#tu ya sabes quien es
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jaratedeguadalupe · 2 years ago
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roman unironically watches telenovelas and I will blow myself up to smithereens on that hill 
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tomoyoo · 1 year ago
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yo solo quiero ver como luce el tomo 1 de la balada del viento y los arboles no me cuentes la historia del shojo ya se quien es riyoko ikeda jshdsgdfsh
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flan-tasma · 1 year ago
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Sleeping with them (Fontaine men ver.)
In which I tell you what it's like to spend a sleepover with them (I love sleepovers, they're so great, I want to go to one)
Includes Lyney, Freminet, Neuvillette and Wriothesley.
Warning: Nope now💖, Modern!Au(? idk, GN!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
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Cuando no está ocupado y quiere darse un descanso de su vida, una pijamada es un sí para él.
Hacen algo de comer o piden algo para llevar y empiezan a hablar entre ustedes acerca de su día. Hay veces en las que te habla de sus preocupaciones y se da el lujo de dejar su máscara lejos, ya no necesita ser un Fatui o un hermano mayor ideal, solo es Lyney y lo estás alimentando con comida deliciosa y lo escuchas.
Te pide que le peines el cabello, puede ayudarlo a dormir más rápido, le gusta cuando lo acaricias.
Te pide muchos besos aleatoriamente o los roba.
Le gusta compartir una rutina de skincare contigo, verlos a los dos en el reflejo del baño mientras esperan a que la mascarilla se seque o verte aplicarle una crema humectante es muy íntimo para él.
Definitivamente se hacen manicura y pedicura (si te comes las uñas o las muerdes definitivamente te regaña).
Se cuentan chismes que han escuchado.
Cuando duermen juntos puedes escuchar sus ronroneos desde su pecho, también es alguien que le gusta ocultar su rostro en tu cuello y en algunas ocasiones rasguña tu cabello entre abrazos.
Si tiene sueño y tú te levantas para cualquier cosa, él te abraza más fuerte y puede morder tu hombro para que dejes de quejarte, luego besa dónde mordió (sabes, como ese vídeo tan lindo de los gatos siendo bonitos).
Le va a costar levantarse a la mañana siguiente, definitivamente te obliga a dormir hasta tarde con él. Es un gatito cansado, déjalo descansar contra el sol que se asoma por la ventana.
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Le gusta mucho tener pijamadas contigo, sobre todo cuando están en silencio y está oscuro.
Tal vez hayan algunas velas para que puedan jugar algún juego de mesa o leer estando al lado del otro, pero cuando está oscuro se le hace más tranquilo.
Le gustan las velas aromáticas de olores suaves.
También deja que le hagas alguna rutina de skincare si quieres, le gustan cuando los productos son frescos contra su piel y huelen bien. También deja que le arregles las uñas.
Te ayuda si le pides que te ponga alguna mascarilla o rulos en el cabello.
Le gustan los susurros, cuando hablan en el mismo tono bajo lo hace sentir tranquilo, y el sonido de las hojas de los libros o las piezas de los juegos de mesa junto al crepitar de las velas lo relajan.
Te ayuda a peinarte el pelo antes de dormir.
Definitivamente se acuestan y se cubren con las mantas para abrazarse y descansar, en sí le gusta cuando están en silencio y están juntos.
Le gustan mucho los besos de buenas noches tanto como los besos de buenos días, entonces te los pide.
Pers duerme con ustedes como si fuera su bebé.
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No tiene ni idea de qué es una pijamada pero le gusta dormir contigo, entonces acepta.
Definitivamente algún Melusine se entera de la pijamada y asiste, entonces están en una habitación gigante (espero que sí porque son un montón) y muchos Melusines están ahí riendo y hablando.
Se peinan entre todos, quienes están peinados ayudan a los demás y se llenan el cabello con adornos.
Neuvillette lleva el pelo suelto para estar más cómodo, para que las Melusines lo peinen y porque está cansado, entonces si se duerme de repente estará bien.
Se suele sentar entre todo el alboroto y bebe té a tu lado mientras tu y algunas Melusines le ponen mascarillas, crema y sérum con total tranquilidad.
Te mantiene a su lado y se deja guiar por lo que le pides, ya sea arreglarse las uñas o el cabello entre ustedes o para las Melusine.
Tal vez alguna Melusine se duerma en la cama y todas hacen lo mismo, Neuvillette las acomoda para que duerman cómodas, luego recogen todo y terminan el té ya tibio.
Te recuerda lavarte los dientes y él prepara una zona de la cama para que ambos duerman.
Duermen rodeados de sus hijitas, todos acurrucados y abrazados como si fueran una familia numerosa (que lo son), entre murmullos entre sueños y ronquidos.
Neuvillette te acaricia la espalda y el cabello para que duermas sobre su pecho.
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Hace cualquier cosa que quieras porque se le dificulta decirte que no, por lo que cuando van a dormir ya tiene preparada una tetera y un buen té que les gusta.
Le gusta leer junto a ti, con tus piernas en su regazo para poder acariciarte. Es mucho más divertido cuando tiene una diadema de conejito en su cabeza y una mascarilla con forma de gatito.
Definitivamente usan el sofá y se quedan dormidos ahí. Puedes moverte por todos lados, traer cosas para pintar sus uñas y hacer que coincidan con las tuyas, bailar a su lado o incluso hacerte alguna mascarilla capilar, él estará en el sofá dándote algunas miradas y sonriendo, levantándose a ayudarte cuando se lo pides.
Deja besos en tu cuello cuando has terminado de enjuagar tu cabello y te besa la cabeza cuando terminas de secarte el cabello.
Le gusta poner música tranquila y dejarte jugar con su cabello despeinado, también puede acceder a que le peines el cabello en algún nuevo estilo.
Te da galletas para que comas mientras hablan, también puede burlarse y pedirte que comas de la galleta que está entre sus labios.
Te arrulla para que duermas, te abraza muy fuerte para que no caigan del sofá (a él le gusta su sofá, es muy suave y tiene cojines cómodos).
Si te duermes primero, se acaba el té y va al baño antes de acostarse junto a ti, si se duerme primero él se bebe el té frío en la mañana.
Por favor usa su brazo como almohada, a él le encanta cuando lo haces.
Sus ronquidos son altos, pero intenta no molestarte, te deja ponerle alguna camiseta en la boca para que duermas tranquila.
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English:
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When he's not busy and wants to take a break from his life, a sleepover is a yes for him.
You make something to eat or order something to go and start talking to each other about your day.
There are times when he talks to you about his worries and has the luxury of leaving his mask far away, he no longer needs to be a Fatui or an ideal older brother, he is just Lyney and you are feeding him delicious food and you listen to him.
He asks you to comb his hair, it can help him fall asleep faster, he likes it when you pet him.
He randomly asks you for a lot of kisses or steals them.
He likes to share a skincare routine with you, seeing the two of you in the reflection of the bathroom while you wait for the mask to dry or watching you apply a moisturizing cream is very intimate for him.
You definitely get manicures and pedicures (if you bite your nails you will definitely get scolded).
You tell each other gossip you have heard.
When you sleep together you can hear his purrs from his chest, he is also someone who likes to hide his face in your neck and sometimes scratches your hair between hugs.
If he is sleepy and you get up for anything, he hugs you tighter and he can bite your shoulder to stop you from complaining, then kiss where he bit (you know, like that cute video of cats being cute).
He's going to have a hard time getting up the next morning, he definitely forces you to sleep in with him. He's a tired kitten, let him rest against the sun peeking through the window.
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He really likes having sleepovers with you, especially when it's quiet and dark.
Maybe there are some candles so you can play a board game or read next to each other, but when it's dark it makes him calmer.
He likes the aromatic candles with soft scents.
He also lets you do a skincare routine for him if you want, he likes it when products are cool against his skin and smell good.
He also lets you do his nails. He helps if you ask him to put a mask or curlers in your hair.
He likes whispers, when you talk in the same low tone it makes him feel calm, and the sound of the pages of the books or the pieces of the board games together with the crackling of the candles relax him.
He helps you comb your hair before going to sleep.
You definitely go to bed and cover yourselves with the blankets to hug each other and rest, he actually likes it when you are silent and together.
He really likes good night kisses as much as good morning kisses, then he asks you for them.
Pers sleeps with you two like it's your baby.
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He has no idea what a sleepover is but he likes sleeping with you, so he accepts.
Definitely some Melusine finds out about the sleepover and attends, then you are in a giant room (I hope so because there are a lot of them) and many Melusines are there laughing and talking.
All of you comb each other's hair, those who have their hair done help others and fill their hair with decorations.
Neuvillette wears his hair down to be more comfortable, so that the Melusines can comb it, and because he's tired, so if he falls asleep suddenly he'll be fine.
He usually sits among all the commotion and drinks tea next to you while you and some Melusines put him masks, cream and serum with complete peace of mind.
He keeps you by his side and lets himself be guided by what you ask him, whether it's doing your nails or hair for each other or for the Melusines.
Maybe some Melusine fall asleep in bed and they all do the same, Neuvillette arranges them so that they sleep comfortably, then you put everything away and finish the warm tea.
He reminds you to brush your teeth and he prepares an area of the bed for both of you to sleep.
You sleep surrounded by your little children, all curled up and hugged as if you were a large family (which you are), murmuring between dreams and snoring.
Neuvillette caresses your back and hair so you sleep on his chest.
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He does whatever you want because he has a hard time saying no to you, so when you go to sleep he already has a pot of tea ready and a good tea that they like.
He likes to read next to you, with your legs in his lap so he can caress you. It's so much more fun when he has a bunny headband on his head and a kitty mask.
You definitely use the couch and fall asleep there. You can move around, bring things to paint his nails and make them match yours, dance next to him or even do a hair mask, he will be on the couch giving you some glances and smiling, getting up to help you when you ask him to.
He leaves kisses on your neck when you're done rinsing your hair and kisses your head when you're done drying your hair.
He likes to play calm music and let you play with his messy hair, he can also agree to let you comb his hair in some new style.
He gives you cookies to eat while they talk, he can also tease you and ask you to eat the cookie that is between his lips.
He lulls you to sleep, hugs you very tightly so you don't fall off the couch (he likes his couch, it's very soft and has comfortable cushions).
If you fall asleep first, he finishes the tea and goes to the bathroom before lying down next to you, if he falls asleep first he drinks the cold tea in the morning.
Please use his arm as a pillow, he loves it when you do.
His snoring is loud, but he tries not to bother you, he lets you put a shirt in his mouth so you can sleep peacefully.
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verso-abstracto · 4 months ago
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Para quien necesite leerlo…
Nadie dice que cambies. No, no se trata de eso.
Llega un punto en todo el recorrido en que el cansancio te pide hacer un alto.
Paras un momento, respiras, miras a tu alrededor y ahí caes en cuenta de la real situación.
Y sí, todos cambiamos, para bien o para mal todos lo hacemos, pero depende de cómo decidas cambiar y a partir de ahí empezará un nuevo camino para ti.
Entonces haces mejoras en tu vida, trabajas los puntos personales que tienes que trabajar, entras a círculos más fructíferos para ti, te alejas de personas que realmente no aportan a tu vida y ahí… ya. Todo cambia.
Ahora, no es que digamos que todo eso será rápido, no es como que después de tres meses de haber empezado dirás “¡Wau! ¡Qué cambios!”, pues tampoco, ¿no?
Pero sí, la cosa se vuelve un poco diferente, el aire cambia y, aunque no se pueda ver a simple vista para los demás, tú ya lo ves.
Para el corto tiempo no será ¡el cambio!, pero sí, ha cambiado algo, las cosas no son como antes. Se vuelve… menos doloroso, ya no hay tanto sufrimiento.
Te permites sentir, te permites llorar, pero ahora, en comparación con unos meses atrás, te entiendes, te comprendes, sabes qué es lo que está pasando y sabes que se te es permitido sufrir un poco.
Porque es normal, porque así es la vida y no tiene nada de malo que a veces nos sintamos como si el mundo se nos viene abajo, pero ahora sabes perfectamente que todo va a pasar, que el sufrimiento no es para siempre, que las ganas de derrumbarse no se quedarán instaladas por siempre en nuestra alma y que hay que salir adelante.
Te permitirás sufrir, pero también te permitirás levantarte y demostrarte que aquel mal momento no podrá contigo.
De eso de trata la vida, prueba y error.
Y mientras juegas este duro y pesado juego, disfrútalo, sonríe, vive, sana, quiérete, ámate, llórate cuando tengas que hacerlo, pero nunca te rindas.
Porque eso no es lo que hacemos los valientes.
Y créeme, todos lo somos.
Incluso tú, aunque ahora mismo no lo sientas así.
Little Moon
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olee · 9 months ago
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Puerto Viejo | Enzo Vogrincic
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road trip con tu mejor amigo
friends to lovers
*si hay algún error por favor déjame saber!
Llevabas días sin ver a tu mejor amigo. Los cielos grises de Uruguay te impulsaron a tomar una decisión repentina: escapar a un país tropical. Sin previo aviso, decides llamar a Enzo, tu mejor amigo, quien aparentemente se encontraba en Madrid. “Che, ¿cuándo piensas bajar por acá?” le preguntas. Enzo, con un tono preocupado y algo asustado, responde: “Mirá, capaz que en una semanita ando por ahí. ¿Está todo bien? ¿Cómo venís vos?” Tú, intentando mantener la calma, le respondes: “Tranqui, todo está bien... estaba pensando en organizar algo para cuando llegues, tal vez hacer un pequeño viaje a Costa Rica o algo así, si tienes tiempo, claro." Después de un prolongado silencio, Enzo, profundamente pensativo, te responde: “La posta es que tengo la agenda a full, pero obvio que me muero de ganas de verte... mirá, mejor te mando la guita y vos comprás los boletos para una semanita, ¿dale?” Tú aceptas con entusiasmo, preguntándole: "Enzo, pero ¿cuándo caés exactamente?" Enzo, aún pensativo, te dice: "Me parece que caigo el próximo viernes, así que sería mejor que compres el mío directo a San José y allá nos vemos, ¿te va?" Aceptas la propuesta, aunque con cierta confusión, y le preguntas: “¿Y no vas a sacar ida y vuelta a Montevideo?” Y él, con toda la seguridad del mundo, te responde: "Nada, comprá solo el pasaje a San José, yo me encargo de arreglar las cosas en Montevideo." Con un simple "Dale", aunque todavía con un poco de cabeza en el aire, das por terminada la charla.
Después de dos semanas, te encontrabas en el aeropuerto de San José esperando la llegada de Enzo. Mirabas tu celular con cierta ansiedad, dado que no lo habías visto en varios meses. Enzo, ahora una estrella del cine, estaba sumamente ocupado y rara vez encontraba tiempo para reunirse contigo. Así que, mientras esperabas en una esquina de la salida del aeropuerto, sentías una sensación inusual hacia tu mejor amigo, como mariposas revoloteando en tu estómago. La última vez que habías sentido algo así fue cuando eras adolescente y tenías un flechazo con un amigo de Enzo, pero nunca antes con él. Por lo tanto, realmente no sabías cómo iban a desarrollarse las cosas durante este mini viaje con tu mejor amigo en Costa Rica.
De repente, sale Enzo de la salida y te saluda efusivamente, "¡(Y/N)! ¿Cómo estás? ¡Te extrañé un montón, pero mirá qué grandota estás!", te dice mientras te abraza fuerte y te planta un beso en la mejilla. Tú, con una sonrisa de oreja a oreja y un leve sonrojo, le respondes a tu mejor amigo, "¡Ay, loco, pero vos sí que estás grande ahora! ¿Qué te ha pasado? ¡Y ya no estás flaco, ahora estás gordito!", bromeas. Enzo te mira con una sonrisa sarcástica y pregunta, "¿En serio estoy gordo o me estás chamuyando?" Tú, rápidamente, lo tranquilizas, "¡Estás re lindo, mejor?!" Enzo asiente satisfecho, "¡Mejor, mejor!"
Entonces, una sensación de nostalgia y déjà vu te invade mientras lo observas. Después de un momento, le dices con entusiasmo, "Bueno, vamos por el auto." Enzo, sorprendido, exclama, "¿No me digas que rentaste un auto?" Tú lo miras con complicidad y le respondés, "¿Te olvidaste quién soy? ¡Claro que renté un auto!" Ambos se encaminan hacia el auto y, Enzo, quien entre risas comenta, "Ah, ya entendí, yo manejaré, ¿cierto?" Tú le guiñas un ojo y respondés con seguridad, “Obvio”.
Al subirse al auto, Enzo enciende el Google Maps y se ponen en camino hacia Puerto Viejo, en la zona caribeña. Tú, con tus lentes de sol y lista para la playa, decides poner "Ojitos Lindos" de Bad Bunny y Bomba Estéreo. Aunque Enzo no sea un gran fanático del reguetón, lo cual te duele en el alma, como buena amiga, te importa un bledo y pones lo que te da la gana. Sin embargo, sabes que Enzo, en su interior, está en modo playero y listo para el jolgorio.
Lo observas y notas cómo su cabello ondea con el viento, luciendo absolutamente encantador en su desorden. Luego, tus ojos se deslizan hacia los brazos de Enzo en el volante, notando cómo sus venas resaltan y lo suaves que se ven sus brazos. Te dan ganas de tocarlos y besarlo, pero en lo más profundo de tu ser sabes que para Enzo, tú eres simplemente su mejor amiga.
Con la música a todo volumen, le gritas a Enzo, "¡Che, tengo que ir al baño! Para en una estación de servicio". Sin embargo, Enzo te responde, "¡Loca, habíamos planeado ir directo al Airbnb, no tengo tiempo". Tú le replicas, "¡Boludo, de verdad necesito ir al baño!" Enzo te mira riendo y te dice, "Bueno, tres minutos y nos vamos". Tú lo miras con incredulidad y le respondes, "Ay, dejate de joder y esperame tranquilo, ¿entendiste?" Enzo, con una sonrisa encantadora, te dice, "Entendido".
Al llegar a la estación de servicio, sales corriendo de manera cómica hacia el baño y Enzo, riéndose, te dice, "¡Corre, corre, que te come el coco!" Terminas en el baño y regresas al auto, sacándole el dedo medio a Enzo, quien te devuelve el gesto con una sonrisa.
Esta vez, después de tanto rogar, Enzo te pide que pongas Enanitos Verdes, pero como buena amiga desobediente, decides poner "Chulo" de Bad Gyal, Tokischa y Young Miko, y comienzas a cantar la letra a todo pulmón para deleite de Enzo: "La cadena le brilló en lo oscuro|Huele a Baccarat, fumándose un puro|Tiene cara que en la cama te da duro|Yo sé, papi, que tú eres muy chulo". Ambos se unen para cantar el coro, gritando "¡Chulo! ¡Chulo!" a todo pulmón mientras recorren la costa del Caribe hacia Limón.
Finalmente llegan al Airbnb, que está literalmente en medio de la nada, en la jungla, con un estilo hippie donde los extranjeros parecen pasarse el día fumando hierba. Enzo te mira con seriedad, mientras tú te ríes como una loca y le dices: "Tranquilo, esto es solo por una semanita, como dijiste". Enzo te mira, luego dirige el volante hacia la entrada del Airbnb, que resulta ser una cabaña de bambú, y te dice sarcásticamente: "¡Boluda! ¿Se te olvidó mi relación peculiar con los mosquitos?" Tú lo miras sorprendida y admites: "¡Loco, olvidé comprar repelente!" Enzo, con calma y madurez, responde: "Vi un mercado en el camino, nos detenemos ahí más tarde y compramos algo". Tú, como una niña emocionada, le dices: "¡Dale!"
Al entrar al Airbnb, emocionada abres la puerta de la cabaña, siendo tú quien tiene la llave. Pero, al abrir, lo primero que hacés es tirarte a la cama como un sapo. Sin embargo, después te das cuenta de algo: solamente hay una cama. Y le decís a Enzo: “¡Ay loco! Vas a tener que dormir en el piso, yo te presto una almohada”. Pero Enzo te mira con una sonrisa pícara y te dice, en tono coqueto: “Pero, yo quería dormir con vos”. Después de un largo silencio, te ponés colorada como un tomate y parece que Enzo se da cuenta, cambiando rápidamente de tema diciendo: “Eh… vamos al mercado, que ya veo que no hay nada en la cocina”. Te levantás rápidamente de la cama como un resorte y le decís: “¡Vamo’!”
Cuando te disponías a subir al auto, Enzo te hace una señal de que no, y te dice: "(Y/N), es caminando, ¿no te diste cuenta?". Tú le respondes: "Ni idea, no vi nada". Enzo te mira seriamente y te dice: "Loca, está a menos de cinco minutos". Tú, con apuro, comienzas a caminar rápidamente y le dices: "¡Vamos, vamos!"
Ambos caminan juntos por el exuberante estilo de la jungla, el verdor y la vida salvaje los rodean mientras se dirigen al mercado. El silencio de la naturaleza los envuelve, solo interrumpido por el suave susurro de las hojas movidas por la brisa y el canto de las aves. Tú observas a Enzo con admiración, maravillándote de cómo se sumerge en la belleza natural con su cámara vintage. Él captura imágenes de todo lo que encuentra a su paso: las intrincadas formas de las plantas, los adorables osos perezosos columpiándose en las ramas, los coloridos pájaros que revolotean entre los árboles. Mientras tanto, tú lo observas con cariño, pensando en lo hermoso que es Enzo y en cómo parece fundirse con el entorno.
De repente, Enzo gira hacia ti, con el lente de su cámara apuntando en tu dirección. Instintivamente, volteas rápidamente como si estuvieras fascinada por una pequeña flor amarilla que apareció de la nada, tratando de disimular tu sorpresa. Enzo, con una sonrisa traviesa, te toma una foto, luego otra. Cuando finalmente volteas hacia él, lo encuentras un poco nervioso, como si temiera haber sido descubierto.
Finalmente, llegan al mercado de estilo hippie, pero de repente, te tropieza con una columna debido a una piedra que no viste. Rápidamente, Enzo te sujeta firmemente de la cintura, preocupado, te pregunta con tono suave: "¿Estás bien?" Nerviosa por la manera en que te agarró, respondes en voz baja: "Sí, gracias".
Una vez dentro del supermercado, lo primero que hacen es comprar el repelente, algunos jugos, vinos, frutas, papas fritas y algunas chucherías para no morirse de hambre. Después de pagar, se dirigen de regreso al Airbnb, que ya está oscuro. Enzo enciende la fogata mientras tú preparas los vasos de vino. En un momento tranquilo, Enzo te agradece por haberlo invitado, diciendo: "Gracias por invitarme, (Y/N), realmente necesitaba estar contigo en un lugar así". Tú, ya bastante nerviosa por las mariposas revoloteando en tu estómago, le dices: "Te extrañaba mucho". Enzo, con una sonrisa tierna, te abre los brazos para que lo abraces y te dice: "Ven acá, chiquita". Toda roja y casi a punto de llorar, corres hacia él para abrazarlo.
Mientras se abrazan, puedes sentir cómo Enzo se relaja ante ti, soltando un suspiro tembloroso y suave, al igual que tú. Estar cerca de él te hace darte cuenta de cómo se apoya en tu cuello y respira suavemente, dándote un beso cálido en el cuello. Tú lo miras a los ojos y, sin poder resistirte, lo besas en los labios. Él corresponde al beso y, después de un largo suspiro, te dice: "No sabes cuánto quería estar finalmente contigo así. Te quiero mucho, te re quiero". Tú le respondes: “Ay, Enzo, ¿por qué me hacés sentir así?” Enzo te dice: "Porque siento lo mismo".
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deepinsideyourbeing · 6 months ago
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Con toda devoción - Matías Recalt & Enzo Vogrincic
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Cap I. Cap II. Cap III. +18! Threesome, MeanDom!Mati & SoftDom!Enzo. Age gap, begging, dirty talk, fingering, nipple play, (breve alusión a) sexo anal, sexo oral, sexo con protección, (no tan breve alusión a un leve) subspace, voyeurismo implícito. Uso de español rioplatense.
El jardín está ahora casi desierto y la casa sumida en un silencio espectral.
Cuando rechazaste la ayuda para lavar y secar los platos fue porque no creíste que te arrepentirías tanto… Pero el arrepentimiento es porque negarte a ella significó dejar a todos los invitados en libertad y ver cómo se despedían, recibiendo y repartiendo abrazos por doquier, y abandonándote con la gravedad de cierta situación cuando la puerta se cerró a espaldas del último en marcharse.
La ventana de la cocina te permite ver a Matías y Enzo, de pie en el patio con una botella de cerveza y un cigarrillo en sus respectivas manos. Tu novio te da la espalda pero percibís por sus movimientos que está hablando de manera relajada, balanceando su peso sobre sus pies como si bailara al ritmo de una melodía que sólo él puede oír, y por su parte Enzo sólo asiente con una expresión de concentración y seriedad no tan inusual en él.
Observás con horror a Matías interrumpiendo sus movimientos y acercándose al uruguayo para hablarle al oído: cuando Enzo desvía su mirada hacia la ventana y encuentra tus ojos fijos en él el plato en tus manos cae sobre el fregadero y se hace pedazos, cobrándose también unos vasos. Intentás apartar los restos de vajilla destrozada para deshacerte de ella más tarde, pero tu corazón acelerado y la espuma en tus manos temblorosas dificultan la tarea.
Un pequeño grito deja tus labios cuando el cristal roto corta la piel de tus dedos.
-La puta que me parió…
-Qué boquita- reprocha Matías, observándote desde la puerta antes de acercarse-. A ver...
-No es nada- intentás zafarte de su agarre pero tira de tu muñeca con fuerza y te dirige una mirada a modo de advertencia, en su rostro una mueca de disgusto ante tu actitud-. Perdón.
-¿Qué pasó?- deja correr el agua sobre tu mano y siseás.
-Se me cayó un plato, nada más.
-No, pregunto qué pasó con vos.
-¿Por qué?
-Porque hoy te estabas portando re bien y ahora…- encoge los hombros en un gesto que significa molestia y decepción, su lado más estricto tirando de las cuerdas de su humor-. ¿Necesitás hablar de algo?
-No.
-Entonces portate bien, que hay gente.
-Pero él ya vio todo- susurrás, temiendo que Enzo logre oírlos desde el jardín.
Matías voltea lentamente y su expresión causa que un escalofrío recorra tu columna vertebral. Dirige su mirada hacia el techo y lo imitás, tu concentración permitiéndote oír los pasos en la planta superior de la casa. Tu novio hace que regreses tu atención a él besando tus heridas.
-Pero Santiago no- y la mano que no sostiene la tuya se dirige hacia el dobladillo de tu vestido, colándose por debajo de la tela para rozar tu ropa interior impregnada con los fluidos de ambos-. No querés que él también sepa que sos una putita, ¿o sí?
Te mordés el labio y negás: tu mente aún se encuentra en una especie de estado febril resultante de las actividades previas, por lo que se te dificulta comprender si en verdad está amenazando con castigarte y, por consecuente, con permitir que quienes pasarán la noche en la casa oigan tus gritos. Tus ojos vidriosos encuentran su mirada y te sonríe como si la situación fuera divertida.
-Andá arriba y esperame- besa tu pómulo-. Termino con los platos y voy.
Lo mirás confundida, pero obedecés y corrés hacia las escaleras. Ignorás la silueta en la puerta que da al jardín, por supuesto, y cuando te cruzás con Santiago en el corredor forzás una sonrisa que pretende lucir natural y amable, como si su presencia en la casa no fuera un inconveniente -y no lo es, pero eso sólo lo sabe la ahora ausente parte lógica de tu mente-.
Cerrás la puerta del baño a tus espaldas y te arrojás sobre el lavabo para refrescar tus mejillas ardientes, pero no es suficiente porque tus muslos manchados también comienzan a molestarte. Arrojás tu vestido sobre el cesto de la ropa sucia y también tu ropa interior arruinada y permitís que el agua tibia de la ducha se lleve cualquier remanente de la velada de tu cabello y tu piel, ya sea el aroma de la comida o los restos de tu novio.
Antes de dirigirte hacia la habitación borrás los rastros de maquillaje de tu rostro y una vez allí tomás una camiseta cualquiera, ya que tenés la seguridad de que no permanecerás vestida por mucho tiempo. La voz de Matías estaba lejos de ser amenazante; por el contrario, parecía ser la promesa de una recompensa cuya idea hace que te muerdas los labios y roces tus muslos.
Y es así como los ojos de Matías te encuentran en cuanto abre la puerta, con tu labio inferior enrojecido por la acción de tus dientes y tus piernas moviéndose de esa particular forma que delata tu necesidad. Se acerca con pasos cautelosos, como si temiera asustarte, y te enseña dos pequeñas tiras de vendaje adhesivas.
-¿Te acordás…- comienza mientras cubre tus heridas- cuando te pregunté a cuál de mis amigos te cogerías? ¿Qué fue lo que me dijiste…?
-Enzo- susurrás-. Pero…
-Y ahora sabemos que Enzo también te quiere coger- apretás los párpados con fuerza-. Con lo linda que sos, ¿cómo no va a querer?
Estás a punto de contestar, aunque no sabés muy bien qué decir, pero su voz te interrumpe.
-¿Qué decís vos? ¿Qué te parece si lo dejo cogerse esa conchita tan linda que tenés?
El temblor en tu cuerpo es confirmación suficiente, pero Matías sabe que no estás precisamente lúcida y que es su culpa: horas atrás deseaba arruinarte y hacer evidente que sólo le pertenecés a él, quería que la bruma en tus ojos y el letargo en los movimientos de tu cuerpo aturdido sirvieran para hacer comprender a Enzo el lugar que le corresponde.
Ahora sabe que disfrutaría más permitir que el mayor tenga el privilegio de probarte, ya que de esa forma sólo le quedarán los recuerdos y no poseerte dolerá aún más, pero primero necesita saber que sos consciente de lo que involucra su sugerencia y de que das tu consentimiento. Se arrodilla junto a tus piernas y toma tus manos, acariciando tus nudillos cuando ve que tus ojos permanecen fijos en la persona aguardando junto a la puerta.
Tus pupilas están dilatadas y tu respiración se acelera cuando le devolvés la mirada.
-Pero sólo si estás muy segura, ¿sí? Si no estás segura Enzo se va y mañana nadie habla de esto- besa tus manos y te sonríe-. Y si querés yo no me voy a enojar… Además te voy a estar cuidando todo el tiempo.
Respirás profundamente y cerrás los ojos antes de contestar.
-Sí, quiero- asegurás.
Los pasos de Enzo resuenan sobre la duela y cierra la puerta con delicadeza, distrayéndote y dándole a Matías una oportunidad para subir a la cama y arrastrarte para recostarte contra su pecho, arrugando tu camiseta en el proceso y dejando al descubierto tu centro desprovisto de ropa interior. Enzo no emite palabra alguna, sólo se limita a acompañarlos en la cama y sus dedos acarician la piel de tu tobillo antes de ascender y recorrer tu pierna hasta tu muslo.
-¿Puedo?
Te mordés el labio y asentís.
-Te vas a lastimar- dice, estirándose y utilizando su pulgar para liberar tu labio-. Y necesito palabras, ¿sí?
-Sí- contestás-. Sí, podés.
-Eso- te sonríe cómplice y separa tus piernas con suavidad-. Sos muy linda, ¿sabías? En todos lados…
Arrojás la cabeza hacia atrás en busca de consuelo, abrumada por la atención del mayor y la forma en que sus dedos erizan tu piel. Matías suelta una risa casi silenciosa contra tu cabello antes de besarlo, sus manos acariciando tus brazos con fuerza en contraste con los roces prácticamente imperceptibles que el otro deja sobre tu piel.
Un gemido mudo separa tus labios cuando sin previo aviso el pulgar del uruguayo se desliza sobre tus pliegues, traza una línea desde tu entrada hasta tu clítoris y comienza a dibujar suaves círculos allí. La mirada atenta de Matías sobre ambos es algo que Enzo escoge ignorar para concentrarse en cómo tu rostro se contrae en una mueca de placer cuando comienza a presionar más y más fuerte tu punto más sensible, gemido tras gemido surgiendo en tu garganta.
Y recién comienza…
-¿Querés que le cuente a Enzo cómo me apretaste la pija cuando lo viste?- negás-. ¿No? ¿Por qué no…?
-Me da vergüenza- admitís entre gemidos, cerrando los ojos para no tener que enfrentar sus miradas.
-¿Te da vergüenza?- pregunta Matías, fingiendo sorpresa-. Pero no te da vergüenza que…
-Dejala, Mati, pobrecita.
Dirige un dedo hacia tu entrada brillante y desliza el dígito de arriba abajo para esparcir la humedad sobre tus pliegues antes de introducir en tu interior la primera falange. Sólo eso basta para hacerte gemir con fuerza y tus piernas amenazan con cerrarse, pero Matías cubre tu boca con una mano y te sostiene por el muslo con la otra, restringiendo los movimientos de tu cadera y ahogando con su palma cualquier sonido que pueda delatarlos.
El intercambio de miradas entre ambos hombres es breve, casi fugaz, pero comprendés el significado que oculta cuando tu novio comienza a besar tu mejilla al tiempo que un dedo vuelve a deslizarse en tu interior y es recibido por tus paredes cálidas. Enzo no pierde el tiempo, curva el dígito en busca de tu punto dulce y cuando lo encuentra comienza a abusar de la sensibilidad que encuentra allí, complacido por tu respuesta y humedad.
Por si las caricias del hombre entre tus piernas no fueran suficiente, sentís la creciente erección de tu pareja contra tu espalda, palpitante e irradiando el calor suficiente para sentirlo a través de las prendas de ambos. Le dirigís una mirada suplicante, su mano aún cubriendo tu boca, y en sus ojos encontrás nada más que fascinación por la escena que se desarrolla frente a él: sólo cuando comenzás a sacudir la cabeza una sonrisa se apodera de sus labios y te permite hablar.
-Por favor, por favor, por favor- suplicás-. Voy a…
-Preguntale a Enzo.
Tus mejillas no arden, queman.
-Enzo, ¿puedo…?
-Sí, bebé, cuando vos quieras.
Cuando vos quieras es una expresión de amabilidad, porque Enzo separa aún más tus piernas para poder acercarse a tu centro y sus labios se adhieren a tu clítoris para succionar con una fuerza experta. La sensación basta para hacerte delirar y casi te distrae lo suficiente para no notar el breve instante en que retira el dedo de tu interior... para luego introducir dos.
El escozor que nace de la súbita dilatación de tu interior sensible te estimula aún más, aunque lo que finalmente te arroja hacia el precipicio son los gemidos de Enzo contra tu intimidad, la vibración de los mismos recorriéndote. Tus gritos no tienen oportunidad de llegar a oídos ajenos: Matías invade con sus dedos el interior de tu boca y provoca que las contracciones de tu garganta sean simultáneas a las de tu interior.
Enzo continúa con sus movimientos, estos volviéndose  cada vez más lentos, y sólo se detiene al verte abrir los ojos. Tirás de la muñeca de tu novio y un hilo de saliva conecta tus labios con sus manos, pero este se corta cuando intentás hablar y el líquido mancha tu mentón. Tus lengua delinea tus labios resecos y te aclarás la garganta en un gesto que no debería resultarle tan tierno, pero tus brillantes ojos de párpados pesados están causando estragos en su mente.
-Gracias- susurrás.
-A vos- besa tu muslo y, tras un breve gesto de afirmación por parte de Matías, pregunta:- ¿Querés más?
-Sí, por favor- jadeás.
Matías, tan oportuno como siempre, le arroja el lubricante y un preservativo. Enzo los atrapa entre risas, como si la situación fuera algo cotidiano, y el verlos interactuar de una manera tan distendida mientras tu sanidad pende de un hilo hace que te sumerjas aún más en un estado mental de desesperación y necesidad, dispuesta a hacer lo que fuera por y para ellos.
Te resistís cuando Matías abandona su lugar, pero te tranquiliza el ver que comienza a desnudarse y regresa inmediatamente a la cama, arrodillándose junto a las almohadas sobre las cuales te dejó recostada. Tira de tu camiseta para dejarte completamente desnuda y masajea tus pechos mientras ambos observan con atención a Enzo, que se desnuda con fingida calma y se toma el tiempo necesario para doblar su ropa y luego dejarla acomodada sobre el escritorio.
Reprimís un gemido al apreciar las diferencias entre tus acompañantes. El contraste entre sus cuerpos –la varonil delicadeza de los rasgos de Matías y su tez blanquecina, la línea fuerte de la mandíbula de Enzo y sus músculos- y el saber que ambos están allí para darte placer hace que tu excitación manche las sábanas en tan sólo unos minutos. Tu novio golpea tus labios con dos dedos y abrís la boca lista para abrazar con tu calor su punta rosada, pero tus ojos están fijos sobre las venas en las manos de Enzo, que acaricia su miembro viendo tal imagen.
El colchón se hunde bajo el peso del mayor cuando regresa a la cama para reclamar nuevamente su lugar entre tus piernas, aferrándose a tu cuerpo como si temiera que te arrepientas. Desliza el látex sobre su extensión con cuidado y tras aplicar un poco de lubricante tira de su miembro una, dos, tres veces, arrojando la cabeza hacia atrás antes de recomponerse. Tus gemidos pueden deberse al gusto familiar que recorre tus lengua o al espectáculo que acabás de presenciar, no lo sabés, pero provocan que Matías comience a mover sus caderas.
Enzo deja caer unas gotas de lubricante en tu centro y utiliza su glande para esparcir el producto sobre tu entrada, la piel que la rodea y tus pliegues, manchando también tus muslos. El frío del producto te hace temblar y él se disculpa, sea el motivo el contraste entre temperaturas o el dolor que hace que te sobresaltes cuando comienza a penetrarte.
Un gemido resuena en toda la habitación cuando tu estrecha entrada y tu interior ardiente lo rodean. Te regala unos segundos para acostumbrarte a la sensación, segundos en los cuales se deleita viendo la desesperación y profundidad con que tomás el miembro en tu boca, tu cadera moviéndose en busca de mayor contacto con su cuerpo. Por un segundo se pregunta si acaso sería capaz de resistirse, pero considerando que se tocó oculto tras un árbol sólo por vos…
Sentís a Enzo rozando tu cérvix con cada gentil embestida y la sensación acompañada de los sonidos indecentes te hacen succionar con más fuerza, pero para Matías parece no ser suficiente la atención que le estás otorgando y tira fuertemente de tus pezones hasta que te estremecés de manera casi violenta. Las lágrimas que caen de tus ojos humedecen tus mejillas y la almohada bajo tu cabeza, pero tus gemidos no dejan de ser una constante entre las cuatro paredes.
Los movimientos de Enzo aumentan en intensidad y velocidad y su mano se cierra sobre tu cintura para poder ejercer cierto control sobre tu cuerpo. Decide también encargarse de tu clítoris y los pequeños círculos que sus dedos trazan hacen que te contraigas hasta hacerlo delirar: sabe que su mano o un juguete no podrán compararse jamás con tu interior y la manera divina en que parece succionarlo, así que decide prolongar el momento.
Protestás al sentirte vacía unos pocos minutos más tarde, pero te silencia deslizándose entre tus piernas una y otra vez y penetra tu entrada –que se contrae alrededor de nada- sólo con su punta durante un segundo o dos en cada ocasión. La fricción en combinación con el ardor de tus pezones te orilla hacia otro orgasmo y no recordás advertirles antes de que este se desate, pero entonces Matías se desliza fuera de tu boca y golpea tu mejilla, provocando con el impacto que una cantidad considerable de saliva brote de entre tus labios.
Enzo se detiene abruptamente -sin saber que así arruina aun más tu clímax- y estudia la situación para comprender si debe intervenir. Se siente fatal cuando su miembro palpita al ver que te llevás una mano a la mejilla para acariciar tu piel enrojecida.
-No pediste permiso- señala Matías-. ¿No te dije que te portaras bien?
-Sí, pero…
-Callate- ordena, haciéndole una seña a Enzo.
-Pero Enzo dijo…
Tanteás un terreno peligroso, lo sabés, pero sólo cerrás la boca cuando el rostro de tu novio se acerca peligrosamente al tuyo y ves brillando en sus ojos la segunda advertencia de la noche. Matías es más que capaz de interrumpir toda actividad para castigarte, por lo que suspirás de alivio cuando se aleja y Enzo te toma por debajo de los brazos para cambiar de posiciones. Coloca tu cuerpo sobre el suyo en un rápido movimiento, tu espalda contra su pecho y sus labios besando tu cuello y el lóbulo de tu oreja.
-Perdón- susurra y volteás a verlo-. No sabía que…
Le sonreís para librarlo de cualquier culpa y él no puede creer que incluso en tal estado, con las mejillas ardiendo y todo tipo de fluidos manchando tu rostro, aún te veas igual de tierna y dulce como lo hacías la tarde en que te conoció. En ese momento no imaginaba que algún día tendría el lujo de tocar tu cuerpo o sorprenderse por la dinámica que mantenés con Matías, pero... bueno, ignora cualquier recuerdo y apoya sus pies firmemente sobre el colchón.
Matías se coloca entre tus piernas y baña tu intimidad con lubricante, dejando que este gotee más allá de tu entrada suplicante. Su dedo se desliza desde tu clítoris hacia tu apertura siempre tan tentadora, separando tus pliegues antes de continuar su trayecto y presionar en otro pequeño agujero. La sorpresa te hace jadear y Enzo intenta consolarte masajeando tu cadera, pero es imposible cuando Matías comienza a jugar con tu cuerpo.
-Tenemos que probar algún día, ¿no?- susurra, arqueando una ceja-. ¿Te gustaría que te cojamos los dos al mismo tiempo…?
Asentís y dejás salir un grito cuando tus músculos ceden para permitir su entrada. Se limita a torturarte con la punta de su dedo, introduciéndolo y retirándolo una y otra vez hasta que ve la forma en que apretás tus párpados y las manos de Enzo sobre tu abdomen. La idea es más que tentadora, Matías sabe que serías un desastre y que en pocos minutos quedarías reducida a la nada misma, pero para ciertas cosas prefiere esperar un momento que sea sólo de los dos.
Toma el miembro de Enzo, sacándole un gemido que parece ser producto del placer y no sólo por haberlo tomado desprevenido, y lo dirige hacia tu interior. Tu desesperación no es algo que intentes ocultar y tampoco lo son tus gemidos cuando tomás toda la extensión del mayor, cuyas manos se cierran nuevamente sobre tu cadera para controlar tus más que erráticos movimientos.
El dulce sin sentido que el uruguayo susurra sólo para tus oídos se entremezcla con las palabras degradantes de tu novio, quien se encuentra masturbándose entre tus piernas y frotando casi distraídamente tu clítoris antes de llevar su mano hacia tu abdomen bajo y ejercer presión.
Sólo podés gritar.
Debería ser vergonzosa la sensibilidad de tu cuerpo, la facilidad y el control que ambos tienen sobre todas y cada una de tus terminaciones nerviosas, pero no podés pensar en ello mientras sentís el cuerpo de Enzo fusionándose con el tuyo y las manos de Matías estimulándote para acercarte más hacia esa confusa línea entre el placer y el dolor.
Los dedos de tus pies se contraen y cuando buscás algo o alguien para aferrarte tus manos acaban sobre tus pechos que suben y bajan a cada movimiento. Arrojás la cabeza hacia atrás y Enzo acaricia tu mejilla con la suya, desesperado como nunca antes lo habías visto. Besa tu rostro y luego encuentra tus labios, su lengua recorriendo el interior de tu boca de manera obscena y silenciando por un instante tus gemidos y gritos pornográficos.
-Mati...- te quejás cuando los dedos en tu cadera reafirman su agarre-. Mati, ¿puedo? ¿Enzo…?
-Sí.
Tu cuerpo es víctima de los espasmos que tu orgasmo provoca y el placer abrumador que te recorre de pies a cabeza es suficiente para perder por completo la razón. Los movimientos de tus acompañantes no cesan y de tu boca sale un hilo de palabras incomprensibles y agudos sonidos patéticos cuando tu liberación moja tus pliegues y el miembro de Enzo. También recorre su pelvis y el interior de sus muslos y humedece las sábanas hasta oscurecerlas.
El calor del líquido blanquecino que mancha tu piel y salpica tus pechos –alguna que otra gota cayendo sobre tu centro, el miembro de Enzo arrastrándolas hacia tu interior- hace que los músculos de tu abdomen se contraigan al igual que tus paredes... y entonces lo sentís: el palpitar del miembro en tu interior mientras los dientes de Enzo rozan tu hombro y sus palabras se enredan en la punta de su lengua, tu cerebro registrando algún que otro tierno apodo.
Una respiración temblorosa deja tus labios.
-Bebé…
Aún en tu estado de agotamiento y desorientación reconocés la voz de Matías y te forzás a abrir los ojos. Te sonríe y cuando acaricia tu mejilla perseguís el contacto y confort de su mano.
-Estoy bien.
-¿Segura?- cuestiona Enzo. Se aparta con cuidado y te recuesta sobre el colchón-. Por un momento pareció que…
El familiar sonido de la madera llama tu atención y mirás en dirección hacia la puerta: Enzo no podía saber que tiene que asegurarse de cerrarla bien, por lo que no te sorprende encontrar una apertura milimétrica y que la tenue luz del corredor te permita distinguir la silueta que se aleja.  
La voz de los tres se tiñe de horror cuando intercambian una mirada y dicen al unísono:
-Santiago.
Notas de Lu: Y colorín colorado, este cuento se ha acabado... creo. taglist: @madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace ♡
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caostalgia · 1 year ago
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Tú sabes.
Esta será la última carta de amor hacia ti, la última dedicatoria de un escrito de mi ser hacia alguien que me hizo feliz.
Tu sabes cuanto te amé, y cuanto orgullo me daba verte crecer aunque tuvieras tropiezos, tu sabes el amor inmenso que te tenía, tu sabes las cosas que pasamos juntos, como no me importaba que la vida me diga "deja de intentarlo" en tu peor momento y como yo le respondía "El amor se trata de apoyar a quien quieres, se trata de esto"
Tú sabes cuantas noches en vela tuve porque tenías miedos, inseguridades, dudas, temores, ansiedades y nada importaba porque creía que te ayudaba a solventar todo ello.
Tú sabes las veces que dejaba todo por estar contigo cuando tenías ansiedad y nunca negaré que también cometí errores en esas épocas, pensando que lo hacías para que no me junte con amigos, ya que en esos momentos de ranchada te venían esas inseguridades y yo me sentía incómodo, capaz nunca pude entenderlo del todo, perdón por no ser un psicólogo.
Leía mucho sobre el tema, me instruía, consultaba a compañeros que estudiaban la carrera en como podía ayudarte, daba mi mejor esfuerzo por eso.
Tú sabes más que nadie como pase los últimos meses, me descuidé tanto física como mentalmente, no importaba si engordaba o no, no importaba si yo estaba mal con tal de verte bien.
Tú sabes como dejaba de lado mis problemas para no agobiarte más aunque tu me pedías que no lo hiciera, tu sabes, lamento no haber podido contártelos y siempre guardarmelos, nunca aprendí a hacerlo después de ver que muchas veces tocabas otros temas y mis problemas quedaban en segundo plano.
Tú sabes cuanto te amé, y me duele leer que creas en el reemplazo, cuando bien sabias que solo necesitaba tiempo para mi, para encontrarme nuevamente, para saber quien quería ser, si el chico que siempre fui o si la persona que me estaba volviendo al dejarme apartado de mi mismo para verte feliz.
Tu sabes cuanto me dolió oírte decir "Es la época que más enamorada estoy" cuando yo mismo era menos "yo".
Esta es la despedida que quisiste tener, la única vez que te llamé porque tuve un ataque de ansiedad en mi peor momento, cuando me ahogaba en alcohol y fumaba como chimenea, solo pedí una cosa "no hablar de la relación luego de haberte pedido el tiempo para encontrarme" y terminaste esa llamada sin ayudarme y diciendo "ya no hay un nosotros" tuve que asimilar esas palabras, lloré, y me desgaste, pero ahora estoy bien.
Empecé a cuidarme más, baje de peso, me hice ese peinado que tanto te dije que quise hacerme, me cuidaba más el rostro, empecé a quererme más y esto no es una carta de odio, es una carta de amor al pasado, de saber que siempre di lo mejor de mi por verte bien, y cuando yo decidí semanas después decir las palabras que dijiste "ya no hay un nosotros" cuando me pedías disculpas por algo que ocurrió, jamás te culpe por nada.
Me culpe siempre a mi, y siempre te dije que si tu deseabas acabarlo en medio de ese tiempo lo entendería, porque fui yo quien lo pidió, y que ese peso recaeria en mi, pero ya no quería seguir cargando una mochila que no me pertenecía.
Te quiero y estimo mucho, y siempre seguiré apoyándote en tus proyectos a la distancia, y siempre estaré orgulloso de tus logros, de tus aciertos y de las veces que te levantes después de las caídas, pero no me hagas ver como "el malo de la película" cuando sabemos como eran las cosas.
Siempre oía palabras punzantes al corazón cuando no actuaba como esperabas. No soy perfecto y aunque tu también tenías tus errores y mis labios no te decían palabras así de duras.
Es la última carta de amor que le escribo a alguien que me enseñó mucho, que me ayudo a crecer y a forjarme, que me dio confianza cuando no la tenía, pero ya no éramos un nosotros, éramos un "Tú y la persona que estaba dispuesta a dejarse de lado por verte feliz" no podía más con eso.
Por eso ahora solo quiero que sepas que siempre habrá un rincón en mi corazón con tu nombre, porque por más errores que tuvimos, AMBOS, jamás te guardaré rencor de nada, porque aunque hubieron palabras fuertes, me importaban más las buenas que salían de tu boca, aunque muy en el fondo calaba en mi un sentimiento de decepción hacia mi persona por no ser quien querías que sea.
Ahora estoy bien, y te deseo lo mejor, cumple tus metas, baila tanto como lo hacías y disfruta de ello, no descuides tus estudios y espero recuerdes mi voz cuando lo hagas porque siempre me preocupe por tu futuro aun si yo no estaba en él.
Eres esa rosa que creció en mitad del edén pero no supe cuidar bien, ahora solo quiero que seas feliz, pero esta vez no conmigo, porque me siento mejor sin ti, y no por no tenerte cariño, si no, porque ya no era amor, era tóxico lo nuestro, discusiomes sin sentido alguno, ofensas si no pensaba como tú, y remordimientos guardados, bloqueos de todos lados por una discusión tonta, era obvio que no era lo que querías a la larga, y yo también lo noté después de meses, cuando terminamos, sentí algo de paz y tranquilidad, pero también angustia por como estarías.
Ahora creo que me culpas de todo y bueno yo decidí llevar ese peso, así que solo se feliz y de todo corazón quiero que lo seas, por lo que significaste en su momento.
Y por último... Tu sabes bien cuanto amor pude darte que llegue a quedarme sin él para mi mismo, solo por verte feliz, no sé si fue un acto de amor alocado o no, pero fue lo que creía que era amor, hacer feliz a la persona que tenia al lado aunque yo no lo fuera del todo, y comprendí que para ambos era mejor ese tiempo separados. Y ahora simplemente separados, estamos mejor.
Es una carta de amor partida en 2 escrita por el autor qué conocía a la perfección tu voz, que siempre dejaba todo cuando en tu vida "quemaba el arroz", ahora es una despedida atroz, sin una conversación cara a cara y sin un adiós.
Y solo tu sabes cuanto te ame para permitir todo esto y aun así guardarte un pedazo en mi corazón. Suerte en todo, te quiero, se feliz y cuidate, porque un cariño siempre habrá, pero un nosotros ya no.
Versame_
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xtr1xx · 5 months ago
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¿Quieres comenzar a ser una princesa ana, pero no sabes o no controlas tu hambre? Tranquila, las lindas nos ayudamos entre sí. Así que te daré algunos de mis trucos y sugerencias.
Primero que nada, hablemos de las calorías. Las calorías son las energías que nuestro cuerpo necesita y que encontramos en la comida. Un ser humano promedio debería comer aprox 1600 calorías. Más bajo que eso es un déficit calórico. Además de las calorías existen: los carbohidratos, la proteína, las grasas y muchas otras más. Pero estás tres hay que tenerlas en cuenta. Lo principal que debe haber en tu comida son las proteínas, seguido de los carbohidratos y tratando de disminuir el consumo de grasas. Existen muchos alimentos sabrosos que contienen más proteína, siendo algunos como el pollo, el huevo, etc. A continuación les dejaré una imágen para que chequen esto.
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Estos alimentos serán nuestros aliados al momento de cocinar.
Déficit calórico: Bien, ya hablamos de que un déficit calórico es cuando consumimos menos de las calorías que debemos. Ahora como hacer un buen déficit calórico. Por más contradictorio que suene, si bajamos mucho nuestra ingesta de calorías tenemos más posibilidades de engordar que de adelgazar, ¿Por qué? Pues nuestro cuerpo es muy inteligente y si comemos menos de 500 calorías (esto depende de cada quien) tenemos más posibilidades de un atracón cosa que no nos ayudará en lo absoluto. Yo recomiendo un déficit calórico de máximo 1000 y mínimo 600 para que nuestro metabolismo no se vuelva lento.
Metabolismo: El metabolismo es el proceso que usa el organismo para obtener o producir energía por medio de los alimentos que ingiere. La comida está formada por proteínas, carbohidratos y grasas. Las sustancias químicas del sistema digestivo descomponen las partes de los alimentos en azúcares y ácidos, el combustible de su cuerpo. El organismo puede utilizar esta energía de inmediato o almacenarla en tejidos corporales, como el hígado, los músculos y la grasa corporal. Un trastorno metabólico ocurre cuando hay reacciones químicas anormales en el cuerpo que interrumpen este proceso. Cuando esto pasa, es posible que tenga demasiadas o muy pocas sustancias que su cuerpo necesita para mantenerse saludable. (OJO: los transtornos metabólicos tambien son causados por otras enfermedades, así que te recomiendo investigar sobre el tema!). Sabiendo que es el metabolismo, tenemos que tener en cuenta y muy presente la importancia de este. Me dirás, "¿Trixxie, pero que pasa si estuve comiendo por mucho tiempo un déficit calórico de 300 o incluso menos calorías?" Tranquila, princesa. Puedes ir subiendo tu déficit calórico poco a poco, eso si máximo 1000 o 1200 calorías! Y para acelerar nuestro metabolismo hay unos tips que te pueden servir: Consumir proteína en la comida principal. Beber suficiente agua. Hacer ejercicio o como mínimo mantener el cuerpo en movimiento. Consumir té verde. Y por último, pero no menos importante ¡DORMIR BIEN! ¿Qué es eso de dormir 3 horas princesa? ¿Acaso de gorda también quieres parecer un zombie? No, ¿verdad? Además, no dormir engorda. Si duermes tus 8 horas quemas calorías, dependiendo de tu peso. La cantidad de energía consumida mientras duermes está relacionada con varios factores, entre ellos aspectos como la edad, el peso, el metabolismo y por supuesto la calidad y duración del sueño. Normalmente, una persona quema alrededor de 1 calorías por cada kilo de peso en una hora de sueño. Una persona de unos de 57 kilos quemará en torno a 38 calorías por hora de sueño, es decir, unas 304 calorías si duerme las 8 horas recomendadas. Así que sí, linda. El sueño cumple una parte muy importante cuando se trata de bajar de peso.
Sabiendo esto básico, ¿Cómo empezarás a bajar de peso?
bueno, amor. Es fácil:
Ejercicios: los ejercicios son una parte fundamental, porque no puedes adelgazar con solo dejar de comer, linda. Con ejercicio no solo me refiero a cardio, pilates, pesas, etc... Sino también, caminatas, bailes, ¡o hasta las salidas con tus amigos! Cuando caminas (depende de que tan rápido te muevas. Mientras más rápido, más calorías quemas!) quemas ciertas calorías y esto lo puedes saber con aplicación. Hay varias, las que yo uso son Google fit y podómetro. Google fit es buena, cuenta los pasos bien, pero he visto que exagera con las calorías, así que descargué podómetro, también investigué un poco para estar seguras. 30 minutos caminando (depende de la intensidad, como dije antes) se queman al rededor de 150 calorías.
Estar consciente de las calorías consumidas: Mi amor, no puedes comer cualquier cosa sin antes leer las calorías. Para llevar un control existen muchas aplicaciones, yo uso Yazio, es fácil de usar, tiene recetas y es cómoda, aunque algunas cosas están en premium, sigue siendo útil a la hora de contar las calorías. También, si el empaque no tiene las calorías puedes escanear el código que tiene. Si lo sincronizas con Google fit te dicen cuantas calorías haz quemado (Cuando lo sincronizas te salen bien las calorías consumidas, no como en la app de google fit, es raro...).
Dietas: Si estás apenas empezando con nuestra reina Ana ¡No se te ocurra hacer una dieta de alta restricción! Entiendo la emoción, pero hazme caso cuando te digo de que no debes hacer ese tipo de dietas cuando empiezas porque esto puede llevarte a atracones y eso no nos sirve. Tengo un amor odio con este tipo de dietas, pueden hacerlas si ya llevan tiempo, pero no todas las semanas! Tambien asegúrense de no estropear su metabolismo, si su dieta es de 150 cals o 300 cals, al terminar asegúrense de ir subiendolas lentamente, porque si es muy de golpe puede ser perjudicial para ustedes y puede llevar atracones de por medio.
Agua: nuestra segunda salvadora. A veces cuando sentimos hambre puede ser por falta de hidratación, es necesario mantenernos siempre hidratadas, además de que es bueno nos quitará el hambre. El agua caliente da saciedad, el agua fría también da saciedad pero momentáneamente. Si sientes que tendrás un atracón bebe agus caliente y mantente distraída en alguna cosa, caminando, ordenando, pintando. Cualquier cosa que despeje tu mente.
Eso es todo, mis princesas! Si necesitan más tips, pueden decirme. Nunca pierdan la disciplina, no decepcionen a Ana y recuerden, ante un atracón mia es nuestra salvación!
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soloen · 7 months ago
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Preguntas Muy Interesantes📚
1. Piensa en la última persona que te dijo “Te amo” ¿Crees que en verdad lo sentía?
2. ¿Saldrías con alguien de 18 años teniendo la edad que tienes ahora?
3. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste enojado y feliz al mismo tiempo?
4. ¿Le sonreirías a un(a) extraño(a)?
5. ¿Hay alguien a quien le moleste que salgas/hables con una persona?
6. ¿Hoy escuchaste una canción que te recuerde a alguien?
7. ¿Qué estas vistiendo en este momento?
8. ¿Qué tan seguido escuchas música?
9. ¿Usas mas jeans o shorts?
10. ¿Crees que tu vida va a cambiar dramáticamente antes del 2013?
11. ¿Eres una persona social o antisocial?
12. ¿Has besado a alguien cuyo nombre empiece con la letra “A”?
13. ¿Y con la “J”?
14. ¿Sabes manejar?
15. ¿Te importa que las personas hablen mal de ti?
16. ¿Vas a salir de la ciudad próximamente?
17. ¿Cuándo fue la última vez que lloraste?
18. ¿Le has dicho a alguna persona que la amas?
19. Si pudieras cambiar tu color de ojos, ¿Lo harías?
20. ¿Existe alguien que te guste por quien harías absolutamente todo?
21. Nombra algo que no te guste de este día.
22. ¿Crees que es tierno cuando te besan en la frente?
23. ¿Quién fue la última persona con la que hablaste?
24. ¿En dónde estás en este momento?
25. ¿Hay alguien que te diga frecuentemente (sin contar la familia) que te ama?
26. ¿Alguna vez has querido a alguien que no puedes tener?
27. ¿Quién fue la última persona con quien hablaste antes de dormir?
28. ¿Te enfermas seguido?
29. ¿De dónde es la playera que estás usando en este momento?
30. ¿Alguien te odia?
31. ¿Tienes botellas de alcohol escondidas en tu cuarto?
32. ¿Te gustan las películas de terror?
33. ¿Quieres perforarte la lengua?
34. Si tuvieras que eliminar un año de tu vida, ¿Cuál sería?
35. ¿Soñaste anoche?
36. ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a alguien que la/lo amabas?
37. ¿Crees estar casado(a) en 5 años?
38. ¿Crees gustarle a alguien?
39. ¿Crees que alguien esté pensando en ti en este momento?
40. ¿Tuviste un buen día ayer?
41. ¿Estabas en una relación hace dos meses?
42. ¿En las próximas 48 horas, vas a salir con alguna chica?
43. ¿Alguien te ha dicho que no quiere perderte nunca?
44. ¿Qué es la mejor parte de la escuela?
45. ¿Tienes fotos tuyas en tumblr?
46. ¿Mensajeas en clase?
47. ¿Revives cosas que ya pasaron una y otra vez en tu cabeza?
48. ¿Eras soltero(a) el verano pasado?
49. ¿Tu vida se parece a como era hace dos años?
50. ¿Qué se supone que debes estar haciendo en este momento?
51. ¿Odias a la última persona con quien hablaste?
52. ¿Eres amigable con todos?
53. ¿Algyuna vez te ha gustado alguien que jamás esperaste te iba a gustar?
54. ¿Crees poder estar en una relación por 6 meses y ser fiel?
55. ¿Eres bueno(a) escondiendo tus sentimientos?
56. ¿Crees que te gusta alguien?
57. ¿Has besado a alguien cuyo nombre empiece con “R”?
58. ¿Prefieres amigos hombres o mujeres?
59. ¿Alguno de tus amigos te ha visto llorar?
60. ¿Odias a alguien?
61. ¿Cómo está tu corazón?
62. ¿Hay algo en tu pasado de lo que detestes hablar?
63. ¿Has llorado por una chica?
64. ¿Quién probablemente está hablando mal de ti en este momento?
65. ¿Te pintas las uñas?
66. ¿Te han robado un beso?
67. Las chicas aman cuando sus novios lloran, ¿Verdad?
68. Se te han caído los pantalones en público?
69. ¿Quién fue la última persona con la que hablaste por telefono?
70. ¿Cómo luces en este momento?
71. ¿Tienes alguien con quien puedas ser completamente tú?
72. ¿Te puedes comprometer a una sola persona?
73. ¿Tienes a alguien del sexo opuesto a quien le puedas contar todo?
74. ¿Alguna vez te has sentido reemplazado?
75. ¿Te despiertas molesto(a)?
76. ¿Eres celoso(a)?
77. ¿Crees que las relaciones valen la pena?
78. ¿Estás alejandote de alguien?
79. ¿Quieres ver a alguien en este momento?
80. Menciona algo que tienes que hacer mañana.
81. La última persona que te vio llorar.
82. ¿Hay alguien que nunca vas a olvidar?
83. ¿Crees que la persona por la que tienes sentiemientos, es celosa?
84. Si la persona con la que quieres estar, estuviera aquí contigo, ¿Qué estarían haciendo?
85. ¿Superaste tu pasado?
86. ¿Alguna vez te ha gustado tu mejor amigo(a)?
87. ¿Hay alguien que sepa un secreto enorme sobre ti?
88. ¿Si tu primer amor tocara a tu puerta, pidiendo disculpas y con regalos, que harías?
89. La última persona que besaste llega a tu puerta a las 3am, ¿La dejas pasar?
90. ¿Alguna vez te ha gustado alguien que tus amigos odiaran?
91. ¿Estarás en una relación en dos meses?
92. ¿Conoces a alguien que se llame Miguel?
93. ¿Has besado a alguien llamado Mariana?
94. ¿Estabas en una relacion en Abril?
95. ¿Eras feliz con la persona que te gustaba en Marzo?
96. No mientas, ¿la última persona que llamaste por telefono era atractiva?
97. ¿Qué dice el último mensaje recibido en tu celular?
98. ¿Si la persona que te gusta te dijera que le gusta alguien más, que le dirías?
99. ¿Has besado a alguien mayor que tú?
100. ¿Cuándo cumples años?
101. Una canción.
102. ¿Alguien te ha hecho sentir ‘mariposas’ en el estómago?
. Igual nadie me pregunta
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sinfonia-relativa · 4 months ago
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El detalle en esto, es que aunque te quiero. No me quitaré la piel para que te des cuenta de que valgo la pena, no me desviviré para demostrarte que no has conocido a nadie como yo, que no has vivido amor como el mío. No, porque bien sé que eres inteligente y tienes los ojos abiertos y lo sabes, y en dado caso de que me equivoque y no puedas verlo, no te lo mostraré yo. Debes comprender que no se trata de ti, si no, de mis heridas. Me quite muchas veces mi propia piel, solamente porque a quien amaba le daba frío. Al final me quede sin nada y con el violento frío del fracaso y el gélido aliento de la soledad. Me ha costado lágrimas y largas noches amargas, volver a tenerla, no quiero volver a quitármela. Necesito que si me quieres la cuides, la valores. Porque entonces podrás tener mi calidez, ternura, pasión y el más profundo amor. Para ello deberás abrir no solamente tus ojos, si no, que también tú alma y corazón y bien sé que entre estos dos construiste una gran barrera. Ya no depende de mi, esta en tus manos.
Moongirl
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silvertice · 19 days ago
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FOE TO FLAME
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Logan Howlett/Wolverine x mutant f! reader
Summary Logan y tú, dos rivales en la casa de los X-Men, deciden fingir una relación para hacer sentir celosos a Scott y Jean, quienes ocultan su romance. Sin embargo, la farsa se vuelve más complicada cuando sus propios sentimientos comienzan a entrelazarse.
Category: Enemies to Lovers, Fake Relationship!Reader x Grumpy!Logan trope {TW: Tension, Tension sexual, Jealousy, Mild Aggression, Flirting}
— ᳁ —
Mientras tanto Xavier's school for gifted youngsters
La casa de los X-Men era un lugar lleno de energía y complicidad. Después de un largo día de entrenamiento, el ambiente se llenaba de risas y conversaciones animadas. Mientras la mayoría se relajaba en la sala de estar, tú te sentabas en un rincón, observando a tus compañeros. Era tu primera semana en la mansión, y aunque te sentías un poco fuera de lugar, había una energía especial que te atraía.
Mientras tanto, Logan, con su actitud ruda y su mirada intensa, también se encontraba en un rincón, a un lado de Scott y Jean. Cada vez que mirabas hacia ellos, podías ver cómo Logan dirigía furtivas miradas hacia Jean, su interés evidente. Pero a ti te preocupaba más tu propia situación: estabas secretamente enamorada de Scott, y la tensión entre los tres creaba un ambiente incómodo.
Un día, tras una intensa sesión de entrenamiento, te acercaste a Logan, buscando desahogar tus frustraciones. “No puedo creer que Scott ni siquiera me mire”, dijiste, cruzando los brazos en señal de descontento.
Logan te lanzó una mirada burlona. “¿Tú? ¿Con el chico más perfecto de la mansión? No sé si te has dado cuenta, pero él no se fija en ti. Siempre está mirando a Jean”, respondió con un tono sarcástico.
“Oh, ¿y tú qué sabes de eso? Solo eres un tipo con un mal humor y un peinado raro”, retaste, tratando de mantener la compostura.
Logan sonrió de manera desafiante. “Quizás deberíamos hacer algo al respecto”, sugirió. “¿Qué tal si fingimos que estamos saliendo? Así los hacemos sentir celosos”.
La idea te pareció absurda, pero al mismo tiempo, una chispa de emoción recorrió tu cuerpo. “¿En serio crees que eso funcionará?” preguntaste, intrigada.
“¿Por qué no? Un poco de drama siempre es divertido”, dijo él, encogiéndose de hombros.
Así comenzó el acuerdo entre tú y Logan. Cada vez que estaban juntos, se lanzaban miradas coquetas y bromas, mientras la tensión en el aire crecía. Se volvía cada vez más difícil distinguir si los sentimientos que comenzaban a surgir eran parte del juego o si había algo más.
Con el acuerdo en marcha, cada vez que te encontrabas con Logan, era como si una chispa invisible iluminara el ambiente. Cada encuentro estaba lleno de bromas mordaces y miradas que parecían durar demasiado tiempo. La farsa se había convertido en un juego, y aunque ambos intentaban no involucrarse emocionalmente, había algo inevitablemente electrizante en la interacción.
Una tarde, mientras todos estaban reunidos en la sala de estar, decidiste sentarte junto a Logan. Te inclinas hacia él, sonriendo, y lanzas un comentario despreocupado. “¿Sabes? Creo que deberíamos empezar a hacer más ruido con esta ‘relación’”, dices, haciendo referencia a la atención que Scott y Jean parecen prestarte cada vez que estás cerca de Logan.
Logan te mira de reojo, su expresión seria desafiada por una ligera sonrisa. “¿Qué sugieres? ¿Un beso en público? Porque eso haría que Scott se sintiera como un perdedor. Aunque ya lo es, así que no es gran cosa”, responde, dejando escapar una risa burlona.
Eres un idiota, logan. "una sonrisa se asomó en mi rostro y golpee suavemente su hombre juguetonamente ante su comentario infantil"
A medida que los días pasaban, la tensión entre ambos crecía, especialmente durante las sesiones de entrenamiento. Mientras los demás se dispersaban, tú y Logan permanecían en el gimnasio, ambos respirando con dificultad tras el esfuerzo.
“¿Te crees tan genial por empujarme al suelo?” preguntaste, intentando mantener el tono sarcástico, pero no pudiste evitar que una sonrisa se asomara en tus labios.
Logan se encogió de hombros, su expresión desinteresada. “Es solo un recordatorio de que siempre hay alguien mejor. No me malinterpretes, me gusta que lo intentes, pero a veces deberías saber cuándo es el momento de rendirse”.
“¿Rendirme? Nunca. Tal vez solo necesites que alguien te muestre que no siempre puedes ganar”, le respondías, pero la chispa en sus ojos te hizo dudar. Había algo en esa rivalidad que estaba comenzando a sentirse más como una conexión.
En un instante de desafío, decidiste lanzarte de nuevo hacia él, pero esta vez no con furia, sino con un giro inesperado. Lo esquivaste, usando su propia fuerza en su contra para hacer que tropezara ligeramente. La sorpresa en su rostro era suficiente para hacerte reír. “¿Ves? No soy tan fácil de desestimar”.
Logan se recompuso rápidamente, su mirada fija en ti. “Impresionante, realmente. Quizás no seas tan inútil como pensé”, dijo, aunque el tono burlón aún estaba presente.
Te acercaste, disfrutando de la pequeña victoria, pero en el fondo, esa satisfacción era solo una fachada para ocultar lo que realmente sentías. “No soy inútil, Logan. Solo estoy aprendiendo a jugar con las reglas. Quizás tú deberías hacer lo mismo”.
“A veces las reglas son lo que nos mantienen en línea, cariño" comentó desde el suelo mirándome con aquellos orbes claros.
"Tal vez deberías despejarte de tu zona de confort”, dijiste, sabiendo que esas palabras podrían ser más que una simple provocación.
En ese instante, Logan se acercó un poco más cerca, y sentí su presencia dominante envolviéndome. “No te preocupes por mi zona de confort. Me gusta donde estoy”, respondió con una voz baja, y aunque había una desafiante certeza en sus palabras, algo en su mirada te hizo cuestionar si realmente lo creía.
“¿De verdad?” desafiaste, manteniendo la mirada. “Porque parece que te aterra la idea de salir de esa burbuja. ¿Qué pasaría si un día decides arriesgarte?”
La sonrisa que apareció en su rostro fue inesperada y genuina, un momento raro en su comportamiento normalmente cínico. “¿Arriesgarme? No sé. Pero quizás, solo quizás, podría considerarlo. Aunque te advierto, no soy fácil de manejar”, dijo, su tono de burla regresando, pero esta vez había un matiz diferente.
Ambos sabían que la línea entre la rivalidad y algo más se estaba desdibujando. A medida que continuaban intercambiando miradas y palabras cargadas, la tensión se volvió casi insoportable.
De repente la atmósfera se vio interrumpida por dos figuras entrando al gimnasio, ambos desviamos nuestras miradas encontrándonos a nuestros objetivos.
“¿Viste cómo le di un golpe a ese tipo? No pueden imaginar su cara”, exclamó Scott, su risa resonando en la habitación.
Jean se unió a la risa, y su mirada brillaba al ver a Scott en acción. Era un momento perfecto, y mientras los veías interactuar, sentí cómo una punzada de tristeza se alojaba en mi pecho. Habías estado intentando ignorar tus propios sentimientos hacia Scott, pero verlo tan cercano a Jean te hacía cuestionar tu propio papel en todo esto.
Logan, que había estado concentrado en el combate, notó el cambio en tu expresión. La forma en que te encogiste un poco, como si te doliera ver a Scott y Jean tan felices juntos, no pasó desapercibida para él. Su mirada se volvió intensa, estudiándote con una curiosidad que parecía ir más allá de la rivalidad habitual.
Sin pensarlo, y en un impulso repentino, Logan se acercó a ti, aún en posición de combate. “¿Te molesta verlos juntos?” preguntó, su tono entre sarcástico y serio.
“No es eso”, intentaste responder, pero la tensión en tu voz era evidente. Te estabas perdiendo en tus propios pensamientos, y cuando Logan giró su cuerpo para enfrentarte, sus ojos estaban tan cerca de los tuyos que sentías que la respiración se te cortaba.
En un movimiento inesperado, Logan te giró hacia él, atrayéndote hacia su cuerpo. Antes de que pudieras reaccionar, lo sentiste acercarse y, en un instante, sus labios se encontraron con los tuyos en un beso apasionado y sorpresivo. Era un gesto que hacía visible todo lo que había estado oculto bajo la superficie de su rivalidad.
El mundo a tu alrededor se desvaneció. Era como si el aire se hubiera encendido, y por un breve momento, todo lo que importaba era la conexión entre ustedes. La sorpresa en tu rostro se transformó en aceptación, y te dejaste llevar por la intensidad del momento.
“¿Qué…?” Scott comenzó, su voz una mezcla de incredulidad y confusión.
Logan y tú os separasteis lentamente, ambos respirando pesadamente mientras realizabais lo que acababa de suceder. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y la realidad comenzara a establecerse. La relación que habían fingido había pasado a ser algo real y visible para todos.
“Esto... esto no es lo que parece”, intentaste balbucear, sintiendo una mezcla de vergüenza y emoción.
“¿Entonces, qué es?” preguntó Jean, su tono sereno pero cargado de sorpresa. “Porque parecía que te estaba besando”.
Logan miró a Scott, su expresión era desafiante, pero había un destello de vulnerabilidad en sus ojos. “Es exactamente lo que parece. Y sí, hay algo más que solo rivalidad entre nosotros”.
La confusión y la sorpresa inundaron la habitación, y mientras Scott procesaba la información. Había pasado de ser un juego a una nueva realidad, y las emociones que habían estado reprimidas ahora estallaban como un volcán.
...
Días después de aquel inesperado beso en el entrenamiento, la situación en la casa de los X-Men se había vuelto aún más tensa. Scott y Jean estaban más cercanos que nunca, y la verdad sobre su relación había quedado al descubierto. No podías dejar de pensar en la forma en que habían estado ocultándolo, cómo habían jugado con tus sentimientos sin que lo supiera.
Esa noche, a la medianoche, decidiste que necesitabas un respiro. Te levantaste de la cama y te dirigiste a la cocina, con la esperanza de encontrar algo de tranquilidad en la oscuridad. Sin embargo, al entrar, la vista que te recibió te sorprendió: Logan estaba allí, recargado contra la encimera con una cerveza en la mano, la luz de la nevera iluminando su figura robusta.
Te detuviste en la puerta, sintiendo una mezcla de emociones. No habías tenido la oportunidad de hablar con él desde aquel día en el entrenamiento, y ahora el simple hecho de verlo te hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Pero a la vez, la confusión y la frustración volvían a ti.
“¿Buscando algo?”, preguntó Logan, levantando la vista hacia ti. Su tono era despreocupado, pero había algo en su mirada que delataba que sabía que no estabas bien.
“No, solo… necesitaba aire”, admitiste, sintiéndote un poco vulnerable. Te acercaste, apoyándote contra la encimera opuesta a la de él.
“¿Por Scott y Jean?” preguntó, su voz grave pero suave. No necesitabas responder, la expresión en tu rostro lo decía todo. Logan dejó escapar un suspiro. “Eran un par de tontos por no decírtelo. Pero eso no cambia lo que pasó entre nosotros”.
Aquel recordatorio de su beso resonó en tu mente, pero la realidad de la situación te golpeó con fuerza. “No puedo creer que me hayan engañado así. Pensé que éramos amigos. ¿Por qué no me lo dijeron?”.
Logan se encogió de hombros, su mirada intensa fija en ti. “Porque a veces las cosas son más complicadas de lo que parecen. No siempre se puede jugar limpio.
“Lo sé”, murmuraste, sintiendo que las lágrimas comenzaban a asomarse. “Me duele pensar que he estado tan ciega, confiando en ellos”
"shh" dejó la cerveza en la encimera con un golpe seco y dio un paso hacia mí, sus ojos prendidos bajando hacia mis labios.
Antes de que pudiera reaccionar, Logan cruzó la distan cia entre nosotros en un solo paso, y sus manos grandes me atraparon por la cintura, apretándome contra su cuerpo. Mi respiración se cortó de golpe cuando nuestras miradas chocaron. La intensidad en sus ojos me quemaba, pero no retrocedí. Algo en su mirada me desafiaba, y yo estaba dispuesta a enfrentarlo.
"No eres ciega", dijo, su voz más baja ahora, sus labios rozando apenas los míos. "Sabes perfectamente lo que es esto".
El aire se volvió denso. Su agarre en mi cintura se intensificó, y sentí el calor de su cuerpo irradiando contra el mío, nuestros pechos rozándose en cada respiración contenida. Era una batalla, y ambos lo sabíamos. Pero esta vez, no había armas ni palabras afiladas. Solo deseo reprimido.
Sin más advertencia, Logan inclinó su cabeza y me besó. No fue un beso suave, ni dulce. Fue desesperado, como si ambos estuviéramos buscando algo en el otro que habíamos negado por demasiado tiempo. Mi cuerpo respondió antes de que mi mente pudiera alcanzarlo, mis manos se aferraron a sus hombros mientras su boca reclamaba la mía con una intensidad que me dejó sin aliento.
Sus manos recorrieron mi espalda, bajando por mi cintura hasta apretarme más contra él. Un gemido bajo escapó de mis labios, y me odié por lo mucho que lo deseaba en ese momento. Pero no podía detenerlo. El beso se profundizó, cada movimiento más urgente, más hambriento, hasta que me faltó el aire y tuve que separarme.
Logan me miró con sus ojos entrecerrados, su respiración pesada, y una sonrisa ladeada asomó en sus labios. "Te lo dije, no era un juego".
No pude responder. Mis pensamientos estaban nublados por el deseo, por la necesidad que todavía vibraba entre nosotros. Logan no me dio tiempo a procesarlo. Tomó mi mano con firmeza, entrelazando sus dedos con los míos, y tiró suavemente de mí, llevándome hacia la puerta de la cocina.
"¿A dónde vamos?" pregunté, mi voz apenas un susurro mientras lo seguía sin resistencia.
"A despejarte de todo eso. Te lo dije, fuera de tu zona de confort", respondió sin mirar atrás, su tono decidido, pero con ese matiz juguetón que lograba desarmarme.
Y así, me dejé llevar por él, sabiendo que lo que había comenzado como una mentira para darle celos a Scott, ahora se había convertido en algo real. Algo que ya no podía ignorar, aunque quisiera.
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equipo · 3 months ago
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Cambia, todo cambia
🌟 Novedades
Al añadir direcciones web de Tumblr en las respuestas, ahora se convertirán automáticamente en hiperenlaces.
Y hablando de las respuestas: ¡por fin están disponibles en forma de hilos!
¿Te acaban de dar permisos de moderación en una comunidad, pero no sabes qué hacer con ellos? ¡Hemos creado un documento de ayuda para explicarte todo lo que necesitas saber! De momento, solo está disponible en inglés, pero publicaremos la traducción al resto de idiomas en los próximos días.
Si tienes permisos de administración en una comunidad, ahora puedes expulsar permanentemente a cualquiera de sus integrantes: al hacerlo, no podrán volver a unirse ni ver la comunidad en cuestión.
Pronto abriremos la API de la función de comunidades a desarrolladores externos a través de la API pública de Tumblr. Encontrarás todas las novedades al respecto en nuestro repositorio de documentos público (solo está disponible en inglés, eso sí).
🛠 Mejoras y solución de problemas
Leer textos alternativos largos era algo difícil en la versión web. Por suerte, lo hemos arreglado, pero debes tener en cuenta que, en cualquier caso, esta función está pensada para ofrecer descripciones breves de las imágenes, como si se las estuvieras explicando a alguien por teléfono, y su único objetivo es que el contenido sea más accesible para quienes usan lectores de pantalla.
Hasta ahora, añadir un enlace para seguir leyendo en la parte superior de una publicación desde la versión web no era posible en muchos casos, ¡pero por fin puedes hacerlo!
🚧 En curso
Ahora mismo, quienes usan la aplicación para Android no pueden bloquear las preguntas anónimas, aunque sí es posible hacerlo desde la versión web. Lo solucionaremos en la próxima actualización.
🌱 Próximamente
¡Seguimos trabajando en aún más funciones nuevas para las comunidades!
Y, por si eso fuera poco, vamos a añadir una ventaja más a la... «colección» de Tumblr Prémium. Si tienes una suscripción activa, abre bien los ojos: de hecho, ya te hemos dado una pista. 😉
¿Tienes algún problema? Consulta los errores conocidos de Tumblr y, si has detectado alguno nuevo, envía una solicitud al equipo de asistencia: se pondrán en contacto contigo lo antes posible.
¿Quieres hacernos llegar tus comentarios o impresiones sobre alguna función? Echa un vistazo a nuestro flamante blog Work in Progress y empieza a compartir tus ideas y sugerencias con la comunidad.
¿Quieres apoyar Tumblr con una pequeña contribución? No te pierdas la suscripción Prémium y el nuevo distintivo de fan incondicional en TumblrMart.
¡Y no olvides que puedes consultar todos estos cambios en cualquiera de los idiomas disponibles en Tumblr en los blogs oficiales de los equipos internacionales!
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somos-deseos · 2 months ago
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Relato Corto: Valentina
El anhelo es distancia. Es la ausencia de presencia. Es el amor hacia lo imposible. Es tirarte al abismo rogando por el final. Nuestras emociones son una granada a punto de explotar.
El anhelo es definitivamente una frase. Con veredicto, con reglas determinadas por leyes sentimentales. Es un remordimiento por el otro.
Eres tú a quien ya no te abrazarán, y serás solo ese recuerdo, como escuchar tu canción favorita mientras te duermes. Lejos, poco a poco. Hay tantas puertas cerradas.
La máquina del tiempo la inventaron los que mueren de nostalgia. Para los orgullosos que no dijeron adiós. El anhelo es extinción. Rareza. El anhelo es un lugar, es alguien.
Tus ojos no lo ven, pero tu corazón sólo sabe, tu corazón sólo siente.
— Valentina Henao.
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lore1991 · 11 months ago
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27 DICIEMBRE
Descubrir que una de las maneras para expresar realmente lo que pienso y quiero es por medio de la escritura, y se ha vuelto mi terapia favorita, así que Aprovecho para pedirte perdón por mis errores. Tuve actitudes caprichosas que quizá pasaron por encima de tus sentimientos. También te hice cambiar cosas que genuinamente eran parte de ti. Y aunque ya es tarde, todo eso me ha hecho entender que hay muchas formas de fallar más allá de una traición, también te pido perdón por guardarme las palabras, por no expresarte a tiempo lo feliz me sentía por estar a tu lado. quiero agradecerte por cada palabra de amor que salió de tu boca, por los mil te amo, por los mil consejos, por cada aventura que ambos recorrimos en busca de la felicidad y perfección, por esos pasos gigantes que diste por cambiar lo que tú realmente eres, por las noches en la playas, por hacerme sentir protegida cuando me abrazabas, por preocuparte en algún momento por mi y querer ayudarme, por enseñarme un mundo que yo desconocía, por escucharme cuando mi mundo estaba oscuro, por tu amor incondicional con las niñas, por trasnocharte y por tenerme comida después del trabajo, por sobarme los pies cuando me dolían, por cada palabra de aliento que me diste en momentos de ansiedad y depresión, por esas cosas simples que me hacían sentir amada. Nunca te lo dije, pero eso me llenaba el alma.
Una parte de ti siempre estará en mi y todo lo que sembraste ahí estará, como un lugar que nunca nadie tocará, Es inevitable no sentir nostalgia cuando pienso en todos los caminos que recorrimos juntos. Al principio me costó aceptarlo; no quería entender todas esas cosas que hoy te estoy diciendo en esta carta de despedida. ¿Imaginar mis días sin ti? Una tortura, sin duda. Pero ahora sé que hay que amar sin ataduras. No podía dejar que tantas risas y tantos momentos felices acabaran envueltos en sentimientos de decepción, desilusión y tristeza.
Al fin y al cabo, en mí siempre habrá una parte tuya que no podré borrar ni con el tiempo. Decidí que esa parte fuera lo mejor de tu ser. Tu risa, tu mirada y los sentimientos que me supiste entregar de una y mil formas. Todas esas cosas seguirán conmigo y me recordarán que no merezco menos. Que, si bien tengo errores, merezco sentir que soy maravillosa. Gracias por hacer parte de mi historia.
Me despido. Lo hago de este modo porque tenerte en frente me forma un nudo en la garganta. Porque sí, es difícil despedirse de quien ha dejado tanta huella.
Sabes tenías razón en muchas cosas que tú me decías y yo no entendía, y tenía que pasar esto para darme cuenta de lo que estaba pasando por mi vida que yo no quería afrontarla, tenia que alejarme de personas tóxicas de mi vida, (familia, amigos, trabajo), todo eso me hacía mal, cada día me estaba hundiendo, tenia que alejarme de todo lo externo que me hacía verte como una persona mala, tenía que dormir bien, comer bien, hacer ejercicio, amarme más… aprendí todo eso ahora que estoy sola y por fin me di cuenta de mis fallas y mis errores, cosas que nunca en mi vida repetiré, y es creo que mi karma será el no tenerte, por te anhele con el alma, con ansias, y cuando te tuve hice todo mal, ambos, por que en esta historia que era el amor más bello también se convirtió en una pesadilla. Quiero que sepas que yo nunca te abandone, yo no quería hacerlo, pero tenía que hacerlo por que no quería cometer un error que yo ya había hecho, yo no quería lastimarte… y creo que el acto más valiente que hice en mi vida fue soltarte amándote, por que vi el infierno, nunca me sentí tan muerta estando viva, nunca había dejado de respirar para ver si hacía moría y no sentía mas dolor, nunca me acostaba llorando y me despertaba llorando y nunca me sentí que ni casa fuera mi cárcel, nunca me acosté abrazando un Buso tuyo pensando que eras tú, nunca espere con ansias una llamada tuya diciéndome, intenmoslo, luchemos, y te agradezco por nunca aparecer, por que si lo hubieras hecho quizás jamás me hubiera dado cuenta de todos los errores que tenía.
Espero que encuentres la felicidad que tanto anhelas, que cada día mejores al igual que yo, que nunca nadie cambie tu esencia, que luches por lo que amas y quieres, que sin importar lo que pase o pase en nuestras vidas, sabes que te amare para siempre y no sé si sea cierto pero mi hilo rojo está atado a ti… y no importa las cosas malas que pasaron para mi no existe… me quedo con lo bello que me brindaste y eso lo atesoraré en mi corazón.
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olee · 9 months ago
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Mini Crush | Agustín Pardella
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Para: @stuckwthem
~
Admítelo, Agustín lleva más de dos horas mirándote durante el set. Incluso Bayona le ha pedido millones de veces que se concentre. Tú, como maquilladora, estabas ocupada organizando modelos de goma para la piel y mezclando pintura que simulara sangre. Tu compañera de trabajo te dice: "tómate un descanso. Yo me encargo y ve a almorzar". Siguiendo su consejo, decides ir a una cafetería cercana al set y pides un sándwich.
Al ordenar, te sientas en un banco y disfrutas de un poquito de sol con tu batido de mango. Después de tantas horas en el set, Bayona insiste en cambiar constantemente el maquillaje debido al frío y al desarrollo de los personajes, haciéndolos más pálidos. Incluso ha dado indicaciones a los maquillistas sobre la importancia de adaptarse a las condiciones y mantener la coherencia visual de la película. Mientras disfrutas de tu almuerzo, reflexionas sobre la exigencia del trabajo y cómo cada detalle contribuye al éxito de la producción.
Sentada, cierras los ojos y respiras profundo. De repente, entra Agustín del set, prendiendo un cigarrillo y con un tono tímido y casi temblando, dice: "eh… ¿cómo te llamas? Es que… como que lo había… esto… olvidado". Tú, con una expresión entre sorprendida y maternal, le respondes: "Creo que te he dicho mi nombre como tres veces hoy, pero, ni modo, mi nombre es (dices como una madre hablándole a su niño) (tu nombre)". Agustín te mira confundido y suelta un incómodo "Claro, eh… bueno, te veo luego en el set".
Te despides con un simple "te veo", y Agustín se va, pero como la puerta es de cristal, choca fuertemente con ella y suelta un sonoro "Me cago en tu puta madre!". Ríes mientras te levantas y le preguntas con preocupación, pero aguantando la risa: "¿Estás bien?". Él te mira, y luego te das cuenta de que está soltando sangre por el labio. Sin perder el humor, le dices: "Vente, creo que tengo algo para el labio". Él te sigue al set como un niñito, mientras intentas no reírte demasiado de la situación.
Al llegar al set, le indicas a Agustín que se siente, y de repente aparece Simón, diciéndole a Agustín: "¡Boludo! No tenías que irte tan profundo con el beso—" Agustín lo interrumpe rápidamente: "Cállate, que estás enfrente de (bajando la voz para que tú no escucharas) (tu nombre)". Simón responde con un tono juguetón: "Ay, deja esa bobería—" Agustín corta de nuevo: "Boludo, vete pa’ allá, y déjame tranquilo". Simón levanta los brazos diciendo: "Ay, perdón, cabrón", y se va. Mientras tanto, tú buscas alcohol, un algodón y una curita transparente, ya que vas a poner maquillaje. Pero te detienes y le dices a Agustín: "Sabes, no te tengo que echar maquillaje ahí, ya que lo tienes cortado, así que está perfecto. Déjame limpiarlo y voy a ver qué puedo hacer con ese labio", observas el labio de Agustín pensativamente.
Sin embargo, él te mira y se queda observando también tus labios. Cuando te das cuenta, sonríes nerviosamente y lo ignoras, buscando el alcohol en la mochila. La situación se vuelve un tanto incómoda, pero sigues concentrada en cuidar el labio de Agustín mientras intentas apartar cualquier pensamiento incómodo de tu mente.
Cuando ya tienes todos los ingredientes listos, escuchas la voz autoritaria de Bayona anunciando que la hora de descanso ha llegado a su fin. Sin perder tiempo, le aplicas un poco de labial a Agustín, quien te sigue mirando con timidez, su rostro aún enrojecido. Mientras le das un retoque al maquillaje, añades un toque de sangre seca y palideces ligeramente su tez para ajustarlo al estilo del personaje.
Cuando Agustín se prepara para dirigirse al set, te agradece con sinceridad: "Gracias... eh... eres la mejor". Antes de irse, como un gesto inesperado, te planta un besito en el cachete, dejándote sorprendida y sonrojada. Agustín se va saltando como un niño lleno de alegría. Quedas allí, con una sonrisa en el rostro, apreciando el gesto espontáneo y agradecida de haber logrado un toque especial en el maquillaje y en el ánimo de Agustín.
*thanks por la idea, lo terminé temprano por la emoción lol!
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deepinsideyourbeing · 4 months ago
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Far Too Gone (Gimme Love) - Enzo Vogrincic
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+18! Sub!Enzo (hint of Switch!Enzo). Begging, dirty talk, fingering (anal), hiperespermia, masturbación, (fugaz) mommy kink, sexo oral, sexo sin protección, sex toy (dildo), subspace (implícito), edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
-¿Querés más café?- ofrece tu novio mientras tus dedos se deslizan entre las hebras todavía húmedas de su cabello castaño. Permanece recostado en tu regazo y su palma cálida y pesada recorre tus muslos afectuosamente, sus labios sembrando besos ocasionalmente. 
-No, gracias bebé.
Es una fría mañana de sábado y te encontrás nuevamente bajo las mantas para protegerte de las bajas temperaturas invernales; tu novio, por el contrario, caminaba hasta hace unos minutos por todo el departamento, llevando nada más que su ropa interior y un suéter oversize con el que no logró ocultar por completo su erección.
-¿Te falta mucho?- pregunta Enzo, estirándose para poder mirarte desde su posición.
Cerrás tu libro y te entretenés con otro sorbo de café antes de contestarle. Te observa con esa arrolladora profundidad que tanto caracteriza su ser y su mirada y contrasta con la impaciencia que tira de sus labios hasta transformarlos en un tierno gesto que pretende ser demandante. Dejás la taza sobre la mesita de noche y con tu mano libre abrigás su mejilla.
-¿Por?- tu pulgar juega con su labio-. ¿Necesitás algo?
-No.
Suspirás.
-¿Qué querés?- insistís-. Decime.
-Nada, es que…- muerde su labio, indeciso-. No, no importa, seguí leyendo.
Un pequeño movimiento llama tu atención y comprendés que está intentando con todas sus fuerzas no imponer sus deseos, como siempre, convenciéndose –falsamente esperanzado- de que los roces de su mano podrán sustituir el placer que le brindan tus atenciones y tu cuerpo. Capturás su fuerte mandíbula entre tus dedos y cierra los ojos con anhelo.
-¿Qué estás haciendo?
-Nada.
-No me parece que sea nada- renegás, apartando las mantas para descubrir su cuerpo.
Todavía está muy duro y su excitación oscurece desvergonzadamente su ropa interior. Sus movimientos no se detienen y, motivado por el fulgor que percibe en tu mirada, permite que su mano se cierre en torno a su bulto para que puedas apreciar el contorno de su extensión. Enzo es insaciable y ojalá pudieras molestarte con él por eso, pero… ¿Cómo podrías cuando tiene tanto para ofrecer? 
-Desde que te despertaste estás así, ¿por qué?
-Por tu culpa- dice con un hilo de voz-. Porque vos estabas…
-¿Qué?
 -Desde ayer- tiembla bajo tus dedos-. No me dejaste…
-Eso fue tu culpa- corregís-. No querés otro castigo, ¿no?
-No.
-Entonces hablame bien- cerrás tus dedos sobre su cuello -. ¿Querés que te la chupe?
Un patético sonido de necesidad surge en su garganta y asiente rápidamente.
-¿Y te vas a portar bien?
-Sí- pellizcás su pezón por sobre el suéter-. Sí, me voy a portar bien.
Se mueve rápidamente cuando te alejás para dejar tu libro en la estantería y se recuesta sobre las almohadas, impaciente, bordando la desesperación. No puede evitar observar todas las líneas y curvas que la ropa holgada cubriendo tu figura le permite ver, así como tampoco puede evitar pensar en arrancar las prendas de tu cuerpo para regarlo con besos y mordidas.
No se atreve a deshacerse de su ropa interior -que está cada vez más empapada- porque sabe que preferís ser vos quien descubra su cuerpo y mientras espera tira nerviosamente de las mangas del suéter, que ya son lo suficiente largas como para que sólo las puntas de sus dedos sean visibles. Sus dedos inquietos se contraen repetidamente en un intento de no tocarse.
Regresás a la cama luego de unos minutos y gateás hasta él, posicionándote entre sus piernas y mirándolo seductoramente mientras deshacés la distancia entre su cuerpo y el tuyo. Tus dedos escalando rítmicamente por su muslo desnudo hacen que se estremezca y le sonreís antes de depositar un pequeño, casi imperceptible beso sobre su piel caliente.
Rodeás su erección con una mano y con movimientos lentos pero firmes comenzás a masajearlo por sobre la tela. Suspira de alivio, agradecido por un poco de estimulación, pero pocos minutos más tarde su compostura comienza a desvanecerse y tiene que esforzarse por no mover sus caderas en busca de más contacto con tu palma. Sabe cuáles son las consecuencias.
Gime débilmente, sensible en extremo cuando son tus caricias las que bañan su cuerpo, y te recostás sobre su pierna temblorosa mientras continuás torturándolo: observás cómo muerde su labio inferior con fuerza, su cabello cayendo en todas las direcciones cuando arroja la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro, sus uñas clavándose en sus palmas.
Ojalá nunca sepa lo hermoso que se ve y lo débil que te sentís ante su imagen, pensás, porque es peligroso que sepa todo el poder que su ser tiene sobre tu cuerpo y también sobre tu mente. Es capaz de deshacerte con una sonrisa y calmarte con un abrazo, cosas sobre las cuales es consciente y aprovecha sin maldad, ¿pero esto? Es mejor que no lo descubra.
-Así te gusta, ¿no?- preguntás sólo para hacer arder su rostro.
-Sí- contesta, casi siseando-. Se siente muy bien.
-Mirá cómo te estás mojando…
Una exclamación ahogada, mezcla entre vergüenza y excitación, escapa de su boca. Sentís el súbito y violento palpitar de su erección, que seguramente está liberando todavía más del abundante líquido preseminal que pronto tendrás el lujo de sentir recorriendo tu lengua.
-¿Más?- suplica-. Por favor, mi amor.
Tocás su cadera con dos dedos para que te permita retirar su ropa interior y cuando lo hacés, lenta y serenamente para atormentarlo, su erección furiosa reclama tu atención. Está goteando y hace brillar deliciosamente la piel de Enzo, sobre la cual deslizás tus yemas para luego llevarte los dedos a la lengua y probar su esencia.
-Elegí- decís una vez que comenzás a masturbarlo justo como le gusta-. ¿Dónde querés acabar?
Torcés tu muñeca y él arroja la cabeza sobre las almohadas.
-En tu boca- contesta entre gemidos-. ¿Puedo?
-Sí, podés- besás la base de su miembro y suspira, contento.
Los movimientos de tu mano no cesan y, luego de lo que él considera una eternidad, tus labios siempre tan provocadores comienzan a sembrar en él besos húmedos que resuenan por toda la habitación. Tu saliva y sus fluidos se entremezclan hasta cubrirlo por completo, provocando sonidos obscenos y otorgándote tanta lubricación como necesitás para aumentar el ritmo.
La vena que recorre su extensión te desconcentra de la mejor manera y bajás la velocidad con que lo masturbás sólo para poder trazarla con tu lengua. Un gruñido que él intenta silenciar es la única confirmación que necesitás para comenzar a lamerlo con entusiasmo, como si se tratara de tu dulce favorito, pero sabés que para Enzo no es suficiente. 
Sus muslos se contraen sobre tu cuerpo, producto del placer de los interminables giros de tu muñeca y la antelación con que espera sentir más de tu boca, y te detenés por completo para llamar su atención. Descubre su rostro, oculto los pasados minutos por su brazo en un intento desesperado de no dejarse llevar por tu imagen, encontrándose con tu mirada en el momento justo en que tus labios se cierran sobre su glande y succionás.
Sus dedos fundiéndose con las pobres sábanas bajo su cuerpo, tirando y retorciéndolas, son un claro indicio de su sensibilidad. Intentás no sonreír para no entorpecer tu trabajo pero te resulta imposible, sobre todo considerando cuánto disfrutás arruinar a tu novio y la forma en que su adictivo sabor recorriendo tu lengua provoca más calor y humedad entre tus piernas.
El más que generoso tamaño con que siempre llena tu interior, independientemente de en qué entrada sea, provoca cierto dolor en tu mandíbula y te dificulta respirar con normalidad; no te importa, por supuesto, ya estás acostumbrada a manejarlo y estás segura de que disfrutás ahogarte con él más de lo que otras personas lo harían.
Las vibraciones que tus gemidos provocan sobre su miembro y el constante ritmo con que lo tomás en tu boca, cada vez más profundo y permitiéndole golpear tu garganta, lo hacen tiritar; pronuncia un hilo palabras entre las cuales se repite tu nombre –que con su voz suena celestial-, muerde sus nudillos para que el dolor lo distraiga, pero es completamente inútil.
Es obvio que él también disfruta en demasía tu pasión y devoción a la hora de chupársela.
-¿Qué pasa?- preguntás cuando te separás para tomar aire-. ¿No aguantás más?
-Necesito…- sacude la cabeza y en sus ojos hay lágrimas de vergüenza-. ¿Puedo?
-Cuando quieras, bebé.
Cuando quieras resulta ser el preciso momento en que volvés a llevártelo a la boca, succionando con fuerza y ocupándote con tu mano de los centímetros que no lográs tomar más allá de tus labios. Los incontables hilos de su semen caliente salpican tu garganta y cubren por completo de blanco tu lengua, y prolongás tus acciones hasta oírlo sollozando por la sobre estimulación. Gimotea tu nombre cuando tu garganta se contrae mientras tragás.
Lo liberás e intenta regular su respiración errática, esforzándose por calmar el ritmo descontrolado de su corazón mientras te observa ponerte de pie en busca de quién sabe qué. Con la mente letárgica y desorientada por la intensidad del orgasmo es incapaz de comprender por qué no estás consolándolo o mimándolo y un quejido deja sus labios.
Regresás a la cama y encontrás su rostro oculto en la almohada en un dramático gesto de protesta. No le das importancia y tirás de sus piernas con fuerza para obligarlo a retomar su posición anterior, haciéndole a su vez entender cuál era el motivo por el cual lo dejaste solo: buscar el lubricante y el dildo que llevás en tus manos.
-Pensé que…
-¿Que iba a dejar que me cojas?- arqueás una ceja-. No.
No es correcto que te parezca divertida la decepción con que deja caer sus hombros, lo sabés, pero la bruma que nubla sus pupilas y las lentas reacciones de sus extremidades comienzan a hacer efecto en ese rincón de tu mente: su vulnerabilidad y total entrega desencadenan en tu sistema algún proceso, ya sea químico u hormonal, no estás segura y no te importa.
Sólo sabés que te encanta.
El lubricante en contacto con su piel lo sorprende y cuando intenta apartarse lo inmovilizás con una mano en la parte baja de su abdomen, una franja de su piel ahora visible gracias a que su ropa está desacomodada. No estás haciendo fuerza, es más como una leve caricia, pero es suficiente para mantenerlo quieto en su lugar.
-Lento, amor- implora.
Separás sus muslos todavía más, en tu rostro una sonrisa dulce y atrevida que le roba el aliento, sosteniéndole la mirada para distraerlo: tus dedos rozan su entrada y sus músculos se relajan por la costumbre, haciéndote notar que su cuerpo todavía está muy arruinado por las reiteradas e incontables veces en que lo castigaste el día de ayer… y el plug anal con el que durmió.
Su entrada no presenta resistencia cuando presionás sobre ella y unos segundos más tarde te recibe en su interior, sus paredes bañadas de lubricante provocando sonidos indecentes cuando comenzás a estimularlo con pequeños y repetitivos movimientos. Su erección pulsa con el ritmo de tus estocadas.
Enzo se retuerce, extremadamente sensible en cuerpo y mente, cuando curvás tus dedos para acariciar su próstata. Un roce en el lugar exacto y se lleva las manos a la boca, mordiéndose los nudillos y las mangas del suéter para guardar silencio, consciente –aunque cada vez menos- de que aún es muy temprano y que no pueden permitirse más quejas por parte de los vecinos.
Tomás su miembro y por la desesperación en sus facciones creerías que no está goteando cantidades absurdas de líquido preseminal, los hilos traslucidos que brotan en su punta cayendo por tus dedos y también por el dorso de tu mano. Respirás profundo, ignorando sus ojos atentos a tus movimientos, con la esperanza de controlarte ante la tentadora imagen frente a vos.
Rezás para no desmoronarte antes que él.
Entre sus gemidos graves y suspiros temblorosos repite tu nombre para llamar tu atención mientras lo preparás; hacés caso omiso porque sabés que en caso de mirarlo va a conseguir justo lo que quiere y no es algo que estés dispuesta a concederle sólo porque sí. Una simple advertencia, ese gesto tuyo más que familiar para él debería resultar, pero....
-¿Me dejás? Por favor.
-Enzo- apretás su miembro, más molesta por tu debilidad que por su insistencia y la irónica facilidad con que logra manipularte siempre, y se queja.
-Dale, mami, te necesito…
Temblás.
-Callate. No te aguanto más.
Tus dedos dejándolo vacío y desprovisto de atención son para él más angustiantes que tus furiosas palabras. Te observa inmóvil desde su posición, preguntándose qué tan mal estaba comportándose como para que reacciones de tal manera: no cree haber cruzado el límite, pero no encuentra otro motivo para tu falta de paciencia.
Tardar no es una opción porque sabés que podrías arrepentirte –sobre todo viendo que Enzo no deja de gotear y sintiendo entre tus piernas el correr de tus fluidos- y es por eso que llenás el juguete con lubricante para luego conducirlo hacia su entrada. Con tan sólo un poco de presión lográs introducirlo en su interior y él clava las uñas en el colchón ante la estimulación.
Volvés a tomar su miembro.
-No, pará- dice casi gritando-. Es mucho.
En lugar de contestar comenzás a masturbarlo siguiendo el ritmo con el que movés el dildo. Intenta cerrar las piernas para detenerte pero luego de ver la mirada que le dirigís las deja caer nuevamente y permitirte hacer con su cuerpo lo que quieras porque, más allá de cuánto él disfrute estar dentro tuyo o la insoportable sensibilidad ante tus acciones, esto también le gusta.
Mucho.
No estás segura de si intentás vengarte por su no tan ejemplar comportamiento (dijo que se iba a portar bien, ¿no? Entonces, ¿por qué no se quedó callado?) o si sólo querés reducirlo hasta convertirlo en un incoherente desastre, justo lo que era hasta hace unas horas, pero de todas formas posicionás el dildo en el ángulo ideal para golpear su próstata una y otra vez.
Grita y sonreís cuando un destello de pánico ilumina su mirada. Vuelve a cubrirse la boca y cierra los ojos con fuerza, probablemente pensando en los vecinos y en qué dirán, pero sus gemidos ahogados todavía son audibles y las lágrimas que se deslizan por sus mejillas son tu recompensa.
Continuás abusando de ese punto y su excitación cada vez más abundante entorpece los movimientos de tu otra mano. Reafirmás tu agarre sobre su miembro y para cuando Enzo reúne fuerzas e intenta protestar, reincorporándose para tomar tu muñeca y detenerte, es tarde: acariciás su punta con tu pulgar y en lugar de hablar sólo balbucea, tropezando con las palabras y con su orgasmo.
Su liberación mancha tu mano, su piel, su suéter y también las sábanas. Observás absorta ese lugar entre su estómago y su pelvis donde el semen se acumula, casi accidentalmente ignorando que el interminable vaivén del dildo en su interior y los movimientos de tu mano lo están volviendo loco.
Sólo cuando solloza salís del trance y dejás de tocarlo.
-Ya está, ya está- acariciás el interior de sus muslos-. Muy bien, bebé.
Regresás a su lado para besar sus labios, salados por sus lágrimas y muy suaves, mientras peinás su cabello y rozás su mejilla con tus nudillos. Susurrás palabras de consuelo en su oído y también un dulce sin sentido, felicitándolo sin hacer mención a un pequeño detalle que planeás usar a tu favor.
-¿Me das otro beso?- pregunta.
-Obvio.
Tus labios rozan los suyos por unos segundos y los separa cuando tu lengua se desliza sobre ellos. Es un beso húmedo, enriquecido por el fuego y la intensidad que se genera cada vez que ambos se tocan, y se prolonga hasta que sus pulmones comienzan a arder por la falta de oxígeno. Recostás tu frente en la suya y él sonríe.
Es una pena, pensás.
Está tan agotado y tan desconectado, tan pero tan lejos, que no parece comprender el motivo por el cual tus dedos recogen el pequeño mar de semen sobre su piel para luego dirigirse a tu entrepierna, haciendo a un lado tu ropa interior y mojando tus pliegues ya humedecidos.
Un sonido extraño escapa de sus labios luego de ver la expresión que hacés cuando tus dedos se deslizan en tu interior. Su mano masajea tu cadera en una silenciosa súplica y, Dios, es tan tierno que él crea que sólo utilizarás sus dedos.
-Por...- se aclara la garganta-. Por favor, ¿puedo?
-¿Qué?
-Tocarte.
-Ya me estás tocando- hacés un gesto hacia su mano recorriendo tu piel.
-Tocarte bien- explica-. Ahí.
-¿Dónde?
Se arroja sobre la almohada y cubre su rostro con una mano. Intentando amarse de valor para decir justo lo que querés oír, relame sus labios, pero antes de poder hablar lo sorprende sentir tu peso sobre su cuerpo y tu mano envolviéndolo otra vez.
-No me pediste permiso- explicás cuando encontrás sus ojos sorprendidos. Un gemido brota de entre sus labios cuando deslizás su glande entre tus pliegues, cubiertos con tu excitación y su semen, y se muerde los labios cuando lo guiás a tu entrada-. Y estabas re insoportable porque querías cogerme.
Te dejás caer sobre su miembro, su erección todavía firme luego de dos orgasmos, y el ardor que provoca en tu estrecha entrada te hace suspirar de placer. Te encanta el tamaño de Enzo, pero más te encanta saber que es sólo tuyo y que podés hacer con él lo que quieras.
Sus manos se cierran sobre tu cadera.
-No puedo, no puedo.
-Sí, podés- comenzás a mover tu cadera y una chispa de placer te recorre de pies a cabeza cuando su pelvis estimula tu clítoris. Sentis sus uñas enterrándose en tu piel y siseás-. ¿Querías cogerme? Cogeme ahora, dale.
Su mandíbula tensa y la forma en que sujeta tu cuerpo llama tu atención, seguro, pero no lo suficiente para cuestionarlo. Continuás moviéndote sobre él, embriagándote con la angustia que la sobre estimulación agrega a su voz y perdiéndote en el placer que sólo podés conseguir con su cuerpo.
-Decís que no podés pero bien que la tenés dura todavía- te burlás, deslizando una mano bajo su suéter para acariciar su pecho... Bueno, masajear su pecho era el plan inicial, pero tus dedos terminan cerrándose sobre su pezón y pellizcándolo cruelmente.
La tensión en el aire se vuelve intolerable y la única advertencia que captás es su mueca repentinamente arrogante. Sus fuertes manos sobre tu cadera te obligan a detenerte y gemís de dolor, segura de que sus huellas quedarán impresas con marcas moradas y rojas, confundida por la inesperada demostración de fuerza.
Tu voz te traiciona cuando tiembla:
-Enzo, no.
-¿No era que no ibas a dejar que te coja?- pregunta.
-Yo te estoy cogiendo.
Intentás golpear su mejilla, molesta por la insolencia, pero captura tu muñeca en el aire y tira hasta que caés sobre su pecho. Tu rostro está a milímetros del suyo cuando con una brusca estocada te hace gemir de manera patética, robándote el aliento.
-¿Segura?
Nota mental: no hacer enojar a Sub!Enzo. Eso. taglist: @chiquititamia @creative-heart @recaltiente @lastflowrr @madame-fear @delusionalgirlplace @llorented ♡
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