#Albert Boadella
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"Me meto en este berenjenal por competencia desleal. Porque la farsa y la mascarada son mi terreno, y la política debería ser el arte de la sensatez".
- Albert Boadella (1943).
https://estebanlopezgonzalez.com/2017/10/24/el-nacionalismo-que-sufrimos/
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Rocío García: El rey emérito, bajo la mirada satírica e implacable de Els Joglars
Albert Boadella y Ramón Fontseré se unen de nuevo en el teatro con un retrato de Juan Carlos I
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Tomás tiene un misterio. ‼ Quizá tiene varios. ❤‼ #JoseTomas #Torero #Toreo Un torero tiene que estar un poco loco para ser torero . Tomás le dijo en una entrevista a Almudena Grandes que volvía porque "vivir sin torear no es vivir"
El regreso de Tomás ha sido aún más sonado de lo que fue su debut en 1997 en Las Ventas. José Tomás le dijo una vez a Joaquín Sabina que le fascinaba "el misterio, la naturalidad y la hombría" con que Manolete "afrontó lo que tenía que afrontar". A estas alturas, es casi una obviedad decir que Tomás también tiene un misterio.
Probablemente tiene varios. Claro, todo torero tiene que estar un poco loco para ser torero. Y todo torero verdadero guarda dentro un secreto, un alma distinta, una inteligencia de otra especie, un corazón de artista. ¿Pero acaso es José Tomás un hombre raro? "¡Qué coño va a ser!", dice José Tomás, padre. Su hijo mayor, añade el ex alcalde del PP de Galapagar, pelo completamente blanco y cara de buena persona, fue siempre muy normal, un chico estupendo, con alguna tendencia a la soledad y la meditación, y ahora es igual, "muy callado y solitario, pero también divertido y cariñoso", "del Atleti de Madrid porque en casa tenemos el corazón grande y está prohibido ser del Madrid"; un joven que "adora a Camarón de la Isla, al Che Guevara, a Manolete y a Antonio Ordóñez", y al que "le gusta vivir a su aire y pensarlo mucho todo".
Nada muy raro tratándose de un chico cualquiera de Galapagar, en la sierra de Madrid, nacido hace 32 años en el seno de una familia de derechas, moderadamente, que hizo su dinero con el ganado manso y "las finquitas" que reunió el abuelo, Celestino, nativo de Colmenarejo y hoy entrañable y sordo a los 89 años, y que también fue ocasional conductor de un gran turismo (un taxi de lujo) blanco que paseó por España a muchas de las figuras del toreo de la posguerra.
Todo el mundo sabe ya que después de cinco años de silencio y ausencias de los ruedos, su nieto ha vuelto a torear. En junio, Tomás le dijo a Almudena Grandes en una entrevista memorable en EL PAÍS que volvía porque "vivir sin torear no es vivir". Según su abuelo, "el chico ha vuelto porque no sabe hacer otra cosa". El caso es que el regreso no ha podido ser más estruendoso, y en apenas dos meses y 12 corridas, desde el espectacular debut del 17 de junio en Barcelona hasta la terrorífica cogida de Linares el 29 de agosto, día del 60º aniversario de la muerte de Manolete, Tomás se ha coronado
otra vez como rey indiscutible del toreo.
Catalanes antinacionalistas como Albert Boadella y poetas como Joaquín Sabina, pero también sus propios colegas de profesión, se asombran al verlo, admiran su valor, subrayan que su arte encarna la verdadera torería. "Tiene dos cojones", dice Joselito.
"Torea como sueña", afirma el matador Ángel Gómez Escorial. Para el promotor flamenco Juan Verdú, "hacía muchos años que los toros no daban esa sensación de peligro, esa emoción. Ahora, todo el que quiera torear sabe que ahí huele a ciprés".
Sencillo y silencioso, un ejemplo de discreción, Tomás asiste impasible a tanto barullo y se limita a expresar en la plaza todo lo que calla fuera. Pero la presencia de la muerte, la posibilidad de que el torero muera en el albero ha vuelto a los ruedos con él. La parca, que parecía haberse esfumado de las plazas hasta convertir la fiesta en una sucesión monótona de suertes deshilachadas, ha vuelto al primer plano. Tanto, que hay gente que piensa que Tomás se quiere dejar matar en la plaza. "¿Dejarse matar? Yo creo que no", dice Joselito, "pero eso sólo lo sabe él. Siempre piensas que puede pasar, pero evidentemente no quieres que pase, es sólo un pensamiento". "Tomás es un torero trágico como Chocolate era un cantaor trágico", dice su amiga Carmen Esteban, que acaba de publicar la biografía de la viuda de Manolete, Lupe Sino, en Espasa. "Si le cogen tanto es porque se pone donde los toros te cogen", añade César Rincón, que confiesa admirar a Tomás: "Es un torero muy puro y demuestra tener un umbral del valor altísimo; sería mejor que le cogieran menos, claro, y seguro que a él le gustaría también que le cogieran menos...".
Otros matadores que se sienten agraviados por el sistema taurino, como Ángel Gómez Escorial y Joselito, creen que Tomás ha vuelto para liberar a la fiesta de los usos y mañas de los taurinos, esos que le obligaron a irse a México a hacer la carrera de novillero cuando se negó a pagar para poder torear en España. "Teníamos ideales muy parecidos en el fondo y la forma", explica Joselito. "Luchamos contra los que han llegado a la fiesta para servirse de la fiesta, los que entienden esto sólo como un negocio. Nosotros lo entendemos como una forma de vivir: de ello, por ello y para ello; ellos sólo entienden el primero: de ello".
Para esa cruzada, Tomás ha contratado a un apoderado catalán sin experiencia (el músico y ex crítico taurino Salvador Boix). Ha impuesto sus condiciones y su caché (en torno a los 50 millones de pesetas, aunque nadie suelta prenda). Ha llenado cada plaza que ha visitado, y ha puesto al escalafón en fila de a uno: o torear como él torea, donde él se juega la vida, o dedicarse a otra cosa. "Yo no quiero entrometerme. Al torero no le gusta que hable, sólo puedo decir que no es mejor ni peor, sino distinto a todos". Así saluda Celestino Román Martín, el abuelo de Tomás y patriarca de la familia. Fue él quien le inoculó el veneno. Primero, llevándole de niño a Las Ventas, tendido alto del 8; después, animándole a torear cuando José, su Jose, "iba para futbolista".
-¿Y qué ha heredado de usted Jose?
-El ser buena persona. Todo el mundo lo dice.
-¿Ha oído que la gente dice que ha vuelto para dejarse matar?
-Son leyendas. Lo que pasa es que tiene amor propio. Pero qué coño va... Quieren saber más que los demás, que no sabemos na.
Llega José Tomás, padre. Justo a tiempo para zanjar el asunto. "Así que se quiere dejar matar... ¿Es que el torero está gilipollas o qué? Cualquiera que lo conozca sabe que gilipollas no está, y loco, menos. Lo que pasa es que unos exponen más que otros. Y hay toreros que torean 100 corridas al año y salen sin un rasguño". El padre no se pierde una tarde de su hijo. Habla de él con una pasión que no ciega el conocimiento.
"Siempre ha sido muy perfeccionista, su crítico más severo; nunca está contento, siempre busca más. Ha hecho mucho, pero no se conforma". Un rasgo de esa enfermedad de perfeccionismo: Tomás lleva, desde el año 2000, a un fotógrafo filmador a todas partes. Es Antonio Escamilla, hermano del malogrado operador de cine Teo Escamilla: "Grabo todas las corridas de Tomás y algunas tientas, soy uno más de la cuadrilla", dice. El torero, que en su primera etapa se negó a dejarse embaucar por los contratos millonarios de televisión, ve una y otra vez sus actuaciones para corregir cosas, detalles... Escamilla: "En el vídeo se ven mejor los fallos, y a él le gusta controlarlo todo, la lidia, los picadores, sus movimientos... Es muy serio, un tío excelente, y para él su cuadrilla es intocable".
Tomás viaja rodeado de un equipo pequeño que le permite vivir un clima de confianza y amistad. Aparte de su hermano Andrés, que es el mozo de espadas, y de su apoderado, Salvador Boix, los intocables son Miguel Cubero, su banderillero de siempre, y El Kiki, su ayuda, el chico para todo, que se crió con la familia. Boix negocia los contratos, exigiendo lo que el torero pide, y le libera del acoso de la prensa: "Él vive para torear", dice Boix. "El dinero importa, pero es una cosa más. Lo que él hace no se paga con dinero".
En la peña taurina José Tomás de Galapagar, al lado del estanco de la plaza, una cátedra formada por ocho o diez jubilados que conocen al torero desde niño, más un par de jóvenes de su edad que son amigos, pasa revista a las últimas noticias. La cornada de Linares ya es historia, "cuestión de rehabilitar bien y ver si llega a Salamanca el día 12". Todos afirman que Tomás, en la calle es como en el ruedo: un ser excepcional y un hombre cabal. "Lo he tratado poco", dice Joselito, "es tímido y no habla mucho; pero es una persona pura, sincera y honrada. Lo que hace y lo que dice, lo mantiene. Siempre". "Esa autenticidad ha tenido un efecto, los intelectuales han vuelto a la plaza", reflexiona Gómez Escorial. "La fuerza a los toros se la dieron gente como Lorca, Picasso y Hemingway, que estuvieron muy cerca de matadores como Sánchez Mejías, Ordóñez o Dominguín, que eran tipos abiertos al mundo; que hoy se acerque gente como Joaquín Sabina significa que esa unidad funciona otra vez, y eso ayudará a desterrar el estereotipo cerril". Quizá por todo ese revuelo paralelo, el regreso de Tomás ha sido aún más sonado de lo que fue su llegada, cuando allá por 1997 debutó como matador en Las Ventas en la Feria de San Isidro y formó el primer gran delirio. Las palabras que escribió el maestro Joaquín Vidal, aquella primera noche de puerta grande, a toda prisa y certero como una daga, sirven para explicar hoy, diez años después, un fenómeno que en el fondo no tiene nada de paranormal: "Y llegó José Tomás... Llegó José Tomás, se echó la muleta a la izquierda y acabó con el cuadro. Quiere decirse que se terminó la presente historia.
La hegemonía de los pegapases y sus derechazos pasó a mejor vida". "Llegó José Tomás; y, desde entonces, tienen un antes y un después la feria y la fiesta". Un antes y un después. Nadie lo hubiera dicho viéndole aquella noche, cuando nada más salir a hombros de la plaza se metió en la furgoneta para volver al hotel Victoria. Imposible olvidar su mirada perdida, esa serenidad marciana, y aquella forma medio abúlica de encajar un éxito histórico para el que se había preparado desde que su abuelo Celestino le preguntó, cuando tenía 10 años, si quería torear. Durante el trayecto, Tomás sólo abrió la boca para contestar parco a las preguntas, y sólo sonrió cuando el coche pasó por la plaza de Neptuno y dimos una vuelta alrededor del dios atlético en homenaje a su equipo del alma.
#JTomaselflacodeGalapagar #JT @jtomaselflaco #Artista
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Albert Boadella: “Cataluña es un lugar donde la democracia casi no existe”
#nacionalismo catalan#nacionalismocatalan#democracia#caciquismo nacionalismo y caciquismo#caciquismo
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#movies#La portentosa vida del pare Vicent#Carles Mira#Albert Boadella#Ángela Molina#Ovidi Montllor#1978
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Entrevista a Albert Boadella: «Me imagino a Sánchez o Iglesias como presidentes de la república y me aterrorizo»
Entrevista a Albert Boadella: «Me imagino a Sánchez o Iglesias como presidentes de la república y me aterrorizo»
Como el «perfecto profesional del confinamiento» que es desde que sus vecinos le dieron la espalda, el dramaturgo aprovechó 2020 para dar forma a un libro, «El duque», y a una obra, «Diva» Origen: Entrevista a Albert Boadella: «Me imagino a Sánchez o Iglesias como presidentes de la república y me aterrorizo»
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GRAN MARCHA POR TABARNIA - ADIÓS A TRACTORIA Casi 250.000 personas participan en Barcelona en la primera manifestación de Tabarnia, con el apoyo del PP. El PSC y Ciudadanos no han querido respaldar en cambio a los valientes tabarneses
GRAN MARCHA POR TABARNIA – ADIÓS A TRACTORIA Casi 250.000 personas participan en Barcelona en la primera manifestación de Tabarnia, con el apoyo del PP. El PSC y Ciudadanos no han querido respaldar en cambio a los valientes tabarneses
MASIVA 1ª manifestación de los DEFENSORES de TABARNIA en BARCELONA-
Todo Radio–
La plataforma presidida por Albert Boadella toma la calle para recuperar Cataluña de los independentistas.
En directo: los defensores de Tabarnia se manifiestan en Barcelona: «Se acabó la…
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“Cada canción de Verdi es una ópera en miniatura”
[La soprano Carmen Solís (Badajoz, 1978). La foto es de Michal Novak]
Acompañada por el piano de Rubén Fernández Aguirre, la soprano extremeña Carmen Solís presenta en IBS el flanco más desconocido de Giuseppe Verdi, el de compositor de canciones
Es una de las voces más verdianas del panorama nacional. Además de demostrarlo en los escenarios de medio mundo, Carmen Solís (Badajoz, 1978) ha querido llevar al disco su pasión por el compositor acercándose a su faceta menos conocida, la de las canciones.
–¿Cómo surgió la idea de este programa y de este disco? –Rubén y yo llevamos siete años trabajando juntos. Y la primera vez que nos juntamos fue ya con canciones de Verdi. Siempre las he intentado meter en mis conciertos, porque es un repertorio no muy conocido. Y está por supuesto la belleza de la música de Verdi, que nos fascina a los dos. Él además me considera una soprano verdiana, y piensa que puedo hacer bien este repertorio. Cuando surgió la idea de grabarlo con IBS, hablamos en principio de meter también canciones de Puccini, pero al final, contando también con la opinión de Paco Moya, nos decidimos por el monográfico Verdi. El resultado del CD no es sólo la idea peregrina de alguien, sino producto de las reflexiones y el trabajo de un equipo de tres personas.
–El repertorio es desde luego poco conocido si se lo compara con la ópera. ¿Qué hay de operístico en estas canciones? –Muchísimo, por no decir casi todo. Pareces estar escuchando ópera todo el rato. Esto parece salido de Trovatore, esto parece Don Carlo… Pero lo esencial no es tanto que puedas vincular algunas canciones con determinadas óperas, sino que las canciones son prácticamente arias, así que cada una es como una pequeña ópera en miniatura. Hay algunos fragmentos más íntimos, liederísticos, claro, pero yo las he afrontado como arias. La música te lleva. Por la expresividad tan verdiana, por el fraseo. Está claro que el tratamiento pianístico no es lo mismo que la textura que te da una orquesta, pero te impulsa mucho. Estás escuchando partes en la que dices aquí entra la orquesta, hay otras en las que parece que el coro te está respondiendo. Hay que tener en cuenta que Verdi componía sus canciones para hacerse conocer en formato pequeño y facilitar a los empresarios que conocieran sus posibilidades a la hora de componer óperas. Era una forma de promoción de su música entre aquellos que luego pudieran contratarlo para lo que realmente le interesaba, que era vender sus óperas.
–El CD se titula La seducción, como una de las canciones, ¿qué hay aquí de seductor para un aficionado a la música clásica que no sea necesariamente operófilo? –Le dimos bastantes vueltas al título. En principio pensamos en un simple Verdi Songs. Fue idea de Paco utilizar el título de una canción. La palabra Seducción nos parecía bonita y llamativa. El disco tiene mucho de seductor para el oyente que conoce a Verdi, porque le ofrece un repertorio diferente. Pero luego desde el punto de vista del propio Verdi tiene un sentido, porque él escribió estas canciones para seducir a los empresarios que podían contratarlo.
–¿Cuál es su canción preferida? –Justamente La seduzione es mi preferida. Luego está L’esule también, donde yo diría que está todo Verdi, desde el principio a fin. Es como si escucharas cualquier aria de Trovatore o de Otello. Pero si me tengo que quedar con una es con La seduzione.
–¿Usted también se considera a sí misma como una soprano verdiana? –Sí. Los cantantes tenemos que adaptarnos a lo que la naturaleza nos ha dado. Eso, unido a la formación que tuve, y a las oportunidades que he tenido de enfrentarme al repertorio verdiano, hacen que me considere básicamente una cantante verdiana y verista.
–También ha hecho mucho Puccini y viene de hacer unos Pagliacci en Bolonia. –Sí, he hecho también Mozart. Con la Condesa de Las bodas de Fígaro me identifico mucho. Pero Puccini y Verdi son los dos compositores con los que me siento más a gusto.
–¿Es Carmen Solís ya una lírica spinto? –No me gusta definir las voces así. Hay muchos especialistas que me consideran lírica pura con tendencia a spinto, es verdad. Pero me gusta más definirme por los roles que puedo afrontar. Es cierto que he hecho papeles de cierto peso. Mucho Trovatore, sí, pero en Trovatore hay mucho lirismo, como en La traviata, que es un personaje que tiene de todo. He hecho mucho Réquiem de Verdi, mucha Tosca, Butterfly... De Puccini he hecho bastante.
–Ha hecho Liù, pero no Turandot. ¿Habrá alguna Turandot? –De momento no se sabe cómo va a evolucionar la voz. Empiezas y dices, bueno, pues yo eso lo podré cantar dentro de diez años. Y de repente te proponen Un ballo in maschera y tienes que cantarlo. Creo que mi voz no ha evolucionado demasiado. A punto de cumplir 42 años, veo que puedo afrontar los mismos papeles que hace diez años. Por supuesto que estos roles se pueden mirar desde otro punto de vista, con una madurez diferente. Pero lo básico de mis registros lo conservo y espero que durante mucho tiempo. A medida que la voz crece se van ganando graves, pero yo apenas siento todavía cambios a ese nivel en mi instrumento. El cambio ha sido más a nivel de expresión, de maduración musical, escénica, que es también fundamental.
–¿Un cantante de ópera aprende a actuar cuando ya es profesional? –Lo ideal es ir desarrollando esa faceta mientras se estudia. Uno se prepara musicalmente pero también se forma escénicamente. Aunque es cierto que es la experiencia lo que te hace crecer. Entre otras cosas, porque no es lo mismo estudiar en una sala pequeña con un piano, que llegar a un teatro y enfrentarte con una orquesta. Y eso sólo se puede aprender allí, cuando trabajas.
[El pianista Rubén Fernández Aguirre]
–¿Ha tenido alguna experiencia difícil con algún director de escena? –Me he encontrado con alguno que otro un poco tirano, de esos que te tratan de forma bastante inaceptable, diría yo. Eso me ha pasado también con algún director de orquesta. Sí ha habido algún momento tenso. Pero no es la norma. Si el director de escena es inteligente sabe que no puede pedirle peras al olmo. Si te piden algo que no funciona, lo mejor es no hacerlo. Al final con inteligencia y sentido común todo se puede llevar. Yo soy una niña muy buena y muy obediente. Hago lo que me dicen. Me gusta mucho dejarme aconsejar por los directores de escena. A medida que he ido madurando me atrevo también a proponer cada vez más cosas. Pero soy más de esperar instrucciones. Así se aprende mucho.
–¿Cómo ha sido esa experiencia de Pagliacci en Bolonia? El Comunale era un teatro con muchos problemas. –Muy buena experiencia. Era la primera vez que cantaba en ese teatro, tan importante, y he visto un gran nivel. Yo conocía ya al director artístico, que es también el sobreintendente, Fulvio Macciardi. Me lo encontré en Trieste. Me han gustado mucho los repartos.
–¿Cómo es triunfar en Italia con ópera italiana? –Significa mucho. Porque lo tienen como algo muy suyo. Y más una ópera como Pagliacci, que el público se la conoce al detalle. A ver esta que viene de fuera... Llegar allí y ponerse a cantar ante ese público es una gran responsabilidad.
–¿Había hecho Pagliacci en escena? –Sí, la hice en Santiago de Chile.
–¿Dan los teatros españoles oportunidades a los cantantes jóvenes? –En mi caso, hubo dos teatros que me dieron la oportunidad de debutar: Oviedo y Bilbao.
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–Javier Menéndez está ahora en Sevilla. ¿Ha tenido algún contacto con él? –Nos hemos visto hace poco y está pendiente una conversación. En el Maestranza he hecho dos producciones de zarzuela: una antología que hizo Gustavo Tambascio, titulada The Spanish Musical, que estaba muy bien; y Entre Sevilla y Triana de Sorozábal. De momento no tengo nada nuevo, pero espero volver cuanto antes.
–¿Algún rol que esté incorporando? –Sí, tengo que preparar Alzira de Verdi, porque voy a hacer un cover con el papel.
–La ópera que Verdi dijo que le salió brutta [fea]. –Sí, será por eso que no se hace apenas. También está Jerusalem, que dicen que tampoco es demasiado bonita y se acaba de hacer en Bilbao.
–¿Cómo es prepararse un papel de esos para un cover que es posible que no tenga ocasión de hacer más? –Es más desagradecido cuando son óperas contemporáneas, que también he hecho alguna, y eso sí que es raro que se vuelva a hacer. Obras como esta son raras, pero en algunos sitios sí que se programan, y tenerla preparada tiene la ventaja de que hay menos competencia. Además, al fin y al cabo es música de Verdi, que te aporta cosas interesantes siempre. No me resulta un trabajo ni excesivamente complicado ni desagradecido.
–¿Algún otro proyecto en marcha? –Estoy en gira con un espectáculo de Albert Boadella en el que tengo que cantar, actuar y hasta tocar el piano. He tenido que prepararme, porque hacía años que no lo tocaba. Estuvimos en los Teatros del Canal y ahora el 11 de enero vamos a San Lorenzo de El Escorial. Es una obra de teatro que escribieron entre Boadella y Martina Cabanas. ¿Y si nos enamoramos de Scarpia? se titula. Y es muy interesante, y está muy de moda, porque habla de feminismo. Somos tres actores-cantantes en escena, María Rey-Joly, Toni Comas y yo. Estamos preparando una gala lírica para el día siguiente, y entre discusiones e idas de olla, cantamos muchísimo, tenemos mucho texto, mucha música. Podría contarle más, pero es mucho mejor verlo.
[Diario de Sevilla. 6-01-20]
#carmen solís#rubén fernández aguirre#giuseppe verdi#paco moya#ibs classical#fuclvio macciardi#giacomo puccini#wolfgang a. mozart#albert boadella#martina cabanas#maría rey-joly#toni comas#javier menéndez#gustavo tambascio#pablo sorozábal#música#musi
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Javier Cercas y la Giovinezza en Cataluña
A Javier Cercas no lo invitaron a TV3 para que hablara de su nueva novela. Tampoco para escuchar lo que tuviese que decir sobre la adaptación teatral que hará Alex Rígola de Anatomía de un instante o su opinión como ciudadano. Lo hicieron para lincharlo mejor. No en plató ni de manera frontal, sino con esa versión informe, fuenteovejunesca y opaca de la turba digital, tan del gusto del independentismo. Apreteu en versión Twitter y con bots incluidos.
Durante la emisión del programa, en la que Cercas habló del papel de Juan Carlos I en el 23-F o la democracia en España, una cuenta con 138 seguidores compartió en Twitter un vídeo en el que el escritor supuestamente pide la intervención del ejército en Cataluña. El clip se hizo viral, los insultos contra Cercas también. Hubo más de dos mil retuits y comentarios, entre ellos el de la diputada de Junts per Catalunya, Cristina Casol:“¿Qué hace en TV3 un promotor del levantamiento militar contra Cataluña? Esto no es libertad de expresión, es una televisión pública que da al fascismo una posición de privilegio”.
En el vídeo Javier Cercas no pide una intervención militar, tampoco una invasión o un golpe de Estado. Se trata de una cita aislada del discurso que ofreció durante 2019 en el acto de entrega de medallas del Día de Extremadura. Valga decir que Cercas nació en el pueblo cacereño de Ibahernando, pero tras la marcha de su familia a Gerona, acabó estableciéndose en Cataluña. Es tan cacereño como catalán, el resultado de la suma de esas identidades. De ahí su presencia e intervención en aquel acto, por eso era suya la tarea de abrir el encuentro entre cuyos galardonados figuraba la Unidad Militar de Emergencia (UME) por su papel en la extinción de incendios forestales.
El trozo elegido por el independentismo para difundir en redes duraba 24 segundos, lo justo para dejar por fuera el contexto del acto y el corpus irónico de su discurso: un alegato a favor del aburrimiento en el que el novelista defendía las aventuras en la ficción, no en la política. Cuando la emoción entra en la cosa pública, venía a decir el novelista, sus efectos pueden ser incontrolables como un incendio, de ahí su gesto al general Alcañiz, entonces jefe de la unidad de la Fuerzas Armadas encargada de gestionar catástrofes. Arrancadas del conjunto, las palabras de Cercas resultaron intercambiables.
Que a los fanáticos les molesta el humor, la sátira y la ironía es algo de sobra conocido, más aún si de secesionistas se trata. La primera novela de Milan Kundera (La broma, publicada en la Praga soviética de finales de los años sesenta) es uno de los muchos ejemplos de los que determinadas identidades propician cuando son elevadas a la categoría de dogma. En el caso de Javier Cercas se expresa, una vez más, la pulsión de quienes, presumiendo de libertad de expresión, estigmatizan, señalan y persiguen a quien piensa de otra forma. A la persecución canónica, se suman ahora las redes sociales y la información en tiempo real para señalar al hereje y al infiel.
Javier Cercas no tiene nada que esconder ni lo ha hecho jamás. No es nueva su oposición con respecto al independentismo. Lo ha dicho siempre en sus columnas, textos e intervenciones públicas. Lo ha dicho en español y catalán. Desde 2019 con su ciclo de novelas protagonizadas por el mosso de squadra Melchor Marín (que le valió el Planeta y continúa ahora con su segunda entrega, Independencia) señala en la ficción lo que ya ha criticado en la realidad. Y se lo han hecho pagar: el periodista y exdiputado de la CUP Antonio Baños lo llamó “Millán Astray Cercas”, “sociópata” y “facha de Aliexpress”, y Pilar Rahola enfermo. Y como ellos, bastantes más. Lo ocurrido esta semana no sólo confirma la vocación segregadora del independentismo, es una advertencia: el acoso irá a más. Cercas lo sabe y por eso planta cara tras la oleada de insultos y amenazas. "Se pretende que yo me calle o me vaya; y ni me voy a callar, ni me voy a ir”, dijo esta semana al periodista Carlos Alsina en su programa Más de uno en Onda Cero.
En nombre de las pulsiones nacionalistas, las libertades excluyentes y los catecismos ciudadanos se han cometido unas cuantas tropelías. A los fascistas italianos, por ejemplo, les pareció libérrimo obligar a Toscanini a tocar la Giovinezza en el Teatro alla Scala. Estaban convencidos de que su verdad pesaba más que la libertad del músico a dirigir La traviata para el público que deseaba escucharla. Aquello le costó al director de orquesta el exilio en Nueva York. Si el himno fascista sonó en alla Scala alguna vez sería bajo otra batuta, pero no la suya... Impedir a los ciudadanos expresarse u obligarlos a replicar un dogma pretende una lenta doma por la vía del acoso y las agresiones ejemplarizantes, que acaban considerándose normales. A lo largo de los últimos veinte años años, escritores, periodistas e intelectuales como Félix de Azúa, Albert Boadella o Xavier Pericay han abandonado Cataluña ante la radicalización del independentismo y el nacionalismo. Han pagado el precio que a Javier Cercas ya han comenzado a cobrarle. Sonará la Giovinezza, pero no con su silencio por respuesta.
Fuente: Karina Sainz Borgo
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“Para dejar de ser esclavo hay que trabajar”. Estas palabras, pronunciadas por el anarquista Lucio Urtubia en una entrevista en Radio Klara, fueron las que elegí colocar al inicio del prólogo de mi segundo libro, “El bienestar malherido. Seguridad Social, desempleo y flexiguridad en el siglo XXI”, publicado en el año 2008.
Eran los tiempos del inicio de la crisis global más importante desde 1929. “El bienestar malherido”, un libro breve en formato de bolsillo con una portada del compañero Oscar O., que imitaba, trascendiéndolas, las ilustraciones de sendos discos de Dead Kennedys y The Crass, pretendía hacer una aproximación didáctica y manejable a las nuevas (entonces) tendencias gerenciales a favor de la flexibilidad laboral y la reforma de las pensiones. El corazón de lo que luego conoceríamos como “austeridad neoliberal” estaba ahí.
Y también, como ya he dicho, estaba Lucio Urtubia.
A Lucio lo conocí gracias al libro que me pasó José López, más conocido en los ambientes ácratas madrileños como “el López”, entonces un agitado joven insurreccionado, cliente de mi despacho y, por cierto, objetivo de alguna acusación penal de la que yo llegué a defenderle como abogado, de la que fue finalmente absuelto porque era inocente.
Era un libro sobre un gigante. Un gigante ácrata. Y, aún más importante, un gigante vivo. Quienes no sepan quien fue Lucio Urtubia, hasta su recientísimo fallecimiento, y sólo lo conozcan por las escasas referencias que de él quedan en los medios de comunicación masivos, no pueden valorar en su justa medida la dimensión del personaje. Digámoslo claramente: la dimensión de un revolucionario.
Porque Lucio Urtubia fue ante todo un revolucionario. Un revolucionario anarquista que se dedicó a la actividad clandestina contra la dictadura franquista, que compartió luchas con militantes legendarios como Quico Sabaté, y que se especializó en falsificar documentos que salvaron las vidas de miles de militantes clandestinos de toda Europa, pertenecieran o no a su corriente política.
Es en medio de ese actuar de décadas en la clandestinidad y de ese aprendizaje de la resistencia y de la lucha por la libertad, que Lucio hizo aquello que más fama le ha dado ante la opinión publicada, ante los medios masivos. Lucio falsificó una enorme suma en cheques de viaje del City Bank, que fueron usados por las redes clandestinas de los revolucionarios europeos para financiarse. Y, cuando la gran transnacional se enteró y trató de agarrarle y meterle en la cárcel, consiguió dar la vuelta a la situación y salir relativamente indemne. Como un Robin Hood rojinegro, navarro y afable, Lucio robó a los más ricos para defender los derechos y las libertades de quienes buscaban en la lucha una forma de superar un sistema ya periclitado, pero aun brutalmente sanguinario.
También organizó fugas, como la del dramaturgo Albert Boadella, encerrado entonces por los cancerberos del dictador Francisco Franco. Esos que no fueron juzgados después, ni por los tribunales ni por los académicos grises de la España sin memoria, que aún se pregunta si sería lícito hablar de lo que sucedió en los campos y las cunetas de la muerte de los años cuarenta y siguientes.
Lucio dijo más de una vez que, ante todo, era albañil. No debemos tomar esta declaración como algo secundario, frívolo, poco importante. Lucio era revolucionario, también, porque era albañil. Porque todos los días acudía a su trabajo y porque no pretendía vivir de aparentar la revolución desde los mullidos sillones de la mascarada que llaman política. Lucio intentó “tomar los cielos por asalto” sin dejar de levantar las paredes de las casas proletarias con su sudor y su energía prometeica. No estamos hablando de un prometedor aspirante a pertenecer a la “La Casta” que habla contra ella, de un pulido constructor de arabescos discursos nebulosos, sino de un trabajador que, en su tiempo de vida hurtado al patrón tras ganarse la vida con su trabajo, expresa su voluntad de liberación desde una práctica más allá de las normas falsarias de lo cotidiano.
Para dejar de ser esclavo hay que trabajar. Porque los que no trabajan acaban siendo esclavos de quienes les alimentan e infectos espías de aquellos a los que tienen que traicionar para ser alimentados. Hay quienes asumen su condición de proletarios, con o sin trabajo. Saben que no tienen la propiedad de los medios de producción y que, por lo tanto, tienen que vender su fuerza y su energía al patrón unas horas al día, para poder combatirlo y expresarse libremente el resto de su vida. También hay quienes, huyendo del trabajo, acaban vendiéndole al patrón cosas mucho más importantes, como la dignidad o la amistad, y entregan lo más profundo de su personalidad tratando de convertirse en una marca que no necesite “trabajar”.
“El bienestar malherido” se iniciaba, también, con otra cita de José Ingenieros:
“Vivir es aprender, para ignorar menos; es amar, para vincularnos a una parte mayor de la humanidad; es admirar, para compartir las excelencias de la naturaleza y de los hombres; es un esfuerzo por mejorarse; un incesante afán de elevación hacia ideales definidos.”
A la luz de este texto, no hay duda de que Lucio vivió, desde el sudor de la obra hasta el fragor de la lucha clandestina. Vivió con dignidad, lucidez y la libertad posible para un revolucionario en la sociedad de la ignominia.
Tampoco hay duda de que admirar a Lucio es también vivir. Vivir con la plenitud de la revuelta y el sabor vibrante la camaradería.
Salud, Lucio. Albañil de la nueva Arcadia. Un día levantaremos finalmente los muros que no has podido terminar
En la revista Crisis: https://www.revistacrisis.com/debate-memoria/lucio-urtubia-revolucionario
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Esta tarde, a las 20:05 en tve2 (circuito catalán) “Sóm una Meravella” Programa de humor sátiro sobre la realidad en Cataluña, realizado por Els Joglars y dirigido por Albert Boadella (45) Hoy, capítulo 5 “Els fums benefactors” (los humos benefactores) Do131188
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Tabàrnia no és cap broma
Tabàrnia no és cap broma
L’instint ens impulsa al menysteniment i la mofa, la indignació també, davant de tot el que hem de llegir i veure, suportar també, al voltant de la Tabàrnia que s’ha empescat l’unionisme. El súmmum de tot plegat deu ser la TVE tallant una roda de premsa d’un ministre per connectar en directe amb una compareixença d’Albert Boadella, l’autoproclamat president d’aquesta Tabàrnia imaginària. Però,…
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Albert Boadella recibe la Butaca de Honor en el Auditorio de Roquetas
Albert Boadella recibe la Butaca de Honor en el Auditorio de Roquetas
Albert Boadella es un genio sobre el escenario. Se atreve con todo, cuando está sobre las tablas. No tiene pelos en la lengua. Es un actor sencillo, cínico e inteligente que el pasado viernes deleitó al público que acudió al Teatro Auditorio de Roquetas de Mar para ver ‘El sermón del bufón’. Boadella a lo largo de hora y media se desdobla en el escenario a modo de monologo. Aparecen Albert el…
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"Me meto en este berenjenal por competencia desleal. Porque la farsa y la mascarada son mi terreno, y la política debería ser el arte de la sensatez".
- Albert #Boadella (1943).
https://estebanlopezgonzalez.com/2015/10/04/etica-y-politica/
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Boadella cumple su amenaza y pone “otra pica en Flandes” ante la casa de Puigdemont Origen: Boadella cumple su amenaza y pone "otra pica en Flandes" ante la casa de Puigdemont. Excelente, porque con lo que esos no pueden es con el humor, el humor los derrota.
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