#yo no tengo más fuerzas
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¿Alguna vez extrañas un vínculo que tenías con alguien? Independientemente de lo que pasó entre ustedes dos, extrañas las conversaciones, las risas que tenían por las cosas más estúpidas, o la forma en que estuvieron ahí para ti cuando no estabas en el mejor momento. Las pequeñas cosas importan.
#notas cortas#conocidos#citas#por favor vuelve a mi y dime que me amas#yo no tengo más fuerzas#frases#fragmentos#fragmentada#ansiedad#about me#amor#desilucion#necesito desahogarme#decepcion#te echo de menos#estoy triste#escribir#escritos#cosas que escribo#3am vibes#desilusiones#desamor#quiero desaparecer
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Se vienen cositas
Las cositas:
#rambling#Español#Argentina#Boludo hay invitados (porque domingo de asado cómo no) y vino uno que me cae del ORRRTO#pero no puedo huir a mi cuarto porque es Un Horno más o menos así que todos estamos en el living con el aire a 25°#Yo ahí re croto comiendo huevos revueltos hechos en el microondas con todo el cuerpo peludo y sin afeitas#y literal con LAS CICATRICES DE LAS MASTECTOMIA claramente visibles contra la musculosa deportiva que tengo puesta#Onda más travo no puedo estar#Y apenas entra está tipo ''hola che como estás? Tranquila?''#Y us�� toda mi fuerza vital para no decirle ''che ya sé que usás anteojos pero sos ciego o sólo pelotudo gil de goma?''#Yo uso anteojos yo puedo decir eso (??#Argentag#Argietag#Argenblr#Argieblr
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my hand hurts and i broke one of my nails
#🌙.txt#lo que es ser una mujer empoderada gshdjsjsj#mentira#para hacer montajes se necesita mucha fuerza que yo no tengo 😔#entonces siempre termino preguntándole a alguien más que lo haga por mi
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needy
pairing. enzo vogrincic x reader
cw/tw. smut, praise, established relationship, dry humping, unprotected sex, enzo un pocooo bromista, oral (reader recibe), dirty talk, age gap (no especificado), afab!reader/pronombres femeninos.
word count. 1.4k
rating. +18 (dejé ganar a mis pensamientos intrusivos)
"enzo" la joven musita bajito el nombre del hombre que se hallaba en la habitación que ambos comparten, acostado en la cama, viene de haber estado lavando la poca vajilla que quedaba sucia. él se encontraba leyendo un libro, llevando puesto lo que parecía ser una camisa bastante liviana y el resto de su cuerpo cubierto por una sábana.
"¿qué pasa, mi amor?" dice y aparta la mirada del libro brevemente para enfocarse en ti por unos segundos, sonríe y vuelve a prestar atención a su libro. "vení y acostáte ya".
"sobre eso..." ella ríe nerviosamente y empieza a caminar hacia su dirección, su ropa consistía en una camiseta negra oversize, la más grande que pudo haber encontrado, sus bragas y no llevaba sostén porque al encontrarse sola con su pareja, en su hogar ¿quién en su sano juicio usaría sostén?
la muchacha se sube a la cama, con enzo en la cabecera y ella en el otro extremo, pero planea cambiar eso. empezando a gatear hacia él y una vez a su costado, toma suavemente el libro de las manos del uruguayo y lo deja en la mesita de noche "¿podrías seguir leyendo mañana? tengo una situación aquí.”
él alza una ceja "bueno dale, pero tengo una pregunta para vos, ¿la situación es; 'necesito una culeada'?" él aprieta los labios divertido "no estoy que me quejo".
"¿cómo sabes?" se hace la sorprendida, como si esa no hubiese sido la intención de todo el asunto para empezar.
empieza desabotonar los botones de la camisa de enzo con paciencia, logra su objetivo y se la saca delicadamente por la cabeza, quita la sábana que cubría el resto de su cuerpo, para ahora bajar su bóxer, tarea que acaba con una sonrisa coqueta.
"un poco bastante necesitada andas vos"
ella ignora su comentario y se sube sobre él. pone sus piernas en los costados de enzo, al nivel de su miembro y de su clítoris cubierto, lleva también sus manos a la cintura del mayor. ambos jadean por el roce más que placentero y enzo agarra sus caderas guiando su ritmo, conociendo mejor que nada cómo es que a su chica le gusta.
la fémina mueve sus manos con la intención de quitarse la camiseta, sin dejar de jadear, una vez que cumple con su objetivo agarra las manos de enzo de donde estaban y las lleva a sus senos, incitandolo a tocar y masajear tanto como quiera. “vos serás mi muerte.” menciona mientras acaricia suavemente los pezones ya duros de su novia. “decime qué querés y lo tenés, mi sol.”
se mueve con más rapidez encima del miembro de enzo y toma fuerzas antes -casi- susurrar “q-quiero que me folles.” entre jadeos.
“¿con esa boca besás a tu vieja?”
“dios, enzo no menciones a mi mamá mientras estamos en esto.” dice ella, sintiendo sus cachetes más que calientes.
él se ríe “mmh, vienes acá, te hacés la que no pero sí, no demorás ni dos minutos y ya estás saltando sobre mí.”
“no estoy saltando-” menciona, podrían estar cogiendo como si de eso dependiera su vida pero jamás permitiría la oportunidad de llevarle la contra a su novio. “y yo vine a lo que vine.”
“quizás debería cogerte tan fuerte y duro como estoy seguro vos esperás.”
con delicadeza (no la misma que acaba de usar para decirle que la va a follar hasta el cansancio) él la toma y voltea a la chica acostando la en la cama.
le baja las bragas, su mirada sigue todo el breve momento y procede a quitarlas, sin importarle donde las arroja. su cabeza sube a la altura del centro de la muchacha, sus dedos caminan por los muslos de ella y los acaricia haciendo camino hasta llegar a su estrecho agujero e ingresa dos dedos que mueve a propósito, a un ritmo lento, lleva sus ojos en dirección a los de ella “toda mojada, no tenés ni puta idea de lo que me hacés sentir.”
sus labios van a su clítoris donde comienza el trabajo de chuparlo con adoración, la mujer gime alto y acaricia sus senos dejándose llevar.
“muy exquisita si querés saber.” comenta enzo, lo que causa que la chica suelta una pequeña y nerviosa risa, él mantiene su trabajo en ella, dedos en el fondo de ella y lengua y labios en su clítoris, moviéndose, chupando y lamiendo como solo él sabe y aprendió, que a su compañera le gusta.
sus labios dan lentas vueltas alrededor del punto más dulce de la muchacha y suelta bajos jadeos al probarla “mierda, sos tan adictiva.”
“e-en, yo…”
“decime qué querés”
“ya lo dije, en, sabes lo que quiero”
“no lo recuerdo” se encoge de hombros sabiendo que ella mantiene sus ojos en su figura.
“te quiero dentro, te necesito, quiero que me folles” dice con todas sus fuerzas, enzo nunca detuvo sus movimientos y los gemidos de la chica a la par, tampoco nunca cesaron.
enzo asiente con una sonrisa burlona. “nunca te diría que no.” aleja su rostro de ahí abajo, saca sus dedos contemplando lo mojados que están y alza una ceja divertido. nivela sus rostros y sonríe una vez más, sus dedos llenos de la esencia de la muchacha, van hacia la boca ella, donde los mete y mueve. “mi amor siempre sabe lo que quiere y yo se lo doy.” la fémina mueve su lengua alrededor de los dedos de enzo.
él después de un par de segundos separa sus dedos de su boca, usa ambas manos en el trabajo de poner las piernas ella a los costados de su cintura.
una mano finalmente se dirige a su miembro erecto para llevarlo al encuentro del centro de la joven. “siempre luces tan deliciosa cuando estoy apunto de enterrarme en ti.” finalmente comienza los movimientos de sus caderas contra las de la muchacha, suelta un par de gemidos mientras susurra su nombre, lleno de lujuria, adoración y gran amor. mantiene un ritmo rápido, estocadas que llevan a ambos a un muy alto placer.
“sos tan hermosa.”
“por-por favor, te necesito.” dice.
“lo sé, mi amor.” no planea detenerse y observa con fascinación la figura de la mujer que tanto ama debajo de él. “me tomas tan bien. ”acerca su rostro al de ella y empieza un más que apasionado beso, lenguas se tocan y exploran todo lo que el otro le puede dar a cada uno.
enzo, como ya se mencionó, conoce cada punto que tocar, besar, lamer y acariciar para que su novia se siente en el mismo cielo, y no duden en que usará cada uno de sus conocimientos sobre ti en cada oportunidad que se le presente de hacerte sentir bien. “justo así, mierda, esa es mi chica.”
desesperadamente, la joven lleva sus manos a la espalda del pelinegro, donde las mantiene y acaricia con veneración, respiraciones pesadas se sienten el uno contra el otro, besos mojados son depositados en el rostro de ella.
puede sentir como las paredes de ella lo presionan en su interior y sonríe, con más ternura que lujuria, al conocer que su amor está cerca de llegar a la cúspide de placer.
tal cómo él también lo es.
no tiene reparos en preparar y calcular cada uno de sus siguientes movimientos en ella, cualquiera podría llevarla al tope. sus estocadas premeditadas son un poco más lentas, entrando y saliendo, disfrutando cada segundo, sabiendo que es suya y que momentos así, estarían acompañándolo toda su vida, específicamente, ella lo estaría acompañando.
“sos tan linda desmoronándote debajo de mí.” susurra.
pensamientos de cómo es que dijo esas palabras con tanta facilidad llegan a él y sonríe, una sonrisa cargada de todas las posibles emociones que la situación le podría brindar, sigue los gemidos de ella diciendo todo los sinónimos de hermosa que llegan a su mente.
enzo acelera una vez más, moviendo sus caderas contra las de ella con la mayor precisión posible, toma el rostro de la jóven en sus manos. “mírame mientras te corres.” logra decir, muy sumergido en la neblina de placer en la que se encuentran ambos.
ella asiente, diciendo todo tipo de obscenidades, su orgasmo llega de manera abrumadora y suelta un último gran gemido. más respiraciones pesadas le siguen mientras el pelinegro busca también su liberación, ya que su prioridad ya había sido alcanzada.
luego de lo que parece casi nada, ella siente la carga de semen del mayor bañando sus paredes de forma deliciosa.
“¿fue esto más interesante que el capítulo de tu libro que estabas leyendo?”
“déjame en paz, amor, vamos a limpiarte.” le responde con una sonrisa cansada pero satisfecha.
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writer's note: esto fue, definitivamente más rápido de lo que pensé 😭 si me olvidé de algún tag ¡avísenme!
otra vez, cualquier tipo de feedback es bienvenido :p espero que les guste <3
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Como mujer que mide 1.50 necesito un super soft smut con enzo donde sea muy fácil para el manejarla durante el sexo, ejemplo yo tengo tetas promedio para mi cuerpo y YO SE que se verían chiquitas en las manos de el 🥺 (si podes hacer que el sea muy verbal seria hermoso)
TE AMO LU ❤️
Kinktober, Día 1: Size Kink
Enzo recorre la casa descalzo, vestido únicamente con el pantalón que utiliza para dormir, buscándote luego de descubrir tu lugar en la cama vacío. Las luces están aún apagadas, pero no las necesita; ya conoce cada rincón de su hogar y también puede guiarse por los sonidos provenientes de la cocina.
El calor de sus manos en tus hombros y un beso en tu cabello son un silencioso “buenos días”. Besa también tu mejilla y luego rodea tu pecho con sus brazos -su torso desnudo irradiando calor- para desaparecer cualquier centímetro de distancia entre su cuerpo y el tuyo, ignorándote cuando te quejás porque descansa todo su peso en vos.
-¿Qué hacés despierta tan temprano?- pregunta con voz ronca luego de bostezar.
-Quería prepararte el desayuno.
Sonríe contra tu mejilla.
-Te ayudo.
-Puedo sola- insistís-, podés volver a…
La sensación de su erección contra tu espalda provoca que un placentero escalofrío te recorra. Enzo ríe, más que consciente de lo que desencadenó con ese simple roce, empujándote contra el mármol sin pensarlo y tomando tu cintura entre sus manos.
-¿Qué dijiste?
Concentrarte es difícil cuando sus dedos comienzan a ejercer presión, masajeándote sobre la camisa de tu pijama, pero se vuelve imposible una vez que sentís el palpitar de su miembro. Decide utilizar la oportunidad -la forma en que te rendís contra él, dejándote hacer- para cubrirte con su cuerpo, inclinándose para poder besar tu cuello y capturando entre sus manos todo lo que puede tomar.
Cuando dejás caer tu cabeza sobre su pecho una de sus manos se desliza hacia tu centro, colándose por debajo de tu ropa interior, mientras la otra juega con tu pecho izquierdo. Sus dedos recorren tus pliegues cada vez más húmedos y cuando rozan tu clítoris gemís con fuerza, completamente perdida en el calor de sus manos, sus besos y la forma en que embiste contra tu espalda.
-Mirá cómo estás...- susurra contra tu piel. Deja de tocarte para colocar su mano frente a tu rostro, enseñándote el brillo de tu excitación y los hilos que esta forma cuando separa sus dedos; desabotona tu camisa, exponiendo tus pechos que suben y bajan con tu respiración ya agitada, sólo para poder manchar tu piel con tu humedad y pellizcar tus pezones.
Intentás evitar el contacto, pero es en vano. Enzo es más fuerte.
-Duele.
-¿Sí? ¿Te duele?- pregunta en tono burlón. Un patético sollozo deja tus labios y él decide tener compasión, regalándote otro beso y cubriendo tus pechos (cree que están hinchados y se pregunta en qué momento de tu ciclo estás) con sus manos para brindarte un poco de calor-. Me encantan tus tetitas, ¿sabías? Me encantás.
Te obliga a voltear y te sujeta por las axilas para levantarte, sin tener que hacer mucho esfuerzo, sentándote sobre el mármol frío y posicionándose entre tus piernas rápidamente. Observás las venas que decoran sus brazos, el tamaño de sus manos y sus dedos sobre tus muslos, el contorno de su erección y su glande brillante, preso entre la cintura del pantalón y su estómago.
Cuando separás aún más las piernas, en una especie de invitación que no necesita, libera rápidamente su miembro y tira de tu ropa interior hasta rasgar el algodón. Jadeás, sorprendida y tan excitada como para olvidar indignarte por el acto, desesperada por sentirlo en tu interior.
-No- advierte cuando lo tomás entre tus manos, masturbándolo lentamente y bañando su extensión con la humedad que brota de su punta. Está igual o más desesperado, extrañando y necesitando tu cuerpo desde que despertó, pero sabe que necesitás preparación-. Todavía no.
-Enzo...
-Después vas a llorar porque te duele- explica con una mezcla de preocupación y arrogancia. Besa tu mejilla y cuando vuelve a hablar su voz es más dulce-. Dejame cuidarte, ¿sí?
Lleva sus dedos desde tu entrada goteante hasta tu clítoris y viceversa, empapando tus pliegues con tu excitación y emitiendo un grave sonido de aprobación cada vez que dejás escapar un gemido. Introduce sólo su dedo medio y tus paredes cálidas parecen succionarlo, exigiéndole más, pero su ritmo permanece igual.
-Estás muy apretada- dice cuando encuentra tu mirada. Tus pupilas están dilatadas y una lágrima amenaza con derramarse cuando un segundo dedo tantea tu entrada-. ¿Cómo te la voy a meter, eh?
Respirás de manera temblorosa. Humedecés tus labios. Pens��s.
-Más.
-¿Querés más?- asentís frenéticamente-. ¿Más qué?
Intentás contestar pero, en lugar de palabras, de tus labios escapa un sonido mitad grito-mitad gemido, débil y quebradizo, ya que en ese preciso momento introduce otro dedo. Mordés tus nudillos, recordando que los vecinos podrían escucharlos y quejarse, pero Enzo retira tu mano mientras te observa con una intensidad desbordadora.
Todavía no estás lista, grita la voz cuerda y sensata en su mente, pero él no puede esperar más. Retira sus dedos lentamente y se los lleva a la boca para probar tu esencia, complacido por la forma en que llorás ante su gesto; con una mano te desliza sobre el mármol hasta que estás peligrosamente cerca del borde, completamente a su merced.
-¿Querés que te la meta?
-Sí- contestás y él arquea una ceja, expectante-. Sí, por favor, Enzo.
Contemplan juntos la imagen entre tus piernas: el tamaño de su miembro comparado con tu pequeña entrada, el contraste entre su mano y la tuya -tus dedos separando tus pliegues para poder ver más y mejor-, la forma en que su otra mano te sujeta firmemente por el muslo. El panorama te hace gemir de desesperación.
Cuando por fin comienza a penetrarte mordés tu labio en un intento de reprimir cualquier sonido de dolor, pero él te conoce mejor que nadie y sabe de memoria todas tus tácticas. Mueve su cadera lentamente, con estocadas casi milimétricas, permitiéndote acostumbrarte a la intrusión.
Sólo lleva unos centímetros, mucho menos de la mitad, cuando tus músculos comienzan a contraerse por tu orgasmo. La expresión de placer en tu rostro es un poema que contiene vergüenza y timidez, pero Enzo te sonríe para consolarte -una sonrisa de puro orgullo, comprendés- y comienza a jugar con tu clítoris para hacerte delirar.
-Qué linda que sos- dice entre jadeos mientras los espamos aún sacuden tu cuerpo. Besa tus labios fugazmente-. ¿Querés que te lleve a la cama...?
- @madame-fear @chiquititamia @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace ♡
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader#kinktober#kinktober 2024
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I want to try animating something for your red crescent au. I can't promise anything because it will be my first time trying animation, but i will do my best. If i manage to create something worth showing, i'll let you know. Anyway, could you explain a bit how their magic works? does it boost their physical capabilities, or is it more like spell-based kind of magic?
Oh my god animation. But good luck on it omg, it’s still exciting to hear AHHH 😭🙏
To answer the question surrounding magic in Red Crescent I decided to draw the Critters answering, I’ll write the translation on the bottom of each drawing.
Translation in Spanish:
Casa de Cosmos - Bubbaphant
“Los que todavía tiene magia se basan en hechizos (Ember es una excepción)
Pero mucho antes de que otras criaturas tuvieran magia, también había algunas con capacidades físicas extrañas. No había ningún dios que pudiera otorgar esos poderes, nadie sabe cómo se adquirían algunas de esas habilidades.
Creo que el Dios de la Muerte tuvo algo que ver con eso. Siempre fue representado como un Dios rebelde.
Algunas criaturas tenían la capacidad de tener mucha fuerza, pudieron curar, tener velocidad, súper audición, incluso levitar y muchas más.
Desafortunadamente, se perdieron registros en el incendio de la Biblioteca Real hace 200 años.”
Translation in Spanish:
(Ex) Casa de Sunlight - DogDay
“Bueno, yo llevo la magia de la Luz. Aunque los libros a veces la llaman Creación. Puedo manipular la luz existente y crearla.
Los miembros de Sunlight han usado la magia contra demonios, hasta ahora es la única forma en que uno puede asegurar sus muertes. Se la considera valiosa solo por esa razón.
Pero, si afecta mi cuerpo por lo fuerte que puede ser. Hace que mi magia se puede descontrolar que Ember. Me puede poner en una situación de vida o muerte.
Lo odio.”
Notas: Espada de Sunlight + Mancha de nacimiento, el color de magia, “Puede cargar la espada con su magia, brilla un color dorado, quema a demonios y a personas.”)
Translation in Spanish:
Catnap: “De verdad tengo que hablar?”
Bobby: “Si, su majestad. Al menos un poco de information sobre tus poderes/magia.”
Catnap: “Está bien.”
Translation in Spanish:
Casa de Moonlight - Catnap
“Yo uso el poder de la Destrucción. Normalmente mis poderes destruyen la vida, pero más se usa para neutralizar un descontrol de magia.
Moonlight es más usado para quitar de Sunlight. La magia de esos idiotas es muy fuerte a tiempos, entonces nos ‘comemos’ la magia tóxica (para que no exploten).
Hay otras cosas que podemos hacer pero no puedo decir hasta que tengo el permiso del Prototipo.
Ok Bobby—ya terminé.”
Translation in Spanish:
Casa de Ember - Hoppyhops
Kickin: “Hoppy se fue a cazar entonces…yo lo voy a tener que explicar.
Ember puede manipular truenos. O sea lo pueden sostener, dirigirlo y transformarlo en diferentes armas (también son capaces de hacer un poco de electricidad).
Ahora de lo que yo sé son considerados peligrosos. Como Sunlight pueden ser expuestos a tener un descontrol de magia por esforzar sus poderes y cuerpo hasta su límite. Pero—nada a pasado entonces…
Cuando usan su magia se poden en un estado frenesí, se hacen más fuertes que un critter o persona normal. No importa si los apuñalas seguirán luchando (da un poco de miedo en ese estado..).
—
If there are more questions or something isn’t clear do ask me (it’s 1am I have a feeling I might’ve made mistakes)! I tried to explain it as best as I can (my weakest point lol). Honestly I was being careful not to go into spoiler territory 😭
Some extra information (?): 3/4 of the Houses are holders of magic, they are the last families who still kept their abilities. There used to be more users with elements such as; water, fire, air, earth/agriculture. Including other powers such as the ability to: Control time, gravity, manipulate dreams, and many more.
While the majority of critters and humans had magic, there was still a good percentage of them who didn’t. The Royal Family being one of them established by the four Houses (mostly Sunlights idea).
Random note: Kickin, Bubba and Bobby DON’T have any magical abilities.
#poppy playtime au#poppy playtime#smiling critters#smiling critters au#smiling critters fanart#redcrescentau#catnap#dogday#kickinchicken#bubba bubbaphant#hoppy hopscotch#archive of our own#ask#answered asks
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Sr Bio, disculpa la pregunta y si no quiere hablar de ello no tiene que responder. Pero ayer empece a ver El Encargado con unas amigas gringas que me hicieron preguntas sobre la situacion economica argentina. Yo como venezolano, lo que reconozco es el dolor de la hiperinflacion, pero lo de Milei es, sinceramente, una puta locura. Como explico lo que pasa en argentina a unos gringos? Es explicable? Gracias de antemano si respondes. Ojala todo salga bien y que saquen a ese loco de la presidencia
Como explicar lo que pasa en la Argentina...
Pero voy a tratar, por vos de hacerlo lo más sencillo posible. No voy a pretender mucha neutralidad, pero voy a tratar:
Desde la independencia, el poder en la Argentina está concentrado en las clases agroexportadoras y burguesas conservadoras (lo que los peronistas llaman "la oligarquía"), que favorecen que Argentina sea un país agroexportador y conservador en línea con el mercado extranjero, en perpetuo conflicto con otras fuerzas que quieren la autodeterminación el progreso y la industrialización del país. Este conflicto se ha dado una y otra vez.
El más grande conflicto surge con la aparición del peronismo en los años 1940, un partido que promueve el nacionalismo, la justicia social, la expansión de los derechos sociales y políticos para todas las personas, el estado de bienestar, y el desarrollo del país.
El peronismo es un movimiento heterogéneo con ramas de izquierda y derecha. Desde su aparición ha sido el movimiento democrático más grande de Argentina, y ha sido opuesto por las fuerzas conservadoras, muchas veces por medio de golpes militares. El aforismo es que el peronismo es el movimiento más grande de Argentina y luego le sigue el anti-peronismo
Flash-forward a los 1990, en el plano de la caída del comunismo y el triunfo del neoliberalismo, el peronismo liberal de derecha traiciona sus ideales desarrollistas con el presidente Menem y el eterno ministro de economía Cavallo. Implementan una agenda neoliberal en línea con los "Chicago Boys" de privatización, desregulación, endeudamiento con el FMI, y una corrupción terrible.
Todo esto culmina en el desastroso gobierno de De La Rúa y la crisis de 2001, posiblemente una de las peores que ha visto este país. El colapso es total.
En este contexto surge el Kirchnerismo (ya vamos llegando a la actualidad), una rama del peronismo de izquierda encabezada por Néstor y Cristina Kirchner.
El Kirchnerismo es más bien de izquierda progresista alineado con el socialismo latinoamericano. Sus medidas llevan a la recuperación de Argentina y a lo que yo considero una de las mejores épocas del país, pero también atacan, o al menos esa es la percepción, a los privilegios de los agroexportadores y la clase media. Casos de corrupción y mala administración socavan su popularidad, y se genera una base anti-peronista en la clase media.
Tengo que aclarar acá algo: el odio que se generó contra el kirchnerismo es increíble. 3 canales de TV atacándolos constantemente. El fanatismo kirchnerista no ayuda, pero se crea una tremenda grieta entre la Argentina K y no-K (que si prestaste atención, viene de hace mucho)
En 2015, el liberal Macri gana las elecciones después de una década de kirchnerismo. Lo primero que hace, en líneas con su apoyo por parte del anti-peronismo, es deregular la economía y endeudarse con el FMI. Es un desastre. La economía se va a la mierda.
Macri dura 4 años. Alberto Fernández, siguiendo la línea de Cristina, lo sigue. Condicionado por el préstamo con el FMI, la pandemia de COVID-19 y con una incompetencia y una paja excepcional, el país entra en crisis de vuelta. A este punto, van años de crisis.
A todo esto, los medios conservadores de Argentina promueven más mensajes liberales, porque de vuelta; están para favorecer a la oligarquía agroexportadora. Encuentran un buen troll en el libertario ancap Milei. Ahí empieza el peligro. El mensaje extremista de Milei encuentra terreno fértil en los jóvenes (muchas estrategias de medios sociales). Es muy posible que todo el ambiente de la pandemia haya ayudado mucho a su mensaje.
En las elecciones, Alberto no compite. El peronismo postula a Massa, ministro de economía de centro-derecha, como candidato. La gente inmediatamente asocia a Massa y al peronismo con la crisis (sí, se olvidaron que Macri tomó deuda con el FMI).
Los medios siguen promoviendo más mensajes extremos: inseguridad fuera de control, peligros del comunismo, una historia falsa donde el peronismo es el culpable de todos los males del país hace 80 años, y muchas más. Eventualmente, Milei se escapa de la correa.
Milei acapara toda la atención. Finalmente, Macri y otros personajes de peso conservador lo apoyan.
Tras muchas idas y vueltas, es un mano a mano con Massa. Y los argentinos, que de vuelta, todo esto se rastrea a peronismo vs. antiperonismo, eligen por el antiperonismo, y eligen a Milei, sin importar sus propuestas, porque no es Massa.
Acá estamos.
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〝 CONSUME DE MI 〞
Aemond x lucerys
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Aemond siempre estuvo obsesionado con Lucerys. ¿Quién diría que un joven tan desquiciado podría estar enamorado de un bastardo? Pero para Aemond, Lucerys era irreal, inalcanzable para cualquiera excepto para él. Era su Lucerys, y de nadie más.
Sin embargo, lo arruinó. Él fue el origen de su propia tortura, una tortura que aceptó con gusto, porque quería ser el único en la vida de aquel bastardo. Sería su destino, su sombra, su verdugo... y su salvador.
(Metáfora del amor como canibalismo: esto no es una historia romántica, pero si deseas verlo así, adelante; yo no soy quien te obliga.)
(Advertencia: contiene contenido sensible.)
Después de la caída del dragón Arrax, Lucerys esperó la muerte con resignación. Pero la muerte no llegó. Fue salvado, pero por las manos que menos deseaba. Por Aemond Targaryen, quien se atrevió a llevarlo a King's Landing, sin importarle lo que pensara su hermano mayor o su madre.
Lucerys abrió lentamente los ojos, sintiendo un dolor punzante recorrer todo su cuerpo. La vista le era borrosa y le costaba enfocar, pero notó que no estaba en sus aposentos. Con los labios apretados, sintió un escalofrío al ver una sombra acercándose hacia él.
Frunció el ceño al reconocer la figura. Aemond. Su corazón latía frenéticamente mientras apretaba con fuerza la sábana bajo su mano, tratando de moverse, de escapar. ¿Pero a dónde iría? Ya estaba atrapado. Ya estaba acabado.
Aemond se acercó con pasos calculados y se sentó a su lado, su ojo violeta fijo en el rostro tembloroso de Lucerys.
“Pensé que ya estabas muerto” dijo Aemond con una calma inquietante “pero veo que aún tienes el valor de seguir vivo.”
Lucerys abrió la boca, pero sus labios temblaron sin emitir sonido. Su voz parecía haberse evaporado, como si alguien le hubiese arrancado la lengua.
“¿Dónde estoy?” logró murmurar al fin, su tono agudo y quebrado.
Aemond desvió la mirada hacia una mesa cercana, tomó un pañuelo y lo mostró con una sonrisa sutil en sus labios delgados.
“Estás en mis aposentos” respondió, observando la reacción de Lucerys.
“No...” susurró Lucerys, con voz temblorosa, negando con la cabeza. “No quiero estar aquí.”
“Qué lástima” respondió Aemond con frialdad. “Porque este es el único lugar donde te quedarás ahora.”
Se acercó más y con un gesto lento y calculado, pasó el pañuelo sobre la piel de Lucerys, limpiando las manchas de sangre que aún adornaban su rostro. Lucerys apartó la mirada, su cuerpo rígido, evitando el contacto.
“Deberías estar agradecido” dijo Aemond, su voz como hielo. “Después de todo, te salvé. Mi hermano quería que te ejecutaran, propuso incluso que fueras dado como alimento a nuestros dragones. Pero yo me negué. No soportaría verte arrancado de mi lado otra vez, no ahora que te tengo atrapado. Solo para mí.”
Lucerys frunció el ceño; las palabras de Aemond eran como veneno para sus oídos.
“¿Qué quieres de mí?” preguntó con voz baja, llena de angustia. “Mi dragón está muerto, yo ya estoy enterrado en tu tortura. Ya tienes tu satisfacción al haberme hecho daño.”
Los labios de Aemond se curvaron en una sonrisa ligera, casi imperceptible.
“Aún falta” dijo mientras movía sus manos con delicadeza, cerrándolas en forma de puño. Sin darle tiempo a reaccionar, presionó su puño cerrado contra el pecho herido de Lucerys.
Lucerys soltó un gruñido de dolor, sus ojos fijos en el ojo único y felino de Aemond. Sentía que el dolor le quemaba la piel, pero Aemond no parecía afectado en lo más mínimo por su sufrimiento.
“Tu corazón” susurró Aemond con frialdad.“ Quiero tu corazón.”
Lucerys parpadeó, confundido por lo que Aemond decía, hasta que sintió cómo la mano de Aemond apretaba aún más fuerte contra su pecho, justo donde su corazón latía aceleradamente.
“Te di la oportunidad de venir conmigo, Lucerys” prosiguió Aemond con un tono de reproche. “Pero te negaste y preferiste apoyar a tu maldita madre.”
Lucerys desvió la mirada, tratando de escapar de su única mirada, pero Aemond lo agarró del mentón con brusquedad, obligándolo a mirarlo a la cara.
“No intentes ignorarme” gruñó Aemond, su voz cargada de furia contenida. “Mírame, mira lo que me hiciste cuando éramos niños, cuando yo también era un niño.”
“Lo siento...” murmuró Lucerys con voz apenas audible, su cuerpo temblando.
Aemond negó con la cabeza, lentamente.
“Ya es tarde para pedir perdón” dijo, llevando una mano a la mejilla de Lucerys. “Lo único que quería era tu amor.”
“Pero yo no te amo, nunca lo haré” respondió Lucerys con frialdad, sintiendo cómo su corazón latía con rabia y miedo.
Aemond gruñó suavemente y presionó su mano aún más en el pecho de Lucerys.
“Sabía que dirías eso” murmuró, su voz un susurro venenoso.
Lucerys sintió que su cuerpo dolía intensamente. Hubiera preferido morir junto a su dragón Arrax que estar atrapado allí, con el tuerto de Aemond.
“Pero eso no significa que te dejaré libre” dijo Aemond acercando su rostro al de Lucerys. “Mírate... tan destrozado, y aun así sigues siendo perfecto a mis ojos.”
Los ojos de Aemond se fijaron en los labios de Lucerys, que temblaban. Notó cómo estaban más rojos de lo normal, con pequeñas manchas de sangre en el borde.
“Quiero sentir tus labios, quiero sentir tu sangre, Lucerys. Verte a mi merced.”
Los ojos de Lucerys se abrieron con sorpresa y su rostro se tensó, lleno de preocupación.
Aemond acercó su rostro al del joven, deteniéndose a escasos centímetros de sus labios, y sonrió levemente.
“Me gusta verte así.”
“¿Así cómo?” preguntó Lucerys, con un nudo en la garganta.
“Débil.”
Sin previo aviso, Aemond se lanzó hacia los labios de Lucerys. Este intentó empujarlo, pero sintió la mano de Aemond detrás de su cabeza, atrayéndolo aún más al beso. No lo iba a soltar.
El beso fue duro, invasivo, como si Aemond quisiera devorarlo. De repente, Lucerys soltó un grito ahogado cuando sintió los dientes de Aemond morder su labio inferior, causando que la sangre brotara. Pero Aemond no se detuvo; siguió besándolo y chupando la sangre de sus labios.
Un gusto extraño, una mezcla de deseo y rabia.
Aemond finalmente soltó el beso y se alejó lentamente, mirando a Lucerys fijamente durante unos segundos.
“Te quiero a mi lado, Lucerys. Solo para mí.”
Lucerys no entendía nada. Su rostro permaneció confuso hasta que vio cómo Aemond sacaba una daga de su traje y, sin previo aviso, la clavó en dirección a su corazón.
Soltó un grito ahogado, su rostro se contrajo de dolor, tratando de hablar, pero la presión en su pecho lo detenía. Aemond susurró mientras se acercaba a su oído.
“Sh, sh, sh” murmuró con calma, tocando la mejilla pálida de Lucerys. “Tu dolor se irá.”
Lucerys desvió la mirada y finalmente cerró los ojos. Aemond lo observó fijamente, su ojo en los labios del joven, y se acercó lentamente para darle un beso frío y suave.
Se separó y susurró en su oído.
“Tú fuiste quien provocó esto.”
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velorio del amor de mi vida, papá (discurso)
lima, jueves 1 de abril del 2021.
buenas tardes con todos,
hace dos días tuve, el día más desgarrador y doloroso de mi vida a mis cortos veintitrés años, realmente no quería hablar. como saben me caracterizo por nunca dejar de hacer esto mismo, pero...hoy siento que se me agotaron las palabras. siendo sincera, sigo procesando, todo. hace unos días tenía a mi padre escribiéndome palabras de aliento, aunque el que las necesitara fuera él y hoy estoy hablando junto a su ataúd. mi papá es el amor de mi vida y no es un secreto. soy lo que el formó y así, ustedes a lo largo de mí existencia, han sido testigos de los detalles que nos dábamos públicamente, demostrándonos amor. desde videos en youtube, sorpresas musicales, hasta mi primera tesis “mi papá es el mejor del mundo” en su último día del padre. realmente fue una tesis tan seria como la universitaria que tengo que hacer. una tesis que me hizo pensar en lo realmente grandioso padre que es. una tesis que fue expuesta por mí, en la casa de mis abuelos y ustedes de testigo. a lo largo de nuestra vida hemos recibido comentarios como: “me encantaría tener un padre como el tuyo” “tu papá es el mejor” “que cariñosa y buena hija tienes” y así, eso nos retroalimentaba, reafirmándonos en el amor que manteníamos.
mi padre fue sostén, regla, refugio y medicina, para mí. no es un secreto que soy algo complicada pero increíblemente, existía una criptonita en este mundo y esa era él. papá fue padre, madre, amigo, psicólogo, maestro musical, entrenador y un gran desafío para mí. ¿cómo estar a la altura de un gran padre? simplemente, seguía mis objetivos y los iba cumpliendo, eso era su mejor recompensa, según sus palabras. mi papá fue buen hermano, músico, hijo y maestro. como cualquier persona, cometió errores, que luego, con acciones, hicieron que se disiparan en mí, cualquier repercusión de esta. mi padre me enseñó, muchas veces a la fuerza –jajaja- que la familia y el momento familiar, no se reemplaza por nada. aún recuerdo cuando tenía doce y trece, todos los domingos tenía clases obligatorias de música, primero la guitarra, luego el bajo, ukelele, batería y así. un profesor exigente diría yo. me enseñó que la rutina, estructura y disciplina, son el pilar, para cumplir mis sueños, ya que soy una gran soñadora, que vuela mucho y no sabe aterrizar muchas veces.
papá me enseñó la palabra confianza y aunque muchas veces terminé en una ducha helada por confiar mucho y sobrepasarme con mis arranques de ira, eran lecciones que felizmente, aprendí. papá fue un rockero increíblemente cariñoso y gracioso, un rockero que siempre será mí estrella favorita y que le ruego al destino, me topé con alguien con la pizca de talento y amor, que él tenía. papá no quería ser papá, pero cuando me vio por primera vez, supo que seríamos él y yo contra el mundo. y si, ahora tengo muchas referencias de películas en mí mente, sin embargo, el preferiría que mencione nuestras playlists infinitas o tal vez, alguna memoria divertida, como: cuando tenía diecisiete y tomé alcohol por primera vez, unos sorbos, llegué a casa, me olió y dijo: a bueno te gusta tomar, ok. ve a dormir. y dije “uf me salvé”. volvió con un balde de agua con detergente y me lo tiró, diciéndome “estás sucia”, me reí, se fue y dije “bueno ya, dormiré con mi hermana” pasaron unos minutos y volvió, con sólo agua, me lo tiró y dijo “para que te enjuagues” y me quitó mí recién comprado iphone 4. no volví a beber hasta mis veinte años. jajajaj. y así, mi papá sabía que los golpes nunca funcionarían en mí, ni mucho menos los insultos. mi padre se instruía todas las noches, en libros, meditaciones, consejos y dios (algo que me enteré hace muy poco). algo que recordé ayer , mientras hablaba con mi hermana, es el pacto que hicimos, como jugando, que hoy, es una realidad y aunque suene extraño, espero que siga hasta la eternidad, hace unos años, mi padre y yo, vimos una película sobre “que hay después de la muerte” seguidamente, me preguntó: valerie ¿cómo te comunicarías conmigo, si no te puedo ver (muerte)? y yo respondí riéndome: a través de la luz, obvio, para asustarte, jajaja y que sepas que estoy ahí y si estoy de buen humor, haría como luces de discoteca jajajaj, y pregunte: “¿y tú?” y el sonriendo me dijo: “que es lo que más nos une? la música, pues. imagínate que vas a una cita y coloco una música de tu infancia o una de nosotros jajaja, como vas a viajar por el mundo, imagínate en australia, españa o estados unidos en algún centro comercial, con amigos nuevos o tu familia y que suene una canción de mí banda, una nuestra o la que te dediqué” yo repliqué: “ay papá, ya no comiences, que si me imagino sin ti, voy a empezar a llorar” recordar eso, ayer, mientras lo sentía a mí lado, sentada en el piso, de fondo nuestras músicas, fue simplemente consolador y espero que ese pacto siga hasta volver a reencontrarnos.
recuerdo a mí papá, faltando al trabajo para no dejarme sola en los días de las madres del colegio y en el día del padre, siendo el cabecilla para organizar todo. recuerdo a papá dándome un abrazo cuando mis lágrimas de niña preguntaban por mamá. recuerdo a papá, tratándome de enseñar a perdonar, algo que aún tengo pendiente. pero sobre todo recuerdo a papá en sus últimos años, siendo mejor amigo de mamá, como dándome una gran lección de amor, perdón y esperanza. alimentó estos últimos años, junto con mamá, mí idealización de amor, familia y complicidad. papá y mamá juntos por primera vez en mí vida consciente, fue lo mejor que me pudo regalar, escuchar por primera vez “la comida está lista” “vamos a comer en familia” “mamá a cocinado”. nunca entenderé el propósito de dios, ni mucho menos lo juzgaré, sin embargo, hoy, me rindo ante él, porque se ha llevado absolutamente toda mi vida. muchas veces, tomé decisiones que no debía, muchas veces probablemente lo decepcioné, pero me quedo siempre con lo último que me dijo y a lo largo de mi vida, me repetía: “te amo valerita, eres mí orgullo más grande, mi primer amor”. gracias a la vida y sus perfectas historias, no me quedo con nada que decirle, porque se lo dije todo en vida y se lo demostré, pero si me quedo con todo el amor y mi futuro por delante, que se va cumpliendo como el deseaba, de sus frutos, mi accionar y su amor. después de hoy, no soy más una niña que hace rabietas para conseguir lo que quiere, hoy me convierto en lo que él me enseñó: una mujer, con estabilidad emocional, independiente que cumple sus sueños, o al menos, voy a luchar y tratar de ser mí mejor versión, aunque eternamente tenga un luto. pero por favor, no lloren, aunque es inevitable, recuerden que diría mí padre: “no me gusta verlos llorar”. mi papá luchó hasta el final, está con una sonrisa, siendo parte de nosotros ahora mismo, porque, él me enseñó alguna vez, esto: “nuestro amor es como el aire, no se ve, pero se siente”. y ya para terminar, quiero agradecer a todo aquél, que está aquí, a pesar de las circunstancias, hoy no voy a cantar a su lado como de costumbre y realmente no sé qué pase mañana, pero... nunca lo olviden por favor, nunca olviden que existió en la tierra, un ser maravilloso, un padre excepcional y alguien que siempre estará con nosotros, mientras su recuerdo persista. te amo hasta la eternidad papá, sé que estás acá, porque te siento y en cada música conversamos. te amo hasta volvernos a reencontrarnos, allá, en el muy, muy, lejano. gracias.
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me a costado tres años, escribir este texto, algo que me debía, le debía a él y a todo aquel que me lee desde hace un tiempo, siguiendo mi historia. traté de recopilar todas las grabaciones y memorias de ese día para ser lo más fiel posible a la versión original. sólo espero que si me están leyendo entiendan que este texto, se lleva parte de mí, de mi historia, de la gran relación con mi padre y por fin, luego de tres años, muchos poemas, narraciones y escritos, le puedo decir adiós de la manera más digna, al momento más doloroso de mi vida. quiero añadir, que a la actualidad, mí padre siguió cumpliendo su promesa, se comunica cada cierto tiempo y sobre todo en fechas especiales, cuando estuve en portugal, valencia, madrid y francia. lugares sumamente extraños algunas a solas y la mayoría con personas que ya conocían la promesa y de repente, mi padre, en el momento más aleatorio, hizo demostración de nuestro amor y conexión que sólo dios, él y yo conocemos, gracias a eso, las personas que me acompañaron en esos maravillosos y conmovedores momentos, entendieron, lo incompleta que quedé luego de su pérdida. pero que gracias a él mismo y dios, tengo los dones hermosos de seguir comunicándome a través de la música y la escritura. así que, sin más, gracias por leer.
#relatos#amor#papá#poeta#muerte#madrid#lima#frases#relato sobre papá#carta a papá#para papá#te extraño papá#te amo papá#memorial#velorio#discurso#padre e hija#escritos sobre muerte#escritos#notas#textos
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Es un poco extraño que ya no existamos en la vida del otro. Es como si nunca hubiera pasado nada entre nosotros. Pero, ¿Cómo puede ser nada cuando lo fue todo en un momento dado?
Antinomia
#extrañandote#pensamientos#te echo de menos#estoy triste#cosas que escribo#escribir#escritos#notas cortas#citas#fragmentos#fragmentada#frases#yo no tengo más fuerzas#por favor vuelve a mi y dime que me amas#Te extraño mi pequeño biólogo marino#sentimientos#antinomia#textos#notas#textos en soledad#3am vibes#it is 3am
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Holograma.
Cuantas mentiras caben en el amor que me profesas, cuanta verdad existe en el engaño que dilatas, si ya no logras distinguir entre lo uno y lo otro, si ya te da lo mismo miel o mierda, si de tanto mezclar tus sofismas con la ambigüedad de lo poco que hay en ti de verás, crees que eres ese personaje inmaculado que nunca has sido ni serás. Dime cuanto de real tiene lo que me has inventado y cuanto de ficticio lo que hemos vivido, qué porcentaje de cordura guarda tanto sin sentido, dime en qué lugar de tu corazón me has dejado si ni siquiera en tus sueños tengo espacio, o será que me soñabas tanto que no te diste cuenta del agravio. Si lo que a mis oídos me contabas de tu historia, evocación desfigurada, recuerdos alterados, piezas falsas encajadas a la fuerza en el rompecabezas de tu memoria, en qué parte de nosotros, tú y yo éramos solo una alucinación, donde quedé yo dentro de este acertijo, en qué momento fue que perdí completamente la razón, cuando me volví la palabra sobrante de este crucigrama, otro objeto más en la escenografía de este melodrama, un extra en esta tragicomedia donde escribes artificios y maquillas el guion.
#mis dedos tienen vida propia#versosdisonantes#antipoesía profana#verborragias#memoria selectiva#meditaciones irreflexivas#que escriban lo que saben#textos fallidos#pretextos#frasesquizofrenicas#letrastornadas#malescritos#textos para degustar y escupir#del ayer y sus fantasmas#del pasado y sus delirios#disculpa los malos pensamientos#reflexiones de una mente trastornada#necrosis dactilar#frases#frases en español#letras#letras en español#citas#citas en español#notas#notas en español#escritos#escritos en español#textos#textos en español
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Abrí la puerta de mi habitación
Y ahí estoy...
-Ahí estás!
Mi yo pequeña
Mi yo inocente
Mi yo huida
Mi yo desesperada
Privada en llanto
Lastimada, con raspones,
la ropa holgada y manchada de panico.
Una vez más! Por que carajos lloras está vez?- grité. Que te hicieron?
No te eligieron?
No se disculparon por como te trataron?
No eres la favorita?
No te prefieren?
Vas al último?
Eres el puente a cambio de algo?
Se burlaron?
No te ven?
Tu cuerpo?
No te quieren?
No te aman?
Te engañaron?
Cuál de todas te paso de nuevo, Pequeña? - me mire y agregué-Ven, para acomodarte!
Cargue a mi niña,
Dios! Como lloraba y como no se calmaba!
Pesaba también, pero no es por su físico
Creo es por tanta acumulacion que ha tenido,
lo bueno es que tengo la fuerza suficiente
para sostenerla bien.
La bañe, la vesti, le puse su vestido favorito, le puse colonia dulce, su collar de toda la vida.
Un poco de cremita en los brazos y piernas; medias nuevas, sus zapatitos brillantes Y una chompita para que se abrigue por si tiene frio.
Le aliste una mochila de emergencia por si en algún momento yo no estaba y tenía que curarse sola, bandas, alcohol, pomada, ropa nueva, etc
Me miraba, con esos ojos de uvita y esas pestañas caidas, arrugando su nariz cuando sonría.
-Que manía la tuya de arrugar la nariz siempre! No te jales la costra, como te gusta lastimarte,no?
+Tú tambien lo haces! ... Te raspas tus pulgares...cuando estás nervio...
-Cállate!
Se paró en la cama, frente a frente, juguetona.
Me peino el cabello con sus manos
Me sacudió la casaca,
Me acomodó el collar de toda la vida
Me echo perfume dulce,
Me puso rubor,
Corrector para mis ojeras,
Un bálsamo de color encima para mis labios rotos.
Me hizo arrugar la nariz cuando me vi al espejo, estabamos bien, nos veíamos "lindas", como si nada hubiera pasado.
Me puso dentro de los bolsillos unas curitas y unas pastillas para el dolor de cabeza.
-Tú no necesitas mucho no?
+Nop, soy más cuidadosa ahora-me respondí
-Si pudimos controlarnos?
+De todas maneras- susurré
-Te extraño- casi llorando
A veces pienso en lo mucho que he avanzado
Pero tambien en algunos pasos que he retrocedido
Cada que me hieren no puedo dejar de pensar en ese plano y como pude no salvarme a tiempo.
Mi pequeña me está esperando
le dije que la cambiaré de cuarto algún un día, aún le gusta donde está porque están sus muñecas pero sabe que se merece mejores.
De todas maneras le tengo varias promesas, hay muchas cosas que me están costando pero como dice mami "nada es imposible".
Una vez más
abrazo a mi pequeña
después del desastre
Y me voy a dar una vuelta con ella.
Le cure las heridas y
tambien le calme sus miedos.
No me gusta verla asi,
No me gusta verme así.
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No te alejes tanto de mí - Enzo Vogrincic
+18! Dom!Enzo. (Alusión a) Breeding kink, creampie, dirty talk, dry humping, face slapping, fingering, sexo oral, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense (y mucho diálogo otra vez).
El departamento que compartís con Enzo es, sin lugar a dudas, el lugar más tranquilo que conociste en tu vida. La armonía y serenidad son pilares fundamentales en su relación, así como la buena comunicación, y esto se ve reflejado en el espacio que ambos llaman hogar.
Enzo es silencio y calma y durante la madrugada se desliza fuera de la cama sin despertarte, siempre cierra las puertas con delicadeza y sus movimientos a tu alrededor son protectores. Siempre sabe qué decir y qué no, qué hacer y qué no, también sabe cuándo acompañarte y cuándo darte espacio, y vos podés presumir de saber hacer lo mismo por él.
La vida con Enzo es estar en constante sintonía, dos cuerpos y mentes diferentes siempre en la misma órbita.
O eso creías...
Las peleas comenzaron hace semanas, volviéndose cada vez más frecuentes y alejándolos de lo que solían ser. Enzo no parece comprender cuánto te hiere sentir que se distanció y jura que tal cosa no sucedió, pero luego prueba que tus palabras son ciertas cuando un pequeño desacuerdo provoca que se aísle y no deja lugar para una conversación sobre lo ocurrido.
Normalmente es fácil de ignorar cuando se trata de nimiedades como los platos sucios, ropa sin lavar o la cama deshecha, pero con todas esas pequeñas faltas acumuladas fue difícil contenerte cuando remarcó de la peor manera tu falta de cuidado con la maqueta de su actual proyecto.
-Si ordenás un poco entonces no me voy a chocar tus cosas cada vez que entre...- contestaste, arrojando sobre su escritorio un trozo de la maqueta.
-¿Qué tengo que ordenar? Si nunca estoy, el desorden es tuyo.
Fingió no notar tu expresión, una nueva costumbre suya para evitar disculparse o hacerse cargo de algo. El que te culpara del caos no fue la principal causa de tu disgusto, no... Te molestó que reconociera no estar lo suficiente en su propio hogar, recordar que en lugar de pasar unos días a tu lado escogiera marcharse a Bariloche con un amigo y que al regresar pasara horas encerrado.
Abandonaste la pequeña habitación donde organizó su oficina y pronto sus pasos sonaron a tus espaldas junto con su voz que no dejaba de pedir tu ayuda. Cerraste la puerta con fuerza y te sentaste sobre la cama, furiosa, percibiendo cómo la ira crecía y consumía tus entrañas.
Cuando Enzo abrió la puerta te dedicó una mueca de disgusto que pretendía comunicar algo, pero si alguna vez logró hablarte sólo con la mirada eso ahora parecía ser un recuerdo lejano que decidiste ignorar. Permaneciste en la misma posición, tus brazos y piernas cruzados, inconscientemente mostrando rechazo mientras él te observaba.
-Ayudame- arqueaste una ceja-. Vos lo rompiste.
-¿Qué somos? ¿Unos nenes chiquitos…?
-Parece que sí, porque si fueras un adulto responsable te disculparías y me ayudarías.
Soltaste una risa de frustración y apretaste los labios esperando así poder contener la ira y todas las palabras que deseaban escapar de tu boca, pero cuando te señaló con un dedo acusador tus deseos de mantener la calma se evaporaron. Haciendo alarde de su excelente comportamiento comenzó a enumerar las recientes faltas que tuviste con él.
La diplomacia pareció extinguirse cuando lo interrumpiste.
-Andá a cagar.
-¿Cómo…?
-¿Ahora además de ser tremendo fantasma también sos sordo, pelotudo?
-Fijate cómo me hablás porque yo jamás te traté así- señaló-. No sé qué mierda te pasa.
-¿A mí? ¿Vos no sabés lo que me pasa a mí?- gritaste, poniéndote de pie para acercarte a él-. ¿Y no se te ocurrió preguntarme? Porque por ahí tiene que ver con que no me hablás, no me mirás, no me cogés, no me preguntas ni cómo estoy.
-No podés estar así porque no cogimos en unos días.
Tu expresión podría haberse catalogado como un poema o como el relato más aterrador. Retrocediste un par de pasos, confundida y levemente aturdida por su capacidad de desentenderse de tal manera de la situación, esperando ver en su rostro un algo.
Pero sus labios no temblaban como solían hacerlo cuando contenía la risa y sus cejas no se curvaron en ese particular ángulo que adoptaban cuando esperaba ver tu reacción luego de contarte uno de sus pésimos chistes o anécdotas.
-Tomátelas.
-¿Eh?
-¡Tomátelas! No te quiero ver.
-No me podés echar de mi casa.
-Ah…- mordiste tu lengua-. Tenés razón, como es tu casa me voy yo.
Intentaste huir de la habitación pero él fue más rápido y lo impidió tomándote del brazo.
-Yo no dije eso- intentaste zafarte de su agarre pero no lo permitió-. Esta es tu casa, vos vivís acá también.
-Pero parece que vos no- reclamaste-. Soltame, Enzo.
-No, tenemos que hablar.
-¿Ahora querés hablar?
Su expresión pareció volverse más dura y juraste ver una arruga que antes no estaba allí.
-No podemos estar así.
-Yo no puedo estar así. Vos estás perfecto.
-¿Por qué todo es mi culpa?- gritó con voz entrecortada, soltándote de manera brusca-. Vos nunca hacés nada, ¿no? Siempre soy yo el responsable.
-Y sí papito, si…
El diminutivo y tu tono colmaron su paciencia.
-Cerrá el orto- se alejó de tu figura como si estar en tu presencia quemara-. Querías que me vaya, ¿eso querías?
-Sí.
-Perfecto entonces- abrió la puerta-. Porque me voy a ir bien a la mierda para no tener que verte.
Arrancaste tu anillo de compromiso de tu dedo y lo arrojaste a sus espaldas con la esperanza de golpearlo, pero –y luego agradeciste por ello- fue la puerta ya cerrada la que recibió el impacto y Enzo se marchó, completamente ajeno a tus acciones. Ignoraste las lágrimas que rodaron por tus mejillas cuando corriste para recoger la alianza.
Una hora más tarde notaste que olvidó su teléfono y su billetera, también sus llaves y el abrigo que lo habría protegido de las bajas temperaturas o el viento nocturno. Te preguntaste si estaría refugiándose en algún sitio con calefacción y por un breve instante consideraste buscarlo en el estacionamiento del edificio, pero descartaste la idea por puro orgullo.
-La concha de mi madre…- decís entre dientes.
Tus dedos están adheridos por el pegamento y tirar para despegarlos duele. Llevás un largo rato intentando reparar algunas partes de la maqueta y parece ser una tarea imposible: suspirás, te quejás, golpeás tu frente frustrada y ansiosa, pero continuás tu misión de unir los restos para evitar que tus manos vuelvan a jugar con el anillo en tu dedo. La mesa es un completo desastre.
Y Enzo aún no regresa.
Dejás caer tus hombros luego de ver el reloj, sin saber si es peor sentirte derrotada o sentir que te rendís. Reprimís todos esos pensamientos horribles y sin sentido que corren por tu mente y chocan con los muros de tu parte lógica y racional: se fue, está con alguien más, ya no va a volver, tuvo un accidente, lo acorralaron en La Rambla, se perdió caminando por ahí…
Desbloqueás tu teléfono esperando encontrar algún mensaje o llamadas perdidas y mantenés el suyo cerca sólo por si acaso, decepcionada cuando ambos permanecen en completo silencio. Tu oído escoge centrarse en el tictac del reloj y el sonido del adorno que golpea la puerta del balcón cada vez que el viento sopla. Siempre temés que esos pequeños golpes destrocen el cristal.
Y es que siempre son pequeñas las cosas que desatan el caos: la grieta que apareció mágicamente en tu taza, el pequeño agujero que terminó por deshacer el suéter favorito de Enzo, la alarma que postergaste estando aún dormida y lo hizo perder un vuelo, la comida quemada que intentó solucionar ordenando pizza, el abrazo que no correspondiste cuando regresó de los premios Goya, su falta de entusiasmo ante la usual noche de películas…
Evitás preguntarte qué sucederá porque la respuesta que ronda tu cabeza hace que tu respiración se entrecorte y te asfixia. No querés ser extremista, no sos una persona que se dé por vencida así como así y una pelea –incluso esta pelea, probablemente la peor que recordás haber tenido con Enzo- no te parece motivo para arrojar todo por la borda, pero… Las relaciones son de a dos, ¿no? Y no tenés idea de qué pensará o cuáles son los planes del otro lado.
Maldecís por lo bajo y esta vez es sin saber el motivo.
-No hace falta que lo arregles- dice una voz a tus espaldas-. Los materiales son una cagada.
Una sensación similar al pánico te recorre y volteás a verlo.
-Volviste.
Su rostro se tiñe de dolor y vergüenza por una fracción de segundo.
-¿Cómo no voy a volver?
-Dijiste…
-Ya sé lo que dije- se arrodilla a tu lado y toma tu mano-. No era verdad.
-Estás helado.
-Hace frío. Mucho.
-¿Querés un té?- intentás ponerte de pie y te detiene-. No cociné, pero si querés…
-Quiero que hablemos.
Suspirás.
-Sí, tenemos que hablar.
-¿Qué está pasando? Nosotros no somos así.
Limpiás las lágrimas que nublan tu vista y él se deja caer sobre las cerámicas frías, aún sosteniendo tu mano entre sus dedos y acariciando tus nudillos con su pulgar en un intento de ofrecerte un poco de consuelo. Espera pacientemente mientras te recuperás para poder contestar.
-Los últimos meses fueron muy raros.
-Es mi culpa- lamenta-. No sé cómo manejar… nada, todo, esto que está pasando.
-Y yo no sirvo como apoyo.
-No, no digas eso- toma tu mentón-. Siempre estás para mí, me cuidás y me ayudás en todo... Pero creo que desde hace un tiempo no estoy tan presente como debería y no es recíproco.
-No entiendo por qué- descansás tu rostro sobre tu mano-. Creo que, no sé…, por ahí ahora que anduviste por todos lados ya estás cansado de mí.
-Nunca.
-Pero…
-Jamás me cansaría de vos.
-¿Y por qué hacés de todo menos estar conmigo?
-Tengo miedo de arruinar las cosas- contesta con simpleza-. Tengo miedo de todo lo que está pasando y tengo miedo de arrastrarte conmigo cuando… ¿Y si me olvido de mí?
-Eso es imposible.
-Ya no estoy tan seguro.
-Yo sí- lo obligás a mirarte-. Creo que te conozco lo suficiente para saberlo.
Permanecen en silencio unos momentos y sus ojos jamás dejan los tuyos.
-Perdón- susurra-. Sé que hay mucho de qué hablar, pero…
-Yo también estoy cansada… Vamos a la cama y mañana temprano vemos.
-Lo vamos a solucionar.
-Sé que sí- y dejás salir una risa nerviosa-. Pero hoy no estaba muy segura.
-Me hubiera gustado tener esa discusión antes.
-¿Por qué?
Su mirada oscura es terriblemente sincera, muy Enzo.
-Porque cuando me fui me di cuenta de cuánto te extrañaba.
Cuando tomás su rostro entre tus manos para poder besar su frente él busca tus labios. Te besa lenta y suavemente, pero es incapaz de ocultar la desesperación que guía sus acciones y pronto deja de lado los delicados roces para invadir tu boca con su lengua, robándote la respiración y aferrándose a tus muslos con sus manos.
-Extrañaba tus besos- decís cuando te regala unos segundos para respirar-. Te extrañaba.
-Me tenés acá, ahora y para siempre.
Acariciás su cabello y él te observa desde su posición sobre sus rodillas, sus manos aún en tus piernas y sus pulgares dibujando figuras sobre tu pantalón. Te sonríe y la imagen te toma por sorpresa, pero también te sorprende el significado oculto en su expresión y la facilidad con la que puede hacerte saber lo que quiere.
-¿No te duelen las rodillas?- suelta una carcajada y lo ayudás a ponerse de pie-. Dale, vamos.
La distancia desde la cocina hasta la habitación es interminable ahora que ambos desean llegar cuanto antes. Atraviesan el oscuro corredor tomados de la mano y cuando llegan a la habitación Enzo toma asiento en la cama, te posiciona entre sus piernas y abraza tu cintura con fuerza para poder admirarte; deposita besos sobre tu abdomen y entre tus pechos, frustrado por tu ropa interponiéndose entre sus labios y tu piel.
Cuando sus dedos se deslizan debajo de tu camiseta suspirás y arrojás la cabeza hacia atrás, abrumada por la intensidad del contacto y por el rastro de fuego que sus manos dibujan en tu cuerpo. Te ayuda a desvestirte y en cuestión de milisegundos sus labios capturan tu pezón izquierdo, succionando y permitiendo también que sus dientes y lengua jueguen con vos.
Tu creciente desesperación te lleva a abrazarlo en busca de más contacto y cuando sentís sus gemidos contra tu piel tus dedos se dirigen por cuenta propia hacia su cabello. Sus párpados se cierran en contra de su voluntad cuando tus manos hacen arder su cuero cabelludo, sensación que no hace más que empeorar la erección que oculta su pantalón.
Se separa de tu pecho luego de morderte con la fuerza suficiente para hacerte gritar y te despoja del resto de ropa que te cubre, asegurándose de no romper ninguna prenda con sus movimientos rápidos y ansiosos. Se arroja sobre las almohadas y te deja sobre su muslo, complacido por ver tus mejillas enrojecidas ante la implicación de la posición.
-Te hace falta una buena cogida, ¿no?
-¿Y de quién es la culpa?
Te toma por el cuello para acercarte a su rostro.
-Fijate bien lo que me decís- pellizca tu pezón y el dolor te hace gemir-. Y lo que hacés.
Comenzás a rozarte sobre su pierna, muy consciente del significado de sus palabras y la amenaza que las adorna, tus manos en su pecho en busca de estabilidad y tus ojos sobre los suyos. Toma tu cadera para guiar tus movimientos, dolorosamente lentos, y no deja espacio alguno entre tu centro y sus jeans que comienzan a mancharse con tus fluidos.
El cosquilleo entre tus piernas y el dolor de sus uñas marcando tu cadera es suficiente para orillarte hacia tu orgasmo en cuestión de minutos. Cerrás los ojos, masajeando tus pechos tal como él suele hacerlo, pero no es suficiente y cuando comprendés que necesitás de sus manos un patético sollozo deja tus labios.
-¿Qué pasa bebé? No podés solita, ¿no?
-Quiero…
-¿Qué querés? Decime y yo te lo doy.
-A vos.
Enzo no puede hacer más que contemplar la imagen frente a sí, tu delicado cuerpo rindiéndose nuevamente bajo sus manos y tus dientes torturando tus labios mientras su mirada te recorre. Hace unos días sólo podía soñar con tenerte de esta manera y complacerte, así que ahora se pregunta cuánto tendrá que contenerse para que el momento no acabe demasiado rápido y cuánto tardarás en suplicarle que se detenga o en caer agotada entre sus brazos.
-Entonces ya sabés lo que tenés que hacer.
En pocos segundos abandonás su regazo y te recostás entre sus piernas, esperando su confirmación para poder tocarlo y prácticamente arrancando la ropa de su cuerpo cuando la obtenés. Ya está duro, muy duro, su punta brilla con las gotas de líquido preseminal que de allí brotan y las venas que recorren su extensión parecen pedir tu atención a gritos.
Comenzás a masturbarlo lentamente e intentás seguir el ritmo con el que movía tu cuerpo sobre el suyo, tu pulgar acaricia su punta y cuando lo separás de esta podés apreciar el hilo traslúcido que brilla con la luz. Te llevás el dedo a la boca y gemís cuando sentís su sabor en tu lengua, calmándote y a la vez haciendo que lo desees todavía más.
Dejás besos húmedos sobre su miembro y sus gemidos sólo empeoran la situación entre tus piernas. Cuando tus labios se cierran sobre la punta sentís su cuerpo tensarse, sus párpados se cierran por un breve instante y sus dedos acarician la comisura de tus labios, que se estiran a más no poder para recibirlo en tu boca.
-Qué linda que sos cuando me la chupás.
Sus palabras te resultan tan humillantes como excitantes y por un segundo considerás deslizar una mano bajo tu cuerpo para calmar tu necesidad. Tu saliva mancha tu piel, tus dedos y corre bañando todo su miembro antes de deslizarse entre sus piernas y caer sobre las sábanas, pero aún así te es difícil tomar más que la mitad.
Tu frustración crece minuto a minuto pero para Enzo, que sabe cuánto te cuesta, la imagen es una bendición… Y también una tortura, por lo que no encuentra más solución que tirar de tu cabello para alejarte de su cuerpo y evitar un muy necesitado orgasmo.
-Ya está, ya está- responde a tus quejas-. Lo hiciste muy bien, pero…
-¿Pero?
-Me toca a mí.
Te arroja sobre el colchón para luego posicionarse sobre tu cuerpo y acorralarte, su intensa mirada de pupilas dilatadas haciéndote sentir como una presa. En su camino hacia tu centro su aliento golpea tu mejilla, tu mandíbula, tu cuello sensible y tus clavículas, pero él sólo piensa en una cosa y cuando separa tus piernas se dedica a apreciar tus pliegues y entrada brillantes.
Te acaricia de manera superficial y cuando te retorcés rodea tu cadera con un brazo para inmovilizarte. Su pulgar presiona sobre tu entrada, que gotea lo suficiente para manchar las sábanas, juega con la piel que la rodea y sólo se dirige hacia tu clítoris después de ver que te contraés desesperadamente en torno a la nada misma. Se muerde los labios, impaciente.
Suspirás cuando sentís su ataque y los círculos que su dígito traza con una lentitud insoportable, deteniéndose de cuando en cuando para acariciar también tus pliegues húmedos y tantear tu entrada con la intención de provocarte todavía más. Gemís su nombre una y otra vez para tentarlo y suplicás por más, pero te ignora y prolonga sus tortuosas acciones otro rato.
Dirige un dedo a tu entrada y lo introduce con delicadeza, siempre atento a la reacción de tu cuerpo: tus paredes no oponen resistencia y el placer cuando curva su dedo para acariciar tu punto dulce se intensifica gracias a su lengua deslizándose sobre tu clítoris. Un gemido casi animal deja tu garganta y ante esto él decide acelerar sus movimientos.
-¿Así te gusta?- pregunta cuando gemís aún más fuerte, como si la respuesta no fuera obvia. Aprovecha tu estado y tu abundante excitación para deslizar otro dedo, haciéndote sisear por el repentino ardor que trae consigo la dilatación-. ¿Qué pasa, no aguantás ni dos dedos?
Cubrís tu rostro ardiente con una mano y evitás hacer comentarios sobre quién es el responsable de tu estado actual; no recordás cuándo fue la última vez que jugó con tu cuerpo y tu forma de tolerar su ausencia fueron tus propios dedos, más delgados y cortos que los suyos e inútiles cuando se trataba de obtener placer.
-Más.
-¿Más...?- y succiona tu clítoris con fuerza para oírte gritar.
Enzo conoce tu cuerpo mejor que nadie y sabe exactamente qué hacer para volverte loca. Los movimientos de su lengua no se detienen y las formas que esta dibuja hacen que tus manos tiren de su cabello, arruguen las sábanas y masajeen tus pechos, aferrándose con desesperación a cualquier objeto que se interponga en su camino.
Sus dedos no dejan de abusar de tu sensibilidad y la combinación de sensaciones, que parece ser muchísimo más intensa gracias a las semanas sin contacto, comienza a ser casi demasiado para tu cuerpo. Te llevás una mano a la boca y cuando tu orgasmo te golpea mordés tus nudillos desmedidamente, ahogando tus gemidos y los gritos que amenazan con irritar tu garganta.
Te lleva unos minutos regular tu respiración y dejar de temblar, minutos que transcurren con sus dedos aún enterrados en las profundidades de tu cuerpo mientras sus labios bañan tu centro y el interior de tus muslos con besos y alguna que otra pequeña marca producto de sus dientes. Bajo tu atenta mirada desliza sus dedos entre sus labios para no desperdiciar los restos de tu esencia.
Abandona la cama para deshacerse del resto de su ropa y cuando regresa vuelve a posicionarse sobre tu cuerpo para atacar tu boca con un beso hambriento. Tus piernas abrazan su cadera y cuando sentís su miembro caliente golpeándote no podés evitar gemir contra su lengua, tu mano buscándolo para poder masajearlo antes de guiarlo hacia tu entrada. Su punta te quema.
Toma tu rostro y te obliga a mirarlo.
-¿Querés que te la meta?
-Por favor.
Te quejás cuando comienza a penetrarte y aunque tus ojos arden jamás rompés el contacto visual. Enzo te distrae tirando de tu labio inferior con su pulgar y antes de notarlo estás succionando el dígito, con el cual parece imitar los movimientos de su cadera.
-Estás muy apretada.
-Es…- te interrumpís con un grito cuando introduce otro par de centímetros de manera súbita. Su pulgar manchado con tu saliva acaricia tu mejilla para calmarte-. No puedo.
-Sí, sí podés.
Sus labios abrazan los tuyos mientras realiza movimientos suaves y calculados que convierten tus quejas en gemidos y provocan que tus paredes se contraigan sobre su miembro. Suspira cuando por fin logra introducirse por completo en tu interior y besa tu cuello, tu perfume embriagador nublando sus sentidos y tus pequeños gemidos tentándolo a moverse.
Tus manos aferrándose a sus hombros son la única confirmación que necesita: te golpea con fuerza y tu grito es una mezcla de sorpresa y placer por el repentino ataque, el cual repite hasta convertirlo en un ritmo constante que resuena en toda la habitación y llena tus oídos. Sacude tu cuerpo con cada embestida y lo único que podés hacer es aceptar el placer, completamente a su merced.
Luego de una estocada particularmente profunda tus uñas se clavan en su piel y Enzo sólo lo sabe. Descansa su peso sobre sus piernas y sus manos en la parte posterior de tus muslos ejercen presión hasta que tus rodillas rozan tus pechos, el ángulo permitiéndole llegar hasta ese punto para abusar del mismo y convertirte en un completo e incoherente desastre.
Gritás su nombre y las palabras que le dedicás entre tus agudos gemidos son incomprensibles. Tu expresión es indecente y la vista entre tus piernas, donde su cuerpo se une con el tuyo y brilla con tus fluidos, lo es aún más… pero le encanta y no puede evitar jugar con vos, agregando otro estímulo que te hace cerrar los ojos con fuerza y sacudir la cabeza.
-Enzo- advertís-. Por favor.
El gesto es mínimo pero suficiente y en cuestión de segundos tus dedos se cierran sobre sus muñecas. Tu figura se sacude con la fuerza de sus embestidas y por los espasmos de tu orgasmo, el cual arquea tu espalda como si estuvieras presentándote ante él y hace que tus músculos se contraigan, dificultando sus movimientos y haciéndote llorar.
Jamás se detiene.
Lo mirás horrorizada, tu orgasmo prolongándose indefinidamente y haciendo del placer una sensación casi intolerable. Enzo continúa golpeando tu cérvix mientras su pulgar juega con tu clítoris y sus dedos presionan sobre tu abdomen bajo, forzándote a sentir cuán profundo llega su miembro y cómo estimula cada fibra de tu cálido y estrecho interior.
Te lleva al límite, pero antes de permitirte gozar de un segundo clímax se detiene.
-No, no- protestás-. ¿Por qué? Quería…
Te interrumpe golpeando tu mejilla y cuando abandona tu interior mantenés la boca cerrada. Toma tus caderas y te obliga a voltear, dejándote sobre tu estómago y posicionándose sobre tu cuerpo para aprisionarte contra el colchón.
Rodea tu cuello con su brazo y te penetra con desesperación. En cuestión de segundos su pelvis golpea tus muslos y tus glúteos con la fuerza suficiente para arruinar tu piel, causando también un sinfín de sonidos húmedos y obscenos que acompañan sus gruñidos y tus gemidos.
Buscar refugio contra en el colchón tiene como consecuencia que la fuerza de su asalto vaya en aumento y la única opción que encontrás para ahogar tus gritos es morder las sábanas, húmedas con las lágrimas que corren por tus mejillas. La solución sólo dura unos minutos gracias a que Enzo, que en este momento prefiere no ser el único que oye cuánto gritás por él, endereza su postura y tira de tu cabello para hacerte arquear la espalda.
El nuevo ángulo te permite verlo y por un instante parece buscar tus labios con la intención de besarte, pero en su lugar escupe sobre tus labios entreabiertos y observa cómo tu expresión se transforma con la humillación y excitación. Le encanta tratarte como un juguete y sabe que lo disfrutás tanto como él, sobre todo cuando te toma por sorpresa.
-Sos una putita, ¿no? Mirá como estás- y remarca sus palabras con una estocada que te hace temblar violentamente-. ¿Querés que te llene toda?
Tragás saliva –sin saber cuánta es suya- para contestar pero todo lo que sale de tu boca son patéticos sonidos sin sentido. Sonríe satisfecho y vuelve a escupirte, esta vez asegurándose de manchar aún más tu rostro para ver su saliva deslizándose por tu piel junto con tus lágrimas.
Te libera de manera brusca y tu rostro impacta con el colchón, las sábanas oscureciéndose cuando entran en contacto con los fluidos en tu rostro y arrugándose aún más cuando te aferrás a ellas con una mano acalambrada. Tu otra mano se entrelaza con la suya y lo guiás hacia tu abdomen bajo, ignorando cómo los músculos de su abdomen se tensan con tu acción.
-Ahí- suplicás entre gemidos-. Adentro.
Enzo sólo quiere obedecerte y unos minutos más tarde cumple tus deseos: su semen caliente salpica tu interior y mancha tus paredes de blanco mientras el palpitar de tu miembro te lleva a otro orgasmo, menos intenso pero más duradero. Tus músculos se aferran a él y lo mantienen dentro tuyo hasta que la última gota de su liberación te llena.
Su boca roza tu frente y tu mejilla antes de besar la comisura de tus labios.
-Te amo.
-Te amo.
Intenta peinarte y cuando fracasa se limita a masajear tu cuerpo cabelludo con la yema de sus dedos. Evita alejarse de tu cuerpo, consciente de lo mucho que ambos necesitan la cercanía en un momento como este, y sonríe cuando tus dedos vuelven a entrelazarse con los suyos.
-¿Querés ir al baño?
-No- negás rápidamente y besa tu mejilla para calmarte-. ¿Podemos estar así un rato?
-Obvio.
Admira tu perfil y tus párpados cayendo sobre tus ojos vidriosos.
-¿Sabes qué vamos a hacer mañana?
-¿Qué?
-Nos vamos a levantar bien temprano y vamos a ir a desayunar al lugar de siempre, ¿querés?- propone-. Después podemos ir a pasear un rato al mercado de artesanos… y elegís una taza nueva.
Soltás una risa encantadora y asentís.
El título y la historia están inspirados en esta canción de Spinetta. Tiene muchas interpretaciones pero en mi opinión es una muy buena metáfora sobre el cambio constante que atraviesan las personas y por ende también las relaciones :)
taglist: @madame-fear @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @chiquititamia @lastflowrr ♡
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CAPITULO 54 - AMOR EN EL AIRE 🔥Ⓜ️
<<Punto de vista de Liam>>
En este punto, sentía que los nervios me estaban consumiendo. Normalmente, tengo un buen autocontrol, pero por primera vez estaba luchando con ello. Con mi mano temblorosa, saqué una caja de terciopelo roja del bolsillo. Me arrodillé frente a Riley, y ella comenzó a llorar de manera descontrolada, colocando sus manos sobre su boca.
|| He esperado toda mi vida por ti. Siempre he querido casarme por amor, no por una alianza o algún tipo de ganancia política. Cuando me convertí en el Príncipe Heredero... || Hice una pausa, tratando de controlar mis emociones. || Sabía que sería difícil casarme por amor. Pensé que tendría que casarme por deber, por la corona y el país. Pero llegaste tú... || Sonreí y abrí la caja, mostrando el hermoso anillo que había traído. Tomé su mano izquierda entre las mías mientras ambos temblábamos. || Y no tuve duda alguna de que podría tenerlo todo contigo. Riley Marie Brown, reina de mi corazón, he anhelado decir estas palabras durante mucho, mucho tiempo... ¿Quieres casarte conmigo? || Riley se quedó sin palabras, sus ojos llenos de lágrimas y emoción. Asintió vigorosamente con la cabeza, incapaz de hablar al principio || ¿Eso es un sí? || Pregunté con un toque de nerviosismo, pero ella se rio y lanzó un gran suspiro.
|| ¡Sí! ¡Un millón de veces sí! || Gritó con júbilo, lanzándose hacia mí y abrazándome con fuerza, su risa y sollozos entrelazados en un torbellino de emociones. || Me casaré contigo... Seré tu esposa. || Yo sonreí y rápidamente deslicé el anillo de diamantes talla princesa de seis quilates en su dedo || Oh, Dios mío, ¡es tan hermoso, Liam! || Exclamó, admirando el anillo con ojos llenos de asombro y amor. Y nuevamente comenzó a llorar al mirar su dedo. Me reí entre dientes mientras la levantaba del suelo, atrayéndola hacia mi pecho y besando la parte superior de su cabeza.
|| Este era el diamante del anillo de compromiso de mi madre. Lo puse en una nueva configuración para ti. ||
|| Me encanta, Liam || susurró. || No puedo esperar para ser tu esposa. ||
|| Será la primera boda real desde que mi padre se casó con mi madre hace tantos años. || La miré fijamente a los ojos, su expresión era completamente ilegible salvo por su sonrisa, más brillante que nunca. Mi corazón se hinchó de emoción y la volví a levantar en mis brazos, haciéndola girar en el aire. || ¡SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO! || Grité con fuerza, mientras ella reía de emoción.
|| ¿En serio? ¡No lo creo! || bromeó Riley. La acerqué rápidamente para besarla profundamente, pero también de manera tierna y apasionada. Sostenía su cuerpo apretado contra el mío mientras ella envolvía sus brazos alrededor de mi cuello, hundiéndose en mi abrazo. Después de lo que parecía una eternidad feliz, nos detuvimos para respirar. La deslicé hasta el suelo, pero aún envuelta en mis brazos, su frente apoyada contra la mía || Liam, te amo tanto. ||
|| Y yo a ti, Riley, te amo demasiado. ||
|| Pensé que el anillo de tu mamá lo tenía Madeleine. ||
|| Jamás podría habérselo dado, ella recibió otro… El anillo de mi madre estaba destinado solamente para la mujer que amo, y esa eres tú. || Tomé su rostro entre mis manos, mirándola fijamente. || Cuando pienso en todo lo que nos llevó a este momento, no puedo evitar estar asombrado por ti. No hay nadie a quien prefiera tener a mi lado ||
|| Eso es bueno, porque ciertamente no pienso dejarte nunca... Y no puedo esperar a ver qué tipo de vida podemos construir juntos, Liam. Me llena de emoción poder compartir mi vida contigo. ||
|| No tengo ninguna duda de que no solo eres la elección correcta para mí, sino también para ser la Reina de Cordonia. Serás la mejor Reina y duquesa que Cordonia haya tenido. || Al decir esto, ella me miró confundida.
|| ¿Duquesa? ||
|| Así es, mi amor. Uno de los beneficios de ser Reina es que, al llegar a Cordonia, serás nombrada duquesa. Hay algunos ducados no reclamados, y se te legará uno como parte de convertirte en mi reina. Eso es solo uno de los muchos beneficios que vendrán. Creo que los disfrutarás. || Le dije con una inmensa felicidad.
|| ¿Y uno de esos beneficios es casarme contigo? || Me dijo con una amplia risa, haciendo que yo riera igual.
|| Bueno, ese es uno de los principales. || Respondí mientras ella se acercaba más a mí, tomando mi rostro entre sus manos y acariciándolo suavemente. Me dio un tierno beso en los labios.
|| Liam, casarme contigo es el único beneficio que me importa. || Me dijo, y aún no puedo creer la maravillosa mujer que he encontrado. Muchas, como Madeleine, buscan la posición y el renombre. Pero a Riley no le importa nada de eso. La miré asombrado y sorprendido.
|| Pensé que estarías complacida también con la perspectiva de tener tu propia casa y tierras... Pero ciertamente no me quejaré si me prefieres a mí. Los arreglos aún están en progreso, pero no te imaginas lo ansioso que estoy por mostrarte tu nuevo ducado. Tengo el ducado perfecto para ti. || Le dije, pero de repente, la idea de sus sentimientos hacia Drake volvió a mi mente. ¿Qué pasa si Riley no solo lo ama como amigo sino como algo más? ¿Estoy dispuesto a compartir?
|| Liam, ¿qué pasa? || me preguntó, su voz llena de confusión y preocupación.
|| Riley... || Suspiré, sintiendo cómo la inseguridad y el miedo me consumían. || No puedo evitar sentirme aterrado por lo que sientes por Drake. Quiero que seas feliz, eso es lo más importante para mí, pero cuando Drake se entere de que nos vamos a casar, se va a sentir miserable. Existe... bueno, tú sabes que tenemos el acuerdo Cordoniano, en el que yo podría ayudarlos a los dos. Aunque me duele profundamente, estoy dispuesto a dejar que Drake y tú tengan los momentos que necesiten. || Mis palabras salieron con un nudo en la garganta. Riley me miró, sus ojos llenos de admiración y sorpresa, dio un paso atrás, observándome con atención.
|| Liam, ¿por qué me estás sugiriendo esto? || Dijo, frunciendo el ceño mientras yo me pasaba la mano por el cabello, tratando de encontrar el valor para continuar.
|| Riley, tu felicidad es lo más importante para mí. Como he dicho muchas veces, Drake es como mi hermano. Siempre me ha apoyado y respaldado. Sé que dije que no me gustaría compartirte, pero quizás hacerlo sea una manera de apoyar a Drake de la misma forma en que él lo ha sido conmigo. Pero... || Mi voz se quebró un poco. || No puedo soportar la idea de que te alejes de mí, incluso por un momento. Aun así, estoy dispuesto a hacerlo porque quiero darte todo lo que necesitas, incluso si eso significa compartirte. || Bajé la mirada rápidamente, sin poder creer lo que acababa de proponer.
|| Liam, mírame... || dijo Riley con lágrimas en los ojos, tomando mis manos con fuerza. Lentamente levanté el rostro para encontrarme con sus ojos.
|| Cuando te dije que sí a tu propuesta, no fue solo de labios para afuera. Quiero ser tu esposa, tu Reina, tu pareja, tu amante. Quiero ser tuya por completo. || Su mirada se suavizó y acarició mi mejilla. || Lamento tanto haberte herido así… No era mi intención. Me ilusioné, me enamoré y me confundí con Drake y… || Cerró los ojos con fuerza, como tomando ánimo. || Y sí, estuve con él. Pero fue un error. Me dejé llevar por mis sentimientos y emociones. Pero como te dije, el amor que siento por él no es el mismo que siento por ti. Ahora te pertenezco solo a ti, Liam. No quiero a otro, soy tuya completa y totalmente a partir de este momento. ||
|| ¿Lo dices en serio? || La miré con nostalgia mientras mi voz temblaba de emoción.
|| Lo digo en serio, mi amor… Soy solo tuya. || Me sonrió y se inclinó, trazando sus labios sobre mi cuello, mandíbula y hasta llegar a mi boca. Nuestro beso fue suave al principio, pero luego se volvió más firme. Riley de repente empujó su cuerpo contra el mío mientras yo pasaba mis brazos alrededor de su cintura. Mis labios y lengua se mezclaron con los suyos.
|| Eres mía, || susurré, || ¡toda y solamente mía por siempre! ||
|| Así es, hasta que la muerte nos separe, mi Liam… mi Rey, || me dijo suavemente. Apoyé mi frente contra la suya mientras la miraba con ternura.
|| Mi Riley… mi Reina, || suspiré, recordando que tenía una última parada en mente. Aclaré mi garganta. || Cierto, tengo un último plan para la aventura de esta noche... claro, si eso es lo que mi futura Reina desea. ||
|| Usted manda… mi Rey. || Me dijo y tomé su mano y comenzamos a caminar de regreso al helicóptero.
|| Tendremos un hermoso paseo para ver Nueva York en su esplendor desde los cielos y luego una cena privada en la suite presidencial del hotel. ¿Qué dices? Deseo seguir disfrutando de esta hermosa velada juntos antes de anunciar al mundo nuestras noticias. ||
|| No hay nada más que me encantaría hacer. ||
Al subir al helicóptero, las luces de la ciudad empezaron a brillar como estrellas en un cielo despejado. El piloto despegó suavemente, y pronto estábamos volando sobre el imponente horizonte de Manhattan. La vista era impresionante: rascacielos iluminados, puentes resplandecientes y el río Hudson reflejando el brillo de la ciudad.
|| ¿Cuál es tu parte favorita en Nueva York? || De repente pregunté.
|| Mmmm tendría que decir que conocerte... || Dijo y me reí mientras que ella me miraba levantando una ceja || Es en serio, no te rías… cuando vivía aquí, pensé que no podía haber nada más emocionante que la vida en la gran ciudad, pero luego conocí a un guapo extraño en un bar y la palabra aventura adquirió un significado completamente nuevo… Liam, eres el regalo más grande que esta ciudad me dio ||
|| Mi amor, tú eres el mayor regalo que me ha dado la vida... || Le dije y Riley me apretó la mano, sus ojos brillando con emoción y amor || Quería que esta noche fuera inolvidable, una celebración de nuestro amor en el corazón de una de las ciudades más emblemáticas del mundo ||
|| Es perfecto, Liam. Todo esto es perfecto. Esta ciudad siempre tendrá un lugar especial en nuestros corazones ¿Verdad? ||
|| Así es… Siempre tendrá un lugar || Le dije con certeza.
Al aterrizar en el helipuerto, una limusina nos esperaba para llevarnos de regreso al hotel. Llegamos al The Langham, donde la suite presidencial estaba preparada para una cena privada. La habitación estaba decorada con velas y flores, creando un ambiente íntimo y romántico.
|| Después de ti mi Reina, todo esto es para ti, || le dije, tomando su mano mientras nos sentábamos. || Porque quiero que cada momento contigo sea tan especial como tú lo eres para mí. ||
Riley me miró, sus ojos llenos de amor y gratitud.
|| No puedo esperar a pasar el resto de mi vida contigo, Liam. Eres mi todo. ||
**
<<Punto de vista de Riley>>
Disfrutamos de una cena exquisita en la que el tiempo pareció detenerse para nosotros. Fue una noche en la que nos sentimos completamente libres, como si no hubiera nada que nos atara. Estábamos solo él y yo, sin preocupaciones, sin miedos. Después de la comida, nos entregamos a una balada romántica que parecía haber sido escrita para nosotros. Nuestros cuerpos se movían al ritmo de la música, pero lo que realmente se podía sentir era el latido sincronizado de nuestros corazones, palpitando de alegría y amor.
Liam me miró con una profundidad que me conmovió. Su sonrisa era una promesa de amor eterno, y lentamente me incliné hacia él, nuestros labios encontrándose en un beso que se volvía cada vez más ardiente. Sus brazos me envolvieron con fuerza, como si quisiera fundirse conmigo en un solo ser. Cada toque, cada caricia, estaba cargado de una pasión que habíamos estado esperando tanto tiempo.
Nos separamos un poco, nuestras frentes aún unidas, y su voz vibraba con una felicidad incontrolable.
|| Estoy tan feliz de poder besarte con libertad, sin miedos. Si quiero hacerlo en público, ahora lo haré sin restricciones, || me dijo con una mirada que era a la vez ardiente y tierna.
|| Yo también soy feliz, pero… ¿Qué te parece si hacemos esto? || Le susurré mientras lo empujaba suavemente hacia la cama. Lo presioné contra ella, mi cuerpo sobre el suyo, y me incliné para capturar sus labios en un beso ferviente. Era un momento cargado de electricidad, nuestros labios se encontraban en una danza apasionada. Liam se apartó un poco, su mirada llena de deseo y devoción.
|| Riley, nunca te he deseado más que en este momento. || me dijo con voz profunda y cargada de emoción, mientras tomaba mi rostro entre sus manos. Nuestros ojos se encontraron, intensos y llenos de un deseo palpable. Me acerqué lentamente, mis labios buscando los suyos, y al contacto, sentí una oleada de emoción recorrer mi cuerpo. Sus labios eran cálidos y suaves, y su lengua trazó un camino en mi labio inferior que envió escalofríos por toda mi columna. Coloqué una mano sobre su pecho para encontrar estabilidad mientras el deseo se apoderaba de mí.
En un movimiento rápido y decidido, me encontré debajo de él.
|| Te deseo Liam, con todo mi ser || susurré, mi voz temblando de emoción y anhelo.
|| Tus deseos son órdenes para mi || respondió, su voz cargada de una promesa ardiente. Usó una mano para apoyarse contra la cama, mientras la otra trazaba líneas de fuego desde mi mandíbula hasta mi cuello y pecho. Su beso era voraz y urgente, como si intentara apoderarse de cada parte de mí. Comencé a desabotonar su camisa, mis dedos temblando ligeramente mientras me incliné para besar su oído y cuello. Un gemido se escapó de sus labios, resonando en mi oído y avivando aún más el deseo entre nosotros.
Poco a poco, nos fuimos despojando de nuestras ropas, cada prenda caída era un paso más hacia la intimidad completa. Nos quedamos desnudos, el calor de nuestros cuerpos fusionándose en un abrazo que nos envolvía por completo.
Coloqué mis manos en sus caderas, guiándolo mientras se hundía en mí. Cada movimiento suyo estaba lleno de una intensidad eléctrica que me recorría, desde la punta de mis pies hasta la cabeza. Sentí un hormigueo incontrolable que me envolvía, y los gemidos de placer se escapaban de mis labios, intensificados por los suyos. Mi cuerpo se arqueaba, moviéndose en perfecta sincronía con el de Liam, y en ese momento, nos fusionamos en una unidad completa.
Tras un tiempo, nos hallamos envueltos en una intimidad serena. Yacía entrelazada en los brazos de Liam, sintiendo una paz profunda que llenaba cada rincón de mi ser. La tranquilidad de la noche envolvía la habitación, y el calor de nuestros cuerpos juntos era el único consuelo que necesitábamos. Cada respiración se volvía un susurro compartido, cada latido un eco de nuestra conexión.
|| Me alegro de que estés conmigo esta noche, || respondí con una sonrisa sincera, acariciando su pecho.
Nos miramos a los ojos, compartiendo un tierno beso que reflejaba nuestra profunda satisfacción. Lentamente, el sueño comenzó a arrullarnos. Liam me atrajo aún más hacia él, envolviéndome en su abrazo con un afecto protectora. Sus brazos se ajustaron alrededor de mí como un refugio, y yo me acurruqué contra su pecho, sintiendo el ritmo calmado de su respiración.
Con el suave y constante latido de su corazón como mi guía, nos dejamos llevar por la serenidad de la noche. La calidez de su cuerpo era mi alivio, y el silencio compartido era un manto de calma que nos envolvía. En esta noche de unión y tranquilidad, nos sumimos en un sueño profundo y reparador, sabiendo que, finalmente, éramos solo nosotros.
**
A la mañana siguiente, me desperté con la suave sensación de la mano de Liam envolviendo la mía. Al abrir los ojos, vi su mirada llena de amor mientras contemplaba el anillo en mi dedo. Sus ojos se encontraron con los míos, rebosantes de ternura.
|| Buenos días, mi amor. || Su voz era un susurro lleno de ternura.
|| Buenos días, guapo, || respondí con una sonrisa radiante, mi corazón rebosante de felicidad mientras admiraba el anillo. No podía creer que, tras todo lo que habíamos pasado, estábamos finalmente comprometidos.
|| ¿Estás feliz? || Liam me preguntó, su sonrisa mostrando un destello de esperanza y amor.
|| Más de lo que podrías imaginar, || le contesté, inclinándome para besarlo con suavidad. Sentí la profundidad de mis sentimientos en cada toque de nuestros labios.
|| ¿Lista para regresar a casa? Tenemos que hacer un gran comunicado de prensa. ||
|| Muy lista… ¿Podemos avisarles a nuestros amigos después? || pregunté, sintiendo que este momento era solo nuestro.
|| En realidad, no quiero apresurarme. Quiero disfrutar de este instante contigo ahora mismo. Quiero desayunar contigo, ducharme contigo… Luego, cuando estemos en el jet y estemos por llegar, podemos reunirnos con ellos y compartir nuestra noticia. ¿Te parece? || Liam me besó tiernamente en la frente, su mirada llena de amor y promesas.
|| Claro que sí, es perfecto. || Asentí con una sonrisa emocionada, abrazándolo con fuerza. Sentí que cada segundo a su lado era un regalo, un sueño hecho realidad.
Algunas horas después, estábamos de regreso a Cordonia en el jet real. Maxwell y Hana me bombardearon con preguntas sobre la noche anterior, pero les dije que tendría que esperar hasta que llegáramos a casa para compartir detalles.
En medio del vuelo, el mensaje de Drake volvió a mi mente con fuerza. ¡Oh, no! Con toda la emoción de la noche, había olvidado por completo que había escrito para vernos. Decidí acercarme a él.
|| Hey, Drake, || le dije mientras me sentaba a su lado.
|| ¡Oh! Hola, Brown… ¿Todo bien? || me preguntó, con curiosidad en su voz.
|| Sí, todo bien. Quería disculparme por no contestar tu mensaje de ayer. La verdad es que tuve un montón de cosas que hacer y, sinceramente, me olvidé de hacerlo || Le dije, sintiendo el peso de mi descuido.
|| No te preocupes, lo entiendo… || respondió, tratando de ocultar su decepción. || Al ver que no tuve respuesta, supuse que no irías. ||
|| Lo siento tanto. ¿Era algo urgente? ¿Te gustaría hablarlo ahora? || le pregunté, ansiosa por resolverlo.
|| Mmmm… || me miró con una mezcla de curiosidad y duda, como si estuviera tratando de encontrar las palabras correctas. || Se podría decir que no es tan urgente… Pero podríamos hablarlo cuando lleguemos a Cordonia, si te parece. ||
|| Perfecto, suena bien. Hablamos allá entonces. || Le sonreí y le apreté la mano antes de regresar a mi asiento. Hana estaba acurrucada cerca de Maxwell y Liam estaba en la sala de conferencias. Aproveché para descansar en una de las camas, dejando que el cansancio de la noche anterior se desvaneciera mientras me preparaba para lo que nos esperaba en Cordonia.
**
Un tierno beso en la frente me despertó suavemente, sacándome de un sueño profundo. Al abrir los ojos, me envolvió una sensación de tranquilidad, aunque aún sentía el ligero cansancio de tantas horas de sueño. Confundida, me pregunté por qué Liam me despertaba con un gesto tan dulce.
|| Amor… Tuvimos un pequeño desvío, pero estaremos en casa muy pronto || me dijo Liam con suavidad. A medida que sus palabras penetraban en mi mente, me di cuenta de que había estado dormida sin darme cuenta, inmersa en un sueño reparador.
|| ¿Desvío? || pregunté, algo confundida. || ¿Por qué un desvío? ||
|| No te preocupes, no es nada grave. Solo quería avisarte que te espero en la sala de conferencias. He solicitado a todos que se reúnan allí antes de llegar para tener un pequeño desayuno juntos. ||
Asentí con la cabeza, agradecida por su preocupación. Liam me dio un dulce beso en la frente antes de dejarme. Me levanté para ir al baño, deseando refrescarme para el desayuno que nos esperaba. Miré mi reloj: eran alrededor de las seis y media de la mañana en Cordonia. Con emoción y anticipación, me dirigí a la sala de conferencias, donde todos ya estaban reunidos, charlando animadamente y con miradas expectantes. Les sonreí con entusiasmo al entrar.
|| Chicos, ¡realmente me alegra tanto verlos a todos aquí! Nueva York fue una montaña rusa de emociones, pero anhelo dejar atrás los hoteles y regresar a mi hogar en Cordonia. Y, por supuesto, estoy deseando ver a mi Chance. Lo he extrañado mucho… || Miré a Maxwell con cierta preocupación. || Por cierto, Max, ¿cómo está Chance? ¿A quién se lo encargaste? || Maxwell me miró con una expresión de tristeza y algo de inquietud, lo que hizo que mi corazón diera un vuelco. || ¿Maxwell? || pregunté, sintiendo una creciente preocupación.
|| Este, mi Flor… ¿Recuerdas que te comenté que tenía malas noticias que decirte? Bueno, resulta que cuando viajé a buscar a Tariq, encargué a Chance con el personal y se lo llevaron a Cordonia. Pero a él no le agradó en absoluto y… el pequeño se escapó. Aún lo siguen buscando || Maxwell me miró con tristeza, y mi angustia se reflejó en el silencio que siguió a sus palabras.
|| ¿¡QUÉ!? || exclamé, horrorizada y llena de angustia. || ¿Maxwell, por qué no me lo dijiste antes? ||
Maxwell se acercó y me abrazó por el costado, arrodillándose cerca de mi asiento.
|| No quería alarmarte más de lo necesario… Solo iba a preocuparte aún más, como lo estoy haciendo ahora. Están haciendo todo lo posible por encontrarlo, te lo prometo, mi Flor || Sus palabras me conmovieron, pero el dolor por la pérdida de Chance seguía pesando en mi pecho || Por favor no te enojes conmigo ||
Me sentí triste, pero comprendí que no tenía sentido enojarme. A pesar de todo, había superado peores situaciones.
|| Está bien, Max, tranquilo. Solo espero que aparezca pronto. Debe estar muy asustado. || dije, tratando de mantener la calma.
|| Lo sé, pero es bueno estar en casa de nuevo. Él volverá a nosotros, ya verás || añadió Max, con un atisbo de esperanza en su voz. Mi mirada bajó, reflexionando sobre cómo había dejado pasar tanto tiempo. Quizás fue mi culpa que se perdiera. De repente, sentí una mano cálida tomando la mía.
|| Tranquila, amor. También me aseguré de que lo buscaran por todos lados || me dijo Liam con ternura. En ese momento, el grupo guardó silencio. Miré a Liam con una sonrisa agradecida. De reojo, noté el leve cambio en la expresión de Drake, que reveló incomodidad y celos, aunque trató de ocultarlo. Se aclaró la garganta para romper el momento tenso.
|| Este... Liam, ¿dijiste que había algún problema de seguridad con el último tramo de nuestro vuelo? || Pregunto y Liam, con una mirada protectora hacia mí, asintió levemente, pero su mano aún mantenía un agarre cálido sobre la mía.
|| Hubo un pequeño desvío, pero no es nada de qué preocuparse. Cuando la guardia real tiene inquietudes, es mejor escucharlas. Prometo que pronto estaremos en Cordonia || dijo Liam con una sonrisa entusiasta mientras comenzábamos a disfrutar del desayuno. La atmósfera estaba cargada de alegría, y mientras conversábamos y comíamos, Liam se levantó lentamente. Sus ojos brillaban con emoción y nerviosismo mientras me miraba y lanzaba miradas furtivas a nuestros amigos, buscando el momento adecuado para revelar nuestra noticia. || ¿Lista? || me susurró con una sonrisa radiante.
|| ¡Sí, lista! || Le respondí, con el corazón latiendo con fuerza de anticipación. Liam sonrió y aclaró su garganta, un gesto que indicaba que estaba a punto de hacer anunciar las noticias.
|| Amigos, por favor, presten atención un momento || dijo Liam, capturando la atención de todos en la sala. || Antes de que lleguemos a Cordonia, Riley y yo tenemos una noticia que queremos compartir con ustedes ||
|| ¿Qué será? || preguntó Drake, con una mezcla de curiosidad y ligera incomodidad.
|| Como todos saben, mi compromiso anterior fue cancelado || anunció Liam, dirigiendo una mirada seria a Drake, quien se sorprendió. Luego, su expresión se transformó en una sonrisa radiante. || Anoche le pedí a Riley que se casara conmigo, y para mi alegría, aceptó. ¡Estamos comprometidos! || Liam mostró el anillo en mi dedo, y nuestros ojos se encontraron llenos de amor. La sala estalló en aplausos, pero noté la incomodidad en la expresión de Drake, quien dejó su comida y mostró una mezcla de incertidumbre y celos. Liam, captando la tensión, me rodeó con su brazo en un gesto protector, marcando claramente que este compromiso era solo nuestro. || Riley y yo estamos emocionados por este nuevo capítulo || dijo Liam con determinación. || Queríamos compartirlo con ustedes porque son muy importantes para nosotros. ||
|| ¡Riley, esto es maravilloso! || exclamó Hana, levantándose de su asiento para abrazarme con entusiasmo. Su alegría era contagiosa, y me envolvió en un cálido abrazo que me hizo sonreír de oreja a oreja.
|| No puedo creerlo, aunque sospechaba algo… ¡Pero necesito saberlo todo! ¿Dónde estaban? ¿Qué dijo Liam? ¿Qué dijiste tú? || preguntó Maxwell, lleno de emoción, mientras tomaba mi mano para admirar el anillo con una sonrisa radiante.
|| Las felicitaciones vienen primero; las preguntas pueden esperar hasta más tarde || intervino Drake, con un tono que trataba de sonar natural mientras evaluaba sus palabras. || Estoy… feliz por ustedes. Felicitaciones. ||
|| Gracias, amigo || respondió Liam, dándole una palmada en la espalda. Aunque Drake le devolvió una sonrisa levemente forzada, sus ojos mostraban un destello de dolor que intentaba esconder. Luego, se volvió hacia mí con una mirada que no podía disimular completamente su desilusión.
|| Gracias || dije con sinceridad, dirigiéndome a todo el grupo. Noté que Drake evitaba mirarme directamente; sabía que la noticia le había afectado más de lo que había anticipado.
|| Muy bien, estoy seguro de que todos tienen preguntas... || comenzó Liam, pero fue interrumpido de inmediato por Maxwell, que no podía contener su entusiasmo.
|| ¡No tienes idea! || exclamó Maxwell, casi saltando de su asiento. || Dime, ¿dónde fue la propuesta? ¿Qué fue lo que... ||
Justo en ese momento, el piloto anunció que íbamos a comenzar el descenso, y todos debían regresar a sus asientos. La emoción de Maxwell se desvaneció momentáneamente, pero su ansiedad por conocer los detalles de la propuesta era palpable.
|| Qué pena, pero parece que tendremos que posponer las preguntas para después... || dijo Liam, envolviéndome en un cálido abrazo. || Hemos llegado a nuestro hogar. ||
La calidez y amor en su voz eran evidentes. Finalmente, estábamos de vuelta en nuestra amada Cordonia. La sensación de estar en casa, con Liam a mi lado, llenaba el aire mientras el jet descendía suavemente.
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Querida nadie,
a estas alturas de mi vida
imagino que nunca llegarás.
Alguien me dijo una vez,
que conformarse es dormir con el fracaso.
A día de hoy tendría de respuesta,
que agarrarse a una esperanza
es abrazar a la mentira
y solo si eres capaz de soltarla
puedes contemplar la realidad.
Confieso que a veces ha sido culpa mía,
que en mis ganas de que aparecieras,
te he confundido en otros rostros,
incluso he amado a otras como si fueras tú,
agarrado a un para siempre
que ha parpadeado
cada vez con más fuerza
hasta la oscuridad infinita
de un nunca eterno.
Pero aún así,
deberías saber que lo he intentado,
con la excusa de un flechazo,
he perseguido a mujeres por la calle,
como un voyeur recién salido de prisión,
he pagado copas a rubias de bote,
escrito poemas a morenas de playa,
besado a casadas por si dijiste que si
en un ataque confuso
de un sueño de infancia,
donde el blanco de un vestido
podía devorar los grises de la vida.
Y he regalado flores y bombones,
anotado en un círculo fechas importantes,
enumerado estrellas agarrado de una mano,
visto figuras absurdas donde solo había nubes,
esperado trenes que pasaban de largo,
aviones con pánico a la puntualidad,
seguidos caminos con el único deseo
de que no acabaran en profundos precipicios.
Querida nadie,
no imaginas cuantas noches
he ideado un encuentro fortuito,
cuantas mañanas te he buscado
a la derecha del colchón,
cuantas resacas tengo incrustadas en el hígado,
cuantos insomnios de no hallar bien la postura,
cuantos espermatozoides confundidos
por ir en dirección contraria a tu verdadera existencia.
He hecho montones de promesas
que solo podría haber cumplido contigo.
Y he cometido demasiados errores,
te he llamado en otros nombres,
ha girado todo mi mundo alrededor de otra cintura,
he llorado otras ausencias,
ganado la paz en en otras bocas,
perdido la guerra en otros muslos.
Incluso a veces querida nadie,
he dejado de echarte de menos
y he sido feliz sin ti.
Diciéndole a otras mujeres
el tiempo que llevaba esperándolas
como si por fin tú querida nadie
hubieras llegado a mi brazos.
Ahora estoy seguro que nunca fue así,
que no hemos sido capaces de encontrarnos,
que yo estoy solo y tú tal vez
con el hombre equivocado.
Y si vienes,
si alguna vez apareces en mis días
con esa seguridad entre los labios
del por fin y el para siempre,
tristemente querida nadie
a estas alturas de mi vida,
ya ni siquiera me queda amor
para creerte.
Ernesto Pérez Vallejo
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Hoy
No escribía hace un tiempo… estuve un poco desconectada de escribir porque he tratado ya de no pensar en el, pero el fin de semana y hoy se me vino a la cabeza su recuerdo. Sinceramente jamás me había pasado en todo este tiempo el pensarle y no llorar, hoy sin embargo lo recordé y no lloré, no pensé en que ya no va a volver o en las cosas que me hacen llorar y gritar su nombre. Realmente es verdad cuando dicen que el tiempo y el querer estar bien con todas tus fuerzas curan, es lento y muy difícil pero si vas sanando y te das cuenta en pequeñas cosas como estas.
Hoy pensé en que ya no soy la misma, no soy la misma que él conoció, incluso yo me estoy empezando a conocer, tengo un montón de virtudes y defectos que me hacen ser quien soy ahora. Estoy más sensible, lloro con cosas pequeñas y me estoy aprendiendo a amar, me estoy despreocupando de cómo me ven los demás con respecto a mi cuerpo y a mis acciones pasadas, esa mujer ya no existe, las cosas del pasado quedaron atrás para mí.
Hoy soy una mujer totalmente diferente, me estoy viendo con amor, me estoy amando y respetando, me estoy volviendo fuerte y ya no tambaleó para tomar una decisión. Quiero cosas que quise antes pero que las voy a materializar y otras que me propuse en este camino que cada día veo con más felicidad.
Volví, pero a la vez no volví, esa mujer humillada, desconsolada y patética que fui ya no está, la abracé y la aconsejé y volvió pero ya no es ella. Estoy segura de que algún día miraré todo esto desde lejos con mis ojitos llorosos y diré “lo logré”.
Hoy no voy a permitir nunca más que alguien me ponga el pie encima, y aunque cometa errores no dejaré que nadie me juzgue, porque finalmente la única que cargó con el peso fui yo.
Espero que a esta nueva persona la aprendan a conocer y la amen tanto como mi versión anterior, porque esa, esa ya no volverá jamas.
Constanza A. 🌻
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