Enrollar un trozo de papel lleno de palabras para aspirar un poco de literatura
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Me duele Chile despierto
Ellos pedían esfuerzo, ellos pedían dedicación
y para qué, para terminar bailando y pateando piedras
Los prisioneros
Me despierto nuevamente a las 6:10 am. Luego de otra noche de desvelo intermitente, en ese silencio duro de presencia densa en otro amanecer del Chile de protesta, el treceavo día de lucha para que la dignidad se haga costumbre. Creo que ya tenemos una rutina, no tan lejana a la anterior, abrimos los ojos a la pantalla negra del teléfono celular pero ya no para ver basura que nos haga sonreír tímidamente, como un espasmo no controlado, sino para saber que nuestro país está vivo aún y que a pesar de que nos sigue doliendo, no queremos curar esa fractura que vive entre alguna parte de nuestro sistema nervioso y las cavidades óseas.
Esa herida que cargamos mucho tiempo, pero que el crédito impagable - y las deudas para vivir un día más -, los psicotrópicos enajenantes - y cualquier cosa que nos sumerja en el olvido inducido - y una esperanza sombría pero muy lejana hacían casi invisible.
Pensamos que 30 años de esa herida escondida en nuestra carne - por que sí, somos hijas e hijos de una dictadura qué nos quebró el temple y el futuro -, serían suficientes para su cicatrización. Situación imposible si nunca supimos diagnosticar y encontrar el daño para reparar. Vivimos 30 años con la sintomatología cotidiana, vivimos apenas y a penas, a punta de deudas pagadas a cómodos 40 o 50 años, impagables con jubilaciones de miseria de 71 dólares en promedio, qué si calculamos nos alcanza sólo para pagar la luz y el agua, comprar a penas un gas. ¿Y el pan? ¿Y la salud? ¿Y el transporte? ¿Y la descendencia? Y ni hablar del deporte, la cultura, la educación, la sonrisa y la ropa.
Mientras trato de esquivar los comentarios digitales de personas que quieren que maten a todas las personas que roban, que vuelvan los milicos, qué escriben idiotizados que vuelva el toque de queda, me paro en un vídeo hermoso de miles de compatriotas cantando El baile de los que sobran en la gran marcha del 25 de octubre multitudinaria - nota nuevamente, se dice 1.2 millones de personas en Santiago, pero ese día todo Chile salió a protestar -, por que en este país de instituciones de cartuchos, en ambos sentidos de la palabra, lo que sobra es el pueblo entero, más del 95% de la población. Esa humanidad que no es dueña de los medios de comunicaciones, ni de las empresas que precarizan nuestro trabajo, ni de de las viviendas que habitan, ni de su propia educación, pero sí al menos de una olla, una cuchara de palo y su grito.
Fuimos 30 años personas silenciosas, tímidas, compungidas y de cuerpos caídos. Nunca fue nuestro real carácter, era nuestra enfermedad social que cala nuestro cuerpo, lo habita, esa que no sabemos cómo curar. Y sacamos nuestra voz, vuelve a nuestro ritmo la canción de protesta tan vigente nuevamente, abrimos los ojos y comprendemos lo que vivieron nuestras familias en dictadura, ahora en carne propia. Algo que ellos y ellas no querían para nosotros y nosotras, por eso guardaron silencio, por eso nos criaron despolitizados, por eso nos educaron para trabajar solamente. Pero vamos por la dignidad ahora, con la lista de canciones de nuestros padres y madres, que hoy nuevamente es nuestra música.
Y al ver ese vídeo, de la multitud que coreaba nadie nos va a echar jamás, nadie nos quiso ayudar de verdad, al escuchar en voz de miles esa canción tan triste de Los prisioneros, a 2 minutos de despertar, al fin lloró mientras mis manos y las palabras se agolpan en mi cabeza. Decido escribir. Y al fin trato de exorcizar esa herida, ya no a punta de medicamentos para el estrés, la depresión, a angustia o el pánico con el que la mayoría de Chile vive, pero ojo, exorcizarla para encontrar esa herida, no para que se esfume, sino para atraparla y vestirse con ella, por qué esa fractura del temple es nuestro ropaje, la queremos lucir por qué no queremos olvidarla nunca más, por que Chile despertó y ahora en esta hermosa lucidez colectiva - ya no nos empujamos como sin querer en las calles, ya no nos miramos con espanto, ahora sí estamos unidos y unidas por qué nos reconocemos en nuestras vestimentas de dolor y miedo lucida con orgullo -, queremos luchar hasta que la dignidad se haga costumbre.
Miren cómo nos hablan de libertad, cuando de ella nos privan en realidad
miren cómo pregonan tranquilidad, cuando nos atormenta la autoridad
Violeta Parra
Y hablamos más por redes sociales, pero hablamos más para coordinar vernos, para pactar encuentros, para vernos cara a cara, abrazarnos, saber realmente cómo estamos - ya no decimos bien por inercia, decimos mal pero luchando, preocupado pero esperanzado, con miedo pero con ganas de seguir hasta el final -. Y descreemos esa normalidad de mentira que nos quieren meter a punta de fusil, hipermediatización y amenazas laborales. Han vuelto a torturar, crucificar, mutilar, desaparecer, violar, disparar, golpear y asesinar. Han vuelto como si nada, cómo si no hubieran pasado 30 años de democracia fallida, falsa y pactada en cuotas.
Por qué no son 30 pesos sino 30 años de callar, de aguantar, de esperar que las cosas mejorarán. Por qué no estamos en guerra querida sudamérica. Sino que nos cansamos de ver cómo en 30 años de ver como privatizaban todo, incluso hipotecando el aire en las zonas de sacrificio humano en pos del desarrollo. En pos del desarrollo. ¿Qué desarrollo me pregunto yo?, sólo ha crecido en nuestro país los bolsillos de 1800 personas dueñas del 33% de toda la riqueza de nuestro país, y han ahorrado con nuestra plata más del 72% del PIB en las AFPs. Qué utilizan ellos mismos.
Escuche a un analista en la radio, que la gente de clase baja de Chile vive como las personas de algún país pobre de europa del este, y esa otra gente - sólo porque parecen persona pero están vacíos de todo - de la verdadera élite vive como la misma élite en Alemania. Imagine la brecha. Imagine la indignación.
No, perdón, no imagine, no es necesario ya que no hay mucho espacio para imaginar, ya que la realidad la ha superado. Enumero.
Un país en donde una empresa multimillonaria paga una patente de 9 dólares al semestre y las empresas pequeñas, micros y de emprendedores pagan sobre 35 dólares en el mismo período.
Un país en donde la clase política en su mayoría no cotiza en el propio sistema de pensiones que protegen.
Un país donde los ministros dicen pachotadas que parecen de cualquier cómic social - V de Vendetta, The Watchmen, Batman, X-Men -, qué todos tenemos una o dos casas - quizás sí pero no nos han dicho dónde -, que vamos a hacer vida social a los centros de salud desde las 5 de la mañana para que nos atiendan 8 meses después, donde le da espacio para que nuestros dolores crezcan. Un país en dónde nos dicen, subió todo pero las flores bajaron, para los románticos.
Un país en donde el ministro de economía dice que leer nos sirve para nada y que sus hijos andan siempre con condones porque son campeones.
Un país en donde el cambio del gabinete - entre aplausos, vítores y abrazos de la élite política -, sólo nos da miedo por Chadwick sale de lo visible para ir a lo oculto y tememos otra caravana de la muerte.
Un país en dónde el presidente decidió no escuchar al pueblo y jugar a las apariencias - las mismas a las que nos tienen acostumbrados estos 30 años -, apelando a la normalidad y a que lo sucedido estos 13 días fue por células criminales mientras veíamos cómo los mismos carabineros incendiaron varios supermercados y estaciones de metro, con personas adentro. Cómo no, si su señora piensa que somos unos alienígenas.
Un país en donde la deuda promedio por persona es de 2.570 dólares. Y ojo digo promedio, por lo menos hay 10 generaciones de estudiantes con el crédito CAE para acceder a la educación, pactado a 30 o 40 años, con cuotas mensuales en promedio de 241 dólares, la mitad del sueldo mínimo. Y consideré que muchas personas dejan de estudiar a la mitad de sus carrera - por qué deben trabajar y estudiar al mismo tiempo durmiendo 2 a 3 horas diarias -, pero a pesar de eso, deben seguir pagando esos créditos.
Un país que en pleno toque de queda y explosión social, los hospitales son ordenados a no registrar en las fichas médicas a las personas que llegan heridas, baleadas, golpeadas y violadas, en la que al menos nuestro Colegio de Profesionales Médico levanta la voz en contra de esa práctica. Y ahí vemos cómo nuestras y nuestros compatriotas de salud, rompen la orden y sí avisan, y sí se preocupan, y sí apoyan el mundo.
Hoy dormimos poco, comemos mal y nuestras emociones están a flor de piel. Por qué miedo tenemos mucho y acumulado, pero lo estamos usando para luchar, a pesar de que volvemos a vivir en una casi dictadura y en un estado de esquizofrenia. Trabajamos pero andamos con las cacerolas, vamos al supermercado pero ahora compramos lo más necesario, escuchamos música pero no podemos evitar pensar en el futuro de nuestro Chile, caminamos y sonreímos al ver que seguimos en pie, pero nuestra sonrisa se ensombrece por que nos preocupan nuestros vecinos y vecinas, queremos que todos alcancen a ver lo que logremos unidos.
Por qué hace años estamos luchando por la equidad de género y leyes sobre violencia de género, pero ni nos dimos cuenta que cierta equidad llegó enfermizamente, ahora todas y todos nos avisamos al llegar a casa, nos informamos que estamos a salvo, que despertamos aún, qué podemos seguir luchando.
Ahora, ahora, ahoooora, ahora. Cómo gritabamos por el Barrio Yungay el domingo con motivación para llenarnos de energía, reflexión y futuro.
Ahora, que ya no es momentos de los binarismos obsoletos de izquierda y derecha en el que nos atrapa para autodisciplinarnos. Somos seres políticos pero sin partidos, nadie nos representa, somos nuestros mismos representantes, el pueblo entero. ¿Por qué? La clase política chilena es toda la misma, dueños de grandes empresas, millonarios, descarados y representando siempre, y sólo siempre, sus propios intereses.
Ahora es la hora de que sigamos luchando, unidos, ahora que creemos y queremos sentir que los tenemos perplejos, ignorantes de cómo controlar a un pueblo que se abrazo y no se quiere soltar.
29 de Octubre 2019
A semanas del inicio de la revolución social de Chile
#Callejeo#Domingo#Escrituras#Lectura#Leer#Liar para Leer#Literatura
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Endomingarse
Retiras con cuidado las legañas – no vayan a caer dentro del ojo -. Un respiro largo. Preguntas la hora. Te quedas mirando el cielo blanco. Dejas pasar un rato. Te sientas. Recoges las pantuflas bajo la cama. Secas los rastros de saliva nocturna de las comisuras. Quitas el cosquilleo de las piernas – a punto de adormilarse – mientras evitas que tú lectura matutina, sostenida por tu codo y tu torso, caiga. Miras al espejo, deteniendo tu observación en las sinuosas ojeras.
Aprietas la bolsita de té. Mientras, la mantequilla se derrite en el pan marraqueta. Cuentas las gotas de endulzante y mascas un dulce, antes de servir. Un gran domingo para la casa, el cuerpo y el futuro. Sacas a pasear el libro de turno, imaginando que en algún momento entre la caminata a la feria, revisar el listado y comprar rábanos, bruselas o apio, puedes detener tu marcha para leer. Naturaleza invernal. Por la calle, te da por pensar una serie, los posibles ingredientes de la ensalada que acompañaran el pescado, o el recorrido del paseante de atardecer. Cuidas el silencio de la calle, aunque el carro mantiene su arañazo al asfalto. Recuerdas en la lejanía un organillero.
Levantas la loza, canturreas, las manos se tensan y duras por el frío de la espuma olor limón. Abres el libro, un par de párrafos, antes que hierva el agua para el café.
Subes tus pantalones taquilla, acomodas el cinturón, que en principio dudaste comprar, pero ahora parece una manda. Terminas de abotonar la camisa, afeitas algún detalle y perfumas tu barba naciente. Sonríes para ti mismo, aprovechando de analizar, casi profesionalmente, la dentadura que la mayoría de las veces cuidas – excepto en esos trasnoches que no te dejan ni ganas para cepillar tus dientes, o, luego de esos almuerzos atorados entre miles de actividades que cuelgan de tu agenda -.
Te distraes mirando tus cómics o las novelas que acumulas, probablemente ordenadas por color o sello editorial. Ese estante de ‘por leer’ que culposamente ocupa más espacio que los ‘ya leídos’. Te comprometes a cambiar esa estadística personal. Tomas uno, que combine con tu estado de ánimo, con los botones de tu abrigo o tus zapatillas. Tal vez, cumple ambos requisitos.
Es domingo, tu mente lo sabe, reconoce el descanso y los silencios que acarician estrés, la calma antes de la tormentosa semana que se avecina, para absorber lo poco de vida. ¿Y te has dado cuenta ya, de que los días se agotan velozmente y tu año se reduce a un par de hitos memorables? Desperdiciamos septiembre y octubre, y deberías empezar a pensar en los ‘regalitos’ navideños – te aparece la imagen de los 3 o 4 que aún guardas sin entregar -.
Hay que endomingarse, entrar en ese estado de ánimo que solo permite el ocio reglamentario, que el tiempo se desparrame, que hoy no importe. Total, el domingo es tuyo y no de esa jefatura insoportable, ni de los empujones en el metro, menos aún de los cientos de correo por responder.
Yo lo aprovecharé para Liar para Leer, soltar la mano y la pluma para compartir la literatura, quedan invitados a sugerir entrevistas a escritores/as nacionales, reseñas de libros, desvaríos varios, temáticas, experiencias de lectura y nuevas apariciones literarias.
[Correo: [email protected]]
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Marvel on Netflix
La invasión de Netflix en los medios nacionales ha logrado avanzar de manera más rauda de la pronosticada - no es azaroso que la televisión abierta esté cada día peor y su bendito rating esté constantemente por los suelos -, la mayoría de las personas bajo los 40 años que conozco, han suscrito a este servicio o lo comparten con sus amigos, logrando altos niveles de fidelidad.
A pesar de que mi placer principal es la lectura, el ser un fanático de los cómics me ha causado ser cautivo de un fetiche nuevo: las viñetas vía fotogramas.
Como nunca he sido amigo de los disparos, la velocidad y la violencia - en lo audiovisual, que sí lo tolero en lo literaria, caí en una trampa adictiva que podría haber sospechado, ya que recuerdo haber pisado en falso ya en los noventa, con la ya clásica, Generación X. Vale la pena, entregar un pequeño contexto para los iniciados en estos últimos años o quizás estrenados en la adicción con Deadpool.
Marvel, la autodenominada "Casa de las ideas", fundada en 1939, ha sabido sortear las complicadas economías, la globalización y el calentamiento global. Alguna de sus más sólidas franquicias son: Capitán América (1941), Los 4 Fantásticos (1961), Spiderman (1962), X-Men (1963), Los Avengers (1963), Daredevil (1964), Luke Cage (1972). Las que Sobrevivieron el siglo XX, a pesar de las diferentes problemáticas sufridas por bajas en las ventas, suspensiones de series y reformulaciones de contenidos. Probablemente hace unos 15 años ninguna de estos cómics ni existían en nuestros registros, hoy por hoy, el bienestar de Marvel ha logrado repuntar en los medios y ha sabido popularizar sus personajes, sin perder el norte de sus viñetas.
Desarrollado mi fetiche serial, he dedicado pacientes horas frente a pantallas tanto del celular como del cine, no siempre satisfecho y muchas veces molesto por cambios sustanciales del ya famoso Universo Cinematógrafico Marvel. Como botón de muestra de mis quejas, el reemplazo de Shadowcat (Kitty Pride) por James Howlett (Wolverine) en la cinta X-Men Day of the future Past, en pos de la necesidad comercial del cine por mantener sus ventas.
Aprovechando los tiempos de ocios, declaro como culpable a Jessica Jones, a la que recién descubro en diciembre 2015, para mi sorpresa, con una serie propia. Esa tímida entrega, basada en un personaje casi desconocido para el común de los mortales, tiene una alta capacidad de enganche rápido y no requiere de conocimientos previos de los cómics. En ella aparece un gran villano como Killgrave (Purpleman) y un Luke Cage sereno pero traumatizado con la muerte de su esposa. Lo mejor logrado es la oscuridad ambiental y la capacidad de mostrar un Hell's Kitchen que vendría a ser el patio trasero de esos grandes rascacielos de los Avengers. Héroes con problemas económicos, rupturas de corazón, decisiones difíciles y humanas.
Esta heroína, llena de tribulaciones, me llevo a toparme con un Daredevil - de lanzamiento anterior a la saga de Jessica, pero que en realidad no me parecía tan interesante -, de primeros capítulos flojos pero de un repunte magnífico que invita a implicarse en los conflictos, tanto que a veces nos dan ganas de orientar a su perdido Matt Murdock en su lucha contra el crimen organizado en los bajos fondos neyorkinos.
Pero sin perder el vuelo, Marvel junto a Neflix tienen una parrilla de series que seguirán perpetuando el fanatismo de algunos y el interés de nuevos iniciados en esta adicción. La programación considera la continuidad de Jessica Jones, la serie de Luke Cage y la propia de Iron Fist. Todo con las ganas de lograr un staff de superhéroes que les permita armar un equipo para su futura serie sobre Los Defensores. Y por supuesto, como lo ha logrado hacer la casa de las ideas, el trabajo serial se relacionará con las películas que están en calendario hasta el 2019.
Recuerden que hoy se lanza la segunda temporada de Daredevil, al parecer Netflix subirá todos los capítulos al mismo tiempo, aunque la tónica de este año en cuanto a series propias, ha sido subir un capítulo por semana. Para está visita a Hell´s Kitchen, contaremos con la aparición de Punisher y Electra, personajes que ampliarán el grupo de conocidos, sumergiéndonos aún más en el Universo Marvel y en la adicción por los cómics vía streaming.
Y no olvide, que todo nació en papel.
[Publicado en ganymedemyth.com el 18 de Marzo 2016]
#Cómics#Daredevil#Electra Natchios#Jessica Jones#Luke Cage#Marvel#Netflix#Punisher#Series#Streaming#universo cinematográfico marvel
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Tiempos muertos
Hoy parece que no hay tiempo.
Ni 5 minutos más de colación.
Ni media hora perdida para esperar una micro.
No alcanza ni para caminar a paso calmo, “cantando el tema favorito que nos mueve – todavía no se despega Grown Woman de Beyoncé -. Disfrutar de las brisas de marzo. Detenerse en una librería, frente a su vitrina que muy educadamente se presenta dividida entre literatura y todo lo demás.
Olvidarse de comprar pan, y no llegar eufóricos por tener que empezar nuestra vida, luego de desperdiciarla en un trabajo vendiendo, comprando, construyendo, desarmando, ensuciando, limpiando, reuniendo y desencontrando. Se nos acaba el tiempo cuando ponemos la alarma – la número siete u ocho, por miedo a quedarnos dormidos – y nos informa que en 5 horas y 52 minutos más, sonará.
Y eso que nos hace falta el tiempo, que pasa ingrato y constante, perdido para siempre.
Pero un alto. Dentro de todo ese alboroto de la vida pasando frente a nosotros, chapuzando con algunas estrategias de optimización del tiempo, se nos va quedando atrás lo principal: aprovecharlo.
Que mejor forma de utilizarlo que desperdiciándolo. Así es como lo llaman esos autómatas del rigor, las generaciones anteriores al 80’ que hoy por hoy visten suntuosos ternos y asienten impasiblemente a sus jefaturas. Ese grupo de personas que considera que el tiempo es solo para salvar vidas, bolsillos, planetas, sociedades, partidos y humanidades. Despilfarrar el tiempo muerto para qué podamos avivar nuestras vidas antes que estemos muertos y a destiempo.
Un fin de semana metido en las series sin contenidos filosóficos y útiles. Cómo saber que el gravitonio podría ser un arma peligrosa (Marvel Agents of S.H.I.E.L.D.) o que el control mental puede estar asociado a un virus por contacto respiratorio (Jessica Jones).
Una tarde apacible en la biblioteca. Y siempre leyendo. Paseando entre anaqueles. Revisando portadas y reseñas. Mirando a otras personas habitar el espacio. Escuchar conversaciones ajenas. Hojear un cómic. Y tomarse un café.
Un trasnoche bailable. En un día de semana, dormir un par de horas y no dar bola en el trabajo, aún con el ritmo metido en la piel.
Un voyerismo en la plaza viendo brazos levantarse, gente besarse, helados caerse, palomas iniciar sus primeros vuelos, tantas cosas por hacer dejadas de lado por el ocio. A secas señores – y señoras -, no un productivo que se nos deviene en otro trabajo, en pensar como ocuparlo correcta y adecuadamente. Sin tonterías.
Hoy es un buen día para rebelarse. No por favor, no active un # en twitter para salir a marchar por una buena causa o atacar al lunes, que no tiene la culpa de nuestros avatares. Todo adjetivo que nos transforme en hombres rectos y nobles, debe quedar fuera de los tiempos muertos. Muévase en dirección contraria a los: provechosos, positivos, buenos, sanos, elegantes, y otros que suenen a estar ganando puntos de moralidad o heroísmo.
Hoy decida tomar su tiempo en una fuente, arroje un cuchillo fuera del centro, divídelo inequitativamente, úsalo en los entretiempos y no lo pierda en cosas notables e importantes. Salga con un libro en la mochila, una polera limpia, una fruta, algo de dinero y cualquier cosa que crea que pueda antojársele – ojo, que no es una excursión al Himalaya.
En ese flujo temporal interminable, despierte como si hubiera estado atrapado en “la cámara de hibernación perpetua tipo Clarent” – un cuento total del gran escritor siniestro Kobo Abe -, y los 1.800 millones de años que lo distancian del pasado, vuelvan fútil cualquier intento de dejar una huella.
Cuando llegue, le tenderemos una mano y una excusa para comenzar a leer de nuevo el mundo incorrectamente.
[Publicado en ganymedemyth.com el 14 de Marzo 2016]
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Otro año para devorar papel
Entrado al día 44 del año 2016, algunos tendrán avanzadas sus listas de lecturas, autores/as y géneros favoritos, que serán parte integral del hojeo constante y disfrute de la palabra escrita, que se torna confuso y lleno de frustraciones a finales de diciembre, cuando incumplimos nuestras propias exigencias - sí, somos seres medio patológicos. Otros, aprovechan la época estival como el único espacio donde se toman los libros, guata al sol, en los tiempos puertos de los viajes en bus o entremedio de algún bosque.
La gran mayoría, solo piensa en el verano en el como la época de calor, sudor y jornadas laborales agotadoras, donde leer es una práctica de nocturna - las veces de somnífero -, en algún ratito en la hora de colación o escondidos en el lugar más fresco de la casa, como el bendito baño. A todos/as, les dejamos algunas recomendaciones para seguir devorando, degustando o al menos picoteando papel.
Cinco contra la estación
Con este clima, todos queremos escapar del calor húmedo y tramposo, citando a mamá, “¡el calor es psicológicos!”, pensamos que la literatura fría y refrescante puede ayudar a la imaginación para bajar el termo estatus ¡Cómo un acto de mesmerismo asistido!
Metafísica de los tubos, Amelie Nothomb. Una autora que escribe desde sus experiencias vitales y nos hace creer que las protagonistas son versiones pasadas de ella misma. En Metafísica de los tubos, encontramos a un dios recién nacido, mudo y contemplativo. Sus reflexiones sobre la familia, la muerte y la existencia, presentan a una nueva deidad nihilista, que poco a poco – de la mano del lenguaje - entra en el mundo. Lleno de agua: apacible, voraz, diluviana, fresca y vital.
Cuna de gato, Kurt Vonnegut. Hay hombres con inquietudes. La de Jonás es descubrir que estaban haciendo las personas importantes cuando estalló la bomba atómica en Hiroshima. Para resolverlo, emprenderá un viaje a una isla, un grupo de personajes tragicómicos y un científico con un gran descubrimiento. Mar, lluvias y hielos en esta gran obra de ciencia ficción atrapante.
País de nieve, Yasunari Kawabata. Después de 7 años de escritura, en 1948, Kawabata lanza su primera novela. Un hombre de negocios entabla una relación invernal con una aprendiz de Geisha de la zona más fría de Japón. Sus tribulaciones en tren, sus erotismos y afectos se ven truncados por las firmes estructuras sociales, por los tratamiento frío de la mujer, pero sobre todo por los prejuicios. No solo necesita los ojos para esta obra, escuche, huela y saboree.
La mano izquierda de la oscuridad, Ursula Leguin. Este libro gano los premios Nébula y Hugo, los galardones más importantes de la ciencia ficción. La capacidad de la autora para armar un universo completo desde las relaciones personales hasta la arquitectura de la sociedad. Ai, encargado intergaláctico de establecer relaciones con los planetas habitables, llega a Invierno, donde es sorprendido por seres con la capacidad del hermafrodismo por Kemer – una especie de celo -, donde cualquiera puede mutar en hombre o mujer, pero la mayor parte del tiempo son asexuados. Su misión diplomática se complejiza al verse envuelto en los problemas políticos y su incapacidad de comprender un mundo donde el sexo, no es el pilar de su construcción.
Esto parece el paraíso, John Cheever. Ese romancito ecológico que aparece en esta obra, es una mezcla de luchas. Primero contra el cuerpo que envejece. Segundo contra el sexo que se esfuma. Tercero contra el frío que nos cala. Samuel, el personaje principal, nos arrastra por sus conflictos, nos enfría los corazones pero reactivan las identificaciones mentales. Dan que pensar, mientras atravesamos el paraíso.
Inquietudes prestadas
Agradezco al sujeto lector que me increpó sobre sí acaso mis lecturas de verano eran heladas, para capear el calor. Nuestra selección es el pelo de la cola en cuanto a libros sobre fríos y frescura se refiere, lo que demuestra que la literatura ha sabido travesar todas las esferas humanas. Por lo mismo despeje su mente con un libro, espante los rayos solares mientras hojea sus buenas obras literarias.
Y como dicen por ahí: El conocimiento no ocupa lugar.
Los + del 2015 para descubrir
Finalmente, les dejamos un popurrí de recomendaciones de literatura aparecida el 2015, desde esa plaga de listas que aparecieron a fines del año anterior, pero filtradas por nuestro ojo crítico y la intuición:
Los 10 libros del 2015 (Suplemento Babelia, 19 de Diciembre 2015): Eso de Inger Christensen (Sexto Piso), Cicatriz de Sara Mesa (Anagrama), Cuentos reunidos de Cynthia Ozick (Lumen).
Los mejores Libros 2015 (La vanguardia, 25 de Diciembre 2015): El hambre de Martín Caparros, Siete casas vacías de Samanta Schweblin, La ley del menor de Ian McEwan.
23 lecturas para mirar América (El País, 29 de Diciembre 2015): Nuevos Juguetes de la guerra fría de Juan Manuel Robles (Seix Barral), Patria o muerte de Alberto Barrera (Tusquets), La casa del dolor ajeno de Julián Herbert (Random House Mondadori).
Los mejores de 2015 (Revista de libros, 30 de Diciembre 2015): Nikolái Gógol, Cuentos completos (Nevsky Prospects), Michel Houllebecq, Sumisión (Anagrama), Una sensasión extraña de Orhan Pamuk (Random House Mondadori).
[Publicado en ganymedemyth.com el 14 de Febrero 2016]
#Recomendaciones Literarias#Los mejores del 2015#Devorar papel#Año de lectura#Amelie Nothomb#Kurt Vonnegut#Yasunari Kawabata#Ursula Leguin#John Cheever#Frío#Agua#Frescura#Imaginación#Sensación Térmica
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Libros Vintage
Elegir febrero en la capital, ya sea por lo corto de los bolsillos o por no tener ningún día libre en estos trabajos interminables, es una decisión que sin ser sabia puede estar poblada de callejeo citadinos, sea explorando las frescas galerías del centro o probando pasos de swing colectivos en algún centro comunitario o tal vez retomar viejas amistades mientras se aprovecha la brisa nocturna.
Dentro de los panoramas, el hito imperdible es la Feria del Libro Usado en su vigésima sexta versión, gestionado por la Universidad Mayor, en esa angosta esquina de Mac Iver con Santo Domingo. El edificio del 1800 da la bienvenida al lector vintage a un espacio - recuerde mirar hacia arriba la imponente fachada antes de entrar -, donde el IVA no es una excusa.
Que encontrarás
La experiencia de asistir todos los años, con los mismos vendedores/as en los mismos puestos, da la impresión de que nada hubiera cambiado en esos 364 días que separan un evento de otro. Y será la fuerza de la costumbre, pero parece que los stand son inamovibles y las caras un poco más ajadas se asoman por fuera de los puestos y miran atento tu mirada pasando por los lomos de libros, esos ojos que buscan la perla de la feria. El éxito de la ganga de calidad. El campus Santo Domingo, tiene una estructura circular en sus marcos, con pisos ajedrezados y con vigas visibles, otorga a esta feria de interior, una lentitud - como si saliéramos de la capital por un rato - que se agradece.
Con un total de 40 puestos que se solapan unos a otros, podemos encontrar obras descatalogadas, raros, literaturas contemporáneas, ediciones de los 40' o 50', libros técnicos y científicos, cómics entre otros. El café de la universidad abre en el mismo horario y existen lugares para sentarse a hojear las compras recientes. Un detalle que encontré en mi visita fue que las "tías" del casino están vendiendo juguitos naturales para acompañar la a veces árida exploración entre los libros.
Ojo con los precios
Si es de las personas afortunadas que tiene un bendito plan de datos en el celular, le será de mucha utilidad para combatir las excusas precarias que dan algunos libreros sobre los precios: "está a mitad de lo que sale en las librerías", "esté libro ya se agotó en otros lugares", "nadie más lo tiene en la feria". No crea todo lo que le digan, revisé en alguna de las librerías de franquicia y luego decida. Como referente le dejamos un ejemplo: Los libros Anagrama Compactos (esos de colores planos y fuertes) nuevos están entre $6.000 y $12.000 como máximo, por lo que en la feria deberían estar entre $4.000 y $8.000 como máximo.
También dependerá de lo que quiera, si es leer una obra que hace tiempo busca y luego lo dejará abandonado, no compre ediciones que ya son caras (como Acantilado, Siruela o Anagrama Panorama de Narrativas), sino las de bolsillo (recomendamos Booket). Si busca ediciones de lujo cotice en otros puestos y no compre impulsivamente.
Por supuesto, como todo espacio ferial, hay pie para el regateo. Los precios aparecen escritos con lápiz grafito en la primera página, revise con calma, sea indiferente, no cruce miradas con el vendedor y deténgase en algunas obras que le interesen. Siga su recorrido y vuelva a detenerse nuevamente. Ahora pregunte por la obra, ponga cara de disgusto y piense. Espere a ver si el vendedor rompe el hielo - piense que es un juego, así que no significa que se quede quemando ojos por media hora -, lanzando alguna oferta. Si no es el caso, usted proponga. Use frases como: "ufff, solo me quedan $3.000 (por una obra de $4.000)", "me lo llevaría pero ando justo", "me hace una atención". Ojo con la última frase, no use un tono sensual, sino las cosas pueden cambiar de rumbo por derroteros insospechados.
Vinilos, té o parque
Aproveche el barrio y dese una vuelta - ¡disfrute el fresco! -. Le recomendamos bajar una cuadra por Santo Domingo al cruce con Miraflores. Existe una humilde tienda de Vinilos y libros de ediciones independientes. Hay dos cafés - que no publicitaremos hasta que nos inviten al menos una once -. Y por supuesto, el Parque Forestal donde podemos empezar a disfrutar de nuestras nuevas - viejas - adquisiciones.
Para dar una miradita al evento visite XXIV Feria del Libro Usado, Universidad Mayor.
[Publicado en ganymedemyth.com el 04 de Febrero 2016]
#Cartografía#Mercado del Libro#Mercado de la Lectura#Industria Editorial#Trayectos Lectores#Adquisición Bibliográfica#Objetos de Lectura#Libros Vintage#Vintage#Libros#Lectura
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Los caminos del papel I
De los años que llevo en el medio del libro y la lectura – que no son tantos, pero suficientes para lo que me dispongo a proponer -, he detectado una falta de conocimientos de la gente, en cuanto a consumidores/as, del mercado del libro en Chile – porqué de los otros mercados, la mayoría son unos profesionales. Cuando digo detectado, no me presumo de habilidades de lumbrera cultural o de perro adiestrado por las brigadas antidrogas, sino más bien con toda la sinergia que podría tener un árbol en el cuál chocan torpemente las personas, se cuelgan los gatos y orinan los perros.
A diferencia de otros objetos culturales y sociales – muchos comerciales maquillados de cultura y sociedad -, la gente en su mayoría[1], desconoce la información sobre dónde encontrar, comprar y porque no, sentar las bases de una relación comercial con los/as vendedores/as, en cuanto a libros, revistas, comics y otros tantos similares se refiere (que para efectos de esta publicación denominaremos ‘objetos de lecturas’, evadiendo la constante numeración de soportes y géneros).
Considerando que el rubro del libro es bastante pequeño, en comparación con otros países – la mayoría de los países -, pero en un paulatino crecimiento, será un gesto de humana solidaridad de lector, compartir los conocimientos – incompletos y dispersos -, que por gajes laborales, sumado a mis adicciones literarias medianamente medicadas, he tenido la posibilidad - casi exigencia patológica -, de ir acumulando en forma de datos, trayectos y experiencias de adquisición de objetos de lectura.
Sombras
Siendo ese árbol en el que podría decir que unos cientos se han arrimado a su sombra, me arme de pura motivación – ¿Dependeremos de algo más que energía? -, para armar ciertos trayectos por donde transita el papel y compartir, con el que se anime a leer – primer requisito y leit motiv del caminar librario -, la serie de publicaciones en las que me dedicaré a cartografiar Los caminos del Papel en Chile, proyectando esa pequeña sombra de conocimientos que de seguro para más de uno será útil.
Leer un mapa
El ejercicio de cartografiar, siempre es de una arbitrariedad tremenda, ya que depende en exclusividad de la información que posea el que traza un mapa y de las intenciones que alberga al utilizar dicha estrategia gráfica de comunicación. Como todo expresión humana, tiene sus pretensiones, sentidos e intenciones. La invitación a los Caminos del Papel – que una vez al mes compartiremos con ustedes -, utiliza mapas digitales, confeccionados con los lugares y una propuesta de recorrido, que en todos los casos puede variar según el uso que el caminante le otorgue, ya sea desde la visita a un solo punto, hasta definir otras forma de trayecto que incluyan puntos que no aparecen en el mapa. Se realizará la descripción de cada camino con su información básica, encontrando más datos en cada punto del mismo mapa digital.
Camino del Papel 1: Alameda Ciudadana
· Calles que enmarcan el circuito: Av. Libertador Bernardo O´Higgins, Arturo Pratt, Av. Santa Isabel, Dieciocho.
· Duración estimada del recorrido completo: 6 horas a pie.
· Días y horarios ideales para el recorrido: lunes a viernes, entre 11:00 y 20:00 horas.
· Lugares de Papel: Encuadro Comics, Biblioteca Mineduc Alameda, Librería Prosa y Política, Centro Cultural La Moneda, Librería Gonzalo Rojas, Librerías en San Diego, Antiyal Comics, Librerías Plaza Almagro.
· Otras referencias: Mall Chino, Juegos Diana, Parque Almagro.
El camino Alameda Ciudadana tiene como centro la Plaza de la Ciudadanía, invita a recorrer lugares del papel como tiendas de comics, librerías clásicas, bibliotecas y calles librerías – esas que por su gran cantidad de puntos es mejor citarlas completas -. Además, destacamos otros espacios de descanso, recreación y comida.
Haz click acá para ver mapa completo
Colectividad
Teniendo en claro la tremenda arbitrariedad de está cartografía, dejamos abierta la puerta a que sugieran más lugares de Papel y datos en relación a este circuito, porque de seguro si ha caminado por esas calles, hará en falta que su sombra se cruce con la nuestra.
[1] Considero además que el uso de esté termino es de una injusticia fatal, ya que nuestra humanidad toda cuerpo, tiempo y espacio, nos impide el conocimiento de algo tan inabarcable como “todo el mundo”.
[Publicado en ganymedemyth.com el 16 de Diciembre 2016]
#Cartografía#Mercado del Libro#Mercado de la Lectura#Industria Editorial#Trayectos lectores#Adquisiciones Bibliográfica#Objetos de Lectura#Caminos de Papel#Alameda Ciudadana
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Anocheceres
“Leer de verdad es escuchar lo no dicho, leer los silencios para ir del pasado al futuro, de lo ya pensado a la proximidad de lo por pensar” Caron, Bettina. Posmodernidad Y Lectura
1. Anocheceres
Hay noches de la humanidad que son más oscuras y profundas que otras. Depende de lo que alberguemos en nuestra mente: el poder del relato, la voracidad del pensamiento y el valor de la imaginación. El triunvirato propuesto por estos tres movimientos de nuestro cuerpo definen los anocheceres, así también como el lenguaje.
2. París
Una noche que, al parecer, será incluida en la historia oficial de occidente, como el momento que París cerró sus fronteras, en pos de su seguridad, donde cientos de personas fueron asesinadas – de diversas causas, acá no dejamos lugar al morbo -, en varios lugares de la ciudad luz, cuna de la cultura.
3. Recordar
Ese momento, donde el terrorismo y el Je Sui París se transformaron en trendic topic seguro. Otra noche más de las que seguirán oscureciendo – no a modo del Elogio a la Oscuridad de Tanizaki Junichiro, sino al significado occidental que puebla lo negro junto a sus palabras hermanas -, a la humanidad, su memoria y por supuesto su olvido.
4. Sin repeticiones
Sé que no somos los únicos en sacar la voz – invitados quizás por Anita Tijoux -, pero sí pretendemos alejarnos de las lecciones académicas, políticas y morales. Sé que aún siendo humanos, nos debe interesar aquí proponer una visión sobre la bulla y el ruido mediático – sobre todo el digital -, como eco de una ignorancia inconsciente y violencia verbal que proclama odio, venganza y muerte. Apuntaló el teclado en dirección a las reacciones humanas frente al terrorismo.
5. Recrear el cuerpo
Didier Anzieu habla en el El cuerpo de la obra sobre la posibilidad creadora del lenguaje en y desde el autor. Bettina Caron en Postmodernidad y lectura, mueve esa posibilidad al lector. Permitir al lenguaje, que nos atraviesa, el gesto de movilizarnos hacia la creación/recreación de nosotros mismos es: detenernos a ver “cómo estamos viviendo, hacia dónde vamos y qué podemos hacer, no para suprimir de nuestras vidas las tecnologías [o los medios], sino para darnos cuenta cuando nos supera, nos invade y nos roba el tiempo para el cuidado de nuestra identidad humana”, esto en palabras de Bettina. Aquí me paro, en una invitación a leer – desde acá como punto de partida o continuidad de otras lecturas -, diversas obras que abordan el terrorismo, la posmodernidad, el nihilismo y la maldad humana. En ese ejercicio por la recreación de la identidad, que es también la del cuerpo.
6. Volverse humano
Comprender el mundo no es leer noticias. El primer medio que nos invade con certezas y verdades, es el primero que nos borra y hace un acto de ocupación en nuestro pensamiento y humanidad. El terrorismo acontecido, me espanta igual que el la violencia verbal que invita a eliminar, erradicar a la monstruosidad frankensteiniana promovida por las élites de cualquier-país-del-mundo, en mayor o menor medida. Lina Meruane, escritora chilena de origen familiar palestino, en su libro Volverse palestina es capaz de darnos una primera pista en un lenguaje profundo, a veces irónico y humano sobre una arista del tema terrorismo. Una narración sobre pequeñas cosas, un viaje y una perspectiva pensante, planta la duda sobre ciertas humanidades que parecen más valiosas que otras.
7. Contra todo fanatismo
Amos Oz, escritor israelí en el libro del mismo nombre de este apartado, se aleja por momentos de la corriente mediática para tomar la palabra contra todo fanatismo. Nos entrega tres claves que a mi parecer son herramientas para el raciocinio: Empatiza, Imagina y ten sentido del humor. No se equivoque no es un libro de autoayuda o un panfleto que pretende derrocar las ideologías. Sino, una puerta a los matices, a descubrir todos los lados de una esfera y sobre todo a recordarnos que somos complejos y un puñado de etiquetas.
8. Estados de sitio permanentes
Parece increíble que el mundo siga siendo Europa y que muchas veces es loa que se lleva toda la atención, en varios sentidos la humanidad es más amplio. Claro que no digo que en esto queda fuera Europa, sino que debemos hacer esfuerzos por iguales para con lo humano, demostrando que en contra de todo lo que nos digan, todas las vidas tienen el mismo valor. Un hecho no desaparece porque existe otro, pueden convivir simultáneamente y debemos intentar que en nuestra mente entren esos hechos. Detenernos en Diamela Eltit – en Por la Patria, Fuerzas Especiales o Trabajadores de la Muerte – o en Evelio Rosero – en Los Ejércitos -, es darnos tiempo para no olvidar las muchas luchas y estados de sitio permanente que habitan esté globo llamado Tierra. Los hechos son concatenaciones, no un momento aislado que cruza nuestra realidad.
9. Ni cortar un árbol
Corto el paso a lo literario para rescatar una frase de una conversación – que también es relato y pensamiento -, que tuve con un conocido musulmán árabe, entristecido contó que el Corán y su fe no permiten ni cortar un árbol, remitiendo a la ignorancia que tiene occidente esa religión y que se sentía dañado por esa gente que terrorista proclamando su fe. Seguía diciendo: como entonces, nuestra religión va a permitir matar a 100 personas por la fe. Mis vecinos en Palestina eran amigos cristianos, judíos y musulmanes, personas como tú y yo, palestinos todos, humanos. Como tus hermanos colombianos, bolivianos y peruanos que viven acá, no por eso dejan de ser personas con sus creencias. Personas buenas y malas hay en todo, pero no todas las personas de un grupo son malas. Allá nos despertamos solo para pensar en el día a día, conseguir alimento para sobrevivir. Otro relato, otra visión, otra creación.
10. Copos
Un gran autor, de mis favoritos, es Orhan Pamuk. En su libro Nieve, refleja el fanatismo y la violencia simbólica para con el extranjero que – y sobre todo -, ejercen desde los diversos poderes de una localidad turca. La policía, los políticos y los medios, van mutilando interiormente a un sujeto extranjero en su propia tierra. Cual copos, los capítulos se van agrupando sutilmente hasta que la tensión y el peso de la nieve-palabra caída van nutriendo la narración. Al igual que muchas obras literarias podemos ver reflejado varios momentos de la sociedad actual, otros históricos e incluso algunos personales. La literatura como reflejo de las experiencias humanas.
11. Ser musulmana
Cerrando ideas – esperando abrir algunas en su cabeza -, destaco doblemente la labor de las escritoras musulmanas críticas de los sistemas que envuelven a los ciudadanos en África y Asia. La prohibida de Malika Mokkeddem y Persepolis de Marjane Satrapi son dos ejemplos que revelan los mecanismos ligados a las relaciones de la mujer que acentúan las problemáticas de la mujer en el mundo actual – las que se arrastran de hace siglos y más que cambiar, van mutando – pero que saben perfilar esperanzas, sueños y pensamientos.
12. Liviandad
Mientras leía espantado los sucesos y me aterrorizaba la liviandad del lenguaje usado por muchos y la facilidad para declarar culpable a pueblos enteros, una pregunta fue tomando forma, ¿Qué sabemos sobre Medio Oriente, política internacional y la crisis europea? ¿Porque me da la impresión que nadie se ha detenido a leer a Pamuk, Meruane o Oz, o cualquier otro? La respuesta se transformó en ganas de compartir lo que del tema sé – algo, ¡vamos!, que no lo sé todo – y esperar abrir algunas perspectivas cegadas y aferradas al desconocimiento.
13. Sacar una venda
Sé que hay modas que ya pasaron bajo los puentes y dejaron hace mucho de ser tendencias, así que deja la venda que te tapa los ojos en el tarro de la basura. Qué el odio no se transforme en nuestro nuevo look. Toma tu tiempo para leer. Pensar. Narrar. Imaginar.
[Publicado en ganymedemyth.com el 4 de Diciembre 2016]
#Lectura Crítica#Anocheceres#Atentados#Didier Anzieu#Literatura#París#Posmodernidad#Junichiro Tanizaki
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Teleportación
Hay cosas para no creer. Situaciones que en otras épocas eran inverosímiles y hoy son un hecho. Premoniciones literarias de la ciencia ficción. Todo lo que ves a tú alrededor, incluso el soporte donde iniciaste hace un par de segundos esta lectura, ha sido construido gracias a una gran fuerza humana. Pero no hablo de esas típicas fuerzas que suenan por ahí, fuerzas que nos han llevado a pensar (o nos han obligado a creer) que son las más importantes. No hablo ni de la Política[1]. Ni de la Economía.
Hay una verdadera entidad humana, más poderosa que esos bloques de poder manoseado concentrado en unos pocos y administrados por esos mismos pocos. Hablo de la Imaginación - y si cabe en sus imaginarios puede agregar a Bob Esponja, en uno de sus capítulos memorables, con las manos levantadas sobre la cabeza y armando un arco iris al nombrar está fuerza -, gracias a esa capacidad, suerte de ilusión, sueño o irrealidad, hemos sabido – como humanidad -, crear en las sociedades diferentes soluciones y muchas herramientas, sin detenernos solo en la funcionalidad, para bien o para mal: como las plantillas de stencil, los pantalones, el cuaderno o la bomba atómica.
Si no fuéramos capaces de imaginar un mundo mejor – claro que acá podremos cuestionarnos ¿Mejor para quién? -, quizás esté mundo desmejorado no existiría. Para bien o para mal.
Espacio y tiempo ¿Teleportación?
De todas esas maravillas del hombre moderno - léase con un dejo de ironía -, aún no se ha descubierto - aunque existen estudios incipientes -, formas de viajar a través del espacio y/o tiempo. Así como lo escucha, la posibilidad de moverse de un lugar a otro en un pestañeo o incluso trasladarse a través de la historia tanto personal como humana con ciertas habilidades, maquinarias, dispositivos o fuerzas sobrenaturales no ha sido probado aún.
A pesar de que en la actualidad no tenemos como teleportarnos, la fuerza imaginaria ha sabido entregar ideas, propuestas y acercamientos posibles a esta acción de trasladarnos sin necesidad de subirnos al transporte público, de lo que sin duda, estaríamos más que agradecidos de que existiera la posibilidad del viaje espacio/temporal. Y porque no seguir imaginando, como se han sido pensados infinidades de artefactos y conceptos a través de la historia como las Telepantallas tipo celulares de George Orwell en 1984, el Control genético animal como en la Isla del Dr. Moreau de H.G. Wells y hasta el inicio de la Liberación femenina aventurado en 1763 en el libro anónimo El reino de George VI 1900-1925.
En cuanto a la Teleportación, en el campo de las artes visuales y literarias durante varios siglos han aparecido "avances" en el campo de las imaginaciones tecnológicas, sociales y culturales. Transitan desde máquinas que al poner fechas exactas nos transportan al lugar de la historia como es el tan recordado Marty McFly que hace un par de días aterrizaba en nuestro tiempo/espacio en Volver al futuro (1985), la TARDIS de Dr. Who (desde 1963), el transportador de Star Trek que movilizaba de un lugar a otro pero en el mismo tiempo (1966) y un pionero del género de la ciencia ficción como H.G. Wells en su libro La máquina del tiempo, publicado por primera vez en 1895. También cruzan las capacidades humanas como en la serie Heroes donde Hiro Nakamura posee está habilidad corporal espacio/temporal, el caso teletransporte graficados en el Nightcrawler (X-Men, Marvel Comics), Flash (DC Comics) y Quicksilver (Marvel Comics), estos últimos dos con la posibilidad de alcanzar velocidades extremas que asimilan esa habilidad. Hasta llegar a efectos mágicos como en Harry Potter, espirituales como en Naruto o "naturales" como lo son los portales que aparecen por ejemplo en Mortal Kombat.
Así las cosas, nos queda la misión de recomendarles piezas literarias - sumadas a las nombradas -, que aborden la temática que consideramos de gran valor y que pueden motivar más de un trasnoche o del viaje temporal tipo metro cuando enfrascados en la lectura ni percatamos el viaje de hora y camino al trabajo/estudio.
Lecturas para teleportarse
La esposa del viajero del tiempo Está obra de poca difusión y a pesar del nombre poco llamativo actualiza la narración del viaje temporal, al proponer una historia humana de un hombre que se ve obligado a teleportarse sin sentido a través de su vida/línea temporal. Del cómo se producen y que las provoca no se habla mucho, pero se humaniza una triste posibilidad, un juego con la memoria de los personajes y sus recuerdos más íntimos. Nos lleva a imaginar la posibilidad de vernos a nosotros mismos y reflexionarnos. Ribetes de dramón pero con un entrecruzamiento de historias de primera.
Matadero cinco o la cruzada de los niños de Kurt Vonnegut: Este autor, nos invita a transitar pasajes de la segunda guerra mundial, a través de la historia de Billy Pilgrim, soldado que vive este hecho como prisionero, combatiente pero también como superviviente. La narración se va superponiendo en la medida que los saltos temporales de Billy aparecen en la historia, al igual que nuestra primera sugerencia, pareciera que el viaje temporal es más un recurso narrativo que impulsa los ejercicios de memoria, recuerdo y olvido. Para los fanáticos de la novela histórica, a pesar de su contenido de ciencia ficción, es capaz de ir descubriéndonos los distintos hechos semi-autobiográficos que vive el autor hasta el contacto con vida del tercer tipo.
Días del futuro pasado y La batalla del átomo de X-Men (Marvel Comics): Dos momentos relevante en el universo X-Men - que se pública desde finales de los 60' -, reflejan perfectamente la temática del viaje temporal. En Días del futuro pasado (141 - 142, 1981), Kitty Pride novata x-men y recién aparecida en la franquicia, se transforma en protagonista cuando su yo pasado realiza un viaje por el espacio/tiempo de forma astral,ayudada por la gran telépata Jean Grey para evitar los hechos acontecidos en el futuro. Por otro lado, en la actual línea temporal, el grupo de x-men iniciales - Bestia, Jean Grey, Cíclope, Hombre de Hielo y Ángel - son traídos por la misma Bestia mediante una Box para que sean capaces de comprender lo que sucederá en el pasado y prevenirlo. Esto crea un caos entre universos paralelos que proporciona muchas risas, diversión y sobre todo sorpresas a sus seguidores. Aunque nunca es fácil entrar en estás sagas que llevan décadas de información, un buen inicio son los dos volúmenes de La batalla del átomo, publicados el 2013 como crossover, que narra hechos posteriores a la metida de pata de la Bestia.
Teleportación atómica, un hecho
Como los teléfonos móviles, los hologramas, viajes al espacio y otras ideas que se han transformado en en realidad en nuestra era, desde hace años se estudia la posibilidad del viaje en el espacio/tiempo, el avance más grande fue la movilización de 5000 átomos entre 23 kilómetros de distancia, la mayor dificultad aún es que esa movilización resulte completa y que el temor a quedar a medio transportar se reduzca a bajas posibilidades. Quizás, alcancemos a disfrutar o espantarnos de la teleportación humana. Quizás.
[1] Pero acá no nos referimos a la Política de las acciones enfocadas en el desarrollo de una sociedad libre, compuesta por personas libres, que apuntan a la resolución de problemas para mejorar la convivencia colectiva. Sino a la partidista, poderosa y agresiva de los gobiernos (pseudo)democráticos.
[Publicado en ganymedemyth.com el 25 de Octubre 2015]
#Audrey Niffenegger#Días del futuro pasado#El eternauta#Francisco Solano López#H.G. Wells#Héctor Germán Oesterheld#Kurt Vonnegut#La batalla del átomo#La esposa del viajero del tiempo#La máquina del tiempo#X-Men#Matadero Cinco#Recomendaciones
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Un accesorio perenne, imágenes complementarias.
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Un accesorio perenne
¿Sabías qué esté sitio es de moda y tendencias masculinas? ¿Y te has preguntado por qué hablamos de lectura y libros? Trataremos de dar respuesta a esta interrogante que sabemos es una de las intrigas más importantes de tu día a día que casi te impiden dormir. Es innegable que muchos escritores han instalado o reflejado las diferentes modas, ya sea con una estudiada pose o sin ánimos de apariencias, el vestuario se ha transformado en algunas claves de sus obras literarias. Nos viene a la mente El dandy Oscar Wilde, el callejero Roberto Bolaño, el desgarbado Jack Kerouac, el hedonista Yukimo Mishima, el gentleman Francis Scott Fitzgerald, el casual Raymond Carver, el hípster Michel Huellebecq y el noventero Terence Moix.
Probablemente conozca a más de alguno y quizás nunca habías tenido interés estético por ellos. Claro, lo que nos debiera interesar de estos hombres son sus creaciones, pero cuando miramos a estos sujetos con los ojos puestos en la cámara y no en sus palabras, descubrimos el lenguaje de la vestimenta de unas épocas pasadas y reminiscencias de la moda actual. Junto a las miradas literarias de los escritores, nos han dejado uno de los objetos valiosos del vestir: el libro. Sí, ese que usted lleva en el bolso, esconde tras su PlayStation o abusa de llevándolo en la mano sin siquiera dignarse a abrir.
Leer a fuera, modelar la lectura
Un día cualquiera. Nos sentamos a abrocharnos los zapatos, vamos al baño nos miramos una vez, dos veces. Sorbemos café, nos miramos tres veces. Miramos televisión, publicamos en alguna red social. “Maldito lunes”. “Hoy es viernes y mi cuerpo lo sabe”. “Carrete”. Lo que sea. Da lo mismo que escribamos ya que lo efímero de eso puede ser hasta reiterativo en el tiempo. Pasamos por un espejo o vidrio espejado. Tomamos un libro. Nos detenemos tímidamente, nos miramos de nuevo. Bajamos al metro o frente a las puertas de la micro, nuestra mirada se cruza otra vez. Y no, por favor no sienta ganas de negarlo. Nuestra autoimagen está ahí y aunque dudemos, casi siempre nos miramos.
Pero no olvidemos salir sin nuestro accesorio. ¿Se fijó? Si pues, el libro. Puede ser prestado (como una bufanda), o propio (como nuestra ropa interior la mayoría de las veces), o quizás hurtado (como…complete con el último accesorio tomado sin permiso). No elegimos cualquier cosa, fuera esas ediciones Ercilla, llevemos a fuera esas bellas y atractivas portadas de libros que armonizan perfectamente con nuestra vestimenta, como si hubieran sido diseñados para usarlos por ejemplo con ese chaleco que tanto disfrutamos vestir. Y no importa si ya lo leímos o no lo hemos ni pensado hojear, sino que se transforme en ese accesorio perenne y versátil que nos permite cultivar un look interesante. Sea sincero, a veces – muchas - llevamos el libro en la mano solo para que los demás vean que leemos y además mostrando una gran portada, solo posible hasta que el ejemplar se empieza a doblar por la humedad que expelen nuestras manos.
Modelar la lectura es para esas pasarelas de concreto, esas posiciones tántricas del metro o solo para sentarnos a esperar en alguna blanca de plaza. Esas grandes obras de la literatura, no solo sirven para para leer sino también para posar con alevosía o no.
Imaginarios masculinos y librarios
Compartimos algunos imaginarios de accesorios, escritores y libros para sacar ideas para nuestro armario – y nuestros estantes visitando acá.
Literatura, accesorio infaltable
Nos manifestamos frente a la moda literaria, valorando ese accesorio infaltable de nuestra vestimenta: los libros. Así que dé una vuelta por las librerías cuando vaya de compras y comience a incluir un par de estas piezas de diseño gráfico que aportan un plus a nuestro vestuario cotidiano, como sabe, si luego se anima a comenzar a leerlos.
[Publicado en ganymedemyth.com el 8 de Agosto 2015]
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La maravillosa vida premiada de Junot
¿Alguna vez has leído algún autor dominicano? Quizás no, debido a que el gran canon latinoamericano incluye a un par de autores argentinos, un colombiano y un peruano; que somos invitados constantemente a leer. ¿Adivina cuáles son? Claro, los renombrados Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Pero esos ya son otros tiempos, el canon es tan efímero como las fronteras y los gobiernos. Algunos pasan al registro histórico de lo que alguna vez fue considerado un imponderable. Otros se mantienen en las aulas, las bibliotecas y las librerías.
Y por más que otros lo han intentado, satanizar el canon tampoco es una práctica favorable para la literatura, así que no debemos prohibirnos leer Tlon Uqbar Orbis Tertius; El perseguidor; La increíble y triste historia de la cándida Erendira y su abuela desalmada; o quizás Los cachorros. Otra empresa que podemos realizar es adentrarnos en esa selva que llamamos canon y descubrir que no es para todos el mismo, ni mucho menos y que el ejercicio de probar la vegetación desconocida puede ser una grata sorpresa – aunque hay algunos que llegan a envenenar y causar indigestión. Pero siempre fuera de ese canon, que puede ser una camisa de fuerza o una entrada guiada a las literaturas, existen obras y narraciones de calidad reactiva y envolvente que ha veces por no indagar un poquito más nos perdemos de probar. Y como gran botón de muestra le proponemo descubrir junto a nosotros a Junot Díaz, autor dominicano que podrá agregar a su mapa literario.
Oscar ¡¿Quién?!
El primer avance exploratorio de esté autor es su premiado libro La breve y maravillosa vida de Óscar Wao, asi como nos adelanta va de un gordinflón – tal como aparece en la contraportada – que lucha por evadir el Fukú, que vendría a ser una suerte de mal de ojo que ha afectado a toda su familia por varias generaciones. Su obra fue escrita en inglés, una mezcla interesante del caribe migrante, una literatura que ya dejo de ser emergente para instalarse fuertemente en la gran comunidad latina de Estados Unidos, lugar de residencia del autor. Entonces, tenemos a esté Óscar viviendo una maravillosa y peligrosa vida en el New Yersey como migrante, junto a algunos familiares, atraviesa la universidad con más penas que Glorias y lucha contra el destino – casi una tragedia caribeña – para lograr alcanzar el amor de la mujer que lo hace levantarse en las mañanas. Una crónica de la migración, del la cultura caribeña y del amor, no nos olvidemos del amor.
Dato hilarante es el porqué del nombre del protagonista, dice el mito urbano que mientras estaba de fiestas con amigos, en alguna conversación literaria, Junot nombra a un autor conocido – de esté canon imperialista y del otro canon inglés – Oscar Wao, ¿No le suena? Quizás le suene el libro La importancia de llamarse Ernesto, ¿Y ahora? Si ya se dio cuenta, el ritmico acento dominicano de Junot transformaba ese Wilde en un Wao, y entre risas de sus amigos, estaría bautizando – azarosamente - así a su personaje más querido y galardonado.
Esta obra fue premiada con el Massachusetts Book Awards Fiction Award 2007, Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro 2007, Premio Pulitzer 2008 por La maravillosa vida breve de Óscar Wao, Premio John Sargent Sr. First Novel 2008, Anisfield-Wolf Book Awards 2008, Dayton Literary Peace Prize for Fiction 2008, Premio Hurston-Wright Legacy 2008. Y no es que los galardones hablen del escritor, pero lo que nos queda claro fue que en un breve tiempo, su primer libro ha maravillado a la crítica.
Dos vueltas más
Este es un autor de los que dan ganas de seguir la pista y a diferencia de Roberto Bolaño, podemos esperar a que sigan saliendo obras en vida y ya disponernos a esperar ansiosos – tal cual esperamos la temporada de Sense8 – que nos siga sorprendiendo con más narración contemporánea.
Negocios: La juventud, esa etapa que todos sobrevivimos de una u otra forma – y quizás los más esperanzados sigan viviendola -, incita los 10 relatos de la calle, las violencias y los amoríos tan similares entre República Dominicana, New Yersey y New York, pero dispares en su experiencia humana. La propuesta podría ser una fotografía de la situación actual de las sociedades frente a esos nuevos seres humanos que se nos van uniendo a este mundo.
Así es como la pierdes: El Eros en manos de las mujeres – ese asunto que nos lleva sin cuidado, pero vive en nuestras mentes -, no confunda con novela rosa, porque tenemos a un macho caribeño llorando las penas en el bar de la esquina, mientra nos cuenta entre lágrimas los avatares del amor, el sufrimiento, las herencias familiares y la soledad. Porque asumamos esto, la soledad es otro gran tema, quizás la verdadera antagonista del amor.
Hacete hombre, lee
En esta reseña de autor, nos atrevimos a apostar – con ciertas bases seguras – por un escritor actual, que esperamos sorprenda a muchos, porque ya estamos esperando que nos cuenten que les pareció la lectura de sus obras, en especial de La breve y maravillosa vida de Óscar Wao, por lo mismo les dejamos un fragmento inicial:
“Nuestro héroe no era uno de esos dominicanos de quienes todo el mundo andaba hablando, no era ningún jonronero ni bachetero fly, ni un playboy con un millón de conquistas. Y salvo en una época temprana de su vida, nunca tuvo mucha suerte con las jevas (qué poco dominicano de su parte). En tonces tenía siete años. En esos días benditos de su juventud. Óscar, nuestro Héroe, era medio casanova. Era uno de esos niñitos enamoradizos que andan siempre tratando de besar a las niñas, de pegárseles por detrás en los merengues y bombearlas con la pelvis; fue el primer negrito que aprendió ‘el perrito’ y lo bailaba a la primera oportunidad.”
Y ya sabe, hagase hombre de una vez, entre a una biblioteca, librería o encargue por la web un libro y comience a leer.
[Publicado en ganymedemyth.com el 2 de Agosto 2015]
#La maravillosa vida breve de Oscar Wao#Masculinidades#Junot Díaz#Literatura Dominicana#Reseña Autoral
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Leer el cuerpo
Habitamos un cuerpo y esto a veces se nos olvida. Somos un cuerpo que limpiamos, movemos, alimentamos, ejercitamos y vestimos. Aunque no es tan visible cómo la lectura sucede dentro de nosotros: procesamos, probamos, devoramos y digerimos palabras como si tuviéramos un órgano literario. El cerebro se activa casi al 80% cuando leemos –a diferencia del 15% de esfuerzo que requieren los audiovisuales- , además entrenamos nuestra memoria y concentración, e incluso sirve para disminuir el estrés. Esas y otras propiedades se le atribuyen al leer, pero los científicos no están seguros de nada. Son un montón de quizás y tal vez, a mi parecer no son ganancias relevantes. Hoy hablaremos de la carne.
Humanidades
El cuerpo que lee no tiene que ver solamente con las reacciones fisiológicas sino con razones de humanidad. Turquía leía como manifestación en su plaza Taksim, en las dictaduras se censuran libros siempre, en la inquisición se quemaban a veces junto con sus dueños. ¿Qué tienen esos bloques de papel prensado que tanto asustan a algunos poderosos? No debemos olvidar esa metáfora que plantea Ray Bradbury en Fahrenheit 451 los hombres-libros, que grababan en sus mentes un solo libro para salvar la poca humanidad que quedaba en esa sociedad distópica. Solo uno, para recordar lo humano que habían sido. Si los libros intimidan al poder, es porque siempre pueden ser un arma de instrucción masiva. Pensar, un malvado acto que debemos evitar para no destruir está sociedad.
¿Dime quién? ¿Dime qué?
El encuentro de un libro y un cuerpo tiene muchas imposiciones. Uno mira a alguien leer y sin saber quién es, suponemos lo que lee. Lo atamos a unas lecturas, si es viejo probablemente pensamos que lee algo latinoamericano o histórico y nos sorprendamos al encontrar un ejemplar de En llamas de los Juegos del Hambre en sus manos. Las ataduras del cuerpo en la literatura que nos encargamos de apretar con nuestras propias ideas de los demás. Así también nos sorprende un libro en las manos de alguien, cuando leemos el título Máquina para follar de Charles Bukowski en la portada y asombrados de ver a una jovencita bordeando la mayoría de edad que parece recién salida del colegio, miramos a nuestro alrededor por si alguien más aprueba nuestro oprobio. En esos dos gestos de lectura corporal se activan nuestros prejuicios de lo físicos. Nos han enseñado a definir qué cuerpos son los que deben enfrentarse a qué libros. Y nos lo creemos todo. Las niñas leen novelas rosa y los hombres novelas negras. Como si fuera así de simple.
Binarismos
La lectura como cualquier otra práctica humana, está cargada con ideas de cultura y sociedad, siendo todo un clásico el binarismo masculino v/s femenino. Lo bueno y lo malo. Adentro y afuera. Frágil y Fuerte. Violento y Pacifico. Práctico y Detallista. En los resquicios más ocultos habitan estás ideas que por lo mismo son a veces un pecado de clasificación eterna. Nos han querido incrustar esas mismas ideas al leer. Como somos cuerpos-hombres nos debe gustar lo histórico, policial, la ciencia ficción y de terror, dejando afuera un sinnúmero evidente de literatura de calidad y vibrante, que por el solo hecho de no estar escrita para nosotros queda descartada e incluso a veces menospreciada. Pero los cuerpos-mujeres lo tienen más difícil ya que no solo leer es complejo sino también escribir y ser validadas como autoras sin ser siempre categorizadas como literatura femenina, feminista o para mujeres. Olvidando que la experiencia literaria y lingüística es de carnes y pensamientos, pero no exclusivamente de cierta carne. Si nos proponemos hacer una lista de los 10 autores que se nos vengan primero a la mente – sin siquiera considerar su lectura solo su nombre – sería una tarea fácil. Pero si esa lista es de autoras, ¿Cuántas puede enumerar? Y no es que las mujeres no escriban libros sino que son alejadas como si vivieran en otro planeta y sus logros fueran - como ironiza Virginia Woolf en su libro Un cuarto propio – como un perro que anda sobre sus patas traseras. No lo hace bien, pero ya sorprende que pueda hacerlo en absoluto.
Carne temporal
Vivimos desde el cuerpo y comprendemos sentados en nuestro pasado. Leemos con lo que portamos en nosotros al momento de enfrentarnos a un texto. Las experiencias las vivimos en el cuerpo y la mayoría – aunque no visibles - quedan grabadas en él. Carmen Berenguer refleja esto en su libro Naciste Pintada: El agua estaba terriblemente helada, sin embargo me revivió, la sentí correr por mi cuerpo y me sentí mucho mejor sacándome ese olor a calabozo sucio, entre olor a mierda, a sangre y a vómito, un olor que se impregna y parece que nunca te lo vas a poder sacar. Luego, las mismas mujeres me agarraron para pintarme, yo no quería que me pintarán y me pintaron para borrarme las huellas del castigo. En ese testimonio de un Chile pasado, pero que ahora en el recuerdo de la que nació pintada se hace vivencia propia, almacenada entre los músculos y tendones. Esa vida que hemos resistimos, no pasa en vano y la llevamos a cuestas hasta este presente. A veces, nos miramos y nos es difícil reconocer ese cuerpo de hace 10 años. Existe el mito de El principito de Antoine de Saint-Exupery que nos cuenta diferentes cosas si somos niños, jóvenes o adultos. Ahí no hay secreto, ese cuerpo de adulto lleva depositado en la piel vivencias que el niño no tenía. Leemos desde el cuerpo, pero también desde nuestro pasado.
Víveres.
Finalmente en este ejercicio de recordarnos cuerpos, nos queda una de las dimensiones con la que comenzamos esté texto, las metáforas de la lectura como alimento. Uno es lo que come. Podríamos decir además que uno es lo que lee. Devoramos el libro y la comida que pasan a ser el cuerpo que habitamos. Se me viene a la mente La carne de Rene de Virgilio Piñera, libro que narra la iniciación de un joven en los ritos canibalistas de su familia. Seguimos en la carne humana.
[Publicado en ganymedemyth.com el 26 de Julio 2015]
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Cinco leños entintados para abrigar el cuerpo
La señora en la micro me dijo – hace frío. Y como no siempre tengo ganas de responder cordialmente, y en esa dificultad de interpelación, no me queda otra cosa que una constatación, por lo que dije – Sí, hace frío. Y nos vamos así todos con ese mantra actual que claro, imposible no repetirlo, como si bastara con verbalizarlo para entrar en calor.
Por lo mismo, hemos querido ayudar a que los cuerpos se abriguen con esta invitación a leer cinco leños entintados – también llamados libros -, los que pueden llegar a prender tu mente. La selección es bastante diversa en cuanto a nacionalidades y estilos, hay libros que nunca debieran pasar de moda.
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La extinción de los coleópteros, Diego Vargas Gaete (Chile).
Parece que en algunos libros todo parte de una familia y sabemos que todas son diferentes. Poseemos ese conocimiento porque tenemos una. En Chile dicen que no más de 10 controlan el país, esto seguramente Diego Vargas lo sabe, pero ha querido rondar un núcleo familiar con los personajes que se cruzan con esta familia, se enamoran de ella o simplemente son odiados, hasta desaparecer. Y no es que sea una historia reciente de post-dictadura, sino un marco social de éste país que habitamos en cerca de un siglo de narración. No, esto no es Macondo. Sin falsear nombres todo el libro habita Temuco, ciudad conocida y real.
Un coro de personas enlazadas en torno a un colegio, a un par de crímenes y a insectos que van desapareciendo. Como si nosotros no fuéramos otros bichos más habitando esta tierra. En La Extinción de los coleópteros, el segundo libro Diego Vargas, autor chileno y ya uno de mis favoritos, encontramos trozos de cartas, miradas y secretos que nos llegan casi sin querer. Si ha tenido la oportunidad de devorar un libro en un par de días, como si fuéramos realmente de viaje, esté es uno de esos leños que debemos prender de nuestra mente esté invierno.
Los almuerzos, Evelio Rosero (Colombia).
El jorobado de una iglesia, que se dedica en cuerpo y mente a dar de comer a los necesitados en Los Almuerzos, celebrados en una parroquia de Bogotá, es nuestro personaje principal. Suena a tarea simple la que tiene encomendada nuestro querido Tancredo, pero deberá sobrevivir a la tensión sexual de Sabina – hija del sacristán –, a los turbios tratos que va descubriendo del Padre y a las tres Lilias, un cúmulo de mujeres que parecen una. Evelio Rosero nos invita a presenciar el cambio que remece a esta parroquia, al más estilo cinematográfico, una noche de tormenta que viene a predecir los futuros de sus personajes y claro de la mano de una visita pícara.
Esté autor colombiano, premio Nacional de Literatura de Colombia, ha sabido revitalizar la narrativa de su país alejándose del eterno modelo a seguir – y ya sabrá usted cuál es ese Don Modelo -, incursionando tanto en temáticas como en formas de narrar que son de agradecer. Esto es uno de los nombres que no debiéramos olvidar de la literatura Latinoamericana por que podríamos apostar a que muy pronto se transformará en un inevitable, y luego se lo apropiará el canon. Pero antes de que esto último – y fatal - suceda, aproveche de leerlo.
El mismo mar, Amos oz (Israel).
Amos Oz es un escritor potente. Que muy posiblemente se merece una publicación solo para él, pero es bueno hincarle el diente para presentarlo en sociedad. Si ya lo conoce, podrá decir si lo odia y seguir con el otro leño recomendado acá, o por el contrario si lo desea puede detenerse a rebatir todo lo que diré a continuación.
Seré políticamente incorrecto. Amos Oz es uno de mis autores favoritos. Y es solo por eso que lo recomiendo, a pesar de que si lo busca en el navegador aparecerán cientos de páginas de elogio. Me sucede que no puedo evitar fascinarme por un autor que salta de un tipo de escritura y propuesta como si fuera a comprar pan. Y no es que desconozca la labor del escritor, sino que esa impresión me queda. Una conversación y un relato mientras nos tomamos un café haciendo sobre mesa. Pero de de esa narraciones que sabes que no volverás a escuchar y probablemente algo cambien de tu vida. O no, solo nos den más ganas de leer – lo que también es una forma de cambiar nuestra vida-.
El mismo mar es un libro de desamor, de muchos desamores juntos y de distintos tipos. Cada historia que habita ese mar es alguien que extraña. No se detenga, no son corazones rotos, son realidades quebradizas por situaciones sociales, familiares y culturales, estar alejado de lo que amamos no siempre es decisión humana, sino de las circunstancias. Amos Oz arma una poesía prosada que permite consumir en un instante pero también ir quemando de a poco para ir saboreando las palabras. Intimar con el libro, sentir como late en la mochila o en las manos, entrar en calor al mismo tiempo que le entramos a la letra. Si sueno a fanático imparcial, atrévase a leer el mismo mar y probarme que estoy equivocado.
Virginia woolf ataca de nuevo, Copi (Argentina).
El argentino Raúl Damonte Botana, más conocido como Copi escribió casi todas sus obras en francés donde se desarrolló como artista, fue parte del Grupo Pánico en los 60’ junto a Alejandro Jodorowsky. Dedico gran parte de su tiempo a actuar, escribir teatro y dibujar historietas – nota al margen: hizo algunas portadas de Charlie Hebdo -, fue activista por varias causas y falleció el 87´. Virginia Woolf ataca de nuevo es un libro de cuentos y una entrada suave a este escritor. De seguro, nunca llegará a nuestras aulas y siempre será expulsado del canon del buen lector, por lo mismo podemos relajarnos y disfrutar de sus lectura sin que nadie nos diga cómo debemos hacerlo. Yo tampoco me daré esa absurda tarea, eso sí ojos bien abierto, mente sin prejuicios y prepárense para leer a uno de los autores más rupturistas del continente.
El porqué de las cosas, Quim Monzó (España).
Hay lectores de tiro largo que fácilmente son capaces de devorarse 500 páginas como si nada, hay otros de tiro corto que para evitar las angustias del final prefieren que el remate literario llegue en pocas páginas. Pero existe un punto entre ambos, que es el que lee cualquier cosa sin miedo a lo que se está afrontando, y menos al grosor del leño en cuestión.
Un cuentista impresionante es Quim Monzó que en su libro El porqué de las cosas arma con sus cuentos una novela, lo que no impide disfrutar de cada cuento como pieza única y acabada. Lo incierto de habitar esté mundo, la crudeza, realidad y de sopetón algo de magia, invitan a cuestionarse muchas cosas, pero sobre todo a disfrutar de excelente literatura catalana en tiempos de frío.
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Liar para leer, enrollar el papelito, inhalar unos cuentos o libros completos, como quién no quiere la cosa. Sacarse el hielo hasta del alma. Claro, que deberá hacer un esfuerzo, comenzar a leer y perderse un rato entre paracetamoles, libros y frazadas.
[Publicado en ganymedemyth.com el 19 de Julio 2015]
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Más que sushi para degustar
Cuando pensamos en libros exóticos y podríamos decir fueras del canon, se nos viene a la mente ciertos países que tienen las mismas características, posiblemente lejanos de nuestra realidad como Irán, República Dominicana y Rusia, pero hoy nos asentaremos en Japón. Geishas y sol naciente. Karate kid y Oshin. Sushi y Perl Harbor. Hiroshima y Nagasaki. Algunas de las referencias que se nos aparecen en la mente cuando escuchamos la palabra Japón. Poco hemos oído de su literatura, aunque de un tiempo hasta hoy las letras niponas han venido entrando en el mercado del libro de forma lenta pero constante. Digo de un tiempo por que podríamos cifrar a este embarque continúo en la última década, aunque no gracias a nuestro latinoamericano interés sino por un rebote intelectual de otro país, adivine…sí, no se equivoca, la llamada malamente madre patria española es la responsable de un auge en las traducciones de la literatura japonesa.
Hoy podemos encontrar en la mayoría de las librerías, aunque no tan en los anaqueles centrales, diversidad de obras nuevas desde Japón. Muchas de las cuales tienen siglos de estar en circulación en su propio país y otras han salido a flote casi en paralelo en español. Hasta aquí nos detenemos en uno de los personajes que posiblemente sea el culpable de introducir en las masas lectoras – y más aún importante esas personas reticentes a asumir su gusto por la literatura –, las letras niponas: Haruki Murakami. Si ese nombre le suena a marca de auto o sopa, no se preocupe en Ganymede Myth les contaremos más de este tipejo.
Iniciados de Murakami
Existe una división del mundo que habla de un occidente y un oriente. Parece ser que todo lo que no entendemos, lo contrario a nosotros y lo extravagante casi siempre termina siendo de oriente. Murakami es japonés pero educado en un país con grandes influencias occidentales, ahí donde muchos autores han tenido que decidir si dejarse llevar por los otros o respetar sus tradiciones. Claramente, esté autor aposto por abrirse al mundo y pareciera que sin recelos aunque no iba solo ya que sus padres, ambos profesores de literatura, posiblemente lo animaron a descubrir autores nacionales pero además otros estadounidenses, profundizando sus intereses de lecturas.
No fue un joven genio que escribió su primera obra antes de salir del kinder, por el contrario probo suertes en otras cosas antes de dar pie a su escritura: estudio literatura y teatro; trabajo de vendedor de discos; y luego fue dueño de un barjazz junto a Yoko, su esposa. Y como en toda vida hay quiebres, decidió cerrar el lugar y con el respaldo marital decidió lanzarse a la literatura de lleno. En esta dualidad occidental/oriental parece haberse alejado de los cánones japoneses siendo considerado un hipster literario que se ha transformado en uno de los grandes escritores de literatura posmoderna en el mundo. Disciplinado en su arte, es un runner y prolífico trabajador de las letras.
Sus obras han sido catalogadas de muchas maneras, a veces con ganas de destruir sus palabras y otras de encasillarlo en algún lugar del universo literario. Para no perderse como todo autor es capaz de avanzar por diversas facetas de su escritura (¿Recuerda Villa Bolaño?) por lo que encerrar solo en un par de adjetivos lo que escribe es una tarea peligrosa cada obra puede ser la antagonista de otra.
Si quiere iniciarse en Haruki Murakami e ir perdiendo el miedo a la tan exótica, extravagante y extraña literatura japonesa (léase a modo de ironía) tiene varias pistas para dar pie adelante:
After Dark (248 páginas) que nos instala en la vida nocturna de una mujer que desea alejarse de todo escapándose a un bar para leer y disfrutar de café en la madrugada donde encontrará reminiscencias de Poltergeist, la prostitución normada y el trasnoche en el que a veces somos capaces de sumirnos.
Baila, Baila, Baila (464 páginas) un hotel, un hombre que reflexiona y mucha oscuridad se ciernen sobre esté libro. El protagonista para salir de la depresión que lo tiene envuelto decide salir a buscar un cambio donde encontrará asesinatos, viajes oníricos y una joven que nos recuerda el i see dead people de Sexto sentido.
Sputnik, mi amor (248) si anda con el corazón revuelto y a pesar que lo niegue le gustan los libros de amor, la primera mitad del libro habla de un profesor enamorado platónicamente de una estudiante la que a su vez está colgada por su jefa ¿Le suena a teleserie?, aguante la segunda mitad donde la desaparición, el viaje y la transformación nos dislocan la idea de amor que teníamos antes de leer.
El tipejo en cuestión ha sido nominado viarios años seguidos al nobel de literatura y es uno de los favoritos de los españoles, porque las traducciones aparecen seguido a la publicación original de la obra, ahora queda preguntarse: ¡¿Cómo es que no lo conocía antes?!
Fanáticos de Murakami
Lo surreal, bizarro y retorcido aparece en la mayoría de las obras de Murakami. Ya sea con un hombre que puede hablar con los gatos (Kafka en la Orilla), las puertas que aparecen y desaparecen llevándonos a otros mundos (Baila, Baila, Baila) e incluso una rana que quiere salvar el mundo (Después del terremoto). Estos gestos que para varios podrían parecer ganchos comerciales, dotan de un sello particular al autor, sin dejar de tocar temas humanos que a veces nos interpelarán directamente y otras solo nos llevarán a sorprendernos de los demás.
Quedan invitados a compartir sus experiencias Murakamianas, ya sea que se inicia, como adicto a su obra o más aún si es que si luego de leerlo no lo convence. Queda más que recomendada su obra más famosa Tokio Blues (Norwegian Wood) y su último libro de cuentos Hombres sin Mujeres. Haruki Murakami lleva la bandera de la literatura japonesa y es un autor que podemos cruzar para luego visitar otros itinerarios nipones con menos miedo y más curiosidad.
[Publicado en ganymedemyth.com el 12 de Julio 2015]
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Villa Bolaño
Hay un mito del mito. Ese que muchos recordamos:
… Había una vez una periodista que anunciaba la muerte del gran Roberto Gómez Bolaño - que ahora sí, hoy ya está muerto – en un canal indie de televisión nacional por cable. Pero no era el famoso comediante que hizo reír a generaciones – y lo sigue intentando como dibujo animado -, sino que nos dejaba el escritor Roberto Bolaño que en ese hito televisivo de ignorancia literaria resuena en el imaginario juvenil - y porque no social – solo por ser erróneamente confundido con Chespirito.
El verdadero mito y personaje nacional opacado en está breve cosmogonía llamado Roberto y de oficio escritor, parece no tener una vida tan diferente a otros escritores chilenos. Sin reconocimiento nacional en vida, valorado en el extranjero y prolífico en sus obras. Cerca de cumplir 12 años de fallecido, Roberto Bolaño a crecido en la boca de la academia y el canon, con cátedras magistrales en universidades nacionales y extranjeras, con miles de reseñas y constantemente en las vitrinas de las librerías santiaguinas.
Esta valoración se transforma en la principal forma de espanto y alejamiento de los lectores ¿Seré capaz de leerlo? ¿Tan bueno será si todos hablan de él? ¿Para qué saltar a otro autor si ya tengo a mis regalones? ¿Serán densos y fomes sus libros? Esos bombos y platillos de los profesionales de la literatura, nos causan incredulidad y sobre todo destruyen nuestros deseos.
En Ganymide Mith, ahora valorado por el canon y paradojicamente dentro de las obligaciones del buen leer, nos animamos a dejar la puerta abierta a su obra, dejando la timidez literaria afuera y arriesgando solo el descubrimiento de literatura de calidad, reactiva y sorpresiva. Para ello queremos compartir con ustedes una propuesta para acercarse a este sujeto
A. Breves historias de un mismo universo: Una forma inicial es ir degustando poco a poco, nada mejor para esto que sus dos libros de cuentos Llamadas Telefónicas y Putas Asesinas, nos permite leer en el orden que queramos, guiarnos por títulos o su extensión, mostrando diferentes facetas del imaginario del autor.
B. Bajo fondo: Si somos adictos a las letras con sangre y violencia los mejores serían Pista de Hielo y Una novelita lumpen, el primero un crimen contado a coro y el segundo la juventud alocada y fuera de foco, inspiración para la película Il Futuro (Alicia Scherson, 2013).
C. Latinoámerica abierta: Si lo suyo es la Historia reciente pero sobre todo las miradas personales de nuestra región en Estrella Distante, Amuleto y Nocturno de Chile, tres personajes narradores en cada uno, nos invitan a descubrir hechos recónditos, marcas y huellas sociales de las dictaduras y movimientos sociales pero desde los cuerpos vívidos.
D. Elemental mi querido Bolaño: las novelas negras son otra opción, seguir pistas, develar a los malvados y sobretodo quedar como (anti)héroes son las propuestas de Monsieur Pain, El Tercer Reich y Amberes, ojo Bolaño siempre tiene giros de originalidad y podemos llevarnos una sorpresa mayor de la que esperábamos.
E. Un viaje: Si recuerda a sus profesores/as de lenguaje y algo de lo que hablaban en sus clases, recordará que el viaje es uno de los motivos más usados en la literatura – aunque siempre parece que los libros nos llevan a otro lugar – la invitación al desierto de Sonora mexicano en Los detectives Salvajes nos desafía a un ejercicio de memoria, locura y retratos humanos.
Si se inicia en esté autor piense en la extensión de páginas, los temas y por supuesto sus propios gustos literarios tiene nuestro ABC que no es un orden ideal, sino una guía para perder el miedo a los autores que muchos enarbolan como gigantes y nos parecen – antes de abrir un libro – difíciles y para personas doctas. Nah-Ah. No se equivoque y bienvenido a la Villa Bolaño.
[Publicado en ganymedemyth.com el 05 de Junio 2015]
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