#poesía rusa
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Todo me ha sido arrebatado: el amor y la fuerza. Mi cuerpo, precipitado dentro de una ciudad que detesto, no se alegra ni con el sol. Siento que mi sangre congelada está. Burlada estoy por el ánimo de la Musa que me observa y nada dice, descansando su cabeza de oscuros rizos, exhausta, sobre mi pecho. Sólo la Conciencia, más terrible cada día, enfurecida, exige cuantioso tributo. Y para responder, me cubro el rostro con las manos, porque he agotado mis lágrimas y mis excusas.
Anna Ajmátova
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Lamento, poema de Georg Trakl.
Sueño y muerte, lúgubres águilas
que colman de rumores mi cabeza en noches
enteras:
cual imagen dorada de hombre
que la escarchada ola de la eternidad
devora. Contra la roca tremenda
se estrella el purpúreo cuerpo.
Y la oscura voz se lamenta
sobre el océano:
mira, hermana de tempestuosa tristeza,
esa angustiosa barca hundiéndose
en las estrellas,
en el callado rostro de la noche.
Traducción: Jorge Yglesias.
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Velimir Jlébnikov
El 22 de junio de 1922 falleció el poeta ruso Velimir Jlébnikov, habiendo nacido el 29 de octubre de 1885. Componente del movimiento futurista ruso, fue amigo de Vasily Kamensky, David Burliuk y Vladimir Mayakovsky, siendo considerado entre sus contemporáneos como “el poeta de los poetas”. Además de poesía escribió cuentos, ensayos sobre futurología y teatro. A pesar de haber apoyado la…
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Primera advertencia
Qué nos importa al fin y al cabo
que todo se convierta en ceniza,
en cuántos precipicios canté
y en cuántos espejos viví.
Que no sea yo sueño ni consuelo
y mucho menos paraíso.
Pero puede ser que con frecuencia
tengas que recordar
el rumor de las líneas sosegadas
y el ojo que oculta en el fondo
aquella corona de flores, punzante y oxidada,
en su tranquilo silencio.
..........................
Tú me has inventado. No existe en el mundo
alguien así. No podría existir.
Ni los médicos curan ni los poetas alivian,
la sombra de un fantasma te perturba día y noche.
Nos encontramos en un año monstruoso,
cuando las fuerzas del mundo se habían agotado,
todo estaba marchito y enlutado por la desgracia,
y solo las tumbas eran frescas.
El talud del Neva, sin faroles, era negro azabache.
La noche sorda se erguía alrededor, como un muro.
¡Entonces mi voz te llamó!
¡Qué hice! Yo misma aún no lo entiendo.
Y tú llegaste a mí como una estrella conocida,
huyendo del trágico otoño,
hacia aquella casa desolada para siempre,
de donde salió una bandada de poemas incinerados.
1956. Ciclo El escaramujo florece
Anna Ajmátova
#Anna Ajmátova#literatura#cultura#herederos del kaos#poesías#poesía#poemas#poetas rusas#escritoras rusas#literatura rusa#autoras rusas
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Poemas de Anna Ajmatova
Dedicatoria Poema de Anna Ajmatova Dedicatoria Las montañas se doblan ante tamaña pena Y el gigantesco río queda inerte. Pero fuertes cerrojos tiene la condena, Detrás de ellos sólo «mazmorras de la trena» Y una melancolía que es la muerte. Para quién sopla la brisa ligera, Para quién es el deleite del ocaso – Nosotras no sabemos, las mismas por doquiera, Sólo oímos el odioso chirriar…
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Rápidos, ¿cuál es tu películas, libros y comidas favoritos?
Hola, libros de Literatura: hay uno que me encanta en específico y se llama Orlando de Virginia Woolf, allí retrata de forma bellísima la condición de Orlando, un escritor que en pocas palabras no logra su reconocimiento poético, ya que él escribe y trabaja para otro sin dársele su reconocimiento ni su nombre puesto que escribe y otro se lleva los derechos de autor. Basicamente por el motivo de que Orlando vende sus escritos. Me parece bello cómo Virginia introduce al personaje Orlando para exponer una problemática de la mujer y la escritura. Ese lo recomiendo mucho. ♡
De Literatura masculina: me encanta mucho la Literatura Rusa. Dostoievski, es uno de mis favoritos y me leí Los Hermanos Karamazov sobre todo porque cuestiona también el sentido moral e involucra a Aliosha en un personaje de dos mundos: el mundo religioso en contra del mundo real, en esa dicotomía. Lo amé mucho, simplemente me encantó. Ese se convirtió en uno de mis favoritos. También me gustan mucho los cuentos cortos rusos como La dama y el perrito de Chéjov. Sobre todo me gusta porque tienen una relación muy directa con temas morales y reflexivos.
Y de Filosofía, me gusta mucho El banquete de Platón y el mito de los seres andróginos, los seres que en origen fueron de cuatro brazos. Allí, Platón utiliza una metáfora bellísima que me hizo sinceramente volar la imaginación. También me gusta mucho Heidegger y su escritura, y diría que se convirtió en uno de mis filósofos y escritores favoritos sobre todo porque menciona que el poeta baja a otro mundo y es de donde desciende la poesía, en el mundo psíquico que el poeta crea y que es posible y existe adentrarse, porque hay un camino por el cual transita el poeta. El libro sinceramente De camino al habla, es uno de mis libros favoritos ♡
Películas: Efecto mariposa y Mr. Nobody
Comida: lasaña y toda la comida de mar
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Lev Gumiliov, el “último eurasianista”
Por Maxence Smaniotto
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Publicado en la revista Rébellion 98
Una vida de exilio
Entre las enseñanzas del emperador Marco Aurelio existe una que nos parece ilustra particularmente bien la personalidad de Lev Goumilev: “En ninguna parte un hombre se retira con mayor tranquilidad y más calma que en su propia alma; sobre todo aquel que posee en su interior tales bienes, que, si se inclina hacia ellos, de inmediato consigue una tranquilidad total. Y denomino tranquilidad única y exclusivamente al buen orden”. Todo en los antecedentes de Goumilev parecía predisponerle a que se convertiría en un historiador y pensador que, tras varias décadas de ostracismo y sufrimiento dentro de su natal URSS, exploraría a fondo el origen de los pueblos de Rusia y el Asia Central, hasta el punto en que hoy en día es considerado una de las autoridades más influyentes en ese tema.
Hablemos primero de su familia. Lev Goumilev nació en 1912, hijo del poeta Nicolai Goumilev y Anna Ajmátova. Su padre, que se alistó en la caballería durante la Gran Guerra y fue condecorado dos veces con la Cruz de San Jorge. Fundó junto con el poeta Sergei Gorodetski la Corporación de Poetas. Esta agrupación estuvo en el origen del movimiento acmeísta y se oponía fuertemente al movimiento simbolista que en ese entonces dominaba la poesía rusa, criticándolo por su hermetismo y su gusto por lo oculto. Nicolai Goumilev fue detenido por la CEKA en 1921 y fusilado sin juicio, acusado de “agitación monárquica”, mientras que Anna Ajmátova, que se había divorciado de Nicolai en 1918 y se había vuelto a casar y se le prohibió volver publicar desde 1922. Lev Goumilev quedó huérfano a los nueve años y fue considerado por las autoridades soviéticas como el hijo de unos contrarrevolucionarios, lo que le acarreó una serie de persecuciones durante el resto de su vida. Siempre tuvo una imagen muy idealizada de su padre, al que defendía constantemente, mientras que no sentía mucho aprecio por su madre Anna. Anna había perdido rápidamente el interés en cuidar de su hijo, dejándolo con su madrastra en un pequeño pueblo del oblast de Tver, Bezek, a 400 kilómetros de Moscú. Lev pasó allí toda su infancia y adolescencia, es decir, de los seis a los veinte años. No abandonó Bezek hasta 1929 para irse a vivir Leningrado en condiciones muy difíciles. “Privado de sus derechos civiles” debido a sus orígenes familiares, su carrera académica resultó especialmente complicada. Aunque eso no le impidió encontrar los medios para participar en expediciones arqueológicas en Siberia, Crimea y Asia Central a principios de 1930. En ese entonces el joven Goumilev ya mostraba una profunda fascinación por los grandes espacios, los pueblos nómadas y los climas duros, que influirían profundamente en su visión de la historia. En cierto modo, toda su vida estuvo marcada por esta doble vertiente existencial, la cual se reflejó en su obra: por un lado, el sufrimiento material y, por otro, el exilio interior de un hombre que nunca dejaría de cuestionarse el destino de la humanidad.
La policía soviética nunca dejaba de visitar la casa de Lev y fue detenido por primera vez en 1933, para ser luego liberado dos días después. Su segundo encarcelamiento se produjo en 1935, en plena Gran Purga, y sólo fue excarcelado gracias a una carta que su madre escribió directamente a Stalin (rogándole, por cierto, que liberara a su nuevo marido). Fue encarcelado por tercera vez en 1938, esta vez como consecuencia de la defensa pública que hizo de la obra de su padre tras el hecho de que un profesor se burlara y la denigrara en una conferencia universitaria. Acusado de haber formado un grupo subversivo – formado por tres miembros – que tenía por objetivo asesinar a Stalin (!), Goumilev fue interrogado, insultado y torturado antes de ser condenado a diez años en un Gulag, pena que más tarde se redujo a cinco años de trabajos forzados en el norte de Siberia. Fue liberado en 1943 y, haciendo caso omiso de sus sentimientos personales hacia el régimen, se alistó como voluntario y partió hacia el frente europeo en 1944. Como soldado del Ejército Rojo, sirvió como artillero y luchó hasta llegar a Berlín tras participar en la campaña de la Pomerania. Goumilev siempre decía que se alistó en el ejército por patriotismo, no porque apoyase al régimen que había matado a su padre y le había enviado al Gulag. Además, sus antecedentes penales y su filiación le impidieron recibir cualquier clase de condecoración militar. Sin embargo, el hecho de haberse convertido en veterano de la Guerra Patria le dio cierto respeto y le permitió continuar sus estudios con tal de preparar su doctorado, el cual se centraba en la formación de los primeros kanatos de Asia Central. Pero esta calma duró poco. En 1949 fue detenido de nuevo en el marco de una serie de purgas y, una vez más, lo condenaron a vivir en un Gulag cerca a Omsk, donde pasó siete años de su vida.
Goumilev demostró un estoicismo excepcional y una resistencia sin parangón que lo mantuvo firme todo ese tiempo. De día trabajaba y de noche escribía las notas que constituirían los esbozos de su primer libro dedicado a la historia de los xiongnu, un pueblo de habla túrquica que era antepasado de los hunos. Este libro, titulado Los Xiongnu, sigue considerándose una obra de referencia sobre el tema, aunque no ha sido muy traducido en el extranjero, sólo cuenta con ediciones en italiano, turco y polaco. El XX Congreso del PCUS y la llegada al poder de Nikita Jrushchov marcaron el inicio de un periodo de distención dentro de la URSS. Goumilev fue liberado y, de regreso a Leningrado, donde trabajaba como bibliotecario, inició una correspondencia con dos de los fundadores del movimiento eurasiático: Petr Savitski, exiliado en Praga – al que conoció durante un breve viaje a Checoslovaquia – y Georges Vernadski, que se había convertido en profesor universitario en los Estados Unidos. El contacto con el pensamiento euroasiático animó a Goumilev no sólo a proseguir sus trabajos, sino también a ampliarlos, desarrollarlos y añadirles un gran número de conceptos tomadas de la geografía, la etnología, la historia de las religiones, la biología y la paleo-climatología que estaba en consonancia con la metodología desarrollada por los euroasiáticos de las décadas de 1920 y 1930. Y aunque a partir de ese momento comenzó a tener una vida más estable, su situación académica continúo siendo precaria. Sus trabajos fueron frecuentemente censurados, criticados y condenados al ostracismo. También se le negó la posibilidad de dar conferencias universitarias a pesar del apoyo de algunos de sus colegas y antiguos directores que desde hacía mucho tiempo reconocían sus capacidades. Muchos de sus libros, sobre todo los más importantes desde el punto de vista teórico, fueron rechazados por las editoriales soviéticas. No fue sino hasta finales de la década 1980, en el clima de la Perestroika, que sus obras fueron finalmente publicadas, convirtiéndose rápidamente en un éxito.
Lev Goumilev murió en San Petersburgo en junio de 1992 a la edad de 80 años. A pesar de las dificultades que tuvo que afrontar a lo largo de su vida, escribió diez libros y más de doscientos artículos, es muy conocido en Rusia y en el mundo postsoviético, incluso entre el gran público. Ha sido citado por jefes de Estado como Vladimir Putin, Nursultan Nazarbaiev, quien fue presidente de Kazajstán, y Askar Akaev, expresidente de Kirguistán. Además, sus obras siguen siendo citadas por muchos intelectuales y políticos de la República de Tartastán. Una universidad kazaja (la Universidad Nacional Eurasiática de Astana) lleva su nombre y su antiguo apartamento se ha convertido en una casa museo. Sus ideas fueron retomadas por Said Buriatski, ideólogo islámico de las guerrillas del Cáucaso, con tal de oponerse a Moscú y legitimar la creación de una confederación musulmana del Cáucaso Norte separada de Rusia. Sus obras se reeditan con regularidad y su pensamiento ha influido e inspirado a un gran número de pensadores y artistas. Aunque sus libros son poco traducidos en el extranjero, su obra ha sido objeto de análisis y monografías en Italia (Luigi Zuccaro en 2022, Dario Citati en 2015 y Martino Conserva en 2005), Estados Unidos (Mark Bassin) y Francia (por Marlène Laruelle, quien las ha abordado de una forma innecesariamente polémica).
La revalorización de los pueblos nómadas del Asia Central
La primera parte de las obras de Lev Goumilev está íntegramente dedicada al estudio de los pueblos turco-mongoles del Asia Central. No se trata de estudios especulativos o místicos sino, por el contrario, del fruto de varios años de estudio realizados durante expediciones arqueológicas que permitieron al investigador ruso estar en contacto directo con los descendientes de los pueblos que estudiaba. El resultado de estos estudios y experiencias sobre el terreno es una obra polifacética y abundante cuyas características ya pueden verse en su “trilogía de la estepa”. En sus tres primeros libros (Los Xiongnu, publicado en 1960; Los antiguos turcos, en 1967; En búsqueda de un reino imaginado, en 1970) Goumilev mostró mucho interés por la historia de los pueblos turco-mongoles que, durante siglos, dominaron las estepas de Asia Central y crearon inmensos imperios que se extendían desde Corea hasta las puertas de Europa. El investigador ruso se esfuerza por devolverles una dignidad cultural e histórica despreciada durante mucho tiempo por la historiografía rusa, a la que Goumilev y los eurasiáticos acusan de haber sido influenciada por Occidente y su concepción de la civilización, ya que para ellos estos pueblos eran considerados como bárbaros. Frente a esta corriente historiográfica, que no veía en estos pueblos más que una sucesión de tiranías y destrucciones, Goumilev no sólo rehabilita sus estructuras culturales, sino que subraya las distintas facetas de cohabitación entre los pueblos rusos y turco-mongoles que, más allá de sus relaciones conflictivas, pasaron por periodos de simbiosis, alianzas e intercambios recíprocos. El punto de vista desde el que Goumilev abordó la historia del pueblo xiongnu en el primer volumen de su trilogía, Los xiongnu, era totalmente inédito en su época, ya que trató de distanciarse lo más posible de la historiografía china, única fuente que existía en ese entonces sobre este proto-imperio turco. El Imperio Medio estaba constantemente en guerra con el Imperio Xiongnu, los cuales eran considerados como los antepasados de los hunos. Goumilev, en cambio, optó por una perspectiva “des-chinificada”, rehabilitando a lo xiongnu como sujetos históricos; este enfoque ya había sido adoptado por el historiador y académico francés René Grousset en L'Empire des steppes: Attila, Genghis Khan, Tamerlan, que desde entonces se ha convertido en un clásico sobre el tema.
En su libro Los Xiongnu, Goumilev propone tres grandes temas a seguir en su enfoque intelectual y metodológico: restablecer a los pueblos de las estepas como sujetos de la historia, descentrar radicalmente las narraciones sobre los mismos y emanciparlas del eurocentrismo que tiende a dividir a los pueblos en “civilizados” y “bárbaros”, y presentar una concepción cíclica de la historia de los pueblos, una historia íntimamente ligada a su entorno y su clima. En el siguiente volumen, Los antiguos turcos, se nota una evolución en su metodología al analizar la formación del primer imperio turco, de cuya disolución surgieron dos kaganatos (reinos) que tuvieron una enorme extensión territorial: desde Crimea hasta la actual Vladivostok. En este libro Goumilev critica enérgicamente las doctrinas maniqueístas, las cuales se convirtieron en la religión oficial del Imperio uigur, acusándola de haber instaurado en la cúspide del Estado una actitud destructiva hacia el mundo y la realidad debido a que imponía la idea de distanciarse de la mundanidad con tal de alcanzar la pureza espiritual. En su opinión, este alejamiento del mundo desarticuló las estructuras sociales y apartó a los uigures de sus valores ancestrales, lo que provocó el colapso del Imperio. El último volumen de la trilogía de Goumilev sin duda es el más interesante, empezando por su título: En busca de un reino imaginado. Lo terminó de escribir en 1970, pero no se publicó hasta 1987 e inmediatamente después fue traducido al inglés por la prestigiosa editorial de la Universidad de Cambridge. El tema es realmente sorprendente. Se trata de un intento de comprender la realidad histórica oculta tras la leyenda del Preste Juan. Según esta leyenda del siglo XII – que apareció en pleno apogeo de las Cruzadas – existía un reino cristiano más allá de Persia, en el Asia Central, que era gobernado por un rey-sacerdote, el Preste Juan, descendiente de los Magos. En aquella época, esta leyenda era tomada con mucha seriedad, ya que los europeos buscaban una alianza en esa zona con tal de luchar contra los turcos que en ese entonces dominaban el Oriente Próximo y amenazaban los reinos cruzados. Este libro es interesante por varias razones. En primer lugar, por su enfoque: Goumilev realiza una descripción muy detallada de su época que abarca tanto los imperios, reinos, pueblos y personajes que existían desde Europa hasta el Asia Central y como ellos interactuaban entre sí. Además, examina las mentalidades de esta época, sus deseos y sus visiones del mundo, sin limitarse a los meros hechos históricos. Esta metodología recuerda a la obra maestra de Fernand Braudel, Le monde et la Méditerranée à l'époque de Philippe II, fruto de veinte años de investigación.
La visión que Goumilev tiene de Europa y de la civilización occidental es también sorprendente: contrariamente a la vulgata de la época, que veía a Occidente como un modelo a imitar, el investigador ruso describe una Europa subdesarrollada, atrasada y provinciana. Esta crítica es objetivamente errónea, ya que éste fue el siglo de la caballería, de las primeras universidades, de la invención del molino, de los trovadores y de los grandes proyectos de salud. La tesis central del libro es que Goumilev cree que el Preste Juan existió, al igual que su reino, que identifica con el kaganato mongol de Kara-Kitaj, cuyo fundador, Yelü Dashi, era cristiano nestoriano. El nombre de Juan podría ser una transliteración del nombre de pila de uno de sus hijos, Elías, que unos cientos de kilómetros conocido como Yohanna y luego como Juan.
Una última observación. Es necesario matizar la turcofilia de Goumilev. Si bien es cierto que hubo periodos en los que las relaciones entre los pueblos turco-mongoles y rusos fueron mucho más complejas de lo que la historiografía oficial ha afirmado durante mucho tiempo, no es posible hablar de una armonía total o relaciones simbióticas. Afirmar, como hizo posteriormente Goumilev, que los pueblos eslavos – y más concretamente los rusos – nunca estuvieron sometidos al yugo turco y mongol, e insistir en que siempre hubo complementariedad, hace más parte de la fantasía que de la realidad histórica, ignorando la existencia de trece guerras libradas entre otomanos y rusos y que estuvieron a punto de convertirse en catorce de haber estallado un conflicto entre ellos en 1947 y de nuevo en el 2016. El panturquismo sigue siendo una amenaza muy grande para Irán, China y Rusia, y las relaciones entre Moscú y Ankara están dictadas sobre todo por las circunstancias, no por una amistad natural heredada de siglos de simbiosis. Como señala Igor Delanoë, director adjunto del Observatorio Franco-Ruso, “las élites rusas y turcas comparten el deseo de crear un orden mundial policéntrico que supuestamente daría a Moscú y Ankara la oportunidad de convertirse en polos de poder afirmando su liderazgo a escala regional o incluso mundial en el caso de Rusia. Esta atracción por un mundo multipolar les está llevando a explorar formas alternativas de asociación que privilegian los intereses nacionales y se basan en gran medida en un enfoque transnacional desprovisto de confianza”. En otras palabras, las relaciones entre la “Tercera Roma” y la “Sublime Puerta” siempre se han caracterizado por la rivalidad y, hoy en día, por frágiles alianzas de circunstancias.
La teoría de la etnogénesis y la pasionaridad
La “Trilogía de la Estepa” representa, en cierto modo, la base de las siguientes obras de Goumilev. Después de terminar el tercer volumen, este historiador ruso se dedicó a perfeccionar sus puntos de vista teóricos con tal de publicar su obra más importante, un verdadero behemoth (casi ochocientas páginas), la famosa Etnogénesis y biosfera de la Tierra, presentada en 1974 como tesis doctoral a la Universidad de Leningrado. El comité examinador lo rechazó por considerar que la obra sobrepasaba los objetivos de una tesis doctoral normal. Fue por esa razón que el manuscrito fue depositado en los archivos de la universidad y solo gracias al boca a boca se convirtió en uno de los textos más consultados de la misma hasta que finalmente se publicó en la URSS en 1989. Rápidamente fue traducido al inglés y publicado en los Estados Unidos. Etnogénesis y biosfera de la Tierra es un libro absolutamente asombroso. Goumilev intenta responder la siguiente pregunta: ¿qué impulsa a ciertos pueblos y personajes a realizar hazañas que superan los logros de sus predecesores? ¿Cómo nacen, se desarrollan y declinan los pueblos y las civilizaciones? Se trata de una morfología de los pueblos y de la historia en su conjunto que Goumilev explora en su libro, prestando especial atención a la región euroasiática. En este sentido, Etnogénesis y biosfera de la Tierra (por la amplitud de sus temas, la riqueza de su pensamiento y la profundidad de su análisis) es comparable a libros como La decadencia de Occidente de Oswald Spengler, la Muqaddina del historiador árabe medieval Ibn Jaldún o el monumental Estudio de la Historia de Arnold Toynbee.
El punto de partida de la teoría de la etnogénesis de Goumilev es el estrecho vínculo entre un pueblo determinado y su entorno. Los cambios climáticos, que son cíclicos, influyen en el desarrollo de los pueblos, por lo que el autor recurrió ampliamente a la paleo-climatología en sus investigaciones, escribiendo numerosos artículos sobre el tema, uno de los cuales fue traducido al francés y publicado en 1965 en la prestigiosa revista Cahiers du Monde Russe, bajo el nombre de Les fluctuations de la mer Caspienne. Variations climatiques et histoire des peuples nomades au sud de la plaine russe. Según Goumilev, para que un pueblo pueda conquistar una vasta zona geográfica y fundar un imperio, deben darse ciertas condiciones climáticas y medioambientales: la presencia de pastos para el ganado, las variaciones del paisaje, la presencia o ausencia de cadenas montañosas, fuentes de agua, el tipo de clima, etc. Goumilev introduce también el concepto de “etnos”, que no puede traducirse como “etnia” porque no tiene una dimensión biológica o racial. Más bien, etnos se refiere a un grupo de individuos que se han adaptado al medio en el que viven generación tras generación y que los lleva a adoptar características propias de su entorno. El historiador ruso escribe: “Este grupo de individuos desarrolla un sentimiento de pertenencia basado en una lógica de ‘Nosotros/Los Otros’, es decir, percibiéndose a sí mismos como diferentes de los demás”. Cada etnia está formada por individuos que comparten un conjunto de valores, es decir, una cultura que se ha transmitido de generación en generación. La interacción entre el entorno y la comunidad de individuos da lugar a un “comportamiento estereotípico” que define las conductas comunes entre sus miembros. Inscritos en la cultura de la comunidad, estos estereotipos de comportamiento son inconscientes, automáticos y bastante dinámicos, ya que pueden cambiar con el tiempo y según el contexto, por lo que tienen una función adaptativa.
El etnos puede estar formado por diferentes subetnoi, unidades que no son lo suficientemente estables y desarrolladas como para ser definidas como un etnos. Los subetnoi pueden surgir cuando las comunidades se separan del etnos, como sucede con ciertas sectas o corrientes religiosas que desarrollan rasgos de comportamiento y estereotipos diferenciados, como los yezidíes o los molokanes. También hay que señalar que los entornos excesivamente monótonos difícilmente favorecen el nacimiento de nuevos etnoi; Europa y el Cáucaso, con sus paisajes diversos, han visto nacer un número impresionante de etnoi. Mientras que el subetnoi es la unidad más pequeña del etnos, el superetnos es su manifestación más desarrollada y se corresponde, en cierta medida, a las diferentes civilizaciones. Según Goumilev, el Imperio ruso y la Res Publicae Christiana son superetnos formados por diversos etnoi que comparten rasgos comunes. Esto no significa que los etnoi de un superetnos sean siempre armoniosos y pacíficos entre sí; pueden surgir conflictos, a veces sangrientos, entre ellos. En el caso de la superetnia rusa, el autor identifica las siguientes etnoi: Grandes Rusos, Bielorrusos, Ucranianos, Tártaros de Kazán y varias subetnoi, entre los que podemos contar a los cosacos del Don, los Viejos Creyentes y los Pomori. Los tártaros musulmanes no están incluidos, ya que están adscritos a la superetnia musulmana. Goumilev menciona también el ejemplo de Francia, que estudia varias veces porque representa un caso básico. La etnia francesa se compone de subetnoi como los bretones, provenzales, alsacianos, vascos, normandos, etc., todas ellas pequeñas etnias que en su día se fusionaron para formar la etnia francesa y que ahora tienen más en común que rasgos distintivos. Cada etnos pasa por diferentes fases, todas ellas caracterizadas por un “imperativo de comportamiento”, es decir, una misión:
Fase ascendente → el etnos es joven, dinámico y mantiene una relación viva con el entorno (imperativo de comportamiento: “Sé lo que debes ser”).
Fase de acméica → el etnos sigue siendo muy activo, pero tiene una relación menos dinámica con su entorno (“Sé lo que eres”).
Fase de resquebrajamiento → el etnos se encuentra menos organizado en su relación con el entorno (“Que las cosas no sean como antes”)
Fase de inercia → el etnos ha acumulado todo el conocimiento técnico que ha podido y ha desarrollado sistemas de valores que se vuelven estáticos (“Sé como eres”)
Fase de obscurecimiento → se encuentra caracterizada por la rigidez y el etnos ya no produce nada en cuanto a técnica y valores comunes (“Confórmate con lo que tienes”)
Fase homeostática → el etnos y su entorno se empobrecen irremediablemente (“Recuerda lo bueno que era antes”).
Goumilev también plantea la cuestión de las relaciones entre los etnoi. Distingue cuatro tipos de relación:
Coexistencia: los etnoi interactúan sin mezclarse y permanecen separados. La coexistencia puede adoptar la forma de simbiosis (dos etnoi se necesitan mutuamente), ksenia (cohabitación cordial pero neutra) y quimera (los etnoi son totalmente opuestos e incompatibles, lo que provoca conflictos e incluso masacres mutuas).
Asimilación: los miembros de una etnia se integran en otra y olvidan sus orígenes.
Mestizaje: hibridación en la que persiste el recuerdo de los respectivos orígenes.
Fusión: cuando miembros de etnias diferentes se unen para formar una nueva etnia.
Pero, ¿qué desencadena el nacimiento de los etnoi y el paso de una fase a otra de sus ciclos? Aquí es donde Goumilev expone su teoría más controvertida, fascinante y extraña a la vez: la “pasionaridad”, que se corresponde a grandes rasgos con la energía vital desplegada por un pueblo en determinados momentos de su ciclo histórico. En su opinión, existen tres tipos de individuos: los pasionarios, que se caracterizan por la disponibilidad, el compromiso, la determinación y la capacidad de aceptar sacrificios por el bien de la comunidad; los armónicos, más equilibrados y racionales, inclinados a la autoconservación; y, por último, están los subpasionales, que son hedonistas, obsesionados con la autoconservación y plagados de neurosis. Las comunidades donde los pasionarios son numerosos y dominantes son dinámicas, creativas, conquistadoras y dotadas de una energía que las impulsa a todo tipo de empresas. Esta es precisamente la pasionaridad de la que habla Goumilev, la energía que está en el origen de todos los procesos de etnogénesis. En las dos primeras fases, denominadas ascendente y acmeica, los individuos pasionarios son la mayoría. En las fases tercera y cuarta, las de inercia y resquebrajamiento, los armónicos son la mayoría. En cambio, los individuos subpasionales dominan las últimas fases, las de decadencia.
Lo absolutamente sorprendente de esta teoría de la pasionaridad es el supuesto origen cósmico de esta energía. Para apoyar sus hipótesis, Goumilev se basa en diversos estudios astrofísicos y paleo-climatológicos con el fin de observar posibles concordancias entre los ciclos solares, los cambios climáticos en determinadas épocas y las fases de etnogénesis en el curso de la historia. Según el investigador ruso, los ciclos solares producen un excedente de energía en la Tierra que altera los procesos bioquímicos de los seres vivos, incluidos los humanos. Esto explicaría por qué surgen y se abren paso en la historia individuos y grupos pasionarios. Esta teoría fue parcialmente validada por investigadores de la Universidad de Omsk a finales de 1990 y principios del 2000, y por la paleo-climatología, que demostró que los periodos de expansión mongola y tártara en Asia Central coincidieron con periodos de insolación que permitieron ampliar las zonas de pastoreo.
Lev Goumilev y el eurasianismo
Ya hemos visto cómo Goumilev mantuvo correspondencia epistolar con dos de los fundadores del movimiento eurasiático en la década de 1920. También está claro que el principal objeto de estudios de este pensador era Eurasia. Por lo tanto, conviene concluir este breve relato de su vida y sus investigaciones mencionando algunos de los puntos de convergencia y divergencia entre su pensamiento y el del movimiento eurasiático, al que se refirió explícitamente cuando se describió a sí mismo en una entrevista en televisión titulada “el último eurasiático”. En primer lugar, es importante tener en cuenta que Goumilev representa una especie de puente entre el eurasianismo clásico – que surgió en la diáspora rusa de la década de 1920 y cuyos principales exponentes son Nikolai Troubetskoi, Petr Savitski y Georges Vernadski – y el neo-eurasismo cuyo exponente más famoso es Alexander Dugin. Mientras que los autores clásicos basaban su pensamiento en datos lingüísticos, geográficos, históricos y étnicos, los neo-eurasiáticos proponen dos componentes que los primeros pasaron por alto: el aspecto místico, con el concepto de la Tercera Roma, y el aspecto geopolítico, que se convirtió en uno de los principales problemas de la política internacional rusa a mediados de 1990. No es de extrañar que gran parte de la obra de Goumilev se haya traducido al turco: los círculos euroasiáticos de Turquía (intelectuales, pero también políticos y militares) insisten en que Ankara debe rechazar la occidentalización y aliarse con Rusia para la creación de un mundo multipolar.
Aunque bautizado e identificado como ortodoxo, Goumilev no era un practicante. Influido por los fundadores del eurasianismo, en los que vio un importante medio para repensar la coexistencia de los pueblos que conformaban el Imperio ruso, y cuya voluntad de subrayar los estrechos vínculos que existían entre el medio ambiente y el pueblo, influyó a su vez en la nueva generación de eurasiáticos, pero casi todos ellos se vieron obligados a enfrentarse a él después. Sin embargo, el aspecto místico está prácticamente ausente de la obra del pensador ruso, que también evitó toda consideración política y geopolítica, debido a que las juzgaba, con razón, fuera de su competencia. Otro punto que une a Goumilev con los eurasiáticos clásicos y los neo-eurasiáticos es su implacable crítica del eurocentrismo y, en general, de Occidente, que a su juicio era el exponente de una ideología materialista y agresiva que ponía en peligro a las otras civilizaciones. Para los eurasiáticos y Goumilev era importante centrarse en el estudio de Oriente como un medio para volver a la Tradición y renovarla. Y a pesar de que algunas de sus hipótesis son excesivamente aventuradas y tiene todo tipo de opiniones tajantes que parecen reflejar más sus inclinaciones personales que una verdad objetiva, el pensamiento de Lev Goumilev sigue siendo extremadamente rico, estimulante y profundo. Sus teorías sobre la etnogénesis pueden ayudarnos a comprender mejor el presente, especialmente la geopolítica, desde una perspectiva apolítica, situando nuestras reflexiones dentro de una dinámica histórica en la que las constantes históricas de lo que Fernand Braudel llamaba “la larga duración” tienen mucho más peso e interés que los meros acontecimientos. En definitiva, Goumilev es una lectura obligada para todo aquel que quiera hacerse con las herramientas necesarias para reflexionar sobre los orígenes de los pueblos y los ciclos históricos que jalonan su existencia.
Lecturas para profundizar en el autor:
Citati D., La passione dell’Eurasia, 2015, edizioni Mimesis.
Bassin M., Ethno-paysages et ethno-parasites: l’écologie de l’ethnicité chez Lev Goumiliov, https://revues.univ-tlse2.fr/slavicaoccitania/index.php?id=2083&file=1
Laruelle M., L’idéologie eurasiste russe, ou comment penser l’empire, éditions l’Harmattan.
Laruelle M., Lev Goumilev: biologisme et eurasisme dans la pensée russe contemporaine.
Goumilev L., Les fluctuations de la mer Caspienne. Variations climatiques et histoire des peuples nomades au sud de la plaine russe, 1965, Les Cahiers du Monde Russe.
Fuente: https://rebellion-sre.fr/lev-goumilev-le-dernier-eurasiste/
#eurasianismo#historia#lev goumelev#pensamiento#geografía#asia central#rusia#eslavos#turcos#mongoles#pueblos nomadas
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En el fuego de mi amor, late la pasión,
una llama que arde, sin cesar, sin pausa.
Jennifer Elena Ferrer, tu corazón la llama,
en cada palabra, en cada susurro, en cada mirada.
La poesía es mi refugio, mi santuario,
donde la hipnosofía me lleva a tu encuentro.
Mancuernas de hierro, discos duros de fuego,
pesas rusas que templan mi alma, mi corazón.
En cada repeticion, en cada movimiento,
siento tu presencia, tu calor, tu luz.
La gimnasia del alma, la danza del amor,
me lleva a tu lado, sin distancia, sin tiempo.
Mi amor es fuerte, es puro, es verdadero,
una conexión que trasciende lo material.
En el silencio, en la distancia, en la espera,
mi corazón late con fe, con esperanza, con amor.
Jennifer Elena Ferrer, mi amor es eterno,
una llama que arde, sin fin, sin límites.
En mi corazón, en mi alma, en mi ser,
vives tú , tú lates, tú eres mi todo.
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Vladimir Mayakovsky fue un poeta y dramaturgo revolucionario ruso-soviético, y una de las figuras más relevantes de la poesía rusa de comienzos del siglo XX. Fue iniciador del futurismo ruso.
El poeta visitó México en 1926, llegó al puerto de Veracruz y recorrió en tren hasta la ciudad de México en donde le esperaba Diego Rivera. El muralista mexicano en este tiempo estaba trabajando en los murales de la Secretaria de Educación, Mayakovsky los describió como “los primeros frescos comunistas del mundo”
Unattributed • Vladimir Mayakovsky in Mexico, 1925
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🎮 Still Wakes The Deep : El Horror Renovado en Plataformas Petroleras 🛢️👻 Amantes de los videojuegos y arquitectos del suspenso, prepárense para algo que trastocará sus expectativas. Still Wakes The Deep no es el típico juego de terror en primera persona; aquí tus puños no serán tus aliados, sino tu ingenio y capacidad para esconderte entre los rincones de una plataforma petrolera animada con una vida oscura y retorcida. - 🚫 Sin combate: Nunca subestimarás el poder del sigilo y la estrategia. - 🌊 Un ente viviente: La propia estructura que te rodea se convierte en tu enemigo. - 😱 Belleza traumática y conexión emocional: Los desarrolladores buscan atraparte en una experiencia sicológicamente profunda. El equipo detrás de The Chinese Room nos cuenta cómo buscaron crear un mundo aislado, con una narrativa que te cimbrará el esqueleto. Estas mentes creativas enfocaron su lente en lo relacional y lo visceral del arte para conjurar un viaje que es más montaña rusa emocional que paseo por el parque. 🔮 Mi predicción: Este juego redefinirá nuestras medidas de terror y narrativa en la industria. Atentos creativos y jugadores, porque las reglas del juego están a punto de cambiar. ¿Creen que Still Wakes The Deep pueda inaugurar una nueva era en los juegos de terror? - 👁️ Presenciaremos una ambición visual que rozará la poesía oscura. - 🎧 Una inmersión auditiva se conjugará con nuestros miedos internos más profundos. - 🌀 Nos invitará a cuestionar la línea entre realidad y pesadilla. Vamos a tener que esperar para ponerle las manos encima a esta prometedora experiencia. Mientras tanto, hagamos nuestras apuestas sobre cómo este juego nos despojará de nuestras seguridades tradicionales y nos lanzará hacia lo desconocido. ¡Comenten, pregunten o etiqueten a ese compa que no le teme a nada (o eso dice)! 🎮🙀🕹️ #StillWakesTheDeep #TerrorEnPlataformas #TheChineseRoom #JuegosDeHorror #InnovacionGamer #NarrativaVisual
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§ 3.421. El otro (Robert Mulligan, 1972)
Terror en la vida rural americana de mediados de los años treinta. Bien hecha aunque algo olvidada, al menos no la tengo muy presente dentro de las mejores del género. La recomendaron en una hilo de Tuiter y la compré. Un planteamiento algo lento, con niños que no parecen diabólicos aunque sí perturbadores.
Hermanos gemelos que juegan cuando se quedan huérfanos, uno de ellos realmente es perverso, en su comportamiento, en sus acciones. Incluso el otro hermano sospecha que pudo ser él el causante de la muerte del padre.
Universos enfrentados, dos formas de funcionar y vivir, algún misterio -básicamente la lata de tabaco que guarda el niño más inocente y que contiene, además de un anillo, algo guardado en un pañuelo azul- y una mecánica ortodoxa dotan a la cinta de una corporeidad interesante. A medida que avanza se vuelve más oscura y opaca.
Visiones, misterios, capacidad de incorporarse a otros cuerpos, irracionalidad sugestiva y un punto de poesía alfombra la maldad del hermano. Las bromas infantiles se convierten en perversos juegos juveniles, para pasar a ser parte de una maldad organizada fría y despiadada. Sin la menor duda, y sin ningún tipo de remordimiento, culpa o necesidad de perdón.
La maldad existe, es evidente. También en los niños. Por pequeños, graciosos o simples que éstos sean.
La abuela rusa no contribuye a la calma, aunque así lo parezca, sino todo lo contrario. Cuenta cosas fantásticas, y modula el comportamiento de los niños, pero hay algo en su proceder que escapa a la lógica relación que debe existir entre nieto y abuela. No es que de miedo, pero por momentosves algo complicado en su funcionamiento.
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Del cuaderno... (XIII)
NERUDA ELEMENTAL
Adoro las «odas elementales» de Neruda. Sus tres libros de odas, y las muchas otras composiciones sueltas, del mismo estilo, que salpimentan volúmenes como Navegaciones y regresos. Releo ahora el Tercer libro de las odas y me topo con la dedicada «a la luz marina», que si no me equivoco debe de ser la que inspiró a Raymond Carver el título de su poesía reunida: Bajo una luz marina.
Neruda tiene una obra inmensa, vasta y oceánica, desbordante de versos que rompen y resbalan por la dermis de su verbo como olas que bañaran las cubiertas de un intrépido velero. Pero yo creo que si solo hubiera escrito los libros de las odas, para mí ese regalo ya sería suficiente; nada más le hubiera hecho falta para pasar a mi panteón particular (aunque soy consciente de lo mucho que eso le restaría, pues ningún autor es verdaderamente él mismo más que en la exacta suma de todas sus partes, y los artistas ingentes, como Neruda, deben ser tomados precisamente en su gloriosa totalidad, con sus altos y sus bajos y sus vertiginosos vaivenes de sísmica montaña rusa).
En sus odas dio Neruda en el clavo esencial de todas las cosas, grandes y pequeñas, regocijándose en la venturosa celebración, material, tangible y suculenta, del mundo que nos rodea. Demostró, de paso, que era posible hacer «realismo socialista» y gran poesía al mismo tiempo; las odas, que rezuman una diáfana e iluminada sencillez verdaderamente deleitable, pueden ser leídas por cualquier hombre o mujer, sin dejar por ello de exhibir una enorme belleza y perfección formal. Su virtuosismo técnico y estético es muy notable: son como valses jubilosos que trazan remolinos de color y aroma por la página, deslizándose entre perfectos endecasílabos redactados «de oído» y versos de apenas unas sílabas; y en todo ello está siempre presente esa radiante sensación de «vida coronada», esa fruición, esa alegría crítica y mordiente —limpiamente rabiosa— que le devuelve, uno tras otro, gozosos cortes de mangas al culto nihilista e «intelectual» de la abyección.
Pablo Neruda era un hombre que como ser humano es posible que dejara bastante que desear, y hablo ahora recordando algún truculento suceso de su biografía personal. Políticamente está también en las antípodas de la cordura, y en eso fue en gran medida un personaje de su tiempo. Pero nada importa cuando lee uno sus versos, y se deja embelesar por los malabarismos de su fluyente inspiración, sus metáforas de aire y nube y sol, su pleno dominio de la palabra, la portentosa facilidad con la que hacía del lenguaje el mirífico traje «todo tiempo» que habitaba. Neruda nos regala sus odas como quien se enfunda un mágico par de guantes y nos abofetea con su incansable espectáculo de poética prestidigitación. Era un rey Midas que transmutaba en eufónico y rutilante oro todo aquello que tocaba con su voz.
[28/03/24]
SILBANDO EN EL CAMINO
En la «Oda al presente», de Pablo Neruda, encuentro un par de soberbias posibilidades para títulos, que ya estoy poniendo mentalmente a buen recaudo con vistas al libro que venga después de este. La cita concreta es la que encabalga los dos últimos versos de la pieza: «… y ándate / silbando en el camino».
«Ándate silbando.» O tal vez, casi mejor, el heptasílabo: «Silbando en el camino». Sería un título que no estaría nada mal.
Yo asocio a Neruda con un hombre que siempre está silbando de felicidad. No sé si en otro poema suyo, tal vez de Residencia en la tierra, habla precisamente el chileno de «salir silbando de una barbería». (La imagen, en cualquier caso, del hombre que sale alegre y contento de una barbería está en alguna parte, en la obra de Neruda, y desde hace muchos años la relaciono con él, y con lo mucho que me gusta su poesía.)
Ayer, releyendo las Nuevas odas elementales, volví a hacerme una antigua reflexión: aquellos poetas de antes, que vemos hoy en viejos retratos en sepia o en instantáneas en blanco y negro, yendo y viniendo por el mundo con sus versos, eran vates totales y verdaderos; artistas que no se andaban por las anémicas ramas de lo intrascendente, ni parecían tener tiempo para el esnobismo filisteo ni las tonterías que aguardan al mediocre «al cabo de la calle» (donde siempre cree haber descubierto la américa de turno y del momento). Eran poetas, y lo eran con mayúscula inicial, aunque eso fuera algo que curiosamente no resultara necesario consignar.
Cada cosa tiene su tiempo y tiene su edad. Y al siglo XXI parece haberle correspondido ser la edad del fin de todas las cosas. Aquellos hombres y mujeres —pienso en Gabriela Mistral, compatriota de Neruda— tensaban y henchían las velas de su canto y surcaban un mar de trabajo y abnegada inspiración. Poseían el fuego. Se lo tomaban todo muy en serio, en un mundo que aún era capaz de seriedad.
[03/04/24]
ROGER WOLFE
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Nikolái Nekrásov
Nekrásov fue un poeta y dramaturgo ruso nacido el 10 de diciembre de 1821, creciendo en la finca de su padre en Yoroslav. Cuando Nikolai tenía diecisiete años, su padre lo envió a una academia militar de San Petersburgo, pero él se inscribió en la universidad. Al enterarse su padre se negó a apoyarle;por lo que, Nekrasov pasó bastantes penalidades y se vio obligado a renunciar a los estudios…
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A LA MUERTE
Ya sé que vendrás, ¿por qué mejor no ahora?
Espero tu llegada mientras llora mi alma.
Apagué la luz y abrí de par en par la puerta
para que pudieras entrar, tú, tan simple y tan extraña.
Asume para esto el aspecto que quieras,
irrumpe como un proyectil envenenado,
o golpea silenciosa, como un bandido experto,
o mátame con el veneno del delirante tifus.
O llega con ese cuento, que tú misma inventaste
y que ya todos conocemos hasta la náusea —
en ese que descubro la gorra azul del gendarme
y detrás al conserje, pálido de muerte.
Hoy ya me da igual. Sobre el Yenisei se arremolina
la niebla. Fulgura imponente la estrella polar.
Y el más cruel de los espantos nubla
el brillo azul de los ojos que amo.
Casa de la Fontanka, 19 de
Anna Ajmátova
Réquiem y otros escritos
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¿Cuáles son las principales diferencias culturales entre Estonia y Azerbaiyán?
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¿Cuáles son las principales diferencias culturales entre Estonia y Azerbaiyán?
Costumbres estonias
Las costumbres estonias están impregnadas de tradiciones arraigadas que reflejan la rica historia y cultura de Estonia. Estas costumbres se han transmitido de generación en generación, y siguen siendo una parte importante de la identidad nacional de este país báltico.
Una de las tradiciones más emblemáticas de Estonia es el canto coral, que ha desempeñado un papel crucial en la historia del país. Durante siglos, los estonios se han reunido para cantar juntos en festivales y celebraciones, lo que ha contribuido a fortalecer el sentido de comunidad y unidad nacional entre su gente.
Otra costumbre importante en Estonia es la sauna, que tiene una larga historia en la cultura estonia. Las saunas son consideradas como lugares de purificación y relajación, donde las personas pueden socializar y conectarse con la naturaleza. Muchas familias estonias tienen su propia sauna en casa, y es común disfrutar de este ritual de calor y vapor regularmente.
Además, las celebraciones de las festividades tradicionales como el solsticio de verano (Jaanipäev) y la Navidad tienen un lugar especial en el calendario estonio. Estas festividades están llenas de rituales y costumbres únicas que reflejan la conexión de los estonios con la naturaleza y las estaciones del año.
En resumen, las costumbres estonias son un tesoro cultural que enriquece la vida diaria de su gente y contribuye a la identidad nacional de Estonia. Desde el canto coral hasta las saunas y las celebraciones tradicionales, estas prácticas reflejan la diversidad y la riqueza de la cultura estonia.
Tradiciones azerbaiyanas
Las tradiciones azerbaiyanas son una parte fundamental de la rica cultura de Azerbaiyán, un país situado en la encrucijada entre Europa Oriental y Asia Occidental. Estas tradiciones reflejan la historia, la identidad y las costumbres de su pueblo, transmitidas de generación en generación.
Una de las tradiciones más emblemáticas de Azerbaiyán es la celebración del Novruz, el Año Nuevo persa que marca el inicio de la primavera. Durante esta festividad, las familias se reúnen para realizar rituales tradicionales, como saltar sobre hogueras para purificar el cuerpo y quemar muñecas de paja que simbolizan la despedida del invierno.
Otra tradición importante es el arte del tejido de alfombras, un símbolo de la artesanía y la creatividad azerbaiyanas. Las alfombras azerbaiyanas, con sus diseños elaborados y colores vibrantes, son reconocidas en todo el mundo por su belleza y calidad.
Además, la música tradicional azerbaiyana, como el mugam, es otra expresión cultural destacada en el país. Este género musical combina poesía, melodía y ritmo de una manera única, creando una experiencia sensorial inigualable para quienes la escuchan.
En resumen, las tradiciones azerbaiyanas son una parte esencial de la identidad nacional y un tesoro cultural que se mantiene vivo en la actualidad. A través de sus celebraciones, artesanías y expresiones artísticas, Azerbaiyán sigue conectado con su pasado y proyecta su rica herencia hacia el futuro.
Gastronomía en Estonia
La gastronomía en Estonia es una fusión de tradiciones culinarias escandinavas, rusas y alemanas que ha evolucionado a lo largo de los años para crear platos únicos y deliciosos. Este pequeño país báltico situado en el norte de Europa ofrece una amplia variedad de sabores que reflejan su historia y geografía.
Uno de los platos más populares de la gastronomía estonia es la sopa de pescado, conocida como "kalasupp". El salmón, la trucha y el lucio son pescados comunes en la región y se utilizan para dar sabor a este reconfortante plato. Otro plato típico es el "mulgipuder", una especie de puré de patatas con cebolla y tocino que es perfecto para los días fríos de invierno.
Los estonios también son amantes de los productos lácteos, por lo que el queso y la mantequilla son ingredientes clave en muchas de sus recetas. El "kama" es un postre tradicional elaborado a base de harina de centeno tostada y mezclado con kéfir. Se sirve con frutas frescas o miel y es una delicia para el paladar.
Además, no se puede hablar de la gastronomía estonia sin mencionar el "mulgikapsad", un guiso de col agria con cerdo que se cocina lentamente para lograr una mezcla de sabores única. Este plato es una muestra de la influencia alemana en la cocina del país.
En resumen, la gastronomía en Estonia es una experiencia culinaria única que combina sabores tradicionales con influencias internacionales para crear platos deliciosos y reconfortantes.
Estilos arquitectónicos en Azerbaiyán
Los estilos arquitectónicos en Azerbaiyán han sido influenciados por diversas culturas a lo largo de los siglos, creando una rica diversidad en la arquitectura del país. Desde la antigüedad, Azerbaiyán ha sido un importante punto de encuentro entre Oriente y Occidente, lo que se refleja en su arquitectura.
Uno de los estilos más destacados en Azerbaiyán es el estilo arquitectónico islámico, que se caracteriza por sus intrincados diseños geométricos y elaborados detalles. Muchas mezquitas y edificios históricos en Azerbaiyán están construidos siguiendo este estilo, que refleja la profunda influencia de la cultura islámica en la región.
Además del estilo islámico, Azerbaiyán también cuenta con una arquitectura soviética que refleja la influencia de la época en la que el país formaba parte de la Unión Soviética. Edificios gubernamentales, bloques de viviendas y monumentos en Azerbaiyán todavía conservan el estilo arquitectónico soviético, que se caracteriza por su simplicidad y funcionalidad.
Por otro lado, la arquitectura moderna también ha ido ganando terreno en Azerbaiyán en las últimas décadas, con la construcción de rascacielos y edificios contemporáneos en ciudades como Bakú. Estos edificios modernos aportan un contraste interesante con la arquitectura histórica del país, creando un paisaje urbano diverso y vibrante.
En resumen, los estilos arquitectónicos en Azerbaiyán reflejan la rica historia y la diversidad cultural del país, desde la influencia islámica y soviética hasta la arquitectura moderna que define su paisaje urbano actual.
Celebraciones culturales en ambos países
Las celebraciones culturales son una parte fundamental de la identidad de un país, ya que reflejan sus tradiciones, creencias y valores. Tanto en España como en México, existen una amplia variedad de festividades que son celebradas con entusiasmo y alegría por la población.
En España, algunas de las celebraciones más emblemáticas incluyen la Semana Santa, que se lleva a cabo en diferentes ciudades del país con impresionantes procesiones y ceremonias religiosas. Otra festividad destacada es la Feria de Abril en Sevilla, donde se celebra la cultura andaluza a través de bailes, música y gastronomía típica.
Por otro lado, en México se llevan a cabo festividades como el Día de los Muertos, una celebración única que honra a los seres queridos fallecidos a través de altares, ofrendas y desfiles coloridos. Además, el Día de la Independencia es una festividad muy importante que se celebra con fiestas, música y fuegos artificiales en todo el país.
Tanto en España como en México, las celebraciones culturales son una oportunidad para reunirse con la familia y los amigos, preservar las tradiciones ancestrales y fomentar el sentido de pertenencia a la comunidad. Estas festividades son una muestra de la riqueza cultural de ambos países y una forma de mantener viva la historia y la identidad de su pueblo.
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Vasnetsov Apollinary (1856-1933) EL SUEÑO DE INVIERNO 1908-1914 Tamaño: 124,5 x 177,8 Material: Lienzo Técnica - óleo Número de inventario - MKV Zh-108 Dar V.A. Vasnetsova. 1986
El cuadro "Sueño de invierno" fue concebido por Apollinary Vasnetsov como parte del ciclo de pintura "Las estaciones", en el que trabajó de 1908 a 1914. El lienzo fue donado por Vsevolod Apollinarievich Vasnetsov a la Galería Tretyakov en 1986. El trabajo fue el último de esta serie de larga duración. En una carta de 1907 a su primer biógrafo I.I. El maestro le confesó a Lazarevsky: “Escribir las cuatro estaciones ha sido mi viejo sueño desde la infancia. Expresar la poesía de la verdadera naturaleza rusa, de modo que la imagen capture al espectador y despierte hilos familiares en su alma...”
El tema del invierno era popular entre los famosos paisajistas rusos; su alegre diversión nevada, sus severas heladas y su naturaleza congelada en el frío dieron origen a muchas imágenes pintorescas. “Febrero azul” 1904 de I. Grabar tiene una poesía especial y una alegría de vivir en vísperas de la primavera. Paisajes de I. Shishkin “En el norte salvaje” 1891 y A. Kuindzhi “Manchas de luz de luna. Invierno" de 1898-1908 están impregnados de la atractiva atmósfera del invierno y hablan de su mundo duro y hermoso, envuelto por la suave luz de la luna. La trama invernal de Vasnetsov tiene un carácter artístico común con las pinturas de Shishkin y Kuindzhi. La imagen representa un borde del bosque misterioso, casi de cuento de hadas, encadenado por un silencio helado y sonoro. El lienzo muestra claramente la profundidad; el artista parece invitar a mirar a través de las ramas cubiertas de nieve hacia la interminable distancia blanca, donde todo está congelado e inmóvil en el aire transparente bajo la fuerte helada vespertina. El rastro de los corredores del trineo va directamente desde el espectador hasta el pueblo lejano, animando con su carrera la quietud de la composición. El paisaje se llena de anticipación a un milagro que está a punto de ocurrir con el inicio de una noche nevada.
Vasnetsov concibió la serie "Estaciones" como un ciclo de paneles que se caracterizaban por una composición compuesta y un color decorativo. El cielo del paisaje "Winter Dream" está coloreado con el resplandor naranja limón del atardecer, que contrasta marcadamente con las sombras azul oscuro sobre los suaves ventisqueros. El maestro pinta los jóvenes abetos y pinos en primer plano con un amplio trazo empastado y perfila uniformemente los detalles individuales. A pesar de su pintura inusual, Vasnetsov logró mostrar la naturaleza épica y folclórica de la naturaleza invernal. El artista dio preferencia no tanto a un bosque real cubierto de nieve, sino a la sensación de un cuento de hadas, una leyenda y una magia.
Información e imagen de la web de la Galería Tretyakov.
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