#Ciudad de los 15 Minutos
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La “ciudad de los 15 minutos”: El proyecto utópico de Alak para La Plata
La “ciudad de los 15 minutos”: El proyecto utópico de Alak para La Plata La “ciudad de los 15 minutos” propone accesibilidad a servicios esenciales a pie o en bicicleta desde cualquier punto de la ciudad.
La “ciudad de los 15 minutos” propone accesibilidad a servicios esenciales a pie o en bicicleta desde cualquier punto de la ciudad. El concepto de la “Ciudad de los 15 Minutos” es promovido por el urbanista internacional Carlos Moreno y recientemente presentado en La Plata por el intendente Julio Alak. Este modelo promete que los servicios esenciales de la vida cotidiana sean accesibles de forma…
#calidad de vida#Carlos Moreno#carriles para bicicletas#Ciudad de los 15 Minutos#consulta significativa#contaminación#densidad poblacional#desigualdades existentes#desigualdades sociales#Espacios Verdes#ideas abstractas#infraestructura existente#Julio Alak#La Plata#Participación Ciudadana#planificación adecuada#realidad práctica#recursos limitados#redistribución de tierras#reestructuración masiva#servicios esenciales#transparencia#transporte público#vehículos privados
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La “ciudad de los 15 minutos”: El proyecto utópico de Alak para La Plata
La “ciudad de los 15 minutos”: El proyecto utópico de Alak para La Plata La “ciudad de los 15 minutos” propone accesibilidad a servicios esenciales a pie o en bicicleta desde cualquier punto de la ciudad.
La “ciudad de los 15 minutos” propone accesibilidad a servicios esenciales a pie o en bicicleta desde cualquier punto de la ciudad. El concepto de la “Ciudad de los 15 Minutos” es promovido por el urbanista internacional Carlos Moreno y recientemente presentado en La Plata por el intendente Julio Alak. Este modelo promete que los servicios esenciales de la vida cotidiana sean accesibles de forma…
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Fina | Enzo Vogrincic
*3000 words (me inspiré) & mini s*x scene
Corrías con desesperación por el bullicioso aeropuerto, el eco de tus pasos resonando en los pasillos abarrotados. El tiempo apremiaba, y tu corazón latía al ritmo frenético de la prisa. El billete se aferraba en tu mano, como un talismán que te conectaba con tu destino. "¡Espera! ¡Ya voy!" gritabas, entre jadeos, mientras sorteabas a la multitud con determinación.
El reloj avanzaba implacablemente mientras te abrías paso entre la maraña de viajeros. Las luces parpadeaban sobre las pantallas indicadoras de vuelos, recordándote cada segundo que se escapaba. Al llegar al gate, una sensación de alivio temporal te invadió, pero rápidamente se desvaneció al notar que el área estaba desierta, como un escenario abandonado después de la función.
Te dirigiste apresuradamente hacia el empleado de la aerolínea, tu aliento agitado y la esperanza titilando en tus ojos. "Tengo un vuelo a Madrid ahora, por favor, dime que he llegado a tiempo", imploraste, con la voz entrecortada. El empleado, con un gesto comprensivo, te miró con seriedad y dijo: "Señorita, el vuelo se fue hace diez minutos".
Un nudo se formó en tu estómago, pero no te diste por vencida. Con determinación, preguntaste sobre cualquier opción disponible. "¿Hay algún otro vuelo a Madrid pronto?" El empleado, consultando la pantalla con un semblante compasivo, respondió que el próximo vuelo no sería hasta dentro de 15 horas. Asentiste con resignación, consciente de que el tiempo ya no estaba de tu lado.
Entonces, con la mente fija en tu compromiso ineludible, mencionaste la reunión crucial con la agencia de producción. "Tengo una reunión muy importante en Madrid. Aceptarán mi guión para una obra de teatro, y no puedo perder esta oportunidad", le expresaste al empleado, esperando encontrar alguna solución. El hombre tras el mostrador comprendió la urgencia en tu voz y te informó sobre la posibilidad de esperar.
Te refugiaste en un acogedor café ubicado en algún rincón del aeropuerto de Londres. El aroma del café recién hecho flotaba en el aire, pero tus sentidos estaban inmersos en la música melancólica de Guitarricadelafuente que fluía a través de tus audífonos. Con gestos automáticos, conectaste tu celular para cargarlo, buscando consuelo en las notas de tu artista favorito.
Sin previo aviso, una lágrima solitaria escapó de tus ojos, una expresión palpable de la desesperación que te embargaba por haber perdido el vuelo. La música parecía resonar en sintonía con tus emociones, como si Guitarricadelafuente compartiera tu dolor a través de sus cuerdas y melodías. Mientras las lágrimas seguían su curso, te sumergiste en un mar de pensamientos, contemplando el giro imprevisto que había tomado tu día.
Con resignación, extrajiste el guión de tu bolsa, sosteniéndolo entre tus manos temblorosas. El papel, ahora manchado por las lágrimas, representaba más que un simple texto; era la culminación de tus esfuerzos y sueños. Te encontrabas en una ciudad ajena, lejos de casa, y la realidad de estar varada por 15 horas en Londres se apoderaba de ti.
Las palabras del guionero, antes tan llenas de promesas, se volvían borrosas a través de tus lágrimas. De repente, te sentías como una niña de cinco años que había perdido su globo de cumpleaños, la tristeza reflejada en tus ojos y en cada línea de tu rostro. La ironía de la situación no pasaba desapercibida, y una mezcla de frustración y vulnerabilidad te envolvía mientras te aferrabas al guión como a un salvavidas en medio de la tormenta.
—
Sumida en la tristeza de tus pensamientos, te diste cuenta de repente de una mano amable que se acercaba a tu rostro con una servilleta. Entre la neblina de lágrimas, apenas pudiste vislumbrar la acción generosa de un desconocido que, con empatía, te ofrecía un medio para secar tus ojos. Agradecida por el gesto, aceptaste la servilleta sin poder identificar a la persona detrás de ella.
La bondadosa presencia a tu lado pasó desapercibida hasta que lograste controlar las lágrimas lo suficiente como para ver a quien te había brindado consuelo. Descubriste que había estado sentado junto a ti durante un buen rato, observando silenciosamente tu situación con comprensión. Sorprendida por su amabilidad, solo lograste articular un simple "thanks", incapaz de distinguir completamente sus rasgos.
En un giro inesperado, el hombre respondió en español. "De nada, yo espero que todo se recupere", dijo con una sonrisa tranquilizadora. Al levantar la mirada para agradecerle debidamente, te encontraste con la visión de un hombre extraordinariamente atractivo. Su piel canela destacaba bajo la luz del café, su cabello despeinado le daba un aire casual y sus ojos, de un caramelo puro, irradiaban calidez y comprensión.
Aunque te sentías vulnerable y con el corazón aún apretado por la situación, la presencia reconfortante de este hombre te hizo sentir un atisbo de consuelo. No sabías exactamente cómo reaccionar ante su belleza, pero la curiosidad y la necesidad de conexión humana te impulsaron a romper el silencio. "¿Hablas español?" preguntaste, con la esperanza de que la respuesta fuera afirmativa. El hombre sonrió y respondió con una risa contagiosa, "Creo que sí".
A pesar de la tormenta de pensamientos que te asaltaba, la visión de este joven que parecía salido de tus sueños generó un apretón en tu corazón. Sin embargo, la realidad chocó contra la fantasía cuando notaste que llevaba una sudadera y tenis Nike, una imagen más casual y terrenal que la que habías imaginado.
El chico, notando tu evidente perturbación, rompió el hielo al expresar su intriga ante la combinación de un guión en tus manos y lágrimas en tus ojos, “No te conozco, pero al ver que tienes un guión en mano y estás llorando, ahora estoy muy intrigado por lo que te ha pasado," dijo el chico guapo con una mezcla de curiosidad y empatía en su voz. Te sumiste en un silencio momentáneo, tratando de procesar la situación y, al mismo tiempo, preguntándote si este encuentro era producto de tu imaginación o si realmente estabas frente a alguien especial.
Finalmente, el chico reveló ser actor y confesó su amor por el teatro, aunque actualmente se encontraba inmerso en proyectos cinematográficos. La conexión con el mundo del teatro hizo que tus ojos se iluminaran con un atisbo de reconocimiento, y una sospecha empezó a formarse en tu mente.
Con un tono casual, le preguntaste: "¿Espera! ¿Tú eres Enzo, Enzo Vogrincic? ¿De 'La Sociedad de la Nieve'?" La confirmación en su expresión te dejó boquiabierta. "Ese mismo", respondió con una sonrisa, añadiendo con humor, "desde hace tiempo no veía a alguien tardarse tanto en reconocerme". Tu corazón latía con emoción mientras intentabas procesar la realidad de tener a un actor reconocido a tu lado.
Con entusiasmo, le confesaste: "Es que... ya he conocido a tantos actores que me da igual, pero... yo amé tu actuación y las otras obras que has hecho en Montevideo, es que amé".
Enzo, aún intrigado, te agradeció con sinceridad. "Gracias, escuchar esto me da más ánimo en hacer lo que hago," expresó con una sonrisa genuina. Sin embargo, no dejó que el agradecimiento se interpusiera en su deseo de conocer más sobre tu historia.
"Pero… no cambiemos el tema, ¿por qué estabas llorando? ¿Eres actriz o…?" preguntó con un gesto de interés. Tomaste un momento para recobrar la compostura y compartir parte de tu vida con este actor que, de alguna manera, se había convertido en un confidente inesperado.
"Soy prácticamente guionista, y me gusta escribir tragedias, dramas y todo lo Lorca," comenzaste a explicar, revelando tu pasión por la escritura teatral. "Pero últimamente no he tenido la suerte, y ahora que tengo una gran oportunidad en Madrid, el vuelo acaba de irse, y pues…" La frustración y la tristeza se reflejaban en tus ojos mientras compartías la historia de tu día caótico, sintiendo que Enzo podría entender el peso de tus aspiraciones y desafíos creativos.
"Qué horrible, pues no estás sola, porque yo también perdí el vuelo para Madrid," compartió Enzo, revelando un inesperado giro en su propia situación. Tus ojos se abrieron con sorpresa ante la revelación. "No jodas?" respondiste, dejando escapar tu incredulidad. Enzo rió ante tu reacción y, con un tono resignado, comentó: "Así es la vida". La ironía de la situación resonó en la conversación, creando un lazo instantáneo basado en las coincidencias y desafíos compartidos.
—
Después de pasar varias horas inmersos en el café, tú y Enzo continuaban deleitándose en una charla apasionada sobre el teatro y todo lo relacionado con sus amores creativos. El tiempo parecía volar mientras compartían anécdotas, descubrían similitudes en sus carreras y exploraban sus visiones artísticas.
A medida que la conversación fluía, el reloj recordó que era casi la hora del almuerzo. Enzo, con una sonrisa, sugirió: "¿Qué te parece si nos damos un respiro y vamos por unas hamburguesas?" La idea resonó contigo, y juntos se dirigieron a un lugar cercano para disfrutar de un almuerzo casual y reconfortante.
Después de saciar el apetito, la tarde avanzaba y la diversión no se detenía. Enzo, con su sentido del humor intacto, los condujo a un bar cercano. Cómicamente, se dirigió al bartender diciendo: "Denos dos cognac, que nos hace bastante falta". La ocurrencia sacó una risa de tu parte mientras observabas la escena con complicidad.
Mirándolo con una sonrisa, bromeaste: "Sabes, se supone que no esté borracha, pero si es así, no me importa".
Entre risas y la atmósfera relajada del bar, tú y Enzo continuaban disfrutando de la compañía mutua. El ambiente festivo se intensificaba a medida que ambos tomaban innecesariamente, sumiéndose en conversaciones que abordaban cualquier tema que se les ocurriera.
En un momento de confianza, decidiste compartir un secreto que habías guardado durante mucho tiempo. "Enzo, te tengo que confesar algo," dijiste, con un tono cómplice. Él, intrigado, respondió con un "Dale, dime".
Toda roja y riéndote, soltaste la confesión: "Yo te re amaba, like cuando saliste en 'La Sociedad de la Nieve', no pude aguantar mi fanatismo y pues, ahora que lo pienso, creo que hasta escribí un fanfiction de ti". La expresión de Enzo era un cóctel de sorpresa y diversión mientras esperaba a escuchar más detalles.
Con una risa nerviosa, Enzo te pregunta: "Y... de qué era ese fanfiction?" Entre risas y complicidad, respondiste, "Eso mejor no lo hablemos pero... ya tú sabe". Enzo, con una sonrisa pícara, te desafió: "Yo no sé, dime tú".
Entre risas y anécdotas compartidas, el tiempo parecía desvanecerse mientras ambos continuaban disfrutando de la velada. Sin embargo, la realidad del horario de su vuelo a Madrid interrumpió la burbuja temporal en la que se encontraban. El intercom anunció que era hora de abordar, generando una pausa en su divertida conversación.
Enzo, con una mirada juguetona, sugirió: "Quédate conmigo, así te sientas al lado mío y charlamos más". Tú, recordando la asignación de asientos, expresaste tu preocupación: "Pero, el asiento está designado". Sin embargo, Enzo, con confianza, respondió: "Eso me lo dejas a mí". Ante su propuesta, no pudiste evitar sonreír y ceder: "Pues, ¡vale!"
Al entrar al avión, Enzo abordó con confianza y se dirigió a una de las azafatas. "Perdona, pero hubo un error con los asientos, ella se supone que esté al lado mío, además que es my fiancé," dijo con una sonrisa juguetona, dejándote boquiabierta y bastante ruborizada. La declaración tomó por sorpresa a la azafata, quien, a pesar de la confusión, asintió amablemente y te acompañó hasta el asiento asignado al lado de Enzo.
Mientras te acomodabas, una mezcla de asombro y nerviosismo se reflejaba en tu rostro. Enzo, con su actitud desenfadada y una chispa de complicidad, te guiñó un ojo antes de sentarse a tu lado.
Al sentarte, no pudiste evitar comentarle a Enzo: "Estás demente, ¿cómo que fiancé?" Él te miró con una sonrisa pícara y respondió: "Ay mira, estos son cosas que pasan, y además esto, ehh..." Tratando de mantener la compostura, le interrumpiste: "Mira, ya, que estás re tomado, que ni sé de qué estamos hablando."
Él, con un tono cómico y sarcástico, te dijo: "De que eres mi fiancé y punto." En respuesta, le diste un pequeño puño juguetón en el brazo, y Enzo, dramáticamente, exclamó: "Ay, eso dolió." Tú, riendo, le reprochaste: "Ay no seas bobolón."
Ya cómodos en sus asientos, Enzo te mira con la expresión de quien necesita más alcohol, mientras tú le devuelves la mirada con gesto de ya no más. Sin embargo, al pasar una azafata, Enzo, con su característico sentido del humor, le dice: "Perdona, ¿nos podrás traer dos champán? Es que como nos vamos a casar pronto." Tu rostro se torna más rojo de lo que ya estaba ante la inesperada declaración de Enzo.
La azafata, acostumbrada a situaciones peculiares, asiente con una sonrisa y se apresura a cumplir la solicitud. Mientras tanto, Enzo se relaja en su asiento con una expresión de triunfo, mientras tú intentas ocultar tu sorpresa y diversión ante la ocurrencia.
Se tomaron el champán con un "¡Salud!" y el ambiente se llenó de risas y un toque festivo. Sin embargo, a medida que disfrutaban de la bebida, comenzaron a notar que el efecto del alcohol se estaba haciendo más evidente, sumergiéndolos en un estado de relajación profunda. Enzo te mira con complicidad, y con una sonrisa pícara, comenta: "Y de qué era el fanfiction? Es decir, me imagino que era bueno."
Tu rostro refleja una mezcla de pensamiento y vergüenza, y le respondes: "Ay Enzo, por favor, no hablemos de eso, ya te dije que no te voy a contar." Sin embargo, Enzo persiste con curiosidad: "Pero me imagino que fue creativo." Lo miras con incredulidad, como si sus palabras fueran más serias de lo que aparentaban, y le contestas: "Cómo que creativo, I mean, era normal, como una chica empezando sus veintes y todo eso."
La conversación da un giro inesperado cuando Enzo, con sorpresa, pregunta: "Espera, no jodás que… ¿cuántos años tienes?" Lo miras directamente y le respondes con humor: "Bastante mayor, ¿por? ¿Me veo vieja?" Enzo, tratando de explicarse, menciona: "No... es que yo pues, ya sabes que estoy en mis mediados de treinta." Tú, con una sonrisa traviesa, le dices: "Estás bien, ¿o mejor te digo que estás viejo?" Las risas se mezclan con la complicidad, creando un ambiente ligero y divertido mientras continúan su viaje a Madrid.
Después de la conversación sobre el fanfiction, Enzo ya estaba medio dormido, o mejor dicho, parecía cansado o sumido en sus pensamientos. Mientras tanto, sentías la necesidad apremiante de ir al baño. Decidiste levantarte del asiento y dirigirte al baño del avión. Sin embargo, al llegar, te encontraste con una fila larga para el baño de mujeres, y la urgencia no esperaba.
La azafata, al notar tu situación, te tranquilizó diciéndote que podías usar el baño de hombres, ya que estaba vacío en ese momento. Agradecida, aceptaste la oferta y te aventuraste en una larga caminata a través del amplio avión. Al final, encontraste el pequeño baño del avión, donde pudiste aliviarte y refrescarte las manos.
Justo cuando estabas a punto de salir, te diste cuenta de que Enzo estaba a punto de abrir la puerta del baño. Ambos se miraron con asombro, creando un momento de sorpresa compartida. Sin embargo, lo que más te ponía nerviosa era el silencio incómodo que se instaló entre ustedes. Aunque no era incómodo en sí, había una tensión que no podías ignorar.
Tus ojos se encontraron con los de Enzo, sus labios y sus ojos endormecidos brillando en la penumbra del avión. Era como si el tiempo se hubiera detenido por un momento, y la conexión entre ustedes se manifestaba en el silencio compartido. Ambos parecían estar atrapados en la atmósfera íntima del instante, sin palabras pero con una comunicación palpable entre las miradas.
Ligeramente afectada por los efectos del alcohol, observabas cómo el brazo de Enzo estaba recostado en la puerta del baño, como si te invitara a pasar. Sin embargo, te quedaste mirándolo, notando que sus venas sobresalian, un detalle que capturó tu atención de manera inusual.
De repente, Enzo miró a ambos lados y se introdujo al baño contigo, a lo cual respondiste incrédula, diciendo: "Mijo, pero—" Antes de que pudieras terminar la frase, Enzo te agarró de los muslos y te hizo sentar en el mini lavamanos. Te sentías un poco incómoda, sin estar segura de cómo reaccionar, pero permitiste que Enzo guiara la situación.
Él te agarró suavemente del cuello y empezó a besarte apasionadamente, como si ambos tuvieran una sed desesperada de conexión. Respondiste a sus besos de manera igualmente intensa, sumergiéndote en el momento. La pequeña cabina del baño se convirtió en un espacio íntimo donde las emociones y los deseos se expresaban libremente entre ambos, desafiando la lógica del apretado espacio.
Después de tantos besos, Enzo te tocaba apasionadamente por todos lados, más — soltás un suspiro largo y él hace lo mismo, como medio agitado. "Me parece que ya es hora de pegar una cabeceada," te dice. Tú, con cierta preocupación, le tirás, "Pero capaz hay gente esperando afuera, ¿cómo hacemos para salir del baño?" Él te responde con un "Solo tenés que seguirme," agarrándote de la mano. Enzo abre la mini puerta del baño del avión, echa un vistazo a los lados y, medio incómodos pero satisfechos, se encaminan hacia sus asientos.
Al sentarse, tú y Enzo quedan en un largo silencio, procesando todo lo que había pasado en esos largos minutos en el baño del avión. Mientras tanto, Enzo te agarra de la mano y te da un besito en la misma. "(Y/N), me tendrías que pasar tu número de celu, quiero volver a verte," te dice, y tú, ya un poco cansada y recostada en el hombro de Enzo, le respondés, "Cuando aterricemos, te paso mi número," y él asiente con un "Dale."
Fin
#enzo vogrincic#enzo vogrincic fic#enzo vogrincic x reader#society of the snow#fanfic#my writing#la sociedad de la nieve#uruguay#latina#spanish#argentina#me enamoré de un uruguayo#enzo vogrincic x you#enzo vogrincic smut
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Strawberries & cigarettes | Esteban Kukuriczka
Sumario: llamar a tu ex en la mitad de la noche jamás podrá ser buena idea, a menos de que se trate de él, claro.
Advertencias: sexo explícito (+18), masturbación, dirty talking, degradación, cigarrillos y engaños.
Créditos: el fic está basado en la canción de troye sivan y las fotos utilizadas para el collage las saqué de pinterest.
Nota del autor: este mi primer request, gracias por pedirlo, amoor xx
2k words
La ciudad se alza orgullosa frente a mis ojos, los edificios brillando en todo su esplendor. Un limitado arsenal de vehículos se pasea por las calles; desplegada en una silla de mimbre, me pregunto su destino.
¿A dónde se dirigen a las 2 de la mañana?
La bulliciosa metrópoli parece tomarse un respiro a estas horas de la madrugada, logrando, por consiguiente, relajar a los escasos espectadores de su tranquilidad.
Jugueteo con el cigarrillo entre mis dedos, notándolo desperdigarse gracias a la brisa otoñal. Es un mal hábito, lo sé, pero es de los pocos resabios de su presencia que aún conservo, una de las pocas garantías que aseveran su paso por mi vida.
Lo introduzco en mi boca, inhalando el humo profundamente para luego exhalarlo. Degusto sus notas amargas en mis papilas gustativas, como casi saboreando sus labios…
Esteban y yo habíamos terminado en buenos términos; él vivía en capital y yo demasiado lejos, ahí fue cuando descubrimos que la relación a distancia simplemente no funcionaba para nosotros.
Después su carrera como actor despegó, yo senté cabeza con un viejo novio de la infancia- inofensivo, predecible- y en nuestras vidas ya no cabía lugar para el otro. Incluso ahora, cohabitando en la misma ciudad, nuestros rumbos se habían desviado del otro.
Tecleo los números de su teléfono de memoria, grabados a fuego en mi retina.
Soy perfectamente consciente de las horribles consecuencias que mis acciones podrían conllevar, pero nada de eso cobra importancia cuando la línea se interrumpe con su contestación, su voz dormida aguardando al otro lado de la llamada.
“¿Hola?”- Vocifera, ronco y un tanto desorientado.
Mi pulso se desestabiliza al escucharlo hablar luego de tanto tiempo, recordando de golpe los matices en su tono. Me lo imagino tumbado en su recámara, durmiendo en posición fetal, como siempre, la almohada abrazada entre su fuerte contextura.
“¿Tebi, te desperté?”- Mi respuesta se oye torpe ante el nerviosismo. ¡Es la madrugada, claro que lo desperté!
“Nena, ¿sos vos?”- Pregunta, esta vez un tanto más despierto y despabilado.
Aquel viejo apodo se desliza por sus labios sin siquiera notarlo, sin causarle ningún esfuerzo. Sin embargo, a mi me destruye, me obliga a rebobinar el tiempo y fundirme en los agridulces recuerdos.
“¡Si! Perdón que te llame tan tarde”- Me disculpo atropelladamente, de pasada nada más- “Yo se que no hablamos hace meses.”
Me arrepiento de mis palabras en el segundo en el que las formulo, mis miedos se solidifican ante mis ojos; el temor a parecer necesitada, débil, obsesiva incluso.
Más allá de ello, se que fue la decisión correcta. Es en noches como estas, solitarias y sin una estrella parpadeando en el cielo, en que más extraño su luz, la que jamás fallaba en brindar sin pretensiones.
Un par de lagrimas fugaces atentan mis mejillas, derrumbando por completo el sereno revestimiento que tanto me esforcé en construir.
“¿Estás bien? ¿Qué pasó?”- Cuestiona, todo en su actitud delatando una reciente preocupación. Puedo oír el rechinar de las bases de su cama, evidenciando su brusca reacción, la fricción contra las sábanas al enderezar su espalda.
“Si si, pero ¿Podes pasarte por casa?”- Propongo, más temblorosa de lo que me gustaría.
Agradezco el soporte que el asiento me proporciona, tal vez sin este, mis piernas hubiesen cedido ante la ansiedad.
Espero paciente al otro lado de la convocatoria, siendo testigo de su respiración acompasada, como sopesando mis palabras.
“Estoy allá en 15 minutos, máximo.”- Confirma, irguiéndose para emprender camino.
“Esteban”- Llamo su atención, provocando que sus extremidades se aquieten- “Muchas gracias…”
Una sonrisa brota de su expresión, dándole lugar a una leve risa, que escucho desde la quietud de mi balcón. Sin notarlo, mis comisuras imitan su gesto.
“No hay de qué, chiquita, ¡esperame que ya llego!”- Asegura, dando por concluida la comunicación.
Un poco más distendida, permanezco quieta en mi lugar, moviendo mis anestesiados dedos solo para fumar pausadamente.
Una pequeña expectativa comienza a burbujear en mi interior; con la simple idea de volver a estar en su presencia, mi corazón descontrolado golpetea mi caja torácica, como tratando de huir de sus confinamientos.
¿Cuánto tiempo habré permanecido así? Genuinamente, no lo sé, pero lo suficiente para que él arribe.
Mis ensoñaciones se ven interrumpidas por el timbre resonando en mi departamento, generando temblores en toda la superficie.
Salto de mi butaca impacientemente, avanzando con agilidad hasta el recibidor. Del otro lado de la puerta, lo descubro enfrentándome, jugueteando con las llaves entre sus dedos. Sus orbes se pasean por mi persona presurosamente, por lo que autorizo a los propios a hacer lo mismo.
A pesar de nuestro breve tiempo separados, él permaneció prácticamente intocado; su postura relajada, sus cabellos alocados y desparramados en todas direcciones… “tal vez dejó crecerse la barba”, filosofo al chequearlo.
Sin más premeditaciones, me arrojo a sus brazos entreabiertos, los cuales me reciben gustosamente. Escondo mi nariz en su cuello, inhalando aquella familiar fragancia, perdiéndome en su calor corporal engulléndome por completo. Se toma la libertad de posar su pera contra la corona de mi cabeza.
Contra mis propios deseos, me despego de su torso, alejándome levemente para guiarlo adentro. Estiro mi mano, aguardando que la tome para adentrarnos en el living.
Una vez allí, esquivo la pequeña mesa ratona para dirigirlo hacia el sillón, donde se sienta sin mediar palabra.
Allí, parada en la sala de estar, mis pensamientos giran en su torno, envalentonándose con cada segundo que transcurre. Por un impulso indescifrable, me apropincuo a su espacio personal, rompiendo dicha barrera.
Acomodo mis piernas de modo que las suyas queden entre medio, para luego sentarme sobre sus templados muslos, regodeándome en la sensación de su contacto físico. Mi boca busca la suya en un movimiento desesperado, moviendo mis labios contra los suyos con una inesperada urgencia.
Me inunda la decepción al sentirlo separar nuestros rostros. La confusión tiñe su semblante, mientras investiga la escena que se le presenta.
“¿Y tu novio?”- Consulta, penetrándome con el fulgor de su mirada.
Abrazo su nuca entre mis brazos, atrayéndolo nuevamente hacia mí. Una mano se desliza hasta juguetear con el cuello de su remera, señalizando mi deseo de arrancársela.
“No está en casa”- Ronroneo en su oído, serpenteando mis manos por sus hombros con delicadeza- “No pienses en él, amor, concéntrate en mí.”
Comienzo a despilfarrar besos por su cuello, succionando su sensible piel hasta dejar marcas, clavándole los dientes juguetonamente para luego chupar el escozor. Saboreo su colonia en mi lengua y me encuentro adicta a su sabor amaderado, incapaz de separarme. Una necesidad primal se cuece en mi interior al presenciar su tez brillante con mi saliva.
“Esto está mal, nena”- Gime profundamente, echando su cabeza hacia atrás y concediéndome más acceso.
Me cuelo entre nuestras siluetas, acariciando su agitado abdomen, el cual se estremece ante mi toque. Batallo con el botón de su pantalón hasta desabrocharlo, sin parafernalias desciendo el cierre y descanso mi palma en su entrepierna.
“Decime que queres parar y yo lo hago”- Respiro, sobre la ardiente piel de sus hombros. Aún estática sobre su ropa interior.
“Sabes que no te voy a pedir que pares”- Murmura pesadamente, levantando sus caderas hasta rozarse con mis dedos. Evacua un sollozo de alivio.
Como cobrando vida, deslizo mis yemas por su longitud, generando una creciente erección. Masturbo su miembro sobre el calzoncillo a un ritmo agonizantemente lento.
“Entonces no te niegues, Tebi”- Respondo, inmiscuyéndome en la tela para palparlo piel a piel y acelerar mis atenciones.
Sus gemidos llenan el aire, complaciéndome de sobre manera y excitándome más de lo que creía posible. Buscando desesperadamente calmar el ardor, me froto contra la tela del pantalón, escasas barreras separándolo de mi centro.
Sus músculos se tensan bajo mi coño, devolviéndome placer al golpear mi clítoris al unísono de mis caricias en su polla. Mis labios se entreabren ante la fricción, escurriendo murmullos de regocijo por mis cuerdas vocales.
“Al final, que puta que resultaste”- Se burla cínicamente, enjaulando mi cintura en su agarre para presionarme más contra él.
Subo el volumen de mis quejidos ante la nueva intensidad de sus acciones, la degradación dejándome sin raciocinio. Mi torso completamente presionado contra el suyo, mis manos aún tocándolo deprisa.
Utilizando su fuerza, me recuesta en el sillón y se despega de mí, sentándose en el otro costado de este.
“Quiero que me muestres como te estuviste tocando, pensando en mí, mientras tu noviecito dormía a tu lado”- Demanda, su vista fija en mi mientras comienza a palparse.
“Mi amor, por favor”- Ruego, un tanto agobiada ante las llamaradas quemando mi vientre bajo.
Observo sus movimientos con atención, como sus yemas rozan su glande perezosamente, excitándose aún más. Una gota de sudor descendiendo por su cuello ante el esfuerzo físico, escondiéndose bajo su camiseta de algodón.
Bajo mis shorts aun observando la imagen frente a mí, aventándolos al suelo junto con mi blusa. Recubierta únicamente por mi ropa interior, asciendo hasta mi busto, pellizcando mis pezones hasta formar duros picos entre mis dedos. Sus penetrantes orbes persiguen cada uno de mis movimientos, sintonizando los suyos para que ambos nos movamos al mismo ritmo.
“Tu noviecito no te sabe satisfacer, por eso tuviste que llamarme, ¿o no?”- Se mofa al presenciar la impaciencia que me consume, como me apresuro a infiltrarme por mis bragas para sobar mi punto mas sensible con urgencia.
“Nadie me coge como vos, Tebi…”- Susurro, extraviada ante el renovado éxtasis.
Fantaseo con su toque entre mis labios, desparramando mi humedad, saboreándola desenfadadamente, con los ojos cerrados y la lengua paseándose por sus propios dígitos.
Sin embargo, debo conformarme con la mediocridad de la autovalidez, hasta que decida tomar piedad de mis intentos en vano de remplazar sus atenciones.
“No doy más, necesito que te corras conmigo, mi amor”- Pide al sentir su orgasmo aproximarse, ahora follando su propio puño con premura.
Al ver su estado de frenesí descontrolado, decido avivar mis caricias a mis zonas intimas, introduciendo mis dedos en mi apretado agujero hasta notar que mi estomago empieza a tensarse.
El ambiente transluce nuestros inminentes apogeos con los suspiros que desangran nuestras gargantas, el sucio sonido de humedad encontrada por extremidades y suplicas al aire, con un destinatario en concreto.
Acerca su temblorosa complexión a la mía, atisbando mi muñeca moverse al compás de los bombeos en su longitud y arrimándose a mis piernas abiertas. Ante un sollozo particularmente estridente de su parte, despierto de mi ensimismamiento y lo acerco a partir de sus caderas en erráticos movimientos.
“Encima de mí, por favor, ¡correte encima de mí!”- Imploro, aturdida por las oleadas de placer poseyéndome por completo.
Suelta un grave gruñido seguido de improperios al momento de llegar a la culminación de la satisfacción, depositando cuerdas infinitas de semen blanco sobre mi meciente pecho. Su excitación comienza a chorrear por mi vientre, agrupándose en mi ombligo para continuar su descenso pausado.
Con tal candencia rodeando los actos desplegados, logro abandonarme al pasmo de la conclusión con un arrollador orgasmo; mi coño apretando mis propios dedos, deseando que se aniden allí, mi cuerpo gozando violentos espasmos, mi visión jamás partiendo de las farolas apuntadas en mi dirección.
“Muy bien, chiquita, siempre tan obediente para mi”- Me alaga, estirando sus yemas para recoger unas resbalantes gotas de semen y empotrarlas en mi boca entreabierta, indicándome tácitamente mis propias acciones.
Mi lengua recorre cada uno de sus surcos y recovecos, aspirando casi instantáneamente su salada carga, como si de un codiciado elixir se tratase.
“Ahora vas a dejar que te coja hasta que no puedas ni caminar, hasta que te olvides incluso de su nombre ¿si bebita?”- Propone sin remover sus dígitos de mi cavidad, sus crudas palabras contrastando con la suavidad de sus manos en mí.
Asiento frenéticamente, ahuecando mis mejillas para lograr tomarlo aún más profundo, notando un estremecimiento recorrer mi medula espinal ante la anticipación de una larga noche de pasión.
Aclarar que cumplió con sus promesas al pie de la letra sería, francamente, caer en un vago eufemismo…
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Drew
Si normalmente me gusta vivir nuevas experiencias y hacer cosas emocionantes, pero creo que lo que ha estado pasando es otro nivel, yo en lo personal no creí que algo así fuera posible.
Bueno lleno al inicio de todo, vecino y mi mejor amigo Marcus me invito a una reunión con su familia en la ciudad vecina, dijo que no quería ir pero que como sus padres no podían el iría en representación de toda la familia, así que pensó en llevarme para tener con quien hablar, y saben no lo culpo, en su familia el es el único de su edad, el más cercano sin contar a sus primos menores que el que tenían entre 2 y 5 años es su tío Drew, y le gana con 15 años, al Marcus tener 18 y Drew 33, yo tengo 21, prácticamente crecimos casi como hermanos por lo que decidió que no pasaba nada si yo iba con el.
Al llegar todo parecía normal, una típica reunión familiar, pero luego vi a Drew, no lo había visto en persona, solo lo conocía ya que Marcus me platicaba sobre el, era extraño, algo en su mirada me parecía raro, estaba muy serio y en las fotos y las historias de Marcus el siempre fue un tipo reservado pero ahora se nota a bastante alegre, y no solo yo lo note, Marcus también.
Todo transcurrió como una reunión normal, al caer la noche Marcus estaba borracho y ya que yo no se conducir, tuvimos que pedir a Drew si nos dejaba pasar la noche en su casa, ya que la casa en la que se hizo la reunión era la suya, el acepto pero no se le veía muy convencido como si algo le molestara de que nos quedáramos en la casa, solo que dijo que mañana saldría bastante temprano ya que tenia una junta temprano y que resolver un asunto así que nos dio una llave para cerrar la casa cuando nos fuéramos.
Marcus y yo nos alojamos en la habitación de huéspedes que estaba en el primer piso y Drew se quedó en su habitación en el segundo piso, no se si era porque no estoy acostumbrado a dormir fuera pero no podía conciliar el sueño, vi el reloj y ya eran las 5:24 de la mañana luego vi a Marcus quien estaba profundamente dormido, en eso escuché un ruido, como si bajaran las escaleras, y escuché pasos acercarse a la habitación, entonces cerré los ojos y fingí estar dormido, en eso escuché como abrían la puerta cuidadosamente tratando de no hacer ruido para luego la cerrarla de igual forma, la curiosidad me ganó y me levante, siendo lo más silencioso posible me acerqué a la puerta y la abrí un poco solo pata poder ver que pasaba afuera.
Vi como Drew saco una especie de un frasco de un cajón y luego lo puso sobre una mesa, después escuche como alguien más bajaba por las escaleras, era un tipo como de unos 22 años, su semblante era como de aburrimiento y leve enojo, después vio a Drew comenzaron a hablar en voz baja.
Drew: Andy que haces?, se supone que deberías esperarme en el cuarto.
Andy: ya lo se pero se hace tarde, mi universidad esta a 3hrs de aquí, mi examen es a 9 y debería estar una hora antes, ya se te hizo tarde.
Drew: ey, espera un poco, la culpa de la hora es tuya, dejaste mi cuerpo hace como 20 minutos, a pesar que te dije que decías abandonarlo por lo menos a las 3:00am para hacer el cambio ya que no pasara esto.
Vi como el tipo que al parecer se llama Andy miro el fresco y frunció el seño.
Andy: bueno, como sea toma.
Saco lo que creo era otro frasco, este era demasiado pequeño a grado que me atrevería a decir que media como 3 cm y por lo mismo no lo lograba percibir bien, pero note que estaba vacío, luego Drew tomó el frasco grande y con un gotero lleno el frasco chico.
Drew: Vamos a arriba, pero recuerda, cuando entre en tu cuerpo no te asustes, si te desconectaras de tus sentidos y los recuperaras al despertar, y te dejare mañana en la noche.
Andy: y se mejor solo haces mi examen y me dejas.
Drew: respeta el trato, yo te deje pasar 2 días en mi cuerpo para que fueras a mi reunión familiar a cambio de que fueras a esas citas medicas por mi ya que no me gustan los hospitales y yo hacía tu examen vale el 90% de la calificación final ya que al ser yo tu tutor extraescolar domino el tema como la palma de mi mano, pero me dejabas usar tu cuerpo el mismo tiempo que tu usaras el mío y eso fue 2 días así que ocupo las llaves de tu departamento me quedare ahí en la noche.
Andy: pero si algo sale mal, y ya no...
Drew: nada saldrá mal, el tipo que nos vendió esto dijo claramente toma un poco para salir de tu cuerpo y repítelo para salir del cuerpo de otro, y al igual que hace rato los 2 saldremos del cuerpo, solo que ahora cada quien regresa a su cuerpo original, además si hablamos, aunque se susurrando así de bajo, podemos despertar a Marcus y a Connor.
Note que Andy iba a voltear a ver en dirección de la puerta en la que estaba espiando, hacia que me aparte y escuché como cerraron un cajón, y comenzaban a subir las escaleras.
La curiosidad de lo que pasaba me mataba, así que salí del cuarto y son hacer ruido los seguí, vi como entraba al cuarto de Drew, dejaron la puerta abierta así que pude observar todo desde el baño que estaba frente a la habitación de Drew, pero de nueva cuenta observe con la puerta entrecerrada y con la luz apagada.
Drew: muy bien Andy, ocupo que te relajes por completo para hacer todo más rápido, si tratas de mantenerte consiente o cualquier cosa solo logras que perdamos más tiempo.
Andy: y si mejor hacemos un intercambio?
Drew: sabes que no se puede en estas circunstancias, si quiero pasar desapercibido como tu, necesitamos que tu alma se quede en tu cuerpo.
Andy: pero de todas formas cuando entres me voy a quedar inconsciente no?
Drew: si, pero aquel tipo dijo solo con el propietario original adentro puedo acceder a tus vivencias y recuerdos, no queremos que al estar en tu cuerpo cometa algo que afecte tu vida personal o algo de que arrepentirnos por yo no estar consiente de todo.
Andy se acostó en el piso, Drew con la lámpara de su celular se iluminó para ver la medida del mini frasco tomo la mitad, luego dejo el mini frasco arriba de una cajonera junto a la cama, el se comenzaba a tambalear y re recostó en la cama, pude ver como de su interior comenzaba a retorcerse levemente, esto me asusto pero lo que más me sorprendió fue lo que paso después, se dejaba ver un ligero humo levemente brillante que luego se junto en una especie de silueta humanidad que se avalado sobre el cuerpo de Andy, este humo atravesó su ropa y se filtro dentro de el, luego el cuerpo de Andy se comenzó a retorcer pero al terminar, note como sus ojos se habrían, el se estiro, se vio al espejo y entonces note como volteaba al baño.
No sabia si me había descubierto, pero aprovechando que fue a revisar el cuerpo inmóvil de Drew salí del baño cuando el estaba espaldas a mi, baje y fui al cuarto de invitados, en el que estaba Marcus, cerré la puerta con cuidado, me acosté y fingí dormir.
Después de los 37 segundos más largos de mi vida escuché como pasos se acercaban al cuarto, abrían la puerta y luego de un minuto la puerta se cerro, se escucho un ligero suspiro de alivio del otro lado de la puerta, me acerqué y escuché a Andy decir, menos mal sol oque mi imaginación, luego se escucho como cerraban la puerta de la entrada de la casa, salí del cuarto y me acerqué a la ventana de enfrente, miré por una de las orillas como Andy se subía a un carro y se iba del lugar.
En eso recordé que Drew estaba arriba, o por lo menos su cuerpo, no estaba seguro, aún estaba sin poder procesar todo lo que paso, subí al piso de arriba, abrí el cuarto que estaba cerrado y su cuerpo no estaba en la cama, me asuste pero entonces entré, observe como una chamarra que no estaba tapaba algo bajo la cama, eran los pies de Drew, me asome y lo vi sin moverse, su cuerpo estaba inconsciente, en un acto que puede ser o muy tonto o muy valiente, lo saqué y sacudí un poco pero no hubo respuesta, luego tome su brazo lo levante y lo deje caer, sin duda no había nada dentro de este tipo.
Desvíe mi mirada al mini frasco y por mi mente paso una idea loca, pensé despertar a Marcus y contarle para probar ese extraño líquido, baje y volví a llenar el mini frasco ya que no sabia la cantidad tenía un propósito.
Al llegar al piso de abajo vi como Marcus seguía dormido, entonces pensé en que seria mejor no despertarlo, además no sabría como reaccionaria al cuerpo inconsciente de su tío y si creería todo lo que le dije.
Así que tome mi celular y la mochila donde traía mi cambio de ropa por si se necesitaba.
Subí al cuarto de Drew puse seguro, y tome el liquido, sentí como todo daba vueltas así que me senté en el piso y de pronto mi vida se nubló solo para recuperarse, pero ahora estaba flotando, vi mi cuerpo inerte en el piso y al otro lado de la habitación al cuerpo de Drew, flote hacia el piso de abajo atravesando el piso, y luego fui al cuarto de Marcus, el seguía dormido, así que podría seguir con mi idea, regrese al cuarto de Drew, y me abalancé en su cuerpo.
Sentí como al entrar una sensación cálida me envolvía para luego sentir un escalofrío, que me hizo retorcerse levemente, cuando me levante me sentía extraño, tome aire y trate de mantener el equilibrio, Drew era más alto que yo así que me tomo unos momentos recuperar el equilibrio.
Me mire al espejo y no podía creerlo todavía, era Drew en el reflejo, vi la hora y eran la 5:08 am así que faltaban casi 4hrs para que la alarma de Marcus sonará, así que me decidí a explorar el cuerpo que actualmente llevaba puesto, me quite la ropa poco a poco y a la vez me veía en el espejo. No sé si fue el echo que Drew era un tipo en forma y guapo, o las hormonas y la adrenalina de mi adquirir este cuerpo, pero me comencé a poner duro, comencé tocando con miedo pero con el pasar del momento, terminé recibiendo la mejor masturbación que había sentido, pero este cuerpo quería más, así que observe mi cuerpo en el piso, lo subí a la cama y comencé a usarlo para complacer el cuerpo de Drew, hasta que reaccione, no sabia si el ruido habría despertado a Marcus, así que me bestia con la ropa que tenía Drew antes, baje y para mi fortuna el seguía dormido, ya eran las 6:42 así que tome mi celular y le mande un mensaje al celular de Marcus.
Bro, tengo que irme, no había visto que en el grupo de la uni comunicaron que habían adelantado un examen para hoy a las 8:00 am, en vez de pasado mañana a las 11:00am como estaba planeado antes, así que no te puedo esperar, vi a Drew ya despierto cuando salí del cuarto y se ofreció a llevarme a la parada de camiones ya que le quedaba de paso.
Tome una ducha, escondí mi cuerpo bajo la cama, me puse ropa formal y baje justo antes de que sonará la alarma de Marcus, salí de la casa sin cerrar la puerta estuve esperando ha que el saliera pero no salió hasta casi las 9: 40, entonces fingí que estaba regresando a la casa.
Marcus me vio y me saludo.
Marcus: Hola tío Drew.
Connor: ey, que tal dormilón.
Marcus: pues tengo resaca y ahora tengo que irme solo de regreso.
Connor: si tu amigo me dijo de su examen.
Marcus: si es raro, el nunca deja eso por alto.
Connor: lo hubieras visto, estaba muy preocupado por llegar a tiempo, el te iba a despertar para que se fueran, pero ayer tomaste tanto que le dije que no era bueno que se fueran así, por eso lo lleve a la parada de camiones.
Marcus: gracias por eso Tío.
Connor: Solo espero que no se repita por poco pierdo mi turno.
Marcus: descuide, ya no vuelve a pasar.
Connor: quieres almorzar y tomar algo para tu resaca?
Marcus: si tío, muchas gracias.
Hice un almuerzo ya que quería despistar un poco que no era el verdadero Drew, además así le daba algo de comer y que los analgésicos hicieran efecto. Fue algo bueno que el estuviera así, tuve al excusa de que no habláramos mucho, ya que Drew tenia razón cuando dijo a Andy que no tendría sus recuerdos si el no estaba en su cuerpo, y ahora yo finjo ser este hombre sin idea ni conocimiento de el en absoluto.
Una vez Marcus me devolvió las llaves que le dio ayer Andy fingiendo ser Drew, se fue y yo me quite parte de la ropa para prepararme para disfrutar nuevamente de mi tiempo como Drew, después de todo solo tenía hasta mañana temprano para sacarle el mayor provecho a este cuerpo antes de que el dueño original llegara y no quería que me atrapara.
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high infidelity (Enzo Vogrincic x Fem Reader)
Capítulo 10:
—Hemos llegado—anunció el taxista.
Alana se sobresaltó al escuchar la voz del hombre, estuvo todo el camino absorta en sus pensamientos que no había estado prestando atención del recorrido, se limpió las lágrimas rápidamente y agradeció que la ciudad estuviera a oscuras como para que el pobre hombre pudiera notar que ella había estado llorando desde que se subió al auto, había una tonelada de emociones en ella: la nostalgia de estar cumpliendo años lejos de su familia y amigas, la discusión que había tenido con Enzo el día anterior y claro, la cereza del pastel, Sebastián olvidando su cumpleaños.
—Eh, aquí no es—respondió Alana mientras entrecerraba los ojos para poder tener una mejor visión desde la ventana, no se encontraba muy lejos del departamento de Enzo, reconocía esa avenida, pero definitivamente no estaba frente al edificio como había planeado.
—Es la dirección que puso en la aplicación—dijo el señor, Alana sacó su celular y abrió la aplicación, efectivamente, había colado el pin del destino en el lugar incorrecto del mapa, había salido tan apresurada del departamento y había tenido tantas cosas en mente que no se había asegurado de colocar la dirección del departamento correctamente, soltó un suspiro de desesperación, todo en ese día estaba saliendo cada vez peor.
—Mierda—maldijo para sí misma—. Puse la dirección mal, el lugar al que voy está a unos 15 minutos de aquí—dijo.
—La puedo llevar si gusta, pero serían unos 5 euros más.
—¿5 euros?—exclamó sorprendida—. Son menos de 2 km—dijo casi ofendida.
—La tarifa es más cara durante la noche—dijo el hombre con tono de obviedad viéndola por el espejo retrovisor.
—Vale, aquí tiene—dijo ella dándose por vencida y entregándole los 5 euros que faltaban de la cuota.
—Eh…le faltarían los otros 15 de este viaje.
—¿Cómo qué otros 15?—preguntó ella confundida—. La cuota de este viaje ya la pagué desde la aplicación.
—Señorita, puso que iba a pagar en efectivo—respondió el señor.
Alana volvió a ver su celular, tampoco había pagado el viaje con tarjeta como había creído.
Era una idiota.
Esto era culpa de Enzo por siempre pedir los taxis por ella.
—Mire, déjeme aquí—dijo ella—. Y aquí tiene lo del viaje—le entregó el resto del dinero, aunque quisiera, no podía tomar otro viaje hasta la casa de Enzo, pues ya no tenía suficiente efectivo.
—Buenas noches—dijo el taxista de mala gana, probablemente por el lío que Alana acababa de hacerle pasar.
—Buenas noches—salió el auto.
Caminó rápidamente hacia la dirección del departamento, por suerte se sabía el camino de memoria, apenas dio unos cuantos pasos más volvió a llorar, al menos podría hacerlo tranquilamente hasta que llegara al edificio de Enzo.
Pero claro, porque el universo la odiaba en su jodido cumpleaños, una gota cayó sobre su cara y comenzó a llover.
˖⁺‧₊˚♡˚₊‧⁺˖
Enzo no tenía idea de cuánto tiempo había estado viendo la pantalla de su celular fijamente.
Tal vez sí tenía idea, pero se encontraba demasiado avergonzado como para admitirlo.
¿Había sido demasiado la manera en la que había felicitado a Alana? No había dicho nada que no sintiera, en verdad apreciaba a la chica, más que eso, la quería.
Era imposible no hacerlo, no cuando era tan inteligente, carismática y divertida, no incluso cuando estaba de malas lograba continuar siendo graciosa, no cuando se movía con una elegancia y con un precioso descuido que sólo ella tenía, no cuando lo había besado y tocado de aquella forma la noche anterior.
Una llama de esperanza se había incendiado en él cuando notó que ella claramente se había puesto celosa de Lucía, esa llama había crecido aún más cuando se atrevió a besarlo, pero todo se apagó cuando ella le recordó que seguía siendo novia de Sebastián y se fue del set de grabación después de decirle que no lo haría, se sentía patético, Enzo siempre había sentido desagrado hacia las personas que eran infieles, no veía el sentido de engañar a una persona, no encontraba la lógica de seguir con alguien cuando querías estar con alguien más y si hace 4 meses le hubieran dicho que él sería partícipe de una infidelidad, pensaría que eso sería una vil mentira.
Pero esta ocasión todo era diferente, se encontraba en una situación jodidamente difícil, le gustaba Alana más de lo que creía, no sólo era su belleza y que siempre había estado enamorado de su forma de escribir, eran las noches que pasaban juntos, conversando durante horas, era la forma en la que lo miraba con sus enormes ojos color miel y la forma en la que lo había besado, como si se encontrara desesperada de tenerlo cerca, justo como él se sentía con respecto a ella, era la conexión que ambos compartían, una que Enzo nunca había experimentado con alguien más, eran tan diferentes y similares al mismo tiempo.
Alana no había respondido su mensaje de felicitación, había escrito durante unos segundos para después no terminar de envíar nada.
Enzo en verdad sentía de la manera en la que le había hablado en el set, pero no se arrepentía de las cosas que le había dicho, ambos sabían que eran ciertas, ambos sabían que Alana no era feliz con Sebastián, pero Enzo era conciente que desgraciadamente, Alana era la única que tenía el derecho de decidir permanecer con el idiota de su novio o irse.
Lanzó el celular al lado de la cama, tenía que dejar de sobrepensar tanto, lo único que quería es que Alana fuera honesta con él, si decía permanecer con Sebastián, por más que eso le doliera a él, no le reprocharía, sólo esperaba que al menos siguieran siendo amigos, que al menos ella se sintiera cómoda de seguir escribiendo en su departamento, lo único que le importaba era la felicidad de ella, incluso si eso significaba sacrificar la suya.
Quería que las cosas volvieran a la normalidad, quería regresar a casa del trabajo y encontrar a Alana escribiendo hasta que sus dedos estuvieran entumecidos, él se los masajearía y después cenarían hasta hartarse, si se encontraban aburridos verían alguna película o simplemente pasarían horas echados en el suelo.
Se preguntaba dónde se encontraba ella en estos momentos, probablemente cenando en un lujoso restaurante con Sebastián, quizá en alguna fiesta que la editorial le había organizado o haciendo videollamada con sus padres.
Se dio una, dos y hasta tres vueltas en la cama, no tenía sueño, pero no encontraba otra cosa más interesante por hacer más que dormir, apenas cerró los ojos, escuchó unos golpes firmes en la puerta principal.
De un brinco se paró de la cama y se colocó la primera camisa que vio, no sabía quién pudiera estar llamando en su departamento tan noche, pensó que probablemente algún vecino necesitaba ayuda con alguna tontería.
—Ya voy—gritó caminando hacia la puerta, se pasó la mano por el pelo para estar aunque sea un poco presentable y la abrió.
Alana estaba ahí, empapada de pies a cabeza y con los ojos inyectados de sangre, seguramente de tanto llorar, pues justo ahora lo estaba haciendo.
—Lana—susurró ante la imagen, no sabía qué hacer primero, si felicitarla por su cumpleaños o preguntarle qué mierda había ocurrido, sintió una enorme preocupación y cuando estuvo apunto de decir algo, ella se le lanzó a los brazos rodeando su cuello con sus largos brazos y llorando sobre el—. Chiquita—susurró abrazándola sin importarle que lo estuviera empapando también.
La sostuvo entre sus brazos tan fuerte como pudo, estaba helada producto a la lluvia torrencial que se escuchaba desde fuera.
—Vení, te me vas a resfriar—le susurró despegándose de ella y tomando su mano, la adentró al departamento y sintió su corazón caer a sus pies cuando volvió a observarla.
Por más que intentaba quitarse las lágrimas del rostro estas no dejaban de caer, temblaba de frío y se abrazaba a sí misma al no sentir el calor de Enzo.
—Tenés que bañarte o te vas a enfermar—le dijo tomando su rostro, ella negó con la cabeza—. Tenés que hacerlo, ahora te presto algo seco y te preparo algo ¿te gusta la idea? ¿tenés hambre? ¿sed?
Alana no respondió y se limitó a volver a abrazarlo, Enzo sintió las comisuras de sus labios caer, sentía una pena profunda, deseó nunca haberse enterado que la tristeza de Alana era tan contagiosa como su felicidad.
—Por favor—le dijo, no dejó que ella respondiera y simplemente la encaminó hasta el baño de su habitación, la usual mirada curiosa de la chica ahora se encontraba puesta fijamente sobre él, como si tuviera miedo perderlo de vista, Enzo abrió la llave de la tina, esperó que se llenara y que el agua estuviera caliente, rebuscó en su cajón de pijamas y sacó ropa seca para ella.
—Tomáte el tiempo que quieras—le dejó un beso en la frente y salió del baño dándole privacidad.
Estaba dando todo de sí para no quebrarse frente a ella, no podía hacerlo, siempre se había sentido incómodo cuando la gente lloraba frente a él y no se consideraba para nada bueno consolando a las personas, pero quería hacer lo posible para traerle algo de alivio a ella.
Se encontraba actuando casi de modo piloto sacando ingredientes y ollas lo más rápido posible, no dejaba de preguntarse qué había sucedido para que Alana terminara así en su maldito cumpleaños, empujó la idea de Sebastián siendo el culpable porque una rabia profunda lo invadió.
Miró los pancakes que preparó en menos de 15 minutos con disgusto, estaban bastante delgados, lucían algo quemados de las orillas y crudos por dentro, si hubiera sabido que Alana iría a verlo en su cumpleaños le hubiera comprado un jodido pastel, por un momento pensó en salir a comprar uno a la panadería de la esquina, pero el lugar seguramente ya se encontraba cerrado y aunque no lo estuviera, no pensaba dejar a Alana sola.
—¿Qué es eso?—preguntó tímidamente aquella dulce voz que tan loco lo volvía, se giró sobre sus talones, Alana estaba recién bañada parada en la cocina, el suéter que le había prestado le llegaba casi hasta las rodillas y los pantalones de pijama tenían un montón de dobladillos para que no se arrastraran sobre el suelo.
Jamás había lucido así de sexy antes.
—Eh…pancakes—respondió—. Creo—Alana soltó una pequeña risa al escucharlo y él sintió que su estómago se volteaba de felicidad al saber que al menos había provocado que ella riera un poco.
—¿Queŕes hablar al respecto?—preguntó acercándose a ella, sabía la respuesta de antemano, pero aún así quería asegurarse de no ponerse a cantar las mañanitas en un momento inadecuado.
—No—respondió, como era de esperarse—. Más tarde—dijo apretando los labios, él asintió y la rodeó con sus brazos.
—Feliz cumpleaños, Lanita—susurró—. Te quiero un montón, en verdad.
Escuchó otro sollozo por lo cual la abrazó más fuerte.
—Ya son casi las 12—dijo ella tristemente.
—Aún quedan como 15 minutos de tu cumple, hay que aprovecharlos.
Se separó de ella y le indicó que se sentara en la silla de la mesa de la cocina con los pancakes frente a ella, ella los miró como la cosa más preciosa del universo cuando claramente eran una tremenda aberración culinaria.
—De haber sabido que vendrías te hubiera conseguido un pastel apropiado, me sorprende que haya tenido harina para prepararlos—dijo él con tono apenado.
—Son perfectos—respondió ella con la voz llena de amor.
—No tengo vela de cumpleaños—advirtió Enzo sacando un fósforo y perforando el pancake que se encontraba en el superior de la pila.
—No tienes que cantarme o algo así—dijo Alana riendo.
—No pensaba hacerlo, soy malísimo—respondió él—. Pero al menos tenés que pedir un deseo.
Alana sonrió tristemente, cerró los ojos y sopló el cerillo.
—Gracias por todo, en serio.
—No tenés nada que agradecer, vení a la sala para darte tu regalo.
Alana lo siguió no sin antes llevarse el plato de pancakes con un tenedor, se sentó en su típico espacio del suelo, Enzo le entregó la caja de regalo y se sentó frente a ella.
—Pensaba dártelo hasta el lunes, pero ya que estás aquí.
Alana sonrió ampliamente y abrió caja en menos de cinco segundos.
—¿Te gusta?—preguntó él nerviosamente—. Me parece un poco raro darte libros siendo que sos escritora, pero…
—¡Es el mejor regalo del mundo!—exclamó ella lanzándose a sus brazos nuevamente, Enzo no podría estar más feliz de cuantas veces se habían abrazado en la hora que Alana llevaba en el lugar—. ¿Cómo sabías que quería estos tres?—preguntó ella viendo las cubiertas de los libros completamente embellecida, para ser alguien que se la vivía entre libros y hasta los creaba, ahora mismo los veía como si nunca hubiera visto unos en toda su vida.
—Revisé tu lista de deseos en Amazón—carraspeó, esperando no sonar como un psicópata, por suerte Alana lo miró con adoración.
—Alana—murmuró Enzo una vez que vio que Alana volvió a guardar los libros cuidadosamente en la caja—. Lamento lo de ayer, tal vez no usé las palabras correctas, estaba cabreado por…
—Sólo decías la verdad—respondió Alana tristemente—. Tengo que terminar con Sebastián, no lo he hecho por el miedo a estar acá sola y cosas superficiales, pero está claro que somos buenos el uno para el otro.
Enzo tragó saliva en seco al escucharla, había tristeza en su voz ante la declaración, era de esperarse, llevaban años de novios y se notaba que Alana le tenía un gran aprecio al chico, a pesar de que era un completo idiota.
—Se olvidó de mi cumpleaños—dijo, Enzo apretó la mandíbula, pensaba que Sebastián no podía ser más estúpido, pero se equivocaba, ¿cómo podía olvidar el cumpleaños de su novia de hace años?—. Claro que no esperaba un regalo costoso o una celebración, pero no sé, al menos una felicitación, ¿sabes?
—Alana, vos merecés ser celebrada cada día de tu existencia, ¿me escuchás?—dijo él tomándola de las manos.
—Te quiero—dijo ella.
Enzo no resistió más e hizo lo que estaba pensando durante toda la noche, tomó su rostro entre sus manos y la besó.
Sus labios sabían y se sentían justo como los recordaba, suaves y dulces, pero desesperados y firmes al mismo tiempo, olvidó por completo lo que había sucedido en las últimas horas y se centró en sentir el cuerpo de Alana junto al de él.
Jadeó cuando dejó ella rompió el beso, pero de pronto sintió sus labios recorriendo su cuello, él se mordió la lengua al sentirla por primera vez ahí, dejó que la chica hiciera su trabajo por un buen tiempo hasta que no resistió más y la recostó suavemente sobre la alfombra con él encima de ella.
—Sos la persona más maravillosa que existe—dijo, no le importaba el tiempo que llevaban conociéndose o la situación sentimental de ella, lo único que le importaba es que la quería y haría lo que fuera por tenerla entre sus labios, Alana respondió volviendo a besarlo fuertemente, lo único que se escuchaban eran sus lenguas chocando y los jadeos que soltaban de vez en cuando, adoraba que ninguno tenía miedo de admitir lo mucho que sentían ante el toque del otro, así fuera una simple caricia.
Enzo metió las manos por debajo del suéter encontrándose con la tersa piel de Alana, trazó las líneas de su cintura y sin poder evitarlo comenzó a moverse sobre ella, ambos gimieron fuertemente al sentir sus proximidades rozando con la ropa puesta.
Las piernas de Alana le rodearon la cintura provocando que estuvieran aún más juntos, Enzo hundió su cara en el cuello de ella, olía a su propio jabón por haberse duchado en su baño, pero aún así podía percibir toques de ese auténtico olor a lavanda que tanto le encantaba.
Enzo no creía poder más, o paraban ahora o terminaría pasando lo predecible, la necesitaba sentir rodeándolo cuanto antes, la chica pareció leer sus pensamiento porque se detuvo en seco y lo apartó suavemente.
—En verdad quiero esto—dijo como pudo intentando recuperar la respiración, Enzo sintió cientos de fuegos artificiales en su abdomen al escucharla y decidió acariciar su cabello, el cual seguía bastante húmero—. Pero quiero hacer esto bien.
—Ehh, lo estás haciendo bastante bien—exclamó él burlonamente bajando su mirada hacia su propio short, el cual delataba lo mucho que estaba disfrutando del momento.
—Idiota—respondió Alana con el mismo tono y le dio un ligero golpe en el brazo.
—Sé a lo que te referis—dijo él inclinando la cabeza, sin dejar de observarla como ya lo estaba haciendo—. Todo a tu tiempo, bonita.
—Mañana mismo romperé con él—dijo ella firmemente, Enzo asintió haciendo lo posible por mantener la compostura y no ponerse a brincar de la felicidad—. Después de eso haremos cualquier cosa que quieras.
—Ahh, ¿sí?—preguntó él volviendo a besar su cuello.
—Sí—respondió ella riendo.
—¿Y por ahora?—preguntó él despegándose de ella levemente.
—Por ahora comeremos esos horribles pancakes que preparaste.
—Suena bien—respondió Enzo sentándose de vuelta al suelo y ayudando a Alana a hacerlo también.
No recordaba haberse sentido así de feliz alguna vez en su vida.
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Podría llegar a cualquier lugar de esta ciudad del orto en 15 minutos si no tuviera que esperar a que estos boludos frenen con sus máquinas motorizadas del demonio así puedo cruzar la calle... Cómo siempre los autocels oprimiendo a los peatochads
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IMAGENES Y DATOS INTERESANTES DEL DIA 25 DE JULIO DE 2024
Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, Año Internacional de los Camélidos.
Santa Valentina, Santa Glosinda, San Cristóbal y Santiago Apostol.
Tal día como hoy en el año 2018
Un grupo de científicos italianos anuncian que el radar instalado en la sonda espacial europea Mars Express ha detectado, después de muchos años de búsqueda, un gran lago de agua salada bajo la superficie del polo sur de Marte, reabriendo el debate sobre la posibilidad de existencia de vida bajo el subsuelo del planeta rojo. (Hace 6 años)
2000
El avión supersónico de pasajeros anglo-francés Concorde, de la compañía Air France, se estrella pocos minutos después de despegar del aeropuerto Roissy Charles de Gaulle de París (Francia), sobre el hotel Relais Bleu en la localidad de Gonesse, a 17 km al norte de París, poco antes de las 17:00 hora local (15:00 GMT), causando la muerte de las 109 personas que van bordo y de cuatro personas en tierra. La aeronave ha caído en picado al suelo después de que uno de los motores del ala izquierda se incendiara durante el despegue. Este accidente será el principio del fin de este polémico avión, que realizará su último vuelo el 23 de octubre de 2003. (Hace 24 años)
1992
Con la presencia de 169 países y 9.367 deportistas, se inauguran en Barcelona (España) las XXII Olimpiadas de la Era Moderna. Se clausurarán el 9 de agosto. (Hace 32 años)
1943
En Italia, el rey Víctor Manuel III declara ilegal el Gobierno fascista y Mussolini es arrestado por la policía tras 21 años de dictadura. Con la excusa de liberarlo, Alemania invadirá Italia. (Hace 81 años)
1909
Louis Bleriot, francés, gana las 1.000 libras que ofrece el diario británico Daily Mail al atravesar en aeroplano el Canal de la Mancha en un vuelo de 37 minutos de duración. (Hace 115 años)
1814
Cerca de las cataratas del Niágara (EE.UU.), tropas británicas comandadas por el general Phineas Riall frustran una invasión de Canadá por una fuerza de EE.UU., dirigida por el general Jacob Brown, en la Batalla de Lundy's Lane, durante la Guerra de 1812. (Hace 210 años)
1814
George Stephenson, ingeniero inglés, pone en marcha su primera locomotora a vapor, inventada para circular sobre carriles de hierro. (Hace 210 años)
1567
El español Diego de Losada funda la ciudad de Caracas (Venezuela). (Hace 457 años)
1537
Aunque en 1534 y 1535 Sebastián de Belalcázar, en su expedición hacia el norte, fundó la ciudad de Santiago de Guayaquil, que será quemada y refundada en dos ocasiones, no es hasta el día de hoy con su refundación y cambio de emplazamiento cuando la ciudad, pensada como astillero y puerto comercial al servicio de la Corona española, comienza a tomar auge. (Hace 487 años)
1524
En la actual Guatemala, en un paraje cercano a Iximché, el español Don Pedro de Alvarado y Contreras, funda la bonita ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala. En 1979 será designada Patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco. (Hace 500 años)
1139
El condado de Portugal, hasta ahora dependiente del reino de Castilla y León regido por Alfonso VII, se convierte en reino al resultar proclamado por sus tropas rey de Portugal el conde Alfonso I, tras haber vencido a los árabes en Ourique. En 1143 se firmará el tratado de Zamora entre este reino y Castilla, reconociendo de hecho la independencia potuguesa y marcando el límite territorial entre ambos territorios. (Hace 885 años)
306
Al morir en el día de hoy en Eboracum (actual York en Inglaterra) el emperador del Imperio Romano de Occidente Gayo Flavio Valerio Constancio durante una expedición contra los pictos y escotos, su hijo Constantino I es proclamado augusto (emperador) por sus tropas tal como su padre ha recomendado a su ejército en su lecho de muerte. El reinado de Constantino será transcendental para occidente por su conversión al cristianismo en 313. (Hace 1718 años)
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Diários de Nova
Desempleada en Manhattan
Ya lo decían sin reparo, mis amigos estaban HARTOS de mi miedo constante a ser despedida. Por años los ahogué con la cantaleta corporativa, esa en la que ni siquiera se entiende en qué trabaja uno realmente. Solía decir cosas como: "Los líderes del equipo están muy callados, estoy segura de que se viene una reorg y esta vez me va a tocar a mí", algo que claramente diría una persona atrapada en una secta alienígena. Lo que comenzó como un temor temporal se convirtió en un modus vivendi; siempre estaba "por suceder" y yo siempre estaba "en alerta".
Mi relación más tóxica es con Corporate America™; ser despedido es lo más común y en una década he visto a los mejores corporate millennials de mi generación ser echados, como un rito de paso hacia la iluminación o la desintegración profesional.
Por supuesto luego sucedió: me despidieron. El miedo que había estado martillando a mis pinches amigos simplemente desapareció, como si ellos lo hubieran absorbido y desechado por mí. Me sentí liberada. Agradecida porque la empresa me pagó para que me fuera, no cancelé mi (ahora sinsentido) próximo viaje laboral a Nueva York. ¿Por qué desperdiciar boletos de avión y hospedaje? Preferí el calor ácido de Manhattan al aguacero ácido de la Ciudad de México. Hice las maletas con mi nuevo tiempo libre, la liquidación y un resfrío incipiente. A la mierda todos, nadie quiere vivir en un post de LinkedIn.
A través de la ventana del hotel en 31a y 5a, en pleno junio derretido, vi lo esperado; cualquier momento podría ser b-roll de Broad City o Spiderman. Noventa fahrenheit allá afuera y los que caminan tienen esa jeta de hastío neoyorquino, pero con sudor. Estoy en Midtown solo porque la (ex) oficina está a 15 minutos caminando y, en algún momento, pareció una buena idea.
Pensar en el número de aires acondicionados que están encendidos a la vez en la isla me genera ansiedad, una ansiedad casi imperceptible porque la Paroxetina es la conductora designada. Había dejado el verano lluvioso y frío de la Ciudad de México y ahora estaba danzando en este ardiente skillet. Mi resfriado incipiente estaba siendo alimentado en un on and off de frío y calor que, claramente, todos aman sentir en este pedazo de hierro erróneamente llamado sólo America.
Así que desempleada, acalorada, sintiendo que tengo todo y nada para hacer en esta ciudad, salí a la calle a buscar my heart desire. Una siempre tiene que ir tras lo que realmente desea, o al menos eso dicen todos esos posts rancios de Instagram que se creen muy vergas.
Pre-Roll Drought
The heat bounced off the pavement in midtown like it had a vendetta. It was that sticky, relentless kind of day. Fresh off JFK and barely getting my bearings, my first order of business? Score some porro. I guess my real most toxic relationship is this one instead.
So, I wander into this CBD joint and sidle up to casually drop the THC question. Turns out, I'm not the only one on the hunt; this other dude's there, same vibe. "Most places in midtown are shut tight," he sighs, "seems they forgot to tick some permit box."
Mi amiga latina behind the counter, blasting reggaeton that's all about sucking ass, shuts the door with a solid click after pulling a box from under the counter. Inside, a few packs of mota. I quickly snag the last hybrid while the other dude resigns himself to indica.
"Any pre-rolls?" I ask, hoping for a gift. "There's a 'pre-roll drought' in full swing," she says, before hooking us up with RAW cones and a grinder. So, we're rolling our own right there on the counter and as I'm busy “crafting”, I catch the guy eyeballing my hybrid with that mix of envy and resignation over his indica choice. "Wanna dip outside and light these up?" I suggest.
Outside, we hit the sidewalk, passing my freshly rolled hybrid back and forth. Amidst the city's haze and hustle, the convo starts flowing. "So, what's your take on this city?" I ask, taking a hit and passing the joint. He takes a drag, the smoke swirling. "Man, it's a grind, you know? Always hustling for the next gig" He pauses, exhales slowly. "But getting canned, it's like a wakeup call. Makes you think about what really matters." I nod, while my mouth is getting dry mixed with the city air.
"Yeah, life throws curveballs. Sometimes, losing a job feels like the universe pushing you toward something bigger," I say, grinning. He laughs, passing the joint back. "Exactly. Like a chance to reset a videogame.”
The city's pulse gets louder and in the whirl of the dying sun I feel wonderfully lost. My dreams and disappointments are just blurbs in the wind. “This is me” he stops walking, “thanks for the hits, have a good one” he’s then lost in the crowd going down to 34 St-Herald Sq station.
I stood there, lingering in a mix of pleasure and pain. Why should I figure things out?
Workday Access
Revisar la bandeja de entrada, no sé si catalogarlo como ansioso o simplemente básico; básicamente ansioso sounds about right. Ahí estaba el correo: Workday Temporary Access, mi ex (empleo) me había escrito para dejarme saber que –si así lo deseaba– podía pasar a recoger mis cosas a su casa. Entiéndase por cosas, recibos de pago y cualquier tipo de documento. Ni un lamentable meme de payasos generado con IA me describía, había asistido a la luna de miel de mi boda cancelada. Seguía derritiéndome en Midtown tratando de “turistear” mientras mis (ex) colegas estaban reunidos a unas cuadras.
Temía encontrarme con ellos y evité la zona oficinista durante días, “nadie quiere vivir en un post de Linkedin” cacareé cuando decidí venir, y es por eso que las frases que me digo a mi misma deberían de pasar un riguroso proceso de calidad. La intención no era ser mi propia tirana, pero saberme desempleada luego de más de una década era como abrir las puertas y ventanas de una casa que no ha visto sol ni sentido viento correr en un buen tiempo.
Deambulando en Hell's Kitchen, mirando los tristes caballos de Central Park, barajando discos obvios en Rough Trade, haciendo bola en High Line, la fachada de turista escondía mis flashbacks de emails, videollamadas y performática corporativa. ¿Habrán logrado la meta del proyecto? ¿Qué habrá pasado con mis proveedores? ¿Habrá sucedido la tan esperada nueva reorg? La secta alienígena aparecía en mis pensamientos, uninvited but somehow longed for.
El acceso temporal a Workday se había extendido desde la compu hasta mis caminares, las personas en la calle se parecían a Tess, a Darnell, a Dario, a Whitney y a todas esas floating heads que hace no mucho veía todos los días en el monitor. GET THE FUCK OFF ME OR I’LL SMASH YOUR FACE IN THE GROUND, gritó de pronto una mujer con la ropa hecha jirones y los pelos parados, mientras destripaba unas bolsas de basura sobre la banqueta. La ciudad zumbaba como una máquina que arrulla, me recordó dónde estaba, estaba lejos, muy lejos del Company Town Hall.
On and off Broadway
¿Resfriado incipiente? Era una puta tos, una sneaky throatfucker. Mi lenguaje era toser, ir a lugares y hablar en tos. Toser tanto como respirar. En la ciudad donde nadie te mira, algunos me glanceaban con un dejo de flashback de pandemia. Calor, tos, sudor. El aire acondicionado es una maldición con cara de promesa. El aire del metro, el aire del Foot Locker, el aire de la habitación, el aire del CVS, una sistemática aparición de aires artificiales que me hacían toser. Antes de huir de Manhattan, tenía que ir al teatro. ¿A qué? A toser. Porque el aire del teatro, por supuesto, también era una trampa.
¿Cómo puede alguien atreverse a no salir si se está en La Ciudad? Esa caminata por Broadway hasta cruzar la 7ª era tan falsa como el aire acondicionado, tan falsa como yo, pothead empedernida y quejosa profesional de aires. Evité a toda costa cruzarme con Times Square, aunque su glow se escabullía entre reflejos; sus luces y bullicio barato me hacían sentir como un pedazo de envoltorio de Shake Shack que intenta elevarse en el aire pero fracasa y queda atrapada en una rendija de drenaje.
Stereophonic en el Golden Theater. Adjmi, Aukin, 1976. Había llegado barrida, justo a la hora en la que suena la musiquita de la última llamada, y en la oscuridad del teatro, mi tos comenzaba a gestarse con una leve comezón en la garganta. Butler resonaba en el ambiente reciclado, los personajes en su maraña de egos y expectativas buscaban el sonido perfecto para su banda pedorra mientras respiraban el mismo aire enrarecido que yo.
Mi tos había aguantado dentro de mis pulmones durante tres actos, estaba por estallar. Sarah Pidgeon no podía cantar, no alcanzaba una nota alta. Todos en la audiencia la mirábamos, yo tragaba saliva. La tensión en escena era sostenida por el silencio y la expectativa de alcanzar una nota, mi urgencia por toser era inminente. ¿Por qué me senté tan adelante? Sarah intentó la alta nota una vez más, mi garganta se cerraba, el teatro quedó en silencio, la seguimos mirando, no pude más. New York, I love you, but you’re bringing me down.
Mientras el público aplaudía, yo tosía huyendo a lo largo de la alfombra del pasillo. Salí del Golden, afuera el aire era irreal, mezclado con imecas y sueños rotos. ¿Qué chingados estaba haciendo aquí? Sólo me hacía falta un pretzel caliente, gigante y salado en la mano para ser una completa estúpida en medio de Influencers in the wild. Estaba lista para salir de Manhattan y respirar otro aire viciado. Pero antes, tenía que ir al teatro. A toser.
Bed-Stuy Green Goddess
Conocí a Elena en una videochamada, pero realmente conheci a Elena una noche lluviosa en la Ciudad de México; tomamos alguns cocteles en la Roma y conforme passaram os meses, nuestras vidas foram se conectando a nosso favor. Las amizades que conservo à distância suelen ser longevas y profundas, ¿será que o espaço ajuda? Los quilômetros são buenos preservadores de carinho, al parecer.
Elena se había mudado de São Paulo a Nova York hace relativamente poco tempo. Quando le conté que estaría en la cidade, su primera reacción foi ofrecerme un lugar para dormir en su departamento de Bed-Stuy. Acepté feliz, depois de várias noites en un hotel caro e sem graça, la idea de un calorzinho hogareño sonaba muy bien.
El trayecto a Bed-Stuy foi rápido, con un silencio apaciguado en mi cabeça, sin complicaciones; caminando sobre Myrtle la vi, Elena caminando hacia mí. Saqué mi Yashica y la enfoqué enquanto ela se aproximava. Mucho antes de Charli XCX, el verde neón ya era parte de ella; tenía un estilo de la moda único, una mistura de elegância y modernidade que destacaba en cualquier multitud.
A través do lente, seu cabelo brillaba bajo el sol, capturé sus sonrisas y la alegría de vernos novamente. Me sentí afortunada; su presencia llenaba el aire y nos fundimos en un abrazo de hermanas. Amigaaaaaa, bem-vinda, exclamó. Vamos pegar um ciggi and then we walk home, dijo mientras apuntaba un Deli en la contraesquina.
Siempre he admirado a determinação de Elena para ser una diosa 24/7, con la elegância y el estilo do M&M verde já se movía en Brooklyn como una local. Como era de esperarse, nossos días começavam, se mantenían y se coronavam con longas charlas que, embora insistíssemos em chamá-las de sessões de chisme, me cobijé en nuestro portunhol/inglês para sentir-me um poco más yo.
Me adueñé del sofá de Elena para dormir en meio do seu santuario finamente decorado, mientras que durante el día funcionaba como nosso espaço de conversa. The Modern Men marketing campaign is SO outdated, them hermanos need a good new manager, se reía cubierta por uma leve nube de Vogue smoke luciendo su athleisure.
Fuckboys, situationships como loopholes from hell, freelances vs la vida corporativa, viver sola vs a vida em casal, exclusividade sexoafectiva ¿es uma fantasia?, poliamor com estranhos ¿resposta ao tédio generacional? Todos los temas quería y quiero hablar con Elena, todas nuestras palavras mientras montamos el G train, cruzamos el Hudson en el ferry, pasamos ao lado dos projects, tenemos brunch y vemos el skyline.
Un DIA en Beacon
To go out. Verbo intransitivo. Acto de huida momentánea de la urbe. Cuando los citadinos, agobiados por el smog, el bullicio incesante, y el estrés acumulado, sienten la necesidad imperiosa de escapar, de desconectar de esa vida que construyeron sobre cimientos de asfalto, neón, y café para llevar. Es una búsqueda de aire fresco, de verde, de espacio, aunque sea por un breve respiro... para después, inevitablemente, regresar.
Qué glamour ese de llegar a Grand Central Terminal y sentirse parte de una forzada película romántica, de esas donde la chica —a pesar de no ser hegemónicamente bella— tendrá suerte con el chico guapo. En esta ocasión no pasaría nada de eso; éramos Elena y yo buscando snacks para tomar el tren hacia Beacon. Un paseo al museo Dia parecía sensato, demure.
Caminamos por los vagones del Metro-North Railroad hasta encontrar asientos vacíos, donde nos dejaríamos mecer durante diez estaciones. Mordisqueábamos baby pickles y crackers innecesariamente caros pero complacientes, mientras las amplias ventanas convertían las calles de Yonkers en el río Hudson: un espejo del cielo azul del verano, bordeando las Palisades.
Esos días había estado leyendo Kitchen Confidential, a pedacitos entre el flat white y los flashbacks de Corporate America™. En su primer libro, Bourdain contaba cómo tomaba este mismo tren para llegar al Culinary Institute of America, siempre en busca de probar que la cocina era su lugar, y la comida, su única verdad. Me lo imaginé ahí, tranquilo en un vagón hasta Poughkeepsie, casi como un ritual de reafirmación. Qué envidia, qué ganas de esa claridad.
Nos bajamos en Beacon. Poughkeepsie y las certezas no estaban en el plan. El museo Dia estaba a una pintoresca caminata de distancia de la estación. Beacon has boring hetero vibes, amiga, bromeaba Elena mientras lideraba la caminata. El aire ya no olía a concreto caliente ni a pretzels tristes, sino a césped recién cortado, césped con algunos privilegios. El privilegio del silencio, por ejemplo.
No es una palabra en español la que bautiza a este museo. Elena me aclaró que Dia significa "luz" en griego, una metáfora sobre la iluminación que el arte puede traer a nuestras vidas. Pagamos 20 dólares y me dediqué a deambular por aquellos bodegones que albergan caprichos de Warhol, esperando encontrar esa revelación o momento de entendimiento, tratando de recuperar la inversión.
Caminamos tranquilas por todas las esquinas de la ex fábrica de Nabisco, ahora museo, logrando esa pausa que tanto buscábamos al salir de La Ciudad. Supongo que las paredes de concreto ya me habían regalado toda la claridad que les fue posible… Estaba lista para regresar, y Elena estaba lista para prender un cigarrillo.
Hermana, volvamos a GCT, we need oysters, dijo mientras hacía un círculo en el aire con su dedo índice, apuntando al cielo.
El regreso fue más rápido que la ida —una playera que diga— y las luces neón, el sonido de otros trenes, el aire tóxico y toda esa basura que amamos comenzaron a reaparecer para nosotras. El bullicio, ese estómago ruidoso de La Ciudad, hervía de nuevo mientras subíamos las escaleras para llegar al Grand Central Oyster Bar. Después de tres tipos de ostras, sparkling water y papas fritas —siempre—... ¿por qué nos sentimos en casa? Le pregunté a Elena. Porque, respondió mientras encendía un cigarro, Bourdain tenía razón, hermana: What is an oyster if not the perfect food? Me miró, soltando el humo con una media sonrisa.
Dyke March
It’s all buzzing, humming. We’re on our way to the Dyke March, and Elena's friends are here too, all dressed in a mix of glitter, rainbows, and attitude. I don’t identify as a dyke, neither does Elena, but everything—and everyone—was already waiting for us. We’re a loud, mismatched blend moving as one, taking up space.
We’re crossing from Brooklyn into Manhattan. Elena strides ahead of me, in ripped shorts and a razor-sharp gaze. See? she says, as if the city's chaos proves some invisible point. The march kicks off at Bryant Park, making its way down Fifth Avenue to Washington Square Park, no permits, no fences. This isn’t your usual rainbow parade, okay? Her voice has that edge, both warning and warm.
I smile at the signs people are carrying, loaded with messages about reproductive justice, equal rights—all the fight they’ve got packed into just a few words. One of them reads, “Queer as in f*ck you.” And then there’s Elena, threading her arm through mine as she pulls me into the beat of the drums pounding down Fifth Avenue. That sound ricochets off the buildings, like it’s calling out every rebel spirit within a mile’s reach. I lose track of the blocks, of the crowd around us, just following Elena’s sharp eyes and smirk.
With every step, we’re pulled into laughter, the spontaneous chants echoing off the streetlights, something raw and alive that feels half protest, half celebration. For once, this city, so indifferent most days, feels warm, like it’s holding us.
After a few blocks of dancing, chanting, and just blending into the night, Elena turns to me and sighs—the kind of sigh that says, “Alright, that’s enough activism for one night.” She pulls me close and says, deadpan, Hermana, we need to go to the temple. And I know exactly what she means: Trader Joe’s, all things edible and affordable.
Back at her apartment, after the night winds down, we put together a simple dinner and settle into the kind of quiet that only shows up late. We’re talking about new freelance gigs, the kind that keep us afloat and even make us smile, little reminders that we’re carving out our own path, on our own terms.
I think of my own plans, my flight back to Mexico City the next day, where the looming ghost of corporate work somehow doesn’t feel so terrifying anymore. The night fades as we talk, laughter echoing through the small apartment, with the city outside still pushing forward—subways rumbling faintly, voices floating up from the streets. But here, in this moment, on the cusp of something, somewhere between certainty and possibility, this is all I need.
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Alerta en EE.UU cómo sobrevivir a una guerra nuclear
Este tema podría no ser demasiado alegre, pero es una información importante. Algún día, podría salvar su vida y la de los miembros de su familia.
Vivimos en una época en la que la posibilidad de conflicto entre las principales potencias que poseen armas nucleares está constantemente en los titulares, y es sólo cuestión de tiempo antes de que alguien cruce una línea que nunca podrá ser descruzada. Cuando llegue ese día, es imperativo que tengas un plan.
Se han escrito libros enteros sobre cómo sobrevivir a una guerra nuclear, por lo que solo podré cubrir parte de la información más esencial en este artículo.
Si planeas seguir viviendo una vez que estalle una guerra nuclear, lo primero que tendrás que hacer es ubicarte en algún lugar que tenga un bajo riesgo de ser atacado.
Eso significa que no querrá estar ubicado cerca de ninguna instalación militar. Si no está seguro de si hay una base militar cerca de usted, puede encontrar una lista de bases militares en sitios web de su país.
Por ejemplo, si pensamos en EE.UU, los centros de población que son de importancia estratégica, como Washington D.C. y la ciudad de Nueva York, podrían ser blanco de un conflicto nuclear total.
Para aquellos que están considerando mudarse, los expertos sugieren buscar "en áreas remotas y rurales con clima cálido y acceso al agua y tierras de cultivo"...
Los expertos en bienes raíces han llegado a la conclusión de que los lugares en Estados Unidos que son más adecuados para sobrevivir a una guerra nuclear se encuentran en áreas remotas y rurales con clima cálido y acceso al agua y a las tierras de cultivo. Han recomendado no utilizar ciudades urbanas densamente pobladas y lugares con transporte masivo, centros comerciales y otras comodidades convenientes que tradicionalmente son deseables para vivir.
Una vez que comience una guerra nuclear, no tendrás tiempo para evacuar. De hecho, si los rusos lanzan misiles desde submarinos estacionados frente a nuestras costas, solo sería cuestión de minutos antes de que las principales ciudades costeras comenzaran a ser atacadas...
Si Rusia lanzara un arma desde aguas internacionales frente a la costa este, la gente en ciudades como Nueva York, Boston y Washington, DC, podría tener solo de 10 a 15 minutos para prepararse. "Ni siquiera tendrías tiempo para ir a buscar a tus hijos a la escuela", dijo a Insider el año pasado Irwin Redlener, experto en salud pública de la Universidad de Columbia que se especializa en preparación para desastres.
Así que la buena noticia es que cuando suceda probablemente estarás en casa durmiendo en tu propia cama. Pero si te encuentras afuera cuando sucede, querrás entrar lo antes posible. Cuando se produce un impacto, se crea una bola de fuego que es casi tan caliente como el núcleo del sol.
Hagas lo que hagas, es imperativo que no mires la explosión, porque el brillo de la bola de fuego puede causar ceguera... Después de la explosión, las partículas radiactivas conocidas como lluvia radiactiva comenzarán a llover desde el cielo...
Si la detonación fue una explosión superficial o la bomba golpea la tierra, se producen grandes cantidades de lluvia radiactiva. El polvo y los escombros lanzados a la atmósfera llueven, trayendo consigo peligrosas cantidades de radiación. La lluvia radiactiva puede caer en forma de hollín negro contaminado conocido como "lluvia negra", que es muy mortal y puede ser de temperaturas extremas. La lluvia radiactiva contaminará todo lo que toque.
Puede tomar más de una semana para que toda la lluvia radiactiva de una explosión regrese a la tierra. Por lo tanto, es muy importante que permanezca adentro durante este tiempo. Incluso si no estás cerca de la explosión inicial, debes entender que aquellos que viven "cientos de millas a sotavento del punto de explosión" están potencialmente en peligro...
Un mapa bastante bueno muestra qué áreas de los EE. UU. estarán en mayor peligro de lluvia radiactiva después de una guerra nuclear total, y puedes ver ese mapa aquí. Si vive en un área que es probable que experimente "lluvia radiactiva severa", querrá permanecer adentro durante al menos 3 semanas.
Mientras se refugia en el interior, se recomienda encarecidamente que no beba ni use agua del grifo, incluso si todavía está disponible. Es posible que su fuente de agua haya sido contaminada y no desee ingerir partículas radiactivas. Por lo tanto, sugeriría tener mucha agua almacenada con anticipación.
Aquellos que sobrevivan a la lluvia radiactiva descubrirán que ahora viven en una sociedad que no tiene electricidad, ni economía, ni cadenas de suministro.
Además, será casi imposible cultivar alimentos al aire libre debido al invierno nuclear que ha comenzado... Así que si se planea sobrevivir a una guerra nuclear, hay que tener suficiente comida y suministros para uno y para todos los que dependerán de uno mientras se planea seguir viviendo.
Es una época en la que el riesgo de una guerra nuclear es mayor que nunca, y las armas nucleares acabarán utilizándose durante el período de tremendo caos mundial que tenemos por delante.
La mayoría de la población parece pensar que es tiempo de fiesta, por lo que ni siquiera están prestando atención mientras nuestros líderes nos arrastran cada vez más cerca del borde de un conflicto nuclear.
#noticias#diario digital#tiempos finales#noticias cristianas#diario noticias#ultimas noticias#ultimos tiempos
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Mi viaje a Barcelona
El fin de semana pasado estuve en Barcelona. Aunque no fui sola exactamente, sí es lo más parecido a un viaje en solitario que he hecho hasta la fecha y ha sido una experiencia increíble. Además de patearme las calles hasta destrozarme el tobillo, ir a museos y exposiciones, enfrentarme a mi tremendo vértigo (más de lo que me habría gustado) y morirme de calor (el clima húmedo no es para mí), he podido alejarme de todo, desconectar del mundo y reconectar un poco conmigo misma. Si con este update tienes suficiente, puedes dejar de leer aquí, pero si quieres leer todo lo que he hecho y hartarte a ver fotos sigue leyendo :)
Primera parte: ¡Que nos vamos a Barcelona!
Este viaje no estaba exactamente planeado. Surgió gracias a que a Guille (mi pareja, por si no vienes de mi twitter) le invitaron a formar parte del New Perspectives de la MagicCon, lo cual significaba poder ir a Barcelona con los gastos pagados, elle al evento de Magic y yo a visitar la ciudad. Probablemente sea lo más cerca de ver una paguita queer (de esas de las que hablan los fachas) que estemos nunca xd.
Segunda parte: El viaje
Viernes
Como ya he dicho, fuimos a este viaje porque Guille iba a un evento de Magic (si queréis leer su experiencia del viaje os la dejo por aquí), así que tocó pegarse un buen madrugón para llegar a tiempo. A continuación nuestras caritas de sueño y emoción en el tren a las seis de la mañana:
Somos muy cutes, I know.
La verdad es que las primeras horas de la mañana del viernes tampoco fueron muy interesantes. Básicamente consistieron en llegar al hotel, hacer el check-in, etc., pero una vez terminamos con todo eso Guille se fue al evento y yo empecé mi andadura (nunca mejor dicho, madre mía qué panzada a andar me metí) por la ciudad.
Como estaba cansada por el viaje y la falta de sueño decidí que me iba a tomar el día con calma (nunca me creáis cuando digo que voy a hacer algo con calma, es mentira) así que empecé por visitar el Museu Nacional d'Art de Catalunya que, además de estar en un edificio precioso, tiene una colección increíble de arte.
Cuando salí del museo aún era temprano y, aprovechando que estaba en el Montjuïc, tomé la terrible decisión de subir andando hasta el teleférico. Entre el calor, la humedad y las escaleras, casi muero en el intento. De verdad que fueron los 15 minutos andando más largos de toda mi vida, pero bueno, el cansancio y el vértigo merecieron totalmente la pena por las vistas. Subid a los teleféricos de las ciudades que visitéis, en serio.
Para cuando bajé del teleférico ya era un poco tarde y estaba hambrienta y agotada, así que me fui a comer y después volví al hotel y pasé la tarde en la piscina, rodeada de guiris pijos y churruscados que me miraban raro por nadar en la piscina y leer en la tumbona en vez de torrarme al sol y emborracharme como hacían ellos (sí, me molestó que me mirasen como si fuera un alien por estar a mi rollo así que ahora les juzgo yo a ellos).
Guille salió bastante tarde de la MagicCon, así que tomamos una cena rápida y volvimos al hotel a dormir, que buena falta nos hacía.
Sábado
El viaje iba a ser corto, había que aprovechar cada momento, así que, obviamente me levanté temprano y me fui a desayunar, porque todo es más bonito con el estómago lleno. Con la tripa contenta y suficiente cafeína en las venas como para arrancar una locomotora me puse en marcha. Empecé visitando el barrio gótico, perdiéndome por sus calles y admirando la catedral. Callejeé hasta el Moll d'Espanya (obviamente tuve que hacer fotos a todas las banderitas trans y lgtb+ que me encontré, aunque aquí solo os voy a poner una por no saturar), comí en Maremagnum, asistí a una reunión de gaviotas, y luego seguí callejeando hasta llegar a la Rambla, donde me encontré de casualidad con una exposición super interesante de John Berger. Después caminé un poco más y entré a varias tiendas de segunda mano y de ropa alternativa (ojalá tener más de esas en Madrid, la verdad) y volví al hotel.
Cuando llegué a la habitación no serían más de las 7 de la tarde, pero me empecé a arreglar porque esa noche tocaba cita con Guille. Nos pusimos guapes, salimos a cenar y, de casualidad, pudimos desvirtualizar a Asra (une de les mutuals más guays que tengo en twitter) y conocer a su madre (que me secuestró cariñosamente y me recomendó sitios que visitar) y a su novio (que es un solete de persona).
Probablemente fue uno de los mejores días que he tenido este año.
Domingo
El día anterior fue bastante cansado, así que el domingo iba a tomármelo con calma. Después de desayunar fui a ver el Arc de Triomf y pasear por el parc de la Ciutadella, un parque precioso (aunque le faltase sombra). En él está la Glorieta de la Transsexual Sònia, a la cual yo no conocía y cuya historia me partió el alma (no os recomiendo buscarla si sois sensibles).
Una vez terminé de visitar el parque necesitaba despejarme un poco, así que descansé un buen rato en un banco a la sombra y luego me fui a comer.
¿Qué os dije sobre creerme cuando digo que me voy a tomar las cosas con calma?
Después de comer hice la parada obligatoria en la Sagrada Familia, aunque no llegué a entrar porque:
1- Era caro
2- Había una cola tremenda
3- No se podía entrar en tirantes ni pantalones cortos
Así que la admiré un buen rato desde fuera, saqué unas cuantas fotos y eché a caminar hacia la Casa Milà, una obra de Gaudí que, siendo sinceros, me llamaba bastante más la atención. La visita a la casa fue una de las cosas que más me gustaron del viaje porque, al ir con audioguía aprendí un montón sobre las técnicas de Gaudí para construir y diseñar que, al menos a mí que no tengo ni idea, me parecen impresionantes.
Llegades a este punto mi tobillo pedía clemencia y la MagicCon estaba por terminar, así que, después de una ducha rápida, fui con Guille a tomar un helado (y una buena cena)
Después volvimos al hotel y echamos una partida de Magic en el lobby con algunes de les compis de Guille del New Perspectives (lo que viene siendo jugar a las magic con gente queer y/o POC). La verdad es que fueron majísimes, pero para cuando terminamos yo estaba agotada, así que nos fuimos a dormir.
Parte 3: El final
El lunes ya no había más MagicCon y no quedaban energías para hacer más turismo, pero eso no nos impidió pasar nuestro último día en Barcelona con amigues hartándonos a comer y charlar. La verdad es que fue el broche final perfecto para un viaje increíble.
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Dark side of the moon
Nos movimos a Chiapas en Marzo y yo con la sensación de ser un turista en mi ciudad, llegamos a la casa de la abuelita de Elisa en el centro, mientras la bandita se juntó para darle la bienvenida a Eli luego de 14 años sin regresar al terruño y nos fuimos por los mezcales al chapulines, Pancho, Ulises, Fabián y Tatyana son amigos de ella desde la secundaria y estuvieron muy presentes en su vida hasta que se fue a vivir a Puerto Rico, el reencuentro estuvo lleno de amor y conexión, "la amistad es recordar y recordar lo que fuiste alguna vez, escuche en una canción hace poco", la neta fue hermoso agarramos unas pedas deliciosas en casa de Pancho y Tattoo, gracias gracias gracias por apapacharnos así.
Pancho Aventuras grité ya con unos mezcales encima; así debe de llamarse la empresa de aventura de Uli y Pancho, vi el logo en mi mente y me tomé el tiempo de diseñarlo cosa que les valió merga, pero de todos modos nos llevaron a una experiencia chamánica en el cerro del Mactumatzá que les voy a relatar. Ya en el 2020 me habían llevado al cerro a practicar los pases mágicos de Carlos Castaneda pero nunca en micro dosis de hikuri, si con los pases mágicos sientes que dejas de escuchar por algunos momentos y se te nubla la vista, con la ayuda de la medicina puedes sentir como corre la energía por todo tu cuerpo, Ulises es un gran maestro de los pases se toma las cosas muy en serio y tiene un chingo de retentiva para aprenderlos y paciencia para explicarlos.
La escena no puede ser más hermosa, 4 amigos formando una rueda en lo más alto del cerro en posición de potro de Taekwondo haciendo unos movimientos tipo kung fu y respiraciones profundas hasta llegar a un clímax, donde ofreces todo al universo y "EL" te lo regresa, en ese momento cuando sueltas el último suspiro todo se conecta o desconecta y entras en otra frecuencia, por unos pocos segundos pierdes la realidad y pronto vuelves a aspirar regresas, si no te caíste estás del otro lado, terminamos los pases mientras el sol se ocultaba y el viento empezaba a calar y Ulises y Pancho debatían acerca de si nos iban a dar o no "rapé", al final les dijimos que si queríamos probarlo y Ulises sacó una pipa de madera con dos puntas, nos explicaron que iba a doler la cabeza un poquito y que no nos espantáramos, el rapé es tabaco finamente molido y vía esta pipa alguien le sopla de un lado introduciendo hasta tus sienes el contenido, arde y arde un chingo, hasta los ojos te lloran, la neta hubiéramos dicho mejor que no a esa madre pero había que probarla, al bajar todavía sentíamos los efectos de la mescalina que tomamos y se fue diluyendo solo después de cenar algo. Gracias Ulises y Pancho fue una experiencia memorable.
Niños dándose sus pipazos de rapé
Nos habíamos llevado un gran gran chasco en San José del Pacífico al tratar de comprar unos hongos en miel y ya que estábamos cerca decidimos ir a Palenque a buscar, Pancho que había vivido con David en la selva nos dijo que tenía el necte perfecto, por ahí del 15 de marzo nos movimos para allá y apenas llegando contacté al mágico amigo, nos ofreció unos hongos recién cortados que me parecieron poquitos ( no sabía lo que me esperaba ) y los tomamos en el hostal una calurosa mañana.
El camino de palenque pueblo a las ruinas es una carretera de voy y vengo rodeada de mucha vegetación, se siente la humedad en el ambiente y una vibra diferente mientras más te vas adentrando, yo creo que llevábamos unos 20 minutos que nos habíamos comido "medio viaje" entre los dos, cuando empecé a sentir algo raro, como un coqueteo, algo suave en el estómago que te avisa que ya viene, mientras llegamos a la puerta de las ruinas y los guardias nos dijeron que todavía no podíamos entrar, que esperaramos 1 hra en el auto, decidimos bajarnos a caminar un poco pero ese suave coqueteo se empezó a sentir como una turbulencia modo avión, apenas pude volver al auto y decidimos regresar a un lugar donde no hubiera tanta gente, creo que avanzamos unos 500 metros cuando sentí que el camino se bifurcaba en espirales y ahí dije ora vergaaaaaaa, me estacioné en la lateral y puse mis intermitentes, el plan que teníamos de pasar el día en las ruinas observando la arquitectura y la naturaleza se estaba empezando a convertir en una hazaña de supervivencia, "Elisa debemos de cruzar hacía ese lugar" le dije en voz muy muy bajita y ella me dijo "no creo poder llegar ahí", justo me había estacionado frente a un hotelito boutique de los que nunca había visto, entramos a preguntar y el lugar estaba vacío… un verdadero oasis salvador, una alberca con vista hacia la selva nos esperaba y firmé el check in y vi como unas cuantas pecas se quedaron en el papel que acababa de firmar, nos fuimos a escabullir al cuarto y sentí que ya estaba seguro, pero esa sensación de seguridad se desvaneció en un instante, "Marco te estás convirtiendo en una serpiente" me dijo amorosamente Elisa, mi piel y mis ojos estaban cambiando de forma y mi lengua la empecé a sentir partirse en dos partes crash crash crash y me ahí el miedo empezó a aparecer.
Los viajes de hongos son como oleadas, van y vienen con diferente intensidad, el miedo que sentí de pronto se fue aplacando cuando empecé a recitar un mantra, "todo está bien, todo es amor, todo es perfecto como es" el positivismo mágico que me ha acompañado durante este viaje y que no permite que me ponga nervioso o triste por situaciones que no puedo controlar, funcionó, pero a los pocos minutos llegaba una nueva ola que derrumbaba todo lo construido, me metí a la alberca y floté sobre el espejo de aguas en posición fetal mientras observaba como Elisa se veía de los más placida disfrutando de su viaje y yo por dentro empezando a ver fractales bastantes obscuros, "todo está bien, todo es amor, todo es perfecto como es" de nuevo y algo de paz, pero ya no lo pude controlar, lo único que pude hacer fue rendirme ante la fuerza del todo, y ahí pude observar detenidamente mi lado más obscuro, calaveras, murciélagos, serpientes, huesos rotos, gárgolas, todo estaba relacionado, fractales con alto grado de complejidad y ya en ese estado todo me pareció conectado, el bien y el mal, sin el temor de estar ahí y sintiendo que a veces las cosas no están bien, que no todo es perfecto y que no todo es amor que simplemente ES.
Recordé los pases mágicos y fuera de la alberca los empecé a practicar, mi cuerpo empezó a tener más participación en el viaje y sentía mi sangre correr, regresé de ese lugar al que nunca había querido ir, y le dije a Elisa que había visto algo, que toda esa palabrería de somos uno era real, lo bueno y lo malo estaba unido, fuimos al panchán por unas chelas y a comer algo, después de 10 hras de viaje nos dormimos en un tranquilo sueño.
En los siguientes días me sentí bastante ligero y en el hotel de David pudimos hacer un temazcal privado para su familia y nosotros dos, cantamos y agradecimos en grupo y sacamos lo que teníamos que sacar, los últimos días nos quedamos en el mayabell donde me topé con el rojo, cantante y nómada desde hace un chingoooo de años aproveche para echarme la foto y le dije a Elisa mira el rojo es una leyenda y el infló su pecho y sonrió de oreja a oreja.
Palenque tiene magia y Elisa y yo la disfrutamos al máximo, fueron días que extraño por que sentí que estaba de vacaciones más allá que de paso y trabajando, nadamos, bebimos, tripeamos y hablamos profundamente, gracias por acompañarme en el viaje y espero haya sido igual de grato para ti.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
<3
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Espejismo de progreso en La Plata con su Código de Ordenamiento Urbano 2024
Espejismo de progreso en La Plata con su Código de Ordenamiento Urbano 2024 El espejismo moderno del Código de Ordenamiento Urbano en La Plata, impulsada por Alak y Bianco, enfrenta críticas por su falta de efectividad.
El espejismo moderno del Código de Ordenamiento Urbano en La Plata, impulsada por Alak y Bianco, enfrenta críticas por su falta de efectividad. La reciente iniciativa del intendente de La Plata, Julio Alak, y el ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, para modernizar el Código de Ordenamiento Urbano y Territorial (COUT) ha sido presentada como un avance significativo…
#barrios de emergencias#barrios privados#Buenos Aires#Carlos Bianco#Carlos Moreno#CFI#Ciudad de los 15 Minutos#Código de Ordenamiento Urbano#Código de Ordenamiento Urbano y Territorial#Consejo Federal de Inversiones#COU#COUT#espejismo#espejismo de progreso#Julio Alak#La Plata#modelo urbano desigual#Municipalidad de La Plata#planificación urbana
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🈵BNHA 2: Hidding in the USA- Episode 14: El paquete🈵
Deku pasó todo el día en esa habitación en la que Ken Weathers lo hizo pasar la noche después de haber sido enviado al hospital y luego llevado a casa y recibir un baño. Deku dormía, dormía y dormía…dado que no portaba su ya deteriorado traje de héroe, en su lugar, estaba usando la ropa más cómoda y abrigadora de Ken.
La lluvia Caía refrescando el panorama, pero a la vez, exponiendo a un Midoriya más protegido y acogido.
A la mañana siguiente, Weathers fue a acechar a Midoriya y solo lo vio dormido. Ken ya sabía de todo lo que le había pasado a Deku en ese callejón, Weathers no podía quitarse de la cabeza lo que pudo ser del pequeño héroe si hubiese seguido escondido en el callejón o peor aún, volver a ser atentado contra su voluntad en contra de su intimidad.
Mientras Deku dormía, Ken procedió a revisar las heridas del héroe y procedió a darles su debido tratamiento, hasta que escuchó un timbrazo en la casa. Ken bajó las escaleras y se dirigió a la puerta, había recibido un paquete por correo, por alguna extraña razón, el paquete era proveniente de España. Ken agradecido, recibe su entrega y hace la respectiva paga al repartidor.
Ken al llegar a la sala, su madre le pregunta “¿Qué es ese paquete?”, Ken le respondió: -Deben ser las camisas que mi amigo, Cervantes me compro desde Mexico-. Michelle contestó: -Oh entiendo. Te dejo abrir la caja, mientras iré a hacer el desayuno.
En ese momento, Ken procedió a abrir la caja y efectivamente, eran las camisas que Cervantes compró desde Mexico. Ken procedió a sacar las camisas, pero notó que algunos modelos estaban repetidos. Weathers quedó extrañado, hasta que descubrió una nota:
Hola Ken, espero estes bien y que te hayan gustado las camisas que le compré a nuestra amiga, Marí, quien reside en México. Supe que estás refugiando a un pequeño Héroe Seinen, entonces me tomé la libertad de cooperar con algo de ropa y aproveché a repetir algunas de las unidades. Espero no te moleste.
Atte: Tu amigo desde España, Rodrigo Cervantes
En ese momento, Ken se sintió agradecido, por lo que comenzó a separar la ropa que sería suya y cuáles para Deku. Después de unos minutos, Ken decide acompañar a Deku en su refugio. Aún seguía dormido, no tenía fuerzas para levantarse debido al severo cansancio que sufrió por sobrevivir entre los callejones de Nueva York. En ese momento, Ken decide dejar dormir a Deku hasta que se recupere.
Ken al irse a desayunar, decide encender la TV y ver las noticias, primero vio las locales y luego las internacionales. Quedó en Shock al enterarse de lo que está ocurriendo en Japón, específicamente, la ciudad de Musutafu. Estaba infestado de villanos y…un movimiento rojo…
💮🈲 ¿Qué movimiento rojo estará invadiendo a la Ciudad de Musutafu?Descúbrelo en el capítulo 15🈲💮
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Pensamientos en 2023 de alguien que lleva usando Twitter desde 2007
Llevo poco más de seis meses experimentando un malestar que no sabía como describir hasta hace un par de minutos. Físicamente estoy bien (digo, dentro de lo que cabe), pero cuando Twitter empezó a caerse a pedazos en 2022 comencé a notar ese no-se-qué en el fondo de mi mente.
¿Es incertidumbre? No, para nada. De hecho, este tango yo ya me lo sé. Después de todo, ocurrió algo muy parecido cuando la gente abandonó MySpace a mediados de la década de los 2000's. La creencia más popular es que la gente se mudó directamente de MySpace a Facebook, pero la triste realidad es que docenas de sitios web intentaron tomar su lugar durante los años siguientes. Surgió Metroflog, murió Metroflog, surgieron decenas de clones de Twitter, todos desaparecieron sin pena ni gloria (porque honestamente ya nadie se acuerda ni de Jaiku ni de Pownce), y así sucesivamente hasta que todas las piezas se acomodaron en su lugar en el que estaban cuando empezó la década de los 2020's.
¿Será entonces nostalgia? ¿Será que extraño "el Twitter de antes" que ya no voy a poder disfrutar? No, tampoco es eso. Ahorita más del 70% de la experiencia retro de Twitter se encuentra intacta en la red descentralizada Mastodon. Y cuando me refiero a retro, no me refiero a Twitter 2020 ni a Twitter 2015. Mastodon tiene un sabor idéntico a Twitter 2008. Dependiendo de tu opinión de Twitter, eso podría ser demasiado bueno o demasiado malo. Estamos hablando de una versión de Twitter que no tenía ni hashtags ni listas. ¿Recuerdan a Twitter cuando nadie lo entendía, así que todos en Twitter seguíamos la cuenta de Ashton Kusher porque no había otra persona famosa que usara mejor los 140 caracteres? ESA es la experiencia retro de Twitter de la que hablo. Mastodon se siente como si el viejito millonario de Parque Jurásico hubiese clonado al Twitter de 2008 usando la sangre de un mosquito atrapado a la mitad de un artículo de internet sobre la campaña viral de la película Batman: El Caballero de la Noche.
Y esa es la parte extraña. Tengo mi dosis de Twitter retro en Mastodon, y tengo el resto de lo que necesito en otras cuentas de redes sociales. Si necesito contactar gente que conozco de afuera de internet, uso Whatsapp o Facebook. Si me urge quejarme de algo, uso Tumblr. Si el día de mañana se me antoja hacer en Photoshop una "cursed image" funde-cerebros la puedo subir aquí o en Mastodon o en Instagram o en DeviantArt. Creo que también tengo cuenta de Flickr.
Mi plato está lleno a rebosar de redes sociales. Debería sentirme saciado... pero en vez de eso, sigo sintiendo un no-se-qué que apenas acabo de identificar. Siento impotencia.
No puedo controlar la manera en la que Twitter (mi red social preferida durante los últimos 15 años) está biodegradándose lenta y dolorosamente en manos de un multimillonario con habilidades administrativas tan infames que aparentemente actúa en "modo demonio" para ser productivo. No puedo controlar la manera en la que otras personas me van a encontrar cuando dejen de usar Twitter, principalmente porque todo mundo está huyendo en diez direcciones distintas (si, igual que cuando se desinfló MySpace, porque verdaderamente estamos bailando el mismo tango). No puedo ni siquiera posicionar en buscadores mi propio sitio web personal para que la gente me encuentre fácilmente porque, tan pronto actualizo mi página de internet para que sea más fácil de encontrar, irónicamente solo consigo que deje de salir en la primera página de resultados de Google. Y eso es solo si hablamos de los resultados de buscar la frase "L8 de HarryLatino", ya que googlear la palabra "L8" a solas dejó de servir desde que salió a la venta el teléfono Zte Blade L8.
No puedo hacer nada para contrarrestar la manera en la que se está desmoronando mi capacidad de encontrar o ser encontrado por personas que no viven en la misma ciudad que yo. Digo, podría organizar una campaña de Google Bombing para posicionar mi sitio web en los resultados de búsqueda de Zte Blade L8; pero si tuviera la capacidad de organizar un Google Bombing de "Zte Blade L8" con mis amistades y conocidos, mejor la usaría para coordinarme con ellos para usar la misma red social. Y honestamente no la tengo. Dios sabe que lo intenté desde noviembre de 2022 para jalar gente a Mastodon, y obviamente no me funcionó. En mi defensa, la migración de Twitter a Mastodon tampoco le funcionó al resto de internet. Y no lo digo yo, lo dice el administrador de un servidor de Mastodon cerrado recientamente.
Entonces, ¿qué hago? ¿Puedo hacer siquiera ALGO? ¿Tendré que sentarme encima de mis propias manos esperando a que Instagram lance su clon de Twitter? ¿Y que pasa si ese clon no funciona? ¿Me trago ese fracaso, como lo hicieron todas las personas que hicieron cuenta en Jaiku y en Pownce a finales de la década de los 2000's? ¿O ignoro toda la ausencia de incertidumbre que ya tengo y sigo a todo mundo en todos lados hasta que algo funcione?
Ni siquiera puedo pedir a la gente que me conteste esas preguntas en los comentarios de este blog porque ya nadie publica comentarios en blogs. Tampoco puedo pedir respuestas en Twitter porque cierto multimillonario con el cerebro elongado limitó la cantidad de mensajes que se pueden leer diariamente en Twitter para ocultar que no está pagando cuentas pendientes de los servicios físicos y digitales que normalmente permitirían que el servicio esté disponible de manera ilimitada.
Al final no puedo hacer nada, así que voy a tener que intentar hacer todo. Es un sentimiento desagradable, pero al menos se que no es incertidumbre porque tengo la completa seguridad de que es lo que voy a tener que hacer, y sé que no cuenta como nostalgia porque esta es una de las cosas de los 2000's que menos extraño. Así que... uh... sí, por favor sígueme aquí y en el tataranieto de Metroflog. Gracias de antemano, y nos vemos en la próxima red social en la que los dos estemos probando para reemplazar ese 30% de Twitter que más nos gustaba.
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El otro día vi en la Cineteca de Matadero El hombre de la cámara (1929), de Dziga Vertov. Imprescindible manifiesto visual en pro de un lenguaje cinematográfico libre de servidumbres a la novela y al teatro. Pura imagen sin palabras que no necesita relato lineal que lo sustente. De metraje una hora y 15 minutos, la película pasa volando. Esta llena de secuencias memorables rodadas en multitud de localizaciones de San Petersburgo. Los encuadres, los movimientos, el montaje, todo muestra lo que se puede hacer con una cámara y mucho talento. A pesar de que su intención no es narrativa, la impresión final es que te has zambullido en la vida de aquella ciudad y sus habitantes en aquel tiempo.
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