#tesis sobre una domesticación
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gael-garcia · 4 months ago
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Tésis sobre una domesticación (2024 🇦🇷)
starring trans writer and actress Camilla Sosa Villada, based on her own novel
producer: Gael García Bernal, exec producer: Diego Luna (under La Corriente del Golfo)
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sublecturas · 1 year ago
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"Tesis sobre una domesticación", de Camila Sosa Villada
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goddevouringserpent · 1 year ago
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9 people I'd like to get to know better
tagged by @dujour13 , thank you so much!! this was fun hehe 💜
three ships: OH MAN this is a tough one... I'm gonna make things easier on myself and say that, in honour of Femslash February coming up relatively soon, I'll only pick F/F ships, because otherwise I'll be here for an eternity:
Yunia (my Tarnished)/Ranni, if only because I have been rotating them in my mind a LOT recently, especially since @takers-flames helped me figure out a bit of Yunia's backstory
Gideon/Harrow
Kaija (my Knight-Commander)/Camellia. let's go, toxic yuri, let's goooo
last song: Halcyon by Spiritbox! I am normal about Spiritbox I can stop listening to Spiritbox whenever I want
last film: uhh. okay so I am not much of a film-watcher at all. I really should be watching more films because the major I'm going to be starting this year has an entire module regarding film, but IDK I just always have trouble with them. so my answer is the very boring "I legit can't remember, which means either it's been ages since I watched a movie or the last movie I watched did not leave a strong impression on me and I Forgor 💀"
currently reading: alternating between Tesis sobre una domesticación, by Camila Sosa Villada, and Buddha's Little Finger—or Chapayev and the Void, depending on the edition?—by Victor Pelevin (the latter being a recommendation by my bestie, @hate-not-wanting-a-name). I'm, unfortunately, a very slow reader, because being an editor means I spend most of my time reading anything but what I would actually like to be reading, which also kind of limits my reading energy
currently craving: so I actually am craving two things, kind of like superposed cravings? on one hand—so the other day I went out for some coffee with my aunt & I had a slice of key lime pie and a pistachio-flavoured frappé, both of which were absolutely heavenly and I could really, really, really go for that exact combo right now. aside from that? sushi. I'm in a perpetual state of Craving Sushi. no matter the hour, if I've already eaten, if I'm hungry or not, how I'm feeling, I always want sushi. it's a curse 😔
since I've already mentioned Joy and Walkeri on this post, let's just say that counts as a tag lol (only if you want though! no pressure), & as for the remaining 7 tags... uuhh no idea who's done it and who hasn't so I'm open tagging!
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norteenlinea · 4 months ago
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Teaser de Tesis sobre una domesticación, de Javier Van de Couter
http://dlvr.it/TFXNNm
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zerounotvadri · 8 months ago
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ALFONSO HERRERA EN “BAKI HANMA VS. KENGAN ASHURA” 
Alfonso Herrera se une a Baki Hanma Vs. Kengan Ashura, un sorpresivo y épico crossover en el que dará vida por tercera ocasión al poderoso joven Baki en su versión doblada al español. El gran combate llegará a Netflix a partir del próximo jueves 6 de junio, una película que unirá por tan sólo 62 minutos a dos de los animes de artes marciales más famosos de todo el mundo. Prepárate para ver uno de los enfrentamientos más intensos del año y descubre quién es el peleador más fuerte…    Esta colaboración que se anunció dentro del marco del AnimeJapan 2024, es una nueva entrega dirigida  Toshiki Hirano, conocido por estar al frente del clásico del anime Vampire Princess Miyu (1988) y las películas Fist of the North Star: The Legend of Kenshiro (2008) y Fist of the North Star: Legend of Raoh (2007). Sin duda, una alta expectativa por parte de los fans de ambas franquicias que aumentó la dificultad del reto, en el que el actor mexicano demostrará su experiencia en el doblaje y traerá de nueva cuenta a la vida a Baki.   La participación de Herrera como voz de Baki comenzó en la serie homónima en el periodo de 2018 a 2020 en las tres partes de la primera temporada en su adaptación para la plataforma de streaming, 39 capítulos que cubren el arco de Los condenados a muerte y la saga del Gran Torneo Raitai; luego lo dobló en la serie Baki Hanma primera temporada de 2021 y en las dos partes de la segunda temporada, que cubren la saga de La historia de Pickle & la guerra de Pickle y la saga del Padre contra el hijo, del 2023.   Con gran entusiasmo ante el talento y trabajo de los artistas de doblaje, Herrera celebra poder continuar con el papel de Baki, un rol tan importante como su actuación en “El niño y la garza” del Studio Ghibli como la voz de la Garza gris y en “Saint Seiya: Los Caballeros del Zodiaco” como la voz de Hyoga de Cisne. En animación,  también ha prestado su voz en cintas como “Los Croods” y “Los Croods 2: Una nueva era” haciendo la voz de Guy; “¡Patos!” donde le da vida a Mack; “DC Liga de Supermascostas” como Krypto; en “Minions” como Walter Nelson; “Metegol” como Amadeo, “El Lórax: En busca de la brújula perdida como Ted Wiggins e “Igor” como Igor.   “Después de casi 3 años y medio de darle voz a Baki, me siento muy feliz por este ejercicio en el que dos universos chocan para crear una película única.”, comenta Alfonso Herrera.   Animada por TMS Entertainment, este duelo de gigantes del anime rebasa la pantalla debido a la magnitud de sus fandoms a nivel internacional. Por un lado, está el legado de Baki the Grappler bajo la tinta del mangaka Keisuke Itagaki, casi 150 tomos cuya publicación ha corrido a cargo de la Weekly Shōnen Champion desde su primera versión en 1991 hasta el día de hoy con la publicación mensual de Baki Rahen. En su versión animada, Gurappurā Baki (en romanji), tiene una OVA de 1994, una serie animada de 2 temporadas de 2001, un especial para TV de 15 minutos de 2018 y su adaptación en Netflix desde ese año. Tan sólo en el manga, Baki ha sido un éxito inmenso de las artes marciales que ha vendido más de 85 millones de copias. Una serie que narra las historias de varios luchadores, centradas en el legendario enfrentamiento a vida o muerte entre el protagonista Baki Hanma, el campeón más joven de lucha clandestina, y su padre Yujiro Hanma, «la criatura más fuerte del mundo».   Este crossover lleno de adrenalina, es uno de los más recientes  proyectos de Alfonso Herrera en el doblaje, quien a la par que es parte de nuevas producciones como: “Tesis sobre una domesticación” una adaptación cinematográfica mexico-argentina de la novela homónima escrita por la propia Sosa Villada, bajo la dirección de Javier Van de Couter; “Delincuentes” película de Humberto Hinojosa, donde es productor y tiene una participación como actor; y el rodaje de la serie “Las Muertas” dirigida por  Luis Estrada para Netflix,
Baki Hanma vs Kengan Ashura  Año 2024  Duración 60 min.  País Japón Japón  Dirección Toshihiro Hirano  Guion Atsuo Ishino.  Manga: Daromeon, Keisuke Itagaki, Yabako Sandrovich  Compañías TMS Entertainment.  Distribuidora: Netflix  Género Animación. Acción | Deporte. Artes marciales. Boxeo  Sinopsis - Dos de las series de anime de artes marciales más populares del mundo, Baki Hanma y Kengan Ashura, se unen en una nueva película.
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tallergroovie · 8 months ago
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{MAYO EN EL TALLER DE LECTURA}
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El libro que nos convocó este mes fue "Tesis sobre una domesticación" de la escritora argentina Camila Sosa Villada: una novela en la que pasa TODO. No "de todo", sino TODO. En nuestras reacciones de lectura fuimos viendo elementos claves para entender que, en su propio canon, el travestismo (multifacético) de la autora no sólo es el centro de su narración, sino una metáfora obsesiva con tintes sociales.
Espléndida lectura del quinto mes del año. Si quieres ser parte del taller, recuerda que tiene una participación de 45.000 al mes (tres sesiones) y que puedes preguntarme todas tus dudas al mail [email protected]
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jcdecisneros-blog · 11 months ago
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La tesis eco-céntrica nos ofrece una visión provocativa y desafiante de la relación entre los seres humanos y el medio ambiente. Esta perspectiva nos invita a considerar dos aspectos fundamentales de la naturaleza: por un lado, como un conjunto de materias primas disponibles para nuestro uso y, por otro, como un sistema biológico complejo que ha sido alterado por la domesticación humana. La Naturaleza: Más que un Almacén de Recursos La visión tradicional de la naturaleza como un almacén de recursos para la explotación humana es cuestionada por la tesis eco-céntrica, que nos insta a reconocer la naturaleza como un sistema biológico diferenciado, con sus propios procesos y equilibrios, que va más allá de su utilidad para la humanidad. La Humanidad: Una Especie entre Muchas Desde la perspectiva eco-céntrica, los seres humanos son vistos como una especie más dentro del ecosistema terrestre, compitiendo por recursos naturales limitados. Esta visión nos coloca en pie de igualdad con otras especies, desafiando la noción antropocéntrica de que somos los amos indiscutibles del planeta. El Impacto Humano: Desequilibrio Biológico La tesis eco-céntrica también aborda el impacto negativo de la actividad humana en los sistemas biológicos. Los “excrementos” de nuestra especie, en forma de contaminación descontrolada y desechos, son vistos como un desequilibrio para los sistemas biológicos que intentan integrar y metabolizar estos residuos. Población y Medio Ambiente: Una Relación Directa La relación entre la población humana y el medio ambiente es directa y preocupante. La destrucción de los sistemas biológicos se ve claramente amenazada por la cantidad de desechos y basuras generadas por nuestra especie, lo que plantea preguntas urgentes sobre cómo podemos vivir de manera más sostenible. Conclusión La tesis eco-céntrica nos desafía a repensar nuestra relación con el planeta y con las otras formas de vida que lo habitan. Nos obliga a preguntarnos si estamos viviendo como parásitos del planeta, tomando sin dar nada a cambio, o si podemos encontrar una forma de coexistir que sea beneficiosa tanto para nosotros como para los complejos sistemas biológicos de los que dependemos.
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dickotomia · 1 year ago
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3 13 18
3. What were your top five books of the year?
(in no particular order)
Monstrous Regiment, de Terry Pratchett
The haunting of House Hill, de Shirley Jackson
El retrato de casada, de Maggie O'Farrell
Tesis sobre una domesticación, de Camila Sosa Villada
Confesiones de una máscara, de Yukio Mishima
13. What were your least favorite books of the year?
Ah hell yeah amo odiar libros.
Resonancia siniestra, de David Toops. Un ensayo sobre música que intentaba ser la versión sonora de Modos de Ver de Berger pero son tipo 400 páginas de anécdotas personales y un pseudo intento de reflexionar sin nada de teoría al respecto.
Primera Sangre, de Amélie Nothomb. No leí ni voy a leer jamás nada más de esta autora, una novela tan pedorra que me impresionó que Anagrama se atreviera a editarla.
Las partículas elementales, de Michel Houellebecq. GRRR este puede ser mi libro más odiado ever. Chabones cogiéndo violentamente con minas en medio de el ennui existencial más pelotudo que escuchaste en tu vida, y el epílogo que se supone que es tan brillante es una MIERDA una serie de lugares comunes. Ni siquiera es lo suficientemente original para ser fascista.
18. How many books did you buy?
Uf ni idea pero decenas. Por encima de 50. Es mi principal gasto. Leí 121 libros so far.
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ana-rowe · 2 years ago
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Ph Rowe Córdoba 2022
Scouting "Tesis sobre una domesticación"
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sufranstevens · 2 years ago
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ok ok, 1, 8, 25, 42, 93 :DDDDD
bueno habia colgado MAL con esto lets do this
a book that is close to your heart
Fun Home: A Family Tragicomic. Cuenta como libro? Lo pedí el año pasado en fisico como regalo de cumple porque lo necesitaba con todo mi ser
8. a book you finished in one sitting
Tesis sobre una domesticación de Camila Sosa Villada! Son creo 130 pags o algo así y se lee rapidisimo
25. a book by your favourite author
Regimiento Monstruoso de Terry Pratchet que lo lei en el verano me gustó bastante :) lo que DARIA por conseguir una version de Wyrd sisters que la leí hace años y había sido mi novela favorita de las de él (SON RE DIFICILES DE CONSEGUIR AHORA QUE KEL MURIO)
42. a book that made you want to scream by the time you got to the end
Presagio de carnaval que me lo recomendaste vos y me encantó tanto!! La tengo MUY pendiente a Liliana y el resto de sus cosas
93. a book featuring an unreliable narrator
uhhh hace mil no lo leo y estoy casi segura que hoy en dia me caeria de forma. Complicada. Pero The Curious incident of the dog in the night-time de Mark Haddon tenia un unreliable narrator creo?
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vision-femenina · 4 years ago
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Camila Sosa Villada (28 enero 1982; Córdoba, Argentina)
Escritora y actriz transgénero de teatro, cine y televisión.
Considerada una de las autoras más conocidas dentro de la Literatura Transgénero. Entre sus obras literarias se encuentran Las novias de Sandro, El viaje inútil, Las malas y Tesis sobre una domesticación; en sus obras teatrales están Carnes toledanas, retrato escénico de un travesti, Putx Madre y El bello indiferente.
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javiermoroh · 4 years ago
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Entrevista a Camila Sosa-Villada sobre Las malas
Las malas de Camila Sosa-Villada es una novela que cimbra al lector, una novela subversiva que se interna en la vida privada de una comunidad de mujeres trans que se dedican a la prostitución en Argentina. Una novela, que se construye a partir de varios niveles narrativos, para reconstruir el día a día de estas mujeres, que han sido golpeadas, violentadas, agredidas por sus familias, sus parejas, sus clientes, los policías, las autoridades, y que, sin embargo, tienen las fuerzas para seguir adelante día a día, para reírse, burlarse, vestirse como reinas. Y sobrevivir en medio de una realidad cruel, despiadada.
Las malas se centra en la figura de la Tía Encarna, una mujer trans, que ha visto mucho y ha vivido más, que funge como una especie de madrina de esta comunidad de prostitutas trans que trabajan en los alrededores del Parque Sarmiento en Córdoba, Argentina. Una comunidad a la que llega la narradora, que es una chica joven que llega a estudiar a la universidad, pero también a liberarse de la violencia y de los prejuicios que ha tenido que soportar en su pueblo. La narradora nos contará la historia de la Tía Encarna, que una noche adoptará como su hijo a un bebé
Las malas es una novela reveladora, una novela rebelde, una novela subversiva en toda la extensión de la palabra. Camila Sosa escribió Las malas entre 2017 y 2018, diez años después de haber conocido y ejercido la prostitución en Córdoba, al lado de otras mujeres trans. Con esta novela la autora se hizo acreedora al Premio Sor Juan Inés de la Cruz que otorga la Fil de Guadalajara en 2020. Camila Sosa-Villada es además escritora de obras de teatro, y debutó en 2009 con su propio espectáculo titulado Carnes tolendas, retrato escénico de un travesti. A partir de ese año ha desarrollado una carrera como actriz de teatro, cine y televisión en su natal argentina, además de que ha seguido presentando sus proyectos teatrales como El cabaret de la difunta Correa. También ha publicado el libro de poesía La novia de Sandro, su autobiografía titulado El viaje inútil, la novela Tesis sobre la domesticación y Las malas, que fue publicada por la editorial Tusquets.
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goddevouringserpent · 11 months ago
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tagged by @dujour13, thank you!!! these are always a lot of fun hehe
Last song: death follows by she who mauls, found through my Release Radar playlist. was not even aware of this artist until now but I'll be keeping an eye out for any other songs she releases
Currently watching: nothing! in-between shows—we're pondering whether to start Severance, Scavenger's Reign or maaaaybe Voyager
Three ships: UHH okay I'm gonna cheat and pull from the ones I have works in progress for lol. let's sayyyy... Kaija/Woljif, Nelvari/Julan, Yunia/Ranni (yes I've already mentioned them in a past tag game but time is fake and yuri is forever). I'll probably think of like 50 more right after I post this but fuck it we ball
Favourite colour: ourple 💜
Currently reading: been having a very hectic time, so unfortunately I haven't really been able to read anything not work-related... still trying to finish Buddha's Little Finger and Tesis sobre una domesticación—both of which I am thoroughly enjoying, so trust me, it's not for lack of wanting that I haven't made much progress. also, technically, the books I am editing for work
Currently consuming: as in eating/drinking? nothing too exciting, I'm afraid, just sipping on water cause I've gotta stay hydrated 😌 but I will say the last thing I ate (dessert) was grapes & some salt and caramel flavoured chocolate. which is really really really good
First ship: UUUUUUH. I might be wrong, but I think it was Lyra/Will, from His Dark Materials? it's the earliest ship I can remember, anyway
Place of birth: real ones know Argentina. no further details given :3
Current location: my bedroom
Relationship status: romantically? single
Last movie: uuuhhhhh it's been so long since I watched a movie, I legitimately cannot remember... come to think of it, I think it might've been Argentina, 1985, back when it first came out?? so uhh. two years ago give or take😭
Currently working on: work + like ten drawings at once + character page + RP stuff + lots of OC stuff honestly. I'm feeling the urge to write fic but I'm not sure what about yet, we'll see 🤔
open-tagging because I'm too lazy to actually tag people, lol. feel free to just yoink this or mention me/say I tagged you~!
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culturacuir · 5 years ago
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TESIS SOBRE UNA DOMESTICACIÓN (Soy, Página/12, 2019) Este libro cuenta la historia de una actriz trans y un abogado homosexual, que se enamoran y terminan adoptando a un niño de seis años seropositivo (inesperadamente para los deseos de ella, que no podría ser madre "ni estando mal de la cabeza"). Camila hace un recorrido narrativo por cada una de sus historias, que interesantemente, nunca revela sus nombres. Cada unx parece estar definido por el lugar familiar que ocupa: madre, hermana, hijo, sobrina, tía, abuela, esposa. Esta novela, con su carácter medio encubierto de tesis, expone la vulnerabilidad de los vínculos y derriba los preceptos de una familia que por fuera se ve perfecta e irrompible. Su historia travesti, su figura mediática, la adopción de un niño abandonado y discriminado, una relación libre que se consume en su propia armonía, un deseo erótico que lucha por no apagarse y dos padres complicados que arrastran prejuicios y crueldad. Todas estas partes componen esta novela-tesis espectacular, que lejos de despegarse de los prejuicios, se carga de ellos para contar la verdadera historia. Esa que se vive puertas adentro, esa donde el marginal debe ocuparse del marginal para enseñarle a sobrevivir en un mundo violento y miserable. Esta es una historia de amor, sí. Repleta de dulzura, sí. Pero nada condescendiente. Camila, otra vez nos regala su narrativa, que se deja leer sola, y nos vuelve fuertes y vulnerables al mismo tiempo. Lean este libro.
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itstargaryens · 5 years ago
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¡AMIGOS! Queremos iniciar la semana hablando de un tema que consideramos se esta saliendo de control. ⠀ Nos hemos dado cuenta de que muchas personas han comenzado a adoptar tlacuaches e incluso promover su domesticación y hasta su venta. ⠀ No nos cansaremos de recordarles que los tlacuaches SON ANIMALES SILVESTRES, por lo tanto merecen ser libres y estar en esos lugares donde pueden encontrar la alimentación que necesitan la cual aún es un misterio para nosotros. ⠀ Sabemos que sus intenciones son buenas y que lo hacen de corazón, también que han cambiado su mentalidad respecto a lo que se creía de los tlacuaches con anterioridad lo cual es maravilloso. Por ello, si en verdad amas a los tlacuaches y a la vida silvestre en general, NO LOS ADOPTES. Adoptar este tipo de fauna no es tarea fácil, implica desvelos, limpiarles todos los días, compromiso y con esta especie en especial, un riesgo. Riesgo de que el tlacuache muera por estrés o depresión al estar encerrado, que él mismo llegue a provocarse amputaciones, que a largo plazo desarrollen una Enfermedad Metabólica Ósea conocida como la “EMO” la cual altera su organismo provocando malformaciones y deformidades en sus huesos principalmente por mala alimentación y esto es lo que pasa con la mayoría de tlacuaches que llegan a estar en cautiverio. Por más cerca que estemos de darles una alimentación adecuada, nunca se comparará con lo que ellos encuentran en vida silvestre. ⠀ Los invitamos a investigar sobre estas especies, actualmente hay más artículos sobre ellos, videos en cualquier plataforma de personas compartiendo sus conocimientos y experiencias, imágenes, tesis, etc. No solo los adopten porque vieron a alguna persona que tiene uno, o porque “estén de moda”. Muchas personas al ver que el tlacuachito (por la mala alimentación que le dieron) ya no camina, ya no se mueve, pierde la vista, o presenta malformaciones, recurre a personas que rescatan vida silvestre porque ya no los quieren, con el pretexto de que ya no tienen tie ⠀ ⠀ #Tlacuy #Tlacuache #Marsupial #Zarigüeya #Opossum #México #tlacuaches #Ecología #Animales #Nature #Didelphismarsupialis #Possum #Endemico #adorable #nature #Panchitoru #zarigueya #Love https://www.instagram.com/p/B1XgFRagtXa/?igshid=1ikkw3ull1on0
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kiro-anarka · 5 years ago
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La división del trabajo, que tanto ha contribuido a sumergirnos en la crisis mundial de nuestro tiempo, actúa cotidianamente para impedirnos comprender el origen del horror actual. Mary Lecron y otros académicos afirman, eufemísticamente, que, hoy en día, la antropología está «amenazada por una fragmentación grave y destructiva».
Shanks y Tilley se hacen eco de un problema similar «el objetivo de la arqueología no es solamente interpretar el pasado, sino transformar la manera en como es interpretado en beneficio de la reconstrucción social actual». Evidentemente las ciencias sociales, por sí mismas, se limitan la perspectiva y la profundidad de visión que permitirían una reconstrucción como esta. En el apartado de los orígenes y del desarrollo de la humanidad, el abanico de disciplinas y subdisciplinas cada día más ramificado —antropología, arqueología, paleontología, etología, paleobotánica, etnoantropología, etc.— reflejan el efecto reductor e incapacitante del que la civilización ha dado muestras desde sus inicios.
La literatura especializada puede, a pesar de todo, proporcionar una idea altamente apreciable, a condición de abordarla con el método y la vigilancia apropiados, a condición de tener la decisión de atravesar los límites. De hecho las deficiencias en el pensamiento ortodoxo corresponden a las exigencias de una sociedad cada vez más frustrante. La insatisfacción con la vida se transforma en desconfianza frente a las mentiras oficiales que sirven para justificar estas condiciones de existencia; esta desconfianza, permite asimismo esbozar un cuadro más fiel del desarrollo de la humanidad. Se ha explicado exhaustivamente la renuncia y la sumisión que caracterizan la vida moderna por las «características de la naturaleza humana». Asimismo, el límite de nuestra existencia precivilizada, hecha de privaciones, de brutalidad y de ignorancia acaba por hacer aparecer la autoridad como un beneficio que nos salva del salvajismo. Aún se invoca al «hombre de las cavernas» y al «hombre de Neanderthal» para indicarnos donde estaríamos sin la religión, el Estado y los trabajos forzados.
Ahora bien, esta visión ideológica de nuestro pasado ha sido radicalmente modificada en el curso de las últimas décadas gracias al trabajo de universitarios como Marshall Shalin. Se ha asistido a un cambio casi completo en la ortodoxia antropológica de importantes consecuencias. Se admite a partir de ahora que antes de la domesticación — antes de la invención de la agricultura, la existencia humana pasaba esencialmente en el ocio, que descansaba en la intimidad con la naturaleza, sobre una sabiduría sensual, fuente de igualdad entre sexos y de buena salud corporal. Tal fue nuestra naturaleza humana durante aproximadamente dos millones de años, antes de nuestra sumisión a los curas, los reyes y los patrones.
Recientemente se ha hecho otra revelación sorprendente, ligada a la primera y dándole otra amplitud, que muestra lo que hemos sido y lo que podríamos ser. El principal motivo de rechazo a las nuevas descripciones de la vida de los cazadores recolectores consiste, en considerar este modo de vida con condescendencia, como el máximo a que podía llegar la especie en los primeros estadios de su evolución. Así los que aún propagan esta visión consideran que habría un largo período de gracia y de existencia pacífica y que los humanos simplemente no tenían la capacidad mental para cambiar su simplicidad por complejidad social y técnica. Se ha dado otro golpe decisivo al culto a la civilización cuando hoy en día vemos que la vida humana ignoró durante mucho tiempo la alienación y la dominación, pero también que, como han demostrado las investigaciones llevadas a término en los años 80 por los arqueólogos John Fowlett, Thomas Wynn y otros, los humanos de la época poseían una inteligencia como mínimo igual a la nuestra. La antigua tesis de la «ignorancia» fue borrada de un plumazo y nuestros orígenes aparecían con una luz nueva.
Con la finalidad de colocar la cuestión de nuestra capacidad mental en su contexto, es útil pasar revista a las diversas interpretaciones (a menudo cargadas de ideología) de los orígenes y del desarrollo de la humanidad. Robert Ardrey pinta un cuadro patriarcal y sanguinario de la prehistoria, como han hecho en un grado ligeramente menor, Desmond Morris y Lionel Tiger. En la misma dirección, Sigmund Froid y Konrad lorenz han descrito la depravación innata de la especie, aportando así su piedra en el edificio de la aceptación de la jerarquía y del poder.
Afortunadamente un cuadro mucho más plausible ha acabado por emerger, correspondiendo a un conocimiento global de la vida paleolítica. El compartir y repartir los alimentos ha sido finalmente considerado como un aspecto importante en la vida de las primeras sociedades humanas. Jane Goodall y Richard Leakey, entre otros, han llegado a la conclusión que este ha sido uno de los elementos clave en el acceso al estadio de Homo, hace al menos dos millones de años. Esta teoría avanzada, en los inicios de los años 70 por Linton, Zihlman, Tanner y Isaac, ha acabado por ser la dominante.
Uno de los elementos convincentes a favor de la tesis de la cooperación, contra la de la violencia generalizada y de la dominación de los machos, es la de la disminución, ya en los primeros estadios de la evolución, de la diferencia de talla entre machos y hembras. El dimorfismo sexual era inicialmente muy pronunciado: caninos prominentes o «dientes de combate» entre los machos y caninos mucho más pequeños entre las hembras. La desaparición de los grandes caninos entre los machos apuntala la tesis según la que la hembra de la especie operó una selección a favor de los machos sociables y compartidores. La mayor parte de los simios actuales tienen los caninos más largos y gruesos entre los machos que entre las hembras, la hembra no tiene elección.
La división sexual del trabajo es otra cuestión fundamental en los principios de la humanidad; es aceptada casi sin discusión e incluso expresada por el orden mismo de la expresión cazadores recolectores (a partir de ahora recolectores cazadores). Actualmente se admite que la recolección de alimentos vegetales, que durante mucho tiempo se consideró un dominio exclusivo de las mujeres y de importancia secundaria frente a la caza, sobrevalorada como actividad masculina, constituía la principal fuente de alimentos. Siendo así que las mujeres no dependían, de manera significativa de los hombres para alimentarse, parece probable que, al contrario de toda división del trabajo, la flexibilidad y el reparto era la regla.
Como muestra Zihlman, una flexibilidad general de comportamiento habría sido la característica principal de los primeros tiempos de la especie humana. Joan Gero ha demostrado que los útiles de piedra podían haber sido utilizados tanto por hombres como por mujeres, y Poirier nos dice que «ninguna prueba arqueológica apoya la teoría según la cual los primeros humanos han practicado la división sexual del trabajo». No parece que la búsqueda de alimento haya obedecido a una división del trabajo sistemática, fuese la que fuese, y es muy probable que la especialización por sexo se hiciese muy tarde en el curso de la evolución humana.
Así, si la primera adaptación de nuestra especie se centró en la recolección, ¿cuándo apareció la caza? Binford sostiene que ninguna señal tangible de prácticas carniceras indica un consumo de productos animales hasta la aparición, relativamente reciente, de humanos anatómicamente modernos. El examen al microscopio electrónico de dientes fósiles encontradas en África Oriental indican un régimen esencialmente compuesto por frutos, igualmente el examen similar de útiles de piedra provenientes de Koobi Fora, en Kenia, de 1,5 millones de años de antigüedad muestran que se usaban para cortar vegetales.
La situación «natural» de la especie es evidentemente la de una dieta formada en gran parte por alimentos vegetales ricos en fibra, al contrario de la alimentación moderna de alto contenido en materias grasas y proteínas animales, con su secuela de desórdenes crónicos. Nuestros primeros antepasados utilizaban «su conocimiento detallado del entorno, en una especie de cartografía cognitiva» para procurarse las plantas que servían a su subsistencia. Al contrario, testimonios arqueológicos de la existencia de caza no aparecen sino muy lentamente a lo largo del tiempo.
Por otra parte numerosos elementos vienen a contradecir la tesis de que la caza estaba muy extendida durante los tiempos prehistóricos. Por ejemplo, las pilas de osamentas en las que antes se veía una prueba de matanzas masivas de mamíferos, han resultado al examinarlas vestigios de inundaciones o de guaridas de animales. Según esta nueva aproximación, las primeras cacerías significativas habrían aparecido hace 200.000 años, o más tarde. Adrienne Zihlman, llegó a la conclusión de que «la cacería apareció relativamente tarde en la evolución», y «no existía antes de los últimos 100.000 años». Los investigadores no han encontrado pruebas de cacerías importantes de grandes rumiantes antes de una fecha aún más cercana, al final del paleolítico superior, justo antes de la aparición de la agricultura.
Los objetos más antiguos conocidos son los útiles de piedra tallada de Hadar, en el África Oriental. Gracias a los métodos de datación precisos, utilizados hoy en día, se estima que podrían remontarse a 3,1 millones de años. El principal motivo para atribuir estos objetos a la mano del hombre es que se trata de útiles fabricados utilizando otro útil, característica encontrada sólo en humanos — en el estado actual de nuestros conocimientos. El Homo habilis designa lo que se considera la primera especie humana conocida, este nombre ha sido asociado a los primeros útiles de piedra. Los objetos corrientes en madera o hueso, menos duraderos y más raros en los inventarios arqueológicos, eran también utilizados por el Homo habilis en África y Asia, y testimonian una adaptación «remarcablemente simple y eficaz».
En este estadio nuestros antepasados tenían un cerebro y un cuerpo más pequeño que el nuestro, pero Poitier hace notar que «su anatomía postcraniana era muy parecida a la de los humanos modernos», y Holloway afirma que los estudios de las marcas endocraneales de este período indican una organización cerebral fundamentalmente moderna.
Igualmente, ciertos útiles de más de dos millones de años de antigüedad prueban el predominio de los diestros, por la manera en que están talladas las piedras. La tendencia a utilizar prioritariamente una mano, se traduce entre los modernos en carácteres típicamente humanos, estos son la lateralización pronunciada del cerebro y la separación marcada de los dos hemisferios cerebrales. Klein concluye que esto «implica casi con certeza capacidades cognitivas y de comunicación fundamentalmente humanas.
Según la ciencia oficial, el Homo erectus es otro gran antecesor del Homo sapiens; habría aparecido hace caso 1,75 millones de años en el momento en que los humanos salían de los bosques para esparcirse por las sabanas africanas, más secas y más abiertas. A pesar de que el volumen del cerebro no se corresponde con la capacidad intelectual, el volumen craneal del Homo erectus es en este punto similar al de los hombres modernos del mismo género, y han de haber tenido muchos comportamientos idénticos.
Como dice Johanson y Edey: «si hay que comparar Homo erectus dotado de un cerebro más grande que el de Homo sapiens —sin considerar sus otras particularidades— será necesario permutar sus nombres específicos» el Homo neanderthalensis, que nos habría precedido directamente, poseía un cerebro ligeramente más grande que el nuestro. Por tanto este desafortunado hombre de neanderthal no se puede describir como una criatura primitiva y tosca —según la ideología hobessiana dominante, a pesar de su inteligencia manifiesta y su fuerza colosal.
Por otra parte, desde hace poco tiempo, la misma clasificación como especie constituye una hipótesis dudosa. Efectivamente, nuestra atención estaba atraída por el hecho de que especímenes fósiles provenientes de diversas especies de Homo «presentase rasgos morfológicos intermedios», cosa que contradice, por obsoleta, la división arbitraria de la humanidad en categorías sucesivas y separadas. Fegan, por ejemplo, nos enseña que «es muy difícil trazar una frontera taxonómica clara entre Homo erectus y Homo sapiens arcaico de una parte y Homo sapiens anatómicamente moderno de otra». Igualmente, Foley hace notar que «las distinciones anatómicas entre Homo erectus y Homo sapiens son pequeñas». Jelinek afirma rotundamente que «no hay ninguna buena razón anatómica o cultural» para separar erectus y sapiens en dos especies, y concluye que los humanos desde el paleolítico medio, por lo menos, «pueden considerarse como Homo sapiens». El formidable retroceso en el pasado en la datación de la aparición de la inteligencia, de la que hablaremos más adelante, se ha de ver desde la confusión actual sobre el tema de las especies, a medida que el modelo evolucionista prácticamente dominante llega a sus límites.
Pero la controversia sobre la clasificación de las especies no nos interesa más que en relación con el conocimiento de la manera de vivir de nuestros antepasados. A pesar del carácter mínimo que se puede esperar encontrar después de miles de años, se entrevé un poco la textura de aquella vida y de los aspectos, a menudo elegantes, que precedieron a la división del trabajo.
El «puñado de útiles» de la región de la garganta de Olduvaï, hecha célebre por Leakey, contiene «al menos seis tipos de útiles claramente identificables» que se remontan a 1,7 millones de años aproximadamente. Es allí donde aparece el hacha acheliana con su gran belleza simétrica, que fue utilizada durante un millón de años. Con su forma de lámina remarcablemente equilibrada, respira gracia y facilidad de uso, para ser un objeto bien anterior a la época de la simbolización. Isaac ha hecho notar «las necesidades de útiles afilados pueden ser satisfechas por las diversas formas engendradas a partir del modelo «oldovisciense» de piedra tallada», y se pregunta cómo se ha podido pensar que un «incremento de la complejidad equivale a una mejor adaptación». En esta época lejana, según señales de corte sobre osamentas, los hombres se servían de los tendones y pieles arrancadas de los cadáveres de animales para confeccionar cuerdas, sacos y fieltros. Otros elementos hacen pensar que las pieles servían de tapicería mural y de asientos en los habitáculos, y algas de jergón para dormir.
El uso del fuego se remonta a casi dos millones de años y, podría haber aparecido antes, si no fuese por las condiciones tropicales reinantes en África en los inicios de la humanidad. El dominio del fuego, permitía incendiar las cuevas para eliminar los insectos y calentar el suelo, elementos de confort que aparecen tempranamente en el paleolítico.
Algunos arqueólogos consideran aún que todos los humanos anteriores al Homo sapiens —del que la aparición oficial se remonta al menos a 300.000 años— son considerablemente más primitivos que nosotros, «hombres completos». Pero, a parte de las pruebas citadas anteriormente, de la existencia de un cerebro anatómicamente «moderno» entre los primeros humanos, esta inferioridad se ve de nuevo contradecida por trabajos recientes, que demuestran la presencia de una inteligencia humana acabada casi desde el nacimiento de la especie humana. Thomas Wynn estima que la fabricación del hacha acheliana exige «un grado de inteligencia, característico de adultos completamente modernos». Gowlett examina el «pensamiento operatorio» necesario en el uso del martillo, del reparto de fuerza al escoger el ángulo de fractura apropiado, según una secuencia ordenada, y la flexibilidad necesaria para modificar el proceso sobre la marcha, ha deducido que eran necesarias capacidades de manipulación, de concentración, de visualización de la forma en tres dimensiones y de planificación, y que estas exigencias «eran comunes entre los primeros humanos, hace al menos dos millones de años, y esto es una certeza, no una hipótesis».
La duración del período paleolítico sorprende por la débil transformación de las técnicas. Según Gerhard Kraus, la innovación, «a lo largo de dos millones de años y medio, medida por la evolución del utillaje de piedra es prácticamente nula». Considerada a la luz de lo que ahora sabemos de la inteligencia prehistórica, este estancamiento es especialmente descorazonador para muchos especialistas de las ciencias sociales. Para Wymer, «es difícil comprender un desarrollo de una tal lentitud».
Al contrario, a mí, me parece muy plausible, que la inteligencia, la conciencia de la riqueza que proporciona la existencia del recolector cazador, sea la razón de la marcada ausencia de «progreso». Parece evidente que la especie ha, deliberadamente, rehusado la división del trabajo, la domesticación y la cultura simbólica hasta una fecha reciente.
El pensamiento contemporáneo, en su salsa postmoderna, niega la realidad de una división entre naturaleza y cultura; a pesar de todo, dada la capacidad de juicio de los seres humanos antes de la llegada de la civilización, la realidad fundamental es que durante un tiempo muy largo ha escogido la naturaleza en detrimento de la cultura.
Es corriente igualmente encontrara simbólico todo gesto u objeto humano, posición que, de una manera general forma parte del rechazo de la distinción entre naturaleza y cultura. Ahora bien, es de la cultura como manipulación de formas simbólicas de base de lo que tratamos aquí. Me parece igualmente claro que ni el tiempo reificado, ni el leguaje escrito, con certeza, ni probablemente el lenguaje hablado (al menos durante buena parte del período), ni ninguna otra forma de contabilidad o arte habían tenido un lugar en la vida humana prehistórica — a pesar de una inteligencia capaz de inventarlos.
Quisiera manifestar, de pasada, mi acuerdo con Goldschmidt cuando escribe que «la dimensión oculta de la construcción del mundo simbólico es el tiempo». Como afirma Norman O.Brown, «la vida no se encorseta ni se sitúa en un tiempo histórico», afirmación que considero una llamada al hecho de que el tiempo como materialidad no es inherente a la realidad, Sión un hecho cultural, quizás el primer hecho cultural impuesto a la realidad. Es a medida que evoluciona esta dimensión elemental de la cultura simbólica que se establece la separación con la naturaleza.
Cohen ha avanzado que los símbolos «indispensables para el desarrollo y el mantenimiento del orden social», Esto implica —como indican más precisamente aún muchas pruebas tangibles— que antes de la emergencia de los símbolos, la condición de desorden que los hace necesarios, no existía. En línea análoga, Leví-Strauss remarcó que el pensamiento mítico progresa siempre a partir de la conciencia de oposición hacia su resolución. ¿Entonces, que son los conflictos, las «oposiciones2?. Entre los miles de memorias y estudios tratando temas concretos, la literatura sobre el paleolítico, no propone casi nada sobre esta cuestión esencial. Se podría avanzar la hipótesis razonable que la división del trabajo, que pasa desapercibida por la lentitud extrema de su progresión e insuficientemente comprendida por su novedad, comenzó a causa grietas ínfimas en la comunidad humana y a suscitar prácticas nocivas frente a la naturaleza. A finales del paleolítico superior, hace 15.000 años, empieza a observarse en Oriente Medio una recolección especializada de plantas y una caza también más especializada. La aparición repentina de actividades simbólicas (por ejemplo actividades rituales y artísticas) en el paleolítico superior es innegable, para los arqueólogos una de las «grandes sorpresas» de la prehistoria, dada su ausencia en el paleolítico medio. Pero los efectos de la división del trabajo y la especialización hicieron sentir su presencia en tanto que ruptura de la totalidad del orden natural— una ruptura que es necesario explicar.
Lo que es sorprendente es que esta transición hacia la civilización pueda todavía ser juzgada como inocua. Foster, parece hacerle apología cuando concluye que «el mundo simbólico se ha revelado como extraordinariamente adaptativo. Sino, ¿como Homo sapiens ha podido llegara ser materialmente el amo del mundo?». Hay ciertamente razones, como las que se pueden ver en «la manipulación de los símbolos, la esencia misma de la cultura», pero parece olvidar que esta adaptación consiguió iniciar la separación del hombre y la naturaleza, así como la destrucción progresiva de esta, hasta la terrible amplitud actual de estos dos fenómenos.
Parece razonable afirmar que el mundo simbólico nació con la formulación del lenguaje, aparecido de una manera u otra a partir de la «matriz de comunicación no verbal extendida» y del contacto interindividual. No hay consenso sobre la fecha de aparición del lenguaje, pero no existe ninguna prueba de su existencia antes de la explosión cultural de finales del paleolítico superior. El lenguaje parece haber operado como un agente inhibidor, como medio de someter la vida a un control mayor, de poner trabas a las olas de sensaciones a las que el individuo pre-moderno era receptivo. Visto así, se habría producido verosímilmente un alejamiento a partir de esta época, de la vida de apertura y de comunicación con la naturaleza, en dirección a una vida orientada hacia la dominación y la domesticación que siguieron a la aparición de la cultura simbólica. No existe por otra parte, ninguna prueba definitiva que permita creer que el pensamiento humano es, por el hecho de pensar con palabras, el más evolucionado —por poco que se tenga la honestidad de apreciar el grado de acabamiento de un pensamiento. Existen numerosos casos de enfermos que habiendo perdido, después de un accidente o de otra degradación del cerebro, el sentido de la palabra, comprendida la capacidad de hablar silenciosamente con uno mismo, son de hecho capaces de pensar coherentemente de todas las maneras. Estos datos nos convencen de que la «aptitud intelectual humana es de un empuje extraordinario, incluso en ausencia de lenguaje».
En términos de simbolización en la acción, Goldschmidt acierta cuando estima que «la invención del ritual en el paleolítico superior podría ser el elemento estructural que dio un mayor impulso a la expansión de la cultura». El ritual ha jugado el papel de eje en lo que Hodder ha denominado «el despliegue incesante de estructuras simbólicas y sociales» que han acompañado la llegada de la mediación social. Es como un medio de consolidar la cohesión social como el ritual fue esencial; los rituales totémicos por ejemplo, refuerzan la autoridad del clan.
Se empieza a analizar el papel de la domesticación, o la «doma de la naturaleza en la ordenación cultural del salvajismo por medio del ritual. Todas las evidencias no indican que, la mujer como categoría cultural, a saber, un ser salvaje o peligroso, data de este período. Las figurillas rituales de «Venus» aparecen hace 25.000 años, y parecen ser un ejemplo de las primeras representaciones simbólicas de la mujer con finalidades de representación y de dominación. Más concretamente aún, la sumisión de la naturaleza salvaje se manifiesta en esta época por la caza sistemática de los grandes mamíferos, actividad de la que el ritual es parte integrante.
Se puede considerar también la práctica chamánica del ritual como una regresión en relación con el estadio donde todos compartían una conciencia que hoy consideraríamos extrasensorial. Cuando sólo los expertos pretenden poder acceder a una percepción superior, que antes era de disfrute común, se acentúan y facilitan nuevos renunciamientos a favor de la división del trabajo. El retorno a la felicidad por el ritual es un tema mítico casi universal, con, entre otras maravillas, la promesa de la disolución del tiempo medible eternidad. Este tema del ritual pone el dedo en la llaga que pretende curar, como hace la cultura simbólica en general.
El ritual como medio de organizar las emociones, como método de orientación y de constricción cultural, gobierna el arte, faceta de la expresión ritual. Para Grans «no hay demasiadas dudas que las diversas formas del arte profano proceden del arte ritual». Se detecta el comienzo de un malestar, el sentimiento de que una autenticidad directa, más antigua… está a punto de desaparecer. La Barre tiene razón al considerar que «el arte, como la religión nace del deseo insatisfecho». Al principio abstraída por el lenguaje, después de una manera más orientada por el ritual y el arte, la cultura entra en escena para responder artificiallmente a las angustias espirituales o sociales.
El ritual y la magia dominaron, probablemente, los orígenes del arte (en el paleolítico superior) y sin duda jugaron un papel esencial, mientras la división del trabajo se imponía progresivamente, en la coordinación y la conducta de la comunidad. En el mismo orden de ideas, Pfeiffer vio en las célebres pinturas parietales europeas del paleolítico superior el primer método de iniciar a los niños en unos sistemas sociales que se habían vuelto complejos, la educación fue entonces necesaria para el mantenimiento de la disciplina y del orden. Y el arte podría haber contribuido en el control de la naturaleza, por ejemplo facilitando el desarrollo de una noción primitiva de territorio.
La aparición de la cultura simbólica, transformada por su necesidad de manipular y de dominar, abrió la vía a la domesticación de la naturaleza. Después de dos millones de años de vida humana pasados respetando la naturaleza, en equilibrio con otras especies, la agricultura modificó toda nuestra existencia y nuestra manera de adaptarnos, de una manera desconocida hasta el momento. Nunca antes una especie había conocido un cambio radical tan profundo y rápido. La autodomesticación por el lenguaje, por el ritual y el arte inspira la dominación de animales y plantas que le siguen. Aparecida hace solo 10.000 años, la agricultura ha triunfado rápidamente pues la dominación genera por si misma, y exige continuamente, su reforzamiento. Una vez difundida, la voluntad de producir ha sido tanto más productiva cuanto más se ejercía eficazmente, y de hecho tanto más predominante y adaptativa.
La agricultura permite un grado creciente de división del trabajo, crea los fundamentos materiales de la jerarquía social y, inicia la destrucción del medio. Los curas, los reyes y el trabajo obligatorio, la desigualdad sexual, la guerra… son algunas de las consecuencias inmediatas.
Mientras que los humanos del paleolítico tenían un régimen alimenticio extraordinariamente variado, se alimentaban de varios miles de plantas diferentes, la agricultura redujo notablemente sus fuentes de aprovisionamiento.
Dada la inteligencia y el basto saber práctico de la humanidad durante la edad de piedra, se puede hacer la pregunta «¿porqué la agricultura no ha aparecido, por ejemplo, un millón de años antes, en lugar de solo 8.000 años?» . Antes he aportado una breve respuesta al formular la hipótesis de una lenta e insidiosa progresión de la alienación, fundamentada sobre la división del trabajo y la simbolización. Pero al considerar sus desastrosas consecuencias resulta un fenómeno espantoso. Así, como dice Binford: «la cuestión no es argumentar porqué la agricultura de desarrollo tan tarde, sino ¿porqué se ha desarrollado tan rápido?». El final del modo de vida recolector cazador ha implicado un descenso de la talla, de la estatura y de la robustez del esqueleto, y aparece la caries dental, las carencias alimentarías y las enfermedades infecciosas. Se observa «en conjunto una bajada de la calidad —y seguramente de la duración— de la vida humana» concluyen Cohen y Aremelagos.
Otra consecuencia ha sido la invención del número, inútil antes de la existencia de la propiedad de las cosechas, las bestias y la tierra, que es una de las características de la agricultura. El desarrollo de la numeración ha hecho crecer la necesidad de tratar a la naturaleza como una cosa a dominar. La escritura era también necesaria para la domesticación, para las primeras formas de transacción comercial y de administración política. Leví Strauss ha demostrado de una manera convincente que la función primera de la comunicación escrita ha sido favorecer la explotación y la sumisión, las ciudades y los imperios, por ejemplo, hubieran sido imposibles sin ella. Se ve aquí claramente uniéndose a la lógica de la simbolización y al crecimiento de capital.
Conformismo, repetición y regularidad son las claves de la civilización triunfante, reemplazando la espontaneidad, el asombro y el descubrimiento característicos de la sociedad humana preagrícola que sobrevivió de esta manera durante mucho tiempo. Clark habla de «la amplitud del tiempo de ocio» del recolector cazador, y concluye que «fue esto y el modo de vida agradable que lo acompañaba, y no las penurias y el largo trabajo cotidiano, lo que explica porqué la vida social fue tan estática».
Uno de los mitos más vivos y más extendidos es la existencia de una edad de oro, caracterizada por la paz y la inocencia, antes de que, alguna cosa, destruyera aquel mundo idílico y nos redujese a la miseria y el sufrimiento. El Edén, a cualquiera que sea el nombre que se le dé, era el mundo de nuestros antepasados recolectores cazadores; este mito expresa la nostalgia de aquellos que trabajan sin respiro y en la servidumbre, ante una vida libre y mucho más fácil, pero ya perdida.
El rico ambiente habitado por los humanos antes de la domesticación y la agricultura, hoy en día ha desaparecido prácticamente. Para los raros recolectores cazadores supervivientes, quedan solamente las tierras marginales, los sitios aislados y no reivindicados por la agricultura y la conurbación. A pesar de esto, los escasos recolectores cazadores que consiguen todavía escapar a la presión enorme de la civilización, están en el punto de mira para transformarlos en esclavos (es decir, campesinos, sujetos políticos, asalariados), están todos ellos influenciados por los pueblos exteriores.
Duffy nota así, que los recolectores cazadores que ha estudiado, los Mbouti de África Central, han sido aculturados por los agricultores-ciudadanos de los alrededores durante centenares de años y, en menor medida por generaciones de contacto con la administración colonial y los misioneros. Por tanto parece ser que una voluntad de vida auténtica que viene del fondo de los siglos persiste entre ellos, «tratad de imaginar», nos pide Duffy, «un modo de vida donde la tierra, el alojamiento y la alimentación son gratuitos, y donde no hay dirigentes, ni patronos, ni políticos, ni crimen organizado, ni impuestos, ni leyes. Calculad la ventaja de pertenecer a una sociedad donde todo se reparte, donde no hay ricos ni pobres y donde el bienestar no significa la acumulación de bienes materiales». Los Mbouti nunca han domesticado animales ni han cultivado vegetales.
Entre los miembros de las bandas no agrícolas existe una combinación remarcablemente sana de baja cantidad de trabajo y abundancia material. Bodley ha descubierto que los San (conocidos con el nombre de bosquimanos) del árido desierto de Kalahari, en el Sur de África, trabajan menos y menos horas que sus vecinos agricultores. De hecho en períodos de sequía, es a los San a quien se dirigen los agricultores para sobrevivir. Según Tanaka, pasan «una parte extraordinariamente corta de tiempo trabajando, y la mayor parte en descansar y distraerse», otros observadores han notado la vitalidad y la libertad de los San comparadas con las de los campesinos sedentarios, así como la seguridad relativa y la falta de preocupaciones de su vida.
Flood ha remarcado que los aborígenes de Australia consideran que «el trabajo requerido para labrar y plantar no está compensado por las ventajas que reporta». En un plano general, Tanaka ha revelado la abundancia y equilibrio de los alimentos vegetales en todas las primeras sociedades humanas así como en todas las sociedades de recolectores cazadores modernos. De la misma manera, Festinger habla del acceso entre los humanos del paleolítico «a considerables cantidades de comida sin gran esfuerzo», añadiendo que «los grupos contemporáneos de recolectores cazadores se desenvuelven muy bien, incluso cuando han sido arrinconados hacia hábitats muy marginales.
Como Hole y Flannery han resumido «ningún grupo sobre la tierra dispone de más ocio que los recolectores cazadores, que consagran lo mejor del tiempo al juego, a la conversación y al relax». Disponen de más tiempo libre, añade Binford «que los obreros industriales y agrícolas modernos, incluso más que los profesores de arqueología».
Como dice Veneigen, los no domesticados saben que solo el presente puede ser total. Esto significa que viven la vida con una inmediatez, una densidad y una pasión incomparablemente más grande de cómo la vivimos nosotros. Se ha dicho que ciertas jornadas revolucionarias valen siglos; mientras, «nosotros contemplamos el antes y el después y suspiramos por lo que no es…».
Los Mbouti estiman que «con un presente convenientemente pleno, las cuestiones del pasado y el futuro se arreglan por sí solas». Los primitivos no tienen necesidad de recuerdos y no dan, generalmente, ninguna importancia a los aniversarios ni al recuento de la edad. En cuanto al porvenir, tienen tan pocos deseos de dominar lo que todavía no existe como de dominar la naturaleza. Su conciencia de una sucesión de instantes mezclándose en el flujo y el reflujo del mundo natural, no impide la noción de las estaciones, pero no constituye una conciencia separada del tiempo que les impida el presente.
Pero aunque los recolectores cazadores actuales comen más carne que sus antepasados prehistóricos, los alimentos vegetales constituyen todavía lo esencial de su menú en las regiones tropicales y subtropicales. Los San del Kalahari y los Hazda de África Oriental, donde la caza mayor es más abundante que en el Kalahari, dependen de la recolección en un 80% de su alimentación. La rama ¡Kung de los San recolecta más de un centenar de vegetales diferentes y no presentan ninguna carencia alimentaria: Su régimen se parece al sano y variado de los recolectores cazadores australianos. El régimen global de los recolectores cazadores es mejor que el de los agricultores, la carestía es muy rara y su estado global de salud es generalmente superior, con muchas menos enfermedades crónicas.
Laure Van der Post se maravillaba ante la exuberancia de la risa de los San —una carcajada que sale «del centro del vientre, una risa que no se oye nunca entre civilizados», El juzga que es una señal de gran vigor y de una claridad de sentidos que se resiste todavía a los asaltos de la civilización. Truswell y Hansen podrían decir la misma cosa de otro San, que había sobrevivido a un combate con las manos desnudas contra un leopardo, herido, había conseguido herir también al animal.
Los habitantes de las islas Andaman, al oeste de Tailandia, no se someten a ningún dirigente; ignoran toda representación simbólica y no crían ningún tipo de animal doméstico. Se ha observado igualmente entre ellos la ausencia de agresividad, la violencia y la enfermedad; sus heridas curan con una rapidez sorprendente, y su vista, igual que su oído, es singularmente aguda. Se dice que han declinado desde la intrusión de los europeos a mediados del siglo XIX, pero presentan todavía rasgos físicos remarcables, como una inmunidad natural a la malaria, una piel suficientemente elástica para no presentar casi las arrugas que asociamos a la vejez y dientes de una fuerza increíble, Cipriani cuenta haber visto chicos de 10 a 15 años doblando clavos entre las mandíbulas. Hay muchos testimonios de una costumbre de vigor en Andaman, consistente en recolectar la miel sin ningún vestido protector: «no les pican nunca, viéndoles tenía la impresión de estar frente a algún misterio antiguo, perdido para el mundo civilizado».
De Vries ha hecho todo tipo de comparaciones permitiendo establecer la superioridad de los recolectores cazadores en materia de salud, entre ellas la ausencia de enfermedades degenerativas y mentales, así como la capacidad de dormir sin dificultades ni molestias. También notó que estas cualidades se erosionan poco a poco con el contacto con la civilización.
En el mismo orden de ideas, se dispone de gran número de pruebas no solamente del vigor psíquico y emocional de los primitivos sino también de su remarcada capacidad sensorial. Darwin ha descrito a los habitantes del extremo sur de América que vivían casi desnudos en condiciones de frío extremas. Igualmente Peasley ha observado aborígenes australianos que pasaban la noche en el desierto a muy bajas temperaturas «sin ningún tipo de vestido».
Levi-Straus ha explicado su sorpresa al saber que una determinada tribu de América del Sur pueden ver el planeta Venus a plena luz del día, proeza comparable a la de los Dogon de África, que consideran Sirio B como la estrella más importante, una estrella visible sólo con potentes telescopios. En la misma vía, Boyden ha descrito la capacidad de los bosquímanos para ver, a ojo desnudo, cuatro de las lunas de Júpiter.
En el libro The Harmless People, E. Marshall ha explicado como un bosquímano se había dirigido con precisión hacia un punto situado en una basta planicie, «sin matojos ni árboles para marcar el lugar», y había señalado con el dedo una hebra de hierba con un filamento de liana casi invisible que había marcado meses antes, en la estación de las lluvias, cuando era verde. El tiempo se había tornado caluroso y al volver a pasar por aquel sitio, obtuvo una suculenta raíz donde había marcado con su ligadura.
También en el desierto del Kalahari, Van der Post ha reflexionado sobre la comunicación entre los San y la naturaleza, hablando de un nivel de experiencia que «se podría incluso llamar mística». Por ejemplo parecen saber lo que se experimenta cuando se es un elefante, un león, un antílope, un lagarto, un ratón, una mantis, un boabab, una cobra o un amarillis, por citar solo algunos de los seres entre los que transcurre su vida». Parece casi banal comentar que a menudo se queda uno sorprendido ante la habilidad de los recolectores cazadores para seguir una pista desafiando toda explicación racional.
Rohrlich-Leavitt ha hecho notar que «los datos de los que disponemos muestran que generalmente los recolectores cazadores no buscan delimitar un territorio propio y marcan una ligamen bilocal; ignoran la agresión colectiva y rechazan la competencia entre grupos, reparten libremente los recursos, aprecian el igualitarismo y la autonomía personal en el cuadro de la cooperación de grupo y son indulgentes y tiernos con los niños». Decenas de estudios hacen del reparto y del igualitarismo el carácter distintivo de estos grupos. Lee ha hablado de «la universalidad (del reparto) entre los recolectores cazadores», igual que en la obra de Marshall se reseña una «ética de la generosidad y de la humildad» demostrando una tendencia fuertemente igualitaria entre los recolectores cazadores. Tanaka proporciona un ejemplo típico: «el rasgo de carácter más apreciado es la generosidad, y el más despreciado la avaricia y el egoísmo».
Baer a reportado que «el igualitarismo y el sentido democrático, la autonomía personal y la individualización, el sentido protector y el instinto alimentador» como las virtudes cardinales de los no civilizados; y Lee ha hablado «de una aversión absoluta por las distinciones jerárquicas entre los pueblos recolectores cazadores del mundo entero». Leacock y Lee ha precisado que «toda presunción de autoridad» en el seno del grupo «provoca el enfado o la cólera entre los ¡Kung, como se había reportado también entre los Mbouti, los Hazda y los montañeses de Naskapi entre otros. «Hasta el padre de una familia extendida no pueden decir a sus hijos y a sus hijas lo que han de hacer. La mayoría de los individuos parecen actuar bajo sus propias reglas internas», ha descrito Lee sobre los ¡Kung de Botswana. Ingold ha estimado que «la mayor parte de las sociedades de recolectores cazadores, han dado un valor supremo al principio de la autonomía individual», equivalente al descubrimiento de Wilson de «una ética de la independencia» que es común a las «sociedades abiertas en cuestión». El antropólogo de campo Radin ha llegado ha decir que «en la sociedad primitiva se deja campo libre a todas las formas concebibles de expresión de la personalidad. No se emite ningún juicio moral sobre ningún aspecto de la personalidad humana como tal».
Observando la estructura social de los Mbouti, Turnbull se ha sorprendido al encontrar «un vacío aparente, una ausencia de sistema interno casi anárquico». Según Duffy, «los Mbouti son naturalmente igualitarios: no tienen ni jefes ni reyes, y las decisiones que conciernen a la banda son tomadas por consenso». En este tema, como en otros muchos, se encuentra una diferencia enorme entre recolectores cazadores y los campesinos. Las tribus de agricultores bantús, como los Saga, que rodean a los San, están organizados por la aristocracia, la jerarquía y el trabajo, mientras que los San no conocen otra cosa que el igualitarismo, la autonomía y el compartir. La domesticación es el principio que preside esta diferencia radical.
La dominación en el seno de una sociedad no es posible sin la dominación de la naturaleza. Por el contrario en las sociedades de recolectores cazadores, no existe ninguna jerarquía entre la especie humana y las otras especies animales, de la misma manera que las relaciones que unen a los recolectores cazadores son no jerárquicas.
Es característico, los recolectores cazadores consideran a los animales que cazan como iguales, y este tipo de relación fundamentalmente igualitaria ha durado hasta la llegada de la domesticación.
Cuando el alejamiento progresivo de la naturaleza se convirtió en dominación social patente (agricultura) no cambiaron solamente los comportamientos sociales. Los relatos de los marineros y exploradores que llegaron a las tierras «recién descubiertas» aseguraban que ni los pájaros ni los mamíferos tenían miedo de los invasores humanos. Algunos grupos de recolectores cazadores no cazaban antes de tener contacto con el exterior, por ejemplo los Tasadai de Filipinas; y si la mayor parte de estos supervivientes practican la caza «no se trata de un acto agresivo» y suscita incluso una especie de arrepentimiento. Hewitt ha notado lazos de simpatía que unen cazador y cazado entre los bosquímanos que contactó en el siglo XIX.
Por lo que hace a la violencia entre recolectores cazadores, Lee ha descubierto que «los ¡Kung encuentran horroroso luchar y encuentran estúpida a la gente que se pelea». Según la narración de Duffy, los Mbouti «consideran toda violencia entre individuos con mucho horror y disgusto, y no lo representan nunca en sus danzas o en sus juegos teatrales». El homicidio y el suicidio, concluye Bodley, son «realmente excepcionales» entre los plácidos recolectores cazadores. La naturaleza guerrera de los pueblos indígenas de América ha sido, a menudo, fabricada a fragmentos para dar una apariencia de legitimidad a la conquista de los europeos; los recolectores cazadores comanches conservaron sus maneras no violentas durante siglos antes de la invasión europea, y solo llegaron a ser violentos con el contacto con una civilización dedicada al pillaje.
Entre numerosos grupos de recolectores cazadores, el desarrollo de la cultura simbólica, que condujo rápidamente a la agricultura, estaba ligado, a través del ritual, con la vida social alienada. Bloch ha descubierto una correlación entre los niveles de ritual y de jerarquía. Y Woodburn ha establecido una conexión entre la falta de ritual y la ausencia de papeles especializados y de jerarquía entre los Hazda de Tanzania.
El estudio de Turner sobre los Ndembou de África Occidental ha revelado una profusión de estructuras rituales y de ceremonias destinadas a equilibrar los conflictos nacidos del hundimiento de una sociedad anterior más unida. Estas ceremonias y estas estructuras tienen una función política de integración. El ritual es una actividad repetitiva; las consecuencias de las reacciones que engendra tienen el efecto de un contrato social. El ritual hace comprender que la práctica simbólica, a través de la pertenencia a un grupo y de las reglas sociales, esta indisolublemente unida a la dominación. El ritual nutre la aceptación de la dominación, y, como se ha demostrado a menudo, conduce a la creación de rols de mando y de estructuras políticas centralizadas. El monopolio de las instituciones ceremoniales prolonga netamente la noción de autoridad y podría, incluso ser la autoridad formal original.
Entre las tribus de agricultores de Papua, la autoridad y la desigualdad que ella implica está fundada sobre la participación en la iniciación ritual jerárquica o sobre la mediación de un chaman. Vemos en el rol de chaman una práctica concreta donde el ritual sirve para la dominación de algunos individuos sobre el resto de la sociedad.
Radin ha descrito «la misma tendencia marcada», entre los chaman y hombres medicina de los pueblos tribales de Asia y América del Norte «a organizar y desarrollar la teoría según la cual solo ellos están en comunicación con lo sobrenatural». Esta exclusividad parece darles un poder a expensas de los otros; Lommel ha constatado «un aumento de la influencia psicológica del chaman desequilibrando la de los otros miembros del grupo». Esta práctica tiene implicaciones muy evidentes sobre las relaciones de poder en otros dominios de la vida, y contrasta con períodos anteriores en que las autoridades religiosas estaban ausentes.
Los Batuques de Brasil tienen entre ellos chamanes que afirman dominar ciertos espíritus y tratan de vender sus servicios sobrenaturales a clientes, de una manera parecida a los gurus de las sectas modernas.
Según Muller, los especialistas en este tipo de «control mágico de la naturaleza, acaban naturalmente por controlar también a los hombres». De hecho, el chaman es a menudo el individuo más influyente de las sociedades pre-agrícolas y está en posición de poder institucionalizar el cambio. Johannessen propone la tesis de que la resistencia a la innovación que era la cultura de la recolección fue vencida por los chamanes, por ejemplo entre los indios de Arizona y Nuevo Méjico. Igualmente Marquard sugiere que las estructuras de autoridad ritual han jugado un papel importante en la puesta en marcha y la organización de la producción agrícola en América del Norte. Otros especialistas en los grupos americanos han visto un ligamen importante entre el papel de los chamanes en la dominación de la naturaleza y la puesta bajo tutela de las mujeres.
Berndt ha demostrado la importancia entre los aborígenes australianos de la división sexual ritual del trabajo en el desarrollo de los rols sexuales negativos, y Randolph ha hecho notar que «la actividad ritual es necesaria para crear tanto hombres como mujeres adecuados». No existe en la naturaleza ninguna razón para la división entre sexos, explica Bendre. «Debieron ser creadas por la prohibición y el tabú, se convirtieron en naturales mediante la ideología del ritual».
Pero la sociedad de recolectores cazadores por su misma naturaleza, rechaza el ritual y su potencialidad de domesticar a las mujeres. La estructura (¿ausencia de estructura?) de las bandas igualitarias, incluso aquellas más centradas en la caza, comporta, en efecto, la garantía de la autonomía de los dos sexos: Esta garantía se basa en que los productos de subsistencia están disponibles por igual para las mujeres que para los hombres, y además el éxito de la banda depende de la cooperación fundamentada sobre la autonomía. Las esferas de cada sexo están a menudo separadas de una manera u otra, pero en la medida en que la contribución de las mujeres es al menos igual a la de los hombres, la igualdad social entre sexos constituye «un carácter mayor» de las sociedades de recolectores cazadores. De hecho numerosos antropólogos han constatado que en los grupos de recolectores cazadores el estatus de las mujeres es superior al que tienen en los otros tipos de sociedad.
Para todas las grandes decisiones, ha observado Turnbull entre los Mbouti, «los hombres y las mujeres tiene igualmente voz en las asambleas, la caza y la recolección son igual de importantes una que la otra». Existe una diferenciación sexual —sin duda más marcada que entre sus antepasados lejanos— «pero sin ninguna idea de superioridad o de subordinación». Según Post y Taylor, entre los ¡Kung, los hombres hacen, de hecho, jornadas más largas que las mujeres.
Respecto al tema de la división sexual del trabajo, corriente entre los recolectores cazadores contemporáneos, es necesario precisar que esta división no es de ningún modo universal. No más de lo que era en la época de Tácito, cuando escribía a propósito de los Fenni de la región báltica, que «las mujeres siguiendo sus propios deseos cazan como los hombres, y consideran su suerte mejor que la de las otras que se lamentan en los campos», o también, cuando el historiador bizantino Procopio descubría, en el siglo VI, que los Serithifinni de la región que es actualmente Finlandia «no trabajan nunca el campo, ni hacen cultivar a sus mujeres, sino que sus mujeres se juntan con los hombres para cazar».
Las mujeres tiwi de la isla Melville cazan normalmente, como las mujeres agta de Filipinas. En la sociedad Mbouti, hay poca especialización según el sexo. «Incluso la caza es una actividad común», hace notar Turnbull, certificando que, entre los esquimales tradicionales, es (o era) una empresa cooperativa llevada a cabo por todo el grupo familiar.
Darwin descubrió en 1871 otro aspecto de la igualdad sexual; «entre las tribus totalmente bárbaras, las mujeres tienen más poder para elegir, rechazar o seducir a sus amantes o, y en consecuencia, para cambiar su marido, de lo que se podría creer». Los ¡Kungs y los Mbouti son buenos ejemplos de esta autonomía femenina, como han hecho notar Marshall y Thomas. «Aparentemente las mujeres cambian de marido cada vez que están insatisfechas con su compañero. Marshall ha descubierto también que la violación es extraordinariamente rara, casi desconocida, entre los ¡Kung.
Un curioso fenómeno concerniente a las mujeres recolectoras cazadoras, es su capacidad de impedir la preñez en ausencia de todo tipo de anticonceptivo. Diversas hipótesis han sido formuladas y rechazadas, por ejemplo que la fertilidad esté ligada a la cantidad de grasa del cuerpo. La explicación que parece plausible se apoya en el hecho de que los humanos no domesticados están más en harmonía con su ser físico que nosotros. Los sentidos y los procesos físicos no les son extraños ni se les hacen grandes; el dominio sobre la fecundidad es sin duda menos misterioso para aquellos para los que el cuerpo no se ha vuelto un objeto externo sobre el que se actúa.
Los pigmeos del Zaire celebran las primeras menstruaciones de las chicas con una gran fiesta de gratitud y alegría. La mujer joven experimenta el orgullo y el placer, y todo el grupo demuestra su felicidad. Por el contrario, entre los aldeanos agricultores, una mujer que tiene la menstruación es considerada impura y peligrosa, y se la tiene en cuarentena por un tabú. Dramper se impresionó por las relaciones distendidas y igualitarias entre hombres y mujeres San, con su suavidad y respeto mutuo, tipo de relación que perdura, mientras los san continúan siendo recolectores cazadores.
Duffy ha descubierto que todos los niños de un campamento Mbouti llaman padre a todos los hombres y madre a todas las mujeres. Los niños de los recolectores cazadores se benefician de más atención y cuidados y más tiempo de dedicación que los de las familias nucleares aisladas por la civilización. Taylor ha descrito «un contacto casi permanente» con sus madres y con otros adultos de los que se benefician los niños bosquimanos. Los bebes ¡Kung estudiados por Ainsworth presentan una precocidad marcada del desarrollo de las primeras actitudes cognitivas y motrices. Eso se atribuye tanto a la estimulación favorecida por una libertad de movimientos sin trabas, como al nivel de calor y proximidad física entre los padres y los niños.
Draper ha podido observar que la «competición en los juegos está prácticamente ausente entre los ¡Kung, igual que Shostack observa que «los chicos y chicas ¡Kung juegan de una manera parecida y comparten la mayor parte de los juegos». Ha descubierto también que no se prohibe a los niños los juegos sexuales experimentales, esta situación es pareja a la libertad de los jóvenes Mbouti durante la pubertad «se libran con deleite y alegría a la actividad sexual preconyugal». Y los Zoumi «no tienen ninguna noción de pecado», como dice Ruth Benedict en la misma línea de ideas, «la castidad como estilo de vida está mal considerada… Las relaciones agradables entre sexos no son más que un aspecto de las relaciones agradables entre humanos… La sexualidad es un hecho banal en una vida feliz».
Coontz y Henderson recogen numerosos apoyos a la idea de que las relaciones entre sexos son extremadamente igualitarias en las sociedades de los recolectores cazadores más rudimentarias. Las mujeres juegan un papel esencial en la agricultura tradicional, pero no se benefician con el estatus correspondiente a su contribución, al contrario de lo que pasaba en las sociedades de recolectores cazadores. Con la llegada de la agricultura, fueron domesticadas igual que las plantas y los animales. La cultura que se estableció por la instauración del orden nuevo, exigía la sumisión autoritaria de los instintos de la libertad y la sexualidad. Todo desorden ha de ser perseguido, lo que es más elemental y espontáneo atado con cuerda corta. La creatividad de las mujeres y su ser mismo en tanto que personas sexuadas son aplastados para dar lugar al papel, expresado en las grandes religiones campesinas, de la Gran madre, es decir, el ser fecundo y nutricio, suministrador de hombres y de alimentos.
Los hombres de la tribu de los Munduruc, cultivadores de América del Sur, utilizan una misma fórmula para hablar de la sumisión de las plantas y de las mujeres: «las domamos con la banana». Incluso Simone de Beauvoir ha reconocido en la equivalencia arado/falo el símbolo de la autoridad masculina sobre la mujer. Entre los jíbaros de la amazonia, otro grupo de agricultores, las mujeres son las bestias de carga y la propiedad personal de los hombres; «la captura de mujeres adultas constituye el motivo de muchas guerras» para estas tribus de las planicies de América del Sur. Así, el trato brutal y el aislamiento de las mujeres parecen ser funciones de las sociedades agrícolas y, en estos grupos, las mujeres continúan hoy en día ejecutando la mayor parte del trabajo.
La caza de cabezas es practicada por los grupos mencionados más arriba, forma parte de la guerra endémica que libran por la posesión de las tierras cultivables; la caza de cabezas y el estado de guerra casi permanente existen también entre las tribus de agricultores de las llanuras altas de Papua-Nueva Guinea. Las investigaciones del matrimonio Lemski han llegado a la conclusión de que la guerra es muy rara entre los recolectores cazadores, pero se torna extremadamente frecuente en las sociedades agrícolas. Como expresa sucintamente Wilson: «la venganza, la querella, la matanza, la batalla y la guerra parece aparecer con los pueblos domesticados y los caracteriza».
Los conflictos tribales, afirma Godelier, «se explican principalmente por la dominación colonial» y no se ha de considerar que su origen reside «en el funcionamiento de las estructuras pre-coloniales». Es cierto que el contacto con la civilización puede haber tenido un efecto desestabilizador y provocar una degeneración, pero puede suponerse que el marxismo ortodoxo de Godelier (de aquí su resistencia a preguntarse sobre la relación entre domesticación y producción) no es ajeno a un juicio como este. Así se puede decir que los esquimales de Cooper, que conocen una tasa significativa de homicidios en el seno del grupo, deben esta violencia al impacto de las influencias exteriores, pero hay que hacer notar que ellos crían perros para trineo desde hace mucho tiempo.
Arens ha afirmado que, el fenómeno del canibalismo es una ficción inventada y extendida por los agentes de la conquista exterior. Pero existen pruebas de esta práctica entre, aquí también, los pueblos tocados por la domesticación. Los estudios de Hogg, por ejemplo, revelan su presencia entre determinadas tribus africanas fundadas sobre la agricultura y moldeadas por el ritual. El canibalismo es generalmente una forma cultural de control del caos, en el que las víctimas representan la animalidad o todo aquello que ha de ser domado. Es significativo que uno de los grandes mitos de los habitantes de las islas Fidji «como los fidjianos fueron caníbales», es literalmente un cuento sobre la plantación. Igualmente los aztecas pueblo fuertemente domesticado y sensible a la cronología, practicaba el sacrificio humano como un rito destinado a calmar las fuerzas rebeldes y mantener el equilibrio de una sociedad muy jerarquizada. Como Norbeck ha señalado, las sociedades no domesticadas, «culturalmente empobrecidas» no conocen el canibalismo ni el sacrificio humano.
En cuanto a uno de los elementos subyacentes fundamentales de la violencia en las sociedades más complejas, las fronteras, Barnes, ha descubierto que «en la literatura etnográfica, los testimonios de luchas territoriales entre recolectores cazadores son extremadamente raras. Las fronteras ¡Kung son vagas y nunca vigiladas, los territorios de los Pandaram cabalgan los unos sobre los otros, los Hazda se desplazan libremente de una región a otra, las nociones de frontera y violación de frontera tienen poco sentido o ninguno entre los Mbouti; y los aborígenes australianos rechazan cualquier demarcación territorial o social. Una mentalidad fundada sobre la hospitalidad y no sobre la exclusión.
«Lo mío y lo tuyo, semilla de discordia, no tiene lugar entre ellos», escribía Pietro el 1511 a propósito de los indígenas que encontró en el décimo viaje de Cristóbal colon. Según Post, los bosquímanos no tienen «ningún sentido de posesión» y Lee observa que no operan «con ninguna dicotomía marcada entre los recursos del ambiente natural y la riqueza social». Como ya hemos dicho, existe una línea de demarcación entre naturaleza y cultura, y los no civilizados han elegido la primera.
Existen muchos recolectores cazadores que podrían transportar todo lo que necesitan en una sola mano, y a grosso modo mueren con todo lo que tenían al venir al mundo.
Hubo un tiempo en que la humanidad lo compartía todo; con la irrupción de la agricultura la propiedad se volvió esencial, y una especie pretendió poseer el mundo. Nos encontramos ante una distorsión que la imaginación difícilmente podría haber concebido.
Shalin ha hablado de esto de una manera elocuente: «los pueblos primitivos del mundo tienen pocas posesiones, pero no son pobres. La pobreza no es una determinada cantidad pequeña de bienes; no es una relación entre medios y finalidades, es antes que nada, una relación entre las personas. La pobreza es un estatus social. Y en tanto que tal es una invención de la civilización».
La «tendencia habitual» de los recolectores cazadores «a rechazar la agricultura hasta que les es impuesta de modo absoluto», expresa una división entre naturaleza y cultura, bien presente en las ideas de los Mbouti según las que cualquiera que se vuelva aldeano, deja de ser Mbouti. Saben que la banda de recolectores cazadores y los pueblos campesinos son sociedades opuestas con valores antagonistas.
Llega sin embargo un momento en que el factor crucial de la domesticación se pierde de vista «las poblaciones de recolectores cazadores de la costa oeste de América del Norte, conocidos por los historiadores, son atípicos con relación a otros cazadores recolectores». Como dice Kelly, «las tribus de la costa Nordeste rompen todos los estereotipos sobre los recolectores cazadores». Estos cazadores recolectores tenían su principal medio de subsistencia en la pesca, presentaban rasgos ajenos, como la jerarquía, la guerra y la esclavitud. Per casi siempre se olvida el hecho de que cultivaban tabaco y criaban perros.
Así pues, incluso esta célebre anomalía comporta caracteres que la relacionan con la domesticación. En la práctica, el ritual más que nada, después de la producción, parece afirmar y favorecer, con las formas de dominación que le acompañan, los diferentes aspectos del declinar de la vida humana después de una larga y feliz era anterior.
Thomas proporciona otros ejemplos tomados de América del Norte, los chochonis del Gran valle y las tres sociedades que la componen, los chochonis de las montañas Kawich, los chochonis del río Reese y los chochonis del valle de Owens. Los tres grupos conocían diferentes niveles de agricultura, marcados por un sentido creciente del territorio (o de la propiedad) y de la jerarquía y correspondiéndose estrechamente a los diferentes grados de domesticación.
«Definir» un mundo desalienado sería imposible, incluso indeseable, pero creo que podemos y debemos intentar desenmascarar el no-mundo de hoy en día y como hemos llegado a él. Hemos tomado un camino malo y monstruoso con la cultura simbólica y la división del trabajo; nos hemos ido de un lugar de encanto, de comprensión y de totalidad para ir a parar a la ausencia en que nos encontramos, en el corazón de la teoría del progreso. Vacía y cada vez más vacía, la lógica de la domesticación, con sus exigencias de total dominación, nos muestran la ruina de una civilización que arruina todo lo demás. Presumir de la inferioridad de la naturaleza favorece la dominación de sistemas culturales que no tardaran en volver la tierra inhabitable.
El postmodernismo nos dice que una sociedad sin relaciones de poder no puede ser más que una abstracción. ¡¡Es mentira!! Al menos si no aceptamos la muerte de la naturaleza y de todo aquello que fue y podría ser de nuevo.
Turnbull ha hablado de la intimidad de los Mbouti y el bosque, y de su manera de danzar como si hiciesen el amor con el bosque. En una vida donde los seres son iguales, una vida que no es una abstracción y que se esfuerza por mantenerse hoy en día, ellos «danzan con el bosque, danzan con la luna».
John Zerzan, 1994
Traducción de Llavor D´Anarquia
Fuente: https://es.theanarchistlibrary.org
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