substancia en la esfera social). De modo que el mercado, si seguimos a Hayek, resulta ser la manifestación del polo “femenino” amorfo dentro del “cosmos” social con sus leyes de intercambio de las cantidades. En realidad, no es otra cosa que el intercambio de las cantidades, que están todo el tiempo disolviendo, eliminando la forma y la cualidad, suprimiendo cualquier fijación, transformándola en la pura cantidad.
En última instancia desaparece la nítida separación entre la sociedad tradicional y el profanismo. Sobre los monumentos, levantados por los profanos en el siglo XX, se nos dice: “Miren, aquí está el cubo, aquí la pirámide, aquí tales o cuales símbolos”. Otros responden: “Eso lo han hecho los masones, y los masones tienen en la cabeza el simbolismo geométrico tradicional”. Si la actual civilización está construida sobre los principios masónicos ¿dónde está el profanismo? El profanismo se queda en la primera página de los periódicos, en las editoriales que ofrecen las explicaciones más fáciles, comprensibles para todos. Pero en cuanto nos acercamos a un monumento, un rascacielos, un edificio, el metro con la correspondiente interpretación masónica comprensible para todos, evidente, que incluso provoca la sonrisa – entonces el profanismo “se escapa” y nos quedamos en el mundo de las insinuaciones y enigmas metafísicos, igual que en los tiempos de las catedrales góticas.
4. El proyecto de la hierocracia: “el punto de vista de la eternidad” sobre la tierra
Guénon no estaba conforme con la forma de la hierocracia que ha triunfado en el mundo de hoy. Entonces tenía que haberlo dicho abiertamente: Yo, René Guénon, soy partidario de la hierocracia abierta y no de la criptohierocracia. Pero sería una seria corrección de la dicotomía “tradicionalismo – profanismo”, porque aquí comienza otro tema completamente distinto. Ciertamente, la hierocracia intenta detener algo, lucha por conservar su dominio. Lo cual quiere decir que tiene un enemigo, es vulnerable, se ve obligada a realizar concesiones.
Surge la pregunta: ¿por qué el sistema universal de control global, que desde siempre como norma ha dirigido a la humanidad, se ve obligado a maniobrar? Ante todo, el proyecto de la hierocracia – el proyecto del “hombre eterno” exige muy alto nivel de gasto. ¿Qué es la hierocracia? Es el sistema de la fiscalización trascendente, es el mecanismo para cobrarle al hombre lo que puede dar de sí, para extraer sus jugos, su energía.
El hombre paga de su potencial íntimo a aquellas instancias que, formadas con este “presupuesto”, a su vez gastan en la tecnología del movimiento histórico, en la historia, en el proyecto. Ellos modelan el movimiento en macroetapas, macroestructuras, planteando lo que ellos definen como el último superobjetivo de la Civilización, sin diferenciar de si se trata de la civilización romana o china.
El movimiento proyectado, la formación de la trama metahistórica, “cuesta dinero”, o más exactamente, exige ciertos gastos en materia sutil, o en materia física. Teniendo en cuenta además que, desde el punto de vista tradicionalista, el dinero es el oro visible; también existe el equivalente invisible, y son mutuamente transformables.
Se conoce la idea de la pirámide como la forma geométrica más estable. No es el cubo, sino la pirámide la más estable, porque posee una base de peso. Se trata de una forma fija, en la que el tiempo parece que “se detiene”. Así es la sociedad tradicional similar a la pirámide, en la que todo es como “debe ser”, es decir que encima está el sumo sacerdote, quien legitima todas las demás estructuras, desde el faraón y hasta el último esclavo que ha construido esta pirámide. Otra cosa es el proyecto del “arca” que flota. A este “arca” se ha llevado todo lo necesario, va flotando, el barco se va desgastando, hay un gasto de energía. Si continuamos con la comparación, la sociedad que al principio existía en forma de pirámide se convierte en la sociedad en forma de arca. Y si en la pirámide el gasto para mantener la estabilidad es mínimo, la navegación sale mucho más cara. Y cuanto más lejos navegas, tanto más hay que gastar, por lo que al final toda la humanidad no simplemente se convierte en la tributaria, sino que los que pagan deben entregar el máximo, es decir mucho más de lo que entregaba el esclavo en los tiempos de los faraones. Del esclavo se puede aprovechar su esfuerzo físico: está envuelto en un trapito, recibe un plato de comida al día para que no se muera y, con esfuerzo, agarra la piedra con sus propias manos. Diez millones de esclavos, cien millones de esclavos, no dan mucho de sí. Su esfuerzo colectivo no nos va a adelantar en el camino de la realización de algo tan serio como un macroproyecto de civilización. Pero si se pudiera convertir a todos estos esclavos en los representantes de la clase media, en burgueses, que tienen necesidades y posibilidades, después de incurrir en determinados gastos, de satisfacerlas, en aquellos que conducen coches de marca, viven en chalets, que mandan a sus hijos a estudiar a colegios privados, etc., y que sean dos-tres mil millones, entonces se podría obtener bastante. Esta gente no solamente paga impuestos… La humanidad actual puede rendir mucho incluso no en el dinero físico, sino simplemente por el mismo hecho de su existencia. Al esclavo no se le puede comprar su futuro, pero a la clase media sí.
5. La moral positiva como la base de la criptohierocracia
¿Por qué se caracteriza la criptohierocracia actual, en qué se diferencia de la hierocracia abierta del tipo babilonio, de la hierocracia de los faraones? Porque en la criptohierocracia la autoridad sagrada recibe una explicación valorativa, es decir que la enseñanza acerca de los valores vitales se convierte en la base para justificar la autoridad espiritual. El sacerdote del siglo XX dice que la iglesia lucha “por todo lo bueno”, aparece como garante de cosas positivas: valores familiares, de paz, de bienestar material y espiritual. En la Edad Media cualquier cura se hubiera desmayado si le hubieran ofrecido semejantes teodiceas sociales, en las que “el bien” figura como la base sobre la que se fundamenta la autoridad de la iglesia. La afirmación espiritual no puede basarse en la categoría del valor. Esos modelos comenzaron a aparecer tras la llegada del protestantismo y después pasaron a la época profana actual; no es que sean profanas por su esencia, pero están más bien relacionadas con lo específico de la criptohierocracia. El poder oculto de los sacerdotes tiene muy distinta lógica de justificación, de presentación, comparado con su poder abierto. La moral positiva es el atributo de la criptohierocracia. Pero el moralismo, basado en la doctrina sobre los valores de la existencia positiva, la axiología, es el reverso del culto del “becerro de oro”. Se puede hablar lo que se quiera sobre los así llamados valores “sutiles” (espirituales), pero no se puede eludir el hecho de que los valores “brutos”, materiales, representan la sombra de los “sutiles”. Quien ha caído en la esfera del dominio de la moral positiva, significa que también se ha situado en el reino religioso del “becerro de oro”.
De modo que no nos hemos alejado en absoluto de la sociedad tradicional, en el sentido amplio. Seguimos dentro del alcance del rayo de los eternos arquetipos, que tan solo se han camuflado, se han parafraseado en una nueva presentación. El “profanismo” como tal no existe.
Otra pregunta interesante: ¿qué es lo que temen los hierócratas, por qué preparan las transformaciones históricas, organizan las revoluciones etc.? Hierocracia en el sentido global es la tiranía. No importa que en el nivel humano refleje la realidad ontológica fundamental: el ser también es tiranía. No importa que los sacerdotes corporativamente sean los portadores de la constatación de algo que existe como resultado de la contemplación de la simple verdad: esta verdad también es tiranía. La humanidad se encuentra bajo el yugo de la tiranía por definición, en primer lugar de la tiranía del destino. Los antiguos lo entendían de manera directa: existe el destino que todo lo absorbe, el héroe lo reta, y el destino es la tiranía, “Es Lo Que Hay” global… Y si es así, también es inevitable el reto a la tiranía. Tiene que aparecer el héroe que reta el destino. Y todavía más: esa energía con cuya ayuda la hierocracia intenta renovarlo todo, la energía revolucionaria, que los sacerdotes se apropian para utilizarla en sus tecnologías políticas, modificando la vida con el fin de que metafísicamente no cambie ¿de dónde procede? En lo profundo de la humanidad duerme el reto titánico. El reto titánico encarnado en los héroes elegidos en su sentido más profundo se dirige contra el destino que es la eternidad absoluta negativa. ¡Pero únicamente el héroe es capaz de “conversar” con el destino “de tú a tú”, como en un duelo! ¿Y si se trata de los movimientos de masas, del latente recalentamiento de la caldera de vapor de la humanidad? ¿Quién representa para los rebeldes las fuerzas del destino, la propia tiranía ontológica? Pues aquellos quienes la realizan en la práctica, la casta de los sacerdotes, la hierocracia. El odio a la hierocracia constituye el componente fundamental del titanismo humano, es decir la predisposición permanente a la explosión desarticulada, la rebelión, el rechazo del sistema. Esta revuelta contra el sistema también tiene dos polos. El primer polo es la misma rabia de aquellos que están abajo, en las mazmorras. El otro polo es la clarísima misión de los profetas.
Los profetas llegan para derrocar la tiranía de la hierocracia. Llegan desde el otro extremo de la realidad hasta llegar al desposeído. Cuando estos dos componentes, el “más” y el “menos” de la cólera – la cólera divina y la cólera de los oprimidos - se encuentran, se produce la explosión. Es la revolución religiosa, la única revolución posible, auténtica. Y las revoluciones jacobinas, organizadas por los curas, tan solo parodian las auténticas arquetípicas revoluciones religiosas. La revolución auténtica es la revolución de Moisés, la revolución de Cristo, la revolución de Mohammed. Antes de ellos fue la revolución de Abrahán. La revolución jacobina no es más que una imitación del guión, aunque bien hecha desde el punto de vista de la tecnología política (el principal ideólogo del Tercer Estado fue un abad – Abbe Sieyes – N. del T.). Si los desheredados en la superficie de la tierra y los titanes, que se revuelven en sus profundidades y que sienten el profundo, no articulado odio hacia los dioses olímpicos, son los aliados naturales de los profetas, los mercaderes, el tercer estado, son los aliados naturales de los sacerdotes. La burguesía y la iglesia forman una alianza indivisible.
Extraído de Interunión.
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El legado de Kirillov
Presentamos aquí la traducción directa del ruso de un texto de Geidar Dzhemal, sería el primer texto, hasta donde sabemos, que sale en español después de la muerte de Arturo Marián Llanos. Esperamos que este texto sea de alguna utilidad para todos.
Por Geidar Dzhemal
El “superhombre” como el principal mito de la Modernidad:
En el siglo XX, la humanidad ha demostrado ser un sujeto colectivo principalmente orientado por el mito. Paradójicamente, los pueblos orientales al igual que habitantes de comunidades arcaicas de los grandes imperios coloniales, han sido alabados con pasion como los guardianes de un conocimiento sagrado por los Tradicionalistas Occidentales. De pronto para la Modernidad ellos resultan ser más racionales y auténticos que sus mentores “blancos”. La mentalidad de la burguesía nacional de Egipto a la India, de Burma a Vietnam, sorprendentemente coincide con los pilares de las doctrinas ilustradas, los racionalistas que creían en el triunfo de la razón, la felicidad unánime de todos los seres humanos lograda por medio de un contrato social entre todos.
Por otro lado, el hombre Occidental del siglo XVIII demostró su dependencia de una “doctrina” militante, la cual daba una explicación positivista y mecanicista del universo cuyo sería el principal objetivo en la historia era proporcionarle a la burguesía consuelo. Finalmente, este filisteísmo Occidental se fracturó y dio paso a las formas malditas del romanticismo que rechazaban cualquier horizonte de explicación racional.
De esto modo podríamos decir que, la destrucción de la Gran Guerra, desencadenada el14 de agosto, fue un monstruoso sacrificio de la humanidad europea al Destino. De estos fieros tornados y tempestades de acero la civilización de los ferrocarriles y los telégrafos fue transformada y como resultado aparecieron los poetas del existencialismo crudo como Ernst Jünger y Céline a la derecha, Camus y Sartre a la izquierda.
En este sentido, la Gran Guerra difiere fundamentalmente de las no menos épicas guerras napoleónicas del siglo anterior y de la subsiguiente Segunda Guerra Mundial (aunque la Segunda Guerra Mundial fue en muchas formas una continuación racionalizada de la Primera Guerra Mundial). La “lucha de los pueblos” napoleónica, o la lucha por Europa entre los bloques de E.E.U.U-U.R.S.S (democracia-totalitarismo) tenían obviamente propósitos y motivaciones propios. Después de haber vivido pacíficamente los unos al lado de los otros, la población europea se descuartizo mutuamente por sus monarcas, quienes eran entre sí primos, tíos y sobrinos. Su espectacular furia solo puede ser comparada con las guerras fratricidas de las tribus nómadas de la Gran Estepa quienes poseían un mismo origen, o con la hostilidad de las razas montañesas que hablan un mismo idioma, adoran las mismas rocas y árboles, dando como resultado la más cruel autodestrucción mutua. Sin embargo, no estamos hablando de tribus y clanes, sino de personas de países civilizados, quienes presumen haber llegado a la fase final del desarrollo humano.
En nuestra opinión, la esencia de esta explosión, la cual dejó una huella indeleble para todas las épocas siguientes, no puede ser explicado desde las esferas de la economía política o las doctrinas sociales; la Gran Guerra fue provocada por una crisis en el espíritu Occidental, para ser más precisos, como una “espiritualidad” de la hipostasis femenina. Esta “espiritualidad” estaba embarazada por la idea del “Superhombre”, quien fue tediosamente amamantado por cuatrocientos años, pero en el último momento fue incapaz de nacer, rompiendo la matriz de este monstruo radiante. La Primera Guerra Mundial termino siendo una “operación de cesárea”, la cual dio a luz al bebe, pero su padre no era Nietzsche… El “Superhombre” fue concebido en los albores del Renacimiento, y desde el comienzo tuvo muchos aspirantes a la paternidad: Agrippa von Nettesheim y Paracelso, Giordano Bruno y Cardano. Pero, por supuesto, el primer lugar lo ocupaban Marsilio Ficino y Picco della Mirandola. Toda esta galaxia de “humanismo mágico” impregnó la “espiritualidad” europea con la semilla de hierro de la voluntad de poder, y seguramente Schopenhauer, Dostoievski y Nietzsche no fueron sino intelectuales impotentes que dejaron caer sus anteojos cuando vieron el hinchado abdomen de la pecadora. Estos sabios no eran aptos para ser comadronas; ese rol les correspondió a los terroristas serbios que llenaron de confusión a las dinastías de principios del siglo XX.
No obstante, somos deudores en nuestro interior (¡en un cierto sentido, por supuesto!) de Dostoievski y Nietzsche. No sería posible entender sin estas dos lumbreras las profecías tempestuosas de los titanes del Renacimiento acerca de Adam, quien adquirió el conocimiento de las posibilidades mágicas, para elevarse por encima del universo visible hasta los niveles del “Gran Ser”.
La “dignidad humana” del ángel caído
El siglo XV en la historia de Europa se caracteriza por la afirmación misma de la europeidad. El “Renacimiento” no es una descripción exacta de este período. Pareciera que mil años después de la profesión de fe en la religión solar iraní hecha por las tradiciones de lenguas semíticas, Europa comenzó a volver a sus raíces greco-romanas. Primero que todo, Europa no era la “Europa” de la época de la antigua Roma y el helenismo. Nadie en sus cabales se hubiera atrevido a llamar a la Roma de los Cesares, que aplastaba a todo el mundo desde los dacios a los pictos, porque, Europa, es un nombre de la mitología griega; el derecho cultural para nombrar a un continente solo se consiguió como el resultado de una gran síntesis de todas las tribus que la habitaban después de una reflexión meta-histórica. Fue durante el siglo XV que esa reflexión se hizo realidad.
La esencia del espíritu europeo se encuentra en la sabiduría tradicional de los augures, de la antropología introspectiva de los griegos, de la teología “gótica” de los primeros místicos germanos que sintetizaron el mito del hombre. No se trata de mitos sobre los dioses y los héroes, ni sobre una cosmogonía grande y sensual nacida de la percepción del infinito, sino la realización de un proyecto estricto y racional, el cual esta basado en la voluntad, en la intención, en una afirmación categórica que en el mejor de los casos merecería ser llamada hipótesis. Ficino, y también Pico della Mirandola, reformularon la doctrina oriental de Adam-Gilgamesh en una extraña síntesis de informática y existencialismo. Agreguemos que estos conceptos aparecieron en una época donde se creía que eran imposibles y nada los podía probar.
Por el otro lado, no hay otra alternativa que darle a un concepto un nombre para poder afirmar un orden, para así darle un acto de voluntad, y manipular el espacio de información nacido de él para subordinarlo a una realidad invisible. En el centro de todas estas posibilidades – desde las más sutiles sensaciones, que escapan a la percepción de los órganos de los sentidos, hasta lo más grotesco y bajo que es indigno de ser percibido por estos órganos – está el Alma, con su fuerza asciende, y lo voluble, que por el contrario se condensa hacia abajo. Esta Alma se suele describir como una persona que posa en la forma de la letra judía “Aleph”: la mano derecha apunta al cielo; la mano izquierda apunta al suelo, las piernas se separan un poco para significar la doble serpiente del caduceo. En esta forma, Adam (al cual constantemente se refieren los textos florentinos como el “Alma”) es simplemente la copia del “Gran Ser”, el cual fue conocido por los antiguos como el “Hijo del Cielo y la Tierra”, el Logos, la primera creación…
En conclusión, el “Gran Ser” es Lucifer, quien fue el ángel más cercano a Dios. Estrictamente hablando, nadie discute que el mito europeo del hombre es un mito necesariamente luciferino. Este es un proyecto integral, de acuerdo al cual se conecta el arquetipo de Adam (el microcosmos), cada uno de nosotros (con tal de que hayamos sino elegidos) podemos convertirnos en un espejo del “todo. ¿Cábala? ¿Babilonia? Sin lugar a dudas; pero, antes que nada – una nueva Europa. La proclamación esotérica de Pico de la Mirandola es esta: “Discurso sobre la dignidad humana”. De este texto hermético proviene “La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano” de la Revolución Francesa y “El manifiesto comunista” de Marx.
Fue este mito-matriz el que sembró las semillas de los subsiguientes modelos de rebelión en contra de un hombre mortal desvencijado y enfermo, el cual tortura al alma europea hasta hoy.
La voluntad de morir
No es necesario explicar que el pecaminoso luciferismo vive en el alma de la magia de Adam, este había sido incorporado en los primeros versos del Génesis colocados en el Antiguo Testamento de Dios: “Y dijo: He aquí Adam, como se ha hecho uno de nosotros sabiendo el bien y el mal: ahora pues, porque no alargue quizá su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre” (Genesis 3, 22). La cosa obvia que han señalado los infinitos comentaristas de este texto, es que el Dios del Pentateuco Mosaico habla al estilo del panteón Olímpico; celoso de los mortales, y que asume que cualquier criatura hecha de polvo puede transformar su naturaleza violando sus prohibiciones – esto ha sido excluido de la idea de Dios que nos dieron los profetas abrahámicos.
En cualquier caso, no estamos interesados en la distorsión babilónica de la revelación mosaica, sino en las consecuencias culturales que tuvo este texto bíblico. En esta cita esta contenida toda la guerra de Occidente contra Dios hasta la proclamación de la Muerte de Dios de Nietzsche. El mito del hombre, formulado por los neoplatónicos florentinos, no es otra cosa que la rehabilitación del pecado de Adam, quien no sólo no le pidió perdón a Dios, sino que planeaba ir más lejos – “alargando su mano hacia el árbol de la vida y comiéndolo” … La profunda integridad de toda la cultura europea se concentra en este drama de la desobediencia descrito en la personalidad de Kirillov uno de los héroes de los “Demonios” de Dostoievski. Esta novela esta escrita de tal modo que cualquiera de los personajes que habitan sus páginas puede volverse central, dependiendo del ángulo en que se lea. No solo personajes principales como Stavrogin, sino también Peter Verkhovensky e incluso Shatov… Y Kirillov con su fenomenal mensaje dedicado a un suicidio sacral (un mensaje que fue explorado hasta sus ultimas consecuencias e interpretado por Nietzsche y su más grande interprete Heidegger). Este o aquel personaje es consistente, según los deseos de Dostoievski.
El programa de Kirillov es una especie de desarrollo paradójico del contenido de los versículos citados del Génesis. Paradójico porque en vez del árbol de la vida, el “superhombre” de Kirillov debe estirar su mano hacia los frutos del árbol de la muerte (de acuerdo con algunas leyendas apócrifas preservadas en las tradiciones de la masonería operativa, en el jardín del Edén crecían no dos sino tres arboles: la distinción entre el bien y el mal, la vida y la muerte).
“La vida es dolor, la vida es miedo, y una persona es infeliz… Si una persona comienza a amar la vida, es porque comienza a amar el dolor y el miedo. Un nuevo tipo humano aparecerá, feliz y orgulloso… Dios será hombre y cambiara físicamente” (1), ese es el mensaje de Kirillov, en el que se logra la síntesis europea moderna entre luciferismo y neo-budismo, y además con una considerable cantidad de psicoanálisis mediando entre ellos. De hecho, conociendo la doctrina de este sombrío “joven ruso” no es difícil recordar al príncipe Gautama, quien después de pasar treinta años en los cuidados celestiales de su palacio de “Edén” descubrió repentinamente que la realidad consiste en dolor y miedo y, más importante, la inevitable tragedia humana del apego del hombre a sus experiencias negativas. En realidad, la llamada de Kirillov para decidirse por la muerte (en su caso, física) y así despertar es una traducción al lenguaje ruso de la doctrina de la liberación budista. Pero solo es posible entender el significado de la personalidad de Kirillov, con todas sus consecuencias nietzscheanas, gracias a la interpretación babilónica del Antiguo Testamento,
El “Superhombre” y la revolución
Antes mencionamos que las “semillas” de estos modelos de superación del hombre habían madurado en la matriz del mito abrahámico. La observación de estos modelos revela con obviedad que todas las formas de superar la naturaleza mortal perecedera del hombre son también formas de liberación de la sociedad, ese espacio social omnicomprensivo, que Aristóteles creía que era el garante de la genuina naturaleza humana. Para ser más precisos, todas las vías de realización del superhombre son vías de escape de la sociedad, a la cual el espíritu europeo (¿“espiritualidad”?) descubre de repente como una prisión.
Esta experiencia de la sociedad como un “lugar de detención” se extiende a la naturaleza humana, a la humanidad misma. La humanidad es una prisión porque está ligada al valle de lágrimas. El “ídolo humano”, la condición humana, es una expresión bíblica que denota el valle de sufrimiento y vanidad al que fue desterrado Adam después de la caída. Pero este valle no es tanto un lugar externo al cual el antepasado de la raza humana se ha movido (algo así como de un palacio a un barrio pobre), sino que se trata más bien de una nueva esencia del hombre al cual es imposible salvar por medios simples. Por lo tanto, para los planificadores del proyecto del “superhombre”, la sociedad es como la organización visible de la naturaleza humana oculta y esta naturaleza es la misma odiada esclavitud.
Ahora bien, paralelamente al mismo tiempo que apareció el mito del hombre, y a pesar de él, el “mito de la sociedad” comenzó a nacer. Tuvo su origen en el mismo corpus intelectual de las ideas neoplatónicas. “El mito de la sociedad” se declara de forma abierta como mito, mucho más que el “mito del hombre”, el cual, como se vio, insinúa un conocimiento oculto. “El mito de la sociedad” se declara como una utopía. Campanella es el más brillante representante de esta línea de pensamiento, y es bastante obvio que la utopía social es desde el principio tan impía y luciferina como el “mito del hombre”. Después de todo, la “Ciudad del Sol” es obviamente una respuesta a la “Ciudad de Dios” de San Agustín.
El carácter utópico del mito social pierde su valor frente a las ideas positivistas y racionalistas. El pathos solar de las ideas socialistas neoplatónicas adquiere con rapidez un aspecto anti-individualista y, por supuesto, un carácter “anti-superhombre”, cuya dinámica amenaza con degenerar en un anti-humanismo absoluto. Entre los socialistas franceses del siglo XVIII y los intelectuales rusos como Cherneshevky se llega a esto: el falansterio socialista no oculta su naturaleza de ser una cárcel para el individuo. El pathos de la socialización total es que la sociedad se ve como una maquina ideal optimizada para maximizar los beneficios de todas las esferas de la realidad humana. Hacia el final del Siglo XVIII uno de estos polos lo ilustra los Iluminati quienes soñaban con hacer a la gente simples “vasijas” de barro adecuadas para cualquier oficio; al otro extremo se encontraban los heraldos del naciente romanticismo que adoptarían la moda del luciferismo y el culto a la masculinidad. Byron y Lermontov se convirtieron en los apóstoles de este demonismo popular de las clases instruidas, en las cuales la figura del tirano y usurpador Bonaparte convergía paradójicamente con la imagen del luchador por la libertad y el aspirante a la muerte. La encarnación práctica de esta corriente fue Bakunin, el “superhombre” de las barricadas europeas, que sistemáticamente desobedecía a la sociedad a pesar de su supuesto socialismo; Bakunin arremetió con pasión contra Dostoievski y Herzen, rompió con Marx en la Primera Internacional… Su vida fue más consistente en sus pensamientos y en su espíritu con la de “Zaratustra” que la de Nietzsche.
Aquí tocamos un punto importante y profundo, no considerado por muchos expertos en este tema: el “superhombre” puede actuar así en la “derecha” – como un misántropo, un aristócrata, un luciferino; pero también puede actuar del mismo modo virando a la “izquierda”. Bonaparte, quien provenía de los elementos revolucionarios, fue percibido por el pueblo como el líder de una renovación radical. Quizás es imposible llamarlo de “izquierda” después de su coronación… Pero detrás de su figura un grupo de despiadados radicales como Robespierre, Saint-Just y otros ya se habían posiciona claramente como “Superhombres”. Agustín Blanqui, quien paso dos tercios de su vida en las mazmorras de Francia sin luz ni aire sirvió de prototipo para el abad Faria, el maestro del futuro “Conde de Montecristo” en la famosa novela de Dumas. El extrajo la energía de su odio y su fe inexorable en la conspiración del círculo de los elegidos, también como su experiencia de su propia “naturaleza de superhombre”. ¡Y aquí podemos por fin arrojar luz para determinar este complicado fenómeno del “superhombre”! Primero es la combinación del tipo antisocial y sacrificado. Su segundo componente es su aislamiento interno, su rechazo a compartir el destino colectivo de sus hermanos. Esto se da igualmente en la derecha que en la izquierda. La convención jacobina consistía en individuos, no hablaba de sociedad y ciudadanos. Bakunin, a quien mencionamos antes, era un solitario. En este sentido, él – y dicho sea de paso el controvertido Nechayev – no se diferenciaban mucho del demoniaco Byron, cuyos actos sentaron las bases culturales del “superhombre” de derecha (¡sus numerosos escándalos en la alta sociedad y su participación en la guerra de Independencia de Grecia!).
“La estrella de la esperanza”
Antisocial, auto-sacrificio (redundancia pasional) y solitario – este es el paradigma del superhombre que existe realmente en la trama histórica europea! – y no como una hipótesis neoplatónica de herméticos florentinos.
Llegamos a otra distinción del paradigma del “superhombre”. Ya sea religioso o impío metafísicamente, es decir, religioso-metafísico, es siempre una versión negativa. Esta claro que ambas versiones tienen su raíz en el luciferismo. El análisis hermético del hombre procede de su “singularidad” casi divina, la presentación del macrocosmos como microcosmos, esa realidad sin fin en el centro de lo que es. El pensador neoplatónico no declara específicamente que este arquetipo está fragmentado en una miríada de partículas, dividido como un activo común entre las criaturas mortales que habitan en la tierra. El discurso de ese pensador sobre Adán es extremadamente abstracto y patético, y no podemos vincular de ninguna manera los convenios y grandiosos prospectos, relacionados con la percepción de Pico della Mirandola, con el hombre, con aquellas criaturas perecederas y vanas que conocemos y que nosotros mismos somos. El Zaratustra de Nietzsche es demasiado cercano a esta humanidad física, de la cual el se retira con disgusto y a la que desea superar; a pesar de todo, la dignidad cósmica del “hombre” de los metafísicos del renacimiento y del “superhombre” de Nietzsche tienen una base metafísica común – su expansión hacia el más allá, más allá de los limites.
Tomaremos la estrella de cinco puntas como la imagen cabalística del Adam arquetípico. A continuación, exploraremos todas las versiones de escape del valle de lágrimas humano – entendido como la superación de algo “demasiado humano” o la liberación de la esclavitud del destino – que se ubican a lo largo de sus cinco rayos y representan las cinco formas principales de escapismo, que desde cierto punto de vista se pueden considerar estrategias antisociales con una motivación metafísica.
La primera y más radical, y la más antigua de todas las variantes, es la vía tradicional de “liberación” por medio de rituales iniciáticos y conocimientos secretos. Esta perspectiva lleva hacia la identificación con el Principio del Universo y es conocida por todos los sistemas metafísicos sacerdotales – desde el hinduismo hasta la masonería operativa, basados en las doctrinas babilónicas y egipcias. Para nosotros es importante observar que, al realizar este camino, una persona supera sucesivamente todos los niveles de restricciones que determinan su naturaleza mortal y finita. No obstante, este camino de la realización espiritual es inconcebible sin el apoyo de los conocimientos y técnicas tradicionales que existen específicamente como institución, además de la necesidad de un maestro espiritual, sin el cual el tránsito por este camino también es imposible, el camino de la liberación iniciática se realiza en la soledad, la cual enfatiza la práctica de la ermita, el autoaislamiento físico, el silencio absoluto y otras técnicas contra-organizacionales generalizadas en diversas tradiciones.
En esta perspectiva metafísico-religiosa, no se usa el termino “superhombre”, y no tendría base lógica para hacerlo, porque el objetivo al que se dedica en este caso es “El Gran Todo”, pero no para superar los límites de la humanidad banal. A pesar de esto, los adherentes a la tradición original, al menos, la que es accesible a la observación de los profanos, manifiestan todas las características del síndrome del “superhombre” que encontramos en las versiones modernistas de la realización espiritual. Ermitaños, ancianos, gurús y jeques que descubren los aspectos esotéricos de sus religiones los cuales combinan con aspectos de asocialidad e incluso anti-socialidad con marcado aislamiento incluso de otros en este camino (soledad), que a los ojos de las personas que se extienden hacia ellos están más que compensados por su mayor “temperatura existencial” – un sacrificio apasionado, que en la tradición se llama “amor” (ágape).
La segunda versión modernista de esta vía de realización metafísica esta conectada con el espacio del adamismo luciferino, que se bifurca en dos: por un lado, el humanismo mágico del Renacimiento, por el otro el existencialismo romántico y radical, del cual ya hemos dado ejemplos. Es difícil separar estos dos caminos, porque en los tiempos actuales hay tradicionalistas esotéricos para los que el discurso nietzscheano esta completamente integrado en la visión “mágico-hermética”. Entre estos, en particular, hay un representante prominente de la escuela de pensamiento tradicionalista, el barón Julius Évola: a pesar todo, el esoterismo “ortodoxo”, considera el concepto del “superhombre” como bastante legítimo y útil.
Las dos versiones analizadas, como se puede ver, están relacionadas la una con la otra, pero sus vectores, o rayos, divergen como en un pentagrama invertido. Las otras dos están conectadas, pero, en cierto sentido, son antítesis la una de la otra : camino del Santo y el Héroe.
Es obvio que el camino de la santidad, y la imagen del Santo en general, esta alejada de las prácticas parecidas de realización espiritual, las cuales se encuentran entre los eremitas, los ancianos y los jeques. En la santidad se acentúa el lado de la pasionalidad sacrificial espontánea, la cual de hecho es una auto-redundancia de género antisocial y solitaria. La santidad desciende como un rayo, puede bendecir a un niño o un hombre común que están muy lejos de cualquier metafísica intelectual. Juana de Arco pertenece a este tipo de Santos y su llegada al campamento del rey no se contradice con su ser anti-social y solitario, la cual fue la razón detrás de la conmoción y respeto que causó en la sociedad francesa, y, por el contrario, la persecución obsesiva de una bruja por parte de los ingleses.
El aspecto sobrehumano de la santidad a menudo produce una espesa sombra oscura o negativa, que hace énfasis en la ambivalencia del principio solar (luciferismo). Uno de los más cercanos compañeros de Juana de Arco en la guerra fue el mariscal y condestable francés Gilles de Rais, el cual fue conocido por su apasionado deseo de ser un superhombre, que lo llevo al satanismo, al fanatismo, y finalmente puso a este complejo personaje frente al tribunal de la Inquisición Francesa. ¡Es asombrosa la simetría que comparte con Juana de Arco, la portadora de la luz adorada por él, la cual fue extinguida por el tribunal de la Inquisición inglesa! No queda claro si el superhombre hizo parte de las reflexiones personales de Gilles de Rais, pero para los modernistas que si utilizaban este término, ¡el “mariscal maldito” resulta ser una figura muy atractiva!
El Santo se opone al Héroe, pero no porque el sea menos apasionado o solitario. El Santo esta desprovisto de dramatismo, su naturaleza sobrehumana esta inicial y completamente establecida en el mismo nivel de su ser; el Héroe representa una salida a la superficie de una crisis fundamental, la cual es inseparable del origen de la realidad. Digamos simplemente: un héroe es aquel que se dio cuenta de la ilusión de la iniciación y la inutilidad de la santidad, pero no se convirtió en un hombre común roto, sino que, por el contrario, profundizó su oposición al valle de lágrimas humano y al principio de “fatalidad”.
El origen de la tragedia no proviene del “espíritu de la música”
Sin lugar a dudas, el Arquetipo del Héroe no es menos antiguo que el modelo metafísico del sacerdote dedicado. El Héroe como modelo existe en el folclor de todas las civilizaciones antiguas, pero casi todos excepto en el Cáucaso y en la Helada, fueron “integrados al sistema” (en el lenguaje moderno). En otros mundos, en la India, en Irán, entre los Celtas, el sabio se eleva sobre el Héroe; en las civilizaciones sacro-sacerdotales el concepto de Héroe no se corresponde con el que existe en Europa, en realidad, no son “superhombres”, sino únicamente guerreros con poderes supernaturales. Esta es una diferencia fundamental, incluso a nivel épico entre la Odisea de Homero y la saga irlandesa de Cú Chulainn (los poderes supernaturales de un personaje no deben ser confundidos con el “superhombre”. Tal confusión se manifiesta al nivel de la conciencia ordinaria: ¡el “superhombre” es un estado existencial, y seres tan ordinarios como Byron y Bonaparte no pueden competir con las manifestaciones corporales extraordinarias de Cú Chulainn o Kirgirz Manaz!)
Es en el espacio caucásico-balcánico donde nació la imagen de una personalidad que no se mide por su correspondencia a la armonía universal, sino, por el contrario, por su capacidad de oposición inflexible a lo ilimitado, es decir al Destino. En las sagas de los nartos (2) del Cáucaso y en los héroes helénicos, no se paran sobre ellos sabios. Los Héroes desafían al cielo, cuestionan el significado positivo del ser. Podría decirse que ya desde tiempos lejanos el centro de la existencia del “superhombre” fue planteada y llevado a su clímax rompiendo con la “norma”. Esto, de hecho, se llamó “tragedia”. Aquí se encuentra la singularidad del Héroe con respecto a las otras tres versiones del mito del “superhombre: no hay nada de luciferino en el Héroe. El Héroe no es una criatura solar. Los seres solares son los Olímpicos, cuyo poder y legitimidad ontológica es cuestionado por el Héroe. El Héroe es la única modalidad del “superhombre” que no es una manifestación de Lucifer en la tierra, por el contrario, lo desafía, poniéndose del lado de Dios, aunque desconocido para él.
Finalmente, enfaticemos esto: El Héroe es la audiencia potencial del Profeta. Por lo tanto, es la comunidad de héroes, la hermandad heroica, como la expone Homero, aunque también se han dado varios casos en la práctica política de hoy, que no son inferiores en grandeza a la épica antigua.
Por supuesto, al principio el Héroe está solo. La destrucción moderna de la casta militar condujo al surgimiento de una categoría especial de marginados: “los héroes solitarios”. Sin embargo, estos marginados están relacionados entre sí por el sacrificio mutuo que esta implicado en las palabras de Cristo: “Ninguno tiene mayor amor que este, que es dar su vida por sus amigos” (Evangelio Según San Juan, 15, 13).
Por cierto, después de la Unión de los Aqueos conocida por los Helenistas, es en el Cáucaso donde encontramos el modelo de “hermandad de personas solitarias”, en el paradójico fenómeno de las alianzas militares de los Abreks (3). “La comunidad de los Abreks” es casi un síndrome de “superhombres” que se ha convertido en una institución especial, la cual tiene los atributos del Zaratustra de Nietzsche. El abrek rompe con los fundamentos éticos de la existencia del hombre “ordinario”. Rechaza la autoridad de su padre, rechaza los valores de su familia, reconoce que el Ser es fundamentalmente injusto y va a las montañas para crear en su soledad una nueva ética que combata el Destino, una ética de la confrontación. Lamentablemente el Abrek fue generalmente malinterpretados por la tradición rusa, comenzando por Lermontov; él no es una figura demoniaca. ¡No es un nihilista! El abrek niega el Ser como un error en el nombre de la obligación y la justicia, la cual solo existe en su corazón. El abrek del Cáucaso – el heredero directo de la epopeya homérica – trae a los días de hoy el elemento heroico a través del cual el hombre, elevándose hacia el infinito, finalmente se libera de la tentación de ser un espejo de lo “alto” …
El riesgo del “infrahumano”
Por último, el quinto rayo de nuestro pentagrama apunta hacia abajo. Aquí nos encontramos con un muy complejo y contradictorio fenómeno, que puede llamarse condicionalmente como huida a la naturaleza. Este rayo del pentagrama del “superhombre” es el escapismo, porque, con excepción del vector heroico, podemos encontrar solidaridad con la naturaleza en los otros tres rayos. Zaratustra llama a ser fiel a la tierra (y el Adam mágico de los florentinos trabaja con sustancias ásperas y sutiles y reconstruye la naturaleza para sí mismo). Los maestros metafísicos penetran solitarios en el seno de la naturaleza – en el desierto, donde se alimentan del acre, o en las cuevas del Himalaya, donde los novicios los alimentan con queso duro de cabra. Bueno, los Santos reciben miel directamente de los osos y vuelven a colocar en sus ulceras los gusanos que se les caen. Es decir, la naturaleza en sus diferentes formas, es importante para el “superhombre”: si el rompiera la maldición de este valle de lágrimas, entonces abriría la brecha para ver la forma del Jardín del Edén antes de la caída (el Héroe niega o ignora la naturaleza. Para Odiseo, el mediterráneo es una extensión cartesiana en cuyo centro el pensamiento del “Yo” supera todos los obstáculos),
“La huida de la naturaleza” tiene un antecedente, en cuyo telón de fondo, la naturaleza del “superhombre” hace parte de su estrategia central. Esta claro que en esta estrategia no hay lugar para el sacrificio pasional – lo abandona. Sin embargo, aquellos que pueden ser llamados “ecologistas existenciales” – Thoreau, Longfellow, o héroes literarios como el teniente Glan (4) – de alguna manera continúan reclamando ser partícipes del “superhombre”. Conservando al menos dos de sus atributos – la asociabilidad y la soledad – que en su caso comienza a jugar un papel importante.
Sin embargo, la “versión ecológica” de Zaratustra del teniente Glahn está lejos de agotarse. Existe también el “buen salvaje” de Rousseau, que en la práctica intento encarnar Gauguin. Además, existe el mito de las habilidades sobrenaturales de los indígenas cuya “autenticidad” cósmica es incomprensible para los “civilizados” (el desarrollo último de este mito esta representado por los trabajos de Castaneda).
Ahora bien, fuera del carisma literario de Longfellow y Knut Hamsun, y de la mezcalina de chaparral de los yaquis de Castaneda, existen tribus reales que viven en la Edad de Piedra en las selvas del Amazonas, las junglas filipinas y las montañas australianas. Parecería que estos últimos ya habrían abandonado el discurso del “superhombre”. A primera vista se trataría de que esta realidad rustica de las tribus indígenas es una excentricidad racial de algunos antropólogos de monte que creerían haber encontrado una poderosa antítesis de su ideal: si el “superhombre” no puede ser alcanzado directamente, entonces se vuelve menos improbable encontrar las evidencias virtuales del “infra-hombre”. El problema (para todos estos racistas) es que los grandes estructuralistas e investigadores de los arquetipos folclóricos como Frazer, Levi-Strauss, A. David-Neil, Mircea Eliade, que estudiaron el pensamiento de los “salvajes”, fueron incapaces de alcanzar el alfabeto trascendental en el cual la vida espiritual de la humanidad está escrita.
Y, sin embargo, después de todo… esta “quinta vía” representa el colapso de la idea del “superhombre”, ya sea en la versión del teniente Glahn, o en la versión de Don Juan (5), sin mencionar a los pobres madereros ilegales que son cazados desde helicópteros por las estructuras criminales. Después de todo, según los tradicionalistas, las tribus de salvajes son los restos de quienes una vez se opusieron a las civilizaciones antiguas, pero su proyecto antisocial fue derrotado, como resultado las hermandades heroicas de estos renegados degeneraron en las asociaciones de quienes sostienen su existencia a través del cuenco verde de intercambio de sustancias naturales.
Después de todo, ¡el Héroe!
Estas cinco vías de escape, forman el pentagrama de las posibles modalidades del “superhombre”, y no hay duda de que, al menos para el espíritu europeo, la sociedad rebajada a un nivel instintivo es la maldad pura (estrictamente hablando, la tradición profética del monoteísmo realiza las mismas criticas hacia este fenómeno, solo en este contexto se entiende el conflicto entre el Profeta y la civilización tradicional, a la cual él dirige su mensaje).
La sociedad es malvada, y no solo porque en el contacto más natural y primario con la persona es un “presidio”, un sistema de alienación que funciona con la preciosa sangre de su existencia finita. Marx redujo este problema al máximo, sosteniendo la ilusión de que, en principio, existe una versión de la sociedad “falsa” y otra “verdadera”, en la “verdadera” seria posible superar la alienación…
Primero, no es “superable”, porque toda sociedad consiste en un juego de dos jeringas, una de ellas se clava en el corazón del hombre y extrae las cualidades de su substancia – “la sangre del espíritu” –, la otra jeringa, por el contrario, penetra hasta su cerebro llenándolo de mentiras y sustitutos, que siempre y en todo momento constituyen el contenido mental de la humanidad ordinaria. Sin este sistema de dos jeringas, o, si se quiere, bombas (que se parecerían más bien a un mediador espacial, que se inclina algunas veces hacia arriba y otras hacia abajo), la sociedad no funcionaria, ¡la sociedad no sería posible!
Por lo tanto, el “superhombre” siempre fue el proyecto de las élites de todos los tiempos, para “seleccionar” específicamente a una parte de la humanidad – a través de una estrategia exitosa de emancipación de su miserable destino colectivo. Tomemos primero el camino explorado por los maestros esotéricos. Estando, por supuesto, sentados en su cueva o celda, ellos como prueba de su autenticidad el arremeter contra la tradición exotérica que se le presenta a un mundo despreciable e indigno. Es la presencia secreta del sabio la que constituye la fuerza oculta del orden mundial, que no elimina las crueles pisoteadas sobre las heridas de los hombres derrotados. ¿Recuerdan la conversación entre Smyarkov y Fiodor Pavlovich mientras el primero servía la mesa? ¡Hablan sobre los últimos Santos verdaderos que viven en algún lugar del desierto, cuyas oraciones salvan al mundo! El muy cínico y perceptivo Fiodor Pavlovich arremete en contra esta “creencia popular” …
Hay en Babilonio (hoy día una ciudad a cien kilómetros de la bombardeada Bagdad) una impresionante escultura antigua, situada cerca de la carretera principal al templo de la diosa Ishtar. Sobre una enorme esfera, la cual simboliza la Tierra, un hombre yace en la tierra tirado de espaldas, con sus brazos extendidos, mientras un león presiona su pecho en una pose abiertamente erótica, rugiendo con frenesí, golpeando sus músculos con una fuerza monstruosa. El espectador no le quedan dudas de que el león esta realizando un acto de abuso sexual sobre el hombre. Pero sobre la espalda del león en un imperturbable trance, con las manos extendidas y con su rostro hacia el cielo, ¡Ishtar se alza! Este conjunto escultural fue tallado en piedra hace más de tres mil años, y de forma más clara y precisa que en “El Capital”, se describe toda la metafísica social. El león, si alguien no entendió, es el Estado.
El Zaratustra de Nietzsche, por supuesto, pasa de la sociedad a las montañas. Pero solo para enseñar a los elegidos – “sus hermanos” – la voluntad de poder. La huida efectiva de la sociedad es, de hecho, una estrategia de dominación sobre todos los que no han huido. ¡El proyecto del “superhombre” hoy es tan real como siempre y está muy cerca de completarse!… ¡Quizás en la forma de la sociedad de la información! La información es la última prisión del espíritu, de la cual una persona común no tiene ninguna posibilidad de escapar. Sera la más grande de las mentiras, una “jeringa” que se clavara en el cerebro de la humanidad. Estará más allá de las ilusiones de épocas pasadas, que dejaban espacio para la interpretación individual, la reflexión y la asimilación aun nivel personal. La información no deja espacio para la interacción, rechaza la retroalimentación. No existe brecha entre la cosa y el “Yo” del hombre. Pero es en esta sociedad de la información donde ocurre la liberación a gran escala de las élites de los mecanismos del destino social. El hombre común reconoce que la primera característica de la Realeza de hoy es “reinar, pero no gobernar”, y en segundo lugar aparecer en Cannes junto a los más bellos modelos. En este sentido, los respeta incomparablemente más que sus bisabuelos esclavos y fanáticos, que murieron en los campos de Verdún y Przmyl por los monarcas. Para ellos el monarca era un símbolo de la presencia divina. Para sus presentes bisnietos la “alta sociedad”, cuya glamorosa gracia beben de la prensa sensacionalista, es la grandeza en su forma pura, la vida bella, el hecho mismo que justifica la existencia de la civilización. ¿No es por su triunfo por el que enloqueció el profesor de filosofía clásica?
La alta sociedad de hoy no tiene par, algo que sorprendió a Byron. Esta “negó”, en un sentido hegeliano, este problema de Byron. El club de la nobleza, que constituye hoy el polo de la dominación, es un “neobyronismo” colectivo el cual ha sufrido una reestructuración postmoderna. En ella, todas las vías del “superhombre”, representadas en el pentagrama, se realizan, con excepción por supuesto, del heroísmo.
¿El camino de los Sabios? ¡Sin duda! Los maestros e interlocutores del “Club” son sabios. Los jeques sufíes le enseñan al heredero del trono británico el conocimiento secreto de Ibn-Arabí, y los eremitas del Monte Athos tienen una celda preparada para él. El movimiento neo-sufí, que une a toda la elite de Europa, fue organizado por Frithjof Schuon bajo la fachada de la “Orden de Maryamiya” …
¿Y el camino del “romanticismo mágico” de Zaratustra? Este camino es el que sigue toda la nueva generación de la nobleza aristocrática, que conforma la conciencia de los líderes del mundo postdemocrático, los nuevos señores que regresan a las fuentes tradicionales del poder y la sumisión. Los abuelos de muchos de ellos – con orígenes en la Europa continental – se vestían con uniformes negros con hombreras bajo los estandartes del Fuhrer, pero a ninguno de ellos después de Nuremberg se les toco un solo dedo. Fueron culpados por todo los sucedidos los hijos de los tenderos y los campesinos.
¿Y qué paso con los Santos? Bueno, la santidad tiene una enorme demanda en el club de la super-élite. En el mundo moderno esta representada por dos paradigmas: la liberación espiritual de los Lamas tibetanos y los aspectos místicos milagrosamente conservados del catolicismo tradicional. Ambos se encuentran hoy en una simbiosis dentro de la casta intelectual más cercana a la aristocracia. Sin embargo, no se puede decir que nada de esto sea nuevo. Desde la Contrarreforma, el catolicismo y la aristocracia políticamente más conservadora van de la mano. El budismo llego a ella en vísperas de la Primera Guerra Mundial por medio de los aristócratas ariosofistas.
Finalmente, el “escape a la naturaleza”. El tema ecológico ha sido ocultado por la aristocracia contemporánea. Solo los descendientes de los cruzados se dedican a la protección de los tigres y loros, no los pobres. En general, la naturaleza como tema de debate se ha convertido, por un lado, en un tópico elitista, refinado y exótico, solamente para los individuos respetados que son capaces de desembolsar su dinero cada vez que se necesite gastar; por el otro, la ecología es la plataforma favorita para la mafia global, un excelente modo de lavar dinero, y un arma de chantaje que se usa contra los países y empresas obstinados… Pero en los líderes de la mafia, e indirectamente en los representantes de las compañías trasnacionales, encontramos los mismos apellidos de la clase alta de la Vieja Europa.
A primera vista, el conjunto de la casta del “Club” contradice los tres aspectos mencionados anteriormente del “superhombre”: anti-socialidad, sacrificio y soledad. Pero esto es solo aparente sino no tomamos en cuenta el factor postmoderno, que traslada todo esto a un formato plano, sin profundidad y perspectiva. La anti-socialidad se transforma en permanecer en la cima de todos (escapando finalmente al destino colectivo), el sacrificio apasionado se convierte en el cubrimiento del cuidado de los niños que quedaron discapacitados en las minas, o a la denuncia de los avestruces cuya carne se convierte en sandwich, y su piel adorna los mocasines de los traficantes de droga. En cuanto a la soledad, se manifiesta mejor a través de su vívida antítesis: la supuesta “imposibilidad” de permanecer a solas consigo mismo, fuera del campo de visión de la prensa amarillista. Nada sirvió más a la promoción de las tareas sociopolíticas del “Club” que el destino de la princesa Diana. La posmodernidad transforma las vías de escape del valle de lagrimas en el mecanismo político de administración del rebaño humano por los últimos titanes de los “superhombres” europeos, liberando a los adeptos de la nueva aristocracia de la desunión feudal de sus antecesores.
Sin embargo, la postmodernidad no ha logrado dominar al Héroe, el único punto de autenticidad en el espacio sin dimensiones del Simulacro. Por lo tanto, el “Club” le declara a este quinto rayo del pentagrama, no integrado al resto, una guerra despiadada. En el mundo moderno, el Héroe esta fuera de la ley. El es privado de su estatuto tradicional y “reclasificado” como radical y extremista. Los representantes del Partido Verde Global-Ecologista, las minorías y otros desechos parapolíticos, que se presentan como parte de la democracia representativa, pero que en realidad trabajan para la criptotiranía del “Club” (hasta ahora criptica…), piden la destrucción de definitiva del Héroe, a veces en la forma de ataques bastante exóticos contra el “principio masculino”, hasta las extrañas propuestas medicas de “bajar la fuerza” de la testosterona de la humanidad a la mitad. La idea se centra en que, si el hombre es más débil, será menos problemático. Preguntamos: ¿para quién? Para el jefe de la prisión y sus hijos con llaves y palos en la cintura. Hoy día la democracia no habla en un lenguaje menos extraño que el de los utopistas ilustrados que soñaban con surcar los océanos en los lomos de los delfines. No obstante, el resultado es el mismo, tanto ayer como hoy, para estas extravagancias intelectuales: “falansterios” con muros de piedra, domos de aluminio rodeados con alambre de púas, cada vez más impenetrables, y mientras los esclavos arrastran una carretilla de color rojo hacia las puertas verdes, con lemas de disculpa.
En la “Internacional” se canta: “Nadie nos dará la redención – ni Dios, ni un rey, ni un héroe” (6). Con los reyes es comprensible, pero sobre los otros no somos tan categóricos. Por supuesto, no queda claro quién es “Dios” en este viejo himno proletario, lo más probable es que se trata de “Cristo” en su versión oficial de la Iglesia. Si este es el caso, entonces estamos de acuerdo. Pero sobre el Héroe… la humanidad no tiene otra alternativa que confiar en los héroes. Nadie, excepto ellos, pueden escapar de la prisión social sin los demás. Para esto, sin embargo, es necesario entender algo: la imposibilidad de estar de acuerdo con el Destino, este solo puede ser destruida.
Notas del Traductor:
Estas líneas son extraídas de la novela “Los demonios” de Dostoievski, pronunciadas por Kirillov a Anton Lavrentyevich en su dialogo nihilista.
Las sagas de los Nart son una colección de cuentos del Cáucaso que conforman la mitología básica de las tribus de la zona. Los osetios, abjasos, circacianos y ubijé poseen versiones propias de estas leyendas y mitos. Muchos de sus temas son comunes a los mitos griegos, como el encadenamiento de Prometeo o la búsqueda del Vellocino de Oro. Recordemos que muchos de estos mitos comparten geográficamente el Cáucaso como su punto de origen y los héroes griegos se involucraron en muchas de sus aventuras en esta zona del mundo. Varias tragedias, como las de Medea, Jason y Helena tienen como teatro de fondo al Cáucaso Norte y Sur.
La palabra abrek es usada en el Cáucaso Norte para designar a los hombres que renuncian a tener cualquier contacto con sus familiares y amigos y se vuelven devotos de vivir en lugares inhóspitos. Abrek significa, en la Biblia, aquel que “se postra ante Dios”. Los abreks eran famosos por sus rebeliones contra los invasores de sus tierras. En ruso y osetio, esta palabra significa “ladrón”. Sin embargo, el autor se refiere a los abrek como esos defensores del Cáucaso que combatieron al imperio ruso durante el siglo XIX, cuando los zares invadieron la región y tuvieron que enfrentar la rebelión de los chechenos dirigidos por el Imán Shamil y sus seguidores. El imperio ruso necesito de un millón de hombres para sofocar la rebelión.
El teniente Tomas Glahn es un personaje del escritor Knut Hamsun, de su famosa novela Pan. La novela trata sobre la vida del teniente Glahn en la soledad de su cabaña de verano en Nordland, en ella se exalta la naturaleza, la nobleza de los animales y la vida lejos de la civilización.
Aquí se hace referencia a la novela de Carlos Castaneda Las enseñanzas de don Juan. Don Juan es un chamán yaqui que inicia a Castaneda en los secretos psicodélicos de la droga y la ampliación de las “puertas de la percepción” por medio de narcoticos con el fin de alcanzar estados superiores de conciencia.
El himno oficial de la Internacional socialista, que es usado por el Partido Comunista de España, reza así: “Ni en dioses, reyes ni tribunos, está el supremo salvador”. Esta traduce al español la siguiente estrofa del himno en “Il n’est pas de sauveurs suprêmes : Ni Dieu, ni César, ni tribun”. En la versión rusa de la Union Sovietica se dice “Ни бог, ни царь и не герой. Добьёмся мы освобожденья”, siendo la palabra tribuno traducida por la palabra герой, que significa héroe. Hemos elegido esta última traducción para verter el significado del texto porque es consistente con las ideas del autor, pues la palabra tribuno no tiene esta connotación en español, a pesar de que los revolucionarios siempre se consideraron a sí mismos “tribunos del pueblo”.
Traducido de kontrudar.
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Nueva guerra fría – 2
Por Geidar Dzhemal
Poistine.com 8/09/2012
Un acontecimiento clave en el mundo diplomático ha sido la repentina rotura de relaciones entre Irán y Canadá a iniciativa de esta última. Como declaró el viernes el cabeza del Ministerio de Exteriores canadiense John Bard, las autoridades de Canadá habían cerrado su embajada en Teherán y concedieron cinco días a los diplomáticos iraníes para abandonar el territorio de su país.
Semejante iniciativa del gobierno canadiense resultó ser una acción bastante inesperada, no provocada por ninguna actuación reciente de Teherán. Como justificación Ottawa ha enumerado los argumentos poco convincentes, como la mala predisposición hacia “nuestro amigo Israel”, el programa nuclear y – ¡como no podía ser menos! – el apoyo a Asad. Al menos dos de las circunstancias mencionadas son ya de “larga duración”: con el mismo éxito Canadá podía haber roto sus relaciones con Irán hace 10 años, y si hablamos del enfrentamiento iraní-israelí, hace al menos 30. Así que en realidad la cuestión es otra. El ataque de histeria del gobierno canadiense no es más que un caso particular de la gran histeria que se ha apoderado de todo el mundo occidental y que se ha agudizado sobre todo después de la Cumbre de los Países No Alineados celebrada en Teherán.
Los EE.UU. no pueden romper sus relaciones con Irán – ya fueron rotas en el transcurso de la propia Revolución Islámica. Los estados europeos, pese a toda la presión de Bruselas y Washington (o más exactamente, Nueva York, donde reside la ONU y la mayor parte de la “trastienda mundial”), no desean para nada romper con Irán , lo que quedó claro tras la declaración de Ángela Mérkel. Como estructura la UE claro que las rompería, pero la Unión Europea aún no ha llegado al suficiente nivel de integración como para poder mantener esas relaciones como sujeto independiente. Así que fue la pobre Canadá la que tuvo que responder por todos.
Repetiré una vez más – el motivo de la histeria, sin duda, ha sido la 16ª Cumbre de los Países No alineados, celebrada con éxito en Teherán. A pesar de las promesas pecuniarias y el chantaje de los Estados Unidos, la República Islámica ha recibido el apoyo de 120 países, del secretario general de la ONU Ban Ki-Moon quien había acudido a la cumbre y del nuevo presidente de Egipto Mursi, representante de los Hermanos Musulmanes. Todo ello anula ya de por si dudosa legitimidad de la así llamada “comunidad internacional”, que se esconde tras la fachada de las organizaciones como la ONU, UE y la OTAN.
Por cierto, el concepto de “comunidad internacional” no debe engañar a nadie. No se trata de la reunión de los gobernantes de los estados nacionales soberanos – sino de la burocracia cosmopolita que crece sobre el terreno abonado de las estructuras supraestatales y no gubernamentales. Hace ya bastante que en el mundo se ha formado el doble estándar de legitimidad: las legislaciones nacionales y los acuerdos internacionales que están por encima de ellas. Dentro de este contexto se puede decir que el propio principio de legitimidad se ha convertido en una abstracción en el mundo de hoy y es a diario profanado por la descarada retórica hipócrita de los personajes públicos internacionales. La animación habida en el seno del Movimiento de los No Alineados que tiene ya cincuenta años está relacionada precisamente con que, después de toda una serie de golpes incluso los burócratas más obtusos de los países soberanos ven el peligro que emana precisamente de las estructuras internacionales. Dos terceras partes del mundo están asustadas por las tendencias que se desarrollan en el seno de la ONU, UE, UNESCO, AIEA, Greenpeace, interminables fondos “de lavado” para la defensa de los derechos humanos, animales, plantas y fauna marina… Hoy queda claro para todos que cualquier representante de la soberanía nacional dentro de nada será culpable simplemente porque la burocracia internacional tiene ganas de comer.
Seamos sinceros: si en la Casa Blanca estuviera ahora un republicano, y el mundo tuviera la misma construcción unipolar que había adquirido a raíz del derrumbe del campo socialista, difícilmente Teherán hubiera tenido la posibilidad de reunir un foro tan multitudinario y representativo. No olvidemos que prácticamente todos los países actuales, a excepción del estrecho círculo de los países occidentales, están encabezados por los nacional-liberales clásicos, que ven su patria espiritual en el imperio norteamericano, dirigido por el Partido Republicano. Precisamente ese imperio que en las condiciones del régimen tecnológico de la información reproduce el espíritu y los símbolos del Imperio Romano, que está arraigado en el suelo patrio, se apoya en el electorado nacional, representa el cuartel general de aquel liberalismo que en su día se rebeló contra la corona británica y fue ayudado por la Gran Revolución Francesa. Y hasta el día de hoy para todos los mubárak, somozas, stressner y chang kai chek de la época de posguerra del liberalismo vencedor la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la constitución de los Estados Unidos, sus padres fundadores – son aproximadamente lo mismo que los sutras y las manifestaciones de Buda para los budistas actuales. De modo que si en vez de la guerra abierta del gobierno mundial contra los estados nacionales, tuviéramos un imperio “normal” de tipo romano, deseoso de dictar su voluntad y de ser el árbitro para todo el mundo, lo más probable es que la mayoría de aquellos que acudieron a Teherán se hubieron sentido más identificados con él que con la teocracia iraní.
Por cierto, la teocracia es una de las principales causas de la resistencia de Irán frente al conjunto de Occidente con todas sus sanciones y chantaje. Ningunos liberales, ninguna burocracia nacional controlada por los liberales es capaz de mantener semejante resistencia. Lo cual queda perfectamente ilustrado con los ejemplos de Saddam, Kaddafi, Mubárak, Milóshevich y muchos otros que se habían doblegado y jugado a las damas con el establishment occidental. La teocracia iraní se mueve por unas motivaciones completamente distintas, posee una ontología totalmente diferente con respecto a los liberales corrientes, que predominan por todas partes en el mundo. Además, los más altos círculos políticos de Teherán tienen conexiones e influencia a unos niveles, cuya existencia ni siquiera sospechaban los milóshevich y los saddam.
Justamente por eso los nacional-liberales hoy van a rendir el homenaje a la élite teocrática de Teherán, a la que ven hoy como el único faro de resistencia antioccidental, que no se va a doblegar y a entregarles, sin importar el grado de presión y de chantaje (lo que, por cierto, podemos presenciar en el ejemplo con Siria).
Y es por lo que Irán, sin ser un país demasiado grande y sin poseer un potencial tecnológico y militar muy desarrollado, ha alcanzado la posición de liderazgo, que supera con mucho lo que se podría esperar de un estado de sus dimensiones. Hoy en el plano político Irán “pesa” más que, por ejemplo, Brasil o incluso India que, por lo demás, posee la bomba nuclear y los misiles intercontinentales. Pero, precisamente, la resistencia decidida de Irán ha permitido al gobierno de la India, representado por el primer ministro Manmohan Singh quien acudió a la cumbre de Teherán, a levantarse desde las rodillas y a desafiar al “hermano mayor”, declarando que India seguiría colaborando con Irán, incluida la esfera financiera y la importación de petróleo y gas.
El éxito de la cumbre hace posible el avance real del proyecto “Cuadrado verde”, que tan agudamente necesitan los países no alineados y, en primer lugar, los estados del mundo islámico. Se trata de la perspectiva de una unión político-militar entre Irán, Egipto, Paquistán y Turquía. Este proyecto tiene muchos obstáculos en el camino de su realización: la guerra en Siria, en Afganistán, el factor kurdo, los acuerdos de Camp-David. Sin embargo después de la cumbre esos obstáculos significan algo menos, y la posibilidad de realizar este proyecto es algo mayor que antes del congreso internacional en Teherán. Hacia ahí apunta la asistencia de Mursi a la cumbre y las últimas vacilaciones de la dirección turca en cuanto al mantenimiento de la política anti-Asad. De momento tal posibilidad parece demasiado hipotética, pero hace poco el mismo tema de la no alineación no merecía ninguna atención. El que ante nuestros ojos suceden acontecimientos que ni siquiera podían imaginar los expertos occidentales, fue la causa de una reacción tan exagerada de Canadá, que en su nombre ha expresado el pánico que se ha apoderado de la “comunidad internacional”.
Para ser realistas hay que darse cuenta de que el éxito de la diplomacia iraní traerá como consecuencia el recrudecimiento de la lucha en todas las direcciones, incluyendo la dirección de Rusia y China como las grandes potencias, más interesadas en el desarrollo del Movimiento de los No Alineados. De hecho ya nos encontramos en el epicentro de la nueva guerra fría, en la que el Movimiento de los No Alineados se enfrenta al aparato burocrático de las Naciones Unidas y de la Unión Europea. Y el resultado de esta guerra fría ni de lejos está predeterminado.
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Ya no se puede hablar utilizando el lenguaje de la época pasada
Por Geidar Dhzemal
Entrevista para “Literaturnaia gazeta”, 06.07.2003
Incluida en el libro Daud vs. Djalut /David contra Goliat, Moscú, 2010
Traducido del ruso
Nos demos cuenta o no, pero vivimos en un mundo distinto. Este mundo es mucho más inestable. Ya no existe el campo socialista, la “guerra fría” ha terminado. Después de la creación de las redes globales de comunicación ha surgido una nueva dimensión – la de la información: la información se complica cualitativamente y se desarrolla. Ha aparecido el mercado global de los capitales… Hay además en este cuadro cambiado de la realidad otro factor esencial y, también en desarrollo – el factor islámico. Ya no se trata únicamente del fenómeno religioso: el Islam se posiciona como el gran Proyecto de oposición al Sistema, se convierte en el apoyo ideológico de aquellos que no se olvidan de los pobres, explotados, desheredados. Una de las figuras más importantes y conocidas del Islam político es Geidar Dzhemal, presidente del Comité Islámico, teólogo que está creando la metodología del pensamiento contemporáneo.
Literaturnaia gazeta. Geidar, en actualidad surgen algunos intentos de crear una visión universal para poder enfocar la nueva realidad. Utilizando el lenguaje que se ha puesto de moda, se nos han planteado los retos, que de momento no encuentran respuesta. ¿A qué conclusiones ha llegado Ud. buscando estas respuestas?
Geidar DZHEMAL. Como se sabe, ahora se ha derrumbado el marxismo como sistema universal para describir la realidad. Con todo lo malo que se puede decir del marxismo, poseía una buena cualidad: había heredado la metodología de la visión religiosa entendida como proyecto, y que permitía al contestatario, pongamos, de Nueva Zembla entenderse con otro de Noruega. Ahora esta posibilidad ha desaparecido. Mejor dicho, el lenguaje marxista está comprometido en cuanto a su veracidad política y sobrevive en “las afueras” de la vida socio-política, filosófica e intelectual, como determinados restos de una época que ya se fue. Ahora no se puede utilizar este lenguaje, porque contiene nociones que no se corresponden con nada. Hoy ya no existe ni la burguesía, ni el proletariado. Los polos extremos de la pirámide social son la superélite, colocada por encima de la realidad, y el Harlem mundial con su eterna miseria. Todo lo demás representa el movimiento molecular browniano del elemento desclasado. En las condiciones de la lumpenización global Berezovski y Jodorkovski (oligarcas rusos, en España un ejemplo parecido serían Mario Conde y Juan Guerra – n. del T.) – son claros representantes del lumpen. Lograron acceder al dinero, pero no son burguesía. Burguesía es un estamento tradicional con su propio código de conducta. Hoy se puede encontrar a sus representantes en los países del Tercer mundo (por ejemplo, en Irán o en Malasia). Incluso si uno tropieza con ellos por la calle casualmente, ve que han nacido dentro de un sistema estable de trabajo con el mundo material, de la atmósfera del intercambio de los valores materiales entre la sociedad y el medio exterior. En Rusia, pongamos, la situación es distinta. Cuando vemos a un hombre que hoy es rico, es que ayer era un tecnócrata, anteayer el secretario del komsomol, y mañana probablemente será un disidente, que sobrevive con la ayuda de los servicios secretos extranjeros, por ejemplo, en Londres… Se trata del lumpen, es decir de los elementos desclasados. No podemos describir a la sociedad compuesta en un 90 por ciento de los elementos desclasados, como burguesía y proletariado.
Así que el lenguaje universal del marxismo está desacreditado y no se puede aplicar a la situación de hoy. En su lugar ha aparecido otro lenguaje o, mejor dicho, un enfoque de moda – como se solía decir antaño, una pseudociencia burguesa. Me refiero a la metodología de Spengler, Toynbee, su dichoso “diálogo de civilizaciones”. Desgraciadamente, muchos intelectuales, clericales musulmanes, que encauzan el proceso intelectual público de la comunidad musulmana mundial, han picado este anzuelo. Les gusta mucho hablar del conflicto de las civilizaciones, necesidad del diálogo, e interpretan el Islam de manera correspondiente. Esta postura es radicalmente incorrecta. El Islam, claro está, tiene su dimensión de civilización. Pero en la medida en la que esta dimensión está presente, representa una desviación del Islam. Islam es una doctrina y un proyecto universales, dirigido a todos los seres humanos independientemente de su color de piel, origen étnico, lugar de residencia. El hecho de que exista la civilización islámica significa que Umma (comunidad musulmana) no ha cuajado como sujeto político.
Pongamos un ejemplo por analogía con el pasado más reciente. ¿Qué significa “civilización soviética”? Significa que la idea de la izquierda no cuajó como sujeto político. En lugar de la conversión del bolchevismo en sujeto político surgió el imperio soviético-estalinista. El hecho de la conversión en civilización representó el fracaso de la revolución mundial leninista-trotskista. Lo mismo ocurre con el Islam. A medida que se afloja el factor de la revolución islámica (sustituido por los intereses regionales de carácter burocrático-estatal), cobra fuerza el lado civilizatorio. Y ya vemos al presidente de Irán Jatami, que “lanza” contra Huntington el tema del “diálogo de las civilizaciones”.
El principal problema de los musulmanes de hoy es que piensan a sí mismos en términos de civilización. Piensan que viven según sus reglas. Aquellos que hoy marcan el tono en el discurso islámico, ocupan posiciones entreguistas civilizatorio-dialogantes. Expresan la idea: también somos seres humanos, no nos bombardeen, simplemente queremos vivir. Queremos vivir según las reglas establecidas por Dios.
G.L. ¿Si la doctrina de Marx y Engels corresponde a una época ya pasada, y el modelo del choque y diálogo de civilizaciones se puede considerar como marginal, entonces en qué es posible apoyarse para crear un lenguaje universal nuevo?
G.D. Una metodología seria consiste en que debemos establecer que: existe el sujeto de la tiranía y el sujeto de la opresión. Nada ha cambiado porque en el mundo actual ya no está el faraón que sale en su carro… y pisotea a los esclavos arrodillados. En lugar del faraón del Antiguo Testamento está el faraón colectivo, que gobierna el Sistema. Tan solo hay que determinar quién en este Sistema es el sujeto de la tiranía y quien, al contrario, asume la voluntad y el derecho de defender a los oprimidos y los humillados. Ese sujeto político es el que tiene el carácter de partido. Insisto en que, después del final del marxismo esta dimensión de nuevo se convierte en teológica – tal y como debe de ser. Todavía Marx decía que todas las transformaciones revolucionarias en la historia tenían tinte religioso. Era completamente normal que la lucha social tuviera un carácter religioso, y la esencia de las relaciones sociales siempre se ha descrito de manera teológica. Así la explicaban tanto Moisés como Cristo, y también en los tiempos de Wat Tyler (líder de la revuelta campesina en Inglaterra en 1381) la gente cantaba: “Cuando Adam araba y Eva tejía, ¿quién entonces era el noble?”
Aquel que está situado arriba de la pirámide social, expresa con su posición cierto signo fundamental – lo mismo que aquel, que está aplastado. Por eso la Divina providencia objetivamente utiliza en su realización de la Historia al uno y al otro. A cada uno se le asigna un papel, y cada uno posee su carga energética histórica que algunos llaman “su verdad”. Si el que está aplastado, deja de permanecer de rodillas, se levanta y logra permanecer de pie, querrá decir que la gota de la luz Divina, que fue introducida en él, logró vencer a la entropía, logró obtener la victoria sobre la colosal inercia de la materia.
L.G. ¿La cuestión es quién desempeñará el papel de la vanguardia del sujeto de la opresión, el papel de mesías, a su manera desempeñado por el proletariado en la doctrina marxista?
G.D. Hoy el papel del proletariado está desempeñado por la comunidad musulmana. Los musulmanes son la vanguardia de la humanidad oprimida, que actúa no solo en su nombre, sino en el nombre de los que están en Brasil, China, en Rusia.
L.G. ¿Por qué precisamente los musulmanes?
G.D. Porque todos ellos comparten la misma postura teológico-religiosa del monoteísmo, que por su lógica interna quita legitimidad a la pirámide social natural. Únicamente el universalismo abrahámico desafía al Sistema, porque le quita el sentido a este cosmos cerrado, donde el hombre es el fin en sí mismo.
Islam es categóricamente anticlerical y no representa un código individual de conducta. Es la estrategia del hombre interior, que de alguna manera debe ganar a los carceleros y apoderarse de la cárcel. Huir de la cárcel es inútil, hay que vencer desde dentro para destruirla. Lo cual solo se puede hacer juntando las fuerzas de todos los presos. Aquí está la principal diferencia entre el Islam y otras tradiciones religiosas: las otras proponen huir y, como se sabe, lo mejor es fugarse en solitario. ¡Por desgracia la captura es inevitable!
L.G. ¿Se puede hablar de la tendencia del globalismo islámico – como contrapeso al globalismo de Occidente?
G.D. Sí. El caso es que el Islam también es globalismo, pero desde abajo. Y solo dos globalismos pueden mantener entre sí la disputa.
L.G. Por lo común, cuando usamos el término “globalismo”, lo relacionamos automáticamente con la expansión de los valores occidentales.
G.D. El marxismo pretendía ser globalista, entendiéndolo como la victoria mundial del comunismo. Le aseguro que las personas que gobiernan el mundo piensan como esotéricos. El chamán, Papa de Roma, príncipe Carlos de Inglaterra – son todos representantes de la misma variante de la humanidad autosuficiente, construida sobre el principio de la opresión. Para ellos el hombre es el objetivo. Necesariamente se trata de una pirámide, en cuya cúspide se encuentran los “auténticos” humanos – los que de verdad tienen el poder, que, por supuesto, no son ni banqueros, ni los Soros. Esos últimos no son más que morralla que cumple funciones de servicio – polvo que se lleva el viento. Pero existe la poderosa cúspide de la pirámide, que no cambia pase lo que pase – guerra mundiales, revoluciones. Todo se hace siguiendo el guión de los clubes intelectuales, que trabajan presididos por los “auténticos” seres humanos, bajo su tutela.
En actualidad ha sido creada una infraestructura globalista muy poderosa, representada por el sistema de las corporaciones multinacionales. Las multinacionales no son un modelo económico, sino de dirección, que están libres de cualquier responsabilidad social, institucional, territorial, lanzadas a la conquista del espacio político y humano. Los verdaderos amos son aquellos que se sientan en los consejos de patronazgo de las multinacionales; en primer lugar los representantes de la nobleza tradicional – dinastías, casas nobiliarias, la vieja aristocracia europea. En esta mancomunidad también están integrados los representantes de la nobleza tradicional del Tercer mundo y casas financieras internacionales – como condimento.
Los dueños reales del mundo constituyen el núcleo de la élite y la superélite, que comenzó a formarse hace aproximadamente 400 años – en la época de la destrucción de las castas feudales tradicionales. Entonces existía el sistema de la jerarquía estamental: estaba el Papa de Roma, a él se subordinaban los emperadores, en el siguiente escalón se situaban los caballeros, más abajo – los sencillos mercaderes etc. Cuando aquel sistema comenzó a derrumbarse, y en su lugar se impuso el absolutismo, comenzó la Reforma, luego la Contrarreforma, en aquel período tuvo lugar una fuerte reorganización del mundo. Iglesia Universal tuvo que cambiar, pasando a la estrategia de influencia indirecta, la hierocracia abierta fue sustituida por la criptohierocracia, que actúa a través del club cerrado de la nobleza “secular”.
Es, en primer lugar, el Sistema de clanes gobernantes, caracterizados por la herencia y la sucesión. En esencia la formación de esta corporación de clanes terminó en 1860. Durante la última etapa fueron incorporadas las cúpulas de las élites rusa y asiática, proceso favorecido por la supresión de la servidumbre de la gleba en Rusia, revolución Meiji en Japón y la sublevación de los cipayos en la India. Por la misma época comenzó la expansión financiera de la élite en el espacio ruso. Ya hacia el año 1900 el 80 por ciento de la economía rusa se encontraba en las manos de los grupos financieros usureros internacionales.
L.G. No ha dicho Ud. nada sobre la superélite de los Estados Unidos.
G.D. El caso es que los EE.UU. tienen su propia contraélite, que no forma parte de la élite del Viejo Mundo. Esta circunstancia al principio contaba poco porque hasta el año 1914 los EE.UU. eran un país marginal y deudor. Hacia 1914 los EE.UU. le debían a Europa 5 mil millones de dólares, por entonces una suma gigantesca. Pero para el año 1919 los Estados Unidos comenzaron a crecer como un factor serio en el escenario mundial, a la par que apareció la Rusia soviética, que desvió hacia sí la atención de las élites del Viejo Mundo. Surgió el tándem de los EE.UU. y Rusia Soviética, y se dio la circunstancia de que la Entente europea no podía con él. La Entente luchaba contra los bolcheviques y a estos los ayudaban los Estados Unidos. Toda la industrialización soviética creció con la tecnología norteamericana, con los cuadros norteamericanos, y con el dinero norteamericano. Mientras tanto los propios Estados Unidos también se hacían más fuertes. Luego comenzó la Segunda Guerra Mundial en el curso de la cual Europa fue destruida y convertida en un mero espacio económico. Hoy, después de la caída del régimen comunista de partido, basado en el sexto artículo de la difunta Constitución soviética, se ha creado el conflicto entre la élite del Viejo Mundo, que en el plano militar-organizativo es aún demasiado débil para el enfrentamiento, y la correspondiente contraélite estadounidense, es decir protestante. El conflicto se basa en que la élite estadounidense de ninguna manera puede ser parte de la élite del Viejo Mundo, su integración es imposible.
L.G. Mientras tanto, parece que entre los mismos EE.UU. y Gran Bretaña hay una profunda coincidencia en cuanto a sus intereses políticos y geopolíticos.
G.D. El conflicto camuflado tras la aparente coincidencia es real. Desde 1945 Inglaterra lleva una soterrada, pero muy fuerte lucha contra los EE.UU. – siempre como el socio débil que “muerde por detrás”. Pondré un solo ejemplo. En 1956 se desató una crisis: Israel, Francia y Gran Bretaña atacaron a Egipto con el propósito de ocupar el canal de Suez. Para los EE.UU. el canal de Suez era importante, porque permitía a su sexta flota pasar a las aguas unidas desde el océano Índico. Si esta vía marítima estuviera bajo el control de Gran Bretaña como gran potencia colonial, los EE.UU, dependerían de ella en sus movimientos geopolíticos militares, y el proceso de las negociaciones entonces seguiría otro cauce. ¿Pero qué ocurre? Los EE.UU. condenan el conflicto (la agresión de Israel, Francia y Gran Bretaña) y proponen intervenir a la URSS. Unión Soviética anuncia, apoyada por los EE.UU. (que se callan, “enseñando el puño” metido en el bolsillo): si no abandonan el canal de Suez y se van de Egipto, vamos a intervenir en toda regla. Por cierto, entonces todos en la URSS se preparaban para la guerra.
L.G. ¿Cómo ve el papel y el lugar de Rusia desde el punto de vista del movimiento de protesta mundial?
G.D. Ante los ojos de las fuerzas contestatarias mundiales la principal característica política de Rusia es lo impredecible de su actual situación histórica. Una vez que se fue la era “de partido”, el espacio político quedó despejado para una nueva iniciativa de la protesta mundial, que estará libre de la lealtad hacia ningún centro burocrático-estatal, autoproclamado como “patria del proletariado de todos los países”. No es ningún secreto que la URSS burocrática de Stalin-Brézhnev traicionaba la causa de la revolución, condenaba al fracaso y dispersión las fuerzas del movimiento mundial de la izquierda. Hay que pensar en lo que ha costado la prohibición a los comunistas de Alemania de hacer un frente común contra Hitler con los social-demócratas, la alianza con De Gaulle y la OTAN contra los estudiantes en 1968 o la “atadura de manos” impuesta a Fidel Castro. Con la caída de la URSS ha desaparecido el principal freno que sujetaba la protesta social mundial. El régimen oligárquico de hoy es en realidad un sucedáneo de la clase política, poco influyente y limitado por su capacidad de actuación en la arena internacional. De donde nace la incertidumbre. Es lo que permite considerar a Rusia, al igual que ya había ocurrido en 1917 como el eslabón más débil dentro del sistema global de la opresión, que puede ser roto con los esfuerzos de la internacional revolucionaria. Esta es la herencia política de la Revolución de Octubre, que nos ha llegado a través de todas las peripecias y derrotas de la idea de la izquierda en nuestro país.
L.G. ¿Existen en Rusia fuerzas islámicas lo suficientemente unidas?
G.D. Todavía durante la etapa soviética desde abajo fue creado el Partido del Renacimiento Islámico, que desapareció al comienzo de la primera guerra de Chechenia. Fui uno de sus cofundadores, y más tarde su vicepresidente. Fue el primer partido, creado después del PCUS. En él militaban 30 mil musulmanes. Por desgracia, entonces, en los tiempos de Gorbachev, fue ideado no como el partido bolchevique, sino como el partido legal parlamentario. Después surgieron estructuras inspiradas desde arriba – la Unión de los Musulmanes y otras que tuvieron corta vida. Después del año 2000 el poder perdió el interés por tener una fuerza política musulmana institucionalizada en el escenario de la política interior rusa. (Actualmente, en 2012, en el territorio de la Federación Rusa funciona Islamskaia Grazhdanskaia Khartia (Carta Islámica Civil) – N. del T.)
L.G. Cuando se contraponen el Occidente y el mundo islámico, automáticamente se da por sentado que cada una de las partes posee aunque relativa, pero unidad. En realidad (y Ud. lo ha mencionado en referencia a Occidente), ninguna de las partes es el sujeto de una voluntad política unitaria. ¿Cree que la integración de las fuerzas islámicas es inevitable?
G.D. Los soviéticos tienen un defecto muy específico. Identifican el factor de la civilización con el establishment burocrático. Es decir, que cuando hablan del mundo musulmán, presuponen al presidente de Paquistán Pervez Musharaf, presidente de Egipto Josni Mubárak, presidente de Irán Jatami… No solo los rusos piensan así. Los chechenos piensan igual, que se ofenden porque el mundo musulmán no les ayuda. Les preguntas: ¿qué mundo musulmán? Resulta que el rey de Arabia Saudí Fahd, el presidente de Paquistán Pervez Musharaf… Les dices: pero si los musulmanes en las mezquitas recaudan ayuda para los chechenos, hay organizaciones que ayudan a los refugiados, - todos están de vuestra parte; “la calle” musulmana no os abandona. Sí, me asienten con las cabezas los interlocutores… ¿Pero a quien le hace falta esta “calle” musulmana, cuando hablamos de resistir ante Putin y recibir la ayuda de Fahd? Esta forma de pensar es soviética.
… Los 64 estados, cuyos jefes son los miembros de la Conferencia Islámica son en realidad ilegítimos. Su burocracia y sus reyes son los protegidos del gobierno mundial. No se les puede identificar con el Islam. Al contrario, representan el factor antiislámico.
El factor islámico existe como movimiento y respiración de la historia misma, como la presencia de Dios. No hablo de los sacerdotes, que están convencidos de ser la sal de la tierra. Casi todo “servidor de Dios” se considera hasta cierto sentido una teofanía, él es – el dueño del Corán, de la Sagrada Escritura, mientras que el musulmán en la calle no tiene el Corán. ¿Pero acaso esto significa que este musulmán de la calle no ha estudiado nada? A lo mejor ha estado estudiando toda la vida. Simplemente no ha entrado en la correspondiente casta, no lleva el turbante, no fue colegiado en el sistema teológico. Y aunque en el Islam no existe quirotonía, ordenación sacerdotal, y formalmente no hay separación de la iglesia de los fieles, existe como presuposición – introducido “por la puerta de atrás”. Con esto las personas pisotean, envenenan, escupen sobre el Islam, lo llevan a un callejón sin salida.
L.G. Con cada vez mayor frecuencia acusan al Islam de estar directa o indirectamente relacionado con el terrorismo. ¿Qué opina de esta crítica?
G.D. Sería fácil demostrar con los hechos la falsedad de esta acusación. La “agresividad” del Islam se convierte en un mal chiste si lo comparamos con lo que ha estado ocurriendo durante muchos siglos en Occidente: la Guerra de los Cien, de los Treinta, de los Siete años y otras, etc. Sin embargo cuando los ideólogos occidentales, acusan al Islam de agresividad, no quieren decir que haya derramado más sangre que los europeos (lo cual sería simplemente estúpido), sino una cosa perfectamente real: Islam representa la organización estratégicamente intachable de la resistencia interior ante el predominio del objeto sobre el factor humano. Dado que la actual civilización occidental se solidariza con el polo objetual de la existencia, la exitosa resistencia al mismo se percibe como agresión.
G.L. Ahora los países de Europa Occidental se encuentran con la situación de que parte importante de su población es árabe. Esto ocurre en Francia, en Alemania. ¿Qué supone esta tendencia para el futuro de dichos países en el aspecto demográfico, cultural, político?
G.D. El futuro de la comunidad musulmana es la diáspora. Diáspora – son la gente, liberada de lo “aborigen”, es decir que tiene quebrados los vínculos con la tierra, étnicos, de clan e incluso familiares. Las raíces del hombre, su dependencia del clan, de la tribu, de la tradición a menudo se perciben como algo sagrado. En realidad precisamente con el arraigo a la tierra comienza el profanismo. El paisanaje es la retaguardia y el estancamiento, que encierra a las personas en un gueto. La diáspora, al contrario, - es la vanguardia.
Hoy los musulmanes en Europa se debaten entre las hermandades de paisanaje y las diásporas. Personalmente he tratado en Francia con los portadores del segundo enfoque. De estas personas se podría decir lo siguiente. En primer lugar, como regla, poseen titulación superior; en segundo lugar desempeñan su profesión con soltura. En ellos he visto a árabes de nueva generación, que no renegaron del Islam. Para ellos ser musulmán significa participar en un proyecto providencial. Para ellos el Islam político es la autoidentificación como pueblo elegido – no en la oposición, sino, al contrario, en el servicio a la humanidad. Son personas con la conciencia totalmente abierta, entregada a la idea islámica. Claro está, que leen el Corán y se sienten como las personas a las que les fue entregado este Libro Sagrado. En él se dice: “Os hemos entregado el Corán en pura lengua árabe” (en los tiempos del Profeta la lengua árabe original se había perdido y se hablaban distintos dialectos, el Corán fue dictado en árabe puro, que después de la difusión del Islam fue restaurado – N. del T.). Es decir que fue entregado a todos los seres humanos. Sin embargo en el mundo islámico a menudo se puede oír: ¿y tú quién eres para opinar sobre el Corán, qué autoridad tienes? ¿Qué comentarios has leído? ¿Dónde has estudiado?..
Veo mi auditorio entre los musulmanes de Francia, Alemania, Inglaterra, con los que hablo en la misma lengua y con los que estamos en el mismo campo conceptual. En cuanto llegas a un país árabe, debes superar problemas metodológicos. O tu interlocutor se encuentra bajo el control intelectual de la clase de intérpretes profesionales, y entonces tienes que “darte de cabezazos” contra un muro dogmático. O se encuentra en la oposición formal a esta dogmática, o sea que se encuentra prisionero de los contradogmas igualmente discutibles. Y si se trata de un anticlerical liberal, por lo general, es que ha perdido la relación con el islam, quiere vivir sin más y ganar dinero. Pero la diáspora europea es toda ella grano sin paja. Es la generación que ha nacido allí. Claro que hay gente que intenta “disolverse”, convertirse en simples alemanes o franceses. Pero el Altísimo ha hecho de tal manera, que no lo pueden lograr, porque les están presionando desde el entorno, de una manera u otra, y para sobrevivir, se ven obligados a ser los mejores.
L.G. ¿Sería posible lograr armonizar las relaciones o al menos intentarlo, para que no se produzca ni la islamización de todo el mundo, ni tampoco su reducción al ateísmo?
G.D. No se trata de islamizar el mundo. Sino de que los musulmanes son la vanguardia de la liberación de la humanidad. Los verdaderos musulmanes son personas que poseen apasionada “voluntad de poder” en nombre de la justicia divina. Su objetivo es derrocar a la superélite, que se apoya en los instrumentos del capital usurero y la estructura globalista de las corporaciones multinacionales.
L.G. El problema es que nunca existirán las formas sociales sobre la tierra que puedan encarnar en toda su plenitud el fuego de la verdadera fe. En el momento en el que se acabe con el poderío de las corporaciones multinacionales, aparecerán otras instituciones, inevitablemente burocráticas. ¿O quiere Ud. decir que después de la victoria llega algo similar al Apocalipsis cristiano?
G.D. Nosotros luchamos no para vivir, sino para terminar la Historia, preparar la llegada de los esperados Mahdi y Jesucristo. Si actuáramos únicamente para redistribuir los bienes materiales a favor de aquellos que dependen de la seguridad social, sería una monstruosa trivialidad. Millones de personas, pasionarios del cuerpo, murieron en vano, porque en la base de todo estaba una consigna incorrecta, vulgar y materialista. Cuando en 1961 Nikita Kruchev anunció que el comunismo es el salchichón gratis, y que nosotros lo alcanzaríamos en 20 años, simplemente firmó la condena de muerte de la misión histórica del pueblo soviético.
... Existen pasionarios del cuerpo y pasionarios de la mente. Por desgracia, ambas cualidades rara vez coinciden en el mismo ser humano. Por ejemplo, los marinos revolucionarios de Kronstadt eran pasionarios del cuerpo, Lenin y Trotski – pasionarios de la mente. Pero a ello debemos añadir la participación en el proyecto teológico que representa el verdadero gran enfrentamiento contra el príncipe de este mundo. Cuando los pasionarios del cuerpo, pasionarios de la mente y el gran mensaje teológico de oposición al estado natural de las cosas se colocan sobre el mismo eje, entonces se alcanza la masa crítica – la explosión “nuclear”. Se detiene el lavado de cerebro, se acaba la guerra informativa, llega el fin de toda la sociedad de la información con su dictadura electrónica sobre el interior e íntimo corazón del hombre. Y allí donde esto se paraliza, comienza el derrumbe del transcurso natural de los acontecimientos.
La llegada de Mahdi y de Jesucristo es la culminación de la Historia. Este objetivo lo tienen que lograr los “Consejos de obreros, soldados y campesinos”. No quieren crear el Califato en absoluto. La islamización total es un delirante invento, producido en los laboratorios políticos de Occidente.
Es cierto que algunos musulmanes dicen: no somos sujetos históricos, estamos aplastados, pero si tuviéramos el Califato, el Califato nos devolvería a la Historia en igualdad con otras civilizaciones. Yo les pregunto: ¿y cómo pensáis crearlo en las condiciones de bombardeo por parte de los EE.UU.? Han cogido a Sadam y pensáis crear el Califato. No saben contestar. Les explicas: el Califato únicamente es posible si lo sanciona el gobierno mundial. Así en su momento Stalin pudo crear el Estado socialista rodeado de los estados capitalistas – por que el entorno se lo había permitido para su propia estimulación. De la misma manera el Califato puede aparecer ahora en la historia como parte del sistema mundial de control. Los musulmanes tienen que huir como del fuego de semejante perspectiva, que nos devuelve a los tiempos de la Sublime Puerta del siglo XIX – no queremos tener a otro “hombre enfermo de Europa”, como llamaban los periodistas occidentales al califa otomano… Mahdi y Jesucristo no vendrán a esclavos – a los que no los esperan, quienes no son dignos de ellos. En el Corán se dice: “No os debilitéis y no hagáis llamamientos a la paz, porque estáis por encima”. El hombre es el instrumento de la providencia Divina, que tiene ante sí un superobjetivo: lo infinitamente pequeño tiene que vencer a lo infinitamente grande. Es decir que la minúscula chispa del Espíritu Santo debe superar a la infinita masa de la entropía. Hasta que este Milagro no se produzca hay que avanzar una y otra vez contra las ametralladoras.
L.G. Tiene Ud. la reputación de un erudito conocedor del Corán. ¿Cómo se consigue tener este conocimiento? ¿Mediante un aplicado esfuerzo?
G.D. No. Con el amor. Aunque el amor es una palabra absolutamente no islámica. ¿Pero qué es el amor en esencia? Es el sacrificio. El amor es la disposición a morir, cuando el fuego interior “desborda” tus propios límites y te consume. Para mí el Islam no es algo que pueda ser encarnado en una organización burocrática. No puede ser una imposición desde arriba, un “cometarros” para los oprimidos y los simples. Islam es la llama que arde en el corazón.
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Eduard LIMONOV: "Cada día me siento más próximo al Islam"
(P)- Usted publicó hace un tiempo un importante artículo titulado La carta del Islam. Y que yo sepa, su apreciación positiva de los musulmanes y de su religión es en gran parte debida a su experiencia como preso en Lefortovo. Usted ha estado, en efecto, compartiendo su celda con el jefe checheno Aslanbek Alkhazurov. ¿Han existido otros factores que os hayan impulsado a considerar el Islam con simpatía? Recuerdo que en 1996, me encuentro con Gaydar Jemal (1), en la casa de los periodistas para asistir a una conferencia de prensa organizada por los musulmanes de Rusia con el fin de tomar parte en su protesta contra la publicación en ruso del libro de Salman Rushdie Los versos satánicos. Yo conocía esta obra por haberla leído hacía ya tiempo en su versión inglesa. La había juzgado inútilmente escandalosa e insultante para la fe de millones de individuos. Además, es un mal libro, mal escrito y mal concebido y no es en absoluto una obra literaria. Es por lo que garanticé a los musulmanes de Rusia mi solidaridad y cumplí estando presente en su conferencia de prensa. Finalmente conseguimos que la casa editorial Limbos Press renunciase a su proyecto. Esta ha sido mi primera experiencia de acción conjunta con los musulmanes.
Yo conocía a Gaydar desde hacía muchos años. En 1998, nos acercamos más, vamos juntos a Kazan, tenemos un mitin en la sala de la mezquita y hablamos frente a una asistencia sorprendente: una mayoría estaba constituida por nacional-bolcheviques y simpatizantes, la otra por musulmanes atraídos por el aura de Gaydar. Fue una experiencia muy impresionante. Luego, Jemal Gaydar me explicó muchas cosas, verdades muy simples para aquellos que ya conocían el Islam, pero grandes descubrimientos para mí. A partir de este momento, me he sentido cada día más próximo a esta religión. (P)-Actualmente el interés por el Islam es muy sensible en el seno de la juventud comprometida. Numerosos europeos y rusos de origen se están volviendo musulmanes, se dice incluso que cierto número de militantes de vuestro Partido nacional-bolchevique se han convertido. Es su opinión, ¿qué es lo que atrae a los jóvenes políticamente activos hacia el Islam? La ortodoxia rusa es una religión tradicionalmente muy sumisa al Estado. No es una fe reivindicativa y de protesta. En el Islam hay mucha más fuerza. Es una religión de la acción que no acepta la injusticia. Pienso que los nacional-bolcheviques que se convierten al Islam buscan a la vez capacidad de protesta y disciplina. El Islam dice claramente como nos debemos comportar en la vida de cada día, algo que no se enseña en otras religiones, o no por lo menos en las que son practicadas en territorio ruso. En el Islam, el individuo encuentra reglas precisas. En prisión, cuando los presos comunes estaban solitarios como las virutas arrastradas por el viento, yo pude constatar que por regla general los musulmanes estaban más felices tanto como sea posible estando en prisión - , más vigorosos y más fuertes. Pienso que esto se lo debían a su religión, a su pertenencia a una comunidad estructurada. (P)-Usted ha escrito que el Islam es una religión en la cual el combate por la justicia social ocupa un lugar importante. En lo que concierne a los acontecimientos que sacudieron los suburbios franceses en otoño del 2005, ¿usted piensa que fueron debidos al factor étnico o a sus ojos fue una revuelta social musulmana? Según las informaciones a las cuales hemos tenido acceso, el rol del factor étnico fue importante en los acontecimientos. No hay que olvidar que en Francia, la mayoría de los musulmanes han salido de la inmigración magrebí. Por otro lado, las razones sociales han jugado también un papel fuerte en los acontecimientos franceses. Estos últimos años, Paris se ha convertido en una ciudad rica, los alquileres de los apartamentos han subido. La cuidad está en reconstrucción y los pobres han sido deliberadamente empujados hacia fuera. Naturalmente, en un país rico como Francia, nadie muere de hambre, pero está claro que hay ciudadanos de segunda y de tercera clase olvidados por todos en este Estado. Nadie les presta una atención real. Todo esto hace que yo no crea que en estos acontecimientos el factor religioso musulmán haya sido de especial relevancia. Creo que fue principalmente una protesta social, debida al paro, al hecho que la gente se siente como en el exilio en los suburbios de la periferia y que vive allí en ocasiones desde hace varias generaciones. (P)-Usted ha vivido en Occidente. ¿Ha tenido contacto con musulmanes? He conocido muchos escritores musulmanes exiliados, así como emigrantes de todo tipo que habían encontrado refugio en París. Como siempre he tenido una actitud positiva hacia el la religión musulmana y siempre he estado interesado por ella, mis relaciones personales con ellos fueron siempre muy amistosas. (P)-¿Cuál es la posición del Partido nacional-bolchevique frente al Islam y los musulmanes? Pienso que todo hombre y toda organización política rusa deberían tener en cuenta que hay alrededor de treinta millones de musulmanes en Rusia. Pero al día de hoy, en nuestro Estado sus intereses son prácticamente ignorados. Todo político responsable en Rusia debería simplemente tener una actitud amistosa hacia los musulmanes. Los comunistas se dirigen principalmente a los trabajadores. Los partidos nacionalistas especulan con la xenofobia y el chovinismo, no hacen más que intentar ganarse la simpatía de racistas alcohólicos y así pierden mucha más audiencia. Pierden un inmenso círculo de gente disciplinada y muy razonable: los musulmanes rusos. Por nuestra parte, nosotros no intentamos ser amigos con ellos, consideramos que los musulmanes son ciudadanos como los otros, y por lo tanto que tienen los mismos derechos y los mismos deberes. Cuando los primeros musulmanes se adhirieron a nuestro partido, nosotros les dimos una buena acogida pero les mirábamos como algo bastante exótico. Ahora intentamos reforzar nuestras relaciones con aquellos que practican el Islam. Notas (1) Azéri Iaïc, Gaydar Jemal se convierte al Islam bajo la influencia de René Guénon. Milita en la organización antisionista Pamiat antes de ser uno de los miembros fundadores del Partido del renacimiento islámico. Siendo nombrado portavoz, Jemal lo lleva entonces a una alianza con las fuerzas «nacional-patrióticas» nostálgicas de la URSS en nombre de una lucha de civilización entre el bloque atlántico (USA) y el bloque continental (Eurasia), y de un espíritu nacionalista eurasiático. Estas ideas no siendo aceptadas por todos los dirigentes de la organización, y la dirección moscovita del PRI siendo hostil a la independencia las repúblicas de la URSS , el Partido del renacimiento islámico estalla en 1996 y Gaydar Jemal queda fuera de los puestos de decisión. Fuente: voxnr Trad. A. Muñoz
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Geidar Dzhemal: “Obama no quiere la guerra en Siria, lo van arrastrando de la cuerda”
Entrevista a Geidar Dzhemal – Poistine.com – EE.UU., Gran Bretaña y Francia han rodeado a Siria con sus portaviones y submarinos. Mientras tanto los políticos siguen hablando de la solución política para la cuestión siria. El presidente del Comité Islámico de Rusia, Geidar Dzhemal, hombre público y político, comparte su opinión acerca del posible desarrollo de los acontecimientos en Siria con el canal de televisión “MIR”.Poistine – ¿Habrá guerra de Occidente con Siria? ¿Si es que se puede llamarlo guerra, ya que las fuerzas son muy desiguales?
Geidar Dzhemal – El objetivo principal de la Unión Europea, o más exactamente de la burocracia internacional, que se apoya en el Fondo Monetario Internacional (FMI) consiste en arrastrar a los Estados Unidos a la guerra. Obama se resiste con todas sus fuerzas. Porque comprende que si decide atacar Siria será el fin de su carrera política.
Detrás de los bastidores del conflicto sirio (convertido en el show para todo el planeta) se esconde un conflicto muy serio entre, por un lado, la diplomacia internacional y el FMI, y, por el otro lado, Obama. El caso es que Obama echó al representante del FMI del puesto de director del Sistema de la Reserva Federal (SRF) y puso en su lugar a Bernanke, mientras que el FMI quiere colocar en este puesto a su hombre, Larry Summers, para obtener el control sobre la máquina impresora de dólares. En realidad se trata de la guerra entre dos clanes para los cuales Siria no es más que una moneda de cambio.
P – ¿Es decir que también la noticia difundida ayer por los medios estadounidenses de que ciertos congresistas republicanos le han enviado a Obama una carta-aviso, en la que pedían no llevar a cabo el ataque a Siria, – tan solo forma parte del show?
GD – Obama está movilizando todos los recursos para negarse a atacar a Siria. Hace referencias a Rusia, a que todavía no se sabe exactamente quién había utilizado las armas químicas, a la carta de los congresistas etc. Repito: Obama no quiere atacar a Siria, le están arrastrando de la cuerda.
P – ¿Y si la invasión militar se produce de todas maneras, habrá una guerra en toda regla?
GD – Sí que la habrá. No olvidemos que al lado está “Israel” que espera este momento para organizar su propia campaña militar. Se podría pensar que Irán se limitará a emitir terribles advertencias, pero “Israel” no le permitirá quedarse ahí. “Israel” utilizará la situación en Siria para llevar a cabo acciones contra Irán, aprovechando el jaleo montado.
“Israel” sueña con iniciar la guerra en Siria con manos ajenas. Para ellos sería ideal que lo hicieran los EE.UU., teniendo en cuenta además que el primer ministro de “Israel” Netanyahu no le guarda mucho cariño a Obama. Netanyahu comprende que si Obama quema detrás de sí todos los puentes, significará su final político y, probablemente, el fin de los demócratas en la Casa Blanca.
P – ¿O sea que los misiles están desplegados, pero es dudoso que Israel dispare primero?
GD – Si Obama aguanta y no desata la guerra entonces, sospecho que tampoco los franceses con los ingleses se van a meter.
P – ¿Entonces tal vez no va a haber guerra?
GD – Existen probabilidades bastante altas para que sea así. Todo depende de la consistencia psicológica del actual presidente estadounidense.
31/08/2013
(Traducido del ruso por Arturo Marián Llanos)
Fuente: Poistine
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Siria – trampa para Eurasia
Por Geidar Dzhemal
31 de julio de 2012, #25 (134) Odnako.org
Tan solo hace poco la preparación y celebración de las elecciones al parlamento sirio creaban entre los observadores la ilusión del triunfo del régimen de Asad – y con él de Irán, Rusia y China – sobre los enemigos de la dirección baasista en Damasco. A lo largo de los últimos meses y, especialmente, semanas esta sensación se ha disipado. Hoy ya queda claro que Asad está condenado. Y eso a pesar de que el Occidente y los saudíes han disminuido visiblemente el apoyo material a la oposición armada. Más bien al contrario: la última etapa de las relaciones de la oposición siria con las fuerzas externas testimonia que el proceso de la desintegración del régimen ha proseguido sin grandes inversiones desde fuera.
Siria es el ejemplo clásico de la burocracia nacional que se convierte en la víctima de turno del rodillo del “gobierno mundial”. Como todas las burocracias nacionales ya desmontadas o que esperan su turno, sobre el régimen sirio pesa la herencia negativa que ha quedado de las recientes, pero definitivamente desaparecidas generaciones políticas. En primer lugar, el estado del clan de los Asad es el residuo del nacional-socialismo árabe que ha quedado de los tiempos de Nasser. En la época de Gamal Abdel Nasser Siria, por cierto, junto con Egipto formaba parte de la República Árabe Unida. A la misma categoría pertenecían los regímenes de Mubárak – heredero de Sadat, que fue el sucesor de Nasser, de Saddam, que se apoyaba sobre el partido BAAS iraquí, y también de Kaddafi, que permanecía un tanto aparte debido a su “tercera teoría mundial” y “jamahiriya” como sistema de gobierno, pero que también formaba parte del fenómeno del socialismo árabe. Para el día de hoy, aparte de Siria, todavía queda abierta la cuestión del destino político de Argelia…
El socialismo árabe ascendió sobre la ola antibritánica (antifrancesa en el caso argelino) de posguerra y fue un fenómeno bastante complejo. Es un error pensar que por el fenómeno del socialismo árabe únicamente “responde” el Moscú soviético. Indudablemente, Stalin después de la Segunda Guerra Mundial ayudó activamente a desmontar el imperio colonial británico. Pero en esta cuestión – no hay que olvidarlo él era el socio de los Estados Unidos, en las que dominaba el espíritu del republicanismo imperial, incluso cuando a la Casa Blanca accedían los demócratas (tanto Nasser como los oficiales-revolucionarios de otros países árabes después de derrocar a sus gobernantes “sacrales” que se apoyaban generalmente en las órdenes sufís, invariablemente buscaban el apoyo de Washington y tan solo tras su aprobación comenzaban a colaborar con Moscú).
En Asia Anterior Asad es el último representante del secularismo árabe que queda en el poder. Las manos del régimen están manchadas de sangre de miles de representantes del Islam político, que sufrieron una represión despiadada a lo largo de los más de cuarenta años del gobierno del clan (sin hablar del ensañamiento con los Hermanos Musulmanes durante el período de Nasser: se sabe que los nasseristas persiguieron cruelmente a los “Hermanos”, gracias a los cuales en su día pudieron acceder al poder).
El socialismo laico árabe dentro del formato del fundador del baasismo Michel Aflaq (quien visitaba Berlín durante la Segunda Guerra Mundial) o en su variante nasserista representa un irremediable anacronismo en la región. En el caso sirio se complica todavía más con dos hándicap políticos. En primer lugar, baasismo en Damasco se asocia con la minoría alavita – la contraparte simétrica al baasismo con Sadam en Bagdad, que encubría el gobierno de la minoría sunita sobre la mayoría chií. Por cierto, con el propósito propagandista a los alavitas insistentemente los presentan como chiitas, aunque sus doctrinas y prácticas se diferencian del mazhab de Djafar as-Sadiq, la única forma ortodoxa de la corriente chiita dentro del Islam.
En segundo lugar, aparte de que dentro del espacio islámico actual el predominio de una minoría bajo cualquier pretexto político o cobertura de partido se convierte en cada vez más problemática, el caso sirio además se complica por los lazos familiares. El gobierno del clan tiene sus ventajas tácticas: es más difícil introducir a los agentes de influencia desde fuera y la burocracia, unida por los lazos familiares, es más solidaria que otra ante la amenaza física en el caso de la crisis en el país. Sin embargo estas pequeñas ventajas desaparecen ante la gran desventaja – el clan fácilmente se identifica en la conciencia popular como el objetivo que debe ser destruido. Esta debilidad sistemática ya fue puesta de manifiesto en innumerables ocasiones a lo largo de las revoluciones antimonárquicas, y el republicanismo de clan es una forma secular profana de la monarquía.
(República Islámica de Irán en múltiples ocasiones dio a entender que no aprueba el principio familiar como la base del gobierno estatal. Lo cual es natural tratándose de un país que ha entrado en la fase más importante de su historia de 2500 años bajo las banderas del antimonarquismo).
Y por último, tal vez la circunstancia más cruel e injusta, relacionada con el régimen asadista, es que el propio Bashar Asad no es un jugador independiente. Está rodeado por los parientes mayores que mandan en las estructuras de seguridad y cuyo potencial intelectual además no es demasiado alto (como ya ha sido demostrado por los múltiples fallos de cálculo catastróficos de Damasco). No hay ninguna duda de que si el relativamente joven presidente lanza un serio reto a los robustecidos en la violencia tiburones de su clan, le espera un anticipado final: la familia está luchando por su supervivencia física y no se detendrá ante nada.
En otras palabras, todo lo que intente hacer Asad, todo lo que pueda prometer – no vale nada, pues su séquito lo mantiene como rehén. La familia se cubre con el oftalmólogo llegado al poder, calculando que en el ajuste de cuentas final podrá colgarle la mayor parte de sus crímenes más graves.
¿Pero acaso Asad nunca tuvo ninguna posibilidad? No, por lo menos al principio del proceso de desestabilización de Siria se podía haber salvado bastante y evitar a Asad el golpe, deshaciéndose a la vez del odioso sistema. Irán tenía esta posibilidad, ya que en su etapa inicial la oposición poseía otra estructura y otra composición que ahora.
La fuerza principal de oposición al régimen tanto históricamente como al principio de los acontecimientos actuales fueron los Hermanos Musulmanes sirios, que actuaban en contra del régimen en general, pero sin una actitud tajante, al menos personalmente hacia Asad. Teherán no tenía problemas para contactar con los ihvanes a través de HAMAS, que representa la filiación palestina de este movimiento internacional. HAMAS posee una gran autoridad y un poderoso recurso de influencia en todo el mundo islámico, siendo a la vez un puente político que conecta el chiismo estatal de Irán revolucionario con el Islam político sunita.
Al comienzo de los “acontecimientos” en Siria era posible cambiar el régimen mediante un acuerdo personal entre Bashar Asad y los Hermanos Musulmanes. Claro que ello hubiera exigido acciones radicales por parte de todos los participantes, pero como alternativa Irán podía retirar su apoyo al régimen, lo cual no dejaría a la familia otra elección. Entonces todavía podían contar con salir inmunes, abandonando el poder y entregándolo al bloque de coalición, en el que dominarían los ihvanes sirios y como líder nominal, que simbolizara la herencia del curso antiisraelí y pro-palestino hubiera quedado Asad.
Por desgracia, las posibilidades de esta maniobra ya se han perdido, porque ha habido una evolución en la distribución de fuerzas dentro de la propia oposición. Los Hermanos Musulmanes ya no son el jugador único y ni siquiera principal en el campo de la oposición. Hace tiempo que allí actúan y amplían su zona de influencia los salafistas predispuestos contra los Hermanos Musulmanes, los liberales pro-occidentales, sin hablar de los agentes directos de la dinastía Saudí, en particular los mercenarios del príncipe Bandar bin Sultán. Esta variopinta composición quita el sentido y perspectiva a cualquier intento de ponerse de acuerdo con la oposición como fuerza política unitaria. Además, en cuanto a la coyuntura de la imagen ha cambiado la posición del propio Bashar Asad. En gran medida ha perdido el pequeño, pero indudable capital de confianza hacia él, como el líder que desea el bien para su pueblo. Hoy su nombre propagandísticamente se ha asociado a todo lo negativo del régimen de Damasco difundido entre la gran parte de la sociedad. De esta manera la situación juega a favor de los auténticos “malos” en el séquito del presidente que le preparan para el papel del “chivo expiatorio”.
(Por cierto, hasta un determinado punto esta tecnología ha funcionado en Libia, donde gran parte de los altos cargos kaddafistas lograron convertirse en revolucionarios y no solo eludir la responsabilidad política por los asuntos del régimen, sino convertir en culpables a sus ex -colegas).
El apoyo a Siria baasista se ha convertido en la trampa montada por Occidente para todo un grupo de países que se oponen a la formación del “gobierno mundial” que ocurre ante nuestros ojos. Por supuesto, en primer lugar, se trata de Irán.
Cuanto más profundo se hunde el régimen sirio, cuanto más crece la insistencia y la extensión de la propaganda antiasadista con la permanente demostración de videos en los que presuntamente los representantes de las fuerzas gubernamentales matan a los niños etc., tanto más crece en las amplias capas de la sociedad musulmana internacional la extrañeza y el disgusto con respecto a la posición de Teherán. Así en Egipto donde los Hermanos Musulmanes tradicionalmente mantenían una actitud amistosa (a diferencia de los salafistas) con respecto a la República Islámica – y eran ellos los que marcaban la actitud dominante en la conciencia popular – hoy ya han aparecido los sentimientos antiiraníes, lo que indudablemente se apuntan como victoria los servicios secretos de las monarquías arábigas y de la OTAN. La conservación del régimen sirio se ha convertido en el principal obstáculo en el logro de un objetivo estratégico como el “cuadrado verde” – bloque político-militar en el que deberían entrar Irán, Paquistán, Turquía y Egipto. No hace falta decir que impedir la formación de este bloque es un imperativo estratégico de la burocracia internacional con respecto al mundo islámico.
Especialmente negativo es el hecho de que la crisis de confianza hacia Irán revolucionario transcurre justamente en las zonas del “despertar islámico”, que en gran medida deben su existencia precisamente al apoyo de Irán y aquel colosal trabajo que Teherán ha llevado a cabo a lo largo de los últimos 30 años. Hoy Teherán ha encabezado abiertamente el foro internacional de las fuerzas que participan en el “renacimiento islámico” desde Asia Central hasta África del Norte. Sin embargo los oponentes de Teherán, al indicar su relación con la catástrofe humanitaria de la guerra civil a gran escala en Siria, obtienen los argumentos para acusar a la República Islámica de mantener “el doble rasero”. Los observadores no tienen duda de que la bajada de la confianza de Occidente en el éxito de la oposición a principios del verano, no fue más que una maniobra de distracción. En realidad el Occidente no está interesado en que el régimen caiga ahora mismo. Al contrario, la drástica reducción de la ayuda material a las fuerzas antigubernamentales testimonia que la estrategia occidental pretende alargar la guerra civil y la agonía de la estatalidad en este país. Está claro para que lo quiere: cuanto más se alargue el sufrimiento del pueblo sirio, cuanto más espesa y negra sea la pintura con la que los mass-media pintan el gobierno de Damasco, tanto más negativos son los sentimientos de la gente hacia Irán, Rusia y China. Pues siguiendo la lógica del ciudadano corriente el apoyo de estos países es lo que hace posible lo que sucede. Por otro lado, queda claro que el ejército sirio hoy no tiene fuerza para decidir inequívocamente el resultado del conflicto a su favor. Traslado del enfrentamiento armado a la capital, el acceso del suicida a la reunión del bloque de seguridad, con el resultado de la muerte del ministro de defensa y heridas causadas a los altos funcionarios del régimen – es el testimonio de que las estructuras de seguridad se desintegran, que está bajando la voluntad de resistencia a nivel de los ejecutores. El Occidente está interesado ahora en que la agonía se alargue cuanto más tiempo – como mínimo hasta las elecciones en los EE.UU….
(¿No estarían relacionadas con esta táctica las últimas “filtraciones” sobre los misiles nucleares que Arabia Saudí habría obtenido presuntamente gracias a China? Los expertos opinan que el hecho de la publicación del libro por el ex –agente de la CIA en el que éste afirma que presuntamente en 2003 – 2007 China entregó a Er Riad el armamento nuclear, indica que se está preparando una gran provocación contra la República Islámica con la posterior culpabilización de Arabia Saudí).
La guerra civil que prosigue en Siria se ha convertido en la base de la formación de un “cinturón sunita” antiiraní, que con cada vez mayor claridad se opone a Irán, Hezbolá y aquellas fuerzas palestinas que comprenden el significado de los acontecimientos y conservan la lealtad hacia su fiel amigo y compañero de lucha iraní. Indudablemente el objetivo de la burocracia internacional, que en el lenguaje político al uso se suele cambiar por las categorías poco unívocas de “Occidente” y los “EE.UU.” – es la división del mundo musulmán en dos campos enfrentados, donde el bloque sunita no solo aglutinará sobre una plataforma antiiraní a Turquía y el mundo árabe, sino también a Gran Asia Central, incluyendo la región de Afganistán-Paquistán.
La realización del semejante plan supondría la catástrofe para toda Eurasia. El camino hacia esa catástrofe pasa por la sufrida tierra siria.
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“Cuadrado verde”: una nueva etapa en la organización geopolítica del espacio islámico
Por Geidar Dzhemal www.iran.ru
29-05-2012
En las condiciones de la durísima crisis política, que sufre el mundo a partir de la descomposición de la URSS, y que ha pasado a la fase abierta a partir del nuevo milenio, dentro del mundo islámico se está produciendo una activa oposición a las tendencias del neoimperialismo global.
Hoy se puede hablar de los primeros pasos hacia la formación de una alianza político-militar opuesta a los EE.UU. y la OTAN, en la que como jugadores principales entrarían Irán, Turquía, Egipto y Paquistán. Como resultado de la creación de este bloque nacerá un poderoso centro de fuerza que aglutinará dentro de sus fronteras (contando con Afganistán y Asia Central) a quinientos millones de personas. ¿Pero hasta qué punto es esto real? 1. Principal contradicción de la política mundial actual
En el mundo actual la principal contradicción, que pone en marcha en proceso histórico en curso, es el conflicto entre los intereses de las burocracias nacionales, que representan a los estados nacionales y la burocracia internacional, que pretende convertirse en la corporación administrativa más poderosa del mundo, que no depende de las legislaciones nacionales, procedimientos electorales, intereses del electorado etc. La lucha entre la burocracia internacional, que se apoya en los instrumentos como la ONU, OTAN o más periféricos tipo la Liga de los Estados Árabes – por un lado, y las burocracias nacionales – por otro, se expresa en los fuertes enfrentamientos, tanto en la esfera político-económica (sanciones), como en la esfera de la lucha armada, de lo que tenemos multitud de ejemplos a lo largo de los últimos 20 años.
Occidente representa aquella parte del mundo en la que la burocracia internacional casi ha triunfado sobre las administraciones nacionales (aunque esta lucha aún no ha terminado). En el resto del mundo las burocracias nacionales practican los “combates de retaguardia”, siguen resistiendo al dictado del gobierno mundial que se está formando antes nuestros ojos. Está claro que esta lucha es desigual y las administraciones de los estados soberanos están condenadas a ser derrotadas, al no ser que recurran a la táctica de la creación de las uniones supranacionales, es decir que crean en realidad otros instrumentos internacionales para luchar contra la burocracia internacional. Semejantes pasos ya se dan en el espacio eurasiático postsoviético; en particular, la Organización de Cooperación de Shanghái constituye uno de los intentos de crear en base a las burocracias nacionales una estructura que limite la libertad de movimientos de la OTAN fuera del marco de su responsabilidad nominal.
Hasta el momento se creía que el mundo islámico en menor medida que otros enclaves civilizacionales es capaz de formar alianzas político-militares eficaces. Los expertos competían entre sí describiendo las contradicciones que separan a la umma y que contraponen los intereses de varias decenas de estados del mundo islámico.
Ciertamente, las estructuras en las que están organizados los estados islámicos – Organización de Cooperación Islámica, Liga de los Estados Árabes, etc. – representan en mucho mayor medida justamente las filiales de la burocracia occidental internacional que las uniones de las soberanías nacionales para la defensa colectiva frente a la globalización. La mayoría de estos estados han surgido en el siglo XX como consecuencia del descalabro del califato Otomano y la descomposición de los imperios coloniales europeos; como resultado quedaron bajo el gobierno de las élites compradoras pro-occidentales, que políticamente representan la modificación regional del liberalismo occidental. En consecuencia, a este nivel es impensable ninguna oposición seria al orden mundial, establecido por Occidente.
La rotura en esta dirección se pudo realizar gracias al conflicto entre dos clanes burocráticos en el propio Occidente. Los republicanos de los EE.UU. expresan los intereses imperiales nacional-patrióticos, su guión de reestructuración de Oriente medio consistía en dejar en la región a los satélites absolutamente fieles al imperio norteamericano. Con este objetivo fue elaborado el plan para destruir un grupo de países que desde el punto de vista de los neoconservadores representaban un foco de resistencia. Al mismo tiempo los republicanos apoyaron a aquellas administraciones nacionales que desde su punto de vista aceptaron la total dependencia de la Casa Blanca. Entre ellas estaban los regímenes de la dinastía saudí, de Mubárak en Egipto y – desde 2003 –el régimen de Kaddafi.
El ala izquierda del Partido Demócrata de los Estados Unidos, al contrario, representa los intereses de la burocracia internacional. Precisamente por eso cuando, provocado por las provocaciones de los neoconservadores, el proceso del despertar islámico en la región puso en peligro el futuro de los dictadores “socios” de Bush-hijo, la Casa Blanca demócrata los abandonó a su propia suerte. Obama no quiere a los líderes “fuertes” de las administraciones nacionales, orientados hacia los republicanos, pues sigue la orden del día cosmopolita. Como resultado del enfrentamiento entre los dos clanes burócratas estadounidenses quedó rota la propia estructura del dominio y del control norteamericano sobre la región y se abrió la perspectiva de lo que ahora popularmente llaman “el despertar islámico”. 2. Contradicciones en el mundo islámico
Como principal contradicción que impide la integración política de la umma, tradicionalmente se suele considerar el secular conflicto entre las corrientes sunita y chiita del Islam. Ya hace 500 años cuando el mazhab jafarita se convirtió en el oficial en Irán de los Safávidas, aquello fue la causa del comienzo de una serie de guerras entre Irán y el Imperio Otomano, que duraron hasta los comienzos del siglo XIX. Sería difícil señalar otros conflictos de estas proporciones dentro del mundo islámico, pues en los tiempos posteriores a la invasión mongola Irán se había convertido en el único estado oficialmente chiita. Sin embargo en cuanto a las relaciones entre las dos comunidades y las del poder con la minoría chiita en los estados islámicos, estas relaciones siempre dejaron mucho que desear.
Este conflicto tiene unos mecanismos perfectamente racionales. Dejando aparte las diferencias en el terreno de la alta teología, el principal reproche de los sunitas a los chiitas es que estos no reconocen la legitimidad de ningún poder estatal dentro del espacio islámico hasta la llegada de Mahdi. Desde el punto de vista del chiismo tradicional desde el asesinato de hazrat – e – Alí (s) en todos los 14 siglos de la historia musulmana no ha habido, ni puede haber ningún poder legítimo hasta el propio final de la historia. La práctica, claro está, no siempre coincidía con esta formulación. Los califas abasidas fueron chiitas y teóricamente se podría decir que después de la huida de los omeyas el mundo islámico fue gobernado por chiitas (salvo el Califato de Córdoba) en los tiempos de mayor prosperidad en su historia. Por otro lado también la dinastía de los Safávidas en Irán fue chiita, lo cual había creado cierta contradicción entre la situación de hecho y el concepto teórico acerca de la ilegitimidad de cualquier poder excepto el de Mahdi (en realidad fue este conflicto teórico esencial el que enterró a la monarquía en Irán).
La nueva generación del clero chiita en Irán desde los principios del siglo XX comenzó a dar los pasos necesarios para salir de esta situación, pues estaba claro que la revolución islámica era necesaria y tenía que estar legitimada tras la conquista del poder. La solución técnica del problema fue hallada en la doctrina de “Velayat-e faqih” (gobierno de los expertos en ley islámica), elaborada por el Gran ayatollah Ruhollah Jomeini. Esta doctrina permite crear la estatalidad islámica, reconocida como legítima durante el período actual de la ocultación de Mahdi.
Es lo que constituye el momento más agudo de la Revolución Islámica en Irán: libera a los chiitas del estatus de opositores permanentes que no piensan en llegar al poder en “este mundo inmerso en el pecado” y únicamente ponen en duda la legitimidad de los poderes establecidos. Desde 1979 los chiitas se posicionan como participantes en el espacio de la política real. Es por lo que desde la caída del shah la propaganda antichiita promovida por los centros teológicos de Arabia Saudí y otras monarquías árabes se ha radicalizado por cien: los chiitas pasaron a ser de competidores teóricos a los perfectamente reales en el escenario mundial. Por otro lado, para los revolucionarios sunitas, orientados hacia el Islam político, la revolución en Irán eliminaba el principal equívoco que impedía la alianza. Ahora la revolución islámica sunita podía contar con el reconocimiento y apoyo de los hermanos chiitas. En la práctica esto se expresó en la estrecha relación que existe entre Teherán y la resistencia palestina, en primer lugar HAMAS.
Evidentemente, la separación entre los sunitas y los chiitas no es el único obstáculo para la integración sobre la plataforma del Islam político. Existe la herencia histórica negativa – las contradicciones entre los persas, turcos y árabes. El mundo fue testigo de la propaganda racista del régimen de Saddam durante la guerra contra República islámica de Irán, llevada a cabo en el nombre de la presunta hegemonía árabe. También se sabe que en la actual cultura política turca hay desconfianza hacia los árabes, relacionada con el nacional-separatismo árabe y su paso al enemigo durante la I Guerra Mundial.
Sin embargo la fuerza de estas contradicciones históricas es mucho menor comparada con las contradicciones religiosas. El mundo árabe es demasiado grande y variado para que pueda ser reducido a un solo paradigma cultural. La máxima tensión en las relaciones entre persas y árabes se expresa en el enfrentamiento irano-saudí. Pero este principio ya no funciona en relación a Egipto y otros países del Magreb. Lo mismo se puede decir de los problemas turco-árabes. Existe un máximo de incomprensión entre Ankara y Damasco (desde la creación de la República Siria la frontera turco-siria siempre fue un lugar de permanentes enfrentamientos), y también últimamente entre Ankara y Er Riad. (El actual régimen turco ideológicamente está próximo a los “Hermanos Musulmanes” que los saudís ven como una fuerza antimonárquica subversiva). Fuera del marco de los enfrentamientos teológicos e histórico-culturales queda Paquistán, a fuerza de que, en primer lugar, históricamente fue creado hace poco (1947) y, en segundo lugar, porque fue creado y está dirigido por chiitas (fundador Muhammad al-Djinna), en tercer lugar, no se percibe en el mundo islámico como un estado chiita (y, por supuesto, no lo es). 3. Las “cargas” estratégicas de los potenciales socios del bloque
Cada uno de los cuatro probables países que se encaminan hacia la creación del mayor bloque político-militar musulmán tiene determinados “hándicaps” en forma de sus alianzas y compromisos políticos. Así el más neutral de los cuatro – Paquistán –está geopolíticamente relacionado con Afganistán en cuyo territorio el contingente de la OTAN lleva ya 11 años luchando contra el pueblo afgano. Aunque aquí el principal problema no es tanto la ocupación occidental del país como las complejas relaciones entre Afganistán e Irán que podrían constituir un obstáculo para el acercamiento. Es indudable la creciente influencia de Irán en las provincias occidentales de Afganistán, sin embargo sigue habiendo muchas diferencias entre Teherán y el movimiento de resistencia, que tradicionalmente se asocia con los talibanes de la segunda mitad de los años 90. El principal obstáculo para el entendimiento entre la resistencia y la República Islámica de Irán es el recuerdo de la matanza de los diplomáticos iranís todavía antes de la invasión norteamericana y la masacre de los hazarís-chiitas.
En cualquier caso los iranís son políticos que piensan en términos reales y saben que no se puede poner el signo de igualdad entre los talibanes de ahora y aquellos que unificaron Afganistán a finales de los años 90 (hoy bajo la marca “talibán” aparece un amplio espectro de fuerzas que luchan con las armas contra la ocupación). La visita de uno de los más influyentes “padres espirituales” paquistanís del Talibán a la conferencia “El despertar islámico” celebrada en Teherán demuestra que en este caso no hay obstáculos infranqueables.
Para Irán Siria aparece como un peso político análogo. Hoy también es el escenario de enfrentamientos armados, objeto de presión por parte de Occidente y de las monarquías de la Península Arábiga pro-occidentales; además también está el hecho del conflicto entre los regímenes de Erdogán y Bashar Asad. Siria es el principal obstáculo para el definitivo acercamiento entre Ankara y Teherán. Dado que Teherán nunca se echará atrás en su apoyo al régimen de Damasco, es Ankara la que tendrá que demostrar más agilidad política.
Paradójicamente el programa nuclear de Irán representa el menor de los impedimentos. Más bien al contrario – el nivel tecnológico alcanzado por Irán así como el drama político que se desarrolla en torno a esta dimensión de la estatalidad iraní, constituyen una ventaja para la República Islámica cara a su lucha por conseguir aliados. Tanto para Egipto como para Turquía, sin hablar de Paquistán, les conviene tener como el componente central de su alianza a un país nuclear que no se ha rendido ante la presión mundial y que ha demostrado tener una voluntad de hierro a la hora de defender su soberanía.
La cuestión ahora es descubrir el nivel de la motivación estratégica. La propia Turquía soporta varias cargas. Con respecto a Irán no la principal, pero sí importante sigue siendo su litigio con Armenia, que en el Cáucaso Sur aparece como aliada y socia de la República Islámica. Al problema de Armenia indisolublemente está ligado el tema de Azerbaiyán. Pese a cierto enfriamiento en las relaciones entre Ankara y Bakú – Turquía es el único aliado real de Azerbaiyán que a lo largo de toda su historia como país independiente no ha logrado establecer buenas relaciones con Irán. En actualidad se han estropeado hasta el punto de que en ambos países se detiene a las personas acusadas de ser agentes de los vecinos. Se habla también del posible uso de los aeropuertos militares de Azerbaiyán por parte de Israel – circunstancia hasta tal punto escandalosa que podría servir como casus belli (pretexto para la guerra).
El impedimento muy serio para la participación de Turquía en el bloque similar medianamente eficaz es su participación en la OTAN y su petición no retirada de ingreso en la Unión Europea. Si para Erdogán la Unión Europea funciona como la “cortina de humo” para su política interna (con el pretexto de ajustarse a las normas de derecho europeas Erdogán ha desmantelado el papel del ejército en la vida política del país), la OTAN obliga a realizar pasos prácticos que tienen el carácter antiiraní – en particular el despliegue del Escudo Antimisiles en la parte oriental de Anatolia. Es difícil decir si hoy el régimen de Erdogán está dispuesto a poner en riesgo las bonificaciones de su permanencia en la OTAN (ayuda tecnológica y militar, apoyo de las infraestructuras, etc.) a cambio de una aún virtual perspectiva de la alianza islámica. En lo que se refiere a Egipto, su principal carga al día de hoy es el tratado de paz con Israel. Aquel acuerdo por el que el régimen posnaserista había traicionado a la solidaridad islámica y árabe a cambio de las “treinta monedas de plata” de ayuda militar permanente (siempre inferior a la recibida por Israel) y el derecho de considerar la península de Sinaí como “suya”, hoy representa un lastre político, pues saca al mayor país árabe con casi 90 millones de población de la corriente general antiisraelí. El destino del acuerdo depende de la postura y la competencia política del señor Mursi, candidato de los “Hermanos Musulmanes”. Si es cierto, tal y como asegura el ex-presidente Jimmy Carter, que Mursi no está preparado para una drástica rotura con Israel, entonces el traspaso del poder en Egipto aún no ha terminado y los “Hermanos” van a perder su popularidad entre la sociedad, dejando paso a otras fuerzas más radicales… Sumando lo dicho se puede afirmar que los problemas técnicos y las cargas políticas de los cuatro países que dificultan la creación por su parte de la alianza político-militar son muy importantes, pero que tiene solución siempre y cuando exista la voluntad para crear tal alianza. ¿Existe y por qué está motivada? 4. Los imperativos de la alianza estratégica “Cuadrado verde”
La base fundamental y común para los cuatro países para su aproximación es el miedo de las burocracias nacionales de estos países a ser derrotadas y absorbidas en el curso de la ofensiva global de la burocracia internacional con su segmento occidental a la vanguardia. Hay que señalar que los países monárquicos de la península Arábiga mantienen esencialmente otro tipo de relaciones con la burocracia internacional. Arabia Saudí, Kuwait y otros países de este grupo no tienen ningún conflicto ni con la periferia de la corporación burocrática internacional como la Organización de Cooperación Islámica, ni con sus estructuras fundamentales como la ONU o la Unión Europea. Esto se debe a que los regímenes monárquicos mantienen estrechas relaciones de “club” con las élites tradicionalistas de la Vieja Europa, que están detrás del fenómeno denominado el “cosmopolitismo agresivo”.
Es por lo que los países del Golfo Pérsico forman un grupo de oposición polar a la alianza de la que estamos hablando.
Sin duda Irán es el país que hace de “locomotora” de la alianza “Cuadrado verde”. Su situación como el estado soberano más grande situado en el centro de Eurasia es la más problemática frente a la presión cosmopolita ejercida tanto por el Occidente, como por la gran parte de los países del mundo musulmán. Para Irán es categóricamente necesario romper el cerco estratégico para convertirse si no en el eje, al menos en el eslabón decisivo de este nuevo centro de fuerza en formación. Si para Turquía se trata de un proyecto en el que puede realizar las ambiciones largo tiempo reprimidas, para Irán es una cuestión de vida o muerte. No menos agudo es el problema de la supervivencia para Paquistán donde la situación económica empeora ya no por días, sino por horas. Paquistán ha decidido cerrar el tránsito de la OTAN hacia Afganistán porque ante los excesos de la maquinaria bélica estadounidense el régimen se arriesgaba a ser barrido desde abajo. En cualquier caso el presidente de Paquistán Zardari (chiita) hubiera sido sacrificado por las élites paquistanís para aplacar las iras populares. Sabiéndolo, Zardari incluso se ha atrevido a anunciar públicamente que Paquistán acudiría en apoyo de la República Islámica con todo su poderío nuclear si Israel se atreviera a atacarlo. Aparte de las duras declaraciones existe una cosa perfectamente real: la necesidad de construir en el menor tiempo posible el gasoducto de Irán a Paquistán, en el que Irán está tan interesado que ha abierto un crédito de 250 millones de dólares para su construcción.
Irán y Paquistán son los partidarios más sinceros y los más interesados en esta alianza. Turquía en esta cuestión se orienta hacia la obtención de los máximos beneficios y aún no está moralmente preparada para apostarlo todo por el proyecto. Sin embargo los últimos gestos diplomáticos de Ankara para igualar a Israel y Armenia, desde el punto de vista de la colocación de los acentos en la política exterior, demuestran que Erdogán es capaz de mantener un juego arriesgado, caminando por el borde del precipicio. Egipto todavía no se ha convertido en un verdadero sujeto y portador de una voluntad política. El destacamento de la burocracia nacional que comenzó a formarse con Nasser y floreció en los tiempos de Mubárak, ha recibido fuertes golpes a lo largo de la “revolución de Tahrir”. El sujeto político en Egipto tiene que formarse alrededor de los Ihván al-Muslimín, que aún no han formado su burocracia estatal ya que hasta ahora se les había impedido el acceso al poder. Debido a que los “Hermanos” están acostumbrados a la flexibilidad, compromisos y falta de definición, a Egipto le costará bastante formular una decisión firme e inequívoca para la conclusión de la alianza, sobre todo ante la presión de Occidente contra tal decisión. Por eso el factor determinante en este camino será la voluntad de la calle egipcia. 5. Partidarios y enemigos del “Cuadrado verde”
Como ya hemos mencionado en más de una ocasión la cuestión de la creación de los bloques político-militares en actualidad es, en primer lugar, la cuestión de la lucha entre las soberanías y el “cosmopolitismo agresivo” (más que globalismo, pues por sí mismo éste no está interesado en acabar con las soberanías nacionales de-jure). El “cosmopolitismo agresivo” es el curso tomado por la burocracia internacional. Es la que desde el principio se opone a la creación de las alianzas reales entre los países islámicos, salvo las uniones de aquellos estados que se encuentran fuera del sistema político de las soberanías (monarquías árabes). Semejante oposición obliga a actuar con la máxima cautela a los regímenes implicados en la creación del bloque para no provocar una dura reacción.
El Occidente indudablemente luchará contra esa alianza no solamente con las amenazas de intervención militar, sanciones, diplomacia “blanca” y “desde la sombra” etc.; también intentará crear proyectos-“trampa” virtuales, cuyo objetivo será desorientar a los políticos dentro y alrededor de estos países, sembrar la desconfianza y dificultar todavía más el camino hacia la aproximación. Una de estas trampas-embustes es el tema lanzado en determinados círculos del presunto acuerdo de paz entre Irán y Arabia Saudí y la unión de estos dos mayores productores de hidrocarburos en el nombre del dominio en el mercado de petróleo con la división del control sobre el resto del mundo islámico. Semejantes conceptos forman parte de la guerra informativa y se desmontan fácilmente aplicando el análisis sistemático de los regímenes políticos de estos países. Únicamente los posmodernistas, que han perdido la comprensión del papel que juegan las esencias en el escenario político y que lo reducen todo a las tecnologías políticas formales, pueden picar semejantes anzuelos. Por otro lado, esta unión tiene un poderoso aliado – China, que después de los Estados unidos representa el bastión más claro de la burocracia nacional (en los EE.UU. la burocracia nacional además está bloqueada por la alternativa burocrática internacional del partido Demócrata, mientras que en China su dominio no ofrece dudas).
China necesita que su aliado Paquistán, de momento aislado ante India, pueda tener continuidad a través de su participación con otros socios en un bloque político-militar de importancia, gracias al cual China también podría resolver sus problemas, tanto para romper el cerco estratégico, como para asegurar el suministro energético.
Hay que darse cuenta de que la realización de este proyecto pondrá a las élites gobernantes de la Federación Rusa ante un complejo dilema. Ante semejante alianza Moscú no podrá proseguir sin impedimentos su colaboración político-militar con la OTAN contra Afganistán e – indirectamente – contra China.
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Anschluss entre las buenas familias
Por Geidar Dzhemal
Mayo de 2012, Islamkom.org
Traducido del ruso por Arturo Marián Llanos
Con el fondo de los sonoros e importantes acontecimientos, que han sobresaltado el Próximo Oriente a lo largo de los dos últimos años, Arabia Saudí encontró el modo de sorprender a la comunidad internacional. Ministra de Información de Bahrein Samira Radjab ha anunciado al mundo que su país pierde la independencia y se une a su gran vecino. Ante nuestros ojos se realiza lo que en la práctica económica no del todo legal se suele definir como “absorción”.
Desde el punto de vista histórico Bahrein tiene más méritos que Saudia ya que su historia comienza al menos en el tercer milenio antes de J.C. En la época islámica las islas del archipiélago formaron parte de las tierras de los Karmat (ss.IX-XI) – el ala radical de izquierda de los ismaelitas que incluso llegaron a tomar La Meca al asalto. Así que de alguna manera la historia “chiita” de Bahrein es más antigua que la de Irán chiita (desde 1500). El clan gobernante en Bahrein es un eslabón de la tradicional cadena formada por el partido “anglófilo”, al que, por otro lado, pertenece toda la nobleza hereditaria de Oriente. Está claro que el pequeño estado se vio obligado a caer en los brazos del vecino gigante por las adversas circunstancias. Potentes manifestaciones antimonárquicas de los chiitas que componen el 75% de la población han obligado a los saudíes a meter en Bahrein sus tropas, a falta de comentarios de la comunidad internacional, para ahogar la “primavera de Bahrein” en sangre. En el momento presente sobre todos los edificios administrativos mínimamente significativos de la minúscula monarquía ondean dos banderas: la propia y la saudí; hay aproximadamente dos mil militares saudíes desplegados en las islas.
Está claro que la iniciativa de la anexión no había partido de la familia reinante en Bahrein, sino de Er Riad. Sin embargo este paso, poco lógico, estratégicamente desventajoso para los saudíes, y extremadamente peligroso para el conjunto de la región, fue dado de resultas de la grave situación por la que atraviesa la más grande monarquía del mundo árabe.
Hace 22 años Iraq de Saddam, que por entonces se contaba entre los aliados de los Estados Unidos se encontraba en una situación también muy grave y optó por invadir Kuwait, ya que Saddam pensaba que no tenía otra salida. La durísima guerra de nueve años contra Irán que no terminó en nada, pese a las gigantescas inyecciones financieras y ayuda técnico-militar de Occidente, que costó al pueblo iraquí quinientos mil muertos, era percibida por la población como una guerra perdida. Saddam necesitaba compensar aquella derrota a toda costa, teniendo en cuenta además que era el deudor de Kuwait que le había financiado en la guerra contra Irán.
Claro está que en el caso de Kuwait la cosa formalmente no se parecía a un acuerdo amistoso con la familia As-Sabah, mientras que en el caso de Bahrein la situación es presentada como una especie de “anschluss” y en cualquier caso la diferencia salta a la vista: Saddam tuvo que invadir Kuwait con sus fuerzas armadas, mientras que saudíes primero mandaron un contingente para ayudar a Hamad-al-Jalifa a luchar contra su propio pueblo…
¿Qué causas empujaron a los saudíes a dar este paso, claramente desesperado? En primer lugar la derrota en Siria. Los saudíes fracasaron en el intento de derrocar a la familia Asad, lo cual representa un gran desastre geopolítico de la monarquía a la que a menudo, aunque no del todo correctamente, llaman “wahhabita”. Según los planes de Er Riad, la eliminación del régimen actual en Siria debía abrir el camino a la agresión contra Irán, y por otro lado, demostrar a todos los árabes lo acertado del curso tomado por Arabia Saudí, para en última instancia poner a todos los regímenes monárquicos del Golfo Pérsico bajo el control de Er Riad, creando algo así como el pacto militar de la península, núcleo del futuro califato, que inevitablemente surgiría tras la desaparición de la república islámica. En su lugar Er Riad, en primer lugar, ha demostrado a sus vecinos su incapacidad para dirigir el destino ajeno (el de Siria en este caso); el fracaso en Siria mostró además a todo el mundo el poco apoyo que el régimen saudí recibe de la Casa Blanca de Obama. En realidad los planes de la dinastía “wahhabita”, elaborados en la época de Bush-hijo, no atraen para nada a los demócratas radicales, cuyo líder es el presidente-cosmopolita de piel negra. Sus prioridades en general poco tienen que ver con la problemática del Gran Oriente Medio que fue tan importante para su predecesor.
Sin embargo el fracaso en Siria – que representa en realidad el fiasco de toda la estrategia antiiraní – es el eslabón final en toda una larga serie de derrotas. Las más dolorosas fueron el derrumbe del régimen de Mubarak en Egipto y del régimen de Abdalah Saleh en Yemen. Ambos indudablemente eran clientes de la dinastía saudí y figuras prorrepublicanas, perfectamente inscritas en el diseño del mapa mundial hecho por los neoconservadores norteamericanos. Su desaparición ha dejado dramáticamente al desnudo al reino saudí. Yemen es en general el bajo vientre del sur de Hiyaz del que a lo largo de la historia militar de la península partía la amenaza hacia el norte y las invasiones. El paso del poder político de hecho en Yemen en manos de los radicales señala que el cerco en torno al “reino del desierto” comienza a cerrarse. Muchos opinan que los saudíes estaban detrás de la derrota del dictador libio, pero no es cierto. La muerte de Kaddafi no interesaba al régimen saudí, pues a pesar de los grandes escándalos con los saudíes en el pasado, el dictador libio había cambiado sustancialmente su plataforma política a raíz de la eliminación del régimen de Saddam en 2003. Mucho más interesado en los cambios en Libia estaba el rival de los saudíes – Qatar. Y es otro motivo que causa el dolor de cabeza al “protector de los dos santuarios” (La Meca y Medina). Pequeño pero muy rico estado lleva ya quince años desafiando a la dinastía saudí, pretendiendo ocupar el liderazgo en la parte árabe del Golfo Pérsico. Los intentos de neutralizar por la fuerza a Hamad bin Halifa at-Tani de momento no han obtenido el éxito.
Uno de los serios problemas que existen para Er Riad es, sin duda, el desarrollo político de aquella perspectiva dentro del Islam que se suele relacionar con los Hermanos Musulmanes. Su clara victoria en las elecciones egipcias no solo ha sacado a aquel país del control de los saudíes, sino que ha reforzado las posiciones de Erdogán en Turquía, que indudablemente, en varios puntos se une a las posturas de los “Ihvan-al-muslimin”. Turquía además intenta activamente acercarse a los palestinos, lo cual significa en primer lugar el acercamiento a HAMAS – movimiento que había surgido como una rama de los Hermanos Musulmanes. Los saudíes siempre han considerado esta rama del Islam político como su peor enemiga. Precisamente por eso en la cuestión palestina siempre han apoyado a los conformistas, que siguen al régimen israelí, en particular apoyan a Mahmud Abbas como el “líder legítimo” palestino.
Miren por donde miren los saudíes no ven más que cuñas clavadas. Los Hermanos Musulmanes alcanzan posiciones de liderazgo en el Magreb, Turquía se distancia de Israel y se aproxima a Irán, en Siria Asad conserva el mando, el Occidente pierde el interés en la realización de los viejos esquemas elaborados por los saudíes con Bush, China y Rusia muestran solidaridad con Siria e Irán, las monarquías del Golfo Pérsico ven con escepticismo la idea de repetir en la Península Arábiga la dudosa experiencia de la Unión Europea… Todo ello con el acompañamiento de la clara perspectiva del agotamiento de los recursos petrolíferos en un futuro no muy lejano.
¿Qué es entonces lo que los saudíes esperan resolver con la anexión de Bahrein? Los que piensan que este paso fue coordinado con los Estados Unidos, ya que en Bahrein se encuentra una importante base estadounidense, que podría estar amenazada por la revuelta de los chiitas, no deberían de precipitarse con sus conclusiones. Sucede justamente al contrario: la anexión del país vecino por un lado proporciona a Er Riad la palanca de presión sobre Washington al convertir a Arabia Saudí en el garante de la seguridad de la base; por otro lado atenta contra esta misma seguridad ya que lleva al aumento de la resistencia, ahora ya no solo contra el régimen propio, sino también contra los ocupantes. Los saudíes han pasado a ofrecer las lecciones oportunas a sus pequeños vecinos de la península: lo que fue ideado como una alianza voluntaria contra Irán en el caso de la victoria estratégica en Siria, ahora se ha convertido en la entrega “voluntario-obligatoria” de la soberanía. Sin embargo las monarquías del golfo difícilmente pueden estar contentas con la perspectiva de la jubilación en Niza o en Londres. Han podido comprobar que la amenaza no parte de Irán, sino del que era considerado como su “hermano mayor” y aliado. Arabia Saudí comienza a comportarse en la versión del imperio brutal como se permitían en la Historia Contemporánea potencias como los EE.UU. y la URSS.
Posiblemente la comunidad internacional no reaccione ante esta anexión de la misma manera como reaccionó ante la anexión de Kuwait por parte de Iraq. Al fin y al cabo el rey de Bahrein no huyó para lanzar el grito de socorro al Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero está claro que los pura sangre árabes no están dispuestos a meterse en el establo que les ha preparado Arabia Saudí. Los Emiratos Árabes Unidos ya llevan a cabo las maniobras navales conjuntas con Irán. Mientras que Qatar extraoficialmente ofreció a Irán un acuerdo amistoso sobre Siria. De modo que la idea de formar el frente árabe contra la República Islámica de Irán que durante mucho tiempo acariciaron todos aquellos que odian a la teocracia chií, se ha derrumbado ante nuestros propios ojos, debido a la incompetencia y la falta de profesionalidad de los actuales gobernantes del sagrado Hijaz.
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Arabia Saudí tiene problemas
Por Geidar Dzhemal
Comentarios sobre el empeoramiento de las relaciones diplomáticas entre Moscú y Er Riad para la revista Odnako.org
18 de julio de 2012
Relaciones entre Rusia y Arabia Saudí han empeorado. El motivo formal para la tensión diplomática entre los dos países ha sido la reacción de Moscú ante la represión por las autoridades saudíes de las manifestaciones chiitas.
La reciente acción masiva de los chiitas contra la violación de sus derechos fue duramente reprimida por la policía saudí. En el transcurso de la represión del aliado de los EE.UU. contra su minoría religiosa han muerto dos manifestantes y otros veinte resultaron heridos. También fue detenido uno de los líderes religiosos chiitas, el sheij Nimr al-Nimr según el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
“Las noticias que en los últimos días llegan sobre el desarrollo de los acontecimientos en la Provincia Oriental crean preocupación”, – declaró el encargado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia para las cuestiones de los derechos humanos, democracia y supremacía del derecho Konstantín Dolgov. También expresó la preocupación de que estos acontecimientos podrían crear diferencias entre los habitantes del país y reflejarse negativamente en su estabilidad.
“Confiamos en que las autoridades de Reino tomen todas las medidas necesarias para normalizar la situación en sus regiones orientales e impedir que ahí puedan surgir los enfrentamientos, basados entre otros en los motivos interreligiosos, así como garantizar el cumplimiento de los derechos humanos comúnmente aceptados, incluyendo el derecho a la libre expresión de opiniones, manifestaciones pacíficas y la libertad de asociaciones, tal y como contempla la ley”, – ha resumido el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Er Riad ha reaccionado de manera agresiva ante las palabras de Konstantín Dolgov, declarando que con su comentario Rusia se inmiscuía “de manera flagrante” en la política interior de Arabia Saudí. Lo más curioso es que los diplomáticos saudíes unieron al escándalo con Moscú la situación en Siria.
En palabras de los representantes oficiales de Er Riad, ellos “confían” en que la finalidad del comentario “no consiste en desviar la atención de la tremenda masacre que el régimen sirio ha perpetrado contra su propio pueblo, apoyándose en el respaldo de las conocidas partes interesadas que obstruyen cualquier intento de acabar con el derramamiento de sangre en Siria”, cita el comunicado la agencia Reuters.
La postura de las autoridades saudíes queda aún más ambigua, teniendo en cuenta que este país apoya casi abiertamente a los activistas armados sirios que actúan contra el gobierno legítimo del presidente Bashar Asad y, según algunas fuentes, les suministran las armas.
Acerca de la situación alrededor de Arabia Saudí “Odnako” ha hablado con Geidar Dzhemal, filósofo, politólogo, presidente del Comité Islámico de Rusia:
– En actualidad Arabia Saudí no atraviesa por sus mejores tiempos, porque dentro del clan gobernante saudí hay una división y además Arabia Saudí se enfrenta a los retos en política exterior que es prácticamente incapaz de afrontar adecuadamente. Porque por primera vez en su historia ha sido empujada al primer plano de los acontecimientos mundiales que le exigen un arbitraje adecuado y la capacidad para resolver estos retos, pero estas tecnologías de política exterior simplemente le faltan.
Como muestra de su falta de adecuación en la esfera de la política exterior está la ocupación de Bahréin, prácticamente la anexión de su territorio bajo la apariencia de no se sabe qué unión fraternal. Lo cual ha llevado a que continuara creciendo la desconfianza hacia Arabia Saudí por parte de sus vecinos más próximos, monarquías como Qatar, Omán que mantienen unas relaciones especiales con Irán y no tienen demasiada amistad con Er Riad. En realidad, sobre la Península Arábiga no reina la concordia. Además un reto muy fuerte para Arabia Saudí procede de Yemen, cuya población en número es casi igual a la saudí. Hay que tener en cuenta que las fuerzas armadas saudíes no están preparadas para las complicaciones serias en su entorno, porque se componen de los mercenarios bien armados que pueden irrumpir en Bahréin y aplastar allí la revuelta chiita, pero no tienen capacidad bélica cara a un serio enemigo externo. Creo que con Yemen bastaría para neutralizarlas.
Arabia Saudí ha perdido su canal de influencia sobre el Norte de África tras la desaparición de Mubarak en Egipto, está enredada en el problema sirio que le pesa demasiado. Sufre sublevaciones en las provincias orientales donde la mayoría de la población es chiita, está sumida en estado de histeria interior. Lógicamente reacciona de una manera muy enfermiza ante las señales que provienen del territorio de Rusia, dado que Rusia participa en el proceso de Oriente Medio. Creo que se trata de una reacción predecible, dado que los saudíes saben que su hora ha llegado. En cualquier caso quedan excluidos del proceso magistral que está ocurriendo en el mundo islámico y que hoy está determinado por Turquía, Irán, Egipto y en cierta medida incluso por Paquistán. Arabia Saudí ha dejado de ser una autoridad incluso para los sunitas de orientación wahabita, que cada vez más ven a la dinastía saudí como un ejemplo de hipocresía y hostilidad interior que viene no desde fuera, sino desde dentro del propio Islam.
La pérdida de la autoridad, la estrechez cada vez mayor para el margen de maniobra, los retos internos y externos, el despertar islámico, que se ha llevado a muchos aliados, y la aparente falta de perspectivas en las próximas elecciones en los Estados Unidos del Partido Republicano, con el que Arabia Saudí mantiene unas relaciones privilegiadas y exclusivas – todo esto sumado lleva al régimen saudí a un estado próximo a un ataque de nervios.
El macroobjetivo de los saudíes es el derrocamiento del régimen de Asad. Arabia Saudí quiere sustituirlo por sus protegidos, para al menos ahí conseguir algún avance. Hasta hace poco era un árbitro regional que se apoyaba sobre la creatura, relacionada con el ala republicana de la Casa Blanca. Ahora la situación ha cambiado. Así que intentan conseguir por lo menos en Siria algún avance político, por lo que es natural que vean en Rusia el principal obstáculo para el derrocamiento de Asad. Debido, en primer lugar, al bloque formado en el Consejo de Seguridad de la ONU, y en segundo lugar, debido al apoyo militar – la presencia de la Defensa Antiaérea rusa en el territorio de Siria, las visitas de los barcos rusos etc.
Ahora Turquía de hecho intenta encontrar salidas de esta situación, sobre todo después de la historia con el avión derribado. Muy pronto va a haber un encuentro de Erdogán con Putin y, lo más probable, es que Turquía abandone las filas de los participantes activos en el conflicto sirio. Arabia Saudí en solitario difícilmente podrá solucionar este tema. Allí el conflicto interior ya sigue su propia marcha, está adquiriendo un carácter prolongado, pero más que el conflicto en sí, nos interesa su supervisión desde el exterior y sus resultados. Y a juzgar por todo, Arabia Saudí quedará excluida sea como sea el final y ya no será la beneficiaria del posible derrocamiento de Asad como creía hasta hace nada. Por eso Rusia despierta en el régimen saudí una reacción especialmente negativa como la parte que ante sus propias narices les ha robado algo que podía haberse convertido para ellos en un gran éxito político.
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Primavera en la “calle musulmana”
Por Geidar Dzhemal
Mayo de 2012, Interunion.org
Traducido del ruso por Arturo Marián Llanos
La conferencia internacional “El despertar islámico” recientemente celebrada con éxito en Teherán ha puesto de manifiesto el carácter complejo de los acontecimientos históricos que han sobresaltado el mundo árabe a lo largo del último año. Además esta conferencia ha puesto en entredicho a todo tipo de “expertos” que intentaban convencer al público de que las revoluciones en el Próximo Oriente fueron provocadas por los servicios secretos occidentales. Resulta que un país tan claramente antioccidental como Irán ve con buenos ojos que se hubieran ido al basurero de la historia las figuras como Mubárak, Zeinalabiddin y… ¡qué horror! – Kaddafi…
La conferencia fue tan importante y representativa para las figuras clave del actual mundo islámico que a ella acudieron incluso algunos importantes representantes del movimiento Talibán. Este acontecimiento ha demostrado en primer lugar que el despertar islámico es un hecho objetivo, no ha sido provocado desde el exterior, sino que tiene sus raíces espirituales en el propio terreno espiritual del Islam; y en segundo lugar que distintas fuerzas están luchando por controlar este proceso. Claro que está presente el Occidente que intenta “entrar en el tema” a través de los regímenes monárquicos reaccionarios de la Península Arábiga; pero también está presente Irán que se ve a sí mismo como un jugador independiente en este campo.
Este hecho indudablemente ha despertado los celos de Turquía de Erdogán. Difícilmente iba a permanecer indiferente Ancara ante la reunión de las fuerzas islámicas heterogéneas sobre la “plataforma de Teherán”, ya que lleva ya un decenio aumentando activamente su papel en el mundo islámico. Vemos como en Turquía se celebran los congresos y conferencias de distintas corrientes islámicas, con la activa participación de las organizaciones de la oposición armada en el Cáucaso. El mundo islámico actual es un espacio vivo y poderoso lleno de inusitadas posibilidades. El proceso del despertar, del que estamos hablando, tiene al menos cien años. Los primeros pasos en esta dirección fueron realizados por los jóvenes intelectuales del Califato Otomano que pretendían recuperar el peso político del Islam en el mundo, y también por los ayattolahs opositores en Irán, rodeados de jóvenes y dinámicos alumnos, que desafiaban el dominio británico y a la dinastía de Kadjar, colocada como “vigilante” por Londres… A través de la revolución naserista, preparada en primer lugar por los Hermanos Musulmanes, que luego sufrieron a manos de Gamal Abdel Naser, a través de la explosión de las pasiones políticas en Paquistán, a través de la Revolución Islámica iraní, a través del parlamento musulmán en Gran Bretaña, a través de las innumerables conferencias desde Jartum hasta la Ciudad del Cabo, los musulmanes caminaban hacia el día de hoy, cuando los dictadores que parecían inamovibles están cayendo uno tras otro como las fichas del dominó. Lo que aún ayer parecía un milagro, hoy se ha convertido en un hecho que asusta a los tiranos que todavía se mantienen y a sus mentores occidentales. Sin embargo, falta la ideología política sistemática que pudiera aglutinar a los variopintos movimientos, que proporcionara a los musulmanes la metodología del análisis estratégico, que les ofreciera una vía para plantear los problemas. Basta con echar un vistazo al conflicto entre los Hermanos musulmanes y los salafistas en Egipto. Estos últimos que a lo largo de toda la protesta han estado apoyando al tirano orientado hacia Israel y los Estados Unidos, quienes se opusieron al Islam político y a la Plaza Tahrir, en cuanto Mubárak fue detenido y procesado, se reorientaron rápidamente. Han creado el partido an-Nur, han conseguido el 20% en las elecciones al parlamento y ahora critican a los Ihvani por ser “malos musulmanes”. Está claro que si se dan las circunstancias ellos se convertirán en la parte del conflicto dentro de la umma egipcia constituyendo la principal fuerza contrarrevolucionaria a la que paradójicamente se unirán los liberales filooccidentales y la “intelligencia democrática”, para los cuales el Islam político es algo mucho más terrible que el espantajo del “wahhabismo”.
Los mismos problemas surgen ante el Cáucaso. El despertar islámico llegó al Cáucaso cuando aún no se olía la “primavera” egipcia por ningún lado. Pero no existe una clara comprensión de cómo está organizado el “mundo incrédulo”, qué es la sociedad contemporánea, en qué se diferencia el estado de la sociedad, por qué el estado burocrático actual aunque lo proclamen tres veces shariático, seguirá siendo enemigo del Islam, cuál es el carácter de las contradicciones sistemáticas entre los principales jugadores imperialistas – EE.UU., Unión Europea, China, Rusia, India, etc. Este análisis solo se puede hacer desde la base de una filosofía política coherente, pero en los círculos radicales el mismo término “filosofía” es el sinónimo del “kufr”.
Por eso es tan importante el diálogo constructivo entre las fuerzas islámicas en los escenarios más distintos – iraní, turco, árabe, centroasiático, etc. Porque precisamente en el proceso de este diálogo se irá formando la nueva generación de las personas de “larga voluntad” que mañana afirmará el liderazgo del Islam en el proceso político mundial. ¡Y este papel desde luego no estará al servicio del nuevo orden mundial!
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“¡Ante nuestros ojos el pueblo afgano rompe los dientes al agresor imperialista!”
Por Geidar Dzhemal
31/10/2012 Poistine.com
Las cintas de las agencias de información mundiales se llenan de noticias sobre el conflicto interestatal entre Turquía y Siria, que se ha convertido en el objeto de discusión a todos los niveles. ¿Qué posibles resultados puede traer el enfrentamiento entre los dos países? Sobre este y otros temas el corresponsal del “Rating social ” Erik Israilov conversa con el conocido hombre público ruso, politólogo Geidar Dzhemal. – Geidar, la escalada del conflicto entre Turquía y Siria causa preocupación en el mundo. Hace pocos días Turquía ha aumentado considerablemente el número de sus tropas en la frontera con Siria. ¿Esta confrontación entre los dos estados podría derivar en un enfrentamiento armado?
– Teóricamente, sí. Pero muchas cosas aparecen ante la opinión pública muy distintas a cómo son en realidad. Hoy no solamente aquí en Eurasia, sino también en los Estados Unidos muchos autores serios críticos se oponen a la política estadounidense. Además la política norteamericana es criticada por personas como, por ejemplo, Robert Craig, ex-director del departamento del Tesoro en los tiempos de R. Reagan. Por cierto, llama a la dirección actual de R. Erdogán “lacayos de los EE.UU.”, diciendo, que los turcos no se habían atrevido a vengar la muerte de sus ciudadanos a manos de los israelíes.
– ¿Se trata de la “flotilla de la paz” en 2009?
– Sí. Y ahora hacen méritos ante Washington, – supone él. “Es lo que vale toda la “islamización” de Erdogán”, – comenta R. Craig. Es decir, que conozco este punto de vista. Pero en este problema hay implicaciones más complejas, porque no estoy nada seguro de que B. Asad sea realmente una figura antiisraelí. Sí, mantenía externamente una postura irreconciliable, apoyaba a HAMAS, a Hezbollah, servía como canal de Irán hacia el mundo árabe y Palestina. Todo eso es cierto. Peo, por otro lado, ese status quo, con el que se aseguraba un cierto nivel de apoyo de Palestina y Hezbollah en este problema – se trataba de un equilibrio predecible que, en mi opinión satisfacía a Israel. En general, a Israel le convenía la existencia de HAMAS y Hezbollah, claro que no en la versión cuando en 2006 Hezbollah había derrotado al ejército israelí, y luego, pongamos, la operación “Plomo fundido” contra Gaza también llevó prácticamente a la derrota político-moral de Israel. Son los momentos extremos de la confrontación, cuando Israel pierde puntos y a su vez “se lava con sangre”, aunque mata a muchos más inocentes en el bando contrario. En general, Israel no se opone categóricamente contra la presencia del desafío por parte de HAMAS, Hezbollah y de Siria, a condición de que este desafío se convierta en la “mosca atrapada en el ámbar”, petrificada para siempre. Es decir que se trata de un desafío permanente estimulante. Así que lo predecible en las relaciones con B. Asad, la estabilidad de este régimen y, lo más importante, su antiislamismo militante – son las características fundamentales que hay que tener en cuenta en primer lugar. ¿Qué es B.Asad? Es la burocracia nacional, es la soberanía secular de Siria. Hoy Siria está en la punta del enfrentamiento entre la burocracia internacional, que está en guerra contra las soberanías y – por otro lado – la burocracia nacional que intenta defender su territorio. Ahora el principal conflicto mundial es la lucha del gobierno mundial, la ONU, Unión Europea, OTAN contra las burocracias nacionales, agarradas a los territorios de sus presupuestos.
– A Siria hay que reconocerle lo suyo. Se resiste con bastante efectividad ante el empuje de la burocracia internacional.
– Siria resiste eficazmente solo gracias a que detrás de sus espaldas tiene a Irán, y también a Rusia y a China. Rusia y China son de por sí las burocracias nacionales ejemplares y están en el punto de mira del gobierno mundial. Todos entienden perfectamente que después de la destrucción de Siria e Irán Rusia y China serán deconstruidas. ¡Es una perspectiva evidente! El momento más irónico consiste en que Israel también es una burocracia nacional y es igualmente persona non grata desde el punto de vista del gobierno mundial. El gobierno mundial tiene a su figura de fachada – Barac Obama. Es el líder del ala izquierda del partido Demócrata y, como dijo Ron Paul en el Congreso de los EE.UU., “es el funcionario del grupo burocrático internacional, para quien los problemas de la UE y la ONU son mucho más importantes que el Congreso y el Senado de los Estados Unidos”. En realidad es así, porque los demócratas de izquierda forman parte del grupo cosmopolita, mientras que los republicanos son precisamente la burocracia nacional-imperial. La burocracia nacional-imperial hoy va a por todas y presenta la última y decisiva batalla. Pero la situación de Norteamérica es desastrosa y en cualquiera de los casos es poco envidiable. Tanto si al poder accede M. Romney, como si se queda B. Obama – en cualquier caso la situación será muy grave. Si se queda B. Obama en el orden del día entrará la cuestión de la purga de Israel. Observe la situación de la siguiente manera: Siria en versión de Asad representa el estancamiento político en la región, es decir que es la garantía de que en la dirección de los altos de Golán no va a ocurrir nada serio. Si se va B. Asad al poder acceden los musulmanes radicales. Hoy solo los perezosos no señalan que los musulmanes radicales presuntamente mantienen una estrecha alianza con Occidente. En realidad los unos y los otros tienen los órdenes del día paralelos. Para los musulmanes radicales lo importante es derrocar en cada lugar a los carismáticos líderes-dictadores laicos. Es una cuestión primordial que han estado madurando durante generaciones. Los musulmanes siempre han percibido a sus dictadores “nacionales” precisamente como parte de Occidente, y no como nacional-patrióticos “micro-stalin”. Para ellos el derribo de Mubárak, Kaddafi (recordemos que en 2003 Kaddafi se pasó al neoliberalismo, entre otras cosas financió a Berlusconi, Sarkozy y le entregó un millón de dólares al extremoderechista ruso Zhirinovski – N. del T.), Ben Alí, A. Saleh – es el derribo de los agentes occidentales. Ahora la cuestión es derribar a la creatura occidental, oftalmólogo, educado en Gran Bretaña, baasista (y el baasismo es el movimiento del nacional-socialismo árabe, que apareció en el mundo gracias al apoyo de los EE.UU.). Si se va, le sucede el Islam político radical, que establece contactos con el sistema político islámico radical que ha triunfado en Egipto, y que se apoya en la nueva postura antiisraelí de Turquía. Y detrás de todos ellos está el orden del día antiisraelí de B. Obama, porque si Obama sigue en su puesto significa que Israel actual será borrado del “libro de la vida”. Se trata de que la lucha en Siria, en última instancia, – es una lucha antiisraelí, la lucha por la liquidación de Israel. Hasta ahí los cursos del gobierno mundial y del Islam político son paralelos. A continuación se separan. Como hemos visto por el incidente con el embajador estadounidense en Libia, los musulmanes políticos no tienen ninguna obligación con respecto al gobierno mundial que apoyó su lucha contra Kaddafi. En cualquier momento vuelven a dirigir sus armas contra Occidente. Para los musulmanes radicales la lucha contra Occidente se divide en varias partes. Como, por ejemplo, los bolcheviques llegaron a un acuerdo con los alemanes contra la Entente. Lo cual no significaba que los bolcheviques tuvieran el mismo programa que el Estado Mayor alemán. Tan solo la orden del día había coincidido en una corta etapa. Después, naturalmente, el Estado mayor alemán se había arrepentido amargamente por haberse relacionado con los bolcheviques. En este caso los revolucionarios siempre deben buscar el apoyo y los recursos en alguna parte. Por algún corto período pueden encontrarlo ahí donde los intereses de la trastienda mundial coincide con los intereses de los revolucionarios. Sin embargo no hay que olvidar que los revolucionarios tienen su propio programa – el derribo del sistema. Y B. Asad es parte del sistema.
¿Qué gana Turquía? Turquía está interesada en la marcha del gobierno nacional burocrático de Asad y la creación de una nueva alianza en base al Islam político. Además, en esta cuestión, lo más probable, es que también se alcance el acuerdo con Irán. Presumo, que ya ahora hay conversaciones para que la marcha de Asad no se convierta en una catástrofe geopolítica para Teherán. En el caso contrario ya en esta etapa la situación entre Irán y Turquía se complicaría drásticamente, pero esto no ocurre, pese al empeoramiento de las relaciones entre Turquía y Siria. Siria, como el aliado más próximo de Teherán, todavía no ha provocado el empeoramiento de las relaciones. Creo, que en realidad la cuestión podría alargarse, dado que hay incertidumbre con respecto al futuro de los republicanos de los EE.UU., con el futuro de M. Romney. Este último actúa del lado de Israel sin paliativos. En tal caso, aunque parezca paradójico, B. Asad sobreviviría. Pero entonces R. Erdogán queda en una situación bastante difícil. Por eso no quiere pasar a la ofensiva, no piensa pasar a la acción definitiva hasta que no quede claro el resultado de las elecciones del presidente en los EE.UU. Si se queda B. Obama, rematan a Asad, pero se abre el camino para la eliminación de Israel. Si B. Asad se queda, Israel recibe un suspiro, pero entonces bajo la dirección de M. Romney los EE.UU. entran en el colapso financiero. Resumiendo, en cualquier caso habrá una fuerte desestabilización de la situación mundial, aunque con guiones distintos.
– Los analistas de Oriente Medio afirman que Turquía aprovecha las posibilidades que después del nuevo barajar de cartas trae la redistribución de fuerzas en Asia Occidental y Norte de África, y que el inflado del problema sirio está relacionado con el deseo de afianzarse en Medio Oriente, sustituyendo a debilitado Egipto en el papel del país más fuerte de la región. ¿Podrá Turquía convertirse en una alternativa a Egipto?
– Egipto no está debilitado.
– Pero ya no juega el mismo papel que con H. Mubárak.
– Egipto jugaba este papel con H. Mubárak porque Mubárak era el representante de la administración republicana. Era hombre de Bush. Ya no hay administración republicana, no hay Bush. Al poder ha accedido Muhammed Mursi, quien representa a aquellas fuerzas que, como ya dije, temporalmente coinciden en objetivos con el gobierno mundial. Es decir que se trata de estructuras, orientadas hacia la acción conjunta con la burocracia internacional. Más aún, no se puede comparar a Turquía con Egipto. Turquía siempre ha sido más fuerte que Egipto. El ejército turco es uno de los más fuertes de la OTAN. Y Egipto es tan solo el país más fuerte del Oriente Árabe. Además, es bastante posible que Irán sea un país más fuerte que Turquía. En primer lugar, Irán ha adelantado a Turquía por el PIB; en segundo lugar, la ciencia y la tecnología iranís son autosuficientes e independientes. La industria turca, básicamente, produce bajo licencia. El nivel del desarrollo del Complejo Militar Industrial turco es del nivel de un país mediano de la OTAN como, por ejemplo, Portugal, España, Grecia y otros. Mientras que Irán posee tecnologías punta: nanotecnologías, biológicas, tecnologías de misiles etc. Irán es el país regional más fuerte. Después está Turquía como un país de la OTAN, con armamento de la OTAN. Y tan solo después está Egipto, que depende completamente de los suministros norteamericanos, de su ayuda militar. Por eso decir que Turquía ha aprovechado algún debilitamiento para sustituir a Egipto es incorrecto. Turquía es un potentísimo jugador junto con Irán. Tal vez, después de que se quite la componente siria que estorba a todos, surja una alianza entre Egipto, Turquía, Irán y, tal vez, Paquistán. Sería una realidad perfectamente factible. Y será, en primer lugar, una alianza político-militar dirigida contra los países del golfo Pérsico con regímenes monárquicos. Y sería una nueva palabra en la lucha contra el gobierno mundial.
El orden del día de los nuevos regímenes – de Mursi, Erdogán y, lo más importante, de Teherán – no coincide del todo con la problemática que surge ante las burocracias nacionales. La burocracia nacional clásica, comenzando por los EE.UU. son los republicanos, a continuación Rusia – es la burocracia corporativa de las fuerzas de seguridad, a continuación el Partido Comunista Chino, después Corea del Norte, y Asad mismo. Pero su situación no se parece en nada al nuevo régimen de los Hermanos Musulmanes en Egipto, no se parece al régimen de Erdogán, no se parece al régimen político de Irán. También surgen grandes problemas en este plano para Paquistán. En Paquistán también podrían acceder al poder los representantes de las fuerzas islámicas radicales, y los EE.UU. hacen lo posible, aterrorizando con los drones el Waziristán del Norte, creando, en última instancia, las premisas para la sustitución del régimen de Islamabad por los musulmanes radicales que se podrían unir a la futura alianza. Mientras tanto la alianza de Irán con Paquistán se sigue desarrollando. Por eso Egipto, Turquía, Irán y, probablemente, Paquistán formarían una alianza, con un enemigo común.
– ¿Aumentará próximamente el factor separatista kurdo en el territorio de Turquía? ¿Podrá ejercer una influencia destructiva sustancial sobre la estatalidad turca?
– Creo que sí. Ya está aumentando y los kurdos sirios están siendo activamente lanzados contra Ankara. Pero si Asad cae, los kurdos no tendrán ninguna perspectiva, porque los kurdos no les hacen falta a Irán, tampoco le hacen falta al premier iraquí Nuri al-Maliki. Este último estuvo en Rusia para comprar armas, en primer lugar, contra los kurdos. Nuri al-Maliki está bastante estrechamente relacionado con Teherán. Resulta que después de la marcha de Asad tres países alrededor de Turquía con presencia kurda estarán unidos sobre una plataforma antikurda para impedir la creación de un estado kurdo soberano. Los kurdos inevitablemente van a crear la burocracia nacional. Pero con la marcha de Asad la burocracia nacional se convertirá en la parte perdedora. Llega Obama, se va Asad, la burocracia nacional sufre la derrota. Por eso, creo, que no va a salir nada. Irán, Turquía, Iraq y Siria posterior a Asad serán enemigos de los kurdos, en la siguiente etapa a los kurdos los van a silenciar.
– Desde el momento de la intervención en Afganistán han pasado 11 años. Hace poco el movimiento Talibán ha anunciado su victoria en la operación contra el régimen de los talibanes que dura 11 años. En la declaración se dice: “Las tropas extranjeras abandonan Afganistán con vergüenza y humillados”. ¿Cómo valora los resultados de la ocupación militar de Afganistán?
– Estoy de acuerdo con la declaración de los representantes del movimiento Talibán, pero considero que esa vergüenza y humillación no son suficientes. La derrota debería de ser todavía más impactante y vergonzosa, escandalosa desde el punto de vista de los medios y causando más bajas a la OTAN.
– Exactamente.
– Y en general me gustaría que ningún soldado de la OTAN saliera vivo de allí, a ser posible. Por desgracia la resistencia no tiene suficientes fuerzas para no dejarles “salir por pata”.
– Tenía razón Maxim Shevchenko cuando dijo: “¡La tierra arderá bajo los pies de los norteamericanos!”
– La tierra siempre arde, sabe. También ardía bajo los pies de los alemanes en Bielorrusia en 1943, pero los alemanes pudieron abandonar el territorio con relativa tranquilidad y “salieron por pata”, pese a un movimiento guerrillero bastante poderoso. Entonces la correlación de fuerzas era menos favorable a los alemanes, de lo que es ahora a la OTAN con respecto a los talibanes. Así que lo que hoy tenemos en la dirección afgana ya es una conquista heroica del pueblo afgano. Y a este heroísmo solo se puede aplaudir, inclinarse ante él y agradecerlo.
– ¡Totalmente de acuerdo!
– ¡El pueblo afgano ante nuestros ojos está rompiendo los dientes al agresor imperialista! ¡Además en estos 33 años de durísima guerra se ha enfrentado a los más terribles y dentados monstruos imperialistas del siglo XX! Y todos ellos se marchan con el rabo entre las piernas. Claro que ha costado innumerables víctimas. El pueblo afgano de 20 millones de personas a lo largo de estos más de 30 años ha perdido no menos de 40% de su población. ¡Y, sin embargo, ha ganado!
– Ahora hay que sentarse en la mesa de las negociaciones con los representantes del movimiento Talibán. Lo dije hace ya un año. Incluso el cabeza de la representación de la ONU en Afganistán Jan Kubis ha declarado que la ONU pretende iniciar un diálogo informal con todos los grupos políticos en Afganistán, incluidos los antigubernamentales. Jan Kubis expresó la esperanza de que los talibanes también se unan al diálogo. Además los gobiernos de Asia Central deben establecer el diálogo con los talibanes sin la intermediación de los EE.UU. y la OTAN, directamente. Los líderes de los regímenes centroasiáticos deben llevar el juego de adelantarse a los acontecimientos, pensando en la futura seguridad de la región. Incluso el experto Ariel Cohen ha expresado la duda de que el actual gobierno de Afganistán sea capaz de luchar contra el empuje del Talibán. A continuación en Afganistán se abrirá una nueva época – la época llamada “Talibán”.
– Creo que sí. En este sentido Irán también se está preparando, porque a la última conferencia en Teherán asistieron conocidos talibanes. Eran los maestros espirituales de los talibanes de Paquistán, Afganistán. Es decir que Irán ya se prepara para la derrota y la huida de las marionetas de Afganistán. En Iraq ya ha pasado. En Iraq de hecho Teherán tiene la situación bajo su control. Al menos en la dirección sur. Se puede decir, que gracias a su diplomacia, incluso tal vez gracias a algunos momentos irracionales, Irán ha cumplido aquellos objetivos que Imam Jomeini formulaba al principio de la lucha contra Saddam: ¡la derrota de Iraq, su toma bajo control y la cabeza de Saddam en una bandeja! Esas eran las condiciones de la paz. ¡Y qué vemos como resultado? La derrota de Iraq, su puesta bajo control de Irán, tal vez de momento relativo, pero que está creciendo dinámicamente, y la cabeza de Saddam en bandeja… Y todo ello llevado a cabo por los norteamericanos, que consideran a Irán su peor enemigo.
– Parece la ironía del destino.
– Sí, se podría decirlo así. Es decir que Irán ha obligado a su enemigo a realizar todo el trabajo sucio, que no se pudo llevar a cabo directamente durante la guerra de 1980-1988. Lo mismo en Afganistán. Los talibanes estaban contra Irán en la cima de su poderío, masacraban a los cazareos-chiitas ¿y qué tenemos al final? Los norteamericanos quitaron el poder a los talibanes y H. Karzai coge el dinero de Teherán, haciendo reverencias. De hecho Afganistán hoy está bajo un control compartido: 50% controlado por los talibanes, 30% – por la OTAN y 20% – por Irán. Resulta que con Afganistán los norteamericanos en última instancia han vuelto a resolver la cuestión a favor de su peor enemigo. Si Irán se pone de acuerdo con Paquistán, con los talibanes seguro que encontrará el lenguaje común. De esta manera surge una poderosísima alianza entre Paquistán, Afganistán, Turquía, Egipto, Irán donde éste desempeñaría el primer papel. Explico por qué. Irán posee colosales recursos de gas y petróleo. Y con semejante alianza podrá manejarlos independientemente de si hay sanciones o no. Dentro de esta unión de aliados se podrá redistribuir esos recursos de tal manera que las sanciones pierdan su sentido. El segundo punto es un poderoso avance en las tecnologías, incluidas las del uso militar. En tercer lugar, se tratará de una nueva fuerza autónoma, no controlada por el gobierno mundial, una alianza antioccidental con ideología propia. Surgirá la realidad política sin precedentes de Eurasia del Sur.
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“Hay una durísima crisis a nivel de la élite mundial”
Por Geidar Dzhemal:
23/10/2012 Poistine.com
La redacción de “Polit.ru” se ha dirigido a Geidar Dzhemal pidiéndole que comentara la distribución de fuerzas en el Golfo Pérsico y alrededor de Irán, dado que desde los inicios de otoño en la región se ha notado el aumento de la escalada de tensión.
– En septiembre de 2012 los Estados Unidos y sus aliados realizaron en el Golfo Pérsico maniobras militares para “asegurar la seguridad del tráfico marítimo”. Como respuesta Teherán informa sobre sus propias maniobras, lanzamientos con éxito de los misiles antibarco y de nuevo amenaza con bloquear el estrecho de Ormuz. Netanyahu y los dirigentes de la OIEA han expresado su preocupación por el progreso de las tecnologías nucleares militares iranís, mientras que Irán al parecer ha bloqueado el google y está creando su propio internet. ¿Qué ocurre en el Golfo Pérsico? ¿Se trata del habitual intercambio de “amabilidades” o la tensión en torno a Irán está en realidad creciendo?
– En primer lugar, separemos lo que allí ocurre de la esfera de los mass-media que están programando a la opinión pública. Por definición esta opinión está poco informada, se puede manipularla como se quiera – por ejemplo, contar los cuentos sobre las armas nucleares.
El hecho es que Irán no produce el material para la bomba nuclear – uranio metálico (90% del isótopo de uranio 235). En las instalaciones de difusión de gas iranís se fabrica únicamente el gas de uranio (isótopo 238). En general, la idea de que se puede fabricar la bomba nuclear en un laboratorio universitario es delirante. Algo se podría investigar, pero para construir la cadena tecnológica hacen falta gigantescos recursos. En la Unión Soviética fue creada una tecnología única, muy difícil de realizar: ¡en la centrifugas para el enriquecimiento de uranio se conseguían hasta mil quinientos giros por segundo! Claro que también existe el método de la difusión de gas, pero tenga en cuenta: cuando en la URSS se fabricaban las cargas nucleares del uranio-235, en el proceso de enriquecimiento se gastaba el 3% de todo el balance energético del país. Las barras de combustible para la Central Nuclear se fabrican siguiendo el método de la difusión de gas en Francia: tres bloques de la Central Nuclear trabajan para una fábrica de difusión de gas. ¡Imagínese cómo de grande es el gasto energético!
– ¿Es decir que los dirigentes de OIEA mienten a todos?
– Pero ellos no afirman nada directamente. Mire, nosotros en la Unión Soviética para obtener el uranio altamente enriquecido teníamos unas 700 000 centrifugas, en Irán tan solo hay 690. Hoy Irán únicamente puede producir el gas, del que obtienen barras de combustible. También pueden fabricar tanques, cazas, submarinos; mucho de lo que les convierte en un país tecnológico de nivel medio. Los iranís lo hacen siguiendo sus propios proyectos y pueden parar los pies al agresor. Pero existen elaboraciones que pertenecen a las alturas tecnológicas únicas. El ajetreo alrededor del “armamento nuclear iraní” es una carrera puramente mediática.
– ¿Entonces por qué este giro mediático se produce justamente ahora?
– No se trata más que de cambiar en Irán el régimen político. Vamos a desechar toda la basura informativa con la que bombardean al público y miremos la situación por dentro.
Hay una durísima crisis a nivel de la élite mundial. Dentro de la clase dirigente en Occidente hay varios grupos que tienen intereses fundamentalmente distintos y que no logran llegar a un acuerdo. Digamos que existen las liebres y existen los conejos. Pues resulta que “liebres” y “conejos” cazan unos a otros y se matan, – aunque, desde el punto de vista de personas corrientes “liebres” y “conejos” son muy parecidos.
En parte esta guerra se puede observar en el ejemplo de la lucha entre los financieros, una parte de los cuales, por ejemplo, quiere dejar el dólar como la divisa mundial y otra favorece la creación de varias divisas regionales. Pero esos enfrentamientos financiero-especulativos son solo la parte visible del iceberg.
– ¿Y por qué los representantes de la “élite mundial” no pueden mantener la amistad, acaso no tienen objetivos parecidos?
– Hay un conflicto entre los liberales clásicos que mantienen su discurso dominante durante los últimos doscientos años (sobre todo acentuado a partir de 1945 cuando los EE.UU. eliminaron del mapa a Europa como centro del mundo). Europa se había convertido en el escenario para la manifestación del poderío militar norteamericano, de su control sobre el Viejo Mundo. Entonces los nacional-liberales habían vencido. Ahora aquellas fuerzas que gobernaban Europa antes de la Segunda Guerra Mundial (y, sobre todo, antes de la Primera) se han reagrupado y están contraatacando. Ya no son las mismas que hace cien años: tienen consigo a la burocracia internacional, a la mafia mundial, a las corporaciones transnacionales. Existe una capa supranacional, por ejemplo, la ONU, otra interestatal – pongamos la UE. Existe la dimensión militar – la OTAN, y una capa no estatal – fondos, estructuras – son muchas.
– ¿Por ejemplo, OIEA?
– Exactamente, OIEA es una estructura internacional no gubernamental, representada por un tipo específico de burocracia y que es una estructura lobista.
Esa burocracia está interrelacionada con las comisiones de UNESCO, ONU; hace mucho que se ha despegado de cualquier soberanía, no depende de los gobiernos, todavía menos de los electorados, fuerzas políticas, partidos, parlamentos. Sus representantes quieren el poder. Son dirigidos por los “royal”, círculos tradicionalistas del mundo occidental. A ellos pertenecen los clericales, el círculo superior del establishment clerical, y la vieja nobleza. El establishment clerical mantiene estrecha alianza con las casas reales que han gobernado durante centenares de años.
– Volvamos a la Península Arábiga: ¿cómo se realiza allí la jerarquía que Ud. describe?
– Hay un gran estado – Arabia Saudí, y por la costa están situados los pequeños estados: Bahrein, Qatar, Emiratos. ¿Qué diferencia hay entre ellos? La dinastía Saudita ha aparecido en el año 1928, son los jefes de las tribus Nejd (territorio en el centro de Arabia – n. de la redacción), que, después de haber irrumpido en el escenario, se llevaron por delante al emir de La Meca (que pertenecía a la dinastía Hachemita que cuenta con 14 siglos de historia) y crearon el reino Saudí. Para aquel momento actuaron casi como unos revolucionarios. Para la dinastía de al-Khalifa as-Sana que reina en Bahrein, o al-Khalifa de Qatar los líderes de Arabia actual no son nadie. La casa de Bahrein gobierna más de doscientos años; sus representantes estaban relacionados con el califato islámico, con la familia real británica, es decir que se trata de la gente que está “en el club”, y ellos deciden la orden del día.
Naturalmente, entre los liberales, el instituto del parlamentarismo, modernización, partidos políticos, sociedad civil – todo aquello que se ha convertido en la fachada del mundo actual, por un lado, – y el establishment clerical, por el otro, – existe un antagonismo irreconciliable. Pero los liberales nacionales también tienen su “meca” representada por los EE.UU. – imperio republicano de tipo nacional, controlado por el partido Republicano.
– En los EE.UU. periódicamente accede al poder el partido Demócrata.
– Precisamente el partido Demócrata está próximo a las fuerzas cosmopolitas. Obama representa hoy una cierta “nebulosa cosmopolita” que expresa los intereses de la burocracia internacional, del sistema internacional financiero-especulativo, no orientado al dólar, – pretende destruir la conexión con el tipo imperial, romano, y en su lugar crear un fondo monetario internacional abstracto, que controle los cursos de las divisas, que emita su propio dinero. Pero para eso hace falta alguien con alto grado de autoridad, un cierto símbolo común, – convencionalmente hablando, el Papa de Roma, que exprese la espiritualidad, estabilidad, el sentido de la vida.
– ¿Hasta qué punto, en su opinión, esa demanda de espiritualidad es actual para el hombre de Occidente?
– El hombre actual no cree en Dios. Pero, sin embargo, cree en la cúpula clerical. El mundo actual se sostiene sobre la pirámide de la jerarquía de valores. Pero lo que importa es que en esta jerarquía no mandan los presidentes electos, sino los “merlin” (consejero espiritual del Rey Arturo – N. del T.) – los sabios que poseen las llaves de la vida y de la muerte. Y hoy son tan poderosos como hace mil años, pero de distinta manera. Antes, pongamos, el Papa era ofrecido directamente a la sociedad, y, por ejemplo, Lutero perfectamente podía retarlo. Hoy esas personas están distanciadas de la sociedad, separadas de la sociedad y del estado, pero ellos transmiten los significados. Y dentro de la sociedad está la cúspide de la pirámide – la élite, que mantiene comunicación directa con ellos, y que transmite esos significados a los políticos, presidentes. Por eso ahora hay ese conflicto tan duro del que hemos empezado a hablar: de un lado está la burocracia internacional que representa los intereses de los tradicionalistas, del otro – las democracias nacionales soberanas, encabezadas por los líderes carismáticos seculares, que actúan en el interés de la clase liberal. La clase liberal ha formulado su discurso hace 200-300 años – está fundamentado por los trabajos de Mill, Hume, Locke, enciclopedistas y ha llevado a la aparición de los EE.UU. y de la República Francesa. Hoy se está resquebrajando.
Si en 1945 los liberales obtuvieron la victoria completa, hacia mediados de los 1970 en escena aparecen los neoliberales, – en realidad managers sin ninguna ideología. Los neoliberales han llevado el mundo al borde del colapso: se está quebrando el sistema financiero, con el dinero que no está asegurado por nada en el mundo real. Ya no se puede funcionar como antes, con los créditos del aire. Ahora todos tienen deudas gigantescas; solo queda una salida – la gran guerra.
– ¿Pero parece que nadie quiere la guerra?
– Sí, pero las guerras ocurren, y se suceden con cierto carácter cíclico. Ahora estamos en el umbral de la Tercera Guerra Mundial. Esta guerra será el prólogo para una nueva formación social, un nuevo régimen tecnológico, que yo definiría como el “posconsumista”.
La economía actual, basada en que en una parte de la tierra producen mercancías, y en otra las consumen, – ya está agotada. En el nuevo mundo se realizará la dictadura de la clase monárquica, será un espacio clerical, donde el principal objeto de producción será la información. Los que no estén relacionados con la producción de la información se verán expulsados hacia la periferia.
– ¿En resumen, cómo se refleja el enfrentamiento entre los liberales y el establishment clerical en Irán, donde el poder supremo pertenece al líder espiritual – ayatola?
– En Irán al poder accedió el clero chiita; subrayo que se trata de los clericales, pero de muy alto nivel. Hay que conocer la historia espiritual de Irán – hasta el siglo XVI era un estado sunita, con muchas órdenes sufís – taricas. En general, los persas famosos que conocemos por la historia – Omar Khayyam, Saadi y muchos otros, – eran sufís sunitas.
En 1500 al poder accedió Shah Ismail Khatai, de origen azerí y que se apoyaba en kizilbashi (agrupación de tribus nómadas turcas – n. de redacción), y que pertenecía a la orden Sefevie, fundador de la dinastía de los Safávidas. Esta orden defendía la justicia social y recibía el apoyo de los de abajo. Para consolidar todavía más su autoridad y darle legitimidad, se declaró chiita, introdujo el mazhab chiita (una de las escuelas del derecho shariático – n. de la redacción), cambió su árbol genealógico, – en resumen llevó a cabo unas cuantas operaciones ideológicas y como resultado el enorme país fue radicalmente transformado.
Irán quedó consolidado bajo el gobierno chiita. Resultó que las taricas sufís en parte pasaron a la oposición y en parte se integraron, pero como se trata de las formaciones clericales-iniciáticas, orientadas hacia la iniciación, el camino espiritual sagrado, el establishment clerical se convirtió en la base del nuevo clero chiita en Irán. El clero chiita actual son los herederos de las taricas sufís tradicionales, su doctrina se llama Irfán, se trata de una interpretación gnóstica del Islam.
Hay que comprender que los clericales superiores poseen buenas conexiones con los sheij de las taricas fuera del chiismo, en el medio sunita. Incluidos aquellos sheij que viven en Londres y enseñan la sabiduría sufí al príncipe Carlos: aquí tenemos el ejemplo concreto de la relación del establishment “royal” con la cúspide del “clericalismo iniciático”.
Convencionalmente hablando, el establishment clerical de Occidente se podría caracterizar como el comité de recepción de Anticristo, mientras que la doctrina oficial del establishment clerical de Irán es la segunda venida de Jesucristo que debe destruir a Anticristo. El enfrentamiento entre los clericales se sitúa en el plano de la guerra religiosa, que a continuación se va transmitiendo hacia abajo, abajo y abajo, deformándose y oscureciendo, hasta llegar al nivel de los mass-media donde se convierte en una feria con las historias sobre la bomba nuclear etc.
– ¿Dentro de este guión qué papel juega Rusia, su postura con respecto a Irán?
En Rusia siguen gobernando chequistas (FSB – Servicio Federal de Seguridad – N. del T.) y liberales. Los liberales están dispuestos a convertirse en parte de la burocracia internacional, pero los chequistas comprenden que la burocracia mundial los purgará – no les hacen falta.
Es una situación muy cruda. También existen más figuras. Por ejemplo, Putin: no es idéntico a los chequistas. Si los liberales accedieran al pleno poder lo entregarían todo – Siria, Irán, Oriente Próximo, China, y luego también a Rusia – a condición de llegar a un acuerdo sobre su supervivencia como clase. Al mismo tiempo los chequistas se encuentran aislados, como socios no los quiere nadie, y ellos entienden perfectamente que deben mantener la posición: entregar un bastión como Siria, como Irán, o un superbastión como China, – significaría la aniquilación de ellos mismos.
– Por cierto, por favor, comente la situación de China en relación con lo que está pasando alrededor de Irán.
– China es un Estado que a través del partido comunista se convierte en una de las muestras más claras de burocracia nacional. En China hay ocho partidos más, pero según la constitución no tienen derecho de ocupar el poder, realizando funciones complementarias. Partido comunista – poderosísima burocracia, fundida con el business chino, – se propuso el objetivo de convertirse en el taller colosal para todo el mundo, aprovechando al máximo el régimen tecnológico de la economía consumista. Por un lado, en la economía actual existe China – productor de mercancías hiperbaratas, y por el otro – el consumo supercaro de personas que no producen nada más que el dinero. Pero, sabe, todavía Lenin dijo que la “economía es la sirvienta de la política”. Todas las configuraciones políticas existentes actúan para servir al poder, para conservar en el poder a un determinado grupo de personas. Todo se reduce a qué tipo de personas, qué tipo de conciencia determina el discurso. El partido comunista de China no determina ningún discurso. No tiene ideología.
– ¿A diferencia de Irán?
– ¡Sí! Por eso el papel de Irán es ser la antítesis espiritual de Occidente. Este papel como el polo, como concepto, equipara perfectamente a Irán con Occidente, aunque las posibilidades económicas, tecnológicas y militares de este país sean limitadas.
En cuanto a China – es una cuestión de supervivencia para la burocracia nacional, enmarcada en el formato del partido comunista. Esta burocracia, por fuerza de las circunstancias, gobierna sobre una población de mil millones y medio de personas y una potente base tecnológica, y como resultado China, junto con otros centros nacional-democráticos como Rusia o Brasil (y, hasta cierto punto, algunos países supervivientes de Oriente Próximo), representa la piedra de toque en el camino de la burocracia internacional. Para la burocracia internacional esos países no son transparentes.
Hoy, después de los doce años del hostigamiento del mundo musulmán a través de Afganistán, de Iraq, de las caricaturas ofensivas, – la película “Inocencia de los musulmanes” se ha convertido en la última gota.
– ¿Quién, en su opinión, está detrás de la historia con la “Inocencia de los musulmanes”?
– Creo que es una iniciativa de Netanyahu, quien en vísperas de las elecciones pensaba de esta manera hundir el rating de Obama. Netanyuahu quiere que Norteamérica apoye su ataque contra Irán, pero Obama se resiste y no quiere meterse en semejante empresa, – y ahora, después de la historia con la “Inocencia de los musulmanes”, aparece como un completo idiota.
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