#El Camino Contrario
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"Antes Que Rías" by short-lived 1980s Buenos Aires, Argentina-based post-punk and gothic rock band El Corte off of their second and final album El Camino Contrario, from 1987
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enzo 💥 (pero con fluff al final ojooo)
silly blurb con enzo vogrincis (prompt list)
enzo y tú no soléis pelearos, no a menudo, pero eso no significa que cuando discutís las cosas no se pongan completamente dramáticas, más bien al contrario.
enzo puede ser extremadamente sensible, algo que forma parte de su personalidad y que a ti te encanta, pero cualquier cosa puede despistarle cuando se enfada. y no suele ser muy bueno expresando sus sentimientos, lo que provoca una tensión horrible, que crece y crece hasta que explota y acaba en momentos como la vez que olvidaste que habías quedado para cenar con él.
había sido una semana difícil para los dos y, por fin, enzo había encontrado un rato en su agenda para llevarte a cenar. se empeñó en elegir un restaurante sofisticado y romántico que te gustara, sabía que te gustaría… si hubieras aparecido.
se quedó en el restaurante una o dos horas. bebió más copas de vino de las debidas y luego, tras una tremenda frustración, se fue a casa. sólo te acordaste cuando cogiste el móvil tras una reunión de trabajo de dos horas, pero ya era demasiado tarde.
miraste los mensajes de un enzo preocupado, confuso y, más tarde, enfadado. se te heló todo el cuerpo, y entonces sentiste que te golpeaba la punzada de la culpa. te fuiste a casa lo más rápido que pudiste, a los brazos de tu novio, y por el camino intentaste pensar en todas las formas de disculparte, pero cuando llegaste a casa todas las palabras se te fueron de la cabeza.
él sería comprensivo, pensaste. siempre lo era. pero esta vez fue diferente. debido al cansancio, al estrés, a un cúmulo de razones, enzo no reaccionó bien.
llegaste a casa, las luces estaban apagadas y enzo estaba leyendo uno de sus libros en el salón, y decidió ignorar tu presencia, incluso cuando empezaste a disculparte. en su mente, sería mejor callarse y no decir tonterías. y sintiéndose menospreciado, quería que te sintieras culpable al menos un poco.
en algún momento de la noche, te quejaste "¿por qué tienes que ser tan egoísta?", una mentira total en forma de frustración, pero salió de tu boca igualmente.
y las cosas se intensificaron rápida e impacientemente.
"¿por qué las cosas tienen que ser tan difíciles contigo?", exclamó en un momento de la discusión, y fue como recibir un puñetazo en el estómago.
era horrible sentirse un obstáculo, horrible sentirse culpable, y aún peor oír esas palabras salir de la boca de la persona que menos esperabas.
durante el resto de la velada, reinó el silencio en el piso. nadie se atrevía a abrir la boca y perder una pelea por orgullo herido. anduvisteis por la casa evitándoos, fingiendo no daros cuenta o ignorando las subliminales invitaciones de redención cuando de repente aparecía en la tele la película favorita de ustedes.
enzo y tú permanecisteis en silencio, cada uno inmerso en sus propios pensamientos y emociones conflictivas. a pesar de la tensión palpable en el aire, había un deseo subyacente de reconciliación, una voluntad de dejar a un lado el orgullo herido y encontrar el camino de vuelta el uno al otro.
así que enzo decidió ceder y dio el primer paso. arreglaría las cosas aunque se sintiera herido. decidió salir de casa, aún sin decir nada, y se fue a su restaurante de la esquina favorito y pidió el plato que más le gusta, para llevar.
cuando volvió, puso tranquilamente la cena en la mesa, e intrigada por el olor de la comida, entraste en la cocina y encontraste a enzo con cara de arrepentimiento y una mesa para dos, con la plantita de la decoración de la ventana justo en el centro, en un intento de imitar una mesa elegante.
era imposible no sonreír, aunque intentabas disimularlo. tu pecho se llenó de un sentimiento cálido, intenso y persistente. era muy difícil seguir enfadada con él mientras le querías tanto. tu plato favorito estaba sobre la mesa y tu novio te acercó una silla, invitándote a unirte a la redención.
"¿podemos empezar de nuevo esta noche?" preguntó, con la cabeza inclinada hacia un lado y la voz aprensiva, no sólo deseando la reconciliación, sino temiendo ser rechazado. era adorable cómo se sentía con estas cosas.
no te lo pensaste dos veces, aceptando tu lugar en la mesa, y esta vez, empezando las cosas de la manera correcta, lejos de cualquier tonta discusión.
cada bocado era un recordatorio de que el amor no consiste sólo en momentos grandiosos y gestos extravagantes, sino también en la capacidad de superar juntos las adversidades cotidianas. compartisteis tímidas sonrisas y pequeños gestos de afecto, reconstruyendo ese final del día, y todo ese momento de intimidad consiguió ser mejor que cualquier cena elegante en un restaurante de cinco estrellas.
sólo una pequeña distracción rápida para usted, un snack ;)
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Miyabi es alto, pero bastante delgado y con facciones envidiables... Aún así nunca ha tenido problema para intimidar a nadie con su voz, con su actitud, con su expresión o con algo menos físico. Y hoy parece ser de esas noches en las que cualquiera con ojos, orejas y sexto sentido es lo suficientemente sabio como para apartarse de su camino.
El viejo casino de la calle Murata, uno de los primeros "negocios" a los que su padre le mandó para "ofrecer sus servicios" y cuyas deudas llevo al dueño a, según informes policiales, ahorcarse en su despacho... Allí se había asentado el enjambre de Takeuchi Daisuke bajo la idea de tener a hombres en ese barrio para lo que pudiera ser, una zona privilegiada no por la cantidad de clientela que hiciera vida nocturna si no por la "calidad" de esta.
Perfecto para que una rata sarnosa llenara los bolsillos de posibles alianzas, o influenciara a cualquier joven con malas ideas y peores notas.
Ahora no era más que un local con un par de paredes de pachinko funcionales, dos mesas de apuestas y una amplia barra de alcohol... Pero las coloridas luces del exterior le hacen entender rápidamente de que efectivamente, ese sigue siendo el nido de la serpiente.
Miyabi no es de sutilezas, Miyabi no es de pensar en estrategias ni mucho menos... Pero por la calle en la que va tiene justo delante la caja de fusibles del edificio y, en ese momento, le parece buena idea dejar que Kuroha la derrita.
En apenas unos segundos las luces del edificio saltan, dejando solo las parpadeantes luces de emergencia como única fuente de luz. Nadie parece especialmente alertado, la energía general parece ser la de una fiesta momentáneamente fastidiada.
A punto de demostrarles lo contrario, Miyabi entra en el edificio. No conoce tan bien el edificio como los que están en él, y eso le pone en desventaja. Pero tanto el factor sorpresa como su increíble sintonía con su perra son sus ases en la manga. Eso y el no estar borracho, no como sus contrincantes.
Desenvaina su espada y se queda con la saya en la mano izquierda. Corta la primera cabeza tras ver a su primera víctima en un destello de luz. Engancha a su acompañante usando su brazo y la funda, solo para clavarle la espada en la espalda.
Un grito, que le indica donde está su próxima víctima. Kuroha salta al cuello del primer idiota que, entre el pánico, se le ocurre disparar al aire revelando también su posición.
Entre gritos, disparos, golpes y ladridos, ninguno de los presentes es capaz de esconderse de Miyabi en la intermitente oscuridad. Y cada uno de ellos recibe la misma porción de ira que el anterior, la cual no parece tener fin y más parece crecer mientras la adrenalina se adueña de su cuerpo.
Porque cuanta más carne corta, más cerca está de Takeuchi.
Cuando finalmente está delante de esta se detiene. Sabiendo perfectamente que el jaleo ha sido oído de todos modos, manda a Kuroha a derretir la puerta. Las llamas reciben alguna que otra bala, de algún comensal intentando eliminar la amenaza, clavándose en las paredes y el techo.
Aparece, sin miedo ninguno, de entre las llamas una vez estas se han calmado un poco, como un espíritu colérico mandado desde el mismísimo infierno.
Para los presentes, de hecho, ahora mismo lo es. Porque el hijo del Oni está muerto, y lo que tienen delante no puede ser más que un fantasma.
De nuevo Kuroha, como si fuera invocada y creada desde las llamas, salta en escena a acabar con el primero que alza su arma. La espada de Miyabi acaba con los más sorprendidos y con aquellos que han creído que ahora es un buen momento para creer en Dios.
Takeuchi queda el último. Está sentado en el suelo, reculando con las manos, llorando. Tan patético como lo recordaba... Solo que con mejores camisas y un bigote bajo el que seguramente ha ido escondiendo su nueva sonrisa de soberbia ese último año.
E-Espera... ¡Espera! Podemos llegar a un acuerdo... ¡T-Te daré lo que sea! Su voz se vuelve más y más nerviosa al ver que los pasos del ahora ensangrentando Miyabi no se detienen. ¡Te diré lo que se-!
Ni siquiera le permite terminar la frase, deja que sea la hoja de su katana el que le interrumpe.
Miyabi yergue después del movimiento, sin dejar de mirar a los ojos de la ahora inerte cabeza del yakuza. Siente su sudor empapar su cuerpo, los golpes que ha recibido en algún que otro forcejeo arder, y la sangre ajena que tiñe su ropa gotear al suelo.
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Y la paz consiste en dejar ser al otro tal cual es, el amor es no querer cambiar al otro si no aceptar todo lo que le conforma, y crecer es tomar eso que nos incomoda y usarlo a nuestro favor, salir de ese lugar donde se siente cómodo y se siente todo bien donde todo lo que llega es justo lo que queremos percibir.
¿Felicidad? La felicidad es dejar de voltear a ver el pasado y dejar de pensar en el futuro; a mi el pasado me llega a cubrir y el futuro a veces me asfixia pero he aprendido a tener momentos libres de pasado y futuro, cuando observo a mi alrededor y me fundo en ese momento justo donde estoy, ahí me sumerjo fuera del tiempo y entonces respiro.
Libertad, libertad es ser tu, ser fiel a quien tu eres, a tus verdades, a tu propio camino, libertad es saber el valor de todo lo que te conforma y apropiarte de ello sin importar si otros pueden verlo. Con que tu lo sepas y lo cuides es suficiente. La persona que logre apreciarlo sabrá valorarlo, se quedará a tu lado y no intentará cambiarlo ni tampoco le afectará, al contrario, porque ser tu te hace libre y dejar ser es amor, es libertad, es permitir dejar crecer.
Berenice
#notas#frases#citas#escritos#caostalgia#textos#pensamientos#en tu orbita#reflexión#Paz#Amor#Felicidad#libertad#berenice#noviembre 2024
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A menudo querer no es suficiente, porque a veces quieres y sencillamente no se puede. No es posible porque no estás en el mismo lugar mental, porque tú quieres algo y la otra persona lo contrario, porque la vida te ofrece cosas y algunas de esas cosas te alejan, te cambian, irremediablemente. El amor no basta porque el amor, además de sentirlo, hay que decirlo, hay que construirlo, hay que hacerlo. El amor requiere de mucha paciencia y de mucho tiempo, requiere estar presente, que las personas vivan en el mismo momento, a la misma vez. A menudo vivimos en el mismo lugar pero en distintos instantes o en el mismo instante en distintos lugares. Para amar hay que coincidir y hay que hacer una apuesta por compartir. Eso es imposible si alguien está enganchado al pasado como una bolsa de plástico a las ramas de un árbol, nunca junto a ti, o proyectada al futuro como un cohete en busca de vida enotro planeta, nunca aquí. El amor requiere de voluntad, pero a veces te esfuerzas y no. A veces quieres mucho y te quieren y no. Y te duele porque lo intentas y no funciona. Por eso a veces lo mejor es dejar ir. Es asumir la quimera. Es aceptar la fantasía decantada en la pastosa realidad con calma y con afecto. Es decir "te quiero, pero aquí no es", "aquí ya no", es agradecer todo lo vivido, toda la intimidad, todo el esplendor de la guarida de cielo compartida. Esa, tuya y mía, en la que ahuyentamos el miedo a irnos de este mundo solos y a marcharnos sin haber profundizado como viento en el bosque. A menudo querer no es suficiente y hay que aceptarlo. Hay que separarse y seguir el camino.
-Roy Galán
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"Siento que en algún momento te irás, y me duele profundamente pensar que esa partida no te afectará tanto como a mí.
La idea de tu ausencia pesa sobre mí como una sombra constante, llenándome de una tristeza que parece no tener fin.
Me pregunto cómo será para ti, si realmente sentirás la misma pérdida que yo.
Mientras trato de prepararme para ese día, no puedo evitar pensar en todos los momentos que hemos compartido, en cada risa, cada conversación y cada instante que se quedará grabado en mi memoria.
Para mí, dejarte ir será como perder una parte de mí mismo, y la incertidumbre de no saber cuánto significo para ti me consume.
Quisiera creer que te importo tanto como tú a mí, pero el miedo a descubrir lo contrario me paraliza.
Solo espero que, cuando ese día llegue, podamos recordar lo mejor de nosotros, incluso si nuestros caminos toman rumbos distintos."
#tristeza#escritos#notas tristes#citas#ansiedad#para ti#buenas noches#soledad#frases#amor#citas tristes#insomnio#dejar ir#por favor#lo siento#sentimientos#notas de noche
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Malos hábitos, tatuajes por doquier, los cuales me llevaron hacia ti en un arranque de predilección. Gracias a ti, he llegado a la conclusión de que me enloquecen los tatuajes, gracias a ti, me he convertido en una fiel y necia creyente de que a través de esas huellas que se encuentran en ti, se cruza una persona cuyas razones tiene para hacerse un recuerdo el cual lo tatué para siempre, las cuales quiero descifrar, quiero descifrarte a ti, ¿se puede?
Quizá he llegado a pensar en que tu corazón puede llegar a ser un poco afín al mío, un corazón sabio e inteligente, el cual sabemos que debemos cuidar ¿quién diría lo contrario si puedo ver todas las señales?
Podrías llegar a ser tan detallista como yo, de tal manera que yo podría dejar huella en tu corazón, y podrías tatuar mi nombre en ti, para siempre, si así lo quieres, incluso aunque nuestra historia llegara a ser pasajera, piénsalo por tan solo un momento.
Malos hábitos, el humo sobre mi como si fuera un destello de luz el cual brinda ternura y calor en tan solo un parpadeo, y todo esto, mientras fumas nicotina que sale de tu cigarro, la cual se ha vuelto mi adicción, una de la cual no quisiera salir nunca, y con tan solo decirte que ni siquiera me atrevería a fumar cigarro, puedo decirte todo; pero se que puedo usarlo como metáfora mientras escribo este pequeño relato sobre ti.
Conozco tu pasado, y sé que te aferras tanto a él que ni siquiera quieres recordarlo, pero ¿y que si lo recordamos juntos? Yo créeme y estoy dispuesta a conocer tus lados más oscuros, así como los más brillantes, que estoy segura y puedo contar con la certeza de que tienes más luz en tu vida que incluso puedo decir que brillas, tú personalidad irradia paz y tranquilidad, y quiero conocerte, quiero saber todo de ti, y no me importa lo que haya pasado en tu anterior vida, porque sé que un largo camino te trajo hasta mi, y se que lo descubriré, pero a la vez mi corazón me dice que no estoy sola en el, tú estás ahí para acompañarme en ese camino, solo sé que ese día, pude sentir una sensación extraña en mi, la cual ya había sentido antes, pero esta vez pude ver algo mas allá, y logré ver un futuro incierto pero no imposible, de manera que tú me acompañabas de la mano, y si tan solo supieras que lo único que quería hacer ese día era tomar tu mano, entrelazadas, la tuya, la mía, el uno con el otro porque cuando estás cerca de mi, no puedo evitarlo, solo espero el momento de verte, o estar cerca de ti y tan solo sentir tu roce. Y si… puede que esto sea pronto, pero ¿y que si lo es? El tiempo es inválido para mi, no me importa, solo sé que podríamos detener el tiempo con el simple hecho de sentir tu mano en la mía, mi mano fría, tú mano tibia, la cual me brinda ternura y calma… tal cual como tu y tus malos hábitos,¿O no es así? ¿Lo has pensado alguna vez?
-Dani
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insaciable. — cunty f1 driver!esteban kukuriczka x entrevistadora!lectora.
y en verdad la palabra saciedad no está en mi lista / y con el afán de superarme, arriesgarme no me importa / quiero el tener el pan pero también quiero la torta.
resumen: la vida va como esteban kukuriczka en la fórmula uno; rápido. el nunca había tomado el tiempo de festejar ni meditar ninguno de sus objetivos, y conquistarte no fue la excepción.
word count: 4k
advertencias: f1 au AAAA !!, red bull racing driver!kuku, backstory extenso pq me inspiré demasiado, enzo mention, la lectora matches his freak profesionalmente skfkskgke, flirty!kuku, pr nightmare!kuku, possessive!kuku !!!!! (me emocioné perdón), +18, soft dom!kuku.
A/N: feliz cumpleaños querida! este ha sido mi fic más largo desde q entré aquí y todo fue impulsado por la admiración que tengo hacia tu talento y literalmente todo lo que escribes. espero que la pases súper bien hoy !!
now playing… insaciable del cuarteto de nos
Esteban Kukuriczka era insaciable.
Desde pequeño, desde el primer momento que se había sentado en un kart por puro ocio, no había parado ni por un minuto a respirar. Rara vez contemplaba el paisaje cuando viajaba para competir en Europa y mucho menos cuando requería utilizar su encanto compuesto por su intelecto y cierta delicadeza que le faltaba en la pista para poder conseguir patrocinadores.
Pero ahora, ¿qué todos los días se sentaba en un Red Bull? Ni aunque lo intentaran— como pasaba todos los fines de semana, con colisiones de vez en cuando— podían detenerlo.
Era la adrenalina intoxicante que a este punto ya componía la química de su sangre lo que propulsaba a rebasar por dentro de las esquinas en vez de abrir e intentar batallar con el piloto que haya tenido la osadía de desafiarlo en la pista.
Eso no significaba que su sensatez era mínima; todo lo contrario. La mayoría del tiempo su carro era tan rápido que los retos dentro de las carreras eran pocos, y de corta duración. Aún así, él elegía sus batallas para evitar tener que pagar las sanciones millonarias de su propio bolsillo, o evitar discordia con sus compañeros de parrilla. Seguía siendo ese muchacho cortés y caballeroso que en categorías inferiores lo reconocían por ser demasiado maduro para su edad, con una hambre desmedida por el éxito y los resultados.
Todo el mundo reconocía, veteranos dentro del deporte como rookies por igual, que era mejor no meterse en su camino.
Tanto los pilotos como diversos miembros de staff hace tiempo se habían rendido en cuestionar sus estrictos métodos de entrenamiento y preparación, debido a que claramente estaban mostrando resultados deseados. Al final del día, sea su postura conocida públicamente o no, la mayoría admiraba su disciplina como método de saciar esa sed de ganar que se asentaba en la parte de atrás de su garganta y plagaba cada acción y pensamiento relacionado con su pasión.
Al entrar a la nueva temporada, era obvio para todo el mundo lo que el piloto tenía en mente para ese año. Siempre exigente pero igualmente realista, Esteban planteaba sus objetivos dependiendo de su actual situación; cuando era pequeño quería subir de categoría para llegar a la Fórmula Uno, luego allí en Toro Rosso su objetivo era subir a Red Bull Racing, y su primera temporada en Red Bull se planteó acomodarse en la posición en la que estaba— ganar y sobresalir, se repetía cada mañana— para llegar el año próximo con única y exclusivamente el trofeo dorado en mente. Se le aguaba la boca al pensar en su firma grabada en el metal.
Lo que no contaba, aún luego de advertencias por parte de compañeros veteranos, era como su ambición iba a ser vista por la prensa.
Arrogancia. Codicia. Malicia.
Interpretaban sus bailes de celebración y su maña de utilizar ropa de su armario personal— lentes de sol incluidos— en vez del kit del equipo para llegar al paddock como mala educación, una sonrisa y mirada suave que en Toro Rosso era el ejemplo de inocencia, en Red Bull se había convertido en un signo de burla.
“¿Burla de qué?” Esteban tiraba el periódico en la mesa del desayuno aquella mañana luego de leer el artículo.
“Ni puta idea.” Su entrenador encogió los hombros y siguió tomando café.
En un principio le molestaba, genuinamente sentía furia que sus logros sean opacados por tremendas ridiculeces como las que leía cada cierto tiempo. Solo cuando buscó apoyo y dirección, aprendió que parte del éxito era la crítica desmesurada (y en gran parte, sin precedentes)
Desde ahí se tomó eso como el sufrimiento del éxito, y bien sufrido que estaba.
Fue un cambio de mentalidad bienvenido por los verdaderos fanáticos del deporte, quienes podían disfrutar de la pesadilla que era para cualquier persona que tuviera un mínimo entrenamiento en relaciones públicas o conocía del tema. Respondía a las preguntas descaradas con atrevimiento y amabilidad, de una manera que el entrevistador se sentía incómodo por hacer la pregunta en primer lugar.
La estrategia empezó a funcionar a finales de la temporada pasada cuando dejó clara su actitud, esa certeza que tenía para saber lo que quería y que sabía cómo conseguirlo.
“No me voy a disculpar por ganar. Nunca; ni a ustedes la prensa, ni a mi compañero de equipo ni a los de la parrilla, ni a los espectadores. Buenas noches.” Fueron sus últimas palabras en la rueda de prensa de Abu Dhabi donde tomó hasta la última oportunidad para subir a la tercera posición en el campeonato de pilotos.
Dejó el micrófono en la mesa y se fue antes de tiempo, el silencio en la habitación que dejaba hizo que enderezara la espalda y sonriera relajadamente al salir del tent donde se organizaban las ruedas de prensa.
El silencio perduró a lo largo de las extensas vacaciones que se pasó escalando cerros para mantener la resistencia que tenía su cuerpo. Le daba pena admitir, pero en un punto, Esteban extrañaba que hablaran de él. Aún así, se encerró en su pequeño pedazo de paraíso sin ninguna molestia, cogiendo con quien se le pegara la regalada gana sin que fuera atacado públicamente.
‘Quizás fui muy grosero.’ El piloto pudo discernir en su mente al ver como la habitación llena de periodistas se tensó al verlo entrar y sentarse en la mesa junto a los otros en su ronda de entrevistas. Pensó lo mismo cuando las preguntas dirigidas a él directamente eran pocas, y hasta sintió la bilis subir a la parte de atrás de su garganta y juguetear con úvula antes de que tomara un largo sorbo del agua mineral que patrocinaba en el evento.
“Hola, buenas tardes, espero que estén bien.” La dulce voz llamó su atención de inmediato, y dejó sus pensamientos negativos a un lado para mirar de dónde provenía el sonido, sus ojos encontrando a los tuyos mientras te presentabas con tu nombre y la cadena de noticias donde trabajabas.
‘Por fin despidieron al viejo hijo de puta que trabajaba ahí,’ No conocía si ese era el caso, pero sonrío más ampliamente al hacerse la idea.
“Mi primera pregunta es para Esteban: según los últimos reportes pretemporada de tu equipo tienen posiblemente el carro más rápido en cuanto a ritmo promedio,” Él asiente para dejarte saber que entiende tu pregunta por el momento, y por dentro se impresiona de que ni miras tus notas; te sabes la pregunta de memoria y tus ojos nunca dejan los suyos. “¿Te sientes cómodo con tener que asumir el reto de maximizar y rebasar más en las rectas comparado con las curvas?”
Esteban sentía la necesidad de saltar de la emoción. Por fin, una persona con preguntas competentes que investigaba antes de sentarse enfrente de los pilotos. Tú sabías muy bien que su estilo era más de rebasar en curvas, no le iba bien en rectas largas a menos que el carro se lo permitiera o tenía ya una gran ventaja. Podía ver de reojo como sus compañeros se encontraban igual de impresionados, robando algunas miradas hacia él para notar su reacción.
“¿Vos sos nueva?” Preguntó sin una onza de filtro. Algunos periodistas rieron, pero frente a eso tú ni te inmutaste a lo que parecía ser una pregunta ofensiva, solo asentiste. Estabas acostumbrada, eran muy pocas las mujeres que estudiaban periodismo deportivo.Y muchos los hombres irrespetuosos dentro de tu campo de trabajo. “Tenía tiempo que no escuchaba una pregunta tan buena, y menos de una persona tan bonita y educada.”
Sonrió satisfecho en la manera en que las risas murieron casi instantáneamente. Le sonreíste en forma de agradecimiento, aunque por dentro chillabas como una adolescente hormonal. Esteban tenía una reputación con las pocas periodistas de tu mismo sexo; era extremadamente coqueto en las pocas ocasiones que se ha enfrentado a las otras. No es que no querías, simplemente no debías tomártelo personal.
“Bueno, si, yo adoro los desafíos. Es una buenísima oportunidad para mejorar esa pequeña, minúscula debilidad que tengo en las rectas,” Ahora las risas eran compartidas, en vez de dirigidas hacia alguien en específico. Al parecer, salvaste su reputación con una pregunta que no le molestara y que permitiera que mostrara genuino interés. “En general tenemos un carro muy bueno y especial y creo que podré adaptarme fácilmente. ¿Alguna otra pregunta?”
“Para ti, no.” Antes de que pudieras agradecerle, te interrumpió.
“¿Segura? Revisa tus notas; podemos pasar la tarde entera aquí.” Insistió, y tú sacudiste la cabeza con una sonrisa. “Que pena", se lamentó, y ya los otros pilotos escondían sus sonrisas; lo conocían tan bien.
“Nos veremos en otro grand prix, no te preocupes.” Se enderezó, rígido como una tabla, al darse cuenta que le seguiste el juego sin mostrar debilidad alguna. “Gracias Esteban, si tengo una para Enzo.”
“A ti, muñeca.” Respondió amablemente antes de que pudieras hacerle la pregunta a su compañero.
Esteban aprendió mucho más de ti que solo tu nombre y tu lugar de empleo esa noche. Eras decidida tanto en tus preguntas como en tus interacciones con los pilotos, se notaba como genuinamente habías estudiado para formular las preguntas y que de verdad sabías de lo que estabas hablando. Al hablar con sus compañeros notó que el sentimiento complaciente en torno a ti era un denominador común.
Pero Esteban sabía que no era lo mismo que él opinaba de ti.
Por primera vez en quizás una década, no se acostó pensando en ganar ni en trofeos. Tus ojos llenos de determinación plagaron sus pensamientos en medio de la oscuridad, tu sonrisa segura y relajada era cómo verse en un espejo. No le había pasado ni cuando tenía una mujer desnuda durmiendo a su lado, y su manera de pensar te convirtió en otro objetivo por alcanzar.
Investigó tanto sobre ti con oficiales de prensa de su equipo que solamente le faltaba llamar a la Interpol para saber más. Pedía que te asignaran a él en el media pen luego de las carreras, y mostraba genuina felicidad de verte durante cualquier posible interacción periodística.
Pero su conquista por el mundial de pilotos se veía más fácil que la conquista por ti.
Era como jugar a jalar la cuerda contra Hulk. El tiraba y tiraba, para que con un jalón de tu parte lo tumbaras a sus pies. Lo mantenías siempre a un brazo de distancia; él te lanzaba cumplidos y tú simplemente le hacías una pregunta lo suficientemente difícil para que se le olvidaran los términos afectivos con los que se refería a ti.
Ganaba carreras como si fuera fácil, peleaba a diario por estar en la pole y sacar los mejores tiempos en las prácticas. Solo pensaba en cómo mejorar sus críticas sobre el carro para que su equipo pudiera mejorarlo aún más.
¿Pero no podía ni enterarse si tenías novio o no?
Ridículo.
Esteban se volvió a sentir el favorito de Dios el día que, por primera vez en toda la temporada, coincidieron fuera de la pista. Llovía a cántaros en Canadá, como usualmente pasaba en la fecha del Grand Prix. Terminaba su café de la tarde con calma luego de pasarse la mañana en el simulador, abandonado las oficinas para dejar que su equipo registre los números antes de brindar su feedback.
Entraste claramente apresurada, colocando la sombrilla donde guardaban las demás y quitándote el sweater para quedar en un vestido con cuello estilo polo. Se había dado cuenta ya antes que vestías muy preppy, de buena manera. Era simple, elegante.
Le gustaba más de lo que quería admitir.
Te sentaste en una mesa cerca de la ventana sin notar su presencia, soltando la mochila con lo que asumía que utilizarías para trabajar.
Pero él nunca había sido el tipo de desaprovechar una señal divina, levantándose de su mesa con su taza medio llena en mano. Carraspeó, llamando tu atención. Por tu cara pasaron cien mil colores antes de establecerse un escarlata; sabías muy bien que ya no tenías escape.
Lo veías como un depredador, fuera y dentro de la pista. Lo que tenías era una negación inmensurable de que su presa fueras tú, aún cuando otros pilotos te lo habían traído a tu atención fuera de las cámaras.
“¿Está ocupado?” Apuntó al asiento con una sonrisa.
“No, pero mejor no nos sentamos cerca de la ventana.” Tomaste tus cosas, y a él le sorprendió tu sensatez mientras caminabas hacia un puesto cerca de una ventana pero contra una esquina. Era perfecto, llegaba la luz natural— un poco limitada debido al clima— y no había oportunidad de que alguien fuera del establecimiento les tomara una foto.
“¿Sigues muy bien las reglas, no?” Esteban apuntó mientras se sentaba frente tuyo, el camarero trayendo el chocolate caliente ya que no te permitías la cafeína a menos que fuera estrictamente necesario. “¿Te han dicho en el trabajo que no puedes salir con pilotos?”
“Hola, Esteban, feliz tarde. Sí, estoy bien, gracias por preguntar. No, no me gusta este clima, me deja el pelo con frizz.” Sacudiste tu cabeza con una sonrisa, decidiendo responder su pregunta de igual manera. Tenías que admitir que él era muy sincero; ya lo sabías, pero llegaste a considerar que pudo ser solo un acto frente a las cámaras.
“No debo,” Corregiste. Si él tuviera la más mínima idea de las veces que te repetiste esas palabras en tu cabeza obsesivamente cada vez que te encontrabas con él, creería que estás loca.
“Llámame Kuku,” Fue lo único que sacó de tu pequeño sermón por su supuesta falta de modales. Siempre te había insistido, pero tu siempre lo llamabas por su nombre. “Ah, pues si puedes.” Esteban casi ríe, pero se limita a esconder su sonrisa detrás de su taza de café. “¿Tenés novio?”
“No, Kuku, pero ¿qué tal con todas las preguntas? ¿Quieres cambiar conmigo de oficio?” Decidiste molestarlo un poco, ignorando fuertemente la manera en la que sus facciones se iluminaron por tu respuesta.
“¿Entonces por qué me tratás así, dulzura?” Observó cómo tomabas un sorbo lento de tu bebida, siguiendo la manera en la que tu lengua trazaba la comisura de tus labios para limpiar el líquido grueso.
“¿Así como?” Te encogiste de hombros inocentemente, haciendo reír al hombre frente tuyo. “Te trato igual que a todos los pilotos, no entiendo el problema.”
“Ese es el problema,” Esteban explicó suavemente, dejando su taza a un lado. “No sé cómo más te puedo hacer entender, vos me tenés loco.”
Eras lo único que no se relacionaba directamente con el mundo de los motorsports que vivía en su mente. Podía ser un poco obsesivo, pero así era con todo en esta vida. No iba a parar hasta conseguirte, como todo en esta vida, de igual manera.
Parpadeaste repetidas veces, copiando su acción y dejando tu taza de lado. “No,” A tu negación, abrió la boca, sorprendido. Se te había declarado, ¿qué significaba ese ‘no’? “Me tratas igual que a todas las otras reporteras mujeres, y yo te trato igual que los otros pilotos.”
Ouch.
¿Tan mala reputación tenía?
“No, muñeca, mira,” Empezó a explicarse. Su voz nunca mostró ningún indicio de molestia; todo lo contrario, era paciente, palabras cuidadosas. “No lo entendés. Si te fijás, yo no he vuelto a hacer nada parecido con nadie desde que nos conocimos. Yo soy que pido que me entrevistes cuando somos solo nosotros, yo siempre he querido saber de vos. Tú simplemente me has apartado siempre.”
Ya entendías cómo se sentían los pilotos cuando presionabas por una respuesta, haciéndolos realmente pensar. Karma.
“Nunca lo vi así, lo siento.” Admitiste, tomando un largo sorbo del chocolate caliente, con temor de volver a mirarlo a los ojos.
Sentiste su mano en tu mentón, haciéndote levantar la mirada. “¿Por qué te disculpás?” Preguntó con sinceridad con una sonrisa que solo se agrandó al ver como te sonrojaste de nuevo. La muralla que habías constituido diligentemente para sobrevivir en un campo dominado por hombres machistas había sido derrumbada, o por lo menos, Esteban logró adivinar la contraseña y pasar por la puerta que habías construido por si acaso.
Luego de ese momento, cualquier pregunta que te hacía, respondías con elaborada sinceridad. Se tomó dos cafés más y tú decidiste aflojar tus rígidas convicciones por un momento para ordenar un frappé, compartieron un pedazo de cheesecake con la promesa de que lo acompañaras a jugar pádel luego de que se acabara en fin de semana del Grand Prix y antes de ambos tener que partir hacia el siguiente destino en el calendario.
Y así encontraste un lugar dentro de su mundo, a su lado. Pasaron una parte de las vacaciones de Agosto juntos, fuera del ojo público. Muy poca gente conocía de su relación hasta cuando se había vuelto oficial, a petición tuya para evitar el escrutinio de tu trabajo y subsecuentemente, el de otras mujeres en el área.
El tiempo iba igual de rápido que el auto de novio, y para Abu Dhabi tenían varios meses saliendo. Todo quedaba puesto en ese fin de semana, solamente con quedar en algún lugar del top 10 tu novio era campeón del mundo de la Fórmula Uno.
“Señorita,” Interrumpieron tu sesión pre-entrevista que ahora llevabas rutinariamente, últimamente en el hospitality de Red Bull. Llevabas un vestido blanco como acostumbraban todas las WAGs para la última carrera de la temporada. Aún así, su relación no era de conocimiento público. “Esteban quiere que pase por su cuarto.”
Extrañada, te levantaste de tu asiento, recogiendo tus cosas para hacer la corta caminata hacia donde se encontraba. Estaba sentando en el pequeño sillón que apenas acoplaba la longitud de su cuerpo, mirando al techo.
“Amor, ¿todo bien?” Preguntaste sinceramente, un poco preocupada. Era una ley de oro no molestarlo antes de una carrera, entonces consideraste que mínimo se estaba volviendo loco o se sentía mal.
“Si,” Respondió rápidamente, sentándose para dejarte espacio en el mueble. Tomaste la pista para sentarte a su lado, dejando primero tus cosas en la pequeña mesa llena de driver cards que había terminado de firmar. Ya junto a él, observaste cómo extendía sus brazos para recoger una caja relativamente pesada del suelo.
“¿Para mí?” Preguntaste con el ceño fruncido, tomando el presente. Se supone que era él quien debía estar recibiendo regalos en un día tan especial en su carrera. Con cuidado, abriste la caja, despegando el pequeño sticker circular que mantenía el papel crepé cubriendo delicadamente la pieza.
“No entiendo.” Parpadeaste, levantando la chaqueta para una profunda examinación, la manera en la que estaba perfectamente doblada se deshizo por el movimiento. Azul marino, rojo y amarillo resaltaban en lo que reconociste luego de dos segundos como una chaqueta vintage del equipo de tu novio.
“Quiero que la uses hoy.” Volteaste a ver a Esteban con una ceja levantada antes de doblar la ropa en dos y ponerla hacia un lado.
“Amor, sabes muy bien que tengo que permanecer imparcial; no puedo usar eso,” Le explicaste apenada, y por un minuto pensaste que el te estaba jugando una simple broma, esperando voltear a ver esa sonrisa que en un principio te molestaba pero que desde hace meses te derretía.
“No, no debés,” Te corrigió simple y llanamente, su mano reposando en tu muslo.
“Literalmente tiene tu número en el dorsal. Pensé que no querías que nadie supiera de lo nuestro.” Intentaste generar una excusa, esta vez aún más válida que la anterior. Habían llegado a tal acuerdo con el propósito de protegerte, y no veías ninguna razón para que este no fuera el caso aún.
“¿Y si ya no quiero eso?”
Su pregunta te hizo tragar en seco, sin poder apartar tu mirada de la suya. Ni notaste cuando su mano se deslizó debajo de la suave tela de tu vestido, su pulgar dibujando gentiles círculos en tu piel.
Aquí te podías dar cuenta como la palabra saciedad no estaba en el diccionario de Esteban. Ya te tenía a ti como lo había planeado, pero en su mente, eso no era suficiente. El reto de conquistarte se había esfumado hace rato, pero el seguía corriendo dentro de su monoplaza hasta encontrar un nuevo objetivo.
“No me gusta como los otros pilotos te insinúan que deberías ser de sus equipos.” Era la primera vez que oías la queja, cejas fruncidas por un momento antes de que se inclinara a besar tu cuello mientras su mano se movía centímetros más cerca de la piel suave de tu muslo interno.
“Puedes mantenerte neutral por el resto de tu vida,” Siguió su discurso, sus nudillos acariciando tu centro, aún cubierto por la fina tela de tu ropa interior. “Pero cuando yo corro para un equipo, lo apoyás también. ¿Entendido?”
Las palabras se te quedaron estancadas en la parte de atrás de tu garganta junto con el aire que debería salir por tu nariz.
“¿Qué pasa?” Su voz era tierna, pero por la manera en la que uno de sus dedos apartaba la barrera que había entre tu centro— creciendo en humedad— y su deseo por convencerte de aceptar su regalo.
“Háblame, amor.” Insistió con una sonrisa dulce mientras su pulgar trazaba una línea desde ese punto más sensible hacia tu entrada. Solamente pudiste soltar un quejido, acomodándote para brindarle mejor acceso. Lo que te trajo a la realidad fue uno de sus dígitos adentrándose en tus cálidas paredes, una mano cubriendo tus labios para ahogar el gemido que salió de ellos.
Con una mirada y su otra mano apartando la tuya sabías que no te quedaba más que responder y pronto. Él nunca había sido demasiado duro contigo en cuanto a la desobediencia en la cama, menos cuando te pasabas de lista.
“Gracias por el regalo amor, pero…” Intentaste ir por la ruta más sensata, lo que te decía el poco de materia gris que quedaba intacta y no derritiéndose por la manera en la que su dedo se movía dentro tuyo.
“No te pedí peros,” Esteban reprochó, su cara tomando el mismo color que el que tus cachetes portaban. La diferencia es que se encontraba frustrado, contrario a ti que te hallabas sumida en el placer. Sin ninguna resistencia añadió otro dedo a la combinación, su ritmo era tan rápido como el de su monoplaza.
No podías más, si seguía así no ibas a aguantar. “Kuku, por favor,” Tu gemido se mezcló con un sollozo, notando como bajaba y subía de velocidad para dejarte justo en el borde.
“Respondé bien y lo pienso.” Esteban sentía la presión contra la entrepierna de su race suit, pero sabía que no tenían suficiente tiempo. Y la verdad, él no tenía tanta paciencia tampoco.
Pero él no podía parar. No hasta tener la respuesta que quería.
“¡Sí, lo voy a usar!” Finalmente lograste formular una oración coherente, sintiéndote aliviada en la manera en la que sus facciones se relajaron visiblemente.
“¿La noche entera?” Esteban preguntó mientras el ritmo volvía a incrementar considerablemente, tu orgasmo reposando en tu abdomen inferior.
Dijiste un sí con la cabeza, observando como se acercaba para que sus labios succionaran la piel de tu hombro a la misma vez que sus dientes mordían la pequeña área. El dolor placentero fue el detonante, intentando cubrir lo que usualmente eran gemidos escandalosos.
“Parece que te dejé una marquita y no puedes salir así en cámara, te tocará usar tu nueva chaqueta.” Sonrió inocentemente, sacando su mano para limpiarla con su lengua sin romper contacto visual.
“¿Vos sos mía, entendido?” Estableció luego de que había terminado de limpiarse, y tu asentiste, sonrojada. Observaste como se levantó y tomó tu mano para ayudarte a hacer lo mismo.
Ya dada la sesión por terminada, fuiste a arreglarte al diminuto espejo reposando contra la pared y encima del escritorio. Cuando te volteaste para irte, lo encuentras con la chaqueta en la mano, el pequeño movimiento de su cabeza indicando que te pusieras con la espalda frente a él.
Colocó la chaqueta sobre tus hombros con delicadeza, evitando que al ponerte la pieza se dañara la forma en la que portabas el vestido blanco.
“Y yo soy tuyo.” Murmuró antes de presionar un beso justo por debajo de tu lóbulo.
“Te amo mi campeón, ¿sabías?” Diste una vuelta en tus tacones para mirarlo, tomando sus manos gentilmente. El nombre que era puro chiste o una manera de molestarlo hoy se convertía en cruda realidad.
“Yo más,” Apartó un mechón de tu cara, ajustando el collar Van Cleef que te había regalado— y que aceptaste luego de un convencimiento similar al que habías vivido hace par de minutos.
“Por eso quiero que todo el mundo sepa que eres mía.”
#submission#sé q me dijiste que no eres hincha de red bull pero es q no pude dejar de pensar en seb vettel#y le pongo los tags para ahorrarte el trabajo#esteban kukuriczka#esteban kukuriczka x reader#esteban kukuriczka x you#lsdln x reader#lsdln fanfic
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Hoy ya son cinco meses desde que terminamos, y van a ser dos meses desde que dejamos de hablar. No sabes cómo duele el saber todo el daño que te hice y saber que merezco todo el dolor que siento por tu huida de mi, porque eso hiciste, escapaste de mi.
Y quien iba a querer quedarse con este desastre, porque eso es lo que soy, un desastre mental y emocional que no puede mantener nada porque se autosabotea a sí misma con cada acción que realiza.
Me duele saber que todo lo que espere para poder cumplir nuestros sueños lo tiré a la basura por algo sin significado para mí, pero que causó un gran dolor en ti, y que ahora todo eso lo vas a hacer con tu nueva novia, que por cierto es bastante bonita y espero no sea el desastre que fui yo.
A veces tengo rabia de que con ella si y conmigo no, pero basta con acordarme de lo que hice y esa rabia se transforma en dolor y tristeza que se derraman por mis mejillas.
Sé que es lo mejor para ambos, pero no puedo sacar de mi mente que estás con alguien más, que dejaste de amarme y que no signifique nada para ti, tu último trato conmigo me demostró que ese amor tan grande que decías sentir por mí había tenido su final y todo fue porque no pude comunicar lo que realmente sentía.
Me dio miedo perderte por mi actuar, pero tampoco deje de actuar de esa forma, como dije, soy un desastre mental, ni siquiera yo misma sé porque hice todo esto.
Me fié del amor incondicional que decías tener por mi, pensando en que ibas a perdonar ese error, así como yo perdone los tuyos, pero no fue así, solo me sacaste de tu vida como si fuese una chaqueta vieja que deshechas y continuaste tu camino con alguien más.
Me imagino que debes estar bien para estar dándole amor a alguien más mientras en estos cinco meses yo lo único que he hecho es llorar y pensarte a diario, no he parado de hacerlo y no creo que acabe pronto mi martirio, lo merezco.
Pero tampoco me olvido de que tú no eres un santo, y que cada uno paga sus pesares de alguna u otra forma, ninguno de los dos somos malas personas, solo actuamos acorde a las herramientas que tenemos y a lo que realmente somos.
Yo estoy tratando de sanar, tomé terapia y aunque sigo hablando con chicos, ninguno me llama la atención, no siento nada, y no sentiré nada por un largo tiempo.
Te extraño y aún siento amor por ti, y sigue siendo tan real, tan grande que jamás interrumpiría la paz que te dio el alejarte de mí. Jamás molestaría a tu nueva novia y jamás te diría estas cosas por más que quisiera hacerlo, porque al final me ha costado tanto soltarte porque no pudiste darme esa despedida que necesitaba para poder avanzar, me dejaste con todo en la mesa y solo te fuiste.
Quizás si hubieras sido claro, quizás si hubieras al menos sido sincero y directo conmigo al momento de preguntarte si había alguien más, el dolor sería menor, pero no quisiste darme ni una sola migaja de empatía. Entiendo tu enojo conmigo, pero por todo lo que hice por ti no merecía la incertidumbre, el desprecio y la humillación.
Solo espero que en algún momento tengas ese vínculo con tu hijo, por el cual yo luché que tuvieras, luché desde la sombra porque jamás quise entrometerme ya que no era mi tema, espero hayas encontrado un buen trabajo, espero que puedas surgir y tapar esas bocas que tanto mal hablaron de ti, espero que seas exitoso. De verdad te deseo el bien, pero una parte chiquita de mi, desea lo contrario porque mi egoísmo tiene rabia de haberte acompañado en el proceso de crecer por seis años y no haber podido ver eso en lo que yo siempre supe que ibas a convertirte, espero que la persona que tengas al lado te potencie lo suficiente para darte ese ánimo y apoyo que siempre te hizo falta, y que yo intenté darte todo el tiempo que estuvimos juntos. Espero que de verdad hayas superado el error que cometí hacia ti, me imagino que así fue para que ya estés con alguien más.
Yo seguiré aquí, tratando de superar el hecho de que jamás volveré a ver tu cara, ni sentir tu olor, jamás volveré a tomar tu mano, ni siquiera puedo escribirte, por eso lo hago aquí, para sacar mis pensamientos escritos mientras veo borroso por mis lágrimas que lo único que desean es poder volver aunque sea una noche dormir a tu lado y enterrarme en tu pecho mientras nos abrazamos, eso no volverá a ocurrir.
Constanza A. 🌻
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No es tu culpa si por una razón u otra tus relaciones no han funcionado. No es tu culpa si por circunstancias ajenas a ti tus ilusiones se han visto rotas y tus sueños golpeados por una realidad que no es absoluta. No es tu culpa si has dado todo y no se logra concretar nada. No es tu culpa si has cuidado con paciencia, amor, ternura y compasión, buscando ser responsablemente afectiva a través de un canal de comunicación prístino y aún así el fuego se ha apagado y sólo ha quedado un humo que ya no puede ser revivido. No… no es tu culpa tampoco aferrarte al amor e implorar cada día una nueva oportunidad para que nada de eso termine y con ello la fe de la niña interior que sólo anhela ser amada y amar y no volver a sentir abandono. No son más que heridas emocionales de la infancia que nos van guiando por caminos con espinas, caminos en los que creemos que es normal sangrar y dolernos, caminos a los que nos hemos acostumbrado y tenemos la falsa certeza de que así es como se debe vivir. Estamos condicionados. A mí me condicionaron. Son los llamados patrones familiares, esos con los que carga nuestro árbol genealógico, esos a los que pocos familiares afrontaron y rompieron para, como padres, no transmitírselos a sus hijos. ¿Y qué enseñamos a nuestros hijos sino a actuar en base a nuestro ejemplo? ¿Y qué aprende una niña sino a imitar a la madre a ser sumisa y olvidarse de ella misma para darle a los demás todo lo que ella no es capaz de otorgarse? ¿Y qué aprende un niño sino a buscar en muchas mujeres el afecto que tampoco se han logrado dar por el ejemplo de aquel padre que también buscaba validarse a través de otras? Crianza. No es más que eso. Sin embargo nuestra responsabilidad es darnos cuenta de ello y trabajar en sanarnos, porque como seres humanos merecemos una buena vida cargada de paz, sosiego y mucho amor aunque este amor no se trate de algo romántico. El amor va más allá de un simple romance, el cual es muy bonito y sanador cuando dos personas emocionalmente disponibles se unen y trabajan en equipo para ser en lo individual y como pareja cada día mejores. De eso se trata el romance… De ser cada día mejores, de buscar sanarse y de forma indirecta sanar al otro. No se trata de todo lo contrario. Donde no hay avance, donde no hay sanación, donde se percibe más fractura de heridas que el resarcimiento de las mismas, no puede haber amor. No puede haber una disposición madura para sacar adelante a un equipo y ser un buen guía o líder emocional. Pero entonces, no es necesario tener un amor romántico para sentirnos plenos y grandes. Es necesario tener un amor propio para ser pleno y grande, para buscarle un sentido subjetivo a la vida y con ello hacernos de una definición de servicio que sea tan altruista, que demos ese amor —que ya nos tenemos— al mundo, para sabernos aptos como seres amorosos que no requieren de estar en pareja para ser felices. Ambas cosas son sanas y hermosas. Una relación benéfica consigo mismo o con otro que ya se ha sanado y que busca, como tú, un compromiso real que sólo ejecutarán aquellos que han invertido tiempo en soledad y en silencio, para escarbar en su inconsciente, dejar hablar a sus heridas, abrazarlas, hacer tregua con ellas y llegar a un acuerdo: “Nunca más mi vida será guiada por una herida, pues de antemano sé que, como un mecanismo de defensa, lo que haré será sabotear mi felicidad, mal gastar mi vida y mis años, suprimiéndome tanto como si lejos de amarme me odiara. Y no… Hoy decido amarme, hoy decido sanarme y me comprometo a hacerme plenamente feliz y contribuir con ello a hacer de este mundo, un mundo mejor.”
—Paloma.
Amor propio
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Bugambilia (Neuvillette x Fem!Reader) pt. 2
💖~ I really like it and I wanted to do something else.
If I'm honest while I was doing this I couldn't help but remember that my grandmother had bougainvilleas in her garden and I always paid more attention to the colorful part than to the flower itself.
Part 1 here
Warning: angst | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
Spanish:
Neuvillette era un amante sensato, siempre pensaba en lo mejor para ti y te permitía tus caprichos cuando eran justos, si deseabas retenerlo un poco más en la mañana, si alargabas los besos de despedida o cuando llegabas con el almuerzo para comer juntos, él apartaría lo que tuviera en el camino para que seas feliz.
Siempre deseaba verte feliz, y aunque al inicio fue algo normal de parte de cualquier amor, él notó que muchas veces lo mirabas confusa. Había algo detrás de tus ojos, una especie de sospecha que te nublaban la mirada y revestía tu alma con una falsa tranquilidad. Pero Neuvillette te conoce, más de lo que deseabas, menos de lo que esperabas. En un intento de apaciguar tu extraño sentimiento, decidió ofrecerte una caja de dulces, sonriendo cuando los compró, pensando en tu rostro feliz cuando tu comías unos parecidos antes.
Su humor se congeló al ver que no eran de tu gusto, aunque los aceptaste como un gesto amable, no eran de tu gusto y tu mueca disimulada te delató. En un inicio no lo entendió y prometió hacerlo mejor, quería esforzarse por mantener tu sonrisa y eso fue lo que te llenó de insertidumbre.
"No me estás mirando a mí." Llegaste a una conclusión, Neuvillette alzó una ceja en desconcierto, sin entender del todo la intensión detrás de tus palabras. "Eres nostálgico y melancólico, sonríes pero parece que quieres llorar, esperas pacientemente por mi cuando caminamos, me ayudas a bajar las escaleras y me sostienes tan dulcemente pero..." Él esperó a que terminaras, seguía viendo tu rostro angustiado, asustado en algún punto, casi enojado, y eso lo destrozó. "Tu no haces esas cosas por mi, ¿no es así?"
"Claro que las hago por ti, esta eres tu, querida. ¿A quién más amaría tanto como para servirle de esta manera?" Esa pregunta tenía una trampa y Neuvillette lo sabía, en su cabeza pasaron las mismas imágenes que lo atormentaban cuando no dormías a su lado, el baile de una flor morada que lo hacía llorar y anhelar el antaño, y cuando volvía al presente te veía a ti, sentada y analizando su rostro. Entrando en razón por fin, suspirando y haciendo lo único que podría matarlo con tanta facilidad, fruncir el ceño.
"Lo haces por alguien más que no soy yo." Ante sus ojos los colores monocromáticos no deseaban irse, se incrustaban en sus ojos como una bugambilia, con sus púas negras partiendo su corazón y sin permitirle ver los matices de morado que vestían ambas personas amadas. No quería aceptar que tu mirada era distinta, su color y la forma de tus ojos cristalinos, tus labios bonitos no sabían como antes, ahora sentía el sabor salado de un mal amor y tu cuerpo, que era cubierto por sus brazos para consolarte, se sentía distinto bajo su tacto. Eras distinta, y tus pétalos caían por culpa de ello. Por culpa suya.
Su corazón golpeó violentamente contra su pecho cuando te abriste paso y las espinas le perforaron la conciencia. El morado y el magenta peleaban por un espacio en su corazón y eso lo destruía mientras te abrazaba, disculpándose y llorando. La lluvia de flores no había vuelto, solo había sido reemplazada por pétalos distintos de un color parecido, cuyas flores arañaban su corazón en una súplica por ser favorecidas. Las pequeñas flores que crecían marchitas en un jardín, esperando a que acabe el turno de la otra, con gustos contrarios y apariencia saludable que camuflaba que las raíces estaban muertas y jugaban contra la lluvia y el viento con sus flores claras en busca de un corto rayo de sol asustó a Neuvillette.
"Me recuerdas tanto a ella..." Los susurros de Neuvillette eran tan bajos a comparación de la lluvia torrencial que golpeaba los techos y las ventanas, se escondía entre tu hombro de la mirada monocromática que lo mantenía cuerdo y que ahora deseaba castigarlo con los miles de tonos que existían en el jard��n. Lloraba en tu ropa y se disculpaba, deseando que entiendas que su corazón estaba herido y no caía sangre sino el amargo alquitrán que manchó su visión. "Estaría tan enojada por lo que te estoy haciendo. Ella jamás me perdonaría."
"Yo tampoco lo haría." Una amenaza que Neuvillette aceptó, dispuesto a cumplir con su destierro de tu corazón si así lo preferías. Te abrazó más fuerte, besando tus mejillas y tus lágrimas en un intento de consuelo, por fin viendo que tú color jamás fue el morado sino lo que él prefirió ver. Sollozó junto a ti y se disculpó por haber confundido el amor eterno, por jamás haber aprendido que una pequeña flor amarilla era lo que debía amar en vez de las coloridas brácteas que atraían y enamoraban.
English:
Neuvillette was a rational lover, he always thought of what was best for you and allowed you your whims when they were fair, if you wanted to keep him a little longer in the morning, if you extended the goodbye kisses or when you arrived with lunch to eat together, he would push aside whatever he have in the way for you to be happy.
He always wanted to see you happy, and although at first it was normal for any love, he noticed that you often looked at him confused. There was something behind your eyes, a kind of suspicion that clouded your gaze and clothed your soul with a false tranquility. But Neuvillette knows you, more than you wanted, less than you expected. In an attempt to appease your strange feeling, he decided to offer you a box of sweets, smiling when he bought them, thinking of your happy face when you ate similar ones before.
His mood froze when he saw that they were not to your taste, although you accepted them as a kind gesture, they were not to your taste and your hidden grimace gave you away. At first he didn't understand and promised to do better, he wanted to make an effort to keep your smile and that was what filled you with insertion.
"You're not looking at me." You came to a conclusion, Neuvillette raised an eyebrow in bewilderment, not quite understanding the intention behind your words. "You are nostalgic and melancholic, you smile but it seems like you want to cry, you wait patiently for me when we walk, you help me down the stairs and you hold me so sweetly but..." He waited for you to finish, he kept seeing your anguished face, scared in his heart at some point, almost angry, and that destroyed him. "You don't do those things for me, do you?"
"Of course I do them for you, this is you, my dear. Who else would I love so much to serve in this way?" That question had a trap and Neuvillette knew it, the same images that tormented him when you didn't sleep next to him passed through his head, the dance of a purple flower that made him cry and long for the past, and when he returned to the present he saw you, sitting and analyzing his face. Finally coming to his senses, he sighed and did the only thing that could kill him so easily, frowning.
"You're doing it for someone other than me." Before his eyes the monochromatic colors did not want to leave, they embedded themselves in his eyes like a bougainvillea, with their black spikes breaking his heart and not allowing him to see the shades of purple that both loved ones were wearing. He didn't want to accept that your look was different, the color and the shape of your crystalline eyes, your pretty lips didn't taste like before, now he felt the salty taste of a bad love and your body, which was covered by his arms to comfort you, felt different under his touch. You were different, and your petals fell because of it. Because of him.
His heart pounded violently against his chest as you pushed your way through, thorns piercing his consciousness. The purple and the magenta fought for a space in his heart and it destroyed him as he hugged you, apologizing and crying. The shower of flowers had not returned, it had only been replaced by different petals of a similar color, whose flowers scratched his heart in a plea to be favored. The small flowers that grew withered in a garden, waiting for the other's turn to end, with contrary tastes and healthy appearance that camouflaged that the roots were dead and played against the rain and the wind with their clear flowers in search of a short sunbeam frightened Neuvillette.
"You remind me so much of her..." Neuvillette's whispers were so low compared to the torrential rain that hit the roofs and windows, hiding between your shoulder from the monochrome gaze that kept him sane and that now wanted to punish him with the thousands of shades that existed in the garden. He cried into your clothes and apologized, wanting you to understand that his heart was wounded and not blood was falling but the bitter tar that stained his vision. "She would be so angry at what I'm doing to you. She would never forgive me."
"I wouldn't do it either." A threat that Neuvillette accepted, willing to fulfill his banishment from your heart if you preferred. He hugged you tighter, kissing your cheeks and your tears in an attempt at comfort, finally seeing that your color was never purple but rather what he preferred to see. He sobbed next to you and apologized for having confused eternal love, for never having learned that a small yellow flower was what he should love instead of the colorful bracts that attracted and made him fall in love.
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CAPITULO 59 - UN MOMENTO A SOLAS
No queriendo interrumpir a Liam, decidí explorar un poco más la fiesta, disfrutando de la música y las luces centelleantes. Caminé entre los grupos de personas, observando las conversaciones animadas y las risas que llenaban el ambiente.
De repente, mis ojos se posaron en el bar, donde vi a Drake sentado solo, mirando pensativamente su bebida. Aprovechando la oportunidad perfecta para hablar a solas, me acerqué a él con una sonrisa.
|| Hola, Drake. ¿Cómo te va con todas estas galas cortesanas? || pregunté, tratando de romper el hielo. Él se sorprendió al oírme, levantando la mirada hacia mí. Sus ojos se abrieron ampliamente, reflejando una mezcla de sorpresa y alivio al verme.
|| Wow, no pude decírtelo antes, pero esta noche pareces un millón de dólares… Literalmente. || Me dice con una sonrisa, haciendo que me ría.
|| Entonces, ¿te gusta mi look de hoy? ||
|| Sí, puedes decir que sí… || Se ríe entre dientes y toma un sorbo de su whisky. || Te ves hermosa. Eso es lo que realmente quise decir. ||
|| Gracias, Drake. ¿Sabes? Tenía la sensación de que te encontraría en el bar. ||
|| ¿Me estás llamando predecible, Brown? Porque si es así, tal vez deberíamos evitar tomar una bebida juntos. ||
|| Drake, ¿en serio estás insinuando que no quieres tomar una bebida conmigo? Lo dudo sinceramente. ||
|| Está bien… Me conoces demasiado bien, Brown. ¿Cómo podría rechazar una bebida contigo? || Me mira con una mezcla de anhelo y resignación, luego suspira. || ¿Qué tal si te traigo algo de beber y luego tomamos un respiro? Necesito hablar contigo, aunque no te niego que preferiría pasar toda la noche contigo, como amigos, por supuesto. Pero… tomaré lo que pueda conseguir. ||
|| Perfecto, porque también me gustaría hablar contigo. Dime, ¿qué vas a pedirme? Y no digas whisky. ||
|| ¿Me estás desafiando, eh? Muy bien, aceptaré el reto. || Me guiña un ojo y se inclina sobre el mostrador, susurrando algo al camarero. Tras unos minutos, el camarero le pasa un vaso, que luego me entrega.
|| ¿Un mojito? Me sorprendes, Drake. || Exclamo, saboreando la bebida con interés. || ¿Por qué elegiste esto? ||
|| Pues, si hay una bebida que me recuerde a ti, es esta. || Me dice mientras lo miro con curiosidad. || Un mojito puede parecer un cóctel simple. La gente tiende a pedirlo sin pensarlo, pero tiene su complejidad. Mezclar la menta, el azúcar, el ron, la gaseosa y el limón a la perfección requiere tiempo. Hay que equilibrar lo agrio y lo dulce. ||
|| ¿Podrías explicarme un poco más el cumplido? || Pregunto, sonriendo mientras trato de comprender su punto. Su risa contagiosa me alegra; es bueno verlo reír después de tanto tiempo.
|| Claro, te lo explico. Cuando la gente te observa, puede ver lo superficial: eres estadounidense, joven, bella y una duquesa. Pero quien realmente presta atención sabe que hay mucho más en ti. ||
|| Vaya, gracias. ¿Desde cuándo te volviste tan analítico? ||
|| Cualquiera que piense lo contrario te estaría subestimando. ||
|| Agradezco el cumplido, Drake. || Le digo mientras él alza su vaso de whisky y lo bebe de un solo trago. Llama al camarero para pedir otro vaso. Cuando el camarero se lo entrega, él me mira y pregunta:
|| ¿Te gustaría salir de aquí? || Asiento con la cabeza y sigo a Drake, alejándonos del bullicio del baile hacia un pasillo tranquilo del palacio. Mientras el bullicio de la fiesta se desvanecía a nuestras espaldas, Drake y yo nos movíamos a través de la multitud que todavía disfrutaba del aire fresco del patio. La música vibrante y las risas mezcladas con el tintinear de copas se desvanecían gradualmente. La brisa nocturna, ligera y fresca, ofrecía un alivio bienvenido del calor de la celebración. El camino se estrechaba a medida que avanzábamos, alejándonos del centro de atención. A cada paso, el ambiente se volvía más sereno, con el sonido de nuestros pasos y el susurro de las hojas en el viento como única compañía. Finalmente, llegamos a un rincón apartado, donde las sombras y la luz de las farolas bañaban el espacio con una suave luminosidad. Él tiene una leve sonrisa en el rostro || Aún no puedo creerlo. Quién lo diría, que pronto serás reina… ¿Debería empezar a llamarte “Su Majestad”? ||
|| Si me llamas de otra manera que no sea “Brown”, se sentirá raro. ||
|| Ok, estoy de acuerdo... || Drake se ríe entre dientes || Puedo aferrarme a eso. ||
|| ¿Y no vas a burlarte de mí por convertirme en una verdadera noble? || digo sonriendo, pero Drake niega con la cabeza y levanta su copa en un breve brindis.
|| Te conozco mejor que eso, Brown. Tú eres tú, y nada, ni siquiera un título, podrá cambiar tu esencia. ||
|| Gracias, Drake. Parece que me conoces muy bien. || le digo sonriendo.
|| Pero... Si alguna vez empiezas a volverte demasiado pretenciosa y poderosa, puedes contar conmigo para recordarte los viejos tiempos y hacerte pisar la tierra. ||
|| Te lo agradezco. Sé que eres el único que me hará pisar la tierra. || Drake me sonríe. Ambos terminamos lentamente nuestras bebidas. De repente, lo pillo mirándome con una expresión entre esperanza y anhelo.
|| Brown, quería traerte aquí para pedirte disculpas por mi actitud tan estúpida de esa noche. No merecías que te tratara así. || Drake toma una profunda respiración antes de continuar. || Me dolió mucho sentir que había sido usado solo para que al final eligieras a Liam. Pero estas últimas semanas me han hecho reflexionar. Me he dado cuenta de que tanto tú como yo estábamos confundidos en nuestros sentimientos. || Drake me mira directamente a los ojos, su voz temblando ligeramente con emoción. || Cuando los veo juntos, puedo ver claramente que ambos están hechos el uno para el otro. No es fácil, porque desarrollé sentimientos muy profundos por ti, pero estoy aprendiendo a manejarlos. || Toma mi mano con suavidad, su mirada sincera y llena de determinación. || Como te dije esa noche, y lo sigo manteniendo, si alguna vez me necesitas, estaré aquí. Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase. Quiero que sepas que hablé con Liam también, para que estés tranquila. ||
Su declaración me conmueve, y puedo ver cuánto le ha costado llegar a esta aceptación.
|| Gracias, Drake, y gracias por hablar con Liam. Tus palabras me dan un alivio inmenso. || Suelto un suspiro contenido. || También quiero pedirte disculpas por cómo terminaron las cosas entre nosotros. Perdóname por haber confundido mis sentimientos y, sobre todo, por haberte confundido a ti. Eres un gran amigo para mí, y tenerte de mi lado significa el mundo. Ojalá hubiera podido hablar contigo antes de la propuesta. Todavía me duele pensar en cómo te hice sentir. ||
|| No te preocupes, Brown. Siempre supe, en el fondo, que tú y Liam encontrarían la manera de estar juntos. Pero agradezco que me lo digas. ||
|| Drake, siempre serás importante para mí. Elegir a Liam fue lo correcto para mí, pero no fue una decisión fácil. El tiempo que pasamos juntos, los momentos que compartimos y tu apoyo incondicional significan muchísimo para mí. Nunca te fuiste de mi lado, y todo eso siempre será especial. Esos recuerdos estarán siempre en mi corazón. ||
|| Estoy aprendiendo a aceptar y a dejarte ir. Ver a dos de mis mejores amigos felices es lo que realmente importa. Aunque me dolió, entiendo que fue lo mejor para todos. ||
|| Quiero que seas feliz, Drake. Espero que pronto encuentres a alguien que te haga darte cuenta de que nunca fui yo. Quiero que te enamores, que formes esa familia que tanto anhelas y esperas. || Mis palabras son sinceras, llenas de esperanza para su futuro. Drake me mira con una mezcla de tristeza y determinación.
|| Eso lo dirá el tiempo, Brown… No puedo prometerte nada ahora || me dice, acariciando suavemente mi mejilla. Su toque es reconfortante y doloroso al mismo tiempo || ¿Sabes? Yo quería más contigo, no lo niego, pero prefiero tenerte en mi vida que fuera de ella. No importa lo que parezca. Así que no te vas a deshacer de mí tan fácilmente || añade con una media sonrisa que refleja su determinación y vulnerabilidad.
|| Tú tampoco vas a deshacerte de mí tan fácilmente. Me alegra tenerte de vuelta como mi amigo, te extrañé mucho || le respondí, mi voz quebrándose mientras las lágrimas llenan mis ojos.
|| Yo también te extrañé. Discúlpame por todo, por favor || exclama Drake, con sus ojos también llenos de lágrimas. Tomé su rostro entre mis manos y lo miré fijamente, sintiendo una mezcla de tristeza y esperanza.
|| Ten presente que siempre me preocuparé por ti, Drake. Pase lo que pase, siempre estaré ahí también || le dije con firmeza, y le di un suave beso en los labios. Él cerró los ojos con fuerza, como si quisiera grabar este último beso en su memoria para siempre. Luego los abrió, y una pequeña lágrima rodó por su mejilla.
|| Igual, yo estaré para ti siempre || me dijo, mirándome con una promesa en sus ojos. Nos abrazamos fuertemente, llorando como niños pequeños, liberando todas las emociones contenidas. Me separé lentamente de él y ambos comenzamos a secarnos las lágrimas que caían.
|| Bueno, si nos quedamos aquí mucho más tiempo, la gente se preguntará dónde hemos ido. Será mejor regresar. Además, hay alguien que quiero que veas || dije, intentando recomponerme y ofrecerle una pequeña sonrisa.
|| Tienes razón, debemos regresar. Pero, ¿a quién quieres que vea? || preguntó, curioso, mientras tratábamos de retomar el control de nuestras emociones. Nos miramos un momento más, y respondí a su pregunta.
|| Sígueme y lo sabrás || le dije, y Drake me siguió de regreso al bullicio del baile. A medida que nos acercábamos, el destino nos llevó a Sara, que estaba parada a pocos pasos de nosotros, disfrutando de unos bocaditos. Rápidamente la llamé: || ¡Sara! ||
Ella giró hacia nosotros, sus ojos se agrandaron al ver a Drake. Por su parte, Drake no podía apartar la vista de Sara, admirándola de pies a cabeza. Sara comenzó a acercarse lentamente.
|| Hola, Riley || Dijo con una gran sonrisa para luego posar sus ojos en Drake || Hola… Hola, Drake || dijo, un poco nerviosa, mientras sus mejillas se sonrojaban. Drake parecía anonadado y no pudo articular palabra.
|| Sara, qué bueno verte aquí. Te ves realmente hermosa esta noche || le dije, mientras suavemente codeaba a Drake para llamar su atención || ¿No lo crees, Drake? ||
|| Sí… Este… Bueno… Hola, Sara, ¿cómo estás? || dice Drake, visiblemente nervioso, con una sonrisa que intenta disimular su incomodidad.
|| Bien, Drake… Este… Gracias por preguntar || responde ella, con una tímida sonrisa que revela una mezcla de sorpresa y emoción.
|| Te ves… realmente hermosa esta noche. Casi no te reconocí || dice Drake, admirándola con asombro y sinceridad.
|| Bueno, chicos, creo que me están necesitando por allá || digo, abrazando a Drake con afecto y susurrándole al oído || No lo estropees; Sara es una gran mujer ||. Él asiente, entendiendo la importancia de mis palabras. Luego me vuelvo hacia Sara, la abrazo con calidez || Qué gusto verte aquí y que hayas aceptado mi invitación. Siempre serás bienvenida, Sara || Los miro a ambos, con una sonrisa de complicidad || Disfruten de la noche, chicos ||
Al darme la vuelta para alejarme, Liam se acerca con una expresión de alegría en el rostro.
|| ¡Por fin!... || exclama, envolviéndome en un abrazo cálido || Por fin tengo un momento a solas con mi prometida. Desde que te vi llegar, quise tenerte a mi lado, pero la noche ha estado muy ocupada. ¿Estás disfrutando del baile? || pregunta con una sonrisa, mientras yo coloco mis manos en su pecho y empiezo a arreglar la chaqueta de su terno.
|| Ciertamente sí… Pero estoy disfrutando aún más al ver a MI prometido con ese traje. Me encanta cómo te queda || le digo con admiración. Luego, me acerco a su oído y susurro || Aunque debo decir que me gusta aún más el hombre apuesto que lo lleva ||. Termino con un dulce beso en sus labios.
|| ¿Estás siendo muy halagadora acaso?... Me gusta eso || responde Liam con una sonrisa satisfecha.
|| Es que soy una mujer de muchos talentos || le contesto con picardía.
|| Ciertamente lo creo. Por cierto, me encantó tu discurso. Amé cada palabra || dice Liam, y luego posa su mirada en Sara y Drake, quienes están conversando muy a gusto. || ¿Sabes? Hoy Drake se acercó para hablar conmigo. Me pidió disculpas por su actitud. Lo noté mucho más calmado || comenta con serenidad.
|| Sí, también habló conmigo. Ahora puedo decir que me siento más tranquila y, con todo mi corazón, anhelo que él sea feliz. Es por eso que invité a Sara al baile. Quiero ver si ellos dos hacen clic. ¿No te molesta que lo haya hecho? || le pregunto, buscando su aprobación.
|| ¿Molestarme? Claro que no. Además, tú eres mi prometida y futura reina; todo lo que digas o hagas será ley… || exclama riendo, para luego mirarme con afecto || ¿Acaso quieres actuar como cupido? ||
|| No lo sé, tal vez resulte, ¿no? || respondo, levantando los hombros y sonriendo || Sé que hay sentimientos involucrados. ||
|| Hablando de sentimientos || dice, inclinándose hacia mí y bajando la voz || Me di cuenta de que he estado ocupado casi toda la noche y no te he prestado la atención que mereces. Este cumpleañero desea pasar un momento a solas con su prometida. ||
|| ¿Ah, sí? || le digo, con una sonrisa traviesa || ¿Y qué tiene en mente este cumpleañero? ||
|| Estaba pensando en dar un paseo por el laberinto, como en los viejos tiempos. Hay un lugar cercano que me encantaría mostrarte: un pozo de los deseos. Con toda la conmoción del baile, nadie notaría nuestra ausencia. Estaríamos completamente solos. ¿Te gustaría venir? || propone, sus ojos brillando con una mezcla de picardía y ternura.
|| ¿Cómo podría decirle que no a mi apuesto prometido? Imposible… Lidera el camino, su Majestad || le respondo, dejándome llevar por la emoción. Liam toma mi mano con ternura y nos escabullimos lejos de la multitud.
A medida que nos alejamos del bullicio del baile, el aire fresco de la noche nos envuelve. Las luces y los sonidos se desvanecen, dejando solo el suave murmullo de nuestras risas y el crujido de las hojas bajo nuestros pies. El camino hacia el laberinto está iluminado por la suave luz de las antorchas que bordean el sendero. A cada paso, el murmullo del baile se aleja más, dejándonos envueltos en una calma expectante. Al llegar al laberinto, Liam se da la vuelta y, para mi sorpresa, veo a Jacob y Sebastián siguiéndonos discretamente. Estaba tan absorta en el momento que no me había dado cuenta de su presencia. Al verme, ambos sonríen y me hacen una pequeña reverencia.
|| Jacob, Sebastián… Que nadie nos moleste || ordena Liam con firmeza, pero con un toque de afecto en su voz.
|| Entendido, Su Majestad || responde Jacob, mientras Sebastián asiente con una sonrisa comprensiva.
Una vez adentrados en el laberinto de setos del palacio, la atmósfera cambia completamente. El laberinto es un refugio encantador, lleno de la fragancia de las flores nocturnas y el susurro suave de las hojas. Liam me guía a través de los sinuosos senderos, sus dedos entrelazados con los míos, y el silencio de la noche nos envuelve en una burbuja de intimidad.
|| Liam, esto me trae tantos recuerdos || exclamo mientras seguimos caminando.
|| Espero que solo buenos || me responde con una sonrisa.
|| En su mayor parte, mi amor || le digo, y de repente Liam se detiene y me toma entre sus brazos, mirándome tiernamente. Con una de sus manos acaricia mi mejilla, mirándome directo a los ojos.
|| La última vez que estuvimos aquí, no teníamos idea de lo que iba a pasar esa noche. Las fotos, el complot de mi padre contra ti... He pasado muchas horas deseando que esa noche hubiera sido diferente. Pero hoy, con el amor de mi vida a mi lado, quiero mirar hacia adelante, no hacia atrás. ||
|| El pasado no es tan malo, porque me trajo a ti || le respondo, acurrucándome en él.
|| Es verdad, no puedo culpar a la historia por eso || dice, alejándose un poco de mí y tomando mi mano || Pero espero que el lugar al que vamos nos traiga aún más suerte en los próximos años. ||
Liam me lleva más adentro del laberinto, donde los setos son más viejos y altos. Por fin, dobla la esquina hacia un pequeño claro aislado. De repente, nos detenemos frente a un pozo de los deseos, que brilla con un resplandor mágico bajo la luz de la luna. Liam se vuelve hacia mí, su mirada llena de ternura y promesas no dichas. Me siento envuelta por una oleada de emoción y cariño, sabiendo que este momento es solo nuestro.
|| Liam, no estaba segura si estabas bromeando sobre el pozo de los deseos || le digo asombrada || Realmente es un lugar precioso ||
|| Este lugar es una de las estructuras más antiguas del palacio. Venía aquí cuando quería tocar mi guitarra. Mi madre me mostró este sitio cuando era niño y me enseñó a tocarla. La tradición dice que, si susurras el deseo de tu corazón al pozo, el destino lo hará realidad. Esta noche, mi amor, pensé que te gustaría pedir un deseo || dice Liam, su voz suave y cargada de emoción, acompañada de una sonrisa cálida.
|| ¿Quién soy yo para rechazar la oportunidad de pedir un buen deseo en un pozo de los deseos? || le respondo, acercándome al borde del pozo. El dulce aroma de las enredaderas florecidas que lo cubren me envuelve. Miro hacia atrás y veo a Liam, esperando a una distancia respetuosa, sonriéndome con una felicidad tan absoluta que mi corazón palpita en mi pecho. Me vuelvo hacia el pozo y susurro mi deseo: “Deseo vivir feliz para siempre”. Lentamente, me separo del pozo, y Liam dice:
|| Muy bien, ahora es mi turno. ||
Liam se para junto al pozo, cerrando los ojos y frunciendo el ceño en pensamiento. Después de unos momentos, su expresión se suaviza y una sonrisa aparece en su rostro mientras murmura algo en él. La curiosidad me invade, y me acerco para abrazarlo suavemente por detrás. Él gira y me envuelve entre sus brazos.
|| ¿Qué deseaste? || le pregunto, ansiosa por conocer su deseo.
|| Algo que espero con todo mi corazón || suspira profundamente || Deseé tener el coraje para nunca dejar que mi miedo dictara mis decisiones, como lo hizo mi padre. Quiero ser un mejor rey, padre, esposo y no mezclar mis roles para abandonar a mi familia. ||
|| Liam, ya eres el doble de rey que fue tu padre. Hagas un deseo o no, tu gente tiene suerte de tenerte. ||
|| De tenernos, querrás decir || me corrige con una sonrisa. Aun es difícil acostumbrarme a la idea de que seré reina.
|| Tienes razón… Pero ese “tenernos” te incluye a ti. Ya aprendiste de los errores de tu padre. Nadie puede ser un rey perfecto, pero sé que tú serás un gran rey, mi amor. ||
|| Riley, no puedo decirte cuánto significa tu fe para mí || dice Liam, abrazándome fuertemente, sus palabras llenas de emoción.
|| Bueno… Tal vez podrías agradecerme con un beso || le respondo, alzando la vista para ver esos hermosos ojos azules que me miran con tanta intensidad.
|| Mi Riley || susurra Liam, levantando una mano para apartar un mechón de mi cabello y colocarlo detrás de mi oído. Me acerco más a él, inclinando mi cabeza hacia atrás hasta que sus labios se encuentran con los míos. Su brazo envuelve mi cintura, atrayéndome más cerca mientras el beso se vuelve más profundo y apasionado. Cuando se aparta, sus ojos brillan con deseo y adoración. || Siempre eres hermosa, Riley, pero esta noche... Esta noche simplemente no puedo apartar los ojos de ti. ||
|| ¿Y solo tus ojos? || le digo, con una sonrisa traviesa. Siento el calor de su mirada recorrer mi cuerpo, provocándome un cosquilleo de anticipación.
|| No dije eso || responde Liam, su voz ronca con un toque de picardía. Sus manos se deslizan lentamente por mi espalda, creando una corriente de electricidad entre nosotros. Me mira como si fuera la única persona en el mundo, y en este momento, me siento así.
|| Entonces, ¿qué más no puedes apartar de mí? || susurro, mis labios rozando los suyos.
Liam sonríe, un brillo juguetón en sus ojos.
|| Todo de ti me atrae, Riley. Tus ojos, tu sonrisa, tu voz... || Sus manos bajan un poco más, acariciando mi cintura con una ternura que me hace estremecer. || Eres mi tentación constante. ||
|| Y tú eres mi debilidad || respondo, acercándome más hasta que no hay espacio entre nosotros. Sus labios vuelven a encontrar los míos, esta vez con una urgencia que me hace perderme en el momento.
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Nunca creas lo que dicen de ti; presta atención:
Las palabras dulces, zalameras y virtuosas, funcionan cual estimulante del que dependerás y requerirás en mayores dosis. Cuando esas palabras de aprobación no se asomen, el camino se irá transformando en dudas.
Del lado contrario, las que son ásperas, rugosas y punzantes te mantendrán cabizbajo y apagado. Te hundirán y harán ceniza tu espíritu.
Deja que te invada el silencio.
Concentra y enfoca tu oído en percibir quién eres. Tu esencia. Precioso, sólo tú te conoces; eres el único que puede permitirse huracanes furiosos o días soleados (vos sabrás si hoy tienes piel de elefante o de alas de libélula para soportar lo que venga).
No te convenzas de lo que otros quieren de ti y para ti. Tu elección es irrenunciable, amor. A mí me gusta quién eres y no depende del grosor de la armadura que elijas llevar.
-Cinthyacabalga
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Ya que es el primer año de mi familia favorita en el server traigo algo que tenía guardado en mis borradores uwu
Creo que si tiene extensión suficiente para estar en Ao3 pero me dio flojera subirlo, luego lo paso allá para que los de habla inglesa lo puedan traducir xd
Y si, ver tantos fanarts y post me pusieron muy emocional, después de esto seguiré llorando brillitos los adoro mucho comunidad Pissa y Deathduo 🥹💕
El destino funcionaba de maneras inesperadas, él como un ser inmortal lo sabía más que de sobra, había aprendido a tomar con la mejor disposición lo que se cruzara por su camino y aunque no siempre lo recibido era positivo siempre intentaba obtener alguna lección de aquello. Había conocido lugares y personas maravillosas, otras no tanto, fue partícipe en combates que hasta hoy seguían siendo recordados como grandes hazañas, también despidió a leales amigos cuando su tiempo límite en ese mundo había llegado y eventualmente recibía a nuevos compañeros dispuesto a ser un mentor que les guiaría el tiempo que fuera necesario.
Sí, para alguien que ya había experimentado de todo en ese punto solo vivía su vida inmortal apaciblemente, disfrutando de un poco de paz luego de años en combate. Es por eso que cuando recibió de forma misteriosa una invitación junto con un ticket de tren que garantizaba "un lugar paradisíaco para vacacionar" no lo cuestionó demasiado.
Nuevamente, los engranajes del destino empezaron a girar desde ese momento.
Escandaloso, esa era la mejor manera de describir como se desarrolló todo ni bien el viaje dio comienzo, caras nuevas y un par que resultaron familiares, entre todo el caos también se dio cuenta de que algunos de los pasajeros, aparte de ser híbridos, hablaban en otro idioma ¿acaso era español? era tan difícil procesar todo en ese reducido vagón, si alguno de los extranjeros se dirigió a él más allá del saludo inicial desgraciadamente no pudo entenderles.
Aturdido prefirió moverse a una de las esquinas, encogió sus alas lo más que pudo para no empujar más de lo necesario a ninguno de los viajeros, aunque al parecer no fue el único con tal idea.
—Ouch, disculpa— una voz más clara que la del resto lo hizo girar a su izquierda.
Sonaba juvenil y simpático.
—Descuida, fui yo el que no se fijó— entrecerró los ojos al sentir una extraña vibra familiar —tú… ¿eres una especie de grim reaper?
Notó como los ojos debajo de la máscara de calavera irradiaron un color azul muy tenue así como una momentánea tensión del cuerpo contrario ¿había dicho algo malo?
—Ah, perdona, no quise ser entrometido— alzó las manos en señal de paz —tal vez solo te gustan las calaveras.
Una risa escapó de ambos y rápidamente el otro volvió a notarse sereno.
—En realidad sí, si lo soy— dio un rápido vistazo al tumulto y luego se acercó un poco más a Philza para que lo escuchase mejor —solo no me gusta mencionarlo, ya sabes, los mortales no suelen sentir demasiada confianza en torno a lo que implique a la muerte.
Cierto, a él mismo le constaba, hubo épocas donde su representación como ángel de la muerte provocaba un pánico desmedido, como si temerle o inventar historias exageradas evitara que tarde o temprano no fuera a guiarlos en su camino al descanso eterno. De las pocas cosas que le parecían confusas en los humanos.
—Oye… ¿crees que pueda hacerte una pregunta?— habló de nueva cuenta con un poco de aprehensión.
—Claro, sin problemas.
—¿Tú tienes alguna idea de cómo llegó tu boleto de tren?
Philza se quedó pensativo unos segundos, no, la verdad por más que intentó nunca recordó ver a nadie llegar a su retirado refugio. Le hizo saber al esqueleto lo poco que sabía de todo ese viaje, y que incluso, desconocía que vendría más gente incluidos extranjeros.
—¿Existirá alguna razón en particular para traernos específicamente a nosotros?— cuestionó Phil ahora.
Missa lo observó por unos segundos para luego negar con la cabeza, no quería provocarle más dudas innecesarias solo por sus propias malas experiencias en el pasado. Tal vez debería seguir el consejo de Roier y solo disfrutar el momento, además, le resultó una grata sorpresa encontrar a otro como él en ese viaje.
En medio del caos y en camino a un destino que ninguno conocía, ahí fue la primera vez que todo empezó.
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¿Qué tipo de "vacaciones" se suponían que era eso? decir que estaba furioso era poco ¡habían cortado sus preciosas alas! y ni hablar de ese oso extraño apareciendo de la nada diciéndole con voz robótica que "disfrutara la isla" o las últimas palabras dichas por el pato sobre que ya nunca podrían irse por haber oprimido un estúpido botón rojo.
Nada tenía sentido, en este punto creer que aquello era un sitio de descanso y recreación sería ser, por lo menos, un iluso de primera. Es por eso que cuando se les llamó a ese nuevo lugar desconfió de inmediato y, sin embargo, por algo que solo podría llamar estupidez es que estaba ahí terminando de ver un vídeo donde el desgraciado pato explicaba que tendrían una nueva tarea: cuidar en pareja a una cría de dragón.
No es que fuera ajeno a la idea de cuidar de un niño, pero si le preguntaban hubiera preferido hacer de "padre" a solas, no es que dudara de las posibles buenas capacidades del resto, solo no era muy afín a la idea de dejar pasar a cualquiera en su actual refugio, podían llamarlo paranoia si querían. Mientras esperaba su turno por un boleto dio un rápido vistazo a las pequeñas cabinas que contenían a los infantes, todos con un ítem diferente para distinguirlos, ninguno emitía ruido y apenas se movían, solo tenían su atención fija en el grupo de adultos ¿estarían asustados?, ¿confundidos?, ¿siquiera entenderían por qué razón estaban allí?, ¿o podían recordar a la dragona?
La luz dorada le cortó el tren de pensamiento y un pequeño ticket con una única letra impresa salió de la caja en el centro del lugar, salió de la fila y entre el resto de isleños que ya tenían un boleto empezó a dar rápidos vistazos tratando de encontrar a su nuevo compañero, algunos reían y se mostraban felices por el resultado mientras que otros, aun si no les entendía por la barrera de idioma, a juzgar por sus reacciones no lucían precisamente convencidos.
—¡Hey! tenemos el mismo boleto— de inmediato reconoció esa voz.
Luego del primer día ya no había tenido oportunidad de seguir hablando con el chico esqueleto, lo intentó claro que si, pero al verlo con otro par de chicos asumió que había encontrado gente que hablara su idioma natal haciéndolo sentir más cómodo y no quiso interrumpir. En días posteriores cada persona se hizo de su propio espacio para vivir, se dedicaron a construir, buscar provisiones y ḿas cosas de ese estilo, por lo mismo dejó de verlo así que pensó que su interacción había sido destinada a solo haber sido esporádica.
O así pensó hasta ese día donde un ticket con la letra "D" impresa se elevó ante su sorprendida mirada.
—Entonces… ¿a quién nos llevamos? todos lucen tan adorables— habló de nueva cuenta Missa.
Antes de poder responderle lo vio caminar frente cada vitrina, en un par de ocasiones un tercero apareció diciendo que el infante ya había sido elegido, lució interesado por uno que tenía un sombrero de copa pero finalmente su atención la ganó por completo un brillante flotador amarillo y sin perder tiempo corrió hasta allí.
—¡Que cosa tan bonita! ¿cómo no te vimos antes?
Al parecer su entusiasmo era muy contagioso pues el niño sonrió escuchándole, tenía dificultad para ponerse de pie pero aplaudió en señal de aprobación por las palabras del adulto que lo elogiaba.
—Creo que tenemos al ganador ¿no es así?— Philza abrió la puerta de cristal para poder tomar al niño entre sus brazos —¿tienes algún nombre amiguito?
Este negó, a juzgar por el primer vistazo no llegaba ni a la edad de un preescolar, ninguno de los niños en realidad. Sin dudas era una cría de dragón, un par de cuernitos azulados junto con una cola y pequeñas alitas en el mismo tono eran de lo poco que lo distinguían de sus hermanos, fuera de eso todos tenían cabello blanco y ojos grisáceos,
—Hay que nombrarlo Phil— dijo sin disminuir su entusiasmo —debe ser un nombre digno para nuestro hijo.
El cuervo barajó mentalmente algunas opciones, Dave era el que mas le parecía adecuado pero antes de siquiera poder hablar Missa se le adelantó.
—¡Te llamarás Chayanne!
............
Lentamente, cada nueva pareja se fue por su lado, algunos más felices que otros, en ese momento ya habían terminado de ser informados sobre los cuidados que requerirían los niños y tras pensarlo un poco Philza concluyó que lo mejor para los tres sería vivir juntos, así Chayanne siempre tendría un padre que pudiera vigilarlo y si algo sucedía podrían reaccionar de inmediato.
—¿Entonces vives en la muralla?
Philza asintió mientras lo guiaba y pudo notar que lucia algo nervioso.
—Quería un lugar espacioso y con una linda vista, estoy seguro de que tú y Chayanne lo amarán— sonrió —claro, tendremos que hacer algunas modificaciones a la casa pero nada del otro mundo.
El pequeño en ese momento se había quedado dormido en el hombro de Missa.
—Qué día tan loco, desperté pensando en hacer varias cosas menos en que regresaría con un hijo— soltó una risa.
—Y un esposo— añadió Philza.
Missa casi pierde el equilibrio al escuchar eso y sintió el calor subirsele al rostro.
—¿Estás bien?
—A-ah… s-si…— carraspeó —solo no vi venir eso.
Philza sonrió, le pareció adorable la reacción del esqueleto.
Ahora se encontraban frente a la muralla y tras una rápida explicación de cómo subir por medio de la corriente del agua y las enredaderas tomó a Chayanne y dejó que Missa subiera primero, tardó un poco, pero lo había hecho bien para ser su primer intento. Estando los tres arriba es que dieron inicio de forma oficial a su vida como familia.
—Chayanne dormirá aquí por ahora, la puerta está asegurada con contraseña así que nadie mas que nosotros podrá entrar— explicó señalando la cama individual —tengo comida guardada en los cofres y podemos turnarnos los días para hacer las misiones ¿te parece, compañero?
—Perfecto, y gracias por dejarme estar aquí, no era necesario.
—¿De qué hablas? somos una familia, este ya es tu hogar también— respondió sereno —estamos juntos en esto.
"Familia", a Missa aún le resultaba surreal que en serio tuviera eso, casi toda su existencia había estado solo y las pocas veces que otras personas lo tomaron en su protección no terminaba precisamente bien. Aún así no quería amargar el momento con los recuerdos de sus desgracias pasadas y trató de enfocarse solo en lo positivo.
Chayanne estaba comiendo algo antes de irse a dormir, luego del pequeño susto donde corrió hasta el borde de la muralla y explicarle que no debía de hacer eso de nuevo ahora Missa se encontraba afinando su guitarra para hacer la primera misión del día sobre cantarle a su hijo algo para dormir. No iba a mentir, estaba algo nervioso de tocar frente a ellos pero tampoco quería decepcionarlos, quería demostrar que se tomaba su nuevo papel como padre muy en serio.
Bendita fuera su habilidad de improvisación, a su pequeño público pareció agradarles su pequeña demostración musical en especial a su hijo que en todo el rato que cantó estuvo saltando en la cama y aplaudiendo, dios, no tenía ni un día completo con él y ya lo adoraba, tan lleno de energía, feliz y mostrando que sería muy unido a ambos padres.
—Muy bien amiguito, hora de dormir— habló Philza arropando al pequeño —mañana haremos mas cosas, descansa.
No pasó mucho para que Chayanne se durmiera, quizás la breve actividad física de minutos atrás fue suficiente para agotarlo. Cuando regresó su atención a Missa notó que lucía inquieto ¿ahora que había sucedido?
—Emm… Phil— habló en voz baja —creo que dormiré en otro lado.
El cuervo no entendió a qué venía eso, le había dicho que podían quedarse juntos.
—Tonterías, ya hice espacio para ti.
Missa vio hacia las dos camas y solo sintió su corazón latir más rápido al notar que estaban juntas, pero a juzgar por la respuesta relajada asumió que entonces Phil estaba de acuerdo con el acomodo y honestamente no sabía cómo reaccionar. No es que antes no hubiera dormido cerca de otros hombres, pero el contexto era abismalmente diferente, aquí no era por algo de supervivencia o gente que directamente le trataba como un hermano, no, aquí definitivamente no era así.
Con algo de timidez se recostó del lado izquierdo asegurándose con excesivo cuidado de no tomar ni un milímetro del espacio de Philza incluso pegándose a la pared para mejores resultados, al diablo la comodidad, solo no quería tomar más de lo necesario.
—Ok… ya tomé mi lugar— hizo una pausa pensando en sus próximas palabras —¿ya vendrás a dormir también, querido?
Philza no pudo evitar reír, aunque ahora era por nervios, y asintió. Esto también era nuevo para él.
Al igual que su compañero también trató de quedarse en su sección, en su caso se aseguró de que sus alas lastimadas no fueran a molestarle, hubo silencio por un rato, ninguno sentía nada de sueño.
—¿…Phil, estás despierto?— finalmente Missa se atrevió a hablar.
—¿Sucede algo?
—No, solo pensaba… ¿no te parece curioso como terminamos juntos? es decir, el simple hecho de que dos seres vinculados a la muerte estén en un mismo espacio ya es inusual por sí mismo.
—Supongo que así estaba destinado a ser— dijo viéndolo por el rabillo del ojo.
—Sí, quizás… parece que el día del tren fue como una premonición, quiero decir, ¿de cuánto podían ser las posibilidades de que se repitiera?— una sonrisa se esbozó en sus labios —y me alegra que hayas sido tú. Seremos una gran familia, estoy seguro.
—Así será, te doy mi palabra— respondió sonriendo de igual manera.
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Querida yo...
Aunque nunca hayas fracasado y sientas que eso es un motivo para morirse, no es así. Detrás de cada fracaso, hay un mundo nuevo por descubrír y por aprender ya que no solamente es un error, si no que es una nueva experiencia la cual nos deja muchas enseñanzas para seguir luchando por nuestras metas y sueños.
Ten compasión de ti, has luchado mucho para llegar hasta aquí, has sido fuerte, perseverante y valiente. Has lidiado con la muerte de tus seres más cercanos y queridos, has sido testigo de un suicidio de un familiar sumamente querido para ti, además de conflictos familiares que te han tumbado, y sin embargo sigues aquí cada vez más fuerte, más sana, más madura, y más imperfecta
Te esfuerzas cada día por cumplir tus sueños y eso es extremadamente valioso, has corrido, llorado, sobrepensado, y sudado cada uno de tus logros que aunque sean pequeños, no dejan de ser importantes.
Aprende a confiar más en ti, en tu potencial y poder, porque sabemos que si lo tienes, solo te falta un empujoncito y listo. Deja de ser tan perfeccionista, porque te hace daño, empieza a creer que nada es perfecto y que la vida está muy alejada de serlo.
Cosecha el hábito de la paciencia, la calma y la cordura, porque es necesario para continuar en este rudo camino que has escogido.
Deja de sobrepensar las cosas, y quítate de tu hombro el trago amargo del "que dirán" "que pensaran" ya que no te aportan absolutamente nada a tu vida, y pese a que fracases o no, todo seguirá siendo igual y eso no te hará ni más ni menos persona.
Entiende que cada cosa debe ir en su lugar, que todo tiene su tiempo, y espacio, y va a suceder en el momento perfecto. El destino no se adelanta pero tampoco se atrasa, lleva su paso y es imposible controlarlo.
Baja la guardia, tu carrera no es el centro de tu vida, y aunque es tu sueño, no vale la pena enfermarse, torturarse, y deprimirse en el camino. Al contrario, debes disfrutarla, amarla con todos sus altibajos y por sobretodas las cosas, valorar el proceso...
Se que tú puedes, que tu futuro es brillante y exitoso, y el hecho que tengas piedritas en el camino, no significa que no lo vas a lograr, más bien te hace más fuerte y más humana.
Te amo, te amo con todo mi corazón, y te amo tanto que a veces te hago sufrir sin motivo importante alguno, a veces permito cosas de las demás personas que no debo permitir y eso me hiere, pero sin embargo me levanto y sigo aquí.
Querida yo, te valoro, te comprendo y te amo, y voy a hacer mi mejor esfuerzo para ser la mejor para mi misma...
Emevedea
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Esta noche no hay más tregua...
Esta noche se harán realidad nuestras fantasías. Esta noche SEDÚCEME . Despierta esa loba hambrienta que habita en ti y haz un derroche de lujuria en esta alcoba, no seas la niña tímida que juegas ser, vive esta noche y SEDÚCEME. Araña y marca mi espalda como tu territorio, sangra mis labios con pasionales mordiscos mientras tu cara lasciva me indica que aún falta más, átame a tus más oscuros deseos y hazme llegar al climax del placer, por favor SEDÚCEME. Muéstrame desde el sofá tu cuerpo desnudo, húmedo y ansioso de ser poseído mientras atado estoy a tu lecho inmóvil y deseoso de beber esa miel de ti, provoca al máximo mi libido, vas, por buen camino sigue así. Tapa mis ojos y sube por mi cuerpo acaricia, muerde y besa lo que quieras de mí, desciende despacio en mi para unir nuestros deseos y baja a tu ritmo, a tu merced estoy atado haz de
mi tu esclavo Cuando nuestros orgasmos exploten juntos, y la humedad llegue y moje nuestra piel, encantado quédare de mi loba, esa loba hambrienta que viste de niña su piel, seducido ante tal resultado con un beso tierno en tus labios te agradeceré. Y empezaremos otro vez con nuestro juego ahora en sentido contrario, ahora me toca ser quien tome el mando y a mi ama, en mi sumisa convertiré....
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