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𝗎𝗇𝗉𝗎𝗇𝗂𝗌𝗁𝖺𝖻𝗅𝖾 *
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#pasífaefowler⠀⋆⠀ella/suya.⠀⋆⠀veintisiete años.
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faewlers · 23 hours ago
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' estoy haciendo té de lavanda ' comentó sin apartar la mirada de la tetera calentándose en cuanto escuchó unos pasos adentrarse en la cocina. la presencia de amelia la había descolocado y solo hizo que su ansiedad fuera en aumento. ' ¿quieres una taza? ' ofreció, al fin girándose para enfrentar a su acompañante. ' iba a llevarle una a clemente, pero... no quiero molestarlo. '
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faewlers · 23 hours ago
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،⠀pasífae fowler⠀en el servicio funerario de maude caddel.
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faewlers · 4 days ago
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˛ ⠀ ⠀⋆ ⠀ ⠀𝗧𝗔𝗦𝗞 02: en la penumbra del confesionario, aprendí que el perdón es una mentira con sotana. ( @losavntos )
“Pasífae Fowler, están listos para ti” la voz del oficial la sacó del trance en el que se encontraba. En sus manos, había un vaso de café helado. Amagó con darle un sorbo cuando Finnley Flanagan la detuvo.
—Es mejor que no bebas más —el hombre le bajó la extremidad con cuidado y, delicadamente, se hizo con el vaso—. Es hora. Vamos.
Pasífae asintió y, cuando se puso de pie, sintió las piernas flaquear. Estaban entumecidas. No supo si tenía que ver con el tiempo que pasó sentada, sumida en una espera que se hizo eterna, o si se relacionaba con los nervios que agarrotaban sus m��sculos sin ningún tipo de clemencia. Sea cual fuere la razón, luchó por dar el primer paso y le costó. Le costó tanto que Flanagan alcanzó a sostenerla del brazo para que no se cayera al suelo. Aquello le supo amargo. Un oleaje de patetismo la barrió de pies a cabeza. ¿Por qué no podía mantener la compostura? ¿Por qué le costaba tanto encontrar la entereza que una vez la caracterizó?
—Gracias —bisbiseó de manera casi ininteligible al desviar la mirada.
—Vas a estar bien, Pasífae —le aseguró el abogado en un tono que rozó la pena. Le colocó una mano en el hombro en señal de apoyo, a lo que la castaña se esforzó para sonreír en un gesto agradecido, si bien lejos estaba de sentirse cómoda. Odiaba hallar debilidad en sí misma, pero últimamente era todo lo que lograba encontrar cuando hurgaba dentro suyo: una pequeña criatura asustada e indefensa.
—Lo sé. No soy—no soy de cristal, Finnley —contrarrestó. Negó con la cabeza un par de veces y soltó un suspiro—. No me voy a quebrar por un interrogatorio —si era sincera consigo misma, no estaba segura de ello, mas su representante no tenía porqué saberlo.
Sin decir mucho más, se encaminó por el pasillo que separaba la sala de espera de aquella donde la interrogarían. Los nervios fueron asentándose en su estómago hasta el punto de calcificarse, de volverse parte inamovible de sí. El peso de un tiempo espeso le aletargó los latidos del corazón, lo cual era irónico si tenía en cuenta lo intranquila que había estado frente al resto. Sin embargo, no importaba. Ahora era momento de mostrarse firme, impoluta, como si estuviera despojada de esa sensibilidad que habitaba entre sus huesos y con la que desconocía qué hacer en el día a día. 
Ingresar a la sala la descolocó un poco. La frialdad de la misma, su apariencia estéril, tan cuidadosamente diseñada para hacer perder la cabeza, provocó que un escalofrío recorriera su columna vertebral. Como pudo, se mantuvo incólume, y no cedió a las respuestas de su cuerpo.
Saludó a Varela y Jesperson con un cordial apretón de manos. Tomó asiento cuando el detective se lo indicó. Miró a Flanagan un instante antes de devolverse al dúo, a quienes escuchó con especial atención. Por los minutos que duró su introducción, se retrotrajo a un tiempo en que las figuras de autoridad lo habían sido todo para ella. Pasífae jamás se caracterizó por aborrecer a quienes estaban varios escalafones más arriba, a quienes poseían algún tipo de investidura, a quienes representaban al poder. Era lo contrario: su sumisión llegaba solo frente a quienes la miraban desde lo alto, en un sentido metafórico. A lo largo de su vida había buscado hacerse con el reconocimiento de alguna de estas personas. Había fallado más veces de las que ganó.
—Señorita Fowler —emprendió el detective Jesperson—. ¿Qué funciones cumplía exactamente cómo la asistente de Vera Quinn?
Vera Quinn. Mujer que fue una de las únicas —si no la única— que la vio, que decidió que valía la pena, y que la escogió para acompañarla durante su tiempo en Pomona. Tragó en seco ante la mención. Sus entrañas dieron un vuelco tan contundente que sus extremidades se enfriaron, pero logró mantenerse a raya. Su semblante era sereno mas imperturbable.
—Básicamente las funciones que cumple cualquier asistente, detective —comenzó con su declaración sin vacilación alguna—. Me encargaba de manejar su correo, de seguir su agenda y recordarle los eventos importantes, de ayudarla a juntar información para sus trabajos periodísticos personales y para sus clases también. En muchas ocasiones, la asistí en la corrección de evaluaciones y en la preparación de las mismas, así como también de sus clases no solo de periodismo, sino de storytelling —explicó en lo que sus dígitos jugaban con el borde de su falda en un ademán que la ayudaba a mantenerse en eje—. Vera estaba preparándome para la vida profesional como periodista y también como docente. Yo… Yo siempre quise seguir sus pasos. Me parecía una mujer inteligentísima y digna de admiración. Ser su asistente, trabajar de cerca con ella fue una experiencia enriquecedora —en eso no mintió. Aun si en la actualidad resentía a la ex-docente, no era capaz de faltarle a la verdad: junto a ella había crecido como persona y profesional.
—Suena a que le tenía aprecio —apuntó Jesperson con una sagacidad que fue por el hueso—. ¿Está segura de que su relación fue únicamente académico-profesional?
Ante la pregunta, Pasífae arrugó el ceño con disgusto. Las náuseas le subieron por la garganta. Otra vez el recuerdo incesante de los inventos de quien, en un punto, consideró una amiga. Flanagan abrió la boca para hablar, pero Pasífae negó en una petición de silencio.
—Por supuesto que fue una relación únicamente académico-profesional —no se encargó de esconder la indignación que se prendió a cada uno de sus vocablos, aunque fue comedida—. Si está acusándome de involucrarme con mi profesora por los dichos de Amelia Melbourne, déjeme decirle que estos son puras patrañas. Yo nunca me involucraría con un miembro del cuerpo docente —insistió con una vehemencia tajante—. Si Vera Quinn significó algo para mí, fue algo totalmente fraternal. Vi en ella una hermana mayor, una confidente, una referente. 
—Está bien, Pasífae —pronunció Varela, quien dejó de escribir en cuanto la voz de la castaña cesó—. Solo queremos corroborar o desmentir las declaraciones de la señorita Melbourne. Entendemos que la señorita Quinn fue una mentora para usted. Ahora, podría decirnos, ¿qué información manejaba que pudiera vincularse a los casos de Otis y Alfred? 
—¿Se refiere a Vera o a mí? —se colocó el cabello detrás de las orejas, pues la necesidad de verse recolectada y entera pinchó en su pecho. Creía que se veía como una maniática, aun si recién comenzaban con el interrogatorio.
—A Vera.
—Pues… No tengo idea —habló con total franqueza—. Es cierto que trabajábamos juntas, que la ayudaba en investigaciones y que ella compartía su trabajo conmigo, pero si ella supo o tuvo acceso a información relacionada a los casos de Otis y Alfred no… No podría decirlo —se mordió el labio inferior para acallar un suspiro. Meneó la cabeza en lo que sopesaba si pronunciar lo siguiente. Estaba bajo juramento. Tenía que cooperar—. Sin embargo, ella… Ella fue volviéndose cada vez más reservada. Hubo un cambio. No soy capaz de señalar con precisión qué fue, pero, de un momento a otro, empezó a quitarme responsabilidades. No quería que me involucrara en ciertos proyectos, y yo lo acepté. No iba a cuestionarla. Supuse que tenía que ver más bien con mis habilidades que con un tema personal suyo. 
La réplica pareció interesar a los detectives, que intercambiaron una mirada momentánea. Esta no pasó desapercibida para Pasífae, ni para Finnley, quien le otorgó un par de palmaditas en el muslo para hacerle saber que lo estaba haciendo bien. Jesperson carraspeó y Varela anotó un par de cosas en su libreta. Pronto se volvió a Pasífae y, con el atisbo de una sonrisa, volvió a interrogar: —¿Sabía usted acerca de la publicación del libro de Vera Quinn?
Inhaló profundamente. Una vez más, meneó la cabeza.
—No… no exactamente —ante las miradas inquisidoras del par, no pudo hacer más que relamerse los labios y tragar en seco. Entreabrió los labios mientras buscaba la manera de proceder sin colocarse a sí misma en una encrucijada—. Quiero decir, lo sospeché, pero no contaba con ninguna certeza al respecto.
—¿Cómo que lo sospechó? —esta vez fue Jesperson quien intervino.
—Sí. Ella—ella me invitó a su casa después de la graduación. Una vez fue a los pocos meses, o al año de haber terminado mi recorrido por Pomona —hablar de aquel encuentro le pesaba. Vera Quinn seguía significando mucho, sin importar el escándalo en que los había metido. La detestaba y la quería en partes iguales. La extrañaba, a pesar de su evidente descenso a la locura. Había sido un faro muy importante en la vida de Pasífae; fue la primera vez que alguien la escogió por encima del resto. Las becas pasadas, las felicitaciones por parte de los docentes no tenían comparación a lo que sintió una vez Vera la eligió como su asistente—. Fue un encuentro casual, como el de dos viejas amigas. Quería saber cómo estaba adaptándome a mi vida en Boston, porque no regresé nunca más a Texas. Me preguntó si necesitaba ayuda. Le dije que estaba preparándome para una entrevista con la revista en la que trabajo ahora, y ella se ofreció a orientarme. Incluso escribió una carta de recomendación. Me dijo que era por si acaso —una sutil risa la abandonó ante la memoria. Se encogió de hombros—. Luego… Seguimos en contacto. Nos veíamos con frecuencia; ella seguía dándome consejos y alentándome con el trabajo. De repente, dejé de oír de ella, y cuando me contactó de nuevo, no pude negarme. Le debía mucho. Y ahí fue cuando empecé a sospechar que estaba escribiendo sobre Pomona, sobre… el Círculo —agachó la mirada durante unos segundos antes de regresarse a sus interrogadores—. Esa vez fue distinta. Se la notaba fuera de sí. Actuaba extraño. Su casa estaba llena de papeles, y entre ellos estaban las fotos de Otis, de Alfred, de Amelia, del cuerpo docente de Pomona. Incluso de mis compañeros —arrugó apenas el ceño en lo que iba hablando—. Supe que algo tramaba, solo no me di cuenta que se trataba de un libro. Lo primero que pensé fue en un artículo. Después de todo, la habían apartado de la universidad y de todo. Una vendetta no me pareció descabellado.
El sonido de la punta de la lapicera rasgando el papel le sirvió para concentrarse en otra cosa que no fueran sus palpitaciones que se volvieron agitadas y el sudor frío en sus palmas.
—¿Qué hizo para desviar las acusaciones de su alianza y presentar otra versión?
—Decir la verdad —subió y bajó los hombros con simpleza—. Sé que suena muy tonto, y básico, pero no soy una mente maestra y nunca me destaqué por mentirosa. Siempre fui muy honesta con todo y con todos. Con mis compañeros, con mis docentes. Vera tenía poder sobre mí todavía, por ello es que fui a su casa. Por ello es que accedí a juntarme en más de una ocasión. Por eso es que mantuve el vínculo. Yo le debía todo. Le debo todo aun, incluso si ella no está. Pero sé que también me tuvo cerca porque quería información, y yo no estaba dispuesta a dársela. No iba a poner en jaque mi lugar como miembro del Círculo, no cuando lo sentía como una bendición. Vera… Ella… A veces, como quien no quiere la cosa, me preguntaba por la noche de las muertes de Otis y Alfred. Nunca le respondí lo que quería, siempre reiteré lo mismo.
—¿Quién le sugirió utilizar la narrativa de haber sido manipulada por Vera? —indagó Jesperson, reclinándose sobre la mesa.
—Nadie —replicó contundente—. Yo misma lo pensé, porque en parte es verdad. En su momento no pude verlo, pero ella estaba consciente de que yo me sentía en deuda. Fue en nuestro último encuentro que me percaté de lo que en verdad estaba pasando porque fue muy obvia con sus intenciones. Estaba ida, irascible. Era otra persona, una que había perdido la cabeza en la búsqueda de algo en específico. Repetía incoherencias —no las recuerdo bien. Solo… Fue espeluznante. Nunca la había visto de ese modo. No era la Vera que conocí una vez, e intentó coercionarme para que le diera información. Incluso llegó a… A ponerse física conmigo. Sujetó muy fuerte mi brazo hasta el punto del dolor. Me fui con las marcas de sus dedos en mi piel.
—Bien, entonces, ¿qué partes del libro reconoce como verdaderas?
—Es difícil decirlo cuando las cosas han sido tergiversadas y amplificadas —su tono fue sereno, pero los nervios empezaban a cobrar vida para enredarse en las paredes de su estómago—. El capítulo sobre Alfred… Él no era santo de mi devoción. Dios sabe que no teníamos relación porque, claramente, no era digna de que un Buchanan se me acercara, pero creo que no era como lo pintaban. No era un psicópata, solo un niño rico con complejo de superioridad, como todos los que lo rodeaban, y actuaba en consecuencia a la manera en que fue criado. Y el capítulo sobre los becados es… Tendencioso, por decirlo de alguna forma. Todo el libro fue concebido para azuzar la brecha ya existente entre becados y no becados. En realidad, no puedo decir nada. No reconozco verdades. Creo que es un libro muy amarillista.
—Pasífae, ¿qué información decidió no compartir con Vera ni con nadie más? —los ojos penetrantes de Varela provocaron que la respiración se le atascara en la laringe. Empezó a retorcerse los dedos entre sí con virulencia. Agradecía tenerlos sobre su regazo, fuera del alcance de la vista de los detectives. Abrió la boca y luego la cerró. Observó el vaso de agua que le habían dejado en la mesa. Tragó saliva. Respiró de modo apaciguado, sin querer atiborrarse de oxígeno. Necesitaba ordenar sus ideas.
—Yo… —suspendió el habla durante unos segundos en que el suspenso reinó. Las miradas de los tres presentes estaban clavadas en ella, a la espera de su siguiente movimiento. El peso le partía las costillas. Era una cuestión que no tenía absolutamente clara, pero que cargaba consigo desde la noche en que vio morir a Otis—. Yo vi a quién lanzó la piedra que provocó el ahogamiento de Otis —los detectives se removieron en sus asientos y la instaron a que continuara—. No estoy segura de la persona, pero sé que lo vi. Después de eso corrí lejos. Tenía que encontrarme con Na— con Ignacio Alcázar. Él era mi novio en ese entonces y Otis era su amigo. Yo… Yo me asusté mucho. No es claro, y no quiero involucrar a nadie inocente.
—¿Fue Carmine Arbury? ¿O Theseus Grigsby? —empujó Jesperson no sin cierta desesperación en su pronunciación. Era como si finalmente tuviera la pieza necesaria para ponerle un cierre a uno de los casos. Pasífae notó la ambición en sus pupilas, las ansias de que se tratara de alguno de los mencionados. Varela, en cambio, con la expectativa viva, se demostró más comedida. 
—No, no fueron Carmine ni Theseus —sacudió la cabeza en una negativa. Ella los había visto ahí, por supuesto, como había visto al resto del grupo y a Otis. El resto era difuso, sin embargo, tenía la certeza de conocer al perpetrador, aun si no podía distinguirlo.
—¿Entonces? ¿Quién fue? —Amaranta la invitó a proseguir.
—Creo que fue… Creo que fue Dylan Copeland —apartó la mirada para poder cerrar los ojos un instante—. Se la veía mal. Y, después de todo, Alfred era su novio. No creo que le gustara que Otis estuviera increpándolo. Pero no estoy segura. Había mucha gente allí esa noche.
—No se preocupe, señorita Fowler, lo que nos ha dicho es de gran ayuda —la sonrisa de Charles la enfermó, mas se esforzó por corresponderle. Fue un intento débil.
—¿Ya me puedo ir? —preguntó en voz bajita.
—Me temo que todavía no —respondió Amaranta—. Tenemos otras preguntas para hacerle, Pasífae. Si pudiera decirnos… La noche que encontró el cuerpo de Albertina Solanas, ¿qué estaba haciendo en el bosque? 
La mención a Albertina de inmediato le provocó un escozor en los lagrimales. El labio inferior le tembló por inercia. Finnley la había preparado para el impacto de las preguntas relacionadas a su amiga, pero no había sido suficiente. Se obligó a parpadear para contener las lágrimas. Enderezó su espalda, cuidando su postura. Respiró con calma. 
—Estaba buscándola —su respuesta fue un tanto cohibida en un principio—. En un punto de la fiesta pensé que la había visto en el bosque —recordó la interacción con Izzie y cómo la morena había asegurado que su amiga estaba ahí; eso se había quedado grabado en su mente a lo largo de la velada—. Pero estaba un poco alcoholizada. Había bebido unas cuantas copas para relajarme. Sin embargo, la idea persistió— la idea de que Alber… Albertina estaba ahí, sola, escondida o perdida. No puedo explicarlo bien, es como si un presagio se hubiera asentado aquí —colocó su palma abierta sobre su pecho—. Era algo que me tenía intranquila. Traté de sosegarme y tomé agua para desintoxicarme. Entonces… Una vez sentí que tenía mi cabeza despejada, decidí volver al bosque. Quería comprobar que se trataba de locas ideas mías, que había sido una imagen fabricada por mi cerebro porque solo quería que esté— que estuviera bien —encogió un hombro, haciéndose pequeña en su posición. Estaba bajando la guardia, mas no podía no hacerlo cuando se trataba de Albertina. Sorbió por la nariz—. Lo primero que vi fue su cabello —soltó una exhalación que pretendió ser una risa entristecida—. Es— era inconfundible. Tenía un cabello precioso, bien cuidado. Ella es… Era muy coqueta. ¿Sabían que había inaugurado su propio salón de belleza? —sonó distraída, lejana. Se había perdido en el recuerdo de su amiga—. Y tuvo que faltar a la apertura por regresar a Dover —otra carcajada apesadumbrada aquejó su pecho, mas en realidad se trató de un sollozo—. Tenía una vida brillante y llena de éxito por delante. No es—no es justo lo que le pasó —murmuró compungida—. Por favor, díganme que lo van a resolver.
—Eso estamos intentando, Pasífae —le aseguró Amaranta antes de extenderle un vaso con agua. La castaña asintió y tomó el recipiente con manos temblorosas. Le dio un sorbo y se concentró en la forma en que el líquido bajaba por su garganta. Se reconectó con su propio cuerpo. Una sensación de malestar le recorría la fisonomía.
—Ya casi terminamos —le avisó Jesperson—. ¿Ha recibido alguna especie de beneficio debido a la información manejada?
—No —negó con la cabeza—. Para nada. No he dado la información que les di a ustedes a nadie más. Y todo lo que he conseguido, lo he conseguido por mis propios medios. Con mi trabajo, con mi esfuerzo.
—Bien. Por último, puede explayarse tanto como quiera, ¿cómo fue su relación con Vera Quinn? ¿Esta se sostuvo hasta su defunción?
—Como les dije, vi en Vera Quinn una hermana mayor, una referente y hasta una confidente. Ella se preocupaba por mí, y a mí me interesaba saber más de ella, de su trabajo, de su carrera —expresó pasando la yema del índice por el borde del vaso—. Durante mi tiempo en Pomona, Vera fue todo lo que quería ser. Periodista exitosa, excelente para contar historias, una promesa en el rubro. Además de una gran docente. Nos volvimos muy cercanas, y cuando me gradué, continuamos siendo amigas. Me tendió una mano para que consiguiera casa en Boston, me preparó para mis primeras entrevistas, y me orientó en la más importante. De hecho, creo que su carta de recomendación hizo peso para que consiguiera mi puesto —sonrió vagamente—. Pero después sucedió lo que les comenté: dejé de oír de ella. El vínculo se cortó de golpe. Y no volví a saber de ella hasta que me escribió para que la visitara. Fue ahí cuando la vi fuera de sí, extraña. Más retraída que antes, huraña y… Poseída. Estaba consumida por algo… Ahora veo que esto era su investigación, el libro, todo el esfuerzo por el que se sometió para hacer de poca información un gran golpe contra la comunidad de Pomona. Esa vez en su casa fue el último contacto que tuve con ella. Luego de eso, no supe más de ella hasta que me enteré de su muerte por las noticias.
Los dos detectives cerraron sus respectivas libretas. Miraron a Pasífae, luego a Finnley. Se pusieron de pie.
—Ya terminamos. Es libre de retirarse, señorita Fowler —otorgó Charles Jesperson. Tanto ella como Flanagan imitaron el acto de pararse. Sus manos fueron a estrecharse con las de los agentes.
—Muchas gracias, Pasífae —la voz de Amaranta Varela fue la señal para asentir y salir de la habitación. Finnley la siguió de cerca y cuando quiso detenerla para felicitarla, Pasífae sacudió la cabeza. —Necesito ir al baño —se excusó antes de salir corriendo para llegar al mismo. Una vez dentro, se metió en uno de los cubículos y vomitó dentro del retrete. Las lágrimas abandonaron sus ojos con una velocidad inclemente; parecían surcarle las mejillas con el calor de un hierro ardiente. Estas eran por Albertina, que le hacía falta; por Vera Quinn, a quien odiaba y apreciaba en partes iguales; por el temor de haberse metido en la boca del lobo. La incertidumbre le apretaba la garganta. El miedo prevalecía. ¿Qué sería de ella? ¿Qué sería de sus amigos? ¿Qué sería de todos ellos?
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faewlers · 5 days ago
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' lo es — sobre todo en este momento ' y no lo juzgaba, sino todo lo contrario. comprendía de dónde venía, incluso si su situación particular distaba mucho de la ajena. ella no poseía el peso de la familia encima porque se había encargado de deshacerse de cualquier atadura a su pasado, a sus progenitores, a su historia. las responsabilidades recaían sobre sus propios hombros y no perjudicaban a nadie más porque así lo había decidido. no que a sus padres o hermanos fuera a afectarles lo que sucediera con pasífae. ni siquiera estaba segura de que les importara. pestañeó un par de veces en lo que posaba sus pupilas en el mayor de los grigsby y una tenue sonrisa le curvó los labios. fue un gesto muy tranquilo, sosegado; estaba despojado del nerviosismo que en realidad habitaba bajo su piel. era como si hubiese hallado un resquicio de paz en medio de la tormenta. negó con la cabeza. ' no tienes nada que agradecerme, percy ' sus yemas se desplazaron sutilmente sobre su antebrazo. el movimiento fue cohibido, como si temiera hacer algo mal, como si estuviera de más. pero todo el consuelo que podía otorgar, además de a través de meras e insignificantes palabras, era mediante su lenguaje corporal. tampoco quería pecar de atrevida. sin embargo, sentir la validación del contacto contrario le marcó aun más la gracia sobre sus facciones. prestó atención a su explicación antes de que su boca se arrugara en una muequita. asintió levemente. ' ya veo —— esta es una opinión desde la ignorancia, lejos estoy de poder entender la magnitud que esto tiene en tu realidad, no obstante... ¿es el mejor momento para hacer declaraciones? digo — aun están aquí dentro. no saben qué va a pasar. pareciera... ¿apresurado? ' no supo si aquella era la palabra que estaba buscando, lo que se evidenció en su ceño ligeramente fruncido. ' sé que es importante mantener el control de la narrativa, pero se siente injusto para ustedes— como si no tuvieran el espacio para procesar lo que ocurre sin más escrutinio público ' expresó desde lo mas profundo de su ser, pero, por supuesto, no era capaz de comprender lo que significaba para una familia como la de los grigsby. su condición de persona intranscendente sesgaba el panorama completo. fue rápida en negar. ' para nada — de hecho, estoy necesitando un cigarrillo ' confesó entre una tenue risita. se pasó una mano por el cabello para ordenarlo, incluso si este estaba en su lugar. la hipervigilancia la tenía controlando hasta el mínimo detalle. ' sí, aunque ahora puedes tomarte un descanso de ellas — o pretender que lo haces por unos minutos. el mundo seguirá girando, todo continuará como hasta ahora ' intentó animarlo con un nuevo apretón en su brazo. quiso prolongar el contacto, mas apartó su extremidad para acomodarse, con cautela, la falda. se encogió de hombros. ' estoy... no muy presente, a decir verdad ' admitió más rápido de lo que pudo prever. así que de inmediato, añadió: ' de todas formas, lo intento. tengo que volver a tierra y no estar flotando en el éter ' carcajeó sin mucho humor. ' no, yo— creo que estaré bien ' dijo, aun si no estaba muy segura. ' con que salgamos de aquí un momento me contento. '
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' no es justificación. ' la explicación sabe se prolonga en ligera vaguedad qué prevalece en un sentido mucho más ambiguo, no es un secreto lo qué en ese momento la familia grigsby está experimentando, sin embargo es inevitable no lidiar con aquella encrucijada en la cuál la determinación absoluta es qué la culpa es una probabilidad, cuándo observa ojos ajenos se vuelve más cauteloso, casi cómo sí estuviese frente a venado qué ha entrado en contacto con las luces frontales del automóvil; intenta sonreírle con mucho cuidado, parpadea un par de veces antes de acomodarse el cuello de la chaqueta en un movimiento cauteloso qué denota ansiedad inusitada. ' gracias fae. ' desliza por mero impulso dactilares contra dorso de mano qué le sostiene con tanto cuidado y prevalece en esa quietud por un par de segundos, una prolongación de aquella comodidad qué no puede más qué agradecer al volver a mirarle. ' mis padres no quieren inmiscuirse más de la cuenta, sin embargo están presionando para qué hagamos una declaración a la prensa. ' explica, no sabe qué tanto de aquello es una confesión peligrosa, pero también hay cualidad curativa en vocablos femeninos qué hacen qué los propios surjan. asiente suavemente cuándo exhalación es levemente trabajosa. ' claro, podríamos, uh — ¿te molesta sí salimos a fumar? ' inquiere, repentinamente propia adicción le cohíbe más de la cuenta. ' y yo, supongo qué las responsabilidades siempre van a estar ahí. ' ahoga la exhalación ansiosa, la incomodad de una estática qué le posiciona cómo el mayor en una situación qué también se siente increíblemente diminuto, inútil, patético inclusive. ' ¿tú cómo estás fae? ' inquiere, finalmente con mucho más cuidado, empatía derramándose únicamente por figura femenina qué tiene frente a él. ' ¿necesitas algo? '
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faewlers · 5 days ago
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' ¿como por ejemplo? ' quiso saber, porque era evidente que peter poseía mayor claridad en el asunto que ella. ' siento que no hay ni hacerlo bien ni mal en esta situación — la resolución está más allá de nuestras capacidades ' porque lo que podía considerar como hacerlo bien, tal vez a los detectives le parecía una paupérrima performance en la que encontrarían con qué continuar culpándola. meneó la cabeza en una señal de entendimiento. ' es difícil no preocuparse ' al menos, lo era en su caso. ' sé que lo único que puedo hacer es enfocarme en mi testimonio, pero el resto de las cosas... ' dejó la frase en el aire. suspiró. posó sus orbes en la botella durante un instante antes de hacerse con ella. ' gracias, peter ' volvió la mirada a él para corresponderle la sonrisilla. desenroscó la tapa y se llevó el pico a los labios, dando un sorbo. el agua que recorrió su garganta la trajo de nuevo al suelo. ' ¿quién te representa? '
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considera la respuesta de fae, mas ladea su cabeza con aire dubitativo. ' hay formas de hacerlo mal. ' todo lo que asegure su inocencia ante la ley es hacerlo bien, a su parecer. es fiel creyente de que el fin siempre, o casi siempre, justifica los medios. ' pienso en que sólo puedo ocuparme de lo que está bajo mi control. y luego lo hago. ' se ocupa, en lugar de preocuparse. ignora las incertidumbres, que le impedirían mantener su mente en frío. ' —hidratarse también ayuda. ' tras lo que ofrece de nuevo la botella. una sonrisita se cuela en sus labios.
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faewlers · 5 days ago
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mantuvo el silencio por un instante en lo que lo observó hacer aquella mueca, y supo que la interpretación de su pregunta se prestó a la ambigüedad. no obstante, no se molestó en aclarar que se refería al estado de sus manos y no a lo general, porque no era tonta, y conocía que los cargos pesando sobre los hombros masculinos no podían tenerlo bien. sacudió la cabeza en una negativa. ' no hay de qué ' su tono fue apacible. retuvo el nerviosismo que la embargaba justo a tiempo para que no se colara entre las sílabas pronunciadas. limpió la superficie hasta que ya casi nada quedó. las servilletas de papel humedecidas las depositó en el cesto más cercano y pronto se volvió al rubio. quiso reír, aunque todo lo que salió fue una respiración jocosa. ' tal vez no te ganarías un envenenamiento, pero sí una intoxicación ' acotó en un intento de seguirle la corriente, aun si los ánimos no eran necesariamente propicios para las bromas. lo intentó, de todas formas. suponía que el contrario no precisaba que lo atosigaran con vibras lúgubres; ella, en su lugar, no querría que le estuvieran encima. curvó los labios en una sonrisa. ' oye, no pasa nada ' le aseguró. incluso dentro de sus propios resquemores, halló el espacio para mostrarse más serena. se relamió los labios. ' no todavía ' subió y bajó los hombros. ' ¿y tú? —— sé que tienes una de las mejores abogadas posibles. ¿te... te sientes cómodo con ella? '
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pregunta le sabe un tanto irónica considerando su situación, no le queda más opción que esbozar una mueca a forma de respuesta en lo que intenta manejar el desastre que acababa de cometer. “ gracias. ” es sentimiento genuino el que extiende en su dirección cuando recibe las servilletas, se deshace de las mismas en papelero más cercano una vez que está conforme. casi de inmediato se acerca para ayudarle a terminar de limpiar la mesa. “ con un poco de suerte está tan malo que termino envenenándome. ” es intento pobre de bromear, supone que la atmósfera no es la adecuada para que algo así se tome con gracia. “ lo siento. ” otorga por lo bajo, por lo menos consciente de que no es el único en su situación. no conoce todos los cargos, sin embargo sabe que absolutamente nadie está muy contento de estar ahí. “ ¿ya declaraste? ”
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faewlers · 5 days ago
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la respiración se le atrancó en la garganta. en circunstancias normales, se estaría mostrando más fuerte de lo que realmente era, pero, en el último tiempo, estaba volviéndose difícil mantenerse aferrada a una entereza que, poco a poco, había ido desvaneciéndose. todo había comenzado con la desaparición de albertina, porque había sido capaz de sostenerse firme ante las acusaciones con respecto a vera quinn. sin embargo, haber perdido a una de sus mejores amigas lo había cambiado las reglas del juego. la flaqueza se transformó en rutina. la imposibilidad de reunir las piezas desperdigadas cada vez más acuciante. y, ahora, la reapertura de los casos. theo bajo el reflector por algo que, a ojos objetivos, no tenía ni principio ni final. el enojo se entremezcló con el abatimiento. sintió la tensión en sus dedos al mantener el puño cerrado con brío. presionó los labios entre sí para ahogar más improperios. no podía perder la compostura, mas la rabia estaba ahí, hirviendo en su sangre, aquejándole el pecho. ' es que no tiene ningún tipo de sentido — ¿cómo podrías siquiera...? ' frunció el ceño y negó con la cabeza. era una completa ridiculez. ' se siente como una movida desesperada ' le fue inevitable conjeturar, porque le resultaba absolutamente descabellado. ' no sé los pormenores— no importan— sólo interesa que vas a estar bien. dudo mucho de que tengan algo sólido contra ti. deben ser puras habladurías ' era una certeza de papel pues claro que los detectives podrían inventarse cualquier cosa con tal de encontrar un culpable. el sistema no era infalible, y la presión sobre el avance y la consecuente resolución de los casos era una realidad. ante la mención del círculo, bajó la mirada para posarla en sus zapatos. un recuerdo concreto golpeó su mente. tuvo que parpadear para no sentirse aturdida por el mismo, mas no lo acalló: ' la última vez que la vi... vera... ella dijo que es la boca del infierno ' musitó un tanto temerosa. mordisqueó su labio inferior por unos segundos. ' supongo que no estaba errada ' una exhalación cargada de aire viciado la abandonó. pensar en la ex profesora todavía era trabajoso, y estaba segura de que la traerían a colación durante su interrogatorio. debía estar lista. ' sabes que me tienes, ¿no? — que puedes confiar en mí. nunca voy a abandonarte. nunca te traicionaré ' le pareció pertinente recordarle que su lealtad estaba con él, que podía contar con ella para lo que fuese, que no estaba solo en medio del caos. siempre podría recostarse en ella, aún cuando su propia fortaleza estuviera siendo mancillada por los eventos que transcurrían. ' ¿a quién le agradaba alfred? — a sus amigos, a un par de personas más, pero no era el tipo más encantador del mundo con el resto. no pueden usar eso como excusa para acusar a nadie ' concluyó tajante. sacudió la cabeza antes de llevar su mano libre al cabello ajeno, donde dejó una caricia repleta de cariño y ánimos de infundir sosiego. dio un sorbo al café y se fundió en su calidez. ' y no lo serás. vas a estar bien ' repitió con mayor seguridad al asentir. tan pronto como theo estuvo cubriéndola, dejó reposar su frente en el pecho de su amigo. cerró los ojos y respiró con calma, de manera profunda. ' lo sé ' alcanzó a decir entremedio de un suspiro. ' estoy intentándolo. es solo que— no sé si pueda hablar de albertina, no sin quebrarme ' alzó la cabeza para mirarlo. ' la extraño mucho. solo quiero justicia para ella. '
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lo que tenía dentro no servía para consolar a nadie, se le amontonaba todo en la garganta: el frío absurdo de ese lugar, la forma en que cada sonido parecía amplificarse bajo su piel, el tic nervioso que le latía en la sien y que no conseguía detener. fae, con los puños apretados, seguía siendo el único faro que persistía para theo. sentía como si su cabeza fuese a estallar en cualquier momento, como si todo lo que hubiese hecho ( o no había hecho ) fuera a volverse contra él en cualquier segundo. lo peor era que no sabía desde dónde vendría el golpe. empezaba a creer que hastings simplemente lo había vendido con cualquier cantidad de mentiras para su beneficio y que recibirlo en su casa había sido solo una cortina de humo. ' siento que me están tendiendo una trampa, fae. ' confesó en un murmullo, cargo era ilógico y relacionarlo con personas que apenas conocía de vista era más ridículo aún. dio un sorbo al café, pero ni lo cálido de la bebida logró ofrecerle algún consuelo. ' odio el momento en que mis padres quisieron que entrara al círculo. ' pronunció casi en un murmullo que se evaporó entre ambos. ella era en lo que más confiaba, y ahora mismo se sentía tan expuesto, tan jodidamente solo en medio de una red de lealtades dudosas. ' no sé si van a intentar implicarme más de la cuenta, pero sé que no tienen nada contra mí, que alfred nos desagrade no debería ser un delito. ' se llevó una mano al puente de la nariz, presionando con fuerza como si eso pudiera aliviar aunque fuera un poco el dolor de cabeza que lo estaba matando. se detuvo de nuevo, dudando, hasta que soltó una pequeña risa seca, desprovista de cualquier alegría. ' no quiero terminar siendo el chivo expiatorio de sus putas ambiciones. ' se refiere a sus padres, a hastings, a todo lo que le rodea. sus ojos regresaron a los de fae apenas ella entrelazó sus dedos con los suyos. con cuidado intentó cubrirle con su costado, mano libre paró sobre sus hombros y la escondió en él lo más que pudo. ' tienes que ser fuerte. ' murmuró, con suavidad. ' si tuviesen algo real contra nosotros, no se molestarían en investigarnos. ' quiere pensar en ello, en aferrarse a cualquier salvavidas a como de lugar. ' tienen que verte tranquila. '
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faewlers · 6 days ago
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un vistazo al perfil de letterboxd de pasífae fowler
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faewlers · 7 days ago
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siguió fumando por unos instantes en los que se hacía de la nicotina para apaciguar la ansiedad que tenía prendida a los huesos. esta era tarea trabajosa, pero se propuso intentarlo. no había cabida para mostrarse hecha un desastre previo al interrogatorio. quizás después tuviera permitido bajar más la guardia, sumirse en la desesperación de la expectativa por una resolución. le dio una última calada antes de devolverle el cigarrillo. encogió los hombros. ' horrible ' tuvo que ser sincera, porque no podía simplemente maquillar lo que era más que evidente, y que era comprobable con solo poner un pie dentro del recinto. ' es como si estuviera repitiéndose aquella noche, pero con una contundencia mucho peor —— el agobio es palpable, la desesperación, la incertidumbre. todo está amplificado ' murmuró antes de pasarse una mano por el cabello. trató de acomodarlo, de presentar una imagen mucho más comedida y recatada frente a ignacio. era el temor de que alguien más la viera el que la tenía con un nivel de hipervigilancia altísimo. ante la pregunta, solo asintió. tragó en seco, desvió la mirada. no quería que fuese tan perceptible, mas suponía que el moreno era capaz de notar que los nervios la carcomían. ' no — ¿y tú? ' volvió a hablar una vez retornó su vista a él. se relamió el inferior con la punta de la lengua antes de mordisquearlo. ' ¿cómo—? ¿cuál es tu plan, nacho? ' inquirió en un tono apenas perceptible y cargado de consternación. sus pupilas no dejaron de mirarlo. ' dime que tienes uno ' le imploró. ' ¿estás trabajando con flanagan? '
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le sorprende un poco que pasífae le robe el cigarrillo, mas simplemente lo permite y aunque regala miradas furtivas a tercero, termina por ceder. inhala profundo, ella tenía razón, dejarse provocar solo iba a alimentar el papel que le habían impuesto en la narrativa y él tenía que ser más listo que todo aquello. asiente sin decir nada y se acerca para permanecer de espaldas a tercero y con la mirada puesta en castaña. ' ¿cómo está todo allá dentro? ' él no soportó más tiempo en las zonas de la comisaría, fumar era la excusa perfecta para recibir algo de aire y que frente no empezara a agrietarse conforme transcurría cada minuto, con la preocupación e incertidumbre calándole los huesos. se acerca lo suficiente para poder preguntarle en voz más baja: ' ¿estás nerviosa? ' pregunta al fin, sin dureza, como si cuidara cada palabra. ' ¿pudiste dormir algo anoche? ' interrogantes escapan una tras otra, realmente le preocupa, incisivos se clavan brevemente en propio inferior mientras le mira.
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faewlers · 7 days ago
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no era normal en ella mostrarse tan receptiva a exabruptos. en general, intentaba mantener su vulnerabilidad bien escondida, fuera de la vista de aquellos que pudieran hacerse con la misma para sacar ventaja. sabía que no era el caso de percy, pero, aun así, su reacción bastó para movilizarla por dentro al punto del retraimiento. se esforzó por sonreír al negar con la cabeza un par de veces. ' no— no te preocupes. yo entiendo, de verdad ' porque, probablemente, de estar en su posición ya hubiera terminado de colapsar. comprendía que cada uno cargaba con el peso de diferentes cargos — algunos corrían con más suerte, pero seguía siendo complicado. los ánimos no estaban ahí, la posibilidad de la serenidad tampoco. ' no me iré, percy ' y, con ello, se atrevió a posar una mano en su antebrazo para dejarle un apretón. normalmente se guardaría el gesto, mas se encontraba con la energía en un nivel bajísimo, tanto así que controlar meticulosamente su autoimpuesta distancia era tarea imposible de realizar. ' ¿es sobre... tu hermano, no? ' había escuchado parte de la conversación de manera remota. ' nadie debería exigirte nada más de lo que puedes dar. ni en esta situación, ni en ninguna otra ' murmuró apacible, como si ella tuviera alguna injerencia en lo que los demás esperaban del contrario. ' ¿qué te parece si salimos por un poco de aire? estar aquí dentro llega a ser agobiante — necesitas una pausa. '
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de inmediato se arrepiente cuándo ve orbes femeninos clavados en los propios y es rápido en acercarse a ella, en intentar una contención qué más bien se saborea vaga en ese instante cuándo tuerce ligeramente una sonrisa. ' no yo, lo siento no es, no es contigo fae. ' explica con cuidado, cómo puede encogiendo los hombros intentando también mantener una especie de calma qué no considera esté a la altura de la situación. ' quédate, por favor... ' añade, desviando suavemente la mirada porque se siente cohibido. ' solamente qué, mis padres, mi abogada, todos quieren una respuesta que yo... no tengo. '
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faewlers · 11 days ago
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le resultaba genuinamente arduo estar de pie en ese momento, cuando en realidad todo lo que quería era desplomarse. estaba sacando fuerzas de flaqueza, incluso cuando carecía de total entereza. era como si estuviera flotando en el aire; todo se le hacía irreal, aunque debió suponer que el peso de la ley caería sobre ellos sin clemencia alguna esta vez. tragó en seco y asintió. las palabras parecían no querer abandonar su boca, así que solo se sumió en un mutismo que la retrotrajo a sus días de adolescente solitaria, donde su voz no resonaba ni siquiera dentro de su propia cabeza. lo observó con cautela y atención a la vez. el cargo que recaía sobre su mejor amigo no tenía ni pies ni cabeza. le indignaba y se manifestó en la forma en que su puño libre se crispó. negó con la cabeza un par de veces. ' es una puta ridiculez, theodore ' masculló entre dientes, en un tono cargado de confidencia, pero lo suficientemente alto como para que él pudiera escucharla. ' no sé quién mierda se inventó eso, pero vas a estar bien porque tú no hiciste nada de lo que se te acusa ' y de eso estaba más que segura. creía ciegamente en él, y nada lo cambiaría. se encogió de hombros antes de esforzarse en esbozar una sonrisa cansada. ' lo llevo como puedo —— odio estar aquí ' se le dificultó respirar, por lo que se halló jadeando un par de veces para hacer que el aire llegara a sus pulmones. ' la incertidumbre me mata ' también el hecho de desconocer lo que pudiera suceder dentro de la salón de interrogatorios. agradeció el apretón devolviéndolo ella también. después, entrelazó sus dedos con los masculinos. ' solo a ti. tu compañía. podemos estar en silencio. no hace falta hablar. nada más... me siento un poco desamparada ' admitió con cierta reticencia. los ojos se le empañaron de lágrimas. estaba en extremo sensible y cansada.
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no se siente como él mismo últimamente, aquella situación tampoco le traía ninguna calidez genuina como para regresar a la versión que se tomaba todo a la ligera. no había cabida para nada más que no fuese incertidumbre. ' no, no me interrumpes. ' se apresura en aclarar, lo menos que quiere es que ella, entre todas las personas, sea quien se aleje. bastante tenía con rendirle cuentas al abogado de sus padres y para su desgracia o fortuna también a amanda, tenía tanta información en el cerebro y tanto entrenamiento de media que simplemente iba a colapsar en cualquier momento. mordisqueó el interior de su mejilla nervioso, curvatura fue mínima pero llena de agradecimiento cuando recibió el café. ' no lo sé… ' confiesa, en voz muy baja. ' sé que alfred nunca me agradó pero manifestar su muerte… bueno, me resulta un poco irónico. ' exhalación es trabajosa, mas no añade nada más. ' ¿cómo lo estás llevando? ' preocupación se asienta en marrones, diestra se encuentra libre y se estira hasta dar con la contraria, buscando otorgarle un apretón. ' ¿necesitas algo? lo que sea. '
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faewlers · 11 days ago
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' dame eso ' sin dudar un segundo más, le sacó el cigarrillo de la mano para llevárselo ella a los labios. dio una profunda calada. podría haber encendido uno de los propios, pero el momento ameritó la inmediatez. ' ignórale, nacho —— no gastes tu tiempo en esta gente ' dijo refiriéndose al tercero que no dejaba de mirar en su dirección. ' que no te provoquen. '
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se quita el cigarrillo de los labios y, sin ocultar el fastidio contenido, suelta en un tono seco: ' una foto dura más. — ¿vas a seguir ahí o quieres que pose? '
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faewlers · 11 days ago
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no se había percatado de que sus piernas se movían incesantemente con el nerviosismo recorriéndole los huesos. volteó el rostro para observar al de gafas sin ser capaz de concebir cómo él poseía tanta entereza en un momento como aquel. ' esto no es un examen, no es algo que simplemente se hace bien, peter ' contrarrestó con cierta desesperación. ' — lo siento ' agregó de inmediato al negar con la cabeza. ' me cuesta encontrar mi eje —— ¿cómo lo haces? '
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' cálmate. ' su tono es mesurado, pero firme. extiende en ofrecimiento una botella de agua cerrada mientras se sienta, su atención puesta en la puerta por donde acaban de llamar otro nombre. ' lo vas a hacer bien. ' o no, es lo mismo. ya nadie puede prepararse más, sólo queda esperar.
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faewlers · 11 days ago
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precisaba de un sitio donde las calma reinara, donde las caras familiares se vieran reducidas, aunque lo creyera un tanto imposible. por ello es que se adentró en la sala de espera; tal vez allí hallaría la paz necesaria para serenar la ansiedad que le apretaba la garganta de manera inclemente. sin embargo, no esperó encontrarse con aquella escena. detuvo sus pasos, sin saber muy bien cómo proceder, hasta que decidió retomar la marcha para acercarse al rubio. ' ¿estás bien? ' preguntó con cautela, buscándole la mirada por un instante. luego, se dedicó a tomar servilletas de papel para tendérselas. ' ten, límpiate. yo me encargo de la mesa ' ofreció sonriendo apenas antes de empezar a secar la superficie. ' de todas maneras, no deberías tomar eso. parece agua turbia más que café. '
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no se atreve a abandonar la sala de espera por mucho tiempo, el espacio reducido posicionándose como castigo auto impuesto antes del interrogatorio. nervios lo carcomen y por eso considera que un café es una buena idea, al menos hasta que termina derramando el contenido de la cafetera sobre la mesa y sus propias manos debido al temblor de estas mismas. “ mierda. ” susurra, más por frustración que dolor porque el café esta increíblemente tibio. se percata de atención en su persona y carraspea, intentando limpiar un poco el desastre. “ estúpida cafetera. ” comenta, un poco para aligerar el ambiente.
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faewlers · 11 days ago
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parpadeó sorprendida y titubeó unos instantes. ' no, yo— ' se acalló mordisquéandose en inferior en un gesto evidentemente compungido. estaba al borde del colapso. tragó en seco y sacudió la cabeza al retroceder unos pasos. empezaba a creer que no era una buena idea acercarse a nadie, en especial con los ánimos caldeados. ' lo lamento, percy. no quería molestarte ' pronunció en un murmullo. ' sólo quería saber cómo estás, pero mejor me voy. '
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' no me interesa qué quieran una declaración, pueden irse a la mierda antes de pedirle a mi hermano una cosa así. ' la severidad de los vocablos es atípica en el momento qué se desliza con tal seguridad de entre los labios y termina interrumpiendo la discusión con ruth en un gesto casi tenso, desestima su presencia en un acuerdo silencioso cuándo gira los talones para encontrarse con la mirada de tercero. ' ¿se te perdió algo? ' jamás ha sido osco, sin embargo inevitable se posiciona en un momento como aquel.
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faewlers · 11 days ago
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' me percaté ' murmuró luego de soltar un sonido que se asemejó más a un suspiro apesadumbrado que a una risa. ' no quería interrumpirte, de todos modos ' avisó con una timidez inusual en ella cuando se trataba de theodore. estaba un tanto contrariada por toda la situación y no sabía muy bien cómo comportarse. ' te traje un café ' le tendió uno de los vasos que cargaba en sus manos. ' ¿cómo estás? '
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no notó el carraspeo. ni el sonido de la silla siendo movida frente a él. ni las pisadas acercándose. alzó la mirada de la aparente distracción que llevaba acabo en su teléfono luego de largos segundos. además, era el único momento en el que el abogado de los ryu le sacaba la mirada de encima. presencia es suficiente para interrumpir el letargo. ' perdona. ' carraspea la garganta. ' no te vi. '
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faewlers · 11 days ago
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،⠀pasífae fowler⠀en la comisaría de dover.
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