#probablemente solo sentía vacío con todo
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literalmente es frustrante leer tanta persona decir que la orden jedi estaba corrompida y que no debió enviar padawans a la guerra, cuando no tenian otra opción. estaban frente a una falsa dicotomia, o se sentaban y dejaban que murieran gran cantidad de gente inocente, bajo el plan de palpatine, aquí el canciller de la república, o iban a la guerra a evitar que muriera la mayor cantidad de personas posibles. y cuando nombran a krell?? es solo UN jedi que le gusta la guerra, aparte de ANAKIN, de entre miles de generales jedi, padawans que querían paz y gente prosperando vitalmente.
#star wars#orden jedi#tiktok esta lleno de opiniones de mierd^#que la orden “suprimia” a anakin?#que debió darle el grado de maestro??#que debio dejar que sus miembros se casasen y tuviesen hijos?#GIVE ME A BREAK#hablame de gente con gula y avaricia#no puedes tener todo en esta vida#y anakin quería dos matrimonios#y lamentablemente con ninguno se comprometió lo suficiente#porque ni él sabia lo que quería#probablemente solo sentía vacío con todo#y todos
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Ok esta mini idea que me ha estado dando vueltas en la cabeza y la tengo que escribir.
Hace una semana y media aproximadamente, ví una entrevista a una persona adicta a las apuestas de Soft White Underbelly (véanse sus entrevistas, la mayoría son sensibles con el entrevistado y ayudan a conocer realidades no tan bonitas que solemos ignorar la mayoría del tiempo). El señor había crecido en una familia con ascendencia alemana y su papá solía apostar en carreras de caballos de forma recreativa. No aclaró, y probablemente ni el mismo señor sabía si su papá también era adicto. La cuestión era que el señor creía que terminó siendo adicto a las apuestas porque cuando iba a las carreras con su papá, lograban conectar en algo. En otras ocasiones, su papá era frío y distante; pero cuando iban a las carreras, su papá era más emotivo y hasta lo abrazaba si ganaba. Entonces, interpretaba a las apuestas como una forma de conectar con sus emociones y liberarlas. Y, como tuvo exposición a las apuestas desde pequeño, se le hizo bien fácil que, luego de una experiencia traumática, empezara con su adicción.
Todo esto lo digo porque he estado pensando en qué caracterizaciones se le podrían dar a Juan Carlos Bodoque. Sabemos que lo de las apuestas viene de familia. En las entrevistas que he escuchado y leído, los adictos a las apuestas que están en proceso de dejarlas, suelen asociar su origen a una búsqueda interior que sienten que se sacia con las apuestas y la adrenalina. A veces es un caso de bullying de pequeños, y ganar en las apuestas llena el vacío que sentían de pequeños. A veces es un vacío emocional, y las apuestas les hacen al menos sentir algo. Estoy intentando encontrar qué tantos vacíos podría tener Bodoque y pues... vaya, el señor parece recontra mal. Y haber tenido exposición desde pequeño solo empeora todo.
Mi HC es que, al igual que ese señor, Bodoque sentía algún tipo de conexión con sus padres (al menos con alguno de ellos) en el proceso de apostar, y por eso siente que su única forma de buscar alivio emocional es a través de las apuestas.
(ok eso es todo. solo necesitaba sacar eso de mi cabeza y tenerlo anotado en algún lado. no sé si tiene sentido xdn't)
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Hoy definitivamente no estoy bien, y probablemente no sea simplemente algo de este día; quizás sea así desde hace meses. Dejé todo, todo lo que supuestamente me ataba al entretenimiento y no me permitía vivir, pero no se siente mejor. Dejé las redes sociales y me sentí aislado. Dejé los juegos y me sentí vacío. Dejé las películas, las series y los dibujos animados, solo para volver a sentirme muerto. No siento dolor, solo un pesar constante y una fatiga de vivir. Intenté reconectar con estas cosas, pero les perdí el interés.
Nunca he podido organizar mi vida, tal vez porque no sé hacerlo, o porque, en el fondo, no quiero hacerlo. Cumplí los objetivos que tenía y, en el proceso, desarrollé otros, que también cumplí. No llegué a inscribirme para estudiar filosofía; tardé demasiado en decidirme. Sin embargo, la estudié por mi cuenta, siguiendo los intereses que iban surgiendo, incluso abordé algo de poesía. Conseguí un trabajo temporal de tres meses y cumplí, aunque no quedé. La verdad, no me pesa; allí no me sentía visible ni valorado.
Compré el skate, lo usé unas cuantas veces, pero también le perdí el gusto. Sigo tratando de encontrar cosas interesantes para hacer, pero es más bien satisfacer un destello de curiosidad que muere en cuanto se revela una respuesta. Me convertí en mi prioridad, pero no sé qué hacer conmigo. Perdí mi conciencia, creo.
También creo que perdí el miedo a todo, y no lo digo como algo bueno. Ya casi no duermo. Me aburren las mismas cosas de siempre, y ahora hay más cosas que lo hacen. Asimilo el rechazo y ya no me interesan las personas, quizás porque he recibido demasiado.
Siento que ya no tengo amigos, solo personas con quienes puedo hablar a distancia, encerradas en un chat. Aún tengo los sentimientos a flor de piel, pero no de los buenos. Extraño estar enamorado, pero ahora prefiero a las personas lejos. Perdí el gusto incluso por las cosas que iba aprendiendo, porque otros me pedían repetirlas para aprovecharse de ellas.
La música duele más. No me importa lo que hagan los demás.
Pensar es lo único que hago últimamente, más que nada porque no tengo otra cosa que hacer. Ya no me inhibo; es un completo desinterés en compartir con quienes no me importan. Me he vuelto un peso para mi familia, un gasto. No quiero serlo, pero no sobreviviría solo sin su ayuda. Ahora la presión me la impongo yo mismo, porque no quiero arrastrar a mi familia conmigo.
Dibujar, aunque lo hago ocasionalmente, se siente igualmente vacío, como si no dijera nada, como si solo garabateara y, por alguna razón, los demás lo consideraran bonito o significativo, cuando no lo es. Ya no se siente personal ni una pasión, solo un pasatiempo más. Dibujar ya no me despeja; frustra. Ya no me calma; abruma el vacío que siento.
Probablemente mi nuevo refugio sea escribir poesías o poemas incoloros que reflejan lo entumecido de mi ser. Quizás ya no me siento yo porque no hago lo que me hacía sentir yo.
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A una pulgada de ser más que solo amigas
➤ ELLIE WILLIAMS ROM
RESUMEN: Algo que siente extraño entre ustedes.
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Jackson tenía una manera de hacer que el mundo pareciera más tranquilo. Los días transcurrían sin sobresaltos, fundiéndose unos con otros en la comodidad de la rutina. Para ti, esa rutina a menudo significaba terminar el día en casa de Ellie, acurrucadas en su sofá mientras veían alguna película extraña o poco convencional que ella había encontrado. Esta noche no era la excepción. Te habías dejado llevar por ese ritmo, sin esperar nada fuera de lo común.
Ellie te recibió en la puerta con el pelo despeinado, señal de que probablemente había pasado el día leyendo o dibujando. Entraste, te quitaste la chaqueta y trataste de ignorar la sensación de que algo era diferente esta vez.
—¿Todo bien contigo? —murmuró Ellie, con las manos hundidas en los bolsillos. Su voz sonaba despreocupada, pero había una tensión sutil en su postura, en la manera en que evitaba sostenerte la mirada por demasiado tiempo.
—Sí, sí —respondiste, restándole importancia con un gesto antes de seguirla al dormitorio, donde ya había preparado la película Mulholland Drive. Te dejaste caer sobre la cama mientras Ellie permanecía de pie, jugueteando con el control remoto.
Estaba más inquieta de lo habitual. Se arremangaba y bajaba las mangas de su suéter sin cesar, desviando la vista cada vez que tus ojos intentaban encontrar los suyos. Sacudiste la incomodidad y te concentraste en la pantalla, dejando que la película avanzara. Al principio, todo parecía normal. Ellie hizo algunos comentarios ocasionales y ambas se rieron de los momentos más extraños de la trama. Pero entonces... llegó la escena.
Unas imágenes de sexo llenaron la pantalla y, de pronto, el aire entre ustedes cambió por completo.
Lo sentiste de inmediato. La incomodidad se extendió entre ustedes como un reguero de pólvora. Ellie se tensó a tu lado, con la mirada fija en la pantalla, aunque sin realmente verla. Tu corazón latía con fuerza, y de repente, eras demasiado consciente de la cercanía entre sus cuerpos. El calor de su pierna rozando la tuya ardía a través de los jeans, como si la tela no fuera suficiente barrera.
No era la primera vez que veías una escena de sexo en una película, pero esta vez se sentía diferente. Más íntima. Demasiado íntima. Te arriesgaste a mirar a Ellie de reojo y viste la tensión marcada en su mandíbula, sus dedos aferrados a las sábanas con una fuerza innecesaria. No lo estaba manejando mejor que tú.
Dios, ¿por qué esto se sentía tan… cargado?
Apartaste la vista de inmediato, intentando concentrarte en cualquier otra cosa, pero el silencio en la habitación lo hacía imposible. Cuando la escena por fin terminó, dejó tras de sí un vacío denso, un peso en el aire que se negó a disiparse. El resto de la película pasó como un borrón. Apenas podías seguir la trama. Todo en lo que podías pensar era en Ellie, en la proximidad de su mano a la tuya, en el ritmo frenético de tu propio corazón, que no parecía dispuesto a calmarse.
Cuando aparecieron los créditos, Ellie se puso de pie de golpe, como si no soportara estar ni un segundo más sentada a tu lado.
—Voy a preparar el sofá para esta noche —dijo rápidamente, dirigiéndose al armario.
Frunciste el ceño.
—¿El sofá? ¿No vienes a la cama?
Ellie se detuvo a mitad de camino y te miró por encima del hombro. Vacilante. Nerviosa.
—Solo pensé… que tal vez podría dormir allí esta vez.
Eso no te sentó bien. Las fiestas de pijamas siempre habían sido iguales: dormían juntas, sus extremidades enredadas en la pequeña cama. La idea de hacerlo por separado te parecía extraña, casi incorrecta, pero no dijiste nada. No cuando las cosas ya se sentían tan raras.
Te hundiste más en la cama mientras Ellie acomodaba las mantas, aunque ninguna de las dos parecía capaz de dormir. La habitación estaba demasiado silenciosa, demasiado quieta, y te encontraste mirando hacia ella, acostada de lado.
Después de lo que pareció una eternidad, rompiste el silencio.
—¿Ellie?
La escuchaste gemir suavemente antes de moverse y darse la vuelta. Incluso en la oscuridad, podías sentir sus ojos sobre ti, abiertos e inseguros.
—¿Qué? —preguntó con voz tensa.
Dudaste. Tu corazón latía con fuerza contra tu pecho. Esto te había estado carcomiendo toda la noche... tal vez por más tiempo.
—¿Qué está pasando?
Ellie no respondió de inmediato. Podías imaginar los engranajes girando en su cabeza, la lucha interna que libraba en silencio. Finalmente, tras lo que pareció una eternidad, suspiró.
—No lo sé —susurró apenas.
Su respuesta no te sorprendió, pero tampoco hizo que todo fuera más fácil. Te mordiste el labio, sin saber cómo expresar en palabras aquello que había ido creciendo entre ustedes dos durante semanas, tal vez meses.
—Has estado... rara esta noche —murmuraste, sintiéndote vulnerable—. ¿Es por… la película?
Ellie dejó escapar un gemido frustrado, removiéndose bajo las sábanas.
—No... sí... ¡No lo sé! —exhaló bruscamente—. Esa película simplemente... me hizo pensar, ¿de acuerdo?
Sentiste un vuelco en el estómago.
—¿Pensar en qué?
El silencio volvió a llenar la habitación, pesado, cargado de algo más que simple tensión. Podías sentirlo en el aire, en la forma en que Ellie respiraba de manera irregular, como si estuviera librando una batalla interna. Contuviste la respiración, esperando, dándole espacio para hablar.
Cuando lo hizo, su voz sonó suave, casi frágil.
—Nosotras… —susurró—. ¿Somos… algo más que solo amigas?
Y ahí estaba. La pregunta flotó entre ustedes, tangible, ineludible, como un peso imposible de ignorar. Siempre había estado ahí, oculta en los momentos robados, en las miradas prolongadas, en el roce accidental de las manos. Pero nunca se habían atrevido a decirlo en voz alta. Hasta ahora.
Tu corazón martilleaba en tu pecho mientras te incorporabas ligeramente, sintiéndote expuesta, vulnerable.
—No lo sé —murmuraste, con la voz temblorosa—. ¿Tal vez?
Ellie se movió, con un gesto repentino que te dejó sin aliento. Se puso de pie y, sin romper el contacto visual, se subió a la cama a tu lado. Sus movimientos eran cautelosos, como si temiera que un solo paso en falso pudiera romper la frágil burbuja que las envolvía.
Tu respiración se volvió superficial cuando se acostó junto a ti, su rostro a solo centímetros del tuyo. La incertidumbre danzaba en sus ojos, reflejando la misma duda que ardía en tu interior.
Por un largo momento, ninguna de las dos se movió. Se quedaron allí, observándose en el silencio, como si el tiempo se hubiera detenido. Podías jurar que escuchabas su corazón latiendo con la misma fuerza que el tuyo.
Entonces, finalmente, Ellie se inclinó.
Sus labios rozaron los tuyos con una suavidad temblorosa, como si aún no estuviera segura de que esto era real. El beso fue breve, vacilante, pero desató una oleada de calor que recorrió cada rincón de tu cuerpo.
No lo dudaste. Le devolviste el beso, dejando que tus manos se enredaran instintivamente en su cabello, acercándola más. La presa finalmente se había roto. Meses de tensión, de sentimientos no dichos, se derramaron en ese beso, envolviéndolas en algo tan inevitable como el destino.
Las manos de Ellie se deslizaron hasta tu cintura y te atrajeron hacia ella, profundizando el beso. Era suave pero intenso, el tipo de beso que deja sin aliento y despierta el deseo de más. No supiste cuánto tiempo duró; la noción de los minutos se desvaneció mientras te perdías en la sensación de sus labios, el calor de su piel y la firmeza de su tacto.
Cuando por fin te separaste para tomar aire, apoyaste tu frente contra la suya. Sus respiraciones entrecortadas se mezclaron en el silencio de la habitación.
—Esto es… raro, ¿verdad? —susurró Ellie con una risa nerviosa.
Sonreíste y deslizaste el pulgar por su mejilla con suavidad.
—Sí —admitiste, con el corazón aún latiendo a toda prisa—. Pero raro en el buen sentido.
Ellie sonrió y sus manos permanecieron en tu cintura, como si temiera soltarte.
—No sé qué es esto —murmuró—, pero… me gusta.
Te inclinaste y volviste a besarla. La calidez de su sonrisa aún persistía en sus labios.
—A mí también.
El resto de la noche se esfumó entre besos suaves, palabras susurradas y caricias temblorosas. Fuera lo que fuera aquello que estaba naciendo entre ustedes, era real. Y, por primera vez, no sentiste la necesidad de cuestionarlo.
#ellie williams#ellie tlou#ellie x you#ellie x fem reader#ellie willams x reader#ellie x reader#ellie the last of us#the last of us#tlou
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Te Perdono...
Hoy no he venido aquí a decirte que se me rompió el corazón en mil pedazos y no termino de encontrarlos todos, ni vine a culparte de que la mitad de mis sueños ahora sean como los granitos de sal que quedan olvidados fuera de tu plato, no. Vine a despedirme, a dejarte lo último que me queda para por fin dejarte ir.
Las despedidas siempre me han costado un poco de trabajo, la típica frase con la que todos los finales comienzan no es suficiente para poder desprenderme de ti, sacarte de mi corazón sin hacerte daño, porque es lo más importante.
Despedirme es como si me golpearan múltiples veces en el costado para dejarme sin una palabra en la boca, se siente como si el mundo hubiera decidido plantarme en tierra seca y nunca dejarme crecer; las manos me tiemblan y apenas puedo escribir algo que sea coherente sin que tu nombre deje de retumbarme en la cabeza, sin que todos los recuerdos me atormenten por la desidia de todas tus acciones.
Maldita locura la que llevo dentro; es la que me has ocasionado por tanto cariño que te he brindado y no recibir ni una sola caricia de regreso. Sé que eres de esas personas que no necesitan alguien a su lado para ser más fuertes, y que una carta de despedida no servirá para unas rodillas ya lastimadas de tanto romper a llorar en medio de la carretera, sin un seguro de paracaídas y el vacío que probablemente dejó mi partida.
Que sé que no te dolió ni la mitad de lo que me perforó a mí, que nuestro adiós no te dejo con las costillas sangrando y con la garganta irritada; que la distancia que hoy nos grita, tú no la percibes y que a veces cambiar de rutinas es lo que a ti te parece perfecto.
No vengo a reclamarte, a reprocharte ni mucho menos a llorarte; no vengo a rogarte que regresemos a ser lo que hace mucho dejamos en el olvido, no vengo a pedirte que ahora seas la persona que siempre necesité después de un maratón de pesadillas, ni mucho menos a mendigar caricias que hace tiempo que ya pertenecen a alguien más.
Quiero que sepas que te perdono, amor. Te libero de la culpa de haberme dañado. Te absuelvo de un baile que no tiene regreso. Te eximo por completo de mis sentimientos. Te perdono y te dejo ir con todo el amor que he sentido siempre por ti, y del que estoy seguro que siempre sentiré.
Te perdono por tu ternura a cuentagotas, por las cartas que no me escribiste, los besos que no me diste, los dulces que no me regalaste. Te perdono por haberme dejado solo con todo el amor que te tuve, por haber matado las emociones que sentía en todo mi ser, por haber soplado fuerte a la última velita que me quedaba para ti. Te perdono por no dedicarme ni un solo poema aunque te lo pidiera, por creer que el verdadero amor sí existía, solo que se encontraba demasiado escondido como para que yo lo encontrara. Te perdono por las heridas que ahora me dejas, por las balas que me disparé al no encontrar la sutileza suficiente de sentirme querido. Te perdono por no dejarme ser el bailarín de todas mis canciones, por no decirme en el oído que me veo guapo con mi sonrisa de todos los días y que te encanta cuando me veo valiente, cuando enfrento mis miedos desnudo y con los pies descalzos. Te perdono por culparme de todos tus engaños, de tus mentiras a media racha, por echarme de tu cama y no de tu vida. Te perdono porque siempre nos buscaremos a tientas en otros cuerpos, o por lo menos, eso haré yo, intentaré sentir con otros labios lo que se sentía contigo.
Te perdono por la esperanza que dejaste marchar, por la dulzura que amargaste, por romper tus promesas, por el miedo y la soledad que sentiré en cuanto me dé la vuelta. Te perdono por los te quiero que estamos dejando ir, por las incontables lágrimas que ahora te lloro, por todos los escritos que hago y deshago al no hacerte justicia entre letras. Te perdono por el mensaje que nunca enviaste, por las interferencias, por las caídas, por destrozarlo todo con una palabra, por la última mirada. Te perdono por no permitirte ser mía, por guardar esperanzas rotas. Te perdono por no intentarlo, por no esforzarte, por no poner la parte de amor que te correspondía. Te perdono por entregar solo partes de amores no correspondidos. Te perdono por las mañanas en las que despertaré sin ti, por las tardes que llegarán a su fin sin que yo haya escuchado tu voz, por las cosas que ya no sucederán. Te perdono porque nunca llamaste, por ser aquello que nunca esperé que fueras, por dejarme ir sin detenerme como yo creía. Te perdono por tener una maldita sonrisa que paraliza semáforos y escandaliza miradas, por dejarme llamarte amor después de ser nosotros. Te perdono todo, mi cielo, y te dejo con todo esto que a mí me pesa,
no lo quiero conmigo. Te perdono y te dejo al fin abrir las alas para volar lejos de mí.
Te perdono y dejo que vueles en otro cielo.
Llévate todo lo que no me pertenece, déjame vacío y al final de todo, gracias.
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28 de mayo.
Muchas veces no quiero escribirte porque siento que, cada vez que lo hago, es como morir en cada punto y coma de las frases que te dirijo. Tengo la noción, o al menos el pensamiento, de que debería olvidarte, de que debería seguir con mi vida, de que debería tomar esto como un aprendizaje para continuar con mis proyectos y, de alguna forma, mantenerme vivo. Sin embargo, todo esto pierde sentido cuando todo me lleva a ti.
¿Cómo no pensar en ti, si siempre estás presente? Cada objeto, cada espacio, cada calle, cada sensación, en los múltiples detalles de mi cotidianidad, lleva tatuado tu nombre. Es imposible no pensar en ti... es imposible no pronunciar tu nombre. A veces siento que deliro, que estás aquí, y hablo solo, como si pudiera decirte cosas. Es mi manera de querer sentir que aún estás a mi lado. Sé que es enfermizo, lo sé. Pero también sabes que siempre he sido algo dramático, quizás exagerado.
Hace unos días olvidé apagar la luz de la cocina. Cuando llegué a casa, la puerta brillaba, como cuando estabas dentro cocinando mientras escuchabas tus videos. Mi emoción fue enorme, algo en mí quería creer que estabas ahí. Pero luego la realidad me golpea, y me doy cuenta de que soy un imbécil por pensar que podrías volver.
Sé que no hay vuelta atrás, y no sé por qué te digo estas cosas. Me siento tan mal de que todos tengan derecho a saber más de ti, a hablar libremente de ti cuando quieran, o que incluso hayan podido despedirse de ti.
La última vez que te vi estabas enferma. Lloré al verte, tomé tu mano, te besé, y me sentí completamente destruido, vacío. Sentía tanta desesperación y, mejor dicho, siento tanta ansiedad. Es como si estuviera esperando un milagro, y ahí está el problema... los milagros no existen, solo para ilusos con fe. Tal vez tendría el valor de dudar, pero mi existencia es tan atea como la posibilidad de que vuelvas mañana o pasado mañana.
Estoy llorando, realmente pasándola mal, y me siento ahogado en todo esto. No consigo ni siquiera flotar, no encuentro más ganas que las de hundirme. Quiero, de verdad quiero olvidarte, pero ni tus cartas, tus acciones ni tu desprecio han podido arrancar el amor que te tengo. ¿Cómo se odia a alguien? O, mejor dicho, ¿cómo puedo odiarte? ¿Cómo te olvido? ¿Cómo te saco de mí, si estás tan dentro?
Puede que esta noche sea la más triste desde tu partida. No he dejado de pensar en ti ni un solo día. Te extraño. Mucho ha cambiado aquí en mí, pero mis sentimientos por ti siguen siendo los mismos. Quizás ya no significan nada para ti; seguramente ya me has olvidado. Y probablemente no te importe nada de esto, pero aun así, te deseo feliz aniversario...
#corazón triste#escritos tristes#amore triste#cosas tristes#dias tristes#chica triste#corazon roto#yacost#desamor#frases tristes
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Entregó el cambio con manos temblorosas, repasando una y otra vez que las cuentas estuviesen exactas. Desde que Sakura había muerto hacía un año, Ivy hacía malabares y milagros con las cuentas; es decir una chica de último año no debería preocuparse por ser el sustento de su casa: pero lo era. Su padre llegaba en la noche y probablemente alcoholizado, despilfarrando la quincena que recién habían pagado. Debería preocuparse por cosas triviales como el examen de matemáticas que tenía mañana; Ivy mantenía el libro abierto mientras repasaba las ecuaciones en su mente. El dueño era amigo de Sakura y le había dado un permiso especial para trabajar, había sido flexible con sus horarios pero su paciencia tenía un límite.
━━¿Cuántas veces tengo que encontrar la encimera desorganizada? ━━Dijo con aplomo, Ivy corrió hacia el estante mientras ponía todo en su lugar, los gritos incesantes de su superior le hacían agachar la cabeza con vergüenza. No podía permitirse perder ese trabajo, pues eso afectaría realmente a cuatro personas. Ahora tendría que cubrir horas extras para arreglar su desastre.
Diez de la noche, había tenido una llamada corta con sus hermanos para que se fuesen a dormir. Por suerte Ivan e Inaki eran auto-suficientes. Organizó los onigiris por marca mientras sostenía sus manos como rezando para que no se viniesen encima.
La campanilla sonó mientras una figura se adentró al local. Ivy corrió a ponerse detrás del mostrador.
━━¡Bienvenido señor! ━━Dice con la última gota de entusiasmo que le queda, para sus adentros está maldiciendo mentalmente el sujeto que se atrevió a entrar cuando ya casi cerraba. Sus ojos estaban medio puestos en las ecuaciones, los pasos de las botas contrarias resonaban en aquel local vacío. En realidad no era un lugar tan transitado al encontrarse en un barrio de bajos recursos a las afueras de kioto.
Quizá fue su cabello el hecho que más llamó su atención, los piercings brillando en su oreja derecha, mientras el sujeto tomaba uno de los onigiris que ella había organizado -mal-. Para su desgracia, los demás se vinieron encima y terminaron por caer al suelo.
No podía ser cierto...
Ivy corrió de nuevo mientras intentaba recoger los ítems
━━No se preocupe señor... Yo lo tengo.━━Murmuró, sus dedos rozaron la mano contraria por accidente, y ella casi se echa de para atrás. Balbuceaba disculpas mientras ponía todo en su lugar.
━━Deberías organizarlos por tamaño así no se te caen la próxima vez que alguien trate de tomar algo. Hasta el viento los puede derrumbar.━━Se encogió de hombros mientras le ayudaba a organizarlo, el nuevo sistema ahora parecía infalible. Ella enrojeció de verguenza, su jefe le estaría mirando por las cámaras para recalcarle que un cliente hizo mejor su trabajo.
━━Lo-lo siento señor..━━Hizo una reverencia, en realidad sentía pena.
━━No te disculpes.━━Su voz era gélida, tanto como el clima afuera. Ivy alzó la vista solo para encontrar el rostro contrario observándole con algo de diversión; ella por su parte notó varios moretones y el labio hinchado del contrario, las cejas de Ivy se alzaron con confusión.
━━Señor... ¿Está bien?
━━Oh, sí de maravillas.━━Respondió de forma sardónica.━━Así paso todos los jueves, en puebluchos encontrando comida.━━A pesar de que su respuesta le tomó por sorpresa ella señaló el labio que brotaba un hilo de sangre.
━━E-espéreme aquí, ya vuelvo.━━Dijo, sus manos volviendo cargadas con el botiquín pequeño en caso de emergencias. Sacó un algodón que humedeció en alcohol mientras pedía permiso con la mirada para curarle. Él pareció perturbado al principio, pero eventualmente lo dejó pasar, como rindiéndose ante la mirada persuasiva de la chica.
━━Yo me hago esas heridas también... cuando me golpeo caminando hacia alguna puerta de cristal o se me caen las cosas encima.━━Dijo Ivy, llenando el súbito silencio que se había formado entre ellos. El pelirrojo soltó una pequeña risa, un tinte de ironía en su voz.
━━¿Y también te tropiezas de repente con una cáscara de banana? ━━Replicó ahora soltando una carcajada, probablemente la imaginaba en esa situación. Ella terminó de poner una curita en su rostro y limpiar su labio inferior.
━━¡Qué! ¿Cómo sabe? ━━Dijo en un susurro.
━━¿Es en serio? ¿Eres acaso el personaje gracioso de un anime o algo? ━━El tipo siguió riendo pero ella se quedó impávida, se puso en pie mientras volvía al mostrador, sintiendo la mirada de su jefe a través de las cámaras, dejándolo acuclillado en el pasillo.
Ivy siguió repasando sus lecciones hasta que el ruido de una canasta le distrajo. Era el hombre abatido, con el cabello cubriendo su frente, desordenado. Traía un paquete de cigarros y un encendedor.
━━¿Eso es todo, señor?
Él asintió con la cabeza, guardando el paquete en su bolsillo.
━━Son 500 yenes.
El hombre depositó los billetes frente a ella, como si no pesaran nada para él.
━━Toma.━━Murmuró mientras encendía un cigarro.━━Lo que sobre es tu propina.
Ivy contó el dinero: 50.000 yenes. ¡¿Acaso había perdido la cabeza?!
━━¡No! ¡No señor! Es muchísimo dinero ¡No puedo aceptarlo!
━━Es por tus servicios de enfermería.━━Masculló con el cigarro danzando en su labio hinchado.━━Trata de empujar las puertas antes de irte de cabeza hacia ellas.
━━No... No sé cómo agradecerle en serio no debería tomar este dinero.. no está bien... Y usted ¿no lo necesita?
Pero sus plegarias y angustias se quedaron sin respuesta, pues el hombre ya había desaparecido de su vista. Eso alcanzaría para el mercado de dos meses, y la pensión en la casa de otros tres. Guardó los billetes en el bolsillo de su uniforme mientras sonreía con alivio.
Esperaba que, cualquier tormento que él tuviese fuese solucionado pronto. Y esperaba agradecerle quizá después... Si la vida los volvía a encontrar.
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¿Amor o amistad? Parte 37
Luego del susto del laboratorio, la sorpresa del castillo y la llega del mundo de los muertos de Asriel, se puede decir que podía ser un buen comienzo para la experimentación, más que solo eso, pero prefería mantener los estudios de esa clase lejos de su investigación, por lo menos un largo, largo tiempo y para que algo así pasara por su mente, es que tenía un muy mal presentimiento en todo eso, se oía demasiado bien, era tan irreal que no podía convencerse a sí mismo de que podía incluso con muchos años de investigaciones, traer por completo al joven príncipe para que fuera nuevamente un monstruo.
Solo le contó sobre esto a su asistente, más que nada para que se tranquilizara, Asgore no quería que nadie supiera sobre su hijo, no por el hecho de que sintiera algo malo, simplemente no sabía cuánto tiempo estaría “vivo” y arrebatar las esperanzas de su gente así, no lo veía correcto. Sin embargo, estaba de acuerdo con que, por su propio pie, su dulce niño conociera a los nuevos monstruos, como todo había cambiado en esos tiempos que estuvo “ausente”.
—¡Doctor!
—¿Uh? ¿príncipe? —levanto la cabeza al verlo entre las baldosas —sigue siendo sorprendente que pueda moverse por cualquier lado.
—¡Eso no importa! Necesito ayuda…
—¿Qué necesita príncipe?
—Es sobre papá… sobre todos en realidad… —bajo la cabeza —¿por qué no puedo sentir nada?
Aquello tomo por sorpresa al esqueleto.
—¿Sentir…? ¿De qué habla? ¿Puede ser más específico?
—Es solo… eso, no puedo sentir… nada por papá, y es confuso cuando intentar abrazarme o levantarme… o solo intentar pasar tiempo con él… es como vacío y… ¿aburrido?
—Solo ha estado con el rey unos tres días, puede que se sienta abrumado por todo príncipe.
—Solo… quisiera sentir algo… ¿Dónde está mamá?
Gaster apretó las manos, era claro que él terminaría preguntando por ella en algún momento, era su madre después de todo.
—El rey no ha querido decirte algo más allá de que ella se ha ido ¿verdad?
— Si, no suele decir mucho y se ve desolado…
—Ah, diablos —había tomado tanto volver a verlo medianamente bien —ella se… adueño de las ruinas que están por delante del bosque de Snowdin, sello las puertas para que nadie pudiera pasar, —miro a otro lado —pero… con tu habilidad para cruzar bajo tierra… tal vez puedas ir a verla.
—¡¿En verdad?! ¡¿Ella estará ahí?!
—No puedo garantizarlo, aunque que la barrera aún esta, lo que probablemente de la pista de que sigue viva detrás de esas puertas.
—¡Genial!
Antes de que el esqueleto pudiera decirle algo, el pequeño se hundió en el piso, desapareciendo del laboratorio, el científico apretó los papeles, odiaba la idea de que el príncipe pudiera ser influenciado por la estupidez de Toriel, pero muy en el fondo sabía que Asriel merecía ver a su madre de nuevo, negarle esa información y que la descubriera más tarde podría ser algo mucho peor.
No significaba que le gustara ser “ético” con eso.
Para su mala suerte, tuvo que decirle a Asgore a donde se había ido el príncipe después de que preguntara varias veces, más no estaba enojado con él por darle la información, sabía que su niño querría ver a su madre, solo que no estaba preparado mentalmente para decirle sobre ella, se sentía desolado y devastado con solo pensar que no volviera a querer verlo. Aun así, esa decisión solo caía en las manos del pequeño Asriel.
—Majestad, debí consultarlo con usted, lo siento…
—No, está bien… Tori es su madre, merecen verse mutuamente…
No pudo evitar hacer una mueca cuando la nombro por su apodo, sin embargo, decidió mantener la boca cerrada, para variar, solo se concentró en mimar un poco a Asgore, le había tomado años sacarlo de su pozo de miseria y más aún poder tener algo con él, le dolía ver que podía recaer de nuevo al menor descuido.
Solo les quedaba esperar.
Estuvo los siguientes días cercano al rey, cuidando que no fuera visto muy seguido, quería asegurarse de que no volviera a caer en depresión y lo peor de todo es que sería su culpa esta vez, no soportaría ver a Asgore de nuevo como en esos tiempos que fue abandonado a su suerte. Intento mantener su cordura, incluso intentar cocinar cosas sencillas para él, no era el mejor en ello, pero si hacía que pudiera tener un ojo sobre él, lo haría lo mejor posible.
Cuando llegó la noche, decidió retirarse, comprobando que hubiese comido algo y que de estuviera durmiendo medianamente tranquilo, había pasado en total una semana desde que Asriel había regresado y este era el cuarto día que permanecía con la reina, tal vez la decisión del rey de tomar la vida de los humanos hizo que generara rechazo inconsciente hacía su padre, después de todo tenía una estrecha relación con el príncipe Chara, era una posibilidad difícil de digerir.
De todos modos, no era algo que pudiera decirle al rey.
—¿Qué debería hacer? ¿Quizá lo he arruinado todo? El príncipe tenía un gran cariño a los humanos… —murmuró por lo bajo mientras iba de regreso caminando.
Mantuvo su mente divagando mientras iba por todo el subsuelo, sintiendo aún culpa de que el pequeño príncipe no regresara, quizá debió esperar un par de días más a que se adaptara o decirle su cruda visión de lo que pensaba de su madre, aunque eso podría haber sido peor, porque seguramente le habría dicho a Asgore y las cosas no hubiesen acabado en un simple regaño; agitó la cabeza, debía mantener esa idea alejada de su mente.
Más cuando hizo eso, pudo ver la silueta de una gran flor justo en el borde de la lava del núcleo, lo que hizo que se detuviera al instante.
—¡¿Príncipe Asriel?! —lo miró exaltado.
—Oh… —medio volteo la cabeza. —Hola doctor.
—¿Dónde ha estado? ¡El rey estaba muy preocupado!
—Fui a ver a mamá… lloró mucho, dijo que no dejaría que nadie volviera a lastimarme…
—Ah, —lo miró apretando las manos —vino a decirle al rey que irá con la… ¿con Toriel?
—No, a pesar de que intenté con mucha fuerza… no sentí nada… a pesar de que mamá cocino su delicioso pie de caracoles para mí, de probarlo, de intentar sentir su calidez… no sentí nada.
—Príncipe, eso puede ser porque… ah, porque no tiene un alma.
—¿No tengo un alma?
—Intenté… crear una artificial con toda la determinación calculada para un alma humana, se suponía que la flor que es usted ahora, sería el recipiente para ello, pero en cambio… de alguna forma fortuita, lo revivió.
—¿Soy una especie de accidente entonces? —le habló con voz monótona y apagada.
—Yo… —miró a un lado, sin poder hacerle frente —eso me temo, aun así, ¡muchos descubrimientos que han sucedido aquí pasaron de la misma forma! Estoy seguro de que puedo ayudarlo a sentir otra vez… ¡quizá no aspirar a tanto y volver a crear un alma de monstruo!
—¿Y si no lo consigues? —volteo a verlo del todo —¿Estaré condenado a vivir como una flor sin alma eternamente?
—¡Puedo hacerlo! Solo necesito tiempo y rejuntar materiales, puedo ayudarlo…
—Doctor… sabe… cuando fui a la superficie, todos los humanos pensaron que había matado a mi hermano… me rodearon enfurecidos, gritando y… golpeando…
—¡. . .! —devolvió la vista hacía él.
—Me llamaban asesino, —prosiguió —demonio, entre otras que dejé de escuchar… entendí que este mundo es cruel, malicioso, oscuro y que… había perdido al único humano que realmente amaba a los monstruos.
—Príncipe Asriel… entiendo si eso fue doloroso… pero lo repito, puedo ayudarlo.
—Doctor, no quiero vivir en un mundo sin amor, un mundo vacío… un mundo en el que Chara ya no está…
Gaster se fue poniendo más y más pálido azulado mientras más palabras salían de la boca del príncipe, entendiendo que es lo que estaba planeando hacer, entendiendo porque estaba al borde de la lava, porque no había vuelto con el rey, para seguir los pasos de su hermano; uso inmediatamente la magia verde sobre él, manteniéndolo en el lugar como Undyne le había enseñado a usar.
—Príncipe, tal como jure ante la corona de servirlos, juro que no descansare hasta devolverlo a como era…
—Doctor… mi decisión está tomada.
—Le suplico que se deshaga de esa idea, ¡el rey no soportara su perdida otra vez! Por favor…
—El rey… —lo miró soltando un suspiro —lo siento doctor, pero… yo no siento nada por papá…
—Príncipe…
Aquellas palabras lo hicieron perder la concentración durante unos segundos, permitiendo que el príncipe pudiera hacer un movimiento, justo antes de que el mayor reaccionara, hizo que una gran raíz espinosa lo golpeara sorpresivamente por un lado y lo hiciera caer hacia atrás con un desgarro en sus ropas y una herida profunda, un quejido de dolor inundo el lugar, mientras Asriel observaba con un ínfimo sentimiento de culpa por hacerle daño, pero apenas fue libre, alzó sus raíces para tirarse hacía las candentes e hirvientes burbujas de lava.
—¡Príncipe! —Se levantó a gatas, corriendo encorvado—¡PRINCIPE ASRIEL!
Alzó la mano a la par que llamaba a gritos al pequeño príncipe, pero su magia ya no podía detectar nada para poder alzar.
Se había ido.
—¡¿Dings?! ¡¡Estás bien?!
—¡¿Ah?!
Levantó la vista, conmocionado, notando que estaba en el pequeño lugar de reuniones detrás de la sala del trono, sentado justo delante de Asgore, él se veía asustado por alguna razón, entonces bajo la vista, logrando encontrar el teléfono en su mano, con los mensajes de Alphys completamente desesperada y el primer mensaje de: “la flor se ha ido”.
—¡¿Dings?! ¿Estás bien? ¿Qué sucede?
—Yo… —agitó la cabeza, intentando serenarse —estoy bien… hubo… un problema en el laboratorio.
—¿Es algo peligroso? ¿Necesitaras al equipo de limpieza o descontaminante?
Gaster parpadeo por un momento curioso, recordando esas mismas cuestiones, entonces, miró un momento la fecha en su celular y en los papeles. Sentía que estaba atrapado en una pesadilla, ese era el día en el que Asriel había revivido como una flor, ¿cómo era siquiera posible algo así? ¿de alguna forma extraña había vuelto al pasado? ¿Había sido todo… una ilusión de su cabeza?
—¿Dings…?
—Disculpa Asgore, Alphys solo me ha asustado, ahora que he leído bien… es algo manejable, le daré las instrucciones a seguir.
—¿Seguro? Te veías muy pálido hace un momento.
—Estoy bien, solo fue un susto.
Sonrió a medias antes de enviarle mensajes a Alphys, que debía calmarse y que ya “sabía” que la flor podía “irse” y que tenía una suerte de presentimiento de a donde se dirigiría, que vigilara la magia extraída y calmara, de ser necesario, a las amalgamas. Luego de ello, dejó el celular en su bolsillo de nuevo, intentando recordar cuanto tiempo paso entre su ida y venida al laboratorio durante su alucinación… o predicción si es que Asriel aparecía de nuevo en la sala del trono.
Se levantó del asiento para inmediatamente sentir un dolor muy agudo en un lado de su cuerpo, provocando que perdiera la fuerza en las piernas, el rey alarmado lo sujeto cuando casi cae hacía delante.
—¡¿Dings qué te sucede?! —lo sentó de nuevo.
—Yo… no lo sé… —se llevó una mano al lado derecho de las costillas —de repente solo… agh… dios duele muchísimo…
—Déjame ver.
—Ah, d-deme un momento… ah… ¿sí?
—Muy bien, —lo miró preocupado, esperando.
El científico solo respiro suave y despacio, quitando la mano de la zona una vez el dolor se apaciguó lo suficiente, dejando que el rey levantara el suéter clásico que siempre le veía puesto. Se horrorizó al instante de ver que había bajo la tela.
—¿Asgore…? —lo miró un poco confundido.
—¡¿Por qué me has ocultado algo así?! ¡¿CUÁNDO TE HA PASADO ESTO?!
Gaster se sobresaltó al momento en el que su rey le había levantado tan fuerte la voz, sin entender a que se refería, hasta que, bajo la vista a su cuerpo, abriendo apenas la boca de la sorpresa y completamente en estado de shock, una terrible marca morada oscurecida que se extendía desde parte de sus costillas hasta la mitad superior de su vientre del lado derecho.
—J-Juro q-que no sé… no sé cómo tengo esto…
—¡Por dios Dings! ¡No puedes decirme que no sabes! ¡Esto se ve terriblemente doloroso! No hay forma que no sepas donde o cuando te hiciste esto.
—¡No lo sé Asgore! ¡No lo tenía hace un momento! ¡Le juro que no estaba herido antes de llegar al castillo! No hubo momento en el cual pudiera… ¡ugh! Agh… mierda… —se llevó la mano, temblorosa esta vez, al moratón gigante.
—Te lo sacaré de alguna forma, ¡ahora tengo que curarte inmediatamente!
—N-No te estoy mintiendo Asgore, de verdad no… ¡Nh! Duele mucho…
—Ya hablaremos, por ahora solo respira despacio, no te tenses ni te muevas.
Él solo pudo asentir despacio, dejando que Asgore fuera curando la zona con sumo cuidado, podía decir que de milagro no tenía las costillas rotas a pesar de donde estaba el extraño daño aparecido de la nada. Entonces lo recordó. No era una jugarreta de su mente, tampoco era una alucinación, él realmente fue herido, Asriel lo atacó para liberarse, le hizo un golpe realmente fuerte, mucho más de lo que tenía ahí se podría decir, no estaba seguro, lo que sí podía decir con total seguridad, era que había regresado al pasado.
Pagando un precio por ello.
Ahogó con mucha dificultad sus quejas mordiendo la tela del suéter, temblando levemente por el dolor punzante e intenso, pero dentro de todo era tratable con magia verde, Asgore paso algo más de media hora solo aplicando su magia para disminuir cualquier daño interno posible, soltando algunas pequeñas llamas de su boca, quizá molesto, pero sobre todo preocupado.
—C-Creo que estoy bien así Asgore…
—Ni siquiera he terminado —lo mira serio.
—Puedo sentir que no, pero es suficiente por el momento… hay algo que debo decirle.
—¿Vas a decirme como te paso esto?
—No exactamente, si no lo que volvió loca a Alphys hace un momento…
—Oh, entonces si es más serio…
—Sí, se trata de… un segundo intento de alma sintética.
—¡Ah! ¿Has hecho algo así sin consultarme?
—Creí que tenía todo bien calculado, así que me arriesgué sin decirle, lo siento por eso Asgore…
—Dios, ¿qué sucedió con ello?
—Lo probé con la primera flor dorada, pero esta… parece que escapó. —Respiró hondo, quejándose por lo bajo —no puedo decir si es peligrosa, es probable que intente mentir o algo cuando la vean, si tiene consciencia suficiente para ello.
—¿En verdad está bien?
—Bien no sería la palabra, supongo que… ah, no importa, lo que sí tengo certeza, es que probablemente venga a la sala del trono, quizá por instinto de sentir que ahí es seguro.
—¿Crees que este pronto aquí?
—Sí, deberíamos movernos…
—Aún no olvido que estas herido, más vale que “recuerdes” que te ha pasado.
—Intentare hacer memoria.
Se acomodó con cuidado la ropa antes de volver a levantarse, esta vez con mucha más calma y con Asgore sujetándolo por la cintura, por precaución lo sostuvo todo el trayecto hasta la puerta de la sala del trono, lugar que sugirió sutilmente caminando hasta ahí; esperaron por lo menos unos quince minutos, revisando con la mirada las flores doradas, hasta que, una grande se alzó en medio de todas, justo en frente del trono.
—¡Oh! ¡Howdy pequeña flor!
—¿Uh? —Volteó a ver a la puerta.
—Parece que mis presentimientos no eran errados su majestad.
Ambos monstruos se acercaron a la flor, teniendo una especie de distancia preventiva, solo porque Gaster no le dejaba avanzar más al rey, Asriel miraba con confusión por un momento, mientras Asgore solo saludaba un poco alegre al pequeño retoño.
—Debes estar un poco desorientado, soy Asgore, el rey de los monstruos, ¿puedes decirnos tu nombre, pequeña flor?
— . . . —se mantuvo dubitativo un momento antes de sonreír con falsa alegría —soy… eh… soy… ¡Soy Flowey! ¡Eso! Flowey la flor.
—Un placer conocerte pequeño Flowey.
—Un gusto, soy el doctor Gaster… debes estar muy confundido, ¿verdad? Cualquier cosa que necesites puedes decirme, “Flowey”.
—Claro… —mira a otro lado un momento, incómodo —sería ah… ¡interesante saber que está pasando!
—Es bueno saberlo, si gustas puedo llevarte a mi laboratorio, podré explicarte mejor las cosas allí, —hizo una reverencia —¡Ugh!
—Ah, ¡aún no está bien! No haga movimientos innecesarios doctor.
La flor lo miró un momento, desconcertado.
—Lo siento su majestad… ah… —se enderezó —como dije, puedo explicar mejor todo allá…
—Es una oferta tentadora, iré cuando encuentre el laboratorio, por ahora yo… yo… ¡iré a dar una vuelta! Sí eso, porque sabe, se ve como que hay mucho más que el jardín…
Dicho aquello, la flor se hundió en la tierra, desapareciendo de la vista de ambos monstruos, Gaster suspiró con alivio, no era algo difícil de entender, él no había viajado solo al pasado, Asriel también lo había hecho, más que eso, posiblemente quien hizo esa magia tan impensada como el manejo del tiempo no fue otro que el mismo príncipe.
—¿Estás seguro de que puedes regresar solo a casa?
—Ugh si… solo tengo que evitar movimientos adicionales, no me agachare por unos días ni levantare peso.
—De acuerdo, si pasa lo que sea, dile a cualquier guardia o centinela que te ayude o me informe.
—Está bien Asgore, llegare entero a casa, pero lo tendré en cuenta.
Antes de cruzar por las puertas, se acercó y besó suavemente al rey, no es que eso hiciera que se despreocupara, pero simplemente de volver a verlo como antes de que toda esa semana pasara, era reconfortante para él. Sin mucho más, se despidió, yendo por la parte de New Home, de tanto en tanto tenía que parar ya que el dolor volvía de forma renuente y prefería no perder la fuerza en las piernas debido a ello de nuevo, se planteó seriamente decir a los guardias que necesitaba un poco de asistencia, pero se resistió a la idea, quizá por terquedad, quizá por orgullo, quizá por ambas.
Respiró con cierto alivio al volver al laboratorio, yendo primero a su oficina, solo para revisar si el príncipe había ido y lo estaba esperando ahí, su predicción fue bastante acertada, ya que ahí estaba, asomado entre las baldosas, con sus hojas cruzadas, como si estuviera impaciente.
—Lamento la demora… príncipe.
—¿Cómo lo sabes? ¿Por qué papá no lo sabe? ¿Por qué tu recuerdas?
—Muchas preguntas sin una respuesta, príncipe, porque Asgore y probablemente nadie más lo recuerde, no tengo una certeza, tendría que hacer algunos exámenes y averiguarlo, igualmente para saber porque yo recuerdo todo… ahora, ¿me permite una cuestión?
—¿Qué quiere?
—¿Cómo volvimos atrás en el tiempo? Sé que, de alguna forma, usted lo hizo.
— . . . —miró a otro lado, aún con las hojas cruzadas.
—Fue al momento de morir ¿verdad?
—¡¿Recuerdas hasta eso?!
—Sí, aunque siendo sincero, preferiría no recordar cómo alguien se suicida ¿sabe? En todo caso, ¿sería tan amable de decirme?
—Solo, no lo sé, cuando vi la muerte cara a cara otra vez, por mi mente cruzó ¿qué pasa con los que no tienen alma? ¿A dónde iré? Y entonces… solo podía pensar que no quería morir… y entonces, volví, volví al jardín de flores…
—Así que, si hay peligro de muerte o muere directamente, usted puede volver. Básicamente eso.
—Supongo… —mueve las hojas un poco —que puedo intentar… sentir algo esta vez.
—Mi oferta sigue vigente.
—Lo pensare, pero por el momento quiero… experimentar por mi propia cuenta.
Aquello hizo escalofriar al esqueleto, que no le dio tiempo a decir nada ya que el príncipe se había ido entre las baldosas, suspiró por lo bajo, no sabía si un niño sin compasión con un poder tan grande como el de controlar el tiempo podría con ello sin enloquecer al punto de ser un megalomaníaco o si había algo peor que ello.
Lo vigilaría, o al menos lo intentaría.
—Ugh…—se llevó la mano a un lado mientras caminaba de regreso a casa.
Pensó en subirse al barco en la entrada de Hotland, más si era sincero consigo mismo, no sabía que tan bien podría llevar el movimiento brusco del barco, era rápido y eficiente, pero eso lo hacía inestable en muchas ocasiones. Camino despacio, a veces apoyándose en la pared para tomar un pequeño descanso, quizá debió dejar que Asgore siguiera con las curaciones, porque algo probablemente seguía lo suficientemente dañado por dentro como para que el dolor no cesara, podía intentar curarse a sí mismo, pero con sus restricciones necesitaría comer o beber de mientras, vería que encontrar en casa para comer, incluso si era una de las comidas de su niño.
—Hey doc.
—Ah —alzó la vista y miró a un lado —¿no deberías estar en casa en este horario?
—Es mi último minuto del turno.
—¿Demasiados descansos otra vez?
—Solo los seis del día como siempre…—lo miró un poco mejor —¿todo bien?
—Estoy entero, es lo que importa… iré primero a casa.
Se despidió con un movimiento de mano mientras iba derecho a Snowdin, el aire frío podía decirse que era un poco mitigante contra el dolor, quizá, aunque le molestase un poco, ponerse una bolsa de hielo en la zona herida podía ser una opción muy viable. Un poco lento, pero sin detener el paso, llegó hasta la puerta de casa, abriendo y entrando de una, apoyándose un momento contra la puerta y deslizándose hasta quedar en el suelo, adolorido, tal vez sería una buena idea no moverse mucho el día de mañana, aunque no admitiría que estaba agradecido de tener un día libre.
—¿Papá?
—Ah…—alzó la vista, es cierto que este día se repetía. —Ah, Papyrus… parece que llegué temprano, creí que estarías durmiendo.
—Nyeh, ¿estás bien?
—¿Oh? Oh… si, solo quizá demasiado cansado…
—Es otro de esos momentos de “vida privada”.
—Ah, —se encogió de hombros, su niño lo leía más de lo que le gustaría —no, diría que no… —lo miró un poco incómodo.
—¿Entonces puedo saber qué pasa?
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Parte 36
Parte 38
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Perdón
Una palabra que te repetí tantas veces a lo largo de estos 3 años que ahora carece de sentido, perdió todo tipo de gracia. Pero hoy ambos estamos en el lugar que nos merecemos: vos reencontrándote con ese amor que se te arrebató de las manos y yo reconstruyéndome. Hay días que se resumen en la esperanza de volver a cruzarte y poder mirarte sin la culpa de por medio. Sé que ha sido duro haber tratado conmigo, hiciste todo lo que estuvo en tus manos y fui yo quien te robó la ilusión. Lentamente te arrastré al vacío que había dentro de mí, hiciste todo lo que pudiste para salvarnos, pero cuando viste que no había solución en mí, en el acto más egoísta te empujé conmigo y te perdí para siempre. Intenté odiarte y no me salió, intenté enojarme con vos y tampoco me salió, hundido en la miseria, en el fracaso, en la desolación... no encontré la forma de entender que es lo que estaba pasando, negándolo como si de esa forma borraría todo lo sucedido, no me porté muy bien. Tuvo que transcurrir demasiados llantos, demasiadas noches rogándole a Dios que me quitara la tristeza de encima, tuve que sentir la nula necesidad de existir para entender que el problema estaba dentro mío y no afuera, que el problema no eras vos, era yo. Sentí por mucho tiempo que las cosas se dieron de forma injusta para mí, pobre iluso negado de la realidad. Hoy, estando en el pozo que yo mismo me cavé puedo verme con claridad y reconocerme en el vacío. No necesito odiarte, no necesito estar enojado con vos, tampoco necesito de tu amor, hay días que te extraño con la fuerza de un puño rompiendo un cristal, pero ya no me enojo por ello, simplemente lo acepto. Sé que dije tantas cosas de él, y tantas veces me burlé de él por los celos que sentía, pero créeme, no tengo dudas de que es un hombre maravilloso para tu vida. Siempre voy a desear de todo corazón que cumplas ese futuro que no hallaste conmigo. Agradezco el tiempo que supimos disfrutar, fuiste protagonista de este proceso tan doloroso de mi vida pero que hoy lo siento necesario. Gracias por lo que me enseñaste y aunque en su momento no lo podía comprender (o quizás no quise), ahora son mi guía para salir. Aunque, probablemente, me recuerdes con enojo, elijo no ser acompañado por el rencor, demasiado tiempo conviví con él y muchas veces fue quien actuó por mí en la relación. El amor (por más que ya no exista entre los dos) es más fuerte y creo que eso es lo único que necesito llevarme de vos. Solo espero que algún día puedas perdonarme, pero perdonarme de verdad, no por lastima, perdonarme porque finalmente cerraste las heridas que te dejé. Solo de esa forma podré sentirme en paz con vos. Hasta siempre. A.
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Caminando a casa
Me dolió saber que cuando me fui, conociste a alguien más, que su piel era compatible con la tuya, que tal vez ahí podías ser más feliz de lo que fuiste conmigo, que mis huellas se estaban borrando y que probablemente con el paso del tiempo ya no las recordarías; otros brazos te rodeaban, otros besos te daban paz ¡Me odio por no poder haber estado contigo¡ ¡Por ese deterioro emocional que sentía que no me permitió conservarte por más tiempo! No sabes las noches en vela qué pasé viendo las manecillas del reloj preguntándome una y otra vez ¿Lo estoy haciendo bien? Mis ojos emanaban simbólicamente todo el vacío que sentía, supongo que intentaban reparar las fracturas del pasado qué dolían y no me permitían respirar, tocaba mi pecho y jalaba mis cabellos qué pudieron resistir el nivel de asfixia qué sentía mi alma en ese momento, pues no era solo tu ausencia la qué me perturbaba, era todo, era yo; me extrañaba tanto que a veces fingía sonreir para que los demás no sospecharan qué me había perdido, qué sólo estaba existiendo para robar un poco de aire y permitir que mi corazón siguiera latiendo, esperando sentir la melodia vivida de mi presencia pero, no lo logré estaba tan enfocada en pretender estar bien que ni las sonrisas falsas pudieron cumplir su objetivo de "sanar - me" fue entonces donde decidí vivir mi tristeza y ya no pretender "estar bien" para poco a poco lograrlo, en medio de todo mi caos de forma justa levanté la mirada observandote de nuevo, de una manera realista para darme cuenta qué tu estabas construyendo una nueva vida, sin mi y estaba bien, estas en todo tu derecho de edificar tu felicidad, porque yo creí que estaba haciendo lo mismo, hasta que vi que te perdía, no podía soportar la idea de que ya no estarías nunca más en mi vida, de que llegaría a casa y no te vería cocinando para dos o simplemente llenando de amor nuestro espacio que alguna vez planeamos juntos, que ese futuro qué habíamos hablado, anhelado y soñado se está extinguiendo, creí que ya no habría marcha atrás, pero yo necesitaba una señal, una chispa para volver a arder, tal vez ahora la tengo, por eso tuve el valor de volver con la esperanza de amarte y ser amada, de convertirme en tu hogar y tu en el mio, vuelvo con la añoranza de que me ames mejor que la última vez, porque yo si quiero hacerlo mejor, quiero cobijarte con mi amor para que te sientas seguro y nunca jamás queramos irnos.
Vuélvete mi hogar, prometo ser el tuyo.
Siempre tuya:
Prim
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only 17
el transcurso del tiempo a través de los ojos de dos jóvenes que superan las dificultades que dejó el humo intoxicado proveniente del cigarrillo de su primer amor en común, perdiéndose en la inmensidad del vacío que el mismo clavó en sus corazones.
Porque vivieron una una historia idílica,tan breve como dolorosa.
chapter 1
James era déspota, narcisista y prepotente ,un vendedor de humo que creaba fantásticas ilusiones con las nubes grisáceas que desprendían sus cigarros y las soplaba frente a los rostros sin un ápice de dificultad o arrepentimiento.
Odiaba a todos y a todo,viajaba con su cara de pocos amigos allá donde fuese ,gruñía si se le acercaban demasiado, y casi se le confundía con una bestia de esas temibles que guardan los payasos de circo en gigantescas jaulas de hierro cerradas con llave y candado.
Se colocaba sus cascos negros sobre las orejas,y con la mente totalmente sumergida, permanecía en silencio durante los largos trayectos en metro en los que ni siquiera se dignaba a bajar del vagón.
Era alto. Demasiado alto para la edad que alcanzaba, diecisiete años que con cada inspiración de aire contaminado se convertían en dieciocho. Sus ojos verdes reflejaban rayos amarillos alrededor de su pupila,casi parecían brillar a la cálida luz de la tarde si ésta conseguía traspasar la opaca barrera que su aura oscura proporcionaba.
Sus cabello oscuro, creaba ondas que se deslizaban a ambos lado de su rostro, desordenadas,o sobre su frente,imitando suaves muelles sedosos.
Tal vez su boca fuese lo más característico de su físico. Siempre húmeda a causa de su lengua, que de vez en cuando se asomaba con el propósito de acariciar las superficies de sus rosados labios.
Su nariz perfilada,su mandíbula cuadrada y sus facciones terroríficamente atractivas y varoniles, habían conseguido robar más de un corazón desesperado,pero a él no parecía importarle demasiado.
Les abría su puerta,les dejaba pasar con amabilidad y tras jugar un rato con ellos a las casitas del té, los expulsaba a patadas, cerrando el pesado portón de sus oportunidades.
James era distante, mezquino e imprevisible. Dispuesto a pelear si era necesario, se había hecho con la confianza de muchas personas,por supuesto aquellas que no le conocían bien.
Él era muy suyo. No compartía sentimientos,no expresaba opiniones sinceras,y siempre parecía tener ganas de marcharse de todos lados,cosa que no le importaba en absoluto hacer,pues sin vergüenza alguna,se abría entre el barullo y se marchaba por donde había llegado sin mediar palabra.
El tabaco,el alcohol y las mujeres fáciles le habían mantenido relativamente cuerdo durante los difíciles años de su vida,que le habían atormentado de principio. Él no quería admitirlo, era demasiado orgulloso como para mostrar algún rasgo de debilidad, por lo que preferiría engañar a todos y a él mismo, aparentando que todo estaba como debía estar.
Tal vez sufría abusos por parte de su padre alcohólico,tal vez incluso psicológicos,puede que llorase por las noches en el interior de sus sábanas,tal vez desease no haber nacido, tal vez se propusiera pretender que no le afectaba para poder continuar con su vida, tal vez planeaba su brillante futuro.
Él lo sabía. Tenía un cerebro brillante aunque no se dignaba a utilizarlo, pero en su interior comprendía que podía explotarlo muchísimo más, solo no tenía el coraje o las ganas de intentarlo.
Le gustaba la literatura, devoraba los libros como si se tratasen de un tanque de oxígeno, vital para respirar. Las estanterías de su habitación a penas podían mantenerse en pie debido al peso que se erguía sobre ellas. Libros de tapa dura, de tapa blanda,de bolsillo, de tamaño normal, gigantescos. Enciclopedias, novelas, acción , romance, terror.
Los libros amaban a James. James amaba a los libros,y aquel era el único instante en el que se sentía protegido y comprendido, donde nadie podía herirle, ni tocarle,si quiera verle. Se encerraba en su habitación, probablemente cigarrillo en mano o una taza ardiente de café negro solo, y permanecía horas y horas sin que nadie supiese si había pasado al mundo de los muertos o continuaba respirando regularmente.
Pero a James no le importaba. Nunca le importó lo que pensaran de él. No era que estuviese orgulloso de su persona,ni mucho menos,pero prefería ignorar comentarios que de todos modos no iban a afectarle.
Las prendas de colores oscuros como el marrón, negro, o ausencia de color, como el solía llamarlo, abundaban en su armario, haciéndole inmune a cualquier tipo de sentimiento. Según él,creaba una especie de capa protectora contra el dolor, haciéndole sentir más seguro.
James era dramático, intenso y mentiroso, que buscaba el momento de debilidad perfecto para apuñalar con más fuerza si así creía que la otra persona lo merecía.
Lo que pasaba por su cabeza, era expresado sin dificultad, lo escupía en la acera de la calle sin conciencia de lo que pasaría después, sin pista alguna de cuál sería la reacción de su contrincante , pero igual, seguro de si mismo y de su metro ochenta, su mirada penetrante y sus manos adornadas con anillos, preparadas en puño para cualquier asalto.
James era cruel, sombrío y un auténtico encantador que con una simple sonrisa o una frase bien conjugada, era capaz de derretir corazones en milésimas de segundo. Ese era uno de los muchos dones que poseía, pero el único que parecía divertirle utilizar.
Aparecía cuando menos lo esperabas, con alguna broma con la que conseguía encandilarte, algún jugueteo con su mirada,una repasada a tu figura mientras llevaba su lengua a uno de los carrillos de su boca, en una sonrisa provocadora.
Ahí podías sentir flaquear tus piernas, tu respiración fallar, y tus manos sudar. Él lo sabía,y cuando soltabas una suave risita, pasándote un mechón de pelo tras la oreja, ambos sabíais que ya habías caído en su terrible juego, del que no podrías salir.
Él es consciente. Él te avisa. Pero tú no obedeces, continúas hacía delante, y cuando por fin quieres saltar, la caída ya es demasiado dolorosa. Has subido más de lo que podías permitirte, pero él solo te observa con una sonrisa, recordándote que el mismo te había advertido, mientras se aleja siendo cubierto por la grisácea neblina de humo naciente del cigarrillo que parece siempre viajar en su mano.
Miras hacia abajo, donde el mundo cae a tus pies, y dudas si será más doloroso saltar que quedarse donde estás.
Tu cabeza es un caos en el que él es el protagonista, introduciéndose en tus sueños donde besa tus cicatrices y de ellas crea un brillante manto de estrellas que se desgarra y sangra cuando abres los ojos y despiertas.
Has entrado en el pequeño juego que es su infierno personal, pero de algún modo te gusta estar allí, retenida por sus manos cubiertas de anillos y su perfume intenso, colándose a través de tu piel, y estableciéndose en un lugar fijo junto a tu corazón.
No puedes evitarlo, y crees que acabará cuando el por fin desaparezca entre las nubes. El sol parece volver a salir, pero en el interior de tu habitación parece siempre llover a tormenta limpia sobre tus sábanas de franela.
El mundo vuelve a elevarse, acercándose a ti cada vez más, ahogándote de esperanzas sobre si conseguirás escapar, pero cuando apoyas un pie en una de las relucientes baldosas doradas que te invitan a salir, su voz reaparece tras tu espalda, soplando un aire fresco y mentolado en tu nuca.
Tu piel se eriza, tus pupilas se dilatan, y en tu garganta se forma un nudo mientras te debates entre qué decisión tomarás ahora.
Las lágrimas desbordan tus ojos mientras sus manos atrapan tu cintura con suavidad, incitándote a que no abandones tu lugar junto a él.
Él te necesita, y tú también, lo sabes pero una punzada en tu pecho te obliga a negarlo cada vez que sus ojos se cruzan con los tuyos.
Como tú misma temías,terminas sucumbiendo de nuevo, y despiertas envuelta en sus brazos, de alguna extraña manera sintiéndote como en casa, notando las batientes mariposas chocar contra las paredes de tu estómago.
Él besa tu frente y te susurra que nadie volverá a hacerte daño. Que estaréis bien. Que te amará siempre y para siempre.
Y tu le creerás, incapaz de deducir que tú final está a punto de llegar aún sintiéndote completa cuando besa tus labios con esa delicadeza que él mismo vierte sobre tus labios, endulzándote hasta que notas el caramelo derretido sobre tu lengua.
James era déspota, narcisista y prepotente, distante, mezquino, imprevisible, dramático, intenso, mentiroso, cruel, sombrío, y un auténtico encantador.
Pero estábamos absoluta, total y terriblemente enamorados.
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He intentado suicidarme el 3 de enero, fue viernes... ¿O fue el 4 de enero en la madrugada? Fue con dióxido de carbono, el humo escapó por pequeños espacios desgraciadamente. Mis hermanos se accidentaron el domingo 26 de enero, también de madrugada, tal vez alrededor de la 1 AM. Están bien, el daño a éstas alturas fue meramente psicológico.
Desde el día 4 de enero puedo decir que he perdido el rumbo, el año pasado, a partir de su segunda mitad, me sentía fuerte, seguro, mi vida, después de casi 30 tambaleantes años comenzaba a tomar un poquito de forma. Pero ese primer fin de semana tiró todo al caño, al día de hoy me siento como un cascarón vacío, me siento solo, para mis amigos siento que solo soy una herramienta conveniente. Para mi papá siento que soy molesto, compartimos área de trabajo por lo que las quejas de mis clientes llegan a él, y por estar compartiendo un apellido el también sale dañado, mi mamá, lleva mucha carga entre mis hermanos, padre y yo. Durante dos semanas , creo, intenté rezar, acercarme a Dios y pasó lo de mis hermanos, seguí intentando rezar por una semana más y lo interrumpí ayer. Ya no recé. Vi lo que ese accidente le hizo sentir a mi familia. Ese accidente unió a la familia, pero solo a ellos 4, yo no me siento dentro del círculo de confianza. ¿Si muero se sentirán peor? Probablemente, seguro que sí, pero ¿Por qué llegar a ese extremo para que te valoren? No quiero hacerles daño, porque no quiero que se sientan mal sigo guardando todo lo malo que me sucede, miento, engaño, finjo, maldición, todos esos son sinónimos. Estoy vivo en contra de mi voluntad, si externo que quiero morir de nuevo, se lo que sucederá; dirán que no diga tonterías, será mi culpa. Yo soy responsable de todo lo que me suceda, yo he decidido todo lo que me pasa en la vida, nadie más toma las decisiones por mí. Pero por Dios santo, ya llévame ¡NO QUIERO VIVIR MÁS! ¡ESTOY HARTO DE VIVIR! DESPERTAR, DARME CUENTA DE QUE TENGO COSAS POR HACER, FINGIR QUE ESTOY BIEN, APOYAR A LOS DEMÁS, FINGIR SER FUERTE. Yo no soy fuerte, solo soy un cobarde, llevo solo mucho tiempo por temor a encariñarme, por temor a ser utilizado como los más cercanos a mi me utilizan. Yo solo quiero terminar todo, morir y ya. Quiero dejar de preocuparme por los demás, por mi. Déjame ir, déjenme ir... Por favor... Por piedad.
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Ahm..creo que me quedé sin amigo ¿Es normal? digo, claro que no just... un día hablamos bien pero como que ya lo sentía aburrido¿... ¿Aburrido de mi? Tal vez...no lo sé, me da pena (aún que detesto admitir) semanas antes me dijo que era una gran amiga y me quería solo a mi y ahora no nos hablamos hace no se... ¿5 días? se que absurdo para muchos ya que dirán "eso no es nada, estás exagerado" just.. el y yo hablábamos todos los día así que.. realmente no se qué hacer ahora, siento el vacío de su ausencia y podría hablarle sin problema pero siento que seguramente no me habló por que se aburrió de mi y.. ¿No quiero forzar la situación? Tengo la creencia de que cuando alguien te quiere te busca pero para mí mala suerte considero que el es muy parecido a mi tanto que probablemente (en caso de que no se haya aburrido de mi) este esperando que yo de el paso de demostrar interés, supongo que la mierda aquí es juntarme con gente que es muy parecida a mí.
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EL CASO DE MARGARET MARDIGAZ
Caía el 11 de Noviembre del año 2024, diría que fue una invitación del destino… me encanta inventarme películas mentales cuando realmente es mas yo misma me otorgándome la oportunidad de conocer parte de Europa, con mi frustrada carrera artística en fotografía y un viejo amor unilateral y su invitación a visitarlo el día de su compromiso. También me había inspirado a ir a visitar el pasado y corroborar que esos sentimientos estaban enterrados… El había sido en su momento la persona que domaba mi corazón en conflicto, jamás me permití soñar con algo mas, quizás por que en el fondo no me gustaba mostrarme vulnerable o sentimental frente a otros o por que simplemente no me sentía digna de ser amada, Maurice era alguien que no veía a través de mi mascara de felicidad, probablemente jamás notaria que estaba triste, muy al contrario mi nuevo amante que seguía la misma línea artística de la cual me hallaba frustrada era alguien con quien había una claridad referente a los términos de nuestra relacion, no teníamos vacíos y el en si era una persona que me protegía y cuidaba…
El avión partió a las tres de la tarde y abrace a mi hijo y a mis padres y llore con algo de culpa, usualmente la culpa me carcomía pero necesitaba el golpe de realidad para sacar a ese amor de mi mente, ese amor me mantenía despierta en las noches y solo deseaba que me rompieran… poner mi mente en blanco y hacerme olvidar que alguna vez había amado o que aun perseveraba ese recuerdo o ese incoherente deseo…. Bruno era todo lo que había deseado en un hombre… una relación sin compromiso, sexo violento y el cariño justo y preciso, no habían promesas de amor y su físico era de mi gusto, era apasionado por la música, los mangas y en especial la fotografía, en eso me recordaba un poco al amor adolescente que todos tenemos ese que parece ser la experiencia mas romántica y apasionada y termina en el fin del mundo que conocemos. Bruno era la idealización de cualquier fantasía adolescente que hubiera tenido en el distante pasado. Maurice en cambio era alguien con un humor negro a tope, sarcástico, fiestero y amaba experimentar, tenia una autenticidad que jamás había visto en un hombre y siempre parecía analizar todo su entorno, era escritor en su tiempo libre y no ejercía su carrera, al parecer trabajaba con su suegro, sus poses eran abiertas y sus palabras eran calculadas.
ref a Bo
Era mi primera vez en un avión y la verdad pensé estaría más aterrorizada aunque solo termine con el estómago apretado, llegue a Sao Paulo y me tome unos minutos para conversar con Bruno y ver las fotos de ese viejo amor, se mostraba completamente enamorado y con una sonrisa bastante honesta era lo que siempre había deseado para el aunque debo confesar a mi querida bitácora que una parte egoísta de mi deseaba vivir ese romance, ser ella solo por cinco minutos, más sin distracciones. Llegue a Madrid a las cinco de la tarde y no me daba tiempo para recorrerlo o conocer algo, solo tenía el chance de tomar el tren a Barcelona para alcanzar el check in en el hostal.
La vida nocturna en un lugar desconocido más el estómago apretado y cierto nerviosismo me genero cierta indigestión así que preferí pasar a un almacén a comprar algo, pase a un lugar donde trabajaban unos hermanos de descendencia India, me dio cierta risa nerviosa recordé a Apu de los Simpson, me prepare esas pastas instantáneas de yakisoba con unos huevos y algo de jamón, quizás algo controversial ya que era muy pesado, pero era como la comida que consumes cuando estudias para una prueba al día siguiente… me duche y trate de dormir algo, dejaría el siguiente para hacer turismo y el día siguiente para ir al compromiso. Aquella noche no pude dormir ya que un tipo me había ofrecido follar y a un punto algo exasperante. El olor de su cuerpo se me hacia asfixiante y aterrador, temía que el cuarto compartido fuera con el…
Dormí un par de horas, quizás los nervios radicaron en que en el fondo sabía que solo me produciriá dolor el hecho de ser la que presenciara todo ese desenlace romántico ajeno a mi por así decirse, ver que sus ojos brillaran al verla y ese amor mutuo solo pensarlo algo en mi se retorcía, mas al día siguiente, salí algo tarde, tome un taxi y ya sentía que había perdido la posibilidad de entrar, finalmente me rendi, pague el taxi y decidí caminar hasta el metro y finalmente ver que pasaba, le explique al hombre de la entrada la situación y me pregunto por que había llegado tarde, le confesé que solo me había quedado dormida, esto le causo una risita cómplice y me permitió entrar, fue algo majestuoso visitar la Sagrada Familia, me sentía algo sola, mas los amplios arcos se elevaban y a pesar que afuera llovía a cantaros y que no me permitieron subir a la torre de la pasión sabia que afuera podría gozar la lluvia y tomar mas fotografías de este viaje, compre unos recuerdos para Bruno, Maurice y su futura novia , para mi familia y para mi pequeño, mas Bruno me escribía a menudo al igual que mi familia, mi hijo jamás lo entendería, por eso solo le decía que llegaría pronto qué había salido por trabajo.
Y llego el día, Maurice debía estar esperándome en el aeropuerto, más no lo visualice, tenía un plan B en ese caso más apareció detrás de mi, me dio un abrazo afectuoso el aroma de su cuerpo inundaba mi mente entre un leve placer y nostalgia. Beso mis mejillas y me agradeció el hecho de venir, tomamos la locomoción , la cual era diferente a Chile, se caracterizaba por su pulcritud y su silencio, no podía conversar, sentía que quería guardar ese momento solo para mi, eran muchos los invitados más pocos podían asistir, me dio un espacio en el living para dormir. La chica era muy hermosa y espontánea, estaban complementados y yo en esa cena solo me sentía inevitablemente rota más trataba de mostrarme sonriente a todo momento, mi apetito supongo era lo único que me delataba. Aquella noche bebimos suficiente alcohol y le comente a Maurice que iría a Bélgica al día siguiente me miro incrédulo y sonrió, solo respondió "genial cabezona" . Hace un tiempo sentía que el trataba de no generar conversaciones profundas como las de antes supongo por que ya había llenado ese vacío, mas a mi eso solo me hacia sentir una tremenda soledad. Y era un sentimiento que odiaba concebir.
Salí temprano por la mañana deje mi maleta en el departamento y recorrí Brujas, sus calles eran oscuras y algo solitarias, en el mes de noviembre por el inicio del invierno el aire es tan helado que te quema el rostro y las manos, me sentía adicta a exponerme a ciertos riesgos, más me sentía perdida, todos hablaban diferentes idiomas más escuché una voz amable y al voltearme vi a un grupo de 3 amigas que hablaban español, les pedí ayuda para llegar al hostal, no eran el mismo pero si bastante cercanos la chica m��s fuerte se llamaba Alice tenía 40 años y era madre de una niña de 10 años, amaba viajar con sus amigas y su sueño frustrado era ser madre de un segundo hijo, al igual que el mío más en ese momento me lo guarde, sentía que no podía hablar de mi persona, Margaret en cambio era una persona estéticamente impecable, desde el cabello a los pies y la otra chica era su hermana Sofia, ambas eran bastante discretas versus su amiga Alice, me acompañaron al hostal y al retirarse, quedamos de ir a beber al día siguiente y la verdad en ese momento era lo que más necesitaba.
Aquel día me acosté tarde y dormí hasta tarde aun estaba con cansancio acumulado, recorrí parte de los lugares turísticos y tomé diversas fotografías, fui a su museo del chocolate y recorrí sus calles que parecían de cuentos, pensé en escribir otra historieta y usar las fotografías como inspiración, o para ilustrarlo más tarde, entonces la hora avanzo y nos juntamos en la plaza principal nos saludamos como si hubiésemos sido amigas de toda la vida, y fuimos a tomar unas cervezas con sabores frutales, sus risas eran contagiosas, la verdad era todo muy alegre. Les ofrecí el típico análisis grafológico para jugar a ver el futuro y esas cosas como conversaciones femeninas, debo confesar que siempre carecí de ese tipo de amistades así que ahora era casi un deleite, lloramos y reímos, más finalmente solo Margaret lloraba con mucho resentimiento sin decir la razón de sus lagrimas, solo pude sacar por conclusión que ambas hermanas habían vivido el mismo daño de diferentes perspectivas, me dolió verla cargando con tanto aunque luego volviéramos a reír y nos abrazaremos, le conté el motivo del por que había venido pero no podía llorar, siempre terminaba empatizando con el dolor ajeno y nunca podía entender por que podía generarlo con casi cualquier persona. Fue entonces cuando dimos terminada la velada me dijeron que era muy valiente por lo que estaba haciendo y yo solo me sentía estúpida por querer ver a alguien que estaba al borde de un matrimonio por amor y solo sentir nostalgia de besar sus labios sin sentirme culpable por añorarlo aun teniendo una relación abierta en Chile. Mas extrañamente caminando al hostal solo podía recordar las lágrimas de Margaret… y no entender por que su dolor me golpeaba tanto el pecho… su rostro reprimido y lleno de odio tristeza y frustración me hacían sentir como la mierda. Tome el tren a las 4 de la mañana deseaba ver a Maurice y saludarlo con un abrazo lo más pronto qué pudiera, ese era mi único consuelo un solo abrazo de el podía hacerme sentir en casa, el silencio de las calles me genero un escalofrió, tenia el presentimiento de que algo malo ocurriría pero en ese momento no podría entenderlo, era como si alguien viniera tras de mi, mas solo sentí algo arrastrándose, no tuve el valor de ver que era ya que de noche todos los ruidos parecen algo mas que eso.
Eran las 9 de la mañana cuando llegue al departamento de Maurice se hallaba solo en el sofá medio dormido, lo abraze y salude, fue cuando se le escapo un beso, un beso lujurioso qué terminó en algo más, su cuerpo era cálido y no puse ninguna resistencia, hice una pausa para ducharme, y luegos continuamos en su cama, definitivamente no veiamos con claridad, su cuerpo encima del mio y el sonido del cinturon en el suelo, sus embestidas eran violentas y acabamos ensuciando las sábanas y fue cuando acabo que se percato de la gravedad de nuestros actos, se apresuró en decir que no podía volver a ocurrir y lavar la ropa de cama, me sentí algo avergonzada, aterrada feliz, eran demasiadas emociones, me lave y vesti, sentia culpa como cuando haces algo ya sabes, algo que va en contra de quien eres… Frene por un momento y vi mi telefono, fue cuando llegó un mensaje de Alice la chica de Bélgica… Margaret había desaparecido.
La mente se me fue a frío a las seis y quince de la tarde llegaron unos policías a entrevistarme Maurice traducía lo que deseábamos comunicar,- debí de haberla acompañado…"¿en que momento se había ido?", solo faltaba su teléfono y su chaqueta como si se hubiese levantado " ¿a que hora fue?" A ella no le gustaba el frío, siempre iba acompañada de su hermana y amiga -, en un momento Maurice sujeto mi hombro con firmeza -¿estas bien?- Solo atine a mirarlo fijo, fue entonces que llego su novia del trabajo y vio a los policías en la puerta, me pregunto lo mismo, más solo pude levantarme, disculparme y salir al balcón a tomar aire, era frío y mi cuerpo tembló involuntariamente solo por el largo rato que me había quedado fuera, deseaba que el frio me generara un dolor diferente a lo que sentía por dentro, todo era demasiado… miraba los tejados de aquel país tan pequeño y grandioso y por un momento casi como el de un entrecerrar de ojos desee ser ella. Maurice salió y me pidió que entrara, el no podría entender nada, era emocionalmente un niño, le pedí unos minutos extra y saco el tema - le dirás?- lo observe fríamente… y por primera vez agradecí que el no supiera cuanto lo amaba. Si el lo supiera, solo me destruiría como un niño con una lupa ataca un nido de hormigas en un día de verano.
Bruno me escribió aquella noche pero no fui capaz de explicarle nada, solo le comente que estaba bien, el me prometió qué pronto viajaríamos juntos a muchísimos lugares, Valdivia y Londres fue extraño… mas lo vi como que había un avance en la relación que quizás debía permitirme vivir… eso … últimamente era raro por que Bruno se había mostrado más afectuoso más traté de solo dejarlo fluir como dicen es mejor no tratar de controlar esas situaciones.
A la mañana siguiente Maurice en un intento de cordialidad hacia la situación pospuso la propuesta de compromiso por unos días ya que la policía podría interrumpir, me pidió nos encontráramos después del trabajo y así que después de dar muchísimas vueltas pase por el y fuimos a un bar, bebimos unos tragos pero sin hablar demasiado.
¿Te sientes mejor? [Pregunto nervioso]
Solo atine a asentir y a pensar que la vida era algo corta… la bebida me había pegado fuerte.
temo decirte algunas cosas por miedo a que cambies.
si temes que cambie significa que esperas una respuesta [contesto resignado]
te amo Maurice…. y no espero nada de ti, lo siento tanto
Se dirigió a abrazarme y solo pude llorar… la verdad es que cada vez que nuestros ojos se encontraban, o lo veía caminar por su departamento quería abrazarlo, fue entonces que me sentí observada nuevamente más busqué con la mirada y vi el brillo de un foco a la distancia entonces me pareció ver una silueta familiar. Le solicite se apartara, se preocupo y me soltó entonces le dije que me esperase qué necesitaba salir a tomar aire, entonces corrí tras esa silueta que estaba a calles escondida en un puente en Luxemburgo, la humedad golpeaba mi rostro y mi mente solo me intuía que había algo que no sabia, entonces lo atrape, un hombre mayor de unos 60 años con una cámara pequeña semiprofesional cansado de correr, me acerque lentamente.
¿Por que corres?
El tomo un poco de aire, por el color de su piel pude asumir tenía algún problema sin tratarse en la piel y que el frío lo había potenciado, mejillas y nariz bastante rojizas, piel levemente inflamada y el hecho de que se viera tan entumecido me comunicaba de que llevaba bastante tiempo siguiéndome. Se reincorporo y hablo con firmeza y algo de angustia
soy el padre de Margaret.
Fue como un balde de agua fría, ¿por que me seguía a mi?. Lo mire más algo en mi se había vuelto a romper, el rostro de Margaret lloroso al confesar que ella veía el daño de su familia para con ella me estremecía aquel recuerdo tan vivido, me acerque lentamente y sentí unos pasos estruendosos tras de mi, era Maurice quien corría hacia mi.
esperarte!? ¿ dejaste el celular como hallarias el camino a casa, estas tonta?
habría ido al bar!
ese no es el punto! No puedo andar de niñero! deja de generarme problemas.
Quedamos en silencio un momento ante el sonido del celular del hombre que estaba allí detenido, al contestar terminó de desplomarse y lo supe… ya la habían encontrado. Y no como todos lo deseábamos.
El lugar estaba siendo periciado, efectivamente era ella, su padre vio solo las fotografías, se derrumbo, pero no le salían lágrimas era más un cascarón vacío. Mire a mi acompañante se veía sorprendido y algo asustado, pero siempre mostrando templanza como si pensara todas sus decisiones. Aunque siento la mayoría nunca las pensaba del todo bien. Sentía el peso de sus palabras… así que yo era un problema en su vida… lamentaba haberme confesado, quizás jamás debí abrir mi boca, me sentía rota… por que Margaret y no yo.
Margaret fue afixiada, violentada y luego como si se ubiera tratado de un lobo feroz cortada por extremidades, faltaba su cabeza y sus dedos como para eliminar la evidencia de que era ella, la reconocieron por un tatuaje. Fue puesta de camino desde Brujas a Luxemburgo, la verdad los crímenes en estos lugares no eran comunes, su amiga y hermana llegaron al día siguiente y solo nos abrazamos, me quedaban 7 días en Luxemburgo y 2 amigas vivas… me sentía inútil y quizás si ese día ubiese dado la vuelta en Brujas y quizás encontrado a Margaret antes, mas en ese momento…
Tampoco lo ubiera logrado saber, al menos no en ese momento.
Llego la tarde y me dedique a hablar con mi familia, en Santiago era temprano, y luego me hablo Bruno, sus palabras eran tan cálidas que me sentí en la obligación de contarle toda la verdad tras mi viaje, no lo del asesinato de Margaret, más si del por que estaba allí, entonces llore, me sentía despreciada y sola, el solo me calmo como siempre lo hacía, eso termino dándome ánimos, dijo que me abrazaría lo suficiente para olvidarme de lo que había vivido allí. Bruno me decía que pronto estaría en sus brazos. Al llegar al departamento Maurice se había ido al trabajo y note condones usados, siendo que su novia no estuvo aquella mañana y solo pensé… lo miserable que soy, limpie y los bote, hice lo incorrecto, era una mala persona, cuando Maurice no sentía ningún arrepentimiento, yo estaba allí asumiendo sus culpas, sus pecados y atrocidades.
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Proyecto Final. El Proceso de Creación y Mis sentimientos
Cada fase de mi proyecto "The 5 Phases of Love of a Woman Who Loves Too Much" representa un reflejo de las emociones más profundas y complejas que viví en esa relación. Al crear estas imágenes, me enfrenté a recuerdos que aún me duelen, pero que ahora veo con mayor claridad.
Comencé con el primer retrato: In Love. Esta imagen refleja la ilusión, esa chispa inicial que sentí cuando todo parecía perfecto. En mi mente, había una idea de lo que quería que fuera la relación: amor sin condiciones, la entrega total. Mi cuarto estaba ordenado, la luz suave, y yo me veía tan tranquila, tan confiada, como si todo fuera a salir bien. Pero detrás de esa imagen, ya se asomaban las primeras dudas, aunque yo me aferraba a la idea de que las cosas cambiarían con el tiempo.
En la segunda fotografía, Doubts (reading a love letter), quise capturar la inseguridad que me invadía a medida que el amor se volvía más ambiguo. Recibí cartas, palabras que al principio parecían sinceras, pero pronto me di cuenta de que mi corazón estaba tan dividido como el papel que tenía entre las manos. Al leer esas palabras, me sentí tanto amada como atrapada. Había algo en mí que ya estaba viendo las señales, pero seguía buscando razones para quedarme.
La tercera imagen, Doubts in the Messy Room, fue probablemente la más dolorosa de todas. Ver el caos en mi habitación me hizo reflexionar sobre el caos dentro de mí. Fue un recordatorio de los momentos en que me sentí perdida, abrumada por la ansiedad, rodeada de la desorganización física que reflejaba la desorganización emocional en la que me encontraba. Estaba tan sumida en el dolor, que todo lo que pude hacer fue llorar y desgarrar una carta que ya no tenía ningún valor. Las lágrimas caían no solo por lo que había perdido, sino también por lo que aún no era capaz de soltar. Esta imagen fue un grito silencioso que resuena con muchas mujeres: la lucha interna de saber que estamos en una relación tóxica, pero no poder dejarla ir.
La cuarta fotografía, Binge Eating, captura el momento en que la autodestrucción se apoderó de mí. Me encontraba frente a la comida, buscando consuelo en algo que solo me proporcionaba alivio temporal. Comer de forma excesiva no era solo un acto físico; era un intento de llenar el vacío emocional que sentía. Esta fotografía, que muestra las manos agarrando un pollo frito, fue mi forma de materializar ese dolor. Cada bocado estaba cargado de emociones no expresadas, de frustración por no poder liberarme del ciclo.
La quinta, After Binge Eating, muestra lo que vino después: el peso físico y emocional de ese ciclo. Estaba rodeada de restos de comida, viendo la televisión como una distracción del vacío que sentía dentro. La culpa me invadía, pero la sensación de estar atrapada en una rutina de autodestrucción era aún más fuerte.
La sexta fotografía, Shower after Sex, refleja la sensación de suciedad que sentí después de momentos que deberían haber sido cercanos y significativos, pero que terminaron siendo vacíos. En el agua, trataba de limpiar algo que no podía ser lavado. El acto físico se convertía en un recordatorio de la desconexión emocional que experimentaba. Era un espacio de desesperación, de querer deshacerme de la sensación de que no era suficiente, de sentirme fea y maltratada.
En Depression after Sex, la habitación en caos y yo sentada, rodeada de ropa sucia, simboliza lo que sentí después de cada desencanto. La tristeza y el vacío me ahogaban, y la soledad era abrumadora. Esta foto fue el resultado de una mezcla de ira y vulnerabilidad. A pesar de todo el dolor, me sentía atrapada, con la esperanza de que las cosas cambiarían, aunque sabía que no era así.
Burning the Ripped Letter fue un acto de purificación. La carta representaba todas las promesas rotas, todas las ilusiones perdidas, y cuando la quemé, sentí por primera vez que podía liberarme, aunque todavía había un gran vacío. Fue un acto simbólico de dejar atrás las mentiras y el dolor, de reclamar finalmente mi paz, aunque no fuera fácil.
Las dos últimas fotos corresponden a Let Go, el momento final de liberación. La primera muestra una habitación limpia, vestida de blanco, simbolizando la paz después del caos. En este retrato, me encuentro tranquila, aceptando que, aunque el proceso de dejar ir fue doloroso, lo que vino después fue un suspiro de alivio. La luz suave ilumina la habitación, creando una atmósfera serena, que refleja mi interior en ese instante.
La segunda imagen de Let Go es un autorretrato de mí llorando, pero esta vez, son lágrimas de felicidad. Al soltar el pasado, sentí la libertad de ser yo misma, de reconectarme con lo que realmente soy, sin las ataduras de la relación. Este acto de llorar no fue de dolor, sino de liberación. La fotografía captura la sensación de sanación, la sensación de que, aunque el amor fue una batalla, lo que vino después fue una victoria personal.
Al crear estas imágenes, fui testigo de mi propio proceso de sanación. Lo que comenzó como un acto de dolor se transformó en una celebración de mi fortaleza y mi capacidad de cambio. Y aunque las heridas de la relación aún están presentes, he aprendido a verlas como lecciones que me impulsan a seguir adelante, con la esperanza de que nunca más me perderé en el amor de una manera que me haga daño.
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Domingo 17 de noviembre del 2024 a las 6:28pm
Ahora el cómo me he sentido últimamente? Bueno es una mezcla de emociones entre buenas y no tan buenas, antes de irme de viaje me empezaba a sentir muy mal no mal como antes simplemente sentía como un vacío o algo así cuando regrese y unos días después ya estaba mejor supongo que era porque estaba ocupada y me podía distraer pero de apoco fue volviendo el vacío o no sé si sea exactamente vacío más bien es la necesidad y la presión de hacer algo conmigo, con mi vida, de no se, ser alguien ósea lo mismo de siempre y no es como si no lo estuviera intentando es solo que ya me canse de hacerlo porque al parecer nada me funciona sé que podría esforzarme más pero no me sale, no si no tengo motivación pero el tiempo no me va a esperar hasta que la tenga así que me obligo a hacer las cosas pero simplemente no salen y parece que estoy en un bucle constante los mismos pensamientos, miedos, limitaciones todo se repite y ya no sé qué hacer la verdad todo esto no me importaría si no me impidieran mm no se conseguir un trabajo o amigos lo peor es que ya no sé si realmente los quiero tipo ni siquiera quiero trabajar solo quiero el dinero y de los amigos bueno no sé si los quiero o los necesito, no sé si los quiero para que llenen mis vacíos que a pesar de yo creer que yo sola los puedo llenar haciendo cualquier cosa o teniendo hobbies no es verdad o realmente necesito a alguien que me entienda y me apoye pero ahí es donde entran mis miedo, traumas o lo que sean y me dicen que no habrá nadie que te acepte así como eres, no eres nadie especial, no tienes nada de especial, no tienes ni siquiera una motivación para seguir, tampoco tienes una personalidad destacable en general eres alguien muy común y lo mismo con el trabajo me he detenido y estancado mucho por todos estos pensamientos que si preferirían a alguien más, alguien con más experiencia, con más personalidad no se lo mismo de siempre en general mi mente parece que siempre está en bucle un día me creo todos estos pensamientos a pesar de que sé que probablemente no sean reales y al otro siento que puedo con todo yo sola tal vez sea por la época no sé por qué pero en los últimos meses del año me da mucho de todo como un recuento de todo lo que sentí en el año entre ellas y la más destacable la nostalgia en la semana ya van 2 veces que despierto llorando soñando con este tipo de cosas e igual últimamente me da por llorar todas las noches unas de ellas fue gracias a películas que en conclusión me dejan sobre pensando en lo mismo de siempre jaja lo más curioso es que las películas en las lloro son las que más me gustan y bueno eso esta vez supongo que escribiré más mientras siga en este estado así puedo descargar un poco lo que siento.
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