#Cuando vuelvas tarde
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alma-brigida · 2 years ago
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silvertice · 10 days ago
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You Idiot.
[halloween especial]
Eddie Alden x fem!reader
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Summary: Ella ha estado enamorada de su compañero de cuarto durante años, pero con cada desprecio, su paciencia se agota. Una fiesta de Halloween ofrece la oportunidad perfecta para intentar seguir adelante, pero él no está dispuesto a dejarla ir tan fácilmente. Entre disfraces y juegos, la tensión se transforma en algo más.
Category: Slow Burn Romance, Friends to Lovers, Halloween Vibes, 2000s, Jealousy, Emotional Turmoil, Unrequited Love, Misunderstandings {TW: Light Humor, Emotional Moments, Friendship Dynamics, Flirting}
...
Me miro en el espejo, terminando de ajustar los últimos detalles de mi disfraz. No puedo negar que esta noche me veo increíble; algo en la luz tenue del cuarto, el maquillaje, el disfraz... todo parece estar en su lugar. Incluso mi confianza, que siempre tambalea cuando estoy cerca de él, parece haberse reforzado esta vez.
Eddie aparece detrás de mí, preparándose en su estilo despreocupado de siempre. Su disfraz le queda sorprendentemente bien, resaltando justo lo suficiente para que todas en la fiesta se den cuenta de su presencia. No es nada nuevo, claro; Eddie siempre ha sido de los que dominan la atención sin siquiera intentarlo. Me atrevo a lanzar un cumplido, un comentario ligero, esperando quizá un gesto que me demuestre algo más. “Vas a dejar a muchas chicas suspirando esta noche, ¿eh?” le digo, medio en broma y medio esperando algo más.
Él solo sonríe de esa forma suya, como si nada le importara demasiado, y responde con algún comentario casual. Una broma, un guiño, todo lo que dice sin comprometerse nunca. Siento el orgullo revolverse en mi interior; no puedo dejar que esta sensación se repita más. Y entonces se me ocurre una idea. Lo miro de reojo, y con una sonrisa casi indiferente, suelto: “Bueno, probablemente yo no vuelva esta noche... Un amigo me va a pasar a buscar más tarde, por si quieres traer alguien esta noche.”
La reacción de Eddie es casi imperceptible, apenas un pequeño cambio en su expresión que trato de no leer demasiado, pero está ahí. Y aunque mantengo la mirada en el espejo, noto que su postura se tensa un poco. Por un segundo, me permito disfrutar del poder de haberle dado una pizca de su propia medicina.
De repente, Eddie se inclina hacia mí, tan cerca que casi siento su respiración en mi cuello. Sus manos encuentran mi cintura con la familiaridad de quien sabe exactamente cómo afectarme, incluso sin proponérselo. Su toque es suave, apenas una presión en la piel que me quema de una forma que odio admitir.
Me mira a través del espejo con una sonrisa que tiene algo de desafío y algo de burla. “¿De verdad vas a dejar que otro te lleve esta noche?” Su tono es ligero, como si la pregunta fuera inofensiva, pero sus dedos se ajustan un poco más en mi cintura, manteniéndome firmemente en mi lugar. La tensión entre nosotros es palpable, como si ese simple contacto fuera suficiente para que todo mi plan de olvidarlo se tambaleara.
Mis manos se tensan en el borde del tocador, y me obligo a no mirarlo directamente, a mantener la mirada en mi reflejo. No voy a ceder tan fácil… o al menos, eso me repito en la cabeza mientras intento ignorar el torrente de emociones que él desata en mí con tan solo un roce.
Pero él, como siempre, parece saberlo. Su sonrisa se ensancha, y con esa confianza arrolladora de quien siempre obtiene lo que quiere, añade en voz baja: “¿Por qué buscar en otro lado cuando sabes que aquí tienes todo lo que quieres?”
Siento cómo algo se rompe y algo se despierta dentro de mí al mismo tiempo. Maldigo internamente, odiando la forma en que tiene de hacerme replantear todo. Justo cuando creo que puedo seguir adelante, aparece con esa actitud suya que me hace dudar, que me recuerda por qué me enamoré de él en primer lugar.
“Estúpido Eddie…” murmuro para mí misma, aunque no sé si intento convencérmelo a mí o a él.
Suspiro, tratando de mantener la compostura, y retoco mi labial en el espejo, aprovechando cada segundo para calmarme. Él sigue ahí, observándome como si disfrutara de cada una de mis reacciones. Cuando finalmente termino, me doy la vuelta para verlo y sacudo la cabeza, reprimiendo una sonrisa.
“¿De verdad no había otro disfraz?” le digo, cruzándome de brazos. Lo miro de arriba abajo, notando cómo su disfraz es una versión bastante similar al mío, pero con esos detalles que sólo él podría agregar para hacerlo único… y provocativo.
Él se encoge de hombros con una sonrisa burlona. “¿Qué? Pensé que haríamos buena pareja vampiresca.”
Ruedo los ojos y le doy un ligero empujón en el pecho. “No necesitamos ir a juego.”
Pero por dentro, esa parte de mí que todavía alberga algo de esperanza se pregunta si realmente eligió ese disfraz por casualidad o si, en algún rincón de su mente, quiso hacerme saber que le importa un poco más de lo que está dispuesto a admitir.
Eddie suelta una risa suave y se inclina hacia mí otra vez, con esa cercanía que hace que cada célula de mi cuerpo se ponga en alerta. “No podía dejar que te divirtieras sola, ¿verdad?”
Y ahí está otra vez, haciendo que una chispa de ilusión crezca dentro de mí, aunque sé que no debería. Me muerdo el labio y niego con la cabeza, porque a estas alturas, no puedo dejar que vuelva a quebrar mi orgullo… no de nuevo.
Finalmente, salimos del departamento que compartíamos, y la brisa fresca de la noche de Halloween me envolvió al instante. Eddie seguía haciendo comentarios juguetones mientras caminábamos hacia el auto. Una vez dentro, me acomodé en el asiento del pasajero, pero no podía dejar de pensar en lo que había estado sintiendo últimamente.
Mientras él encendía el motor, miré mi teléfono y vi un mensaje de mi amigo que decía que vendría a la fiesta mas tarde y que nos podiamos encontrar allí. Una mezcla de emoción y nervios me invadió. “Parece que esta noche podría ser más interesante de lo que esperaba,” murmuré para mí misma, pero Eddie lo escuchó.
Sin darme cuenta, él frenó de golpe, y el movimiento me hizo inclinarme hacia adelante, golpeando el cinturón de seguridad. “¿Qué carajos te pasa, Eddie?” le reclamé, irritada y sorprendida.
“Oh, nada, solo asegurándome de que no vayas a volar por la ventana si alguien decide buscarte un poco antes de tiempo,” respondió con una sonrisa que no ocultaba un toque de celos.
Lo miré, confundida. “¿Qué quieres decir con eso?” pregunté, sintiendo una chispa de tensión en el aire. Pero el no respondió.
La incomodidad se instaló entre nosotros mientras me debatía entre sentirme frustrada por sus comentarios y emocionada por la forma en que, incluso en su tono casual, dejaba entrever lo que realmente sentía.
Mientras continuábamos conduciendo, me resultaba cada vez más difícil entender qué le pasaba a Eddie esa noche. Estaba demasiado juguetón con sus comentarios, como si disfrutara de picarme. Aquella mezcla de humor y celos era nueva, y no podía evitar pensar que había algo más detrás de sus palabras.
“¿Por qué estás tan…?” empecé a decir, pero decidí callar. No quería profundizar en eso. La última cosa que necesitaba era complicar más nuestras dinámicas. Me obligué a sacar esos pensamientos de mi mente y concentrarme en la noche que tenía por delante.
“Solo relájate y disfruta, estamos a punto de ir a una fiesta, ¿recuerdas?” murmuré para mí misma, intentando hacer que la emoción del momento opacara cualquier otra inquietud. Había pasado demasiado tiempo deseando que Eddie me prestara atención, y ahora que lo hacía, no sabía cómo manejarlo.
Finalmente, llegamos al lugar de la fiesta, y la música ya resonaba en el aire. Abrí la puerta del auto y respiré hondo, tratando de despejar mi mente. “Vamos, no podemos llegar tarde,” le dije, forzando una sonrisa mientras bajaba del coche, decidida a disfrutar de la noche y dejar atrás cualquier confusión.
La fiesta era un caos encantador. La casa de dos pisos estaba completamente decorada para Halloween: telarañas falsas colgaban de las esquinas, calabazas iluminadas adornaban cada mesita y luces parpadeantes creaban una atmósfera espeluznante pero festiva. La música retumbaba en las paredes mientras la multitud se movía al ritmo de la canción, todos disfrutando de la noche disfrazados de criaturas de la noche y personajes de películas.
Me perdí en el mar de gente, saludando a amigos y conocidos. La noche era justo lo que necesitaba: risas, bailes y un momento para olvidarme de las complejidades. Disfruté de la libertad de dejarme llevar, riendo con amigas y compartiendo anécdotas sobre los disfraces que llevábamos. Pero a pesar de la diversión, había una parte de mí que no podía evitar buscarlo en la multitud.
Era difícil no notarlo. Eddie, con su disfraz de vampiro, se movía con una confianza que atraía las miradas de todos. Cada vez que pasaba cerca, una energía palpable me envolvía. Había algo en su forma de actuar que todavia me hacía dudar.
Más tarde, mientras estaba en la sala, rodeada de amigos, vi a un chico que se acercaba a mí. Era el que había mencionado antes, aquel que iba a pasar a buscarme. Tenía una sonrisa encantadora y una mirada que me hizo sentir emocionada. “¡Hey! Te estaba buscando,” dijo, acercándose y ofreciéndome su mano.
“¡Hola! Perdona, estaba en medio de la fiesta,” respondí, sintiendo que mi corazón se aceleraba un poco al verlo. La química entre nosotros era evidente, y me sentí aliviada al darme cuenta de que él también estaba disfrutando de la noche.
El chico comenzó a hablarme sobre lo que había hecho en la fiesta, y mientras intercambiábamos risas, sentí que Eddie me observaba desde un rincón de la sala. Era una sensación extraña, como si ambos estuviéramos conectados a pesar de la distancia. Sin embargo, decidí concentrarme en el momento y disfrutar de la compañía del chico.
Nos movimos por la fiesta, bailando y riendo.
Mientras charlábamos y reíamos, el chico me sonrió con una expresión cómplice. “¿Te gustaría ir a la cocina a buscar un trago? Escuché que tienen un ponche de Halloween que está increíble,” sugirió, su tono era casual pero atractivo.
“Claro, suena bien,” respondí, sintiendo una chispa de emoción al saber que tendríamos un momento a solas. Me dejé llevar por la idea de disfrutar de la noche y la compañía del chico, dejando de lado mis pensamientos.
Nos dirigimos hacia la cocina, donde la música sonaba más tenue y la iluminación era un poco más cálida. El ambiente era perfecto, y el aroma de las bebidas mezcladas flotaba en el aire. Él se movió hacia la mesa de la cocina, sirviendo dos vasos con el ponche.
“Aquí tienes,” dijo mientras me pasaba uno, sus dedos rozando los míos. El contacto me hizo sonreír, y por un instante, me sentí liviana y despreocupada.
Empezamos a charlar más relajados, compartiendo historias sobre los disfraces que habíamos elegido para la noche. “Me encanta tu disfraz de vampiro.” comentó, mirándome con una sonrisa genuina que hizo que me sintiera bien.
“Gracias, pero creo que tú te ves bastante bien también,” respondí, riendo mientras lo miraba a los ojos. Estaba empezando a olvidarme del caos emocional que había traído a la fiesta, y la química entre nosotros era evidente.
Mientras tomábamos un trago, el chico hizo un gesto hacia el jardín. “¿Te gustaría salir a ver la decoración afuera? Escuché que hay una fogata,” sugirió, y sin pensarlo mucho, asentí.
“si, claro.” exclamé, emocionada por la idea. Quería disfrutar de la noche y dejar que el momento me llevara, al menos por un tiempo.
Salimos juntos al jardín, riendo y disfrutando de la brisa fresca. A lo lejos, la fogata iluminaba el área y creaba un ambiente acogedor. Me sentía libre, y por un momento, olvidé todo sobre Eddie y las complicaciones que solía traer.
Mientras disfrutábamos del aire fresco y reíamos, compartiendo historias sobre nuestras aventuras pasadas, la atmósfera se sentía cada vez más relajada y divertida. La fogata chisporroteaba suavemente, y el calor del fuego contrastaba con la brisa de la noche.
“No puedo creer que viniste a esta fiesta,” dije entre risas, mientras él me contaba sobre una experiencia cómica que había tenido en otra fiesta de Halloween. Su risa era contagiosa, y me encontraba cada vez más cómoda en su compañía.
Justo cuando me preparaba para decir algo más, un grupo de chicos pasaron junto a nosotros, riendo y bromeando. Uno de ellos, evidentemente borracho, perdió el equilibrio y me empujó accidentalmente. “¡Hey!” exclamé, pero antes de que pudiera caer, el chico a mi lado me agarró de la cintura con firmeza, manteniéndome en pie.
Nos encontramos cara a cara, el espacio entre nosotros se redujo drásticamente. Su aliento era cálido y su mirada, intensa. Aquel breve momento me hizo sentir una conexión inesperada, pero decidí mantenerme enfocada en la diversión de la noche.
“Cuidado,” dijo él, una sonrisa juguetona asomando en sus labios, “no quiero que te caigas por culpa de estos locos.”
Reí, tratando de disimular la chispa de tensión que había surgido. “No te preocupes, creo que tengo un buen equilibrio,” respondí, alejándome un poco, aunque su mano aún permanecía en mi cintura.
“¿Quieres salir de aquí? La gente se está poniendo un poco densa,” sugirió él, lanzando una mirada hacia el grupo cercano que comenzaba a reírse más ruidosamente y a acercarse al borde de lo molesto. “Podríamos encontrar un lugar más tranquilo.”
Un alivio recorrió mi cuerpo al escuchar su propuesta. “Sí, eso suena bien,” respondí, y antes de que me diera cuenta, él tomó mi mano y comenzamos a abrirnos camino a través de la multitud.
La música resonaba a nuestro alrededor mientras la gente reía y bailaba. Pero había algo en su presencia que hacía que me sintiera más segura. La idea de intentar algo nuevo me llenaba de emoción.
Sin embargo, justo cuando estábamos a punto de salir, noté una figura familiar en el centro de la sala. Eddie, medio borracho, había levantado la vista y nos estaba mirando con una expresión que no podía descifrar. Su mirada pasó de la diversión a una mezcla de sorpresa y algo más, y en un instante, se acercó rápidamente.
“Ey, ey, ey ¿A dónde crees que vas?” preguntó Eddie, tomando mi brazo con firmeza y deteniéndome en seco. La intensidad en su mirada me hizo detenerme, y sentí un pequeño tirón en mi estómago. “¿No te quedas un rato más?”
El chico a mi lado me soltó, confundido, mientras yo intentaba procesar lo que estaba sucediendo mientras soltaba una risa nerviosa. “Solo íbamos a buscar un lugar más tranquilo,” respondí, tratando de sonar despreocupada, aunque mi corazón latía con fuerza.
Eddie me miró de nuevo, esta vez con una mezcla de celos y preocupación. “¿Por qué no me dijiste que te ibas con él?” su tono era un poco más intenso de lo que esperaba, y podía sentir la tensión en el aire.
“Si te dije que me iba con el, pero estás tan borracho que no te acuerda, solo... vete a casa, Eddie,” le dije, sintiendo que la situación se complicaba cada vez más.
El chico, aún a mi lado, parecía no saber qué hacer con la situación. Eddie, con su agarre en mi brazo, no me dejaba mover. La multitud seguía bailando a nuestro alrededor, pero en ese momento, solo había espacio para nosotros tres.
“No, estoy bien” respondió él, su tono firme aunque un poco tambaleante. “Solo quédate un rato más. No tienes que irte con él.”
El chico a mi lado, confundido por la tensión, miraba de uno a otro sin saber qué hacer. “¿Todo bien aquí?” preguntó, tratando de romper el hielo.
“Sí, todo bien,” respondí rápidamente, sintiendo la incomodidad en el aire. Pero la mirada de Eddie no se apartaba de mí, llena de frustración y algo más profundo que no podía descifrar.
“Vamos, solo un rato más,” insistió Eddie, dando un paso más cerca, ignorando al chico que estaba a mi lado. “No estoy tan borracho, ¿verdad?” trató de hacer una broma, pero su risa sonó más nerviosa que divertida.
“No sé, Eddie,” dije, sintiendo que cada palabra se volvía más difícil de pronunciar. “Quizás deberías pensarlo. De verdad, vete a casa.”
El chico se rascó la nuca, claramente sin saber cómo ayudar. “No quiero interrumpir…” dijo, mirando de reojo entre los dos.
“No es eso, solo… solo estoy tratando de aclarar las cosas,” respondí, intentando evitar el caos que estaba surgiendo.
Eddie se cruzó de brazos, la frustración visible en su rostro. “No quiero que te vayas, eso es todo. ¿Por qué no podemos quedarnos un rato más y disfrutar de la noche?”
La tensión creció, y la mezcla de emociones en el aire era casi palpable. Era como si Eddie intentara aferrarse a algo que ya estaba escapándose de su alcance.
Pero antes de que pudiera dar un paso más, sus pies tropezaron con el suelo y se desplomó, cayendo de espaldas. El golpe resonó en el suelo de la casa, y la gente a nuestro alrededor se giró, algunos riéndose y otros mirándolo con preocupación.
“¡Eddie!” grité, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación. Me agaché a su lado mientras algunos amigos se acercaban para ayudarlo. “Dios mio. No puedo creerlo, ¡eres un idiota!” lo maldije entre dientes, sintiendo que la rabia crecía dentro de mí.
El chico a mi lado miraba la escena con sorpresa. “¿Está bien?” preguntó, tratando de contener la risa.
“Claro, solo es un borracho que no sabe cuándo parar,” respondí, sintiendo que mi corazón latía con fuerza. La situación que había intentado evitar se tornaba más complicada de lo que había imaginado.
Mientras ayudaba a Eddie a incorporarse, no podía evitar pensar en lo absurdo de todo esto. ¿Cómo podía seguir sintiendo algo por alguien tan imprudente?
El chico se acercó, preocupado por Eddie. “Déjame ayudarlo. Puedo llevarlo a casa,” ofreció, mirando de reojo a Eddie, que seguía tambaleándose.
“Sí, por favor. Eso sería genial,” respondí, sintiendo que esta era la mejor solución en medio del caos. No tenía ganas de lidiar con sus tonterías ni un segundo más.
Eddie murmuró algo incomprensible, pero el chico lo rodeó con un brazo por sus hombros, guiándolo hacia la salida. A medida que caminábamos hacia el auto, el aire fresco de la noche me despejó un poco la mente. Sabía que no podía dejar que Eddie arruinara mi noche.
Cuando llegamos al departamento, el chico y yo ayudamos a Eddie a entrar. Él se dejó caer en el sillón, y aunque trataba de mantenerse consciente, sus ojos se cerraron lentamente.
“Te dije que no debías beber tanto,” le dije, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación mientras me aseguraba de que estuviera cómodo.
El chico me miró después de acomodar a Eddie en el sillón. “¿Te llevo a casa o quieres quedarte un rato más?” preguntó, con una sonrisa amistosa.
“Vivo con él,” respondí, señalando a Eddie, lo que hizo que la atmósfera se tornara un poco incómoda. “Así que tecnicamente estoy en casa.”
“Oh, claro...,” dijo el chico, su sonrisa desvaneciéndose un poco. “No sabía que eran compañeros de cuarto. Es... un poco raro.”
Me encogí de hombros, intentando mantener la conversación ligera. “Sí, bueno, es mas barato pagar la renta.” Sentí que tenía que defender la situación, pero la incomodidad entre nosotros se hacía palpable, dibujando una sonrisa algo nerviosa.
La atmósfera se tornó tensa tras el comentario del chico. “Es... un poco raro,” repitió, mirando a Eddie como si esperara alguna reacción. Yo me sentía atrapada entre querer aclarar las cosas y el deseo de salir de esa incomodidad.
“No es tan raro, solo es un compañero de cuarto,” dije, tratando de restarle importancia. “No pasa nada entre nosotros.”
Él me observó, y pude ver la duda en su mirada. “Ya, claro... pero, ¿no es un poco complicado vivir con alguien así?” cuestionó, frunciendo el ceño.
“Complicado o no, es...simplemente Eddie” respondí, un poco más defensiva de lo que pretendía. La frustración comenzaba a aflorar en mí, y podía sentir que las cosas no se estaban desarrollando como esperaba.
Finalmente, el chico dio un paso atrás, alzando las manos en señal de rendición. “Está bien, no quiero hacerte sentir incómoda,” dijo con un susurro. “Quizás debería irme.”
“No, no es eso,” intenté tranquilizarlo, pero era demasiado tarde. Él dio un paso atrás, murmurando algo sobre que era mejor dejar las cosas así.
“Está bien. Cuídate,” dijo antes de alejarse, dejándome sola en el departamento con Eddie.
Suspiré, sintiéndome frustrada y decepcionada. Había querido que la noche fuera diferente, pero aquí estaba, de nuevo lidiando con los efectos del alcohol en Eddie y la incomodidad que había creado. Me quedé mirando a Eddie en el sillón, preguntándome si alguna vez entendería lo que realmente quería.
Eddie se movió en el sillón y, como si despertara de un profundo letargo, se incorporó con una expresión clara en el rostro. “Era un completo idiota,” murmuró, frotándose los ojos. “Menos mal que no te fuiste con ese tipo.”
Mi indignación creció al escuchar su tono tan lucido. “No me jodas ¿Así que todo esto era un juego para ti?” respondí, cruzando los brazos con fuerza. “¿Estabas fingiendo estar borracho?”
Él se echó a reír, como si fuera la cosa más graciosa del mundo. “Vamos, no es tan grave. Solo estaba probando tus límites.”
La rabia se apoderó de mí. No podía creer lo infantil que era su actitud. “No es una broma, Eddie. No tienes idea de lo que siento, y te comportas como un tonto. ¿Por qué siempre tienes que jugar así?” Mi voz se quebró ligeramente mientras hablaba, la frustración acumulándose en mis palabras.
Eddie se detuvo, su risa se desvaneció. Se acercó un poco más, su expresión cambió a una de seriedad. “Espera... ¿qué quieres decir?” Su mirada se volvió intensa, como si realmente comenzara a entender la profundidad de mis palabras.
“No sé por qué siempre tengo que estar aquí rogando que te des cuenta de lo que hay entre nosotros,” seguí, sintiéndome vulnerable pero decidida. “Es como si no pudieras tomarte nada en serio. Eres tan estúpido a veces.”
Su rostro se suavizó, y la broma que había querido lanzar se desvaneció. Sentí el aire cargado entre nosotros, la tensión palpable. Estaba claro que ambos habíamos llegado a un punto crítico. La pregunta ahora era si estaríamos dispuestos a dar el paso hacia lo que realmente queríamos.
Sentí que las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos mientras la frustración y el dolor se desbordaban. Me dejé caer en el sillón, sintiéndome atrapada entre la ira y la tristeza. “Siempre he estado aquí, Eddie. Siempre. Pero parece que nunca te das cuenta de lo que siento, simplemente lo ignoras y te comportas como un verdadero imbecil. He estado tratando de ser fuerte, de hacer como si no me doliera, pero no puedo más,” solté, mi voz temblando mientras hablaba.
“Me esfuerzo por seguir adelante, por no esperar nada de ti, pero siempre termino esperando, deseando que alguna vez reconozcas lo que hay entre nosotros. Me haces sentir como si estuviera persiguiendo sombras, como si mis sentimientos no importaran en absoluto.” Las palabras se deslizaban fuera de mí, un torrente de emociones que no podía controlar.
“Siempre eres el primero en divertirte, el que se ríe y juega. Siempre es ‘solo una noche’ o ‘solo diversión’ para ti, pero yo no puedo seguir pretendiendo que eso no me afecta. Quiero más que eso, y es tan frustrante porque sé que tú sientes algo, pero no lo admites. ¿Por qué no puedes simplemente ser sincero conmigo?” Mis ojos se llenaron de lágrimas, y sentí cómo una de ellas se deslizaba por mi mejilla.
Eddie se quedó en silencio, su mirada fija en mí, tratando de absorber cada palabra. Se acercó, y aunque la distancia entre nosotros era corta, me sentía más vulnerable que nunca. “No sabía que te sentías así,” dijo, su voz apenas un susurro.
“Claro, como si no fuera obvio, Ed. Pero estoy cansada. Estoy cansada de estar aquí, esperando que te des cuenta de que soy más que una amiga para ti.” La presión en mi pecho era abrumadora, y la realidad de mis sentimientos se hacía más clara.
“No quiero ser solo una opción para ti.” terminé, sintiéndome expuesta y al borde de las lágrimas. La combinación de la tristeza y la rabia me envolvió, y lo último que quería era que mis sentimientos lo asustaran o lo alejaran aún más.
Eddie se inclinó hacia mí, su expresión cambiando a una de sinceridad profunda. “Yo lo siento mucho, no quería que te sintieras así.”
Mis lágrimas comenzaron a caer libremente, y mientras los sentía deslizarse por mi rostro, comprendí que tal vez, solo tal vez, esta noche podría cambiar todo.
Se acercó lentamente, como si temiera romper la atmósfera delicada que nos rodeaba. Con cuidado, rodeó mi cintura con sus brazos, atrayéndome hacia él. Sentí el calor de su cuerpo, una sensación de protección que me reconfortó en medio de mi tormenta emocional. El silencio se alargó entre nosotros, un espacio en el que mis sollozos comenzaron a calmarse poco a poco, mientras él simplemente me sostenía.
Finalmente, rompió el silencio con su voz suave. “Lo siento de verdad,” dijo, su mirada profunda y sincera. “A veces soy un completo idiota, y no sé cómo reaccionar ante lo que siento. Pero no quiero que pienses que no me importas. Es justo lo contrario.”
Me miró fijamente a los ojos, y en su expresión había una mezcla de juguetonería y seriedad. “La verdad es que tengo miedo, ¿sabes? Miedo de que algo salga mal, de que nuestras risas se conviertan en lágrimas, de que si me atrevo a dar un paso adelante, no sea capaz de manejarlo. No creo que te merezca, pero quiero que sepas que te quiero con todo mi corazón.”
Mientras hablaba, acarició mi rostro con las yemas de sus dedos, secando mis lágrimas con un gesto tierno. Su toque era suave, casi reverente, y sentí cómo la calidez de su cariño comenzaba a calmar mi angustia.
“Lamento ser tan complicado y no saber cómo hacer las cosas bien,” continuó, su voz ahora llena de sinceridad. “No sé cómo manejar lo que siento, pero lo que más deseo es que no me pierdas. No quiero que te vayas.”
Las palabras de Eddie me envolvieron como un manto cálido, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que tal vez, solo tal vez, estaba en el camino correcto.
“Ed…” susurré, tratando de procesar todo lo que me estaba diciendo. Su cercanía me llenaba de esperanza, y aunque sabía que había un largo camino por recorrer, su sinceridad me hizo creer que tal vez podríamos enfrentarlo junto
Eddie me abrazó con más fuerza, y, de repente, me sentí vulnerable, atrapada entre sus brazos y el sillón. Antes de que pudiera reaccionar, me tumbó, quedando él encima de mí, mirándome con una sinceridad que me desarmaba. Los latidos de mi corazón resonaban en mis oídos mientras lo observaba, buscando en su mirada alguna pista de lo que realmente sentía.
“Shh,” dijo suavemente, acercándose más. Su rostro estaba tan cerca que podía sentir su aliento cálido sobre mi piel. La luz tenue del departamento jugaba con las sombras, acentuando la intensidad de su mirada. Era un momento tan íntimo que casi podía olvidar lo que había pasado antes, las risas, los celos y la confusión.
“Solo escúchame,” continuó, y sentí que se me aceleraba la respiración. Cada palabra suya era un hilo que tejía un nuevo camino entre nosotros, un camino que temía recorrer, pero que a la vez deseaba con todas mis fuerzas.
Lo miré a los ojos, buscando respuestas. Era difícil ignorar el calor que emanaba de su cuerpo, la forma en que su mirada se posaba en mí como si estuviera intentando grabar cada detalle. “Eddie, ¿qué estás haciendo?” pregunté, mi voz temblorosa.
“No quiero perderte,” dijo, y esas palabras resonaron en mí como un eco. “Sé que he sido un idiota, pero, ¿podríamos intentar ser algo más que amigos esta vez?”
Su sinceridad me golpeó.
“No lo sé, Eddie,” respondí, sintiendo las lágrimas amenazando con escapar nuevamente. “Siempre estás en la cuerda floja entre el chico que me gusta y el que parece no importarle nada.” Mi voz se quebró, y, en un momento de vulnerabilidad, dejé caer mi guardia.
Eddie se acercó un poco más, sus ojos fijos en mí, como si cada palabra que decía contara. “No quiero que te vayas con el primero que se cruce en tu camino solo para olvidarme, y sé que esto es raro, vestidos de vampiros y todo, se que tarde un poco en darme cuenta pero...” bromeó, tratando de aligerar el ambiente, y por un momento, me hizo sonreír a pesar de la tensión.
Era una locura lo que estaba pasando, pero, mientras lo miraba, sabía que había algo real entre nosotros, algo que merecía ser explorado.
Nos miramos en silencio, el mundo exterior desvaneciéndose mientras nuestras miradas se entrelazaban. Era como si el tiempo se detuviera, cada segundo estirándose hasta el infinito, lleno de significado. La habitación se llenó de una energía palpable, y pude sentir el latido de mi corazón resonando en mi pecho.
Eddie, aún inclinado sobre mí, mantuvo su mirada fija en la mía. Sus ojos, llenos de sinceridad, parecían decirme todo lo que nunca había podido expresar. Sentí cómo la distancia entre nosotros se acortaba, un imán invisible atrayéndonos el uno hacia el otro. Era un momento cargado de promesas y posibilidades, de todo lo que podríamos ser.
Finalmente, sus labios se acercaron a los míos, lentos y deliberados, como si temiera que cualquier movimiento brusco pudiera romper el hechizo. Cerré los ojos, sintiendo su aliento cálido acariciar mi piel, y me dejé llevar por la magia del momento. Cuando nuestros labios se encontraron, fue como si todo cobrara vida de nuevo.
El beso fue honesto, lleno de la vulnerabilidad que ambos compartíamos. Sus labios eran suaves, exploratorios, y había una dulzura en su toque que me hizo sentir segura. Me devolvió todo lo que había sentido por él, y en ese instante, todas mis dudas se desvanecieron. Era solo nosotros, envueltos en un mundo que parecía pertenecer únicamente a nosotros dos.
Eddie inclinó un poco su cabeza, profundizando el beso, y la calidez que se expandía en mi pecho me hizo sentir viva. Era un beso lleno de amor, de esa conexión que había anhelado por tanto tiempo. La tensión que había existido entre nosotros se transformó en un sentimiento reconfortante, como si finalmente hubiéramos encontrado nuestro camino de regreso a casa.
Cuando nos separamos, nuestras frentes se tocaron, y sentí su respiración entrecortada mezclándose con la mía. Los ojos de Eddie estaban brillantes, y por un momento, el mundo exterior volvió a existir, pero esta vez, me sentí lista para enfrentar lo que viniera, porque sabía que, a su lado, podría ser quien realmente era.
“¿Qué hacemos ahora?” murmuré, una sonrisa tímida asomándose en mis labios, sabiendo que había dado el primer paso hacia algo nuevo y emocionante.
“Lo que sea que tú quieras,” respondió él, y en su voz, escuché la promesa de un futuro lleno de posibilidades y juguetón.
Lo miré a los ojos, una mezcla de risa y frustración burbujeando en mi interior. “Eres un idiota,” le dije con una sonrisa. “Podrías ser un gran actor con lo que hiciste para parecer tan borracho.”
Eddie soltó una risa baja, intentando mantener la seriedad. “Siempre he sido bueno para hacer teatro. Pero la verdad solo quería asegurarme de que no te fueras con ese tipo.”
Su sonrisa se amplió, y en ese instante, todo lo que nos había separado pareció desvanecerse. Nos miramos, y él se inclinó hacia mí, robándome un beso suave y tierno. Me reí entre los labios de él. “Eres un idiota,” murmuré, mientras él seguía robándome besos, cada uno lleno de cariño y complicidad.
“Quizás debiera seguir actuando así más a menudo,” bromeó, y ambos estallamos en risas, dejando atrás cualquier duda que nos hubiera atormentado.
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i-am-not-a-super-hero · 7 months ago
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My Candy Love New Gen is finally out!!!!! 🥳🥳🥳🥳 So I went ahead and played the first chapter a bunch of times, here are the answers I chose in case they can be useful to someone else :3 (spanish only since that's my main server)
/neutral +positive -negative
Zahra: Bueno, ¿quieres beber algo, Ysaline?
Un zumo de naranja está bien. /
Como tú, un café será perfecto. /
Sí, me apetece un té, si hay. /
Zahra: …
¡Y también pienso disfrutar de ella! No creo que mi próxima casa tenga piscina… /
¡Y cuando vuelvas ya me habré ido! /
Y me salvas la vida, de verdad. No me quedaré mucho tiempo… /
Zahra: Por cierto, Ysaline, ¿qué esperas de este nuevo comienzo?
(REBELDE) Quiero tomarme la revancha. /
(DULCE) Pues la verdad es que espero que vaya mejor que en EPMC… -Tasha
(ENÉRGICA) ¡Quiero arrasar en mi nuevo trabajo! +Tasha
Zahra: ¡Qué experiencia más terrible! ¡Podría haber hecho que Ysaline se desencantara del amor para siempre!
(REBELDE) Ignoraré los consejos de una adolescente de dieciséis años. -Tasha
(DULCE) No te preocupes por eso, mamá. /
(ENÉRGICA) Lo que tengo muy claro es que el siguiente que intente jugar conmigo va a pasar un mal rato. +Tasha
CONJUNTO: 40 PAS
Archibald: Pero lo que no sabía es que tú también habías decidido venir aquí…
De momento, estoy en casa de mamá. REGALO TAKI
Llevo muy poco tiempo, acabo de llegar… /
Para ser sincera, lo cierto es que no he tenido elección. /
Roy: Y no entiendo cómo es posible que no me haya fijado en ti…
(REBELDE) ¿En serio ese es tu mejor piropo?
(DULCE) No pasa nada, a veces pasa… /
(ENÉRGICA) No te preocupes, a mí también me pasa cuando corro. +
Thomas: …
(REBELDE) ¿Y por eso llegas tarde? /
(ENÉRGICA) Creo que la primera hora ya ha pasado, no deberíamos demorarnos más. -
(DULCE) ¿No te gusta madrugar? A mí, tampoco… +
Thomas: …
(DULCE) Siento que tengas que encargarte de esto… -
(REBELDE) Estoy de acuerdo contigo: el papeleo es un rollo. +
(ENÉRGICA) Es increíble. ¡Me atrevería a decir que no te gusta el papeleo! /
Thomas: Es de buena calidad y estás de frente.
(REBELDE) Vale… Pero es mejor poner en el pase la foto que he traído. -
(ENÉRGICA) En realidad, tiene bastante gracia… ¡Creo que me acostumbraré! +
(DULCE) Bueno… Tal vez podrías haberme preguntado mi opinión antes… /
Thomas: Es una foto tuya, se te reconoce, y estás guapa… ¿no?
En este caso concreto, no, la verdad es que no. /
¿Intentas arreglarlo con un cumplido? /
De verdad, ¿tú crees? /
Thomas: …
Mi madre es rica, pero yo no. /
Así es, mi madre es arquitecta, y es bastante conocida en el sector… /
Preferiría que guardaras tus comentarios para ti… /
Thomas: …
(REBELDE) Déjalo. ¿Puedo dar una vuelta, para conocer la oficina? IMAGEN
(ENÉRGICA) ¡Esperaba que al menos me presentaras a todo el mundo!
(DULCE) Quizá podrías enseñarme un poco la oficina… /
Thomas: ¿Qué te apetece?
Nada, estoy bien, gracias…
¿Qué te apetece a ti? /
Déjame mirar a ver qué hay… IMAGEN
Thomas: …
Un zumo de tomate. Es estimulante… /
Un chocolate caliente, si está bueno. /
Un café está bien. /
Amanda: Tú debes de ser la nueva. Soy Amanda de Lavienne.
(DULCE) (Le estrecho la mano sonriendo) +
(REBELDE) Deduzco que tú debes de ser la veterana. Soy Ysaline. /
(ENÉRGICA) ¡Sí! Me llamo Ysaline. ¿¡Me das dos besos!?
Roy: …
¿Qué te parece esta, en forma de dinosaurio? ¿¡No es muy bonita!? / ESCRITORIO PREHISTÓRICO
Mira, una verdadera silla de oficina: móvil, con buen apoyo lumbar, sobria… / ESCRITORIO ERGONÓMICO
La silla redonda es bonita, ¿no? Me gusta, y parece cómoda… / ESCRITORIO AGRADABLE
Brune: ¿Qué te hagamos un montón de preguntas?
(REBELDE) De momento solo van tres. Creo que podré soportarlo. +Elenda
(DULCE) Toda va bien, gracias. Y sí, ya he encontrado mi mesa. /
(ENÉRGICA) Lo ideal sería tenerlas todas por escrito, para poder responder a mi ritmo. +Brune
Brune: Yo creo que al final, estamos mucho mejor aquí.
La empresa en sí misma estaba bien… pero la gente que trabajaba allí… +Brune
Digamos que ha sido… instructivo. Pero quería cambiar a otra cosa. /
Yo también lo creo. Allí, el ambiente era insoportable. +Elenda
COMEDOR – ROY
Roy: …
¡Perdona, es que es muy raro!
Aquí todo el mundo sabe que haces… ¿qué exactamente? IMAGEN
Voy a dejarte entonces, antes de no poder parar de mirar esos abdominales…
Roy: Dos series de cincuenta. Tampoco quiero quedar molido…
(REBELDE) ¡Ah, claro! Después de hacer jogging, cien flexiones… ¡Qué menos!
(ENÉRGICA) ¿En dos series? ¡Eso es para principiantes! IMAGEN
(DULCE) Vale, no quería molestarte… Te dejo. /
SALA DE REUNIONES – AMANDA
Amanda: ¿Puedo hacer algo por ti?
Quizá… Aún me estoy adaptando… /
Pues… No. Pensaba que la sala estaba vacía… Perdona.
Amanda: Vengo de una familia privilegiada. No voy a renegar de ella por eso.
(REBELDE) No hay por qué avergonzarse, pero no me gustan demasiado los interrogatorios. /
(ENÉRGICA) Tienes razón. No me avergüenzo de ello, es más, todo lo contrario. -
(DULCE) No, por supuesto. Es solo que no me gusta alardear de ello. +
Amanda: …
(No me muevo. Mala suerte para la abeja reina.)
(Me precipito a ayudarla a recogerlo todo.) IMAGEN
(Por curiosidad, aprovecho para intentar leer los papeles…)
DESPACHO DE DEVON – DEVON
Devon: Ven, Ysaline, puedes entrar.
(Entro en el despacho y me indica que me siente) +
No, eres muy amable, pero no quiero molestar…
Devon: ¿Quieres que firmemos tu contrato, quizá? Lo tengo aquí…
¡Encantada! ¡Es increíble lo rápido que va todo esto! /
¡Estupendo! Casi me esperaba pasar una entrevista de trabajo.
Devon: No aceptaba un no por respuesta.
(DULCE) Estupendo… Una vez más, mi madre es quien lo ha hecho todo. +
(REBELDE) Ya te digo. Habría podido comprar toda la empresa.
(ENÉRGICA) ¿¡En serio!? ¡Si es así, prefiero ir a buscar a otro sitio!
Devon: Y cuando lo hayas leído, podrás firmarlo…
(ENÉRGICA) (Me tomo un minuto para leer rápidamente las páginas.) IMAGEN
(DULCE) Vale, bien. Confío en ti.
(REBELDE) ¿Te importa si me lo llevo a casa para leerlo más tranquilamente?
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yoestuveaquiunavezfrases21 · 6 months ago
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1916- Muchas dicen que los hombres no saben cómo provocar un orgasmo, ¿y tú, sí sabes hacerle el amor a un hombre?
No querida, esto no se trata de brincar y brincar, esto se trata de algo más que hacerlo llegar, a ellos también hay que regalarles chocolates, versos y poesías, hacerle el amor a un hombre amiga mía, también es preguntarle cómo estuvo su día, mandarle mensajes bonitos en las mañanas, en la tarde y a medio día...
¿Quieres que ese hombre te vuelva a buscar?, te haces la interesante por darle lo que cualquiera le puede dar...
¿Ya ves? No es tan fácil como crees, para hacerle el amor a un hombre también debes de ser una romántica empedernida, una chef, una experta en modas, una enfermera y una niñera por si se enamora, porque son así, como niños cuando se sienten amados, te conviertes en su mundo...
Además, deberás ser su paño de lágrimas, su amiga y confidente, ellos rara vez lo aceptan, pero también son débiles, también sufren por una mentira y por el desprecio de una mujer, también son engañados y traicionados, también llegan a sentirse usados por tu inmadurez...
Los hombres también necesitan que los invites a un café o a tomar una copa de vino, también les gusta pasear y sentirse protegidos...
Te recuerdo que para algunos, no todo es sexo por placer, también les gusta hacer el amor, que le esparzas tus caricias y besos en su cuerpo porque al igual que tú, ellos también pueden tener complejos...
Para hacerle el amor a un hombre, también debes quitarle los miedos, desnudarle el alma, conocer sus temores y ayudarlo a alcanzar sus sueños...
Debes alegrarte de sus alegrías y llorar junto a él sus tristezas y derrotas, porque te repito, los hombres si lloran...
Deberás aprender también a leer e interpretar sus miradas, tendrás que ser más empática para entender sus celos por tus "amiguitos"...
Le harás el amor a un hombre, cuando en público, sin miedo y sin pena, le agarres su trasero pícaramente o le digas un piropo, que de esa forma le grites al mundo que es tuyo y que eres suya también...
Le habrás hecho el amor, cuando a media noche lo abrigues del frío en tu pecho, no habrá mejor cobija para él...
Amiga, has que ese hombre te piense en cada amanecer, que sin ningún motivo diga tu nombre durante el día, que recuerde tus locuras y se le escape una sonrisa, has que su mayor motivación sea el visualizarte en su futuro y que al verte, se le olvide que tuvo un mal día...
Dedícale canciones, aférrate a su espalda en un abrazo, que sienta tu alma y lo mucho que lo amas y te importa, porque si piensas que menearte rico, tocarlo rico, o brincarle rico, era hacerle el amor, ¡estás equivocada...!
No hay mejor manera de hacerle el amor a un hombre que ganándote un espacio en su corazón, porque un espacio en su cama lo tiene cualquiera.
(Autor desconocido)
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jorgema · 9 months ago
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Ecos de amor: el reflejo de un corazón ausente
~ Por un breve parpadeo inconsciente, crees que el dolor no será tan agudo como antes, pero de repente una melodía, una letra, una canción en particular, te parte el corazón en mil pedazos. Y no, no se trata de un dolor de «mal de amores», es algo diferente, mucho más profundo; es el anhelo de escuchar su voz que ahora reside entre mil estrellas, en el corazón de Dios. Es por extrañar su presencia, solo por el regalo milagroso de su cercanía, sabiendo muy bien que ahora habita en un lugar distante del cual no puede regresar, aun cuando lo necesitas. Es por añorar su risa, sus locuras, incluso sus momentos de mal humor. Entendiendo que pasará tiempo antes de que nuestra esperanza en la fe nos vuelva a reunir, pero hoy, aquí, se te extraña de la manera más dulce y honorable. En esta tarde de viento pre-primaveral, padre mío, mi viejito, cuánto te echo de menos.
— Confesión Poética 53 || @jorgema
Posdata: La canción que provocó lágrimas por eco de su amor fue esta, de Rozalén (feat. Fernando Velázquez).
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xochiquetza3autora · 4 months ago
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Una tarde le pregunté a mi hijo si le importaria seguirme escaleras arriba a mi habitación porque estaba caliente y de humor para un creampie espeso. Mi hijo lo hizo, una semana después su padre estaba feliz con la noticia de que estaba embarazada nuevamente. Después de que dí a luz le volvía pedir a mi hijo que me acompañará escaleras arriba para darme otra dosis de su caliente y espesa crema de bebés. Mi esposo se volvió a poner feliz por ese nuevo embarazo, el pobre ni se imagina que me he estado embarazando de los bebés de mi propio hijo. En cambio mi hijo, mi semental, al verme sentada amamantando a su bebé y con otro bebé en mi barriga me dijo "mami cuando desinfles esa barriga quiero que me lleves escaleras arriba de nuevo; quiero verte panzona otra otra vez con un bebé en cada teta. Mientras tanto te voy a dar mi leche como tú se la das a mi bebé, abre la boca" y así lo hice, le mamé la verga A mi hijo, mientras amamantaba a su hija/hermana y en la barriga tenía a su otra hija/hermana creciendo. No puedo esperar a que nazca mi segunda hija nieta y que mi semental me vuelva a llenar de su leche para que me crezca un tercer bebé de mi hijo en el vientre; me muero de ganas por cumplirle la fantasía a mi hijo y mamarle la verga mientras tengo una cría en cada ubre y la tercera en mi abultada panza de madre abnegada preñada.
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alquimistaliteraria · 6 months ago
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Estuve esperando esas disculpas, arrepentimiento y te amo por tanto tiempo,
Y cuando por fin lo obtuve, ya era demasiado tarde.
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-Diario abierto-
En el fondo buscaba un reparo y no lo obtuve.
Siendo honesta me lleno de tanta desconfianza que no podía créerle. En el fondo no lo sentí sincero ya que habia regresado desde la necesidad y herida. Era riesgoso confiar y acerté al leer su conclusión.
Acepto que me ha costado perdonar y cicatrizar. Me gustaría que me fuera más fácil pero al haberle amado tanto el daño fue también de esa magnitud.
En mi vida 2 personajes han herido con sus acciones, el primero fue mi padre y estoy en el proceso de perdonarme[le, y la segunda fue ella. Y es irónico por qué antes estuve con una armadura y cuando decidí quitarla por amor, zaz, atravesaron el corazón justo donde mi padre lo había hecho. Perforando la herida de traición. De un corazón en el cual habitaba, ella misma fue su fin.
Siento que todo esto pasó para enfrentar mi trauma y superarlo, he pasado por varios duelos en 2 años pero esos dos son los que más me han costado.
El mes pasado comprendí mis patrónes, y va desde mi infancia y respecto a el hogar, escribí sobre ello y espero compartirlo en algún punto pero es algo duro para mi que compartiré cuando lo haya gestionado. El punto es que me di cuenta de que amaba demasiado y eso me ponía en riesgo si no elegía bien a quien brindárselo, repetí el patrón de darle ese amor a alguien que no contaba con herramientas de cuidado, literal me di cuanta que ella tenía muchas cosas de mi padre, por ello me era tan familiar. Bueno, con mi padre toda mi vida lo había tratado de estudiar para entender el por qué de sus actos crueles hacia mi, patrón de buscando respuestas, tomando cosas personales y falta de límites, mi padre es evitativo y no se siente merecedor de amor, ahí entra mi patrón de apego ansioso, hiper empatía y programa de terapeuta, etc, así fui conectando. Aparte por ser autista funciono distinto. Son muchas cosas que descubrí y por el momento me reservo pero la conclusión importante es que al yo amar demasiado buscaba y daba mi energía para encontrar una cura para ellos y demostrarme que podrían brindarme el amor que les ofrecía, al final me di cuanta que solo ellos se pueden sanar y en ellos está descubrir que son merecedores de amor. Mi amor no puede sanar a otros solo a mi. Lo estaba enfocando mal. Y si alguien no lo quiere recibir tiene que ver con ellxs. Y los actos de los demás igual, por ello la importancia de mis límites para no permitir/me lo que no debo. Por qué al estar mi enfoque en ellxs me olvidaba de mi, se volvía una dinámica dañina para mi, cada acto que hacía por un otro me hería yo misma, debía desaprender y reconstruirme. Y dar mi amor a quien se crea merecedor de el. Y en primer lugar a mi misma. Al final me di cuanta que no son malos, que no me hacen, me amaron como sabían, no como yo quería, actuaban por sus nivel de consciencia y vivencias, eso no justifica claro, pero ahí debían entrar mis limites y lo que quiero.
En plan, yo quiero alguien con quien compartir mi amor, amo intensamente, me gusta cuidar, considerar, es importante para mi la lealtad, confianza, responsabilidad afectiva, el expresar, el sostener etc, me compartiré con quien me brinde esto y más, con quien esté dispuestx a construir una relación con esas bases y si tú no cuentas con ello o no puedes brindármelo está bien, lo entiendo, lo acepto. Y te descarto. Asi de fácil, sin complicaciones y cuidándome. Evitando herirme y forzar como lo hacía antes. Llegar a este punto fue todo un proceso y obviamente es poner en práctica todos los días hasta que se vuelva hábito.
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editorialtazadegato · 1 month ago
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CUANDO VUELVA (FIC) (AGNES/AGATHA X LECTORA) Una historia de Agnes of Westview PARTE 2
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Algo pasó contigo y a Agnes no le va a gustar nada.
Angst, drama!
2
La puerta sonó tres veces y Agnes dio un suspiro para después dirigirse a abrir la puerta. Se le había erizado la piel de los brazos, sabía que eras tú. Sabía que llegarías con tu característica sonrisa a tratar de subirle el ánimo, tal vez con otro vaso de café traído de quién sabe dónde (no habían cafeterías cerca pero siempre llegabas con una), pero después de los cinco primeros días de trabajar contigo se estaba empezando a acostumbrar a tí. A verte llegar en las frías mañanas envuelta en un abrigo que te cubría hasta las rodillas, el cabello ligeramente despeinado por el viento que corría afuera y con la punta de la nariz algo enrojecida. Le sonreías, la saludabas con dulzura y te disculpabas por haber llegado tarde aún sin haber llegado realmente tarde, haciendo que, sin darse cuenta, te devuelva la sonrisa. De un modo u otro, tu comportamiento había dejado de significar una molestia para ella. En esos días empezó a llevarte a casa en las noches después de trabajar largas horas y a veces la descubrías volteando a ver en su dirección antes de entrar por su puerta.
Trabajar contigo resultaba más satisfactorio de lo que pensaba y en esos cinco días la comunicación entre ustedes fluía de una forma que Agnes jamás había logrado con ningún asistente u oficial de policía. El anterior auxiliar fue violentamente echado a patadas por la misma Agnes por no recordar datos clave de otro caso anterior, y otro sujeto que trabajó para ella se fue maldiciendo y quejándose fuertemente con el jefe, esas cosas hacían que se agote su paciencia, algo que contigo no sucedía. En ocasiones, Agnes se oía a sí misma decirte "Gracias" e incluso modular su tono de voz para hablar contigo. Sonreía y se aseguraba de que nadie la vea, excepto tú.
La detective pensaba mucho en ello, y a veces notaba que tal vez lo hacía demasiado. Muchos detalles sobre ti llegaban a su mente en los momentos menos oportunos, como cuando intentaba leer algo importante, o cuando estaba conduciendo, o cuando estaba preparando el mismo sándwich de queso para cenar, ahí estabas tú en sus pensamientos hablándole con la misma sutileza y la misma tierna mirada, al punto de que ella misma tenía que ponerse un alto.
"Bueno, basta" Se decía firmemente a sí misma en voz alta en medio de su sala, o la oficina cuando tú no estabas presente, como en aquel momento antes de abrirle la puerta. 
"Detective, buenos días, lamento la demora..."
Agnes abrió la puerta y te encontró algo inclinada tratando de arreglar algo en uno de tus zapatos, aún sin verla a la cara.
En aquella ocasión no llegaste con el café y tampoco con el abrigo, cosa que la sorprendió. Llegaste con la respiración agitada, el cabello muy alborotado y una expresión de incomodidad, cuando terminaste de colocarte de nuevo el zapato te levantaste a verla, aclarar tu garganta y a frotarte las manos. Agnes frunció el ceño, notó que sólo llevabas un suéter y una falda, no comprendía qué hacías vestida así con ese clima.
"¿Qué sucedió, T/N?" Preguntó Agnes, aún parada frente a tí y bloqueando sutilmente tu camino, deseaba que respondas y saber si tuviste algún inconveniente, no era común que llegues en esas condiciones y si había un responsable de aquello, el jefe la echaría de nuevo por las cosas que haría. 
"¿Dónde está tu abrigo?" Continuó. "¿T/N...?"
Desviaste la mirada hacia el piso e intentaste seguir caminando para sacar algo de tu portafolio con las manos temblorosas, estando éste también deteriorado. Agnes empezaba a desesperarse.
"¿Quieres decirme qué carajo ha pasado? ¿Te robaron?" Preguntó levantando la voz y tú sólo volteaste a mirarla algo sobresaltada. "Si fue así ¿Fue alguien de por aquí? Ohh...¡mierda!..." Comenzó a murmurar Agnes dándose cuenta de que existía la posibilidad de que sí hayas sido asaltada y te encuentres en shock o algo así, se cubrió los ojos con una mano y tomó aire lentamente, dando pasos lentos hacia ti. 
"Alguien me atacó" Dijiste después de una corta pausa, haciendo que Agnes continúe dando pasos hacia ti, esta vez más rápidamente y tomando tu hombro con una mano.
"¿QUÉ? ¿Quién? quién...digo...¿Viste su cara?" Te preguntaba Agnes, muy alterada, esta vez tomando tus dos hombros. "¿Te robaron?¿Te golpearon?"
Agnes revisaba cada centímetro de tu cabeza, cara, y parte del cuello, todas las áreas descubiertas. "¿Te has roto algo? ¡Responde!"
"Fue una mujer" Respondiste, aterrorizada, y la mirada de Agnes se quedó puesta en la tuya, pudiste ver cómo sus pupilas se hicieron pequeñas. "Yo venía hacia la oficina y...Ella parecía esperarme en una esquina, me empujó y el café cayó al piso, sé que era una mujer, tenía el cabello recogido"
Tu voz empezaba a quebrarse y tu mirada a bajar, pero Agnes se iba acercando a tratar de oírte con más claridad.
"¡Me dio una patada, detective!...y no sé cómo pero cuando me dí cuenta había caído en medio de la calle y un auto casi me aplasta, me pude levantar antes de que suceda" 
"No..." Repetía Agnes, llenándose de ira. "No puede ser...Tienes que decirme que recuerdas cómo era...¿recuerdas algo?"
"Me amenazó, detective" Respondiste. "Me dijo que me mataría si le decía algo, creo que lo hará, ¡No sé cómo sabía mi nombre! ¡Ni el suyo!" Exclamaste, Agnes seguía sosteniendo tus hombros, bajó un poco hasta tus brazos.
"Te amenazó..."
"Tenía...cabello largo, oscuro, estaba enojada, me llamó cosas ofensivas, la palabra con "P"" Dijiste y Agnes frunció más el ceño, haciendo que la línea que se había marcado en su rostro vuelva a acentuarse. "Y me dijo algo en otro idioma...creo que era español, detective...No sé qué hacer..." De tus ojos acuosos empezaron a brotar lágrimas, y Agnes quedó en shock. Te envolvió fuertemente en sus brazos por un acto instintivo y pudo sentir tus palpitaciones. Empezaste a sollozar pero te contuviste lo más rápido que pudiste. Una mano de Agnes pasó lentamente sobre tu cabello antes de separarse y darse cuenta de que la distancia tal vez no era la más apropiada, podían oír sus respiraciones agitadas. Tus sollozos podían oírse en la oficina principal pero no parecía llamar la atención de ningún oficial. Algo no andaba bien.
"Cabello oscuro...Habló en español" Agnes pensó en alguien en específico pero no lo creía posible. Sin embargo, algo dentro de ella le indicaba que sí podría tratarse de esa persona.
"¡Va a matarme, detective!" Agnes notó que entraste en pánico, así que te tomó de nuevo de los hombros y te hizo verla de nuevo de un movimiento.
"ESCUCHA. Te quedas aquí, ¿Entendido?" Te ordenó Agnes, mirándote detenidamente como si siguiese buscando algo en tus ojos. "No salgas hasta que yo te diga y te llevo a tu casa hoy. Voy a informar lo que pasó, pero tienes que calmarte para que hagas la denuncia. Espérame aquí" Te decía Agnes pasándote un pañuelo para secar tus mejillas. 
"¿La conoce, detective?" Preguntaste en voz baja, tratando de calmar tu llanto, Agnes te hizo sentarte en su asiento y te colocó su propio abrigo en tus hombros. No supo qué contestar, no estaba segura. "Ella mencionó su nombre...Y algo de que era su trabajo ocuparse de este caso, y que me aleje de usted"
Agnes caminó hacia la puerta a paso firme y se burló al escuchar lo último que dijiste. 
"Entonces no me conoce" Dijo Agnes apretando los dientes, para después tirar la puerta haciendo que se produzca un pequeño movimiento en los cuadros colgados y el pizarrón. 
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El jefe Phil Jones se interpuso en su camino y abrió la boca para hablar, detrás de él se podía ver a alguien sentado.
"¡Dese prisa Jefe, maldición! La agente T/A ha sufrido un asalto" Exclamó Agnes antes de que la expresión de ira se le borre de la cara al ver a la persona detrás. El hombre empezó a decir algo sobre un cambio, sobre alguien nuevo en el caso. La detective sintió una mirada que le hirvió la sangre de ira y en instantes pudo conectar los puntos con todo lo que había pasado.
Una mujer joven de cabello oscuro recogido con una hebilla, camisa blanca y mirada penetrante se puso de pie, dando pasos hacia ustedes y sonriendo maliciosamente.
"La agente Vidal será de gran ayuda, de hecho, ¿en estos cinco días hubo algún progreso?- Preguntó el jefe y Agnes contestó de inmediato, con lo que parecía ser un ladrido en su cara.
"¡T/A se queda!" Exclamó Agnes. "Me la asignaron a mí, y yo digo que se queda, ¿me oyó?" El jefe y el oficial herb miraron a Agnes confundidos.
Rio Vidal. La mujer que te atacó era Rio Vidal. Una supuesta detective, una supuesta asistente, con quien Agnes tuvo un largo y tormentoso pasado fue capaz de atacar a alguien de ese modo. Definitivamente fue ella, Agnes lo confirmó. Había un motivo por el cual ella te haya investigado y Agnes estaba segura de que tenía que ver con el vínculo que se formaba entre ustedes. No quería admitirlo pero su intuición se lo decía, a Rio no le hacia gracia que Agnes esté conociendo a alguien más. 
La mujer arqueó las cejas. Su sonrisa se había borrado, dejando una expresión de disgusto mirando hacia todos lados.
"Y tú, ¿Qué haces aquí?" Le preguntó secamente Agnes a la mujer.
"Mi trabajo" Contestó. "Al parecer soy la única que puede ser de ayuda aquí, ¿Qué hiciste en cinco días?"
"¡¿Y tienes el maldito descaro de decir eso cuando TÚ atacaste a T/A?! ¡Tú la empujaste a la calle!" Exclamó Agnes y el jefe se quedó pasmado al oirla.
"¿Es cierto eso, Agente Vidal?" Preguntó el jefe, muy confundido. Agnes lo ignoró y volvió a dirigirse a Rio. 
"No te quiero aquí" 
"Me necesitas para ayudarte con el caso, a menos que tu otra asistente te haya servido de algo en estos días más que el café y mostrar sus piernas" Respondió Rio de forma altanera, de nuevo con la sonrisa. "Es más...¿Dónde está ella?" Rio caminó hacia la puerta de tu oficina y a través del vidrio ambas pudieron ver que ya no estabas. Agnes se sobresaltó y abrió la puerta de golpe.
"¿T/N?¡T/N!" 
Exclamaba Agnes, pero no había rastro de tí, se llevó una mano a la boca. El abrigo de Agnes estaba colgado en su asiento y Rio fue a sentarse al otro asiento, fingiendo tristeza.
"tal vez se fue a su casa, Agnes...yo no le prestaría tanta atención" Dijo Rio cruzándose de piernas. "¿Cómo una agente no podría defenderse sola?"
Agnes la interrumpió y salió corriendo de la oficina, el caso de la mujer fallecida ni siquiera cruzó por su mente.
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tinta-y-cometas · 8 months ago
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Cuando ya sea muy tarde, solamente espero que no vuelvas corriendo a mí, que consigas el consuelo en el viento o en los brazos de alguien que nunca te amó; yo ya decidí dejarte ir.
—B. J. López.
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puxo-apagao · 3 months ago
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bueno...aquí empieza mi despedida para ti, nunca lo vas a leer pero ya es momento que deje mis sentimientos por ti de lado y vuelva a verte como una amiga, se que quizá fue mi culpa por no mirarte antes, quizá no era nuestro momento (?), quiza quizá quizá...espere y de cierta forma fue mi culpa, tuve muchas oportunidades para salir contigo y las rechacé, es entendible que te aburrieras, nos quisimos pero no fue al mismo tiempo...y eso duele por que...por que yo te quiero joder, quizá me enamore de ti y me veía contigo, era capaz de todo pero no sirvio porque cuando me di cuenta de lo que sentía hacia ti ya era tarde, muy tarde, me quedo con los buenos momentos y con la experiencia de que si en algun momento me gusta alguien mas tengo que ser rápida ajaj, te quiero mucho y te lo digo siempre, si en algún momento se nos llega a dar bien pero por mi parte ya es momento de soltarte y seguir adelante como una amiga más...aunque nunca voy a dejar de estar enamorada de tus ojos.
moon
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corazona-das · 7 months ago
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Capítulo 1
Pretty liars (toxic best friend) - Matías Recalt
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———
Matías y tu eran mejores amigos desde los 15 años, se conocieron debido a que eran vecinos y compañeros de clase, siempre pasaban la tarde en la casa del otro, haciendo tareas o simplemente disfrutando de la compañia ajena. La conexión que tenían en aquel entonces era única, hasta llegaste a pensar que podía ser el amor de tu vida en un par de años más, pero claramente el destino no lo quiso así. Cuando cumpliste 18 le confesaste tu amor estando borracha, le explicaste que lo que te hacía sentir era de otro mundo y realmente pensabas que era mutuo, y él lo único que hizo fue darte un golpe de realidad diciéndote que no vuelvas a decir eso, qué jamás funcionaria algo entre ustedes. Nunca olvidaste esa parte de la conversación porque desde ahí su relación cambió completamente.
———
Te despertó el sonido de tu celular y al verlo notaste un sin fin de llamadas perdidas y muchisimos mensajes de tu mejor amigo, Matías. Para ti no era muy común que el te llamara por lo que se te hizo extraño; luego de cuestionarte le devolviste el llamado recibiendo solo un par de gritos desde el otro lado de la linea.
¿POR QUÉ TE SIENTES CON EL DERECHO DE HACERME ÉSTO¿ ¡¿QUÉ CARAJO ESTÁ MAL CONTIGO, NO VES EL QUILOMBO QUE OCASIONASTE?! —Alzaba la voz cada vez más y más.
Tu sin poder contestar, venías despertando y no sabías qué estaba pasando. Te quedaste en silencio unos segundos más para procesar todo lo que había soltado, pero no te dió tiempo para contestar, lo único que alcanzaste a oír nuevamente fue "sos una hija de puta", lo que claro, quedó resonando en tu cabeza.
Al parecer la habías cagado ya que Matías nunca te había hablado de aquella forma. Estabas ¿confundida? ¿dolida? Te soltó un montón de palabras hirientes en un lapso de dos minutos, claro que estabas dolida.
Era un sábado por la mañana, la noche anterior habías salido de fiesta con tus amigos y entre estos estaba incluido Matías. Solo recuerdas haber estado junto a Juani y Fran alrededor de la mesa de billar conversando mientras bebían un par de birras. No recordabas haber hecho nada malo, tampoco habías revelando algún secreto de ustedes.
Comenzaste a revisar tu bandeja de mensajes y todo comenzó a cuadrar, te metiste al chat grupal que tenias con tus otros mejores amigos, al cual pertenecían agus, juani y blas.
chat grupal
(pelotudos)
Juani: MAYA
: NOS QUERÉS EXPLICAR QUÉ ES LA MIERDA QUE SUBISTE A HISTORIAS?
Blas: ??? qué, vengo despertando, déjate de joder.
Agus: POR DIOS BLAS, SON CASI LAS 5 DE LA TARDE, REACCIONA Y VE LAS HISTORIAS DE ESTA TROLA.
: olvídalo, ya las borró.
Tu: qué cosa borré yo?
: me quieren decir qué concha está pasando?
: matías acaba de llamarme para insultarme, y yo estoy ???
Juani: abrime la puerta en 10, no puedo contarte esto virtualmente, y me tenés que dar una explicación.
fin del chat.
Evidentemente algo había pasado, pero en tus historias no había nada raro, solo te llegó una restricción de instagram eliminando el contenido de tu historia por infringir las normas, y tú pensaste que como estabas tan en pedo quizás subiste una foto no apta y te la bajaron.
Estabas tirada en tu cama cuando de la nada comenzó a sonar el timbre de tu puerta, te sacó del transe en el que estabas, rápidamente fuiste a abrir para encontrarte con dos varones parados enfrente tuyo, mirándote con algo de decepción y lastima a la vez. evidentemente no entendías nada de lo que estaba pasando.
Los dejaste pasar y no tuviste tiempo siquiera de preguntar nada cuando juani soltó.
¿Cuándo pensabas contarnos que te estás cogiendo a tu mejor amigo QUE TIENE NOVIA? —Dijo claramente enojado, dejándote estática sin saber que contestar. Sentías como un escalofrío recorría todo tu cuerpo, ya comenzabas a recordar qué pasó anoche.
* subo esto para que no quede en mis notas, no espero que nadie lo lea (que vergüenza), pero si de casualidad alguien llega a hacerlo, hay capitulo 2 pq estuve de ociosa mucho tiempo. (tengo que corregir un par de cosas de la redacción) *
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michito202 · 3 months ago
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Missing Halloween AU
Notitas random:
-no se si vuelva esto una especie de fanfic que suba aqui o no, pero aprovechando que estoy muriendo en mi cama y no puedo dormir decidi escribir mas antes de que las medicinas me hagan efecto jaja xd
-este sera el punto de vista de martin, de como acabo en el bosque y de un poco de su vida antes de eso (solo un poco)
-mencion de mutilacion y muerte
10 de septiembre
Un grupo de 4 amigos se encontraba reunido en la casa de uno de ellos, la casa de Jimmy si somos mas especificos, los 4 niños estaban en la sala mientras la madre del de cabello naranja horneaba galletas y algunos otros bocadillos para los niños, los cuales habían decidio hacer una pijamada, cosa que para nada era raro
Los 4 amigos eran muy unidos, la mayoria se conocian desde muy pequeños, martin y aviva se conocian prácticamente desde que nacieron asi que se consideraban hermanos, a koki la conocieron cuando empezaron a estudiar, eran compañeros y no tardaron en entablar una conversación que llevo eventualmente a una estrecha amistad, y el ultimo en unirse al grupo habia sido jimmy, el cual se habia mudado a ese vecindario con su madre y padre cuando tenia 7 años y se habia unido al grupo desde entonces
No era raro verlos paseando juntos por el vecindario, jugando, riendo, o buscando algo nuevo para observar, y aquel dia habian decidido hacer una pijamada, aunque ese no era el motivo principal de su "reunion"
-debemos ir pensando en que trajes usar para halloween- dijo aviva mientras dibujaba en un cuaderno que solia llevar a casi cualquier lado -deberiamos tener una tematica-
-si pero aun es pronto para pensar en eso, faltan...- martin empezo a contar con sus dedos -amm... Como... Dos meses?-
-solo no quiero que se nos haga tarde y no consigamos trajes lindos-
-porque no nos disfrazamos de mermeladas como el año pasado?- pregunto jimmy mientras estaba sentado en el suelo al frente de aviva -a mi me gusto ser una mermelada de melocoton- concluyo con una sonrisa -mmm... Mermelada de melocoton...- murmuro casi saboreando la mermelada, podia ser algo gloton en especial cuando se trataba de algo dulce
-yo no quiero ser una mermelada otra vez- se unio koki a la conversacion con un leve tono de reproche mientras se cruzaba de brazos -ademas a martin ya no creo que le quede ese traje, ya se hizo mas alto-
-claro porque soy un niño grande- dijo en un tono orgulloso, era el mayor del grupo por unos pocos meses, aun asi portaba ese título con orgullo -pero es verdad ya no me queda el disfraz de mermelada-
-y porque no se disfrazan de animales? A ustedes les gustan no?- pregunto esta vez la madre del pelinaranja mientras dejaba un plato de galletas recien hechas en medio de ellos
Los ojos de los infantes se iluminaron de emocion, no se les habia ocurrido realmente pero sonaba como una buena idea
-si! Pero... De que animal nos disfrazamos?- koki miro a sus amigos en busca de ideas, mientras la madre de jimmy reia un poco y volvia a alejarse para darles su espacio a los niños
-debe ser algo a juego- el rubio penso un poco - que sean animales marinos!- dijo sonriendo, no era misterio para nadie que a martin le encantaban los animales marinos, aunque la cara de sus amigos le hizo saber que ninguno estaba de acuerdo con esa idea
-no, porque seriamos peces fuera del agua- jimmy fue quien se cruzo de brazos esta vez, ganandose una risa por parte de martin ante aquel comentario
-ya se- aviva tomo la palabra con una sonrisa entusiasta -animales nocturnos! Pediremos dulces de noche, asi que animales nocturnos es la mejor idea, de nada-
-oh si! Yo quiero ser... Uhm... Un mapache!- dijo emocionado con la idea
-yo quiero ser una luciernaga, son pequeñas pero hermosas- koki sonrio ya imaginando el disfraz
-y yo un buho! Y jimmy podria ser... Uhm...- intento pensar en algun animal que encajara con su amigo, aunque no supo bien que decir -que quieres ser jimmy?- aquello hizo reir a koki pues era claro que a aviva no se le habia ocurrido nada
-quiero ser un zorro rojo- dijo feliz
-los zorros son nocturnos?-
-lo eran la ultima vez que lei sobre ellos- dijo simple tomando una galleta antes de comerla
-sera divertido- dijo martin antes de tomar una galleta, pronto siendo imitado por ambas niñas pues si no comian ya, seguramente jimmy se comeria todas las galletas
Estuvieron hablando sobre eso por horas, dibujando como imaginaban los trajes, comiendo galletas y buscando imagenes de aquellos animales pensando en como imitar la apariencia de los animales, aunque claro ninguno de ellos sabia realmente sobre costura, aviva estaba aprendiendo pero aun no podria hacer un traje decente, por lo que al final fueron las madres de koki y martin quienes se ofrecieron a hacerlos
El tiempo paso, y mas pronto de lo esperado aquel dia habia llegado
31 de octubre, Halloween
Martin, koki y aviva se habian preparado y disfrazado antes de atardecer, la idea era ir a pedir dulces pronto y asi obtener, segun aviva, los "mejores dulces", aunque cuando fueron a buscar a jimmy este se habia tomado una siesta asi que aun no estaba listo
Decidieron esperarlo, claro que no irian a buscar dulces sin el, se aburrieron en unos 5 minutos, comieron algunos dulces que koki tenia aunque martin guardo el suyo en su disfraz para comerlo luego, esperaron un poco mas, se aburrieron de nuevo, pero aun asi estaban decididos a esperar a jimmy
-deberiamos jugar a las escondidas- propuso martin para que no se aburrieran -seguramente jimmy apenas se esta metiendo a bañar, asi que juguemos para no aburrirnos-
-bien pero tu cuentas!- koki sonrio y apenas martin empezo a contar fue a esconderse junto a aviva
Estuvieron jugando durante un rato, escondiendose en diferentes sitios como los arbustos, detras de las decoraciones, detras de alguna casa, incluso aviva habia subido a un arbol en una de esas ocasiones
No tardaron realmente mucho en alejarse de la casa de jimmy, aun asi aun podrian ver si este salia de su casa, pero necesitaban mas escondites mientras esperaban
Esta vez le tocaba a koki buscar, aviva y martin ya no sabian donde esconderse, y entonces lo notaron, no estaban lejos de la cerca que dividia al bosque del vecindario
Ninguno de los dos habian entrado nunca ahi, sus padres siempre les decian que no entraran a pesar de que ellos habian querido ir en algunas ocasiones en busca de algun insecto nuevo, se miraron con complicidad y ambos sonrieron, se esconderian en el bosque
Rápidamente pasaron la cerca, aviva no se adentro mucho al bosque, en parte por el miedo de no saber volver, asi que subio a un arbol y se quedo arriba, llego a escuchar los pasos de martin pero debido a que estaba concentrada en no caer mientras escalaba no se habia percatado de donde se habia escondido, aun asi confio en que no seria muy lejos, seguramente solo se habia metido en un arbusto no?
...
Empezo a preocuparse cuando pasaron mas de 10 minutos sin señales de el desde que ella habia sido encontrada por koki
Martin habia acabado por perderse
Ni siquiera el lo noto, talves se habia emocionado mucho adentrandose al bosque, talvez tuvo que esconderse con aviva, o al menos haber llevado su linterna con el pues la luz de la luna no era suficiente
Ahora caminaba por el bosque, perdido, intentando volver sobre sus pasos para volver con sus amigos, aunque tenia la sensacion de estar dando vueltas en circulos
No estaba seguro de cuanto tiempo llevaba caminando, minutos? Horas? No lo sabia, pero ya estaba agotado, logro visualizar un pequeño claro con un gran arbol en el centro y decidio que iria ahi, comeria el dulce y talvez tomaria una siesta, seguramente por la mañana tendría mejor vision y podria volver a su casa
Empezo a caminar hacia aquel arbol, y lo siguiente que sintio fue un dolor agudo en su pierna derecha, cosa que lo hizo gritar y caer al suelo
No sabia que era peor, el dolor o el hecho de que habia reconocido el sonido y sabia de que se trataba
Una trampa para osos
Una trampa para osos que ahora tenia su pierna dentro
Ni siquiera quiso ver, empezando a llorar sin consuelo, sabia que su pierna ya no era parte de el
Grito y suplico por ayuda, esperando que alguien lo escuchara y salvara, pero sus gritos fueron escuchados únicamente por el viento
Como pudo se arrastro hasta el arbol, recargandose sobre el antes de observar los daños, debido a sus ojos llorosos y la poca luz de luna no podia ver con completa claridad, aun asi pudo notar la sangre salir a montones de donde antes estaba su pierna, el corte era irregular, la trampa se habia quedado con la mayor parte de su pierna, y dolia como nunca creyo que algo podria doler
Intento temblorosamente hacer presion en lo que quedaba de su pierna para parar el sangrado, pero no habia nada que pudiera hacer, no tardo en empezar a temblar por el frio y a sentirse aun mas cansado
No queria morir, no asi, tenia miedo, queria abrazar a su madre, a sus amigos, queria volver a su casa, deseaba despertar y que solo fuera una pesadilla
Pero sabia que no era un sueño, era real, estaba muriendo, desangrado y completamente solo
Con sus manos temblorosas tomo el dulce que habia guardado antes, comiendolo esperando que al menos el azucar hiciera un poco llevadera su muerte mientras observaba el empaque con dificultad
"me encontraste"
No... Nadie lo encontraria... El lo sabia...
Cerro los ojos aun con lagrimas bajando por sus mejillas, mientras su corazon dejaba de latir y su ahora palido cuerpo empezaba a enfriarse
Para cuando abrio los ojos de nuevo, no era mas que un fantasma... O talvez era mas acertado llamarlo un alma en pena? No lo sabia, dejo su cuerpo ahi sin siquiera volver a verlo y camino durante un rato hasta salir del bosque
Intento pedir ayuda, pero nadie lo veia, el simplemente no existia para nadie, eso lo hizo ponerse aun peor, si aun tuviera corazon estaria latiendo con desesperacion
Completamente derrotado fue a sentarse frente a la acera... Siendo sorprendido por un niño vestido como demonio de tasmania, el cual parecia demasiado inocente y pequeño como para que martin tuviera el valor de mencionar el pequeño detalle de que estaba muerto
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waltfrasescazadordepalabras · 4 months ago
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Muchas dicen que los hombres no saben cómo provocar un orgasmo, ¿y tú, sí sabes hacerle el amor a un hombre? No querida, esto no se trata de brincar y brincar, esto se trata de algo más que hacerlo llegar, a ellos también hay que regalarles chocolates, versos y poesías, hacerle el amor a un hombre amiga mía, también es preguntarle cómo estuvo su día, mandarle mensajes bonitos en las mañanas, en la tarde y a medio día... ¿Quieres que ese hombre te vuelva a buscar?, te haces la interesante por darle lo que cualquiera le pueden dar... ¿Ya ves? No es tan fácil como crees, para hacerle el amor a un hombre también debes de ser una romántica empedernida, una chef, una experta en modas, una enfermera y una niñera por si se enamora, porque son así, como niños cuando se sienten amados, te conviertes en su mundo... Además, deberás ser su paño de lágrimas, su amiga y confidente, ellos rara vez lo aceptan, pero también son débiles, también sufren por una mentira y por el desprecio de una mujer, también son engañados y traicionados, también llegan a sentirse usados por tu inmadurez... Los hombres también necesitan que los invites a un café o a tomar una copa de vino, también les gusta pasear y sentirse protegidos... Te recuerdo que, para algunos, no todo es sexo por placer, también les gusta hacer el amor, que le esparzas tus caricias y besos en su cuerpo porque al igual que tú, ellos también pueden tener complejos... Para hacerle el amor a un hombre, también debes quitarle los miedos, desnudarle el alma, conocer sus temores y ayudarlo a alcanzar sus sueños... Debes alegrarte de sus alegrías y llorar junto a él sus tristezas y derrotas, porque te repito, los hombres si lloran... Deberás aprender también a leer e interpretar sus miradas, tendrás que ser más empática para entender sus celos por tus "amiguitos"... Le harás el amor a un hombre, cuando en público, sin miedo y sin pena, le agarres su trasero pícaramente o le digas un piropo, que de esa forma le grites al mundo que es tuyo y que eres suya también... Le habrás hecho el amor, cuando a media noche lo abrigues del frío en tu pecho, no habrá mejor cobija para él... Amiga, has que ese hombre te piense en cada amanecer, que sin ningún motivo diga tu nombre durante el día, que recuerde tus locuras y se le escape una sonrisa, has que su mayor motivación sea el visualizarte en su futuro y que al verte, se le olvide que tuvo un mal día... Dedícale canciones, aférrate a su espalda en un abrazo, que sienta tu alma y lo mucho que lo amas y te importa, porque si piensas que menearte rico, tocarlo rico, o brincarle rico, era hacerle el amor, ¡estás equivocada...! No hay mejor manera de hacerle el amor a un hombre que ganándote un espacio en su corazón, porque un espacio en su cama lo tiene cualquiera.
Autor desconocido
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psicologa-rolera · 2 months ago
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¡Hola, psicologa-rolera! ¡Vengo aquí a dejar una duda que me surgió de repente en una de esas tardes donde no se puede conciliar el sueño durante las horas de la siesta! Y creo que es una problemática que no solo me puede estar afectando a mí, sino a muchas otras personas.
¿Cómo se lidia con los fantasmas del pasado? Obvio, ni me refiero a literales fantasmas (¡para eso ya sabemos a quien llamar! *Inserte musica de los cazafantasmas*), sino a personas o hechos del pasado que nos han marcado de alguna manera.
Así como muchos, tengo una larga historia posteando en la comunidad desde muy chico (en mí caso, con catorce años empece). He hecho amigos, he administrado foros, he sido usuario, he tenido relaciones, he aprendido de mí mismo, he tenido momentos lindos y demás. Sin embargo, también he tenido desacuerdos, me he peleado, he baneado, he tenido acosadores, he hecho o dicho cosas de las que hoy no me siento orgulloso, entre otras.
Y de tanto en tanto me preguntó, ¿Que tal si alguno de esos errores o problemas en los que me metí vuelve de repente? Ya sea un usuario que aparece para decir que eres problemático por algo que hiciste hace mucho, gente que te difama o la simple preocupacion de toparte con "esa" persona que en su momento te hizo daño o le hiciste daño y que todo se vuelva incómodo. ¿Cuáles serían tus recomendaciones para gestionarlo?
En mí caso particular, no me he topado muchas veces con este caso (supongo que porque he tenido la suerte de no tener tantas situaciones problemáticas). Pero en caso de hacerlo, mí método es siempre tratar de evadir a la persona en cuestión, mantener la distancia y no romper la armonía de la comunidad con algo personal que pasó hace mucho. Sin embargo, siempre tengo el miedo de que la otra parte termine haciendo algo, ya sea comenzar con el acoso se nuevo, difamar, etc, etc. Soy una persona que intenta resolver siempre las cosas de forma pasiva pero entiendo que callarte y aguantar no es siempre lo ideal.
¿Hay alguna herramienta que facilite este proceso? Creo que en una comunidad relativamente pequeña donde muchos ya se conocen y tienen historia juntos es buena idea tener un mecanismo para lidiar con estos casos más allá de la típica "funa" o "chismes" que muchas veces se intenta usar para patear usuarios que desagradan de las comunidades.
Eso es todo, ¡espero que sea cual sea la respuesta, sea de utilidad para alguien más! ;u;9
¡Hola, hsf-akira! 💛 Es un gusto tenerte por este lado del blog.
¡Qué pregunta tan profunda e interesante! Creo que toca un tema con el que muchas personas pueden sentirse identificadas en esta comunidad —incluida yo—, especialmente cuando llevamos años en este hobby. Los "fantasmas del pasado" pueden ser experiencias o personas que resurgen, trayendo de vuelta emociones difíciles o recuerdos incómodos. Es valioso que ya reflexiones sobre cómo gestionarlo y que seas consciente de que evadir no siempre es la solución más efectiva a largo plazo.
Una estrategia útil en estos casos es la aceptación y responsabilidad emocional. Esto implica reconocer las emociones que estas situaciones nos generan, sin evitarlas, y responsabilizarnos de nuestro bienestar al enfrentarlas. Puedes aplicar la autorreflexión consciente: preguntarte si ya hiciste lo posible por enmendar lo que podías, si las acciones que tomaste entonces te dejaron tranquilo, y si volverías a actuar de la misma manera hoy. De acuerdo a tus respuestas, tal vez evadir ya no sea la mejor opción y podrías beneficiarte más de poner límites claros. Recuerda, ser responsable de tu bienestar implica tomar decisiones que te protejan, siempre con respeto hacia los demás y tomando en cuenta los pilares de la asertividad (clic para ver cuales son).
En cuanto a la comunidad, sería ideal contar con herramientas que permitan resolver conflictos desde el respeto y la mediación por parte de un tercero, pero reconozco que, como comunidad, aún estamos en proceso de desarrollar esas habilidades emocionales. Por ahora, promover reglas claras y un ambiente de amabilidad y respeto es clave, además de su cumplimiento. Establecer un sistema de reportes bien definido puede ser de gran ayuda para que los moderadores intervengan de manera discreta cuando surjan tensiones, previniendo que escalen a funas o chismes.
Por último, establecer límites personales y apoyar a los usuarios a hacer lo mismo es fundamental. Como staff, implementar opciones como el bloqueo o mutear usuarios es muy útil; y, como usuario, usar esas herramientas sin sentirse culpable también puede ser una forma eficaz de cuidar el propio bienestar mientras la comunidad sigue avanzando en su capacidad de resolver conflictos.
¿Qué opinas tú? Con esto, ¿se te ocurren algunas acciones más puntuales sobre lo que se podrías hacer a nivel personal, y lo que podríamos hacer como comunidad?
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i-indigo · 4 months ago
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Carta a Enemigos Que Me Hicieron Poemas: Introducción
Por algún tiempo ya
He vivido de la poesía.
Antes de que lo supiera,
La poesía ya había entrado a mi vida;
Alguien había escrito sobre mí.
A veces creo que cavé diez tumbas
Con cada verso escrito.
Es curioso cómo los días
Son como palabras
Encadenadas
En un poema
Que parece, no va a ningún lado.
Cuando mi amor
Tuvo la brillante (más tarde, devastadora) idea
De presentarme a sus estrellas,
Sentí haber encontrado la buena vida.
Sé que lo fue.
Estos poemas serán para mí;
Serán mi acto heróico hacia mí
Cuando nadie más puede hacerlo.
Éstos
Serán
Mis últimas palabras dirigidas.
Y no es
Un adiós,
Ya me he ido.
Estos poemas no los escribo:
Los escupo
A los cómplices, traidores
Que una vez
Me poetizaron.
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Carta a Enemigos Que Me Hicieron Poemas: Parte Uno
Parecerá mentira,
Si te digo que no es nada personal, no lo es.
Aún así,
Te voy a decir de todo.
No te preocupes,
Serás sólo el sujeto de ejemplo.
Pero que la sangre no haya tocado tus manos
No te hace inocente,
Si fuiste testigo ausente.
Que el peso de mi sangre
No descanse
Únicamente sobre tus hombros,
No lo hace menos terrible.
Sobreestimé tu lealtad.
Te amé demasiado, tal vez.
Me enamoré mucho de la vida:
El pasto soleado, vaquitas
Y tus abrazos reconfortantes.
No podés en absoluto
Dártelas de hombre sensible,
De pobre poeta,
Si luego vas a extrañarme tan poco.
Fuiste un amigo espontáneo,
Un amor colateral;
Un regalo que quise mucho.
Es extraño,
Conocí a alguien parecido,
Parece tu fantasma.
Es una pena.
Creí que serías mejor.
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Carta a Enemigos Que Me Hicieron Poemas: Parte Dos (Final)
Te preguntabas qué se escondría tras mis lentes sobre un rostro inexpresivo,
Tras el silencio que te condujo a mí.
Moviste personas, invitaciones, dinero y coches
Para indagarme,
Para hacerme reír.
Pronto, yo fui tu primera fuente.
Lo supiste todo de mí;
Cada verdad, todas impolutas.
Hiciste tanto
Por conocerme
Y tan poco
Por considerarlo.
Tu identidad se volvió un arma:
No creo que ni vos hayas imaginado
Que te iba a ser tan fácil abandonarme.
Olvidaste
Todas las mañanas pesadas al sol,
Los manteles puestos bajo los platos,
Las noches de corridas a la plaza,
Las escapadas espontáneas.
Conocí tu manejar;
Me es creíble que lo des todo
Por estar bajo el ala de cera.
Tuvimos de las amistades más profundas;
Tuviste el tupé de volverte superficial.
¿No te da pudor
Verme andar?
¿No te avergüenza
Fingir que nada pasó?
¿No te mata
Saber que la culpa te es exclusiva,
Que ya sea tarde?
No vuelvas cuando te vuelvas a quedar sola,
No vuelvas nunca.
No volverás a ser digna:
Tu aura está manchada
De mi dolor y mi sangre.
Este poema es la mitad de una serie;
Jamás serás digna
De un poema entero.
Y mucho menos,
De uno mío.
Feliz día del amigo.
Iara Índigo
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mirxndatano · 3 months ago
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HAUNTED IV
Qimir x F!OC
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Resumen: Un lazo invisible que los unía desde que eran padawans. Qimir era el verdadero significado de ser seducido por el lado oscuro. Un poder, secretos, deseo y su amor que parecía un hechizo inquebrantable.
Advertencias: temas sensibles como descripción ligera de lesiones y ataque de ansiedad.
Especificaciones: PadawanJediQimirXPadawanJediOC. Esto también puede ser Qimir x reader, no me gusta poner T/N ♡ Friends to lovers, slowburn (EN VERDAD, SLOWBURN)
Este fanfic será únicamente escrito en español y también será publicado en Ao3.
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆*:..
Haunted en Ao3
Tumblr: Part1 Part2 Part3 Part4 Interlude
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆*:..
—Maestra Vernestra, buenos días —saludó Akemi.
—Buenos días padawan Kyo —le devolvió el saludo—. Me informaron que no tomaste tu primera clase ¿está todo bien?.
—Lamento mucho mi falta, no dormí bien anoche y parece que dormí de más. Pero haré lo que tenga que hacer para resarcir lo ocurrido.
—Descuide, padawan. No estoy aquí por eso —dijo Vernestra—. Estoy aquí porque tendrás tu primera misión fuera de Coruscant, junto conmigo y mi Padawan…. el cual no encuentro por ningún lado.
Akemi pasó saliva. Estaba haciendo todo lo posible para suprimir sus emociones y tener la mente en blanco frente a ella. Esperaba que Qimir estuviera haciendo lo mismo, por su bien. Lo único que se permitió demostrar fue un poco de felicidad. Después de mucho tiempo, tendría su primera misión fuera del Templo Jedi.
—Nos iremos en media hora, no llegues tarde —dijo Vernestra antes de despedirse con una reverencia.
Akemi hizo lo mismo antes de cerrar la puerta. No se dio cuenta de que estaba conteniendo la respiración hasta que se fue.
—¡Ya puedes salir! —gritó para que Qimir pudiera escucharla.
Qimir abrió la puerta del baño, con mil preguntas en la cabeza sobre la pequeña interacción de su maestra y su amiga. La miró con una mezcla de curiosidad y preocupación en sus ojos.
—¿No dijo a dónde iremos? —preguntó.
—No… pero eso lo hace más emocionante —dijo Akemi con entusiasmo en su voz—. Nos verá en el hangar en media hora.
El poco tiempo que teníamos hizo que una pequeña sensación de urgencia invadiera a Qimir. La miró de nuevo, exhalando profundamente mientras hablaba.
—No tenemos mucho tiempo. Hay que prepararnos…
—Sí, será mejor que vuelvas a la habitación para hacerlo. Me daré una ducha rápida —dijo Akemi mientras sacaba un atuendo limpio de su closet—. Te veré en el hangar.
Qimir asintió. Estaba por salir de la habitación, pero la miró de nuevo y soltó una sonrisa burlona.
—Sólo asegúrate de darte prisa —dijo lo suficientemente fuerte para que Akemi pudiera escucharlo hasta el baño—. No quiero tener que esperarte.
—¡Espero lo mismo de ti! —respondió ella y abrió la llave de la regadera.
Qimir se rió entre dientes por sus palabras. Cuando escuchó el agua correr, un ligero rubor cubrió sus mejillas. Al regresar a su habitación, se bañó lo más rápido que pudo, se vistió y empacó algunas cosas esenciales que tal vez necesitaría en la misión.
°•°•°⋆✩⋆°•°•°
Por suerte, ambos llegaron a tiempo al hangar. Subieron a la nave y entraron a la cabina. La Maestra Vernestra no estaba. Aún así, Akemi volvió a notar que su amigo se empezaba a poner tenso. Qimir respiró profundamente antes de responder en voz baja:
—Lo siento, es que me pone nervioso…
—Sí. lo sé. Pero no te preocupes, todo saldrá bien —dijo Akemi tratando de reconfortarlo.
La Maestra entró y mientras encendía la nave, Akemi quiso responder sus dudas.
—Maestra ¿A dónde iremos?
—A Dathomir.
A la joven se le hizo hielo la sangre al escuchar su respuesta. El planeta de las brujas, las Hermanas de la Noche. Había oído las historias y leyendas que rodeaban a ese planeta, y muchas de ellas no eran agradables.
—¿Dathomir? ¿Para qué iremos ahí? —preguntó Qimir.
Vernestra miró a la joven, y es ahí donde sintió un hueco en el pecho. Antes de que la Maestra respondiera, Akemi lo hizo.
—Porque es ahí donde me encontraron los jedi antes de llevarme al templo —respondió la joven—. ¿Cierto?
Vernestra la miró con expresión estoica, contemplando su respuesta por un momento antes de asentir. Por otro lado, Qimir estaba confundido, en todo el tiempo de amistad que llevaba con Akemi, ella nunca le contó esa parte de su historia. Sabía que otros padawans hacían comentarios alusivos al tema, pero siempre los tomó como rumores absurdos inventados solamente por diversión.
—Así es, la Padawan Kyo fue encontrada ahí hace 12 años —dijo Vernestra—. Quienes la encontraron, nunca supieron si era hija de una bruja o había sido arrebatada de su verdadera familia. Por eso el consejo autorizó esta misión, esto podría llevarnos a una explicación sobre tus habilidades.
Akemi asintió respetuosamente. Cuando la nave entró al hiperespacio, Vernestra dejó a ambos Padawans en la cabina, ya que estar en esa parte le causaba dolor de cabeza, así que tuvieron espacio y tiempo para poder hablar.
—Kemi… ¿Por qué nunca me dijiste nada de esto?
La joven se puso pálida cuando lo escuchó, porque parecía que estaba herido por eso.
—Qimir, en verdad lo siento —dijo ella ocultando sus manos temblorosas entre las mangas de su túnica—. No te dije nada de mi pasado porque tenía miedo.
—Oye, no tienes que disculparte.
—Sí, pero….
Qimir logró notar su ansiedad y se acercó con un toque suave para tomar una de sus manos entre las suyas.
—¿Creíste que me afectaría saber la historia completa? —preguntó él cuando entendió el por qué del temor de su amiga.
Akemi bajó la mirada, pero asintió.
—Akemi, no hay nada en tu pasado que pueda asustarme —dijo él—. Te lo prometo, No importa lo que pase hoy en ese planeta, ni las respuestas que tengamos; Para mí serás la misma, nada cambiará.
—Gracias, Qimir —respondió Akemi sintiéndose aliviada del sentir del joven—. Eso me tranquiliza bastante.
—Y lo digo enserio —dijo Qimir. Cuando Akemi lo miró, no pudo evitar sonreír de forma traviesa—. No importa si al final eres una bruja o no, siempre parecerás una princesa.
Akemi dio un jadeo exagerado, fingiendo ofensa por su comentario mientras sonreía.
—¿Cómo que una princesa? ¿Por qué?
—Eres malcriada, terca, exigente y te gusta hacer las cosas a tu manera. Así que por eso pareces princesa.
—¿Ah, sí? Pues tú a veces eres un dolor de cabeza.
—Bastante irónico viniendo de ti.
La joven le dio un golpe amistoso en el pecho volviendo a sonreír. Qimir fingió una reacción, desplomándose dramáticamente en su silla, como si hubiera sido herido por el golpe.
—Olvídalo, golpeas como un Wookie.
Ambos continuaron bromeando entre ellos, riéndose mucho con las pequeñas bromas. Pero finalmente, el sonido de la nave cortó repentinamente su charla, haciendo saber que habían llegado a la órbita de Dathomir. Akemi se sintió nerviosa de un momento a otro, la Maestra Vernestra entró y se sentó en el asiento del piloto. Ambos jóvenes se quedaron en los asientos de atrás. Qimir notó su nerviosismo y aprovechando que Vernestra no podía verlos, tomó la mano de Akemi de una forma tranquilizadora. Akemi levantó la vista y con ver su mirada le transmitió lo que necesitaba saber; que no estaría sola, porque lo tendría a él a su lado.
Aterrizaron en una zona despejada. Desde la cabina se podía percibir la atmósfera lúgubre y misteriosa del planeta. Bajaron de la nave, los tres vistiendo sus respectivas capas. Todo era rojo, la tierra del suelo, el cielo, los árboles y la niebla que se disipaba a medida que se abrían paso para llegar al templo de las hermanas de la noche. Los jóvenes se ponían cada vez más nerviosos con cada paso que daban. Algo se movió por los árboles, hermanas de la noche estaban sobre los árboles apuntando a ellos con sus arcos y también fueron rodeados rápidamente por más hermanas.
—¡Si quieren vivir, den la vuelta y márchense! —amenazó una de ellas.
La Maestra Vernestra mantuvo su expresión neutral en todo momento y le dio una mirada rápida a Qimir y Akemi para que no hicieran ningún movimiento.
—Soy la Maestra Vernestra, este es mi padawan, Qimir y ella es la Padawan Kyo. Estamos aquí en son de paz para hablar con su líder.
—¿Por qué deberíamos confiar en ustedes?
Vernestra hizo a un lado su capa, quitó el sable de su cinturón y extendió la mano para que una de las hermanas lo tomara. Dando a entender que no las atacarían y podían confiar en ellos. Los padawans también entregaron sus sables y fueron escoltados hasta el templo. Al entrar, lo único de color rojo, era la ropa de las hermanas de la noche. Todo estaba dividido como pequeñas islas de piedra, la poca iluminación provenía de lámparas con luz verdosas y el lago artificial de color cian brillante. Entraron a una de las islas, donde ya los estaban esperando.
—No es común que los jedis se interesen en nuestro aquelarre. ¿Qué es lo que quieren?
—Madre Daka, queremos hablar de algo que ocurrió hace 12 años. Usted ya era líder en ese tiempo.
Daka, quien hasta entonces les estaba dando la espalda se giró para verlos. Pero su mirada fue directo a Akemi, lo cual la hizo sentir nerviosa. Había algo familiar en todo eso, ya no había vuelta atrás, todo se descubriría en ese momento.
—Ese cabello y esos ojos son difíciles de olvidar —dijo Daka refiriéndose a la joven.
—Así que usted recuerda a esta joven —dijo Vernestra, más que una pregunta, fue una afirmación.
La joven empezó a sentir pequeños piquetes en su estómago por el nerviosismo. Ya no había dudas de que en verdad ese planeta era parte de su pasado. Daka les hizo una señal para que se sentaran en los cojines del suelo, hicieron caso y Qimir se quedó cerca de Akemi.
—Esta pobre alma cayó en desgracia a una edad muy joven —dijo Daka—. Su madre, Takire, era parte de nuestro aquelarre. Ella sacrificó una parte de su ser para crear a esta joven, dejándole tres cosas como herencia. Takire salía de nuestros límites para explorar los planetas que eran permitidos y traer lo que fuera útil para nutrir de conocimiento a sus demás hermanas. Para su mala suerte, se enamoró de un hombre, uno que le arrebató la vida en un ataque de celos y con esto… la oportunidad de ver la evolución de su creación.
El corazón de Akemi dolió al escuchar eso. Desde que leyó sus archivos y encontró la palabra aquelarre, la posibilidad siempre estuvo ahí. Después de todo lo que dijo Daka, todo fue más real. Era hija de Dathomir, las brujas eran su verdadera familia. Ellas no eran una amenaza, ellas la estaban cuidando después de que un extraño le quitara la vida a su madre. Qimir se sentía incómodo, no esperaba una historia llena de tragedia. Su mirada y la de Akemi se encontraron, pero no dijeron nada.
—¿A qué se refiere con haberme dejado tres cosas como herencia? —preguntó la joven.
—Tu cabello y ojos son los mismos que los de tu madre —dijo Daka—. Y también… su habilidad.
Esas últimas palabras hicieron que los tres dejaran de respirar.
—¿Su habilidad?
—Takire podía manipular la mente y pensamientos de quien quisiera —dijo Daka—. Sé que ustedes los jedis tienen un pensamiento limitado respecto a todo, cuando algo se sale de sus parámetros, lo llaman ‘El camino al lado oscuro’. Así que con eso, puedo decir que la habilidad de Takire proviene de ahí.
El corazón de Akemi se paralizó, eso era lo único que no quería escuchar. Porque confirmaba que los Jedis tenían razón, su habilidad era una amenaza, para ella y para todos los que la rodeaban. Su mente tenía miles de pensamientos a la vez. Hasta ese momento, no amenazaba su vida, ni la de Qimir cuando llegaron a entrenar. ¿Había una posibilidad de que se saliera de control? ¿Qué pasaría después de abandonar Dathomir? ¿La Orden Jedi seguiría siendo su hogar? De pronto el aire ya no llenaba sus pulmones, comenzó a respirar con dificultad hasta que esta se escuchó pesada, todo su cuerpo temblaba y sus manos iban perdiendo temperatura hasta sentirse fría. Estaba sufriendo un ataque, todo se escuchaba como si estuviera dentro de una cápsula, su vista se nubló por completo. Lo único diferente que pudo sentir, fue la fuerza de unos brazos cargándola para sacarla de ahí.
Afuera del templo, fue recargada en uno de los árboles, su vista volvió de a poco, Qimir la había sacado del templo. Akemi comenzó a gritar y llorar de frustración, sentía rabia ¿Por qué su vida era así? ¿Por qué su vida de jedi, la única que conocía, dependía de un hilo? ¿Por qué ella? Llevaba meses sin tener un ataque. Y por desgracia, Qimir lo estaba presenciando. Cualquier otra persona pensaría que se estaba volviendo loca.
Qimir la rodeó con un brazo y con su otra mano sujetó las manos de Akemi para evitar que se siguiera lastimando la piel con sus uñas.
—¡Akemi, basta! —exclamó él—Te estás lastimando, por favor… respira.
—¡No… no puedo! —gritó.
—Claro que puedes… tienes que intentarlo y respirar lentamente —dijo Qimir mientras cambiaba la posición. Una de sus manos seguía sosteniendo las de Akemi y con la otra tomó su rostro para obligarla a mirarlo—. Concéntrate en mí, estoy aquí. Respira conmigo…
Akemi se resistió al principio, quería seguir luchando contra ella misma. Pero el tacto que Qimir mantenía en su rostro, la paz que transmitía en sus ojos, hicieron que algo en su pecho se suavizara. Mientras más respira, se iba haciendo consciente de todo, le ardía la garganta, al igual que el pecho y parte de la piel de sus brazos. Lo único cálido en todo ese lío, era él.
Poco a poco la calma volvió a invadirá y también el cansancio. Liberó todo su peso, Qimir la atrapó antes de que se golpeara con el tronco del árbol y la sentó en su regazo, la fuerza de su cuerpo se había agotado. Akemi lo rodeó con sus brazos recargando su cabeza en su hombro. Él le regresó el abrazo sintiendo cómo su cuerpo se relajaba más y más.
—Qimir… ¿Qué me va a pasar?
—Pase lo que pase, estarás bien… —respondió Qimir haciendo su mayor esfuerzo por tranquilizarla mientras acariciaba su cabello.
Intentó ocultar la preocupación en su voz, en realidad no sabía qué iba a pasar.
—¿Qué pasa si el consejo me expulsa de la orden? ¿Qué pasará conmigo?
Esas preguntas fueron como una puñalada en el pecho de Qimir.
—No te expulsaron… pase lo que pase, has demostrado ser una jedi.
Sabía que sus palabras sonaban débiles. El consejo era impredecible y sabía que la condición que Akemi ya era considerada una amenaza para ellos.
—Tengo mucho miedo —dijo ella en voz baja.
—Lo sé, yo… también lo siento —respondió él—. Aunque te consideren peligrosa, estoy aquí. No dejaré que hagan algo para lastimarte o se deshagan de ti.
La joven sólo pudo asentir contra su pecho. Como la noche anterior, el aroma de Qimir la relajó a ella y su mente. El momento de paz fue breve, porque el sonido de una rama romperse los hizo mirar al rente. Una de las brujas del aquelarre los miraba a unos metros, pero no tenía intenciones de atacar. Akemi solo deseaba ya irse de ese planeta, quería regresar a su habitación en el templo y dormir.
—Ustedes dos son llamas gemelas —dijo la hermana de la noche, haciendo que ambos la miraran confundidos.
—¿Qué? —preguntó Akemi, pidiendo a la Fuerza que ya los dejaran en paz por un momento.
—Ustedes… están unidos. Un vínculo poderoso que jamás podrá romperse.
Qimir frunció el ceño, tratando de entender de qué estaba hablando aquella bruja. ¿Llamas gemelas y un vínculo poderoso? Él miró a Akemi, que estaba en su misma situación, confundida.
—El hilo rojo del destino une a las llamas gemelas. Están unidos desde antes de conocerse —explicó la bruja—. No importa si uno tira del hilo para romperlo, eso será imposible.
En un parpadeo se acercó a ellos, y sin previo aviso tomó las manos de ambos y sopló sobre ellas. Una línea roja del grosor de un hilo apareció, como si estuviera atada de meñique en meñique. Qimir alejó su mano y el hilo se estiró haciéndose más largo.
—Eso significa que… —comenzó Akemi, pero fue interrumpida.
—Tu corazón late por ella, y el de ella por ti.
—Destinados a permanecer juntos… —dijo Qimir casi en un susurro.
—Pero… somos Jedis ¿Cómo será eso posible si no se nos permite formar ese tipo de vínculos? —preguntó Akemi.
La realidad de sus circunstancias golpearon al joven una vez más.
—Aunque algo superior prohíba esos lazos y traten de separarlos, el destino siempre encuentra la forma de unir a las llamas gemelas —dijo la bruja—. Si realmente lo son, no podrán permanecer separados para siempre.
Akemi sintió una pequeña chispa de esperanza. Incluso si los jedis la expulsaban, su destino y el de Qimir se volverían a unir. Él la miró, y tenía esa misma esperanza en sus ojos, sabiendo que no importaba lo que les deparara el futuro, lo enfrentarían juntos.
La bruja ya se estaba alejando, pero se giró como si hubiera olvidado mencionar ptra cosa.
—Pero… deben tener mucho cuidado. Si uno muere, una parte del otro también lo hace —advirtió.
A ambos se les heló la sangre.
—Será mejor que eso no pase. Porque tú, jovencito, tienes mucha oscuridad en tu interior, si ella muere… absorberás la suya y será mortal.
Akemi se sorprendio y notó que Qimir se puso incómodo con sus palabras. Como si lo hubiera descubierto algo que no quería que fuera revelado. Qimir sintió un escalofrío recorrer su columna, su mente se llenó de todos los secretos que había estado guardando y las cosas que había hecho.
Recuerdos que trataba día con día en enterrar en lo más profundo.
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