#Crónica
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Fixed lights, Wandering Lights
For function generator, loops, effects.
Guitarist, environmental sound recordist and sound artist, Enrico Coniglio (Venice, 1975) is a musician with an interest in landscape aesthetics. Graduated in town and country planning (IUAV), his research aims at investigating the loss of identity of places and the uncertainty of the territorial evolution, paying particular attention to the context around the Venetian lagoon. His music draws from a wide range of stylistic influences, combining elements of ambient, drone, modern classical, field recordings and electro-acoustic drifting.
Luci Fisse + Luci Erranti translates to Fixed Lights + Wandering Lights. Like light, the sounds herein have the contradictory qualities of stillness and movement, warm and cool, meditational yet engaging. EP length at just over 20 minutes, the silence left behind leaves you wanting more.
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LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN MÉXICO
En México, el problema de la violencia contra la mujer ha aumentado a lo largo de los años. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), del total de mujeres a nivel nacional de 15 años y más, el 70.1% han experimentado y han sido víctimas de algún tipo de violencia (psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación) en su vida, y que 10 mujeres son asesinadas cada 24 horas, según los reportes hasta el 2022. Esta problemática presente en nuestro país ha generado un debate continuo sobre el papel de los medios de comunicación en la manera en que informan sobre estos casos.
(Periódico Correo)
No cabe duda de que los medios de comunicación tienen una influencia significativa. Su cobertura afecta aspectos como la opinión y percepción pública, así como la respuesta social hacia la violencia de género. Sin embargo, su cobertura ha sido criticada por varios motivos. Con frecuencia, las noticias están centradas principalmente en el sensacionalismo, revictimización e incluso, se ha llegado a notar un fanatismo y glorificación hacia los criminales, en lugar de profundizar en las posibles causas estructurales de la violencia de género y en generar empatía por la víctima. Muchas veces podemos ver cómo los titulares destacan principalmente en los datos y aspectos morbosos de la noticia. Esto no solo deshumaniza a las víctimas, sino que desvía la atención de la verdadera raíz del problema, el machismo y la desigualdad en México.
Un ejemplo claro y muy presente es el feminicidio de Ingrid Escamilla en febrero del 2020, feminicidio que se hizo ley contra la difusión de videos y fotos del crimen. Ingrid fue asesinada brutalmente por su actual pareja, lo que movió al país, fue que los detalles del crimen fueron extremadamente violentos y públicos. En lugar de enfocar su atención en la víctima y en las causas sociales para poder prevenir este tipo de violencia, varios medios de comunicación publicaron imágenes explícitas del cuerpo de Ingrid como portadas y titulares, deshumanizando a Ingrid y desviando la atención de la raíz del problema. La publicación de las imágenes provocó una gran indignación y múltiples protestas en todo el país, comenzando al fin una discusión acerca de la necesidad de una cobertura por parte de los medios más ética y respetuosa. “La Cámara de Senadores aprobó la Ley Ingrid para sancionar a funcionarios que difundan material de víctimas de un delito.” (El Universal, 2022)
(Excelsior)
Para poder analizar a fondo esta problemática, se analiza una entrevista a Pamela Cerdeira, periodista, autora y activista social reconocida por su incansable lucha contra la violencia hacia las mujeres en México. Con más de dos décadas de experiencia en los medios y un fuerte compromiso con la lucha por los derechos humanos, Pamela aporta una perspectiva crítica sobre la cobertura mediática de estos casos.
Pamela enfatiz�� que la violencia contra las mujeres es un problema estructural de México, en donde el sistema de justicias en la mayor parte de los casos falla, especialmente en todo lo relacionado con temas de género. Pamela y su compromiso con la justicia social y los derechos de las mujeres la han convertido en una de las voces más fuertes e importantes en el tema. Las opiniones de Pamela enfatizan la necesidad de una cobertura periodística, ética y responsable que ayude a la sociedad a generar conciencia sobre la gravedad de la situación actual. Para ver la entrevista completa, haga clic aquí.
(Facebook: Pamela Cerdeira)
La violencia contra las mujeres en México es una crisis que requiere una respuesta y una solución urgente. Los medios de comunicación tienen una responsabilidad sumamente crucial en la forma que presentan los casos al público. El caso de Ingrid Escamilla sirve como claro ejemplo de cómo la irresponsabilidad y falta de sensibilización causan daños irreversibles a los familiares y conocidos de la víctima, y resalta la necesidad de implementar cambios en la forma de presentar información. La aprobación de la Ley Ingrid es un gran paso hacia una cobertura ética. De acuerdo con las palabras de Pamela Cerdeira, ella destaca la importancia de un periodismo ético y comprometido con la justicia y con los derechos humanos. Además de su papel como informadores, los medios de comunicación son un agente de cambio, que pueden y deben contribuir para aumentar la conciencia social, y así, erradicar la violencia de género en el país.
Es fundamental que los periodistas, organizaciones y medios de comunicación trabajen juntos de manera responsable para fomentar la ética y priorizar la dignidad y respeto hacia las víctimas. A través de una cobertura mediática responsable, México podrá avanzar a una sociedad justa y equitativa, donde las mujeres puedan vivir libres de violencia.
(Voices of Youth)
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youtube
Qué capa que es Leila Guerriero por Dios
#Leila Guerriero#Crónica#Escritura#Arte#La llamada#Literatura#Literatura latinoamericana#literatura sudamericana#literatura argentina#Youtube
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La verdadera seducción del folleto no es una invitación a fantasear sino más bien la construcción de la fantasía en sí.
Foster, D. (1997) Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer. Editorial Random House.
#frases#citas#libros#no ficción#crónica#ensayo#literatura estadounidense#david foster wallace#algo supuestamente divertido que no volveré a hacer#random house
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Una noche entre adictxs al Catnip
Por Darío Beltrán.
“Aún alcanzo a llegar”, me repetía a mí mismo mientras veía como mis planes se complicaban poco a poco para salir de Guadalajara después de una mañana en que el trabajo se alargó y una tormenta retrasó aún más mi llegada a Zamora para el concierto Adictxs al Catnip. Miraba las actualizaciones de Aleex Raptor en redes donde anunciaban que iniciarían a las 6 con la presentación de un sencillo y una pequeña tertulia. A esa hora apenas estaba cruzando el puente de la frontera estatal en La Barca.
Me llené de alivio cuando le pagué al conductor del taxi que me dejó en la puerta de La Colmena y percibí que aún no se escuchaba música. Entré al foro y sentí alegría al ver tantas caras conocidas, había una energía en el aire que me recordó otras noches y otras bandas en esta misma ciudad. Fui por algo de tomar y en la barra encontré recuerdos del extinto Soft Lounge (saludos a Frank), "el eterno retorno" dicen los filósofos.
Regresé a mi lugar justo a tiempo para escuchar a Tutute, quién siempre me llena de calorcito el corazón. Ella, que se ha presentado fuera del país, cantó con la confianza de quién está en casa y juega de local; donde no hay nervios y sólo está la alegría de los reencuentros pendientes que habían quedado colgados hace tiempo. Con una voz de ensueño nos llevó por escenas sencillas y familiares. Tiempo aquí y Particular me conmovieron mucho.
Después llegó el turno de Rosas: artista que conforma parte del tour presentando su Neo Trova después de algunos años de no estar por acá. Hizo un recorrido por su material con canciones como Átomo y Sandía; además del nuevo lanzamiento Pasos. Un momento mágico fue cuando leyó el poema Los Nadies escrito por Eduardo Galeano: una declaratoria de principios sin duda.
Habíamos llegado a la mitad de la velada y Aleex Raptor con su hermano Armando tomaron el escenario. Con la seguridad que te da saberte esperado desde hace tiempo entregaron un set potente lleno de éxitos desde Asteroides hasta Colchón (su más reciente sencillo). Invitaron a Rosas a echar un palomazo; coverearon a Junior H y complacieron la petición de un wey que les pidió Como nacen los punks con Feio Villanueva al bajo para está canción. Presentación redonda.
Para terminar la noche llegó el turno de Feiow Sad y la banda Los Muchachos de los Ojos Tristes: Temoc, Coché y Alex. Sin miedo a negar su historia emo punk, entregaron un show con fuertes guiños al pasado, un cover de My Chemical Romance, canciones de los tiempos de Medio Litro (anterior banda de Feio) y material más reciente como Aprendiz fueron el cierre perfecto para esta dosis de Catnip.
Al parar la música se sentía la euforia en las conversaciones, los abrazos se sucedieron entre amistades y familia, sabíamos que era una noche para recordar.
¿Qué es una escena músical? Me pregunto mientras escribo esto. Los que saben del tema la definen como un conjunto de bandas que comparten un sonido, escenarios y una base de fans a los que les gusta su música, pero siento que esas palabras se quedan cortas cuando tienes noches como la presentación de Adictxs al Catnip. La escena es ver crecer a las bandas que escuchabas en vivo cuando los años pesaban menos, es ser testigo de su profesionalización en todos los aspectos: ver cómo su merch se vuelve icónica (shout-out a @armandomerch), como su producción cada vez es más cuidada (escenografía, sonido, marketing) y cómo poco a poco se van volviendo artistas que conectan con las personas a niveles que van más allá de lo que habían pensado inicialmente. Mientras suena El Monstruo Aquél, recuerdo esta noche con la gente que quiero y admiro deseando que la fortuna les sonría en su camino.
Edición por: Carmen Medina.
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Te quiero crónica
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Un par de años después
Si me mirara así una cantidad de segundos más te prometo que no sería capaz de no besarla por una cantidad de segundos más Si me mirara así por unos segundos más yo no podría pensar en no besarla Si me mirara así que me mire todo el tiempo que entre más en sus ojos me pierda más me encontraré en sus besos – j. de la ribera; viernes por santo domingo.
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#amor#arte#biblioteca#cenizas#chile#chileno#crónica#cuentos#escrito#escritor chileno#escritos#escritura#frases#j. de la ribera#Juan de la Ribera#lenguaje#letra#letras#letters#literario#literatura#literature#lterature#lyrics#poética#poemas#poesia#relato#relato chileno#santiago
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El oso
Eh, compa, hazme un paro, ¿no?, yo nomás venía a ver a mi morra, pero unos putos se me fueron de baño.
El vatillo tenía medio cuerpo metido en el barandal de mi casa. Unas líneas de sangre le escurrían desde la greca revuelta y le coloreaban de rojo su playera hecha garras. Lo revolcaron, pero alcanzó a correr y ahora estaba ahí, enfrente de mi porche.
¿Qué onda?
Ei, déjame escondo, unos pinches jotos me andan cazando, pero me les voy a desafanar. Nomás un ratillo, compi, en lo que me sordeo.
Le pensé, pero abrí la reja. El vato entró casi a gatas y se recargó en una de las llantas traseras de la camioneta de mi papá.
Eran tres y me agarraron de bajada, pero, neh, si me hubieran cantado un tiro de frente de perdido a uno sí lo bajaba de un vergazo.
Han de haber sido Los Pachecos, esos gueyes andan regándola un chingo.
Y, sí, al minuto escuché las carcajadas del Sotaco y las del Mikima y el Diego. Cruzaron Martín de Zavala: el Miki y el Diego, con los torsos desnudos, tirando presencia; el Sotaco y sus tramos arremangados para lucir los convers rojos y los chamorros rayados. Barrieron la cuadra con la mirada, inflados como palomos de la Alameda. El Sotaco me vio y echó una escuadra con la mano derecha para saludar.
Quihubo, Chinillo, ¿onde anda el Chino o qué?, tengo un resto de no ver a tu jefe.
Ahí anda el vato, tirando barra, como siempre, ya sabes que no batalla.
Ah, pinche Chinillo curado. Mejor págate unas guamas, culo, y deja estar tirando tanto rollo.
Sobres, ta bueno, yo le digo.
Les dije. Y así como apareció la tríada de panchitos, desaparecieron cuando se dejaron ir por 16 de septiembre rumbo al callejón que era su central de opreaciones malandras.
Yo no soy cabra, camarada, si fuera acá, uno contra uno, me la fleto, pero esos ojetes son bien baños. Solos no pueden, valen queso.
Se levantó con la espalda encochinada de tierra y aceite de carro. Parecía aún más madreado que cuando llegó. Fue cojeando directo al grifo de agua, abrió la llave y metió la cabeza debajo del chorro. Un charco color rojizo le remojó las suelas de los tenis. El vatillo se quitó lo que le quedaba de playera. Se secó el cuello, los brazos. Luego hizo una bola malhecha con la tela sanguaceada y la tiró a la banqueta.
Eh, presta una lima, ¿no? Una ya viejilla si quieres. Es que si me voy así va estar bien banderoso.
Salí de la casa con una playera percudida de un candidato del pri. El vatillo se chupó los dientes y se la puso al revés pues porque ya no le quedaba de otra.
Deja le caigo.
Y abrió la reja y se asomó la calle para tantear la escapada.
Ahí en la esquina en 5 de febrero pasa el 17, enfrente de la primaria; y si no, en Morones puedes agarrar el 202.
Si sí sé morro, orita tomo el 17, ya con llegar al centro la armo.
Aguas con esos gueyes porque se juntan en el callejón, ahí por la parada. Mejor rodea por América y espera el mionca en la carnicería.
¿Le doy por esta calle de arriba?
Sí, es más, deja te encamino.
Eh, pero si te tuercen conmigo también te van a querer putear. Mejor tira a león, no hay pedo.
Nambre guey, yo saco a estos vatos, si se dejan venir yo les digo que eres conocido, que le calmen, no creo que ya te hagan nada.
Pos al cabo ya qué si ya me pusieron, ¿va?
Pues sí.
En la carnicería casi no cotorreamos. Él estuvo alerta mire y mire a la esquina de por el callejón para que no nos sorprendieran, pero la pasó tranquilo, como si no lo hubieran acabado de madrear tres locotes. Yo andaría nervioso, lo menos y de perdido, pero este vato se mantuvo sereno hasta que vimos al ruta 17 rumbando cerca.
Eh, y si un día andas por Sanberna y te quieren apañar, namás díles que conoces al Oso, de la 123. Díles pa que veas que no te van a hacer nada, allá todos me respetan...
Y el Oso se subió al 17, todo madreado, con su vergonzosa lima del pri, pero como si nada porque ya la llevaba de gane.
El camión dio la vuelta en la Pio X y yo también me quedé tranqui, sosegado: porque si un día me quieren apañar en sanberna, pues no hay pedo, tengo pase libre. Que me prendan al cabo y que conozco al Oso de la 123. Y ahí en ese barrio a ese vato todos lo respetan.
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Harvey Weinstein tiene leucemia mieloide crónica: informes - Nacional
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Dedicado a los sobrevivientes de la atención al público
Sumergidos entre el sonido del agua cayendo, el rechinar del piso de madera, y el ensueño de estar rodeado de algo más que, para algunos, sería sólo decoración, aparecen personajes peculiares e interesantes. Nunca sabré del todo de dónde vienen, debido a que es fácil inventar una historia ante un desconocide, así como también es fácil hablar con la honestidad más brutal y descargar algunos pesares. En el contexto del cual escribo, estas escenas quedan flotando en silencio y oscuridad.
De las veinticuatro horas del día, sólo se necesitan cuatro para que se convierta en un gran vaivén de estímulos. Hasta cuando está completamente vaciado respirar es un acto disruptivo. Todo suena a ruido, todo perturba y ensordece, más si son gestos, muecas y movimientos, tan así que lo que sucede de una punta a la otra, aparece como susurro en el oído, con una nitidez que asusta.
Cuando alguien levanta la voz se rompe el adormecimiento eterno, como aquella vez donde ese hombre comentó “esto es una porquería”. De la vasta cantidad de personajes que van y vienen algunos son pintorescos, otros sólo tienen bronca, y a unos sólo les gusta crear situaciones, pero siempre aparece el que es uno de esos.
Es interesante cuando alguien quiere y, sobre todo, necesita ser reconocido como ser pensante que, por supuesto, se auto coloca en una especie de pedestal intelectual, pero que se pierden en un interesante número de sujetos masculinos del mismo perfil (no se lo digan, no queremos herirles).
Entre los distintos desafíos que nos encontramos quienes trabajamos en atención al público, uno de los que entra en el top 5 es ¿cómo me libero de este pelotudo sin perjudicar mi continuidad en el laburo? Pues, mentalmente todes creamos algún manual de supervivencia.
Uno de los puntos básicos del mismo es que los sentidos se vuelven muy finos, buscando cualquier nuevo foco de interés para finalizar ese breve pero intenso spin off de, -en mi caso-, una tarde de invierno trabajando en el museo municipal mendocino, con la participación especial del incel del día.
Para el escape, es indispensable aprovechar cualquier nuevo ingreso a la sala. Todo sirve, hasta el de los que sólo quieren usar el baño, y bendecide se siente une cuando se trata del perrito que entró a perseguir el aroma del pan relleno que trajeron algunes.
Más allá de los testigos humanos casuales que presencian, el espacio es el único que todo lo ve. Sus luces tenues y focalizadas esquivan la situación, pero las obras respiran los hechos que los cristales le rebotan en casi todas las direcciones. Algunas quedan atrapadas en las zonas más recónditas, como un eco que se libera sólo con las vibraciones producto del movimiento del portón, llevándolas a esparcirse hacia el techo alto y frío, liberándolas de toda existencia.
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Libro “De la estupidez a la locura - Umberto Eco”
Ficha técnica Título original: Pape Satàn aleppe[1] Título en español: De la estupidez a la locura[1] Calificación edad: Recomendado para mayores de 13 años. Autor: Umberto Eco[1] Lengua original: Italiano[1] País: Italia[1] Género: Ensayo y crónica[1] Calificación calidad: 8 (Muy buena) Argumento y comentario “De la estupidez a la locura” es una recopilación póstuma de crónicas breves…
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Miguel Salmerón, más moderno que ninguno ahora
Después de dos semanas que supieron a muy poco (del 2 al 18 de julio), la representativa y muy valiosa muestra de la obra de Miguel Salmerón Pellón que se pudo ver en el patio de luces de la Diputación dejan un poso de gusto, exquisitez, memoria e historia que no puede sino invitar a felicitar y darle un beso en la frente si hace falta a los comisarios que la han organizado y al técnico (o al político) que la haya autorizado. Ha estado poco tiempo, pero poco siempre es mejor que nada. Sobre todo para un artista de la importancia de Salmerón, dibujante nacido en Berja a finales del XIX que luego se pasó media vida dando clases y la otra haciendo portadas para el Blanco y Negro hasta que dijo de morirse en los 60.
Los comisarios, Juan Manuel Martín Robles y Javier Sánchez Real, han destacado que Salmerón «es un hombre comprometido, artista vocacional y profesional de la docencia que ejerció una breve y prolífica actividad artística como ilustrador, dibujante, diseñador y pintor que tras alcanzar un reconocimiento unánime por parte de los críticos del momento, logró publicar trabajos en revistas especializadas como Blanco y Negro, Cosmópolis o Mundo Nuevo». Algunas de las cuales se pueden ver pero no tocar como se ven pero no se tocan las cosas en las exposiciones. Europa Press dice que «la exposición señala los principales hitos que han marcado su trayectoria creativa e incluye documentos de gran valor como obras de arte, fotografías históricas, carteles, dibujos y pinturas». Diego Martínez en el Diario de Almería añade que «la exposición hace un recorrido por la infancia y juventud en Berja, haciendo hincapié en su viaje a Madrid y el fallecimiento de su madre, así como su actividad y docente y artística y su matrimonio». Continúa: «su consagración como cartelista se contempla en el apartado, Valladolid y Almería (1939-1947), y otra área resalta el retorno a su tierra, a Berja. Luego hay también un amplio espacio en el que carteles, dibujos y pinturas realizados entre 1947 y 1962 permiten conocer los años más productivos del artista».
La exposición ha sido altamente recomendable por el enorme sabor de unas obras (y una época) más reciente de lo que nos pensamos, pero sobre todo, por más moderna hace 70 años que muchísimas cosas que se hacen hoy. Quizá es lo que más sorprenda de la exposición: publicaciones cuya maquetación es mejor que todas las revistas que ahora se editan juntas, portadas de libros más estimulantes e interesantes que cualquiera de las que se puedan hacer ahora, carteles más artísticos y llamativos (un cartel no necesita ser mucho más) que casi cualquiera de los que se hacen ahora y así con todo lo que el espectador se va encontrando en una fantástica exposición a la que, no obstante, le caben algunos peros. Las cartelas son prácticamente inútiles. No porque la fuente escogida no haya sido la mejor, que no lo ha sido, sino (más bien) por haber sido la peor. Si la muestra sigue de tournée por ahí, a ver estos comisarios si aparcan un poco su vena creativa y se limitan a explicar, a contar, a titular o a lo que sea pero que el artista sea sólo Salmerón por parte de padre y Pellón de madre.
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El legado sonoro de José Agustín
En la sesión “¿Cuál es el soundtrack de tu vida?”, celebrada el pasado viernes 16 de agosto en la Fonoteca Nacional de la CDMX, los hijos de José Agustín –Andrés, Jesús y José Agustín Ramírez Bermúdez– destacaron la profunda conexión del escritor con la música. Dentro del auditorio Murray Schafer, se evocaron los sonidos que dieron vida y forma a su obra, a través de fotografías y canciones que marcaron su trayectoria como narrador, ensayista y cineasta de la literatura de la onda.
La noche estuvo cargada de emociones y recuerdos, guiados por los hermanos Ramírez Bermúdez, quienes ofrecieron una ventana privilegiada a la relación que su padre tenía con la música. No se trataba simplemente de una banda sonora incidental, sino de un lenguaje paralelo al de las palabras, que permeaba su proceso creativo y personal.
Con cada canción, los asistentes fueron transportados a un rincón distinto de la vida de José Agustín, desde sus días rebeldes de juventud hasta su consagración como uno de los autores más influyentes de la segunda mitad del siglo XX en México. Los hermanos rememoraron cómo la música transformó la escritura de su padre y la atmósfera creativa de su tiempo, destacando cómo el rock, en particular, se convirtió en una herramienta de transformación.
Fragmentos de la reedición de "La nueva música clásica" fueron leídos por Tino, desgranando el impacto del rock en la cultura global. Jesús Ramírez Bermúdez, psiquiatra, señaló que la última conferencia de su padre, titulada también “¿Cuál es el soundtrack de tu vida?”, reflejaba cómo la música moldeó no solo su obra, sino también su existencia. La poesía y el rock se entrelazaron en su vida, llevando al escritor en un viaje espiritual que resonó en cada página de su literatura.
El rock de Elvis Presley, Muddy Waters, Procol Harum, Pink Floyd y Bob Dylan, así como la poesía que lo acompañaba, reflejaron la dualidad en la que se movía José Agustín: un espíritu indomable que encontraba en la música no solo una forma de entretenimiento, sino un vehículo para la indagación personal y la creatividad.
Siendo exploradora y revolucionaria, la obra de José Agustín fue reconocida no solo por sus múltiples premios, sino por su capacidad de capturar la esencia de una era. Su legado, hoy celebrado por sus hijos, sigue vivo en cada nota y en cada palabra que dejó escrita, además de hacernos recordar que el soundtrack de una vida es más que una lista de canciones: es el eco de una existencia vivida al ritmo de sus propias notas.
Texto y fotos: Mariel Argüello
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Toda Hiroshima es un gran cementerio.
Oe, K. (1965). Cuadernos de Hiroshima. Editorial Anagrama.
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El Cristo de la Expiración la noche del Jueves Santo
A lo mejor no se percibe, a lo peor no se aprecia, pero bajo ese velo está el Cristo muerto y expirante, bien muerto y bien expirante que tallara Nicolás Prados en 1942 para la parroquia de San Pedro. Es noche cerrada de Jueves Santo con cofradías en la calle en la que gusta girar visita al monumento. Hay tiempo para todo y si no lo hay, hay cofradías de las que se puede prescindir. La estancia es plácida, reconfortante nunca sé muy bien ante qué, pero yo me intento asir. El diálogo es un monólogo, yo le llevo el alma triste y el cuerpo cagado (aunque las nalgas limpias) de miedo y respuestas nunca obtengo, pero es que a las iglesias no se va a por respuestas. Tampoco nos vamos a poner ahora a recolectar peras en viejas fábricas. Pero la visita me nace como un impulso irrefrenable de espiritualidad. Ese ansia de inmanencia y trascendencia que no tengo ni idea de lo que son y creo que hasta son conceptos opuestos, pero tú los sueltas y la media de quien te está escuchando ni se entera. No por falta de cultura, que por supuesto, sino por falta de atención. A nadie le importa lo que contamos porque la gente en realidad está a otras cosas y, desde luego, no son las tuyas. Por eso uno lee o se va a estos monólogos que es lo que sus padres y abuelos le enseñaron.
De camino al reclinatorio uno observa que a otros nietos otros abuelos les están enseñando lo mismo que a uno le enseñaron. Unas veces son otros abuelos, otras otros padres. El caso es que, pocos, pero el goteo es interesante, que te reconforta con la comunidad. Siempre habrá otros locos que apoyen tu locura, piensas, mientras cruzas la mirada con la suya que piensan igual de ti. Seguramente ninguno de los que vamos sepamos muy bien a qué o a lo mejor todos lo saben muy bien y soy yo el que anda perdido, aferrado a un ansia para el que aún no encuentro nombre (y ni, por desgracia, respuesta). El caso es que de la que se va o de la que se viene, con la luz tenue del templo, diferente a cualquier otra luz de cualquier otro día a cualquier otra hora, gusta uno de reparar en matices. Me paseo por San Pedro porque a ver cuándo me veo en otra si no es el jueves Santo del año que viene. Así que hasta entonces escudriño perfiles que no me son desconocidos, estampas que no son inéditas pero sí poco habituales que para el caso es lo mismo. Como la del Cristo de la Expiración lejos de su lado del Evangelio, amortajado como quien dice por la tradición. Luego, cuando se descubra el Cristo fijo sobre el Crucifijo (que diría en su pregón tantas veces Nazarioyuste) el cura de turno de vela recordará mientras dobla como quien dobla una sábana la antífona ésa de mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. Venid a adorarlo. Yo escribo luego esta crónica que nadie me pidió para este blog que nadie leerá en la que a lo mejor debería contar por qué en Semana Santa se cubren las imágenes, pero como no lo cuento a lo mejor por eso nadie lo lee. Ojalá nada cambie, viva la tradición.
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